Powerful Questions
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PREGUNTAS PODEROSAS
Cómo, cuándo y dónde usarlas
Andrea Lages
y
Joseph O’Connor
La Biblioteca de los Coaches
Preguntas poderosas
Cómo, cuándo y dónde usarlas
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quier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o de otra manera, sin el permiso previo de los editores.
Contenidos
Introducción 5
¿Qué pueden hacer las preguntas? 6
Cómo usar las preguntas 9
Elección del momento indicado 12
El arte secreto de las preguntas 13
Preguntas poderosas 14
Ejemplos de preguntas poderosas 16
Estrategias para preguntas poderosas 18
Tareas 19
Sobre los Autores 21
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Introducción
Introducción
De hecho, las respuestas no pueden existir antes de que las preguntas las hagan posible. Las preguntas
son la respuesta para resolver problemas, tomar buenas decisiones y ampliar su creatividad. Las pregun-
tas son la respuesta a los problemas del cliente o del estudiante.
Este libro trata sobre las preguntas: todo lo que siempre quiso saber sobre las preguntas, pero tenía miedo
de preguntar.
Hacer buenas preguntas en el momento indicado es una habilidad crucial en todas las profesiones ligadas
al apoyo y la enseñanza. En este libro, nos enfocaremos principalmente en el coaching y los ejemplos que
daremos provendrán del coaching, pero las ideas se aplican de igual manera al entrenamiento, a la ense-
ñanza y para ayudar a las personas a pensar sobre sus problemas y abrirse camino entre ellos.
Por lo tanto, este libro es un excelente recurso para profesores, entrenadores, terapeutas, consejeros,
consultores y mentores, así como también para coaches.
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Preguntas Poderosas
Antes de poder entender las preguntas poderosas, debemos saber lo que hacen las preguntas. Cuando
tenga una idea clara de lo que hacen las preguntas, entonces podrá crear sus propias preguntas para ob-
tener los resultados que desea y ofrecer mayor ayuda a sus clientes.
Las preguntas son irresistibles. Cuando le hace una pregunta a alguien, le ofrece una invitación para
pensar que no puede rechazar. Ya sea que conteste ‘Sí’, ‘No’, ‘No lo sé’ o dé una respuesta más compleja,
debe pensar para poder responder.
Esta es la función obvia de las preguntas. Hay dos clases de preguntas y obtienen dos tipos de infor-
mación.
• Preguntas cerradas. Estas son preguntas que pueden responderse con ‘Sí’ o ‘No’. Por ejemplo,
‘¿Su nombre es John?’. Por lo tanto, las preguntas cerradas solo pueden obtener confirmación o
negación de algo que ya está en la mente del que hace la pregunta. No pueden obtener ninguna
información nueva.
• Preguntas abiertas. Estas preguntas no pueden responderse con ‘Sí’ o ‘No’. Por ejemplo, ‘¿Cuál
es su nombre?’.
Por lo tanto, las preguntas abiertas obtienen nueva información que no está en la mente de quien hace la
pregunta.
Las preguntas abiertas pueden empezar con ‘qué’, ‘dónde’, ‘quién’, ‘cuándo’ o ‘por qué’.
Las preguntas que empiezan con ‘qué’ pueden suscitar información sobre cualquier cosa. Casi todas las
preguntas pueden formularse de manera que empiecen con ‘qué’.
Las preguntas que empiezan con ‘dónde’ piden información sobre lugares.
Las preguntas que empiezan con ‘quién’ buscan información sobre personas.
Las preguntas que empiezan con ‘por qué’ buscan razones o justificaciones. También pueden ir en busca
de valores o buscar asignar culpabilidad. También pueden usarse para preguntar significados o buscar
causas pasadas.
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Qué pueden hacer las preguntas
Las preguntas que empiezan con ‘cuándo’ preguntan sobre eventos del pasado, del presente o del futuro.
Las preguntas que empiezan con ‘cómo’ exploran procesos, el modo en que suceden las cosas. Hay otras
expresiones que pueden usarse para preguntar sobre cantidades (cada cuánto, cuánto).
Incluso cuando las preguntas solicitan datos, casi siempre existe una emoción asociada a la respuesta.
Esto puede deberse a que las respuestas se asocian a experiencias placenteras o desagradables. Puede
ser porque las respuestas llevan al cliente hacia un área desconocida donde se siente inseguro o asus-
tado. La manera en la que hace la pregunta también puede evocar una emoción, si la expresa de un modo
que al cliente le parece intimidante o antipático, se resistirá y se sentirá mal sobre la pregunta incluso si la
intención fue ayudarlo.
Las preguntas pueden lograr que un cliente entre en contacto con sus emociones, al asociarlas a una situ-
ación. Por ejemplo, un coach puede preguntar ‘Imagine que se encuentra nuevamente en esa situación,
¿cómo se siente?’. El cliente estaría otra vez en esa situación y sería más fácil que sintiera otra vez esas
emociones.
Las preguntas también pueden usarse para distanciar a un cliente de los sentimientos, de manera que
pueda ser más objetivo y aprender de la situación. A veces es difícil para un cliente aprender algo de una
situación porque cada vez que piensa en ella, se hunde en un sentimiento de malestar y esto dificulta su
resolución.
Por ejemplo, un coach puede preguntar ‘Imagine que puede verse en esa situación otra vez, a medida que
se observa, ¿qué piensa del modo en el que actuó?’.
El cliente puede examinar la situación de manera más objetiva porque le han ofrecido una estrategia (‘ob-
sérvese…’) para distanciarse de los sentimientos.
Un cliente puede asumir algo acerca de sí mismo, acerca de usted y acerca del mundo. Mostrarle al cliente
que usted no comparte esas suposiciones puede hacerlo despertar a nuevas ideas. Las preguntas de un
coach deben hacer que el cliente se cuestione a sí mismo: lo que piensa y por qué piensa de ese modo.
Las suposiciones son hábitos de pensamiento; parte del trabajo del coach es lograr que el cliente sea con-
sciente de sus suposiciones de manera que pueda reconsiderarlas para ver si le son útiles.
Puede lograr esto diciendo, por ejemplo, ‘Esa es una idea interesante, ¿por qué piensa que es verdad?’ o
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Preguntas Poderosas
‘Esa es una respuesta interesante, muchas personas no estarían de acuerdo con usted, ¿qué les diría?’.
El cliente puede tener suposiciones limitantes sobre las que no habla de manera directa. El coach debe
pensar ‘¿En qué cree el cliente para dar esa respuesta?’ o ‘¿Qué considera verdadero mi cliente para que
esa respuesta tenga sentido?’.
Esto es importante si el coach no está de acuerdo con el cliente o no comprende la respuesta. El coach no
necesita estar de acuerdo con el cliente. Si no está de acuerdo, puede elegir si se plantea su desacuerdo
al cliente.
4. Las preguntas suscitan metas y los recursos y las estrategias para alcanzarlas
Las respuestas del cliente siempre dan indicios sobre lo que este desea. La manera más directa de descu-
brir las metas del cliente es preguntarle ‘¿Qué desea?’.
Sus preguntas también suscitarán los recursos del cliente cuando pregunte sobre personas, lugares, co-
sas, cualidades y valores personales que están asociados a la meta.
Las preguntas también pueden ayudar al cliente con las estrategias para lograr esa meta.
La pregunta más simple que ayudará al cliente con una estrategia es
• ¿Cómo hará esto?’. Sin embargo, esta pregunta no ayuda a aclarar los pasos o el orden en que
se los llevará a cabo.
Para poder tener una estrategia, una manera de lograr la meta, el cliente debe tener una secuencia de
acciones que lo conduzcan a esa meta. Un modo en el que puede ayudar con sus preguntas es enuncia-
rlas en un orden particular. Las respuestas le darán al cliente la secuencia de acciones que lo ayudarán a
lograr su meta.
La manera más simple de hacer esto es hacer preguntas como:
• ¿Cuál es el primer paso que debe dar en el camino hacia su meta?’
‘Cuando logre ese paso, ¿cuál sería el próximo paso que debería dar?’
• ¿Y después qué?’
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Como usar las preguntas
El coaching no les dice a las personas lo que deben hacer. Cuando se le dice a alguien lo que tiene que
hacer, puede ser que lo haga y que obtenga un buen resultado. Entonces, ¿quién es el responsable del
resultado? El cliente le dará el crédito. El cliente no será dueño del resultado.
O también puede ser que lo haga y que fracase. Entonces, ¿quién tendrá la culpa? Usted, el coach. To-
davía no es completamente responsable y no será capaz de aprender de lo que ocurrió.
Es posible que un coach trabaje solo con preguntas. Pero, en la práctica, esto es poco probable. Un coach
responderá a preguntas, hablará sobre su experiencia, contará historias y dará ejemplos que pueden ayu-
dar al cliente.
Un coach que solo hiciera preguntas podría volverse molesto.
El rapport es la cualidad de una relación en la que las personas están conectadas y abiertas a la influen-
cia. Un coach necesita establecer rapport con su cliente. No es necesario que le guste como persona, solo
debe estar abierto a lo que este diga y tomarlo con seriedad. Las preguntas no son solo palabras. También
las acompañan el lenguaje corporal y el tono de voz.
Hay dos maneras en las que las preguntas pueden construir rapport.
Tono de voz
Use un tono de voz respetuoso. Adapte su tono de voz al tono de su cliente. No lo haga demasiado difer-
ente. Si el cliente tiene una voz más fuerte que la suya, eleve su voz cuando le habla. Si tiene una voz más
suave, baje su tono. Si el cliente habla rápido, hable rápido también; si el cliente habla despacio, hable
más lento para adaptarse a su ritmo. No imite al cliente; esto es una falta de respeto. Al adecuar su tono de
voz, ingresa al mundo del cliente y lo ayuda a sentirse aceptado.
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Preguntas Poderosas
Frases atenuantes
Es una buena idea, para poder establecer rapport, introducir ciertas frases alrededor de las preguntas.
Por ejemplo:
• Esa es una idea interesante. ¿Puedo hacerle una pregunta sobre eso?
• Me gustaría continuar con eso…
• Dígame, me interesa…
• Todavía no termino de comprender…
Las frases atenuantes pueden hacer que las preguntas sean menos desafiantes. Recuerde formular las
preguntas de la manera que el cliente prefiera, no en el modo que usted prefiera. A algunos clientes les
gustan las preguntas directas, que van al grano.
Honestidad
Haga las preguntas con honestidad. No haga una pregunta si no le interesa la respuesta. Usted actuará
como un ejemplo para que el cliente conteste con honestidad. El cliente solo se engaña a sí mismo si no
contesta de manera honesta. En ocasiones, puede ser difícil que el cliente conteste con la verdad, porque
quiere proyectar la mejor imagen de sí mismo.
Cuando sospecha que el cliente oculta algo, puede preguntar
‘Suponga que no importara para nada lo que yo piense sobre usted, ¿aún así contestaría de la misma
manera?’.
NO haga preguntas directivas. Las preguntas directivas están diseñadas para guiar al cliente adonde
USTED desea ir, no adonde desea ir el cliente. Incluso si usted tiene una idea excelente, no intente guiar
al cliente allí con sus preguntas. Es mucho mejor decírselo simplemente o hacer una sugerencia directa
antes que intentar dirigir al cliente adonde usted desea que vaya y después intentar que piense que llegó
allí por su cuenta.
Respeto
No es necesario que le guste el cliente. Pero sí es necesario que lo respete, al menos en el ámbito en que
está desarrollando la actividad de coaching.
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Como usar las preguntas
Claridad
Haga las preguntas de manera simple. No haga dos preguntas a la vez y no haga preguntas que conten-
gan más de unas dieciséis palabras. La mayoría de las personas solo pueden registrar dieciséis palabras
antes de comenzar a perder el hilo de la cuestión.
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Preguntas Poderosas
El momento en el que hace una pregunta es muy importante. Depende en gran medida de lo que está
diciendo el cliente en ese momento. Una pregunta formulada al principio de una sesión puede ser recibida
con una mirada confusa por parte del cliente. La misma pregunta formulada al final puede dar lugar a un
gran avance. No existe la pregunta perfecta. Depende del momento y del modo en que se formule.
Tres pautas pueden ayudarlo a elegir mejor el momento para hacer sus preguntas.
Escuchar
No podrá saber qué siente el cliente o cuán sincero es a menos que escuche.
¡No puede escucharse a sí mismo y al cliente al mismo tiempo!
Cuando esté escuchando, detenga su diálogo interior. No se hable a usted mismo. Le impedirá escuchar al
cliente y entenderlo.
Su intuición
Escuchar también abre su poder de intuición. En ocasiones, se le ocurrirá ‘de la nada’ una idea para una
pregunta, sin ninguna justificación racional. Esto significa, por lo general, que proviene de su inconsciente
intuitivo. Percibimos mucho más de lo que somos conscientes. Por esa razón, se nos ocurren ideas intuiti-
vas sobre qué hacer.
Puede tener una intuición o una ‘corazonada’ y querer hacer una pregunta extraña que no parece encajar.
En ese caso, puede presentarla con una frase atenuante como ‘¿Puedo hacerle una pregunta? Tengo esta
idea que se me acaba de ocurrir y quiero consultarla con usted, aunque parezca un poco extraña…’.
Observar
Cuando observa al cliente detenidamente, será capaz de ver cuándo está dispuesto a responder pregun-
tas y cuándo no. Asegúrese de que le está prestando atención cuando le hace una pregunta. A veces los
clientes están pensando y están ‘en su mundo interior’. Puede ser que ni siquiera escuchen la pregunta. A
medida que conoce mejor a un cliente, será capaz de determinar a partir de su lenguaje corporal cuándo
está en un estado receptivo y cuándo no lo está. Esto se llama calibración. No se apoye en las llamadas
señales universales. Cuando un cliente se cruza de brazos, no significa necesariamente que se cierre a las
preguntas. Usted necesita saber qué significa para ese cliente en particular. No generalice.
Para leer más información sobre la calibración y cómo comprender el lenguaje corporal, consulte el NLP
Workbook (Cuaderno de ejercicios de PNL) en el glosario.
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El arte secreto de las preguntas
Todas las preguntas dirigen la atención del cliente. Son como reflectores que iluminan partes de la mente
del cliente que están a oscuras. Sin embargo, al iluminar algunas áreas, dejan otras en la oscuridad. Todas
las preguntas contienen suposiciones.
Una suposición es lo que el cliente debe aceptar como verdadero para poder responder la pregunta o para
que la pregunta tenga sentido.
Por ejemplo, si pregunto ‘¿Cómo se llama su perro?’, estoy suponiendo que usted tiene un perro.
Si pregunto ‘¿Qué desea?’, supongo que desea algo; de lo contrario, la pregunta no tiene sentido.
Todas las preguntas tienen suposiciones. Todas las preguntas asumen algo sobre la cuestión o el prob-
lema. El coach no puede evitar incluir suposiciones en sus preguntas.
La cuestión más importante es que el coach sepa qué suposiciones está utilizando.
Las preguntas poderosas contienen suposiciones útiles y potenciadoras. Esta es una característica de una
práctica de coaching de excelencia.
Algunos ejemplos:
‘Si alcanza esta meta, ¿que podrá obtener?
(Presupone que es posible que alcance la meta. La palabra ‘Si’ presupone incertidumbre).
‘Cuando alcance esta meta, ¿qué podrá obtener?
(Presupone que alcanzará la meta. La palabra ‘Cuando’ presupone certeza).
‘¿Tiene los recursos para lograr esto?’
(Presupone duda sobre los recursos).
‘¿Qué recursos tiene para lograr esto?’
(Presupone que el cliente posee recursos).
‘¿Puede hacer esta tarea?’
(Presupone habilidad, pero no compromiso).
‘¿Hará esta tarea?’
(Presupone compromiso).
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Preguntas Poderosas
Preguntas poderosas
No todas las preguntas son iguales. Las preguntas poderosas que son más útiles para el cliente tienen, por
lo general, las siguientes características:
Las preguntas poderosas son sobre las metas y lo que desea el cliente, no sobre los problemas que tiene.
Mientras que puede ser necesario explorar algunas cuestiones y problemas, las buenas preguntas siempre
se orientan a las respuestas.
Como las buenas preguntas se orientan a las metas, también tienden a enfocarse en el futuro. El pasado
ya pasó, el cliente puede aprender de él, pero su vida existe ahora, en el presente y en el futuro. Las pre-
guntas orientarán al cliente en el tiempo, dependiendo del tiempo verbal que usted utilice. Lleve al cliente
más al presente y al futuro que al pasado.
Conducen a la acción
Para solucionar un problema y avanzar en su vida, el cliente necesita actuar de manera diferente. El enten-
dimiento es importante, pero a menos que lleve a un comportamiento diferente, el cliente todavía estará
detenido (solo tendrá más información sobre porqué está estancado).
Las buenas preguntas contienen suposiciones potenciadoras para guiar al cliente hacia la utilización de
sus recursos para lograr las soluciones que desea.
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Preguntas Poderosas
Las preguntas que empiezan con ‘Por qué’ pueden causar problemas.
En primer lugar, porque el cliente puede interpretar que le están solicitando razones y justificaciones. Los
clientes siempre pueden justificar sus acciones.
En segundo lugar, el cliente puede pensar que desea oír la historia del evento y puede darle una larga
explicación de lo que condujo exactamente al problema, porque piensa que usted necesita entenderlo de
esta manera.
Si desea saber algo sobre los valores del cliente, pregunte ‘¿Qué es importante para usted sobre esa situ-
ación?’ en vez de ‘¿Por qué hizo eso?’.
Estas pautas no pretenden ser exhaustivas ni restrictivas. Use su creatividad y su intuición para dar forma
a sus preguntas.
Piense en estas pautas como un tema a partir del cual improvisará. El tema proporciona la estructura, pero
la improvisación solo le pertenece a usted.
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Preguntas Poderosas
¿Qué desea?
¿Qué desafíos enfrenta?
¿Qué logrará con esta meta?
¿Qué no está dispuesto a cambiar?
¿Qué es importante para usted aquí?
¿Qué le impide obtener los resultados que desea?
¿Cómo piensa que podría serle útil yo?
¿Cómo considera que actuó?
¿Hasta qué punto logró su meta?
¿Cuál es el primer paso que debe dar para lograr sus metas?
¿Cuál es el siguiente paso que debe dar?
¿Dónde desea estabilidad en su vida?
¿Dónde desea cambio en su vida?
¿Por qué cosa le gustaría que se lo recuerde?
¿Qué opina al respecto?
¿Cuánto ha aprendido?
¿Qué hará de manera diferente la próxima vez?
¿En qué área es contradictorio?
¿A qué se siente apegado?
¿Qué más?
Si supiera la respuesta, ¿cuál sería?
¿Qué consejo le daría a un amigo que estuviera en su misma situación?
Imagine un diálogo con la persona más sabia que conozca, ¿qué diría esa persona?
¿Qué necesita su atención en este momento?
¿Cómo puede reír y disfrutar lo que hace?
¿Qué puedo hacer para aumentar su vitalidad y su salud?
¿Qué nueva cosa puede permitirse hacer hoy?
¿Qué hábitos no lo dejan avanzar?
¿Qué le impide actuar?
¿Cuáles son sus mayores recursos en esta situación?
¿Qué marcaría la mayor diferencia en esta situación?
¿Qué lo hace feliz?
¿Está siendo realista?
¿En qué área se exige demasiado?
¿En quién se está convirtiendo?
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Ejemplos de preguntas poderosas
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Preguntas Poderosas
La segunda es hacerse preguntas poderosas a usted mismo durante la sesión. Esto lo ayudará a manten-
erse enfocado.
Aquí hay algunos ejemplos:
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Tareas
Tareas
2. Grabe una sesión de coaching que realice con un cliente (antes, pida permiso al cliente, por supuesto).
¿Qué preguntas utiliza?
¿Cuál es su tipo de pregunta preferido?
¿Le da al cliente la posibilidad de contestar por completo?
¿En qué medida siguen sus preguntas las características de las preguntas poderosas que hemos esbo-
zado en este libro?
¿Qué es lo más efectivo que puede hacer para que sus preguntas sean aún más poderosas en su próxima
sesión?
Recursos
www.ecademy.com
www.internationalcoachingcommunity.com
www.lambentdobrasil.com
Bibliografía
The Coaches’ Library (La biblioteca de los coaches)
(Comunidad Internacional de Coaching y publicaciones de Lambent do Brasil)
Coaching with NLP – How to be a Master Coach (Coaching con PNL: Cómo ser un Master Coach)
Joseph O’Connor y Andrea Lages
Thorsons 2004
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Preguntas Poderosas
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Sobre los autores
Andrea es autora junto con Joseph O’Connor del libro “Coaching con PNL –
Como ser un Coach Master” publicado por Thorsons.
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Preguntas Poderosas
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