TG ORIANNA CASTILLO BBB
TG ORIANNA CASTILLO BBB
TG ORIANNA CASTILLO BBB
VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
En la ciudad de Araure, a los catorce (15) días del mes de septiembre del
año dos mil veinte (2020).
______________________
Diana León
DECLARACIÓN DE AUTORÍA
____________________
Oriana Castillo
C.I. Nº V-27974148
DEDICATORIA
Resumen analítico 64
Análisis Crítico 66
V.CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones 69
Recomendaciones 72
REFERENCIAS 74
UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
RESUMEN
El presente trabajo de investigación tuvo como propósito analizar el
dosimetría como herramienta en la administración de justicia en el sistema
penal venezolano.El presente estudio será se enmarcara en el paradigma
cualitativo, apoyado en la investigación documental. Las técnicas de
recolección de la información utilizadas serán la observación documental,
presentación resumida de textos y el fichaje. En cuanto a las técnicas de
análisis de la información se utilizará el resumen analítico y el análisis crítico.
Lo anteriormente expuesto permitió llegar a la conclusión que el principio de
proporcionalidad es una estructura argumentativa que permite aportar
soluciones jurídicas cuando diversos derechos fundamentales están en
colisión, constituye uno de los pilares fundamentales de un Derecho Penal
Democrático. Igualmente este Principio es un límite a la potestad punitiva del
Estado, informa la actividad legislativa para que el legislador respete en todo
momento el contenido al momento de establecer las penas en las
respectivas leyes. Del mismo no se derivan prohibiciones abstractas o
absolutas y como principio permite disminuir por debajo del mínimo legal las
penas previstas por los delitos agravados contemplados en el Código Penal
Venezolano. Recomendando Primeramente al estado venezolano para que
mediante su poder judicial garantice el principio de proporcionalidad y este
sea bien estudiado y aplicado para evitar la arbitrariedad en las decisiones
de la autoridad, principalmente del legislador.
INTRODUCCIÓN
PARTE I
Objetivos de la Investigación
Objetivo General
Objetivos Específicos
Justificación e Importancia
SOPORTE CONCEPTUAL
Antecedentes de la Investigación
Antecedentes Internacionales
Bases Teóricas
Mir (1998), debe afirmarse que para la imposición del castigo no basta
que la persona a quien se le impute la realización de un delito haya sido
declarada culpable, sino que también resulta imprescindible la estimación y
graduación de la pena a imponer, partiendo del parámetro de la gravedad de la
lesión, la cual debe ajustarse a la cuantía de aquélla. Así, a grandes rasgos el
principio de proporcionalidad implica que la pena sea proporcional al delito, y
que la medida de la proporcionalidad sea establecida con base en la dañosidad
social del hecho (p.100).
Baraccta (2004), enmarcando el principio de proporcionalidad en una
perspectiva más afín a la protección de los derechos humanos, podemos
señalar que sólo las violaciones graves de éstos pueden ser objeto de
sanciones penales, debiendo ser la pena proporcional al daño social
ocasionado por dichas violaciones. (p.209)
No obstante la validez de las anteriores aproximaciones conceptuales al
principio de proporcionalidad, la pregunta de ¿cuánta pena?, la cual obedece a
la máxima poena debet commesurari delicto, sigue aún sin una respuesta
acabada, siendo que esta situación ha sido una constante en el transcurso de
la historia de las ideas penales, ello por las dificultades que se presentan al
momento de articular unos parámetros concretos y sólidos que permitan
establecer y graduar de manera uniforme la pena que debe corresponder a
cada delito.
A este respecto, Velázquez (2002), considera que la razón de esto
último obedece a que el principio de proporcionalidad posee una naturaleza
relativa, ya que del mismo no se derivan prohibiciones abstractas o absolutas,
sino sólo por referencia al caso concreto, implicando el mismo un juicio de
ponderación entre el medio empleado (la sanción) y el fin que con ésta se
pretende alcanzar (tutela de bienes jurídicos), de allí que se diga que es un
principio relacional, ya que implica la comparación de dos magnitudes,
concretamente, con él se examina la legitimidad de los medios a la luz del fin
perseguido (p. 26).
Por lo que, Ferrajoli (1998), confirma que de ese nexo legal existente
entre la sanción y el ilícito penal, se deriva la exigencia de que la elección de la
calidad y cantidad de la primera por el legislador y por el juez, se haga en
relación con la gravedad y la naturaleza del segundo (p.398). Para ilustrar de
una manera más diáfana cuáles son las implicaciones y el contenido del
principio de proporcionalidad, debe partirse de la siguiente idea: la libertad es
un valor fundamental del ordenamiento jurídico venezolano, el cual se enmarca
en un modelo de Estado social, democrático, de Derecho y de justicia, así
como también constituye un derecho fundamental.
Ahora bien, el Estado tiene el deber de asegurar el máximo nivel de
libertad y bienestar de sus ciudadanos, protegiendo los bienes jurídicos de
estos frente a las agresiones más lesivas. Para tal función, debe acudirse a
mecanismos coactivos, concretamente, los medios de control social
formalizados, entre los cuales se encuentra el Derecho penal, el cual impacta
de la manera más sensible la esfera de libertades de los sujetos. La cuestión
radica entonces en proteger las libertades de los ciudadanos, utilizando al
mínimo posible el Derecho penal, ello en virtud de esta aflicción que ocasiona a
las libertades. En otras palabras, debe obtenerse el mayor grado de libertad y
bienestar de los ciudadanos utilizando al mínimo posible la actividad punitiva.
Todo esto puede resumirse en la noción del principio pro libertate, según
el cual no es posible la intervención del Estado a través del Derecho penal, si
no es necesaria para conseguir el mayor grado de libertad posible. Es por ello,
como lo sostiene Carbonell (1999), que toda la actividad punitiva del Estado
deba ser interpretada a la luz del principio restrigenda sunt odiosa, según el
cual cualquier restricción de la libertad es odiosa, de allí que haya que imponer
las menores restricciones posibles (p.200).
El principio de proporcionalidad, en palabras de Velásquez (2000), se
encuentra integrado por una serie de criterios o herramientas a través de las
cuales se puede sopesar y medir la licitud de todo género de límites de
naturaleza normativa de las libertades, así como todo tipo de interpretaciones o
aplicaciones de la legalidad que restrinjan el ejercicio de aquéllas (p. 36).
Mir Puig Santiago (2008), dos aspectos o exigencias hay que distinguir
en el principio de proporcionalidad de las penas. Por una parte, la necesidad
misma de que la pena sea proporcionada al delito. Por otra parte, la exigencia
de que la medida de la proporcionalidad se establezca en base a la importancia
social del hecho (a su “nocividad social”).
El mencionado principio, encuentra su justificación en distintos preceptos
de la Constitución Española (CE), aunque no lo recoja expresamente: el art. 1
donde se proclama el Estado de Derecho y el valor superior de la libertad, el
art. 10.1 donde se proclama la dignidad de la persona, el libre desarrollo de la
personalidad, etc. Estos artículos configuran el estatuto básico del ciudadano y,
por tanto, sólo se pueden limitar en casos excepcionales. Al relacionarlo con
estos artículos hace que el Principio de proporcionalidad tenga rango
constitucional, lo cual hace que pueda ser apelado en un recurso de amparo.
En consecuencia, el principio de proporcionalidad suele estudiarse
desde dos sentidos, el amplio y el estricto, pero este último se encuentra
recogido dentro del primero. Por tanto, la proporcionalidad en sentido amplio
engloba tres exigencias:
Sustentación Legal
Artículo 452. La pena de prisión por el delito de hurto será de dos a seis años,
si el delito se ha cometido:
1. En las oficinas, archivos o establecimientos públicos, apoderándose de las
cosas conservadas en ellos, o de otros objetos destinados a algún uso de
utilidad pública.
2. En los cementerios, tumbas o sepulcros, apoderándose ya de las cosas que
constituyen su ornamento o protección, bien de las que se hallan sobre los
cadáveres o se hubieren sepultado con éstos al mismo tiempo.
3. Apoderándose de las cosas que sirven o están destinadas al culto, en los
lugares consagrados a su ejercicio, o en los anexos y destinados a conservar
las dichas cosas.
4. Sobre una persona, por arte de astucia o destreza, en un lugar público o
abierto al público.
5. Apoderándose de los objetos o del dinero de los viajeros, tanto en los
vehículos de tierra, aeronaves o por agua, cualquiera que sea su clase, como
en las estaciones o en las oficinas de las empresas públicas de transporte.
6. Apoderándose de los animales que estén en los establos, o de los que por
necesidad se dejan en campo abierto.
7. Apoderándose de las maderas depositadas en las ventas de leña
amontonadas en algún lugar, o de materiales destinados a alguna fábrica, o de
productos desprendidos del suelo y dejados por necesidad u otro motivo en
campo raso u otros lugares abiertos.
8. Apoderándose de los objetos que en virtud de la costumbre o de su propio
destino, se mantienen expuestos a la confianza pública.
Artículo 453. La pena de prisión para el delito de hurto será de cuatro años a
ocho años en los casos siguientes:
Artículo 454. El que sin estar debidamente autorizado para ello, haya
espigado, rateado o rebuscado frutos en fundos ajenos, cuando en ellos no se
hubiere recogido enteramente la cosecha, será castigado con multa de cinco
unidades tributarias (5 U.T.) a veinticinco unidades tributarias (25 U.T.), a
querella de parte. En caso de reincidencia, la pena será de arresto de tres a
quince días.
Artículo 456. En la misma pena del artículo anterior incurrirá el individuo que
en el acto de apoderarse de la cosa mueble de otro, o inmediatamente
después, haya hecho uso de violencia o amenazas antedichas, contra la
persona robada o contra la presente en el lugar del delito, sea para cometer el
hecho, sea para llevarse el objeto sustraído, sea, en fin, para procurarse la
impunidad o procurarla a cualquier otra persona que haya participado del delito.
Si la violencia se dirige únicamente a arrebatar la cosa a la persona, la pena
será de prisión de dos a seis años.
ORIENTACIÓN PROCEDIMENTAL
Naturaleza de la Investigación
Paradigma interpretativo
Enfoque cualitativo
Tipo de Investigación
Diseño de la Investigación
Hermenéutica Jurídica
Resumen Análitico
Análisis Crítico
La técnica de análisis crítico según Hochman y Montero (ob.cit), la define
como:
PARTE IV
EL PRODUCTO
Resumen Analítico
Análisis critico
Desde el punto de vista semántico, la proporcionalidad alude a la idea
de conformidad o proporción de unas partes con el todo o de cosas
relacionadas entre sí. Desde el punto de vista jurídico, la proporcionalidad
implica un equilibrio ideal o valorativo entre el delito y la pena, o de manera
más amplia, entre ilícito y sanción, la cual se asienta en una ponderación o
medida fijada por el legislador en una ley (proporcionalidad abstracta) y en la
valoración que el juez realiza en el caso concreto (proporcionalidad concreta).
Es importante resaltar, que el principio de proporcionalidad de las penas
obliga a pregonar la gravedad de la conducta, el objeto de tutela y la
consecuencia que arroja jurídicamente; se trata concretamente de establecer la
relación de adecuación entre la gravedad de la pena y la relevancia del bien
jurídico que protege la figura delictiva y a su vez entre la misma y las distintas
formas de ataque al bien jurídico que la conducta delictiva puede presentar.
Como todo juicio de proporcionalidad, este debe resolverse en valoraciones y
comparaciones, es decir, en una ponderación.
Por lo tanto, la grave intromisión y afectación en los derechos
fundamentales de las personas que representan las penas y medidas de
seguridad, deben de estar sujetas al mismo principio que debe legitimar
cualquier afectación de derechos fundamentales por parte del Estado; y que es
precisamente el principio de proporcionalidad
Por otra parte, el principio de proporcionalidad en la realidad debe
ayudar al Derecho penal a guardar armonía con la justicia ponderando la
correspondencia axiológica entre la pena y el delito, estableciendo una regla
que por lo obvia puede pasar desapercibida: una pena grave debe seguir a un
delito grave y una pena leve a un delito leve, lo que permite una adecuada
sistematización, no siempre remarcada, de bienes jurídicos y las penas que
corresponden a su menoscabo.
Igualmente, el Derecho Penal Democrático debe ajustar la gravedad de
las penas a la trascendencia que para la sociedad tengan los hechos que se
asignan, según el grado de la nocividad social del ataque al bien jurídico. Hoy
no sería admisible, conminar con pena desproporcionada a un ladrón callejero,
o a un delincuente que comete abigeato. Dado que no existiría ninguna
proporcionalidad entre la pena impuesta y el objeto tutelado por la norma penal.
Por ello, todo debe estar construido y fundamentalmente la pena, de manera
racional y lógica; la lesión al bien jurídico de la vida, mediante el homicidio,
deberá tener un grado de intensidad penal más fuerte que un robo, así sea
agravado.
Por lo tanto, lo primero que hay que ponderar respecto al principio de
proporcionalidad es: si la intervención del derecho penal resulta rentable para
obtener la tutela del bien jurídico; si la materia es propia del derecho penal o
ésta materia puede ser protegida por otras ramas del derecho. La función de
prevención general del derecho penal, en la medida en que es la forma de
proteger intereses fundamentales de los seres humanos, y al mismo tiempo se
incluye el único aspecto admisible de la idea de retribución: la necesidad de
que exista proporcionalidad entre la pena y el delito.
De tal manera que se encuentre así la forma de proteger tanto a los
ciudadanos de los delitos, como de proteger a los delincuentes (también
ciudadanos) de una afectación excesiva a sus derechos por parte del Estado.
Se debe tener muy claro, que el principio de proporcionalidad guarda estrecha
relación con el valor libertad, principio de dignidad y justicia, toda vez que una
pena que sea inminentemente desproporcionada, irrumpiría con la libertad y
dignidad de la persona, consecuentemente sería injusta.
Además, la finalidad real de las penas, debe ser el no permitir que el
infractor continúe desafiando el marco legal de la sociedad, no continúe
haciendo daño a los ciudadanos, los cuales deben ser persuadidos por la
imposición de la pena justa a ese "reo", para que se sustraigan de cometer
alguna falta de carácter similar.
Por lo tanto, la pena debe evidenciarse por su necesidad como medio de
represión indispensable para mantener las condiciones de vida fundamentales
para la convivencia de personas en una comunidad pero sin desproporción. Sin
la pena la convivencia humana en la sociedad actual sería imposible, la pena
es un castigo consistente en la privación de un bien jurídico por la autoridad
legalmente determinada a quien tras un debido proceso aparece como
responsable de una infracción del Derecho y a causa de dicha infracción.
En suma, la proporcionalidad concreta de la pena denota que debe
orientarse hacia una medida correcta de la misma, desde el marco punitivo
acertadamente investigado, mediante la concreta valoración de la culpabilidad
y hacia una decisión de prevención adaptada a la adecuación de la
culpabilidad, orientada conforme a las necesidades político criminales
concretas. La definitiva valoración de la culpabilidad por el hecho y la decisión
de prevención no tienen que ser realizadas, de una manera libre, sino dentro
de ciertos límites preestablecidos. La valoración de la culpabilidad se debe
mantener entonces dentro del marco punitivo aplicable y no puede exceder de
éste; ya que es el fundamental principio de la cooperación basada en la división
del trabajo entre el legislador y el Juez, con ocasión de la determinación de la
pena.
Por ello, el Código Penal Venezolano implanta un sistema que mantiene
como consecuencias personales del delito, las penas y medidas de seguridad,
que deben ser aplicados alternativamente en los diferentes delitos que se
encuentran insertos dentro de ese cuerpo legislativo, en este caso no deben
quedar en el papel ni solo en teoría, deben respetarse y llevarse a la práctica.
PARTE V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
Recomendaciones
REFERENCIAS
Maier, Julio (2004). Tratado de derecho Penal. Tomo I. Editores del Puerto
Buenos Aires.
Mera Figueroa, Jorge. (1996). Sistemas Jurídicos y Derechos Humanos.
Editores Medinas, C. y Mera J. Santiago de Chile