Tesina de Abad Concha

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UNIVERSIDAD PRIVADA

ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
PROGRAMA DE TITULACIÓN PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL


DE ABOGADO

“EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD EN LA CONCILIACIÓN EN EL


NUEVO PROCESO PENAL PERUANO”

AUTOR: Bach. KEYLA VIVIANA ABAD CONCHA


ASESOR: MS. OLEGARIO DAVID FLORIANVIGO

TRUJILLO – PERU
2007
A mis Padres, por su apoyo incondicional

que me ha permitido lograr mi objetivo.

A mi hermano por enseñarme que la vida

es una lucha constante.

2
AGRADECIMIENTO

A todas las personas que han

colaborado en la realización de este

trabajo

3
PRESENTACIÓN

El trabajo que presento a continuación se ha realizado con la finalidad de

hacer frente a la numerosa, pequeña y mediana criminalidad la cual tiene

implicancias en la eficacia de la administración de justicia. Por ello desde

1991 el legislador peruano se ha visto motivado a utilizar instrumentos de

política criminal con los que espera enfrentar este problema siendo estos: la

posibilidad del archivo por razones de oportunidad mediando el cumplimiento

de unas condiciones o mandatos, y la terminación anticipada del proceso.

Espero lograr responder a las expectativas puestas en mi persona y

que sepan dispensar los errores que en forma involuntaria se hubiesen

cometido ya que el presente trabajo se realizo con el fin que mi objetivo se

vea cumplido.

LA AUTORA.

4
ÍNDICE TEMÁTICO

DEDICATORIA 2
AGRADECIMIENTO 3
PRESENTACIÓN 4
INTRODUCCIÓN 7

CAPITULO I: EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN

2.JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 10

3.FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 14

3. OBJETIVO DE LA INVESTIGACION 13
3.1 OBJETIVO GENERAL

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 13

CAPITULO II: MARCO TEÓRICO – DOCTRINARIO 15


SUB CAPITULO I : LA CONCILIACIÓN EN LA LEGISLACIÓN
PERUANA 15
1.1 EL CONFLICTO 17
1.1.1 La Teoría del Conflicto 17
1.1.2 Fuentes del Conflicto 22
1.1.4. Formas de solución de conflictos 30
1.1.5 Medios alternativos de resolución de conflictos 34

1.2 LA CONCILIACIÓN

1.2.1 Conceptos generales 37

1.2.2 Diferencias entre la Conciliación y otros 43

1.2.3. Antecedentes Históricos 50

1.2.4. Tipos de Conciliación y normatividad legal 53

1.2.5. Conciliación Judicial y Extrajudicial en el Perú 54

5
1.2.6. Materias conciliables 59

SUB CAPITULO II

LA CONCILIACIÓN Y EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD

1. EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD 

62

1.1. CONCEPTOS GENERALES

62

1.1.1. Definiciones 65

1.1.2. El Principio de Oportunidad en el ámbito

Internacional. En la Legislación Alemana. 68

1.1.3. Fundamentos 77

1.1.4. Objetivos

1.1.5. El Principio de Oportunidad en el Código Procesal 80

1.2 MARCO LEGAL PARA LA APLICACIÓN DEL

PRINCIPIO OPORTUNIDAD 88

CAPITULO III

MARCO METODOLOGICO

(Aca se tiene que poner todos los métodos utilizados, esto

lo copia de su proyecto)

6
CONCLUSIONES 103

RECOMENDACIONES 105

BIBLIOGRAFÍA 106

7
INTRODUCCIÓN

El objeto de esta tesina se circunscribe a la aplicación del principio de

oportunidad en la conciliación en el nuevo proceso penal peruano la misma

que será facultativa en relación a las controversias relativas a la cuantía de

la reparación civil derivada de la comisión de delitos o faltas que no hubiere

sido fijada por resolución judicial firme.

En nuestro ordenamiento procesal penal el trámite para la aplicación del

Principio de Oportunidad se da cuando el Fiscal Penal, al tomar

conocimiento de la comisión de un hecho ilícito considere que el mismo

constituye delito, que existe documentación sustentatoria suficiente, así

como causa probable de imputación penal, y que el hecho se encuentra

dentro de los supuestos establecidos por el artículo 2° del C.P.C, emitirá

resolución motivada, declarando la pertinencia para la aplicación del

Principio de Oportunidad, citando a las partes (imputado, agraviado y tercero

civilmente responsable, de ser el caso), a efectos de propiciar un acuerdo

conciliatorio respecto al monto y forma de pago de la reparación civil.

Adoptándose, supletoriamente, los plazos establecidos en el Reglamento, a

diferencia del cual, ya no se requiere citar previamente al imputado para que

8
preste declaración, pues su consentimiento se recabará en la misma

Audiencia.

A su vez, en ésta instancia existe una problemática particular aún no

identificada por el legislador, la misma que será objeto del presente estudio,

incidiendo con mayor énfasis en los mecanismos conciliatorios que se

desarrollan necesariamente previos a la aplicación de este principio.

Con el ánimo de aportar al estudio de esta problemática se presenta

esta tesina bajo el título " El Principio de Oportunidad y La Conciliación en el

Nuevo Proceso Penal Peruano", en cuyos capítulos se pretende establecer

los fundamentos teóricos, situación actual, problemática particular y posibles

soluciones.

En efecto, en el primer capítulo denominado aspectos metodológicos

se efectúa el correspondiente planteamiento del problema.

En el capítulo II denominado Marco teórico - Doctrinario, se estudia

con cierto detenimiento en primer lugar la Conciliación en la Legislación

Peruana, detallando lo referente al Conflicto y los aspectos fundamentales

de la Conciliación. En segundo lugar, se ofrece un análisis de los conceptos

correspondientes al Ministerio Público, las facultades del Fiscal y la

Investigación Preliminar y asimismo se hace un estudio de los principales

aspectos del proceso penal peruano.

9
Para ello se recurre a diferentes fuentes de información: libros y

revistas especializadas, estudios diversos e información obtenida a través de

Internet.

En el capítulo III titulado El Principio de Oportunidad y La Conciliación;

se estudia con detenimiento como primer punto el principio de oportunidad

profundizado en sus conceptos, su aplicación en la legislación comparada,

así como los requisitos y supuestos establecidos por las normas penales en

nuestro país. Todo lo cual nos permitirá tener una visión clara de esta

institución procesal, fundamental en la investigación preliminar que lleva

adelante el Fiscal Penal O ministerio Público en su aplicación al interior del

proceso penal.

Finalmente se exponen las posibles alternativas de solución, en el

acápite referido a recomendaciones, aspecto fundamental del trabajo

investigatorio al cual llegamos como puede apreciarse de manera deductiva,

al haber iniciado el estudio con precisiones de carácter genérico para arribar

al enfoque de situaciones específicas.

Con toda esta visión de la tesina expuesta se desea enfocar la

problemática estudiada desde un nivel inicialmente teórico - descriptivo, para

luego pasar a un esfuerzo de análisis, interpretación y crítica.

10
CAPITULO I

EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN

1 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

La crisis en la administración de justicia en el Perú es un problema

que tiene sus orígenes en época de la República; este pernicioso hecho

se ha vio agudizado en la concluida década de los noventa, al final de

la cual la sociedad peruana en su conjunto ha sido testigo de los

mayores niveles de corrupción y manipulación a los que puede ser

arrastrado un gobierno; situación a la que no fue ajena nuestra

administración de justicia en forma integral.

Ante esta realidad, se han intentado implementar reformas para

mejorar el desempeño del Poder Judicial y Ministerio Público, a través

de la promulgación de importantes normas como el Decreto Legislativo

Nº 957, Código Procesal Penal y la Ley Nº 26872, Ley de Conciliación,

de aplicación principal en el ámbito civil.

Respecto al ámbito del derecho penal, en el cual se encuentra incurso

el tema de nuestra investigación, dentro de los problemas más

saltantes que resulta indispensable solucionar, se encuentran: la

11
lentitud con la que se desarrollaban los procesos penales, sus fallos y

decisiones tardías, inoportunas y muchas veces ineficaces, obviando

todo plazo o término legal previsto en los Códigos y leyes, dejando de

lado aquel elemental aforismo jurídico que establece “la justicia tardía

no es justicia” .

Este preocupante hecho, nos lleva a cuestionarnos sobre ¿que podría

suceder cuando se lleve a juzgamiento a un gran porcentaje de los

delitos que se cometen en el país, como debería acontecer?

Es por ello que con la dación del Decreto Legislativo Nº 957, Código

Procesal Penal, se busca solucionar gran parte de este problema con la

aplicación del Principio de Oportunidad, el cual constituye una

excepción a la rigidez del principio de legalidad, otorgando a los

Fiscales Provinciales la capacidad de abstenerse de ejercer la acción

penal no formalizando denuncia, conforme a lo regulado por el Código

Procesal Penal y aplicable fundamentalmente a los delitos

denominados en la doctrina como delitos de bagatela, por su escasa

importancia y trascendencia social, que constituyen como ya se

mencionó una de las principales causas de la lentitud y

congestionamiento en los despachos judiciales penales.

Es en la aplicación de este principio, que se ha incorporado

recientemente la institución de la Conciliación al sistema procesal penal

peruano, implementándose asimismo dos Fiscalías Provinciales

Especializadas en la aplicación del Principio de Oportunidad en el

12
Distrito Judicial de Lima; medidas que como se podrá apreciar en los

análisis estadísticos que forman parte de la presente tesis, ya están

produciendo resultados satisfactorios aunque en una escala poco

significativa en relación con la magnitud del problema. Resulta por ende

la motivación y el objeto principal de esta tesina, descubrir y analizar las

causas que están restando eficacia a la aplicación de la conciliación

como trascendental mecanismo alternativo de solución de conflictos en

el ámbito penal y que se manifiesta en la realización del principio de

oportunidad en la etapa de la investigación preliminar y en la etapa

judicial del sistema procesal penal.

2 OBJETIVO DE LA INVESTIGACION

2.1 OBJETIVO GENERAL

DETERMINAR DE QUE MANERA LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE

OPORTUNIDAD Y CONCILIACIÓN ES UN MECANISMO DE

TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO PENAL QUE AYUDA A

DESCONGESTIONAR LA CARGA PROCESAL?

2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Analizar la problemática que se manifiesta en la realización del

principio de oportunidad y conciliación en la etapa de la

investigación preliminar y en la etapa judicial del sistema

procesal penal.

13
 Resaltar (o contribuir) con alternativas de solución de conflictos

en el ámbito penal con la correcta utilización del principio de

oportunidad y conciliación en el proceso penal.

 Demostrar la importancia y explicitar los desarrollos que en el

nuevo proceso penal posee la aplicación del principio de

oportunidad y la conciliación.

 Sugerir posibles alternativas de solución que hagan viable una

mejor aplicación de esta institución en el sistema procesal

penal peruano.

3 FORMULACION DEL PROBLEMA

El tema de nuestra investigación parte del supuesto que la conciliación es

parte del proceso civil y que, asimismo, nuestra legislación reconoce la

validez de la Conciliación Extrajudicial. En la misma que, interviene un

tercero, que puede sugerir fórmulas conciliatorias no vinculantes ni

obligatorias a las personas en conflicto, quienes tienen la libertad de arribar

o no a un acuerdo. Conforme a la Ley Nº 26872 – Ley de Conciliación,

modificada por Ley Nº 27398, ésta es una institución que se constituye como

un mecanismo alternativo de resolución de conflictos por el cual las partes

acuden a un tercero (Centro de Conciliación o al Juzgado de Paz Letrado1),

a fin que se les asista en la búsqueda de una solución consensual a un

conflicto. Siendo aplicada a materias (derechos disponibles) propias del

14
derecho civil, de familia y laboral; sin embargo, ante ello cabe formularse las

siguientes preguntas:

 ¿Puede aplicarse la conciliación al ámbito penal?

 ¿La aplicación del principio de oportunidad y conciliación sirve como

mecanismo de terminación anticipada en el proceso penal peruano? 

¿DE QUE MANERA LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE

OPORTUNIDAD Y CONCILIACIÓN ES UN MECANISMO DE

TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO PENAL QUE AYUDA A

DESCONGESTIONAR LA CARGA PROCESAL?

HIPÓTESIS

La aplicación del principio de oportunidad y conciliación es un mecanismo de

terminación anticipada en el proceso penal que ayuda a descongestionar la

carga procesal ya que evita que los procesos pasen al poder judicial.

METODOLOGIA

En la presente investigación se han utilizado diversos métodos entre los

cuales tenemos; al método de investigación jurídica ha aplicarse es el

método deductivo, pues lo usaremos en efecto para análisis lógicos,

conclusiones, recomendaciones, sugerencias.

También se empleo el método dogmático, el cual determina el ámbito a

investigar, y que tiene por objeto integrar el material positivo que opera en

15
los conceptos jurídicos, para fijar los principios generales mediante el

análisis y la síntesis. Se empleo también el análisis sustantivo de la

normatividad vigente en nuestro país, aplicable al estudio de la investigación

realizada. De la misma forma se utilizo el método analítico; por el que se

empleo el análisis o descomposición, esto es la separación de un todo en

sus partes o en sus elementos constitutivos para lograr una conclusión final;

y el método sintético; que permitió el análisis de la información dentro de

todo el conglomerado con la que podiamos trabajar en la presente

investigación, se utilizo también en el momento de establecer las

conclusiones.

Igualmente se utilizó la técnica indirecta de la aplicación de cuestionarios y

obtención de estadísticas que se elaboraron tomando en cuenta la aplicación

del principio de oportunidad.

CAPITULO II

MARCO TEÓRICO – DOCTRINARIO

Para comprender mejor nuestro objeto de estudio tenemos que partir

de las bases teóricas - científicas planteadas por el Derecho Positivo, es

decir, analizaremos las diferentes corrientes doctrinales sobre la Institución

jurídica de la Conciliación, la Institución del Ministerio Público, el Fiscal y la

Investigación Preliminar, así como el proceso penal peruano. Asimismo,

analizaremos y confrontaremos nuestro ordenamiento jurídico vigente en

estos temas con parte de la normatividad extranjera.

16
1. LA CONCILIACIÓN EN LA LEGISLACIÓN PERUANA

A pesar de que la institución de la conciliación tiene larga data en

nuestro país, pues se venía aplicando en el proceso civil peruano

principalmente; es a partir de noviembre de 1997 con la promulgación de la

Ley Nº 26872, Ley de Conciliación, que adquiere una mayor dimensión y una

importancia creciente como mecanismo alternativo de solución de conflictos.

En este sentido, la conciliación extrajudicial como institución

consensual y propiciadora de una cultura de paz, tiene también como

finalidad subyacente descongestionar los despachos judiciales de la

excesiva carga procesal actual, por lo que ha venido ampliando su campo de

acción desplazándose del primigenio ámbito civil hacia materias como la

laboral y penal en cuanto a la reparación civil 1. 

Es así que en los Centros de Conciliación se vienen efectuando

conciliaciones en las materias antes señaladas y el Ministerio Público

únicamente la viene aplicando en el Principio de Oportunidad, pero sin

utilizar las técnicas de la conciliación, sino sólo mediante una reglamentación

establecida en la Circular Nº 006-95-MP-FN, Instrucciones para aplicar el

principio de oportunidad, aprobada por la Resolución de la Fiscalía de la

Nación Nº 1072-95-MP-FN de fecha 15 de noviembre de 1995; la misma que

establece un procedimiento que será detallado en el capítulo siguiente.

A su vez, recientes normas como la Ley Nº 27664 publicada el 8 de

febrero de 2002 reconocen la validez y eficacia en un proceso penal del

acuerdo conciliatorio de las partes, el mismo que puede constar en un

documento privado legalizado por Notario, a efectos de la aplicación del


1
ALBIN, Eser. Temas de Derecho Penal y Procesal Penal, Editorial Idemsa. 1995.

17
principio de oportunidad; siempre y cuando se cumplan obviamente con los

requisitos exigidos por el art. 2 del C.P.P. Además, se han estado

incorporando en la aplicación del principio de oportunidad, los

procedimientos propios de una conciliación extrajudicial, aunque sin las

técnicas conciliatorias correspondientes2.

Es así que se notifica para la diligencia conciliatoria ha ambas partes

a efectos de solucionar de manera extrajudicial el conflicto e incluso las

partes pueden conciliar entre sí ante un notario como ya se mencionó

anteriormente. Por ello podemos afirmar que la conciliación en el sistema

penal peruano ya se viene aplicando pero de manera muy limitada y no con

la magnitud como debería ser acogido este mecanismo alternativo de

solución de conflictos.

1.1. EL CONFLICTO

1.1.1. La Teoría del Conflicto

El estudio del conflicto es central para la comprensión de las

relaciones interpersonales, grupales, organizacionales, internacionales, así

como de la estructura social y cultural presentes en un lugar y tiempo

determinados.

El conflicto es un fenómeno natural, inherente a la condición

del ser humano y se presenta en todos los tipos de relaciones, así como en

sus diferentes niveles: el interpersonal y el intrapersonal 2.

2
AMUCHÁTEGUI REQUENA, Irma.- Derecho Penal. Editorial Harla, México 1993.

18
Dado que entre los diferentes tipos y niveles de conflicto existe

una dinámica y unas características que son comunes a todos ellos, es

pertinente entonces, realizar un análisis conjunto y comparativo de ellos.

Las personas se involucran en conflictos porque sus intereses

o valores son confrontados, o porque sus necesidades están insatisfechas.

En opinión de Marianella Ledesma 3 desde que el hombre

comenzó a vivir en sociedad, el conflicto ha coexistido con él, como

respuesta a la limitación de recursos, a la insatisfacción de necesidades, a la

defensa de valores y a equivocadas percepciones, fruto de una deficiente

comunicación. A su criterio, podemos decir de manera genérica que el

conflicto de incompatibilidad entre dos partes, es una interacción en la que

prima el antagonismo. 

En ese sentido, citando a Folberg y Taylor 4 señala que definen

al conflicto como un conjunto de propósitos, métodos o conductas

divergentes. Igualmente Boulding determina que el conflicto es una situación

de competencia en que cada una de las partes, conscientemente desea

ocupar una posición que es incompatible con los deseos de la otra. Según

Pruitt y Rubbin6 es la divergencia percibida de intereses o creencias que

hace que las aspiraciones corrientes de las partes no puedan ser alcanzadas

simultáneamente. Finalmente Boardman y Horowitz 7 , definen al conflicto

como una incompatibilidad de conductas, cogniciones y/o afectos entre


3
LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. El Procedimiento Conciliatorio. Un Enfoque Teórico – Normativo. Lima,
Gaceta Jurídica Editores, 2000, p. 27
4
Cfr. FOLBERG, Jay y TAYLOR, Alison. Mediación: resolución de conflictos sin litigio. México, Limusa, 1996,
p.42.

19
individuos o grupos que pueden o no conducir a una expresión agresiva de

su incompatibilidad social. 

De todas las definiciones propuestas la autora concluye en que

hay una idea común a todas ellas: el conflicto está presente cada vez que

ocurren actividades incompatibles. 

Coincide la autora con el criterio de que el conflicto se produce

a todos los niveles del comportamiento humano y puede ser intrapersonal, o

sea aquel que ocurre al interior del individuo e interpersonal, cuando surge

entre individuos o grupos de éstos. Ellos no son excluyentes sino que

pueden ocurrir de manera simultánea, y no sólo operar en un único nivel.

Conflicto entonces, es la percepción que tienen dos o más

personas, o grupos o naciones, de una incompatibilidad de sus acciones u

objetivos la cual les genera tensión. Esta percepción puede ser precisa o

imprecisa pero las personas en conflicto sienten que la ganancia de uno es

la pérdida del otro.

De manera que conflicto significa involucramiento, compromiso

y preocupación. En tal sentido si es comprendido y reconocido puede

estimular el mejoramiento y la renovación de las relaciones humanas. Sin

conflicto, las personas rara vez enfrentan y resuelven sus problemas. Una

relación sin conflicto resulta apática.

Mientras existan los seres humanos los conflictos continuarán,

siendo el conflicto un elemento necesario de la interrelación humana que

20
estimulan la creatividad y el desarrollo. Sin las diferencias en lo que

queremos, en lo que valoramos, en como vemos el mundo, sería casi

imposible el cambio. Lo importante no es si existen o no las diferencias, sino

como se manejan8. 

Es por ello, que en el campo de la conciliación entendemos la

resolución de conflictos como una manera pacífica, respetuosa y

mutuamente satisfactoria de solucionar o al menos, reducir

significativamente, en forma permanente, dichos conflictos. Se puede poner

fin a un conflicto mediante la guerra o la violencia, ya sea destruyendo al

oponente o logrando su capitulación. También es posible eliminarlo,

temporalmente, por medio de engaños o promesas fraudulentas. Sin

embargo, estos métodos no concluyen eficazmente con el conflicto, por el

contrario, este permanece latente, dispuesto a explotar con mayor fuerza a

la menor oportunidad.

Las investigaciones en este campo demuestran que la

posibilidad de resolver un conflicto varia en su grado de dificultad según el

tipo de conflicto, habiéndose comprobado que los conflictos de interés son,

por lo general, más sencillos de resolver, mientras que los que se refieren a

valores presentan un mayor grado de dificultad y los que involucran

necesidades humanas básicas insatisfechas resultan los de mayor

complejidad.

Hay algunas necesidades humanas básicas que son

especialmente pertinentes en los conflictos y su resolución, por ejemplo: las

21
necesidades de reconocimiento, desarrollo, seguridad, identidad y libertad,

entre otras.

La presencia de un tercero neutral, el conciliador, puede ser de

gran ayuda en la resolución de conflictos, particularmente cuando las partes

se perciben unas a otras y a los temas sobre los cuales están disputando, de

una manera tan sesgada y limitante, que les resulta imposible ver opciones

que puedan resultar mutuamente beneficiosas y satisfactorias, aún teniendo

el deseo real de resolver sus diferencias. Es en estos casos que la

participación del conciliador puede ser clave, ya que por medio de su

conocimiento, experiencia y dominio de las técnicas adecuadas, puede

lograr que las partes consideren y vean alternativas que, sin su asistencia,

no hubieran podido apreciar.

Aún en los temas más complejos, el conciliador puede ayudar

a las partes a entender qué es lo que los hace verse como enemigos. Qué

dinámica, qué factores sociales, económicos y políticos, qué ideologías y

creencias intervienen e influyen en su mutua percepción negativa. Es

posible, entonces, que las partes puedan proyectar y canalizar sus

emociones y energías negativas sobre las causas del conflicto (y no sobre la

persona), trabajando en forma cooperativa con la finalidad de eliminar dichas

causas.

De lo expuesto se puede deducir que la conciliación, como

medio para la resolución de conflictos, es realmente un campo

multidisciplinario que amalgama el derecho con la psicología, la filosofía, las

22
ciencias sociales y políticas, la antropología, etc. Y, es por ello, que resulta

de vital importancia integrar el aporte que la óptica y los métodos de cada

una de estas disciplinas puede proporcionar, con la finalidad de hacer de la

conciliación una auténtica y poderosa herramienta en la construcción de una

Cultura de Paz.

1.1.2 Fuentes del Conflicto

Los conflictos pueden surgir de diversas fuentes conflictivas,

generalmente éstas se combinan dando pie a la formación de un conflicto

latente, el cual saldrá a la superficie gracias a algún evento precipitante que

haga que el fenómeno se convierta en un conflicto manifiesto.

Es importante determinar cuál es la fuente del conflicto en tanto

que este factor influirá en la forma cómo se conducirá la audiencia de

conciliación y exigirá ciertas estrategias del conciliador para buscar una

eventual solución5

Entre estas fuentes del conflicto podemos identificar a las

siguientes:

 Los hechos: el conflicto surge por un desacuerdo sobre

lo que es. Es decir, las partes tienen una percepción distinta de la realidad

(lo que es). Las fuentes principales del conflicto se encuentran en la parte

5
ORMACHEA CHOQUE, Ivan. Manual de Conciliación. Lima, USAID - IPRECAM (Instituto Peruano de
Resolución de Conflictos, Negociación y Mediación) 1999, p. 15 – 16.

23
cognitiva de los actores en conflicto, vale decir, en el juicio y las

percepciones.

 Los recursos escasos: los conflictos basados en

intereses provienen del desacuerdo sobre la distribución de ciertos recursos

escasos. Es decir, la discusión se centra en quién obtendrá tal cosa o cuál

beneficio cuando implícita o explícitamente se deba realizar la distribución de

estos recursos escasos. La escasez no se da exclusivamente sobre bienes

tangibles como el dinero, territorio, objetos o alimentos, sino también sobre

recursos intangibles como el poder, status, imagen, etc.

 Las necesidades humanas básicas: Los desacuerdos

sobre necesidades son desencuentros relacionados a que debe satisfacerse

o respetarse para que cualquier persona o grupo social pueda desarrollarse

plenamente. Nos referimos a necesidades tan vitales como el vestido,

alimento, vivienda y a aquellas que sin ser tan obvias representan una

necesidad de todo ser humano: respeto, seguridad, reconocimiento,

autoestima, etc.

 Los valores: estos conflictos se basan en las diferencias

en cuanto a lo que debería ser como factor determinante de una decisión de

política, de una relación o de alguna otra fuente de conflicto. Es decir, la

fuente del conflicto proviene de aquellas creencias que determinan la

posición de uno de los actores en conflicto; un principio o criterio rector que

desea introducirse pero que no es tomado en cuenta o es rechazado por la

contraparte. Por ejemplo: los abogados que cometan faltas a la ética

24
profesional deben ser sancionados drásticamente, el uso de métodos

anticonceptivos artificiales debe ser fomentado por el Estado, sólo los

miembros de un grupo étnico pueden aspirar a puestos dentro del aparato

político, etc.

 La relación: la situación conflictiva proviene del estilo de

interacción reinante entre los actores en conflicto, la calidad de

comunicación que mantienen, las emociones o percepciones que poseen el

uno del otro. Generalmente el tipo de relación es accidentada, las emociones

y percepciones mutuas son negativas o equívocas, lo cual facilita el

surgimiento de desacuerdos y conflictos.

 La estructura: el conflicto surge por el modo cómo se ha

conformado la estructura dentro de la cual interactúan los actores en

conflicto, lo cual fomenta desigualdad, asimetría de poderes, falta de

equidad y eventualmente opresión. Por ejemplo: la estructura de una familia

fomenta conflictos por el mayor poder que tiene uno de los cónyuges sobre

el otro, la conformación de una sociedad determinada promueve la

concentración de la riqueza (dinero, tierra, medios de producción, etc.) en

pocas manos, entre otros.

En el mismo sentido, Ledesma considera que sea cual fuere la

explicación que encontremos sobre los orígenes del conflicto, se podría decir

que estos se producen a causa de diferencias sobre recursos, necesidades

o valores entre individuos o grupos. Refiere que cuando Ross Stanger

explicaba que el conflicto es la situación en la que dos o más seres humanos

25
desean objetos que pueden ser obtenidos por uno o por otro pero no por

ambas partes, incorporaba en su apreciación sobre los orígenes del conflicto

a la escasez de recursos, por ello, decía que si los objetivos fuesen

considerados asequibles para todos no se daría el conflicto. Concluyendo

este punto, puede afirmarse que no hay nada más frecuente, quizás, que el

conflicto. Como conciliadores, el conflicto puede ser considerado, desde un

punto de vista constructivo, como el resultado de :

 Diversidad de perspectivas

 Diferentes sistemas de valores y creencias

 Distintos objetivos e intereses

En efecto, lidiar con el conflicto requiere de una adecuada

expresión y manejo de las diversas perspectivas, sistemas de valores y

creencias e intereses de las partes. Es esencial encontrar a las partes

exactamente donde ellos están. Escucharlos intensa, completa y

activamente antes de intentar guiarlos a ningún lado. No es posible

encaminarse efectivamente hacia la resolución del conflicto hasta que cada

una de las partes haya realmente experimentado la sensación de haber sido

escuchado en "su perspectiva", entendido "lo que quiere" y "por que".

1.1.2 Elementos del Conflicto

El conflicto está compuesto por tres elementos:

26
1. Situación conflictiva: es aquella en la cual los intereses de las partes no

son coincidentes pero sí interdependientes. Es decir, existen entre las partes

en conflicto objetivos incompatibles. En una situación conflictiva podemos

encontrar:

-Partes primarias o secundarias.

-Terceros o intermediarios. 

-Objetivos que se manifiestan generalmente en posiciones.

-Asuntos conflictivos (problemas).

-Intereses, necesidades y valores.

2. Actitudes Conflictivas: las personas involucradas en un conflicto tienen

temores, dudas, insatisfacciones y posiciones e intereses percibidos como

contrapuestos. Es decir, que el conflicto y la actuación de las partes

reconocen cierta carga psicológica, la que se manifiesta en tres aspectos

básicos:

 Percepción: cada una de las personas aprecia la realidad de diferente

manera, lo que a menudo genera problemas; es por ello que en una

situación conflictiva las partes desarrollan una serie de procesos que

distorsionan la imagen de la contraparte o la realidad y asumen

posiciones de víctimas frente a la otra. Así en el desarrollo de una

audiencia conciliatoria las partes traen consigo un conjunto de

percepciones, prejuicios y premisas.

27
Cada una de las partes a menudo piensa:

-Que tienen la razón (reforzamiento)

-Que la otra parte es su enemiga

-Que esta siendo víctima de la otra parte (victimización) 

-Que sus actos son razonables (racionalización)

-Que la otra parte no vale nada (deshumanización)

-Que la otra parte es siempre así (generalización)

El conciliador debe comprender como piensa y aprecia las cosas cada una

de las partes. Será determinante descubrir la manera como ven la realidad

ya que de ello dependerá cómo la interpretan.

 Emoción: las emociones son fuertes condicionantes de las acciones y

actitudes, son una variante constante en una situación de conflicto. Es

evidente que la carga emotiva de los conflictos produce un

agravamiento hacia una confrontación cada vez más hostil. En una

audiencia de conciliación las partes vienen generalmente con una

carga emotiva o afectiva producto de una historia conflictiva

intrincada. Las emociones deben de ser manejadas primero, antes

que cualquier otro asunto.

 Comunicación: una comunicación defectuosa produce peligrosos

malos entendidos. Debido a que las partes tienden a ver las cosas

28
desde sus propias perspectivas y, además, quieren manifestar sus

sentimientos y puntos de vista tratando de convencer al otro o

imponiéndose para que sus argumentos sean aceptados, los

conflictos suelen entramparse, por ello, depende del conciliador hacer

de la audiencia un proceso de comunicación fluida y productiva, que

evite posiciones absolutas, facilitando la creación de un clima

favorable para superar las diferencias. 

3. Comportamientos conflictivos: las personas frente a un conflicto

pueden asumir diferentes comportamientos y muchas veces negativos. Son

las acciones llevadas a cabo por una parte con el fin que la otra modifique o

abandone sus objetivos. 

Las actitudes de las personas protagonistas del conflicto, sus estilos,

estrategias y tácticas han sido objeto de numerosos estudios en el campo de

la psicología, habiéndose determinado que existe un modelo de

comportamiento, basado en cinco patrones:

 Competir, imponer o forzar (consiste en persuadir al otro para que acepte

su solución, amenazarlo, imponer sanciones, etc. mantenemos una

posición firme hasta lograr un ganador - perdedor).

 Inacción, (evitar la acción, retirarse; se decide no hacer nada, pues no se

desea satisfacer sus intereses ni que la otra parte satisfaga los suyos;

aparentemente vivimos en un clima de tranquilidad, pero existe un

conflicto latente). Acceder, ceder, acomodar (es decir, que una de las

29
partes es condescendiente con la otra y desea satisfacer sus intereses

sin tener en cuenta los propios, puede producirse por razones

desinteresadas y altruistas o por razones instrumentales, se accede para

obtener un beneficio posterior)

 Transigir, convenir, negociar (busca un punto medio en la satisfacción de

los intereses, es decir, por lo menos una parte de los intereses y

necesidades de ambos serán atendidas).

 Resolver (el comportamiento es colaborativo entre las partes a fin de

buscar una solución que satisfaga al máximo sus intereses, se obtiene un

ganador - ganador).

Estos comportamientos se manifiestan en un sentido bidireccional, según

sean las perspectivas de una u otra parte, pueden buscar satisfacer sus

intereses únicamente o que la satisfaga la otra parte, que ninguno los

satisfaga o que ambas los satisfagan. 

1.1.4. Formas de solución de conflictos

Al respecto, Ormachea señala que cuando dos o más actores en

conflicto deciden actuar para dar una solución a la relación conflictiva, pueden optar

por cualquiera de las siguientes tres formas de solución de conflictos o a la

combinación de cualquiera de ellas:

30
En primer lugar, los conflictos pueden solucionarse a través del poder.

Es la solución más rápida en tanto basta con una decisión unilateral

impuesta sobre la contraparte. El riesgo mayor, sin embargo, es una

respuesta que se enfrente a aquella acción unilateral y genere mayor tensión

entre las partes. Finalmente, las partes podrían verse involucradas en el

espiral del conflicto debido a la relación destructiva a causa de la acción -

reacción de la otra parte.

La solución basada en la aplicación de criterios normativos en general, no

sólo la ley o el derecho, sino la costumbre, los criterios morales, los

estándares de conducta, etc. tienen la ventaja de ser criterios objetivos pre-

existentes al conflicto que podrían aplicarse para dirimir el caso, aún así en

no pocas oportunidades requerirán de interpretación lo cual podría devenir

31
en un debate sobre la verdadera o más justa aplicación del criterio

normativo.

Las soluciones basadas en la satisfacción de los intereses y necesidades de

los actores en conflicto tienden a ser más favorables para ambas partes - a

diferencia de lo que sucede con los otros dos criterios - y por tanto fomentan

el cumplimiento de los acuerdos. A pesar de estos beneficios, las soluciones

basadas en intereses requieren tiempo, conocimiento y habilidades para

identificar y articular los intereses de los actores en conflicto.

Finalmente, resulta muy fácil entender las diferencias entre estas tres formas

de solución de conflictos si comparamos el manejo de un mismo conflicto por

la vía del poder, la aplicación de un criterio normativo o la solución basada

en intereses.

Puede añadirse a lo expuesto lo indicado por Ledesma, quien establece que

otros estudiosos del tema, como los procesalitas, también han abordado la

solución del conflicto bajo las siguientes denominaciones: la autodefensa, la

autocomposición y la heterocomposición. 

 La autodefensa: los conflictos son solucionados por la acción directa

de las partes. Este sistema es un medio parcial porque se es juez y

parte a la vez; responde a la forma primitiva que ha tenido el hombre

de solucionar sus conflictos, guiado muchas veces, por sus instintos

de venganza y de supervivencia.

32
 La autocomposición: es otro sistema de solución de conflictos, donde

sólo la voluntad de las partes involucradas en él va a ser lo único que

ponga fin a tal antagonismo. Esa voluntad puede ser unilateral, como

el caso del allanamiento y el desistimiento o bilateral como la

transacción y la conciliación. Alcalá Zamora califica a este sistema

como un mecanismo altruista, pues, muchas veces las partes hacen

renuncia a la magnitud de sus pretensiones en aras de lograr una

solución porque lo que se busca es reconciliar los intereses de las

partes. Este sí es un sistema lícito - a diferencia de la autodefensa - y

puede operar previamente al proceso judicial, al interior y con

posterioridad a éste. En estos dos últimos casos preceden a la acción

civil dirigida.

 La heterocomposición: tiene como característica esencial la

terceridad, esto es, que una persona ajena a las partes va a decidir el

conflicto, en ejercicio de la llamada potestad jurisdiccional. El tercero

representativo de la heterocomposición es el juez, quien opera a

través del proceso judicial. Las soluciones impuestas en las

declaraciones jurisdiccionales generan cosa juzgada y responden a

un procedimiento sistematizado, con formalidades y exigencias

contenidas en las normas procesales. Si bien decimos que la

terceridad es elemento característico del sistema

Heterocompositivo, también se observa ella en la autocomposición

bilateral como la Conciliación o la mediación. El tercero en la Conciliación

33
o mediación es un coordinador, acerca a las partes, facilita la

comunicación entre ellos, propone soluciones, pero no va a decidir el

conflicto sino las propias partes; en cambio el tercero del proceso judicial

llamado juez, sí decide el conflicto porque ejerce la jurisdictio como uno

de los poderes de la jurisdicción; por otro lado su posición frente a las

partes es la de un supraordenador lo que le permite plantear relaciones

verticales; en cambio el tercero en la Conciliación es un coordinar entre

las partes y responde a una relación horizontal con éstas.

1.1.5. Medios alternativos de resolución de conflictos

Los denominados Medios Alternativos de Resolución de

Conflictos, más conocidos por la sigla MARCs, son procesos que guardan

una característica y lógica diferente a la del proceso judicial. Los MARCs son

herramientas que facilitan el tratamiento de conflictos adecuándose a las

características que éstos poseen.

Los MARCs no tienen por fin: -Desplazar o competir con el

proceso judicial. -Convertirse en el único medio de solución de conflictos.

La tendencia que deberá observarse a largo plazo es llegar a ver los medios

alternativos como Medios Apropiados para la Resolución de Conflictos, a

través de los cuales el tercero identifique cuál es el procedimiento más

idóneo a las características que posee cada conflicto. Es decir, el

especialista, una vez haya recibido un caso, deberá determinar si éste

guarda las características necesarias para que sea canalizado a través de

34
una conciliación, mediación, arbitraje, negociación, proceso judicial u otro

proceso híbrido de resolución de conflictos.

Entre los tipos de MARCs denominados primarios por

Ormachea17 podemos encontrar a los siguientes:

 Negociación: forma de interrelación o medio de resolución de

conflictos entre partes con el fin de llegar a un acuerdo o solución a

un conflicto.

 Mediación: medio de solución de conflictos por el cual las partes

llegan a un acuerdo consensual con la ayuda de un tercero.

 Conciliación: medio de solución consensual similar a la mediación,

aunque el rol del tercero es más activo en tanto que éste puede

proponer soluciones. Sin embargo, las propuestas del tercero no

obligan a las partes a aceptarlas.

 Arbitraje: mecanismo heterocompositivo de solución de conflictos por

el que las partes acuerdan que un tercero particular resuelva sobre

los méritos de los argumentos de las partes. 

La interrelación de los medios primarios da lugar a MARCs secundarios

como la mediación - arbitraje, el ombudsman o defensor del pueblo, el mini

juicio, etc.

Otro punto de vista considera que la constante de procesos que llegan a los

juzgados y no logran una solución pronta y satisfactoria ha contribuido a

35
buscar soluciones alternativas a la intervención jurisdiccional en la solución

de conflictos ínter subjetivos, desarrollándose así conceptos como justicia no

jurisdiccional, medios alternativos a la justicia del Estado, mecanismos de

justicia alternativos al proceso judicial, entre otros. Su finalidad es aliviar la

presión que en conjunto recae sobre las instituciones procesales, mediante

la creación de otros medios de solución de conflictos, menos formales o

solemnes.

Dentro de este sistema no jurisdiccional se ubica la Conciliación, como un

proceso de gestión de conflictos, en el cual un tercero neutral, ajeno a la

disputa e imparcial, ayuda a las partes a lograr una solución mutuamente

aceptable, "a negociar un acuerdo", por ellos es válido decir que la

conciliación es una negociación asistida, con una potencialidad

transformadora en el modo de encarar o resolver conflictos. Entre los medios

de solución de conflictos distintos de la Conciliación, la autora en análisis

determina los siguientes: La negociación, la mediación, la transacción y el

arbitraje.

Las diferencias entre estos mecanismos alternativos de solución de

conflictos y la conciliación, serán estudiadas con mayor detalle más adelante

en el presente trabajo.

36
1.2. LA CONCILIACION

1.2.1. Conceptos generales

La conciliación desde sus albores ha tenido como fin primordial

servir de remedio a situaciones en conflicto. Etimológicamente la "conciliatio"

proviene del verbo conciliare, que significa concertar, poner de acuerdo,

componer o conformar dos partes que se debaten en una controversia de

intereses o en disidencia. Esto nos lleva a decir que la conciliación tiene

como condicionante el conflicto y como presupuesto la existencia de más de

una voluntad. Como ya hemos referido al inicio del trabajo, el conflicto está

latente en todas las manifestaciones de nuestra vida diaria, desde la

afectiva, laboral, familiar, etcétera, lo que nos da una amplia gama de

expresiones antagónicas.

Posiblemente, sobre todas estas manifestaciones podamos conciliar, pero,

solamente interesa a nuestro trabajo el conflicto con trascendencia jurídica.

Ahora bien, no todos los conflictos con trascendencia jurídica podrán ser

conciliados. Hay restricciones de orden social, público y moral que niegan la

posibilidad de conciliar conflictos que encierran la violación de bienes

jurídicos protegidos y que se ubican en la esfera tuitiva del derecho penal. La

Ley de Conciliación Extrajudicial regula expresamente dicha prohibición en el

art. 9, dejando solamente la posibilidad de conciliar las relativas a la cuantía

de la reparación civil derivada de la comisión de delitos. Por tanto debe

precisarse que el tema a tratar a continuación será estrictamente la

conciliación que opere en el conflicto con relevancia jurídica. 

37
 DEFINICION

Sobre el particular podemos mencionar una serie de definiciones

señaladas en el Manual Teórico del Curso de Conciliación del Centro de

Formación de Conciliadores antes citado.

Etimológicamente la conciliación proviene del vocablo latín conciliatio,

conciliatonis que significa componer, ajustar los ánimos de quienes estaban

opuestos entre sí (Diccionario OMEBA).

Por su parte Guillermo CABANELLAS, menciona que "...la

conciliación representa la fórmula de arreglo concertado por las partes. El

juicio de conciliación procura la transigencia de las partes, con el objeto de

evitar el pleito que una de ellas quiere entablar. El resultado puede ser

positivo o negativo. En el primer caso las partes se avienen, en el segundo,

cada una de ellas queda en libertad para iniciar las acciones que le

correspondan. Sus efectos son, en caso de avenirse las partes, los mismos

de una sentencia y en este sentido puede pedirse judicialmente la ejecución

de lo convenido".

J. Rodríguez, indica que la conciliación es un medio de evitar el litigio.

Su objeto es estimular a las partes para que decidan amigablemente sus

diferencias, sin empeñarse en el proceso contencioso, pesado y lento, no

exento de obstáculos y generalmente costoso.

38
E. Couture, define a la conciliación como "el acuerdo o avenencia de parte

que, mediante renuncia, allanamiento o transacción, hacen innecesario el

litigio pendiente o evita el litigio eventual".

El sistema procesal peruano contempla la conciliación como una

alternativa de solucionar el conflicto litigioso antes de emitirse sentencia y

luego de sanearse el proceso, constituyendo de esta forma la conciliación un

acto procesal obligatorio y bajo la dirección del juez (salvo en procesos en

que la cuestión litigiosa sea de puro derecho), por medio del cual las partes

o sus representantes proponen una fórmula conciliatoria o en su caso el

Juez, con el objeto de dar fin al proceso litigioso, cuyos acuerdos tienen los

efectos de la cosa juzgada y sancionando a quien se resista al cumplimiento

de lo pactado.

Resulta en tal sentido señalar que, la conciliación es el acuerdo de un

conflicto entre dos partes, la cual puede ser intentada por voluntad propia o

con la intervención de un tercero, quién toma conocimiento del conflicto y no

hace otra cosa que ponerlas en evidencia, para que las partes antes de que

acudan al Poder Judicial busquen la avenencia al problema.

De otro lado, Ormachea considera que la conciliación es un proceso

consensual y confidencial de toma de decisiones en el cual una o más

personas imparciales - conciliador o conciliadores - asisten a personas,

organizaciones y comunidades en conflicto a trabajar hacia el logro de una

variedad de objetivos. Por tanto, las partes realizarán todos los esfuerzos

con la asistencia del tercero para:

39
1.-Lograr su propia solución.

2.-Mejorar la comunicación, entendimiento mutuo y empatía.

3.-Mejorar sus relaciones.

4.-Minimizar, evitar o mejorar la participación en el sistema judicial.

5.-Trabajar conjuntamente hacia el logro de un entendimiento mutuo para

resolver un problema o conflicto.

6.-Resolver conflictos subyacentes.

De otra parte, puede afirmarse que la conciliación desde el punto de vista de

la psicología, consiste en una proceso en el que existe una situación de

conflicto entre una o más personas, quien o quienes se someten a la

intervención de un tercero imparcial que desarrolla parte activa y quien dirige

y orienta, previo conocimiento de la situación de conflicto y por manejo de la

comunicación, y propone las fórmulas de arreglo, todo lo anterior con el fin

de buscar el mutuo acuerdo como principio básico de solución. 

Asimismo, la definición legal de la Conciliación Extrajudicial o Preprocesal

contenida en el art. 5º de la Ley Nº 26892 la define como: "Una institución,

que se constituye como un mecanismo alternativo para la solución de

conflictos, por el cual las partes acuden ante un centro de conciliación o al

juzgado de paz letrado, a fin que se les asista en la búsqueda de una

solución consensual al conflicto".

40
En tanto que el art. 3ro. Del Reglamento de la Ley, D. S. Nº 001-98 JUS la

define como un acto jurídico por medio del cual las partes buscan solucionar

su conflicto de intereses con la ayuda de un tercero llamado conciliador. Se

funda en el concepto de la autonomía de voluntad”.

Jurídicamente entonces podemos concluir que la conciliación es el acto

jurídico e instrumento por medio del cual las partes en conflicto, antes de un

proceso o en el transcurso de éste, se someten a un trámite conciliatorio

para llegar a un acuerdo de todo aquello susceptible de transacción

permitido por la ley, teniendo como intermediario, objetivo e imparcial, la

autoridad del juez, otro funcionario o particular debidamente autorizado para

ello, quien, previo conocimiento del caso, debe procurar por las fórmulas

justas de arreglo expuestas por las partes o en su defecto proponerlas y

desarrollarlas, a fin de que se llegue a un acuerdo, el que contiene derechos

constituidos y reconocidos con carácter de cosa juzgada. 

PRINCIPIOS

De conformidad con lo establecido por la vigente Ley

26872, Ley de Conciliación, los principios que rigen esta institución en

nuestro país son:

 EQUIDAD: El objetivo de la conciliación es la consecución de un

acuerdo justo, equitativo e igualitario para las partes en conflicto. Es el

sentido de la justicia aplicada al caso particular materia de

conciliación.

41
 VERACIDAD: Se refiere a la necesidad de contar con información

fidedigna durante la audiencia conciliatoria.

 BUENA FE: Debe de entenderse como la obligación de las partes de

actuar sin estar guiado por intereses personales. Proceder de manera

honesta y leal.

 CONFIDENCIALIDAD: La información revelada antes y durante la

Audiencia de Conciliación es confidencial y no podrá ser divulgada ni

por las partes, ni por el conciliador. El conciliador no podrá ser

llamado a un proceso (juicio, arbitraje, etc.) porque goza de esa

protección (Art. 2 de la Ley y Rglmto.)

 IMPARCIALIDAD Y NEUTRALIDAD: La intervención del conciliador

durante el procedimiento de conciliación será sin identificación alguna

con los intereses de las partes.

 LEGALIDAD: Implica que los acuerdos conciliatorios deben respetar

el orden jurídico existente.

 CELERIDAD: Permite una solución rápida y pronta del conflicto (art.

10 y 11de la Ley)

 ECONOMIA: Está dirigido a que las partes eliminen el tiempo que les

demandaría estar involucradas en un proceso judicial, ahorrando los

costos de dicho proceso. Está directamente relacionado con la

42
celeridad por cuanto menor sea el tiempo transcurrido, menores serán

los gastos en que se incurran.

1.2.2. Diferencias entre la Conciliación y otros Mecanismos

Alternativos de Solución de Conflictos

Como se mencionó al estudiar los medios alternativos de

resolución de conflictos en el punto II.1.1.5. precedente, existen una serie de

mecanismos alternos al procedimiento judicial para la solución de los

conflictos de los miembros de una sociedad; entre los cuales se ubica la

conciliación. En ese entender es necesario realizar un deslinde de estas

instituciones con la conciliación, a efectos de comprender las

particularidades de la misma.

En nuestro país los Medios Alternativos de Resolución de Conflictos de

mayor aplicación además de la Conciliación son: La Negociación, Mediación

y el Arbitraje. 

Con respecto a los medios alternativos de resolución de conflictos con

intervención de un tercero o negociación asistida como la denomina Roque

J. Caivano, hay diferentes denominaciones.

En EE.UU., se les denomina MEDIACIÓN, mientras que en otros países de

América latina se le ha denominado CONCILIACIÓN, en Argentina en

cambio se usa ambas denominaciones para los conflictos de naturaleza civil

o comercial la denominación es mediación y para los de naturaleza laboral

conciliación.

43
 

 LA NEGOCIACION

Negociar significa trabajar para lograr no un acuerdo sino el mejor

acuerdo. Es la ciencia y arte de asegurar un acuerdo entre dos o más partes

independientes entre sí, que desean maximizar sus propios resultados

comprendiendo que ganarán más, si trabajan juntos, que si se mantienen

enfrentados. Pinkas Flint6 la define como un proceso de comunicación

dinámico, en mérito del cual dos más partes tratan de resolver sus

diferencias e intereses en forma directa a fin de lograr con ello una solución

que genere mutua satisfacción. En toda negociación concurren los

siguientes elementos: la pluralidad de sujetos y la diferencia de intereses. 

El objetivo está orientado a lograr un nuevo orden de relaciones donde antes

no existían; y, a modificar un conjunto de relaciones existentes por otras más

convenientes para una de las partes o para ambas. 

A diferencia de otros medios alternativos, la negociación se caracteriza

porque son únicamente las partes quienes en el proceso negocial, tienen el

manejo directo del desarrollo y solución del conflicto. A su vez, la

negociación puede clasificarse en:

a) Negociación Distributiva: Es la negociación mediante la cual el

beneficio para una se traduce inmediatamente en pérdida para la otra. Lo

que gana uno pierde el otro, de allí su nombre tipo suma cero o ganar /

6
FLINT BLANCK, Pinkas. La negociación empresarial. Justo Valenzuela editorial, Lima, 1993, p. 23.

44
perder. En este tipo de negociación se maximiza el beneficio individual. Es la

negociación del regateo.

b) Negociación Integrativa: Se le conoce también como

negociación basada en intereses o tipo suma no cero. Los negociadores

buscan en firma conjunta una solución al problema que los aqueja. En vez

de manejar el problema en forma competitiva fijando los puntos de

resistencia, niveles de aspiración y metas, las partes desarrollan una

metodología orientada a resolver el problema que aqueja a ambos. La

negociación integrativa requiere una actitud similar a la que tienen dos

alumnos resolviendo un arduo problema de álgebra.

c) Negociación Racional: Puede ser definida como el tomar las

mejores decisiones para ampliar el servicio a los propios intereses. En otras

palabras, frente a una situación determinada, debe tomarse la decisión más

acertada en cuanto a si conviene llegar a un acuerdo o si es preferible no

acordar y, en caso de acordar, obtener el mejor resultado posible. Esta clase

de negociación es la que debería emplearse en el procedimiento conciliatorio

previo a la aplicación del principio de oportunidad, logrando un acuerdo

satisfactorio para ambas partes mediante la aplicación de las

correspondientes técnicas y bajo la dirección del Fiscal. 

 LA MEDIACION

Es el proceso mediante el cual los participantes, junto con la

asistencia de una persona o personas neutrales, aíslan sistemáticamente los

45
problemas en disputa con el objetivo de encontrar opciones, considerar

alternativas y llegar a un acuerdo mutuo que se ajuste a sus necesidades.

Moore define a la mediación como la intervención en la disputa o

negociación, de un tercero aceptable, imparcial y neutral, que carece de un

poder autorizado de decisión, pero ayuda a las partes en la disputa ha

alcanzar voluntariamente su propio arreglo mutuamente aceptable. 

De otra parte, si bien para la mayoría de los mediadores la meta es

simplemente el acuerdo, lo que se quiere es que el mediador aumente la

probabilidad que se llegue al acuerdo más integrativo cuando existe una

zona de regateo positiva, y a una ruptura cuando la zona de regateo es

negativa.

Otros autores consideran que la mediación tiene el propósito de

resolver desavenencias y reducir el conflicto, así como de proporcionar un

foro para la toma de decisiones. Aún en el caso que no pueda resolverse, la

causa esencial del conflicto, puede reducirse a un nivel manejable. Estas

posiciones nos llevan a decir que la meta principal de la mediación es el

manejo del conflicto y no la resolución de la desavenencia.

La mediación es un proceso que hace hincapié en la propia responsabilidad

de los participantes de tomar decisiones que influyan en sus vidas. Por lo

tanto, constituyen un proceso que confiere autoridad sobre sí misma a cada

una de las partes. Si bien la mediación es una estrategia de intervención

muy difundida, no constituye una panacea. No da resultado si las partes son

realmente hostiles entre sí.

46
La mediación tiene etapas definidas que comprenden una serie de técnicas

para lograr los objetivos necesarios, como: la preparación de un plan o

convenio para el futuro, que los participantes pueden aceptar y cumplir; la

preparación de los participantes para que acepten las consecuencias de sus

propias decisiones; y, la reducción de la ansiedad y otros efectos negativos

del conflicto mediante la ayuda a los participantes para que lleguen a una

resolución consensual. Se puede atribuir a la mediación, objetivos, como: el

ayudar a reducir los obstáculos a la comunicación entre los participantes;

realizar al máximo la exploración de alternativas; atender las necesidades de

todos los que en ella intervienen; y, proporcionar un modelo para la futura

resolución de conflictos.

Los mediadores suelen impulsar a las partes realizar concesiones y llegar a

acuerdos sobre conflictos de intereses de poca entidad, pero no son tan

eficaces cuando el conflicto es profundo, hay mucho en juego o las

diferencias percibidas parecen sustanciales.

 EL ARBITRAJE

Es un medio de solución de conflictos intersubjetivos, al que se recurre como

vía alternativa al proceso judicial para solucionar controversias. Tiene

carácter excluyente respecto a éste; porque la existencia de un convenio

arbitral impide a los jueces y tribunales conocer de las cuestiones litigiosas

sometidas a arbitraje. Tal exclusión está condicionada a que la parte a quién

interese lo invoque oportunamente mediante la excepción de convenio

arbitral. El convenio arbitral es el acuerdo por el que ambas partes deciden

47
someter a arbitraje las controversias que hayan surgido o puedan surgir

entre ellas respecto de una determinada relación jurídica contractual o no

contractual, sean o no materia de un proceso judicial.

Dentro de los distintos sistemas de composición de conflictos, el arbitraje se

inserta en el heterocompositivo, porque la solución la proporciona un tercero,

quien impone su decisión a las partes; no son éstas, sino el tercero llamado

árbitro, quien resuelve al conflicto, a cuya decisión las partes quedan

obligadas jurídicamente.

Los conflictos solucionados con el arbitraje pueden lograrse atendiendo a la

naturaleza disponible, es decir, han de referirse a materias sobre las que las

partes puedan disponer válidamente conforme a derecho, porque cuando

son absolutamente dueñas de los derechos subjetivos materiales que se

discuten en el conflicto, no se les puede constreñir a solicitar su tutela ante

los tribunales, y por el contrario, cuando no exista dicha disponibilidad, habrá

de acudir necesariamente al proceso para obtener la solución del conflicto.

El artículo 1 de la Ley General de Arbitraje regula la intervención arbitral bajo

los siguientes parámetros: "Pueden someterse a arbitraje las controversias

determinadas o determinables sobre las cuales las partes tienen facultad de

libre disposición, así como aquellas relativas a materia ambiental, pudiendo

extinguirse respecto de ellas el proceso judicial existente o evitando el que

podría promoverse; excepto: 1. Las que versan sobre el estado o capacidad

civil de las personas, ni las relativas a bienes o derechos de incapaces sin la

previa autorización judicial. 2. Aquellas sobre las que ha recaído resolución

48
judicial firme, salvo las consecuencias patrimoniales que surjan de se

ejecución, en cuanto conciernen exclusivamente a las partes del proceso. 3.

Las que interesan al orden público o que versan sobre delitos o faltas. Sin

embargo, Sí podrá arbitrarse sobre la cuantía de la responsabilidad civil, en

cuanto ella no hubiera sido fijada por resolución firme. 4. Las directamente

concernientes a las atribuciones o funciones de imperio del Estado, o de

personas o entidades de derecho público. 

Lo esencial en el arbitraje es la voluntariedad, ello presupone siempre un

acto voluntario de sumisión a ella de las partes en conflicto. La actuación

arbitral desemboca en una decisión denominada laudo que pone fin al litigio

planteado "de manera irrevocable". En efecto, por un lado, el laudo decide

con carácter definitivo las cuestiones objeto de controversia; por otro, su

contenido no puede ser revisado en vía jurisdiccional, por lo que habrá de

considerarse irrevocable; por ello podemos decir que el arbitraje se configura

como un medio voluntario de heterocomposición dispositiva de conflictos

intersubjetivos, alternativo y condicionalmente excluyente del proceso

judicial, que proporciona una decisión definitiva, irrevocable y ejecutiva. 

1.2.3. Antecedentes Históricos de la Conciliación en el Perú:

Los antecedentes de la administración de justicia en el Perú nos hablan de la

labor que realizaban los alcaldes de cada pueblo, a quienes los vecinos de la

comunidad recurrían para la solución de los problemas. Estos no ejercían

una función estrictamente conciliadora, todo lo contrario, podíamos

catalogarla de heterocompositiva, porque a través del llamado juicio

49
conciliatorio, decidían el conflicto tomando como fundamento la lógica del

hombre, que sólo aspiraba al bienestar de los hombres de su comunidad.

Luego de la independencia del Perú, en octubre de 1821, se

creó la Alta Cámara, hoy Corte Suprema de la República y los Juzgados de

Paz. En nuestro país la función ejercida por el juez de paz, adquiere cierta

autonomía institucional a partir de la Constitución de 1823, debido a que el

alcalde no puede atender las funciones de juez de paz por su gran

envergadura, nombrándose jueces de paz en base a criterios de número de

habitantes por población.

Ante este panorama, el Perú republicano inició la redacción de

diversos cuerpos legales que regularen el nuevo Estado, contemplando

dentro de este nuevo orden la figura de la Conciliación. La Constitución de

1823 establecía en su art. 120 que "no podrá entablarse demanda civil

alguna, sin haberse intentado la conciliación ante el Juez de Paz". La

Constitución de 1826 en su art. 112 señalaba que "habrá Jueces de Paz en

cada pueblo para las conciliaciones; no debiendo admitir demanda civil

alguna, o criminal de injurias, sin este previo requisito". La Constitución de

1828 en su art. 120 ordenaba que "en cada pueblo habrá Jueces de Paz,

para las conciliaciones, sin cuyo requisito, o es haberla intentado, no se

admitirá demanda alguna civil o criminal por injurias, salvo las acciones

fiscales y demás que exceptúe la ley".

Posteriormente, el Código de Procedimientos Judiciales de

Santa Cruz de 1836, reguló a la Conciliación como un acto previo a la

50
demanda ante un Juez de letras. Transcurrido el tiempo, el Código de

Enjuiciamientos Civiles en 1851 continuó con la posición asumida en el

Código de Santa Cruz, esto es, que la conciliación precedía a toda demanda

que le correspondía un juicio escrito

En el pasado siglo XX, las Constituciones de 1920, 1933, 1979

y 1993, no establecieron la conciliación como medio alternativo de resolución

de conflictos que sí consagraban las Constituciones en la primera etapa del

siglo anterior. Dejó así de ser un requisito de procedibilidad la conciliación,

sin embargo normas de inferior jerarquía legislaron sobre la materia.

El Código de Procedimientos Civiles de 1912 derogó el sistema

de conciliación prejudicial quedando así solo como facultad jurisdiccional de

los jueces civiles o laborales; en ninguno de sus capítulos se hizo mención a

la conciliación, de tal forma que ésta quedó solo legislada en el mencionado

reglamento de los jueces de paz de 1854 en su artículo 42.

El Código Procesal Civil de 1992, introdujo la conciliación obligatoria en los

procedimientos dentro del proceso civil, estableciéndola en los procesos de

conocimiento, abreviado y sumarísimo, en los que se estableció la audiencia

de conciliación como acto procesal obligatorio.

La Ley de Conciliación Extrajudicial Nº 26872 establece

nuevamente la conciliación prejudicial obligatoria como medio alternativo de

resolución de conflictos y como requisito de procedibilidad.

51
En síntesis consideran los autores que la conciliación el Perú

ha atravesado históricamente por cuatro etapas: 1.- La conciliación

extrajudicial obligatoria ante los Alcaldes en el periodo comprendido entre los

años 1812 a     1834. 2.-Conciliación extrajudicial facultativa ante los Jueces

de Paz en el periodo de 1834 a la fecha. 3.-Conciliación judicial en los

juzgados civiles a partir de la promulgación del Código Procesal Civil de

1992. 4.-Conciliación extrajudicial obligatoria en los centros de conciliación

extrajudicial a partir del año 2000.

En consecuencia, desde la promulgación de la Ley Nº 26872,

Ley de Conciliación, podemos hablar en el Perú de la Conciliación Pre

Judicial o Pre Procesal y de la Conciliación Judicial conforme a lo regulado

en el Código Procesal Civil, Art. 323, el cual establece que las partes pueden

conciliar su conflicto de intereses en cualquier estado del proceso, siempre

que no se haya expedido sentencia en segunda instancia.

Podemos concluir que la conciliación como mecanismo

procesal para la solución de conflictos en el Perú, no es una institución

nueva, sino que su existencia data de muchos años atrás, tal como lo hemos

analizado en este punto.

1.2.4. Tipos de Conciliación y normatividad legal en el Perú

Como bien lo establece Ormachea una de las principales clasificaciones de

la conciliación es la que toma en cuenta el ente que la conduce. La

52
conciliación judicial está a cargo de un magistrado, la administrativa la

realiza un funcionario de la administración publica, la privada la ejecuta un

tercero particular, la del Ministerio Público queda a cargo del fiscal

respectivo, la comunitaria está bajo la dirección de las autoridades de las

comunidades nativas o campesinas y la arbitral a cargo de árbitros o

terceros dentro del procedimiento arbitral.

Como se puede apreciar, de los diferentes tipos de conciliación

señalados anteriormente, podemos destacar para los fines de esta tesis, la

conciliación efectuada ante el Ministerio Público y específicamente ante el

Fiscal. A su vez, la conciliación prevista por intermedio del principio de

oportunidad, de escaso conocimiento y difusión por los operadores del

derecho y la ciudadanía en general, merecerá un estudio pormenorizado en

el siguiente Capítulo III. 

1.2.5. Conciliación Judicial y Extrajudicial en el Perú

A mayor abundamiento podemos decir, que en el caso de la

conciliación judicial, esta figura fue impuesta en nuestro país, en materia

civil, como una etapa obligatoria dentro del proceso. Así el Código Procesal

Civil establece que luego de la etapa postulatoria (demanda - contestación),

y una vez saneado el proceso, el juez fija día y hora para la audiencia de

conciliación. 

Conforme lo establece el artículo 469º del C.P.C., la audiencia

tiene por finalidad propiciar la conciliación entre las partes, a través del juez,

53
quien luego de escuchar las razones, propone una formula de conciliación.

Sin embargo, aún cuando la institución de la conciliación está prevista en el

Código Procesal Civil, sólo se ha considerado dentro de un proceso judicial,

no habiéndose logrado los resultados que se esperaban. 

El obstáculo para que se desarrolle dicha institución dentro del

proceso radica en que los magistrados, que son los encargados de estudiar

las diferencias entre los litigantes y proponer en dicha audiencia alternativas

de solución al conflicto, no disponen del tiempo ni de la capacitación en

técnicas de negociación necesaria para lograr que se concilien las

diferencias. Queda entonces la alternativa de que la conciliación sea

procurada por instituciones ajenas al Poder Judicial. 

Ahora bien, en torno a la Conciliación Extrajudicial,

doctrinariamente existen posiciones contrapuestas en relación al sujeto

encargado de propiciar la conciliación. Así, algunos autores han negado al

Estado dicha facultad en las controversias surgidas entre intereses privados,

aduciendo que la conciliación sólo interesa a las partes. 

Otros autores refieren que el Estado, como ente encargado de

la función jurisdiccional por antonomasia, tiene un interés mayor en que las

controversias se solucionen sin necesidad de ocasionar mayor desgaste y

carga al sistema jurisdiccional y, por lo mismo, debe estar facultado para

procurar la conciliación. 

54
Cualquiera de las dos posiciones nos llevan a la conclusión de

que la conciliación, sea procurada por el Estado, dentro de un proceso

judicial, o por particulares bajo supervisión del mismo, es necesaria y

conveniente para el país. 

Claro está que de existir instituciones privadas investidas de

facultades conciliadoras, éste medio alterno de solución de conflictos se

llevará a cabo con mayor eficacia. 

Las ventajas que ofrece en relación a los procesos judiciales,

en cuanto a duración, eficiencia, fácil acceso, satisfacción de ambas partes,

mayor flexibilidad y otros beneficios adicionales, como la descarga de los

despachos judiciales, sin duda harán que por fin dicha institución prospere. 

A continuación efectuamos una síntesis de las principales

diferencias entre la Conciliación Judicial y la Extrajudicial en nuestro país:

1.-La Conciliación Judicial (CJ) está a cargo del juez. La

Conciliación Extrajudicial (CE) la realiza el conciliador extrajudicial en el

Centro de Conciliación y alternativamente el juez de paz letrado o el juez de

paz (artículo 60º del Reglamento).

2.-En la Conciliación Extrajudicial, las partes pueden conciliar

extrajudicialmente en el momento en que así lo decidan. En la Conciliación

Judicial (art. 323º del C.P.C.) se puede hacer en cualquier estado del

proceso, siempre que no se haya expedido sentencia en segunda instancia.

55
3.-La Conciliación Extrajudicial es solicitada únicamente por las

partes, mientras que la Conciliación Judicial puede ocurrir ante el juez del

proceso, en la Audiencia convocada de oficio o cuando es solicitada por las

partes (art. 324º del C.P.C.).

4.-La Conciliación Judicial se realiza en los despachos judiciales.

La Conciliación Extrajudicial, en un Centro de Conciliación autorizado o ante

el juez de paz letrado.

5.-La Conciliación Judicial es una fase o etapa del proceso judicial,

llamada Audiencia de Conciliación. La Conciliación Extrajudicial es un

procedimiento autónomo, previo o paralelo al proceso judicial.

6.-La responsabilidad disciplinaria del juez en el proceso judicial se

circunscribe a las normas del Código Procesal Civil y Ley Orgánica del

Poder Judicial. La responsabilidad de los conciliadores por el Reglamento de

Sanciones a Conciliadores y Centros de Conciliación (Resolución Ministerial

Nº 174-98-JUS).

7.-Las partes pueden asistir a la Audiencia de Conciliación

Judicial, personalmente, acompañados de sus abogados o a través de un

representante o apoderado. En la Conciliación Extrajudicial, no es necesario

que las partes acudan con sus abogados, excepcionalmente se contempla la

asistencia de apoderados.

8.-En la Conciliación Judicial, El juez concilia sobre la materia

señalada en la demanda o reconvención, mientras que en la Conciliación

56
Extrajudicial se puede resolver también las controversias identificadas

posteriormente.

9.-En la Conciliación Judicial, el juez está obligado a proponer una

fórmula conciliatoria. En la Conciliación Extrajudicial, el conciliador está

facultado (no obligado) a proponer las fórmulas conciliatorias que considere

convenientes.

10.-En la Conciliación Judicial, si las partes no llegan a un

acuerdo, el juez señala la fórmula conciliatoria y la parte que no prestó su

conformidad. En la Conciliación Extrajudicial, el acta no puede registrar las

propuestas de las partes, basta con señalar los acuerdos o la situación

objetiva que impidió el logro de los acuerdos (art. 16 de la Ley de

Conciliación y 24 del Reglamento).

11.-La Conciliación Judicial, obliga al juez a multar al renuente

luego de realizar un análisis comparativo entre su sentencia y la fórmula

conciliatoria rechazada (art. 326º C.P.C.). En la Conciliación Extrajudicial no

se contempla esta figura.

12.-En la Conciliación Judicial (art. 325º C.P.C.), la verificación de

la legalidad de los acuerdos conciliatorios recae en el juez. En la

Conciliación Extrajudicial, la realiza el abogado adscrito al Centro de

Conciliación, salvo que el conciliador sea un abogado colegiado.

1.2.6. Materias conciliables

57
Tal como lo establece la vigente Ley de Conciliación, éstas se

encuentran reguladas en el art. 9 de la Ley y en el art. 7 del Reglamento,

estableciéndose que son materias conciliables por las partes las

pretensiones determinadas o determinables, que versen sobre derechos

disponibles.

En ese entender, podemos mencionar en el ámbito civil a

manera de ejemplo las controversias jurídicas que vienen siendo sometidas

al procedimiento conciliatorio previo, como requisito de admisibilidad antes

de recurrir a la vía jurisdiccional: 

 Desalojos.

 Otorgamiento de Escritura Pública.

 Interdictos.

 Obligación de Dar Suma de Dinero, de Hacer y No

Hacer.

 Convocatoria a Junta o Asamblea.

 Indemnización.

 División y Partición de Bienes.

 Resolución de Contrato.

 Rescisión de Contrato.

58
 Incumplimiento de Contrato.

 Rectificación de Áreas o Linderos.

 Reivindicación.

 Retracto.

 Mejor Derecho de Propiedad.

 Ofrecimiento de Pago.

 Problemas vecinales.

 Cualquier otro conflicto que trate sobre derechos

disponibles.

Por su parte, en el ámbito del derecho de familia son asuntos

conciliables:

 Alimentos.

 Régimen de Visitas.

 Violencia Familiar.

Igualmente en el derecho penal son conciliables:

 La cuantía de la reparación civil, derivada de la comisión

de delitos, en cuanto no haya sido fijada por resolución judicial firme.

59
A su vez en el derecho laboral serán conciliables:

 Los derechos laborales disponibles, no así aquellos que

por su naturaleza son irrenunciables.

Cabe precisar que el art. 6 de la Ley y el 7 del Reglamento,

establecen la conciliación prejudicial como requisito obligatorio de

procedibilidad, disponiendo asimismo los casos que serán objeto de

conciliación facultativa:

 Cuando la parte emplazada domicilia en el extranjero.

 En los procesos cautelares, de ejecución y de garantías

constitucionales.

 Cuando se ha convenido que el conflicto se resuelva

mediante arbitraje.

Es pertinente precisar que la función del conciliador no es

jurisdiccional, éste se limita a inducir y facilitar el acuerdo, no resuelve la

controversia, sino propicia su solución; es más, no emite decisiones de

derecho. 

El conciliador no impone fórmulas, no dicta medidas coercitivas

ante determinadas actitudes de las partes, en suma no tiene ninguna de las

facultades inherentes a la actividad jurisdiccional. El pretender asumir que

las actas constituyen documentos jurisdiccionales por el hecho de que

pueden ser ejecutadas por la vía de un procedimiento de ejecución de

60
resoluciones judiciales, es desconocer lo estipulado por el artículo 713º del

Código Procesal Civil que establece que constituyen títulos de ejecución las

resoluciones judiciales firmes, los laudos arbitrales y los que señale la ley. 

Es imposible, entonces, que exista un fuero sin actividad

jurisdiccional, sin personas que emitan decisiones de derecho, sin "notio"

(facultad de conocer en todos los asuntos atribuidos a los órganos

judiciales), sin "vocatio" (facultad de citar a las partes para comparecer bajo

apercibimiento), sin "jus coercio" (facultad de castigar con penas leves el

desacato), sin "jus excecutio" (facultad de ejecutar sus sentencias), sin "jus

imperium" (facultad de mandar). 

En consecuencia al no constituir actividad jurisdiccional la

desarrollada por los conciliadores, no puede de ninguna manera

interpretarse la función conciliadora privada como constitutiva de un fuero.

Los jueces emiten sentencias, los árbitros laudos, los conciliadores no

emiten decisión alguna. 

CAPITULO III

LA CONCILIACIÓN Y EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD

1. EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD 

1.2. CONCEPTOS GENERALES

Cuando nos referimos a éste principio, normado en nuestro

ordenamiento procesal penal estamos aludiendo a una institución procesal

61
que quiebra la inflexibilidad del clásico principio de obligatoriedad de la

acción penal.

Al respecto y como bien lo señala Ore Guardia, nuestro sistema

penal tiene una base inquisitiva pues señala que tiene como regla casi

absoluta que todo delito debe ser investigado y sancionado, en base al

principio de legalidad, por el cual ante la noticia de la posible comisión de un

hecho delictivo, existiría la obligación de perseguirlo y sancionarlo a través

de las entidades competentes del Estado.

Dicha obligación funcional de perseguir y sancionar todos los

delitos, tendría su sustento en la concepción de una justicia absoluta, a la

que no puede escapar ningún delito.

Por ello se afirma que un nuevo modelo de justicia penal, la

preocupación central no debe ser sólo la solución formal del caso, sino la

búsqueda de una solución para el conflicto social generado por el delito. En

consecuencia el proceso penal no puede permanecer al margen ni de las

exigencias propias del modelo de Estado en el que se desarrolla ni, por

consiguiente, de las funciones que el derecho penal asuma en un concreto

momento histórico y respecto a un ordenamiento jurídico determinado.

Incide el autor en el hecho que cualquier proceso penal moderno,

si bien ha de continuar fiel a su función tradicional, sirviendo a la aplicación

del " ius puniendi" estatal con todas las garantías procesales y respecto a los

derechos fundamentales del imputado, propios de un Estado de Derecho, no

puede renunciar a tutelar, en la medida en que sea posible, otros derechos o

intereses dignos de protección que la propia Constitución reconoce, como

62
son por ejemplo, el de la víctima del delito y el existente en la resocialización

del imputado.

Infiere entonces que el principio de oportunidad reglado sirve al

interés público existente en la resocialización del imputado y responde a las

exigencias del moderno Estado de Derecho y a la función de prevención

especial que la pena y el Derecho Penal asumen en él. En consecuencia,

considera que la respuesta penal frente a la pequeña y grave criminalidad no

puede ser la misma. Se precisa, en estos casos, de una respuesta jurídica

adecuada, "justa y útil" incorporando la tendencia metodológica de separar la

grande de la "pequeña o mediana" criminalidad.

Se coincide en éste punto con Oré Guardia, quien señala que en

la actualidad nuestro país, e incluso países más avanzados, no han podido

someter al sistema penal todos los delitos que se cometen en la sociedad,

ya que el estado muchas veces carece de capacidad, de medios materiales

y humanos para poder perseguir con todos los hechos delictivos. Señalando

que por ésta carencia, se estima que aproximadamente el 75% de los delitos

quedan fuera del sistema penal y pasan a formar parte de lo que la

criminología denomina "cifra negra" de la delincuencia.

Refiere que la imposibilidad de procesar todos los delitos, sobre

todo lo de mayor lesividad social, ha traído como consecuencia la necesidad

de invocar y poner en práctica el principio de oportunidad, el cual opera

como correctivo de las disfunciones generales por la irrestricta aplicación del

principio de legalidad.

63
Concluye que por ese motivo el principio de oportunidad viene

siendo incorporado en la mayoría de reformas contemporáneas de los

ordenamientos procesales penales.

Menciona que la Recomendación Nº R (87) del Comité de

Ministros del Consejo de Europa aconsejó a sus estados miembros

incorporar en sus legislaciones el principio de oportunidad de la acción

penal. Considerando que en base a esa interpretación se han levado a cabo

las últimas reformas procesales penales, con la finalidad de abreviar y

acelerar los trámites procesales en los delitos de "pequeña y mediana

criminalidad".

1.1.1. Definiciones

Un primer análisis del principio de oportunidad nos permite

constatar que se le ha venido definiendo como aquel que se contrapone

excepcionalmente al principio de la legalidad penal corrigiendo su

disfuncionalidad, no obstante tal como lo expone Baumann, ésta afirmación

no es del todo cierta, pues si bien es cierto que se acostumbra resumir las

excepciones al principio de legalidad recurriendo a la expresión genérica

"principio de oportunidad" no se trata siempre de oportunidad sino de

intereses y presupuestos jurídicos diferentes, como lo son los criterios de

economía procesal, tramados jurídicos-materiales o categorías de política

criminal.

Considera que ésta generalización parte del poco interés

puesto por doctrinarios para definir los rasgos más saltantes del citado

64
principio; refiere que incluso el mismo Roxin tan meticuloso en casi toda su

obra, se limita a asumir que el principio de oportunidad es la contraposición

teórica del principio de legalidad, mediante el cual se autoriza al Fiscal a

optar entre elevar la acción o abstenerse de hacerlo - archivando el proceso

- cuando, las investigaciones llevadas a cabo conduzcan a la conclusión de

que el acusado, con gran probabilidad, ha cometido el delito.

De otro criterio son tratadistas como Maier que lo definen

como la posibilidad de que los órganos públicos, a quienes se les

encomienda la persecución penal, prescindan de ella, en presencia de la

"notitia" de un hecho punible o, inclusive, de la prueba más o menos

completa de su perpetración, formal o informalmente, temporal o

indefinidamente, condicional o incondicionalmente

A su vez, Gimeno Sendra entiende por principio de

oportunidad la facultad que al titular de la acción penal asiste, para disponer

bajo determinadas condiciones de su ejercicio, con independencia de que se

haya acreditado la existencia de un hecho punible contra un autor

determinado.

Bacigalupo señala que el principio de oportunidad no debe

entenderse exclusivamente como una renuncia bajo ciertas condiciones a la

acción penal diversificado del conflicto social representado por el hecho

delictivo.

Un punto de vista similar tiene Creus, el cual lo considera

como la posibilidad que el funcionario posee de discriminar si se encuentra o

65
no ante un hecho que puede constituir delito, para promover la acción o

abstenerse de hacerlo.

En el ámbito del derecho penal peruano podemos encontrar

autores que definen el principio de oportunidad desde un punto de vista

positivo, poniendo énfasis en los aspectos normativos y procesales. Así

tenemos que para Oré Guardia, éste principio es un mecanismo procesal a

través del cual se faculta al Fiscal titular de la acción penal para decidir

sobre la pertinencia de no dar inicio a la actividad jurisdiccional penal, o en

su caso a solicitar el sobreseimiento cuando concurran los requisitos

exigidos por ley.

En estos casos, a pesar de haber un hecho delictuoso con

autor determinado, el ejercicio de la acción penal se extingue por acto

distinto de una sentencia, sustentado en los criterios de falta de necesidad

de la pena o falta de merecimiento de la misma, todo ello con el fin de

solucionar en parte el grave problema de sobrecarga procesal y congestión

penitenciaria.

Mientras que Sánchez Velarde lo define como la

discrecionalidad concedida al Ministerio Público a fin de que éste decida

sobre la persecución penal pública, especialmente en los casos de delitos

leves y con tendencia a ampliarse a la mediana criminalidad.

Igualmente existen autores nacionales que inciden en la

naturaleza excepcional del principio de oportunidad, entre ellos, Cubas

Villanueva quien señala éste principio como una excepción al reino del

principio de legalidad. Refiere que éste principio en ordenamientos como el

66
nuestro está reglado, es decir, sólo se puede aplicar a algunos delitos, en

función de que afecten levemente el interés social. Finalmente, Catacora

Gonzáles dice que el principio de oportunidad es la antítesis del principio de

legalidad u obligatoriedad. Agrega que sus propósitos son loables y podría

convertirse en un gran instrumento para descargar a los fiscales y juzgados

de trabajo inútil. Como hemos podido apreciar, si bien existen divergencias

en la doctrina nacional y extranjera, sobre la naturaleza excepcional o no del

principio de oportunidad, respecto del principio de legalidad, hay consenso

en cuanto a la conveniencia de la facultad discrecional del Fiscal para

ejercitar o no la acción penal en los supuestos que establezca la norma

procesal penal, con la finalidad de aliviar al organismo jurisdiccional de una

sobrecarga de delitos de escasa afectación social y sobretodo que permita

solucionar a las mismas partes afectadas de manera pronta y efectiva su

problema.

1.1.2. El Principio de Oportunidad en el ámbito internacional.

En la Legislación Alemana.

Esta institución tendría sus orígenes en Alemania, a

través de la "Ley Emminger" del 4 de enero de 1924, por el cual se facultó al

Ministerio Público a abstenerse de ejercitar la acción penal en los casos en

que la culpa sea leve y carezcan de importancia las consecuencias dañosas,

de tal manera que su persecución no afecte el interés público.

Al comentar la Legislación alemana sobre el particular,

García del Río, efiere que la Ordenanza Procesal Penal alemana contempla

el principio de oportunidad en los arts. 153 y 55 señala que conforme a estos

67
dispositivos, los asuntos de bagatela no caben en el principio de legalidad.

Es más, el principio de legalidad no se entendería hoy absolutamente, pues

la Fiscalía no está obligada a perseguir cualquier infracción del Derecho

Penal, dado que por razones de prevención general y especial, ligadas a la

necesidad y conveniencia del castigo en el caso concreto, han aconsejado

una disminución de la intensidad formal que el principio significa. En ese

entender, la disposición más importante, al respecto, la contiene el art. 153

(introducido en 1924 por la reforma Emminger) antes mencionado; éste

artículo no admite la persecución de los delitos si la culpabilidad del autor es

leve y no existe un interés público en la persecución, únicamente, por cierto

con el consentimiento del Tribunal.

Añade que no resulta necesario el consentimiento del

tribunal en los casos de pequeña criminalidad contra la propiedad y el

patrimonio (art. 153, párrafos 1 y 2), los criterios de oportunidad pueden

obedecer, además, a la satisfacción de determinados presupuestos. Es

decir, la Fiscalía con aprobación del Tribunal y del inculpado, puede

prescindir provisionalmente del ejercicio público de la acción a cambio de

que el inculpado:

1.-Repare el daño causado.

2.-Otorgue prestación de utilidad pública.

3.-Cumpla determinadas obligaciones (y de carácter alimenticio).

Resalta el tratadista que el archivo del procedimiento

por el Ministerio Público no tiene autoridad de cosa juzgada. El

procedimiento puede reanudarse en cualquier momento si se presentan

68
hechos nuevos que produzcan simultáneamente otra calificación jurídica del

hecho.

 En el Sistema procesal norteamericano.

En un sistema procesal anglosajón como el

norteamericano, el uso del principio de oportunidad aparece como un

mecanismo institucionalizado de evitación de un juicio prolongado o de una

condena mayor, por acuerdo entre las partes en la causa penal .De hecho,

tal como lo refiere Sánchez Velarde, entre el 75% y el 90% de las causas

penales en los EE.UU. terminan como consecuencia del uso de éste

sistema.

El denominado "Plea Bargaining" es el acto por el cual

el imputado manifiesta su decisión de declararse culpable, su conformidad

con los cargos que se le formulan, renunciando de ésta manera al derecho

que le corresponde de que su causa sea vista en un juicio con las garantías

preestablecidas y renunciando, asimismo, a la posibilidad de que en él se

pueda declarar su absolución.

Como bien determina el autor, en el sistema

norteamericano, la declaración de culpabilidad puede manifestarse bajo tres

formas: "a) voluntaria", en caso de evidencia de culpabilidad."b)

Estructuralmente inducida", cuando la confesión es consecuencia de la

previsión de una pena más grave, para quienes insisten en la celebración de

la vista o porque es sabido que los jueces imponen una pena más benigna a

quienes reconociendo su culpabilidad, renuncian al juicio contradictorio.”c)

69
Negociada", que consiste en el acuerdo entre el Fiscal y el acusado o su

abogado, antes de la vista de la causa, que puede ser un acuerdo sobre el

delito o sobre la pena, o sobre ambos.

Es aquí que el plea bargaining aparece, como las

negociaciones que se llevan a cabo entre Ministerio Público y la defensa y

en las que se acuerda la declaración de culpabilidad del acusado, evitando

de ésta manera la realización del juicio, a cambio de una reducción en los

cargos formulados o a cambio de una recomendación de indulgencia hecha

por el Fiscal al Juez.

El poder de discrecionalidad del Ministerio Público es

muy amplio. La negociación puede, incluso, llevar a renunciar a la acción

penal ya iniciada. Se habla por ello de una "Justicia contratada".

En ese sentido, el acuerdo transaccional entre el

Ministerio Público y la defensa, que se reduce a la admisión de culpabilidad

igual benignidad de la pena, significa que el "Public prosecutor" se puede

comprometer a: 1) ejercitar la acción penal sólo por algunos de los delitos

investigados.2) proceder solo en cuanto a delitos menores y no por los de

gravedad.3) Omitir las circunstancias agravantes o reconocer las

atenuantes. Igualmente el Fiscal esté posibilitado para no acusar a un

delincuente que carece de antecedentes penales, cuando se trata de un

delito no violento o relacionado al tráfico de drogas, siempre que cumplan

con un programa de rehabilitación.

Menciona a su vez que el interés de la vigencia de

éste sistema comprende distintas órdenes, pero que confluyen en un punto

70
central: La economía, en sentido amplio. Así, la declaración de culpabilidad y

evitación del juicio beneficia a las partes implicadas, el acusado puede evitar

la imposición de una pena más grave, evitar retrasos en el proceso, superar

la incertidumbre que se derive del juicio, y los gastos económicos que

significa.

El Defensor, obtiene sus honorarios con menos

esfuerzo, el Fiscal consigue una condena sin riesgos de absolución, además

de mantener una buena imagen pública, y, por último, el Estado, que logra

una declaración de culpabilidad sin mayor perjuicio económico, al evitarse la

realización del juicio oral.

 En la Legislación italiana

En Italia, la Legislación procesal establece

mecanismos de acuerdo entre las partes a fin de evitar el juzgamiento o

abreviar el proceso. Los procesos especiales atienden a éste cometido. El

juicio abreviado y "el patteggiamento" se basan en la existencia de un

acuerdo entre el imputado y el Ministerio Público sobre la forma y la pena,

así como el denominado "Decreto Penal de condena" que apunta a evitar el

debate oral.

El procedimiento de aplicación de la pena a pedido de

las partes (pattegiamento) es el más parecido al plea bargaining, el acuerdo

entre el imputado y el Ministerio Público se manifiesta sobre la pena, en

cuanto a la aplicación de la sustitución de la misma, reducida a un tercio,

siempre que en los hechos investigados aparezcan circunstancias

71
atenuantes que así lo permitan o la pena privativa de la libertad no sea

superior a dos años (art. 444 de la nueva ley italiana).

El juez antes de emitir resolución final podrá verificar la

voluntad expresada en la petición o en el consenso a que se ha llegado,

pudiendo disponer la comparecencia del imputado e incluso rechazar la

solicitud si las propuestas a que han llegado las partes no son correctas.

También aparecen criterios de oportunidad en el

procedimiento por decreto (art.459) y se posibilita el cambio de trámite del

procedimiento inmediato o el directísimo a los ya citados, con igual

posibilidad de consenso.

Al Ministerio Público se le faculta para dirigir la

indagación preliminar y ejercitar la acción penal, además de otras facultades,

como la de tener iniciativa en la simplificación del procedimiento mediante la

adopción de criterios establecidos, conforme a lo señalado por la legislación

italiana

 En la legislación argentina

En Argentina, la suspensión del procedimiento a

prueba es un instrumento procesal que detiene el ejercicio de la acción penal

a favor de un sujeto imputado por la comisión de un ilícito, quien se somete,

durante un plazo, a una prueba en la cual deberá satisfactoriamente con

ciertas y determinadas obligaciones legales e instrucciones que le imparta el

Tribunal para el caso concreto, a cuyo término se declara extinguida la

acción penal, sin consecuencias jurídico penales posteriores.

72
Sin embargo, si se transgrede o cumple

insatisfactoriamente la prueba, el Tribunal previa audiencia en la que

interviene el imputado, tiene la facultad de revocar la medida y retomar la

persecución penal contra él. La aplicación de éste instituto depende, para el

derecho procesal penal argentino, de tres requisitos:

1.-El consentimiento del otorgamiento del beneficio por parte del imputado.

2.-La reparación, en lo posible, del daño provocado a la víctima.

3.-La no comisión de un delito anterior

En líneas generales se puede caracterizar la

suspensión del procedimiento a prueba argentino como un beneficio con

finalidad preventivo-especial. Igualmente, es un instrumento pensado sobre

la base de fundamentos políticos criminales, orientado a combatir las

consecuencias gravosas del propio sistema penal.

Podemos referirnos a que constituye una excepción al

principio de legalidad de la acción penal, el cual determina que todos los

delitos de acción pública deben ser perseguidos de igual manera y con la

misma intensidad (Art. 71° CP).

En consecuencia puede afirmarse que se trata en

verdad, de una derivación del principio de oportunidad que implica apartarse

de la finalidad retributiva de la pena y dirigirse hacia fines utilitaristas de

prevención general y especial.

 En la Legislación colombiana.

73
Tal como lo indica Bernal Cuellar, citado por Sánchez

Velarde, es importante resaltar que tal como quedó estructurado el Código

Procesal Penal Colombiano el ejercicio de la acción penal obedece al

principio de la legalidad y no al de oportunidad (debiendo entenderse que

este último principio es aplicable en este sistema penal, pero como una

excepción al principio de legalidad). La formulación de la acusación no

depende de la discrecionalidad del funcionario o de la conveniencia o no de

dicha acusación, sino, por el contrario, depende de la concurrencia de

determinada prueba que permita fundamentar la resolución acusatoria.

Sin embargo, el Art. 6 de la Ley 81 de 1993 modificó el

Art. 38 del C. De P.P. que regula, para los delitos que admiten desistimiento

y para aquellos que permiten la preclusión de la investigación por

indemnización integral de perjuicios, la figura jurídica de la conciliación en

busca de un acercamiento entre el autor del hecho y los perjudicados, con el

fin de que cuantifiquen el monto de los perjuicios, de ésta manera se reduce

a un contenido estrictamente económico la lesión del objeto jurídico y se

permite, como ya se dijo, el restablecimiento del derecho y la terminación del

proceso para descongestionar los despachos judiciales ( Art. 14º C. Del

P.P.). Se trata de la llamada de la disponibilidad de la acción penal mediante

acuerdo de los sujetos que conforman la relación jurídico-procesal, autor del

hecho y sujeto pasivo o perjudicado de la infracción.

En la mayoría de las legislaciones existe una zona que

comprende múltiples comportamientos delictuales, con respecto a los cuales

no obra la plena oficiosidad por parte del Estado en la investigación de los

74
hechos, sino que incluye en los códigos la discrecionalidad del perjudicado

para que una vez se restablezca el derecho, pueda dicha circunstancia

constituir causa de extinción de la acción penal.

El Art. 38 del C. de P.P. colombiano permite la conciliación durante las

siguientes etapas:

a) Indagación previa. En éste caso si prospera el acuerdo entre las partes,

debe proferirse resolución inhibitoria.

b) Instrucción formal, es decir a partir de la resolución de apertura de la

investigación, en la cual debe ordenarse por parte del funcionario la

realización de audiencia de conciliación, la que se practicará dentro de los

diez días siguientes contados a partir de ésta providencia. En ésta etapa, si

prospera la conciliación de inmediato debe producirse la resolución de

preclusión, y si el acuerdo se obtiene estando el proceso en despacho para

calificar el mérito del sumario, debe optarse por la preclusión como forma

especial de calificación.  c) En la etapa de juzgamiento, hasta antes de que

quede ejecutoriada la sentencia definitiva, momento en el cual el

reconocimiento del acuerdo se hará mediante auto de cesación de

procedimiento por tratarse de causal objetiva de extinción de la acción penal.

Debe tenerse en cuenta que para efectos penales, el

acto de conciliación en sí mismo no hace tránsito de cosa juzgada .Es

presupuesto indispensable la aceptación del funcionario judicial, por cuanto

éste debe realizar controles sustanciales.

Respecto de las consecuencias del acuerdo, en el

sentido de establecer si es factible precluir o cesar el procedimiento de

75
manera integral o parcial, debe recordarse que la conciliación tiene

contenido estrictamente económico independientemente de la existencia o

no de responsabilidad penal del imputado o procesado.

1.1.3. Fundamentos

En lo que concierne a los fundamentos para la aplicación

del principio de oportunidad, existen criterios en la doctrina como el de

Sánchez Velarde para quien éste fundamento se encuentra en la escasa

relevancia social de la infracción. En estos casos considera que no existe un

interés social de punición y que pueden ser resueltos por los sujetos de la

relación procesal sin poner en marcha el aparato judicial o dando por

concluido el ya iniciado.

Por su parte Gimeno Sendra establece que el fundamento

se encuentra en la escasa entidad del daño social producido o en la

personalidad del inculpado que no podría justificarse mediante criterios

discriminatorios de índole económico, sociológico o político, ya que los

principios constitucionales de igualdad y de seguridad jurídica podrían ser

cuestionados.

En su opinión, éste principio también tiene un fundamento

político; su innovación legislativa obedece a la necesidad no de lucha contra

la delincuencia, sino de solucionar problemas de saturación de los procesos

penales.

Para Oré Guardia desde el punto de vista social el

fundamento del principio de oportunidad radica en la escasa relevancia

76
social del ilícito penal. En tal caso existe un interés colectivo en la

persecución penal, de modo que el conflicto puede muy bien resolverse

entre los sujetos de la relación procesal, sin que intervenga el órgano

judicial.

Citando a Silvia Barona, considera que el principio de

oportunidad contribuye a la consecución de la justicia material por encima de

la formal, favoreciendo el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas,

constituyéndose así, en un instrumento que permite llevar a cabo un

tratamiento diferenciado entre hechos punibles que deben ser perseguidos, y

otros con un mínimo de interés social y en los que la pena carece de

significación.

Coincide Oré con Gimeno Sendra en que desde el punto de

vista político estriba en la necesidad de solucionar problemas de saturación,

como la acumulación de procesos, retardo procesal, y deficiencias en cuanto

a infraestructura e ineficacia administrativa. Reflexiona en que el fundamento

político criminal de la oportunidad radica, por un lado, en la necesidad de

evitar procedimientos que puedan aparecer como innecesarios y facilitar el

uso de penas alternativas a la privación de la libertad, que pueden tener

importantes efectos preventivos sin causar los estragos que sobre la libertad

personal provoca aquella.

1.1.4. Objetivos

Como bien lo señala Peña Gonzáles cuya opinión

compartimos, de manera genérica podemos afirmar que son tres los

objetivos principales para la aplicación del Principio de Oportunidad:

77
 Descriminalización 

Respecto a hechos punibles, evitando la aplicación del poder sancionador de

la norma penal, cuando otras formas de reacción frente al comportamiento

desviado pueden alcanzar mejores resultados o donde resulte innecesaria

su aplicación.

 Resarcimiento a la víctima

Como segundo objetivo del principio de oportunidad se señala el

resarcimiento rápido y oportuno a la víctima por el daño ocasionado, de tal

manera que no haya necesidad de esperar los más de uno o más años que

dura un proceso, para que el afectado o víctima obtenga una reparación.

Esta rapidez y oportunidad en el resarcimiento a la víctima, tiene suma

importancia, en cuanto va a permitir a ésta contar con los medios

económicos para tratar de alguna manera sobrellevar o amenguar el dolor o

perjuicio provocado, pues si éste resarcimiento no es oportuno no tendría

mayor trascendencia.

 Eficiencia del sistema penal.

Otro de los objetivos del principio de oportunidad sería la búsqueda de la

eficiencia del sistema penal en aquellas situaciones en las que resulta

indispensable su actuación como método de control social, procurando el

descongestionamiento de una justicia penal saturada de procesos, que no

permiten el tratamiento preferencial de aquellos delitos considerados graves

o de mayor lesividad social.

1.1.5. El Principio de Oportunidad en el Código Procesal Penal 

78
Como se mencionó en su momento, el Código Procesal Penal de 1991

introdujo importantes innovaciones en el ámbito del Derecho Procesal penal,

una de las cuales es precisamente el principio de oportunidad. Este cuerpo

normativo establece en su Art. 2 que el Ministerio Público, con

consentimiento expreso del imputado, podrá abstenerse de ejercitar la

acción penal en cualquiera de los siguientes casos:

1.- Cuando el agente haya sido afectado directa y gravemente por las

consecuencias de su delito y la pena resulte inapropiada.

2.- Cuando se trate de delitos que por su insignificancia o por su propia

frecuencia no afecten gravemente el interés público, salvo cuando la pena

mínima supere los dos años de la pena privativa de libertad o hubieran sido

cometidos por un funcionario público en ejercicio de su cargo.

3.- Cuando la culpabilidad del agente en la comisión del delito o su

contribución a la perpetración del mismo, sean mínimos, salve que se trate

de un hecho delictuoso cometido por un funcionario público en ejercicio de

su cargo.

En los supuestos previstos en los incisos 2) y 3), será

necesario que el agente hubiere reparado el daño ocasionado o exista un

acuerdo con la víctima en ese sentido.

Si la acción penal hubiera sido ya ejercida, el Juez podrá, a

petición del Ministerio Público, dictar auto de sobreseimiento en cualquier

etapa del proceso, bajo los supuestos antes mencionados.

A. Requisitos para su aplicación

79
De la norma citada podemos inferir los siguientes

requisitos para su aplicación:

a) El consentimiento expreso del imputado

La abstención de la persecución penal no es una decisión que el Ministerio

Público pueda adoptar de oficio. La ley exige el consentimiento expreso del

imputado previo a la resolución del Fiscal. A diferencia del Supuesto

establecido en el primer inciso de la ley, en los últimos dos el consentimiento

va acompañado de la reparación del daño ocasionado o del compromiso en

ese sentido.

En éste punto considera Sánchez Velarde que la iniciativa

en la aplicación de los criterios de oportunidad puede corresponder al

imputado o al Ministerio Público.

En el primer caso será el imputado el que haga conocer al

Fiscal su interés en evitar el inicio de la acción penal o que se prosiga el

proceso penal ya iniciado, expresando su disposición a cumplir con la

reparación del daño ocasionado al agraviado o perjudicado por el hecho

punible.

En el segundo caso, dada las circunstancias de los hechos

que se investigan y en atención a los supuestos previstos por ley, el Fiscal

podrá hacer conocer al imputado la posibilidad de prescindir de la

persecución penal si éste cumple con reparar el daño ocasionado.

80
El consentimiento del imputado debe "constar por escrito",

el pedido de éste podrá ser por escrito o verbal, pero su consentimiento

debe plasmarse en un acta suscrita ante el Fiscal o en todo caso en su

declaración; previa a la resolución que se dicte en éste sentido. Asimismo

cualquier documento privado debe ser aceptado y ratificado ante el Fiscal;

teniendo en cuenta igualmente que la intervención del defensor del imputado

resulta de importancia, aunque puede prescindirse de él.

La intervención del agraviado u ofendido por el hecho

punible resulta también importante, para evitar posibles cuestionamientos si

el acuerdo se realiza sólo entre el Fiscal y el imputado, aunque tampoco es

imprescindible su presencia.

b) La Reparación civil.

En opinión de Oré, para los casos de mínima gravedad del delito o mínima

culpabilidad del agente, inciso 2 y 3 del art. 2 del C.P.P., se requiere que el

sujeto imputado efectúe la reparación civil, es decir la restitución del bien o el

pago de su valor, y la correspondiente indemnización por los daños y

perjuicios causados.

Indica que la Circular Nº 006 - 95 MP - FN

(aprobada el 15 de noviembre de 1995) establece que el Fiscal procurará

que el denunciado o implicado, el tercero civil y el agraviado se pongan de

acuerdo acerca del monto indemnizatorio y la forma de pago. De no

producirse el acuerdo, el Fiscal fijará la indemnización y su forma de pago.

81
Es pertinente mencionar que si bien las normas

vigentes no se pronuncian sobre los casos de incumplimiento de la promesa

a reparar el daño al agraviado, de acuerdo al art. 2 del CPP de 1997,

constituye un elemento condicionante por cuanto el Fiscal podrá prever la

continuación del proceso penal en caso de incumplimiento del compromiso

de pagar la reparación por parte del denunciado. En otras palabras, cuando

exista compromiso de pago el archivamiento ordenado por el Fiscal tiene el

carácter de provisional hasta que se cumpla con el compromiso acordado.

Igualmente cuando el Juez Penal realice el sobreseimiento de una causa,

esta decisión tendrá el carácter de provisional, quedando condicionada al

pago efectivo de la reparación.

Sobre este punto, GALVEZ VILLEGAS estima que

en determinados casos de falta de necesidad de pena y/o falta de

merecimiento de pena, como los previstos en el art. 2 del Código Procesal

Penal, el Fiscal, una vez recibido el atestado policial, recibida la denuncia de

parte con todos los recaudos, de los cuales se advierten suficientes indicios

de comisión de la comisión del delito denunciado y de la responsabilidad

penal del agente incriminado, o de concluida la investigación preliminar

llevada a cabo en su despacho, pude abstenerse del ejercicio de la acción

penal en contra del denunciado - quién a la vez habrá admitido su

responsabilidad penal en los hechos y estar de acuerdo con dicha

abstención-. 

Sin embargo, para que el Fiscal se abstenga del ejercicio de la acción penal

en estos casos, es necesario que previa a la resolución de abstención, se

82
haya reparado el daño ocasionado, o en todo caso que exista un acuerdo

con el agraviado en ese sentido. En este último supuesto, quedará pendiente

la resolución definitiva hasta que se cumpla con el acuerdo preparatorio.

Concluye el autor señalando que en aplicación del principio de oportunidad,

también se puede lograr el resarcimiento del daño; y aún ciando en la

práctica no se viene aplicando este principio como debería ser, esta

institución procesal configura un mecanismo de solución de conflictos penal,

alternativo al proceso penal; por lo que debe impulsarse su aplicación en la

mayor parte de los casos. 

B. Supuestos de aplicación

El previamente citado art. 2 del Código Procesal Penal establece tres

supuestos para la aplicación del principio de oportunidad:

a) Agente afectado por el delito

Este supuesto normado en el inciso 1 del art. 2 se refiere al caso del

denominado " infractor - víctima" o agente que es afectado por el delito que

cometió. Este supuesto se ubica dentro de las causas relacionadas con el

autor del hecho, en cuanto éste reúne la condición de autor y víctima del

delito.

El delito puede ser doloso o culposo, no

distinguiendo la norma a qué tipos de delitos se dirige éste supuesto; no

obstante debe entenderse que comprende delitos de mediana y mínima

lesividad social. Ello en atención a la esencia misma de la institución, pues el

fundamento principal de la aplicación de estos criterios de oportunidad radica

83
además de la escasa gravedad de la infracción, en la falta de interés público

de punición.

Para Sánchez Velarde, la ley exige que el agente

haya sido afectado directa y gravemente por el delito que él mismo produjo.

La afectación puede sobrevenir por daño grave recaído en la persona del

autor o en otras vinculadas a él, o que por determinadas circunstancias, el

infractor se siente directa y gravemente afectado.

El fundamento de ésta disposición radicaría en que

tales circunstancias crearían en el agente o responsable problemas de

conciencia que la imposición de la pena sólo acrecentaría.

La valoración de las circunstancias del hecho

punible y la afectación directa y grave que sufre el agente corresponde al

Ministerio Público lo cual implica un análisis minucioso de los hechos por

parte del Fiscal y el auxilio pericial respectivo, como factores imprescindibles

en la decisión final.

Considera Oré, que en éste supuesto no se

requiere la reparación del daño causado, dado que el delito ha ocasionado

en ésta persona una afectación grave de sus propios bienes jurídicos o de

su entorno familiar más íntimo.

b) Mínima gravedad del delito.

Este supuesto contemplado en el inciso segundo del artículo 2, regula la

posibilidad del archivamiento en los casos de delitos insignificantes, también

llamados delitos de bagatela.

84
El concepto de delito de bagatela no está ni legal ni dogmáticamente

establecido, pero se aplica con frecuencia a hechos delictuosos cuya

reprobabilidad es escasa, y cuando el bien jurídico que se protege es de

menor relevancia.

Al respecto, existe interés público cuando la paz jurídica se ve perjudicada

por encima del círculo vital del perjudicado y la persecución penal se

constituye en un objetivo actual de la generalidad.

El delito puede ser doloso o culposo, pero se requiere que la pena mínima

no supere los dos años. Nos encontramos por ello ante una amplia gama de

delitos debido a la tendencia humanitaria de nuestro Código Procesal Penal.

El fundamento principal radica, como se pueden observar, en evitar que se

ponga en marcha todo el aparato judicial para procesar penalmente hechos

delictuosos que no tienen mayor trascendencia social. De ésta manera, se

reduce la carga procesal, eliminando las causas más numerosas que

congestionan los juzgados y tribunales penales, destinando el mayor

esfuerzo de las operadores jurídicos al jurídicos a la investigación y

juzgamiento de las infracciones consideradas de gravedad.

En consecuencia el Ministerio Público podrá abstenerse de la persecución

penal en atención al carácter mínimo de la infracción o cuando ésta sea de

poca frecuencia, y atendiendo a que, en ambos casos, no se afecte

gravemente el interés público.

La "nimiedad" de la infracción o la "escasa

importancia" de la persecución penal, desde el punto de vista objetivo, está

delimitada por el cuantum de la pena prevista para el delito en su extremo

85
mínimo. Esta no debe ser mayor a dos años de pena privativa de libertad,

contrario sensu, el Ministerio Público, obligatoriamente dará inicio a la acción

penal o continuará la ya iniciada.

c) Mínima culpabilidad del agente.

Este supuesto se encuentra normado en el inciso 3 del artículo 2 y está

referido a la autoría o participación mínima del agente en la comisión del

ilícito penal. Para determinar este supuesto se sugieren algunos criterios

para poder valorar la escasa o mínima culpabilidad.

Se tomará en cuenta entre otros criterios, el móvil

del autor, su carácter o personalidad criminal, sus relaciones personales y

sociales, su comportamiento posterior al hecho (si ha reparado el daño, si

está arrepentido, etc.) así como la forma de ejecución del hecho ilícito y sus

consecuencias.

Todo ello servirá para determinar el grado de

culpabilidad del agente en la comisión del ilícito penal

La mínima culpabilidad del autor debe entenderse

en relación a los casos en que la ley faculta la disminución de la pena por

consideraciones personales del autor o el hecho que se investiga. Pudiendo

citarse el ejemplo de los casos de responsabilidad disminuida del autor de

entre 18 y 21 años de edad o las limitaciones de comprensión del delito en

que se incurre, los casos que justifican relativamente el accionar delictivo,

los casos de arrepentimiento activo o de tratativa punible.

86
La difícil determinación de éste supuesto de

mínima culpabilidad se puede suplir mediante la conjunción del mismo con el

supuesto de la escasa gravedad o falta de interés público de punición.

Es oportuno señalar que la aplicación del principio

de oportunidad no será posible cuando la pena mínima supere los dos años

de pena privativa de libertad y cuando el agente es funcionario público en

ejercicio de su cargo.

1.3. MARCO LEGAL PARA LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO

DE OPORTUNIDAD

Además de las normas contenidas en el Código Procesal Penal ya

mencionadas, el Ministerio Público ha implementado la aplicación del

principio de oportunidad a través de diversas disposiciones, entre ellas

podemos mencionar a las siguientes:

 Circular Nº 006 - 95 - MP - FN, Instrucciones para aplicar el

principio de oportunidad, aprobada por la Resolución de la Fiscalía de la

Nación Nº 1072-95-MP-FN de fecha 15 de noviembre de 1995.

 Resolución del Consejo Transitorio del Ministerio Público Nº

200-2001-CT-MP que aprueba el Reglamento de Organización y Funciones

de las Fiscalías Provinciales Especializadas en la aplicación del Principio de

Oportunidad de fecha 20 de abril de 2001 y su modificatoria, Resolución del

Consejo Transitorio del Ministerio Público Nº 266-2001-CT-MP de fecha 27

de abril del 2001.

87
 Ley Nº 27664, Ley que agiliza el procedimiento de abstención

del ejercicio de la acción penal por parte del Ministerio Público, publicado

con fecha 8 de febrero de 2002.

Con respecto a las Instrucciones para aplicar el principio de oportunidad

contenida en la Circular Nº 006-95-MP-FN podemos resumir sus principales

directivas en los siguientes puntos:

1.- La resolución fiscal debe estar debidamente motivada y teniendo a la

vista la denuncia de parte, los recaudos que se acompañan, el atestado

policial y los actuados de la investigación preliminar desarrollada.

2.- Se sustentará en razones de oportunidad siempre que se acredite la

realidad del delito y la vinculación del denunciado, así como los supuestos

del art. 2, de lo contrario la razón de archivo corresponderá a lo establecido

en el art. 94 inc. 2 de la L.O.M.P. esto es, corresponderá el archivo definitivo

o personal.

3.- Es inaplicable el criterio de oportunidad para el caso de delitos cometidos

por funcionarios públicos en el ejercicio de su cargo.

4.- De considerar aplicable el principio de oportunidad se citará al

denunciado para recabar su aceptación.

El plazo para dictar la resolución fijando fecha para esta diligencia es de 20

días desde que se recibe los actuados o se concluya la investigación

preliminar. La diligencia se realizará dentro de los 15 días siguientes.

88
5.- De aceptar el denunciado se citará al agraviado en los casos de los inc. 2

y 3 del art. 2 del C.P.P. dentro de los diez días de la aceptación, de ser el

caso se citará al tercero civil responsable. El Fiscal testará que el agraviado,

el denunciado y el tercero civil, se pongan de acuerdo sobre el monto de la

reparación civil, de existir controversia, ésta será fijada por el Fiscal

Provincial.

6.- De no asistir el denunciado a la citación para recabar su aceptación,

estando debidamente notificado, se procederá a formalizar la denuncia

penal.

7.- De no asistir el agraviado y el tercero civil en la segunda diligencia, el

Fiscal procederá a fijar el monto indemnizatorio de modo prudencial,

pudiendo fijar un plazo para el pago, el cual no excederá de 9 meses. El

archivo estará condicionado al pago, de no cumplir el denunciado bajo

requerimiento, se revocará el auto de abstención de acción penal y se

formalizará la denuncia.

Sobre el particular, es preciso señalar que para resolver por la abstención de

la acción penal deberá resultar indispensable que previamente las partes

cumplan con los acuerdos asumidos, luego de lo cual recién podrá operar

dicha resolución, a efecto de evitar revocaciones innecesarias,

manteniéndose firme el apercibimiento de ejercer la acción penal a que se

contrae el principio de legalidad, es decir la persecución del delito. 

8.- Las diligencias constarán en actas.

89
9.- El Fiscal dictará resolución en el acto o dentro de los tres días de la

última diligencia, la cual será notificada. Las resoluciones fiscales de

abstención de acción penal y de revocación del acto de abstención pueden

ser recurridas en queja ante el Superior.

10.- De haberse ejercido la acción penal, el Fiscal puede solicitar el

sobreseimiento de la causa en cualquier estado al darse los presupuestos de

aplicación del principio de oportunidad. El propio imputado también podrá

solicitarlo, en éste caso el Fiscal dictaminará o previamente requerirá la

actuación de diligencias en orden a la posición de la víctima, en la medida

que no se haya formulado acusación.

Este último aspecto referido a que no se haya formulado acusación, para

que las partes soliciten la aplicación del principio de oportunidad constituye

una barrera para una aplicación más amplia de este principio procesal, pues

la aplicación del mismo podría darse hasta antes de la expedición de la

sentencia; siempre que se cumplan con los requisitos de ley, no siendo

indispensable que el Fiscal necesariamente tenga que apelar frente a una

situación dada, como por ejemplo cuando se produce un acuerdo entre las

partes que ya resolvieron su conflicto ante un notario, ya que no desean

continuar con el proceso, por lo que debe tenerse en cuenta este punto, a

efectos de no constituir una obstáculo innecesario.  Sin embargo, la circular

dispone que el archivo de los actuados se emitirá cuando el Fiscal ha

dictaminado en forma favorable, de lo contrario, se interpondrá recurso de

apelación.

90
La circular en mención establece también instrucciones particulares para los

supuestos de los incisos 1 y 2 del art. 2 del C.P.P., estas son:

1.- En el caso de falta de necesidad de aplicación de la pena (inc.

2):

 El delito puede ser doloso o culposo, se aplicará el principio de

oportunidad preferentemente en el caso de delitos de escasa o relativa

gravedad.

 Las consecuencias del delito están referidas a las producidas

por el propio accionar del agente.

 Las consecuencias pueden ser físicas o corporales, morales y

económicas que afecten directamente al imputado. El que se produzcan al

mismo tiempo perjuicios a terceros no impide la renuncia del ejercicio de la

acción por parte del Ministerio Público.

2.- En el caso de delitos de escaso efecto social (falta de

merecimiento de la pena).

 Se aplican a delitos que se encuentran sancionados como

mínimo con dos años de pena privativa de libertad.

 El interés público existe cuando el delito perjudica la paz social

al sobrepasar el círculo del agraviado y su entorno. Será valorado según las

circunstancias que determina la finalidad de la pena (Art. 46 del C.P.) así

como las causas justificativas incompletas del Art. 2 del C.P.

91
3.- La abstención del ejercicio de la acción penal por razones de

mínima culpabilidad (Falta de merecimiento de la pena):

 La culpabilidad es mínima cuando se presentan circunstancias

atenuantes que permitan una rebaja sustancial de la pena: Móviles y

finalidad del autor, características personales, comportamiento posterior al

delito (Se excluye la confesión), los supuestos de causa de inculpabilidad

incompleta, error y arrepentimiento activo sin éxito (Art. 18 del C.P.).

 La contribución a la perpetración del delito sería mínima en los

casos de complicidad secundaria (Art. 25 del C.P.).

De igual forma, podemos sintetizar los alcances de la Circular Nº

006-95-MP-FN sobre aplicación del principio de oportunidad, recurriendo al

análisis efectuado por Flavio García sobre éste punto.

Para ello esquematizaremos la citada Circular de la siguiente

manera:

1º Motivación de la resolución de no formalizar denuncia penal

(Art. 2º Circular Nº 006).

 El Fiscal Provincial emitirá resolución debidamente motivada

disponiendo la abstención del ejercicio de la acción penal (No formalización

de denuncia penal, Art. 2 del C.P.P.).Al expedir ésta decisión el Fiscal

Provincial debe tener a la vista:- La denuncia de parte acompañada de los

recaudos probatorios que la sustenten.

92
-El atestado policial correspondiente.

-Los actuados formados con motivo de la investigación preliminar

realizado por el Fiscal Provincial.

2º Archivamiento por razones de oportunidad (Art. 3º Circular Nº

006).

 Se archivará lo actuado por razones de oportunidad cuando

concurran los siguientes requisitos: - Cuando existen suficientes elementos

probatorios de la realidad del delito. - Cuando existen suficientes elementos

probatorios de la vinculación del implicado o denunciado en la     comisión

del delito. - Cuando se presenten los supuestos de falta de merecimiento

falta necesidad de pena previstos en los incisos 1 a 3 del Art. 2º del C.P.P.

3º Diligencia de aceptación del denunciado (Art. 4º Circular Nº

006)

 El Fiscal, una vez recibidos los actuados policiales o la

denuncia de parte con las constancias probatorias pertinentes o culminada la

investigación preliminar realizada por su despacho; si considera posible la

cesión del trámite al amparo del Art. 2º del C.P.P. citará al denunciado o

implicado para recabar su aceptación.

 La resolución que señala fecha para la diligencia de aceptación

del denunciado o implicado se expedirá dentro de los veinte Díaz de

93
recibidos los actuados o culminada la investigación preliminar. La diligencia

se convocará dentro de los quince días siguientes.

 Si el denunciado o implicado acepta la aplicación de los

criterios de oportunidad (Art. 2º Inc. 2 y 3 del C.P.P.), dentro de los diez días

siguientes de la aceptación, se citará al agraviado en tanto se encuentra

identificado y se trate de delitos que lesionen o pongan en peligro bienes

jurídicos personales de ser el caso también se citará al tercero civil.

 La oposición de la víctima al aplicación del artículo 2º del

C.P.P. no impide que se dicte la resolución de la abstención del ejercicio de

la acción penal.

 El Fiscal expedirá la resolución que corresponda en el mismo

acto o dentro de tres días de realizada la última diligencia (Art. 7º Circular Nº

006).

4° Inasistencia del denunciado y/o agraviado a la citación

formulada por el Fiscal para la aplicación del principio de oportunidad (Art. 2º

C.P.P.).

 Si el denunciado o implicado no asiste a la primera diligencia,

luego de constatarse que fue notificado, se procede a formular denuncia

penal en su contra (Art. 6 Circular Nº 006).

 Si el agraviado y en su caso el tercero civil, no asiste a la

segunda diligencia, el Fiscal - de aceptar el denunciado o implicado la

94
abstención del ejercicio de la acción penal por oportunidad - determinará

prudencialmente el monto indemnizatorio que corresponda.

 Para éste efecto, el Fiscal tendrá en consideración lo dispuesto

en los arts. 93 al 95 del código Penal. El art. 93º del C.P. establece que la

reparación comprende:

a) La restitución del bien o, si no es posible, el pago de su valor, y

b) La indemnización de los daños y perjuicios, Art. 94º C.P.

 La restitución se hace con el mismo bien aunque se halle en

poder de terceros, sin perjuicio del derecho de éstos para reclamar su valor

contra quien corresponda; Art. 95º C.P.

 La reparación civil es solidaria entre los responsables del

hecho punible y los terceros civilmente obligados.

5º Abstención del ejercicio de la acción penal en razón de falta de

necesidad de pena Inc. 1 del Art. 2º del C.P.P.

 Para la abstención del ejercicio de la acción penal en razón de

falta de necesidad de pena, deben reunirse los siguientes requisitos:

- El Fiscal puede abstenerse de ejercitar la acción penal tanto en

los delitos dolosos como en los culposos. Preferentemente, la abstención

estará limitada a los delitos de escasa o relativa gravedad.

95
- Las consecuencias del delito particularmente relevantes, son

aquellas producidas por el propio imputado como consecuencia directa de su

conducta.

- Las consecuencias pueden ser de índole corporal (grave

afectación de salud), económico (importantes perjuicios patrimoniales) o

moral (sufrimiento y angustia especialmente relevante).Deben afectar

directamente al imputado, es decir a sus propios bienes jurídicos o al de su

entorno familiar más íntimo. No impide la renuncia del ejercicio de la acción,

el que, simultáneamente se produzcan perjuicios a terceros.

- Para la aplicación de éste criterio de oportunidad se descarta las

consecuencias que el implicado o denunciado quiso causarse a sí mismo o

al menos previó como posibles.

6º Abstención del ejercicio de la acción penal por la comisión de

delitos de escaso efecto social (falta de merecimiento de pena), Inc. 2º del

Art. 2 del C.P.P.

 Para la abstención del ejercicio de la acción penal en razón

de falta de merecimiento de pena, deben reunirse los siguientes requisitos:

Que los delitos considerados en éste supuesto, son aquellos

que tienen conminado, en su extremo mínimo, dos o menos años de

privación de libertad. También están comprendidas otras penas tales como

96
multa, restrictivas de derechos y restrictivas de libertad aún cuando se

apliquen conjunta o accesoriamente con la pena privativa de libertad.

Que la comisión del delito perjudique la paz jurídica por encima del círculo

vital del agraviado y su entorno inmediato y por tanto, ocasione fundada

alarma social.

Para valorar el interés público en la persecución, el Fiscal

considerará los elementos ponderativos fijados en el Art. 46 del Código

Penal (modo de comisión del delito, habitualidad del mismo o razones

similares, grado de los deberes infringidos, el móvil del delito y los

antecedentes o habitualidad del agente).También deberá valorar las causas

justificativas incompletas previstas en el Art. 20 y concordantes con el art. 21

del Código Penal.

Los delitos cometidos por funcionarios públicos en el ejercicio

de su cargo, cualquiera fuera la penalidad conminada, están excluidos de la

abstención del ejercicio de la acción penal por escasa lesividad social.

7º Abstención del ejercicio de la acción penal por razón de mínima

culpabilidad (Inc. 3 del Art. 2 del C.P.P.)

 La abstención del ejercicio de la acción penal por razón de

mínima culpabilidad (Falta de merecimiento de la pena) procederá en los

siguientes casos, a criterio del Fiscal:

97
- Cuando la culpabilidad es mínima o escasa y puede situarse

debajo de la línea intermedia común, es decir, cuando se

presenten circunstancias atenuantes que permitan una rebaja

sustancial de la pena, vinculadas, entre otros factores; a los

móviles y finalidad del autor, a sus características personales, a su

comportamiento luego de la comisión del delito, con exclusión de

la confesión.

- Se tendrá en consideración además, aquellos supuestos

vinculados a las causas de inculpabilidad incompletas, al error y al

arrepentimiento activo sin éxito. Art.18 del Código Penal: " Si el

agente desiste voluntariamente de proseguir los actos de

ejecución del delito o impide que se produzca el resultado, será

penado solo cuando los actos practicados constituyen por sí otros

delitos". La contribución a la perpetración del delito será mínima

en los supuestos de complicidad secundaria (Art. 25º in fine C.P.).

Asimismo, otra norma de singular importancia es la Resolución del Consejo

Transitorio del Ministerio Público Nº 200 - 2001 - CT - MP que crea las

Fiscalías especializadas en la aplicación del Principio de Oportunidad en el

Distrito Judicial de Lima, en calidad de proyecto piloto, sin perjuicio que

posteriormente pueda acordarse la creación de otras de igual clase en otros

Distritos Judiciales.

Dicha resolución contiene entre sus principales disposiciones las siguientes:

98
Remisión de denuncias a Fiscalías Especializadas en Aplicación del

Principio de Oportunidad

 Cuando una Fiscalía Provincial Penal, con ocasión de conocer de una

denuncia de parte o documento policial relacionado con posible

comisión delictiva, o durante las investigaciones preliminares llevados

a cabo, considere aplicable el criterio de oportunidad, procederá de

inmediato a remitir dichos actuados a la Fiscalía Provincial

Especializada en la aplicación de Principio de Oportunidad, mediante

resolución motivada, debiendo previamente constatar que se reúnan

las condiciones establecidas en el Artículo 2 del Código Procesal

Penal y el presente reglamento, como también que exista.

Agraviado en desacuerdo con aplicación del Principio de Oportunidad

 Si ambas partes concurren pero el agraviado no estuviera de acuerdo

con la aplicación del Principio de Oportunidad, el Fiscal Provincial,

luego de evaluar en dicha Audiencia Única los motivos que se le

exponen como sustento al desacuerdo, emitirá resolución ordenando

seguir adelante el trámite o caso contrario darlo por concluido. En

caso disponer seguir adelante el trámite, completará su resolución

fijando el monto de la reparación, su forma y oportunidad de pago y el

obligado u obligados, y elevará inmediatamente los actuados en

consulta al Fiscal Superior de Turno.

Desacuerdo de las partes en el monto de la Reparación 

99
 Si ambas partes concurren y el agraviado estuviere de acuerdo con la

aplicación del Principio de Oportunidad, pero no llegaran a concordar

en cuanto al monto de la reparación u otros extremos, el Fiscal

procederá a fijar dicho monto y/o demás extremos pertinentes,

cabiendo en tal caso la apelación inmediata en el acto mismo de la

audiencia, por parte del agraviado, en cuanto a tales extremos,

debiendo elevarse los actuados al Fiscal Superior de Turno.

Plazo para el pago del acuerdo asumido

 Siempre que se fije el pago de una reparación, el Fiscal deberá fijar el

plazo para su cancelación, cuidando que de preferencia ésta sea

pagada al contado en una sola armada y a más tardar dentro de los

quince días calendarios siguientes al Acuerdo. Sólo en caso en que la

reparación acordada exceda a tres unidades impositivas tributarias, el

Fiscal podrá autorizar que sea pagada fraccionadamente, cuidándose

que quede totalmente cancelada en un plazo no mayor a 6 meses. El

obligado quedará automáticamente notificado en el acto mismo de la

Audiencia Única de Conciliación, si hubiera asistido. 

Pago de la reparación en cuenta bancaria del Ministerio Público

 El pago de la reparación deberá efectuarse consignando la(s) suma(s)

pertinente(s) a la disposición de la Fiscalía Especializada en Principio

de Oportunidad, en una cuenta que el Ministerio Público habilitará a

tal efecto, debiendo la persona obligada acreditar oportunamente su

100
cumplimiento.

Apercibimiento parcial, no pago en el plazo pactado

 Si el obligado dejase pasar más de quince días sin hacer efectiva la

reparación mandada pagar en una sola armada, o si se retrasase más

de tres días en el abono de alguna de las cuotas fraccionadas, el

Fiscal Provincial procederá a notificarlo conminándolo por única vez a

cumplir su obligación en los siguientes tres días; bajo apercibimiento

de revocar el auto de abstención en el ejercicio de la acción penal y

devolver los actuados al fiscal Provincial de origen.

De otro lado, debemos señalar que constituye un aporte significativo para

una mejor implementación del principio de oportunidad, lo dispuesto por la

Ley Nº 27664, Ley que Agiliza el Procedimiento de Abstinencia del Ejercicio

de la Acción Penal por parte del Ministerio Público, la cual modifica el

artículo 2 del Código Procesal Penal, añadiendo lo siguiente:

“Si el acuerdo con la última víctima consta en instrumento público o

documento privado legalizado por Notario no será necesario que el Juez cite

a las partes a que presten su consentimiento expreso para la aplicación del

principio de oportunidad "

Esta modificatoria resulta óptima, porque con la existencia de entidades que

otorguen seguridad jurídica a los acuerdos expresados por las partes, dentro

del marco legal aplicable, se evita la congestión de diligencias a realizar por

parte de los operadores directos a cargo de la administración de justicia.

101
CONCLUSIONES

1. La conciliación en el proceso penal peruano se presenta únicamente

a través de la aplicación del principio de oportunidad tanto en la etapa

de la investigación preliminar como en la etapa judicial.

2. La aplicación de la conciliación en el proceso penal peruano presenta

problemas socio-jurídicos que limitan su desarrollo y que no han sido

debidamente identificados por el legislador.

3. El mayor número de casos resueltos en virtud de la aplicación del

principio de oportunidad corresponde a la etapa preliminar del

proceso penal, a cargo del Ministerio Público. 

4. En la etapa judicial, la aplicación del principio de oportunidad resulta

mínima por parte de los jueces especializados en lo penal y en ningún

caso a iniciativa de oficio. (ARREGLAR ME PARECE QUE ESTA

MAL, QUE HA QUERIDO DECIR)

5. Este principio se viene aplicando fundamentalmente por iniciativa de

las partes interesadas y en un menor número de causas por iniciativa

del fiscal, tanto en la instancia preliminar como en la judicial. 

6. En los últimos años se han implementado importantes innovaciones

para una eficaz aplicación del principio de oportunidad, tales como la

creación de Fiscalías Especializadas en la Aplicación del Principio de

102
Oportunidad, las cuales han contribuido significativamente al

incremento de la aplicación de esta institución procesal penal.

7. La posibilidad de aprobación por parte del Fiscal del acuerdo

conciliatorio de las partes, que conste en un documento privado

legalizado ante notario; constituirá un importante aporte para el

incremento del número de causas solucionadas por aplicación del

principio de oportunidad.

8. La falta de capacitación en técnicas de conciliación de los señores

fiscales y jueces especializados en lo penal, incide directamente en la

menor probabilidad de causas penales solucionadas con éxito, en

aplicación del principio de oportunidad.

9. La obligación legal del imputado de cancelar en una sola armada el

monto de la reparación civil cuando sea menor a 3 UIT, constituye

una traba normativa innecesaria y discriminatoria para los

denunciados que cuenten con escasos recursos económicos.

10. La actual regulación de la aplicación del principio de oportunidad en la

etapa del proceso penal a cargo del juez, resulta deficiente e

insuficiente, por lo que resulta necesaria su revisión y reglamentación

adecuada.

103
RECOMENDACIONES

 Designar a cargo de las Fiscalías Especializadas en la Aplicación del


Principio de Oportunidad a Fiscales acreditados como conciliadores

 En cuanto a la reparación civil, reducir el monto a cancelar en una


sola armada o permitir el fraccionamiento de acuerdo a la condición
socio-económica del imputado

 Facultar a los Centros de Conciliación previa aprobación del Fiscal,


para aplicar el Principio de Oportunidad, cuyo resultado deberá ser
remitido al mismo en su condición de titular de la acción privada, para
su conformidad.

 Establecer directivas orientadas a la difusión y aplicación preferente


del principio de oportunidad por parte de los Defensores de Oficio.

 Las Fiscalías Especializadas en Aplicación del Principio de


Oportunidad deben dejar de ser un Plan Piloto para convertirse en
parte integrante de la organización y estructura funcional del
Ministerio Público, ampliando su cobertura a nivel nacional.

Se debe implementar campañas informativas sobre la aplicación del


principio de oportunidad, a través de afiches, conferencias públicas,
módulos informativos en el Ministerio Público y en otros órganos
encargados de la administración de justicia, o recurriendo a los medios
de comunicación de gran envergadura como la radio, televisión, prensa
escrita e Internet, por medio de avisos, para de ésta manera difundir en
forma masiva a nivel nacional, los alcances de esta importante institución
procesal penal y por ende crear en la sociedad una cultura predispuesta
a la Conciliación

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