PASATIEMPOS
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En este artículo:
Crear la campaña
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Referencias
Ser el Amo del Calabozo (DM, por sus siglas en inglés) de tu propia campaña de Calabozos
y Dragones (D&D, por sus siglas en inglés) requiere un poco de preparación y atención a
los detalles. Sin embargo, usar la mecánica dentro del juego te proporcionará el escenario
perfecto para tu campaña casera. Después de establecer los parámetros básicos, realmente
puedes comenzar a crear tu campaña en serio. Luego puedes agregar profundidad a tu
campaña como mejor te parezca.
Parte 1
Establecer los parámetros básicos
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Determina el alcance de tu campaña. Tu campaña podría ser un caso único en donde
viajes a través de un calabozo para matar a un monstruo en una sola sesión, pero las
campañas más largas podrían requerir varias sesiones de juego antes de terminarlas. Si vas
a tratar de crear una campaña de una sesión, apunta a metas simples para los jugadores. Los
juegos de alcances más grandes usualmente involucran algún tipo de trama o meta
destacada de un enemigo.[1]
Algunos temas clásicos para campañas incluyen búsqueda del tesoro, salvar
el reino del peligro y matar monstruos letales.
Si quieres una campaña verdaderamente épica, podrías embarcar a los
jugadores en una cruzada a tierras hostiles. Este tipo de ambiente proporciona
bastantes oportunidades de combate.
Para los principiantes, podría ser recomendable comenzar con campañas
simples de una sesión para entender la función del DM antes de pasar a campañas
más complejas.
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Identifica el conflicto de tu campaña. El conflicto de tu campaña puede ser simple y
directo, o podría ser menos evidente. Un conflicto simple podría involucrar encargarles a
los jugadores la exterminación de un hechicero malvado. Un conflicto más complicado
podría requerir que los jugadores descubran una conspiración secreta para derrocar al rey.
[2]
Sin ningún conflicto en tu campaña, los personajes podrían no saber qué
hacer. Al tener un conflicto definido al que se enfrenten los jugadores, será
menos probable que ocurra esta sensación de falta de sentido.
Si planeas enfrentar a los jugadores contra un antagonista como un villano,
podría ser útil si inventas una lista de metas inmediatas y a largo plazo para dicho
villano. De esta manera, tendrás una mejor idea de lo que el antagonista está
haciendo en cualquier punto de la campaña.
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Haz una lista de los personajes no jugadores, si se aplica. Los personajes no jugadores,
también llamados NPC (por sus siglas en inglés), son una parte importante de muchas
campañas de D&D. Los NPC a menudo guían a los personajes a lo largo de la campaña
ofreciendo consejos y pistas. Al hacer una lista de los NPC en tu campaña, puede ser útil
escribir una descripción corta de cada uno. De esta manera, puedes recordar fácilmente de
dónde viene dicho NPC y cómo interactuará con los personajes jugadores.[3]
Los NPC también son una forma poderosa en la que puedes hacer que tu
campaña parezca más realista. Es normal que otros personajes no jugadores
pueblen ciudades, pueblos y granjas en tu campaña.
Los jugadores NPC comunes que podrías encontrar en tu juego incluyen
reyes, reinas, príncipes, princesas, duques, duquesas, condes, condesas, barones,
alcaldes, gobernadores, caballeros, lugartenientes, generales, comerciantes,
vendedores, posaderos, gremios, artesanos y más.
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Imagina el escenario claramente. Dado que tú como el DM describirás el escenario a los
jugadores a lo largo del juego, es una buena idea tener una idea del tipo de ambiente en el
que tendrá lugar tu campaña. Trata de involucrar a todos los 5 sentidos al hacerlo para
hacer que sea más fácil que los jugadores se sumerjan en la campaña.[4]
Muchos jugadores principiantes de D&D pasan por alto los pequeños
detalles, como la luz. En una cueva o un calabozo, es poco probable que haya
mucha luz natural. Asegúrate de recordar incluir este detalle al desarrollar tu
campaña.
Podría ayudarte a imaginar mejor tu escenario si anotas las percepciones
sensoriales para cada lugar con anticipación.
Parte 2
Crear la campaña
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Concibe tu trama. El punto clave de tu trama debe ser lo que hayas elegido como el
conflicto para la campaña. La trama puede definirse aproximadamente como la acción que
ocurrirá sin importar lo que los personajes jugadores hagan. Estos eventos ayudarán a
involucrar a los jugadores en la historia y enredarlos en ella.[5]
Un ejemplo de un punto de la trama podría ser algo como el asesinato de un
NPC importante, como una reina o un duque.
Los desastres naturales a menudo se usan como puntos de la trama con un
conflicto incorporado. Estos pueden combinarse con un altercado mágico, como
la interferencia de un hechicero malvado, para crear una trama interesante.
Puede ser útil planificar consecuencias incluso para acciones poco probables
de un jugador. Por ejemplo, si un jugador elige no completar una misión, podrías
hacer que el reino lo persiga como un criminal.[6]
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Dibuja tu campo de batalla. Este podría ser desde un templo en ruinas hasta una cueva
subterránea. Tu dibujo no tiene que ser una obra de arte, pero tenerlo como un punto de
referencia ayudará a que los personajes jugadores coordinen sus acciones cuando empiece
la batalla.
Las formas y etiquetas simples funcionan bien al dibujar un mapa de batalla.
Podrías usar cuadrados para representar cajas, triángulos para representar árboles
y círculos para rocas.
Puede tomar un poco de tiempo dibujar tu campo de batalla. Para garantizar
que el juego sea ininterrumpido, podría ser recomendable dibujar el mapa antes
de ejecutar tu campaña.
Si vas a tener a personajes jugadores peleando en varios escenarios
diferentes, podrías tener que dibujar varios mapas de batalla para tu campaña.
En algunos casos, los jugadores podrían tener que completar acciones
importantes en un pueblo o una ciudad. Dibujar un mapa para este tipo de
“batalla social” puede ayudar a los jugadores a visualizar mejor las cosas. La
mayoría de los pueblos en D&D tiene por lo menos una tienda, una taberna y una
posada.[7]
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Establece el ambiente. Podría haber cosas en el ambiente, como plantas o animales, que
influyan en las acciones de los personajes. Por ejemplo, los personajes podrían usar las
enredaderas de una jungla con el fin de crear cuerdas para escalar un acantilado. No tienes
que crear todo un ecosistema, pero unas cuantas características de tu propia invención le
darán al escenario un atractivo único por sí solo. Cada campaña será diferente, pero podría
ser recomendable hacer una lista de todos los detalles concretos que te parezcan necesarios.
Si hay criaturas violentas o peligrosas activas en tu escenario por la noche,
como lobos, osos, leones o criaturas similares, podría ser importante que los
jugadores hagan guardia por la noche. Si no lo hacen, podrías inventar
consecuencias, como que se coman los suministros.
Podrías basar tu ambiente en uno que ya exista en la Tierra, como una
jungla, un bosque, un desierto o una cueva. Incluso podrías usar uno desarrollado
en un juego anterior que hayas jugado.[8]
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Coloca trampas y explica el terreno peligroso. Muchos de los ambientes explorados por
los personajes jugadores serán peligrosos o estarán descompuestos. Debes tomar esto en
cuenta al planificar. Por ejemplo, podrías hacer que un piso deteriorado se derrumbe debajo
de un jugador si pisa cierto espacio o podrías hacer que enemigos coloquen trampas con
anticipación para los invitados no deseados.
Algunos ejemplos de trampas comunes incluyen hoyos ocultos, habitaciones
que se llenan de agua, trampas de flechas y caída de rocas.
Las salientes derruidas, los árboles podridos, los pisos deteriorados, las rocas
sueltas y las superficies resbaladizas son peligros comunes en el terreno.[9]
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Establece la calificación de dificultad. La calificación de dificultad (CR, por sus siglas en
inglés) es un número dado para establecer la dificultad que los personajes jugadores tendrán
con una bestia o un enemigo. Si la dificultad es más alta que el nivel de los jugadores, esto
supone una grave amenaza. Es recomendable que los jugadores principiantes comiencen
con una calificación de dificultad baja.[10]
La información de muchos monstruos, bestias y otros enemigos está
disponible en línea. Estos bestiarios en línea a menudo vienen con calificación de
dificultad, estadísticas base y algún texto que describe a la criatura.
En algunos casos, podrías no saber qué estadísticas atribuirle a cierta criatura
que hayas creado para tu campaña casera. En esta situación, podrías darle a tu
criatura las mismas estadísticas que una criatura similar preexistente.
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Puebla y determina las estadísticas de los enemigos, si se aplica. Los enemigos podrían
incluir monstruos, animales salvajes, NPC enemigos, dioses y más. Si hay enemigos en tu
campaña, necesitarás elegir lo que son y determinar sus estadísticas como corresponda. Las
estadísticas te ayudarán a determinar los lanzamientos de dados de estos enemigos cuando
los jugadores los encuentren.
Planifica la posición de las unidades de enemigos en tu mapa de batalla de
tal manera que tengas una idea general de cómo se llevará a cabo la acción una
vez que la batalla empiece.[11]
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Establece el punto de inicio de tu campaña. Necesitarás alguna clase de concepto para
juntar a todos los personajes jugadores en una partida. Frecuentemente, los personajes
comenzarán su aventura habiéndose conocido en una taberna o un NPC importante, como
un rey, gobernador, duque o alcalde, podría haber llamado a los personajes para ayudar al
reino.[12]
Una persona misteriosa podría haber enviado un mensaje a todos los
personajes jugadores para encontrarse afuera de una cueva. De esta manera,
podrías conectar algún otro aspecto de la trama con este inicio.
Parte 3
Darle profundidad a tu campaña
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Incluye deidades en tu juego. Podría ser recomendable incorporar religiones inventadas en
tu juego para darle un escenario más inmersivo para los jugadores. Algunas versiones de
D&D incluso requieren que ciertos tipos de personajes digan plegarias una vez al día para
ser capaces de usar sus habilidades especiales. Por ejemplo, un sacerdote podría no ser
capaz de curar a un amigo sin decir plegarias.
Los dioses malvados y sus seguidores a menudo son un punto de conflicto
convincente a los que los personajes jugadores tendrán que enfrentarse a lo largo
de tu campaña.
Podrías crear tu propio grupo de dioses usando el modelo de D&D como
base. Este modelo puede encontrarse en los libros básicos de D&D o en línea.
Muchos DM expertos han publicado panteones de dioses cuidadosamente
considerados y variados en línea para que otros jugadores usen.[13]
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Dale una historia de fondo a tu campaña. De esta manera, serás capaz de responder
cualquier pregunta minuciosa que los jugadores hagan durante la campaña. Sin embargo,
debes tener cuidado de no pasar demasiado tiempo planificando excesivamente. Es muy
común que los jugadores pasen por alto detalles que podrías haber pasado horas pensando.
[14]
Los NPC importantes a menudo interactúan con los personajes jugadores.
En estos casos, puede ser difícil inventar diálogos inmediatamente. Tener una
historia de fondo para estos NPC podría ayudarte con esto.
La región en la que tu campaña se lleve a cabo podría estar sintiendo los
efectos de un evento significativo en el pasado, como una guerra o un desastre
natural. Estos detalles pueden ayudarte a establecer el tono de tu campaña.
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Agrega misiones complementarias. Esta es una buena forma de darle a los jugadores una
sensación de libre albedrío en tu juego. Las misiones complementarias pueden incluir tareas
pequeñas, como entregar una carta, o actividades que lleven más tiempo, como cazar y
atrapar a un monstruo suelto en las llanuras.
Muchos juegos requieren un objeto de misión especial, como un tipo de
metal raro, para crear un arma o una reliquia poderosa. Podrías usar este concepto
para una de tus misiones complementarias.[15]
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Inventa el equipo apropiado para el escenario. Los diferentes escenarios a menudo
requieren diferentes tipos de equipo. Por ejemplo, si tu escenario tiene lugar en montañas
escabrosas, los NPC y los pueblos probablemente tendrán cuerdas, equipo de montañismo,
etc. Los pueblos montañosos también podrían tener acceso a metales raros para armas
poderosas. Por otro lado, las aldeas de los valles podrían tener muchos objetos de curación
y herramientas de granja, pero no muchas armas.
Podrías incluir uno o dos objetos culturales importantes para relacionar la
historia de tu escenario con los NPC. Como un ejemplo, tu escenario podría tener
personas que adoran a un dios del vuelo y todos los NPC podrían usar collares
con plumas para indicar su fe.
Al inventar un equipo específico al ambiente, pregúntate: “¿Qué requeriría
este ambiente para que uno sobreviva?”. Las culturas áridas probablemente
valorarán mucho el agua, pero los climas polares priorizarán los refugios, el calor
y las herramientas de nieve.[16]
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Mantén a los NPC en papel. Al desarrollar tu campaña, podrías estar tentado a modificar
las acciones de los NPC para hacer las cosas más interesantes. Sin embargo, esto puede dar
como resultado que los jugadores sientan que estás manipulando los eventos. Trata de
interpretar a los NPC como si fueran independientes de ti y no compartieran tu
conocimiento de la campaña.
Consejos
Calabozos y Dragones es muy flexible, y hay muchos tipos diferentes de campañas
que podrías dirigir. Debes experimentar para encontrar lo que funcione mejor para ti.
Advertencias
Crear y dirigir una campaña de D&D puede llevar mucho tiempo.
Cosas que necesitarás
carpeta (opcional)
papel
bolígrafos y lápices
libros básicos de D&D (recomendados: El manual del monstruo, La guía del amo
del calabozo y El manual del jugador)