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I.

INTRODUCCION
1. PRESENTACION

Cuando el cuerpo come, descompone los alimentos en una forma que puede utilizar
para producir y nutrir células y suministrar energía. Este proceso se llama digestión.
El sistema digestivo es una serie de órganos huecos unidos en un tubo largo y
retorcido. Comienza en la boca y se extiende hasta el ano, e incluye el esófago, el
estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. El hígado, la vesícula y el
páncreas también participan. Estos tres órganos producen jugos que ayudan en el
proceso de la digestión.
Existen muchos tipos de trastornos digestivos. Los síntomas varían ampliamente
dependiendo del problema.

La función del Aparato Digestivo es la transformación de las complejas moléculas de


los alimentos en sustancias simples y fácilmente utilizables por el organismo.

Estos compuestos nutritivos simples son absorbidos por las vellosidades intestinales,


que tapizan el intestino delgado. Así pues, pasan a la sangre y nutren todas y cada
una de las células del organismo

Desde la boca hasta el ano, el tubo digestivo mide unos once metros de longitud. En
la boca ya empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y las
secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su descomposición
química. Luego, en la deglución, el bolo alimenticio cruza la faringe, sigue por
el esófago y llega al estómago, una bolsa muscular de litro y medio de capacidad,
cuya mucosa secreta el potente jugo gástrico, en el estómago, el alimento es agitado
hasta convertirse en una papilla llamada quimo. Pulsa aquí para ver un buen dibujo.

A la salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino delgado, de


unos siete metros de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo. En su primera
porción o duodeno recibe secreciones de las glándulas intestinales, la bilis y los
jugos del páncreas. Todas estas secreciones contienen una gran cantidad de

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enzimas que degradan los alimentos y los transforman en sustancias solubles
simples.

El tubo digestivo continúa por el intestino grueso, de algo más de metro y medio de
longitud. Su porción final es el recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al
exterior los restos indigeribles de los alimentos.
Cuando el cuerpo come, descompone los alimentos en una forma que puede utilizar
para producir y nutrir células y suministrar energía. Este proceso se llama digestión.
El sistema digestivo es una serie de órganos huecos unidos en un tubo largo y
retorcido. Comienza en la boca y se extiende hasta el ano, e incluye el esófago, el
estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. El hígado, la vesícula y el
páncreas también participan. Estos tres órganos producen jugos que ayudan en el
proceso de la digestión.
Existen muchos tipos de trastornos digestivos. Los síntomas varían ampliamente
dependiendo del problema.

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2. OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL

Mostrar todas las enfermedades del aparato digestivo, para concientizar a las
personas sobre la importancia de la alimentación que uno debe adquirir para
evitar las enfermedades en el aparato digestivo, para temer una mejor calidad de
vida.

2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS


 Buscar información específica sobre las enfermedades del aparato
digestivo.
 Difundir información referente a una buena alimentación.
 Promover la prevención de las enfermedades digestivas.

3. JUSTIFICACION
El presente trabajo de investigación surge por la necesidad de orientar a las
personas sobre las enfermedades del aparato digestivo ya que en la actualidad
vemos que no se da mucha importancia a la alimentación y las formas en que
vamos consumiendo a diario en nuestros hogares los diferentes productos que
dañan nuestra salud, sin darnos cuenta que estamos dañando y poniendo en
riesgo nuestro organismo.
La importancia del aparato digestivo en la salud se debe a la relación éste que
mantiene con el funcionamiento correcto de los demás sistemas y del organismo.

Cuando nuestro aparato digestivo, especialmente el intestino, tiene alguna


alteración de las Condiciones Físicas que requiere para hacer sus funciones
óptimamente, devienen los desequilibrios del cuerpo, que llamamos
enfermedades.

Por el contrario, si mantenemos nuestro tubo digestivo en óptimas condiciones,


todos los demás sistemas trabajarán óptimamente.

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II. DESARROLLO TEORICO

1. Sistema digestivo
El aparato digestivo es un conjunto de órganos que recorren el interior del cuerpo
humano y cuyo objetivo fundamental es la nutrición. Son órganos muy diferentes
entre sí en cuanto a forma y funciones. Podemos hablar de un tubo digestivo (desde
la boca al ano) por donde pasan los alimentos, y deglándulas asociadas a dicho tubo:
las más importantes son el hígado y el páncreas.

La nutrición es el proceso por el cual conseguimos moléculas y sustancias que nos


proporcionan energía necesaria para realizar funciones vitales (respirar, pensar,
caminar, etc.) y también para mantener y construir las estructuras de nuestro
organismo (especialmente en la etapa de crecimiento donde se necesitan altas
cantidades de nutrientes). El aparato digestivo facilita la nutrición porque lleva a cabo
la digestión de los alimentos y bebidas que tomamos. Este proceso consiste en
dividir los alimentos en pequeñas moléculas que son fácilmente absorbidas en el
intestino y transportadas en la sangre. Otra función del aparato digestivo es la
excreción en forma de heces de los productos que no pueden ser digeridos y por ello
son inútiles para nuestro organismo.

1.1. Estructura del tubo digestivo

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Capas del tubo digestivo

1. Epitelio de la mucosa 10. plexo submucoso de Meissner


2. Lámina propia de la mucosa 11. Vena
3. Músculos de la mucosa, muscularis 12. Músculo circular
mucosae 13. Músculo longitudinal
4. Lumen 14. Tejido conectivo areolar
5. Tejido linfático 15. Epitelio
6. Conducto de la glándula fuera del 16. Plexo mientérico de Auerbach
tubo 17. Nervio
7. Glándula en mucosa 18. Arteria
8. Submucosa 19. Mesenterio
9. Glándula en submucosa

El tubo digestivo, es un órgano llamado también conducto alimentario o tracto


gastrointestinal, presenta una sistematización prototípica, comienza en la boca y se
extiende hasta el ano. Su longitud en el hombre es de 10 a 12 metros, siendo seis o
siete veces la longitud total del cuerpo.

En su trayecto a lo largo del tronco del cuerpo, discurre por delante de la columna
vertebral. Comienza en la cara, desciende luego por el cuello, atraviesa las tres
grandes cavidades del cuerpo: torácica, abdominal y pélvica. En el cuello está en
relación con el conducto respiratorio, en el tórax se sitúa en elmediastino posterior
entre los dos pulmones y el corazón, y en elabdomen y pelvis se relaciona con los
diferentes órganos delaparato genitourinario.

El tubo digestivo procede embriológicamente del endodermo, al igual que el aparato


respiratorio. El tubo digestivo y las glándulas anexas (glándulas
salivales, hígado y páncreas), forman el aparato digestivo.

Los plexos submucoso y mientérico constituyen el sistema nervioso entérico que se


distribuye a lo largo de todo el tubo digestivo, desde el esófago hasta el ano.

Por debajo del diafragma, existe una cuarta capa llamada serosa, formada por
el peritoneo.

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El bolo alimenticio pasa a través del tubo digestivo y se desplaza así, con ayuda
tanto de secreciones como demovimiento peristáltico que es la elongación o
estiramiento de las fibras longitudinales y el movimiento para afuera y hacia adentro
de las fibras circulares. A través de éstos el bolo alimenticio puede llegar a la válvula
cardial que conecta directamente con el estómago.

Si el nivel de corte es favorable, se pueden ver los mesos. El peritoneo puede


presentar subserosa desarrollada, en especial en la zona del intestino grueso, donde
aparecen los apéndices epiploicos.

Según el sector del tubo digestivo, la capa muscular de la mucosa puede tener solo
músculo longitudinal o longitudinal y circular.

La mucosa puede presentar criptas y vellosidades, la submucosa puede presentar


pliegues permanentes o pliegues funcionales. El pliegue funcional de la submucosa
es posible de estirar, no así la válvula connivente.

El grosor de la pared cambia según el lugar anatómico, al igual que la superficie, que
puede ser lisa o no. El epitelio que puede presentarse es un plano pluriestratificado
no cornificado o un prismático simple con microvellosidades.

En las criptas de la mucosa desembocan glándulas. Éstas pueden ser de la mucosa


o de la submucosa. En tanto, una vellosidad es el solevantamiento permanente de la
mucosa. Si el pliegue es acompañado por la submucosa, entonces el pliegue es de
la submucosa.

El pliegue de la mucosa y submucosa es llamado válvula connivente o pliegue de


Kerckring. La válvula connivente puede mantener la presencia de vellosidades. La
válvula connivente es perpendicular al tubo digestivo, y solo se presenta en
el intestino delgado.

1.2. Descripción anatómica del sistema digestivo


1.2.1. Esófago

El esófago es un conducto o músculo membranoso que se extiende desde la faringe


hasta el estómago. De los incisivos al cardias (porción donde el esófago se continúa
con el estómago) hay unos 40 cm. El esófago empieza en el cuello, atraviesa todo

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el tórax y pasa al abdomen a través del orificio esofágico del diafragma.
Habitualmente es una cavidad virtual (es decir que sus paredes se encuentran
unidas y solo se abren cuando pasa el bolo alimenticio). El esófago alcanza a medir
25 cm y tiene una estructura formada por dos capas de músculos, que permiten la
contracción y relajación en sentido descendente del esófago. Estas ondas reciben el
nombre de movimientos peristálticos y son las que provocan el avance del alimento
hacia el estómago. Es solo una zona de paso del bolo alimenticio, y es la unión de
distintos orificios, el bucal, el nasal, los oídos y la laringe.

1.2.2. Estómago

El estómago es un órgano en el que se acumula comida. Varía de forma según el


estado de repleción (cantidad de contenido alimenticio presente en la cavidad
gástrica) en que se halla, habitualmente tiene forma de "J". Consta de varias partes
que son: fundus, cuerpo, antro y píloro. Su borde menos extenso se denomina
curvatura menor y la otra, curvatura mayor. El cardias es el límite entre el esófago y
el estómago y el píloro es el límite entre el estómago y el intestino delgado. En un
individuo mide aproximadamente 25 cm del cardias al píloro y el diámetro transverso
es de 12 cm.

Es el encargado de hacer la transformación química ya que los jugos


gástricos transforman el bolo alimenticio que anteriormente había sido transformado
mecánicamente (desde la boca).

En su interior encontramos principalmente dos tipos de células, las células parietales,


las cuales secretan el ácido clorhídrico (HCl) y el factor intrínseco,
una glucoproteína utilizada en la absorción de vitamina B12  en el intestino delgado;
además contiene las células principales u Oxínticas las cuales
secretan pepsinógeno, precursor enzimáticoque se activa con el HCl formando
3 pepsinas cada uno.

1.2.3. Intestino delgado

El intestino delgado comienza en el duodeno (tras el píloro) y termina en la válvula


ileocecal, por la que se une a la primera parte del intestino grueso. Su longitud es

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variable y su calibre disminuye progresivamente desde su origen hasta la válvula
ileocecal y mide de 6 a 7 metros de longitud y de 2.5 a 3 cm de diámetro.

En el intestino delgado se absorben los nutrientes de los alimentos ya digeridos. El


tubo está repleto de vellosidades que amplían la superficie de absorción.

El duodeno, que forma parte del intestino delgado, mide unos 25-30 cm de longitud;
el intestino delgado consta de una parte próxima o yeyuno y una distal o íleon; el
límite entre las dos porciones no es muy aparente. El duodeno se une al yeyuno
después de los 30 cm a partir del píloro.

1.2.4. Intestino grueso

El intestino grueso se inicia a partir de la válvula ileocecal en un fondo de saco


denominado ciego de donde sale elapéndice vermiforme y termina en el recto. Desde
el ciego al recto describe una serie de curvas, formando un marco en cuyo centro
están las asas del yeyuno íleon. Su longitud es variable, entre 120 y 160  cm, y su
calibre disminuye progresivamente, siendo la porción más estrecha la región donde
se une con el recto o unión rectosigmoidea donde su diámetro no suele sobrepasar
los 3 cm, mientras que el ciego es de 6 o 7 cm.

Tras el ciego, la del intestino grueso es denominada como colon ascendente con una
longitud de 15 cm, para dar origen a la tercera porción que es el colon transverso con
una longitud media de 50 cm, originándose una cuarta porción que es el colon
descendente con 10 cm de longitud. Por último se diferencia el colon sigmoideo,
recto yano. El recto es la parte terminal del tubo digestivo.

1.3. Órganos anexos del sistema digestivo

1.3.1. Páncreas

Es una glándula íntimamente relacionada con el duodeno, es de origen mixto,


segrega hormonas a la sangre para controlar los azúcares y jugo pancreático que se
vierte al intestino a través del conducto pancreático, e interviene y facilita la digestión,
sus secreciones son de gran importancia en la digestión de los alimentos.

1.3.2. Hígado

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El hígado es la mayor víscera del cuerpo. Pesa 1500 gramos. Consta de cuatro
lóbulos, derecho, izquierdo, cuadrado y caudado; los cuales a su vez se dividen en
segmentos. Las vías biliares son las vías excretoras del hígado, por ellas la bilis es
conducida al duodeno. Normalmente salen dos conductos: derecho e izquierdo, que
confluyen entre sí formando un conducto único. El conducto hepático, recibe un
conducto más fino, el conducto cístico, que proviene de la vesícula biliar alojada en la
cara visceral de hígado. De la reunión de los conductos císticos y el hepático se
forma el colédoco, que desciende al duodeno, en el que desemboca junto con el
conducto excretor del páncreas. La vesícula biliar es una víscera hueca pequeña. Su
función es la de almacenar y concentrar la bilis segregada por el hígado, hasta ser
requerida por los procesos de la digestión. En este momento se contrae y expulsa la
bilis concentrada hacia el duodeno. Es de forma ovalada o ligeramente piriforme y
su diámetro mayor es de unos 5 a 8 cm.

1.3.3. Bazo

El bazo es un órgano de tipo parenquimatoso, aplanado, oblongo y muy friable,


situado en el cuadrante superior izquierdo de la cavidad abdominal, relacionado con
el páncreas, el diafragma y el riñón izquierdo. Aunque su tamaño varía de unas
personas a otras suele tener una longitud de 12 cm, una anchura de 8 cm y un
grosor de 4 cm así como un peso de 200 g aproximadamente. Su función principal es
la destrucción de células sanguíneas rojas viejas, producir algunas nuevas y
mantener una reserva de sangre. Forma parte del sistema linfático y es el centro de
actividad del sistema inmune.

1.4. Enfermedades del aparato digestivo

1.4.1. Dolor abdominal

El dolor puede presentarse en cualquier parte del aparato digestivo, desde la boca o
garganta hasta la pelvis y el recto. A veces, el dolor indica un problema leve como
ingerir alimentos en exceso.

1.4.2. Dispepsia

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Digestión difícil o dolorosa, resultado del fallo de alguna fase del proceso normal
digestivo. Su origen puede estar en un trastorno físico o emocional. Las causas
físicas son gastritis, úlceras, o inflamaciones de la vesícula biliar. Los síntomas
pueden ser: sensación de pesadez en la boca del estómago, gases,
estreñimiento, diarrea, náuseas, o ardores. Las molestias se pueden acompañar de
cefaleas o mareos.

1.4.3. Indigestión y Acidez

La indigestión es un término común que se utiliza para describir molestias físicas del
tracto gastrointestinal superior, asociadas con la ingestión de alimentos sólidos o
líquidos. Los síntomas son: ardores o acedías, acidez, eructos, distensión gaseosa,
flatulencia, sensación de plenitud, presión, náuseas y vómitos.

La acidez se produce porque el esfínter (banda circular de músculos en el extremo


inferior dl estómago), no cierra normalmente el extremo superior del estómago,
permitiendo que el ácido del estómago pueda ascender al esófago y provocar
irritación.

Son varios los factores que causan la acidez. El sobrepeso hace que haya presión
excesiva en el abdomen. Los alimentos grasos o condimentados, bebidas
alcohólicas, cafeína, menta, chocolate, nicotina, jugos cítricos y tomate relajan el
esfínter o irritan el esófago. Comer en exceso o acostarse después de comer
también pueden facilitar el reflujo ácido.

1.4.4. Dolor Cólico

Dolor abdominal agudo; es un síntoma de distintos trastornos. Cuando es de origen


intestinal, se caracteriza por contracciones espasmódicas e irregulares de las fibras
musculares del intestino. Con frecuencia los cólicos intestinales se deben a infección,
obstrucción, ingestión de alimentos irritantes, o fármaco-laxantes. Se sabe poco
sobre la etiología de los cólicos del lactante, aunque se sospecha que su origen está
en los gases y trastornos de la digestión. El cólico renal se produce por el paso de

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un cálculo, o piedra, desde el riñón, a través del uréter, hasta la vejiga urinaria; este
descenso es muy doloroso. El cólico biliar es consecuencia del paso de un cálculo
biliar, desde la vesícula biliar hacia los conductos biliares. Los síntomas del cólico se
confunden con frecuencia con los de la apendicitis y la peritonitis.

1.4.5. Estreñimiento

Desde un punto de vista médico, el estreñimiento es la evacuación de excremento


endurecido menos de 3 veces por semana. Asimismo, es posible experimentar
distensión abdominal, y a veces, molestias de contracción abdominal.

El estreñimiento es un síntoma, no una enfermedad. Al igual que la fiebre, este


problema puede ocurrir cuando uno de muchos factores disminuyen la velocidad de
tránsito de los alimentos del intestino grueso. Entre estos factores se incluyen la
ingestión insuficiente de líquidos, dieta inadecuada, hábitos de defecación
irregulares, edad, falta de actividad, embarazo y enfermedades, tales como cáncer,
trastornos hormonales, enfermedades cardíacas o insuficiencia renal. Además,
diversos medicamentos pueden causar estreñimiento.

Aunque el estreñimiento puede ser molesto, la situación en sí rara vez es grave. Sin
embargo, en caso de persistir puede originar complicaciones, como las hemorroides
y grietas en al ano, comúnmente llamadas fisuras.

1.4.6. Diarrea

Alteración del ritmo intestinal que se acompaña de deposiciones semilíquidas. Se


trata en general de un proceso transitorio cuya causa más frecuente son las
infecciones víricas o bacterianas. También puede ser producida por la toma de
sustancias tóxicas que lesionan el intestino, por situaciones de tensión emocional o
por estados nerviosos alterados. Procesos inflamatorios intestinales como la enteritis,
la colitis, el cólera, la fiebre tifoidea, la disentería bacilar o amebiana, o las
parasitaciones intestinales por gusanos pueden producir cuadros diarreicos de

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larga evolución. La pérdida de líquidos en este proceso puede producir
deshidratación y shock, que son a veces graves en los niños pequeños.

La diarrea infecciosa es muy contagiosa. Es factible contraer una infección viral por
contacto directo con una persona infectada. Los alimentos y agua contaminados con
bacterias y parásitos también pueden diseminar las infecciones diarreicas.

1.4.7. Flatulencia

Presencia de cantidades excesivas de gas en el estómago o en el intestino.

La mayor parte del gas presente en el estómago está constituido por nitrógeno
y oxígeno atmosféricos, que han sido ingeridos por el individuo. El nitrógeno no se
puede absorber y queda libre en el intestino. Dentro del intestino se forman otros
gases adicionales, sobre todo dióxido de carbono, metano e hidrógeno. El dióxido de
carbono se produce por fermentación y se absorbe en gran parte. Los otros gases se
producen por la digestión incompleta de alimentos ricos en almidón o en celulosa,
como las legumbres o las coles. Estos gases son expelidos al exterior desde el recto
en forma de flato. El olor desagradable del flato es producido por varios compuestos
azufrados, sobre todo por tioles. Los tioles son alcoholes en los que el átomo de
oxígeno ha sido reemplazado por un átomo de azufre. La presencia de grandes
cantidades de gas en el estómago o en el intestino pueden originar distensión y
dolor.

Las hernias inguinales causan problemas al realizar esfuerzos intensos o al


comprimir la masa abdominal (toser, defecación, etc.): aumentan de tamaño
progresivamente y producen un dolor moderado. Las hernias intraabdominales son
dolorosas. Las hernias se consideran reducibles cuando desaparecen de forma
espontánea o con una suave presión y manipulación externa. En esta situación
pueden tratarse, en los ancianos, mediante reducción y mantenimiento con un
braguero inguinal (estructura ortopédica para contener las hernias). En los pacientes
jóvenes el tratamiento es quirúrgico. Cuando una hernia no puede reducirse se
denomina incarcerada; suelen ser dolorosas y deben ser operadas. Si la presión

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dentro de la hernia o un "arrollamiento" de su contenido obstruyen el flujo sanguíneo
a las estructuras herniadas, la hernia se llama estrangulada; es muy dolorosa,
constituye una urgencia quirúrgica, pues en pocas horas conduce a la gangrena de
los tejidos de la hernia. La cirugía busca reducir la hernia y reforzar la pared de la
cavidad con suturas o mallas sintéticas.

1.4.8. Cálculos

Concreción formada en el cuerpo, principalmente en la vesícula biliar o en el tracto


urinario.

La mayoría de los cálculos biliares no se acompañan de síntomas. Los cálculos que


bloquean los conductos que conectan la vesícula biliar con el hígado y el intestino
delgado pueden ser muy doloroso y potencialmente peligrosos.

La vesícula biliar almacena bilis, líquido digestivo que se produce en el hígado. La


bilis se transporta al intestino delgado y ayuda a la digestión e las grasas. La vesícula
biliar sana posee cantidades equilibradas de ácidos biliares y colesterol. Los cálculos
biliares suelen formarse cuando se eleva la concentración de colesterol.

Los cálculos biliares pueden producir dolor intenso y repentino hasta de varias
oradse duración. Es usual que el dolor se inicie después de comer. Comienza en la
parte superior derecha del abdomen y puede desplazarse a la espalda o al hombro
derecho. A veces, se acompaña de fiebre y náuseas. Al ceder el dolor, persiste una
sensación de malestar leve en la porción superior derecha del abdomen. Cuando un
cálculo bloque los conductos biliares, la piel y la blanca de los ojos suelen tornarse
amarillentas (intericia). También son posibles la aparición de fiebre o la evacuación
de heces pálidas, similares a la arcilla.

El 20% de los cálculos biliares son de bilirrubina y el 80% de colesterol o mixtos. Los
primeros son más frecuentes en poblaciones asiáticas y rurales, y en personas que
padecen enfermedades hemolíticas o cirrosis alcohólica. Los de colesterol son más

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frecuentes en occidentales, obesos, mujeres, dietas de adelgazamiento y uso de
fármacos hipolipemiantes.

1.4.9. Abdomen Agudo

Situación clínica que se presenta como una molestia abdominal aguda, cuyo síntoma
principal es el dolor, que sugiere una enfermedad que pone en peligro la vida del
enfermo y que, por este motivo, casi siempre debe resolverse mediante una
intervención quirúrgica de urgencia. Por tanto, los dos factores fundamentales a
destacar en este cuadro clínico son la rapidez de la instauración del cuadro (proceso
agudo) y el hecho de que se trata de una situación que pone en peligro la vida de la
persona.

Cuando un médico se encuentra ante un paciente con un cuadro de abdomen agudo,


de una forma rápida y eficaz debe determinar si está o no indicado el tratamiento
quirúrgico. A veces resulta difícil, sobre todo teniendo en cuenta que muchas
situaciones se presentan con escasos signos que orienten hacia una irritación
peritoneal evidente y que, en un principio, sugieran la necesidad de considerar el
cuadro como quirúrgico.

Para comprender el cuadro clínico hay que seguir una serie de pasos que permitan
llegar a una orientación diagnóstica: la forma de inicio de las molestias, ya que si
éste es muy repentino y de gran intensidad hará pensar en un cuadro grave y
probablemente de solución quirúrgica; la duración y el tipo de dolor, pues los dolores
de tipo cólico (oscilantes y episódicos) indican un cuadro de obstrucción,
inflamación o alteraciones de la motilidad de una visera hueca; la intermitencia del
dolor; la localización; la irradiación; así como qué factores alivian o agravan el dolor.
El aspecto de las heces y la sintomatología que acompaña al dolor, como la fiebre,
los vómitos o el hipo, resultan también importantes en el establecimiento
del diagnóstico.

Las causas más frecuentes de abdomen agudo en un adulto son los cólicos biliares o
colecistitis agudas, las pancreatitis agudas, las apendicitis agudas (la causa más

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frecuente en los niños), la obstrucción intestinal, la perforación de una víscera hueca
y la diverticulitis aguda.

1.4.10. Gastritis

Inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago. En la gastritis aguda se


producen erosiones de las células superficiales de la mucosa, formaciones nodulares
y a veces hemorragia de la pared gástrica. En la gastritis crónica se produce,
además, una transformación progresiva de la mucosa a tejido fibroso (cicatricial o
inflamatorio crónico). La enfermedad está acompañada por un descenso en la
velocidad del vaciado gástrico (experimentado por el paciente como digestiones
lentas o pesadas) y de pérdida de peso. Las causas más frecuentes de la gastritis
son el abuso del alcohol, el tabaco y las bebidas excitantes (café, té, refrescos de
cola), una secreción excesiva de ácido clorhídrico en el jugo gástrico, y varias
infecciones entre las que se encuentran la sífilis, la tuberculosis y algunas
infecciones fúngicas. Se ha demostrado recientemente que la bacteria Helicobacter
pylori está presente en la mucosa gástrica y duodenal hasta en el 80% de los
pacientes con gastritis y úlceras pépticas (de estómago o duodeno): este
descubrimiento ha revolucionado el tratamiento de estas enfermedades, hasta el
punto de que los antibióticos han pasado a ser uno de sus pilares básicos. El  estrés
psicológico también está implicado en el desarrollo de la gastritis.

1.4.11. Colon Irritable

También denominado síndrome del intestino irritable o colon espástico, proceso en el


que se alternan episodios de estreñimiento y diarrea, acompañados de intenso dolor
abdominal y una gran variedad de síntomas, de causa desconocida. Algunos casos
pueden tener su origen en una alteración del músculo liso del colon. De un 30% a un
50% de los pacientes que acuden a las consultas de gastroenterología
en Europa occidental podrían padecer esta enfermedad, que tiene una extensión
mundial. La 'diarrea' no es tal diarrea, puesto que no existe un aumento en
el volumen de las heces; el agua es absorbida con normalidad y en general no
aparece sangre con las deposiciones. Sí que puede aparecer mucosa en las heces, y
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existe la sensación subjetiva de que no ha habido una evacuación intestinal completa
tras la defecación. Las recaídas en este proceso se relacionan a menudo con el
estrés.

Algunas diarreas infecciosas (como las producidas por Shigella) pueden tener como


secuela la aparición de colon irritable una vez resuelta la infección, aunque no parece
que se produzca ninguna alteración permanente de la mucosa intestinal. Aunque no
se ha demostrado relación causal entre el síndrome del intestino irritable y la
cantidad de fibra en la dieta, algunos pacientes mejoran cuando se instituye una
dieta rica en fibra; otros pacientes mejoran con la reducción del contenido
de carbohidratos y la eliminación del pan blanco de la dieta.

1.4.12. Enteritis

Enfermedad inflamatoria del intestino. Se puede manifestar por dolor abdominal,


punzadas, fiebre, pérdida de apetito (anorexia), náuseas y diarrea. La enteritis
crónica por antonomasia es la llamada ileítis terminal o enfermedad de Crohn; se
trata de una enfermedad autoinmune que precisa de tratamiento inmunosupresor y a
veces de cirugía. Las enteritis agudas, aunque suelen ser poco duraderas, auto
limitadas y menos graves, son debilitantes, sobre todo en los niños y en los ancianos,
y en ocasiones llegan a poner en peligro la vida del enfermo por deshidratación
aguda. Las enteritis agudas pueden estar causadas por irritación química, alergias o
alteraciones emocionales; pero su causa más frecuente son las infecciones, bien
virales, más benignas, o bien bacterianas, como la fiebre tifoidea y la disentería.

1.4.13. Apendicitis

Inflamación aguda del apéndice vermicular, tubo de 1-2 cm de diámetro y de 5 a 15


cm de longitud con final en forma de fondo de saco y que nace del ciego (primera
porción del intestino grueso). El ciego, y por tanto el apéndice, están situados en el
cuadrante inferior derecho del abdomen. El apéndice, en el ser humano, es un resto
filogenético cuya función queda reducida a ser asiento de algunas formaciones de
tejido linfoide (encargado de las funciones inmunes); su extirpación no causa

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alteración patológica. La causa más habitual de la apendicitis es una infección de la
pared del apéndice; sin tratamiento, la infección acaba destruyendo la pared del
apéndice y perforándolo, y entonces el contenido intestinal se vierte en la cavidad
abdominal, originándose una peritonitis. La apendicitis es una enfermedad frecuente
en los adultos jóvenes, pero puede aparecer a cualquier edad. Sus síntomas típicos
son: dolor abdominal (especialmente en el cuadrante abdominal inferior derecho),
fiebre, náuseas y vómitos, estreñimiento y diarrea. El tratamiento consiste en la
extirpación quirúrgica del apéndice (apendicectomía).

1.4.14. Peritonitis

Inflamación de la membrana que tapiza la cavidad abdominal y los órganos


contenidos en ella. Suele ser una enfermedad aguda, causada por una infección
cuyo origen es una perforación intestinal, como la rotura del apéndice o de un
divertículo. También se puede deber a la presencia de sustancias irritantes, como
ácido gástrico procedente de una úlcera perforada, o bilis que proviene de la rotura
de la vesícula biliar o de la laceración del hígado. La peritonitis localizada se observa
con más frecuencia en la pelvis a partir de una infección de la trompa de Falopio o de
la rotura de un quiste ovárico. La peritonitis es a veces consecuencia del derrame de
pus en la cavidad abdominal procedente de la rotura de un absceso. Esto se produce
algunas veces tras cirugía intestinal con supuración de la herida quirúrgica, o a partir
de una herida por arma blanca que atraviesa la pared abdominal. En ocasiones, se
debe a una inflamación de la membrana peritoneal, como en el fracaso renal, la
fiebre reumática y el lupus eritematoso. El síntoma principal es un dolor abdominal
agudo que se agrava con los movimientos. Con frecuencia el paciente tiene náuseas
y vómitos, y está febril. Los casos graves de peritonitis aguda sin tratamiento suelen
ser mortales. El tratamiento está dirigido a la causa subyacente. Hay que administrar,
además, líquidos intravenosos y antibióticos.

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1.4.15. Hemorroides y Sangrado Rectal

Varicosidad (dilatación o aumento de tamaño) de una vena del plexo superficial del
recto o del ano. Las del recto son las hemorroides internas y las del ano las externas.
Las internas, cuando aumentan mucho de tamaño, pueden salir al exterior por el
orificio anal, e incluso estrangularse. Una hemorroide, como en cualquier varicosidad,
puede trombosarse: ésta es especialmente dolorosa.

Las hemorroides o almorranas producen, en ocasiones, picor, escozor o dolor en el


recto y en el ano y sangran con frecuencia. Los síntomas se agravan tras la
defecación, en especial con las heces duras. El sangrado crónico puede acabar
produciendo anemia.

Están relacionadas con el estreñimiento habitual y con las gestaciones. La vida


sedentaria y el estrés mental son factores agravantes. El tratamiento sintomático
comprende los supositorios y las pomadas astringentes antihemorroidales, los
corticoides (ambas sustancias con efecto antiinflamatorio local), la dieta rica en fibra
vegetal, los laxantes suaves y los baños de asiento (calientes o fríos según la fase).
Cuando el dolor no se controla con tratamiento médico se pueden eliminar las
hemorroides mediante cirugía, láser o esclerosis con nitrógeno líquido o con
inyección de sustancias esclerosantes.

Las hemorroides pueden producirse por el levantamiento de objetos de objetos


pesados, obesidad, embarazo, parto, estrés y diarrea. Este padecimiento al parecer
se trasmite en familias.

Además de las hemorroides, la hemorragia por el recto puede ocurrir por otras
razones, algunas de ellas graves. La expulsión de materia fecal seca y endurecida
lesiona el recubrimiento anal. Las infecciones del revestimiento del recto o las
diminutas grietas o desgarros en el revestimiento anal, llamadas fisuras anales,
constituyen otra posibilidad de sangrado rectal.

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Las heces fecales de color negro o marrón, o la sangre de color rojo brillante en
ellas, podrían reflejar hemorragias más extensa en otra parte del tubo digestivo.
Entre las causas de tal sangrado se incluyen pequeños sacos que sobresalen en el
interior del intestino grueso (llamados divertículos), úlceras, pequeñas excrecencias
denominados pólipos, cáncer y algunas enfermedades intestinales crónicas

A: Pólipo

B: Hemorroides

C: Fisura anal

1.4.16. Úlcera.

Inflamación superficial producida por la destrucción de la piel o de membrana


mucosa. Las úlceras de la piel pueden asociarse con diferentes enfermedades
crónicas, como la diabetes, trastornos cardiacos y renales, varices, sífilis, lepra,
tuberculosis y cáncer. Las úlceras gastrointestinales aparecen en la gastritis crónica,
colitis ulcerosa y fiebre tifoidea. Las úlceras pépticas o gastroduodenales son úlceras
del estómago (gástrica) o del intestino delgado (duodeno). Además del dolor
producido por la úlcera, éstas pueden dar lugar a complicaciones como la
hemorragia por erosión de un vaso sanguíneo importante, perforación de la pared del
estómago o intestino, con el resultado de peritonitis y obstrucción del tracto
gastrointestinal por espasmo o inflamación en la zona de la úlcera.

La causa directa de las úlceras pépticas es la destrucción de la mucosa gástrica o


intestinal por el ácido clorhídrico, que suele estar presente en los jugos digestivos del
estómago. Se cree que la infección por Helicobacter pylori tiene un papel importante
en la aparición de úlceras en estómago o duodeno. La lesión de la mucosa gástrica y
la alteración de la misma por fármacos, como los antiinflamatorios no esteroideos,
son también factores responsables en la formación de la úlcera. Otros factores
importantes en la formación y exacerbación de la úlcera duodenal son el exceso de
ácido clorhídrico, la predisposición genética, el abuso de tabaco y la tensión

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psicológica (véase Alteraciones producidas por el estrés) Se utilizan diferentes
medicamentos en el tratamiento de la úlcera. Los antiácidos son útiles para
neutralizar el exceso de ácido. Otros fármacos como la cimetidina y ranitidina
bloquean la acción de la histamina, que estimula la producción de ácido, y se ha
comprobado que inducen la curación de la úlcera en muchos pacientes. El omeprazol
inhibe la secreción de ácido al interferir con el mecanismo celular que lo bombea
hacia el estómago. Los compuestos de bismuto y los antibióticos pueden ser útiles
para erradicar la infección por Helicobacter pylori, aceleran la cicatrización y reducen
la tasa de recidivas. El sucralfato forma una capa protectora que cubre la mucosa del
estómago e intestino. El misoprostol es efectivo contra las úlceras gástricas
causadas por medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. El abandono del
tabaco también puede acelerar el proceso de cicatrización. Se deben evitar el alcohol
y la cafeína, aunque la dieta blanda no suele ser muy eficaz. En los casos más
graves es necesaria la cirugía.

1.4.17. Diverticulitis

Grupo de trastornos que afectan fundamentalmente al colon (intestino grueso), en el


que se produce la inflamación de pequeñas bolsas de membrana mucosa (el
revestimiento interior del intestino) que se proyectan hacia el exterior en áreas
débiles de la pared. Esas bolsas se llaman divertículos. Cuando los divertículos no
presentan complicaciones, el trastorno se conoce como diverticulosis y no produce
síntomas. Cuando los divertículos están asociados a espasmos en el intestino u otros
síntomas, el trastorno se conoce como enfermedad diverticular dolorosa. Cuando los
divertículos se inflaman, se conoce como diverticulitis.

La diverticulitis se produce cuando la abertura de un divertículo es bloqueada por


heces y el interior se inflama. Los síntomas que aparecen son dolor, sensibilidad y
fiebre. En los casos graves, se producen abscesos y a veces obstrucción del
intestino; en algunas ocasiones se forma un paso de material desde el colon hasta la
vesícula, la vagina o el intestino delgado. Esa conexión anormal recibe el nombre de

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fístula. Cuando una fístula permite que el contenido del intestino pase a la cavidad
abdominal, se produce una peritonitis.

1.4.18. Cirrosis

Enfermedad crónica del hígado que cursa con destrucción irreversible de las células
hepáticas. La cirrosis es la fase final de muchas enfermedades que afectan al
hígado. Se caracteriza por áreas de fibrosis (cicatriz) y muerte de los hepatocitos
(células hepáticas). Sus consecuencias principales son el fracaso de la función
hepática y el aumento de la presión sanguínea en la vena porta (que transporta la
sangre desde el estómago y tubo digestivo al hígado). En Europa occidental, el
alcohol y la hepatitis B son la causa principal de la cirrosis. En el Reino Unido, dos
tercios de los casos son debidos al alcohol; en países donde el consumo de alcohol
es menor (por ejemplo en los países islámicos), la incidencia de cirrosis disminuye de
forma paralela. Pacientes cuyo consumo de alcohol no alcanza el grado
de alcoholismo pueden padecer lesiones hepáticas producidas por el alcohol. Un
30% de los casos de cirrosis son de causa desconocida (podrían deberse a otras
hepatitis virales como la hepatitis C). El cáncer primitivo hepático puede ser una
complicación de la cirrosis hepática.

1.4.19. Hepatitis

Inflamación aguda del hígado. Puede ser producida por una infección, habitualmente
viral, por sustancias tóxicas o por fármacos. La sustancia tóxica que más daña el
hígado es el alcohol: la ingestión excesiva aguda produce una hepatitis aguda, y la
ingestión excesiva crónica produce en un primer momento un hígado graso, más
adelante una hepatitis crónica y, por último, una cirrosis alcohólica. Los fármacos de
eliminación o de metabolismo hepático pueden dañar los mecanismos bioquímicos
de los hepatocitos -células hepáticas- originando una hepatitis aguda farmacológica y
más adelante una hepatitis crónica similar a la de los tóxicos. Existen diferentes tipos
de hepatitis :

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-Hepatitis Virales: Los virus que infectan el hígado son de varios tipos. Algunos de
ellos inducen (no en todos los pacientes) inmunidad para toda la vida, pero sólo para
ese tipo de virus.

-Hepatitis A Se transmite por vía digestiva (manos, alimentos, agua o excreciones


contaminadas). Sus brotes se suelen producir en comedores públicos, en especial
durante la infancia. En algunos países (por ejemplo, en América Central) es
endémica: la padece toda la población (que por tanto está inmunizada a partir de la
infección aguda) y el visitante corre grave riesgo de contraer la enfermedad. Los
individuos con hepatitis A pueden contagiar la enfermedad a otras personas hasta
dos semanas antes de que aparezcan los síntomas. Además de las manifestaciones
generales propias de una hepatitis, como náuseas, fatiga e ictericia, la hepatitis A
puede cursar también con diarrea. No existe un tratamiento efectivo frente a la
hepatitis A. La mayoría de los enfermos se recuperan de la enfermedad sin secuelas,
aunque algunos pocos casos pueden requerir un trasplante hepático.

-Hepatitis B: Se transmite por contacto sexual y por vía placentaria (de la madre
al feto). También se transmite por sangre contaminada con el virus de la hepatitis
(Hepadnavirus) o productos que han estado en contacto con ella: transfusiones con
sangre no analizada (en la mayoría de los países es obligatorio comprobar la
ausencia del virus en la sangre), jeringas y agujas no estériles (debe usarse material
desechable), navajas de afeitar o rasurar, cepillos de dientes, y material odontológico
o quirúrgico no estéril. El virus se halla en casi todos los fluidos corporales de las
personas infectadas: saliva, lágrimas, semen, leche, líquido sinovial, etc. Todos estos
líquidos podrían llegar a ser infecciosos aunque mucho menos que el suero
sanguíneo; así, la saliva podría ser una vía de transmisión del virus de la hepatitis B,
aunque de escasa eficacia.

-Hepatitis C:El virus de la hepatitis C fue identificado en la década de 1980. Su vía de


transmisión es igual que la de la hepatitis B y hasta que fueron descubiertos sus
anticuerpos no fue posible detectar el virus en la sangre, por lo que su principal
mecanismo de contagio fue a través de transfusiones de sangre. Hoy en día todas

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las bolsas de sangre se comprueban para rechazar las que están infectadas por
hepatitis C. Algunos casos de hepatitis C se resuelven espontáneamente, pero el 80-
85% de los casos progresan a una hepatitis crónica, que en muchos casos no cursa
con síntomas por lo que la infección pasa inadvertida y sólo es detectada en
un análisis de rutina.

1.4.20. Cólera

Grave enfermedad infecciosa endémica en India y en ciertos países tropicales,


aunque pueden aparecer brotes en países de clima templado. Los síntomas del
cólera son la diarrea y la pérdida de líquidos y sales minerales en las heces. En los
casos graves hay una diarrea muy importante, con heces características en "agua de
arroz", vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en ocasiones, fallo circulatorio.

El organismo responsable de la enfermedad es la bacteria Vibrio cholerae. La única


forma de contagio es a través del agua y los alimentos contaminados por heces (en
las que se encuentra la bacteria) de enfermos de cólera. Por tanto, las medidas
de control sanitario son las únicas eficaces en la prevención de la enfermedad.

Algunos estudios experimentales han demostrado que la bacteria del cólera produce
una toxina que estimula la secreción de líquido por el intestino delgado. Esta toxina
es la causa de la gran pérdida de líquidos que se produce en el cólera. La búsqueda
de una vacuna más eficaz sigue dos líneas de investigación diferentes: utilizar una
toxina inactivada, o utilizar una vacuna de bacterias vivas atenuadas incapaces de
producir la toxina.

1.4.21. Fiebre Tifoidea

Enfermedad infecciosa aguda producida por el bacilo Salmonella typhi. Se contagia


por la leche, el agua o los alimentos contaminados por heces de enfermos o
portadores. Los portadores son personas sanas que sufren una infección
asintomática y excretan periódicamente el bacilo. El esquema de transmisión

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epidemiológica se puede simplificar con las siglas DAME (dedos, alimentos, moscas
y excretas).

El periodo de incubación varía de una a tres semanas. Las bacterias se acumulan en


el intestino delgado y de ahí pasan al torrente sanguíneo. La entrada en sangre de la
bacteria ocasiona los primeros síntomas: escalofríos, fiebre alta y postración. Los
enfermos presentan además cefaleas, tos, vómitos y diarrea. La enfermedad remite
de forma espontánea tras varias semanas en el 80% de los casos, pero en el 20%
restante se complica con septicemia, focos de infección salmonelósica a distancia
(neumonías, osteomielitis, abscesos hepáticos o cerebrales) o perforaciones de la
mucosa digestiva con la subsiguiente hemorragia. Estas complicaciones pueden
producir la muerte.

La incidencia de la enfermedad ha disminuido mucho con el análisis obligatorio de


los suministros de agua y leche, con la higienización del agua (mediante su
cloración) y con la pasteurización o esterilización de la leche (hoy en día es muy
frecuente el proceso UHT -ultra high temperature-, por el que la leche se calienta a
temperaturas muy altas durante un corto espacio de tiempo). Asimismo es esencial la
detección y tratamiento de los portadores de salmonellas, operación que debe ser
sistemática y obligatoria en todos los manipuladores de alimentos (personal de
hostelería, comedores públicos, etc.). También es muy importante la mejora continua
de los sistemas sanitarios de evacuación de heces y aguas residuales.

1.4.22. Disentería

Enfermedad aguda o crónica del intestino grueso humano. Se caracteriza por


deposiciones diarreicas acuosas de pequeño volumen, acompañadas con frecuencia
por sangre y moco, y dolores abdominales intensos. Se pueden producir úlceras en
las paredes intestinales. Cuando los gérmenes causantes atraviesan la pared
intestinal y pasan a la sangre, se produce además fiebre. Esta diarrea está producida
por la ameba Entamoeba histolytica o por bacilos del género Shigella.

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-Disentería Amebiana: Causada por el parásito (ameba) Entamoeba histolytica, es
endémica en muchos países tropicales, pero más debido a la falta de condiciones
higiénicas que al clima o al calor. Es el tipo de disentería más frecuente en Filipinas,
Indonesia y el Caribe, y se puede dar en algunos países de clima templado.

La disentería amebiana se transmite por el agua, por los alimentos frescos


contaminados y por los portadores humanos sanos. Las moscas pueden transportar
los quistes de ameba desde las heces de los enfermos hasta los alimentos. Cuando
la enfermedad se hace crónica las amebas traspasan la pared intestinal y colonizan
el hígado, formando abscesos hepáticos. En raras ocasiones se forman abscesos
amebianos en otras localizaciones. Si se deja evolucionar, puede llegar a producir la
muerte.

Para tratar la enfermedad se emplean varios fármacos: metronidazol, ementina y


preparados de yodo. Los abscesos hepáticos deben ser tratados mediante cirugía.

-Disentería Bacilar: Está producida por algunas especies no móviles de bacterias del
género Shigella. Esta forma de disentería también es más frecuente en las regiones
tropicales del planeta con higiene deficiente, pero, como es más contagiosa, se
producen brotes epidémicos en todo el mundo. Se trata de una diarrea autolimitada
que rara vez sobrepasa la afectación intestinal; no obstante, la enfermedad es grave,
especialmente en los niños y los ancianos. La disentería bacilar se propaga
por contaminación del agua y los alimentos. Las heces de los enfermos y de los
portadores sanos contienen grandes cantidades de bacterias. Las moscas
transportan las bacterias en sus patas, en su saliva y en sus heces, y las depositan
en los alimentos; al parecer las hormigas también pueden transmitir la enfermedad.

La enfermedad más grave que puede afectar al aparato digestivo, y que tiene una
alta tasa de mortalidad, es el cáncer.

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III. CONCLUSIONES
1. CONCLUSIONES

El aparato digestivo es un sistema fundamental dentro de nuestro cuerpo, ya que


en base a ella podemos desarrollar todos nuestros alimentos desde la boca hasta
el ano.

Las enfermedades en el sistema digestivo (incluso el cáncer), por lo general,


son producto de factores externos, tales como la alimentación e infecciones, con
lo cual, podemos deducir que la mayoría de las veces en las cuales ocurre una
anomalía es por producto de nuestro propio descuido y poca rigurosidad con
la higiene y la dieta. A l tener estos dados, podemos deducir que las
enfermedades no son casuales, y son evitables.

Muchas personas no tratan a su debido tiempo las afecciones al aparato


digestivo, y esto provoca que lo que al principio fue una simple molestia, se
convierta en una enfermedad grave, y muchísimo más complicada de sanar.

2. RECOMENDACIONES

Se debe inculcar una buena alimentación a los niños, jóvenes y adultos, para
que tengamos una buena salud.

Cuidar nuestro Aparato Digestivo es muy importante. Si comemos sanamente y


tomamos suficiente agua, ayudamos a que nuestro aparato funcione muy bien.
La importancia de comer bien y sanamente, conocer los hábitos de aseo y tomar
responsabilidad en el cuidado de nuestra salud, debido a que nuestras células
necesitan de una buena nutrición y alimentación para realizar sus funciones de
una manera efectiva y de este modo poder tener un cuerpo sano y fuerte.
Difundir la presente investigación para que las personas tomen conciencia sobre

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la importancia de la alimentación y de esta forma evitar las enfermedades
digestivas.
Que la presente Investigación sirva de motivación a las personas para que
profundicen el tema.
Profundizar el tema relacionando las enfermedades del aparato digestivo y la
alimentación.

IV. BIBLIOGRAFÍA

 Mearin, F; Montoro, MA (2012). «Síndrome de intestino irritable». En


Montoro Huguet MA y García Pagán JC, editores. Gastroenterología y
Hepatología. Problemas comunes en la práctica clínica. 
 http://www.catedu.es/biogeo3/33_enfermedades_del_aparato_digestivo.html
 https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/digestivediseases.html
 http://monografiasescolares.blogspot.com/2015/02/enfermedades-del-aparato-
digestivo.html
 http://www.monografias.com/trabajos4/enfermedad/enfermedad.shtml
 http://www.monografias.com/trabajos102/enfermedades-del-sistema-
digestivo/enfermedades-del-sistema-digestivo2.shtml

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V. ANEXOS

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