6.4 El Cerebro Multitarea

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CO GNICIÓN

El cerebro multitarea
El descubrimiento de mentes capaces de simultanear tareas revela cómo opera el
cerebro cuando se desarrollan varias actividades a la vez

DAVID L . STR AYER Y JA SON M . WATSON

EN SÍNTESIS

Desmitificación
de una destreza

1 Cuando intentamos
realizar de forma simul-
tánea dos o más tareas, la
atención se reparte y se pier-
de concentración en cada
una de esas actividades.

2 Una persona que habla


por teléfono mientras
está al volante conduce
peor que un individuo que
alcanza el límite legal de
alcoholemia.

3 No obstante, un pe-
queño porcentaje de
la población desarrolla con
eficiencia varias tareas a la
vez. Su estudio contribuye
a elucidar los mecanismos
cerebrales subyacentes a la
multitarea y a la atención.

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«U
n hombre capaz de conducir de
forma segura mientras besa a
una joven hermosa, simplemen-
te, no presta al beso la atención
que se merece.» La cita, atribui-
da a Albert Einstein, advierte de un rasgo funda-
mental de la cognición humana que rara vez se
admite: carecemos de la suficiente atención para
cumplir de manera correcta las diversas tareas
que llevamos entre manos.
Las presiones del ritmo de vida actual, sin em-
bargo, nos empujan a acometer varias actividades
a la vez: ayudar a la familia, estudiar, exhibir un
cuerpo escultural y sobresalir en el ámbito profe-
sional, entre otras muchas. En definitiva, estamos
designados a la «multitarea».
Pero la multitarea eficiente es un mito. Así
también la creencia de que los miembros de la
«generación multitarea», crecidos entre videojue-
gos, teléfonos inteligentes y libros electrónicos,
pueden, no se sabe cómo, concentrarse en varios
asuntos a la vez. Estos malabaristas mentales
suelen desenvolverse peor con los quehaceres
simultáneos.
Desde hace decenios se sabe que en la multi-
tarea se compromete el rendimiento. No obstan-
te, solo ahora se empiezan a identificar ciertos
rasgos de personalidad asociados a este peculiar
talento. Para sorpresa de los autores del presente
artículo, descubrimos que un pequeño porcenta-
je de individuos sí parece presentar esta aptitud;
de hecho, desarrollan proezas cognitivas que no
creíamos posibles. Estas personas no solo nos
aportan nuevos conocimientos sobre los meca-
nismos nerviosos necesarios para simultanear
varias actividades mentales, sino que también
nos obligan a reconsiderar las teorías en torno
a la atención.

Conoce tus límites


La limitada capacidad atencional de la mente hu-
¿FUERZAS SOBRENATURALES? mana quedó clamorosamente manifiesta con el
Llevar a buen término diversas la- desarrollo de la aviación en la Segunda Guerra
DREAMSTIME / YURI ARCURS

bores al mismo tiempo sobrecarga


Mundial. Al aumentar la complejidad del pilota-
el cerebro. Solo logran tal objetivo
je de un avión, creció parejamente el volumen
ciertas personas.
de datos que un piloto debía procesar y con ello
el número de accidentes no imputables a fallos

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medida se conjugaban dos actividades: la conduc-


ción y la conversación por teléfono móvil, un hábi-
to imprudente y, por desgracia, muy extendido en
la actualidad. Los resultados mostraron que la des-
treza se degrada rápidamente cuando se atiende a
más de una tarea por vez. De hecho, aunque el in-
terés se orienta hacia las actividades cognitivas de
alto nivel en competencia por la atención, incluso
actos tan sencillos como caminar o mascar chicle
pueden ir a peor si la carga cognitiva es suficiente.
En un ya clásico vídeo de YouTube, una mujer va
componiendo un SMS mientras camina, hasta que
se da de bruces contra una fuente. Al volante, los
riesgos de una conversación por el teléfono móvil
pueden ser muchísimo más graves.
La teoría de una capacidad de atención limita-
da se ve reforzada al constatar que las reacciones
GETTY IMAGES

de quienes conducen a la vez que conversan por


el móvil son más lentas; además, estos muestran
dificultad para mantenerse en su carril y guar-
HASTA EL LÍMITE
mecánicos. El psicólogo Donald Broadbent (1926- dar las distancias de seguridad. Asimismo, son
La atención es un recurso
cerebral limitado, como se 1993) decidió investigar si los aviadores eran ca- más proclives a saltarse las señales de tráfico y
ha comprobado en pilotos de paces de absorber toda la información que se les a pasar por alto otros aspectos importantes para
aviación. Su trabajo exige ma- mostraba. Descubrió que la mente del piloto solo una conducción segura. En una de nuestras in-
nejar abrumadoras cantidades podía asimilar un número limitado de señales. vestigaciones analizamos el comportamiento de
de datos. Esta premisa, es decir, la finitud de la atención, 56.000 conductores que debían detener por com-
constituye una piedra angular de la psicología pleto su vehículo al llegar a un cruce. Casi el 70
cognitiva contemporánea. Hoy se acepta, por lo por ciento de los sujetos que infringían esa norma
general, que nuestra capacidad de atención posee hablaban por el teléfono en ese momento.
sus límites, aunque puede repartirse de manera Durante el día, alrededor de un 10 por ciento
flexible entre tareas concurrentes. de las personas atiende una llamada telefónica
Según esta teoría, si se dedica más atención a mientras conduce. Las infracciones en los cruces
una actividad habrá que detraerla necesariamente son potencialmente peligrosas, por lo que preocu-
de otras. Se cree que la atención amplifica ciertas pa que un comportamiento tan frecuente se re-
señales (facilitación) y suprime otras (inhibición). lacione con esta merma de atención. De hecho,
Si el cerebro humano fuese un panel de mandos, hemos revisado un abundante número de casos
la facilitación y la inhibición serían controles que legales de conductores que se saltaron un semá-
elevarían el volumen de los estímulos relevan- foro del cruce mientras hablaban por teléfono,
tes, atenuando o suprimiendo las sensaciones provocando con ello accidentes que originaron
carentes de interés. La adecuada sintonía de la lesiones graves, incluso muertes. Comprender
atención resulta clave para una cognición sana. cuándo podemos y cuándo no desarrollar varias
De hecho, varios son los trastornos psicológicos actividades al mismo tiempo no constituye un
consecuentes a una afinación deficiente, débase mero ejercicio académico: es un asunto de vida
a dificultades para amplificar las señales visuales, o muerte.
auditivas o de otros sentidos, o a la incapacidad
para eliminar del ambiente detalles nimios. En
Conducidos al despiste
ciertos casos, el exceso de multitarea cerebral Con el fin de estudiar con mayor detalle las dis-
puede incluso exacerbar trastornos psicológicos tracciones al volante, supervisamos el compor-
asociados a la atención. tamiento de una serie de probandos mediante un
Durante el pasado decenio investigamos este simulador de conducción muy realista. En 2006
fenómeno en el laboratorio. Examinamos en qué observamos que el riesgo de accidente de perso-

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nas que hablaban o mandaban un mensaje por el Dado que tanto los móviles de mano como Los teléfonos
móvil mientras conducían superaba a menudo al los dispositivos de manos libres provocan una
móviles
de los conductores que alcanzaban el límite legal interferencia equivalente, queda probado que se
de alcoholemia. trata de una forma de distracción cognitiva, no
inducen una
Asimismo, rastreamos mediante un simulador en cambio de una distracción visual (que lleva al especie de
los movimientos oculares de los participantes y conductor a apartar la mirada de la carretera) ni
ceguera por
analizamos por electroencefalografía la actividad tampoco de una distracción manual (situación
cerebral correspondiente. Los probandos sentados que le hace soltar el volante). Incluso con los ojos
falta de atención
al volante no llegaban, a veces, a percatarse ni de puestos en la carretera y las manos en el volante, cuando se está
la mitad de los ítems que miraban; además, reac- la atención del sujeto queda mermada.
al volante
cionaban con mayor lentitud ante los elementos Numerosos estados de EE. UU. han promulgado
que sí detectaban. leyes que prohíben el uso de teléfonos móviles
En otras investigaciones, publicadas en 2003 durante la conducción; no obstante, consienten
y 2007, nos propusimos averiguar el lugar al que los manos libres. Sin embargo, datos estadísticos
miraban los conductores. Luego indagamos qué recopilados por el Instituto Highway Loss Data, un
recordaban de lo que habían observado. Si con- grupo sin ánimo de lucro para la investigación en
ducían y hablaban por teléfono a la vez, solo acer- seguridad viaria, afirman que esa normativa no
taban la mitad de los elementos que habían visto ha mejorado la seguridad de la circulación rodada.
durante el trayecto en comparación con los que se En este contexto, nuestros estudios apuntan a que
concentraban solo en conducir. En 2007, un estudio el grado de distracción cognitiva resulta equiva-
de seguimiento reveló que esta pauta se repetía lente en ambos tipos de uso de telefonía móvil.
en igual medida tratárase de indicios de máxima También traslucen la improbabilidad de que los PELIGRO EN LA CARRETERA
importancia (un niño en la acera) o de elementos sistemas computarizados de reconocimiento del El simulador utilizado por los
poco preponderantes (vallas publicitarias). Dicho habla que se empiezan a instalar en los vehículos autores recrea con verosimi-
litud lo que ocurre cuando
de otro modo, mientras el conductor estaba al te- lleguen a solventar el problema.
se conduce. Los probandos,
léfono, su cerebro no priorizaba los datos según su Aun así, no todas las distracciones se originan
ataviados con un casco de
importancia, ni seleccionaba la información que de igual modo. Una conversación por teléfono electroencefalografía que
iba a omitir. No obstante, los vacíos de atención conlleva efectos distintos de los que se dan cuan- medía su actividad cerebral,
volvían a los conductores «ciegos» para detalles do se charla con una persona dentro del coche. combinaban la tarea de hablar
de importancia en su campo de visión. En este segundo caso, los interlocultores adap- por el móvil con la conduc-
Para demostrar que los teléfonos móviles in- tan su conversación a las exigencias del tráfico. ción. Reaccionaban con mayor
ducen una especie de ceguera por falta de aten- El pasajero puede incluso resultar de ayuda para lentitud ante señales de trá-
fico y omitían detalles de su
ción, recurrimos de nuevo a la electroencefalo- el conductor, pues le advierte de posibles riesgos
campo de visión.
grafía. Comparamos las señales cerebrales ante la
detección del encendido de las luces de freno del
vehículo situado delante. Para ello medimos la ac-
tividad cerebral de los conductores cuando iban
conversando por un manos libres y cuando no
eran distraídos por tal empleo.
Un componente de particular interés en las on-
das cerebrales resultó la señal P300, que expresa
cuánta atención le presta el sujeto a un estímulo
dado. La amplitud de esta señal aumenta cuanta
más atención se le asigna a una tarea. Cuando los
conductores hablaban por su teléfono móvil, la
amplitud de P300 se reducía a la mitad, lo que
explica por qué estos individuos no alcanzaban
CORTESÍA DE DAVID L. STRAYER

a veces a detectar sucesos del entorno y a reaccio-


nar. Su cerebro se hallaba ocupado en procesar la
conversación, no en lo que estaban viendo por el
parabrisas.

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Gestione sus capacidades


P O R L EN A GRO EGER

El escritor y humorista A. J. Jacobs se anclaba a su silla con un cin-


turón de seguridad y un cable prolongador para mantenerse atento
a su ordenador. David Teater, un funcionario del Consejo Nacional
de Seguridad, encerraba su teléfono móvil en el maletero de su
coche para no consultarlo cada vez que sonaba. Los humanos to-
man medidas increíbles para mantener la concentración, porque las
distracciones —y por tanto, la multitarea— son difíciles de resistir.
Mas no es necesario recurrir a métodos tan drásticos para lograr
llevar a cabo las distintas tareas.
Cierto entrenamiento puede ir bien. Algunas actividades senci-
llas y repetitivas, como la mecanografía, pueden convertirse casi
en automáticas, de manera que se libera parte de la atención. Los
profesionales de la música o del deporte dominan conductas que Este y otros investigadores recomiendan, en cambio, aprender
suponen difíciles retos para los principiantes. En consecuencia, los a centrarse en una sola labor por vez. Clifford I. Nass, profesor de
expertos pueden concentrarse en cuestiones de matiz, como la de comunicación en la Universidad Stanford, sugiere cerrar el correo
adaptar su estilo a un nuevo concierto o la estrategia para asegurar electrónico cuando se está trabajando con el ordenador. Pruebe a
un gol de penalti. dedicar 20 minutos, dos o tres veces al día, a responder correos, y
Sin embargo, según señala René Marois, de la Universidad Van- después, desconéctelo. También insta a eliminar sutiles interferen-
derbilt, la ejercitación no puede prepararnos para un acontecimien- cias, como la música ambiental con letra o el sonido del televisor
to novedoso o inesperado. Tampoco el entrenamiento es transfe- encendido.
rible a otras destrezas. Mejorar la redacción de una carta mientras Sin embargo, incluso en condiciones óptimas, casi nadie puede
se pedalea en una bicicleta estática no servirá para componer inge- mantener una intensa concentración durante más de 20 o 30 mi-
niosidades en Twitter mientras se presta atención en clase. «Tal vez nutos. Priti Shah, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, re-
sobresalga usted por su capacidad para desarrollar a la vez cierta comienda tomarse descansos (salir a pasear un poco o dedicarse a
serie de cosas, pero eso no significa que pueda hacer cualesquiera labores menos exigentes). Cuando se retomen los problemas, tal vez
otras», advierte Ulrich Mayr, de la Universidad de Oregón. se le ocurran ideas o métodos nuevos.

y le recuerda el destino de su viaje. En cambio, la Tampoco una ejercitación prolongada en el labo-


adaptación del diálogo a las condiciones externas ratorio mejoraba el resultado.
no sucede si la conversación es vía telefónica. Se- La realidad podría ser aún menos grata. En
gún comprobamos, los conductores que hablaban 2009, Clifford Nass, de la Universidad Stanford, y
con una persona sentada a su lado no mostraban sus colaboradores evaluaron la capacidad de mul-
dificultades en llegar a su destino (un área de des- titarea en sus probandos. Para ello cronometraron
canso en la carretera) mientras que la mitad de el tiempo que invertían los sujetos en alternar dos
quienes mantenían una conversación con alguien tareas. En concreto, debían clasificar una serie de
al otro extremo del teléfono pasaron de largo. dígitos según fuesen pares o impares, y una serie
de letras según su condición de consonante o vo-
La práctica crea imperfección cal. Observaron una correlación negativa entre las
Podría objetarse, tal vez, que a nuestros probandos dos medidas, además de un curioso dato: cuanto
les faltaba experiencia en los rigores que exige más habitual era la práctica de simultanear varias
la conducción al teléfono. Pero, al menos en este actividades a la vez —según la valoración subje-
caso, el hábito no mejora el rendimiento. Los tiva de los probandos—, más lenta resultaba la
conductores acostumbrados a utilizar el móvil clasificación de dígitos y letras. En definitiva, al
al volante presentaban los mismos problemas de tratar de desarrollar varias tareas a la vez, dismi-
atención que aquellos no tan habituados a ello. nuía la destreza.

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destreza para la multitarea como superior a la
Preparar listas de tareas puede hacer más fácil media. Mas su aptitud percibida y la verdade-
la gestión cotidiana de actividades. Para vencer ra mantenían una relación inversa. Ello lleva a
la propensión a realizar varias cosas a la vez, pensar que no es la destreza, sino el exceso de
Shah se concede un premio —suele consistir en confianza lo que induce a la proliferación de la
un café o un refrigerio— cada vez que termina multitarea.
un deber. Por otra parte, al disponer de una rela- No sabemos todavía si cuando desarrollamos
ción con las tareas pendientes enumeradas, es- varias actividades a la vez se agota la memoria
tas se vuelven más concretas y la satisfacción de operativa o si quienes han adquirido el hábito
irlas tachando puede motivarnos para no perder multitarea son, en un inicio, menos aptos para
el hilo, añade. manipular mentalmente y al mismo tiempo
GETTY IMAGES / EMMA INNOCENTI

Reconfigurar el espacio de trabajo puede ayu- varios elementos de información. Sin embargo,
dar también a suprimir distracciones. Paul Dux, sospechamos que ambas suposiciones son cier-
de la Universidad de Queensland, se obliga a tas. Los indicios revelan que la multitarea provoca
mantener abierto en el ordenador solo un docu- una especie de vaciedad cognitiva y que la «desco-
mento mientras está escribiendo; también evita nexión» posee propiedades regeneradoras. Un exceso de
consultar Internet. Apagar la conexión inalámbri- ¿De qué se nutre la motivación que subyace a
confianza, y
ca unas cuantas horas al día contribuye a minimi- la realización de varias actividades a la vez? Una
zar las tentaciones. (Existen programas gratuitos posibilidad, sugerida por Stephen J. Payne, de la no la capacidad
que desconectan el ordenador de la Red por un Universidad de Bath, y sus colaboradores, que se en sí, impulsa
tiempo especificado.) inspira en estudios de laboratorio acometidos en
a las personas
Finalmente, para superar la propensión a la 2007, señala que los individuos que saltan de unas
multitarea basta un vocablo: «no». Desechar tareas a otras buscan aumentar el tiempo para a desarrollar
compromisos que harán astillas de su atención aquello que les resulta más grato. Tal observación varias tareas
puede, en definitiva, permitirle lograr más. El pudiera ser compatible con nuestros resultados,
a la vez
tiempo que ahorra al no llevar a cabo varias ta- pues indican que los individuos fuertemente
reas simultáneamente quizá le permita darse el propensos a la multitarea buscan sensaciones
gusto de desarrollar actividades que realmente nuevas. Con todo, sea cual sea la causa, el repar-
desea. to de la atención degrada el rendimiento, no lo
incrementa.
Lena Groeger es periodista científica.
La incapacidad para superar esos costes resulta
particularmente notable cuando se trata de reac-
cionar ante un acontecimiento inesperado, por
En una colaboración reciente con David San- ejemplo, un niño que se lanza de súbito a la cal-
bomnatsu, psicólogo social y compañero en la zada. Pero, como estábamos a punto de averiguar,
Universidad de Utah, solicitamos a más de 300 in- no todo el mundo encaja en este molde.
dividuos que estimaran con qué frecuencia prac-
ticaban la multitarea y la habilidad que a su juicio
Multidestreza mental
poseían para llevarla a cabo. A continuación, se Tropezamos con nuestra primera excepción a esa
les invitó a que realizasen una prueba multitarea. regla por pura casualidad, mientras cotejábamos
Los sujetos memorizaban una lista ordenada de las puntuaciones de nuestros participantes en
elementos, los cuales debían conservar en la men- diferentes tareas, como conducir, hablar por un
te mientras resolvían ejercicios de matemáticas. manos libres, o hacer ambas cosas a la vez. Al
Mediante cuestionarios estandarizados valoramos revisar los datos, detectamos un probando in-
la impulsividad y tendencia a la búsqueda de sen- usitado, que obtenía prácticamente las mismas
saciones de los probandos. puntuaciones cuando desarrollaba una única
Nuestros datos descubrieron una pauta: quie- actividad o dos de forma simultánea. Tras com-
nes estaban acostumbrados a desarrollar varias probar los datos una y otra vez, nos dimos cuen-
tareas a la vez poseían una menor capacidad ta de que esta persona realizaba varias tareas
de memoria de trabajo, eran más impulsivos al mismo tiempo en formas que no habíamos
y buscadores de sensaciones y valoraban su considerado posibles hasta entonces. Continua-

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CO GNICIÓN

logran, de algún modo, una mayor eficiencia cere-


bral y, de esta forma, mejores resultados. Nuestros
sujetos singulares parecían poseer «lo que hay
que tener», conservando calmo su cerebro ante
cargas pesadas, a semejanza de la fama que se
otorga a los pilotos de avión de combate en su
capacidad de afrontar situaciones comprometidas.
Dado que nuestros estudios controlaban la memo-
ria operativa, sabemos que esta resulta necesaria,
pero no suficiente, para explicar las superiores
facultades polifuncionales.
GETTY IMAGES / ADRIAN WEINBRECHT

Nuestros sujetos multitarea se distinguían de


los probandos de control en tres áreas frontoce-
rebrales señaladas en anteriores investigaciones
neuropsicólogicas: la corteza prefrontal frontopo-
lar, la corteza prefrontal dorsolateral y la corteza
cingulada anterior. Para nosotros, la región cere-
bral más característica, la que diferenciaba a los
MENÚ COMPLETO
mos revisando la colección de datos en busca de multitarea de los sujetos de control, era la corte-
Las personas multitarea
conjugan sin esfuerzo varias «rarezas» similares. De unos 700 sujetos, hemos za frontopolar. Estudios de anatomía comparada
actividades mentales. Un chef identificado 19 individuos que cumplen los cri- entre humanos y grandes simios indican que tal
de estas características podría terios de multitarea. Es decir, alrededor del 2,5 área es relativamente mayor y se halla más inter-
elaborar a la perfección varios por ciento. Todas estas personas ya formaban conectada en los humanos, mientras que otras
platos a la vez. parte del 25 por ciento más diestro en desarrollar áreas corticales frontales muestran un tamaño y
una sola tarea. Y su rendimiento no se degradó una conectividad más parejos.
al serles asignados dos trabajos a la vez. La aparición de la capacidad multitarea, por
En la búsqueda de las regiones neuronales que deficiente que sea, podría constituir un aconte-
soportan la extraordinaria capacidad de multi- cimiento evolutivo un tanto reciente en el cerebro
tarea, recurrimos a la imagen por resonancia de los homínidos, que ayudaría a diferenciar a los
magnética funcional (IRMf). Escaneamos a 16 humanos de otros animales. Se ha comprobado
de nuestros multidiestros, así como a un grupo que pacientes con lesiones frontopolares exten-
de participantes que les igualaban en puntua- sas son menos duchos en la multitarea. Sabe-
ciones monotarea, en capacidad de memoria de mos ahora que un alto grado de procesamiento
trabajo, en edad y sexo, entre otros parámetros. eficiente en estas regiones soporta la capacidad
Como el simulador de conducción y las técnicas multifuncional, lo que nos aproxima un paso
de IRMf son incompatibles, nos valimos de una más al desarrollo de un modelo definitivo de
prueba multitarea computarizada, la cual exigía cómo actúa el encéfalo al enfrentarse a varias
que los probandos retuviesen y manipulasen de actividades a la vez.
forma simultánea flujos de información visual Con todo, la ciencia investiga desde hace poco
y auditiva. las diferencias individuales en la capacidad de
Observamos diferencias en los patrones de multitarea de las personas. Todavía no sabemos
activación neuronal de los individuos multica- si esta habilidad corresponde al extremo de un
paces respecto al grupo de control. Los sujetos continuo o si constituye una peculiaridad de in-
excepcionales exhibieron menor actividad en las dividuos cualitativamente distintos.
fases más difíciles de la prueba multitarea. Por lo
común, cuanto más difícil resulta un problema,
La ventaja multifuncional
más recursos recaba el cerebro; sin embargo, estos Para elucidar qué distingue a estos cerebros, esta-
individuos especiales no exhibieron cambios en la mos buscando, por un lado, diferencias en las co-
actividad cerebral. O, como mucho, las alteracio- nexiones entre regiones del cerebro polieficiente;
nes fueron de poca monta al aumentar la comple- por otro, tratamos de detectar peculiaridades en
jidad de las exigencias. Al parecer, estas personas su genética. Unas y otras singularidades podrían

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Hemisferio izquierdo Mitad cerebral derecha TALENTO REPARTIDO
(corte sagital medio) Las cortezas frontopolar
Corteza prefrontal dorsolateral
(amarillo) y dorsolateral (azul),
así como la corteza cingulada
anterior intervienen en la eje-
cución simultánea de diversas
actividades. En las personas
capacitadas para la multitarea
parece que estas regiones
requieren menos recursos.
GEHIRN UND GEIST / MEGANIM

Corteza cingulada
Corteza anterior
prefrontal
frontopolar

suscitar en estos individuos un procesamiento ocupación que exija gran capacidad para mante-
más eficaz. Las variantes del gen catecol-O-metil- ner en danza varias tareas que requieran atención
transferasa (COMT) se asocian con diferencias en simultánea.
la memoria de trabajo y la atención ejecutiva, así La exploración de por qué la mente polifun-
como con una leve predisposición a un amplio cional sobresale donde el resto fracasa podría
catálogo de trastornos psicológicos. ayudarnos a estructurar actividades ideadas
Una de las razones para examinar ese gen ra- para evitar que las facultades cerebrales sufran
dica en que sus variantes modifican la eficacia de sobrecarga; por ejemplo, recurriendo a indicacio-
actuación del neurotransmisor dopamina en la nes acústicas en contextos donde la información
corteza frontal, la cual integra las áreas cerebra- visual resulta abrumadora. Asimismo se podría
les que soportan la multitarea. Se considera que matizar el conocimiento actual sobre psicopa-
una menor actividad de la enzima COMT puede tologías vinculadas a la atención (el trastorno
conllevar una mayor disponibilidad de dopamina obsesivo-compulsivo y el TDAH, entre otros).
susceptible de ligarse a receptores de la corteza Dado el progreso de la tecnología en las últimas
frontal. Hemos encontrado, por secuenciación del generaciones y la influencia que ejerce para posi-
ADN de muestras de saliva o sangre de probandos bilitar y aumentar la frecuencia de la multitarea,
multicapaces, datos preliminares que sugieren cabría reflexionar sobre sus consecuencias a largo
que estos individuos cuentan con una variante del plazo en una sociedad que tanto valor atribuye
gen COMT conducente a una señalización dopa- a esta destreza. De vuelta a las observaciones de
minérgica más eficiente en las regiones cerebrales Einstein sobre conducir y besar al mismo tiempo, Para saber más
que soportan la multitarea. Estamos investigando o, en nuestro caso, conducir y hablar por teléfono Cognitive control in media
si las características de este gen podrían explicar móvil, la gran mayoría de las personas no pode- multitaskers. Eyal Ophir,
­Clifford Nass y Anthony
su superioridad en la habilidad atencional. mos realizar varias tareas de manera simultánea D. Wagner en Proceedings
Para ampliar nuestro trabajo, necesitaremos sin pagar importantes peajes a cambio. Quizás en of the National Academy of
Sciences USA, vol. 106, n.o 37,
hallar más individuos de esta condición. Resulta un futuro todavía muy distante, la capacidad de págs. 15.583-15.587, septiembre
intrigante plantearse dónde podríamos encon- habérselas más diestramente con diversos objeti- de 2009.
trarlos, esto es, cuáles serán las ocupaciones que, vos y fuentes de información a la vez constituirá The multitasking mind. Dario
D. Salvucci y Niels A. Taatgen.
en teoría, podrían resultarles más idóneas. Los un rasgo adaptativo en la evolución de nuestra Oxford University Press, 2010.
pilotos de avión de altas prestaciones son unos especie. Supertaskers: Profiles in
buenos candidatos. Podrían serlo también los ­extraordinary multitasking
ability. Jason M. Watson y
­chefs de máximo nivel que preparan varios platos
­David L. Strayer en Psycho-
al mismo tiempo y a la perfección. Tal vez algu- nomic Bulletin and Review,
nas estrellas del deporte en equipo, los ases de vol. 17, n.o 4, págs. 479-485,
2010.
videojuegos o los médicos más competentes en
18 minutes: Find your focus,
resolver urgencias hospitalarias se sumarían a la master distraction, and get
lista. Conjeturamos que, ceteris paribus, los sujetos the right things done. Peter
David L. Strayer y Jason M. Watson son psicólogos en la Bregman. Business Plus, 2011.
multitarea ascenderán a lo más alto de cualquier Universidad de Utah.

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