Tesis T38599
Tesis T38599
Tesis T38599
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
Borja Javier Ormazábal Hernández
Directora
Pilar Vega Rodríguez
Madrid, 2018
Madrid, 2015
A mi padre, Jesús Manuel Ormazábal Unzué.
Ojalá hubieras podido dedicarme tú tu tesis.
2
AGRADECIMIENTOS
A Pablo y a Álvaro, dos inmerecidos amigos, que fueron mis alas para entregar a tiempo
este volumen.
3
RESUMEN
Este trabajo pretende conocer una parte del pensamiento del hombre del fin del siglo XIX a través de las
obras de dos de los principales escritores finiseculares, Mark Twain y Miguel de Unamuno. El estudio tiene
su causa en mi interés por la guerra del 98 y el posicionamiento político respecto a la contienda de estos
dos ilustres ciudadanos de España y Estados Unidos. Partiendo de este interés embrionario hemos
ampliado la perspectiva para bosquejar los principales temas que trataron en sus obras señeras,
centrándonos en la narrativa (ficción y ensayo), aunque con algún aporte poético y teatral.
Analiza esta tesis las mayores influencias comunes en las obras de ambos autores, desde Shakespeare y
Cervantes, pasando por Darwin, Carlyle o William James, hasta la Biblia, que ambos interpretaron de
forma muy diferente. Repasamos las líneas maestras del pensamiento de ambos escritores, desde su visión
política, como decíamos antes, pasando por su concepción de Dios, de la naturaleza humana y su idea de la
mujer, prestando especial atención (aunque no solo) a las similitudes entre ellos.
Bosquejamos en este estudio someramente sus vidas y el mundo que les vio nacer y en el que
desarrollaron su carrera literaria, a caballo entre dos siglos, el XIX y el XX. Recordamos el contexto
político y filosófico de la época, analizando la influencia del positivismo y de las teorías psicológicas que
trataban de la dualidad del yo. Prestamos especial atención a la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898
como punto de inflexión en la historia de España y Estados Unidos, en el contexto del imperialismo que
ambos autores trataron prolijamente en sus obras, y recordamos su faceta como humoristas y sus
reflexiones sobre el proceso de la creación literaria, así como la repercusión de sus obras en los dos países
transatlánticos.
Como resultado del estudio podemos afirmar que son más las similitudes entre ambos escritores de lo
que, a priori, podría parecer, y que las inquietudes del hombre y problemas del mundo son hoy, en el fondo,
muy parecidos a los que eran entonces, empezando por el concepto de progreso, del que habría que
discriminar su vertiente espiritual de la material, hoy, como ayer, quizás menoscabada aquella en aras de
ésta.
Hemos consultado multitud de obras, no todas ellas citadas, por la necesaria vocación de síntesis de este
estudio, tanto textos de todo tipo de los escritores, sus artículos de prensa, cuadernos de apuntes, cartas,
diarios, como estudios críticos, monografías u otras tesis. Hemos tenido acceso a manuscritos inéditos de
4
Twain sitos en la Universidad de Berkeley, que pude consultar en la Universidad de Harvard gracias al
préstamos interbibliotecario entre ambos centros, y a documentos no publicados de la Casa-Museo de
Unamuno en la Universidad de Salamanca. También hemos visto diversos repositorios digitales, desde la
Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España al "Historic Newspapers" de la Library of Congress
de los Estados Unidos.
Palabras claves: Mark Twain - Miguel de Unamuno - Cervantes - Shakespeare - Carlyle - Darwin - James
- Biblia - Positivismo - Determinismo - Naturaleza Humana - Personalidad - Doble - Pesimismo -
Imperialismo - Socialismo - Anticlericalismo - Progreso - Fin-de-siècle - Guerra hispanonorteamericana - 98 -
Humor - Mujer - Creación literaria - Cristianismo - Catolicismo - Calvinismo - Deísmo - Ateísmo -
Racismo - Esclavitud.
ABSTRACT
This work seeks to know some of the nineteenth century man´s thought through the works of two major
fin-de-siècle writers: Mark Twain and Miguel de Unamuno. The study is caused by my interest in the war of
'98 and the political stance regarding the conflict of these two illustrious citizens of Spain and the United
States. From this embryonic interest we have extended the perspective to outline the main issues
discussed in their important works, focusing on the narrative (fiction and nonfiction), but with some poetic
and theatrical touches.
This dissertation analyzes the main common influences on both authors´ works, from Shakespeare and
Cervantes, going through Darwin, Carlyle or William James, to the Bible, which they understand in two
different ways. We look over the guidelines of their thinking, political views, idea of God, human nature
and women´s conception, focusing (but not only) on their similarities.
We glance at their lifes and the world where they were born, between two centuries: the 19th and the
20th century. We revise the philosophical and political context of their age, examining the influence of
positivism and psichological theories about the duality of the self. We pay special attention to the Spanish-
American War of 1898, as a turning point in the United States´ and Spain´s history, within the context of
imperialism that both writers dealt with on their works. We speak about their role as humorists and their
5
reflections on literary creative process, as well as the spreading of their works in the two transatlantic
nations.
As a result of the study we can say that there are more similarities between the two writers than what a
priori might seem, and that the concerns of man and world problems are today, basically, much like those
that were then, beginning by the concept of progress, of which we would distinguish the spiritual side of
the material one, perhaps undermined that for the sake of this, today as yesterday.
We have consulted many works, not all of them cited by the necessary vocation of synthesis of this study,
texts of all kinds, their newspaper articles, notebooks, letters, diaries, critical studies, monographs or other
thesis. We have accessed to unpublished manuscripts of Twain located at Berkeley University, which I
could consult at Harvard University thanks to interlibrary loan between both centers, and to unpublished
documents of the Casa-Museo de Unamuno at Universidad de Salamanca. We have also seen many digital
clearing-houses, from digital periodicals of the Biblioteca Nacional de España, to "Historic Newspapers" at
the Library of Congress of the United States.
Key words: Mark Twain - Miguel de Unamuno - Cervantes - Shakespeare - Carlyle - Darwin - James -
Bible - Positivism - Determinism - Human nature - Identity - Double - Pesimism - Imperialism - Socialism -
Anti-clericalism - Progress - Fin-de-siècle - Spanish-American War - 98 - Humor - Woman - Literary
creation - Christianism - Catholicism - Calvinism - Deism - Atheism - Racism - Slavery.
6
CAPÍTULO I. DOS COLOSOS EN LA ERA GLOBAL.
1.- INTRODUCCIÓN.
Hace ahora 100 años el mundo se deslizaba hacia una guerra nunca antes vista en la historia, que causó
millones de muertos. Pero no solo fallecieron soldados y civiles. Con la Gran Guerra se puso el colofón a
un proceso que había comenzado décadas atrás con la crisis de la fe en la ciencia y la razón que habían
dado al mundo un sentido que otorgó la religión desde el principio de los tiempos.
Algo estaba cambiando cuando Darwin, fundamentando de modo más sistemático las teorías ya expuestas
años antes por Lamarck y Mendel, nos dijo que no teníamos por qué venir de ningún paraíso, sino que
éramos producto de una lucha por sobrevivir.
España y Estados Unidos son dos países paradigmáticos de la civilización occidental, de culturas diversas y
trayectorias, diríamos, inversamente simétricas: al concluir el siglo XIX España era una potencia colonial
venida a menos (o mejor, antigua potencia), mientras que EE.UU. apuntaba maneras de nueva gran
potencia, a costa, precisamente de la nación que llegó a sus costas antes siquiera que el país existiera. Los
últimos años del siglo XIX apuntan lo que Spengler llamaría en 1917 la decadencia de occidente, que según
el erudito alemán venía de la mano de la expansión territorial: "Es el imperialismo el símbolo típico de las
postrimerías1 . El socialismo decimonónico aún incipiente en aquellos años de la belle époque tomaría el
testigo expansionista -ya como comunismo- con el inicio de las grandes guerras del XX2.
7
La sensación generalizada entonces era que el progreso material y científico de aquel tiempo escondía un
envés de degeneración social y moral. Filósofos como Nietzsche, sociólogos como Durkheim o científicos
como Haeckel compartían una visión pesimista sobre la evolución de la sociedad3.
¿Qué se pensaba entonces en ambos países del fenómeno del imperialismo, de la religión y de la naturaleza
humana? Variadas son las respuestas, pero hay dos escritores cuyas obras, tan diferentes, me han llamado la
atención por lo que dicen de sus vidas, dispares también y que responden a esos interrogantes. Dos
microcosmos 4 , que diría Chesterton. En una imagen a vuelapluma se vislumbra un fondo común de
inquietudes y dudas compartidas. Se llevaban 30 años, pero no parecían tantos, pues Unamuno ya pintaba
mayor siendo joven y Twain se hizo grande a la sombra de un inmortal chiquillo, Huck Finn. Nunca se
conocieron, pero ambos dejaron profunda huella en la literatura universal.
Soy consciente de la dificultad de este estudio por el extensísimo material de consulta, por eso he tenido
que acotar, centrándome en sus principales obras narrativas (con alguna pequeña pincelada poética y
teatral). Si he escogido a estos dos autores es por su condición de escritores que cuestionaron el
pensamiento dominante de su época. Eso les convirtió en gigantes a hombros de gigantes, porque como
dijo José Manuel Caballero Bonald en un programa de televisión, "los grandes escritores han sido siempre
grandes desobedientes"5.
El presente trabajo no puede abarcar, por cuestiones espacio-temporales, toda la obra de estos dos
caballeros decimonónicos6, pues cultivaron la narrativa, la poesía o el teatro (en mucha menor medida el
americano que el europeo estos dos últimos géneros) y dejaron gran cantidad de trabajos inéditos (muchos
inacabados, especialmente Twain), fruto de su modo de escribir, como veremos más adelante.
La obra completa de quien fuera durante más de cuarenta años profesor en la Universidad de Salamanca
abarca nueve volúmenes, los cuales no incluyen el numeroso material inédito que se encuentra en la Casa-
Museo Unamuno (C.M.U.) de su universidad. La misma abundancia luce Twain, que junto a sus obras
narrativas mayores escribió innumerables artículos, ensayos, sketches y discursos, 50 cuadernos de apuntes,
miles de cartas escritas y unos 600 manuscritos que no llegó a publicar en vida. Esto forma parte de la
3 Nietzsche escribió en 1888 que nada vale, que siempre hay que ir hacia adelante, paso a paso hacia la decadencia
(esa es mi definición, dijo el alemán, del progreso moderno), Teich y Porter, 1990: 98, 99.
4 "El hombre es el microcosmos, es el espejo y la medida de todas las cosas, es la imagen de Dios" (Chesterton,
2004: 43)
5 Los desayunos de TVE, 30/04/2009.
6 Unamuno, vivió justo la mitad de su vida en el siglo XX, pero su etapa formativa corresponde al XIX.
8
problemática del tema a investigar. En virtud de esta arista es comprensible que este trabajo adquiera un
carácter fragmentario a causa de la obligada selección de materiales a la que hemos tenido que someternos.
No obstante, los libros, cartas y artículos seleccionados y analizados son considerados los pilares dentro la
voluminosa obra de los dos escritores por la gran mayoría de la crítica. En ocasiones tuvimos que manejar
dos ediciones de la misma obra, por haber acabado esta tesis en Paraguay, tierra escasa de recursos
bibliográficos.
No es éste un trabajo sociológico, ni filosófico, ni teológico, aunque sí tratará temas de esos ámbitos, pero
solo a un nivel de estudio básico y no con el rigor que implica un estudio propio de estas ciencias, pues
nuestro propósito es bosquejar los puntos de vista de estos escritores sobre una serie de grandes temas
en el contexto de los cambios acaecidos en el fin de siglo, en cuanto estas dos figuras son señeras de la
evolución y cambio del pensamiento finisecular.
Hace ya más de dos décadas se publicó en España la correspondencia inédita de Miguel de Unamuno y
mucho antes su Diario íntimo, que desveló las posiciones del autor sin la cortapisa propia de los textos
nacidos para ser publicados. Otro tanto se puede decir del cuaderno de apuntes (Notebook) de Twain del
que, desafortunadamente, solo se ha publicado la parte correspondiente hasta el año 1891 (el escritor
murió en 1910) Los documentos originales, los "Mark Twain Papers", se encuentran en la Bancroft Library
de la Universidad de California, en Berkeley. Gracias a una beca del Real Colegio Complutense pude
consultar en la Universidad de Harvard importantes documentos de Twain no accesibles en España. A
través de la multitud de recursos electrónicos hoy a nuestro alcance hemos podido consultar también
innumerables artículos de periódico de ambos autores, especialmente a través de la página web de la
Biblioteca Nacional de España y de la Library of Congress de Estados Unidos.
He estructurado el trabajo en cinco partes relativas al objeto de estudio, al contexto histórico y filosófico,
a sus influencias comunes, a su pensamiento y a su concepción de la creación literaria. Comienzo, una vez
fijada la pertinencia de la investigación, realizando un bosquejo de la situación histórica-cultural del cambio
de siglo, así como de las trayectorias vitales de ambos autores y de la repercusión de sus obras en España y
Estados Unidos. Posteriormente me zambullo en ese río universal que es la literatura para sondear las
fuentes de esos Tormes y Mississippis por lo que fluyó la vida de nuestros dos autores, intentando desvelar
las principales influencias comunes que recibieron. Por último, realizó una síntesis del grueso del
pensamiento de los dos escritores, enlazando sus similitudes y sus diferencias, a través de una serie de
capítulos que repasan sus ideas filosóficas, políticas, su sentimiento religioso, el rol de la mujer, etc.
9
Decía María Zambrano a propósito del comentario de Sören Kierkegaard de que sólo se deben escribir
obras póstumas, que es tanto como afirmar que sólo los que han muerto deben escribir7. Twain estaba de
acuerdo y por eso dejó pasajes enteros de su autobiografía con la orden expresa de que no se publicaran
hasta 100 años después de su muerte. Unamuno recurrió al anonimato, especialmente en sus primeros
años, para evitar malentendidos y escribió muchas veces desde la antesala de la muerte, el mundo de los
sueños.
Tan distintos en su fe, pero a la vez tan cercanos por su heterodoxia religiosa, quizás fuera por esto que no
se cumplió con ninguno de los dos el aforismo de Menandro que tanto gustaba al rector de Salamanca:
"Muere joven aquel a quien los dioses aman". Y expiraron lejos de los grandes focos de poder de sus
naciones, allá donde se supone que un escritor está llamado a hacerse un nombre. Mark Twain y Miguel de
Unamuno fallecieron ya ancianos, pudiendo escribir mucho, afortunadamente para sus lectores, y murieron
en un mundo moribundo, a apenas cuatro años de la Gran Guerra, uno, y a tres de la Segunda Guerra
Mundial, otro.
¿Supo Twain de la existencia de Unamuno? No hay constancia de ello, pero a buen seguro que, de haberlo
conocido, el joven español genial le hubiera recordado a Kipling, a quien tanto admiró el norteamericano.
Don Miguel menciona al estadounidense fugazmente en su correspondencia y guardó en su casa durante su
época como rector de la Universidad de Salamanca (actualmente su Casa Museo) una lámina del "Mark
Twain Memorial", un proyecto de monumento escultórico en homenaje a Twain, que el autor, el escultor
Walter Russell, le envió a Unamuno junto con una misiva invitándole a suscribir una carta de
reconocimiento al escrito norteamericano8. Quizás éste trabajo sirva para juntarlos de algún modo, como
en un sueño en el que dos hombres, Samuel y Miguel, se dan la mano como protagonistas de una obra que
nunca soñaron se fuera a escribir.
TEXTOS UTILIZADOS.
Un breve vistazo a la bibliografía desvela que para el estudio de la obra de Twain hemos utilizado textos
digitalizados que hacen más fácil la localización de pasajes de interés. En concreto, nos hemos basado en las
ediciones del Gutenberg Project. El Proyecto Gutenberg fue impulsado en 1971 por Michael Hart como
En otros casos nos servimos de versiones al español, siempre cotejando el texto con el original inglés.
Dado que la obra de Twain ha sido traducida al español sólo en una pequeña proporción ofrecemos en
nota nuestra propia traducción de los pasajes que se van citando.
En este trabajo nos referiremos generalmente a Samuel Clemens como Mark Twain teniendo en cuenta
que el verdadero nombre del novelista es prácticamente desconocido para el público español. Con Twain,
como con otros periodistas, y escritores (Clarín, Azorín, incluso Fígaro), el seudónimo periodístico, o más
bien su alter ego literario, ha sustituido por completo a su verdadera identidad. La bibliografía,
evidentemente, responde a esta misma pauta.
11
2.- LA LITERATURA COMPARADA: ÚLTIMAS LÍNEAS DE
INVESTIGACIÓN.
El análisis de las fuentes y la comparación en literatura se ha realizado desde los mismos orígenes de los
estudios literarios, pero es a principios del siglo XIX cuando se comienza a hablar, en los departamentos de
literatura de las distintas lenguas en universidades principalmente de Occidente, de literatura comparada a
partir del concepto de Weltliteratur (literatura mundial) acuñado por Goethe. Es en los Estados Unidos
donde la disciplina, entendida ya como entidad autónoma de las distintas filologías nacionales, cobra
especial fuerza tras la II Guerra Mundial, impulsada por exiliados europeos, especialmente alemanes de
origen judío que previamente se habían establecido en Estambul huyendo del régimen nazi (son los Erich
Auerbach, los Leo Spitzer, etc.)9.
En el último tercio del siglo XX cobró relevancia, sobre todo en EE.UU., la metodología de la
deconstrucción abanderada por académicos como Derrida o De Man, como instrumento de análisis
literario y, en cuanto al objeto de la disciplina, los estudios de traducción, de género o postcoloniales.
Precisamente estos últimos han puesto en duda la pertinencia del enfoque comparativista predominante y
la institucionalización de la disciplina (cuando empezó a gozar de entidad independiente en los
departamentos de filología de las universidades), cuyo ejemplo paradigmático, evidente ya desde el título, es
la obra de Auerbach, Mimesis: Dargestellte Wirklichkeit in der abendländischen Literatur (Mímesis: La
representación de la realidad en la literatura occidental), de 1946. Junto al enfoque derridiano y su metodología
de la deconstrucción está la reciente línea crítica representada por autores como Gayatri Chakravorty
Spivak, quien en su colección de ensayos Death of a Discipline (Muerte de una disciplina), publicada en 2003,
señala que el futuro de estos estudios radica en superar sus orígenes eurocéntricos10.
En los últimos años se ha mantenido una discusión sobre si la literatura comparada es más un método que
una disciplina, se ha discutido cuál debe ser su metodología y objeto de estudio, dándose desde respuestas
más rigurosas, como la de la escuela francesa de la primera mitad del siglo XX, sujeta a normas y límites
preestablecidos, hasta el "todo vale" de ciertos comparativistas en los Estados Unidos. Ni lo uno ni lo otro.
Quizá, según dice Susan Bassnett, la comparación de extremos sea fructífera si al lector le aporta algo
nuevo, independientemente que los dos polos de la comparación se expresen en el mismo o diferentes
Lo que no hay que obviar nunca es el contexto histórico donde se desarrolló el acto de escribir del autor
o autores que estudiamos y las circunstancias en las que ahora leemos esas obras, la perspectiva del tiempo
del texto y del autor (einfühlung) a la que se refería Edward Said12. Y, como decía el escritor de origen
palestino, que el intérprete (comparatista) logre crear un espacio para el trabajo de los que podrían ser
ajenos y distantes. Tan mala es la libertad absoluta (la comparación del "huevo y la castaña") como el
encorsetamiento excesivo. En esta línea, René Wellek, en The Crisis of Comparative Literature, conferencia
leída en el congreso de la ICLA/AILC de 1958, destacaba que la obra literaria, en sí misma, había de ocupar
el protagonismo del estudio, pero sin olvidar del todo los elementos colindantes y que cuestiones como el
nacionalismo o la excesiva rigidez metodológica estaban llevando a mal puerto a la disciplina: "an artificial
demarcation of subject matter and methodology, a mechanistic concept of sources and influences, a
motivation by cultural nationalism [...] these seems to me the symptoms of the long-drawn-out crisis of
comparative literature"13.
Así las cosas, actualmente el canon está cambiando, y junto al estudio comparativo de los grandes clásicos
(véanse las influencias de Shakespeare o Cervantes) conviven nuevos enfoques, como aquellos que se
centran en los "migrant writers", escritores que dejando sus países de origen, adoptaron una nueva tierra
para vivir y, con ella, una nueva lengua (Joseph Conrad o Milan Kundera, por ejemplo, polaco y checo que
escribían en inglés y francés, respectivamente) o en analizar diferentes temáticas, como por ejemplo la del
"héroe aislado"14.
En el mismo sentido que Wellek se manifiesta Claudio Guillén, que atisba nuevos estudios no solo
enfocados en las influencias, sino en otros factores como las convenciones o tradiciones literarias,
reconociendo a las primeras porque "abren, por medio del examen intenso de contactos no mediatizados
entre autor y autor o entre obra y obra [...] las puertas del taller del escritor y el proceso,
interminablemente complejo, de la creación artística"15.
13
Estudios transatlánticos.
Entre los estudios de comparación se han venido desarrollando con incipiente interés en las últimas
décadas los estudios transatlánticos. Inicialmente se centraron más en las relaciones de Estados Unidos con
Europa y últimamente abarcan lo que se denomina un "modelo triangular", que además de la anterior
relación, analiza el nexo entre España e Hispanoamérica y entre los propios países americanos entre sí16.
Pionero en este enfoque fue el Profesor Bolton, de la Universidad de California, que allá por los años 30
del siglo pasado lamentaba que los historiadores estadounidenses se centraran solo en las 13 colonias en
vez de sondear los paralelismos con las otras naciones americanas 17 . Casi 50 años antes que este
académico, el gran poeta estadounidense Walt Whitman reflexionaba ya sobre la huella indeleble, aunque
muchas veces invisible, del carácter español en la identidad americana (estadounidense)18.
En relación a la situación de los estudios comparados entre las tradiciones norteamericana y española nos
ocuparemos de las dos caras de la moneda. En primer lugar, del desarrollo del hispanismo norteamericano.
En segundo, del interés en España por los estudios sobre los Estados Unidos.
Sobre el primer punto cabe decir, que, por su propio carácter de tierra de emigración, el famoso "melting
pot" norteamericano o crisol de pueblos, ya desde el siglo XIX hubo un incipiente interés en los Estados
Unidos por la cultura española.
Uno de los primeros hispanistas (por así llamarle, aunque no sea con el carácter que hoy tiene la palabra de
estudioso de la lengua y cultura hispanas, denominación normalmente asociada a investigadores
universitarios) fue Washington Irving, viajero infatigable, embajador de Estados Unidos en España, donde
permaneció durante casi 8 años divididos en dos períodos. A resultas de su primera estancia escribió varios
libros ambientados en España, como su famoso Tales of the Alhambra (1832), que le reportaron fama
literaria tanto en España como en su propio país, donde escribió relatos tan conocidos como Rip Van
Winkle o Sleepy Hollow19.
Otra personalidad del hispanismo que es necesario citar es George Ticknor, catedrático de lenguas
modernas de Harvard University, quien escribió una monumental historia de la literatura española. El
16 Sparling, 2007.
17 Fox, 2006: 639, 640.
18 Levander, 2007: 399; Whitman, 1964: 553, 554.
19 http: //www.bibliotecavirtualdeandalucia.es
14
historiador William H. Prescott dio también un importante impulso al estudio de relevantes capítulos de la
historia de España20.
A finales del XIX algunas universidades, empezando por la Johns Hopkins, centraron sus programas en la
investigación, al tiempo que los idiomas modernos iban adquiriendo autonomía frente a los clásicos.
Inicialmente el alemán y el francés gozaron de preferencia, seguidos del italiano y el español. Primero se
agruparon los idiomas de origen latino en departamentos de lenguas romances, para ir gozando
posteriormente de autonomía, aunque en algunas universidades se mantuviese la unión y en los
departamentos que fueron desgajándose el español se uniese a veces al portugués21.
A principios del siglo XX hubo una ola de interés popular por lo español. Con la gran depresión el número
de alumnos disminuyó para volver a aumentar con la Segunda Guerra Mundial. Tras la gran deflagración, el
interés por el español permanece estable hasta nuestros días en Estados Unidos22.
Las primeras publicaciones especializadas vieron la luz en los primeros años del siglo pasado, en 1916 la
Hispanic-American Historical Review y un año después la Revista Hispania, de la Asociación de Profesores de
Español, tanto de enseñanza media como universitaria. En 1933 aparecería la Hispanic Review, proyecto de
la MLA (Modern Language Association of America), y la Revista Hispánica Moderna de la Universidad de
Columbia, creada un año después, etc.23.
Actualmente son numerosos los estudios que se podrían encajar en el campo de los estudios
transatlánticos España - EE.UU., pero, como señala el profesor Suárez-Galbán en su obra The Last Good
Land: Spain in American Literature (2011), son muy pocos los trabajos generales sobre el tema, básicamente
el de Stanley T. Williams, The Spanish Background of American Literature, una obra de 1955 y reeditada 13
años después con ejemplos anteriores a 1913. Carecemos, pues, de una obra sistemática actualizada para
abordar la cuestión.
En cuanto al "norteamericanismo" hispano hay que decir que, bien sea por el ensimismamiento español
denunciado por Unamuno24 o por la distancia geográfica o espiritual, cuando España se abrió a influencias
estamos alienados, se vuelva con amor a estudiar el pueblo que nos sustenta a todos, y abriendo el pecho y los ojos
15
extranjeras, estas fueron predominantemente francesas. Así se entiende que los escritos de autores
norteamericanos llegaran generalmente a través de traducciones galas, como las traducciones de Poe a
cargo de Baudelaire, clave de su difusión en toda Europa o bien, de modo secundario, a través de la
influencia de la literatura norteamericana en Hispanoamérica25.
Es significativo que el único estudio de carácter general del que tenemos constancia es de un autor
estadounidense, John DeLancey Ferguson, que en su American Literature in Spain (1916), obra de la que
están a punto de cumplirse 100 años, repasa la recepción en España de una serie de autores
estadounidenses del XIX, en concreto, Poe, Hawthorne, Irving Cooper, Longfellow, Prescott, Emerson y
Whitman.
La más antigua institución centrada en las relaciones transatlánticas es la AEDEAN (Asociación Española de
Estudios Anglo-Norteamericanos), que publica la revista Atlantis desde 1979. En los departamentos de
filología inglesa de las distintas universidades suele haber publicaciones periódicas sobre la materia, como es
el caso de la Complutense Journal of English Studies (CJES), antes Estudios Ingleses de la Universidad
Complutense, fundada en 1993, y que como se infiere de su título, no solo se ciñe al gran país
norteamericano, sino a la cultura en países de habla inglesa.
Tras este preámbulo nos planteamos los dos términos de la comparación que llevaremos a cabo en este
trabajo. Esta comparación no sólo es pertinente, sino que coadyuva a arrojar algo de luz a un campo poco
a las corrientes todas ultrapirenaicas y sin encerrarse en capullos casticistas, jugo seco y muerto del gusano histórico,
ni en diferenciaciones nacionales excluyentes, avive con la ducha reconfortante de los jóvenes ideales cosmopolitas el
espíritu colectivo intracastizo que duerme esperando un redentor!", Unamuno, "Sobre el marasmo actual de España"
(En torno al casticismo), en OC (VIII), 2007: 199.
25 Ferguson, 1916: 2, 4, 6.
16
estudiado en España, como es la figura de Mark Twain. A la vez el trabajo mueve a la reflexión sobre un
país hoy calificado como el "gendarme del planeta", cuyo papel como potencia mundial, hoy objeto de
debate, empezó a fraguarse hace más de 100 años, entre las humaredas de Cavite. El análisis conduce
también a nueva reconsideración de la crisis del 98 española cien años después.
A veces se puede tomar como el punto de partida de una comparación una afinidad personal, estética o
temática entre autores u obras, pero el interés por este trabajo fue motivado por la reflexión acerca del
papel de la prensa (de ambos lados) sobre la contienda entre España y Estados Unidos. Mark Twain y
Miguel de Unamuno fueron dos de los intelectuales que se pronunciaron claramente en este asunto. Del
lado español siempre me habían llamado la atención las diatribas, el "contra esto y aquello" de Miguel de
Unamuno; pero, tras el estudio más pormenorizado de una obra póstuma de Mark Twain, The Mysterious
Stranger, descubrí una faceta del escritor norteamericano que antes desconocía, una sensación de vértigo
análoga a la de Unamuno desde el suelo español: al polemista político enfrentado al pensamiento
dominante.
No me atraía de Twain una especial afinidad con lo hispano o una imagen arquetípica de lo estadounidense,
que es, según algunos comparativistas como se forma en un país el canon de obras extranjeras
seleccionadas y que explica por qué Lorca forma parte en Estados Unidos de más antologías que Antonio
Machado, "perhaps because writing about gypsies and bullfighters and amorous ladies is what the Anglo-
American imagination unconsciously expects from a Spanish poet"26. Lo que me atrajo poderosamente de
Twain fue descubrir su confluencia o sintonía con Unamuno, como se verá en este trabajo, muchas más
influencias compartidas de las que hubiera podido imaginar, y muchas coincidencias temáticas de las que
hubiera podido sospechar, siendo, claro está, autores muy diferentes.
No es éste pues, un caso para, parafraseando el libro de Marcel Detienne, comparar lo incomparable, sino,
tal y como señala el Centre de Recherche en Littérature Comparée de la Universidad de la Sorbona en sus
programas, de "desentrañar lo común en lo propio y lo igual en el otro"27. Dos autores que compartieron
No existe ningún estudio comparativo de ambos autores. No nos consta que se haya realizado ningún
trabajo doctoral sobre Mark Twain en España. Existen 55 tesis doctorales registradas desde 1975 en la
Universidad Española sobre Miguel de Unamuno, abordando cuestiones muy diversas como la evolución
vital de Unamuno, su pensamiento político, social, filosófico, histórico, religioso, sus opciones como
creador, su relación con la cultura francesa, latinoamericana, su visión de la ciencia y el progreso. Muy
pocos son los estudios comparativos, apenas el de Arsenio Sánchez Calvo en la Universidad de Valladolid
en 1986, "La novelística de Edward Morgan Forster y Miguel de Unamuno", que analiza las similitudes entre
los temas de ambos autores, en especial la visión de lo trascendente, y las coincidencias principales en el
campo de lo narrativo (técnica del monólogo interior, trabajo del punto de vista, auto-ficción y metaficción,
símbolos y metáforas epifánicas); o la de Alessandro Laganá, tesis leída en la UNED en 2006, "Pirandello y
Unamuno, un estudio comparado", dividida en tres partes: afinidades biográficas entre ambos autores, en
segundo término, comparación de las teorías literarias desarrolladas, y finalmente, comparación temática y
de construcción de personajes.
La tesis de Luigi Ferraro, “Benedetto Croce y Miguel de Unamuno. Historia de una amistad humana e
intelectual”, leída en la Universidad de Salamanca en 2004, trata de ver las correspondencias teórico-
literarias entre ambos autores, y de destacar que en esta afinidad interviene la analogía de formación
científica y el hecho de participar de un mismo momento histórico. Un acercamiento original es el
defendido por Sumita Tetsuyasu en la Universidad de Salamanca en 2008 para optar al grado de Doctor en
Filosofía, titulado “Unamuno: perspectiva japonesa. (Estudio bibliométrico)”. Esta tesis trata de analizar la
recepción de Miguel de Unamuno en Japón.
18
3.- RECEPCIÓN EN AMBOS PAÍSES.
Twain en España.
Twain y Unamuno conocieron bien otras literaturas nacionales además de las suyas propias: Twain incluso
escribió una obra en alemán; sin embargo, fue poco conocido en España, al menos no fue bien conocido y
sí catalogado dentro de una especificidad "yanqui". El reconocimiento de Twain como escritor de alcance
universal, no simplemente un humorista, fue relativamente tardío.
La llegada de Mark Twain a España fue tarde y de escasa repercusión literaria. Hasta el año 1900 -inclusive-
se encuentran apenas 50 menciones de Twain en periódicos digitalizados de la Biblioteca Nacional de
España en Madrid (BNE), cuando desde 1901 hasta finales de 1936 las referencias al estadounidense
ascienden a más de 1.100. Además, la mayoría de las menciones aluden a su condición de humorista,
refieren anécdotas de su vida o bien se hacen eco de sus frecuentes viajes. En definitiva, la prensa se refiere
sobre todo a su vida, más que a sus obras señeras, como se puede apreciar, entre otros muchos ejemplos,
en el número de 8 de julio de 1907 de El Imparcial, donde Ramón Pérez de Ayala escribe sobre Twain con
motivo de su viaje a Oxford para recibir el doctorado honoris causa. La imagen que la prensa española da
de Twain en esa época es más acorde a la de una celebridad que a la de un literato.
La primera referencia que existe entre la prensa digitalizada de la BNE sobre Mark Twain se hace en una
crónica desde Estados Unidos firmada por Antón Mojujo y publicada en el periódico madrileño La Época el
22 de abril de 1877, en el que se le describe como "un escritor muy chistoso en este país" (p. 1). Esta
mención ilustra la imagen del Twain de sus primeros años que, tanto en su país como en España, es tenido
en cuenta solo como humorista. El 9 de noviembre de 1891 se habla en el mismo periódico del banquete
ofrecido en honor al célebre autor dramático y literato norteamericano en la embajada de los Estados
Unidos. En el número de 19 de septiembre de 1897 del diario El Globo, aparece una completa noticia sobre
su quiebra financiera. En el de 30 de mayo de 1905 de La Ilustración Española y Americana, en un artículo
titulado "Pesimismos y optimismos", se cita a Twain a colación de su frase sobre el pesimismo en los
jóvenes y el optimismo en los viejos28.
28Al respecto vale la pena notar la opinión del propio Twain: "When a man is a pessimist before 48 knows too
much; if he is an optimist after it, he knows too little." ("Cuando un hombre es pesimista antes de los 48 es que sabe
demasiado; si es optimista después de esa edad, sabe demasiado poco"), carta de Twain a Twichell de 14 de marzo
de 1905. (Letters, 1917: 767, 768)
19
Como acabamos de decir, la imagen que de Samuel Clemens da la prensa española es de humorista y
escritor peculiar, hijo de eso que se conoce popularmente como "el salvaje oeste". Así, en el número de
octubre de 1889 de La España Moderna se le cita como genuino representante cultural del oeste
americano, según declara el articulista:
Yo confieso que esta nueva forma del arte, que se afirma en la novela por medio de Cooper, Bret
Hart y Mark Twain, en el teatro con las funciones de la compañía Búfalo Bill, y otros espectáculos
semejantes, me parece esencial y característica del nuevo mundo. Sin tradición literaria, sin preceptos
retóricos, su ley es la naturaleza y su interés la lucha. Nace ruda, viva, sin primores artificiosos. Es
acaso una revolución, acaso un método bárbaro y primitivo que necesita afinarse; de cualquier modo,
no es lo que por aquí se acostumbra, y esto sólo lo hace interesante, en mi entender29.
En el madrileño diario La Época de 30 de noviembre de 1897 se recoge también la imagen de Twain como
especialista en humor. Dice el breve situado en el apartado "Crónica extranjera" y titulado "Una frase de
Mark Twain":
El célebre humorista norteamericano Mark Twain, que reside actualmente en Viena, donde es
festejadísimo por artistas y literatos, recibió ha días de Nueva York una gran cantidad de telegramas
en los que se le preguntaba, con toda seriedad, si era cierto el rumor, existente en América, de haber
pagado á todos sus acreedores. Mark Twain, sorprendido desagradablemente por semejante noticia,
se apresuró á telegrafiar á su editor en Chicago: "Eso es una desvergonzada calumnia. Ruego á usted
lo desmienta categóricamente. Gracias a Dios aún nado en deudas"30.
En esta línea, se puede citar también un artículo de Alfonso Paso titulado "De todo un poco", en el nº de 9
de abril de 1910 de Madrid Cómico, donde hace referencia a un supuesto comentario del norteamericano
en el que habría afirmado que, si "el hombre inventara algo que le hiciese perder la gravedad, flotaría en el
espacio". En noviembre de 1920 la revista Cosmópolis publica una incisiva reseña afirmando que el
humorismo de Twain debe entenderse en sentido amplio, ya que no se contenta con provocar risa fácil y
sitúa al norteamericano, junto a Thackeray y Bergson, cuando habla del humorista como moralista
disfrazado de sabio.
Como es patente, todos estos artículos se refieren a Twain como "célebre humorista"33, escritor "de fama
universal" 34 , pero no abundan las referencias a sus obras y cuando las hay llegan con muchos años de
retraso respecto a su publicación en inglés, igual que pasa con la tardía publicación de sus obras en España.
El primero de sus libros que aparece recogido en la base digitalizada de nuestra Biblioteca Nacional, en
noviembre de 1878 es The Gilded Age, al que se menciona de manera fugaz en La Revista de España con su
título en español (La Edad dorada) Lo cierto es que no era el primer libro de cierta fama del autor, quien
había publicado ya en 1869 The Innocents Abroad.
Señalan también fuentes de la Biblioteca Nacional que, por esos mismos años, la Administración del
Noticiero-Guía de Madrid publicaba unos Cuentos escogidos traducidos por Augusto Barrado, también
catalogados en la biblioteca. En las primeras décadas del siglo aparecen nuevas traducciones en editoriales
diversas, entre las que se cuenta, por ejemplo, El Cuento Semanal. Estas ediciones se centran principalmente
31 En esta línea puede verse el nº de La Lectura de enero de 1901, donde se hace una amplia crítica de To the Person
Sitting in Darkness publicado en la North American Review.
32 El nº de 4 de mayo de 1910 de Alrededor del Mundo, dirigida por Manuel de Mendívil, inserta un especial sobre
un artículo, a propósito de la anécdota de un león que se abalanzó sobre unos novios, hijos de los propietarios de un
circo, durante el propio espectáculo, lo que motivó un artículo de Twain.
34 En el nº de 1906 de La Lectura, reproducen el cuento de Twain "La leyenda de Sagenfeld", señalando sobre él que
21
en los cuentos y en Tom Sawyer. Abundan, sobre todo, las narraciones humorísticas, con títulos como "Y la
burra entre las coles".
Ocurre lo mismo con la obra magna de Twain: la primera edición de Huckleberry Finn data de la década de
los treinta y está incompleta: el lector sólo puede echar un vistazo al segundo volumen de Las Aventuras de
Huck, traducido por Fernando de la Milla para la editorial Caro Raggio. Tampoco la edición de 1940
respeta el original, ya que se trata de una versión adaptada de 34 páginas, una de las muchas que
aparecerán a lo largo del siglo. La edición completa llegará más adelante, en el 42, es decir, casi 60 años
después de la publicación original (1883).
De la recepción inicial de la obra del creador del Yankee en España da buena idea la monografía de John de
Lancey Ferguson, antes mencionada, de 1916, que no escoge a Twain entre los autores objeto del estudio
pese a mencionar 23 publicaciones suyas (libros, artículos en publicaciones periódicas -como El Pretendiente
Americano- y reseñas) entre las difundidas en España (al nivel de Prescott, uno de los estudiados). Está
Twain, sin embargo, muy por debajo de su tan denostado James Fenimore Cooper, con 69 publicaciones en
España en la fecha del estudio, y la inmensa mayoría de las obras descritas son cuentos humorísticos y
relatos, siendo Tom Sawyer el único título del listado que se cuenta entre sus grandes creaciones.
Hoy en día hay, sin embargo, existen 795 ediciones de libros de Mark Twain en España, al menos ediciones
de los últimos 40 años, que representan casi el doble de las que hay de libros de Miguel de Unamuno35.
En esta línea, no aparece ninguna tesis doctoral de Twain en el registro del Ministerio de Educación (Base
de datos Teseo), que recoge todas las tesis aprobadas por las universidades españolas desde 1976. El
tratamiento del autor estadounidense en nuestro país es muy escaso y no existen estudios monográficos,
apenas algunos aislados artículos sobre diferentes motivos de sus obras36.
35 Datos a 30 de septiembre de 2015. Según el buscador del Mº de Cultura (base de datos contiene referencias
bibliográficas de los libros editados en España desde 1972, año en que nuestro España se unió al sistema ISBN) hay
775 títulos de Twain. Según Cultura, hay 435 de Unamuno. Los datos son solo de libros, no habiendo encontrado
artículos de ambos autores incluidos en publicaciones periódicas.
36 De 1915 a 1934 aparecen 32 registros, en el período 1935-1954, 274, de 1955-1974, 599, de 1975-1994, 707, y de
1995-2014 hay 911 registros. Del total de los registros anteriores (más de 2.500) apenas 11 son de publicaciones
españolas, menos de un 0,5 % del total.
En la Base de datos de Ciencias Sociales y Humanidades (ISOC, Base de datos referencial y bibliográfica que
fundamentalmente recoge referencias de artículos publicados en revistas españolas del ámbito de las ciencias sociales
y humanas) del CSIC, aparecen 17 documentos sobre Twain (mientras que, para hacernos una idea, hay 43 de
Emerson, 42 de Melville o 174 de Poe) y 1.196 de Unamuno.
22
Unamuno en los EE.UU.
La formación lectora de Unamuno fue prodigiosa, conocía bien literaturas incluso en lenguas minoritarias
como el noruego o el danés, sobrepasó también los cánones literarios: fue un experto, por ejemplo, en
Leopardi, en su época el autor italiano menos destacado en las antologías de factura hispánica. En Estados
Unidos Unamuno fue mejor conocido por su reinterpretación de El Quijote que por sus nivolas, quizás por
hallar allí el público norteamericano lo universal humano, lo que le resultaba más familiar37.
Las obras de Miguel de Unamuno tardaron en difundirse en los Estados Unidos. Hasta el año 1922, fecha
tope de la que se guarda registro en su archivo de prensa histórica digitalizada, apenas se localizan doce
menciones a Unamuno en los periódicos de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, biblioteca que
alberga más de 150 millones de documentos de diverso tipo (libros, publicaciones periódicas, etc.).
La primera referencia a Miguel de Unamuno data del 13 de octubre 1904 en The Phillipsburg Herald, bajo el
título "Cause of Spanish Decline" y da cuenta de un discurso de Unamuno, "rector and professor of Greek
literature at the University of Salamanca" (p. 6) en el que se señala cómo Unamuno fija el declinar español
desde el mismo descubrimiento de América, a causa de la oposición entre la aparente riqueza exterior y la
pobreza interna y al hecho de que la bravura en el campo de batalla fue contrarrestada por la cobardía de
pensamiento.
Hasta tres años después no se encuentra ninguna mención más, y tiene lugar en The Pacific Commercial
Advertiser de Honolulu el 29 de octubre de 1907, en un artículo que habla del anticlericalismo en España38.
Un año después, aparece en el número de 2 de febrero de 1908 una alusión a Unamuno en The New York
Tribune, a propósito de la publicación de su Vida de Don Quijote: "Señor Miguel de Unamuno, a Spanish
Metaphysician of some distinction…" (p. 7), en una minúscula reseña de apenas diez líneas a una columna.
En mayo de ese mismo año aparece una amplia reseña en The New York Tribune del libro The soul of Spain,
ilustrada por una foto de La dama de Elche, en la que se recogen las opiniones del autor reseñado,
Havelock Ellis, a propósito de la metafórica explicación que da Unamuno a la Guerra
37 "It may very well be that in selecting the roster of masterpieces we succumb to the tic of recognizing that which
seems familiar in the foreign...", Warnke, "The Comparatist's Canon: Some Observations" (Koelb, 1988: 51). Ver
también Loriggio (2004). Es decir, se elige el canon de modelos en función de lo que resulta más familiar; a la vez, lo
familiar resulta ser lo más universal, como la desazón de un Hamlet, que es la angustia existencial de cada ser
humano.
38 Se citan unas declaraciones de Unamuno ("the rector of Salamanca") en el Diario Universal de Madrid en el que dice
aquello de que el catolicismo español ha descristianizado España y que la mayoría de los curas apenas han leído el
evangelio y concluyendo que la España de hoy no es católica (p. 6).
23
hispanonorteamericana: Robinson Crusoe y Don Quijote encontrándose en una isla (10 de mayo de 1908,
p. 6). Como anécdota, cabría decir que en julio de 1912 se publicó un artículo de Unamuno, Imperialismo de
relojeros, en un pequeño periódico de Nueva Orleáns, el Mercurio39.
Hasta 1917 no hay rastro de Unamuno en la prensa digitalizada de la Biblioteca del Congreso, cuando se le
cita en The New York Tribune en una pequeña noticia sobre la entrada de los Estados Unidos en la Gran
Guerra, haciendo referencia al mitin de la Plaza de Toros de las Ventas en el que pronunció un discurso:
"the former rector of Salamanca University caused thunderous applause when he declared that the liberal
objects of the Allies in the air were demonstrated by the entrance into it of "the great American
democracy"" (28 de mayo). La misma referencia encontramos en el Evening Star the Washington el mismo
día.
En el New York Times, que no se encuentra entre los periódicos digitalizados por la Biblioteca del
Congreso, la primera referencia a Don Miguel data del 20 de septiembre de 1916, en un artículo que habla
de la carta de Zulueta40 al londinense Times titulada "We spaniards" (artículo del que se deduce que el
diplomático español declara a los españoles como mayoritariamente proalemanes), y sobre el
progermanismo mayoritario en España durante la Primera Guerra Mundial, debido al analfabetismo de la
población ("the reason, however, is not particularly flattering to Spain, for according to the latest available
statistics about 64 per cent of the Spanish people cannot either read or write"). El autor del artículo sitúa a
Unamuno entre los representantes destacados de la minoría intelectual que apoya a los aliados: "True, they
are a minority, but who would not rather be a minority with Unamuno than a majority with the 64 per
cent". Y compara al escritor español con el presidente Eliot (que fue presidente de la Universidad de
Harvard entre 1869 y 1909), calificándole como profesor universitario de pensamiento clarividente y lúcida
expresión.
A partir de la década de los 20 las referencias son ya más frecuentes, aunque tampoco muchas41. Así, por
ejemplo, en The Dallas Express de 30 de abril de 1921, se le cita en una pequeña noticia a propósito de que
un grupo de "prominent Spaniards" enviaron un mensaje de protesta al presidente de los EE.UU. por la
ocupación yanqui de Santo Domingo. Y entre esos prominentes se encuentra Unamuno. O el Tribune, de
periódico, en 1926 en 6, en 1927 en 5, en 1928 otras 5, en el año 1929 solo dos; en el 1930, en 27 ocasiones, en
noticias sobre la convulsa situación política en España y, curiosamente, dan cuenta el día 19 de marzo del ataque de
un perro a Unamuno, a resultas del cual se rompió un brazo y se lastimó una mano; en 1931 le mencionan 18 veces.
24
Nueva York, en una reseña de un libro de John Dos Passos, Rosinante to the road again, en la que habla de
Unamuno a propósito de la opinión de Havelock Ellis como "one of the most brilliant of Spanish writers".
También se reproduce la frase de Don Miguel. quien "once describe the Spanish-American War as an
encounter between Robinson Crusoe and Don Quixote over an island"42.
Sondeando en la hemeroteca de The New York Times se aprecia cómo a partir de los años 20 del siglo XX
se empieza a mencionar con cierta frecuencia a Unamuno, pero más por su posicionamiento político o por
su vida que por sus obras43 . También se habla de él, en pocas ocasiones en verdad, por su relevancia
literaria, como en la extensa reseña a cinco columnas del libro A picture of Modern Spain en el número de 8
de enero de 1922, donde se pinta el panorama de prejuicios y limitaciones con el que al americano medio
aún veía a España (el país de la Carmen de Bizet...), pero donde las cosas estaban cambiando ("during the
last few decades [...] the land of reaction has fostered radical and progressive thought"), entre otros, por
los hombres de la generación del 98, entre los que sitúan a Unamuno.
Y se habla de sus obras, eso sí, con considerable retraso respecto a su publicación en España (aunque no
tanto como las de Twain respecto a su publicación en Estados Unidos). Entre ellas Del sentimiento trágico de
la vida44, reseñada extensamente, a 5 columnas, con un repaso prolijo de los principales temas del libro, el
19 de marzo de 1922, bajo el título "The Deification of Don Quixote". Este artículo comienza diciendo que
Unamuno acaba de ser descubierto por los lectores de habla inglesa, aunque lleva tiempo siendo conocido,
42 Una vez describió la Guerra Hispanoestadounidense como el encuentro de Don Quijote y Robinson Crusoe en una isla. The
New York Tribune, 23/04/1922: 10.
43 El 5 de febrero de 1920, donde dan cuenta de la amnistía general decretada.
En el nº de 17 de septiembre de 1920 se adjunta una pequeña información reseñando las protestas en Valencia por el
juicio a Unamuno, quien fue acusado de delitos de lesa majestad, a resultas de tres artículos criticando a la
monarquía.
En el de 28 de agosto del 1921 se citan ampliamente las críticas de Unamuno a la campaña de Marruecos, durante
una información sobre dicha guerra.
En el nº de 21 de febrero de 1924 se da cuenta de su exilio forzado. A partir de este año sale casi una noticia del
escritor al mes (en 1924 sale mencionado 17 veces en el NY Times, la mayoría sobre su exilio y opiniones acerca del
mismo, como la de Gabrielle D'Annunzio en el nº de 20 de abril del 24).
En el nº de 4 de enero de 1928 se habla del arresto de su mujer cuando volvía de verle en Hendaya.
En el número de 1 de febrero de 1931 en un artículo titulado "El poder del ejército español domina la política de la
nación", se dice que el ejército es como un estado dentro del estado, y se califica a Unamuno como "el
mundialmente famoso líder republicano".
En el de 24 de mayo del 31 se adjunta un artículo del propio Unamuno titulado "The new Spain as Unamuno visions
it", traducción de un discurso del escritor.
El 14 de abril del 1935 se da noticia de su nombramiento como ciudadano honorífico por parte de la República.
En el nº del 5 de agosto de 1936 se informa del apoyo de Unamuno a los "rebeldes": "Unamuno Backs Rebels,
Spanish Philosopher Says He Is Fearful of Bolshevism".
44 Según Manuel García Blanco, se difundió una "excelente versión" de esta obra (García Blanco, 1953: 10).
25
especialmente por su Vida de Don Quijote, y que Del sentimiento trágico de la vida representa el verdadero
espíritu de la moderna España.
En el número de 19 de abril de 1925 se reseñan sus Ensayos y soliloquios. Muestra del desfase entre la
publicación en España y en Estados Unidos nos la da Revista de avance de La Habana, que recoge en 1928
(15 de febrero) una reseña de la revista Books de Nueva York, que habla de la Vida de Don Quijote y Sancho,
como "recientemente traducida al inglés" (la novela fue publicada en España en 1904). Con el advenimiento
de la República se puede considerar que Unamuno goza ya de una fama consolidada en los Estados Unidos,
reclamándole el New York Times su opinión sobre la nueva situación en 193145. Aparece también alguna
mención curiosa, de obras menos conocidas de Unamuno, como la representación en el Teatro
Ambassador de Todo un hombre, a cargo de la compañía de los argentinos Enrique de Rosas y Paulina
Singerman, y reseñada en varios artículos de abril de 1937 del Times neoyorkino.
La publicación de sus poemarios fue aún más tardía, tal como señala el profesor García Blanco: The Christ of
Velazquez no vio la luz hasta 1951 y Poems, en 1952. En general, como señala José Luis Mora García46, sus
obras fueron tardíamente traducidas al inglés: la ya mencionada The Tragic Sense of Life in Men and in the
Peoples fue publicada por Fitch con un ensayo introductorio de Salvador de Madariaga (1921), los Essays and
Soliloquies, en la fecha de la reseña arriba mencionada (1925); The Agonity of Christianity traducida por Pierre
Loving, en 1928; Mist, por Warner Fite; Three Exemplary novels (1930), por Ángel Flores, todas ellas en vida
de Unamuno, y una larga lista posterior de traducciones realizadas por Stuart Gross (1945), Eleanor
Turribul (1952), Kurt Reinhardt (1960), Van de Berg (1996) y los siete volúmenes de Princeton, entre
finales de los sesenta y mediados de los ochenta, con traducciones y estudios de Anthony Kerrigan, Allen
Lacy y Martin Nozick.
Mora García ha realizado además un estudio general47 de los artículos de la revista Hispania, en el que es
Unamuno (a veces comparado con otros autores) el tema de estudio, sacando varias conclusiones, que
son, en resumen: las escasas publicaciones en vida de Unamuno, a pesar de las traducciones de los años
veinte; el vacío de los años treinta; la concentración de artículos en los cincuenta y sesenta, sobre todo en
esta última década donde se publica un tercio del total, y el fuerte declive en los noventa pues el último de
los artículos recogidos se refiere más a María Zambrano y las fuentes de su pensamiento que propiamente
a la figura de Unamuno.
45 El 1 de mayo aparece un artículo suyo, "Pleito de historia y no de sociología", en el diario neoyorkino, que días
después aparecería en el madrileño El Sol.
46 Mora García, 2002: 61.
47 Mora García, 2002: 62.
26
A diferencia de lo que señala este estudio para la Revista Hispania, en la generalidad de la crítica
estadounidense el interés por Unamuno ha ido decreciendo, desde la década de los 50 60 en el siglo XX, y
a un ritmo lento desde el cambio de siglo.48 Con todo, según una encuesta desarrollada por el profesor
García Blanco (en Estados Unidos, a diferencia de España no existe un registro centralizado de tesis
doctorales), en 1955 se habían realizado cuatro tesis sobre el escritor vasco en universidades
estadounidenses, dos estaban en curso en el momento de publicación de su estudio y había 56 tesinas
sobre el particular.
El espectro de las obras sobre Unamuno publicadas en los EE.UU. es variado, versa desde la temática de
sus obras o las influencias recibidas, hasta campos tan en boga en las universidades norteamericanas como
los estudios postcoloniales, prestando especial atención a la relación epistolar del español con homólogos
hispanoamericanos, asunto que veremos posteriormente. En la Bibliografía con la que cerramos esta tesis
puede apreciarse una buena muestra del objeto de los distintos estudios realizados sobre el escritor vasco.
Es conocido el interés de Unamuno por lo americano o, más precisamente, por lo hispanoamericano, por
aquello del idioma común, pero como demuestra, entre otros, Manuel García Blanco, máximo especialista
en el escritor y editor de sus obras completas, el rector de Salamanca mostró extraordinario interés
también por los EE.UU.
Twain, sin embargo, no pareció mostrar nunca especial predilección por España, pese a tener ocasión
durante de sus frecuentes viajes a Europa de conocer el país (estuvo en Andalucía brevemente en su
periplo camino a Tierra Santa que plasmaría en su Innocents Abroad) y al interés generalizado que parecía
suscitar nuestro país en el XIX, como señala Barret Wendell en su Living Age: "It is curious what an
attraction Spain and Spanish history have always had for the best Americans. It is, as Hawthorne once said,
48Hemos tomado como referencia las publicaciones que aparecen en la bibliografía de la MLA (Modern Language
Association International Bibliography) que anualmente recoge en sus índices más de 65 mil libros y artículos) a través
de JSTOR. Así, de 1915 a 1934 aparecen solo 23 registros; entre 1935-1954, 73, de 1955-1974, 398; de 1975-1994,
217; y de 1995-2014, 183 registros. Del total de registros (894) 523 son en inglés y hay que tener en cuenta que
varias de las revistas publicadas en los Estados Unidos, como Hispania, publican sus artículos también en español.
27
as if America wished to pay the debt she owed to her discovery. Prescott and Motley, Washington Irving
and Longfellow have each in turn caught inspiration from the history or legends in Spain"49.
Apenas dos huellas de nuestras tierras celtíberas atisbamos en la obra de Twain: la referida en su crónica
de viajes Innocents Abroad, de su recorrido por Andalucía, durante poco más de una semana, y una carta
enviada a su madre desde Cádiz el 24 de octubre de 186750, donde mostraba su gusto por lo que vio en
esta su primera y última presencia en España:
The country is precisely as it was when Don Quixote and Sancho Panza were possible characters.
But I see now what the glory of Spain might have been when it was under Moorish domination. No, I
will not say that, but when one is carried away, infatuated, entranced, with the wonders of the
Alhambra and the supernatural beauty of the Alcazar, he is apt to overflow with admiration for the
splendid intellects that created them51.
Al final de esta carta el biógrafo de Twain, Albert Bigelow Paine, se lamenta de que el escritor no pusiera
nada de su excursión andaluza en Innocents Abroad. A propósito de este último comentario de Paine hay
que decir que, según la minuciosa investigación de José Antonio Zabalbeascoa52, existen unas notas de esta
excursión de una semana por España que el profesor Hirst pensó incorporar como un capítulo en una
reedición de Innocents abroad. Ninguna certeza tenemos respecto a esta intención. Twain sí reconoció
sobre su turné española, en el capítulo 59 de su libro, que: "The experiences of that cheery week were too
varied and numerous for a short chapter and I have not room for a long one. Therefore I shall leave them
all out"53.
En lo literario, como vimos en el apartado de influencias, es notorio el gusto de Twain por El Quijote, uno
de los pocos libros que releyó, al punto de que algunos autores atribuyen al estadounidense "el retorno del
espíritu de Cervantes a las letras americanas"54.
espacio para uno largo, de modo que tendré que obviarlo todo (Zabalbeascoa, 1982: 376).
54 Heiser, 1947: 434.
28
Curioso es también que el entusiasmo de su gran amigo, William Dean Howells, por España, no encendiera
en Twain, quien tanta inquietud de conocimiento y de experiencias demostró durante toda su vida, la
chispa del deseo de saber algo más sobre el país. En 1911, un año después de la muerte de Twain, Howells
recorrió España de norte a sur, un viaje largo tiempo deseado55; entró desde Bayona a Irún, estuvo en San
Sebastián, Vizcaya, Burgos, Valladolid, Madrid (El Escorial también), Toledo y Andalucía (Córdoba, Sevilla,
Granada, Ronda, Algeciras y Tarifa), tal y como deja constancia en su libro Familiar Spanish Travels,
publicado por Harper & Brothers (la editorial de Twain) en 1913. Pero no he encontrado pruebas de que
hablara con su amigo del proyecto de este viaje, que quizá hubieran hecho juntos de haber vivido el autor
de Huck Finn.
Miguel de Unamuno, sin embargo, trabó amistad con varios norteamericanos, mayoritariamente profesores
universitarios como Everett Ward Olmsted56, Warner Fite o Homer P. Earle57, que fueron sus traductores.
Fue invitado a dar conferencias o incluso a pasar una temporada como profesor visitante en el país de
Lincoln (político al que admiraba profundamente 58 ), pero fue éste un proyecto que nunca cumplió. El
escritor sólo tuvo noticia del país por referencias, como dice en "El resorte moral" en 1906. Los Estados
Unidos eran "ese país que nunca he visitado […] del que solo sé por libros, revistas y periódicos que de ahí
me llegan; por cartas, por informes de personas que lo conocen de vista y trato" 59 . Pero su
correspondencia epistolar fue muy fluida, con muchos interlocutores norteamericanos, e incluyó casos tan
curiosos como el de una tal Grace E. Harrah, que viajó a Salamanca en el verano de 1914 con la idea de
estudiar para traducir al escritor y que, de paso, intentó convertirle a la creencia de la Ciencia cristiana que
ella profesaba60, movimiento cuya líder, Mary Baker Eddy, fue objeto de las críticas más cáusticas por parte
55 "It was fully a month before that first night in Granada that I arrived in Spain after some sixty years' delay. During
this period I had seen almost every other interesting country in Europe. I had lived five or six years in Italy; I had
been several months in Germany; and a fortnight in Holland; I had sojourned often in Paris; I had come and gone a
dozen times in England and lingered long each time; and yet I had never once visited the land of my devotion"
(Howells, W.D., Familiar Spanish Travels, en Gutenberg Project).
56 En carta a Everett Ward Olmsted de 10 de enero de 1934 recuerda cómo fue su primer verdadero amigo
estadounidense y el primero que le puso "en comunicación" con los Estados Unidos (Epistolario americano, 1996:
556).
57 Warner Fite, de la Universidad de Princeton, y Homer P. Earle, de la de Berkeley, fueron dos de los traductores al
American an English Studies, en la que se refiere a una página que habla del presidente de EE.UU. y escribe: "a
philosophic dreamer". Es el volúmen II del libro citado, de Whitelaw Reid, edición de 1913, que se encuentra en la
Casa Museo de Unamuno, en Salamanca.
59 Unamuno, 1986: 4.
60 Inge, 1970: 278, 280.
29
de Twain61. Aunque no fue éste el único caso de jóvenes corresponsales interesados en su obra, ni mucho
menos62. Unamuno fue nombrado miembro de la Hispanic Society of America en 191363.
En lo literario, fue grande también el interés de Unamuno por el país norteamericano. Guardaba en su
biblioteca, según Thomas Inge 64 , cien ejemplares de literatura norteamericana, clásicos del XIX y
contemporáneos suyos:
Among the nations whose literature and people Miguel de Unamuno y Jugo knew most intimately
was the United States. His well-stocked library of literature in all languages contained over 100
volumes of prose, poetry and fiction by Americans, ranging from such nineteenth-century classic
authors as Emerson, Thoreau, Hawthorne, Melville, Whitman, and Poe, to such contemporary
popular authors as Cather, Lewis, Moody, Pound, Sandburg, and Wharton65.
En una carta al ya aludido Warner Fite de 19 de noviembre de 1928, le dice que había leído el Robinson
Crusoe, así como Los viajes de Gulliver con cerca de 50 años, y destaca que la obra de Defoe no es sólo
infantil, sino que es un libro "para niños y ancianos"66.
¿Por qué no le interesó, entonces, un libro como el Huckleberry Finn cuando él mismo se había considerado
un humorista? Quizás por lo que señala en otra carta al crítico Balseiro67, hablando de El padre Francisco, de
Pérez de Ayala, autor del interés de Unamuno, pero del que señala que no conoce su libro. Cuestión de
(falta de) tiempo, suponemos. Y quizás también por aquello que decía Unamuno de que prefería leer
autores "no de primerísima fila", los habitualmente tenido por representativos de un país o literatura,
estimando que en aquellos autores "oscuros y no divulgados" se podía encontrar mejor reflejado el sentir y
pensar de un pueblo o de una época68.
61 Sobre las críticas de Twain, véase "Mrs. Eddy in Error", North American Review, Vol. 176, nº. 557(Apr., 1903).
62 En el Prólogo a la segunda edición de Abel Sánchez (escrito en Hendaya en julio de 1928) recuerda la carta que le
escribió un joven estadounidense que estaba preparando una tesis doctoral sobre su obra en la que le preguntaba si
sacó su historia del Caín de Lord Byron (Abel Sánchez, 2013: 11).
63 Epistolario americano, 1996: 318
64 Inge, 1970: 278, 280.
65 Inge, 1970: 277.
66 Epistolario americano, 1996: 542.
67 Epistolario americano, 1996: 524.
68 Ynduráin, 1977: 401.
30
CAPÍTULO II. UN MUNDO COMPARTIDO. EL CRUCE
DE SIGLO A LOS DOS LADOS DEL ATLÁNTICO.
Desde la segunda mitad del siglo XIX el hombre comenzó a inventar artefactos sorprendentes. En1876
Alexander Graham Bell, el teléfono; en 1877 Thomas Alva Edison, el fonógrafo; en 1906 se realizó la
primera emisión radiofónica de voz; el cine se popularizó rápidamente, Einstein enunció su teoría de la
relatividad (1905-1916) 69.
Con el fin de siècle (expresión que refiere el fin de la época dorada del XIX y que fue tomada de una obra
teatral francesa) se pasó de un sistema industrial nacional a uno multinacional (Landes, Unbound Prometheus)
y el tamaño de las empresas aumentó exponencialmente, concentrándose la producción y la propiedad y
proliferando monopolios y oligopolios70. Paralelamente a este fenómeno de concentración, de creación de
trusts en los EE.UU. y de creación de empresas de gran capital en Europa (como las de la siderurgia vasca71),
el socialismo creció rápidamente en las tres últimas décadas del XX.
En esta línea, el libro de Rudolf Hilferding Finance Capital: A Study of the Latest Phase of Capitalist
Development, de 1910, expone el modo en que el capitalismo fue concentrándose en trusts y cárteles
estrechando la relación entre banca e industria, de modo que pudo instaurarse un capitalismo financiero.
Posteriomente, Hilferding, inspirado por el pensamiento marxista, vaticinó el paso a un "capitalismo
institucional" (organized capitalism) caracterizado por una planificación parcial de la producción, como paso
previo a una "economía socializada" (socialized economy). Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, padre de la
revolución rusa, se inspiró en la obra de Hilferding, así como en Imperialismo (1902) de J.A. Hobson, para
escribir su obra Imperialismo, la etapa más alta del capitalismo (1916), en la que destaca cómo la exportación
agresividad de su fase constituyente en su libro Hacia otra España (Elorza, 1975: 63).
31
de capitales lleva a la política expansionista del imperialismo 72 . Esta estrecha relación entre expansión
económica y territorial fue ampliamente criticada por nuestros dos autores, como veremos más adelante.
La expansión territorial fue consecuencia de la expansión del comercio. Así lo explica perfectamente E.J.
Hobsbawn, en La Era del imperio. (1875-1914)73.
En el último cuarto del siglo XIX y primeros 14 años del XX (hasta la Primera Guerra Mundial), el mundo
aparece dividido en imperios coloniales y la mayor parte del planeta ajeno a Europa o Norteamérica queda
dividido formalmente en territorios regidos bajo el gobierno formal o el domino político de facto
(influencia de diversos tipos, desde la dependencia económica a la presencia militar) de una serie de
estados.
Las víctimas de este proceso fueron, evidentemente, las naciones colonizadas, pero también "los antiguos
imperios preindustriales sobrevivientes de España y Portugal"74. Pese al intento de las grandes potencias de
repartirse el mundo de forma pacífica (Conferencia de Berlín) los poderosos intereses en juego condujeron
a enfrentamientos militares de diverso tipo entre dominantes y dominados (Guerra de los boers, rebelión
de los boxers…) y en tensiones entre las potencias (incidente de Fachoda) que culminaron catárticamente
en la Gran Guerra en 1914.
En un discurso pronunciado por el primer ministro británico, Lord Salisbury, en el Royal Albert Hall de
Londres el 4 de mayo de 1898, objeto de diversas interpretaciones75, el político trazó cristalinamente este
nuevo orden mundial, en el que las naciones que habían alcanzado un mayor desarrollo material, una
consistente industrialización, las "naciones vivas", eran llamadas a repartirse a las agonizantes, si no
cadáveres, al menos "naciones moribundas".
amenaza hasta aquellos que simplemente vieron una constatación de la realidad. Por su parte, los periódicos ingleses
no dieron por hecho que España estuviera entre el grupo de naciones de difícil supervivencia. Un conciso análisis de
este asunto se puede encontrar en De la Torre del Río (1985).
32
Mapa de África tras la Conferencia de Berlín (1885) y al estallar la IGM (1914).
Estados Unidos y España, por cada lado, podrían encajar perfectamente en esos dos tipos descritos por el
premier británico en su alocución, claramente inspirado en el darwinismo social vigente en la época,
aplicando a las relaciones internacionales el principio de la supervivencia de los más fuertes. Decía el
político anglosajón que se podían dividir las naciones del mundo "grosso modo en vivas y moribundas".
Entre las vivas citaba a los "grandes países cuyo enorme poder aumenta de año en año, aumentando su
riqueza" y su poder. Hablaba también del avance que habían supuesto los ferrocarriles en la movilización de
los ejércitos y de cómo los avances de la ciencia habían colocado "en manos de esos ejércitos armamentos
que aumentan cada vez más su eficacia destructiva y que, por lo tanto, aumentan el poder —terrible
poder— de aquéllos que tienen la oportunidad de usarlos"76.
Por otro parte, indicaba el primer ministro británico que existían unas comunidades "moribundas [...]
principalmente comunidades no cristianas, aunque siento decir que no es éste exclusivamente el caso, y en
esos estados, la desorganización y la decadencia avanzan casi con tanta rapidez como la concentración y
Década tras década, cada vez son más débiles, más pobres y poseen menos hombres destacados o
instituciones en que poder confiar, aparentemente se aproximan cada vez más a su destino, aunque
todavía se agarren con extraña tenacidad a la vida que tienen. [...] En ellos no sólo no se pone
remedio a la mala administración, sino que ésta aumenta constantemente. La sociedad, y la sociedad
oficial, la Administración, es un nido de corrupción, por lo que no existe una base firme en la que
pudiera basarse una esperanza de reforma y de reconstrucción, y ante los ojos de la parte del mundo
mejor informada muestran, en diverso grado, un panorama terrible, un panorama que
desafortunadamente el incremento de nuestros medios de información y comunicación describen con
los más oscuros y conspicuos tintes ante la vista de todas las naciones, apelando tanto a sus
sentimientos como a sus intereses, pidiendo que les ofrezcan un remedio78.
Pero este desarrollo material, este camino de hierro del progreso suponía una vía muerta hacia la nada,
pues se empezaba a dudar si era en realidad un progreso para unos pocos a costa de la mayoría79. Este
desequilibrio se daba dentro de las naciones y también entre ellas, pues "el desarrollo económico servía
para separar a los fuertes de los débiles […] para favorecer a las naciones nuevas a expensas de las
viejas" 80 . A finales del XIX era imposible concebir una gran potencia que no fuera a la vez una gran
economía. De aquí el imparable ascenso político de los EE.UU. y el declive de España, pese a su incipiente y
tardía industrialización en sus regiones periféricas, especialmente.
Se discutía también si en aras del beneficio económico se estaba renunciando a los valores. El pensador
estadounidense William Graham Sumner tituló muy gráficamente su ensayo, The Conquest of the United
States by Spain (1899), escrito al final de la contienda del 98 entre los dos países, indicando cómo los
Estados Unidos se estaban convirtiendo en lo que decían combatir, pues adoptaban las mismas políticas
soprendentemente, en otros ámbitos de la vida intelectual y social no solo no se progresó, sino que había serios
retrocesos. Decía también Haeckel en su obra de 1899 The Riddle of the Universe que de ese conflicto evidente no
solo surgía una sensación incómoda de desintegración y falsedad, sino también el peligro de catástrofes en las esferas
política y social (Hiebert, en Teich y Porter, 1990: 244, nota 23).
80 Hiebert, enTeich y Porter, 1990: 316.
34
expansionistas de España y lo que era una acción para extender la libertad y el autogobierno de los pueblos
colonizados por los españoles se convirtió en realidad en una colonización por parte del país
norteamericano. Decía así el sociólogo:
The question of imperialism, then, is the question whether we are going to give the lie to the origin
of our own national existence by establishing a colonial system of the old Spanish type, even if we
have to sacrifice our existing civil and political system to do it. I submit that it is a strange incongruity
to utter grand platitudes about the blessings of liberty, etc., which we are going to impart to these
people, and to begin by refusing to extend the Constitution over them, and still more, by throwing
the Constitution into the gutter here at home. If you take away the Constitution, what is American
liberty and all the rest? Nothing but a lot of phrases81.
Progreso material y espiritual no parecían coincidir y una parte de la intelectualidad rechazaba la razón y la
ciencia y se interesaba por la parapsicología, lo onírico, lo desconocido o el misticismo. En filosofía, el
positivismo imperante durante el siglo XVIII dejó paso al vitalismo o existencialismo, o lo que es lo mismo,
ante la imposibilidad de encontrar respuestas satisfactorias en la razón, el foco se centra en la vida misma,
con su subjetividad, finitud y corporeidad, alejada de abstracciones. En literatura el realismo fue superado
por movimientos tan dispares como decadentismo o modernismo. Cobró especial fuerza también en este
período la sociología, disciplina que intentaba explicar la incipiente sociedad de masas a la que se mira
también con pesimismo82.
Simmel era uno de los exponentes de una visión sociológica del mundo que intentaba explicar un mundo
que estaba cambiando sin recurrir a una idea central que lo explicara todo, como en épocas pasadas (el ser,
en la antigua Grecia, la naturaleza, en el Renacimiento...). Para el sociólogo y filósofo alemán se trata de
encontrar un ideal que nos ayude a entender la cultura de la que formamos parte, en la que vivimos, pero
que precisamente, al vivir, es superada. La vida va adoptando diversas formas a través de la historia, "crea"
una cultura que quiere perpetuarse, pero eso es imposible por la propia naturaleza de la vida, devenir
81 La cuestión del imperialismo es si vamos a autoengañarnos sobre el origen de nuestra propia existencia como nación
instaurando un sistema colonial al estilo española, incluso aunque tengamos que sacrificar nuestros valores políticos y civiles
para hacerlo. Es una extraña incongruencia hablar de las bendiciones de la libertad, etc., que vamos a llevar a esas gentes,
mientras les negamos la protección de nuestra Constitución y, aún más, tiramos por la alcantarilla nuestra Carta Magna aquí
en casa. Si prescindimos de la Constitución, ¿qué es América? Nada, salvo un montón de palabras (Sumner, 1899).
82 Sobre este particular es de especial ayuda el trabajo de Patrick Brantlinger "Mass Media and Culture in Fin-de-
siècle Europe", pp. 98-99, en Teich y Porter, 1990, en el que abunda sobre la coincidencia entre intelectuales de
diverso signo del fin de siglo (desde vanguardistas, decandentistas o modernistas, pasando por miembros de la
"cultura de masas") en que el progreso tecnológico de la época no era tal, sino más bien un síntoma o una causa de
una enfermedad social.
35
incesante que tarde o temprano adoptará otra forma. A esta contradicción la llama Simmel en una de sus
obras "el conflicto de la cultura moderna"83.
La guerra hispano-estadounidense.
En el contexto imperialista de finales del siglo XIX un conflicto bélico marcó un cambio de papeles de dos
actores del mundo occidental cuyas relaciones hasta ese momento habían sido cordiales. Con la conocida
en España como Guerra de Cuba, la potencia colonial que era España perdió tal rango, aunque en realidad
su fuerza empezó a decaer desde la invasión napoleónica con la sucesión de independencias de sus
posesiones americanas. A resultas de este enfrentamiento armado, aunque Cuba conservó nominalmente
su independencia, el país del dólar pasó a dominar tanto política como económicamente la isla, pudiendo
considerarse como el inicio del imperialismo norteamericano, según explica Foner en su obra en dos
volúmenes publicada en 1975, La guerra hispano-cubano-americana y el nacimiento del imperialismo
norteamericano (1895-1902).
La potencia económica que ya eran los Estados Unidos se erigió en nueva potencia colonial, iniciando
entonces una serie de conquistas formales (Filipinas, Puerto Rico, franja del canal de Panamá) o informales
(áreas de influencia, como Nicaragua, p.ej.) inspiradas en la doctrina Monroe84, también conocida como
doctrina del patio trasero, expuesta por primera vez en 1823 y que expresaba la hostilidad a cualquier
nueva colonización o intervención política de la potencias europeas en el hemisferio occidental85.
Esta doctrina fue especialmente aplicada en Latinoamérica, a través de, por ejemplo, una intensa influencia
estadounidense en Nicaragua en la segunda mitad del XIX para proteger los intereses de las grandes
compañías de plantaciones agrícolas, país que incluso ocupó militarmente el país entre 1912 y 1933; en
Panamá el intervencionismo norteamericano se puso de manifiesto desde el mismo nacimiento del país,
espoleado por el interés en la apertura y control de una vía interoceánica en la zona del istmo. De este
modo, a finales de siglo EE.UU. inició conversaciones con el gobierno colombiano (Panamá formaba
entonces parte de la Gran Colombia, compuesta por Colombia –en la que estaba integrado-, Venezuela y
Ecuador) y ante la negativa a asumir sus condiciones fomentó la independencia del país, que tendría lugar
en 1903. Dos semanas después firmaban un acuerdo por el que el nuevo país les cedía los derechos para
construir un canal interoceánico y les daba, a perpetuidad, la soberanía de la zona adyacente al canal. Otro
36
tanto ocurrió con la República Dominicana, que fue ocupada por tropas estadounidenses entre 1916 y
192486.
España, por el contrario, perdió prácticamente todas sus posesiones coloniales y apenas conquistaría alguna
nueva posesión en el noroeste de África (Marruecos y el Sáhara Occidental) en el arranque del siglo XX87.
Siendo España ya a finales del XIX una potencia de segundo orden, quedó fuera de la antes mencionada
Conferencia de Berlín de 1885, donde se establecieron las bases jurídicas del reparto de África. España
reclamó amplias zonas de Marruecos, Ifni, Sáhara y Guinea, para lo que negoció un tratado de reparto con
Francia, en el que éstos contaron con el apoyo de Inglaterra, que dejó a los franceses libertad de acción en
territorio marroquí a cambio de que éstos hicieran lo propio en Egipto. Finalmente se llegó a un acuerdo (a
España se le adjudicó mucho menos territorio del reclamado) en la Conferencia de Algeciras (1906) 88 .
Comenzó entonces una larga guerra de escaramuzas en la que las cabilas hostigaban posesiones españolas
como Melilla, ampliando España territorios mediante la conquista de Tetuán (1913) y sufriendo también
estrepitosas derrotas, como el desastre de Annual (1921), donde hubo 14 mil muertos y desaparecidos por
parte hispana89.
Precedentes.
Durante los años 1810-1825 las colonias españolas del Nuevo Mundo se independizaron. Solo Cuba, que
era la mayor productora de azúcar del mundo, y Puerto Rico permanecieron bajo el dominio español. Los
años que siguieron a la emancipación de las naciones hispanas desvelaron el enfrentamiento entre los
españoles peninsulares que ocupaban la burocracia, "fanáticos pro España" y los criollos, que estaban
resentidos por "las restricciones a la libertad de comercio", es decir, por no tener derecho a comprar
mercancías a otros países90.
Así las cosas y ante el corrupto y represivo gobierno colonial español la actividad revolucionaria cubana no
cesó desde principios de siglo pese a la existencia de acuerdos como el Pacto de Zanjón (1878)91 . Sin
embargo, los rebeldes no contaban con el apoyo de los EE.UU. ¿Por qué el país de la libertad no apoyaba
37
entonces a los que trataban de alzarse contra un gobierno autoritario y esclavista? En la pregunta parece
encontrase la respuesta.
Durante los dos primeros tercios del siglo XIX los Estados Unidos temían que una Cuba independiente
acabara con la esclavitud en la isla, con la consiguiente repercusión en los estados del sur; por eso no solo
no apoyaron, sino que hicieron saber que bloquearían cualquier movimiento que supusiera la liberación de
Cuba 92 . También influyó en esta postura el interés crematístico, pues, como dice Foner, durante este
tiempo "la industria y las finanzas norteamericanas no se vieron obligadas a buscar mercados extranjeros
para los excedentes de producción y áreas para la inversión de los excedentes de capital hasta la década
final del siglo XIX" 93 . La esclavitud fue también un poderoso motivo por el que los ricos plantadores
criollos no cuestionaron la autoridad de la corona española, que protegía su derecho legal sobre los
esclavos, de modo que "mientras la esclavitud fuera la clave de la prosperidad de Cuba y la protección
contra los esclavos la detentara el poder español, los criollos se tragaban su disgusto por las facciones
represivas de la dominación española y se hacían oídos sordos a las llamadas para la liberación de la isla"94.
Así, cuando se abolió la esclavitud en 1880 la actividad revolucionaria recobró un nuevo ímpetu.
La actitud de EE.UU. hacia Cuba en la segunda mitad del XIX osciló, según hemos dicho, entre la oposición
frontal a la independencia, la del presidente Cleveland, contrario a la revolución cubana y que vendía armas
a los españoles y no a los cubanos (presidente que proclamó la neutralidad del país el 12 de junio de
1895) 95 , pasando por posturas anexionistas de los proesclavistas estadounidenses (cuya defensa de la
esclavitud acabaría provocando la guerra civil entre el norte y el sur del país); y el apoyo a los cubanos, el
caso de McKinley, defensor de la independencia cubana antes de ser investido presidente y que cambió su
política ya en el ejecutivo, no reconociendo los derechos beligerantes de los caribeños.
Es de destacar, por su relevancia posterior como máximo mandatario del país, que Theodore Roosevelt,
por entonces subsecretario de defensa y partidario acérrimo de la guerra, se declaraba "jingoísta"
(patriotero exaltado)96.
Entre los cubanos, tampoco ayudaron al movimiento independentista sus propias rencillas internas,
motivadas por el racismo. Tras el inicio de la segunda guerra por la independencia el 24 de febrero de 1895
38
con el grito de Baire97, el ejército cubano, liderado por el dominicano Máximo Gómez, contaba con dos
comandantes de raza negra, los hermanos Maceo. Parece ser que esta circunstancia fue motivo de
desavenencias entre el gobierno revolucionario del presidente Cisneros y el comandante en jefe, Gómez.
Cisneros llegó a afirmar que el hecho de que dos hermanos negros dirigieran la guerra, uno en el este
(José) y otro en el oeste (Antonio Maceo, apodado "el titán de bronce") daría pie a la propaganda española
que acusaba a los rebeldes de tratar de conseguir una Cuba dominada por los negros. Y que la campaña en
los EE.UU. por el reconocimiento de la beligerancia en Cuba se vería seriamente dañada si en ese país se
extendía la impresión de que la causa rebelde estaba dominada por negros y en su interés98.
Figura clarividente entre los cubanos fue el poeta José Martí, muy apreciado tanto por Miguel de Unamuno
como por Mark Twain99, quien viajó frecuentemente a los EE.UU. y fue fundador del partido revolucionario
cubano 100 . Martí mostró su inquietud ante la postura que pudiera tomar el gobierno yanqui ante una
hipotética independencia de Cuba, pues para el poeta era indispensable, repetía, liberar a Cuba de España,
así como que "a la vez era necesario dar pasos para prever que los Estados Unidos no sustituyeran a
España en la dominación de Cuba y facilitase su dominación sobre toda Latinoamérica"101.
Por su parte, España quería mantener el control sobre sus colonias por razones económicas y políticas. En
cuanto a las primeras, todos los grupos con posibilidades de disputarse el poder en España estaban
interesados en mantener dichos territorios, pues, además del comercio que generaban (el azúcar, del que
hablábamos más arriba, entre otros productos) las islas eran "la mejor garantía de una deuda pública
creciente, colocada en las bolsas de París o Londres", teniendo en cuenta que la cotización de la deuda
"dependía de las victorias que se fueran produciendo durante la guerra, de ahí el triunfalismo militar que se
exhibió hasta el último momento"102. Respecto a los motivos políticos, parece claro que perder territorio
soberano no era la mejor jugada para una monarquía restaurada, con una regente en la cuerda floja,
cuestionada por carlistas, republicanos y por el propio ejército. Así, algunos historiadores como Carlos
Serrano, apuntan a la versión de la guerra como sacrificio necesario, aun sabiendo el resultado final de la
misma: "era imposible concebir la venta de la isla a los norteamericanos y se tuvo que optar por una
39
derrota rápida y eficaz que callase al ejército. Se actuó con sigilo y habilidad, con pleno conocimiento de lo
que iba a pasar, según Serrano, para evitar el golpe de Estado militar o la rebelión popular"103.
El papel de la prensa.
Para empezar, hay que tener en cuenta que en España la prensa no era accesible para la mayoría de la
población, principalmente debido al elevado índice de analfabetismo104 y que entre los distintos periódicos
se dieron todo tipo de actitudes frente al conflicto, puesto que cada partido político, facción o incluso
algunos dirigentes dentro de un partido tenían su propio órgano de expresión durante la Restauración,
según destaca Girón Garrote en su estudio sobre la prensa en época de Cánovas y Sagasta105.
La prensa conservadora se muestra a favor de la guerra con un tono exaltado y patriotero y acusa a los
liberales de ser sus causantes106. Por parte liberal, El Imparcial, el de mayor difusión junto a El Liberal (130
mil ejemplares de tirada a finales de siglo), emplea un tono mesurado107. Los tradicionalistas de El Correo
Español, como se puede suponer, exaltaban el patriotismo108. El Nuevo Régimen, del Partido republicano
federal, mantuvo desde el principio de la contienda (contra los rebeldes cubanos, en 1895) que solo la
autonomía resolvería el problema. El Socialista (órgano del PSOE), se mostró bastante indiferente al
conflicto, excepto para denunciar "la contribución de la sangre" de la clase trabajadora, reclutada en masa
para la guerra109.
Por otra parte, estaban las publicaciones satíricas que denunciaban las condiciones de insalubridad e
inanición de las tropas en Cuba o la corrupción de la milicia, con indemnizaciones por muerte de soldados
que nunca llegaban a las familias o el lucro de altos cargos a costa de la guerra. Para muestra un botón de
El Pájaro Verde:
"Honra sin barcos" (Idem, 2 de mayo, 1898) (Girón, 2008: 92, 93).
107 Girón, 2008: 94.
108 "Por la patria", La Época, 31 de marzo, 1898.
109 Girón, 2008: 97.
40
ACERTIJO.
El general Primo de Rivera, cuando fue nombrado para el cargo de gobernador general de las Islas
Filipinas, era capitán general de los ejércitos nacionales. No iba a buscar un ascenso en su carrera
militar.
Hace diez y seis años que había desempeñado el mismo destino. No iba a buscar un ascenso en su
carrera política.
El general Primo de Rivera era también marqués de Estella. No iba a buscar un título nobiliario.
Era también senador. No iba por la senaduría.
Tenía todas las grandes cruces y bandas, habidas y por haber. No iba por cruces.
¿Qué iba a buscar a Filipinas el general Primo de Rivera?
¡Dinero!... Dinero daríamos nosotros al que nos contestara qué es lo que fue a buscar a tierras tan
lejanas y tan ingratas para todos... menos para él110.
Según la documentación del National Center for Education Statistics, en los Estados Unidos el
analfabetismo era sensiblemente menor que en España, pues solo un 10% de la población no sabía ni leer ni
escribir en el cambio de siglo111. La prensa estadunidense jugó un papel principal en el desencadenamiento
del conflicto, especialmente la sensacionalista, arma de los grupos de presión, que mediante deformaciones
y exageraciones de hechos como los de unas "turistas vejadas en la aduana" o "el drama de Alfonsina, hija
de un héroe rebelde, acosada por un oficial español y rescatada por un grupo de guerrilleros sufragados
por la prensa de Hearst", predispuso a la opinión pública norteamericana en contra de la salvaje y atrasada
España. Estos periódicos de prensa "amarilla", como el New York Journal, del mencionado William Randolph
Hearst, o el New York World, de Joseph Pulitzer, llamaban a la venganza del barco hundido con titulares
como "Remember the Maine" y personificaban en el gobernador de la isla (no sin algún motivo), el general
español Valeriano Weyler, la crueldad española, haciendo frecuentes alusiones al llamamiento por una
"Cuba Libre"112.
Así, por ejemplo, el Journal se hizo amplio eco de la filtración de una carta dirigida por el embajador
español en los Estados Unidos, Enrique Dupuy de Lôme, a su amigo Canalejas, director de el periódico El
Heraldo, en el que no dejaba en muy buen lugar al entonces presidente norteamericano, McKinley. Los dos
41
periódicos mencionados competían vorazmente por la audiencia y enviaron una legión de corresponsales,
dibujantes, fotógrafos, incluso buzos a la isla para detallar todos los detalles del hundimiento del barco de
guerra yanqui113.
La guerra.
42
Es doctrina generalmente aceptada por los historiadores que, pese a la declaración española de la guerra,
ésta fue provocada por los EE.UU.117.
Fue una guerra rápida y sin gran pérdida de vidas humanas, especialmente por el lado norteamericano, pues
de los 274.000 soldados estadounidenses movilizados en la guerra hispano-norteamericana de 1898, solo
379 resultaron muertos y 1.600 heridos, aunque más de cinco mil murieron a causa de las enfermedades
tropicales118.
La contienda bélica apenas duró 3 meses. La mayoría de los buques españoles del programa naval de
construcción de nuevos barcos de 1887 estaban aún en el dique seco y el Cristóbal Colón, crucero estrella
de la nueva flota, zarpó para América sin la artillería principal, con cañones defectuosos y munición
inservible119. Los blindajes y la potencia de fuego de los acorazados y cruceros acorazados estadounidenses
eran mayores que los de los barcos españoles120. El 1 de mayo, buques estadounidenses hundieron una flota
española en la bahía de Manila (Filipinas) y el 3 de julio otra escuadra española fue hundida en Santiago de
Cuba. La derrota española fue total y tropas estadounidense desembarcaron en Cuba, Puerto Rico, la isla
filipina de Luzón y tomaron por la fuerza la isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas121. El 15 de
agosto se firmó un armisticio en el que Estados Unidos requería a España a que sus fuerzas armadas
abandonaran Cuba, pedía Puerto Rico como indemnización de guerra y la isla de Guam. En Filipinas, los
nacionalistas liderados por Emilio Aguinaldo seguían guerreando contra la aún metrópoli, haciéndose con el
control de la isla de Luzón y otras islas pequeñas, con lo cual se incrementó la tensión con las fuerzas de
ocupación estadounidenses acantonadas en la capital, Manila. En diciembre de 1998 se firmó el Tratado de
París, por el que España aceptaba las condiciones del armisticio y vendía las Filipinas a los Estados Unidos
por 20 millones de dólares122.
La guerra continuaría en Filipinas hasta la victoria yanqui sobre los rebeldes cubanos. Cuba estaba ocupada
por tropas estadounidenses y políticos y militares se planteaban dos opciones: la anexión de la isa o crear
algún tipo de protectorado, aunque se les concediera formalmente la independencia 123 . Finalmente se
impondría esta última opción, a través de la enmienda Platt aprobada el 25 de febrero de 1901, cuyo
43
inspirador fue el secretario de guerra Root, basada sobre ocho puntos, de los que queremos destacar
cinco: derecho de intervención del país, ningún acuerdo internacional sin su consentimiento,
establecimiento de bases navales en Cuba, validez de los decretos adoptados por el gobierno militar e
imposibilidad del futuro gobierno de Cuba de contraer deuda pública124.
Esta política tuvo partidarios y detractores en los Estados Unidos (también entre la prensa, obviamente,
aunque se manifestó mayoritariamente en contra de la enmienda Plat) 125 . Entre los primeros, todos
aquellos que se veían favorecidos por el control económico de la isla 126 . Entre los segundos, la Liga
Antiimperialista de la que formaba parte Mark Twain, y de la que hablaremos más extensamente al
referirnos a la crítica que hizo el escritor del imperialismo. Finalmente se aprobaría en Cuba una
constitución a imagen y semejanza de la norteamericana y el 20 de mayo de 1902 el presidente electo (y
único candidato, el apoyado por los Estados Unidos, anexionista) Estrada Palma, tomó posesión arriándose
la bandera norteamericana e izándose la cubana. La ocupación militar "había técnicamente terminado"127.
A bote pronto pudieran parecer pocas las similitudes que había entre el Reino de España y la República de
los Estados Unidos de América en el paso de los siglos XIX al XX. Un país viejo y atrasado, por un lado, y
uno nuevo y desarrollado, por el otro. Sin embargo, son más las similitudes de las que se podría suponer.
En España había lo que hoy entenderíamos como una pseudo-democracia tras la restauración borbónica de
1875. Un primer ministro que formalmente detentaba el poder ejecutivo (pues en realidad la última palabra
era del rey) y que salía de entre las filas del partido conservador o del liberal, tras una alternancia
previamente acordada que se hacía efectiva mediante el control del sistema electoral.
del senador Foraker, que prohibió al ejército la concesión de franquicias o licencias en Cuba. Aún así, el gobernador
militar se saltaba dicha prohibición o se burla la ley, como en el caso del ferrocarril, donde mediante un permiso
revocable (el futuro gobierno cubano podía revocar) se favoreció a los empresarios norteamericanos en perjuicio de
los agricultores y hacendados locales, que se vieron obligados a vender sus tierras (Foner (II), 1975: 156 y ss.).
127 Foner (II), 1975: 385, 386.
128 Storm, 2001: 127.
44
una grave crisis política el rey encargaba formar gobierno al otro partido, que, una vez en el poder,
convocaba elecciones. Éstas eran preparadas (nunca mejor dicho) por el Ministerio de la Gobernación, que
se encargaba de que en cada circunscripción, contando con las autoridades locales y caciques, saliera el
candidato previsto. ¿Qué ocurría si se presentaba competencia, es decir, un contra-candidato respondón?
Entonces se recurría a todo tipo de medidas, desde movilizar a los seguidores del partido o cacique, hasta
la violencia, como encerrar a los candidatos rivales lo que duraran las elecciones, pasando por acantonar
temporalmente a un regimiento de soldados para que votaran en el distrito, contabilizar votos de personas
fallecidas o la compra de votos.
En España, además, no se abolió el sufragio censitario (reservado a los que cumplieran con una serie de
requisitos socioeconómicos) hasta 1890129 y hasta 1933 no pudieron votar las mujeres (tras el derecho
reconocido en la Constitución de 1931). Esta estructura político-social se prolongaría hasta 1923, pero ya a
finales del siglo XIX su base ideológica fue puesta en cuestión como consecuencia, precisamente, de la
guerra del 98130. Otros hablan más que de crisis de ideas, de crisis moral o de valores131. Unamuno, entre
otros, criticó reiteradamente este sistema monárquico y oligárquico en declive que unos llamaban
decadencia o incluso degeneración social (mezclando, con este último término, un proceso biológico con
uno histórico) y otros, como el rector de Salamanca, barbarie, un estado intermedio en la progresión
creciente que va desde salvajismo hasta civilización. Unamuno repetía que "no se trata […] de curar a un
enfermo, sino de educar a un bárbaro"132 (esta fue la respuesta del escritor a una encuesta del Ateneo tras
la presentación por Joaquín Costa de Oligarquía y caciquismo133).
Los Estados Unidos tampoco eran la democracia ideal que habían concebido los padres fundadores, aunque
su funcionamiento fuera mejor que el español. Joaquín Costa, regeneracionista por antonomasia, quiso que
se implantara en España el sistema presidencialista de los EE.UU. 134 y el catedrático de derecho
administrativo de la Universidad de Valladolid, Antonio Royo Villanova, aludió al sistema norteamericano
en un discurso de 1899 como ejemplo a seguir para una nueva organización del estado135. En los EE.UU.
hubo también que esperar hasta la segunda década del siglo XX para ver cómo el sufragio universal se
generalizaba por todo el país (antes había sensibles diferencias entre estados) y pudieron votar mujeres y
45
minorías étnicas hasta entonces sin acceso a la ciudadanía (indios americanos o chinos, por ejemplo). Por
otra parte, la democracia americana tampoco estaba exenta de cortapisas. Si en nuestro país la corrupción
de la política partía de la propia clase dirigente, en Norteamérica estaba estrechamente relacionada con los
poderes económicos, hasta el punto de que un periodista de la época, Lincoln Steffens, llegó a afirmar que
en Inglaterra la política era un deporte, en Alemania una profesión, pero en los EE.UU. era un negocio136.
Y es que, efectivamente, los EE.UU. eran la tierra de las oportunidades, de los robber barons, gente de vida
opulenta como Cornelius Vanderbilt (ferrocarriles), J.P. Morgan (banca), Rockefeller (petróleo) o Carnegie
(acero) 137 , quienes, con su influencia, encarnaban la supeditación de la iniciativa política a los intereses
económicos. Un episodio ilustra este hecho: en 1899 Lodge Elihu Root reemplazó a Russell A. Alger en su
puesto de secretario de guerra. El tal Root se hallaba íntimamente relacionado con J.P. Morgan y compartía
los deseos de Theodore Roosevelt (quien poco después de convertiría en presidente del país) de que Cuba
fuera un lugar seguro para las inversiones del capital norteamericano138. Para estos magnates sus fortunas
encontraban justificación en el darwinismo social propugnado por Spencer, uno de cuyos seguidores,
William Graham Sumner, jefe del área de ciencia política y social de Yale durante más de 30 años, señalaba
a propósito de los beneficios de la lucha social: "If we do not like the survival of the fittest we have only
one possible alternative, and that is the survival of the unfittest. The former is the law of civilization, the
latter is the law of anti-civilization"139. Discurso análogo al que ya vimos de Lord Salisbury.
La violencia política era también común denominador en ambos países. Es cierto que en Estados Unidos los
militares no asaltaban redacciones de periódicos, como en España, pero ser presidente era, como aquí, un
empleo arriesgado. Al asesinato de Lincoln el 14 de abril de 1865 en el Teatro Ford de Washington por un
fanático de la causa sudista le siguieron el de James Garfield, en 1881, y el de McKinley en 1901, tres
presidentes en poco más de 30 años140. En España hubo cuatro magnicidios en este período: el de Prim el
30 de diciembre de 1870, asesinato del que aún hoy no se conoce la autoría y ha dado pábulo a todo tipo
de teorías, el de Cánovas del Castillo en 1897 a manos de un anarquista italiano, el de Canalejas en 1912, y
el de Eduardo Dato en 1921141.
46
Cabeza y cola del desarrollo industrial en los países occidentales.
Hemos visto cómo el expansionismo territorial va íntimamente unido al desarrollo económico. Los Estados
Unidos que extendían su influencia por Latinoamérica y el Pacífico eran ya una fabulosa potencia
económica. El país pasó entre 1865 y 1901 de ser un país de pequeñas y aisladas comunidades a una
compacta unidad económica e industrial. En 1890 adelantaba ya a Reino Unido, Francia y Alemania como
potencia industrial. En su desarrollo influyó poderosamente su riqueza en materias primas. Tenían hierro,
dos tercios del carbón mundial, petróleo, oro, plata y cobre. El crecimiento demográfico fue paralelo al
económico. Los EE.UU. pasaron de algo menos de 36 millones en 1865 a 77 millones y medio en 1901142.
Inmigrantes de todo el mundo partían hacia el gran país norteamericano en busca de una vida mejor.
Algunos de los principales inventores eran estadounidenses (Edison, Bell...). El capitalismo tiende al
crecimiento, no crecer es estancarse, pero, además, no siempre las condiciones del comercio mundial
fueron favorables a los estadounidenses. Desde 1885 cambiaron los aranceles europeos a los productos
agrarios del país, a la par que surgían nuevos competidores, como el trigo de Rusia o Argentina143.
España, sin embargo, viajaba en el furgón de cola del capitalismo occidental. A finales del XIX España seguía
siendo un país predominantemente agrícola. Su fuente de mayor riqueza, además, decaía ante la
competencia, precisamente, de nuevas potencias como EE.UU.: la crisis de la agricultura que en Europa
occidental comenzó en torno a 1870, por la competencia de ultramar, fue más tardía (mediados de 1880)
en España. El trigo norteamericano, incrementó su producción al roturarse extensas zonas antes yermas
por un desplazamiento de las fronteras -conquista del oeste- ayudado por el tendido de vastas redes de
ferrocarril. Esta circunstancia, unida al abaratamiento de los fletes transoceánicos condujo a que los
mercados europeos fueran inundados por el trigo estadounidense144.
Pese a lo que dictaría la lógica económica, esta crisis en la agricultura no sirvió, en España, para que se
modernizara más aumentando su productividad, o para que el capital humano procedente de este sector
incrementara el desarrollo de la industria, sino más bien al contrario145. Debido al "proteccionismo integral"
127.
145 "La crisis no consiguió derrumbar el edificio aunque sí comenzó a socavar sus cimientos. En descargo de la
agricultura preciso es reconocer que si la respuesta fue limitada, pudo influir también la insuficiente fuerza de
47
implantado mediante sendas normativas arancelarias en 1891 y 1906 frente al trigo americano o ruso,
regiones como Castilla, de economía cerealera, no tuvieron necesidad de modernizar sus arcaicas
estructuras productivas146. La falta de mecanización en el campo español redujo al mínimo el incremento de
la productividad, no siendo así el sector primario un gran mercado para la industria, salvo excepciones
como Cataluña o la siderurgia vasca, cuya modernización a mediados del penúltimo decenio del siglo XIX
permitió "la transformación e implantación de establecimientos para fabricar bienes de equipo, en particular
astilleros modernos y construcciones mecánicas"147.
Crisis internas.
Aparte de los conflictos bélicos fruto de la política imperialista, ambos países soportaron durante esta
época diversos desajustes internos. En España las tensiones con el estamento militar, poder de facto, no
disminuyeron con el paso de los años, pese a la adopción de leyes claramente antidemocráticas, por
privilegiar a dicho estamento, como la Ley de jurisdicciones de 23 de marzo de 1906, que preveía juicio
atracción ejercida por la industria incapaz de absorber unos sobrantes demográficos que hubieron de buscar en la
emigración a ultramar la salida de la crisis" (Tuñón de Lara, 1991: 133,134).
146 Jiménez, 1991: 289.
147 Tuñón de Lara, 1991: 136.
48
militar y penas de prisión a los que insultasen verbalmente o por escrito a los cuerpos armados o
fomentasen su indisciplina 148 . Los oficiales militares eran educados como una élite, corporativista e
intolerante ante las críticas de la prensa. Al no tener dinero, el Estado les pagaba con distinciones, ideología
y servicios. "Cuando las reivindicaciones de los militares presionaban al gobierno, éste consolidaba sus
privilegios sin emprender ninguna reforma organizativa que pudiera inquietarlos"149.
Así las cosas, como ya apuntábamos anteriormente, se producían quebrantos de la legalidad por parte
militar como arrestos de periodistas y asaltos a redacciones de periódicos150. Precisamente, el problema
que suponía el ejército no lo solucionaron ni los partidos de la restauración ni el propio Rey ni, a partir de
1923, la dictadura, porque lo necesitaban para hacer frente a los movimientos obreros y nacionalistas151.
Así, ante el catalanismo en 1906, la Semana Trágica en 1909, la huelga general del 17 o la convulsión del 21
se apeló de nuevo a las bayonetas152. Hasta llegaron a constituirse una especie de sindicatos castrenses, las
Juntas de Defensa, en 1917, que, ante el malestar por los bajos sueldos y la falta de objetividad en la
concesión de ascensos, erigieron a suboficiales, brigadas y sargentos en un poder capaz de imponer su
criterio a los sucesivos gobiernos153.
Como decimos, España adolecía, además, de una endeble vertebración territorial y de un problema de
violencia proletaria. Hablábamos antes de los asesinatos de presidentes españoles. Pues bien, salvo el de
Prim, los otros tres fueron a manos de anarquistas. En un contexto europeo de preocupación por la
cuestión social154, el descontento entre las clases populares españolas por las condiciones de trabajo se vio
acrecentado por la discriminación que se producía en el reclutamiento para la Guerra de Cuba, donde solo
148 Sánchez Jiménez, José, "Tradición y modernidad en la sociedad rural castellano-leonesa (1890-1920)", en Tuñón
de Lara, 1991: 94.
149 Cardona, Gabriel, "El imposible reformismo militar de la Restauración (1875-1931)", en Tuñón de Lara, 1991: 37.
150 El periodista Antonio Pacheco, un civil, fue arrestado por un piquete de soldados por un artículo suyo
prorreformista en El Ejército Español, el 15 de enero de 1889. Un grupo de tenientes asaltó el periódico El Resumen
por un editorial criticando a los miembros de esa graduación que no marchaban voluntarios a la Guerra de Cuba, el
13 de marzo de 1895. Al día siguiente otro periódico, El Globo, dio cuenta de lo sucedido y otro grupo de oficiales lo
asaltó (Tuñón de Lara, 1991: 39, 40).
151 Tuñón de Lara, 1991: 55.
152 Tuñón de Lara, 1991: 42.
153 Rumeu de Armas, 1968: 162.
154 Huelga a gran escala de los trabajadores del puerto de Londres en 1889, celebración del 1º de mayo en 1890,
Partido socialista alemán saca un 20% de votos al Parlamento en 1890, encíclica del Papa León XIII, "Rerum
Novarum" sobre la cuestión social en 1891 (Storm, 2001: 61- 62).
49
los que tenían dinero se libraban de ser llamados a filas155. Entre 1895 y el final de la guerra se añadieron no
menos de 300.000 nuevos soldados al ejército en Cuba, movilización forzosa que se centró en los jóvenes
de las clases obreras y campesinas. Para colmo, se fue conociendo que la mayoría de los 100.000 muertos
españoles no cayeron ante las balas del enemigo, sino a causa de malaria, fiebre amarilla y, principalmente,
insuficiencias alimenticias y sanitarias156.
El país no tenía una única conciencia nacional y el estado no intentaba difundir el castellano en zonas que
no eran castellanohablantes. España tenía bandera nacional, pero tenía competidora carlista y republicana.
No tenía himno, ni fiesta nacional157. Cada vez se afirmaban más las sensibilidades centrífugas. Así, cuando
"en una época que acaba de saldar el proceso de unificación de Alemania e Italia, en que la República
francesa desarrolla una intensa política (escolar, en particular) de centralización y unificación lingüística,
esto es, pues, cuando las demás potencias europeas tienden todas a la centralización y a la unificación
nacional, la España posterior a 1900 entra en un intenso proceso de ilegitimación del centralismo y del
unitarismo, bases del nacionalismo de la época"158.
La cuestión agraria, que tanto preocupó a Miguel de Unamuno, mostraba una España profundamente
desigual, en la que los grandes propietarios, los terratenientes sometían a sus arrendatarios a contratos de
corta duración y en condiciones descritas en la segunda década del siglo XX como "bárbaras, rutinarias y
odiosas". Una minoría tenía la mayoría de la tierra. En la provincia de Salamanca, por ejemplo, los
terratenientes eran dueños del 56,16 % del territorio159. En los primeros años del siglo XX, el socialismo
que estaba ya asentado en los núcleos industriales del País Vasco va calando en el campo español con
mítines y la constitución de Sociedades de Obreros Agrícolas160. El socialismo se disgregó en 1872 en dos
corrientes bien distintas, la anarquista, de Bakunin, y la evolucionista, de Marx. El anarquismo se manifestó
en España de forma muy violenta, asesinando a altos dirigentes políticos y atentando contra
establecimientos públicos (como las bombas del Liceo de Barcelona en 1893)161.
155 Continuaba en esta época el antiguo sistema de reclutamiento de quintas, con la "redención a metálico", sistema
por el cual se podrían librar quienes pagaran determinada cantidad (1.500 pesetas, en 1885) con lo cual solo se
libraban los hijos de buena familia, reclutándose la tropa entre las clases más humildes (Tuñón de Lara, 1991: 36).
156 Valdés, 1996: 238, 239.
157 Storm, 2001: 35.
158 Serrano, Carlos, "Crisis e ideología en la restauración", en Tuñón de Lara, 1991: 186.
159 Tuñón de Lara, 1991: 290, 291.
160 Tuñón de Lara, 1991: 296.
161 Rumeu de Armas, 1968: 101.
50
En 1890 el socialismo español (II Congreso del PSOE) decidió participar en las elecciones generales en
solitario, sin aliarse con los partidos republicanos burgueses162.
En Estados Unidos no tenían un problema nacional, ni de militarismo, pues el ejército era un estamento
democráticamente supeditado al poder civil, aunque algunos medios de comunicación, a propósito de la
dominación de Cuba y las correrías de los soldados allá, empezaron a preocuparse por su excesivo
poder163. El conocimiento del inglés se convirtió en requisito para obtener la ciudadanía norteamericana y,
desde finales del decenio de 1880, se comenzó a introducir un auténtico culto de una nueva religión cívica
–la única permitida en una Constitución agnóstica- en forma de un ritual diario de homenaje a la bandera
en todas las escuelas norteamericanas164.
Oleadas de inmigrantes llegaron a Estados Unidos165 buscando los altos sueldos (comparados con los de sus
países de origen) que pagaban a los trabajadores de la floreciente industria, pero esa afluencia extranjera
derivó en reacciones xenófobas como la del senador por Massachusetts Henry Cabot Lodge, que en 1896
propuso restricciones a la inmigración y la expulsión de cualquier inmigrante adulto incapaz de leer 40
palabras en cualquier lengua; el presidente Cleveland vetó la iniciativa 166 . Además, estos nuevos
estadounidenses fueron causa de tensiones religiosas, por ejemplo, se dio una hostilidad bastante extendida
contra los católicos, en concreto, la Iglesia, por su creciente influencia, demandando fondos públicos para
sus escuelas, que en torno a 1890 tenían ya seiscientos mil estudiantes. Como reacción, los extremistas
protestantes se juntaron en sociedades secretas para oponerse a la influencia católica en política: "It was
said that Italians has exchanged the old Roman religión of Jupiter for the new Roman Catholicism of Jew-
Peter and were no better for the swop"167.
Otros colectivos sufrieron también el expansionismo económico y territorial del país y la guerra,
especialmente obreros, indios y negros. Señala Cashman a este respecto que "the West was settled at a
51
fatal cost to the American Indian. The South was tied back to the Union at a humiliating cost to the
American black. There were two depressions, in 1873 and 1893 […] The amazing industrial expansion of
the US was accomplished with considerable exploitation of factory artisans"168. Empezando por la población
de color, su situación fue difícil, pues el sur quedó arrasado y eran continuamente hostigados por racistas
blancos como el Ku Klux Klan, que nace en 1865 en Tennessee169. Como consecuencia de esta situación,
mucha gente de color emigró de un sitio a otro y algunos de manera permanente al norte y al oeste.
Aunque tenían derechos de voto, cada vez lo ejercían menos y estaban pobremente cualificados170.
La rápida expansión al oeste se cobró una primera víctima, la población india. Oleadas consecutivas de
mineros (la fiebre del oro), ganaderos y agricultores tras la Guerra Civil, especialmente (aunque ya venían
sufriendo la invasión de sus tierras desde muchos años atrás), obligaron a la población indígena a
desplazarse más al oeste, a las grandes praderas, y depender más del bisonte y menos de la agricultura. Así,
al ir quedando menos bisontes su fuente de alimento se extinguía y les obligaba a aceptar las raciones de
una reserva federal171 .
Los obreros hacían frente a maratonianas jornadas de trabajo y muchos granjeros pasaron de propietarios
a arrendatarios de las tierras, pues no podían hacer frente a las grandes corporaciones y trusts. Esto fue
cambiando al tiempo que se fueron organizando en cooperativas (lodges) y así evitar monopolios como el
de los "grain elevators" (almacenes de grano), que les imponían elevadas tasas por guardar el grano de
acuerdo con los ferrocarriles, de modo que para distribuir el grano debían almacenarlo ahí. Como el
ferrocarril, el único modo de transporte eficaz, era un monopolio (y no podía haber competencia, debido al
gran capital necesario), los granjeros se centraron en pedir cambios en la legislación estatal (tarifas máximas
de ferrocarriles y empresas de almacenamiento) 172 . Toda esta lucha desembocó en la conocida como
revuelta agraria (Alianza de Granjeros, fundada en Texas en 1874), que culminará con la creación del
People´s Party o Populists en 1892173.
También surgieron otros movimientos de defensa de los intereses obreros como los Knights of Labor
(1869), liderados por Terence V. Powderly, que en su Asamblea de 1878 adoptaron sus "First Principles",
movimiento con un Preámbulo escrito por Ignatius Donelly (Cashman, 1984: 286, 296).
52
de inspiración cristiana, entre los cuales se encontraba la jornada laboral de 8 horas o la prohibición del
trabajo de menores de 15 años174. Por otra parte, los partidos de inspiración socialista lograron algunos
resultados electorales significativos en la década de los 80, como cuando concurrió a las elecciones al
estado de Nueva York en 1886 con Henry George como candidato175.
Anticlericalismo.
En Estados Unidos, salvo la inquina antes vista de ciertos sectores a la Iglesia católica por considerar que su
influencia iba más allá del plano meramente religioso (veremos luego estos prejuicios en Mark Twain, quien
profesaba especial animadversión contra los misioneros, fueran católicos o protestantes), no existía un
problema de anticlericalismo, es decir, de oposición al influjo del clero en la vida pública. En España sí. El
historiador Eric. J. Hobsbawn nos cuenta que el anticlericalismo pasó a ser un factor esencial en la política
de los países católicos debido a que la Iglesia rechazó la ideología de la razón y el progreso176. En España las
razones son más complejas y concretas.
Como señala Carlos Serrano, España es el único país de su entorno en el que los gobiernos de la burguesía
rehúyen enfrentarse con la Iglesia (el Kulturkampf alemán, la incorporación de los Estados pontificios a Italia,
las leyes laicas francesas…), debido a los equilibrios de poder de los sucesivos gobiernos de la Restauración
borbónica, que tuvieron que pactar con la Iglesia para ganarse su neutralidad, dándole privilegios en el
campo de la enseñanza177.
El peso de la Iglesia romana en el ámbito educativo es uno de los motivos por los que floreció esta actitud
contraria a los clérigos. Con la Restauración, tras el período secularizador del Sexenio revolucionario
(proclamación de libertad religiosa, abolición del fuero eclesiástico para los clérigos -quedaron sujetos a los
tribunales civiles-, creación de registro civil de personas, secularización de cementerios, matrimonio civil…)
y partiendo de lo dispuesto en la constitución de 1876, se fue retrocediendo en la secularización en el
ámbito educativo, pues se pasó de la neutralidad a la voluntariedad de la enseñanza (decreto Puigcerver de
1895), luego a la obligatoriedad de un solo curso (decreto Bosch de 1896) y por último de un solo curso a
174 Para el "Preamble and declaration of principles of the Knights of Labor of America", ver www.chicagohistory.org.
Consúltese también Cashman, 1984: 158, 159.
175 George consiguió 68 mil votos, solo por detrás del vencedor demócrata y por delante de Theodore Roosevelt,
53
cuatro años de enseñanza obligatoria de la religión católica (decreto García Alix de 1900). Posteriores
decretos, ya de primeros del siglo XX, fueron, sin embargo, en la línea de mayor "neutralidad religiosa"178.
Otro motivo del anticlericalismo finisecular español es lo que algún autor ha denominado la recuperación
eclesiástica, consistente en la proliferación de asociaciones católicas, la acción social de la Iglesia
(instituciones benéficas y asistenciales, cajas de ahorro…), la prensa católica o el incremento de vocaciones
y de comunidades religiosas, pasándose de la exclaustración en los años 30 a 597 comunidades de
religiosos y 2.656 de religiosas en 1904 (más de 50.000 miembros en total –unos 10 mil hombres y 40 mil
mujeres-)179.
Revuelta González, Manuel, " La recuperación eclesiástica y el rechazo anticlerical en el cambio de siglo", en
179
Samuel Clemens nació un 30 de noviembre de 1835, cuando el cometa Halley se acercaba a la órbita
terrestre. Casi 75 años después, un 21 de abril de 1910, nos dejó Mark Twain, pues su fama, erigido por
muchas décadas ya en personaje público, elevó su nombre artístico sobre el de nacimiento en el momento
de su muerte. Se diría, pues, que fue alguien con estrella y a fe que su éxito literario así lo explica, aunque
se estrellara también en otros sentidos (no tuvo mucha suerte en ciertos negocios). Twain vivió dos
tercios del siglo XIX en los Estados Unidos, un tiempo que vio cómo su país se convertía en una
superpotencia mundial, pasando de la lucha intestina (la Guerra Civil) a las luchas imperialistas; fue testigo
de la expansión al oeste y la abolición de la esclavitud, el gran desarrollo industrial del país y sus
consecuencias en las relaciones laborales, especialmente duras para las grandes masas de inmigrantes que
llegaban a la joven nación.
Su padre era agnóstico y librepensador, en oposición a su madre, creyente cristiana y con ribetes de
espiritualismo (creía en sueños, visiones, presagios y otros eventos sobrenaturales)180. Fue el quinto de seis
hermanos 181 . Su infancia se desarrolló en Hannibal, localidad ribereña del Mississippi en el estado de
Missouri, de donde sacaría mucha de la inspiración entreverada en obras suyas tan célebres como Las
aventuras de Tom Sawyer o Las aventuras de Huckleberry Finn, cuyas historias crecen en paralelo al gran río
norteamericano. Allí pasó Twain muchos veranos, escuchando fantasiosas historias y espirituales negros en
la granja de su tío, que tenía varios esclavos.
Por aquel entonces, Missouri era frontera del oeste americano. Con apenas 11 años muere su padre y, un
par de años más tarde deja la escuela, que parece no casaba con el carácter indómito del pequeño Sam,
pese a la charla que tuvo con su madre en el lecho de muerte de su progenitor, tal y como recuerda la
propia Sra. Clemens182. Además de al colegio, desde pequeño, impulsado por su madre, ferviente devota
for schoolhouses and textbooks". Y, cuando al morir su padre, su madre le dijo que tenía que prometerle algo, él se
adelantó y replicó: "Oh mother, I will do anything, anything you ask of me except to go to school; I can´t do that!",
55
cristiana (primero de la Iglesia Metodista y luego de la Presbiteriana), acudía a la conocida como "escuela
dominical"183. A esta especie de "clase" que tenía lugar antes del servicio (en términos protestantes, lo que
sería la misa católica, teniendo en cuenta las diferencias existentes en la Eucaristía entre las distintas
confesiones cristianas) de los domingos, donde se repasaban pasajes enteros de la Biblia y se aprendían de
memoria versículos, haría referencia en sus obras más célebres, como Las aventuras de Tom Sawyer. Esta
formación explica también el conocimiento profundo (al menos en su literalidad) de las sagradas escrituras
y las continuas referencias bíblicas en sus obras.
Muy joven, pues, comenzó a trabajar, primero como aprendiz de impresor (aquel primer trabajo sería
premonitorio de su carrera posterior) en un periódico local en el que tenía que decidir el tipo de letra de
los artículos. Así empezó a leer historias el señor Twain 184 . Tras unos meses trabajando en varios
periódicos del este, volvió a casa y comenzó a ganarse la vida como piloto fluvial en el Mississippi. La guerra
civil paralizó tanto el país, sumido en el esfuerzo bélico, como el tráfico en el río y así se alistó en un
batallón confederado (Missouri formaba parte de los estados del Sur) durante apenas dos semanas,
episodio del que daría cuenta en su relato A private story of a campaign that failed (1885).
Empezando el verano de 1861, como tantos otros compatriotas, marchó hacia el oeste, invitado por su
hermano mayor Orion, que acababa de ser nombrado secretario del Territorio (aún no era un Estado) de
Nevada. Allí, intentó ganarse la vida como buscador de plata, en plena "fiebre" del precioso metal, que
precedería a la del oro, pero visto que lo suyo no era la minería se embarcó en la que sería la aventura más
exitosa de su vida: la escritura. Comenzó como periodista en el Territorial Enterprise, de Virginia City
(Nevada), donde empezó a usar su famoso pseudónimo, que según el propio Twain venía de dónde estaba
la marca con profundidad segura para el barco185 (Twain: dos brazas o doce pies –algo más de 3,5 metros-,
aunque existen otras teorías sobre el origen de este apodo)186.
"Mark Twain's Boyhood/ An Interview with Mrs. Jane Clemens, Mother of the Famous Humorist? His Strong
Aversion to Attending School", en Interviews, 1977. La misma anécdota se encuentra en Scharnhorst, 2012: 2.
183 Emerson, 1988: 14.
184 Paine, 1916: 42-45.
185 Autobiografía, 2004: 150.
186 El 3 de febrero de 1863, seis meses después de su incorporación al periódico Territorial Enterprise de Virginia City,
firmó por primera vez con su pseudónimo. No existe una clara explicación del origen de esta expresión, pues Twain
decía que lo hizo en homenaje a un viejo piloto fluvial del Mississippi y tradicionalmente se piensa que hace referencia
a la expresión de los barqueros de dicho río señalando la profundidad de las aguas. Otros autores señalan que
proviene de la jerga de los saloons de Nevada, cuyos propietarios solían limitar el crédito a dos (twain) bebidas
(Kaplan, 1984: 47).
56
De ahí saltó en 1864 a San Francisco, donde continuó su carrera como periodista, trabajando más de lo
que le hubiera gustado, según afirmaba el propio Twain187. Mientras reporteaba por las calles de la ciudad
californiana, a miles de kilómetros de distancia nacía otro futuro escritor, Miguel de Unamuno. Al año
siguiente Twain consiguió su primer éxito como escritor con el relato corto The Celebrated Jumping Frog of
Calaveras County y continuó subido a la cresta de la ola de la celebridad como corresponsal de otro
periódico en las islas Hawaii. Sus crónicas desde las islas del Pacífico aumentaron aún más su fama y, a su
regreso a Estados Unidos (entonces las Hawaii eran aún independientes), dio una serie de conferencias por
todo el país (la primera gira de las muchas que luego protagonizaría).
Su fama como escritor de viajes seguía in crescendo y fue contratado por otro periódico, el Alta California,
para enviar una serie de cartas durante un viaje a Tierra Santa. De esta travesía sacó un libro, Innocents
abroad (1969) y a su futura mujer, pues en el curso del viaje conoció al que habría de ser su cuñado,
Charles Langdon, quien le enseñó una foto de su hermana Olivia. En el número de diciembre de 1969, el
Atlantic Monthly publicó una crítica profética188, firmada por el ayudante del editor, un joven William Dean
Howells, que poco después se convertiría en amigo íntimo de Clemens, en su asesor y admirado colega189.
En 1870 se casaría con Olivia Langdon, a quien familiarmente conocían como Livy, y ambos se asentaron en
Buffalo (estado de Nueva York), donde Twain comenzó como copropietario y escritor en el periódico
Buffalo Express. Tras unos meses el matrimonio se mudó a Hartford (Connecticut) a la que sería su casa
durante casi veinte años190, obviando sus largos períodos en el extranjero (especialmente a Europa, en las
décadas de los 70 y 90191). Allí murió su primer hijo, Langdon, de difteria, con apenas dos años de edad, y
allí nacieron sus otras tres hijas, Susan (1872), Clara (1874) y Jean (1880). En Hartford vivieron en un
entorno lleno de gente de confianza, como su íntimo amigo, el reverendo Joseph H. Twichell, pastor de la
Iglesia congregacionista de Asylum Hill, un opulento edificio al que Twain bautizó irónicamente como
"iglesia de los santos especuladores"192.
187 "Era una esclavitud horrible para un hombre perezoso, y yo había nacido vago. No soy más perezoso ahora que
hace 40 años, pero eso es porque ya alcancé el límite hace 40 años" (Autobiografía, 2004: 167).
188 En este artículo califica Howells a Twain como digno de situarse entre los mejores humoristas. Se puede leer la
información en www.marktwainhouse.org.
191 Emerson, 1988: 109, 111. A partir de 1891 se puede decir que los Twain vivieron en Europa, con viaje frecuentes
a los Estados Unidos, principalmente por negocios. Un viaje que en principio era de 6 meses se prolongó durante
casi 10 años (Emerson, 1988: 175).
192 Kaplan, 1984: 91.
57
Durante los años que siguieron Twain escribiría gran parte de sus libros más conocidos entre la casa de
Harford y muchos veranos en la casa de su cuñada en Elmira (estado de Nueva York), entre otros The
Adventures of Tom Sawyer (1876), The Prince and the Pauper (1881), A Connecticut Yankee in King Arthur’s Court
(1889) o Adventures of Huckleberry Finn (1884)‚ que fue el primer libro que publicó su propia editorial, The
Charles L. Webster Company, que al año siguiente conseguiría un gran éxito de ventas con la publicación
de las memorias del General Grant, comandante en jefe de la Unión durante la guerra civil norteamericana.
Fueron años boyantes193, pero sus proyectos empresariales fueron de mal en peor, con la guinda del fiasco
de la máquina de composición Paige en 1891, en la que invirtió casi 200 mil dólares de la época, quebrando
su editorial en 1894, pero ya desde años atrás arrastrando una penosa situación financiera194.
Para pagar a sus acreedores, asesorado por el que se convertiría en otro buen amigo, el ejecutivo de la
Standard Oil, Henry H. Rogers195, Twain se embarcó en un ciclo de conferencias a lo largo y ancho del
mundo, tras llegar a un jugoso acuerdo económico con el diario The Sun para publicar una serie de diez
cartas de su viaje por el Viejo continente196. A punto de partir para Europa, pensando también en que su
mujer tomara unos baños debido a su delicada salud, le escribía a su gran amigo William Dean Howells, a
propósito de su naturaleza viajera: "I have seen all the foreign countries I want to see except heaven and
hell, and I have only a vague curiosity as concerns one of those"197.
Pero, estando la familia en el Viejo continente, su hija mayor muere en 1896 de meningitis198, a la edad de
24 años, durante una corta estancia de ésta en su casa de Hartford. Nunca más volverían a vivir allí. Su
muerte, la de su hija preferida, le dejó devastado199.
La última década del siglo XIX la pasó Twain viajando con su familia de acá para allá, dando conferencias,
como decíamos, y escribiendo artículos para hacer caja y finalizando con la escritura de un libro, Following
the Equator, en 1897. Testigo de las primeras luchas imperialistas, de la guerra de los Boers en lo que hoy
193 En el periódico La Época (España) de 30 de diciembre de 1886 se sitúa a Twain, citando un ranking publicado por
un periódico de EE.UU., como el segundo en la lista de los humoristas norteamericanos con mayor fortuna (140 mil
libras).
194 Emerson, 1988: 155.
195 Gracias a las gestiones de Rogers saldaría sus deudas (consiguió que su esposa gozara de la posición de acreedora
preferente). Pese a la obstinación de Twain, finalmente le convenció de que la máquina de composición Paige no le
proporcionaría beneficios (Emerson, 1988: 191, 203).
196 Señala el acuerdo con Twain, a razón de 1.200 dólares la pieza, según el periódico, "the highest remuneration that
conocer alguno de estos, Carta desde Hartford de 20 mayo de 1891(Letters, 1917: 548).
198 Emerson, 1988: 204.
199 Emerson, 1988: 403 y ss.
58
es Sudáfrica (la República Sudafricana) y de la rebelión de los Boxer en China, a partir de la guerra
hispanoamericana y la conquista de las Filipinas por los Estados Unidos, empezó a cargar contra el gobierno
de su país por considerarlo imperialista (llegaría a ser vicepresidente de la Liga Antimperialista desde 1901
hasta su muerte).
Sus últimos años los pasó acompañado de esa terrible compañía que es la soledad. En 1903 su mujer
enfermó, de precaria salud ya desde joven200, muriendo al año siguiente, en Italia. Twain se mudó a vivir a
Nueva York en 1908 a la que sería su última casa en Redding (Connecticut). Estos últimos años los pasó
con su hija enferma, Jean, la pequeña, que moriría en 1909 de un ataque epiléptico201. Su hija mediana,
Clara, se casó ese mismo año. De regreso de un viaje a Bahamas, el hombre Samuel Clemens, el famoso
Mark Twain moría un 21 de abril de 1910202, con 74 años, curiosamente mientras se acercaba a la tierra el
cuerpo celeste que había acompañado su venida al mundo, el cometa Halley.
Fue enterrado casi como un hombre de estado. A su funeral, celebrado en la Brick Presbyterian Church de
Nueva York por los reverendos Henry Van Dyke y Joseph Twichell, acudieron tres mil personas que
guardaron fila para rendir sus respetos a Twain. Dicen los periódicos de la época203 que la iglesia abrió sus
puertas una hora antes de comenzar el sepelio, a las 3 de la tarde, y que en apenas media hora ya estaba
abarrotada. Su buen amigo, Twichell dijo de Twain a modo de epitafio: "It was a simple soul that had gone
trustingly to the beyond"204. Al acabar la ceremonia le llevaron en un coche privado a la ciudad de Elmira,
donde fue enterrado.
59
Miguel de Unamuno. El hombre que nunca dejaba de hablar.
Miguel de Unamuno y Jugo nació un 29 de septiembre de 1864 en la calle de Ronda, del viejo Bilbao, donde
aún hoy se conserva la casa con una placa conmemorativa. Fue el tercero de los seis hijos que tuvieron
Félix de Unamuno, un comerciante que había hecho una pequeña fortuna en México, y Salomé Jugo, su
sobrina 205 . Su padre salió elegido concejal en el Ayuntamiento de Bilbao en las primeras elecciones
democráticas en la villa y moriría dos años después, cuando el pequeño Miguel apenas contaba seis años de
edad. Creció, de este modo, sin una figura paterna de referencia206, gracias al exiguo capital de su abuela
paterna 207 y con una madre viuda de apenas 30 años, profundamente religiosa, vestida siempre de luto
riguroso y siendo educado tanto en casa 208 como en la escuela en unos estrictos principios religiosos
católicos.
Durante sus primeros años de vida sufrió el sitio de Bilbao con el estallido de la tercera guerra carlista,
pero en verdad no se puede decir que, pese a impresionarle la caída de las bombas, fuera una época
pesarosa para él, sino más bien al contrario, pues la guerra fue para el niño Miguel como un juego 209 .
Unamuno, aunque se consideraba (por formación y vocación), hombre del siglo XIX, vivió exactamente la
mitad de su vida en este siglo y la otra mitad en el XX. Fue testigo del cambio de la España decimonónica
del turnismo, monárquica, muy atrasada económica y políticamente y que perdió sus últimas posesiones
coloniales, a la España republicana del XX que acabaría desangrándose en una guerra civil.
En 1880 un jovencísimo Unamuno marcha a Madrid para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad
Central, terminando sus estudios universitarios en 1883 y doctorándose con su tesis "Crítica del problema
sobre el origen y prehistoria de la raza vasca"210.
205 Un año después de morir su padre muere su hermana María Mercedes, de apenas un año de edad y otra
hermanita moriría al poco de nacer (Rabaté, 2009: 2, 19-21).
206 Años después dice Unamuno que de su padre solo conservó "un vago recuerdo, esfumado en niebla" (Rabaté,
2009: 21).
207 Salcedo, 1970: 31.
208 Recuerda Unamuno en su Cuadernillo de juventud: "En esto que llaman clase media todo es triste, la vida
contradicción y lucha y como se procura matar el instinto, el hogar no es hogar ni la familia familia. Yo me he criado
en una familia de puritanos, sequedad y fórmula, así es que mis afectos son afectos profundos pero secos, mi afición
la lógica, y mi deseo un deseo que ni se ve ni se palpa, he mamado con la leche el escepticismo" (Rabaté, 2009: 23).
En el colegio de San Nicolás, donde tenía "rezo cotidiano del santo rosario, de rodillas, después de las clases", se
aprende el catecismo (Rabaté, 2009: 27).
209 Su imagen es la de un niño, juega a hacer ejércitos de pajaritas de papel, no va al cole, "uno de los períodos más
60
De vuelta a su Bilbao natal trabaja dando clases en el colegio e incluso particulares, colaborando en
diversos periódicos nacionales mientras prepara oposiciones a cátedras de instituto y universidad
convocadas para cubrir vacantes en diferentes ciudades españolas, entre ellas a la cátedra de vascuence del
Instituto Vizcaíno, a la que también concursó Sabino Arana, quien años después fundaría el PNV211. Fueron
años difíciles, de escaseces mientras encontraba un medio duradero de subsistencia, como recordaría años
más tarde212.
Después de varios intentos fallidos, consigue la plaza de catedrático de Lengua Griega en la Universidad de
Salamanca en junio de 1891213. A la ciudad del Tormes llega casado214 con su novia de toda la vida (se
conocieron con 12 años, en el pueblo donde Unamuno pasaba sus veranos)215, Concha Lizárraga. Su primer
hijo, Fernando, nacería en Bilbao en 1891, pero el resto de su descendencia, Pablo, Raimundo, Salomé,
Felisa, José, María, Rafael y Ramón serían salmantinos216.
Fue militante de la Agrupación Socialista de Bilbao entre 1894 y 1897, periodo en el que publico su primera
obra de cierto reconocimiento, En torno al casticismo (1895), y su primera novela, Paz en la guerra (1897),
así como numerosos artículos en la prensa española e hispanoamericana, además de traducciones de obras
de Spencer, Carlyle, Leopardi o Schopenhauer217.
Esta fue su vida, un continuo escribir lo que pensaba, por necesidad espiritual y económica 218 . En el
transcurso de la incurable enfermedad de su hijo Raimundo219 (nacido en 1896 y que fallecería en 1902220),
211 Además de las clases particulares y como interino en el Colegio de San Antonio (de latín, psicología, lógica y ética)
dio clases de español a extranjeros, incluidos tres noruegos (así, al traducir, empieza a conocer también el danés, que
estudió luego, comenzando a leer a Kierkegaard e Ibsen) (Rabaté, 2009: 71-77).
212 "Me he privado de mil pequeñas cosas, yendo con amigos los he dejado alegando que no me gustaba ir a tal o cual
de personas, que acompañaba con anotaciones. Usó este cuadernillo para elegir el nombre de todos sus hijos (Amor y
pedagogía, 2008: 63, nota 1).
217 Rabaté, 2009, p. 119 y ss.
218 Como 280 del escalafón de catedráticos cobraba 4.000 ptas. al año (Rabaté: 2009, 133).
219 Raimundo Jenaro ("Raimundín", le decía Unamuno) nació con meningitis, que pronto derivaría en una hidrocefalia
61
sufrió en 1897 una profunda crisis personal y religiosa, en la que recibiría el incondicional apoyo, entre
otros, del padre Juan José Lecanda221.
A comienzos del curso académico del año 1900, Unamuno es el catedrático que debe pronunciar el
discurso inaugural, resultando éste tan innovador en sus propuestas educativas (para empezar, hace algo
inédito, se dirige directamente a los alumnos, obviando a autoridades y catedráticos) que motivará su
elección como Rector de la Universidad222. En la residencia rectoral, hoy Casa-Museo Unamuno, vivirá
hasta su destitución por el ministro de Instrucción Pública en agosto de 1914223. Aquí escribiría algunas de
sus obras señeras, como Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trágico de la vida o Niebla, entre otras.
Tras su cese como rector se traslada a la calle Bordadores, y continúa con su compromiso social y político
continuando con sus charlas por localidades castellanas en el seno de su campaña agraria y escribiendo
frecuentes artículos en prensa criticando a la monarquía alfonsina y al ejército, entre otros muchos
temas224. Hay diversas teorías que justifican su destitución como rector, alguna de las cuales concreta que la
campaña agraria en la que participó el escritor perjudicaba los intereses de un influyente político, que sería
varias veces primer ministro, el latifundista Romanones225.
Durante la Primera Guerra Mundial apoyó a los aliados frente a los germanófilos, visitando el frente italiano
con Azaña y Américo Castro, entre otros 226 . Fue candidato a diputado por el partido Republicano de
Vizcaya227. En 1917 sale elegido concejal de Salamanca en las listas de la Federación Obrera y la Unión
Ferroviaria228, no obteniendo acta de diputado en las generales del año siguiente229. A resultas de uno de los
escritos que publicó contra el rey Alfonso XIII, fue procesado por injurias hacia el jefe del estado,
condenado a prisión y posteriormente indultado 230 . Su persistente campaña contra la monarquía y el
Directorio militar del general Primo de Rivera le ocasiona el destierro a la isla canaria de Fuerteventura,
(Salcedo, 1970: 215). Ese año viajó al frente italiano (Rabaté, 2009: 375-376). En 1922 fue proclamado presidente de
la Liga española de los derechos del hombre, organización que aglutinaba a toda la oposición política al monarca:
republicanos, socialistas, liberales (Salcedo,1970: 242).
227 http: //unamuno.usal.es/autor.html (fecha de consulta, 28-2-2014).
228 Rabaté, 2009: 382.
229 Rabaté, 2009: 386.
230 Rabaté, 2009: 403 y ss.
62
donde llegará en 1924 hasta que, ese mismo año, huye a Francia, aun indultado, prometiendo no volver a
España hasta que el dictador Primo de Rivera deje el gobierno231. En Francia (primero en París y luego en
Hendaya, en su añorada tierra vasca), coincidirá con otros españoles exiliados como Eduardo Ortega y
Gasset (hermano del filósofo José) o el escritor Vicente Blasco Ibáñez232.
Unamuno cumple su palabra y solo vuelve a España cuando cae Primo de Rivera, en 1930, teniendo un
recibimiento apoteósico allá por donde pasa, desde la frontera francesa hasta Salamanca, donde vuelve a
ejercer como catedrático de Historia de la Lengua Castellana en la Universidad233. En estos años estrena
algunas de sus obras teatrales y se presenta a las elecciones municipales por la coalición republicano-
socialista, obteniendo una concejalía y proclamando la República desde el balcón del Ayuntamiento234. Es
nombrado presidente de honor de la corporación municipal a perpetuidad, presidente del Consejo de
Instrucción Pública, diputado a Cortes, rector de la Universidad de Salamanca y posteriormente rector
vitalicio, ciudadano de honor de la República y propuesto para la Academia Española y para el premio
Nobel, a solicitud de la Academia Argentina de Letras 235 , pero termina por alejarse del gobierno
republicano y adherirse al levantamiento militar a comienzos de 1936236.
Su profunda discrepancia con el deje autoritario adoptado por el gobierno del general Francisco Franco y
tras un enfrentamiento verbal con el general Millán Astray (no hay certeza de las palabras exactas de
ambos, aunque se guardan las notas que Unamuno esbozó antes de intervenir, diciendo el rector algo así
como que "vencer no es convencer y hay que convencer..." a lo que respondió el militar con el célebre:
"¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!")237 se recluyó en un voluntario aislamiento en su casa de la
calle Bordadores238, donde morirá el 31 de diciembre de 1936, tras haber sufrido la muerte de su mujer y
de su hija Salomé, la mayor de sus hijas, a los 36 años de edad239. Murió, según nos cuenta María Zambrano,
"solo, en un anochecer de invierno en medio de la niebla espesa que cubría su Salamanca, que cubría
España toda"240.
indicando que al otro lado del puente del Bidasoa, cuando Unamuno se disponía a cruzar de Hendaya a Irún, más de
cinco mil personas se apiñaban bajo la lluvia (Rabaté, 2009: 553, 547).
234 Rabaté, 2009: 569-575.
235 Rabaté, 2009: 576 y ss.
236 Rabaté, 2009: 544 y ss.
237 Salcedo, 1970: 415.
238 Rabaté, 2009: 683 y ss.
239 Epistolario inédito, 1991a: 328.
240 Zambrano, 2003: 197.
63
El New York Times publicó un amplio obituario el 2 de enero de 1937 que tituló "De Unamuno dies; Savant
of Spain"241, calificando a don Miguel como "an internationally renowned philosopher, poet and novelist"242.
Recordando a Plutarco intentaré aquí mostrar las similitudes entre las vidas de ambos autores, a simple
vista tan diferentes, pero con más de una coincidencia. Más que los sucesos históricos (por usar la
terminología unamuniana) me centraré ahora en las experiencias vitales que marcaron sus vidas y en las
que, de un modo u otro, se encuentran sus similitudes, al fin y al cabo, porque se refieren a su lado más
humano, a la incertidumbre ante la adversidad, al amor, a la búsqueda de reconocimiento, al miedo a hacer
daño a los suyos:
Mark Twain nació en el seno de una familia en la que, como comentábamos, su padre era librepensador
(hoy le diríamos agnóstico) y su madre mujer creyente y practicante. Algo parecido se podía decir de los
padres de Unamuno, devota católica ella y hombre liberal, viajado (fue indiano) él. En ambos casos la
influencia materna parece claramente mayor, pues el profesor de griego perdió a su progenitor con seis
años y Twain con apenas el doble de edad.
Ambas experiencias están presentes en sus obras, basta con recordar el Augusto de Niebla 243 o los
huérfanos de la obra twainiana (Tom Sawyer, los "gemelos" de Pudd´nhead Wilson...). Uno creció en el
campo, en la ribera del Mississippi, entre naturaleza viva que parecía le hablaba244; otro en una pequeña
ciudad de provincias, el Bilbao de las siete calles, que estaba creciendo al ritmo de su industria, pero el
escritor anhelaba pasar los veranos entre las montañas de su tierra vasca245.
Ambos vivieron la guerra, pero no de una forma traumática, salvo los últimos meses de Unamuno con la
Guerra Civil española. Twain se alistó en un batallón del ejército confederado durante la Guerra de
Secesión de los Estados Unidos, pero apenas estuvo un par de semanas y no parece que tuviera mucha
ocasión de disparar su arma, aunque años después novelaría este episodio de su vida inventando que
243 "De su padre apenas se acordaba; era una sombra mítica que se le perdía en lo más lejano; era una nube
sangrienta de ocaso" (Niebla, 1982: 76).
244 "Now, far away in the woods a bird called; another answered; presently the hammering of a woodpecker was
heard. Gradually the cool dim gray of the morning whitened, and as gradually sounds multiplied and life manifested
itself. The marvel of Nature shaking off sleep and going to work unfolded itself to the musing boy. A little green
worm came crawling over a dewy leaf, lifting two-thirds of his body into the air from time to time and "sniffing
around," then proceeding again" (The Adventures of Tom Sawyer, GUPj).
245 "Otros se criaron en el campo, corriendo por él, respirando en el aire átomos de huerta y oyendo cantar a los
pájaros de carne y hueso; yo, entre calles, rompiendo botas por ellas", recuerda Unamuno (Salcedo, 1970: 29).
65
mataron a un hombre por error246. La experiencia no fue muy gratificante, a juzgar por cómo finaliza su
relato "The Private History of a Campaign that failed": "I could have become a soldier myself if I had waited.
I had got part of it learned, I knew more about retreating than the man that invented retreating"247.
Unamuno vivió el asedio de Bilbao durante la Tercera Guerra Carlista, pero la vivió como un niño, para
quien la guerra es un juego, tal y como recordaría años después en su primera novela, Paz en la Guerra:
"¿No estaban en parte representando la guerra, divirtiéndose con ella? Aquello era un enriquecimiento de
los accidentes de la vida, un juego, cuyo oculto horror se les escapaba de ordinario"248. Los dos autores
pasarían el resto de su vida condenando las guerras, con contadas excepciones (el Twain que apoyó
inicialmente la guerra contra España por creer que era para liberar a los cubanos del yugo colonizador o el
Unamuno que apoyó puntualmente las guerras en Marruecos).
Conocido es que Unamuno fue un lector voraz ya desde niño, un cerebrito (curiosamente a lo Rudyard
Kipling, joven escritor -de la quinta de Unamuno- al que el autor norteamericano admiró profundamente),
polémico ya desde muy joven, que en lo académico se alejó de caminos trillados para crear los suyos
propios. Hizo el doctorado y con poco más de 27 años era ya catedrático de Universidad. Su aterrizaje en
el periodismo fue muy tempranero, sus primeros artículos datan ya de su época de joven bilbaíno, pero fue
un periodismo de opinión, lo que hoy llamaríamos de columnista.
Twain apenas tuvo una educación reglada; dejó los estudios a los 13 años, pero, desde su temprano
contacto con el periodismo como aprendiz en una imprenta249, desarrolló gran apetito por la lectura, y no
solo de obras de ficción, sino (como Unamuno, aunque en menor volumen) por obras de otros campos del
saber250.
su falta de estudios superiores y la apariencia a este respecto de no ser un hombre muy leído, Twain "was a
voracious, insightful and often sistematic reader". Añade Gribben que cientos de volúmenes de su biblioteca
contienen anotaciones que demuestran una cuidadosa y atenta lectura y que entre sus favoritos se contaba Kipling,
mucho autor (lógicamente) en lengua inglesa, como Carlyle, especialmente obras de historia de Inglaterra, aunque no
solo, pues también tenía obras de Taine, etc. (LeMaster, 1993: 619, 620).
Sherwood Cummings, por su parte, añade que Twain tenía 160 títulos de temática científica, sobre cuestiones tan
diversas como astronomía, antropología, arqueología, geología o biología (LeMaster, 1993: 664).
66
El escritor norteamericano, antes de alcanzar fama y honores como conferenciante, hizo reporterismo de
calle en la costa oeste, en Nevada y en las calles de San Francisco, denunciando las condiciones de vida de
la población china... De la información al relato corto humorístico, de las crónicas de viajes a sus grandes
novelas, Twain se pasó la vida viajando, igual que hacía su imaginación, aunque él pensara que el hombre
jamás había creado nada. Cultivó también el género teatral, sin mucho éxito, y dio rienda suelta a su
sentimiento en alguna poesía, que era el género que a Unamuno le gustaba más251, pese a que se hizo un
nombre con sus ensayos, sus polémicos artículos de periódico y sus novelas (nivolas, las llamaba), y lo
intentó reiteradamente con el teatro, escribiendo a empresarios teatrales vendiendo las bondades de sus
obras252, pero su éxito de público, pese a ver representadas algunas de ellas, fue menor.
Para alguien como Twain, precedido por su fama de "salvaje humorista del Pacífico" supondría todo un reto
amoldarse a la vida marital con la hija de un respetado magnate del carbón, de una distinguida familia del
viejo Este 255 . Don Miguel se casó con su novia de toda la vida, una chica de pueblo, y en Salamanca,
empezando su carrera de profesor, le costó amoldarse al omnipresente qué dirán de una pequeña ciudad
251 Rubén Darío apuntó que Unamuno fue ante todo un poeta y, para el vasco, la verdadera poesía puede ir envuelta
en cualquier ropaje (novela, ensayo…), pues un sentimiento "se refleja mejor que en un sistema filosófico o que en
una novela realista, en un poema, en prosa o en verso, en una leyenda, en una novela" (Ferrater, 1985: 107).
252 En carta de 6 de noviembre de 1911 le escribe a Fernando Díaz de Mendoza, marido de la actriz María Guerrero,
para "venderle" su Fedra y otras obras. Éste le contestó rechazando La venda y El pasado que vuelve y pidiéndole que
le enviara Fedra. En carta de 26 de septiembre de 1912 escribe a Galdós por si le puede echar una mano para
representar Fedra en el Teatro Español de Madrid (Epistolario inédito, 1991a: 294, 295).
253 Cada vez fueron pagándole menos, al punto que, cuando su situación económica mejoró, dejó de traducir para la
siempre era agradable, pues algunos miembros de la comunidad siempre le miraban como un nuevo rico que no
pertenecía a ese lugar, un impresor vagabundo, un desertor de la guerra civil y además del lado de los confederados;
el autor se sentía hostigado y con media docena de libros inacabados y se planteaba (carta a su madre, 1878) irse con
"la tribu" (su familia) a "algún rinconcito de Europa"" (Emerson, 1988: 107, 108).
255 Fisher Fishkin, 2002: 24, 25.
67
de provincias profundamente conservadora que no siempre veía con buenos ojos al nuevo docente de
ideas liberales (para algunos, revolucionarias).
Ambas mujeres eran alegres y dicharacheras, con sus dos esposos más bien pesimistas, reservado y
ensimismado el español, más ciclotímico el estadounidense, alternando momentos de euforia con otros de
mal humor e ira 256 . Ambas mujeres, más que meras esposas supusieron un apoyo en su carrera de
escritores. Olivia Langdon, "Livy" familiarmente, la mujer de Mark Twain, pesó considerablemente en la
opinión que el propio autor tenía de sus obras. Le ayudaba con las correcciones e incluso dependiendo de
su parecer, desechaba éste la publicación de algunas de sus creaciones o la redacción de otras. A
Concepción Lizárraga, "Concha" como la llamaba el vasco, Unamuno también le consultaba muchas veces
su opinión, aunque sin llegar al celo de Twain en lo que a opiniones de su pareja se refiere. Los dos
escritores sufrieron censura o su autocensuraron, constreñidos por ese pensamiento dominante de la
época que ambos criticaron. El Huckleberry Finn, por ejemplo, fue prohibido en la Biblioteca de Denver, y
Del sentimiento trágico de la vida o La agonía del cristianismo fueron incluidos en el índice de libros proscritos
por la Inquisición257.
256 Cuando le daban esos ataques de ira "his daughters were afraid to be in a room alone with him", según el
profesor Lelan Krauth (LeMaster, 2011: 283).
Otros críticos han indagado en la personalidad del autor, y van más allá aún, señalando que los primeros estudios en
los que se confundió al hombre con el personaje público, impedían formarse una idea exacta de Samuel Clemens. Así
refieren al libro de Salsbury, Susy and Mark Twain, para afirmar que existe evidencia de que Clemens daba miedo a la
mayoría de gente que le conocía bien, que no pudo satisfacer sexualmente a su mujer y que en sus últimos años
estaba obsesionado con las adolescentes, cuestiones que apuntan a la existencia de algún tipo de problema
psicológico de Twain (Hill, 1974: 121).
En esta línea, también DeVoto: "era un hombre de extremismos emocionales [...] humor festivo que alternaba con
rachas de cólera [...] necesitaba poco o no necesitaba nada, para creerse una y otra vez tergiversado y traicionado"
(Selección, 1967: 21, 22).
257 "There's nobody for me to attack in this matter even with soft and gentle ridicule -and I shouldn't ever think of
using a grown up weapon in this kind of a nursery. Above all, I couldn't venture to attack the clergymen whom you
mention, for I have their habits and live in the same glass house which they are occupying. I am always reading
immoral books on the sly, and then selfishly trying to prevent other people from having the same wicked good time",
carta de Twain al Denver Post (August 14, 1902), posteriormente publicada en el New York Tribune (August 22, 1902)
(Mark Twain Quotations, Newspaper Collections & Related Resources: www.twainquotes.com ).
Leslie Fiedler señala además que el senador McCarthy, el de la cruzada contra la "Amenaza Roja" denunció el libro de
Twain, Huckleberry Finn, presumiblemente por propaganda comunista (Selected writings, 1995: XIII).
Otras veces le censuraron sus editores en vida y velaron por su fama una vez muerto. Un ejemplo paradigmático de
esta limitación es su obra póstuma, The Mysterious Stranger, que, como prueba Tuckey, fue ampliamente modificada
por sus editores, Paine y Duneka, para poner en boca de un astrólogo los discursos más radicales, en vez del cura;
los editores quitaron pasajes enteros que pudieran haber ofendido a católicos y presbiterianos (Tuckey, 1964: 2, 3).
De este tema hablo en profundidad en mi tesina, "El Misterio de la existencia humana en Mark Twain. Génesis,
trasfondo e ideas de El Forastero Misterioso".
La inclusión de los libros de Unamuno en el índice la indica Rodríguez (2005: 30, 31).
68
A Twain la opinión de su mujer le importaba más que la de su editor, al punto que dejó de publicar
manuscritos por expresa indicación de su consorte258. Siempre leía con su marido las pruebas de imprenta
de sus obras, siendo, en palabras del autor, "mi fiel, juiciosa y esmerada editora"259. Twain reconoció la
valiosa ayuda de su mujer, hasta el punto de tener el cargo de correctora oficial260. Influido (o más bien
cabría decir presionado) por las altas expectativas de su nuevo status social, por estar a la altura de su
entorno familiar, Twain se guardó de publicar cosas que pudieran incomodar a su mujer, tal y como le
señalaba en una carta a su amiga Mary Fairbanks: "I shall do not act which you or Livy might be pained to
hear of […] I shall seek the society of the good –I shall be a Christian. I shall climb-climb-climb toward this
bright sun that is shinning in the heaven of my happiness until all that is gross & unworthy is hidden in the
mists & the darkness of that lower earth whence you first lifted my aspiring feet"261.
Ejemplo de la importancia que tenía el visto bueno de su mujer a sus escritos es la carta a Fred J. Hall de 30
de Julio de 1893, en la que el escritor le habla sobre su obra Pudd´nhead Wilson, que acaba de finalizar,
comentando sobre el parecer de su esposa: "This time "Pudd´nhead Wilson" is a success! Even Mrs.
Clemens, the most difficult of critics, confesses it, and without reserves or qualifications. Formerly she
would not consent that it be published either before or after my death"262. Twain sabía que solo podría
expresar con claridad su pensamiento una vez muerto, pues en caso de decir todo lo que pensaba en vida
se arruinaría, perdería a sus amigos y condenaría al ostracismo a su familia263.
258 El manuscrito "La recepción en el Cielo del finado reverendo Sam Jones" escrito por Twain lleva la siguiente nota:
"Sin publicar –prohibido por la señora Clemens- S.L.C." (LeMaster, 1993: 178).
259 Autobiografía, 2004: 246.
260 Letters, 1917: 733. En el final de la carta a la niña prodigio, Hellen Keller, en el día de San Patricio de 1903, hace
referencia a la valiosa labor de correción de su mujer: "(Edited and modified by Clara Clemens, deputy to her
mother, who for more than 7 months has been ill in bed and unable to exercise her official function)".
261 No actuaré de modo que tanto a ti como al Livy os duela. Buscaré la compañía de los buenos. Seré un cristiano. Escalaré,
escalaré y escalaré hacia el brillante sol que brilla en el cielo de mi felicidad hasta que todo lo que es repugnante y no valioso
quede entre la niebla y la oscuridad de la tierra de donde una vez elevé mis pies (Fisher Fishkin, 2002: 25).
262 Letters, 1917: 590.
263 En "The privilege of the grave" dice Twain sobre la libertad de expresión: "The living man is not really without
this privilege—strictly speaking—but as he possesses it merely as an empty formality, and knows better than to make
use of it, it cannot be seriously regarded as an actual possession [...] Free speech is granted in form but forbidden in
fact [...] There is justification for this reluctance to utter unpopular opinions: the cost of utterance is too heavy; it
can ruin a man in his business, it can lose him his friends, it can subject him to public insult and abuse, it can ostracize
his unoffending family, and make his house a despised and unvisited solitude [...] None of us likes to be hated, none
of us likes to be shunned". El hombre vivo, estrictamente hablando, no es que no tenga el privilegio de la libertad de
expresión, sí lo tiene formalmente, pero está prohibido de hecho. Hay una explicación para las reticencias a emitir opiniones
impopulares y no es otra más que su coste es demasiado pesado, pues puede arruinar el negocio de un hombre y condenarle
a la soledad. A nadie le gusta ser odiado, así como nadie quiere ser rehuido (Hirst, 2009: 55, 56).
Twain señaló además ciertos capítulos de todo su corpus autobiográfico (los escritos que no publicó, desde 1870
hasta su muerte, incluyendo ficción, ensayos, diarios, cartas...), indicando que debían permanecer sin publicar hasta
dentro de 100 años (Chapters, 1990: XVIII). Estos escritos aparecen en la Autobiografía reeditada del escritor
69
A la mujer de Unamuno no le gustaba casi nada de lo que su marido escribía264, pero le apoyó siempre,
pese a los inconvenientes que su posicionamiento ideológico y religioso les pudiera ocasionar (exilio
durante la dictadura ya mencionado, enfrentamiento con el obispo de Salamanca...265). El propio Unamuno
era consciente de estos inconvenientes y se autocensuró en ocasiones, de diversas maneras, bien mediante
el uso de pseudónimos, bien publicando de forma anónima266, bien absteniéndose de publicar ciertas piezas,
como desvela, por ejemplo, una carta del fundador del PSOE, Pablo Iglesias, al escritor vasco: "Siento que
por asuntos de familia y profesión no pueda trabajar de manera declarada por el progreso de nuestro
Partido […] si bien nosotros deseamos en el Partido gente que trabaje al descubierto, no pretendemos que
nadie sacrifique su posición o su carrera"267.
A Unamuno le rechazaron varios artículos y otros se los censuraron, tanto antes como después de la
dictadura, pues no tenía pelos en la lengua, llegando a cansarse y dejando de escribir en los medios que así
actuaban, como Nuevo Mundo 268 . Los propios periódicos le reconocían que no tenían otra salida si no
querían que les cerraran la edición y algunos le llegaron a señalar cuáles eran sus inapropiados
comentarios269.
La vida familiar de ambos no estuvo exenta de sufrimiento ya desde fechas tempranas. Twain perdió a su
primogénito Langdon siendo aún un bebé y Unamuno lloró la muerte de su hijo Raimundo (Raimundín, le
decía), enfermo desde que nació, cuando apenas contaba seis años de edad270. A ambos les persiguió el
sentimiento de culpa por estas muertes. Twain confesaría muchos años después, al escribir su Autobiografía
(Autobiography of Mark Twain, University of California Press), cuyo primer volumen apareció en 2010 (el tercero
acaba de ser publicado en Estados Unidos, en octubre de 2015).
264 Salcedo, 1970: 21.
265 Rodríguez, 1991: 289; ver también Rabaté, 2009: 123.
266 Señala Ereño que la gran mayoría de los artículos que Unamuno escribió en el semanario socialista fundado en
Bilbao en octubre de 1894 no llevan su firma, y no por casualidad, pues "teniendo en cuenta las falsas ideas que
muchas personas, incluida su propia madre, se hacían del socialismo y de los socialistas, Unamuno decidió elegir para
sus escritos el anonimato y así evitar peligrosos malentendidos" (Ereño, 2004: 11).
267 Por estas fechas Unamuno se enzarzó en una polémica ideológica con el director del periódico salmantino La
información, Manuel Sánchez Asensio, quien dejó caer que su cátedra estaba en juego (Rabaté, 2009: 152, 153).
268 Chaguaceda, 2005: 36 y ss.
269 El director de El Liberal le reconoce los motivos de la censura el 22 de noviembre de 1921: "Tengo que hacerle a
Vd. Un ruego. Que me envíe Vd. artículos en los que no se refiera de cerca ni de lejos a S.M. el Rey (q. D. g). El
motivo es sencillo: publicarse un artículo de Vd. hablando del señorito del wisky y de la ruleta, y de Santiago
Matamoros, y de ¡olé! ¡olé! Y recoger el periódico las autoridades, es una cosa simultánea y fulminante. Se trata pues
de evitar esto que tiene consecuencias de carácter económico a las que no tengo más remedio que someterme. De
otro modo, no necesito decirle que no le haría ruegos de ninguna clase" (Chaguaceda, 2005: 36 y ss).
270 Muere en noviembre de 1902 (Rabaté, 2009: 222).
70
que fue el culpable directo de la muerte del niño, por no abrigarle debidamente271. Dura de asumir fue
también la muerte de su hija mayor con 24 años, especialmente por las circunstancias, pues ésta se
encontraba sola en los EE.UU. y murió cuando su mujer y su hija Clara se encontraban en camino desde
Inglaterra, de donde partieron raudas al conocer su enfermedad.
Twain mostró en diversas cartas a sus amigos272 sus remordimientos por no haber partido él también y no
haberle dicho a su hija que la comprendía (siempre hablaba de la naturaleza diferente de ésta -"a rare
creature"-). A Unamuno le angustiaba la sensación de que su hijo hubiera nacido ya enfermo, precisamente
por ser hijo suyo, carne de su carne273, y este sentimiento, junto a la angustia existencial que sentía, derivó
en su honda crisis espiritual de 1897. Ambos sobrevivieron a sus mujeres y a algunos de sus hijos. Twain
perdió a su amada Livy seis años antes de morir, a su hija mayor Susy, que murió con 24 años y a Jean, de
precaria salud, que murió con 29 años, a cuya muerte escribió un sentido relato (The Death of Jean, 1909).
Unamuno perdió a Concha meses antes de morir él, y a su hija Salomé en 1933, cuando contaba 36 años274.
Samuel Clemens viajó de acá para allá desde que era un crío, se recorrió su país natal de este a oeste,
cruzó el Pacífico, navegó frecuentemente el Atlántico en ambos sentidos y el Mediterráneo hasta Tierra
Santa y se recorrió media Europa (incluida una fugaz presencia en el sur de España). De sus viajes dan
buena cuenta sus obras, desde Innocents Abroad a Roughing it, pasando por Following the Equator. Se puede
considerar que su largo viaje al Viejo continente de 1891 fue un exilio económico, ante la necesidad de
cubrir las deudas derivadas de la quiebra de su editorial.
271 "Yo fui la causa de la enfermedad del niño. Era una mañana cruda y fría […] me entró como una especie de
ensueño y se me olvidó todo lo que tenía a mi cargo. Las pieles se le resbalaron a un lado y dejaron al aire sus
piernas […] El niño estaba casi congelado […] He sentido siempre vergüenza de mi labor aquella mañana traicionera
y no me he permitido volver a pensar en ello cuando he podido evitarlo" (Autobiografía, 2004: 248).
272 Letters, 1917: 635-637. Escribe Twain una carta de agradecimiento a Twichell desde Londres (27 de septiembre
de 1896) por el apoyo prestado a su familia, tras la muerte de su hija el 18 de agosto de agosto de 1896, cuando el
matrimonio y Clara estaban en Inglaterra; Twain se quedó allá, una vez conocida la muerte de su hija. Susy murió
cuando su mujer y su hija estaban de camino y no llegaron a tiempo. Habla de que nunca comprendió la naturaleza
diferente ("rare creature") de su hija, y de que ahora que al fin la comprende ("she had greatness in her") ya es tarde
("And now she is dead-and I can never tell her"). En carta al Sr. Henry Robinson de 28 de septiembre del mismo año
habla de la especial desgracia por las circunstancias ("pathetic"), pues su mujer no llegó a tiempo de verla viva ("The
child was taken away when her mother was within three days of her, and would have given three decades for sight of
her") y el sentimiento de culpa: "In my despair and unassuageable misery I upbraid myself for ever parting with her.
But there is no use in that. Since it was happen it would have happened".
273 En carta de 9 de mayo de 1900 al escritor Leopoldo Alas "Clarín" le dice Unamuno hablando de su novela Paz en
la guerra: "¿Qué es un hijo defectuoso de mi espíritu? Tengo a diario ante la vista uno de mi carne defectuoso
también, un pobre hijo hidrocéfalo, y bien puedo sufrir el otro tormento" (Zubizarreta, 1958: 17).
274 Epistolario inédito, 1991a: 32.
71
Unamuno tuvo también un viaje forzado, un exilio político impuesto por las críticas a la dictadura de Primo
de Rivera, primero en Canarias, luego en París y finalmente en el País vasco francés. Pero también viajó
Unamuno por otros países más allá de lo que su imagen de ratón de biblioteca pudiera dar a entender. El
escritor vasco paseó su estampa de sacerdote laico (o mejor, pastor protestante), siempre de traje negro
riguroso, luto solo roto por una camisa blanca abotonada hasta el cuello, por el frente italiano durante la
Primera Guerra Mundial, pero también conocía muy bien el vecino Portugal y, de joven, anduvo con su tío
y padrino Félix de Aranzadi por tierras francesas, suizas e italianas 275 . A Inglaterra viajó a recibir el
doctorado honoris causa por la Universidad de Oxford en 1936276, poco antes de morir, reconocimiento
que recibió Twain casi 30 años antes (la diferencia de edad que había entre ambos), reconocimiento a dos
escritores universales. Frustrados fueron sus viajes a Sudamérica (a Argentina, en concreto), tierra a la que
le invitaron reiteradamente, o a los Estados Unidos, desde donde también le llamaron para conferenciar o
ejercer de profesor visitante.
Twain fue un hombre de acción, trabajó de piloto fluvial y minero, y, ya famoso, hizo de la palabra su forma
de actuar, pero también fue un emprendedor (aunque sin mucha suerte, como decíamos anteriormente),
mientras que Unamuno, aunque su actividad física se centrara más en las largas caminatas que daba por el
paseo de San Francisco y sus excursiones campestres por parajes como la Peña de Francia (Salamanca),
tuvo, al menos en su infancia y primera adolescencia, ciertos aires de negociante (quizás heredados de su
padre, el comerciante indiano), pues hacía de prestamista con sus compañeros del colegio de San Nicolás
en el juego de las vistas o santos y fundó una lotería, asociado a un compañero peleón apodado "El
naranjero", por su gorra277.
Confesaría Unamuno años después que "teniendo la ley y el capital, sólo me faltaba la fuerza bruta, sin la
cual no hay, en el fondo, empresa que prospere" 278 , remedando con sus acciones a un avispado Tom
Sawyer. Unamuno fue, con su palabra, acción pura, dando sablazos a diestro y siniestro como Don Quijote,
en los periódicos y en las plazas de toros, en los Juegos Florales y en los pueblos, en sus discursos
claustrales y en sus obras.
Twain, de mayor variedad de vestimenta que Unamuno, en sus antípodas cuando portaba su clásico traje
blanco de lino, más conocido como el humorista que fue en sus inicios, sorprendería a muchos con la
72
acidez de sus críticas contra el imperialismo, la cultura de la violencia, la hipocresía, el capitalismo sin freno
o el racismo; así como puede sorprender el Twain misántropo de sus solitarios años finales, perdidas su
mujer y dos de sus hijas. Unamuno, conocido como intelectual polémico y creador de novelas en las que
reflexionaba sobre la existencia humana, fue calificado como "humorista" en sus inicios e hizo gala de una
ironía y chispa poco común, con un artículo, por ejemplo (lo trataremos más tarde en el apartado del
humor), que podríamos considerar como inspirador de la reciente y exitosa película Ocho apellidos vascos.
Unamuno fue colaborador asiduo de publicaciones de gran prestigio cultural, como La Lectura, El Imparcial
o La España Moderna, pero Twain escribió también en medios que poco tenían de humorísticos, como
Atlantic Monthly 279 o la North American Review, donde escribía lo más granado de la intelectualidad
norteamericana. Unamuno hablaba (o, al menos, traducía) seis idiomas280, sin contar español, euskera, latín
y griego clásicos, y Twain no tuvo nunca ese don de lenguas, aunque si la jerga del sur de los Estados
Unidos contara como una, conocería cuatro idiomas, pues entendía el francés281 y fue capaz de escribir
alguna obra en alemán282.
En lo político, como veremos más adelante, ambos escritores son inclasificables, aunque quizás la mejor
definición que se pueda hacer de ellos sea la que usó Unamuno hablando de sí mismo en una reunión con
artesanos de La Coruña el 18 de junio de 1903, en la que fue presentado por la escritora Emilia Pardo
Bazán, definiéndose como "orejano": "Orejanas son las reses que no llevan marca ni señal alguna, porque
no pertenecen a ninguna ganadería"283.
279 Twain escribió una serie de artículos entre 1874 y 1880 para el Atlantic Monthly, revista creada en 1857 en Boston
por un grupo de prominentes intelectuales como Emerson, Wendell Holmes, Longfellow o Harriet Beecher Stowe…
(LeMaster, 1993: 45).
280 En 1895 el nuevo militante socialista le ofrece a Pablo Iglesias traducir del inglés, francés, alemán o italiano. Ya
hablamos antes de su estudio de lenguas nórdicas, de noruego y danés (Serrano, 1983: 588).
281 Un periodista francés que le entrevistó para Le Figaro en 1894 señala que no hablaba francés (Interviews, 1977).
282 Twain aprendió francés, leyó mucho para documentar su Juana de Arco y tradujo a Voltaire, pero según él mismo
reconoció, nunca logró hablarlo con propiedad y apenas lo entendía. Twain también se manejaba en alemán y lo
consideraba un idioma difícil, tal y como señala en su texto "The Awful German Language", que introdujo como
anexo en su "A tramp abroad" de 1880, en el que señala que una persona talentosa podría aprender francés en 30
días, mientras que necesitaría 30 años para aprender alemán (LeMaster, 1993: 307, 315).
283 Rabaté, 2009: 229.
73
ultracapitalistas de entonces), entre otras cuestiones284. Igualmente ocurre con Unamuno, que apoyó al
PSOE, se presentó con la conjunción republicano-socialista, apoyó el advenimiento de la República, estuvo
a favor del alzamiento, que luego criticó...
Ambos murieron solos, en el sentido de sentirse aislados de la realidad que les rodeaba. Más Twain, que a
la soledad podíamos decir, espiritual, unió la de su familia (sin su mujer, dos de sus hijas, y distanciado de su
única hija superviviente Clara) 285 . El señor Clemens murió pareciendo que todo le daba ya igual 286 y
Unamuno murió aislado, sin ganas ya de evangelizar con su palabra, agotada su energía, en un mundo que
creía loco, pero no por la locura revitalizadora del Quijote, sino por la desintegradora de la guerra. Ya
muertos, paradójicamente, les acompañó mucha gente en sus sepelios, miles, como vimos arriba en el
funeral de Twain en Nueva York, bastantes menos, apropiándose los falangistas de su figura como el rector
nunca hubiera deseado, en el cementerio de Salamanca.
284 Habla de personas "murdered by overwork" y de "no legislation to strengthen the hands of these despised
strugglers" (Notebooks, 1979: 540).
285 Cuando murió su hija Jean, Twain "had nothing left", una vez despedida su secretaria y alejado de su hija Clara
propuesto a partir de ahora escribir cartas pero no mandárselas a sus destinatarios para poder ser un hombre libre
(de expresión) al fin, escribe: "I will fire the profanities at Rogers, the indecencies at Howells, the theologies at
Twichell. Oh to think - I am a free man at last!" (T-H Letters, 1967: 402).
74
3.- ¿QUIÉN ERA EL HUMORISTA?
Mark Twain fue conocido durante gran parte de su vida (incluso después de muerto) solo como humorista.
Pero él se consideraba más bien un moralista disfrazado287. A Unamuno, en cambio, se le ha tratado más
como a un pensador o incluso filósofo, como ese singular escritor de nivolas, pero poca gente pensaría en
él como humorista. En los próximos capítulos descubriremos que el señor Clemens fue mucho más que un
humorista, pero muchos se sorprenderán de saber que hubo un tiempo en que a don Miguel la crítica le
denominaba "brillante humorista"288.
Unamuno humorista.
Miguel de Unamuno y Jugo, que antes de ser conocido como don Miguel, recién obtenida su cátedra, en su
primera época salmantina, tuvo varios pseudónimos como Unusquisque ("el individuo Unamuno") o
Heteros (por heterodoxo)289. En los artículos que así firmaba daba cuenta de su "chispa" y no solo por el
nombre de la rúbrica, sino por sus textos en los que combatía a los tradicionalistas salmantinos. Ejemplo de
esta disputa, usando el arma del humor, es el artículo que escribió en el periódico El Fomento, "La Liga anti-
semítica salmantina", pidiendo la creación de una alianza que paliara el padecer de los europeos, que
"gemimos bajo el semitismo israelita", decía Unamuno, quien concluía el vehemente artículo con un
"Salmantinos, ¡guerra a Israel!"290. Rápidamente, los periódicos más reaccionarios (integristas) y, añado yo,
más crédulos, respondieron al artículo ofreciendo sumarse a la iniciativa.
Unamuno respondió diciendo que seguiría publicando revelaciones sobre lo que los judíos y sus agentes
realizaban en Salamanca. Y así estuvo casi un año manteniendo a sus rivales ideológicos en vilo y dando
pistas del autor del artículo: "Una... mano, experta y que con dolor vimos puesta al servicio de la
democracia naturalista..."291. De naturalista radical, de cientificista cabría calificar al protagonista de una de
sus primeras novelas, Amor y pedagogía, buen ejemplo del humor del escritor. En esta obra, su crítica del
positivismo de la época adquiere tintes satíricos, desde los personajes, caricaturescos ya empezando por
sus nombres, cuyo uso simbólico es típico en Unamuno (Fulgencio Entrambosmares, por ejemplo, hombre
75
entre la fe y la razón, como no podía ser de otra manera), hasta las situaciones más pintorescas, como la
de esos chavales que se ríen de un epiléptico quien "haciendo las más grotescas contorsiones, torciendo
boca y ojos, sacudiendo la mano como quien toca la guitarra, y le rodean cinco chiquillos, que celebran la
gracia. ¡Anda, Frasquito, toca malagueñas!"292.
A propósito de la anterior escena reflexiona Apolodoro, hijo del positivista Avito, que protagoniza el
relato: "De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso, según dicen, mas deben añadir que tampoco
hay más que un paso de lo ridículo a lo sublime. Lo verdaderamente grande se envuelve en lo ridículo; en
lo grotesco lo verdaderamente trágico"293. Este aserto de Unamuno bien se le podría aplicar a Twain en
alguna de sus obras, pudiendo hablarse de un sentimiento trágico del humor (parafraseando un libro de
Unamuno 294 ) en el escritor norteamericano. El argumento de la obra es cómico, humor que linda el
absurdo, ya desde el planteamiento: don Avito Carrascal es un hombre que se pone como meta hacer un
genio, puesto que, según su opinión, un genio es como la abeja reina; una larva que nace igual a las demás,
pero que por la forma especial en la que es educada se convierte en algo diferente295.
Don Avito se predispone a un matrimonio "deductivo", y así traza las características de la mujer idónea
para concebir un hijo genial, y repara en Leoncia, una "sólida muchacha dólico-rubia, de color sano, amplias
caderas, turgente y levantado pecho, mirar tranquilo, buen apetito y mejores fuerzas digestivas, instrucción
variada, pensar libre de nieblas místicas, voz de contralto y regular dote"296. Pero, como el amor no es una
ciencia exacta, acaba casándose con Marina, con la que tiene un hijo a quien, por el conflicto fe-razón,
acaban llamando Luis Apolodoro (la madre le añade el nombre de su abuelo, Luis, en el bautizo297, mientras
que el padre, Avito, además de la etimología de Apolodoro -don de Apolo, padre de la verdad y la vida-,
valora que no hubieran de cambiarse las iniciales de los cubiertos298).
76
Tras el epílogo de la obra, Unamuno nos obsequia con unos "Apuntes para un Tratado de cocotología",
que como indica su nombre versa sobre cómo hacer pajaritas de papel y es una parodia de los tratados
científicos de la época. Así dice al hablar sobre el origen de las pajaritas:
He de empezar por el estudio de la embriología de la pajarita de papel a partir del cuadrado primitivo
de papel que, salido del protoplasma papiráceo, es el óvulo donde la pajarita habrá de desenvolverse.
Y tal óvulo tiene que ser por fuerza cuadrado que quepa, sin que sirva sea un cuadrilátero o
paralelepípedo, pues de este no sale más que un monstruo, como puede comprobarlo el investigador
si, como nosotros, lo ensaya299.
Amor y Pedagogía fue la única obra larga (una novela) de carácter específicamente humorístico en la
producción unamuniana, además de las piezas teatrales de 1909 La difunta y La princesa Doña Lambra300. Sin
embargo, el escritor afincado en Salamanca, escribió varios relatos cortos menos conocidos y de carácter
paródico, como Don Bernardino y Doña Etelvina, burla del positivismo en la línea de Amor y Pedagogía, sobre
la unión entre ambos personajes, "un matrimonio intelectual purísimo y castísimo"301, síntesis del feminismo
masculino y el “masculinismo”.
Unamuno llegó a preguntarse ya avanzada su carrera si no sería en realidad un humorista 302 y es cierto que
a lo largo de toda su carrera de escritor se aprecian toques de humor incluso en sus obras más sesudas,
como Del sentimiento trágico de la vida, donde muestra un humor casi negro, irreverente, hablando de la
envidia: cuando queremos ser otros, dice Unamuno, éste deseo puede tornar en enfermedad, como es un
cambio de personalidad, y la pérdida del propio yo equivale a la muerte en el concepto del ser unamuniano,
pero, matiza, "para quienes no equivale a su muerte es para los que hayan de heredarle, si tiene bienes de
fortuna"303. O en Niebla, donde confirma su gusto por los personajes caricaturescos, especialmente por
aquellos que podíamos calificar como abducidos por la ciencia, como Antolín S. Paparrigópulos, erudito
cuya filosofía "era la del malogrado Becerro de Bengoa, que después de llamar tío raro a Schopenhauer
aseguraba que no se le habrían ocurrido a éste las cosas que se le ocurrieron, ni habría sido pesimista, de
77
haber bebido Valdepeñas en vez de cerveza, y que decía también que la neurastenia proviene de meterse
uno en lo que no le importa y que se cura con ensalada de berro"304.
El escritor norteamericano empezó muy pronto a ganarse fama de humorista, con charlas (speeches) y
conferencias (lectures) en tono jocoso, en alguna de las cuales, según parece, tomó de su propia medicina305.
Al igual que bromeaba Unamuno con la muerte de la personalidad, Twain hizo chanzas desde el principio
de su carrera con los temas más graves, como el de la muerte física. Su primer gran éxito, The Celebrated
Jumping Frog of Calaveras County (La célebre rana saltarina del condado de Calaveras), de 1865, es una muestra
de humor irreverente. En esta historia, un tipo que se pasa la vida apostando, Jim Smiley, le pregunta a un
pastor protestante qué tal estaba su mujer, que se encontraba enferma, respondiendo éste que se
recuperaría gracias a la Providencia: "she was considerable better—thank the Lord for his infinit mercy—
and coming on so smart that, with the blessing of Providence, she'd get well yet"306. A lo que el interlocutor
responde, sin pensárselo -se infiere que el dato de la Providencia es concluyente-: "Well, I'll risk two-and-a-
half that she don't, any way"307.
Así como Unamuno en Amor y Pedagogía, caricaturiza al científico obsesionado con el método, Twain
parodia al paleto acaudalado en una historia donde cuenta la visita de dos coroneles de Nevada a la ciudad
de Nueva York, quienes se ufanan de que todo el mundo se monte en su carruaje, que en realidad es un
ómnibus. El coronel Jack le dice al respecto a su homólogo Jimmy: "…es el lugar más sociable que he
conocido en mi vida. El hombre de rasgos chinos campaba por sus anchas como si nada. Si nos hubiéramos
quedado un poco más, seguro que se hubiera subido algún negro. ¡Caramba! Tendremos que levantar una
barricada en la puerta de nuestra habitación esta noche, o de lo contrario estos pollos querrán dormir con
nosotros308.
Buena muestra de humor irreverente es el que Twain virtió en su sátira The Mysterious Stranger (El forastero
misterioso), una ridiculización de los vicios humanos y su relación con la divinidad. Se cumple en esta obra
78
aquello que decía Baudelaire de que la risa es satánica y, por ello, algo profundamente humano 309 . El
personaje principal de la obra es un muchacho llamado Philip Traum, que en realidad es el sobrino del
demonio, y este muchacho satánico enseña a los niños de la aldea todo de lo que son capaces los humanos,
mientras no deja de reírse:
"You perceive," he said, "that you have made continual progress. Cain did his murder with a club; the
Hebrews did their murders with javelins and swords; the Greeks and Romans added protective
armor and the fine arts of military organization and generalship; the Christian has added guns and
gunpowder" [...] Then he began to laugh in the most unfeeling way, and make fun of the human race,
although he knew that what he had been saying shamed us and wounded us310.
La censura de la risa.
En esta obra habla también con ironía de una de las instituciones que el escritor deleznaba, la monarquía,
pasaje que no fue incluido en la versión publicada del manuscrito original311: "...to hold the Monarch in awful
reverence, speak of him with bated breath, uncover before his picture, regard him as the gracious provider
of our daily bread and of all our earthy blessings, and ourselves as being sent into the world with the only
mission to labor for him, bleed for him, die for him, when necessary"312.
Como decíamos, Twain ridiculiza la relación con la divinidad, en concreto la religión en la que fue educado,
en la que hay un Dios vengativo y un infierno atroz que espera al pecador. En The Mysterious Stranger hace
una parodia hilarante del demonio y de su casa, el infierno: "he had an uncle in business down in the
tropics, and he was very well off and had a monopoly"313. Y en esta línea, ante la pregunta de Margarita
sobre si su tío es un caballero, contesta el joven pariente satánico: ""Yes", said Satan indifferently; "some
309 Twain,1983: 1.
310 Los griegos y los romanos agregaron la armadura protectora y las bellas artes de la organización militar y del generalato;
los cristianos agregaron los cañones y la pólvora. [...] Después de esas palabras rompió a reír de la manera más
despreocupada, mofándose de la raza humana, a pesar de que sabía que todo lo que había estado diciendo nos avergonzaba
y nos lastimaba (Mysterious Stranger, 1922: 110).
311 Como veremos en capítulos posteriores esta obra fue expurgada para que el conjunto no pareciera tan radical.
312 [En la escuela nos enseñaban a] tener gran veneración al Monarca, hablar de él con ansiedad, descubrirse delante de su
retrato, mirarlo como el gentil proveedor de nuestro pan diario y de todas nuestras bendiciones terrenales, y nosotros, como
enviados al mundo con la sola misión de trabajar para él, sangrar por él, morir por él si fuera menester (Twain, 1969: 36).
313 tenía allá en los trópicos un tío establecido con negocios, y que éste se encontraba en muy buena posición, disfrutando de
79
even call him a Prince, out of compliment, but he is not bigoted; to him personal merits is everything, rank
nothing""314.
La parodia alcanza su cénit con el prolijo interrogatorio de la sobrina del padre Pedro y Felipe Traum-
Satanás y que también fueron suprimidas de la versión publicada: "What is his business? Souls. Shoe-souls?
Yes. He trades in them. Buys them. She asked where he lived; but Philip generalised on that, and merely
said it was a foreign country. Is he a foreigner himself? Was he born there? Well, no. No, he was an
emigrant [...] What nationality? Mixed. But mainly French" 315 . Y suprimido también fue este sarcástico
párrafo en el que habla de la Iglesia: "Marget thought he must be a most lovable gentleman and much
sought after. Satan said he was; and a great help to the clergy -but for him they would have go out of
business"316.
Sí conservaron los editores otros pasajes en los que la ironía es más suave, como cuando el joven Satanás
fulmina a todos los pequeños seres que están levantando el castillo, ante lo cual opinan los muchachos: "It
made us sick to see that awful deed, and to think that none of those poor creatures was prepared except
the priest, for none of them had ever heard a mass or seen a church"317. En esta línea está también el pasaje
sobre la asistencia a los funerales de Lisa y Nicolás, que mueren por la acción del joven demonio, diciendo
que "Satan was there, too; which was proper, for it was on account of his efforts that the funerals had
happened"318.
Esta ironía la muestra Twain en muchos de sus escritos hablando de la visión calvinista de la Providencia.
Así, cuando en Huckleberry Finn habla de que uno de los pillos, el rey, confiaba solo en la Providencia para
poder dar otro timo, Huck matiza: "meaning the devil, I reckon"319. Aquí el humor es menos amargo que en
ayuda para el clero -aunque si fuera por él se habrían quedado sin negocio (Twain, 1969: 71).
317 Nos sentimos enfermos ante aquella hazaña espantosa, pensando que ninguna de aquellas pobres criaturas se hallaba
preparada a bien morir, salvo el sacerdote, porque ninguna de ellas había tenido la ocasión en su vida de oír la santa misa y
de ver una iglesia (Mysterious Stranger, 1922: 17).
318 También estaba allí Satanás, y eso estaba puesto en razón, porque era obra suya el que hubiesen tenido lugar aquellos
80
The Mysterious Stranger, y la crítica a la religión más velada, como vimos en su momento hablando de la
utilidad de rezar o de las bromas a costa de tenores bíblicos. Igual ocurre en The adventures of Tom Sawyer
a propósito del concienzudo muchacho de origen teutón, auténtica máquina de memorizar versículos en la
escuela dominical que ganaba todas las competiciones de recitado bíblico: "a boy of German parentage had
won four or five. He once recited three thousand verses without stopping; but the strain upon his mental
faculties was too great, and he was little better than an idiot from that day forth—a grievous misfortune for
the school"320.
Es este de Tom Sawyer un humor menos sarcástico que el que le dio celebridad a Twain, que era un humor
no exento de mensaje, exaltando esto o criticando aquello, pues para Twain el humor tenía que "predicar",
enseñar cosas, de ahí que señale que muchos compañeros humoristas pasaron al ostracismo por ser
"meros" humoristas y su humor "solo una fragancia, una ornamentación"321. Éste es el pueril humor de Sir
Dinadan, caballero de la tabla redonda, que hace reír a toda la audiencia atando unas tazas de metal a la
cola de un perro, una "idea inmortal", dice Twain con ironía, propia de "humorists of his breed, he was still
laughing at it after everybody else had got through" 322 . Inició Twain una constelación de humoristas
contemporáneos como George Bernard Shaw o G. K. Chesterton, cuyo humor encerraba una crítica
soterrada a la sociedad en la que vivían (en el caso del norteamericano con más acritud que en el de los
británicos). Twain aludía a esa gente sin sentido del humor, que no captaba la ironía, en una afirmación de
su Majareta Wilson, que se siente incomprendido por sus conciudadanos, quienes no entienden las
ingeniosas frase de sus "calendario": "but irony was not for those people; their mental visión was not
focussed for it"323.
Como Twain, el humor de Unamuno buscaba destacar los puntos débiles de algún comportamiento o
ideología. Vimos cómo se reía del positivismo y también se burló del incipiente nacionalismo de su tierra,
con ribetes racistas (el "antimaquetismo" del nacionalista vasco, del que hablaremos posteriormente), en
alguna obra que parece el precedente de alguna exitosa película actual. En La sangre de Aitor, muestra el
320 un muchacho de estirpe germánica había conquistado cuatro o cinco. Una vez recitó tres mil versículos sin detenerse; pero
sus facultades mentales no pudieron soportar tal esfuerzo y se convirtió en un idiota, o poco menos, desde aquel día: dolorosa
pérdida para la escuela... (Tom Sawyer, cap. 4, GUPj).
321 Autobiografía, 2004: 346.
322 humoristas de su calaña, seguía riendo cuando ya todo el mundo había cesado en sus risas (Yankee, cap. 4, GUPj).
323 Pudd'nhead Wilson, 1980: 25.
81
escritor a un vasco auténtico, con tropecientos apellidos euskaldunes y cuya prometida no era menos que
él:
De la más pura sangre de Aitor había nacido Lope de Zabalarestieta Goicoerrotaeche, Arana y
Aguirre, sin gota de sangre de moros, ni de judíos, ni de godos, ni de maquetos. Apoyaba su orgullo
en esta nobleza tan casual y tan barata [...] Una mañana hermosa de Pascua, a la hora de la procesión,
se enamoró de una carucha viva, y al saber que la muchachuela se llamaba Rufina de Garaitaonandía,
Bengoacelaya, Uría y Aguirregoicoa, saltó su corazón de gozo porque su elegida era, como él, de la
más pura sangre de Aitor, sin gota de sangre de judíos, ni de moros, ni de godos, ni de maquetos.
Bendijo a Jaungoicoa y juró que sus hijos serían de tan pura sangre como él324.
En este relato cómico nos dice, qué paradoja, que ninguno de estos vascos de pura cepa sabían vascuence,
al igual que su íntimo amigo "Joaquín G. Ibarra, es decir, Joaquín González Ibarra, Puigblanch y Carballido. El
cual Joaquín era tan exaltado como Lope, pero el pobre llevaba avergonzado sus apellidos". Y nos cuenta
cómo Lope "a la vuelta de un viaje que hizo a Burgos, se fue a Iturrigorri a abrazar a los árboles de su
tierra" y cómo un día arrancó a soñar: "Vio pasar a los romanos, togados como estatuas de piedra; a los
cartagineses, de abigarrados trajes; a los godos, de larga cabellera; a los requemados moros, y a todos,
estrellarse contra las montañas vascas..."325. Desmentía con escritos como éste Unamuno a aquellos que
decían que no sabía escribir nada divertido 326 . Seguro que los lectores celtíberos 327 del momento
disfrutaban con estas chanzas.
Twain, como Unamuno, no gustaba de un humor vacío de chascarrillo (en su The Mysterious Stranger lo
dice abiertamente por boca de Satanás: "You have a mongrel perception of humor, nothing more; a
multitude of you possess that. This multitude see the comic side of a thousand low-grade and trivial
things—broad incongruities, mainly; grotesqueries, absurdities, evokers of the horse-laugh. The ten
thousand high-grade comicalities which exist in the world are sealed from their dull vision"328), aunque no
alegre tan solo el que ríe, y canta y baila y brinca?" (Rabaté, 2009: 101).
327 Existe una sola carta de Julio Camba a Unamuno que se conserva en su Casa-museo, en la que el escritor gallego
se dirige a don Miguel como el "filósofo céltico que saluda a su maestro íbero". Responde aquí Camba a una frase de
Unamuno que se haría famosa años después gracias a haber sido reproducida numerosas veces, en la solapa de los
libros de Camba publicados en la Colección Austral de Espasa Calpe: "Camba, filósofo celta; yo, filósofo íbero. ¡Qué
delicia para nuestros lectores celtíberos!" (López, 2007: 13).
328 Lo que vosotros tenéis es la percepción espuria del humorismo, y nada más; existe entre vosotros una multitud que posee
esa condición. Esa multitud ve el lado cómico de mil trivialidades y vulgaridades, que son, por lo general, incongruencias de
82
siempre fue su humor negro y amargo, como el de sus últimas obras. Entre sus primeros escritos se
encuentra una obra, "The petrified man", en la que parece anteceder a Orson Wells y su Guerra de los
mundos, al escribir un artículo de periódico sobre el supuesto hallazgo de un hombre petrificado. Cuenta el
propio Twain cómo la noticia corrió de boca en boca y fue recogida en otros medios de comunicación y
que la gente no reparó en un pequeño detalle que daba pistas sobre la irrealidad de la historia: la posición
de las manos del hombre petrificado (las tenía representando la coloquial expresión de "dos palmos de
narices")329.
El humor negro es lo que caracteriza al escritor norteamericano en los relatos cortos (sketches) de sus
primeros años, como en "The Undertaker´s Chat", en el que escribe el monólogo de un enterrador que
habla de su último cliente como si aún estuviera vivo en su sepelio: "and when they sung that [su canción
favorita] with tears in their eyes (because they all loved him), and his relations grieving around, he just laid
there as happy as a bug, and trying to beat time and showing all over how much he enjoyed it"330.
En "Cannibalism in the Cars", es referida historia de unos pasajeros que se quedan atrapados en un tren
durante una tormenta de nieve y que, acuciados por el hambre, han de decidir quiénes son comidos para
que los demás sobrevivan. Empieza entonces una especie de proceso de nominaciones (burla del proceso
electoral estadounidense, suponemos) con protestas y enmiendas y debates acerca de cuál sería el mejor
bocado hasta que se comen a uno, que no estaba mal: "He might have been better done, perhaps, but I am
free to say that no man ever agreed with me better than Harris, or afforded me so large a degree of
satisfaction"331.
El señor Clemens introducía también gotas de humor jocoso incluso en sus historias más serias, como en
Personal Recollections of Jean of Arc, en la que cuenta una anécdota acerca de un novio descontrolado en el
pueblo de Juana, que al chocar con unas colmenas hace que las abejas acaben acosando a los participantes
en la procesión de un funeral: "and here they came roaring through the village like a hurricane, and took
the funeral procession right in the center, and sent that section of it sprawling, and galloped over it, and the
mucho bulto; cosas grotescas, puros absurdos, capaces de hacer relinchar de risa. Pero de su cegata visión están excluidos los
diez mil detalles cómicos que existen en el mundo (Mysterious Stranger, 1922: 131).
329 Collected Tales, 1992a: 19.
330 Sketches New and Old, GUPj.
331 Sketches New and Old, GUPj.
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rest scattered apart and fled screeching in every direction, every person with a layer of bees on him, and
not a rag of that funeral left but the corpse"332.
Mark Twain escribió innumerables historias cortas, algunas de apenas unas líneas, en las que, con tono
fingidamente serio, con esa insensibilidad o indiferencia de la que hablaba Henry Bergson en su ensayo
sobre lo cómico 333 , ridiculiza una situación, como en "To Raise Poultry", donde informa de que la
Asociación Avícola del oeste de Nueva York le ha hecho miembro honorario como experto desde su
infancia en robar pollos, o en "A Fine Old Man", donde habla de las facultades de una anciano a sus 104
años de edad, que fue capaz de caminar una milla y media en solo dos semanas y que planeaba casarse con
su novia de toda la vida, "a girl one hundred and two years old", una vez recibido el permiso paterno:
"They have been engaged eighty years, but their parents persistently refused their consent until three days
ago"334.
En su farsa La princesa doña Lambra, Unamuno ridiculiza la tragicidad de los enamoramientos románticos y
la presuntuosidad del clero, describiendo a un poeta-arqueólogo, enamorado de una princesa que murió
por falta de amor y cuya efigie descansa esculpida sobre su tumba. Este poeta se bate en duelo ante la
sugerencia de un turista de que la fallecida princesa se escapó con un palafrenero: "¡Mancillar así la historia,
el pasado incólume e intangible! ¿Os creéis que por no quedarle ya ni padres, ni hermanos, ni parientes ha
de estar tan desvalida mi princesa que no hay de haber quien a su amparo y defendimiento salga?"335. Y el
poeta acaba comprometiéndose con la hermana del conserje del templo donde descansa su amada,
enamorada de él, a quien confunde en plena noche con su marmórea amada y a la que declara su amor.
332 Y vino la bandada de abejas al pueblo rugiendo como un huracán, e irrumpió en la mitad de la procesión fúnebre y
arramplaron contra la gente a galope tendido y la gente se desparramó en todas direcciones envueltos en una capa de abejas
y no quedó huella del corteja fúnebre excepto el cadáver (Joan of Arc, lb. 2, cap. 36, GUPj).
333 Bergson, 1899.
334 Sketches New and Old, GUPj.
335 OC, 1996: 95.
336 OC, 1996: 103, 104.
84
social de esos señores liados con las criadas, describiendo la situación de un marido que, tras el reciente
fallecimiento de su mujer, se muestra afectadamente abatido y, sin embargo, se arroja en brazos de la
doncella.
Como decimos, el humor de ambos autores no está vacío de crítica (aunque Twain también cultivó el
humor de chascarrillo, como hemos visto en sus skecthes) y, además, en el caso del escritor
norteamericano hay un fondo de tristeza e incomprensión sobre el devenir de la raza humana, lo que Juan
José Coy llama el sentimiento trágico del humor que decíamos antes, el reír por no llorar337. Es la risa de
Satanás en The Mysterious Stranger al observar las miserias humanas, la risa homérica que inunda The Man
that Corrupted Hadleyburg al contemplar los vicios de una ciudad aparentemente inmaculada de pecado.
Así lo reconoce Twain en su Pudd´head Wilson: "everything human is pathetic. The secret source of
Humour itself is not joy but sorrow. There is no humour in heaven"338. En este obra el humor negro
impregnado de amargura hacia el mundo es patente, empezando por las notas del calendario del
protagonista, el abogado Wilson, como aquella en la que habla de Adán como quien trajo la muerte al
mundo: "Whoever has lived long enough to find out what life is, knows how deep a dent of gratitude we
owe to Adam, the first great benefactor of our race. He brought death into the world"339. O cuando dice
en otra nota: "All say "How hard it is that we have to die"- a strange complaint to come from the mouths
of people who have had to live"340.
Las notas del calendario son, efectivamente, epítome del humor twainiano, humor que parece en la obra
algo incomprensible para la gente, pues el juez Wilson, que las considera ingeniosas y divertidas, decide
leérselas a los ciudadanos de la villa y éstos, sin embargo, lejos de cambiar la opinión que tenían del
abogado, se reafirman en que es un cabeza de chorlito, pues "irony was not for those people; their mental
visión was not focussed for it"341. Y es que, como dice Twain: "That is just the way, in this world; an enemy
primer gran benefactor de nuestra raza: él trajo la muerte al mundo (Pudd'nhead Wilson, 1980: 1).
340 Todos dicen: "Qué duro es tener que morir", una extraña queja por boca de aquellos que han tenido que vivir (Pudd'nhead
85
can partly ruin a man, but it takes a good nature injudicious friend to complete the thing and make it
perfect"342.
El rector de Salamanca también vertía en sus obras un humor crítico, tal y como le reconoce a su amigo
Juan Arzadun, diciéndole que trabaja en un sainete, El de la de López, que "está en vena de cómico, pero de
un cómico sangriento y cínico". Lo apunta ya en Amor y Pedagogía, cuando clama: "¿Es que en las entrañas
de lo cómico, de lo grotesco, no sangra y llora la sublimidad humana? ¡Pobre corazón! ¡pobre corazón que
te ríes para no llorar!"343. Y lo repite con su diálogo entre Víctor y Augusto en Niebla:
––Es la comedia, Augusto, es la comedia que representamos ante nosotros mismos, en lo que se
llama el foro interno, en el tablado de la conciencia, haciendo a la vez de cómicos y de espectadores.
Y en la escena del dolor representamos el dolor y nos parece un desentono el que de repente nos
entre ganas de reír entonces. Y es cuando más ganas nos da de ello. ¡Comedia, comedia el dolor!
––¿Y si la comedia del dolor le lleva a uno a suicidarse?
––¡Comedia de suicidio!
––¡Es que se muere de veras!
––¡Comedia también!344.
El absurdo.
Unamuno también cultivó el humor absurdo, rompiendo las reglas de la lógica, tal y como afirmaba en una
de sus obras: "Porque ¿qué otra cosa es el sentimiento de lo cómico sino el de la emancipación de la lógica
y que otra cosa sino lo ilógico nos provoca a risa?"345. Buen ejemplo de este tipo de comicidad nos lo da su
relato "La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez", en la que el antagonista (el narrador) del
protagonista, que se llama Don Sandalio Cuadrado y Redondo (contradicción muy unamuniana), tiene
como máxima preocupación si le dejarían jugar la partida de ajedrez que mantenía con su oponente en la
cárcel346.
342 Así funciona este mundo: un enemigo puede arruinar parcialmente a un hombre, pero basta un insensato amigo de buen
corazón para completar el destrozo (Pudd'nhead Wilson, 1980: 25).
343 Amor y pedagogía, 2008: 181.
344 Niebla, 1982: 166.
345 Amor y pedagogía, 2008: 181.
346 San Manuel, 1983: 80.
86
En Un pobre hombre rico o El sentimiento cómico de la vida las situaciones cómicas se suceden: el protagonista,
Emeterio, quien sigue a las parejas por deporte, riéndose Unamuno de los movimientos literarios en boga
(sigue a los novios por amor al arte: "el arte por el arte"347), la chica de largas pestañas que entra en un bar
("la pestañuda"348), los constantes juegos de palabras ("apetitoso y aperitiva", "la pornografía metafísica, que
no es, ¡claro!, la metafísica pornográfica"349) o la caricaturización (como la del sabio Celedonio: "Yo, por mi
parte, Emeterio, he empezado ya a escribir una disertación apologética-exegético-místico-metafísica sobre
el rejo de Rahab, la golfa que figura en el abolengo de San José bendito..."350).
Este humor absurdo también lo cultiva Twain en la ya citada Pudd´nhead Wilson, al echar la culpa al
inventario del crimen de Tom Driscoll, pues siendo Tom esclavo no se le incluyó junto al resto de la masa
hereditaria al morir su dueño: "…if he had been delivered up to them in the first place, they would have
sold him and he could not have mudered judge Driscoll, therefore it was not he that had really committed
the murder, the guilt lay with the erronous inventory" 351 . Pero este tipo de comicidad, basada en la
destrucción de las reglas del pensamiento lógico, la vierte especialmente el autor norteamericano en obras
como The Diaries of Adam and Eve, en la que, como veremos más adelante hablando de la influencia de
Darwin, la cúspide de la evolución no es capaz de atinar con el origen de su hijo Caín y solo puede llegar a
la verdad mediante el descarte: "It is not one of us, for it doesn’t walk; it is not a bird, for it doesn’t fly; it is
not a frog, for it doesn’t hop; it is not a snake, for it doesn’t crawl"352.
Y es que Twain, a diferencia de Unamuno, hacía chanzas de todo, también de la religión, y especialmente en
lo relacionado con el libro del Génesis y la figura de la Providencia, como vimos más arriba. Unamuno, sin
embargo, deja el tema de la religión reservado para espacios más solemnes de su creación artística. Debió
de ser por aquello que decíamos antes de que el medio natural de la risa es la indiferencia, es decir, que es
harto difícil hacer chanzas de algo que nos produce un profundo sentimiento, y difícil debía ser para
Unamuno (no así para Twain) trocar en comedia el drama de la finitud humana.
tanto, no fue él quien realmente cometió el crimen, la culpa radica en el erróneo inventario (Pudd'nhead Wilson, 1980: 115).
352 No es un pájaro, pues no vuela; no es una rana, ya que no salta; no es una serpiente, porque no se arrastra (Twain, 1996:
63).
87
4.- EL RETROCESO DEL PROGRESO.
Introducción.
Mark Twain y Miguel de Unamuno vivieron un final de siglo convulso, en pleno apogeo de la expansión
imperialista y el desarrollo del capitalismo financiero, como vimos en el primer apartado de este capítulo.
Estos cambios políticos y económicos llevaron aparejados fenómenos de gran influencia, como las
transformaciones en el campo social, la inmigración masiva o la aparición del socialismo. Los cambios
políticos acaecidos incidieron también en la concepción laica del estado y en la aparición de posturas
anticlericales, algunas radicales. Nuestros dos escritores no eludieron pronunciarse sobre todos estos
temas y algunas de sus opiniones variaron con el paso del tiempo, como veremos a continuación.
Sobre el enfrentamiento entre España y Estados Unidos, Miguel de Unamuno utilizó una metáfora muy
expresiva. Describió la guerra hispano-norteamericana como el encuentro entre Robinson Crusoe y Don
Quijote, una comparación que hizo fortuna en la prensa estadounidense, años después de que el escritor
español se manifestara así:
Pienso escribir largo acerca de ese último encuentro de Don Quijote, con Robinson. El honrado
hidalgo a quien se le secó el cerebro en puro leer libros de caballerías, fue a dar con el hombre que
se ha forjado luchando con la naturaleza. Al pobre caballero le estorban lanza, rocín, celada y
coraza… de cartón. Y al primer golpe de maza de Robinson, el industrioso, se vino al suelo
invocando a Dulcinea353.
Imperialismo-colonialismo.
Mark Twain se mostró en primera instancia favorable a la desigual guerra de su país con España, a la que
tan simbólicamente hizo referencia Unamuno con los dos personajes de ficción, pues pensaba que los
motivos para la intervención estadounidense habían sido otros distintos de los desvelados por el
presidente McKinley una vez acabada la guerra, hablando de Filipinas:
Carta al mirobrigense Casimiro Muñoz publicada en El Imparcial de Madrid y El Sol de Buenos Aires en abril de
353
En el caso de Cuba, la misión cristianizadora no había sido necesaria, pero la simpatía por los isleños era la
tónica general de la prensa norteamericana, postura unánime entre la prensa amarilla (como el Journal de
Hearst o el World de Pulitzer, ambos de Nueva York), debido en gran parte al evidente interés económico
de la isla355.
Los contrarios a la guerra lo eran bien por un punto de racismo, en sintonía con lo manifestado en el
discurso de Lord Salisbury (cfr. apartado primero de este capítulo) que garantizaba a la raza anglosajona un
poder dominante356, o bien por otras consideraciones, desde la convicción democrática a la conciencia de
clase357. Sin embargo, algunos -como Mark Twain- cambiaron de opinión según avanzaba el conflicto, no
tanto por compartir la opinión de la superioridad racial, tal y como recogía irónicamente la Autobiografía358
del americano, sino pensando que la contienda podría liberar a los cubanos del yugo español. En carta a su
354 No se las podemos devolver a España, eso sería cobarde y deshonroso, no podemos cedérselas a Francia o Alemania
(nuestros rivales comerciales en Oriente), pues supondría desprestigio y un mal negocio. No se las podemos dejar a sus gentes,
pues demostraron no saber autogobernarse y se sumirían pronto en una anarquía y desgobierno peor que el que había con
España. De modo que solo nos queda hacernos cargo de ellos, educar a los filipinos, civilizarlos, cristianizarlos y, por la gracia
de Dios, hacerlo lo mejor posible por ellos, como hermanos nuestros por los que Cristo también murió (Cashman, 1984: 321,
322).
355 Foner (I), 1975: 221.
356 "William A. White, editor de Kansas, escribía: "Entre Cuba y España hay poca elección. Los dos populachos son
de piernas amarillas, comedores de ajos, hincadores de puñal, gentes traicioneras –una mezcla de guineanos, indios y
latinos-. Un populacho es tan malo como el otro. Es de locos gastar la buena sangre sajona en esta clase de gusanos
…"" (Cashman, 1984: 303).
357 En The People, órgano del partido socialista obrero se decía que "si la libertad del trabajador cubano significaba
solo un cambio de dueños, de españoles a cubanos o norteamericanos, el asunto no merecería la pena" (Foner (I),
1975: 225).
Moorfield Storey, de la Liga antiimperialista, por ejemplo, se posicionó a favor de los derechos humanos, de los
negros y de los indios (Foner (II), 1975: 93).
Otros emplearon también el argumento de que los cubanos no estaban preparados para participar en el gobierno de
los Estados Unidos como una razón para oponerse a la anexión de la isla. Andrew Carnegie, el multimillonario
magnate del hierro y del acero, se opuso a la anexión pues supondría incrementar la población negra del país
(Foner (II), 1975: 96).
358 Habla Twain sobre la visión que tienen sus compatriotas del viejo continente: "Para bien o para mal, seguimos
educando Europa. Hemos ostentado el puesto de instructor durante más de siglo y cuarto. No nos eligieron para
ello, simplemente lo tomamos. Pertenecemos a la raza anglosajona" (Autobiografía, 2004: 430).
89
íntimo, el reverendo Twichell -desde Kaltenleutgeben (pueblo cerca de Viena donde pasaba el verano con
su mujer) el 17 de junio de 1898- Twain hablaba de la recién concluida Guerra hispano-norteamericana con
bastante efusividad, especialmente para ser un hombre antibelicista, quizás porque el hijo de su amigo se
había alistado: "I have never enjoyed a war –even in written history- as I am enjoying this one. For this is
the worthiest one that was ever fought, so far as my knowledge goes. It is a worthy thing to fight for one´s
freedom; it is another sight finer to fight for another man´s. And I think this is the first time it has been
done359.
Y ya antes, cuando se estaba dirimiendo la contienda, se manifestaba así: "I should like to be there to do
homage to our soldiers and sailors of to-day who are enlisted to another most righteous war, and utter
the hope that they may make short and decisive work of it, and leave Cuba free and fed when they face for
home again"360.
Una vez finalizada la guerra y firmado el Tratado de París, Twain pasó a sentirse profundamente
decepcionado por el papel que había jugado su propio país, señalando (a propósito del pago de 20 millones
de dólares a España por las Filipinas después de perder el control del territorio), que todo aquello no había
sido más que una broma terrible, "the stupendous joke of the centur", y que el pago de las
compensaciones de guerra había convertido a los Estados Unidos en miembro de pleno derecho en un club
de ladrones: "the United States entrance fee into society-the Society of Sceptred Thieves"361.
El 15 de junio de 1898 se produjo un masivo mitin en Boston contra la política imperialista de los EE.UU.,
en el que se anunció la creación de la Liga Antiimperialista, que se constituiría el 19 de noviembre de 1898.
En este mitin se dijo, entre otras cosas, que "we are in full sympathy with the heroic struggles for liberty of
the people in the Spanish islands and therefore we protest against depriving them of their rights by an
359 Nunca he disfrutado de una guerra -incluso en libros de historia- tanto como estoy disfrutando de esta. Porque es la más
valiosa librada nunca, hasta donde alcanza mi conocimiento. Es algo valioso pelear por la libertad de uno. Es mejor aún pelear
por la de otro. Y pienso que es la primera vez que ha sucedido esto (Letters , 1917: 663).
360 Me gustaría estar ahí para rendir homenaje a los soldados y marineros que se han alistado en la más justa de las guerras y
espero que sea un breve y decisivo trabajo y dejen una Cuba libre y alimentada cuando enfilen la vuelta a casa de nuevo
(Carta de Twain en el New York Times publicada el 20 de junio del 98, reproducción de la carta que Twain envió
desde Viena el 26 de mayo de ese año agradeciendo a su anfitrión la invitación para celebrar el Decoration Day,
ahora Memorial Day, día homenaje a los soldados de EEUU fallecidos) (Letters, 1917: 570).
361 Fisher Fishkin, 2002: 237.
90
exchange of masters" 362 . Esta declaración muestra la motivación liberal (en el sentido de extender las
libertades) de gran parte de los antiimperialistas, como Howells, Twain o Sumner, basada en la pérdida de
los ideales de autogobierno de los padres fundadores (ideas presentes en la Declaración de independencia,
Washington´s Farewell Address y Lincoln´s Gettysburg Address), más que en motivos religiosos o
humanitarios363.
Sumner trazó un completo argumentario de la traición de los Estados Unidos a sus principios en un
artículo que tituló muy gráficamente "The Conquest of the United States by Spain". Dice aquí el sociólogo
que los Estados Unidos se estaban convirtiendo en lo que decían combatir, pues adoptaban las mismas
políticas imperialistas de España y lo que había sido concebido como una acción para extender la libertad y
el autogobierno de los pueblos colonizados por los españoles se había convertido en realidad en una
colonización por parte de los EE.UU.:
We have beaten Spain in a military conflict, but we are submitting to be conquered by her on the
field of ideas and policies. Expansionism and imperialism are nothing but the old philosophies of
national prosperity which have brought Spain to where she now is. Those philosophies appeal to
national vanity and national cupidity. They are seductive, especially upon the first view and the most
superficial judgment, and therefore it cannot be denied that they are very strong for popular effect.
They are delusions, and they will lead us to ruin unless we are hardheaded enough to resist them. In
any case the year 1898 is a great landmark in the history of the United States364.
Un cuarto de siglo antes, Twain había mostrado ya su oposición a las políticas imperialistas en sendas cartas
escritas en enero de 1873 para el New York Tribune sobre la situación en las islas Hawai. Con la muerte de
rey Kamehameha V, a finales de 1872, en los EE.UU. se reavivó del debate sobre la anexión de Hawai, que
Twain visitó en 1866365. En este contexto, el escritor norteamericano afirmó con ironía en sus cartas que el
362 simpatizamos con las heroicas luchas por la libertad del pueblo en las islas españolas y, por lo tanto, protestamos contra
la idea de privarles de sus derechos mediante un cambio de dueños (Fisher Fishkin, 2002: 237).
363 Harrington, 1937: 650.
364 Hemos derrotado a España en un conflicto militar, pero nos estamos plegando a ser conquistados por ella en el campo de
las ideas y las políticas. El expansionismo y el imperialismo no son más que las antiguas filosofías de la prosperidad nacional
que han llevado a España a donde está ahora. Esas filosofías apelan a la vanidad nacional y la codicia nacional. Son
seductoras, especialmente a primera vista y con el juicio más superficial, y por lo tanto no se puede negar que son muy
eficaces ante el pueblo. Son delirios, y nos llevarán a la ruina a menos que seamos lo suficientemente tercos como para
resistirnos a ellas. En cualquier caso, el año 1898 es un gran hito en la historia de los Estados Unidos. Este discurso lo
pronunció ante la Phi Beta Kappa Society de Yale University el 16 de enero de 1899 y se publicó en el Yale Law
Journal ese mismo mes (VV.AA., 1997).
365 Fisher Fishkin, 2002: 231.
91
número de nativos llevaba descendiendo en los cien últimos años debido a las enfermedades que, junto al
trabajo, habían traído los comerciantes, pero que la población autóctona estaba preparada para el buen
desenlace divino anunciado por los misioneros: "But the traders brought labor and fancy diseases -in other
words, long, deliberate, infallible destruction; and the missionaries brought the means of grace and got
them ready"366.
Twain centra sus críticas, como puede apreciarse, sobre los clérigos, señalando que hasta la llegada de
éstos no existía prohibición alguna al comercio sexual, pero que tras su irrupción, aunque ya no existía
formalmente, continuó practicándose: "In the old times, to speak plainly, There was absolutely no bar to
the commerce of the sexes. To refuse the solicitations of a stranger was regarded as a contemptible thing
for a girl or a woman to do; but the missionaries have so bitterly fought this thing that they have succeeded
at least in driving it out of sight -- and now it exists only in reality, not in name"367.
En definitiva, el hombre blanco había transformado una pacífica sociedad de salvajes en algo no mucho
mejor: "The white man has taught them to lie, and they take to it pleasantly and without sin -- for there
cannot be much sin in a thing which they cannot be made to comprehend is a sin"368. En otra carta se
refiere al sistema de gobierno de esa sociedad, concretamente al gobierno del rey anterior, hermano del
recientemente fallecido, un monarca absolutista: "He was master in the beginning, and at the middle, and
to the end"369. Y aseguraba Twain que el rey fallecido se rodeó de un núcleo de confianza formado por
norteamericanos, entre otros extranjeros; en cuanto al heredero, deja caer Twain en su misiva que era un
borrachín. Concluye el autor sarcásticamente: "Now, let us annex the islands. Think how we could build
up that whaling trade! [...] We must annex those people. We can afflict them with our wise and beneficent
government. We can introduce the novelty of thieves... [...] Annexation is what the poor islanders need.
"Shall we to men benighted, the lamp of life deny?"370.
Todas las manifestaciones públicas de Twain desde entonces fueron contrarias al imperialismo, salvo el apoyo inicial
mencionado a la guerra hispanonorteamericana. Tras su bancarrota el escritor realizó un tour mundial para pagar sus deudas
puede haber en aquello que no pueden comprender lo que es (New York Tribune, 6 de enero de 1873: 5).
369 New York Tribune, 9 de enero de 1873: 4.
370 Ahora, anexémonos las islas. ¡Piensen qué comercio ballenero! Podemos atribularles con nuestro sabio y beneficiosos
gobierno. Podemos introducir la novedad del robo. La anexión es lo que los pobres isleños necesitan. ¿Acaso seremos nosotros
quienes nieguen a los sumidos en la ignorancia la lámpara de la vida? (New York Tribune, 9 de enero de 1873: 5).
92
que le llevó por las islas Fiji, Australia, Nueva Zelanda, Sri Lanka, la India y Sudáfrica, donde pudo conocer de
primera mano los efectos del imperialismo. A partir de este viaje surgió el libro Following the Equator, en el
que escribió que quizá no haya nada más gracioso que el hecho de que el hombre blanco se crea menos
salvaje que otros salvajes: "There are many humorous things in the world, among them the white man's
notion that he is less savage than the other savages"371.
En sus confidencias privadas, sin embargo, se atisba un poso, cuestión de entrañas más que de
racionalidad, de lo que en el apartado de cambio social decíamos sobre la superioridad de la raza
anglosajona. En carta a William Dean Howells desde Londres, el 25 de enero de 1900, señala a propósito
de la guerra de los boer: "For England must not fall; it would mean an inundation of Russian and German
political degradations which would envelop the globe and steep it in a sort of Middle-Age night and slavery
which would last till Christ comes again. Even wrong —and she is wrong —England must be upheld. […]
My head is with the Briton, but my heart and such rags of morals as I have are with the Boer"372. Sobre este
mismo tema, empero, afirma públicamente: "yo no concibo jamás para pueblos extranjeros más ideal que el
que ellos mismos escojan"373.
Cuestión de corazón también -más que de cabeza- parece su ausencia de crítica al gran abanderado
literario del imperialismo, Rudyard Kipling, al que profesaba gran admiración: "El nombre de Kipling y las
palabras de él me conmueven siempre, me conmueven más que las de cualquier otro ser humano actual",
dejó escrito Twain en sus memorias374. Solo así se explica que mencionara la postura del británico contra la
nueva política liberalizadora del gobierno de su Majestad en Sudáfrica y no la rebatiera, a diferencia de, por
ejemplo, Ernest Crosby, presidente de la Liga Antiimperialista de Nueva York, quien afeó al escritor
británico su postura en el poema The Real "White Man´s Burden" 375, aludiendo a la célebre composición de
Kipling.
El autor de Huckleberry Finn publicó sus principales ensayos antiimperialistas en la North American Review,
aunque no hizo público todo lo que escribió, por no mostrarse demasidado radical e incomodar a su
93
familia 376 . En "To the Person Sitting in Darkness" (1901) repasa los diferentes campos de batalla del
imperialismo e indica de manera irónica, en unos términos que dan título al ensayo, cómo los distintos
países, entre ellos, los EE.UU., han ido derramando a las gentes que viven en la oscuridad las bendiciones
de la civilización:
In Cuba, he [el Presidente, Twain se refiere a él como el "Master of the Game"] was playing the usual
and regular American game, and it was winning, for there is no way to beat it. The Master,
contemplating Cuba, said: "Here is an oppressed and friendless little nation which is willing to fight to
be free; we go partners, and put up the strength of seventy million sympathizers and the resources of
the United States: play!377.
Habla también de las Filipinas y de cómo su país perdió una magnífica oportunidad de predicar con el
ejemplo y dejar que se gobernaran a sí mismos:
Dewey could have gone about his affairs elsewhere, and left the competent Filipino army to starve
out the little Spanish garrison and send it home, and the Filipino citizens to set up the form of
government they might prefer, and deal with the friars and their doubtful acquisitions according to
Filipino ideas of fairness and justice -- ideas which have since been tested and found to be of as high
an order as any that prevail in Europe or America. But we played the Chamberlain game, and lost the
chance to add another Cuba and another honorable deed to our good record378.
Finaliza el autor poniendo en boca de esa persona que espera ser iluminada, civilizada, estas palabras:
"There is something curious about this -- curious and unaccountable. There must be two Americas: one
de hambre a la pequeña guarnición española y enviarla a casa, tratar de los frailes y sus dudosas adquisiciones de acuerdo
con las ideas filipinas de equidad y justicia, ideas que ya han sido probada como igual de elevadas a cualquiera de las
existentes en Europa a América. Pero jugamos el juego de Chamberlain, y perdimos la oportunidad de añadir otra Cuba y otro
acto honorable a nuestro buen historial (Collected tales, 1992b: 466, 467).
94
that sets the captive free, and one that takes a once-captive's new freedom away from him, and picks a
quarrel with him with nothing to found it on; then kills him to get his land"379.
En A Defence of General Funston (1902) ironiza (ya desde el título) con la actuación estadounidense en las
Filipinas, cuya guerrilla se resistió a la dominación hasta la captura de su líder, Emilio Aguinaldo, por el
general Frederick Funston en marzo de 1901380. En su artículo, basándose en un libro que narra la captura
del líder tagalo, fruto de un engaño del oficial americano (le mandaron un correo diciendo que estaban
muriendo de hambre), habla de que la estratagema del general norteamericano no era nueva:
Every detail of Funston's scheme -but one- has been employed in war in the past and stands acquitted
of blame by history. By the custom of war, it is permissible, in the interest of an enterprise like the
one under consideration, for a Brigadier-General (if he be of the sort that can so choose) to
persuade or bribe a courier to betray his trust; to remove the badges of his honorable rank and
disguise himself; to lie, to practise treachery, to forge; to associate with himself persons properly
fitted by training and instinct for the work; to accept of courteous welcome, and assassinate the
welcomers while their hands are still warm from the friendly handshake381.
Pese a la ya mencionada creación de una Liga Antiimperialista, en la que ingresó Twain como
vicepresidente (de la de Nueva York) en enero de 1901382, el ambiente en los Estados Unidos era más
proclive a apoyar las guerras en la que empezaba a tomar parte su nación, que la contraria, y muchos de los
que se oponían apenas se manifestaron en sus publicaciones, como William Dean Howells, a quien, pese a
formar parte de la Liga, no se le conoce escrito relevante apoyando sus tesis, quizás por la militancia de su
mujer favorable a las políticas expansionistas383. Un factor a tener muy en cuenta es que la prensa apoyaba
mayoritariamente la política del gobierno.
379 Hay algo curioso acerca de esto. Debe haber dos Américas: la que libera a los cautivos y la que arrebata a los que fueron
una vez cautivos su nueva libertad, se mete con ellos sin motivo aparente y luego les mata para quedarse con su tierra
(Collected tales, 1992b: 467).
380 Hawkins, 1993: 37.
381 Cada detalle del esquema de Funston -salvo uno- se ha empleado en la guerra en el pasado y está absuelto de culpa por la
historia. Por la costumbre bélica, es permisible, en interés de una empresa como la que se examina, para un general de
brigada, persuadir o sobornar a un mensajero para traicionar su confianza; eliminar las insignias de su rango honorable y
disfrazarse; mentir, practicar la traición; unir al grupo a personas debidamente preparadas; aceptar una cortés bienvenida y
asesinar a tus anfitriones mientras sus manos están aún calientes del amistoso apretón de manos (North American
Review,1902: 619).
382 Fisher Fishkin, 2002: 241.
383 Harrington, 1937: 665-667.
95
En este contexto, cobra relevancia la figura de Twain como polemista, como antagonista del pensamiento
dominante, igual que hacía Unamuno, aunque se viera también limitado por la autocensura, como hemos
visto, y por la censura de sus escritos más críticos, como "War Prayer" o "King Leopold´s Soliloquy",
descartados por Harper and Brothers, su editorial, el 22 de marzo de 1905. Tras este revés, Twain se
limitó a hablar de la materia en conferencias, entrevistas y cartas, dejando su "War Prayer", unos
comentarios de 1906 a la "Moro Massacre" y el capítulo antimiperialista del "Capitain Stormfield" para su
publicación póstuma. Podemos encontrar en su cuaderno de apuntes de 1905 una nota que dice: "In
America –as elsewhere- free speech is confined to the dead"384.
Miguel de Unamuno se mostró ambivalente con el tema del imperialismo. Su oposición a la situación en
Cuba fue evidente ya desde antes de la participación de los Estados Unidos. En este sentido le comenta a
su amigo Pedro de Múgica en carta de 20 de octubre de 1895: "Lo de Cuba es sencillamente imbécil. Me
alegraría tuviéramos algo con los Estados Unidos a ver si nos quitaban esas dichosas Antillas que sólo
sirven para daño nuestro. Somos incorregibles"385.
Especialmente crítico se mostró Unamuno con el imperialismo británico en África del Sur. Al mismo
Múgica, después de afirmar que prefiere el espíritu británico que el germánico (al que asocia el militarismo,
como veremos luego), le dice: "…también me causa repugnancia la otra Inglaterra, la agresiva e hipócrita, la
de Cecilio Rhodes"386. Al expansionista británico le llama en otro lugar el "Napoleón de África"387.
En La lucha de clases mostraba ya su oposición al colonialismo español en Cuba: "Aquí todo se tiene en
cuanta menos la razón y la voluntad de los cubanos. Hay muchas gentes que protestan contra la monarquía
patrimonial, contra la vieja idea de que una nación sea patrimonio del monarca; pero les parece bien que un
pueblo sea patrimonio de otros"388. Y explicaba en "La vida es sueño" cómo lo que para los políticos era
razón de estado, para el pueblo no tenía esa importancia, pues en nada incidía en su felicidad o pena, un
pueblo que "mira con soberana indiferencia la pérdida de las colonias nacionales, cuya posesión no influía
96
en lo más mínimo en la felicidad o en la desgracia de la vida de sus hijos, ni en las esperanza de que éstos se
sustentan y confortan"389.
En su "¡Muera Don Quijote!" lanzó Unamuno todo un alegato pacifista: "Día vendrá en que las hoy más
celebradas glorias de las naciones serán obketo de piadosa execración por parte de los pueblos. Día
vendrá, debemos esperarlo, en que descubierta a la conciencia cristiana la infame blasfemia que se cela en
el bárbaro principio romano de si vis pacem para bellum, reine el evangélico "no resistáis al mal, día vendrá
en que se sienta que sin paz no hay honra verdadera..."390.
Decíamos postura ambivalente porque Unamuno mostró algún retazo (aislado, eso sí) favorable a la guerra
de Marruecos, pero habría que tener en cuenta que el episodio al que se refiere Unamuno, más que de
conquista (que lo fue, en su origen), se refiere al aseguramiento de Melilla tras el desastre del Barranco del
Lobo 391 . Fueron tiempos convulsos en España: los últimos días de julio de 1909 se producen graves
incidentes en Barcelona (Semana Trágica) por el envío a Marruecos de reservistas catalanes para hacer
frente a los ataques rifeños, se queman iglesias y conventos, escuelas y residencias y se celebran juicios
militares sumarísimos392. En carta a Federico de Onís, Unamuno no habla de estos sucesos y aprueba, sin
embargo, la guerra en el norte de África: "…me parece muy bien la guerra y convenientísima para España
en todos los sentidos, y sobre todo en el espiritual. Espero que esto acabe por levantarnos algo el abatido
espíritu"393.
97
Siento siempre respeto, mezclado de miedo, hacia la actualidad. Dentro del bosque, no es dable
abarcarlo con la mirada (…) Y he aquí por qué apenas sé nada de la campaña del Rif. Podría darme el
gusto de extenderme escribiendo, no ya sobre nuestro porvenir en África, sino sobre nuestra
africanidad; pero esto serían divagaciones tal vez amenas e ingeniosas, pero seguramente arbitrarias.
Podría también dar una muestra de mi simpatía para con nuestros hermanos los moros (…) Mas esto
arrastraría mi pluma a sendas escabrosas. Vale más dejarlo. Y en cuanto a la retórica obligada en
casos de guerra y todo el acerbo de Patria, honor, heroísmo, sacrificio y demás por el estilo,
dejémoslo395.
Años después, su postura fue ya claramente contraria a la guerra: "Me gustaría hacer algo sobre la
concepción pretoriana española de la conquista de Marruecos, sin violencias de lenguaje, pero claro, muy
claro…¿Dónde? Me acongoja que en cuanto uno dice la verdad le tachan de bolchevique o comunista"396.
En la década de los años 20 del pasado siglo, Unamuno se muestra radicalmente contrario al fenómeno
imperialista, comentándole a un amigo que hay que andarse con cuidado a propósito del significado de
madre patria en España y América Latina, pues "si esa madre patria quiere decir patrona, y patrona
monárquica, de cruzadas", bien harían los iberoamericanos rechazándola. Y establece un paralelismo con
los EE.UU., pues "la cruzada puritana no es mejor que la jesuítica", además de contarle una anécdota
reveladora de su pensamiento: "Ingratos - me decía una vez cierto sujeto refiriéndose a los cubanos-
después que descubrimos, conquistamos y poblamos aquello- ¿Descubrimos? -le repliqué--, ¡yo no! -y él-
¡bueno, nuestros padres!- Y yo- los de ellos, amigo, ¡los de ellos!"397.
Hablando de la Guinea española, mientras, según el profesor Donato Ndongo-Bidyogo, gente como Joaquín
Costa y miembros de la Real Sociedad Geográfica animaban a expansionarse por el norte de África y el
golfo de Guinea, Unamuno estaba en sus antípodas: "La enfermedad del sueño, que hace estragos en
nuestra Guinea española -¿nuestra? ¿es española?- existe también aquí, aunque en otra forma, y sin
necesidad de mosca tsetsé que la produzca"398. Con más de quince años de perspectiva de la guerra de
Cuba apunta las causas del conflicto con el pueblo caribeño:
Aquellas guerras de Cuba y Filipinas fueron guerras civiles, no internacionales. Tratábamos de evitar
que unos antiguos criados –llamemos a las cosas por su nombre, mayormente cuando hasta de los
98
hijos se pueden hacer criados- se nos fueran de casa, hartos de servir a un amo pobre. Y otro amo,
un amo rico, se interpuso para llevarse a su casa a nuestros antiguos criados [...] Y así, cuando vino
el conflicto con unos criados lejanos, que cultivaban unas fincas patrimoniales que teníamos del otro
lado de los mares, solo intervino el vecino de aquellas fincas. Y la sombra de Monroe parecía
decirnos: "El que se aisla, el que se mete en su región, no tiene derecho a la ayuda de sus
convecinos"399.
Las bases ideológicas del antiimperialismo en Unamuno están íntimamente relacionadas con la economía y
tienen un deje marxista (pese a la crítica del escritor a la doctrina en muchos de sus escritos, como luego
veremos). Así, en carta al director de la revista Hispania de marzo de 1912 indica:
La constitución de las llamadas grandes Potencias de Europa en dos grupos distintos, no es sino la
constitución de la plutocracia o capitalismo de todas ellas en un solo grupo para oprimir a las
naciones débiles, es decir pobres, y para oprimir a la vez y explotar al proletariado de todas partes
[…] La paz armada no es más que una guerra civil de clases. La paz armada no va de unas naciones
contra otras, sino del capitalismo de todas ellas contra el proletariado […] Y como los Estados
Unidos de la América del Norte, el país de los grandes sindicatos y los grandes millonarios, está hoy
en tal respecto más europeizado que Europa y es uno de los baluartes del capitalismo, paréceme
locura esperar de él otra cosa que hipócritas promesas. La declaración de Monroe en 1823, no
significa hoy en la patria de este hombre una doctrina a favor de los pueblos americanos todos, sino a
favor del capitalismo yanqui. El sistema político de Norte América es hoy esencialmente el mismo
que el de las Potencias europeas aliadas, y la conquista de las Islas Filipinas por aquella gran República
imperial, en nada se distingue de la conquista de Madagascar, Marruecos o Trípoli, si no es a favor de
los europeos400.
Y advierte del futuro señalando que las repúblicas americanas, débiles económicamente, "se convierten en
campo de acción del capitalismo yanqui, que las explotará respetando su independencia política, cuando así
se les sea más cómodo explotarlas, pero acudirá, cuando los intereses de ese capitalismo lo exijan, a
desmembrarlas, a someterlas y hasta a corromperlas"401.
99
Unamuno reiteraría su concepción de las guerras imperialistas como vehículos del expansionismo
económico capitalista ya desde la Guerra de Cuba, señalando que dicha contienda fue
En su correspondencia con Ángel Ganivet, poco antes del trágico fallecimiento de este último, discrepaba
respecto a la idea de su amigo de que en la base del colonialismo español estaba la evangelización403. Para
Unamuno la raíz del fenómeno es solo económica y la describe mediante la metáfora del relojero que
cuando en su patria no le compran relojes va a vendérselos a los salvajes diciéndoles que es el principio de
la civilización y la felicidad y si no les convence, lo hace a cañonazos. "Son las clases explotadoras, son los
trusts de toda clase de relojeros […] los que atizan en el pueblo la xenofobia", pues "el capital explota las
patrias y los patriotismos"404, indica el escritor. Unos años después parece reiterar su opinión sobre la
motivación expansionista:
Te denuestan, pueblo mío, porque dicen que fuiste a imponer tu fe a tajo y mandoble, y lo triste es
que no fue del todo así, sino que ibas también y muy principalmente a arrancar oro a los que lo
acumularon; ibas a robar. Si sólo hubieras ido a imponer tu fe... Me revuelvo contra el que viene,
tizona en la diestra y en la otra libro, a querer salvarme el alma a pesar mío, pero al cabo se cuida de
mí y soy para él un hombre, mas para aquel que no viene sino a sacarmelos ochavos engañándome
con baratijas y chucherías, para éste no paso de ser un cliente, un parroquiano o vecero405.
100
Declaración de independencia vs imperialismo.
Las bases ideológicas del antiimperialismo de Twain son, según autores como Foner, de índole izquierdista,
dando prioridad a la motivación económica, al expolio de los recursos de los países conquistados. Pienso,
sin embargo, que el tono predominante en sus escritos se refiere a lo que decíamos antes de la traición de
los ideales de libertad y autogobierno inspiradores de la declaración de independencia de los Estados
Unidos. Recién vuelto de su turné por el mundo, explicaba en The New York Herald, por qué cambió su
actitud respecto al fenómeno imperialista:
I left these shores, at Vancouver, a red-hot imperialist. I wanted the American eagle to go screaming
into the Pacific [...] I said to myself, here are a people who have suffered for three centuries. We can
make them as free as ourselves, give them a government and country of their own, put a miniature of
the American constitution afloat in the Pacific, start a brand new republic to take its place among the
free nations of the world. [...] But I have thought some more, since then, and I have read carefully the
treaty of Paris, and I have seen that we do not intend to free, but to subjugate the people of the
Phillippines. We have gone there to conquer, not to redeem [...] And so I am an anti-imperialist. I am
opposed to having the eagle put its talons on any other land406.
En "The Stupendous Procession", que no se publicó en vida del autor, ridiculiza los funerales de la reina
Victoria de Inglaterra, fallecida el 22 de enero de 1901407, y hace un repaso a todas las guerras imperialistas
del cambio de siglo y apunta a lo que decimos sobre sus motivos antimiperialistas con su referencia a la
sombra de los padres fundadores que planea sobre el desfile:
Washington revered me, the great hand of Lincoln caressed me: and now I am become policeman
over this carrion!". Congress follows the Constitution, pelting it with mud. The shade of Washington
says that making Puerto Ricans into subjects "apes monarchy". The Declaration of Independence has
been narrowed to read, "All white men are born free and equal." The Fourteenth Amendment has
been similarly restricted: "White slavery shall no longer exist where the American flag floats". The
406 Salí de estas costas, en Vancouver, un imperialista al rojo vivo. Quería que el águila americana fuera gritando por el Pacífico
[...] Me dije a mí mismo, aquí hay un pueblo que ha sufrido durante tres siglos. Podemos hacerlos tan libres como a nosotros
mismos, darles un gobierno y un país para ellos, poner una miniatura de la Constitución de los Estados Unidos a flote en el
Pacífico, comenzar una nueva república de la marca que alcanzara un lugar entre las naciones libres del mundo. [...] Pero he
pensado un poco más, desde entonces, y he leído cuidadosamente el tratado de París, y he visto que no tenemos la intención
de liberar, sino de subyugar al pueblo de Filipinas. Hemos ido a conquistar, no a redimir [...] Y así soy un anti-imperialista. Me
opongo a que el águila ponga sus garras en cualquier otra tierra (The New York Herald, 15 de octubre de 1900).
407 Hawkins, 1993: 32.
101
procession closes with the "Shade of Lincoln", towering vast and dim toward the sky, brooding with
pained aspect over the far reaching pageant408.
En una crítica inacabada del libro Aguinaldo de Edwin Wildman, una biografía sobre el líder independentista
filipino, Twain pone al asiático al nivel de sus héroes, grandes luchadores por la libertad, como su paisano
Washington, Juana de Arco o Lutero409. La estima que muestra el norteamericano por el filipino recuerda a
la de Unamuno por su paisano Rizal, fusilado por los españoles poco antes de empezar la contienda. Dice el
escritor español en el epílogo del libro de Retana, Vida y escritos del Dr. José Rizal, que en el texto emerge
"una figura luminosa, la de Rizal"410 y contradice la concepción racista de la época al comentar que "otros
hablan del servilismo del indio, y a este respecto solo se me ocurre considerar lo que para aquí, en la
Península, en que se considera como los más serviles a los nativos de cierta región, siendo éstos los que
tienen acaso más desarrollado el sentimiento de la libertad y la dignidad interiores"411.
Algunos autores han entendido, especialmente partiendo del estudio de la correspondencia de Unamuno
con hispanoamericanos, que éste tenía una concepción colonialista de la lengua. Así, por ejemplo, Venegas
compara la importancia que Unamuno da a la lengua como elemento constitutivo del hispanismo con la
concepción lingüística de Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana (1492), quien
afirmaba que la lengua es la compañera del Imperio, señalando que la postura de Unamuno parece en cierta
medida un medio de asimilación cultural de los nativos allende los mares, una "linguistic and cultural
unification of the Hispanic world"412.
En esta línea, Marcel Robin calificó los comentarios de Unamuno sobre Hispanoamerica como
"imperialismo moral"413, quizás pensando en los estudios de otros autores que señalan a Juan Valera y a
Unamuno como dos de los escritores en quienes el régimen autoritario salido de la guerra civil española se
408 Washington me reverenció, la gran mano de Lincoln me acarició, y ahora me he convertido en el policía de esta carroña "El
Congreso sigue la Constitución, arrojándola barro. La sombra de Washington dice que haciendo a los portorriqueños sujetos
imita a la monarquía. La Declaración de Independencia se ha reducido a leer que "Todos los hombres blancos nacen libres e
iguales". La Decimocuarta Enmienda se ha restringido de manera similar: "La esclavitud blanca dejará de existir cuando la
bandera americana flote". La procesión se cierra con la "Sombra de Lincoln, que se eleva vasto y tenue hacia el cielo,
meditando con aspecto de dolor sobre el ya lejano desfile (Twain, 1972: 403 y ss.).
409 Hawkins, 1993: 33.
410 Retana, 1907: 475.
411 Retana, 1907: 482.
412 Venegas, 2009: 455.
413 Juretschke, 1948: 522, 523.
102
basó para construir una ideología que afirmara la raza, el impero y la nación. Señala así a Unamuno, entre
otros autores, como síntomas del momento histórico en el que crecieron, autores que "they aspire to the
re-domestication of colonial culture and, by extension, to the recovery of the colonies themselves" 414 .
Contundente conclusión la de este artículo.
Es cierto que algunos comentarios de Unamuno, alegando que el español americano de algunas obras de
autores de allá no es sino el castellano de España, resultan sorprendentes (como cuando habla del poema
gauchesco Martín Fierro como genuínamente español415), pero a la luz del pensamiento global de Unamuno
no parece, desde luego, que fuera su intención "colonizar" culturalmente a los pueblos hispanoamericanos,
negando al idioma de allí toda individualidad y diferencia respecto del de aquí, sino, quizás, una manera de
defender su tan estimado castellano, expresión de su pensamiento y, por tanto, imprescindible para el
filósofo. Más bien el escritor español mostraba aquí el instinto de invasión del que habla en La locura del
doctor Montarco, desvelaba la necesidad de trasladar su espíritu a los demás, idea ésta que aplicaba tanto
entre las personas como entre los pueblos, y de aquí su "cada hermano tiene el deber fraternal de
imponerse a sus hermanos, y cuando se siente superior a ellos, no debe decir: "¡Ea!, yo no puedo vivir con
vosotros y me voy de casa", sino que debe decir "¡Se acabó! Aquí voy a mandar yo""416.
Como se desprende de la afirmación anterior, colonialismo no, más bien egotismo, el sentirse superior es
lo que subyace en el fondo de esas misivas y que pueden engañosamente indicar una preeminencia del
castellano de España frente al de Iberoamérica. Lo que sí denunciaba Unamuno es que a muchos escritores
hispanoamericanos les deslumbraban las luces parisinas, y no los leones de La Cibeles, como decía de
Rubén Darío417. Unamuno, como indica Ferrater Mora418, siempre buscó la "España eterna", pero esta idea
"poco o nada tenía que ver con cualquier clase de nacionalismo o patriotismo"419, sino con su concepto de
la intrahistoria, que veremos más adelante. Así puede entenderse que pasara de europeizante a
hispanizante con el cambio de siglo, porque cambió el lugar donde pensaba se encontraba la verdadera
esencia del pueblo español.
414 aspiraban a redomesticar la cultura colonial y, por extensión, recobrar las propias colonias (Fiddian, 2002: 91).
415 "los más de sus modismos son españoles de pura raza" (Fiddian, 2002: 88 y ss.).
416 OC, 2007: 840.
417 "debo decirle que no acabo de comprender del todo esa atracción que sobre ustedes ejerce París [...] que fuera
Madrid lo comprendería, porque hoy por hoy es el centro de los pueblos de lengua española". Carta a Rubén Darío
de 19 de mayo de 1899 (Epistolario americano, 1996: 61).
418 Ferrater, 1985: 87 y ss.
419 Ferrater, 1985: 91.
103
El patriotismo como coartada.
Tanto Unamuno como Twain criticaron también al patriotismo justificador del imperialismo, un
patriotismo mal entendido, pues, según Unamuno, la patria, más que algo territorial o material es algo
espiritual: es religión, lengua, cultura, costumbre y por eso un pueblo "soporta acaso la servidumbre
económica; lo que no soporta es la servidumbre espiritual"420. Sin embargo, ese patriotismo malentendido
es utilizado por los que mandan como una religión para convencer a los fieles, a juicio del norteamericano:
Patriotism is merely a religion love of country, worship of country, devotion to the country’s flag and
honor and welfare. In absolute monarchies it is furnished from the throne, cut and dried, to the
subject; in England and America it is furnished, cut and dried, to the citizen by the politician and the
newspaper. The newspaper-and-politician-manufactured patriot often gags in private over his dose;
but he takes it, and keeps it on his stomach the best he can. Blessed are the meek421.
Critica Twain ese patriotismo que se inculca a los niños desde pequeños, el que a él le enseñaron:
"Citizenship? We have none! In place of it we teach patriotism which Samuel Johnson said a hundred and
forty or a hundred and fifty years ago was the last refuge of the scoundrel -and I believe that he was right. I
remember when I was a boy I heard repeated and repeated time and time again the phrase, "My country,
right or wrong, my country!""422. Mensaje que es absurdo, según el escrito yanqui, tanto como identificar el
amor a la patria con el ritual del saludo a la bandera, cuando el verdadero patriotismo consiste en honrarla
haciendo un país más honorable: "The true citizenship is to protect the flag from dishonor -to make it the
emblem of a nation that is known to all nations as true and honest and honorable"423.
El escritor norteamericano indica en una anotación de una copia de su biblioteca de The Future of America,
de H.G. Wells: "We have a bastard Patriotism, a sarcasm, a burlesque; but we have not such thing as a
Frederick Boyd, "Mark Twain on the Scope of the Children's Theater / What It Means to American Citizenship and
Education", Entrevista en el Brooklyn Eagle de 24 de noviembre de 1907; en Interviews, 1977).
423 La verdadera ciudadanía es proteger la bandera de la deshonra: para que sea el emblema de una nación que es conocida
por todas las naciones como verdadera y honesta y honorable (Stevenson, Frederick Boyd, "Mark Twain on the Scope of
the Children's Theater / What It Means to American Citizenship and Education", Entrevista en el Brooklyn Eagle de 24
de noviembre de 1907; en Interviews, 1977).
104
publica conscience"424. Y en su cuaderno de apuntes carga contra ese patriotismo que justifica el expolio de
otros países:
Talking of patriotism what humbug it is; it is a word which always commemorates a robbery. There
isn't a foot of land in the world which doesn't represent the ousting and re-ousting of a long line of
successive "owners," who each in turn, as "patriots", with proud swelling hearts defended it against
the next gang of "robbers" who came to steal it and did and became swelling-hearted patriots in their
turn425.
En su ensayo "The Lowest Animal" habla de que el hombre es el único animal patriota y que ese
patriotismo le lleva a cometer todo tipo de fechorías: "Man is the only Patriot. He sets himself apart in his
own country, under his own flag, and sneers at the other nations, and keeps multitudinous uniformed
assassins on hand at heavy expense to grab slices of other peoples countries, and keep them from grabbing
slices of his. And in the intervals between campaigns, he washes the blood off his hands and works for the
universal brotherhood of man, with his mouth"426.
El polígrafo español escribió sin descanso y desde muy joven sobre un estéril "patriotismo inconsciente del
sentimiento", que es lo que indicaba sobre su tierra vasca tras recibir un aluvión de críticas de los círculos
tradicionales bilbaínos a raíz de su conferencia "Orígenes de la raza vasca", en la que explica la agonía del
vascuence y aboga por la inevitabilidad de su desaparición, pronunciada en la sociedad El Sitio de Bilbao el 9
de abril de 1886, con apenas 22 años: "Me tachan de mal patriota porque al patriotismo inconsciente del
sentimiento opuse el patriotismo crítico de la razón: porque admito no la Vasconia legendaria de pasados
siglos, sino las actuales Provincias Vascongadas industriosas y viriles"427. Unamuno dice que el patriotismo
tienen dos "raíces" o componentes, el sentimental y el intelectivo: "Hay la patria sensitiva, la que podemos
abarcar con la mirada, y que no se extiende en su origen más allá de nuestro horizonte sensible, y hay la
patria intelectiva o histórica, la que nos enseña a querer en la escuela, con relatos más o menos
verdaderos"428.
105
En esta línea de abogar por la prevalencia de un patriotismo más racional disertó en su primera obra
conocida, En torno al casticismo:
El desarrollo del amor al campanario sólo es fecundo y sano cuando va de par con el desarrollo del
amor á la patria universal humana; de la fusión de estos dos amores, sensitivo sobre todo el uno y el
otro sobre todo intelectual, brota el verdadero amor patrio. Hay que mantenerse en equilibrio con el
ambiente asimilándose lo de fuera; la mutualidad brota de suyo, porque necesariamente es recíproca
toda adaptación429.
A esa patriotismo del sentimiento que era el nacionalismo vasco para Unamuno, le atribuye además un
carácter racista, como señala en su artículo "El Anti-maquetismo" en septiembre de 1898 en el que indica
que más que separatismo habría que llamarlo así, pues "es ante todo y sobre todo una explosión de
enemiga contra el español no vascongado, el maqueto, establecido en Bilbao y que allí trabaja"430. E ilustra
esta idea hablando de la existencia de un papel "que circulaba con éxito entre el clero joven de Vizcaya" y
que venía a decir que si un maqueto, ahogándose, pedía auxilio a un vizcaíno neto, éste debía contestarle
"no sé castellano" en vascuence.
Cargan ambos autores también contra la utilización interesada que los imperialistas hacen de la religión,
para justificar su política en una misión civilizadora de pueblos paganos. Así Twain en "To the Person Sitting
in the Darkness", a propósito de una información del periódico de Nueva York, The Sun, sobre el
reverendo Ament, del Consejo norteamericano de misiones extranjeras, y las indemnizaciones que su
organización logró por los daños y asesinatos de los boxer, habla de la supuesta cristianización de China
como caballo de Troya de intereses más materiales: "What we want of our missionaries out there is, not
that they shall merely represent in their acts and persons the grace and gentleness and charity and loving-
kindness of our religion, but that they shall also represent the American spirit "431.
gracias, la bondad, la caridad y el amor bondadoso de nuestra religión, sino que representen además el espíritu
norteamericano (North American Review, 1901: 163).
106
Un cristianismo justificador de la guerra es lo que denuncia el autor de Huck Finn en su "War Prayer" por
boca de un extraño anciano de larga túnica que remeda la oración que un clérigo, antes que él,
subrepticiamente rezó, pidiendo la victoria para las tropas:
Lord our Father, our young patriots, idols of our hearts, go forth into battle — be Thou near them!
With them — in spirit — we also go forth from the sweet peace of our beloved firesides to smite
the foe. O Lord our God, help us tear their soldiers to bloody shreds with our shells; help us to
cover their smiling fields with the pale forms of their patriot dead; help us to drown the thunder of
the guns with the shrieks of their wounded, writhing in pain; help us to lay waste their humble homes
with a hurricane of fire; help us to wring the hearts of their unoffending widows with unavailing grief;
help us to turn them out roofless with their little children to wander unfriended in the wastes of
their desolated land in rags and hunger and thirst, sports of the sun flames in summer and the icy
winds of winter, broken in spirit, worn with travail, imploring thee for the refuge of the grave and
denied it — For our sakes who adore Thee, Lord, blast their hopes, blight their lives, protract their
bitter pilgrimmage, make heavy their steps, water their way with their tears, stain the white snow
with the blood of their wounded feet! We ask it, in the spirit of love, of Him Who is the Source of
Love, and Who is the ever-faithful refuge and friend of all that are sore beset and seek His aid with
humble and contrite hearts. Amen432.
Ya un joven Twain, antes del auge de los misioneros en países extranjeros, señala, a propósito de un
suceso acaecido en una pequeña localidad en el que unos energúmenos ("very bastards of the devil")
vejaron ("tarred and feathered") a una mujer tachada de adúltera: "The American Board of Foreign
Missions [del reverendo Ament] have done a good work in supplying the kindly and refining influences of
the gospel to the savages of Asia and the islands of the sea, but let them forward no more missionaries to
432 Oh Señor, nuestro Padre, nuestros jóvenes patriotas, ídolos de nuestros corazones, salen a batallar. ¡Mantente cerca de
ellos! Con ellos partimos también nosotros -en espíritu- dejando atrás la dulce paz de nuestros hogares para aniquilar al
enemigo. ¡Oh Señor nuestro Dios, ayúdanos a destrozar a sus soldados y convertirlos en despojos sangrientos con nuestros
disparos; ayúdanos a cubrir sus campos resplandecientes con la palidez de sus patriotas muertos; ayúdanos a ahogar el trueno
de sus cañones con los quejidos de sus heridos que se retuercen de dolor, ayúdanos a destruir sus humildes viviendas con un
huracán de fuego; ayúdanos a acongojar los corazones de sus viudas inofensivas con aflicción inconsolable; ayúdanos a
echarlas de sus casas con sus niñitos para que deambulen desvalidos por la devastación de su tierra desolada, vestidos con
harapos, hambrientos y sedientos, a merced de las llamas del sol de verano y los vientos helados del invierno, quebrados en
espíritu, agotados por las penurias, te imploramos que tengan por refugio la tumba que se les niega -por el bien de nosotros
que te adoramos, Señor-, acaba con sus esperanzas, arruina sus vidas, prolonga su amargo peregrinaje, haz que su andar sea
una carga, inunda su camino con sus lágrimas, tiñe la nieve blanca con la sangre de las heridas de sus pies! Se lo pedimos,
animados por el amor, a Aquel quien es Fuente de Amor, sempiterno y seguro refugio y amigo de todos aquellos que padecen.
A Él, humildes y contritos, pedimos Su ayuda. Amén (Collected tales, 1992b: 653).
107
distant lands for the present. God knows they are needed at home"433. Y les invita a ir al referido pueblo,
pues "there are no meaner, mangier, filthier savages in all wide domain of barbarism than the Christian
town of Cohocton"434.
Lo mismo seguía afirmando Twain 30 años más tarde cuando, con motivo de la rebelión de los Bóxers,
alega en "The Missionary in World-Politics" que la cristiandad, al igual que el Islam, ha hecho sus conquistas
por la fuerza, no por persuasión435, señalando que "wherever the missionary goes he not only proclaims
that his religion is the best one, but that it is a true one while his hearer's religion is a false one; that the
pagan's gods are inventions of the imagination"436. Y cierra el ensayo Twain con una palabras proféticas
indicando que la guerra china derivará en una guerra europea y que "the future is blacker than has been any
future which any person now living has tried to peer into"437.
Una "oración de guerra" a lo Twain parece un texto inacabado de Unamuno, escrito en 1898 durante la
crisis cubano-filipina, "El reinado social de Jesucristo", auténtico alegato condenatorio de la guerra, del
militarismo y de la patriotería basada en el Evangelio, justificado en el reinado de Jesús, que bendice
banderas para la guerra y que tergiversa el mandamiento "no matarás"; dice Unamuno:
Siempre que oíamos repetir cien y mil veces la frasecita tan obligada del reinado social de Jesucristo,
figurábasenos que lo que con ella se trataba de decir es que debe extender la moral cristiana —
cristiana ¡ojo!— a las relaciones internacionales, lo mismo que a las privadas entre individuos, que
había de llegar el elevado cristianismo de los que así se expresan hasta formular su doctrina en esta
suprema sentencia: ame una nación a otra como a sí misma. Pero hemos visto después que es entre
los de esa frasecita donde más apologistas de la guerra se encuentran, y más irracionales en serlo;
donde se habla del sacerdocio de la milicia, y se considera, no ya como una desgracia o como un
crimen colectivo, sino cual un heroísmo, digno de gloria, el matar al enemigo. Al hablar de paz,
mienten; ni la quieren, ni la conocen, ni la sienten. Sólo respiran guerra [...] Pero quien se empeña en
que el prójimo piense como él, y suscriba sus propias fórmulas, y comulgue con él en cuatro o veinte
433 El Consejo Americano de Misiones Extranjeras ha hecho un gran trabajo llevando las amables y refinadas influencias del
evangelio a los salvajes de Asia y las islas del mar, pero no dejemos que lleven más misioneros a tierras lejanas, de momento.
Dios sabe que son necesarios aquí, en casa (Collected tales, 1992a: 432).
434 no hay peores, más mezquinos y sucios salvajes en todo el mundo bárbaro que en la cristiana ciudad de Cohocton
audiencia es falsa; que los dioses paganos son inventos de la imaginación (Hirst, 2009: 105).
437 Hirst, 2009: 109.
108
opiniones; quien va a pueblos extraños no a promover el que se civilicen en su dirección propia, sino
a meterles por fuerza o poco menos una civilización extraña, este tal ni siente, ni conoce, ni quiere la
paz, ni tiene sentimiento de caridad, ni es cristiano, ni cosa que se le parezca438.
Unamuno, como Twain con los misioneros yanquis en China, equipara la labor de los religiosos españoles
con una especie de ejército, a propósito de unos elogios que dice leyó en un semanario religioso hacia
unos frailes que tomaron en Filipinas las armas, señalando que "si las órdenes religiosas del archipiélago
hubiesen cumplido su misión se habrían sublevado los tagalos contra España, pero no contra ellas. Su oficio
no debe ser mantener la soberanía de tal o cual nación sobre éste o el otro territorio; una orden religiosa
no debe ser patriótica de esa manera, pues no está su patria en este mundo"441.
En este misma línea, el escritor bilbaíno dice en el Mercurio de Nueva Orleans, periódico de una tierra
próxima a la que vio nacer a Twain, que "el cristianismo no nos ha pasado de la epidermis", pues, hasta
que cale, concluye, "de nada servirá llevar muertos ejemplares de una Biblia muerta a pueblos a los que se
les ha obligado con la amenaza de cañonearlos o se les ha llevado con engaño a cambiar relojes que para
nada necesitan por sus riquezas propias"442. E, igualmente, cuando contesta a Ramiro de Maeztu en el curso
de una polémica que sostuvo con su paisano, partidario de una "monarquía militarista" y favorable a la
intervención en Marruecos por civilizadora; así le replicaba Unamuno:
109
No, Sr. Maeztu, no. España donde tiene una misión civilizadora es en España misma. Hay que
recivilizar a España que se está descivilizando. Y el elemento más activo de la descivilización de
España, de que se esté deshaciendo la civilidad española, es la campaña de Marruecos. Porque la
campaña de Marruecos, última escurraja del empeño del ex futuro Vice-Imperio Ibérico, esa campaña
que es lo que queda del afán de desquite de lo de 1898 y de los ensueños imperialistas, esa campaña
es una diversión estratégica para apartar nuestra atención del problema nacional. Que es el de este
régimen de podredumbre y de negocios, de caciquerías y de clandestinidades, que nos está
consumiendo. El reino está podrido443.
Y es que para Unamuno la verdadera conquista, la fecunda, es cultural, no material, y ahí yerran los
imperialistas, que no buscan extender el espíritu, sino el mercado. Sin embargo, para el español, solo
quedan en la "vida permanente de la humanidad" los pueblos "que dieron su espíritu a otros". Y pone el
ejemplo de Grecia y Cártago, más inmortal el primero que el segundo de los pueblos. Y no solo es dar,
sino compartir, como repite reiteradamente a través de sus obras cuando señala que hace suyos los
autores que lee, pues "no hay pueblo digno que se resigne a tomar del alma del otro si este a su vez no
toma de la suya"444. Es vana para el vasco esa expansión territorial de las naciones, pues "no hace falta
conquista, ni la conquista purifica, porque a su pesar y no por ella, se civilizan los pueblos"445.
Unamuno antijesuítico.
Unamuno delezna esa Iglesia que une la cruz y la espada y que parecía encarnar el obispo de su ciudad,
Salamanca, el padre Cámara, al que alude por un artículo que escribió en El Norte de Castilla titulado
"¿Reformas?... soldados hoy; misioneros mañana", donde dice el sacerdote, entre otras cosas, que "el honor
de España se ha confiado a la bravera de sus soldados, los soldados de la fe católica"446. Unamuno dice al
respecto que "el espíritu, el verdadero espíritu cristiano, el del Sermón de la Montaña, ése no se le ocurre
al obispo que se lleve a la ilusa colonia" 447 . Y, siguiendo con la crítica precedente, en un título tan
descriptivo como "Religión y patria", alude a las críticas por el nombramiento como arzobispo de Valencia
del padre Nozaleda, anteriormente arzobispo de Manila, al que tachaban de "mal patriota"448.
110
Habla el escritor de aquellos "obispos belicosos que buscaban antes ejercitar el heroísmo –que es cosa
pagana-, que no la santidad –que es la cristiana- […] Acaso prefieran muchos al padre Nozaleda un obispo
así como el caboso coronado don Jerónimo para Valencia o, por lo menos, uno que dejase una manda para el
primer general español que desembarque en los Estados Unidos de América del Norte a vengar… ¿A
vengar qué?"449. Dice también el artículo anterior, "Reforma Divina", publicado en La lucha de clases el 25 de
abril de 1896, que "una orden religiosa que cumpliera con su misión en Filipinas debería haberse conducido
de tal modo que, aunque los indígenas tuviesen agravios contra España, el Gobierno y los funcionarios
españoles, no hubieran podido quejarse nunca de los religiosos. Éstos no debieron ir nunca allí a hacer
españoles sino a hacer cristianos católicos, pues tal es su cometido"450.
¿Era Unamuno anticlerical? Si por tal se entiende una posición política consistente en la reprobación de que
la Iglesia participe en los asuntos públicos parece que sí, pues cuando habla de José Rizal, al que denomina
"mártir del patriotismo ilustrado", señala que "le hacían decir que descatolizar es desnacionalizar […]
doctrina desastrosísima que ha sido la causa de lo que por ahí llaman clericalismo, y doctrina tan
perniciosa para el buen desarrollo del patriotismo español como para el buen desarrollo de la religiosidad
cristiana"451. Ahora bien, Unamuno no tenía aversión al clero en general, pero sí se constata una arraigada
manía a una orden religiosa concreta, los jesuitas, a los que considera como símbolo de esa identificación
entre cruz y espada, y se refiere a ellos precisamente cuando alude a los EE.UU., recalcando que "la
cruzada puritana no es mejor que la jesuítica" 452 . En la España de finales del XIX el antijesuitismo
simbolizaba el anticlericalismo, sentimiento que expresó Ramiro de Maeztu gritando "¡Mueran los jesuitas!"
durante el estreno el 30 de enero de 1901 de Electra, de Benito Pérez Galdós, en el Teatro Español de
Madrid, lance que ocasionó un rosario de voces de los asistentes contra el clericalismo, manifestaciones
que continuaron hasta el final de la función453.
Aunque Unamuno se refiriera a menudo al fundador de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, sobre todo en
su Vida de Don Quijote y en Del sentimiento trágico de la vida, no es éste el blanco de sus iras hacia quienes
consideraba culpables de la "agonía del catolicismo, que había empezado el día en que se proclamó, en el
Concilio Vaticano I, el dogma jesuítico de la infalibilidad pontificia. Dogma militarista, dogma engendrado en
el seno de una milicia, de una Compañía fundada por un antiguo soldado, por un militar que, después de
111
herido e inutilizado para la milicia de espada, fundó la milicia del crucifijo"454. Y tampoco son los jesuitas la
única órden religiosa objeto de sus ataques, pues el rector de Salamanca tuvo que sufrir las críticas del
clero de la ciudad donde residía, quejándose el escritor de que no se podía discutir con ellos. Éste es el
tipo de clero al que alude en su epílogo a un libro sobre Rizal: "¡qué españoles debió de conocer Rizal en
Filipinas! Y, sobre todo, ¡qué frailes! Porque los frailes se reclutan aquí, por lo general, entre las clases más
incultas, entre las más zafias y más rústicas"455. En el tramo final de su vida don Miguel reiteraba sus críticas
al concepto de cruzada, que luego se repetiría en la Guerra Civil:
¿Quiere alguien, pues, que la Iglesia Romana predique la paz? Hace poco que los obispos españoles,
en un documento colectivo, le llamaban a la guerra por el protectorado civil -¡protectorado y civil!-
que el reino de España, no la nación española, sigue en Marruecos, ¡la llamaban cruzada! Que cruzada
tanto puede llamarse así por llevar los guerreros una cruz como emblema, como por machacar
cabezas de infieles con una cruz esgrimida a modo de maza. ¡Terrible lucha!, ¡terrible agonía!456.
Unamuno habla claramente de la separación Iglesia-Estado, lo ideal, para el vasco: "Ni la Iglesia católica se
instituyó para promover la cultura, ni las órdenes religiosas que de ella han nacido tienen por misión hacer
ni deshacer patrias, ni la Iglesia misma debe tener que ver con disputas de príncipes y de Estados. La alianza
entre el altar y el trono es, a la larga, fatal a uno y a otro"457. El filósofo criticó la identificación entre
religión y política en todos los ámbitos, desde los propios curas de su tierra vasca identificados con el
nacionalismo vasco (entonces llamado "bizkaitarrismo", por tener su foco en la provincia vasca), los
sacerdotes españoles que defendían más lo español que lo católico, o aquellos que viajaban a países
extranjeros, como Filipinas, y de los que se esperaba, funestamente, para Unamuno, que fueran a
"consolidar la influencia y la soberanía española", comprometiendo "los intereses religiosos que les estaban
encomendados y el bien de las almas"458. Es contraproducente, para el filósofo, usar la religión como un
instrumento de la unidad de España, porque "desde que se elevó a principio poco menos que
incontrovertible eso de que el catolicismo sea consustancial a la tradición patria española, empezaron a
decaer en España el cristianismo y la Patria, y fue ésta bajando de tumbo en tumbo"459.
112
Hemos visto, hablando del dogma militarista, que Unamuno parecía no aceptar la infalibilidad papal, aunque
no era lo que más le preocupaba, a juzgar por lo que señala en Del sentimiento trágico de la vida cuando lanza
esta pregunta: "¿Qué más da que sea infalible un libro: la Biblia, una sociedad de hombres: la Iglesia, o un
hombre solo?"460. Twain sí que aborrecía el dogma de la infalibilidad del Papa, como puso de manifiesto, por
ejemplo, en un pasaje suprimido de su The Mysterious Stranger: "Look at the Pope infallibility. Does anyone
see the humor of that? Not a soul except the Pope and the Conclave"461. A Unamuno le preocupaban más
otros dogmas de fe de la Iglesia (católica), cuyo efecto, al no admitir la discrepancia o aceptación a medias,
oprimía "las necesidades mentales de los creyentes en uso de razón adulta". Y así, explica Unamuno, los
que una vez creyeron pasan de rechazar el papismo al absoluto ateísmo, se vuelven escépticos, "como
decía el gran predicador unitario Channing"462.
Lo que a Unamuno no le gustaban eran los dogmáticos, los inquisidores de ideas inamovibles, pues en su
opinión las ideas estaban usarlas, para desecharlas si era preciso; no comprendía a esa clase de clérigos que
encuentran su contrapunto radical en aquellos que, descreídos, intentan convencer a los demás de que no
hay nada en lo que creer; en palabras de Lázaro a su hermana Ángela, hablando de Don Manuel:
Él me curó de mi progresismo. Porque hay, Ángela, dos clases de hombres peligrosos y nocivos: los
que convencidos de la vida de ultratumba, de la resurrección de la carne, atormentan, como
inquisidores que son, a los demás para que, despreciando esta vida como transitoria, se ganen la otra,
y los que no creyendo más que en este... -Como acaso tú... -le decía yo. -Y sí, y como Don Manuel.
Pero no creyendo más que en este mundo, esperan no sé qué sociedad futura, y se esfuerzan en
negarle al pueblo el consuelo de creer en otro...463.
En definitiva, Unamuno no fue tan anticlerical como Baroja, Maeztu o Azorín, pero sí le molestaban ciertos
sectores del clero, los dogmáticos, y la identificación política entre nación y religión. Unamuno vino a ser
un Ricardo Macías Picavea, ejemplo de esos intelectuales que "se confesaban cristianos y hasta católicos,
aunque disintiesen de la Iglesia católica de su tiempo. Curiosamente, Macías encontraba una explicación
para el estado de decadencia e inmoralidad pública en que se hallaba sumida España en la ausencia de
religiosidad auténtica entre los españoles, la cual, estaría causada, a su vez, por la imposición por parte de
113
la monarquía y de la Iglesia de la unidad católica y su correlato de falseada, intolerancia, incultura y
politización eclesiástica"464.
En Estados Unidos no se hablaba, como en España, de anticlericalismo, pero Twain sí que sintió aversión (al
menos hasta los últimos años de su vida) hacia la religión institucionalizada, es decir, la Iglesia, esos "thick-
headed commentators upon the Bible, and stupid preachers and teachers" 465 de los que habla en su
Innocents abroad y que son más nocivos para la propia religión que aquellos "sensible, cool-brained
clergymen can fight away again, toil as they may"466. Y es que Twain consideraba a la Iglesia parte de la
aristocracia, a la que, como veremos, no tenía tampoco en gran aprecio, como hace constar en su Yankee,
cuando habla de esos nobles que después de emboscar y matar a un enemigo se ponen a rezar y luego van
a misa diariamente o se retiran a rezar a sus capillas varias veces al día, actitud de la que es responsable la
Iglesia: "more than once I had seen a noble, after ambushing and despatching his enemy, retire to the
nearest wayside shrine and humbly give thanks, without even waiting to rob the body. [...] All the nobles of
Britain, with their families, attended divine service morning and night daily, in their private chapels, and
even the worst of them had family worship five or six times a day besides. The credit of this belonged
entirely to the Church"467.
Ya vimos la aversión de Twain por los misioneros quienes, envueltos en la bandera patriótica, decían velar
por las almas de los salvajes, misioneros que el escritor veía (como Unamuno a los jesuitas) como una
milicia, obedientes a sus jefes y resistentes en su empeño como dioses 468 . Además, el escritor
norteamericano no soportaba a los miembros de la Iglesia doméstica, como la jerarquía de la Iglesia
Presbiteriana que no admitió a dos jóvenes ministros por creer que Adán era un mito. A resultas de esta
noticia, el autor estadounidense escribió en los primeros años del siglo XX su "Proposal for the Renewal of
the Adam Monument Petition", como desahogo irónico de tamaño despropósito 469 . El autor de Tom
Sawyer no toleraba a esa Iglesia anclada en el pasado, que parecía más un agente político que espiritual,
como denuncia en su Yankee, esgrimiendo que no está mal que haya religión, siempre y cuando se divida en
sobre los misioneros que "in endurance & performance they were gods: in credulity & in obedience to their
eclesiastic chiefs, they were swine" (Notebooks, 1975b: 411).
469 LeMaster, 1993: 522.
114
cuarenta y tres sectas libres, de modo que se vigilen unas a otras, como, dice el "yanqui", ocurría en
Estados Unidos:
Concentration of power in a political machine is bad; and an Established Church is only a political
machine; it was invented for that; it is nursed, cradled, preserved for that; it is an enemy to human
liberty, and does no good which it could not better do in a split-up and scattered condition. That
wasn't law; it wasn't gospel: it was only an opinion—my opinion, and I was only a man, one man: so it
wasn't worth any more than the pope's—or any less, for that matter470.
Y en "Bible Teaching and Religious Practice" abunda en esta Iglesia que interpretaba la Biblia a su antojo y
que, según su conveniencia, toleraba la esclavitud o promovía la caza de brujas: "The methods of the priest
and the parson have been very curious, their history is very entertaining. In all the ages the Roman Church
has owned slaves, bought and sold slaves, authorized and encouraged her children to trade in them471 [...]
During many ages there were witches. The Bible said so. The Bible commanded that they should not be
allowed to live 472 . Aunque, cosa poco frecuente, acaba Twain con una afirmación esperanzada: "It does
certainly seem to suggest that if man continues in the direction of enlightenment, his religious practice may,
in the end, attain some semblance of human decency"473.
Unamuno no estaba en contra de la Iglesia como institución del ámbito religioso, pero recelaba de la labor
de la misma a través de todo tipo de instituciones sociales: colegios, asociaciones o sindicatos, lo que se
llama el "cristianismo social", que, como nos recuerda Ferrater Mora que decía el vasco, "mata a la
cristiandad, que es cosa de solitarios"474. Igual postura tenía el filósofo respecto de la participación eclesial
en la vida pública, propugnando la separación que debe existir entre Iglesia y Estado, recordando lo de "al
Cesar lo que es del Cesar" de Jesús en su "San Pablo en Arameo":
470 La concentración de poder en una maquinaria política es mala; y una Iglesia establecida es sólo una maquinaria política;
que fue inventado para eso; fue cuidada, mecida y preservada para eso; es enemiga de la libertad humana, y no hace ningún
bien que no pudiera hacerlo mejor dividida. Esa no era la ley; no era el Evangelio: era sólo una opinión, mi opinión, y yo era
sólo un hombre, un hombre: de modo que no valía más que las opiniones del Papa, ni tampoco menos (Yankee, cap. 18,
GUPj).
471 Los métodos del cura y el predicador han sido muy curiosos, su historia es muy entretenida. En todas las épocas la Iglesia
Romana ha sido dueña de esclavos, ha comprado y vendido esclavos, autorizó y alentó a sus hijos a comerciar con ellos
(Europe and Elsewhere, 1923: 389).
472 Durante muchos años hubo brujas. La Biblia así lo dice. La Biblia mandó que no se las debía permitir vivir (Europe and
puede, en última instancia, lograr una apariencia de decencia humana (Europe and Elsewhere, 1923: 392).
474 Ferrater, 1985: 76.
115
Carecen, pues, de sentido cristiano los que pretenden que una Iglesia tenga que intervenir ni en
favorecer ni en estorbar la unificación de un Estado cualquiera […] Y sería, además, una falta de
sentido político el pretender que la Iglesia Romana, en cuanto poder político y temporal, no religioso
y espiritual, persiguiera cualquier separatismo y fomentara un unitarismo de Estado cuando esa Iglesia
Romana ha sido y es separatista respecto al Reino de Italia y ha protestado y sigue protestando
contra la unidad de ese reino. Aún hay más, y es que para los fines de la civilización terrena y
temporal, a los que sirve un Estado imponiendo una lengua… sería peligroso y hasta pernicioso que
pidiese ayuda a una Iglesia cristiana internacional. O sea, de hacerlo, ir más allá y convertirla en Iglesia
nacional, de Estado, en Iglesia sierva. Que no hay peligro mayor que el de un Estado querer hacer de
una iglesia, iglesia de Estado, pues acaba por ser éste un Estado de Iglesia, y se convierten en dogmas
eclesiásticos las razones de Estado, Y nada más grave que el querer convertir el patriotismo en un
mandamiento del Decálogo, o acaso en una virtud teologal475.
Tres son los móviles del imperialismo: uno verdadero, el económico (su fin último), y dos pretextos,
envueltos en la bandera de la civilización: el religioso (la evangelización de los salvajes) y el patriótico
(expandir los propios ideales). Y junto a ellos, un componente imprescindible en toda empresa
colonizadora, la fuerza militar. Cuando esta fuerza no está al servicio de la acción política, sino que la
impulsa, se puede hablar de militarismo. El rector de Salamanca no cejó en toda su vida de criticar la
preponderancia de los militares en la España entre el siglo XIX y el XX, de hecho, en 1904 señala a su
amigo Pedro de Múgica por qué ha vuelto a sus iniciales simpatías por el socialismo: "Si vuelvo a mis
antiguas simpatías por el socialismo es merced a su carácter antimilitarista"476.
Militante antimilitarista.
Unamuno ve en el ejército la antítesis de los ideales liberales con los que se identificaba y en febrero de
1906 en pleno debate sobre la Ley de jurisdicciones que contemplaba penas de cárcel para aquellos que
calumniaran al ejército, y sometía a la jurisdicción militar los delitos cometidos contra la Patria y el
Ejército477, afea esa identificación del estamento militar con la nación, igual que ocurría con la Iglesia, y
clama: "...no volvamos a las andadas y se repita con la Patria lo que con la Iglesia ocurrió. No sirva la Patria,
como la religión sirvió, de pretexto para ahogar la libertad de conciencia. Porque tanto ahoga la conciencia
116
el que impide que se discuta públicamente a Dios y se le niegue, como el que impide que se discute y se
niegue públicamente a la Patria"478.
A esta perniciosa identificación del ejército con el poder, como antes hizo la Iglesia, se refiere en carta a su
amigo Pedro de Múgica de 19 de octubre de 1904:
Y la verdad es que si algo nos puede inclinar a la República a los que no somos ni republicanos ni
monárquicos es que la república es más civil, y que esos bárbaros de militares –mil veces peores que
los curas y los frailes- tengan que cuadrarse y rendir armas ante un hombre civil […] Cada día tengo
más asco al militarismo y si hemos de salir del cetro-hisopo para pasar al cetro-espada, mejor
estamos como estamos479.
Ya desde antes de la guerra del 98 clamaba el escritor contra el militarismo, y no solo el de los
uniformados, sino el del pueblo, pues "peor que el militarismo militante, el de los militares, es el estúpido
militarismo de los paisanos que piden en corrillos y cafés guerra y exterminio"480. Unamuno extiende sus
críticas al militarismo más allá del ruedo ibérico y es reveladora en este sentido una carta de 1 de abril de
1903 al general venezolano Cipriano de Castro pidiéndole documentos sobre Bolívar y otros libertadores,
en la que menciona una acción armada que tuvo lugar en aquellas tierras: "Y no quiero cerrar ésta sin
manifestarle el sentimiento de profundo disgusto y repulsión que me causó el acto de barbarie ejecutado
por tres soberanos de esta culta (?) Europa al ir a echárselas de bravucones y cobra-baratos cañoneando
uno de esos puertos"481. Unamuno describe en qué consiste el militarismo, que "es más bien caudillismo", y
que se basa en el "culto al coraje, al arrojo, a la energía como continente, aunque sea sin contenido ni
emocional ni intelectual"482.
Ante tanta crítica a un estamento tan poderoso cabría preguntarse si el rector de Salamanca no sufrió
consecuencias. Sí que las padeció y, en este sentido, fue premonitoria su carta a José Ortega Munilla, padre
del filósofo Ortega y Gasset, cuando a principios del siglo XX le confesaba que "la cosa tira a embrollar el
asunto y a que el prestigio (!!!) de los institutos armados quede sobre la verdad. Y día llegará en que si esto
117
toma el rumbo que me temo –dada la soberbia de los hombres de armas- tendré yo que acusar, aunque
me lleven a la cárcel"483.
Unamuno no dio con sus huesos en la cárcel, pero un par de décadas después, tras sus duros ataques
contra el general-dictador Primo de Rivera, fue condenado al destierro y, más tarde aún, tras el alzamiento
que desembocó en la Guerra Civil española, tuvo que justificarse ante el general Martínez Anido, al que
atacó con contundencia durante su época de ministro de la Gobernación durante la dictadura, finalizando
con su enclaustramiento en su casa de Salamanca tras el sonado enfrentamiento con el general Millán-
Astray durante la inauguración del curso académico484.
Mark Twain también habló despectivamente del estamento militar a propósito de su condición de masa,
grupo informe de hombres que en el conjunto esconden su cobardía, señalando que "that's what an army
is—a mob; they don't fight with courage that's born in them, but with courage that's borrowed from their
mass, and from their officers"485. En el ejército no se mide la capacidad y el mérito, sino que sus miembros
son elegidos por criterios nada democráticos, como, en el Yankee, por su extracción social. Así, el avispado
tipo de Connecticut no se puede creer que un hombre no pueda ser oficial, explicándole que es una regla,
igual que la de la Iglesia católica de que pasen al menos cuatro generaciones desde la muerte para canonizar
a alguien. Y el rey Arturo añade que "all places of honor and of profit do belong, by natural right, to them
that be of noble blood, and so these dignities in the army are their property and would be so without this
or any rule. The rule is but to mark a limit"486.
Políticamente inclasificables.
Hemos hablado del Unamuno especie única y así podría definirse al pensador español en sus posiciones
políticas. Aunque durante la mayoría de su vida se declaró liberal, en los años 90 del XIX llegó a militar en
dignidades en el ejército [las graduaciones] son de su propiedad y sería así sin ésta o cualquier regla. La regla es simplemente
para marcar un límite (Yankee, cap. 25, GUPj).
118
la agrupación socialista de Bilbao del PSOE, luchó contra las derechas españolas, contra el rey, contra el
dictador Primo de Rivera y los militares en general, por y contra la República, por y contra el régimen de
Burgos. Fue criticado, destituido, condenado a cárcel, deportado, voluntariamente desterrado; honrado,
condecorado, arrestado en su propia casa. Fue un provocador y un agitador, un francotirador y un
disidente 487 . Pero Unamuno no fue un político, aunque escribiera mucho de política en sus artículos
periodísticos (principalmente) y llegara a ocupar el puesto de concejal en el Ayuntamiento de Salamanca y
el de diputado en las Cortes, sino que quería despertar las conciencias de los españoles sobre los asuntos
públicos. Así, podría decirse que toda su vida fue, en lo personal, una agonía, una lucha entre su
pensamiento y su sentimiento, mientras que en lo político fue una "guerra civil", por oposición a la "guerra
incivil" de los militares488.
Socialismo.
El interés de Unamuno por el socialismo se despertó a partir de 1890 con las grandes huelgas obreras en
Bilbao, su ciudad natal. A propósito de la novela de Edward Bellamy, Looking Backward, sobre unos EE.UU.
utópicamente socialistas, que leyó por estas fechas, señaló que "el régimen industrial conduce al socialismo.
El derecho de propiedad es una barbarie", para matizar luego sobre los partidos políticos que "ellos ponen
las ideas sobre las personas y yo las personas sobre las ideas"489. Esta última información es clave para
entender el alejamiento del profesor de griego de la militancia socialista. Parece que inicialmente aceptó el
marxismo, al menos tal y como él lo interpretaba, diciéndole a Valentín Hernández, director de La lucha de
clases, en carta de 11 de octubre de 1894: "Me puse a estudiar la economía política del capitalismo y el
socialismo científico a la vez, y ha acabado por penetrarme la convicción de que el socialismo limpio y puro,
sin disfraz ni vacuna, el socialismo que inició Carlos Marx con la gloriosa Internacional de trabajadores, y al
cual vienen a refluir corrientes de otras partes, es el único ideal hoy vivo de veras, es la religión de la
humanidad"490.
La gran mayoría de los artículos que publicó en La lucha de clases fueron anónimos, pues el socialismo
aparecía por aquellos años como "lo más extremo que se podía tolerar", doctrina radical solo superada por
el anarquismo491. Un ejemplo lo tenemos en el artículo del periodista salmantino Manuel Sánchez Asensio,
"Los marxistas en Salamanca", en el que acusaba veladamente a Unamuno, indicando que la ley exigía a los
119
profesores públicos "buena conducta religiosa católica". Así, escribe a su madre preocupado por lo que le
pudieran decir de él: "Me imagino el estado de ánimo a que te habrá llevado una representación equivocada
de las cosas, y sobre todo los dos errores de que dependen tus temores y pesares […] Solo te ruego que
me creas que el socialismo no es nada de lo que tú crees […] Es muy natural que no puedas explicarte
cómo haga profesión de ese conjunto de disparates que te figuras es el socialismo no siendo por soberbia
o sed de notoriedad"492.
Apenas un año después de la profesión de fe marxista que le confesaba al director del periódico socialista
empieza el escritor a apreciar que la doctrina de Marx no se ajusta a lo que pensaba, escribiéndole a su
colega Clarín: "Yo también tengo mis tendencias místicas, pues no en vano he estado oyendo misa al día y
comulgando al mes con verdadero fervor y no por fórmula hasta los veintidós años, y de puro religiosidad
creo dejé de hacerlo. Yo también tengo mis tendencias místicas, pero éstas van encarnando el ideal
socialista, tal cual lo abrigo. Sueño con que el socialismo sea una verdadera reforma religiosa, cuando se
marchite el dogmatismo marxiano y se vea algo más que lo puramente económico. Qué tristeza el ver lo
que se llama socialismo! Qué falta de fe en el progreso, y qué falta de humanidad!" 493. Y, en el mismo
sentido, calificando de fanáticos del materialismo (histórico) a sus compañeros, le confiesa a Pedro de
Múgica:
Soy socialista convencido, pero, amigo, los que aquí figuran como tales son intratables: fanáticos
necios de Marx, ignorantes, ordenancistas, intolerables, llenos de prejuicios de origen burgués, ciegos
a las virtudes y servicios de la clase media, desconocedores del proceso evolutivo. En fin, que de todo
tienen menos sentido social. […] Me incomodé cuando les oí la enorme barbaridad de que para ser
socialista hay que abrazar el materialismo494.
Visto lo visto, la ruptura de Unamuno con el socialismo doctrinario solo era cuestión de tiempo. A finales
de 1896 se da de baja del PSOE495 por desavenencias cada vez mayores con su línea ideológica. En esta
línea, le dice en una carta a Múgica que el socialismo "adelantará más según se vaya borrando el rastro del
pedantesco e insufrible Carlos Marx y se vayan disipando las garrulerías de Bebel. El socialismo es ante
todo una gran reforma moral y religiosa, más que económica…"496. Siguió colaborando con el semanario
120
socialista, aunque le desagradara el tono del director de la publicación, Valentín Hernández, y nunca pudo
acostumbrarse a las ordinarieces que, según él, adornaban sus escritos497.
El alejamiento del socialismo, podríamos decir, ortodoxo, no supuso un cambio radical ideológico en el
rector de Salamanca, que mantuvo una línea progresista de pensamiento, pero con un espíritu religioso,
que luchaba por imponerse tras sus crisis de 1897, como reconocía Salvador de Madariaga entre los años
1918 y 1919: "…está usted hoy a la cabeza de nuestras izquierdas, pero nuestras izquierdas no le
comprenden a usted. Usted es religioso por desesperación, y las izquierdas son antirreligiosas y, lo que es
mil veces peor, irreligiosas…" 498 . Este talante progresista, de progreso social, sobre todo, lo mostró
Unamuno con su participación en la Campaña agraria que, junto a otros intelectuales, catedráticos,
párrocos y alcaldes de la provincia, llevó a cabo con una serie de mítines por los pueblos de Salamanca y a
la que se refirió en otros foros, como los Juegos florales de Palencia de marzo de 1913 499 , en cuya
intervención recordó que el materialismo histórico de Marx había de ser completado "con la doctrina que
reconoce el factor religioso una importancia primordial en la vida", concretando que la religión es usada
como una ideología: "De esta concepción ha nacido ese Dios policía y ese infierno que las clases
dominantes oponen como débil dique que saltará la corriente... De ese modo han tratado de contener a
los humildes diciéndoles: "Resignaos a vivir sin riquezas, que hay otro mundo donde las hallaréis todas [...]
pero éste, por lo pronto, es para nosotros""500.
El mentado discurso de los Juegos florales tuvo amplio eco en la prensa regional, pues trató de una manera
prolija el tema de la propiedad de la tierra que ya había apuntado años atrás, como por ejemplo, en su
artículo "Atraso agrícola" en La Lucha de clases, en diciembre de 1896501. En dicha alocución cita Unamuno
una pastoral del obispo de Ciudad Rodrigo de un año antes en la que lamenta la desaparición de pueblos
enteros, y explica la causa de este despoblamiento:
las gentes emigran no porque tengan el deseo de marcharse, sino porque las echan unos señores
latifundiarios para extraer todo el jugo a la tierra, para sostener sus vicios. Para tener cinco
automóviles en vez de uno, compran los pueblos y expulsan á los vecinos, y cuando éstos se resisten
á salir porque allí tienen el rincón de sus amores y las sepulturas de sus antepasados, los dueños,
aprovechando la circunstancia de haber salido al campo á ganar el pan regando la tierra con el sudor
121
de su frente, queman las casas, y al volver de la faena se encuentran con el hogar deshecho y tienen
que emigrar buscando el calor de tierras y almas más hospitalarias (Ovación estruendosa)502.
Y pone en relación la propiedad de la tierra y la esclavitud: "Se ha dicho muchas veces que la abolición de la
esclavitud fue una obra de conciencia y de sentido religioso; puede ser, pero yo creo que desgraciadamente
lo fue sólo por un fenómeno económico, bastando para sostener esta afirmación el hecho de que mientras
hubo tierra libre y cada hombre podía encontrar terreno que cultivar aunque sólo fuera con un arado
romano, se esclavizó al hombre y sólo se le libertó cuando la tierra quedó esclavizada, cuando todos los
terrenos fueron acotados y se pusieron vallas demarcadoras de la propiedad" 503 . Unamuno concluye
señalando el alejamiento que decíamos de las doctrinas socialistas:
Allá, hace muchos años, cuando se comenzó a hablar del socialismo, se hizo hincapié en España en
proclamar su neutralidad en materias religiosas, pero desgraciadamente no ha sido así; los socialistas,
rectificando su primera dirección, se han dirigido á una práctica contra las creencias religiosas y
quiero repetir que si es cierto que se ha explotado al pueblo algunas veces en nombre de Dios,
también se le ha explotado otras en nombre del no Dios y de una ciencia falsa por supuesto…504.
Años antes de empezar la Campaña agraria, en el cambio de siglo, Unamuno esbozaba el problema social
que suponía el monopolio de la tierra, contestando a Ramiro de Maeztu, quien postuló una tesis sobre
invertir los capitales sobrantes de la industria en las mesetas, replicando Unamuno que eso iría en contra
de los intereses de los industriales, pues a más miseria en el campo, más brazos baratos para las fábricas:
"todo nuestro actual régimen económico se sustenta en tremendas antinomias en cuyo fondo está el
monopolio de la tierra"505.
Sobre el problema de la propiedad de la tierra se pronunció también Mark Twain, aunque de manera casi
anónima. Según nos cuenta Jim Zwick en "Mark Twain and the Single Tax"506, el escritor estadounidense
realizó una artículo semidesconocido, encontrado en la Biblioteca Pública de Nueva York bajo el nombre
"The story of Archimedes", publicado en The Standard el 27 de julio de 1889 y firmado "Twark Main", en el
que habla sobre el "Single Tax Movement" cuyo abanderado era el reformador social Henry George, quien
indicaba que ese impuesto único acabaría con la especulación con la tierra, que ya criticaba Twain en su The
502 "Discurso del señor Unamuno", El Adelanto, 26 y 27 de marzo de 1913 (Rabaté, 1998: 111).
503 "Discurso del señor Unamuno", 1913 (Rabaté, 1998: 111).
504 "Discurso del señor Unamuno", 1913 (Rabaté, 1998: 111).
505 Crisis, 1975: 269.
506 Zwick, 2012: http://www.georgistjournal.org/2012/09/14/mark-twain-and-the-single-tax.
122
Gilded Age. En "The story of Archimedes" afirma que conoce un principio más fuerte que el del físico
siracusano que da nombre al artículo, el del monopolio de la tierra:
I have never set up for a genius myself, but I know of a mechanical force more powerful than anything
the vaunting engineer of Syracuse ever dreamed of. It is the force of land monopoly; it is a screw and
lever all in one; it will screw the last penny out of a man's pocket, and bend everything on earth to its
own despotic will. Give me the private ownership of all the land, and will I move the earth? No; but I
will do more. I will undertake to make slaves of all the human beings on the face of it. Not chattel
slaves exactly, but slaves nevertheless507.
En una entrevista para el Daily Telegraph de Sidney de 19 de septiembre de 1895, preguntado sobre la
nacionalización de la tierra, Twain respondió que no tenía una visión formada de la materia, pero que
"según creía" tras haber leído a Henry George y otros libros del ramo, si se pudiera empezar de cero y
darle la tierra a quien la fuera a trabajar, eso sería a "measure of justice"508.
Unamuno conocía bien la obra de Henry George y le menciona en alguno de los artículos que publicó en
La Lucha de clases, como en "Enseñanzas", publicado el 30 de julio de 1898, en el que señala la pujanza de
los EE.UU. en el tema de la propiedad de la tierra frente a la vieja Europa, pues, dice, "por malo que sea
para el progreso social el gran capitalista, es mucho peor el propietario de grandes extensiones de terreno.
El norteamericano George veía esto claro […] Los Estados Unidos han recibido a los hombres más
animosos de Europa y les han ofrecido sus selvas por roturar. Ahí estriba su fuerza. ¡Ojalá aprenda la vieja
Europa!"509.
Pero el rector de Salamanca no se preocupó solo por los trabajadores del campo, sino que se ocupo
también del problema de la vivienda. En su artículo "Casas baratas para obreros", de 6 de noviembre de
1913, afirmaba que "las familias sin suelo propio no pueden formar una patria próspera y sobre todo
libre"510, constituyendo una lacra que había que remediar: "Tal vez el más apremiante y más importante
507 Nunca me he considerado un genio, pero sé de una fuerza mecánica más potente que cualquier cosa que el presuntuoso
ingeniero de Siracusa jamás soñó. Es la fuerza del monopolio de la tierra; es un tornillo y una palanca todo en uno; atornillará
el último centavo del bolsillo de un hombre, y someterá la tierra toda a su propia despótica voluntad. Dénme la propiedad
privada de toda la tierra, ¿y moveré la tierra? No, haré más. Me encargaré de hacer esclavos a todos los seres humanos sobre
la faz de la tierra. No esclavos en propiedad exactamente, pero esclavos, no obstante ("The story of Archimedes",
http://www.washington.edu/).
508 Twain, 2006: 209.
509 Ereño, 2004: 133.
510 Urrutia, 2008: 163.
123
problema nacional [...] es el de abaratar la vida y hacer que la justicia reine en el reparto, hoy injustísimo,
de la propiedad y de los impuestos a ella gravados. Y en el problema de abaratar la vida el del
abaratamiento de la vivienda es capitalísimo"511.
Twain, al igual que Unamuno, tampoco soportaba definiciones convencionales sobre su posicionamiento
político, pues apoyó a los republicanos, luego a los demócratas, se posicionó contra la pena de muerte y
apoyó regulaciones que gravaran la riqueza, simpatizó con las trade unions, apoyando la jornada de ocho
horas, entre otras cuestiones512. De hecho, este deje social que veíamos a propósito de la propiedad de la
tierra, no se agotaba ahí. Twain, a pesar de su faceta de empresario, como vimos al hablar de su vida,
simpatizó con los Knights of Labour, movimiento sindical del que llegó a afirmar durante una etapa de su
viaje mundial en Nueva Zelanda que lo habían hecho bien, pues a resultas de su acción los gobiernos
americanos estaban volviendo su atención a temas como el de la jornada laboral de ocho horas, asuntos a
los que no prestaban mucha atención a no ser que se lo dijera el pueblo "armed with votes" 513. En su
artículo, "The New Dinasty", que es la transcripción de un discurso dado en el Monday Evening Club of
Hartford (Connecticut), el 22 de marzo de 1886, y que no fue publicado hasta mediados del siglo pasado,
habla en unos términos que parecen remitir a la lucha de clases socialista:
Power, when lodged in the hands of man, means oppression insures oppression: it means oppression
always: not always consciously, deliberately, purposely; not always severely, or heavily, or cruelly, or
sweepingly; but oppression, anyway, and always, in one shape or another 514 [...] Now so far as we
know or may guess, this has been going on for a million years. Who are the oppressors? The few: the
king, the capitalist, and a handful of other overseers and superintendents. Who the oppressed? The
many: The nations of the earth; the valuable personages; the workers515.
siempre conscientemente, deliberadamente, a propósito; no siempre gravemente, o en gran medida, o cruelmente, o de mucha
envergadura; pero opresión, de todos modos, y siempre, de una forma u otra [...] Ahora, por lo que alcanzamos a saber, esto
ha sido así desde hace un millón de años. ¿Quiénes son los opresores? Los pocos: el rey, el capitalista, y un puñado de otros
supervisores y superintendentes. ¿Quiénes los oprimidos? Los muchos: Las naciones de la tierra; los personajes valiosos; los
trabajadores (Twain, 1957: 384).
124
Señala el escritor norteamericano que por vez primera en la historia es el pueblo el que tiene la voz, y que
se anuncia un cambio de era, en la cual será el pueblo el que tenga el poder, aunque, advierte, el poder
tiende a usarse para oprimir a los demás:
How will he use his power? To oppress-at first. For he is not better than the masters that went
before; nor pretends to be. The only difference is, he will oppress the few, they oppressed the many;
he will oppress the thousands, they oppressed the millions; but he will imprison nobody, he will
massacre, burn, flay, torture, exile nobody, nor work any subject eighteen hours a day, nor starve his
family. He will see to it that there is fair play, fair working hours, fair wages…516.
Aunque Twain fue calificado alguna vez como socialista517, el escritor nunca lo fue, pese a que su amigo
Howells intentó convencerle que el socialismo era la respuesta adecuada ante la industrialización y de que
fue uno de los miembros fundadores, en abril de 1891, de la American Friends of Russian Freedom, una
organización solidaria creada en Boston para apoyar la revolución rusa518. Pero los motivos para alentar
este movimiento tenían más que ver con la libertad de un pueblo gobernado por un autócrata que con una
ideología izquierdista. Incluso su teórica loa al libro mencionado de Edward Bellamy, Looking Backward (al
que llegó a calificar como "the last and best of all the bibles"), hay que interpretarla con cautela, pues la
Biblia "was not, for Twain, a source of absolute truth"519.
En la novela, Bellamy alega que las diferencias entre clases se acentuaron con la concentración del capital
en manos de unos pocos y que esta situación hizo necesarios los sindicatos y las huelgas: "The individual
laborer, who had been relatively important to the small employer, was reduced to insignificance and
powerlessness over against the great corporation, while at the same time the way upward to the grade of
employer was closed to him. Self-defense drove him to union with his fellows"520.
516 ¿Cómo va a usar su poder? Para oprimir, al principio. Porque él no es mejor que los maestros que vinieron antes; ni
pretende serlo. La única diferencia es que él va a oprimir a los pocos, mientras ellos oprimieron a los muchos; oprimirá a los
miles, y ellos oprimieron a millones; pero no encarcelará a nadie, no masacrará, quemará, torturará, mandará al exilio a
nadie, y nadie trabajará dieciocho horas diarias, ni pasará hambre su familia. Él se encargará de que haya juego limpio, horas
de trabajo justas, salarios justos… (Twain, 1957: 387, 388).
517 "Mark Twain socialista", en Vida socialista números de 27 de noviembre y 4 de diciembre de 1910, pp. 6 y 7, 10 y
11, respectivamente. Escribe el artículo un tal Emanuel Julius, que cuenta cómo compartió un paseo con Twain en
agosto de 1908, pero de lo que escribe poco puede inferirse que fuera socialista, salvo la referencia que el autor hace
a su Yankee "como uno de los ataque más rudos que se hayan dirigido contra los privilegios de las clases
aristocráticas".
518 Fisher Fishkin, 2002: 235.
519 no era una fuente de verdad absoluta (Fisher Fishkin, 2002: 122).
520 VV.AA., 1997: 71.
125
Con el cambio de siglo, regía un capitalismo salvaje en los Estados Unidos; a veces las compañías usaban la
falta de regulación legal para cerrar el día antes de la paga para organizar un consejo fantasma y reabrir la
empresa con otro nombre, para no tener que pagar los salarios debidos. Así, en la época de su quiebra por
la fallida máquina Paige señaló Twain que "I was morally bound for the debts, though not legally"521. Al final
pagó a sus acreedores hasta el último centavo, después de alquilar su casa de Hartford, irse a Europa con
60 años para dar conferencias y escribir artículos con los cuales pagar sus deudas, tras lo cual volvió a
casa522.
Fobia a la aristocracia.
Íntimamente unida a esta defensa de las clases humildes estaba el desprecio que Twain siempre mostró por
las clases privilegiadas, especialmente el clero, como vimos antes, y la aristocracia, cuyo máximo exponente
eran los monarcas. En A Connecticut Yankee señala a este respecto que las mentes maestras de todos los
tiempos han salido de entre el pueblo, no de la nobleza: "The master minds of all nations, in all ages, have
sprung in affluent multitude from the mass of the nation, and from the mass of the nation only -not from its
privileged classes"523.
Y en una carta a Sylvester Baxter, del Boston Herald, matizándole que no tome su Yankee por un plagio
debido al reciente derrocamiento de la monarquía portuguesa, deja claras sus ideas sobre las monaquías
manifestando su deseo de ver el final de las mismas: "I believe I should really see the end of what is surely
the grotesquest of all the swindles ever invented by man-monarchy"524. En esta misiva califica a los reyes
como usurpadores y descendientes de usurpadores, por una razón básica, "that no throne was ever set up
in this world by the will, freely exercised, of the only body possessing the legitimate right to set it up-the
numerical mass of the nation"525. Y critica a los americanos que tratan de emular a esas dinastías: "I think
there is only one funnier thing, and that is the spectacle of these bastard Americans –these Hamersleys
and Huntingtons and such- offering cash, encumbered by themselves, for rotten carcases and stolen
titles"526. Su vision de los reyes era la de unos asesinos que se valían de su poder para acabar con la gente,
y sólo de entre las masas, no de entre sus clases privilegiadas (Yankee, cap. 25, GUPj).
524 Letters, 1917: 519.
525 que ningún trono fue jamás creado en este mundo por la voluntad, ejercida libremente, del único cuerpo que posee el
pagando dinero a cambio de cadáveres podrido y títulos robados (Letters, 1917: 520).
126
incluso de su propia familia: "give it to Constantine, or Edward IV, or Peter the Great, or Richard III, or a
hundred other monarchs that might be mentioned, and they slaughter members of their own family, and
need no opiates to help them sleep afterward"527.
En casi cualquiera de las obras de Twain se puede encontrar una referencia negativa de la aristocracia o la
monarquía, bien directa o bien irónica. En Pudd´nhead Wilson, por ejemplo, habla socarronamente sobre el
sentido del honor de las primeras familias de Virginia (First Families of Virginia), una especie de aristocracia
del sur de los Estados Unidos: "The F.F.V was born a gentleman; his highest duty in life was to watch over
that great inheritance and keep it unsmirched. He must keep his honor spotless. Those laws were his
chart…" 528 . De pícaros tacha a los reyes en su Huck Finn, cuando el pequeño vagabundo habla con el
esclavo Jim de la estafa del teatro del "rey" y el "duque", con la obra "La sin par realeza". Así, ante la
pregunta del negro, ""Don't it s'prise you de way dem kings carries on, Huck?"", responde Huck: ""No," I
says, "it don't." [...] "Well, it don't, because it's in the breed. I reckon they're all alike." [...] all kings is
mostly rapscallions, as fur as I can make out.""529. Y sigue el muchacho ejemplificando con la catadura moral
de una serie de reyes, como Enrique VIII, quien "he was a blossom. He used to marry a new wife every day,
and chop off her head next morning. And he would do it just as indifferent as if he was ordering up
eggs. 'Fetch up Nell Gwynn,' he says. They fetch her up. Next morning, 'Chop off her head!'"530.
En Personal Recollections of Joan of Arc habla del delfín francés como de "trivial and treacherous character"531,
y sobre la recién adquirida nobleza de Juana, el narrador De Conte-Twain afirma: "to us it was swallowed
up and lost in her own light"532. Y en The Prince and the Pauper habla Twain de las terribles historias de leyes
y juicios injustos que conoce el rey durante su estancia en la cárcel tachándolas de "inhumanidades" y
reflexiona Eduardo a este respecto: "The world is made wrong; kings should go to school to their own
laws, at times, and so learn mercy"533; al igual que observa Miles Hendon sobre su nombramiento como
los reyes son, casi siempre, unos pícaros (Huck Finn, cap. 23, GUPj).
530 Era una joya. Se casaba con una mujer nueva cada día y le cortaba la cabeza a la mañana siguiente. Y le importaba tanto
como si estuviera pidiendo un par de huevos. "Que traigan a Nell Gwynn", decía. Se la traían. A la mañana siguiente: "¡Que le
corten la cabeza!" (Letters; 1917: 520).
531 carácter frívolo y desleal (Joan of Arc, lb. 2, cap. 23, GUPj).
532 a nosotros nos importaba un pimiento (Joan of Arc, lb. 2, cap. 24, GUPj).
533 El mundo está mal constituido. Los reyes tienen que ir a la escuela de sus propias leyes para aprender un poco de caridad
Twain llegó a escribir algún ensayo sobre monarcas concretos, como el rey de Bélgica, que era propietario
del inmenso territorio del Congo. En su "King´s Leopold Soliloquy: A Defense of his Congo Rule", que
apareció publicado en forma de panfleto el 28 de septiembre de 1905, habla en tono irónico de los poderes
que le concedieron al monarca para hacer el bien en las tierras congoleñas poniendo en boca del rey esta
monólogo:
Oh, everything: how I went pilgriming among the Powers in tears, with my mouth full of Bible and my
pelt oozing with piety at every pore, and implored them to place the vast and rich populous Congo
Free state in trust in my hands as their agent, so that I might root out slavery and stop the slave raids,
and lift up those twenty-five millions of gentle and harmless blacks out of darkness into light, the light
of our blessed Redeemer, the light that streams from his holy Word, the light that makes glorious
our noble civilization [...] how America and thirteen great European states wept in sympathy with me,
and were persuaded; how their representatives met in convention in Berlin and made me Head
Foreman and Superintendent of the Congo State, and drafted out my powers and limitations,
carefully guarding the persons and liberties and properties of the natives against hurt and harm;
forbidding whisky traffic and gun traffic; providing courts of justice; making commerce free and
fetterless to the merchants and traders of all nations, and welcoming and safe-guarding all
missionaries of all creeds and denominations535.
En "The Czar´s Soliloquy", escrito tras la matanza de más de mil personas que se manifestaban
pacificamente en enero de 1905 (el "domingo sangriento") a manos de los soldados imperiales536, Twain
534 Mejores son estas pobres y falsas dignidades mías, que vienen sin pedirlas de manos puras y de un espíritu recto, que las
verdaderas, compradas por el servilismo a un poder interesado y perverso (The Prince and the Pauper, cap. 27, GUPj).
535 Oh, todo: la forma en que fui peregrinando entre las Potencias en lágrimas, con la boca llena de la Biblia y mi piel
rebosante de piedad por cada poro y les imploré para confiar el vasto, rico y populoso Estado Libre del Congo en mis manos
como su agente, de manera que pudiera acabar con la esclavitud y detener las redadas de esclavos, y sacar a los veinticinco
millones de gentiles e inofesnsivos negros de las tinieblas a la luz, la luz de nuestro bendito Redentor, la luz que fluye de su
santa Palabra, la luz que hace gloriosa nuestro noble civilización [...] cómo América y trece grandes estados europeos lloraron
de afinidad conmigo, y fueron persuadidos; cómo sus representantes se reunieron en la convención en Berlín y me nombraron
Superintendente del Estado del Congo, y bosquejaron mis facultades y limitaciones, guardando cuidadosamente las personas y
las libertades y propiedades de los nativos contra daños y perjuicios; prohibiendo el tráfico de whisky y el tráfico de armas;
creando tribunales de justicia; promoviendo el comercio libre para los mercaderes y comerciantes de todas las naciones, y
dando la bienvenida y salvaguardando a todos los misioneros de todos los credos y denominaciones (Collected Tales, 1992b:
662).
536 LeMaster, 1993: 198.
128
sitúa a un Zar desnudo ante el espejo que va describiendo los crímenes que ha cometido, cómo él y su
familia están por encima de la ley y cómo explica que la gente no se rebela porque son como caballos, que
se dejan golpear y matar de hambre: "Our common trade has been crime, our common pastime murder,
our common beverage blood — the blood of the nation. Upon our heads lie millions of murders [...] Our
Family is above all law; there is no law that can reach us, restrain us, pro-tect the people from us"537. Meses
después de escribir este artículo le confesaba por carta al revolucionario ruso Tchaikowski, que viajó a los
EE.UU. para ganar adeptos para su causa junto a Gorky, que "some of us, even of the white headed, may
live to see the blessed day when Czars and Grand Dukes will be as scarce there as I trust they are in
heaven"538.
Unamuno no sentía el mismo desprecio que Twain por la aristocracia, casi odio, pero, íntimamente unido
al problema de la tierra del que hablábamos arriba, arremetió también contra la oligarquía, normalmente la
nobleza, que hacía emigrar al pueblo privándoles de tierras que trabajar dignamente. Así, escribió sendos
artículos en La Nación de Buenos Aires en los que indicaba que
no hay plaga mayor para un país cualquiera que la de esos grandes propietarios de tierras, ausentistas,
perpetuos habitadores de la ciudad, que no distinguen el trigo de la cebada ni acaso la cabra de la
oveja y que a las veces ni conocen las tierras de que son dueños. Esa indecorosa ralea es pero,
mucho peor para el campo, que la langosta o la sequía. Y es esta casta de señoritos, condes,
marqueses o duques con frecuencia, la que está sistemáticamente despoblando esta tierra de Castilla.
Y la despuebla impunemente. Lo que no obsta para que hablen luego de patriotismo539.
Sus críticas al rey en artículos de prensa fueron continuas, pero no por el cargo en sí, por la forma de
gobierno, sino por sus actuaciones. Pese a que inicialmente, tras entrevistarse en palacio con el monarca,
no le causara éste mala impresión 540 , pronto mostró en "La crisis actual del patriotismo español" su
malestar con la figura regia, especialmente por sus alineamiento con el estamento militar: "el jefe del estado
537 Nuestro comercio común ha sido el crimen, el asesinato, nuestro pasatiempo común, nuestra sangre, la bebida común -la
sangre de la nación- . Sobre nuestras cabezas yacen millones de asesinatos [ ... ] Nuestra familia está por encima de toda ley;
no hay ninguna ley que puede alcanzarnos, frenarnos, proteger al pueblo de nosotros (Twain, 1905: 323).
538 algunos de nosotros, incluso los de pelo blanco podamos vivir para ver el bendito día en el que zares y grandes duques
sean tan escasos ahí [Rusia] como confío escasos son en el cielo (Letters, 1917: 795).
539 Crisis, 1975: 264, 265.
540 El 28 de octubre de 1904 escribe, tras entrevistarse con el rey, que no es "ni monárquico, ni republicano ni
hombre de partido". Y sobre la persona del monarca señala: "el mozo me gusta, me parece sencillo, afable y bien
intencionado, pero le temo mucho a los resabios de la mala educación que le ha dado… su madre la austríaca. Anda
rodeado siempre de militares y no se quita el uniforme… Cada día aborrezco más a magnates, y príncipes y
generales" (Cartas, 1972: 303).
129
[…] aparece más como militar que como paisano, y su pueblo se compone más de paisanos que de
militares; pertenece a una casta, en vez de estar sobre ellas. Su educación predominante, si es que no en el
fondo exclusivamente militar, le hace un Soberano poco apto para el estado de paz, que debe ser el estado
normal de las sociedades cultas" 541. La monarquía como institución era para Unamuno algo secundario,
porque, dice Unamuno, "las formas de gobierno son accidentales, las personas que las encarnan son
sustanciales", así acusó al rey de fomentar el "pretorianismo" y el "alto clericalismo" y de ser "el bisnieto de
Fernando VII, el que se arrastró a los pies del Bonaparte"542.
Ni Unamuno ni, por supuesto, Twain vivieron para ver el apogeo de la Unión Soviética que profetizó
Spengler 543 , pero a buen seguro que no les hubiera gustado la deriva radical del socialismo. Unamuno,
hablando de la revolución de octubre a un interlocutor ruso, decía que "como radicalmente español, es
decir: individualista", le era "antipática toda concepción comunista" 544 . Paradójicamente, sin embargo,
algunos le acusaban de ello: "Me acongoja que en cuanto uno dice la verdad le tachan de bolchevique o
comunista"545. Twain formó parte de un comité para vender armamento al movimiento revolucionario ruso
(al final del capítulo IV veremos su frustrado encuentro con Gorky), pero no por compartir los ideales
bolcheviques, sino por, decía el escritor norteamericano, el mismo motivo por el que estuvieron los
estadounidenses prestos a aceptar la ayuda francesa en su revolución americana, de modo que "it is our
turn now to pay that debt of gratitude by helping another oppressed people in its struggle for liberty"546.
Unamuno aborrecía los extremismos, que llevan a la guerra "incivil", y parafraseó a Spengler: "Este sí que es
"El Hundimiento de Occidente". La gran guerra no la ganaron ni unos ni otros; la perdieron todos trayendo
dos barbaries, la comunista y la fascista [...] Bolchevismo y fascismo son las dos formas –concava y convexa-
de una misma y sola enfermedad mental colectiva Exterminar… extirpar… fulminar…"547. Y en esta misma
línea, ante la radicalización que ya intuía Unamuno en la Segunda República afirma en uno de sus
monodiálogos que le devolvió el periódico El Sol, por el contestatario contenido del artículo: "No daré ni
un viva a la República, aun deseando que viva, mientras no se pueda dar un viva al rey, a un rey
130
cualquiera"548. Y en la misma línea, muestra su oposición al incipiente falangismo español en carta de 4 de
marzo de 1931 a su dirigente Ramiro Ledesma Ramos, en respuesta al envío de éste de su manifiesto "La
conquista del estado": "El Estado soy yo dicen que decía Luis XIV, y eso dice el partido bolchevista ruso. Y
eso dice el hediondo fascismo italiano -esa mafia de la hez intelectual y moral de Italia que tiene en su
frente a la mala bestia de Mussolini"549. Cargó también contra el radicalismo nacionalista, que en España era
de todo signo: "En el fondo del catalanismo, de lo que en mi país vasco se llama bizkaitarrismo, y del
regionalismo gallego, no hay sino anticastellanismo, una profunda aversión al espíritu castellano y a sus
manifestaciones […] la aversión es […] mutua"550.
El filósofo español tuvo un conocimiento temprano de los fascismos que comenzaban a extenderse por
Europa. Atacó a Mussolini y su "sindicato nacionalista y anti-italiano"551 y, en "Svastica", publicado en El Sol
de Madrid, el 30 de junio de 1932, se refiere al nazismo, sin nombrarlo, hablando de la cruz gamada como
símbolo racista tanto en su País Vasco como en Austria y Alemania: "Una locura", apunta sobre ese
movimiento que surge en Centroeuropa552.
Tampoco gustó del anarquismo, al punto que estuvo entre la minoría que no criticó al gobierno por el
fusilamiento de Francisco Ferrer Guardia, pronunciándose al respecto ante la petición del diario La Nación,
de Buenos Aires, en "A propósito del caso Ferrer", en el que, sin entrar a valorar si la pena impuesta a
Ferrer fue justa o no, dice que no se cerraron sus escuelas por anticatólicas, sino "por anarquistas, por
suponerse que en ellas se conspiraba contra el orden del Estado" 553 y tacha a Ferrer de "pobre ácrata
fanático de una mentalidad menos que mediocre [...] de quien se quiere hacer un héroe o un sabio" 554.
Acaba Unamuno su artículo con unas palabras proféticas: "No soy católico apostólico romano y no lo
oculto, pero veo acercarse días en que los amantes de la libertad tendremos que pelear por la libertad de
los católicos en contra de la tiránica furia jacobina y anarquista"555.
En sus últimos meses, casi semanas de vida, hizo un llamamiento para lograr la unión entre españoles, la
difícil síntesis entre reacción y revolución, entre totalitarismo y bolcheviquismo:
131
Y es deber también traer una paz de convencimiento y de conversión y lograr la unión moral de
todos los españoles para restablecer la patria que se está ensangrentando, desangrándose,
envenenándose y entonteciéndose. Y para ello impedir que los reaccionarios se vayan en su reacción
más allá de la justicia y hasta de la humanidad, como a las veces tratan. Que no es camino el que se
pretenda formar sindicatos nacionales compulsivos, por fuerza y por amenaza, obligando por el
terror a que se alisten en ellos, ni a los convencidos ni convertidos. Triste cosa sería que el bárbaro,
anti-civil e inhumano régimen bolchevístico se quisiera sustituir con un bárbaro, anti-civil e inhumano
régimen de servidumbre totalitaria. Ni lo uno ni lo otro, que en el fondo son lo mismo556.
"Excitator hispaniae".
En España la crítica al estado de la "cosa pública" era más que necesaria en el fin de siglo, pues el desapego
entre pueblo, atrasado y mísero, y gobernantes era enorme y sumía al país en una tremenda abulia, estado
de ánimo del que da buena cuenta la respuesta que dio Cánovas en 1876 a la sugerencia que le hicieron
sobre cómo iniciar el primer artículo de la Constitución: "Son españoles... todos los que no pueden ser
otra cosa"557. Y, así, en latín, "estimulador de los españoles", llamó el filólogo alemán Ernst Robert Curtius
a Unamuno y, efectivamente, pasó toda su vida intentando inquietar las conciencias de los españoles,
primero contra la casta, después la dictadura, contra la envidia patria, frente a los desmanes de la República
y de los militares sublevados. Unamuno, a diferencia de los regeneracionistas, que se dirigían a los que
consideraban habían de ser los protagonistas del cambio, las élites, se dirigía el pueblo, porque, decía, es "el
pueblo que nos sustenta a todos"558.
Y porque se pasó la vida predicando al pueblo, al final muestra el cansancio de toda una carrera de lucha
externa y agonía interna, escribiendo en "La antorcha del ideal" que se siente como el Moisés del poema de
Vigny, cansado de su ardua tarea y con pies y manos pesadas, que deben ser otros los que sigan llevando la
antorcha (se entiende que de la revolución, porque habla antes de la república federal y revolucionaria):
Y que esos Josués pasen con sus arcas el Jordán, que es un Rubicón, y tras el cual les aguarda la
inevitable guerra civil inacabable, lo que otros llaman revolución, la revolución permanente del
profeta israelita Trotzki, el avance sin tregua. Yo amigo, vengo del siglo XIX, liberal y aburguesado
556 Manifiesto copiado por el periodista Jerôme Theraud pocos años antes de la muerte de Unamuno, citado por
Manuel Urrutia (1998: 101).
557 Forment, 1998: 113.
558 Tuñón de Lara, 1974: 138.
132
[…] Pase amigo, pase el Jordán-Rubicón y entre en la nueva España, en la España federal y
revolucionaria. Yo me quedaré en Gredos, pues empiezan a caérseme las manos y los pies. Cada vez
sueño más con hierba fresca y verde, para descansar sobre ella o debajo de ella, al azul del cielo o a la
sombra de la tierra559.
Es éste un Unamuno desencantado con la República, que el 6 de diciembre de 1931 asiste en Madrid a la
conferencia de Ortega, "Rectificación de la República", donde se escucha el célebre: "No es eso, no es
eso"560.
Twain, por su parte, como la mayoría de sus contemporáneos de clase media, optó por un orden social
alejado del radicalismo. Ya en 1879 denunció el comunismo como una "idiotez" por querer abolir la
propiedad privada 561 . El escritor yanqui fue una voz continua en la conciencia estadounidense, país de
aparente progreso imparable, pero de un avance más material que espiritual, como ya vimos hablando de
las condiciones de inmigrantes obreros, negros, indios, etc. El que sería futuro primer ministro de Francia,
Georges Clemenceau, que vivió en Nueva York y Nueva Inglaterra durante un tiempo, dijo en este sentido
que los EE.UU. pasaron de un período de barbarie a uno de decadencia sin pasar por uno de civilización562.
Así, Twain no cejó en su crítica de la corrupción política de su país, como en The Gilded Age, donde
denuncia "the usual methods of influencing votes" y con ironía se refiere a cómo se convierte en noticia
que un congresista vote sin intentar sacar una contrapartida personal: "Why, it is telegraphed all over the
country and commented on as something wonderful if a congressman votes honestly and unselfishly and
refuses to take advantage of his position to steal from the government563. En su correspondencia privada
mostró también su preferencia por candidatos honestos, más que de uno u otro partido, como en una
carta a su amigo Howells de 17 de diciembre de 1884 en la que se mostraba disgustado por la decisión de
su amigo de votar a Blaine en vez de a Cleveland en las elecciones a presidente, porque lo que salvaba a un
país no era un partido, sino "clean men, clean ordinary citizens" 564.
desinteresadamente y se negara a tomar ventaja de su posición para robar desde el gobierno (The Gilded Age, GUPj).
564 gente limpia, limpios ciudadanos corrientes (Letters, 1917: 445).
133
Unamuno también cargó contra la política corrupta, usando una curiosa metáfora en uno de sus artículos,
"Batracópolis", publicado en La Esfera de Madrid, el 27 de mayo de 1916, en la que compara la política en
España con una charca, llena de ranas que "no piden, como las de la fábula, rey; lo que piden es diputados.
Y se los piden a las tencas y a los sapos que desde tierra explotan la charca. Los sapos es lo que se suele
llamar caciques". En este artículo se refiere también a esos "hombres públicos que, como las mujeres
análogas, hacen la carrera después de haberse matriculado en un partido", que son como "tencas, porque
anidan en el cieno de las charcas y en la vecindad de las ranas"565.
Tanto Unamuno como Twain trataron ampliamente un tema en boga en el fin de siècle como era la
contradicción entre el progreso material de las naciones a resultas de la segunda industrialización y el
retroceso de valores espirituales y morales que parecía acompañarlo. En su Del sentimiento trágico de la vida
expone el escritor español esta impresión: "una poderosa civilización, mucha ciencia, mucho arte, mucha
industria, mucha moral, y luego, cuando hayamos llenado el mundo de maravillas industriales, de grandes
fábricas, de caminos, de museos, de bibliotecas… y quedará, ¿para quién? ¿Se hizo el hombre para la
ciencia, o se hizo la ciencia para el hombre?"566. Y equipara progreso con enfermedad, dándole un enfoque
bíblico el referirse al Génesis y cómo el progreso arranca del pecado, pues al probar el fruto prohibido
quedan sujetos a la enfermedad y a la muerte y se ven abocados a trabajar: "Y acaso la enfermedad misma
sea la condición esencial de lo que llamamos progreso, y el progreso mismo una enfermedad"567.
Unamuno cargaría desde sus inicios como escritor reconocido contra ese progreso que hace avanzar a los
países pero que no mejora el espíritu de las gentes que conforman las naciones, así en "La vida es sueño",
artículo que publicó en La España Moderna en 1898, espeta: "¡Maldito lo que se gana con un progreso que
nos obliga a emborracharnos con el negocio, el trabajo y la ciencia, para no oír la voz de la sabiduría
eterna, que repite el vanitas vanitatum! […] Pero hay que sacrificar el pueblo a la nación… […] ¡Horrible
cosa es esa especie de suicidio moral de los individuos en aras de la colectividad!"568.
Y denuncia la idolatrización del avance económico, del dios dinero como fin último: "¿Qué es un progreso
que no nos lleva a que muera cada hombre más en paz y más satisfecho de haber vivido? […] Se ha hecho
134
de él un abstracto y del abstracto un ídolo, un progreso con mayúscula". Un fin en vez de un medio, dice
Unamuno: "¡Progresar por progresar, llegar a la ciencia del bien y del mal para hacernos dioses! Todo esto
no es más que avaricia, forma concreta de toda idolatría, hacer de los medios fines […] ¡Hay que producir,
producir lo más posible en todos los órdenes al menor coste, y luego que desfallezca el género humano al
pie de la monumental torre de Babel, atiborrada de productos, de máquinas, de libros…"569.
Un progreso, señala el escritor español, que se sirve del hombre y no al revés, que le lleva a vivir en un
carpe diem mezquinamente entendido: "Esclavos del tiempo, nos esforzamos por dar realidad de presente
al porvenir y al pasado, y no intuimos lo eterno por buscarlo en el tiempo, en la Historia, y no dentro de
él. Así inclinamos la frente al fatum , al Progreso, tomándole de fin e ídolo, y nos hacemos sus siervos en
vez de ser sus dueños. Y el Progreso nos tritura como el carro de Yagernaut a sus fanáticos adoradores" 570.
Para Unamuno, el progreso, como sinónimo de libertad, es "ideal e interior"571. En su Diario íntimo realizaba
análogas reflexiones, acerca del progreso útil, el que libera el espíritu: "El progreso, don de Dios, sirve para
la perdición de muchos pueblos, que no lo toman como instrumento para salvar las almas, libertadas
merced a él de los lazos de la animalidad. De aquí las decadencias en los pueblos y las civilizaciones"572.
Claro que no renunciaba al progreso material, si servía como medio para alcanzar el espiritual: "El que
tiene asegurada la subsistencia material de su vida corporal, puede más libremente cuidarse de su vida
espiritual"573.
Muy gráficamente se refiere también al tema el pensador español cuando parafrasea al Quijote al afirmar:
"Hoy [los gigantes] no se nos aparecen ya como molinos, sino como locomotoras, dínamos, turbinas,
buques de vapor, automóviles, telégrafos con hilos o sin ellos, ametralladoras y herramientas de
ovariotomía, pero conspiran al mismo daño. El miedo y sólo el miedo sanchopancesco nos inspira el culto y
veneración al vapor y a la electricidad"574.
Y en "Mecanópolis" habla sobre el progreso entendido como desaparición de los hombres y el reinado de
las máquinas. En este relato fantástico el protagonista del cuento empieza a creer que todas las máquinas
están manejadas por "almas invisibles", piensa que son la raza del futuro en una tierra completamente
deshumanizada, diciendo al final de su experiencia que "desde entonces he concebido un verdadero odio a
135
eso que llaman el progreso"575. Hubo un tiempo, aún en el siglo XIX, en el que el vasco pensaba que el
hombre podía usar la máquina para sus propósitos, y no al revés. Así, en su artículo de 1896 en La lucha de
clases, "La máquina esclava", elogia que los obreros de la industria esclavizaron a la máquina576.
En definitiva, para el filósofo español, el progreso estaba engullendo al hombre, que se veía superado por la
tecnificación. A este respecto dice en su ensayo "Ciudad y campo":
Acaso la civilización va demasiado deprisa y no podemos seguirla: nuestra obra nos supera. Nuestros
artefactos, inventos y producciones de todas clases, exceden en complejidad y extensión a lo que
nuestro espíritu haya podido complejizarse y extenderse. Las máquinas van más deprisa que nuestro
organismo, y hoy las hay que exigen para manejarlas un esfuerzo de atención, para el que no está tal
vez preparado el actual sistema nervioso humano577.
Y esgrime Unamuno una original teoría sobre lo que él considera verdadero progreso, que no es sino una
sustitución de unos hombres por otros, bien sea por causas revolucionarias o biológicas, postura de
evidente sesgo evolucionista:
una de las mayores ventajas que veo en las revoluciones es que, elevando a los puestos públicos a
hombres de acometividad e iniciativas, hay probabilidades de cambios en el régimen y todo cambio
me parece socialmente provechoso, no más que por ser cambio, en sí y por sí. Cada día me
corroboro más en la convicción de que el progreso consiste en el cambio, en la riqueza de sucesos
nuevos… […] El progreso es un resultado de la selección, y la selección se cumple mejor cuanto
mayor es el número de términos entre que puede elegirse [...] Por esto creo…que la muerte es el
verdadero motor del progreso, porque hace que sustituyan unos hombres a otros… Cada hombre
es único e insustituible, distinto de los demás, y cuanto más distinto más activo elemento de
progreso578.
Esta idea es la que apuntaba en su discurso en el Paraninfo de Valencia en conmemoración del centenario
del nacimiento de Darwin, en 1909, equiparando evolución a progreso, en el sentido que el nacido siempre
es diferente del fallecido: "Junto a esta lucha, más bien que por la existencia, por la sobre-existencia, por la
136
dominación, hay, y para que aquélla ejerza su efecto, lo que Darwin llamaba la tendencia a la variación
espontanea, lo de que cada nuevo individuo viviente sea de veras nuevo, sea en poco o en mucho diferente
de los que la precedieron, nazca con alguna peculiaridad. No hay dos hojas de árbol idénticas, se ha
dicho"579.
Twain también se mostró inicialmente favorable al formidable progreso económico y tecnológico que
estaba experimentando su país. En una carta-homenaje a Walt Whitman por el 70 cumpleaños del poeta
glosa y alaba el progreso acaecido en los últimos 70 años, identificando avance material con avance de la
humanidad, y muestra su fe en que ese proceso no pare: "Wait thirty years, & then look out over the earth!
You shall see marvels upon marvels added to these whose nativity you have witnessed; & conspicuous
above them you shall see their formidable Result — Man at almost his full stature at last! — & still growing,
visibly growing while you look"580.
Por estas fechas acababa de publicar su Yankee, libro sobre el que existen diversas interpretaciones sobre
su tema principal581, desde las que estiman que se trata simplemente de una crítica de la tradición, a las que
afirman que es un ataque de la tecnología y a la fe de America en el progreso material. Lo cierto es que se
presta a un enfoque ambivalente: por un lado "el yanqui" va modernizando toda esa sociedad caballeresca
anclada en el pasado y que hace sufrir al pueblo; por otro, toda esa tecnología puesta al servicio del de
Connecticut acaba en una masacre de dimensiones colosales.
Se puede marcar un antes y un después respecto a la visión que del progreso que tenía Twain en torno a
los primeros años 90 del siglo XIX, sino antes, por lo expuesto sobre el Yankee. El escritor tuvo una fe
ciega en su máquina de impresión Paine, en la que invirtió buena parte de su dinero, "the most wonderful
machine the world has ever known"582. Finalmente, el proyecto fue un fracaso y derivó en su bancarrota.
Antes de emprender este proyecto, en cualquier caso, el joven Twain mostraba esa fe en el progreso típica
de la Norteamerica decimonónica, cuna del capitalismo a ultranza. En The Innocents Abroad, por ejemplo,
donde narra su viaje a Tierra Santa (y pasando antes por buena parte de Europa), muestra su predilección
por Napoleón III, "the representative of the highest modern civilization, progress, and refinement", frente al
sultán otomano, "the representative of a people by nature and training filthy, brutish, ignorant,
137
unprogressive, superstitious", un hombre que "is nervous in the presence of their mysterious railroads and
steamboats and telegraphs"583.
Ya con el cambio de siglo, la postura de Twain es más clara, dudando sobre el progreso de la humanidad en
un sentido no material:
Well, the 19th century made progress—the first progress after "ages and ages"—colossal progress. In
what? Materialities. Prodigious acquisitions were made in things which add to the comfort of many
and make life harder for as many more. But the addition to righteousness? Is that discoverable? I
think not. The materialities were not invented in the interest of righteousness; that there is more
righteousness in the world because of them than there, was before, is hardly demonstrable, I think. In
Europe and America, there is a vast change (due to them) in ideals—do you admire it? All Europe
and all America, are feverishly scrambling for money. Money is the supreme ideal—all others take
tenth place with the great bulk of the nations named. Money-lust has always existed, but not in the
history of the world was it ever a craze, a madness, until your time and mine. This lust has rotted
these nations; it has made them hard, sordid, ungentle, dishonest, oppressive584.
Y hablando del progreso espiritual, de la extensión universal del sentido de justicia, no deja en buen lugar a
España, al afirmar: "I think we must confine it to ten per cent of the populations of Christendom, (but
leaving, Russia, Spain and South America entirely out)"585.
583 que se pone nervioso en presencia de los misteriosos ferrocarriles y barcos de vapor y telégrafos (Innocents Abroad,
GUPj).
584 Pues bien, el siglo XIX ha avanzado, el primer progreso después de "años y años", un progreso colosal. ¿En qué?
Materialidades. Adquisiciones prodigiosas se hicieron en cosas que dan más comodidad a muchos y hacen la vida más difícil a
muchos más. Pero, ¿y la adición a la justicia? ¿Es eso verificable? Yo creo que no. Las materialidades no fueron inventadas en
el interés de la justicia; que haya más justicia en el mundo a causa de ellas ahora que antes es difícilmente demostrable, creo.
En Europa y Estados Unidos, hay un gran cambio (gracias a ellas) en los ideales. ¿No es genial? Toda Europa y toda América,
se pelean enfebrecidamente por dinero. El dinero es el ideal supremo. La avaricia ha existido siempre, pero nunca en la
historia del mundo con la locura que se da en nuestro tiempo. Este deseo ha podrido a esas naciones; las ha hecho duras,
sórdidas, ariscas, deshonestas, opresivas (Letters, 1917: 769, 770).
585 Creo que está limitada al 10% de la población de la Cristiandad (y dejando completamente fuera a Rusia, España y
138
CAPÍTULO III. CONFLUENCIAS. DOS GENIOS
GEMELOS.
Decíamos en el primer capítulo que el estudio de las influencias ha sido instrumento principal del que se
han servido los comparatistas en sus estudios de literatura comparada, pero también que muchos autores,
como Claudio Guillén, realzan el valor de otros factores como las convenciones o la tradición como
criterios de análisis completamente válidos.
Siendo las convenciones y la tradición hechos colectivos (una del presente y otra del pasado) y la influencia
algo individual (el impacto en la obra de un determinado autor de otro autor), la interrelación entre los
tres conceptos es evidente, al punto que la acumulación de influencias en una misma época puede
constituir una convención, como es el caso del pensamiento darwiniano en lo referente a la evolución y, en
concreto, la selección natural, tema del que hablaremos en el capítulo dedicado al naturalista inglés.
Igualmente, se puede considerar que muchas influencias arrancan de la tradición, como la Comedia
dell´Arte italiana, por ejemplo, que bebe de la tradición oral de los juglares.
Nos encontramos en este apartado con las influencias compartidas por los autores objeto de nuestro
estudio, entendiendo por influencia no la conexión aislada, sino todo un cauce completo de asimilación586,
como bien nos indica la etimología de la palabra (del latín fluere, fluir), que va a desembocar en un tronco
común, al flujo de continuidad que diría Unamuno, del saber humano. El escritor es el enano a hombros de
gigantes (en palabras de Bernardo de Chartres), situación que le condena a lo que Harold Bloom llamaba
The Anxiety of Influence, la preocupación del creador por ser original, por aportar algo de su cosecha, por
diferenciarse, cuestión que, si atendemos al Mark Twain de los últimos años, es un esfuerzo vano, pues "a
man originates nothing, creates nothing"587. Y, sin embargo, él luchó toda su vida por ser diferente, por ser
reconocido, al igual que Unamuno, que temía el encasillamiento588 y ansiaba el reconocimiento.
los holgazanes de espíritu que se paren alguna vez a oírme: Y este señor ¿Qué es?" (Silar, 2008: 4).
139
Ambos fueron autores de muchas lecturas, parte de ellas comunes, pero solo de esto no se puede inferir
que compartieran una u otra influencia. Ambos conocían y gustaron (en un momento u otro de sus vidas)
de autores como Benvenuto Cellini, Hippolyte Taine, Edward Bellamy, Jules Michelet, Abraham Lincoln o
Robert Burns. La influencia de algún autor en Unamuno, como veremos posteriormente, llegaba a tal punto
que podía llamarse fusión, tal y como reconocía el vasco: "con todo hombre vivo y eterno a quien se
conoce con conocimiento místico, en una compenetración de entrañas, ocurre lo mismo; y es que el
conociente, el amante, se hace el conocido, el amado"589.
Pese al dicho tan manido de que las comparaciones son odiosas, el comportamiento vicario es connatural
al hombre e, igualmente, la costumbre de fijarnos en nuestro parecido con los demás y entre el prójimo.
Tomamos el título de este capítulo del ensayo de la escritora romántica española Carolina Coronado Los
genios gemelos, una comparación realizada entre dos escritoras muy distantes en el tiempo y en su
orientación, Safo y Santa Teresa, ensayo que fue publicado en varias entregas de la revista literaria el
Semanario Pintoresco Español en 1850590. La idea de comparar escritores distantes y distintos ha producido
textos interesantes, como el citado, cuyo proceso de composición describe Pilar Vega 591 en su libro
Carolina Coronado. Coronado habla primero de Safo a través de las opiniones de los escritores griegos y de
la suya propia, se ocupa después con el mismo procedimiento de la santa de Ávila, y finalmente realiza una
analogía entre las dos figuras.
Existen además estudios similares que tratan de ver la sintonía espiritual entre autores, como Unamuno y
Kierkegaard, trabajo realizado por Bornstein en 1986. En este caso el investigador siguió el proceso
siguiente: En primer lugar se planteó el conocimiento que Unamuno pudo tener del pensamiento de
Kierkegaard. Después trató separadamente los temas que ambos autores tenían en común llegando a la
conclusión de que no podría hablarse de influjo del danés en Unamuno sino de una identificación espiritual
que los vincula de forma fraterna592.
En este capítulo de nuestro trabajo seguiremos el siguiente proceder: Hablaremos de las influencias
literarias y de formación en Twain y Unamuno, poniendo en relación lo analizado con lo visto
589 La agonía, 1983: 376. Una especie de transustanciación como sugiere López Morillas (Crisis, 1975: 224)
590 Carolina Coronado, Los genios gemelos: Safo y Santa Teresa (Semanario Pintoresco Español, 24 marzo 1850, pp. 89-
94 y 178-180 -notas-, y 23 junio 1850, pp. 193-195)
591 Vega Rodríguez, 2006. También Plutarco escribió su Vidas Paralelas -que evocábamos antes hablando de las
experiencias vitales de nuestros dos autores- para dar un nuevo formato a la biografía, ya que, como es sabido, esta
colección comprende veintidós pares de biografías que son contrastadas en razón del carácter, educación, itinerario
vital y anécdotas de sus personajes.
592 Bornstein, 1986: 59.
140
anteriormente y apuntando el impacto que estas "huellas" dejaron en la temática de sus obras, que
desarrollaremos en el capítulo siguiente. Tendremos como referencia siempre, como es obvio, al autor o
libro en el que ambos confluyen. Las posiciones de Twain y Unamuno se irán alternando al tratar cada
influencia.
Pero antes de analizar las fuentes de las cuales ambos bebieron en su carrera literaria nos haremos una
pregunta presente desde el mismo origen de este estudio: ¿se influyeron Twain y Unamuno
recíprocamente? Aunque ambos fueron contemporáneos, que no coetáneos (el americano era 29 años
mayor que el europeo), no hemos encontrado ninguna evidencia de que se tuvieran aprecio literario, y en
el caso de Twain ni siquiera de que tuviera conocimiento de la obra del español. Podríamos pensar que la
diferencia de edad fuera lógicamente un condicionante para que el norteamericano desconociera al
español, aunque este factor no fue obstáculo para la admiración de Twain por un escritor coetáneo de
Unamuno, Rudyard Kipling, tan parecido al vasco en su perfil humano, igual de brillante y precoz.
Claro que el escritor nacido en la India era ya conocido en Estados Unidos a finales del siglo XIX, pese a su
juventud, mientras que las primeras obras de Unamuno no empezaron a difundirse en los Estados Unidos
hasta el final de la primera década del XX. La primera referencia a Unamuno en la prensa norteamericana
que he localizado es del 2 de febrero de 1908 en el New York Tribune, a propósito de la publicación de su
Vida de Don Quijote (una reseña de apenas diez líneas en una columna). Por entonces, Twain se encontraba
enfermo, en el declinar de su vida. El interés del norteamericano por las letras hispanas no fue correlativo
al que Unamuno mostró por la literatura en lengua inglesa, de la que afirmaba ser la literatura
contemporánea que más le gustaba593.
El profesor García Blanco revela que "es conocida la atracción que sobre él [Unamuno] ejercieron algunos
escritores humoristas norteamericanos como Mark Twain"594. Sin embargo ninguna referencia brinda el
estudioso sobre el lugar de donde sacó semejante conclusión. En posteriores estudios sobre la relación
entre Unamuno y los Estados Unidos, el investigador no vuelve a mencionar tal hipotética influencia 595.
Thoreau, Poe, Whitman, Ezra Pound, James, William Vaughn Moody, incluso de poetas semi desconocidos),
pero no menciona en ningún momento a Twain (García Blanco, 1969: 219-249). En 1966 se había centrado en
el análisis de las relaciones personales de Unamuno con escritores y personalidades de los EE.UU. Invitado a dar
charlas (lectures) y a visitar universidades (visiting professor), el rector de Salamanca nunca llegó a cr uzar el
charco. Destaca en su epistolario la correspondencia con el hispanista Olmsted, de Cornell University, quien
141
Unamuno sin duda leyó algo de Twain, al menos alguno de sus relatos humorísticos596, pero no lo contó
entre sus autores norteamericanos predilectos597. Pero pensamos que bien pudo despertarse la curiosidad
del español por el norteamericano, pues Unamuno admiró al poeta cubano José Martí y el caribeño fue de
los primeros en difundir a Twain entre el lector en español, a quien mayoritariamente (con alguna crítica
no tan entusiasta) describía como "an excellent writer"598. Sin embargo, no tenemos constancia de que
este interés existiera.
estuvo en Salamanca en 1905 (García Blanco, 1966: 77) y con el poeta Ezra Pound, quien le dedicó su libro Quia
Pauper Amavi, con estas palabras: "To Miguel de Unamuno with the author´s respect" (García Blanco, 1966: 83).
596 En carta de 5 de noviembre de 1898 le comentaba a su amigo Pedro de Múgica que su "amigo, el propietario"
de la revista Madrid Cómico le pidió "alguna BREVE composición festiva alemana". Y Unamuno le preguntó: "si
hay por ahí algún Taboada, algún Allais, Mark Twain o cosa así, algún humorista o chistoso […] de chiste fino,
culto y a poder ser, intencionado" (Cartas, 1972: 248).
597 En carta a Lázaro Bartolomé de 16 de abril de 1914 señala: "De escritores norteamericanos he leído bien, a
Poe, Thorolt [sic], Einerson [sic], Walt Whitmar [sic], Wendell Holmes, Longfellow, Hawthorne, historiadores
[…] y algunos filósofos y publicistas. Ahora pienso leer a Henry James, el hermano de William James" (Epistolario
inédito, 1991a: 331).
598 Schulman, 1961: 104.
142
2.- LA BIBLIA.
Ante todo, debemos plantearnos la cuestión de si Twain y Unamuno manejaron versiones iguales de la
Biblia, pues, así como los dogmas de fe no son siempre coincidentes en las Iglesias protestantes (incluso
entre ellas) y en la católica, dado que los dos autores fueron educados en diferentes iglesias es sabido que
existen diferencias importantes entre la versión católica y versiones protestantes de la Biblia599.
Ahora bien, si dejamos al margen sectas como los Testigos de Jehová o los mormones, la Biblia de
protestantes y católicos coincide en la gran mayoría de los libros que contiene y sustancialmente en el
sentido de los textos. En cuanto al número de los libros (el canon), las ediciones católicas de la Biblia
tienen siete libros más que las protestantes; son los libros que los católicos llaman "deuterocanónicos" del
Antiguo Testamento y los protestantes llaman "apócrifos" (1 y 2 Macabeos, Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría, y
Eclesiástico o Sirácida). Los protestantes sí que aceptan los 27 libros del Nuevo Testamento, aunque a siete
de ellos los llaman "deuterocanónicos" y los consideran de menor autoridad.
En cuanto al texto las traducciones de la Biblia han sido muchas. Los textos originales fueron escritos en su
mayoría en hebreo o arameo, pero también algunos de ellos en griego (los que se conocen como
deuterocanónicos, aunque algunos de los así denominados sean traducciones del hebreo) o los escritos del
Nuevo Testamento, aunque probablemente algunos de éstos no son sino traducciones al griego de un
texto original en hebreo o arameo.
599 Realizamos este resumen a partir del detallado estudio que sobre el particular ha realizado Miguel Ángel Fuentes
(s.a), ¿En donde dice la Biblia que...?, Ediciones del Verbo Encarnado, Mendoza (Argentina), 2006.
143
Estas notas, como señala el padre Miguel Ángel Fuentes 600 suelen aportar mucho valor al texto,
constituyendo pequeños artículos que destacan las ideas fundamentales de la Biblia, y muestran su
aplicación en la vida, además de la armonía entre los dos Testamentos y la coincidencia entre pasajes
paralelos, para que el lector tenga siempre a la vista la unidad de las Escrituras desde el Génesis hasta el
Apocalipsis.
Así las cosas, parece que Unamuno y Twain tuvieron acceso al mismo material, en esencia; sin embargo, el
mensaje que entresacaron fue muy diferente, como veremos a continuación a juzgar por la interpretación
realizada de los textos sagrados.
El padre Fuentes es un sacerdote católico Licenciado en teología por la Pontificia Universidad Angélicum, de
600
Roma, y doctor en Teología con especialización en Matrimonio y Familia, por el Instituto Giovanni Paolo II, de la
Universidad Lateranense de Roma.
144
UNAMUNO. ABEL Y JOAQUÍN O LA GÉNESIS DE LA ENVIDIA.
Para entender la recepción por Unamuno del texto bíblico hay que atender a sus circunstancias personales
y a la exégesis que realizó del mismo. El bilbaíno, como vimos al repasar su vida, creció en un ambiente
muy religioso, de religiosidad católica, y pasó por una fase de descreimiento y crisis, fundamentalmente
motivada por la enfermedad congénita de su hijo Raimundo. Estas peripecias vitales no parecen suficientes
para condicionar, por sí mismas, una lectura determinada del texto bíblico, por lo que habrá que analizar la
hermenéutica utilizada por don Miguel para encontrarnos con su posicionamiento frente al texto sagrado.
De su postura interpretativa nos da una pista fundamental en lo que él mismo denominó como la "Biblia
nacional", su obra Vida de Don Quijote y Sancho. Allí señala Unamuno que "hoy ya es el Quijote de todos y
de cada uno de sus lectores, y que puede y debe cada cual darle una interpretación, por así decirlo, mística,
como las que a la Biblia suele darse"601.
Y en un ensayo previo nos concretaba más el escritor su anterior afirmación y su modo de acercarse a leer
los testamentos:
Si la Biblia tiene un valor inapreciable, es por lo que en ella han puesto generaciones de hombres que
con su lectura han apacentado sus espíritus; y sabido es que apenas hay en ella pasaje que no haya
sido interpretado de cientos de maneras, según el intérprete. Y esto es un bien grandísimo. Lo de
menos es que los autores de los distintos libros de que la Biblia se compone quisieran decir lo que
los teólogos, místicos y comentadores ven en ellos; lo importante es que, gracias a esta inmensa
labor de las generaciones durante siglos enteros, es la Biblia fuente perenne de consuelos, de
esperanzas y de inspiraciones del corazón 602 [...] cuando alguien ha intentado meterse en las tales
entrañas y dar a nuestro libro sentido simbólico o tropológico, han caído sobre él los masoretas y
sus aliados los puros literatos y toda frasca de espíritus cobardes y le han puesto como no digan
dueñas o se han burlado de él603.
En estas líneas Unamuno expone las dos líneas básicas de su hermenéutica: por un lado, que lo que el autor
(en el caso bíblico, los autores) quisiera decir no importa más que lo que el lector guste de entender y lo
que de verdad importa es que esa interpretación sea fuente de vida para el intérprete. Por otro, defiende la
145
interpretación alegórica del libro cervantino y no parece que su punto de vista vaya a cambiar a la hora de
afrontar la lectura bíblica, con más metáforas, con más sentido figurado, si cabe, que el Quijote. Creo que
Unamuno estaría de acuerdo con las palabras del teólogo Rudolf Bultmann, que señalaba que "cuando se
toma un estándar fijo e incuestionable en contra del cual se mide el mensaje bíblico, la Biblia no está siendo
escuchada", pues no se trata de un tratado científico ni de una biografía, sino de "una proclamación
(kerygma), un mensaje"604.
Las referencias a la Biblia en las obras de Unamuno, como veremos a vuelapluma (un estudio exhaustivo
excedería con mucho el objeto de esta tesis), son tanto explícitas, mencionando el pasaje citado, como
implícitas, llegando incluso a inspirar el texto bíblico el tema y los personajes principales de alguna de sus
obras. Tal es el caso de Abel Sánchez. Como el propio subtítulo de la novela indica, "Una historia de
pasión", se trata de un relato de la envidia entre dos amigos, casi hermanos.
Es la historia de unos modernos Abel y Caín, artista uno (pintor), Abel Sánchez, científico el otro (médico),
Joaquín Monegro. Abel, con la suerte de cara a lo largo de su vida, popular, casado con la chica más bella -la
que le gustaba a Abel-; Joaquín, que pasa desapercibido, pese a su esfuerzo y méritos, luchando contra su
aparente mal fario, tiene que sufrir que hasta su nieto prefiera a su ex amigo (que es su abuelo también)
Abel. Finalmente, Joaquín (Caín), en un ataque de ira, agarra a Abel por el cuello, quien muere tras darle un
ataque al corazón.
La Biblia nos presenta 605 a un Abel y Caín, pastor y agricultor, respectivamente, que le presentan sus
ofrendas a Dios y, al gustarle más las del primero, el segundo mata a Abel a sangre fría, impulsado por su
resentimiento. Unamuno, sin embargo, no pinta a Abel Sánchez como a su inocente homólogo bíblico, sino
que éste es egocéntrico y le gusta la fama. Joaquín, por el contrario, lucha consigo mismo para superar su
odio por su antiguo amigo, pero no es malo, pese a que éste se lo diga ("El contagio de tu mala sangre"606,
le espeta el pintor, refiriéndose al temor que le inspira a su propio nieto). De hecho, la sensación que deja
el relato de Unamuno no es de aversión hacia Joaquín Monegro, sino de compasión, así como el
sentimiento por la muerte de Abel Sánchez no es de pena por una pérdida cruel, como se expone en la
Biblia.
146
Ya lo dice el propio Unamuno en el prólogo a su segunda edición, en el que, aparte de no reconocer la
génesis bíblica de su historia y atribuirla a sus vivencias607, muestra sus simpatías: "he sentido la grandeza de
la pasión de mi Joaquín Monegro y cuán superior es, moralmente, a todos los Abeles" 608. El Génesis sí es
mencionado expresamente en la obra, pues Unamuno cita el pasaje bíblico casi literalmente a propósito del
cuadro que Abel está preparando sobre el motivo Bíblico y acerca del cual conversa con Joaquín. Joaquín le
pregunta qué ha sacado de la Biblia y Joaquín le contesta: "Poca cosa..."609.
El rector de Salamanca trataría este mismo tema años después en el ensayo "La ciudad de Henoc", en el
que presenta el bíblico enfrentamiento como la oposición campo-ciudad: "Abel era, según ese mito, pastor,
y Caín labrador, pero acaso sea más acertado decir que la raza o clase abelita, aquella de que Abel es
símbolo, era la campesina, y la caínita era la. urbana, la ciudadana, la murada, pues fue Caín quien, según el
relato bíblico, edificó la primera ciudad, la de Henoc"610.
En su Abel Sánchez cita también el enfrentamiento bíblico entre Esaú y Jacob, y a Job, como ejemplos de
lucha cainita, como símbolos de contradicción: "La Escritura dice que en el seno de Rebeca se peleaban ya
Esaú y Jacob. ¡Quién sabe si un día no concebirás tú dos mellizos, el uno con mi sangre y el otro con la
suya, y se pelearán y se odiarán ya desde tu seno y antes de salir al aire y a la conciencia! Porque esta es la
tragedia humana, y todo hombre es, como Job, hijo de contradicción"611.
El texto con más citas bíblicas de Unamuno junto a Del sentimiento trágico de la vida es el Diario Íntimo, el
cual, según un exhaustivo y clarificador estudio del profesor Nicholas G. Round, cuenta con un total de 92
referencias (directas, sin contar paráfrasis, alusiones o repetición de fragmentos ya citados). Lo que más me
sorprendió de este uso bíblico de Unamuno no es la gran cantidad de alusiones, sino que el texto que con
mayor frecuencia consultó el escritor vasco es la versión en castellano de la Biblia de Cipriano de Valera,
más conocida como Reina-Valera (pues es la edición que éste hizo de la primigenia de Casiodoro de Reina,
607 "Un joven norteamericano que prepara una tesis de doctorado sobre mi obra literaria me escribía hace poco
preguntándome si saqué esta historia del Caín de lord Byron, y tuve que contestarle que yo no he sacado mis
ficciones novelescas -o nivolescas- de libros, sino de la vida social que siento y sufro -y gozo- en tomo mío y de mi
propia vida" (Abel Sánchez, 2013: 11, 12). Unamuno se refiere a la obra de Byron repetidamente en la obra.
608 Abel Sánchez, 2013: 13.
609 Abel Sánchez, 2013: 47.
610 Unamuno, 1958: 873. "La ciudad de Henoc" fue publicado en Ahora, el 3 de enero de 1933.
611 Abel Sánchez, 2001: 151.
147
cotejándola con otras versiones), una versión protestante del texto bíblico. Además usó Don Miguel otras
fuentes, como la Vulgata Latina o un texto griego612.
Se puede afirmar que cuando comenzó a escribir su diario Unamuno tuvo un auténtico reencuentro con la
Biblia, que conocería a buen seguro de sus años mozos, pero cuya lectura retoma con fuerza, en sus
momentos de la llamada "crisis" espiritual de 1897, en la que se replantea el descreimiento respecto a la fe
de su infancia que había venido gestándose en su espíritu, al punto de dejarnos en su Diario sus
sentimientos más hondos respecto a su actitud religiosa. Este diario, con su cotidianidad e intimidad, aporta
una verdad mayor que otros géneros memorialísticos, como la autobiografía, retrato retrospectivo basado
en recuerdos y en la que es más fácil que el autor piense lo que quiere decir, matizándose sus vivencias por
el paso del tiempo y por su intencionalidad (como hizo Twain en la suya).
En el Diario Íntimo, aunque aparecen extractos del Antiguo Testamento613, la inmensa mayoría de las citas se
refieren a libros del Nuevo Testamento, principalmente del Evangelio de San Juan y de los Hechos de los
Apóstoles (50 citas), aunque Unamuno mencione los demás evangelios, así como seis referencias de las
epístolas de San Pablo, la epístola de Santiago y el Apocalipsis, estos dos últimos libros de manera
testimonial (una y dos citas, respectivamente)614.
Unamuno se centra, pues, en la figura de Jesucristo, con quien se identifica en los momentos de angustia
por los que está pasando y con quien exclama aquello de "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has
abandonado?"615. Unamuno, tras su estancia en Alcalá de Henares, donde pasó la Semana Santa junto al
padre Juan José Lecanda, y al volver a su casa de Salamanca, donde escribió gran parte del diario, se impuso
la lectura diaria de un capítulo del Nuevo Testamento, entre otras lecturas. En concreto comenzó con el
Evangelio de San Juan para seguir después con los Hechos de los Apóstoles616. El hecho de que el texto más
citado sea el de San Juan es revelador de la preferencia que Unamuno debió tener por el más alegórico de
los evangelios; así mismo es sintomático su gusto por la interpretación libre de los textos como ya vimos
cuando hablaba de El Quijote.
análisis el cuaderno 5 del Diario, escrito posteriormente. En este cuaderno, de apenas 4 páginas, aparecen dos citas
bíblicas, una de Juan y otra de Mateo.
615 Diario, 1970: 147.
616 Round, 2013: 170.
148
En Del sentimiento trágico de la vida, libro de índole filosófica, pero que, teniendo en cuenta que gira en
torno al asunto de la pervivencia del ser, podría ser tomado también como libro religioso, se abre
Unamuno a la trascendencia y las citas bíblicas son también muy numerosas. Según el estudio del profesor
Blanco Cendón617, la presencia de citas del Nuevo Testamento es mucho mayor en este libro que las del
Antiguo (más de tres cuartas partes), aunque en este caso, el equilibrio entre los libros del Nuevo
Testamento es mucho mayor que en el Diario íntimo (aunque con mayoría de citas del Evangelio de Mateo).
Respecto al Antiguo Testamento, casi un tercio de las citas proceden del libro del Génesis.
Los pasajes citados, como no podía ser de otro modo, giran en torno a los temas que más preocupaban a
Unamuno, empezando por el principal de ellos, el hambre de inmortalidad. Así se refiere a la promesa de
inmortalidad que la serpiente hace a Adán y Eva en el Paraíso y la referencia a la resurrección de San Pablo
como principio fundamental de la fe cristiana: "¡Seréis como dioses!», cuenta el Génesis (111, 5) que dijo la
serpiente a la primera pareja de enamorados. Si en esta vida tan sólo hemos de esperar en Cristo, somos
los más lastimosos de los hombres", escribía el Apóstol (1 Cor., XV, 19), y toda religión arranca
históricamente del culto a los muertos, es decir, a la inmortalidad"618.
Repetidamente sus disquisiciones van a parar al tema de la resurrección, cuestión de fe que, según
interpreta Unamuno, los propios apóstoles no entendían, por eso la necesidad de la voluntad, del querer
creer que es, para Unamuno, igual que creer: "Y ellos, reteniendo este dicho, altercaban sobre qué sería
aquello de resucitar de los muertos, como quienes no lo entendían. Y fue después de esto cuando
encontró Jesús al padre del chico presa de espíritu mudo, el que le dijo: "Creo, ¡ayuda mi incredulidad!"
(Marcos, IX, 24)" 619 . Muchas de sus citas, algunas consecutivas, remiten a esta cuestión de la vida
ultraterrena620.
Se desprende de la cita anterior cómo a Unamuno no le interesa hacer una exégesis científica de la Biblia,
sino que la interpreta, haciéndola suya, como instrumento para sus reflexiones. Unamuno entendía
617 Otras citas abundantes y de interés se insertan en Del sentimiento trágico de la vida. Blanco Cendón ha estudiado
las referencias bíblicas citadas de memoria por Unamuno o que incluso menciona de modo erróneo. Dada la
cantidad de citas de este estilo, más de 180, el resultado podría ser extrapolable al resto de las alusiones del libro
(estudio disponible en la web de la universidad Kansai Gaidai: http: //www.kansaigaidai.ac.jp).
618 Del sentimiento, 2005: 146.
619 Del sentimiento, 2005: 389.
620 "Y en todo caso, el Evangelio se compuso cuando esa creencia, base y razón de ser del cristianismo, se estaba
formando. Véase en Mateo XXII, 29-32; en Marcos XII, 24-27; en Lucas XVI, 23-31; XX, 34-37; en Juan V, 24-29; VI,
40, 54, 58; VIII, 51; XI, 25, 26; XIV, 2,19. Y sobre todo, aquello de Mateo XXVII, 52, de que al resucitar el Cristo
"muchos cuerpos santos que dormían resucitaron"" (Del sentimiento, 2005: 173).
149
perfectamente que la interpretación literal de la Biblia no servía en muchos de sus pasajes, que no son sino
fábula; así, hablando de la "mítica tragedia del Paraíso", desvela su carácter alegórico: "Porque el progreso
arranca, según esta leyenda, del pecado original. Y así fue cómo la curiosidad de la mujer, de Eva, de la más
presa a las necesidades orgánicas y de conservación, fue la que trajo la caída y con la caída la redención, la
que nos puso en el camino de Dios, de llegar a Él y ser en Él" 621. Al final de la obra vuelve Unamuno a
demostrar lo estéril de una lectura literal del texto adánico, en aquello del "comerás el pan con el sudor de
tu frente", lo cual, para el filósofo, "no quiere decir que condenase Dios al hombre al trabajo, sino a la
penosidad de él. Al trabajo mismo no pudo condenarle, porque es el trabajo el único consuelo práctico de
haber nacido"622.
Por otro lado, también acude el escritor español, a la pasión y muerte de Jesús bíblicas, para tratar su otro
gran tema religioso: la fe en un Dios personal, en el hombre de carne y hueso, en Jesucristo, principio y fin
de la fe cristiana, prueba de la resurrección de la carne:
Los atributos del Dios vivo, del Padre de Cristo, hay que deducirlos de su revelación histórica en el
Evangelio y en la conciencia de cada uno de los creyentes cristianos, y no de razonamientos
metafísicos que sólo llevan al Dios-Nada de Escoto Eriugena, al Dios racional o panteístico, al Dios
ateo, en fin, a la Divinidad despersonalizada. Y es que al Dios vivo, al Dios humano, no se llega por
camino de razón, sino por camino de amor y de sufrimiento623.
Comenzábamos este capítulo hablando del Quijote y su concepción unamuniana como "Biblia nacional" de
España. Como ya decíamos al hablar de la influencia cervantina en Unamuno, el vasco compara al ingenioso
hidalgo con Jesucristo a lo largo de su obra recreadora del Quijote, entendiendo el quijotismo como una
forma de cristianismo. Dice a propósito que Dulcinea es para Don Quijote quien "pelea en mi y Vence en
mi, y yo vivo y respiro en ella y tengo vida y ser" 624 y que esa sentencia es al quijotismo lo que al
cristianismo la de San Pablo a los Gálatas al decir "con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo; no ya
yo, mas vive Cristo en mí (Gal. 11,20)"625.
150
Y el filósofo español saca extractos de la Biblia para apoyar el anterior paralelismo, como el pasaje en que
los parientes creen loco al ingenioso hidalgo ("para nadie es más loco el héroe, el santo, el redentor que
para su propia familia"). Así, del mismo modo, en el evangelio de Marcos, capítulo 3, se dice que los de la
familia de Jesús "fueron á prenderle diciendo: "está fuera de sí"" 626 . Un largo etcétera podría traerse a
colación, como cuando Unamuno compara a Roque Guinart, bandolero "sin doblez ni falsía"627 (como el
apóstol Natanael), con el buen ladrón, buen bandolero, que humildemente reconoce su culpa a Cristo en la
cruz: "Y entonces Jesús le dijo: De veras te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso. (Luc, XXIII, 39-
43)"628. Son éstas comparaciones muy unamunianas, que no se ajustan a normas o cánones, como cuando
hace que el hidalgo manchego repita la sentencia de Cristo: ""Quien pierda su alma la ganará"—dijo Jesús,
es decir, ganará su alma perdida y no otra cosa. Perdió Alonso Quijano el juicio, para ganarlo en Don
Quijote; un juicio glorificado"629.
Como la lista sería interminable, queremos cerrar con las referencias bíblicas en otra obra donde el
paradigma bíblico se hace imprescindible para comprender el mensaje unamuniano. En San Manuel Bueno, el
párroco martirizado por su lucha interna, por su querer creer y sus perennes dudas, transmite a su pueblo
el kerygma, el mensaje de Cristo, su buena nueva, aunque a él mismo le cueste creer el núcleo principal del
mensaje, la resurrección.
Como si del propio Cristo se tratara nos presenta Unamuno al sacerdote como sanador de enfermos. Su
propia madre dice de él cuando está dando misa que le parece estar escuchando a "nuestro Señor
Jesucristo mismo" o sentencias de Jesús dichas por el cura como "no juzguéis para no ser juzgados" o "...al
César lo que es del César, que yo daré a Dios lo que es de Dios"630. Aunque Unamuno deje claro que San
Manuel no es un remedo de Jesús haciendo que el mismo personaje exclame: "Yo no podría soportar las
tentaciones del desierto. Yo no podría llevar solo la cruz del nacimiento"631. Y también son frecuentes los
paralelismos del pastor de Valverde de Lucerna con Moisés, el "desfallecido caudillo [cuyo pueblo toma] en
hombros [...] para meter su cuerpo sin vida en la tierra de promisión"632.
151
TWAIN. DIARIOS DESDE EL JARDÍN DEL EDÉN.
Al igual que decíamos con Unamuno, hay que conocer la vida de Twain y la interpretación que le
enseñaron y él adoptó de las Sagradas Escrituras para entender su recepción del texto bíblico. El escritor
norteamericano creció, como su Tom Sawyer, yendo a la escuela dominical, donde tenía que aprender de
memoria los versículos de la Biblia. Gracias a la "influencia" de su madre y su hermana Pamela, a los 15
años ya se había leído la Biblia de cabo a rabo633. El joven Samuel Clemens acudía a la Iglesia Presbiteriana,
de principios calvinistas, confesión con seis principios fundamentales, uno de los cuales es que la Biblia es la
fuente única de autoridad en cuanto al dogma y la práctica cristiana y cuya interpretación debe ser literal,
descartando cualquier acercamiento alegórico o analógico634 (como veíamos en Unamuno, hermenéuticas
propias del catolicismo).
Así las cosas, parece claro que, con el paso de los años y las lecturas, Twain descubrió que esa
interpretación no era la única posible635; pero más allá de profundizar en un nuevo camino interpretativo, el
escritor norteamericano transitó toda su vida con el poso de esa lectura literal de la Biblia, según la cual
Dios (el del Antiguo Testamento, al menos) no era una fuente de amor, sino de temor.
Ya en 1870 le escribe a su mujer, apenas recién casados: "To trust the God of the Bible is to trust an
irascible, vindictive, fierce and even fickle and changeful master"636. Pero aun sabiendo racionalmente que la
lectura literal de las Sagradas Escrituras sería insuficiente o, directamente, equivocada637 , esta temprana
manifestación anidó en el sentimiento del autor norteamericano hasta su ancianidad, como se desprende
de lo que expone en The Mysterious Stranger, donde habla de un Dios quien "would not endure
discontentment with His plans"638 y de un sacerdote, el padre Pedro, al que se le acusa de decir "a horrible
thing to say"639, que no es ni más ni menos que "God was all goodness and would find a way to save all his
poor human children"640. Esta obra póstuma de Twain, que fue sometida a una labor editora concienzuda,
suprimiendo y modificando aquellos pasajes más irreverentes, principalmente referidos a la religión, y de la
152
que traté en profundidad en mi tesina "El misterio de la existencia humana en Mark Twain", es, en síntesis,
una sátira de la "condenada raza humana"641, en la que Dios-Satán no muestra rasgo alguno de misericordia.
Esta sombría visión de las Escrituras la muestra el escritor también, aun a vuelapluma, en obras tempranas
como Tom Sawyer. Es muy revelador el pasaje en el que el intrépido Tom se muestra desolado al apreciar
un ataque de religiosidad en el pueblo tras recuperarse del sarampión que le tuvo dos semanas en cama:
"he found Joe Harper studying a Testament, and turned sadly away from the depressing spectacle"642.
Y en obras como Letters from the Earth, recopilación póstuma de diversas obras de Twain, el autor afirma
sin ambages que la Biblia contiene "upward of a thousand lies"643, o en What is man?, su especie de (en
terminología unamuniana) monodiálogo entre un hombre joven y uno mayor, el más viejo responde: "Yes, I
know He could. I also know that He never did make one"644, a la pregunta del primero: "Don't you believe
that God could make an inherently honest man?"645.
Mark Twain mostró siempre un punto de vista muy personal sobre la Biblia, alejándose de las
interpretaciones convencionales, así por ejemplo en The Innocents Abroad, muestra su predilección por Esaú
"forgiving Jacob in prosperity" 646 , frente a un Jacob "who was incapable of comprehending nobility of
character"647, un Jacobo que, según la lectura literal de las escrituras era el bendecido por Dios. Recuerda
el autor norteamericano aquí a Unamuno, que en su prólogo a Abel Sánchez, como decíamos antes,
muestra su predilección por el dejado de la mano de Dios, Caín.
Twain dedicó también escritos específicos al libro de la Biblia, como "Bible Teaching and Religious
Practice", en donde la compara con un alamcén de drogas de todo tipo, mejores y peores, puntualizando
que lo que ha cambiado no es el libro sagrado, sino la práctica religiosa de los clérigos a lo largo de la
historia, a los que compara con un doctor que administra la medicina:
641 Bernard de Voto, uno de los editores de su obra tras la muerte de Twain, llamó así a una colección de ensayos de
Twain, incluidos en Letters from the Earth.
642 Halló a Joe Harper estudiando la Biblia, se dio la vuelta tristemente y se alejó del depresivo espectáculo (Tom Sawyer, cap.
22, GUPj)
643 No menos de mil mentiras (Letters from the Earth, 1962: 14).
644 Sí, sé que pudo. También sé que nunca hizo uno (What is man?, GUPj).
645 ¿No piensas que Dios pudo hacer un hombre intrínsecamente honesto? (What is man?, GUPj).
646 perdonando a Jacob en su bonanza [de Jacob] (Innocents abroad, GUPj).
647 Quien era incapaz de entender la nobleza de carácter (Innocents abroad, GUPj).
153
The Christian Bible is a drug store. Its contents remain the same; but the medical practice changes.
For eighteen hundred years these changes were slight - scarcely noticeable. The practice was
allopathic - allopathic in its rudest and crudest form. The dull and ignorant physician day and night,
and all the days and all the nights, drenched his patient with vast and hideous doses of the most
repulsive drugs to be found in the store’s stock 648 [...] Not until far within our century was any
considerable change in the practice introduced; and then mainly, or in effect only, in Great Britain and
the United States [...] The patient fell to doctoring himself, and the physician’s practice began to fall
off. He modified his method to get back his trade. He did it gradually, reluctantly [...] the homeopath
arrived on the field and made him abandon hell and damnation altogether, and administered Christ’s
love, and comfort, and charity and compassion in its stead649.
La producción literaria de Twain relacionada con el libro sagrado se dirigió principalmente a mofarse de la
interpretación literal del mismo. Así, por ejemplo, en Captain Stormfield´s visit to Heaven, relato que cuenta
el viaje cósmico que hace el capitán al cielo, y en el que desgrana cómo casi nada de lo que nos han
enseñado sobre el cielo es así en realidad -como que los ángeles sean unas criaturas vestidas de blanco, con
el halo y tocando un arpa- trata claramente el tema de la interpretación del texto sagrado: "People take the
figurative language of the Bible and the allegories for literal"650. En Tom Sawyer, ejemplifica esta enseñanza al
pie de la letra en Tom y Huck, quienes al ver cómo el asesino confesaba se quedaron mudos "expecting
every moment that the clear sky would deliver God's lightnings upon his head, and wondering to see how
long the stroke was delayed"651, alusión evidente al libro segundo de los Reyes (cap. 1), al pasaje del profeta
Elías invocando a Dios, quien lanza rayos (o fuego, según las versiones) que abrasan a los soldados.
En carta a su amigo Howells se explayaba sobre el tema, dejando clara, en la línea de Unamuno, que lo
importante es lo que un libro te transmite, y que esta impresión cambia con los años:
En su correspondencia mostraba Twain el bagaje bíblico aprehendido de pequeño. En una carta de 1858 a
su cuñada tras la muerte de su hermano Henry en la explosión del vapor Pensilvania, le decía, citando dos
conocidos pasajes bíblicos (el de getsemaní y el del calvario): "and prayed, as any man prayed before, that
the great God might let this cup pass from me [...] Men take me by the hand and congratulate me, and call
me "lucky" because I was not on the Pennsylvania when she blew up! My God forgive them, for they
know not what they say"653.
En The Adventures of Tom Sawyer describe cómo a los niños se les premiaba por citar versículos del libro
Sagrado y se burla de los concursos que se hacían, relatando cómo Tom hace un cambalache para
conseguir los vales acreditativos de haber sido el campeón del recitado de versículos, vales que daban
derecho a una Biblia con ilustraciones de Doré.
652 La gente pretende que la Biblia signifique lo mismo para ellos a los 50 que lo que significó a lo largo de su vida. Me
pregunto cómo pueden mentir así. Cuestión de práctica, sin duda. No dirían eso de los libros de Dickens o Scott. Nada
permanece igual. Cuando un hombre vuelve la vista atrás a la casa de su niñez, siempre ha encogido: no hay lugar para una
casa tan grande en su memoria e imaginación. ¿Cómo es que ha encogido? En realidad la casa no ha cambiado, lo que pasa
es que es la primera vez que se ha visto enfocadamente. Carta de 22 de agosto de 1887 (Letters, 1917: 490).
653 y recé como nunca antes rezó ningún hombre, para que el gran Dios apartara de mí este caliz [...] ¡La gente me dan la
mano y me felicitaba y me decían que era "afortunado" por no estar en el Pensilvania cuando explotó! Que Dios les perdone,
porque no saben lo que dicen (Ensor, 2011: 6).
654 Ensor, 2011: 29.
155
Habla Tom con guasa de un muchacho de origen alemán, el cual "he once recited three thousand verses
without stopping; but the strain upon his mental faculties was too great, and he was little better than an
idiot from that day forth"655 y que cuando le preguntaron cuáles eran los nombres de los dos primeros
discípulos contestó: "David and Goliath"; concluyendo Twain la escena de esta manera: "Let us draw the
curtain of charity over the rest of the scene"656.
También se aprecia la parodia que hace Twain de la enseñanza bíblica cuando habla de su tía Polly, que
siempre, después del desayuno, recitaba las sagradas escrituras: "it began with a prayer built from the
ground up of solid courses of Scriptural quotations, welded together with a thin mortar of originality; and
from the summit of this she delivered a grim chapter of the Mosaic Law, as from Sinai"657. El chaval, por su
parte, nos dice el escritor, recitaba cinco versos del sermón de la montaña, pues "he could find no verses
that were shorter"658. Y en su Huckleberry Finn, vemos una nueva parodia en la surrealista conversación
entre Huck y Jim sobre las mil mujeres del harén del rey Salomón659, o bien cuando en la misma novela se
describe la grotesca escena del predicador y su audiencia:
then he would hold up his Bible and spread it open, and kind of pass it around this way and that,
shouting, "It's the brazen serpent in the wilderness! Look upon it and live!" And people would shout
out, "Glory!—A-a-men!" And so he went on, and the people groaning and crying and saying amen:
Oh, come to the mourners' bench! come, black with sin! (Amen!) come, sick and sore! (Amen!) come,
lame and halt and blind! (Amen!) come, pore and needy, sunk in shame! (A-A-Men!) come, all that's
worn and soiled and suffering!—come with a broken spirit! come with a contrite heart! come in your
rags and sin and dirt! the waters that cleanse is free, the door of heaven stands open—oh, enter in
and be at rest!" (A-A-Men! Glory, Glory Hallelujah!)660.
655 Una vez recitó tres mil versículos sin detenerse; pero sus facultades mentales no pudieron soportar tal esfuerzo y se
convirtió en un idiota, o poco menos, desde aquel día (Tom Sawyer, cap. 4, GUPj).
656 Dejemos caer un velo compasivo sobre el resto de la escena (Tom Sawyer, cap. 4, GUPj).
657 [la práctica religiosa] empezó por una plegaria construida, desde el cimiento hasta arriba, con sólidas hiladas de citas
bíblicas, trabadas con un débil mortero de originalidad; y desde su cúspide, como desde un Sinaí, recitó un adusto capítulo de
la ley mosaica (Tom Sawyer, cap. 4, GUPj).
658 no pudo encontrar unos versos más cortos (Tom Sawyer, cap. 4, GUPj).
659 Dice Jim: "A harem's a bo'd'n-house, I reck'n. Mos' likely dey has rackety times in de nussery. En I reck'n de wives
quarrels considable; en dat 'crease de racket. Yit dey say Sollermun de wises' man dat ever live'. I doan' take no stock
in dat. Bekase why: would a wise man want to live in de mids' er sich a blim-blammin' all de time?" (Un harén es una
pensión, supongo. Seguro que en el cuarto de los niños hay mucho jaleo. Y seguro que las mujeres se pelean mucho, de forma
que hay más jaleo. Pero dicen que el Salamón era el hombre más sabio que ha vivido. Yo no me lo acabo de creer, porque,
¿para qué iba un tío tan sabio a querer vivir en medio de todo aquel escándalo?) (Huck Finn, cap. 14, GUPj).
660 Y entonces [el predicador] levantaba la Biblia, la abría y la pasaba de un lado para otro, gritando: "¡Es la serpiente de
bronce del desierto! ¡Miradla y vivid!" Y la gente gritaba: "¡Gloria! ¡Amén!" El predicador seguía y la gente gemía, gritaba y
decía amén: ––¡Ah, venid al banco de las lamentaciones! ¡Venid, ennegrecidos por el pecado! (¡Amén!) ¡Venid, los enfermos y
156
De entre todos los extractos bíblicos, los que parecieron interesar más a Twain fueron las historias del
Génesis, entre ellas las relativas a la expulsión del Paraíso, especialmente, y también la historia de Noé y el
Diluvio, que trató en tono normalmente jocoso. Escribió varios relatos sobre el particular, como "Eve
speaks", "Adam´s Soliloquy" o "That Day in Eden" -publicados póstumamente en Europe and Elsewhere-,
"Adam´s Diary", "Eve Diary", "A monument to Adam" o la ya mencionada colección Letters from the Earth661.
En esta última obra el humor de Twain se hace más satírico, impregnado de esa visión negativa de la Biblia
como enseñanza de amenaza y muerte y no de vida. Mientras Unamuno se centra en la figura de Cristo en
sus referencias y alusiones bíblicas, Twain apenas lo menciona, salvo por alguna referencia implícita y
cómica a sus hechos, como la que vimos en Tom Sawyer hablando de las bienaventuranzas (el sermón de la
montaña).
Sí que habla de Jesús en Letters from the Earth y allí se puede encontrar una explicación al poco
protagonismo de Jesucristo en la obra twainiana. Para el estadounidense, Jesús representa la contradicción
en sí mismo, pues no es sino el reverso de un Dios tenebroso y Él fue, según Twain, quien "inventó el
infierno":
Now here is a curious thing. It is believed by everybody that while he was in heaven he was stern,
hard, resentful, jealous, and cruel; but that when he came down to earth and assumed the name Jesus
Christ, he became the opposite of what he was before: that is to say, he became sweet, and gentle,
merciful, forgiving, and all harshness disappeared from his nature and a deep and yearning love for his
los llagados! (¡Amén!) ¡Venid, los cojos y los tullidos y los ciegos! (¡Amén!) ¡Venid, los pobres y los necesitados, llenos de
vergüenza! (¡Amén!) ¡Venid, todos los que os sentís cansados, sucios y sufrientes! ¡Venid con el ánimo destrozado! ¡Venid con
el corazón contrito! ¡Venid con vuestros harapos, vuestros pecados y vuestra suciedad! ¡Las aguas que purifican son gratuitas,
las puertas del cielo están abiertas, ah, entrad y descansad! (¡Amén!) (¡Gloria, gloria, aleluya!) (Huck Finn, cap. 20, GUPj).
661 Estos escritos son de los últimos 20 años de su vida, cuando el tema bíblico fue más frecuente en sus escritos.
Adam´s Diary lo escribió en Italia entre el final de 1892 y 1893, pero la obra no gustó a los editores y Twain la
modificó situando el Edén en las cataratas del Niágara, para que fuera dentro de "The Niagara book", un proyecto
para promocionar la zona, que también fracasó. Cuando escribió Eve´s Diary en julio de 1905 pensó editarlo
conjuntamente con el de Adán y quitó las alusiones al Niágara. En 1931 Harper´s publicó la edición conjunta (The
Bible, 1995: 3, 5-7).
Ya dijimos antes que Letters from the Earth es una recopilación publicada después de su muerte por Bernard de Voto,
y reúne una colección de escritos de tema bíblico, los aquí mencionados y otros como "Methuselah´s Diary",
"Extract from Shem´s Diary of 920 A.C.", además de otras historias de diverso tipo.
157
poor human children took its place. Whereas it was as Jesus Christ that he devised hell and
proclaimed it!662.
Siendo aún muy joven Samuel Clemens mostró cierta admiración por la figura de Cristo663, pero parece ser
que este aprecio duró poco, como se aprecia en esta respuesta de Twain a un lector que le había enviado
una lista de los cien hombres más grandes de la historia, para que la completara. Responde el escritor que
en esa lista deben ser incluidos tanto Jesús como Satanás, pues
from A.D. 350 to A.D. 1850 these gentlemen exercised a vaster influence over a fifth part of the
human race than was exercised over that fraction of the race by all other influences combined.
Ninety-nine hundredths of this influence proceeded from Satan, the remaining fraction of it from
Jesus. During those 1500 years the fear of Satan and Hell made 99 Christians where love of God and
Heaven landed one. During those 1500 years, Satan's influence was worth very nearly a hundred
times as much to the business as was the influence of all the rest of the Holy Family put together664.
Empezábamos este capítulo con la carta que le escribe a su entonces prometida sobre un Dios fiero y
vengador. De esta época son también otros escritos como "God of the Bible vs God of the Present Day"
en los que va desgranando el sinsentido del Dios bíblico y de un mundo, el descrito en el Génesis, que nada
tenía que ver con un universo inmenso gobernado por una ley natural inmutable, postulados deístas que
pareció asumir Twain por estas fechas.
Estas ideas las había tomado Twain de The Age of Reason, de Thomas Paine665. Vemos, pues, que su crítica
sobre la interpretación literal de la Biblia arranca desde muy temprano, pasando por un período donde ese
análisis negativo lo hace de manera más ufana, como en los Diarios de Adán y Eva, hasta llegar a un tono
agrio, diríamos incluso de resquemor, actitud en la que quizás tengan algo que ver las desgraciadas
662 Aquí hay algo curioso. Todos creen que mientras estuvo en el cielo fue severo, duro, fácil de ofender, celoso y cruel; pero en
cuanto bajó a la tierra y tomó el nombre de Jesucristo, asumió el papel opuesto. Es decir, se volvió dulce y manso,
misericordioso, compasivo, toda aspereza desapareció de su naturaleza, reemplazada por un amor profundo y ansioso por sus
pobres hijos humanos. ¡Sin embargo, fue Jesucristo quien inventó el infierno y lo proclamó! (Letters form the Earth, 1962: 45).
663 En un artículo que escribió en el Hannibal Journal dirigido por su hermano Orion, con apenas 17 años, calificaba a
influencia más amplia que el del resto de personalidades juntas. El 99% de esta influencia procedía de Satán y el 1% restante
de Jesús. El temor de Satán y del Infierno hicieron 99 cristianos allí donde el amor de Dios y del Cielo solo consiguió uno. La
influencia satánica fue cien veces mayor para el negocio que el del resto de la Sagrada familia junta. Carta de 28 de agosto
de 1908 (Letters, 1917: 817, 818).
665 The Bible, 1995: 313-315.
158
circunstancias familiares del escritor en sus últimos años; y su personalidad, como ya apuntamos en el
capítulo de su vida.
159
3.- MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
La más obvia de las influencias que compartieron nuestros dos autores es la de una obra más célebre que
los dos juntos, la novela por antonomasia, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Es palpable la
repercusión de la novela en Unamuno desde el momento en que dedica una de sus obras a "hacer suya",
como tanto gustaba de repetir, la obra cervantina. A transustanciarla. Vida de Don Quijote y Sancho (1905)
no es un estudio, ni una exégesis sobre la magna obra literaria de nuestro siglo de oro, sino la versión de lo
que le ocurrió al ingenioso hidalgo –a juicio de Unamuno- una vez que, abandonando la pluma de Miguel de
Cervantes, la novela pasó a las manos de otro Miguel, Unamuno lector, que haciéndola suya dejó algo de sí
mismo en El Quijote.
Vida de Don Quijote y Sancho, la obra sobre la novela cervantina más editada, traducida y comentada666, no
interpreta El Quijote. No es éste el interés de Unamuno como deja claro al principio de la obra667. Lo que
hace el escritor español es reinterpretar o, si se quiere, recrear (volver a crear) al caballero de la triste
figura, tal y como él lo ve, una versión que Unamuno sugiere más fiel al caballero manchego que la del
propio Cervantes668.
Tal y como indica Unamuno en el capítulo primero de su obra, en este discurrir por la odisea cervantina
para retratar el mito y símbolo español, el filósofo vasco urde la trama de su ensayo tejiéndola con la vida
de San Ignacio de Loyola según la refiere el jesuita Pedro de Ribadeneyra, y con la vida de Jesucristo en el
666 Vida de Don Quijote, 1998: 112. Blanco Pascual califica esta interpretación del mito quijotesco de
"instrumentalización" (1990: 3). Estudiosos de la lectura realizada por Unamuno son Ugarte (1951), Salcedo
(1957) o Jelinsky (1975). Ayestarán (2005) considera el Quijote un paradigma unamuniano por excelencia.
667 En el prólogo a la segunda edición destaca que "a eruditos, críticos e historiadores la meritoria y utilísima
tarea de investigar lo que el Quijote pudo significar en su tiempo y en el ámbito en que se produjo y lo que
Cervantes quiso en él expresar y expresó, debe quedarnos a otros libre el tomar su obra inmortal c omo algo
eterno, fuera de época y aun de país, y exponer lo que su lectura nos sugiere" (Vida de Don Quijote, 1914: 5-6).
En su ensayo "Sobre la lectura e interpretación del Quijote", al que alude en el prólogo como el programa con
que ejecutó la Vida de Don Quijote, apunta también esta idea, precursora de las modernas teorías de la
recepción: "¿qué tiene que ver lo que Cervantes quisiera decir en su Quijote, si es que quiso decir algo, con lo
que a los demás se nos ocurra ver en él? ¿De cuándo acá es el autor de un libro el que ha de entenderlo
mejor?" (La España Moderna, 1905: 9).
668 "...nosotros podemos comprender a Don Quijote y Sancho mejor que Cervantes..." ( Vida de Don Quijote,
1914: 7).
160
Evangelio, junto a otras referencias a personajes históricos (como Santa Teresa, a cuya Vida se refiere
profusamente). No se trata pues aquí de ver la influencia de la novela de Cervantes en Vida de Don Quijote y
Sancho, sino de atender al modo en que Unamuno hace suya la obra para mostrar toda su filosofía, su
cosmovisión, su imagen de España y su preocupación por la inmortalidad. Lo crucial no es adivinar el eco
cervantino en uno u otro pasaje, en la estructura o en el tema de la obra, ya que la trascendencia del
Quijote es la de haber sido la semilla, la génesis de la inspiración de todo un nuevo libro, el de Unamuno.
No le interesa al escritor vasco la tan manida crítica cervantina de los libros de caballerías, sino la vida que
eligió, la voluntad hecha carne, una cuestión que era para Unamuno la faceta más importante del ser: lo que
uno quiere ser669. Y es que el caballero de La Mancha es el espejo en el que se mira Unamuno para hacer lo
que Don Quijote, convertir su sueño en vida, vivir su fe haciendo realidad su ideal de caballero, del mismo
modo que Unamuno hacía uso de la palabra para despertar conciencias y eternizar la suya y, con ella, su
propia vida.
Clama así el pensador español en su obra quijotesca: "Tú, Dios de mi sueño, ¿dónde acoges los espíritus de
los que atravesamos este sueño de la vida tocados de la locura de vivir por los siglos de los siglos
venideros? […] ¡La vida es sueño!..."670. El escritor ve en esa pérdida de cordura lo que le hace falta a una
España que apenas un puñado de años atrás perdió los últimos restos de su imperio: "La locura, la
verdadera locura nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos
tiene a cada uno ahogado el propio […] Esta es la verdad pura; el mundo es lo que a cada cual le parece, y
la sabiduría estriba en hacérnoslo a nuestra voluntad, desatinando sin ocasión y henchidos de fe en lo
absurdo"671.
Y es Don Quijote, también, vehículo para la crítica del positivismo que Unamuno profesa desde bien
temprano en su obra, usando de pretexto el pasaje cervantino en el que el hidalgo se dispone a acometer
161
lo que presiente como un fabuloso enemigo, cuando en realidad se trata de unos mazos de batán. Entonces
el empírico Sancho no puede más que reírse, contestándole el caballero:
Pues, porque os burláis, no me burlo yo —respondió don Quijote—. Venid acá, señor alegre:
¿paréceos a vos que, si como éstos fueron mazos de batán, fueran otra peligrosa aventura, no había
yo mostrado el ánimo que convenía para emprendella y acaballa? ¿Estoy yo obligado, a dicha, siendo,
como soy, caballero, a conocer y destinguir los sones y saber cuáles son de batán o no?672.
Y sobre este episodio traza el vasco su denuesto del racionalismo exacerbado, explicando que Sancho
tienen miedo del ruido hasta que ve la causa que lo origina, entonces se burla de su señor, cuando al
práctico escudero su sano juicio, si es que lo tuviera, no le habría valido de nada para desentrañar la causa
del estruendoso ruido en plena noche.
Dice así Unamuno: "Sancho, que de noche no se atreve a apartarse de su amo por miedo a los temerosos
sones y por miedo no los distingue, búrlase de él cuando ve el artefacto que los produce. Así es con el
sanchopancismo que llaman ya positivismo, ya naturalismo, ya empirismo, y es que ha sido que pasado el
miedo, se burla del idealismo quijotesco"673.
Es Don Quijote, no Alonso Quijano el ejemplo a imitar, para el rector de Salamanca, pues en esa pérdida
de la cordura encontró su alma, tal y como señala refiriendo al Nuevo Testamento: "Quien pierda su alma
la ganará—dijo Jesús—, es decir, ganará su alma perdida y no otra cosa. Perdió Alonso Quijano el juicio,
para ganarlo en Don Quijote; un juicio glorificado"674. Por esto ensalza el filósofo español al caballero frente
al hidalgo y pide ir a "rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los hidalgos de la
Razón"675, pues es el mejor ejemplo de vida, tal y como le recomienda al lector: "Procura vivir en continuo
vértigo pasional, dominado por una pasión cualquiera. Sólo los apasionados llevan a cabo obras
verdaderamente duraderas y fecundas"676.
apareció por vez primera en la segunda edición de Vida de Don Quijote, situado después del prólogo, donde nos
indica el propio autor que fue publicado en el nº de febrero de 1906 de La España Moderna.
162
Pero no siempre fue esta la idea que Unamuno tuvo del ingenioso hidalgo, aunque alegó en su defensa que
le malinterpretaron677, pues años antes, coincidiendo con la Guerra hispano-norteamericana del 98 gritaba:
¡Muera Don Quijote!, desde un artículo homónimo a este llamamiento 678 . Unamuno señalaba aquí al
Quijote como encarnación de la España histórica, la conquistadora de pueblos, que según el concepto
unamuniano de la historia recae en lo accidental, mientras que Alonso Quijano era lo consustancial del
pueblo español, lo eterno. Ninguna alabanza había en estas líneas a la pérdida de juicio del hidalgo, porque
"la locura saca el poso de soberbia y de vanidad humanas que en todo mortal descansan" 679. Unamuno
abunda en este ensayo en su noción de intrahistoria que esbozaremos más delante, al hablar de su
pensamiento, y sin embargo no es aquí Don Quijote la sustancia del pueblo español, sino la encarnación de
la nación histórica, que ha de "morir tarde o temprano, y creo y espero y deseo, que mucho antes de lo
que nos figuramos"680.
Pero ya se sabe del carácter contradictorio de don Miguel y esta última obra, siendo anterior
cronológicamente a su Vida de Don Quijote, no sería la única en la que se referiría a la inmortal obra
cervantina, sino que apenas unos días después volvería a la carga con otro artículo titulado ¡Viva Alonso el
Bueno!, que fue una carta a Federico Urales en respuesta a la reacción que suscitó su primer artículo,
matizando las interpretaciones que algunos hicieron de su llamamiento. Explicaba Unamuno que su alabanza
al hidalgo no suponía un viva a Sancho Panza, es decir, al Sancho utilitarista que obra según el sentido
común tan denostado por Unamuno, "pensando en ganancias"681. Sobre este tema del sentido común y
Sancho Panza se manifestó años atrás, en su En torno al casticismo en 1895682.
Con el tiempo y el cambio de siglo varió la concepción que del mito quijotesco tenía Unamuno y, con ese
cambio, la interpretación alegórica que hace de la vida de Don Quijote683. Pero, en el fondo, esas visiones,
¡Qué rozagante vive el sancho-pancismo anti-especulativo y anti-utopista! ¡Qué estragos hace el sentido común,
lo más anti-filosófico y anti-ideal que existe! El sentido común declara loco en una sociedad en que sólo se
emplea la simple vista, la vista común, á quien mira con microscopio ó telescopio; el sentido común emplea
argumenta ad risum para hacer ver la incongruencia de una opinión con nuestros hábitos mentales. "No, lo que
es á mi no me la pegan, ni me vuelven á tomar de primo", exclama hoy Sancho, perdido lo más hermoso que
tenía, su fe en Don Quijote y su esperanza en la ínsula de promisión. Si Sancho volviera á ser escudero, mejor
aún que escudero de Don Quijote, criado de Alonso el Bueno, ¡cuánto no podría hacer con su sano sentido
común!" (En torno al casticismo, en OC, 2007: 183).
683 Tal y como acertadamente señala Alfredo López-Pasarín Basabe en su análisis hermenéutico de la obra
unamuniana "En Torno a la Vida de Don Quijote, de Unamuno: Cuestiones de Hermenéutica", el escritor no hace
163
aún aparentemente contradictorias, no son opuestas, porque el caballero que parece denostar Unamuno
por imperialista, lo estima luego aunque no por esa razón, sino porque, bajo esa aparente fiebre de
conquista lo que subyace es un afán de realizar el ideal, no la conquista por la conquista misma, sino de
vivir como quería vivir. Muchos son los escritos de Unamuno sobre la famosa novela 684, pero su análisis
requeriría un estudio individual del tema, que no es nuestro objeto aquí.
La influencia de la obra cervantina no se agota en la obra unamuniana protagonizada por Don Quijote.
Niebla es, según reflejan sucesivos estudios 685 , una novela cervantina por tener en común una serie de
elementos, a saber, la parodia de tradiciones literarias anteriores, la literatura como temática literaria, las
digresiones episódicas, el protagonista quijotesco, el diálogo como molde de la acción, la metaficción, la
confluencia de varias voces narrativas, la dicotomía realismo-irrealismo, el uso de la ironía en los prólogos,
la autoconciencia narrativa y, finalmente, la muerte del protagonista a manos del autor686.
Además existen una serie de alusiones explícitas al Quijote que hace Unamuno en la propia novela, como
personaje interno a la obra, en el prólogo metaliterario de la nivola, como cuando se refiere a su Vida de
Don Quijote: "Y en cuanto a la posibilidad de resucitar a don Quijote, creo haber resucitado al de Cervantes
y creo que le resucitan todos los que le contemplan y le oyen"687, o cuando Víctor, a propósito de una
serie de peripecias de un empleado de hacienda -cuya vida parece sacada de una telenovela-, le comenta a
Augusto que pensaba hacer un sainete con todo ello, pero que considerándolo mejor ha "decidido meterlo
de cualquier manera, como Cervantes metió en su Quijote aquellas novelas que en él figuran..."688.
En cuanto a los elementos comunes entre las dos obras, arriba señalados, y sin ánimo de extendernos en
un análisis detallado, queremos concretar algunos puntos para hacernos una idea de la influencia cervantina
en el texto unamuniano.
En primer lugar, está la parodia de tradiciones literarias anteriores, que es la archiconocida crítica de los
libros de caballerías en El Quijote, y, en Niebla, la censura de la rigidez de los críticos a la hora de
una interpretación crítica, no trata al protagonista de la gran obra cervantina como personaje de ficción, sino
como persona que ha vivido, y por eso realiza en la misma sus paralelismos con la vida de San Ignacio de Loyola
o de Jesús (López- Pasarín, 2009: 53-67).
684 Para el listado completo: García Maestro, 1989: 241, 242.
685 Vauthier, 1998.
686 Ardila, 2010: 349, 350.
687 Niebla, 1982: 58.
688 Niebla, 1982: 119.
164
determinar las características de una novela (basada en el canón de novela realista del XIX); dice así en el
prólogo Unamuno:
Esta ocurrencia de llamarle nivola ––ocurrencia que en rigor no es mía, como lo cuento en el texto–
fue otra ingenua zorrería para intrigar a los críticos. Novela y tan novela como cualquiera otra que así
sea. Es decir, que así se llame, pues aquí ser es llamarse. ¿Qué es eso de que ha pasado la época de
las novelas? ¿O de los poemas épicos? Mientras vivan las novelas pasadas vivirá y revivirá la novela. La
historia es resoñarla689.
Común es también la ironía en sus prólogos. El "parecerá acaso extraño a alguno de nuestros lectores que
sea yo, un perfecto desconocido en la república de las letras españolas, quien prologue un libro de don
Miguel que es ya ventajosamente conocido en ella, cuando la costumbre es que sean los escritores más
conocidos los que hagan en los prólogos la presentación de aquellos otros que lo sean menos" de Niebla,
se asemeja mucho en cuanto al tono y proximidad empleados, al "desocupado lector: sin juramento me
podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más
gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza;
que en ella cada cosa engendra su semejante" del Quijote.
Varias son también las digresiones episódicas en ambas novelas, como el exordio de la visita de Augusto a
Antolín S. Paparrigópulos 690 (cap. 23) o la historia de Don Eloíno (cap.17), en Niebla, o la del curioso
impertinente (caps. 33 al 35), la de Dorotea (cap.28) o la de Cardenio (cap.27) en la primera parte del
Quijote. Quijotesco es también el protagonista de Niebla, Augusto, pobre desgraciado que pierde el juicio y
que, en su devenir, preocupa a los que les rodean.
En cuanto a la metaficción, íntimamente unida al elemento que el profesor Ardila denomina dicotomía
entre realismo e irrealismo, entendiendo realismo en el sentido aristotélico de verosimilitud691, el autor del
Quijote hace que nos replanteemos los límites entre realidad y ficción cuando aparece un libro que nos
cuenta la historia que está contando el narrador: "Cuando yo oí decir "Dulcinea del Toboso", quedé
atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don
Quijote. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y, haciéndolo así, volviendo de improviso
165
el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete
Benengeli, historiador arábigo"692.
La historia cervantina en sí muestra tal dicotomía: la realidad entendida por todos los personajes menos
Don Quijote, y la de éste, su realidad imaginada. En cuanto a Niebla, ocurre algo similar con el libro que
dice estar escribiendo Víctor, sugiriendo que es la historia del propio Augusto:
...una novela que estoy escribiendo para desquitarme de los quebraderos de cabeza que me da el
embarazo de mi mujer [...] Mis personajes se irán haciendo según obren y hablen, sobre todo según
hablen; su carácter se irá formando poco a poco. Y a las veces su carácter será el de no tenerlo.
––Sí, como el mío693.
La realidad en Niebla se pone en duda de manera evidente cuando Augusto se entrevista con Unamuno,
quien le indica que solo es un personaje fruto de su imaginación 694 . Y ya antes hay muestras de esa
incertidumbre sobre qué es real y qué ficción, desde la portada misma del libro (las primeras ediciones,
además de poner en ella el título y nivola, entre paréntesis, indicaban que el prólogo era de Víctor Goti),
pasando por el prólogo y las continuas reflexiones del protagonista acerca de su existencia.
Por último, ambas obras comparten el hecho de tener varias voces narrativas y el uso del denominado
narrador infidente. En El Quijote Cervantes, de modo original -para la literatura de la época-, usa el
narrador infidente (etimológicamente, no fiable), que nos cuenta algo que poco después se demuestra falso,
como al final del capítulo cuatro cuando a propósito de mantener en secreto la partida del hidalgo señala:
"Todo lo prometió Carrasco", quien luego no cumple nada de lo empeñado 695 . En Niebla, ya desde el
prólogo, el narrador nos confunde sobre la entidad del prologuista, Víctor Goti, sobre su realidad o
irrealidad.
En el Quijote se distinguen cuatro narradores, el archivista manchego, que escribe los capítulos 1 al 8; el
segundo narrador, que irrumpe en el capítulo 9; Cide Hamete, que aunque no narra nada parece el
las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres
más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle" (Niebla, 1982: 170).
695 Avalle-Arce, 1988: 164.
166
verdadero autor de la historia; y el traductor que corrige y comenta696. En Niebla son dos, Unamuno y
Victor Goti.
La nivola unamuniana ofrece también cierto paralelismo, tal y como ha señalado Bénédicte Vauthier697, con
las novelas ejemplares de Cervantes El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Decimos las novelas
ejemplares, aunque bien podría decirse la novela ejemplar en la que aparecen dos historias sucesivas, que
responden a los nombres referidos. Existe afinidad temática en esta novela con Niebla, en concreto con el
episodio del matrimonio de Don Eloíno con Doña Sinfo, en el que, al igual que ocurre con el alférez
Campuzano y Estefanía, los que de inicio engañan a sus futuras mujeres son a la postre los engañados.
Incluso de un modo más forzado podría entenderse también que Augusto engaña (aun sin intención) a la
sirvienta Rosario dándole esperanzas, mientras que ve defraudado su amor por Eugenia, que le planta poco
antes de la boda. También existen similitudes en cuanto al binomio realismo-irrealismo que apuntábamos
más arriba, pues así como El coloquio de los perros, aparentemente imposible, parece más real que lo
narrado sobre el casamiento, el monólogo interior del perro Orfeo, es más real en cuanto a su lógica que
el surrealista casamiento de Don Eloíno, que es "fantástico" y "una invención" para Augusto.
Múltiples son las referencias directas o alusiones al Quijote en la obra de Unamuno, pero especialmente
interesantes son las que aparecen en Amor y Pedagogía, de composición anterior a la reinterpretación
unamuniana del clásico, y que son de todo tipo. Mediante cita directa, cuando alude al pasaje en el que
Maese Pedro dice ""llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala" (capítulo XXVI de la
parte II de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha)" 698 ; mediante comentario de la obra, cuando
aprovecha la ruptura de las convenciones del caballero para hablar precisamente del positivismo que rige la
realidad, del que es esclavo Avito:
¿Y hay, a propósito, nada más cómico que don Quijote? ¿No luchó desesperadamente contra la lógica
de la realidad que nos manda que sean los molinos de viento lo que en el mundo de la realidad son y
no lo que en el mundo de nuestra fantasía se nos antoja que sean? ¿Y cuándo le volvió la lógica a don
Quijote sino cuando la muerte le amagaba y rondaba en torno suyo? Se rebeló contra la lógica el
esclavo Alonso el Bueno y la Lógica le llevó a su apartado retiro y le enseñó sus secretos y le regaló
167
con sus caricias, porque ¿no se ve a la Lógica y a la Lógica desnuda y sumisa y entregada y no vestida
y tiránica y reservada en las aventuras todas de nuestro inmortal ingenioso hidalgo?699.
Y en referencias a obras suyas anteriores en las que tomaba como tema al Quijote y que usó para expresar
su cambio de punto de vista respecto a la figura del hidalgo, del que hablábamos arriba diciendo que
lancé hace algún tiempo el grito de ¡muera don Quijote!, y este grito halló alguna resonancia y quise
explicarlo diciendo que quería decir ¡viva Alonso el Bueno! esto es, que grité ¡muera el rebelde!
queriendo decir ¡viva el esclavo!, pero ahora me arrepiento de ello y declaro no haber comprendido
ni sentido entonces bien a don Quijote, ni haber tenido en cuenta que cuando éste muere es que
tocan a muerto por Alonso el Bueno700.
Para concluir, Unamuno usó también a don Quijote como punto de comparación con distintas
personalidades, destacando el paralelismo que hizo con el "libertador" sudamericano, Simón Bolívar. En
"Don Quijote y Bolívar" establece puntos en común de la vida de uno y otro, como el lanzarse el caballero
a la aventura por amor a Aldonza Lorenzo y el inicio de la carrera del sudamericano tras la muerte de su
joven mujer y su añoranza del amor perdido701, o la angustia metafísica de todos los grandes, el ¿para qué?
de sus vidas702.
168
TWAIN. UN INGENIOSO HIDALGO DE CONNECTICUT EN LA CORTE
DEL REY ARTURO.
Señala algún estudioso que con Twain Cervantes volvió a formar parte de la tradición literaria
estadounidense703 y desde luego los ecos cervantinos son apreciables en la obra de Twain, especialmente
en A Connecticut Yankee in King Arthur´s Court (1889).
Las coincidencias son notables entre el Quijote y Conneticut Yankee pese a que no haya alusiones directas a
la obra cervantina, como sí veremos hay en Huck Finn. Más allá de que el pragmático yanqui, protagonista
de la novela, cabalgue junto a futura esposa, la fantasiosa Sandy o que la estructura narrativa a que da pie el
viaje a caballo de aventura en aventura sea común a la cervantina, existen varios notables paralelismos
entre ambas obras. La crítica indica que Twain, al igual que Cervantes, satiriza la caballería y los libros de
caballerías704. Coincido con esta apreciación, pero matizando que el norteamericano, más que criticar los
libros de caballerías, lo que quiere denostar es al mundo aristocrático, todavía vigente en la época de
Twain, con sus nobles y reyes que aún mandaban como hacían en la Edad Media, constituyendo un
estamento aborrecible para Twain. Es obvia también, la parodia que hace el autor de pasajes de la obra de
Thomas Mallory, Le Morte D´Artur, una recopilación de leyendas artúricas, en que se inspira para su
historia705.
El pasaje en el que el acalorado yanqui se muere de calor, cargando con un escudo que parece tener vida
propia de acá para allá, con la armadura puesta, sin poder rascarse cuando se le mete dentro una molesta
mosca, evoca al desmadejado jinete manchego que apenas puede comer ni beber vestido con su coraza.
Como dice Hank Morgan, si ya es un martirio cuando "the sun was beating down and warming up the iron
more and more all the time"706 y un atisbo de brisa es el mayor consuelo, en el momento en que "a fly got
in through the bars and settled on my nose"707 y se le baja el bozal del casco estamos ante una tragedia y el
pobre yanqui necesita la ayuda de su acompañante para desmontar y resolver el entuerto. No andaba
mucho mejor Alonso Quijano en sus campañas cuando se detenía a disfrutar del almuerzo que entonces
"no podía poner nada en la boca con sus manos si otro no se lo daba y ponía; y así, una de aquellas señoras
703 "Only with the return of realism represented by Mark Twain did Cervantes again become a living part of our
literary tradition" (Heiser, 1947: 435).
704 Moore, 1922: 339.
705 Moore, 1922: 340-342.
706 el sol pegaba fuerte y calentaba la armadura más y más (Twain, Yankee, cap. 22, GUP J).
707 una mosca se me metió en la rejilla del yelmo y se puso en mi nariz (Twain, Yankee, cap. 22, GUPJ).
169
servía deste menester". Y para beber le tenía que dar el ventero "por una caña hueca" y teniendo cuidado
"de no romper las cintas de la celada"708.
El episodio del Yankee que quizás más se parece a un episodio del Quijote es aquel en el que Sandy, como si
estuviera presa de un encantamiento, ve princesas donde solo hay cerdos y el castillo de un ogro en vez de
una cochiquera, cuando el sanchopancesco yanqui dice: "Castle? It is nothing but a pigsty; a pigsty with a
wattled fence around it"709. Es un pasaje similar al del ingenioso hidalgo que arrostra "treinta, o pocos más"
gigantes con los que piensa batallar y quitarles la vida, pese al lógico razonamiento de Sancho: "— Mire
vuestra merced [...] que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en
ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino"710.
El Quijote fue uno de los pocos libros que releyó Twain. Tanto en The Adventures of Tom Sawyer, como en
Adventures of Huckleberry Finn, Tom es el lector insaciable que moldea cada una de sus acciones según los
libros, los cuales alimentan su imaginación y son fuente de sus aventuras. Huck es a Tom lo que Sancho es a
Don Quijote. Huck es el realista, el escéptico. Tom el idealista, el soñador. El rastro del Quijote es palpable
en ciertos capítulos de estas obras. Así, cuando Huck Finn le pregunta a Tom dónde están los elefantes,
Tom le responde que es un ignorante y que, si hubiera leído El Quijote, lo sabría711. El episodio dice así,
siendo los cerdos, lingotes y los españoles, árabes, camellos y elefantes, a resultas de una simple excursión
realizada por la escuela dominical:
Tom Sawyer called the hogs "ingots," and he called the turnips and stuff "julery," and we would go to
the cave and powwow over what we had done, and how many people we had killed and marked [...] I
didn't believe we could lick such a crowd of Spaniards and A-rabs, but I wanted to see the camels and
elephants, so I was on hand next day, Saturday, in the ambuscade; and when we got the word we
rushed out of the woods and down the hill. But there warn't no Spaniards and A-rabs, and there
warn't no camels nor no elephants. It warn't anything but a Sunday-school picnic, and only a primer-
class at that712.
que habíamos hecho y de cuánta gente habíamos matado y marcado con nuestra señal. [...] Yo no creía que pudiéramos
vencer a tantos españoles y árabes, pero quería ver los camellos y los elefantes, de forma que al día s iguiente, que era
sábado, me presenté a la emboscada, y cuando nos dio la orden salimos corriendo del bosque y bajamos el cerro. Pero
170
Cervantes, por su parte, pintaba así a un Don Quijote tan entusiasta de "su" realidad como el intrépido
Tom, cuando acomete a un rebaño de ovejas creyéndolos numeroso ejército:
-¡Ea, caballeros, los que seguís y militáis debajo de las banderas del valeroso emperador Pentapolín
del Arremangado Brazo, seguidme todos: veréis cuán fácilmente le doy venganza de su enemigo
Alefanfarón de la Trapobana! Esto diciendo, se entró por medio del escuadrón de las ovejas, y
comenzó de alanceallas con tanto coraje y denuedo como si de veras alanceara a sus mortales
enemigos. Los pastores y ganaderos que con la manada venían dábanle voces que no hiciese aquello;
pero, viendo que no aprovechaban, desciñéronse las hondas y comenzaron a saludalle los oídos con
piedras como el puño713.
Huckleberry es el pragmático Sancho frente al quijotesco Tom. Sawyer no deja de fantasear con sus
lecturas novelescas de "piratas y ladrones"714 y vive la vida a través de las historias que ha leido715, como la
de Robin Hood716, al igual que Don Quijote emulando a Lanzarote, Amadís o Tirante717. El intrépido Tom,
cuando hay que liberar a Jim de su cautiverio en la propiedad del tío Silas, desecha el lógico plan de Huck
de sacar al esclavo por la ventana: "Here's the ticket. This hole's big enough for Jim to get through if we
wrench off the board"718, por ser demasiado sencillo, y pergeña un rescate más novelesco, consistente en
no había españoles ni árabes ni camellos ni elefantes. No había más que una gira de la escuela dominical, y encima de
los de primer curso (Huck Finn, cap. 3, GUPJ).
713 Don Quijote, parte 1, cap. 18, BVC.
714 "pirate-books and robber-books" (Huck Finn, cap. 2, GUPJ).
Ya en The Adventures of Tom Sawyer sueña con ser un corsario: "he would suddenly appear at the old village and
stalk into church, brown and weather-beaten, in his black velvet doublet and trunks, his great jack-boots, his
crimson sash, his belt bristling with horse-pistols, his crime-rusted cutlass at his side, his slouch hat with waving
plumes, his black flag unfurled, with the skull and crossbones on it, and hear with swelling ecstasy the
whisperings, "It's Tom Sawyer the Pirate!—the Black Avenger of the Spanish Main!" (... y entraría arrogante en la
iglesia, tostado y curtido por la intemperie, con su justillo y calzas de negro terciopelo, sus grandes botas de campaña, su
tahalí escarlata, el cinto erizado de pistolones de arzón, el machete, tinto en sangre, al costado, el ancho sombrero con
ondulantes plumas, y desplegada la bandera negra ostentando la calavera y los huesos cruzados, y oiría con orgulloso
deleite los cuchicheos: "¡Ése es Tom Sawyer el Pirata! ¡El tenebroso Vengador de la América española!) (Tom Sawyer,
cap. 8, GUPj).
715 "I don't know. But that's what they do. I've seen it in books; and so of course that's what we've got to do"
(No lo sé. Pero eso es lo que hacen. Lo he visto en los libros, así que desde luego es lo que tenemos que hacer nosotros)
(Huck Finn, cap. 2, GUPJ).
716 Tom Sawyer, cap. 8, GUPj.
717 Don Quijote, parte 1, cap. 13, BVC.
718 Ese agujero es lo bastante grande para que Jim salga por él si arrancamos la tabla (Huck Finn, cap. 34, GUPj).
171
cavar un túnel hasta el suelo de la cabaña: "Now we're all right. We'll dig him out. It 'll take about a
week!"719.
Y sigue rizando el rizo queriendo serrar la pata de la cama a la que está encadenado el esclavo, en vez de
levantar la cama y sacar la cadena, como sugiere Huck, a lo que el alocado niño responde: "You can get up
the infant-schooliest ways of going at a thing. Why, hain't you ever read any books at all?—Baron Trenck,
nor Casanova, nor Benvenuto Chelleeny, nor Henri IV, nor none of them heroes?" 720 . Recuerda el
aventurero Tom al arrojado hidalgo, quien le espeta a Sancho cuando éste le comenta lo que la gente dice
de él, que si un "loco", que si "desgraciado", la lista de héroes que fueron criticados maliciosamente:
Julio César, animosísimo, prudentísimo y valentísimo capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto
no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres. Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el
renombre de Magno, dicen de él que tuvo sus ciertos puntos de borracho. De Hércules, el de los
muchos trabajos, se cuenta que fue lascivo y muelle...721.
Y, como hace Don Quijote con Sancho Panza, le afea Tom a Huck su falta de conocimiento, diciéndole que
sabría más de haber leído la obra cervantina, y cuando el bueno de Finn muestra su desconocimiento de
cómo son las fugas en la ficción, le espeta: "Oh, shucks, Huck Finn, if I was as ignorant as you I'd keep
still—that's what I'D do. Who ever heard of a state prisoner escaping by a hickry-bark ladder? Why, it's
perfectly ridiculous."722. En el mismo sentido, le dice en otro momento el ingenioso hidalgo a Sancho lo
poco que sabe de caballería723 y que no se da cuenta de cómo son las cosas en el mundo caballeresco:
"Mira, Sancho, por el mismo que denantes juraste, te juro —dijo don Quijote— que tienes el más corto
entendimiento que tiene ni tuvo escudero en el mundo. ¿Que es posible que en cuanto ha que andas
conmigo no has echado de ver que todas las cosas de los caballeros andantes parecen quimeras, necedades
y desatinos, y que son todas hechas al revés?"724.
En otras obras de Twain se aprecia también el influjo de la más renombrada obra cervantina, como cuando
en Personal Recollections of Joan of Arc, hablando del nombramiento de "el paladín" como portaestandarte,
719 Ahora todo está en orden. Lo vamos a sacar por un túnel. ¡Nos llevará una semana! (Huck Finn, cap. 34, GUPj).
720 Se te ocurren las mismas cosas que a un niño de escuela. ¿Es que no has leído un libro en tu vida? ¿El barón Trenck,
o Casanova, Benvenuto Cellini, o Enrique IV, o cualquiera de esos héroes? (Huck Finn, cap. 35, GUPj).
721 Don Quijote, parte 2, cap. 2, BVC.
722 Oh, vaya, Huck Finn, si fuera tan ignorante como tú seguiría igual - eso es lo que pasaría. ¿Quién ha eschucha jamás
que un prisionero escape por una escalera? Eso es ridículo (Huck Finn, cap. 35, GUPJ).
723 Don Quijote, parte 1, cap. 18, BVC.
724 Don Quijote, parte 1, cap. 25, BVC.
172
hace referencia al conocido pasaje de los molinos de viento: "And of all people in the world, this majestic
windmill carries it off. Well, isn't it a gigantic promotion, when you come to look at it!"725.
Y puede también que Twain se inspirara en la locura de Don Quijote como camino para alcanzar la
felicidad y por eso el Satanás de The Mysterious Stranger le miente al padre Pedro acerca de su condena en
el juicio por el robo de las monedas de oro, pues, habiéndo perdido el otro juicio, el de su mente, se
muestra feliz.
725y entre todos los hombres del mundo se lo ha llevado ese molino de viento. Vaya ascenso de gigante, ¿no os parece?
(Joan of Arc, lb. 2, cap. 11, GUPj).
173
3.- WILLIAM SHAKESPEARE.
Como casi cualquier autor de lengua inglesa (cabría decir como casi cualquiera de una literatura
occidental), se pueden apreciar ecos de la obra del bardo de Stratford-upon-Avon, en varias de las obras
de Twain, pero llama especialmente la atención la referencia directa que hace en su Huckleberry Finn al
famoso soliloquio de Hamlet de la escena primera del acto tercero de la obra. No entona aquí un
monólogo el príncipe (de Dinamarca), sino el pillo del "duque", para enseñárselo a su pareja de viaje, el
"rey", y poder hacer así una representación con la que ganarse unos cuartos. Este soliloquio es en buena
medida copia del monólogo de la inmortal obra shakesperiana, de la que suprime partes y añade otras de
otros pasajes de Hamlet, sumándole otros extractos de otras obras de Shakespeare, en concreto, de
Macbeth y de Ricardo III.
Y arranca, como en el drama shakesperiano, pero cambiando el "that is the question" por "that is the bare
bodkin" (la daga desnuda) que toma del mismo monólogo, pero ya avanzada la proclama. Toma fragmentos
de otras partes de Hamlet, como el "In the dead wast and middle of the night"727 de la escena segunda del
primer acto de la obra shakesperiana.
Luego añade pasajes como éste de Macbeth (escena segunda, acto segundo): "Wake Duncan with thy
knocking! I would thou couldst!"728, o este otro de Ricardo III, de la escena primera, acto primero: "the
clouds that low'r'd upon our house"729.
726 Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el gran obstáculo, porque al considerar qué sueños podrán ocurrir en
el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal... (Hamlet, acto 3, escena 1, GUPJ).
727 En el medio de la noche estaba el muerto (Hamlet, acto 3, escena 2, GUP J).
728¡Despierta a Duncan de un golpe! ¡Lo haría si pudiera! (Macbeth, acto 2, escena 2, GUPJ ).
729 Las nubes que se ciernen sobre nuestro hogar (King Richard III, acto 1, escena 1, GUPj).
174
Pero las piezas encajan perfectamente en el puzzle que monta Twain, teniendo todo el conjunto perfecto
sentido, manteniendo el espíritu filosófico del soliloquio original con un punto de humor (piénsese en que
ser o no ser, no es la cuestión, sino la daga desnuda... 730 ), lo que hace entrever que no solo el autor
norteamericano conocía la obra de Shakespeare, sino que llevó a cabo un cuidadoso uso de la misma,
formando su propio collage shakesperiano. El humor es burlón, pero no el sarcástico o negro que utiliza a
veces para criticar ciertos comportamientos y el carácter paródico se refiere al personaje que lo declama,
el duque, no al texto. Dice de él cuando está a punto de empezar el recitado:
Then he strikes a most noble attitude, with one leg shoved forwards, and his arms stretched away up,
and his head tilted back, looking up at the sky; and then he begins to rip and rave and grit his teeth;
and after that, all through his speech, he howled, and spread around, and swelled up his chest, and
just knocked the spots out of any acting ever I see before731.
De hecho, Twain se extendió en el tema en una parodia específica que hizo de Hamlet y que no fue
publicada hasta después de su muerte732, compuesta en una época en la que ya había empezado a escribir
su famosa novela del vagabundo Huck. En 1881, tal y como le cuenta en una carta a su íntimo Howells 733,
escribió en apenas tres días los dos primeros actos de una recreación de Hamlet en la que aparecía un
nuevo personaje que pasaría desapercibido y que al principio pensó encarnarlo en un primo del campo del
príncipe de Dinamarca, pero que descartó luego, pues "the family could not consistently ignore him"734.
Como decimos, la obra está incompleta, se conservan solo dos actos de la misma, que Twain previó en
cinco735.
Y no fue ésta la única parodia de las obras shakesperianas, en un contexto, el del siglo XIX norteamericano
en que las obras con alusiones burlonas a las obras del bardo inglés eran frecuentes, pues ya sin haber
cumplido los 30 años escribió "The Killing of Julius Caesar "Localized"", a modo de crónica de periódico
sobre el asesinato de Julio César, pero que deja a un lado el suceso histórico para parafrasear el Julius
730 En Huck Finn Twain arranca así: "To be, or not to be; that is the bare bodkin" (Ser o no ser, esa es la daga
desnuda) (Huck Finn, cap. 21, GUPJ).
731 Adoptó una actitud nobilísima, con una pierna adelantada, los brazos alargados y la cabeza echada hacia atrás,
mirando al cielo, y empezó a gritar, a gemir y a rechinar los dientes, y después de eso, a lo largo de todo su discurso,
estuvo aullando y moviéndose e inflando el pecho y la verdad es que fue la interpretación más maravillosa que he visto
en mi vida (Huck Finn, cap. 21, GUPJ).
732 Twain, 1967: 49-87.
733 Twain, 1967: 49.
734 La familia no podía ignorarlo de manera que resultara convincente (Twain, 1967: 49).
735 Twain, 1967: 49.
175
Caesar shakesperiano en modo jocoso, con el cónsul romano diciendo que no se podía mover porque era
tan fijo como la estrella polar...736.
En el resto del Huckleberry Finn hay más referencias explícitas a las obras de Shakespeare, aludiendo a
Romeo y Julieta o a Ricardo III como obras que el duque y el rey pensaban representar al llegar a una ciudad
adecuada: "The first good town we come to we'll hire a hall and do the sword fight in Richard III and the
balcony scene in Romeo and Juliet. How does that strike you?" 737 . O la alusión directa a otro drama
shakesperiano, cuando visten a Jim como al Rey Lear, poniéndole un cartel que dice "Árabe enfermo:
inofensivo cuando no se vuelve loco", para evitar que la gente pensara que era un negro huido y no tener
que tenerle todo el día atado738.
Más allá de referencias explícitas, resuena en otras obras de Twain aquello de la insignificancia de los
hombres para los dioses del Rey Lear, el "As flies to wanton boys are we to th’ gods; They kill us for their
sport" 739 . Así, en The Mysterious Stranger, el forastero sobrenatural aplasta a dos hombrecillos como si
fueran hormigas: "Satan reached out his hand and crushed the life out of them with his fingers, threw them
away, wiped the red from his fingers on his handkerchief, and went on talking where he had left off..."740.
En el concepto mismo del sueño puede encontrarse un paralelismo de The Mysterious Stranger con la obra
del poeta inglés The Tempest, en la afirmación de Próspero de que estamos hechos de la madera de los
sueños741, pues el propio forastero se llama Philip Traum (sueño, en alemán) y los niños que le siguen se
preguntan muchas veces si estarán soñando, hasta que el demiurgo les despeja la duda: "Life itself is only a
vision, a dream’’742. Como sueño parece, en su Which was the dream?, la vida toda del hombre que cuando
despierta no se reconoce en el nombre por el que le llaman sus hijos, al que le parecieron meses de vida
real lo que no fueron sino un par de horas de sueño743. O el sueño de Huck y de Jim cuando ambos se
quedan dormidos, no sabiendo ninguno de los dos si lo que han soñado ha ocurrido realmente, si el sueño
escena 1, GUPJ).
740 Satán alargó su mano y les mató apretándoles con sus dedos, les tiró, se limpió la sangre en su pañuelo y siguió la
escena 1, GUPJ).
742 La vida en sí es solo una visión, solo un sueño (Mysterious Stranger, 1922: 138).
743 Collected Tales, 1992b: 220 y ss.
176
del que le habla Jim existió o no es más que un sueño dentro del sueño de Huck. Twain dota el episodio de
esta reflexión existencial con la alusión a la niebla que cubrió el río y las preguntas que se hace el esclavo:
"Is I me, or who is I? Is I heah, or whah is I? Now dat's what I wants to know"744.
Íntimamente unida a esta reflexión sobre qué es realidad y qué ficción, está el concepto de locura como
percepción distinta de la realidad. Así Hamlet, en su ensimismamiento, provocado por la sospecha que le
corroe acerca de la muerte de su padre, es considerado loco por familiares y amigos, aunque él (al menos
inicialmente) finja esa locura como medio para vengar la muerte de su padre. Y, lo que aquí más nos
interesa, está la locura de Ofelia como huída del sinvivir al que la someten los cambios de actitud de
Hamlet respecto a ella y la angustia producida por la muerte de su padre. Ofelia, después de tanto penar,
parece feliz cantando y riéndose, recordando la buena muerte que le dicen tuvo su padre745 como -ya lo
decíamos en el capítulo anterior hablando de la locura del Quijote- loco queda el padre Pedro tras ser
acusado de haber robado la bolsa con las monedas de oro al que, pese a ser absuelto, Satanás le dice que le
han condenado. De este modo, el cura, permanenciendo loco, cumple lo que les dijo el demoníaco
forastero a los niños: "the rest of his life will be happy"746. Y el sacerdote, creyéndose un emperador, fue
feliz como un pájaro747.
Twain, que admiraba a Shakespeare por la vida que palpitaba en sus obras de ficción 748 (igual que las
mejores obras del norteamericano, inspiradas en su vida, no en los libros que leyó) se interesó también por
la polémica sobre la autoría de las obras del dramaturgo británico en Is Shakespeare dead?. En esta obra
desgrana primero las razones por las cuales no parece probable que fuera el de Stratford-upon-Avon el que
escribiera las obras que a él se le atribuyen, entre otras, la del testamento del poeta, que no mencionó
"NOT A PLAY, NOT A POEM, NOT AN UNFINISHED LITERARY WORK, NOT A SCRAP OF
MANUSCRIPT OF ANY KIND"749 o que era lego en derecho, cuando sus obras muestran un profundo
conocimiento de la materia.
744 ¿Yo soy yo, o quién soy yo? ¿Estoy yo aquí, o quién es el que está aquí? Eso es lo que quiero saber (Huck Finn, cap.
15, GUPJ).
745 "(…) they say he made a good end, Hamlet" (Hamlet, acto 4, escena 5, GUPJ).
746 será feliz el resto de su vida (Mysterious Stranger, 1922: 86).
747 Mysterious Stranger, 1922: 128.
748 En una nota en su cuaderno 26 (marzo 1886 – junio 1887) cita a "Balzac, Shakespeare y Saint Simon" como
"casos a estudiar" para un posible artículo sobre la relación entre la biografía y la literatura de ficción
(Notebooks, 1979: 239).
749 Ni una obra de teatro, ni un poema, ni una pieza inacabada, ni un fragmento manuscrito de cualquier tipo (Is
Sin embargo, parece que lo que le importaba en realidad a Twain no era si fue Shakespeare quien escribió
o no las obras que se le atribuyen, en la línea de lo que Unamuno decía del Quijote y Cervantes sobre que
independientemente del autor, el personaje de la obra es ya inmortal, pues al final nos da el escritor
estadounidense la clave de su ensayo: demostrar su repetida teoría -que veremos en el capítulo IV- de que
todo en la vida del hombre son influencias, hábitos adquiridos, pues se pregunta retóricamente si está
tratando de demostrar que el bardo inglés no escribió las obras que se le atribuyen752, para luego añadir lo
siguiente:
We get them all at second-hand, we reason none of them out for ourselves. It is the way we are
made. It is the way we are all made, and we can't help it, we can't change it. And whenever we have
been furnished a fetish, and have been taught to believe in it, and love it and worship it, and refrain
from examining it, there is no evidence, howsoever clear and strong, that can persuade us to
withdraw from it our loyalty and our devotion753.
Algunos críticos han tachado a Twain de anti-shakesperiano, entendiendo que su ensayo sobre la autoría
shakesperiana de las obras nada tiene de humor, sino de tristeza, alegando, en su escueta argumentación,
750 Hasta lo que sabemos y podemos probar, el Shakespeare de Stratford-upon-Avon no escribió una obra teatral en su
vida (Is Shakespeare dead?, cap. 3, GUPJ).
751 "...doesn't really know which of them did it, but is quite composedly and contentedly sure that Shakespeare
DIDN'T, and strongly suspects that Bacon DID" (Is Shakespeare dead?, cap 5, GUPJ).
752 "Am I trying to convince anybody that Shakespeare did not write Shakespeare's Works? Ah, now, what do
you take me for? Would I be so soft as that, after having known the human race familiarly for nearly seventy-
four years? (¿Acaso trato de convencer a alguien de que Shakespeare no escribió las obras de Shakespeare? ¿Quién
pensáis que soy? ¿Sería yo tan ingenuo para intentarlo después de conocer íntimamente a la raza humana durante casi
74 años?) (Is Shakespeare dead?, cap 11, GUPJ).
753 Conseguimos todo de segunda mano, ninguna razón de ello fuera de nosotros mismos. Es el modo en que estamos
hechos. Es el modo en que estamos todos hechos, y no podemos evitarlo, no podemos cambiarlo. Y cada vez que hemos
sido decorados como un fetiche y hemos sido enseñados para creer en él, y amarlo y adorarlo, y abstenernos de
examinarlo, no hay evidencia directa, clara y fuerte, que pueda persuadirnos de retirar nuestra lealtad y nuestra
devoción (Is Shakespeare dead?, cap 11, GUPJ).
178
una especie de frustración de Twain por no haber llegado a ser "some other kind or artist than he actually
became"754. Se puede apreciar un poso de resignación en el ensayo de Twain, sí, pero tiene más que ver
con lo que dice al final de que cuando el ser humano toma algo por verdadero, es imposible cambiar su
parecer. A Twain le gustaban las obras de Shakespeare, evidentemente, no hay más que ver el uso que le
da en sus obras, como hemos bosquejado, pero al escritor estadounidense (como Unamuno con
Cervantes, respecto del Quijote) le importaba menos el autor que su creación.
Toda la trama de Niebla parece que va dirigida a formular (que no a responder) la duda hamletiana del ser
o no ser. ¿Es Augusto solo una marioneta animada por el maese Pedro-Unamuno o tiene vida propia? Al fin
y al cabo, como diría Unamuno, ¿no es más real Don Quijote que Cervantes? ¿No sigue viviendo el hidalgo
hoy en nuestra imaginación mientras el autor fue a dar con sus huesos en una Iglesia de Madrid?
En el Prólogo de la nivola Victor Goti habla del cariz hamletiano de su desdichado amigo Augusto: "Sin
haber yo llegado al extremo de escepticismo hamletiano de mi pobre amigo Pérez, que llegó hasta a dudar
de su propia existencia..."755. El coprotagonista (pues el autor, Unamuno, se hace en esta obra más presente
que nunca), Augusto Pérez, responde a su amigo que le asaltan las dudas, en una conversación que
Unamuno califica como "nivolesca" y que podríamos llamar existencial:
Según avanza la historia la desorientación del desdichado va en aumento, igual que crece la desesperación
del príncipe danés en el drama shakesperiano. Y Unamuno, que no pierde ocasión para deslizar su mantra
de que el personaje es más real que el propio autor, como decíamos arriba, le responde a Augusto por
boca de Víctor:
Perdida Eugenia, para quien son sus últimas palabras (la llama entre gritos "con los ojos todos negros y
despavoridos, mirando más allá de las tinieblas"762), muere, igual que muere Hamlet, muerta ya su amada
Ophelia, quien antes de finar exclama en su famoso monólogo lo mismo que Augusto:
To die, to sleep;
To sleep: perchance to dream...763.
Toda Niebla alude constantemente al título de la obra. Es todo una niebla, el quicio entre ficción y realidad,
evocando la naturaleza humana que decíamos antes de La Tempestad (estamos hechos de la madera de los
sueños). El Augusto que se le presenta "en sueños" a Unamuno parece pasarse hablando solo toda la obra,
pues incluso cuando habla con Víctor, o con el autor, parece un diálogo interior, una reflexión
(monodiálogos gustaba decir el escritor español), igual que reflexiona el ensimismado príncipe de
Dinamarca. El mismo fragmento del célebre monólogo lo cita Unamuno también en Amor y pedagogía:
"…quiero pensar que somos ideas divinas, porque necesito a Dios, Apolodoro, necesito a Dios, necesito a
Dios para hacerme inmortal... Vivir, vivir, vivir... ¡Morir... dormir! ¡dormir... soñar acaso!"764 .
Otras obras del escritor vasco denotan también la huella del genial dramaturgo inglés, tal y como
acertadamente desmenuza el profesor Roberts765. En la primera obra teatral del español, La Esfinge (1898),
el protagonista, Ángel, reproduce el soliloquio hamletiano equiparando el morir y el estar dormido.
95-112).
181
Igualmente, Agustín, el protagonista de otro de sus dramas, Soledad (1921), se compara indirectamente con
Hamlet766, y en el acto tercero afirma: "Dormir o no dormir"767.
También se aprecia la influencia del inglés en Sombras de sueño (1926), que presenta una situación como la
de La Tempestad, con padre e hija que viven en una isla; y en El hermano Juan (1929), en el que el
protagonista duda en un monólogo de su propia existencia al estilo de Hamlet768 y en el acto primero,
escena cuarta parece citar a Lear con lo de que somos moscas para los dioses que glosábamos arriba,
indicando Unamuno que somos marionetas para divertirse con nosotros, donde se advierte cierta acritud
del vasco con el Creador: "Además, el Sumo Hacedor nos mueve muy al azar de su divino capricho a sus
muñecos para divertirse con nosotros..., pero anda escaso de técnica escénica... Buena disposición
promete, pero poca experiencia del tinglado todavía... A pesar de sus siglos de oficio, novicio"769.
Unamuno mostró gran aprecio por Shakespeare no solo por el uso que de pasajes del inglés hace en sus
obras, como hemos visto, sino, en sus ensayos, apreciando sus valores literarios. Dice a este respecto
hablando de su apreciado Sören Kierkegaard cómo el filósofo danés se quejaba de que los tiempos no es
que fueran malos, sino "mezquinos, por faltarles pasión" y cómo él volvía su "alma al Antiguo Testamento y
a Shakespeare". Y Unamuno matiza sobre las obras del inglés: "Allí se siente que son hombres los que
hablan; allí se odia; allí se ama […] allí se peca"770. En su primera obra de renombre, En torno al casticismo,
en 1895, manifestaba también su gusto por el británico por oposición a Calderón de la Barca (al que más
adelante en su vida pasaría a estimar más, como deja claro, por ejemplo, en Del sentimiento trágico de la
vida), pues muestra hombres "de carne y hueso", como le gustaba decir al vasco:
El inglés pone en escena á que desarrollen su alma hombres, hombres, ideas vivas, tan profundas
cuanto altas las más elevadas del castellano. El rey Lear, Hamlet, Otelo, son ideas más ricas de
contenido íntimo que cualquiera de los conceptos encasillables de Calderón. ¡Un hombre!, un
hombre es la más rica idea; llena de nimbos y de penumbras y de fecundos misterios771.
766 En el acto acto 2, escena 3, defiende al príncipe de Dinamarca contra la acusación de que no es más que
"cosa de teatro".
767 Chaguaceda, 2003: 98.
768 "Juan, Juan, Juan, ¿te ves a ti mismo?, ¿te oyes?, ¿te oyes?, ¿te sientes?, ¿te eres? [...] ¿te sueñas?; ¿te escurres en
182
Pero donde más ejerce de crítico del inglés, preguntándose también acerca de la polémica de la autoría de
las obras shakesperianas, como ya hizo Twain, es en su ensayo "¡Plenitud de plenitudes y todo plenitud!".
Dice aquí Unamuno, exponiendo su teoría de la influencia literaria y de la reinterpretación (el hacer suyo al
autor), como vimos en capítulo anterior, hablando de El Quijote:
Hubo un Shakespeare existencial, ó quienquiera que fuese el autor de los dramas que llevan su
nombre, y se derramó en ellos y en ellos perdura. Cada uno de los que los leen en el curso de los
siglos y en la amplitud toda de la tierra, recibe en si el alma de Shakespeare, siquiera en embrión ú
oscura simiente; y si todos los hombres que la han recibido y todos los que hoy la reciben se
fundieran en uno y de las almas de todos se hiciese un alma sola, el alma de la humanidad, resurgiría
en ella, completado y trasfigurado, el Shakespeare que fué. Y este nuevo Shakespeare, este
Shakespeare que ha vivido por sus obras en las mentes y en los corazones de cadenas de hombres en
los más varios países, iría á animar y llenar la sustancia del Shakespeare que fué y es772.
Y también concreta en este ensayo la estima que le tiene a Shakespeare por su concepto ontológico del
hombre como hecho de la madera de los sueños que acabamos de ver hablando de Niebla:
Las palabras de Shakespeare son la forma suprema de la revelación terrible del Espíritu Disolvente.
Son más terribles aún que las de Calderón, pues éste sólo proclama sueño á nuestra vida, y no á
nosotros, que la soñamos ó vivimos, mientras aquél nos dice que estamos nosotros mismos hechos
de sustancia de sueños. Ó qué, ¿no será la madera de que los sueños están hechos madera sustancial
ó persistente? ¿No podremos decir que los sueños están hechos de la misma madera que tocamos y
sentimos en nuestras entrañas espirituales?773.
La huella de Shakespeare es también apreciable en la ultimísima etapa del filósofo español, inmerso en la
barbarie de la Guerra Civil española, en concreto en sus notas que se hicieron libro con el nombre de El
resentimiento trágico de la vida. Notas sobre la revolución y guerra civil españolas, y que ha sido estudiada en
Estaba releyendo El rey Lear, y al llegar a aquello de: "¡No me dejes volverme loco, no loco dulce
cielo!; ¡mantenme sereno!; ¡no querría volverme loco!" Al llegar a esto, tuve que detenerme. Porque
yo, que he acusado a mis compatriotas de haberse vuelto locos, siento que me envuelve su locura,
que se me está criando mala sangre. Con un poder de aborrecimiento, de tirria, de rencor, de que no
me creía capaz776.
Aunque no figure entre estas obras de última relectura, todo el salvajismo, la brutalidad, la violencia, el
enconamiento de los "hunos" contra los "hotros" que bosqueja el escritor español en sus notas se aprecia
en Troilo y Crésida cuando, por ejemplo, le dice Héctor a Troilo y Paris:
Y así en reiterados pasajes del poeta británico, cuando Troilo habla de dejar la piedad con sus madres para
cabalgar en busca de venganza, contestando Héctor, como Unamuno ante la contienda fratricida: "Fie,
774 El artículo que Stephen G.H. Roberts del que hablábamos que trata de modo general la influencia de
Shakespeare en Unamuno ha sido ampliado recientemente en lo que respecta a la última etapa de Unamuno por
Gareth Wood (2013).
775 Wood, 2013: 971. La edición que tenía y en la que realizó anotaciones Unamuno era la preparada por
Howard Staunton en 4 volúmenes: London, Warne & Routledge, 1864 (Wood, 2013: 972).
776 Wood, 2013: 977.
777 Esas razones que alegáis conducen, a fomentar pasiones destempladas, de envilecida sangre, sin que queden los
límites del bien y el mal marcados. Del goce y la venganza los oídos, más sordos á la voz de la justicia, que los áspides
son (Troilus and Cressida, acto 2, escena 2, GUPJ).
184
savage, fie!"778. En Enrique VI, obra de Shakespeare inspirada en la Guerra de las Rosas inglesa, guerra civil
como la española, pudo buscar Unamuno las razones que llevaron al enfrentamiento entre "hunos" y
"hotros", todos encendidos "de odio" y ninguno con "compasión"779, que explicaría esa violencia peor que la
de las fieras 780 que le lleva a afirmar a Unamuno aquello de "da asco ser hombre" 781 . Parece obvia la
influencia de dicha obra en estos pasajes de Unamuno, al punto que menciona entre sus notas la obra
shakesperiana782, de la que nos vienen a la mente estos versos del rey hablando de su rival el duque de
York, cuando le dice a Somerset que le fuera a preguntar la razón por la que se levantó en armas contra él,
pero que tuviera cuidado con el tono empleado, porque "he is fierce and cannot brook hard language"783.
Asimismo, el propio rey clama a Dios por un poco de esperanza ante la fatal y enconada situación: "Now,
God be prais'd, that to believing souls. Gives light in darkness, comfort in despair!"784.
Por último, Unamuno habla también en sus notas del Ricardo III del escritor inglés 785 . Es éste un rey
deforme, manipulador y malvado, que asesina fríamente a diestro y siniestro con tal de alcanzar el poder,
pero a quien, como al cerdo, al final le llega su San Martín, anticipado en una visión del cruel rey en el que
parece esquizofrénico, como partida en dos estaba la España de Unamuno en sus últimos meses de vida.
Dice así el monarca:
778 ¡Salvajismo! ¡Qué horror! (Troilus and Cressida, acto 5, escena 3, GUPj). También en la escena octava de este
mismo acto cuando Héctor le dice a la espada que repose de tanta sangre y matanza ("Rest, sword; thou hast
thy fill of blood and death!").
779 El resentimiento, 1991: 35.
780 "Por qué asesinaron al obispo de Sigüenza? Fieras? No; las fieras no asesinan" (El resentimiento, 1991: 31).
781 El resentimiento, 1991: 35.
782 "Ferocidades de las tres partes del rey / Henry VI Jack Cade etc loba de Francia" (El resentimiento, 1991: 37).
783 es violento y no tolera un lenguaje vehemente (Henry VI, parte 2, acto 4, escena 9, GUPJ ).
784 Que Dios se apiade de nosotros, las almas que creemos. ¡Que nos de luz en la oscuridad, consuelo en la
/ de Ricardo III el estigmático. Aquella entrada, la / honda descripción del resentimiento trágico fun - / dado en
miseria corporal. Y la espiritual? La de- / formidad mental de un pueblo?" (El resentimiento, 1991: 37).
185
For hateful deeds committed by myself!
I am a villain: yet I lie, I am not786.
786¿Hay un asesino aquí? No; sí yo lo soy. Entoces escapa. ¿Que, de mí mismo? Buen idea, pues si no me vengaré ¿Qué
vengarme de mí mismo? ¡Ay de mí! Me quiero..¿Por qué? ¿Acaso por el bien que me hay hecho a mí mismo? ¡Oh, no!
¡Ay! Mejor me odio, ¡por los odiosos actos que he cometido! Soy un villano. No, miento, no lo soy (King Richard III, acto
5, escena 3, GUPJ).
186
5.- THOMAS CARLYLE.
Héroes son Tom Sawyer y Huck Finn, en cuanto se enfrentan a los usos sociales establecidos y porque
vencen sus miedos y prejuicios adquiridos, pero no hace falta ser un Roldán o un Cid que gane su fama en
épicas batallas para ser heroico, sino que, como señalaba Thomas Carlyle en su libro de 1841 On Heroes,
Hero-Worship, and The Heroic in History, pueden ir desde un dios hasta un político, pasando por un clérigo o
un hombre de letras y, añado yo, dos muchachos que viven intensamente en los márgenes de un río. Tom
Sawyer se rebela contra su encorsetada vida que le obliga a ir los domingos a la escuela dominical o a
encalar una empalizada y, lo que es más heroico, supera su propio miedo para denunciar a un asesino, Joe
"el Indio", cuyo crimen presenció junto a Huck, aun a sabiendas que su vida podría correr peligro; le
advirtió Huck a su amigo entonces: "What are you talking about? S'pose something happened and Injun Joe
didn't hang? Why, he'd kill us some time or other, just as dead sure as we're a laying here" 787.
Así como el audaz y valiente Tom es capaz de templar los nervios y mostrarse confiado para animar a su
amiga Becky cuando no encuentran la salida de la cueva, vence Huck en la continuación de la historia, en
Huckleberry Finn, a un enemigo tan temible o más que el miedo: los prejuicios y hábitos adquiridos. El
desastrado Huckleberry se enfrenta a su propia educación cuando se le plantea el dilema de denunciar a un
negro, Jim, o ayudarle a escapar. Y el resultado de la batalla es heroico, como desvela el pasaje en el que el
muchacho mira la carta de denuncia que ya había escrito: "I took it up, and held it in my hand. I was a-
trembling, because I'd got to decide, forever, betwixt two things, and I knowed it. I studied a minute, sort
of holding my breath, and then says to myself: "All right, then, I'll go to hell"—and tore it up"788.
Heroína es también Juana de Arco, quien, tal y como nos pinta Twain en el "Prefacio del traductor" de su
obra, levantó a una nación que yacía encadenada, con un rey acongojado, pese a la desventaja de no poseer
las habilidades de otros héroes como César o Napoleón, entrenados en tácticas guerreras:
787 -¿Qué estás diciendo, Tom? Suponte que algo ocurre y que no ahorcasen a Joe el Indio: pues nos mataría, tarde o
temprano; tan seguro como que estamos aquí (Tom Sawyer, cap. 10, GUPJ).
788 Agarré el papel y lo sostuve en la mano. Estaba temblando, porque tenía que decidir para siempre entre dos cosas, y
lo sabía. Lo miré un minuto, como conteniendo el aliento, y después me dije: "¡Pues vale, iré al infierno!", y lo rompí
(Huck Finn, cap. 31, GUPJ).
187
Caesar carried conquests far, but he did it with the trained and confident veterans of Rome, and was
a trained soldier himself; and Napoleon swept away the disciplined armies of Europe, but he also was
a trained soldier, and he began his work with patriot battalions inflamed and inspired by the miracle-
working new breath of Liberty breathed upon them by the Revolution —eager young apprentices to
the splendid trade of war, not old and broken men-at-arms, despairing survivors of an age-long
accumulation of monotonous defeats789.
Juana, sin embargo, apenas una cría, analafabeta y pobre, es capaz de arrostrar una situación desesperada,
"a great nation lying in chains, helpless and hopeless under an alien domination, its treasury bankrupt, its
soldiers disheartened and dispersed, all spirit torpid, all courage dead in the hearts of the people through
long years of foreign and domestic outrage and oppression" 790 y hacer que una nación entera la siga.
Verdaderamente divino, realmente heroico.
Más allá de la posible inspiración heroica de los dos muchachos de Mark Twain en el libro sobre los héroes
de Paine, es palmaria la influencia del autor escocés en el estilo twainesco, empezando por su primera obra
universal, The Adventures of Tom Sawyer, en la que el escritor estadounidense se dirige al lector con la
familiaridad de un cuentacuentos que interpela a sus lectores con un "Is this, then, Life?" Perhaps the reader
can endure an extract from it"791, o cuando se dirige así a su audiencia: "the reader probably remembers
how to do it, if he has ever been a boy" 792 . Esta técnica narrativa de Paine, que como veremos a
continuación influyó poderosamente también en Unamuno, quien la comparaba a la de un titiritero que
hace acotaciones para explicar al público lo que está sucediendo entre bambalinas, la toman ambos de The
French Revolution: A History, de Carlyle, cuyas advocaciones a la audiencia son constantes 793 . Algunos
789 César llevó las conquistas hasta ahora, pero lo hizo con los veteranos entrenados y seguros de Roma y fue él mismo
un soldado entrenado; y Napoleón se llevó por delante los disciplinados ejércitos de Europa, pero también fue un soldado
entrenado y comenzó su trabajo con patrióticos batallones inflamados e inspirados por el milagroso trabajo del nuevo
aliento de libertad que sopló sobre ellos por la revolución — ávidos jóvenes aprendices del espléndido comercio de la
guerra, no viejos y rotos hombres armados, desesperados sobrevivientes de una gran acumulación de monótonas
derrotas…. (Joan of Arc, Translator´s Preface, GUPj).
790 una gran nación encadenada, abandonada y desesperada bajo la dominación extranjera, en bancarrota, con sus
soldados desmoralizados y diseminados por el país, el espíritu aletargado y todo el coraje de los corazones de la gente
muerto tras largos años de crueldad y opresión tanto foránea como doméstica (Joan of Arc, Translator´s Preface,
GUPj).
791 ¿Es esto la vida? Quizás el lector pueda aguantar un trozo de ella (Tom Sawyer, cap. 21, GUPj).
792 El lector probablemente recuerde cómo hacerlo, si es que alguna vez fue un niño (Tom Sawyer, cap. 1, GUPj).
793 "Let the Reader here, in this sick-room of Louis, endeavour to look with the mind too" (Dejemos que el lector,
en este cuarto del enfermo Luis, trate de mirar también con la mente) (Capítulo 1.1.2); "In such prophesied
Lubberland, of Happiness, Benevolence, and Vice cured of its deformity, trust not, my friends!" (¡En esa
profetizada Patanería, hecha de Alegría, Benevolencia y Vicio sanado de su deformidad, no confiéis, amigos míos!) (Cap
1.2.7); "Meanwhile, suppose we too, good Reader, should, as now without miracle Muse Clio enables us—take
188
autores794, han visto un paralelismo entre el juramento que hacen Tom y Huck en The Adventures of Tom
Sawyer y los juramentos que se hacen en la obra de Carlyle sobre el período revolucionario francés, pero
pensamos que más que influencia puede tratarse de una coincidencia, pues el juramento con sangre que
describe Twain es más propio de antiguas leyendas, historias de piratas, etc.
El espíritu del libro histórico del escritor británico se siente especialmente en los pasajes en los que el
autor del Yankee se refiere a las turbas de gente, a enfrentamientos sangrientos o a linchamientos,
episodios muy comunes durante la Revolución Francesa. En Tom Sawyer esboza ya esa multitud que espera
al supuesto asesino Muff Potter: "At this moment the crowd began to sway and struggle, and voices
shouted, "It's him! it's him! he's coming himself! [...] Don't let him get away!"795. Multitud que en Huck Finn
se convierte ya en masa aterradora que pretende linchar al Coronel Sherburn:
They swarmed up towards Sherburn's house, a-whooping and raging like Injuns, and everything had
to clear the way or get run over and tromped to mush, and it was awful to see. Children was heeling
it ahead of the mob, screaming and trying to get out of the way; and every window along the road
was full of women's heads, and there was nigger boys in every tree, and bucks and wenches looking
over every fence; and as soon as the mob would get nearly to them they would break and skaddle
back out of reach. Lots of the women and girls was crying and taking on, scared most to death796.
El tema de las masas enfurecidas es frecuente en la literatura de Twain (como la turba que persigue al
príncipe Eduardo vestido como su gemelo Tom cuando los guardias lo echan del palacio797 o la multitud
our station also on some coign of vantage" (Entretanto suponemos que nosotros también, querido lector, deberíamos
-ahora que la musa Clío sin milagro mediante nos lo permite- llevar nuestra posición a un un punto más favorable)
(Capítulo 1.4.4); "Shut thy eyes, O Reader; see not this misery, peculiar to these later times,—of martyrdom
without sincerity, with only cant and contumacy! (¡Cierra los ojos, Oh lector; no veas esta miseria propia de estos
tiempos antiguos -tiempos de martirio sin sinceridad, con solo hipocresía e insubordinación-!) (Cap 2.4.1); "Perhaps we
may say the most terrified man in Paris or France is—who thinks the Reader?—seagreen Robespierre" (Quizás
podríamos decir que el hombre más aterrorizado en París o Francia entera es -¿quién cree el lector?- Robespierre) (Cap
2.4.4). Otras veces usa expresiones como "O reader" o "judicious reader", que dotan de familiaridad a la
relación autor-lector (French Revolution, GUPj).
794 Fulton, 1997: 50.
795 En ese momento la multitud empezó a moverse y forcejear y unas voces gritaban: "¡Es él, viene solo! [...] No le
echar a correr para que no los atropellaran y los pisotearan, y resultaba terrible verlo. Los niños iban corriendo delante
de la multitud, gritando y tratando de apartarse, y en todas las ventanas del camino había mujeres que asomaban la
cabeza y chicos negros en cada árbol y negros y negras adultos que miraban por encima de todas las vallas, y en cuanto
llegaba la horda cerca de ellos, se apartaban y salían fuera de su alcance. Muchas de las mujeres y de las muchachas
lloraban y gritaban, medio muertas del susto (Huck Finn, cap. 22, GUPj).
797 The prince and the pauper, cap. 4, GUPJ .
189
que cuelga a una mujer sospechosa de brujería ante la mirada de su hija y es apedreada una vez muerta798) y
es el motivo de su ensayo "The United States of Lyncherdom", escrito en el verano de 1901 y publicado
póstumamente. Precisamente en este ensayo esboza el autor las características del héroe que encarna Tom
y, muy especialmente, Huck o Juana de Arco, porque van a contracorriente, porque se rebelan contra la
injusticia. Solo un hombre de cada diez mil es así, según Twain:
It must be that the increase comes of the inborn human instinct to imitate--that and man's
commonest weakness, his aversion to being unpleasantly conspicuous, pointed at, shunned, as being
on the unpopular side. Its other name is Moral Cowardice, and is the commanding feature of the
make-up of 9,999 men in the 10,000. I am not offering this as a discovery; privately the dullest of us
knows it to be true. History will not allow us to forget or ignore this supreme trait of our character.
It persistently and sardonically reminds us that from the beginning of the world no revolt against a
public infamy or oppression has ever been begun but by the one daring man in the 10,000, the rest
timidly waiting, and slowly and reluctantly joining, under the influence of that man and his fellows
from the other ten thousands799.
El gran escritor norteamericano leyó por vez primera la Historia de la revolución francesa de Carlyle en 1871
y la volvió a leer varias veces a lo largo de su vida, con numerosas acotaciones en sus márgenes, definiendo
la obra como "one of the greatest creations that ever flowed from a pen"800. En 1882 adquirió Twain otras
798 Este pasaje sirve a Twain para reflexionar, a través del pequeño Satanás, sobre la cobardía de las
muchedumbres que se dejan llevar: "I know your race. It is made up of sheep. It is governed by minorities,
seldom or never by majorities. It suppresses its feelings and its beliefs and follows the handful that makes the
most noise. Sometimes the noisy handful is night, sometimes wrong; but no matter, the crowd follows it. The
vast majority of the race, whether savage or civilized, are secretly kind-hearted and shrink from inflicting pain,
but in the presence of the aggressive and pitiless minority they don"t dare to assert themselves" (Conozco a tu
raza. Está compuesta de borregos. Está gobernada por minorías, y sólo muy rara vez, o quizá nunca, por mayorías. Hace caso
omiso de sus propios sentimientos y de sus propias creencias y sigue al puñado de personas que mete más ruido. En
ocasiones, ese puñado bullicioso tiene razón, y otras veces no la tiene; no importa, la multitud los sigue. La inmensa mayoría
de la raza, lo mismo si es salvaje que si es civilizada, es secretamente de buenos sentimientos, y se resiste a causar dolor, pero
no se atreve a manifestarse tal como es si hay delante una minoría agresiva y despiadada) (Mysterious stranger, 1922: 117,
118).
799 Debe ser que el aumento viene del instinto humano innato de imitar -eso y la debilidad más común del hombre, su
aversión a llamar demasiado la atención, a ser señalado, rechazado, a quedar del lado impopular. Su otro nombre es
cobardía Moral y es la característica dominante de cada 9.999 entre 10.000 hombres. No estoy ofreciendo esto como
un descubrimiento; privadamente el más torpe de nosotros sabe que es verdad. L a Historia no nos permitirá olvidar o
pasar por alto este rasgo supremo de nuestro caracter. Persistente y sarcásticamente nos recuerda que desde el
principio del mundo ninguna rebelión contra la opresión o infamia pública ha comenzado jamás, sino por un o sado
hombre entre esos 10.000, el resto esperaban y lentamente y a regañadientes se unieron a él, por la influencia que él y
sus compañeros tuvieron sobre el resto (Collected Tales, 1992b: 481).
800 una de las mayores creaciones que salieron nunca de una pluma (LeMaster, 1993: 127)
190
obras carlyleanas, como Heroes, Sartor Resartus o Cartas y discursos de Oliver Cromwell801. Precisamente, las
anotaciones al margen del estadounidense en The French Revolution: A History han servido para algún
detallado estudio802 sobre la influencia de esta obra en Twain, en concreto en su Connecticut Yankee. El
autor norteamericano releyó el libro de Carlyle mientras escribía su Yankee, pues el 22 de agosto de 1887
le escribió a su íntimo William Dean Howells sobre el libro del británico, comentándole la diferente
perspectiva que se tiene de una lectura con el paso del tiempo:
When I finished Carlyle's French Revolution in 1871, I was a Girondin; every time I have read it since,
I have read it differently —being influenced and changed, little by little, by life and environment (and
Taine and St. Simon): and now I lay the book down once more, and recognize that I am a Sansculotte!
—And not a pale, characterless Sansculotte, but a Marat. Carlyle teaches no such gospel: so the
change is in me—in my vision of the evidences803.
Varios pasajes del Yankee ofrecen gran parecido con pasajes de la obra histórica del escocés, como el rey
Luis afrontando la guillotina, mientras el rey Arturo se apresta a ser ahorcado (aunque, a diferencia del
francés, finalmente se salve), o la mazmorra del castillo de Morgana Le Fay, que recuerda a las prisiones
francesas durante el período revolucionario804, o las masas, a las que antes aludíamos, que así como asaltan
desde entonces lo he hecho de diferente manera -siendo influenciado y cambiando, poco a poco, por la vida y el entorno
(y Taine y Saint Simon)-. Y ahora, dejo el libro una vez más y ¡reconozco que soy un sansculotte! Pero no un mediocre,
indolente sansculotte, sino Marat. Carlyle no enseñó esto, de modo que el cambio está e n mí, en mi visión de los hechos.
Carta a Howells desde Elmira de 22 de agosto de 1887 (Letters, 1917: 490).
804 En el capítulo en el que el yanqui visita las mazmorras de Morgana, dice Twain: "Dear me, for what trifling
offenses the most of those forty-seven men and women were shut up there! Indeed, some were there for no
distinct offense at all, but only to gratify somebody's spite; and not always the queen's by any means, but a
friend's. The newest prisoner's crime was a mere remark which he had made" (¡Por qué delitos más baladíes
estaban encerrados allí la mayoría de los cuarenta y siete hombres y mujeres! Peor aún: algunos no se encontraban allí por
ninguna ofensa en particular, sino para satisfacer el rencor de alguien, y no sólo el de la reina ni mucho menos, sino también
el de sus amigos. El crimen del prisionero más reciente consistía en un comentario que había hecho) (Yankee, cap. 18,
GUPj).
Durante el terror en la Revolución francesa, el no cometer delito alguno podía ser un delito en sí mismo, según
Carlyle: "Rigour grows, stiffens into horrid tyranny; Plot in the Prison getting ever riper. This Plot in the Prison,
as we said, is now the stereotype formula of Tinville: against whomsoever he knows no crime, this is a ready -
made crime. His Judgment-bar has become unspeakable; a recognised mockery; known only as the wicket one
passes through, towards Death. His Indictments are drawn out in blank; you insert the Names after" (La
severidad fue creciendo hasta convertirse en horrible tiranía; las conspiraciones de prisión se hicieron más grandiosas. La
conjura presidiaria es ahora, como dijimos, la fórmula estereotipada de Tinville: quienquiera que sea que no haya
conocido delito alguno, es culpable de haber delinquido. Su vara de medir es atroz, una farsa reconocida, conocida como
el aro que hay que pasar hacia la Muerte. Sus acusaciones vienen con el espacio del acusado en blanco: pon e los
nombres luego) (French Revolution, cap. 3.6.5, GUPj).
191
el palacio real en la Francia revolucionaria805, persiguen a un hombre que, en venganza, asesinó al señor y
prendió fuego a una casa señorial que estaba en el camino que llevaban el yanqui y el rey Arturo, un
linchamiento, diríase, contrarrevolucionario, pero con un tono muy similar al que describe Carlyle:
Within the next mile we counted six more hanging forms by the blaze of the lightning, and altogether
it was a grisly excursion. That murmur was a murmur no longer, it was a roar; a roar of men's voices.
A man came flying by now, dimly through the darkness, and other men chasing him. They
disappeared. Presently another case of the kind occurred, and then another and another. Then a
sudden turn of the road brought us in sight of that fire—it was a large manor-house, and little or
nothing was left of it—and everywhere men were flying and other men raging after them in pursuit806.
O también la alienación de los niños que juegan, imitando a sus mayores, a colgar a otro pobre niño, típico,
según Twain, de la naturaleza humana: "It was some more human nature; the admiring little folk imitating
their elders; they were playing mob, and had achieved a success which promised to be a good deal more
serious than they had bargained for"807. Pasaje que evoca el de la Revolución francesa, donde la guillotina
parecía haberse convertido en un mero pasatiempo808.
Twain no solo conocía las obras más famosas del autor escocés, sino que tenía una recopilación de las
obras de Carlyle de 30 tomos809, y citó profusamente al escritor británico en sus cuadernos de apuntes.
Otro de los libros que influyó en su obra fue el Sartor Resartus, pues se vislumbran paralelismos entre la
Teoría del vestido ("Philosophy of Clothes") esbozada por Carlyle y pasajes de la obra de Twain. El
805 "But glance now, for a moment, from the royal windows! A roaring sea of human heads, inundating both
Courts; billowing against all passages: Menadic women; infuriated men, mad with revenge, with love of mischief,
love of plunder! Rascality has slipped its muzzle; and now bays, three-throated, like the Dog of Erebus. Fourteen
Bodyguards are wounded" (Echemos un vistazo ahora desde las ventanas del palacio real. Un mar rugiente de
cabezas humanas, inunda ambos Tribunales ondulando en todas direcciones. Mujeres que parecen ménades, hombres
enfurecidos, pícaros con afán de venganza y demasiado amor al saqueo. La bellaquería ha metido el hocico y ahora
enojado con venganza, con el amor de picardía, amor de saqueo! Bellaquería ha deslizado el hocico; y ahora ladra como
si tuviese tres gargantas, como el perro de Erebus. Catorce guardaespaldas han sido heridos) (French Revolution, cap.
1.7.10, GUPj).
806 En un trayecto de poco más de un kilómetro pudimos contar a la luz de los relámpagos otras seis figuras que colgaban de
los árboles. ¡Una excursión francamente siniestra! El murmullo indistinto ya no era un murmullo, ahora era un rugido, el rugido
de voces humanas. De improviso, una sombra surgió de las tiNieblas y un hombre pasó a nuestro lado como una exhalación,
seguido de cerca por otras sombras humanas en pos de él. Desaparecieron. Después de un momento se presentó una escena
similar, y luego otra, y otra más. Luego, después de un brusco recodo del camino, el incendio apareció ante nuestra vista... Se
trataba de una enorme casa señorial, de la cual ya quedaba poco, o apenas nada. Por todas partes se veían hombres que
huían a todo correr y otros que los perseguían iracundos (Yankee, cap. 30, GUPj).
807 Yankee, cap. 31, GUPj.
808 "[...] are accustomed to 'act the Guillotine' by way of pastime" (French revolution, cap. 3.6.5, GUPj).
809 Notebooks, 1975b: 503.
192
pensador británico teorizó acerca de que la sociedad, surgida en el tiempo en el que Adán empezó a
vestirse, estaba fundada sobre el vestido, es decir, que el hombre no es sino espíritu revestido810.
El vestido, entonces, no es solo algo para taparse o abrigarse, sino que es un emblema que dice mucho de
la condición humana, según el escritor escocés:
All visible things are emblems; what thou seest is not there on its own account; strictly taken, is not
there at all: Matter exists only spiritually, and to represent some Idea, and body it forth. Hence
Clothes, as despicable as we think them, are so unspeakably significant. Clothes, from the King's
mantle downwards, are emblematic, not of want only, but of a manifold cunning Victory over
Want"811 .
Y en función de la vestimenta, la admiración hacia cada "espíritu vestido", hacia cada hombre, es mayor o
menor, llegando incluso a la adoración812. Ecos de esta teoría se pueden apreciar en el Yankee de Twain,
por ejemplo, cuando irónicamente el de Connecticut le espeta al rey Arturo, disfrazado de campesino, que
debería abandonar ese porte altivo y confiado, pues no casa con las ropas que lleva ahora:
Sire, as between clothes and countenance, you are all right, there is no discrepancy; but as between
your clothes and your bearing, you are all wrong, there is a most noticeable discrepancy. Your
soldierly stride, your lordly port—these will not do. [...] You must learn the trick; you must imitate
the trademarks of poverty, misery, oppression, insult, and the other several and common
inhumanities that sap the manliness out of a man and make him a loyal and proper and approved
810 "First, that Man is a Spirit, and bound by invisible bonds to All Men; secondly, that he wears Clothes, which are
the visible emblems of that fact" (Primero, que el hombre es un espíritu, unido por lazos invisbles al resto de hombres;
segundo, que viste ropas, que son los símbolos visibles de dicho hecho) ( Sartor Resartus, lb. 1, cap 9, GUPJ).
811 Todas las cosas visibles con símbolos; todo lo que ves no está ahí sin más. La materia existe solo espiritualmente, y
para dar cuerpo a una idea. De aquí se infiere que la ropa, pese a lo despreciable que nos parece, sea tan
indeciblemente importante. La ropa, del manto real hacia abajo, es un símbolo, no solo de carencias, sino de una
engañosa victoria sobre la carencias (Sartor Resartus, lb.I, cap. 11, GUPJ).
812 "For the rest, as is natural to a man of this kind, he deals much in the feeling of Wonder; insists on the
necessity and high worth of universal Wonder; which he holds to be the only reasonable temper for the denizen
of so singular a Planet as ours. "Wonder," says he, "is the basis of Worship: the reign of wonder is perennial,
indestructible in Man" (Por lo demás, como es natural para un hombre de este tipo, que se preocupa tanto por lo
maravilloso, insiste en la necesidad y el gran valor maravilla universal, que tiene que ser el único carácter razonable para
el habitante de un planeta tan singular como el nuestro. "Maravilla", dice él, "es la base de la adoración : el reinado de
la maravilla es eterno, indestructible para el Hombre) (Sartor Resartus, lb.I, cap. 10, GUPJ).
193
subject and a satisfaction to his masters, or the very infants will know you for better than your
disguise, and we shall go to pieces at the first hut we stop at813.
Ya antes en la obra apunta Twain al meollo de esta teoría por boca de un preso encerrado en las
mazmorras de Morgana simplemente por haber hecho un comentario que apunta a la teoría del vestido,
por decir que "he believed that men were about all alike, and one man as good as another, barring clothes.
He said he believed that if you were to strip the nation naked and send a stranger through the crowd, he
couldn't tell the king from a quack doctor, nor a duke from a hotel clerk"814.
Por último, me gustaría destacar las imágenes violentas, de ejecuciones y venganzas que, tan vívidas en la
Historia de la revolución francesa de Carlyle, parecen proyectarse en algunas de las obras más emblemáticas
de Twain, como la matanza de la batalla del cinturón de arena en el Yankee815 o la cadena de venganzas
entre los Grangerfords y los Sheperdsons en Huck Finn, que recuerdan las de girondinos y jacobinos
radicales en Francia, o la muerte a sangre fría del borracho Boggs a manos del coronel Sherburn en este
misma obra816, que parece propia del reino del terror de la French Revolution del autor escocés817.
813 Señor, en lo referente a vestimenta y apariencia, estáis bien, no hay discrepancia notable, pero entre vuestras ropas y
vuestro comportamiento hay algo que falla. Sí; la contradicción no podría ser más manifiesta. Vuestro paso marcial y vuestro
porte señorial... no resultan en absoluto apropiados. [...] Debéis aprender el truco; tenéis que imitar las señas de identidad de
la pobreza, la miseria, la opresión, el insulto y otras muchas degradaciones comunes que van socavando la dignidad del
hombre hasta reducirlo a un súbdito leal, correcto y condescendiente y, por tanto, motivo de satisfacción para sus señores. De
no aprender esto, hasta los niños os tomarán por un farsante y el montaje se vendrá abajo en la primera choza donde nos
detengamos (Yankee, cap. 28, GUPJ).
814creía que todos los hombres eran más o menos iguales y que, despojados de sus vestidos, cualquier hombre valía tanto
como otro; que, en su opinión, si se ponía a toda la nación en cueros y se le preguntaba a un extranjero, éste no sería
capaz de distinguir al rey de uncharlatán de feria o a un duque de un mozo de hotel (Yankee, cap. 18, GUPj).
815 "The thirteen gatlings began to vomit death into the fated ten thousand. They halted, they stood t heir ground
a moment against that withering deluge of fire, then they broke, faced about and swept toward the ditch like
chaff before a gale. A full fourth part of their force never reached the top of the lofty embankment; the three -
fourths reached it and plunged over—to death by drowning. [...] Twenty-five thousand men lay dead around us",
(Las trece ametralladoras comenzaron a vomitar muerte contra los desventurados diez mil. Se detuvieron, por un
momento trataron de mantener posiciones ante el devastador diluvio de fuego, pero en seguida rompieron filas, dieron
media vuelta y se precipitaron a la zanja como pavesas arrastradas por el temporal. Al menos una cuarta parte del
contingente no alcanzó la cima del elevado terraplén; los tres cuartos restantes sí lo hicieron, arrojándose del otro lado...
para morir ahogados. [...] Veinticinco mil hombres yacían muertos a nuestro alrededor) (Yankee, cap. 43, GUPj).
816Y especialmente en la súplica antes de morir del borracho: "Boggs throws up both of his hands and s ays, "O
Lord, don't shoot!" Bang! goes the first shot, and he staggers back, clawing at the air—bang! goes the second
one" (Huck Finn, cap. 12, GUPj).
817 En The French Revolution: a History, caps. 3.4.2, 3.4.8, 3.5.2 y 3.5.3, particularmente la escena de los comisarios
políticos tiroteados en el Paseo Brotteaux: "After long guessing, it is called to mind that two individuals, here in
the Brotteaux ground, did attempt to leave the rank, protesting with agony that they were not condemned men,
that they were Police Commissaries: which two we repulsed, and disbelieved, and shot with the rest!" (Después
de mucho pensar me vino a la memoria que dos individuos, aquí en el campo Brotteaux, intentaron abandonar la fila,
protestando desesperadamente diciendo que ellos no eran condenados, sino que eran comisarios políticos. ¡Los dos
fueron ignorados y tiroteados junto al resto!) (French Revolution, Cap. 3.5.3, GUPj).
194
UNAMUNO. LA REVOLUCIÓN EN LA ESCRITURA UNAMUNIANA: AMOR
Y PEDAGOGÍA.
Miguel de Unamuno cita al escritor escocés en sus "Apuntes para un tratado de cocotología", al final de su
obra Amor y Pedagogía, y apunta una obra clave para entender la influencia del escocés en la obra del vasco:
Razón tiene, pues, Carlyle cuando en su Sartor Resartus (lib. II, cap. I, Génesis), hace decir a Diógenes
Tenfelsdrockh lo siguiente: «Pues en verdad, como insistía a menudo en ello Gualterio Shandy,
estriba mucho, casi todo, en los nombres. El nombre es el primer vestido en que envolvisteis al yo
que visitaba la Tierra, vestido a que desde entonces se agarra más tenazmente (porque hay nombres
que han durado casi treinta siglos) que a la piel misma. Y ahora, desde fuera, ¡qué místicas influencias
no envía hacia dentro, aun hasta el centro, especialmente en aquellos plásticos primeros tiempos en
que es el alma toda infantil vía, blanda, habiendo de crecerla invisible semilla hasta convertirse en
árbol frondoso! ¿Los nombres? Si pudiera explicar yo la influencia de los nombres, que son el más
importante de todos los vestidos, sería un segundo y gran Trismegisto. No ya sólo el lenguaje común
todo, sino la ciencia y la poesía mismas, no son otra cosa, si lo examinas, que un exacto nombrar. En
muy llano sentido, dice el proverbio, «Llama ladrón a uno y robará...» Así Carlyle818.
Unamuno alude aquí a una idea derivada de la "Teoría del vestido" que señalábamos al hablar de Twain, la
de que el lenguaje, al igual que la ropa, es un emblema que, así como ésta envuelve al espíritu que es el
hombre, recubre aquel al pensamiento: "Language is called the Garment of Thought: however, it should
rather be, Language is the Flesh-Garment, the Body, of Thought" 819, dice antes en su Sartor Resartus el
escocés. Es decir, que el pensamiento se encarna en el lenguaje, realzando así el valor que Unamuno da a la
lengua a lo largo de toda su obra. Para el vasco el lenguaje no es solo vehículo, sino contenido del
pensamiento. Más avanzado su "Tratado de cocotología", abunda en esta idea citando el Unbound Prometeus
de Shelley y su "He gave Man speech, and speech created thought which is the measure of the universe"820.
La cita con la que abrimos este apartado no es anecdótica, como tampoco lo es su presencia en esta obra
de Unamuno, pues Amor y Pedagogía supuso un cambio de rumbo en el estilo de las novelas unamunianas,
Ambas obras realizan una parodia de los filósofos de sus respectivas épocas (aunque en Amor y Pedagogía la
parodia es más del cientifismo, encarnado en el admirador de Don Fulgencio, Avito Carrascal, que de la
filosofía en sí, representada por Entrambosmares) y ambos pensadores son idolatrados por sus
admiradores incondicionales: el mencionado Avito en la obra unamunina y Hofrath Heuschrecke,
compañero y seguidor de Teufeldrockh en la universidad de Weissnichtwo, nombre cuya etimología tiene
también su razón de ser, "No se sabe dónde", en alemán.
Resulta que el profesor cuya vida e ideas (la principal, su "Teoría del vestido") es docente de "Things in
general" ("Cosas en general") y "at the period of our acquaintance with him, seemed to lead a quite still and
self-contained life: a man devoted to the higher Philosophies, indeed"821. Y además de filósofo es hombre, y
"the man Teufelsdrockh passed and repassed, in his little circle, as one of those originals and nondescripts,
more frequent in German Universities than elsewhere; of whom, though you see them alive, and feel
certain enough that they must have a History, no History seems to be discoverable"822. Se aprecia en estas
citas la esencia del humor paródico de Carlyle en esta obra.
Humor análogo al de la descripción que hace Unamuno del filósofo don Fulgencio, a quien pinta como
"hombre entrado en años y de ilusiones salido, de mirar vago que parece perderse en lo infinito, a causa de
su cortedad de vista sobre todo, de reposado ademán y de palabra en que subraya tanto todo que dicen
sus admiradores que habla en bastardilla. Jamás presenta a su mujer por avergonzarse de estar casado y
sobre todo de tener que estarlo con mujer" 823 . Herr Heuschrecke es dibujado como un tipo cómico
("distinguished in society by this fact, that, in dry weather or in wet, "they never appear without their
821 en el momento en el que le conoces parece llevar una vida tranquila y autosuficiente: la de un hombre dedicado a la
más alta filosofía (Sartor Resartus, lb. 1, cap. 3, GUPJ).
822 El hombre Teufelsdrockh pasaba y repasaba, en su pequeño círculo, como esos originales e inclasificables
especímenes que circulan más en las universidades alemanas que en cualquier otro sitio; de los cuales, aunque le ves
vivos y tienes la certeza de que tienen alguna historia, parece imposible descubrirla . (Sartor Resartus, lb. 1, cap. 3,
GUPJ).
823 Amor y pedagogía, 1946: 48.
196
umbrella"" 824 ), pero no menos risible es Don Avito, "hombre del porvenir" que "jamás habla de su
pasado"825. Ambos personajes recuerdan también al erudito de Niebla, Antolín S. Paparrigópulos, hombre
que
pensaba en castellano neto, sin asomo alguno de hórridas brumas setentrionales ni dejos de
decadentismos de bulevar parisiense, en limpio castellano, y así era como pensaba sólido y hondo,
porque lo hacía con el alma del pueblo que lo sustentaba y a que debía su espíritu. Las nieblas
hiperbóreas le parecían bien entre los bebedores de cerveza encabezada, pero no en esta clarísima
España de esplendente cielo y de sano Valdepeñas enyesado826.
La importancia del humor es obvia en ambas obras, en el caso de Amor y Pedagogía ralla el absurdo en el
intento de Avito de educar a su hijo científicamente y en el del Sartor, la teoría de Teufelsdrock tiene
elementos surrealistas, como cuando habla de los preceptos de fe del vestir del dandi, como aquel según el
cual "it is permitted to mankind, under certain restrictions, to wear white waistcoats"827.
Si Amor y pedagogía toma la forma de parodia y el objeto de burla (el cientificismo-la filosofía idealista) del
Sartor, de The French Revolution: a History, obra que Unamuno tradujo para La España Moderna828, toma el
estilo narrativo que conformará la personalidad como novelista del español en sus años de madurez: un
autor que se involucra en la historia casi como un personaje más (a veces es uno más), como una especie
de titiritero que presenta a sus personajes al público e interactúa con él. Esta es la faceta que quizás más
admiró Unamuno de Carlyle y de la que da cuenta en su ensayo "MAESE PEDRO. Notas sobre Carlyle",
una crítica de la Historia de la revolución francesa de Carlyle, a quien compara con un titiritero por cómo
juega con sus personajes. Dice del escocés el vasco: "…¡qué fuente de sugestiones, de enseñanzas, de
emociones y de ideas, una obra de Carlyle! ¿Cómo entretiene y cómo enseña la titerera de Maese Pedro
[…] Pocos historiadores han sentido más vivamente lo de que la eternidad es la sustancia del tiempo y no
el conjunto del ayer, hoy y mañana…"829.
824 fácilmente reconocible en sociedad por el hecho de que, llueva o no, siempre va con paraguas (Sartor Resartus, lb. 1,
cap. 3, GUPJ).
825 Amor y pedagogía, 1946: 23.
826 Niebla, 1982: 141.
827 al hombre se le permite, con ciertas restricciones, vestir chalecos (Sartor Resartus, lb. 3, cap. 10, GUPj).
828 En carta a Bernardo G. de Candamo de 22 de abril de 1901 le dice que en está en ello (Epistolario inédito,
1991a: 87).
829 OC, 2007: 439.
197
Esta familiaridad en el estilo, consistente en dirigirse directamente a la audiencia (el "¡O lector!" que
veíamos usa Carlyle en su Historia de la revolución francesa) es como el modo de dirigirse unamuniano en
Amor y Pedagogía: "Lo que acaso desea saber el lector..." o "pensarás, lector, pacientísimo y benévolo". Y
también se asemeja al papel de Unamuno en Niebla, donde éste se erige en un personaje más, en una
especie de superpersonaje que habla con ellos, les hace hablar y les anuncia que van a morir:
Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que
tienes, lector, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolescos
personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos, y me decía a mí mismo:
"¡Cuán lejos estarán estos infelices de pensar que no están haciendo otra cosa que tratar de justificar
lo que yo estoy haciendo con ellos! Así cuando uno busca razones para justificarse no hace en rigor
otra cosa que justificar a Dios. Y yo soy el Dios de estos dos pobres diablos nivolescos"830.
Así como Carlyle al escribir su The French Revolution no se dirigía a un público erudito, Unamuno recuerda
en el Prólogo a Amor y Pedagogía que publica "para lectores y no para bibliófilos". Al español, como al
británico, no le gustaba un lenguaje con cultismos, "de origen erudito o libresco" 831 , decía, sino, como
señala el vasco en su "Advertencia" en la traducción que hizo de la Revolución francesa del británico, un
lenguaje "más hablado que escrito"832. Un claro ejemplo de este gusto del escritor español por las formas
más populares la encontramos en el "Vocabulario" añadido al final de su Vida de Don Quijote y Sancho en el
que señala don Miguel que muchas de las palabras que usa no se encuentran en el diccionario de la RAE,
sino que las ha tomado "de la boca del pueblo en esta región salmantina"833.
La influencia de Carlyle en Unamuno es constatable en sus obras y fue reconocida por el propio filósofo,
quien ya en carta a su amigo Pedro de Múgica le confesaba: "De las literaturas contemporáneas la que más
me gusta es la inglesa, sobre todo en las direcciones que hincaron Carlyle (mi favorito), Emerson […] Me
embelesa Wordsworth" 834 . Y poco después respondía también por carta al anarquista Federico Urales,
quien le preguntó por los autores que más influencia tuvieron en él, afirmando tajante que el británico
había sido "acaso quien más ha contribuido a que encuentre yo mi propio estilo", matizando que "no por
Precisamente por el tiempo en el que hacía esta afirmación sobre el estilo del escocés andaba Unamuno
traduciendo su The French Revolution: A History a instancias de Lázaro Galdeano para su publicación en La
España Moderna836, arduo trabajó al que dedicó entre 4 y 5 horas al día837. Años después, hablando de La
epopeya de Artigas: Historia de los tiempos heroicos del Uruguay, del poeta Zorrilla de San Martín, apunta
Unamuno que la guía del escritor sudamericano en su técnica fue el pensador británico, añadiendo que "yo
mismo he sufrido su fascinación. Cuando acabé de traducir su Historia de la revolución francesa,
traducción en la que procuré respetar la retórica toda -porque es, sí, retórica- de Carlyle, casi todo lo que
yo escribía me resultaba carlyliano"838.
Tal es el influjo del escocés, reconocido por el propio Unamuno839, tanto cita al pensador isleño840, que
algunos, entre los que podría contarse Pío Baroja, como apunta Carlos Clavería, pudieron señalar en las
ideas de Unamuno plagios a Carlyle, tal y como contesta el catedrático de Salamanca, quien en su ensayo
de 1904 "Sobre la soberbia" indica que "tales son las palabras de Carlyle, de quien algunas veces he tomado
sentencias, pero siempre citándole en tales casos, para que lo sepan los badulaques que hablan de él y de
mí sin haberlo leído"841.
Apunta el profesor Clavería las similitudes entre la teoría del británico sobre la historia, que destacaba la
importancia de "la vida silenciosa y olvidada de millares de hombres oscuros"842 y el conocido concepto
unamuniano de la intrahistoria plasmado en ensayos como "La tradición eterna" (En torno al casticismo). Este
análisis de analogías constituiría un laborioso estudio, que no tiene cabida en este estudio panorámico,
aunque sí podemos apuntar algún dato relevante de esta similitud: Unamuno habla de que "los mejores
por Carlyle y el desapego por Wilde ("cuya íntima oquedad", dice del irlandés) (Epistolario inédito, 1991a: 257).
840 Las referencias directas a Carlyle en la obra de Unamuno son innumerables, entre otras cuando habla del
miedo a corromperse del "incorruptible" Robespierre; así califica Carlyle al jacobino en su The French Revolution:
A History (Del Sentimiento, 2005: 148, nota 20); en "La selección de los Fulánez" cita el Sartor Resartus (OC, 2007:
575); en "Principales influencias extranjeras en mi obra", sitúa a Carlyle entre su "mejores maestros" ( OC,
1966d: 818).
841 Clavería, 1970: 11, nota 5.
842 Clavería, 1970: 23.
199
libros de historia" son aquellos en los que el historiador "les pone su alma"843, mientras Carlyle decía que su
obra sobre la revolución francesa había salido "of my own soul"844.
Héroe es también el doctor Montarco, que pese a la incomprensión de sus obras por sus conciudadanos,
insiste en seguir escribiendo sus cuentos, con el riesgo de perder su clientela y tener que emigrar de
nuevo, y la amenaza de verse condenado al ostracismo social. Pero cuando su interlocutor le advierte de
los peligros de seguir escribiendo los relatos que le gustan, de que no le conviene continuar con su línea
editorial, le contesta: "Oh, sí, necesito echarlas fuera; si no escribiera esas atrocidades acabaría por
hacerlas. Yo sé lo que me hago"849.
Pues así es el héroe, que sabe quién es, como decía Unamuno hablando de Don Quijote. Y cuando le
acusan de soberbio por persistir en su actitud, responde: "¡No, amigo mío, no! el hombre que trata de
sobreponerse á los demás es que busca salvarse; el que procura hundir en el olvido los nombres ajenos es
que quiere se conserve el suyo en la memoria de las gentes, porque sabe que la posteridad tiene un cedazo
843 "La Tradición eterna" (En torno al casticismo) (OC, 2007: 85).
844 de mi propia alma (Clavería,1970: 24, nota 31).
845 Vida de Don Quijote, 1998: 189.
846 la relación divina (pues bien puede llamarse así) que en todas las épocas unió a un gran hombre con otros hombres
200
muy cerrado"850. Y el héroe se muestra como tal ante el mundo al actuar, tema del que habla el pensador
escocés en su Past and Present que cita Unamuno en su ensayo "Sobre la soberbia": ""Óbralo como
Hércules", dice Carlyle"851.
En España se difunden las ideas evolucionistas (también llamadas entonces transformistas) desde la década
de 1860 y se propagan rápidamente gracias a la libertad de expresión del sexenio revolucionario852. Con su
difusión vinieron las polémicas entre partidarios y detractores. La traducción de obras de Darwin se
iniciaría en los primeros años de la Restauración; la primera se editó en 1876 en Barcelona853. Ya en 1877
una joven Emilia Pardo Bazán había publicado sus Reflexiones científicas contra el darwinismo, donde trata de
refutar la idea de que "selección natural" implica una mejora de la especie, insistiendo en una absoluta
distinción entre los seres humanos y las "bestias". Benito Pérez Galdós también muestra ya, en obras como
Doña Perfecta o Fortunata y Jacinta, "una profunda comprensión del evolucionismo"854.
Unamuno revela desde sus tiempos de estudiante universitario su conocimiento de las teorías de Darwin855
y su primera obra destacada, En torno al casticismo, de 1895, ofrece ya trazas de la doctrina evolucionista.
En la segunda entrega de esta obra, "La casta histórica"856, habla de los castellanos como "una casta de
hombres sobrios, producto de una larga selección por las heladas de crudísimos inviernos y una serie de
penurias periódicas, hechos a la inclemencia del cielo y a la pobreza de la vida". Y en otro lugar de esa obra
utiliza el concepto simpatía (sympathy) en el sentido darwiniano del término de ponerse en el lugar del
otro, característica distintiva respecto a los animales857.
El influjo del naturalista inglés es palmario a lo largo de su producción literaria, en relatos como "La locura
del doctor Montarco" y ensayos como "Sobre el rango y el mérito"858, "Viejos y jóvenes"859 o "La selección
852 Núñez Ruiz, Diego, "La presencia del evolucionismo en la filosofía española decimonónica" (Crisis, 1975: 44, 45).
853 Crisis, 1975: 44-46.
854 Earle, 2013: 20.
855 En "El darwinismo", publicado en febrero de 1882 en El Noticiero Bilbaíno, dice así: "El que se ha atrevido a
arrojar a la tradición, a las creencias y al orgullo del hombre de este siglo el reto tan atrevido de declararle
rotundamente que no es más que un mono modificado, es un sabio muy laborioso q ue amó siempre con pasión
la naturaleza y que infiltró en el ánimo de su familia el deseo del estudio y del progreso, viviendo feliz en medio
de sus hijos" (Maroco dos Santos, 2010: 12, 13).
856 "La casta histórica" (En torno al casticismo) (OC, 2007: 109).
857 "Sobre el marasmo actual de España" (En torno al casticismo) (OC, 2007: 193).
858 "El progreso es un resultado de la selección, y la selección se cumple mejor cuanto mayor es el número de
producen [...] Darwin puso a un lado las causas de producción bajo el título de "tendencias a variación espontánea" y
202
de los Fulánez", donde, como hará Twain repetidamente, refiere a ideas darwinianas desde el prisma del
humor. En este caso hablaríamos de la supervivencia del apellido más singular (el más apto):
Los Fulánez están llamados a desaparecer, si la ley de la nivelación y el equilibrio no lo remedia860 [...]
Pero la lucha, la lucha viva, con su serie de sugestivas estratagemas, empieza así que los nombres se
convierten en firmas por el hecho de pasar los hombres privados á públicos. Entonces nace la lucha
por la distinción, es decir, por la subsistencia. La firma propende á distinguirse de las demás, á ser
inconfundible, á grabarse en la memoria del público. Y de aquí arrancan todas las vicisitudes públicas
de los Fulánez, Mengánez. Perengánez, Perencéjez, etc. La firma Burgundófero Rataflutis tiene más
probabilidades de adherirse á la memoria de las gentes que la que no pasa de Juan Fernández. Basta
fijarse una vez en la firma Fiacro Iraizoz, para no volver á olvidarla; y en cambio hay quien, en vez de
firmar X, firma José Sánchez861.
En el cuento "La locura del doctor Montarco" traza la diferencia entre la supervivencia sobre la que habló
el científico británico (instinto de conservación) y el hambre de eternidad que centró el pensamiento
unamuniano (instinto de perpetuación):
Pero el doctor Montarco se da cuenta de que su interlocutor no le ha entendido, pues su idea va más allá
de la supervivencia enunciada por el naturalismo británico, hasta lo que llama Unamuno "instinto de
invasión", que no es sino el ansia de eternidad, basándose en Los problemas biológicos, de Rolph863:
relegándolas al ciclo fisiológico, fijó su atención en las causas de conservación, y bajo los nombres de selección
natural y selección sexual las estudió exclusivamente como funciones del ciclo del ambiente" (OC, 2007: 511-512).
860 "La selección de los Fulánez" (OC, 2007: 575).
861 OC, 2007: 580, 581.
862 OC, 2007: 595, 596.
863 Earle, 2103: 26.
203
- ¿Darwin? –me atajó–.
- ¿Conoce usted el libro Problemas biológicos, de Rolph?
- No.
- Pues léalo usted. Léalo y verá que no es el crecimiento y la multiplicación de los seres lo que les
pide más alimento y les lleva, para conseguirlo, a luchar así; sino que es una tendencia a más alimento
cada vez, a excederse, a sobrepasar de lo necesario, lo que les hace crecer y multiplicarse. No es
instinto de conservación lo que nos mueve a obras, sino instinto de invasión; no tiramos a
mantenernos, sino a ser más, a serlo todo. Es, sirviéndome de una fuerte expresión del padre Alonso
Rodríguez, el gran clásico, «apetito de divinidad». Sí, apetito de divinidad [...] La lucha por la vida, por
la sobrevida más bien, es ofensiva y no defensiva; en esto acierta Rolph. Yo, amigo, no me defiendo,
no me defiendo jamás; ataco. No quiero escudo, que me embaraza y estorba; no quiero más que
espada864.
El primer trabajo monográfico sobre el tema de un Unamuno ya maduro, a punto de cumplir 10 años en su
cátedra de Salamanca, es su ensayo Darwin865. En este ensayo señala que mucho antes del naturalista inglés
otros hablaron del "criterio evolucionista", que vivificó en el XIX toda disciplina del saber humano, pero
que fue Darwin el primero que "la probó [la vasta doctrina de la evolución] en un campo concreto de la
vida universal. Las leyes de la lucha por la vida, de la selección del más apto, de la adaptación al medio, de la
herencia, fue Darwin quien nos las mostró en vivo. Y sobre todo la de la selección"866.
Y destaca el escritor español la extraordinaria influencia del británico, al punto de señalar su impacto en
autores como Nietzsche o modificar el paradigma religioso de la época. Entendemos que se refiere
Unamuno al estudio histórico-crítico alemán de la Biblia y a pensadores como Harnack o Sabatier, a los
que el vasco cita profusamente en sus obras:
Aunque en otro orden, el impulso de Darwin en nuestro siglo, en el siglo en que nacimos los que al
XX vamos, ha sido tan profundo como en el XVI el de Lutero […] En las más puras y elevadas esferas
del pensamiento cristiano moderno el evolucionismo ha vivificado la investigación primero, el
sentimiento mismo religioso después […] Gran resonancia ha logrado en este fin de siglo Nietzsche,
que ayer tarde estaba de moda y su famosa doctrina del sobre-hombre. Y ¿es tal doctrina más que un
204
eco de las enseñanzas darwinistas? A medida que el tiempo pase se irá poniendo cada vez más en
claro todo lo que Darwin pesa en el pensamiento del siglo XIX867.
Como no podía ser de otra manera en un hombre ocupado y preocupado por la lengua, se aprecia también
el rastro de la lucha por la supervivencia en "Vida del romance castellano", un ensayo que subtituló como
"Ensayo de biología lingüística", dándonos así una pista sobre su contenido. Nos habla Unamuno del
surgimiento de las lenguas romances en términos evolucionistas:
Sentados estos principios, fijémonos en el hecho de que, al llevar el pueblo romano su lengua a las
regiones sometidas a su imperio, chocó aquélla con los idiomas indígenas, entró en lucha con ellos y
los venció, y la misma extensión del idioma del Lacio fué la concausa que, con la evolución de la
fonética, dio lugar a los romances, escisión resultado del exceso de conocimiento. Debe, ante todo,
rechazarse la errónea creencia de que los romances nacieron de mezcla de las lenguas indígenas con
el latín invasor. Las lenguas; como todos los demás organismos, no se funden al ponerse en contacto,
sino que la una prevalece y la otra sucumbe868.
En resumen, es claro el aprecio de Unamuno por Darwin, que demuestra en cartas como la que escribió al
editor Francisco Sempere, dueño de una de las primeras editoriales –del mismo nombre- que tradujeron al
inglés en España, preguntándole sobre la difusión de sus obras (El origen del hombre llegó a tener siete
ediciones y 56.000 ejemplares de tirada)869. Previsiblemente, el profesor español se estaría informando con
vistas a pronunciar el discurso central del centenario del nacimiento de Darwin en 1909, invitado por los
estudiantes de la Facultad de Medicina de Valencia, quienes organizaron la celebración secundados por la
prensa radical blascoibañista870.
En este discurso Unamuno se refirió al inglés en estos elogiosos términos: "Y si la vasta doctrina de la
evolución fue hasta Darwin concebida, desarrollada y formulada, él fue quien primero la probó en un
campo concreto de la vida universal. Las leyes de la lucha por la vida, de la selección del más apto, de la
adaptación al medio, de la herencia, fue Darwin quien nos las mostró en vivo. Y sobre todo la de la
selección"871. Fue en esta alocución pública donde Unamuno se extendió más sobre la vida del naturalista
inglés, su obra y, sobre todo, se centró en la doctrina de diferenciación de las especies por la selección
205
natural, precisando el sentido de la expresión "the survivance of the fitter" pues algunos, como Spencer,
señala, quisieron "darle un cierto alcance que no puede tener"872.
El escritor vasco indagó sobre este concepto y su relación causa-efecto con el progreso, del que duda
Unamuno, poniendo como ejemplo a los animales parásitos873. Y partiendo del principio darwiniano de la
supervivencia o conservación, el filósofo español enuncia lo que se podía denominar principio de conquista
(o de invasión, como veíamos que decía en el cuento del doctor Montarco), según el cual se progresa
mediante la "guerra por imponer mi variación personal". Concreta Unamuno: "Así es como se progresa,
por obra del esfuerzo a la imposición mutua, sea entre hombres, sea entre pueblos, no tratando cada cual
de conservarse egoístamente, sino tratando egotistamente por imponerse, con ética invasora y agresiva"874.
Y en otro ensayo, "Materialismo popular", eleva a Darwin a la condición de genio, buena muestra de su
admiración, hablando del "sapientísimo, prudentísimo y discretísimo Darwin […] Darwin fue un espíritu
sereno, ponderado, prudente, nada dogmático y nada sectario, un verdadero genio científico […] aquel
hombre tan lleno de buen sentido y de ciencia seguras que se llamó Darwin"875.
Pero en un autor como Unamuno, en lucha permanente de pensamiento, no cabe esperar que todo fueran
bienvenidas a las teorías darwinianas y, así, en Del sentimiento trágico de la vida (1912) habla irónicamente de
la selección natural y la supervivencia de los más aptos: "No es en rigor el hombre sino una especie de
gorila, orangután, chimpancé o cosa así, hidrocéfalo876, o algo parecido. Un mono antropoide tuvo una vez
un hijo enfermo, desde el punto de vista estrictamente animal o zoológico, enfermo, verdaderamente
enfermo, y esa enfermedad resultó, además de una flaqueza, una ventaja para la lucha por la persistencia"877.
Y da la razón a la Iglesia que se opone a los planteamientos darwinistas, pues el vitalismo eclesial se opone
a todo planteamiento racionalista: "Hizo bien, porque el darwinismo tiende a quebrantar nuestra creencia
de que es el hombre un animal de excepción, creado expreso para ser eternizado"878.
872 "Discurso pronunciado en el Paraninfo de la Universidad de Valencia, con ocasión del I Centenario del
Nacimiento de Darwin" (OC, 1966d: 255).
873 "El más apto, ¿para qué? [...] no hay una aptitud genérica y valedera para todos los casos [...] no toda
206
Un año después de la publicación de su obra filosófica mayor, sin embargo, a propósito de la interpretación
que se hacía de las doctrinas de Darwin, podemos citar un discurso pronunciado en marzo de 1913 en los
Juegos Florales de Palencia y en el que habla del "movimiento pseudo-darwinista", encomia el espíritu
religioso de Darwin y dice que entonces nació aquella "vaciedad de que sobreviviese el más apto en la lucha
por la vida, lo cual era muy cómodo para justificar ciertas violencias"879.
¿Es entonces la postura de Unamuno sobre Darwin contradictoria o se limita a relativizar las doctrinas del
naturalista inglés o, mejor, a denostar aquellas interpretaciones, como la que decía antes de Spencer, que
distorsionaban tales doctrinas? Pienso que se trata de lo segundo, y no hay más que fijarse en el tono
jocoso que emplea el vasco en su "Tratado de cocotología", parodia de los tratados científicos (en este
caso explica concienzudamente Unamuno la ciencia de las pajaritas de papel), incluido en su novela Amor y
Pedagogía de 1902, en el que indica:
Ha surgido en modernos tiempos una secta proterva e impía llamada transformismo, darwinismo o
evolucionismo —que con estos y otros tan pomposos nombres se engalana— que en su ceguera y
arrogancia pretende que las especies hoy existentes se han producido todas, todas, incluso la
humana, unas de otras, a partir de las más sencillas e imperfectas y ascendiendo a las más perfectas y
complicadas. Pocas veces se ha visto error más nefasto. Y ¿qué nos dice el flamante transformismo
acerca de la pajarita de papel? ¿Podrá hacernos creer que tan perfecto ser se engendrara
evolutivamente y no que surgiese de una sola vez y como por ensalmo con las perfecciones todas que
hoy atesora?880.
Parece pues, que lo que hace Unamuno cuando alude a la polémica y simplista idea de que descendemos
del mono, no es sino afear aquellas interpretaciones que erigían al naturalista inglés como prueba de que
toda la concepción religiosa del hombre partía de un error, el del origen de la humanidad según el
Génesis 881 , al igual que deleznaba la simplificación de la Iglesia poniendo a Darwin como diana de sus
ataques882. Es la lucha constante de Unamuno entre fe y razón, que no pueden nunca llegar a una síntesis.
879 "El discurso del señor Unamuno", El Adelanto de Salamanca, 26 de marzo de 1913.
880 Amor y pedagogía, 2008: 204.
881 "Los mismos sentimientos religiosos – lo más entrañable y profundo que hay en el hombre – no se han
sustraído al movimiento evolucionista o transformista en los más de los hombres a la vez que religiosos de
veras cultos del siglo XIX", dice Unamuno (OC, 1966c: 201).
882 "¡Qué cosas se han escrito, señores, en pretensión de refutar al darwinismo! Yo sólo recuerdo ahora las que
me hicieron aprender a mí, en la cátedra de Metafísica de la universidad Central, de un cierto texto de cierto
dominico, que llegó a arzobispo y cardenal. Es imposible imaginar razonamientos de una infantilidad más grande.
Si quisiera daros un rato de divertida jocosidad, no tendría sino leéroslos" (OC, 1966d: 258).
207
De la postura de Unamuno sobre Darwin, un hombre que buscó en su vida la verdad, es una buena
síntesis, tal y como señala Maroco Dos Santos, el ensayo "Conversación tercera", publicado en agosto de
1910 en la revista La Nación de Buenos Aires:
Aquel santo y sabio hombre que se llamó Darwin, espíritu sereno, ecuánime y magnánimo si los ha
habido, debió de sufrir sin duda por la necia guerra de dicterios, burlas e inepcias que los teólogos,
tanto católicos como protestantes, armaron contra él; pero no sufría menos al ver qué uso hacen de
sus nobles y meditadas enseñanzas los ateólogos y los sectarios del otro extremo. En sostener y
defender que el hombre no puede venir de un mono pusieron los teólogos aquellos un ardor y un
empeño que nada tenían que ver con el amor a la verdad, y en sostener y defender que del mono
viene el hombre suelen poner muchos de estos otros un ardor y un empeño también que tampoco
tiene nada que ver con el amor a la verdad. Ni unos ni otros pelean por la verdad883.
En definitiva, la obra de Darwin tiene en Unamuno un valor superlativo, siempre y cuando se interprete en
su recto sentido, no como llegó a ocurrir en los EE.UU., donde se prohibió la obra por herética 884, al
reducir la cuestión a aquello de que el hombre desciende del mono, quitando así todo valor a la creación
descrita en las Sagradas Escrituras. De hecho, Unamuno atribuye un valor cuasibíblico al inglés, pues no
coincidía con los "que sostienen que su doctrina [la del naturalista] ha destronado al hombre, derribándole
de aquel su puesto de rey de la creación en que se colocara. No, la doctrina darwiniana ha restablecido
más bien, y sobre nuevas y más firmes bases, la suprema dignidad del hombre; la doctrina darwiniana ha
vuelto a hacer de él la flor de la creación. Felicísimo estuvo el que llamó a Darwin el último de los
profetas"885.
208
TWAIN. UN MONUMENTO A DARWIN.
Darwin era uno de los autores favoritos de Twain y buena prueba de ello es el hecho de que tenía
profusamente subrayada The Descent of Man (El origen del hombre), obra que leyó apenas publicada en 1871,
con 36 años, realizando numerosas anotaciones en un tono serio que nada tenía que ver con el tono
sarcástico que el autor usaba a menudo en las notas que realizaba en los libros que leía886. Parece ser que la
admiración era mutua y eso se desprende del encuentro que ambos mantuvieron el 19 de agosto de 1879,
durante una de las estancias del escritor estadounidense en Inglaterra887, pues un buen amigo del creador
de Huck Finn, Charles Eliot Norton, que llegó a conocer bien al naturalista inglés, le contó que "Darwin
siempre leía libros de Twain antes de irse a dormir"888. Para Unamuno, como hemos visto, era un genio;
Twain hablaba de él como "el gran Darwin"889.
Pese a su inexistente formación académica, Twain siempre mostró gran interés por las ciencias y
conservaba en su biblioteca doce volúmenes de las obras de Darwin entre 160 títulos de temática
científica, sobre cuestiones tan diversas como astronomía, antropología, arqueología, geología o biología 890.
Precisamente por esta falta de formación algunos autores sostienen que Twain aceptaba las conclusiones
de lo que leía "al pie de la letra"891.
Twain refería muchas veces al científico inglés bajo el tamiz del humor, como en su breve relato "A
Monument to Adam", en el que narra en tono fingidamente serio la fallida idea de erigir un monumento al
primero de los hombres en la localidad de Elmira, en el estado de Nueva York. Esta iniciativa se le ocurrió,
nos cuenta Twain, por culpa del libro de Darwin El origen del hombre, que dejó al pobre Adán fuera de
juego. Dice a este respecto con ese tono irónico suyo tan característico: "It is long ago—thirty years. Mr.
Darwin’s Descent of Man has been in print five or six years, and the storm of indignation raised by it was
still raging in pulpits and periodicals. In tracing the genesis of the human race back to its sources, Mr.
Darwin had left Adam out altogether. We had monkeys, and "missing links," and plenty of other kinds of
ancestors, but no Adam"892.
the new geology and biology was to accept them at face value" (Cummings, 1988: 739, 740).
892 Hace ya 30 años. El origen del hombre del señor Darwin ha tenido 5 ó 6 ediciones y la tormenta de indignación
suscitada aún perdura en púlpitos y revistas. Al rastrear el origen de la raza humana hasta sus fuentes, el señor Darwin
209
En esta línea jocosa, vemos la influencia darwiniana en la parodia que hace Twain del Génesis, en el que
Adán ya no es, después de las teorías evolucionistas, sino una pequeña mota, un germen que fue
evolucionando, pasando a ser mosca, después pez, luego réptil -de los cuales salieron los congresistas, dice
Twain-, más tarde los mamíferos: "Adam is fading out. It is on account of Darwin and that crowd. I can see
that he is not going to last much longer. There's a plenty of signs. He is getting belittled to a germ -- a little
bit of a speck that you can't see without a microscope powerful enough to raise a gnat to the size of a
church"893.
Y continúa Twain desglosando el proceso evolutivo que ha sustituido al Adán que Dios hizo de la noche a
la mañana: el germen pasó a pulga y de ahí a mosca, luego a un pez, entonces vino el reptil, y de ahí
vinieron "a supply of lizards and spiders and toads and alligators and Congressmen". Luego los anfibios,
vacas, tigres, etc., hasta llegar al eslabón perdido y de él y una sirena, dice Twain, surgió el hombre "and
there you are! Everything ship-shape and finished-up, and nothing to do but lay low and wait and see if it
was worth the time and expense"894.
Twain se refirió repetidamente a esta idea de Adán desde los años 80 (el artículo anterior fue publicado en
1905)895, señalando irónicamente en otra de sus piezas, "Proposal for the Renewal of the Adam Monument
Petition", escrita tras la negativa de la Iglesia Presbiteriana a admitir a dos jóvenes ministros por creer que
Adán era un mito 896 , que Adán era intelectualmente superior a un reducido grupo de colosos del
pensamiento entre los que incluye a Darwin: "[Adam] should have "a costly and noble monument to mark
our recognition of his intellectual greatness", which vastly exceeded that os such "intellectual giants" as
Socrates, Aristotle, Shakespeare, and Darwin: These great men new all that men can know -it was their
limit, but Adam kew more"897.
Esta burla del creacionismo opuesto al evolucionismo darwinista se aprecia también en obras como The
Diaries of Adam and Eve (El Diario de Adán y Eva). Así, frente a un Adán bíblico que parece tener las
había dejado a Adán completamente fuera. Teníamos monos y "eslabones perdidos" y muchos otros tipos de
antepasados, pero nada de Adán ("A Monument to Adam", The Washington Post, 6 de agosto de 1905).
893 Adán se desvanece. Es por culpa de Darwin y esa gente. No creo que dure mucho más. Hay multitud de signos. Ha sido
denigrado a la condición de un germen. Una diminuta mota que solo se puede ver con un microscopio capaz de hacer ver un
mosquito como una iglesia. ("The Refuge of the Derelicts", en Twain, 1972: 220).
894 Y ahí lo tienes. Todo hecho y terminado y nada más que hacer sino esperar y ver si mereció la pena el tiempo y el
210
facultades mentales de cualquier hombre moderno, Twain le otorga un semblante algo menos
evolucionado, que nos remonta a nuestros ancestros de la prehistoria. Hablando de su hijo Caín, el Adán
twainiano realiza las siguientes reflexiones:
[Eve] caught it while I was up country trapping on the North Shore of the Erie […] It resembles us in
some ways, and may be a relation. That is what she thinks, but this is an error, in my judgment. The
difference in size warrants the conclusion that it is a different and new kind of animal—a fish, perhaps
[…] It is not one of us, for it doesn’t walk; it is not a bird, for it doesn’t fly; it is not a frog, for it
doesn’t hop; it is not a snake, for it doesn’t crawl; I feel sure it is not a fish, though I cannot get a
chance to find out whether it can swim or not898.
Después, el primer hombre piensa que su hijo es un canguro y rechaza esta opción, baraja la de un oso
para, al final, diez años después, dar con el diagnóstico. Dice Adán: "They are BOYS; we found it out long
ago. It was their coming in that small immature shape that puzzled us; we were not used to it"899. Por su
parte, Eva no es consciente de que haya evolucionado desde otras formas inferiores, porque, como ella
dice: "I am almost a whole day old, now. I arrived yesterday. That is as it seems to me. And it must be so,
for if there was a day-before-yesterday I was not there when it happened, or I should remember it"900.
Y es que ni siquiera sospecha el origen de su pareja ante su peculiar comportamiento cuando ella le va
siguiendo: "At last it was a good deal worried, and climbed a tree. I waited a good while, then gave it up
and went home. Today the same thing over. I’ve got it up the tree again"901. Otra muestra del pie que la
teoría evolucionista le da para parodiar la creación la encontramos en su obra The Refuge of the Derelicts (El
refugio de los abandonados), en la que Twain pinta a un Adán convertido en una especie de oficinista que va
poniendo nombre a los animales según las posibilidades de su vocabulario:
898 [Eva] lo cazó mientras yo estaba poniendo trampas en la costa norte del [lago] Eire […] De algún modo se parece a
nosotros. Eso es lo que ella piensa, pero creo que se equivoca, en mi opinión. La diferencia de tamaño me lleva a
concluir que es un animal nuevo y diferente, un pez quizás [...] No es de los nuestros, porque no camina; no es un
pájaro, pues no vuela; no es una rana, ya que no salta; no es una serpiente, porque no se arrastra. Estoy seguro de que
no es un pez, aunque no he tenido ocasión aún de averiguar si sabe nadar o no. (Twain, 1996: 55, 63)
899 Son chicos. Lo que nos confundió fue que llegaran en esa forma pequeña e inmadura. No estábamos acostumbrados
Hoy ocurrió lo mismo. De nuevo le hice subirse al árbol (Twain, 1996: 19).
211
But in the course of trade, along comes the pterodactyl -- ...Could he spell that? No, sir. Solomon
couldn’t. Nor no other early Christian—not in that early time...[...] so, as he didn’t want to let on
that he couldn’t spell it, he just said, ‘Call again, office hours over for to-day,’ and pulled down the
shades and locked up and went home, the same as if nothing had happened […] Every few days along
would come an animal as big as a house—grazing along, eating elephants and pulling down the
synagogues and things: "Dinosauriumiguanodon", says Adam; "tell him to come Sunday"; and would
close up and take a walk902.
Del padre de la humanidad como gran damnificado del evolucionismo darwinista habló también Twain en
"Adam´s Soliloquy", relato que le inspiró al escritor una visita al Museo Americano de Historia Natural de
Nueva York en febrero de 1905 en el que estaba expuesto un esqueleto de Brontosaurio. En esta pieza el
escritor muestra sus dificultades para aceptar el relato bíblico del Génesis porque chocaba con la teoría de
la evolución de las especies903. En esta historia, Adán se queda mirando el esqueleto y afirma: "It is strange...
very strange. I do not remember this creature [...] I have no recollection of him. Neither Eve nor I have
heard of him until yesterday. We spoke to Noah about him. He colored and changed the subject"904.
Muchos más ejemplos de humor inspirados en las doctrinas darwinianas esconden las obras de Twain, pero
también se aprecia su influencia cuando el norteamericano se pone serio, desde referencias a los conceptos
por él acuñados, pasando por la ideología darwinista de sello determinista basada en la inexorable acción
de la selección natural y en una minuciosa comparación, alejada de los prejuicios de la época, entre el
hombre y el resto de animales. Así, en una de sus obras más fantasiosas, "The Secret History of Eddypus,
the World-Empire" ("La historia secreta de Edipo") el escritor norteamericano hace referencia a la piedra
angular de la teoría de Darwin, la evolución, con ese característica de inexorabilidad propia del
mecanicismo:
Evolution is a blind giant who rolls a snowball down a hill. The ball is made of flakes—circumstances.
They contribute to the mass without knowing it. They adhere without intention, and without
902 Y en el transcurso del asunto que nos ocupa, apreció el pterodáctilo…¿acaso podía pronunciar eso? No, el señor
Salomón no pudo ni ningún otro temprano cristiano, no en aquella época primera… [...] De modo que, como no quería
contar a nadie que no sabía pronunciarlo, apenas dijo: "Venga de nuevo, horario de oficina terminado por hoy" y bajó
las persianas y cerró y se fue a casa como si nada hubiera pasado […] Cada pocos días podía venir un animal tan
grande como una casa, pastando o comiéndose elefantes o aplastando sinagogas. "Dinosauriomiguanodón", dijo Adán;
"Dios mío, que llegue ya el domingo": y cerró y se fue a dar un paseo (Twain, 1972: 211, 212).
903 The Bible, 1995: 35.
904 Es extraño... muy extraño. No recuerdo a esta criatura [...] No guardo recuerdo suyo. Ni Eva ni yo sabíamos de él hasta
ayer. Hablamos con Noé de él. Se puso pálido y cambio de tema (The Bible, 1995: 120).
212
foreseeing what is to result. When they see the result they marvel at the monster ball and wonder
how the contriving of it came to be originally thought out and planned. Whereas there was no such
planning, there was only a law: the ball once started, all the circumstances that happened to lie in its
path would help to build it, in spite of themselves905.
La referencia explícita más obvia a Darwin en la obra última de Mark Twain, se encuentra en su relato "The
Lowest Animal" ("El animal más bajo"), un alegato sobre la brutalidad humana. En este texto, Twain parte
de la teoría darwinista y usa la misma metodología del inglés, es decir, comparar animales y hombres en sus
diferentes características para darle la vuelta al aserto darwiniano de que el hombre desciende de animales
inferiores, resultando que es el inferior hombre el que desciende de animales superiores:
I have been scientifically studying the traits and dispositions of the "lower animals" (so-called), and
contrasting them with the traits and dispositions of man. I find the result humiliating to me. For it
obliges me to renounce my allegiance to the Darwinian theory of the Ascent of Man from the Lower
Animals; since it now seems plain to me that the theory ought to be vacated in favor of a new and
truer one, this new and truer one to be named the Descent of Man from the Higher Animals906.
El pesimismo antropológico que subyace en este relato de Twain es propio de la obra de Darwin, quien,
ante la brutalidad de la que es capaz nuestra raza, inflingiendo daño a sus semejantes aun sin necesidad de
supervivencia afirma:
For my own part I would as soon be descended from that heroic little monkey, who braved his
dreaded enemy in order to save the life of his keeper, or from that old baboon, who descending from
the mountains, carried away in triumph his young comrade from a crowd of astonished dogs- as from
a savage who delights to torture his enemies, offers up bloody sacrifices, practices infanticide without
905 La evolución es un gigante ciego que hace rodar una bola de nieve montaña abajo. La bola está hecha de
circunstancias que contribuyen a la masa sin saberlo. Se unen sin intención alguna y sin saber lo que va a pasar. Cuando
ven el resultado se asombran ante la monstruosa bola y se preguntan si fue algo pensado y planeado. Como no hay plan
alguno, solo existe una ley: una vez que la bola empieza a rodar coge todas las circunstancias que encuentra en su
camino, a pesar de sí mismas (Twain, 1972: 378).
906 He estado estudiando los rasgos y disposiciones de los (así llamados) animales inferiores y los he comparado con los
rasgos y disposiciones del hombre. Encuentro el resultado humillante para mí, puesto que me obliga a renunciar a toda
lealtad para con la teoría darwinista del ascenso del hombre de los animales inferiores; desde ahora me parece evidente
que esa teoría debe ser desechada en beneficio de otra nueva y más cierta, que debería ser llamada el descenso del
hombre de los animales superiores. Este relato aparece también con el título "Man´s Place in the Animal World",
de 1896 (Collected tales, 1992b: 207).
213
remorse, treats his wives like slaves, knows no decency, and is haunted by the grossest
superstitions907.
La aceptación de las teorías de Darwin no supone, igual que decíamos de Unamuno, la asunción de todas
las interpretaciones y derivaciones que de las mismas se realizaron, como es el caso del darwinismo social
de Spencer, al que Twain, como Unamuno, también criticó. En los Estados Unidos de finales del siglo XIX,
en la conocida como Gilded Age, algunas élites usaban estas teorías centradas en "la supervivencia de los
más aptos" para justificar la explotación del obrero, las malas condiciones de vida, el racismo o el
imperialismo 908 . A diferencia de obras de Darwin como El origen del hombre, que se conservan con
anotaciones del escritor norteamericano, nada queda de las obras anotadas por él de Spencer, de indudable
influencia, sino a través de los artículos de Sumner y Fiske en la revista Popular Science, de tendencia
utilitarista, a la que estaba suscrito Twain909.
907 Preferiría descender de aquel heroico y pequeño mono que afrontaba a su temido enemigo [habla de una anécdota
anterior sobre un guardián de un zoo atacado por un babuino] o de aquel viejo cinocéfalo que, descendiendo de las
montañas, se llevó en triunfo sus pequeños camaradas librándoles de una manada de atónitos perros, que de un salvaje
que se complace en torturar a sus enemigos, ofrece sangrientos sacrificios, practica el infanticidio sin remordimiento,
trata a sus mujeres como esclavas, desconoce la decencia y es juguete de las más groseras supersticiones (Darwin,
2004: 689).
908 Vales, 2004: 4.
909 Camfield, 1994: 137.
214
7.- WILLIAM JAMES.
Mark Twain conoció al hermano del escritor Henry James cuando estaba de vacaciones con su familia en
Florencia (Italia) en 1892 y no fue un encuentro fugaz, pues Twain salió de la ciudad italiana con los
Principles of Psychology del filósofo bajo el brazo910. William James teorizó en otra de sus obras, The Varieties
of Religious Experience, acerca de un determinado margen de la consciencia, una "set of memories, thoughts,
and feelings which are extra-marginal and outside of the primary consciousness altogether"911, tema que
esboza ya en su Principles of Psychology hablando de la conciencia del yo ("Consciousness of Self")912. Twain
trató de un tema análogo en su ensayo de 1891 Mental Telegraphy, narrando una serie de acontecimientos
vividos tanto en primera persona (el encuentro con un amigo al que estaba pensando ver, recibir una carta
casi idéntica a una que él había escrito dirigida a su interlocutor...) como referencialmente, que parecen
indicar que existe "un lejano extraño" que telegrafía sus pensamientos y sensaciones a la consciencia de
uno, es decir, que es posible la telepatía:
I am forced to believe that one human mind (still inhabiting the flesh) can communicate with another,
over any sort of a distance, and without any artificial preparation of "sympathetic conditions" to act
as a transmitting agent. I suppose that when the sympathetic conditions happen to exist the two
minds communicate with each other, and that otherwise they don’t; and I suppose that if the
sympathetic conditions could be kept up right along, the two minds would continue to correspond
without limit as to time913.
Es más que probable que tuviera ya referencias del tema por revistas especializadas, en concreto del Journal
of the Society for Psychical Research, medio de dicha asociación, que fue fundada (su rama americana) en 1884
por William James y de la que Twain fue miembro desde sus inicios914. Unamuno también leyó esta revista,
aunque quedara un tanto decepcionado al revisar algunos de los estudios que venían en la misma,
10, www.archive.org)
913 "Mental telegraphy" (Harper´s New Monthly Magazine, 1891: 99).
914 Horn, 1996: 10.
215
especialmente sobre hipnotismo, sueño, telepatía y médiums ("en nada se diferencia de las milagrerías
medievales", decía el español915).
Este "pensamiento subliminal", como lo llama James, esta "región en penumbra de la mente" de la cual
surge este yo subliminal916, enlaza con la idea de dualidad del yo ("divided self") que trató el autor de Tom
Sawyer en "My Platonic Sweetheart", escrito en 1898 y publicado póstumamente en la revista Harper´s,
relato en el que habla de cómo, en el transcurso de diferentes sueños que ha tenido a lo largo de su vida,
se le aparece su amor platónico, siempre una mujer aunque con diferentes nombres, que da pie a pensar a
Twain que varias personas pueden ocupar un mismo cuerpo: "trying to find out what the source of dreams
is, and which of the two or three separate persons inhabiting us is their architect"917.
Como vemos, en Twain van unidas la preocupación por el dualismo y el origen de nuestros sueños,
diferenciando nuestro yo consciente de nuestro yo dormido, como cuando recuerda la casa en la que
estuvo (en sueños) con su amor Agnes: "When I think of that house and its belongings, I recognize what a
master in taste and drawing and color and arrangement is the dream-artist who resides in us. In my waking
hours, when the inferior artist in me is in command, I cannot draw even the simplest picture with a pencil,
nor do anything with a brush and colors"918.
Años más tarde, al escribir la conclusión de The Mysterious Stranger 919 , emplea también el sueño como
recurso para hablar del ser, pareciendo llegar a la conclusión solipsista que cierta crítica atribuye a la
filosofía de James, especialmente la de sus últimos años de empirismo radical920. En esta obra, Twain pone
en duda la existencia real del mundo cuando Satán afirma que:
Nothing exists; all is a dream. God—man—the world—the sun, the moon, the wilderness of stars—a
dream, all a dream; they have no existence. Nothing exists save empty space—and you!" "I!" "And
you are not you—you have no body, no blood, no bones, you are but a thought. I myself have no
existence; I am but a dream—your dream, creature of your imagination. In a moment you will have
sueño que vive en nosotros. Las horas que estoy despierto, cuando el artista inferior está al mando, no puedo dibujar el
más simple de los dibujos con un lápiz ni hacer nada con un pincel y colores (Mysterious Stranger, 1922: 301).
919 Tuckey, 1964: 76.
920 Russell, 1906: 606-613. En "Is Radical Empiricism Solipsistic?" (1905) William James responde a un crítico
Ya dijimos hablando de Darwin que Twain fue un voraz lector de publicaciones científicas y filosóficas, pero
hay que tener en cuenta que, dada su ausencia de base formativa, tal y como apuntan algunos autores,
pudiera haber tomado las afirmaciones de esos libros literalmente 922 . Así, el último capítulo de The
Mysterious Stranger parece una copia ampliada del aserto de ecos shakesperianos de James: "That entity is
fictitious, while thoughts in the concrete are fully real. But thoughts in the concrete are made of the same
stuff as things are"923.
Se puede rastrear el influjo del filósofo norteamericano en otros conceptos como el de la costumbre
jamesiana ("habit"), al que Twain llama también entrenamiento ("training"), o lo que es lo mismo, lo que, en
un sentido amplio entendemos como el conjunto de condiciones culturales y ambientales (como la
educación, por ejemplo) que, a fuerza de recibir desde la infancia, configuran nuestro Weltanschauung o
visión del mundo. James lo expresaba así en sus Principles of Phsychology:
Habit is thus the enormous fly-wheel of society, its most precious conservative agent. It alone is what
keeps us all within the bounds of ordinance, and saves the children of fortune from the envious
uprisings of the poor. It alone prevents the hardest and most repulsive walks of life from being
deserted by those brought up to tread therein. It keeps the fisherman and the deck-hand at sea
through the winter; it holds the miner in his darkness, and nails the countryman to his log-cabin and
his lonely farm through all the months of snow; it protects us from invasion by the natives of the
desert and the frozen zone. It dooms us all to fight out the battle of life upon the lines of our nurture
or our early choice, and to make the best of a pursuit that disagrees, because there is no other for
which we are fitted, and it is too late to begin again. It keeps different social strata from mixing924.
921 Nada existe; todo es un sueño. Dios, el hombre, el mundo, el sol, la luna, la inmensidad estelar, un sueño, todo un
sueño; no tienen realidad. ¡Nada existe, fuera del espacio vacío... y tú! —¡Yo! —Y tú no eres tú; no tienes cuerpo, ni
sangre, ni huesos; no eres sino un pensamiento. Yo mismo no tengo realidad; no soy sino un sueño, tu sueño, una
criatura de tu imaginación; bastará un instante para que te des cuenta de ello, y entonces me borrarás de tus visiones y
yo me disolveré en la nada de la que me formaste (Mysterious stranger, 1922: 138).
922 Cummings, 1988: 739, 740.
923 "Does Consciousness' Exist?" (James, 1904: 49).
924 El hábito es el gran volante de la sociedad, su más valioso agente. Es el hábito el que nos mantiene dentro de los
límites de la norma y libra a los hijos de la fortuna de las envidiosas revueltas de los pobres. Él solo previene que los
caminos más duros y repulsivos de la vida dejen de ser hoyados por aquellos que crecieron para andarlos. Mantiene al
pescador y al marinero en la mar en invierno; al minero en su oscuridad y ata al granjero en su solitaria granja durante
los meses de nevadas; nos protege de la invasión de la gente del desierto y de los polos. Nos condena a librar la batalla
217
En What is man?, la única obra larga de Twain con ánimo de filosofar, un ensayo dialogado entre un viejo y
un joven en el que el mayor pregunta al muchacho hasta llegar a una conclusión, al estilo socrático, el
norteamericano señala que el hombre es impulsado y dirigido por influencias exteriores únicamente,
pensamiento de marcado carácter determinista, como veremos posteriormente, pues "each [man] has the
limitations of his nature, his heredities, his training, and his environment"925. Y más adelante remacha la idea
señalando que "training is everything"926. Ese entrenamiento, esa costumbre, es para Twain, algo que nos lo
da la educación, pero no solo, pues el ser humano recibe millones de influencias exteriores:
Study, instruction, lectures, sermons? That is a part of it—but not a large part. I mean all the outside
influences. There are a million of them. From the cradle to the grave, during all his waking hours, the
human being is under training. In the very first rank of his trainers stands association. It is his human
environment which influences his mind and his feelings, furnishes him his ideals, and sets him on his
road and keeps him in it. If he leave[s] that road he will find himself shunned by the people whom he
most loves and esteems, and whose approval he most values. He is a chameleon; by the law of his
nature he takes the color of his place of resort. The influences about him create his preferences, his
aversions, his politics, his tastes, his morals, his religion927.
La importancia de los hábitos adquiridos queda patente en obras como The Adventures of Tom Sawyer o
Adventures of Huckleberry Finn, donde los protagonistas son un niño (Tom) que asisitió -pese a sus
reticencias- a la escuela dominical, autentica fábrica de formación de recitado de versículos bíblicos, y otro
(Huck) que no fue. Nuestro autor conoce bien el asunto porque tuvo que asistir durante su infancia en
Hannibal. El que no iba (Huckleberry) nos dice esto a propósito del dilema de entregar o no al esclavo Jim:
"but something inside of me kept saying, There was the Sunday-school, you could a gone to it; and if you’d
a done it they’d a learnt you there that people that acts as I’d been acting about that nigger goes to
de nuestra vida según lo enseñado al criarnos y hacer lo mejor en una actividad para la que no valemos, pero para la
que no tenemos alternativa, y es tarde para comenzar de nuevo. Mantiene sin mezclarse a los distintos estratos sociales
(Principles of Phsichology, vol I, cap. 4, www.archive.org).
925 cada [hombre] tiene las limitaciones de su naturaleza, sus herencias , su formación y su entorno (What is man?, GUPj).
926 la educación lo es todo (What is man?, GUPj).
927 ¿Estudio, instrucción, charlas, sermones? Es un parte, pero no la mayor parte. Hablo de todas las influencias
exteriores. Hay millones de ellas. De la cuna a la tumba durante sus horas despierto, el ser humano está siendo
educado. En el primer lugar del ranking de sus educadores está la asociación con los otros. Es su ambiente humano el
que influencia su mente y sentimientos, le provee de ideales, y le pone en su camino. Si abandona la senda le rehuirá la
gente a la que más quiere y estima, y cuya aprobación demanda. El hombre es un camaleón; por su naturaleza toma el
color de su lugar de estancia. Las influencias que rcibe crean sus preferencias, sus a versiones, su punto de vista político,
su gusto, su moral y su religión (What is man?, GUPj).
218
everlasting fire"928. Pero Huck decide afrontar el fuego eterno, rara excepción, según Twain, pues "a man
can seldom very, very seldom fight a winning fight against his training"929.
Esta lucha excepcionalmente ganada por Huck es la que describe William James bajo el concepto de
voluntad ("Will"), que es una función secundaria del ser humano y que requiere una serie de pasos, no
como el hábito, el cual se manifiesta de forma automática o primaria:
There is a certain normal ratio in the impulsive power of different sorts of motive, which characterizes what
may be called ordinary healthiness of will, and which is departed from only at exceptional times or by
exceptional individuals. The states of mind which normally possess the most impulsive quality are
either those which represent objects of passion, appetite, or emotion [...] or they are feelings or
ideas of pleasure or of pain [...] or ideas which for any reason we have grown accustomed to obey so
that the habit of reacting on them is ingrained [...] Compared with these various objects, all far-off
considerations, all highly abstract conceptions, unaccustomed reasons, and motives foreign to the
instinctive history of the race, have little or no impulsive power. They prevail, when they ever do
prevail, with effort; and the normal, as distinguished from the pathological, sphere of effort is thus found
wherever non-instinctive motives to behavior are to rule the day930.
Este gran avance de Huck, esta epifanía, como la ha descrito algún crítico 931 , es propia de gente
extraordinaria (el concepto de heroicidad que decíamos hablando de Carlyle), como Juana de Arco, cuya
voluntad es muy superior a su resistencia física, una chica de 17 años que era más que eso, "a great soul,
with a great purpose", que pudo fortalecer un cuerpo débil, pues "the greatest soul in the universe"932, la
doncella de Orleans, cumple aquella característica propia del héroe que decía James de seguir su raro
impulso ideal (en el sentido de perseguir una idea); que se sobrepone al resto de impulsos más instintivos,
928 pero algo dentro de mí seguía diciendo: "Ahí tenías la escuela dominical, y habrías podido asistir, y si le hubieras
hecho, te habrían enseñado que la gente que actúa como tú has actuado con ese negro irá al fuego eterno" (Huck Finn,
GUPj).
929 un hombre muy, muy rara vez gana una batalla a su educación ("As regards patriotism", en Europe and Elsewhere,
1923: 302).
930 Hay una ratio normal acreditada de capacidad de actuar con un fuerte impulso por diferentes motivos, lo que
podíamos denominar una razonable saludabilidad de la voluntad [...] Los estados mentales que normalmente tienen la
mayor calidad de impulso son tanto aquellos relacionados con objetos de pasión, apetito o emoción o se trata de
sentimientos e ideas de placer o de dolor [...] o ideas que por cualquier razón nos hemos acostumbrado a obedecer de
modo que reaccionar ante ellas es algo arraigado [...] Comparado con estas causas anteriores, todos los con ceptos
abstractos elevados, razones inusuales y motivaciones ajenas al historial instintivo de nuestra raza, tienen poca o
ninguna fuerza. Se imponen, cuando se da el caso, con esfuerzo; y la esfera normal de esfuerzo se encuentra allá donde
los motivos no instintivos estén rigiendo nuestro día a día (Principles of Psychology, cap. 26, vol. 2, GUPj).
931 Quirk, 2007: 170.
932 Joan of Arc, lb. 2, cap. 4, GUP J .
219
más propios del hábito que decíamos antes, determinado por el entorno y la educación. Es la valiente "who
exposes himself to social obloquy for duty's sake"933, que sigue a su "still small voice", a su ideal, a las voces
que nunca la mienten y la empujan a su misión arrostrando peligros, a contracorriente de lo que haría la
inmensa mayoría.
La figura de Satán en The Mysterious Stranger entiendo que no es casual y su inspiración, más que religiosa,
es de tipo psicológico, tomándola Twain del pensamiento jamesiano. James, habla de un "divided self" que
apuntábamos anteriormente, una voz interior, una consciencia que nos empuja a veces a cometer actos
inmorales o injustos y que, señala el filósofo, ha sido atribuida a lo largo de la historia a una obra
demoníaca. Y así ha ocurrido, por ejemplo, con los santos, según el psicólogo estadounidense: "the lives of
the saints are full of such blasphemous obsessions, ascribed invariably to the direct agency of Satan"934. Así
Twain recurre a un Satán que muestra toda la maldad de la que son capaces los humanos y que recuerda al
enano de otra de sus obras que le susurra sus actos reprochables, quien, aunque el escritor piensa que es
el diablo, no es sino su conciencia935. Será cierto aquello de que "los demonios se encuentran en lo hondo
de la conciencia humana"936.
Podemos sondear también el influjo del pragmatista norteamericano en nuestro autor en alguno de sus
conceptos religiosos. El autor del Yankee entendía la religión más como experiencia individual que como
acervo social consistente en un grupo de creencias propio de un grupo humano, con todo su aparato
institucional (la Iglesia, los misioneros...) contra el que cargó especialmente y cuya crítica detallamos en
otro capítulo. Sigue aquí Twain a William James, quien en su The Varieties of Religious Experience, cuyo
volumen guardaba el escritor en su biblioteca937, afirmaba que la religión "shall mean for us the feelings,
acts, and experiences of individual men in their solitude, so far as they apprehend themselves to stand in
relation to whatever they may consider divine"938.
El escritor norteamericano expresa esta misma idea en un artículo en el que habla del patriotismo como
una religión, indicando que la religión debe adecuarse de tal modo que satisfaga nuestra consciencia,
933 que se expone a la deshonra pública por causa del deber (Principles of psychology, vol. 2, cap.26, GUPJ).
934 las vidas de los santos están llenas de obsesiones blasfemas, por influencia directa de Satán (The Varieties of
Religious experience, Lecture 8, GUPJ).
935 "The facts concerning the recent carnival of crime in Connecticut", GUPJ .
936 Vega Rodríguez, 2002: 337.
937 Horn, 1996: 25.
938 significa para nosotros los sentimientos, actos y experiencias del hombre individual en su soledad, hasta el punto de
que se encuentran consigo mismos en relación con lo que consideran divino (The Varieties of Religious experience,
Lecture 2, GUPJ).
220
porque es a uno, y a nadie más, a quien debe satisfacer la religión: "It is agreed, in this country, that if a man
can arrange his religion so that it perfectly satisfies his conscience, it is not incumbent upon him to care
whether the arrangement is satisfactory to anyone else or not"939. Por eso, concluye Twain, la religión debe
ser algo individual, no impuesto por una fuerza coercitiva institucional, es decir, la Iglesia.
939Se entiende, en este país, que si un hombre se las arregla con su religión de modo que satisfaga su conciencia, no debe
importarle si esto les parece bien o no a los demás ("As regards patriotism", en Europe and Elsewhere, 1923: 301).
221
UNAMUNO. EN TORNO AL FLUJO DE CONCIENCIA.
monólogo interior y del flujo de conciencia en sus novelas Amor y pedagogía (1902) y Niebla (1914) antes que
ningún otro autor español, y la influencia del concepto jamesiano en estas dos narraciones y de la obra de Knut
Hamsun, Sult (Hambre), en la segunda.
222
¡Ese Ramiro me las tiene que pagar...! Luis, Luis, mi Luis, Luisito... santificado sea tu nombre... no le
digas nada, ¿has oído? ¿por qué me llamará mamá Luis?... El oso hormiguero tiene la lengua así...
¡Pobre conejillo! ¡pobre conejillo!"943.
Son frecuentes en las obras de Unamuno las reflexiones de los personajes y uno de los vehículos favoritos
del vasco para mostrar el drama íntimo de sus personajes, su agonía, son los monólogos interiores (otro
serían sus "monodiálogos"). Estudiosos han puesto de manifiesto las similitudes entre este medio narrativo
y el flujo de conciencia de James, pero pensamos que un monólogo interior no es en sí mismo un ejemplo
de dicho concepto jamesiano por lo que nos remitimos a dichos estudios para ver sus correspondencias944.
Unamuno coincide con la base del pensamiento pragmatista que representa James en aquello de que las
hipótesis no tienen que ser "verdaderas", sino que basta con que "funcionen", pues ninguna proposición es
aceptable como verdadera "si no posee valor para la vida concreta"945. En esta línea está la afirmación del
pensador bilbaíno en su ensayo "Viejos y jóvenes" de diciembre de 1902, citando el origen de su
pensamiento:
Porque ¿qué es creer una cosa? Si uno me dice que cree que hay habitantes en Saturno, le preguntaré
al punto qué cosas de las que hace o pueda hacer dejaría de hacer en el caso de que no hubiese en
Saturno habitantes, o qué cosas de las que no hace haría en tal caso, y si me contesta que para él
todo continuaría lo mismo, le replicaré que ni eso es creer que haya habitantes en Saturno ni cosa
parecida. Este criterio, que lo he aprendido del ya citado William James, me parece acertadísimo946.
Y también cuando en su Vida de Don Quijote señala: "Por sus frutos conoceréis a los hombres y a las cosas.
Toda creencia que lleve a obras de vida es creencia de verdad, y lo es de mentira la que lleve a obras de
muerte. La vida es el criterio de la verdad, y no la concordancia lógica, que lo es sólo de la razón"947. Sus
argumentos interpretando el Quijote guardan similitud con los de James: "Y todo cuanto es vida es verdad.
943 Amor y pedagogía, 2008: 99. El influjo de James en esta obra de Unamuno ha sido tratado monográficamente
por Michael Van de Berg (1987).
944 Ardila, 2012.
945"If theological ideas prove to have a value for concrete life, they will be true, for pragmatism" ( Si las ideas
teológicas prueban tener un valor para la vida concreta, serán verdaderas, para el pragmatismo) (Pragmatism, GUPJ).
946 Fernández, 1961: 30, 31.
947 Vida de Don Quijote, 1998: 283.
223
Lo que llamamos realidad ¿es algo más que una ilusión que nos lleva a obrar y produce obras? El efecto
práctico es el único criterio valedero de la verdad de una visión cualquiera"948.
Con todo, la influencia de James en Unamuno es limitada, pues el rector de Salamanca bebió de
innumerables fuentes hasta dar con su personalísima filosofía. Coincido, en este sentido, con lo que afirma
Carlos Clavería en su comparación entre el psicólogo americano y el escritor español949. De entre las obras
de James, la que parece dejó mayor poso en Unamuno (no más que el que dejó el conatus de Spinoza,
desde luego) fue The Will to Believe, "el libro que más cita Unamuno y el que más anotaciones contiene"950.
En esta conferencia el filósofo norteamericano señala la importancia de la voluntad de querer creer algo,
más allá de que existan evidencias de que ese algo sea verdadero.
Habla el pragmatista sobre lo ilógico que es calificar de inmoral esta idea de creer un hecho gracias a la
fuerza de la voluntad: "There are, then, cases where a fact cannot come at all unless a preliminary faith
exists in its coming. And where faith in a fact can help create the fact, that would be an insane logic which
should say that faith running ahead of scientific evidence is the 'lowest kind of immorality' into which a
thinking being can fall"951.
Critica James así a aquellos para los cuales toda elección debe basarse en una evidencia racional (a
evidencialistas, como Clifford, por ejemplo), crítica del intelectualismo que coincide con la de Unamuno,
pues ambos se centran en el hombre individual ("el hombre de carne y hueso" decía siempre el español,
por eso daba más importancia a la biografía del hombre filósofo que a su obra952). Unamuno describe así la
idea de que es la acción (la voluntad) la que hace la verdad en su Vida de Don Quijote y Sancho:
creer. Y la voluntad de creer, la will to believe, como ha dicho William James, otro probabilista, es la única fe
posible en un hombre que tiene la inteligencia de las matemáticas, una razón clara y el sentido de la objetividad"
(La agonía, 2006: 90).
951 Existen casos en los que un hecho no puede considerarse como tal si no hay una fe previa en el mismo. Y si la fe en un
hecho puede ayudar a crear el hecho, sería una lógica descabellada decir que la fe que es previa a la evidencia científica es la
más baja inmoralidad en la que puede caer un ser pensante (The Will to Believe, GUPJ).
952 "Y este hombre concreto de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía,
quiéranlo o no ciertos sedicentes filósofos […] La íntima biografía de los filósofos, de los hombres que
filosofaron, ocupa un lugar secundario. Y es ella, sin embargo, esa íntima bio grafía, la que más cosas nos explica"
(Del sentimiento, 2005: 97).
224
Todo es verdad, en cuanto alimenta generosos anhelos y para obras fecundas953 [...] Es verdadero, te
lo repito, cuanto moviéndonos a obrar hace que cubra el resultado a nuestro propósito y es por lo
tanto la acción la que hace la verdad. Déjate, pues, de lógicas. Y ¿cómo se hace que los hombres
crean las cosas y les lleven a llenar sus propósitos si no es manteniéndolas con valor? Las gentes
creen verdadera la empresa que venció por el esfuerzo de ánimo y del brazo de quien la sustentaba, y
al creerla verdadera, la hacen tal si les lleva a obrar con buen éxito954.
Hablábamos en Twain de la figura de Satán en The Mysterious Stranger y sus fuentes jamesianas del yo
dividido. James, hablaba del "divided self" (lo llamaba también "divide will") tal y como apuntábamos
anteriormente, esa voz interior, esa consciencia que nos empuja a veces a cometer actos inmorales o
injustos y que ejemplifica el filósofo norteamericano con una confesión de San Agustín con su lucha entre la
carne y el espíritu 955 . Dice William James que en todos nosotros en mayor o menor media se da esa
dualidad; cuando esa dicotomía es más exacerbada habla de gente "twice-born" y cuando apenas existe, de
"once-born"956.
Y Unamuno plasma esta idea de manera diáfana con la voz que oye Avito Carrascal en su interior, voz
satánica ("su demonio familiar") que le recuerda su poder, le advierte y le recuerda: "...caíste, y como tú
caíste caerá él, y caerán todos y estaréis cayendo sin cesar"957. Voz que habla también a su hijo, en lucha
consigo mismo también, como su padre, entre el ser y el deber ser: "...y desde el fondo del alma le dice la
voz de don Fulgencio; "¡haz hijos, Apolodoro, haz hijos!""958.
Unamuno coincide con James (como Twain) en el concepto de religión como experiencia individual, y
también en lo que James predica de la humanidad, el ansia de pervivencia, idea que el filósofo vasco encarna
a la perfección, pues su mayor preocupación es la perduración del hombre. Cita don Miguel en su obra
filosófica mayor al "profesor y hombre Guillermo James"959, quien dice que "Dios para la generalidad de los
hombres es el productor de inmortalidad"960. Continúa el escritor español su explicación de por qué es
éste el eje de toda religión contando la historia de un campesino al que le propuso la hipótesis de que
secundario: "I have said nothing in my lectures about inmortality or the belief therein, for to me it seems a
secondary point" (apud. Fernández, 1961: 47, 48).
225
existiera un Dios que rige tierra y cielo, Conciencia del Universo, pero que no por eso fuera el alma del
hombre inmortal en el sentido tradicional, e indica que el agricultor le contestó: "Entonces, ¿para qué
Dios?"961.
Las alusiones a James son frecuentes en la obra de Unamuno, pero generalmente esporádicas y podemos
destacar algunas, como cuando en su ensayo "Ciudad y Campo" cita las teorías de William James, en
particular la que habla de que, p.ej., sentimos miedo porque temblamos y no al revés (que la emoción
responde a una alteración fisiológica y no viceversa)962; en "Sobre el rango y el mérito" recuerda aquello de
que "los hombres de grandes aciertos, los que producen ideas luminosas o sugestivas, son los que tiene la
mente en continua ebullición, y a quienes más conceptos y más diversos entre sí –disparatados muchos de
ellos- se les ocurren"963. O cuando habla de "Great Men and their Environment", ensayo de The Will to
believe and other essays, obra que califica de "preciosos ensayos", indicando que "si bien la selección y la
adaptación al medio conservan o destruyen las variaciones accidentales, no las producen"964.
961 Del sentimiento, 2005: 101. En las notas 18 y 19 señala el editor cómo Unamuno se refiere aquí a la idea de
William James en su The Varieties Of Religious Experience en la que dice que "la religión, en efecto, para la gran
mayoría de nuestra especie, significa la inmortalidad y nada más", por un lado, y que no se le conoce ni se le
entiende a Dios, sino que se le usa, por otro.
962 OC, 2007: 453.
963 OC, 1966b: 831.
964 OC, 2007: 511, 512.
226
CAPÍTULO IV. PENSAMIENTO Y CREENCIAS.
Quien durante años y años, durante días y noches ha estado sentado solo con su alma, en disputa y conversación íntimas con
ella, quien en su caverna - que puede ser un laberinto, pero también una mina de oro - convirtióse en oso de cavernas, o en
excavador de tesoros, o en guardián de tesoros y dragón: ése tiene unos conceptos que acaban adquiriendo un color
crepuscular propio, un olor tanto de profundidad como de moho, algo incomunicable y repugnante, que lanza un soplo frío
sobre todo el que pasa a su lado.
Introducción.
Mark Twain no fue nunca un filósofo y Unamuno fue uno atípico. Samuel Clemens no hizo nunca filosofía,
ni eso pretendió en sus obras, salvo la honrosa excepción de What is man?, apenas un esbozo de su
entendimiento del mundo en el otoño de sus días, un intento por filosofar breve y asistemático. Eso no era
lo suyo, como afirmaba uno de sus albaceas literarios, Bernard DeVoto 965 . Sin embargo, su forma de
entender la realidad, su concepto del hombre se puede entresacar de sus obras, que es lo que
intentaremos en estas líneas. Nos centraremos en las coincidencias entre los dos autores y trataremos
someramente sus puntos propios, pues no es el propósito de este estudio un análisis filosófico en
profundidad de sus obras.
Miguel de Unamuno sí filosofó a su manera, pero nunca pretendió reflejar un pensamiento sistemático y en
este punto chocó precisamente con su otrora seguidor, un (por entonces) muy joven aún José Ortega y
Gasset. Su método era confuso. No tenía una doctrina congruente, según señala el filósofo Julián Marías,
pero estimaba de la filosofía el acto mismo de filosofar966. Sí que realizó, en cambio, obras eminentemente
filosóficas, en el sentido de girar en torno a problemas que reciben tal calificativo, aunque no utilizara un
método canónico. Expuso más su pensamiento a través de la novela, como recuerda María Zambrano967.
965 "Tenía poca capacidad para mantener su idea sostenidamente; y para llegar al fondo del asunto necesitaba
abandonar el análisis y dejarse guiar por sus sentimientos. La filosofía que empleó años en refinar y creyó haber
perfeccionado, no pasa de ser determinismo de principiante" (Selección, 1967: 23).
966 Marías, 1997: 40, 240.
967 Zambrano, 2003: 79.
227
El señor Clemens creció y murió imbuido del ambiente positivista predominante en la segunda mitad del
XIX (aunque años antes de su fallecimiento florecían ya otras doctrinas, no pareció muy permeable a las
mismas). Don Miguel abandonó el positivismo ya en su juventud, tras el período romántico de su infancia968,
inclinándose por corrientes más vitalistas, pero siempre con un matiz inconfundible, que podíamos llamar
"unamunismo" ("Soy especie única", no dejaba de repetir). Ambos se interesaron por ámbitos de
conocimiento que no podían ser aprehendidos por la razón (elementos irracionalistas de Unamuno,
parapsicología en Twain).
Omnipresente Darwin.
Del positivismo tomaron ambos una de sus manifestaciones, el evolucionismo darwinista que con tanta
fuerza irrumpió a mediados de siglo, pero este influjo, como ya hemos visto, no fue tan decisivo en
Unamuno como en Twain, que lo tomó como referencia hasta sus últimos días. El rector salmantino tuvo
una relación ambivalente con las doctrinas darwinistas (como con todo tema sobre el que se fijaba), pero
más que entender esta ambivalencia -el célebre término de la paradoja unamuniana- como una dificultad
para diseccionar su pensamiento, pudiera entenderse en el sentido que le da Peter G. Earle de aunar estos
contrarios ("polaridades", dice el autor) como complementos 969 , es decir, como puntos de vista de su
pensamiento que no se excluyen necesariamente (aunque hay que tener presente siempre a este respecto
que el pensamiento del hombre cambia, evoluciona, como lo hace el organismo vivo). Veámoslo grosso
modo, pues ya tratamos el tema en profundidad en el capítulo anterior y ahí nos remitimos.
En la década de los 60 del siglo XIX se propagaron por España ampliamente las teorías evolucionistas o
transformistas. De estas doctrinas toma Unamuno conceptos como el de simpatía (sympathy), en el sentido
darwinista del término: ponerse en lugar del otro 970 . El escritor español mostró también ecos de la
doctrina de la evolución en su análisis de las lenguas romances y de la teoría de la selección y la
supervivencia de los más aptos en Del sentimiento trágico de la vida, en Amor y Pedagogía, en tono jocoso,
hablando de las pajaritas de papel, y en cuentos como "La locura del doctor Montarco". En este relato
añade al instinto de supervivencia (conservación lo llama Unamuno) de Darwin, un nuevo instinto, el de
968 "De adolescente gustaba de las leyendas y mitos vascos, leyó a Ossian, libros de caballerías, Carlomagno, el Cid"
(Rabaté, 2009: 37, 42).
969 Earle, 2013: 28.
970 La España Moderna, 1895e: 40.
228
invasión, al que llama "apetito de divinidad: "No es instinto de conservación lo que nos mueve a obras, sino
instinto de invasión; no tiramos a mantenernos, sino a ser más, a serlo todo"971.
Unamuno siempre estimó las doctrinas darwinianas, interpretadas siempre en sus justos términos,
reconociendo que aunque la doctrina de la evolución ya se había apuntado antes de él, el naturalista inglés
fue el que "primero la probó en un campo concreto de la vida universal. Las leyes de la lucha por la vida,
de la selección del más apto, de la adaptación al medio, de la herencia, fue Darwin quien nos las mostró en
vivo"972. Hablaba Unamuno de una interpretación acertada de las teorías de Darwin porque, de un lado, se
tendió a reducir su doctrina a aquello de que el hombre desciende del mono, quitando así todo valor a la
creación descrita en las Sagradas Escrituras, y, de otro, se las tachó de heréticas, al destronar al hombre de
su puesto de rey de la creación. Amén de las derivaciones del darwinismo social, que se podía usar como
argumento a la postura racista de que "es de justicia que los más fuertes –o, como los llamaba Herbert
Spencer, los "mejores"- se hayan impuesto también en la lucha social por la existencia, mientras que los
supuestos productos fallidos de la historia natural que influyen en la sociedad han de hacerse ineficaces y
ser eliminados", según dice Mocek973. El fascismo alemán y las teorías eugenésicas se apoyaron en estos
postulados.
Decíamos en el capítulo precedente que el naturalista inglés era para Twain uno de sus autores favoritos y
buena prueba de ello es el hecho de que tenía profusamente subrayada The Descent of Man (El origen del
hombre), obra que leyó apenas publicada en 1871. Twain se refiere al científico muchas veces en tono
jocoso, a propósito de la polémica que decimos sobre si sus teorías habían postergado al hombre como
principio de la creación, y en esta línea escribió obras como "A Monument to Adam" o The Diaries of Adam
and Eve, burlándose del creacionismo que se oponía al evolucionismo darwiniano.
La influencia del inglés en Twain se pone especialmente de manifiesto en dos campos: por un lado, el cariz
determinista de la ideología darwinista, basada en la inexorable acción de la selección natural y, por otro,
una minuciosa comparación, alejada de los prejuicios de la época, entre el hombre y el resto de animales.
Así, en "The Secret History of Edyppus, the World-Empire" describe Twain la inexorabilidad propia del
mecanicismo: "Evolution is a blind giant who rolls a snowball down a hill. The ball is made of flakes—
circumstances. They contribute to the mass without knowing it. [...] Whereas there was no such planning,
229
there was only a law: the ball once started, all the circumstances that happened to lie in its path would help
to build it, in spite of themselves"974.
Y en su relato "The Lowest Animal" (El animal más bajo), parte el norteamericano de la teoría darwinista y
usa la misma metodología del inglés, es decir, comparar animales y hombres en sus diferentes
características para darle la vuelta al aserto darwiniano de que el hombre desciende de animales inferiores,
resultando que es el hombre el que desciende de animales superiores, lo que supone, según la ironía
twainiana, renunciar a toda lealtad con "the Darwinian theory of the Ascent of Man from the Lower
Animals; since it now seems plain to me that the theory ought to be vacated in favor of a new and truer
one, this new and truer one to be named the Descent of Man from the Higher Animals"975.
Luego hablaremos más al detalle del determinismo en Twain, pero es obvio que entre las fuentes de esta
doctrina de las que bebe se encuentra Darwin, para quien los seres vivos evolucionan de manera
inexorable, en atención a su supervivencia. Determinismo es, visto desde el prisma de la libertad de acción,
pesimismo, pues nada puede la voluntad del hombre para cambiar su destino. Twain expresa así esta idea
en The Mysterious Stranger (El Forastero misterioso):
No man ever does drop a link - the thing has never happened! Even when he is trying to make up his
mind as to whether he will do a thing or not, that itself is a link, an act, and has its proper place in his
chain; and when he finally decides an act, that also was the thing which he was absolutely certain to
do. You see, now, that a man will never drop a link in his chain. He cannot. If he made up his mind to
try, that project would itself be an unavoidable link a thought bound to occur to him at that precise
moment, and made certain by the first act of his babyhood976.
974 La evolución es un gigante ciego que hace rodar una bola de nieve montaña abajo. Y contribuye a que esa bola crezca sin
saberlo [...] mientras no hubo un plan definido sólo existía una ley: una vez la bola se ha echado a rodar, todo lo encuentra a
su paso le ayuda a crecer, incluso a pesar de sí mismo (Twain, 1972: 378).
975 la teoría darwinista del ascenso del hombre de los animales inferiores; desde ahora me parece evidente que esa teoría
debe ser desechada en beneficio de otra nueva y más cierta, que debería ser llamada el descenso del hombre de los animales
superiores (Collected Tales, 1992b: 207).
976 Nadie entre los hombres escamotea un eslabón; eso es una cosa que no ha ocurrido jamás. Incluso cuando él está
intentando tomar una decisión sobre si hará o no hará una cosa, ese pensar suyo es en sí mismo un eslabón, un acto que
tiene su lugar propio dentro de la cadena, y cuando él se decide, finalmente por una cosa, esa cosa es la que había de hacer
con absoluta seguridad. Ya ves, pues, que un hombre no escamotea jamás un eslabón de su cadena. No puede hacerlo. Si se
decidiese a intentarlo, ese proyecto constituiría en sí mismo un eslabón inevitable, un pensamiento que tenía que ocurrírsele en
ese instante preciso, un pensamiento hecho inevitable por el acto primero de su niñez (Mysterious Stranger, 1922: 93).
230
Y, para concluir, otro ejemplo en esta línea determinista de tipo evolucionista lo constituye "The Secret
History of Eddypus, the World-Empire" ("La historia secreta de Edipo"), un relato en el que Twain se
adelanta a obras como la de Spengler y su Der Untergang des Abendlandes (La decadencia de Occidente),
pronosticando el fin de la civilización de su tiempo y el inicio de una época oscura, en el que habla de la
"evolución" como si fuera una bola de nieve guiada por una ley inevitable: "The ball once started, all the
circumstances that happened to lie in its path would help to build it, in spite of themselves"977.
Twain y Unamuno fueron dos hombres pragmáticos en la acepción vulgar del término, aunque tuvieron sus
momentos de idealismo (ambos se buscaron la vida lo mejor que pudieron y, más Twain que Unamuno,
callaron lo que no debían decir para no ser señalados públicamente, aunque al final acabaran "explotando"
-el Twain antiimperialista, el Unamuno antimilitarista y antialfonsista-). También gustaron del pragmatismo,
de la doctrina filosófica, o más acertadamente cabría decir, del pensamiento de uno de sus máximos
representantes, William James. Igual que decíamos de Darwin, tratamos la influencia que el filósofo
norteamericano ejerció sobre ellos en el apartado correspondiente del capítulo anterior. A él nos
remitimos, aunque esbozaremos aquí lo mollar de su pensamiento común.
James hablaba en su The Varieties of Religious Experience de una "set of memories, thoughts, and feelings
which are extra-marginal and outside of the primary consciousness altogether"978, tema que esboza ya en su
Principles of Psychology hablando de la conciencia del yo ("Consciousness of Self")979 y Twain trató un tema
similar en su ensayo de 1891 Mental Telegraphy, narrando una serie de acontecimientos vividos tanto en
primera persona (el encuentro con un amigo en el que estaba pensando en ver, recibir una carta casi
idéntica a una que él había escrito dirigida a su interlocutor...) como referencialmente, dejando caer en la
historia que existe "un lejano extraño" que telegrafía sus pensamientos a su consciencia, es decir, que
existe la conexión telepática: "I am forced to believe that one human mind (still inhabiting the flesh) can
977 una vez la bola se ha echado a rodar, todo lo encuentra a su paso le ayuda a crecer, incluso a pesar de sí mismo (Twain,
1972: 378).
978 memorias, sentimientos y pensamientos flotaban más allá de nuestra consciencia primaria (The Varieties of Religious
Experience, GUPj).
979 Aquí habla Twain ya de conceptos como la alteración o la doble personalidad (Principles of Psychology , vol. 1, cap.
10, www.archive.org).
231
communicate with another, over any sort of a distance, and without any artificial preparation of
"sympathetic conditions" to act as a transmitting agent"980.
Este "pensamiento subliminal", como lo llama James, esta "región en penumbra de la mente" de la cual
surge este yo subliminal981, enlaza con la idea de dualidad del yo ("divided self") que trató el creador de
Tom Sawyer en My Platonic Sweetheart, relato en el que habla de cómo, en el transcurso de diferentes
sueños que ha tenido a lo largo de su vida, se le aparece su amor platónico, siempre una mujer aunque con
diferentes nombres, que da pie a pensar a Twain que varias personas pueden ocupar un mismo cuerpo:
"trying to find out what the source of dreams is, and which of the two or three separate persons inhabiting
us is their architect"982.
Se aprecian en la obra de Twain ecos de otros conceptos como el de la costumbre jamesiana ("habit"), al
que Twain llama también entrenamiento ("training"). Esta práctica, parte de la cual la constituye la
educación que recibimos desde niños configura nuestro Weltanschauung o visión del mundo. En What is
man? señala el escritor norteamericano que "training is everything"983. En Tom Sawyer o Huckleberry Finn es
obvia también la importancia de los hábitos adquiridos: un niño (Tom) asistió -pese a sus reticencias- a la
escuela dominical, autentica fábrica de recitado de versículos bíblicos, y otro (Huck) no fue. Nuestro autor
conoce bien el asunto porque tuvo que ir durante su infancia en Hannibal. El que no fue actúa contra lo
que le hubieran enseñado de haber acudido a la escuela dominical y salva al esclavo: "but something inside
of me kept saying, There was the Sunday-school, you could a gone to it; and if you’d a done it they’d a
learnt you there that people that acts as I’d been acting about that nigger goes to everlasting fire"984.
Por su parte, Unamuno también apreciaba sinceramente al psicólogo norteamericano, dejándose sentir su
influjo ya en el joven profesor. Así, en En torno al casticismo, se refiere el autor español al "fondo de
continuidad", concepto que guarda similitud con el flujo de conciencia o corriente del pensamiento
("stream of conciousness" o "stream of thought") de los Principles of Psychology de James 985 . Dice así el
980 Me veo obligado a creer que una mente humana, incluso habitando esta carne, puede alcanzar algún tipo de comunicación
con a distancia y sin necesidad de una artificial preparación de "condiciones simpáticas" para actuar como un agente
transmisor (Harper´s New Monthly Magazine, 1891: 99).
981 Horn, 1996: 103. James habla del yo subliminal en The Varieties of the Religious Experience.
982 tratando de averiguar cuál es la fuente de los sueños, y cuál de las dos o tres personas separadas que nos habitan es
habrían enseñado que la gente que actúa como tú has actuado con ese negro irá al fuego eterno (Huck Finn, cap. 31,
GUPj).
985 Fernández, 1961: 22.
232
escritor español: "En la sucesión de impresiones discretas hay un fondo de continuidad, un nimbo que
envuelve a lo precedente con lo subsiguiente; la vida de la mente es como un mar eterno sobre que ruedan
y se suceden las olas, un eterno crepúsculo que envuelve días y noches, en que se funden las puestas y las
auroras de las ideas. Hay verdadero tejido conjuntivo intelectual, un fondo intra-conciente, en fin"986. Por su
parte, James definía así su "stream of thought" en sus Principles of Psychology: "Every definite image in the mind
is steeped and dyed in the free water that flows around it... The significance, the value of the image is all
this halo or penumbra that surrounds and escorts it, or rather that is fused into one with it and has
become bone of its bone and flesh of its flesh"987.
Unamuno coincide también con la base del pensamiento pragmatista que representa James, en aquello de
que las hipótesis no tienen que ser "verdaderas", sino que basta con que "funcionen", pues ninguna
proposición es aceptable como verdadera "si no posee valor para la vida concreta" explica 988 . En este
sentido, afirma en su Vida de Don Quijote: "Y todo cuanto es vida es verdad. Lo que llamamos realidad ¿es
algo más que una ilusión que nos lleva a obrar y produce obras? El efecto práctico es el único criterio
valedero de la verdad de una visión cualquiera" 989.
En esta línea discurre el tema que nos plantea Unamuno en La venda, donde la realidad es para nosotros lo
que estamos acostumbrados a percibir como tal. Así, la protagonista, María, está segura en su ceguera y
por eso no quiere ver, pues su padre es para ella la idea que tiene de él en su mente: "mi razón está en las
tinieblas [...] porque quiero verlo...pero a mi padre... el mío [...] no me quito de los ojos la venda" 990. La
obra de James que parece dejó mayor poso en Unamuno fue The Will to Believe, "el libro que más cita
Unamuno y el que más anotaciones contiene", según Pelayo Hipólito Fernández 991 . En esta conferencia
pronunciada por James éste señala la importancia de la voluntad de querer creer algo más allá de que
existan evidencias de que ese algo sea verdadero. Habla el pragmatista sobre lo ilógico que es calificar de
inmoral esta idea de creer un hecho gracias a la fuerza de la voluntad que es lo que reitera constantemente
233
Unamuno en su Vida de Don Quijote y Sancho: "Todo es verdad, en cuanto alimenta generosos anhelos y
para obras fecundas"992.
El filósofo francés Henri-Louis Bergson señalaba que los cambios en las sociedades, que el progreso social
se produce por la iniciativa de personas concretas, a quienes llama hombres de genio o almas
privilegiadas993 . Concreta su argumento el galo indicando que estos superhumanos (en terminología del
historiador Arnold J. Toynbee) por excelencia son los místicos y que contagian a la masa ora mediante el
adiestramiento, ora mediante la imitación o mímesis que hace ésta de aquellos994. Pues bien, estos seres
especiales no son necesariamente los héroes clásicos, un Perseo o un Hércules, sino que, como señalaba
Thomas Carlyle en su libro de 1841 On Heroes, Hero-Worship, and The Heroic in History, pueden ir desde un
dios hasta un político, pasando por un clérigo o un hombre de letras. Y añadiría yo que puede ser un
simple niño que surca el Mississipi con la compañía de un esclavo o un hidalgo que parece perdió el juicio.
Coincido con el profesor Carlos Clavería, quien en su libro Temas de Unamuno995 señala la huella que dejó
Carlyle en el pensador vasco tras la temprana lectura de sus obras, especialmente en la idea del heroísmo
aplicada al Quijote. Dice el escritor bilbaíno en su Vida de Don Quijote y Sancho:
¡Yo sé quién soy! —dice el héroe—, porque su heroísmo le hace conocerse a sí propio. Puede el
héroe decir: "yo sé quién soy", y en esto estriba su fuerza y su desgracia a la vez. Su fuerza, porque
como sabe quién es, no tiene porqué temer a nadie sino a Dios que le hizo ser quien es, y su
desgracia, porque sólo él sabe, aquí en la tierra, quién es él, y como los demás no lo saben, cuanto él
haga o diga se les aparecerá como hecho o dicho por quien no se conoce, por un loco996.
El héroe quijotesco pone todo su empeño en lo que hace, su voluntad no tiene fisuras: "En el tablado del
mundo es novedad sorprendente ver entrar un caballero de verdad, de los que matan y hacen en serio la
escena del desafío cuando los otros hacen que la hacen y por hacer el papel no más. Tal es el héroe"997.
234
Héroe también don Manuel, que en su desesperación, lleva esperanza a su pueblo y le guía en su camino,
aun muerto, "como si una caravana en marcha por el desierto, desfallecido el caudillo al acercarse al
término de su carrera, le tomaran en hombros los suyos para meter su cuerpo sin vida en la tierra de
promisión"998. Igualmente, Twain pinta la adoración que los que la siguen sienten por Juana de Arco, otra
mística, otra heroína que acercó la humanidad a la divinidad y a la que la gente idolatraba, porque era capaz
de sacar lo mejor de ellos, de ver el héroe que cada uno llevaba dentro:
They had a deep and superstitious reverence for her as being endowed with a mysterious
supernatural something that was able to do a mighty thing which they were powerless to do—blow
the breath of life and valor into the dead corpses of cowed armies and turn them into heroes [...]
Which it did, but not to much purpose, for it was only under her eye that men were heroes and not
afraid. They were like the Paladin; I think he was afraid of his shadow—I mean in the afternoon, when
it was very big and long; but when he was under Joan’s eye and the inspiration of her great spirit,
what was he afraid of? Nothing in this world—and that is just the truth999.
Heroicidad no tan aparente es la que muestra el joven Huckleberry Finn, que surcando el Mississippi ayuda
a escapar al esclavo Jim, pese a su lucha interior fruto del "training" del que hablábamos antes, frente al cual
decide luchar valerosamente, arrostrando el statu quo del pensamiento dominante de su sociedad y
decidiendo romper el papel que decía dónde se encontraba Jim, pese a las consecuencias: "It was a close
place. I took it up, and held it in my hand. I was a-trembling, because I’d got to decide, forever, betwixt
two things, and I knowed it. I studied a minute, sort of holding my breath, and then says to myself: "All
right, then, I’ll go to hell"—and tore it up"1000. Huck, se erige, sin saberlo, en uno de esos héroes por los
que le interpela Tom Sawyer, hombres únicos, de vida agitada y que, como los héroes escritores de
Carlyle, dejaron plasmadas en papel sus azarosas e intensas vidas: "Why, hain’t you ever read any books at
sabía. Lo pensé un minuto más o menos conteniendo la respiración y luego me dije, "Muy bien, entonces, voy a ir al infierno", y
lo rompí (Huck Finn, cap.31, GUPj).
235
all?—Baron Trenck, nor Casanova, nor Benvenuto Chelleeny, nor Henri IV, nor none of them heroes?"1001.
Para Tom la heroicidad es un juego, para Huck es una realidad.
La vida es sueño.
El trajín de acá para allá agota a Huck y a Jim, y en una de esas cabezadas el negro se levanta sobresaltado
pensando que lo que había soñado era real, el sueño más real de su vida1002, al punto que duda sobre su
propia existencia: "Is I me, or who is I? Is I heah, or whah is I? Now dat’s what I wants to know". Este
tema, el del sueño como metáfora de lo que es o no real está muy presente en la obra de ambos autores,
suscitando diversas interpretaciones de la crítica, desde la diferenciación entre consciencia e inconsciencia,
realidad y ficción (autor y sus personajes), o la duda acerca de la propia realidad -existencia- del mundo
físico. Como hemos visto, Twain escribe sobre los sueños recurrentes1003 que a través de los años tuvo
acerca de su amor platónico, donde la línea entre la consciencia y la inconsciencia, entre lo real y lo
imaginario quedaba difuminada.
Habla también Clemens del sueño como pesadilla en obras como Which was it? o Which was the dream?. En
esta última el narrador despierta tras lo que él cree ha sido un sueño que ha durado año y medio (aunque
el reloj solo marque que ha pasado una hora) y que hasta tal punto le resulta real que cuando despierta se
encuentra como un extraño entre su gente, sin saber dónde está y sin recordar su nombre, mientras su
mujer Alison le cuenta cómo ha sido su vida en todos estos meses "sin él" continuando la historia en el
punto en que él no recordaba más: "She told me her tale. When she found that we were ruined and in
debt she left the hotel at once and got three cheap rooms..."1004.
De una manera rotunda parece comulgar con la doctrina solipsística1005 en la conclusión de The Mysterious
Stranger, en la que expone el tema de si es posible que exista algo más allá de nuestra propia conciencia.
Cuando el autor estadounidense escribió las líneas que siguen a continuación (1904) no pasaba por su
1001 ¿Qué? ¿Es que has leído algún libro? Ni-Baron Trenck, ni Casanova, ni Benvenuto Chelleeny, ni Henri IV., ninguno de los
héroes (Huck Finn, cap. 35, GUPj).
1002 but dog my cats ef it ain't de powerfullest dream I ever see (Huck Finn, cap. 15, GUPj).
1003 "My Platonic Sweetheart".
1004 Ella me contó su historia. Cuando se descubrió que estábamos arruinados y endeudados que salimos del hotel a la vez y
que a veces se entiende en un sentido moral como manifestación del egoísmo (Ferrater, 1994b: 3341, 3343).
236
mejor momento personal (muerte de su mujer y de una de sus hijas, otra hija enferma...)1006 y se adelantó a
los creadores de la famosa serie de películas Matrix basada en la metáfora de los cerebros en una cubeta
(somos solo cerebros conectados a un ordenador central que nos hace creer que las imágenes de nuestra
mente son la vida real) en un siglo, por necesidad más que por convencimiento e intuición, apuntando que
puede que el mundo en el que creemos vivir no tenga entidad ontológica, no sea tal mundo, sino solo un
sueño en el que soñamos la vida:
Años atrás ya le había planteado a una amiga el tema de modo natural. En la carta afirma:
I dreamed I was born and grew up and was a pilot on the Mississippi and a miner and a journalist in
Nevada and a pilgrim in the Quaker City, and had a wife and children and went to live in a villa at
Florence —and this dream goes on and on and sometimes seems so real that I almost believe it is
real. I wonder if it is? But there is no way to tell, for if one applies tests they would be part of the
dream, too, and so would simply aid the deceit. I wish I knew whether it is a dream or real1008.
Y más de diez años después, a la misma amiga le cuenta un sueño que tuvo en el que se le apareció su
difunta esposa y en el que tenía la convicción de que "our lamented disaster was a dream, and this a reality.
I said, "How blessed it is, how blessed it is, it was all a dream, only a dream!" She only smiled and did not
1006 Twain empezó su primera versión aproximadamente un año después de la muerte de su hija Susy y acabó su
'Conclusión' en el verano en que murió su esposa (Twain, 1969: 28).
1007 Fue una visión, no existe -Difícilmente podía respirar por la gran esperanza que luchaba dentro de mí -¿Una visión? -La
vida en sí misma no es más que una visión, un sueño. ¡Fue eléctrico, por Dios! Había tenido ese mismo pensamiento un millar
de veces en mis cavilaciones -Nada existe, todo es un sueño. Dios, el hombre, el mundo, el sol, las estrellas -Un sueño, todo un
sueño, nada existe. No existe nada salvo el espacio vacío, ¡y tú! (Mysterious Stranger,1922: 138).
1008 Soñé que había nacido y crecido en Missisippi y que había sido piloto, y después minero y periodista en Nevada y un
peregrino entre los quáqueros; y que tenía esposa e hijos y que me fui a vivir a Florencia -y este sueño sigue y sigue y, a veces
parece tan real que casi creo que es real. Me pregunto ¿y si lo es? Pero no hay manera de saberlo, porque si uno practica
pruebas estarían también dentro del sueño y esto sólo ayudaría al engaño. Pero me gustaría saber si se trata de un sueño o si
es real. Carta a Susan Crane de 19 de marzo de 1893 (Letters, 1917: 581).
237
ask what dream I meant, which surprised me. She leaned her head against mine and I kept saying, "I was
perfectly sure it was a dream, I never would have believed it wasn’t""1009. Incluso en sus inicios literarios
hizo ya Twain alguna referencia fugaz al tema, como en Roughing it: "I felt like the Last Man, neglected of the
judgment, and left pinnacled in mid-heaven, a forgotten relic of a vanished world"1010.
Unamuno usó recurrentemente el concepto del sueño en sus obras y es un tema del que hizo partícipes a
sus amigos, como a Jiménez Ilundain, en el quicio entre dos siglos: "Porque hay muchas cosas, como decía
Hamlet, que no ve nuestra filosofía y yo no sé si nos equivocamos nosotros los cuerdos al tomar por
molinos de viento los gigantes, o se equivocaba el ingenioso hidalgo el loco: "¿Es el mundo una proyección
de nuestra mente o es ésta una concentración del mundo?""1011. En La tía Tula Rosa vive "como en sueños,
en un constante mareo" 1012, como envuelta en niebla, mientras que su hermana, Tula, que se ha "pasado la
vida soñando"1013 se siente deshacer:
Sufría frecuentes embaimientos, desmayos, y durante días enteros lo veía todo como en niebla, como
si fuese bruma y humo todo. Y soñaba; soñaba como nunca había soñado. Soñaba lo que habría sido
si Ramiro hubiese dejado por ella a Rosa. Y acababa diciéndose que no habrían sido de otro modo las
cosas. Pero ella había pasado por el mundo fuera del mundo1014.
"¿Qué es el mundo real sino el sueño que soñamos todos, el sueño común?", concluye el capítulo
duodécimo de Niebla1015. A tenor de esta afirmación parece que el profesor de griego se decanta por el
solipsismo, pero hay que contextualizar la respuesta que a este problema da el escritor y matizar bien qué
se entiende por esta doctrina. Decíamos que consiste en creer que todo lo que existe se reduce a la
consciencia. Se pone así en duda la existencia real de personas y cosas, en tanto solo serían imágenes de
nuestra mente. A James, del que antes hablábamos, se le acusó de solipsista, cuestión que refutó en
diversas obras1016, porque hay que diferenciar las interpretaciones o tipos que tiene esta corriente. Twain,
como veíamos anteriormente en The Mysterious Stranger, parece decantarse por la modalidad que se
1009 Qué bendición es, era una bendición ¡que todo era un sueño, sólo un sueño! Ella se limitó a sonreír y no preguntó a qué
sueño me refería: lo que me sorprendió. Ella apoyó la cabeza contra la mía y me dijo: "Estaba completamente segura de que
era un sueño, nunca he creído que no lo fuera (Letters, 1917: 777).
1010 Me sentí como el último hombre, al que se negó el Juicio y que en lo alto de los pináculos del cielo parecía una reliquia
238
conoce como dogmática ("todo lo existente se reduce a la propia conciencia"), mientras que el solipsismo
llamado epistemológico indica que "el yo es lo único que puede ser conocido"1017.
Leibniz o Descartes, por citar solo dos filósofos bien conocidos, tienen rasgos solipsistas en sus doctrinas,
por ejemplo, pero no se les puede considerar dogmáticos, pues aunque el francés, por ejemplo, con su
"Hipótesis del sueño" parece decirnos que nuestra existencia deviene de lo único que podemos dar por
seguro, nuestros estados mentales (nuestro pensamiento), matiza esta idea cuando afirma la existencia de
Dios. Unamuno, pese a lo que pareciera por el planteamiento que transcribíamos arriba (¿qué es el mundo
sino un sueño?) y que repite a lo largo de la obra: ¿sueño o vivo?1018, no parece adherirse sin condiciones a
esta hipótesis según la cual yo no estaría ahora escribiendo esta tesis, sino que pensaría que lo estoy
haciendo (¿y qué soy yo? ¿y qué una tesis?), argumentos que llevados al absoluto nos llevan a un bucle
infinito, pues incluso al despertar no sabríamos si fue un sueño dentro de otro sueño (el de despertar).
Como decimos, Unamuno ejerce de Unamuno y parece contradecirse cuando en la misma obra dicen
Augusto Pérez y Víctor hablando del racionalista francés:
- Las frases, cuanto más profundas son, son más vacías. No hay profundidad mayor que la de un pozo
sin fondo. ¿Qué te parece lo más verdadero de todo?
- Pues..., pues.... lo de Descartes: "Pienso, luego soy".
- No, sino esto: A igual a A.
- Pero ¡eso no es nada!
- Y por lo mismo es lo más verdadero, porque no es nada. Pero esa otra vaciedad de Descartes, ¿la
crees tan incontrovertible?
- ¡Y tanto!
- Pues bien: ¿no se dijo eso Descartes?
- ¡Sí!
- Y no era verdad. Porque como Descartes no ha sido más que un ente ficticio, una invención de la
Historia, pues... ¡ni existió... ni pensó!
- Y ¿quién dijo eso?
- Eso no lo dijo nadie; eso se dijo ello mismo.
- Entonces, ¿el que era y pensaba era el pensamiento ese?
- ¡Claro! Y, figúrate, eso equivale a decir que ser es pensar y lo que no piensa no es1019.
239
Y más tarde afirma, como si no quisiera creerlo, pero acabara al fin de asumirlo: "Mejor, pequeño Hamlet,
mejor. ¿Dudas?, luego piensas; ¿piensas?, luego eres.—Sí, dudar es pensar" Es recurrente para el humano
este filosofar sobre la existencia real o ficticia y viceversa, como ya hizo Shakespeare, al que recuerda
Unamuno ("A dormir... dormir... a soñar...¡Morir... dormir... dormir... soñar acaso..."1020), pues no sabemos
qué es lo real, si lo ficticio (el personaje) o lo aparentemente real (el autor), porque parece que solo está
garantizada para Unamuno (pese a las dudas que ya veremos tenía el filósofo, en el apartado tercero de
este capítulo) la existencia de un ser superior:
Y ésta mi vida, ¿es novela, es nivola, o qué es? Todo esto que me pasa y que les pasa a los que me
rodean, ¿es realidad o es ficción? ¿No es acaso todo esto un sueño de Dios o de quien sea, que se
desvanecerá en cuanto Él despierte, y por eso le rezamos y elevamos a Él cánticos e himnos, para
adormecerle, para acunar su sueño? ¿No es acaso la liturgia toda de todas las religiones un modo de
brezar el sueño de Dios y que no se despierte y deje de soñarnos?1021.
Lo afirma la mujer de carácter que es Tula, que no estuvo "nunca ni viva ni muerta" 1022 : "¡Muñecos
todos!"1023. Se lo pregunta el bueno de don Manuel: "¿Es que sé algo?, ¿es que creo algo? ¿Es que esto que
estoy aquí contando ha pasado y ha pasado tal y como lo cuento? ¿Es que pueden pasar estas cosas? ¿Es
que todo esto es más que un sueño soñado dentro de otro sueño?"1024.
Más allá de sus obras (o precisamente porque dejaron su vida en sus obras), ambos autores muestran en
sus vidas una particular relación con el mundo de los sueños. En su Autobiografía, Samuel Clemens recuerda
cómo el velatorio por la muerte de su hermano Henry fue exactamente igual que un sueño que tuvo días
antes, cuando presintió la muerte de su familiar en un sueño yaciendo "en una caja mortuoria metálica y
con un ramo de rosas blancas con una roja en el centro"1025. Dice a ese respecto que "cuando desperté
había tenido yo un sueño tan vívido, tan parecido a la realidad, que me engañó hasta pensar que había sido
real"1026. Miguel de Unamuno, por su parte, escribió a su mujer Concha en 1891 contándole una pesadilla
240
que tuvo sobre la muerte de un hijo aún por nacer. Su tercer hijo, Raimundo Jenaro, nacería en 1896 y a
los pocos meses contrajo una meningitis que le causó hidrocefalia, muriendo en 19021027.
El sueño no es precisamente un estado de placidez, el locus amoenus de los clásicos, sino, al estilo de Twain
en Which was the dream? o The Mysterious Stranger, una pesadilla de la que hombres como el Maquetas
unamuniano, caminante que marcha entre peñas hacia un castillo y encuentra una doncella que con su
dulce voz, a lo sirena odiséica, le encandila hasta hacerle caer en el sueño, desean salir: "¿Será esto la
muerte? […] ¿Tendré que vivir en adelante así, de pensamiento puro, de recuerdo? […] ¡Qué sueño, qué
enorme sueño! ¡Y no poder dormirme!"1028. Y es que, como decía Próspero, será que quizás los hombres
todos "somos de la misma sustancia que los sueños, y nuestra breve vida culmina en un dormir"1029.
E igual que Dios para el hombre, es el escritor un dios para sus personajes, es Unamuno el Dios de
Augusto y Víctor, sus "pobres diablos nivolescos"1030. Y si el autor deja de soñarlos se mueren, igual que se
morirá el autor, si Dios quiere, pues en esa niebla nadie es sino un ser ficticio: todos, personajes y autor.
No da una respuesta (no puede) Unamuno a qué es sueño y qué vigilia, qué existir, en definitiva, y por eso
nos expone su duda, su contradicción que no es sino esa niebla que no nos deja ver con claridad: "Y hay
que corroer. Y hay que confundir. Confundir sobre todo, confundirlo todo. Confundir el sueño con la vela,
la ficción con la realidad, lo verdadero con lo falso; confundirlo todo en una sola niebla"1031. Esa duda es
necesaria para el escritor vasco, pues "el hombre que nunca haya dudado de su propia existencia sustancial,
de que sea algo más que una ficción, una sombra, un sueño o el sueño de una sombra, que dijo Píndaro, no
está liberado"1032. Pero sí hay algo seguro, para Augusto-Unamuno: que todos dejaremos de ser lo que
somos algún día, en la línea de lo que ya afirmó Chesterton en The Everlasting Man1033:
No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme,
dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor
creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...!
¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se
morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como
Pero no pensemos que Unamuno se resigna así a la muerte. El escritor español juega con los contrarios,
que no se excluyen, sino que se alternan, pues no saca una síntesis de los mismos. Por eso el pensador
vasco parece que teme a la nada, temor cuya máxima expresión se produjo con motivo de su crisis de
1897 que vimos en el capítulo II, pero eso no quiere decir que asuma que no hay nada, precisamente por
cómo entendía la labor del filósofo, tal y como señala Ferrater Mora, en el sentido de ser "alguien que
busca por encima de todo la verdad, aun si ésta, una vez encontrada, le fuerza a reconocer la falta de
realidad sustancial de la propia existencia […] o peor […] la completa aniquilación de la misma […]
Unamuno se negaba a "ser aniquilado""1035.
El ego de Unamuno.
necesidad personal. El que esa necesidad sea sentida con especial agudeza no confiere necesariamente validación a la
alteración de sistemas ajenos para sustentar el propio. Unamuno hace una lectura e interpretaci6n estrechamente
selectivas, con lo cual le sustrae al lector elementos importantes para la elaboración de su conocimiento y sus juicios.
La sustracción de esos elementos puede juzgarse como un modo de falsificación de lo presentado (Navajas, 1988:
516, 517).
242
inclino a pensar que se sentía un poco como el héroe poeta (Unamuno se sentía, sobre todo, poeta, antes
que escritor o profesor) de Carlyle del que hablábamos arriba, voluntarioso, solitario, incomprendido al fin:
"Sólo el héroe puede decir "¡yo sé quién soy!", porque para él ser es querer ser; el héroe sabe quién es,
quién quiere ser, y sólo él y Dios lo saben, y los demás hombres apenas saben ni quién son ellos mismos,
porque no quieren de veras ser nada, ni menos saben quién es el héroe; no lo saben los piadosos Pedros
Alonsos que le levantan del suelo"1039.
E igualmente en Niebla, su alter ego Augusto siente su radical individualidad: "Sólo a solas se sentía él; sólo
a solas podía decirse a sí mismo, tal vez para convencerse, «¡yo soy yo!»; ante los demás, metido en la
muchedumbre atareada o distraída, no se sentía a sí mismo" 1040 y aborrece el sometimiento ante toda
autoridad: "Sí, señor mío, yo soy anarquista, anarquista místico, pero en teoría, entiéndase bien, en teoría.
No tema usted, amigo—y al decir esto le puso amablemente la mano sobre la rodilla––, no echo bombas.
Mi anarquismo es puramente espiritual. Porque yo, amigo mío, tengo ideas propias sobre casi todas las
cosas..."1041.
Y, como no podía ser de otra manera en un egotista (que no egoísta, diferencia que Unamuno remarcaba
en muchos de sus ensayos), don Miguel articula muchas veces su pensamiento a través de monodiálogos, es
decir, mediante un diálogo entre él mismo y su alter ego de ficción (como antes Augusto, en Niebla), pues,
según dicen los que le conocían, le costaba escuchar1042. De aquí su gusto por el lema de Schiller ("Nadie es
más fuerte que quien está solo"1043) y su rechazo del término medio, del ne quid nimis latino, pues el rector
de Salamanca bebe de diversos autores, pero no llega nunca a una síntesis, de ahí su identificación con
Brand, el héroe ibseniano, el de "o todo o nada". Las preguntas que se formula Unamuno nacen así de sus
propias preocupaciones, del Miguel de Unamuno de carne y hueso. Como recordaba Gonzalo Torrente
Ballester, "el protagonista y al mismo tiempo el tema principal de la obra unamuniana es el propio
Unamuno"1044. De las cuatro preguntas que formula Kant en su Crítica de la razón práctica (¿Qué puedo
saber?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué puedo esperar? y ¿Qué es el hombre?), tanto Unamuno como Twain se
interesaron por la última1045 que, en el fondo, responde a todas las demás. Twain tituló así, como decíamos,
"estaba cerrado al diálogo, no aceptaba réplica alguna, no escuchaba, no se enteraba" (Zambrano, 2003: 201).
1043 Mi religión, 1986: 54.
1044 Díaz Peterson, 2013: 11.
1045 Marías, 1997: 52.
243
su única obra intencionalmente filosófica y Unamuno se centró en el problema de la persona humana y de
su perduración.
En What is man?, de Twain, no hay contraste de ideas, sino que el viejo expone al joven su doctrina.
Unamuno, como dijo el filósofo Fernando Savater, impuso su propio yo, subjetivismo frente al empirismo
positivista del XIX, postura que encuentra su máxima expresión en su reflexión sobre la creación literaria
en Cómo se hace una novela, de la que da buena cuenta este pasaje:
Sí, toda novela, toda obra de ficción, todo poema, cuando es vivo, es autobiográfico. Todo ser de
ficción, todo personaje poético que crea un autor hace parte del autor mismo. Y si este pone en su
poema a un hombre de carne y hueso a quien ha conocido, es después de haberlo hecho suyo, parte
de sí mismo [...] ¡Mi leyenda!, ¡mi novela! Es decir, la leyenda, la novela de mí, Miguel de Unamuno, al
que llamamos así, hemos hecho conjuntamente los otros y yo, mis amigos y mis enemigos, y mi yo
amigo y mi yo enemigo. Y he aquí por qué no puedo mirar un rato al espejo, porque al punto se me
van los ojos tras de mis ojos1046.
Unamuno encarnó a la perfección la idea del perspectivismo sistematizada por Ortega, pues se convertía
en la medida de todas las cosas, su realidad era su verdad. En el ensayo "Verdad y perspectiva" José Ortega
y Gasset dice: "Cada hombre tiene una misión de verdad. Donde está mi pupila no está otra: lo que de la
realidad ve mi pupila no lo ve la otra. Somos insustituibles, somos necesarios"1047.
Para Unamuno, como decimos, sus temas principales son el hombre de carne y hueso, su perduración y,
además, lo que Ferrater Mora llama su "doctrina del Verbo". Precisamente por importarle ante todo el
hombre, las ideas le parecen secundarias: "Interésanme más las personas que sus doctrinas y éstas tan solo
en cuanto me revelan a aquellas"1048. Y explica su postura dirigiéndose a un compañero de generación:
De las tiranías todas, la más odiosa me es, amigo Maeztu, la de las ideas; no hay cracia que aborrezca
más que la ideocracia, que trae consigo, cual obligada secuela, la ideofobia, la persecución, en nombre
de unas ideas, de otras tan ideas, es decir, tan repetables o tan irrespetables como aquellas.
244
Aborrezco toda etiqueta; pero si alguna me habrá de ser más llevadera, es la de ideoclasta, rompe-
ideas. ¿Que cómo quiero romperlas? Como las botas, haciéndolas mías y usándolas"1049.
Respecto a su doctrina del verbo, es decir, el lenguaje como principio de todo, "como instrumento, pero
también contenido del pensamiento"1050, dice el escritor español en Amor y Pedagogía: "¿No nos dice acaso
el versículo 3 del capítulo 1 del Génesis que "Dijo Dios: sea la luz, y la luz fue", creándola así con su
palabra, y no fue lo primero la palabra, según el versículo primero del capítulo I del Evangelio según Juan,
que nos dice que "en el principio fue la palabra?""1051. El lenguaje es para Unamuno el propio yo, lo que
Wilhelm von Humboldt llamaba "la manifestación externa del espíritu de los pueblos" 1052 . En esta línea
afirma en Del sentimiento trágico de la vida:
La razón, lo que llamamos tal, el conocimiento reflejo y reflexivo, el que distingue al hombre, es un
producto social. Debe su origen acaso al lenguaje. Pensamos articulada, o sea reflexivamente, gracias
al lenguaje articulado, y este lenguaje brotó de la necesidad de transmitir nuestro pensamiento a
nuestros prójimos. Pensar es hablar consigo mismo, y hablamos cada uno consigo mismo gracias a
haber tenido que hablar los unos con los otros, y en la vida ordinaria acontece con frecuencia que
llega uno a encontrar una idea que buscaba, llega a darla forma, es decir, a obtenerla, sacándola de la
nebulosa de percepciones oscuras a que representa, gracias a los esfuerzos que hace para presentarla
a los demás. El pensamiento es lenguaje interior, y el lenguaje interior brota del exterior1053.
¿Es fiable el lenguaje de Unamuno? Para darnos una medida de la ambivalencia y enrevesamiento que podía
llegar a alcanzar veamos lo que dice en Del sentimiento trágico de la vida, hablando de Spinoza: "Cuando
245
escribía lo de que el hombre libre en todo piensa menos en la muerte [...] sentíase, como nos sentimos
todos, esclavo, y pensaba en la muerte, y para libertarse, aunque en vano, de este pensamiento, lo
escribía"1055.
A don Miguel no le gustaba el hombre abstracto de los filósofos que hacen filosofía en vez de vivirla y
prefirió seguir la tradición de San Agustín, Pascal, Rousseau o Kierkegaard, en abierta oposición al
cientificismo racionalista de la época1056. Para él el hombre no es sino su proyecto vital, lo que éste quiere
ser, cuestión que de manera muy gráfica expone al hablar de "los tres juanes y los tres tomases"1057 de
Oliver Wendell Holmes, metáfora según la cual estaría el hombre que él cree ser, el que le creen los
demás y el que es, a los que Unamuno añade un cuarto, y más importante, el que quiere ser, "el real de
verdad. Y por el que hayamos querido ser, no por el que hayamos sido, nos salvaremos o perderemos.
Dios le premiará o castigará a uno a que sea por toda la eternidad lo que quiso ser"1058.
Sobre este problema de la identidad habla Unamuno en su "La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez",
flotando en la obra las preguntas como ¿quién soy yo? o ¿hasta qué punto soy lo que los demás dicen o
creen que soy?. Así, ante la pregunta del yerno de Don Sandalio, tras la misteriosa muerte de éste en la
cárcel, le contesta el narrador que le había cobrado cierto cariño a su compañero de partidas de ajedrez,
pero matizando: "Sí -le interrumpí vivamente-, pero a mi Don Sandalio, ¿lo entiende usted?, al mío, al que
jugaba conmigo silenciosamente al ajedrez, y no al de usted, no a su suegro"1059.
En este sentido, Unamuno da respuesta a sus planteamientos sobre la propia identidad acudiendo a lo que
depende de uno, a su voluntad, y en varias de sus obras se refiere a esta cuestión, de clara influencia
schopenhaueriana y su mundo como querer ser, como voluntad y representación, Die Welt als Wille und
Vorstellung. Por ejemplo, en Vida de Don Quijote y Sancho: "Esta es la verdad pura; el mundo es lo que a cada
cual le parece, y la sabiduría estriba en hacérnoslo a nuestra voluntad, desatinando sin ocasión y henchidos
de fe en lo absurdo"1060.
breakfast table en el prólogo de sus Tres novelas ejemplares y un prólogo, además, de en otras ocasiones, como en "El
individualismo español" (La España Moderna, marzo de 1903), en el que hace extensivo el concepto a los pueblos,
señalando que "hay el pueblo español tal y como nosotros los españoles creemos que es, hay el pueblo español tal
como le creen los extranjeros y hay el pueblo español tal y como es. Es difícil decir cuál de aquellos dos se acerca
más á éste; pero no cabe duda de que conviene cotejarlos, y vernos desde dentro y desde fuera".
1058 Unamuno, 2004: 32.
1059 San Manuel Bueno, 1983: 88, 89.
1060 Vida de Don Quijote, 1998: 264.
246
De aquí el adjetivo que se suele poner a Unamuno como vitalista, pues aunque habla con frecuencia de
realismo, él entiende como tal, más que describir la realidad, el hecho de crearla, definiéndola así en
términos de "lo que quiere ser"1061. Otros le han tildado de socrático, por su preocupación por el hombre
concreto 1062 . En Unamuno había "palabras de su vocabulario personal que le exigieron una perpetua
renovación de su significado" dice González Egido, entre ellas el concepto del "ser", que no es para el
filósofo una construcción racional, sino algo que se puede perder, una preocupación por la disolución de su
yo en la nada, aunque su vocabulario remita muchas veces a la concepción cristiana en la que se educó.
Sin embargo, tiene menos que ver con el más allá y más con el acá, de ahí la constante repetición de sus
ideas sobre la perduración en la descendencia y en las obras1063.
Para Twain existen también diversos yoes, el espiritual, el moral… pero todos actúan de acuerdo a un
"Interior Monarch" (Amo interior) o "Master Passion" (Pasión dominante), según dice en What is man?, de
modo que no puede existir el querer ser unamuniano. El alter ego de Clemens, el viejo de su diálogo no
sabe cuál es el yo real y así contesta a la pregunta del joven:
¿Pero qué más da si no sabemos quiénes somos?, diría Unamuno, pues lo importante es saber quién
queremos ser, como su Quijote, un loco, "un comediante profundo, que toma en serio la comedia, pero
que no se engaña y mientras hace en serio el papel de Dios o de rey o de bestia, sabe bien que ni es Dios,
ni rey, ni bestia; quiere serlo y basta. ¿Y no es loco todo el que toma en serio el mundo? ¿Y no deberíamos
ser locos todos?"1065. Y es que Don Quijote, según don Miguel, discurría con la voluntad, "y al decir "¡yo sé
quién soy!" no dijo sino "yo sé quién quiero ser! "", pues el quicio de la vida humana es "saber el hombre lo
que quiere ser"1066. En sus cuadernos de apuntes dejó Twain una confesión sobre la realidad del ser y de la
247
vida: que cuando recordamos que estamos locos, desaparece el misterio y nos explicamos la vida ("When
we remember that we are all mad, the mysteries disappear, and life stands explained"1067).
Unamuno diferencia razón de verdad, pues aunque con una se busque la otra, no siempre se puede
conseguir y al que dice una verdad no racional le llaman loco: "Estar loco se dice que es haber perdido la
razón. La razón, pero no la verdad, porque hay locos que dicen las verdades que los demás callan por no
ser ni racional ni razonable decirlas, y por eso se dice que están locos. ¿Y qué es la razón? La razón es
aquello en que estamos todos de acuerdo, todos o por lo menos la mayoría"1068. Para Unamuno, la razón
tiene que estar al servicio de la vida, pero tanta fuerza cobró la razón en su labor que acabó perjudicando a
la vida:
Como el pensador no deja, a pesar de todo, de ser hombre, pone la razón al servicio de la vida,
sépalo o no. La vida engaña a la razón; y esta a aquella. La filosofía escolástico-aristotélica al servicio
de la vida, fraguó un sistema teológico-evolucionista de metafísica, al parecer racional, que sirviese de
apoyo a nuestro anhelo vital. Esa filosofía, base del sobrenaturalismo ortodoxo cristiano, sea católico
o sea protestante, no era, en el fondo, sino una astucia de la vida para obligar a la razón a que la
apoyase. Pero tanto la apoyó esta que acabó por pulverizarla1069.
El "yo dividido".
Hablábamos antes de la influencia de William James en Twain sobre el tema del yo consciente y el yo
dormido, el "divided self", tema de la dualidad de la personalidad que Twain trató específicamente en su
"My Platonic Sweetheart". Esta cuestión enlaza con un tema recurrente del siglo XIX, la idea del
doppelgänger (doble, en alemán) y que hunde sus raíces en la mitología de los hermanos gemelos unidos al
mismo destino (Cástor y Pólux, Caín y Abel, Rómulo y Remo...). Este motivo del doble adopta formas
diversas, bien tratándose de la misma persona (el ser) dividido en dos cuerpos diferentes (los gemelos, el
hombre artificial), bien siendo dos personas que ocupan el mismo cuerpo (normalmente una es la mala y
otra la buena), bien sea que el alma queda atrapada en un objeto mientras el cuerpo permanece incólume.
Los ejemplos son innumerables, pero son muy conocidos, por ser ya clásicos, las obras de Wilde (Dorian
Gray), Poe (William Wilson), Dostoievski (El idiota), Hoffmann (Los elixires del diablo), Mary Shelley
248
(Frankenstein), Dumas (El hombre de la máscara de hierro), y un largo etcétera. Twain se refiere al
probablemente más famoso de estos relatos de personalidad dual cuando habla sobre la universal obra de
Robert Louis Stevenson en una entrada de 1897 de su cuaderno de apuntes, señalando que el autor "casi
había entendido su idea del yo dividido" con su Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, pero "que no acertó" al permitir que
los dos personajes se conocieran el uno al otro1070.
Esta afirmación da a entender cómo conceptuaba Twain su idea del doble, aunque él mismo, quizás
involuntariamente, contradecía esta afirmación en su The Prince and the Pauper, donde junta a dos niños
idénticos que intercambian sus papeles (noble uno, plebeyo el otro) como en un juego, roles que luego son
harto difíciles de deshacer. O en los niños cambiados al nacer en Puddn´head Wilson, donde el escritor
norteamericano trata de una manera subrepticia el problema del yo físico y el espiritual o moral, pues dos
niños idénticos de pequeños y que crecen juntos, son tan diferentes que uno es bueno pese a sus
circunstancias adversas y el otro, que lo tiene todo, resulta ser un canalla. En esa misma historia aparecen
dos gemelos italianos, uno tranquilo y educado, mientras que el otro es agresivo. De hecho, éstos iban a
ser los personajes protagonistas en la historia original de Twain, "Those Extraordinary Twains", centrada
en una pareja de siameses, pero el rumbo que fue tomando el relato le hizo al escritor interesarse más por
otros caracteres y acabar escribiendo una segunda historia1071.
En "The Facts Concerning the Recent Carnival of Crime in Connecticut", el escritor norteamericano habla
de un ente maligno que no se sabe bien si es independiente o forma parte de su propia consciencia, al
estilo de la conocida obra de Stevenson. El autor norteamericano lo llama "enano", un ente que le recuerda
cómo reprendió a veces lleno de ira a sus hijas sin razón y al que Twain acusa de ser el propio demonio, a
lo que éste contesta: "Well, I am your Conscience!"1072.
Unamuno se acerca a esta problemática de manera peculiar, mediante un "doble narrativo" cuando, en su
nivola Niebla opone al protagonista, Augusto, a Víctor, que no es sino un alter ego del autor. El escritor se
desdobla así en ente de ficción y ente real, en esa confusión metalingüística que tanto le gustaba. O
mediante el demonio interior de Avito Carrascal en Amor y Pedagogía, del que hablamos en el capítulo
dedicado a William James. En su Diario íntimo comenta algo sobre el tema de la personalidad desdoblada:
"Yo recuerdo haberme quedado alguna vez mirándome al espejo hasta desdoblarme y ver mi propia imagen
como un sujeto extraño, y una vez en que estando así pronuncié quedo mi propio nombre, lo oí como voz
249
extraña que me llamaba, y me sobrecogí todo como si sintiera el abismo de la nada y me sintiera una vana
sombra pasajera"1073.
Es lo que años después trataría directamente en su obra de teatro El otro, historia de dos hermanos
mellizos, uno de los cuales, en la pugna por el amor de una mujer, mata al otro, tras lo cual el superviviente
parece que va adoptando la personalidad del difunto y acaba suicidándose. Unamuno, que gustaba del
simbolismo en los nombres llama a los dos hermanos Cosme y Damián, aludiendo ya desde el inicio a su
fatal destino. Más allá de la interpretación que se pueda dar sobre que sea esta historia un caso de doble en
sentido estricto (yo escindido en dos cuerpos físicos distintos) o de doble personalidad, nos interesa la
reflexión que hace el autor en esta obra sobre el conocimiento de la propia identidad, que en su extremo
trágico de no poder llegar a conocer, se convierte en locura, que es lo que parece ocurre a "el otro"
durante toda la obra:
Al rato me fue retornando la conciencia, resucité; pero sentado ahí, donde tú estás, y aquí, donde
estoy, estaba mi cadáver... ¡Aquí, en este mismo sillón, aquí estaba mi cadáver..., aquí..., aquí está! ¡Yo
soy el cadáver, yo soy el muerto! [...] ¡Todo es para mí espejo! ¡Aún me veo! Aquí estaba, lívido,
mirándome con sus ojos muertos, con sus ojos de eternidad, con sus ojos en que se quedó, como en
trágica placa, la escena de mi muerte... Y para siempre..., para siempre...1074.
250
Esta parodia del hombre, más que de ciencia, podíamos decir, abducido por la ciencia, la repite a lo largo
de toda su obra, como en "El Sueño", donde nos presenta a Don Hilario, que detesta las nuevas corrientes,
o en "Don Catalino, hombre sabio", un "perfecto mamífero vertical"1076 y en un sinfín de obras en las que
critica la idolatría y la fe ciega de algunos en la ciencia como fuente de todo saber y progreso1077.
Y, en su Vida de Don Quijote, afirma que se necesita una nueva guerra civil "con unas u otras armas", una
guerra contra la lógica para afirmar "que deben ser y son yelmos las bacías y que se arme sobre ello
pendencia como la que se armó en la venta" que "la verdad no es relación lógica del mundo aparencial a la
razón, aparencial también, sino que es penetración íntima del mundo sustancial en la conciencia, sustancial
también" y que "hay un mundo en que la razón no es guía. La verdad es lo que hace vivir, no lo que hace
pensar"1078. Este "vitalismo" lo mostraba Unamuno en su respuesta a Ramiro de Maeztu en el año 1900
citando al gran trágico griego: "La verdad puede más que la razón, dijo Sófocles, y la verdad es amor y vida
en la realidad de los espíritus y no mera relación de congruencia lógica entre las ideas. Unción y no
dialéctica es lo que nos vivificará"1079.
Pero el escritor español no destierra a la razón, es consciente de que el hombre no puede prescindir
completamente de ella, y de aquí la eterna contradicción, la eterna lucha del hombre concreto, pues para
Unamuno, según Ferrater Mora, no existe síntesis posible entre razón y fe, reflexión y sentimiento o
realidad y deseo, sino que "el hombre de carne y hueso, agitado por la tragedia, no es el que ha huido de la
sinrazón y del mundo de los sueños para acogerse a la luz –implacable, pero a su modo, consoladora- de la
razón, pero tampoco el que ha escapado del universo racional para habitar el cosmos, estremecido y
cálido, de la fe: es el que está constituido por el uno y el otro; el que está, por así decirlo, amasado con los
dos mundos perpetuamente en lucha"1080.
Su crítica del positivismo se manifiesta también en la ironía con la que habla del determinismo: "Diríase que
esta necesidad de morir él ha guiado al Destino, al Determinismo, a que Clarita le deje. Era menester una
motivación"1081. O lo que es lo mismo, cuando pone en boca de Fulgencio, racionalista extremo entregado
a la combinatoria, estas palabras sobre la inexistencia del libre albedrío: "Esto es una tragicomedia, amigo
251
Avito. Representamos cada uno nuestro papel; nos tiran de los hilos cuando creemos obrar, no siendo este
obrar más que un accionar; recitamos el papel aprendido allá, en las tinieblas de la inconciencia, en nuestra
tenebrosa preexistencia, el Apuntador nos guía; el gran tramoyista maquina todo esto... 1082 . La razón,
entonces, no puede explicarlo todo, ni mucho menos. Que se lo digan al pobre Augusto Pérez, que va
dando tumbos en medio de la nebulosa que es su vida, imprevisible, a diferencia del juego de ajedrez: "Aquí
sí que hay lógica, en esto del ajedrez y, sin embargo, ¡qué nebuloso, qué fortuito después de todo! ¿No
será la lógica también algo fortuito, algo azaroso? Y esa aparición de mi Eugenia, ¿no será algo lógico? ¿No
obedecerá a un ajedrez divino?"1083.
Mas, como decimos, Unamuno juega con una constante contradicción, con la alternancia entre contrarios,
y a veces muestra a unos personajes (perdidos, eso sí, pues su postura no parece llevarles a la felicidad)
que no confían en su voluntad. Véase Víctor Goti en el prólogo de Niebla, cuando afirma: "...estoy
firmemente persuadido de que carezco de eso que los psicólogos llaman libre albedrío, aunque para mi
consuelo creo también que tampoco goza Don Miguel de él"1084. O el médico Caín, en Abel Sánchez, que
grita que nació condenado y predestinado1085 y que, ante la exposición del cura diciéndole que el hombre
es libre contesta: "No creo en el libre albedrío, padre. Soy médico […] ¿Qué hice yo para que Dios me
hiciese así, rencoroso, envidioso, malo? ¿Qué mala sangre me legó mi padre?" 1086 . No se puede luchar
contra el destino, piensa Caín, para quien un día los hijos y nietos suyos y de Abel, "al heredar nuestras
sangres, se encontrarán con la guerra dentro"1087.
En su Diario íntimo parecía decantarse por una especie de determinismo al afirmar que "el curso de los
fenómenos, tanto exteriores como interiores, materiales tanto como anímicos, es un curso determinada
(sic); cada suceso del mundo exterior así como cada estado de conciencia se sigue por ley a los que le
preceden y acompañan. Y por debajo hay el libre albedrío, que nos hace sentirnos culpables y nos levanta
sobre el tiempo [...] es un tremendo misterio". Además, como queriendo hacer compatible tal afirmación y
teniendo en cuenta que algo misterioso no puede explicarse, afirma que "el libre albedrío no es una razón,
es una verdad; querer razonarlo [lo que hizo Twain] es destruirlo"1088.
252
Twain y su huida determinista.
El señor Samuel Clemens, por el contrario, no hace chanzas (debió de ser de lo poco con lo que no realizó
humoradas), como Unamuno en Amor y Pedagogía, con el positivismo, sino al contrario, en la amargura y
desazón de su edad madura, cuando manifestó por vez primera un pensamiento intencionadamente
filosófico, no hallaba otra explicación al mundo más que una fuerza que escapaba por completo a la
voluntad humana. No cree, pues, en el libre albedrío, quizás para huir del sentimiento de culpabilidad que
podría acompañarle desde pequeño: "Free Will has always existed in words, but it stops there, I think—
stops short of fact"1089. Dice también Twain que hay que distinguir éste de la libre elección ("free choice"),
que sí existe, pero es simplemente un proceso mental ("a mere mental process"), no como el albedrío, que
supone "power to act as you please"1090.
En "The turning point of my life", artículo publicado en febrero de 1910, dos meses antes de morir, niega la
mayor, que da título al texto, es decir, que hubiera existido un punto de inflexión en su vida, sino que ésta
fue una inexorable sucesión de acontecimientos, que hubo muchos puntos de inflexión y que cada uno de
ellos fue "the LAST link in a very long chain of turning-points commissioned to produce the cardinal result;
it is not any more important than the humblest of its ten thousand predecessors. Each of the ten thousand
did its appointed share, on its appointed date, in forwarding the scheme, and they were all necessary; to
have left out any one of them would have defeated the scheme and brought about SOME OTHER
result"1091.
1089 El libre albedrío ha existido siempre de palabra, pero a esto se reduce y no llega a la realidad (What Is Man? GUPj).
1090 poder para actuar como deseéis (What Is Man?, GUPj).
1091 el último eslabón en una larga cadena de puntos de inflexión acaecidos para producir el resultado cardinal; no es más
importante que sus diez mil puntos predecesores. Cada uno de ellos en su cuota y fecha designadas, siguiendo el esquema,
era necesario; si alguno se hubiera quedado fuera habría roto el esquema y traido otro resultado (Harper's Bazaar, 1910:
118).
1092 No estoy aquí para hacer el bien, el menos no para hacerlo intencionadamente (Letters, 1917: 809, 810).
253
several ways his opinions were totally changed, and would never go back to what they were before, but the
main structure of his carácter was not changed, and could not be changed"1093.
En definitiva, Mark Twain reconoce que hay voluntad, pero que ésta nada tiene que ver con las
concepciones de lo justo e injusto y no está sometida a ellas: "The mind can freely select, choose, point out
the right and just one—its function stops there. It can go no further in the matter. It has no authority to
say that the right one shall be acted upon and the wrong one discarded"1094. Que uno puede cambiar de
creencias, pero no de carácter, pues el hombre es como una máquina, determinado por el entorno y la
educación ("training"): "Beliefs are acquirements, temperaments are born; beliefs are subject to change,
nothing whatever can change temperament"1095. Aunque el señor Clemens no siempre pensó así. Baste
recordar lo que decíamos hablando de la influencia de William James y el hábito, como se aprecia en
Adventures of Huckleberry Finn. Comentábamos que pese a toda la educación, a pesar de la escuela
dominical, Huck, finalmente, decide no entregar al negro Jim, incluso ateniéndose a las peores
consecuencias: "All right, then, I'll go to hell"1096. ¿No es ésta la más grande demostración de libre albedrío?
En cualquier caso, hay que dejar claro que la idea determinista de Twain, en la que influyó poderosamente
la temprana lectura de Thomas Paine y su The Age of Reason no presupone que podamos encuadrar al
norteamericano como un positivista, como un defensor a ultranza del poder de la razón, pues nada en este
sentido se esconde en sus obras (al menos, en las principales)1097. De hecho, hablando de la educación de
los niños (en concreto, en valores morales) en respuesta a una señora que le mandaba un recorte de
prensa sobre la representación teatral de los niños de un colegio de Chicago de su Prince and the Pauper, le
habla del "Children´s theatre", una institución neoyorquina presidida por él con mayoría de chicos de
origen judío, señalándole las bondades de este teatro, cuya impronta queda en el corazón y no en la
cabeza:
It is much the most effective teacher of morals and promotor of good conduct that ingenuity of man
has yet devised, for the reason that is lessons are not taught wearily by book and by dreary homily,
but by visible and enthusing action; and they go straight to the heart, which is the rightest of right
254
places for them. Book morals often get no further than the intellect, if they even get that far on their
spectral and shadowy pilgrimage: but when they travel from a Children´s Theatre they do not stop
permanently at that halfway house, but go on home1098.
La filosofía de la historia.
Es muy conocida la teoría de Unamuno sobre la intrahistoria, que podíamos resumir con las palabras del
propio autor en una carta dirigida a su compañero de generación, Ángel Ganivet, en la que le comenta que
los historiadores "han atendido más a los sucesos históricos, que pasan y se pierden, que a los hechos
subhistóricos, que permanecen y van estratificándose en profundas capas. Se ha hecho más caso del relato
de tal o cual hazañosa empresa de nuestro siglo de caballerías, que a la constitución rural de los
repartimientos de pastos en tal o cual olvidado pueblecillo"1099. Esto no quiere decir que Unamuno ignorara
o considerara irrelevantes los grandes acontecimientos históricos (sucesos, en terminología unamuniana),
sino que los hechos acaban configurando los sucesos. Coincido en este sentido plenamente con lo que
afirma Mario J. Valdés sobre la interrelación entre unos y otros fenómenos 1100. Unamuno describe este
concepto con una imagen, la del mar:
Las olas de la historia, con su rumor y su espuma que reverbera al sol, ruedan sobre un mar
continuo, hondo, inmensamente más hondo que la capa que ondula, sobre un mar silencioso y á cuyo
último fondo nunca llega el sol. Todo lo que cuentan á diario los periódicos, la historia toda del
«presente momento histórico», no es sino la superficie del mar, una superficie que se hiela y cristaliza
en los libros y registros, y una vez cristalizada así, una capa dura, no mayor con respecto á la vida
intra-histórica que esta pobre corteza en que vivimos con relación al inmenso foco ardiente que lleva
dentro. Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de los millones de hombres sin historia que á
1098 Es con mucho el más eficaz maestro de moral y buenas costumbres que ha inventado la ingenuidad humana, por la
sencilla razón de que sus lecciones no provienen de un libro o de una lúgubre homilía, que es el lugar más frecuente para
estas clases y que van directamente al corazón. Los libros de moral no van más allá que la razón si es que van a alguna parte
en su peregrinación espectral y sombría, pero cuando viajan desde un teatro infantil no permanecen mucho tiempo en ese
centro de rehabilitación sino que se sienten como en casa. Carta de septiembre de 1908 (Letters, 1917: 818, 819).
1099 Laín Entralgo, 1997: 292.
1100 "La intrahistoria tiene, como concepto filosófico, dimensiones que requieren un análisis más amplio. El error
común ha sido el de proponer que esta idea de la historia no toma en cuenta los acontecimientos históricos, y esto
se debe a la exposición, descontextualizada, que se ha hecho de la metáfora unamuniana. La intrahistoria, muy al
contrario de estas formalizaciones, es un concepto de encrucijada entre el acontecimiento singular y el
acontecimiento cumulativo. Una revolución tendrá un momento de erupción violenta pero, por debajo, suele llevar
otro acontecimiento cumulativo de años de abuso de poder, gobierno arbitrario, represión, etc. La intrahistoria
señala precisamente la encrucijada que marca el paso del acontecimiento cumulativo al acontecimiento singular"
(Valdés, 1996: 242).
255
todas horas del día y en todos los países del globo se levantan á una orden del sol y van á sus campos
á proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que como la de las madréporas
suboceánicas, echa las bases sobre que se alzan los islotes de la historia1101.
Unamuno repetiría incesantemente esta idea, en sus ensayos, en sus novelas, en sus poesías y en sus obras
de teatro, donde encontramos un magnífico ejemplo en la conversación que mantienen dos de sus
personajes en La esfinge: "-Ángel: Aquí, en las honduras de mi alma, donde se llevan los puros aluviones de
la aurora de la vida, aquí llevo siempre el reflejo de la lenta calma de la vida sin historia de nativa aldea […]
Y recordarás la escuela en que aprendí a leer, escribir y contar, y las viejas leyendas de los antiguos
patriarcas y profetas. Tenía ventanas abiertas al campo libre… -Felipe: !Estás evocando, Ángel, también el
sueño de mi niñez!"1102.
En la intrahistoria sitúa Unamuno sus historias. Así, parece que el autor vasco evoca la metáfora marina
cuando en su San Manuel nos presenta la villa sumergida de San Manuel de Castañeda o el Bilbao
contemplado desde las montañas que parece hundido en la niebla en su Paz en la guerra1103. Y no solo
refieren al concepto del hecho subhistórico las ubicaciones unamunianas, sino también sus personajes, la
cabrera de dulcísima voz cantando a orillas del lago en San Manuel Bueno ("Esa zagala forma parte, con las
rocas, las nubes, los árboles, las aguas, de la naturaleza, y no de la historia"1104) o los lugareños de la aldea
vasca a la que va de boda Ignacio en Paz en la guerra ("Eran los silenciosos, la sal de la tierra, los que no
gritan en la historia"1105).
sobresalían cual islotes las cimas de los montes, y en cuyo fondo de mar etéreo y vaporoso, se vislumbraba a Bilbao
cual ciudad sumergida" (Paz en la guerra, 2008: 43).
1104 San Manuel Bueno, 1988: 90.
1105 Paz en la guerra, 2008: 83.
1106 La España Moderna, 1895e: 42.
256
abrirse a otras (no habla de conquista material Unamuno, pues señala que de vez en cuando a España le dan
"arrechuchos" en los que se toca una "trompa épica"1107), se atrofian, al igual que ocurre con los hombres:
Cuando un hombre se encierra en sí resistiendo cuanto puede al ambiente y empieza á vivir de sus
recuerdos, de su historia, á hurgarse en exámenes introspectivos la conciencia acaba ésta por
hipertrofiarse sobre el fondo subconciente. Este en cambio, se enriquece y aviva á la frescura del
ambiente como después de una excursión de campo volvemos á casa sin traer apenas un recuerdo
definido, pero llena el alma de voces de su naturaleza íntima, despierta al contacto de la Naturaleza
su madre. Y así sucede á los pueblos que en sus encerronas y aislamientos hipertrofian en su espíritu
colectivo la conciencia histórica á expensas de la vida difusa intra-histórica que languidece por falta de
ventilación; el pensamiento nacional, trabajando hacia sí, acalla el rumor inarticulado de la vida que
bajo él se extiende. Hay pueblos que en puro mirarse al ombligo nacional caen en sueño hipnótico y
contemplan la nada1108.
Historias universales.
Don Miguel usa también el concepto de tradición eterna como sinónimo de intrahistoria. Esta tradición es
lo verdadero, es la esencia de sus pueblos, es su humanidad. Sí, la tradición eterna es para Unamuno ya no
la del pueblo español o la del norteamericano, sino el común elemento humano. Lo que no quiere decir
que el español o el estadounidense sean extraños al pueblo que les vio nacer, sino todo lo contrario, pues
"cuanto más de su país y más de su época sea un hombre es más de los países y de las épocas todas"1109.
Lo común al individuo no lo determina la patria, sino más bien el entorno inmediato, por eso para
Unamuno dice más de la gente si es de ciudad o de campo1110, que otras circunstancias: "¿Viven mejor, con
más paz interior, los ciudadanos concientes de una gran nación histórica, que los aldeanos de cualquier
olvidado rincón? El campesino del Toboso que nace, vive y muere, ¿es menos feliz que el obrero de Nueva
York?" 1111 . En sus anhelos, en la preocupación por su fin está su comunión: "El destino individual del
hombre, por importar a todos y a cada uno de ellos, es lo más humano que existe"1112.
que no si se crió y formó en el ecuador o en la zona templada…" ("Ciudad y campo", en OC, 2007: 456).
1111 "La vida es sueño", en OC, 2007: 303.
1112 OC, 2007: 303.
257
La tradición eterna (a diferencia de la del pasado o la del presente -el presente momento histórico-) "es el
fondo del ser del hombre mismo", quizás por eso en Unamuno las historias tienen más de universales, por
humanas, que de particulares, de españolas. Por eso San Manuel no es (solo) un párroco católico de un
pueblo de Zamora, sino un hombre que lucha contra sus miedos y a favor de sus deseos. Por esto Huck
Finn no es solo un niño vagabundo que merodea por la ribera del Mississipi, sino la persona que se enfrenta
al pensamiento dominante, a la conciencia socialmente impuesta. Como decía Unamuno a propósito de las
obras de Shakespeare: "Allí se siente que son hombres los que hablan; allí se odia; allí se ama […] allí se
peca"1113. Twain no articula esta idea de intrahistoria o de tradición eterna como pensamiento sistemático,
pero el concepto, que dota a sus obras de universalidad, está presente a lo largo y ancho de sus obras,
como cuando en Personal Recollections of Joan of Arc, habla de la importancia que el saqueo tenía para el
pueblo que lo sufrió:
...the raiding of our village seemed by long odds the greatest event that had really ever occurred in
the world; for although these dull peasants may have thought they recognized the bigness of some of
the previous occurrences that had filtered from the world’s history dimly into their minds, the truth
is that they hadn’t. One biting little fact, visible to their eyes of flesh and felt in their own personal
vitals, became at once more prodigious to them than the grandest remote episode in the world’s
history which they had got at second hand and by hearsay1114.
O, en este misma obra, cuando discurre sobre la exención real de impuestos a Domremy, pueblo natal de
Juana de Arco: "I didn't say anything, of course, but I could have said that wild horses couldn't keep those
men in that town half a day. They waste the glory of being the first to carry the great news to Domremy—
the taxes remitted forever!—and hear the bells clang and clatter, and the people cheer and shout? Oh, not
they. Patay and Orleans and the Coronation were events which in a vague way these men understood to
be colossal; but they were colossal mists, films, abstractions; this was a gigantic reality!"1115.
durante medio día. Perdieron la gloria de ser los primeros en llevar las buenas noticias a Domrémy -la abolición de los
impuestos para siempre-, y haber oído cómo tocaban las campanas y la gente gritaba. Esto no era lo suyo. Patay y Orleans y
la coronación fueron acontecimientos colosales que de una manera vaga pudieron comprender aquellos hombres; ¡pero fueron
brumas colosales, películas, abstracciones; ¡esto fue una realidad gigantesca! (Joan of Arc, lb. 2, cap. 39, GUPj).
258
En su Yankee también se aprecia esta idea del pueblo como lo sustancial, lo real, mientras que las
instituciones y sus cargos no son sino ropajes externos, a los que el pueblo presta adoración, una
adoración irracional (influencia de la teoría del vestido que vimos en el capítulo dedicado a Carlyle):
You see my kind of loyalty was loyalty to one's country, not to its institutions or its office-
holders. The country is the real thing, the substantial thing, the eternal thing; it is the thing to watch
over, and care for, and be loyal to; institutions are extraneous, they are its mere clothing, and
clothing can wear out, become ragged, cease to be comfortable, cease to protect the body from
winter, disease, and death. To be loyal to rags, to shout for rags, to worship rags, to die for rags—
that is a loyalty of unreason, it is pure animal; it belongs to monarchy, was invented by monarchy; let
monarchy keep it1116.
Para Unamuno, la historia de los hombres estaba delimitada por dos ejes de coordenadas: el económico y
el religioso, a los que denominaba "los dos goznes de la historia humana". En su famosa conferencia dada en
el Ateneo de Madrid el 13 de noviembre de 1899 señala: "Danos lo económico el resorte y móvil de la vida
y nos da lo religioso el motivo de vivir. Motivo de vivir; he aquí todo. […] es lo económico la cusa eficiente
del progreso humano y lo religioso su causa final"1117.
El tiempo.
La filosofía de Henri Bergson rechaza el concepto de tiempo cronológico sustituyéndolo por la "duración"
del tiempo interior1118. Es lo que Unamuno llama tiempo espiritual, opuesto al material o cronológico o
histórico de las novelas realistas: "Pero yo, que vivo en un tiempo espiritual, me he propuesto escribir la
novela de una novela –que es algo así como sombra de una sombra- […] Otra cosa ni me interesa mucho
ni les interesa mucho a mis lectores, a los míos. Mis lectores, los míos, no buscan el mundo coherente de
1116 Veréis, mi clase de lealtad era una lealtad hacia el propio país, no hacia sus instituciones o hacia sus funcionarios. El país
es lo verdadero, lo sustancial, lo eterno; es lo que se debe vigilar y cuidar, aquello a lo que se debe brindar lealtad. Las
instituciones son algo externo, son simplemente sus vestiduras, y las vestiduras se pueden desgastar, se pueden convertir en
harapos, dejar de ser cómodas, pueden dejar de protegernos del invierno, la enfermedad o la muerte. Ser leal a los harapos,
aclamar a los harapos, venerar a los harapos, morir por los harapos, no es más que una lealtad insensata, animal; pertenece a
la monarquía, fue inventada por la monarquía (Connecticut Yankee, cap, 12, GUPj).
1117 La conferencia se publicó con el título "Nicodemo el fariseo" en la Revista Nueva, Madrid, el 25 de noviembre de
259
las novelas llamadas realistas…"1119. Mark Twain, pese a la tan manida clasificación como representante del
realismo (las clasificaciones son solo eso y a veces no pueden captar todos los matices; además en Estados
Unidos la dicotomía romanticismo-realismo no funciona igual que en Europa) no encaja en los parámetros
de este movimiento literario y no hay más que ver obras suyas como Huck Finn, Puddn´head Wilson o The
Mysterious Stranger para ver cómo el tiempo cronológico es secundario.
Pesimismo y escepticismo.
Filosóficamente hablando el pesimismo sería el polo opuesto de lo que Leibniz definía como "el mejor de
los mundos posibles". Es decir, que vivimos en el peor de los mundos, que no ha progresado ni la
civilización ni la naturaleza humana. Esta doctrina y no solo, sino esta sensación (lo que comúnmente
entendemos por pesimismo) se daba a finales del XIX, una extendida impresión de que se llegaba al final de
un ciclo. Pero, ¿eran nuestros dos autores pesimistas? Un vistazo a vuelapluma de sus obras principales nos
inclinaría a decir que sí, pues ni la sociedad que pintan ni la naturaleza humana que describen (como
veremos en el siguiente apartado) parecen responder al mejor de los mundos posibles. El tema no está tan
claro, en cualquier caso.
Unamuno leyó mucho, como decíamos, y en sus obras se pueden rastrear diversas influencias. Una de ellas
es la de Schopenhauer, uno de los filósofos tradicionalmente considerados como pesimistas. Para
Schopenhauer el ser es la voluntad y esta es irracional, caprichosa, arbitraria y, en este sentido, es mala,
según la opinión Pedro Ribas1120. Unamuno no es ontológicamente pesimista, como el filósofo alemán (el
ser es malo en sí, pesimismo ontológico), sino que de su lucha incesante, de su contradicción, del "o todo o
nada" que decíamos antes, se vislumbra una insatisfacción constante, pues llegado el péndulo al punto más
alto, añora el otro extremo y vuelve a oscilar, como cuando Avito se acuerda de Leoncia una vez unido a
Marina: "¿Por qué el goce de lo poseído ha de encendernos el apetito de lo que no poseemos?"1121.
1119 "La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez" , en San Manuel Bueno, 1983: 96.
1120 Ribas, 1996, BVC.
1121 Amor y pedagogía, 2008: 55.
260
ultramundana"1122. De este tema, además de constituir el eje de su obra filosófica mayor, Del sentimiento
trágico de la vida, habló recurrentemente en diversos relatos1123.
De la actitud vital de Don Miguel da buena cuenta la confidencia de uno de sus nietos, Miguel de Unamuno
Pérez, hablando de su abuela, esposa de Unamuno:
Era Dña. Concha Lizárraga, su esposa, que tanto influyó en la vida de Don Miguel, una mujer alegre,
de buenos sentimientos y gran sentido común, hasta el extremo que alguna vez él confesó a sus hijos
que le avergonzaba estar triste delante de su mujer. Reflejo de ello, es una ocasión, en que estaba
Don Miguel haciendo solitarios con una baraja junto a su hija María que cosía y entró Dña. Concha,
mi abuela, contando algo intrascendente a juicio de los dos primeros y riendo. Después de salir de la
habitación sin conseguir transmitir su alegría a los otros, el padre, Don Miguel, le dijo a su hija: "Es
que tu madre no cree en la muerte y yo no creo en la vida"1124.
Y el propio escritor, en carta a Ramón y Cajal en contestación al envío del científico del segundo tomo de
sus Recuerdos de mi vida en torno a 1917, le dice que es propenso desde hace algún tiempo a cierta
"irritación misantrópica y pesimística"1125. Para pesimismo el de su personaje del médico Joaquín Monegro,
quien ante un hombre que le pedía que le diera algo "para dormir para siempre" afirma: "Y por qué no
había de hacer lo que este hombre quiere –se decía Joaquín- si no vive más que para sufrir? Me da pena!
Cochino mundo!"1126. Como triste es el mundo que pinta el filósofo español recién obtenida la cátedra de
Salamanca en "El Dios Pavor" (1892), relato con ecos de Oliver Twist o La Cenicienta, que narra la vida de
una pobre cría que vive en condiciones miserables desde pequeña, obligada a mendigar y que acaba de
criada maltratada por la mujer de su tío y sufriendo la desgracia de matar a su primo, un bebé, por
accidente1127.
El rector de Salamanca señalaba que para dar respuesta al anhelo vital de la inmortalidad humana no vale la
razón, pero tampoco el sentimiento, siendo el escepticismo, la incertidumbre racional al analizarse a sí
misma y su validez, el motivo de esperanza del sentimiento vital. Y es que no cabe acuerdo entre vida y
261
razón, pues la máxima de la vida es "o todo o nada"1128. Unamuno distingue entre diversos pesimismos en
su obra filosófica mayor, según su ámbito: el eudemonístico o económico, el que niega la dicha; el ético, el
que niega el triunfo del bien moral; y el religioso, el que desespera de que el alma individual se salve para la
eternidad. Y diferencia también entre uno bueno (en el que se encuadraría el autor español) y otro malo
(que sería el predominante en el último Twain): el malo sería "aquel que pone Goethe en boca de
Mefistófeles cuando le hace decir: "Todo lo que nace merece hundirse"", mientras que el otro supone "que
ante el temor de que todo al cabo se aniquile, consiste en deplorar y en luchar contra ese temor"1129.
Y evoca la triste sentencia de Calderón de la Barca en palabras del párroco de San Martín de Castañeda,
respondiendo el cura a Ángela sobre cuál es el pecado del hombre: "Ya lo dijo un gran doctor de la Iglesia
Católica Apostólica Española, ya lo dijo el gran doctor de La vida es sueño, ya dijo que "el delito mayor del
hombre es haber nacido". Ese es, hija, nuestro pecado: el de haber nacido [...] y moribundo se despide de
los hermanos: "...se acaba este sueño de la vida...""1130.
Un Unamuno aún joven se confesaba así en su Diario íntimo: "Hay un mar de amargura que baña a todos los
seres; cada nuevo pecado hace más amargo ese mar y esa mayor amargura se extiende a todos"1131. Y, en
los últimos años de su vida, llenos de desazón y amargura, por los derroteros que veía estaba tomando
España, le invade el pesimismo. En su último poema, escrito el día de los inocentes de 1936, tres días antes
de morir, concluye:
262
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?1132.
1133
Twain no se consideraba a sí mismo pesimista , pero, especialmente en sus últimas obras,
aproximadamente a partir de Huckleberry Finn (1884), "comienza un período de amargo pesimismo de
Twain respecto al género humano, tendencia que fue acrecentándose con el paso del tiempo hasta llegar a
una abierta decepción respecto a la humanidad"1134. En una carta a su viejo amigo el reverendo Joseph
Twichell, le escribe desde sus casi 70 años: "The man who is a pessimist before 48 knows too much; if he is
an optimist after it he knows too little"1135. Sin embargo, no fue esta actitud algo exclusivo de sus últimos
años, pues casi 40 años atrás, tendía, en uno de sus radicales cambios de ánimo, a un pesimismo
extremo1136.
Obras como su Personal Recollections of Jean of Arc ("We are so strangely made; the memories that could
make us happy pass away; it is the memories that break our hearts that abide"1137) o Puddn´head Wilson
("the skin of every human being contains a slave" 1138 ) nos dan pistas de esta actitud, pero es en The
Mysterious Stranger donde la desazón alcanza sus más altas cotas, con un ser superior que aplasta a unos
trabajadores con los dedos sin inmutarse, con un destino que no puede cambiarse sino para peor (caso del
joven Nicolás, cuyo final oscilaba entre morir o quedar paralítico, ciego y sordomudo) o acabar perdiendo
el juicio por un supuesto crimen que no cometió, pero respecto al cual le dicen que fue condenado. Y es
que "sanity and happiness are an impossible combination", como dice Philip Traum (también conocido
a Nueva York en el que siete personas murieron de cólera, incluido un sacerdote. Cundió el miedo, el médico de a
bordo se quedó sin medicamentos y el propio Twain llegó a pensar que iba a morir. Ya en la ciudad de los
rascacielos y ante la escasa venta de entradas para la conferencia que había de dar en el Instituto Cooper de la ciudad
mostró un radical bajón de ánimo: "He was desperate […] I am on the verge of suicide". ([Twain] Estaba desesperado
[…] Estoy al borde del suicidio). Posteriormente, cuando finalmente se llenó el auditorio, se mostró contentísimo: "For
an hour and fifteen minutes I was in Paradise" (Durante una hora y cuarto me encontré en el Paraíso) (Some Chapters
from an Extraordinary Life, 1912: 737-751).
1137 Estamos hechos de manera extraña: los recuerdos que nos harían felices desaparecen; los que nos parten el alma se
263
como Satanás) en la obra póstuma de Twain1139. Lo mismo se puede decir de What is Man?, donde ante la
pregunta del joven de si Dios puede hacer un hombre honrado por naturaleza, responde el viejo: "Yes, I
know He could. I also know that He never did make one"1140.
Subyace un pesimismo antropológico de caracter darwinista en obras de Twain como la que vimos
anteriormente, "The Lowest Animal", que caracteriza a la raza humana como unos brutos que matan por
deporte y no por necesidad. Y descorazonador es lo que escribe en una anotación de su cuaderno de
apuntes del 19 de junio de 1896, apenas dos meses antes de que muriera su hija Susy, señalando que no era
necesario que hubiera infierno alguno "except the one we live in from the cradle to the grave"1141. Igual que
lo que escribe Wilson en su calendario: "All say "How hard it is that we have to die"- a strange complaint
to come from the mouths of people who have had to live"1142.
No se puede achacar el pesimismo de Twain a sus desgracias familiares o al infortunio en sus negocios a
partir de 1890, pues ya en carta a su prometida, Livy, de 8 de enero de 1870, le habla de la insignificancia
del mundo pensando en los millones de mundos que hay: "How insignificant we are, with our pigmy little
world!-- an atom glinting with uncounted myriads of other atom worlds in a broad shaft of light streaming
from God's countenance--and yet prating complacently of our speck as the Great World, and regarding the
other specks as pretty trifles made to steer our schooners by and inspire the reveries of "puppy"
lovers"1143.
Y en una misiva de noviembre de 1888, ya famoso y en una buena posición económica, le dice a Will
Bowen, residente en Hannibal, donde pasó su infancia, antiguo compañero de escuela y piloto fluvial, a
propósito de una boda a la que acudió recientemente: "…the two supreme events of life: marriage, which
is the beginning of life, and death which is the end of it […] both marriage and death ought to be welcome:
the one promises happiness, doubtless the other assures it"1144.
mundos de átomos en un amplio haz de luz que brota del rostro de Dios- y sin embargo, parloteamos con complacencia de
nuestra mota como el Gran Mundo, y vemos las otras manchas como bonitas bagatelas hechas para dirigir hacia ellas
nuestras goletas e inspirar los sueños de los amantes de mascotas (The Bible, 1995: XV).
1144 los dos eventos supremos de la vida son el matrimonio, comienzo de la vida, y la muerte, que es el final de la misma [...]
deberíamos recibir con una bienvenida tanto el matrimonio como la muerte, la primera nos promete la felicidad, la segunda,
nos la asegura (Letters, 1917: 501).
264
2.- DEFENSA DE LA INHUMANIDAD.
Introducción.
Lo que damos en llamar la naturaleza humana, la esencia o idea de humanidad, ha sido conceptuado de
manera diversa desde la Antigüedad, e incluso se ha llegado a negar su existencia. En su acepción más
común se entiende como ese conjunto de rasgos de índole biológico (innatos), social (adquiridos por la
vida en sociedad, a través de diversos medios: educación, entorno cultural) o racional (derivados del
pensamiento humano, de la toma de conciencia de sí mismo) que definen al ser humano como tal. Las
diferentes doctrinas o corrientes filosóficas priman unos elementos sobre otros, e incluso llegan a negar la
existencia de alguno de ellos. Así, por poner solo un ejemplo archiconocido, para Marx lo determinante
son las relaciones de producción (la sociedad) que conforman la naturaleza humana1145.
Pues bien, uno de estos elementos caracterizadores de la especie humana es la moral (o, en palabras de
Twain, el sentido moral), estudiada por la ética, y de ella nos ocuparemos someramente en este epígrafe
por la abundancia de material al respecto en las obras de los autores (de Twain, especialmente). Al analizar
la visión que nuestros dos autores tienen de lo religioso y lo moral, observaremos que ambos guardan
una relación estrecha y problemática.
Ni Twain ni Unamuno se interesaron por hacer un análisis filosófico de la naturaleza humana, ni por
discutir qué componentes (biológicos, sociales) primaban en la constitución del ser humano sobre otros,
sino que centraron su atención en la observación de los hombres singulares, uno a uno, prestando mayor
interés quizá a sus vicios que a sus virtudes, en una actitud ciertamente pesimista según apuntábamos en el
epígrafe anterior, que corresponde a la atmósfera de enorme pesimismo que respiraba el fin de siglo, de
degeneración, como decía Nordau, para quien el mundo había sido inundado por un "espíritu de la
Resumen tomado de Alfredo Marcos, "Filosofía de la naturaleza humana", I Simposio del CFN École des Hautes
1145
265
mezquindad y la brutalidad"1146. A continuación hacemos un repaso de todas esas lacras de la condición
humana que los dos autores repasan críticamente en sus obras.
Esclavitud y racismo.
Twain creció como un niño en una sociedad esclavista. No obstante, el conocimiento de esa sociedad, y la
experiencia de su vida le condujeron hasta una postura final antiesclavista1147. Sin embargo, su pesimismo
era radical sobre las posibilidades que la sociedad tenía de mejorar, como se ve en sus declaraciones
deterministas de What is man?, cuando llega a sopesar la idea de que el hombre sea una simple máquina:
They are odds and ends of thoughts, impressions, feelings, gathered unconsciously from a thousand
books, a thousand conversations, and from streams of thought and feeling which have flowed down
into your heart and brain out of the hearts and brains of centuries of ancestors. Personally you did not
create even the smallest microscopic fragment of the materials out of which your opinion is made;
and personally you cannot claim even the slender merit of putting the borrowed materials together. That
was done automatically—by your mental machinery, in strict accordance with the law of that
machinery's construction. And you not only did not make that machinery yourself, but you have not
even any command over it1148.
Y es que, durante la infancia de Twain, el simple hecho de leer a un esclavo la ley de Missouri o la
Declaración de Independencia era un acto ilegal 1149 . La esclavitud en los Estados Unidos fue abolida
formalmente poco antes de acabar la guerra de Secesión (1864) al aprobar el Congreso la decimotercera
enmienda a la constitución del país, pero seguían perviviendo en la sociedad muestras de añoranza de ese
pasado esclavista, y no solo entre los miembros de organizaciones radicales como el Ku-Klux-Klan, sino en
las manifestaciones de la cultura popular, como era obvio por la variedad de dichos y canciones populares
miles de conversaciones y de las corrientes de pensamiento y sentimiento que han brotado en tu corazón y cerebro de los
corazones y cerebros de generaciones de antepasados. Personalmente no creaste ni el más pequeño fragmento microscópico
de los materiales de los que tu opinión está hecha; y personalmente no puedes reclamar ni el más delgado mérito de poner los
materiales prestados juntos. Eso fue hecho automáticamente por tu maquinaria mental, en estricta conformidad con la ley de
la construcción de esa maquinaria. Y no sólo tú no hiciste esa maquinaria, sino que ni siquiera tienes mando sobre ella (What
is man?, GUPj).
1149 Fisker Fishkin, 2002: 132.
266
que se referían a un estado de cosas anterior recordado con nostalgia, como en la popular composición de
Stephen Foster, "Old Folks at Home", que hablaba de los infelices "oscuritos" que dejaron la vieja
plantación 1150. Y eran aún muchos los que seguían pensando en los negros como una raza inferior1151.
El propio Twain fue acusado de racista por su empleo del término "nigger" en sus obras principales, como
Adventures of Huckleberry Finn, debate que continúa todavía hoy en día1152; pero una lectura que tenga en
cuenta la ironía de esta obra demuestra lo contrario: es evidente en algún pasaje de Huckleberry Finn, como
cuando las propias palabras del racista padre de Huck le ponen en ridículo cuando habla de un profesor
negro, de visita por el sur del país:
They said he was a p'fessor in a college, and could talk all kinds of languages, and knowed
everything. And that ain't the wust. They said he could vote when he was at home. Well, that let me
out. Thinks I, what is the country a-coming to? It was 'lection day, and I was just about to go and
vote myself if I warn't too drunk to get there; but when they told me there was a State in this
country where they'd let that nigger vote, I drawed out. I says I'll never vote agin1153.
Por no hablar de la reacción de la tía Sally, cuando Huck le narra el cuento del barco al que le reventó la
cabeza de un cilindro:
Dijeron que en su estado podía votar. Aquello ya fue el colmo. Digo yo: "¿Qué pasa con este país? Si fuera día de elecciones y
yo pensara ir a votar si no estuviera demasiado borracho para llegar, cuando me dijeran que había un estado en este país
donde dejan votar a ese negro, yo ya no iría". Y voy y digo: "No voy a volver a votar" (Huck Finn, cap. 6, GUPj).
1154 ¡Dios mío! ¿Algún herido?
267
Resulta llamativo que Twain fuese acusado de coquetear con el racismo en sus novelas. Huckleberry Finn
sale publicado el mismo año que el best seller racista (175 mil copias vendidas) del Congregational Minister
Josiah Strong, Our Country, Its Possible Future and Its Present Crisis (1885), en que se defendía la superioridad
de la raza anglosajona, que no causó ningún tipo de escándalo1155.
En la misma línea se sitúan las manifestaciones de Henry W. Grady, un orador popular en los últimos años
80 del XIX, que aseguraba en un discurso de 1887 que "la supremacía de la raza blanca en el sur debía
mantenerse por siempre [...] porque la raza blanca es la raza superior". Y un sinfín de publicaciones
pseudocientíficas con títulos tan reveladores como The negro: a beast (1900) o The negro: A Menace to
American Civilization (1907)1156.
Para despejar dudas basta conocer una carta que Twain dirigió al decano de la Universidad de Yale en 1885
(año de publicación de Huck Finn en los EE.UU.) ofreciéndose a pagar los estudios de uno de los primeros
estudiantes negros en la universidad: "We have ground the manhood out of them & the shame is ours, not
theirs, & we should pay for it"1157.
Con sólo leer la novela de Twain atentamente observamos que en su historia en absoluto hay racismo: no
se entendería de lo contrario cómo un crío, Huck, educado en una ambiente esclavista, vence todos sus
prejuicios racistas para ayudar al negro Jim, aunque se gane el mote de "puerco abolicionista", y sea
además capaz de pedirle perdón cuando lo engaña1158 o reconocer que sus virtudes son iguales a las de los
1155 Superioridad en cuanto a su defensa de los derechos civiles que comporta una especial responsabilidad de la raza:
"The Anglo-Saxon is the representative of two great ideas, which are closely related. One of them is that of civil
liberty. Nearly all of the civil liberty in the world is enjoyed by Anglo-Saxons: the English, the British colonists, and
the people of the United States.. .. The noblest races have always been lovers of liberty […] in my own mind, there
is no doubt that the Anglo-Saxon is to exercise the commanding influence in the world's future; but the exact
nature of that influence is, as yet, undetermined. How far his civilization will be materialistic and atheistic, and how
long it will take thoroughly to Christianize and sweeten it, how rapidly he will hasten the coming of the kingdom
wherein dwelleth righteousness, or how many ages he may retard it, is still uncertain; but it is now being swiftly
determined" (Lo anglosajón representa dos grandes ideas íntimamente unidas. Una es la libertad civil; aproximadamente toda
la libertad civil del mundo es disfrutada por anglosajones: los ingleses, los colonos británicos y la gente de los Estados Unidos...
Las razas más nobles han sido siempre amantes de la libertad [...] pienso que no hay dudas de que el anglosajón está llamado
a liderar el mundo del futuro, pero la naturaleza exacta de ese liderazgo está aún por determinar. Hasta qué punto su
civilización será materialista y ateísta y cuánto llevará cristianizarla y hacerla más atractiva, cuánto tardará en establecerse el
reino de la justicia o cuántos años se demorará es todavía una incógnita; pero ahora mismo está siendo velozmente
despejada) (Our Country, Its Possible Future and Its Present Crisis, New York: Baker & Taylor, 1885: 159, 180).
1156 "El negro: una bestia", "El negro: Una amenaza para la Civilización Americana" (Fisher Fishkin, 2002: 144).
1157 Les robamos su mayoría de edad, la vergüenza es nuestra, no suya, deberíamos pagar por ello (Fisher Fishkin, 2002:
137).
1158 "It was fifteen minutes before I could work myself up to go and humble myself to a nigger; but I done it, and I
warn't ever sorry for it afterwards, neither" (Me costó quince minutos de lucha conmigo antes de poder ir a humillarme
ante un negro; pero lo hice y nunca me he arrepentido de ello) (Huck Finn, cap. 15, GUPj).
268
blancos1159. Huck decide ayudar al esclavo, pese a los prejuicios que le han inculcado: "And for a starter I
would go to work and steal Jim out of slavery again; and if I could think up anything worse, I would do that,
too; because as long as I was in, and in for good, I might as well go the whole hog"1160.
Irónico se muestra Twain también sobre este tema, cuando en su The Stupendous Procession, aludiendo a la
famosa frase de Thomas Jefferson de la Declaración de Independencia, le añade la simple palabra "blanco":
"All white men are born free and equal" ("Todos los hombres blancos han nacido libres e iguales")1161.
Lo mismo se puede afirmar de The Tragedy of Pudd´nhead Wilson, cuya historia es una mofa de los
lugareños, comenzando por el propio protagonista (que al final resulta ser, paradójicamente, el más lúcido)
hasta alcanzar a la mayoría de los personajes: en primer lugar, como es lógico, a Tom Driscoll, el malo de la
historia -por el que Twain podría ser acusado de racista ya que el personaje, aunque parece blanco, es de
sangre negra- que humilla reiteradamente a Chambers, un supuesto negro, que es en realidad blanco, y que
llega a decir cuando descubre su verdadero origen: "And why is this awful difference made between white
and black?. .. How hard the nigger's fate seems, this morning!—yet until last night such a thought never
entered my head"1162.
Semejante ironía se aprecia también en la afectada afirmación de Richards en The Man that Corrupted
Hadleyburg cuando bucea en su memoria para ver qué gran favor le hizo al difunto Goodson, no
encontrando más que el hecho de que le había salvado de casarse con una mulata, que era "a very sweet
and pretty girl"1163.
Pero no debemos quedarnos con estas descripciones de la actitud racista sino con la sátira de Twain y la
evolución de sus personajes, como por ejemplo, volviendo a la historia de Wilson, la de la esclava Roxy,
madre de Tom Driscoll, que en principio achaca el comportamiento deshonroso de su hijo a su pequeña
porción de negro: "Ain´t nigger enough in him to show in his finger-nails, en dat takes mighty little –yit
1159 "and I do believe he cared just as much for his people as white folks does for their'n" (y de veras creo que quería
tanto a su gente como los blancos a los suyos) (Huck Finn, cap. 23, GUPj).
1160 Para empezar, iba a hacer lo necesario para sacar a Jim de la esclavitud, y, si se me ocurría algo peor, también lo haría,
porque una vez metidos en ello, igual daba ocho que ochenta (Huck Finn, cap. 31, GUPj).
1161 Fisher Fishkin, 2002: 128.
1162 ¿Y por qué es esta terrible diferencia entre blanco y negro? ¡Qué difícil parece destino el del negro esta mañana! –Aunque
hasta anoche tal pensamiento nunca entró en mi cabeza (Pudd'nhead Wilson, 1980: 44).
1163 una chica muy dulce y muy guapa (The Man that Corrupted Hadleyburg, GUPj).
269
dey´s enough to paint his soul"1164, pero que, en última instancia afirma, a pesar de su condición de esclava,
que no hay diferencia entre una madre blanca y una negra, cuando se trata de salvar la vida de un hijo:
"Who made ´em so? De Lord done it. En who made de niggers? De Lord made ´em. In the inside, mothers
is all the same"1165.
Además, Twain no sólo critica el racismo hacia los esclavos sino también hacia los inmigrantes, chinos
especialmente, de las ciudades de la costa del Pacífico, adonde llegaron en mayor número. En su segunda
novela, Roughing it (conocida en español como Pasando fatigas o Una vida dura), el escritor habla en
términos elogiosos de la población asiática, cuya discriminación conoció bien de sus tiempos de reportero
en San Francisco: "They are a harmless race when white men either let them alone or treat them no worse
than dogs; in fact they are almost entirely harmless anyhow, for they seldom think of resenting the vilest
insults or the cruelest injuries" 1166 . Y en una entrevista de periódico los calificaba como gente "poor,
hardworking, industrious, friendless heathen, far from home, amongst a strange people, who treated him
none too well. He has a hard life, and is always busy and always sober, therefore I never could see anything
to make fun of in the Chinaman"1167.
Así como habla el señor Clemens de lo que ha vivido como periodista en la costa oeste, escribe don Miguel
de algunos de sus paisanos vascos, nacionalistas, con los que ha convivido desde niño, afeando la
justificación étnica de esa nacionalismo: "Es muy cómodo para muchas gentes el creerse de una raza
superior, porque esto les exime del trabajo de tener que superiorizarse personalmente"1168.
Unamuno no solo habló del racismo con el que convivió, sino que se manifestó también contra un
personaje que era la encarnación del racismo por antonomasia, Hitler, en su artículo titulado "De nuevo la
raza", de 12 de octubre de 1933, publicado en periódicos de provincias, como El Pueblo gallego de Vigo o El
Heraldo de Aragón de Zaragoza:
1164 No hay suficiente negro en él para que se vea en sus huellas dactilares y eso quiere decir que es algo muy pequeño,
aunque suficiente para manchar su alma (Pudd'nhead Wilson, 1980: 70).
1165 Quién hizo a los blancos? El Señor los hizo. ¿Quién hizo a los negros? El Señor. En su interior, las madres son todas iguales
casi totalmente inofensivos de todas formas, porque rara vez se ofenden por los insultos más viles o las lesiones más crueles
(Innocents abroad, 1984: 820).
1167 pobres, trabajadores, emprendedores, sin amigos, lejos de casa, entre un pueblo extraño que nunca los ha tratado
demasiado bien. Llevan una vida difícil y siempre están ocupados y siempre sobrios, por lo tanto, nunca pude ver nada de lo
que burlarse en un chino (Entrevista en el Adelaide South Australian Register, de 14/10/1895, en Interviews, 1977: 63).
1168 En los Juegos florales de 1901 Unamuno entonó un "réquiem por el euskera", discurso que reprodujo el
Unamuno y el negro.
En la España de Unamuno, pese a haber sido abolida la esclavitud en la década de los ochenta en Cuba, una
de sus últimas colonias, de algún modo también subyacía en la opinión común el racismo1170. Para muestra
vale un botón muy representativo, el del presidente del gobierno español, Manuel Cánovas del Castillo,
quien ofrece un buen compendio de los estereotipos de la época que conformaban esta imagen. Decía el
político tras la abolición de la esclavitud:
Los negros en Cuba son libres; pueden contraer compromisos, trabajar o no trabajar [...] y yo creo
que la esclavitud era para ellos mucho más preferible a esta libertad que no han sabido aprovechar
más que para no hacer nada y formar masas de desocupados. Todos los que conocen a los negros le
dirán que en Madagascar, como en el Congo y en Cuba, son perezosos, salvajes, inclinados a obrar
mal, que hay que manejarlos con autoridad y firmeza para obtener algo de ellos. Esos salvajes no
tienen otros dueños que sus instintos, sus apetitos primitivos1171.
Unamuno parece comulgar (aunque sea tangencialmente) con lo expuesto por el dirigente político, cuando
en un discurso en las Cortes de la República el día 25 de septiembre de 1931 afirma:
Cuando vino la guerra de Secesión, la mayoría de aquellos esclavos estuvieron de parte de sus amos,
que los trataban muy paternalmente, y si entonces se hubiera hecho un plebiscito, hubiera dado
mayoría a los que los mantenían y los criaban. Es más, esos esclavos de los Estados del Sur vivían
271
mejor que los obreros libres de los Estados del Norte. Era la esclavitud del obrero del norte de otro
género, en el orden económico, acaso más dura que la del esclavo1172.
Es lo mismo que parece dar a entender en una nota manuscrita en un libro de su biblioteca, The American
Nation: a history. Causes of the civil war, donde dice literalmente "que [sic] libertad a los negros sin que ellos
quieran ser liberados"1173. O lo suscrito en "El encanto de la servidumbre", de mayo de 1917, donde afirma
"que de ordinario los esclavos mismos son los menos interesados en su propia emancipación, si es que no
se resisten a ella, y que la libertad es un bien que solo estima, y no siempre, quien la ha perdido y no quien
nunca gozó de ella", poniendo un par de ejemplos, basados en la realidad de Estados Unidos ("los más de
los esclavos de los ricos plantadores del Sur estaban del lado de sus amos", matizando que "claro está que
los negros libres de la actual República norteamericana sentirán de otro modo que sus abuelos sentían") y
de Paraguay (donde los jesuitas apacentaban a los guaraníes al punto de que acababan "por morirse de
hastío")1174.
Estas aseveraciones parecerían corroborar lo apuntado por José Domínguez Búrdalo, que ha estudiado
monográficamente la postura de Unamuno frente a la negritud. Sostiene este autor que el pensador
español trató mejor a indios y mestizos que a mulatos y negros en sus artículos, defendiendo la tesis de
que el escritor español mostró hasta 1932 unas opiniones sobre los negros más bien racistas. No coincido
con esta opinión, una vez analizados los artículos citados en su trabajo, pues se basa, más que en
referencias peyorativas directas del autor, en la ausencia de referencias a héroes negros como integrantes
de la Hispanidad –como podría ser el cubano Antonio Maceo-, cuando alaba a otros, indígenas o europeos,
como Juárez, Rizal, Martí o Bolívar1175.
Es como si dijéramos que Twain es racista por relacionar en alguna de sus obras la esclavitud con la
moderna servidumbre, la del trabajo, a la que aludía Unamuno. Dice el estadounidense en "The Lowest
animal": "Man is the only Slave. And he is the only animal who enslaves. He has always been a slave in one
form or another, and has always held other slaves in bondage under him in one way or another. In our day
he is always some mans slave for wages, and does that mans work; and this slave has other slaves under
posteriormente, Twain alabó a Aguinaldo) en artículos como "La Fiesta de la Raza" de 22 de octubre de 1935 en
Ahora (Chaguaceda, 2005: 246), o en el artículo homónimo en El Liberal de Madrid de 12 de octubre de 1923.
272
him for minor wages, and they do his work. The higher animals are the only ones who exclusively do their
own work and provide their own living"1176.
Es cierto que la censura de la esclavitud está apenas presente en la obra unamuniana, cuando, en cambio, sí
criticó reiteradamente el fenómeno colonizador, y cierto también es que en el prólogo de la obra de José
Mas, En el país de los bubis (1920), la semblanza que hace Unamuno de esta etnia no es precisamente
positiva, cuando habla de "esos niños grandes, lúbricos y crueles, borrachos y embusteros, que son los
negros, y capaces, sin embargo, hasta de la santidad, pero de una santidad casi vegetal, constituyen uno de
los más grandes misterios de la historia [...] La raza negra le ha visto la cara a "Morimó", el dios del mal, o
le ha visto el cogote a Dios y no se ha muerto, pero ha introducido la levadura de la muerte en el pan de la
vida". Claro que si tenemos en cuenta el resto del prólogo, donde el español habla del capítulo que cierra
el libro, en el que Mas hace una "narración horripilante del castigo que dan unos bubis a una de sus mujeres
porque vivió con un blanco"1177, podemos contextualizar tales afirmaciones de Unamuno, pues dicha pena
consistía en cortarle una mano a una mujer para enterrarla viva y esperar a que las aves carroñeras
comenzaran a devorarla aún con vida.
Pero ya se sabe de las aparentes contradicciones unamunianas y, años después, en carta al poeta cubano
Nicolás Guillén, Unamuno le dice: "Vengo sintiendo el sentido del ritmo, de la música verbal, de los negros
y mulatos. No sólo en los poetas negros norteamericanos, que gusto con fruición, sino hasta los que cantan
en papiamento—lengua, como sabe, de Curaçao—que he aprendido. Es el espíritu de la carne, el
sentimiento de la vida directa, inmediata, terrenal. Es, en efecto, toda una filosofía y toda una religión.
Usted habla, al final del prólogo, de "color cubano". Llegaremos al color humano, universal e integral. La
raza espiritual humana se está siempre haciendo"1178. Y hay más, porque en la misma misiva le habla de un
poema suyo de hace un año, en el que habla así de cercano del negro:
1176 El hombre es el único esclavo. Y él es el único animal que esclaviza. Él siempre ha sido un esclavo de una forma u otra, y
siempre ha mantenido a otros esclavos en la servidumbre de una u otra manera. En nuestros días siempre hay esclavos que
trabajan por salarios; y estos esclavos tienen a otros debajo por menores sueldos y ellos hacen su trabajo. Los animales
superiores son los únicos que exclusivamente realizan su propio trabajo y proveen su propia vida (Collected tales, 1992b:
211).
1177 OC, 1966b: 1219.
1178 Carta que le remitió a Nicolás Guillén el 8 de junio de 1932. Casi 50 años después, el 27 de mayo de 1981,
publicaba Guillén esa misma carta en El Adelanto de Salamanca (Domínguez Búrdalo, 2006: 336).
273
y el negro mirando al cielo
de las estrellas se ríe,
y la blanca Luna, espejo
se le ríe, se le ríe,
y el Niño, al ver mago negro
se echa a reír, y su risa
mece el pesebre del cielo.
Risa pura, luna llena,
funden las nieves del suelo.
Conquistarán nuestra tierra
con risa pura los negros:
con la risa que es sólo risa [...]
Dios les aguarda riendo;
magia de risa les cría,
negra noche, Dios sin ceño [...]
Dichosos los que se ríen,
que dominarán sin ensueños1179.
Twain pasó gran parte de su vida buscando consolidar la posición social que había conseguido por su
casamiento con Olivia Langdon; tenía que pagar una gran casa y varios sirvientes; de ahí que se embarcara
en aventuras empresariales con éxito dispar, si bien el hecho de que fuera un jugador más en el gran
tablero del capitalismo no fue óbice para que criticara a los reyes de ese tablero, los nuevos ricos.
Es lo que recoge su obra The Gilded Age1180 de 1873, cuyo título daría nombre a esta época (gilded significa
dorado, recubierto de oro, pero no de oro), acerca de los latentes problemas sociales (inmigración,
condiciones laborales...) que se escondían tras el vertiginoso crecimiento económico de los Estados Unidos
que siguió a la guerra de Secesión y a la reconstrucción del país.
En The Gilded Age, Twain critica la avaricia de la gente dispuesta a todo con tal de acumular riqueza, como
su protagonista, Laura, cuyos sueños se centraban en la acumulación de un buen peculio: "She detested the
narrow limits in which her lot was cast, she hated poverty. Much of her reading had been of modern works
of fiction, written by her own sex, which had revealed to her something of her own powers and given her
indeed, an exaggerated notion of the influence, the wealth, the position a woman may attain who has
beauty and talent and ambition and a little culture, and is not too scrupulous in the use of them. She
wanted to be rich, she wanted luxury, she wanted men at her feet, her slaves..."1183.
Más de tres décadas después, cuando Twain tuvo una mayor perspectiva para comprender el negocio que
realizaron los "robber barons" de los grandes monopolios, los Rockefeller, los Vanderbilt, recuerda en su
Autobiografía en 1906 la pregunta que le hizo el corresponsal de The Sun de Nueva York en Londres, sobre
si quedaba algún hombre honrado en los EE.UU.. Dice el escritor al respecto en sus memorias: "Llevé la
faja de la honradez hasta el pasado enero. Entonces caí, con Rockefeller y Carnegie y un grupo de Goulds y
Vanderbilts y otros traficantes profesionales y juré dejar de censurar a nadie como la persona de menor
conciencia de todo el montón […] Creo que toda la población de los EEUU –sin contar las mujeres- está
corrompida, por lo que concierne al dólar"1184.
Años después de su descalabro empresarial, quizás desde la experiencia propia del escarmiento (en los
primeros noventa del siglo XIX quebró su ambicioso proyecto de una máquina de composición) seguía con
la crítica de la avaricia en The Man that corrupted Hadleyburg (1899), donde muestra cómo un saco de oro
1181 "Although entitled "An Open Letter to Commodore Vanderbilt" this passage remained in Twain's private papers"
(Pese a llamarse así, "Carta abierta al Comodoro Vanderbilt", el texto nunca abandonó los papeles privados de Twain)
(McMahan, 1982).
1182 El código que detestaba y que vivía, en parte, dentro de él (Fisher Fishkin, 2002: 25).
1183 Ella, que odiaba la pobreza, detestaba los estrechos límites en que se había echado su suerte. Gran parte de su lectura
habían sido obras modernas de ficción, escritas por su propio sexo, que le habían revelado algo de sus propios poderes y le
habían dado, de hecho, una noción exagerada de la influencia, la riqueza y la posición que la mujer que tiene belleza, talento
y ambición, y un poco de cultura, puede lograr sin ser demasiado escrupulosa en su uso. Ella quería ser rica, quería lujo, ella
queria a los hombres a sus pies, como sus esclavos (The Gilded Age, GUPj).
1184 Autobiografía, 2004: 168.
275
transforma a gente a priori intachable. Así, el Sr. Richards, le comenta a su mujer, a quien el extranjero deja
el dinero pidiéndole que encuentre al hombre que le ayudó años atrás: "Why, we’re rich, Mary, rich; all
we’ve got to do is to bury the money and burn the papers. If the gambler ever comes to inquire, we’ll
merely look coldly upon him and say: ‘What is this nonsense you are talking? We have never heard of you
and your sack of gold before"1185.
En su Huck Finn pinta también la avaricia del hombre supuestamente civilizado, el juez Thatcher, frente al
asalvajado Huck, cuando aquél, un hombre de la ley, sin ningún escrúpulo, hace negocio a costa del
muchacho, comprándole por un simbólico dólar los seis mil que el bueno de Huck obtuvo como
recompensa por el dinero robado que Tom Sawyer había encontrado escondido en la cueva:
"Please take it," says I, "and don't ask me nothing—then I won't have to tell no
lies." He studied a while, and then he says: "Oho-o! I think I see. You want to sell all your property
to me—not give it. That's the correct idea." Then he wrote something on a paper and read it over,
and says: "There; you see it says 'for a consideration.' That means I have bought it of you and paid
you for it. Here's a dollar for you. Now you sign it." So I signed it, and left"1186.
Y no solo el juez, también el padre de Huck quiere a toda costa quedarse con el dinero. Y en la historia
también encontramos a dos pillos que se hacen pasar por aristócratas, el rey y el duque, capaces de simular
ser los hermanos que vivían en Inglaterra del fallecido Peter Wilks con tal de hacerse con su herencia
(capítulos 24 y 25).
Unamuno también denuncia este vicio del ser humano en ensayos e intervenciones en las que habla de las
desigualdades del campo español, como en el discurso pronunciado en marzo de 1913 junto a otros
catedráticos de universidad, intelectuales, párrocos y alcaldes de la provincia de Salamanca, sobre el
1185 Somos ricos, Mary, ricos; lo único que hemos de hacer es enterrar el dinero y quemar los papeles. Si el apostador vuelve
alguna vez le miraremos indiferentes y le diremos: ¿De qué sinsentido nos habla? No hemos oído hablar de usted y su saco de
oro nunca antes (The man that corrupted Hadleyburg, GUPj).
1186 Por favor, quédeselo y no me pregunte nada... así no tendré que contar mentiras. Se lo pensó un rato y después dijo: ––
¡Ah, ah! Creo que ya entiendo. Quieres venderme todos tus bienes; no dármelos. Eso es lo correcto. Después escribió algo en
un papel, que me leyó y que decía: ––Mira; verás que dice "por la suma convenida". Eso significa que te lo he comprado y te
lo he pagado. Ten un dólar. Ahora fírmalo. Así que lo firmé y me fui (Huck Finn, cap. 4, GUPj).
276
problema agrario, donde hablando de los campesinos dice que "unos señores latifundiarios", "para extraer
todo el jugo a la tierra" y "para tener cinco automóviles en vez de uno", les queman las casas para así luego
poder quedarse con los terrenos a precio de saldo1187.
Pero lo que al profesor de griego le obsesionaba era otro de los pecados capitales del hombre, la envidia:
"El que todos sus fracasos los atribuye a ajenas envidias es un envidioso ¿Y no lo seremos todos? […] ¡Es el
pecado original!" 1188 , reflexiona Joaquín Monegro, arquetipo del envidioso, el Caín del Abel Sánchez de
Unamuno, que se pasó toda la vida a la sombra de su amigo Abel, y así, en penumbra, fue creciendo su
envidia a su otrora amigo, que se convierte en un artista famoso. Es toda esta obra un estudio de la envidia
humana, característica que Unamuno consideraba un vicio especialmente arraigado en el pueblo español,
"país de envidias"1189. Años antes, Unamuno indagó ya en las causas de esta pasión devoradora en su ensayo
de 1909 "La envidia hispánica", publicado en La Nación de Buenos Aires:
¡La envidia! Esta, ésta es la terrible plaga de nuestras sociedades; ésta es la íntima gangrena del alma
española. ¿No fue acaso un español, Quevedo, el que escribió aquella terrible frase de que la envidia
está flaca porque muerde y no come? Y esta nuestra llaga de abolengo, hermana gemela de la
ociosidad belicosa, se la transmitieron nuestros abuelos a los pueblos hispanoamericanos y en ellos
ha florecido, con su flor de asfétida, creo que aún más que entre nosotros [...] Es la envidia, es la
sangre de Caín más que otra cosa, lo que nos ha hecho descontentadizos, insurrectos y belicosos1190.
Y años después, poco antes de morir, señalaba en las notas manuscritas que tras su muerte se convertirían
en El resentimiento trágico de la vida: "Esp. [sic] no sabe si no envidiar"1191.
Envidia tiene también el padre de Huck Finn de su propio hijo, al punto que no sólo le pega y le amenaza,
sino que también quiere que deje de estudiar, pues nadie en su familia sabe leer y no va a ser su hijo el que
le deje en evidencia:
277
And looky here—you drop that school, you hear? I'll learn people to bring up a boy to put on airs
over his own father and let on to be better'n what he is. You lemme catch you fooling around that
school again, you hear? Your mother couldn't read, and she couldn't write, nuther, before she
died. None of the family couldn't before they died. I can't; and here you're a-swelling yourself up like
this. I ain't the man to stand it—you hear? Say, lemme hear you read1192.
Quizás coincidiría Twain con Unamuno en pensar que "sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que
en algo, y de una u otra manera, se nos parece; lo absolutamente contrario o en absoluto diferente de
nosotros no nos merece ni amor ni odio, sino indiferencia. Y es que, de ordinario, lo que aborrezco en
otros aborrézcolo por sentirlo en mí mismo. Es mi envidia la que me hace aborrecer la envidia ajena" 1193.
Será que si tememos y despreciamos al mismo tiempo al demonio, es porque tememos y nos repugna la
idea de serlo nosotros también.
En su experiencia como observador, primero como periodista y luego como escritor, Twain sabe que la
crueldad abunda entre los hombres; pese a ello, define la moral como aquello que nos separa de las bestias.
Pero en ocasiones el límite entre ambos parece difuso. El escritor norteamericano se inspiró en la relación
hecha por Darwin de lo que éste vio hacer a los fueguinos durante su viaje en el Beagle:
For my own part I would as soon be descended from that heroic little monkey, who braved his
dreaded enemy in order to save the life of his keeper, or from that old baboon, who descending from
the mountains, carried away in triumph his young comrade from a crowd of astonished dogs- as from
a savage who delights to torture his enemies, offers up bloody sacrifices, practices infanticide without
remorse, treats his wives like slaves, knows no decency, and is haunted by the grossest
superstitions1194.
1192 Y mira lo que te digo: deja de ir a la escuela, ¿te enteras? Ya voy a enseñar yo a ésos a educar a un chico para que se dé
aires delante de su propio padre y haga como que vale más que él. Que no te vuelva a coger cerca de esa escuela, ¿te
enteras? Tu madre no sabía leer, y tampoco sabía escribir y se murió tan tranquila. En la familia nadie aprendió a leer antes
de morirse. Yo no sé, y ahí estás tú dándote aires. Y yo no soy hombre para aguantar eso, ¿te enteras? Oye, a ver cómo lees
(Huck Finn, cap. 5, GUPj).
1193 OC, 2007: 709.
1194 Preferiría descender de aquel heroico y pequeño mono que afrontaba a su temido enemigo [habla de una anécdota
anterior sobre un guardián de un zoo atacado por un babuíno] o de aquel viejo cinocéfalo que, descendiendo de las montañas,
se llevó en triunfo a sus pequeños camaradas librándoles de una manada de atónitos perros, que de un salvaje que se
complace en torturar a sus enemigos, ofrece sangrientos sacrificios, practica el infanticidio sin remordimiento, trata a sus
mujeres como esclavas, desconoce la decencia y es juguete de las más groseras supersticiones (Darwin, 2004: 689).
278
Y de la misma manera que el naturalista británico, Twain piensa que algunos animales parecen más
evolucionados que ciertos hombres:
I have been scientifically studying the traits and dispositions of the lower animals (so-called), and
contrasting them with the traits and dispositions of man. I find the result humiliating to me. For it
obliges me to renounce my allegiance to the Darwinian theory of the Ascent of Man from the Lower
Animals; since it now seems plain to me that the theory ought to be vacated in favor of a new and
truer one, this new and truer one to be named the Descent of Man from the Higher Animals1195.
E ilustra esta conclusión con comparaciones entre el comportamiento de hombres y animales: una
anaconda mata para cazar, sin embargo un conde inglés organiza una cacería de bisontes por deporte y
sólo se comen una parte de uno de los 72 que han matado...1196.
La comparación entre hombre y animal es frecuente en las últimas obras de Twain 1197 y la usa también
Miguel de Unamuno, en algún caso en primera persona, tomando las palabras de un animal, como Orfeo,
perro de Augusto, el protagonista de Niebla. Orfeo es quien reflexiona sobre la condición humana como si
el hombre fuera un incomprensible animal: "¡Qué extraño animal es el hombre! Nunca está en lo que tiene
delante. Nos acaricia sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos
rendimos nos rechaza o nos castiga. No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo sabe él mismo" 1198.
Y Unamuno, por boca del animal, se extiende en un monólogo misantrópico que recuerda al "The Lowest
animal" de Twain, que acabamos de ver, relato en el que el autor norteamericano consideraba que el
verdadero bruto es el hombre, pues más brutal es el comportamiento atroz del homo sapiens para Orfeo-
Unamuno que el de cualquier otro animal:
1195 He estado estudiando los rasgos y disposiciones de los (así llamados) animales inferiores y los he comparado con los
rasgos y disposiciones del hombre. Encuentro el resultado humillante para mí, puesto que me obliga a renunciar a toda lealtad
para con la teoría darwinista del ascenso del hombre de los animales inferiores; desde ahora me parece evidente que esa
teoría debe ser desechada en beneficio de otra nueva y más cierta, que debería ser llamada el descenso del hombre de los
animales superiores (Collected tales, 1992b: 207). Artículo titulado por Bernard DeVoto "The Lowest Animal" en su
primera publicación en 1962; en ediciones posteriores se ha titulado "Man´s Place in the Animal World" (Lemaster,
1993: 474).
1196 Collected tales, 1992b: 208, 209.
1197 "If you pick up a starving dog and make him prosperous, he will not bite you. This is the principal difference
between a dog and a man" (Si acoges a un perro hambriento y le cuidas, no te morderá. Esta es la principal diferencia entre
un perro y un hombre) (Pudd'nhead Wilson, 1980: 80).
1198 Niebla, 1982: 182.
279
La lengua le sirve para mentir, inventar lo que no hay y confundirse. Y todo es en él pretextos para
hablar con los demás o consigo mismo. ¡Y hasta nos ha contagiado a los perros! [...] Es un animal
enfermo, no cabe duda. ¡Siempre está enfermo! ¡Sólo parece gozar de alguna salud cuando duerme, y
no siempre, porque a las veces hasta durmiendo habla! Y esto también nos ha contagiado. ¡Nos ha
contagiado tantas cosas! ¡Y luego nos insulta! Llama cinismo, esto es, perrismo o perrería, a la
impudencia o sinvergüencería, él, el animal hipócrita por excelencia. El lenguaje le ha hecho hipócrita.
Como que la hipocresía debería llamarse antropismo si es que a la impudencia se le llama cinismo. ¡Y
ha querido hacernos hipócritas, es decir, cómicos, farsantes, a nosotros, a los perros! […] …de aquí
mil atrocidades. humanas, que ellos se empeñan en llamar perrunas o cínicas. Ellos, los hombres, que
son quienes nos han pervertido a los perros, quienes nos han hecho perrunos, cínicos, que es nuestra
hipocresía. Porque el cinismo es en el perro hipocresía, así como en el hombre la hipocresía es
cinismo. ¡Perra vida la que ha llevado, muy perra! ¡Y grandísima perrería, o mejor, grandísima
hombrada la que le han hecho esos dos! ¡Hombrada la que Mauricio le ha hecho; mujerada la que le
ha hecho Eugenia! ¡Pobre amo mío!1199.
Y es que, para Unamuno, "más de temer es la burla del hombre que no la seria acometividad de una fiera
salvaje, que os ataca por hambre"1200, puesto que "las fieras naturales, como no tienen estragada la voluntad
por pecado original alguno, jamás se burlan. Los animales son enteramente serios y enteramente sinceros,
sin que en ellos quepa socarronería ni malicia"1201. Esta falta de confianza en el hombre la llevaba rumiando
Twain ya desde los años ochenta del siglo XIX, especialmente en su correspondencia privada1202, pero es su
relato arriba mencionado, "The Lowest Animal", el que muestra toda la acritud que le inspira el ser
humano: "And so I find that we have descended and degenerated, from some far ancestor (some
microscopic atom wandering at its pleasure between the mighty horizons of a drop of water perchance)
insect by insect, animal by animal, reptile by reptile, down the long highway of smirch less innocence, till we
have reached the bottom stage of development (namable as the Human Being). Below us, nothing"1203.
nature the most consummate sham and lie that was ever invented? Isn´t man a creature to be ashamed of in pretty
much all his aspects?" (¿No es la naturaleza humana la mayor farsa y mentira nunca inventada? ¿No es el hombre una
criatura de la que avergonzarse en la mayoría de sus facetas?) (Letters, 1917: 443).
1203 Y así, me parece que hemos descendido y degenerado, de algún antepasado lejano (algún átomo microscópico vagando a
su placer entre los horizontes poderosos de una gota de agua venturosa), insecto a insecto, animal a animal, reptil a reptil,
hasta que hemos llegado a la etapa final de desarrollo (nombrable como el ser humano). Debajo de nosotros, nada (Collected
tales, 1992b: 213).
280
Para muestra de lo que el ser humano es capaz de hacer, nos deja Twain varios ejemplos en Adventures of
Hucleberry Finn, como la sucesión de venganzas a lo Romeo y Julieta (hijo que se enamora de hija de la familia
rival) entre los Shepherdson y los Grangerford; el hijo adolescente de una de las familias, Buck
Grangerford, resume con total naturalidad el noble trato que se dispensan:
a feud is this way: A man has a quarrel with another man, and kills him; then that other man's
brother kills him; then the other brothers, on both sides, goes for one another; then the cousins chip
in—and by and by everybody's killed off, and there ain't no more feud. But it's kind of slow, and
takes a long time. [...] It started thirty year ago, or som'ers along there. There was trouble 'bout
something, and then a lawsuit to settle it; and the suit went agin one of the men, and so he up and
shot the man that won the suit—which he would naturally do, of course. Anybody would1204.
O el asesinato a sangre fría del viejo Boggs, un borracho al que dispara el coronel Sherburn, pese a sus
súplicas; o la manera de entretenerse de los paisanos: "There couldn't anything wake them up all over, and
make them happy all over, like a dog fight—unless it might be putting turpentine on a stray dog and setting
fire to him, or tying a tin pan to his tail and see him run himself to death"1205. Y es que, como dice Twain
por boca de Huck en el capítulo 33 de la obra, "human beings can be awful cruel to one another"1206.
Allá donde está el hombre mora la muerte, como en la Francia de Sir Louis de Conte, narrador de Personal
Recollections of Joan of Arc, el cual recuerda a su padre como un hombre que dejó de tras de sí : "a region
peopled with furies, madmen, devils, where slaughter was a daily pastime and no man's life safe for a
moment"1207. Y, más adelante en la novela, hablando de los rumores del pago de un rescate de Juana de
Arco a los ingleses añade: "I believed these, for I was young and had not yet found out the littleness and
meanness of our poor human race, which brags about itself so much, and thinks it is better and higher than
1204 una reyerta familiar es algo así: un hombre se pelea con otro y le mata, entonces el hermano de ese otro lo mata a él;
después los demás hermanos de cada familia se van buscando unos a otros, después entran los primos y al cabo de un tiempo
han muerto todos y se acabó la venganza de sangre. Pero es como muy lento y lleva mucho tiempo [...] Empezó hace treinta
años o así. Hubo una pelea por algo y después un pleito para solucionarla, y el pleito lo ganó uno de los hombres, así que el
otro fue y mató al que lo había ganado, que es naturalmente lo que tenía que hacer, por supuesto. Es lo que haría cualquiera
(Huck Finn, cap. 18, GUPj).
1205 Nada podía despertarles todo su cuerpo y hacerles más felices que una pelea de perros, a menos que no fuera, por
ejemplo, echarle trementina a un perro vagabundo y prenderle fuego, o atarle a la cola un cacharro de hojalata para ver cómo
se lanzaba a la carrera hasta morir de cansancio (Huck Finn, cap.21, GUPj).
1206 Los seres humanos pueden ser espantosamente crueles los unos con los otros (Huck Finn, cap. 33, GUPj).
1207 una región llena de violencia, locos, demonios, donde las matanzas eran un pasatiempo diario y la vida de nadie estaba a
Tanto es así, que el escritor norteamericano nos muestra cómo a veces es preferible la compañía de los
animales; y si no que se lo digan al príncipe Eduardo, quien, en la granja, al topar en la oscuridad con una
ternera, agradece tan pacífica compañía "for he had been feeling so lonesome and friendless that the
company and comradeship of even this humble animal were welcome. And he had been so buffeted, so
rudely entreated by his own kind, that it was a real comfort to him to feel that he was at last in the society
of a fellow-creature that had at least a soft heart and a gentle spirit, whatever loftier attributes might be
lacking"1210. Claro que no sólo sufre a sus semejantes el heredero de Inglaterra: su pueblo pasa hambre, y
persecución, tal y como le cuentan unos antiguos labradores, hoy proscritos que comparten historias de
sus penas con sus compañeros de fatigas:
and the wife and kids are gone; mayhap they are in heaven, mayhap in—in the other place—but the
kindly God be thanked, they bide no more in England! My good old blameless mother strove to earn
bread by nursing the sick; one of these died, the doctors knew not how, so my mother was burnt for
a witch, whilst my babes looked on and wailed. English law!—up, all, with your cups!—now all
together and with a cheer!—drink to the merciful English law that delivered her from the English hell!
Thank you, mates, one and all. I begged, from house to house—I and the wife—bearing with us the
hungry kids—but it was crime to be hungry in England—so they stripped us and lashed us through
three towns. Drink ye all again to the merciful English law!—for its lash drank deep of my Mary's
blood and its blessed deliverance came quick. She lies there, in the potter's field, safe from all harms.
And the kids—well, whilst the law lashed me from town to town, they starved1211.
1208 Yo lo creí, porque era joven y todavía no había descubierto la pequeñez y la mezquindad de nuestra pobre raza humana,
que se jacta de sí misma, y piensa que es mejor y más alta que los otros animales (Joan of Arc, lb. 3, cap. 2, GUPj).
1209 Daba lástima. Una bestia se habría apiadado de ella, pero Cauchon era mucho peor que una bestia (Joan of Arc, lb. 3,
la compañía de un ser que, por lo menos, tenía un corazón tierno y un ánimo apacible (The Prince, GUPj).
1211 y mi mujer y mis hijos murieron. Tal vez estén en el cielo, o tal vez... en el otro sitio... Pero, ¡Dios sea loado!, ya no tienen
nada que ver con Inglaterra. Mi buena madre, que era de conducta intachable, trató de ganarse el pan asistiendo a los
enfermos, pero uno de ellos se murió sin que el médico supiera de qué, y por lo tanto quemaron a mi madre por bruja,
mientras mis niños lo contemplaron, gimiendo. ¡Ley de Inglaterra! ¡Levantad el vaso y bebamos todos juntos a la salud de las
misericordiosas leyes inglesas, que la libraron del infierno de Inglaterra! ¡Gracias, camaradas, gracias a todos! Yo pedí limosna
de casa en casa con mi mujer, llevando a nuestros famélicos niños; pero como es un delito tener hambre en Inglaterra, nos
282
Unas miserables sombras.
Parece que nos falta el amor con el que titula Unamuno una de sus obras, en la que precisamente describe
esa mezquindad, esa sed de venganza del género humano, en las palabras de una madre que le dice a su hijo
lloroso tras una pelea: "¡Antes con las tripas fuera que llorando! ¡Coge un canto y rómpele la cabeza!"1212. Y
tan miserable es nuestra condición humana "que no queda otra salida que o reírse o dar que reír como no
tome uno la de reírse y dar que reír a la vez…"1213. En las notas tituladas como El resentimiento trágico de la
vida y que quedaron en manos de su hijo mayor, Fernando, a las que aludíamos antes, el autor bilbaíno
incide en la comparación hombre-animales: "Por qué asesinaron al obispo de Sigüenza? Fieras? No; las fieras
no asesinan"1214 y recuerda también su famoso encontronazo con el fundador de la Legión en la apertura
del curso académico de la Universidad de Salamanca: "Dementalidad fajista. "Viva la muerte" grita Millán
Astray. Lo que quiere decir "Muera la vida". Los hunos y los hotros (sic) […] En casi todos se enciende el
odio, en casi nadie la compasión. Da asco ser hombre"1215.
La reflexión sobre la naturaleza humana, sobre su esencia y su destino, le lleva a veces a optar por la
respuesta a la que llegó Twain en The Mysterious Stranger: nuestra absoluta insignificancia. Así, donde el
estadounidense decía por boca de Satanás aquello de "but after all, it is not all ridiculous; there is a sort of
pathos about it when one remembers how few are your days, how childish your pomps, and what shadows
you are!"1216, repite el español en Del sentimiento trágico de la vida que somos sólo "miserables sombras que
desfilan de su nada a su nada, chispas de conciencia que brillan un momento en las infinitas y eternas
tinieblas"1217.
En 3.000 years among the microbes (1905), obra inacabada y póstuma, Twain cuenta la historia de un
hombre que, fruto de un experimento, es transformado en un gérmen. El microorganismo, hablando con
otro microbio, le dice: "that man is himself a microbe, and his globe a blood-corpuscle drifting with its
desnudaron y nos llevaron por tres pueblos dándonos azotes. ¡Bebamos todos otra vez por las piadosas leyes inglesas, porque
su látigo se bebió la sangre de mi María, y así llegó muy pronto su bendita libertad! Ahora duerme en la bendita tierra, a salvo
de todo daño; y los niños... Los niños, mientras la ley me iba azotando de pueblo en pueblo, se murieron de hambre (The
Prince, GUPj).
1212 Amor y pedagogía, 2008: 92.
1213 Amor y pedagogía, 2008: 183.
1214 El resentimiento, 1991: 31.
1215 El resentimiento, 1991: 35.
1216 pero después de todo, no todo es ridículo; hay una especie de patetismo cuando uno recuerda ¡qué pocos son vuestros
días, qué infantiles vuestros fastos y que no sois sino sombras! (Mysterious Stranger, 1922: 53).
1217 Del sentimiento, 2005: 280, 281.
283
shining brethren of the Milky Way down a vein of the Master and Maker of all things, whose body,
mayhap—glimpsed part-wise from the earth by night, and receding and lost to view in the measureless
remotenesses of space—is what men name the Universe" 1218 . Siente el autor del Yankee la nada, la
insignificancia del hombre, que es su propia soledad, muertas su mujer y una de sus hijas, con otra enferma
y alejado de la tercera.
El hombre masa.
Mark Twain prestó especial interés al fenómeno de cómo los hombres cuando se confunden y
despersonalizan en la multitud son capaces de sacar lo peor de sí mismos. Ya lo dijo otro famoso novelista
americano, Herman Melville, en su relato El estafador y sus disfraces, hablando de una masa de gente que,
encontrando que un hombre era culpable, aunque el tribunal le había exculpado, le colgó: "Una multitud
viene a ser todas las justicias juntas" 1219 . No hay que confundir a estos hombres con el hombre-masa
definido por José Ortega y Gasset años más tarde, en la década de los treinta del siglo XX, pero sí
podríamos extraer del hombre orteguiano alguna característica común con el que describe Twain, como
su gusto por el anonimato.
El hombre que en Ortega se siente cómodo y a salvo por ser igual al resto, en Twain ignora su
individualidad y, como un elemento más en la masa amorfa, se entrega a sus instintos más bajos. Así las
cosas, el hombre-masa de Ortega, montado nada más que sobre unas cuantas y pobres abstracciones, es
aquel que se siente "como todo el mundo". La antítesis, por tanto, del perfecto cristiano de Unamuno, del
hombre individual, "especie única", que no el "sobre-hombre", como le llamaba Unamuno, nietzscheano1220.
El hombre masa, o el hombre de la muchedumbre de Twain sería la antítesis del héroe del que hablábamos
en el apartado anterior que impulsa el desarrollo de los pueblos, en palabras de Ortega, del "que se exige
más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores" 1221, del hombre que
pertenece a una minoría, en definitiva.
1218 Que el hombre es él mismo un microbio, y su mundo, un corpúsculo de sangre yendo a la deriva, con sus brillantes
hermanos de la Vía Láctea, por una vena del Maestro y Creador de todas las cosas, cuyo cuerpo, tal vez -contemplado a
medias desde la tierra por la noche, desvaneciéndose y perdido de vista en el inconmensurable y remoto espacio- es lo que los
hombres llaman el Universo (Paine, 1912: 1666).
1219 Melville, 1980: 33.
1220 Cerezo Galán, Pedro, "El vacío y la palabra" (Chaguaceda, 2009: 144).
1221 Ortega y Gasset, 2005: 378.
284
Y por estos hombres "vulgares", que son los que forman parte de las muchedumbres, que linchan a sus
semejantes, muestra Twain especial desprecio, ya no por la iniquidad de sus actos, sino por lo que su
actitud esconde: la cobardía. Esto es lo que denuncia en "The United States of Lyncherdom", la ausencia de
héroes, de gente valiente que se atreva a enfrentarse contra la inercia de la multitud:
Why does a crowd of the same kind of people in Texas, Colorado, Indiana, stand by, smitten to the
heart and miserable, and by ostentatious outward signs pretend to enjoy a lynching? Why does it lift
no hand or voice in protest? Only because it would be unpopular to do it, I think; each man is afraid
of his neighbor's disapproval--a thing which, to the general run of the race, is more dreaded than
wounds and death. When there is to be a lynching the people hitch up and come miles to see it,
bringing their wives and children. Really to see it? No--they come only because they are afraid to stay
at home, lest it be noticed and offensively commented upon [...] Then perhaps the remedy for
lynchings comes to this: station a brave man in each affected community to encourage, support, and
bring to light the deep disapproval of lynching hidden in the secret places of its heart--for it is there,
beyond question [...] Where shall these brave men be found? That is indeed a difficulty; there are not
three hundred of them in the earth1222.
Esa falta de valor es la que el escritor norteamericano refleja en la multitud que se agolpa para ver cómo
castigan a Miles Hendon, riéndose a carcajadas cuando le dan con un huevo y le injurian: "The crowd roar
its enjoyment of the episode"1223. O la gente que asiste impávida a la lapidación de la pobre mujer acusada
de brujería: "They hanged the lady, and I threw a stone at her, although in my heart I was sorry for her; but
all were throwing stones and each was watching his neighbor, and if I had not done as the others did it
would have been noticed and spoken of"1224; o el hecho de que Edward no defendiera la inocencia del
reverendo Burguess por miedo al que dirán, opinión refrendada por su mujer, Mary, temerosa de la
1222 ¿Por qué una multitud de gente de la misma clase en Texas, Colorado, Indiana, de corazón golpeado y miserable, finge
con ostentosos signos externos disfrutar de un linchamiento? ¿Por qué no se levanta ninguna mano o voz que proteste? Sólo
porque sería impopular hacerlo, pienso; cada hombre tiene miedo de la desaprobación de su vecino -cosa que, en el normal
discurrir de la humanidad, es más temida que las heridas y la muerte. Cuando debe haber un linchamiento, la gente además
de recorrer millas para verlo, lo hacen con sus mujeres y niños. ¿Realmente para verlo? No, ellos vienen sólo porque tienen
miedo de quedarse en casa, no sea que lo noten y lo comenten de manera ofensiva… [...] Entonces, quizás el remedio para el
linchamiento viene a ser éste: coloque a un hombre valiente en cada comunidad afectada para animar, apoyar, y encontrar
una luz de profunda desaprobación al linchamiento oculta en lugares secretos de su corazón -porque allí está, sin duda alguna
[...] ¿Dónde podrían esos hombres valientes encontrarse? Esa es ciertamente una dificultad; no hay trescientos de ellos en toda
la tierra (Europe and Elsewhere, 1923: 244-246).
1223 La multitud rugía de júbilo por el episodio (The Prince, cap. 28, GUPj).
1224 La colgaron e incluso yo le arrojé una piedra aunque en mi corazón sentía lástima por ella; pero todo el mundo estaba
apedreándola y vigilando a ver qué hacía el de al lado y si yo no hubiese actuado como los demás alguien podría haberse dado
cuenta y haberlo contado (Mysterious Stranger, 1922: 115).
285
opinión pública: "It is a confession. I am ashamed, but I will make it. I was the only man who knew he was
innocent. I could have saved him, and—and—well, you know how the town was wrought up—I hadn’t the
pluck to do it. It would have turned everybody against me. I felt mean, ever so mean; ut I didn’t dare; I
hadn’t the manliness to face that."1225.
A Unamuno le repelían las muchedumbres y la soledad era para él el mejor bálsamo curativo, por eso
sentía predilección por los dramas del autor noruego Henrik Ibsen. "La soledad es la solución favorita en
los dramas ibsenianos; la soledad es el refugio de aquellas almas robustas y soberbias que pasan cortando el
mar muerto de las muchedumbres que bajo el yugo de la rutina se ocupan en crecer y multiplicarse
satisfaciendo a la carne esclavizadora y estúpida" 1226. Sus héroes, cuanto más admirables, más solitarios,
como fray Ricardo, de quien dice en "Una historia de amor" que "el adusto profeta estaba condenado a la
soledad"1227. Y es que el hombre de la multitud no es muy inteligente que digamos, mostrándose así ya en
sus aficiones, como el gusto por los toros, con el que discrepaba el escritor vasco: "Diríase que el animal
simbólico de España no es el león que figura en su escudo, sino el toro; el toro, entusiasmo de las
muchedumbres; el toro que embiste ciegamente, lleno de bravura; pero al que engaña con un trapo un
hombre mucho más débil que él, pero muchísimo más inteligente, aunque no lo sea mucho"1228.
Son tan perniciosas las masas que empeoran, como conjunto, la suma de sus elementos individuales,
encontrándonos de este modo, con "pueblos asno": "La manera de expresarse colectivamente un pueblo es
a modo de rebuzno-, aunque cada uno de los que lo componen use de lenguaje articulado para sus
menesteres individuales, pues sabido es cuán a menudo ocurre que el juntarse hombres racionales o semi-
racionales siquiera, formen un pueblo asno". En una obra como Vida de Don Quijote y Sancho, Unamuno no
podía sino de hablar de España, del que dice es país de rebaños, de gente que no arriesga por miedo al
ridículo, cuando "sólo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible"1229.
El hombre muestra su cobardía no sólo cuando se siente arropado por el anonimato de la multitud, sino
también cuando ve peligrar su posición, como el mendigo Tom, de The Prince and the Pauper, que se hace
pasar por rey, y niega conocer a su madre que se le abraza a la pierna, igual que Pedro negó a Jesucristo: "I
1225 Lo confieso, me sentí avergonzado pero lo hice. Creo que es el único hombre inocente que he conocido y debería haberlo
salvado, pero tú sabes cómo es esta ciudad; no tuve agallas para hacerlo, todo el mundo me habría dado la espalda. Tuve
miedo, no me atreví, no tuve valor para hacer frente a todo el pueblo (The man that corrupted Hadleyburg,, cap. 1, GUPj).
1226 Mi religión, 1986: 55.
1227 San Manuel Bueno, 1983: 156.
1228 OC, 2007: 908.
1229 Vida de Don Quijote, 1998: 306, 389.
286
do not know you, woman! [...] and as she turned for a last glimpse of him, whilst the crowd was swallowing
her from his sight, she seemed so wounded, so broken-hearted, that a shame fell upon him which
consumed his pride to ashes, and withered his stolen royalty"1230. Cobardía también muestra el hombre
cuando se pliega, atemorizado, ante el pensamiento dominante. Twain entona aquí el mea culpa, pues él
mismo había dejado sin publicar textos por miedo a verse desprestigiado, apestado, a hacer daño a su
familia (y a sí mismo), declarando más de una vez que sólo podría hablar con total libertad (sin miedo, le
faltó añadir) después de muerto: "La raza humana es una raza de cobardes, y personalmente no solo
marcho entre esa procesión, sino que voy llevando un estandarte"1231.
Unamuno también entona el mea culpa, pero destacando que sólo se puede escribir de algo con
conocimiento de causa, por eso, como ya hizo Quevedo, declaraba en un artículo de 1935, "Invidiados y
invidiosos", que él escribía "de esa peste del mundo no como médico, sino como enfermo: Y voy más allá, y
es afirmar que médico que escriba de esa o de otra peste no más que como tal, y no como enfermo, no
nos dirá sobre ella nada de provecho"1232. Y pone el ejemplo de Nietzsche, creemos que refiriéndose a
Jenseits von Gut und Böse (Más allá del bien y del mal) o Zur Genealogie der Moral (La genealogía de la moral),
cuando apunta: "Nietzsche publicó su libro y el mundo le proclamó loco inmediatamente –un mundo que
comprendían decenas de miles de hombres inteligentes y en sus cabales, que creían exactamente lo que
creía Nietzsche, pero que lo ocultaban y despreciaron a Nietzsche"1233.
Pero además, puntualiza Twain, el hombre es el único del reino animal que participa en luchas masivas, no
solo individuales. Porque la peor de las actuaciones del hombre masa es la que muestra en la guerra:
The higher animals engage in individual fights, but never in organized masses. Man is the only animal
that deals in that atrocity of atrocities, War. He is the only one that gathers his brethren about him
and goes forth in cold blood and with calm pulse to exterminate his kind. He is the only animal that
for sordid wages will march out, as the Hessians did in our Revolution, and as the boyish Prince
Napoleon did in the Zulu war, and help to slaughter strangers of his own species who have done him
no harm and with whom he has no quarrel1234.
1230 "No te conozco, mujer" y no hace nada cuando un oficial la aparta, y se sintió invadido por una vergüenza que trocó en
cenizas su orgullo y marchitó su usurpada realeza (The Prince, GUPj).
1231 Las tres erres, 1975: 307.
1232 "Invidiados y invidiosos", en Ahora, 15 de junio de 1935.
1233 Las tres erres, 1975: 307.
1234 Los animales superiores se enzarzan en peleas individuales, pero nunca en combates de masas organizadas. El hombre es
el único animal que se atreve a entrar en la atrocidad de las atrocidades que es la guerra. Él es el único que reúne a sus
287
La moral.
De Nietzsche pudo tomar Twain su negativa visión de la moral (o sentido moral, como decía el escritor),
en afirmaciones del filósofo alemán tales como que "lo esencial e inestimable en toda moral consiste en que
es una coacción prolongada" o en su idea de que la moral es un especie de conciencia formal que impone
un deber, conciencia que deriva de un innatismo del ser humano que, a lo largo de los tiempos, ha tenido
que obedecer por una cuestión de hábito; pues la obediencia ha sido norma a través de la historia (la
obediencia de lo que el filósofo llama rebaños humanos, frente a aquellos, una minoría, que siempre han
mandado)1235.
El autor estadounidense delezna esa moral según la cual se supone que estamos impelidos a hacer lo
correcto, porque, según él, la realidad demuestra que (casi) nunca es así. En What is Man? afirma que hasta
podría decirse que los animales son superiores moralmente a los hombres, porque el hombre puede ser
superior en cuanto que es capaz de conocer el mal, pero muestra su inferioridad porque, de hecho, lo
hace: "The fact that man knows right from wrong proves his intellectual superiority to the other creatures;
but the fact that he can do wrong proves his moral inferiority to any creature that cannot"1236. En un sentido
parecido se manifiesta Unamuno en Del sentimiento trágico de la vida, afirmando que sólo se da ese
sentimiento trágico cuando hay conciencia de la propia existencia, por ello, quizá la conciencia es una
muestra de debilidad: "...el hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o aun
cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad"1237.
En una carta de primeros de 1907 en contestación a J. Howard Moore, quien le regaló una copia de su
libro The Universal Kinship, Twain mostraba su desprecio a la moral juzgándola una creación social. El
hombre, dice el escritor, no ha evolucionado ni retrocedido en relación a sus milenarios antepasados
animales, pues, aunque nacemos provistos de un código moral intachable, después lo destrozamos:
hermanos en torno de sí y los empuja, a sangre fría y con pulso tranquilo, al exterminio de su especie. Es el único animal que
por un sueldo miserable entra en batalla, como hicieron los hessianos en nuestra revolución y como el joven Napoleón en la
guerra zulú, y ayuda a unos extraños a sacrificar a otros hombres que no le han hecho daño alguno y con quienes nada tiene
en contra (Collected tales, 1992b: 210).
1235 "Más allá del bien y del mal", sentencias 188 y 199 de la sección cuarta, en
http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/.
1236 El hecho de que el hombre distingue la verdad del error prueba su superioridad intelectual respecto a los otros seres; pero
el hecho de que puede obrar mal prueba su inferioridad moral con respecto a cualquier otro ser que es incapaz de ello (What
is man?, GUPj).
1237 Del sentimiento trágico, 2005: 116.
288
There is one thing that always puzzles me: as inheritors of the mentality of our reptile ancestors we
have improved the inheritance by a thousand grades; but in the matter of the morals which they left
us we have gone backward as many grades. That evolution is strange, and to me unaccountable and
unnatural. Necessarily we started equipped with their perfect and blemishless morals; now we are
wholly destitute; we have no real morals, but only as artificial ones –morals created and preserved by
the forced suppression of natural and hellish instincts. Yet we are dull enough to be vain of them.
Certainly we are a sufficiently comical invention, we humans1238.
Precisamente por su condición de pequeño salvaje ajeno en gran medida a la influencia social, Huck Finn
soslaya esa moral aprendida desde pequeño, que los niños de San Petersburgo asimilaban en la escuela
dominical a la que estaban obligados a acudir religiosamente (nunca mejor dicho) todas las semanas. Huck
miente para encubrir a Jim, el esclavo, y reflexiona sobre por qué ha mentido... porque no le inculcaron
debidamente esa moral desde niño: "and I see it warn't no use for me to try to learn to do right; a body
that don't get started right when he's little ain't got no show"1239. Y sigue su tribulación sobre si le hubiera
valido de algo obrar bien, es decir, denunciar al esclavo, para concluir que se sentiría igual de mal: "Well,
then, says I, what's the use you learning to do right when it's troublesome to do right and ain't no trouble
to do wrong, and the wages is just the same?" 1240 . Y la conclusión del vagabundo es contundente, "la
conciencia de uno no tiene sentido común", por eso afirma: "If I had a yaller dog that didn't know no more
than a person's conscience does I would pison him. It takes up more room than all the rest of a person's
insides, and yet ain't no good, nohow. Tom Sawyer he says the same"1241.
La mentira se convierte en este mundo en moneda de uso común, que los pícaros, (los supuestos rey y
duque), no cejan en usar como medio de pago a todos aquellos infelices que se cruzan en su camino,
suplantando a los hermanos de un difunto con escandalosos llantos. Este espectáculo hace avergonzarse a
1238 Hay una cosa que siempre me ha intrigado: como herederos de la mentalidad de nuestros antepasados reptiles hemos
mejorado la herencia por un millar de grados; pero en la cuestión de la moral que nos dejaron hemos retrocedido otros tantos
grados. Esa evolución es extraña, y para mí inexplicable y antinatural. Necesariamente empezamos equipados con una
perfecta e intachable moral; ahora estamos totalmente desamparados; no tenemos una moral real, solo una artificial, una
moral creada y preservada por la supresión forzosa de los instintos naturales e infernales. Sin embargo, somos lo
suficientemente torpes para envanecernos de ella. Ciertamente, los humanos somos una invención bastante cómica. Carta de
2 de febrero de 1907 (Letters, 1917: 804, 805).
1239 y veo que es inútil tratar de aprender a obrar bien; un individuo que no ha empezado bien desde pequeño no tiene
La conciencia ocupa más sitio que todo el resto de entrañas de uno, y además no vale para nada. Tom Sawyer es de la misma
opinión (Huck Finn, cap. 33, GUPj).
289
Huck de la raza humana: "It was enough to make a body ashamed of the human race"1242. La mentira está
íntimamente relacionada con la moral, en concreto con lo que llamamos doble moral, aquello de exigir a
los demás lo que debe ser, sin aplicarnos a nosotros el cuento. Al fin y al cabo, esta actitud no es sino
engañar no solo a los demás (cuando no creemos lo que predicamos), sino engañarnos a nosotros mismos,
cuando decimos creer en lo que no practicamos (el predicar y no dar trigo).
A esta doble moral, a esta hipocresía, llama Twain la "Conspiración Universal de la Mentira de la
Afirmación Silenciosa", que se puede resumir con las acertadas palabras del profesor Joaquín María
Aguirre: "Cuando algo malo sucede los buenos siempre estarán mirando hacia otra parte. Esto permite
mantener en pie la buena conciencia de los hombres" 1243 : ni el rey de Francia ni sus colaboradores
actuaron moralmente al mirar a otro lado cuando Juana de Arco es condenada acusada de un rosario de
falsedades. Y el hombre presume de haber sido hecho a imagen de Dios: "What a strange document that
was, and what an exhibition and exposure of the heart of man, the one creature authorized to boast that
he is made in the image of God"1244.
Otro personaje de Huckleberry Finn, la viuda de Douglas es un buen ejemplo de esta hipocresía. Prohíbe
fumar a Huck diciendo que está mal y, sin embargo, ella misma fuma rapé: "She said it was a mean practice
and wasn't clean, and I must try to not do it any more. That is just the way with some people. They get
down on a thing when they don't know nothing about it [...] And she took snuff, too; of course that was all
right, because she done it herself"1245. Con ironía encarna Twain también estas conductas hipócritas en las
hermanas del juez Driscoll, en Puddn´head Wilson, dos devotas presbiterianas, que reciben la aprobación de
la comunidad por su fervor: "their reward in clear consciences and the community's approbation" 1246 .
Unamuno es de la misma opinión, en palabras de Federico a Apolo, personajes de Amor y Pedagogía, en
plena discusión sobre el amor que ambos profesaban a Clarita: "Esa obligación del respeto a las vírgenes
hermosas sólo reza, como tantas otras cosas, con los demás..."1247.
1242 Fue suficiente para hacer que uno se avergüence de la raza humana (Huck Finn, cap. 24, GUPj)
1243 Aguirre, 1995.
1244 ¡Qué extraño documento era, y qué muestra y exhibición del corazón del hombre, la única criatura autorizada para
jactarse de que está hecha a imagen de Dios (Joan of Arc, lb. 3, cap. 13, GUPj).
1245 Decía que era una costumbre fea y sucia y que tenía que tratar de dejarlo. Eso es lo que les pasa a algunos. Le tienen
manía a cosas de las que no saben nada [...] Y además ella tomaba rapé; claro que eso le parecía bien porque era ella quien
lo tomaba (Huck Finn, cap. 1, GUPj).
1246 su recompensa en conciencias tranquilas y la aprobación de la comunidad (Pudd´nhead Wilson, 1980: 4).
1247 Amor y Pedagogía, 2008: 130.
290
Falso y egoísta es Tom Driscoll, quien, tras llevar toda una vida de comodidades suplantando al legítimo
heredero, siendo él el esclavo, se entera, gracias a las averiguaciones de Wilson con las huellas dactilares,
que él no es quien cree ser. Entonces, en vez de sentir empatía por el muchacho que durante tanto tiempo
ha vivido como un esclavo y al que ha tratado siempre despectivamente, personifica aquello de la paja en el
ojo ajeno: "It´s a sordid, selfish world, and I wish I was out of it"1248. Paradigma de falsedad es su "tío", el
juez Driscoll, reo de las apariencias sociales, quien al tener conocimiento de que Tom intentó convencer a
su (supuesto) padre (York Leicester) de que vendiera al (supuesto) esclavo, Chambers (que en verdad es
su hijo), lo compra él mismo para evitar el escándalo público: "he wanted to prevent the scandal –for public
sentiment did not approve of that way of treating family servants for light cause or for not cause"1249. La
misma educación tiene la Helena de la novela de Unamuno Abel Sánchez, cuando, presa del
convencionalismo social, declara a su nuera Joaquina que es imposible vivir sin respeto a las normas y
convenciones sociales: "Ese fingido desprecio a las buenas formas, a las conveniencias sociales. ¡Aviados
estaríamos sin ellas…! ¡No se podría vivir!"1250.
Las referencias de Unamuno al tema de los convencionalismos, en una España donde la fuerza de la
costumbre era aún casi más férrea que la ley, son profusas, como en Amor y Pedagogía, con el tema del "qué
dirán", cuando le dice el padre de Clarita: "La cuestión es que no digan" 1251 . O con la cuestión del
matrimonio, en la misma historia: "Para Carrascal llega la segunda batalla, la de si habrá de casarse por lo
religioso, transigiendo con el mundo"1252. Y en Niebla muestra también su confianza en que un día cambiará
la situación: "¡Vendrán tiempos ––exclamó don Fermín–– en que se disiparán los convencionalismos
sociales todos!"1253.
El autor de Tom Sawyer no confía en la moral humana, a la que considera una imposición social frente a
nuestros instintos naturales. Para el Twain de los últimos años, predominantemente pesimista, sólo es
posible una moral utilitarista que permita al ser humano satisfacer su propio ser, ya que, para él, el acto
humano debe hacer buena a la persona, en primer lugar: "must do him good, first", 1254 lo que sólo se
consigue cuando también consigue hacerle feliz: "From his cradle to his grave a man never does a single thing
1248 Es éste un mundo despreciable y egoísta, desearía no vivir en él (Pudd'nhead Wilson, 1980: 69).
1249 quería evitar el escándalo, pues la percepción pública no toleraba esa forma de tratar a los servidores de la familia sin
motivo o con uno de poco peso (Pudd'nhead Wilson, 1980: 22).
1250 Abel Sánchez, 2001: 164.
1251 Amor y Pedagogía, 2008: 135.
1252 Amor y Pedagogía, 2008: 54.
1253 Niebla, 1982: 96.
1254 debe producirle beneficio a él primero (What is man?, GUPj).
291
which has any FIRST AND FOREMOST object but one—to secure peace of mind, spiritual comfort, for
HIMSELF"1255.
Este punto de vista, en cualquier caso, no surge de la nada, pues Twain ya había expresado este concepto
veinte años atrás en su cuaderno de apuntes1256. Y para abundar en su idea, pone como ejemplo a los
filántropos. No es que hagan el bien por el bien mismo, sino que hacer el bien es su forma de ser felices,
porque les hace felices ver a otros felices. Otra cara de esta moral twainiana es la idea de que el ser
humano hace todo por satisfacer su propia conciencia, que de otro modo le resultaría molesta, como
ocurre en The Mysterious Stranger cuando los niños protagonistas de la historia, Nicolás, Seppi y Teodoro,
se enteran de la inminente muerte de su amigo Nicolás por boca de Satanás. Y así, una vez conocido el fatal
desenlace reflexionan sobre lo mal que se habían portado con él en el pasado y recuerdan así a amigos ya
muertos con los que se tenían que haber portado mejor:
incident after incident of our comradeship came thronging into my mind out of the past, I noticed
that they were mainly cases where I had wronged him or hurt him, and they rebuked me and
reproached me, and my heart was wrung with remorse, just as it is when we remember our
unkindnesses to friends who have passed beyond the veil, and we wish we could have them back
again, if only for a moment, so that we could go on our knees to them and say, "Have pity, and
forgive"1257.
Pese a estos principios, Twain, sin embargo, no es completamente pesimista, pues acepta la posibilidad de
que la condición humana pueda mejorar siempre dentro del límite que marca la autosatisfacción. Admite el
escritor en What is man?: "Diligently train your ideals upward and still upward toward a summit where you
will find your chiefest pleasure in conduct which, while contenting you, will be sure to confer benefits upon
1255 Siempre hará aquello que le proporcione la mayor satisfacción espiritual, porque ésta es la única ley de su vida (What is
man?, GUPj).
1256 "Is anybody or any action ever unselfish?" (¿Hay alguien o alguna acción que pueda ser desinteresada?), idea que
dicen los editores luego desarrolló Twain en su charla "What is a pine?" el 19 de febrero de 1883 en el Monday
Evening Club de Hartford y, posteriormente, en What is man? (Notebooks, 1975b: 498).
1257 Siempre que acudían en tropel a mi pensamiento desde el pasado los recuerdos de los incidentes de nuestra camaradería,
me fijaba en que, por lo general, se trataba de casos en que yo le había causado algún daño o algún menoscabo; esos
recuerdos constituían para mí una reprimenda y una censura; mi corazón sentíase retorcido por el remordimiento, lo mismo
que nos ocurre cuando nos acordamos de las desatenciones tenidas con amigos que pasaron al otro lado del velo, y que
nosotros desearíamos volver a tener a nuestro lado, aunque sólo fuese por un instante, para arrodillarnos ante ellos y decirles:
"Compadeceos y perdonad" (Mysterious Stranger, 1922: 90).
292
your neighbor and the community"1258. En cualquier caso, el escritor norteamericano desliga la felicidad de
la virtud1259.
Unamuno parece que coincide con Twain, en principio, con esta visión negativa de la moral, así cuando en
Amor y Pedagogía habla de Fructuoso, cuñado de Avito, afirma que el egoísmo es "el sentido común
moral"1260. Pero también el pensador español declara que la norma de conducta para regir la vida de uno
es la de dar lo mejor de sí mismo1261. Es decir, más que entender la moral como algo pernicioso, el filósofo
español relativiza algunas opiniones comunes afirmando como hace en Del sentimiento trágico de la vida que
la virtud no se basa en el dogma, sino al contrario, que "el que basa o cree basar su conducta -interna o
externa, de sentimiento o de acción- en un dogma o principio teórico que estima incontrovertible, corre
riesgo de hacerse un fanático, y, además, el día en que se le quebrante o afloje ese dogma, su moral se
relaja"1262.
El escritor vasco va más allá y se plantea si es válida nuestra vara de medir los actos como ajustados a la
virtud o no, pues, en el juicio de lo que es bueno y malo, a veces entra la malicia del que juzga: "¿La maldad
está en la intención del que ejecuta el acto o no está más bien en la del que lo juzga malo? ¡Pero es lo
terrible que el hombre se juzga a sí mismo, se hace juez de sí propio!"1263. Lo mismo afirma en la Vida de
Don Quijote y Sancho, con una idea que podría haber suscrito Twain como propia, para quien la moral era
algo meramente externo:
La mala intención de un acto ¿está en quien lo comete o en quien lo juzga? La horrible maldad de un
Caín o de un Judas ¿no será acaso condensación y símbolo de la maldad de los que han fomentado
sus leyendas? ¿No es la maldad nuestra lo que nos hace descubrir cuanto hay de malo en nuestro
hermano? ¿No es la paja que te anubla el ojo lo que te permite ver la viga del mío? Tal vez el
Demonio carga con las culpas de los que le temen..."1264.
nuestras vidas paralelas van a encontrarse: apunta a lo inasequible" ("Adentro", en OC, 2007: 314).
1262 Del sentimiento, 2005: 431.
1263 Del sentimiento, 2005: 416, 417.
1264 Vida de Don Quijote, 1998: 440.
293
Coincide Unamuno con Twain en la crítica de la doble moral, que el español llama fariseísmo. En su Vida de
Don Quijote, a propósito del episodio del encuentro de Don Quijote con el bandolero Roque Guinart, nos
dice:
Conviene, lector, te pares a considerar ésto de que nuestros preceptos morales y jurídicos hayan
nacido de la violencia y de que para poder matar una sociedad de hombres se haya dicho a cada uno
de éstos que no deben matarse entre sí, y se les haya predicado que no deben robarse unos a otros
para que así mejor se dediquen al robo en cuadrilla. Tal es el verdadero abolengo y linaje de nuestras
leyes y nuestros preceptos; tal la fuente de la moral al uso […] mientras los pueblos naciones que se
dicen llamados a cumplir el derecho y servir a la cultura y a la paz son sociedades fariseas1265.
El autor de Niebla se muestra pesimista al hablar de la ausencia de una moral basada en la preocupación por
el prójimo, que equipara a la "simpatía" darwiniana, y de la carencia de ésta entre los españoles. Es la
incapacidad para comprender y sentir al prójimo, respetándolo como es, y que lleva a relaciones de
banderías, según explica en un ensayo de 1895: "aquel absurdo de qui non et mecum, contra me est"1266. Esta
misma idea la repetiría quince años después en su pieza teatral El pasado que vuelve, que cuenta la historia
de cuatro generaciones de la familia Rodero, en la que el hijo, Víctor, no mantiene una buena relación con
su padre, Matías, hombre adinerado, hecho a sí mismo. Víctor, a su vez, tiene un hijo, Federico, afín al
abuelo, más conservador; al no congeniar este último con su padre, se repite la historia: el bisnieto,
también llamado Víctor, es afín a su abuelo. Amalia, la mujer de Víctor y nuera de Matías, le dice a su
marido: "quieres que todos piensen como tú, que todos obren como tú. Te falta caridad […] la caridad
consiste en comprender las faltas ajenas y perdonarlas"1267.
Sin embargo, el filósofo español se muestra optimista al confiar en una moral sin dogmatismos, que sea guía
de actuación por la cual nos merezcamos lo mejor. Así, en Del sentimiento trágico de la vida cita Unamuno al
Obermann, de Sénancour, y sus palabras evocan una moral de lucha, pero no de guerra: "El hombre es
perecedero. Puede ser, más perezcamos resistiendo, y si es la nada lo que nos está reservado, no hagamos
que sea esto justicia. Cambiad esta sentencia de su forma negativa en la positiva diciendo: "Y si es la nada lo
que nos está reservado, hagamos que sea una injusticia esto", y tendréis la más firme base de acción para
294
quien no pueda o no quiera ser un dogmático"1268. Hay, pues, en Unamuno, como en Twain, un resquicio
de confianza en mejorar la condición humana (aunque en este último parezca una opinión más pasajera).
Y, finalmente, el escritor vasco afirma lo que para él es el fundamento de moral más sólido: la moral
católica, pero no por sus normas o por sus dogmas, sino por su finalidad (por otra parte, igual a la finalidad
utilitarista que pregonaba Twain): la felicidad. Lo explica así: "El fin del hombre es la felicidad eterna, que
consiste en la visión y goce de Dios por los siglos de los siglos. Ahora, en lo que marra es en la busca de
los medios conducentes a ese fin; porque hacer depender la consecución de la felicidad eterna de que se
crea o no que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, y no sólo de Aquél, o de que Jesús fue Dios y
todo lo de que la unión hipostática, o hasta siquiera de que haya Dios, resulta, a poco que se piense en ello,
una monstruosidad"1269.
Maledicencia.
Un vicio del ser humano que llamó poderosamente la atención de Unamuno es el de la maledicencia.
Cómo estaría de extendido este vicio en la España finisecular que hasta un santo como su don Manuel,
cree antes en la maledicencia que en la maldad, según nos cuenta Ángela Carballino, diciéndonos que el
cura no cargaba contra nadie, ni "quería creer en la mala intención de nadie", pero sí "contra la mala
lengua"1270, por eso la animaba a leer para centrar su curiosidad en otras cosas que no fuesen los "chismes
y comadrerías del pueblo"1271. Twain tampoco pasa por alto este vicio, encarnado en la mujer con quien
topa Huck Finn cuando está huyendo: "She told about me and Tom Sawyer finding the six thousand dollars
(only she got it ten) and all about pap and what a hard lot he was, and what a hard lot I was"1272.
A lo largo de sus carreras, si por algo se destacaron ambos autores es por su pensamiento crítico. En
Unamuno fue obvio ya desde sus primeros ensayos. En Twain se manifestó con virulencia más adelante,
aunque estaba ya en sus primeras obras (The Gilded Age). A los dos autores mortifica en extremo la falta de
espíritu crítico, de discernimiento, la costumbre de asumir lo que se nos dice sin reservas, como le pasaba
historia de padre, y lo malo que era y lo malo que era yo (Huck Finn, cap. 11, GUPj).
295
a los compañeros de Juana de Arco en Domrémy: "and as they grew up they became properly stocked
with narrowness and prejudices got at second hand from their elders, and adopted without reserve; and
without examination also—which goes without saying"1273. Unamuno es más cortante con este tema y lo
enlaza con la estupidez del hombre, cuando afirma a través de su Don Sandalio: "no puedo tolerar la
tontería humana"1274.
Lo mismo expresa el escritor español, de manera muy gráfica, en "Almas de jóvenes", donde el autor
manifiesta su reticencia y repulsión a participar "casi a sabiendas, del coro de ocas" que baraja los juicios
ajenos1275; y en un ensayo de enero de 1905 se manifiesta de manera bastante radical, casi con un tono
soberbio del modo siguiente: "Me llega al alma el oír decir una tontería o una vaciedad a un prójimo, y
quisiera ir a él y quitarle aquella tontería de la cabeza, de cualquier modo, a golpes de maza, con violencia.
Sufro mucho, sufro mucho porque no puedo acudir a todas partes y discutir con todos y sacar del error a
todos los que en él se hallan"1276.
Hombre y sociedad.
En The Man that corrupted Hadleyburg es Jack Halliday, "el típico Sam Lawson"1277, amigo de los niños, de los
perros abandonados, pescador, cazador (es decir, al margen de la sociedad, como el pequeño Huck Finn),
quien ríe con risa homérica ante las estupideces y corrupciones de sus paisanos: "He went diligently about,
laughing at the town, individually and in mass. But his laugh was the only one left in the village: it fell upon a
hollow and mournful vacancy and emptiness. Not even a smile was findable anywhere"1278. De hecho su
risa es la única de ese pueblo lúgubre, en el que no podría localizarse siquiera una sonrisa en parte alguna.
En ambos autores podemos encontrar esa dicotomía entre naturaleza, como fuente de paz, como locus
amoenus, y sociedad, como lugar de la discordia, de las tentaciones. Así, Don Sandalio huye de la sociedad
("a los hombres más que los odio, los temo") aunque, he aquí una paradoja unamuniana, no puede evadirse
1273 Y al crecer se fueron pertrechando de prejuicios e intolerancias heredados de sus mayores y que adoptaban sin recelo y,
claro está, sin siquiera ponerlos en duda (Joan of Arc, lb. 1, cap. 1, GUPj).
1274 San Manuel Bueno, 1983: 66.
1275 OC, 2007: 627.
1276 "Los naturales y los espirituales" (OC, 2007: 724).
1277 Sam Lawson era un personaje de las obras de Harriet Beecher Stowe, de la que Twain fue vecino allá por los 70;
en una de las obras de Stowe, El fantasma del molino, Lawson es el que cuenta la historia (El hombre que corrompió a
Hadleyburg, 1997: 32).
1278 Iba decidido de un lado a otro, riéndose de la ciudad, individuo a individuo y en masa, pero su risa era la única que
quedaba en la aldea: cayó en medio de un vacío hueco y lúgubre Ni siquiera era fácil encontrar una sonrisa (The Man that
corrupted Hadleyburg, cap. 2, GUPj).
296
completamente de sus congéneres, "de sus tonterías, de su estúpida civilización", porque sigue siendo
hombre, "mucho más hombre de lo que me figuro", razón por la que no puede vivir lejor de su compañía.
En su retiro, el jugador de ajedrez Don Sandalio se vuelve parte de la naturaleza, se convierte en "otro
árbol más, un árbol humano, silencioso, vegetativo"1279. El ajedrecista hubiera sido feliz en las montañas
vascas, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Como dice Pachico Zabalbide, se siente el
"hondo sentimiento de libertad radical en las íntimas entrañas, la libertad de enajenarse en el ambiente,
quedando por él poseído"1280.
Afirma tajante Unamuno en Niebla que el "hombre nace bueno, es naturalmente bueno; la sociedad le
malea y pervierte..."1281. Como se ha dicho, lo mismo creía Twain. Sus personajes positivos, como Tom
Sawyer, son felices en esos entornos que implican lo natural y primitivo. Tom, en la isla de Jackson, en
medio del Mississippi, junto a sus dos amigos, Huck Finn y Joe Harper, afirma: "It seemed glorious sport to
be feasting in that wild, free way in the virgin forest of an unexplored and uninhabited island, far from the
haunts of men, and they said they never would return to civilization"1282.
La risa.
El hombre es el único animal que ríe. Pero esta risa puede ser catártica, liberadora del sufrimiento o la
pena, de felicidad, de burla o de condena. Para Unamuno la burla del hombre es más peligrosa que el
ataque de un animal, porque, como dice en la Vida de Don Quijote y Sancho, "en nada como en la burla se
conoce la maldad humana"; de hecho, puede considerarse al demonio "el gran burlador, el emperador y
padre de los burladores todos". Y cuando la risa demuestra la bondad, cuando es "santa y liberadora y, en
fin, buena, no es ella risa de burla, sino risa de contento"1283. La risa, queda claro, no implica necesariamente
alegría y Twain se ríe de los vicios humanos como un dios olímpico ante la deformidad del copero Hefesto.
Jack Halliday, el hombre "natural" y "asalvajado" del pueblo, como dijimos antes, no para de reírse de de
sus incorruptibles vecinos, como Satanás en The Mysterious Stranger, que se mofa de los comportamientos
humanos que observa por todos los sitios del mundo a donde viaja , llevando consigo a los niños del pueblo
una isla inexplorada y deshabitada, lejos de los lugares predilectos de los hombres, tanto que prometieron no regresar nunca a
la civilización (Tom Sawyer, cap.13, GUPj)
1283 Vida de Don Quijote, 1998: 380.
297
de Eseldorf: "Then he began to laugh in the most unfeeling way, and make fun of the human race, although
he knew that what he had been saying shamed us and wounded us"1284.
Y, en Unamuno, es constante la burla que (casi) todos los personajes hacen del propio Augusto, aun
implícita, pues resuena en la conciencia del protagonista de Niebla. Como la de su amigo Víctor cuando le
confiesa que está enamorado y luego, al sufrir el desengaño, le espeta: "Que no bromee, ¿eh? Pues
bromearé. Para estas ocasiones se ha hecho la burla". Y ante el plantón de Eugenia, que interpreta como la
mayor condena, pues no es la pérdida del amor lo que le duele, sino que "¡es la burla, la burla, la burla! Se
han burlado de mí, me han escarnecido, me han puesto en ridículo". El dilema es, al fin, "burlarse de otros
o ser burlado"1285.
Erostratismo.
Ya hablamos del egotismo de Unamuno, de su concepción del hombre como especie única. A Unamuno le
preocupaba la supervivencia de su yo, de su carne y su espíritu. Y, ante sus dudas, contempla, al menos, la
supervivencia de su nombre gracias a la fama, que no es sino vanidad o, incluso soberbia, por considerar
merecerse más que los otros esta recompensa. El autor español, especie de predicador laico, parece que
se transforma en el Ricardo que decíamos antes de "Una historia de amor", el chico que entra al convento,
pero no (o no sólo) por su fe, sino porque "trata de singularizarse; se cree superior a los demás y desdeña
a sus compañeros. Le molesta más la simplicidad virtuosa que el ingenio maligno. Ha llegado a confesar que
cree a los tontos peores que los malos"1286. El prior era consciente de estos anhelos que describe con
meridiana claridad: "Y luego no será el primero a quien la vocación teatral, obrando sobre ciertos
desengaños y sobre un fondo de religiosidad, no lo niego, ¿cómo he de negarlo?, le haya llevado al
claustro"1287.
Unamuno reconoce su propio defecto, el de la vanidad, en el Ricardo de su historia, quien en uno de sus
sermones decía: "pero es el egoísmo, hermanos y hermanas míos, es el triste y fiero amor propio el que
nos ciega para no ver el Amor que nos abraza y envuelve, para no sentirle […] ¡Qué torpe, qué egoísta,
qué mezquino es el hombre ¡Perdón!"1288. El rector de Salamanca habla también en otro lado de la soberbia
1284 Entonces él se echó a reír de la manera más insensible, y se burló de la raza humana, aunque sabía que lo que había
estado diciendo nos avergonzaba y hería (Mysterious Stranger, 1922: 110).
1285 Niebla, 1982: 165.
1286 San Manuel Bueno, 1983: 149.
1287 San Manuel Bueno, 1983: 150, 151.
1288 San Manuel Bueno, 1983: 159.
298
de los "humildes de profesión", pues humillarse "para ser ensalzado por haberse humillado, es la más
refinada soberbia"1289. Además, en su Diario íntimo afirma, hablando de la época en la que se creía el "centro
del Universo": "Dejo un nombre, ¿qué es más que un nombre? Qué seré más que los personajes ficticios que
he creado en mis invenciones? ¿Qué es hoy, en la tierra, Cervantes, más que Don Quijote?"1290.
Twain no estuvo nunca a lo largo de su carrera exento de sed de fama, de reconocimiento, y mostraba así
su satisfacción en carta a Oliver Wendell Holmes por un poema que le había dedicado en el periódico Critic
con motivo de su 50 cumpleaños: "I shall never be able to tell you the half of how proud you have made
me [...] And then the family: If I can convey the electrical surprise and gratitude and exaltation of the wife
and the children last night, when they happened upon that Critic where I had, with artful artlessness,
spread it open and retired out of view to see what would happen—well, it was great and fine and beautiful
to see, and made me feel as the victor feels when the shouting hosts march by"1291.
Igual que alcanzó fama el escritor estadounidense, el "Cabezahueca" Wilson de su novela homónima
obtiene, al final de la misma, el mejor premio que pueda merecer un hombre y que no es dinero ni posición
social, sino pasar de ser considerado un idiota a merecer el reconocimiento popular: "…and shout
themselves hoarse over every sentence that fell from his lips"1292. En Amor y Pedagogía, Fulgencio lo llama
la "enfermedad del siglo" y lo describe así: "Y, como no creemos en la inmortalidad del alma, soñamos en
dejar un nombre, en que de nosotros se hable, en vivir en las memorias ajenas" 1293 . Y es que, para
Unamuno, la naturaleza humana alberga el anhelo de la permanencia: "La esencia de un ser no es sólo el
empeño en persistir por siempre, como nos enseñó Spinoza, si no, además, el empeño por universalizarse,
es el hambre y sed de eternidad y de infinitud"1294.
Este ansia de reconocimiento esta íntimamente ligado a la soberbia, vicio humano del que el escritor vasco
se reconocía culpable y al que llamó "la enfermedad de Flaubert". Dice Unamuno que comprende el
sentimiento que dio lugar a la flaubertiana Bouvard y Pecuchet, sentimiento originado por una "lamentable
si pudiera transmitir la eléctrica sorpresa, gratitud y exaltación de esposa e hijos de anoche, cuando ellos conocieron la crítica
que tuve; se la enseñé y se la retiré de la vista rápido para ver qué pasaba y bueno, fue hermoso de ver, y me hizo sentir
como el vencedor se siente cuando desfila entre aclamaciones de sus paisanos (Letters, 1917: 466).
1292 ...y se quedan afónicas de alabar cada frase que sale de sus labios (Pudd'nhead Wilson, 1980: 14).
1293 Amor y Pedagogía, 2008: 145.
1294 Del sentimiento, 2005: 369.
299
facultad (une faculté pitoyable), la de ver la estupidez y no poder ya tolerarla"1295. El escritor español trataría
el tema en varios de sus ensayos, como "¡Ramplonería!" (1905), "Vulgaridad" (1911), "Un filósofo del
sentido común" (1912) o en "La locura del doctor Montarco", en la que habla de "tontería ambiente" 1296,
pero es en el artículo centrado en Flaubert donde reconoce abiertamente esta flaqueza que ya apunta
cuando habla de su rechazo a la muchedumbre, entendida como hombre masa, indicando que le ocurre lo
mismo que "al pobre Flaubert":
No puedo resistir la tontería humana, por muy envuelta en la bondad que aparezca. Dios me perdone
si ello es algo perverso, pero prefiero al hombre inteligente y malo al tonto y bueno [...] Antes
perdono una mala pasada que se me juegue que una ramplonería o una sonora vulgaridad que se me
diga como algo que vale la pena ser oído. La mediocridad y la rutina mentales me duelen hasta
físicamente1297.
300
3.- ¿QUÉ ES LA VERDAD?
Twain respondía a una pregunta que le hicieron en una entrevista en el Baltimore Star de 11 de junio de
1909 sobre la opinión general del público norteamericano de que él no creía en Dios, afirmando que "he
believed in a great intellectual force which ruled this great universe"1298. Dejaba con esto claro que no creía
que este gran mundo hubiera surgido por casualidad. Lo cierto, a diferencia de en Unamuno, es que la
religión no ocupa un lugar preeminente en la obra de Twain (otra cosa son las instituciones eclesiásticas,
como hemos visto en el capítulo II de este estudio). Si el destino del hombre le preocupaba mucho o poco
a Twain es algo que se llevó a la tumba y que, pese a sus advertencias1299, ni siquiera cien años después nos
ha desvelado.
Twain, sin embargo, vivió su infancia en un ambiente profundamente religioso. Ya indicábamos al hablar de
su vida que, aunque su padre era agnóstico y librepensador (y murió siendo aún joven cuando el escritor
tenía 12 años), su madre, ferviente devota cristiana (primero de la Iglesia Metodista y luego de la
Presbiteriana) le llevaba tanto a la "misa" como a la "escuela dominical" 1300, que tenía lugar antes de la
celebración de los domingos y donde los niños aprendían fragmentos enteros de la Biblia. De estos años
1298 creía en una gran fuerza intelectual que regía este gran universo (Twain, 2006: 686).
1299 The Chapters from the North American Review, 1990: XVIII.
1300 Emerson, 1988: 14.
301
parte el conocimiento profundo de Twain de las Sagradas Escrituras (al menos de su aspecto literal, que no
teológico), que demuestra en las profusas alusiones en su obras de pasajes y figuras bíblicas, como vimos en
el apartado dedicado a la influencia de la Biblia.
Fundamentalismo presbiteriano.
Se puede tener una idea del Dios del que hablaron a Twain viendo algún extracto de un catecismo
presbiteriano de 1864, A Short Catechism for Children, dirigido a jóvenes y adultos, que viene en forma de
pregunta-respuesta:
Q. Does your wicked heart make all your thoughts, words, and actions sinful? A. Yes; I do nothing
but sin. Q. Is your life very short, frail, and uncertain? A. Yes; perhaps I may die the next moment. Q.
What would become of you if you die in your sins? A. I must go to hell with the wicked. Q. Cannot
your good thoughts, words or actions recover you, by the covenant of works? A. No; everything I do
is sinful. Q. What are you then by nature? A. I am an enemy to God, a child of Satan, and an heir of
hell1301.
Esta idea de la fe como algo heredado, como algo aprendido a través de la familia y la escuela, no como una
opción, es reflejada por Twain en sus obras de modo negativo. En esta línea, en What is Man?, un diálogo
entre un hombre mayor y otro joven (en el que el anciano explica su filosofía), el viejo le cuenta al joven
una historia a propósito de la autosatisfacción de un infiel que convence a un niño poco antes de morir de
que su fe es falsa y entonces el niño "muere tristemente", perdidas sus creencias. La madre sufre por este
motivo, diciéndole al infiel: "Our faith came down to us through centuries of believing ancestors; what right
had you, or any one, to disturb it?"1302. El infiel se arrepiente del sufrimiento que ha causado a la familia, se
convierte al cristianismo y se hace misionero. Entonces le vuelve a pasar lo mismo con otro niño y otra
madre en un país pagano, que convierte al chico y sume en la tristeza a la familia, al ver truncada su fe de
generaciones.
1301 Pregunta: ¿Acaso tu retorcido corazón hace todos tus pensamientos, palabras y acciones pecaminosas? Respuesta: Sí, no
hago nada sin pecar. P: ¿Es tu vida muy corta, frágil e insegura? R: Sí, puede que muera en un instante. P: ¿Qué será de ti si
mueres en pecado? R: Iré al infierno con los condenados. P: ¿Acaso no pueden tus buenos pensamientos, palabras o acciones
salvarte por medio de las obras? R: No, todo lo que hago es pecado P: ¿Qué eres tú, entonces, por tu naturaleza? R: Soy un
enemigo de Dios, un hijo de Satán y heredero del infierno (Berkove, 2010: 8, 9).
1302 Nuestra fe nos venía de siglos de antepasados creyentes, ¿qué derecho tienes tú o tiene nadie a cuestionarla? (What is
man?, GUPj).
302
Religión como costumbre.
Con esta especie de parábola Twain quiere mostrar el sinsentido de las religiones, que todas creen poseer
la verdad. Al autor norteamericano le disgusta este hecho de aceptación incondicional de la creencia como
verdad, pero los hábitos, las tradiciones son difíciles de cambiar: "a thousand wild and tame religions, every
kind of government that can be thought of [...] each nation knowing it has the only true religion and the only
sane system of government, each despising all the others, each an ass and not suspecting it, each proud of
its fancied supremacy, each perfectly sure it is the pet of God, each without undoubting confidence
summoning Him to take command in time of war, each surprised when He goes over to the enemy, but by
habit able to excuse it and resume compliments"1303.
Algo similar puede decirse respecto a la adquisición de la fe religiosa que apunta en The Mysterious Stranger,
a propósito del "Dios proveerá" que repite la vieja Úrsula, el ama de llaves del padre Pedro, siempre con la
palabra Dios en los labios, pero que miente sin cesar y es capaz de pactar con el mismísimo diablo cuando
media el dinero, "but she said that from habit, for she was a good Christian"1304.
Esta idea de las religiones como poseedoras de la verdad repugnaba a Twain, atento a las consecuencias
nefastas de esta postura. Es lo que el enigmático anciano de War Prayer muestra a la feligresía de la iglesia:
que su oración no es sino una oración de guerra, es la justificación divina de las guerras, la guerra como
cruzada en nombre de Dios. El extraño de larga cabellera canosa dice a los fieles en la iglesia lo que con su
oración en realidad le están pidiendo al Señor, que no es sino exterminar al enemigo:
...O Lord our God, help us tear their soldiers to bloody shreds with our shells; help us to cover their
smiling fields with the pale forms of their patriot dead; help us to drown the thunder of the guns with
the shrieks of their wounded, writhing in pain; help us to lay waste their humble homes with a
hurricane of fire; help us to wring the hearts of their unoffending widows with unavailing grief; help us
to turn them out roofless with their little children to wander unfriended in the wastes of their
desolated land in rags and hunger and thirst, sports of the sun flames in summer and the icy winds of
winter, broken in spirit, worn with travail, imploring thee for the refuge of the grave and denied it —
1303 [Existen] un millón de religiones y toda clase de gobiernos […] todas las naciones lo saben y, sin embargo, aseguran tener
la única religión verdadera y el único sistema de gobierno sensato y cada una de ellas desprecia a las demás, cada una
orgullosa de su supremacía imaginaria, todas convencidas de que son las elegidas del Señor, pidiéndole a Dios que las dirija en
tiempo de guerra y todas se sorprenden cuando Éste se pasa al enemigo, pero por costumbre, todo lo justifican y siguen con
sus alabanzas (What is Man?, GUPj).
1304 pero lo dijo como producto de la costumbre, porque era una buena cristiana (Mysterious Stranger,1922: 39).
303
For our sakes who adore Thee, Lord, blast their hopes, blight their lives, protract their bitter
pilgrimmage, make heavy their steps, water their way with their tears, stain the white snow with the
blood of their wounded feet! We ask it, in the spirit of love, of Him Who is the Source of Love, and
Who is the ever-faithful refuge and friend of all that are sore beset and seek His aid with humble and
contrite hearts. Amen1305.
Este relato de Twain, War Prayer (Oración de guerra), se convirtió en un icono antibelicista muchos años
después de su publicación, especialmente en guerras como la del Vietnam. Esta idea de la religión
verdadera que todo lo justifica la había expresado ya antes en el ensayo "The Lowest Animal", donde
describe cómo el sentido religioso es una de las cosas que nos diferencian de los animales, para desgracia
de nuestros semejantes: "Man is the Religious Animal. He is the only Religious Animal. He is the only
animal that has the True Religion- several of them. He is the only animal that loves his neighbor as himself,
and cuts his throat if his theology isn’t straight"1306. Tanto es así que explica gráficamente lo que pasaría si
en una jaula encerraras a personas de diversas religiones:
...an Irish Catholic from Tipperary, and as soon as he seemed tame I added a Scotch Presbyterian
from Aberdeen. Next a Turk from Constantinople; a Greek Christian from Crete; an Armenian; a
Methodist from the wilds of Arkansas; a Buddhist from China; a Brahman from Benares. Finally, a
Salvation Army Colonel from Wapping. Then I stayed away two whole days. When I came back to
note results [...] there was but a chaos of gory odds and ends of turbans and fezzes and plaids and
1305 ...¡Oh Señor nuestro Dios, ayúdanos a destrozar a sus soldados y convertirlos en despojos sangrientos con nuestros
disparos; ayúdanos a cubrir sus campos resplandecientes con la palidez de sus compatriotas muertos; ayúdanos a ahogar el
trueno de sus cañones con los quejidos de sus heridos que se retuercen de dolor, ayúdanos a destruir sus humildes viviendas
con un huracán de fuego; ayúdanos a acongojar los corazones de sus viudas inofensivas con aflicción inconsolable; ayúdanos a
echarlas de sus casas con sus niñitos para que deambulen desvalidos por la devastación de su tierra desolada, vestidos con
harapos, hambrientos y sedientos, a merced de las llamas del sol de verano y los vientos helados del invierno, quebrados en
espíritu, agotados por las penurias, te imploramos que tengan por refugio la tumba que se les niega -por el bien de nosotros
que te adoramos, Señor-, acaba con sus esperanzas, arruina sus vidas, prolonga su amargo peregrinaje, haz que su andar sea
una carga, inunda su camino con sus lágrimas, ¡tiñe la nieve blanca con la sangre de las heridas de sus pies! Se lo pedimos,
animados por el amor, a Aquel quien es Fuente de Amor, sempiterno y seguro refugio y amigo de todos aquellos que padecen.
A Él, humildes y contritos, pedimos Su ayuda. Amén ("The War Prayer", en Collected tales, 1992b: 654, 655).
1306 El hombre es el animal religioso. El único animal religioso. Es el único animal que profesa la Religión Verdadera (varias de
ellas). Es el único animal que ama a su prójimo como a sí mismo y le corta la garganta si su teología no es la tradicional
(Collected tales, 1992b: 211).
304
bones and flesh not a specimen left alive. These Reasoning Animals had disagreed on a theological
detail and carried the matter to a Higher Court1307.
En esta línea argumenta Twain que el cristianismo es una religión contradictoria que, por un lado, predica
el "no matarás" y, por otro, anima a matar. Ejemplo de esta afirmación es el pasaje del capítulo quinto de
Tom Sawyer, donde el pastor dirige la plegaria dominical "for the oppressed millions groaning under the heel
of European monarchies and Oriental despotisms; for such as have the light and the good tidings, and yet
have not eyes to see nor ears to hear withal; for the heathen in the far islands of the sea" 1308 . Y, sin
embargo, paradójicamente, en el sermón se trataba de "limitless fire and brimstone and thinned the
predestined elect down to a company so small as to be hardly worth the saving"1309.
Twain se ocupa específicamente de su idea de la religión en su ensayo de 1890 titulado "Bible Teaching and
Religious Practice", en el que señala irónicamente cómo la religión siempre ha sido un elemento
fundamental en el desarrollo de la civilización y que lo seguirá siendo mientras no evolucionemos más:
Religion had its share in the changes of civilization and national character, of course. What share? The
lion’s. In the history of the human race this has always been the case, will always be the case, to the
end of time, no doubt; or at least until man by the slow processes of evolution shall develop into
something really fine and high -some billions of years hence, say1310.
1307 ...metes a un católico irlandés de Tiperary, a un escocés presbiteriano de Aberdeen, a un turco de Constantinopla, a un
cristiano griego de Creta, a un armenio, a un metodista de las tierras salvajes de Arkansas, a un budista de China, a un
bramán de Benarés, y a un coronel del Ejército de Salvación [una secta protestante] de Wapping. Déjalos ahí juntos dos días y
al volver verás un caos de turbantes, heces y huesos y carne y ni un especimen vivo. Estos animales racionales habían discutido
acerca de un matiz teológico y elevaron su disputa a una instancia más elevada (Collected tales, 1992b: 212).
1308 por los millones de oprimidos que gimen bajo el talón de las monarquías europeas y de los déspotas orientales; por los que
tienen ojos y no ven y oídos y no oyen; por los idólatras en las lejanas islas del mar (Tom Sawyer, cap. 5, GUPj).
1309 infinito fuego y llamas sulfurosas y se dejaban reducidos los electos y predestinados a un grupo tan escaso que casi no
parte? La del león. En la historia de la humanidad esto siempre ha sido así, siempre será así hasta al fin de los tiempos, no
hay duda; o, al menos, hasta que el hombre, mediante el lento proceso de la evolución se convierta en algo mejor y más
elevado -de aquí a unos cuentos billones de años, claro está- (Europe and Elsewhere, 1923: 387).
305
almacén de medicinas y a ésta como el modo de dispensarlas (lo que aparentemente no deja tampoco muy
bien a la Biblia). Afirma que el modo de usarla no ha sido el más adecuado durante años:
The Christian Bible is a drug store. Its contents remain the same; but the medical practice changes.
For eighteen hundred years these changes were slight -scarcely noticeable […] The stock in the store
was made up of about equal portions of baleful and debilitating poisons, and healing and comforting
medicines; but the practice of the time confined the physician to the use of the former; by
consequence, he could only damage his patient, and that is what he did1311.
Se refiere el escritor norteamericano a que la Biblia contiene dos clases de medicinas, las malignas y las que
dan consuelo, en una clara alusión, entiendo, al Antiguo (al menos a partes de él) y al Nuevo Testamento.
Sin embargo, Twain se fijaba habitualmente en la mala medicina, la del Antiguo, porque ya desde pequeño,
en la escuela dominical a la que acudía toda la familia -menos su padre, librepensador- se hablaba de ese
Dios irascible y vengativo que se vislumbra en ciertos libros de las Sagradas Escrituras1312. Emerson apunta
en su biografía del escritor que esta aversión por el cristianismo en el que fue educado data por lo menos
de sus días en San Francisco, y creció con las experiencias del Quaker City (el barco en el que viajó a
Tierra Santa). Esta actitud el escritot la ocultó durante una buena temporada, cuando estaba entrando en
una sociedad burguesa que abrazaba un protestantismo moderado, la sociedad de Hartford y para respetar
a su mujer Olivia (Livy), cristiana practicante1313. Twain presta atención al Antiguo Testamento porque no
entendía cómo podían ponerse de acuerdo dos dioses: uno bueno y uno malo (en el capítulo de la Biblia
hablábamos de la interpretación literal del libro sagrado que le enseñaron de pequeño). En este sentido
dejó escrito en su cuaderno de apuntes que
If Christ was God, He Is In the attitude of One whose anger against Adam has grown so
uncontrollable in the course of ages that nothing but a sacrifice of life can appease It, and so without
noticing how illogical the act Is going to be, God condemns Himself to death—commits suicide on
1311 La Biblia es una farmacia. Su contenido es siempre el mismo, pero la práctica médica cambia. Durante 1.800 años estos
cambios fueron sutiles, apenas visibles. Las existencias estaban formadas, a partes iguales, por venenos malignos y debilitantes
y por medicinas curativas y reconfortantes; pero la práctica de la época limitaba al médico al uso de las primeras; en
consecuencia, solo podía hacerle daño al paciente, que es lo que hizo (Europe and Elsewhere, 1923: 387, 388).
1312 Fisher Fiskin, 2002: 57.
1313 Emerson, 1988: 153.
306
the cross, and In this Ingenious way wipes off that old score. It Is said that the ways of God are not
like ours. Let us not contest this point1314.
A este Dios autoritario hace referencia Twain en varias de sus obras. En The Mysterious Stranger habla de un
Dios que "would not endure discontentment with His plans"1315, un ser superior que, según recuerda en
sus memorias con ironía, podía hacer pagar los pecados de un solo individuo a todos sus semejantes1316. En
su relato corto "As Concerns Interpreting The Deity", abunda en esta cuestión, señalando el carácter
vengativo de Dios, cuya ira, cosa de la Providencia, recae en esta ocasión en dos nobles que echaron a
unos monjes de sus monasterios para convertir los edificios en fortificaciones:
Robert Marmion, issuing forth against the enemy, was slain under the walls of the monastery, being
the only one who fell, though he was surrounded by his troops. Dying excommunicated, he became
subject to death everlasting. In like manner Earl Godfrey was singled out among his followers, and
shot with an arrow by a common foot-soldier. He made light of the wound, but he died of it in a few
days, under excommunication. See here the like judgment of God, memorable through all ages!1317.
El escritor estadounidense pintó en su cuaderno de apuntes un detallado retrato del Dios en el que
creía1318, un Dios que desde luego no es para Twain el que anuncia Jesucristo, pues dice que si pudiera
haber un Dios "no existiría pecado alguno imperdonable […] no llevaría en su corazón espíritu de venganza
[…] no existiría el infierno…". Describe a este Dios en el que cree o, mejor, en el que quiere creer como
"el único creador y único origen de los pensamientos […] no es celoso, trivial, ni ignorante ni vengativo
[…] y su verdadero carácter está escrito en la Naturaleza y su historia […] El Libro de la Naturaleza nos
dice claramente que Dios no se preocupa lo más mínimo por nosotros […] nos dice que Sus leyes causan
1314 Si Cristo fuera Dios, su actitud sería la de Alguien cuya ira hacia Adán ha crecido tan incontrolada durante generaciones
que nada salvo el sacrificio de una vida pudiera apaciguarle, y esto por no hablar de lo ilógico que dicho acto sería: Dios
condenándose a sí mismo a morir -cometer suicidio en la cruz- y de este ingenioso modo borrar de un plumazo esa antigua
muesca. Se dice que los caminos del Señor no son como los nuestros. No discutamos este extremo (Ensor, 2011: 91).
1315 no tolera que nadie esté descontento de sus planes (Mysterious stranger, 1922: 4).
1316 Hablando de su despido del periódico, recordaba que en los tiempos bíblicos "si un hombre cometía un pecado,
el exterminio de toda la nación circundante –ganado incluido- era más que probable" (Autobiografía, 2004: 170).
1317 Robert Marmion, preparándose para arremeter contra el enemigo, fue asesinado bajo las murallas del monasterio, siendo
el único que cayó, pese a estar rodeado por sus tropas. Al morir excomulgado, estaba sujeto al castigo eterno. De modo
similar, Earl Godfrey fue señalado entre sus seguidores y disparado con una flecha por un soldado raso. No le dio importancia
a la herida y murió excomulgado en unos pocos días. ¡Vemos aquí el juicio de Dios, memorable a través de los años! (What is
man?, GUPj).
1318 Las tres erres, 1975: 197-199.
307
dolor, penas y sufrimientos, pero no dice que tales cosas se hagan para que Él pueda complacerse en estas
miserias"1319.
El mismo Dios implacable aparece el sermón del anciano en "War Prayer": "Sunday morning came — next
day the battalions would leave for the front; the church was filled [...] The service proceeded; a war
chapter from the Old Testament was read; the first prayer was said; it was followed by an organ burst that
shook the building, and with one impulse the house rose, with glowing eyes and beating hearts, and poured
out that tremendous invocation: God the all-terrible! Thou who ordainest, Thunder thy clarion and
lightning thy sword!"1320. En "Reflections on Religion", publicado más de 50 años después de su muerte
(1963), mostraría el escritor norteamericano su cara más rabiosa e irascible frente a ese Dios de dos caras,
"vindictive, unjust, ungenerous, pitiless and vengeful", donde tacha de falsedades desde el diluvio hasta la
Inmaculada concepción1321.
Unamuno también sabía de ese Dios fiero que, según él, invocan las clases dominantes para amansar a los
dominados, para los que la religión es una suerte de ideología, como señaló con ocasión de los Juegos
florales de Palencia en marzo de 1913: "De esta concepción ha nacido ese Dios policía y ese infierno que
las clases dominantes oponen como débil dique que saltará la corriente…De ese modo han tratado de
contener a los humildes diciéndoles: "Resignaos a vivir sin riquezas, que hay otro mundo donde las hallaréis
todas" y añaden: "pero éste, por lo pronto, es para nosotros""1322.
Twain entendía la religión como experiencia individual y no colectiva, organizada por una Iglesia. Bajo el
influjo de William James, del que ya hemos hablado, para el escritor norteamericano lo importante de la
religion no es su dimensión institucional, sino su capacidad de satisfacer a la propia conciencia: "It is agreed,
in this country, that if a man can arrange his religion so that it perfectly satisfies his conscience, it is not
1319 Vemos cómo ignora Twain las diferencias entre catolicismo (tiene el sacramento de la penitencia, luego es
posible el perdón) y las corrientes protestantes (en la mayoría de ellas no existe dicho sacramento).
1320 Llegó el domingo por la mañana. Al día siguiente los batallones partirían hacia el frente; la iglesia estaba a rebosar [...] El
servicio religioso continuó. Se leyó un capítulo del Antiguo Testamento sobre la guerra y se rezó la primera plegaria, seguida de
un estallido del órgano que sacudió el edificio. Y de un impulso la congregación se levantó con brillo en los ojos y latidos en el
corazón: "¡Dios Todopoderoso! ¡Tú que ordenas, el trueno es tu trompeta y el rayo tu espada!" (Collected tales, 1992b: 652,
653).
1321 Lemaster, 2013: 64.
1322 Crisis, 1975: 259.
308
incumbent upon him to care whether the arrangement is satisfactory to anyone else or not"1323. Por eso,
concluye Twain, la religión debe ser algo individual, no impuesto por una fuerza coercitiva institucional.
Pero aunque el autor estadounidense cargó duramente contra las religiones institucionalizadas, como vimos
al final del capítulo II, muy puntualmente reconoce que podría ser injusto equiparar la religión con la
actuación de sus miembros. Por ejemplo, ante la defensa que Tom hace de las Cruzadas en Tom Sawyer
Abroad, Huck le responde: "Religious to go and take the land away from people that owns it?". A lo que
Tom replica: "Certainly; it's always been considered so". Y es el negro Jim quien, moviendo la cabeza de
lado a lado cierra la cuestión: "Mars Tom, I reckon dey's a mistake about it somers—dey mos' sholy is. I's
religious myself, en I knows plenty religious people, but I hain't run across none dat acts like dat"1324.
Unamuno expresa un planteamiento similar y sigue a Kierkegaard al afirmar que la clave para saber cuál es
el Dios verdadero es la voluntad: si un hombre reza a un ídolo con toda su pasión y otro insinceramente a
Dios, es más Dios verdadero el primero1325. Para el escritor español cree más en Dios aquel que lo tiene
en cuenta en su vida aunque no lo pueda concebir con la inteligencia, "que aquel otro que está convencido
lógicamente de que existe" y solo lo usa "para justificar su culto a la mentira"1326. Y reafirma esta idea su
San Manuel en la confesión con Lázaro: "¿Religión verdadera? Todas las religiones son verdaderas en cuanto
hacen vivir espiritualmente a los pueblos que las profesan, en cuanto les consuelan de haber tenido que
nacer para morir, y para cada pueblo la religión más verdadera es la suya, la que le ha hecho"1327.
Depende, pues, para el pensador español, la sinceridad religiosa de la relación del hombre concreto con
Dios, no con la sociedad o la Iglesia. Es lo que le escribe a Timoteo Orbe en carta de 14 de enero de
1902: "La Iglesia como institución social jerarquizada debe morir; eso es una concepción romana, es decir,
anticristiana. La religión ha de ser algo individual, íntimo, el modo como sintamos, no pensemos, nuestro
propio destino individual. La religión debe encerrarse no en las iglesias como usted quiere sino en las
conciencias y reinar en ellas y vivificarlas y darlas fe y esperanza"1328. Y apunta este individualismo cristiano
como rasgo de la identidad de Occidente: "A todo esto nos dicen que desaparecerán juntos el cristianismo
y la civilización occidental o grecorromana y que vendrá por el camino de Rusia y del bolchevismo otra
309
civilización o, como quiera llamársela, una civilización asiática, oriental, de raíces budistas, una civilización
comunista. Porque el cristianismo es el individualismo radical"1329.
Coincide, como vimos, Unamuno con James en su concepto individualista de la religión, y además, en un
elemento crucial: la creencia en Dios como productor de inmortalidad. Para el escritor español la
pervivencia es el eje de toda religión. Como apunta en Del sentimiento trágico de la vida, en cierta ocasión le
planteó a un campesino la hipótesis de que existiera un Dios que rige tierra y cielo, Conciencia del
Universo, pero que no por ello el alma del hombre fuese inmortal. Y el agricultor le contestó: "Entonces,
¿para qué Dios?"1330.
Mark Twain, en cambio, delezna la moral y le repele porque la entiende como algo social, relacionado con
la religión institucionalizada. En concreto, sus múltiples referencias irónicas hablan de principios calvinistas
(el presbiterianismo y metodismo de su infancia, parten ambas del tronco común del calvinismo) como la
doctrina de la predestinación1332, "Providencia", dice el escritor, que invoca en muchas de su obras. Como
en su Huckleberry Finn: "Sometimes the widow would take me one side and talk about Providence in a way
to make a body's mouth water; but maybe next day Miss Watson would take hold and knock it all down
again. I judged I could see that there was two Providences, and a poor chap would stand considerable
la salvación eterna y otros para la condenación eterna, Jesús solamente murió por los elegidos. En este sentido, el
Catecismo de la Iglesia Católica dice que Dios no predestina a nadie a ir al infierno y que para que eso suceda es
necesaria una aversión voluntaria a Dios, un pecado mortal, y persistir en él hasta el final.
310
show with the widow's Providence, but if Miss Watson's got him there warn't no help for him any
more"1333. Es decir, que si era la viuda la que le hablaba, parece que a Huck le esperaba el Paraíso, sin
embargo, para la señorita Watson no tenía otro destino más que la condenación eterna.
La divina Providencia.
A lo largo de su obra cumbre se refiere una y otra vez a la Providencia con ironía, como cuando los dos
pillos, el Rey y el Duque, deciden mantener el engaño de hacerse pasar por los hermanos del difunto, pues
es cosa de su destino divino y "no hay mejor solución" ("I've tried 'em all, and ther' ain't no better way"); o
como cuando Huck entiende en toda su amplitud la magnificencia de la voluntad divina:
And at last, when it hit me all of a sudden that here was the plain hand of Providence slapping me in
the face and letting me know my wickedness was being watched all the time from up there in heaven,
whilst I was stealing a poor old woman's nigger that hadn't ever done me no harm, and now was
showing me there's One that's always on the lookout, and ain't a-going to allow no such miserable
doings to go only just so fur and no further, I most dropped in my tracks I was so scared1334.
Twain habla con sorna y recurrentemente de las "providencias especiales", expresión calvinista que se
refiere a la voluntad de Dios respecto al destino del hombre, y que no solo es de carácter general, sino
que se centra "en todo cuanto creó, hasta en el más pequeño pajarito del mundo"1335. En la especie de
libreta donde Wilson apuntaba sus ocurrentes frases (su "calendar"), el protagonista de la obra homónima
afirma a este respecto, haciendo referencia al pasaje del Libro de los Reyes en el que unos niños que se
burlan del profeta Eliseo por ser calvo son despedazados por dos osos después de que el profeta clamara
la ira de Dios sobre ellos: "There is this trouble about special providences –namely, there is so often a
doubt as to which party was intended to be the beneficiary. In the case of the children, the bears and the
1333 A veces la viuda me llevaba aparte y me hablaba de la Providencia de tal forma que se le haría la boca agua a cualquiera,
pero al día siguiente la señorita Watson cogía y decía cosas que lo aplastaban todo otra vez. Juzgué que, según yo podía ver,
había dos providencias y que un hombre tipo saldría bastante bien librado con la Providencia de la viuda, pero que, si la
Providencia de la señorita Watson le agarraba, ya no tendría remedio jamás (Huck Finn, cap. 3, GUPj).
1334 Y, por fin, cuando de repente me di cuenta del todo de que era la mano de la Providencia que me daba en la cara y me
decía que mi maldad era algo conocido de siempre allá en el cielo, porque le había robado su negro a una pobre vieja que
nunca me había hecho nada malo, y ahora me demostraba que siempre hay Alguien que lo ve todo y que no permite que se
hagan esas maldades más que hasta un punto determinado, casi me caí al suelo del miedo que me dio (Huck Finn, cap. 31,
GUPj).
1335 Calvino, Instituciones, lb. I, cap. 16.
311
prophet, the bears got more real satisfaction out of the episode than the prophet did, because they got the
children"1336.
El escritor yanqui ironiza con la presencia de la Providencia en su propia vida, como cuando recuerda su
despido del periódico en el que trabajó durante su estancia en San Francisco: "por mi educación
presbiteriana, estaba yo seguro de que el Morning Call se había echado el desastre voluntariamente encima.
Yo conocía los caminos de la Providencia y tenía la certeza de que esta ofensa no tardaría en ser
contestada […] y yo sabía, por mi formación religiosa, que el castigo siempre cae sobre el inocente […]
sería el periódico el que algún día sufriría las consecuencias del crimen de Barnes [director y propietario
del periódico]"1337. Y también al recordar la historia de unos caníbales que se comieron a un misionero y a
su esposa, cuyos parientes dijeron que se trató de un accidente: "no hay tal accidente, es una providencia
especial […] ordenado por un poder más sabio que nosotros, y siempre es por una buen causa"1338.
Pero donde aparece con más frecuencia esa mención a la Providencia, es en The Mysterious Stranger,
primero de manera irónica, pero hacia el final tratando de racionalizar el concepto, señalando que todo lo
que le ocurre al hombre no tiene por qué ser cosa de la predestinación. Con humor trata el tema en el
episodio en que el padre Pedro encuentra su bolsa, antes vacía, llena de monedas de oro, por obra y gracia
de Satanás: "Father Peter told the whole circumstance just as it happened, and said he could not account
for it, only it was the plain hand of Providence, so far as he could see. One or two shook their heads and
said privately it looked more like the hand of Satan; and really that seemed a surprisingly good guess for
ignorant people like that"1339. Así, frente al crédulo sacerdote, las gentes piensan que ha sido el diablo, pero
más crédula aún es su sobrina, que confía en que para la Providencia divina nada es imposible: "Marget
knew that nothing was impossible to Providence, but she could not help having doubts that this effort was
from there, though: he was afraid to say so, lest disaster come of it [...] By the time Gottfried arrived
a él, era obra de la mano de la Providencia. Hubo una o dos personas que movieron la cabeza y dijeron en privado que
aquello parecía más bien obra de Satanás; ciertamente que para tratarse de gentes tan ignorantes, era aquel un barrunto
sorprendentemente exacto (Mysterious Stranger, 1922: 32).
312
Providence was established, unshakably intrenched, and getting all the gratitude"1340. Unamuno también se
refirió en alguna ocasión de manera irónica a este concepto1341.
Pero, como decíamos, según avanza la historia de The Mysterious Stranger parece Twain quitarse esa pesada
losa heredada de su infancia de una fe que no comprendía, ni le daba respuestas, ni le hacía feliz, y contesta
así a través de su alter ego, Satanás, a la pregunta del niño Teodoro: "Does God order the career?
Foreordain it? No. The man’s circumstances and environment order it. His first act determines the second
and all that follow after"1342. No es casualidad que la respuesta sea a un niño, uno de los colectivos que aún
creía en ese destino divino, pues como recordaba el escritor norteamericano en su Autobiografía, "el
proverbio dice que la Providencia protege a los niños y a los idiotas"1343.
Más que un descreído, parece muchas veces que Twain se siente abandonado por Dios, ignorado por él,
como si pensara que al Creador no le preocupaba. En su cuaderno de apuntes de los años 1886 y 1887
señala que le asquea el concepto de providencia especial pues implica que el ser humano se da una
importancia que no tiene, cuando la realidad es que los seres humanos no son para la divinidad sino "blood-
corpuscles ebbing & flowing through the arteries of God, & we but animalculae that infest them [...] disease
them, pollute them: & God does not know we are there, & would not care if he did"1344. Dice Twain en ese
apunte de su libro de notas que el concepto de Providencia especial le repugna, pues implica, la
"importance of mankind & triviality of God"1345.
En su relato "3.000 years among the microbes", de 1905, se manifiesta en términos muy similares, diciendo
que el hombre no es sino un microbio dentro de un mundo que es como un glóbulo rojo que circula por
1340 Margarita sabía que nada es imposible para la Providencia, pero no podía evitar que la asaltasen ciertas dudas de que
este esfuerzo viniera de allí, aunque sentía miedo de decirlo, por temor a que se produjera un desastre [...] Para cuando llegó
Godofredo a la casa ya había quedado establecido que la cosa era obra de la Providencia; no había posibilidad de echar de su
posición a la Providencia, y era ésta la que se ganó todo el agradecimiento (Mysterious Stranger, 1922: 64).
1341 "¡Admirables son los caminos de la Providencia!" ("Un pobre hombre rico o El sentimiento cómico de la vida"
circunstancias y el medio en que un hombre se encuentra. Su primer acto determina el segundo y todos los que vienen
después (Mysterious Stranger, 1922: 82).
1343 Autobiografía, 2004: 178.
1344 glóbulos rojos que fluyen por las arterias de Dios y nosotros microbios que las infestan [...] que las enferman y contaminan
y Dios no sabe que estamos ahí y no le importaría si lo supiera (Notebooks, 1979: 246, 247).
1345 importancia de la humanidad y la trivialidad de Dios (Notebooks, 1979: 246, 247).
313
las venas de Dios1346. En "The Second Advent", historia que cuenta la segunda venida del Mesías a un
pueblo de Arkansas, el escritor describe las desastrosas consecuencias de los milagros hechos por sus
discípulos y presenta a un Dios para el cual las tribulaciones humanas son una nimiedad y que, en caso de
que fuera consciente de las oraciones de la gente, intervendría de forma catastrófica para la humanidad1347.
Esta idea de Twain de la insignificancia de los hombres para Dios nos recuerda a algún pasaje del Antiguo
Testamento que el escritor pudiera haber tomado al pie de la letra, como el del capítulo 7 del Libro de Job,
cuando en el versículo 16 exclama: "Yo no viviré eternamente: déjame solo, porque mis días son un
soplo"1348. Es lo mismo que dice el Libro de los Salmos: "El hombre es semejante a un soplo, y sus días son
como una sombra fugaz"1349. O en el capítulo 15 de Job cuando afirma que "si Dios no se fía ni siquiera de
sus santos y el cielo no es puro a sus ojos, ¡cuánto menos ese ser abominable y corrompido, el hombre,
que bebe como agua la iniquidad!"1350.
Unamuno también alude en alguno de sus escritos a esta desigual relación entre hombre y Dios. En Niebla,
por ejemplo, los personajes son para Unamuno lo que él siente que es para Dios, algo insignificante, cuya
opinión no cuenta. Así le dice a Augusto: "Lo tengo ya escrito y es irrevocable; no puedes vivir más. No sé
qué hacer ya de ti. Dios, cuando no sabe qué hacer de nosotros, nos mata. Y no se me olvida que pasó por
tu mente la idea de matarme..."1351. En Del sentimiento trágico de la vida, hace una referencia a Micromegas, de
Voltaire, cuando habla de una fantasía supuesta por alguien, "filósofo o poeta", en la "que somos los
hombres a modo de glóbulos de sangre de un Ser Supremo, que tiene su conciencia colectiva personal, la
conciencia del universo"1352. Concepto análogo al de la gran fuerza intelectual de Twain que veíamos al
comenzar este apartado, al que llama también el estadounidense "Master and Maker of all things"1353.
En el apartado sobre el contexto histórico en los Estados Unidos nos referimos a la gran ola de
inmigrantes católicos llegada al país, que propició entre los estadounidenses protestantes una cierta
xenofobia por considerar que la fidelidad de los católicos a la Iglesia (en el fondo un gran poder terrenal)
314
podía afectar al poder del estado. Estaba además, el tema de la competencia laboral que suponían estos
inmigrantes. Desde los púlpitos de las distintas iglesias reformadas los clérigos pusieron en cuestión el
patriotismo de estos inmigrantes y azuzaron el miedo a una posible dominación extranjera1354. Twain no
fue ajeno a esta tendencia y con apenas 20 años dejaba clara su repulsión por la religión romana en una
carta al periódico de su hermano Orion, el Muscatine Journal, de 16 de febrero de 1855: "A new Catholic
paper (bad luck to it) is also soon to be established, for the purpose of keeping the Know Nothing Organ
straight"1355. El propio Orion escribió un editorial en su periódico titulado "Wherever there is Catholic
rule, there is blight"1356.
Durante su viaje a Tierra Santa se cruzó con católicos de diferentes países de los que dejó una imagen
negativa en su obra The Innocents Abroad. A los católicos portugueses les tacha de ignorantes: "The good
Catholic Portuguese crossed himself and prayed God to shield him from all blasphemous desire to know
more than his father did before him"1357. Y de crédulos, al hablar de su visita a una catedral de los jesuitas de
200 años de antigüedad donde había una reliquia, una astilla verdadera de la Santa Cruz, según Twain: "But
these confiding people believe in that piece of wood unhesitatingly"1358.
Sin embargo, con el paso de los años fue superando en cierta medida estas reticencias al punto de que,
según cuenta su hija Clara en su libro My Father, Mark Twain, en la última etapa de su vida (cuando su hija
Jean entró en un convento para tratarse de epilepsia) mostró un cambio de actitud radical, afirmando sobre
el catolicismo que "doubtless the most peace giving and restful of all the religions" y "If I ever change my
religion I shall change to that"1359.
Este cambio se puede apreciar en alguna de sus obras, como The Mysterious Stranger, en que el personaje
probablemente más bondadoso e inocente de toda la obra, el padre Pedro, es un sacerdote católico. Su
interés por el catolicismo, que suponemos influyó en este cambio de punto de vista, se puede apreciar en
sus cuadernos de apuntes, cuando ya a principios de los 80 del siglo XIX mostraba interés por libros
más de lo que sus padres supieron antes que ellos (Innocents abroad, 1984: 44).
1358 pero esa gente confiada creía en ese trozo de madera sin reservas (Innocents abroad, 1984: 45).
1359 Lemaster, 1993: 132.
315
escritos por religiosos católicos 1360 . También a finales de siglo le cautivó la figura de Juana de Arco,
principalmente por el personaje histórico, evidentemente, pero imaginamos que el estudio concienzudo
que hizo de la época y de la santa, le sirvieron para ver que no todo eran sombras (como la del tribunal
que juzga severamente a la doncella de Orleans) en la religión católica.
Unamuno fue educado en el catolicismo desde niño. Conocía perfectamente la Biblia, como Twain, y sus
obras están llenas de referencias a las Sagradas Escrituras1361. Decíamos al hablar de su biografía que se crió
en una ambiente profundamente religioso, tanto en casa como en el colegio. El vasco, sin embargo, no
conservaría incólume la fe de su infancia durante toda su vida. Ya en su segundo curso en la universidad, en
Madrid, el curso 81-82, tuvo su primera crisis de fe, pasando de la fe del carbonero a una fe que contaba
con la razón, de creer en "el Dios sombrío, triste, estrecho, celoso y que todo lo quería para sí y solo
daba lágrimas y penas" a uno "sereno, grande, que abraza todo"1362.
Quizás Twain se quedó en este Dios del Antiguo Testamento de los tiempos mozos del escritor español y,
en vez de avanzar hacia el del Nuevo, optó por apartarse de la religión cristiana. En Unamuno esa fe se fue
extinguiendo en los años siguientes fruto del "intelectualismo", de la excesiva confianza en la razón, que
negaba, por no poder demostrarla, la fe católica en la que fue educado. Eran sus años de estudiante en
Madrid, en los que deja de ir a a misa "a fuerza de intimar y racionalizar mi fe en puro buscar bajo la letra
católica el espíritu cristiano" 1363 . Pasó el tiempo y el autor de Niebla sufrió la archiconocida crisis de
18971364. En esta crisis tuvo gran relevancia la enfermedad de su hijo Raimundín, sintiendo el autor una
cierta culpa por lo que le pasaba a su hijo y apuntando a que podía ser consecuencia de su alejamiento de la
1360 El 20 de enero de 1882 Twain apunta el título del libro The Apparitions & Miracles at Knock.. La religiosa Hermana
Mary Francis Clare habla en este libro de sus visiones de la Virgen, San José y San Juan acaecidas en la localidad
irlandesa de Knock entre 1879 y 1880, donde supuestamente se produjeron cientos de milagros (Notebooks, 1975b:
476).
1361 En San Manuel Bueno, v. gr., los ejemplos son continuos, pues se refiere al conocido pasaje de Isaías que
recuerda que los caminos del Señor son inescrutables, al hablar del antiguo novio a quien convence Don Manuel para
que se case con su ex novia, que ha tenido un hijo y le reconozca como suyo. Pasado el tiempo, cuando queda
paralítico, este hijo "de otro" es su único consuelo (San Manuel Bueno, 1988: 72). Las comparaciones entre el párroco
y Moisés son frecuentes, como cuando le califica de "desfallecido caudillo [cuyo pueblo toma] en hombros [...] para
meter su cuerpo sin vida en la tierra de promisión" (San Manuel Bueno, 1988: 75).
1362 Rabaté, 2009: 62.
1363 Salcedo, 1970: 45.
1364 Para un estudio detallado de la crisis de 1897, ver Rivera de Ventosa , 2013, y Zubizarreta, 1958, entre otros.
316
fe1365. En su pieza teatral El pasado que vuelve expresa este sentimiento de manera evidente, cuando Víctor
le dice a Amalia: "Estamos soñando […] Dios castiga en los hijos las culpas de sus padres"1366.
En esos días agónicos para Unamuno, en los que se siente morir, reza buscando encontrar la fe de su
infancia y comienza a escribir (marzo de 1897) un diario1367. En estas notas, publicadas años después bajo el
nombre de Diario íntimo, describe el escritor la pérdida de su fe de antaño: "Con la razón buscaba un Dios
racional, que iba desvaneciéndose por ser pura idea, y así paraba en el Dios Nada á que el panteísmo
conduce [...] Y no sentía al Dios vivo, que habita en nosotros, y que se nos revela por actos de caridad y no
por vanos conceptos de soberbia1368 [...] He llegado hasta el ateísmo intelectual, hasta imaginar un mundo
sin Dios..."1369. Le angustia especialmente el egotismo y la soberbia con la que ha actuado, al preocuparse
solo por su perpetuación a través de la fama: "Me he pasado los días en juzgar a los demás y en acusar de
fatuidad a casi todo el mundo. Yo era el centro del Universo, y es claro, de aquí ese terror a la muerte.
Llegué a persuadirme de que muerto yo se acababa el mundo"1370.
Una persona muy importante para Unamuno durante su crisis fue el padre Juan José Lecanda, que fue su
director espiritual durante su etapa como congregante en la Congregación de San Luis Gonzaga de Bilbao,
de la que el escritor fue secretario. Al padre Lecanda le trasladaron al Oratorio de San Felipe Neri, en
Alcalá de Henares y, aunque a partir de ese momento la relación Lecanda-Unamuno cambió (también se
distanciaron al ingresar don Miguel en el Partido Socialista), no rompieron la amistad ni el contacto. Tal es
así que la primera ayuda por carta de la que se tiene constancia, tras la angustiosa noche del 21 al 22 de
marzo de 1897, es la del Padre Lecanda, que le anima a pasar con él, en Alcalá de Henares, sus vacaciones
de Semana Santa1371. En la carta le habla como un médico a su paciente, imponiéndole deberes y solicitando
la colaboración de su mujer para cumplir lo prescrito:
1365 Coincide lo que manifiesta Antonio Saldován Ullán respecto a la importancia de la enfermedad de Raimundín
(meningitis tuberculosa y posterior hidrocefalia) como detonante de la crisis de 1897, con lo manifestado por
Timoteo Orbe en la carta que le escribió a Unamuno el 27 de junio de 1897, en la que le hablaba de esa muerte
lenta, pausada, que se lleva el fruto del amor (Chaguaceda, 2005: 56).
1366 OC, 1996: 187.
1367 Salcedo, 1970: 90.
1368 Diario, 1970: 15.
1369 Diario, 1970: 29.
1370 Diario, 1970: 36.
1371 Chaguaceda, 2005: 59.
317
Entre tanto prohibición absoluta y terminante de ponerte a pensar sobre la situación de tu espíritu y
de estudiar y de escribir de nada. Pasea mucho con tu mujer y tus chicos, date a ellos y procura
distraerte, aunque, dado tu carácter taciturno, te costará hacerlo. Cuando me escribas acusando
recibo de ésta, que tu mujer escriba comprometiéndose a darme noticia de si cumples lo que te
prescribo1372.
Algunos críticos señalan que la crisis marcó un punto y aparte en las creencias del escritor español. Otros,
como María Zambrano, con la que coincido, piensan más bien que fue una especie de catarsis en la que
finalmente aceptó ser como era. Dice la filósofa que fue "una crisis un tanto singular. Pues que don Miguel,
aunque respirara el aire del positivismo, del escepticismo, del racionalismo, nunca estuvo muy sumergido
en ninguna de esas atmósferas, que para él eso fueron, y nada más. Nunca fue Unamuno un ideólogo. Y lo
que la crisis marca […] es una especie de aceptación, un paradójico decidirse a sufrir lo que ya era y en él
vivía"1373. Unamuno, sin embargo, no dejaba de hablar en su Diario íntimo de que llegó a la crítica situación
por el excesivo uso de la lógica: "Perdí la fe pensando mucho en el Credo y tratando de racionalizar los
misterios y de entenderlos de modo racional y más sútil"1374, escribe, señalando cuál es la verdadera vía
para conocer la verdad: "La oración es la única fuente de la posible comprensión del misterio"1375. Nunca
antes que en su crisis sintió tan vivamente su mortalidad, sensación que le acompañaría el resto de su vida:
"Hay que estar repitiendo de continuo el memento mori", decía el autor1376.
Cristiano heterodoxo.
El profesor Nelson Orringer afirma que el Unamuno inmediatamente posterior a la crisis dudaba entre
catolicismo ortodoxo y protestantismo liberal 1377 . Efectivamente, hubo gente que tachó al rector de
Salamanca de protestante, cosa que él nunca aceptó, incluso antes de su crisis, y en carta de 13 de
noviembre de 1893, indica que "aunque creo que no soy católico ni protestante, el protestantismo me es
simpático pues creo que a pesar suyo ha cumplido un gran progreso y ha sido el paso de la antigua fe a otra
más íntima, la muerte de la Iglesia como institución política y la transferencia de lo religioso a la conciencia
privada"1378.
318
Repite aquí la idea anteriormente expuesta de que la religión es una experiencia individual. Tras la crisis,
Unamuno se reafirma en el gusto tan suyo de huir de las etiquetas: "Yo que soñé con una labor silenciosa y
terca, de pensador solitario y hasta de benedictino laico y librecreyente (no digo libre pensador), me veo
metido en el barullo de la lucha, en el tráfago del combate. Y no hay más remedio; hay que pelear y en la
pelea desparramarse, prodigarse, acudir a todas partes, agitar más que enseñar. Tengo que esparcir mi alma
así y no recogerla para embotellarla en uno o varios libros"1379. Habla el filósofo español de su deseo de
silencio, trabajo, ocultamiento; y es que a lo largo de su vida no dejaría de repetir la anécdota que le
ocurrió siendo muy joven y que le causó una impresión imborrable: el mensaje divino, la llamada de Dios
para que evangelizara a la gente. Unamuno lo tomó inicialmente como una señal para ordenarse sacerdote,
dudó y finalmente entendió el llamamiento a su manera: pasaría toda la vida dando sermones, pero sin usar
un púlpito. El episodio, que usaría el escritor en varias de sus obras1380, se lo refirió don Miguel a su amigo
Pedro Jiménez Ilundain en carta de 25 de marzo de 18981381:
Hace muchos años ya, siendo yo casi un niño, en la época en que más imbuido estaba de espíritu
religioso, se me ocurrió un día, al volver de comulgar, abrir al azar un Evangelio y poner el dedo
sobre algún pasaje. Y me salió éste: "Id y predicad el Evangelio por todas las naciones". Me produjo
una impresión muy honda; lo interpreté como un mandato de que me hiciese sacerdote. Mas, como
ya entonces, a mis quince o dieciséis años, estaba en relaciones con la que hoy es mi mujer, decidí
tentar de nuevo y pedir aclaración. Cuando comulgué de nuevo, fui a casa, abrí otra vez, y me salió
este versillo, el 27 del capítulo IX de S. Juan: "Respondióles: Ya os lo he dicho y no habéis atendido,
¿por qué lo queréis oír otra vez". No puedo explicarle la impresión que esto me produjo. […] En
mucho tiempo repercutió la sentencia en mi interior y el recuerdo de aquellas palabras me ha guiado
siempre1382.
Misión laica.
La figura de sacerdote laico la refleja Unamuno en alguna de sus obras, como "El maestro de Carrasqueda",
cuyo personaje principal parece un antecedente de San Manuel Bueno, pues hace de su oficio una misión
vital, cuyo objetivo es, a diferencia de don Manuel -quien quiere infundir en su pueblo la esperanza en el
de 1903, casi 5 años después, se explaya de nuevo extensamente sobre el asunto (Cartas, 1972: 290).
1382 Epistolario americano, 1996: 48.
319
más allá-, "mondarles el cuerpo y la mente", educarles para que sean "como el grano de trigo que al caer y
morir en la tierra da fruto"1383.
Y es que Unamuno no se ciñó a dogmas de fe, sino que interpretó siempre la religión a su manera, en una
búsqueda incesante para desentrañar el misterio de la existencia y, en particular, de la supervivencia tras la
muerte. De aquí que afirmara en el ensayo que tituló muy gráficamente "Mi religión" aquello de que "mi
religión es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, aun a sabiendas de que no he de encontrarlas
mientras viva; mi religión es luchar incesante e incansablemente con el misterio; mi religión es luchar con
Dios desde el romper del alba hasta el caer de la noche, como dicen que con Él luchó Jacob"1384. En este
artículo reitera la idea que acabamos de apuntar sobre el encasillamiento1385, añadiendo su desprecio por
los radicalismos religiosos y por las ortodoxias: "En el orden religioso apenas hay cosa alguna que tenga
racionalmente resuelta, y como no la tengo, no puedo comunicarla lógicamente, porque sólo es lógico y
transmisible lo racional. Tengo, sí, con el afecto, con el corazón, con el sentimiento, una fuerte tendencia al
cristianismo sin atenerme a dogmas especiales de esta o de aquella confesión cristiana. Considero cristiano
a todo el que invoca con respeto y amor el nombre de Cristo, y me repugnan los ortodoxos, sean
católicos o protestantes —éstos suelen ser tan intransigentes como aquéllos— que niegan cristianismo a
quienes no interpretan el Evangelio como ellos"1386.
¿Qué es Dios?
¿Creía entonces Unamuno en Dios? Al pensador español le preguntaron en una ocasión si creía en la
existencia de Dios, a lo que contestó que, antes de responder, le dijeran qué significaba "creer", qué
significaba "existir" y qué significaba "Dios"1387.
Dejando aparte la hermenéutica de estos términos lo que sí dijo el filósofo en 1907, en plena madurez, fue
lo siguiente: "Nadie ha logrado convencerme racionalmente de la existencia de Dios, pero tampoco de su
no existencia; los razonamientos de los ateos me parecen de una superficialidad y futileza mayores aún que
los de sus contradictores. Y si creo en Dios, o, por lo menos, creo creer en Él, es, ante todo, porque
pueda descansar el espíritu en su pereza. Y ni esto quieren, sino que buscan poder encasillarme y meterme en uno
de los cuadriculados en que colocan a los espíritus, diciendo de mí: es luterano, es calvinista, es católico, es ateo, es
racionalista, es místico, o cualquier otro de estos motes…" (Mi religión, 1986:11).
1386 Mi religión, 1986: 11.
1387 González Egido, 1987: 23.
320
quiero que Dios exista, y después, porque se me revela, por vía cordial, en el Evangelio y a través de Cristo
y de la Historia. Es cosa de corazón"1388.
Refleja en esta cita Unamuno, por un lado, su falta de confianza en la razón para afirmar la existencia de
Dios, su agnosticismo, que, como señala Julián Marías, "domina gran parte" 1389 de su obra; por otra, la
voluntad de creer. Estos dos puntos los cumple su "Caín", que ante la pregunta de Antonia, su mujer, sobre
si cree en Dios, le contesta inicialmente: "¿Yo?...¡No lo sé!"1390. Después su voluntad da el primer paso: "¿ y
qué es creer en Dios? ¿Dónde está Dios? ¡Tendré que buscarle!"1391. Y finalmente, hablando con Abel, que
lo tacha de reaccionario (pues ha empezado a ir a misa), le reconoce: "Necesito creer"1392. En el mismo
sentido habla el pobre Avito Carrascal en Niebla (personaje también de Amor y Pedagogía) cuando
hablando con Augusto del trágico final de su hijo le confiesa: "No sé si creo o no creo; sé que rezo. Y no sé
bien lo que rezo"1393.
Querer creer.
Pero para el hombre Miguel la religión es necesaria para poder vivir. Un ejemplo ilustrativo es la anécdota
que le ocurrió con un cofrade sevillano durante una procesión de Semana Santa, y que refiere en carta a
Spiros Melas de 15 de abril de 1936:
Este año, en esas procesiones de Sevilla –a que ha asistido un ministro sevillano, ni católico, creo, ni
creo que cristiano– se ha dado el caso de salir de debajo del paso de la Macarena un obrero
encapuchado diciendo: "soy comunista pero al que falta a mi Virgen lo mato" […] Fue Lenin el que
repetía que la religión es el opio del pueblo. Toda religión, sí, la cristiana y la marxista, que lo es. El
pueblo necesita para poder vivir poder dormir –y soñar- (la vida es sueño) y para ello opio. Opio
deísta u opio ateísta ¿qué más da?1394.
Unamuno estaba ayuno de fe o al menos eso creía él y por eso cifraba su esperanza en la voluntad, quería
creer y no dejaba de repetirse a sí mismo que la fe "no es en su esencia sino cosa de voluntad, no de
321
razón, como creer es querer creer, y creer en Dios ante todo y sobre todo es querer que el alma sea
inmortal, pero quererlo con tanta fuerza que esta querencia, atropellando a la razón, pasa sobre ella. Mas
no sin represalia"1395. Por eso don Miguel no cejaba de repetir (unido en espíritu con Blas Pascal) el "creo,
Señor, ayuda a mi incredulidad"1396 del padre del hijo endemoniado de la Biblia. Es una cuestión de amor,
dice el escritor, pues "creemos que [Dios] existe por querer que exista", pero un sentimiento quizás
recíproco, añade anhelante, pues la fe nazca "acaso también del amor de Dios a nosotros" 1397. Y reitera una
y otra vez Unamuno lo de que la experiencia de fe es algo individual, que no debe estar sometido a la
autoridad de terceros, con su célebre "¡Creer lo que no vimos, no!, sino creer lo que no vemos!"1398.
Sin poder afirmarse (ni siquiera él mismo) si creía o no, algo si está claro: quería creer. Su San Manuel
encarna a la perfección también las dos ideas que comentamos. Ideas entrelazadas, porque solo el que no
cree que se pueda verificar el objeto de la fe, necesita de la voluntad para alcanzarla. Y el sacerdote, mar de
dudas sobre lo que predicaba al pueblo, quería creer, aunque parece que no lo consiguió finalmente.
¿Cómo explicar si no el ahínco con el que el párroco animaba a creer a Lázaro, el hermano de Ángela y
cómo negaba estar fingiendo la fe?: "¿Fingir?, ¡fingir no!, ¡eso no es fingir! Toma agua bendita, que dijo
alguien, y acabarás creyendo"1399. Y es que no finge el que predica creer en algo que anhela (aunque no lo
crea). Quizás porque en el fondo ansiaban creer, Lázaro y San Manuel al final sí creyeron, en la forma que
señala Ángela: "Y ahora, al escribir esta memoria, esta confesión íntima de mi experiencia de la santidad
ajena, creo que Don Manuel Bueno, que mi san Manuel y que mi hermano Lázaro se murieron creyendo no
creer lo que más nos interesa, pero sin creer creerlo, creyéndolo en una desolación activa y resignada"1400.
Cinco años antes de la publicación de su San Manuel Unamuno mostraba su ansia de fe en una carta de
pésame a la viuda de su buen amigo Enrique Areilza, de 23 de junio de 1926: "Y a usted, señora y amiga,
¿qué más le he de decir? Para mí quisiera yo la fuente de consuelo de que Vd. dispone. Solo le pido que
alguna vez al recuerdo del que fue compañero de su vida, su hombre, una el recuerdo de este su amigo que
tantas veces con él asomó al brocal del misterio sin fondo, y que cuando pida por su descanso, pida alguna
vez, una migajita siquiera, por mi descanso también…"1401.
322
El buen pastor.
El pastor que fue Don Manuel para Ángela Carballino no lo llegó a ser el reverendo Joseph H. Twichell
para Samuel Clemens, aunque a éste le atraía el cristianismo que predicaba su amigo clérigo en los
sermones: el humanismo cristiano que encarnaba lo mejor de la dignidad humana y la virtud ética1402. Pese a
esa atracción, Twain no llegó a comulgar con los principios cristianos. De hecho, el clérigo se deshizo de
alguna carta que le envió su amigo y que, de caer en otras manos, podían interpretarse como blasfema 1403.
No fue a Twichell al único al que escribió misivas similares, pues a su íntimo William Dean Howells
también le habló en los mismos términos de odio a las religiones1404.
De todos modos, al poco de conocerse, Twain y Twichell tuvieron una gran sintonía personal, en la que
seguramente tuvo que ver la tolerancia del pastor, que durante la guerra de Secesión había sido capellán de
un regimiento de soldados de origen irlandés (mayoritariamente católicos), siendo él protestante 1405 .
Durante la época de su noviazgo parece que el escritor se propuso cumplir los cánones que la familia de su
prometida, muy religiosa, exigía al pretendiente. No sabemos si fue un paripé o el buen talante del
reverendo, pero lo cierto es que durante el cortejo, Twain, que estuvo muy próximo a Twichell, llegó a
mostrarse confiado en que en un futuro podría encontrar la paz en la creencia en Jesucristo1406. En esta
línea apunta una carta que le escribe a su novia de marzo de 1869, pidiéndole que "you must lead, till the
films are cleansed from my eyes & I see the light. Thenceforward we will journey hand-in-hand. Hand in
hand till we emerge from the twilight of Time into the fadeless lustre of Eternity"1407. ¿Eran ganas de creer,
como Unamuno?
ya tocaba a su fin (tras 4 meses), le confiesa sus sensaciones sobre su buen amigo y colega George Washington
Cable: "You will never, never know, never divine, guess, imagine, how loathsome a thing the Christian religion can be
made until you come to know and study Cable daily and hourly […] in him and his person I have learned to hate all
religions. He has taught me to abhor and detest the Sabbath-day and hunt up new and troublesome ways to dishonor
it" (Nunca sabrás ni adivinarás o llegarás a imaginar lo odiosa que la religión cristiana puede llegar a ser tras conocer y
estudiar a Cable a diario [...] en él y su persona he aprendido a odiar todas las religiones. Él me ha enseñado a aborrecer y
detestar el Sabath y a averiguar nuevas y pesadas formas de deshonrarlo (Letters, 1917: 450).
1405 Messent, 2003: 369.
1406 Messent, 2003: 377, 378.
1407 debes llevarme, hasta que la películas caiga de mis ojos y vea la luz. A partir de entonces viajaremos de la mano. De la
mano hasta que salgamos de la penumbra del tiempo hasta el brillo indeleble de la Eternidad (Messent, 2003: 375).
323
Guardando las apariencias.
Parece que la intención le duró poco, a tenor de lo que cuenta el hijo de Twichell; a pesar de estar
acudiendo a los servicios religiosos, no parecía Twain muy creyente, pues cuando alguna vez durmieron en
el mismo cuarto, "Uncle Mark" ("Tío Mark"), como le llamaba el retoño del pastor protestante, se
arrodillaba junto a él antes de irse a la cama, pero no rezaba: "When he and I have been off together and
sleeping in the same room, Uncle Mark always knelt with me in the evening when I prayed for the families
and in the morning repeated the Lord's prayer for me. When it was time for our prayer he would say,
"Come on Joe.""1408. Con el paso del tiempo, la presencia del clérigo fue solo una válvula de escape de su
ira y descontento, llegándole a escribir poco después de la muerte de su esposa "that there is no God & no
universe"1409.
Así las cosas, el escritor norteamericano se limitaba muchas veces a representar un papel en el Hartford
donde vivía1410 (como Don Manuel en San Martín de Castañeda, en San Manuel). Bien sea por fingimiento,
bien porque, como Unamuno, no gustaba de clasificaciones, lo cierto es que Twain, como señala el crítico
Berkove, se definió indistintamente a lo largo de su vida como cristiano, deísta o determinista; pero lo que
no puede dudarse es que la doctrina calvinista asimilada en su infancia siguió siempre presente en su vida
de un modo u otro1411. Esta influencia no consistió en una aceptación de tales principios, sino -tal y como
veíamos antes hablando de la Providencia- en una ocasión para la crítica y la parodia, especialmente
respecto al concepto de la predestinación y la lectura literal de la Biblia. El escritor, con el evolucionismo
darwinista en mente, como señalábamos en el primer epígrafe de este capítulo, y con el conocimiento de la
Alta crítica alemana de la Biblia1412, puso su foco en el Génesis, del que habla en muchas de sus obras,
especialmente en The diaries of Adam and Eve (Los diarios de Adán y Eva) o en su Letters from the Earth (Cartas
desde la Tierra).
de la familia, como decíamos en el capítulo II, en el apartado de biografías (Fisher Fiskin, 2002: 25).
1411 "Twain variously called himself a deist, a Christian and a secular determinist, but the persistent presence in his
Works of religious contexts in which God, a surrogate with divine powers, or "chance" manipulated the actions and
destinies of humans suggests that twain was never fully successfull of freeying himself of Calvinist doctrine"
(Lemaster, 1993: 304) .
1412 Fisher Fishkin, 2002: 75.
324
La religión, material del humor de Twain.
Como decíamos, en Huckleberry Finn habla con ironía de la Biblia, pero de un modo sutil, por ejemplo,
cuando hace chascarrilllos a cuenta de un tenor bíblico: "whoever give to de po' len' to de Lord, en boun'
to git his money back a hund'd times"1413. Balum, sin embargo, el negro del que habla Jim, no recibió nada
después de entregar los diez centavos a los pobres. E igualmente, cuando hablan Jim y Huck sobre las
estrellas: "We had the sky up there, all speckled with stars, and we used to lay on our backs and look up at
them, and discuss about whether they was made or only just happened. Jim he allowed they was made, but
I allowed they happened; I judged it would have took too long to make so many"1414.
En Letters from the Earth (Cartas desde la Tierra), el desterrado Satanás escribe a sus ex compañeros Gabriel
y Miguel. La historia bíblica de la creación sale de la pluma de Twain bañada de ironía, e incluso sarcasmo,
pues afirma sobre la lectura literal de la Biblia: "Also it has another name -The Word of God. For the
Christian thinks every word of it was dictated by God [...] It is full of interest. It has noble poetry in it; and
some clever fables; and some blood-drenched history; and some good morals; and a wealth of obscenity;
and upwards of a thousand lies"1415. Y señala sobre la creación que la Biblia nos dice que el universo se hizo
"¡en seis días!", aunque no lo llamo así, porque ese nombre es "moderno" y que en un solo día hizo 20
millones de soles y 80 millones de planetas. Tampoco se olvida de mencionar a los primeros hombres de la
creación, lanzando un dardo a propósito del interés de Dios de mantener al hombre ayuno de
conocimiento: "Presently a serpent sought them out privately, and came to them walking upright, which
was the way of serpents in those days. The serpent said the forbidden fruit would store their vacant minds
with knowledge. So they ate it, which was quite natural, for man is so made that he eagerly wants to know;
whereas the priest, like God, whose imitator and representative he is, has made it his business from the
beginning to keep him from knowing any useful thing"1416.
1413 quien da a los pobres presta al señor, y sin falta recibirá su dinero de vuelta multiplicado por cien (Huck Finn, cap. 8,
GUPj).
1414 El cielo estaba allí arriba, todo salpicado de estrellas, y solíamos tirarnos en el suelo a mirarlas y discutir acerca de si se
hicieron o no únicamente por casualidad. Jim creía que alguien permitió que se hiciesen, y yo que habían aparecido sin más;
estuve pensando que habría llevado mucho tiempo hacer tantas (Huck Finn, cap. 19, GUPj).
1415 Se la conoce también por otro nombre: la Palabra de Dios. Pues los cristianos creen que cada palabra del libro fue dictada
por Dios, Ése del cual les he hablado. Este es un libro de un interés extraordinario, colmado de noble poesía, que contiene
varias fábulas agradables, algunas historias sanguinarias, uno que otro buen consejo moral y una increíble cantidad de
obscenidades. Contiene además no menos de mil mentiras (Letters from The Earth, 1962: 20).
1416 Poco después, una serpiente los buscó a solas, y se dirigió hacia ellos caminando erguida, como era la costumbre de las
serpientes en esos días. La serpiente les aseguró que el fruto prohibido llenaría de conocimiento sus vacías mentes. Así que
comieron, lo que era natural pues el hombre está hecho de tal manera que siempre está ansioso de saber, a diferencia del
sacerdote, erigido como representante e imitador de Dios, cuya tarea desde el primer momento fue evitar que aprendiera algo
útil (Letters from The Earth, 1962: 22).
325
Y así sigue con Caín y Abel, señalando que tuvieron descendencia con sus hermanas; con Noé, que dejó
fuera del Arca a los dinosaurios, y que, ya navegando, se dio cuenta de que le faltaba una mosca a por la
que volvió: "the fly was found at last, and received on board with hymns of praise and gratitude" 1417 .
También se burla de alguno de los mandamientos, como el de no cometer adulterio, diciendo que se
extiende a todo el mundo, pero que no es justo, puesto que para los más mayores no supone en realidad
carga alguna: "Poor old wrecks, they couldn't disobey if they tried"1418.
Como nos podemos imaginar por lo ya señalado, esta ácida crítica no hubiera sido soportable para la
familia de Twain, por lo que esta obra, escrita en los últimos años de su vida, cuando mueren varios de sus
familiares y Twain siente más que nunca al Dios castigador del Antiguo Testamento, no fue publicada hasta
después de su muerte. Tras su crisis financiera y la muerte de su hija Susy, especialmente, el creador del
Yankee no encontraba ningún consuelo ni sentido en la religión cristiana. En su cuaderno de notas de 1897
afirma en tono serio: "Christianity will doubtless still survive in The earth ten centuries hence – stuffed & in
a museum", y en tono jocoso: "Saint Francis of Asis said all saints can do miracles, but few of them can
keep hotel"1419. Casi un cuarto de siglo antes, en las anotaciones que hizo al libro History of Europen Morals
from Augustus to Charlemagne, el escritor mostraba ya su ironía escribiendo esta paradoja: "If I have
understood this book aright, it proves two things beyond shadow or question: 1: That Christianity is the
very invention of Hell itself; 2 & that Christianity is the most precious and elevating and ennobling boon
ever vouchsafed to the world"1420.
Ya antes, en la década de los ochenta, Twain, en su Huck Finn, había asegurado que rezar no funciona; no
pasaba nada cuando Miss Watson llevaba a Huck a rezar: "Then Miss Watson she took me in the closet and
prayed, but nothing come of it. She told me to pray every day, and whatever I asked for I would get it. But
it warn't so. I tried it. Once I got a fish-line, but no hooks. It warn't any good to me without hooks"1421.
Aunque más adelante en la historia, en plan irónico, el muchacho reconoce que una hogaza de pan que
bajaba flotando por el río y gracias a la cual palió el hambre, debió bajar por las plegarias de la viuda o el
párroco: "I says, now I reckon the widow or the parson or somebody prayed that this bread would find
1417 se encontró por fin a la mosca, que fue recibida con himnos de alabanza y gratitud (Letters from The Earth, 1962: 30).
1418 Pobres viejos desgastados, aunque lo intentaran no podrían desobedecerlo (Letters from The Earth, 1962: 40).
1419 Notebooks, Microfilms del Mark Twain Project, Cuaderno nº 41, enero-julio de 1897.
1420 Fisher Fishkin, 2002: 55.
1421 Después la señorita Watson me llevó al gabinete a rezar, pero no pasó nada. Me dijo que rezase todos los días y que
todo lo que pidiera se me daría. Pero no era verdad. Lo intenté. Una vez conseguí un sedal para pescar, pero sin anzuelos. Sin
anzuelos no me valía para nada (Huck Finn, cap. 3, GUPj).
326
me, and here it has gone and done it. So there ain't no doubt but there is something in that thing—that is,
there's something in it when a body like the widow or the parson prays, but it don't work for me, and I
reckon it don't work for only just the right kind" 1422 . En The Man that Corrupted Hadleyburg alude
irónicamente al padrenuestro en ese pueblo corrompido que cambió la plegaria del "no nos dejes caer en
la tentación" a "déjanos caer en la tentación"1423.
Deísmo.
Hasta los últimos años de su vida se guardó de publicar apenas nada que supusiera una crítica insoportable
a la religión de la sociedad en la que vivía, y limitó sus desahogos a un cajón bajo llave o a su
correspondencia privada, como cuando le confesó a su hermana que era un "descreído absoluto" 1424 ,
postura que reiteraría muchos años después, con el cambio de siglo1425. Desde antes de su boda, Twain
mostraba sus dudas respecto a la fe de su infancia, escribiéndole a su prometida Livy: "Did Christ live 33
years in each of the millions & millions of worlds that hold their Majestic courses above our heads? Or was
a small globe the favored one of all? Does one apple in a vast orchard think as much of itself as we do?"1426.
Según su biógrafo Everett Emerson1427, ya desde los primeros años en Hartford empezó a creer en una
especie de deísmo, postura religioso-filosófica según la cual Dios es el creador del mundo, su primera
causa, pero no interviene en el devenir de la humanidad, que se rige por leyes naturales. Thomas Paine y su
The Age of Reason supusieron un gran influjo en el pensamiento de Twain en este sentido1428.
Esta tendencia deísta la señala el autor en su Autobiografía, diciendo que el hombre tiene que obedecer la
ley de la naturaleza, "que es la ley de dios"1429. El escritor pudo buscar con esta idea una justificación para
un mundo que no alcanzaba a comprender bajo los parámetros de la religión aprendida en su infancia. Esta
postura de Twain se aprecia en obras como The Mysterious Stranger: "Not a sparrow falls to the ground
1422 Ahora calculo que la viuda y el pastor o alguien rezó pidiendo que este pan me encontrara, y aquí está, lo ha hecho. Así
que no cabe duda de que tiene algún sentido eso de rezar; esto es, que tiene algún sentido cuando reza un individuo como la
viuda o el pastor, pero que yo rece no funciona, y calculo que no funciona para nadie salvo para esa cierta clase de personas
(Huck Finn, cap. 8, GUPj).
1423 El hombre que corrompió a Hadleyburg, 1997: 94.
1424 Fisher Fishkin, 2002: 80.
1425 En carta a Howells de 12 de mayo de 1899, hablando de las reuniones que mantenía en su hotel de Viena, afirma
de una baronesa austríaca que "she has religious beliefs and feelings and I have none…" (ella tienes creencias y
sentimientos religiosos y yo no tengo ninguno...) (Letters, 1917: 680).
1426 The Bible, 1995: XV.
1427 Emerson, 1988: 153.
1428 The Bible, 1995: XVI. También en la biografía de Emerson, 1988: 18.
1429 Autobiografía, 2004: 388.
327
without His seeing it", señala Úrsula, a lo que Satanás contesta: "But it falls, just the same. What good is
seeing it fall?"1430.
En cuanto a Unamuno, algunos autores han señalado la tendencia deísta del autor, al menos en alguna de
sus obras, como Vida de Don Quijote y Sancho1431. Efectivamente, en esta obra trata su recurrente tema del
sueño y plantea si no somos más que sueños de esa Conciencia que es Dios: "Tú, Dios de mi sueño,
¿dónde acojes [sic] los espíritus de los que atravesamos este sueño de la vida tocados de la locura de vivir
por los siglos de los siglos venideros? […] ¡La vida es sueño! ¿Será acaso también sueño. Dios mío, este tu
Universo de ¡que eres la Conciencia eterna e infinita? ¿será un sueño tuyo? ¿será que nos estás soñando?
¿Seremos sueño, sueño tuyo, nosotros los soñadores de la vida? Y si así fuese ¿qué será del Universo todo,
qué será de nosotros, qué será de mí cuando Tú. Dios de mi vida, despiertes?"1432.
No solo en su obra quijotesca plantea Unamuno conceptos deístas, pues ya en Amor y pedagogía había
hablado de Dios como "Autor Supremo" o "Supremo dramaturgo"1433, evocando esta última expresión la
relación Dios-autor-personajes de la que habla en Niebla. Pero donde se explaya el escritor más
ampliamente sobre el deísmo es en Del sentimiento trágico de la vida, señalando que "el Universo es persona
también, que tiene una Conciencia, Conciencia que a su vez sufre, compadece y ama [...] Y a esta
Conciencia del Universo, que el amor descubre personalizando cuanto ama, es a lo que llamamos Dios" 1434.
Este término de conciencia universal lo repite el filósofo español profusamente en esta obra, como ya
veíamos en otra cita al principio de este apartado.
Unamuno, partiendo de este concepto, reflexiona acerca de lo mismo que Twain había meditado en el final
solipsista de The Mysterious Stranger: si solo somos un pensamiento en la mente de Dios (cfr. George
Berkeley). Dice el escritor vasco que "si hay una Conciencia universal y suprema, yo soy una idea de ella, y
¿puede apagarse del todo idea alguna? Después que yo haya muerto, Dios seguirá recordándome, y el ser
yo por Dios recordado, el ser mi conciencia mantenida por la Conciencia Suprema, ¿no es acaso ser?"1435.
328
El filósofo español hace un matiz importante a propósito de los tipos de deísmo, distinguiendo entre
racionalismo deísta y vitalismo deísta: uno concibe a Dios como razón del Universo, pero una razón
impersonal, una idea, mientras el otro se imagina a Dios como Conciencia, como persona o mejor,
sociedad de personas. El Dios Razón del Universo se destruye en nuestra mente en cuanto a tal Dios,
mientras que renace en nuestro corazón cuando lo sentimos como persona viva, como Conciencia, indica
Unamuno1436.
Vistas las afirmaciones del filósofo, ¿se puede considerar que era deísta? No, pues el deísta clásico no
esperaría respuestas a las preguntas que plantea Unamuno sobre la muerte. Es decir, no sería un deísta a lo
Twain, que entendía la religión en términos de justicia divina, es decir, como un modo de encontrar
respuestas a cosas terribles que ocurren en nombre de un supuesto Dios. Unamuno, sin embargo, se
preocupa fundamentalmente del más allá. El deísmo para el filósofo español no es sino una racionalización
de la religión, y el deísta concibe a Dios "como una razón impersonal, es decir, como una idea"1437, pero el
pensador español llega a esa Conciencia a través del amor, es decir, del sentimiento, y de la voluntad.
Distingue, pues, entre deísmo racionalista y deísmo vitalista (solo lo primero sería estrictamente tal),
señalando que el segundo siente a Dios como persona, no como idea. De esta cuestión le habla a su amigo
Pedro de Múgica en 1903, definiéndose como cristiano: "Dios no es una exigencia racional, no lo necesito
para explicarme el Universo […] Dios no es racional, sino cordial; no se demuestra con argumentos
lógicos su existencia ni su no existencia tampoco. O se le siente o no se le siente; o se tiene experiencia
personal de Él –y para nosotros los cristianos a través del Evangelio, v. Juan- o no se le tiene"1438.
El mismo argumento repite en su ensayo "Sobre la filosofía española" (1904), pues a Unamuno no le
preocupa el encaje racional de Dios en el mundo o, dicho de otro modo, que no quepa Dios en una
explicación científica del universo porque cree en Dios, "pero a pesar de tales supuestas pruebas
[filosóficas], y no merced a ellas. No necesito a Dios para concebir lógicamente el Universo, porque lo que
no me explico sin Él, tampoco con Él me lo explico"1439. Éste es el Unamuno que, así como hablaba de Dios
como de Conciencia universal en su Vida de Don Quijote, afirma en la misma obra: "Que te baste tu fe. Tu fe
será tu arte. Tu fe será tu ciencia"1440.
329
La inmortalidad.
La religión de Unamuno es la del hombre que se preocupa por su inmortalidad, pero que, al negarle la
razón la posibilidad que la fe le concedería, siente trágicamente su vida. Para el rector de Salamanca era
incomprensible que a un hombre no le preocupara la inmortalidad1441. Ya hablamos antes de la influencia de
William James en este punto de fundamentación de la religión en la inmortalidad. Y la fe es la clave para
confiar en esta posibilidad de perduración, de perpetuación del ser, que la razón ve imposible, tal y como
afirma en Niebla: "matar a un hombre mortal y carnal, de carne y hueso, que respire aire, es cosa fácil, muy
fácil, demasiado fácil por desgracia... pero ¿resucitarlo?, ¡resucitarlo es imposible!"1442.
Y esta es la dicotomía del ser humano: la muerte y la vida, inseparables una de la otra, pues, como dice en
su Vida de Don Quijote, "una vida sin muerte alguna en ella, sin deshacimiento en su hacimiento incesante, no
sería más que perpetua muerte, reposo de piedra. Los que no mueren, no viven; no viven los que no
mueren a cada instante para resucitar al punto, y los que no dudan, no creen"1443. Evidente, pues si no
hubiera muerte, ¿qué valor podría tener la inmortalidad? Y Unamuno le temía a la muerte, sí, pero al
temerla, porque le importaba morirse, se revelaba contra su suerte, y en esa lucha esperaba encontrar la
verdad, como le decía Don Quijote a Sancho: "El miedo, sí, y sólo el miedo a la muerte y a la vida nos hace
no ver ni oír a derechas, esto es, no ver ni oír hacia dentro en el mundo sustancial de la fe. El miedo nos
tapa la verdad, y el miedo mismo, cuando se adensa en congoja, nos la revela"1444.
Por eso Unamuno desconfía de los que dicen no tener miedo a morir, como Nietzsche, el autor de Jenseits
von Gut und Böse (Más allá del bien y del mal), que tuvo que ser un hombre "dominado por el miedo, por el
miedo a morirse del todo, miedo que le hizo arremeter contra el cristianismo, ya que no lograba ser
cristiano"; o de los que dicen que no creen en la trascendentalidad de la vida, como Voltaire, quienes
creen, en su lugar, en la religión como arma política y [...] medio de contener a las muchedumbres1445.
1441 "Que un hombre no crea en otra vida, lo comprendo, ya que yo mismo no encuentro prueba alguna de que así
sea; pero que se resigne a ello y, sobre todo, que hasta no desee más que ésta, eso sí que no lo comprendo" (Mi
religión, 1986: 149).
1442 Niebla, 1982: 181.
1443 Vida de Don Quijote, 1998: 351.
1444 Vida de Don Quijote, 1998: 242.
1445 OC, 1966b: 569.
330
El escritor español habla a veces de la dicotomía fe-razón usando una imagen tomada de la mitología griega,
la de la lechuza de Minerva, que simboliza la ciencia, y el águila de Patmos de San Juan, metáfora de la fe; en
un discurso en los Juegos Florales de Palencia de 1913 le dice al auditorio que le escucha:
Como todos sabéis, la ciencia se simboliza por una diosa (Minerva) de ojos glaucos, que quiere decir
precisamente ni verdes ni azules, sino fosforescentes, de lechuza, es decir, ojos que ven de noche
pero que no pueden ver de día, y yo muchas veces, al meditar sobre este símbolo, he recordado que
si la lechuza de la ciencia cierra los ojos a la claridad del día, en cambio el águila que acompañaba a
San Juan Evangelista en la isla de Patmos miraba frente á frente al sol, miraba á Dios, y esta es la
relación en que se encuentran la ciencia y la fe. La fe da vida á los pueblos, y al hablaros de la fe, no
quiero limitar su concepto al de ninguna ortodoxia, la del ateísmo inclusive, hay que desdeñar la
inquisición aunque todos llevemos dentro un inquisidor, que porque los demás no sobresalgan ha
querido crear la forma ridícula del uniforme1446.
"Librecreyente".
Habla aquí el escritor de nuevo sobre al asunto del encasillamiento del que tanto huía. Por eso, a don
Miguel, que como vimos en una carta anterior se definía como cristiano, no le habría gustado ser clasificado
como más bien católico o más bien protestante. En una carta a Francisco Giner de los Ríos sintetiza
Unamuno su concepción de la religión, diciendo que aspira a ser "librecreyente":
Sé que al cabo seré blanco, y, que aspiro a ser un libre-creyente, de los que aquí se llaman
librepensadores y de los católicos. Estos me llamarán protestante o panteísta, aquellos no sé qué [...]
Me siento cristiano, sin mote adjetivo alguno, con cierta indeterminación en las soluciones concretas
del problema de ultratumba. Quiero salvar mi razón, pero es siendo dueño y no esclavo de ella,
porque hay mucho fuera de la razón [...] Hay veces en que la fantasía me lleva a soñar un Universo
con plena conciencia de sí, en que ha resucitado todo lo pasado, que dormía registrado en su
conciencia. Era el sueño supremo del portentoso Hegel1447.
La inmortalidad es, pues, el problema central de la religión, más que la existencia de Dios (si ésta le
preocupa es porque lo necesita para lograr aquélla), y parece claro que aborda este problema desde un
punto de vista claramente cristiano, queriendo creer en un Dios personal, tal y como señala Ferrater
Mora 1454 . "Si al morir los organismos que las sustentan vuelven las conciencias todas individuales a la
absoluta inconciencia de que salieron, no es el género humano otra cosa más que una fatídica procesión de
1448 Según señala Orringer, Ritschl y su discípulo Harnack critican al catolicismo por privar al hombre (no como el
protestantismo) de la certeza de la salvación, y porque la piedad popular católica aumenta la incertidumbre y anima al
misticismo (del que desconfían, por suponer la disolución de la personalidad individual en la deidad). Unamuno se
siente así, con incertidumbre e inclinaciones místicas (Del sentimiento , 2005: 42).
1449 Del sentimiento, 2005: 186-188.
1450 García de Haro, 1972.
1451 "la teología española fue intelectualmente nula. Fuera de la obra de Amor Ruibal, nunca bien vista oficialmente, el
modernismo religioso apenas tuvo repercusión en el país. Al contrario, varios de los textos oficiales de Roma
condenatorios del modernismo fueron escritos por cardenales españoles" (Fusi, Juan Pablo, en Santos Juliá et al.,
2007: 548).
1452 "Pascal, el hombre de la contradicción y de la agonía, previó que el jesuitismo, con su doctrina de la obediencia
mental pasiva, de la fe implícita, mataba la lucha, la agonía y, con ella, la vida misma del cristianismo" (La agonía del
cristianismo, 2006: 99).
1453 En carta de 2 de diciembre de 1903 le comenta a Pedro de Múgica que el obispo ha amenazado con romper
hostilidades hacia su persona: "Preveo el día en que tenga que desnudar del todo mi pensamiento y decir alto y claro
que el catolicismo –y más al modo que aquí se entiende- nos está descristianizando". Es ésta la carta en la que le
cuenta la experiencia vivida con 12 años al abrir la Biblia y su sensación de estar llamado a una misión (Cartas, 1972:
290).
1454 Ferrater,1985: 58, 63.
332
fantasmas que va de la nada a la nada…"1455, dijo el escritor en su ensayo "La vida es sueño" sobre sus
ansias de inmortalidad.
Pero, ¿qué tipo de supervivencia anhelaba Unamuno? ¿La del cuerpo o la del espíritu? Unamuno deseaba el
"todo" del héroe ibseniano, la resurrección cristiana de la carne y del espíritu, seguir siendo él, en su
integridad físico-espiritual, pero dudaba si no sería incompatible la supervivencia de la carne y la del
espíritu: "¿Por cuales [hijos] nos salvaremos? ¿Por los de la carne en la resurrección de la carne, o por los
del espíritu en la inmortalidad del alma? ¿No son acaso en el fondo dos sobrevivencias contradictorias
entre sí?"1456, dice en La agonía del cristianismo. En La tía Tula sondea la pervivencia del espíritu a través de
los hijos, tal y como señala Tula cuando dice poéticamente que "así nos pasa de continuo. Así me pasó con
mi tío y así me ha pasado con mi hermana, con tu Rosa. Hasta que ha muerto tampoco yo he sabido lo que
la quería. Lo sé ahora en que cuido a sus hijos, a vuestros hijos. Y es que queremos a los muertos en los
vivos..."1457 . Y de manera más directa: "¿Murió la tía Tula? No, sino que empezó a vivir en la familia, e
irradiando de ella, con una nueva vida más entrañada y más vivífica, con la vida eterna de la familiaridad
inmortal"1458.
De modo rotundo expresa esta idea en su drama El pasado que vuelve, cuando Alberto le dice a su amigo
Víctor, tras presentarle éste a su nieto (también llamado Víctor): "…tú resucitas; pero yo…"1459; o en la
contestación del nieto: "Sí, abuelo, en nosotros viven las almas de nuestros descendientes todos" 1460 .
Igualmente, cuando Víctor (abuelo) le dice a su hijo sobre su nieto: "Tu hijo es mío […] Tengo quien
herede mi alma"1461 o cuando le cuenta a su nieto que "las esperanzas se edifican con recuerdos; quien no
tiene pasado, no tiene porvenir. El camino por recorrer es proyección del recorrido. Yo, yo soy el que
tengo esperanzas, yo. Tú eres mi esperanza, hijo, tú eres mi porvenir"1462. También sondeó Unamuno la
idea de la supervivencia del nombre a través de la fama, que intentó ganar con sus obras y que es lo que le
recuerda Ángel a su mujer Eufemia en La esfinge: "!Como no te he dado hijos, me pides gloria!"1463.
333
La resurrección de Jesucristo.
Unamuno identifica inmortalidad con cristianismo, y, en concreto, con la del Dios persona que es Jesús; en
su ensayo "La Fe" (1900) reafirma esta idea: "La fe cristiana es confianza en la persona de Cristo, no en sus
ideas, en el Cristo persona histórica del evangelio, no en el de la Teología. Si no es así no es fe, aunque sea
creencia, que puede terminar en el absurdo del intelectualismo o en la fe del carbonero"1464. Y añade que la
fe "es ante todo, sinceridad, tolerancia, misericordia"1465, los valores de Jesucristo. El escritor afirma que
"quien no crea en esa resurrección carnal de Cristo podrá ser filócristo, pero no específicamente
cristiano"1466. La figura de Jesús está siempre presente para Unamuno, al que parece remedar en su párroco
de San Martín de Castañeda cuando sana a los enfermos, cuando su madre al escuchar su voz acongojada le
grita "¡Hijo mío!" desde el suelo o al contestar con frases de Jesús ("No juzguéis para no ser juzgados", "..al
César lo que es del César, que yo daré a Dios lo que es de Dios"1467). Y muestra su admiración por la
figura del hijo de Dios cuando por boca de su San Manuel, Unamuno reconoce que "yo no podría soportar
las tentaciones del desierto. Yo no podría llevar solo la cruz del nacimiento"1468.
Al filósofo español lo que (más) le importa de la religión es la supervivencia que le libre del no ser, de la
nada y en "El sepulcro de Don Quijote" llama a dejarse de minucias mundanas para centrase en lo que de
verdad importa:
Todo eso que me dices está muy bien, está bien, no está mal; pero ¿no te parece que en vez de ir a
buscar el sepulcro de don Quijote y rescatarlo de bachilleres, curas, barberos, canónigos y duques
debíamos ir a buscar el sepulcro de Dios y rescatarlo de creyentes e incrédulos, de ateos y deístas,
que lo ocupan, y esperar allí, dando voces de suprema desesperación, derritiendo el corazón en
lágrimas, a que Dios resucite y nos salve de la nada?1469.
El cielo.
Unamuno confiaba en que hubiera un cielo, es decir, una supervivencia, aun en otro estado diferente al
terrenal, pues, de otro modo, nada tenía sentido: "Si todos estamos condenados a volver a la nada, si la
334
humanidad es una procesión de espectros que de la nada salen para volver a ella, el aliviar miserias y
mejorar la condición temporal de los hombres no es otra cosa que hacerles la vida más fácil y cómoda, y
con ello más sombría la perspectiva de perderla; es la infelicidad de la felicidad"1470. Y en idéntico sentido se
manifiesta en su diario: "Si el género humano es una mera serie de hombres sin sustancia común
permanente, si no hay comunión entre los vivos y los muertos y estos no viven sino en la memoria de
aquellos ¿para qué el progreso?"1471.
Pero no encuentra una respuesta concluyente, pues la metáfora de San Pablo sobre el grano de trigo que
tiene que morir para dar fruto no le convence:
Ni aclara nada el misterio todo aquello del grano y el trigo que de él sale con que el apóstol Pablo se
contesta a la pregunta de: "¿cómo resucitarán los muertos?, ¿con qué cuerpo vendrán?" (1 Cor., XV,
35). ¿Cómo puede vivir y gozar de Dios eternamente un alma humana sin perder su personalidad
individual, es decir, sin perderse? ¿Qué es gozar de Dios? ¿Qué es la eternidad por oposición a
tiempo? ¿Cambia el alma o no cambia en la otra vida? Si no cambia, ¿cómo vive? Y si cambia, ¿cómo
conserva su individualidad en tan largo tiempo?1472.
Y se plantea si el cielo será la "visión beatífica" de los místicos, una contemplación amorosa del alma en
Dios que a Unamuno parece "un aniquilamiento propio o como un tedio prolongado a nuestro modo
natural de sentir" y de aquí viene, dice, la imagen popular de que "la gloria eterna es una morada de eterno
aburrimiento"1473.
Twain nunca habló de la resurrección de Jesús, tampoco la negó específicamente, quizás en parte por lo
que apuntábamos hablando de su vida, que se autocensuró al escribir para no ofender y perjudicar su
buena fama, pues ciertos escritos, especialmente sobre la religión, eran muy radicales para la época. Sobre
el más allá fue bastante escéptico, señalando en un escrito -del que no se tiene constancia de la fecha
exacta de composición pero que los estudiosos datan entre los años 1880 y 1885- que le es indiferente
que lo haya o no:
1470 Carta de 3 de enero de 1898 a Pedro Jiménez Ilundáin (Unamuno, 1948: 66).
1471 Diario, 1970: 47.
1472 Del sentimiento, 2005: 389, 390.
1473 Del sentimiento, 2005: 393.
335
There may be a hereafter, and there may not be. I am wholly indifferent about it. If I am appointed to
live again, I feel sure it will be for some more sane and useful purpose than to flounder about for ages
in a lake of fire and brimstone for having violated a confusion of ill -defined and contradictory rules
said (but not evidenced) to be of divine institution. If annihilation is to follow death, I shall not be
aware of the annihilation, and therefore shall not care a straw about it1474.
Tras la muerte de su hija Jean, escribió una historia en las Navidades de 1909 que narraba cómo fue la
pérdida de su hija pequeña. No hay ni rastro de ansia por la otra vida, sino más bien al contrario,
aceptación de la muerte como lo mejor que le puede suceder a un ser humano, señalando que si pudiera
resucitar a su hja no lo haría, igual que no lo haría con su mujer o su hija Susy. No sabemos si Twain lo
diría con la boca pequeña o empequeñecida por la amargura del momento...: "Would I bring her back to
life if I could do it? I would not. If a word would do it, I would beg for strength to withhold the word. And I
would have the strength; I am sure of it. In her loss I am almost bankrupt, and my life is a bitterness, but I
am content: for she has been enriched with the most precious of all gifts--that gift which makes all other
gifts mean and poor-- death. I have never wanted any released friend of mine restored to life since I
reached manhood. I felt in this way when Susy passed away; and later my wife..."1475. Vemos que, pese a
todo, reconoce Twain que estaría tentado de resucitarla, si estuviera en su mano, aunque dice que no lo
haría.
Por momentos, sin embargo, parecía Twain querer creer (como Unamuno, pero, a diferencia de éste, con
mucha menos constancia), como manifiesta en una carta de 8 de mayo de 1893 en la que le escribe a su
mujer: "Livy darling, it broke my heart-what you wrote to Sue about immortality. Let us believe in it! I will
believe in it with you"1476.
Sí habló del cielo, pero de una manera chusca. En "Captain Stormfield´s visit to Heaven" (1909) describe un
lugar donde hay gente de todos los planetas del universo, estando los terrícolas en una pequeña esquina del
cielo, donde son conocidos personajes como Adán o Moisés, desconocidos en el resto del cielo y donde, al
contrario de la visión beatífica del imaginario popular sinónimo de sopor que decía Unamuno, no se está
1474 Puede haber un más allá , y puede no haberlo. Me es indiferente. Si estoy destinado a vivir de nuevo, estoy seguro de que
será para algún propósito más sano y útil que andar a la deriva durante años en un lago de fuego y azufre, por haber violado
un maregmagnum de reglas mal definidas y contradictorias dijo de supuesto (no se ha probado) origen divino. Si la
aniquilación sigue a la muerte, no seré consciente de la misma, y por lo tanto, no voy preocuparme ni un ápice al respecto
(Berkove, 2010: 4).
1475 "The death of Jean" ("What is Man?, GUPj).
1476 Livy querida, me rompió el corazón lo que escribiste a Sue sobre la inmortalidad. ¡Déjanos creer en ello! Lo creeré junto a
En "A singular episode: The reception of Rev. Sam Jones in Heaven" (1901), relato típico del humor
irreverente del escritor (al punto que su mujer no le dejó publicarlo), cuenta cómo el propio Twain va al
cielo sentado al lado del Arzobispo de Canterbury, a quien le cambia su acreditación, de modo que al llegar
a las puertas del cielo San Pedro le dice al clérigo al ver su pase: "Return to the train, sir. Professional
humorists are not allowed here". Y cuando el arzobispo repara en su acreditación dice azorado: "Mark
Twain?- Mark Twain. Alas, there has been some mistake"1478. En las puertas coinciden con un tal Rev. Sam
Jones, tipo campechano que se presenta al grito de: "Glory and amen!" Old Sam´s got here! - hey, boys?" y
que se describe a sí mismo ante San Pedro como "Satan´s-terror from the wilds of Texas"1479. Tras una
semana en el cielo todo el mundo está alterado por la presencia del reverendo, "even the papal Borgias
were revolted"1480, tanto que se produce un éxodo masivo y el reverendo se queda solo.
La agonía.
Hemos visto cómo, quizás por ser el único camino que le queda, para Unamuno querer creer es creer, es
decir, la lucha misma es ya un consuelo, pues, pese al miedo a la nada, hay que luchar, tal y como expresa
en su "Nicodemo el fariseo", con el que habla, en diálogo interior, don Miguel:
Toda esa visión de otra vida que el Evangelio te descubre, ¿no ha de ser más que fantasmagoría,
literatura, estética, puro consuelo? El vanidad de vanidades, ¿se extenderá también a ese vencimiento
de la vanidad misma? ¿Será el fin de todo ello consolar al hombre de haber nacido, y la religión un
arte intensificado? "Es un horro, un verdadero horror"-te dices, añadiéndote en las fluctuaciones de
tu duda: "es un horror", pero ¿ha de ser por ello falso? ¿Por qué ha de ser el consuelo verdad?"
"Reza, Nicodemo, reza y pide, y no hagas como los que apartan estos pensamientos de su mente, y
1477 No hay nadie ocioso aquí después del primer día. Cantar himnos y menear hojas de palmera durante toda la eternidad
está bien cuando lo oyes en el púlpito, pero es una mala manera de aprovechar el tiempo. Haría del cielo un conjunto de
ignorantes gorgojeantes, ¿acaso no lo ves? (The Bible, 1995: 158).
1478 Vuelva al tren, señor. Los humoristas profesionales no son bienvenidos aquí (The Bible, 1995: 199).
1479 El azote de Satán de las praderas tejanas (The Bible, 1995: 200).
1480 Incluso los Papas Borgia estaban asqueados (The Bible, 1995: 202).
337
de su corazón, y a pretexto de una mentirosa salud se dicen: no quiero ponerme a pensar en mis
creencias, ni examinar mi fe… ¡a vivir!" "Solo sufriendo se llega a creer de veras"1481.
Unamuno era, como su Pachico Zabalbide, lector voraz que se lo replantea todo, "razonador del dogma" y
con miedo a la nada: "Tales reflexiones le llevaban en la oscuridad solitaria de la noche a la emoción de la
muerte […] Era un terror loco a la nada, a hallarse solo en el tiempo vacío…"1482.
¿Basta la voluntad?
Aunque no siempre le bastó a Unamuno la idea de que la voluntad lleva a la fe. En 1924, empezando su
destierro y con su España deslavazada, se muestra algo más pesimista y afirma: "La fe […] proviene de la
gracia y no del libre albedrío. No cree el que tiene ganas de creer"1483. Con esta idea, se puede interpretar
que a su San Manuel, todo dudas, no le alcanza la lucha, sus ansias de creer, como consuelo, y así, el final
que decíamos antes en el que "se murieron [San Manuel y Lázaro] creyendo no creer lo que más nos
interesa, pero sin creer creerlo, creyéndolo en una desolación activa y resignada", acaso no sea en realidad
un llamamiento a la esperanza, sino una claudicación ante la adversidad, pues creer desolada y
resignadamente, no es creencia de mucha dicha... En cualquier caso, seguimos pensando que Unamuno no
tiró la toalla, pues coincidimos con Ángela Carballino en que "acaso en el acabamiento de su tránsito se les
cayó la venda"1484.
Conclusión.
Así como la idea de Dios en Twain parece que no cambió mucho con los años, la de Unamuno tuvo
oscilaciones. En su mayor obra filosófica afirma que "mi idea de Dios es distinta cada vez que la
concibo"1485. De este modo, solo se puede tener una visión panorámica de la idea de Dios en el pensador
español de forma diacrónica, que es lo que hemos tratado, resumidamente, de hacer aquí, con reflexiones
de distintos momentos de su vida.
Podemos resumir diciendo que Samuel Clemens creció en la fe calvinista de su madre, pero no encontró
en esta fe una respuesta trascendente satisfactoria al devenir humano. Al contrario, veía en las acciones de
338
las personas que se decían creyentes una doble moral, amparada en su fe, en un Dios bíblico castigador del
Antiguo Testamento, que le repugnaba. Por eso, para Twain la religión era algo triste, aunque con el
tiempo fue descubriendo que eso no era necesariamente así1486, pues de manera puntual fue matizando su
frustración antirreligiosa reconociendo que el papel de la religión podía no ser tan negativo1487. Sondeó así
otras opciones que buscaran racionalizar esa religión heredada en la que solo veía a un dios autoritario e
injusto.
Nunca se interesó (al menos no dijo nada al respecto en sus obras y escritos personales) por la
inmortalidad, sino por la influencia de Dios en esta vida terrenal. Unamuno no lo entendería, pues para él
sería el hombre miserable que decía San Pablo, por solo esperar en Cristo en esta vida. Esto se deduce,
por ejemplo, de la carta que escribió a su gran amigo el reverendo Twichell, con el que desahogaba sus
frustraciones religiosas; dice Twain a propósito del reciente fallecimiento de un amigo, Robinson: "Susy is
gone, George is gone, Libby Hamersley, Ned Bunce, Henry Robinson. The friends are passing, one by one;
our house, where such warm blood and such dear blood flowed so freely, is become a cemetery. But not
in any repellent sense. Our dead are welcome there; their life made it beautiful, their death has hallowed it,
we shall have them with us always, and there will be no parting"1488. Ni pizca de ansiedad por la otra vida,
sino asunción de la realidad de la muerte y consuelo con el recuerdo de los fallecidos.
Con el tiempo fue tamizando prejuicios como los que tenía contra los católicos, y aunque no pasara del
deísmo, acaso en el fondo de su corazón guardaba esa voluntad de creer tan unamuniana, y de creer en ese
Dios personal de la religión en la que fue educado, al hablar en el poema -expresión literaria donde la
razón no entra, solo la verdad más íntima del creador- que le escribió a su hija Susy un año después de
morir ésta en 1896, de unos sacerdotes como los únicos que mantienen la fe en la vuelta (la resurrección)
de un espíritu "hecho todo de luz". Parece que el propio Twain y su mujer serían los sacerdotes y su hija,
evidentemente, el espíritu, pues es con su llamada a la esperanza con la que cierra el poema:
1486 Hablando de Juana de Arco dice que "she was deeply religious, and this is a thing which sometimes gives a
melancholy cast to a person's countenance, but it was not so in her case. Her religion made her inwardly content
and joyous" (Era profundamente religiosa, y eso es algo que a veces proporciona un aire melancólico al semblante de una
persona, pero no era así en su caso. La religión la alegraba por dentro) (Joan of Arc, lb. 1, cap. 5, GUPj).
1487 En "Bible Teaching and Religious Practice", escrito en torno a 1890, pese a extenderse sobre la enseñanza bíblica
que él padeció, señala que parece que últimamente empezaba a predicar algo de amor "and administered Christ"s
love, and comfort, and charity and compassion in its stead [...] It does certainly seem to suggest that if man continues
in the direction of enlightenment, his religious practice may, in the end, attain some semblance of human decency" (y
administró el amor de Cristo, y la comodidad, la caridad y la compasión en su lugar [...] Esto parece indicar ciertamente que si
el hombre sigue en esta línea de iluminación su práctica religiosa puede que al final tenga algo parecido a la decencia
humana) (Europe and Elsewhere, 1923: 388, 393).
1488 Carta a Twichell de 4 de marzo de 1900 (Letters, 1917: 697).
339
They stand, yet, where erst they stood
Speechless in that dim morning long ago;
And still they gaze, as then they gazed,
And murmur, "It will come again;
It knows our pain--it knows--it knows--
Ah surely it will come again"1489.
Estos versos los escribió Twain después de haber leído "In Memoriam A.H.H." de Lord Tennyson, que
pudo influir en su composición, pues el poeta inglés habla en su composición de que la relación con la
fallecida no se extingue con la muerte1490. Twain, sin embargo, era, como su carácter, voluble, casi bipolar, y
un año después de escribir este poema escribe otro, "Broken Idols", en el que se muestra resignado,
aunque algo tendría que ver que su mujer se encontrara muy deprimida1491. La balada acaba así:
El escritor español creció también en un ambiente fervorosamente cristiano, católico, en este caso. Con el
tiempo y sus lecturas se replanteó esa fe, pero su razón no le aportaba luz allá donde le fallaba su creencia
religiosa. Pese a apreciarse elementos deístas en su pensamiento religioso, su sentimiento siempre fue
cristiano, con el apodo que se quiera, pero heterodoxo, en cualquier caso. Su interés en la religión estaba
íntimamente unido a su obsesión por la inmortalidad. Pensó una y otra vez en la forma de perduración del
hombre Miguel de Unamuno, de un modo u otro, y aunque murió asqueado por la humanidad que le
rodeaba, no culpó a Dios de ello, quizás porque el Dios que mamó de niño nunca le abandonó
completamente; dice en Del sentimiento trágico de la vida a este respecto que "ése en que crees, lector, ése
es tu Dios, el que ha vivido contigo en ti, y nació contigo y fue niño cuando eras tú niño, y fue haciéndose
1489 De pie, todavía, como estaban, en silencio, aquella sombría mañana de hace tiempo. Y aún contemplan, como
contemplaban entonces. Y murmuran: "Vendrá de nuevo. Conoce nuestro dolor. Lo conoce, lo conoce. Seguro que vendrá de
nuevo". Escrito en el Lago de Lucerna el 18 de agosto de 1897 (su hija murió el 18 de agosto de 1896) (Collected
Tales, 1992b: 218, 219).
1490 Bush, 2002: 252, 254.
1491 Bush, 2002: 257.
1492 Desaparecieron. Sabemos que están perdidos para nosotros, para siempre. No podemos tenerlos de vuelta. Los
extrañamos como extrañamos a los muertos, los lloramos como lloramos a los muertos (Bush, 2002: 268).
340
hombre según tú te hacías hombre y que se te disipa cuando te disipas, y que es tu principio de continuidad
en la vida espiritual, porque es el principio de solidaridad entre los hombres todos y en cada hombre, y de
los hombres con el Universo que es como tú, persona"1493.
El rector de Salamanca murió creyendo creer, no sabemos si se le cayó su venda, como pensaba Ángela de
su Don Manuel, pero se fue viviendo esa ansia de fe, como la que le describe a su amigo Pedro de Múgica:
"Aunque no creamos en el Hombre-Dios, aunque consideremos la vida del Cristo como una hermosa
leyenda, llevamos todos, creyentes y no creyentes, la obra secular del cristianismo en la conciencia, la
hemos heredado y la vivimos" 1494 . Y el Unamuno poeta -el poema era su vía preferida de expresión-
muestra esa humanidad, esa España deshecha que anhela la eternidad de Dios:
341
Ambos tan diferentes en su sentimiento religioso, pues a uno le inquietó siempre la posible llamada de Dios
(cuando abrió la Biblia y leyó el "¡Id y predicad el Evangelio!"), mientras a otro esta posibilidad no le hubiera
causado más que estupor (la patraña que le parecía a Tom Sawyer lo de Jim Hollis sobre considerar su
sarampión un signo de la Providencia), tenían, sin embargo, algo en común a este respecto. Ambos fueron
unos agonistas, Unamuno entre su fe y su razón, batalla cordial (de corazón) y racional en la que empleó
toda su vida; Twain entre sus dos yoes, el prestigioso escritor de Nueva Inglaterra y el demonio que
llevaba dentro y se revolvía en sus entrañas queriendo aflorar. Ambos, de formas distintas, contradictorios,
ambos, en palabras de William James, "twice-borns" 1496 , dos personas para las cuales la religión es un
complejo misterio, y la paz espiritual no se puede alcanzar por una simple suma y resta de ventajas e
inconvenientes.
Introducción.
Durante el último cuarto de siglo del XIX y primeros 15 años del XX apareció un nuevo tipo de mujer, la
"mujer nueva", protagonista de obras de Henrik Ibsen o de Bernard Shaw, con poca correspondencia aún
con las mujeres reales. Eran las Rosa Luxemburgo, las Marie Curie...1497. La posición social de la mujer fue
cambiando, así como sus expectativas, optando a situarse en una posición de igualdad de derechos
respecto al hombre. Es la época en que comienza sus reivindicaciones el movimiento sufragista, que pedía
el voto para la mujer, pero que solo alcanzó cierta relevancia en países como Reino Unido y los EE.UU., y
que empezó a lograr sus reivindicaciones a partir de la Primera Guerra Mundial 1498 . En España, el
movimiento feminista surgió más tarde que en otros países debido a múltiples causas, entre ellas el elevado
(más aún que en el común de la población) analfabetismo femenino1499 y se centró inicialmente en el ámbito
educativo, hasta que, en la década de 1920 comenzó el activismo político1500.
UNAMUNO.
Empezaremos este capítulo con una cita que sintetiza el pensamiento de Unamuno respecto al movimiento
feminista, incipiente aún en la España del cambio de siglo. Dice el escritor radicado en Salamanca en el
prólogo que escribió en enero de 1902 para el libro de Bunge La Educación que
nadie ha logrado aún interesarme por el feminismo, ni logro verlo como problema sustantivo y
propio, y no como corolario de otros problemas [...] Podrá parecer ello muy superficial y grosero,
pero para mí todo el feminismo tiene que arrancar del principio de que la mujer gesta, pare y lacta, y
está organizada para gestar, parir y lactar, y el hombre no1501.
Añade Unamuno en ese prólogo que no lograba ver el feminismo como problema y hay que entender para
no calificar esta visión como conservadora que los problemas que ocupaban y preocupaban al escritor por
343
el tiempo en el que realizó estas manifestaciones eran, para el autor, de mayor envergadura. Su crisis
espiritual andaba aún reciente, pero el problema que le perseguiría durante el resto de su vida y del que
hizo el centro de su agonía perduraba: la pervivencia del hombre de carne y hueso. También acaba de ser
nombrado rector de la Universidad de Salamanca por vez primera.
No parece que don Miguel estuviera en contra de la equiparación de los derechos de las mujeres con los
de los hombres pero, simplemente, dice, no la considera un problema sustantivo, pensando quizá que en
una España donde aún imperaba el sistema caciquil, con una elecciones "dirigidas", el hecho de que las
mujeres votasen o no era sólo una ramificación del meollo del asunto. La segunda afirmación de la cita
muestra la imagen sustancial que Unamuno tuvo de la mujer durante toda su vida: la mujer es, ante todo,
madre. En muchos de sus escritos desarrolló esta idea sobre el carácter maternal de la mujer, incluso sin
haber parido hijos1502. Madre en el sentido mítico de la que da cobijo (Gea, la tierra) y sustento (Deméter,
la madre tierra). En su discurso de los Juegos Florales celebrados en Bilbao el 26 de agosto de 1901, el
filósofo se había referido a la mujer vasca en este sentido. Decía que la mujer es
...perenne recordatorio del sosiego del hogar, del castillo, en que se recobran bríos y restauran
fuerzas para la lucha inacabable, símbolo del espíritu conservador que templa y regula el torbellino
del progreso, tierra del hombre Anteo, verdadero principio de continuidad en los pueblo todos, vaso
de su íntimo carácter, fuente constante de vida y de consuelo. Y a la par que es la mujer el relicario
de la raza, el último y más cerrado depósito de su pegujar, el arca de sus tradiciones, es también la
que mejor enlaza a los diversos pueblos, siguiendo la suerte de su hombre, por muy extranjero que al
tomarla lo fuese, pues vive ella en la base de nuestro linaje. Es la sabina que se deja robar por el
romano. Levanta hogar, la única patria chica estable, sobre las patrias todas, y une la familia natural a
la gran familia humana, sobrenatural, guiada por su sentido de la realidad concreta, libre de
elucubraciones y de eso que llamamos opiniones, que son cosa de hombres [...] aquí marchó siempre
en los caminos de la vida a la vera de su hombre, con su mano en el hombro de éste, apenas dejando
adivinar, si apoyándose o empujándole con dulzura...1503.
1502 "la mujer, sea madre, novia, esposa, hermana o hija nuestra, es siempre nuestra madre, es un espíritu serenador
que apacigua nuestras tormentas". "Cartas a mujeres", en La Nación (Buenos Aires), 25 de abril de 1912. Subtituló el
artículo "A mi amiga argentina" y suponemos que se refiere a Delfina Molina, con la que mantuvo un larga (y al final,
incómoda) relación epistolar, pues el interés de ésta pareció trascender el meramente literario afán inicial.
1503 Sandoval, 2004: 28.
344
Unamuno tuvo un madre biológica, doña Salomé Jugo, que quedó viuda muy joven, una mujer, según nos
dice el propio escritor, "tan severa en el cuerpo como en el espíritu, alta, seca, de ternura envuelta en
dureza, y la ausencia de manifestaciones efusivas de amor maternal es posible que contribuyese a
mantenerme de niño en cierto modo ausente y alejado de la feminidad"1504. Aunque afirme esto el autor de
Niebla lo cierto es que ya desde su adolescencia la feminidad estuvo muy presente en su vida, en la figura
de su otra madre, su novia de toda la vida, Concha Lizárraga, por la que sintió auténtica adoración, tal y
como le replicó a su amigo Pedro de Múgica, quien le sugirió, dado el poco tiempo que le dejaban sus
frecuentes viajes para verla, que la dejara:
Sentí asombro, pesar, hasta indignación (hablo claro) al leer en su carta de V. estas palabras extrañas:
"Deje V. por ahora el amor en segundo término", etc., ni por nunca, ni puedo, ni quiero, ni debo
dejarlo. Ella es lo primero, ante todo y sobre todo, y si me exigiera el sacrificio de mis estudios
favoritos, lo haría: si para alcanzarla pronto tuviera que quemar mis apuntes de todas clases, mis
notas, mi tesoro, la labor de tantos arios de reclusión y meditación terca, los quemaría. Ella
representa para mí doce años de vida, doce hace que la conozco, los sueños y los anhelos de doce
años, día tras día: en fin es toda mi vida y lo mejor de ella1505.
Su mujer fue la única mujer de su vida, dejando aparte alguna que otra admiradora que le escribió
compulsivamente 1506 . Decía su hijo, Fernando Unamuno, hablando sobre su madre, que "era vitalmente
optimista, con una permanente alegría juvenil y un sentido claro y real de todos los valores espirituales y
materiales. Y en estas virtudes de su carácter, sereno y tranquilo, encontró mi padre consuelo y fuerza
para sus momentos de depresión y angustia" 1507. Al morir su mujer, el escrito español le dijo al poeta
portugués Teixeira de Pascoaes que ella era "más que mi amor, mi costumbre... mi todo. La madre de mis
ocho hijos —y de mis nietos— y mi madre también"1508.
Esta idea de mujer como madre, como cayado en el que se apoya el hombre en su labor, es la que repite
continuamente Unamuno, como cuando en su Diario íntimo, hablando de la Virgen María afirma: "La mujer
admiración a la obsesión -y no solo por el Unamuno literato-, reitera su concepción de la mujer: "La mujer, sea
madre, novia, esposa, hermana o hija nuestra, es siempre nuestra madre, es un espíritu serenador que apacigua
nuestras tormentas" (Epistolario americano, 1996: 387).
1507 Fernando de Unamuno, "Su familia en nuestra casa", publicado en La Esfera Literaria, 1964 (Sandoval, 2004: 34,
nota 21).
1508 Carta del 24 de mayo de 1934 (Sandoval, 2004: 37, nota 29).
345
es la base de la tradición en las sociedades, es la calma en la agitación, el reposo en las luchas" 1509. Y, en la
misma línea, en un discurso pronunciado en los Juegos florales de Palencia en 1913, en el que compara a la
mujer con la Eva del Paraíso, en el sentido de que despertó en el hombre su deseo de saber (por oposición
a la también bíblica Dalila, que lo coartó) dice que para tener la esperanza de la resurrección se necesita de
la fe y del amor de la Magdalena. Prefiere hablar a las mujeres como mujeres, no como señoras, lo que le
suena poco galante, y les aconseja que amen y hagan amar "un ideal de libertad y de fe" sin dejarse
"tiranizar por la música de los requiebros" que las convierte en ídolos, y por tanto en esclavas, pues "no
hay peor esclavitud que la del ídolo, y á las mujeres suelen hacerlas ídolos amarrándolas al altar de la
admiración con la cadena de los requiebros". Por eso Unamuno opta por Eva y no por Dalila, alocución
que arranca en las mujeres que le escuchan una gran ovación:
Evas para poblar esta tierra de almas anhelosas y no de cuerpos. Son las mujeres madres de espíritus,
las depositadas de la tradición, el arca santa del pasado, y como lo futuro nace de lo que fue, sedlo
también del porvenir y del progreso. En labios de mujer murieron las lenguas que han caído en
desuso; yo espero también que sí algún oía muere este rico idioma castellano, sea en la boca de una
mujer. Y es mejor, porque la lengua de una mujer es la única que no se ha manchado nunca con la
impureza de la blasfemia. (Ovación delirante)1510.
Dicho lo anterior, el pensador vasco, sin ser feminista, obviamente, se mostró contrario a encasillar a la
mujer en el papel de ama de casa, sin derecho a acceder a otro tipo de educación, y defendió el argumento
(progresista para unos, para el propio Unamuno, simplemente liberal) de que cuando la mujer quedaba
confinada a los márgenes del hogar era sometida a una especie de esclavitud:
La enseñanza del bordado, por otra parte, es un símbolo de esclavitud de la mujer, esclavizada a eso
que con una frase degradante llamamos «labores de su sexo». Se busca, distrayéndolas con esas
futesas, mantenerlas en cierta perpetua minoridad intelectual. Es ello una vergüenza y una forma de
aquello de que a la mujer le basta con saber guisar y remendar los calzones de su marido. En el
fondo, parece se trata de impedir el desarrollo de la dignidad humana, de todo lo más elevado y más
noble. Y esto no solo en la educación de la mujer, sino también en la del hombre, y muy especial en
la del maestro1511.
346
En esta línea de pensamiento se sitúa el artículo publicado en El Sol tras el debate en el Congreso sobre el
sufragio femenino. Viene a decir en este texto el rector de Salamanca que las mujeres a la hora de votar
serán influidas por sus creencias, sí, las de su cristianismo, que es "nacional, popular, laico de España", pero
no por lo que les diga tal o cual sacerdote. Estima el escritor que esa idea de que las mujeres son
manejadas por el clero es un "antojo histérico de la masculinidad" y dice respecto a quienes esto piensan:
"¡qué mal conocen a sus mujeres los que tales camelos profesan y confiesan! A las suyas propias, ¡claro!,
que a las de los otros no las conocen ni bien ni mal. Y menos aún a las que alguna vez les dieron calabazas,
y no ciertamente por sugestión del confesor"1512. Y en una clara invectiva dirigida contra las bancadas del
Congreso más a la izquierda, en las que una vez militó, les afea que digan eso (la manipulación de las
mujeres por los curas) aquellos "que han hecho de la reforma social una especie de religión" como es el
leninismo en Rusia, esos quienes "no temen que otros confesores que ellos mismos se adueñen de sus
mujeres"1513.
Para sondear la posición de Unamuno sobre el particular son especialmente valiosos dos ensayos. En el
primero, "Nuestras mujeres" se refiere el escritor a esa idea de que la mujer "puede ser fiel y amante
esposa, muy ama de casa, muy señora de su hogar, muy devota de sus hijos, y ser, sin embargo, una muy
imperfecta ciudadana y un elemento de estancación social" 1514 . Se refiere al escritor a esas mujeres de
aparente religiosidad, de misa frecuente que participan en actos benéficos y quienes, hipócritamente
"descubren su falta de caridad cuando se trata de juzgar los defectos ajenos, de sufrir con paciencia las
flaquezas de sus prójimas, de tratar con quien hubiera incurrido en eso que se llama un desliz"1515.
Puntualiza el autor español que con esto no quiere decir que las mujeres sean peores que los hombres, en
ningún caso: "¡No he de caer en la injusticia de sostener que nuestra mujer, la mujer española, es inferior á
nuestro hombre, no! Tal para cual. Á la depresión del espíritu masculino corresponde la depresión del
femenino"1516. Sino que, manteniendo esa imagen ideal de mujer, todo apariencia, todo fachada, "estamos
haciendo de la mujer un niño grande. Lee puerilidades, aprende puerilidades, repite puerilidades y de
puerilidades vive. Basta ver cuáles son los escritores preferidos por las mujeres. El tipo de literato, al que
1512 "El confesionario y las mujeres de España". Artículo escrito tras el debate en el Congreso sobre el sufragio
femenino (El Sol, 1931: 1).
1513 "El confesionario y las mujeres de España" (El Sol, 1931: 1).
1514 Unamuno, 1911: 230.
1515 Unamuno, 1911: 234.
1516 Unamuno, 1911: 235.
347
se le llama confesor laico de señoras, es el tipo de literato más ridículo que cabe"1517. Esta es la imagen
estereotipada de la mujer contra la que carga el filósofo en su Vida de Don Quijote, la mujer pía y superficial,
amante de los folletines1518.
En el segundo de los ensayos, "A una aspirante a escritora", Unamuno aconseja a la mujer no dedicarse a
las letras:
La civilización es, con todo lo que tiene de bueno y todo lo que tiene de malo, predominantemente
masculina. La influencia femenina se ejerce, sin duda, en ella, pero se ejerce de una manera en general
funesta para actuar sobre un conjunto de tipo masculino, con todo lo malo de la masculinidad, lo
femenino tiene más su campo de acción en la esfera privada y doméstica -en la domesticidad-, pero
no en la civilización, que es la civilidad de la vida civil. Esta vida civil tiene orígenes militares y una
constitución política. La mujer no ha sido ni guerrera ni ciudadana1519.
Y añade el pensador español, para explicar su postura, que "uno de los productos de la civilización es la
lengua literaria", un producto de una civilización predominantemente masculina. "Tendrá usted, pues, que
servirse", dice, "de un instrumento hecho por hombres y para hombres"1520, concluyendo que no es nada
fácil hacer femenina la lengua literaria. A este respecto, Antonio Sandoval esgrime en su monografía sobre
la visión de la mujer en el pensamiento de Unamuno que, "al indicarle a la mujer las desventajas que la
civilización masculina ha impuesto sobre ella, Unamuno patentiza su compromiso feminista al mostrar
cómo la sociedad ha limitado sus horizontes y estrechado sus oportunidades"1521. Me parece excesiva tal
afirmación, pues aunque el escritor critique el statu quo, aunque no sea un reaccionario, no aboga
claramente por cambiarlo, no es un revolucionario, característica propia del feminismo en su origen.
De hecho, Unamuno parece, en este campo, predicar pero no dar trigo, pues aunque, por un lado,
reflexione:
¿Qué debe leer una muchacha? me preguntaba una vez un amigo, y le contesté lo que contesto á los
que me preguntan qué debe leer un niño: ¡lo mismo que leen sus padres! Cuando un padre esconde
348
un libro para que no lo lean sus hijas, de cada diez veces, las nueve insulta con ello á sus hijas, no al
autor del libro. Y la otra vez se rebaja á sí mismo leyendo libros semejantes1522.
Pero, por otra parte, no parece que respecto a su propia familia, lecturas al margen, tuviera un especial
interés en que sus hijas estudiaran, al menos a un nivel de educación superior, como la de sus hermanos
varones, pues en carta a su amigo Everett Ward Olmsted, de 15 de diciembre de 1916, le indica cómo sus
hijos están estudiando, mientras que de sus hijas dice simplemente que "están hechas unas mocitas ya"1523.
Una de las reivindicaciones del movimiento feminista era la liberación sexual de la mujer, básicamente,
cambiar la ética sexual para igualarla a la del hombre, en el sentido de que la mujer buscara su propia
satisfacción y no sólo la satisfacción de su pareja, así como la finalidad exclusivamente reproductora de sus
relaciones. Unamuno parece bastante conservador en este aspecto, tachando de grosera la sexualidad de
países como España, en un ensayo donde habla de la influencia del filósofo Kierkegaard en el dramaturgo
Ibsen:
Y en estos nuestros países en que esa relación sexual se entiende o siente o en el modo más ramplón
o del modo más grosero, o ya litúrgica o ya sensualmente, en estas desdichadas tierras espirituales
corroídas por el más infecto esteticismo proteico, la ética ibseniana tiene que ser, por fuerza, un
misterio indescifrable. Donde hallan boga las patochadas de un D´Annunzio y donde el colmo de la
emancipación de prejuicios es el llamado amor libre, no es posible que sean bien comprendidos, ni
menos sentidos, los sacudimientos de Ibsen1524.
Y añade que en Ibsen el amor sexual juega un papel, pero que no es "fin y término único del conflicto",
mientras que "el hacer de ese amor la ocupación más honda de la vida es cosa que ha nacido, más bien que
de la sensualidad, de la limitación mental y espiritual de los pobres pueblos azotados por el sol [...] Y los
héroes ibsenianos son soberbios, prometeicos, y son castos como todo héroe"1525. A Unamuno nunca le
interesó especialmente la sexualidad, que, llevada al extremo, a la "obsesión sexual", se convierte en
enemiga de la espiritualidad: "el desenfreno de la voluptuosidad embota la inteligencia"1526. En algunas notas
redactadas poco antes de morir señala lo extraño de los dos extremos, el amor libre, por un lado, y la
abstinencia, por el otro, como indica Carlos Feal, pues ambos comportamientos suponen una renuncia a la
349
maternidad: "El amor libre es una invención malthusiana del genio de la especie, como lo es el celibato
monacal. Un burdel es un convento"1527.
En el prólogo a El Hermano Juan sugiere también que el amor conventual es amor de solitarios y que esa
solitariedad "es la negación de la maternidad y paternidad, de la historia, de la vida de la humanidad, del
alma universal y común a los hombres!"1528.
Visto lo visto, ¿cuál es el papel de la mujer en las obras de ficción de Unamuno? Como se puede intuir de
lo ya dicho, la mujer como personaje en las nivolas del escritor vasco es, ante todo, una madre, pero no una
protagonista, salvo algunas excepciones. Gracias a las investigaciones del profesor García Blanco sabemos
que Nada menos que todo un hombre iba a llamarse inicialmente "Una mujer", pero que la historia cambió
finalmente el foco de una mujer que se resiste, a un matrimonio de conveniencia con un hombre que
quiere dominarla1529.
Protagonistas y madres (aunque no biológicas), son Carolina y Raquel en El marqués de Lumbría y Dos
madres, respectivamente, mujeres de fuerte personalidad que manejan a su antojo a los hombres que con
ellas conviven. En ambos casos tienen la contraparte en la mujer más débil, la madre biológica (Luisa en El
Marqués de Lumbría y Berta en Dos Madres, aunque Carolina sí que fue madre de una niña que muere al
poco de nacer y antes de un niño nacido fuera del matrimonio) y ambas son "madres" de los hijos de las
otras mujeres. Ambas obras parecen precedentes de La tía Tula, publicada apenas un año después que las
dos primeras, obra que repite el esquema apuntado de mujer fuerte que es madre, aunque sea madrastra
(como Carolina) o madre espiritual, como Gertrudis, la tía Tula. Estas mujeres de Unamuno expresan que
la maternidad está en el carácter y en la conducta, no en el hecho biológico. La razón de ser de una madre
(o un padre) puede estar más en el espíritu que en la carne, como, por ejemplo, Jacinta, que hace de madre
del hijo de Fortunata en la obra de Galdós. O Bonifacio Reyes, padre putativo, pero no menos apasionado
y tierno que si lo hubiera sido realmente en Su único hijo, de Clarín.
Y son madre tanto de los niños como de los mayores, tanto en Dos Madres, como en La Tía Tula, a quien le
dice su hermana Rosa poco antes de morir: "Mira, Tula, yo me muero y me muero sin remedio. Ahí te dejo
mis hijos, los pedazos de mi corazón, y ahí te dejo a Ramiro, que es como otro hijo"1530. Y Gertrudis (Tula),
350
una mujer que ansiaba la maternidad, pero sin necesidad de un hombre ("además, te lo confieso, el hombre,
todo hombre, hasta tú, Ramiro, hasta tú, me ha dado miedo siempre; no he podido ver en él sino el bruto.
Los niños, sí; pero el hombre... He huido del hombre"1531), vive gracias a su "maternidad", vive en su familia:
"¿Murió la tía Tula? No, sino que empezó a vivir en la familia, a irradiando de ella, con una nueva vida más
entrañada y más vivífica, con la vida eterna de la familiaridad inmortal"1532.
Pese a ser estas mujeres de las que hablamos de fuerte carácter, al punto que da a entender el autor que se
invierten los roles tradicionales, masculino y femenino, de los personajes, la mujer que caracteriza
Unamuno en estas obras no es aquella que rompe con los convencionalismos y reclama para sí los mismos
derechos que el hombre, ser igual que el hombre, como reclaman las demandas feministas, sino que su
poder se limita al ámbito doméstico. Son mujeres diferentes a la Nora de Casa de muñecas de Ibsen, que
rompe con los convencionalismos dejando a su marido e hijos, o a la Heda Gabler ibseniana, ajena,
aparentemente a todo convencionalismo. Y digo aparentemente porque quizás, aunque transgrediera todas
las normas, en el fondo, siguió siendo esclava de ellas (soy una "terrible cobarde", dice en la obra) y al final
se suicida.
351
"memoria" y su "voluntad" y, de modo más obvio, cuando su mujer le dice que vaya a coserle unas cosas en
la máquina y éste no pone reparos, salvo el del convencionalismo social que están infringiendo: "No,
hombre, no, nadie lo sabrá, no tengas cuidado"1538.
Y no es éste un hecho aislado en la obra del catedrático de griego, pues en Niebla, ante el interés de
Augusto por Eugenia y la respuesta de ésta de que le contestará cuando le plazca, afirma el tío de la chica,
un hombre "anarquista y místico": "¡Bien, muy bien! ––exclamó don Fermín––. ¡Esto es entereza y libertad!
¡Esta es la mujer del porvenir!"1539. Y, efectivamente, refrenda Eugenia su carácter independiente, cuando se
plantea anular el compromiso con Augusto para irse con otro: "––¿No ha querido un hombre, con su
capital, comprarme? Pues ¿qué de extraño tiene que yo, una mujer, quiera, con mi trabajo, comprar un
hombre? ––Todo esto que estás diciendo, chiquilla, se parece mucho a eso que tu tío llama feminismo"1540.
Por último, quiero destacar que las obras de Unamuno no muestran especial interés en el tema del amor
romántico (ya expusimos en los capítulos anteriores cuáles eran los principales motivos de su producción
artística), pero habría que preguntarse por qué no trató con mayor extensión el tema. La respuesta está,
quizás, en esta afirmación de Vida de Don Quijote y Sancho:
No recuerdo quién dijo, pero dijo muy bien quienquiera que lo dijese, que para los que aman mucho,
es el amor —amor a mujer, se entiende— algo subordinado y secundario en su vida, y es lo principal
de ésta para los que aman poco […] Don Quijote amó a Dulcinea con amor acabado y perfecto, con
amor que no corre tras deleite egoísta y propio; entregóse a ella sin pretender que ella se le
entregara1541.
Algún estudio, sin embargo, ha visto muestras de amor romántico reprimido u oculto, donde solo parecía
haber signos de estima, como en la relación entre Ángela Carballino y Don Manuel en San Manuel bueno,
mártir. El profesor Ardila es uno de los que se hace eco de las tesis que apuntan que el tema de San Manuel
bien puede ser entendido, más allá del tradicional de las dudas de fe del sacerdote, como una historia de
amor, matiza que platónico, eso sí, entre éste y la narradora1542. Para fundamentar esta hipótesis, analiza el
contexto histórico de la novela (en la época no se podría desvelar una relación así entre un cura y una
feligresa) y las anfibologías de los enunciados de Unamuno en la obra, como, por ejemplo, cuando Ángela le
352
pregunta al párroco por la existencia del infierno, afirmando el autor que el hecho de preguntar por el
infierno "se debe a que los sentimientos de Ángela o de ambos son pecaminosos"1543.
Discrepo de las conclusiones expuestas en este planteamiento, a la vista de otros tantos argumentos que se
pueden mostrar para defender lo contrario, como cuando dice Unamuno que la madre de Ángela
Carballino estaba enamorada "castísimamente" de Don Manuel1544; o cuando al ir a confesarse con él, el
párroco le dice que le cuente confiadamente, pues estaba hablando "con tu hermano"1545; e, igualmente,
ante la posibilidad de emigrar del pueblo planteada por su hermano, Ángela, a diferencia de su madre, que
se opone, "callaba, aún dispuesta a resistir la emigración"1546. Lo que sí me parece razonable es que Ángela
represente una especie de amor maternal hacia San Manuel1547, aunque no comparto lo que dice el autor de
que este amor es inherente al amor de esposa en la simbología unamuniana, pues siendo en Unamuno el
amor de esposa maternal, no necesariamente es al revés (que el maternal sea de esposa). Que Ángela
Carballino esté enamorada platónicamente o "maternalmente" del sacerdote parece plausible, no tanto que
este amor fuera correspondido. Por otra parte, en cuanto a lo que sugiere el profesor Ardila de la censura
de la época, lo del cura enamorado es un tópico de ese momento, tratado por muchos autores, desde Zola
a Eça de Queiroz y pasando por Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa) sin demasiados problemas de
reproche público y hay que tener en cuenta que Unamuno publicó su libro en plena Primera República
Española, donde la moral pública no parecía que fuera exactamente la de la España decimonónica....
La imagen habitual de la mujer en las obras de Mark Twain se corresponde a los roles sociales de la época.
Coincido con la apreciación de J. D. Stahl de que sus personajes masculinos y femeninos corresponden a un
estricto estereotipo de las distintas esferas de actividad social: mientras los hombres se definen en
términos de negocio, las mujeres lo hacen en función de su actividad doméstica o familiar1548. Un vistazo a
vuelapluma de Pudd´nhead Wilson ratifica esta idea: El juez Driscoll, el abogado Wilson, la mujer y la
hermana del juez. Diversificación de papeles que tiene que ver también con el carácter de los personajes,
con las excepciones que más adelante veremos: el hombre (o muchacho) es independiente, astuto,
práctico, mientras que la mujer es soñadora, débil, etc.
Ante este panorama se entiende que las mujeres no sean las protagonistas en las obras de Mark Twain, con
alguna contadísima excepción, como la conocida de Juana de Arco. En esta obra, basada en un personaje
histórico, Twain muestra la imagen de un chica heroica, capaz de sobreponerse a las dificultades, "a girl of
seventeen bear the fatigues of war better than trained veterans of the army"1549. Claro que Juana no es un
muchacha corriente, porque unas voces divinas le hablan y le acompañan durante toda su misión. Y de
quien sus soldados tienen mejor opinión aún que del común de las mujeres, puesto que, aún reconociendo
el valor de las féminas ("they had also seen other evidences that women have far more endurance and
patience and fortitude than men"1550) se sorprendían del carácter de la doncella de Orleans. En cualquier
caso, Twain no puede dejar de mostrar el lado más femenino, según la imagen tradicional de las mujeres,
de la heroína, preocupada por las madres de los caídos:
When all our host was shouting itself hoarse with rejoicings, and there went up a cry for the
General, for they wanted to praise her and glorify her and do her homage for her victory, we had
trouble to find her; and when we did find her, she was off by herself, sitting among a ruck of corpses,
with her face in her hands, crying—for she was a young girl, you know, and her hero heart was a
young girl's heart too, with the pity and the tenderness that are natural to it. She was thinking of the
mothers of those dead friends and enemies1551.
Arc, lb. 2, cap. 4, GUPj). La teoría que muestra aquí Twain no la lleva a la práctica en la generalidad de sus obras.
1551 Cuando la tropa, entusiasmada por la victoria, gritaba hasta quedarse ronca, una voz solicitó la presencia de la General
para rendirle homenaje, pero no pudimos encontrarla; y cuando la encontramos estaba triste, sentada junto a los cadáveres de
los muertos, con la cara en las manos, llorando. Pues seguía siendo una jovencita, con la ternura y piedad propios de su
354
También es protagonista la Sherezade de "1002nd Arabian night", relato póstumo que se centra en la
cuestión de género y que escribió en 1883, durante el verano en que estaba acabando Huck Finn. Narra
aquí Twain la historia de un chico que parece una chica y viceversa y que acaban enamorándose. Comienza
con un cambio de los bebés en su nacimiento, motivo que también usa Twain en su Puddn´head Wilson1552.
Parece que el escritor estadounidense apunta en esta obra a que los rasgos masculinos y femeninos son
innatos, pues cuenta cómo el niño que crece como niña solo parece interesado en cuentos de "massacres
and harems", mientras que a la chica que crece como varón solo le interesan las muñecas1553. Mantiene
Twain el punto de vista tradicional de los roles, como se ve.
La mayoría de las mujeres de sus obras realizan el papel de esposa, novia o madre (o asimilable a la madre,
como la tía Mary en Tom Sawyer), igual que veíamos en Unamuno, y en esta línea está la viuda Douglas de
Huck Finn, Sandy, la mujer del Yankee, etc., aunque hay alguna mujer de fuerte personalidad, luchadora, que
se sale del estereotipo, como la protagonista de su Hellfire Hotchkiss, inspirada en Lillie Hitchcock, una
bombera honorífica, amazona y excelente tiradora y corresponsal en París del San Francisco Evening Bulletin
que fue su amiga durante su estancia en San Francisco1554. O Laura Hawkins, de The Gilded Age, una mujer
guapa e inteligente decidida a lograr sus propósitos:
she was well satisfied, now, that her beauty was confessed, her mind a grade above the average, and
her powers of fascination rather extraordinary. So she was at ease upon those points. When she
arrived, she was possessed of habits of economy and not possessed of money; now she dressed
elaborately, gave but little thought to the cost of things, and was very well fortified financially [...]
Laura was on excellent terms with a great many members of Congress, and there was an
undercurrent of suspicion in some quarters that she was one of that detested class known as
"lobbyists"1555.
condición. Estaba pensando en el dolor de las madres de aquellos hombres muertos, amigos o enemigos (Joan of Arc, lb. 2,
cap. 18, GUPj)
1552 Fisher Fishkin, 2002: 164, 165.
1553 Morris, 2007: 32.
1554 Fisher Fishkin, 2002: 181, 182.
1555 Estaba satisfecha de que su belleza fuera reconocida, su inteligencia, por encima de la media y sus poderes de atracción
eran verdaderamente extraordinarios. Cuando llegó no tenía un duro y sí costumbre de ahorrar; ahora se vestía
sofisticadamente, no pensaba en el dinero, pues estaba muy bien económicamente [...] Mantenía estrechas relaciones con la
mayoría de los congresistas, sospechándose de ella que formaba parte de esa detestable casta conocida como "lobistas" (The
Gilded Age, cap. 34, GUPj).
355
Una mujer, la señorita Hawkins, que actúa en el campo del amor como el más avezado de los
rompecorazones del género masculino, pues, tras unos inicios en los que les da esperanzas, finalmente les
dice que no puede casarse con ellos: "She frowned upon no lover when he made his first advances, but by
and by when she was hopelessly enthralled, he learned from her own lips that she had formed a resolution
never to marry"1556.
O como Roxanna (Roxy), la mujer esclava de color, aunque de apariencia blanca, madre que es capaz de
todo por sacar adelante a su hijo, incluso cambiarlo cuando era un bebé por el hijo del señor, para que
tuviera la posibilidad de una vida mejor, pero que cuando se da cuenta de la mala persona en que se ha
convertido amenaza a su propio hijo con decir la verdad. Esta mujer sabe que ser madre es lo mismo
independientemente de raza o religión: "Who made ´em so? De Lord done it. En who made de niggers? De
Lord made ´em. In the inside, mothers is all the same"1557.
Son Laura y Roxy féminas, como dice algún estudio, "renegadas" del canon twainiano, pues infringen la
norma de la pasividad de la mujer para tornarse en mujeres activas, pero que, a diferencia de sus pares
masculinos, acaban su historia derrotadas por la sociedad1558.
Twain apenas muestra en sus narraciones escenas de amor romántico y ninguna de amor sensual. En este
sentido ya vimos cómo el escritor estadounidense intentaba amoldarse a los cánones aparienciales de su
nueva vida de casado con la hija de una respetable familia de Connecticut, familia decente y religiosa. El
puritanismo era común en la Norteamérica decimonónica, en la que hombres y mujeres mantenían una
actitud "higiénica" tanto hacia adentro como hacia fuera, que excluía todo apetito sexual e incluso
1559
curiosidad sexual alguna . Las cartas que enviaba a su entonces prometida ejemplifican este
comportamiento: "You are the purest woman that ever I knew -& your purity is your most uncommon &
most precious ornament. Preserve it, Livy. Read nothing that is not perfectly pure"1560. Para Twain su mujer
fue, si no su madre, como Concha para Unamuno, sí su mayor apoyo, la mujer que comprendió su voluble
1556 Al principio no hacía ascos a ningún amante, pero tarde o temprano, cuando parecía que estaba irremediablemente
cautivada, les decía que había decidido no casarse jamás (The Gilded Age, cap. 34, GUPj).
1557 Pudd´nhead Wilson, 1980: 80.
1558 Harris, 1985: 157.
1559 LeMaster, 1993: 168.
1560 Eres la mujer más pura que haya conocido y tu pureza es tu más preciado y raro adorno. Guárdalo, Livy. No leas nada
que no sea perfectamente puro. Carta a Livy de 2 de marzo de 1869 (Letters, 1992: 132).
356
carácter. En Eve´s Diary, escrito un año después de la muerte de su señora, como homenaje a la fallecida,
dice al final refiriéndose a la primera mujer Eva (su esposa Livy): "Whenever she was, there was Eden"1561.
Su mujer fue su amor real, pero Twain habló en una de sus obras1562 de un amor platónico que aparecía a
lo largo de su vida en la forma de diferentes mujeres, de distintas edades y con nombres diversos. Twain
no fue desde luego un liberal en temas sexuales y basta fijarse en la anécdota que cuenta Albert Bigelow
Paine en su biografía sobre el encuentro que iba a tener con el revolucionario ruso Gorky y que nunca se
produjo tras el revuelo que levantó el hecho de que se alojara en una hotel con una tal Madame Andreieva
registrándose como marido y mujer, cuando no lo eran, siendo expulsados del establecimiento. El autor
norteamericano reaccionó con una rotunda sentencia ante tal circunstancia: "Laws can be evaded and
punishment escaped, but an openly transgressed custom brings sure punishment" 1563 . Y añadió: "Gorki
made an awful mistake"1564.
En su artículo de 1903 "Why not abolish it?" Twain adopta el argumento tradicional de que es la indefensa
mujer la seducida por el hombre, alegando que la edad de consentimiento penal (por debajo de la cual se
entiende que no se pueden consentir libremente relaciones sexuales) debería ser abolida, "porque la
seducción de una chica a cualquier edad dañaba la reputación de su familia"1565. En lo político, sin embargo,
evolucionó en su posición respecto a los derechos de las mujeres, en franca sintonía con el signo de los
tiempos. En 1867, un joven Twain, en tono jocoso, decía que podía dar argumentos en favor del derecho al
voto de la mujer, pero que no le apetecía darlos:
I think I could write a pretty strong argument in favor of female suffrage, but I do not want to do it. I
never want to see the women voting, and gabbling about politics, and electioneering. There is
something revolting in the thought. It would shock me inexpressibly for an angel to come down from
above and ask me to take a drink with him (though I should doubtless consent); but it would shock
me still more to see one of our blessed earthly angels peddling election tickets among a mob of
shabby scoundrels she never saw before1566.
1561 Dondequiera que estuviera ella estaba el Paraíso (The Bible, 1995: 19).
1562 "My Platonic Sweetheart" (1898), en Mysterious Stranger, 1922: 287-304.
1563 Se puede escapar de las leyes y eludir la pena, pero transgredir abiertamente una costumbre conlleva castigo seguro
mujer votando y cotorreando de política. Hay algo repugnante en ello. Me chocaría sobremanera que un ángel bajara del cielo
y me dijera si quería echar un trago (aunque sin duda debería aceptar); pero me chocaría aún más ver a alguno de nuestros
357
Y bromea en un tono que hoy calificaríamos como machista, diciendo lo que pasaría si las mujeres
legislaran: que todos los hombres tendrían que estar en casa antes de las diez de la noche, que los casados
tendrían que prestar más atención a sus propias mujeres (y no tanto a las "otras", se infiere del texto
twainiano), etc.
Con el tiempo parece que Twain interiorizó que la igualdad de voto era una cuestión de justicia, prueba de
lo cual es esta nota de su cuaderno de apuntes a finales de 1895: "We easily perceive that the peoples
furtherest from civilization are the ones where equality between man and woman are furthest apart—and
we consider this one of the signs of savagery. But we are so stupid that we can't see that we thus plainly
admit that no civilization can be perfect until exact equality between man and woman is included1567.
Pocos meses antes de morir, el escritor afirmaba con contundencia su apoyo al voto femenino, aunque
aseguraba un tanto exageradamente que "I have been and advocate of woman´s suffrage for fifty years"1568,
aludiendo a su defensa de la igualdad de derechos electorales, aunque no parece que a la vista de todos sus
escritos tuviera tanto entusiasmo.
Por último quiero destacar que la relación de Twain con las mujeres en sus últimos años fue, cuanto
menos, estrambótica. En 1902, año en el que su mujer cae enferma y sus hijas no gozan tampoco de la
mejor salud, se le ocurre la idea de formar un club sin reuniones, formado solo por mujeres que le habían
escrito cartas amistosas (lo que hoy sería un club de fans...). Se lo expone así a la Srta. Helene Picard:
I have a Club, a private Club, which is all my own. I appoint the Members myself, and they can't help
themselves, because I don't allow them to vote on their own appointment and I don't allow them to
resign! They are all friends whom I have never seen (save one), but who have written friendly letters
to me. By the laws of my Club there can be only one Member in each country, and there can be no
male Member but myself. Someday I may admit males, but I don't know -- they are capricious and
inharmonious, and their ways provoke me a good deal. It is a matter which the Club shall decide [...]
ángeles terrenales echando la papeleta electoral entre una multitud de mezquinos sirvengüenzas. Carta sobre el sufragio
femenino de 15 de marzo de 1867, publicada por vez primera en el Missouri Democrat de San Luis (Collected Tales,
1992a: 221).
1567 Se percibe fácilmente que los pueblos más alejados de la civilización son aquellos en los que la igualdad entre hombres y
mujeres está más lejos, considerando esto un signo de salvajismo. Pero somos tan estúpidos que no vemos que hemos de
admitir que no habrá civilización perfecta entre tanto no haya idéntica igualdad entre hombres y mujeres (Notebook, 1915:
256).
1568 He sido defensor del sufragio femenino durante 50 años (Twain, 2006: 693).
358
You must console yourself by remembering that you are in the best of company; that nobody knows
of your membership except myself -- that no Member knows another's name, but only her country;
that no taxes are levied and no meetings held (but how dearly I should like to attend one!)1569.
¿Lo encontraba pintoresco Twain?, ¿había algo más que meras relaciones epistolares? No hay evidencias ni
de una cosa ni de la otra, de modo que quizás solo fuera una manifestación exacerbada del egotismo del
que hablaba Unamuno. O del singularísimo humor del creador de Huck Finn...
1569Tengo un club privado que es solo mío. Nombro los miembros yo mismo, y los que ya son miembros no pueden votar
nuevos nombramientos y no se puede dimitir. Todos son amigos que no he visto nunca (salvo uno), pero que me han escrito
cartas amistosas. Según las leyes del club no puede haber ningún hombre, salvo yo mismo. Puede que algún día admita a
hombres, no lo sé, pues son caprichosos y su manera de ser me irrita mucho. Debes recordar que estás en la mejor compañía
y que nadie conoce que eres parte del club excepto yo, que nadie sabe el nombre de nadie, solo el país de origen; que no se
cobran tasas y no hay reuniones (¡pero cómo me gustaría ir a una!) (Letters , 1917: 718).
359
CAPÍTULO V. LA CREACIÓN LITERARIA. EL PÚBLICO.
TWAIN y su "casillero".
El lenguaje de Twain supuso una ruptura con el estilo predominante en la segunda mitad del XIX en la
literatura norteamericana, de impronta británica, lo que se denomina la genteel tradition. Es a lo que se
refería Emerson cuando decía que los americanos "tenían su cultura intelectual de un país y sus tareas, de
otro", pensamiento en la línea de lo que expuso George Santayana en 1911 en una conferencia titulada
"The Genteel Tradition in American Philosophy", cuando dijo que "America is a country with two
mentalities, one a survival of the beliefs and standards of the fathers, the other an expression of the
instincts, practice, and discoveries of the younger generations" 1570 . Por cuestiones cronológicas 1571 ,
Emerson, que formaba parte de esa tradición intelectual, no estaría pensando en Twain al realizar tal
afirmación, pero en esa ruptura con la tradición tuvo mucho que ver la aparición de una prosa
estadounidense derivada del estilo coloquial del escrito de Hannibal, entre otros autores1572.
El escritor estadounidense, aunque usó varios registros en su escritura, empleó en las que fueron sus
mejores obras un lenguaje popular, con usos dialectales del sur de los Estados Unidos y de los negros, y
también mostró interés por otras lenguas. Buen ejemplo de este gusto es que tradujo tres obras teatrales
del alemán al inglés y llegó a escribir alguna obra en lengua extranjera, como Meisterschaft (1887), con
diálogos en alemán e inglés1573. El estilo narrativo del autor del Yankee consistía en dirigirse directamente al
lector con mucha frecuencia, en parte por la influencia que el estilo de Thomas Carlyle tuvo en su modo de
escribir, como vimos en el capítulo correspondiente. De hecho, de esta actitud puede derivar el hecho de
que Twain no soliera usar el narrador omnisciente como punto de vista en sus obras, pues consideraba que
el narrador "is always an interested participant in the narrative performance…"1574.
1570 América es un país con dos mentalidades, una derivada de las creencias y estándares de los padres, otra, expresión de los
instintos, prácticas y descubrimientos de las nuevas generaciones (Nash, 1971: 2).
1571 Emerson realizó estos comentarios durante un discurso en 1844 (Twain contaba entonces con apenas 8 años)
escribir él mismo alguna como "Colonel Sellers: A Drama in Five Acts", una de las más exitosas obras de teatro de
los años 70. Incluso alguna de sus novelas más reconocidas, como The Adventures of Tom Sawyer o The Prince and the
Pauper, empezaron como textos teatrales (LeMaster, 1993: 228, 229).
1574 es siempre un participante interesado en el desarrollo de la narración (LeMaster, 1993: 583).
360
También relacionado con esta familiaridad con el lector está el empleo de Twain de la metaficción,
planteando los límites entre obra literaria y realidad y rompiendo así el pacto de lectura, de cuyo uso
tenemos constancia, por ejemplo, en arranque de su Adventures of Huckleberry Finn: "YOU don't know
about me without you have read a book by the name of The Adventures of Tom Sawyer; but that ain't no
matter. That book was made by Mr. Mark Twain, and he told the truth, mainly. There was things which he
stretched, but mainly he told the truth1575.
El escritor norteamericano reflexionó sobre el arte de escribir, al punto que en una ocasión un periodista
le entrevistó y cuando le pasó el borrador de la entrevista a Twain, no muy amigo de este género, para ver
qué le parecía, el humorista le contestó que no bastaba con reflejar exactamente las palabras del
entrevistado, sino que éstas requerían una explicación del modo ("how") en que fueron pronunciadas: "no
reader can possibly know where I was in earnest and where I was joking"1576. Asimismo, aprovechó el
norteamericano para señalarle las diferencias entre la ficción y el género periodístico de la entrevista,
puesto que el escritor, a diferencia del periodista (y Twain lo fue), escribe intentando que el lector
entienda lo que quiere que entienda: "He follow forms which have but Little resemblance to conversation,
but they make the reader understand what the writer is trying to convey"1577.
Por supuesto que el creador de Huck Finn no se dedicó solo a criticar la redacción periodística, sino que
trató sobre el tema de la escritura en varios ensayos, algunos dirigidos a denostar el trabajo de alguno de
sus colegas más eminentes, como James Fenimore Cooper, del que afirmaba que había infringido en sus
obras 18 de las 19 normas del arte literario en la ficción novelesca ("romantic fiction"), y que en el
reducido espacio de dos tercios de una página de su obra The Deerslayer, había cometido 114
transgresiones contra las reglas del arte literario. Entre ellas, por ejemplo, "that a tale shall accomplish
something and arrive somewhere", "that the episodes of a tale shall be necessary parts of the tale, and shall
help to develop it", "that the personages in a tale shall be alive, except in the case of corpses, and that
always the reader shall be able to tell the corpses from the others"1578, "that the personages in a tale, both
dead and alive, shall exhibit a sufficient excuse for being there", "that when the author describes the
1575 No sabréis quién soy yo si no habéis leído un libro titulado Las aventuras de Tom Sawyer, pero no importa. Ese libro lo
escribió el señor Mark Twain y contó la verdad, casi siempre. Algunas cosas las exageró, pero casi siempre dijo la verdad
(Huck Finn, cap I, GUPj).
1576 posiblemente ningún lector sabrá dónde hablaba en serio y dónde bromeando (Letters, 1917: 505).
1577 Usa formas que poco tienen que ver con la conversación, pero que hacen entender al lector lo que el escritor está
personajes del cuento esté vivos, excepción hecha, claro está, de los cadáveres, pudiendo en todo momento el lector distinguir
a unos de otros (Collected Tales, 1992b: 180).
361
character of a personage in his tale, the conduct and conversation of that personage shall justify said
description"1579, "use the right word, not its second cousin", "use good grammar" o "employ a simple and
straightforward style"1580. Twain se extiende profusamente en citar ejemplos de la citada obra de Cooper y
de otra novela del escritor de Nueva Jersey, The Pathfinder, donde se infringen tales reglas, y no sería la
última vez que arremetería con su mordaz ironía contra el autor de El último mohicano.
Por otra parte, siendo un reconocido humorista, el autor norteamericano no dejó de comentar lo que
según él era la esencia narrativa de una historia de humor, que resumía en dos frases: "The humorous story
is told gravely" y "is strictly a work of art"1581, para diferenciar este tipo de relatos de lo que llamaba las
"comic" and "witty stories" (historias cómicas e ingeniosas), las cuales estaban al alcance de cualquier
escritor ("anybody can do it"1582). Se aprecia en este ensayo cierto nacionalismo de Twain apreciando el
humor americano como el mejor de los posibles, pues afirma que "but the teller of the comic story does
not slur the nub; he shouts it at you—every time. And when he prints it, in England, France, Germany, and
Italy, he italicizes it, puts some whooping exclamation-points after it, and sometimes explains it in a
parenthesis. All of which is very depressing, and makes one want to renounce joking and lead a better
life"1583.
Se ha hablado mucho acerca del tipo de literatura que hacía Mark Twain, de si sus principales obras eran
libros para niños, y el propio autor era consciente de esta circunstancia cuando a propósito de la escritura
de Tom Sawyer le escribió a Howells que no se trataba de un libro de niños, sino que fue escrito para
adultos. Sin embargo, las opiniones ajenas pesaban considerablemente en el escritor norteamericano y
después de considerar la opinión de su esposa y su buen amigo Howard Dean Howells aceptó que se
publicara para niños, teniendo en cuenta que lo que quería era vender cuanto más mejor. He aquí el Twain
empresario del que hablábamos en el capítulo de su vida1584.
1579 que la presencia de los personajes en la historia tenga una razón de ser, que la conducta y conversación de un personaje
justifiquen la descripción que el autor hace de dicho personaje (Collected Tales, 1992b: 181).
1580 usar la palabra justa, no una aproximada, usar buena gramática o emplear un estilo claro y directo (Collected Tales,
1992b: 182).
1581 La historia humorística se cuenta seriamente y es, rigurosamente hablando, una obra de arte ("How to tell a story", en
Inglaterra, Francia, Alemania o Italia, la pone en cursiva, con algunas exclamaciones de alegría que a veces explica entre
paréntesis. Todo esto es muy deprimente y le hace a uno querer dejar de bromear y seguir una vida mejor (Collected Tales,
1992b: 202).
1584 Emerson, 1988: 94.
362
Años después volvería sobre el tema en una carta de 1892 en la que aclara meridianamente qué pensaba
de esa costumbre de la crítica de catalogar una literatura con una u otra etiqueta, diciéndole a su
corresponsal que estaba escribiendo una novela, con Tom y Huck de protagonistas, pero 15 años mayores:
"It is a story for boys, of course, and I think will interest any boy between 8 years and 80 […] I conceive
that the right way to write a story for boys is to write so that it will not only interest boys but will also
strongly interest any man who has ever been a boy. That immensely enlarges the audience"1585.
La cita anterior muestra cómo Twain estaba profundamente interesado en su audiencia, no solo
cualitativamente, es decir, en que el lector entendiera lo que él escribía, sino, principalmente,
cuantitativamente, al ser su objetivo tener cuantos más lectores mejor. El escritor norteamericano no se
dirigía a las élites, sino a la gran masa popular. En este sentido, en una muy citada carta de Twain en
respuesta a Andrew Lang, quien protestaba por el trato dispensado a los hijos de la Gran Bretaña en su
Yankee, el norteamericano alegaba que "he had never addressed himself to "the cultivated clases", "the thin
top crust of humanity", but only to "the mighty mass of the uncultivated" who are underneath"1586. Y el
escritor añadía al respecto que más que instruir, lo que había tratado era de entretenerlos: "I have seldom
deliberately tried to instruct them, but have done my best to entertain them"1587.
La anterior manifestación del autor de Hannibal nos lleva a preguntarnos sobre la intencionalidad de su
escritura. Decíamos al principio que, pese a que sus mejores obras fueron las escritas en un lenguaje
popular, con usos dialectales, con pasajes trufados de ironía y basando sus historias en su propia
experiencia -obras como Tom Sawyer o Huckleberry Finn-, también usó otros registros, pero no por gusto
propio (salvo quizás, en el caso de Personal Recollections of Joan of Arc, debido a la fascinación que llegó a
tener con el personaje histórico de la doncella de Orleans), sino por las exigencias de su posición social en
Hartford y la búsqueda de la aprobación a su escritura por parte de su familia, o bien por necesidades
económicas. Ejemplo del primero de estos condicionantes es The Prince and the Pauper (El príncipe y el
mendigo), un cuento histórico ambientado en Inglaterra, ajeno a ese estilo del autor que comentamos, que
fue escrito para satisfacer a los lectores elegantes de Hartford y otros lugares y conseguir, de paso, la
aprobación de su mujer y sus hijas. The Prince and the Pauper fue uno de los libros favoritos de su familia1588.
1585 Es una historia para chicos, por supuesto, y pienso que interesará a cualquier chico entre 8 y 80 años [...] Pienso que la
manera adecuada de escribir una historia para niños es hacerlo de manera que no solo interese a los chicos sino a cualquiera
que una vez fuera un niño. Eso amplía la audiencia inmensamente (Letters, 1917: 566).
1586 nunca se dirigió a las clases cultivadas, la delicada capa superior, sino a las poderosas masas de incultos que están debajo
363
El condicionante económico se aprecia, por ejemplo, en The Million Pound Bank Note (El billete de un millón
de libras), publicado en 1893 cuando caminaba ya sin remedio hacia la bancarrota1589.
Incluso cuando escribía sobre lo que le gustaba, sobre lo que había vivido, algunos críticos dudan de que
Twain tuviera una idea clara de lo que quería conseguir con la obra que iba a escribir, en gran parte por la
organización (o mejor, desorganización) de su plan de escritura, que, según algunos autores, consistía en
que "he usually set to work with a few characters and episodes in mind, but with no clear, fully developed
formal or thematic schemes. Thus we are obliged to concede that much of the apparent design in his
writing is probably unconscious in origin"1590.
Esto es lo que le ocurrió, por ejemplo, al escribir A Horse´s Tale, que acabó de terminar poco después de la
muerte de su hija Susy, y del que reconoció en carta a su editor Frederick Duneka, que la inspiración del
personaje principal de la obra en su hija le había llegado de forma accidental: "This strong interest is
natural, for the heroine is my daughter, Susy, whom we lost. It was not intentional—it was a good while
before I found it out. So I am sending you her picture to use—and to reproduce with photographic
exactness the unsurpassable expression and all"1591.
En cualquier caso, más allá de la consciencia o no de Twain sobre el sentido de sus obras, lo que es claro
es que el escritor norteamericano tenía una manera de escribir bastante anárquica: pergeñaba textos cuya
elaboración se prolongaba mucho en el tiempo. El propio autor reconocía en su Autobiografía que nunca
había habido ocasión en sus últimos 35 años en los que su "astillero no tuviera dos o más barcos a medio
terminar, fruto de mi pereza, y cociéndose al sol", añadiendo que un libro se iba "escribiendo solo", pero
que llegaba un punto en que "el libro trataba de trasladar a mi cabeza la labor de ingeniar sus situaciones,
inventar sus aventuras y conducir sus conversaciones" y entonces, dice Twain, "lo dejaba de un lado y me
lo quitaba de encima"1592. El escritor empezó la redacción de muchos libros, como Tom Sawyer, The Prince
and the Pauper o el Yankee, los cuales acabó muchos años después de iniciada su composición, y otros
tantos, como "The Refuge of the Derelicts" o The Mysterious Stranger, amén de un largo etcétera, que dejo
inconclusos.
364
Esperando la inspiración.
Twain sería, en terminología unamuniana, como luego veremos, un escritor vivíparo, que iba gestando un
libro a lo largo del tiempo, a tirones de inspiración, sin un plan de escritura previamente establecido. Así lo
reconocía el propio autor a su hermano en 1878: "I have entirely rewritten one book 3 (perhaps 4) times,
changing the plan every time -1200 pages of MS. wasted and burned-and shall tackle it again, one of these
years and maybe succeed at last"1593. Incluso llegó a afirmar, tres años antes de su muerte, que sus libros se
habían escrito "solos", pues no preveía el desarrollo de un personaje a lo largo de la obra, sino que
comenzaba a narrar episodios y anécdotas fruto de su experiencia vital y el personaje, como Tom o Huck,
se iba haciendo a sí mismo:
I never deliberately sat down and "created" a character in my life. I begin to write incidents out of
real life. One of the persons I write about begins to talk this way and one another, and pretty soon I
find that these creatures of the imagination have developed into characters, and have for me a
distinct personality. These are not "made," they just grow naturally out of the subject. That was the
way Tom Sawyer, Huck Finn and other characters came to exist. I couldn't to save my life
deliberately sit down and plan out a character according to diagram. In fact, every book I ever wrote
just wrote itself1594.
Ejemplo paradigmático de este dilatado proceso de escritura es su "Captain Stormfield's Visit to Heaven",
del que realizó numerosos borradores a lo largo de 40 años: empezó a gestarse en el encuentro que tuvo
con el capitán Edgar "Ned" Wakeman en el vapor desde San Francisco en su camino a Nueva York para
hacer el viaje a Tierra Santa (1868) y la revisión final de la obra es de 1909, aunque en 1907 y 1908 ya
publicó en Harper´s Monthly sus "Extracts from Captain Stormfield´s Visit to Heaven1595. En efecto, Twain
iba utilizando experiencias, recuerdos y llegado un punto en el que no tenía más, dejaba aparcado el libro,
lo guardaba "in a pigeonhole two years"1596 y lo retomaba un día sacándolo de su casillero y leyendo el
1593 He reescrito entero un libro 3 o quizás 4 veces, cambiando el plan cada vez, 1.200 páginas de manuscrito desperdiciado
y quemado y que encararé de nuevo uno de estos años y quizás tenga éxito (Robinson, 1995: 362).
1594 Nunca me he sentado de un modo deliberado y he "creado" un personaje en mi vida. Alguna de las personas de las que
he escrito empieza a hablar de un modo u otro, y muy pronto encuentro que esas criaturas fruto de mi imaginación se han
convertido en personajes y tienen para mí una personalidad distinta. No están creados, solo surgieron naturalmente. Así
comenzaron a existir Tom Sawyer, Huck Finn y otros. Nunca he podido sentarme y planear un personaje de acuerdo con un
esquema previo. De hecho, todos mis libros se han escrito solos (Robinson, 1995: 362).
1595 The Bible, 1995: 129, 138.
1596 en un casillero, dos años (Twain, 1967: 3).
365
último capítulo que escribió, una vez que su tanque creativo estaba lleno de nuevo, es decir, que le volvía la
inspiración.
Por último, cabría realizar algunas consideraciones en torno a la creatividad de la escritura twainiana.
Decíamos al principio que Twain, junto a otros autores, sobre todo aquellos de los que podíamos
denominar "humoristas de la frontera", fueron cambiando el eje de la literatura norteamericana desde
Nueva Inglaterra (el este), al sur y oeste del país. Pues bien, parece que el mismo escritor sureño no
consideraba su escritura especialmente original, al menos en sus últimos años deterministas, en los que
afirmaba que el hombre no crea nada, ni siquiera una idea, sino que hace las cosas por herencia y por
hábito, que es una máquina y las máquinas no crean. Incluso llegó a decir de Shakespeare, el poeta inglés
más universal, que no creó nada, salvo "imitaciones", aunque reconociendo que lo hizo de manera
magnífica, puesto que el británico no cosía como los demás hombres, sino que hacía "tapices gobelinos":
Este punto de vista ayuda a entender la reacción de Twain en una carta a la niña prodigio, Hellen Keller,
quien, según parece, escribió un libro y fue acusada de plagio. El escritor estadounidense evoca la imagen
de los enanos a hombros de gigantes de Bernardo de Chartres:
As if there was much of anything in any human utterance, oral o written, except [sic] plagiarism! The
kernel, the soul -let us go further and say the substance, the bulk, the actual and valuable material of
all human utterances- is plagiarism. For substantially all ideas are second-hand, consciously and
unconsciously drawn for a million outside sources, and daily used by the garnerer with a pride and
satisfaction born of the superstition that he originated them […] When a great orator makes a great
speech you are listening to ten centuries and ten thousand men -but we call it his speech, and really
some exceedingly small portion of it is his"1598.
1597 Shakespeare no creó nada. Observó correctamente y pintó maravillosamente. Retrató con exactitud a la gente creada por
Dios; pero él mismo no creó nada. Démosle la opción de que lo intentó. Shakespeare no podía crear. Él era una máquina y las
máquinas no crean (What is the man?, GUPj).
1598 ¡Como si hubiera algo en el lenguaje humano, hablado o escrito, que no sea un plagio! Nuestro núcleo vital, nuestra alma
es el plagiarismo. Todas las ideas son de segunda mano, consciente o inconscientemente dibujadas por un millón de influencias
exteriores y usadas diariamente por el afortunado con un orgullo y satisfacción nacidos de la superstición que las engendró [...]
366
UNAMUNO, ¿ovíparo o vivíparo?
Miguel de Unamuno escribió en periódicos, pero, a diferencia de Twain, no llegó a ser periodista, pero sí
fue filólogo de formación, aunque no gustara de sesudos estudios de su ciencia y sí de su aplicación práctica
a la comunicación entre los hombres. Tanto interés tuvo por la lengua que tradujo en varios idiomas,
inglés, francés, alemán, noruego, danés... y fue profesor de griego. Para el escritor vasco, el lenguaje, como
dijimos al hablar de su filosofía, fue tan importante como el mismo pensamiento, conformando aquel a éste,
y viceversa. Unamuno, como Twain, fue influido por Carlyle en su modo de dirigirse a la audiencia y en su
uso de un lenguaje llano, sin retórica.
En su Vida de Don Quijote el escritor abogaba por poner en lengua escrita voces de la lengua hablada, "en
sacar a ras de lengua escrita voces de la lengua corrientemente hablada, en desentonar y desentrañar
palabras que chorrean vida según corren frescas y rozagantes de boca en oído y de oído en boca de los
buenos lugareños de Castilla y de León"1599.
Decía Unamuno a su amigo Pedro de Múgica a este respecto que "lo mejor de Galdós es su lengua, su
lengua viva, incorrecta, la que se habla, la que rueda, la de la calle, con galicismos y todo"1600. Unamuno,
aunque se dirigía al lector con esa familiaridad de la que hacía gala Carlyle, el "Maese Pérez" escocés, no
usaba tanto en sus obras este lenguaje del pueblo, sus dialectos, como sí hacía Twain normalmente, aunque
sin duda quería dirigirse, como el norteamericano, a esa gran masa popular, a diferencia del intelectual
español de la época.
Buscaba el escritor español realizar creaciones artísticas, que no intelectuales, pues éstos son productos de
la razón, mientras que el arte o la actividad no racional son del espíritu, como la mística o las grandes
obras1601. Los intelectuales en la España de la segunda mitad del XIX, entre los que se contaba el padre de
Ortega y Gasset, José Ortega Munilla, eran parte de la aristocracia política y cultural del país1602. Esta élite
se dirigía a un público de lectores que provenían de su misma clase social, clases altas y medias y población
casi exclusivamente urbana, mientras que la sociedad española era mayoritariamente rural, con dos tercios
Cuando un gran orador hace un gran speech, estás escuchando a 10 siglos y a 10 mil hombres -pero le decimos "su speech" y
realmente solo una pequeñísima parte del discurso es suyo (Letters, 1917: 731).
1599 Vida de Don Quijote, 1914: 398, 399.
1600 Cartas, 1972: 185.
1601 Laín Entralgo, 1997: 375.
1602 Storm, Eric, “Los intelectuales en 1900” (Collard y Storm (eds.), 2000: 10).
367
que no sabían leer y el que sabía apenas lo hacía1603. Así las cosas, Unamuno siguió la estela de Joaquín
Costa, quien no solo provenía de una capa social humilde, sino que se dirigió a la mayoría de la población,
superando incluso los límites de este último, quien no intentó llegar a un público obrero, a diferencia del
escritor vasco1604 . Antes de su famosa crisis de 1897 el filósofo español contribuyó regularmente en la
prensa obrera, socialista y anarquista. Después de 1897 publicó trabajos en revistas populares "y hasta
frívolas" como Nuevo Mundo y Mundo Gráfico. Dio conferencias por muchas ciudades, sin limitarse a
ateneos o círculos literarios1605.
Parece claro que, pese a esa intencionalidad de Unamuno de dirigirse a todos los públicos, no empleó el
mismo tono en sus conferencias que en sus artículos, en sus nivolas o en ensayos como Del sentimiento
trágico, que más parecen instrumento de expresión del pensamiento Unamuniano, de desahogo de su
agonía, de su lucha íntima, que un vehículo para llegar a una audiencia amplia. En carta al profesor Francisco
Giner de los Ríos en 1922 le comenta:
Suelo hacer monólogos o soliloquios ante el público y el público que quiere diálogo, aunque él solo
responda con su silencia o su aplauso, se llama a engaño. Y yo quedo satisfecho porque prefiero
haber llegado de veras al corazón o a la cabeza de media docena de oyentes, que no haber agitado un
momento el alma movediza de la muchedumbre, alma que se disipa así que la muchedumbre se
disgrega1606.
Esta última afirmación de Unamuno nos lleva a plantearnos si de verdad Unamuno tenía al lector tan en
cuenta como decía. Por un lado, quería dirigirse a una audiencia amplia. Por otro, estaba su vocabulario
ambivalente, sus paradojas... En Niebla habla de la ingenuidad de los lectores 1607 . No es fácil leer a
Unamuno, como dice Luciano González Egido, indicando las múltiples interpretaciones de su obra1608, al
punto que algún crítico ha señalado que el escritor español "descalifica" al lector mediante un "mecanismo
de duplicidad" entendida en un doble sentido: como doblez o engaño y como conflicto entre significados
la conciencia que tienen de la ingenua simplicidad de sus lectores. Y hay que acabar con esta ingenuidad" (Niebla,
1982: 51).
1608 González Egido, 1987: 17.
368
opuestos1609. Discrepo de esta opinión, puesto que la naturaleza como escritor de Miguel de Unamuno es
así, ambigua, contradictoria. Al autor español sí que le importa el lector, sobre todo, el lector principal, él
mismo y subsidiariamente, los demás, que son los que, en su memoria, harán de él alguien inmortal. Decía
en este sentido Unamuno en el prólogo de su "La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez":
Y si alguien dijera que en este relato de la vida de Don Sandalio me he puesto o mejor me he
entrometido y entremetido yo más que en otros relatos -¡y no es poco!-, le diré que mi propósito
era entrometerle y entremeterle al lector en él, hacer que se dé cuenta de que no se goza de un
personaje novelesco sino cuando se le hace propio, cuando se consiente que el mundo de la ficción
forme parte del mundo de la permanente realidad íntima1610.
Unamuno quería “unamunizar” a su audiencia, derramar su espíritu sobre los demás, según ese instinto de
invasión del que habla en "La locura del doctor Montarco". El rector de Salamanca, como el doctor, no va a
cambiar su modo de escribir y su contenido por mucho que al público le parezca raro, aunque no
entiendan la ruptura que hace del pacto de lectura zambulléndose en la historia de Niebla para advertir a
Augusto que iba a matarlo. Unamuno plantea así los límites de la realidad, deslizando si acaso no son más
reales sus personajes que él mismo. Como decía en Niebla1611 y adelantaba ya en Amor y Pedagogía:
Yo, Fulgencio Entrambosmares, tengo conciencia del papel de filósofo que el Autor me repartió, de
filósofo extravagante a los ojos de los demás cómicos, y procuro desempeñarlo bien. Hay quien cree
que repetimos luego la comedia en otro escenario, o que, cómicos de la legua viajantes por los
mundos estelares, representamos la misma luego en otros planetas; hay también quien opina, y es mi
opinión, que desde aquí nos vamos a dormir a casa1612.
Además, el creador español reflexiona continuamente sobre la naturaleza del sueño, que acaso sea la
verdadera realidad. Dice el escritor en su obra filosófica mayor: "¿Quién nos dice que no haya un mundo
invisible e intangible, percibido por el sentido íntimo, que vive al servicio del instinto de perpetuación?" 1613.
De aquí que algunos autores hayan hablado de "solipsismo masoquista" o "subjetividad radical" 1614 en
369
Unamuno, entendemos más acertado el segundo calificativo que el primero, ciertamente exagerado e
impreciso.
El pensador español entra de lleno en el tema de la metaficción en sus nivolas, como la mencionada Niebla,
hablando de los niveles de realidad, como muestra este diálogo entre Víctor y Augusto:
––¿Por dentro?, ¿por dentro de quién?, ¿de ti?, ¿de mí? Nosotros no tenemos dentro. Cuando no
dirían que aquí no pasa nada es cuando pudiesen verse por dentro de sí mismos, de ellos, de los que
leen. El alma de un personaje de drama, de novela o de nivola no tiene más interior que el que le da...
––Sí, su autor.
––No, el lector.
[…] Y además, que si, como te decía, un nivolista oculto que nos esté oyendo toma nota de nuestras
palabras para reproducirlas un día, el lector de la nivola llegue a dudar, siquiera fuese un fugitivo
momento, de su propia realidad de bulto y se crea a su vez no más que un personaje nivolesco, como
nosotros1615.
O en San Manuel Bueno, cuando en el epílogo alude a la realidad de la memoria que escribió Ángela, como
en Niebla:
¿Que se parece mucho a otras cosas que yo he escrito? Esto nada prueba contra su objetividad, su
originalidad. ¿Y sé yo, además, si no he creado fuera de mí seres reales y efectivos, de alma inmortal?
¿Sé yo si aquel Augusto Pérez, el de mi novela Niebla, no tenía razón al pretender ser más real, más
objetivo que yo mismo, que creía haberle inventado? De la realidad de este san Manuel Bueno,
mártir, tal como me la ha revelado su discípula e hija espiritual Angela Carballino, de esta realidad no
se me ocurre dudar. Creo en ella más que creía el mismo santo; creo en ella más que creo en mi
propia realidad1616.
También en su Vida de Don Quijote, con su recurrente tema de los personajes que son más reales que los
autores, refiriéndose constantemente a Cervantes no como un escritor, sino como "el historiador"1617.
370
Y trata de la metaficción también en obras específicamente dedicadas al tema, caso de Cómo se hace una
novela. En esta obra muestra su preocupación por no ser él más que sus personajes y que, al acabar una
historia, lo que se extinga sea su propio yo: "La historia es leyenda, ya lo consabemos —es consabido — y
esta leyenda, esta historia me devora y cuando ella acabe me acabaré yo con ella. [...] Mi leyenda!, mi
novela!" 1618 . Es lo que el profesor Venegas denomina como la identificación entre creación literaria y
autobiografía, en el sentido de que el autor se hace consciente de su identidad a través de los personajes
de ficción que crea1619.
Pese a lo que el título pueda indicar, no es ésta una obra sobre la composición o creación literaria, sino
que es la novela del escritor vasco la que explica cómo va haciendo él una novela, "porque había imaginado,
hace ya unos meses, hacer una novela en la que quería poner la más íntima experiencia de mi destierro,
crearme, eternizarme bajo los rasgos de desterrado y de proscrito. Y ahora pienso que la mejor manera de
hacer esa novela es contar como hay que hacerla. Es la novela de la novela, la creación de la creación"1620.
Vida y novela son términos intercambiables, de modo que, como indica Carlos Javier García, "¿cómo se
hace una novela?" es lo mismo que preguntarse "¿cómo se logra descubrir el sentido de la vida?"1621. Y
Unamuno le contestaría que "haciendo del proyecto trayecto, del problema metablema; luchando. Y así
luchando, civilmente, ahondando en mí mismo como problema, cuestión, para mí, trascenderé de mí
mismo, y hacia dentro, concentrándome para irradiarme, y llegaré al Dios actual, al de la historia"1622.
Es decir, la respuesta que el escritor de Bilbao da a los interrogantes anteriores es terminante: al irse
haciendo. Alude de este modo al divagar ("A lo que salga" lleva como título uno de sus ensayos) como
principio discursivo que aplicó en otras obras. La vida humana no es definible como si se tratara de un
objeto; es necesario crearla para descubrir su sustancia. El escritor hace de su obra un instrumento para la
aprehensión de una realidad siempre problemática. El hallazgo de una solución se encuentra en la acción
del proceso mismo, en la lucha. Decía Unamuno, remedando a aquello de Whitman de "¡Esto no es un
libro; es un hombre!", lo de: "Esto no es una novela; es un pueblo"1623. Así, la novela es para el vasco su
propia vida.
371
De lo dicho sobre las dudas acerca de la "verdadera" realidad de Unamuno parece evidente que no se
puede encasillar al autor vasco dentro de lo que convencionalmente se denomina literatura realista (como
tampoco se puede encasillar ahí a Twain, pese a que a veces figure así adjetivado, pues no hay más que
observar sus últimas obras para asumir que esa calificación es, cuando menos, insuficiente). Sus nivolas no
tienen apenas paisaje, ni decorado; su realidad es fundamentalmente la realidad íntima de las inquietudes, de
la lucha de sus personajes. Son historias intemporales y de espacio indeterminado o reducido a la mínima
expresión. En el "Prólogo" a sus Tres novelas ejemplares y un prólogo indica Unamuno que "nada hay más
ambiguo que eso que se llama realismo en el arte literario. Porque, ¿qué realidad es la de ese realismo? [...]
el llamado realismo, cosa puramente externa, aparencial, cortical y anecdótica..."1624. Sin embargo, para el
filósofo "la realidad es la íntima. La realidad ni la constituyen las bambalinas, ni las decoraciones, ni el traje,
ni el paisaje, ni el mobiliario, ni las acotaciones, ni..."1625.
El escritor español huía del encasillamiento y, al igual que no le gustaría la etiqueta de realista o
existencialista, deleznaba la rigidez de las categorías de los distintos tipos de textos y, de este modo,
establece una original distinción entre cuento y novela, rechazando algo que todavía sigue siendo una
ilusión entre algunos narradores, la posibilidad de considerar el cuento sólo como simple boceto de novela
y ésta última como desarrollo de aquel: "Y así un cuento que no sea más que un núcleo de novelas, como
cuento es imperfecto, como es imperfecta la novela que no sea más que estiramiento de un cuento"1626.
¿De qué escribía Unamuno? Hemos ido viendo en los capítulos anteriores el pensamiento de los dos
autores, sus temas y cómo el carácter autobiográfico era muy acentuado en muchas obras de Twain,
pudiendo decir lo mismo de las del escritor español. Autobiográfico en el sentido de que sus obras son
como pedazos de la vida interior del autor, tal y como refleja Ricardo Gullón en su libro sobre el escritor,
Autobiografías de Unamuno, pues sus obras son la exposición de sus preocupaciones, de su agonía. Hay
también alguna autobiografía como las de Twain, reflejo de su vida exterior, de sus andanzas, como el caso
de Paz en la guerra, en cuyo prólogo reconoce Unamuno los diferentes estilos de sus obras:
Hay pinturas del paisaje y dibujo y colorido de tiempo y lugar. Porque después he abandonado este
proceder, forjando novelas fuera de lugar y tiempo determinados, en esqueleto, a modo de dramas
íntimos, y dejando para otras obras la contemplación de paisajes y celajes y marinas1627.
372
Lo que tampoco quiere decir que Twain se quede solo en lo aparencial, pudiendo diferenciarse sus
primeras obras de las posteriores, pasando del interés por la narración de un viaje -Inoccents, Roughing it- o
la descripción de una época -The gilded age- a utilizar el viaje para expresar una idea -Huck Finn-. Los
personajes de Unamuno pues, en ausencia de una realidad circundante, no son aquellos, como dice Julián
Marías, que se hacen por una situación o caso, definidos por su papel, sino aquellos otros con personalidad
singular, en el sentido de personas, de modo de ser1628.
La primera novela del autor, Paz en la guerra, sería la más planificada de sus obras, con una previa labor de
erudición, un esquema de desarrollo de la obra, lo que el escritor llamaba "oviparición, empollando
notas"1629, tal y como reconocía a su amigo Pedro de Múgica que era el modo de escribir de sus primeros
años:
Mi modo de trabajar es éste: concibo un tema y voy durante unos días amontonando notas, datos,
frases sueltas, observaciones; luego las enhilo y hago de un tirón el artículo o lo que sea, y luego me
pongo a pulirlo y mondarlo, a quitarle la broza [...] a eso le llamo yo la destilación de las ideas, la
fabricación de la esencia1630.
Quince años después, sin embargo, le comentaba al mismo interlocutor, hablando de su Vida de Don
Quijote: "La he hecho de un tirón y por viviparición [...] trabajando en él hasta cinco y seis horas algunos
días"1631. Unamuno distinguía entre dos tipos de escritores, el vivíparo, que de una idea, una vez todo bien
imaginado y compuesto, hace una novela de un tirón, es decir, el "que gestó su obra en su mente y la pare
viva, es decir, entera y verdadera en su forma casi definitiva"1632 y el ovíparo, que procede distinto, "apunta
una idea en una cuartilla y le va añadiendo de cuando en cuando detalles y según escribe tacha, añade,
sustituye y altera"1633.
373
Esa sería la tónica del creador vasco, la alternancia entre obras de generación más lenta, estudiando el tema
durante años, como Abel Sánchez o Del sentimiento trágico de la vida, con otras en las que no tiene un plan
previo, improvisa y hace la obra casi del tirón, como lo que comenta en su ensayo "A lo que salga"1634.
Como dice el profesor Eugenio de Bustos Tovar, "en numerosísimas ocasiones [Unamuno] ocupa un
dilatado período de tiempo, en el que la idea inicial –revelada muchas veces en su correspondencia, con
una antelación de varios años- se va reelaborando"1635. Así se explica cómo muchas de sus obras suelen
llevarle un buen puñado de años (igual que a Twain, aunque por otros motivos): La tía Tula, publicada en
1912, la empezó en 1902; Nada menos que todo un hombre, de 1905 a 1916; Del sentimiento trágico de la vida,
entre 1905 y 1912; en Paz en la guerra tardó 12 años1636.
Decíamos antes que Twain tuvo que escribir en función de sus necesidades económicas. Unamuno era
consciente de las dificultades del creador y así se lo manifestaba a un joven Eduardo Marquina en 1907,
cuando le advertía: "Ser poeta, como oficio, tener que vivir de la poesía es lo más desolado que hay. Y
tener, en general, que vivir de la pluma. Lo único que da algo es el teatro, pero éste ni le producirá a usted
ni me producirá a mí. Es usted demasiado lírico para dominar la dramática española" 1637 . Don Miguel
escribió de todo, principalmente traducciones y artículos, por necesidades económicas, pero sus obras
fundamentales no muestran renuncia alguna a su esencia, sus obras hoy entendidas como maestras no son,
desde luego, literatura de consumo, triste destino que exponía en su "Don Sandalio, jugador de ajedrez": "Y
si es terrible caer como en profesión de fabricante de novelas, mucho más terrible es caer como en
profesión en lector de ellas"1638.
Por último, me referiré al tema de la originalidad del que hablábamos en Twain. Para Unamuno, a diferencia
del escritor norteamericano, sí es posible la creatividad, como dice en el epílogo de Amor y Pedagogía: "el
arte no está obligado a respetar el determinismo. Es más, creo que el fin principal del arte es
emanciparnos, siquiera sea ilusoriamente, dé semejante determinismo, sacudirnos del liado" 1639 . Para el
escritor español, la novela naturalista, ejemplificada en Zola, fracasó en su aplicación a la novela del
374
determinismo psicológico, pero dejó "enseñanza abundante" en su fracaso. Y que lo que queda es "fundir
artísticamente en la novela lo psicológico con lo sociológico"1640, concluía Unamuno.
Han pasado 117 años desde la Guerra del 98, también conocida como Guerra hispanonorteamericana.
Mucho tiempo, pero algunos problemas permanecen hoy igual de irresolubles que ayer. El término tan
empleado de "postmodernidad" nos descubre en realidad bien poco respecto al hombre de hace un siglo.
El hombre contemporáneo, como somos nosotros, como eran Mark Twain y Miguel de Unamuno,
mantiene unas inquietudes similares a las que afloraron en la época de estos dos autores. La razón, antes y
ahora, no nos vale para explicárnoslo todo, no desde luego para desentrañar el misterio de la existencia
humana.
Llevamos más de un siglo de progreso, pero, como ya denunciaron los dos literatos, este progreso es más
técnico y material que espiritual. Twain no llegó a vivir la gran devastación que el desarrollo tecnológico
hizo posible, pero lo imaginó en su A Connecticut Yankee in King Arthur´s Court. "No cabe profecía del
porvenir sino a base de historia"1641, decía Unamuno, de modo que intentaremos sacar unas lecciones de lo
que ocurrió en el fin de siècle en la mirada de estos dos hombres.
A finales del siglo XIX los Estados Unidos empezaban a ser una gran potencia económica y militar. España
hacía tiempo que había dejado de serlo, pero la guerra fue para ella una especie de certificado de
defunción. Los EE.UU. eran un país rico y con libertades políticas, pero semejantes virtudes no alcanzaban a
toda su población por igual. Twain denunció el problema de la propiedad de la tierra, del racismo, del
desprecio a los inmigrantes (los chinos, en concreto), del imperialismo de su país basado realmente en
causas económicas en vez de la esgrimida de la extensión de los ideales republicanos de los padres
fundadores. Hoy muchas voces siguen tachando de imperialista al país del dólar, achacando sus
intervenciones bélicas a un mero interés económico.
España era un país atrasado y analfabeto, con una proporción de población rural mucho mayor que la
media de los países occidentales. Formalmente era una democracia, pero la corrupción y el caciquismo
impregnaban todo el entramado político-administrativo. Perdido su estatus de potencia, y ante el desastre
político que hubiera supuesto ceder aún más territorios, se embarcó en una guerra en el norte de África
sin interés económico inmediato. Era la antigua Hispania un país con unos gobiernos cada vez más
cuestionados y reivindicaciones separatistas, como la España actual. Contra todo esto y todo aquello cargó
1641 "La Promesa de España. Pleito de historia y no de sociología" (El Sol, 1931: 1).
376
Unamuno: criticó a los militares, al rey, a los latifundistas, el sistema educativo, los regionalismos, los
desmanes de la República...
El posicionamiento político que comentamos de los dos autores es su actitud predominante, pero ambos
no estuvieron exentos de contradicciones. En Unamuno, la forma de expresar su pensamiento tenía que
ver, más que con una ausencia de coherencia y claridad ideológica, como alega algún autor, con su
incapacidad para la síntesis, su "o todo o nada", aunque sus paradojas eran más aparenciales que otra cosa,
y se debían muchas veces, como señala González Egido, a su evolución en la interpretación del significado
de las palabras, ya que su pensamiento era el lenguaje y su lenguaje expresaba su pensamiento. Las
contradicciones de Twain tenían más que ver con discordancias entre su vida y sus planteamientos, quizás
en lucha con su propia personalidad, alienada a veces por ese "enano" al que hace referencia en alguna de
sus obras1642.
A ambos les preocupó el problema de la personalidad. Twain, quizás influido por su propio estado
psicológico, por los cambios de ánimo que "sorprendían" a su propia mujer e hijas, divagó acerca del
"divided self" que definió el psicólogo y filósofo William James, interesándose por la figura del doble, que
plasmó en varias de sus obras, y por la realidad del yo. Twain buscó respuestas a estas preguntas en la
filosofía determinista, negando (aunque no siempre) el libre albedrío, achacando la forma de ser del
hombre a una fuerza externa que hace que seamos como somos, no pudiendo ser de ninguna otra manera.
El hombre es una máquina que no crea nada, decía Twain1643. Llegó incluso a dudar si el hombre existiría,
como un modo de evadirse de un mundo y de su propio ser, que no entendía; pero su respuesta solipsista
fue esporádica 1644 . Sondeó también otras respuestas alejadas de la ciencia y la psicología, como la
telepatía1645.
Unamuno bebió de fuentes más variadas. Del coetáneo de Twain, Oliver Wendell Holmes, adoptó su
teoría de los "tres yoes", siendo el más importante para el español el yo que uno quiere ser, es decir, el yo
como voluntad, influencia de Schopenhauer. Y el yo no es para Unamuno el abstracto "el hombre", sino
que es el suyo, el de un hombre de carne y hueso, subjetivismo similar al de Kierkegaard. Un yo ajeno a la
voluntad no le vale a Unamuno, pues poco podía importarle el yo verdadero, cuando la verdad, dice, como
decía el mencionado James, es lo que vale para la vida concreta. Y de aquí su encasillamiento a veces como
1642 "The Facts Concerning the Recent Carnival of Crime in Connecticut", GUPj.
1643 What is man?, GUPj.
1644 Mysterious Stranger, 1922: 137-140.
377
vitalista. Unamuno también trató el tema de la disociación de la personalidad, pero lo que más le
preocupaba era la pregunta de hasta cuándo existiría su yo, la supervivencia de su ser.
La pervivencia del yo era el eje del sentimiento religioso de Unamuno, de su agonía, de su lucha entre fe y
razón, lucha en la que la razón le decía que la vida era finita mientras la fe le ofrecía un más allá. De su fe
"del carbonero" infantil pasó a una fe adulta más reflexiva, y la reflexión le llevó a la pérdida de la fe por
intelectualista, pues el agnóstico Unamuno no podía llegar a Dios con la razón. De esta crisis, la de 1897,
no salió una síntesis, y entre tesis y antítesis pasó toda su vida, cercano siempre al cristianismo, de un tipo
u otro, queriendo creer en Cristo, en un Dios personal que lo salvara de la nada.
Twain tuvo momentos (o eso pareció) en los que intentó creer, de la mano de su religiosa mujer y de su
buen amigo el reverendo Joseph Twichell, pero la mayor parte de su vida la pasó despotricando contra la
religión que le habían enseñado de pequeño, basada en una interpretación literal de la Biblia, encarnada en
el Dios autoritario y vengativo de los pasajes más descarnados del Antiguo Testamento. Para Twain el cielo
no era una necesidad vital, como para el español, y lo describía en sus obras con burla e ironía. No
entendía el norteamericano cómo podía existir un Jesucristo que fuera el mismo Dios vengador del libro
de los Salmos y adoptó una especie de deísmo (del que también habló Unamuno, aunque matizando las
diferencias entre los distintos tipos de esta doctrina) racionalista, similar al que describe Thomas Paine en
su The Age of Reason.
Ambos escribieron ampliamente de la "condenada" raza humana que se portaba con sus semejantes peor
que lo harían los animales, pues éstos, según Twain, si hacían daño no era gratuitamente, sino por
supervivencia. La lucha por la vida de la que habló Darwin fue precisamente un concepto que ambos
trataron, una de sus diversas influencias comunes, principalmente las de, además del naturalista inglés,
padre de la selección natural, la ya apuntada de James (principalmente por el flujo de conciencia y la religión
como experiencia individual), de Thomas Carlyle (el concepto de la heroicidad y el tono que empleaban en
sus obras), de Shakespeare y Cervantes, de los que tomaron varios motivos que trataron en sus creaciones
o, la más evidente, la Biblia, que ambos aprendieron concienzudamente de pequeños e interpretaron de
modos muy diferentes.
No fueron unos revolucionarios en el tratamiento de la mujer en sus ficciones, que seguían confinando
mayoritariamente a su rol tradicional de soporte del hombre, sensible, madre y alma del hogar, aunque
ofrecieron pinceladas de una mujer nueva, decidida y con carácter, que parecía adoptar el rol del sexo
378
fuerte, especialmente en algunas mujeres de Unamuno (Tula, etc.). Y, en cuanto a los derechos de la mujer,
se mostraron partidarios del sufragio femenino.
Sus modos de escribir guardaron similitud, en cuanto a que, generalmente, tardaban bastante tiempo en
pergeñar sus obras mayores (los artículos y relatos, obviamente, son harina de otro costal por su
brevedad). Empleaban un buen lapso de tiempo, como decimos, aunque por motivos diferentes: mientras
Unamuno, solía tener una idea inicial que iba reelaborando y añadiéndole materiales hasta que estuviera
lista para ser escrita, Twain funcionaba a tirones de inspiración, pudiendo transcurrir años entre un
momento lúcido y otro, hasta que acababa la obra.
Hablamos en plural porque creo que este trabajo ha demostrado que se puede hablar de similitudes y
afinidades entre Mark Twain y Miguel de Unamuno, entre Samuel Clemens y "Unusquisque". Desde
cuestiones tan anecdóticas como el uso de pseudónimo (en Twain, "El pseudónimo", ya nom de plume),
pasando por sus vivencias comunes, sus desgracias familiares, el apoyo para escribir de sus mujeres, sus
íntimas contradicciones, sus relaciones con la censura (externa y propia), hasta las confluencias de su
genialidad literaria: su interés por la evolución del hombre, la dualidad de la personalidad, los ecos de los
dos grandes gigantes de la literatura del siglo de oro español e inglés, el modo de dirigirse al lector o la
impronta que la Biblia dejó en sus obras y sus vidas, como hemos visto.
Partiendo del interés por un hecho histórico puntual (la guerra del 98) hemos intentado esbozar cómo era
el mundo de hace cien años a través de dos de los grandes escritores de la literatura occidental. Nunca se
había comparado a Twain con Unamuno y he de decir que estoy satisfecho por la cantidad de
convergencias que hay (tanto vitales como literarias) en dos personas muy diferentes, por carácter y estilo
literario. Ha sido, como no podía ser de otra manera, un estudio panorámico, pero en el que quizás sea
interesante profundizar en el futuro en aspectos concretos de esta relación transatlántica que nunca
ocurrió salvo en las mentes de los lectores a los que estos dos hombres se dirigieron.
Dos escritores que hicieron del arte un modo de conocimiento del mundo, pero no solo, sino que lo
usaron como un instrumento de salvación personal, cada uno a su manera: la escritura como catarsis del
individuo. Es lo que decía Unamuno de Antolín S. Paparrigópulos, que no es sino él mismo, cuando afirma
que: "apartaba su espíritu de disputas que a nada útil conducen y refugiábase en la purísima región del arte
inmaculado, adonde no alcanza la broza de las pasiones y donde halla el hombre consolador refugio para las
379
desilusiones de la vida" 1646 . Igualmente que para el español, para Twain la escritura era un medio para
expresar el sentimiento trágico de su vida, como le dijo a un periodista durante una entrevista: "Decir algo
seriamente y ver que se ríen creyendo oír una broma es verdaderamente trágico"1647.
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- (2001) Abel Sánchez, Madrid, Alianza.
- (2004) Tres novelas ejemplares y un prólogo, introducción de Demetrio Estébanez
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- (2005) Del sentimiento trágico de la vida y Tratado del amor de Dios, Ed. e intr. de
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- (2006) La agonía del cristianismo, Madrid, Alianza.
- (2007) Obras completas. Vol. 8. Ensayos, Edición y prólogo de Ricardo Senabre,
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399
Abreviaturas.
400
ÍNDICE.
1.- INTRODUCCIÓN........................................................................................................................p. 7.
401
2.- DEFENSA DE LA INHUMANIDAD............................................................................................p. 265.
CONCLUSIÓN.....................................................................................................................................................p. 376.
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................................p. 381.
ABREVIATURAS....................................................................................................................................................p. 400.
402