(III) Sergio Monsalve - Competencia Bajo Equilibrio de Nash - Cap 5

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Semana 5

Oligopolio y competencia monopolística

5.1. Introducción
Como decíamos antes, se reconoce que la primera contribución a la teoría de la
competencia imperfecta se debió a Cournot (1838). En sus Recherches proponía,
además de una teoría de la competencia perfecta y una del monopolio ordinario
(tal como hoy la conocemos), también una teoría del oligopolio basada en la
competencia por cantidades entre unas pocas firmas que venden un bien homo-
géneo. Una competencia que fue analizada mediante el concepto prototípico de
la teoría de juegos: el equilibrio de Nash, llamado también, en este contexto,
equilibrio de Cournot-Nash.
Al revisar los libros de Walras (1896a) y Cournot (1838), el matemático fran-
cés Joseph Bertrand [1822-1900] en su Théorie des Richesses: revue de Théories
mathématiques de la richesse sociale par Léon Walras et Recherches sur les prin-
cipes mathématiques de la théorie des richesses par Augustin Cournot de 1883,
planteaba la objeción perentoria de que eran los precios (y no las cantidades)
las estrategias apropiadas en el oligopolio. Y más aún: aseguraba que el equili-
brio que surgía bajo competencia por cantidades, no sería robusto al observar
el equilibrio bajo competencia por precios1 .
Este trabajo de Bertrand sería el comienzo de un largo debate entre los eco-
nomistas. Por ejemplo, Launhardt (1885, ch. 29) cuestionaba la validez de la
hipótesis de toma de precios al observar que las empresas en el espacio tienen
1 En el mismo libro de 1883 publicó una crítica al libro Théorie mathématique de la richesse

sociale de Walras, en la que rebatía el proceso de tâtonnement argumentando que en la realidad


se producen intercambios en situaciones de desequilibrio, razón por la cual cabía considerar
la existencia de indeterminación en los precios.

201
202 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

algún poder local sobre los compradores en su vecindad, lo que les permite ma-
nipular los precios a su favor. Precisamente sobre el impacto de la ubicación
espacial y el impacto local en el mercado, el economista norteamericano Ha-
rold Hotelling [1895-1973], en su Stability in Competition de 1929, mostró cómo
introducir la heterogeneidad en los bienes (bienes diferenciados) haciendo que
tanto las demandas agregadas de los consumidores, como las ofertas agregadas
de las empresas, fueran funciones suaves, evitando así las extremas conclusiones
de la competencia por precios de Bertrand2 . Hotelling haría todo esto distribu-
yendo a los consumidores en una línea recta de tal forma que tuvieran diferentes
costos de transporte para ir a comprar hasta las firmas. Este modelo abriría así
un importante esquema de análisis para el estudio de mercados con selección de
productos similares pero no iguales: la competencia monopolística.
Pero a pesar de su relevancia teórica y empírica mostrada por Cournot y Ho-
telling, y después por Chamberlin (1933), Robinson (1933), von Stackelberg
(1934), Stigler (1942), Fellner (1949) y Bain (1951), entre muchos otros, el estu-
dio de la competencia imperfecta cayó un tanto en desuso. Inclusive, los libros
de texto de la década de 1960 y principios de la de 1970, atestiguan que estas
teorías no estaban tan lejos de donde las dejaron Cournot y Bertrand en el
siglo XIX. No obstante, a finales de la década de 1970, la teoría de la compe-
tencia monopolística tuvo un gran impulso con los notables trabajos seminales
de Spence (1976), Dixit & Stiglitz (1977), Lancaster (1979), Krugman (1979) y
Salop (1979), entre otros.
Además, casi simultáneamente, la competencia imperfecta en general, recibi-
ría otro gran impulso proveniente de la teoría de juegos (cooperativos y no-
cooperativos), como se corrobora claramente en los trabajos pioneros de Shubik
(1959) y, sobre todo, el A Noncooperative View of Oligopoly (1967) de James
Friedman. Allí Shubik y Friedman sintetizan, de una manera muy rigurosa, una
cantidad significativa de los modelos de competencia imperfecta desarrollados
desde Cournot, enmarcándolos en aquel concepto de equilibrio que Cournot ya
había utilizado: el equilibrio de Nash.
La teoría de juegos abriría su paraguas para abarcar muchas diferentes áreas de
la economía, y por eso se creyó en aquel momento que el total de la teoría eco-
nómica podría ser replanteada, desde la perspectiva neoclásica, sólo recurriendo
a las distintas ramas de la teoría de juegos. Pero los desarrollos han mostrado
que esta afirmación no es cierta o, al menos, tiene muy serias limitaciones. Sobre
esto seguiremos discutiendo a lo largo del presente texto.

5.2. Oligopolio en bienes homogéneos


Ahora introducimos el primer modelo en la historia del pensamiento económico,
que explícitamente aplicó elementos básicos de la teoría de juegos: el modelo de
Cournot (1838).
2 Recordemos que en el modelo de Bertrand, el precio podría coincidir con el costo marginal,

aunque el modelo no es competitivo. A esta situación se le conoce como la Paradoja de


Bertrand (ver volumen I: Competencia bajo equilibrio parcial).
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 203

5.2.1. Oligopolio Cournot


El modelo general de oligopolio Cournot consiste en una industria de un bien
homogéneo que comprende un número fijo n de empresas que fabrican ese bien.
La empresa i = 1, 2, . . . , n P
produce una cantidad qi ≥ 0, y, así, la industria
n
fabrica una cantidad Q = i=1 qi . Supongamos también que esta industria
vende a un precio p por unidad (precio de mercado) que obedece a una función
inversa de demanda dada por la ecuación p = p(Q), donde p(·) > 0 para Q ≥
0; p′ (Q) < 0 para Q > 0 (monótona decreciente); p′′ (Q) < 0 para Q ≥ 0
(concavidad estricta); y, para todo i,

∂ 2 πi (Q−i , qi )
<0 (∗)
∂Q−i ∂qi

es decir, qi y Q−i son substitutos estratégicos3. Por su parte, se asume que la



función de costos de la firma i es ci (qi ) con las condiciones ci (qi ) > 0 y ci (qi ) > 0
para qi > 0; y costos fijos ci (0) ≥ 0. Así, la función de beneficio de la firma i
puede escribirse como

πi (Q−i , qi ) = qi p(Q) − ci (qi )

Y notando que esta función πi satisface las condiciones del teorema 10 de la


semana 2, garantizamos la existencia de, al menos, un equilibrio de Cournot-
Nash en estrategias puras que se encuentra al resolver el sistema de ecuaciones
diferenciales
∂ πi ∂ p(Q)
= p(Q) + qi − c′i (qi ) = 0 (∗∗)
∂ qi ∂ qi
para i = 1, 2, . . . , n. De aquí se obtiene que
h si i
p(Q) 1 + = c′i (qi ) (∗ ∗ ∗)
ε
Pn
donde si = qi / j=1 qj y ε es la elasticidad-precio de la oferta agregada del
mercado. Por lo tanto, el mark-up será si /ε > 0, lo que revela que el precio es
mayor que el costo marginal de cada empresa y, por tanto, estamos en presencia
de una falla de mercado4 . Pero podemos decir algo más: notemos que de la
ecuación (∗ ∗ ∗) se obtiene que
n n
X p(Q) − c′ (qi )
i 1X HHI
si = (si )2 = (∗ ∗ ∗∗)
i=1
p(Q) ε i=1 ε
P
donde HHI = ni=1 (si )2 es el índice Herfindahl-Hirschman. El HHI tiene la
propiedad de que si las firmas son idénticas (si = 1/n para todo i), entonces
3 Para más sobre las condiciones básicas del oligopolio de Cournot, ver Novschek (1985).
4 Anotemos aquí que para garantizar que el equilibrio de Nash sea único, debe asegurarse
que la función de costos sea, además, dos veces diferenciable con continuidad y que la pendiente
de la curva de costo marginal sea estrictamente acotada por encima por la pendiente de la
curva de demanda, es decir, que la curva de costos no sea “demasiado cóncava”.
204 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

HHI = 1/n. Por esta razón los economistas antimonopolios algunas veces uti-
lizan 1/HHI como proxy del número de firmas. Por ejemplo, un HHI de 0.4
significa que la industria tiene “2.5 firmas”.
Lo anterior nos permite asegurar que las firmas grandes (aquellas con más grande
participación en el mercado), tienen una mayor desviación del comportamiento
competitivo (precio igual a costo marginal). Por su parte, las pequeñas firmas
son aproximadamente competitivas (precio cercano al costo marginal). Además,
también podemos asegurar que el HHI refleja la desviación de la competencia
perfecta en promedio, es decir, da el promedio por el cual la industria se aleja
de la ecuación precio igual a costo marginal. Y finalmente, podemos observar
que la ecuación (∗ ∗ ∗∗) generaliza la ecuación de Lerner del monopolio ya que
establece que el promedio ponderado del precio menos el costo marginal es el
HHI dividido por la elasticidad-precio de la demanda.
Cabe notar que este análisis mantiene constante la elasticidad de la demanda y
no se tienen en cuenta los costos fijos, lo cual podría no ser conveniente en las
aplicaciones.
Ejemplo 1.
Friedman (1986) considera un duopolio (n = 2) donde p = 100 − 4Q + 3Q2 − Q3 ,
c1 (q1 ) = 4q1 y c2 (q2 ) = 2q2 + (0.1)(q2 )2 . Entonces tendremos que

π1 (q1 , q2 ) =96q1 − 4q1 (q1 + q2 ) + 3q1 (q1 + q2 )2 − q1 (q1 + q2 )3


π2 (q1 , q2 ) =98q2 − 4q1 q2 − 4.1(q2 )2 + 3q2 (q1 + q2 )2 − q2 (q1 + q2 )3

Y, por lo tanto,

∂π1 /∂q1 = 96 − 8q1 − 4q2 + 6q1 (q1 + q2 ) + 3(1 − q1 )(q1 + q2 )2 − (q1 + q2 )3


∂π2 /∂q2 = 98 − 4q1 − (8.2)q2 + 6q2 (q1 + q2 ) + 3(1 − q2 )(q1 + q2 )2 − (q1 + q2 )3

cuya solución (equilibrio de Nash) es q1∗ = 2.028, q2 = 2.081, p∗ = 64.84; y


HHI = 0.5. N
Ahora: bajo las condiciones analíticas del modelo, también podemos escribir
la solución (local) del sistema de ecuaciones diferenciales parciales (∗∗), así:
qi = qi (q−i ). Por el teorema de la función implícita, esta se caracterizará por

dqi ∂ 2 πi /∂qi ∂qj


=− 2 i 6= j
dqj ∂ πi /∂qi2

Observemos que el denominador del lado derecho de esta ecuación es negativo


dqi
(cuasiconcavidad estricta de la función de beneficios)5 y, así, el signo de
dqj
dependerá del signo del numerador ∂πi /∂qi ∂qj . Observemos que en el caso del
dqi
duopolio, la condición (∗) nos lleva a que el signo de sea negativo.
dqj
5 Ver Monsalve & Özak (2017).
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 205

Finalmente, con respecto a la estabilidad del equilibrio de Nash en el modelo


estático de Cournot, todo dependerá del tipo de dinámica ad hoc que establez-
camos. Cournot (1838) mismo, planteó la dinámica de mejor-respuesta como
una forma de darle un aire dinámico al modelo estático. Por ello escribió así la
dinámica de mejor respuesta:
dqit t−1 0
= qi (q−i ) , i = 1, 2, . . . , n , q−i dado (∗ ∗ ∗)
dt
t−1
donde qit es la cantidad producida por la firma i en el tiempo t; y q−i es el
vector de cantidades producidas por sus competidores en el tiempo t − 1. Y ya
sabemos6 que la convergencia dependerá de que los valores propios de la matriz
jacobiana del sistema linealizado a partir del sistema (∗ ∗ ∗) tengan partes reales
cuyos valores absolutos sean menores que 1. Para más sobre las dinámicas del
modelo de Cournot, ver Dixit (1986), Moulin (1986), Fudenberg & Tirole (1992).
Ejemplo 2. (El modelo de duopolio simple de Cournot)
Quizás el más simple ejemplo del modelo de Cournot presenta dos competidores
(productores de agua mineral, como ilustraba el mismo Cournot), 1 y 2, que
producen un mismo bien homogéneo con costos marginales constantes (c > 0),
y que enfrentan una curva de demanda de la forma p = a − (q1 + q2 ) donde
q1 es la producción de la empresa 1 y q2 es la producción de la empresa 2.
Asumiremos aquí que a > c; es decir, que el precio inicial de mercado es mayor
que el costo marginal, que es el mismo que el costo de la primera unidad de
producción. Para fijar ideas, está claro que la función de beneficios para i = 1, 2
es, en este caso,
π(qi ) = pqi − cqi = [a − (qi + qj )]qi − cqi
con j = 1, 2, j 6= i. Entonces, derivando e igualando a cero esta función cóncava
estricta con respecto a qi , obtenemos a − 2qi − qj − c = 0, y así, para a − c > q2
tendremos que las funciones de mejor respuesta son:
a − c − qj
qi = para i, j = 1, 2; i 6= j
2
Para resolver el modelo de duopolio simple, la teoría de juegos prescribe, al
menos, tres métodos. Veamos dos de ellos inmediatamente.
En primer lugar, haciendo qi = qj = q en estas funciones de mejor-respuesta se
obtiene q = (a − c − q)/2 y, de allí,
a−c
q∗ = (= q1∗ = q2∗ )
3
que son las asignaciones de equilibrio de Cournot-Nash bajo las condiciones
especificadas. Por lo tanto, la producción agregada es
2(a − c)
Q∗ = q1∗ + q2∗ =
3
6 Ver Monsalve & Özak (2017).
206 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Y el beneficio (que es el mismo para ambos, por simetría) será:


(a − c)2
π1∗ = π2∗ =
9
Algo que se nota inmediatamente es que el precio de equilibrio de este duopolio
es mayor que el costo marginal:
a + 2c
p∗ = a − (q1∗ + q2∗ ) = >c
3
pues, por hipótesis, a > c y esto genera ineficiencia en la asignación (falla de
mercado).
Ahora, en segundo lugar, también podríamos estudiar la solución por dinámica
de mejor-respuesta con ajuste secuencial para los tiempos t = 1, 2, 3, ...:
t
2qit = a − c − qjt−1 i, j = 1, 2; i 6= j
Esto significa que la empresa 1 decide hoy, mediante esta fórmula, cuánto pro-
ducir, asumiendo cuánto produjo la empresa 2 el día anterior. Lo mismo sucede
para la empresa 2. Por lo tanto, a partir de esta fórmula, tendremos el sistema
dinámico lineal discreto
 
t a − c − qit−2 a − c qit−2
2qi = a − c − = +
2 2 2
cuya solución explícita (obtenida por recursión)
 t−1  t−1 !
t 1 a−c 1
qi = q0 + 1−
4 3 4

donde qi0 es el nivel inicial (t = 0) de producción de la empresa i. Haciendo


t → ∞ obtenemos que esta dinámica converge a q ∗ = (a − c)/3 dado que
(1/4)t−1 → 0 (ver figura 5.1).

q1

a−c

a − c − q2
q1 =
2

Equilibrio de Cournot
a−c
b
a − c − q1
3 q2 =
2

a−c a−c q2
3

Figura 5.1. Equilibrio del duopolio Cournot: q1∗ = q2∗ = (a − c)/3.


5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 207

Ejemplo 3. (Solución al modelo de Cournot por dominancia)


No obstante todo lo anterior, podríamos también intentar resolver el mode-
lo de duopolio simple de Cournot por dominancia estricta iterada. Para ello,
sean q1m = (a − c)/2 = q2m las cantidades monopólicas. Entonces la prime-
ra ronda de eliminación de estrategias estrictamente dominadas nos deja con
C11 = [0, (a − c)/2] = C21 pues dado que

π1 (q1 ) = pq1 − cq1 = (a − (q1 + q2 ))q1 − cq1

entonces π1 ((a − c)/2) > π1 (q1 ) para todo q1 ∈ ((a − c)/2, a − c] sin importar el
valor de q2 . En efecto, tendremos que para todo q2

π1 ((a − c)/2) > π1 (q1 ) para q1 ∈ ((a − c)/2, a − c]

si, y sólo si,

(a − c − [(a − c)/2 + q2 ])(a − c)/2 > (a − c − [q1 + q2 ])q1

Pero esto no es más que la consecuencia de la concavidad estricta de la fun-


ción π1 (q1 ). Por su parte, la segunda ronda nos deja con C12 = [(a − c)/4,
(a − c)/2] = C22 . La tercera ronda con C13 = [(a − c)/4, 3(a − c)/8] = C23 .
La cuarta ronda con C14 = [5(a − c)/16, 3(a − c)/8] = C24 . La quinta ron-
da con C15 = [5(a − c)/16, 11(a − c)/32] = C25 . Etc. En general: si n es
par, C1n = [(a − c − q2n−1 )/2, q2n−1 ] = C2n y si n es impar, C1n = [q1n−1 ,
(a − c − q1n−1 )/2] = C2n .
Ahora observemos que si hacemos a − c = 1, la sucesión de estrategias del
competidor 1 es
1 1 5 5 21 21
0, , , , , , , ···
4 4 16 16 64 64
y vamos a probar que esta es una sucesión monótona creciente y acotada, y, por
lo tanto, convergente (ver Monsalve, 2017). En efecto, la subsucesión “principal”
{q1n } = {0, 1/4, 5/16, 21/64, . . .} satisface q1n = (1 − [(1 − q1n−1 )/2])/2 para
n = 2, 3, 4 . . ., o bien q1n = (1 + q1n−1 )/4. Y así q1n ≥ q1n−1 si, y sólo si
q1n = (1 + q1n−1 )/4 ≥ q1n−1 si y sólo si q1n−1 ≤ 1/3. Y esto último es cierto
por inducción matemática ya que 0 ≤ 1/3 y si q1n−1 ≤ 1/3 entonces
h i h 1i
1−
1 − 1−q21n−1 1 − 23 1
q1n = ≤ =
2 2 3
Finalmente, siendo q ∗ = limn→∞ q1n entonces q ∗ = (1 − [(1 − q ∗ )/2])/2 y así
q ∗ = 1/3. Similarmente para la sucesión de extremos superiores de los interva-
los de estrategias dominadas para el jugador 1. Y también se obra de manera
parecida para el competidor 2. Por lo tanto, el duopolio de Cournot, en nuestra
versión simple, es soluble por dominancia estricta iterada y la solución es la
misma que en equilibrio de Nash:
1
q1∗ = = q2∗
3
208 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Ejemplo 4. (Cartel en el modelo de Cournot simple)


¿Qué sucedería si los duopolistas se repartieran la cantidad monopolista en
partes iguales? Es decir, ¿será posible que los productores hagan colusión en un
cartel? Veamos: la función de beneficios es, en ese caso,
πm = pq − cq = (a − q)q − cq

Derivando e igualando a cero, obtenemos qm = (a − c)/2. La colusión en car-


tel consistiría en que ambas empresas produjeran la mitad de la cantidad de
monopolio qm , obteniendo, ambas, un beneficio
q  a + c 
a−c

(a − c)2
m
π = (p − c) = −c =
2 2 4 8
Resumimos lo anterior en el siguiente juego estratégico finito de la tabla 5.1
donde qd = (a−c)/3 es la cantidad duopólica y aplicando la fórmula de beneficios
de la empresa i

πi = pqi − cqi = (a − (qi + qj ))qi − cqi , j 6= i

❵❵❵
❵❵❵ Empresa 2 qm
❵❵❵ qd 2
Empresa 1 ❵❵❵
a−c (a−c)2 (a−c)2 5(a−c)2 5(a−c)2
qd = 3 9 , 9 36 , 48
qm a−c 5(a−c)2 5(a−c)2 (a−c)2 (a−c)2
2 = 4 48 , 36 8 , 8

Tabla 5.1.

Aquí notamos que, en este modelo estático, los empresarios no alcanzan el acuer-
do (colusión –o pacto entre dos para hacerle daño a un tercero) en un cartel– de
dividirse la producción de monopolio, a pesar de que para ambos es mejor con
respecto al acuerdo de duopolio. Y esto sucede porque si llegaran a ese acuer-
do, entonces ambos tendrían incentivos a cambiar de estrategia unilateralmente,
pues esto les da más beneficios. Y como ninguno va a respetar el pacto, entonces
llegarán, nuevamente, a la estrategia de duopolio.
Ejemplo 5. (El modelo simple de Cournot con n competidores)
En el caso general de n empresas con el mismo costo marginal c > 0 y
p = a − (q1 + q2 + q3 + · · · + qn )

tendremos que para cada i = 1, 2, . . . , n,


πi = pqi − cqi = (a − (q1 + q2 + q3 + · · · + qn ))qi − cqi
Y derivando e igualando a cero, obtenemos la curva de reacción de la empresa
i: P
a−c− qj
j6=i
qi =
2
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 209

Si se resuelven simultáneamente estas n ecuaciones, se obtiene que cada una


producirá qi = q donde
a−c
q= (equilibrio de Cournot-Nash)
n+1
Y así,
n
X n(a − c)
Q= qi = nq =
i=1
n+1

Por consiguiente,
 2
a + nc a−c
p=a−Q= ; π = (p − c)q =
n+1 n+1

Y haciendo n tender a infinito, tendremos un comportamiento similar al de la


competencia perfecta: es decir, la producción individual nula q (comparada con
la producción agregada de toda la economía; el precio igual al costo marginal;
y el beneficio individual nulo (comparado con el beneficio agregado de toda la
economía). Recordemos que en competencia perfecta, el aporte individual es
insignificante dentro de la operación agregada de toda la economía.
Sin embargo, esto no es más que consistencia lógica interna de este modelo.
Si imaginamos, por ejemplo, 500 empresas del mercado operando de manera
oligopólica, donde cada una monitorea con sumo cuidado a las 499 empresas
competidoras, entenderemos que hay mucho de irreal en este modelo de oligo-
polio con n tendiendo a infinito.
Finalmente, observando el comportamiento de la dinámica de mejor respuesta
X
2qit = a − c − qjt−1
j6=i

aplicamos el criterio de estabilidad para estos sistemas (ver Monsalve & Özak,
2017 –capítulo 3–) y con ello probamos inmediatamente que converge asintóti-
camente al equilibrio de Nash q ∗ = (q, q, . . . , q) donde q = (a − c)/(n + 1).

Ejemplo 6. (Costos fijos en el modelo de Cournot)


Con este ejemplo mostramos que la discusión anterior sucede porque hemos
asumido costos fijos nulos y rendimientos constantes a escala. Para verlo, su-
pongamos que para i = 1, 2, . . . , n (con n ≥ 2) la firma i tiene costos fijos

ci (qi ) = F + 5qi + (qi )2

donde F > 0 es el costo fijo, y el mercado tiene función de demanda inversa


p = 100 − 0.1Q. Entonces
X
πi = pqi − F − 5qi − qi2 = 95qi − 1.1qi2 − 0.1qi qj − F
j6=i
210 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Derivando
P πi con respecto a qi e igualando a cero se tiene que 95 − 2.2qi −
0.1 j6=i qj = 0 y como el problema es simétrico, en equilibrio de Cournot-Nash
debemos tener que qi = qj para todo i, j. Por lo tanto, 95 − 0.1(21 + n)qi = 0 y
así, resolviendo para qi tendremos que qi = 950/(21 + n). Y así,

950 n 95 n
Q = nqi = ; p = 100 −
(21 + n) 21 + n

y la función de beneficios de la empresa i está dada por


 2
95
πi = 11 −F
21 + n

Está claro que si n tiende a infinito entonces qi tiende a cero, aunque Q aumenta
hasta 950 unidades de producción (esto parece contradictorio pero no lo es); y,
por esto último, p decrece a $5 por unidad. No obstante, aparece un problema
con lo que acabamos de afirmar: n no puede crecer indefinidamente sin que
los beneficios lleguen a ser negativos. En efecto: notemos que, en equilibrio de
Cournot-Nash, πi > 0 si, y sólo si, F < 11(95/(21 + n))2. Por lo tanto, para que
las n empresas tengan beneficios positivos basta que se dé:
315
n< 1 − 21
(F ) 2

lo que indica que si F (costos fijos) es “grande”, el número de empresas en el


mercado, n, es “pequeño”; y que si F es “pequeño”, el número de empresas n
puede ser “grande”.
95 n
No sobra agregar aquí la observación de que el precio de mercado p = 100− 21+n
es mayor que el costo marginal de cada empresa
1900
c′ (qi ) = 5 + 2qi = 5 +
21 + n
como el lector fácilmente puede comprobar. Por lo tanto, ambas empresas operan
ineficientemente en el sentido de Pareto.

Ejemplo 7. (Ineficiencia técnica en el modelo de Cournot)


Consideremos un modelo de competencia à la Cournot entre la empresa 1 y la
empresa 2, donde la demanda inversa es p = a − (q1 + q2 ) y los costos marginales
son constantes c1 y c2 con 0 < c2 < c1 < a/2, respectivamente. Entonces para
cada i = 1, 2, la función de beneficios es:

πi = pqi − ci qi = (a − (q1 + q2 ))qi − ci qi

Derivando e igualando a cero, obtenemos


a − ci − qj
qi = i = 1, 2; j 6= i
2
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 211

Si se resuelven simultáneamente estas dos ecuaciones, se obtiene que:

a − 2c1 + c2 a − 2c2 + c1
q1 = ; q2 =
3 3
Y así,
2a − c1 − c2
Q = q1 + q2 =
3
Por consiguiente,
a + c1 + c2
p=a−Q=
3
(a − 2c1 + c2 )2 (a − 2c2 + c1 )2
π1 = (p − c1 )q1 = ; π2 = (p − c2 )q2 =
9 9
Ahora: el excedente total B (excedente de consumo + excedente de producción)
de este duopolio es:

(2a − c1 − c2 )2 (a − 2c1 + c2 )2 (a − 2c2 + c1 )2


B= + +
18 9 9
(¿Por qué?) Por consiguiente,

dB 11c1 − 7c2 − 4a
=
d c1 3

que es mayor que cero para ciertos valores de a, c1 , c2 . Así, para estos valores, si
c1 disminuye se tendrá que también B disminuye, y esto contradice la intuición
primaria, pues pareciera que el cambio tecnológico que reduce costos, no mejora
el bienestar en estos casos. ¿Por qué sucede esto? Porque la reducción del costo
c1 implica un crecimiento en la producción de la firma de costo alto y un de-
crecimiento (menor) en la producción de la firma de costo bajo; y así aumenta
la ineficiencia en la producción agregada en un nivel que sobrepasa mejoras en
eficiencia tales como el aumento de la producción de la industria.

Nota 1. (Dos comentarios breves sobre el modelo de Cournot)

i) Típicamente, el modelo de Cournot muestra dos tipos de ineficiencia: el


ejercicio del poder monopolístico y la ineficiencia técnica en la producción.

ii) El estudio del ajuste miope o secuencial en la dinámica de mejor-respuesta


señala que deben darse varias condiciones para que un equilibrio de Nash
sea único y estable. Y esto no siempre se cumple. Para el estudio básico
de las dinámicas de mejor-respuesta en el modelo de Cournot, ver Di-
xit (1986). Y para el estudio de las dificultades implicadas allí, ver, por
ejemplo, Moulin (1986), Gul (1989), Milgrom & Roberts (1989), Nyar-
ko (1989), Basar & Olsder (1995), Vives (1999), Shone (2003), Gandolfo
(2005) o Kukushkin (2011).
212 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

5.2.2. Oligopolio von Stackelberg


En el caso del duopolio de Cournot, ambas empresas compiten de manera si-
multánea, sólo evaluando, cada una, lo que la otra empresa podría hacer, e
incorporando esa evaluación dentro de sus propios cálculos. Ahora supongamos
que la empresa 1 es “líder” y que coloca primero una cantidad en el mercado
(imagínense una empresa ya instalada en el mercado como monopolista y que no
puede evitar la entrada de un competidor), a lo que la firma 2 (la “seguidora”),
sabiendo esta cantidad, va a responder colocando otra cantidad (figura 5.2).

1
q1′ q1′′

2 2
q2′ q2′′ q2′ q2′′

−− −− −− −−
−− −− −− −−

Figura 5.2. Modelo (simplificado) de oligopolio de Stackelberg.

Veamos en detalle, qué sucede en este caso. Heinrich von Stackelberg [1905–
1946] propuso en 1934, en Marktform und Gleichgewicht (“Estructura de Mer-
cado y Equilibrio”), un modelo parecido al de Cournot clásico en sus fundamen-
tales: el precio de mercado es p = a − q1 − q2 y las funciones de beneficio de
ambas empresas son:

π1 = pq1 − cq1 = (a − (q1 + q2 ))q1 − cq1 (1)


π2 = pq2 − cq2 = (a − (q1 + q2 ))q2 − cq2 (2)

Como la empresa 1 es la que coloca primero su cantidad en el mercado, es muy


probable que opere así: “Si yo coloco la cantidad q1 en el mercado, ¿qué hará
la empresa 2? ”. Dada la información simétrica que hay en este modelo, el em-
presario 1 puede hacer ese cálculo: toma la función de beneficios del empresario
2 y la maximiza, derivando con respecto a q2 e igualando a cero, para obtener
que a − q1 − 2q2 − c = 0 y así, q2 = (a − c − q1 )/2. Es decir, si el empresario 1
coloca en el mercado una cantidad q1 , el empresario 2 le colocará una cantidad
q2 = (a − c − q1 )/2. Entonces incorpora esta información dentro de su función
de beneficio

π1 = (a − (q1 + q2 ))q1 − cq1


   
(a − c − q1 )
= a − q1 + q1 − cq1
2
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 213

Y deriva (con respecto a q1 ) e iguala a cero, para obtener su producción óptima


q1∗ = (a − c)/2, y así, q2∗ = (a − c)/4. Por lo tanto,
a + 3c
p∗ = a − q1∗ − q2∗ =
4
Y los pagos que reciben son π1 = (a − c)2/8, π2 = (a − c)2/16. Como el lector
prodrá entender, hemos resuelto este juego por inducción hacia atrás con infor-
mación perfecta. Es decir, mediante el concepto de equilibrio de Nash perfecto
en subjuegos (ENPS).
Y entonces podemos preguntarnos: ¿la entrada al mercado reduce los precios de
equilibrio? En la tabla 5.2 podemos comparar los precios de monopolio con los
precios bajo los modelos de Cournot y Stackelberg. Como vemos allí, el precio
más alto lo coloca el cartel (monopolio), después el duopolio de Cournot, luego el
duopolio Stackelberg, y el que coloca el precio más bajo es el precio competitivo
(igual al costo marginal). Es este tipo de argumentos el que recrea el imaginario
de los economistas al dar a entender que a mayor cantidad de competidores (de
cartel a Cournot) y a mayor información (de Cournot a Stackelberg7 ), el precio
es menor y más cerca del “ideal” competitivo.

Duopolio Duopolio
Cartel Cournot Stackelberg
a+c a + 2c a + 3c
Precio del producto
2 3 4
a−c a−c a−c
Cantidad q1
4 3 2
a−c a−c a−c
Cantidad q2
4 3 4
(a − c)2 (a − c)2 (a − c)2
Beneficio π1
8 9 8
(a − c)2 (a − c)2 (a − c)2
Beneficio π2
8 9 16

Tabla 5.2. Comparación de tres estructuras de duopolio.

Y esto es parcialmente cierto. Por ejemplo, en el paso del monopolio a un núme-


ro mayor de competidores bajo información completa, Amir & Lambson (2000)
prueban que, efectivamente, el precio decrece bajo las hipótesis de simetría,
siempre que todas las firmas tengan iguales funciones de costo c(q) estrictamen-
te crecientes y doblemente diferenciables con continuidad, la demanda inversa
p = p(Q) sea estrictamente decreciente y diferenciable con continuidad, y, ade-
más, p′ (Q) < c′′ (q). Sin embargo, Hoernig (2003) muestra que el precio también
puede aumentar con la entrada de competidores al mercado si los productos son
suficientemente diferenciados (competencia monopolística).
7 En el modelo de Stackelberg ambos competidores saben que el empresario 1 es el líder,

algo que no ocurre en el modelo de Cournot.


214 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Ejemplo 8. (Oligopolio con libre entrada)


Si un grupo de empresas deciden, en primer lugar, si entran o no en un mercado
(con un costo de entrada igual a k) y a continuación las que entran compiten à
la Cournot, el número de empresas de equilibrio se decide calculando el número
de ellas que hace que los beneficios de cada una, teniendo en cuenta el costo de
entrada, sean 0. Por ejemplo, si las empresas se enfrentan a un costo marginal
constante c y una función inversa de demanda P (y) = a − bQ, donde Q =
q1 + q2 + · · · qN indica la cantidad total de la industria y qi (i = 1, 2, . . . , N )
indica la cantidad de la empresa i, la cantidad que maximiza los beneficios de
una empresa para un número de entrantes N , una vez calculadas las funciones
de reacción de cada empresa, es
a−c
qN =
b(N + 1)

a lo que corresponden unos beneficios operativos por empresa


 2
a−c
πN = √
b(N + 1)

Por lo tanto, el número de empresas de equilibrio resulta de


 2
a−c
k= √
b(N + 1)

y así,
a−c
N∗ = √ −1
bk
El número de empresas de equilibrio Neq es el entero más alto que es menor o
igual que N ∗ . Como puede observarse, el número óptimo tiende a infinito cuando
el costo de entrada tiende a 0, y aumenta a medida que disminuye el parámetro b
de la función de demanda. Cuando este parámetro crece, la cantidad demandada
para cada precio, aumenta, y esta ampliación del mercado permite que entren
más empresas.

5.2.3. Oligopolio y paradoja Bertrand


El concepto de “competencia tipo Bertrand”, llamada así por el ya mencionado
matemático francés Joseph Louis Bertrand, se refiere al modelo de oligopolio
en el que dos o más firmas compiten con estrategias de colocación de precios
en lugar de colocación de cantidades como en el modelo de Cournot. De he-
cho, el modelo de oligopolio de Bertrand (1883) surgió como una crítica a la
hipótesis de que las cantidades fueran la verdadera variable estratégica. Aquí,
Bertrand asume que ciertas firmas idénticas producen un bien homogéneo con
costos unitarios constantes, y llega a la conclusión de que la competencia en pre-
cios decrecerá indefinidamente sin alcanzar ningún equilibrio. En esto, Bertrand
estaba equivocado.
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 215

Más precisamente y de manera general, el modelo de oligopolio clásico de Ber-


trand es un juego en el que n (≥ 2) firmas colocan, simultáneamente, precios pi a
un mismo bien homogéneo idéntico que están produciendo; también asume que
cada una produce a un costo constante c > 0 por unidad, es decir, Ci (qi ) = cqi
para todo i. Al intentar colocar precios, las dos firmas van a competir por la
demanda total del mercado D(pi ) y al hacerlo así su función de beneficios de la
firma i será, entonces, la función:


 (pi − c)D(pi ) si pi < pj para todo j 6= i.




πi (pi , p−i ) = (pi − c)D(pi ) si i empata en el precio más bajo con



 m otras m − 1 firmas para 0 < m < n.

en otro caso.

0

Notemos que esta función es discontinua porque aquella firma que coloque su
precio por encima del menor de estos, no recibirá demanda por su producto. Esta
claro que (p∗i , p∗−i ) es un equilibrio de Bertrand-Nash simétrico de este juego si,
y sólo si, pi = c para todo i [8] . Por consiguiente, si son sólo dos empresas,
entonces el único equilibrio de Nash-Bertrand será p∗1 = p∗2 = c y el beneficio
será nulo. Esta, originalmente conocida como la “paradoja de Bertrand”, llama
la atención porque pareciera que en este juego “dos son muchos”, ya que se pasa
del monopolio al resultado de competencia perfecta (precio = costo marginal)
con sólo agregar un competidor. Y esto es extendible inmediatamente para el
caso de n firmas.
No obstante, esta “paradoja” descansa en mucho en dos aspectos: que los costos
marginales constantes sean iguales y en la regla simétrica en caso de empate
en precios. Por ejemplo, Baye & P Morgan (1999) mostraban que si la función
de beneficio agregada π(p) = πi (p) no es acotada, entonces existen otros
equilibrios diferentes a los ya establecidos: un continuo de equilibrios mixtos en
los que cada firma obtiene beneficios positivos. Por ejemplo, en el caso específico
en que la demanda de mercado sea D(p) = pα con −∞ < α < −1/n, la
distribución acumulada de los equilibrios mixtos simétricos para los que las
firmas alcanzan, todos, un beneficio π ∗ es:
π∗
F (p) = 1 −
(p − c)pα

definida sobre el intervalo [π −1 (π ∗ ), ∞) [9] . Aún así, también se ha mostrado


la existencia de equilibrios con beneficios positivos en el caso de función de
8 Mostrar que, en efecto, es un equilibrio de Nash, queda como ejercicio para el lector. La

idea es simple: si la empresa i colocara un precio pi > c, mientras todos los otros colocan
pj = c, entonces i no vendería absolutamente nada; y si colocara pi < c entonces tendrá
pérdidas. Sin embargo, existen otros equilibrios asimétricos (de hecho un continuo de ellos) en
los que p∗j ≥ c para todo j y al menos dos firmas colocan el precio igual a c Para formalizar
estos argumentos, se sugiere recurrir a un conveniente diagrama de correspondencias de mejor-
respuesta. Allí el lector notará el continuo de equilibrios que surge en este modelo.
9 Para probarlo, debemos mostrar que cualquier precio de equilibrio de Nash mixto debe
216 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

beneficios π(p) acotada, idénticas funciones de costo creciente y estrictamente


convexa C(q) (Dastidar, 1995), además de fórmula de empate simétrica. Baye
& Morgan (2002) muestran que para otros tipos de reglas de empate también
se alcanzan resultados distintos a los de la paradoja. Sin embargo, también
muestran que existen serias dificultades al modelar la competencia Bertrand
para rendimientos crecientes a escala.

5.2.4. Oligopolio Bertrand con bienes diferenciados


La principal característica que diferencia la competencia tipo Bertrand con bie-
nes homogéneos y bienes diferenciados (por calidad, ubicación, etc.) es que en
el primero la demanda es, usualmente, discontinua, mientras que en el segundo,
no lo es. Partamos entonces de la hipótesis fundamental del modelo con bienes
diferenciados, que consiste en una demanda qi = Di (pi , p−i ) decreciente en pi
y costos marginales C(qi ) no-decrecientes en producción qi . Sin embargo, para
cada i = 1, 2, . . . , n las hipótesis esenciales están en la función de beneficios

πi (pi , p−i ) = pi qi − C(qi )

que es dos veces diferenciable con continuidad y satisface dos condiciones:

∂ πi ∂ 2 πi
>0 ; <0
∂ pi ∂ pj ∂ p2i
| {z }
complementariedad estratégica

Por lo tanto, un equilibrio de Nash (p∗i , p∗−i ) para este tipo de competencia es
la solución al sistema de ecuaciones diferenciales
∂πi (p∗i , p∗−i )
=0 ; i = 1, 2, ..., n
∂pi

Ahora: supongamos que la solución se obtuvo al intersectar las funciones de


mejor respuesta pi = pi (p−i ). Por el teorema de la función implícita, esta se
caracterizará por
∂ 2 πi
d pi ∂p ∂p
= − ∂ i2 πi j
d pj ∂p2 i

dar el mismo beneficio esperado π∗ :


de otra forma, cualquier empresa podría incrementar la
frecuencia con la que cobra un precio que ofrezca más beneficios. Por ello, basta resolver
Z ∞
π∗ = (p − c)pα (1 − F (p))f (p)dp
0

donde f (p) es la función de densidad asociada. Y al hacerlo, basta igualar

π ∗ = (p − c)pα (1 − F (p))

y de allí se llega al resultado.


5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 217

Observemos que el lado derecho de esta ecuación es positiva por las hipótesis
de complementariedad estratégica y concavidad de la función de beneficios; es
∂pi
decir, es positiva. Pero más aún: en el equilibrio (p∗i , p∗−i ) se tiene que
∂pj

∂πi (p∗i , p∗−i ) ′ ∂qi


0= = [p∗i − Ci (qi )] + qi
∂pi ∂pi
y, por tanto,
′ qi
p∗i = Ci (qi ) −
∂qi /∂pi

lo que demuestra que p∗i > Ci (qi ) pues ∂qi /∂pi < 0. Es decir, el precio p∗i
es mayor que el costo marginal si la demanda qi tiene pendiente negativa. El
mark-up es el negativo de la expresión de
qi
∂qi /∂pi
Si la función π no es diferenciable, entonces se apela a la ya mencionada no-
ción de supermodularidad en lugar de la complementaridad estratégica (Bulow,
Geanakoplos & Klemperer, 1985; Vives, 1990; Milgrom & Roberts, 1990).
Ejemplo 9.
En cierto modelo de Bertrand con bienes diferenciados se asume que el costo
marginal de todas las empresas es constante c (es decir, producen con rendi-
mientos constantes a escala) y que las funciones de demanda son:
X
qi = a − pi + ǫpj i = 1, 2, . . . , n
j6=i

donde ǫ > 0 es un número “pequeño” que satisface 1/ǫ < n − 1 < 2/ǫ. Con esto
estamos suponiendo que las empresas que compiten con la empresa i ejercen un
pequeño impacto (a través de su colocación de precios) en la cantidad vendida qi
por la empresa i. Los beneficios de la empresa i = 1, 2, . . . , n estarán, entonces,
dados por:
 
X
πi = pi qi − cqi = (pi − c)qi = (pi − c) a − pi + ǫpj 
j6=i

Derivando la función cóncava estricta πi con respecto a pi e igualando a cero se


obtiene que, para i = 1, 2, . . . , n,
P
a + c + ǫ j6=i pj
pi = (funciones de reacción)
2
Y resolviendo simultáneamente se llega a que el equilibrio es:
a+c
p∗ =
2 + ǫ(1 − n)
218 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

qi ∗ = a + (ǫ(n − 1) − 1)p∗ i = 1, 2, . . . , n
Aquí se muestra (con un poco de manipulación algebraica) cómo, nuevamente,
el precio de equilibrio es mayor que el costo marginal c y se produce una falla de
mercado. Nótese también que a diferencia del modelo de Cournot (substitutos
estratégicos), aquí las funciones de reacción tienen pendiente positiva (com-
plementos estratégicos). También el lector puede mostrar que estos equilibrios
pueden no existir para ciertos parámetros del modelo.

5.2.5. Oligopolio Edgeworth


Una observación de Edgeworth (1925) mostraba que si las empresas tenían ca-
pacidad de producción restringida entonces la paradoja de Bertrand no se daba.
La idea era sencilla: si la empresa i monopolizaba la demanda, entonces podría
obtener beneficios positivos ofreciendo una cantidad menor y racionando el mer-
cado. Ese racionamiento puede provenir de una restricción física o tecnológica
que le impide a la empresa i producir más allá de una cierta cantidad fija ki > 0,
o bien del comportamiento estratégico de rehusar ofrecer la cantidad demandada
a un precio dado. Este tipo de competencia, llamada de Bertrand-Edgeworth, se
ha tratado, principalmente, bajo dos reglas de racionamiento: i) racionamiento
eficiente, y ii) racionamiento proporcional. En el primer caso el bien se vende
a los consumidores que más lo valoran, y en el segundo caso el bien se vende a
una fracción de los consumidores sin tener en cuenta la valoración que tengan
del producto.
A manera de ilustración, consideremos el caso especial de un duopolio en el que
cada firma tiene un costo marginal constante c y una capacidad de producción
hasta ki . Entonces las funciones de costo son:
(
cqi si 0 ≤ qi ≤ ki
Ci (qi ) =
∞ si qi > ki

Aquí, está claro, cada firma ofrecerá si (pi ) = ki para todo pi ≥ c. De otro lado,
debemos considerar dos casos:
i) Si la demanda D(c) apenas alcanza la capacidad de ambas empresas (es
decir, D(c) ≤ ki para i = 1, 2) entonces surge de nuevo el único equilibrio
de Nash p∗1 = p∗2 = c.
ii) Pero si la demanda D(c) sobrepasa la capacidad de al menos una firma
entonces p∗1 = p∗2 = D−1 (k1 + k2 ) es el único equilibrio de Nash, siempre
que este sea el “precio residual” de monopolio para cada firma i (es decir,
el precio óptimo de la firma i dada su restricción en capacidad y dada la
demanda que permanece después de que la otra firma ha vendido hasta
su capacidad). Y que es un equilibrio de Nash es cierto porque ninguna
firma colocará un precio por debajo de D−1 (k1 + k2 ) ya que, en ese ca-
so, la demanda total excede su capacidad total, y así la empresa podría
aumentar el precio sin perder ventas; pero si el precio residual de alguna
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 219

empresa i excede a D−1 (k1 + k2 ), entonces es el único equilibrio de Nash


en estrategias puras.

No hay duda, entonces, de que este modelo es una conveniente generalización


del modelo de Bertrand.

Nota 2. (¿Cournot, Bertrand o Edgeworth?)


Las industrias (cereales, cemento, acero, automóviles, computadores) donde es
costoso ajustar la capacidad y es fácil ajustar los precios (lo más frecuente)
se pueden aproximar por Cournot y las industrias (software, seguros, banca)
donde es más fácil ajustar la capacidad que los precios se pueden aproximar por
el modelo de Bertrand. Este modelo, además, es muy útil, porque sus supuestos
permiten establecer un punto de referencia que resulta una guía para saber
cuál es el origen del poder de mercado en el mundo real (aquellas situaciones
donde no se cumplen los supuestos: restricciones de capacidad, diferenciación del
producto, interación repetida). Más en general, son aproximaciones para una
intensidad mayor o menor de competencia. Cournot y Bertrand son modelos
donde existe simetría entre las empresas (aunque pueden diferir en los costos)
y los modelos de empresa dominante y Stackelberg son modelos donde existe
asimetría entre las empresas derivada de la secuencialidad de los procesos de
decisión (en el caso de Stackelberg) y de las diferentes cuotas de mercado de las
empresas en el caso del modelo de empresa dominante.

5.2.6. Colusiones
Aunque los modelos básicos de oligopolio son de naturaleza estática, constituyen
el punto de partida de modelos en varias etapas que son útiles para explicar la
situación de algunos mercados, además de que proyectan luz sobre la estrategia
de las empresas y de las políticas de defensa de la competencia. Por ejemplo,
la posibilidad de colusión en un modelo de Bertrand permite mostrar que el
aumento del número de empresas dificulta la colusión. Ilustramos esto último
en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 10. (¿Guerra de precios o colusión?)


Supongamos un oligopolio repetido de n firmas, todas con costo marginal cons-
tante c, y también asumamos que el factor de descuento es δ con 0 < δ < 1.
Calculemos el número máximo de firmas que pueden existir en equilibrio de Nash
perfecto en subjuegos con colocación de precios monopólicos, bajo la estrategia
del gatillo.
Solución.
En primer lugar, bajo un acuerdo colusivo, cada firma recibe πm /n, donde
πm > 0 es el beneficio monopólico de la industria. Aquí, la restricción de des-
viación en una sola etapa (ver semana 3) bajo guerra de precios (estrategia del
gatillo donde una empresa se desvía del acuerdo colusivo, obtiene toda la ren-
ta monopólica, pero sólo lo podrá hacer una vez, porque en el resto de etapas
obtendrá cero beneficio) nos lleva a que debe darse la condición
220 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

 
πm 1
> πm
n 1−δ
De allí, inmediatamente llegamos a que
1
n< (*)
1−δ
lo que muestra que la colusión monopólica (con n fijo) se ve favorecida por la
interacción de largo plazo de las empresas (es decir, cuando δ tiende a 1). Pero
también podemos obtener de (*), que
n−1
δ>
n
Por tanto, si hacemos δ ∗ = (n − 1)/n notamos que dδ ∗ /dn = 1/n2 > 0 y,
así, δ ∗ aumenta con el número de competidores. De esta manera, mientras más
competidores haya, más difícil será coludir. Notemos que todos los resultados
anteriores son independientes de πm . Y también es conveniente señalar que el
factor de descuento δ puede incluir, en estos modelos, el potencial de crecimiento
de la industria, la frecuencia con que las empresas interactúan, los tipos de
interés, etc. N
Como se ve, es más probable que los precios colusivos sean un equilibrio cuanto
mayor sea la frecuencia con que las empresas interactúan (o mayor sea la pro-
babilidad de continuidad y crecimiento de la industria). Cuanto mayor sea el
número de empresas, más difícil resulta sostener la colusión: si hubiese n > 2
empresas, el beneficio por empresa sería menor. Sin embargo, el beneficio que
una empresa obtendría al bajar el precio sería el mismo. Por consiguiente, la
tentación de reducir precios es mayor cuando hay más empresas, y la colusión es
más difícil de sostener. Además, con el número de empresas aumentan los costos
de transacción de establecer, controlar y mantener acuerdos entre empresas.
Pero fijar siempre un precio igual al costo marginal (es decir, repetir el equilibrio
del juego de estado) también es un equilibrio. En realidad, el teorema popular
de la semana 3 nos enseña que cualquier combinación de estrategias que ofrezca
a los jugadores un beneficio igual o superior al del juego de estado es un equi-
librio del juego repetido infinitamente, si el valor del futuro es suficientemente
cercano a 1. Precisamente esta multiplicidad de equilibrios hace muy difícil a las
autoridades de vigilancia y control de la competencia, demostrar un caso de co-
lusión a partir simplemente de las características de estructura de un mercado:
la misma estructura puede dar lugar a equilibrios muy distintos.
Finalmente, otro factor que facilita la colusión es la simetría entre empresas. En
el contexto de un modelo de Cournot, puede demostrarse que si una empresa
es mucho más eficiente que otra, obtendrá mayores beneficios en un equilibrio
de Cournot que en un acuerdo colusivo. Sin embargo, si las empresas se en-
cuentran en múltiples mercados (lo que es habitual en los sectores hotelero, de
líneas aéreas, telefonía celular, y de forma creciente en el sector eléctrico), estas
asimetrías se pueden neutralizar, y se restaura el incentivo a coludir.
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 221

5.2.7. Duopolio Sweezy


Supongamos (Sweezy, 1939) que dos firmas (1 y 2) en duopolio están producien-
do q1∗ y q2∗ , respectivamente. En tal situación, la firma 1 conjetura que la firma 2
continuará produciendo q2∗ siempre que la firma 1 produzca esta misma cantidad
q2∗ , o menos. Sin embargo, la firma 1 también conjetura que si intenta producir
una cantidad q1 mayor que q2∗ , entonces la firma 2 aumentará su producción para
igualar el nivel que la firma 1 produzca. Y la firma 2 tiene conjeturas simétricas
con respecto a la firma 1. Asumiremos también que la demanda agregada es de
la forma P = a − q1 − q2 . ¿Cuáles son las curvas de reacción (es decir, las reac-
ciones óptimas de las dos empresas ante el comportamiento de su competidora)
en este caso? Supongamos que la firma 2 opera a un nivel q2 = q ∗ .
a) El problema de la firma 1 es, entonces,
Maximizar (a − q1 − q2 (q1 , q ∗ ) − c)q1
q1 ≥0

sujeta a q2 (q1 , q ∗ ) = Máx{q1 , q ∗ }


Notemos que la demanda del mercado es percibida por la firma 1 como si
fuera la de la figura 5.3.
P

P = a − q1 − q ∗

P = a − 2q1

q∗ q

Figura 5.3. Demanda quebrada para el modelo de Sweezy.

b) Similarmente, y por su parte, el problema de la firma 2 es:


Maximizar (a − q2 − q1 (q2 , q ∗ ) − c)q2
q2 ≥0

sujeta a q1 (q2 , q ∗ ) = Máx{q2 , q ∗ }

Veremos enseguida que las curvas de reacción ante las conjeturas son:

 a − c − q2 si q2 > a − c




 2 3

 a−c a−c
q
2 si 6 q2 6
q1 (q2 ) = 4 3



 a−c a−c


 si q2 <
 4
 4
222 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

 a − c − q1 a−c

 si q1 >


 2 3

 a−c a−c
q
1 si 6 q2 6
q2 (q1 ) = 4 3



 a−c a−c


 si q1 <
 4
 4

En efecto, para el duopolista 1 se tiene que:

i) Si q1 < q2 , dado que el rendimiento marginal debe ser igual al costo


marginal, entonces a − q2 − 2q1 = c; y, por tanto, q1 = (a − c − q2 )/2; pero
como supusimos q1 < q2 entonces (a − c − q2)/2 < q2 , y así q2 > (a − c)/3.

ii) Similarmente, si q1 > q2 entonces la ecuación “rendimiento marginal igual


a costo marginal” nos lleva a que a − 4q1 = c; y, por tanto, q1 = (a − c)/4;
y como q1 > q2 entonces (a − c)/4 > q2 .

iii) Finalmente, y en consecuencia, si q1 = q2 es porque (a − c)/4 6 q2 6


(a − c)/3.

Al intersectar las producciones de las curvas de reacción encontramos multipli-


cidad de equilibrios (ver figura 5.4)10 . Estos equilibrios van desde la asignación
monopólica hasta la asignación Cournot, como el lector fácilmente puede obser-
var.
q1
a−c
Curva de reacción
de la firma 1

a−c
Equilibrios de Nash
3
a−c
Curva de reacción
4
de la firma 2

a−c a−c a−c q2


4 3

Figura 5.4. Equilibrios múltiples en el modelo de Sweezy.

Una de las razones por las que el modelo de oligopolio de Sweezy de 1939 es
importante en la literatura de la organización industrial es que incorporó las
conjeturas (o creencias) dentro del esquema de la competencia oligopolística y
mostró que los oligopolios y los monopolios se comportan “como si” cada agente
10 Estos equilibrios son, todos, de Nash (Nash, 1951).
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 223

hubiese construido ciertas creencias acerca del comportamiento del opositor11 .


Sin embargo, originalmente, el modelo de oligopolio con curva de demanda que-
brada se construyó para el estudio de la “rigidez de precios”12 , basándose en las
conjeturas sobre los movimientos de precios de las otras empresas competidoras
antes descritas.
Y la consecuencia era clara: una curva de demanda quebrada como la que es-
tudiamos aquí, da origen a una curva de ingreso marginal discontinua, y así la
empresa podría no ajustar su precio en respuesta a cambios en el costo marginal,
produciendo esa rigidez de precios. Una consecuencia es que de esta manera se
explica el porqué los precios (nominales o relativos) en mercados oligopolísticos
pueden tender a ser relativamente estables o rígidos, sin que haya colusión entre
los competidores.

5.2.8. Variaciones conjeturales


Desde hace varias décadas, los estudios de la organización industrial empírica
buscan estimar el grado de poder de mercado. Y para ello, existe una forma
de relacionar algunos modelos principales de interacción competitiva en equili-
brio parcial, recurriendo al concepto de variaciones conjeturales (Bowley, 1924;
Frisch, 1933). Allí se plantea el problema de escoger la cantidad para maximizar
beneficios de la empresa como

Maximizar p(Q)q − c(q)


q

Aquí, la condición de primer orden nos lleva a que


dp(Q)
p(Q) + λp′ (Q)q − c′ (q) = 0 donde λ=
dq
El término λ = dp(Q)/dq mide cómo una empresa cambia el precio cuando
cambia su cantidad de producto, y se denomina así: variación conjetural. Es
decir, “cómo afecta mi producción al precio del producto en el mercado”. Esto
ha permitido clasificar los distintos modelos de interacción competitiva:
i) λ = 0 implica competencia perfecta (o, inclusive, Bertrand). En este caso,
la empresa cree que el precio no cambia en relación a un cambio en su
cantidad.
ii) λ = 1 implica comportamiento à la Cournot. En este caso, la empresa cree
que la otra empresa no cambiará sus decisiones de producción, de forma
que un cambio en 1 unidad en su cantidad llevará a un cambio en 1 unidad
en la cantidad de la industria.
11 Aunque debe reconocerse que el mismo Cournot (1838) se le anticipó en esto cien años,

ya que el equilibrio de Cournot antes estudiado, también involucra conjeturas sobre el com-
portamiento de los demás competidores.
12 La noción de rigidez de precios se asocia con la imposibilidad de que estos se ajusten al

equilibrio a pesar de que las variables que los determinan fluctúan para que ello ocurra según
la teoría.
224 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

iii) λ = Q/q implica un comportamiento colusivo, ya que substituyendo λ por


esta expresión en la condición de primer orden obtenemos la condición de
primer orden para un monopolio.
iv) λ = dQ(q)/dq implica un comportamiento à la Stackelberg, donde Q(q) es
la cantidad de la industria como suma de las cantidades de las empresas,
con las cantidades de las empresas seguidoras apareciendo en forma de
sus respectivas funciones de reacción a la cantidad elegida por la empresa
líder.
Los estudios buscan, entonces, estimar el parámetro λ sin necesidad de utilizar
datos de costos, estableciendo un sistema simultáneo de dos ecuaciones, una
función de demanda y la condición de primer orden en forma de índice de Lerner
igual a una expresión que depende de la elasticidad y de λ, donde el costo
marginal es substituído por sus principales determinantes (cantidad y variables
que pueden influir en el costo).
No obstante, este método ha sido objeto de múltiples críticas y dudas, especial-
mente cuando se extiende a modelos multiperíodos, pues allí es inevitable que
se presenten creencias y acciones inconsistentes. El lector interesado en conocer
estas críticas (pero también la defensa) del método de variaciones conjeturales,
puede consultar, por ejemplo, Bresnehan (1981), Lindh (1992) y Giocoli (2005).

5.2.9. Fusiones y mercados relevantes


Supongamos que en una industria donde las empresas compiten en cantidades,
dos (o más) de ellas se fusionan. Entonces podría esperarse que estas aumen-
ten sus precios también su poder de mercado. Por eso, diferentes entidades de
control del gobierno comparten la responsabilidad de vigilar esas fusiones. En
este proceso, típicamente el primer paso es que las firmas le solicitan al gobierno
su intención de fusionarse, y luego aquél se toma cierto tiempo para aprobar la
fusión o para solicitar más información. En este último caso, una vez que las
firmas cumplan con esta solicitud, el gobierno tendrá otro periodo para aprobar
la fusión o para solicitar a un juez el impedirla, por considerar que viola alguna
de las leyes anticartel-
No obstante, muchas propuestas de fusiones terminan en un acuerdo. Por ejem-
plo, a finales del año 1990, la fusión entre las empresas petroleras Exxon y Mobil
controlaría una gran cantidad de oleoductos en USA pero, en contraprestación,
debieron vender miles de estaciones de gasolina a otras compañías. Por su parte,
la fusión, en el año 1996, de Kimberley-Clark y Scott Paper habría resultado en
una compañía con más del 50 % de la participación en el mercado de los pañue-
los faciales y de los pañales; pero el acuerdo a que se llegó fue el de reducir la
producción en ambas firmas, aunque manteniendo el nombre de Scott para la
empresa fusionada. Cabe mencionar aquí que ejemplos de esto los hemos visto
recientemente en Colombia.
Las fusiones también implican su propia jerga. Por ejemplo, una fusión hori-
zontal es una fusión de competidores, tales como Exxon y Mobil, o como dos
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 225

bancos localizados en la misma área. En contraste, una fusión vertical es una


fusión entre un ofertante y un comprador de insumos. Es el caso cuando la firma
norteamericana de ventas de libros al público Barnes & Noble intentó comprar
una empresa mediana (que compraba libros a los editores o autores y los vendía
a las librerías pero no al público), habría sido una fusión vertical. De la misma
manera Disney, que es una empresa que vende programas a las estaciones de
televisión (entre otras actividades), compró la red de televisión norteamericana
ABC, y esto constituyó una fusión vertical.
Sin embargo, las fusiones verticales dan origen a dos problemas que están re-
lacionados: la posibilidad de que se niegue el acceso a insumos necesarios y
también el aumento de los costos de los competidores. En el primer caso, la
fusión de una empresa A con otra B puede hacerle daño a la competencia si la
empresa A ofrece un servicio de manera complementaria exclusiva a otro servi-
cio de la empresa B. Así, para tener acceso al servicio que ofrece la firma B se
requiere comprarle el servicio a la firma A. Aunque esto ha sido advertido por
las entidades de control y vigilancia obligando a la fusión a ofrecer igual acceso
a sus rivales del mercado.
Y el segundo problema, el del aumento de costos para los rivales se ve, por
ejemplo, cuando los bancos ofrecen el uso gratuito de sus cajeros automáticos
(por ejemplo, ATM´s) pero le cobran a los clientes de los bancos no asociados
al sistema. Esto aumenta los costos de los clientes de otros bancos, haciendo a
estos competidores menos atractivos, y, por lo tanto, ganando seguramente más
clientes.
Las autoridades de vigilancia y control de muchos países publican guías perió-
dicas sobre cómo serán evaluadas las fusiones. Típicamente, este es un procedi-
miento de tres pasos por cada producto que las empresas tengan en común:
I) Identificar los posibles mercados monopólicos. Esto comienza observando si las
empresas que se van a fusionar podrían aumentar de manera no-transitoria los
precios en una cantidad relativamente pequeña pero importante de un cierto
producto, llegando a tener un poder monopólico por varios años. Si no es con
ese producto, le adicionan otro producto y observan lo mismo para la canasta
de esos dos productos. Si no hay posiblidades de comportamiento monopólico,
entonces la canasta se aumenta a tres productos. Etc. Lo importante, al final
de cuentas, es que ninguna canasta de productos del nuevo grupo fusionado
pueda aumentar significativamente los precios y, si lo hace, no pueda durar
mucho tiempo. Un mercado quedará identificado entonces como la canasta más
pequeña de productos que limita la competencia. A este proceso se le conoce
como el test del monopolio hipotético.
II) Identificar los mercados geográficos monopólicos. En este caso, el proceso
comienza con un área en la que todas las compañías de la fusión, vendan sus
productos, y se preguntan si la compañía tiene incentivos para aumentar de
manera no-transitoria los precios en una cantidad relativamente pequeña pero
importante de un cierto producto, llegando a tener un poder monopólico por
226 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

varios años. Si es así, el área geográfica es un mercado geográfico. Y si no es así,


es porque los compradores están substituyendo por bienes más baratos y enton-
ces aumentan el área. Por ejemplo, si alguien es dueño de todas las estaciones
de gasolina de una zona pequeña, podría no ser ventajoso aumentar los precios
porque, entonces, los clientes podrían ir a una zona cercana a tanquear a un
precio menor. Pero si este mismo dueño posee todas las estaciones de gasolina
de 15 kilómetros a la redonda, entonces sí podría ser beneficioso un aumento
relativamente pequeño de los precios. Aquí se ha identificado un mercado geo-
gráfico. Así, un mercado geográfico es el área más pequeña en la podría darse
un monopolio hipotético.
En conjunto, un mercado monopólico de producto y geográfico se conoce como
un mercado relevante.
III) El tercer y último paso ya será identificar el nivel de concentración en cada
uno de los mercados relevantes.
Precisamente el índice de Herfindahl-Hirschman, o HHI, es la herramienta pa-
ra este último propósito. Recordemos (ver volumen I: Competencia bajo equi-
librio parcial) que el HHI es la suma de participaciones de mercado de las
firmas elevadas al cuadrado, y esto, aquí, se lleva a cabo en el mercado rele-
vante antimonopólico. Eso, sabemos, también se justifica porque mide la di-
ferencia precio-costo marginal en el modelo de Cournot. El HHI tiene, típica-
mente, un rango entre 0 y 10,000. Si una firma tiene el 40 % de la industria,
otra el 30 %, otra 20 % y la última 10 %, entonces el HHI de esta industria es
(40)2 +(30)2 +(20)2 +(10)2 = 3, 000. Usualmente, una industria con un HHI por
encima de 2,500 se considera “muy concentrada”, y entre 1,500 y 2,500 se con-
sidera moderadamente concentrada. No obstante, existen otros intervalos para
definir esto.
Ahora: supongamos que dos firmas con participaciones x y y se fusionan, y que
nada cambia en la industria más que esa operación. Entonces el HHI cambia en

∆ = (x + y)2 − x2 − y 2 = 2xy

En algunos países las guías de control no obstaculizarán esta fusión a menos que
se dé una de las dos siguientes condiciones:
i) ∆ > 100 % y una industria concentrada luego de la fusión.
ii) ∆ > 50 % y una industria muy concentrada luego de la fusión.
Así, aunque el HHI después de la fusión sugiera una industria muy concentrada,
es poco probable que el gobierno obstaculice esa fusión si el cambio en el HHI
es menor que 50 %.
Aún así, también existen otros factores que afectan la decisión del gobierno.
Primero, si las firmas ya están discriminando precios, el gobierno podría definir
mercados geográficos muy pequeños y posiblemente tan pequeños como un sólo
cliente. Segundo, si una firma es muy pequeña y la otra no demasiado grande,
5.3. Competencia monopolística 227

la fusión puede no ser obstaculizada, ya que el efecto sobre la competencia es


probablemente pequeño. Tercero, si una firma sale del mercado, la fusión puede
permitirse como una forma de mantener los activos en la industria.
Como se ve, la reglamentación antimonopólica es el brazo aplicado de la teo-
ría del oligopolio. Pero debe reconocerse aquí que las situaciones reales son tan
complejas, que su aplicación puede ser todo un reto con sutilezas tanto económi-
cas como legales. Por ejemplo, la propiedad intelectual, las patentes, etc., todas
tienen distintas características antimonopólicas.

5.3. Competencia monopolística


Existen, fundamentalmente, dos tipos de modelos de competencia monopolísti-
ca. El primer tipo son los modelos espaciales (Hotelling, 1929) y el segundo tipo
son los modelos de inspiración chamberliniana (Chamberlin, 1933). Ya habíamos
dicho que, en 1929, Hotelling fue el primero en utilizar un segmento de línea (lla-
mado el “Modelo de la Calle Principal”) para representar tanto la diferenciación
del producto como las preferencias de aquellos que están comprando 13 . ¿Y cuál
era el objetivo esencial de este modelo? Inicialmente, observar la competencia
no sólo por precios sino por “ubicación”.
Y ejemplos de esto abundan: aquellos que van al cine se diferencian por la edad:
una película de cartoons difícilmente será del mismo agrado para un adolescente
que para un niño de seis años. Otro ejemplo clásico es el del cereal en caja para
el desayuno; estos cereales se distinguen, en especial, por el contenido de azúcar
que va, en la línea de Hotelling, desde muy baja cantidad a la izquierda y
mucha cantidad a la derecha. Y las preferencias igualmente caen en esa línea:
cada consumidor tiene un “punto más deseado” y prefiere cereales más cercanos
a ese punto que aquellos distantes.
Por su parte, para Chamberlin la competencia monopolística es una estructu-
ra de mercado en la que, inicialmente, una firma no tiene influencia sobre sus
competidores (como en competencia perfecta), pero es libre de escoger el nivel
de producción o el precio que le maximiza el beneficio (como un monopolista).
Más específicamente, aunque una firma es despreciable para el mercado, aún así
está dotada con poder de mercado pues vende un producto diferenciado que la
distingue. Para que esto sea cierto, en un primer plazo, cada firma debe compe-
tir contra el mercado como un todo (o, en otras palabras, la elasticidad cruzada
entre cualquier dos variedades es, prácticamente, cero). Y en plazo mayor, se
asume que a esta firma le entrarán a competir hasta el punto en que el beneficio
de todas las empresas baje hasta cero. Por su parte, los consumidores, aunque
compran muchas variedades, se asume que de alguna forma pueden homoge-
13 De hecho, en su honor, una calle central de Chapell Hill –North Carolina (USA)– lleva

el nombre de Hotelling. La Universidad de North Carolina fue el centro académico donde


Hotelling desarrollaría la mayor parte de su trabajo académico desde 1946 hasta su muerte en
1973.
228 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

neizarse mediante una curva de demanda del producto sin ninguna variedad
específica ideal.
Durante décadas, los economistas han debatido sobre cuáles hipótesis de estos
dos tipos de modelo realmente tienen sentido. Lo que sí está ya claro es que,
a diferencia de lo que decían Robinson (1933) y Stigler (1972) (entre otros),
un número grande de firmas no necesariamente implica la presencia de com-
petencia perfecta y, lo que es fundamental aquí, la diferenciación de producto
puede permitir a las firmas retener poder monopólico sobre la demanda por va-
riedad. Siguiendo estas dos ideas básicas, en ciertos casos se sigue la huella de
los modelos espaciales y, en otros, se sigue la tradición chamberliniana. Pero, al
final, la escogencia del modelo conveniente dependerá de las preguntas que se
quieran intentar responder. Sobre esto discutiremos más adelante en este mismo
capítulo.

5.3.1. Modelo espacial de Hotelling


El modelo de Hotelling (1929) estándar ubica a dos vendedores en una calle
principal. Ellos venden el mismo producto, por lo que podrían ubicarse donde
quieran. Por ahora, supongamos que el precio que cobran es $1, que los clientes
potenciales también están dispersos a lo largo de la calle, y que esta mide 1
km, por lo que la podemos medir de manera estandarizada de 0 a 1. La gente
que quiere el producto camina hasta el vendedor más cercano, puesto que el
precio es el mismo. Así, si un vendedor se ubica en x y el otro en y con x < y,
aquellos compradores ubicados entre 0 y (x + y)/2 irán donde el vendedor de
la izquierda, mientras que el resto irán donde el vendedor de la derecha (figura
5.5). Notemos que el vendedor en x vende más moviéndose hacia y, y viceversa.
Esta lógica forza entonces a los vendedores a ubicarse exactamente en la mitad:
el de la izquierda les vende a los clientes de la izquierda, y el de la derecha a
los clientes de la derecha. A este comportamiento geográfico se le conoce en la
literatura como mínima diferenciación.

Compran en x Compran en y
r r r r r

0 x (x + y)/2 y 1

Figura 5.5. Modelo básico de Hotelling.

Sin embargo, en este modelo tan simple, se le puede adicionar algo más a la
diferenciación del producto por ubicación: la variedad. Y para lograr esto, Ho-
telling recurrió al costo de transporte como una señal del grado de substitución
entre el mismo bien pero ubicado en dos lugares distintos. Veamos este caso en
el siguiente ejemplo fundamental (Friedmann, 1983).
Tenemos dos firmas que producen un bien físicamente idéntico, pero están ubi-
cadas en dos lugares distintos. Cada una escoge un precio y vende (a ese precio)
a unos consumidores que se ubican en un segmento de recta (ver figura 5.6).
5.3. Competencia monopolística 229

Aquí, la demanda es perfectamente inelástica (cada consumidor compra la mis-


ma cantidad del bien sin importar el precio) y su única decisión consiste en
decidir a cuál firma comprarle. Sin embargo, el consumidor debe pagar un costo
de transporte c por unidad de distancia entre él y la firma para la que compra.
La pregunta de Hotelling era dónde deberían ubicarse las firmas para obtener
los máximos beneficios, y qué precios colocar. Para especificar, asumamos que
los consumidores están uniformemente distribuidos a lo largo del segmento de
recta, donde cada punto representa la posición del consumidor; es decir, todos
los consumidores son idénticos excepto por su posición en la recta.
En la figura 5.6 el segmento de recta tiene una longitud L = a + x + y + b. Allí se
señala dónde están ubicadas las firmas 1 y 2. Como el nivel de demanda es 1 por
cada unidad de longitud del segmento (la misma en que está medida L), las dos
firmas venden entre ellas q1 + q2 = L, aunque los consumidores comprarán en la
firma que les ofrezca mejores precios y que no esté demasiado lejos. Suponiendo
que z es un consumidor típico (ver figura 5.6), una unidad comprada en la firma
1 le costará p1 + cx y una comprada en la firma 2 le costará p2 + cy donde p1
es el precio por unidad del bien de la firma 1, y p2 es el precio de la firma 2.

a x y b
r r r r r

1 z 2

Figura 5.6. Calle Central de Hotelling.

Por lo tanto, si z fuera el consumidor para el que p1 + cx = p2 + cy, entonces


todo consumidor a la izquierda de z compraría en la firma 1, y a la derecha de
z compraría en la firma 2. Así satisfaría las dos ecuaciones:

p1 + cx = p2 + cy , L=a+b+x+y (∗)

Resolviendo estas dos ecuaciones lineales para x y y obtenemos que:


 
1 p1 − p2
x= L−a−b−
2 c
 
1 p2 − p1
y= L−a−b−
2 c

Por consiguiente, la firma 1 vende una cantidad q1 = a + x y, la firma 2, una


cantidad q2 = b + y. Eso nos permite construir las respectivas funciones de
beneficio (con costos cero, por ahora):

1 (p1 )2 p1 p2
π1 = p1 q1 = p1 (a + x) = (L + a − b)p1 − +
2 2c 2c
1 (p2 )2 p1 p2
π2 = p2 q2 = p2 (b + y) = (L − a + b)p2 − +
2 2c 2c
230 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Si no se considera la posibilidad de que una de las dos firmas tome el mercado


completo, los precios de equilibrio de Nash son las soluciones simultáneas (p1 , p2 )
a las ecuaciones ∂π1 /∂p1 = 0, ∂π2 /∂p2 = 0:

1 p1 p2
(L + a − b) − + =0 (5.1)
2 c 2c
1 p2 p1
(L − a + b) − + =0 (5.2)
2 c 2c
Es decir,
   
a−b a−b
p1 = c L + ; p2 = c L − (**)
3 3
Y, por tanto,
 
1 a−b
q1 = a + x = L+ (5.3)
2 3
 
1 a−b
q2 = a + x = L− (5.4)
2 3

La introducción de diferenciación espacial (es decir, dos firmas que venden pro-
ductos físicamente idénticos pero en diferentes lugares, además de agregarle
distintos niveles de substituibilidad) señala que la paradoja de Bertrand discuti-
da antes, sólo ocurre porque el producto es homogéneo. En efecto, basta observar
que en el modelo de Hotelling aquí presentado, las demandas son continuas en
precios:
 
1 p1 − p2
q1 = a + x = L+a−b−
2 c
 
1 p2 − p1
q2 = b + y = L−a+b−
2 c

para c(L − a − b) > p1 − p2 > −c(L − a − b). Se deduce, entonces, que una
firma no toma todo el mercado si colocara su precio un tanto por debajo del de
la otra firma. Además, tanto los precios como los beneficios son estrictamente
positivos. Sin embargo, está claro que el modelo de Hotelling no responde a la
pregunta sobre cuál es mejor estrategia al escoger un producto: escogerlos muy
similares o muy diferentes.

No obstante, muy posteriormente D´Aspremont, Gabszewicz & Thisse (1979)


estudiarían los valores de a y b para los cuales algunas de las ecuaciones de
arriba no tenían, aquí, sentido económico (precios o cantidades negativas). Y
encontraron que existían dos tipos de equilibrio: uno, en donde las dos firmas
comparten la misma ubicación y el equilibrio es el mismo del modelo de Bertrand
con los dos precios iguales a cero; y el otro, en donde las dos firmas se ubican
suficientemente retiradas una de otra, lo que sólo se da si, y sólo si,
5.3. Competencia monopolística 231

 2
a−b 4
L+ ≥ L(a + 2b)
3 3
 2
b−a 4
L+ ≥ L(b + 2a)
3 3

En este caso, los precios estarán dados por las ecuaciones (**) de arriba.
Nota 3. (Variedad y calidad)
Existen dos tipos de diferenciación que son la calidad y la variedad. La calidad se
refiere a una situación en donde los consumidores concuerdan en qué producto
es mejor (y su desacuerdo consiste en que habrá cierta tensión entre calidad y
precio). Por ejemplo, en el mercado de automóviles, mayor aceleración, mejor
frenado, menor gasto de gasolina por kilómetro, más capacidad de carga, más
espacio interior, y mayor durabilidad son, todas, mejores características. Simi-
larmente, en el mercado de los computadores, mayor rapidez de procesamiento,
pantallas más brillantes y con mejor resolución, menor emisión de calor y radia-
ciones, mayor durabilidad, más megabytes de RAM y más gigabytes de espacio
en el disco duro son, todas, cosas buenas.
En contraste, las variedades son los elementos acerca de los cuales no hay acuerdo
generalizado. Por ejemplo, colores y formas son más un asunto de variedad
que de calidad: a algunas personas les gustan ciertos colores (que a otros no)
en un bien de la misma calidad. Los colores en los alimentos son variedades,
mientras que los ingredientes (y su calidad) son diferenciadores de calidad. Por
su parte, las diferencias en tipos de música son, en principio, de variedad. A
la diferenciación por calidad, en ocasiones, se le llama diferenciación vertical,
mientras que a la diferenciación por variedad, también en ocasiones, se le llama
diferenciación horizontal. N
¿Y por qué es tan importante la diferenciación de productos? Porque la colo-
cación de precios por encima del costo marginal podría no ser la única fuente
de ineficiencia en mercados de bienes diferenciados. De hecho, existen otras dos
fuentes de ineficiencia: el número de productos ofrecidos por el mercado (va-
riedad del producto) y la especificación de los productos disponibles a los con-
sumidores (selección del producto). Y los artículos que exploraron inicialmente
la pérdida de bienestar por estas razones fueron desarrollados a lo largo de la
década de 1970, como veremos más adelante en este mismo capítulo.
Para explicar esto último un poco mejor, reconozcamos que se acepta que la
entrada a competir es algo deseable ya que, a menudo, amenaza más competencia
y estimula la eficiencia social. Sin embargo, cuando la entrada de nuevas firmas
implica costos fijos adicionales, el asunto de la entrada es menos clara. Y lo
que es más: cuando los bienes son diferenciados, también el grado de diversidad
entra en juego. Es por ello que surge la pregunta: ¿el mercado provee muchas o
muy pocas variedades?
232 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

En la literatura actual se tienen dudas de que exista una respuesta absoluta a


esta pregunta, ya que hay dos fuerzas en acción. La primera, es que el competidor
que entra no tiene en cuenta el impacto negativo que su decisión tiene sobre los
que ya están en el mercado, al tomar algunos de sus clientes, y este efecto
presiona hacia una diversidad excesiva en el producto. La segunda, la empresa
que entra a competir no captura todo el beneficio social que crea aumentando la
diversidad (ya que no discrimina precios entre los consumidores) y esto presiona
hacia la insuficiencia de diversidad.
Como consecuencia, la comparación entre el mercado y las asignaciones óptimas
dependerá del modelo que creamos que es una buena representación del mercado
diferenciado que se quiera estudiar. Por ejemplo, típicamente en los mercados
espaciales –como es caso del de Hotelling (1929)–, se observa una diversidad
excesiva, pero las firmas tienen pocos rivales en su vecindad, lo que facilita la
entrada. Por el contrario, en modelos con competencia más intensa, el entrante
debe competir con muchos más rivales, lo que desincentiva la competencia.

5.3.2. Modelo de Chamberlin


El estudio de la competencia monopolística estándar (inspirado en el The Theory
of Monopolistic Competition (1933) de Chamberlin), recurre a entenderlo ini-
cialmente como un monopolio de partida o de corto plazo (figura 5.7), es decir,
antes de que entren competidores. Y, una vez se observen las ganancias de esta
empresa, entrarán otros a competirle con una variante del producto (que pue-
de ser una nueva ubicación), hasta llevar los beneficios de la empresa inicial a
cero, es decir, beneficio cero en el “largo plazo” (figura 5.8). Es por esto que,
ocasionalmente, se asimila la noción de competencia monopolística a la de “com-
petencia”, pero sin que necesariamente coincida con la noción de competencia
perfecta. Algo notable de esta estructura es que, en el largo plazo, al llevar los
beneficios a cero por competencia, el resultado es similar a si cada competidor
actuara como un monopolista ordinario pero enfrentando la demanda agregada.
Ilustramos esto con el ejemplo 11.
p
Demanda
(ingreso medio)

Costo marginal
(oferta)
Solución
b
pm =precio del monopolista
Beneficio
Costo medio del monopolista
Costo medio
(corto plazo)

Ingreso
marginal

qm q

Figura 5.7. Comportamiento de corto plazo del competidor monopolista.


5.3. Competencia monopolística 233

p
Ingreso marginal

Costo marginal
b (oferta)
pm =precio monopolista

pcm = Precio de competencia


b
monopolística
b
pcp = Precio de competencia
perfecta Costo medio (corto plazo)
Demanda p = a − q

Demanda (ingreso medio) de “largo


plazo” (ejemplo: p = a − nq)

qm qcm qcp q

Figura 5.8. Comportamiento de largo plazo del competidor monopolista: beneficio cero para
todas las empresas. Aquí n es el número de competidores que entran al mercado del
monopolista.

Ejemplo 11.
Una empresa en competencia monopolística se enfrenta a la función de demanda
q = 20 − p y su función de costo es c(q) = q 2 − 4q + 5.

a) Determine su precio y el nivel de producción a corto plazo. Evalúe si la


empresa obtiene beneficios económicos.

b) ¿Es posible la entrada de otras empresas al mercado? Encuentre la solución


de equilibrio para el largo plazo.

Solución.
a) En el corto plazo el competidor monopolista se comporta como un mono-
polista y, por lo tanto, al maximizar su función de beneficios, debe igualar
el ingreso marginal con el costo marginal. Es decir,

d(pq) d(20 − q)q


Img = = = 20 − 2q
dq dq
dc d(q 2 − 4q + 5)
= cmg = = = 2q − 4
dq dq
Y de allí se tiene 20 − 2q = 2q − 4, y, por tanto, q ∗ = 6. Y así, de la
función de demanda q = 20 − p, se obtiene que p∗ = 14 (figura 5.9, panel
izquierdo). Y puesto que el costo medio (cme = q − 4 + (5/q)) a este nivel
de producción q ∗ = 6 es cme ∗ = 17 6 , entonces esta empresa percibe un
beneficio de π = q ∗ (p∗ − cme ∗ ) = 67.

b) En el “largo plazo” buscamos inicialmente (figura 5.9, panel derecho) el


nivel de producción donde la tangente a la curva de costo medio es igual
234 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

a la pendiente de la curva de demanda p = 20 − nq donde n es el número


potencial de entrantes a competir; es decir, donde 1 − (5/q 2 ) = −n, lo que
nos lleva a que la producción de largo plazo es:
 1/2
∗ 5
q = (∗)
n+1

De esta manera, la nueva curva de ingreso marginal de largo plazo es:

d(pq) d((20 − nq)q)


Img = = = 20 − 2nq
dq dq

Ahora confirmemos que es una “industria monopolística” en el largo plazo:


en este caso, la producción se llevará a cabo en la intersección entre la
nueva curva de ingreso marginal y la de costo marginal; es decir, cuando
20 − 2nq = 2q − 4, de donde

12
q∗ = (∗∗)
n+1
 1/2
5 12
Igualando (∗) con (∗∗) tendremos que n+1 = n+1 y así, n = 27.8, lo
que, nuevamente, muestra el “problema del número entero” ya discutido
en el volumen I (Competencia bajo equilibrio parcial). Con este valor de
n, calculamos en (∗∗) que

12 12
q∗ = = = 0.417
n+1 28.8
y que:
p∗ = 20 − nq ∗ = 20 − (27.8)(0.417) = 8.417
Sólo restaría confirmar que el beneficio es cero. En efecto:

π = p∗ Q∗ − c(q ∗ )
= (8.417)(0.417) − (0.417)2 + 4(0.417) − 5
=0

Notemos entonces, que el precio del competidor monopolista de largo plazo


no coincide con el de competencia perfecta, mostrando que la idea popular
de que “la competencia baja los precios” es cierta en este ejemplo, mas no
al nivel de eficiencia. La razón es que la entrada allí es de sólo unas cuantas
empresas que colocan precios y no de “infinitas” sin colocación de precios,
como requiere la competencia perfecta. Al fin y al cabo, en competencia
perfecta, después de la libre entrada de competidores, todas operarán al
nivel de eficiencia mínima. En competencia monopolística, este nivel es,
típicamente, mayor.
5.3. Competencia monopolística 235

p p

20
cmg = 2q − 4 cme = q − 4 + 5
q

cme = q − 4 + 5
q
b
14

Beneficios
8.417 b
p = 20 − 27.8q
p = 20 − q

17
Img =
6
20 − 2q

6 20 q 0.417
q

Figura 5.9. Ilustración del problema de competencia monopolística del ejemplo 11.
Observemos también la posibilidad de exceso de capacidad instalada, pues q baja al pasar
del corto plazo al largo plazo.

Chamberlin permaneció entonces, en la tradición marshalliana asumiendo que


las firmas tienen curvas de costo medio de corto plazo en forma de U. Y como las
firmas enfrentan demandas con pendiente negativa y los beneficios desaparecen
en el “largo plazo” bajo libre entrada, cada firma produce en el punto de tan-
gencia de las curvas de demanda y de costo medio. Como resultado, el nivel de
producción de equilibrio es más pequeño que el que minimiza sus costos, lo que
dio origen a la discusión sobre que la competencia monopolística llevaba a una
capacidad productiva obsoleta. Es decir, aquí se presenta insuficiente entrada
desde el punto de vista social debido –según Cabral (2000)– a la importante
diferenciación del producto.
Esto último, bajo las severas condiciones de la Gran Depresión de 1929, se
vio entonces como evidencia de que este tipo de competencia podía generar
desperdicio de recursos. No obstante, este argumento no tiene en cuenta el hecho
de que cuando los consumidores valoran la diferenciación del producto, un mayor
rango de productos puede generar bienestar.

5.3.3. La notable década de 1970


Luego de haber llamado mucho la atención en la década de 1930, las ideas
de Chamberlin y Hotelling sobre la competencia monopolística languidecieron.
Eran muchas las preguntas que quedaban abiertas e, inclusive, los mismos fun-
damentos e hipótesis de los modelos pioneros para la competencia monopolística
fueron puestos en duda. Pero nada se avanzó hasta que en la década de 1970
aparecieron los muy importantes artículos seminales de Spence (1976), Dixit &
Stiglitz (1977), Lancaster (1979), Krugman (1979) y Salop (1979), entre otros.
Spence, por ejemplo, desarrolló su modelo bajo equilibrio parcial mientras que
Dixit & Stiglitz lo desarrolló bajo equilibrio general, aunque ambas estructuras
de inspiración chamberliniana, son hoy en días utilizadas, siendo el modelo de
Spence más claramente diseñado para la organización industrial, mientras que
236 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

el modelo de Dixit & Stiglitz es un importante instrumento de la nueva teoría


del comercio internacional y de las teorías del crecimiento.
Específicamente, Spence (1976) propone dos modelos que presentan, ambos, dos
bienes: un bien homogéneo como numerario y un bien compuesto de variedades
diferenciadas. La utilidad es aditiva en los dos bienes, dándole el mencionado
sabor de equilibrio parcial. Y su propósito es relacionar la diversidad de produc-
tos con las elasticidades propias y cruzadas entre variedades. El primer modelo
asume el gusto por la variedad vía una función aditiva cuadrática de utilidad y
también asume que el número de variedades es constante. Con esto analiza la
selección del producto mostrando que, como afirma Cabral (2000), cuando la di-
ferenciación del producto es grande, la libertad de entrada implicará insuficiente
entrada desde el punto de vista del bienestar social.
Por su parte, en el segundo modelo el gusto por la variedad lo modela vía una
función de utilidad tipo CES. Pero a diferencia del primer modelo, y para en-
tender mejor la diversificación del producto, se asume que las variedades entran
en la utilidad de manera simétrica y así endogeniza el número de ellas. Luego
Spence compara el resultado del mercado con el óptimo social, mostrando que,
en este caso, los beneficios son negativos, y existen más variedades que en el
equilibrio de mercado. Claramente, también confirma la afirmación de Cabral
(2000): aquí, el equilibrio con libertad de entrada implica entrada excesiva.
De otro lado, el modelo de equilibrio general (también de inspiración chamber-
liniana) de Dixit & Stiglitz (1977) complementa el de Spence (1976) estudiando
el problema de la substitución intersectorial, que ahora suponen finita en lugar
de infinita a la manera de Spence. Aquí se destaca el caso donde las variedades
en el sector de mercancías diferenciadas son buenos substitutos entre ellos, pero
substitutos bajos para el numerario. Al final llegan al resultado de que el ópti-
mo social admite más firmas (variedades) que el equilibrio (único) de mercado.
Sobre este modelo discutiremos específicamente más adelante.
El modelo de Lancaster (1979) siguió el camino trazado por Dixit & Stiglitz
en el contexto de un espacio donde los productos están posicionados mientras
que los consumidores tienen sus propias variedades ideales, formando así una
constelación de puntos que pertenecen a ese espacio. Estos caminos de literatura
han dado origen a un modelo espacial de competencia con libre entrada, y este
modelo permanece en la tradición de la teoría del oligopolio: el comportamiento
de la firma es estratégico ya que la competencia es localizada, aunque su impacto
global es discutido entre las firmas a través de efectos de cadena que ligan a las
firmas de la industria.
A pesar de muchas otras contribuciones importantes en el área de la competencia
monopolística –por ejemplo, O. Hart (1979, 1985), Wolinsky (1986), Denecke-
re & Rotschild (1992)–, es justo decir que la mayoría de las aplicaciones de
la competencia monopolística a otras áreas tales como comercio internacional
(Krugman, 1979; Kelpman & Krugman, 1985), crecimiento (Romer, 1990), geo-
grafía económica (Krugman, 1991) y macroeconomía (Blanchard & Kiyotaki,
5.3. Competencia monopolística 237

1987), se han llevado a cabo, fundamentalmente, en los modelos de Spence y


Dixit & Stiglitz.

Ahora: por el lado de los modelos espaciales, no hay duda de que en la década
de 1970 el más notable de estos esfuerzos fue el modelo circular de Salop (1979),
que tuvo su origen en el hecho (no muy difícil de mostrar) de que si, por ejemplo,
en el modelo lineal básico de Hotelling hay cuatro (en lugar de dos) vendedores
en la misma calle principal y los clientes están distribuídos uniformemente allí,
entonces es un equilibrio de Nash el que dos se ubiquen en 1/4 y dos en 3/4
(ejercicio para el lector). Y algo similar se puede hacer para cinco consumidores
con resultados dispares. Por ello se sabe que el modelo de Hotelling es muy
sensible a si el número de vendedores en la calle es par o impar. Y se mostró que
esto era consecuencia de la existencia de puntos extremos fijos. Dentro de los
resultados claves de este modelo es que en equilibrio hay entrada excesiva con
respecto al número de ellas que maximizan el bienestar social (ver el modelo de
Salop más adelante).

Debe resaltarse que este mismo boom de la teoría de la competencia monopolís-


tica y sus importantes resultados teóricos, permitieron comenzar a entender que
esta era un área de la competencia imperfecta que tenía derecho a su lugar y no
una adenda de la teoría del oligopolio. Por ejemplo, se entendió que para que
la competencia monopolística surgiera, el gusto por la variedad debía ser sufi-
cientemente fuerte, además de que mientras más heterogénea fuera la población
de consumidores, más altos precios podrían cobrar las firmas. Y a esto se llegó
modelando con, básicamente, tres formas de preferencias sobre los productos
diferenciados.

En primer lugar, es el caso típico cuando los consumidores están dotados de


una función de utilidad continua y estrictamente cuasicóncava definida sobre
un conjunto de variedades potenciales. Esta última condición es la que describe
el comportamiento de los consumidores que buscan variedad en los productos
que compran. El segundo caso es cuando los consumidores tienen una variedad
ideal que es distinta para cada consumidor. En la metáfora espacial propuesta
por Hotelling, la variedad ideal del consumidor se representa por su ubicación
en algún espacio geográfico (calle principal), mientras que la variedad provista
por una firma es la ubicación de esta firma. Como aquí las preferencias no son
convexas, puede suceder que no existan equilibrios de Nash, aunque esto podría
obviarse cuando se tiene un número grande (más explícitamente, un continuo)
de consumidores heterogéneos.

El tercer caso busca dar cuenta de la heterogeneidad en el gusto (como en los


modelos espaciales) pero con algunos “argumentos de simetría”. Son los modelos
de utilidad aleatoria (McFadden, 1974) que tan útiles han sido en psicología y
en econometría. Y aunque estos modelos no se han desarrollado para el estudio
de la competencia monopolística por sí misma, los resultados obtenidos bajo el
oligopolio pueden utilizarse para el estudio del mercado cuando el número de
firmas es arbitrariamente grande.
238 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Como sucede con toda la literatura sobre fallas de mercado (y, en particular, de
la competencia imperfecta), también la literatura sobre la competencia monopo-
lística es difícil de integrar dentro de un sólo marco teórico. Hasta hoy no existe
un hilo conductor claro. Además, los artículos son, sin duda, difíciles desde el
punto de vista técnico, para casi cualquier estudiante de pregrado.

5.3.4. Modelo de Salop


La versión más simple de este modelo afirma que todas las empresas están si-
tuadas alrededor de un círculo de perímetro igual a 1 y se sitúan de forma
equidistante entre ellas. Los consumidores, a su vez, están situados uniforme-
mente en el círculo. Todos los desplazamientos, de consumidores o productores,
tienen lugar a lo largo del círculo, como una ciudad alrededor de un lago (sin
barcos). Los consumidores quieren comprar 1 unidad del bien, tienen un costo
lineal unitario de transporte t, y el excedente bruto que obtienen por el bien
es s. Cada empresa puede ubicarse sólo en una localización. El beneficio de la
empresa es πi = (pi − c)Di − f si entra, y πi = 0 si no entra, donde Di es la
demanda de la empresa, f es un costo de entrada y c < s es el costo marginal.
El juego tiene lugar a lo largo de dos etapas:

i) n empresas entran (las empresas potenciales deciden si entran o no) y son


situadas exógenamente de forma equidistante en el círculo.

ii) Las empresas compiten en precios, dadas sus localizaciones.

Empezamos por inducción hacia atrás (equilibrio de Nash perfecto en subjuegos)


analizando la segunda etapa para las n empresas que han entrado. Como todas
están colocadas simétricamente, analizamos un equilibrio simétrico donde ellas
fijan el mismo precio. La empresa i sólo compite con las dos empresas vecinas.
Si elige pi , un consumidor ubicado a distancia x ∈ (0, 1/n) de la empresa i es
indiferente entre esta empresa y la empresa vecina si
 
1
pi + tx = p + t −x
n

De donde se deduce que


t
p+ n − pi
x=
2t
Por lo tanto, la empresa i se enfrenta a una demanda:
t
p+ n − pi
Di (p, pi ) = 2x =
t
Por ello, el problema de la empresa i es:
  t  
p+ n − pi
Maximizar (pi − c) −f
pi t
5.3. Competencia monopolística 239

De la condición de primer orden de este problema se deduce que 2pi = p + nt + c.


En un equilibrio simétrico pi = p y, por tanto, pi = nt + c y Di = n1 . El número
de empresas de equilibrio viene determinado por la condición de beneficio 0 para
las empresas que entren:
t
pi − c n +c−c t
−f = −f = 2 −f =0
n n n
p
Por lo tanto, en un equilibrio con libertad de entrada compiten n∗ = t/f
empresas, y el precio en este equilibrio es
p
p∗ = c + tf > c

Este valor de p asegura que si una firma enfrenta rivales que cobran p, entonces
ella también cobrará p. Así, en el modelo de Salop el precio excede el costo
marginal por una cantidad directamente proporcional al valor de la distancia
promedio entre las firmas, ya que la distancia promedio es 1/n y el valor en
que incurre un consumidor que recorre esa distancia es t. Y el beneficio de cada
firma es t/n2 y, así, el de la industria es t/n.
De otro lado, ahora nos preguntamos cuántas firmas van a entrar al mercado si el
costo fijo es f . Aquí tomaremos una aproximación no usual y supondremos que
el número de firmas puede ajustarse de manera continua, en cuyo caso el número
de formas estaría determinado por la condición de beneficio cero f = t/n2 , lo
que nos lleva a que p
n = f /t
Sin embargo, ¿será este el mismo número socialmente eficiente de firmas? Vea-
mos.
Este número socialmente eficiente es el que minimiza los costos totales, es decir,
que minimiza la suma de los costos de transporte y los costos fijos. Con n firmas,
la distancia promedio que un consumidor debe atravesar es:
Z 1/2n Z 1/2n
n |x|dx = 2n |x|dx = n(1/2n)2 = 1/4n
−1/2n 0

Así, el número n socialmente eficiente de firmas minimiza la función (1/4n)+nf ,


lo cual ocurre en p
n = (1/2) f /t
que es la mitad del número de firmas que entran con libre entrada. Es decir,
en el modelo de Salop la competencia permite entrar “demasiadas” empresas.
Esto ocurre porque las empresas que compiten por precios están determinadas
por el cliente más distante, y esto lleva a que los precios sean demasiado altos
respecto al nivel de eficiencia. En ocasiones, el modelo de Salop se utiliza para
justificar la afirmación de que las firmas recurren demasiado a la propaganda
o se implican demasiado en I&D, como formas de diferenciarse para aumentar
beneficios.
240 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Está claro, entonces, que el modelo de Salop (con playa circular) es una ex-
tensión conveniente del modelo de Hotelling y ejemplos elementales que le dan
pertinencia a este tipo de modelos son las firmas de transporte aéreo, de trenes
o de buses que prestan un servicio 24 horas al día. Si interpretamos el círculo
como esas 24 horas, cada ubicación en el reloj puede entenderse como el servi-
cio que sale del aeropuerto o de la estación, a esa hora del día. El modelo de
localización circular de Salop ha sido extendido en múltiples direcciones –ver,
por ejemplo, Economides (1993)–.

Nota 4. (Competencia monopolística e innovación)


Existen argumentos teóricos que apuntan tanto a una relación positiva como
negativa en la relación
p entre competencia e innovación. Por ejemplo, si el núme-
ro de empresas n = f /t en el modelo de Salop se interpretara como grado de
innovación y los costos de transporte como el inverso de la intensidad de com-
petencia, la relación que existe entre intensidad de competencia e innovación es
negativa. No obstante, algunos estudios –por ejemplo, Aghion & Griffith (2005)–
combinan resultados de distintos modelos de competencia monopolística, apun-
tando a una posible forma de U invertida en la relación entre competencia e
innovación: cuando hay muy poca competencia, un aumento de la intensidad
de la misma es beneficioso para la innovación, pero cuando hay un nivel suficien-
temente elevado de competencia, intentar incrementar este nivel puede producir
resultados contraproducentes, al desincentivar los esfuerzos por la innovación de
empresas eficientes.

5.3.5. Modelo Dixit & Stiglitz


Como decíamos antes, el análisis de Dixit & Stiglitz (1977) está inclinado en es-
píritu al análisis de Chamberlin (1933). Recurre a un consumidor representativo
y a funciones de costo muy simples, y esto permite deducir la demanda a partir
de la maximización de la utilidad y, de allí, en principio, llevar a cabo estática
comparativa sobre cómo algún parámetro específico afectaría tanto el equilibrio
de mercado como el número socialmente óptimo de variedades del producto.
Veamos con cierto detalle este importante modelo.

1. Consumidores.
i) Preferencias. La función de utilidad del agente representativo en este modelo
es una función CES separable entre las distintas variedades w del bien:
Z n  ρ1
ρ
U (q(w)) = q(w) dw 0<ρ<1 (1)
o

donde q(w) es el consumo de la variedad w, n es la masa de variedades dis-


ponibles a los consumidores, y ρ es una medida de la substituibilidad entre
variedades.
5.3. Competencia monopolística 241

ii) Demandas. El problema de optimización del agente representativo es, enton-


ces:

Maximizar U ρ (q(w))
q≥0
Z n
sujeta a p(w)q(w)ρ dw = I (∗)
o

donde p(w) es el precio asociado a la variedad w, y I es el ingreso del consumidor.


Para resolver el problema de optimización recurrimos al lagrangiano
Z n 
L = U (q(w))ρ − λ p(w)q(w)dw − I (2)
o

para cierto λ 6= 0. Aquí, derivamos con respecto a q(w) para obtener que

ρq(w)ρ−1 = λp(w) (3)

de donde llegamos a que


 1
 ρ−1
λp(w)
q(w) = (4)
ρ

Así, si w1 y w2 son dos variedades, obtenemos el cociente de sus dos demandas


 −σ
p(w1 )
q(w1 ) = q(w2 ) (5)
p(w2 )

donde σ = 1/(1 − ρ). Y si multiplicamos esta ecuación (5) por p(w1 ) a ambos
lados e integramos con respecto a w1 , llegamos a que
Z n Z n
p(w1 )q(w1 )dw1 = p(w1 )1−σ p(w2 )σ q(w2 )dw1
0 0

Recurriendo a la restricción del problema de optimización (*) obtenemos que


Z n
I = q(w2 )p(w2 )σ p(w1 )1−σ dw1
0

y, por tanto,
Ip(w2 )−σ
q(w2 ) = R n (6)
0
p(w1 )1−σ dw1

iii) Índice de precios. Dixit & Stiglitz (1977) también definen un índice de precios
para todas las variedades mediante
Z 1
 1−σ
n
P = p(w)1−σ dw
0
242 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Por lo tanto, la demanda marshalliana es


 −σ
p(w) I
q(w) = p(w)−σ P σ−1 I =
P P

y así tendremos que


Z n 
U= q(w)ρ dw
0
Z n 1/ρ
1−σ ρ (σ−1)ρ
= p(w) I p dw
0
Z σ
 σ−1
n
= IP σ−1 p(w)1−σ dw
0
= IP σ−1 P −σ
= I/P

lo que muestra que la utilidad mide el ingreso real de los consumidores.


iv) Gusto por la variedad. Mediante las ecuaciones anteriores, es fácil ver que los
consumidores prefieren la variedad. En efecto: supongamos que todas las varie-
dades tienen el mismoR nprecio p y que, por consiguiente, consumen en cantidades
iguales q y, así, I = 0 pqdw = pqn. Por ello:
Z n 1/ρ   ρ 1/ρ
I 1−ρ 1
U= q(w)ρ dw = n = n ρ I/p = n σ−1 I/p
0 np

Notemos que si n crece o σ decrece, entonces U crece.


2. Firmas
El modelo Dixit & Stiglitz es popular debido a que ofrece un sistema tratable
de ecuaciones que describen la competencia monopolística bajo rendimientos
crecientes a escala. Aquí, la forma en que se introducen este tipo de rendimientos
es asumiendo que la función de demanda por mano de obra está dada por

l(q) = F + cq (7)

donde l es la mano de obra demandada, F es el costo fijo de producción, y


c es el costo marginal constante. Además, se asume que no existe razón para
que ninguna firma produzca múltiples variedades del bien (por eso asumimos
que existe economía de escala a nivel de la firma). Por consiguiente, como los
consumidores tienen un gusto no limitado por la variedad, entonces cada firma
producirá una variedad distinta, única (es, entonces, un monopolio de esa varie-
dad). Por consiguiente, si fuera conveniente, no distinguiremos entre el número
de firmas y el de variedades del bien bajo estudio. Está claro, por lo tanto, que
las firmas no escogen de manera estratégica el producto que van a producir; o,
al menos, no es explícito cómo lo hacen.
5.3. Competencia monopolística 243

i) Precios óptimos. Como el beneficio de cada empresa es

π = pq − wcq − wF

y esta trata de maximizar los beneficios, entonces se tendrá, derivando π e


igualando a cero, luego de manipulación algebraica, que:
q
p = wc −
∂q/∂p
Y luego, utilizando la ecuación de demanda marshalliana para calcular ∂q/∂p, y
notando que la escogencia de p por parte de la firma no afecta al índice P ya que
hay un continuo de firmas, entonces, nuevamente con manipulación algebraica,
se llega a que:
q p
=−
∂q/∂p σ
y así se llega a que
p
p = wc +
σ
y, por tanto,
wc
p=
ρ
Esto muestra que el precio óptimo es un mark-up sobre el costo que es indepen-
diente de las estrategias de las otras firmas.
ii) Entrada libre. Desde la perspectiva del consumidor, el número de variedades
disponibles n es exógeno, aunque podríamos esperar, recordando el argumento
de Chamberlin, que entraran más firmas si las que ya están en el mercado vienen
obteniendo beneficios positivos. Por esto, hacemos

π = pq − wcq − wF
 
1
= qwc − 1 − wF = 0
ρ
Y así,
F
q= (σ − 1)
c
Notemos que la cantidad producida y, por tanto, el número de firmas que entra-
rán al mercado, está determinado únicamente por la estructura de costos (F y
c) y por la elasticidad de sutitución σ. Por ejemplo, el número de empresas será
mayor si F es más pequeño (o sea, si es más pequeña la economía de escala) o
si σ (el nivel de substitución) también es más pequeño.
En resumen, como el lector puede observar manipulando los parámetros del
modelo, aquí (como en el modelo de Chamberlin y en los modelos espaciales
de Hotelling y Salop) también se tiene la afirmación general de Cabral (2000):
si la diferenciación del producto o la competencia son fuertes, entonces habrá
insuficiente entrada desde el punto de vista social. Pero si la diferenciación del
producto y la competencia no son fuertes, entonces habrá entrada excesiva.
244 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

Hace unos años, se publicó un importante libro al respecto (Brakman & Heijdra,
2004) en el que se muestra por qué esta segunda revolución no fue totalmente
exitosa, además de señalar lo que falta y cuáles son los pasos a seguir en la mo-
delación de los mercados en competencia monopolística bajo equilibrio general.
Aunque difícil, es altamente recomendado.

5.4. Oligopolio y economías de redes


Como decíamos en la semana 4, la teoría de redes abarca el estudio de múltiples
externalidades. Entre ellos están la estructuración de la demanda bajo efectos de
red, la compatibilidad y la estandarización, los cambios tecnológicos, los merca-
dos bilaterales, las redes de información y la propiedad intelectual. Para dar una
idea inicial de las posibilidades de esta teoría para los mercados oligopólicos, se
presentará aquí un ejemplo simple de aplicación a los mercados bilaterales ya
tratados en la semana anterior.

Ejemplo 12. (Mercado bilateral con plataforma duopolista)


Este modelo, que extiende el presentado en el ejemplo 14 de la semana 4, implica
ahora dos plataformas intermediarias (A y B) que compiten entre sí por los con-
sumidores. Los grupos 1 y 2 de consumidores obtienen las utilidades respectivas
uk1 , uk2 de la plataforma k = A, B determinadas por

uk1 = α1 nk2 − pk1 ; uk2 = α2 nk1 − pk2 (1)


donde pk1 y pk2 son los precios cobrados por la plataforma k = A, B a los dos
grupos de consumidores. Luego, Armstrong supone que estos le comprarán a la
plataforma k de manera estratégica según la prescripción del modelo de Hote-
lling:

1 uk1 − ul1 1 uk − ul2


nk1 = + ; nk2 = + 2 (2)
2 2t1 2 2t2
Aquí, los agentes de cada grupo están ubicados de manera uniforme a lo largo
de una recta de longitud 1 con las dos plataformas ubicadas en los extremos,
y en donde t1 > 0 y t2 > 0 miden los costos respectivos de transporte (que
aquí se interpretan como medidas de diferenciación de los dos productos o de
“competitividad” de las plataformas). Combinando (1) y (2), y recurriendo al
hecho de que nk1 = 1 − nl2 se llega, con un poco de álgebra, a que:

1 α1 (2nk2 − 1) − (pk1 − pl1 ) 1 α2 (2nk1 − 1) − (pk1 − pl1 )


nk1 = + ; nk2 = + (3)
2 2t1 2 2t2
Y si resolvemos simultáneamente estas dos ecuaciones de (3) obtenemos, también
con álgebra, que

1 α1 (pl2 − pk2 ) + t2 (pl1 − pk1 )


nk1 = + (4a)
2 2(t1 t2 − α1 α2 )
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 245

1 α2 (pl1 − pk1 ) + t1 (pl2 − pk2 )


nk2 = + (4b)
2 2(t1 t2 − α1 α2 )

Por lo tanto, la función de beneficio de la plataforma k es

π k = (pk1 − f1 )nk1 + (pk2 − f2 )nk2 (5)

donde f1 es el costo que se le carga al consumidor del grupo 1, y f2 el que se le


carga al del grupo 2. Armstrong asume, también por simplicidad, que este costo
es el mismo para ambas plataformas.

Esta ecuación (5) junto con las ecuaciones (4a) y (4b) nos llevan a una función
de beneficios cuadrática que será cóncava si, y sólo si, se da cierta condición que
asegura que los parámetros de externalidad de red α1 y α2 son pequeños con
respecto a los parámetros de diferenciación de productos t1 y t2 :

4t1 t2 > (α1 + α2 )2 (6)

Bajo esta hipótesis, derivamos la ecuación de beneficios π k con respecto a los


precios [(pA
1 , p2 ), (p1 , p2 )] e igualamos a cero, y notamos que el único equilibrio
A B B

de Nash que resulta aquí es simétrico; es decir, cada plataforma le ofrece el


mismo precio al grupo 1 y también el mismo precio al grupo 2: pA 1 = p1 y
B

p2 = p2 . Si llamamos p1 al primer precio y p2 al segundo, tendremos que


A B

α2 α1
p 1 = f 1 + t1 − (α1 + p2 − f2 ) ; p2 = f2 + t2 − (α2 + p1 − f1 ) (7)
t2 t1

y resolviendo simultáneamente, llegamos a que

p1 = f1 + t1 − α2 ; p2 = f2 + t2 − α1 (7)

Por lo tanto, una plataforma se comportará más agresivamente con un grupo


que con el otro, siempre y cuando ese grupo esté sobre el lado más competitivo
de mercado (mayor t) y/o le cause mayores beneficios (α) al otro grupo que
viceversa. Note que si α1 = α2 = 0 arribamos de nuevo al modelo de Hotelling.
Y si α1 , α2 > 0, los precios se reducen; esto último es, precisamente, lo que
aquí podría señalarse como positivo para los consumidores de la aparición de
los oligopolistas intermediarios compitiendo por prestar el servicio. N

Sin duda, la literatura sobre los mercados bilaterales (two-sided matching) está
creciendo vertiginosamente, siendo su principal objetivo (no el único) establecer
los precios que cobran las distintas plataformas a ambos sectores del merca-
do. Y por este camino se ha seguido, como podía preverse, hacia importantes
implicaciones de política regulatoria y antimonopólica.
246 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

5.5. Sobre la historia de la organización indus-


trial
Si bien los temas que trata la organización industrial tienen antecedentes tan
antiguos como la economía misma, el desarrollo de esta rama de la ciencia eco-
nómica como una materia autónoma es relativamente reciente y sólo se produjo
luego de un largo proceso evolutivo. En ese sentido, el primer antecedente im-
portante que merece ser citado, ya lo sabemos, es la obra de Cournot (1838).
La importancia de Cournot en el desarrollo de la organización industrial se ve-
rifica aún hoy, ya que la relación que encontró entre concentración de la oferta
y niveles de precios sigue siendo uno de los temas principales de esta rama de
la economía. La teoría de Cournot sirvió también como puntapié inicial para
abrir el debate teórico sobre los fundamentos del comportamiento de los merca-
dos, al punto de que los dos grandes aportes subsiguientes sobre el tema surgen
directamente de modificaciones al modelo de Cournot.
El primero de ellos es el artículo conceptual de Bertrand (1883), que es en rigor
un comentario bibliográfico de la obra de Cournot. En él se critica el supuesto
de que la variable de decisión de las empresas sea el nivel de producción, y se
sostiene que las conclusiones obtenidas cambian radicalmente si se considera que
las empresas eligen precios y que es después la propia demanda la que determina
las cantidades de equilibrio. Esta observación, también ya lo sabemos, es la base
sobre la cual se estructura el otro modelo básico de análisis de los fenómenos de
oligopolio y competencia, conocido como “oligopolio de Bertrand”.
También es una modificación del modelo de Cournot la ya discutida teoría del
oligopolio postulada por von Stackelberg (1934), en la cual la principal innova-
ción consiste en introducir la posibilidad de que hayan “empresas líderes” que
toman sus decisiones con anticipación y “empresas seguidoras” que lo hacen
posteriormente (luego de observar las decisiones tomadas por las empresas líde-
res). En el modelo de oligopolio de Stackelberg todas las empresas eligen niveles
de producción y no precios, pero los niveles de precios se modifican según qué
empresa actúa como líder y qué empresas actúan como seguidoras y, en el caso
particular en el cual todas las empresas actúen como seguidoras unas de otras,
se llega al equilibrio de Cournot.
Otros aportes importantes al cuerpo teórico de la organización industrial que
aparecieron más o menos simultáneamente, están ligados con la introducción
del fenómeno de la diferenciación de productos (competencia monopolística).
Los nombres principales en este tema, sabemos, son los de Hotelling (1929) y
Chamberlin (1933), que iniciaron los dos enfoques básicos que se utilizan para
tratar de comprender el funcionamiento de los mercados de productos no ho-
mogéneos. El modelo de Hotelling puede verse como una variación del modelo
de Bertrand, en la cual se supone que las empresas compiten entre sí eligien-
do precios y eligiendo también una cierta ubicación en un espacio geográfico
(competencia espacial), que les permite tener un mayor poder de mercado sobre
los demandantes más próximos a cada oferente. El modelo de Chamberlin, en
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 247

cambio, analiza la diferenciación de productos como una competencia entre em-


presas que tienen el monopolio sobre una determinada variedad de un producto,
y que, por lo tanto, compiten contra monopolistas de otras variedades parecidas
a la suya (competencia monopolística).

Todos estos aportes reseñados hasta aquí han sido ya discutidos y pueden ser
considerados como la literatura básica de la “prehistoria de la organización
industrial”, en el sentido de que fueron hechos en una época en la cual la or-
ganización industrial aún no había adquirido el rango de una rama separada
dentro del conocimiento económico (De Jong & Shepherd (eds.), 2007). Pero
llegaría una época importante con los trabajos críticos de Piero Sraffa y Joan
Robinson, entre otros, con respecto al sistema marshalliano de equilibrio parcial
y al concepto mismo de competencia perfecta.

Por ejemplo, Sraffa tenía serias críticas al aparato de equilibrio parcial marsha-
lliano, asegurando que tanto los rendimientos decrecientes como los crecientes,
eran incompatibles con la estructura de la competencia perfecta14 y que, por
ello, sólo lo sería con los rendimientos constantes a escala, pero que, en ese
caso, la curva de oferta horizontal (elasticidad-precio infinita) determinaría ins-
tantáneamente el precio de equilibrio como el costo marginal de producción, lo
que, por tanto, haría del aparato competitivo parcial una absoluta insensatez.
En este sentido, para Sraffa un camino podría ser la competencia imperfecta
(monopolio y oligopolio), aunque como buen heredero de la economía clásica, lo
aseguraba a regañadientes.

Por su parte, la corriente poskeynesiana también criticaba el aparato marsha-


lliano de la competencia perfecta. Robinson (1933) aseguraba que no sólo la
curva de oferta era horizontal (agregando aquí argumentos históricos (tiempos)
al movimiento de “largo plazo” cuando los beneficios convergen a las “tasas de
beneficios normales” –que en ocasiones se asumen como cero– por entrada y
salida de empresas) y definiendo este precio (que es igual al costo marginal)
como el “precio normal”, sino que también la curva de demanda de un agente
individual debería serlo, porque es la única forma en que un cambio en la can-
tidad demandada no afecta los precios, tal como exige el comportamiento bajo
competencia perfecta. Y, por ello, ni siquiera tendría sentido definir la demanda
agregada.

Pero en lo que sí hacía énfasis Robinson era que la hipótesis de homogeneidad


del producto en el modelo bajo equilibrio parcial, debería transformarse en el
estudio de los bienes diferenciados, ya que estos son más comunes en el merca-

14 En el caso de los rendimientos decrecientes a escala, la razón de Sraffa era que, dado que

existían beneficios positivos, la empresa podría subdividirse y generar el mismo beneficio; y


esto se podría hacer indefinidamente, hasta alcanzar que todas las empresas reciban beneficios
cero y, por lo tanto, la industria operaría bajo rendimientos constantes a escala. Por otra
parte, en el caso de los rendimientos crecientes a escala (y, por consiguiente, costos medios
decrecientes) la empresa no podría maximizar el beneficio y eso la llevaría a que no existiera
ninguna curva de oferta.
248 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

do15 . Era entonces la negación total de la competencia perfecta bajo equilibrio


parcial, pero la aquiescencia por la idea de productores de bienes diferenciados
que operan localmente como monopolios (de hecho, la diferenciación es un in-
tento por crear barreras a la entrada de competidores). Esta sería una de las
entradas principales de Robinson –y también de Harrod (1934) –a la teoría de la
competencia imperfecta que hoy conocemos como competencia monopolística.
Así se encontraba, virtualmente, el estado del arte en la teoría de la competen-
cia imperfecta hasta la llegada de la obra de Bain (1951), quien fuera alumno
de Schumpeter y Chamberlin en la Universidad de Harvard, y que marcó el co-
mienzo de la literatura empírica con su trabajo sobre la relación entre tasas de
beneficio de las empresas y la concentración de los mercados en la industria ma-
nufacturera estadounidense. Este artículo comenzaría lo que se conoce como el
paradigma “estructura-conducta-desempeño” (structure-conduct-performance),
que es la base sobre la cual se construyó la mayor parte de la literatura de la
organización industrial empírica hasta la década de 1980.
El aporte de Bain a la autonomía de esta área tuvo también que ver con el hecho
de que fue uno de los primeros en dictar cursos específicos en la Universidad de
Berkeley sobre tópicos de organización industrial (hasta ese momento, dichos
tópicos eran parte de cursos más generales sobre teoría microeconómica) y en
que publicó el primer libro de texto sobre el tema (Bain, 1951). Sus trabajos
tuvieron también el efecto de iniciar un debate dentro de la literatura sobre la
relación entre concentración, barreras de entrada, precios y beneficios, que fue lo
que finalmente le dio a la organización industrial el carácter de rama autónoma
(con una parte teórica y otra empírica) dentro del análisis económico.
Otro nombre importante en aquella etapa inicial de la historia de la organización
industrial como tal, es el del premio Nobel de 1982, George Stigler, cuyo mayor
aporte es probablemente su teoría de la colusión (Stigler, 1942; 1975; 1983)
como modo de explicar el comportamiento de los mercados oligopólicos. Stigler
es también el principal nombre de la llamada “escuela de Chicago” dentro de la
economía de la organización industrial. Buena parte de los desarrollos teóricos
y empíricos de la disciplina en las décadas de 1960 y 1970 pueden considerarse
como fruto de los debates académicos entre dicha corriente y la denominada
“escuela de Harvard”, de la cual el principal exponente fue, precisamente, Bain
(De Jong & Shepherd (eds.), 2007).
La gran diferencia entre uno y otro enfoque es que mientras la escuela de Harvard
apuntó muy especialmente a estudiar la relación causal entre concentración y
eficiencia, la escuela de Chicago se caracterizó por considerar que ambos elemen-
tos estaban determinados endógenamente por otros factores más estructurales
y que, por lo tanto, no era posible establecer una relación directa entre ambos.
Además, mientras la escuela de Harvard solía trabajar fundamentalmente con
modelos de oligopolio, la de Chicago tenía una versión más polar en la cual uti-
15 Para Robinson (y los poskeynesianos) la teoría económica era la búsqueda por entender

las economías reales. Era más realismo que abstracción.


5.5. Sobre la historia de la organización industrial 249

lizaba básicamente combinaciones de modelos de monopolio y de competencia


perfecta.
Hacia fines de la década de 1970 y principios de la de 1980, la organización
industrial sufrió varios cambios muy importantes: el primero fue la ebullición
de modelos de competencia monopolística ya discutida (Spence (1976), Dixit &
Stiglitz (1977), Lancaster (1979), Krugman (1979) y Salop (1979), entre otros),
recurriendo al equilibrio parcial y al equilibrio general, principalmente. Fueron
estos artículos (y otros en la misma dirección) los que permitieron establecer
la teoría de la competencia monopolística como una parte independiente de la
organización industrial. Sin embargo, paralelamente, existió otra ruptura me-
todológica que también marcó el destino de esta teoría: el ascenso de la teoría
de juegos como modo de integrar las distintas líneas sobre el funcionamiento
de los mercados, especialmente a través del uso preponderante del equilibrio de
Nash como concepto base para explicar los resultados de la interrelación entre
las empresas.
Los aportes pioneros en este tema fueron, también ya lo mencionamos, los de
Shubik (1959) y Friedman (1967; 1983), que fueron quienes primero construyeron
una teoría del oligopolio basada directamente en la teoría de juegos, y los de
Kreps & Wilson (1982) y Milgrom & Roberts (1982), quienes introdujeron el
tema de la información incompleta como un modo de racionalizar las conductas
de creación de barreras de entrada y depredación en contextos en los cuales hay
empresas establecidas y competidores potenciales o recién llegados al mercado
(Tirole, 1988). De hecho, este movimiento teórico de la organización industrial
basado en teoría de juegos, dio origen a una muy rápida proliferación de modelos.
En lo que se refiere a la organización industrial empírica, la misma tuvo un
empuje importante con la aparición de los llamados modelos de estimación de
oferta y demanda, que consisten, básicamente, en técnicas para inferir la pre-
sencia y el grado de poder de mercado que existe en una industria, estimando
simultáneamente las funciones de demanda, de costo marginal y de comporta-
miento de las empresas que actúan en el mercado. El primer antecedente de este
tipo de literatura que se cita habitualmente es un trabajo de Iwata (1974), y
una buena reseña sobre todo lo escrito hasta fines de la década de 1980 puede
hallarse en Bresnahan (1989).
A diferencia de las técnicas anteriores basadas en el paradigma estructura-
conducta-desempeño, estas metodologías trabajan basándose directamente en
modelos teóricos de oligopolio (Cournot, Bertrand, colusión, etc.), y lo que in-
tentan hacer es verificar si los datos de la realidad pudieron haber sido generados
por lo que predicen teóricamente dichos modelos con respecto a, por ejemplo, el
poder de mercado, la competencia en precios y/o cantidades, los mercados de
subastas, los determinantes de la estructura de mercado y la dinámica industrial
(Schmalensee, 1989; Einav & Levin, 2010).
Y el estado actual de la organización industrial refleja bien esta transición.
Los estudios teóricos y empíricos frecuentemente se centran en una sola indus-
tria, prestando mucha atención a los aspectos institucionales, a la estimación
250 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

de las variables claves y a la identificación econométrica. Este procedimiento


combina la claridad conceptual de la teoría económica con las medidas empíri-
cas ofreciendo así una oportunidad de comprender mejor el funcionamiento de
los mecanismos de competencia (Carlton & Perloff, 2004; Belleflamme & Peitz,
2015).

Ejercicios
(Observación: los ejercicios señalados con uno (∗) o dos (∗∗) asteriscos tienen,
a juicio del autor, un nivel de dificultad un tanto o muy superior, con respecto
a los ejercicios corrientes que aparecen sin asterisco.)
1. Supongamos que una industria tiene estructura duopólica. El duopolista
1 tiene una función de costos dada por c(q1 ) = (q1 )2 , y el duopolista 2
tiene una función de costos dada por c(q2 ) = 12q2 . Además, la demanda
inversa está dada aquí por p = 100 − Q donde Q = q1 + q2 .
a) Encuentre las curvas de reacción (mejor-respuesta) de cada duopo-
lista.
b) Encuentre el equilibrio de Cournot-Nash y su correspondiente precio.
c) Muestre que existe ineficiencia Pareto recurriendo a un diagrama
apropiado.
2. Suponga que en un duopolio las firmas (i = 1, 2) compiten en cantidades
en una industria que tiene función inversa de demanda igual a Q = 100−p.
La firma i tiene una función de costos de la forma c(qi ) = 10 + 10qi .
a) Encuentre el equilibrio de Cournot-Nash y los correspondientes precio
y beneficio para cada firma.
b) Encuentre el equilibrio de Stackelberg donde la firma 1 es el líder.
c) En las circunstancias del literal a), suponga que la firma 1 llegó a ser
líder invirtiendo en propaganda. ¿Cuánto estará esa firma dispuesta
a pagar para ser líder Stackelberg?
d) Si la firma 2 pudiera transformar el juego de c) de nuevo en uno tipo
Cournot también invirtiendo en propaganda, cuánto estaría dispuesta
a pagar?
3. Dos firmas producen el mismo bien homogéneo y compiten à la Cournot.
La función inversa de demanda es P (Q) = a − bQ, donde Q = q1 + q2 es
la producción agregada. Las funciones de costo de las firmas son

c1 (q1 ) = F1 + c1 q1 ; c2 (q2 ) = F2 + c2 q2

donde F1 , c1 , F2 , c2 > 0 son parámetros constantes.


a) Calcule el equilibrio de Cournot-Nash colocando las condiciones nece-
sarias sobre los parámetros para que este equilibrio realmente exista.
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 251

b) Si c1 > c2 , ¿cuál firma produce más? ¿Esto depende de F1 y F2


(costos fijos)?

4. Muestre que en el modelo simple de Cournot con n competidores (ejemplo


5), la pérdidad irrecuperable de eficiencia (deadweight loss) está dada por

 2
1 a−c
DWL =
2 n+1
y, por lo tanto, decrece con n2 a medida que n crece.

5. Asuma que tres firmas compiten en cantidades à la Cournot. La función


inversa de demanda del mercado es p = a − Q donde Q = q1 + q2 + q3 y
a es una constante positiva. Además, el costo marginal de producción de
cada firma es cero. Suponga que la firma 1 se mueve primero (es decir,
escoge la cantidad q1 ) y luego la firma 2 observa esto y hace su elección
de q2 . Finalmente, la firma 3 observa tanto la producción de la firma 1
como la de la firma 2, y elige su producción q3 . ¿Cuáles son los precios y
las cantidades de este modelo à la Stackelberg?

6. Replique la tabla 5.2 para el caso en que las dos empresas tienen costos
fijos positivos y rendimientos decrecientes a escala. Más específicamente,
asuma que para i = 1, 2, la firma i tiene costos dados por

ci (qi ) = F + 5qi + (qi )2

donde F > 0 es el costo fijo, y el mercado tiene función de demanda inversa


p = 100 − 0.1Q. Comente.

7. Suponga que las firmas de un duopolio compiten en cantidades en un


juego infinitamente repetido. Ambas firmas tienen costos marginales cero
y ningún costo fijo. La función de demanda inversa del mercado es p(Q) =
a − Q donde Q = q1 + q2 . Encuentre el factor de descuento δ mínimo que
haga que la estrategia del gatillo sea un equilibrio de Nash perfecto en
subjuegos. ¿Depende este equilibrio del parámetro a?

8. (Fusión horizontal) En el caso de una fusión (integración) horizontal


entre empresas, existe una tensión entre la eficiencia y el poder de mer-
cado. Inclusive se tiene cierta evidencia que sugiere que las empresas que
más ganan participación en el mercado son, precisamente, aquellas que
no participan en la fusión –ver Salant et al (1983)–, lo que indica que los
incentivos para la fusión pueden estar del lado de la eficiencia: mayores
beneficios por aumento de eficiencia contrarrestan la pérdida de partici-
pación en el mercado y, también, las pérdidas de eficiencia social. Cabral
(1997) presenta un ejemplo que ilustra esto, basándose en el modelo simple
de Cournot para n competidores (ejemplo 5). Allí, para simplificar, asume
a = 1, c = 0, y, por ello, el excedente del consumidor es
252 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

 2
1 n
EC =
2 n+1
Para estudiar la fusión de 2 de las n empresas, primero halla los beneficios
de las restantes n − 2 empresas:

 2
1
πn−2 = (n − 2)
n+1
y así el excedente total de consumidor y empresas no participantes en la
fusión es

 2  
1 n2
W0 = EC + πn−2 = +n−2
n+1 2
Entonces se pregunta a partir de qué número entero n se hace creciente
este excedente total y encuentra que es n = 4. ¿Podría el lector comprobar
este resultado? En general, se ha demostrado que, efectivamente, existe un
“número crítico” de cuota de mercado de las empresas participantes de la
fusión, hasta el cual esa operación conlleva bienestar social (Farrell &
Shapiro, 1990). En el caso de este ejemplo, ese número crítico es 50 %.

9. Dos firmas producen bienes diferenciados y compiten en precios. Las res-


pectivas funciones de demanda y costo, son:
q1 = 2 − 2p1 + p2 ; c1 (q1 ) = q1 + (q1 )2

q2 = 2 − 2p2 + p1 ; c2 (q2 ) = q2 + (q2 )2


Calcule aquí el equilibrio Bertrand-Nash (o equilibrio de Nash en el modelo
de Bertrand).

10. (∗) Dos dueños ubican sus tiendas en el intervalo [0,1]. La demanda es
inelástica. El dueño 1 captura la demanda total si se ubica donde está el
dueño 2; y la participación del dueño 2 crece hasta 2/3 cuando se aleja del
dueño 1. Por lo tanto, las funciones de pago son:

u1 (x1 , x2 ) = 1 − |x1 − x2 |
u2 (x1 , x2 ) = Mín{|x1 − x2 |, 2/3}

Demuestre que este juego no tiene equilibrio de Nash puro, pero que [(1/3,
1/6, 1/6, 1/3), (1/2,1/2)] es un equilibrio de Nash mixto, donde el equi-
librio del dueño 1, (1/3, 1/6, 1/6, 1/3), contiene las probabilidades asig-
nadas a las posiciones 0, 1/3, 2/3 y 1, respectivamente; y el equilibrio del
dueño 2, (1/2, 1/2), señala las probabilidades asignadas a las posiciones
0 y 1. Repita este juego dos veces y encuentre (si existe) un equilibrio de
Nash. Aplique este resultado al modelo de Hotelling.
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 253

11. (Modelo simple de producto diferenciado à la Bertrand) Considere


el siguiente modelo de Bertrand donde dos empresas eligen simultáneamen-
te el precio y donde se introduce la posibilidad de producto diferenciado
(es decir, substituibilidad no perfecta entre los productos que produce cada
empresa). Aquí, las funciones de demanda son

q1 = a1 − b1 p1 + cp2 ; q2 = a2 + cp1 − b2 p2

donde los parámetros a1 , a2 , b1 , b2 , c son constantes. ¿Qué signos deben


tener estos parámetros?. Si los costos marginales son cero, un competidor
de Bertrand maximiza

π = (a1 − b1 p1 + cp2 )p1

Y así, la función de reacción es


a1 + cp2
p1 =
2b1
Y de forma equivalente para la otra empresa. Nótese que a diferencia
del modelo de Cournot (substitutos estratégicos), aquí las funciones de
reacción tienen pendiente positiva (complementos estratégicos). Calcule
los precios de equilibrio y note que los precios son superiores a cero (costo
marginal).

12. (∗) Recurriendo al modelo de Hotelling, explique el “problema de proli-


feración de marcas”: una empresa establecida tiene interés en ocupar dos
puntos equidistantes del segmento para dejar a una entrante con poca cuo-
ta de mercado. ¿Podría dar un ejemplo concreto de este comportamiento?
Algunos autores han sugerido que algo parecido es lo que hace Kellog´s
en el mercado de los cereales.

13. Muestre que si en el modelo lineal básico de Hotelling hay cuatro (en lugar
de dos) vendedores en la misma calle principal y los clientes están distri-
buídos uniformemente allí, entonces es un equilibrio de Nash el que dos
vendedores se ubiquen en 1/4 y los otros dos en 3/4. Haga lo mismo para
cinco consumidores. Muestre que el modelo de Hotelling es muy sensible
a si el número de vendedores en la calle es par o impar. ¿Por qué sucede
esto?

14. (**) Muestre que en el modelo de Hotelling con n vendedores, en equilibrio


hay entrada excesiva con respecto al número de ellas que maximizan el
bienestar social.

15. (∗∗) (Modelo de la firma dominante). El modelo de la firma dominan-


te (Forchheimer, 1908; Stigler, 1965; Deneckere & Kovenock, 1992; Cherry,
2000; Tasnádi, 2004) o modelo de liderazgo en precios, supone la existen-
cia de una única empresa con capacidad de fijar precios y de un conjunto
254 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística

de empresas –pequeñas en relación con la anterior– que actúan como to-


madoras de precios. En esos casos se dice que la empresa principal actúa
como líder de precios y que las restantes empresas actúan como un grupo
de seguidores o “competidores cercanos” (franja competitiva).

Esta manera de caracterizar el mercado, que ya fue discutida desde cierta


perspectiva en el ejercicio 24 de la semana 4, implica en cierto modo una
situación intermedia entre el monopolio y la competencia perfecta. Por un
lado, los competidores cercanos actúan como si estuvieran en un mercado
competitivo (para ellos el precio está dado, y sus decisiones de oferta se
centran básicamente en las cantidades que van a producir y vender a dicho
precio dado). Por otro, el líder de precios actúa como un “monopolista
restringido”, cuya demanda a cada uno de los precios que puede fijar está
determinada por la resta entre la demanda total del mercado y la oferta
de los seguidores.

En una situación como esta, la variable estratégica que tiene el líder es el


precio que va a fijar. Para decidirlo, tendrá que tomar en cuenta varios fac-
tores. Por un lado, deberá considerar sus costos marginales de producción
y provisión del bien o servicio que comercia. Por otro, deberá estimar su
ingreso marginal, el cual –al igual que en cualquier situación de poder de
mercado– estará definido básicamente por la forma y por la elasticidad de
su función de demanda. Sin embargo, como, en este caso, la demanda del
líder es una “demanda residual” (es decir, surge de restar a la demanda
total la oferta de los competidores cercanos), su elasticidad termina siendo
una consecuencia del juego de varios factores. Por un lado, dicha elastici-
dad dependerá de la elasticidad de la demanda total del mercado; pero,
por otro, jugarán en ella un papel importante la elasticidad de la oferta
de los seguidores y las participaciones relativas que tengan en el mercado
el líder y sus seguidores.

Todas estas características determinan el comportamiento de equilibrio


de un mercado con liderazgo de precios. Dicho comportamiento puede
asimilarse al que surge de evaluar la estrategia óptima del líder, dada la
respuesta de los seguidores. Esto implica que, implícitamente, el líder tiene
que evaluar cuál va a ser la respuesta de los competidores cercanos ante
cada posible precio que él fije (y en este punto es donde entra a jugar la
elasticidad de la oferta de los seguidores); y luego deberá decidir cuál es
su mejor estrategia teniendo en cuenta dicha respuesta.

Dadas las condiciones anteriores, el equilibrio de un mercado con liderazgo


de precios puede intuirse aplicando que el margen entre precio y costo
marginal debe ser mayor cuanto más inelástica sea la demanda residual del
líder, y menor cuanto más elástica sea la misma. Pero como la elasticidad
de la demanda residual del líder es una función de la elasticidad de la
demanda del mercado, de la elasticidad de la oferta de los seguidores y
de la tasa de participación en el mercado del líder, esto nos conduce a
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 255

una regla según la cual el margen de beneficio sobre el costo marginal


está negativamente relacionado con las elasticidades de la demanda del
mercado y de la oferta de los seguidores; y positivamente relacionado con
la participación de mercado del líder.

En un extremo, si el líder tiene una participación cercana al 100 %, su


comportamiento no diferirá demasiado del de un monopolista. En el otro,
si la demanda del mercado o la oferta de los seguidores es muy elástica
(es decir, si los compradores pueden substituir fácilmente su producto por
otro o los competidores cercanos reaccionan ante los aumentos de precio
del líder incrementando su oferta de manera muy considerable), entonces
la situación del líder de precios no diferirá mucho de la de un competidor
más del mercado.

Recurriendo al modelo de Stackelberg, formule y resuelva el modelo de


Stigler-Forchheimer, y generalice a lo largo de las líneas de Cherry (2000).

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