Semana-5 508 0
Semana-5 508 0
SEMESTRE: 01-2021
CELULAR 951895623
SUJETOS DE DERECHO
1. INTRODUCCIÓN
Sin duda alguna, la persona humana es el eje central del derecho y su importancia
transciende las fronteras del derecho civil para ingresar a otras como el derecho
laboral, tributario, procesal, constitucional, de los derechos humanos, etc. De esa
manera lo han expresado diversos juristas en Perú, Argentina, España, Alemania,
Francia y el resto del mundo.
Por tanto, entendemos por persona natural cuyo inicio se da con el nacimiento
(pero que desde la concepción ya merecía tutela e incluso era titular de ciertos
derechos, aunque como un sujeto de derecho distinto, el concebido) y termina con
la muerte, al cual el ordenamiento jurídico le adscribe derechos y obligaciones.
Diferenciándose de las personas jurídicas y los entes no personificados en cuanto
a su dimensión biológica.
Sujeto de derecho y ser humano son dos términos indisociables, equivalentes. Uno
es consecuencia del otro. Entre sí se complementan, se integran para proteger la
vida humana en su máxima dimensión. Por antonomasia, el sujeto de derecho es
el ser humano, sin exclusiones. Él y solo él.
Por tanto, ser sujeto de derecho implica ser destinatario, por parte del
ordenamiento jurídico, de derechos y obligaciones.
1. El concebido (art. 1)
2. La persona natural o individual (art. 1)
3. La persona jurídica (art. 77)
4. Las organizaciones no inscritas de personas (art. 124 al art. 133)
5. La sociedad conyugal (art. 287 al art. 294)
4. EL CONCEBIDO
Por tanto, el concebido es uno los cuatro (o cinco) sujetos de derecho, aún no
persona, contemplados en el ordenamiento jurídico nacional que reúne
características comunes a los sujetos de derechos restantes, como el ser titular
derechos y obligaciones, pero diferenciándose de las personas jurídicas y los
entes no personificados en cuanto a su dimensión biológica.
6. CONCLUSIONES
Sin duda alguna, la persona humana es el eje central del derecho y su importancia
transciende las fronteras del derecho civil para ingresar a otras como el derecho
laboral, tributario, procesal, constitucional, de los derechos humanos, etc. De esa
manera lo han expresado diversos juristas en Perú, Argentina, España, Alemania,
Francia y el resto del mundo.
Entendemos por persona natural a uno de los cuatros sujetos de derecho cuyo
inicio se da con el nacimiento (pero que desde la concepción ya merecía tutela e
incluso era titular de ciertos derechos, aunque como un sujeto de derecho distinto,
el concebido) y termina con la muerte, al cual el ordenamiento jurídico le adscribe
derechos y obligaciones. Diferenciándose de las personas jurídicas y los entes no
personificados en cuanto a su dimensión biológica.
Ser sujeto de derecho implica ser destinatario, por parte del ordenamiento jurídico,
de derechos y obligaciones.
El concebido es uno los cuatro sujetos de derecho, aún no persona, contemplados
en el ordenamiento jurídico nacional que reúne características comunes a los
sujetos de derecho restantes, como el ser titular derechos y obligaciones, pero
diferenciándose de las personas jurídicas y los entes no personificados en cuanto
a su dimensión biológica.
Las categorías personalidad y capacidad son dos ideas muy afines que no
podemos desligar. No obstante, cuando las estudiamos con profundidad
nos percatamos de que las diferencias entre ellas subsisten y que igualarlas
sería incurrir en un error conceptual. Así, se reconoce la “personalidad”
como la aptitud para ser titular de derechos y deberes, condición o atributo
inherente al ser humano que tiene como principal atributo la capacidad
jurídica, o capacidad de derechos, que es la aptitud (o idoneidad) para ser
sujeto de derechos subjetivos en general, por lo que no podrán concebirse
la existencia de seres humanos sin capacidad jurídica. El concepto de
capacidad jurídica coincide con el de personalidad desde una perspectiva
estrictamente jurídica. Sin embargo, la personalidad es la emanación
jurídica de la persona, es un concepto distinto y previo al de capacidad
jurídica que es atribuida por el ordenamiento jurídico. La personalidad es
presupuesto e implica la capacidad jurídica; toda persona, por el hecho de
serlo, tiene capacidad jurídica y la tiene desde el comienzo y hasta el fin de
su personalidad. La capacidad jurídica se considera como la aptitud para
ser sujeto de derechos y obligaciones desdoblándose en dos, la capacidad
de derecho, goce o adquisición y la capacidad de obrar de hecho o de
acción. En el primer supuesto se refiere a la titularidad del derecho, o
capacidad jurídica: que la tiene toda persona, y la segunda, la aptitud para
el ejercicio de los derechos de que se es titular (o capacidad de obrar:
cuestión que depende de la situación personal de cada sujeto). La
capacidad de derecho, goce o adquisición, atributo esencial de la persona,
existe por el solo hecho de ser tal, implica la posibilidad de adquirir, tener,
ser titular de facultades, derechos y deberes. Empero, no a todas las
personas el ordenamiento jurídico puede reconocer el ejercicio de su
capacidad en la misma medida, pues no siempre los individuos reúnen los
requisitos exigidos para intervenir en relaciones jurídicas concretas.
Desde el momento de la muerte de una persona, los bienes, los derechos y obligaciones
que constituyen la herencia se trasmiten a sus sucesores.