PERIODICO La Celestina !!

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Andrés Villalba – Daniela corredor – Elvis Palma – Sergio rodríguez - 1102

Colegio parroquial santa Isabel de Hungría – Bogotá - 27 de mayo 2014

Editorial

Éste periódico fue desarrollado con el fin de dar a conocer, en todos sus aspectos, la
obra “La Celestina” escrita por el célebre escritor Fernando de Rojas, el cual se
influenció en diferentes sucesos que trascurrían en la España del siglo XV.
También, con éste periódico, queremos comunicar de una forma subjetiva ésta obra,
y el contexto en el que fue desarrollada, ya sea social, económico y cultural;
además, damos nuestra opinión acerca de los diferentes sucesos que transcurren en
la obra, y mostramos cada detalle que pasa dentro de ésta.
Éste periódico está dirigido a todas esas personas que estén interesadas en aprender
algo de cultura renacentista española por medio de La Celestina y el escritor
Fernando de Rojas, tomados desde un punto de vista diferente.
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La Celestina es el nombre con el que se conoce


desde el siglo XVI la obra titulada primero
Comedia de Calisto y Melibea y después
Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi
en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es
una obra del Prerrenacimiento escrita durante el
reinado de los Reyes Católicos; su primera
edición conocida es de 1499, en Burgos.
Constituye una de las bases sobre las que se
cimentó el nacimiento de la novela y el teatro
realista modernos y ejerció una influencia
poderosa, aunque soterrada, sobre la literatura
española.

Existen dos versiones de la obra: la Comedia


(1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21
actos). La crítica tradicional ha debatido
profusamente el género literario de La Celestina, dudando si
clasificarla como obra dramática o como novela. La crítica actual
coincide en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción como
diálogo puro creador de un género nuevo, el género celestinesco,
formado por una serie de continuaciones y obras inspiradas en ella. Su
carácter irrepresentable hizo que la obra estuviese destinada a ser
recitada o declamada por un solo lector impostando las voces de los
distintos personajes ante un auditorio poco numeroso. Sus logros
estéticos y artísticos, la caracterización psicológica de los personajes
especialmente la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se
encuentra en Ovidio, la novedad artística que suponía respecto al
género de la comedia humanística en la que parece inspirarse, y la
falta de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La
Celestina una de las obras cumbre de la literatura española y universal.
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Fragmento de la
celestina
Entrando Calisto una huerta
empos de un falcón suyo
GALERIA LA
fallo y a Melibea de cuyo
amor preso comiéndole de
CELESTINA
hablar. De la cual
rigorosamente despedido
fue para su casa muy
angustiado Partida Celestina
de Calisto para su casa
queda Calisto hablando con
Sempronio criado suyo al
cual como quien en alguna
esperanza puesto está todo
aguijar le parece tardanza,
embia de si a Sempronio a
solicitar a Celestina para el
concebido negocio. Quedan
entretanto Calisto e
Parmeno juntos razonando.

Sempronio vase a casa de


Celestina a la qual reprende
por la tardança, ponen se a
buscar que manera tomen
en el negocio de Calisto con
Melibea. En fin sobreviene
Elicia. Va se celestina a casa
de Pleberio queda
Sempronio e Elicia en casa.
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Fragmento de la
celestina
Celestina andando por el
camino habla consigo
misma fasta llegar a la
puerta de Pleberio onde
hallo a Lucrecia criada de
Pleberio. Pone se con ella
en razones. Sentidas por
Alisa madre de Melibea e
sabido que es Celestina
faze la entrar en casa.
Viene un mensajero a
llamar a Alisa. Vase. Queda
Celestina en casa con
Melibea e le descubre la
causa de su venida.

Despedida Celestina de
Melibea va por la calle
hablando consigo misma
entre dientes. Llegada a su
casa hablo a Sempronio
que la aguardaua. Ambos
van hablando hasta llegar
a casa de Calisto e vistos
por Parmeno cuenta lo a
Calisto su amo, el qual le
mando abrir la puerta.
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Fragmento de la
celestina
Despertado Calisto de dormir
esta hablando consigo
mismo. Dende un poco esta
llamando a Tristan e a otros
sus criados. Torna dormir
Calisto. Pone se Tristan a la
puerta. Viene Sosias llorando.
Preguntado de Tristan Sosia
cuenta de la muerte de
Sempronio e Parmeno. Van a
decir las nueuas a Calisto, el
qual sabiendo la verdad faze
grande lamentacion.

Lucrecia llama a la puerta de


la camara de Pleberio.
Pregunta le Pleberio lo que
quiere. Lucrecia le da priessa
que vaya a ver a su hija
Melibea. Leuantado Pleberio
va a la camara de Melibea.
Consuela la preguntando que
mal tiene. Finge Melibea
dolor de coraçon. Embia
Melibea a su padre por
algunos estrumentos
musicos. Sube ella e Lucrecia
en una torre. Embia de si a
Lucrecia. Cierra tras ella la
puerta. Llega se su padre al
pie de la torre abaxo.
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L a Celestina - Contexto Histórico


La Celestina se escribe durante el reinado de
los Reyes Católicos, cuyo matrimonio se
celebra en 1469 y alcanza hasta 1504, año de
la muerte de Isabel la Católica, que ocupa la
última fase del Prerrenacimiento en España.
Durante esta unión dinástica de los reinos de
Castilla y Aragón se produce en 1492 el
descubrimiento de América, la conquista de
Granada y la expulsión de los judíos, tres
hechos de gran significado en la historia de
España. Es también el año en que Antonio de
Nebrija publica la primera gramática de la
lengua castellana lo que, junto a la actividad
docente del propio Nebrija en la Universidad
de Salamanca donde estudió Fernando de Rojas, propicia la irrupción del Humanismo en España. Así,
convencionalmente y a efectos didácticos, se sitúa en este año, 1492, el comienzo de la transición entre
la Edad Media y el Renacimiento. Es, precisamente, en la década de los noventa del cuatrocientos cuando
aparecen las primeras ediciones de la Comedia de Calisto y Melibea.

La unificación de todos los territorios de la Península


Ibérica, excepto Portugal, en un único reino y en una
única religión, la cristiana, se produce en este periodo.
Claudio Sánchez Albornoz resalta la importancia de ser
cristiano viejo en una sociedad que está prevenida
frente a los miembros de las otras dos religiones,
judíos y musulmanes, e incluso llega al rechazo frontal.
Se desconfía de los conversos (cristianos que antes
eran judíos o con antepasados de esa religión), que han
de ocultar su condición. Finalmente, serán expulsados
los miembros de esas religiones del reino y la
Inquisición perseguirá, incluso hasta la muerte, a los sospechosos de practicar otras religiones.
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El género de La
Celestina es una
cuestión polémica, que surge ya en
el siglo XVIII cuando el problema
del género se plantea. La inflexible
preceptiva neoclásica apremiaba a
encajar la obra en un modelo
preexistente, pero los férreos
moldes de los géneros
dieciochescos imposibilitan ese
propósito, lo que deterioró su
consideración entre los
idealizantes escritores del
Neoclasicismo, como Moratín, que
la llamó «novela dramática» para
denotar la mezcla de géneros y la
originalidad de la obra. Otro crítico y escritor, éste de la Renaixença catalana, Buenaventura Carlos
Aribau, la llamó «novela dialogada». Se resistían a encajarla en el drama. El hecho es que se trata de un
texto totalmente dialogado, cuya extensión y saltos temporales y sobre todo esp aciales, hacían
irrepresentable en su momento y la destinaban a la lectura en voz alta, como era costumbre en la época;
sin embargo, esto no quita que para el lector de la época de Rojas se tratara de un texto dramático. Ya
entrado el siglo XX y con extensos medios escenográficos, la obra pudo representarse íntegra o
resumida, si bien no es una obra concebida para la representación sobre un escenario, sino para una
lectura dramática. Marcelino Menéndez Pelayo se debatía en sus Orígenes de la novela, a fines del XIX,
en la contradicción de considerarla drama por ser todo en ella activo y nada narrativo, o no hacerlo, a
causa de su excesiva longitud, su obscenidad y su estructura, donde la acción es escasa y la escenografía
nula. En todo c aso, Menéndez Pelayo no duda del influjo que la obra produce sobre la novela posterior por
su realismo, tanto ambiental como psicológico. Desde la perspectiva moderna, sin embargo, estas
objeciones que plantea son de escasa relevancia: la duración es una convención más comercial que literaria
y la obscenidad es algo opinable y más propio del momento político en que Pelayo escribió que del de la
obra o la época actual. Es más, su estructura no es muy diferente de la de muchas obras de ese momento
e incluso posteriores, cuando en los Siglos de Oro el teatro en España alcanzó su máximo esplendor.
Sencillamente, Menéndez Pelayo era víctima de sus prejuicios clasicistas y de su formación católica, que
hacían prevaricar con frecuencia sus juicios estéticos.
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''...cuan to
más lo mirare tanto más su corazón se ablande al conceder mi petición...''
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Fernando de rojas
Nace en La Puebla de Montalbán, España, h. 1470 - Talavera de la Reina, id., 1541.

Escritor español, autor de La Celestina. Fernando de Rojas procedía de una familia acomodada de judíos
conversos de cuatro generaciones que fue perseguida por la Inquisición. Estudió derecho en Salamanca y,
como todos lo estudiantes salmantinos de aquella época, debió de cursar tres años obligatorios en la
Facultad de Artes, por lo que seguramente conoció los clásicos latinos y la filosofía griega.
En posesión del título de bachiller en Leyes, para
el que tuvo que estudiar nueve o diez años,
comenzó a ejercer como abogado en Talavera, de
donde llegó a ser alcalde.

Se cree, casi con certeza, que escribió un solo


libro, pero de una importancia fundamental en la
historia de la literatura: La Celestina. La primera
edición que conservamos de la obra fue publicada
anónimamente en 1499, en Burgos, con el título de
Comedia de Calisto y Melibea. La obra está
escrita como una pieza de teatro, en forma
dialogada, y dividida en actos; la primera edición
tenía dieciséis actos y las de 1502, tituladas
Tragicomedia de Calisto y Melibea, veintiuno.
Pese a este carácter de obra dramática, su
extensión la hace casi irrepresentable. La obra
fue escrita para ser leída en voz alta en un
círculo de humanistas u oyentes cultos, los cuales
pudieron haber hecho aportaciones; se sabe que
el manuscrito circuló bastante antes de que el
autor lo entregase a los impresores. Se calcula
que de 1499 a 1634 se publicaron 109 ediciones
en castellano, no sólo en España sino también en
otros países de Europa, donde además fue traducida a diversas lenguas.

En la Carta del autor a un su amigo, que precedió a la obra en la edición de 1500 (Toledo), Rojas declara
que encontró escrito el primer acto y le gustó tanto que decidió completar la obra. Esta afirmación ha
sido corroborada por la mayoría de estudiosos de La Celestina: de este modo, el extenso acto I (ocupa
cerca de la quinta parte de sus páginas) habría sido escritor por una autor cuya identidad aún no ha sido
verificada (Rojas mencionó en la Carta a Juan de Mena y Rodrigo Cota como posibles autores).
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La obra sufrió a lo largo de las


sucesivas ediciones del siglo
XVI innumerables
modificaciones y agregados,
probablemente no debidos a
Rojas también aclaró que los "argumentos" o resúmenes que la pluma de Fernando de
preceden a cada acto fueron añadidos por los impresores. A Rojas. Se ha discutido si son de
esta edición se agregaron, además, once octavas acrósticas su autoría los cinco actos que
escritas por Rojas y, al final del libro, seis octavas escritas tiene de más la edición que
por Alonso de Proaza, un humanista que fue el corrector de la aparece con el título de
edición y que reveló cómo por los acrósticos se puede saber
Tragicomedia de Calisto y
que Rojas es el autor del libro, ya que la Carta del autor a un
Melibea (1502), quizá escritos
su amigo no llevaba firma.
a petición de los lectores, que
querían que se prolongara la
historia de amor de Calisto y
Melibea. Desde un primer
momento, al parecer, el
público rechazó el título de
Comedia (según Rojas dado
por el primer autor). Pronto se
obvió el de Tragicomedia y
empezó a llamarse Celestina o
La Celestina al libro destinado
a ser, con este nombre, uno de
los más famosos de la
literatura universal. Menéndez
Pelayo lo consideró el mejor
libro español después del
Quijote.
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...cuanto
más lo mirare tanto más su corazón se ablande al
conceder mi petición...''

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