Unidad Iii. La Propiedad Desigualdad en La Distribucion y Conflicto Social en Zonas Rurales y Urbanas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,


CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
DIRECCIÓN DEL ESTADO YARACUY
PFG ESTUDIOS JURIDICOS

UNIDAD III:

LA PROPIEDAD: DESIGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN


Y CONFLICTO SOCIAL EN ZONAS RURALES Y URBANAS.

ESTUDIANTE:
ROICEL SILVA, C.I V- 17.468.393
ORESTE GARCIA C.I V-20-082.640

SAN FELIPE, JUNIO 2021


LA COLONIZACIÓN, EL DERECHO Y LA EXPLOTACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
AYER Y HOY - (CRBV - Ley de Tierras y Desarrollo Agrario)

Actualmente habitan en Venezuela, al igual que en el resto del continente americano,


pueblos cuya existencia antecede a la llegada de los primeros europeos, así como a la
formación de los estados nacionales, razón por la cual se les denomina pueblos indígenas.
Sus antepasados ocuparon durante miles de años estas tierras, desarrollando formas de
organización social, política y económica, culturas, idiomas y tecnologías muy diferentes
entre sí y respecto a las conocidas por los europeos de entonces. Ante la invasión, conquista
y colonización europea, los indígenas defendieron heroicamente sus tierras y vidas.
Durante quinientos años han mantenido su resistencia y lucha por el reconocimiento
pleno de su existencia como pueblos, así como el derecho sobre sus tierras, lo cual hoy se
materializa con la refundación de la República. De la misma manera, como consecuencia de
esta lucha y de sus particulares condiciones de vulnerabilidad, los derechos de los pueblo s
indígenas han sido reconocidos internacionalmente como derechos específicos y originarios.
El Estado Venezolano al igual que las demás Repúblicas Americanas y del planeta en
general no ha podido aún determinar hoy en día de una manera plenamente concertada y de
modo definitivo, el número exacto de pueblos indígenas existentes en el territorio nacional.
Ello se debe a diversos agentes y resultados que han ido actuando y presentándose
respectivamente a través del tiempo especialmente a partir del siglo XVI, de forma tal que la
realidad indígena venezolana población, pueblos, comunidades y correspondientes
identidades etnoculturales ha estado experimentando permanentemente influencias,
adaptaciones y cambios en mayor o menor grado de intensidad. Todo lo cual ha generado
progresivamente una cada vez mayor complejización tanto de la propia realidad como de su
debida ponderación y requerida caracterización, a nivel local regional y nacional.

CRBV
Artículos 23, 115, 119 (puede leerlos e interpretarlos)

LEY ORGÁNICA DE PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS (2005)


Artículo 1º dispone:
El Estado venezolano reconoce y protege la existencia de los pueblos indígenas como
pueblos originarios, garantizándole los derechos consagrados en la CRBV, los tratados,
pactos y convenios internacionales y otras normas legales, para asegurar su participación
activa en la vida de la nación venezolana, la preservación de sus culturas, el ejercicio de la
libre determinación de sus asuntos internos y las condiciones que los hacen posibles.

LEY DE TIERRAS Y DESARROLLO AGRARIO


La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en su artículo 1º señala que tiene por objeto
establecer las bases del desarrollo rural integral y sustentable; entendido éste como el medio
fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del sector agrario dentro de
una justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y
participativa, eliminando el latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general y
a la paz social en el campo, asegurando la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y la
vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de la
presente y futuras generaciones.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela hace énfasis en la agricultura


como base estratégica de un desarrollo rural sustentable. En comparación con la ley de
tierras de 1960,la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario se hizo con el fin de erigir las bases de
una estructura que permitiera el desarrollo sostenido de las actividades agrícolas, lo que
garantiza la seguridad agroalimentaria del país y el mejoramiento de la calidad de vida en el
campo. De allí que dicha ley establezca un replanteamiento de la tenencia y el uso de la
tierra para contrarrestar el régimen latifundista, que se contrapone a algunos valores básicos
y estratégicos del proceso bolivariano, como la solidaridad y justicia social.

Las causa de la redacción de la nueva Ley de Tierras y desarrollo agrario es que era
necesario cambiar de estatuto porque la Ley de Reforma Agraria de 1960 estaba
desactualizada y no atendía a los requerimientos actuales de la sociedad.

La referida Ley contiene 281 artículos más 16 dispositivos transitorios y 3 dispositivos


derogatorios todos ellos en 7 títulos y 34 capítulos, en los cuales se expresa que el Estado
deberá tomar las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia
de la tierra, infraestructura, capacitación de mano de obra, etc., necesarias para asegurar el
desarrollo del sector agrario, También se dispone la creación de tres instituciones
administrativas más figuras o instancias judiciales.

Estas tres instituciones administrativas son:

Instituto Nacional de Tierras. Se hace cargo de la regularización de las tierras con vocación
agraria, llevando a cabo los procedimientos de declaratoria de finca ociosa y de certificación
de finca mejorable o productiva. Igualmente, es competente para tramitar los procedimientos
de expropiación agraria y de rescate, y para intervenir preventivamente las tierras que se
encuentran improductivas.

Corporación Venezolana Agraria. Cumple los objetivos de desarrollar, coordinar y


supervisar las actividades empresariales del Estado para el desarrollo del sector agrario.

Instituto Nacional de Desarrollo Rural. Tiene la responsabilidad de contribuir con el


desarrollo rural integral del sector agrícola en materia de infraestructura, capacitación y
extensión.
“LOS ECONOMISTAS NEOLIBERALES: Nuevos criminales de guerra”.
Lanzamiento del nuevo libro del profesor Renán Vega  Cantor

Análisis y lectura del capítulo 6 “Economista o Criminales” del libro “Los


Economistas Neoliberales: Nuevos Criminales de Guerra. El genocidio económico y
social del capitalismo”, de Renan Vega Cantor.

En las actuales condiciones de infraestructuras físicas insuficientes y sobre-pobladas,


se hace necesario abrir nuevas perspectivas de mayor alcance con criterios nacidos del
colectivo según sus necesidades.
Estos problemas, son una simple aplicación del mercado capitalista de la oferta y la
demanda que regulan la prestación del servicio su equidad, su calidad y su pertinencia. Los
programas seleccionados y las instituciones de mejor calidad capturan el mercado y con ellos
determinan la pertinencia y finalmente todos juegan con las mismas reglas. Todos pueden
acceder al sistema, al programa que les interese, pero si se quedan en el caminos no es
problema del sistema sino de las imposibilidades e incapacidades personales, la oferta es la
misma para todos y la demanda es la que la sociedad requiere, y en, una sociedad capitalista
se desarrollan las categorías como una mercancía, llamase pan, harina, mueble, educación,
salud, trabajo, vivienda.
Otros más preocupados por la no funcionalidad del proceso se interesan por algunas
categorías descuidando a las demás privilegiando la universalidad educativa de la primaria y
la básica, sacrificando calidad y llevando a que se logre el ingreso pero no la permanencia en
la educación superior.
En la sociedad burguesa y capitalista lo fundamental está en el intercambio de
mercancía que genere ingreso o utilidad, convirtiendo a la educación en un negocio, como ya
ocurre con la salud, vivienda y servicios públicos. Esta sociedad capitalista se fundamenta en
la producción de mercancía para su intercambio y obtener máxima ganancias.
Señala Renan Vega en su libro: “En la lucha competitiva entre educación pública y
privada, finalmente esta se impone porque es inherentemente superior al operar de acuerdo
con el criterio de la mano invisible que regula la acción de mercado, asigna recursos,
satisface los intereses de los consumidores y porque las subvenciones estatales a la
educación conspiran contra la sociedad”. Según las reglas del mercado la educación privada
es más generosa en materia mercantil.
En Colombia para el año 2.001 la institución privada constituye un 70% a nivel de
educación y la educación pública un 30%, esto significa que existe una concepción de
calidad mercantil en donde la educación privada sale fortalecida.
Para acabar con este sistema capitalista educativo es necesario que el Estado financie
la demanda y, así, tienen los padres de elegir libremente de acuerdo sus necesidades.
En Venezuela contamos con un estado socialista y un gobierno revolucionario que
ofrece alternativas en la educación a nivel superior, con la creación de programas sociales
como Misión

Análisis del Capítulo 6

El presente libro tiene como propósito demostrar, en palabras del autor, “por qué los
economistas neoliberales son auténticos criminales de guerra” (p.26), recordando “que existe
un vínculo indisociable entre capitalismo y neoliberalismo”, lo que significa que el papel de
los ideólogos del neoliberalismo “no puede entenderse sin hacer referencia a la barbarie
capitalista” (p.16). Para argumentar lo anterior, la investigación está estructurada en 10
capítulos que podrían discriminarse de la siguiente manera: los dos primeros establecen los
perfiles de los economistas neoliberales, identifica sus procesos y escenarios de formación
académica, sus concepciones “filosóficas”; y plantea por qué los neoliberales desconocen los
derechos humanos de tipo económico, social y cultural.
De igual modo, refiere una nueva conceptualización que permita develar la esencia real de
los procesos capitalistas estimulados por el neoliberalismo, reconociendo la importancia de
los conceptos para el análisis de la realidad, especialmente en tiempos de la nueva vulgata
planetaria. Se busca, afirma Renán, “desmitificar el vocabulario empleado por los
neoliberales y los globalizadores –pretendidamente neutro y científico- que ha llegado incluso
a convertirse en el lenguaje cotidiano de sectores políticos de izquierda y mostrar que tras
esa jerga tecnocrática, en apariencia inocente, se esconde una dimensión delincuencial,
materializada en la actualidad en las políticas neoliberales en todo el mundo” (p.60).

En los demás capítulos demuestra la responsabilidad de los economistas neoliberales


en la actual barbarie capitalista, construyendo una tipificación y caracterización de los
crímenes que éstos promueven: así, desde el capitulo tres hasta el capitulo diez se abordan
(en el mismo orden que aquí se nombran), los crímenes laborales, educativos, sanitarios,
alimentarios, hídricos, ambientales, biogenéticos y demográficos. Cada capítulo y, en
general, toda la investigación, se soporta sobre una amplia bibliografía procedente de
diversos lugares del planeta, elaborada, en unos casos, por los propios promotores de la
barbarie y, en otros, por críticos del capitalismo y promotores de nuevas realidades.

Muchas cuestiones podrían destacarse de esta investigación. Aquí se señalan dos:


En primer lugar, enfocar el análisis de los economistas neoliberales como grupo social
articulado a una estructura política y económica concreta. Esa mirada permite, por ejemplo,
desmitificar al propio neoliberalismo que, además de ser concebido por seres  de carne y
hueso, necesita de individuos que lo apliquen en contextos sociales particulares. Si Perry
Anderson y otros analistas mostraron en su momento los orígenes intelectuales del
neoliberalismo por allá en la década de los cuarenta del siglo anterior, destacando el papel
de individuos como Karl Popper, Milton Friedman, y Michael Polanyi, entre otros,
investigaciones como la que comentamos permiten identificar la responsabilidad de ciertos
grupos sociales en la operativización del neoliberalismo en países como Colombia. No basta
con decir que el neoliberalismo ha sido impulsado por instituciones del orden mundial como
el FMI o el Banco Mundial, o del orden nacional, como el Ministerio de Hacienda, de
Comercio Exterior, el Banco de la República o el DNP, para el caso colombiano. El análisis
debe ir más allá, identificando aquellas comunidades de intelectuales que se han
“capacitado” en circunstancias comunes, para aplicar el modelo en los distintos países, por la
vía de los Planes de Ajuste Estructural, o, como los redefine el autor, Planes de Muerte
Estructural.       
Un segundo elemento para destacar, es el planteamiento de la responsabilidad de los
economistas neoliberales con los crímenes del capitalismo. Son criminales de guerra, afirma
Renán, no solo “los que aprietan el gatillo para matar a sus victimas sino también los que las
seleccionan y planean como ejecutarlas” (p. 18). Y el neoliberalismo debe verse como un
plan de eliminación sistemática de la población pobre del planeta, no apta para “competir en
el mercado”. El panorama es diciente: “La privatización, la flexibilización laboral, la
desregularización financiera, la apertura económica abrupta e indiscriminada, en suma los
Planes de Ajuste Estructural, se constituyen en las tácticas de guerra agenciadas por los
criminales de guerra neoliberales con la finalidad estratégica de consolidar el poder y la
riqueza en pocas manos, como lo han logrado en el último cuarto de siglo. Y en esa guerra,
como en cualquier conflicto bélico, hay victimas y ganadores. Las victimas se cuentan por
millones en todos los continentes, aunque se encuentran principalmente en África, en Europa
Oriental y en América Latina” (p. 43).  
Al proponer una perspectiva analítica que relacione las acciones del neoliberalismo con un
nuevo tipo de criminalidad, se esta apuntando a crear esas nuevas formas de combate
intelectual de las que hablaba en su momento Pierre Bourdieu. Al respecto, señala Renán:
“(…) es necesario comenzar a desarrollar otro tipo de perspectiva analítica que estudie las
acciones neoliberales como un nuevo tipo de criminalidad económica y social, que debería
convertirse en la base de la respuesta de los pueblos y grupos sociales afectados por ese
‘novedoso tipo’ de criminalidad y que, en la perspectiva de construir sociedades
democráticas y poscapitalistas, podría convertirse en la base del juicio a los responsables del
desangre, saqueo y miseria de los pueblos de los países del Sur del mundo” (p.61). Este tipo
de planteamientos debería tener incidencia en las prácticas políticas de las organizaciones,
movimientos, partidos o procesos que confrontan cotidianamente al neoliberalismo. Nuevos
blancos de ataque aparecen en el escenario de la confrontación política.       
Sin duda, el combate al neoliberalismo, y desde luego, al capitalismo en general, debe en
algún momento –el cuándo, lo dice la intensidad de la confrontación- pasar necesariamente
por la identificación de aquellos grupos sociales que, ubicados en escenarios particulares,
han sido los responsables intelectuales del diseño, adaptación y aplicación de las políticas
económicas que han generado. Es por eso que trabajos como el aquí comentado permiten
avanzar en esa dirección, al poner en evidencia los niveles de responsabilidad de los
economistas neoliberales en la “guerra contra los pobres del mundo.”

LEY ESPECIAL DE REGULARIZACIÓN INTEGRAL DE LA TENENCIADE LA TIERRA DE


LOS ASENTAMIENTOS URBANOS O PERIURBANOS

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela proclama con énfasis la


participación democrática, participativa y protagónica del ciudadano; en ese sentido las
directrices políticas del Proyecto Nacional "Simón Bolívar" se orienta hacia la construcción
del Socialismo, basado en los principios humanistas, sustentado en condiciones morales y
éticas que persiguen el progreso de la patria y del colectivo; dicho documento en su segundo
eje estratégico denominado "Suprema Felicidad Social", entendida bajo una visión de largo
plazo que tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente,
formando una nueva sociedad de incluidos, un nuevo modelo social, productivo, socialista,
humanista, endógeno, donde todos vivamos en similares condiciones; y en el quinto eje
estratégico denominada "Nueva Geopolítica Nacional" establece, entre otras cosas, "Integrar
y desarrollar el territorio nacional a través de ejes y regiones, mejorar el hábitat de los
principales centros urbanos, orientar y apoyar la prestación de servicios públicos con énfasis
en la reducción del impacto ambiental, aplicar impuestos por mejoras a los terrenos ociosos,
subutilizados, y rehabilitar áreas centrales deterioradas0.
Asimismo, el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 enmarca
la refundación de la nación venezolana. El Poder Popular reside en el pueblo, surge
entonces a través de los Comité de Tierras Urbanas, sus voceros yvoceras la propuesta de
modificación tanto formal como material de la "Ley Especial de Regularización Integral de la
Tenencia de la Tierra de los Asentamientos Urbanos Populares", cuya propuesta elaborada
demanera conjunta por los Comité de Tierras Urbanas, coordinados por la Comisión de
Enlace Nacional de Voceros y Voceras, persigue resolver de manera expedita la
regularización integral de la tenencia de la tierra de los asentamientos urbanos o
periurbanos, mediante la simplificación de los trámites y procedimientos, desburocratizando
el proceso de regularización de la tenencia de la tierra objeto del presente Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley, otorgándole carácter protagónico y vital a la acción de los
Comité de Tierras Urbana, como instancia y expresión del poder popular, reafirmando el
objeto del mismo, no siendo otro que el de reordenar y regularizar la tenencia de la tierra en
los asentamientos urbanos o periurbanos, con el fin de contribuir a la satisfacción progresiva
del derecho de la familia a una vivienda digna, especialmente a aquellas en condición de
vulnerabilidad social, y su hábitat, de manera equitativa sostenible y sustentable, mediante
un proceso de cogestión integral con el Estado; consolida la estructura institucional hacia el
desarrollo del poder popular, crea las condiciones idóneas para la articulación, integración y
coordinación entre las diversas organizaciones sociales bajo la premisa de la participación
democrática y protagónica.
En fecha 11 de enero del 2002, en la conocida parroquia caraqueña del 23 de Enero
(La Planicie) en el museo Histórico Militar, se llevó a cabo un acto histórico y de justicia por el
presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, quien hizo
acto de entrega de 1000 Títulos de Tierra, momento a partir del cual se abrió el proceso para
la entregar de los títulos de adjudicación en propiedad de las tierras urbanas, acto mediante
el cual se inicia el proceso de regularización de la tenencia de la tierra en los asentamientos
urbanos.
A pesar la vigencia del Decreto 1.666, publicado en la Gaceta Oficial N° 37.378, de
fecha 04/02/2002 y la Ley Especial de Regularización Integral de la Tenencia de la Tierra de
los Asentamientos Urbanos Populares, publicada en la Gaceta Oficial N° 38.480, de fecha
17/07/2006, pocos han sido los logros alcanzados en la materialización de la tenencia de la
tierra ocupada por la población en los asentamientos urbanos consolidados, en virtud de que
en el período de nueve años, sólo se ha logrado entregar un número aproximado de 500.000
títulos de tierras aproximadamente, de un universo nacional muy superior a esta realidad, es
por lo que a manera de dar respuesta concreta a las exigencias y realidad patente sobre la
insuficiencia de los mencionados instrumentos jurídicos, es por lo que se modifica la
estructura material y formal de la "Ley Especial de Regularización Integral de la Tenencia de
la Tierra de los Asentamientos Urbanos populares"; de igual sentido se establece como
objetivo imprescindible de alcanzar: La regularización de la tenencia de la tierra en los
asentamientos urbanos o periurbanos consolidados, al efecto, deberá otorgársele el carácter
de bien de naturaleza y uso de interés y función social y no una mercancía a los fines
previstos en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de ley, afectando el conjunto de
tierras públicas Nacional, Estadal, Municipal y privadas, ubicadas dentro de las poligonales
que definen el asentamiento urbano o periurbano.
Se protege la propiedad familiar tanto en las uniones de derecho como en las uniones
estables de hecho, en caso de existir conflictos de intereses entre el padre y la madre que
habiten con sus hijos e hijas; se crea el Instituto Nacional de Tierras Urbanas como un
instituto público con personalidad jurídica y patrimonio propio, adscrito al Ministerio del Poder
Popular con competencia en materia de vivienda y hábitat; se establece el Catastro Popular
como una forma protagónica y participativa en el levantamiento de la información catastral
necesaria para la implementación del proceso de regularización, inclusive del proceso
catastral completo, el cual debe ser certificado por el Instituto Nacional de Tierras Urbanas y
validado por el Municipio correspondiente; se establece un procedimiento ágil y sencillo que
debe culminar con la entrega del título de adjudicación en propiedad de tierra urbana o
periurbana a la familia o comunidad beneficiada, garantizando la celeridad y la eliminación de
trámites innecesarios; se crea el Registro Nacional de Tierras; se reafirma el Programa
Nacional de Regularización a través de planes anuales cuya supervisión, control y ejecución
descansará de manera concertada entre los Comité de Tierras Urbanas y el Instituto
Nacional de Tierras, para el otorgamiento de los títulos de adjudicación en propiedad familiar
o colectiva; finalmente, en lo concerniente a la usucapión para la adquisición de la propiedad
de tierras privadas, se establece un nuevo procedimiento en vía administrativa,
manteniéndose un lapso para la prescripción adquisitiva especial en vía administrativa por el
término de diez(10) años de posesión

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