El Pastor de Nubes C
El Pastor de Nubes C
El Pastor de Nubes C
DE NUBES
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Nino había levantado la vista sin apenas comprender.
Desde entonces, guiado por su curiosidad, seguía los
caminos buscando las aguas del océano y, cuando llega-
ba a lo alto de un monte, veía que se elevaba en la dis-
tancia otro más alto que el anterior. Sin embargo, se
sentía feliz porque cada paso le llevaba cada vez más
lejos y se llenaba de todo lo que iba observando. Perci-
bía las voces y los gestos de la naturaleza y, a fuerza de
asomarse a los pozos y escuchar las fuentes, aprendió
a distinguir rumores. Le gustaba descubrir la dirección
de los vientos, el vuelo de las aves y de las hojas ama-
rillas del otoño, pero el mar era un misterio que no
comprendía.