Diez Relatos

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Relato I

Había conocido a Lucía unos días ántes... Era la típica niña


pija, que sabía que estaba buenísima y se dedicaba a
calentarnos. Una tarde estuve en su apartamento y me
calentó tanto que me corrí encima de ella, sin llegar a
hacerle nada más que sobarla un poco.
Hoy vestía una blusa muy ajustada con un amplio escote
que mostraba la base de sus maravillosos pechos. Llevaba
una faldita con una abertura lateral enseñando el muslo lo
que la hacía tremendamente sexy . La esperé en el coche
mientras caminaba hacia mí observando las curvas de su
figura, y su modo de caminar. Los pechos se balanceaban a
cada paso de un modo provocativo, y cada paso dejaba al
descubierto el lateral de un muslo. Cuando llegó no podía
apartar mi mirada de sus pechos. Me dí cuenta de cómo se
le marcaban los pezones bajo la ajustada blusa. Estaba
absolutamente provocadora.
--Vamos.. te acercaré a la Universidad... – dije tratando de
ocultar mi excitación Conduje despacio manteniendo una
conversación banal, hasta que me desvié hacia la carretera
del bosque cercano al campus.
--Oye,... este camino es más largo – dijo
--No importa, ...llegaremos pronto
Tras unos minutos desvié el coche hacia un camino medio
oculto entre los árboles. Lucia me miró algo alarmada.
--Sebas... por aquí no es... no he estado nunca en esta
carretera ...
--No tardaremos nada... –le dije sonriéndola –
además...nadie te está esperando...
Observé cómo miraba con preocupación la zona desierta
que estábamos atravesando. Entonces, me aparté del
sendero y detuve el coche.
--¿Porqué paras?
--Es solo un momento –le dije, observando cómo miraba
continuamente alrededor...
--Vámonos de aquí... está muy solitario...
Sin hacerla caso, apagué los faros del coche y me giré hacia
ella sin poder evitar que mi mirada cayese sobre su
maravilloso pecho.
--Lucía… ¿te acuerdas de lo que pasó el otro día? ...No pude
aguantarme ...
Me miró sorprendida, y se dio cuenta de la atención que su
busto me estaba provocando.
-- Sebas, olvídalo,... anda... arranca el coche... – pero se
interrumpió al ver cómo me acerqué a ella, colocándole mi
brazo sobre sus hombros --Lucía.. te quiero...
--Sebas... anda no seas tonto... vamonos de aquí... – y trató
de apartar mi brazo, que mantuve firmemente sobre sus
hombros. – vamos, déjame...
Entonces, bajé mi mano sobre su blusa y comencé a tocarle
el pecho. Lucía se sobresaltó, y se apartó mirándome
enojada -- ¿Qué ...qué haces? ... ¿eres idiota o qué?...
Yo me estaba excitando por momentos, sintiendo cómo
empezaba a tener una rápida erección nada más notar, la
firmeza del pecho que acababa de tocarle. Moviéndome
hacia ella, volví a poner , ansiosamente, mi mano sobre su
busto.
--Lucía.. solo quería decirte que estas preciosa... que me
gustas con locura...
--¡Estate quieto! –dijo agarrando mi mano
Siempre había soñado con tocarle las tetas, con estrujarle
los pezones ... y ahora sería mi oportunidad. Mantuve mi
mano firmemente sobre ella, mientras me inclinaba para
besarle el cuello --¿Qué haces? ... ¡déjame!... ¡déjame! …
Mientras seguía tratando de desabrocharle la blusa, bajé mi
otra mano para contener la erección que me crecía por
segundos,... y entonces ella se dio cuenta de mi excitación.
--Sebas... por favor... no... -- dijo mientras miraba mi bulto
que se agigantaba por momentos --- no ... no me toques...
déjame...déjame...
--Estas tan buena... joder, estas buenísima... no me puedo
aguantar... ven ..ven aquí – ansiosamente introduje mi mano
bajo la blusa semiabierta , abarcándole todo el pecho y
notando la firmeza de un pezón. Estaba puntiagudo y muy
tieso... Noté una descarga eléctrica en todo mi cuerpo al
tocarlo y comencé a mover mi mano ansiosamente sobre
todo el pecho, tratando de abrir por completo la blusa y
sacarle el seno del sostén.
--¡NOO! ...¡ No quiero! ... ¡déjame!... ¡no me toques!…
Deslicé el asiento del coche hacia atrás y contemplé su
pecho, con la blusa casi completamente abierta, y los
pechos ocultos en un sostén rosa. Estaba maravillosa con su
mirada de enfado y de miedo. Sin detenerme, la empujé
hacia atrás sobre el asiento y traté de colocarme encima de
ella --NO...Nooo -- chillo retorciéndose salvajemente
--Quieta... estate quieta... te va a gustar... lo vamos a pasar
bien... – le musité mientras estrujaba con suavidad sus
pezones --Suéltame ...¡¡suéltame!!- -- y trató de
abofetearme
Loco de pasión, le desgarré la blusa de un golpe, y , sikn
darle tiempo a que reaccionara, le bajé el sujetador de un
golpe. Ella chillo mientras cruzaba las manos sobre el pecho
desnudo --NO...No....
Me quedé maravillado ante la vista de sus pechos, ..¡.joder,
siempre había querido tocarlos!,, me había hecho tantas
pajas pensando en ellos ,,, había fantaseado tantas veces
en follármela ... y ahora estaba allí desnuda... a mi
disposición.... Me la iba a tirar...me a iba a tirar...
Le toqué los pezones con movimientos circulares cada vez
más rápidos mientras le daba pequeños pellizcos . A la vez,
me bajé la cremallera y dejé que mi polla apareciese entera
ante ella. Cuando Lucia la vió se quedó petrificada --No...por
favor...no ... ¡oh dios mío!... no ..no...– decía mientras
luchaba por librarse de mi abrazo. Me cogí y la polla y
comencé a sacudírmela despacio para excitarme aún mas.
Sus ojos estaban fijos en lo que mi mano, mientras mi
miembro crecía por momentos...
--¿Has visto una polla como esta?
Con un rostro de espanto, Lucia solo decía
--No... no ..por favor.. dejame...dejame... ¿qué me vas a
hacer? ¿que me vas a hacer?… por favor... no me
violes...por favor no ...
Su cuerpo tembloroso me excitaba aún más. Me estaba
volviendo loco... se resistía... quería joderla más que nada
en el mundo ... ¡Dios, la iba follar quisiera o no!
-- ¡Que buena estas!... a que te gusta la polla.. dímelo... a
que te gusta mi polla...
--¡Déjame hijo de puta!,,,.. ¡¡¡DEJAME!!! -- chilló mientras
sus pechos se movían salvajemente con su agitación... Eso
me excita aún más. No iba a esperar mas... iba a tirármela
en ese momento.
Me coloqué sobre ella, le aparte la falda y desgarre el tanga
separándole las piernas con fuerza.
--¡¡ NOOO!!...
Sin hacer caso de sus gritos froté mi polla sobre su vientre y
la deslicé hacia su pubis, buscándole el sexo.. mientras me
volvía loco masajeándole los pechos... La punta de mi polla
tocó su coño , y Lucía se retorcía salvajemente intentando
evitarla.
--No...No...no por favor...no ....
--Joder...joder... te voy a follar ...te voy a follar...
Noté su apertura, estaba caliente y comencé a presionar
contra ella... costaba trabajo metérsela. Empujé lenta y
firmemente ... hasta que bruscamente cedió , y me deslizé
por completo en su interior .
--UAAAuuu...
--¡¡¡AAHHHH!!!--- chilló con un grito de desesperación
Le miré el rostro. Tenía los ojos muy abiertos con una
expresión de horror en ellos.
Entonces la saqué y volví y a metérsela de nuevo con
fuerza.
--¡Dios qué prieta estás! ..¡qué prieta!… ¡joder qué buena!
...¡qué buena! … -- y continué rítmicamente mi bombeo sin
pausa una... y otra... y otra...
--NOOO....NOOO!!!...
--Uaa...uaaa...ua.... –agitaba con fuerza en su interior,
mientras masajeaba locamente sus pechos....-- Me gusta...
me gusta… uaa.. ua...
Lucia se estaba quedando quieta por momentos con los ojos
cerrados y los labios abiertos, mientras movía su cabeza de
un lado a otro. Yo mantuve mi ritmo salvaje… y comencé a
notar que ya no se movía y que los chillidos se
transformaban en suaves gemidos con cada empujón --
Uuu.. me estas violando… me estas violando hijo-de-puta…
me estas violando… uuuaaa…
 

Aumenté el ritmo de mis empalamientos y note cómo ella


comenzó a mover sus caderas con cada empujón mío, y
luego rotaba su pelvis despacio...
--¿Te gusta ¿ Te gusta? Te esta gustando so puta... te esta
gustando...
--Sigue...—dijo con voz muy baja
--Te gusta so zorra... te gusta..toma...toma...toma...toma...
Con cada empujón , Lucia retorcía su cuerpo
--Sigue...uaa...ua...ua....no pares.. no pares.. si...si...si... me
gusta… uaa…no pares.. sigue...mas...mas....
Yo noté cómo , en un último empujón me invadía un
tremedo orgasmo, manteniéndola fuertemente empalada ....
---Uuuuu......
Entonces Lucía, bruscamente arqueó su espalda y emitió un
jadeo prolongado ...
--UAAAAAaaaaa!!!!.....
Pude sentir cómo todo su cuerpo se tensó y con un fuerte
espasmo se apretó fuertemente contra mí --Uaaaa...me
corro.... me corro...me corrrooooo.... — un enorme orgasmo
le sacudía todo el cuerpo , y siguió moviéndose con salvaje
fiereza, hasta que quedó quieta... respirando con fuerza...
Exhausto me aparté de ella. Seguía respirando hondo, y me
miraba con una mezcla de odio y pasión --Me has violado,
hijo-de-puta , me has violado... Lo vas a pagar...
--Pero nena, si te has corrido como loca... ¿a quién quieres
engañar?
Lucía comenzó a vestirse despacio.
--Me has violado. Yo no quería, y me has forzado... Llévame
a la Universidad... Vámonos de aquí....
No la hice caso. Esa tía era increíble. Tan pronto te ponía
cachondo, como te despreciaba.... Me la había follado, y eso
era lo importante....
Relato II
Tengo que confesarles algo que me sorprendió pero me
gusto, lo llevo clavado en mi y cada que tengo relaciones
con mi esposo lo siento a flor de piel.
Soy afortunada, tengo un buen trabajo, un esposo que me
llena de placer alcanzando los orgasmos mas ricos, como
pareja somos el complemento perfecto, a el le gusta
cogerme por todos lados, por mi boca, mi vagina y mi ano,
también le gusta que le mame su ano, que meta todo mi
dedo bombeándolo al tiempo que le mamo la verga, esto lo
hace gritar y regalarme chorros de esperma, creí que ya
habíamos hecho todas las locuras ocurrentes, sin embargo
estaba equivocada.
Esa ocasión como cada tarde me dirigí a mi departamento,
al llegar ahí estaba mi esposo sentado en la computadora,
lo salude y me metí al baño, se me ocurrió desnudarme, salí
y sin pensarlo me acerque a el y comencé a besarlo, el
correspondió, se levanto y cuando me toco abrió
desmesuradamente los ojos, contento de encontrarme así,
comenzó a acariciarme, su beso me comía la boca y
succionaba mi lengua, su mano buscaba ansiosamente mi
tesoro, abrí ligeramente mis piernas para que lo encontrara,
sus dedos tocaron mi sagrado botón para comenzarlo a
acariciar, su boca ya bajaba por mi cuello y yo
desesperadamente lo apuraba a llegar a mi bello pezón que
estaba completamente duro esperando ser succionado, pare
mas mis ricos melones, los cuales ataco ricamente, me
esclavizaba su boca, su lengua era lo mas exquisito y
recorría con encanto mis ricos melones, se desnudo y nos
cogimos como unos perros en brama, el me decía un sin fin
de palabras obscenas, sucias y aunque me incomodaban
lograban humedecerme y excitarme, lo que me ayudaba a
obtener los orgasmos que ansiosamente necesitaba sentir
mi vagina, la ultima contracción anuncio mi satisfacción de
ese momento, después de cogernos, casi sin energías
escuche que me decía quedamente, "me encantaría ver
como serias cogida..." yo como siempre alcance a decirle
"disfrutarías mas si me ves penetrada por mis dos
agujeros...", una estocada fue mas fuerte que mis palabras,
mi ultimo orgasmo casi forzado, me quito poca la energía
que termino por derrumbarme como nunca lo había hecho,
no supe en que momento se salió de mi.
Al siguiente día me dijo que no estaría conmigo, así que
quería ver que podía hacer por la tarde, me salí, daba
vueltas porque aun no me decidía a donde ir, vi que un
coche me rebaso y su velocidad era lenta, era una avenida
de doble sentido, no tenía prisa, así que no me estorbaría,
seguí lentamente aunque tenia la oportunidad de rebasarlo
porque era una hora no muy transitada, de pronto pise el
freno ya que el coche de adelante se había detenido,
bajando unos hombres con pasamontañas, abrieron mi
coche y me sacaron, trate de resistirme pero me taparon la
boca e inhale algo que me hizo perder el conocimiento, en
realidad no se cuanto tiempo paso, cuando desperté sentí
que varias manos y bocas que se estaban comiendo mi
cuerpo, mis ojos estaban vendados, sin embargo el olor que
llegaba a mi nariz era muy agradable, me quede quieta,
ellos no sabían que yo ya había reaccionado.
Escuchaba que me hacían preguntas como si en verdad les
pudiera contestar, "te gusta mami...?" "tienes dos
preciosidades riquísimas..." "mira lo que tenías guardado..."
alguien toco mis labios vaginales con tanta sabiduría que
me hizo brincar, en ese momento detuvieron lo que estaban
haciendo, uno de ellos dijo "ya despertó" otro me ordeno
que no intentara nada de lo que pudiera arrepentirme, que
mejor disfrutara lo que seguía porque sino de todo modos lo
iban a hacer, volvieron nuevamente a su tarea, me
chupaban, me mordían ligeramente, de igual forma
estrujaban suavemente mis pechos, no podría saber
cuantas manos y bocas sentía, mis lagrimas comenzaron a
asomarse, me daba miedo reconocer que lo que sentía era
una mezcla de miedo y placer.
Esa boca mamando mi vagina, me abrió completamente las
piernas y yo mas que colaborar lo hacía por instinto, esa
boca era toda una experta, me estaba provocando un
orgasmo que yo no dejaba escapar, así que tense mi cuerpo
para que no se dieran cuenta lo que me estaban
provocando, sabían exactamente lo que estaban haciendo,
el orgasmo fue intenso, me levantaron la cadera mucho mas
de lo normal y esa boca comenzó a lamerme el culo,
introducía su lengua, me levanto y me bajo de la cama, me
puso de rodillas y siguió chupando mi ano, me estaba
electrizando, me abría mis nalgas y ya introducía un dedo,
escuche que dijo "mira de lo que me estaba perdiendo" lo
lamente cuando la boca se aparto de mi, casi me cargo y
sentí que estaba encima de otro cuerpo, me enardecí
cuando sentí como la cabeza de una verga hurgaba por
entrar en mi cueva completamente húmeda, introdujo
lentamente su cabeza esto era fabuloso, abrí mis músculos
vaginales para dar cavidad a esa hermosa verga que fue
entrando hasta que me senté con todo el peso de cuerpo
sobre ella, otras manos me abrían las nalgas y le untaban
algo húmedo a mi culito, enloquecí porque siempre desee
sentir una doble penetración.
El comenzó a enterrar con suavidad su miembro, era un
placer sentirme completamente llena de mis dos orificios, lo
que me provoco otro orgasmo que ayudado con las
manoseadas y mamadas de los otros fue totalmente
intenso, comenzó lentamente la cogida, se amoldaron
completamente a mi cuerpo, yo me movía para facilitar la
penetración, amolde mi cuerpo al de ellos, los dos me
tomaron de la cadera y comenzó la cogida tan brusca que
no me permitió disimular mi placer, mis gemidos
comenzaron a brotar de mi garganta, era el tercer orgasmo
que me sacaban, alguien intento meter una verga en mi
boca y una voz grito "dije que eso no..." al tiempo la cogida
se detuvo, las bocas se apartaron de mi cuerpo, mi placer
dio un giro tremendo, esa voz yo la conocía, otro dijo "que
pendejo..." casi con miedo pronuncie el nombre de mi
esposo, el silencio era eterno, trate de quitarme la venda
pero unas manos me sujetaron, las vergas siguieron su
brusca faena y los demás volvieron a tocarme y chuparme,
grite nuevamente el nombre de mi esposo y alguien metió
una verga en mi boca y comenzó la verdadera violación...
Utilizaron palabras sucias y altisonantes, las manos y las
bocas que eran un placer se convirtieron en dolor porque
me estrujaban tan fuerte que lograban lastimarme, me
obligaron a mamar el miembro ya metido en boca,
comenzaron a bañarme de esperma, la verga fue quitada de
mi boca pero las otras aun me cogían, en medio del dolor y
la humillación tuve mas orgasmos, de pronto los dos
comenzaron a convulsionarse dentro de mi, eso indicaba
que también estaban eyaculando, primero se salió de mi
culo y el de bajo de mi me recostó y dio su ultimo ataque
bombeándome y abriendo mis piernas a mas no poder lo
que me arranco otro orgasmo.
Se salió y me tiro un trapo, me dijo que me limpiara y me
vistiera, me llevarían a mi auto, en realidad estaba
adolorida de mi cuerpo, mis senos, mi ano y mi vagina
estaban ardiendo de dolor, estaban completamente
rozados, sin embargo me sentía mas que satisfecha, como
pude me vestí, me levantaron, me cargaron y se movían
tanto que parecía que estaban bajando escalones, así me
condujeron al auto, escuche la alarma, abrieron la puerta
me subieron y me acostaron, alguien mas subió tras de mi y
lo encendieron, no se que tanto recorrió, en mi cabeza daba
vueltas la voz de mi esposo, mas adelante se detuvieron,
con voz fuerte me indicaron que no dijera nada, que si
alguien de ellos se enteraba de algo lo volverían a repetir
porque habían quedado muy satisfechos, que no me quitara
la venda durante 5 minutos porque alguien me estaría
vigilando y tal vez sería lo ultimo que haría, se bajaron,
escuche varios portazos y otro motor se ponía en marcha,
se alejaban.
Creo que pasaron mas de 5 minutos para que reaccionara,
casi con trabajo me incorpore y me quite la venda de los
ojos, aunque acabaron lastimándome me provocaron varios
orgasmos y estaba casi desmadejada, como pude me baje y
subí al volante, trate de ubicarme, arranque el auto y me fui
lentamente a mi casa, llegue como sonámbula, así baje y
me fui directo a la bañera, con todo y ropa deje que me
cayera el agua, no podía aceptar lo sucedido, en verdad lo
había disfrutado y a pesar del dolor que me producían yo
sentía un placer intenso, esa voz no dejaba de sonar en mi
mente, era idéntica a la voz de el amor de mi vida, me quite
la ropa y termine por bañarme, me recosté y me quede
dormida.
A la mañana siguiente cuando desperté aun estaba sola, me
incorpore cuando entró mi esposo llevándome el desayuno
casi tartamudeando me dijo que llego tarde, pero me vio
descansando y no me despertó, yo no le conteste tome el
jugo de naranja apurando la bebida, el se metió al baño y
comí todo lo que me preparó, me levante, y comenzó un
domingo como todos, con la diferencia de que estaba
callada y el no me preguntaba porque, no se como pasaron
los días sin que nos diéramos cuenta que había algo
diferente, después de tener relaciones por lo menos cada
tercer día, se acabo la semana sin tocarnos, llegaba
temprano a casa y me dormía temprano, así se fue la
semana de mis manos.
El sábado que se acercaba se casaba Rodrigo mi amigo y
ex-novio de la universidad, la recepción sería en la casa de
el, era algo sencillo, casi como autómatas el sábado nos
arreglamos, fuimos a misa y de ahí a la recepción, bebí mas
de la cuenta, mi esposo estaba con los amigos, tuve ganas
de ir al baño y Lucy me recomendó el tocador de la planta
alta, subí escalones y al entrar a la habitación el aroma que
percibí me era familiar, entre al tocador y el aroma era mas
fuerte fue cuando lo recordé, era el mismo de la noche en
que fui violada, salí a la habitación, recordé que me
cargaron, se oyó una puerta y en ese momento comenzó el
vaivén, la puerta estaba a un paso de los escalones, baje y
me dirigí a la salida, me di cuenta que en frente estaba el
estacionamiento...
Me regrese tome otra copa y recordé cuando mi esposo me
decía "me encantaría ver como serías cogida" y yo siempre
le respondía "disfrutarías mas si me ves penetrada por mis
dos agujeros...", ese sábado había sido la despedida de
soltero de Rodrigo, Rodrigo muchas veces me dijo que le
gustaría cogerme nuevamente y yo solo sonreía, el tiempo
que fuimos novios tuvimos relaciones pero nunca me cogió
por mi culo y cuando me violaron dijeron "de lo que me
estaba perdiendo", me deje manosear por Andrés, era novia
de Rodrigo y estábamos pasados de copas, fue en un día de
campo dentro de la alberca y me dijo "tienes dos
preciosidades riquísimas", pero nunca supe si se refería a
mis nalgas o mis tetas porque me toco las dos cosas.
Cuando me violaron me dijeron lo mismo entonces me
violaron Rodrigo, Andrés mi esposo y alguien mas que no
podré saber quien fue, en ese momento se acerco mi
esposo y nos despedimos, en el trayecto a la casa después
de una semana de no tener relaciones y fingir que todo
marchaba bien me acerque a el, le desabroche el pantalón
le baje el cierre, saque su flácido miembro y me agache a
mamarlo, como pudo aguanto y llegamos a casa yo
completamente mojada y el con su verga mirando al cielo...
Nos bajamos como desesperados, tocándonos y
quitándonos la ropa a tirones hasta llegar a la recamara,
solo faltaba por quitarme la tanga porque el ya iba desnudo,
nos cogimos y a mi mente regreso la sensación de ser
cogida por cuatro personas, me desborde en placer y goce
como jamás lo había hecho en mi vida, me desahogue como
una vil perra, cuando estuve satisfecha me acerque a su
oído y susurré "me encantaría ver como serías cogido..." me
baje a mamarlo, sabía que el cogerlo y mamarlo lo
enloquecía, así no podría preguntar ni razonar mis palabras,
le chupe todo mi liquido que mojaba su verga, a el le
encantaba que su miembro llegara hasta mi garganta y
ahogarme, eso lo excitaba mucho, así que lo no hice
esperar, cuando metía su verga en la profundidad de mi
boca me agarraba de la cabeza, elevaba su pelvis y me
cogía en la boca, cuando supe que era el momento levante
sus piernas y comencé a mamar su ano, mientras con mi
otra mano lo masturbaba, lo chupaba, le gustaba que me
comiera su ano, metía mi lengua hasta que me pidió que lo
mamara, quite mi boca pero puse mi dedo, de un golpe metí
uno y empecé el mete y saca, el estaba como loco, gemía
gritando, aproveche el momento para meter dos dedos, no
pudo mas y comenzó a eyacular, como siempre me trague
su semen y seguí chupandolo hasta que su miembro
regresó a su flacidez.
Me acosté haciéndome la dormida, con los ojos
entrecerrados vi que tenía los ojos abiertos viendo al techo
como perdido, a caso ya estaba razonando mis palabras?
bueno entonces ya sabe lo que después va a suceder y
tampoco dirá nada porque lo volveré a repetir, solo que yo
no lo compartiré con las amigas.... siempre hay algo mejor...
Relato III
En la provincia de Misiones vivía Marcela, joven mujer de 37
años de muy buen cuerpo, de cabello claro y ojos color miel,
viuda desde hacia dos años con dos hijos adolescentes. Ella
era totalmente analfabeta, pues era de condición muy
humilde y nunca pudo concurrir a la escuela, no sabia leer y
apenas sumaba dos mas dos.
Su casa era un rancho de adobe en el medio de la selva
misionera, sobrevivía de lo que sembraba y lo que podía
cazar con sus hijos, el poblado mas cercano estaba a 12 Km.
Y muy raramente iba por ahí, pues no le gustaba el tumulto
de gente, era mas bien reservada .
Estando un día caminando por un sendero, vio un lechón de
mediano porte que aparentemente no tenia dueño, ya que a
la vista no estaba, fue por ese motivo que sin pensarlo
mucho se tiro sobre el y con el cuchillo que tenia para
trabajar la tierra y defenderse de las víboras lo carnea sin
mucha dificultad. Esa noche toda la familia tendría una
excelente cena y carne para el resto de la semana.
Al cuarto día de ese suceso, llega hasta su casa un
chacarero, y le dice que a perdido un lechón cerca de su
propiedad, esta diciéndole esto cuando el hombre ve
colgado en un alambre el cuero del animal y parte de la
carne aireándose ,(pues sin heladera era la mejor forma de
conservarla,) le pide explicación del porque a matado a su
animal ya que el mismo tiene la marca que lo identifica
como de su propiedad, ella le contesta que el chancho
estaba suelto y como no había nadie con el, pensó que era
salvaje, esta contestación enfureció al hombre que gritando
le decía que ahora tenia que pagárselo, ya que el mismo era
un reproductor que le había costado mucho dinero, Marcela
lo mira y empieza a reírse, no por mal educada si no porque
ella nunca tubo dinero, es mas, ni sabia como era el dinero
circulante de esa época. Esto no va a quedar así, decía el
chacarero marchándose, ya voy a volver.
Al otro día estando Marcela lavando la ropa llegan en una
camioneta dos policía y el chacarero, este la había
denunciado por robo de un animal reproductor, esto para
quien no sepa es muy grave, pues en el campo los
reproductores son el empuje de la economía y el status de
cada persona se mide por la capacidad que tiene de
reproducir sus rebaños y multiplicar así sus bienes,
obviamente si ella hubiese matado una gallina no estarían
ahí los policías, pero un lechón era otra cosa,
- ¿ Dígame doña Marcela, es verdad que se comió el lechón
de don Ramiro?- Pregunto el sargento
- -Y , si, pero no sabia que tenia dueño- Respondió ella
bajando la cabeza
- Es un mentirosa,- Grito Ramiro
- Mire aquí sargento, tiene mi marca,- Le muestra el
chacarero el cuero donde tiene la marca en el cuarto trasero
del animal
- Esta es la prueba de que ella sabia que era mío- rezongaba
el enfurecido hombre
- Tiene razón don Ramiro, la marca esta muy visible, no
puedo ignorar esta evidencia-
- Pero yo no se leer- contesto ella como defensa
- Esa no es excusa valedera, Sra. Pues Ud. Cometió un delito
tomando propiedad ajena , y ahora esta obligada resarcir
económicamente al damnificado –
- Y que quiere que haga?- - ¿ Que salga a robar?
- Notificare al juez del pueblo esta situación y el resolverá-
le comunico el sargento y se marcharon
 

Pasaron tres días y el juez la manda a buscar para que


comparezca en la corte y así poder aclarar el tema. Ya
frente al magistrado, tanto Marcela como el chacarero no se
ponen de acuerdo, El quería un nuevo reproductor o el
dinero para comprarlo y ella decía que no tenia como, así
durante un largo rato, por fin el Juez toma una decisión
- Bien Sra. Marcela, le ordeno que en un lapso de 10 días
hábiles Ud. consiga el dinero u otro animal reproductor para
resarcir como corresponde al Sr. Ramiro.-
De no hacerlo, se tomaran otras medidas procesales, queda
Ud. Notificada-
 

Pasado los días estipulados, el Juez ordena que Marcela sea


llevada nuevamente a su presencia , esta le comunica que
no pudo reponer ni tampoco conseguir el dinero para don
Ramiro, a lo que el magistrado le dice:
 
- Lamento comunicarle que como no pudo cumplir con lo
por mi ordenado, que Ud. Condenada a 30 días de prisión, a
cumplir efectivamente en un lugar por mi determinado,
queda Ud. Debidamente notificada.-
El pueblo era chico, y por ese motivo no había lugares
especiales de detención para mujeres, la única comisaría
estaba llena de borrachos y algún vagabundo, y no era
aconsejable ubicarla ahí, es por eso que el Juez le pidió al
comandante del escuadrón de Gendarmería ( Policía
Militarizada) que la ubicaran ahí por el lapso de la condena,
el lugar era mucho mas higiénico y podrían estar los hijos
de la acusada con ella, pues no quería separarse de ellos, el
comandante dio su aprobación y Marcela paso a cumplir su
condena en los calabozos de gendarmería, aquí comienza la
historia...
 

El Primer día de encierro fue todo novedad para Marcela,


todo muy organizado, la comida a un horario, todo muy
limpio, luz eléctrica a lo cual los hijos de esta que la
acompañaban, no podían dar crédito a la televisión que
podían mirar en el comedor de la tropa, ya que eran libres
circular casi sin restricción por el cuartel, todo era increíble,
hasta se podía decir que eran unas hermosas vacaciones de
su miseria .
Esa noche durmió como nunca, tranquila con la seguridad
de que ningún animal entraría en su casa.
El carcelero que cuidaba de noche los calabozos, de nombre
Juan, se sorprendió cuando la vio por primera vez, su cuerpo
era de lo mejorcito que había visto por esos lugares, el
trabajo en la selva le daban a esta mujer unas formas muy
marcadas y que cualquier hombre estaría ansioso por
poseer, y eso fue lo que le paso por la cabeza, tenia que
poseerla de cualquier modo, mas cuando la veía durmiendo,
ella era de estar destapada y el vestido que utilizaba se le
subía hasta casi la cintura, esto lo enloquecía y no quería
perder la oportunidad de tenerla, al otro día empezó a
averiguar porque estaba ahí, y todo lo que podía de ella, se
entero que era analfabeta, y que por una tontería estaba
ahí, tenia que pensar como, como lo haría..
A la tercera noche el carcelero llego con una planilla y
aprovechando que los chicos estaban en el comedor viendo
una película, se metió en la celda y le dijo:
- Tengo nuevas ordenes del Juez-
-Dígame hombre,- le responde ella prestando atención
- Tiene que estar atenta a lo que le voy a leer, pues si no
esta de acuerdo esta detención se puede alargar,
comprende Ud.- Le dijo el carcelero
- Si, dígame-
- En la Ciudad de San Benito a los tantos días del mes de
Octubre...- Leía el Gendarme
Se ordena a la Sra. Marcela ... a cumplir una condena
adicional, por agravamiento en los cargos, la misma se
cumplirá de la siguiente forma a saber: " La condenada
tendrá relaciones carnales con un hombre por mi designado,
por el lapso de 20 días a contar del día de la fecha, es
mismo es de cumplimiento efectivo" " De negarse la rea, se
le incrementara en 60 días el cumplimiento de la pena "-
Pero porque?- Pregunta incrédula Marcela
-Es la Ley, y a la ley no se la contradice Sra.- - Tenga a bien
de no cuestionar las ordenes del Sr. Juez- Dice el hombre
retirándose.
Desde afuera de la celda le dice , no se preocupe todo va a
salir bien, y se podrá ir a su casa antes.
Cuando vuelven los hijos del comedor este les dice que por
esa noche podrán dormir en un dormitorio especial, con
televisión, lo que para los chicos es la locura, y aceptan sin
pensarlo dos veces.
Como a las dos de la mañana, el gendarme entra en la
celda de Marcela y se acuesta con ella, casi al oído le dice
que no se asuste pero es hora que cumpla la orden del Juez,
que el recibió por teléfono la directiva del magistrado para
ejecutar el castigo, que se ponga de costado y se saque la
ropa interior, esta obedece y se pone de espalda a El y
mirando la pared se saca la bombacha, el gendarme
totalmente excitado y el miembro duro como un garrote la
penetra vaginalmente por atrás, Marcela hace mas de dos
años que no tiene relaciones y la primera penetración para
ella es muy dolorosa, se quiere quejar pero es retada por El,
diciéndole que no puede quejarse ni gozar ostensiblemente
, pues es un castigo.
Ella era analfabeta, pero sabia que podía quedar
embarazada si le tiraba la leche en la matriz y se lo hizo
saber, a lo que el respondió, que el Sr. Juez ya lo sabia y le
dio la orden de tirar la leche en el culo de ella y que como el
era muy obediente de la ley iba a cumplir a rajatabla la
orden recibida.
Después de cojerla por 15 minutos por la vagina, Juan retiro
su miembro y con la mano llena de saliva la paso por el ano
y se lo introdujo con no poca dificultad, el pene a punto de
estallar , su libido al máximo, hacían de el hombre un
animal que no media su embestida sexual, y por ende la
estaba lastimando a Marcela, esta quería gritar, pero El le
decía que aguantara que ya entraba todo y no le iba a doler
mas, cuando lo logro y con los testículos pegándole en la
vagina de Marcela, El larga toda la leche caliente dentro de
ella, esto logra estimular los sentidos de la mujer, que tiene
que reprimir los gemidos de un orgasmo.
Cuando el se retira le hace poner a Marcela una cruz en un
papel, como que se había cumplido la orden del Juez. Y le
dice, que mañana seguirán pero que no se lo comente a los
chicos pues seria vergonzoso para El si lo supieran.
A la noche siguiente al tomar la guardia, el gendarme le
alcanza un paquete, este le trajo de su casa unos vestidos
usados, que eran muy sexy y cortos, le quedaban como 15
cm. Por encima de la rodilla, esto para ella era un regalo del
cielo, hacia mucho tiempo que no tenia ropa " nueva", el le
pidió que lo usara esa noche, pues quería que se sintiera
bien. Ella lo hizo, mas para si misma que para El, pero eso
no importaba mucho.
Durante la madrugada, el gendarme le trajo algo para
comer, y le dijo que era hora, de seguir con lo ordenado,
esta se puso directamente de costado con el vestido corto
casi a la altura de los labios vaginales y sin ropa interior,
esto enloqueció al carcelero que sin mediar palabras saco
su miembro totalmente erguido y tomándola del hombro la
viro hacia El y le puso su verga palpitante en su boca, esto
es para empezar el castigo de hoy, le decía con vos
temblorosa por el deseo y calentura extrema, chupamela
ahora por favor, y tomándola de la nuca introdujo casi todo
su miembro en esa boca exquisita, ella casi sin experiencia
en ese campo no sabia que hacer, El la fue guiando con
palabras suaves , primero usa tu lengua para ensalivarla,
luego sin usar los dientes ve chupandola como si fiera una
naranja, pero con mas suavidad, después ya con todo
adentro metela y sácala para estimular el miembro como si
fuera tu concha, es el mismo principio, tienes que lograr
que acabe, esa es la función principal del sexo oral. Ella lo
hizo, y hasta le gusto, el hombre era muy higiénico y tenia
un agradable olor, incluido su pene, es por eso que en poco
tiempo lo hizo acabar dentro de su boca, mientras lo
chupaba se dio cuenta que estaba toda mojada, su vagina
era un río que segregaba placer y no podía y no quería
disimularlo.
Al rato El volvió, ya estaba recuperado y quería mas, fue así
que entro en la celda, ella estaba totalmente dormida, El sin
hacer ruido se desvistió y con una crema de mano que tenia
se lo paso por su miembro y en el culo de ella, cuando se
dio cuenta Marcela que algo estaba pasando El ya tenia el
glande dentro de su ano, cuando quiso darse vuelta el de un
envión la penetra por completo y la empala sin
miramientos, esta reprime un alarido y se relaja, pues
recordó que la noche anterior lo había echo y dejo de
dolerle tanto, El dio unos cuantos bombazos y se descargo
dentro de ella, pero no se levanto de inmediato, dejo que su
miembro se desinflara dentro de ella y eso tardo un buen
rato.
Al día siguiente, en horas de la tarde en la celda que estaba
mas alejada, es encerrado un gendarme desertor, tendría
que cumplir una larga condena, ya que se enfrento con los
policías militares que lo fueron a buscar y había causado
muchos daños. Su nombre era Pedro, y no era un tipo en
quien se pudiera confiar.
Esa noche Juan tomo la guardia sin prestar mucha atención
a las novedades, fue por eso que no se dio cuenta que había
otra celda ocupada, y siguió con lo que estaba haciendo, es
decir cogerce a la pobre Marcela, El estaba tan caliente con
esta mujer, que ya no le prestaba atención a su esposa,
cambiaba sus días de descanso para poder penetrar a " SU"
prisionera sexual, estaba como poseído por la lujuria y el
morbo que le daba el poder, el dominio sobre esta pobre
ignorante.
Fue después de salir de la celda de Marcela y de haberle
llenado dos veces el ano de leche, que siente que alguien le
chista, cuando se da vuelta ve a Pedro que lo llama, cuando
esta frente a este, le pregunta quien es y que quiere, Pedro
lo mira, se sonríe y le dice :
- Por lo que estoy viendo, desde ahora soy tu compañero de
juerga, o me equivoco?- dijo en forma sarcástica el detenido
- Estas en una mala posición para negarte, yo quiero
montarme a esa hembra, y lo voy a hacer-
- Ud. Esta loco, como pretende que yo lo deje...- estaba
diciendo Juan cuando Pedro lo interrumpió diciéndole casi
gritando
- No seas estúpido, vos estas abusando de una prisionera,
eso es un delito federal, si se enteran vas a purgar varios
años de cárcel, así que no te hagas el idiota, porque si no lo
voy a decir al oficial de guardia, me entiendes?- concluyo
Juan bajo la cabeza, intentando buscar una salida para esa
situación, las cosas se le estaban yendo de las manos y este
tipo no tenia nada que perder y lo iba a hundir sin ningún
remordimiento si no hacia lo que el quería.
- OK, déjame pensar como lo voy a instrumentar, pues si
hacemos las cosas mal nos mandan en cana, dame algo de
tiempo-
- Esta bien, pero solo tienes 24 horas-
 

A la noche siguiente, Juan espero que todos se fueran a


dormir y como a las 11 de la noche, entro nuevamente a la
celda de Marcela con la planilla donde tenia anotado una "
nueva orden del Juez",
- Presta atención Marcela- le dijo
- Hace dos horas hable con el Sr. Juez y me dijo que no se
estaba cumpliendo la orden por el impartida, es decir que
solo a medias estaba haciéndolo, porque tu condena
estipula el acceso carnal, desde las 00 hs hasta las 06.00
hs. Y eso no se esta cumpliendo, por ese motivo me manda
una persona que cumplirá el resto de tu condena conmigo,
el Sr. Se llama Pedro y es mandado por el juzgado-
- A partir de esta noche ,después que yo me valla, entrara
El, estamos de acuerdo?-
- Si, pero no entiendo porque- Balbuceo Marcela bajando la
cabeza
 

Tres de la mañana, Juan sale de la celda, esta vez fue mas


cariñoso con ella, pues quizás estaba sintiéndose culpable
de lo que vendría, Pedro no tenia buena fama y por algo
seria.
Cuando Juan lo saca de la celda le pide que lo haga en
silencio, que no grite y que ella no grite tampoco, pues
alguien podría escuchar, este le dice que no se preocupe,
que el sabe como tratar a las mujeres.
Una vez dentro, junto a Marcela , Pedro que venia de una
prolongada abstinencia sexual, se abalanza sobre ella y sin
mediar una palabra la penetra salvajemente, esta se le
queja, ya que Juan era mucho mas suave y no la apuraba
tanto, a lo que le contesto,
- Cállate o te rompo todos los dientes, el que manda ahora
soy yo, y si no te calmas, le voy a romper el culo a tu linda
nenita, me oíste?
- Si, si , no haré nada- dijo Marcela casi llorando.
 
Ella sentía como este hombre entraba en su cuerpo, la
llenaba con leche caliente en su ano y en su conchita, ( esta
conchita que era virgen a la leche de los hombres desde
hacia mas de dos años) y que siempre le negaba a Juan,
pues no quería quedar embarazada, pero a este hombre no
había palabras que lo convencieran de no hacerlo, apenas
acababa dentro de Marcela se paraba tomaba un poco de
agua y se acercaba con su miembro a la cara para que se lo
chupara para poder seguir cogiendola, estaba fuera de si, y
no quería descansar ni un momento.
Esa noche, Pedro descargo en Marcela todo su hambre de
mujer, su furia contenida y su frustración personal. Uso y
abuso de ella, y en un lapso de tres horas lleno su cuerpo 7
veces , utilizo su vagina en tres oportunidades, su ano y
boca en dos.
Marcela quedo destruida, pues aunque no quería, la
situación la excitaban demasiado como para contener los
orgasmos, el estar obligada a tener relaciones habían
activado su libido y morbo, esa situación, provocaban en
ella ansias jamás experimentadas antes, y se descubrió a si
misma , que cada noche esperaba con visible excitación la
hora del " Castigo".
Así fueron pasando los días, primero Juan la poseía, con
suavidad y hasta algo de amor, luego Pedro, que era todo lo
contrario, pero ambas situaciones movilizaban el ser de
Marcela, era una simbiosis única e inexpiable, el dolor,
placer y humillación, eran parte de una rutina que se le
estaba haciendo costumbre, al principio contaba los días
para saber cuando saldría de ahí, ahora para saber cuanto
tiempo le quedaba para disfrutar de ese placer inexpiable y
tortuoso.
Todo llego a su fin de forma fortuita y casual, una vez vino el
Juez a ver como estaba la presa, ya que había cumplido mas
de 20 días y estaba en posibilidad de salir si hubiese
conseguido parte del dinero que adeudaba, ( obviamente el
Dr. Sabia que era imposible, pero El tenia que cumplir lo que
marca la ley) y le pregunto si estaba bien ahí, si había
sufrido algún maltrato o si tenia alguna queja, a lo que
Marcela respondió casi inocentemente,
 

- No Dr. , esta todo bien, pero lo único que me preocupa de


mi " Castigo "es que Pedro me llena mi concha de leche y no
en el culo como el Sr. Ordeno.-
- ¿ Como?, ¿Que Esta diciendo?- Dijo el Sr. Juez, abriendo los
ojos desorbitados
Fue así que comenzó la investigación que llevo a Juan a
prisión por varios años y a Pedro a duplicarle su condena.
La misma inocencia e ignorancia por la que pudieron
aprovecharse de Marcela fue, la que llevo a estos hombres a
prisión .
Relato IV
Salió sigilosamente de su escondite en las escaleras con el
cuchillo en la mano y la agarro fuertemente por la espalda
mientras le enseñaba el arma y le decía al oído:
- No grites! o te corto – mientras colocaba el cuchillo muy
cerca de su cara. Ella solo se limitó a mover la cabeza en
señal de afirmación.
- Ahora obedece y abre la puerta en silencio – y le preguntó
- ¿Estás sola?
- S…i, s…i – apenas se le pudo escuchar.
- Si prometes que no gritaras no te haré daño, solo tengo
hambre – le dijo mientras su brazo la rodeaba por la cintura
y la apretaba fuerte contra su cuerpo. A pesar del momento
pudo sentir debajo de su delgado vestido de verano un
cuerpo fuerte y unas nalgas duras y bien paradas.
Pasaron a un pequeño hall y saco un pañuelo que tenía para
esas ocasiones y le cubrió los ojos. De la misma manera le
amarro las manos en la espalda de manera que no pudiera
atacarlo. Parecía un pollito indefenso. Gentilmente la sentó
en una butaca y en ese momento su vestido se abrió
ligeramente dejando ver mucho más de lo que él esperaba.
Sus blancos muslos los podía observar detalladamente y
quizás por su silencio o el calor de su mirada hicieron que
ella los apretara muy juntos. La ocasión era adecuada para
que él explicara sus motivos.
- ¿Cómo te llamas? – le pregunto
- Mariela – respondió con un murmullo.
- Yo soy Pablo y no debes de tener miedo, no te voy a hacer
daño si me ayudas. Lo primero es que no grites porque si
me veo amenazado no se que locura puedo cometer. –
observo como su piel se erizaba de miedo y continuó:
- Solo tengo hambre y necesito dinero, y me acompañaras
en el recorrido de tu bonito apartamento. Ya me di cuenta
que vives sola de manera que no espero intromisiones
antipáticas. – La observaba sentada en la butaca como un
pajarito asustado con su vestido algo desordenado dejando
ver un bello cuerpo de senos algo pequeños pero apenas
cubierto con un ligero sostén. En la claridad del vestido
observó el tamaño de la pantaletica que traviesamente se le
metía entre las nalgas. Su vestimenta la completaba unas
sandalias ligeras que dejaban al descubierto los deditos de
los pies con las uñas finamente pintadas.
Lo primero que hizo fue ir a la cocina porque era muy cierto
lo del hambre. Hizo que Mariela se sentara en una butaca
alta que ella tenía en la cocina y por la misma incomodidad
y limitación de la venda en los ojos y las manos amarradas
a su espalda su vestido jugaba travieso entre sus piernas y
se abría descaradamente dejando ver completamente sus
piernas y la pequeña pantaletica semi transparente que le
gustaba ponerse con ese vestido porque la hacían sentir
más sensual. Mariela pensaba que el intruso podía ver a
través de la delgada tela transparente como su totona
estaba completamente depilada y sus labios vaginales
sobresalían con una sensualidad pocas veces apreciada en
una mujer. Todos estos pensamientos mezclados con el
miedo de tener al intruso armado en su casa solo servían
para aumentar su ansiedad. El no poder ver hacía que sus
otros sentidos se aguzaran y al final solo recordaba un brazo
fuerte apretándola y su cuerpo rozando un duro tórax que
se lo imaginó joven y musculoso como el de esos
muchachos que frecuentaban el gimnasio.
Mariela consciente de su posición solo se limitó a oír al
intruso rumiar en la cocina y nevera, oyéndolo como abría
paquetes y comía. Se percibía que satisfacía un hambre
vieja y abundante. De repente siente algo pegajoso que se
derrama en sus muslos y Pablo le dice:
- Disculpa!... se me ha derramado algo de miel en tus
muslos. Déjame limpiarlos. – y se agacha entre sus piernas
y comienza a lamer la piel con suavidad deleitándose con el
dulce de la miel derramada a propósito y la tersura de los
muslos. Mariela a pesar de sentirse humillada por el acto
lascivo no deja de pensar en lo agradable y sensual que es
la caricia. Ligeramente separa las piernas para que el
intruso llegue hasta el mismo borde de la pantaleta donde
había llegado algo de miel. Un suspiro se le escapa cuando
siente la lengua caliente pasar muy lentamente por la orilla
de su cuquita que ya se encuentra húmeda y teme que se
vea a través de la delgada fibra. Siente como sus labios
vaginales están hinchados empujando la tela y
delineándose completamente. Sus enormes labios deben de
salir como una grosera protuberancia. Mariela siente como
un orgasmo se le escapa a pedacitos y su clítoris parece
estar en llamas. Apenas logra controlar las contracciones y
la sensación de cosquilleo se inicia en su clítoris y sube
escandalosamente a su vientre y le corta la respiración.
Pablo satisfecho le dice:
- Espero que haya quedado bien limpio – y la baja del
taburete llevándola para la habitación, sin mucho apuro y
con la excusa de que no tropezara, sus manos se paseaban
en su cintura, sus caderas y hasta atrevidamente en sus
nalgas. Mariela se sonroja por lo que le acaba de pasar y
lucha con sentimientos de culpa, remordimiento, pasión y
lujuria. Se deja llevar sumisamente y goza cada caricia en
su cuerpo de este atrevido intruso.
Al llegar a la habitación la empuja encima de la cama
cayendo boca abajo con un pequeño grito de sorpresa y su
vestido todo arrebatado se levanta dejando ver sus nalgas
apenas cubiertas por las pequeñas pantaletas. Siente como
Pablo se le monta encima y le dice al oído.
- Quédate quietecita que de verás que no te quiero hacer
daño - mientras apretaba un inmenso bulto en las nalgas de
ella y por reflejo ella responde a sus movimientos. Las
manos de Pablo no se contienen y comienzan a acariciarle
las piernas desnudas a Mariela. Sus dedos se entretienen en
la orilla de las pantaletas en sus nalgas como buscando
como meterse dentro. Su aliento lo siente en la nuca como
un león en celo y su respiración se acelera. Sorpresivamente
el se levanta y se hace un silencio que solo explica a un
Pablo deleitándose con la imagen de Mariela en la cama con
las piernas entreabiertas y las pantaletas metidas en las
nalgas. Pero Pablo piensa que tiene una prioridad que es
conseguir el dinero y las joyas y a regañadientes separa su
vista de la visión de las pantaleticas mojadas. Mariela siente
la mirada y le gusta la sensación y solo eleva una rodilla
para que pueda ver mejor sus nalgas y totona mojada
manchando sus pantaletas. Le gustaba esa sensación de
sometimiento a ese cuerpo duro y rudo que se apodero de
ella y que le hace explotar mil fantasías en su cabeza.
De repente oye una expresión de sorpresa y triunfo. Pablo
revisaba sus gavetas donde tiene su ropa interior y las
pijamas de dormir. Además de un secreto bien envuelto en
una bolsa de tela. Sigue revisando la habitación y
finalmente se arrodilla a su lado y le dice al oído con aire de
complicidad:
- Tengo en mis manos tu secreto y estoy seguro que lo vas a
gozar. Eres una zorrita que te gusta hacértelo sola pero
ahora veras lo útil que es en manos de un hombre - La toma
por los tobillos y la hala hacia la esquina de la cama
haciendo que se arrodille con el culo en alto. De repente par
de nalgadas bien dadas con sus enormes manos producen
un dolor que luego se convierte en una picazón exquisita en
la piel con el suave contacto de los labios de Pablo que le
besa las nalgas mientras le empuja la pantaleta dentro de la
raja. Ella desconoce el motivo de la rudeza que la excita
más mezclada con sus besos y su lengua paseándose
descaradamente en sus nalgas. Siente como sus
pantaleticas son despedazadas con el cuchillo y su totona
depilada así como su huequito del culo quedan totalmente
expuestos y abiertos ante el intruso y su corazón late fuerte
motivado por la mezcla de miedo y placer. La sangre sube a
la cara de Mariela quién se sonroja fuertemente más por el
sentimiento de culpa por el placer sentido, que por recato.
 

Su vibrador que tan celosamente guardaba con su ropa


interior, se convierte en instrumento de placer y tortura en
manos de Pablo. Aprovechando su humedad siente como se
lo introduce en su vagina mojada e hinchada, poco a poco
mientras se deleita solo con la imagen de ese hermoso culo
expuesto para él. Pablo no está seguro si es placer o terror…
pero los jugos de ella le chorrean por las piernas
demostrando que lo está gozando. Se unta el dedo medio
con los jugos y comienza a taladrarle el culito con suavidad
pero con firmeza. El esfínter al poco rato se afloja y su dedo
medio es reemplazado por dos dedos practicando la misma
travesura. Los gemidos de ella comienzan a llenar el
espacio y se siente como un nuevo orgasmo le explota a
pesar de su negativa de querer sentirlo. Sus labios se abren
y cierran con cada contracción dejando escapar sus líquidos
vaginales mojando las sabanas. La intensidad del orgasmo
solo contribuye a magnificar la mezcla de culpa y placer que
invade a Mariela. Ella piensa que Pablo es un coño de madre
con unos dedos maravillosos. Se queda arrodillada en la
esquina de la cama exhausta y en una posición incomoda
sintiendo como las últimas vibraciones vaginales despiden
las sensaciones del orgasmo. Poco a poco recupera la
atención a los ruidos en la habitación.
La posición de las manos atadas y la arrodillada comienzan
a afectar a Mariela y pide por favor que la suelten. Pablo la
complace solo para amarrarle las manos al frente mientras
la sienta en la orilla de la cama. Pablo se desnuda y toma el
cuchillo y comienza lentamente a desgarrarle la ropa. El
temor por la presencia del arma toma cuerpo en ella y
comienza a temblar. El intruso termina desnudándola
completamente con una lentitud que solo aumentaba la
ansiedad que la poseía. De repente siente su proximidad, el
olor muy masculino y viril lo siente muy cerca y comprende
que es lo que desea. Su boca se le hace aguas y sus manos
amarradas por reflejo suben y toman posesión de una verga
no muy gruesa pero más bien larga y de inmenso glande.
Pero primero recibe un lindo y tierno beso el cual se niega a
devolver hasta que la pasión borra cualquier vestigio de
razón y su lengua toma vida propia y comienza a jugar con
la de Pablo. Mariela percibe un ligero olor a colonia y su
saliva pareciera conservar el sabor dulzón de la miel que
sensualmente se la había lamido de sus muslos. El beso se
hizo fuerte y agresivo y Mariela se separa solo para tomar
en sus labios la cabeza de esa verga que aunque no podía
verla la sentía dura e hinchada.
 

Sus labios comenzaron a succionar con suavidad la enorme


cabeza mientras la lengua dibujaba círculos alrededor del
mismo. Poco a poco se fue introduciendo todo dentro de la
boca casi hasta llegar a su garganta. Contuvo la arcada que
por reflejo le vino y sintió como se comía casi enteramente
el largo huevo. Comenzó a mover su cabeza y solo se oía en
la habitación el sonido de la respiración acelerada de Pablo.
Mariela a pesar de tener las manos atadas, le agarraba los
huevos mientras le daba una mamada espectacular. El
glande de Pablo parecía seguir creciendo y sus bolas
comenzaron a temblar, Mariela solo quería exprimírselas y
beberse todo el néctar que le podía ofrecer. Pablo comenzó
a gemir y a moverse violentamente, le agarro los cabellos y
le empujaba el huevo como queriendo metérselo todo hasta
la garganta. Ella aguantaba los embates hasta sentir el
sabor salobre de las primeras gotas de semen y luego la
eyaculación cliente y salobre llenar su paladar. Mariela se la
bebía con ansías, a la muy zorra le gustaba el acto y su
cuquita estaba toda mojada pidiendo más.
Pablo le da un beso profundo demostrándole que puede
compartir con ella sus jugos y le dice al oído: - ahora viene
el gran final. - Le suelta las manos y la acuesta boca arriba
en la cama. Y comienza a besarla a todo lo largo del cuerpo.
Toda la acción de la mamada ha dejado a Mariela muy
excitada y solo busca su placer que por tanto tiempo se le
había negado. Abrazaba con fuerza a ese cuerpo que tanta
pasión y placer le habían dado. Le dio sus tetas para que se
las chupara y mordiera, metía sus manos en su cuquita y
sus dedos la exploraban descaradamente. Hasta que
finalmente decide montarse y metérselo con cierta rudeza.
Se notaba que a él también la ansiedad del momento lo
estaba afectando. Mariela levanta sus piernas y se las
amarra por la espalda buscando que ese largo huevo le
llegue hasta rincones que no habían sido excitados
anteriormente. Pablo la levanta por las nalgas y sus dedos
comienzan a jugar con su culito. Mariela le dice con deseo: -
Cógeme hombre, métemelo todo y déjame sentirte muy
adentro. En la euforia Mariela se siente poseída por todos
sus agujeros y es que Pablo le ha metido el vibrador por el
culo mientras la mantiene ensartada. Su orgasmo es
gigantesco, las vibraciones multiplican la sensación de
penetración y las olas de placer suben y le recorren todo el
cuerpo y siente desvanecerse con un gran gemido.
Al volver en sí, se encuentra en la cama, arropada con una
tanguita negra que no recordaba poseer por lo pequeña y
ajustada, totalmente aseada pero con un escozor en su
cuquita y culito que inmediatamente le hicieron recordar lo
sucedido. A su lado estaba el vibrador y una flor con una
pequeña nota que decía:
"y pensar que mañana al verte en la calle solo recordaré lo
zorrita que puedes ser y la tarde inolvidable que te robé"
Pablo
Mariela dio media vuelta y consciente que nada se había
perdido en el apartamento siguió durmiendo deleitándose
de los momentos apenas vividos. Una hermosa y radiante
sonrisa iluminaba su bello rostro y la tanguita negra
comenzaba a mojarse nuevamente…
Relato V
Salió sigilosamente de su escondite en las escaleras con el
cuchillo en la mano y la agarro fuertemente por la espalda
mientras le enseñaba el arma y le decía al oído:
- No grites! o te corto – mientras colocaba el cuchillo muy
cerca de su cara. Ella solo se limitó a mover la cabeza en
señal de afirmación.
- Ahora obedece y abre la puerta en silencio – y le preguntó
- ¿Estás sola?
- S…i, s…i – apenas se le pudo escuchar.
- Si prometes que no gritaras no te haré daño, solo tengo
hambre – le dijo mientras su brazo la rodeaba por la cintura
y la apretaba fuerte contra su cuerpo. A pesar del momento
pudo sentir debajo de su delgado vestido de verano un
cuerpo fuerte y unas nalgas duras y bien paradas.
Pasaron a un pequeño hall y saco un pañuelo que tenía para
esas ocasiones y le cubrió los ojos. De la misma manera le
amarro las manos en la espalda de manera que no pudiera
atacarlo. Parecía un pollito indefenso. Gentilmente la sentó
en una butaca y en ese momento su vestido se abrió
ligeramente dejando ver mucho más de lo que él esperaba.
Sus blancos muslos los podía observar detalladamente y
quizás por su silencio o el calor de su mirada hicieron que
ella los apretara muy juntos. La ocasión era adecuada para
que él explicara sus motivos.
- ¿Cómo te llamas? – le pregunto
- Mariela – respondió con un murmullo.
- Yo soy Pablo y no debes de tener miedo, no te voy a hacer
daño si me ayudas. Lo primero es que no grites porque si
me veo amenazado no se que locura puedo cometer. –
observo como su piel se erizaba de miedo y continuó:
- Solo tengo hambre y necesito dinero, y me acompañaras
en el recorrido de tu bonito apartamento. Ya me di cuenta
que vives sola de manera que no espero intromisiones
antipáticas. – La observaba sentada en la butaca como un
pajarito asustado con su vestido algo desordenado dejando
ver un bello cuerpo de senos algo pequeños pero apenas
cubierto con un ligero sostén. En la claridad del vestido
observó el tamaño de la pantaletica que traviesamente se le
metía entre las nalgas. Su vestimenta la completaba unas
sandalias ligeras que dejaban al descubierto los deditos de
los pies con las uñas finamente pintadas.
Lo primero que hizo fue ir a la cocina porque era muy cierto
lo del hambre. Hizo que Mariela se sentara en una butaca
alta que ella tenía en la cocina y por la misma incomodidad
y limitación de la venda en los ojos y las manos amarradas
a su espalda su vestido jugaba travieso entre sus piernas y
se abría descaradamente dejando ver completamente sus
piernas y la pequeña pantaletica semi transparente que le
gustaba ponerse con ese vestido porque la hacían sentir
más sensual. Mariela pensaba que el intruso podía ver a
través de la delgada tela transparente como su totona
estaba completamente depilada y sus labios vaginales
sobresalían con una sensualidad pocas veces apreciada en
una mujer. Todos estos pensamientos mezclados con el
miedo de tener al intruso armado en su casa solo servían
para aumentar su ansiedad. El no poder ver hacía que sus
otros sentidos se aguzaran y al final solo recordaba un brazo
fuerte apretándola y su cuerpo rozando un duro tórax que
se lo imaginó joven y musculoso como el de esos
muchachos que frecuentaban el gimnasio.
Mariela consciente de su posición solo se limitó a oír al
intruso rumiar en la cocina y nevera, oyéndolo como abría
paquetes y comía. Se percibía que satisfacía un hambre
vieja y abundante. De repente siente algo pegajoso que se
derrama en sus muslos y Pablo le dice:
- Disculpa!... se me ha derramado algo de miel en tus
muslos. Déjame limpiarlos. – y se agacha entre sus piernas
y comienza a lamer la piel con suavidad deleitándose con el
dulce de la miel derramada a propósito y la tersura de los
muslos. Mariela a pesar de sentirse humillada por el acto
lascivo no deja de pensar en lo agradable y sensual que es
la caricia. Ligeramente separa las piernas para que el
intruso llegue hasta el mismo borde de la pantaleta donde
había llegado algo de miel. Un suspiro se le escapa cuando
siente la lengua caliente pasar muy lentamente por la orilla
de su cuquita que ya se encuentra húmeda y teme que se
vea a través de la delgada fibra. Siente como sus labios
vaginales están hinchados empujando la tela y
delineándose completamente. Sus enormes labios deben de
salir como una grosera protuberancia. Mariela siente como
un orgasmo se le escapa a pedacitos y su clítoris parece
estar en llamas. Apenas logra controlar las contracciones y
la sensación de cosquilleo se inicia en su clítoris y sube
escandalosamente a su vientre y le corta la respiración.
Pablo satisfecho le dice:
- Espero que haya quedado bien limpio – y la baja del
taburete llevándola para la habitación, sin mucho apuro y
con la excusa de que no tropezara, sus manos se paseaban
en su cintura, sus caderas y hasta atrevidamente en sus
nalgas. Mariela se sonroja por lo que le acaba de pasar y
lucha con sentimientos de culpa, remordimiento, pasión y
lujuria. Se deja llevar sumisamente y goza cada caricia en
su cuerpo de este atrevido intruso.
Al llegar a la habitación la empuja encima de la cama
cayendo boca abajo con un pequeño grito de sorpresa y su
vestido todo arrebatado se levanta dejando ver sus nalgas
apenas cubiertas por las pequeñas pantaletas. Siente como
Pablo se le monta encima y le dice al oído.
- Quédate quietecita que de verás que no te quiero hacer
daño - mientras apretaba un inmenso bulto en las nalgas de
ella y por reflejo ella responde a sus movimientos. Las
manos de Pablo no se contienen y comienzan a acariciarle
las piernas desnudas a Mariela. Sus dedos se entretienen en
la orilla de las pantaletas en sus nalgas como buscando
como meterse dentro. Su aliento lo siente en la nuca como
un león en celo y su respiración se acelera. Sorpresivamente
el se levanta y se hace un silencio que solo explica a un
Pablo deleitándose con la imagen de Mariela en la cama con
las piernas entreabiertas y las pantaletas metidas en las
nalgas. Pero Pablo piensa que tiene una prioridad que es
conseguir el dinero y las joyas y a regañadientes separa su
vista de la visión de las pantaleticas mojadas. Mariela siente
la mirada y le gusta la sensación y solo eleva una rodilla
para que pueda ver mejor sus nalgas y totona mojada
manchando sus pantaletas. Le gustaba esa sensación de
sometimiento a ese cuerpo duro y rudo que se apodero de
ella y que le hace explotar mil fantasías en su cabeza.
De repente oye una expresión de sorpresa y triunfo. Pablo
revisaba sus gavetas donde tiene su ropa interior y las
pijamas de dormir. Además de un secreto bien envuelto en
una bolsa de tela. Sigue revisando la habitación y
finalmente se arrodilla a su lado y le dice al oído con aire de
complicidad:
- Tengo en mis manos tu secreto y estoy seguro que lo vas a
gozar. Eres una zorrita que te gusta hacértelo sola pero
ahora veras lo útil que es en manos de un hombre - La toma
por los tobillos y la hala hacia la esquina de la cama
haciendo que se arrodille con el culo en alto. De repente par
de nalgadas bien dadas con sus enormes manos producen
un dolor que luego se convierte en una picazón exquisita en
la piel con el suave contacto de los labios de Pablo que le
besa las nalgas mientras le empuja la pantaleta dentro de la
raja. Ella desconoce el motivo de la rudeza que la excita
más mezclada con sus besos y su lengua paseándose
descaradamente en sus nalgas. Siente como sus
pantaleticas son despedazadas con el cuchillo y su totona
depilada así como su huequito del culo quedan totalmente
expuestos y abiertos ante el intruso y su corazón late fuerte
motivado por la mezcla de miedo y placer. La sangre sube a
la cara de Mariela quién se sonroja fuertemente más por el
sentimiento de culpa por el placer sentido, que por recato.
 

Su vibrador que tan celosamente guardaba con su ropa


interior, se convierte en instrumento de placer y tortura en
manos de Pablo. Aprovechando su humedad siente como se
lo introduce en su vagina mojada e hinchada, poco a poco
mientras se deleita solo con la imagen de ese hermoso culo
expuesto para él. Pablo no está seguro si es placer o terror…
pero los jugos de ella le chorrean por las piernas
demostrando que lo está gozando. Se unta el dedo medio
con los jugos y comienza a taladrarle el culito con suavidad
pero con firmeza. El esfínter al poco rato se afloja y su dedo
medio es reemplazado por dos dedos practicando la misma
travesura. Los gemidos de ella comienzan a llenar el
espacio y se siente como un nuevo orgasmo le explota a
pesar de su negativa de querer sentirlo. Sus labios se abren
y cierran con cada contracción dejando escapar sus líquidos
vaginales mojando las sabanas. La intensidad del orgasmo
solo contribuye a magnificar la mezcla de culpa y placer que
invade a Mariela. Ella piensa que Pablo es un coño de madre
con unos dedos maravillosos. Se queda arrodillada en la
esquina de la cama exhausta y en una posición incomoda
sintiendo como las últimas vibraciones vaginales despiden
las sensaciones del orgasmo. Poco a poco recupera la
atención a los ruidos en la habitación.
La posición de las manos atadas y la arrodillada comienzan
a afectar a Mariela y pide por favor que la suelten. Pablo la
complace solo para amarrarle las manos al frente mientras
la sienta en la orilla de la cama. Pablo se desnuda y toma el
cuchillo y comienza lentamente a desgarrarle la ropa. El
temor por la presencia del arma toma cuerpo en ella y
comienza a temblar. El intruso termina desnudándola
completamente con una lentitud que solo aumentaba la
ansiedad que la poseía. De repente siente su proximidad, el
olor muy masculino y viril lo siente muy cerca y comprende
que es lo que desea. Su boca se le hace aguas y sus manos
amarradas por reflejo suben y toman posesión de una verga
no muy gruesa pero más bien larga y de inmenso glande.
Pero primero recibe un lindo y tierno beso el cual se niega a
devolver hasta que la pasión borra cualquier vestigio de
razón y su lengua toma vida propia y comienza a jugar con
la de Pablo. Mariela percibe un ligero olor a colonia y su
saliva pareciera conservar el sabor dulzón de la miel que
sensualmente se la había lamido de sus muslos. El beso se
hizo fuerte y agresivo y Mariela se separa solo para tomar
en sus labios la cabeza de esa verga que aunque no podía
verla la sentía dura e hinchada.
 

Sus labios comenzaron a succionar con suavidad la enorme


cabeza mientras la lengua dibujaba círculos alrededor del
mismo. Poco a poco se fue introduciendo todo dentro de la
boca casi hasta llegar a su garganta. Contuvo la arcada que
por reflejo le vino y sintió como se comía casi enteramente
el largo huevo. Comenzó a mover su cabeza y solo se oía en
la habitación el sonido de la respiración acelerada de Pablo.
Mariela a pesar de tener las manos atadas, le agarraba los
huevos mientras le daba una mamada espectacular. El
glande de Pablo parecía seguir creciendo y sus bolas
comenzaron a temblar, Mariela solo quería exprimírselas y
beberse todo el néctar que le podía ofrecer. Pablo comenzó
a gemir y a moverse violentamente, le agarro los cabellos y
le empujaba el huevo como queriendo metérselo todo hasta
la garganta. Ella aguantaba los embates hasta sentir el
sabor salobre de las primeras gotas de semen y luego la
eyaculación cliente y salobre llenar su paladar. Mariela se la
bebía con ansías, a la muy zorra le gustaba el acto y su
cuquita estaba toda mojada pidiendo más.
Pablo le da un beso profundo demostrándole que puede
compartir con ella sus jugos y le dice al oído: - ahora viene
el gran final. - Le suelta las manos y la acuesta boca arriba
en la cama. Y comienza a besarla a todo lo largo del cuerpo.
Toda la acción de la mamada ha dejado a Mariela muy
excitada y solo busca su placer que por tanto tiempo se le
había negado. Abrazaba con fuerza a ese cuerpo que tanta
pasión y placer le habían dado. Le dio sus tetas para que se
las chupara y mordiera, metía sus manos en su cuquita y
sus dedos la exploraban descaradamente. Hasta que
finalmente decide montarse y metérselo con cierta rudeza.
Se notaba que a él también la ansiedad del momento lo
estaba afectando. Mariela levanta sus piernas y se las
amarra por la espalda buscando que ese largo huevo le
llegue hasta rincones que no habían sido excitados
anteriormente. Pablo la levanta por las nalgas y sus dedos
comienzan a jugar con su culito. Mariela le dice con deseo: -
Cógeme hombre, métemelo todo y déjame sentirte muy
adentro. En la euforia Mariela se siente poseída por todos
sus agujeros y es que Pablo le ha metido el vibrador por el
culo mientras la mantiene ensartada. Su orgasmo es
gigantesco, las vibraciones multiplican la sensación de
penetración y las olas de placer suben y le recorren todo el
cuerpo y siente desvanecerse con un gran gemido.
Al volver en sí, se encuentra en la cama, arropada con una
tanguita negra que no recordaba poseer por lo pequeña y
ajustada, totalmente aseada pero con un escozor en su
cuquita y culito que inmediatamente le hicieron recordar lo
sucedido. A su lado estaba el vibrador y una flor con una
pequeña nota que decía:
"y pensar que mañana al verte en la calle solo recordaré lo
zorrita que puedes ser y la tarde inolvidable que te robé"
Pablo
Mariela dio media vuelta y consciente que nada se había
perdido en el apartamento siguió durmiendo deleitándose
de los momentos apenas vividos. Una hermosa y radiante
sonrisa iluminaba su bello rostro y la tanguita negra
comenzaba a mojarse nuevamente…
Relato VI
Esta historia ocurrió hace dos años, yo todavía estaba en la
universidad, pero por esos tiempos no estaba muy animada
con los estudios y muchas veces me salía de la universidad
para irme a fiestas que organizaban amigos o simplemente
conocidos.
En una ocasión una amiga pasó a verme a mi clase de
historia para decirme que se estaba organizando una fiesta
en la casa de unos chicos que habíamos conocido una
semana antes en otra reunión, y sin pensarlo demasiado,
me salí de la clase para ir con ellos.
Yo estudiaba en el turno vespertino, así que eran como las
cuatro de la tarde cuando salimos de la universidad, la casa
a la que íbamos no estaba muy lejos de ahí, así que no
tardamos mucho en llegar.
 

No nos costó mucho reconocer la casa por la música tan


fuerte que ya estaban tocando, cuando entramos estaban
los seis chicos que habíamos conocido, y unas diez personas
más, en cuanto entramos los chicos nos abordaron,
platicamos un rato y después nos pusimos a bailar. En unas
dos horas mi amiga y yo ya estabamos un poco mareadas
por lo que habíamos bebido, aunque yo me asusté un poco
porque no había bebido mas que una copa, así que
sospeche que me habían drogado.
 
Estabamos bailando en un rincón cuando dos de los chicos
me dijeron que yo les gustaba, y que querían que fuera
amable con ellos, yo me reía porque no imaginaba las
consecuencias de mis actos, además pensaba que estaban
bromeando porque jamas me sentí muy guapa, me han
dicho que tengo muy linda cara pero yo estaba acomplejada
porque mis senos son mas bien pequeños y aunque no
estoy pasada de peso, tampoco estoy muy flaca, lo único
que podría haberles atraído son mis nalgas que siempre
fueron grandes y duras y mis piernas rellenitas y un poco
largas.
 

Cuando se dieron cuenta de que yo tomaba a broma sus


comentarios, me jalaron del brazo hacia una habitación y
me dijeron que mejor cooperara con ellos porque me iban a
coger y que si me resistía iba a tener que ser por la fuerza.
Uno de ellos me dijo que no me preocupara que no me iban
a golpear al grado de dejarme marcas en el cuerpo, pero
que me advertía que a ellos les gustaba el sado, mientras
me decía esto me apretaba el cuello, cuando comencé a
toser me soltó y el otro me tomo de la cintura y me beso en
la boca, yo no podía evitar resistirme, y cuando entraron
otros dos chicos a la habitación empecé a gritar.
 

Como obviamente no querían que nadie se enterara me


amordazaron y me dieron una bofetada que me tiró en la
cama.
Entonces comenzaron a desvestirme entre dos de ellos
mientras los otros dos sacaban un portafolio grande de
debajo de la cama.
Me dejaron solo con la ropa interior, yo tenía puesta una
pantaleta de encaje blanco y el sostén igual. Me ataron las
manos juntas en uno de los barrotes de la cabecera de la
cama, me abrieron las piernas y las ataron a cada extremo
de la cama, como era de tamaño matrimonial, me costaba
trabajo mantener las piernas tan abiertas. Comencé a llorar.
Entonces se desnudaron todos .
Estaba totalmente expuesta e indefensa, en ese momento
podían hacerme lo que quisieran.
Se sentaron dos a cada lado mío y comenzaron a tocarme,
uno de ellos comenzó a apretar mis senos, mientras otro me
manoseaba el coño por encima del calzón, los otros dos me
ponían sus penes en la cara .
Yo intentaba soltarme de las cuerdas pero era inútil, de
repente dos de ellos sacaron una navaja y mela empezaron
a pasar por el cuerpo, yo me movía como loca tratando de
soltarme, hasta que uno de ellos me puso la navaja en el
cuello y me grito:
—tranquilizate putita porque de todas formas nadie te
escucha—
fue entonces que caí en la cuenta de que ya no se
escuchaba ningún ruido en la casa y no dude que hubieran
corrido a todos y que los otros dos amigos se estuvieran
encargando de mi amiga.
 
Siguieron pasando la navaja por mi cuerpo y cortaron las
tiras del brassiere y de las bragas dejándome
completamente desnuda, el frío de la navaja hizo que mis
pezones se endurecieran.
 

Yo seguía con las piernas bien abiertas y uno de ellos


comenzó a introducir dos de sus dedos en mi coño, como
estaba completamente seco se enfureció y me dio un golpe
muy fuerte en los muslos.
 

Del portafolio sacaron un consolador de tamaño mediano, lo


introdujeron en mi coño lentamente y lo encendieron para
que comenzara a vibrar, entonces lo sacaban y lo metían y
yo sentía como mi rostro se ponía rojo del placer, cuando se
dieron cuenta de esto, lo sacaron y trajeron oro que era un
poco mas pequeño y tenía púas. Me lo metieron y yo me
queje, pero comencé a gritar cuando encendieron el
consolador y este se comenzó a inflar dentro de mi.
Comenzaron a moverlo yo ya no podía mas y comencé a
llorar de nuevo.
 

Entonces me desataron los pies y me taparon los ojos con


un antifaz negro, también me desataron las manos y
mientras uno me doblaba los brazos hacia atrás otro me
lamía y mordía los pezones.
De repente llego otro y me jaló fuerte el cabello, me dijo
que me quedara quieta y entonces, trajeron una cuerda y la
pusieron muy apretada al rededor de todo mi cuerpo,
primero alrededor del cuello, después los brazos y los senos
que se saltaban por lo apretado de la cuerda y así por todo
el cuerpo, las manos me las ataron por detrás y me tiraron
en el suelo, me colocaron una especie de mordaza que me
mantenía la boca bien abierta, entonces uno por uno me
levantaban del cabello hasta que quedaba arrodillada y
sentía como me metían el pene en la boca, agitaban mi
cabeza cada vez mas rápido hasta que terminaban, yo ya
no podía mas del asco pero me advirtieron que si me atrevía
a vomitar me iría muy mal. Cuando los cuatro terminaron
dentro de mi boca me quitaron la mordaza y volvieron a
aventarme en el suelo. Tenía el cuello y el pecho
escurriendo del semen que no me había podido tragar.
 

Me levantaron y me pusieron boca abajo en la cama,


comenzaron a darme nalgadas hasta que se cansaron.
Entonces pusieron unas almohadas debajo de mi vientre, lo
que mantenía mi culo levantado, y me desataron las
cuerdas solo de la cintura para abajo, me separaron las
piernas y comenzaron a cogerme por el coño, mientras uno
me cogía otro metía su mano para estimularme el clítoris , y
los otros dos me manoseaban las nalgas y los senos. Otra
vez los tres restantes hicieron lo mismo que el primero,
cada vez que me lo hacían yo terminaba en orgasmos
largos pero humillantes.
Se alejaron de mi y de repente oí la música muy fuerte, esta
vez dentro de la habitación, como no podía ver nada era
evidente que habían puedo la música para que yo no
escuchara nada y sorprenderme cuando menos pensara.
y así fue, cuando menos lo imaginaba, sentí un golpe en los
muslos que me hizo gritar, me dijeron que por gritar me
merecía un castigo, así que me pusieron esta vez una
mordaza que tenía una especie de consolador muy grande
que me entraba en la boca casi hasta la garganta. Me
pusieron unas pinzas en cada pezón de las que colgaban
dos cadenas, no podía gritar y tuve que aguantarme todo el
dolor que sentía, comenzaron a jalar de las cadenas, en una
ocasión tan fuerte que la pinza se soltó. Entonces pararon.
Uno de ellos me puso incada y me puso boca abajo en un
banco, me amarraron las muñecas y los tobillos a cada pata
del banco, yo quedaba a cuatro patas apoyada en el.
Entonces trajeron un consolador muy grande, solo me
quitaron le antifaz para mostrarme lo que me iban a meter,
yo seguía teniendo la mordaza de consolador y comencé a
tratar de gritar, el aparato era muy grande.
No tuve tiempo de nada cuando sentí que trataban de
meterme el consolador, les costo bastante trabajo por sus
grandes dimensiones, cuando se desesperaron uno de ellos
tomo mis labios vaginales y me abrió a la fuerza, mientras
otro me lo metía hasta el fondo, sentí una mezcal de placer
y dolor que comenzó a gustarme.
Encendieron el vibrador y comenzaron a moverlo, así
estuvieron un rato, de pronto sentí como me separaban las
nalgas, entonces comencé a mover la cabeza
desesperadamente, yo no era virgen pero jamas lo había
hecho por el culo y sentí mucho miedo, pero ellos no
pensaban precisamente en mi, y comenzaron a introducirme
algo que parecía un consolador muy delgado en el ano, lo
sentí un poco mas grueso que un dedo, me dolió bastante,
pero me lo dejaron ahí, me levantaron y me pusieron
encima de uno de ellos en la cama, su pene era grande y mi
coño ya estaba muy lastimado pero empezó a moverse y a
follarme muy fuerte, yo seguía atada pero me sentía tan
débil que aunque me desataran no hubiera podido
moverme, de repente otro de ellos me sacó el consolador
del ano y me empujo hacia adelante, comencé a temblar
cuando sentí que me estaba metiendo el pene en el culo,
me sacaron el consolador de la boca y me quejaba con la
poca fuerza que me quedaba pues me estaban follando por
el ano y por el coño a la vez, pero no era todo, no me
habían quitado la mordaza para dejarme descansar, así que
otro de ellos me metió el pene en la boca y comenzó a
moverse, el cuarto tipo metió la mano por debajo para
estimularme el clítoris, mientras se hacía una paja, en ese
lapso termine dos veces.
Después de esto me dejaron descansar en la cama, me
quede dormida unos veinte minutos, después me
despertaron y me metieron al baño y me bañaron entre los
cuatro, me empezaron a decir que no me preocupara
porque cuando me había desmayado la primera vez me
habían colocado un ovulo anticonceptivo antes de
penetrarme.
Me preguntaron si me había gustado todo lo que pasó, yo
tenía miedo pero me habían hecho sentir mucho placer
también, no supe contestar, y me dijeron que de hoy en
adelante yo iba a ser su esclava.
Después me llevaron a mi casa. Dijeron que volverían a
llamar.
Relato VII
Casado, 29 años, sin hijos, muy enamorado, pero un poco
insatisfecho en lo que a sexo se refiere con mi señora. Esa
es mi descripción.
Ambos trabajamos y mantenemos una muy buena situación
económica, sin embargo el único problema que tiene
nuestra relación, es la formalidad de mi pareja. Muy reacia
hacer cosas que estén fuera de lo que se considera normal,
fueron poco a poco molestándome hasta llegar a cansarme.
Muy cariñosa, pero como dije anteriormente muy fría. Todas
nuestras relaciones eran tener sexo en las posiciones
normales, no le gustaba mucho el sexo oral y hacer por
detrás, ni pensarlo, poco menos me consideraba un
degenerado.
Andrea , como así se llama mi señora es tiene un físico
espectacular, tetas grandes, una muy marcada cintura, y un
culo que deja chica a cualquier mujer. Es perfecto, grande,
redondo, muy suave y muy parado.
Fue a si como un día, leyendo uno de estos relatos, se me
ocurrió la idea de usar un somnífero para poder desvirgar su
precioso trasero.
No me fue difícil conseguir con un amigo veterinario una
receta para cumplir mi cometido.
Esa noche, me serví un tragó y le preparé uno a ella. Nos
colocamos a ver televisión y al poco rato se dio vuelta y se
quedó profundamente dormida. Dejé pasar unos 15 minutos
y la traté de despertar. Sin embargo ella estaba
completamente a mi merced.
No sabía cuanto duraría el efecto, a si que rápidamente
terminé de desvestirme y prendí la luz. Le retiré las sabanas
que cubrían su cuerpo. Esa noche se había acostado con
una muy corta camisa de dormir, sin sostenes, pero con
calzones. La coloque de boca y le saqué sus calzones,
dejando su hermoso culo a mi disposición.
Lo primero que hice fue abrirle sus piernas y besar, hasta
casarme su delicioso culo, centímetro a centímetro. Luego le
aplique con mis dedos una crema lubricante metiendo poco
a poco mi dedo hasta lograr una considerable dilatación.
Me puse mas crema en mi verga y subiéndome a su
espalda, le fui enterrando muy despacio mi verga,
abriéndome paso por ese agujero que por demasiado
tiempo se me había prohibido.
La excitación era mucha y cuando mi verga ya no pudo
entrar mas comencé a sacarla lentamente para luego volver
a meterla. Comencé a si a culiarme a mi señora mientras
dormía, una y otra vez, disfrutando el roce de su estrecho
agujero, hasta terminar llenándole el culo con litros de mi
leche caliente.
Satisfecho por haber cometido mi objetivo, le limpie muy
bien su culito, con una toalla húmeda, incluso metiéndole
uno de sus tampones por el culo, para eliminar cualquier
indicio de semen.
Luego le acomodé la ropa, colocándole nuevamente los
calzones, apague la luz y me dormí.
Como a las dos horas, siento que ella se levanta al baño. Se
demoró un poco mas de lo que se demora cuando va a
orinar, por lo que supuse que estaba haciendo.
Al volver a la pieza, le pregunto si se siente bien. Me dice
que el trago que se había tomado le había caído pésimo y
que andaba con indigestión.
Relato VIII
Stalingrado, 1942, esta finalizando el otoño, los alemanes
están varados por el frió intenso, los fluidos de los vehículos
se congelan, el agua es sólida para todos los menesteres, y
la moral esta por el piso, son mas las bajas por frió que por
causas del enemigo.
El sargento Otto Kresler, del segundo regimiento
mecanizado esta furioso, su comandante, lo ha designado
para que, con un grupo reducido de sus hombres, se
introduzca en territorio enemigo, su misión , realizar
inteligencia, quieren saber la capacidad operativa de los
rusos y si están en condiciones de atacarlos en forma
inmediata.
El plan es llegar lo mas próximo posible a la ciudad y ver la
logística, armamento y movilidad, y si es viable, la captura
de algún oficial enemigo.
Su comandante le dio prioridad para elegir a los mejores
hombres y armas, en total serán 10 elementos de los mas
graneados del segundo batallón, con gran experiencia en
combate en localidades, con probado valor y temeridad
para realizar cualquier tipo de misión.
Totalmente camuflados de blanco, la patrulla de Otto se
dirige al nor-noroeste evitando los caminos, atraviesan
bosques y pequeños lagos congelados, comen la comida fría
y beben derritiendo la nieve en sus bocas, no harían nada
que pudieran revelar su posición ya que no podían darse el
lujo de caer prisioneros ni tampoco entrar en combate.
Al segundo día de patrullas, casi al anochecer, envían la
primera información en forma codificada, el mismo relata el
avistaje de por lo menos tres compañías de infantes y una
división de tanques rusos, pero que están como ellos,
bastantes maltrechos por el frió, que a partir de ese
momento entraran en el cinturón mas próximo a la ciudad ,
en la zonas de granjas, y que en 48 hs. Volverán a
comunicarse.
 

"Frank" , dice el sargento, "Ve tu con dos hombres al norte


de esa casa y verifica que no halla soldados enemigos, tu
Hanz , ve al sur y rodéala, no hagas ruido, yo iré por el
frente, cuando de la señal y si no hay resistencia
entraremos para pasar la noche," a los 5 minutos Frank da
la señal de despejado por su lado, lo mismo hace Hanz,
entonces Otto decide entrar, pues una gran tormenta de
nieve esta sobre ellos y no cree que sus hombres puedan
soportar otra noche a la intemperie, cuando entran ven que
la casa esta vacía pero no abandonada, es decir que alguien
vive o por lo memos vivió hasta hace muy poco ahí, las
cosas están ordenadas y hay hasta algo para comer, el
sargento ordena que los mas agotados duerman en primer
turno, el resto que monte una guardia escalonada de dos
horas, y que preparen en la chimenea un poco del café que
tanto atesoraban en la mochila de víveres.
 
3 a.m. los hombres de guardia despiertan al sargento con
leves toques en la cabeza, cuando este abre los ojos le
hacen seña para que no haga ruidos, pues alguien esta
llegando a la casa, todos rápidamente se ocultan, con las
armas listas para entrar en combate, los nervios a flor de
piel y la boca seca , su mente preparada para lo peor
esperando lo mejor, (salir con vida de esa casa ), los
segundos pasan muy lentamente, los pasos acercándose se
sienten en el resquebrajar de la nieve, si son soldados, eran
muy descuidados, pues venían hablando, no se entendía
nada, pero daba para escuchar el murmullo, esto puede
llegar a ser fácil, pensó Otto, pero será mejor que
esperemos a que entren para ver como nos defendemos,
hizo señas a todos para que sacaran las bayonetas, no
quería por el momento un tiroteo en un lugar tan chico, y
además las paredes eran de madera y las balas pasarían
como si fueran de papel y podrían matarse o ( lo que es
peor) herirse entre ellos.
Cuando entraron, todos quedaron con la boca abierta, eran
cuatro mujeres, dos de ellas con uniforme del ejercito rojo,
bastante fatigadas, por la forma que al entrar se tiraron al
piso a descansar, fue en ese instante que el sargento
ordena que las dominen, pero que no disparen, pues podría
haber mas soldados cerca , cuando se dan cuenta las
mujeres están rodeadas por los alemanes, la mayor de ellas
quiso intentar una defensa pero fue rápidamente dominada
por un golpe en la cara.
¿Cómo te llamas? Pregunto Otto en un ruso rustico pero
bastante entendible, la mayor de las mujeres estaba
despertando del golpe, pero también del cansancio que
tenia, ya que el golpe no había sido tan fuerte como para
que estuviera durmiendo tantas horas, "Olga," contesto con
la vos entre cortada, "¿ Que quieren, porque no nos
mataron?" Pregunto ella ahora con furia en sus ojos, " No es
nuestra intención el lastimarlas, al menos por el momento y
a no ser que nos den un motivo", contesto el sargento con
vos cansada, mientras saboreaba un café, "Come , mis
hombres y tus hermanas han preparado algo",
"Se que hace mucho que no comen nada decente" ella lo
mira y le pregunta como sabe, " Ellas comentaron un poco
de su padecer, pero me gustaría que tu me contaras con
mas detalles lo acontecido estos últimos días, pues por lo
que se puede ver, la tormenta durara bastante tiempo aun y
no podremos movernos".
 

Después de comer y tomar café, todos se sientan cerca de


la chimenea, son 14 almas que por el momento olvidan que
son enemigos y cada uno cuenta cosas de su pasado, el
sargento se encarga de traducir lo que cada uno habla, pues
no quería que tanto sus hombres como las mujeres se
sintieran mal por no poder entender lo que la otra parte
decía, fue así que tradujo lo que la mayor decía,
" Mi nombre es Olga, tengo 28 años y mis hermanas 24 , 22
y 19, todas trabajábamos aquí en esta granja hasta el año
pasado, cuando Uds. Invadieron nuestro país, los hombres
de todas las granjas fueron reclutados a la fuerza, inclusive
los mas ancianos, los adolescentes fueron llevados a las
fabricas y nosotras quedamos al principio trabajando la
tierra y cuidando los animales, al pasar los meses, las vacas
fueron robadas y expropiadas por el ejercito, los campos
saqueados y robados los granos, es decir que no quedaba
nada por hacer, excepto entrar en el ejercito, eso hicimos
mi hermana Katia y yo, al principio todo fue relativamente
bien, el trato era bueno y hasta nos cuidaban, pero en los
últimos meses las cosas cambiaron, los hombres que nos
protegían fueron cambiados por otros que venían del norte,
cerca de Siberia, eran seres de lo mas despreciable, no
respetaban a nadie y solamente le temían a los oficiales,
pero estos últimos cada vez eran mas salvajes. Un día nos
enteramos que unos oficiales estando borrachos violaron a
dos enfermeras, esto fue como si les hubiesen dado permiso
a los siberianos a violar a todas las mujeres que
encontraran en su camino, nosotras al principio fuimos
respetadas porque estábamos armadas, pero cuando se
cansaron de violar a todas las mujeres del pueblo y las
enfermeras que no lograron huir, empezaron a hacerlo con
las militares, era tanto el descontrol que muchas terminaron
internadas con desgarros vaginales y anales, una fue
muerta de un golpe en la cabeza por un oficial, luego para
ocultar el episodio fue asentado en el parte de guerra, como
muerta en combate y solicitaron para ella una medalla".
Todos escuchaban en silencio el relato, las hermanas
lloraban y bajaban la cabeza, el mas chico de la patrulla
acerco un pañuelo y una taza de café a Olga, esto era difícil
de entender para sus 18 años, sabia de lo terrible de la
guerra, pero entre compatriotas?, Olga continuo,
" Un día nos distrajimos, estábamos saliendo del comedor
cuando nos rodearon 6 hombres, yo logre salir corriendo
pero atraparon a Katia, por ese motivo volví a luchar contra
ellos, tenia mi arma en la mano cuando un golpe me
desmaya, cuando recupero el conocimiento, estoy atada a
una mesa, y veo como están violando a mi hermana, dos de
ellos la tenían boca abajo y con los pantalones bajos , uno
agarrado de sus cabellos la obligaba a chaparle el miembro,
otro introducía en su vagina una hortaliza, que utilizaba de
consolador, y un tercero la penetraba por el ano, cuando se
dieron cuenta que estaba despierta me dicen, mira perra,
mira lo que te vamos hacer dentro de poco, disfruta de esta
vista, mira como le rompemos el hermoso culito a tu
hermana,"
" cuando uno acababa otro inmediatamente la penetraba,
era una seguidilla infernal de miembros dentro de ella ,
cuando Katia en un momento pierde el conocimiento , se
dirigen a mi y me paran, dos hombres me sostienen de los
brazos mientras otros me besan por todas partes, meten
sus sucios dedos en mis intimidades, uno se acuclilla y me
pasa la lengua por el ano, mientras otro lo hace por la
vagina, al unísono me penetran los dos al mismo tiempo, y
mientras lo hacen, se ríen, pues saben que me están
lastimando y lo disfrutan, nos usaron durante toda la noche"
" A la mañana siguiente nos acusaron a haber desertado y
nos llevaron a una fabrica abandonada, ahí apareció un
oficial y dijo que desde ese momento nosotras íbamos a
trabajar de putas para el, y que si nos negábamos nos
mataba por desertoras.
A la noche vino con una docena de oficiales de otros
regimientos que no nos conocían y nos vendieron por unos
miserables rublos, en una sola noche fui cogida 18 veces,
por todos mis orificios"
"Durante todas las noches y parte del día éramos
sodomisadas y usadas oralmente, así pasaron 3 semanas,
una tarde se presenta la mas chica de mis hermanas, Erika,
pues al no tener noticias nuestra se preocupo, con tanta
mala suerte que el oficial que la atendió era el mismo que
nos tenia secuestrada, y como le gusto el cuerpo de ella, le
dijo que la llevaría a un lugar que seguramente estaríamos,
pero que no diga nada, fue así que engañada la llevo hasta
donde estábamos y al vernos en el estado en que nos
encontrábamos se dio cuenta que había caído en una
trampa, lo que le paso a ella fue horrible, los cuatro
guardias que nos vigilaban y los dos hombres y el oficial que
la acompañaban abusan de ella en forma salvaje, mi pobre
hermanita era, aunque Uds. No puedan creerlo, pura, su
mente nunca había sido pervertida por nadie, y su cuerpo
era hasta ese momento una gracia de Dios.
Imagínense , como abra sido que en cuatro horas fue
violada 12 veces por todos lados, quedo tan mal que sufrió
un ataque de nervios y cambio totalmente su personalidad,
cuando empezaron a prostituirla junto a nosotras, ella era la
que abusaba de los hombres, muchos salieron corriendo al
verla tan poseída, para nosotras era una desconocida por su
actitud, una completa extraña"
Tres semanas después, mientras estábamos "atendiendo " a
unos oficiales, vemos entre ellos a un tío nuestro,
comandante de tanques y hermano de nuestra madre,
cuando nos ve, yo me apresuro y lo beso en la boca, para
que no hable, cuando estoy abrazada le digo al oído que
hiciera como si no nos conociera, que estábamos
secuestradas y si decía algo lo matarían y no podría pedir
ayuda para nosotras, que por ese motivo actuara como si
fuéramos unas putas desconocidas, que hiciera a lo que
había venido, El al principio no quería pero yo le saque el
pantalón y empecé a chuparle el miembro, pobre, el se
resistía pero su hambre de mujer aparentemente era mucha
y en pocos minutos su miembro estaba duro como una
piedra, en ese momento se olvido que éramos parientes ( o
no) y me poseyó como un animal, esto activo mi morbo y
me empecé a excitar, en pocos minutos lleno mi vagina con
un torrente de leche, pensé que no acabaría mas, en pocos
tiempo estaba de nuevo listo y tomo a Erika, ya totalmente
descontrolado por la situación, El la penetro por el ano con
mucha pasión, se le veía la expresión de deseo y lujuria."
Cuando todo termino, lo ignoramos como a los otros, para
que no se dieran cuenta que lo conocíamos, fue por eso que
se entero nuestra hermana Katrina, de nuestra situación y
con la ayuda de nuestro tío y la dotación del tanque dos
días atrás, durante la tarde dominaron a nuestros guardias y
nos liberaron, estuvimos escapando como podíamos, ya que
nosotras fuimos declaradas desertoras y si nos atrapasen
nos fusilarían sin preguntar."
Por todo eso y para compensar el riesgo que tomaron,
tuvimos que pagar a nuestros rescatadores con los cuerpos,
inclusive Katrina, que nada tenia que ver, pero así es la
vida."
Nuestro tío no podía alejarse mucho de su división, así que
nos pidió que les diéramos a sus hombres una rápida y
grata compensación en un granero que estaba abandonado,
ahí El la tomo a Erika y la uso analmente tres veces, lo
mismo hicieron los demás con nosotras, y se marcharon."
Después de caminar y ocultándonos por dos días llegamos
anoche a esta, nuestra casa, el resto ya lo saben" concluyo
Olga y se dispuso a dormir.
 

A media mañana nevaba copiosamente, no se podía ver


casi nada, todo era blanco, por suerte en la casa había
suficiente madera para la chimenea y el café duraba para
dar calor por dentro, alguien comenzó a entonar una
canción, algunos lo acompañaron, y por un rato todos
volvieron a ser jóvenes despreocupados y se olvidaron de la
guerra.
Katrina recordó que en el granero tenia guardado algunos
huevos, y le pregunto a Olga si podía traerlos, esta le dijo
que si, que mejor, que compartirlos ahora , pues en la
guerra cada día es especial, y hay que disfrutarlo, momento
a momento, aunque sea con el enemigo.
El día transcurrió tranquilamente, hasta que alrededor de
media noche, se escucha un quejido, Olga y el sargento van
a ver que sucede, y ven que dos soldados están violando a
Erika, la tienen atada de las piernas y los brazos, uno esta a
espalda de ella y el otro enfrente, penetrándola al mismo
tiempo, justo cuando Olga va a decir algo, Erika le dice que
es ella la que le pidió que lo hicieran, que extrañaba la
tortura sexual, y que así podía gozar, que estuvo cogiendo
de forma normal con varios soldados durante la noche, pero
que no sintió nada, que por favor no se enoje con ella, Olga
no sabe como reaccionar, el ver así a su hermana a
despertado en ella una gran excitación, su vagina esta
totalmente húmeda , y por dentro siente que quiere estar
como Erika, no sexo común, quiere violencia y le dice al oído
de Otto, que las violen, que quieren sexo, pero no quieren
entregarse al enemigo, el sargento entiende el mensaje y
simplemente ordena que los ocho hombres que no están de
guardia, violen a las mujeres, Katrina, que era la única que
no había sido prostituida , no comprende la cara de felicidad
de sus hermanas, estas están extasiadas al ser penetradas
por dos miembros a la vez , gozan tomando la leche de esos
hombres, exponen sus anos y vaginas a todos, los que están
de guardia, se masturban, no pudiendo esperar para
cogerlas, así pasan las horas, los soldados se relevan uno
tras otro, sus cuerpos están transpirados y agotados, y no
les importa nada, si en ese momento los rusos los atacaran,
morirían felices, pues lo que están sintiendo es grandioso,
ellas les están dando, no solo sus cuerpos, si no su alma.
Erika es la primera en despertarse, muy lentamente va
despertando de a uno a los hombres y tomando sus
miembros y los va chupando hasta extraerles toda la leche,
uno tras otro van gozando con esa boquita exquisita .
El sargento abre los ojos y ve a Olga entre sus brazos,
siente su olor y en forma instantánea se pone erecto su
pene , sin mediar media palabra la penetra con lujuria y
pasión, en ella siente a su mujer, a su vida anterior, a
cuando era un hombre "normal", su espíritu se siente en
paz, su vida parece sonreírle cuando...
Parte de guerra del estado mayor del ejercito rojo:
A los 20 días del mes de Diciembre de 1942, se informa de
la muerte de 10 soldados enemigos y 4 colaboradoras en
una granja al sur de Stalingrado, los mismo fueron
sorprendidos, cuando una patrulla del........
Relato IX
Después de cenar y ver una película, nos acostamos, hacía
un poco de calor, lo que me provocaba insomnio. Me
levante, y fui a tomar algo, abrí el refrigerador con la
esperanza de encontrar una cerveza. Pero no hubo suerte,
así que tome el cartón de leche, y bebí un poco. Me senté
frente al televisor, no encontré nada así; que comencé a
cambiar de canales, hasta que en uno de ellos, terminaron
los cortos comerciales, y comenzó la película, era una
película erótica, sin llegar a pornográfica, llevaba cinco min.
Viéndola cuando me pareció ver una silueta negra, que me
estaba observando, cuando voltee, no había nada. Esto me
puso nervioso, en fin trate de olvidar, y continúe viendo la
película. Pero a los pocos minutos me pareció verla de
nuevo, pero entrando en la recamara, esto fue el colmo, de
verdad que estaba asustado, pues cuando salí de la
recamará, había cerrado la puerta, y ahora se encontraba
entre abierta. Entre dispuesto a dar la vida, y luchar contra
el intruso, y defender a mi mujer.
Pero en la recamara no había nadie, solo Alejandra, que
dormía. Ya bastante asustado, corrí a apagar el televisor, y
de igual manera regrese y me metí a mi lecho nupcial,
entonces me percate de que la temperatura había
descendido considerablemente, pues ahora me encontraba
titiritando de frío, después de que tuve que ir por algo para
refrescarme. Mientras me tapaba con las cobijas escuche
una respiración cerca de mi oído, aterrado no quise voltear.
Y mejor le di la espalda al ente. Y me abrase a mi mujer,
intente pensar en algo, o dormir, cuando conseguía dormir,
me despertaba sobresaltado, en verdad que estaba
nervioso. La ultima vez que me desperté, agudicé al oído
para escuchaba algo... y nada, entonces, me arme de valor
me di vuelta, y encendí la lámpara del buró.
Di un vistazo, y todo normal, revise la hora con la esperanza
de que pronto amaneciera. Pero aun eran las dos de la
madrugada, decidí dejar la luz encendida. Mientras
pensaba, en distraerme y olvidar lo sucedido y a la vez,
encontrar alguna explicación lógica, me percate que la
temperatura se encontraba como antes, eso me tranquilizo
un poco, mientras conciliaba el sueño, recordé la película
que había visto, bueno lo que aquella cosa o ser me dejo
ver, y me comencé a excitar, pero me había jurado, que
mientras tuviera con quien, no me masturbaría y menos a
lado de la mujer a la que amo, trate de olvidar todo, y me
abrase de ella, posando mi cabeza sobre uno de mis brazos
y el otro brazo abrasándola por la cintura, pero su cercanía
me continuaba excitando, por el calor, ella estaba
descubierta, solo dormía con una playera larga, que cubría
hasta la mitad de Sus muslos, y por el movimiento se le
había levantado cinco centímetros más arriba de la mitad
del muslo.
La poca luz que daba la lámpara, le daba un toque
romántico a la habitación, entonces, comencé acariciando
su barriguita, por encima de la playera, pase a la parte
superior hacía su cintura, y baje por su cadera y muslo,
hasta donde el largo de mi brazo me permitió, ahí le acaricie
el muslo, sintiendo su suave piel, que parecía de terciopelo.
Subiendo y bajando por todo su muslo. Pasando de la parte
trasera a la parte delantera. Entonces subí mi mano, hasta
tocar el tirante de su tanga, y retirando la playera puse mi
mano en su barriguita, y la fui bajando hasta deslizar mis
dedos por debajo de la tanguita hasta tocar, un pequeño
triángulo de bellos que a petición mía se dejaba justo al
comienzo de su abertura de placer. Jugué con ellos unos
instantes, y comencé a bajar de nuevo.
Rozando con mi dedo índice, todo su canal, solo por encima,
sin penetrar, de arriba a bajo, repetí esta operación algunas
veces hasta que comencé a sentir húmedo y anotar una
aceleración en su respiración, su pecho se hinchaba de los
jadeos, retire mi mano, y saque del bóxer mi pene que ya
estaba bastante duró, pero no erecto, lo metí entre su
tanguita y sus nalgas, y comencé un ligero mete saca, y
reanude el trabajo de mi mano, mientras que con la otra
retiraba sus sedosos cabellos, de encima de su cara,
pasándolos por detrás de su oreja, y comencé ha besarla en
el cuello y tras de su oreja, dando le pequeñas lamidas, y
mordiendo su lóbulo. Hasta que noté mis dedos empapados,
metí el índice entre sus labios vaginales, y comencé
acariciando su clítoris.
Saque mi pené de entre sus nalgas y retiré mi mano de su
vagina, y vi. que hizo un gesto de extrañeza, comprendí,
que no estaba dormida, rodea el lecho nupcial. Y me senté a
su lado, metiendo mi mano izquierda en se tanga
reanudando mi trabajo, y la derecha a través del cuello de
la playera (que como era mía, a ella le quedaba bastante
grande) para acariciar sus hermosos senos, notando que sus
pezones estaban para explotar de gusto. Observe que mi
pene se asomaba por el bóxer, abandonando sus senos,
saque mi pene, y con él acaricié sus labios, pasándolo de
comisura en comisura. Ella retiro su cabeza, para evitarlo
(pues, no le gustaba para nada la idea de chuparme el
pene), y murmure –Pero si estas dormida bebé, déjate
alimentar- mientras tomaba su cabeza y la jalaba hacía mi.
Ella puso resistencia, cuando sentí unas palpitaciones en el
dedo que trabajaba en su clítoris, y claramente sentí como
que succionaban mi dedo, al instante, sentí su gran
cantidad de fluidos resbalar por mis dedos, y por sus
piernas, mojando su tanga, mientras esto sucedía ella aflojo
la cabeza, y dejando escapar un gemido. Entre abrió la
boca, por la inercia, de la fuerza que aplicaba, y su
repentino afloje, mi pene fue a dar entre sus labios rozando
sus dientes. Ella al percatarse de ello, volvió a alejarse, pero
dándole una pequeña chupadita a mi glande.
Recostando se sobre su espalda, suspirando, con su pecho
alterado, dando evidencia del ritmo de su respiración, y con
una película de sudor, producida por su tremenda
excitación. Abre los ojos, regalándome, una dulce y tierna
mirada, diciéndome –WOW, eso fue maravilloso amor, Uff -.
Y respondiéndole – ah, solo es calentamiento, prepárate, por
que me pedirás, que pare, que no aguantaras un orgasmo
más, y mañana ni podrás levantarte, pues tus piernas no te
responderán -, -¿a sí?, Eso espero, por que si no, no te
levantas de esta cama hasta que me cumplas -, - Ja ja, si me
pedirás piedad, darás gracias al cielo si sales viva de esta
cama, me pedirás clemencia, que por favor, te deje dormir
-.
Este dialogo intimo fue interrumpido. Pues sentí que unas
manos me tomaban por la espalda y el pecho,
levantándome en el aire, y lanzándome hacía la pared, mi
mujer asustada trata de levantarse, pero algo le da una
bofetada, provocando que ella caiga sobre la almohada, yo
trato de levantarme, pero algo me lo impide, como si la
fuerza gravitatoria hubiera aumentado, evitando moverme,
solo me queda ver, lo que ocurre, mi mujer sigue tirada en
la cama, al instante la playera se rasga desde el cuello
hasta media barriga, enseguida su tanga sale disparada
rasgándose, mi mujer ahora lucha contra algo que en
invisible, este ser la tiene aparentemente tomada de las
muñecas, pues Alejandra las tiene pegadas a la almohada, y
parece forcejear, tratando de evitar que la besen, gritando –
No, no, amor, que ocurre, ayúdame, auxilio -, pero yo no
puedo, moverme.
Solo observo, las manos de mi mujer se encontraban cada
una a lado de la cabeza de ella, pero ahora las mueven
dejándolas sobre su cabeza, unidas por las muñecas, dando
a suponer, que las estaban sosteniendo con una sola mano,
al instante las piernas de mi mujer son abiertas, y su
abdomen es levantado, quedando ella recargada sobre su
espalda, mientras ella sigue gritando y suplicando –No, no,
basta, por favor, dios, amor, ayúdame, Ahhh-
evidentemente mi mujer acababa de ser penetrada por
aquel ser incorpóreo. Este ultimo hecho, me lleno de rabia,
que de algún modo, saque fuerza, no sé de donde, pero
logre levantarme e intente lanzarme sobre lo que ultrajaba
a mi mujer. Pero a mitad del camino quede suspendido en el
aire, e inmediatamente salí expulsado atravesando la
habitación, al impactarme en la pared, no caí, que de
suspendido en el aire, y solo puede ver como mi mujer era
violada. Ya no podía ni llorar, había entrado en un estado de
shock solo tenia la mirada perdida hacía mí, era como si su
alma estuviera atrapada en su cuerpo, su mirada me
aterraba, se podía ver en ella lo que estaba sufriendo, y
podía escuchar sus gritos de ayuda a través de su mirada.
Habían transcurrido ya algunos minutos y seguían en la
misma posición, ella con la pelvis levantada, con sus piernas
a los lados de donde se supone debería estar la cintura del
atacante, su espalda recargada en la cama, en sus senos se
podía notar el ritmo de las embestidas, debería de decir su
seno, pues el otro no se bamboleaba como el otro,
evidentemente, el ente lo estaba sobando o chupando.
Después de unos minutos en la misma posición, el cuerpo
de mi mujer cayo en la cama, creí que todo había acabado,
y ella, regreso a su cuerpo, se levanto, a gatas trato de
acercarse a mi, pero cuando llevaba a penas unos pasos, se
detuvo en seco, mirándome de una forma tan aterradora,
que inmediatamente supe que la tenía de nuevo. En un
nuevo intento de escapar mi mujer trato de correr, pero
algo la detuvo y cayo baca bajo en la cama, e
inmediatamente algo la levanto de las caderas, quedando
su pecho sobre la cama, y lanzando un grito aterrador, supe
que había sido penetrada nuevamente, su cuerpo se movía
al compás de las penetraciones de aquel ser.
Así, durante algunos minutos de apreciar las sacudidas del
cuerpo de mi mujer, que hacían evidencia del ritmo en que
era penetrada, fuero aumentando, hasta llegar hacer
pausadas, pero firmes y con gran fuerza, dándome a
entender que ya había terminado. Al instante, tanto mi
mujer como yo que aun me encontraba suspendido en el
aire caímos, y alcance a percibir una riza, tan escabrosa que
me erizo la piel. Que al instante desperté agitado.
Uff, todo fue un sueño, pero que real. Pero a pesar, de haber
sido un sueño. Estaba realmente asustado. Al instante noté,
que tenía una tremenda erección, y por el barullo que he de
haber provocado al despertarme, se despertó también
Alejandra.
Preguntándome –Que pasa amor -, yo sin saber que decir
alcance a balbucear –N – nada -, - Si ya veo que nada -.
Enseguida por debajo las sabanas, paso su mano, y bajando
un poco mi bóxer saco mi pené, la acaricio unos instantes,
como afirmando bien su dureza, girando por completo hacía
mi, paso una de sus piernas por encima de mí, colocándose
sobre mí, acariciando me el pecho me miro dulcemente,
detuvo su cabello tras de su oreja, y me beso
apasionadamente, se detuvo me miro unos segundos más,
o que gran momento, me encanta esa manera de mirarnos,
creo que podemos expresar en esos momentos mas, que en
toda una noche de sexo, levanto sus caderas un poco, bajo
una de sus manos por todo mi estomago y vientre tomo mi
pené, lo coloco en su entrada, y bajo un poco, logrando
introducir sólo la cabeza, Ella serró sus ojos, y mostrando un
poco de dolor en su rostro, pues ella tiene una cualidad, su
vagina es un poco estrecha, así que cada vez que tenemos
relaciones, es como su primera vez, un tanto doloroso al
principio, solo hasta que logramos dilatar su vagina, esto
con la debida excitación previa, pero ha veces jugamos a
que es nuestra primera vez, en fin, después de meter la
cabeza, subió un poco, apoyándose en mí estomago para
poder subir, y volviendo a bajar, penetrándose un poco más,
metiendo uno o dos centímetros más. Ahí permaneció un
poco más, yo en eso, tome sus rodillas, las acaricie,
sintiendo su tersa piel, subiendo poco a poco, por sus
muslos, recorriéndolos, llegando a su cintura, pasando a
apoderarme de sus nalgas. Amasándolas, abriéndolas,
subiendo de nuevo por su cintura pasando a su torso, luego,
tomo sus dos senos, los acaricio, incorporándome un poco
para besarlos y succionar sus pezones, estaba en el Olimpo
cuando Ale, comienza a mover su pelvis, en movimientos
circulares, en forma de ocho y hacía adelante y a tras, la
tomo por sus caderas la miro, habré sus ojos y me hace un
gesto de aprobación, entonces comienzo a bajarla, logrando
una penetración lenta, firme y profunda, hasta que llegamos
al tope, unos instantes para que se adapte e mi pené, y
comienza a subir y bajar. Dando movimientos circulares
alterados con él sube y baja.
Flexionando mis rodillas, levanto mi abdomen junto con ella,
afirmo bien mis manos en sus caderas, y comienzo a
penetrarla frenéticamente, arrancándole, grandes gemidos
de placer y un tanto de dolor, su rostro, esta descompuesto
por el placer, pero aun se percibe algo de dolor en su rostro.
Ella solo se deja llevar por mis movimientos, tomando con
sus manos sus senos, acariciándolos, en eso se desplomo
sobre mi pecho, me abraso, y me dio pequeñas mordidas en
el hombro, cuello y lóbulo, a la vez, que se le escapaban
pequeños gemidos y jadeos, que a pesar de ser pequeños,
demostraban sin duda, el gran placer que sentía y el mayor
que se acercaba, en eso, mi primer descarga fue a dar en lo
mas profundo de su ser, ella al sentirla, ser vino, en un gran
orgasmo, que no pudo evitar gritar dar grandes gemidos,
que más que gemidos, parcelan gritos.
Terminamos, pero permanecimos así, reposando, tratando
de recuperar la respiración, algo me indujo a merar sobre su
hombro hacía la puerta, que extrañamente estaba abierta, y
en ella, estaba aquel ser, sin forma ni rostro, solo era una
sombra que perecía observarnos.
Relato X
Antes de comenzar les diré que por obvias razones me he
reservado datos como el lugar donde habito, los nombres
que se mencionaran lógicamente no son los reales y los he
cambiado para mantener el anonimato de las personas
involucradas. No estimo necesario mencionar el porque he
decidido publicar mi historia pues intuyo que mi amigo lo
habrá hecho en la introducción, tal y como se lo pedi.
Bueno ahora prosigo a contarles que soy un chico de 23
años que siempre había llevado una vida normal, asistía a la
universidad, por las tardes tenía un trabajo como un chico
normal. Todo comenzó cuando en uno de los negocios
cercanos a donde yo trabajo contrataron a una chica de 18
años a la que llamare Ariana, es una chica muy linda
chaparrita como de 1.55 mts. (nunca he sabido su altura
exacta), de piel blanca, delgadita., nada voluminosa, pero
con un cuerpo bastante bien formado y muy bien
proporcionado para su peso y estatura, tenia unos senos
bastante bonitos no grandes pero muy firmes y bien
formados, redonditos, su cuerpo una cintura perfecta, unas
piernas delgadas pero bien torneadas, unos glúteos
bastante paraditos y con unas curvas perfectamente
delineadas y su cara unos ojos grandes y claros, su boca
pequeña y una cara de niña muy tierna, y además conforme
la comencé a tratar me di cuenta que era una niña muy
linda y pues con el tiempo me empezó a gustar mucho y
creo que ha enamorarme.
El problema radico en que ella tenía novio con el que ya
llevaba dos años en aquel entonces y además un problema
extra, debo decir que mi madre de pequeña su familia era
de dinero y pues creció como una niña rica y con unas ideas
bastante retrogradas acerca del abolengo y esas cosas por
lo que jamás, bajo ninguna circunstancia, hubiera aceptado
que fuera novio de una chica sin dinero, y eso me impedía
por demás intentar algo con esta niña de quien ya me
estaba enamorando.
Pasado el tiempo, como a los 5 meses de que ella llego a
trabajar ahí, antes debo decir que nos hicimos muy buenos
amigos, digo, ya que no podía haber nada entre nosotros,
pues pensé por lo menos ser su amigo, bueno como decía,
un día pasado el tiempo, su jefe que era compadre del mío,
le pidió de favor a Don Mauricio( que era mi jefe) que si
podía yo acompañar a Ariana a dejar algunas cosas a la
bodega, puesto que su empleado no había ido a trabajar
ese día, debo decir que la bodega es un cuarto que se
encuentra hasta el fondo de un segundo piso muy apartado
del resto del complejo de locales donde trabajaba y pues
por lógica no tiene ventanas ni nada.
Mi jefe accedió, y pues algo molesto yo, por tener que
cargar cajas me dirigí al negocio del compadre de mi jefe a
recoger las cosas que tendría que llevar, al dirigirnos con
Ariana a la bodega e ir platicando con ella se me fue
olvidando la molestia. Ese día Ariana llevaba una falda
arriba de las rodillas de esas holgadas(no era mini, ni
tampoco iba ceñida al cuerpo), una blusa de verano de esas
vaporosas y abajo otra blusita de tirantes, nada
extremadamente sexy, pero si se veía muy linda, para ese
entonces yo ya llevaba cerca de 8 meses sin novia, ya se
imaginaran la tensión sexual que tenia, además de que
andaba algo molesto desde la mañana pues había tenido
una de tantas peleas con mi madre debido a que yo le decía
que me gustaba esta niña y que no me importaba su clase
social y ella me lo prohibía otra vez, por lo que traía una
cuantas cervezas que me había tomado para el coraje,
cuando por fin llegamos a la bodega comenzamos a
acomodar las cosas en su lugar, y al estar acomodando,
Ariana tuvo que agacharse para colocar unas cajas, y pues
como todos sabemos cuando una mujer que trae falda se
agacha pues la falda se levanta de la parte de atrás y deja
ver un poco de mas sus piernas, yo al ver esto, pues se le
veían unos muslos hermosos de piel blanca y muy bien
formados, pues sin querer inmediatamente me excite, cosa
rara pues siempre me había controlado frente a ella, como
decía me excite de forma increíble, como que por un
momento me salí de mis cabales, y me acerque a ella y la
tome de la cintura, ella pensando que estaba jugando solo
me decía que no estuviera molestando, que teníamos prisa,
que mejor acabara de acomodar las cosas que faltaban,
inesperadamente y sin saber porque comencé a frotar mi
pene, que ya estaba erecto, con sus glúteos, fue cuando ella
molesta se volteo y con tono fuerte me pregunto que, que
estaba haciendo, pero al quedar de frente a mi, comencé a
besarla y a frotar mi pene, ahora contra su vientre (como es
más chaparrita que yo mi pene quedo un poco arriba de su
pubis), ella intentaba soltarse, pero yo la abrazaba y besaba
con mucha fuerza, estaba yo desquiciado, como espero
jamás en mi vida volver a estarlo, debo de reconocer que
tenia unos labios deliciosos, tan suaves como nunca antes
había sentido, la besaba con pasión mientras comenzaba a
acariciarle los senos, que eran maravillosos tal y como lo
pensaba firmes y hermosos, después comencé a acariciar
esos hermosos glúteos, ella luchaba férreamente, pero
cuando mas se alarmo y lucho fue cuando metí mi mano
bajo su falta y empecé a acariciar su vagina.
Fue entonces cuando la lleve hasta el fondo de la bodega
donde se encontraba un baño en desuso, la metí al baño,
cerré la puerta y comencé a desvestirla le quite ambas
blusitas y le quite su falta, su ropa interior era linda, su
brasier, era blanco con figuras de corazones y estrellas, y su
calzón era el conjunto de su brasier, eran como de niña pero
obvio, que ya eran para mujer, hasta para eso era tierna,
desesperado le quite lo que le sobraba de ropa y no resistí
mas, comencé a chupar y besar uno de sus pezones que
eran chiquitos y rositas, eran hermosos, mientras que mi
otra mano se entretenía con su otro pecho, unos minutos
después, ya no pude mas saque mi pene de mi pantalón y
lo quise meter en su boca pero ella gritaba y se movía y no
me permitía hacerlo, finalmente sujete con fuerza su cabeza
y logre meter una gran parte de mi pene, pero ella no hacia
nada, incluso lo intento morder, por eso después de darle
un fuerte empujón contra el piso, decidí que mejor la
penetraría por delante, estaba a punto de hacer realidad
uno de mis mas grandes deseos, por lo que definitivamente
no recapacitaba en lo que hacia, así que le abrí las piernas
que ella intentaba cerrar con fuerza, pero pues como ya dije
es una chica bastante bajita y delgada, y pues yo mido 1.81
mts. y soy algo robusto, por lo que no pudo hacer mucho y
le separe las piernas con facilidad, una vez que le separe las
piernas me coloque en medio de ellas y sin mas
contemplaciones y sin aviso la comencé a penetrar, en el
primer intento entro un poco antes de la mitad de mi falo,
debo decir que me dolió, pues ella estaba bastante seca y
mi miembro solo estaba un poco mojado por su saliva que
había quedado de cuando intente que me hiciera sexo oral,
y pues tenia algunos fluidos preseminales, así que de nuevo
la penetre con mas fuerza y esta vez si entro todo, me dolió,
pero ella dio un grito horrible, además pude notar que era
virgen y que yo acaba de romperle todo por dentro, (ya
pensándolo fríamente, fue un acto de crueldad terrible el
penetrarla de esa manera tan salvaje), una vez dentro la
comencé a penetrar fuertemente, metía y sacaba mi pene a
gran velocidad, la bombeaba como si en eso se me fuera la
vida, mientras que ella me decía llorando por el dolor, que
como era capaz de hacerle eso, que ella siempre me había
considerado como un gran amigo, todo esto interrumpido
por sus constantes peticiones de que la dejara por favor,
que le dolía, me recodaba que yo le había dicho que
mientras ambos trabajáramos tan cerca yo la cuidaría
siempre (que irónico no?, pero era verdad yo le había dicho
que mientras estuviéramos siempre trabajando cerca yo la
cuidaría), pero la verdad poco me importaba todo esto,
después de un rato de estarla penetrando por la vagina, no
pude mas, y eyacule dentro de ella, la llene de semen, yo
sentí que era mi eyaculada mas abundante que había
tenido en mi vida, unos segundo después de terminar de
vaciarle todo dentro, me salí, y quedo boca abajo, y pude
ver como de su lastimada vagina le salía un poco de sangre
mezclada con mi semen.
Al verla boca abajo y con sus glúteos desnudos frente a mi,
mi pene se volvió a endurecer y pues así acostada como
estaba me subí sobre ella, le separe las piernas, le di unos
besos en su ano, ella al sentir esto, reacciono pues estaba
como ida llorando nada mas, como decía reacciono y
comenzó a gritar que por ahí no, que ya la dejara que si no
había tenido suficiente con haberla desvirgado, pero sin
importarme coloque la cabeza de mi pene en su orificio anal
y comencé a empujar, me costaba mucho penetrarla,
realmente estaba apretado su ano, el cual por sus palabras
y por experiencia supe que también era virgen, así que
después de algunos empujones entro y sin mas
consideración la comencé a bombear, penosamente debo
de reconocer que era increíble la sensación de estar dentro
de su ano, yo notaba que le sangraba, y que lloraba
fuertemente por el dolor, así después de unos minutos
eyacule nuevamente esta vez dentro de su ano, ella quedo
casi sin sentido, me salí de su ano y quedo tendida boca
abajo, la mire unos minutos y al verla tendida boca abajo
con su vagina y su ano sangrados y con semen en ellos, no
se como, ni porque mi pene se endureció de nuevo y pues
viendo que solo su boca me faltaba me comencé a
masturbar, y aprovechando su estado casi inconsciente,
cuando sentí que eyaculaba, se la metí en la boca y eyacule
dentro de su boca echándole todo dentro, ella ya no hacia
nada por evitarlo, ni siquiera tuvo fuerza para escupir el
semen que deje en su boca, estaba agotada y lastimada en
verdad.
Por fin una vez terminado ya tan vil acto de violación, me
senté en el piso, a un costado de ella, aun con el pene de
fuera, pero ya flácido, con restos de semen y sangre, fue
entonces cuando volví en mi y al verla tirada en el piso boca
abajo con su vagina y ano con sangre y semen, su boca aun
escurriendo el semen que contenía, y unos ojos hinchados
de llorar y aun llorando, y verla como respiraba lentamente,
entendí lo que había hecho, me sentí horrible, pero ya de
que servia, y empecé a llorar yo también, y a preguntarme
que clase de monstruo era, como había podido violar a la
chica de la que me había enamorado, fue entonces cuando
don Mauricio y don German (que era su jefe), entraron en la
bodega gritando nuestro nombres y preguntado que si
estábamos ahí que si estaba todo bien, como no vieron
respuesta entraron hasta el fondo, pues como no habíamos
bajado en el tiempo que ellos esperaban que lo hiciéramos,
se alarmaron y subieron a buscarnos, como decía llegaron
hasta el baño y entonces vieron la escena, ella tirada en el
piso desnuda como muerta, llena de semen, y a mi a un
costado sentado llorando con el miembro salido de mis
pantalones, lleno de sangre y semen, no se necesitaba
mucha audacia para saber lo que había pasado, entonces
llamaron a la policía y llego la ambulancia y pues se armo
todo el lió legal y esas cosa.
Después de un proceso legal, me hallaron culpable por el
delito de violación y fui condenado a 11 años de prisión, eso
la verdad gracias a un buen abogado, ya que la pena
privativa de libertad es de 8 a 16 años, mas los cargos por
agravantes, después supe las consecuencias de esta
estupidez mía, ella estuvo hospitalizada unos días, y le
detectaron que tenia el ano desgarrado y lo peor de todo,
había quedado embarazada, no solo le arruine su vida el
violarla, al desvirgarla de esa manera, sino que la había
dejado embarazada.
Creanme lo peor no es estar en este infierno, y saber que
me quedan 10 años para ser libre, sino el remordimiento de
culpa de lo que hice, ella aun va a terapia, según me ha
dicho mi abogado, pues se volvió ermitaña, desconfiada,
callada, le mate esa alegría que le caracterizaba, le lastime
fuertemente al dejarle el ano desgarrado, también la vagina
se la lastime fuertemente, le deje el trauma de haberla
violado oral, vaginal y analmente, además la deje
embarazada, creen ustedes que eso pude ser perdonable,
yo creo que no, no puedo vivir en paz, después de todo eso,
la noches son terribles no puedo dormir en paz, pues aun en
mis suelos puedo ver su cara llorando y pidiéndome que no
la viole.
Arruine muchas vidas por un momento de estupidez, a ella
la traume de por vida, aparte de las consecuencias que ya
mencione arriba, a su familia ni que decir, arruine mi vida al
encerrarme 11 años en una prisión, y a mi familia las hundí
en la vergüenza, el dolor, económicamente no se imaginan
como quedo mi familia, arruine a mi familia también. Por
eso les pido que antes de hacer cualquier estupidez piensen
unos segundos y recuerden mi historia.
Quiero aclarar que la manera tan explicita como redacte la
violación a esta chica, no lo hice por gusto pues no es nada
de que sentirme orgulloso, sino que lo hice así por que mi
amigo, me dijo que esta era una página de relatos eróticos y
pues pensé que era como una regla, no por gusto.
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