554-Texto Del Artículo-559-2-10-20161027

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UNA COLECCION DE CANTOS JALISCIENSES

POR

VICENTE T. MENDOZA

E NTRE la serie de j ayas que guarda celosamente el Departamento de


Manuscritos de nuestra Biblioteca Nacional, se cuenta más de medio
centenar de ejemplos procedentes del centro del país, los cuales ofrecen
para su estudio un marcado interés, por tratarse de producciones autén-
ticamente populares del siglo x:r:x.
Se trata de un cuaderno empastado, en magníficas condiciones de
conservación, con cincuenta y dos páginas de escritura c1arísima, sin nin-
gún error gráfico, que lleva por título: Colección de jarabes, sones y
Cantos populares tal como se usan en el Estado de Jalisco, recopilados
por Clemente Aguirre.
El contenido de esta colección y su ilustre recolector son los que
motivan estas líneas, pues en los días que vivimos, cuando se impone el
estudio de nuestra cultura nacional, el hallazgo de un filón auténticamente
regional, en este caso de Jalisco, que ha sido siempre el almácigo de
nUestra música mexicana, nos impone su estudio con objeto de definir
Can la mayor precisión los perfiles de nuestra música mexicana.
Estos hallazgos tendrían poco valor si fuesen ejemplos aislados y
no tuviesen el amparo de una firma acreditada como lo es en este caso,
don Clemente Aguirre. músico de acrisolada probidad profesional, además
de tener en su favor el ser nativo, criado, educado y residente del Estado
de Jalisco durante una gran parte de su vida.

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Se impone, además, en este escrito la necesidad de subrayar los


méritos de esta colección, así como algunas circunstancias que giran en
su derredor; mas desde luego no pretende realizar ningún análisis técnico
musical, lo que impondría una extensión de la que no se dispone y, por
otra parte, sólo pretende dar motivo a los estudiosos de esta fuente de
producción popular jalisciense.

1. Qué estado guarda la investigación de la música popular de Jalisco.

Desde principios del siglo XIX, Jalisco se había distinguido por la


abundancia de producción de jarabes, sones y canciones, los que afluían
en primer lugar a las ferias regionales de San Juan de los Lagos, de
Jalapa, Acapulco, Sal tillo y Chihuahua; en seguida eran transportados a
los rincones remotos del país por los cantadores, comerciantes y viajeros. 1
Sólo así se explica la presencia de jarabes como: "El Gallito", en Sonora
y Arizona ; 2 "El durazno" y "La botella", en Nuevo México; 3 "La Mar-
celina", en Nuevo León 4 y "El Ahualulco" en Veracruz; 5 pero sobre
todo los jarabes tapatíos se escuchaban por todos los rumbos al igual que
las canciones, las coplas intencionadas y los sones de la misma región, todo
10 cual se infiltraba en la música del resto del país.
En los últimos años del siglo la música de Jalisco por medio de sus
representantes, contratados al efecto para la enseñanza, la dirección de
bandas y para animar las famosas fiestas del Carnaval de Mazatlán, se
internó por la Costa del Pacífico inundando Sinaloa y llegando hasta las
Californias.
Es indudable que la prin~ipal aportación de Jalisco a la música me-
xicana es el jarabe o por mejor decir, los jarabes. Ya en el primer tercio

1 Carrera Stampa, Manuel. Las ferias novohispanas. Historia Mexicana 7.


El Colegio de México. Vol. n, núm. 3, enero-marzo, 1953. México.
2 Espinel, Luisa. Canciones de mi padre, don Federico Ronstadt y Redondo.
Spanish Folksongs from Southern Arizona. University of Arizona Bulletin. Vol.
XVII, núm. 1, january 1, 1946. Tucson, Arizona, pps. 45-47.

3 Mcndoza, Vicente T. Lstudio sobre la Mxísica Tradicional Española ('tI


Nuevo M ézico. Obra inédita que existe en la Biblioteca de la Universidad de Nuevo
México, Albuquerque, N. M. 1946.
4 Brondo Whitt, E. Dr. Nuevo León. Novela de costumbres, 1896-1903. México,
Nuevo León, Chihuahua. 1935. Editorial Lumen. México.
5 Ruíz Maza, Vicente. Carta de noviembre 25 de 1951. Entre los Sones de
Carretilla está "El ahualu1co."

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del siglo XIX el Almacén de Música de J. A. Búhme publicó una colección


de Canciones y Jarabes, entre los que estaban "El palomo", "Me quisiste,
te adoré", "El afanado", "El Ahualulco" y "La tapatía"; 6 don Guillermo
Prieto, a mediados del siglo, menciona "El dormido", "El malcriado",
"El perico", "El aforrado", "El jarabe colorado" y "El artillero". 7 Hacia
1858, la Casa Murguía incluyó en su Colección de Jarabes los más típicos
procedentes de Jalisco 8 y hacia 1884, don Miguel Ríos Toledano, en su
Colección de treinta jarabes, sones y aires nacionales, además de tres
jarabes tapatíos, incluye uno más: "El tapatío guadalajareño. 9 Esta abun-
dancia de producciones hizo que don Juan N. Cordero en su obra "La
música razonada" 10 intentara un análisis técnico del Jarabe para uso
de los estudiantes del Conservatorio en 1897. Y así llegamos hasta 1937
en que Gabriel Saldívar, en su Monografía sobre el jarabe, 11 consigna
en forma facsimilar, el Jarabe del maestro tapatío, Jesús González Rubio. 12
Uho de los más distinguidos difusores de la música popular jalis-
ciense, con perfiles de trovador, fué Marcelino Dávalos,13 quien trajo
a la capital los más puros acentos y al son de su guitarra entonaba buena
parte del acervo musical tapatío: valonas como la de "El preso", coplas
y seguidillas como "Las barrancas", "El cielito lindo", "La morena",

6 Colección de 24 Canciones y Jarabes Me%icanos. Arreglados para piano


Núm.... Hamburgo. Almacén de Música de J. A. Bohme.
7, Prieto, Guillermo. Memorias de mis tiempos. 1828-1852. Dos Tomos. Librería
de la Vda. de Ch. Bouret. México. 1906, p. 68. Pulquerías.
8 M. Murguía y Compañía Edit. El Repertorio. 2' Epoca. Núm. 2. Colección
de (23) Jarabes Mexicanos para piano y canto.
9 Ríos Toledano, Miguel. Colección de Treinta Jarabes. Sones principales y
más populares, Aires Nacionales de la República Mexicana. H. Nagel, 1884.
10 Cordero, Juan N. La música razonada. Vol. v. Estética, Teórica y Aplicada.
México, 1897. Tip. "La Europea", J. Aguilar Vera y Cía. Cap. IV. Formas típicas
monorrítmicas. Danzón y Jarabe, p. 191.
11 SaldÍvar, Gabriel. Historia de la Música en México. Ediciones del Departa-
tnento de Bellas Artes. Secretaria de Educación Pública. México, 1934, pp.
12 El Jarabe. Baile popular Mexicano. Prolg. de Manuel M. Ponce. Sobretiro
del t. n. Epoca 5· de los Anales de] Museo Nacional de México. México, Talleres
Gráficos de la Nación. 1937, p. 15. Ilustraciones. Núm. 2. "Jarabe puesto para el
Piano Fortte por el ciudadano Jesús González Rubio. Carátula y diez pp. de música.
13 Dávalos, Marcelino. Del Bajío y Arribeiias. Poemas callejeros que al margen
de canciones mexicanas, pensó escribió y publicó ... México, 1917-18. Oficina Im-
presora de Hacienda. Departamento editorial. 229, pp.

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"La suegra"; canelOnes como "Las mañanitas", "El Valle Nacional",


"La casada", "Y tenía chiquito el pie", "Cuiden su vida", "El abandonado",
"La trigueña hermosa", "A orillas de un palmar", HLa rancherita" y
uMarchita el alma".
El valor intrínseco de la música popular jalisciense fué reconocido
por los músicos eruditos, elevándola a las formas orquestales y sinfónicas
e introduciéndola a los espectáculos de concierto: don José Rolón, en su
"Festín de los enanos", hizo uso de cantos y bailes regionales de J aliseo
y poco antes, don Manuel M. Ponce, en sus canciones armonizadas y en
sus Baladas Mexicanas, introdujo temas como "El durazno", "El palomo",
"Marchita el alma", HA la orilla de un palmar", etc.
Por 10 que toca a los músicos radicados en Jalisco y capaces de des-
arrollar un estudio técnico, han desviado sus actividades por otros cauces
y la música de su Entidad ha sufrido en su investigación un colapso que
la ha paralizado. A últimas fechas la producción jalisciense ha quedado
reducida a los sones que crean los "mariachis" y a dos o tres piezas que
h"an logrado enorme dispersión por el mundo: "Guadalajara" y "Atoto-
nilco".

2. Quién fué el recolector de esta serie.

Quiero en esta ocasión poner de relieve los méritos de una de las


personalidades más salientes de la provincia, cuya vida fué dedicada ín-
tegramente a la música, y sobre todo en relación con la producción po-
pular: don Clemente Aguirre, al que no se le ha hecho debida justicia y
que sin embargo, en el ambiente en que le tocó actuar, llena cumplidamente
más de la segunda mitad del siglo XIX. De una familia virtuosa y de
humilde posición social, nació en Ayo el Chico, el 23 de noviembre de
1828. A los 12 años inició su carrera musical, con brillantes resultados,
en Guadalajara, con don Jesús González Rubio. A los 15 era ya clarinetista
de la Banda del 39 Batallón de Allende, acantonado en Lagos, 10 que
quiere decir que la base de su formación fué completamente popular, en-
tre músicos conocedores de este acervo y sin abandonar su región nativa.
Tras de estar en San Luis Potosí, perfeccionó sus estudios en la capital
de la República con don José María Pérez de León y a los 20 años, des-
pués de diversas expediciones durante la invasión americana, estaba de
regreso en México. Entonces se contrató para tocar en las bandas milita-
1 es y comenzó a dedicarse a la composición musical. Durante 14 años

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fué director de diversas agrupaciones de esta índole hasta la llegada de


las tropas francesas en que se retiró a La Barca, en 1863. Once años,
hasta 1875, tuvo a su cargo en Jalisco otras muchas bandas, entre las que
estuvieron la del Hospicio y la de la Escuela de Artes de Guadalajara,
así como la del 25Q Batallón, que gozó de un gran prestigio. Después de
recorrer varios Estados, dirigió en San Luis Potosí la Banda del 27Q
Batallón hasta 1885 en que invitado por el Gobernador de su Entidad na-
tal, fijó definitivamente su residencia en Guadalajara, hasta su muerte
en octubre de 1900, casi al cumplir 72 años.
Su carrera de compositor puede resumirse así: principió a darse a
conocer en 1848, pero sus producciones más dignas de mención datan de
1856, estando en México es casi seguro que ya para esta fecha tenía reu-
nidas las piezas de la Colección objeto de este trabajo, pues entre las
producciones que aparecen en este período están: HLa Zompimpa" o
"Sandunga", aprovechada por Ríos Toledano 40 años después, 14 y "El
Chasco" : lIS

Que chasco le sucedió


a un pelado en un plantío,
le mordió la geta (a) un burro
pensando que era un membrío ...

que he encontrado entre los cantos populares de Albuquerque, Nuevo


México.
La personalidad de Aguirre como productor de música debe j uzgar-
se de acuerdo con la época que le tocó vivir y el fin a que estaban dedi-
cadas sus composiciones. que era en primer lugar, a cubrir las necesidades
de las diversas bandas de las que fué director, tocando en las plazas para
el deleite del pueblo y en el interior de los cuarteles; y, en segundo, den-
tro de este marco, dar rienda suelta a su instinto musical por medio de
obras cuyas formas obedecían a moldes importados de Europa, muy usados
en los salones y en las fiestas públicas y privadas: redowas, galopas,
valses, marchas, pasos-dobles, contradanzas, polkas, mazurcas, schottischs,
Cuadrillas, danzas, marchas patrióticas y religiosas e himnos de iguales
caracteres, todo ello arreglado e instrumentado para bandas numerosas por

14 Ríos Toledano, Miguel. Las Posadas y la Novela Buena en Mé%ico. Op. 606.
Popourri de Villancicos, Tiranas, Cantos pastoriles y canciones tradicionales por ...
Casa A. Wagner y Levien y Susc.
15 Mendoza, Vicente T. Obra citada.

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el mismo autor, llegando en ocasiones a formas desarrolladas como la


gran polka de salón "La estimulante" o la grandiosa marcha "Ecos de
México" con dotación suplementaria de banda guerrera y trompetas de
caballería, a las veces arregladas para gran orquesta. 16
Puede verse, por lo tanto, que la colección de jarabes y sones a que
hago alusión, es de carácter completamente popular, hecha quizás a ratos
perdidos, viajando de un lugar a otro y probablemente en su primer pe-
ríodo de producción o sea al empezar la segunda mitad del siglo, lo que
viene a constituir una aportación que tiene cien años de antigüedad.
A 10 que puede agregársele haber sido recolectada con interés y cariño a
fin de conservar y dar a conocer la producción de su tierra natal.

3. Qué contiene la colección.

Se dijo ya que es valioso el contenido de esta obra por enfocar la


producción popular del Estado de Jalisco en más de medio centenar de
jarabes, sones y canciones usados en dicha Entidad a mediados del siglo
XIX y, al efecto, conviene presentar aquí la nómina de estas piezas con
algunos comentarios pertinentes:
l. El Pedregal.
2. El tanto y tanto.
3. El lagartijo.
4. El pitayero.
5. El Becerro.
6. El Riflero.
7. El Patito.
8. El Quelele o sea "El Telele", que aparece después en las Cuadrillas
Taragotas.
9. El Matacán.
10. Las Maravillas.
11. El Catrín.
12. El Borrachento.
13. Los Huajes.
14. La Sonaja
15. El Moreno.
16. El Apache, conocido como "El Meco."

16 Becerra y Castro, Antonio. El Marqués de Posa. "El Sr. D. Clemente Agui-


ne." "Jalisco Ilustrado." Guadalajara, Núm. 9. 19 de marzo de 1891.

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Dos sones de la Costa de Cihuatlán:

17. El Cihualteco.
18. El Venado.

Cinco danzas acompa1iadas con Teponahuaztle:

1.9. l.
20. n.
2!. IJI.
22. IV.
23. V.
24. El Malacate.
25. El Carbonero.

Sones populares con texto para cantar:

26. El QueIele: "El quelele se murio ... "


27. El Perico: <t j Ay, señora, su periquito ... "
28. El Toro: "Ahí viene el toro ... "
29. Las Mañanitas: "Si el sereno de esta esquina ... "
30. El Huerfanito: "Pobrecito huerfanito ... "
31. El Rorro: HA la rorro, Niño ... "
32. El Café: "Vamos a tomar café ... "

Jarabe tapa tío COIl cinco números:

33. El Mosquito: "A mí me picó un mosquito ... "


34. Los Mecos: ((La meca le dijo al meco ... "
35. Los Fríos: "¡ Ay, qué frío, ay, qué frÍo .. .t'
36. El Juan Lanas: Letrilla con estribillo: "1 Ay, qué linda noche para
descansar !"
37. Aire Suriano: HVida mía, tu tierra ... "

Dos canciones:

38. La Casada: "Cómo quieres, ingrata, perjura ... " Producción típica
jalisciense que dió a conocer en México Marcelino Dávalos.
39. Mi adorada copa, canción de tipo erudito, música de Vicente Cordero,
letra de Jesús Acal Ilizaliturri.

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Jarabe tapatío de 11 números con texto para cantar:

40. Introducción con tema del Jarabe del Bajío, según Rubén M. Campos.
41. Si quieres vámonos a Atemajac ...
42. La Severiana: H¡ Ay qué Severiana! ... "
43. El Butaquito: "Arrima tu butaquito .. ."
44. El Quelele: "El Quelele se murió, ¡ ay, ay, ay, ay, ay!"
45. El Cojo: "Soy cojo de un pie ... "
46. El Tubero: "Aunque quites la escalera ... "
47. El Ahualulco: "Ahora acabo de llegar del Ahualulco ... "
48. El Durazno: "Me he de comer un durazno ... "
49. La Guacamaya: "Quisiera ser guacamaya ... "
SO. Final: La Coahuayana: "Si fueres a Coahuayana .. ."

Cantos poulares jaliscienses:

51. Introducción con título de Jarabe.


52. El Borrachito: "Vengo borracho, me ando cayendo ... "
53. Las Mañanitas: "¡ Qué bonitas mañanitas ... "
54. Los Papaquis: "Es aquí o no es aquí ... "
55. Balona. Es propiamente una sinfonía de valona.
56. Quiéreme, chata ...
57. Paloma Blanca: Por su texto es una canción de Extremadura, por su
música es una derivación de "El Café" (seguidilla).
"Una paloma blanca como la nieve
me ha picado en el alma. i Cuánto me duele!"

58. María Facica. Canto de negros: "María Facica se quiere casá, con
home banco de Portugá."
59. Lo Rosa morada: HA dónde vas, pinineo ... ? Canto anterior a la
Invasión Americana (1846). Para estos tres ejemplos véase el fac-
simil 3.

Jarabe tapatío, con seIS números reconocibles:

60. Son "La vaquilla."


61. Propiamente un fandango.

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62. Descanso que recuerda: "De esos dos que andan bailando ... H, seguido
de "El Tepic."
63. Propiamente una variación en cuya melodía aparece ritmo de Bolero.
64. Melodía típica en tres partes, la primera aparece en la Serie de Ríos
Toledano con el número 9; la segunda es el son de "Las Palomas",
la tercera es un jarabe HA la breve", en compás de 3/8. 17
65. Final o Coda que tiene como circunstancia enlazar directamente con él.
66. Jarabe Corriente, baile que alcanzó el título de (INacional", 18 a me-
diados del siglo XIX y cuyos componentes pasaron a formar parte
de otras series, no obstante aun se le recuerda lo mismo en Zacatecas
que en Guanajuato, que en Tacámbaro, Mich.

4. Qué parte de la colección era conocida.

Esta serie de sones, cantos y jarabes que acabo de enumerar era co-
nocida, más o menos en un 50% ; pero sin mencionar la fuente de origen.
Don Rubén M. Campos, en su obra El Folklore y la Música Mexicana
incluyó algo más de una treintena de ellos. La parte ilustrativa de la obra
ofrece los siguientes detalles: En la parte superior de la página se 1ee:
HA nuestros cancioneros ignorados." En el centro: "Cien Aires Naciona-
les para piano"; más abajo: "Melodías populares intactas" y todavía al
pie, con el objeto de aclarar que los cantos fueron expresamente arreglados
pal'a este trabajo se lee: "Propiedad artística de las armonizaciones ase-
gurada." 19
Las piezas tomadas a la colección de don Clemente Aguirre pueden
identificarse comparándolas con la obra del señor Campos, pues casi en
su totalidad conservan la tonalidad original, unas cuantas se encuentran
transportadas a la octava superior o a la inferior. Hay casos en que ras
Voces cambian de lugar y unas cuantas han sido utilizadas sólo en parte.
Es seguro que el señor Campos aprovechó la Colección de Aguirre, pues

17 Ríos Toledano, Miguel. Treinta Jarabes.


18 Murguía, M. Co[ecdón de 23 Jarabes Mexicanos.
19 Campos, Rubén M. El Folklore y la Música Mexicana. Investig:lción acerca
de la cultura musical en México. 1525-1925. Obra integrada con 100 sones, jarabes
y canciones del Folklore musical mexicano, cuyas melodías están intactas. Ilustracio-
nes de tipos y paisajes pintorescos de antaño y retratos de músicos mexicanos. Publi-
caciones de la Secretaría de Educación Pública. Talleres Gráficos de la N ación.
México, 1928, pp. 237-327.

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publica los sories: "El catdn" y "El borrachento", de Vicente Cordero,


variando el nombre del segundo por "El borrachito."
Igual cosa sucede con "El Lagartijo", cuyo título cambia por el de
"La Lagartija." Del primer jarabe tapatlo toma "El Mosquito" y "El Aire
suriano"; pero les atribuye como lugar de origen el Estado de Guerrero.
La canción de "La Casada". anónima en Aguirre, en Campos es atribuída
a Vicente Cordero; mas siendo el colector de estos cantos de la región del
Bajío es posibJe que conociera realmente el nombre del autor. En com-
pensación comparando las dos colecciones es posible suponer que Campos
haya conocido algún otro ejemplar de la colección de Aguirre, porque
mientras en ésta aparecen sólo cinco danzas de los antiguos aztecas, Cam-
pos, siguiendo la serie en números romanos pone ocho, de las cuales coin-
ciden las cuatro primeras, la v de Campos es "La Sonaja", la VI es "El
Ma]acate", la VII "El Tubero" y la YIII es la V de Aguirre.
Por último, el número 53 de esta colección aparece en Campos con
el 63: "Las Mañanitas costeñas", como procedentes de N ayarit. Este
ejemplo corrobora la fecha que he supuesto para esta colección, pues el
coronel Balbontín, en su novela Tulitos la pelona, que se desarrolla a
mediados del siglo, incluye una parodia de este canto. 20

5. Las novedades que ofrece al investigador.

Descontando las treinta y tantas melodías que utilizó' don Rubén M.


Campos, cuyo por ciento nos convence de que tuvo a la vista la obra de
don Clemente Aguirre, quedan aún desconocidos otros muchos cantos
típicamente de Jalisco que conviene enumerar aquí: 2: "El Tanto y tanto";
9: "El Matacán"; 10: "Las Maravillas"; 13: "Los Huajes"; 15: "El
Moreno"; 16: "El Apache"; 17: "El Cihualteco"; 25: "El Carbonero";
27: "El Perico", con ritmo inicial inverso; 28: "El Toro"; 31: "E! Ro-
rro"; 34: "Los Mecos"; 35: "Los Fríos"; 36: "El Juan Lanas"; 52:
"El Borrachito". (Ando borracho, me ando cayendo); 54: "Los Papa-
quis H ; 55: "La Sinfonía de Balona"; 56: "Quiéreme, chata"; 57: "La
Paloma blanca"; 58: "María Facica" y 59: "La rosa morada."
Pero la aportación más importante en mi concepto la constituyen los
cuatro jarabes bien definidos, de los cuales, descontando el segundo, cu-

20 Balbontín. Manuel. Tvlitas la pelona. Novela Militar. México Antigua Im-


prenta de Murguía. 1893, pp. 5-6.

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yos once números son de todos conocidos, los otros tres entregan una
fisonomía típica y característica de Jalisco. Del primero, formado de cin-
co números: "El Mosquito", "Los Mecos", "Los Fríos", ¡'El Juan Lanas"
y "El Aire suriano", sólo el tercero aparecía entre los Aires Nacionales
de Zacatecas. 21 La letrilla de "El Juan Lanas" 22 circulaba impresa por
los años de 1840, 23 se hallaba en el más completo olvido; pero la mejor
aportación a los estudios actuales, estriba en el Jarabe Corriente, presentado
en su integridad, el cual podemos analizar someramente así:
Principia con un fandango breve, sigue con el descanso que dice:

"De esos dos que andan bailando a ninguno desajero ... "

y continúa con un tango de dos partes, seguido de un paseo; reaparece


la segunda frase del tango desarrollada para dar lugar a la introducción de
"El Palomo", con sus dos partes y semicadencia que permite la entrada
de una doble coda, la segunda parte de la cual es el fandango inicial.
Concluye con el estribillo típico de este baile:

"Si COulO no traigo, ojalá y trajera


cuartilla en la mano, la mitad le diera."

Este trabajo vindica para don Clemente Aguirre el mérito de haber


reunido desde sus años mozos esta colección de cantos jaliscienses los
cuales entregando el perfil neto de la música de la provincia, vuelve a
hacer de esta región musical el arquetipo de nuestra música nacional la
que, por serlo, incorpora nuestra lírica a la corriente universal.

21 Mendoza, Vicente T. y Rodríguez Rivera, Virginia. Folklore de San Pedro


Piedra Gorda, Zac. Instituto Nacional de las BeBas Artes. México, 1952. Aires Na~
cionalcs, p. 150.
22 Mendoza, Vicente T. El Alumbramiento en el México de Anla1io ,.. Hoga¡io.
Vol. n, Proceedings of the 29th International Congress oí Americanists (The Uni-
versityoí Chicago Press, 1952), pp. 316-25.
23 Versos de Juan Lanas. Hoja suelta impresa. Colección del seiíor licenciado
José Miguel Quintana. Imprenta de Rivera. México, 1840.

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DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.1953.21.554

Retrato del Proí. don Clemente Aguirre. (Cortcsía de don Juan n. Tguiiliz.)

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DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.1953.21.554

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