La Revolución Industrial.
La Revolución Industrial.
La Revolución Industrial.
La característica principal de la revolución industrial fue la creación del sistema de fábrica mecanizada, es
decir, las fábricas se han trasladado de la producción fabricada simple a la compleja sustitución del trabajo
manual por las máquinas. Esta sustitución implicó la aceleración de la producción de mercancías, que se
produjeron a gran escala.
Esta época es importantísima porque se pasó de un mundo rural en un mundo industrial. También fue una
época de grandes inventos, destacando sobre todo uno: La máquina a Vapor, con este invento nacieron el
ferrocarril y el barco a vapor.
La era de la Industrialización
La industria textil mejoró la producción y la calidad de los tejidos gracias a la máquina de vapor, que
transformaba en movimiento la fuerza expansiva del vapor de agua. La primera fábrica se creó en Manchester
en 1806.
En el sistema fabril, la organización del trabajo era determinada por la disciplina que imponían las máquinas.
La industria textil generó una serie de demandas de máquinas de hierro y materias primas que impulsaron el
crecimiento de la industria metalúrgica y química.
La metalurgia fabricaba máquinas para las industrias, armamento para el ejército y planchas metálicas para
hacer barcos, locomotoras, puentes, etc. Se fue perfeccionando la obtención de hierro para eliminar las
impurezas y más tarde, mediante una fusión de hierro y carbono, se consiguió acero. La minería aumentó su
producción para proveer de carbón a la industria metalúrgica.
La industria química creó sustancias artificiales como el cloro, el ácido sulfúrico, la sosa y las primeras fibras
textiles artificiales.
El uso de máquinas
Posteriormente los empresarios comprobaron que se podía obtener mayor productividad y mayores ganancias
añadiendo al trabajo dividido el empleo de máquinas a gran escala.
La sociedad industrial se caracterizó fundamentalmente por la utilización sistemática de maquinaria en la
producción y el transporte de mercancías.
Para comprender la importancia de las máquinas, basta recordar que a diferencia de las herramientas, realizan
trabajo utilizando básicamente fuerzas de la naturaleza, como el viento, el agua, el fuego, el vapor, y un
mínimo de fuerza humana.
Algunos pensadores afirman que la humanidad ha realizado sus mayores progresos creando máquinas para
utilizar las energías de la naturaleza. El progreso se ha realizado cuando la humanidad logró que las fuerzas de
la naturaleza trabajen por ella a través de las máquinas.
La exigencia de producir más, con el aumento de los intercambios, prácticamente forzó el progreso técnico,
que pasó a constituir uno de los rasgos más significativos de la edad moderna y edad contemporánea.
La máquina a Vapor
La máquina a vapor trajo consigo grandes mejoras en la sociedad, con la capacidad de mover grandes cargas,
se creó la locomotora lo que cambio la forma como se transportaba hasta ese momento, también en las
fábricas empezaron a utilizar la maquina a vapor para las maquinarias de fabricación, permitiendo una mayor
producción.
Revolución en el transporte
A principios del siglo XIX, la máquina de vapor comenzó a utilizarse en los medios de transporte. Fecha de
1807 el primer barco a vapor. En 1825, en Inglaterra, el ingeniero George Estephenson consiguió construir el
primer ferrocarril.
Con el barco a vapor y los ferrocarriles, el tiempo de los viajes disminuyó, el coste del transporte bajó y
aumentó aún más el volumen de los intercambios, es decir, el mercado. Con el aumento de los intercambios y
la consecuente necesidad de producir más, se tornaron cada vez mayores los avances de la industrialización.
La tierra se había explotado en parcelas no cercadas de uso común, muchas tierras estaban destinadas
además a la ganadería. La cosecha se realizaba con herramientas bastante básicas que requieran mucha mano
de obra, una cantidad importante de personas intervenía en un solo procesos en el campo para poder obtener
una buena producción de ésta.
Luego, los campos se cercaron y se estableció lo que llamamos hoy en día como la propiedad privada,
desaparecieron las tierras destinadas a la ganadería libremente, ya que se empezó a criar el ganado en
establos, de esta manera se hizo más eficiente los procesos en el campo y se comenzó a realizar un mejor
aprovechamiento de la agricultura.
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Este conjunto de cambios, que en Gran Bretaña los podemos situar entre 1750 y 1850, hacen posible la
desaparición del Antiguo Régimen económico y la implantación del capitalismo industrial.
Estas transformaciones acaban con las sociedades agrarias e imponen las sociedades industriales,
caracterizadas por la modernización de la agricultura, los cambios demográficos y sociales (revolución
demográfica, urbanización) y el nacimiento del capitalismo industrial como sistema económico, que supone
una industria basada en el maquinismo y las fábricas, que sustituyen poco a poco entre otros los pequeños
talleres artesanales.
Y una segunda revolución industrial (1870-1914) que la superaría con la introducción de novedades en el
campo de las fuentes de energía y la aparición de nuevos sistemas de producción, transporte, comunicación y
financiación truncados, en parte, en 1914 por el estallido de la primera Guerra Mundial.
La fabricación principal era el tejido de lana. Pero fue en la producción de los tejidos de algodón que comenzó
el proceso de mecanización, es decir, del paso de la manufactura al sistema fabril.
La mecanización se extendió del sector textil para la metalurgia, el transporte, la agricultura y para otros
sectores de la economía. Diversos inventos revolucionaron las técnicas de producción y alteraron el sistema de
poder económico.
Inglaterra se pasó de la manufactura a la maquino factura. Producía y vendía sus productos industriales en
todo el mundo gracias, entre otros factores, a la expansión del sistema colonial. De esta forma, en el siglo
XVIII, el país se convirtió en la nación capitalizada del mundo, siendo Londres la capital financiera
internacional.
Este momento representó una verdadera revolución en el modo de producir mercancías en tiempo bastante
menor. El desarrollo inicial de las industrias textiles mecanizadas en gran parte de Europa y Estados Unidos
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dependía de muchas de estas invenciones británicas. Esta revolución se conoció como Primera Revolución
Industrial.
Entre los años 1870 y 1880 se comenzaron a producir una serie de cambios en la producción industrial que
llamamos Segunda Revolución de la Industrial y que establecieron las bases del actual sistema de producción.
Los inicios de este proceso, que se prolongó hasta 1920, los encontramos en Estados Unidos y se produjo
también en el Reino Unido, Francia, Alemania y Japón.
Esta segunda Etapa de la revolución se caracterizó por la mejora de la producción gracias a la incorporación de
nuevas fuentes de energía como la electricidad y el petróleo; la obtención de nuevos materiales como el acero
y la aplicación de nuevas formas de trabajo como la automatización y el trabajo en cadena. Además, surgió un
nuevo tipo de capitalismo: el capitalismo financiero, fruto de las grandes inversiones realizadas con los
beneficios que había aportado el primer estallido industrial y el dinero procedente de los bancos.
La electricidad, descubierta en el siglo XVIII, sustituyó gradualmente el vapor de agua como fuente de energía.
El uso industrial de la electricidad fue posible al encontrar maneras de generarla (turbina y dinamo),
transportarla, almacenarla (acumulador) y convertirla en energía mecánica (motor eléctrico).
Fue aplicada en la metalurgia, la iluminación (lámpara de arco, bombilla) mejorando la iluminación urbana y
posibilitando el trabajo nocturno a las fábricas, en aparatos de nueva invención y en sistemas de
comunicación. También permitió electrificar y ampliar la red ferroviaria y construir locomotoras más rápidas,
así como grandes barcos metálicos impulsados por turbinas.
El petróleo, conocido desde la antigüedad, fue estudiado como fuente de energía hasta que se obtuvo el
combustible utilizado para dos nuevos sistemas de transporte: el automóvil y el avión.
En las fábricas, las formas de trabajo cambio de empresas familiares con pocos trabajadores a centros de
trabajo con muchos operarios y una compleja organización. Para aumentar la producción se aplicó la cadena
de montaje, en el que cada trabajador sólo intervenía en una parte de la fabricación del producto
automatizando repetidamente sus movimientos. Este modelo quedaba muy lejos del artesano tradicional, ya
que no era necesario un esfuerzo intelectual para realizarlo y se desconocía el proceso global de fabricación.
Al mismo tiempo se llevó a cabo el sistema de producción en serie, en el que cada fábrica se especializaba en
la elaboración de unas piezas determinadas o en el montaje final de un producto.
Con estos dos métodos se aumentó la producción, se redujeron gastos y se abarató el precio final de los
productos.
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La invención del motor de explosión y la aplicación del petróleo como combustible fueron la base del
nacimiento de la industria automovilística, que alcanzó un gran desarrollo en los Estados Unidos y
rápidamente se convirtió en uno de los sectores más poderosos que ofrecían un elevado número de puestos
de trabajo y estimulaban el desarrollo de industrias secundarias que alcanzarían una gran importancia (por
ejemplo, el caucho, los aparatos electrónicos, etc.)
La industria química también fue una de las principales y Alemania se convirtió en la pionera del sector,
produciendo más del 80% de los colorantes sintéticos y ocupando el primer lugar en industria farmacéutica.
También se destacó en la producción de fertilizantes sintéticos, fibras artificiales, explosivos, entre otros.
Finalmente, la utilización del cemento armado (cemento combinado con una carcasa de hierro) permitió que
la ingeniería y la industria de la construcción alcanzaran un gran desarrollo. Este hecho hizo posible la
edificación de puentes, viaductos y túneles más largos. Además, los edificios comenzaron a crecer en altura y
en EEUU comenzaron la construcción de los primeros rascacielos.
Consecuencias
Crecimiento en las Ciudades, la mecanización de las tareas agrícolas y la concentración de la producción
industrial en las ciudades favorecieron la emigración del campo a la ciudad. Muchas ciudades prosperaron
alrededor de fábricas.
Crecimiento demográfico, la Revolución Industrial también fue un proceso de cambio social. A lo largo del siglo
XIX se aceleró el crecimiento de la población.
Las causas de este crecimiento demográfico fueron dos: un descenso brusco de la mortalidad y un incremento
de la fecundidad.
Cambios y surgimiento de una nueva clase social llamada el proletariado, que se separó de la burguesía y fueron
los llamados a trabajar de obreros en las fábricas.
Explotación en el Trabajo.
Movimiento Obreros
Sindicalismo
Entre 1800 y 1924, 60 millones de europeos emigraron a otros continentes. Estas migraciones transoceánicas se
produjeron por etapas: hasta el 1870 los que emigraron más fueron los británicos, sobre todo los irlandeses y los
escandinavos; posteriormente, los sucedieron los centroeuropeos; a finales de siglo, los grupos que emigraron
más fueron los italianos, los españoles, los griegos y los turcos. La mayoría de los emigrantes europeos se
dirigieron a América.
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Crecimiento demográfico
La población empezó a crecer como consecuencia de las mejoras en las industrias en cuanto a los procesos de
fabricación. Las condiciones de vida mejoraron notablemente, se creó una red de alcantarillado, las
condiciones sanitarias mejoraron, se creó algo muy útil como el jabón, los alimentos se consumían en mejor
estado con productos del mejor rendimiento de la agricultura, estos mejoramientos en la sociedad
permitieron disminuir notablemente la mortalidad y alargar la vida de los europeos.
El éxodo rural provocado por las maquinas que reemplazaban el trabajo del campesino, hizo que estos de
desvincularan del campo, y del sistema feudal que estaba en ese momento, algunos se convirtieron en
jornaleros los cuales eran retribuidos con buenos salarios, pero la gran mayoría que fueron a la ciudad y los
artesanos, se trasladaron a las fábricas en calidad de obreros. Esta nueva clase trabajadora que nace producto
del avance de la industria era llamada proletariado.
Empresarios y proletarios
El nuevo sistema industrial transforma las relaciones sociales y crea dos nuevas clases sociales, fundamentales
para la operación del sistema. Los empresarios (capitalistas) son los propietarios de los capitales, edificios,
máquinas, materias primas y bienes producidos por el trabajo. Los obreros, proletarios o trabajadores
asalariados, sólo tienen su fuerza de trabajo y la venden a los empresarios para producir mercancías a cambio
de una remuneración.
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Movimientos obreros
Surgen de los conflictos entre obreros, revueltos por las pésimas condiciones de trabajo, y empresarios. Las
primeras manifestaciones son de depredación de máquinas e instalaciones fabriles. Con el tiempo surgen
organizaciones de trabajadores con las mismas ideologías.
Sindicalismo
Resultado de un largo proceso en el que los trabajadores adquieren gradualmente el derecho de asociación.
En 1824, en Inglaterra, se crean los primeros centros de ayuda mutua y de formación profesional. En 1833 los
trabajadores ingleses organizan los sindicatos como asociaciones locales o por oficio, para obtener mejores
condiciones de trabajo y de vida.
Los sindicatos conquistaron el derecho de funcionamiento en 1864 en Francia, en 1866 en los Estados Unidos,
y en 1869 en Alemania.
Máquina de vapor
Locomotora a vapor
Barco de vapor
Telar Hidráulico
Tejido Mecánico
En la segunda etapa, otras invenciones influenciaron aún mayores avances en industrias tales como:
Uso de aceite
Nuevas fuentes de energía y el uso de la electricidad
La invención del motor de combustión interna
La invención de nuevos medios de transporte
La introducción de máquinas automáticas
El empleo de metales ligeros, como el aluminio y el magnesio
El perfeccionamiento de la producción de acero, etc.