Romanos (Metodo Critico)
Romanos (Metodo Critico)
Romanos (Metodo Critico)
Profesor:
Alumnos:
ELIS Cuauro Acosta, Andri
Chirino, Danielannys
García, Exón
Vargas, Marielys
La Vela de Coro 13-05-21
Introducción
La Carta a los romanos escrita por el Apóstol Pablo es las más influyente en
toda la historia de la iglesia por su contenido , en ella podemos encontrar los
temas que tratan sobre los principios del evangelio de Cristo donde se describen
con claridad y en un sistema ordenado el plan de la salvación resaltando puntos
principales como la justificación por la fe en Cristo, la ley, la gracia y instrucciones
de los deberes cristianos, presentando los argumentos que dejan en claro la
condición de pecado del hombre ante Dios.
Evidencias internas
Evidencias externas
Conclusión
Bibliografía
CARTA A LOS ROMANOS
La palabra crítico proviene del término griego krino, que quiere decir juzgar. Así
entonces, se llama Crítica Bíblica a “la ciencia que busca por medio de una
detallada y cuidadosa encuesta, establecer las palabras exactas de los
manuscritos originales de la Biblia, por la evidencia externa de manuscritos,
versiones y citas, y determinar la composición, fecha, paternidad literaria y valor
histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia interna”
METODO CRÍTICO
Propósito: Presentar a Pablo a los Romanos y dar una muestra del mensaje de la
salvación, que el hombre es justificado por fe y no por las leyes de la ley (3:20-24),
así como también animar a los creyentes en Roma y defender la verdad del
evangelio que estaba predicando.
¿De quién está compuesta la iglesia?
De judíos y gentiles.
EVIDENCIA EXTERNA
Con la intención de llevarla a un efecto culminante, la evidencia a favor de la
paternidad literaria paulina se trazara en un orden cronológico inverso, es decir,
de lo más reciente a lo más antiguo.
Eusebio, el gran historiador eclesiástico, al escribir a principios del cuarto siglo,
se refiere a: “las catorce cartas de Pablo”, y en el mismo contexto hace mención
de que Romanos era una de ellas. Orígenes (floreció entre 210 y 250), Tertuliano
(floreció entre 193 y 216), y Clemente de Alejandría (floreció entre 190 y 200)
están en pleno acuerdo.
El Fragmento de Muratori (cerca 180–200), así llamado por haber sido publicado
por el Cardenal Ludovico A.
Muratori (1672–1750), que lo había descubierto en la Biblioteca Ambrosiana de
Milán, contiene la más antigua lista existente de escritos neo testamentarios. La
misma está incompleta, escrita en un latín malo e incluye títulos de libros que eran
leídos en la iglesia de Roma en la antigüedad. En relación a romanos, este
Fragmento dice: “Ahora bien, las epístolas de Pablo, qué son, de dónde y por qué
razón fueron enviadas, lo clarifican ellas mismas a quien esté dispuesto a
entender. En primer lugar, él escribió extensamente a los corintios… luego a los
gálatas… y a los romanos respecto al orden de las Escrituras, intimando también
que Cristo es el tema central de ellas”.
Ireneo (que floreció entre 182 y 188) afirma: “Pablo, al hablar a los romanos,
declara: “Mucho más, aquellos que reciben abundancia de gracia y justicia
reinarán en la vida por este, Cristo Jesús’ ” (Contra herejías, 3.16), citando
libremente Ro. 5:17. En esta y en varias otras afirmaciones Ireneo claramente
adjudica la paternidad literaria de Romanos a Pablo.
Retrocediendo aún más llegamos a los días de Marción, que vino a Roma poco
antes del año 144. Su canon de escritos sagrados consiste en diez epístolas
paulinas, más Lucas, todas editadas para cuadrar con la teología personal del
hereje. El reconoce a Romanos como una de las obras principales de Pablo.
Los primitivos padres apostólicos no tenían el hábito de mencionar el nombre
de los santos hombres de Dios a quienes citaban. Sin embargo, el hecho de que
están citando, ya sea literalmente o (con la misma frecuencia) libremente, con
frecuencia es muy claro, como lo es también la identidad de aquel a quien citan.
Esto es cierto, por ejemplo, de Policarpo, obispo de Esmirna. Este valiente héroe
cristiano, “discípulo de Juan”, sufrió martirio en el año 155.
En su epístola A los filipenses 6.2, él demuestra estar bien versado en las
epístolas de Pablo, inclusive Romanos. En una frase que refleja a la vez a Ro.
14:10, [p 16] 12 y a 2 Co. 5:10 él escribe: “Entonces, si rogamos al Señor que nos
perdone, nosotros mismos debiéramos también perdonar, porque estamos ante
los ojos del Señor Dios, y todos debemos comparecer ante el trono de Cristo, y
cada cual debe dar cuenta de sí mismo”. La siguiente cita de esta misma carta
muestra que la mente y el corazón de este devoto mártir antiguo estaban inmersos
en los escritos de Pablo:
“Estas cosas, hermanos, os las escribo respecto a la justicia. No lo hago de mi
propia iniciativa, sino en primer lugar porque vosotros me invitasteis. Porque yo no
soy, ni lo es ningún otro como yo, capaz de igualar a la sabiduría del bendito y
glorioso Pablo, quien, cuando vivía entre vosotros, en presencia de sus
contemporáneos enseñó precisa y resueltamente la palabra de la verdad, y quien
también, cuando estuvo ausente, os escribió cartas. Por medio del estudio de
estas cartas vosotros seréis capaces de edificaros en la fe que os ha sido dada…”
3.1, 2.
Ignacio, obispo de Antioquía, mientras iba camino a Roma y al martirio, a
comienzos del segundo siglo después de Cristo, escribió varias cartas,
mayormente cartas nuevamente muestran con claridad que él conocía y tenía en
muy alta estima las epístolas de Pablo, incluyendo Romanos.
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