Conducta Animal 01

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PSCOPATOLOGÍA

COMPRENDIENDO LA CONDUCTA
ANORMAL
Conducta
anormal

E l 16 de abril de 2007, el estudiante universitario Seung Hui Cho usó dos pisto-

las semiautomáticas en el campus de Virginia Tech para matar a 27 estudiantes y cinco


profesores, herir a otros 25 y suicidarse con un tiro en la cabeza. El incidente fue el tiroteo
Inquietudes de la psicología en masa más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos y dejó a muchas per- sonas
anormal 3 afectadas, horrorizadas y desconcertadas por las acciones de Cho. Para el público, los
Determinación de la asesinatos en masa de inmediato trajeron a la mente la masacre de la preparatoria
anormalidad 7
Columbine de 1999 donde Eric Harris y Dylan Klebold mataron a 12 estudiantes y un maes- tro
Limitaciones contextuales y antes de suicidarse.
culturales en la definición de
El alboroto en Virginia Tech comenzó en las primeras horas de la mañana, cuando Cho le
la conducta anormal 9
disparó a una estudiante y a un asistente residente en un dormitorio. Aproximadamente dos
La frecuencia y la carga de
horas después, se dirigió a Norris Hall, donde se impartían clases, y cerró las puer- tas del
los trastornos mentales 12
edificio con cadenas para evitar un escape fácil. Ahí disparó unas 174 balas, con las que
Estereotipos acerca de las
personas con enfermedad
mató e hirió a muchos estudiantes y profesores mientras iba de salón en salón. Aunque el
mental 14 segundo ataque duró solamente nueve minutos, para quienes estaban atrapa- dos en el
Perspectivas históricas de edificio debió parecer una eternidad. El caos se suscitó cuando los estudiantes huían para
la conducta anormal 16 salvar sus vidas. Algunos saltaron desde las ventanas del segundo piso para escapar, otros
Causas: primeros puntos intentaron formar barricadas en las puertas de los salones. Hubo múltiples informes de
de vista 21 acciones heroicas de profesores y alumnos que intentaban salvar a otros pero en general
Tendencias contemporáneas resultaron en sus propias muertes (resumido de Panel de revisión de Virginia Tech, agosto
en la psicología anormal 23 de 2007).
I MP L I C A C IO NES 28
CONTROVERSIA ¿La En un intento por encontrar sentido a un acto en apariencia “sin sentido”, se
enfermedad mental es un mito
plantearon muchas preguntas. ¿Qué pudo motivar a Cho a cometer un acto tan atroz
y una construcción política? 12
y tomar tantas vidas inocentes? ¿Por qué se suicidó? ¿Era un loco, un asesino un
PENSAMIENTO CRÍTICO Yo psicópata o estaba drogado? ¿Hubo señales de alerta de que era un homicida o
también lo tengo: el síndrome suicida? ¿Sufría de algún trastorno mental? ¿Pudieron la terapia o la medicación
del estudiante de medicina 28 ayudarlo? ¿Su raza, cultura y estatus de inmigrante desempeñaron algún rol en sus
acciones?

2
¿Qué es la psicología anormal? ¿Cómo han cambiado las explicaciones de la
conducta anormal a través del tiempo?
¿Qué criterios se usan para determinar conduc-
tas normales o anormales? ¿Cuáles fueron los primeros puntos de vista acer-
ca de las causas de los trastornos mentales?
¿Cómo las diferencias contextuales y culturales
afectan la definición de anormal? ¿Cuáles son algunas tendencias contemporáneas
en la psicología anormal?
¿Qué tan comunes son los trastornos mentales?

¿Cuáles son algunos conceptos erróneos acerca


de las personas con enfermedad mental?

Estas preguntas son muy difíciles de contestar de-


bido a numerosas razones. Primero, no sabemos su-
ficiente acerca de las causas de la conducta anormal y
en especial de trastornos mentales para llegar a una
respuesta definitiva. Al parecer, la psicopatología o con-
ducta anormal, no es el resultado de una sola causa,
sino una interacción de muchos factores. Casi todos los
trastornos mentales surgen de contribuciones múlti-
ples, hecho que se discutirá en el siguiente capítulo.
Segundo, Cho ya no vive para que pudiéramos de-
terminar su estado mental. Por lo tanto, debemos con-
fiar en fuentes secundarias como los registros de salud
o escolares, las observaciones de los pares, familia y
conocidos, y en cualquier otra información disponible
(notas suicidas, ensayos, dibujos y medios de comuni-
cación) para construir un retrato de su estado men- tal.
Es triste decirlo, pero la masacre en Virginia Tech
ilustra lo complejo que es el estudio de la psicología
anormal en la vida real.
En cierto sentido, el propósito de este libro, Psicopa- ¿Cho estaba mentalmente afectado? En la universidad se le conocía como
tología. Comprendiendo la conducta anormal (Unders- “el chico del signo de interrogación” porque sólo escribía un signo de
tanding abnormal behavior), es ayudarle a contestar interrogación como su nombre. No contestaba cuando lo saludaban, se
dichas preguntas. Sin embargo, para hacerlo se requiere sentaba durante horas en su dormitorio mirando por la ventana y se refería a
que examinemos primero algunos aspectos básicos del una novia imaginaria con el nombre de “Jelly”, una súper modelo que vivía en
el espacio. En una ocasión, informó a un compañero de cuarto que estaba de
estudio de la conducta anormal, incluyendo algo de su
vacaciones con Vladimir Putin, el presidente de Rusia.
historia y los cambios emergentes en el campo. De ma-
nera periódica usamos el caso Cho para ilustrar muchos
temas complejos de salud mental que interactúan en el
área.

Inquietudes de la psicología anormal


La psicología anormal es el estudio científico cuyos objetivos son describir, explicar,
predecir y controlar conductas que se consideran extrañas o inusuales. Su materia de
estudio va desde lo extraño y espectacular hasta lo más común, de los homicidios vio-
lentos, suicidios y actos sexuales “perversos” que son ampliamente difundidos por los
medios de comunicación hasta las conductas que no son tan sensacionales (pero sí más
comunes) como depresión, úlceras y ansiedad debida a exámenes.

Descripción de la conducta anormal


La descripción de un caso particular de conducta anormal debe basarse en observaciones
sistemáticas hechas por un profesional atento. Estas observaciones, combinadas con los
resultados de la historia psicológica de una persona, se convierten en el material directo
para un psicodiagnóstico, un intento por describir, evaluar y trazar de manera sistemática
inferencias acerca del trastorno psicológico de un individuo.
Por ejemplo, a Cho se le llevó a una agencia de salud mental en Virginia, donde se le
practicó una evaluación psiquiátrica. Debido a que tenemos acceso limitado a los registros, la
naturaleza precisa de las observaciones del terapeuta es tentativa. Usualmente, sin
embargo, los exámenes del estado mental son efectuados por profesionales de la salud
mental para establecer el grado en el que los pacientes están en contacto con la realidad,
si sufren de alucinaciones o delirios y si son potencialmente peligrosos. Basado en las
observaciones clínicas, el análisis de su historia y la posible evaluación psicológica, el
terapeuta concluyó que Cho era un “inminente peligro para él mismo y para otros”,
“enfermo mental” y que requería hospitalización. El diagnóstico psiquiátrico preciso se
desconoce debido a las leyes de confidencialidad. Por desgracia, en vez de designar la
reclusión en una institución mental, un juez de un tribunal ordenó sólo el tratamiento
externo. Como sabemos ahora, Cho nunca cumplió con la orden de buscar terapia.

Explicación de la conducta anormal


Para explicar la conducta anormal, el psicólogo debe identificar sus causas y determinar
cómo éstas conducen a la conducta descrita. Esta información, a cambio, determina de
manera importante cómo se elige un programa de tratamiento. Una explicación popular
de la conducta de Cho fue que estaba drogado. Una autopsia, sin embargo, no reveló
evidencia de alcohol o drogas en su sistema. Sin embargo los antecedentes de Cho sugie-
ren otras posibles causas de su comportamiento violento:
r Cuando era niño los miembros de su familia describían a Cho, como mudo, frío,
y tímido. Su madre especuló que era “autista”, una condición asociada con el ais-
lamiento social, retraso en el lenguaje y conducta repetitiva que, según se cree, tiene
La conducta de Cho un fuerte componente genético. Algunos parientes dicen que era diferente desde el
motivó a su madre a nacimiento y sugieren que su problema era biológico.
buscar la ayuda de las r En general Cho era objeto de burlas por parte de sus compañeros
iglesias del norte de Virginia. tal vez debido a sus conductas extrañas. Por lo común lo molestaban, le ponían apo-
Una congregación presbiteriana dos y le decían que “regresara a China”. Aunque rara vez mostró enojo, abundaban
sintió que Cho estaba poseído rumores de que tenía una “lista” de los estudiantes que quería matar. ¿Pudieron tales
por un poder demoniaco y actos malintencionados de sus pares contribuir a sus acciones homicidas y suicidas?
necesitaba una liberación
r Cho era un ciudadano de 23 años de Core del sur con residencia estadounidense
espiritual. Otros especularon
permanente en Virginia. Migró a ese país a los ocho años de edad con sus padres y
que Cho era el epítome del
hermana. Algunas personas creen que nunca se adaptó por completo a su nueva vida
mal. Aunque las aseveraciones
en Estados Unidos y tuvo conflictos culturales. Se sintió aislado, solo y distanciado de
de que estaba poseído
otros. Sin la capacidad o la voluntad de crear vínculos con las personas, Cho tuvo
por fuerzas sobrenaturales dificultad para distinguir entre la fantasía y la realidad.
parezcan inverosímiles, dichas
explicaciones de una conducta r Cho provenía de condiciones de mucha pobreza y vivía en un sótano de tres habita
extraña alguna vez fueron ciones con su familia en Corea. Su padre era dueño y trabajador de una tienda de libros
comunes.
de segunda mano que producía poco dinero y llevó a su familia a Estados Unidos para
mejorar su estado financiero. Cho parecía muy cohibido por ser pobre y resentía a los
“niños ricos”, el materialismo y el hedonismo. Sus escritos y videos enviados a NBC
News contenían declaraciones en extremo hostiles hacia quienes “tenían dinero”.
En estos fragmentos de la vida de Cho es claro que podrían ofrecerse muchas expli-
caciones acerca de su comportamiento violento. Había en él algo inadecuado en el aspecto
biológico desde su nacimiento; no podía tolerar el acoso y las bromas despia- dadas; su
distanciamiento de una nueva cultura creó aislamiento social y resentimiento; y su
pobreza le provocó envidia y enojo hacia estudiantes más adinerados. De acuerdo con su
punto de vista, algunas explicaciones pueden parecer más válidas que otras. Como
veremos en el próximo capítulo, ninguna explicación por sí sola es suficiente para
entender la complejidad de la condición humana; las conductas normales y anormales
resultan de la combinación de factores.

Predicción de la conducta anormal


Si un terapeuta puede identificar correctamente la fuente de la dificultad de un paciente,
debería ser capaz de predecir los tipos de problemas que el paciente enfrentará durante
la terapia y los síntomas que mostrará. Muchos creen que había suficiente evidencia para
predecir que Cho era capaz de quitar la vida a otros y la propia con base en nume- rosos
eventos reportados:
5
La terapia de grupo es un tipo de
tratamiento que se usa ampliamente
para tratar muchos problemas, en
especial aquellos que involucran
relaciones interpersonales. En esta
sesión de grupo, los participantes
están aprendiendo a desarrollar nuevas
herramientas de adaptación para hacer
frente a problemas sociales en vez de
apoyarse en el alcohol o las drogas
para escapar del estrés de la vida.

r Cho estuvo relacionado con tres incidentes de acoso en el Campus de Virginia Tech.
Los tres se relacionaban con alumnas en las que había desarrollado un interés breve
pero intenso. Sus contactos los realizó a través de mensajería instantánea en su
computadora. Les envió mensajes molestos, apareció sin invitación en el dormitorio
de una de ellas y dejó graffitis en su pizarra de anuncios. La policía del campus
amonestó a Cho para que detuviera sus contactos indeseados con ellas. Aparente-
mente, él accedió a tales amonestaciones.
r Tres profesores informaron que Cho era amenazador, que tenía una beta malvada
y que sus escritos a veces eran atemorizantes, obscenos y violentos. Sostienen que
tales escritos “desbordaban enojo”, eran gráficos y molestos, y tenían una violencia
macabra. Una profesora tuvo tanto miedo por su seguridad y la de los otros que
reportó a Cho en la oficina de asuntos estudiantiles, la oficina del director y con la
policía del campus. Cada unidad respondió que nada podía hacerse si Cho no había
amenazado de manera abierta a otras personas.
A la luz de estos reportes, ¿por qué se le permitió a Cho permanecer en el campus?
¿Por qué se le permitió comprar armas a pesar de habérsele diagnosticado una condi-
ción mental? ¿Por qué los profesionales de la salud mental no intervinieron más rápido?
Parece que hay varias razones. Primero, la reclusión civil, u hospitalización/reclusión
involuntaria, representa una decisión extrema que tiene implicaciones mayores para las
libertades civiles de un individuo. Nuestro sistema legal opera bajo la suposición de que
las personas son inocentes hasta que se demuestre que son culpables. Encerrar a alguien
antes de que cometa un acto peligroso viola potencialmente sus derechos civiles.
Segundo, a pesar de que este terapeuta probó estar en lo correcto al declarar peligroso a
Cho, los clínicos son notablemente imprecisos al predecir la peligrosidad. La investi-
gación muestra que los profesionales de la salud mental hacen un trabajo deficiente al
predecir la violencia futura; tienden a sobre predecirla (Buchanan, 1997).

Control de la conducta anormal


La conducta anormal puede controlarse con terapia, que es un programa de interven-
ción sistemática cuyo propósito es modificar el estado conductual, afectivo (emocional)
y cognitivo del paciente. Por ejemplo, muchos terapeutas se preguntan si a Cho se le pudo
haber ayudado y si pudieron evitar los asesinatos masivos al obligarlo a tomar
tratamiento. Darle una oportunidad de ponerse en contacto con su enojo y desahogarlo
pudo reducir sus posibilidades de herir a otros. Algunos profesionales de la salud men-
tal pueden recomendar también terapia familiar o entrenamiento en habilidades socia-
les. Algunos incluso recomendarían la hospitalización que, lamentablemente, se sugirió
pero no se efectuó.
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Aquellas personas que ven la condición de Cho como causada por un desequilibrio
químico pueden contar con medios biológicos primarios de intervención y prescripción
de medicamentos, como fármacos antipsicóticos.
Como veremos en breve, el tratamiento de la conducta anormal en general se deriva de
su explicación. Así como hay varias formas de explicar las conductas anormales, hay
diversas propuestas para dirigir la terapia y un número igual de ayudantes profesiona-
les que ofrecen sus servicios. Junto con la demanda de tratamiento de salud mental, el
número y los tipos de ayudantes profesionales calificados han crecido. En el pasado, los
servicios de salud mental eran controlados principalmente por psiquiatras, psicólogos y
trabajadores sociales psiquiátricos. La lista de proveedores aceptables (licenciados) en
diferentes campos se ha expandido con rapidez. La tabla 1.1 enlista los requerimientos,
la capacitación y los ambientes laborales de varios profesionales de la salud mental. Como
se dará cuenta, los estudiantes que deseen practicar pueden elegir entre una varie- dad de
carreras profesionales.

Determinación de la anormalidad
Hasta ahora, implícita en nuestra discusión se encuentra la principal preocupación de la
psicología anormal: la conducta misma. Pero, ¿qué es exactamente la conducta anormal y
cómo definen los psicólogos un trastorno mental? El Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) (DSM-
Sistema de clasificación que se usa de manera más amplia, define la conducta anormal:
un síndrome o patrón conductual o psicológico clínicamente significativo que ocurre en
un individuo y está asociado con una angustia presente (p. e., un síntoma doloroso) o
incapacidad (p. e., deterioro en una o más áreas importantes del funcionamiento) o con un
riesgo significativamente elevado de sufrir muerte, dolor, incapacidad o una pérdida
importante de la libertad. (American Psychiatric associaton)

La definición es bastante amplia y suscita muchas preguntas. Primero, ¿cuándo un sín-


drome o grupo de conductas es suficientemente significativo para tener un trasfondo? A
partir de las descripciones tempranas de Cho en la escuela primaria, sus patrones con-
ductuales se notaron pero no se consideraron significativos (es decir, no se asociaron con
una patología). Era un buen estudiante en matemáticas e inglés, callado en clases, pero
sus compañeros no le temían ni les causaba disgusto. Algunos maestros incluso podían
verlo como un ejemplo de complacencia y conducta escolar apropiada. Fue mucho des-
pués que las conductas retraídas de Cho se acentuaron.
Segundo, ¿qué significa “angustia presente” y “síntomas dolorosos”? Tenemos acceso
limitado a los registros psiquiátricos, pero hay una ligera evidencia de que Cho estaba
ansioso o deprimido. Algunas personas dicen que el hecho de que se quitara la vida indica
que estaba deprimido. Sin embargo, como veremos en un capítulo próximo, la relación
entre suicidio y depresión es muy contradictoria. Ciertamente, podemos especular que
su enojo intenso pudo ser angustiante para él. Sin embargo, ¿es posible tener un trastorno
mental sin presentar una incomodidad subjetiva (tristeza, angustia, ansiedad, entre
otros)? Por ejemplo, las personas que cometen actos antisociales como la violación, el
asesinato o el robo quizá no sientan arrepentimiento; más bien, tal vez estén satisfechos
con tales actos.
Tercero, ¿qué criterio usamos al determinar el “riesgo incrementado de sufrir muerte,
dolor, incapacidad” y la pérdida de la libertad? De nuevo, es obvio para nosotros que Cho
reunía estos criterios firmemente porque se mató a sí mismo. Pero su acción fue extrema,
muy lejos de los estándares normativos. ¿Cómo podría este último criterio aplicarse a
alguien con, por ejemplo, una fobia? En verdad uno podría elaborar un caso fuerte de la
“pérdida de libertad” aplicada; una persona con una fobia a cruzar puentes podría estar
seriamente restringida para viajar. Sin embargo, si la persona tiene sólo una fobia poco
severa a las serpientes y rara vez se expone a los ambientes en los que éstas se
encuentren, podría haber restricciones mínimas en sus vidas.
A pesar de los problemas para definir conducta anormal, los practicantes tienden a estar
de acuerdo con que representa una conducta que surge de alguna norma y que daña al
individuo afectado o a otros. Casi todas las definiciones de conducta anormal usan alguna
forma de promedio estadístico para medir desviaciones de estándares normativos. Cuatro
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formas principales de juzgar la psicopatología incluyen: angustia, desviación (rareza), disfun-
ción (ineficiencia en los dominios conductual, afectivo y cognitivo) y peligrosidad.

Angustia
Muchas personas que buscan la ayuda de terapeutas sufren angustia física o psicológica.
Diversas reacciones físicas se derivan de fuertes componentes psicológicos; entre ellos
están los trastornos como el asma, la hipertensión y las úlceras, así como síntomas físi-
cos entre los que se encuentran la fatiga, la náusea, el dolor y las palpitaciones cardiacas. La
angustia también puede manifestarse en reacciones emocionales extremas o prolongadas, de
las que la ansiedad y la depresión son las más prevalentes y comunes. Por supuesto, es nor-

mal que una persona se sienta deprimida después de haber sufrido una pérdida o decepción.
Pero si la reacción es tan intensa, exagerada y prolongada que interfiere con la capacidad del
urante la época
individuo para funcionar en forma adecuada, debería considerarse anormal.
victoriana, las mujeres
usaban de seis a ocho
Desviación
La desviación está relacionada de manera más estrecha con el uso de un promedio esta-
dístico. El criterio estadístico iguala la normalidad con aquellas conductas que ocurren
con mayor frecuencia en la población. La anormalidad, por lo tanto, se define en términos
de aquellas conductas que ocurren con menor frecuencia. La conducta extraña o inusual es
una desviación anormal de un estándar aceptado de conducta (como un acto antisocial) o
una falsa percepción de la realidad (una alucinación o delirio). Este criterio puede ser
subjetivo en extremo; depende del individuo que se somete al diagnóstico, de la persona
que lo realiza y del contexto cultural particular.
Ciertas conductas sexuales, la delincuencia y el homicidio, son ejemplos de actos que
nuestra sociedad considera anormales. Pero las normas sociales están lejos de la
estabilidad y los estándares conductuales no pueden considerarse absolutos. Los cam-
bios en nuestras actitudes hacia la sexualidad humana brindan un ejemplo de primera
calidad. Hoy en día muchas revistas y películas estadounidenses exhiben abiertamente el
los pianos y las mesas tenían cuerpo humano desnudo; los programas de entretenimiento nocturno que muestran
extremidades. Las personas que gente exhibiendo la parte superior o inferior del cuerpo sin ropa son de amplio interés
no se adherían a estos códigos periodístico. Varias escenas sexuales se difunden de manera explícita en películas con
de conducta se percibían como clasificación adecuada para mayores de 17 años, y las mujeres tienen mayor libertad de
inmorales. cuestionar los roles sexuales tradicionales y de actuar con mayor asertividad al iniciar el
acto sexual. Dichos cambios en la conducta hacen difícil apegarse a estándares abso- lutos
de normalidad.
Sin embargo, algunas conductas en general pueden juzgarse anormales en la mayoría
de las situaciones. Entre éstas están la desorientación severa, las alucinaciones y los deli-
rios. La desorientación es una confusión relacionada con la identidad,
el lugar o el tiempo. Las personas que están desorientadas no saben
quiénes son, dónde están o en que época histórica viven. Las alucina-
ciones son falsas impresiones, agradables o desagradables, que afectan
a los sentidos. Las personas que tienen alucinaciones pueden escuchar,
sentir o ver cosas que no están ahí realmente, como voces que los
acusan de acciones viles, insectos caminando por sus cuerpos o apari-
ciones monstruosas. Los delirios son creencias falsas que el individuo
sostiene con empeño a pesar de la evidencia objetiva contradictoria. Un
delirio de grandeza es la creencia de que uno es un personaje glo- rioso
como Jesucristo o Juana de Arco; un delirio de persecución es una
creencia de que uno es controlado por otros o es víctima de una
Las normas sociales usualmente afectan nuestras conspiración.
definiciones de normalidad y anormalidad. Cuando las
normas sociales empiezan a cambiar, los estándares que se Disfunción
utilizan para juzgar conductas o roles también cambian. Aquí
vemos cuatro enfermeros en una ocupación En la vida diaria, se espera que las personas cumplan varios roles, como
predominantemente femenina. En el pasado, ser enfermero estudiantes o maestros; como trabajadores y cuidadores; como padres,
pudo haber generado estereotipos acerca de su amantes y cónyuges. Los problemas emocionales a veces inter- fieren
masculinidad. Los cambios de roles en el trabajo, los con el desempeño de esos roles, y la disfunción de rol resultante puede
pasatiempos, los deportes y otras actividades se están usarse como un indicador de anormalidad. Por lo tanto, una forma de
volviendo más aceptables con el tiempo. evaluar la disfunción es comparar el desempeño del indivi- duo con los
requerimientos del rol.
9

Otra forma relacionada de evaluar una disfunción es comparar el desempeño de un


Individuo con su potencial, por ejemplo un individuo con un CI de 150 que reprueba en la
escuela puede clasificarse como ineficiente (la etiqueta de bajo rendimiento generalmente se coloca
en estudiantes que poseen una gran inteligencia pero obtienen bajas calificacio- nes en la escuela).
De forma similar, un trabajador productivo que de repente se vuelve improductivo puede estar
experimentando estrés emocional. La mayor debilidad de este enfoque es que es difícil evaluar de
forma precisa el potencial. ¿Cómo sabemos si una persona se desempeña a su nivel máximo? Para
responder estas preguntas, psicólogos, educadores y el sector de negocios se han apoyado
firmemente en la aplicación de prue- bas. Las pruebas de capacidades específicas e inteligencia son
intentos para evaluar el potencial y predecir el desempeño en escuelas o trabajos.

Peligrosidad
Predecir la peligrosidad de los pacientes hacia sí mismos y hacia otros se ha convertido en
Una parte inevitable de la práctica clínica desde la suprema Corte de California decretó en 1976 (Tarasoff vs.
Regents of the University of Califor- nia, 1976) que los terapeutas tienen la responsabilidad de evaluar
la peligrosidad de los pacientes (para sí mismos y para otros) y de proteger a la víctima en cuestión,
los psicólogos han tratado de diseñar procedimientos para evaluar el riesgo y establecer cuáles
acciones debe efectuar un terapeuta para cumplir con el “deber de proteger”. Cierta- mente, el caso
de Cho representa un ejemplo gráfico de la necesidad de los profesionales de la salud mental por
evaluar con precisión el riesgo de violencia. Sin embargo, como veremos en un capítulo posterior, ésta
es una tarea difícil. A pesar del miedo a la violencia en una persona que sufre un trastorno mental, es
una rareza estadística (Corrigan 2005). "Además predecir la peligrosidad no es fácil y no hay un
criterio bien
definido correlacionado con la misma. Uno de los factores de riesgo más grande, por ejemplo, es la
conducta violenta previa (como los intentos de suicidio y las agresiones físicas). Sin embargo, como
sabemos, Cho no evidenció alguna de éstas en su historia.

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