El Ultimo Frente - AA. VV
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LA ÚLTIMA GUERRA
CAPÍTULO 1
3. LA SITUACIÓN INTERNACIONAL
EL CAMPESINADO Y LA VERTIENTE
SOCIAL DE LA GUERRILLA.
MERCEDES YUSTA[0]
4. CONCLUSIÓN
La guerra civil y sus consecuencias produjeron una polarización de los
diversos conflictos existentes en el ámbito rural y una división de cada
comunidad en dos grandes bloques, « las derechas» y « las izquierdas» . Esta
misma polarización es la que preside el ambiente durante la época de la guerrilla,
y hace sumamente difícil para los habitantes de las zonas afectadas permanecer
al margen del conflicto. De este modo, los conflictos suby acentes que
desgarraban las comunidades a nivel local tomaron un tinte ideológico al
amoldarse a esta radical fractura, y los dos bloques quedaron configurados como
enemigos irreconciliables. La brutalidad de la represión franquista y su absoluta
falta de voluntad de reconstruir la convivencia social, al contrario, su voluntad de
excluir de la sociedad al bando de los vencidos, llevada en algunos casos con
verdadera lógica de exterminación, hicieron imposible reanudar esta
convivencia. La aparición de la guerrilla se enmarca pues en este escenario, y
para muchos campesinos representa la respuesta desesperada a una situación
insostenible. Lo que hemos tratado de mostrar es cómo el movimiento
organizado, jerarquizado y politizado de la guerrilla, en nuestro caso la guerrilla
comunista de la AGLA enlaza con un malestar social campesino, provocado por
la represión franquista y por las condiciones de vida impuestas por la dictadura.
Cómo el conflicto abierto por la guerra civil continua durante los años de la
guerrilla, y en este conflicto general se insertan los conflictos particulares que se
producen a nivel local, que toman de esta manera un cariz político. Y finalmente
cómo, en su lucha contra la guerrilla, la dictadura aprovechó para desmovilizar y
paralizar por el terror a los sectores potencialmente hostiles de la sociedad
campesina, hasta ser responsable, en gran medida, de la desarticulación de esta
sociedad y el ocaso de su modo de vida tradicional.
CAPITULO 3
EL MAQUIS: OBRERISMO,
REPUBLICANISMO Y RESISTENCIA.
2. LA HUIDA DE LA REPRESIÓN
Decir a estas alturas que los maquis se echaron al monte por miedo y no por
ideales políticos es una impertinencia o una estulticia. En realidad, ambos
conceptos, miedo e ideales políticos, no se repelen, sino que pueden coexistir
perfectamente, y de hecho así ocurre en los regímenes de represión. Es lógico,
incluso deseable, que los perseguidos por sus ideales políticos busquen la
salvación en la huida. La mentalidad conservadora, franquista o neofranquista ha
recurrido a menudo a este ardid de supuesto desprestigio: que el luchador
demócrata no se fue al monte por ideales, sino por miedo. Una carta que he
recibido de un informante de mentalidad conservadora muestra este especial
empeño en desposeer de contenido político a los maquis. Se refiere a varias
incorporaciones del Sur de Ciudad Real, y afirma: « Todos los de El Hoy o se
fueron a la sierra engañados y por miedo (ninguno por motivos o ideología
política) [5] » . Es lógico que se echaran al monte porque no eran franquistas, sino
desafectos, o por haber socorrido a los maquis. Después añade, con la misma
obsesión por la despolitización: « Pegaron palizas por chulería o machadas que
nada tenían que ver con la política o con las delaciones. En mi tierra nunca
hablaron de política» . Ésta es la posición, no sólo de los vencedores españoles,
sino de todos los regímenes autoritarios: el opositor carece de definición política y
sólo se equipara al delincuente común. Por todo ello conviene tener mucha
precaución cuando se habla hoy día de la carencia de convicciones políticas por
parte de los maquis, si no se quiere caer en el discurso sectario y manipulador —
falso, por tanto— de las dictaduras.
La huida al campo se ha dado en otras fechas de la historia de España, en
momentos de especial acoso represivo. En esas situaciones difíciles, militantes
destacados del obrerismo optaron por quitarse de en medio, abandonar sus
pueblos y refugiarse en el campo, hasta que pasase la escabechina. Así lo hemos
observado, por ejemplo, en 1919, cuando el general La Barrera llegó a
Andalucía a reprimir a sangre y fuego el « trienio bolchevique» . En Villanueva
de Córdoba, donde el teniente apodado el de las Gafas empezó a rapar las
cabezas de los jóvenes socialistas y a molerlos a palos, un nutrido grupo huy ó al
campo y anduvieron vagando una semana, hasta que la furia amainó[6] . Y en el
mismo pueblo, en octubre de 1931, con motivo de una huelga, cuando el
gobernador Valera Valverde (implicado luego en la sanjurjada golpista de 1932),
mandó una tropa desmedida para reprimir a los huelguistas, éstos abandonaron el
pueblo y pasaron bastantes días huidos en la sierra. En Bujalance, con motivo de
la algarada anarquista de diciembre de 1933, hubo sindicalistas huidos en el
campo y se produjeron aplicaciones de la ley de fugas. Siempre la ley de fugas
como crimen de Estado a manos de la España reaccionaría. Todos estos métodos
de « guerra sucia» serían elevados a la enésima potencia en la dictadura
franquista. En Villaviciosa (Córdoba), con motivo del terror que la represión
desencadenó en el pueblo a raíz de la huelga de octubre de 1934, gran parte de la
clase obrera huy ó al monte, lo mismo que en Almodóvar, Bujalance y algún otro
pueblo andaluz. Más tarde, cuando estalló el golpe militar de 1936, se volvió a
repetir el fenómeno de la huida al campo, ahora de forma muy numerosa, en
todos aquellos pueblos en los que triunfó el golpe, por medio del cuartel de la
Guardia Civil y la gente de derechas. Temiendo detenciones y represalias, la
gente huy ó a los alrededores del pueblo. Esto ocurrió en miles de pueblos de
España entera. En muchos de ellos, la gente de extramuros logró imponerse a los
golpistas y recuperar el pueblo para la República democrática. En otros lugares
la gente huida quedó copada y masacrada tras breve deambular por los montes,
como les ocurrió a los pobres fugitivos por la sierra de Huelva, en número
superior a 500, liquidados en 1937 por orden de Queipo de Llano, incluso después
de entregarse confiados. También quedaron copados los 8000 fugitivos del Sur de
Badajoz, masacrados igualmente por las columnas africanistas, cuando en 1936
pretendían pasar por Llerena hacia la zona republicana. Crímenes de « lesa
humanidad» tan poco conocidos como impunes (la Iglesia católica guarda los
restos del genocida en la basílica de la Macarena, de Sevilla).
Todos los precedentes fugitivos son pálido reflejo de lo ocurrido tras la
victoria franquista de 1939. La historia se desbordó entonces como nunca, las
cifras eran insólitas, insospechadas: las cifras de campos de concentración, las
cifras de encarcelados, las cifras de procesados, las cifras de ejecutados, las
cifras de torturados, las cifras de exiliados, las cifras de reprimidos, las cifras de
hambrientos, las cifras de suicidios, las cifras de expoliados… y las cifras de
huidos al monte. Todo era hiperbólico con la instauración de la dictadura militar y
la destrucción de la democracia republicana. No ha existido jamás tal cúmulo de
desgracias en la historia de España.
Al principio de la victoria, los huidos fueron poco numerosos. Los que no se
entregaron suponen un número moderado. La may or parte de los vencidos,
aunque temían represalias, nunca sospecharon que se llegaría a tales excesos.
Pensaron en procesamientos por algunos delitos de sangre, pero nada más. Se
equivocaron de cabo a rabo. Los encarcelamientos masivos, las palizas, las
torturas generalizadas, la lluvia de penas de muerte, los fusilamientos « legales»
e « ilegales» , y una represión indiscriminada (para ello hicieron la guerra los
sublevados), motivaron la gran oleada de huidos al monte, a partir de las
evasiones de cárceles, de campos de trabajo, de batallones disciplinarios y de
campos de concentración. Hubo evasiones por toda España, y empezaron a
poblarse los montes. En general, eran excombatientes republicanos. Luego,
huy eron también algunos de los que se negaban a realizar el servicio militar
franquista y, sobre todo, los enlaces que se veían descubiertos, que fueron otra de
las grandes oleadas hacia el monte. Por último, hay que contar los 200 o 300
cuadros directivos que el PCE envió desde Francia en la encrucijada de
1945-1946, lo más cualificado de la resistencia en todo el fenómeno.
Este universo represivo hizo imposible cualquier forma de adaptación al
nuevo orden fascista español. El nuevo orden impuso una espantosa exclusión de
los vencidos a todos los niveles, sobre todo en el laboral. Los « desafectos» no
tuvieron derecho al trabajo ni a la contratación, al menos en sus pueblos de
origen. Pasaron a engrosar unas tácitas o expresas « listas negras» , por las que
los contrarios a la dictadura quedaban privados de las posibilidades
convencionales de subsistencia. Hubieron de pasar a la economía sumergida o a
las artimañas del estraperlo a pequeña escala o emigraron a otros pueblos para
pasar desapercibidos. Matías Romero Badía era un « desafecto» y un excluido
en Villanueva de Córdoba. Para conseguir trabajo hubo de desplazarse al vecino
pueblo de Conquista. Mientras, los falangistas expoliaron su casa de Villanueva y
le quitaron la bicicleta, su medio de vida. Acabó obligado a pequeños hurtos de
alimentos en el campo por la noche y de ahí tuvo que echarse al monte
definitivamente. Cualquier opinión precipitada lo hubiera tildado de
« bandolero» , cuando había sido directivo de la JSU provincial en 1938.
Simplemente fue empujado a la subsistencia marginal por la política de exclusión
de los vencedores respecto a los vencidos[7] . Tampoco se puede hablar ni mucho
menos de una « derivación a la delincuencia común» , como ha sostenido
Secundino Serrano en el texto enviado a este Congreso. Si se dejan aparte casos
muy especiales y pintorescos, en modo alguno significativos, no es riguroso ni
exacto formular alusiones a la tópica « delincuencia común» .
Otros huy eron al monte, no sólo por la exclusión laboral, sino por todo un
cúmulo de factores hostiles: lo que se llama « hacer la vida imposible» a las
personas que formaron aquella amplia base social de la República. Estaban mal
mirados, maltratados de palabra y de obra, excluidos no sólo laboral, sino
también socialmente, privados de la estima personal, contemplando cada día a
los vencedores paseando su soberbia por las calles, humillados y ofendidos,
recibiendo las mujeres vergajazos de los guardias municipales en las colas del
racionamiento o en el abastecimiento de agua. Y lo que era peor aún: tener que
ver a diario a los asesinos de sus padres, hermanos o familiares. Los que no
conocen la vida de los pueblos, de ésa inmensa España profunda, apenas
captarán el panorama hostil que describimos, porque en la gran ciudad todo es
diferente, y el mal mirado se puede diluir fácilmente, pero no en los pueblos,
donde todos conocen las ideas y el pasado de cada uno. En los pueblos se puede
hacer a las personas un vacío insoportable, y así ocurrió. Por éstos y otros
motivos no pocos decidieron sumarse a la resistencia antifranquista y hacerse
respetar con un arma en la mano. Los que se sometieron al nuevo orden de los
vencedores tuvieron que aceptar salarios de hambre, volviendo a las viejas
formas de relaciones laborales, de sumisión, destajo y jornadas de sol a sol. El
poder adquisitivo retrocedió a niveles anteriores a la República. En 1940, « la
renta por habitante descendió a cifras del siglo XIX[8] » , y la renta per cápita no
igualó, hasta 1954, los niveles de 1935.
Ante tanta desgracia y tanta hostilidad, se incrementó el índice de suicidios, y
hubo gente que perdió sus principios y su dignidad moral. A los mozos en edad
militar los clasificaban como « desafectos» y los enviaban a los peores destinos,
a batallones disciplinarios y a campos de trabajo (eufemismo de trabajos
forzados), con el trato más inhumano imaginable. El célebre Chichango, de
Albacete, huy ó a la sierra desde uno de estos campos, lo mismo que el Castaño,
de Pozoblanco, o el Gafas, de Andujar. En El Viso (Córdoba), cuando el pequeño
ganadero José Murillo Alegre consideró que no podía soportar más tiempo el
abuso y la impunidad de los vencedores, decidió echarse al monte con su hijo de
15 años: « Mi padre me dijo que antes de morir con las manos amarradas,
moriríamos defendiéndonos. Éstas fueron las palabras de un pastor, y reconozco
que acertó, a pesar de todo lo que ha pasado[9] » . En consecuencia, una serie de
factores como la exclusión laboral, social, la humillación y el hambre, como
formas de acorralar los vencedores a la España vencida, incrementaron la
rebeldía y no pocas incorporaciones a la sierra.
Otro de los tópicos que sobrevuelan sobre el tema del maquis es la supuesta
poca cualificación de sus militantes, que no es cierta. En el monte existió la
misma heterogeneidad y el mismo tipo de composición que se da en la sociedad:
trabajadores manuales, jornaleros o asalariados son siempre may oría con
relación a personas de cultura. En cualquier grupo político, los militantes de base
son siempre may oría respecto a los cuadros políticos directivos. Y en todo grupo
armado o ejército, la may oría son reclutas o soldados respecto a los mandos,
jefes y oficiales. Si a todo ello se añade que el nivel de analfabetismo era todavía
importante en la España de 1940, en modo alguno puede sorprender que los
hombres de cultura fueran minoría, tanto en el monte como en el llano. Lo cual
no quiere decir jamás que las convicciones antifranquistas dependan de la
supuesta cualificación. Hubo miles y miles de analfabetos que, con plena
conciencia y convicción, se alistaron voluntarios para la defensa de la República,
hicieron alardes de generosidad extrema y dieron su vida por la causa
democrática que amaban.
De todas formas, tampoco es cierta la supuesta falta de cualificación personal
o política en el monte. El núcleo de la guerrilla —hay que tenerlo siempre
presente— fue un contingente considerable de excombatientes del Ejército
republicano. Combatientes eran los que en 1939 no se entregaron; combatientes
eran los que huy eron de los campos de concentración, de las cárceles, de los
batallones disciplinarios, de las colonias penitenciarias o de los campos de
trabajo. Y excombatientes eran también todos los cuadros directivos que el PCE
envió desde el extranjero entre 1944-1946. Y excombatientes españoles eran
también todos los que protagonizaron las luchas de la resistencia en Francia. Y
excombatientes de la guerra de España eran los que penetraron por los Pirineos y
por el valle de Arán en el otoño de 1944, de los cuales unos 200 no se replegaron,
sino que se infiltraron en el interior de España, para reforzar la guerrilla. Sólo
había un grupo en la guerrilla, amplio ciertamente, que no procedía de las
brigadas republicanas, y eran aquéllos que, siendo enlaces y viéndose
descubiertos, se vieron forzados a huir al monte y a unirse a las guerrillas. Sólo
esta parte eran bisoños y reclutas. El resto de los hombres de la sierra tenían
suficiente cualificación militar y combativa, que era lo que se requería para el
caso. Otra cuestión muy diferente era la precariedad de armamento, la falta de
ay uda internacional y la gran superioridad de las fuerzas represoras franquistas,
lo cual originaba, lógicamente, que la lucha fuera espantosamente desigual.
Para visualizar someramente cuanto venimos afirmando, basta pasar revista
a los guerrilleros de algunas agrupaciones: el Francés (cordobés, cabeza de la
guerrilla en Cáceres) había sido teniente en la guerra; Chavito (Badajoz) había
sido teniente; los Jubiles (Córdoba) habían mandado la 88 Brigada; José Zarco
(Jaén) había sido comandante; Francisco el Yatero (Granada) había sido capitán;
José Mata (Asturias), comandante; Arístides Llaneza (Asturias), comandante;
Manolo Caxigal (Asturias), sargento; Lisardo García (Asturias), teniente;
Baldomero Fernández, Ferla (Asturias), may or de milicias; Mauro Roiz
(Santander), comandante; teniente Freijo (La Coruña), teniente; Manuel Castro
(Galicia), teniente coronel de la resistencia francesa; Constantino Zapico, Bóger
(Asturias), teniente; Paco el Catalán (Madrid), comandante de milicias; Bernabé
López Calle (Málaga), exguardia civil y comandante de milicias.
Hasta aquí, se trata sólo de un apunte. Un estudio exhaustivo sobre este tema
arrojaría resultados sorprendentes para los sempiternos abonados al tópico, para
los detractores sin fundamento, y para los banalizadores del tema (entre ellos, los
periodistas), siempre a la caza de personajes pintorescos —que los hubo, como
en todas partes—, pero nunca fueron elemento nuclear de la guerrilla, sino
marginal. Y estas observaciones valen también para los propagandistas de la
dictadura franquista, neofranquistas y nostálgicos actuales, que siempre hicieron
hincapié en los elementos pintorescos y « bandoleriles» de la guerrilla,
reduciendo su presentación a partidas de malhechores y maleantes. El
franquismo sólo resaltaba, por ejemplo, las andanzas incontroladas de Manco de
Agudo (Ciudad Real) y nunca mencionaba a Ramón Guerreiro, Julio,
excomisario de la guerra, dirigente de las JSU, gran cerebro de la guerrilla en
Ciudad Real, así como Luis Ortiz de la Torre, condecorado en la batalla del Ebro
y en la resistencia francesa, que tenía su puesto de mando en Puertollano: o bien
el gran político Francisco Expósito, Torrente, o Gafas, que actuó entre Andujar y
el sureste de Ciudad Real. Igualmente, los partes de la Guardia Civil sólo
ponderaban en Galicia las andanzas de Foucellas y no los grandes políticos y
cuadros de alta cualificación que lucharon en las provincias gallegas. Y esa visión
tendenciosa de los represores franquistas es la que todavía pervive, incluso en
mentalidades « progresistas» , y es la que sigue deformando la realidad histórica
del maquis, y es la que sigue resaltando personajes pintorescos y sigue
soslay ando la realidad de los grandes dirigentes, los destacados políticos y los
grandes luchadores que hubo en el monte. No se puede perder nunca de vista que
lo que resistía en los montes de España eran los restos de la República
democrática, con las limitaciones que se quieran, pero los restos al fin y al cabo.
Otras veces se resaltan personajes atípicos de la guerrilla, en modo alguno
definitorios o sustanciales, bajo un similar espejismo de lo pintoresco. En este
congreso se ha ponderado la figura de Adolfo Lucas Reguilón, Severo Eubel de la
Paz, un maestro de escuela de Villa del Prado (Madrid), comunista, bien
intencionado, pero de mente bullente y fantasiosa, que al verse en peligro en
Madrid en 1944, se fue con su esposa a la sierra de Gredos, después de pasar una
tarde en la iglesia de San Francisco el Grande, para serenar su espíritu. Allí, en el
monte Mirlo, hizo enlaces, alguno de los cuales se le sumaron y formó una
reducida guerrilla, muy peculiar, llamada « Zona M de Unión Nacional» . Era
pacífico, escribía cartas de concordia a la Guardia Civil, y no se sometía a la
disciplina del Ejército Guerrillero del Centro. Así las cosas, con su estandarte
pacifista, no se comprende bien qué hacía este hombre en la guerrilla, con un
fusil en la mano. Parecía haberse equivocado de lugar, de tiempo y de causa.
Y si lo que hay que resaltar es que era hombre contrario a la pólvora, habría
que convenir en tratarlo en otro tema, y no en la guerrilla ni en la resistencia
armada. En cualquier caso no era, ni mucho menos, un maquis arquetípico de la
guerrilla que nos ocupa [10] .
4. EL ESCÁNDALO DE LA VIOLENCIA
HARTMUT HEINE[0]
1. EL SURGIMIENTO DE LA GUERRILLA
Y SUS FUNDAMENTOS TEÓRICOS.
TERRITORIOS GUERRILLEROS
CAPÍTULO 5
SECUNDINO SERRANO[0]
Está caracterizada por diversos grupos de huidos, sin apenas conexión entre
ellos, que por lo general operaban en las zonas de las que eran naturales.
Ideológicamente, representaban a todo el arco político del periodo
republicano, pero predominábanlos hombres sin militancia específica e incluso
algunos podían considerarse delincuentes sociales que se aprovechaban de una
coy untura propicia para lograr sus metas particulares. En el occidente leonés, los
colectivos de huidos empezaron a concentrarse en los límites provinciales de
León y Orense.
Esta primera fase iba a estar dominada por la violencia y los constantes
reagrupamientos. A la represión indiscriminada de la fuerza pública o grupos
parapoliciales respondieron los huidos con el mismo método, generándose una
situación de violencia. Un contexto dominado por el terror cotidiano favorecía y
activaba las reacciones extremas por parte de los emboscados, acosados sin
descanso en una atmósfera de delación y muerte. Familias enteras —incluy endo
lógicamente a las mujeres— tuvieron que echarse al monte. Los familiares,
enlaces a la fuerza en los primeros tiempos, representan un factor fundamental
en el entorno guerrillero: fueron acosados, torturados, desterrados, asesinados en
algunos casos; y siempre utilizados como rehenes contra sus hijos o padres que se
mantenían emboscados.
Las caídas de los hombres del monte eran continuas, pero llevaban a cabo
represalias de notable envergadura, como la matanza de ocho vecinos en Lago
de Carucedo y tres pedáneos y un familiar en el Ay untamiento de Balboa.
También sobresalió en esta fase de violencia la eliminación de varios curas de la
diócesis de Astorga. La jerarquía eclesiástica se significó, desde el principio de la
contienda, como uno de los apoy os más sólidos de los rebeldes. Como cabezas
visibles del nuevo poder —junto con alcaldes y falangistas—, los sacerdotes
fueron objetivo prioritario de los huidos, pero esa tendencia no fue homogénea y
una parte del clero pactó con los hombres del monte. Aunque defensiva o incluso
en algunos casos desencadenada por cuestiones personales, sin apenas contenido
político, lo cierto es que esta violencia tuvo una consecuencia inmediata:
disminuy eron los abusos contra los vencidos o familiares de los hombres del
monte.
A partir de 1940, la may oría de los huidos del oeste leonés se refugió en los
montes de Casay o, en la sierra del Eje, en los límites entre Galicia y León, por lo
que la zona se convirtió en el epicentro de una resistencia embrionaria. Aunque
Casay o adquiría importancia por momentos desde el punto de vista cuantitativo,
no se tradujo en un salto cualitativo, y a que la sierra del Eje y montes
circundantes sólo eran un refugio más o menos seguro. Pese a la militancia
política de la may or parte de los integrantes de los diferentes grupos, no
consiguieron vertebrar una mínima estructura política o militar. El espontaneísmo
era la nota dominante, y la acción sustituía cualquier intento teórico, así como
toda estrategia frente al Régimen franquista.
La noticia más importante para la futura resistencia leonesa se produjo entre
el verano y la primavera de 1940, cuando un grupo de asturianos pasaron por la
zona camino de Portugal. Fracasado su intento de escapar a América por el país
vecino, decidieron establecerse en León, donde la represión, pese a todo, no era
tan sistemática y devastadora como en las comarcas mineras asturianas. Los
recién llegados atesoraban unas biografías combativas, eran militantes
concienciados y en algunos casos exhibían una alta preparación política. Entre
ellos destacaba Marcelino Fernández Villanueva, Gafas, socialista, el hombre
fuerte de la resistencia en la provincia de León hasta que en 1948 consiguió salir
al extranjero.
En 1941, final de este periodo, morían los dos huidos más representativos de
esa primera época, César Terrón y David Fuentes, Velasco, jefes de las dos
partidas más numerosas[19] .
5. EPÍLOGO
El miedo a sufrir los efectos de la fuerte represión puesta en marcha por las
autoridades franquistas, así como a las represalias de los falangistas, llevó a
algunos militares republicanos a ocultarse en las sierras y zonas boscosas de las
comarcas toledanas de Los Montes de Toledo y de La Jara, que les sirvieron de
refugio, a la espera de que llegasen mejores tiempos y disminuy ese la represión,
para entonces entregarse.
Para detener a estos soldados republicanos, que las autoridades calificaron
desde el principio como « marxistas huidos[9] » , se distribuy eron varios
batallones militares por las sierras toledanas. Los soldados daban continuas
batidas y efectuaban descubiertas y emboscadas por las zonas montañosas, con
bastante éxito en los primeros meses de posguerra [10] .
A finales de marzo de 1939 se internó en los montes jareños Telesforo
Aguado Ronco, que mandaba la 47.ª Brigada Mixta republicana, con sede en San
Martín de Pusa, localidad en la que residía junto a su esposa y a su hija. Durante
meses, Telesforo Aguado estuvo bajando con frecuencia a este pueblo para ver a
su familia, hasta que un hermano de su mujer, de ideología falangista, le
sorprendió una noche y le asesinó[11] .
Otro ejemplo de estos primeros huidos fue el caso de Valeriano Gálvez Arce,
alcalde republicano de Marjaliza, que en lugar de entregarse decidió permanecer
escondido en la sierra de Medina, próxima a su pueblo, donde consiguió
sobrevivir hasta el mes de marzo de 1940[12] , cuando uno de sus más íntimos
colaboradores le mató para cobrar la recompensa ofrecida por las autoridades
franquistas de Los Yébenes, que le dieron un puesto de empleado municipal[13] .
Jesús Serrano Gómez, Guardita, un jornalero que estaba oculto en la finca El
Montecillo, en el término municipal de Orgaz, fue detenido en octubre de
1940[14] tras ser denunciado a la Guardia Civil por un confidente, y fusilado en
la cárcel de Ocaña varios años después[15] . También Ángel Nevado Príncipe
decidió permanecer oculto en los montes cercanos a Los Alares, pues estaba
acusado de haber colaborado en la muerte de 29 de vecinos de Alia (Cáceres),
asesinados en Puerto de San Vicente (Toledo) por la Columna Uribarri o
Fantasma, de la que había formado parte. Por la misma zona que Ángel Nevado
anduvo huido, Claudio Molina Sánchez[16] , de Anchuras de los Montes,
sobrevivía gracias a la ay uda que le prestaban algunos enlaces y a los hurtos que
realizaba en labranzas.
Por los pueblos jareños de Sevilleja, Gargantilla y Navalmoralejo se hizo
célebre un huido solitario, Julián Díaz Palomo, Malamuerte, natural de Campillo
de la Jara, que había logrado fugarse de la cárcel de Toledo[17] .
En los montes cercanos a Los Yébenes y a Navahermosa estuvo oculto el
Arricusqui, un vecino de Los Cortijos (Ciudad Real). Por esta misma zona
estuvieron escondidos cuatro hombres de Menasalbas: Domingo Mariblanca
García-Díaz, Mariblanca, Benigno Escobar Gutiérrez, Trascanta, Modesto
Sánchez Benítez, el Sargento, o el Aceitero, y Saturnino Gómez Muñoz,
Margallo[18] .
También estuvo escondido en la sierra Silvestre Gómez Sánchez, que había
sido elegido alcalde de Menasalbas en marzo de 1936. Al iniciarse la contienda
colaboró activamente en el reclutamiento de milicianos y en la organización del
Batallón Dimitrof, encuadrado en la 48.ª Brigada de la 12.ª División, de la que
llegó a ser comandante [19] . La intención de Silvestre Gómez no era continuar la
lucha en la sierra, sino huir a Francia, cosa que consiguió varios meses después,
siendo elegido en 1943 Jefe del XIV Cuerpo de Ejército de Guerrilleros
Españoles.
Tampoco se entregaron Francisco Parrillas Medina, el Ocha, un carbonero
natural de Las Ventas con Peña Aguilera, ni Martín Galán de la Cruz, que
estuvieron juntos en la sierra, a los que se unió luego Felipe López García,
Feotón, de Ajofrín, que se había escapado de la cárcel de Orgaz en enero de
1940. Éste se dedicaba a dar pequeños atracos, poniendo en peligro los deseos de
los otros dos huidos de pasar desapercibidos para las fuerzas represivas, por lo
que le dieron muerte en las sierras de Retuerta en noviembre de 1940[20] .
Tras intentar infructuosamente huir de España por el puerto de Alicante,
también se refugió en las sierras del centro de la península Eugenio Collado
Rodríguez, Corruco, natural de Santa Olalla (Toledo). Estaba acusado de dar
muerte a su vecino Juan Sánchez, por una disputa que mantuvo con un hijo de
éste en un baile de carnaval[21] .
De los primeros huidos que hubo por las sierras toledanas, el que más fama
alcanzó fue Eugenio Sánchez Esteban, el Rubio de Navahermosa, que había sido
un destacado dirigente republicano en su pueblo, donde llegó a ser presidente del
Comité Revolucionario durante la guerra civil[22] . Al no poder exiliarse por el
puerto de Cartagena, pues el final de la contienda le sorprendió en tierras
murcianas[23] , regresó a su pueblo con la idea de entregarse a las autoridades,
pero se encontró con que su padre, militante de Izquierda Republicana, estaba
encarcelado condenado a muerte, pena que finalmente se le aplicó el 13 de
octubre de 1939[24] . Con este grave antecedente familiar, el Rubio de
Navahermosa cambió de planes y decidió ocultarse en el monte, pues sabía que
en el supuesto caso de entregarse sería fusilado. Además, se le vinculaba con la
muerte de varias personas de ideología derechista [25] , entre los que se
encontraba el veterinario Antonio Soto Ardura, uno de los más destacados
caciques de su pueblo, que fue casa por casa coaccionando a las personas
conocidas por sus ideas izquierdistas para que no votasen al Frente Popular en las
elecciones generales de febrero de 1936[26] .
El 24 de septiembre de 1939, Valentín Gil Valiente, el Chato de la Puebla, se
fugó de la cárcel de Navahermosa. Había sido condenado a muerte por un
consejo de guerra celebrado el 27 de junio de 1939, y de no haberse escapado
habría sido fusilado el 11 de noviembre de 1939 junto a sus nueve compañeros de
condena.
Otro de los huidos que se ocultó en Los Montes de Toledo fue el militante
comunista José Manzanero Marín, el Manzanero, o Luis, nacido en 1911 en La
Villa de Don Fadrique. Durante la guerra civil fue secretario general del Comité
Regional del PCE en Extremadura [27] . Una vez finalizada la contienda civil,
intentó salir de España por el puerto de Alicante, pero fue detenido y encarcelado
en Quintanar de la Orden (Toledo). Sin embargo, el 10 de noviembre de 1939, un
día antes de la fecha señalada para su fusilamiento logró escaparse de la cárcel,
en compañía de Julián Muñoz, que era del pueblo toledano de Quero, y alcanzar
las sierras de Urda.
En una finca del término municipal de Boca de la Torré, José Manzanero y
Julián Muñoz se encontraron con el Arricusqui, y días más tarde, gracias a un
hilillo de humo, localizaron el campamento en el que estaban refugiados los
cuatros huidos de Menasalbas, formando la primera partida estable que actuó por
los montes de Toledo.
Paralelamente a la formación de este grupo de huidos se fueron
constituy endo otras partidas, pues seguía llegando a la sierra gente que se evadía
de las numerosas cárceles abiertas por el Régimen, así como de las tres colonias
penitenciarias militarizadas creadas en la provincia de Toledo[28] . El 30 de junio
se fugaron de la escuela que hacía las veces de improvisada cárcel en
Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo), Jesús Gómez Recio, Quincoces[29] , su
hermano Saturio Quijote, Quintín García Fernández, Cachucha, y Diego
Montealegre Paredes, Desorejado, o Soli[30] .
Desde marzo de 1940 también actuaron a veces por tierras toledanas Joaquín
Ventas Cita, Chaquetalarga, natural de Fuenlabrada de los Montes, y Honorio
Molina Merino, el comandante Honorio, de Villarta de los Montes, localidades
pacenses.
En el otoño de ese año quedaron articulados los tres principales grupos de
huidos que actuaban en la provincia: el Oeste era para la partida de Jesús Gómez
Recio, Quincoces, con frecuentes incursiones también en las provincias limítrofes
de Cáceres, Badajoz y Ciudad Real; el centro de la provincia quedó para las
partidas lideradas por el Rubio de Navahermosa y el Chato de la Puebla, que
eran de la zona, y el este para la partida de Honorio Molina Merino, comandante
Honorio, cuy o radio de acción se extendió por los términos municipales de Los
Yébenes, San Pablo de los Montes y Las Ventas con Peña Aguilera.
Todas las partidas tenían como denominador común el que sus componentes
habían huido de la fuerte represión puesta en marcha por el Régimen franquista,
represión sin la cual, ni el fenómeno de los huidos primero ni la guerrilla
organizada después, habrían alcanzado relevancia alguna. Fueron muy pocos los
que se incorporaron a la sierra con un espíritu auténticamente guerrillero y de
oposición armada al franquismo. Su principal objetivo era salvar la vida y
esperar a que la situación política se normalizase pronto, para poder regresar a
sus casas, una vez pasado el peligro. Los grupos de huidos, a pesar de que eran
cada vez más numerosos, carecían de organización y disciplina militar.
Su inexperiencia y el escaso armamento del que disponían, por lo general,
pistolas, viejos fusiles, escopetas y carabinas, con muy poca munición, lo
pagaron muy caro en los enfrentamientos que tuvieron con las fuerzas
represivas.
Las necesidades alimenticias llevaron a estos grupos de huidos a dar golpes
económicos en labranzas y fincas cuy os propietarios debían reunir, por lo menos
en teoría, el requisito de ser terratenientes o significados partidarios del Régimen
franquista, pero esto no siempre estuvieron en disposición de llevarlo a cabo, pues
cuando el hambre apremiaba, lo que ocurría con frecuencia, también robaron en
majadas y en pequeños chozos, así como a cabreros que nada tenían que ver con
los postulados franquistas. En ocasiones, los huidos también realizaron algunos
secuestros[31] , aunque no todos estuvieron de acuerdo con este proceder, por
considerar que carecían de contenido político y que eran impopulares[32] .
La presencia de huidos en los Montes de Toledo no cogió por sorpresa a las
autoridades del nuevo Régimen, que para reprimirlos incrementaron de manera
notable los efectivos de la Guardia Civil en las zonas más conflictivas. Su
persecución fue en principio mixta, pues hasta primeros de 1942 también
colaboró en ella una División de Caballería, con sede en Aranjuez (Madrid). A
partir de ese año el Ejército quedó como fuerza auxiliar y, desde entonces, la
Guardia Civil cargó con todo el peso en la lucha contra los huidos, a los que se
creía y a completamente controlados.
Para combatir a los huidos se establecieron numerosos destacamentos por la
serranía dependiente de las demarcaciones de Navahermosa y Los Yébenes. El
destacamento consistía en un grupo de guardias civiles, por lo general cinco o
seis, que se acuartelaban en una labranza en la que permanecían concentrados
bastante tiempo. Por el día descansaban y por la noche salían a realizar labores
de vigilancia por el monte, pues era entonces cuando actuaban los huidos. Los
guardias civiles concentrados en esos destacamentos eran relevados cada tres o
cuatro meses[33] . Cada cierto tiempo la Comandancia de Toledo les enviaba
provisiones, debiéndose hacer ellos mismos la comida, aunque a veces esto era
cometido de las mujeres que vivían en la labranza, que también se encargaban
del lavado de la ropa sucia.
La vida en el medio rural, y más en concreto en las zonas montañosas en las
que operaban los huidos, que era y a de por si tremendamente difícil en unos años
de gran escasez de productos de primera necesidad, se vio todavía más
perjudicada por la regulación y control de la actividad económica por parte de
las autoridades militares. Prueba de este control fue el bando que para luchar
contra los huidos publicó el 26 de diciembre de 1940 el general Gustavo Urrutia
González, en el que se prohibía salir a la calle entre las 21 y las 6 horas, siendo
necesario dotarse de salvoconductos para vivir en edificios alejados del casco
urbano[34] .
La aplicación de éste bando supuso la ruina de muchos campesinos y
ganaderos, especialmente de aquéllos que no eran afectos al Régimen franquista,
siendo numerosas las personas que se vieron obligadas a abandonar su actividad
económica cuando ésta se desarrollaba en aquellas comarcas montañosas en las
que la presencia de huidos era frecuente.
El notorio incremento de los efectivos de la Guardia Civil, complementado
con las fuerzas del Ejército acuarteladas en Navahermosa, permitió a las
autoridades prestar may or atención a las zonas en las que se movían y actuaban
los huidos. Se reforzaron los controles en los lugares de paso, especialmente en
los puentes y en los vados de los ríos y los arroy os, así como en las fuentes y
lugares donde solían ir a abastecerse de agua. Gracias a este may or control, sólo
en las proximidades de Los Yébenes, fueron abatidos diez huidos en el mes de
marzo de 1940.
Las numerosas muertes que se registraron en este mes ponían de manifiesto
la extrema dificultad que presentaba la vida en la sierra. Ante esta falta de
perspectivas favorables, el 25 de marzo de 1940, el Arricusqui, Julián Muñoz,
José Manzanero, Francisco Rebollo, Benigno Escobar y Modesto Sánchez,
abandonaron los Montes de Toledo y trataron de alcanzar la frontera francesa,
pero la persecución constante a la que fueron sometidos por las fuerzas policiales
les hizo desistir de su empeño de abandonar el país y debieron regresar a su
antiguo campamento en las sierras de Los Yébenes, donde llegaron el 20 de
junio, tras haber perdido a Julián Muñoz y a Francisco Rebollo en un tiroteo que
tuvieron cerca del pueblo soriano de Santa María de la Huerta.
En abril de 1941 caían el Rubio y el Chato, cuy os cadáveres, colgados de un
árbol, fueron expuestos durante varios días en la plaza pública de
Navahermosa [35] , con la pretensión de que todo el mundo supiese el final que les
esperaba a los que osaban oponerse al nuevo Régimen.
Las fuertes presiones a las que los sometían las fuerzas represivas llevaron a
la may oría de los huidos que estaban escondidos en los Montes de Toledo a
intentar salir del país, pero esta vez a través de Portugal, para desde aquí viajar a
Hispanoamérica. Algunos consiguieron entrar en país vecino, pero sólo el
Porrones, después de estar escondido un tiempo en la casa de un portugués
antifascista, consiguió gracias al Comité Intergubernamental para los Refugiados
(CIR), con sede en Lisboa, viajar hasta Venezuela. También consiguió salvarse
Julián Díaz, Malamuerte, que durante años estuvo trabajando en Setúbal[36] . De
los que no pudieron llegar hasta la capital lisboeta, algunos regresaron otra vez a
los Montes de Toledo, pero otros murieron en el empeño.
A partir de 1942, tras varios años de existencia, las partidas de huidos estaban
y a más consolidadas y algo mejor organizadas. Las muchas bajas que la
Guardia Civil y el Ejército les habían ocasionado en los años anteriores no habían
conseguido acabar con este fenómeno que, lejos de ser definitivamente
controlado por las fuerzas de seguridad, cobraba una may or magnitud, en
paralelo y en clara sintonía con el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y
con el mantenimiento por parte del Régimen franquista de una fuerte política
represiva, que imposibilitaba la más mínima inserción de los vencidos en la
sociedad.
Las acciones más comunes de los huidos seguían siendo las requisas en las
casas de campos, aunque no faltaron tampoco en esos años los secuestros, que les
proporcionaban unos ingresos importantes con los que luego compraban
alimentos y otros artículos que complementaban a los conseguidos en los asaltos.
Los enfrentamientos con las fuerzas de orden público permanecieron
estables, pero disminuy ó de manera notoria el número de huidos muertos a causa
de la represión policial, a lo que contribuy ó en parte la may or experiencia y el
conocimiento que tenían y a de las prácticas guerrilleras, y también a los
acontecimientos políticos internacionales.
Al margen de estos atracos y asaltos, realizados cuando las necesidades
alimenticias eran más perentorias, Quincoces apenas sí realizó otras actividades
encaminadas a acabar con el nuevo orden político. Básicamente su objetivo
consistía en subsistir y esperar a un desenlace victorioso de los aliados en la
Segunda Guerra Mundial, que a primeros de 1943 había empezado a cambiar de
rumbo, y lo que inicialmente habían: sido victorias de las potencias del Eje, con
las que estaba completamente identificado el Régimen franquista, se tornaban y a
en derrotas. Para los huidos, los buenos momentos estaban por llegar, por lo que
evitaban los enfrentamientos.
Igual que en los montes toledanos, también en los de Ciudad Real se quedaron
escondidos soldados pertenecientes a las Agrupaciones militares mandadas por
Nilamón Toral Azcona y Pedro Martínez Cartón, dirigentes del Ejército de
Extremadura, que tenía su sede en Almadén y Piedrabuena. Luego se fueron
incorporando a la sierra los que se escapaban de las numerosas cárceles
establecidas en la provincia, lo que hizo que con el paso de los años el número de
huidos fuese en aumento. Según la Guardia Civil en 1939 había dos partidas, con
un total de 9 componentes, que se convirtieron en 8 Partidas en 1940, con 40
integrantes, y en 12, en 1944, con 88 huidos[37] .
Estos huidos consiguieron poco a poco ir tejiendo una amplia red de enlaces
por los pueblos enclavados en las zonas montañosas. En uno de estos pueblos,
Navas de Estena, la casi totalidad de los vecinos que trabajaban en el campo se
encontraban, más tarde o más temprano, con los huidos, con los que estaban,
quisieran o no, obligados a convivir. Nadie estaba seguro de no ser denunciado
por colaborar con ellos por algún vecino que, tras ser detenido por las fuerzas de
orden público y sufrir un duro interrogatorio, acabase confesando « lo que sabía
y lo que no[38] » .
A finales de 1940, la Guardia Civil detuvo en una redada a seis vecinos de
Navas de Estena, entre los que se encontraba Isidro García Lancha, que había
luchado a favor de la República y recorrido varias cárceles franquistas, hasta que
fue puesto en libertad en may o de 1940. Además de estos seis enlaces detenidos
hubo dos más, Eusebio García Delgado, Porrones, y Fermín Rodríguez Delgado,
Calato, que antes de ser apresados, ante el temor a ser torturados, huy eron a la
sierra, en la que y a estaba refugiado su paisano Braulio García Fernández, el
Comisario. Una vez más, el miedo actuó como detonante para hacer que
personas sin fuertes convicciones políticas, pues simplemente eran de izquierdas,
huy esen a la sierra, iniciando una nueva vida plagada de enormes penurias y
dificultades, y que para poder soportarla se necesitaban fuertes motivaciones
ideológicas o estar condenadas a muerte por las autoridades franquistas, y en este
caso tenían poco que perder. En esta última situación se encontraba Braulio
García Fernández, el Comisario, que se refugió en las sierras próximas a Navas
de Estena al poco tiempo de finalizar la guerra civil, por temor a ser fusilado por
los falangistas locales, que trataban de apresarle. Braulio García había nacido en
Navas de Estena, en 1904, y era militar profesional. Durante la contienda civil
estuvo destinado en un pueblo de Valencia. Al terminar ésta, se vino a su pueblo,
donde no había participado en ninguno de los crímenes cometidos por grupos de
milicianos republicanos incontrolados[39] . Estaba casado y tenía cinco hijas, una
de ellas nacida mientras él estaba en la sierra escondido. Su esposa, Sofía López,
fue encarcelada y su cuñado, Arturo López, fusilado frente a los muros del
camposanto de su pueblo.
Cuando Sofía López salió de la cárcel y se encontró con su hermano fusilado,
sus bienes malvendidos y unas hijas a las que se les negaba la posibilidad de
trabajar, sufrió una fuerte depresión y se quitó la vida tirándose a un pozo.
Igual de trágica fue la vida de la familia Méndez Jaramago, natural de
Higuera de Vargas (Badajoz[40] ), que se había desplazado a Agudo en 1932 para
trabajar en la construcción de la carretera que iba desde esta localidad a Siruela
(Badajoz), de ahí el nombre de los Almendrilleros con el que era conocida.
José Méndez, el Manco de Agudo, su padre —su madre había muerto hacía
años— y sus hermanos Asunción, Antonio y Manuel, se fueron a la sierra a
primeros de noviembre de 1940, ante el temor a ser detenidos bajo la acusación
de colaborar con los huidos, que en el mes de octubre habían ocupado el pueblo
de Valdemanco de Esteras[41] , próximo a Agudo. Anteriormente, José Méndez y
sus hermanos habían sido maltratados en dos ocasiones por la Guardia Civil, que
los acusaba de robar patatas, por lo que fueron colgados de un árbol en el cuartel.
La vida en la sierra de Antonio Méndez fue muy breve, pues al poco tiempo
fue abatido por militares cuando pretendía robar una cabra en la finca El Quejigo
de Valdemanco de Esteras. Meses después, la Guardia Civil mataba a su padre y
a su hermana Asunción. En febrero de 1947 moría Manuel Méndez,
Almendrillero, y el Manco de Agudo caería en marzo de 1949. Su vida y las
propias circunstancias de su muerte están envueltas en la ley enda, pues no han
quedado familiares directos que puedan aportar datos para contraponerlos a las
versiones suministradas por las fuerzas represivas, que lo han presentado siempre
como uno de los más sanguinarios bandoleros, algo que no todos los testimonios
corroboran. Una de las personas que podía haber proporcionado datos concretos
sobre el Manco de Agudo era Petra Montes, su novia, que fue detenida y después
de pasarse ocho años en la cárcel, terminó sus días recluida en un convento en
Guadalajara.
De Agudo también se fue a la sierra Vicente Rubio Babiano, Pedro el Cruel,
que estaba acusado por las autoridades franquistas de participar, el 28 de
septiembre de 1936, en la muerte de Juan Blázquez Guzmán, de 65 años,
secretario municipal de Guadalmez[42] . Al terminar la guerra, Pedro el Cruel
estuvo un tiempo recluido en el campo de concentración de Castuera. Al ser
puesto en libertad, cuando regresaba a su pueblo, fue informado de que los
falangistas de Agudo le estaban esperando para matarle, por lo que no tuvo más
remedio que echarse al monte.
De ese pueblo se fueron, asimismo, Víctor Roque, Ratón, o Miguelete,
Manuel Camacho, Recoba, Rey es Saucedo, Parrala, y Anicio Castillo, el Pintao.
Este último tuvo un grave percance tras realizar un asalto a una labranza, pues se
le cay ó una mula encima y le rompió las piernas, por lo que ante la imposibilidad
de seguir en el monte le llevaron al cementerio de Agudo, donde se quitó la vida
de un disparo de escopeta, el 18 de marzo de 1942[43] .
Estos huidos estuvieron inicialmente en la partida del Manco de Agudo, cuy o
radio de acción se centró en los términos municipales de Navas de Estena,
Horcajo de los Montes, Navalpino, Retuerta del Bullaque, Agudo, Puebla de Don
Rodrigo y Saceruela, aunque también actuó por las provincias de Toledo, Cáceres
y Badajoz[44] . En 1944 se les unieron Pedro Alcocer Nieto, Mañas, Honorio
Molina, comandante Honorio, Gabino González Castillo, Gabino, Fernando Molina
Sánchez, Borrato, Francisco Lagares González y Paula Rodríguez Juárez,
Migueleta.
Las sucesivas victorias de los Ejércitos aliados sobre los alemanes, a partir de
1943, dieron una enorme moral a aquellos antifranquistas que habían buscado
refugio en los montes españoles. El PCE se aprovechó de estas victorias para
extender su influencia sobre los huidos, que hasta entonces habían sido una masa
ideológica heterogénea. El papel hegemónico que tuvo esta formación política se
vio favorecido, además, por la inhibición del resto de los partidos y de las
organizaciones de izquierdas a la hora de apoy ar el movimiento guerrillero.
Para organizar la guerrilla en la zona centro de la Península, la dirección del
PCE envió a España a José Isasa Olaizola, Fermín, que procedente de Argentina
desembarcó en Lisboa el 14 de noviembre de 1943, y el día 20 de ese mes y a
estaba en Madrid[71] , donde se hizo cargo de la JSUN y del aparato guerrillero.
La idea de Fermín, y de la dirección del PCE, consistía básicamente en
enlazar con las partidas que actuaban en las sierras extremeñas y en el oeste de
la provincia de Toledo y dotarlas de una estructura militar. Para esta misión contó
con la esencial colaboración de dos comunistas: Jesús Bay ón González, Carlos, y
Dionisio Tellado Vázquez, Mario de Rosa. Estos dos militantes consiguieron a
mediados de may o de 1944 conectar con Quincoces, Chaquetalarga y el
Francés. Desde primeros de ese año, algunos grupos de huidos mantenían
contactos con la dirección del PCE, oculta en Madrid, de donde recibían
instrucciones y propaganda. Tras las correspondientes gestiones, el 5 de
noviembre de 1944 conseguían dar forma definitiva a la Agrupación Guerrillera
de Extremadura [72] .
Una vez puesta en marcha la Agrupación Guerrillera de Extremadura, se
formó la de Toledo. La reunión constituy ente de esta Agrupación tuvo lugar el 14
de noviembre de 1944, en la sierra del Puerto de San Vicente, entre las provincias
de Toledo y Cáceres. Inicialmente estuvo compuesta por unos 70 guerrilleros,
cuy o principal radio de acción estuvo situado en las sierras próximas a Los
Yébenes (Toledo) [73] .
Pero esta nueva estrategia guerrillera que, lógicamente, significaba un salto
cualitativo en la hasta entonces muy incipiente estructura organizativa de las
partidas de huidos, no resultaba nada fácil de introducir debido al escepticismo y
a la indisciplina de los de la sierra. De ahí que Carlos enviase una carta a Fermín,
en noviembre de 1944, en la que le exponía estos contratiempos y le decía que
los huidos no creían mucho en la disciplina militar, ni en la organización de la que
se pretendía dotarlos. Según Carlos, éstos tenían « bajo nivel político, puesto que
son hombres de los pueblos limítrofes, muchos no pertenecen a ningún partido
político y los demás ingresaron durante la guerra… Nuestra primera tarea estriba
en ganarnos la confianza, tarea muy difícil dado su estado de desconfianza frente
a todo[74] » . Las duras condiciones de vida que padecían los huidos hacían que
en esos momentos las cuestiones diarias tuviesen una clara supremacía sobre los
elementos políticos o sobre las ideologías partidistas.
Como método para contrarrestar la formación de esta Agrupación, el teniente
coronel Manuel Gómez Cantos concedió un plazo de 20 días para que aquellos
huidos que quisiesen abandonasen la sierra y se presentasen a las autoridades,
garantizándoles el perdón para que pudiesen rehacer sus vidas en compañía de
sus familias. Para darle verosimilitud a esta propuesta, Gómez Cantos liberó a
varios huidos que habían sido apresados y les permitió vivir en sus pueblos, sin ser
molestados por las fuerzas de orden público, ante la enorme sorpresa de sus
vecinos. La propuesta tuvo bastante éxito en la zona de Navalvillar de Pela
(Badajoz), pero menos en la provincia de Cáceres, donde y a se había avanzado
en la estructura organizativa de la guerrilla. De hecho, Gómez Cantos, tras
distribuir por estas comarcas multitud de folletos en los que pedía a los refugiados
en la sierra que se entregasen, mantuvo una entrevista con Quincoces en las
proximidades de Carrascalejo, pero éste no se fió de sus promesas y decidió
permanecer en el monte, en unos momentos en los que parecía que el Régimen
franquista tenía los días contados. Gómez Cantos también se entrevistó con
familiares de otros significativos huidos, para decirles que les hiciesen llegar la
propuesta de que si se entregaban y no estaban relacionados con delitos de
sangre, no les pasaría nada.
En paralelo a estas entrevistas, Carlos, en su calidad de jefe de la Agrupación
Guerrillera de Extremadura, mandó una carta a este oficial de la Guardia Civil,
en noviembre de 1944, en la que le decía que había decidido contestarle « porque
la formal corrección de su mensaje lo merece y, en segundo término, porque es
nuestro deber de patriotas aclarar ante todos los ciudadanos de España cual es el
carácter de nuestra lucha. Todavía pueden ustedes reconquistar un puesto de
honor en la vanguardia de las apretadas filas de la Unión Nacional[75] » . Carlos,
en su escrito, parece ignorar el terrible pasado de este oficial, con tantas muertes
a sus espaldas, y que más adelante volverá a dar muestras de su carácter
sanguinario mandando fusilar a tres guardias civiles en la plaza de Mesas de Ibor,
acusados de cobardía ante el enemigo.
Según Carlos, la puesta en marcha de la Agrupación Guerrillera de
Extremadura supuso un claro salto cualitativo entre el proceder de los huidos y el
de los guerrilleros, que estaban y a dotados de unos objetivos políticos que antes se
encontraban muy difuminados ante la dura lucha cotidiana por la supervivencia.
Ahora proliferan los asaltos a los pequeños pueblos, los robos en labranzas y los
secuestros. Sin embargo, para la Guardia Civil no hubo ninguna diferencia entre
la manera de proceder de los huidos y de los guerrilleros, afirmando que se
enteró de la existencia de la Agrupación cuando llevaba medio año constituida.
CAPÍTULO 7
JORGE MARCO[0]
A mediados de los años cuarenta, cuando el mundo estaba atento a los últimos
acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, en una pequeña provincia al sur
de España, Granada, un minúsculo grupo de desafiadores, conocido como los
hermanos Quero, forjaba su ley enda a golpe de atracos y secuestros, irritando a
unas autoridades que eran incapaces de frenar su mito entre la población. En
aquel momento, el grupo de los hermanos Quero no era el único que actuaba en
la provincia de Granada, ni siquiera —en cuanto a su número— el más
importante, pero el efecto de sus acciones alcanzó el may or impacto social,
trascendiendo incluso los límites regionales. Quiénes eran los hermanos Quero,
por qué alcanzaron tal popularidad y si el grupo responde a los parámetros de la
guerrilla antifranquista son algunas de las preguntas que a lo largo de este texto
vamos a tratar de dar respuesta.
El estudio de un grupo como el de los hermanos Quero nos permite desvelar
uno de los aspectos menos estudiados en la historiografía española; la amplia
heterogeneidad de la resistencia armada antifranquista. Francisco Moreno, en
uno de sus libros más destacados, acertaba cuando decía que no existe una
guerrilla homogénea a nivel nacional sino muchos tipos de guerrilla[1] pero en
nuestra opinión esa base argumental se debería ampliar reconociendo que no
existió una forma homogénea de resistencia, es decir, ampliando a la propia
heterogeneidad de las guerrillas otras formas diferentes de resistencia: los huidos,
en su primer periodo —reconocido por todos los autores—, y, en particular, un
fenómeno como el del bandolerismo social. Los enfoques clásicos sobre la
resistencia armada antifranquista han manejado en exceso la perspectiva
política, olvidando otros aspectos fundamentales como la experiencia o los
repertorios de acción colectiva[2] .
La de los hermanos Quero, uno de los casos excepcionales de resistencia
urbana a nivel nacional, fue una partida que contó con un importante apoy o y
simpatía en la ciudad de Granada, cuy o mito se fraguó en los años cuarenta y su
ley enda se ha ido difundiendo mediante la tradición oral. Sesenta años después,
sobre los hermanos Quero se han publicado algunos trabajos que resultan
insuficientes[3] , y a sea por la acumulación de errores o por la falta de rigor
historiográfico. Desde nuestra perspectiva, el grupo de los hermanos Quero
puede ser considerado como una ejemplo arquetípico de bandolerismo social en
la resistencia armada desarrollada en la posguerra española y, para demostrarlo,
trataremos de combinar el relato y la reconstrucción de los hechos con
cuestiones de may or envergadura desde una perspectiva teórica y metodológica.
Podríamos expresarlo de una manera más gráfica; nuestra estrategia en el
discurso busca los vasos comunicantes entre los hombres y la ciudad o, lo que es
lo mismo, bajar hasta los subsuelos del relato —donde podamos escuchar la
respiración de nuestros personajes—, al mismo tiempo que iniciamos un viaje en
globo que nos permite observar el plano o la imagen de la urbe, es decir, el
espacio y sus contextos donde los agentes interactúan. El desafío parece
importante.
Una aclaración previa con el propósito de no crear confusiones,
malentendidos o errores de interpretación. Nuestra propuesta en torno al
bandolerismo social está estrictamente ligada a los marcos teóricos que venimos
explicitando y, por lo tanto, es del todo ajena a los intentos de criminalización,
condena moral y despolitización de los que hizo uso la dictadura franquista. Como
un recurso más de combate, utilizó apelativos tales como el bandolerismo, la
delincuencia o el terrorismo para referirse al fenómeno guerrillero. Éste, quede
claro, no es nuestro objeto. La guerrilla y grupos como el de los hermanos Quero
tuvieron un marcado sustrato político, y así lo ha puesto de manifiesto la
historiografía en las dos últimas décadas de investigación.
Los Quero fueron cuatro hermanos que con otros traían de cabeza a
todo quisque, sus actuaciones casi siempre eran en Granada, fueron muy
audaces, decididos, valientes, inteligentes e independientes e
incontrolados. Sus actuaciones estaban siempre al margen de toda
organización, […] No actuaban, en mi concepto, como verdaderos
guerrilleros, derrochaban un valor (esto es innegable) reconocido por toda
Granada, pero no se ceñía a la moral revolucionaria e ideológica […] casi
nunca actuaban en un plan de efectividad para hacer daño en algún punto
vital en un plan combinado, sierra, llano. Ellos hacían las cosas a su modo
y de acuerdo a sus instintos o intereses, esto fue una lástima porque valían
ellos cuatro por cien y, si su actuación hubiera sido más en consonancia
con el momento, creo que desde Granada sale un foco hacia toda
España[38] .
La suma total de las personas según las categorías no es igual al censo con el
que trabajamos por la doble e incluso triple integración de algunos individuos en
distintas formas de resistencia. Por poner algún ejemplo: (16) personas
participaron tanto en agrupaciones guerrilleras como en grupos de bandolerismo
social. También sería necesario señalar que (14) personas mantuvieron una
actividad de resistencia de forma individual (10) de ellos a lo largo de toda su
tray ectoria. Por último, nos encontramos con un número de (181) personas que
formaron parte de diferentes grupos de cuy a naturaleza no tenemos
conocimiento o simplemente no contamos con los datos suficientes para ubicarlos
en los grupos que actuaron en la zona. Es posible que parte de ellos en realidad
fueran miembros de alguna agrupación guerrillera, en especial la AGG, pero
también un número de ellos debieron pertenecer a grupos delictivos que actuaron
en paralelo. El problema de la delincuencia necesitaría de un nuevo artículo por
lo que tan sólo señalaremos la necesidad de tener en cuenta este fenómeno a la
hora de analizar la resistencia armada en la posguerra.
En cuanto al número de grupos, hemos delimitado la cifra a nueve (aunque
ésta va a sufrir variaciones al alza, particularmente durante el primer periodo en
la zona de Málaga oriental). Cuatro son conocidos popularmente como la partida
de los hermanos (Quero, Galindo, Matías y Clares), y el resto se completa con
los siguientes grupos: Yatero, Rabaneo, Ollafría, Agrupación Guerrillera de
Málaga y Agrupación Guerrillera de Granada. De los nueve grupos presentados,
cinco se ajustan al modelo de bandolerismo social según nuestras primeras
investigaciones: los cuatro definidos por el parentesco y la partida de Ollafría.
La historiografía ha destacado al menos dos fases en la resistencia armada
antifranquista: una primera, denominada de huidos, caracterizada por la
formación de pequeñas partidas desorganizadas, y cuy as motivaciones estaban
más vinculadas a la represión y la mera supervivencia que a los planteamientos
políticos; y una segunda fase, guerrillera, a partir de 1944-45, donde —
principalmente— el PCE intenta organizar a los pequeños grupos dispersos para
conferirles unas referencias políticas y unas estructuras de carácter militar. Aun
así, no podemos olvidar excepciones como la formación de la Federación de
Guerrillas de León-Galicia a la altura de 1942 o la creación de guerrillas sin la
existencia previa de grupos de huidos como en el caso de la Agrupación
Guerrillera de Levante-Aragón (AGLA).
Si bien compartimos este esquema general, consideramos que los
historiadores hasta el momento han prestado escaso interés a lo que nosotros
denomínanos como procesos unificadores, es decir, los intentos de unión —y a
sean a través de la coordinación o la integración— de las diferentes partidas
disgregadas en el territorio. Entre 1944 y 1946 —recordemos que la cronología
puede sufrir variaciones según las zonas— estos procesos se iniciaron dirigidos,
en su may oría, por miembros del PCE llegados del exilio. Las partidas que hasta
el momento habían estado disgregadas se enfrentaron ante un interrogante;
integrarse en la guerrilla o mantener su independencia. Los grupos que hemos
definido dentro del marco del bandolerismo social mantuvieron una clara
vocación independiente, es decir, rechazaron integrarse dentro de las estructuras
guerrilleras, y no nos referimos, como es evidente, a los casos donde el rechazo
se sustenta en desavenencias ideológicas.
Ante esta situación, cabría preguntarse: ¿qué postura adoptó la partida de los
Quero frente a los procesos unificadores dirigidos por el PCE que tuvieron lugar
en la provincia de Granada? En la provincia de Granada existieron dos procesos
unificadores, ambos dirigidos por el PCE, pero con importantes diferencias. El
primero se inició a comienzos de 1946 con la llegada de José Merédiz Víctores
(a) Tarbes, y poco después de Ramiro Fuentes Ochoa. Las dificultades de ambos
dirigentes, con la imprescindible ay uda de Francisco Rodríguez Sevilla, para
reunir en una organización guerrillera a las partidas independientes de la zona
fueron grandes, consiguiendo al final articular una Agrupación con un carácter
más federativo que integrador —y ficticio que real— formado por los grupos de
Rafael Clares y Rabaneo. Una vez consumado el fracaso de este primer intento,
el segundo proceso unificador —iniciado a principios de 1947— y dirigido con
mano firme por José Muñoz Lozano (a) Roberto, en cambio, tuvo una vocación
estrictamente integradora y unificadora sin dejar espacio a ningún tipo de
independencia ni autonomía dentro de la Agrupación[39] .
La partida de los hermanos Quero rechazó cualquier tipo de integración o
coordinación con las agrupaciones guerrilleras. Los contactos por parte de la
guerrilla para su incorporación existieron y tenemos constancia de ello: Ramiro
Fuentes Ochoa, comisario político de la incipiente AGG, lo relata del siguiente
modo: « Los Quero no manifestaron interés por mantener relación orgánica con la
Agrupación Guerrillera. Éste fue un gran error suyo, que les costó la vida a todos
ellos, a pesar de su heroísmo[40] » . Más adelante, Roberto también intentó
integrarlos dentro de la guerrilla pero de nuevo se encontró con su resistencia.
Miguel S. C., miembro de la AGG, cuenta cómo en una ocasión algunos
compañeros fueron a recoger a dos de los hermanos Quero a la estación del
tranvía de Dúrcal para conducirles a una reunión con Roberto. Su presencia
causó impacto entre los guerrilleros al encontrarse a dos hombres ataviados con
gabardinas largas, un vestuario extravagante para unos guerrilleros de la sierra.
Los Quero rechazaron la propuesta, se defendieron de las acusaciones por su
falta de organización militar y contestaron que lo único que se podía hacer era
vengarse hasta que los mataran a todos[41] . Atención, de nuevo, a los elementos
que se sustraen de su discurso.
7. CONCLUSIONES
LA TRAYECTORIA DE LA AGRUPACIÓN
GUERRILLERA DE GRANADA.
Decían que algún día seríamos libres y que nuestros hijos verían la
libertad… Le voy hablar claro, cuando yo salía a llevar comida, le decía:
«¡Ay!, ¡qué desgraciadita me vas a hacer!, ¡ay!, ¡qué ruina me vas a
traer!». Eso decía yo, porque lo veía venir. Y él me decía: «No. Si yo
muero, mi hijo algún día será libre, y ya verás cómo tendrá colegio y de
todo, que aquí no tienen de nada[13] ».
Pero la de la lucha era una de las opciones posibles. Una situación como la
descrita podía estar entre las causas de otras reacciones. Como la de considerar
que ése era el orden natural del mundo. Y también podía originar el
amilanamiento de las clases desfavorecidas. Un enlace de la Agrupación y
militante comunista de Huétor-Tájar había observado esto último, y cuando le
preguntábamos si el contexto socioeconómico fomentó la militancia
antifranquista en la posguerra nos decía que « el hambre y la miseria entiendo
que acobardan mucho. Donde hay hambre y miseria hay mucha cobardía y no
hay espíritu revolucionario[14] » .
Es decir, de una misma situación socioeconómica se derivaban posiciones
muy diversas. De la represión, que influy ó todavía más en la incorporación al
maquis, se desprendieron igualmente esos efectos paradójicos: a muchos los
empujó al monte, pero también paralizó a otros.
¿Qué ocurrió con los monárquicos, otra de las familias del franquismo?
Durante estos años el conde de Barcelona había expresado su deseo de
convertirse en rey para todos los españoles y de poner en marcha ciertas
medidas de liberalización política, entablando su entorno negociaciones con la
Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. Algunos de sus partidarios en España
llevaron a cabo actividades opositoras al Régimen, como la firma de una carta de
adhesión a su persona en febrero de 1946[18] , pero el Ejército, donde algunos
altos mandos estaban dispuestos a intervenir en su favor, permanecía en manos
de Franco, que controlaba la may oría de sus resortes y los más importantes.
No deben olvidarse las ventajas que el franquismo proporcionaba a la elite
monárquica, lo que ocasionaba que buena parte de ella prefiriera ese régimen
político. También influía la proximidad de la Guerra del 36-39 y el
derramamiento de sangre que trajo consigo. Esa violencia fue sufrida por ellos
en algunas ocasiones, como ocurrió con el juez malagueño Enrique Crooke
Campos, miembro de algunos tribunales militares en la posguerra, y a quien
mataron a dos de sus hermanos en la guerra civil[19] . Otras veces eran ellos los
que habían participado en esa violencia, como pasó con Ramón Ruiz Alonso,
quien en agosto de 1936 detuvo a Federico García Lorca. Ruiz Alonso aparecía,
sorprendentemente, entre los firmantes del antes aludido manifiesto de apoy o al
conde de Barcelona. Es posible que para casos como éste sea aplicable la
interpretación de Tuñón de Lara que encontraba oportunismo en el
distanciamiento temporal del Régimen que estos sectores llevaron a cabo (1981:
200-201[20] ).
El derramamiento de sangre era frecuentemente recordado por la
propaganda del franquismo, dirigiéndose abiertamente en ocasiones a los
partidarios de don Juan, como ocurrió tras la publicación por éste del Manifiesto
de Estoril, en abril de 1947:
Simulé que, al bajar del Albaicín detenido, en una moto con sidecar, se
tiró por unos terraplenes que había y aún siguen. Lo hicimos muy bien.
Para que no le pasara nada, la moto iba despacio; disparamos, pero al
aire. Él se perdió, yo arresté a los guardias. Se enteró todo el mundo y
algunos me pusieron de tonto porque se me había escapado un preso,
especialmente los que me tenían envidia.
Desde la sierra le dio al oficial dos servicios y éste llegó a subir con otros dos
guardias haciéndose pasar por guerrilleros procedentes de Madrid:
Hicimos vida con los bandoleros dos noches, y fue curioso, porque pensaban
que teníamos miedo. « ¡Qué cobardes sois!» , decían, y a que teníamos nuestras
armas permanentemente preparadas. Les decíamos que había que estar
prevenidos siempre y es que en realidad podía llegar alguien que me identificara
como el teniente del Albaicín, o al cabo o al guardia que venían conmigo[56] .
Los otros grupos que formaban parte de la AGG aumentaron sus integrantes
durante los primeros meses de 1947 y llevaron a cabo también algunos « golpes
económicos» . La 1.ª Compañía, vinculada a Clares, actuaba sobre todo por
Sierra Nevada, y la 2.ª, que lo estaba a Polopero, por la zona occidental de Las
Alpujarras. Ese crecimiento contrastaba con lo que hemos visto que estaba
ocurriendo con los órganos dirigentes de la Agrupación y con quienes se
relacionaban directamente con los mismos[59] .
Pero el panorama cambiará para ambos grupos durante la segunda mitad del
año. El de Clares sufrirá algunas bajas, especialmente el día 23 de noviembre, en
que fueron sorprendidos por fuerzas policiales en una casa del Cerrillo de Cenes,
cerca de Granada. Murieron dos guerrilleros, entre ellos Rafael Castillo Clares, y
cuatro paisanos que les darían cobijo. Por parte de la fuerza atacante, murió un
teniente y hubo ocho heridos.
A Rafael Castillo Clares le sustituy ó en la jefatura su hermano Félix, que se
había incorporado en agosto. Pero el grupo, a fines de 1947, se desligó de todo
compromiso con la Agrupación Guerrillera, y pasó a actuar Polopero, que el 3
de julio de 1947 perdía a siete guerrilleros a manos de la Guardia Civil en
Cástaras[60] .
Como en otros lugares de España, el fuerte aumento de la represión será la
principal característica de este año y ocasionará, para evitarla, el incremento
numérico de la guerrilla. Como escribió posteriormente Santiago Carrillo, este
crecimiento de las agrupaciones guerrilleras suponía también la pérdida de
hombres que habían actuado como enlaces, y que presentarán luego muchas
debilidades como guerrilleros[61] . Entre otras, añadimos nosotros, el pronto
deseo de muchos de ellos de abandonar la guerrilla cuando comprobaban la
dureza de este tipo de vida.
Un informe de la Guardia Civil indicaba que a las 7 horas del 13 de julio
fueron agredidos unos guardias del puesto de Trevélez que prestaban el servicio
de acompañamiento y protección a una visita de la sanidad veterinaria a pueblos
del distrito y a cortijos de la sierra. El ataque se produjo cuando se acercaban a
la Loma Culo Perro, y eran unos 14 los guerrilleros que se encontraban
parapetados allí. Murió un guardia apellidado Luque, mientras que otros dos
resultaron heridos, pero uno de ellos falleció más tarde. El informe continuaba
diciendo que pese a estar heridos, los guardias repelieron la agresión, liberaron a
tres paisanos que tenían secuestrados los maquis e hicieron huir a éstos[62] . Tanto
el guardia Eulogio Limia como el guerrillero Fermín González coincidían en que
fue el grupo de Polopero el que protagonizó este enfrentamiento. No nos
extrañaría que, en una espiral de acción-represión, hubiese sido una respuesta a
las muertes de Cástaras[63] .
La réplica de la Guardia Civil fue dar muerte sin juicio previo a cuatro
personas de Trevélez y a una de Pórtugos. Existe un informe que indica que,
como consecuencia de la agresión sufrida, unos guardias estuvieron apostados en
la Hoy a del Carpintero (Pórtugos) y pudieron dar muerte a un guerrillero que
pasaba y que iba armado con un fusil ruso. Fue durante la madrugada del 15 de
julio[64] . En cambio, la información que nos transmitió Fermín González
indicaba algo bien distinto. Tanto el vecino de Pórtugos como los otros cuatro de
Trevélez fueron fusilados por la Guardia Civil sin formación de causa: « Aquí, en
Trevélez, cuando se mataron a unos guardias civiles, fusilaron a cinco personas y
ninguna tenía nada que ver. Querían meter el terror [65] » .
Este dato nos lo han confirmado Juan Gallego González, también vecino de
Trevélez, y Fernando Peinado Peinado, que entonces era párroco del pueblo[66] .
Como consecuencia de lo ocurrido, inmediatamente después de los
acontecimientos se unieron a la guerrilla cinco vecinos de este pueblo[67] .
Ese mismo mes de julio de 1947 eran eliminadas sin juicio previo seis
personas de Lentegí. Algunas lo fueron en las proximidades de Jay ena y, otras,
en el lugar conocido como El Sotillo, junto a Castell de Ferro. También habrían
matado a un niño de Otívar [68] .
El día 3i moría en un encuentro en Los Tablones (Motril) un teniente de la
Guardia Civil. Se había presentado con sus hombres en un cortijo donde se
encontraban unos guerrilleros y cay ó en el tiroteo que hubo, junto con dos de los
maquis y el dueño de la vivienda. La respuesta del Instituto Armado fue detener
a un grupo de personas del término de Motril y fusilarlas durante el día siguiente
en la carretera que conducía a Gualchos. Entre ellas iban dos mujeres, una de
ellas embarazada. A continuación, tres motrileños se unieron a la guerrilla [69] .
En octubre, siete hombres de Almuñécar corrían la misma suerte en Pinos
del Valle, y, en noviembre, otros cinco —entre los que posiblemente habría
hombres de Almuñécar y de Motril— eran también víctimas de un fusilamiento
extrajudicial. Ocurrió en la Cuesta del Marchante, cercana a La Herradura. Fue
uno de los motivos por el que numerosos almuñequeros (alrededor de 20) se
fueron a la guerrilla por esas fechas. En la Axarquía malagueña pasaba lo
mismo, con víctimas, a lo largo de 1947, en Torrox y Nerja [70] .
Sabemos que en dos de estos casos, al menos, el de Motril y el de Pinos del
Valle, había dado la orden de realizar las ejecuciones el general Julián Lasierra
Luis, jefe de Zona de la Guardia Civil. Y teniendo en cuenta que en otras
regiones de España se estaba dando la misma situación, pensamos que no estaban
descaminadas las declaraciones de Rodolfo Llopis, en esos momentos presidente
del Gobierno republicano en el exilio, denunciando la orden que habría cursado la
Dirección General de Seguridad de eliminación de detenidos, para evitar
campañas en el extranjero en su favor. El guardia Manuel Prieto nos dijo que
suponía que esta última era una de las causas de esas actuaciones[71] .
Por otro lado, los informes judiciales del Régimen que hemos encontrado
referidos a estas ejecuciones disfrazan lo ocurrido, y presentan a las víctimas
como muertos en apostadero o porque intentaban escapar. Se trataba de ocultar la
realidad más represiva del franquismo, incluso en la documentación interna, lo
que estaba en consonancia con la política de enmascaramiento que muchas
veces se había seguido en España por parte del poder cuando se recurría a estos
procedimientos y que se había visto incrementada desde que finalizó la guerra
mundial[72] .
A lo largo de 1947 aumentó sus efectivos la 9.ª Brigada que dirigía Roberto.
Hasta enero de ese año, su campo de acción se circunscribía más a la provincia
de Málaga, pero ahora se le iban a incorporar algunos granadinos, como ocurrió
con un grupo de catorce vecinos de Agrón[73] . Asimismo, a lo largo del año,
recibió incorporaciones de Almuñécar, Guájar Alto, Albuñuelas y Vélez de
Benaudalla, mientras que de la Axarquía malagueña las tuvo de Frigiliana, que
será el municipio de esta comarca que más personas aporte a esta guerrilla, y de
Nerja (sobre todo del anejo conocido como Río de la Miel), especialmente [74] .
Como hemos visto, existe una diversidad de causas en estas adhesiones al
maquis. Por un lado, se encuentra el factor ideológico, el deseo de encauzar la
lucha por medio de las armas. A veces, la huida de la represión tiene un papel de
detonante de una decisión que y a había sido madurada, de impulso final para
lanzarse a la sierra. Pero en algún caso hemos encontrado que la guerrilla obligó
a algún hombre a que se le uniera. Con esa actuación compulsiva corría el riesgo
de incorporar a gente que no estaba de acuerdo con ella y que, en cuanto
pudiera, se iba a marchar del maquis y a informar a sus perseguidores[75] . En
otras ocasiones, el móvil de la adhesión era sólo el deseo de eludir la violencia del
régimen.
En lo que se refiere a la Agrupación de Granada, y como y a hemos
señalado, después de Merediz, Rodríguez Sevilla pasaría a ser el jefe de la
misma. Pero lo fue durante poco tiempo, desde enero de 1947 hasta septiembre
de ese año. En su proceso, manifestaría lo que sigue:
La táctica de llevar a cabo una violencia mucho may or que la que ejercía la
guerrilla, con la práctica de la tortura y de la ejecución extrajudicial, se mantuvo
durante toda la época del maquis. Nada más iniciarse el año 1948, en febrero,
pudo verse en Ventas de Huelma. A la muerte de un cabo en un encuentro, se
respondió con cuarenta apresados, seis de los cuales fueron ejecutados sin juicio
previo el día catorce de ese mismo mes en el barranco de Juan Navarro, que se
encuentra en el término de Agrón. Todos eran vecinos de Ventas de Huelma,
salvo uno, que lo era de Escúzar [78] .
Pocos días después, el 28 de febrero, la guerrilla daba muerte a dos personas
del cortijo Pera, en Escúzar (Granada). La respuesta de la Guardia Civil fue
matar a Antonio Romero Calvo, Machero, Miguel Romero Vaca, Bigotillo, ambos
de Agrón, Francisco González Trescastro, Paco Jata (de Ventas de Huelma), y a
un desconocido. Ocurrió en el barranco de Escoza (Escúzar), el día 2 de
marzo[79] .
Por este tiempo es cuando se produce la refundación de la AGG.
Recordemos que Roberto estaba también al frente de la 9.ª Brigada, surgida de la
Agrupación Guerrillera de Málaga, y que su campo de acción, como jefe
guerrillero, abarcaba asimismo parte de la provincia de Granada. Estaba
compuesta por los batallones sexto y séptimo.
La denominación de 9.ª Brigada la hemos encontrado en los documentos
desde octubre de 1947 hasta enero de 1948: el número de Por la República de
este último mes se subtitulaba « Órgano del Ejército Guerrillero de Andalucía
(Suplemento de la 9.ª Brigada)» , mientras que el número 27, que es la siguiente
publicación que hemos localizado del mismo boletín, se subtitula solamente
« Órgano del Ejército Guerrillero de Andalucía» , pero en su interior hay una
página con el encabezamiento de « Parte de operaciones de la AGG» , y
comienza con la que llevaron a cabo el 28 de febrero de 1948 en el cortijo Pera.
La AGG adoptará de la 9.ª Brigada la estructuración en dos batallones, el sexto y
el séptimo, y más tarde se creará el octavo. Limia escribirá a este respecto:
14. CONCLUSIONES
Salvo algunas excepciones como el efímero grupo Los Diez Hombres, que operó
durante un mes de 1949 por Aragón, la geografía de actuación del maquis
anarquista en España prácticamente se circunscribió a Cataluña, especialmente
la ciudad de Barcelona y las comarcas del Alto Llobregat. Pero, para sintetizar
una aproximación a la génesis de la guerrilla anarquista, es necesario realizar un
viaje telegráfico por la vertiente francesa de los Pirineos a partir de la
finalización de la guerra civil española.
1. EN LA RESISTENCIA FRANCESA
Liberado el Midi e impuestas las tesis ortodoxas del MLE-CNT, algunos
anarquistas que habían combatido en las FFI al lado de FTPF, la MOI o en el seno
de alguna brigada del XIV Cuerpo de Guerrilleros Españoles el fascismo en
Francia pero con la mirada puesta en España, no estuvieron bien vistos por haber
colaborado con UNE-ANC, la plataforma impulsada por las bases del
PCE-PSUC, aglutinadora de amplios sectores del exilio republicano puesto que,
además de anarquistas, contó con la adhesión de socialistas negrinistas y
sencillamente republicanos independientes de izquierdas.
En el n.º 15, agosto 1944, de Solidaridad Obrera (Órgano de los Confederales
y Libertarios de la Unión Nacional y sus Brigadas de Guerrilleros) se puede leer:
« Nuestra colaboración en UN no es reciente, data de cuatro años […] un solo e
inmediato objeto: derribar a Franco y Falange y una vez convocadas elecciones
por un Gobierno de todos los sectores como integra UN en las que España
marcaría su nuevo destino, cadauno de los diferentes partidos y organizaciones
recobraría su nueva libertad de acción y movimientos. ¿Cuándo nuestra
Organización negó su puño para tan noble fin?» .
Anarquistas en comités y juntas de UNE: Joan Arnau, Antonio Amilla en el
Avey ron, Joan Arrufat, de Amposta (Taragona), Serafín Aliaga, de Alacant
(Valencia), Antonio Artigas, Mario Gallud, Diego Martínez en el Indre, Enrique
Montejano, Diego Ruiz, Víctor Sanz, Pedro Soto en Tarascón-sur-Ariège y José
Torres.
En Zaragoza, Miguel Peña fue tesorero de la Junta de UNE y Severiano
Arbués Labarta (Agüero, Huesca, 1913), un dirigente principal. El tesorero de
UNE en Jaca fue el confederai Eugenio Otal. Y también colaboró con dicha
Junta en el interior el prolifico escritor Abraham Guillén, futuro profesor de
Economía en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, autor en su exilio peruano
de Filosofía de la guerrilla urbana, traducido a varias lenguas.
En el secretariado de la Junta Suprema de UNE en Francia figuraron Miguel
Pascual Tomás delegado de Artes de Gráficas en el CN de la CNT de Barcelona
y Manuel Cubel (Daroca, Zaragoza, 1911), vecino de Lavelanet en el Ariège y
del Pas de la Casa en Andorra, excomisario de brigada, en nombre del Sindicato
de Alimentación.
El maquis de José Germán González, capitán FFI, resistió con Domingo
Barboa en Pie Violent, al sur de los montes de Auvergne, cerca de Mauriac
(Cantal). En este departamento, José Hernández Pérez y Manuel Barbosa
combatieron en el Bataillon Didier y falleció en junio de 1944 combatiendo a los
alemanes Ermengol Casafont Badia, de Berga (Barcelona). Joaquín Cabello
murió en combate con el maquis del Lot. Josep Serres, de Pinell de Brai
(Tarragona) en Sant Lloreng de la Salanca (PO) y Juan Escoriza (Olula de
Castro, Almería, 1918; Aix-en-Provence, Bouches-du-Rhône, 1980).
El grupo Chocolate capitaneado por Quiquet luchó en Col de Neronne y la
Vallèe de Loiran. El maquis del minero Casto Ballesta (Mazarrón, Murcia, 1912-
Limoges, Limousin, 1979) dirigía dos grupos. Uno en el triángulo Limoges-Saint
Junien-Ambazac y otro en el campo de concentración de Sereilhac, con su
esposa actuó a las órdenes de Yves Tavet de la AS de las FFI, fallecido en la
deportación, con un médico alemán antinazi, José Vargas, Emilio González y
Gonzalo Rodríguez, albañil de Málaga, fallecido en 1989 en Ly on.
El capitán Alier Ventura perteneció a la 3.ª Brigada (Ariège). Fernando Rey
combatió en el Albi con el maquis del Gran Vitini, fusilado en Madrid. El aviador
Luis de Azil fue el cocinero del Maquis de Pédéhourat (Louvie-Juzon) Luciano
Allende, de Santander, combatió con el Bataillon de la Mort en Savoie. Justo
Arribas, de Zuera (Zaragoza) y Martín Belbel lucharon en el maquis de Savoie.
Félix Ramos en Bagnéres de Bigorre (Hautes Py rénées). Pedro Alba, de Castro
del Río (Córdoba) en la Dordogne. Eulogio Añora, en el Quérigut (Ariège). Angel
Arán Sáez, de Sestao (Vizcay a), en el Avey ron. Joaquim Casas, de Bany oles
(Girona), en Loches (Indre-et-Loire). Antonio García, de Pruna (Sevilla) en el
maquis de la Crouzette (Ariège). Antonio Sanz en el Vercors y Francisco
Minguillón en Maleterre (Lot). Julián Guijarro y José Hernández Pérez, de Lorca
(Murcia), en Privas (Ardéche). Joaquim Rebull en las Landes y Guillermo
Nicolás Moles, de Castel de Cabra (Teruel) en el Aigoual.
El barbero Martín Andújar López (Murcia, 1906-Ribesaltes, PO, 1986) actuó
en el maquis de la Montaigne Noire (Aude), se significó mucho durante la guerra
en Sallent (Barcelona) y cuando entraron los nacionales en enero de 1939, al no
encontrarle, se despacharon pasando por las armas a su padre.
En el maquis del Aigle, Joan Montoliu del Campo (Vila-real, 1911, Castello-
Perpiny à, PO, 1975), en la guerra responsable de la colectividad de limpieza
pública de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), comandante republicano, fue
teniente FFI, Vicente Balaguer Alfaro, sargento y Ricardo Pascual Gimeno, de
Palafrugell (Girona), después fue secretario de la Association d’Anciens
combattants de la République espagnole.
Joan Pujadas Carolà, de Blanes (Girona), Pedro Abellán, de Cuevas del
Almanzora (Almería), Miguel Arcas Moreda y Andrés Arroy o capitanearon el
maquis de Cévennes (Ardéche). Miguel Muñoz Carrasco, de Cala Blanca
(Murcia), luchó en el maquis del Canigó, en cuy o seno existió también un grupo
de quince anarquistas a las órdenes de Jovino González, Cuvino, y el maestro
catalán de Vallmany a (PO) René Horta.
Joaquín Ramos, comandante en jefe de la 2.ª Brigada de la 2.ª División, y al
mismo tiempo de la 35.ª Brigada Marcel Langer FTP-MOI de Toulouse, fue el
comandante en jefe de la 410.ª Brigada de la 204.ª División que conquistó
Bôssost, Lès y Es Bordes en la operación central del valle de Arán.
Los primeros resistentes en el Béarn (Pirineos Atlánticos) fueron españoles y
murieron 15 de los 200 que lucharon por su liberación. El 14 de abril de 1944,
decimotercer aniversario de la proclamación de la República, se creó el Maquis
Bager d’Arudy . Uno de sus guerrilleros, la may oría aragoneses, era el anarquista
Jesús Aragüés. Alfonso Mateo, de Albox (Almería), Andreu Gilabert, de
Barcelona, y Antonio Gallego, de Murcia, muerto liberando Ly on, en el maquis
del Isère.
José Heredia Lermo, de Ronda (Málaga), perteneció a la Agrupación
Genetista de UNE en Montluçon (Allier). Jaime Barba, Galo Utrilla, Miguel
Esteve, Miquelet, de Barcelona, y Manuel Joy a Martínez, de Alcolea (Almería),
combatieron en la Sección Ebro de la AS en el seno del maquis des Gliéres
(Haute Savoie).
José Cervera, combatió en el maquis de Belves y después en el Batallón
Libertad de las FFL con Fraile, Gargora, José A. Llerda, Higinio Fernández,
Pedro Paniagua Crespo, Emilio Travé, Demetrio Sánchez, de Dieste (Albacete)
y Francisco Martínez Márquez, de Barcelona, muerto en combate por las calles
de Barcelona en 1949.
De los 30 maquisards del maquis Cofra del Lot, 16 eran de CNT, Serafín
Querol, uno de ellos. El extremeño Juan Ric del Rio era el responsable del
Batallón del Río en el maquis de Rouerge (Aude).
Daniel Sánchez Ballesteros, perteneció a la Juventud Combatiente de
Toulouse. Ángel Tomás, de Xest (Valéncia), colaboró con el maquis de Sorbo
(Córcega). Félix: Alvarez Ferreras combatió en el maquis de Cluny y participó
en la liberación de Mácon (Saone-et-Loire [1] ).
Durante más de una década, cerca de diez mil republicanos mantuvieron vivo
el conflicto armado oficialmente concluido en marzo de 1939. El desigual pulso
que sostuvieron, la violencia de los actos que perpetraron y las extremas
condiciones en las que fueron forzados a sobrevivir propiciaron que no se
elaborara un discurso sincero en torno a ellos. Desde la óptica del represor,
Eduardo Munilla sostuvo que « robaban para enriquecerse, mataban por
venganzas personales, violaban para satisfacer sus instintos y secuestraban con un
exclusivo afán de lucro[1] » . Sin embargo, Francisco Aguado publicó una
recopilación de un centenar y medio de documentos con la que desautorizaba a
su colega, y a sí mismo, y a que demostraban que los supuestos facinerosos
definidos como « manadas de lobos» habían optado por un encuadramiento
paramilitar para alcanzar objetivos políticos[2] . Este proceso fue catalizado por el
PCE, que se postuló como la única organización que conservaba cabezas de
puente en el interior de España, mientras las demás conspiraban en despachos y
cancillerías. Por eso fueron encumbrados como modelo patriótico en emisiones
radiofónicas y publicaciones de la órbita comunista. Ahora bien, mientras en el
discurso oficial fueron caracterizados como la vanguardia de un pueblo que
nunca se doblegaba, la relación establecida entre la organización política exiliada
y su brazo armado del interior estuvo salpicada de desencuentros e
incomprensiones. La dirección del PCE estableció los patrones de conducta a los
que se debían ajustar los huidos y marcó las líneas divisorias entre la ortodoxia y
la heterodoxia. Los proscritos de los proscritos constituy en el eje central de los
siguientes comentarios.
1. CONTEXTOS ASTURIANOS DE LA RESISTENCIA ARMADA
4. GUERRILLEROS O BANDOLEROS
6. CONCLUSIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Como puede apreciarse nos encontramos ante un informe en que se alerta del
efecto que la actividad de los huidos estaba teniendo sobre el campo extremeño y
la necesidad de combatirlo con un número de efectivos superior al que hasta
entonces tenían disponible, siendo para ello necesario el concurso del ejército,
como así sucedió. Un documento, pues, de indudable interés, uno más entre los
muchos de este tipo depositados en los Gobiernos civiles.
En otros casos esa información guarda relación con las circulares y oficios
que se recibían del Ministerio de Gobernación. A continuación exponemos uno de
esos textos, en este caso un escrito fechado el primer día de junio de 1945 y
remitido por el titular de ese ministerio, Blas Pérez, al gobernador civil de
Cáceres, expresándole su preocupación por las operaciones desplegadas por los
guerrilleros:
Del mismo modo los Gobiernos Civiles depositaban en sus archivos informes
relacionados con las fuerzas del orden encargadas de combatir la guerrilla nada
desdeñables. Por su interés e infrecuente uso, a continuación pasamos a analizar
uno de ellos, del que se deduce que los dos cuerpos armados encargados de velar
por el orden público durante la etapa franquista: la Policía y Guardia Civil,
mantuvieron unas relaciones tensas al menos en la lucha contra el maquis. El
primero de ellos desarrolló su trabajo en los núcleos de población urbanos,
principalmente en las capitales de provincia. La Benemérita, en cambio, tuvo
como marco geográfico de actuación las zonas rurales.
Para combatir el movimiento guerrillero, los responsables de las fuerzas de
seguridad se vieron obligados a llevar a cabo un importante despliegue de sus
componentes por todo el país con el fin de atender las múltiples necesidades que
se iban presentando a medida que avanzaba 1945. Entre esas fuerzas tuvo
especial protagonismo la Guardia Civil. Así, aunque también intervinieron
unidades del Ejército y la Falange, fue sobre todo ese cuerpo armado el
encargado de hacer frente a la actividad guerrillera de los años cuarenta [17] .
Actividad que llevaron a cabo, aunque no siempre con todos los medios deseados,
especialmente en número de efectivos, siempre escasos para desarrollar su
labor, teniendo que recurrir a personal civil de « orden» para completar esas
funciones[18] .
En ese contexto debe encuadrarse el informe que analizaremos a
continuación, que muestra cómo la labor de la Guardia Civil en su lucha con los
« hombres de la sierra» se ponía en entredicho. El documento, de contenido
secreto y confeccionado en la primavera de 1945, hacía mención a las
actuaciones de la Benemérita en una provincia extremeña, Cáceres, y fue
realizado, de ahí su importancia, por miembros del Cuerpo General de
Policía [19] , por encargo expreso del gobernador civil de la provincia cacereña,
en calidad de máximo responsable del orden público provincial.
Este tipo de documentos, según se desprende de los fondos consultados, han
sido poco habituales entre la información generada por estos organismos.
Y cuando se confeccionaron, como en este caso, solían tener un carácter
extraordinario, no sólo por sus autores —policías—, sino también por la urgencia
de conocer el estado de la cuestión de un asunto de orden público que inquietaba
a las autoridades. Se justifican, por tanto, por la necesidad de obtener
información precisa sobre asuntos fundamentales para mantener el orden
público.
En sus antecedentes, dicho informe partía del final de la guerra civil, con una
sucinta introducción sobre los orígenes de los « huidos» , su posterior organización
y « hechos delictivos cometidos» . Pero lo más relevante, sin duda, guardaba
relación con las fuerzas encargadas de combatirlos, con un apartado bastante
explícito: « actuación de la Guardia Civil encargada de su persecución» . En él,
los autores del informe vierten informaciones sobre este cuerpo armado de
indudable interés.
Así, tras exponer que la existencia de los huidos se remontaba a la
terminación de la contienda y llevaban cinco años de « fechorías» por la sierra,
« este problema se ha acentuado grave y alarmantemente en la provincia de
Cáceres durante los años 1944 y 1945» . Y como causa de ese incremento de sus
acciones se apuntaba directamente a la Guardia Civil « encargada de la
persecución de estos malhechores» , y que el número de éstos aumentó, como
también el número de delitos « pese a la enorme cantidad de fuerzas destinadas a
combatirlos, los abundantes medios que han contado y las amplias atribuciones
concedidas» .
La Benemérita, por tanto, pese a los medios humanos y materiales
disponibles para combatirlo, no había sido capaz de atajar este movimiento
guerrillero, que lejos de ser reducido había aumentado significativamente en esta
provincia extremeña. Los policías autores del documento eran directos al
reconocer esa incompetencia de los guardias civiles, ante una cuestión que se
había convertido en un « problema de tipo permanente y complejo que
fácilmente debió resolverse a poco de iniciado» .
Evidentemente, de acuerdo con sus argumentaciones, parece aclaratorio que
siendo la Guardia Civil la competente en ese cometido, tan consustancial a sus
propias características como cuerpo armado de marcado ámbito rural, en
absoluto cabe admitir que tuvieron eficacia en su función, no sólo por la ausencia
de una táctica adecuada, sino también por otro tipo de razones que ponían,
incluso, en cuestión su misma profesionalidad.
Así, ajuicio de los autores del documento, se había prescindido de la
colaboración ciudadana « preciosa y decisiva» , señalando más adelante que no
había sido por no ofrecer su generosa colaboración los vecinos afectados « pero
la desconfianza en unas ocasiones y el mal trato recibido en otras, hicieron que
temieran tanto a la Guardia Civil como a los propios huidos, según frase
vulgarizada de tan extendida» . Incluso su prolongada presencia en pueblos y
caseríos ocasionaba alteraciones, al tener que facilitarles « medios para vivir» ,
una obligación que alteraba a propietarios y personas con solvencia para ello,
máxime ante la deliberada irresponsabilidad en que al parecer incurrían
determinados guardias.
En este archivo perteneciente al PCE, sin duda las organización que may or
apoy o prestó al movimiento maquis, en su sección dedicada al Movimiento
Guerrillero nos encontramos informes de obligada consulta para conocer la
situación de las partidas y agrupaciones guerrilleras, sus conexiones, propaganda
y operaciones. Datos de indudable interés, que pese a las lagunas que presentan
en su contenido, en no pocos casos cifrado, permiten contrastar sus datos con los
procedentes de las fuerzas de seguridad franquistas. Consideramos que esa labor
de verificación de las fuentes « oficiales» con otros acervos documentales de
distinta procedencia es absolutamente pertinente antes de llegar a conclusiones
que puede estar alejadas de la realidad. Por otro lado, junto a ese fondo, resulta
pertinente consultar la colección de prensa, especialmente Mundo Obrero, y los
partes de la Benemérita, dentro de la sección de microfilms.
Por detenernos en alguno de los contenidos de este interesante archivo,
haremos referencia a la labor propagandística desarrollada por el maquis contra
la dictadura, que es una de sus actividades más desconocidas. Una difícil y
complicada labor que sus protagonistas, tras superar los elementos adversos a su
vida en la sierra, supieron desarrollar con cierta eficacia, tanto en lo concerniente
a la confección en los campamentos, como en su distribución por vías de
comunicación y poblaciones. El contenido de esos textos propagandísticos
guardaba relación con la defensa de la República, la democracia y la libertad. A
continuación se expone uno de ellos, en el que se puede apreciar con claridad a
quién se dirigía este tipo de propaganda y qué defendía:
Estamos ante una misiva que por sí misma nos ofrece una información
escueta y un tanto imprecisa, como corresponde a la actitud de un agente del
orden que trata de tranquilizar a su familia antes de que conocieran la noticia de
que el pueblo había sido tomado por los maquis. Pero la noticia quedaría ahí si no
fuera por lo sucedido: a resultas de estos sucesos tres números fueron pasados por
las armas siguiendo instrucciones de mencionado Gómez Cantos al apreciar en
ellos « una actitud cobarde» ; y el otro guardia que se cita en la misiva, Juan,
falleció a causa de las heridas sufridas en el enfrentamiento que sostuvo con la
guerrilla. Una carta, por tanto, que analizada en su contexto adquiere una may or
relevancia, pues lo sucedido fue muy grave y el desenlace insólito, siendo uno de
los afectados su autor, que posiblemente se temía lo peor cuando escribió estas
letras pero prefirió no expresarlo a su mujer y evitar así un sufrimiento
anticipado. Se muestra de esa forma el interés que encierra la correspondencia
privada, pero también la necesidad de contrastar su contenido con otras fuentes.
5. HISTORIA ORAL.
Tremenda peripecia la vivida por Gerardo en este suceso que costó la vida a
su compañero, sobre el que debemos subray ar, en primer lugar, la disparidad
existente entre la versión ofrecida por un testigo directo como Pinto y la
facilitada por Puga Noguerol a sus mandos. Este último, como no podía ser
menos en una operación de estas características, expresa su satisfacción y
ensalza a los guardias que participaron en el enfrentamiento armado con los
guerrilleros. Resalta su heroicidad y eficiencia por encima de cualquier otro
pormenor, y vimos que era comprensible esa actitud por un doble motivo: la
concesión de una recompensa para los números que intervinieron en este hecho
y, en lo concerniente a su promoción personal, procurar mejorar su imagen ante
la superioridad con vistas a posibles ascensos. Un doble juego que se debe tener
en cuenta cuando se analizan los partes de la guardia civil sobre sus actividades
contra la guerrilla.
Pinto, como puede apreciarse, facilita otra interpretación de los hechos
distinta, bastante alejada de la moral combativa que el oficial de la Benemérita
parece ver en el comportamiento de sus hombres. Se deduce de su vivencia que
los guardias, si bien se dirigieron con decisión al lugar donde estaban ubicados, sin
embargo su actuación no fue tan eficaz y sus disparos no alcanzaron a ningún
maquis, salvo la herida en el dedo de Gerardo. Periñán decidió suicidarse al
sentirse cercado y no resistir la presión de poder ser detenido o alcanzado por los
disparos de las fuerzas del orden. Sencillamente cumplió con el código de valores
guerrilleros, que sugería quitarse la vida antes de caer detenidos. Por tanto según
esta versión los supuestos certeros disparos de los guardias no acabaron con la
vida de este guerrillero, que decidió, tras sentirse acorralado (su llamamiento:
« ¡Pinto!, ¡Pinto!, no me abandonéis» creemos que es suficientemente ilustrativo
sobre su situación), poner fin a su vida.
De acuerdo con esa interpretación, los guardias ignoraban si sus disparos
habían alcanzado algún objetivo, y sólo tras ver los restos de sangre procedentes
de la herida de Pinto en el dedo supieron que alguno iba herido, pero no que
hubiera algún cadáver. Eso lo descubrieron cuando se desplazaron hasta el lugar
donde se escuchó el disparo letal que se dio Periñan. De hecho, si nos atenemos
al testimonio de Gerardo, había disparidad de criterio en los guardias sobre la
entrada al matorral en que se encontraban refugiados, por temor a estropear su
indumentaria, aunque mucho nos tememos que al no tenerlas todas consigo, su
preocupación era la posibilidad de ser alcanzados por algunos de los disparos del
adversario.
Aunque podíamos continuar con la exposición de otros ejemplos,
consideramos que los expuestos inciden en la apreciación y a señalada de la
necesidad de contrastar las fuentes, de no efectuar interpretaciones de los hechos
sin haber cruzado los datos con otro tipo de información. Consideramos que esta
premisa constituy e una exigencia ineludible para un mejor conocimiento del
movimiento guerrillero de los cuarenta, máxime cuando aún contamos con
algunos supervivientes que, pese a su avanzada edad, nos pueden dar luz sobre
contenidos de difícil aclaración por otros medios.
CAPÍTULO 12
Michael Frisch es uno de los may ores especialistas en el campo del uso y la
introducción de la tecnología informática, y en general de las nuevas tecnologías
en la historia oral, en un reciente artículo publicado en la revista Historia,
Antropología y Fuentes Orales, plantea a modo de « reflexión teórica» las
ventajas y nuevos enfoques, por la vía de las « herramientas digitales» , de la
entrevista oral, muy dependiente todavía hoy, de las transcripciones. El audio y el
vídeo permiten acabar con ésta tiranía y hacerla más manejable. Señala tres
dimensiones para las fuentes orales a través del módem, que permiten un
alejamiento del texto. Dimensiones orales propiamente dichas; presenciales, es
decir, materiales, corporales y performativas (más penetrantes y
representativas).
Frisch enfatiza la notable infrautilización de los archivos orales, no y a de las
transcripciones sino de las grabaciones originales. Estos archivos son raramente
consultados, aunque estén bien clasificados, lo que es excepcional. Aduce la
presunción may oritaria de los investigadores de que « sólo en el texto puede
encontrarse el material con eficacia y eficiencia» , y que éste es más fácil de
leer, reproducir, etcétera, mientras que el audio es necesario escucharlo en
tiempo real. Así, pues, propone « trabajar directamente con la voz y el vídeo, con
cuerpos, gestos y contextos no verbales» . Métodos que nos devuelven a una de
las promesas originales de la historia oral; vuelven a poner lo oral en la « historia
oral» desde « la entrevista a la edición…» , buscando una may or riqueza en el
uso de la voz a través de la presencia física. Lo que se trata es de hacer más
visible, corporeizar la entrevista e integrar la nueva oralidad resultante en un
producto con fines comunicativos, históricos y políticos. La gama es variada: el
documental, el vídeo, la exposición, el libro, la radio o el CD… Una oralidad
liberada y visual es la que otorga nueva calidad a la representación. Su
« novedosa» apuesta lo es por « la mediación de la historia oral en general a
través de una inteligencia crítica: la del editor, el artista, el director, el
conservador, el productor [6] » .
Apuesta valerosa por una inteligencia crítica para organizar la información
suministrada por las fuentes orales, que parece coherente con la necesidad
histórica de rigor, de análisis intencional. « … La historia oral en esta modalidad
cobra sentido, es utilizable y puede compartirse sólo cuando se ha “cocinado” en
forma de selección documental y luego es ofrecida a los clientes» . Esta última
frase introduce un matiz comercial y culinario —reconocido por el autor— que
aleja las fuentes orales así manipuladas de la metodología y usos propiamente
históricos adecuados para la investigación y, en particular, de los movimientos de
resistencia, acercándolos más bien al espectro sociológico de una neosociedad de
consumo, y a no masiva, sino de supermercado. ¿Con qué criterios se elabora o
debe y puede elaborarse la selección documental? ¿Quiénes y con qué fines lo
hacen? ¿Clientes? ¿Quiénes son o pueden ser? Las memorias y los testimonios, ¿se
refieren a sujetos históricos e individuales o a entidades sociales y políticas
interesadas en una evaluación con fines propios?
Frisch observa y realiza fáciles predicciones: el tirón del ordenador personal
que ha sacado « las películas de la sala oscura del cine» , dice, convertirá en
obsoletas las cintas y el CD-ROM; las grabadoras serán —lo son y a— pequeños
ordenadores con cada vez may or capacidad de audio y vídeo. El documental
final tras la pertinente selección de las fuentes, en esta caso orales, se podrá
recomponer en varios sentidos (transversales, paralelos e incluso contradictorios)
y podrán elaborarse desde un potente cuerpo documental « ordenado» (base de
datos) con diversas versiones. Pone ejemplos sobre los archivos familiares de
fotos o imágenes de vídeo que podrán, desde reducidos equipos domésticos,
transformarse en minidocumentales que substituy an al obsoleto álbum de fotos o
a la vieja película. No se trata en absoluto de una nueva idea, insiste; lo mismo
que los libros superaron a los pergaminos, las nuevas herramientas…, el audio y
el vídeo « pueden convertirse en un recurso igualmente liberador y flexible […]
para cualquier pregunta y uso» y para la may or « diversidad de usuarios» .
« Más allá —y esto es, sin duda, lo más enigmático de su aportación— de
devolver el poder a “la voz” (indexación) se refiere a cuestiones políticas básicas
en el discurso de la historia oral» . La « promesa democrática de la historia
oral» , sostiene, ha estado sometida a una restricción bipolar entre el input y el
output que necesita romperse, y eso lo están haciendo las nuevas tecnologías
controladas por sus mediadores: el director del documental, el productor de
televisión o radio… Ellos son « los que dan forma a lo que se selecciona para
representación en formas públicas y a sea a través de documentales, de películas,
exposiciones, libros…» [7] .
Los modernos mediadores: comerciales, publicistas y gestores, son los nuevos
dirigentes con tendencia a sustituir a los políticos, cuando no a ejercer
directamente como tales. Son los nuevos dioses, dominadores de las relaciones
sociales y de los pasillos de acceso a los poderes. ¿Dónde queda el pasado? ¿Qué
memorias proponen tales patronazgos? ¿Dónde queda la Historia? Parece
evidente que la memoria histórica será colectiva o no será. Queda, además, por
aclarar la relación que parece existir entre su arrolladora emergencia y la
« moderna» globalización. Una relación que no es difícil suponer. Y no lo es, en
la medida que el proceso de reordenación del mercado de consumo de masas se
presenta como un fenómeno muy moderno, un movimiento neoilustrado,
racionalmente organizado desde la modernidad e inevitable, frente a la
diversidad étnica y cultural, motejadas de caótica esencia de la posmodernidad.
Pero sabemos que la dialéctica de la Ilustración, como pusieran de manifiesto
Adorno y Horkeimer, permite leer los últimos capítulos de la historia humana en
clave de dialéctica negativa, hija no deseada, pero legítima, del mismo
pensamiento ilustrado[8] .
6. PARA IR RESUMIENDO
Los nuevos usos y tendencias de las fuentes orales penetradas por las
tecnologías punta usadas en y por los medios de comunicación de masas
(teléfono móvil, DVD, módem, docucine) están incidiendo de manera decisiva
en el campo historiográfico y particularmente en la « reconstrucciones
históricas» sin que se asiente una crítica sistemática de sus objetivos explícitos u
ocultos. Los sistemas de adaptación al mercado globalizado son cada vez más
agresivos. Devoran a los consumidores. El mundo al revés. En el tratamiento de
una nueva oralidad, los testimonios deberán superar los marcos predeterminados
de la entrevista y la historia oral para construir una memoria colectiva
conveniente. La memoria, primero individual y cíclicamente colectiva (cúmulo
de tradiciones) da cuenta del pasado mediante huellas que aparecen como una
lucha contra el olvido y el silencio. Actualmente esta cuestión, en el estado
español, asume el aspecto de una polémica que en ocasiones parece asemejarse
a un diálogo de sordos… La persistencia del fantasma de la guerra civil, oscurece
en parte el debate sobre el propio franquismo, sus crímenes y criminales; y la
reparación moral y material para las víctimas en diversas etapas de su sombría
historia.
Santos Juliá afirma, un tanto exageradamente, que « vivimos […], no sólo en
España, bajo el signo de la memoria» y que « y a no nos interesa tanto lo que ha
pasado, sino su memoria; no los hechos, sino sus representaciones[28] » . Enzo
Traverso, se sirve de Annette Wieviorka para afirmar que hemos entrado en la
« era del testimonio» . Testimonio situado, dice, « en un pedestal que encarna el
pasado, cuy o recuerdo es prescrito como un deber cívico, y más en esta época,
en la que hemos identificado el testimonio con la víctima [29] » .
Es curioso comprobar la evolución de algunos de los autores citados. Luisa
Passerini se adentra en los insólitos caminos que comunican memoria y utopía
como vertiente de futuro, sobre la identidad europea. Razona sobre la violencia,
los excesos del colonialismo y el silencio forzado de las minorías que lo han
sufrido o lo sufren. África y Asia penetran en el escenario. Habla de la « historia
de la memoria» , del silencio, como refugio de trabajadores emigrantes: « No
quiero recordar» , dicen.
Reconoce, basándose en los ejemplos de Argelia y la guerra de Corea —
cuy a primera historia oral no aparecerá hasta 1988, es decir, 35 años después de
finalizado el conflicto—, que: « Si una tal “amnesia” pública que se extiende
también a lo privado, es impuesta por las autoridades, muy a menudo no puede
darse sino una especie de complicidad por parte de aquéllos que, no estando en
una posición de poder, aceptan y prolongan el silencio impuesto[30] » .
La melodía admite variaciones, pero la letra parece que nos concierne.
CAPÍTULO 13
Convencida de que los testimonios de los actores del tiempo presente son
materiales indispensables para comprender la historia reciente, para poder
construir una historia de las representaciones y de la memoria, la Biblioteca de
Documentación Internacional Contemporánea (BDIC) desarrolla una política de
creación de archivos orales[1] . Los archivos que voy a presentar ahora se
refieren principalmente a testimonios de mujeres que participaron en las
guerrillas antifranquistas del oeste de España, entre los años 1939 y 1951, en el
seno de la Federación de Guerrillas de León Galicia o del Ejército Guerrillero de
esa región. Esta muestra fragmentaria puede, a pesar de sus límites, ay udarnos a
comprender la experiencia y la memoria femenina de la guerrilla.
Estos testimonios han sido recogidos entre 1998 y 2005, en un momento muy
significativo, caracterizado por la emergencia en el ámbito público de las
memorias de los vencidos y el cuestionamiento del « pacto de olvido» de la
transición.
Dos observaciones son imprescindibles para poder comprender su sentido.
Primero, entre esas dos fechas (1998 y 2005), las mujeres que dan aquí su
testimonio pasan de una situación donde no se reconoce su pasado —incluso se
« criminaliza» — a una forma de rehabilitación aunque sea parcial con el texto
del proy ecto no de ley votado en el Congreso de los Diputados en may o del
2001[2] . Son conocidas de sobra las influencias, sobre el testimonio, de los
diferentes tiempos de la memoria: tiempos biográficos, sociales, políticos que
algunas veces no coinciden; también está bien estudiado cómo se construy e el
recuerdo personal en relación con los marcos sociales de la memoria a su vez
determinada por las políticas institucionales o los movimientos sociales que se
entrecruzan en el espacio público. Uno de los aspectos interesantes de estos
fondos de archivos orales es que están repartidos en el tiempo (entre 1998 y
2005), lo cual nos permite apreciar una evolución de las formas del testimonio
con respecto a todos esos parámetros.
Segundo: las huellas audiovisuales recogidas en este corpus no tienen todas el
mismo estatuto; la fuente oral, como el archivo clásico, informa más sobre el
presente de la memoria y sobre la instancia que la produce que sobre el objeto
designado y, además, es una fuente provocada, producto de una interacción: de
esta forma, lleva consigo las huellas de sus condiciones de producción. Las
situaciones en las que se hicieron estas entrevistas son muy diversas: espacio
íntimo, espacio público al margen de acciones de memoria o de realización de
documentales o espacio más académico dedicado a la conservación de un
archivo oral.
Las cuestiones previas son múltiples: primera serie de preguntas sobre el
objeto de estudio. ¿Tiene algún valor el concepto de « mujeres resistentes» ?
¿Existe un sujeto colectivo de este tipo o es una construcción? ¿Es pertinente el
corpus provisional del cual propongo sacar ahora algunas hipótesis? ¿Es legítimo
constituir un corpus a partir de testimonios que se refieren a una diversidad de
tray ectorias personales tan grande, de épocas y de regiones, de sensibilidad
política, y que por tanto suponen una variedad de construcciones de memoria?
Segunda pregunta sobre la fuente oral: ¿cuál es el interés de esta fuente para
el estudio de las mujeres resistentes? Pregunta a la cual se puede responder con
otra: ¿de qué fuentes podemos disponer para comprender la experiencia histórica
de actores cuy a acción, más que ninguna otra, ha sido borrada por la represión
que sufrieron esas mujeres y por la naturaleza de su acción a la vez clandestina y
relegada a la esfera privada [3] ?
Por último: ¿cómo tener en cuenta la historia y los objetivos de la
composición de estos fondos de archivos?
No quiero eludir estas cuestiones pero, más que plantear aquí consideraciones
de método independientes de su objeto, quisiera sacar a la luz el contenido de
estos archivos y poner de relieve los problemas que nos plantea su estudio.
Estos archivos son a la vez rastros de un pasado, delineados por una voluntad
de testimonio, y actos en el presente, afirmados por una voluntad de transmisión.
Estas dos vertientes no se pueden disociar. Me parece que no podemos limitarnos
a someter estos testimonios a la prueba de la crítica histórica sin preguntarnos qué
tipo de comprensión requieren tales « actos de tomar la palabra» , considerados
como fragmentos de historia. Estas dos vertientes indisociables propongo
considerarlas separadamente y, para no alargar demasiado la presentación, me
detendré sobre todo en la segunda y me referiré poco a la primera. Así, intentaré
poner de relieve la parte femenina, social e históricamente situada de la
experiencia resistente y de su narración. Y, de paso, evocaré algunos de estos
archivos.
Los archivos orales de los que tratamos son indicios de un pasado que ha sido
activamente rechazado. Son expresiones de una voluntad de testimoniar cuy a
implicación ética y política tiene que ser valorada situándola en una historia de la
memoria española, marcada primero por la ocultación de la violencia franquista,
después por los silencios impuestos durante la transición y caracterizada,
últimamente, por una cierta « escenografía» pública de las huellas del pasado[8] .
Esta voluntad de testimoniar resulta aún más actual, puesto que la cuestión de la
impunidad de los crímenes franquistas queda aún pendiente y que las
asociaciones de víctimas de lo que podemos llamar « un terrorismo de Estado»
aún están a la espera de « las comisiones de verdad y justicia» y de la anulación
de las sentencias de los tribunales militares franquistas que permitirían impulsar
nuevas políticas de reparaciones.
Por lo tanto estos testimonios no son simplemente meros signos; son actos de
resistencia contra todos los intentos, pasados o presentes, de borrar el pasado.
Comprenderlos no es solamente comprobar su exactitud oponiendo lo que está en
juego a nivel científico a lo que está en juego a nivel ético y político. Es intentar
resituarlos más allá de su valor documental como actos de transmisión que, como
tal, merecen ser recibidos, no sólo porque forman parte de la historia sino porque
también la transforman.
Dichos archivos confirman la especificidad del testimonio de las mujeres,
relacionada con la particularidad de su papel en la historia: es el punto de
convergencia que va más allá de la pluralidad de la que y a hemos hablado. Para
todos los actores de la guerrilla, transmitir su experiencia de la lucha armada es
intentar defender una dignidad política que se les negó « criminalizando» su
combate (por parte de los franquistas) pero también olvidándolo (por parte de los
vencidos). Pero, entre todos estos olvidados de la historia, las mujeres forman
una categoría doblemente amenazada de invisibilidad. Para ellas, la implicación
moral y política del reconocimiento es may or porque pesan sobre sus palabras
no sólo el peso de la represión franquista sino también el peso de la dominación
masculina que las ha marginado (antes), lo cual amenaza con excluirlas del
relato resistente y, por consiguiente, de un reconocimiento que, de por sí y a es
muy frágil. Por tanto comprender estos relatos femeninos es tomar la medida de
esa desigualdad frente al olvido y observar cómo estos testimonios se enfrentan a
dos tipos de obstáculos: por una parte, los que están relacionados con la
transmisión de un combate violento en un ejército irregular y clandestino; por
otra parte, los que —en el pasado o en el presente— están relacionados con el
sexo femenino.
Vamos a examinar ahora cuáles son los obstáculos particulares, que tienen
que superar estos testimonios de mujeres pero también cómo esas palabras de
mujeres consiguen transgredir lo que la memoria les prohíbe por ser mujeres.
3. CONCLUSIONES
HARTMUT HEINE
JORGE MARCO
ODETTE MARTÍNEZ
Sus libros han alcanzado una gran difusión entre el público y los especialistas.
Destacamos: Córdoba en la posguerra (la represión y la guerrilla, 1939-1950), o
el voluminoso La resistencia armada contra Franco: Tragedia del maquis y la
guerrilla: el centro-sur de España, de Madrid al Guadalquivir. En el último año ha
publicado unas memorias sobre el conocido guerrillero cordobés Veneno, bajo el
título: Historia y memoria del Maquis
SECUNDINO SERRANO
MERCEDES YUSTA
Desde finales de los años noventa ha renovado los estudios sobre la guerrilla
antifranquista en España con libros como: La guerra de los vencidos: el Maquis
en el Maestrazgo turolense, 1940-1950 o Guerrilla y resistencia campesina: la
resistencia armada contra el franquismo en Aragón (1939-1952). En la actualidad
realiza diversas investigaciones en torno al papel de las mujeres y de las redes
familiares dentro de la resistencia.
Notas
[1] S. Balfour: Abrazo mortal. De la guerra colonial a la guerra civil en España y
Marruecos. Barcelona. Península, 2002. <<
[2] J. Jauregui: Porque el 18 de julio… Y después, Barcelona. Flor del Viento,
2006, pp. 144-145. <<
[3] J. Ventura Solé: Presó de Pilots. Tarragona. Diputació de Tarragona, 1993,
pp. 9, 22-23. <<
[4] J. Subirata Piñana: Pilotos 1939-41. Prisión de Tarragona. Madrid. Pablo
Iglesias. 1993. p. 3. <<
[5] F. García Crau: « Batallons de la postguerra» . La Riuada. 4. (1995), pp. 27-28.
<<
[6] Entrevista con Ramon Videllet Andreu, Benifallet, 3-4-1996. <<
[7] J. M. Naveros: « Los muertos del “Parte Inglés” en Almería» . Tiempo de
Historia. 46 (1978). Véase: www.shac.net/República/TextosIM/Elparteingles. <<
[8] J. Busquets: Veinte años de prisión. Los anarquistas en las cárceles de Franco.
Madrid. F. Anselmo Lorenzo. 1998. <<
[9] A. Bahamonde. Un año con Queipo. Barcelona. Ed. Española, 1938, pp. 92-93
. <<
[10] G. Ciano: Diarios 1937-1943. Barcelona. Critica, 2004. <<
[11] No tenemos en consideración la represión sobre el nacionalismo de las
colonias portuguesas. Véase sobre esta cuestión: Torre. H de la y Sánchez
Cervelló, J: Portugal en el siglo XX. Madrid, Istmo, 1993, pp. 279 y ss. <<
[12] J. M. Solé Sabaté: La represión franquista a Catalunya. Barcelona. Ed. 62.
1985, pp 134 y ss. <<
[13] J. Sánchez Cervelló: « Próleg» en: J. Recasens LLort: La repressió franquista
a la Ribera d’Ebre. Valls, Cossetania, 2003, pp. 5-9. <<
[14] Entrevista a Juan Antonio Roig « Janet» . Calaceite. 28-8-2006, y Pepeta
Cervelló Rius. Tarragona. 11-3-1996. <<
[15] « Libro de Actas de Sesiones Municipales» , 1-6-1936. Texto manuscrito.
Archivo Histórico Municipal de Flix, p. 67. <<
[16] J. Sánchez Cervelló: « Metodología de la represión franquista 1938-1947» ,
en: J. Sánchez Cervelló (coord.): La provincia de Tarragona durant el franquisme (
1938-1976). Politica, societat I cultura, Tarragona. CEHSGO, 1996, pp. 11-40. <<
[17] J. Cruany es: Els papers de Salamanca. Barcelona. Ed. 62, 2003, pp. 62. <<
[18] Entrevista con Juan Corbella Ventura. Flix. 16-1-1996. <<
[19] J. Sánchez Cervelló: « Próleg» en: J Recasens Llort: La repressió franquista a
la Terra Alta, Horta de Sant Joan. Ecomuseu dels Ports. 2005, pp. 59 <<
[20] Entrevista con Juan Antonio Roig Serrano. Calaceite. 19-8, 2006. <<
[21] M. A. Ruiz Carnicer: « Poder político y respuesta social en el Bajo Aragón
turolense en el primer franquismo» en: P. Rújula (coord.): Entre el orden de los
propietarios y los sueños de rebeldía, s. l. (Zaragoza). Grupo de Estudios Masinos.
1997, pp. 89-108. <<
[22] « Excmo. Sr. Pedro Gomero» . Batea. 17-10-1939, p. 7. Caja 11. SGM-AGA
. Alcalá de Henares. <<
[23] E. Líster: Asi destruyó Carrillo el PCE, Barcelona. 1983. p. 28. <<
[24] S. Vilar: Historia del antifranquismo 1939-1975. Espulgues de LLobregat.
Plaza & Janes. 1984. p. 56: H. Heine: La oposición al franquismo. Barcelona.
Crítica, 1983, pp. 131-132. <<
[25] G. Durán : Una enseñanza de la guerra de España. Madrid, Júcar, 1980. <<
[26] J. Sánchez Cervelló: ¿Porqué hemos sido derrotados? Las divergencias
republicanas. Barcelona. Flor del Viento, 2006, pp. 526 y ss. <<
[27] M. Heiberg y M. Ros: La trama oculta de la guerra civil. Los servicios
secretos de Franco 1936-1945, Barcelona. Crítica, 2006, pp. 168. <<
[28] M. Irujo: Inglaterra y los vascos. Buenos Aires. Ekin. 1945: C. Pi i Suny er:
Memóries de l’exili. El Consell Nacional de Catalunya. Barcelona. Curial. 1978.
p. 176, vol. 1. <<
[29] F. Montseny : Pasión y muerte de los españoles en Francia, Toulouse. Ed.
Universo, 1950, pp. 37-38. <<
[30] A. Kedros: A Resisténcia grega 1940-1944. Porto, Inova. s. d. [1975]. p. 745.
<<
[31] D. H. Close: The Greek Civil War 1943-1950: Studies of Polarization,
London-New York, Routledge. 1993. <<
[32] Crístino García era héroe nacional de Francia por su contribución a la lucha
contra los nazis. <<
[33] Sobre las resoluciones de la ONU condenando al franquismo, véase A. J.
Lleonart Anselm: España y la ONU (1945-46). Documentación básica sintetizada
y anotada. Madrid. CSIC, 1978. <<
[34] Véase: S. Minev: Las causas de la derrota de la República española,
A. Encinas (ed.). Madrid. Miraguano, 2003, p. 287: A. Elorza y M. Bizcarrondo:
Queridos camaradas. La internacional comunista y España 1919-1939, Barcelona.
Planeta, 1999. <<
[35] J. Estruch: El PCE en la clandestinidad 1939-1956, Madrid. Siglo XXI, 1982,
p. 71. <<
[36] S. Agudo: Memorias. La tenaz y doloroso lucha por la libertad 1939-1962.
Huesca. IEA-Diputación, 1991, pp. 234 y ss. <<
[37] D. Diaz Esculies: El catalanisme polític a l’exili (1939-1959). Barcelona. La
Magrana. 1991, p. 108. <<
[38] J. Borrás: Políticas de los exiliados españoles 1944-1950, París. Ruedo
Ibérico, 1976, pp. 21-26. <<
[39] A. Paz: CNT 1939-1945. Barcelona, Hacer, 1980, pp. 139-146. <<
[40] R. Borrás Bertriu: Los últimos borbones. De Alfonso XIII al Príncipe Felipe.
Barcelona. Flor del Viento. 1999, pp. 127 y ss. <<
[41] ID.: El rey de los rojos. Don Juan de Bortón, una figura tergiversada.
Barcelona. Vergara, 2005, pp. 221-223. <<
[42] B. Vargas: Rodolfo Llopis 1895-1983. Una biografía política. Barcelona,
Planeta, 1999, pp. 195-200. <<
[43] Véase: M. A. Bosch: Pous i Pagés. Vida i obra. Figueres. IEE, 1997. <<
[44] A. Fernández: Rebel. Barcelona. Mediterránia. 2002, p. 346. <<
[45] E. Pons Prades: Guerrillas españolas 1936-1960, Barcelona. Planeta, 1977,
pp. 180-191. <<
[46] Las obras de conjunto más importantes son: S. Serrano: Maquis. Historia de
la guerrilla antifranquista. Barcelona. Booket, 2002; F. Moreno: La resistencia
armada contra Franco. Barcelona. Crítica, 2001. <<
[47] « Sobre la AGL» . s. l., s. f. [agosto-septiembre 1947], 8 págs.
mecanografiadas. APCE. Madrid. <<
[48] F. Claudin , Santiago Carrillo. Crónica de un secretario general. Barcelona.
Planeta, 1983, pp. 95. <<
[49] E. Lister: op. cit., pp. 54. <<
[50] S. Carrillo: « Sobre la experiencia de dos años de lucha» , Nuestra Bandera.
31, noviembre-diciembre de 1948, pp. 834-839. <<
[51] Mundo Obrero. 55, 3 de febrero de 1949, p. 1. <<
[52] J. Estruch: Historia oculta del PCE. Madrid, Temas de Hoy. 2000. p. 174. <<
[53] J. Sánchez Cervelló (ed.) et al.: Maquis, el puño que golpeó el franquismo, la
Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. 4 ed., Barcelona. Flor del Viento.
2006, pp. 382-385. <<
[54] S. Carrillo: Memorias. Barcelona, Planeta. 1993. <<
[55] S. Álvarez. J. Hinojosa y J. Sandoval (coord.): El movimiento guerrillero en
los años cuarenta. Madrid. Fund. de Investigaciones Marxistas. 1990: J. M.
Aztiaga: La guerrilla antifranquista en Nerja. 2.ª ed., Nerja. IU-Los Verdes-
Convocatoria por Andalucía. 1996. <<
[0] Josep Sánchez Cervelló: ha publicado numerosos trabajos sobre aspectos
relacionados con la historia de Portugal y los procesos de descolonización: La
descolonización y el surgimiento del Tercer Mundo; El último imperio occidental:
la descolonización portuguesa, o La revolución de los claveles en Portugal.
También ha dedicado su interés al estudio de la resistencia antifranquista con la
coordinación del trabajo: Maquis: el puño que golpeó el franquismo. La
Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. <<
[1] Secundino Serrano: Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista. Madrid,
Temas de Hoy, 2001. <<
[2] Esta crítica ha sido también expresada en el caso de otras historiografías, por
ejemplo la de la Resistencia francesa: asi, Pierre Laborie critica « l’erreur de
méthode qui consiste à juger exclusivement de sa dimension [de la Résistance] à
partir de critères d’efficacité militaire ou d’évaluations quantitatives des effectifs.
Ces interprétations réductrices, en suggérant la marginalité de la Résistance ou
son isolement dans la nation, négligent la dialectique des rapports de force et la
multitude des gestes obscurs qui conditionnent la survie et le développement de la
Résistance» . En Pierre Laborie: L’opinion française sous Vichy. Paris. Éditions du
Seuil. 1990, pp. 310. <<
[3] En otros países, esta revisión historiográfica de la historia de la Resistencia
contra el fascismo incluy endo a grupos sociales mis amplios que los militantes de
las organizaciones está muy avanzada. Véase por ejemplo, en el caso de la
resistencia francesa, Jacques Semelin: Sans armes face ó Hitler: La resistance
civile en Europe, 1939-1943. Paris. Pay ot. 1989; Marcot François: « Pour une
sociologie de la Résistance: intentionnalité et fonctionnalité» , en: Antoine Prost
(dir.): La Résistance, une histoire sociale. Paris. Les Editions de látélier/Éditions
Ouvrières, 1997, pp. 21-41: Laurent Douzou: « La Résistance et le monde rural:
entre histoire et mémoire» . Ruralia [en ligne], 1999-04-Varia,
http://ruralia.revues.org/document88.html, en el que realiza un análisis de la
resistencia en el mundo rural francés que nos interesa particularmente por las
analogías que pueden establecerse con el caso español. La resistencia de las
mujeres durante la segunda guerra mundial es analizada por Anna Bravo y Anna
Marta Bruzzone, In guerra senza armi. Storie di donne. 1940-1945, Roma.
Laterza, 1995: Anna Bravo: « Résistance civile, résistance des femmes en Italie
1943-1945» , en: Jean-Marie Guillon y Robert Mencherini: La Résistance et les
europeens du Sud. Paris, L’Harmattan. 1999, pp. 37-47; Paula Schwartz:
« Redefining Resistance: Women’s Activism in Wartime France» , en: Margaret
Higonnet et al. (Coord.): Behind the lines. Gender and the Two World Wars, Yale
University Press, 1987, pp. 141-153: o el dossier de la revista Clio coordinado por
Françoise Thébaud. « Résistances et libérations en France. 1940-1945» : Clio.
Histoire, Femmes et Sociétés. 1 (1995). Para la resistencia alemana ver Der
Widerstand gegen Nanonalsonalismus (32.º Congreso de Historiadores Alemanes
en Hamburgo). Stuttgart. 1979; Alf Lüdtke: « De los héroes de la Resistencia a los
coautores. “Alltagsgeschichte” en Alemania» . Ayer, 19 (1995), pp. 49-69. <<
[4] Me parece necesario introducir esta puntualización, por obvia que pueda
parecer, ante determinadas afirmaciones y reproches que pretenden que el
estudio de la guerrilla desde la óptica de la historia social llevaría a negarle su
carácter político. No sólo se trata de un argumento absurdo e infundado, que
revela un perfecto desconocimiento del origen, la metodología y los objetivos de
la historia social, sino que escribir una historia pretendidamente « militante» no
siempre sirve a la causa que se pretende defender (a menudo suele suceder lo
contrario). <<
[5] Véase en particular Theodor Shanin: La clase incomoda. Sociología política
del campesinado en una sociedad en desarrollo (Rusia 1910-1925). Madrid.
Alianza Editorial, 1983, y T. Shanin (ed.): Peasants and peasant society: selected
readings. Oxford. Blackwell, 1987 (2.ª). <<
[6] James S. Scott: « Every day forms of Résistance» en: Forrest Colburn (ed.):
Everyday forms of Peasant Resistance. New York. M. E. Sharpe. 1989, pp. 3-33,
cita en p. 3. <<
[7] Véase, entre otros, R. Guha: Subaltem Studies: Writings of South Asían History
and Society. Oxford. Oxford University Press. 1983: D. Chakrabarty : Habitations
of modernity: Essays in the wake of subaltem studies. Chicago. University of
Chicago Press. 2002. <<
[8] Edward P. Thompson: « Patrician Society. Plebeian Culture» . Journal of
Social History. 7-4 (1974), pp. 399, citado por James C. Scott: « Ever y…» op. cit.,
p. 213. <<
[9] Roger Dupuy : La politique du peuple. Racines, permanences et ambiguités du
populisme. Paris. Albin Michel, 2002. <<
[10] Se equivoca, pues. Francisco Moreno cuando afirma que el fenómeno de los
« huidos» como origen de los grupos guerrilleros es una especificidad de la
guerrilla española, que la diferenciaría de otras guerrillas europeas. F. Moreno:
« Lagunas en la memoria y en la historia del maquis» ; Hispania Nova, revista
electrónica, 6 (2006) (www.hispanianova.rediris.es), p. 15. <<
[11] Véase, entre otros. Laurent Douzou: « La Résistance et le monde rurale…» ,
op. cit., Jean-Marie Guillon: « La Résistance au village» , dans Jacqueline
Sainclivier et Christian Bougeard [dire.]: La Résistance et les Français. Enjeux
stratégiques et environnement social. Rennes, Presses Universitaires de Rennes.
1995, pp. 233; Hélène Dumora-Ratier: « Pay sans et Résistance: étude d’un milieu
et d’un processus d’entrée en résistance» in Jean-Marie Guillon et Pierre Laborie
[dirs. ]: Mémoire et Histoire la Résistance. Toulouse. Privat, 1995, pp. 281-288:
H. R. Kedward: In search of the maquis. Oxford, Clarendon Press, 1993. <<
[12] Para la resistencia griega, véase André Kédros: La Résistance grecque (
1940-1944). Paris, Robert Laffont, 1966: David H. Close (ed.): The greek civil
war. Stufies of polanzation, London; New York. Routledge, 1993; o John O. Iatrides
y Linda Wrigley (eds): Greece at the crossroads. The civil war and its legacy.
The Pensy lvannia State University Press. 1995. <<
[13] Francisco Cobo Romero: Conflicto rural y violencia política. El largo camino
hacia la dictadura. Jaén.1917-1950, Jaén. Universidad de Jaén. 1998, p. 52. <<
[14] Hamza Alavi: Las clases campesinas y las lealtades primordiales. Anagrama,
Barcelona. 1976. <<
[15] Javier Ugarte: La nueva Covadonga insurgente. Orígenes sociales y
culturales de la sublevación de 1936 en Navarra y el Pais Vasco. Biblioteca
Nueva, Madrid. 1998. <<
[16] Sobre la política represiva adoptada por la dictadura en el medio rural, véase
las consideraciones de Michael Richards: Un tiempo de silencio. La guerra civil y
la cultura de la represión en la España de Franco, 1936-1945, Barcelona. Crítica.
1999, en particular el capitulo « El precio de la autarquía (II). El medio rural» ,
pp. 141-190. <<
[17] Véase un análisis de este tipo de hábitat disperso turolense en Enrique Ruiz
Pudría: El Mas turolense: pervivencia y viabilidad de una explotación agraria
tradicional. Zaragoza, Institución Fernando el Católico. 1998. <<
[18] La misma reflexión hace el historiador Josep Sánchez Cervelló para toda la
zona de la ribera del Ebro, señalando la resistencia al liberalismo como
explicación de « la gran influencia en la zona de fuerzas políticas de tradición
antiestatalista: el carlismo, el republicanismo federal y el anarquismo» .
J. Sánchez Cervelló (ed.): Maquis: el puño que golpeó al franquismo. La
agrupación guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Barcelona. Flor del Viento.
2003. p. 36. En la misma obra encontramos un análisis de las continuidades y
pervivencias entre las partidas de la guerra de la Independencia, las guerras
carlistas y el movimiento guerrillero antifranquista, en particular en lo que se
refiere a las tácticas represivas empleadas por el Estado durante « 150 años de
lucha antisubversiva» (pp, 35-49, cita en p. 49). Un estudio del carlismo como
movimiento popular en Pedro Rújula: « Elites y base social: el apoy o popular en
la Primera Guerra Carlista» , Vasconia, 26 (1998), pp. 125-138. Véase también,
del mismo autor. Contrarrevolución. Realismo y carlismo en Aragón y el
Maestrazgo. Zaragoza. Prensas Universitarias de Zaragoza. 1998. <<
[19] Mercedes Yusta: Guerrilla y resistencia campesina. La resistencia armada
contra el franquismo en Aragón. Zaragoza. Prensas Universitarias de Zaragoza.
2003, pp. 45-62. <<
[20] A este respecto resultan muy interesantes e iluminadoras las autobiografías
que los guerrilleros debían elaborar a instancias de la dirección del Partido, a
menudo después del abandono de la lucha armada, y que testimonian de sus
diferentes tray ectorias vitales. Este tipo de documentos pueden encontrarse en el
Archivo Histórico del PCE, Sección Movimiento Guerrillero. Sobre esta práctica
de la autobiografía, muy extendida en el mundo comunista, véase Claude,
Bernard Pudal Pennetier (dir.): Autobiographies, autocritiques, aveux dans le
monde communiste, París, Belin. 2002. <<
[21] Informe de la Guardia Civil de Cantavieja, 28 de marzo de 1945. Archivo
Histórico Provincial de Teruel. Sección Gobierno Civil, caja 1, 130, legajo 78. <<
[22] La primera cita en entrevista. A. B., Aguaviva, 6 de agosto de 1996: la
segunda en entrevista. J. B., Cañada de Benatanduz, 26 de julio de 1997. <<
[23] VV. AA: El movimiento guerrillero en los años cuarenta. Madrid. Fundación
de Investigaciones Marxistas, 1990, pp. 37. <<
[24] Véase Mercedes Yusta: La guerra de los vencidos. El maquis en el
Maestrazgo turolense, 1940-1950. Zaragoza. Institución Fernando el Católico.
1999, pp. 95-110. <<
[25] Mercedes Yusta: La guerra de los vencidos… op. cit., p. 132. <<
[26] Ibídem, p, 121. <<
[27] Mercedes Yusta: Guerrilla y resistencia campesina…, op. cit., p. 226. <<
[28] Lo de Lister y Galán, en « Informe del camarada Ibáñez» . Archivo del
Comité Central del PCE. sección Movimiento Guerrillero, jacquet 3-9. Cit. en
M. Yusta: Guerrilla y resistencia campesina… op. cit., p. 126. Lo de los
« zoquetes» en ibídem. pp, 160. Lo de los cigarrillos en « Informe del guerrillero
Teo» , citado por Fernanda Romeu; Más allá de la utopía. La Agrupación
Guerrillera de Levante. Valencia. Alfons el Magnánim. 1986. p. 112. Tanto el
campesino que decía la frase « zoquetes somos…» como el guerrillero que se
hacía cigarrillos con el papel de los libritos acabaron siendo ajusticiados por los
propios guerrilleros como « provocadores» . <<
[29] El Guerrillero (periódico de la AGLA), n.º 3, extraordinario, diciembre de
1946. <<
[30] El caso del guerrillero Petrol es analizado con detalle en M. Yusta: La guerra
de los vencidos… op. cit., pp. 104-110. <<
[31] Así se desprende, por ejemplo, del informe enviado por el alcalde de
Alcañiz al gobernador civil de Teruel el 10 de enero de 1945, en el que avisaba
del peligro de que los guerrilleros se aprovisionaran en casa de los masoveros,
muchos de ellos « significados como izquierdistas» . Cit. en M. Yusta: La guerra
de los vencidos… op. cit., pp. 73-74. <<
[32] M. Yusta: Guerrilla y resistencia campesina… op. cit., pp. 203-204. <<
[33] Mientras terminan de redactarse estas líneas se ha descubierto en la
localidad de Alcalá de la Selva (Teruel) una fosa común que contiene los restos
de 11 personas que corresponden probablemente a los campesinos ejecutados
por la brigadilla de la Guardia, Heraldo de Aragón. 25 de noviembre de 2006. <<
[0] Mercedes Yusta: desde finales de los años noventa ha renovado los estudios
sobre la guerrilla antifranquista en España con libros como: La guerra de los
vencidos: el Maquis en el Maestrazgo turolense, 1940-1950 o Guerrilla y
resistencia campesina: la resistencia armada contra el franquismo en Aragón (
1939-1952). En la actualidad realiza diversas investigaciones en torno al papel de
las mujeres y de las redes familiares dentro de la resistencia. <<
[1] Esta ponencia, en sus líneas básicas, fue pronunciada el 27 de octubre de 2006
en la Universidad Complutense de Madrid, ante más de 350 alumnos
matriculados en el curso « Resistencia armada en la posguerra» . Pero su
redacción definitiva posterior con destino a su publicación ha permitido incluir
algunos aspectos que surgieron en los debates de las ponencias y hacerse eco
también de ciertas polémicas planteadas en la prensa. <<
[2] Sobre este análisis preobrerista y prerrepublicano de la guerrilla y a he
anticipado algunas consideraciones en mi La resistencia armada contra Franco,
Barcelona, Crítica, 2001, pp. 4 y ss. <<
[3] Muchos de los maquis presentados a menudo como « bandoleros» por el
franquismo tenían una amplia tray ectoria política o sindical en los años de la
República o de la guerra. Por ello, la historia del maquis conviene retrotraerla
casi siempre a estas etapas previas. <<
[4] Incluso hombres aparentemente apolíticos, como los hermanos Quero, de
Granada, eran indudables « desafectos» de la dictadura. Uno de ellos era
evadido de un campo de concentración en Córdoba. La may oría eran
excombatientes del Ejército republicano, y alguno había militado en los célebres
« Niños de la Noche» . Así que la aparente independencia o supuesto apoliticismo
de algunos maquis nos demuestra bien poca cosa. <<
[5] Carta de Alonso Sánchez Gascón, remitida a este autor, desde Madrid, año
2001. <<
[6] F. Moreno Gómez: « Movimiento obrero, caciquismo y represión en Córdoba
durante 1919» , Axerquía, 12 (1984). <<
[7] Matías Romero Badía: Memorias, Madrid, A-Z Ediciones, 1996. <<
[8] J. A. Biescas y M. Tuñón de Lara: España bajo la dictadura franquista (
1939-1975), Tomo X, Barcelona, Labor, 1981, p. 21. <<
[9] VV. AA.: El movimiento guerrillero de los años cuarenta, Madrid, F. I. M.,
1990, 172, testimonio de José Murillo. <<
[10] Sobre este peculiar guerrillero he escrito en mi libro La resistencia armada
contra Franco, op. cit. Y existe un libro de memorias: Adolfo Lucas Reguilón
García: El último guerrillero de España, Madrid, ADLAG, 1975. <<
[11] Antonio Tellez: A guerrilla antifranquista de Mario de Langullo, O pinche,
Vigo, A Nosa Terra, 2000. <<
[12] El caso de Chelo, la joven guerrillera gallega, a cuy os padres los eliminó la
Guardia Civil en presencia de esta niña, está expuesto en un DVD de testimonios
orales, que dirige Odette Martínez, visualizado en este mismo Congreso y que
está depositado en la Biblioteca de Documentación Internacional
Contemporánea, París. <<
[13] REES, Laurence: « A partisan war» , cap. 3, del documental titulado « Hitlers
Invasión of Russia in World War Two» , BBC 2, Londres, 5 octubre 1999
(búsqueda de cita en la que me ay udó Mirta Núñez). <<
[14] A. Bahamonde Magro y J. Cervera Gil: Así terminó la guerra de España,
Madrid, Marcial Pons, 1999. <<
[15] En el archivo del PCE se halla respuesta a muchas de estas cuestiones.
Esquema de la estructura general guerrillera puede verse en Santiago Álvarez y
otros: El movimiento guerrillero de los años cuarenta (2.ª edic.), Madrid, FIM,
2003, pp. 23-28. Y en el Catálogo de los fondos del Archivo Histórico del Partido
Comunista de España, 2 vols., Madrid, FIM, 2000. <<
[16] M. Martorell: Jesús Monzón, el líder comunista olvidado por la historia,
Navarra, Pamiela, 2000, p. 101. Y en Joan Estruch: Historia oculta del PCE,
Madrid, Temas de Hoy, 2000, p. 165. <<
[17] Con motivo de la tramitación actual de la Ley de Memoria Histórica, que
plantea la tímida apertura de los archivos militares, se está produciendo una de
esas atávicas corrientes de « malestar» en sectores del Ejército, como medida
de presión en contra, según han denunciado diversas asociaciones de la Memoria,
como AGE. El problema de estos archivos no democratizados todavía, y a lo
expuso Amnistía Internacional en un informe de marzo de 2006. <<
[18] F. Moreno Gómez: Historia y memoria del maquis. El cordobés Veneno,
último guerrillero de La Mancha, Madrid, Alpuerto, 2006. <<
[19] Desafortunado artículo de Santos Juliá en El País, 31-12-2006, titulado « Año
de memoria» . <<
[20] Causa núm. 188610/46, contra Agustín Zoroa y otros, archivo del Tribunal
Militar Territorial 1.º, Madrid. Sobre la tray ectoria del PCE en pro de la
democracia española, véase también Jesús Sánchez Rodríguez: Teoría y práctica
democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, FIM, 2004. <<
[21] Es injusto el olvido que ha relegado valiosas obras de recuperación de
memoria como el pionero Ronald Fraser: Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
Barcelona, Crítica, 1979. <<
[22] « Año de memoria» , El País, art. cit. <<
[23] Ibidem. <<
[24] Ibidem. <<
[25] Ibidem. <<
[26] Entrevista a Santos Juliá, por José Andrés Rojo, bajo el título « No hubo
olvido ni silencio» , en El País, 2-1-2007. <<
[0] Francisco Moreno: sus libros han alcanzado una gran difusión entre el público
y los especialistas. Destacamos: Córdoba en la posguerra (la represión y la
guerrilla, 1939-1950), o el voluminoso La resistencia armada contra Franco:
Tragedia del maquis y la guerrilla: el centro-sur de España, de Madrid al
Guadalquivir. En el último año ha publicado unas memorias sobre el conocido
guerrillero cordobés Veneno, bajo el título: Historia y memoria del Maquis. <<
[1] « Informe de Pedro Checa» , Archivo Histórico del Comité Central del PC de
España (AHCCPCE), Activistas 93/49/0; « Informe de Pedro Checa sobre la
situación del país del Partido, Noviembre 1940» , AHCCPCE, Activistas 93/49/0,
citados por Víctor Manuel Santidrían Arias: Historia do PCE en Galicia (
1930-1968), A Coruña, O Castro, 2002, pp. 254 y ss. <<
[2] José Gros: Abriendo camino, París, Librerie du globe, 1971, p. 13. <<
[3] Hartmut Heine: La oposición política al franquismo, Barcelona, Crítica, 1983,
p. 67; Carlos Fernández Rodríguez: Madrid clandestino. La reestructuración del
PCE, 1939-1945. Madrid, Fundación Domingo Malagón, 2002, p. 82. <<
[4] Al parecer, seguían aún a mediados de 1944 en esta postura. « Informe de
Casto García Roza, Alfredo, de 25 de noviembre de 1945» , Documentos PCE-
Anexo, AHCCPCE. <<
[5] Hartmut Heine: A guerrilla antifranquista en Galicia, Vigo, Xerais, 1980,
pp. 53 y ss. <<
[6] « Informes sobre camaradas: Celestino Uñarte» , Sig. 10022, AHCCPCE. <<
[7] Causa 75/46, A Coruña, AIRMN. <<
[8] Una buena muestra de esta escasez de cuadros en el interior constituy e el
caso del y a citado José Isasa, que aún después de su cese siguió trabajando en la
Comisión de Trabajo Guerrillero. Más, a raíz del susodicho incidente en Cuatro
Caminos, fue mandado como responsable a la Agrupación del Centro, que pronto
quedó transformada en el Ejército Guerrillero de Extremadura y Centro. De allí
se le mandó a principios de enero del año siguiente a Galicia, para montar el
nuevo Ejército Guerrillero de Galicia. Regresó aproximadamente a mediados de
1946 a Madrid, donde volvió a ingresar en el Ejército Guerrillero de
Extremadura y Centro como jefe militar. Desempeñando este cargo sería
capturado en septiembre de 1946 en Madrid, juzgado, condenado a muerte y
ejecutado el 14 de enero de 1947. <<
[9] Orden de Monzón, mandada desde el interior a los guerrilleros de la Unión
Nacional Española en Francia, citada por Santiago Carrillo en el Informe del 6 de
febrero 1945, en Fernanda Romeu Alfaro: Más allá de la utopía: Agrupación
Guerrillera de Levante, Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha, 2002,
pp. 40-41. <<
[10] De este aspecto tratan brevemente Geneviève Drey fus-Armand:
« Españoles en la resistencia» , en: Josefina Cuesta y Benito Bermejo (coords.):
Emigración y exilio, Salamanca, 1996, pp. 248-277. <<
[11] Una muestra de la pervivencia constituy e la « Carta abierta de la
Delegación del CC del interior» de enero de 1945, que, al parecer, fue redactada
en febrero de aquel año por Santiago Carrillo. <<
[12] Véase Fernanda Romeu Alfaro: La Agrupación Guerrillera de Levante,
Valencia, Alfons el Magnanic, 1987; Fernanda Romeu Alfaro: Más allá de la
utopía: Agrupación Guerrillera de Levante, Cuenca, Universidad de Castilla La
Mancha, 2002. <<
[13] « Resumen de la discusión de la Carta del CC con los camaradas de
Levante» , s. 1/1951, en Fernanda Romeu Alfaro: Más allá…, op. cit., pp. 544-45.
<<
[14] El tercer desembarco de un nutrido grupo de guerrilleros, esta vez en la
costa almeriense, no se produjo hasta principios de octubre de 1945. No fue
coronado por el éxito, y a que sus 11 componentes fueron capturados o murieron
en diversos encuentros con fuerzas de la Benemérita. Hartmut Heine y José
María Azuaga: La oposición al franquismo en Andalucía oriental, Madrid,
Fundación Salvador Seguí, 2005, pp. 18 y ss., y pp. 127 y ss. <<
[15] José María Azuaga: « Guerrilleros contra Franco en Andalucía Oriental» ,
en: Hartmut Heine y José María Azuaga: La oposición al franquismo en Andalucía
oriental, Madrid, Fundación Salvador Seguí, 2005, pp. 135-138. <<
[16] Carta de D. Ibárruri, la Pasionaria, Toulouse, 8 de diciembre 1945, a Alfonso
Rodríguez Castelao. <<
[17] En diciembre de 1944 el general Caille, jefe militar de la frontera con
España, informa que desde el 1 de enero 1945 quedarán disueltos todos los grupos
guerrilleros, tanto franceses como extranjeros, que pasarán a ser desmovilizados
o tendrán que incorporarse al Ejército francés. Juan Carlos Jiménez de
Aberasturi, « La participación vasca en los combates del Médoc: el Batallón
“Gernika” (1945)» , en: Españoles en Francia 1936-1946, Coloquio Internacional,
Salamanca 1991, pp. 487-497. Entre las diversas facilidades a disposición de los
guerrilleros españoles en Francia, que pronto desaparecieron a raíz de la citada
« normalización» , hay que mencionar también la emisora Radio Toulouse, que
existió durante varios meses en la ciudad occitana. <<
[18] Guardia Civil, Madrid marzo 1946; Francisco Aguado Sánchez: El Maquis en
España, Madrid, Editorial San Martín, 1975, pp. 648 y ss; Valentín Andrés Gómez:
« Los que vinieron de Francia y la resistencia armada: caída de la Brigada
Pasionaria (1946)» , en: Jesús de Cos Borbolla y Felipe Matarranz González:
Recopilación de testimonios directos y textos sobre la guerra civil española, las
guerrillas y la represión fascista, Santander, may o de 1997, mecanografiado y
fotocopiado. <<
[19] Harmut Heine: La oposición política…, op. cit. pp. 466 y ss. <<
[20] Véase Francisco, « el Quico» , Martínez-López: Guerrillero contra Franco.
La guerrilla antifranquista de León (1936-1951), León, Instituto Leones de Cultura,
2002, pp. 155 y ss. El autor describe cómo, tras la huida de él, en unión con otros
tres compañeros, a Francia, militantes de la CNT y representantes de diversas
asociaciones humanitarias les salvaron de tener que enrolarse en la Legión
Extranjera para evitar que fuesen devueltos a España. No menciona ningún acto
de solidaridad por parte de la organización del PCE, en la que, de una forma u
otra, militaban los cuatro guerrilleros. (« Ningún partido español en el exilio
intercedió en nuestro favor, ni el PCE, que estaba entonces fuera de la ley, ni el
PSOE, que existía en completa legalidad» . Cita de la p. 174). <<
[0] Hartmut Heine: sus trabajos sobre la guerrilla antifranquista fueron pioneros
en España. Es autor de A guerrilla antifranquista en Galicia, hasta el clásico, La
oposición política al franquismo de 1936 a 1952. Recientemente ha publicado,
junto a José María Azuaga, La oposición al franquismo en Andalucía oriental, y
prepara un nuevo trabajo sobre las Brigadas Internacionales. <<
[1] Secundino Serrano: La guerrilla antifranquista en León (1936-1947), Madrid,
Siglo XXI, 1988, pp. 88-115. <<
[2] Franco, al corresponsal americano Jay Alen, Chicago Daily Tribune,
28-7-1936. <<
[3] Para la represión antifranquista: Santos Juliá (coord.): Víctimas de la guerra
civil, Madrid, Temas de Hoy, 1999; G. Molinero, M. Sala y J. Sobrequés (eds.):
Una inmensa prisión. Los campos de concentración y las prisiones durante la
guerra civil y el franquismo, Barcelona, Crítica, 2003; Julián Casanova (coord.):
Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, Barcelona,
Crítica, 2002. <<
[4] S. Serrano: La guerrilla…, op. cit., pp. 24-27. <<
[5] Para los diferentes territorios del antifranquismo armado: S. Serrano: La
guerrilla…, op. cit, y Crónica de los últimos guerrilleros leoneses, Valladolid,
Ambito, 1989; Harmut Heine : A guerrilla antifranquista en Galicia, Vigo, Xerais,
1980; Bernardo Maíz: Galicia na IIª República e baixo o franquismo, Vigo, Xerais,
1988; Fernanda Romeu Alfaro: Más allá de la utopía: perfil histórico de la
Agrupación Guerrillera de Levante, Valencia, Alfons El Magnánim, 1987;
Mercedes Yusta Rodrigo: Guerrilla y resistencia campesina. La resistencia
armada contra el franquismo en Aragón (1939-1952), Zaragoza, Prensas
Universitarias de Zaragoza, 2003; Joseph Sánchez Cervelló: Maquis: el puño que
golpeó al franquismo. La Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, Barcelona,
Flor del Viento, 2003; Benito Díaz Díaz: La guerrilla antifranquista en Toledo,
Talavera de la Reina, Colectivo de Investigación Histórica Arrabal, 2001;
Francisco Moreno Gómez: La resistencia armada contra Franco. Tragedia del
maquis y la guerrilla, Barcelona, Crítica, 2001; Julián Chaves Palacios; Huidos y
maquis. La actividad guerrillera en la provincia de Cáceres, Cáceres, Diputación
Provincial Cáceres, 1994; Justo Vila Izquierdo: La guerrilla antifranquista en
Extremadura, Badajoz, Universitas, 1986; José Aurelio Romero Navas:
Recuperando la memoria, Málaga, Centro de Ediciones de la Diputación, 1997;
Ramón García Piñeiro: Los mineros bajo el franquismo (1937-1962), Madrid,
Fundación 1.º de May o, 1990. <<
[6] Secundino Serrano: Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista, Madrid,
Temas de Hoy, 2001, pp. 41-45. <<
[7] Secundino Serrano: Maquis…, op. cit., pp. 37 y 41. <<
[8] Ibidem, pp. 38-41. <<
[9] José Manuel Sabín, Prisión y muerte en España de postguerra, Madrid,
Muchnik, 1996, p. 287. <<
[10] Eric Hobsbawm: Bandidos, Barcelona, Ariel, 1976. <<
[11] S. Serrano: Maquis…, op. cit., pp. 69-113. <<
[12] José María Azuaga Rico: La guerrilla antifranquista en Nerja, Nerja,
Izquierda Unida, 1996, pp. 53-58. <<
[13] Boletín Oficial de la Guardia Civil, septiembre de 1941. <<
[14] S. Serrano: Maquis…, op. cit., pp. 231-238. <<
[15] Secundino Serrano: La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler
(1939-1945), Madrid, Aguilar, 2005, pp. 502-538. <<
[16] S. Serrano: Maquis…, op. cit., pp. 143-148. <<
[17] S. Serrano: Maquis…, op. cit., pp. 148. <<
[18] S. Serrano: La guerrilla…, op. cit., pp. 128-134. <<
[19] Secundino Serrano: « Notas acerca de la guerrilla antifranquista en la
provincia de León» , en: W. AA.: El movimiento guerrillero de los años cuarenta,
Madrid, FIM, 1990, p. 67. <<
[20] S. Serrano: La guerrilla…, op. cit., pp. 128-134; S. Serrano: « Notas…» , op.
cit., pp. 66-67. <<
[21] S. Serrano: La guerrilla…, op. cit., pp. 183-244; S. Serrano: « Notas…» , op.
cit., pp. 68-69; Secundino Serrano: Crónicas de los últimos guerrilleros leoneses,
Valladolid, Editorial Ambito, 1947-1951, 1989, pp. 113-124. <<
[0] Secundino Serrano: ha publicado multitud de trabajos, entre otros: La guerrilla
antifranquista en León (1936-1951); Crónica de los últimos guerrilleros leoneses (
1947-1951), o Maquis, historia de la guerrilla antifranquista. Su último trabajo
sobre los españoles integrados en la resistencia francesa se ha presentado bajo el
título: La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler (1939-1945). <<
[1] Santos Juliá: Víctimas de la Guerra Civil, Madrid, Temas de Hoy, 1999, p. 25.
<<
[2] R. Abella: La vida cotidiana en España bajo el Régimen de Franco, 3.ª ed.,
Barcelona, Argos Vergara, 1985, p, 206. <<
[3] R. Miralles: « Juan Negrín: resistir, ¿para qué?» , Historia 16, 253 (1997),
p. 23. <<
[4] J. Casanova: « Una dictadura de cuarenta años» , en: J. Casanova (coord.):
Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, Barcelona,
Crítica, 2002, p. 11. <<
[5] J. T. Whitaker: We cannot escape history, New York, The Macmillan
Company, 1943, pp. 108-110. <<
[6] P. Preston: « Franco y la guerra civil española» , en: El País, 14 de julio de
1996. <<
[7] J. M. Sabín: Prisión y muerte en la España de postguerra, Barcelona,
Anay a & Muchnik, 1996, p. 27. <<
[8] M. Ortiz Heras: Violencia y política en la Segunda República y el primer
franquismo. Albacete, 1936-1956, Madrid, Siglo XXI, 1996, p. 379. <<
[9] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa E-20068 contra Jesús López
Sánchez y varios más. <<
[10] Archivo General Militar de Ávila. Documentación Nacional. A. 10. L452.
C20. El 17 de abril de 1939, en las cercanías de Manzaneque fueron detenidos un
teniente y cuatro soldados republicanos. Días más tarde era capturado el
comisario político de la 47.ª Brigada Mixta. <<
[11] J. Guerra Vázquez: La biografía de un desconocido. (Texto mecanografiado),
p. 130. Telesforo Aguado vivía de lo que le proporcionaba su familia y de
pequeños robos que efectuaba en labranzas de la zona. <<
[12] Archivo Histórico de Izquierda Republicana, « Expediente de
Responsabilidades Políticas que se siguen contra Valeriano Gálvez Arce» . <<
[13] Testimonios de Sofía M. F., Navas de Estena (Ciudad Real), 24 de agosto de
1999; y José Manzanero Marín, carta particular al autor, Bennecourt (Francia),
21 de julio de 1997. <<
[14] Archivo Histórico Provincial de Toledo, AC. 11144. <<
[15] J. M. Sabín Rodríguez: La represión en Toledo: 1936-1950. Tesis doctoral,
Facultad de Geografía e Historia, Madrid, 1992, p. 931. Guardita fue fusilado el
13 de noviembre de 1943. <<
[16] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa E-20068 contra Jesús López
Sánchez y varios más. <<
[17] Testimonio de Felipe Díaz Palomo, Campillo de la Jara, 10 de enero de 2004.
<<
[18] Archivo Histórico Provincial de Toledo, AC. 11154. Telegrama del
comisario jefe del Cuerpo General de Policía al jefe policial de Piedras Albas,
Toledo, 22 de septiembre de 1942. <<
[19] J. M. García Crespo: « Menasalbas durante los años de la Segunda
República» (trabajo inédito), 2003. <<
[20] F. Moreno Gómez: La resistencia armada contra Franco, Barcelona, Crítica,
2001, p. 198. <<
[21] V. González Gómez: Memorias de un cabo 1.º (Texto mecanografiado),
Santa Olalla, 1994, p. 7. <<
[22] « Procedimiento sumarísimo ordinario n.º 19546, seguido contra Paula
Sánchez Miguel» (propiedad de Juan Sánchez Sánchez). <<
[23] Testimonio de María Sánchez-Gabriel Esteban-Manzanares, Navahermosa,
11 de may o de 1999. <<
[24] Registro Civil de Navahermosa. El fallecimiento de Florentino Sánchez-
Gabriel Gutiérrez se debió a « lesiones producidas por armas de fuego» . <<
[25] Archivo Histórico Nacional. Causa General, Navahermosa, caja 1045. <<
[26] Archivo de la Diputación Provincial de Toledo, Elecciones. Actas de la Junta
Provincial del Censo Electoral, año 1936. El veterinario amenazaba a las
personas de condición humilde con « quemarles el cochino» en la época de las
matanzas. <<
[27] « Extremadura Roja, Órgano del Comité Regional del PCE (1933-1938)» ,
edición facsímil, Mérida, 1994. <<
[28] J. M. Sabín: Prisión y muerte…, op. cit. pp. 201-204. <<
[29] Jesús Gómez Recio había sido elegido concejal por el PSOE en las
elecciones municipales de abril de 1931. Un año después, el 9 de abril, fue
designado alcalde, cargo que desempeñó poco tiempo, pues se marchó a trabajar
al Poblado de Cíjara. <<
[30] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa n.º 37873. Procedimiento
sumarísimo de urgencia n.º U-771, contra Saturio Gómez Recio. <<
[31] Testimonio de María Sánchez-Gabriel Esteban-Manzanares, Navahermosa,
20 de agosto de 1999. El Rubio secuestró a un médico de origen salmantino en la
finca Las Cañadas y luego le dejó en libertad, tras recibir 2000 pesetas como
rescate. <<
[32] J. Manzanero Marín, carta particular al autor, Bennecourt, Francia, 21 de
julio de 1999. <<
[33] Testimonios de Manuel Ariza, Talavera de la Reina, 6 de febrero de 1997, y
de Jesús Moro, Talavera de la Reina, 10 de octubre de 2000. Estos dos guardias
civiles estuvieron destinados en destacamentos establecidos por los montes de
Toledo. <<
[34] B. Díaz Díaz (coord.): La guerrilla en Castilla-La Mancha, Ciudad Real,
Almud Ediciones, 2004, p. 64. <<
[35] Testimonio de Soledad de la Rocha Olmedo, Talavera de la Reina, 30 de
junio de 1998. Son muchas las personas que recuerdan en Navahermosa haber
visto en la plaza el cuerpo sin vida de los huidos abatidos por las fuerzas de orden
público. <<
[36] Testimonio de Felipe Díaz Palomo, Campillo de la Jara, 10 de enero de 2004.
A Julián Díaz estuvieron a punto de apresarle debido a que la policía española
interceptó una carta que envió a su familia. <<
[37] Servicios Históricos de la Guardia Civil, « Historia de la 204 Comandancia» ,
Ciudad Real, 1966. <<
[38] Testimonio de Isidro García Lancha, Navas de Estena, 12 de agosto de 1999.
<<
[39] AHN. Causa General, Navas de Estena, caja 1030. <<
[40] Registro Civil de Retuerta del Bullaque. El Manco de Agudo tenía 34 años en
el momento de su muerte. <<
[41] AHN. Causa General, Valdemanco de Esteras, caja 1027-2. <<
[42] AHN. Causa General, Agudo, caja 1028-1. <<
[43] Testimonio de Pablo Vera, Santa Cruz de Moy a, 30 de septiembre de 2006.
Según este informante, que durante unos años fue alcalde de Agudo, Anicio
Castillo dejó una nota pidiendo a la Guardia Civil que no persiguiese a su familia,
que había sido obligada a residir en Herencia. <<
[44] F. Alia Miranda: « La guerrilla antifranquista en la provincia de Ciudad
Real» , Cuadernos de Estudios Manchegos, 19 (1990), p. 61. <<
[45] J. M. González Muñoz: « Aproximación y aportación documental para el
estudio de los años cuarenta en el Valle del Tiétar: Ávila. La guerrilla
antifranquista-maquis-1944-1947» , Trasierra. Boletín de la sociedad de estudios
del Valle del Tiétar, 5 (2002), p. 194. En Casavieja hubo varios casos de huidos.
<<
[46] A. I. Reguilón García: El último guerrillero de España, Madrid, Editorial
AGLAG, 1975, p. 192. <<
[47] B. Díaz Díaz: La guerrilla antifranquista en Toledo. La primera Agrupación
Guerrillera del Ejército de Extremadura-Centro, Talavera de la Reina, Colectivo
de Investigación Histórica Arrabal, 2001, p. 127. <<
[48] Testimonio de Cándido Cuns Carrasco, Piedralaves, 20 de junio de 2002.
Este informante estuvo presente, a mediados de 1944, en una reunión de la Junta
local de Unión Nacional de Piedralaves, que se celebró por la noche en un monte
cercano al pueblo. Además de Severo, estuvieron presentes en esa reunión cerca
de una veintena de personas. <<
[49] F. Aguado Sánchez: El maquis en sus documentos, Madrid, Editorial San
Martín, 1976, p. 284. <<
[50] Testimonio de Nicolás Herrador, Castilblanco, 2 de diciembre de 2001. Este
informante estuvo preso en la cárcel de Herrera del Duque, en la que coincidió
con Honorio Molina Merino y con Joaquín Ventas Cita. <<
[51] Miguel Cabeza, un preso republicano que trabajaba en las oficinas de la
cárcel, le dijo que había visto su nombre en una lista con los condenados a
muerte (testimonio de Miguel San Andrés, Fuenlabrada de los Montes, 13 de
agosto de 2001). <<
[52] R. Ay uso Fernández y B. Díaz Díaz: « El comandante Honorio, un guerrillero
antifranquista en los montes de Toledo» , Alcalibe, Revista Centro Asociado a la
UNED « Ciudad de la cerámica» , 1 (2001), p. 135. <<
[53] El nombre con el que está inscrito en el Registro Civil de Villarta de los
Montes no es Gabino, sino Juan Ramón. <<
[54] Testimonios de Blasa y Porfiria González Castillo, Fuenlabrada de los
Montes, 13 de agosto de 2001. <<
[55] AHN. Causa General, Fuenlabrada de los Montes, caja 1053-1. Justino
Álvarez fue asesinado el 12 de septiembre de 1939. <<
[56] Este alias le fue dado por ser la novia de Víctor Roque Sánchez, Miguelete.
<<
[57] Testimonio de María Rodríguez Juárez, la Goyería, Alia, 17 de agosto de
2002 (entrevista realizada conjuntamente con José Pérez Conde). María afirma
haber sido muy feliz en la sierra, pues allí tuvo la suerte de conocer al « jefe de
la partida de maquis más grande de España» . <<
[58] AHPCE, Movimiento Guerrillero, « Relación general de bandoleros» . <<
[59] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa 187308 contra Justo
Aquilino Calvo Sánchez. <<
[60] Servicios Históricos de la Guardia Civil, « Bandolerismo de posguerra en
Cáceres» , p. 2. <<
[61] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa n.º 20045 contra Quintín
García Fernández. <<
[62] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa n.º 3429/48 contra Juan
Estrella Barroso. <<
[63] SHGC, « Bandolerismo…» , p. 2. <<
[64] Testimonio de Abdón Muros Blanco, Minas de Santa Quiteña, 27 de febrero
de 2002. <<
[65] SHGC, « Bandolerismo…» , p. 4. <<
[66] J. Chaves Palacios: Huidos y maquis. La actividad guerrillera en la provincia
de Cáceres, 1936-1950. 3.ª ed., Salamanca, 1996, p. 89. <<
[67] J. Mendoza: « Gómez Cantos, el exterminador» , La Aventura de la Historia,
11 (1999), p. 24. <<
[68] Testimonio de Teodoro Muñoz Ventura, Valdelacasa de Tajo, 10 de julio de
2002.Según este informante, que estuvo integrado en la partida liderada por
Gregorio Álvarez Felipe, Stalin, Emilio Fernández Nieto, Nebro, o Ruso, de
Calzada de Oropesa, era el enlace encargado de suministrar prensa a los huidos.
<<
[69] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa n.º 2493/48 contra Paula y
María Rodríguez Juárez. <<
[70] Testimonio de Eulalio Barroso Escudero, Santa Cruz de Moy a, 6 de octubre
de 2001. <<
[71] Capitanía General de la 1.ª Región Militar. Causa n.º 138157 contra José Isasa
Olaizola y varios más. <<
[72] AHPCE, Movimiento Guerrillero. <<
[73] B. Díaz Díaz: La guerrilla antifranquista en Toledo…, op. cit. p. 131. <<
[74] A. Ruiz Ay úcar: El Partido Comunista. Treinta y siete años de clandestinidad,
Madrid, Editorial San Martín, 1976, p. 160. <<
[75] AHPCE, Movimiento Guerrillero, caja 106, carpeta 5/1. <<
[0] Benito Díaz Díaz: en los últimos años se ha especializado en la investigación
de la guerra civil y la guerrilla antifranquista. Entre sus obras destacan: La
guerrilla antifranquista en Toledo: la primera agrupación guerrillera del ejército
de Extremadura-Centro, o el libro realizado bajo su coordinación: La guerrilla en
Castilla-La Mancha. <<
[1] Francisco Moreno Gómez: La resistencia armada contra Franco: El centro-
sur de España, de Madrid al Guadalquivir, Barcelona, Crítica, 2001, pp. 7-9. <<
[2] Para conocer, desde una perspectiva metodológica, nuestra modelo teórico
en torno al bandolerismo social y la resistencia armada antifranquista, véase:
Jorge Marco: « Guerrilla, bandolerismo social, acción colectiva. Algunas
reflexiones metodológicas sobre la resistencia armada antifranquista» ,
Cuadernos de Historia Contemporánea, 28 (2006). <<
[3] La única monografía que existe fue la realizada por un antiguo compañero de
la cárcel, cuy as fuentes fundamentales fueron la prensa de Granada y las
entrevistas orales, especialmente uno de los hermanos Quero que no formó parte
del grupo, Victoriano: Nicolás Manzanares: Consecuencias de la tragedia
española 1936-1939 y los hermanos Quero, Murcia, Edición el autor, 1978. Otras
obras donde también se menciona al grupo de los Quero: Francisco Aguado: El
maquis en España, su historia, Madrid, San Martín, 1975; Eduardo Pons Prades:
Guerrillas españolas (1936-1960), Barcelona, Planeta, 1977; Francisco Moreno
Gómez: « Huidos, guerrilleros, resistentes. La oposición armada a la dictadura»
en: Julián Casanova (coord.): Morir, Matar, Sobrevivir. La violencia en la
dictadura de Franco, Barcelona, Crítica, 2002; Harmut Heine: La oposición
política al franquismo de 1939 a 1951, Barcelona, Crítica, 1983; Harmut Heine y
José María Azuaga Rico: La oposición al franquismo en Andalucía oriental,
Madrid, Fundación Salvador Seguí, 2005; Antonio Tellez Solá: « Los hermanos
Quero: guerrilleros granadinos» , Polémica, 80 (Diciembre 2003), etc. <<
[4] VV. AA: La guerra civil en Andalucía Oriental (1936-1939), Granada, Ideal
Diario Regional de Andalucía, 1986; Ian Gibson: El asesinato de García Lorca,
Barcelona, Plaza y Janés, 1996. <<
[5] Sobre los datos documentales de 5048 muertes, se estima, mediante fuentes
orales, que la cifra global podría superar las 13 000, en: Rafael Gil Bracero:
Granada: jaque a la República, Caja General de Ahorros de Granada, Granada,
1998. <<
[6] Legajo 674, Causa 1412. Archivo del Tribunal Togado Militar de Almería
(desde ahora: ATTMA). <<
[7] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit., pp. 40-41. <<
[8] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit., p. 47. <<
[9] Legajo 340, Causa 19459. Archivo de la Capitanía General de Granada (desde
ahora: ACGG). <<
[10] Los Niños de la Noche es el nombre popular con el que se conocía a las
brigadas del XIV Cuerpo del Ejército Popular (guerrilleros) que actuaron en
distintos territorios desde may o de 1937. Sus acciones cotidianas eran el sabotaje,
espionaje en campo enemigo, etc., siendo la más conocida el asalto al Fuerte de
Carchuna en el mes de may o de 1938. Véase: Domingo Pastor Petit: Los dossier
secretos de la guerra civil, Barcelona, Argos-Vergara, 1978; Ramón Salas
Larrazabal: Historia del Ejército Popular de la República, Madrid, Editora
Nacional, 1973,4 vol. (Reedición: Madrid, La Esfera de los Libros, 2006), etc. <<
[11] Legajo 340, Causa 19459.ACGG. <<
[12] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit. <<
[13] Legajo 340, Causa 19459. ACGG. <<
[14] Expediente de la Guardia Civil 42920 sobre Pedro Quero. Archivo General
de la Administración (desde ahora: AGA) y Informe General del proceso seguido
por el problema del bandolerismo en la provincia de Granada, Eulogio Limia
Pérez. Granada, agosto de 1953. Archivo del Comité Central del Partido
Comunista de España (desde ahora: ACCPCE). <<
[15] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit; entrevista telefónica con
Encarnación Quero, hija de Bernardo Quero (may o 2004). <<
[16] Así lo confirma Rafael Gil Bracero, en: VV. AA.: La guerra civil en
Andalucía…, op. cit. 187. <<
[17] Varios documentos sobre la 78 Brigada Mixta, en: Rollo 205, Legajo 1222,
(Instituto de Historia y Cultura Militar). <<
[18] Legajo 340, Causa 79459. ACGG. <<
[19] Legajo 340, Causa 19459. ACGG. <<
[20] Vicente Castillo: Recuerdos y vivencias —documento mecanografiado—,
(Biblioteca CNT de Granada), pp. 339. A Álvaro García le agradezco, no y a el
haberme facilitado estas memorias, sino su interés durante todos estos años por la
investigación de los hermanos Quero. A él se debe, en parte, que este trabajo
salga a la luz. <<
[21] Legajo 6, Causa3077 (ACGG), Legajo 654, Causa 24 (ACGG), Expediente
de la Policía sobre Francisco Rodríguez Sevilla n.º 54847 (AHN). Agradezco al
investigador José María Azuaga su generosidad al facilitarme una copia del
segundo consejo de guerra citado, junto a otros tres que citaremos más adelante
(Legajo 1070, Causa 44; Legajo 657, Causa 34, y Legajo 395, Causa 13), los
cuales, dadas las precarias condiciones del archivo, en la actualidad, resulta
imposible de localizar. De igual modo le damos las gracias por entregarnos unas
fotocopias de las memorias del guerrillero Francisco Rodríguez Sevilla. <<
[22] Eric Hobsbawm: Rebeldes primitivos, Barcelona, Crítica, 2001, y Bandidos,
Barcelona, Crítica, 2001. <<
[23] De nuevo, recordamos véase: Jorge Marco: « Guerrilla, bandolerismo
social…» , op. cit. <<
[24] H. Heine: La oposición… op. cit. p. 425, y entrevista telefónica con Gregorio
Gallego (8-5-2006). <<
[25] Vicente, Castillo: Recuerdos y vivencia…, op. cit. <<
[26] Encuesta sobre la historia del PSOE solicitada por la Comisión Ejecutiva
Federal para su archivo histórico, respondida por Federico Fernández López.
AAVVI-CVI 1. Fundación Pablo Iglesias (a partir de ahora: FPI). En realidad,
José Quero no murió en estas circunstancias, sino a manos del hijo del
empresario Francisco Contreras Palma al cual intentaba secuestrar. <<
[27] Informe General del proceso seguido por el problema del bandolerismo en
la provincia de Granada, Eulogio Limia Pérez. Granada, agosto de 1952
(ACCPCE). <<
[28] Legajo 415, Causa 20927 y Legajo 39, Causa 79 (ATTMA), Informe General
del proceso seguido por el problema del bandolerismo en la provincia de
Granada, Eulogio Limia Pérez. Granada, Agosto de 1952. (ACCPCE); Vicente
Castillo: Recuerdos y vivencias…, op. cit., p. 230, etc. <<
[29] Charles Tilly : « Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña:
1758-1834» , en: Mark Traugott (comp.): Protesta social, Barcelona, Hacer, 2002,
pp. 31-32. <<
[30] Expediente de la G. C. 81855 sobre Antonio Quero (AGA) y Legajo 674,
Causa 1422. ATTMA. <<
[31] Legajo 340, Causa 19459. ACGG. <<
[32] El Partido Sindicalista surge en los primeros meses de 1934 a consecuencia
de las importantes divergencias en el seno de la CNT; liderado, entre otros, por la
relevante figura de Ángel Pestaña. Existe una variada bibliografía sobre el tema
pero para un primer acercamiento a sus propuestas, véase: Ángel Pestaña:
Trayectoria Sindicalista, Madrid, Tebas, 1974. <<
[33] A modo de ejemplo, sobre la provincia de Granada se pueden consultar
algunos documentos en torno a las avalanchas de afiliación durante el periodo de
la guerra y los problemas que plantea a las propias organizaciones obreras:
Legajo 51, Carpeta 35; Legajo 44, Carpeta 53 (FPI). Sobre la cuestión de la
experiencia colectiva, y en particular, la evolución de los repertorios de acción
colectiva en la España del siglo XX: CRUZ, Rafael: « El mitin y el Motín. La
acción colectiva y los movimientos sociales en la España del siglo XX» , Historia
Social, 31(1998). <<
[34] Este asunto se trata ampliamente en: Marco, Jorge: « Guerrilla,
bandolerismo social,…» op. cit. <<
[35] Charkes Tilly, Louise Tilly y Richard Tilly : El siglo rebelde, 1830-1930,
Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1997, pp. 334. <<
[36] Legajo 1070, Causa 44 (ACGG). Dicha carta está publicada a texto
completo, en: Hartmut Heine y José María Azuaga Rico: La oposición al
franquismo en Andalucía oriental, Madrid, Fundación Salvador Seguí, 2005. <<
[37] Sin poder profundizar en exceso en este asunto por cuestiones de espacio,
debemos comentar que existe una línea de investigación que atiende a los
repertorios del discurso, los cuales proporcionan a los desafiadores un
vocabulario y unos marcos culturales a través de los cuales articulan sus
reivindicaciones. Algunos ejemplos: Rafael Cruz y Manuel Pérez Ledesma
(eds.): Cultura y movilización en la España Contemporánea, Madrid, Alianza
Universidad, 1997; Marc W. Steinberg: « El clamor de la multitud: repertorios de
discurso y acción colectiva entre los tejedores de seda de Spitalfields en el
Londres del siglo XIX» , en: Mark Traugott (comp.): Protesta social…, pp. 67-98;
Enrique Laraña y Joseph Gusfield (eds.): Los nuevos movimientos sociales. De la
ideología a la identidad, Madrid, CIS, 2001, etc. <<
[38] Vicente Castillo: Recuerdos y vivencias…, op. cit., pp. 255 y 230. <<
[39] Una may or información sobre ambos procesos se puede encontrar en los
capítulos escritos por José María Azuaga: Hartmut Heine y José María Azuaga
Rico: La oposición al franquismo en Andalucía oriental, Madrid, Fundación
Salvador Seguí, 2005, y Legajo 657,Causa 24 (ACGG) o Francisco Rodríguez
Sevilla, Así me metieron en la política (manuscrito). <<
[40] José Aurelio Romero Navas: Recuperando… op. cit., pp. 351. <<
[41] Agradecemos la información a José María Peña. Entrevista a Miguel S. C,
Granada, febrero de 2005, realizada por José María Peña (documental Maletas
de madera). <<
[42] Causa 443/48. ACGG. José María Azuaga maneja una copia similar, las
diferencias son irrelevantes, obtenida de otro Consejo de Guerra. Una breve
síntesis y copia parcial del mismo, en: José María Azuaga: La guerrilla
antifranquista en Nerja, Nerja, Izquierda Unida, 1996. En este caso debemos
agradecer a Eusebio Rodríguez Padilla que nos facilitara el ejemplar que
citamos. <<
[43] Un relato más pormenorizado sobre los sucesivos cambios en las jefaturas
de la AGM y AGG, en: H. Heine y J. M. Azuaga: La oposición…, op. cit.,
131-146. <<
[44] Su hijo, al pie de la escalera, le pegó un tiro quedando muerto en la casa
mientras sus dos compañeros conseguían darse a la fuga. Legajo 939, Causa 19.
ATTMA, Ideal (7 de noviembre de 1944) y Nicolás Manzanares:
Consecuencias…, op. cit., pp. 137-138. <<
[45] Expediente de la G. C. 46312 sobre Francisco Quero (AGA) y Legajo 820,
Causa 595. ATTMA. <<
[46] Nicolás Manzanares: Consecuencias de la tragedia española 1936-1939 y los
hermanos Quero, Murcia, Edición el autor, 1978. <<
[47] Francis Langlois: « Banditisme social, mémoire collective et histoire: le role
de Jesse James dans la création de sa prope légende» , Canadian Review of
American Studies, 34-1 (2004). <<
[48] Informe General del proceso seguido por el problema del bandolerismo en la
provincia de Granada, Eulogio Limia Pérez. Granada, agosto de 1953
(ACCPCE). <<
[49] Ibidem. <<
[50] Ibidem. <<
[51] Caja 868, Documento 15. Fundación Francisco Franco (a partir de ahora:
FFF). <<
[52] Vicente Castillo: Recuerdos…, op. cit., p. 150. <<
[53] Legajo 1079, Causa 44. ACGG. <<
[54] Nicolás Manzanares: Consecuencia…, op, cit., p. 75. <<
[55] Nicolás Manzanares: Consecuencia…, op, cit., p. 64. <<
[56] Legajo 906, Causa 423. ATTMA y Legajo 395, Causa 12. ACGG. <<
[57] Legajo 406, Causa 1401. ATTMA. <<
[58] Legajo 528, Causa 524. ACGG y José Aurelio Romero Navas; Censo…, op.
cit., 69, 365 y 338. <<
[59] Manual de orientación político-militar. Causa 443/48. ACGG. <<
[60] Caja 868, Documento 15. FFF. <<
[61] Un autor granadino niega la posibilidad de que lo cometieran los hermanos
Quero: C. L. Girón: Crónica negra de Granada, 1880-1990, Granada, Editorial
Comares, 1991. Aun manteniendo nuestras dudas, a los efectos de impacto social,
nos sirve tal argumentación, dado que en el acervo popular la acción pasó a ser
cometida por los Quero. <<
[62] Legajo 288, Causa 37. ATTMA. <<
[63] Ideal (28, 29 y 31 de marzo de 1944; 9 y 10 de enero de 1947; 22, 23, 25 y
26 de febrero de 1947), Patria (28 y 30 de marzo de 1944; 10 de enero de 1947;
22, 23, 25 y 26 de febrero de 1947). <<
[64] Caja 867, Documento 14. FFF. <<
[65] Manual de orientación político-militar, Causa 443/48. ACGG. <<
[66] Sobre la segmentación del campesinado y la conflictividad en el ámbito
rural de la provincia de Granada, véase: Salvador Cruz Artacho, Caciques y
campesinos. Poder político, modernización agraria y conflictividad rural en
Granada, 1890-1923, Madrid, Libertarias, 1994 y Mario López Martínez, Orden
público y luchas agrarias en Andalucía. Granada, 1931-1936, Madrid, Libertarias,
1995. <<
[67] Entrevista a Pepito, en: Fernanda Romeu Alfaro: Más allá de la utopía.
Agrupación Guerrillera de Levante, Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha,
2002, p. 141. <<
[68] Alfonso Guerra, correo electrónico del 14 de diciembre de 2005. <<
[69] Legajo 820, Causa 595. ATTMA. <<
[70] Expediente de la Guardia Civil: 46089 Rosario Quero y 43566 Matilde Quero
(AGA). <<
[71] Entrevista telefónica con Dolores Resina Quero, nieta de Antonio Quero (
15-8-06). <<
[72] Entrevista telefónica con Encarna Quero, hija de Bernardo Quero Robles (
9-4-05). <<
[73] Legajo 406, Causa 1401. ATTMA. <<
[74] « Fuerzas de la 136 Comandancia eliminan a un grupo de atracadores
después de violenta lucha, 1945» . Centro de Estudios Históricos de la Guardia
Civil (desde ahora: CEHGC). Ideal (16 y 17 de enero de 1945) y Patria (16 de
enero de 1945). <<
[75] Legajo 830, Causa 595. ATTMA. <<
[76] Ideal (11 de julio de 1945) y Patria (11 de julio de 1945). <<
[77] « Muerte del jefe de una partida causante de numerosos delitos en la sierra
de Córdoba y Granada 1945» . CEHGC. Ideal (13 y 14 de julio de 1945). <<
[78] 1.ª Memoria Histórica de la Comandancia de Granada. CEHGC. Ideal (31 de
marzo y 2 de abril de 1946) y Patria (31 de marzo de 1946). N. Manzanares:
Consecuencias…, op. cit., pp. 161-164. <<
[79] Expediente 81855 Antonio Quero (AGA). <<
[80] Vicente Castillo: Vivencias…, op. cit., p. 261. <<
[81] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit., p. 171. <<
[82] Vicente Castillo: Vivencias…, op. cit., pp. 261-267. José María Azuaga, en
cambio, afirma que el asesinato de Contreras fue efectuado por el Yatero,
aunque desconocemos sus fuentes, en: La trayectoria de la Agrupación
Guerrillera de Granada (publicado en este mismo volumen). <<
[83] Nicolás Manzanares: Consecuencias…, op. cit., p. 35. <<
[84] F. M. Dostoy evski: Los demonios, Madrid, Alianza, 2003, p. 763. <<
[85] Legajo 820, Causa 595. <<
[0] Jorge Marco: Ha publicado varios artículos sobre la resistencia armada y la
violencia política en la posguerra española. Es miembro de la Cátedra
Extraordinaria « Memoria Histórica del siglo XX» , e investigador del proy ecto
« El Régimen de Franco como sistema represivo (1936-1948)» . En la actualidad
está preparando una monografía sobre los hermanos Quero y un amplio estudio
sobre las formas resistencia y de represión en Andalucía oriental. <<
[1] Joaquín Bosque Maurel: Andalucía. Estudios de Geografía Agraria, Granada,
Aljibe, Bosque Maurel, 1979, p. 47. <<
[2] Rafael Gil Bracero: Revolucionarios sin revolución. Marxistas y
anarcosindicalistas en guerra: Granada-Baza, 1936-1939, Granada, Universidad
de Granada, 1998, pp. 65-71 y 263-306. <<
[3] Archivo de la Capitanía General de Granada (desde ahora, ACGG), Causa
101/50, Legajo 643/13, Por la República, n.º 33. Archivo Histórico del PCE
(AHPCE), sección Prensa Guerrillera, Por la República, n.º 30. ACGG, Causa
101/50, Legajo 643/13, Por la República, n.º 34, pp. 7-8. <<
[4] Archivo del Gobierno Civil de Málaga (AGCM), Boletín Decenal, días 11 a 20
de noviembre de 1945, p. 5. <<
[5] ACGG, Causa 101/50, Legajo 643/13 , Por la República, n.º 34, p. 7-8. <<
[6] Archivo Histórico Municipal de Málaga (AHMM), Ideal, 1-1-49, p. 1. <<
[7] AGCM, caja « Gobernadores Civiles. Manuel García del Olmo. Informes de
la Comisaría de Policía, índice de firma, 1945-54» . <<
[8] Lo ha señalado Ricardo Ruiz Pérez en: Lumbres de invierno, Granada, Junta
de Andalucía y Diputación Provincial, 1999, p. 180, refiriéndose a su propia
familia, de Dólar: registraban la casa para buscar la cosecha no declarada y,
aprovechando la impunidad, les robaban los jamones de la matanza casera. <<
[9] Hemeroteca de la Casa de los Tiros, Granada (HCT), Ideal, 6-6-1939, p. 1, y
2-6-1939, p. 3. <<
[10] AHMM, Sur, 22-2-1949, p. 1. Las palabras corresponden a Ángel Herrera
Oria, obispo de Málaga. <<
[11] AHMM, Ideal, 22-5-1945, p. 8. <<
[12] HCT, Ideal, 5-1-1951, p. 6. La población de Alhama, en Bosque Maurel
(1971: 298). <<
[13] Entrevista con Francisco Rodríguez Sevilla (Granada, 17-4-1987), y con
Encarnación Martín Cervera (Salar, 13-8-1987). <<
[14] Entrevista con Pedro Rueda Jiménez, Huétor-Tájar, 14-1-1989. <<
[15] José Luis de Arrese y Magra: Una etapa constituyente. Barcelona, Planeta,
1982, p. 194; Antonio Marquina Barrio: La diplomacia vaticana y la España de
Franco (1936-1945), Madrid, CSIC, 1983, p. 330, Javier Tusell: La España de
Franco, Madrid, Historia 16,1989, p. 89. <<
[16] Un ejemplo de esto lo podemos ver en la dura crítica que se hizo desde las
páginas de Ideal a la situación que estaban viviendo los trabajadores, en
comparación con las clases altas, y la amarga respuesta que tuvo por parte del
vespertino falangista Patria: AHMM, Ideal, 8-1-1949, pp. 6 y 5; 9-1-1949, p. 3, y
11-1-1949, p. 3. <<
[17] AHMM, Sur, 14-10-1947, p. 3. Gomo señalaba Javier Tusell en: Dictadura
franquista y democracia, 1939-2004, Barcelona, Crítica, 2005, p. 68, el recuerdo
de la sangre derramada en la guerra contribuía a aglutinar al mundo católico
oficial en torno a Franco. Con los monárquicos ocurría lo mismo, como veremos.
<<
[18] Pedro Sáinz Rodríguez: Un reinado en la sombra, Barcelona, Planeta. 1983,
pp. 417-421. <<
[19] Entrevista con Elvira Crooke Caffarena, Motril, 20-11-2002. Archivo
Histórico Nacional, Madrid (AHN), Causa General, Caja 1057 (1), f. 78 y 78 V.
<<
[20] Manuel Tuñón de Lara hacía estas reflexiones al referirse a la carta de 27
procuradores en Cortes solicitándole a Franco la restauración monárquica, en
junio de 1943. <<
[21] AHMM, Sur, 17-4-1947, p. 1. <<
[22] A este respecto, Glicerio Sánchez Recio ha hablado en: Los empresarios de
Franco. Política y economía en España, 1936-1957. Barcelona, Crítica. 2003,
p. 21, de la imbricación entre los políticos franquistas y los empresarios. <<
[23] Roberto Battaglia: Storia della Resistenza italiana. Turín, Einaudi, 1964,
pp. 22-23. <<
[24] Philippe Burrin: Francia bajo la ocupación nazi 1940-1944, Barcelona,
Paidós, 2004, pp. 243-244. <<
[25] Saúl Bellow: Todo cuenta. Del pasado remoto al futuro incierto. Barcelona,
Círculo de Lectores, 2005, pp. 240-241. <<
[26] Declaraciones de Franco al Evening Star, recogidas por Sur, 16-2-1947,
pp. 1 y 3 (AHMM). <<
[27] ACGG, Causa 416/44, Legajo 464/29, f. 9-10 v. <<
[28] Adriano Romero Cachinero: Eurocomunismo y carrillismo. Bilbao, Edición
del autor, 1984, pp. 102-104. <<
[29] AHPCE, jacket 55. Sobre Vía escribió J. A. Romero Navas: La guerrilla en
1945 (Proceso a dos jefes guerrilleros: Ramón Vías y Alfredo Cabello Gómez-
Acebo), Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1999. Por nuestra parte,
abordamos su actuación en La guerrilla antifranquista en Nerja, Nerja, Izquierda
Unida, 1996. <<
[30] Entrevista con José Paqué Gracia, Motril, 26-2-91. ACGG, Causa 536/52,
Legajo 676/26, f. 3. <<
[31] ACGG, Causa 87/47, Legajo 559/38. <<
[32] Nos referimos lógicamente, a su entusiasmo militante, pues no dejaban de
estar expuestos a las amenazas represivas. <<
[33] AHPCE, Nuestra Bandera, n.º 1, Toulouse, enero de 1945, « Carta abierta de
la Delegación del Comité Central a los miembros del Partido, simpatizantes y a
todos los antifranquistas en general» , pp. 1-33. <<
[34] Declaraciones efectuadas a la Guardia Civil después de ser detenido, Causa
75/47, Legajo 601/41, f. 231-232 V., ACGG. <<
[35] Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil, Madrid (CEHGC),
expediente de José Merediz Víctores, Tarbes y Felipe el Asturiano. Las
declaraciones suy as que aparecen en este expediente son las mismas que hay
recogidas en la Causa 75/47 y que están fechadas en Gérgal, el 13-1-1947,
después de que lo detuvieran (ACGG, Causa 75/47, Legajo 601/21, f. 231-232 V
.). AHPCE, jackets 46-53. En estos documentos aparece siempre con el nombre
de Tarbes. <<
[36] CEHGC, expediente de José Merediz Víctores, Tarbes y Felipe el Asturiano.
<<
[37] ACGG, Causa 75/47, Legajo 601/21, f. 232 V. y 232. Limia escribe que
Merediz era jefe de Estado May or, en lugar de jefe de la Agrupación (Informe
general sobre el proceso seguido por el problema del bandolerismo en la
provincia de Granada, desde su aparición en el año 1939, hasta el 31 de Julio de
1952, inclusive, f. 33), pero hay que tener en cuenta que el oficial no llegó a
Granada hasta 1949, por lo que podía fallarle la información. Además, los
documentos internos del maquis mencionan a Merediz con el cargo de jefe de la
Agrupación (por ejemplo: ACGG, Causa 87/47, Legajo 559/38, f. 20). <<
[38] ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 2 V. Manuscrito de Francisco
Rodríguez Sevilla (Así me metieron en política), pp. 22-23. Entrevista con
Francisco Rodríguez Sevilla, Granada, 17-4-1987. <<
[39] Esto último se desprendería de las declaraciones de Rodríguez Sevilla tras
ser detenido; es la zona de donde procedía Antonio Castillo (ACGG, Causa
384/51, Legajo 657/24, f. 2 V.). <<
[40] Informe general…, f. 26-30. <<
[41] Así me metieron en política, pp. 22-23. Informe general…, f. 28-29. <<
[42] AHPCE, 18/7, testimonio de Ramiro Fuente Ochoa. Archivo Histórico
Provincial de Albacete, testimonio de Ramiro Fuente Ochoa (nos lo proporcionó
Sixto Agudo). Entrevista con Manuel Prieto López, Rincón de la Victoria,
9-8-1984. <<
[43] Entrevista con Ramiro Fuente Ochoa, San Sebastián de los Rey es (Madrid),
9-7-1986. <<
[44] Entrevista con Manuel Prieto López, Rincón de la Victoria, 9-8-1984. ACGG,
Causa 582/46, Legajo 593 bis/40. Entrevista con Diana Mingorance Pérez,
Granada, 11-10-1986. <<
[45] Informe general…, f. 43. ACGG, Causa 939/51, Legajo 682/28, f. 16 V. <<
[46] Informe general…, f. 33, 43 y 32. Según Enrique Urbano, la denominación
de 9.ª Brigada se debía a la unidad francesa donde actuó Roberto contra los nazis
(entrevista en Río de la Miel Bajo, 8-1-1984). <<
[47] Informe general…, f. 32. <<
[48] Expedientes de Manuel Jurado Martín y Antonio Ruiz Cerezo,
CEHGCAUSA, entrevista con Francisco Moy ano López, Frigiliana, 20-10-1985.
ACGG, Causa 863/46, Legajo 524/24, f. 1 y 26 V. José Luis Estrada Segalerva:
Efemérides malagueñas, Málaga, Edición del autor, 1970, p. 372. <<
[49] Enrique Marco Nadal: Todos contra Franco. La Alianza Nacional de Fuerzas
Democráticas. 1944/1947, Madrid, Queimada, 1982, pp. 185-187, 309 y 317-318.
Entrevista con Ricardo Vizcaíno Alarcón, Granada, 15-7-1993. Vicente Castillo:
Recuerdos y vivencias, Tomo 2.º, pp. 117, 145, 259-263. Expediente de Juan
Francisco Medina García, Yatero, CEHGCAUSA. <<
[50] En la « Nota Informativa» n.º 3 de 9 de enero de 1947, del Servicio de
Información de la Comandancia granadina, se señala que se pidieron 250000
pesetas por el rescate, que la muerte fue el mismo día del secuestro y que el
cadáver lo encontraron en « Cañada del Cuco» , del término de Güéjar-Sierra
(CEHGC). Ideal, 9-1-1947. Entrevista con Manuel Prieto López, Rincón de la
Victoria, 1-8-1985. Otro guardia de aquella época, Rafael Girón Lozano
(entrevista en Granada, 4-10-1987), coincide en gran medida con el testimonio
de Prieto. Rodríguez Sevilla, en ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 10 V.
También Limia atribuy ó este hecho a los Clares (Informe general…, f. 36). <<
[51] CEHGC, expediente de José Merediz Víctores. Esta información la
proporcionó Merediz a los guardias tras ser detenido. <<
[52] ACGG, Causa 87/47, Legajo 559/38, f. 15-25. <<
[53] Existe constancia escrita de esa decisión, como puede verse en un
documento que, pese a su deterioro, resulta legible. Se encuentra en ACGG,
Causa 87/47, Legajo 559/38, f. 20. <<
[54] Documento dando cuenta de la destitución, en ACGG, Causa 87/47, Legajo
559/38, f. 20. Declaraciones de Rodríguez Sevilla refiriéndose a la destitución, en
ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 3. Otras, de Merediz, en ACGG, Causa
75/47, Legajo 601/41, f. 232 V. <<
[55] ACGG, Causa 75/47, Legajo 601/21, f. 231-232 V. Expediente de José
Merediz Víctores, CEHGCAUSA. Entrevista con Manuel Prieto López, Rincón de
la Victoria, 9-8-1984. En otro momento (Domingo, 2002: 234-235), Manuel
Prieto ha afirmado que el jefe de la Guardia Civil que le comunicó que habían
detenido a Merediz era el teniente coronel Limia, lo que constituy e un error, y a
que éste mando no llegará a Andalucía hasta 1949. <<
[56] Entrevista con Ramiro Fuente Ochoa, Madrid, 29-4-1986. Entrevista con
Manuel Prieto López, Rincón de la Victoria, 9-8-1984. <<
[57] Es cierto que la prensa recogió la noticia tal como señalaba Rodríguez
Sevilla: Ideal (AHMM, 11-3-1947, p. 1,) dio sus nombres completos: Ramón
Carrasco Gómez, Porras, José María Pardo Barrios, Pardo, y Antonio Montilla
Gallego, Montilla. El diario Sur, de Málaga, también se refirió a este hecho en
similares términos; lo titulaba « Tres bandidos muertos a tiros por la Guardia
Civil, en Granada. Tomaron parte en el asesinato del Sr. Milans del Bosch»
(AHMM, 11-3-47, p. 47). Debido a su estatura, Rodríguez Sevilla suele llamar el
Chico a Merediz. <<
[58] Así me metieron en política, pp. 23-24; CEHGC, expediente de José Merediz
Víctores. <<
[59] Informe general…, f. 33-40. <<
[60] Informe general… f. 37. Relación de los hechos…, f. 38. Expediente de José
Sáez Carmona, CEHGCAUSA. Entrevista con Agustín Góngora Montero,
Torvizcón, 15-5-2003 (vio enterrar a las víctimas de Cástaras en el cementerio de
Torvizcón). <<
[61] AHPCE, Caja 30/1, Informe de Santiago Carrillo sobre situación y actividad
del Partido en el interior, 7952, f. 19. <<
[62] CEHGC, « Nota Informativa» n.º 210 del SIGC de la 136 Comandancia de
la Guardia Civil, 17-7-1947. <<
[63] Informe general…, f. 39. Entrevista con Fermín González Rodríguez,
Trevélez, julio de 1987. <<
[64] « Nota Informativa» n.º 215 del SIGC de la 136 Comandancia de la Guardia
Civil, 19-7-1947, CEHGCAUSA. <<
[65] Entrevista con Fermín González Rodríguez, Trevélez, julio de 1987. <<
[66] Entrevistas en Trevélez (21-5-2002) y Granada (27-8-1988). <<
[67] CEHGC, expedientes de José Fernández Gallego « Mediavida» , Antonio
Díaz Fernández, Zorrero, Eloy López Álvarez, Sargenta, Eloy Expósito Ortiz, y
Luis Ortiz Sánchez, Candelas. <<
[68] AGGG, Causa 281/54, Legajo 696/27, f. 50-50 V. <<
[69] Entrevista con Fermín González Rodríguez, Trevélez, julio y septiembre de
1987. Entrevistas con Encamación García Moreno (Motril, 11-4-1988, 27-7-1988
y 19-8-1988) y con Marcela Rubiño (Motril, 22-10-1987, 2-12-1987 y 27-7-1988
). Los acontecimientos de Los Tablones los hemos abordado más a fondo en
« Motril en la posguerra: Resistencia y guerrilla contra el franquismo» , Qalat, 2
(2001), pp. 39-62. <<
[70] Ejemplar de Por la República incluido en Causa 443/48, Legajo 578/41
(ACGG). Todos estos datos los hemos cotejado entrevistando a numerosos
vecinos de estas localidades y, especialmente, a familiares de estas víctimas. <<
[71] Entrevistas con los guardias Manuel Prieto López (Rincón de la Victoria,
27-8-1984 y 16-8-1987) y Francisco Córdoba Garrido* (julio de 1988. Utilizamos
el asterisco por tratarse de una persona que desea que no se dé su nombre). En
vísperas del « referéndum» , La Dirección General de Seguridad franquista cursa
una circular ultra secreta ordenando la aplicación de la ley de fugas. Que no se
hagan prisioneros a menos que hay a testigos sospechosos: El Socialista,
20-6-1947, p. 1, Archivo de la Fundación Pablo Iglesias, Madrid (AFPI). <<
[72] Recordamos a este respecto que y a hubo acusaciones contra las autoridades
cuando recurrían a la ejecución extrajudicial, como ocurrió con Julián Zugasti,
gobernador civil de Córdoba en 1870. Por no hablar de lo ocurrido durante los
años veinte del siglo pasado, de algunos acontecimientos de la Segunda República
y de la Guerra Civil. <<
[73] Información elaborada a partir de los expedientes de estos guerrilleros en el
CEHGGAUSA. <<
[74] ACGG, Causa 126/50, Legajo 634/35, f. 3. ACGG, Causa 939/51, Legajo
682/28, f. 18 V. <<
[75] En algún caso habrían incitado a ciertos jóvenes a unirse a la Agrupación
mostrándoles dinero, como habría ocurrido con Francisco Ray a Ortiz y con José
García, ambos de Frigiliana (información proporcionada por Francisco Ray a
Castillo, en carta escrita el 4-12-1997). En el caso de Antonio Corpas Molina,
Caserío, y Braulio, al que acabaron matando sus compañeros, su esposa, María
Pinilla Castilla, declaró que se marchó a la sierra obligado por ellos (ACGG,
diligencias previas 829/51, Legajo 633/35). Pero este método no debió de
proliferar, pues el guerrillero Enrique Urbano, muy sincero en sus
informaciones, nos aseguró que él no lo recordaba. <<
[76] ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 3. <<
[77] Informe general…, f. 34, 40 y 43. <<
[78] ACGG, Causa 99/48, Legajo 617/46, f. 43. Expediente de los guerrilleros
aquí mencionados, en el CEHGGAUSA. Conversación telefónica con Antonio
Rodríguez Puertas, Ventas de Huelma, 28-7-1996. AGGG, Causa 358/50, Legajo
6oo/33, f. 2 y 2 V. <<
[79] ACGG, Causa 31/50, Legajo 560/41, informe de la Guardia Civil en f. 21;
del juez instructor en el 66 y 66 V. Un guerrillero interrogado por los sucesos del
cortijo Pera afirmó que las muertes se debieron a que sus compañeros de Agrón
los acusaban de ser delatores de la Guardia Civil, (ACGG, Causa 807/51, Legajo
743/44, f. 8 V.). Entrevista con Fernando Romero Calvo, Agrón, 9-8-1988. <<
[80] ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 3. AHPCE, sección prensa
guerrillera, 15/6 .Informe general…, f. 50-51. <<
[81] ACGG, Causa 102/53, Legajo 705/3, f. 74 V. <<
[82] El referido trabajo de Limia lleva por título Resumen del problema del
bandolerismo en la provincia de Granada y es del 4 de septiembre de 1951
(CEHGG). <<
[83] CEHGC, Ejército Guerrillero de Andalucía. Agrupación Guerrillera de
Granada. Estado May or. Orden circular núm. 25. <<
[84] Los fundamentos de esta estructura, que relegaba la participación interna en
favor del control jerárquico, eran los propios del PCE en esa etapa: se
argumentaba que, al encontrarse bajo una dictadura, los mecanismos de
funcionamiento democrático quedaban fuertemente restringidos. El que fuera
responsable de la organización de este partido, Pedro Checa, escribía en
momentos anteriores que la democracia interna estaba ligada a la situación
general de España: en la etapa republicana debía ampliarse, pero « puede
cambiar la situación política del país y la democracia para nuestro P. no puede
considerarse como una cosa absoluta» y citaba unas palabras de Stalin: « La
democracia no es una cosa dada para todos los tiempos, para todas las
circunstancias, pues hay momentos en que no hay posibilidad ni necesidad de
realizarla» (Pedro Checa: Qué es y cómo funciona el Partido Comunista. ACGG,
Causa 496/49, Legajo 579/25). En la guerrilla, este planteamiento era todavía
más jerarquizado, al estar concebida como una estructura militar. <<
[85] El anarquista Vicente Castillo escribía lo siguiente: « Si ellos pretendían
escapar a una dictadura de ordeno y mando, o te fusilo, como era la de Franco,
¿cómo es posible que se sometieran a otra y a sea verde, roja o del color que se
vista? Éste fue el error de Roberto» (Recuerdos y vivencias, Tomo I, p. 240). <<
[86] CEHGC, Informe sobre el bandolerismo en esta región, Capitanía General de
la 9.ª Región Militar, Estado May or, octubre de 1949. <<
[87] GEHGC, expedientes de Francisco Centurión González, Antonio y Francisco
García Sáez, Justo Rodríguez Rodríguez y Juan Martín Alonso. <<
[88] Según los datos del expediente de Antonio Gutiérrez Sáez, Cristino (CEHGC),
murieron un cabo 1.º y cinco soldados, y otros cinco resultaron heridos. Pero en
otras fuentes se expresa que fueron siete los soldados muertos (ACGG, Causa
637/52, Legajo 682/28, f. 22). Fue una actuación que no debió resultar muy bien
vista; según un informante nuestro, que en algún momento lamentaba la muerte
de los soldados, el mismo Roberto llegó a comentar refiriéndose a Cristino:
« Desgraciadamente, murió. Si no hubiera muerto habría tenido un “lavado de
cabeza” que se habría acordado toda su vida» . La información oral sobre los
hechos de Cázulas y sobre Cristino procede de Luis Álvarez Molina*. El dato de
que fue Cristino quien decidió atacar a los soldados lo corroboran las
declaraciones que hicieron los hermanos García Sáez después de presentarse a la
Guardia Civil, así como Francisco Centurión González, quien añadió que habían
intervenido 46 guerrilleros; los demás aspectos aquí mencionados se encuentran
en el expediente de Antonio Gutiérrez Sáez en el CEHG-CAUSA. <<
[89] Informe general…, f. 25-52. <<
[90] ACGG, Causa 384/51, Legajo 657/24, f. 4, 12, 12 V., 72, 76, 76 V. <<
[91] Información elaborada a partir de los expedientes de los guerrilleros que
participaron en estos encuentros (CEHGC). <<
[92] ACGG, Causa 124/50, Legajo 606/12, f. 5, 5 V. Entrevistas con Estrella
Martín (Lagos, 5-9-1988) y con Francisco Leiro Vila, (Málaga, 29-12-1989; se
trata de un antiguo guardia civil que nos manifestó que sus compañeros llevaron a
cabo el ahorcamiento), y con María Melgares Camacho (Güi, 5-9-1988). <<
[93] Entrevistas con Ricardo López Centurión (Nerja, 11-4-2001) y con José
García Rey es, (Nerja, 11-7-1996). ACGG, Causa 180/50, Legajo 603/38,
f. 2-8 V., 23, 27, 27. ACGG, Causa 354/50, Legajo 623/31. f. 15 y 10. Entrevistas
con Rosario Triviño González. (Frigiliana, 13-12-1991) y con Eduardo Triviño
Martín (Frigiliana, 20-12-1991). <<
[94] Entrevistas con José Gutiérrez Olay a (Salar, 30-7-1990), Francisco Miranda
Rivas (Granada, 2-1-1988) y Antonio Ray a Arcas (Loja, 27-3-1988). ACGG,
Causa 708/50, Legajo 644/6, f. 343, 344 y 345. <<
[95] José María Azuaga Rico: « Bartomeu Pay eras i el maquis: l’actuació d’un
capellà de Buny ola a la provincia de Màlaga» , Es Castellet, 13 (2004), pp. 8-11.
<<
[96] ACGG, diligencias previas 989/50, Legajo 651/1. <<
[97] Los escritos de este tiempo están encabezados por las palabras « Ejército
Guerrillero de Andalucía, 2.ª Agrupación, 4.ª Compañía, Plana May or» .
Corresponden a los últimos meses de 1951 y recogen, dentro de una
detalladísima relación de ingresos y gastos, el dinero que se destinaría a cada
grupo, a « la organización» y los débitos que había al « P» , refiriéndose
probablemente al PCE: ACGG, Causa 1134/51, Legajo 712/60, f. 61-99. <<
[98] Entrevista con Manuel Prieto López, Rincón de la Victoria, 9-8-1984. <<
[99] Todo ello lo hemos abordado en nuestro « El cambio de táctica del PCE con
relación a la lucha guerrillera: el caso de Granada y Málaga» , en: I Congreso
sobre la Historia del PCE (1920-1977) [CD-ROM], Oviedo, Fundación de
Investigaciones Marxistas, 2004. <<
[100] En J. M. Azuaga Rico: La guerrilla antifranquista…, op. cit., hemos narrado
la actuación final de Roberto y la huida a Francia. La actividad política del
7.º Batallón durante los momentos finales, en ACGG, Causa 477/52, Legajo
677/36, f. 4-4 V. <<
[101] Entrevista con Rafael Castilla Sánchez, Granada, 2-1-1988. Expediente de
Francisco Nieto Romero, CEHGCAUSA. <<
[102] Información telefónica de Ricardo Vizcaíno Alarcón, 1-7-1993. <<
[103] Vicente Castillo: Recuerdos y vivencias, Tomo 1, pp. 240-243. <<
[104] Entrevistas con Enrique Urbano Sánchez (Río de la Miel, 28-2-1992) y con
Miguel Salado Cecilia (Motril, 20-8-1992). <<
[105] Francisco Moreno Gómez lo ha constatado también en sus estudios sobre la
guerrilla: « Huidos, maquis y guerrilla: una década de rebelión contra la
dictadura» , Ayer, 43 (2001), pp. 136-137. <<
[0] José María Azuaga: ha publicado artículos e impartido conferencias sobre el
maquis en los últimos veinte años. Cuenta en su haber con títulos tan destacados
como La guerrilla antifranquista en Nerja o La oposición al franquismo en
Andalucía oriental, en coautoría con Hartmut Heine. <<
[1] Ferrán Sánchez Agustín. El maquis anarquista. De Toulouse a Barcelona por
los Pirineos, Lleida, Milenio, 3006, pp. 15-17. <<
[2] Ferrán Sánchez Agustí: Maquis a Catalunya. De la invasió de la Vall d’Aran a
la mort del Caracremada, Lleida, Pagés editors, 3005 (Anexo a la 5.ª edición,
revisada y ampliada), pp. 393 y 394. Y del mismo autor « Bilan humain et
politiques de l’opération Reconquista de España dans les Py rénées» , en: Jean
Ortiz (dir.): Rouges. Maquis de France et d’Espagne. Les guérilleros, Biarritz,
Atlantica, pp. 217-227. <<
[3] Ferran Sánchez Agustí: El maquis anarquista. De Toulouse a Barcelona por los
Pirineos, Lleida, Milenio, 2006, pp. 20-21. <<
[4] Joseph Sánchez Cervelló (ed.): Maquis, el puño que golpeó al franquismo,
Barcelona, Flor del Viento, 2003, pp. 432-489. <<
[5] Ferran Sánchez Agustí: El Maquis anarquista…, op. cit., pp. 25-27. <<
[6] Ibidem, pp. 27-28. <<
[7] Pelai Pagés Blanch: Diccionari biografié del Moviment Obrer als Paisos
Catalans, Montserrat, Universitat de Barcelona, p. 468. Manual Iñíguez; Esbozo de
una Enciclopedia histórica del Anarquismo español, Madrid, Fundación de
Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2001, p. 188. <<
[8] Documento 14229, Archivo Fundación Nacional Francisco Franco, Madrid.
<<
[9] Ferran Sánchez Agustí: El maquis anarquista…, op. cit., p. 30. <<
[10] Ibidem. <<
[11] Ibidem, pp. 103-137. <<
[12] Ibidem, pp. 141-166. <<
[13] Ibidem, pp. 169-196. <<
[14] Ibidem, pp. 199-219 y pp. 247-248. <<
[15] Ibidem, pp. 31-35. <<
[0] Ferrán Sánchez Agustí: en los últimos años ha presentado: Maquis y Pirineos:
la gran invasión (1944-1945); Maquis a Catalunya; de la invasió de la Vall d’Aran
a la mort del Caracremada o Espías, contrabando, maquis y evasión. La II Guerra
Mundial en los Pirineos. Recientemente ha publicado una monografía bajo el
título: El maquis anarquista. De Toulouse a Barcelona por los Pirineos. <<
[1] Eduardo Munilla Gómez: « Consecuencias de la lucha de la Guardia Civil
contra el bandolerismo en el periodo 1943-1952» , Revista de Estudios Históricos
de la Guardia Civil, 1 (1968), p. 56. <<
[2] Francisco Aguado Sánchez: El maquis en España, Madrid, Editorial San
Martín, 1975, p. 198, y El maquis en sus documentos, Madrid, Editorial San
Martín, 1976. <<
[3] Un informe de la Guardia Civil de Sama cifraba en 200 el número de huidos
en la zona. « Comandancia de Oviedo, 18 de diciembre de 1939» . En 1948, el
guerrillero José González Fernández (a) Pastrana, aseguró que era más de un
millar. « Informe de José González Fernández, 28 de abril de 1948» . Archivo del
CC del PCE. <<
[4] Eduardo Munilla Gómez: « Consecuencias…» , op. cit p. 57. <<
[5] En un informe de 1944 se sostenía que por los montes asturianos pululaban
unos 60. « Guerrilleros, 19 de octubre de 1944» . Archivo del CC del PCE. <<
[6] Éste se constituy ó, según Aguado, en 1942. El maquis… op. cit., p. 697. <<
[7] « Bases para la creación de las Milicias Antifascistas de Asturias, en la
montaña, 10 de octubre de 1948» . <<
[8] « Federación de Guerrillas Populares, Ciudad de la Selva, 1 de junio de
1943» . « M. Fernández, Gafas, en la Ciudad de la Selva, octubre de 1943» . <<
[9] « A la Federación de Guerrilleros Populares de Galicia, Asturias y León del
CMA de Asturias, 2 de enero de 1944» . <<
[10] « Federación Nacional de Guerrilleros de Unión Nacional al Comité de
Milicias Antifascistas de Asturias de (UN) Ciudad de la Selva, 4 de febrero de
1944, por la Comisión, C. Ríos y M. Fernández» . <<
[11] « El CMA a la Federación de Guerrillas de León y Galicia, 2, de abril de
1944» . <<
[12] « A los camaradas Zola, Feria y Elefantito (comandante Flórez), el jefe del
Estado May or, M. F. (a) Gafas, 8 de may o de 1945» . <<
[13] En la reunión del 31 de diciembre de 1943, los integrantes del CMA se
avinieron a colaborar con UNE pero sin compromiso de acatar sus consignas ni
de adscripción orgánica. <<
[14] « El CMA a la Junta Suprema de Unión Nacional» . En su respuesta, Antonio
García Buendía, tras reprocharles su desconfianza, les precisa que la utilización
de « nombres de guerra» es un método insoslay able dada su situación. « El
delegado de UN al CMA de Asturias (s. f.)» . <<
[15] « Compañero Feria, 19 de julio de 1945» . <<
[16] « Carta de Feria (a Mercedes Coto), 27 de may o de 1944» . « Carta de Feria
al Comité Regional de UNE, 11 de junio de 1944» . « Carta de Feria a la Junta
Suprema de Unión Nacional, 18 de junio de 1944» . <<
[17] « Junta Provincial de Asturias de UNE» (s. f. pero hacia may o o junio de
1944). « Carta de Comité Regional del PCE, 12, de julio de 1944» . <<
[18] « El CR del PCE, 12 de junio de 1944» . <<
[19] « Formación y encuadramiento de las Milicias Antifascistas de Asturias. El
Comité de Milicias, Asturias, abril de 1944» . <<
[20] « Feria a Bóger y los demás camaradas, 2 de febrero de 1945» . <<
[21] Causa 390-44, Caja 2770, Carpeta 554-555, Archivo 9452, AIRMN. <<
[22] Lo componían Augusto Fernández (a), Garlopas, Venancio González del
Valle (a), Federico, Manuel Losa Prieto (a), Pinín, Teodomiro Martín, Francisco
Muñiz (a), Pacho, y José Ordiales Alonso (a), Peque. « Estimado camarada
L(adreda). El secretario general (s. f.)» . <<
[23] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 17 de marzo de 1946» . <<
[24] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 27 de marzo de 1946» . <<
[25] « De C. Zapico, Bóger, al camarada Feria, 15 de abril de 1946» . <<
[26] « Comisión Político Militar de Asturias, Circular n.º 1. Asturias, 10 de febrero
de 1946» . Entrevista a Higinio Canga (a) Saborit, 9 y 12 de noviembre de 1987.
La perplejidad de un militante por esta medida, erróneamente atribuida a la
Circular n.º 6, se expresa en el siguiente testimonio: « Un día fuimos convocados
a una reunión los responsables del grupo y del radio de La Nueva. Allí estaban
algunos guerrilleros. Nos comunicaban que el partido se ha constituido en ejército
para luchar contra Franco y la Falange. Llegarán armas que se repartirán; se
operará según la orden del Alto Mando. Actuará una escuadra, sección o
compañía, según la importancia de la acción. Se nombraron los mandos en la
reunión y el Partido quedó transformado en una institución militar» .
« Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» , cárcel
de Burgos, enero de 1955. Archivo del CC del PCE. <<
[27] « Comisión Político Militar de Asturias, Circular n.º 2. Asturias, 27 de marzo
de 1946» . <<
[28] « Comisión Político Militar de Asturias, Circular n.º 4. Asturias, 6 de abril de
1946» . <<
[29] « Comisión Político Militar, Circular n.º 5. Asturias, 5 de junio de 1946» . En
un inusual tono triunfalista, impropio de la militancia del interior, se añadió que
« si la represión es dura con los del llano, entonces redoblaremos la ofensiva y les
impondremos el terror, atacándoles sin tregua en guerra abierta sin trinchera ni
campo de batalla, en la que ellos llevan las de perder al ser atacados por sorpresa
sin saber por quién ni de dónde salen los que atacan» . <<
[30] « A los camaradas del monte. El Comité socialista del monte, 16 de abril de
1946» . « Carta de Zola a Feria del 29 de abril de 1944» . La valoración
comunista en « Carta de Bóger a Feria del 5 de may o de 1946» y de la
« Comisión Político Militar de O(riente) A(sturias) a Bóger, 23 de may o de
1946» . <<
[31] « Características de los grupos enviados a España en el último trimestre de
1945» . Archivo del CC del PCE. <<
[32] Un relato de la tragedia en « Informe de Celestino Uriarte» (sin fecha,
aunque datable en 1948 o 1949). Archivo del CC del PCE. Valentín Andrés
Gómez: « Los que vinieron de Francia y la resistencia armada: caída de la
Brigada Pasionaria (1946)» , en: Eloísa Blanco Luque y Francisco Javier
Fernández Roca (coords.), Tercer encuentro de investigadores sobre el franquismo
y la transición, Sevilla, Muñoz Moy a editor, 1998, pp. 458-467. De los cuatro
supervivientes, Felipe Matarranz (a) Lobo, identificó a Madriles, Quintiliano
Guerrero, Joaquín Caballero (a) El Andaluz, y José García Fernández (a) Pin el
Asturiano. ¡Camaradas, viva la República! Asamblea 1023, Carracedelo, 2005,
p. 326. <<
[33] Entrevista con Higinio Canga, 9 y 12 de noviembre de 1987. José Ordiales
también confirma que Ladreda encañonó a un miembro del Comité Regional
dirigido por Casto García Roza. Entrevistas del 23, 28 y 30 de diciembre de 1987.
<<
[34] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 22 de marzo de 1946» . El
informe concluía señalando que fueron entrevistados dos « maquis» por
separado, los cuales, tras negarse a « regresar con el jefe que habían traído de
Francia» , expusieron « cosas que por ser de índole privada nos vemos obligados
a omitir para no lesionar la conducta y la buena marcha del partido» . <<
[35] « A los camaradas de S(ama). Asturias, 31 de marzo de 1946» . <<
[36] Entrevista con Horacio Fernández Inguanzo, 16 de diciembre de 1987. Otra
versión del enfrentamiento en Francisco Aguado Sánchez: El maquis… op. cit.,
p. 698. <<
[37] « A los camaradas de S(ama). Asturias, 31 de marzo de 1946» . <<
[38] « A los comarcales y radios. El CP de Asturias, 3 de abril de 1946» . En
referencia a los recién llegados, en un comunicado anterior, manifestó que « no
queremos aventureros ni quijotes ni ambiciosos, sino que precisamos hombres
comprensivos y libres de toda clase de prejuicios» . « A los camaradas de
S(ama). Asturias, 31 de marzo de 1946» . <<
[39] « Comisión Político Militar Provincial al Buró del PCE. Asturias, 17 de abril
de 1946» . En carta dirigida a Bóger y en tono desafiante, Ladreda manifestó que
« estoy dispuesto a hundir, a que me hundan» . « Camarada Bóger. Asturias, 30
de abril de 1946» . <<
[40] « Al camarada Feria, 23 de may o de 1946» . <<
[41] « Al camarada Feria de C. Bóger, 5 de may o de 1946» . <<
[42] « Camarada Feria de C. Bóger, 14 de junio de 1946» . En un tono más
conciliador este veterano guerrillero insistía en el contacto « para hacerles
comprender que no nos interesa figurar ni tenemos ambiciones personales, sino
que lo que nos interesa es el partido, su buena marcha y crecimiento del
mismo» . <<
[43] « Camarada Bóger. La Comisión Político Militar de O(riente) de A(sturias),
22 de may o de 1946» . Sin variar su línea argumental, este guerrillero planteó
otra cuestión no menos lesiva para los autóctonos: « Nos parece que nadamos en
un mar de confusionismo. Ponemos grandes reparos en que nos manden maquis
de otras provincias por no conocer el terreno y no vacilamos en amenazar a la
Delegación Central y quedarnos solos con nuestro comunismo porque nos parece
la tesis más acertada, pero ¿podemos nosotros hacer algo práctico al margen de
una Dirección Central?» . <<
[44] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 12 de may o de 1946» . <<
[45] « Carta abierta a los responsables político-militares del comarcales y radios.
Asturias, 22 de octubre de 1946» . <<
[46] « Carta a Ju(lio) y Pa(co) de Feria, 3 de noviembre de 1946» . <<
[47] En la cárcel de Oviedo, según Celestino Uriarte, Manuel Losa y la
« camarilla de Ladreda» alardeaban de haber previsto el batacazo, el cual sólo
se podía imputar al desconocimiento de los « franceses» de los riesgos del
trabajo clandestino en el interior. « Informe de Celestino Uriarte (sin fecha)» .
Archivo del CC del PCE. <<
[48] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. Archivo del PCE. <<
[49] Entrevista con Manuel García González (a), Otones, 14 de noviembre de
1987. <<
[50] Entrevista con José Ordiales, 23, 28 y 30 de diciembre de 1987. « Informe
de Celestino Uriarte» . Archivo del CC del PCE. <<
[51] « Informe de Manuel Beltrán Jove» , 15 de may o de 1948. Archivo del CC
del PCE. <<
[52] « Sobre lo que el partido me pidió con interés» , 7 de enero de 1948. Archivo
del CC del PCE. <<
[53] « A la dirección de nuestro Partido Comunista de España en el exilio» ,
Apolinar Anibarro, 18 de noviembre de 1948. La estimación de supervivientes de
Bardial parece más verosímil que la de Manuel Beltrán Jove, que la eleva a 100
guerrilleros. « Informe de Cándido Fernández Camblor» (sin fecha). « Informe
de Manuel Beltrán Jove» . Archivo del CC del PCE. <<
[54] Entrevista con Julio Gallardo, 10 de octubre de 1988. « Informe Félix del
viaje a Asturias» , 15 de may o de 1948. « Informe de Julio sobre Asturias» , 3 de
enero de 1950. Archivo del CC del PCE. <<
[55] Con Manuel Díaz González (a), Caxigal, el 7 de febrero de 1950 fueron
acribillados Eloy Alvarez Alonso (a), el Ruso, Angel Martínez Rodríguez, Manuel
Castaño, Negrete, y Ovidio González Morán. Según Avelino Suárez, Onofre solía
manifestar que la Agrupación se desmoronaría en cuanto faltara Caxigal.
Entrevista del 18 de diciembre de 1987. <<
[56] « Informe de Julio sobre Asturias» , 3 de enero de 1950. Archivo del CC del
PCE. <<
[57] « Informe de Julio sobre Asturias» , 3 de enero de 1950, Archivo del CC del
PCE. <<
[58] « Informe de Rubén y Pascual, 11 de septiembre de 1951» . « Informe dado
por Rubén y Fernando» , 30 de octubre de 1951. Archivo del CC del PCE. <<
[59] « Informe del guerrillero José González Fernández» , 8 de abril de 1948.
Archivo del CC del PCE. <<
[60] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. Archivo del PCE. <<
[61] « Informe recibido a primeros de diciembre de 1949» . Archivo del CC del
PCE. <<
[62] « Informe de Ceferino Díaz Torres» , 2 de enero de 1948. Archivo del CC
del PCE. <<
[63] « Informe de Celestino Uriarte (sin fecha)» . Archivo del CC del PCE. En el
« Informe Félix del viaje a Asturias» , de 15 de may o de 1948, se precisa que la
redada de enero no afectó a la organización del partido « porque estos individuos
no la conocían» . Archivo del CC del PCE. <<
[64] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. « Informe recibido a primeros de diciembre de
1949» . Archivo del CC del PCE. <<
[65] Apostilla al « Informe de Ceferino Díaz Torres» , 2 de enero de 1948.
Archivo del CC del PCE. <<
[66] « Boletín Interior del Partido Comunista de España» , agosto de 1951.
« Informe dado por Rubén y Fernando» , 30 de octubre de 1951. Archivo del CC
del PCE. <<
[67] « Boletín Interior del Partido Comunista de España» , agosto de 1951.
« Informe sobre el viaje a Asturias» . En otro documento se remachaba:
« nuestra política se centra en la educación, organización y movilización de las
masas bajo la dirección del Partido, y no en la acción directa de los anarquistas
que lleva la guerrilla» . « Informe de situación política» . Rubén y Femando,
1951. Archivo del CC del PCE. <<
[68] José Manzanero Marín: Páginas para la historia. Sobre la paz y el socialismo,
Valencia, Fernando Torres editor, 1983, p. 205. <<
[69] Causa 204-50. Fernanda Romeu Alfaro: Más allá de la utopía. Perfil histórico
de la Agrupación Guerrillera de Levante, Valencia, Edicions Alfons el Magnánim,
1987, p. 77. Manuel García Otones: Lucha y libertad, Oviedo, KRK, 2002, pp. 37
y ss. <<
[70] En una nota sobre Manuel Losa Prieto, remitida por Eloy Álvarez Alonso
(a), el Ruso, le atribuy ó el siguiente reproche al « ladredista» : « mientras que el
Buró Político y los demás que están en el extranjero se dan la buena vida, los de
dentro tienen que sacrificar su vida» . « Losa, septiembre de 1948. Dado por
Eloy » , Archivo del CC del PCE. <<
[71] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 12 de may o de 1946» . « A
la JSUN. Asturias, 19 de junio de 1944» . « A los camaradas de S(ama). Asturias,
31 de marzo de 1946» . « Comisión Político Militar al Buró. Asturias, 17 de abril
de 1946» . <<
[72] Uno de sus apoy os, Losa Prieto, convenía con él en que no se daban las
condiciones « para andar tirando bombas y soltando petardos» . Entrevista
personal, 24 de diciembre de 1987. <<
[73] « Respetable señora (Mercedes Coto). Feria, 27 de may o de 1944» .
Además de inoportunos llamamientos a la huelga, parece ser que Ladreda
consideraba descabellados otros objetivos que le marcaban como la voladura del
tren correo de Madrid. « Experiencias sobre el trabajo de masas…» , enero de
1955. Archivo del CC del PCE. <<
[74] « El Comité Regional, 12 de junio de 1944» . <<
[75] « Al Comité Regional, 11 de junio de 1944» . « A la Junta Suprema de Unión
Nacional, 19 de junio de 1944» . <<
[76] « Situación del trabajo guerrillero en el norte» , 1944. « Guerrilleros» , 19 de
octubre de 1944. Archivo del CC del PCE. <<
[77] « Al CP del PCE. Asturias, i3 de febrero de 1946» . De forma premonitoria
anticipó: « Por lo que repito, no puedo seguir a los que nos conducen por
atolladeros y ponen al partido en entredicho. Es preferible sublevarse, aunque
expulsen a uno, que no verse manoseados por los que creen ser el brazo derecho
de un partido que defendemos con orgullo y fe contra viento y marea. El que no
sirva para ir de pie sobre los estribos, que se retire» . <<
[78] « Al Buró del PC de la Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 17 de
abril de 1946» . <<
[79] « Comisión Político Militar Provincial. Asturias, 12 de may o de 1946» . <<
[80] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. Archivo del CC del PCE. <<
[81] « Carta abierta a los responsables político-militares de comarcales y radios.
Asturias, 22 de octubre de 1946» . Al respecto, manifestó: « El Partido Comunista
no es una mercancía para ponerle la etiqueta de nadie. Sépanlo, así, los que
componen el Buró y todos aquellos militantes que se deslizan por el camino tan
contrapuesto a los postulados del partido. Los partidos acaudillados por un hombre
o un grupo de amigos, están condenados a desaparecer» . <<
[82] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. Archivo del CC del PCE. <<
[83] « Informe recibido a primeros de diciembre de 1949» . Archivo del CC del
PCE. <<
[84] « Boletín Interior del PCE. Comité Provincial de Asturias, agosto de 1951» .
Archivo del CC del PCE. <<
[85] « Informe de Burgos, recibido la primera quincena de 1949» . Archivo del
CC del PCE. <<
[86] « Declaración indagatoria del procesado. En Oviedo, 15 de octubre de
1947» . Causa 569-47. <<
[87] « Informe de Celestino Uriarte (sin fecha)» . Archivo del CC del PCE. <<
[88] « Experiencias de organización de Asturias, León y Santander» , cárcel de
Burgos, enero de 1955. Archivo del CC del PCE. <<
[89] Entrevista con Mariano Montero Álvarez, 29 de febrero de 1990. Juan
Ambou, tras confirmar que estaba muy enfermo, y a que « un camarada tenía
que iny ectarlo antes de partir (hacia Asturias)» , aconseja que « a los cuadros del
partido, a los grandes combatientes como Montero, es justa la política de
cuidarlos, de procurar su recuperación, su salud» . Como corolario se pregunta:
« por qué no se hizo» . Los comunistas en la resistencia nacional republicana. La
guerra en Asturias, el País Vasco y Santander, Madrid, Hispamerca, 1978, p. 294.
<<
[90] « Informe de Julio sobre Asturias, 3 de enero de 1950» . « Carta de Julio» ,
1950. Archivo del CC del PCE. <<
[91] Cuando Sabugo quiso atribuir al cura que apoy aba a la guerrilla, Félix Pastor
Muro, la delación, un detenido le reprochó que había sido él y, en entrevista
posterior, añadió que sobre la mesa estaba su declaración, con más de 40 folios.
Testimonio de Ceferino Rodríguez Vallina, 21 de diciembre de 1987. <<
[92] Sumarísimo ordinario 63-50, caja 586, orden 9857, AIRMN. <<
[93] Lister, Enrique: ¡Basta! Una aportación a la lucha por la recuperación del
partido, Madrid, G. Del Toro Editor, 1978, p. 242. <<
[94] « Boletín Interior del Partido Comunista» , agosto de 1951. Archivo del CC
del PCE. <<
[95] « Informe dado por Rubén y Fernando» , 30 de octubre de 1951. Archivo del
CC del PCE. <<
[96] Artículo 41 de los Estatutos de la AGLA, 15 de septiembre de 1947.
Francisco Aguado Sánchez: El maquis en sus documentos…, op. cit., p. 170. <<
[97] « A los queridos compañeros de Peña May or. Asturias, 25 de julio de 1945» .
<<
[98] « Circular n.º 3, Normas para el trabajo militar y guerrillero. El CR de
Asturias, León y Santander. Comisión Político-Militar, 18 de may o de 1946» .
Archivo del CC del PCE. <<
[99] « Informe de Julio, 3 de enero de 1950» , Archivo del CC de PCE. <<
[100] « Informe de Ceferino Díaz Torres» , 2 de enero de 1948. Archivo del CC
del PCE. <<
[101] « Informe de Julio sobre Asturias» , 3 de enero de 1950. Archivo del CC del
PCE. <<
[102] Entrevistas con Nicolás Antuña, 27 de may o de 1987, y Manuel Alonso, 31
de may o de 1987. <<
[103] « Informe de José González Fernández» , 28 de abril de 1948. Archivo del
CC del PCE. <<
[104] « Experiencias de propaganda» , cárcel de Burgos, enero de 1955.
« Informe sobre el viaje a Asturias» . Archivo del CC del PCE. <<
[105] « Experiencias de propaganda» , cárcel de Burgos, enero de 1955.
« Informe de Manuel Beltrán Jove» , 15 de may o de 1948. « Informe de
Celestino Uriarte» . Archivo del CC del PCE. En opinión de Uñarte, los Castiello
fueron presa fácil de la infiltración « porque se dejaban pasear tranquilamente en
un magnífico coche» . <<
[106] Gabriel Ferreras Estrada: Memorias del sargento Ferreras, León,
Diputación provincial de León, 2002. p. 129. <<
[107] « Estatutos de la Federación de Guerrillas Populares» . <<
[108] « Experiencias sobre el trabajo de masas en Asturias, León y Santander» ,
cárcel de Burgos, enero de 1955. « Informe de Julio sobre Asturias» , 3 de enero
de 1950. Archivo del CC del PCE. Aguado caracteriza la partida de Lisardo por
« su may or inclinación al crimen» . El maquis…, p. 635. Otros lo equiparan a los
también asturianos Pin de Dimas o Florencio Pico y lo clasifican como
« expropiador social» . Secundino Serrano: El maquis…, op. cit., pp. 40, 255 y
257. <<
[109] « Informe de Julio sobre Asturias» , 1950. Archivo del CC del PCE. <<
[110] « Dado por Eloy, septiembre de 1948» . « Informe de Julio sobre
Asturias…» . Archivo del CC del PCE. <<
[111] « Informe recibido de Aquilino Gómez. Informes de Burgos, 1948» ,
archivo del CC del PCE. Entrevista con Samuel Fernández Fernández (a), el
Cabritu, 23 y 24 de noviembre y 15 de diciembre de 1987. <<
[112] Causa 5-51. F. Aguado Sánchez : El maquis…, op. cit., p. 702. <<
[113] Nicanor Rozada: Relatos de una lucha. La guerrilla y la represión en
Asturias. Oviedo, Edición del autor, 1993, p. 176. <<
[114] « Informe sobre el viaje a Asturias» , Archivo del CC del PCE. <<
[115] « Carta de Julio de 1950» . Archivo del CC de PCE. <<
[0] Ramón García Piñeiro: autor de trabajos sobre el movimiento obrero durante
el franquismo en Asturias: Los mineros asturianos bajo el franquismo (1937-1962),
en los últimos años ha ido ampliando sus estudios a las formas de represión y
resistencia guerrillera diseminados en diversas obras colectivas. <<
[1] Véase: P. Nora: Les lieux de memoire, París, PUF, 1985; P. Ricoeur: La
Mémoire, L’Histoire, L’Oubli, París, Seuil, 3000. <<
[2] G. Forcarell: « Prólogo» , en: M. Yusta Rodrigo: Guerrilla y resistencia
campesina, Zaragoza, Prensas Universitarias, 2003, p. 7. <<
[3] Es el caso del trabajo: T. Cossias: La lucha contra el maquis en España,
Madrid, Editora Nacional, 1956. <<
[4] Sobre lo publicado durante ese periodo, véase: A. Sorel: Búsqueda,
reconstrucción e historia de la guerrilla española del siglo XX a través de sus
documentos, relatos y protagonistas, París, Libraire du Globe, 1970; A. Fernández:
La España de los maquis, México, Era, 1971; C. Kaiser: La guerrilla antifranquista,
Madrid, Ediciones 99,1976; J. M.ª Molina: El movimiento clandestino en España (
1939-1949), México, Editores Mexicanos Unidos, 1976; J. A. Vidal Sales: Después
del 39: la guerrilla antifranquista, Barcelona, Ate, 1976; E. Pons Prades:
Guerrillas Españolas (1936-1960), Barcelona, Planeta, 1977. <<
[5] S. Serrano: Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista, Madrid, Temas de
Hoy, 2001. <<
[6] J. Sánchez Cervelló (ed.): Maquis: el puño que golpeó al franquismo. La
Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), Barcelona, Flor de Viento,
2003; F. Moreno Gómez: La resistencia armada contra Franco. Tragedia del
maquis y la guerrilla (El Centro-Sur de España: de Madrid al Guadalquivir),
Barcelona, Crítica, 3001. <<
[7] M. Núñez: La revolución y el deseo. Memorias, Barcelona, Península/Atalay a,
3002; R. Montero Martínez: Historia de Celia. Recuerdos de una guerrillera
antifascista, Valencia, Rialla-Octaedro, 2004. <<
[8] J. Chaves: Guerrilla y franquismo. Memoria viva del maquis Gerardo Antón
(Pinto), Mérida, Editora Regional de Extremadura, 3005; F. Moreno Gómez:
Historia y memoria del maquis. El cordobés, Veneno, último guerrillero de La
Mancha (Extremeños, andaluces y manchegos en la resistencia), Madrid,
Editorial Alpuerto, 2006. <<
[9] F. Fernández Buey : « Democracia y memoria histórica» , en: J. Cuesta (ed.):
Memoria e Historia, Ay er, 32(1998), pp. 195-301 (p. 198 para esta cita). <<
[10] Véase J. García: La Guerra Civil española: fuentes, archivos, bibliografía y
filmografía, Barcelona, Crítica, 1985; J. Chaves: « La historiografía reciente sobre
la Guerra Civil de 1936-1939 en los umbrales del nuevo milenio» , Anales de
Historia Contemporánea, 16 (2000), pp. 409-430. <<
[11] E. Silva y S. Macías: Las fosas de Franco. Los republicanos que el dictador
dejó en las cunetas, Madrid, Temas de Hoy, 2003, p. 120. <<
[12] Citamos como ejemplo la biblioteca del antiguo Ministerio de Información y
Turismo, posteriormente Ministerio de Cultura, trasladada al Palacio de
Congresos y Exposiciones durante cierto tiempo, que permaneció cerrada varios
meses. También se puede hacer referencia en ese mismo sentido, en la etapa de
la Transición, a los archivos de los Ministerios del Interior (antes Gobernación) y
de Justicia. Los Gobiernos Militares Provinciales también han presentado serias
dificultades en el transcurso de la democracia, incluso en algunos ha
desaparecido la información sobre la contienda y franquismo, en unos casos sus
responsables « ignoran su paradero» y en otros no andan con ambages y dicen
directamente que « se eliminó buena parte de esa documentación por no
considerarla necesaria» . Es el caso, por citar un ejemplo, de los Gobiernos
Militares de Cáceres y Badajoz. <<
[13] S. Serrano: La guerrilla antifranquista en León (1936-1951), Madrid,
Siglo XXI, 1986, p. 10. <<
[14] Archivo Prisión Provincial de Cáceres, Expediente 12,1-V, a nombre de
Gregorio Álvarez Felipe; y Expediente 3363/1937, a nombre de Concepción
Pérez Soriano. <<
[15] Archivo Histórico Provincial de Cáceres, Gobierno Civil de Cáceres, sección
Orden Público, agosto de 1943. <<
[16] Archivo Histórico Provincial de Cáceres, Gobierno Civil de Cáceres, sección
Orden Público, junio 1945. <<
[17] Como indica F. Aguado, con la subjetividad propia de un miembro
perteneciente a cuerpo armado: « Aunque no estuvo sola, la Benemérita soportó
el peso principal y casi exclusivo de la represión, en un periodo que se puede
conocer como la “época gloriosa de la Guardia Civil”, con la supresión de más
de 5000 bandoleros, tras unas 3000 refriegas, muchas de ellas, verdaderos
combates encarnizados, que durante una docena de años asolaron los pueblos y
paisajes de España» . F. Aguado, p. 19. <<
[18] En ese sentido cabe destacar la creación de la denominada: Guardia de
Franco, integrada, sobre todo, por falangistas y excombatientes, a los que se les
dotaba de determinado armamento, gozando de retribución por parte de los
ay untamientos. Su función se centraba en desarrollar labores de vigilancia en el
interior de los municipios y puntos estratégicos de su término, acompañando con
frecuencia a la Guardia Civil en sus batidas por la sierra. <<
[19] Fechado en abril de 1945 con el encabezado « Informe sobre Huidos» , fue
elaborado por el inspector del Cuerpo General de Policía: Joaquín Cabrera
Alfonso, y los agentes: Teodoro Galeano Bernardo, Severiano Berzas Loro y Julio
Rosa Roque. Archivo Histórico de Cáceres, Gobierno Civil, Orden Público, abril
1945. <<
[20] D. López Garrido: La Guardia Civil y los orígenes del Estado centralista,
Barcelona, Crítica, 1983, pp. 114 y ss. <<
[21] Véase J. Chaves Palacios: Huidos y maquis. La actividad guerrillera en la
provincia de Cáceres 1936-1950, Cáceres, Institución Cultural « El Brócense» ,
1996. <<
[22] El máximo responsable hasta entonces de la Benemérita en Cáceres era el
teniente coronel Manuel Gómez Cantos, personaje contradictorio y violento, que
fue cesado en su cargo tras ordenar el fusilamiento, en abril de 1945, de tres
guardias civiles en el municipio cacereño de Mesas de Ibor. J. Chaves Palacios:
Huidos…, op. cit., pp. 106 y ss. <<
[23] Es importante situar este informe en la fecha en que se concluy ó, 21 de
abril, cuando aún se encontraba al frente de la Benemérita en Cáceres el y a
mencionado Gómez Cantos. Su sustituto, teniente coronel Puga Noguerol, impuso
otras formas de actuación que sin duda significaron un importante revulsivo en la
lucha contra la guerrilla en esta provincia, aunque no por ello se erradicaron de
ésta algunos de los vicios expresados en el informe, que suponían un pesado
lastre. <<
[24] Archivo General de la Administración, Sección Presidencia, Legajo 20636.
<<
[25] Archivo del Partido Comunista de España. Sección Movimiento Guerrillero,
Caja 105. <<
[26] Véase F. Moreno Gómez: La resistencia…, op. cit., p. 740. <<
[27] Véase; A. Sorel: Búsqueda, reconstrucción e historia de la guerrilla española
del siglo XX a través de sus documentos, relatos y protagonistas, París, Libraire du
Globe, 1970. <<
[28] J. Chaves: Guerrilla y franquismo. Memoria viva del maquis Gerardo Antón
(Pinto), Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2005, p. 77. <<
[29] R. Gubern: La censura. Función política y ordenamiento jurídico bajo el
franquismo (1936-1915), Barcelona, Península, 1981. <<
[30] Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, 15-3-1943. <<
[31] Archivo Histórico Provincial de Cáceres, Sección Gobierno Civil, Orden
Público, junio 1945. <<
[32] A. Allted Vigil: « El testimonio oral como fuente histórica» , Perspectiva
Contemporánea, 1 (1988), pp. 155-162. <<
[33] J. Ki-Zerbo: « La tradición oral como fuente historiográfica» , El Correo de
la Unesco, abril, 1990, pp. 43-46. <<
[34] R. Fraser: « La historia oral como historia desde abajo» , Ayer, 12, (1993),
pp. 80-92. <<
[35] R. Fraser: Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, Barcelona, Crítica, 1979. <<
[36] M. G. Núñez: « La historia, las fuentes orales y la enseñanza: teoría y
práctica» , Revista Espacio, Tiempo y Forma, 3 (1990), p. 47. Forma parte este
trabajo de un dossier titulado « La utilización del testimonio oral para el estudio de
la historia contemporánea» , que consta de cinco artículos que abordan el tema
desde diferentes perspectivas. <<
[37] Véase J. Chaves: op. cit. <<
[38] AHPCGC, OP, noviembre de 1946. <<
[0] Julián Chaves Palacios: es autor de varios libros sobre la guerra civil, la
guerrilla y la posguerra, entre los que destacan: Huidos y maquis. La actividad
guerrillera en la provincia de Cáceres, 1936-1950; Violencia política y
conflictividad social en Extremadura, o La represión en la provincia de Cáceres
en la guerra civil. Recientemente ha publicado: Guerrilla y franquismo: memoria
viva del maquis Gerardo Antón (Pinto). <<
[1] M. Amis: Perro callejero, Barcelona, Anagrama, 2006. Esta novela refleja la
utilización como un recurso más en el discurso narrativo, y de manera puntual,
de una escritura que se adapta a usos orales tales como una conversación « de
móvil a móvil» . <<
[2] J. Aróstegui: « Traumas colectivos y memorias generacionales: el caso de la
guerra civil» , en: J. Aróstegui y F. Godicheau (eds.): Guerra Civil. Mito y
memoria, Madrid, Marcial Pons, 2006, p. 57. <<
[3] J. Le Goff: Memoria, tratto de Storia e memoria, Torino, Einaudi, 1982,
www.einaudi.it p. 62. <<
[4] Véase al respecto, J. Borja: « Memoria histórica y progreso democrático» ,
Mientras tanto, 97 (2005), pp. 53-62, donde el autor señala ambos extremos de la
relación historia-memoria, planteando opiniones al respecto con las que no
coincido en algunas afirmaciones. <<
[5] El País, 6-9-2006. <<
[6] Véase, M. Frisch: « Nuevas tecnologías de la información en la historia oral» ,
Historia, Antropología y Fuentes Orales, 34 (2005), pp. 149-154. <<
[7] Véase Ibidem, p. 153-154. <<
[8] Véase, M. Horkheimer y T. W. Adorno: Dialéctica de la Ilustración, Madrid,
Trotta, 1994. Es interesante detenerse, entre otros, en los epígrafes: « La industria
cultural. Ilustración como engaño de masas» , « Aislamiento por comunicación»
y « Para una crítica de la filosofía de la historia» . <<
[9] Véase R. Fraser: « La Historia Oral como historia desde abajo» , Ayer, 12
(1993), p. 80. <<
[10] La primera edición de Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral…,
data de 1979 (Crítica) y curiosamente, la versión original, escrita en inglés,
llevaba por título: The Experience of Civil War, 1936-1939. Los testimonios orales,
al menos en esta circunstancia, representan para el autor las voces de la
experiencia. Escondido, reeditada por Crítica recientemente, fue publicada en
1986 por el Institut Valencia de d’Estudis i Investigació, Alfons el Magnánim de
Valencia. La obra de Luisa Passerini, Torino operaría e fascismo, data de 1984 y
fue publicada en Roma por Laterza. <<
[11] En todo caso, el escritor falangista Dionisio Ridruejo, disidente del
franquismo, los anarcosindicalistas Eduardo de Guzmán y Pons Prades, ambos
escritores, el político socialista Ramón Rubial, o el médico psiquiatra Carlos
Castilla del Pino (entonces estudiante) son o han sido personas bien apreciadas
por su actividad política e intelectual, pero que en 1979 eran apenas conocidos
más allá del ámbito profesional de cada cual. Destaca la ausencia de líderes y
famosos en el sentido mediático de esta horrible palabra. <<
[12] J. A. Vidal Castaño: La memoria reprimida. Historias orales del maquis (
1939-1952), Valencia, Universitat de Valencia, 2004, pp. 49. <<
[13] J. Cuesta: « Memoria e historia. Un estado de la cuestión» , Ayer, 32 (1998),
pp. 203. <<
[14] La obsesión del mando militar estadounidense por presentar la vida en los
cuarteles como algo amable y atractivo para jóvenes desempleados o con
desarraigo familiar, e iny ectarles confianza patriótica, les llevó a contratar a
William Saroy an (1908-1981), premio Pulitzer en 1940, para encargarle una
novela ad hoc. El resultado fue, Las aventuras de Wesley Jackson cuy a edición
fue rechazada por el Ejército, por considerarla contraria a sus intereses. El libro
cargado de ironía, es de gran valor para la comprensión de la disciplina y la
burocracia cuarteleras. Fue editado por una universidad en 1946 con notable
éxito. Acantilado, acaba de publicarlo en España. <<
[15] Véanse, H. Sides: Soldados del olvido. Los últimos supervivientes de Bataan,
Barcelona, Salvat, 2003, una novela que relata el « notable heroísmo de los
Rangers norteamericanos y los guerrilleros filipinos» en 1942 en lucha contra
fieros y crueles japoneses; y Heroísmo en el Pacífico. Testimonios de guerra, « la
guerra contada por los que combatieron en ella» (frase publicitaria), Madrid,
Ciudadela, 2006. En este libro no aparecen experiencias negativas ni fracasos,
que no sean superados con heroísmo. Hay unas breves introducciones biográficas
sobre los militares entrevistados, como pórtico a la cascada épica de sus
testimonios. Una cronología cierra el libro. <<
[16] Society of California Archivist, Inc. http://www.calarchivists.org. <<
[17] K. Walbert: « The valué of oral histoiy » , en:
http://www.learnne.org/articles/0h-value0406. <<
[18] Veánse: P. Aguilar: Memoria y olvido de la guerra civil española, Madrid,
Alianza, 1996; Id., « Presencia y ausencia de la guerra civil y del franquismo en
la democracia española. Reflexiones en torno a la articulación y ruptura del
“pacto de silencio”» , en: J. Aróstegui y F. Godicheau: Guerra Civil. Mito y
memoria, Madrid, Marcial Pons, 2006, pp. 246-292; S. Juliá: « El Franquismo:
Historia y Memoria» , Claves de la razón práctica, 159 (2006); J. A. Vidal
Castaño: « Memoria, historia y represión franquista» , en: VI Jornadas El Maquis
en Santa Cruz de Moya, Cuenca, 29-30 septiembre 1-2 octubre 2005, pp. 19-24.
Hay una versión posterior que modifica ligeramente algunos aspectos. <<
[19] La intención legislativa del actual gobierno socialista se concreta en el
« Anteproy ecto de Ley por el que se reconocen y amplían medidas a favor de
quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la
dictadura» . Un texto confuso, profuso y difuso que no aborda cuestiones de
fondo (anulación de Consejos de Guerra; criminalización y condena del
franquismo…) y que no parece satisfacer a nadie. ¿Consecuencia de una presión
social mal digerida? ¿Es legislable una materia tan frágil como mudable e
intangible? <<
[20] Las organizaciones no gubernamentales piden la institucionalización de estas
prácticas. Es decir, que sea el Estado quién financie totalmente las exhumaciones
de los desaparecidos, contratando equipos profesionales y agilizando trámites.
Existen, no obstante, demandas para apertura de fosas que obedecen a razones
estrictamente familiares o, que se muestran reticentes ante homenajes públicos.
Éste es el caso de los familiares de García Lorca que han manifestado
públicamente estar en contra de la exhumación por razones similares. <<
[21] La página interior que corresponde a la portada de referencia es un
reportaje intemporal, en torno a la publicación de un nuevo libro, editado por el
Ministerio de Cultura, sobre Mauthausen. <<
[22] El País (6-10-06), edición Comunidad Valenciana, p. 52. <<
[23] Levante/EMV, (6-10-06), p. 7. ¿Había leído y visto el presidente valenciano
Camps, los titulares y fotos del reportaje sobre Mauthausen? El caso es que, sin
razón aparente, terminó su respuesta a la moción de censura contra su gobierno,
planteada por la oposición, reconociendo que: « … se pasan el día hablando de la
memoria histórica y del franquismo. Los jóvenes que estudian en la Comunidad
no tienen ni idea de lo que es el franquismo y y o tampoco, tampoco» . <<
[24] F. Fernández: « Democracia y memoria histórica» , Ayer, 32 (1998), p. 196.
<<
[25] Sobre los mitos en la guerra civil puede consultarse los textos de A. Reig
Tapia: Memoria de la Guerra Civil. Los mitos de la tribu, Madrid, Alianza
Editorial, 1999, en particular el capítulo 4, « Los mitos del teatro» , pp. 149-187;
« Los mitos políticos franquistas de la guerra civil y su función: el “espíritu” del
18 de julio de 1936» , en: J. Aróstegui y F. Godicheau: Guerra Civil…, op. cit.,
pp. 201-244. <<
[26] Este caso concreto se encuentra desarrollado en mi trabajo: « Mujeres en un
mundo de hombres. La presencia femenina en la agrupación guerrillera de
Levante y Aragón (AGLA)» en: M. Ortiz (coord.): Memoria e historia del
franquismo. V Encuentro de Investigadores del Franquismo, Cuenca,
Publicaciones UCM, 2005; y en J. A. Vidal Castaño: La memoria…, op. cit.,
pp. 51-64. <<
[27] M. Halbwachs: La mémoire collective, Press Universitaires de France,
1968/Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004. El capítulo « Oposición
final entre la memoria colectiva y la historia» , pp. 80-84, es de donde están
tomadas las citas. Halbwachs, profesor del College de France, fue detenido por la
Gestapo y deportado a Buchenwald, donde falleció. Jorge Semprún, que le asistió
en su agonía, nos lo cuenta en La escritura o la vida. <<
[28] S. Juliá: « Bajo el imperio de la memoria» , Revista de Occidente, 302-303
(2006), p. 7. <<
[29] E. Traverso: Els usos del passat. Historia, memoria, política, Valencia,
Universitat de València, 2006, p. 18. <<
[30] L. Passerini: Memoria y Utopía. La primacía de la intersubjetividad,
Valencia, Universitat de València, 2006, pp. 30-35. <<
[0] José Antonio Vidal: ha destacado por su trabajo sobre la historia oral en la
guerrilla antifranquista con su libro: La memoria reprimida; historias orales del
maquis, o su estudio sobre el exilio y los campos de internamiento en Francia:
Campo de Septfonds. Republicanos españoles en Judes (1939-1941), de reciente
publicación. <<
[1] Es difícil hablar de archivos orales sin mostrar imágenes, y como no tendré
tiempo de citar parte de los testimonios filmados para dar a oír estas voces, os
propongo ver algunos extractos del testimonio de Consuelo Rodríguez, Chelo,
guerrillera entre 1939 y 1948 por León y Galicia. <<
[2] Dicho texto votado reconoce a las actoras de las guerrillas como
combatientes por la libertad y la democracia. <<
[3] Véase para una presentación de los problemas que plantea la fuente oral para
los historiadores del tiempo presente: Florence Descamps: L’historien, l’archiviste
et le magnétophone. De la constitution de la source orale à son exploitation, Paris,
Comité pour l’histoire économique et financière de la France, 2001. <<
[4] Véase el testimonio de Paquiña Nieto, enlace de la Federación de Guerrillas
de León Galicia, filmado en julio de 1998. « Fond guérilla antifranquiste» ,
archivos orales BDIC. <<
[5] Mercedes Yusta: « Las mujeres en la resistencia antifranquista un estado de la
cuestión» , Arenal. Revista de Historia de las Mujeres, Universidad de Granada,
2006. Este artículo, que forma parte del proy ecto de investigación « Identidades
de género en las culturas políticas de izquierda en el siglo XX en España» ,
proporciona una bibliografía muy completa sobre este tema. <<
[6] Sobre esa aproximación social de los movimientos de resistencia, véase Jean-
Marie Guillone y Pierre Laborie (coord.): Histoire et mémoire: la Résistance,
Toulouse, Privât, 1995. <<
[7] Véase el testimonio de Délia filmado en julio 1998. « Fonds guérilla
antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[8] Esta puesta en escena pública, que sea producto de las asociaciones o de las
instituciones amenaza, algunas veces, de confiscar la palabra a los actores no
para beneficiar el conocimiento histórico sino para servir de intento de
legitimación política. <<
[9] Véase el testimonio de Ángela Losada, filmado en julio de 1999. « Fonds
guérilla antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[10] Véase Fernanda Romeu: Silencio Roto. Mujeres contra el franquismo.
Madrid, edición de la autora, 1994. <<
[11] Véase el testimonio de Sara Alvarez filmado en julio de 1998. « Fonds
guérilla antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[12] Véase el testimonio de Consuelo Rodríguez, Chelo, filmado en 2004-2005.
« Fonds guérilla antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[13] Mercedes Yusta: « Las mujeres en la resistencia…» , op. cit. <<
[14] Habría que analizar más detenidamente cómo los testimonios adoptan
léxicos y gramáticas del dolor y de la reparación que remite a los relatos de los
supervivientes de la Shoah o a los de las víctimas de las dictaduras de América
Latina. Trazas de una intertextualidad facilitada por las asociaciones de
recuperación de memoria histórica. <<
[15] Hay que considerar, en cada caso, la influencia en la elaboración del relato
del pasado del exilio. <<
[16] Michel Foucault: L’ordre du discours, Paris, Gallimard, 1971. <<
[17] Sería interesante interrogarse sobre la fabricación del testimonio en la
pantalla siguiendo objetivos que no tienen nada que ver con la responsabilidad
ética o científica o política; incluso con el riesgo de caer en la puesta en escena
del testigo. <<
[18] Véanse los estudios de Jacques Semelin; Sans armes contre Hitler: la
résistance civile en Europe, 7939-7943, Paris, Pay ot, 1989. <<
[19] Ejemplo interesante porque Délia no elabora ningún discurso político o
ideológico de izquierdas (más bien lo contrario) que pudiera integrar ese acto en
el conjunto de un movimiento colectivo o relacionarlo con una ética resistente.
<<
[20] Véase el testimonio de Pilar Bardón, filmado en julio 1998. « Fonds guérilla
antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[21] Véase el testimonio de Sara filmado en julio de 1998. « Fonds guérilla
antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[22] Véase el testimonio de Esperanza Martínez filmado en de 2002. « Fonds
guérilla antifranquiste» , archivos orales BDIC. <<
[23] Chelo en su testimonio cuenta como Manuel la ay udaba a llevar su macuto
en las largas noches de marcha. Manuel Zapico muerto en agosto de 2004 era
para Chelo un hermano. « Fonds guérrille antifranquiste» , Archivos orales,
BDIC. <<
[24] Véase Ghy slain Levy : « Decir lo ínfimo o la lengua del testigo» , en: Régine
Robin y Jean-François Chiantaretto (dir.): Témoignage et écriture de l’histoire,
Paris, L’Harmattan, 2003. <<
[25] Sería interesante analizar cómo influy en, en los relatos de los actores y de
las actrices resistentes, los mitos y las imágenes de guerrilleras fantásticas: Véase
el testimonio de Alfredo sobre Adoración la de Cañedo « Cuantas veces le oí al
guardia decir hablando de Adoración: Bien quisiera yo echarle el guante para
saber si es macho o hembra» la misma frase la pronuncia Benjamín Rubio
hablando de la Rubia de la Sierra. « Fonds guérilla antifranquiste» , archivos
orales BDIC. Véase también los « rusches» de la película de Ismael Cobo
Siempre será la Pastora 2004, sobre la figura de la Pastora, archivos
audiovisuales, BDIC. <<
[0] Presentación y análisis de los fondos de archivos audiovisuales de la
Biblioteca de Documentación Internacional Contemporánea (BDCI). <<
[00] Odette Martínez: es miembro del equipo de investigación de la Bibliothèque
de Documentation Internationale Contemporaine (BDIC). En los últimos años se
ha especializado en el estudio de los enlaces guerrilleros y en el papel de las
mujeres en el universo de la resistencia. Es coordinadora, junto a Marie-Claire
Chaput y Fabiola Rodríguez López, del monográfico publicado en Francia:
Maquis y guerrillas antifranquistas. <<