La Teoria de Las Practicas de Pierre Bourdieu
La Teoria de Las Practicas de Pierre Bourdieu
La Teoria de Las Practicas de Pierre Bourdieu
Las estrategias de reproducción nunca tienen el éxito garantizado y es lo que explica que
sea siempre una competencia que ganan quienes se apropian de lo más valorado y
escaso. Por eso, bajo ciertas circunstancias la apuesta puede ser a la reconversión de un
capital en otro, por ejemplo, cuando los hijos de grandes empresarios reconvierten su
capital económico a través de las titulaciones escolares y su participación como gerentes
de grandes empresas de las que ya no son propietarios.
Aquí se evidencia otra ruptura con la idea de determinación en última instancia de la
economía, ya que los desplazamientos no son solo verticales de ascenso y descenso, como
suponía esa perspectiva donde los ingresos establecen la posición, sino también
horizontales. Es posible no solo mejorar o empeorar el patrimonio económico, sino
también sostener, mejorar o empeorar, cambiando los capitales que definen la posición
social.
Volvamos a los ejemplos de La distinción y actualicémoslos. Para las familias puede ser
más conveniente que los hijos estudien para garantizar su patrimonio a través de la
participación como gerentes en grandes empresas, que transferir los propios negocios con
los riesgos económicos que pueden implicar las fluctuaciones productivas. Es decir, la
acumulación de capital económico es solo un caso particular de acumulación, se pueden
elaborar otras estrategias para acumular prestigio y acceso a bienes reconocidos.
Y a su vez podemos sumar otra crítica de esta perspectiva a los esencialismos, ya que
cada capital no posee un valor definitivo en cada campo, sino en función de las luchas
que allí existen y que van modificando la estructura de posiciones y de capitales en ese
campo social.
La posesión de determinados títulos universitarios, por ejemplo, que hasta hace no
mucho más de treinta años aseguraba a los licenciados una inserción profesional segura,
en la actualidad se puede ver devaluada por las nuevas demandas del mercado de trabajo
y la masificación de los graduados. Esto obliga a los sujetos y grupos sociales a redefinir
las apuestas y buscar nuevas orientaciones laborales o seguir formándose para
distinguirse de la media, o fortalecer otros capitales que contribuyan a valorizar la
credencial educativa. Es esta dinámica de inflación de las titulaciones y devaluación de
su valor en el campo laboral lo que explica Bourdieu en La distinción.
Así como los recursos centrales que organizan las posiciones sociales en el actual
desarrollo del capitalismo son el capital económico y el capital cultural, “las
estrategias de la reproducción social” se organizan en torno a las instituciones del
mundo económico (las estrategias sucesorias, por ejemplo) y las instituciones del
mundo cultural en el que el sistema escolar adquiere un lugar primordial.
La relevancia de la escuela en las luchas sociales deviene de ser la institución que
Al validar solo una respuesta correcta vinculada a los códigos culturales de ciertos grupos
sociales, en la escuela se invisibilizan los saberes que traen otros grupos sociales y cuyo
reconocimiento es condición para el desarrollo de estrategias adecuadas de transmisión a
partir de ellos. La escuela, en cambio, asume un proceso de transmisión que se presenta
como “neutro” e igual para todos.
Entonces, los niños y jóvenes de distintos sectores sociales llegan a la escuela provistos
de distintas disposiciones para el trabajo escolar y distinto dominio del lenguaje escolar,
que la escuela da por supuestos, pero no ense ña. Pero no solo no enseña, sino que los
desconoce cómo prerrequisitos para aprender. El vínculo con la cultura escrita, por
ejemplo, es diferente en las diferentes clases sociales y predispone diferencialmente a la
alfabetización. O incluso en la universidad: ¿Quién enseña a los estudiantes a tomar
apuntes mientras los profesores dan una clase? ¿Qué herramientas de trabajo intelectual
son necesarias para hacerlo y dónde se aprenden?
Estos son ejemplos de la relación entre el campo, la clase y el habitus, en los que el
campo escolar requiere como especie de capital para participar en él un tipo
específico de vinculación con la cultura, aquella cercana a la cultura y saberes de las
clases dominantes. De allí la fuerza del habitus primario, adquirido en el seno
familiar, en su teoría.
Quienes triunfan en esta apuesta, acceden al título escolar que es un capi- tal simbólico
ampliamente reconocido, en tanto produce la clasificación oficial que dota a esa
competencia cultural de valor en otros mercados, independizándola de la necesidad de
demostrar cada vez esa competencia.
Entonces, la escuela reproduce en un doble sentido: selecciona y jerarquiza a los
sectores dominantes cuyas disposiciones garantizan privilegios en el campo escolar, y
legitima su dominación al imponer una visión del mundo y hacer ver y creer que los
triunfos escolares dependen de los méritos y del talento individuales. Esto la convierte
además en una de las formas de reproducción más objetivada y codificada, en tanto se
presenta como impersonal. Quienes ganan son los mejores y, en consecuencia, merecen
las mejores posiciones. De este modo, quedan ocultos los mecanismos por los cuales la
posición social brinda ventajas fundamentales en esta carrera. Pero como explica
Bourdieu, nunca es un único factor, esa inversión oculta requiere de tiempo liberado de
la necesidad económica, que solo ciertos grupos poseen. Si las transformaciones surgidas
de esa dinámica de lucha generan cambios que tienden a reproducir los mecanismos de
dominación simbólica, la
pregunta que resta es: ¿Puede la escuela aportar al cambio social?
Aunque la dinámica que Bourdieu analiza es la de la reproducción porque es la dominante
y porque además su pregunta es por la perpetuación del orden social, eso no significa
anular la lucha y los procesos de cambio probables producto de esa lucha.
La acción propiamente política es posible porque los agentes, que forman par te
del mundo social, tienen un conocimiento (más o menos adecuado) de ese
mundo y porque se puede obrar sobre el mundo social obrando sobre su cono-
cimiento de este mundo. (BOURDIEU, 1985: 96)
Es la lucha cognitiva, como la llama, destinada a desarticular la relación entre
disposiciones y posiciones sociales que garantiza la reproducción inconsciente de las
estructuras a través de las prácticas cotidianas.
Pero en las sociedades de clases es una tarea compleja. Junto con otros pensadores
considera que las crisis son oportunidades de transformación social. Según su explicación,
generan las condiciones de posibilidad porque las disposiciones construidas en el marco
de condiciones estructurales diferentes, no se adaptan a las condiciones vigentes y
requieren reestructuraciones que pueden ser el punto de partida para la acción política.
Ello no significa, sin embargo, que la teoría del cambio propuesta implique esperar
pasivamente “las crisis” (que a su vez son producto de las relaciones de fuerza social).
Aquí el autor hace también una apuesta al carácter político de la ciencia. Desde la
perspectiva que plantea con su colega Loïc Wacquant, la sociología tiene un lugar en la
acción política a través de lo que denomina en sus últimos trabajos como el socioanálisis.
A través de este, podríamos “darnos una pequeña oportunidad de saber qué juego
estamos jugando y de minimizar los modos en que somos manipulados por las fuerzas del
campo en que nos desenvolvemos, así como por las fuerzas encarnadas que operan
dentro de nosotros” (Bourdieu y Wacquant, 2008: 279). Es porque conocemos las leyes de
la reproducción que tenemos oportunidad de minimizar su acción en la institución
escolar.
Esto nos lleva a pensar la escuela ya no como aparece incluso es sus primeros textos –
como el caso de La reproducción–, como un todo homogéneo en el que cada componente
del sistema escolar aporta en el mismo sentido. Por el contrario, es preciso afirmar que,
bajo ciertas condiciones, la escuela puede aportar a la subversión del orden.
Revisar las categorías con las que pensamos el mundo es un punto de partida, pero
también es preciso avanzar hacia la producción de otras categorías. Y es aquí donde la
“lucha es ciertamente muy desigual, ya que los agentes tienen un dominio muy variable
de los instrumentos de producción de la representación del mundo social” (Bourdieu,
2007: 171). Por eso el capital cultural es tan relevante sobre todo el dominio lingüístico.
Y los sistemas de enseñanza resultan estratégicos tanto para mejorar la distribución y
apropiación de esos instrumentos –sobre todo de la capacidad de expresarse ¿y de
expresarse para movilizar? – como para producir e inculcar otros principios per-
formativos de lo social que contribuyan a crear aquello que nombran, a visibilizarlo y a
dar presencia pública a esos otros modos de vida. En la especificidad de las instituciones
educativas, ello requiere minimizar el modo en que somos manipulados por el campo
escolar. Para eso es necesario pensar la
doble arbitrariedad de la acción pedagógica.
En relación con el qué se inculca, una escuela orientada a la transformación social parte
del cuestionamiento de la cultura legítima que transmite la escuela oficial y el carácter
no universal ni superior respecto de otros sabe- res, sin desconocer los componentes
“eruditos” del saber escolar. A ello se suma la relevancia de la puesta en práctica de un
tipo de trabajo pedagógico que contribuya con el desarrollo de un proceso de
socioanálisis, mediante el cual los agentes sociales puedan explicitar sus posibilidades y
limitaciones, sus libertades y necesidades.
Los agentes sociales determinan activamente la situación que los determina a
través de las categorías de percepción y de apreciación socialmente e
históricamente constituidas. Hasta puede decirse que los agentes sociales están
de- terminados solamente en la medida en que se determinan; pero las
categorías de percepción y de apreciación que están en el origen de esta (auto)
determinación son ellas mismas en gran medida determinadas por las
condiciones económicas y sociales de su constitución. (B OURDIEU Y WACQUANT,
2008:177).