El principio de prudencia indica que una empresa solo debe registrar ingresos una vez que se hayan completado con éxito, mientras que los gastos o pérdidas deben registrarse tan pronto como se tenga conocimiento de ellos. El nombre proviene del concepto de "prudencia" y significa que una empresa nunca debe asumir un beneficio mayor al real y siempre debe posicionarse en el peor de los escenarios posibles desde una perspectiva contable.
El principio de prudencia indica que una empresa solo debe registrar ingresos una vez que se hayan completado con éxito, mientras que los gastos o pérdidas deben registrarse tan pronto como se tenga conocimiento de ellos. El nombre proviene del concepto de "prudencia" y significa que una empresa nunca debe asumir un beneficio mayor al real y siempre debe posicionarse en el peor de los escenarios posibles desde una perspectiva contable.
El principio de prudencia indica que una empresa solo debe registrar ingresos una vez que se hayan completado con éxito, mientras que los gastos o pérdidas deben registrarse tan pronto como se tenga conocimiento de ellos. El nombre proviene del concepto de "prudencia" y significa que una empresa nunca debe asumir un beneficio mayor al real y siempre debe posicionarse en el peor de los escenarios posibles desde una perspectiva contable.
El principio de prudencia indica que una empresa solo debe registrar ingresos una vez que se hayan completado con éxito, mientras que los gastos o pérdidas deben registrarse tan pronto como se tenga conocimiento de ellos. El nombre proviene del concepto de "prudencia" y significa que una empresa nunca debe asumir un beneficio mayor al real y siempre debe posicionarse en el peor de los escenarios posibles desde una perspectiva contable.
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¿Que es principio de Prudencia?
El principio de prudencia indica que la empresa debe dar constancia de una
transacción que le sea favorable una vez sea completada con éxito. Contrariamente, debe registrar una transacción de gasto o pérdida enseguida que sepa de su conocimiento. Se trata de una obligación contable que restringe los asientos de ingresos a la efectuación total de los mismos, impidiendo registrar en el libro diario los ingresos futuros o aún no efectuados. Mientras que obliga a la prevención ante gastos o pérdidas futuras, obligando a su registro en cuanto sean conocidos, independientemente de la fecha de pago. El nombre del principio proviene del concepto de “prudencia”. En contabilidad, la prudencia debe prevalecer en todo momento y deberá ser la guía principal de cualquier actuación. Esto quiere decir que nunca se deberá asumir un beneficio superior al real, ya sea contabilizando unos ingresos no efectuados u olvidando unos gastos conocidos. La empresa se deberá posicionar siempre en el peor de los escenarios y corregir posteriormente si es necesario. Es preferible anticipar pérdidas y modificar posteriormente de acuerdo con la realidad contable demostrada, que anticipar beneficios y verse obligado a declarar pérdidas después. El principio de prudencia es la base sobre la que construir una contabilidad verídica y homologable. Su aplicación es obligada pero no puede ser confundida o malinterpretada. Ejemplo del principio de prudencia Podemos distinguir dos aplicaciones diferenciadas del principio de prudencia: La contabilización de beneficios: se realizará única y exclusivamente ante la obtención final de los mismos. Atención, de acuerdo con el principio del devengo, la obtención no es el cobro, sino la efectuación de una venta, ya sea en cumplimiento de un contrato o aceptación de una factura. Por otro lado, los riesgos, ya sea en materia de gastos u obligaciones del pasivo, se registrarán en cuanto se tenga conocimiento de ellos ¿Qué es principio de causación? La contabilidad de causación se basa en el principio de causación, que en NIIF se conoce como principio de devengo. La contabilidad por causación reconoce la realización de los hechos económicos en el momento mismo en que surgen los derechos o las obligaciones derivados del negocio jurídico realizado, sin llegar a esperar a que esos derechos y obligaciones se hagan efectivos. Una cosa es adquirir una obligación y otra bien distinta es cumplirla, luego, la contabilidad de causación reconoce la existencia de esa obligación en el momento mismo en que nace, así no se haya cumplido con ella. La contabilidad de causación permite en todo momento mostrar un resultado cierto y objetivo, por cuanto registra y contiene todos los hechos que obligan o que benefician al ente económico, así su realización efectiva sea futura. Todo lo que implique un beneficio futuro, una salida de dinero futura, debe ser reconocida al momento inicial en que sucede el hecho económico. Por ejemplo, es el caso como cuando un ente económico se obliga a pagar un determinado valor a un tercero en un futuro cercano. En el mismo momento en que el ente se obliga a pagar ese valor, la contabilidad lo reconoce no obstante el pago sólo se realice en un tiempo futuro.