(III) Sergio Monsalve - Competencia Bajo Equilibrio de Nash - Cap 5
(III) Sergio Monsalve - Competencia Bajo Equilibrio de Nash - Cap 5
(III) Sergio Monsalve - Competencia Bajo Equilibrio de Nash - Cap 5
5.1. Introducción
Como decíamos antes, se reconoce que la primera contribución a la teoría de la
competencia imperfecta se debió a Cournot (1838). En sus Recherches proponía,
además de una teoría de la competencia perfecta y una del monopolio ordinario
(tal como hoy la conocemos), también una teoría del oligopolio basada en la
competencia por cantidades entre unas pocas firmas que venden un bien homo-
géneo. Una competencia que fue analizada mediante el concepto prototípico de
la teoría de juegos: el equilibrio de Nash, llamado también, en este contexto,
equilibrio de Cournot-Nash.
Al revisar los libros de Walras (1896a) y Cournot (1838), el matemático fran-
cés Joseph Bertrand [1822-1900] en su Théorie des Richesses: revue de Théories
mathématiques de la richesse sociale par Léon Walras et Recherches sur les prin-
cipes mathématiques de la théorie des richesses par Augustin Cournot de 1883,
planteaba la objeción perentoria de que eran los precios (y no las cantidades)
las estrategias apropiadas en el oligopolio. Y más aún: aseguraba que el equili-
brio que surgía bajo competencia por cantidades, no sería robusto al observar
el equilibrio bajo competencia por precios1 .
Este trabajo de Bertrand sería el comienzo de un largo debate entre los eco-
nomistas. Por ejemplo, Launhardt (1885, ch. 29) cuestionaba la validez de la
hipótesis de toma de precios al observar que las empresas en el espacio tienen
1 En el mismo libro de 1883 publicó una crítica al libro Théorie mathématique de la richesse
201
202 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
algún poder local sobre los compradores en su vecindad, lo que les permite ma-
nipular los precios a su favor. Precisamente sobre el impacto de la ubicación
espacial y el impacto local en el mercado, el economista norteamericano Ha-
rold Hotelling [1895-1973], en su Stability in Competition de 1929, mostró cómo
introducir la heterogeneidad en los bienes (bienes diferenciados) haciendo que
tanto las demandas agregadas de los consumidores, como las ofertas agregadas
de las empresas, fueran funciones suaves, evitando así las extremas conclusiones
de la competencia por precios de Bertrand2 . Hotelling haría todo esto distribu-
yendo a los consumidores en una línea recta de tal forma que tuvieran diferentes
costos de transporte para ir a comprar hasta las firmas. Este modelo abriría así
un importante esquema de análisis para el estudio de mercados con selección de
productos similares pero no iguales: la competencia monopolística.
Pero a pesar de su relevancia teórica y empírica mostrada por Cournot y Ho-
telling, y después por Chamberlin (1933), Robinson (1933), von Stackelberg
(1934), Stigler (1942), Fellner (1949) y Bain (1951), entre muchos otros, el estu-
dio de la competencia imperfecta cayó un tanto en desuso. Inclusive, los libros
de texto de la década de 1960 y principios de la de 1970, atestiguan que estas
teorías no estaban tan lejos de donde las dejaron Cournot y Bertrand en el
siglo XIX. No obstante, a finales de la década de 1970, la teoría de la compe-
tencia monopolística tuvo un gran impulso con los notables trabajos seminales
de Spence (1976), Dixit & Stiglitz (1977), Lancaster (1979), Krugman (1979) y
Salop (1979), entre otros.
Además, casi simultáneamente, la competencia imperfecta en general, recibi-
ría otro gran impulso proveniente de la teoría de juegos (cooperativos y no-
cooperativos), como se corrobora claramente en los trabajos pioneros de Shubik
(1959) y, sobre todo, el A Noncooperative View of Oligopoly (1967) de James
Friedman. Allí Shubik y Friedman sintetizan, de una manera muy rigurosa, una
cantidad significativa de los modelos de competencia imperfecta desarrollados
desde Cournot, enmarcándolos en aquel concepto de equilibrio que Cournot ya
había utilizado: el equilibrio de Nash.
La teoría de juegos abriría su paraguas para abarcar muchas diferentes áreas de
la economía, y por eso se creyó en aquel momento que el total de la teoría eco-
nómica podría ser replanteada, desde la perspectiva neoclásica, sólo recurriendo
a las distintas ramas de la teoría de juegos. Pero los desarrollos han mostrado
que esta afirmación no es cierta o, al menos, tiene muy serias limitaciones. Sobre
esto seguiremos discutiendo a lo largo del presente texto.
∂ 2 πi (Q−i , qi )
<0 (∗)
∂Q−i ∂qi
HHI = 1/n. Por esta razón los economistas antimonopolios algunas veces uti-
lizan 1/HHI como proxy del número de firmas. Por ejemplo, un HHI de 0.4
significa que la industria tiene “2.5 firmas”.
Lo anterior nos permite asegurar que las firmas grandes (aquellas con más grande
participación en el mercado), tienen una mayor desviación del comportamiento
competitivo (precio igual a costo marginal). Por su parte, las pequeñas firmas
son aproximadamente competitivas (precio cercano al costo marginal). Además,
también podemos asegurar que el HHI refleja la desviación de la competencia
perfecta en promedio, es decir, da el promedio por el cual la industria se aleja
de la ecuación precio igual a costo marginal. Y finalmente, podemos observar
que la ecuación (∗ ∗ ∗∗) generaliza la ecuación de Lerner del monopolio ya que
establece que el promedio ponderado del precio menos el costo marginal es el
HHI dividido por la elasticidad-precio de la demanda.
Cabe notar que este análisis mantiene constante la elasticidad de la demanda y
no se tienen en cuenta los costos fijos, lo cual podría no ser conveniente en las
aplicaciones.
Ejemplo 1.
Friedman (1986) considera un duopolio (n = 2) donde p = 100 − 4Q + 3Q2 − Q3 ,
c1 (q1 ) = 4q1 y c2 (q2 ) = 2q2 + (0.1)(q2 )2 . Entonces tendremos que
Y, por lo tanto,
q1
a−c
a − c − q2
q1 =
2
Equilibrio de Cournot
a−c
b
a − c − q1
3 q2 =
2
a−c a−c q2
3
entonces π1 ((a − c)/2) > π1 (q1 ) para todo q1 ∈ ((a − c)/2, a − c] sin importar el
valor de q2 . En efecto, tendremos que para todo q2
❵❵❵
❵❵❵ Empresa 2 qm
❵❵❵ qd 2
Empresa 1 ❵❵❵
a−c (a−c)2 (a−c)2 5(a−c)2 5(a−c)2
qd = 3 9 , 9 36 , 48
qm a−c 5(a−c)2 5(a−c)2 (a−c)2 (a−c)2
2 = 4 48 , 36 8 , 8
Tabla 5.1.
Aquí notamos que, en este modelo estático, los empresarios no alcanzan el acuer-
do (colusión –o pacto entre dos para hacerle daño a un tercero) en un cartel– de
dividirse la producción de monopolio, a pesar de que para ambos es mejor con
respecto al acuerdo de duopolio. Y esto sucede porque si llegaran a ese acuer-
do, entonces ambos tendrían incentivos a cambiar de estrategia unilateralmente,
pues esto les da más beneficios. Y como ninguno va a respetar el pacto, entonces
llegarán, nuevamente, a la estrategia de duopolio.
Ejemplo 5. (El modelo simple de Cournot con n competidores)
En el caso general de n empresas con el mismo costo marginal c > 0 y
p = a − (q1 + q2 + q3 + · · · + qn )
Por consiguiente,
2
a + nc a−c
p=a−Q= ; π = (p − c)q =
n+1 n+1
aplicamos el criterio de estabilidad para estos sistemas (ver Monsalve & Özak,
2017 –capítulo 3–) y con ello probamos inmediatamente que converge asintóti-
camente al equilibrio de Nash q ∗ = (q, q, . . . , q) donde q = (a − c)/(n + 1).
Derivando
P πi con respecto a qi e igualando a cero se tiene que 95 − 2.2qi −
0.1 j6=i qj = 0 y como el problema es simétrico, en equilibrio de Cournot-Nash
debemos tener que qi = qj para todo i, j. Por lo tanto, 95 − 0.1(21 + n)qi = 0 y
así, resolviendo para qi tendremos que qi = 950/(21 + n). Y así,
950 n 95 n
Q = nqi = ; p = 100 −
(21 + n) 21 + n
Está claro que si n tiende a infinito entonces qi tiende a cero, aunque Q aumenta
hasta 950 unidades de producción (esto parece contradictorio pero no lo es); y,
por esto último, p decrece a $5 por unidad. No obstante, aparece un problema
con lo que acabamos de afirmar: n no puede crecer indefinidamente sin que
los beneficios lleguen a ser negativos. En efecto: notemos que, en equilibrio de
Cournot-Nash, πi > 0 si, y sólo si, F < 11(95/(21 + n))2. Por lo tanto, para que
las n empresas tengan beneficios positivos basta que se dé:
315
n< 1 − 21
(F ) 2
a − 2c1 + c2 a − 2c2 + c1
q1 = ; q2 =
3 3
Y así,
2a − c1 − c2
Q = q1 + q2 =
3
Por consiguiente,
a + c1 + c2
p=a−Q=
3
(a − 2c1 + c2 )2 (a − 2c2 + c1 )2
π1 = (p − c1 )q1 = ; π2 = (p − c2 )q2 =
9 9
Ahora: el excedente total B (excedente de consumo + excedente de producción)
de este duopolio es:
dB 11c1 − 7c2 − 4a
=
d c1 3
que es mayor que cero para ciertos valores de a, c1 , c2 . Así, para estos valores, si
c1 disminuye se tendrá que también B disminuye, y esto contradice la intuición
primaria, pues pareciera que el cambio tecnológico que reduce costos, no mejora
el bienestar en estos casos. ¿Por qué sucede esto? Porque la reducción del costo
c1 implica un crecimiento en la producción de la firma de costo alto y un de-
crecimiento (menor) en la producción de la firma de costo bajo; y así aumenta
la ineficiencia en la producción agregada en un nivel que sobrepasa mejoras en
eficiencia tales como el aumento de la producción de la industria.
1
q1′ q1′′
2 2
q2′ q2′′ q2′ q2′′
−− −− −− −−
−− −− −− −−
Veamos en detalle, qué sucede en este caso. Heinrich von Stackelberg [1905–
1946] propuso en 1934, en Marktform und Gleichgewicht (“Estructura de Mer-
cado y Equilibrio”), un modelo parecido al de Cournot clásico en sus fundamen-
tales: el precio de mercado es p = a − q1 − q2 y las funciones de beneficio de
ambas empresas son:
Duopolio Duopolio
Cartel Cournot Stackelberg
a+c a + 2c a + 3c
Precio del producto
2 3 4
a−c a−c a−c
Cantidad q1
4 3 2
a−c a−c a−c
Cantidad q2
4 3 4
(a − c)2 (a − c)2 (a − c)2
Beneficio π1
8 9 8
(a − c)2 (a − c)2 (a − c)2
Beneficio π2
8 9 16
y así,
a−c
N∗ = √ −1
bk
El número de empresas de equilibrio Neq es el entero más alto que es menor o
igual que N ∗ . Como puede observarse, el número óptimo tiende a infinito cuando
el costo de entrada tiende a 0, y aumenta a medida que disminuye el parámetro b
de la función de demanda. Cuando este parámetro crece, la cantidad demandada
para cada precio, aumenta, y esta ampliación del mercado permite que entren
más empresas.
Notemos que esta función es discontinua porque aquella firma que coloque su
precio por encima del menor de estos, no recibirá demanda por su producto. Esta
claro que (p∗i , p∗−i ) es un equilibrio de Bertrand-Nash simétrico de este juego si,
y sólo si, pi = c para todo i [8] . Por consiguiente, si son sólo dos empresas,
entonces el único equilibrio de Nash-Bertrand será p∗1 = p∗2 = c y el beneficio
será nulo. Esta, originalmente conocida como la “paradoja de Bertrand”, llama
la atención porque pareciera que en este juego “dos son muchos”, ya que se pasa
del monopolio al resultado de competencia perfecta (precio = costo marginal)
con sólo agregar un competidor. Y esto es extendible inmediatamente para el
caso de n firmas.
No obstante, esta “paradoja” descansa en mucho en dos aspectos: que los costos
marginales constantes sean iguales y en la regla simétrica en caso de empate
en precios. Por ejemplo, Baye & P Morgan (1999) mostraban que si la función
de beneficio agregada π(p) = πi (p) no es acotada, entonces existen otros
equilibrios diferentes a los ya establecidos: un continuo de equilibrios mixtos en
los que cada firma obtiene beneficios positivos. Por ejemplo, en el caso específico
en que la demanda de mercado sea D(p) = pα con −∞ < α < −1/n, la
distribución acumulada de los equilibrios mixtos simétricos para los que las
firmas alcanzan, todos, un beneficio π ∗ es:
π∗
F (p) = 1 −
(p − c)pα
idea es simple: si la empresa i colocara un precio pi > c, mientras todos los otros colocan
pj = c, entonces i no vendería absolutamente nada; y si colocara pi < c entonces tendrá
pérdidas. Sin embargo, existen otros equilibrios asimétricos (de hecho un continuo de ellos) en
los que p∗j ≥ c para todo j y al menos dos firmas colocan el precio igual a c Para formalizar
estos argumentos, se sugiere recurrir a un conveniente diagrama de correspondencias de mejor-
respuesta. Allí el lector notará el continuo de equilibrios que surge en este modelo.
9 Para probarlo, debemos mostrar que cualquier precio de equilibrio de Nash mixto debe
216 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
∂ πi ∂ 2 πi
>0 ; <0
∂ pi ∂ pj ∂ p2i
| {z }
complementariedad estratégica
Por lo tanto, un equilibrio de Nash (p∗i , p∗−i ) para este tipo de competencia es
la solución al sistema de ecuaciones diferenciales
∂πi (p∗i , p∗−i )
=0 ; i = 1, 2, ..., n
∂pi
π ∗ = (p − c)pα (1 − F (p))
Observemos que el lado derecho de esta ecuación es positiva por las hipótesis
de complementariedad estratégica y concavidad de la función de beneficios; es
∂pi
decir, es positiva. Pero más aún: en el equilibrio (p∗i , p∗−i ) se tiene que
∂pj
donde ǫ > 0 es un número “pequeño” que satisface 1/ǫ < n − 1 < 2/ǫ. Con esto
estamos suponiendo que las empresas que compiten con la empresa i ejercen un
pequeño impacto (a través de su colocación de precios) en la cantidad vendida qi
por la empresa i. Los beneficios de la empresa i = 1, 2, . . . , n estarán, entonces,
dados por:
X
πi = pi qi − cqi = (pi − c)qi = (pi − c) a − pi + ǫpj
j6=i
qi ∗ = a + (ǫ(n − 1) − 1)p∗ i = 1, 2, . . . , n
Aquí se muestra (con un poco de manipulación algebraica) cómo, nuevamente,
el precio de equilibrio es mayor que el costo marginal c y se produce una falla de
mercado. Nótese también que a diferencia del modelo de Cournot (substitutos
estratégicos), aquí las funciones de reacción tienen pendiente positiva (com-
plementos estratégicos). También el lector puede mostrar que estos equilibrios
pueden no existir para ciertos parámetros del modelo.
Aquí, está claro, cada firma ofrecerá si (pi ) = ki para todo pi ≥ c. De otro lado,
debemos considerar dos casos:
i) Si la demanda D(c) apenas alcanza la capacidad de ambas empresas (es
decir, D(c) ≤ ki para i = 1, 2) entonces surge de nuevo el único equilibrio
de Nash p∗1 = p∗2 = c.
ii) Pero si la demanda D(c) sobrepasa la capacidad de al menos una firma
entonces p∗1 = p∗2 = D−1 (k1 + k2 ) es el único equilibrio de Nash, siempre
que este sea el “precio residual” de monopolio para cada firma i (es decir,
el precio óptimo de la firma i dada su restricción en capacidad y dada la
demanda que permanece después de que la otra firma ha vendido hasta
su capacidad). Y que es un equilibrio de Nash es cierto porque ninguna
firma colocará un precio por debajo de D−1 (k1 + k2 ) ya que, en ese ca-
so, la demanda total excede su capacidad total, y así la empresa podría
aumentar el precio sin perder ventas; pero si el precio residual de alguna
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 219
5.2.6. Colusiones
Aunque los modelos básicos de oligopolio son de naturaleza estática, constituyen
el punto de partida de modelos en varias etapas que son útiles para explicar la
situación de algunos mercados, además de que proyectan luz sobre la estrategia
de las empresas y de las políticas de defensa de la competencia. Por ejemplo,
la posibilidad de colusión en un modelo de Bertrand permite mostrar que el
aumento del número de empresas dificulta la colusión. Ilustramos esto último
en el siguiente ejemplo.
πm 1
> πm
n 1−δ
De allí, inmediatamente llegamos a que
1
n< (*)
1−δ
lo que muestra que la colusión monopólica (con n fijo) se ve favorecida por la
interacción de largo plazo de las empresas (es decir, cuando δ tiende a 1). Pero
también podemos obtener de (*), que
n−1
δ>
n
Por tanto, si hacemos δ ∗ = (n − 1)/n notamos que dδ ∗ /dn = 1/n2 > 0 y,
así, δ ∗ aumenta con el número de competidores. De esta manera, mientras más
competidores haya, más difícil será coludir. Notemos que todos los resultados
anteriores son independientes de πm . Y también es conveniente señalar que el
factor de descuento δ puede incluir, en estos modelos, el potencial de crecimiento
de la industria, la frecuencia con que las empresas interactúan, los tipos de
interés, etc. N
Como se ve, es más probable que los precios colusivos sean un equilibrio cuanto
mayor sea la frecuencia con que las empresas interactúan (o mayor sea la pro-
babilidad de continuidad y crecimiento de la industria). Cuanto mayor sea el
número de empresas, más difícil resulta sostener la colusión: si hubiese n > 2
empresas, el beneficio por empresa sería menor. Sin embargo, el beneficio que
una empresa obtendría al bajar el precio sería el mismo. Por consiguiente, la
tentación de reducir precios es mayor cuando hay más empresas, y la colusión es
más difícil de sostener. Además, con el número de empresas aumentan los costos
de transacción de establecer, controlar y mantener acuerdos entre empresas.
Pero fijar siempre un precio igual al costo marginal (es decir, repetir el equilibrio
del juego de estado) también es un equilibrio. En realidad, el teorema popular
de la semana 3 nos enseña que cualquier combinación de estrategias que ofrezca
a los jugadores un beneficio igual o superior al del juego de estado es un equi-
librio del juego repetido infinitamente, si el valor del futuro es suficientemente
cercano a 1. Precisamente esta multiplicidad de equilibrios hace muy difícil a las
autoridades de vigilancia y control de la competencia, demostrar un caso de co-
lusión a partir simplemente de las características de estructura de un mercado:
la misma estructura puede dar lugar a equilibrios muy distintos.
Finalmente, otro factor que facilita la colusión es la simetría entre empresas. En
el contexto de un modelo de Cournot, puede demostrarse que si una empresa
es mucho más eficiente que otra, obtendrá mayores beneficios en un equilibrio
de Cournot que en un acuerdo colusivo. Sin embargo, si las empresas se en-
cuentran en múltiples mercados (lo que es habitual en los sectores hotelero, de
líneas aéreas, telefonía celular, y de forma creciente en el sector eléctrico), estas
asimetrías se pueden neutralizar, y se restaura el incentivo a coludir.
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 221
P = a − q1 − q ∗
P = a − 2q1
q∗ q
Veremos enseguida que las curvas de reacción ante las conjeturas son:
a − c − q2 si q2 > a − c
2 3
a−c a−c
q
2 si 6 q2 6
q1 (q2 ) = 4 3
a−c a−c
si q2 <
4
4
222 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
a − c − q1 a−c
si q1 >
2 3
a−c a−c
q
1 si 6 q2 6
q2 (q1 ) = 4 3
a−c a−c
si q1 <
4
4
a−c
Equilibrios de Nash
3
a−c
Curva de reacción
4
de la firma 2
Una de las razones por las que el modelo de oligopolio de Sweezy de 1939 es
importante en la literatura de la organización industrial es que incorporó las
conjeturas (o creencias) dentro del esquema de la competencia oligopolística y
mostró que los oligopolios y los monopolios se comportan “como si” cada agente
10 Estos equilibrios son, todos, de Nash (Nash, 1951).
5.2. Oligopolio en bienes homogéneos 223
ya que el equilibrio de Cournot antes estudiado, también involucra conjeturas sobre el com-
portamiento de los demás competidores.
12 La noción de rigidez de precios se asocia con la imposibilidad de que estos se ajusten al
equilibrio a pesar de que las variables que los determinan fluctúan para que ello ocurra según
la teoría.
224 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
∆ = (x + y)2 − x2 − y 2 = 2xy
En algunos países las guías de control no obstaculizarán esta fusión a menos que
se dé una de las dos siguientes condiciones:
i) ∆ > 100 % y una industria concentrada luego de la fusión.
ii) ∆ > 50 % y una industria muy concentrada luego de la fusión.
Así, aunque el HHI después de la fusión sugiera una industria muy concentrada,
es poco probable que el gobierno obstaculice esa fusión si el cambio en el HHI
es menor que 50 %.
Aún así, también existen otros factores que afectan la decisión del gobierno.
Primero, si las firmas ya están discriminando precios, el gobierno podría definir
mercados geográficos muy pequeños y posiblemente tan pequeños como un sólo
cliente. Segundo, si una firma es muy pequeña y la otra no demasiado grande,
5.3. Competencia monopolística 227
neizarse mediante una curva de demanda del producto sin ninguna variedad
específica ideal.
Durante décadas, los economistas han debatido sobre cuáles hipótesis de estos
dos tipos de modelo realmente tienen sentido. Lo que sí está ya claro es que,
a diferencia de lo que decían Robinson (1933) y Stigler (1972) (entre otros),
un número grande de firmas no necesariamente implica la presencia de com-
petencia perfecta y, lo que es fundamental aquí, la diferenciación de producto
puede permitir a las firmas retener poder monopólico sobre la demanda por va-
riedad. Siguiendo estas dos ideas básicas, en ciertos casos se sigue la huella de
los modelos espaciales y, en otros, se sigue la tradición chamberliniana. Pero, al
final, la escogencia del modelo conveniente dependerá de las preguntas que se
quieran intentar responder. Sobre esto discutiremos más adelante en este mismo
capítulo.
Compran en x Compran en y
r r r r r
0 x (x + y)/2 y 1
Sin embargo, en este modelo tan simple, se le puede adicionar algo más a la
diferenciación del producto por ubicación: la variedad. Y para lograr esto, Ho-
telling recurrió al costo de transporte como una señal del grado de substitución
entre el mismo bien pero ubicado en dos lugares distintos. Veamos este caso en
el siguiente ejemplo fundamental (Friedmann, 1983).
Tenemos dos firmas que producen un bien físicamente idéntico, pero están ubi-
cadas en dos lugares distintos. Cada una escoge un precio y vende (a ese precio)
a unos consumidores que se ubican en un segmento de recta (ver figura 5.6).
5.3. Competencia monopolística 229
a x y b
r r r r r
1 z 2
p1 + cx = p2 + cy , L=a+b+x+y (∗)
1 (p1 )2 p1 p2
π1 = p1 q1 = p1 (a + x) = (L + a − b)p1 − +
2 2c 2c
1 (p2 )2 p1 p2
π2 = p2 q2 = p2 (b + y) = (L − a + b)p2 − +
2 2c 2c
230 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
1 p1 p2
(L + a − b) − + =0 (5.1)
2 c 2c
1 p2 p1
(L − a + b) − + =0 (5.2)
2 c 2c
Es decir,
a−b a−b
p1 = c L + ; p2 = c L − (**)
3 3
Y, por tanto,
1 a−b
q1 = a + x = L+ (5.3)
2 3
1 a−b
q2 = a + x = L− (5.4)
2 3
La introducción de diferenciación espacial (es decir, dos firmas que venden pro-
ductos físicamente idénticos pero en diferentes lugares, además de agregarle
distintos niveles de substituibilidad) señala que la paradoja de Bertrand discuti-
da antes, sólo ocurre porque el producto es homogéneo. En efecto, basta observar
que en el modelo de Hotelling aquí presentado, las demandas son continuas en
precios:
1 p1 − p2
q1 = a + x = L+a−b−
2 c
1 p2 − p1
q2 = b + y = L−a+b−
2 c
para c(L − a − b) > p1 − p2 > −c(L − a − b). Se deduce, entonces, que una
firma no toma todo el mercado si colocara su precio un tanto por debajo del de
la otra firma. Además, tanto los precios como los beneficios son estrictamente
positivos. Sin embargo, está claro que el modelo de Hotelling no responde a la
pregunta sobre cuál es mejor estrategia al escoger un producto: escogerlos muy
similares o muy diferentes.
2
a−b 4
L+ ≥ L(a + 2b)
3 3
2
b−a 4
L+ ≥ L(b + 2a)
3 3
En este caso, los precios estarán dados por las ecuaciones (**) de arriba.
Nota 3. (Variedad y calidad)
Existen dos tipos de diferenciación que son la calidad y la variedad. La calidad se
refiere a una situación en donde los consumidores concuerdan en qué producto
es mejor (y su desacuerdo consiste en que habrá cierta tensión entre calidad y
precio). Por ejemplo, en el mercado de automóviles, mayor aceleración, mejor
frenado, menor gasto de gasolina por kilómetro, más capacidad de carga, más
espacio interior, y mayor durabilidad son, todas, mejores características. Simi-
larmente, en el mercado de los computadores, mayor rapidez de procesamiento,
pantallas más brillantes y con mejor resolución, menor emisión de calor y radia-
ciones, mayor durabilidad, más megabytes de RAM y más gigabytes de espacio
en el disco duro son, todas, cosas buenas.
En contraste, las variedades son los elementos acerca de los cuales no hay acuerdo
generalizado. Por ejemplo, colores y formas son más un asunto de variedad
que de calidad: a algunas personas les gustan ciertos colores (que a otros no)
en un bien de la misma calidad. Los colores en los alimentos son variedades,
mientras que los ingredientes (y su calidad) son diferenciadores de calidad. Por
su parte, las diferencias en tipos de música son, en principio, de variedad. A
la diferenciación por calidad, en ocasiones, se le llama diferenciación vertical,
mientras que a la diferenciación por variedad, también en ocasiones, se le llama
diferenciación horizontal. N
¿Y por qué es tan importante la diferenciación de productos? Porque la colo-
cación de precios por encima del costo marginal podría no ser la única fuente
de ineficiencia en mercados de bienes diferenciados. De hecho, existen otras dos
fuentes de ineficiencia: el número de productos ofrecidos por el mercado (va-
riedad del producto) y la especificación de los productos disponibles a los con-
sumidores (selección del producto). Y los artículos que exploraron inicialmente
la pérdida de bienestar por estas razones fueron desarrollados a lo largo de la
década de 1970, como veremos más adelante en este mismo capítulo.
Para explicar esto último un poco mejor, reconozcamos que se acepta que la
entrada a competir es algo deseable ya que, a menudo, amenaza más competencia
y estimula la eficiencia social. Sin embargo, cuando la entrada de nuevas firmas
implica costos fijos adicionales, el asunto de la entrada es menos clara. Y lo
que es más: cuando los bienes son diferenciados, también el grado de diversidad
entra en juego. Es por ello que surge la pregunta: ¿el mercado provee muchas o
muy pocas variedades?
232 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
Costo marginal
(oferta)
Solución
b
pm =precio del monopolista
Beneficio
Costo medio del monopolista
Costo medio
(corto plazo)
Ingreso
marginal
qm q
p
Ingreso marginal
Costo marginal
b (oferta)
pm =precio monopolista
qm qcm qcp q
Figura 5.8. Comportamiento de largo plazo del competidor monopolista: beneficio cero para
todas las empresas. Aquí n es el número de competidores que entran al mercado del
monopolista.
Ejemplo 11.
Una empresa en competencia monopolística se enfrenta a la función de demanda
q = 20 − p y su función de costo es c(q) = q 2 − 4q + 5.
Solución.
a) En el corto plazo el competidor monopolista se comporta como un mono-
polista y, por lo tanto, al maximizar su función de beneficios, debe igualar
el ingreso marginal con el costo marginal. Es decir,
12
q∗ = (∗∗)
n+1
1/2
5 12
Igualando (∗) con (∗∗) tendremos que n+1 = n+1 y así, n = 27.8, lo
que, nuevamente, muestra el “problema del número entero” ya discutido
en el volumen I (Competencia bajo equilibrio parcial). Con este valor de
n, calculamos en (∗∗) que
12 12
q∗ = = = 0.417
n+1 28.8
y que:
p∗ = 20 − nq ∗ = 20 − (27.8)(0.417) = 8.417
Sólo restaría confirmar que el beneficio es cero. En efecto:
π = p∗ Q∗ − c(q ∗ )
= (8.417)(0.417) − (0.417)2 + 4(0.417) − 5
=0
p p
20
cmg = 2q − 4 cme = q − 4 + 5
q
cme = q − 4 + 5
q
b
14
Beneficios
8.417 b
p = 20 − 27.8q
p = 20 − q
17
Img =
6
20 − 2q
6 20 q 0.417
q
Figura 5.9. Ilustración del problema de competencia monopolística del ejemplo 11.
Observemos también la posibilidad de exceso de capacidad instalada, pues q baja al pasar
del corto plazo al largo plazo.
Ahora: por el lado de los modelos espaciales, no hay duda de que en la década
de 1970 el más notable de estos esfuerzos fue el modelo circular de Salop (1979),
que tuvo su origen en el hecho (no muy difícil de mostrar) de que si, por ejemplo,
en el modelo lineal básico de Hotelling hay cuatro (en lugar de dos) vendedores
en la misma calle principal y los clientes están distribuídos uniformemente allí,
entonces es un equilibrio de Nash el que dos se ubiquen en 1/4 y dos en 3/4
(ejercicio para el lector). Y algo similar se puede hacer para cinco consumidores
con resultados dispares. Por ello se sabe que el modelo de Hotelling es muy
sensible a si el número de vendedores en la calle es par o impar. Y se mostró que
esto era consecuencia de la existencia de puntos extremos fijos. Dentro de los
resultados claves de este modelo es que en equilibrio hay entrada excesiva con
respecto al número de ellas que maximizan el bienestar social (ver el modelo de
Salop más adelante).
Como sucede con toda la literatura sobre fallas de mercado (y, en particular, de
la competencia imperfecta), también la literatura sobre la competencia monopo-
lística es difícil de integrar dentro de un sólo marco teórico. Hasta hoy no existe
un hilo conductor claro. Además, los artículos son, sin duda, difíciles desde el
punto de vista técnico, para casi cualquier estudiante de pregrado.
Este valor de p asegura que si una firma enfrenta rivales que cobran p, entonces
ella también cobrará p. Así, en el modelo de Salop el precio excede el costo
marginal por una cantidad directamente proporcional al valor de la distancia
promedio entre las firmas, ya que la distancia promedio es 1/n y el valor en
que incurre un consumidor que recorre esa distancia es t. Y el beneficio de cada
firma es t/n2 y, así, el de la industria es t/n.
De otro lado, ahora nos preguntamos cuántas firmas van a entrar al mercado si el
costo fijo es f . Aquí tomaremos una aproximación no usual y supondremos que
el número de firmas puede ajustarse de manera continua, en cuyo caso el número
de formas estaría determinado por la condición de beneficio cero f = t/n2 , lo
que nos lleva a que p
n = f /t
Sin embargo, ¿será este el mismo número socialmente eficiente de firmas? Vea-
mos.
Este número socialmente eficiente es el que minimiza los costos totales, es decir,
que minimiza la suma de los costos de transporte y los costos fijos. Con n firmas,
la distancia promedio que un consumidor debe atravesar es:
Z 1/2n Z 1/2n
n |x|dx = 2n |x|dx = n(1/2n)2 = 1/4n
−1/2n 0
Está claro, entonces, que el modelo de Salop (con playa circular) es una ex-
tensión conveniente del modelo de Hotelling y ejemplos elementales que le dan
pertinencia a este tipo de modelos son las firmas de transporte aéreo, de trenes
o de buses que prestan un servicio 24 horas al día. Si interpretamos el círculo
como esas 24 horas, cada ubicación en el reloj puede entenderse como el servi-
cio que sale del aeropuerto o de la estación, a esa hora del día. El modelo de
localización circular de Salop ha sido extendido en múltiples direcciones –ver,
por ejemplo, Economides (1993)–.
1. Consumidores.
i) Preferencias. La función de utilidad del agente representativo en este modelo
es una función CES separable entre las distintas variedades w del bien:
Z n ρ1
ρ
U (q(w)) = q(w) dw 0<ρ<1 (1)
o
Maximizar U ρ (q(w))
q≥0
Z n
sujeta a p(w)q(w)ρ dw = I (∗)
o
para cierto λ 6= 0. Aquí, derivamos con respecto a q(w) para obtener que
donde σ = 1/(1 − ρ). Y si multiplicamos esta ecuación (5) por p(w1 ) a ambos
lados e integramos con respecto a w1 , llegamos a que
Z n Z n
p(w1 )q(w1 )dw1 = p(w1 )1−σ p(w2 )σ q(w2 )dw1
0 0
y, por tanto,
Ip(w2 )−σ
q(w2 ) = R n (6)
0
p(w1 )1−σ dw1
iii) Índice de precios. Dixit & Stiglitz (1977) también definen un índice de precios
para todas las variedades mediante
Z 1
1−σ
n
P = p(w)1−σ dw
0
242 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
l(q) = F + cq (7)
π = pq − wcq − wF
π = pq − wcq − wF
1
= qwc − 1 − wF = 0
ρ
Y así,
F
q= (σ − 1)
c
Notemos que la cantidad producida y, por tanto, el número de firmas que entra-
rán al mercado, está determinado únicamente por la estructura de costos (F y
c) y por la elasticidad de sutitución σ. Por ejemplo, el número de empresas será
mayor si F es más pequeño (o sea, si es más pequeña la economía de escala) o
si σ (el nivel de substitución) también es más pequeño.
En resumen, como el lector puede observar manipulando los parámetros del
modelo, aquí (como en el modelo de Chamberlin y en los modelos espaciales
de Hotelling y Salop) también se tiene la afirmación general de Cabral (2000):
si la diferenciación del producto o la competencia son fuertes, entonces habrá
insuficiente entrada desde el punto de vista social. Pero si la diferenciación del
producto y la competencia no son fuertes, entonces habrá entrada excesiva.
244 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
Hace unos años, se publicó un importante libro al respecto (Brakman & Heijdra,
2004) en el que se muestra por qué esta segunda revolución no fue totalmente
exitosa, además de señalar lo que falta y cuáles son los pasos a seguir en la mo-
delación de los mercados en competencia monopolística bajo equilibrio general.
Aunque difícil, es altamente recomendado.
Esta ecuación (5) junto con las ecuaciones (4a) y (4b) nos llevan a una función
de beneficios cuadrática que será cóncava si, y sólo si, se da cierta condición que
asegura que los parámetros de externalidad de red α1 y α2 son pequeños con
respecto a los parámetros de diferenciación de productos t1 y t2 :
α2 α1
p 1 = f 1 + t1 − (α1 + p2 − f2 ) ; p2 = f2 + t2 − (α2 + p1 − f1 ) (7)
t2 t1
p1 = f1 + t1 − α2 ; p2 = f2 + t2 − α1 (7)
Sin duda, la literatura sobre los mercados bilaterales (two-sided matching) está
creciendo vertiginosamente, siendo su principal objetivo (no el único) establecer
los precios que cobran las distintas plataformas a ambos sectores del merca-
do. Y por este camino se ha seguido, como podía preverse, hacia importantes
implicaciones de política regulatoria y antimonopólica.
246 Semana 5. Oligopolio y competencia monopolística
Todos estos aportes reseñados hasta aquí han sido ya discutidos y pueden ser
considerados como la literatura básica de la “prehistoria de la organización
industrial”, en el sentido de que fueron hechos en una época en la cual la or-
ganización industrial aún no había adquirido el rango de una rama separada
dentro del conocimiento económico (De Jong & Shepherd (eds.), 2007). Pero
llegaría una época importante con los trabajos críticos de Piero Sraffa y Joan
Robinson, entre otros, con respecto al sistema marshalliano de equilibrio parcial
y al concepto mismo de competencia perfecta.
Por ejemplo, Sraffa tenía serias críticas al aparato de equilibrio parcial marsha-
lliano, asegurando que tanto los rendimientos decrecientes como los crecientes,
eran incompatibles con la estructura de la competencia perfecta14 y que, por
ello, sólo lo sería con los rendimientos constantes a escala, pero que, en ese
caso, la curva de oferta horizontal (elasticidad-precio infinita) determinaría ins-
tantáneamente el precio de equilibrio como el costo marginal de producción, lo
que, por tanto, haría del aparato competitivo parcial una absoluta insensatez.
En este sentido, para Sraffa un camino podría ser la competencia imperfecta
(monopolio y oligopolio), aunque como buen heredero de la economía clásica, lo
aseguraba a regañadientes.
14 En el caso de los rendimientos decrecientes a escala, la razón de Sraffa era que, dado que
Ejercicios
(Observación: los ejercicios señalados con uno (∗) o dos (∗∗) asteriscos tienen,
a juicio del autor, un nivel de dificultad un tanto o muy superior, con respecto
a los ejercicios corrientes que aparecen sin asterisco.)
1. Supongamos que una industria tiene estructura duopólica. El duopolista
1 tiene una función de costos dada por c(q1 ) = (q1 )2 , y el duopolista 2
tiene una función de costos dada por c(q2 ) = 12q2 . Además, la demanda
inversa está dada aquí por p = 100 − Q donde Q = q1 + q2 .
a) Encuentre las curvas de reacción (mejor-respuesta) de cada duopo-
lista.
b) Encuentre el equilibrio de Cournot-Nash y su correspondiente precio.
c) Muestre que existe ineficiencia Pareto recurriendo a un diagrama
apropiado.
2. Suponga que en un duopolio las firmas (i = 1, 2) compiten en cantidades
en una industria que tiene función inversa de demanda igual a Q = 100−p.
La firma i tiene una función de costos de la forma c(qi ) = 10 + 10qi .
a) Encuentre el equilibrio de Cournot-Nash y los correspondientes precio
y beneficio para cada firma.
b) Encuentre el equilibrio de Stackelberg donde la firma 1 es el líder.
c) En las circunstancias del literal a), suponga que la firma 1 llegó a ser
líder invirtiendo en propaganda. ¿Cuánto estará esa firma dispuesta
a pagar para ser líder Stackelberg?
d) Si la firma 2 pudiera transformar el juego de c) de nuevo en uno tipo
Cournot también invirtiendo en propaganda, cuánto estaría dispuesta
a pagar?
3. Dos firmas producen el mismo bien homogéneo y compiten à la Cournot.
La función inversa de demanda es P (Q) = a − bQ, donde Q = q1 + q2 es
la producción agregada. Las funciones de costo de las firmas son
c1 (q1 ) = F1 + c1 q1 ; c2 (q2 ) = F2 + c2 q2
2
1 a−c
DWL =
2 n+1
y, por lo tanto, decrece con n2 a medida que n crece.
6. Replique la tabla 5.2 para el caso en que las dos empresas tienen costos
fijos positivos y rendimientos decrecientes a escala. Más específicamente,
asuma que para i = 1, 2, la firma i tiene costos dados por
2
1 n
EC =
2 n+1
Para estudiar la fusión de 2 de las n empresas, primero halla los beneficios
de las restantes n − 2 empresas:
2
1
πn−2 = (n − 2)
n+1
y así el excedente total de consumidor y empresas no participantes en la
fusión es
2
1 n2
W0 = EC + πn−2 = +n−2
n+1 2
Entonces se pregunta a partir de qué número entero n se hace creciente
este excedente total y encuentra que es n = 4. ¿Podría el lector comprobar
este resultado? En general, se ha demostrado que, efectivamente, existe un
“número crítico” de cuota de mercado de las empresas participantes de la
fusión, hasta el cual esa operación conlleva bienestar social (Farrell &
Shapiro, 1990). En el caso de este ejemplo, ese número crítico es 50 %.
10. (∗) Dos dueños ubican sus tiendas en el intervalo [0,1]. La demanda es
inelástica. El dueño 1 captura la demanda total si se ubica donde está el
dueño 2; y la participación del dueño 2 crece hasta 2/3 cuando se aleja del
dueño 1. Por lo tanto, las funciones de pago son:
u1 (x1 , x2 ) = 1 − |x1 − x2 |
u2 (x1 , x2 ) = Mín{|x1 − x2 |, 2/3}
Demuestre que este juego no tiene equilibrio de Nash puro, pero que [(1/3,
1/6, 1/6, 1/3), (1/2,1/2)] es un equilibrio de Nash mixto, donde el equi-
librio del dueño 1, (1/3, 1/6, 1/6, 1/3), contiene las probabilidades asig-
nadas a las posiciones 0, 1/3, 2/3 y 1, respectivamente; y el equilibrio del
dueño 2, (1/2, 1/2), señala las probabilidades asignadas a las posiciones
0 y 1. Repita este juego dos veces y encuentre (si existe) un equilibrio de
Nash. Aplique este resultado al modelo de Hotelling.
5.5. Sobre la historia de la organización industrial 253
q1 = a1 − b1 p1 + cp2 ; q2 = a2 + cp1 − b2 p2
13. Muestre que si en el modelo lineal básico de Hotelling hay cuatro (en lugar
de dos) vendedores en la misma calle principal y los clientes están distri-
buídos uniformemente allí, entonces es un equilibrio de Nash el que dos
vendedores se ubiquen en 1/4 y los otros dos en 3/4. Haga lo mismo para
cinco consumidores. Muestre que el modelo de Hotelling es muy sensible
a si el número de vendedores en la calle es par o impar. ¿Por qué sucede
esto?