{1 ECONOMISTA CAMUFLADO
sadicaros son un ejemplo clar0: El objetivo de yy
as sindian rabajadores compitan entre sf Por obteney xy
es evil a fa que los salarios y las condiciones laborales ca Mpleo,
lo que pha Memanda de clectricistas Y Pocas Personas que on
slgat ‘este trabajo, los electricistas tendrfan el poder que pectin
re oe deevan poder rene slatios ¥ condiciones jy
ceelentes, on o sin sindicato de por medio. Si cada vex so ales
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sees disponibles en el mercado, este poder se via ming
.
Los nuevos electricistas
esempefarfan el rol del agricultor Boty ®
dicato esté disefiado, en parte, para negociar de manera colectig.
gn parte para restringir el ingreso a la profesién, y
En el siglo XIX, @ medida que se difundia la mecanizacién mas.
va, lor incentvos para formar sindicatos se volvian considerable. Ly
trabajadores constitufan una mercancfa abundante: todos reunidos en
concentraciones urbanas, facilmente sustituibles unos por otros, Sin
sindicatos, los salarios podrian mantenerse a niveles muy bajos; con
ails, podria eliminarse la competencia y los salarios aumentarfan (pag
aquellos afortunados que formaran parte del sindicato). En los Esta.
dos Unidos, las leyes mantuvieron a los sindicatos a raya: las legisla.
ciones antimonopolio, destinadas a evitar la connivencia entre gran-
des empresas, también estaban dirigidas a los sindicatos. Pero a medida
que el clima politico fue cambiando, estas leyes fueron declaradas
inaplicables y los sindicatos aumentaron su poder.
Si los sindicatos fueran especialmente exitosos, entonces deberia-
mos esperar que las industrias sindicadas gozaran de salarios enormes,
en algunos momentos y lugares —como en la industria del automd-
vil estadounidense de los afios sesenta y setenta— esto ha sido asi
Pero los sindicatos se enfrentan con diversos obstaculos en su camino
hacia esta clase de éxito. Cuando se considera que los sindicatos rea
lizan demandas poco razonables, que hacen que los precios alcancen
niveles inaceptables para gran parte del ptiblico, éste a su vez presior
naa los politicos para que regulen a los sindicatos. A veces la escase?
de la que gozan los sindicatos se ve desafiada por la competencia intet-
an o el caso de los trabajadores de las fabricas . on
Eee nidenses, quienes gozaban de excelentes salarios Y
el empleo hasta que la industria automotriz japones4 come!
40QUIEN PAGA TU CAFE?
a utilizar métodos més eficientes y a presionar a los fabricantes esta-
dounidenses.
En el caso de las industrias en retraccién, como los astilleros bri-
ténicos o la industria automotriz en los Estados Unidos, los empleos
disponibles desaparecen a tal velocidad que los sindicatos tienen gran-
des problemas para mantener el valor de la escase7; el sindicato nun-
ca puede amenazar con cortar el suministro de trabajadores con la sufi-
ciente velocidad como para mantener el mismo ritmo de una demanda
en disminucién.
En otras industrias no es la cafda en la demanda sino los emplea-
dores poderosos los que reducen el poder de los sindicatos. En los Esta-
dos Unidos, Wal-Mart (la cadena de hipermercados més grande del
mundo) tiene un tremendo poder de negociacién: sdlo habfa dos Wal-
Mart sindicados en América del Norte en la primavera de 2004, cuan-
do la compafifa anuncié que cerrarfa uno de ellos, una sucursal en
Quebec, debido a que el sindicato estaba dafiando su modelo de nego-
cio, En el Reino Unido los salarios de los maestros son bajos, a pesar
del hecho de que hay escasez de maestros cualificados. Esto se debe a
que el Gobierno, como tinico empleador, tiene un poder de negocia-
cién descomunal. Comtinmente, cuando hay escasez de trabajadores,
la competencia entre los empleadores deberfa hacer subir los salarios.
Sélo un empleador monopolistico podria, posiblemente, mantener una
situacién en la que exista un importante déficit de maestros y, sin
embargo, los salarios no aumenten en respuesta a ello. Los maestros
tienen cierto poder proveniente de la escasez, pero, en este caso, el
poder del Gobierno es mayor.
Otros profesionales como los médicos, actuarios, contables y abo-
gados encuentran la manera de mantener sus salarios elevados a través
de métodos que no son sindicales: crean «cinturones verdes» virtuales
que les dificultan la practica profesional a sus potenciales competido-
tes. Algunos t{picos cinturones verdes virtuales son los perfodos de eva-
luacién muy largos u organismos profesionales que sélo aprueban a
una determinada cantidad de candidatos por afio. Muchas de las orga-
nizaciones cuyo propésito es protegernos de profesionales «no cuali-
ficados» en realidad sirven para mantener altos los honorarios de los
Profesionales «cualificados» que ellos mismos nos recomiendan. De
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hecho, muchos de nosotros nos contentamos con solicitar, de m, a
a informal, consejo legal a profesionales experimentados que carecen
de titulacién oficial —asi como también consejo médico a estudian.
tes de medicina, médicos extranjeros 0 terapeutas alternativos—, Perp
las asociaciones profesionales legal y médica hacen todo lo posible
para limitar la disponibilidad de profesionales completamente cualifi-
cados y proscribir a sus sustitutos de menor coste: si no puedes cos-
tear el arrendamiento de las mejores tierras, no tendrds acceso al mon-
te bajo o a la pradera porque estén prohibidos. No resulta asombroso
que George Bernard Shaw dijera que «todas las profesiones son cons-
piraciones contra los legos».
Y ahora... una polémica
La inmigracién siempre ha sido un asunto delicado para los Estados
Unidos y, aunque la seguridad nacional se ha convertido recientemente
en una preocupacién, el debate contintia girando en torno a una vie-
ja pregunta: gnos roban los inmigrantes nuestros empleos? Tal vez
roben el tuyo, pero definitivamente no han robado el mio.
Los trabajadores instruidos, cuyos empleos requieren de maestrfa
y capacitacién, junto con los hombres de negocios que necesitan de
mano de obra barata, tienden a recibir bien a la inmigracién, como
parte de un proceso de enriquecimiento que aporta a la vida econé-
mica y cultural de cada nacién, mientras que los trabajadores poco
instruidos tienden a rechazar los nuevos movimientos migratorios de
trabajadores no cualificados con el argumento de que «nos roban nues-
‘ros empleos». Tal vez, esta descripcién sea demasiado caricaturesca,
Pero tiene sentido desde el punto de vista del interés personal.
Spe ee de =a trabajadores cualificados, no me gusta la
menbints pa a es inmigrantes, yimei gustaria ver un incre~
ce ae 0 bueno, es geo gno? dl ecesicar mano
saber amon alien pare at determina-
» me beneficiard que lleguen al pals més trabajado-
baled ratlficados, aunque esto tended el efecto contrario sobre los tra-
‘ajadores no cualificados que ya estén aqui.
os La
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