Grundrisse Completo
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Marx
INDICE GENERAL
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VII Presentación
XI El Marx desconocido.
XLI Prólogo de la primera edición en alemán. (Moscú, 1939).
VOLUMEN 1
5 Introducción.
5 I. PRODUCCIÓN, CONSUMO, DISTRIBUCIÓN, CAMBIO (CIRCULACIÓN).
5 1) La producción en general
5 a) El objeto a considerar es en primer término la producción material.
6 Eternización de relaciones de producción históricas. Producción y distribución en general. Propiedad.
10 2) La relación general de la producción con la distribución, el cambio y el consumo.
14 Las identidades entre el consumo y la producción aparecen por lo tanto bajo un triple aspecto.
16 Distribución y producción.
19 Finalmente, cambio y circulación.
19 Cambio y producción.
21 3) El método de la economía política.
29 4) Producción, medios de producción, y relaciones de producción y relaciones de tráfico. Formas del
Estado y de la conciencia en relación con las relaciones de producción. y de tráfico. Relaciones
jurídicas. Relaciones familiares.
30 El arte griego y la sociedad moderna.
31 NOTAS
CUADERNO I
34 La reforma de los bancos de Darimon.
34 II. El capítulo del dinero.
35 Alfred Darimon: de la reforme des banques. París 1856.
50 [Convertibilidad y circulación de los billetes de banco]
55 [Valor y precio].
65 [Cambiabilidad de la mercancía por dinero]
66 [M–D D–M]
66 [Autonomización del cambio respecto de sus sujetos]
68 [Génesis del dinero]
69 [El Economist a propósito del dinero]
71 [Emisión de bonos horarios]
73 [Valor de cambio y producción privada]
74 [El dinero como relación social]
82 [Otra vez sobre la génesis del dinero]
84 [El dinero como medida y como equivalente general] pg.
87 [El tiempo de trabajo como equivalente general] pg.
89 [Tiempo de trabajo y producción social]
90 [Los sujetos materiales de la relación de dinero].
91 a) La relación entre el oro y la plata y los otros metales..
96 b) Oscilaciones de la relación del valor entre los distintos metales.
101 [Circulación del dinero y circulación de las mercancías].
102 [Concepto general de la circulación]..
103 [Circulación de los precios].
104 [El precio].
105 [Moneda de cuenta].
108 [Medio de circulación].
108 [Cantidad de dinero circulante].
110 [Cambio y producción de valor de cambio].
111 [La circulación como proceso infinito].
113 [Realización del precio y autonomización del equivalente general].
Karl Marx
113 [El equivalente general. Separación entre compra y venta. Dinero y división del trabajo].
115 [M-D-D-M y D-M-M-D].
117 c) El dinero como representante material de la riqueza (acumulación del dinero; pero antes aun: el dinero
como material general de los contratos, etc.) .
126 [El dinero como medida, como medio de pago y como medio de cambio. Confusión en la determinación
del dinero. Suma de los precios y cantidad de mercancías en relación con la cantidad del medio de
circulación. Medio de circulación]"
129 [Acumulación del dinero. Trabajo asalariado y capital].
CUADERNO II. “El capítulo sobre el dinero” (continuación). pág. 132
137 Moneda y moneda mundial. (Articulación del sistema de la economía burguesa. Representante
material y forma general de riqueza. Acumulación del dinero (atesoramiento)].
144 [Atesoramiento y acumulación del capital. Articulación del capítulo del dinero. Transformación de la ley
de apropiación].
149 III. El capitulo del capital.
151 El dinero como capital.
151 Intercambio simple. Relaciones entre los que intercambian. Armonías de la igualdad, de la libertad,
etc. (Hastial, Proudhon).
162 Capital. Suma de valores. — Propiedad de la tierra y capital. — El capital procede de la circulación.
Contenido del valor de cambio. — Capital comercial, capital monetario e interés del dinero. — La
circulación supone otro proceso. Movimiento entre extremos previamente supuestos.
167 Pasaje de la circulación a la producción capitalista. – El capital, trabajo objetivado, etc. – Suma de
valores para la producción de valores.
170 1) la circulación y el valor de cambio surgido de la circulación, supuesto del cantal.
175 2) El valor de cambio surgido de la circulación presupone a esta y se perpetua y reproduce en ella por
medio del trabajo.
CUADERNO III.
202 El intercambio entre el capital y el trabajo corresponde a la circulación simple. No enriquece al obrero.– La
separación del trabajo y la propiedad, supuesto de este intercambio. Trabajo: pobreza absoluta como
objeto, posibilidad general de la riqueza como sujeto.– El trabajo se contrapone, sin carácter
determina‑ do particular, al capital.
205 El proceso de trabajo, incorporado al capital (capital y capitalista).
211 El proceso de producción como contenido del capital.– Trabajo productivo e improductivo (trabajo
productivo es el que produce capital).– El obrero se comporta con su trabajo como [[con]] un valor
de cambió, el capitalista como [con] un valor de uso, etc.- El obrero enajena el trabajo como fuerza
productiva de la riqueza. (El capital se lo apropia en cuanto tal.).– Transformación del trabajo
en capital, etc. Sismondi, Cherbuliez, Say, Ricardo, Proudhon, etcétera.
217 Proceso de valorización. – (Costos de producción).– (La surplusvalue no puede explicarse por medio del
exchange. Ramsay. Ricardo.) El capitalista no puede vivir de su salario, etc. (Faux frais de
productiona.) La mera conservación y no reproducción del valor, contradice la esencia del capital.
224 El capital entra en los costos de producción como capital. Capital que produce interés. Proudhon.
227 Plusvalía. Tiempo y trabajo excedente. - Bastiat acerca del trabajo asalariado. — Valor del trabajo.
¿Cómo se determina? - Autovalorización es autoconservación del capital. El capitalista no debe vivir
solamente de su trabajo, etc. Condiciones de la autovalorización del capital, tiempo de plustrabajo,
etc. -En qué medida el capital es productivo (corno creador de plus-trabajo, etc.); esto sólo histórica,
transitoriamente. - Los niggers libres en Jamaica - La riqueza autónoma exige el trabajo esclavo o el
trabajo asalariado (en ambos casos trabajo forzado).
132 Plusvalía. Ricardo. Fisiócratas. A. Smith. Ricardo.
239 Plusvalor y fuerza productiva. Relación en el aumento de las mismos. – Resultado. – La fuerza
productiva del trabajo es fuerza productiva del capital. – En la proporción en que disminuye el
trabajo necesario, se vuelve tanto más difícil la valorización del capital.
247 En torno al incremento del valor del capital.
259 El trabajo no reproduce el valor del material en el que trabaja y del instrumento con el que trabaja.
Conserva el valor de los mismos, sencillamente, comportándose respecto a ellos en el proceso de
trabajo como ante sus condiciones objetivas. Esta fuerza vivificante y sustentadora no le cuesta nada
al capital; se presenta, antes bien, como su propia fuerza, etc.
264 Tiempo de plustrabajo absoluto. Relativo. – No es la cantidad del trabajo vivo, sino su calidad como
trabajo, lo que a la vez conserva el tiempo de trabajo ya existente en el material, etc.– La
modificación de forma y sustancia en el proceso de producción directo. – El proceso de producción
simple implica que la etapa anterior de la producción es conservada por la posterior, etc. –
Grundrisse
Conservación del viejo valor de uso por el nuevo trabajo, etc. – Proceso de producción y proceso de
valorización.. La cantidad del trabajo objetivado se conserva al conservarse su calidad como valores
de uso para el nuevo trabajo, mediante el contacto con el trabajo vivo. – En el proceso de
producción real se elimina la separación del trabajo respecto de sus condiciones objetivas de
existencia. Pero en este proceso el trabajo ya está incorporado al capital, etc. Aparece como fuerza
de autoconservación del capital. Perpetuación del valor.
270 El capitalista recibe gratis el plustrabajo y la conservación del valor del material e instrumento. Labour,
by adding a new value to the old one, at the same time maintains, eternizes the lattera. –Al capital no
le cuesta nada la conservación de los valores en el producto. – Mediante la apropiación del trabajo
presente, el capitalista ya posee una asignación sobre el trabajo futuro (y consecuentemente), sobre
la apropiación de éste.
CUADERNO IV.
276 Confusión entre beneficio y plusvalía. Cálculo erróneo de Carey. – El capitalista, que no le paga al obrero la
conservación del viejo valor, exige sin embargo una remuneración por el permiso, que le da, de
conservar el viejo capital. – Plusvalía y beneficio, etc. – Diferencia entre consumo del instrumento y del
salario. El primero, consumido en la producción; el último, fuera de la misma. – Alza de la plusvalía y
baja de la tasa del beneficio. (Bastiat.).
289 Aumento de las jornadas laborales simultáneas. (Acumulación del capital) Maquinaria. -El crecimiento de
la parte constante del capital, con respecto a la parte variable adelantada en salario = crecimiento de la
productividad del trabajo. -Proporción en la que el capital tiene que aumentar al aumentar la
productividad, para ocupar la misma cantidad de obreros.
298 El porcentaje del capital total puede expresar relaciones muy diferentes – El capital (al igual que la
propiedad) se funda en la productividad del trabajo.
302 Aumento del plustiempo de trabajo. Aumento de los días de trabajo simultáneos (población). (La
population puede aumentar en la medida en que el tiempo de trabajo necesario se reduce o el tiempo
que es preciso para la producción de la capacidad de trabajo vivo se vuelve relativamente menor.)
Pluscapital y superpoblación. – Creación de tiempo libre para la sociedad.
305 Pasaje del proceso de producción del capital al proceso de circulación. – Desvalorización del propio capital a
través del aumento de las fuerzas productivas. (Competencia.) (El capital como unidad y contradicción
del proceso de producción y el proceso de valorización.) El capital como barrera para la producción. –
Superproducción. (Demanda de los propios obreros.) – Barreras para la producción capitalista.
326 Superproducción. – Proudhon (cómo es posible que el obrero, en el precio de la mercancía que compra,
pague el beneficio, etc., y no obstante perciba su salario necesario). – Precio de la mercancía y tiempo
de trabajo. Excedente, etc. (Precio y valor, etc.). – El capitalista no vende demasiado caro, aunque
ciertamente por encima de lo que le cuesta el artículo. – Precio (fraccional). Bastiat. Baja del precio
fraccional. – El precio puede caer por debajo del valor sin perjuicio para el capital. El volumen, la
cantidad y la unidad (medida), importantes en la multiplicación de los precios.
336 Acumulación específica del capital (transformación de plus-valor (rédito) en capital). Proudhon.
Determinación del valor y del precio. Entre los antiguos (esclavos), no superproducción, sino
superconsumo.
338 La tasa general del beneficio. — Si el capitalista vende nada más que a sus costos de producción,
transferencia a otros capitalistas. Ello no le reporta prácticamente nada al obrero.
347 Barreras para la producción capitalista. — Proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario.
Proporción entre el excedente consumido por el capital y el excedente transformado en capital. —
Desvalorización en las crisis.
351 Al salir del proceso de producción, el capital se convierte nuevamente en dinero.
354 El plustrabajo o el plusvalor se convierte en pluscapital. Todas las condiciones de la producción capitalista
se presentan ahora como resultados del trabajo (asalariado) mismo. El proceso de realización del trabajo
es a la vez su proceso de desrealización.
360 Formación del pluscapital I. – Pluscapital II. – Trastocamiento del derecho de apropiación. Resultado
fundamental del proceso de producción y valorización: la reproducción y nueva producción de la
relación entre el capital y el trabajo mismos, entre el capitalista y el obrero.
363 Acumulación originaria del capital. (La acumulación real.) —EI capital, una vez desarrollado
históricamente, área el mismo sus condiciones de existencia (no como condiciones de su surgimiento,
sino como resultados de su existencia). — Prestaciones personales de servicios (en oposición al trabajo
asalariado). — Trastrocamiento de la ley de apropiación. Ajenidad real del obrero respecto de su
producto. División del trabajo. Maquinaria, etc.
375 Formas que preceden a la producción capitalista. (Acerca del proceso que precede a la formation de la
relación de capital o a la acumulación originaria.).
Karl Marx
512 Circulación del capital. Proceso de circulación. Proceso de producción. Rotación. El capital es circulante.
También el capital fijo. Costos de circulación. Tiempo de circulación y tiempo de trabajo. (Tiempo
libre del capitalista. ) (Costos de transporte).
529 Circulación. Storch. - Metamorfosis del capital y metamorfosis de la mercancía. — Cambio de forma y
cambio de sustancia del capital. Diversas formas del capital. — Rotaciones en un período dado. —
Capital circulant como carácter general del capital. —- El año, medida de las rotaciones del capital
circulant. El día, medida del tiempo de trabajo.
534 Capital fijado (inmovilizado) y capital circulant. — (Excedente. Proudhon. Bastiat.) - Mill. Anderson. Say.
Quincey. Ramsay. - Dificultades con el interés compuesto. — Creación de mercados mediante el
comercio. — Capital fijado y capital circulante. Ricardo - Dinero y capital. Eternidad del valor.
Necesidad de una reproducción más rápida o menos. - Sismondi. Cherbuliez. Storch. — Avanceb del
capital al trabajo.
542 Capital constant y variable.
542 Competencia.
546 Plusvalor. Tiempo de producción. Tiempo de circulación. Tiempo de rotación.
549 Competencia.
550 Plusvalor. Tiempo de producción. Tiempo de circulación. Tiempo de rotación. Parte del capital en el
tiempo de producción. Parte en el tiempo de circulación. – Tiempo de circulación. — Plusvalor y fase
de producción. – Cantidad de reproducciones del capital = cantidad de rotaciones – Plusvalor total,
etc.
559 En la circulación del capital, cambio de forma y cambio material. –M-D-M. D-M-D.
560 Diferencia entre tiempo de producción y tiempo de trabajo. – Storch. Dinero. El estrato de los
comerciantes. El crédito. La circulación.
565 La pequeña circulación. El proceso del intercambio entre el capital y la capacidad de trabajo en general.
El capital en la reproducción de la capacidad de trabajo.
570 Triple determinación o modo de la circulación. – Capital fixe y capital circulant. – Tiempo de rotación del
capital total dividido en capital circulante y fijo. – Rotación media de tal capital. – Influencia del capital
fixe sobre el tiempo total de rotación del capital. — Capital fijo circulante. Say. Smith. Lauderdale.
(Lauderdale sobre el origen del beneficio.).
582 El proceso de trabajo. — Capital fixe. Medio de trabajo. Máquina. Capital fixe. Transposición de las
fuerzas de trabajo en fuerzas de capital, tanto en el capital fixe como en el circulant. -- En qué
medida el capital fixe (máquina) crea valor. – Lauderdale. —- La máquina presupone una masa
de obreros.
CUADERNO VII. “El capítulo del capital”, (Continuación) pg. 587
630 Capital fixe y capital circulant como dos clases especiales de capital. — Capital fixe y continuidad del
proceso de producción. — Maquinaria y trabajo vivo. (La invención como actividad económica.)
631 El capital que rinde ganancia. Transformación de la plusvalía en beneficio.
631 Tasa del beneficio. — Caída de la tasa del beneficio. — Tasa del beneficio. — Suma del beneficio. —
Atkinson. A. Smith. Ramsay, Ricardo. — La plusvalía en cuanto beneficio siempre expresa una
proporción menor. — Wakefield. Carey. Bastiat.
644 Capital y rédito (beneficio). Producción y distribución. Sismondi. — Costos de producción desde el punto
de vista del capital. Beneficio, ídem [desde el punto de vista del capital]. — Desigualdad de los
beneficios. Nivelación y tasas generales del beneficio. — Transformación de la plusvalía en beneficio.
Leyes.
650 Plusvalía es igual a proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario.
651 Valor del capital fixe y su fuerza productiva. Durabilidad del capital fixe, ídem (que su fuerza
productiva).- Las fuerzas sociales, la división del trabajo, etc., nada le cuestan al capital.- Diferencia
de las máquinas a este respecto (economía de los capitalistas en el empleo de maquinaria).-
Beneficio y plusvalía.
653 Maquinaria y plustrabajo. Recapitulación de la teoría de la plusvalía en general.
657 Proporción entre las condiciones objetivas de la producción. Cambio en la proporción entre los
componentes del capital.
664 Money y capital fixe: suponen certain amount of wealtha (Economist.) — Proporción entre el capital
fixe y el capital circulant. Hilanderos de algodón (Economist).
664 Esclavitud y trabajo asalariado (Steuart). — Profit upon alienation Steuart.
669 Inustria lanera en Inglaterra desde Isabel (Tuckett). — Silk manufacture (same). Hierro, ídem. Cotton.
671 Origen del trabajo asalariado libre. Vagabundaje. Tuckett.
672 Blake sobre la acumulación y la tasa del beneficio. (Muestra que los precios, etc., no son indiferentes,
porque una clase de meros consumers no consume y reproduce a la vez.) -Dormant capital.
Karl Marx
807 La production no es determinada por los costos de producción, esto es por el real value, sino por el
market Price (El precio real es el precio al que puede producirse una mercancía; el precio de
mercado, aquel al que se la puede vender).
807 Efecto depreciante de los perfeccionamientos en la agricultura y la maquinaria.
808 El precio del trigo no regula el precio de las demás mercancías.
808 El comercio exterior y el valor de cambio.
811 Determinación del valor de cambio en países diferentes.
812 Influencia del comercio colonial sobre los precios. pg.
814 Efecto de la oferta y la demanda sobre el valor de cambio.
815 IV) Sobre el salario.
815 Diferencia entre el salario y el trabajo empleado en la producción de una mercancía.
817 Influencia del crecimiento del capital sobre el precio de mercado y el precio natural del salario.
817 Variations en el natural price del trabajo. pg.
818 Salario y renta. pg.
818 Aumento del natural price of labour y del precio de las mercancías en dinero.
819 Población y salarios.
820 Influencia del precio del raw produce sobre el salario.
822 Influencia de la maquinaria sobre el salario.
824 Impuestos al salario.
825 Una observación más sobre la relación entre el beneficio y el salario.
825 V) Sobre el beneficio.
825 Variations permanentes en la tasa del beneficio. Partición del precio del producto entre capitalistas y
labourers.
828 Relación entre beneficio y salario.
830 Acumulación del capital.
830 Influencia del trade a sobre los profits.
831 Revulsion in trade.
832 Effects de la acumulación sobre los profits and interest.
833 Del ingreso bruto y el ingreso neto.
834 Impuesto a los beneficios.
835 Maquinaria e impuestos. Influencia sobre los profits.
835 Impuestos sobre mercancía que no son producto en bruto.
837 Impuestos pagados por el producer (pp. 456-459).
837 Impuestos a los edificios.
838 VI) Sobre impuestos.
838 Los impuestos recaen sobre el capital o el rédito.
839 Aumento del precio de las mercancías por obra de los impuestos y el dinero.
839 VII) Extracto del prólogo (comienzo del libro).
843 [Bastiat y Carey].
843 Avant-Propos.
849 XIV. Des Salaires.
INDICE PARA LOS 7 CUADERNOS (PARA LA PRIMERA PARTE).
855 I) Valor.
855 II) Dinero.
859 III) El Capital en general.
860 1) El dinero como medida.
861 2) El dinero como medio de cambio.
866 3) El dinero como dinero.
869 Cuaderno B’.
869 Fragmento de la versión primitiva de la "contribución a la critica de la economía política" (1858).
871 Valor invariable del dinero.
872 Apud Tragicos contraria δí κη y κέδοζ.
878 3) El dinero en cuanto medio internacional de pago y de compra, en cuanto moneda mundial.
895 4) Los metales preciosos en cuanto portadores de la relación monetaria.
901 5) Manifestación de la ley de apropiación en la circulación simple.
919 6) Pasaje al Capital.
CAPTULO III. EL CAPITAL.
941 Cuaderno B”.
941 A. Proceso de producción del capital.
Karl Marx
VII
PRESENTACION
Los dos volúmenes que el Instituto Marx-Engels-Lenin (IMEL) de Moscú publicó en 1939-
41 bajo el título de Grundrisse der Kritik der politischen ó konomie (Rohentwurf) 1857-
1858, recogen un grupo de manuscritos hasta ese entonces inéditos en su casi totalidad,
redactados por Marx en la década del 50. Constituyen la primera síntesis de las
investigaciones iniciadas por Marx en noviembre de 1850, en Londres, cuando después de la
derrota de la revolución de 1848 se retira de la escena pública para reanudar sus anteriores
estudios de economía política. El título de la obra pertenece a los editores del IMEL, quienes a
su vez lo toman de las referencias explícitas a esta obra que hace el autor en diversos pasajes
de su correspondencia. En una carta a Engels del 8 de diciembre de 1857, por ejemplo, le dice:
"Trabajo como un loco las noches enteras en coordinar mis estudios económicos, para poner
en claro al menos los elementos fundamentales antes del diluvio". El "diluvio", metáfora con
la que Marx hacía referencia a la agudización de la crisis económica de 1857 y a las
probables conmociones sociales de ella derivadas, impone a su actividad teórica un ritmo
febril, del que surgen estos vastos manuscritos redactados, en lo fundamental, en menos de
seis meses de trabajo. Los "elementos fundamentales" fueron concebidos por el autor como
"un conjunto de monografías escritas con grandes intervalos en distintos períodos para el
esclarecimiento de mis propias ideas y no para su publicación': Sin embargo, a pesar de su
estado fragmentario, de su condición de borradores de una obra que Marx nunca llegó a
terminar, constituyen indudablemente textos de fundamental importancia para comprender
el proceso de elaboración de la crítica marxista de la economía política. Entre otras cosas,
porque nos permiten presenciar la propia gestación de las categorías analíticas con las que
Marx develó la naturaleza mistificatoria de la economía política burguesa y creó las bases de
una nueva ciencia crítica de la sociedad. Corno alguien señalara, los Grundrisse nos abren la
posibilidad de introducirnos en el laboratorio económico de Marx y ante nuestra mirada
aparecen nítidamente recortados todos los refinamientos, todos los sinuosos caminos de su
metodología. Estos escritos, al igual que los de 1861-63 que aún esperan ser exhumados,
constituyen el eslabón perdido que nos permite reconstruir de una manera más acertada el
itinerario intelectual de un Marx que aparece hoy bajo una nueva luz, de un Marx
"desconocido", como lo señala Matan Nicolaus en la introducción a la presente edición en
español de los Grundrisse.
VIII La aparición de esta obra trascendental, producida en plena guerra mundial, pasó
inadvertida hasta para los especialistas y durante mucho tiempo el libro constituyó una
rareza bibliográfica. Recién en 1953, la Dietz Verlag de Berlín Este, la reprodujo en una
edición facsimilar en un solo volumen. Sin embargo, tampoco esta última edición atrajo
demasiado la curiosidad de los investigadores. Podríamos decir que hasta 1960 las
discusiones entre los marxistas no la mencionaban ni tampoco se pensó en traducirla a otros
idiomas. Hubo que esperar otros diez años más para que casi simultáneamente aparecieran
las versiones francesa e italiana, y más recientemente la rusa y la inglesa.
*
La traducción al español de los Grundrisse presenta serias dificultades que esperamos
haber sorteado felizmente. La primera de ellas deriva del carácter fragmentario del texto y
del nivel particularmente elevado de abstracción en que se coloca Marx para la primera
redacción de sus Principies de economía política. Hasta para Engels resulta extremadamente
difícil su lectura, como lo señala en una carta a Marx del 9 de abril de 1858: "El estudio de tu
resumen. . . me ha llevado mucho tiempo; es, en verdad, un resumen muy abstracto. . . muchas
Karl Marx
veces me veo obligado a tomarme mucho tiempo para buscar las transiciones dialécticas,
porque he perdido totalmente el hábito del razonamiento abstracto."
Otra dificultad reside en que el uso personal que Marx da a su borrador acentúa las
características del lenguaje en que habitualmente redactaba sus notas. Aquí, "el estilo
desaliñado, las expresiones y giros familiares..., la terminología francesa e inglesa, a menudo
con frases enteras .v hasta páginas en inglés", complica infernalmente la tarea de obtener un
texto en español que respetando el carácter de borrador no se torne absolutamente
ininteligible. Ajustándonos al criterio seguido en la traducción de los Resultados del proceso
inmediato de producció n (El capital, capı́tulo VI), hemos optado por acercarnos a una
versión literal, procurando recrear –en la medida más amplia de lo posible el carácter de
borrador del manuscrito. Así, mantenemos en los respectivos idiomas originales no sólo las
citas sino también las innumerables palabras de otros idiomas que salpican el texto alemán y
ofrecemos a pie de página la traducción. Para ser fieles al vocabulario de Marx, mantenemos
las diferenciaciones entre términos alemanes de sentido más o menos próximo pero no
coincidente, sobre todo cuando esto tiene que ver con el proceso mismo de hallazgo de
términos que luego se convertirán en definitivos, apareciendo como términos "técnicos" en El
capital, pero en proceso de elaboración en los Grundrisse. Respetamos además el lenguaje
filosófico hegeliano al que Marx recurre frecuentemente en esta obra, al mismo tiempo que
tratamos de evitar la utilización de términos tales como "estructura" o "totalidad", excepto
cuando es el propio autor el que los usa. De otro modo, hubiera resultado un Marx
"estructuralista", bastante alejado del estilo hegelianizante-ricardiano que caracteriza a
toda la obra.
IX La última de las dificultades, y no la menor, reside en las insuficiencias de la edición
preparada por el IMEL. La complicada letra de Marx. que como dice Engels "a veces ni el
propio autor era capaz de descifrar", torna inevitables los errores de desciframiento. En tal
sentido, la edición original contiene gran cantidad de ellos, algunos de los cuales cambian por
completo el sentido de la oración y hasta del párrafo. Por otra parte, se aplican criterios
contradictorios en la corrección de los errores cometidos por Marx (algunas veces salvados
en el texto, y otras a pie de página, sin que exista una clara razón para ello). Se comprende
entonces que la apreciable cantidad de errores, imprecisiones, confusiones y criterios
contradictorios contenidos en la edic. original compliquen bastante la tarea del traductor.
Las versiones francesas de Roger Dangeville (Fondements de la critique de l'é conomie
politique, 2 vols., Anthropos, Paris, 1967-68) e italiana de Enzo Grillo (Lineamenti
fondamentali della critica dell'economia poli-tica, 2 vols., La Nuova Italia Editrice, 1968-69)
por estar basadas en la edición que comentamos, reproducen por tanto sus errores y no
constituyen una base segura de confrontación para lograr una versión más ajustada.
La reciente traducción rusa (K. Marx i F. Engels, Sochinenia, t. 42, 2 vols., 1968-69), en
cambio, nos resultó de suma utilidad pues fue realizada confrontando el texto de la edición
original con las fotocopias de los manuscritos, sometidos a una nueva lectura crítica.
Como resultado de ese meticuloso trabajo de relectura de los manuscritos de 1857-1858,
efectuado por los investigadores del Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú, pudo
confeccionarse una extensa y detallada lista de precisiones en el descifrado del texto y de
corrección de los errores, realizados en el texto de Marx. Para nuestra versión en español la
gentileza del IMEL nos permitió contar con una copia de las observaciones críticas a la
edición original, lo que en su momento nos obligó a rehacer la mayor parte del texto ya
compuesto. Aunque retrasó la publicación de la obra, esta feliz circunstancia nos permite
ofrecer por primera vez, luego de la edición rusa, una versión de los Grundrisse depurada de
errores y por lo tanto de incuestionable valor científico.
En el manuscrito original, tanto la Einleitung como los Grundrisse casi no son titulados.
Grundrisse
Pero sabemos que el "capítulo del dinero" es anotado sumariamente por Marx en el Indice de
los 7 cuadernos, y el "capítulo del capital", a su vez, mucho más extensamente en las
Referencias. La Redacción IMEL insertó en el "capítulo del capital" y en la "Introducción" los
breves sumarios de las Referencias, pero dejó sin titular el "capítulo del dinero". Este criterio
contradictorio, provoca inconvenientes puesto que en el índice general figuran títulos que no
pueden ubicarse en el texto. Siguiendo el criterio de las ediciones italiana y francesa, hemos
volcado en el "capítulo del dinero" los titulillos extraídos del Iándice de los 7 cuadernos, pero
encerrándolos entre corchetes para diferenciarlos de los que coloca la Redacción IMEL. En el
"capítulo del capital" los títulos se tradujeron de la edic. original sin modificaciones.
A veces fue necesario agregar en el texto algunas palabras que permitieran completar
una frase inconclusa, o aclarar un párrafo oscuro. Cuando el agregado pertenece a la
Redacción IMEL va entre corchetes simples; cuando en cambio pertenece a la edic. esp. va
entre corchetes dobles.
X En cuanto a las notas, en nuestra edición son de tres órdenes: 1) las que están indicadas con
asteriscos pertenecen a Marx y van a pie de página separadas del texto por una línea corta;
2) las indicadas con letras alfabéticas pertenecen a la redacción (tanto. del IMEL como
nuestra) y se refieren exclusivamente a problemas técnicos del texto. Van a pie de página y
separadas del texto por una línea completa; 3) las numeradas progresivamente pertenecen a
la redacción y corresponden a referencias bibliográficas completas de obras y autores que
son citados explícitamente por el propio Marx de manera incompleta a imprecisa o pueden
ser determinados fehacientemente por cuanto se deduce una relación directa y no
problemática entre la página de Marx y el autor y la obra mencionados. Siguiendo el criterio
de la edic. italiana nos hemos limitado simplemente a agregar después de la indicación
bibliográfica una escueta información sobre la existencia de extractos de la obra en cuestión
en los cuadernos de Marx. Por ello, en estas notas el lector encontrará sucesivamente: autor y
obra citados, con la página de la edición utilizada por Marx; el título de la eventual edición en
español con la página correspondiente; la información sobre la existencia de extractos en
algún cuaderno de Marx y la referencia a la edic. MEGA para aquellos publicados o cuyo
índice se conoce a través de esa edición, y a "cuaderno londinense" para el grupo de
cuadernos inéditos del 1850-1853.
A diferencia de la edic. Dietz y de la francesa, que en sus notas remiten abusivamente a
las obras de Marx anteriores a los Grundrisse, hemos preferido no introducir notas que de
alguna manera predispusieran una forma de lectura. Aceptamos plenamente el criterio del
traductor italiano cuando señala que: ". . al menos en una simple edición de textos, la
definición de la relación entre las formulaciones teóricas logradas por Marx en los trabajos
del 1857-1858 y las existentes en las obras económicas anteriores al 1848 debía permanecer
problemática como en efecto lo es, y dejar abierta toda perspectiva hermenéutica. Una
referencia puramente bibliográfica, en cambio, por su naturaleza, establece a priori una
relación unívoca de coherencia estática entre formulaciones teóricas que tienen vigencia en
contextos diversos y que surgen dentro de horizontes histórico-teóricos diferentes, a menos de
que sean acompañadas de una explícita intervención valorativa y que se transformen así en
una nota de comentario. En ausencia de esto, el hábito de vincular no por homologías reales
sino por analogías presuntas los textos marxianos más dispares, se revela como el fruto de
una actitud didascálica y dogmática, y por consiguiente inaceptable."
Los números al margen y encerrados entre corchetes corresponden al comienzo de
página de la edic. Dietz 1953 y están incluidos con el objeto de facilitar la búsqueda de las
referencias de la edición original.
Al publicar hoy la presente versión de los Elementos fundamentales para la crı́tica de la
economı́a polı́tica, confiamos en que las limitaciones que pueda presentar nuestro trabajo no
Karl Marx
conspiren contra el estudio apasionado y profundo de esta "obra maestra sin pulir", de este
verdadero modelo de ciencia obrera construido por el genio de Marx.
Buenos Aires, setiembre de 1971.
JOSE ARICO
MIGUEL MURMIS
PEDRO SCARON
Grundrisse.
XI
EL MARX DESCONOCIDO
Cuando en 1859 Karl Marx evaluó su carrera intelectual, condenó a un merecido
olvido a todas sus obras precedentes, excepto cuatro. Afirmó que en Miseria de la filosofía
(1847) habı́a expuesto por primera vez los aspectos fundamentales de sus opiniones
cientı́ficas, aunque la exposició n fuese polé mica. Y dio a entender que lo mismo podı́a
decirse del Manifiesto del Partido Comunista (1848), del Discurso sobre el libre cambio, del
mismo añ o y de una serie incompleta de artı́culos titulada Trabajo asalariado y capital
publicada en 1849. No mencionó a los Manuscritos económico-filosóficos (1844), a La
sagrada familia (1845), ni a las Tesis sobre Feuerbach (1845) y habló —sin mencionar su
tı́tulo— del manuscrito de La ideología alemana (1846) como de un trabajo que é l y Engels
abandonaron alegremente a los ratones 1. Se dice que tres añ os antes de su muerte, al ser
interrogado acerca de la eventual publicació n de sus obras completas, respondió
secamente: "Primero habrı́a que escribirlas" 2.
Por ese entonces Marx consideraba a la mayorı́a de sus primeras obras —obras que
tanto entusiasmo han suscitado en los inté rpretes contemporá neos— con un escepticismo
que lindaba con el rechazo. Y hacia el final de su vida tenı́a una dolorosa conciencia de que
los trabajos que habı́a presentado o estaba a punto de presentar en pú blico eran tan só lo
fragmentos.
Só lo una vez en su vida habló entusiastamente de uno de sus libros como de una obra
lograda. Só lo una vez anunció que habı́a escrito algo que no só lo abarcaba todos sus puntos
de vista sino que tambié n los presentaba cientı́ficamente. Fue en el Prefacio a la Crítica de
la economía política (1859), obra que tambié n quedó como un simple fragmento debido a
dificultades con su editor.
XII Só lo dos capı́tulos de la Crítica llegaron al pú blico, pero su contenido, aunque importante,
apenas justificaba las afirmaciones que implı́citamente se hacı́an sobre ellos en el Prefacio.
En é ste se esboza una visió n total del mundo, un conjunto de doctrinas cientı́ficas que
explican el desarrollo de la historia en sus alcances econó micos, polı́ticos y socioló gicos y
que demuestran có mo y por qué la organizació n actual de la sociedad debe derrumbarse a
causa de la tensió n de sus conflictos internos, para ser reemplazada por un orden superior
de civilizació n. No obstante, los capı́tulos allı́ publicados no alcanzan semejante aliento ni
se deriva de su contenido la idea del surgimiento final de un nuevo orden. Se ocupan má s
bien de cuestiones econó micas bastante té cnicas e inician un largo y arduo camino hacia
un objetivo no del todo claro. ¿De qué hablaba Marx, entonces, en el Prefacio? ¿Exponı́a
teorı́as que no habı́a elaborado aú n, ideas que todavı́a no habı́a anotado?
Hasta 1939, esta cuestió n siguió siendo un misterio. Las audaces generalizaciones
hechas en el Prefacio tenı́an antecedentes en declaraciones audaces e igualmente generales
incluidas en Miseria de la filosofía y en el Manifiesto. En cuanto a los volú menes de El
capital, tambié n contienen ecos polé micos y generales. Pero era difı́cil, si no imposible,
extraer de las partes existentes de El capital las respuestas a la cuestió n má s importante,
que el Prefacio anuncia como teó ricamente resuelta: có mo y por qué ha de derrumbarse el
orden social capitalista. Ası́, Rosa Luxemburg escribió La acumulación del capital (1912)
precisamente con el propó sito de llenar esta importante brecha en los escritos inconclusos
1 Cf. Prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política. En MARX-ENGELS, Obras escogidas, Moscú , s/f., I,
pp. 346-357. Utilizo la edició n Werke de los escritos de Marx y Engels, publicada por Dietz, Berlı́n, de 1962 a 1967.
[Las citas en españ ol son nuestras – N. del E.]
2 Citado en MAXIMILIEN RUBEL, Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Paidó s, Buenos Aires. 1970, p. 14
Karl Marx
de Marx3, y consiguió con ello avivar la hoguera de una enconada disputa que todavı́a hoy
arde dentro del partido. Todavı́a sigue siendo un misterio la razó n por la cual el manuscrito
en el que Marx se basó para escribir el Prefacio de 1859, permaneció oculto hasta el
estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Pero en 1939 el instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú sacó de sus archivos y publicó
un enorme volumen conteniendo los manuscritos econó micos de Marx de los añ os 1857-
58. Dos añ os despué s apareció un segundo volumen y en 1953 la editorial Dietz de Berlı́n
reeditó los dos volú menes en uno. Titulado por los editores Grundrisse der Kritik der
politischen ókonomie (Rohentwurf) [Elementos fundamentales de la crı́tica de la economı́a
polı́tica (Borrador)], y publicado junto con extractos importantes de los cuadernos de
notas de Marx de 1850-51, este trabajo permite al fin examinar el material del cual las
generalizaciones del Prefacio constituyen un resumen 4.
XIII Los Grundrisse no han sido ignorados desde su publicació n, pero tampoco se los apreció
en toda su importancia. Considerados inicialmente como material de interé s para una
reconstrucció n del origen de El capital, esta obra vegetó durante largo tiempo en el só tano
de los estudiosos del marxismo 5. Eric Hobsbawm presentó un fragmento, sobre todo los
pasajes histó ricos, bajo el tı́tulo de Formaciones económicas pre-capitalistas, en 1956 6.
Posteriormente aparecieron extractos aislados en las obras de André Gorz y Herbert
Marcuse 7. Juntos, estos fragmentos parecen haber despertado el apetito de un cuerpo cada
vez mayor de intelectuales, particularmente en la amorfa Nueva Izquierda, y el interé s por
examinar má s detenidamente esta obra hasta entonces desconocida pero evidentemente
importante. Este añ o apareció finalmente una traducció n francesa de la primera parte,
pero los lectores que no dominan esa lengua tendrá n que esperar 8, porque no se han
hecho aú n planes definitivos para publicar una versió n inglesa.
XIV De todas maneras, la obra tiene una significació n histó rica. Los frutos de 15 añ os de
investigació n sobre cuestiones de economı́a, los mejores añ os de la vida de Marx, está n
contenidos en estas pá ginas. Marx creı́a que esta obra no só lo habı́a echado por tierra las
doctrinas centrales de toda la economı́a polı́tica anterior sino que era tambié n la primera
formulació n cientı́fica de la causa revolucionaria 9. Aunque é l no podı́a saberlo entonces,
é ste habrı́a de ser el ú nico de sus trabajos en el cual su teorı́a del capitalismo desde los
orı́genes hasta el derrumbe serı́a presentada en toda su integridad. Aunque oscuros y
fragmentarios puede decirse que los Grundrisse fueron la ú nica obra de economı́a polı́tica
verdaderamente completa que Marx escribió .
Los Grundrisse constituyen la cima de un largo y dificultoso ascenso. Marx habı́a
publicado diez añ os antes la primera de las que é l consideraba sus obras cientı́ficas:
Miseria de la filosofía, y no publicó el primer volumen de El capital hasta una dé cada má s
3 Cf.. PAUL M. SWEEZY, Teoría del desarrollo capitalista, FCE, Mé xico, 2ª edic. 1958, p. 224.
4 KARL MARX, Grundrisse der Kritik der politischen Okonomie (Rohentwurf), Dietz, Berlı́n, 1953.
5 MAXIMILIEN RUB•L, "Contribution á l'historie de la genese du 'Capital' ", en Revue d'Histoire économiqueét
económicas pre-capitalistas: Platina, Buenos Aires, 1966. Ciencia Nueva, Barcelona, cuadernos de Pasado y
Presente N° 20, Có rdoba, 1971].
7 ANDRE GORZ, Estrategia obrera y neocapitalismo, ERA, Mé xico, 1969, pp. 182-183; HERBERT MARCUSE, El
1967. [Posteriormente al trabajo de Nicolaus, apareció una edició n italiana: Lincamenti fondamentali della critica
dell'econontia politica, 1857-1858. 2, vols. La Nuova Italia Editrice, Firenze, 1968 y 1969].
9 Grundrisse, p. XIII; cf. tambié n la carta de Marx a Engels del 14 de enero de 1858: ". . . Estoy obteniendo algunos
buenos resultados. Por ejemplo, he tirado por la borda toda la doctrina de la ganancia tal como existı́a hasta
ahora". Correspondencia, Problemas, Buenos Aires, 1947, p. 119.
Grundrisse.
Marx antes y despué s de 1850 es un cambio de terminologı́a. Antes de esta fecha Marx se
refiere constantemente a la mercancı́a que el obrero ofrece en venta, como "trabajo" y
aclara que esta mercancı́a es exactamente igual a cualquier otra. Si se considera a la
sociedad burguesa exclusivamente como un sistema de mercado, esta definició n es
correcta. Pero a partir de los Grundrisse Marx arriba a la conclusió n de que el trabajo no es
una mercancı́a como cualquier otra, sino que en realidad es ú nica y que la mercancı́a que el
obrero vende debe ser llamada "fuerza de trabajo". En posteriores reediciones de sus
primeras obras econó micas, Marx y Engels alteraron debidamente la terminologı́a para
ajustarse al nuevo punto de vista y en diversos prefacios aclaran las razones que tuvieron
para hacerlo y destacan la importancia del cambio 16.
XVIII 2. En los primeros escritos econó micos, el curso del desarrollo capitalista se deriva,
como ya se hizo notar, del movimiento objetivado de la oferta y la demanda. Compá rese
este concepto con la categó rica y reiterada declaració n aparecida en El capital de que en
los mecanismos de la competencia "todo se presenta invertido" 17 y de que las deducciones
analı́ticas hechas só lo en base a la oferta y la demanda son superficiales, má s aú n,
contradictorias, con respecto a los procesos fundamentales ocultos pero esenciales de la
producció n capitalista y la acumulació n. Los Grundrisse establecieron las bases
intelectuales para estas formulaciones posteriores de El capital.
3. Finalmente, se puede obtener una visió n general del progreso analı́tico que
representaron los Grundrisse rastreando la actitud de Marx hacia Ricardo, especialmente
hacia su teorı́a del excedente. En 1844, en ocasió n de su primer encuentro con Ricardo y la
teorı́a del excedente, Marx se limitó a destacar que el é nfasis que Ricardo ponı́a en é l
demostraba que la principal preocupació n de la economı́a burguesa era la ganancia y no
los seres humanos, y que esta teorı́a es la prueba definitiva de la infamia en que se ha
hundido la economı́a polı́tica18. En Miseria de la filosofía Marx trata a Ricardo con má s
respeto y cita extensamente al socialista inglé s Bray, que utiliza la teorı́a ricardiana del
excedente para probar la explotació n de la clase obrera. Pero Marx no cita a Bray para
poner de relieve la importancia fundamental de su teorı́a sino só lo para criticar ciertas
deducciones derivadas de ella 19. Asimismo, en Trabajo asalariado y capital expone
simplemente la teorı́a ricardiana de que el producto del trabajo vale má s que la
reproducció n del obrero, pero sin profundizar el aná lisis 20. En ese momento Marx era
plenamente consciente de la existencia de un excedente, pero no era igualmente consciente
de las enormes implicaciones de este hecho para la teorı́a econó mica; en resumen: la teorı́a
no es el eje de su aná lisis sino que coexiste pasivamente con el aná lisis dominante de la
oferta y la demanda, y a su sombra. No obstante, cuando en 1850 Marx comenzó a revisar
exhaustivamente sus estudios econó micos, se sumergió directamente en Ricardo y dedicó
por lo menos los dos añ os siguientes a asimilarlo en detalle.
XIX Sus apuntes y sus cuadernos de notas de este perı́odo, agregados por los editores al texto
de los Grundrisse, demuestran que por entonces Marx habı́a comenzado a comprender las
implicaciones de la teorı́a del excedente de Ricardo y habı́a concentrado su atenció n sobre
ella21. Finalmente, en los Grundrisse mismos, aunque Marx critica a Ricardo en varios
puntos, se refiere a é l con gran respeto y lo llama el "economista par excellence de la
16 Vé ase preferentemente el prefacio de Engels a la reedició n de 1891 de Trabajo asalariado y capital, Werke, 6, pp.
producció n"22. Este cambio gradual de actitud refleja la creciente conciencia que Marx
estaba adquiriendo de la importancia de la teorı́a de la plusvalı́a, con la cual comienza a
fundamentar toda su teorı́a de la acumulació n capitalista, en los Grundrisse.
Al igual que en cualquier estudio de economı́a comparada, estos, ejemplos
cronoló gicos pueden suscitar la erró nea idea de que la aplicació n de los, conceptos
ricardianos transformó a Marx, de la noche a la mañ ana, de teó rico de la oferta y la
demanda en teó rico de la acumulació n de la plusvalı́a. El cambio fue, por cierto, mucho má s
gradual. Como ya hemos dicho, hay en sus primeros trabajos elementos de la teorı́a del
excedente y las obras posteriores no afirman en modo alguno que el mecanismo de la
competencia no tenga importancia, sino que má s bien formulan lo contrario. Estas
sutilezas no deben ocultar el hecho de que tuvo lugar una ruptura cualitativa, má s allá de la
superficie del aná lisis basado en el mercado, y que esta ruptura es el principal problema
analı́tico de que se ocupan los Grundrisse.
Aunque enfá tica en los detalles, la mayor parte de la estructura del texto de los
Grundrisse se encamina firmemente hacia la solució n de problemas claramente definidos.
Despué s de una brillante "introducció n" inconclusa —en la que no podemos detenernos—
el trabajo consta de dos capı́tulos. El primero trata del dinero y el segundo, mucho má s
extenso, del capital. El segundo está subdividido en tres partes, que se ocupan
respectivamente de la producció n, la circulació n y la transformació n de la plusvalı́a en
ganancia. Los problemas y cuestiones que el texto aborda no son, sin embargo, tan
estrechamente econó micos como los tı́tulos de los capı́tulos parecen indicar. Aquı́, al igual
que en otros lugares pero quizá s má s claramente, la "economı́a" de Marx es tambié n y al
mismo tiempo "sociologı́a" y "polı́tica". El primer capı́tulo lo pone en evidencia
inmediatamente.
XX A cierto nivel, el capı́tulo sobre el dinero es una polé mica contra el proyecto de reforma
monetaria que por aquel entonces habı́a propuesto Alfred Darimon, discı́pulo de Proudhon
y, por lo tanto, encarnizado adversario de Marx. En otro nivel menos superficial, la obra es
meramente un tratado sobre el dinero y puede ser leı́da como el primer borrador de la
teorı́a del dinero de Marx tal como aparece, ya desarrollada, en la Crítica. No obstante, su
aspecto má s importante es su crı́tica socioló gica y polı́tica de una sociedad en la cual el
medio predominante de cambio es el dinero. ¿En qué circunstancias histó ricas puede el
dinero convertirse en la abstracció n de los valores de cambio y é stos a su vez
transformarse en la abstracció n de todas las formas de cambio? ¿Qué premisas sociales
deben existir para que el dinero pueda funcionar como un nexo entre los individuos que
establecen relaciones de cambio? ¿Cuá les son las consecuencias sociales y polı́ticas de este
tipo de relaciones de cambio? ¿Cuá les son las formas má s vastas de organizació n social que
corresponden a esta constelació n molecular de individuos dedicados a las transacciones
privadas? Estos son los problemas de que se ocupa Marx, tal como Sombart, Weber, Simmel
y Tó nnies investigaron, casi medio siglo despué s, los efectos del cambio monetario sobre
los vı́nculos de la sociedad. Marx afirma:
XXI La reducció n de todos los productos y de todas las actividades a valores de cambio
presupone tanto la disolució n de todas las rı́gidas relaciones de dependencia
personales (histó ricas) en la producció n, como la dependencia recı́proca general de
los productores. No só lo la producció n de cada individuo depende de la producció n
de todos los otros, sino que tambié n la transformació n de su producto en medios de
vida personales pasa a depender del consumo de todos los demá s. Los precios son
cosas antiguas, lo mismo que el cambio; pero tanto la determinació n progresiva de los
22 Gnmdrisse, p. 18.
Grundrisse.
unos a travé s de los costos de producció n, como el predominio del otro sobre todas
las relaciones de producció n se desarrollan plenamente por primera vez, y se siguen
desarrollando cada vez má s plenamente, só lo en la sociedad burguesa, en la sociedad
de la libre concurrencia. Lo que Adam Smith, a la manera propia del siglo XVIII, sitú a
en el perı́odo prehistó rico y hace preceder a la historia, es sobre todo el producto de
é sta.
Esta dependencia recı́proca se expresa en la necesidad permanente del cambio y
en el valor de cambio como mediador generalizado. Los economistas expresan este
hecho del modo siguiente: cada uno persigue su interé s privado y só lo su interé s
privado, y de ese modo, sin saberlo, sirve al interé s privado de todos, al interé s
general. Lo vá lido de esta afirmació n no está en el hecho de que persiguiendo cada
uno su interé s privado se alcanza la totalidad de los intereses privados, es decir, el
interé s general. De esta frase abstracta se podrı́a mejor deducir que cada uno
obstaculiza recı́procamente la realizació n del interé s del otro, de modo tal que, en
lugar de una afirmació n general, de este bellum omnium contra omnes resulta má s
bien una negació n general. El punto verdadero está sobre todo en que el propio
interé s privado es ya un interé s socialmente determinado y puede ser alcanzado
solamente en el á mbito de las condiciones que fija la sociedad y con los medios que
ella ofrece; está ligado por consiguiente a la reproducció n de estas condiciones y de
estos medios. Se trata del interé s de los particulares; pero su contenido, ası́ como la
forma y los medios de su realizació n, está n dados por las condiciones sociales
independientes de todos.
La dependencia mutua y generalizada de los individuos recı́procamente
indiferentes constituye su nexo social. Este nexo social se expresa en el valor de
cambio... el poder que cada individuo ejerce sobre la actividad de los otros o sobre las
riquezas sociales, lo posee en cuanto es propietario de valores de cambio de dinero. Su
poder social, ası́ como su nexo con la sociedad, lo lleva consigo en el bolsillo.. .
Cada individuo posee el poder social bajo la forma de una cosa. Arrá nquese a la
cosa este poder social y habrá que otorgá rselo a las personas sobre las personas. Las
relaciones de dependencia personal...son las primeras formas sociales en las que la
productividad humana se desarrolla solamente en un á mbito restringido y en lugares
aislados. La independencia personal fundada en la dependencia respecto a las cosas es
la segunda forma importante en la que llega a constituirse un sistema de
metabolismo social general, un sistema de relaciones universales, de necesidades
universales. La libre individualidad, fundada en el desarrollo universal de los
individuos y en la subordinació n de su productividad colectiva, social, como
patrimonio social, constituye el tercer estadio. El segundo crea las condiciones del
tercero 23.
XXII Vemos aquı́ claramente desarrollada la interpretació n de las categorı́as econó micas,
sociales y polı́ticas. Sea lo que fuese lo que Marx pueda haber tenido que decir acerca de
las fluctuaciones especı́ficas del valor del dinero o acerca de los efectos de la metalizació n o
de la moneda fiduciaria, todo ello tiene una importancia menor dentro de su sistema de
ideas, comparado con la tesis fundamental, expresada aquı́, de que el dinero es un objeto
que expresa cierto tipo de relació n entre los seres humanos, producida histó ricamente. El
dinero es un vínculo social; es decir que vincula y rige recı́procamente las má s diversas
actividades de individuos que de otro modo se encuentran aislados. El que posee este
vı́nculo social objetivizado puede dominar las actividades de otros, representa el vı́nculo
23 Grundrisse, pp. 74-76
Karl Marx
24 "El aná lisis de lo que realmente es la libre competencia, es la ú nica respuesta racional a su glorificació n por los
25 Ibid., pp. 153, 158
26 Ibid. Pp.185.
Karl Marx
se limita a decir que el trabajador entrega trabajo y recibe salarios en cambio. Pero el
segundo proceso no parece ser en absoluto un intercambio pues hasta su formulació n es
unilateral y asimé trica. De eso precisamente se trata, dice Marx. En una transacció n de
cambio corriente, lo que cada una de las partes hace con la mercancı́a que recibe es ajeno a
la estructura del cambio en sı́. Al vendedor no le interesa si el comprador utiliza la
mercancı́a adquirida para fines productivos o no: eso es asunto privado y no tiene
importancia econó mica en el proceso de cambio propiamente dicho. En el caso especı́fico
del "cambio" entre trabajo y salarios, sin embargo, el uso que el comprador de trabajo da a
su mercancı́a tiene suma importancia para é l, no só lo en el aspecto privado sino tambié n
en su condició n de homo ceconomicus. El capitalista entrega salarios (valores de cambio)
por el uso del trabajo (por su valor de uso) só lo a fin de convertir este valor de uso en valor
de cambio adicional.
XXVI Aquı́... el valor de uso de lo que se cambia por el dinero se presenta como una
relació n econó mica especial, y la utilizació n determinada de lo que se cambia por el
dinero constituye el fin ú ltimo de los dos procesos. Es esto, por ende, lo que ya en lo
formal diferencia del intercambio simple al intercambio entre el capital y el trabajo;
dos procesos distintos... En el intercambio entre el capital y el trabajo el primer acto
es un intercambio, pertenece enteramente a la circulació n habitual; el segundo es un
proceso cualitativamente diferente y só lo by misuse se le puede considerar como
intercambio del tipo que fuere. Se contrapone directamente al intercambio; categorı́a
esencialmente diferente 27.
Luego de hacer varias digresiones, Marx pasa a examinar extensamente esta "categorı́a
esencialmente diferente". Abordando la cuestió n a travé s de la distinció n entre el valor de
uso y el valor de cambio de la mercancı́a trabajo, señ ala que el valor de cambio del trabajo
está determinado por el valor de los productos y servicios necesarios para mantener y
reproducir al trabajador. Mientras el capitalista pague al trabajador un salario
suficientemente elevado como para permitirle seguir viviendo y trabajando, habrá pagado
el valor total del trabajo y la relació n de cambio definida en el contrato de trabajo será una
relació n equivalente. El capitalista ha pagado el valor de cambio total y justo de la
mercancı́a. Pero lo que ha comprado en realidad es cierto nú mero de horas de control y
decisió n sobre la actividad productiva del obrero, sobre su capacidad creadora, ha
comprado su capacidad de trabajo. Marx introduce aquı́ por primera vez el cambio en la
terminologı́a que corresponde a su descubrimiento de la "categorı́a esencialmente
diferente". Lo que el obrero vende no es "trabajo" sino fuerza de trabajo (Arbeitskraft); no
una mercancı́a como cualquier otra, sino una mercancı́a ú nica28 . Só lo el trabajo tiene la
capacidad de crear valores donde anteriormente no existı́a valor alguno, o la posibilidad de
crear valores mayores que los necesarios para mantenerse a sı́ mismo. En resumen, só lo el
trabajo es capaz de crear plusvalía. El capitalista compra el control sobre ese poder creador
y hace que este poder se ocupe de la producció n de mercancı́as para el cambio durante
determinado nú mero de horas. Marx denomina explotació n a esta renuncia del obrero al
control sobre su poder creador.
XXVII No es esta la ocasió n má s apropiada para examinar en detalle la teorı́a de la plusvalı́a
de Marx, de la cual las ideas formuladas aquı́ son la piedra angular. Baste pues con decir
que Marx comienza en esta obra no só lo a resolver el problema de có mo puede producirse
la explotació n a pesar del hecho de que el contrato de trabajo sea un cambio de
equivalentes, sino que tambié n inicia la tarea cientı́fica fundamental de la cuantificació n.
27 Ibid., pp. 185-186.
28 Cf. Ibid. pp. 193-194. Para "control" y "disposició n", vé ase pp. 193, 195, 201, 215, etc.
Grundrisse.
29 Ibid., pp. 214, 215.
Karl Marx
social 30.
XXIX Pese a que existen reminiscencias de este pasaje en algunos de los primeros trabajos,
ası́ como tambié n, en una ocasió n, en El capital 31 , estas referencias son de un orden tan
general que resultan prá cticamente inú tiles. Sobre todo, en ningú n momento se aclara
exactamente qué ha de incluirse en el rubro "fuerzas productivas" o "relaciones de
producció n". ¿Debemos entender que "fuerzas productivas materiales" significa só lo el
aparato tecnoló gico y "relaciones de producció n" el sistema polı́tico-legal? En otras
palabras: ¿la expresió n "fuerzas materiales" es só lo otra forma de decir "infraestructura"?
¿"Relaciones" quiere decir "superestructuras"? ¿A qué exactamente se refieren estos
té rminos?
La clave fundamental para descifrar lo que Marx tenı́a in mente cuando hablaba de
"relaciones de producció n" —para comenzar con la primera parte de la dicotomı́a— ya se
encuentra en el Prefacio mismo. Marx escribe que las formas polı́tico-jurı́dicas tales como
las relaciones de propiedad no son estas "relaciones de producció n" en sı́ mismas, sino
simplemente una expresión de estas relaciones. Desde este punto de partida, se pueden
considerar los Grundrisse como un extenso y detallado comentario de la naturaleza de
estas "relaciones". Porque, ¿qué otra cosa es el capı́tulo sobre el dinero? Marx demuestra
aquı́, como ya hemos visto, que en la sociedad burguesa el dinero no es un mero objeto
natural sino má s bien la forma objetivada de la relación social bá sica dentro de la cual la
producció n capitalista tiene lugar. El dinero es el vı́nculo social que une a los productores y
consumidores que de otra forma se encontrarı́an aislados dentro de la sociedad capitalista,
y constituye los puntos de partida y de conclusió n del proceso de acumulació n. La relació n
social sobre la cual descansan todas las relaciones legales y polı́ticas capitalistas, y de la
cual estas ú ltimas son meras expresiones —segú n lo demuestra Marx en el capı́tulo sobre
el dinero— es la relació n de cambio. El imperativo social es que ni la producció n ni el
consumo pueden producirse sin la intervenció n del valor de cambio. O bien, expresado con
otras palabras, que el capitalista no só lo debe extraer plusvalı́a sino que debe tambié n
realizar plusvalı́a mediante la conversió n del producto excedente en dinero, y que el
individuo no só lo debe tener necesidad de bienes de consumo sino que tambié n debe
poseer el dinero necesario para adquirirlos. Lejos de ser leyes naturales inmutables, estos
imperativos paralelos son caracterizados por Marx como relaciones sociales producidas
histó ricamente; relaciones que a la vez son especı́ficas de la forma capitalista de
producció n.
XXX Con respecto al otro té rmino de la dicotomı́a, resulta fá cil confundirse por la palabra
"material" incluida en la frase "fuerzas productivas materiales". En realidad, la expresió n
alemana original (materielle Produktivkrafte) podrı́a tambié n haber sido traducida como
"fuerzas de la producció n material", y en cualquiera de los dos casos es evidente que para
Marx el té rmino "material" no se referı́a meramente a los atributos fı́sicos de masa,
volumen y situació n. Una má quina es siempre una cosa material, pero que se la utilice de
manera productiva, que se convierta o no en una fuerza productiva, depende de la
organizació n social del proceso productivo, segú n señ ala Marx extensamente en los
Grundrisse32 . Las fuerzas de producció n son en sı́ mismas un producto histó rico y social y
para Marx el proceso productivo es un proceso social. Es necesario enfatizar este punto
con el fin de poner en evidencia que el importante papel que Marx asigna al desarrollo de
las fuerzas productivas materiales bajo el capitalismo no lo convierte en un determinista
30 Werke, 13, p, 9 y Obras escogidas, I, p. 348.
31 Werke, 4, p. 181, y Miseria de la filosofía, p. 174; Manifiesto comunista, W. 4, p. 467 y Obras escogidas, I, p. 25: El
tecnoló gico. Por el contrario, no es la tecnologı́a la que obliga al capitalista a acumular, sino
la necesidad de acumular la que lo obliga a desarrollar los poderes de la tecnologı́a. La base
del proceso de acumulació n, del proceso por medio del cual las fuerzas productivas se
fortalecen, es la extracció n de plusvalı́a de la fuerza de trabajo. La fuerza de producció n es
la fuerza de explotació n.
Es evidente entonces que la dicotomı́a formulada por Marx en el Prefacio es idé ntica a
la que existe entre los dos procesos perfectamente diferenciados que Marx identifica en los
Grundrisse como fundamentales para la producció n capitalista: por una parte, la
producció n consiste en un acto de cambio y por la otra, consiste en un acto que es
precisamente lo opuesto al cambio. Por un lado, la producció n es un simple cambio de
equivalentes y por el otro, es la apropiació n violenta del poder creador del obrero. Es un
sistema social en el cual el obrero, como vendedor, y el capitalista, como comprador, son
jurı́dicamente partes contractuales iguales y libres pero es tambié n, y al mismo tiempo, un
sistema de esclavitud y de explotació n. Al comienzo y al final del proceso productivo, se
encuentra el imperativo social de los valores de cambio, pero desde el principio al fin el
proceso productivo debe rendir plusvalı́a. El cambio de equivalentes es la relació n social
fundamental de la producció n, pero la extracció n de no-equivalentes es la fuerza
fundamental de la producció n. Esta contradicció n, inherente al proceso de producció n
capitalista, es la fuente de las contradicciones que Marx esperaba abordar en el perı́odo de
la revolució n social.
XXXI El problema de có mo es posible esperar que sea precisamente esta contradicció n la que
conduzca al derrumbe del sistema capitalista ha obsesionado a los estudiosos de Marx
durante por lo menos medio siglo. Los volú menes de El capital no proporcionan una
respuesta clara. Esta deficiencia está en la raı́z de la "controversia sobre el derrumbe" que
agitó a la socialdemocracia alemana y que aú n hoy continú a planteá ndose
intermitentemente. Verdaderos rı́os de tinta se han gastado en un intento de llenar esta
brecha en el sistema teó rico de Marx. Pero la brecha existe no debido a que el problema
fuese insoluble para Marx, no porque no le encontrara respuesta, sino porque las
conclusiones a que habı́a arribado en los Grundrisse se mantuvieron enterradas e
inaccesibles para los eruditos hasta 20 añ os despué s de la primera guerra mundial. El
capital es una obra que avanza lenta y cuidadosamente, paso a paso, desde las formas
puras de las relaciones econó micas hacia una aproximació n má s cercana a la realidad
histó rico-econó mica. Nada se prejuzga y no se introducen nuevas teorı́as hasta tanto no se
hayan sentado las bases para las mismas. A ese paso, es fá cil advertir que hubieran sido
necesarios varios volú menes má s de El capital para que Marx hubiese podido llegar al
punto que habı́a alcanzado en el bosquejo de su sistema en los Grundrisse. El capital está
penosamente inconcluso, como una novela de misterio que termina antes de que se
descifre el enigma. Pero los Grundrisse contienen las lı́neas generales del argumento,
anotadas por el autor.
Desde el comienzo mismo, las cuestiones econó micas encaradas en los Grundrisse son
má s ambiciosas y se refieren má s directamente al problema del derrumbe capitalista que
las contenidas en El capital tal como llegó a nosotros. En sus ú ltimos trabajos, Marx relega
la relació n entre las personas y las mercancı́as (la relació n de utilidad) a un terreno del que
en ese momento no se ocupa, y acepta el nivel de necesidades del consumidor que
prevalece en el sistema econó mico como un hecho histó rico dado, concedié ndole luego
poca atenció n 33. En general, da por sentado el consumo y centra su investigació n sobre el
có mo —y no sobre el sı́— de la realizació n del excedente. Pero en los Grundrisse Marx
33 El capital I, W. 23, pp. 49-50. Secció n primera, cap. I, p. I
Karl Marx
34 Grundrisse. Pp, 13-18.
35 Ibid., pp. 178-179 n. 226-227, 763.
36 Ibid., p. 198
37 Ibid.
Grundrisse.
41 Grundrisse, p. 231.
Grundrisse.
ya evidente, una lectura de este trabajo aclarará que la teorı́a de la plusvalı́a no era un
elemento funcional del modelo econó mico sobre el cual se basa el Manifiesto. En 1848,
Marx tenı́a conciencia de la existencia de un excedente pero no tenı́a conciencia, por cierto,
de la importancia de este elemento. Existen pruebas de que Marx conocı́a la teorı́a
ricardiana del excedente en otros escritos econó micos anteriores (Miseria de la filosofía y
Trabajo asalariado y capital) pero estos trabajos demuestran igualmente que la teorı́a de la
plusvalı́a no se habı́a convertido en una parte funcional del modelo econó mico sobre el
cual basaba Marx sus predicciones. Por ejemplo, la primera teorı́a de Marx sobre salarios y
ganancias es evidentemente una funció n de un modelo de oferta-demanda del sistema
econó mico. Y será necesario volver a examinar crı́ticamente, a la luz del modelo posterior
de la plusvalı́a, esta primera teorizació n. Al menos en un á rea-problema importante (la
cuestió n de la polarizació n de clases), se puede demostrar que la profecı́a del Manifiesto es
refutada explı́citamente por Marx en un trabajo posterior, sobre la base de su teorı́a de la
plusvalı́a 44. Hay, por otra parte, una cuestió n que debe ser examinada no só lo en funció n
de ella misma sino tambié n para aclarar la confusió n que resulta a menudo de preguntar,
por ejemplo, qué opinaba Marx sobre la posibilidad de incremento de la pauperizació n. Esa
cuestió n es: ¿cuá ntas otras discrepancias existen y cuá ntas de entre ellas pueden
rastrearse hasta las diferencias entre el primer modelo de mercado y el modelo posterior
de la plusvalı́a?
XXXIX Se deduce de todo ello que aú n no se ha escrito el manifiesto polı́tico marxista má s
importante. Fuera de la breve Crítica del Programa de Gotha (1875), no existe declaració n
política programá tica alguna basada de lleno en la teorı́a de la plusvalı́a y que incorpore la
teorı́a de Marx sobre el derrumbe capitalista, segú n aparece expuesta en los Grundrisse. No
existen fundamentos para repudiar el Manifiesto de 1848 en su conjunto, aunque sı́ existen
razones para someter a todas sus tesis y puntos de vista a un nuevo examen crı́tico a la luz
de la teorı́a de la plusvalı́a del propio Marx. Podrı́an surgir muchas sorpresas inquietantes
si, por ejemplo, se publicase una edició n del Manifiesto que contuviera anotaciones
exhaustivas y detalladas extraı́das de los escritos posteriores, punto por punto y lı́nea por
lı́nea. Evidentemente, la teorı́a de la plusvalı́a es fundamental para el pensamiento de Marx.
Hasta podrı́a decirse que, junto con sus derivaciones, es la teorı́a de Marx. Pero, ¿cuá ntos
grupos polı́ticos marxistas y cuá ntos crı́ticos marxistas de Marx hacen de la teorı́a de la
plusvalı́a el punto de partida de sus aná lisis? La ú nica obra contemporá nea importante en
la cual la plusvalı́a desempeñ a el principal papel es: El capital monopolista45, de Baran y
Sweezy. Pese a sus deficiencias, este trabajo señ ala el camino marxista correcto y sienta las
bases indispensables para el tipo de aná lisis que debe hacerse si la teorı́a de Marx sobre el
capitalismo ha de afirmar nuevamente su relevancia polı́tica.
Lamentablemente —y ello desde varios puntos de vista— El capital monopolista
termina por llegar a la conclusió n (o quizá sea má s exacto decir que comienza dando por
supuesto) de que no es actualmente previsible la revolució n nacional dentro de los paı́ses
capitalistas desarrollados. Este razonamiento puede y debe ser confrontado con la tesis de
Marx, sustentada en los Grundrisse, de que todos los obstá culos para la revolució n, tales
como los que citan Baran y Sweezy, es decir el monopolio, la conquista del mercado
mundial, la tecnologı́a avanzada y una clase obrera má s pró spera, no son sino las
condiciones previas que posibilitan la revolució n. De la misma manera, no se puede decir
que la visió n de Marx de la contradicció n fundamental del capitalismo —segú n la fó rmula
de los Grundrisse— haya sido nunca explorada exhaustivamente y aplicada a una sociedad
44 Cf. MARTIN NICOLAUS, "Hegelian Chorcography and the Capitalist Dialectic: Proletariat and Middle Class in
suscitar. Desde octubre de 1857 hasta marzo de 1858, trabajando sobre todo en horas de la
noche, Marx escribió en siete cuadernos el gran manuscrito que aquı́ publicamos:. La
introducció n con la que se abre este tomo surgió en agosto-setiembre de 1857, con
anterioridad al resto del manuscrito. El trabajo de Marx se efectuó en condiciones
difı́cilmente imaginables; debı́a soportar, junto a su familia, la miseria má s extrema. Se
procuraba el sustento escribiendo para perió dicos. En el curso del añ o que va de octubre
de 1857 a noviembre de 1858, Marx redactó no só lo el manuscrito de los 7 cuadernos, que
abarca 50 pliegos, y el manuscrito econó mico de 10 pliegos que le siguió , sino ademá s "por
lo menos dos volú menes impresos de artı́culos de fondo ingleses de omnibus rebus et
quisdam aliis" [de todas las cosas, e incluso de unas cuantas má s],46 principalmente para la
New York Daily Tribune y la New American Cyclopaedia.
Cuando Marx comenzó a escribir tenı́a una visió n meridianamente clara del punto
esencial de la economı́a polı́tica, el problema de la plusvalı́a, pero en el desarrollo de su
trabajo le importunaban nuevos detalles imprevistos que correspondı́a aclarar, "porque
temas que desde añ os uno ha convertido en objeto principal de sus estudios, justo cuando
se debı́a haber terminado definitivamente con ellos revelan siempre nuevos aspectos y
requieren nueva consideració n 47".
Redactar el manuscrito no equivalió simplemente a consignar lo analizado con
anterioridad. En el curso del trabajo, Marx arribó a conclusiones que eran descubrimientos,
no só lo si se les confronta con el nivel alcanzado en ese entonces por la economı́a polı́tica.
Se enriquecieron las concepciones econó micas mismas de Marx48. En el aná lisis de
problemas vinculados a la prá ctica econó mica capitalista y que la literatura especializada
no solucionaba, no raras veces Marx recurrió a los idó neos consejos de Engels49, que
durante todo el trabajo, como siempre, lo apoyó en todo respecto y de la manera má s
decidida. Sin la asistencia de Engels, Marx no habrı́a podido dar cima a la obra iniciada en
el otoñ o de 1857. El trabajo demandaba todas las energı́as, y a su té rmino la fuerte
constitució n de Marx se vio quebrantada: en abril de 1858 se enfermó de extenuació n.
XLIII El objetivo de la obra era el siguiente:
El trabajo del que se trata, por lo pronto, es la crı́tica de las categorı́as econó micas
o, if you Hice [si prefieres], el sistema de la economı́a burguesa expuesto de manera
crı́tica. Es a la vez la exposició n del sistema y, a travé s de esa presentació n, la crı́tica
del mismo. No tengo una idea clara de cuá ntos pliegos insumirá el total. Si tuviera
tiempo, tranquilidad y los medios para redondear el conjunto antes de entregá rselo
al pú blico, lo condensarı́a en buena proporció n. Pero impreso de esta manera —
quizá s ello sea mejor para la comprensió n del pú blico, aunque seguramente irá en
detrimento de la forma—, en fascı́culos consecutivos, la cosa se extenderá un tanto,
necesariamente ... El todo está dividido en 6 libros: 1) Del capital (contiene algunos
chapters [capı́tulos] preliminares). 2) De la propiedad de la tierra. 3) Del trabajo
46 Marx a Lassalle, 12-X1-1858 (en: Ferdinand Lassalle, Nachgelassene Briefe und Schriften. Editados por Gustav
48 « Vé ase, por ejemplo, en este volumen, pp. 58-59, 63, 87. 90, 289 (en este último pasaje Marx pone de relieve,
por vez primera, la necesidad de distinguir, en el valor del producto, entre las partes alı́cuotas del capital constante
y del variable y de la plusvalı́a), etc. Compá rense, ademá s, las pp. 217-362 con la carta de Marx a Engels del 14-1-
1858 (MEGA, 111/2, p. 274).
49 Compá rense pp. 415-422 de este volumen con la carta de Marx a Engels del 29-1-1858 (MEGA, 111/2, p. 280),
pp. 573-582 y 605-608 con la carta del 2-111-1858 (MEGA, 11112, p. 295); la respuesta de Engels del 4-111-1858
(MEGA, 111/2, pp. 295-297), y Marx sobre ella, 5-111-1858 (MEGA, 111/2, pp. 298-299). Compá rese ademá s la
carta de Marx a Engels del 5-111-1858 (MEGA, 111/2, pp. 298-299) con las pp. 459-461 de este tomo
Grundrisse.
60 Compá rese Marx a Lassalle, 28-111-1859 (Lassalle•Nachlass, p. 169), principios de octubre de 1859 (iUd., p.
224) y 30-1-1860 (ibíd., p. 247), a Kugelmann, 28-X11-1862 (Karl Marx, Briefe an Kugelmann (aus den Jahren von
1862 bis 1864). Con una introducció n de N. Lenin, 2a edició n corregida y aumentada. Berlı́n, 1927; pp. 15-16) y
Theorien über den Mehrwert, tomo 111, p. VIII, donde se reproduce el plan trazado en enero de 1863, que
remplaza al esquema de noviembre de 1857 (p. 186 de este tomo).
61 Compá rese la carta a Engels del 2 de abril de 1858 (MEGA, 111/2, pp. 308 y 309) con la p. 186 de este tomo.
62 Cf. Marx a Lassalle, 11-11I-1858 (Lassalle-Nachlass, p. 120) y el ı́ndice temá tico de Marx para los 7 cuadernos del
Nachlass, p. 247).
Grundrisse.
"Introducció n". Se encuentra en las primeras siete pá ginas del cuaderno que Marx
comenzó a usar, el 29 de noviembre de 1857, como cuaderno III de los siete cuadernos.
Hemos relegado el texto de esas 7 pá ginas al tomo suplementario de esta edició n. [En la
edic. en españ ol se incluyen en el segundo tomo.]
Marx prá cticamente no subdividió , mediante tı́tulos, el manuscrito en los 7 cuadernos.
Por el contrario, en las "Reseñ as de mis propios cuadernos" indicó con suma exactitud el
contenido de los mismos. En lugar de los tı́tulos que faltan en el manuscrito, hemos
insertado en los pasajes correspondientes del texto la§ formulaciones de las "Reseñ as".
Como en la reproducció n impresa nos atenemos exactamente al original en lo tocante a los
puntos y aparte, cuando en el manuscrito no se empezaba un nuevo pá rrafo era imposible
que las diversas formulaciones de las "Reseñ as" precedieran inmediatamente a las partes
del texto cuyo contenido reflejaban. Combinando diversas formulaciones de las "Reseñ as"
en grupos mayores, fue posible anteponerlas correspondientemente a pasajes má s
extensos del texto. Para distinguir los tı́tulos que Marx mismo incluyó en el texto del
manuscrito, de aquellos que Minamos de las "Reseñ as", hicimos imprimir estos ú ltimos en
un cuerpo menor 71.
[En la edició n en españ ol hemos subdividido siguiendo las "Reseñ as" el capı́tulo del
dinero. En ese caso los tı́tulos agregados por nosotros van encerrados entre corchetes para
distinguirlos de los agregados en la edició n prı́ncipe.] Entendimos que en esta primera
edició n no procedı́a alterar el orden de diversas partes del texto, pero una serie de pasajes
que Marx habı́a puesto en el original entre corchetes los hacemos figurar como notas al
pie; só lo en los casos, es cierto, en que el fragmento entre corchetes tiene palmariamente el
cará cter de una anotació n marginal o de una digresió n en un texto que sin aqué l es
coherente. En su conjunto, el texto del manuscrito se reproduce exactamente en el orden
que presenta en el original. Otro tanto ocurre en el tomo suplementario con el texto de las
"Reseñ as de mis propios cuadernos", junto a todas las anotaciones marginales,
indicaciones de pá ginas y notas de redacció n de Marx que, al agruparlas en tı́tulos, no fue
posible reproducirlas en su totalidad.
LI En el "Iándice de los siete cuadernos", las "Reseñ as de mis propios cuadernos" y el
esquema del capı́tulo del capital en general, todo lo cual figura en el tomo suplementario
[tomo II de la edic. en esp.], hemos incluido entre corchetes, junto a las indicaciones de
pá gina anotadas por el propio Marx para esos ı́ndices —las cuales se refieren a la
compaginació n de su manuscrito—, los respectivos nú meros de pá ginas de nuestro texto
impreso.
En el original Marx utiliza paré ntesis y corchetes; estos ú ltimos los hacemos
reconocibles en el texto impreso mediante dos corchetes; los simples contienen nuestros
agregados complementarios. [En la edic. en esp. hemos agregado algunas pocas palabras
para aclarar textos un tanto confusos. En ese caso utilizamos dobles corchetes [[ ]].]
[. . .] Las cifras romanas y ará bigas que figuran en el manuscrito al final de las citas
utilizadas por Marx, tienen el siguiente significado: los nú meros romanos designan el
número del cuaderno de extractos de Marx, los ará bigos la página de ese cuaderno de
71 Todos los subtı́tulos en cuerpo menor equivalen, pues, a grupos de formulaciones de Marx tomadas de las
"Reseñ as" y utilizadas por nosotros como subtı́tulos. El subtı́tulo entre corchetes de la p. 11 [p. 10 de la edic. en
esp.] de este tomo no se encuentra en las "Reseñ as"; Marx alude a é l en la "Introducció n" mediante la indicació n
"al"; conforme a ello, lo empleamos como subtı́tulo. El tı́tulo que figura en mayú sculas en la parte superior de la p.
631 procede de las "reseñ as", pero no está en cuerpo menor porque Marx, en las mencionadas "Reseñ as", lo
destaca especialmente, al comienzo de la primera parte de la primera secció n del capital en general. Los subtı́tulos
en cuerpo menor y entre corchetes de las pp. 675 y 690 tampoco son de las "Reseñ as"; los hemos tomado del texto
impreso de la Contribución a la crítica de la economía política de 1859.
Karl Marx
extractos en la que aparece la cita correspondiente, no la pá gina de la fuente citada. Donde
Marx, junto al nombre del autor citado, só lo anota nú meros romanos o só lo ará bigos, esas
cifras significan, tanto en uno como en otro caso, nú meros de pá gina, o sea de aquellos
cuadernos suyos de extractos que é l no numeró , pero cuyas pá ginas sı́ está n numeradas
con signos romanos o ará bigos.
Con respecto a las citas de la obra fundamental de Ricardo, cabe advertir que Marx cita
exclusivamente la tercera edició n inglesa de 1821. Los extractos de esta obra, en gran parte
traducidos por é l mismo, los hizo Marx guiá ndose por un ı́ndice temá tico especial que
habı́a compuesto a comienzos de 1851 72. En las citas de los Principies de Ricardo, Marx
consigna, a má s del nú mero romano VIII —que indica el de ese cuaderno— dos guarismos
ará bigos, de los cuales el primero señ ala la pá gina de su cuaderno de extractos, el otro la de
la edició n de 1821 del escrito de Ricardo.
Los extractos de la obra cumbre de Ricardo —hechos y extensamente comentados por
Marx en 1851, y sin cuyo conocimiento buena parte del manuscrito de 1857-1858
resultarı́a incomprensible— los reproducimos junto con el ı́ndice temá tico de esos
apuntes, en el tomo suplementario de esta publicació n. [Vé ase tomo II de la edic. en esp.]
Los titulillos de este volumen los hemos formulado teniendo en cuenta el contenido de
las pá ginas subsiguientes y los tı́tulos de Marx en las "Reseñ as".
Moscú , noviembre de 1939
Instituto Marx-Engels-Lenin
72 Lo que Marx afirma en 1862 en las Teorías sobre la plusvalía con respecto a la estructura de la obra de Ricardo,
se basa en sus extractos de 1851 del libro de Ricardo y en la respectiva tabla de materias.
Grundrisse. El capítulo del dinero.
VOLUMEN 1
La teoría marxista del capitalismo, desde sus orígenes hasta el derrumbe, presentados por
primera vez en su integridad. Los Grundrisse – aunque oscuros y fragmentarios –
constituyen la única obra de economía política verdaderamente completa escrita por Marx.
5
INTRODUCCION
Sumario
A. Introducción
1) La producción en general
2) Relación general entre la producción, la distribución, el cambio y el consumo
3) El método de la economía política
4) Medios (fuerzas) de producción y relaciones de producción, relaciones de
producción y relaciones de tráfico, etc.
La introducción se encuentra en un cuaderno inicialado con una M. Se comenzó a redactar el 23 de agosto
de 1857 y Marx deja de trabajar en ella a mitad de setiembre.8
de aproximadamente enero-junio de 1844 en Parı́s. Cf. MEGA 1/3, pp. 457-493.
2 Cf. DAVID RICARDO, On the Principies of Political Economy and Taxation. Third Edition, London, 1821, p. 3
[[Principios de economía política y tributación, FCE, Mé xico, 1959, p. 10]]. Extractos comentados de esta
edició n, en los cuadernos londinenses IV y VIII. Los extractos son publicados como apé ndice en la edic.
alemana de los Grundrisse, pp. 765-780, 781-893. Marx utilizó tambié n la traducció n francesa, Des príncipes de
l'économie politique et de l'impót. Traduit de l'anglais por F.-S. Constancio, D. M. etc., avec des notes explicatives
et critiques par J.-B. Say. Seconde édition, Paris 1835. Extractos de esta ú ltima, en un cuaderno redactado ca.
enero-junio de 1844 en Parı́s y mayo-junio de 1845 en Bruselas. Cf. MEGA 1/3, pp. 493-519
3 Un ı́ndice analı́tico de la obra de Rousseau se encuentra en un cuaderno titulado por Marx, "Notizen zur
franzö sischen Geschichte. Kreuznach. JuliAugust 1843". Cf. MEGA I/1, t. 2, pp. 120-121.
4 Aquı́ está dicho en la acepció n de Hegel. (Filosofía del derecho, § 182 ss.)
5 Cf. B. G. NIEBUHR, Rómische Geschichte. Erster Theil, zweite, völlig umgearbeitete Ausgabe, Berlin 1827, pp. 317-
351. Extractos (de la edició n inglesa de 1847-51), en un cuaderno no numerado y sin fecha, pero redactado ca.
febrero de 1855 en Londres.
6 Cf. Aristotelis de republica libri VIII et œconomica ex recensionlè Immanuelis Bekkeri. Oxonii MDCCCXXXVII, tomus
X, lib. I, cap. 2, 9-10. Extractos de esta edició n en un cuaderno no numerado y sin datar, pero cuya redacció n es
ca. febrero-marzo de 1858 en Londres.
Grundrisse. El capítulo del dinero.
solamente un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad.
La producción por parte de un individuo aislado, fuera de la sociedad –hecho raro que bien
puede ocurrir cuando un civilizado, que potencialmente posee ya en sí las fuerzas de la
sociedad, se extravía accidentalmente en una comarca salvaje– no es menos absurda que la
idea de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan juntos y hablen entre sí. No hay
que detenerse más tiempo en esto. Ni siquiera habría que rozar el punto si esta tontería,
que tenía un sentido y una razón entre los hombres del siglo XVIII, no hubiera sido
introducida seriamente en plena economía moderna por Bastiat, Carey, Proudhon, etc7. A
Proudhon, entre otros, le resulta naturalmente cómodo explicar el origen de una relación
económica cuya génesis histórica desconoce, en términos de filosofía de la historia,
mitologizando que a Adán y a Prometeo se les ocurrió de repente la idea y entonces fue
introducida, etc. Nada hay más insulso que el locus communis puesto a fantasear.
Eternización de relaciones de producción históricas. Producción y distribución en general.
Propiedad
7 Por eso, cuando se habla de producción, se está hablando siempre de producción en un
estadio determinado del desarrollo social, de la producción de individuos en sociedad.
Podría parecer por ello que para hablar de la producción a secas debiéramos o bien seguir
el proceso de desarrollo histórico en sus diferentes fases, o bien declarar desde el comienzo
que estamos ante una determinada época histórica, por ejemplo, de la moderna producción
burguesa, la cual es en realidad nuestro tema específico. Pero todas las épocas de la
producción tienen ciertos rasgos en común, ciertas determinaciones comunes. La
producción en general es una abstracción, pero una abstracción que tiene un sentido, en
tanto pone realmente de relieve lo común, lo fija y nos ahorra así una repetición. Sin
embargo, lo general o lo común, extraído por comparación, es a su vez algo completamente
articulado y que se despliega en distintas determinaciones. Algunas de éstas pertenecen a
todas las épocas; otras son comunes sólo a algunas. [[Ciertas]] determinaciones serán
comunes a la época más moderna y a la más antigua. Sin ellas no podría concebirse ninguna
producción, pues si los idiomas más evolucionados tienen leyes y determinaciones que son
comunes a los menos desarrollados, lo que constituye su desarrollo esa precisamente
aquello que los diferencia de estos elementos generales y comunesb. Las determinaciones
que valen para la producción en general son precisamente las que deben ser separadas, a
fin de que no se olvide la diferencia esencial por atender sólo a la unidad, la cual se
desprende ya del hecho de que el sujeto, la humanidad, y el objeto, la naturaleza, son los
mismos. En este olvido reside, por ejemplo, toda la sabiduría de los economistas modernos
que demuestran la eternidad y la armonía de las condiciones sociales existentes. Un
ejemplo. Ninguna producción es posible sin un instrumento de producción, aunque este
instrumento sea sólo la mano. Ninguna es posible sin trabajo pasado, acumulado, aunque
este trabajo sea solamente la destreza que el ejercicio repetido ha desarrollado y
concentrado en la mano del salvaje. En capital, entre otras cosas, es también un
instrumento de producción, es también trabajo pasado objetivado. De tal modo, el capital es
una relación natural, universal y eterna; pero lo es si dejo de lado lo específico, lo que hace
de un “instrumento de producción”, del “trabajo acumulado”, un capital. Así, toda la historia
7 Cf. FRED. BASTIAT, Harmoniés économiques, 2me é dition, Paris, 1851, pp.16-19. H.C. CAREY, Principies of Political
Economy. Part the first, of the Laws of the Production and Distribution of Wealth, Philadelphia 1837, pp. 7-8.
Extractos de la obra de Carey en el cuaderno londinense X. P.-J. PROUDHON, Système des contradictions
économiques ou philosophie de la misère, t. I, Paris 1846, pp. 77-78.
Karl Marx
de las relaciones de producción aparece, por ejemplo en Carey, como una falsificación
organizada malignamente por los gobiernos.
a “ist”: en edic. 1939 “mus” (“debe”)
b En edic. 1939
8 Si no existe producción en general, tampoco existe una producción general. La producción
es siempre una rama particular de la producción –vg., la agricultura, la cría del ganado, la
manufactura, etc.–, o bien es una totalidad. Pero la economía política no es la tecnología.
Desarrollar en otro lado (más adelante la relación de las determinaciones generales de la
producción, en un estadio social dado, con las formas particulares de producción.
Finalmente, la producción tampoco es sólo particular. Por el contrario, es siempre un
organismo social determinado, un sujeto social que actúa en un conjunto más o menos
grande, más o menos pobre, de ramas de producción. Tampoco corresponde aquí examinar
la relación entre la representación científica y el movimiento real. Producción en general.
Ramas particulares de la producción. Totalidad de la producción.
Está de moda incluir como capítulo previo a la economía una parte general, que es
precisamente la que figura bajo el título de “Producción” (véase, por ejemplo, J. St. Mill)8, y
en la que se trata de las condiciones generales de toda producción. Esta parte general
incluye o debe incluir: 1) las condiciones sin las cuales no es posible la producción. Es decir,
que se limita solamente a indicar los momentos esenciales de toda producción. Se limita, en
efecto, como veremos, a cierto número de determinaciones muy simples, estiradas bajo la
forma de vulgares tautologías; 2) Las condiciones que hacen avanzar en mayor o en menor
medida a la producción, tales como por ejemplo, el estado progresivo o de estancamiento
de Adam Smith9. Para dar un significado científico a esta consideración, que en él tiene un
valor como aperçu, habría que realizar investigaciones sobre los grados de la productividad
en diferentes períodos, en el desarrollo de los pueblos dados, investigaciones que
excederían de los límites propios de los temas pero que, en la medida en que caen dentro de
él, deberán ser encaradas cuando se trate del desarrollo de la concurrencia, de la
acumulación, etc. Formulada de una manera general, la respuesta conduce a la idea de que
un pueblo industrial llega al apogeo de su producción en el momento mismo en que alcanza
su apogeo histórico. In Fact. Un pueblo está en su apogeo industrial cuando lo principal
para él no es la ganancia, sino el ganar. En esto, los yankees están por encima de los
ingleses. O también: que ciertas predisposiciones racialesa, climas, condiciones naturales,
como la proximidad del mar, la fertilidad del suelo, etc., son más favorables que otras para
la producción. Pero esto conduce nuevamente a la tautología de que la riqueza se crea tanto
más fácilmente cuanto mayor sea el grado en que existan objetiva y subjetivamente los
elementos que la crean.
a “Racenanlagen”; en edic. 1939 “Racen, Anlagen” (“razas, predisposiciones”)
Pero no esto lo único que realmente interesa a los economistas en esta parte general. Se
trata más bien – véase por ej. El caso de Mill10 - de presentar a la producción, a diferencia de
la distribución, etc., como regidas por leyes eternas de la naturaleza, independientes de la
historia, ocasión ésta que sirve para introducir subrepticiamente las relaciones burguesas
como leyes naturales inmutables de la sociedad in abstracto.
9 Esta es la finalidad más o menos consciente de todo el procedimiento. En la distribución, por
el contrario, los hombres se habrían permitido de hecho toda clase de arbitrariedades.
8 J. ST. MILL, Principies of Political Economy with Some of their Applications to Social Philosophy, London 1848,
Libro primero, capı́tulo I (Principios de economía política, FCE, Mé xico, 1943, pp. 53-581.
9 A. SMITH, An Inquiry etc. cit., vol. II, pp. 1-9 [[Riqueza de las naciones, pp. 251-258]]. Cf. MEGA 1/3, pp. 477-478.
10 Cf. J. ST. MILL, Principies etc., cit., vol. I, pp. 25-26 [[Principios, pp. 51-52]].
Grundrisse. El capítulo del dinero.
11 Cf. por ejemplo H. STORCH, Cours d'économie politique, ou exposition des principes qui déterminent la prosperité
des nations. Avec des notes explicatives et critiques par J.-B. Say, Paris 1823, 4 vol.; tomo I. Extractos de los
primeros dos tomos en un cuaderno no numerado ni datado, cuya redacció n es aprox. de abril-mayo de 1845
en Bruselas; cf. MEGA 1/6, p. 615. JAMES MILL, Eléments d'économie politique, Ir. de l'anglais par J. T. Parisot,
Paris 1823. Extractos comentados en dos cuadernos redactados en el verano de 1844 en Parı́s; cf. MEGA 1/3,
pp. 520-550.
Grundrisse. El capítulo del dinero.
[Consumo y producción]
12 a1) La producción es también inmediatamente consumo. Doble consumo, subjetivo y
objetivo: el individuo que al producir desarrolla sus capacidades, las gasta también, las
consume en el acto de la producción, exactamente como la reproducción natural es un
consumo de fuerzas vitales. En segundo lugar: consumo de los medios de producción que se
emplean y se usan, y que se disuelven en parte (como, por ej., en la combustión) en los
elementos generales. Consumo, igualmente de la materia prima que no conserva su forma
ni su constitución natural, sino que más aun se consume. Por lo tanto, el acto mismo de
producción, es también en todos sus momentos un acto de consumo. Pero los economistas
aceptan eso. Llaman consumo productivo a la producción que se identifica directamente
con el consumo, y al consumo que coincide inmediatamente con la producción. Esta
identidad de la producción y del consumo remite a la proposición de Spinoza: determinatio
est negatio.
Pero esta determinación del consumo productivo ha sido establecida sólo para separar el
consumo identificado con la producción del consumo propiamente dicho, concebido, por el
contrario, como el opuesto aniquilador de la producción. Consideremos, pues, el consumo
propiamente dicho. Igualmente, el consumo es de manera inmediata producción, del mismo
modo que en la naturaleza el consumo de los elementos y de las sustancias químicas es
producción de plantas. Es claro que en la nutrición, por ej., que es una forma de consumo, el
hombre produce su propio cuerpo. Pero esto es igualmente cierto en cualquier otra clase de
consumo que, en cierto modo, produce el hombre. Producción consumidora. Sólo que
arguye, la economía, esta producción idéntica al consumo es una segunda producción,
surgida del aniquilamiento del primer producto. En la primera, el productor se objetivaba;
en la segunda, la cosa creada por él se personificaba. Por consiguiente, esta producción
consumidora – aún cuando sea una unidad inmediata de producción y consumo – es
esencialmente diferente de la producción propiamente dicha. La unidad inmediata, en la
que la producción coincide con el consumo y el consumo con la producción, deja subsistir
su dualidad inmediata.
En consecuencia, la producción es inmediatamente consumo, el consumo es
inmediatamente producción. Cada uno es inmediatamente su opuesto. Pero al mismo
tiempo tiene lugar un movimiento mediador entre los dos. La producción es mediadora del
consumo, cuyos materiales crea y sin los cuales a éste le faltaría el objeto. Pero el consumo
es también mediador de la producción, en cuanto crea para los productos el sujeto para el
cual ellos son productos. El producto alcanza su finisha final sólo en el consumo. Una vía
férrea no transitada, que no se usa y que por lo tanto no se consume, es solamente una vía
férrea δυνάμειb y no en la realidad. Sin producción no hay consumo pero sin consumo
tampoco hay producción ya que en ese caso la producción no tendría objeto.
13 El consumo produce la producción de dos maneras: 1) en cuanto el producto se hace
realmente producto sólo en el consumo. Un vestido, p. ej., se convierte realmente en vestido
a través del acto de llevarlo puesto; una casa deshabitada no es en realidad una verdadera
casa; a diferencia del simple objeto natural, el producto se afirma como producto, se
convierte en producto, sólo en el consumo. Disolviendo el producto, el consumo le da el
finishing strokec; pues el [[resultado]] de la producciónd es producto no es cuanto actividad
objetivada, sino sólo como objeto para el sujeto actuante; 2) en cuanto el consumo crea la
necesidad de una nueva producción, y por lo tanto el móvil ideal de la producción, su
impulso interno que es su supuesto. El consumo crea el impulso de la producción y crea
igualmente el objeto que actúa en la producción como determinante de la finalidad de ésta.
Si resulta claro que la producción ofrece el objeto del consumo en su aspecto manifiesto, no
es menos claro que el consumo pone idealmente el objeto de la producción, como imagen
Karl Marx
interior, como necesidad, como impulso y como finalidad. Ella crea los objetos de la
producción bajo una forma que es todavía subjetiva. Sin necesidades no hay producción.
Pero el consumo reproduce las necesidades.
a Terminación.
b Dynamei: potencialmente.
c La última mano.
d “Das[[Ergebnis]] der Produktio”; en el ms., “d.d. Produktion” (“e[l] d[e la] producción”); en edic. 1939
“die Produktion” (“la producción”)
Por el lado de la producción a esto corresponde: 1) que ella proporciona al consumoa su
material, su objeto. Un consumo sin objeto no es consumo; en consecuencia, en este
aspecto, la producción crea, produce el consumo. 2) Pero no es solamente el objeto lo que la
producción crea para el consumo. Ella da también al consumo su carácter determinado, su
finish. Del mismo modo que el consumo daba al producto su finish como producto, la
producción da su finish al consumo. En suma, el objeto no es un objeto en general, sino un
objeto determinado, que debe ser consumido de una manera determinada, que a su vez
debe ser mediada por la producción misma. El hambre es hambre, pero el hambre que se
satisface con carne guisada, comida con cuchillo y tenedor, es un hambre muy distinta del
que devora carne cruda con ayuda de manos, uñas y dientes. No es únicamente el objeto del
consumo, sino también el modo de consumo, lo que la producción produce no sólo objetiva
sino también subjetivamente. La producción crea, pues, el consumidor. 3) La producción no
solamente provee un material a la necesidad, sino también una necesidad al material.
14 Cuando el consumo emerge de su primera inmediatez y de su tosquedad natural –y el hecho
de retrasarse en esta fase sería el resultado de una producción que no ha superado la
tosquedad natural– es mediado como impulso por el objeto. La necesidad de éste último
sentida por el consumo es creada por la percepción del objeto. El objeto de arte –de igual
modo que cualquier otro producto– crea un público sensible al arte, capaz de goce estético.
De modo que la producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un
sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo, 1) creando el material de
éste; 2) determinando el modo de consumo; 3) provocando en el consumidor la necesidad
de productos que ella ha creado originariamente como objetos. En consecuencia, el objeto
del consumo, el modo de consumo y el impulso al consumo. Del mismo modo, el consumo
produce la disposición del productor, solicitándolo como necesidad que determina la
finalidad de la producción.
a “Komsumtion”; en ms. “Produktion” (“producción”)
Las identidades entre el consumo y la producción aparecen por lo tanto bajo un triple
aspecto:
1) Identidad inmediata: la producción es consumo; el consumo es producción.
Producción consumidora. Consumo productivo. Los economistas llaman a ambos consumo
productivo. Pero establecen no obstante una diferencia. La primera figura como
reproducción, el segundo, como consumo productivo. Todas las investigaciones sobre la
primera se refieren al trabajo productivo y al trabajo improductivo; las que tratan del
segundo tienen por objeto el consumo productivo o no productivo.
2) Cada uno de los dos aparece como medio del otro y es mediado por él: ello se expresa
como dependencia recíproca, como un movimiento a través del cual se relacionan el uno
con el otro y aparecen como recíprocamente indispensables, aunque permaneciendo sin
embargo externos entre sí. La producción crea el material del consumo en tanto que objeto
exterior; el consumo crea la necesidad en tanto que objeto interno, como finalidad de la
producción. Sin producción no hay consumo, sin consumo no hay producción. [[Esto]]
figura en la economía en muchas formas.
Grundrisse. El capítulo del dinero.
12 Cf. H. STORCH, Considérations sur la nature de revenu national, Paris 1824, pp. 144-149. Extractos en un
cuaderno no datado nı́ numerado, pero cuya redacció n es aprox. mayo-junio de 1845 en Bruselas. Se alude
aquı́ al desmentido de Storch a la interpretació n que hiciera Say de sus tesis en la edició n comentada del Cours
d'économie politique, y publicada por é l en Parı́s en 1823, con el desconocimiento de Storch.
Karl Marx
Distribución y producción
b1) Cuando se examinan los tratados corrientes de economía lo primero que sorprende
es el hecho de que en ellos se presentan todas las categorías de dos maneras. Por ejemplo,
en la distribución figuran la renta territorial, el salario, el interés y la ganancia, mientras
que en la producción. La tierra, el trabajo, el capital figuran como agentes de la producción.
En lo que concierne al capital, es vidente que aparece bajo dos formas: 1) como agente de
producción; 2) como fuente de ingresos, como determinante de determinadas formas de
distribución. Es por ello que el interés y la ganancia figuran también como tales en la
producción, en cuanto son formas en que el capital se incrementa, crece, y por eso, son
momentos de su producción misma. En tanto formas de distribución, el interés y la
ganancia presuponen el capital como agente de producción. Son modos de distribución
cuya premisa es el capital como agente de producción. Sin igualmente modos de
reproducción del capital.
Del mismo modo el salario es el trabajo asalariado considerado bajo otro título: el
carácter determinado que tiene aquí el trabajo como agente de producción aparece allí
como determinación de la distribución. Si el trabajo no estuviese determinado como trabajo
asalariado, su modo de participar en los productos no aparecería bajo la forma de salario,
tal como, p. ej., en la esclavitud. Finalmente, la renta del suelo, y con esto tomamos
justamente la forma más desarrollada de la distribución en la que la propiedad de la tierra
participa de los productos, presupone la gran propiedad de la tierra (más exactamente, la
agricultura en gran escala) como agente de producción, y no la tierra pura y simple, así
como el salario no presupone el puro y simple trabajo. En consecuencia, los modos y
relaciones de distribución aparecen sólo como el reverso de los agentes de producción. Un
individuo que participa en la producción bajo la forma de trabajo asalariado, participa bajo
la forma de salario en los productos, en los resultados de la producción. La organización de
la distribución está totalmente determinada por la organización de la producción. La
distribución es ella misma un producto de la producción, no sólo en lo que se refiere al
objeto – solamente pueden distribuirse los resultados de la producción –, sino también en
lo que se refiere a la forma, ya que el modo determinado de participación en la producción
determina las formas particulares de la distribución, el modo bajo el cual se participa en la
distribución. Es del todo ilusorio ubicar la tierra en la producción, la renta del suelo en la
distribución, etcétera.
17 Economistas como Ricardo13, a quienes se les reprocha con frecuencia no tener presente
sino la distribución, han definido como el objeto exclusivo de la economía a la distribución,
precisamente porque concebían instintivamente las formas de la distribución como la
expresión más definida en que se fijan los agentes de la producción en una sociedad dada.
Frente al individuo aislado, la distribución aparece naturalmente como una ley social que
condiciona su posición en el seno de la producción, dentro de la cual él produce, y que
precede por lo tanto a la producción. En su origen el individuo no posee ni capital ni
propiedad territorial. Desde que nace está destinado al trabajo asalariado en virtud de la
distribución social. Pero el hecho mismo de estar destinado es resultado del hecho de que el
capital y la propiedad territorial existen como agentes autónomos de la producción.
Si se considera sociedades globales, la distribución parece desde cierto punto de vista
preceder y hasta determinar la producción: aparece en cierto modo como un facta
preeconómico. Un pueblo conquistador divide al país entre los conquistadores e impone así
una determinada repartición y forma de propiedad territorial; determina, por consiguiente,
13 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p. III [[Principios, p. 5]].
Grundrisse. El capítulo del dinero.
siglo en Irlanda y, en parte, en la India); o bien deja subsistir el antiguo y se satisface con un
tributo(p. ej., los turcos y los romanos); o bien se produce una acción recíproca de la que
nace una forma nueva, una síntesis (en parte, en las conquistas germánicas). En todos los
casos, el modo de producción – sea el del pueblo conquistador, sea el del pueblo sometido, o
el que resulta de la fusión de los dos – es determinante para la nueva distribución que se
establece. Aunque esta parezca como un supuesto para el nuevo período de producción, ella
misma es a su vez producto de la producción, no solamente de la producción histórica en
general, sino de la producción histórica determinadaa.
a “der bestimmten geschichtlichen Produktion”, en ms. “bestimmt d. Geschichtlichen Prod.”.
19 Los mongoles, p. ej., devastando a Rusia, actuaban de conformidad con su producción que
no exigía más que pasturas, para las cuales las grandes extensiones inhabitadas eran una
condición fundamental. Los bárbaros germanos, para quienes la producción consistía en
agricultura practicada con siervos y en una vida aislada en el campo, pudieron someter
tanto más fácilmente las provincias romanas a estas condiciones, por cuanto la
concentración de la propiedad de la tierra que se había operado en ellas había
transformado por completo las antiguas condiciones agrarias.
Es una noción tradicional la de que en ciertos períodos se ha vivido únicamente del
pillaje. Pero para poder saquear es necesario de que haya algo que saquear, es necesaria
una producción. Y el tipo de pillaje está determinado también por el modo de producción.
Una stock-jobbing nationb, p. ej., no puede ser saqueada de la misma manera que una
nación de vaqueros.
b Nación de especuladores de bolsa.
Cuando se roba el esclavo se roba directamente el instrumento de producción. Pero
también es preciso quec la producción del país para el cual se ha robado esté organizada de
manera que admita el trabajo de los esclavos, o bien (como en América del Sur, etc.) debe
crearse un modo de producción que corresponda a la esclavitud.
c “um” en el ms. “als”
Las leyes pueden perpetuar entre ciertas familias un instrumento de producción, p. ej., la
tierra. Estas leyes adquieren un significado económico únicamente allí donde la gran
propiedad del suela está en armonía con la producción social, como en Inglaterra, p. ej. En
Francia el pequeño cultivo se practicaba a pesar de la gran propiedad del suelo, por ello
esta última fase fue destruida por la Revolución. Pero, ¿y la perpetuación por medio de
leyes del parcelamiento de las tierras p. ej.? A pesar de estas leyes la propiedad se
concentra de nuevo. Determinar más en particular la influencia de las leyes sobre la
conservación de las relaciones de distribución y, por consiguiente, su efecto sobre la
producción.
constitutivo de {esta. Esto es válido también, en segundo lugar, respecto del cambio de los
productos, en la medida en que éste es un medio para suministrar el producto acabado,
preparado para el consumo inmediato. En lo visto hasta ahora el cambio es un acto incluido
en la producción. En tercer lugar, el llamado exchangea entre dealersb y dealers14 en razón
misma de su organización está completamente determinado por la producción como
actividad también productiva. El cambio sólo aparece como independiente junto a la
producción e indiferente con respecto a ella en el último estadio, en el cual el producto se
cambia directamente para ser consumido. Pero, 1) no existe cambio sin división de trabajo,
sea ésta natural o constituya un resultado histórico; 2) el cambio privado presupone la
producción privada; 3) la intensidad del cambio, lo mismo que su extensión y su índole
están determinados por el desarrollo y la organización de la producción. Por ejemplo.
Cambio entra la ciudad y el campo, cambio en el campo, en la ciudad, etc. El cambio aparece
asi, en todos sus momentos, como directamente incluido en la producción o determinado
por ella.
a Cambio, intercambio
b Comerciantes
El resultado al que llegamos no es que la producción, la distribución, el intercambio y el
consumo sean idénticos, sino que constituyen las articulaciones de una totalidad,
diferenciaciones dentro de una unidad. La producción trasciende tanto más allá de sí misma
en la determinación opuesta de la producción, como más allá de los otros momentos. A
partir de ella, el proceso comienza nuevamente. Se comprende que el intercambio y el
consumo no puedan ser lo trascendente. Y lo mismo puede decirse de la distribución en
cuanto distribución de los productos. Pero como distribución de los agentes de la
producción, constituye un momento de la producción. Una producción determinada, por lo
tanto, determina un consumo, una distribución, un intercambio determinados y relaciones
recíprocas determinadas de estos diferentes momentos. A decir verdad, también la
producción, bajo su forma unilateral, está a su vez determinada por los otros momentos.
Por ejemplo, cuando el mercado, o sea la esfera de cambio, se extiende, la producción
amplía su ámbito y se subdivide más en profundidad. Al darse transformaciones de la
distribución se dan cambios en la producción en el caso, p. ej., de la concentración del
capital o de una distinta distribución de la población en la ciudad y en el campo, etc.
Finalmente, las necesidades del consumo determinan la producción. Entre los diferentes
momentos tiene lugar una acción recíproca. Esto ocurre siempre en todos los conjuntos
orgánicos.
21
división del trabajo, los precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin trabajo
asalariado, sin valor, dinero, precios, etc. Si comenzara, pues, por la población tendría una
representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría analíticamente a
conceptos cada vez más simples: de lo concreto representado llegaría a abstracciones cada
vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples. Llegado a este punto,
habría de reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta
vez no tendría una representación caótica de un conjunto, sino una rica totalidad con
múltiples determinaciones y relaciones. El primer camino es el que siguió históricamente la
economía política naciente. Los economistas del siglo XVII, p.ej., comienzan siempre por el
todo viviente, la población, la nación, el estado, varios estados, etc.; pero terminan siempre
por descubrir, mediante el análisis, un cierto número de relaciones generales abstractas,
determinantes, tales como la división del trabajo, el dinero, el valor, etc. Una vez que esos
momentos fueron fijados y abstraídos, comenzaron [[a surgir]] los sistemas económicos
que se elevaron desde lo simple – trabajo, división del trabajo, necesidad, valor de cambio –
hasta el estado, el cambio entre las naciones y el mercado mundial. Este último es,
manifiestamente, el método científico correcto. Lo concreto es concreto porque es la
síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece en el
pensamiento como proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, aunque
sea el verdadero punto de partida, y, en consecuencia, el punto de partida también de la
intuición y de la representación.
22 En el primer camino, la representación plena es volatilizada en una determinación
abstracta; en el segundo, las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo
concreto por el camino del pensamiento. He aquí por qué Hegel cayó en la ilusión de
concebir lo real como resultado del pensamiento que, partiendo de sí mismo, se concentra
en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve por sí mismo, mientras que el método que
consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento sólo la manera de
apropiarse de lo concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. Pero esto no es de
ningún modo el proceso de formación de lo concreto mismo. Por ejemplo, la categoría
económica más simple, como p. ej. el valor de cambio, supone la población, una población
que produce en determinadas condiciones, y también un cierto tipo de sistema familiar o
comunitario o político, etc. Dicho valor no puede existir jamás de otro modo que bajo la
forma de relación unilateral y abstracta de un todo concreto y viviente ya dado. Como
categoría, por el contrario, el valor de cambio posee una existencia antediluviana. Por lo
tanto, a la conciencia, para la cual el pensamiento conceptivo es el hombre real y, por
consiguiente, el mundo pensado es como tal la única realidad – y la conciencia filosófica
está determinada de este modo –, el movimiento de las categorías se le aparece como el
verdadero acto de producción (el cual, aunque sea molesto reconocerlo, recibe únicamente
un impulso desde el exterior) cuyo resultado es el mundo; esto es exacto en la medida en
que – pero aquí tenemos de nuevo una tautología – la totalidad concreta, como totalidad del
pensamiento, como un concreto del pensamiento, es in facta un producto del pensamiento y
de la concepción, pero de ninguna manera es un producto del concepto que piensa y se
entrega a sí mismo, desde fuera y por encima de la intuición y de la representación, sino
que, por el contrario, es un producto del trabajo de abstracción que transforma intuiciones
y representaciones en conceptos. El todo, tal como aparece en la mente como todo del
pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que se apropia el mundo del único
modo posible, modo que difiere de la apropiación de ese mundo en el arte, la religión, el
espíritu práctico. El sujeto real mantiene, antes como después, su autonomía fuera de la
mente, por lo menos durante el tiempo en que el cerebro se comporte únicamente de
Grundrisse. El capítulo del dinero.
15 Cf. HEGEL, Filosofía del derecho, § 40.
16 Ibídem, §§ 32 y 33.
17 Cf. W. H. PRESCOTT, History of the Conquest of Perú, vol. I, London 1850, libro primero [Historia de la conquista
del Perú], Krarner Editor, Buenos Aires, 1944, pp. 1-82.1 Extractos en el cuaderno londinense XIV.
Karl Marx
en el medio para crear la riqueza en general y, como una particularidad suya. Este estado de
cosas alcanza su máximo desarrollo en la forma más moderna de sociedad burguesa, en los
Estados Unidos. Aquí, pues, la abstracción de la categoría “trabajo”, el “trabajo en general”,
el trabajo sans phrase, que es el punto de partida de la economía moderna, resulta por
primera vez prácticamente cierta. De este modo, la abstracción más simple que la economía
coloca en el vértice, y que expresa una relación antiquísima y válida para todas las formas
de sociedad, se presenta no obstante como prácticamente cierta en este [[grado de]]
abstracción sólo como categoría de la sociedad moderna. Podría decirse que aquello que en
los Estados Unidos se presenta como un producto histórico – me refiero a esta indiferencia
hacia un trabajo determinado –, entre los rusos, por ejemplo, se presenta como una
disposición natural. Pero, en primer lugar, existe una diferencia enorme entre bárbaros con
disposición para ser empleados en cualquier cosa y civilizados que se dedican ellos mismos
a todo. Además, entre los rusos, a esta diferencia hacia el carácter determinado del trabajo
corresponde prácticamente la sujeción tradicional a un trabajo enteramente determinado,
del que sólo pueden arrancarlos las influencias exteriores.
Este ejemplo de trabajo muestra de una manera muy clara cómo incluso las categorías
más abstractas, a pesar de su validez – precisamente debida a su naturaleza abstracta –
para todas las épocas, son no obstante, en lo que hay de determinado en esta abstracción, el
producto de condiciones históricas y poseen plena validez sólo para estas condiciones y
dentro de sus límites.
26 La sociedad burguesa es la más compleja y desarrollada organización histórica de la
producción. Las categorías que expresan sus condiciones y la comprensión de su
organización permiten al mismo tiempo comprender la organización y las relaciones de
producción de todas las formas de sociedad pasadas, sobre cuyas ruinas y elementos ella
fue edificada y cuyos vestigios, aún no superados, continúa arrastrando, a la vez que meros
indicios previos han desarrollado en ella su significación plena, etc. La anatomía del hombre
es una clave para la anatomía del mono. Por el contrario, los indicios de las formas
superiores en las especies animales inferiores pueden ser comprendidos sólo cuando se
conoce la forma superior. La economía burguesa suministra así la clave de la economía
antigua, etc. Pero no ciertamente al modo de los economistas, que cancelan todas las
diferencias históricas y ven la forma burguesa en todas las formas de sociedad. Se puede
comprender el tributo, el diezmo, etc., cuando se conoce la renta del suelo. Pero no hay por
qué identificarlos. Además, como la sociedad burguesa no es en sí más que una forma
antagónica aparecen en ella sólo de manera atrofiada o hasta disfrazadas. Por ejemplo la
propiedad comunal. En con secuencia, si es verdad que las categorías de la economía
burguesa poseen cierto grado de validez para todas las otras formas de sociedad, esto debe
ser tomado cum grano salisa. Ellas pueden contener esas formas de un modo desarrollado,
atrofiado, caricaturizado, etc., pero la diferencia será siempre esencial. La así llamada
evolución histórica reposa en general en el hecho de que la última forma considera a las
pasadas como otras tantas etapas hacia ella misma, y dado que sólo en raras ocasiones, y
únicamente en condiciones bien determinadas, es capaz de determinarse a sí misma – aquí
no se trata, como es natural, de esos períodos históricos que se consideran a sí mismos
como una época de decadencia – las concibe de manera unilateral.
a Con indulgencia
La religión cristiana fue capaz de ayudar a comprender de una manera objetiva las
mitologías anteriores sólo cuando llegó a estar dispuesta hasta cierto punto, por así decirlo
δυναμει, a su propia autocrítica. Del mismo modo, la economía burguesa llegó a
comprender la sociedad feudal, antigua y oriental cuando comenzó a criticarse a sí misma.
Precisamente porque la economía burguesa no se identificó pura y simplemente con el
Karl Marx
esta segunda edic. en 3 vol. (10 en 2 vol., London 1767) en el cuaderno londinense VIII.
Karl Marx
burguesa. Del mismo modo, la relación entre fuerzas productivas y relaciones de tráfico,
particularmente visibles en el ejército.
2) Relación de la historiografía ideal, tal como ella se ha desarrollado hasta ahora, con la
historiografía real. En particular, de las llamadas historias de la civilización, que son todas
historias de la religión y de los estados. )Con esta ocasión decir algunas palabras sobre los
distintos géneros de historiografía practicados hasta ahora. El género llamado objetivo. El
subjetivo (moral, entre otros). El filosófico)
3) Relaciones de producción derivadas en general, relaciones transmitidas, no
originarias, secundarias y terciarias. Aquí entran en juego las relaciones internacionales.
4) Objeciones sobre el materialismo de esta concepción. Relación con el materialismo
naturalista.
5) Dialéctica de los conceptos fuerza productiva (medios de producción) y relaciones de
producción, una dialéctica cuyos límites habrá que definir y que no suprime la diferencia
real.
6) La desigual relación entre el desarrollo de la producción material y el desarrollo, p. ej.,
artístico. En general, el concepto de progreso no debe ser concebido de la manera abstracta
habitual.
30 Con respecto al arte, etc.a, esta desproporción no es aún tan importante ni tan difícil de
apreciar como en el interior de las relaciones práctico-sociales mismas. P. ej., de la cultura.
Relación de los United States con Europa. Pero el punto verdaderamente difícil que aquí ha
de ser discutido es el de saber cómo las relaciones de producción, bajo el aspecto de
relaciones jurídicas, tienen un desarrollo desigual. Así, p. ej., la relación del derecho privado
romano (esto es menos válido para el derecho penal y el derecho público) con la
producción moderna.
7) Esta concepción se presenta como un desarrollo necesario. Pero justificación del azar.
Cómo. (Entre otras cosas también la libertad). Influencia de los medios de comunicación. La
historia universal no siempre existió; la historia como historia universal es un resultado.)
8) El punto de partida está dado naturalmente por las determinaciones naturales;
subjetiva y objetivamente. Tribus, razas, etc.
a “Mit der Kunst etc. Diese Disproportion”; en edic. 1939, “Moderne Kunst etc. Diese Disproportion” (“Arte
moderno, etc. Esta desproporción”)
[El arte griego y la sociedad moderna]
1) En lo concerniente al arte, ya se sabe que ciertas épocas de florecimiento artístico no
están de ninguna manera en relación con el desarrollo general de la sociedad, ni, por
consiguiente, con la base materia, con el esqueleto, por así decirlo, de su organización. Por
ejemplo, los griegos comparados con los modernos, o también Shakespeare. Respecto de
ciertas formas del arte, la épica por ejemplo, se reconoce directamente que, una vez que
hace su aparición la producción artística como tal, ellas no pueden producirse nunca en su
forma clásica, en la forma que hace época mundialmente; se admite así que en la propia
esfera del arte, algunas de sus creaciones insignes son posibles son posibles solamente en
un estadio poco desarrollado del desarrollo artístico. Si esto es verdad en el caso de la
relación entre los distintos géneros artísticos en el ámbito del propio arte, es menos
sorprendente que lo mismo ocurra en la relación entre el dominio total del arte y el
desarrollo general de la sociedad. La dificultad consiste tan solo en formular una
concepción general de estas contradicciones. No bien se las específica, resultan
esclarecidas.
Tomemos, p. ej., la relación del arte griego y luego, del de Shakespeare, con la actualidad.
Es sabido que la mitología griega fue no solamente el arsenal del arte griego, sino también
Grundrisse. El capítulo del dinero.
su tierra nutricia. La idea de la naturaleza y de las relaciones sociales que está en la base de
la fantasía griega, y, por lo tanto, del [[arteb]] griego, ¿es posible con los self-actors, las
locomotoras y el telégrafo eléctrico? ¿A qué queda reducido Vulcano al lado de Roberts et
Co., Júpiter al lado del pararrayos y Hermes frente al Crédit mobilier? Toda mitología
somete, domina, moldea las fuerzas de la naturaleza en la imaginación y mediante la
imaginación y desaparece por lo tanto cuando esas fuerzas resultan realmente dominadas.
¿En qué se convierte Fama frente a Printinghouse square?
31 El arte griego tiene como supuesto la mitología griega, es decir, la naturaleza y las formas
sociales ya modeladas a través de la fantasía popular de una manera inconscientemente
artística. Esos son sus materiales. No una mitología cualquiera, es decir, no cualquier
transformación inconscientemente artística de la naturaleza (aquí la palabra naturaleza
designa todo lo que es objetivo, comprendida la sociedad). La mitología egipcia no hubiese
podido jamás ser el seno materno del arte griego. Pero de todos modos era necesaria una
mitología. Incompatible con el desarrollo de una sociedad que excluye toda relación
mitológica con la naturaleza, toda referencia mitologizante a ella, y que requiera por tanto
del artista una fantasía independiente de la mitología.
b [[Kunst]], edic. 1939, [[“Mythologie”]], (“mitología”)
Por otra parte, ¿sería posible Aquiles con la pólvora y las balas? ¿O, en general, la Ilíada
con la prensa o directamente con la impresora? Los cantos y las leyendas, las Musas, ¿no
desaparecen necesariamente ante la regleta del tipógrafo y no se desvanecen de igual modo
las condiciones necesarias para la poesía épica?
Pero la dificultad no consiste en comprender que el arte griego y la epopeya estén ligadas
a ciertas formas del desarrollo social. La dificultad consiste en comprender que puedan aún
proporcionarnos goces artísticos y valgan, en ciertos aspectos, como una norma y un
modelo inalcanzables.
Un hombre no puede volver a ser niño sin volverse infantil. Pero, ¿no disfruta acaso de la
ingenuidad de la infancia, y no debe aspirar a reproducir, en un nivel más elevado, su
verdad? ¿No revive en la naturaleza infantil el carácter propio de cada época en sua verdad
natural? ¿Por qué la infancia histórica de la humanidad, en el momento más bello de su
desarrollo, no debería ejercer un encanto eterno, como una fase que no volverá jamás? Hay
niños mal educados y niños precoces. Muchos pueblos antiguos pertenecen a esta categoría.
Los griegos eran niños normales. El encanto que encontramos en su arte no está en
contradicción con el débil desarrollo de la sociedad en la que maduró. Es más bien su
resultado; en verdad está ligado indisolublemente al hecho de que las condiciones sociales
inmaduras en que ese arte surgió, y que eran las únicas en que podía surgir, no pueden
volver jamás.
a Omitido en edic. 1939
NOTAS:
1 Cf. ADAM SMITH, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, With notes from
Ricardo, McCulloch, Chalmers and Others Eminent Political Economist, Edited by Edward Gibbon
Wakefield etc. A new edition in four volumes, London, 1843, Vol 1, p.
2 [[Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, FCE, 1958, p. 4).
Marx utilizó a veces la edición de 1935 – 39 (cuyos extractos se encuentran en el cuaderno
londinense VII y la traducción francesa Recherches sur la nature et les causes de la richesse des
nations, traduction nouvelle, avec des notes et des observations; par Germain Garnier, Paris, 1802.
Extractos de esta última edic. se encuentran en dos cuadernos no datados ni numerados, pero
cuya fecha de redacción es de aproximadamente enero-junio de 1944 en Paris. Cf. MEGA I/3, pp.
457-493.
Karl Marx
2 Cf. DAVID RICARDO, On the Principles of Political Economy and Taxation, Third Edition, London,
1821, p. 3 [[Principios de economía política y tributación,FCE, México, 1959, p. 101. Extractos
comentados de esta edición, en los cuadernos londinenses IV y VIII. Los extractos son publicados
como apéndice en la edic. alemana de los Grundrisse, pp. 765-780, 781-893. Marx utilizó también
la traducción francesa, Des principes de l’economie politique et de l’impót. Traduit de lánglais por
F.S. Constancio, D.M. etc., avec de notes explicatives et cñtiques por J.B. Say. Seconde édition. Paris
1835. Extractos de esta última, en un cuaderno redactado ca. Enero-junio de 1844 en Paris y
mayo´junio de 1845 en Bruselas, Cf. MEGA I/3, pp.493-519
3 Un índice analítico de la obra de Rousseau se encuentra en un cuaderno titulado por Marx,
“Notizen zur Franzosische Geschichte, Kreuznach. Juli-August 1843”. Cf. MEGA I/1, t. 2, pp. 120-
121
4 Aquí está dicho en la concepción de Hegel. (Filosofía del derecho, & 182 ss.).
5 Cf. B.G. NIEBUHR, Romische. Erster Theil, zweite, vollig umgearbeiteta Ausgabe, Berlín 1827, mpp.
317-351. Extractos (de la edición inglesa de 1847-51), en un cuaderno no numerado y sin fecha,
pero redactado ca, febrero de 1855 en Londres.
6 Cf. Aristoteli de republica libris VIII et economica ex recensione Immanuelis Bekkeñ. Oxxonii
MDCCCXXXVII, tomus X, lib. I, cap 2, 9-10. Extractos de esta edición en un cuaderno no numerado
y sin datar, pero cuya redacción es ca. Febrero-marzo de 1858 en Londres.
7 Cf. FRED. BASTIAN, Harmoniés économiques, 2me édition, Paris, 1851, pp. 16-19.
H.C.CAREY,Principles of Political Economy, Part the first, of the Laws of the Productio and
Distribution of Weakth, Philadelphia 1837, pp. 7-8. Extractos de la obra de Carey en el cuaderno
londinense X. P.J. PROUDHON, Système des contradictions économiques ou philisophie de la
misère, t. I, Paris 1846, pp. 77-78.
8 Cf. J.ST. MILL, Principles of Political Economy with Some of their Applications to Social Philosophy,
London 1848, Libro primero, capítulo I [[Principios de economía política, FCE, México, 1943, pp.
53-58]].
9 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc. cit., vol II, pp 1-9 [[Riqueza de las naciones, pp. 250-258]]. Cf. MEGA
I/3, pp. 477-478.
10 Cf. J. ST. MILL, Principles etc., cit., vol. I, pp. 25-26 [[Principios, pp. 51-52]].
11 Cf. Por ejemplo H. STORCH, Tours d’ècomie politique, ou exposition des principes qui
determinant la properité des natios. Avec des notes explicatives et critiques par J. B. Say, Paris
1823, 4 vol.; tomo I. Extractos de los primeros dos tomos en un cuaderno no numerado ni datado,
cuya redacción es aprox. De abril-mayo de 1845 en Bruselas; cf. MEGA I/6, p. 615. JAMES MILL,
Eléments d’économie politique, tr. de l’anglais par J. T. Parisot, Paris 1823. Extractos comentados
en dos cuadernos redactados en el verano de 1844 en París; cf. MEGA I/·, pp. 520-550.
12 Cf. H. STORCH, Considérations sur la nature de revenu nacional, Paris 1824, pp. 144-149.
Extractos en un cuaderno no datado ni numerado, pero cuya redacción es aprox. Mayo-junio de
1845 en Bruselas. Se alude aquí al desmentido de Storch a la interpretación que hiciera Say de sus
tesis en la edición comentada del Tours d’économie politique, y publicada por él en París en 1823,
con el desconocimiento de Storch.
13 Cf. D. RICARDO, On the Principles, etc., cit., p. III [[Principios, p. 5]].
14 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, pp.327-330 [[Riqueza de las naciones, pp. 331 -333]].
15 Cf. HEGEL, Filosofía del derecho & 40.
16 Ibídem && 32 y 33
17 Cf. W.H.PRESCOTT, History of the Conquest of Peru, vol. I, London 1850, libro primero [[Historia
de la Conquista del Perú]], Kramer Editor, Buenos Aires, 1944, pp. 1-82. Extractos en el cuaderno
londinense XIV.
18 Cf. J. STEUART, An Inquiry into the Principle of Political Economy etc., vol. I, Dublin 1770, p. 327.
Extractos de esta segunda edic. En 3 vol. (1º en 2 vol., London 1767) en el cuaderno londinense
VIII.
Glosario:
Grundrisse. El capítulo del dinero.
Silogismo: Es una forma de razonamiento lógico que consta de dos proposiciones y una
conclusión, la última de las cuales se deduce necesariamente de las otras dos.
Subsunción: Tipo de silogismo.
Tautología: En lingüística, una tautología es una redundancia debida a una cualificación superflua
(p. ej. "innovación novedosa", "mundo mundial"). Suele entenderse como una falta de estilo,
aunque a veces se utiliza intencionadamente para dar énfasis
Karl Marx
Ese movimiento no sólo no es paralelo como promedio, sino que muy frecuentemente es
un movimiento inverso. La cantidad de documentos descontados y sus fluctuaciones
expresan las necesidades del crédito, mientras que la cantidad de dinero circulante está
determinada por influencias muy distintas. Para poder llegar a conclusiones sobre la
circulación, Darimon debería haber puesto junto a la columna de la reserva metálica y a la
de los documentos descontados, una columna sobre el monto de los billetes en circulación.
Para hablar de las necesidades de la circulación, lo elemental debe ser comprobar ante todo
las fluctuaciones en la circulación real. La omisión de este imprescindible elemento de la
comparación, revela la ligereza de diletante y la confusión intencional entre las necesidades
del crédito y las de la circulación del dinero —una confusión sobre la cual se apoya, en
verdad, todo el secreto de la sabiduría prudoniana. (Es como si en un cuadro de mortalidad
se hiciera figurar por un lado las enfermedades y por el otro las muertes. olvidándose de los
nacimientos.)
36 Las dos columnas (véase p. 3) presentadas por Darimon, o sea por un lado la columna de la
reserva metálica del banco de abril a setiembre, y por el otro la del movimiento de su
cartera, no expresan sino el hecho tautológico —para lo cual no es necesario, por cierto,
armar cuadros estadísticos— de que, en la misma medida en que se ingresan documentos
al banco para retirar metal, su cartera se llenó de documentos y sus arcas se vaciaron de
metal. Pero ni siquiera esta tautología, que Darimon quiere demostrar a través de su
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
cuadro, logra ser expresada claramente. Et muestra, en efecto, que desde el 12 de abril al 13
de setiembre de 1855, la reserva metálica del banco disminuyó en cerca de 144 millones,
mientras que los títulos de su cartera aumentaron aproximadamente en 101 millonesa. La
disminución de la reserva metálica superó por tanto en 43 millones el aumento de los
títulos comerciales descontados. La identidad de los dos movimientos naufraga frente a
este resultado de conjunto del movimiento semestralb . Una comparación más cuidadosa de
las cifras nos muestra otras incongruencias.
Reserva metálica del banco. Títulos descontados por el bancoc.
12 de abril — 432.614.799 fr. 12 de abril — 322.904.313
10 de mayo — 420.914.028 10 de mayo — 310.744.925
aDebería ser "108". Marx ha tomado la cifra "101" de Darimon
bEn realidad. del 12/4 al 13/9 van cinco meses.:
cLas cifras de este cuadro fueron transcritas por Marx con algunos pequeños errores. Deberían figurar las
siguientes:
Reserva metálica del banco Títulos descontados por el banco
12 de abril — 432.614.798 12 de abril — 322.904.314
10 de mayo — 420.914.029 10 de mayo — 310.744.926
En otras palabras: desde el 12 de abril al 10 de mayo la reserva metálica disminuye en
11.700.769, mientras que el número de los títulos aumentaa en 12.159.388; es decir que el
aumentob de las securities supera en aproximadamente 1/2 millón (458.619 fr.) la
disminución de la reserva metálica. El fenómeno se invierte, pero con una amplitud
sorprendente, si comparamos el mes de mayo con el mes de junio:
Reserva metálica del banco Títulos descontados por el banco
10 de mayo — 420.914.028c 10 de mayo — 310.744.925d
14 de junio — 407.769.813 14 de Junio — 310.369.439
37 Desde el 10 de mayo al 14 de junio la reserva metálica había disminuido en 13.144.225 fr.°
¿Pero había aumentado en la misma medida sus securities? Todo lo contrario; en el mismo
período ellas habían sufrido una disminución de 375.486 fr. Aquí no se trata por lo tanto de
una desproporción puramente cuantitativa entre disminución por un lado y aumento por el
otro. La propia relación inversa de los dos movimientos ha desaparecido, La enorme caída
por un lado está acompañada de una caída relativamente débil por el otro.
Reserva metálica del banco Títulos descontados por el banco
14 de junio — 407.769.813 14 de junio — 310.369.439
12 de julio — 314.629.614 12 de julio — 381.699.256h
La comparación entre los meses de junio y julio muestra una disminución de la reserva
metálica de 93.140.199 y un aumento de las securities igual a 71.329.817i, vale decir que la
disminución de la reserva metálica supera el aumento de la cartera en 21.810.382 fra.
Reserva metálica del banco Títulos descontados por el banco
12 de julio — 314.629.614 12 de julio — 381.699.256
9 de agosto — 338.784.444 9 de agosto — 458.689.605
aDebería decir en cambio "disminuye": bDebería decir, en cambio, "disminución". Pero debe tenerse en
cuenta que no se trata sólo de un mero error en los términos utilizados por Mane, sino que efectivamente se
confunde. Sin embargo, el error en la interpretación de este primer par de cifras, que Marx reitera en su
resumen de la p. 40, no afecta la corrección de su conclusión general.- cTal como antes indicamos, las cifras
correctas son 420.914.029.- dAquí debería ser 310.744.926.- e De acuerdo con las cifras que Marx utiliza, la
disminución sería en verdad de 13.144.215; de acuerdo con las cifras corregidas sería de 13.144.216.- fSegún
cifras corregidas correspondería 375.487.- gTal como antes señalamos esa relación inversa no existe; es una
confusión de Marx.- hDebería decir 381.699.257.- iDe acuerdo con las cifras corregidas, sería 71.329.818 y
21.810.381
Observamos aquí un aumento en ambos sectores: el de la reserva metálica aumenta en
24.154.830 y el de la cartera muestra un aumento mucho más importante: 76.990.349 fr. a .
Reserva metálica del banco Títulos descontados por el banco
Karl Marx
en este párrafo de conclusiones. En verdad, debería decir: "Una vez un aumento de la cartera con una
disminución de la reserva metálica, acompañada de la disminucion de la cartera, pero última es mayor que el
aumento de la primera (mes junio-julio). Tres veces una disnrunución de la reserva metálica, acompañada la
disminución de la cartera, pero de modo tal que dos veces la disminución de esta última no alcanza el
aumento de la primera (meses mayo-junio y agosto-setiembre) y una vez la disminución de la cartera es
mayor que la de la reserva (mes ábril-mayo). Finalmente, una vez un aumento paralelo de la reserva metálica
y de la cartera, pero de modo tal que el primero no cubre el segundo (mes julio-agosto)". Tal como señalamos
antes, estos cambios no afectan las conclusiones generales que Marx deriva a continuación de este párrafo
Disminución por un lado, aumento por el otro; disminución en ambas partes; aumento en
ambas partes. Se dan todos los casos, pero ninguna ley uniforme y sobre todo ninguna
relación inversa ni tampoco una acción recíproca, desde el momento que la disminución de
la cartera no puede ser la causa de la disminución en la reserva metálica, y el aumento en la
cartera no puede ser la causa del aumento en la reserva metálica. La relación inversa y la
acción recíproca nunca se han verificado en la comparación aislada que Darimon establece
entre el primero y el último mes. Si el aumento de 101 millones verificado en la cartera no
cubre la disminución de aproximadamente 144 millones verificada en la reserva metálica,
es preciso admitir la posibilidad de que el aumento por un lado y la disminución por el otro
no tienen entre sí un vínculo causal. El cuadro estadístico, en lugar de suministrar una
respuesta ha suscitado un conjunto de problemas conexos; en lugar de plantear un enigma
nos ha planteado docenas de enigmas. En realidad, los enigmas desaparecerían si el señor
Darimon hubiera puesto junto a sus columnas de la reserva metálica y de la cartera (o sea
de los títulos descontados), las columnas de la circulación de los billetes de banco y de los
depósitos. Una disminución en la reserva metálica inferior al aumento de la cartera se
explicaría entonces por el hecho de que al mismo tiempo aumentó el depósito de metal, o
que una parte de los billetes emitidos al efectuar descuentos no ha sido convertida en metal
y sigue circulando o también a que sin aumentar la circulación, los billetes emitidos
volvieron a entrar inmediatamente bajo la forma de depósitos o sirvieron para pagar los
documentos vencidos. Una disminución de la reserva metálica, acompañada de una
disminución inferior de la cartera se explicaría por el hecho de que fueron retirados del
banco depósitos o ingresaron billetes para ser convertidos en metal, y en consecuencia se
contrajo su capacidad de descuento en beneficio de los poseedores de depósitos retirados o
de billetes convertidos en metal.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
Según Darimon, las causas que sustrajeron su metal precioso al banco fueron la mala
cosecha y la consiguiente necesidad de importar trigo del exterior 2.Pero él olvida el déficit
en la recolección de la seda y la necesidad de adquirirla en cantidades masivas en China.
Otra causa, según Darimon, se debería a las numerosas e importantes operaciones
empresarias, que coincidieron con los últimos meses de la exposición industrial de París 3.
Pero de nuevo olvida las grandes especulaciones e iniciativas emprendidas en el exterior
por el Credit mobilier y por sus rivales, para mostrar, como dice Isaac Péreire, que el capital
francés se distingue de los otros capitales por la misma naturaleza cosmopolita que
distingue la lengua francesa de las otras lenguas. Otra causa serían también los gastos
improductivos causados por la guerra en Oriente: préstamos por 750 millones.
41 ¡Tenemos entonces, por un lado, un importante y súbito déficit en dos de las más
importantes ramas de la producción francesa! ¡Por el otro, un empleo inusitado del capital
francés en los mercados extranjeros, en empresas que no producen un equivalente
inmediato y en parte quizás no cubrirán jamás sus costos de producción! Para cubrir por
una parte la disminución de la producción nacional mediante importaciones, y por la otra el
aumento de las empresas industriales en el exterior, no era suficiente recurrir a los signos
monetarios que sirven para el cambio de equivalente, eran necesarios los propios
equivalentes; no dinero, sino capital. De todos modos, el déficit de la producción nacional
francesa no representaba de ningún modo un equivalente con respecto al empleo del
capital francés en el exterior. Supongamos que el Banco de Francia no se base en un fondo
en metal y que el exterior esté dispuesto a aceptar el equivalente o el capital francés en
cualquier forma, y no sólo en la específica de los metales preciosos: ¿no estaría lo mismo
obligado el banco a elevar las condiciones de su descuento precisamente en el momento en
que su "público" más necesitaba de sus servicios? Los billetes utilizados por el banco para
descontar los documentos de este público, son en la actualidad asignaciones sobre el oro y
la plata. En nuestra hipótesis ellos serían asignaciones sobre la reserva de productos de la
nación y sobre su fuerza de trabajo inmediatamente utilizable: la primera, limitada, la
segunda, aumentable sólo dentro de límites muy estrechos y en determinados períodos. Por
otra parte, la impresora de billetes funcionaría inagotablemente y como por arte de magia.
Al mismo tiempo que las malas cosechas de trigo y de seda disminuyeron enormemente la
riqueza nacional directamente intercambiable, ¡ he aquí que las empresas mineras y
ferroviarias en el exterior inmovilizan esta riqueza bajo una forma que no crea ningún
equivalente inmediato y por consiguiente por el momento la engullen sin sústituirla! En
2 Cf. ibídem, p. 3.
42 Hemos llegado así al problema fundamental, que no tiene ya vinculación con el punto de
partida. El problema, se dice, es de naturaleza general: ¿es posible revolucionar las
relaciones de producción existentes y las relaciones de distribución a ellas
correspondientes mediante una transformación del instrumento de circulación, es decir,
transformando la organización de la circulación? Además: ¿es posible emprender una
transformación tal de la circulación sin afectar las actuales relaciones de producción y las
relaciones sociales que reposan sobre ellas? Si toda transformación en tal sentido de la
circulación requiriese a su vez como supuesto previo transformaciones dé las otras
condiciones de producción y sacudimientos sociales, es evidente que esto refutaría a priori
tal doctrina, que propone realizar malabarismos en materia de circulación precisamente
para evitar, por un lado, el carácter violento de las transformaciones, y por el otro, para
hacer de estas transformaciones mismas no un supuesto, sino viceversa un resultado
gradual de la transformación de la circulación. Bastaría la falsedad de esa premisa
fundamental para demostrar una incomprensión igual de la conexión interna de las
relaciones de producción, de distribución y de circulación. La referencia histórica citada
arriba no es en modo alguno decisiva, ya que las instituciones modernas de crédito fueron
en un tiempo tanto efecto como causa de la concentración del capital, constituyendo
solamente un momento de ella; la concentración del patrimonio es acelerada tanto por una
circulación defectuosa (como en la Roma antigua) como por una circulación facilitada.
Además, sería necesario examinar —aunque esto correspondería más bien al planteo
general del problema— si las distintas formas civilizadas del dinero —moneda metálica,
papel moneda, moneda de crédito, moneda de trabajo (como forma socialista)— pueden
lograr lo que se pretende de ellas sin suprimir la relación misma de producción expresada
en la categoría dinero y preguntarse luego si no es por otra parte una exigencia que se niega
a sí misma el querer prescindir, a través de la transformación formal de una relación, de las
condiciones esenciales de la misma.
43 Las distintas formas del dinero pueden también corresponder mejor a la producción social
en los distintos niveles; una puede eliminar inconvenientes para los cuales otra no está
madura; pero mientras ellas sigan siendo forma del dinero y mientras el dinero
Karl Marx
permanezca como una relación de producción esencial, ninguna puedea suprimir las
contradicciones inherentes a la relación del dinero: cuanto más, una forma puede
representarlas de modo diferente que otra. Aunque alguna forma de trabajo asalariado
pueda eliminar los inconvenientes de otra, ningunab puede eliminar los inconvenientes del
trabajo asalariado mismo. Una palanca puede vencer mejor que otra la resistencia de la
materia inerte. Pero todas se basan en el hecho de que la resistencia permanece. Este
problema general de la relación de la circulación respecto de las otras relaciones de
producción puede ser planteado, como es natural, sólo al final. Sin embargo, es curioso el
hecho de que Proudhon y sus compañeros ni siquiera lo planteen en su forma pura y se
limiten a declamar sobre él muy ocasionalmente. Cuando hagan alusión a él, será necesario
prestar el máximo de atención.
a"kann"; en el ms. "khnnen".- b"keine", en el ms. "Jede" ("Toda")
4 Cf. Gratuité du crédit. Discussion entre M. Ñ. Bastiat et M. Proudhon, Paris 1850, pp. 60-74, 286-287. Extractos, en
aInmenso clamor.- bGran debate.- cEl tiempo máximo de vencimiento de los efectos comerciales fue fijado
en 90 días.- dGracias a vuestro monopolio, sois los otorgadores y reguladores del crédito. Cuando vosotros os
mostráis rigurosos, vuestros descontadores no sólo os imitan, sino que hasta exageran rigores... Con vuestras
medidas habéis paralizado los negocios.- e¿Qué queréis que haga, dice humildemente el banco. . . para
defenderme del extranjero, debo defenderme también de los de casa... Sobre todo debo impedir la salida del
numerario, en ausencia del cual no soy ni miedo nada
Se le hace decir .al banco una estupidez. Se le hace eludir el problema y se lo lleva a
perderse en una frase genérica para poder responderle con otra frase igualmente genérica.
En este diálogo el banco participa de la ilusión de Darimon de que a través de su monopolio
él regula verdaderamente el crédito. En realidad, el poder del banco comienza sólo allí
donde termina el de los "escompteurs" privados, en un momento pues en que su propio
poder es ya considerablemente limitado. Dejad que el banco mantenga una tasa del 5 % en
un momento de easy state del money market,a cuando todos descuentan al 2 y 1/2 %, y
veréis que los descontistas, en lugar de imitarlo le refregarán por la nariz todos los negocios
haciendo ellos todos los descuentos. Pero esto fue bastante evidente en la historia del
Banco de Inglaterra a partir de la ley de 1844: en las operaciones de descuento, etc., él fue el
verdadero rival de los banqueros privados. El Banco de Inglaterra, a fin de asegurarse una
participación, y una participación siempre creciente en las operaciones de descuento,
durante los períodos de easinessb del mercado monetario, se vio obligado a reducir
constantemente su tasa de descuento a la medida de los private bankers,c pero con
frecuencia por debajo de ella. Su "regulación del crédito" debe ser tomada por lo tanto cum
grano salisd, mientras que Darimon hace de su personal fe supersticiosa en el control
absoluto del mercado y del crédito por parte del banco, un punto de partida.
45 En lugar de indagar críticamente las condiciones efectivas del poder del banco sobre el
mercado de dinero, Darimon se adhiere inmediatamente a la frase de que el cashe es todo
para él y que el banco debe impedir su salidaf al exterior. Un profesor del Collége de France
(Chevalier) responde:6 "El oro y la plata son mercancías como las otras... Vuestra reserva
metálica es buena sólo para ser enviada al exterior para compras en momentos de
urgencia." El banco responde a su vez: "La moneda metálica no es una mercancía como las
otras; es un medio de cambio, y en virtud de este título goza del privilegio de dictar las leyes
a todas las otras mercancías". 7 En este momento, Darimon se interpone entre los
contendientes: "Si es así, es necesario atribuir no sólo la crisis actual, sino todas las crisis
comerciales periódicas, a este privilegio del cual el oro y la plata gozan, esto es el privilegio
de ser los únicos auténticos instrumentos de circulación" 8. Para obviar todos los
inconvenientes de las crisis "sería suficiente que el oro y la plata fuesen mercancías como
las otras, o, más exactamente, que todas las mercancías fueran medios de cambio con el
mismo rango (au méme titre) (en virtud de los mismos títulos) que el oro y la plata; es
decir, que los productos se cambiaran verdaderamente por productos" (pp. 5-7)9.
aDe fácil situación del mercado monetario.- bFacilidad.- cBanqueros privados.- dCon las debidas reservas.- e
6 Cf. ibídem, p. 5.
7 Cf. ibídem, p. 6.
8 Cf. ibídem, p. 6.
cierto punto. Pero esto no tiene nada que ver con la teoría de la moneda metálica. Sobre la
teoría de la crisis de Darimon volveremos más adelante.
En el capítulo "Petite histoire des crises de circulation" 10 el señor Darimon pasa por alto
la crisis inglesa del 1809-1811 y se limita a anotar la designación del Bullion-Committee en
1810; en cuanto a 1811 omite de nuevo la crisis real (que comenzó en 1809), y se limita a
registrar la adopción por la Cámara de los Comunes de la resolución según la cual "la
depreciación de los billetes respecto a los metales preciosos deriva no de una depreciación
del papel moneda sino de un aumento del precio del bullion"11 y el pamphlet de Ricardo
que sostenía la tesis opuesta, cuya conclusión sería la de que "el dinero, en su estado más
acabado, es el papel moneda" (pp. 22. 23)12. Las crisis de 1809 y 1811 eran en cambio
importantes en tal sentido, porque el banco emitió entonces billetes no convertibles, de
modo tal que las crisis no derivaron de ningún modo de la convertibilidad de los billetes en
oro (metal) y no podían por lo tanto ser frenadas ni siquiera abrogando tal convertibilidad.
Darimon pasa elegantemente sobre estos hechos que refutan su teoría de las crisis, y se
adhiere al aforismo de Ricardo que no tiene nada que ver con el asunto específico en
cuestión ni con el tema del pamphleta —el problema de la depreciación del papel moneda.
46 Ignora que la teoría del dinero de Ricardo ha sido refutada totalmente en sus falsas
premisas, según las cuales el banco controla la cantidad de billetes circulantes y la cantidad
de medios de circulación determina los precios, mientras que en cambio son los precios los
que determinan la cantidad de medios de circulación, etc. En la época de Ricardo, faltaban
todavía las investigaciones detalladas sobre los fenómenos de circulación del dinero. Esto,
dicho sea de paso.
"in Frage und des Pamphlets"; edic. 1939 "der Frage in den Painphlets", lo que constituye una
a
este problema. ¡ Abolid el dinero sin abolirlo! Abolid el privilegio exclusivo que poseen el
oro y la plata en virtud de su exclusividad para ser dinero, pero proclamad a todas las
mercancías, dinero: vale decir, conferid a todas en común una propiedad que privada de la
exclusividad deja de existir.
47 En las drainsa de metales preciosos aparece una contradicción que Darimon advierte y
resuelve con igual superficialidad. Se revela que el oro y la plata no son mercancías como
las otras y que la economía moderna vuelve a recaer, repentinamente y con terror, aunque
de manera temporaria, en los prejuicios del mercantilismo. Los economistas ingleses tratan
de resolver la dificultad con la ayuda de una distinción. Lo que se requiere en los momentos
de tales crisis monetarias, dicen, no es el oro y la plata como dinero, el oro y la plata como
moneda, sino el oro y la plata como capital. Ellos olvidan agregar: capital, pero bajo la forma
determinada del oro y de la plata. Si el capital pudiera ser exportado bajo todas sus formas,
¿cuál sería entonces la razón de la salida de metales preciosos, mientras que la mayoría de
las otras mercancías se deprecian por la falta de salida?
aEvasiones
El aumento del precio del trigo es =a la caída del precio de todas las otras mercancías. El
aumento de los costos de producción (representados en el precio) con que se obtiene el
quarter de trigo es = a la productividad disminuida del capital existente en todas las otras
formas. Al surplus gastado para la adquisición del trigo, debe corresponder un minus en la
adquisición de todos los demás productos, y por ello mismo una caída de sus precios. Con o
sin moneda metálica o de cualquier otra especie, la nación se encontraría en una crisis que
se extendería no sólo al trigo, sino a todas las otras ramas de producción, ya que no sólo
positivamente su productividad disminuiría y el precio de su producción sería depreciado
respecto al valor determinado por los costos de producción normales, sino también todos
los contratos, todas las obligaciones, etc., que reposan sobre los precios medios de los
productos. Por ejemplo, hay que entregar X fanegas de trigo para la deuda pública, pero los
costos de producción de esa cantidad de trigo habrán aumentado en una proporción
determinada.
49 Independientemente del dinero, la nación se encontraría entonces ante una crisis general.
Al margen no sólo del dinero, sino también del mismo valor de cambio de los productos,
éstos se habrían depreciado y la productividad de la nación habría disminuido, dado que
todas sus relaciones económicas se apoyan sobre una productividad media de su trabajo.
La crisis causada por un déficit de trigo no es producida, por lo tanto, por una drain of
bulliona, aunque puede ser agravada por los obstáculos que son interpuestos a esta drain.
aEvasión de oro.-
En todo caso no se puede en modo alguno decir con Proudhon que la crisis proviene del
hecho de que solamente los metales preciosos poseen un valor auténtico, a diferencia de las
otras mercancías, ya que la elevación del precio del trigo significa que de inmediato hay que
dar más oro y plata a cambio de una determinada cantidad de trigo, o sea que el precio del
oro y de la plata ha caído con relación al precio del trigo. Oro y plata, por consiguiente,
participan al igual que todas las otras mercancías de la depreciación, de la que ningún
privilegio las protege. La depreciación del oro y de la plata con relación al trigo es idéntica
al encarecimiento del propio trigo. (Pero esto no es del todo exacto. El quarter de trigo
aumenta de 50 a 100 sh., es decir en un 100 %, mientras que las mercancías de algodón
bajan en un 80 %. Respecto al trigo, la plata ha bajado solamente el 50 %, las mercancías de
algodón (debido a una paralizaciónb de la demanda) en un 80 %. Esto significa que los
precios de las otras mercancías bajan más de cuanto aumenta el precio del trigo. Pero se
verifica también el fenómeno opuesto. Por ejemplo, en los últimos años, en los que el trigo
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
51 La polémica surgida entre los ingleses, quienes mantienen al oro como denominador del
billete, versa en efecto no sobre la convertibilidad en oro del billete —la cual es sólo la
identidad práctica expresada teóricamente por el 'título del billete—, sino sobre los modos
de asegurar esta convertibilidad, vale decir, si esta convertibilidad debe ser asegurada
mediante limitaciones impuestas legalmente al banco o en cambio confiada a sí misma.
Estos últimos afirman que esta convertibilidad, en un banco de emisión que da anticipos
sobre documentos y cuyos billetes tienen por lo tanto un reflujo asegurado, está
garantizada on an averagec y que además sus adversarios nunca van más allá de esta
seguridad media.
aObjeto en cuestión.- bSoberano, moneda de oro inglesa equivalente a una libra esterlina.- cComo promedio
Esto último es un factor: el average, sea dicho al pasar, no es desdeñable, y los cómputos
de promedio constituyen necesariamente la base fundamental tanto para los bancos como
para todas las compañías de seguros, etc. En este sentido los bancos escoceses son
considerados, con justa razón, como modelos. Por su parte, los metalistas rigurosos afirman
que ellos consideran seriamente este problema de la convertibilidad, que la necesidad de
esta convertibilidad está dada por la denominación misma del billetea, que la obligación del
banco de convertir mantiene la convertibilidad del billetes y constituye un límite al
overissueb, y que sus adversarios son los seudo partidarios de la inconvertibilidad.c Entre
estos dos extremos [[ existen]] varios matices, y una gran cantidad de "especies" menores.
Los defensores de la inconvertibilidadd, en fin, los definidamente antimetalistas, son sin
saberlo seudo partidarios de la inconvertibilidad c del mismo modo que sus adversarios lo
son de la convertibilidad,d en la medida en que dejando subsistir el título de los billetes,
aceptan de hecho la equiparación del billete con un título determinado y una determinada
cantidad de oro, como medida del valor total de sus billetes.
aEn la edic. 1939, el orden de las dos oraciones precedentes está invertido.- bExceso de emisión.-
c"Inkonvertibilitát"; en el ms. y en edic. 1939, "Konvertibilitát" ("convertibilidad").- d"Konvertibilitát"; en el
Aquí Escocia es importante porque muestra por un lado de qué modo el sistema
monetario puede ser regulado plenamente sobre la base actual —y pueden ser eliminados
todos los inconvenientes de los que se lamenta Darimon— sin abandonar esta misma base
social actual; mientras al mismo tiempo sus contradicciones, sus antagonismos, la oposición
entre las clases, alcanzan simultáneamente un grado todavía más elevado que en cualquier
otro país del mundo. Es significativo que tanto Darimbn como el protector que hace la
introducción a su libro -Emite Girardin, quien integra sus engaños prácticos con un
utopismo teórico—, en lugar de encontrar en Escocia la antítesis de los bancos
monopolistas, como el Banco de Inglaterra y de Francia, la busquen en los Estados Unidos,
donde el sistema bancario, por exigencias estatales, es libre sólo nominalmente, y donde no
existe libre competencia entre los bancos sino un sistema federativo de bancos
monopolistas. Es evidente que el sistema monetario y bancario escocés constituía el escollo
más peligroso para las ilusiones de los manipuladores de la circulación. ¿No se dice que la
moneda de oro o de plata (donde no exista bimetalismo legal) sufre una depreciación cada
vez que su valor relativo cambia con respecto a todas las otras mercancías? ¿Y por qué no?
53 Porque ellas constituyen su propio denominador, porque su título no es el de un valor, vale
decir, porque ellas no son medidas por una tercera mercancía, sino que expresan solamente
partes alícuotas de su materia intrínseca: 1 sovereign = a equis cuanto de oro de tal o cual
peso. Nominalmente, el oro no puede por lo tanto depreciarse no porque sea el único que
expresa un valor auténtico, sino porque como dinero no expresa ningún valor at alla, y sí un
cuanto determinado de su propia materia: lleva en la frente su propio carácter determinado
cuantitativob. (Más adelante será necesario indagar con más detención si esta característica
distintiva de la moneda de oro y plata no constituye en última instancia una propiedad
inmanente de toda moneda.) Engañados por esta imposibilidad nominal de depreciación de
la moneda metálica, Darimon y compañía sólo ven aquel aspecto que aparece en las crisis, o
sea el aumento de precio del oro y de la plata respecto a casi todas las otras mercancías; no
advierten en cambio el otro aspecto, o sea la depreciación del oro y de la plata o del dinero
respecto a todas las otras mercancías (a excepción quizás del trabajo, pero no siempre) en
períodos llamados de prosperidad, vale decir en períodos de temporaria elevación general
de los preciosc. Ya que esta depreciación del dinero metálico. (y de todo tipo de dinero
basado en el metal) precede siempre su aumento de precio, ellos deberían haber planteado
el problema de manera inversa: cómo prevenir el retomo periódico de la depreciación del
dinero (o, en su lenguaje, cómo abolir los privilegios de las mercancías frente al dinero). En
esta formulación se habría resuelto inmediatamente el problema de la supresiónd del alza y
de la baja de los precios. Este último [[lleva a]] suprimir los precios. En cambio ]] con esta
[[nueva formulación se trata del abolir el valor de cambio. Así este problema [[lleva a
abolir]] el cambio, en sus formas correspondientes a la organización burguesa de la
13 Cf. J. STEUART, An Inquiry etc., cit., vol. I, pp. 45, 50, 153.
Karl Marx
sociedad. [y] este último problema [[lleva a]] revolucionar económicamente a la sociedad
burguesa. Se habría visto entonces desde el comienzo que los males de la sociedad
burguesa no se remedian mediante "transformaciones" bancarias o mediante la fundación
de un "sistema monetario" racional.
a En absoluto. b Corrección de este párrafo con respecto a edic. 1939; con la eliminación de una palabra y
modificaciones en la puntuación, el párrafo queda redactado de manera distinta. c "der Preise"; en el ms. dice
"des Geldes" ("del dinero"). d "aufzuheben". en el ms. "aufzulósen" ("solución")
La convertibilidad —legal o no— sigue siendo una exigencia de aquel dinero cuyo título
lo convierte en un signo de valor, o sea lo equipara, cuantitativamente, a una tercera
mercancía. Pero la equiparación implica ya la contraposición, su posible desigualdad; la
convertibilidad implica por consiguiente su opuesto, la inconvertibilidad; el aumento de
precio incluye, digamos, como diría Aristóteles, la depreciación. Supongamos, p. ej., que el
sovereign se llame no sólo "sovereign" —que es simplemente un título honorífico que se le
otorga a una parte alícuota x de una onza de oro (denominación de cómputo), como el
"metro" lo es de una determinada longitud—, sino que represente, say, x horas de tiempo de
trabajo. 1/x onza de oro, en realidad no es sino l/x horab de tiempo de trabajo
materializado, objetivado.
54 Pero el oro es un tiempo de trabajo pasado, un tiempo de trabajo determinado. Su título
convertiría en su criterio de medida a una determinada cantidad de tiempo de trabajo en
general. La libra de oro debería ser convertible en x horas de tiempo de trabajo, y poderlas
comprar en cualquier momento: apenas se pudiera comprarlas en un precio mayor o
menor, la libra de oro se habría valorizado o depreciado; en este último caso su
convertibilidad habría cesado. Lo que determina el valor no es el tiempo de trabajo
incorporado en los productos, sino el tiempo de trabajo actualmente necesario.
Consideremos la libra de oro misma y, supongamos que equivalga al producto de 20 horas
de tiempo de trabajo. Supongamos ahora que por cualquier circunstancia se necesiten 10
horas para producir una libra de oro. La libra de oro, cuyo título afirma que es = a 20 horas
de tiempo de trabajo, sería ahora solamente = a 10 horas de tiempo de trabajo, mientras
que 20 horas de tiempo de trabajo serían = 2 libras de oro. Si de hecho 10 horas de trabajo
se cambian por 1 libra de oro, 1 libra de oro no puede ya cambiarse por 20 horas de trabajo.
La moneda de oro con el título plebeyo de x horas de trabajo, estaría expuesta a más
oscilaciones que cualquier otro tipo de moneda y especialmente que la moneda de oro
actual...dado que si el oro no puede aumentar o disminuir respecto al oro (es idéntico a sí
mismo), el tiempo de trabajo pasado contenido en una determinada cantidad de oro debe o
bien aumentar o bien disminuir respecto al tiempo de trabajo vivo presente. Para mantener
su convertibilidad sería preciso conservar estacionaria la productividad de la hora de
trabajo.
bDebería decir "x horas"
Más aún, según la ley económica general de que los costos de producción disminuyen
constantemente y de que el trabajo vivo deviene constantemente más productivo, y que por
lo tanto el tiempo de trabajo objetivado en los productos se deprecia constantemente, una
depreciación constante sería el destino inevitable de este dinero-trabajo áureo. Para obviar
este inconveniente se podría sostener que lo que debe recibir el título de "horas de trabajo"
debe ser no el oro sino el papel moneda, o sea un simple signo de valor, según la propuesta
de Weitling, y antes de él de los ingleses, y después de él, de los franceses, entre ellos
Proudhon y compañía. El tiempo de trabajo ,incorporado en el papel contaría tan poco
como el valor dele papel de los billetes de banco. Uno sería un mero representante de las
horas de trabajo, así como el otro del oro y de la plata. Si la hora de trabajo se volviera más
productiva, el bono que la representaa aumentaría su poder de adquisición y viceversa,
exactamente como en la actualidad, con un billete de 5 libras esterlinas se compra más o
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
menos según el aumento o la disminución del valor relativo del oro respecto a las otras
mercancías.
55 De acuerdo con la misma ley según la cual el dinero-trabajo de oro sufriría una depreciación
constante, el dinero-trabajo papel gozaría de una constante elevación de precio. Pero es
esto justamente lo que queremos, afirman los socialistas: el trabajador sería feliz por la
creciente productividad de su trabajo, en lugar de crear, como hace actualmente con
relación a esto, riqueza ajena y depreciación de sí mismo. But, unfortunately, there arise
some small scruples. D'abord:b una vez supuesto el dinero, aunque sólo sea bajo la forma de
bono-horario, debemos suponer también una acumulación de este dinero, y los contratos,
las obligaciones, los gravámenes fijos, etc., que se cancelarían con esta forma de dinero. Los
bonos acumulados se valorizarían constantemente de igual modo que las nuevas emisiones:
la productividad creciente del trabajo beneficiaría por lo tanto a quienes no trabajan;
además, tos gravámenes precedentemente contraídos seguirían el mismo camino con la
acrecentada productividad del trabajo. La caída y la elevación del valor del oro y de la plata
no significarían nada si fuera posible comenzar todo de nuevo en cualquier momento y
pagar las obligaciones contraídas con una determinada cantidad de oro sin que ellas estén
sometidas a las oscilaciones del valor del oro. Así ocurre precisamente con el bono - horario
y la productividad horaria.
a””repräsentiert”; en el manuscrito “produziert” (“produce”).- bPero desafortunadamente sugen algunos
pequeños escrúpulos. En primer lugar
El punto que se hace necesario analizar aquí es el de la convertibilidad del bono-horario.
Alcanzaremos la misma meta (tintando un atajo. Aunque sea demasiado prematuro, pueden
hacerse algunas observaciones sobre las delusionsa que están en la base del bono-horario y
que nos permiten lanzar una mirada al más profundo secreto que une la teoría de la
circulación de I'roudhon con su teoría general, la teoría de la determinación del valor. Esta
conexión la encontramos, p. ej., también en Bray y Gray. Los eventuales elementos de
verdad que pueden encontrarse allí deben ser examinados a continuación (pero antes debe
decirse, aun incidentally,b que si los billetes de banco son considerados meramente como
asignaciones sobre oro, nunca se debería emitir más allá de la moneda de oro que ellos
declaran sustituir, a menos de exponerlos a la depreciación. Tres asignaciones de 15 £ que
pago a tres distintos acreedores sobre las mismas 15 £ en oro, cada una de ellas sería en
efecto sólo una asignación sobre 15/3 £ = 5 £. Cada uno de estos billetes sería depreciado
desde el comienzo en un 33 1/3 %).
aEngaños.- bIncidentalmente
[Valor y precio]
El valor (el real valor de cambio) de todas las. mercancías (Incluso el trabajo) está
determinado por sus costos de producción, en otros términos, por el tiempo de trabajo
requerido para su producción. El precio es este valor de cambio expresado en dinero.
56 La sustitución del dinero metálico (y del papel moneda o moneda de crédito que recibe de él
su denominación) por dinero-trabajo, que recibiría su denominación del tiempo de trabajo
mismo, equipararía por lo tanto el valor real (valor de cambio) de las mercancías y su valor
nominal, su precio, su valor monetario. Equiparación del valor real y del valor nominal, del
valor y del precio. Pero a esto se llegaría solamente si se presupone que valor y precio son
distintos sólo nominalmente. Pero tal cosa de ningún modo es cierta. El valor de las
mercancías determinado mediante el tiempo de trabajo es sólo su valor medio. Un
promedio que aparece como una abstracción extrínseca en tanto sólo representa el
resultado de un cálculo que nos da la cifra media de un período —p. ej., 1 libra de café
[[vale]] 1 sh., haciendo por ejemplo el promedio de los precios del café durante un período
de 25 años—, pero que es muy real cuando es individualizada al mismo tiempo como la
Karl Marx
fuerza impulsora y el principio motor de las oscilaciones a las que están sujetos los precios
de las mercancías durante un período determinado. Esta realidad no tiene solamente una
importancia teórica; más aún, constituye la base de la especulación comercial, cuyo cálculo
de probabilidad deriva tanto de los precios medios centrales considerados como centro de
oscilación, corno de los ascensos y descensos medios de la oscilación por encima o por
debajo de este centro. El valor de mercado de las mercancías es siempre distinto de este
valor medio y es siempre inferior o superior a él. El valor de mercado se nivela con el valor
real a través de sus oscilaciones constantes: nunca a través de una ecuación con el valor
real como tercer elemento, sino a través de una continua diferenciación (Hegel diría: no
mediante una identidad abstracta, sino mediante una constante negación de la negación, o
sea, de sí mismo como negación del valor real.) Que el valor real —independientemente de
su control de las oscilaciones del precio de mercado (es decir, prescindiendo de él en
cuanto es la ley de estas oscilaciones)— se niega a su vez a sí mismo y pone el valor real de
las mercancías en contradicción constante con la propia determinación, depreciando o
haciendo subir el valor real de las mercancías existentes —todo esto yo lo he mostrado en
mi folleto contra Proudhon y no es necesario entrar aquí en más detalles al respecto. El
precio se distingue por lo tanto del valor no sólo como lo que es nominal se distingue de lo
real; no solamente por la denominación en oro y plata, sino por este motivo: que el segundo
se presenta como la ley de los movimientos recorridos por el primero. Sin embargo, ellos
son constantemente distintos y nunca coinciden o sólo lo hacen de modo accidental y por
excepción. El precio de las mercancías es constantemente superior o inferior a su valor, y el
mismo valor de las mercancías existe solamente en el up and downa de los precios de las
mercancías. Demanda y oferta determinan de modo constante los precios de las
mercancías; nunca coinciden o sólo lo hacen accidentalmente; pero los costos de
producción por su parte determinan las oscilaciones de la demanda y de la oferta.
aAscenso y descenso
57 El oro o la plata en los que se expresa el precio de una mercancía, su valor de mercado, son
ellos mismos una determinada cantidad de trabajo acumulado, una determinada cantidad
de tiempo de trabajo materializado. Bajo el supuesto do que los costos de producción de la
mercancía y los del oro y de la plata permanezcan idénticos, el aumento o la disminución de
su precio de mercado no significa sino que una mercancía, = x tiempo de trabajo, es
constantemente ) ( que el tiempo de trabajo x requerido en el mercado, o sea es superior u
inferior a su valor medio determinado por el tiempo de trabajo. La primera ilusión
fundamental de los bonos-horarios consiste en el hecho de que, al eliminar la diversidad
nominal entre valor real y valor de mercado, entre valor de cambio y precio —expresando
el valor no ya en una determinada objetivación del tiempo de trabajo, say oro y plata, sino
directamente en el tiempo de trabajo—, eliminan también la diferencia y contradicción real
entre precio y valor. Y así se comprende por al mismo de qué modo la simple introducción
del bono-horario eliminaríaa todas las crisis y todos los inconvenientes de la producción
burguesa. El precio monetario de las mercancías = a su valor real; la demanda = a la oferta;
la producción = al consumo; el dinero, al mismo tiempo, abolido y conservado; bastaría
solamente verificar el tiempo de trabajo, cuyo producto es la mercancía, y que se
materializa en la mercancía, para generar su correspondiente contrafigura en un signo de
valor, en dinero, en bono-horario. Cada mercancía sería de tal manera transformada
directamente en dinero y, a su vez, el oro y la plata serían reducidos al rango de todas las
otras mercancías.
No es necesario un análisis circunstanciado para decir que la contradicción entre valor
de cambio y precio —entre el precio medio y los precios de los que aquél constituye el
promedio—, le diferencia entre las magnitudes y sus magnitudes medias no he elimina
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
eliminando la mera diferencia nominal entre las dos, de modo tal que en lugar de decir: 1
libra de pan cuesta 8 d., se dice: 1 libra de pan. l/x horas de trabajo. Al contrario, el 8 d. =1/x
horas de trabajo, y si el tiempo de trabajo materializado en una libra de pan es mayor o
menor que l/x horas de trabajo, como la medida de valor sería al mismo tiempo el elemento
en el que se expresa el precio, así y sólob así resaltaría con toda claridad la diferencia entre
valor y precio, esa diferencia que en el precio en oro o en plata queda oculta. De aquí
derivaría una ecuación infinita. 1/x horas de trabajo (contenida en 8 d. o expresada
mediante un bono sería) ( que 1/x horas de trabajo (contenida en la libra de pan).
a"beseitigte"; edic. 1939, "beseitigt" ("elimina"): b"nur"; edic. 1939, "nie" ("nuncu")
58 El bono-horario, que representa el tiempo de trabajo medio, no correspondería jamás al
tiempo de trabajo real y no sería nunca convertible en él; vale decir, el tiempo de trabajo
objetivado en una mercancía nunca movilizaría una cantidad de dinero-trabajo igual a sí
mismo y viceversa, sino una cantidad mayor o menor, así como actualmente toda oscilación
de los valores de mercado se expresa en un aumento o disminución de sus precios en oro o
plata.
La depreciación constante de las mercancías —en períodos bastante prolongados— con
respecto a los bonos-horarios, de la que antes hemos hablado, resultaba de la ley de la
productividad creciente del tiempo de trabajo, de las perturbaciones en el propio valor
relativo generadas por su principio inherente, o sea por el tiempo de trabajo. La
inconvertibilidad del bono-horario de la que estamos hablando, no es sino otra expresión
de la inconvertibilidad entre valor real y valor de mercado, entre valor de cambio y precio.
El bono-horario representaría, en contraposición a todas las demás mercancías, un tiempo
de trabajo ideal que se cambiaría ora por más, ora por menos tiempo que el real, y en el
bono adquiriría una existencia propia separada, correspondiente a esta desigualdad real. El
equivalente general, medio de circulación y medida de las mercancías, se presentaría a su
vez frente a ellas como individualizado, con leyes propias, enajenado, o sea con todas las
propiedades del dinero actual sín prestar, por otra parte, sus servicios. Pero la confusión
alcanzaría muy otro nivel por el hecho de que el medio a través del cual las mercancías —
estas cantidades objetivadas de tiempo de trabajo-- son comparadas, no sería una tercera
mercancía, sino su misma medida de valor, o sea el tiempo de trabajo. La mercancía a,
objetivación de 3 horas de tiempo de trabajo, es. 2 bonos de horas de trabajo; la mercancía
b, objetivación también ella de 3 horas de trabajo, es. 4 bonos de horas de trabajo. Esta
contradicción en realidad es expresada, sólo que de manera oculta, en los precios
monetarios. La diferencia entre precio y valor, entre la mercancía medida a través del
tiempo de trabajo de la que es producto, y el producto del tiempo de trabajo por el cual ella
se cambia, crea el requerimiento de una tercera mercancía como medida en la que se
expresa el valor de cambio real de la mercancía. Dado que el precio no es idéntico al valor, el
elemento que determina el valor —el tiempo de trabajo— no puede ser el elemento en el que
se expresan los precios, ya que el tiempo de trabajo debería expresarse al mismo tiempo como
lo determinante y lo no-determinante, como lo igual y lo no igual a sí mismo.
59 Dado que el tiempo de trabajo como medida de valor existe sólo idealmente, no puede
servir como materia de confrontación de los precios. (Esto también arroja luz sobre cómo y
por qué la relación del valor recibe en el dinero una existencia material y particularizada.
Este punto debe ser desarrollado ulteriormente.) La diferencia entre precio y valor crea el
requerimiento de que los valores entendidos como precios sean medidos con un patrón de
medida distinto del suyo propio. El precio distinto del valor es necesariamente el precio
monetario. Aquí se ve que la diferencia nominal entre precio y valor es condicionada por su
diferencia real.
Karl Marx
La mercancía a =1 sh. (i. e.= 1/x plata); la mercancía b = 2 sh. (o sea 2/x plata). Por ello la
mercancía b tiene un valor doble que la mercancía a. La relación de valor entre a y b es
expresada mediante la proporción en la que ambas se cambian por una cantidad de una
tercera mercancía, por plata; por consiguiente, no por una relación de valor.
Toda mercancía (sea ella un producto o un instrumento de producción) es = a la
objetivación de un determinado tiempo de trabajo. Su valor, o sea la relación en la cual ella
se cambia por otra mercancía o en la que otras mercancías se cambian por ella, es igual a la
cantidad de tiempo de trabajo realizado en ella. Si, por ejemplo, la mercancía es igual a 1
hora de tiempo de trabajo, ella se cambia por todas las otras mercancías que son el
producto de 1 hora de tiempo de trabajo. (Todo este razonamiento [[está hecho]] bajo el
supuesto de que el valor de cambio = al valor de mercado, que el valor real = al precio.) El
valor de la mercancía es distinto de la mercancía misma. Valor (valor de cambio), la
mercancía lo es solamente en el cambio (real o imaginario); valor es no sólo el carácter
intercambiable de la mercancía en general, sino la intercambiabilidad específica de
mercancía. El valor es al mismo tiempo el exponen-le de la proporción en la que una
mercancía se cambia por otra, y el exponente de la proporción en la que una mercancía ha
sido ya Cambiada, en la producción, por otras mercancías (tiempo de trabajo
materializado); él es su intercambiabilidad cuantitativamente determinada. Las mercancías
—p. ej., una vara de algodón y una medida de aceite consideradas como algodón y aceite
son naturalmente distintas, poseen distintas cualidades, son medidas de manera distinta,
son inconmensurables. En cuanto valores todas las mercancías son cualitativamente iguales
y sólo cuantitativamente diferentes, en consecuencia, se miden todas recíprocamente y se
sustituyen (se cambian, son recíprocamente convertibles) en determinadas proporciones
cuantitativas. El valor es su relación social, su cualidad económica. Un libro que posee un
determinado valor y un panecillo que posee el mismo valor se intercambian
recíprocamente, son del mismo valor sólo que en distinto material.
60 Como valor la mercancía es al mismo tiempo un equivalente de todas las otras mercancías
en una determinada relación. Como valor la mercancía es un equivalente; como
equivalente, todas sus cualidades naturales están canceladas en ella; la mercancía no
mantiene ya ninguna relación cualitativa particular con las otras mercancías; ella es tanto la
medida universal como el representante universal, como el medio universal de cambio de
todas las otras mercancías. Como valor ella es dinero. Pero si la mercancía, o sobre todo el
producto o instrumento de producción, es distinto de sí mismo como valor, como valor la
mercancía es distinta de sí misma en tanto que producto. Su cualidad como valor no sólo
puede, sino que al mismo tiempo debe adquirir una existencia distinta de la de su existencia
natural. ¿Por qué? Porque siendo las mercancías como valores distintas la una de la otra
sólo cuantitativamente, cada mercancía debe ser cualitativamente distinta de su propio
valor. Su valor debe, por ello, poseer también una existencia cualitativamente distinguible
de ella, y en el intercambio real esta posibilidad de existir separadamente debe convertirse
en una separación real, porque la diversidad natural de las mercancías debe entrar en
contradicción con su equivalencia económica, y una y otra pueden subsistir una junto a la
otra sólo en cuanto la mercancía adquiere una existencia doble; junto a la suya natural,
adquiere una existencia puramente económica en la cual ella es un mero signo, una letra
que representa a una relación de producción, un mero signo de su propio valor. En cuanto
valor, toda mercancía es divisible en partes iguales; en su existencia natural, en cambio, ya
no lo es. En cuanto valor, ella sigue siendo siempre la misma, no obstante las metamorfosis
y formas de existencia por las que pueda pasar sucesivamente: en la realidad hay
intercambio de mercancías sólo porque ellas son diferentes y corresponden a distintos
sistemas de necesidades. Como valor ella es universal, como mercancía real es una
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
14 .
15 Cf. por ej. F. GALIANI, Della moneta, en Scrittori classici italiani di economia politica. Parte moderna. Tomo III,
Milano 1803, p. 152. Extractos en el cuaderno londinense XX. J. STEUART, An Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 106-
107. H. STORCH, Cours etc., cit., t. I, pp. 84-88. D. URQUHART, Familiar Words as Effecting England and the
English, London 1856, p. 112. W. JACOB, An Historical Inquiry into the Production and Consumption of the
Precious Metals, 2 vol., London 1831, vol. II, p. 326. Extractos, en los cuadernos londinenses III, IV, V.
Karl Marx
las relaciones, si han de adquirir fijeza, sólo pueden ser pensadas diferenciándolas de los
sujetos que ellas relacionan.
62 Apenas un producto (o una actividad) se convierte en valor de cambio, no sólo es
transformado en una determinada relación cuantitativa, en una proporción —vale decir, en
un número que expresa qué cantidad de otras mercancías le es igual, es su equivalente, o en
qué relación él es el equivalente de otras mercancías—, sino que debe al mismo tiempo ser
transformado cualitativamente, convertido en otro elemento, a fin de que ambas
mercancías se conviertan en magnitudes concretas, es decir, tengan la misma unidad, y se
vuelvan por tanto conmensurables. La mercancía debe ser ante todo convertida en tiempo
de trabajo, o sea en algo cualitativamente distinto de ella (cualitativamente distinto: 1)
porque ella no es tiempo de trabajo en cuanto tiempo de trabajo, sino tiempo de trabajo
materializado; tiempo de trabajo no en forma de movimiento, sino de reposo, no en forma
de proceso, sino de resultado; 2) porque ella no es la objetivación del tiempo de trabajo en
general, el cual existe solamente en la representación —es únicamente el trabajo separado
de su cualidad, distinto sólo cuantitativamente—, sino que es el resultado determinado de
un trabajo determinado, determinado naturalmente, cualitativamente distinto de los otros
trabajos), para ser luego comparada, como determinada cantidad de tiempo de trabajo,
como determinada magnitud de trabajo, con otras cantidades de tiempo de trabajo, a otras
magnitudes de trabajo. A los fines de la pura comparación —evaluación— de los productos,
a los fines de la determinación ideal de su valor, es suficiente efectuar esta transformación
mentalmente (una transformación en la que el producto existe simplemente como
expresión de las relaciones de producción cuantitativas). Cuando se trata de comparar
mercancías entre sí esta abstracción es suficiente; en el cambio real, la abstracción debe ser
de nuevo objetivada, simbolizada, realizada mediante un signo. Esta necesidad se plantea
porque:
1) como ya habíamos dicho, las mercancías a cambiar son transformadas mentalmente
en relaciones de magnitudes ahoraa comunes, en valores de cambio, y de tal manera
evaluadas una respecto a la otra. Sin embargo, cuando se trata de cambiarlas realmente, he
aquí que sus cualidades naturales entran en contradicción con su determinación de valores
de cambio y de simples números concretos. Ellas no son divisibles a voluntad, etc.; 2) en el
cambio real se da siempre un cambio entre mercancías particulares, y el carácter
intercambiable de cada mercancía, así como la relación en la que ella es intercambiable,
depende de condiciones locales y temporales, etc.
a"nun-; odie. 1939, no figura
representa sino una relación social.) Este símbolo representa las partes alícuotas del
tiempo de trabajo, representa el valor de cambio en partes alícuotas tales como para ser
capaces de expresar a través de una simple combinación aritmética todas las relaciones
recíprocas de los valores de cambio; este símbolo, este signo material del valor de cambio,
es un producto del cambio mismo y no la puesta en obra de una idea a priori. (In fact la
mercancía que es usada como mediadora del cambio se transforma sólo gradualmente en
dinero, en un símbolo; cuando esta transformación se ha consumado, puede a su vez ser
sustituida por un símbolo de ella misma. Ella se convierte entonces en un signo consciente
del valor de cambio.)
El proceso es simplemente el siguiente: el producto se convierte en mercancía, es decir,
en un simple momento del cambio. La mercancía es transformada en valor de cambio. Para
equipararla a sí misma en cuanto valor de cambio, ella es permutada por un signo que la
representa como el valor de cambio en cuanto tal. Como valor de cambio así simbolizado
ella puede ser cambiada nuevamente en determinadas proporciones por cualquier otra
mercancía. Dado que el producto se convierte en mercancía, y la mercancía en valor de
cambio, el primero adquiere en el pensamiento una doble existencia. Esta duplicación ideal
comporta (y debe además seguir comportando) que la mercancía se presente en el cambio
real bajo una doble forma: por un lado, como producto natural, por el otro, como valor de
cambio. Vale decir que su valor de cambio adquiere una existencia materialmente separada
de ella.
La determinación del producto como valor de cambio supone por lo tanto
necesariamente que el valor de cambio reciba una existencia separada, escindida del
producto. El valor de cambio escindido de las mercancías mismas y existente él mismo
como una mercancía junto a ellas, es: dinero. Todas las propiedades de la mercancía en
cuanto valor de cambio se presentan en el dinero como un objeto distinto de ella, como una
forma de existencia social escindida de su forma de existencia natural.
64 (Desarrollar más este punto, enumerando las propiedades habituales del dinero.) (El
material en el que es expresado este símbolo no es de ningún modo indiferente, por más
variedad que haya mostrado históricamente. La evolución de la sociedad elabora, junto con
el símbolo, también el material que cada vez lo expresa mejor y del que se trata luego de
desvincularse; un símbolo, si no es arbitrario, requiere determinadas condiciones del
material en el que se expresa. Así, p. ej., los signos lingüísticos tienen su historia.a Escritura
alfabética, etc.) El valor de cambio del producto general, por consiguiente, junto al
producto, el dinero. Así como es imposible eliminar complicaciones y contradicciones,
derivadas de la existencia del dinero junto a las mercancías particulares, transformando la
forma del dinero (aunque algunas dificultades relativas a una forma inferior pueden ser
evitadas mediante una forma superior), del mismo modo es imposible eliminar el dinero
mientras el valor de cambio siga siendo la forma social de los productos. Es necesario
entender claramente este punto para no plantearse tareas imposibles y reconocer los
límites dentro de los cuales las reformas monetarias y las transformaciones en el ámbito de
la circulación pueden reorganizar las relaciones de producción y las relaciones sociales que
descansan sobre ellas.
aEn edic. 1939 figura aquí una coma y la forma verbal "haben" ("tienen") ocupa otro lugar en la oración
Las propiedades del dinero 1) como medida del cambio de mercancías; 2) como medio
de cambio; 3) como representante de las mercancías (y por ello, como objeto de los
contratos); 4) como mercancía universal —junto a las mercancías particulares— derivan
todas simplemente de su determinación como valor de cambio objetivado y separado de las
mercancías mismas. (La propiedad del dinero de ser mercancía universal frente a todas las
otras, corporización de su valor de cambio, lo convierte al mismo tiempo en la forma
Karl Marx
realizada y siempre realizable del capital; en la forma de aparición siempre válida del
capital; en una propiedad que se revela en los drains del bullion. Esta forma hace que el
capital se presente históricamente al principio sólo bajo la forma de dinero, y explica
finalmente el nexo que existe entre dinero y tasa de interés y la influencia del primero
sobre la segunda.)
Cuanto más la producción se configura de manera tal que cada productor .pasa a
depender del valor de cambio de su mercancía, vale decir, cuanto más el producto se
convierte realmente en valor de cambio y el valor de cambio deviene objeto inmediato de la
producción, tanto más deben desarrollarse las relaciones de dinero y las contradicciones
que son inmanentes a la relación de dinero, o sea a la relación del producto consigo mismo
en cuanto dinero. La necesidad del cambio y la transformación del producto en puro' valor
de cambio avanzan en la misma medida que la división del trabajo, es decir, avanzan con el
carácter social de la producción. Pero en la misma medida en que este último crece, crece el
poder del dinero, o sea la relación de cambio se fija como un poder externo a los
productores e independiente de ellos.
65 Lo que originariamente se presentaba como medio para promover la producción, se
convierte en una relación extraña a los productores. En la misma proporción en que los
productores se convierten en dependientes del cambio, éste parece devenir independiente
de ellos, y parece crecer el abismo entre producto como tal y producto como valor de
cambio. El dinero no produce estas antítesis y contradicciones, sino que el desarrollo de
estas oposiciones y contradicciones produce el poder aparentemente trascendental del
dinero. (Analizar la influencia de la transformación de todas las relaciones en relaciones de
dinero: del impuesto en especie al impuesto en dinero, de la renta en especie a la renta en
dinero, de la prestación militar a tropa mercenaria, y en general de todas las prestaciones
personales a prestaciones en dinero, del trabajo patriarcal, esclavista, servil, corporativo, a
trabajo asalariado puro.)
El producto deviene mercancía; la mercancía deviene valor de cambio; el valor de
cambio de la mercancía es su cualidad inmanente de dinero; esta cualidad suya de dinero se
separa de ella como dinero, adquiere una existencia social universal, separada de todas las
mercancías particulares y de su forma de existencia natural; la relación del producto
consigo mismo como valor de cambio se convierte en su relación con un dinero que existe
junto a él, o dicho de otra manera, de todos los productos con el dinero existente fuera de
todos ellos. Así como el cambio real de los productos genera su valor de cambio, así
también su valor de cambio genera el dinero.
La pregunta inmediata que ahora surge es la siguiente: la existencia del dinero junto a
las mercancías, ¿no contiene desde un comienzo contradicciones, que están dadas junto con
esta misma relación?
[Cambiabilidad de la mercancía por dinero]
Primero: El simple hecho de que la mercancía tenga una doble existencia, una vez como
producto determinado que contiene idealmente (contiene de modo latente) su valor de
cambio en su forma de existencia natural, y luego como valor de cambio manifiesto
(dinero), que a su vez ha cercenado toda vinculación con la forma de existencia natural del
producto, esta doble y distinta existencia debe pasar a ser diferencia, y la diferencia debe
pasar a ser oposición y contradicción. La propia contradicción entre la naturaleza particular
de la mercancía como producto y su naturaleza universal como valor de cambio, la cual ha
creado la necesidad de considerarla de manera doble, una vez como esta mercancía
determinada, la otra como dinero, la contradicción entre sus propiedades naturales
particulares y sus propiedades sociales universales, implica desde el principio la
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
[Autonomización del cambio respecto de sus sujetos]
Tercero: Con la separación de la compra y de la venta, con la escisión del cambio en dos
actos espacial y temporalmente independientes el uno del otro, aparece además otra nueva
relación.
67 Así como el cambio se escinde en dos actos recíprocamente independientes, el mismo
movimiento de conjunto del cambio se separa de los sujetos del cambio, es decir, de los
productores de mercancías. El cambio en función del cambio [mismo] se separa del cambio
en función de las mercancías. Entre los consumidores se inserta una capa mercantil, una
capa que no hace sino comprar para vender y vender para volver a comprar, y que en tal
operación no tiene por finalidad la posesión de las mercancías como productos, sino
simplemente obtener valores de cambio como tales, dinero. (También en el trueque más
simple puede formarse una capa mercantil. Pero dado que sólo tiene a su disposición el
Karl Marx
de sus límites locales, naturales e individuales. Precisamente por esta vía puede dejar de ser
un producto.)
aComercio a Comercio
[Génesis del dinero]
Cuarto: En el momento mismo en que el valor de cambio se hace presente en el dinero
como mercancía universal al lado de todas las mercancías particulares, el valor de cambio se
hace presente como mercancía particular en el dinero al lado de todas las otras mercancías
(ya que el dinero posee una existencia particular). Surge ya una incongruencia por el hecho
de que el dinero, aun existiendo solamente en el cambio, se contrapone como capacidad
universal de cambio a la capacidad particular de cambio propia de las mercancías y la anula
inmediatamente, aunque ambas siempre deban permanecer recíprocamente convertibles.
69 Y no sólo esto: el dinero entra también en contradicción consigo mismo y con su
determinación por el hecho de que él mismo es una mercancía particular (aunque sólo sea
un signo), y por lo tanto en su cambio por otras mercancías está sometido a su vez a
condiciones de cambio particulares, las cuales contradicen su cambiabilidad universal e
incondicionada. (Aquí no se habla todavía del dinero fijado en la sustancia de un producto
determinado, etc.) El valor de cambio ha adquirido, junto a su existencia en la mercancía,
una existencia propia en el dinero, ha sido separado de su sustancia precisamente porque el
carácter determinado natural de esta sustancia contradecía su determinación universal de
valor de cambio. Cada mercancía es igual (ob comparable) a otra como valor de cambio
(cualitativamente: cada una representa sólo un más o un menos cuantitativo de valor de
cambio).
b"oder"; edic. 1939, "und" ("y")
Por ello esta identidad suya, esta unidad suya es distinta de su diversidad natural y de
ahí que en el dinero aparezca no sólo como su elemento común, sino también como un
tercer elemento opuesto a ella. Pero por un lado el valor de cambio permanece
naturalmente a la vez como una cualidad inherente a las mercancías y como algo existente
fuera de ellas; por el otro lado, el dinero, no existiendo ya como propiedad de las
mercancías, como algo común a ellas, y existiendo en cambio junto a ellas de manera
individualizada, se convierte él mismo en una mercancía particular junto a las otras
mercancías (determinable por la oferta y la demanda, subdivisible en distintos tipos de
dinero, etc.). El dinero se convierte en una mercancía como las otras y al mismo tiempo no
es una mercancía como las otras. No obstante su determinación universal, él es algo
cambiable junto a las otras cosas cambiables. No es solamente el valor de cambio universal,
sino al mismo tiempo un valor de cambio particular junto a los otros valores de cambio
particulares. De aquí surge una nueva fuente de contradicciones que se manifiestan en la
práctica. (En la separación del negocio en dinero y valores frente al comercio real sale a luz
la naturaleza particular del dinero.)
Vemos entonces cómo es inmanente al dinero el hecho de alcanzar sus fines negándolos
al mismo tiempo, el volverse autónomo respecto de las mercancías; el pasar de medio a fin;
el realizar el valor de cambio de las mercancías desvinculándose de ellas, el facilitar el
cambio introduciendo en él un elemento de escisión, el superar las dificultades del cambio
inmediato de mercancías generalizándolas, el convertir el cambio en autónomo con
respecto a los productores en la misma medida en que los productores se convierten en
dependientes del cambio.
(En otro momento, antes de dejar este problema, será necesario corregir la manera
idealista de exponerlo, que da la impresión de tratarse de puras definiciones conceptuales y
de la dialéctica de estos conceptos. Por consiguiente, deberá criticarse ante todo la
Karl Marx
There are two reasons which prevent any practical inconveniente resulting from this
arrangement" (of silvertokens, not of intrinsic value): "first, the coin can only be procured at
the Mint, and at that price; as home circulation, then, it cannot be depreciate, and it can not
be sent abroad because it circulates here for more than its intrinsic value; and secondly, as
16 Cf. The Etonomist, XV (1857), Saturday, January 24, n. 700, p. 86, col. 1-2, artı́culo "Trade of 1856 – Decrease of
Consumption". [Extractos de los añ os 1844, 1847, 1850, 1851, 1853, respectivamente, en los cuadernos
londinenses VI, V y VII, III, V y XVII, XXI.]
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
it is a legal tender only up to 40 sh., it never interferes with the gold coins, nor affects their
value".a
71 Aconseja también a Francia que issue subordinate coins of silver tokens, not of intrinsic
value, and limiting the amount to which they should be a legal tender. Pero, al mismo
tiempo: in fixing the quality of the coin, to take a larger margin between the intrinsic and
the nominal value than we have in England, because the increasing value of silver in
relation to gold may very probably, before long, rise up to our present Mint price, when we
may be obliged again to alter it. Our silver coin is now little more than 5 0/0 below the
intrinsic value: a short time since it was 10 %b. ( Economist, 24 de enero de 1857)17.
aLas monedas de plata inglesa son puestas en circulación a un precio más elevado que el de su valor
intrínseco en plata. Una libra de plata de valor intrínseco de 60-62 ch. (equivalente, como promedio, a 3
esterlinas de oro) fue amonedada en 66 ch. La Casa de Moneda paga el "precio del mercado corriente, que es
de 5 ch. y 2 p. la onza y emite al precio de 5 ch. y 6 p la onza. Dos son las razones que impiden que se derive
algún inconveniente práctico de esta operación" (con monedas de plata. no valor intrínseco): "la primera es la
de que la moneda sólo puede ser obtenida en la Casa de Moneda y a ese precio; como moneda de circulación
interna, por lo tanto, no puede ser depreciada ni enviada al exterior porque en el interior circula a un valor
mayor que el intrínseco. La segunda razón es la de que, siendo moneda que tiene un valor legal sólo hasta 40
ch., jamás interfiere con la moneda de oro, ni afecta su valor" - bPonga en circulación monedas de plata
subordinadas cuyo valor nominal no corresponda al intrínseco y que limite la suma al nivel de la cual
deberían tener curso legal. Pero al mismo tiempo, [[afirma]]: al fijar la calidad de la moneda. es preciso dejar
entre el valor intrínseco y el nominal un margen más amplio que el que tenemos en Inglaterra, ya que el valor
de la plata, que está en aumento con respecto al del oro, con bastante probabilidad puede aumentar dentro de
poco tiempo por encima del precio actual de nuestra Casa de Moneda, lo que nos obligaría nuevamente a
modificarlo. Nuestra moneda de plata está actualmente un poco más de un 5 % por debajo del valor
intrínseco. No hace mucho tiempo estaba un 10 % por debajo
[Emisión de bonos horarios]
Se podría pensar ahora que la emisión de bonos horarios resuelve todas estas
dificultades. (La existencia del bono horario presupone naturalmente condiciones que no
están dadas de inmediato en el análisis de la relación entre valor de cambio y dinero, y sin
las cuales ambos pueden existir y existen: crédito publico, banco, etc.; pero no es necesario
seguir hablando de todo esto ya que, como es natural, los partidarios del bono horario lo
consideran como el producto ultimo de la "serie", el cual, aunque corresponde en máximo
grado al concepto "puro" del dinero, "aparece" ultimo en la realidad.) Ante todo: si se dan
por realizados los presupuestos en base a los cuales el precio de las mercancías es=a su
valor de cambio, si hay una adecuación entre demanda y oferta, entre producción y consumo,
y en ultima instancia una proportionate productiona 18 (las llamadas relaciones de
distribución son ellas mismas relaciones de producción), entonces se vuelve totalmente
secundario el problema del dinero, y en especial el problema de la ci nisi on de los tickets,
sean ellos azules o verdes, de lata o de papel, o de las dis-tintas formas posibles de
mantener la contabilidad social. Y entonces verdaderamente resulta absurdo continuar
flngiendo que se realizan investigaciones sobre relaciones monetarias reales.
El banco (any bank)b emite los bonos horarios. La mercancía a = al valor de cambio x, es
decir, = x tiempo de trabajo, se cambia por dinero representante de x tiempo de trabajo. El
banco debería también comprar las mercancías, o sea cambiarlas por sus representantes
17 Cf. Suplemento a The Economist, XV (1857), Saturday, January 24, n. 700, p. 24, col. 1, artı́culo "The Double
Standard in France".
18 Cf. J. GRAY, Lectures on the Nature and Use of Money etc., Edinburgh 1848, p. 250. Extractos en el cuaderno
londinense VI. W. ATKINSON, Principies of Political Economy; or the Laws of the Formation of National Wealth
etc., London 1840, pp. 171-196. Extractos con glosas, en un cuaderno no numerado ni datado, pero cuya
redacció n es aprox. de setiembre de 1845 en Bruselas; cf. MEGA 1/6, pp. 600-601.
Karl Marx
monetarios, así como ahora el Banco de Inglaterra, p. ej., debe dar billetes de banco a
cambio de oro. La mercancía, la existencia sustancial y por ello accidental del valor de
cambio, es cambiada por la existencia simbólica del valor de cambio como tal. De esa
manera no existe ninguna dificultad para convertirla de la forma de mercancía a la de
dinero. El tiempo de trabajo en ella con-tenido tiene necesidad solamente de una
verificación de autenticidad (lo cual, sea dicho al pasar, no es tan fácil como establecer la
pureza y el peso del oro y de la plata) para generar inmediatamente su contrevaleur,c su
existencia monetaria.
aProducción proporcionada.- cCualquier banco.-cContravalor-
72 Por más vueltas que le demos a la cuestión, en ultima instancia llegamos a lo siguiente: que
el banco que emite los bonos horarios compra la mercancía a su costo de producción,
compra todas las mercancías. y la adquisición no le cuesta más que la producción de
recortes de papel, y al vendedor, en sustitución del valor de cambio que él posee en una
determinada forma sustancial, le da el valor de cambio simbólico de las mercancías, en
otras palabras una asignación sobre todas las otras mercancías por el importe del mismo
valor de cambio. El valor de cambio como tal puede tener naturalmente sólo una existencia
simbólica, aunque este símbolo, para poder ser usado como una cosa —y no sólo como
forma representativa—, posee una existencia material, es decir no solamente una
representación ideal, sino que está realmente representado de manera objetiva. (Una
medida puede tenerse en la mano; el valor de cambio mide, pero cambia sólo en cuanto la
medida pasa de una mano a otra.)19 Por consiguiente, el banco da dinero a cambio de la
mercancía, dinero que es exactamente una asignación sobre el valor de cambio de la
mercancía, o sea sobre todas las mercancías del mismo valor; el banco compra. El banco es
el comprador universal, el comprador no sólo de esta o aquella mercancía, sino de todas las
mercancías. El banco, en efecto, debe realizar precisamente la conversión de toda
mercancía a su existencia simbólica de valor de cambio. Pero si es el comprador universal,
debe ser también el vendedor universal, debe ser no sólo el depósito donde se almacenan
todas las mercancías, no sólo el almacén general, sino también el poseedor de las
mercancías en el mismo sentido en que lo es cualquier otro comerciante. Yo he cambiado
mi mercancía a por el bono horario b que representa su valor de cambio, pero sólo porque
puedo luego transformar de nuevo a mi gusto este b en todas las mercancías reales c, d, e,
etc. ¿Pero puede este dinero circular fuera del banco? ¿Puede darse otra circulación fuera
de la que se da entre el poseedor del bono y el banco? ¿Qué es lo que garantiza la
convertibilidad de este bono? Sólo hay dos casos posibles. O bien todos los poseedores de
mercancías (sean ellas productos o trabajos) quieren vender su mercancía a su valor de
cambio, o bien algunos quieren y otros no. Si todos quieren venderla a su valor de cambio,
no esperarán la eventualidad de encontrar o no un comprador, sino que van de inmediato al
banco, le ceden la mercancía y reciben el signo del valor de cambio, el dinero: la canjean por
su propio dinero. En este caso, el banco es en una sola persona el comprador y el vendedor
universal. O bien ocurre lo contrario. En este caso el bono bancario es un simple papel que
afirma ser el símbolo universalmente reconocido del valor de cambio, pero no tiene ningún
valor. En efecto, este símbolo tiene la propiedad no sólo de representar el valor de cambio,
sino también de serlo en el cambio real. En el último caso el bono bancario no sería por lo
tanto dinero, o sería sólo dinero convencional válido entre el banco y sus clientes, y no en el
mercado corriente.
19 Cf. J. LOCKE, The Works, London 1768, 70 ed., vol. II, p. 92. Extractos de dos ensayos allı́ contenidos: Some
Considerations of the Consecuentes of the Lowering of Interest and Raising the Value of Money, y Further
Considerations Concerning Raising the Value of Money, en el cuaderno londinense VI.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
73 Tendría el mismo valor que un abono a doce comidas en una cantina o a doce
representaciones teatrales: ambas representan dinero, pero dinero válido en un caso sólo
para una cantina determinada y en el otro sólo para un teatro determinado. De tal modo, el
bono bancario habría dejado de corresponder a los requisitos del dinero desde el momento
que la suya no sería una circulación válida para el general publica, sino solamente una
circulación entre el banco y sus clientes. Podemos así dejar de lado este último supuesto.
El banco sería por lo tanto el comprador y el vendedor universal. En lugar de los billetes
podría emitir también cheques, y en lugar de estos últimos podría llevar simples book
accountsb.
aPúblico en generaL- bCuentas en libros Libros de contabilidad. En edic. 1939, "Bankaccounts" ("Cuentas
de banco")
Según la suma de los valores-mercancías que X le ha cedido, el banco resultaría deudor a
su respecto de una suma equivalente de valores en otras mercancías. Un segundo atributo
del banco sería necesariamente el de fijar de manera auténtica el valor de cambio de todas
las mercancías, o sea el tiempo de trabajo materializado en ellas. Pero sus funciones no
podrían terminar aquí. Debería fijar el tiempo de trabajo en el que pueden ser producidas
las mercancías, con los instrumentos medios de la industria; fijar el tiempo en que ellas
deben ser producidas. Pero esto tampoco sería suficiente. Al banco le correspondería no
sólo la tarea de fijar el tiempo en que debe ser producida una cierta cantidad de productos,
y de poner a los productores en condiciones tales que su trabajo sea igualmente productivo
(y por lo tanto efectuar una distribución equilibrada y ordenada de los instrumentos de
trabajo), sino también la de fijar la cantidad de tiempo de trabajo que debe ser aplicada a
las distintas ramas de la producción. Esto último sería necesario desde el momento en que,
para realizar el valor de cambio y hacer realmente convertible el propio dinero, la
producción general debería estar garantizada y realizarse en proporciones tales como para
satisfacer las necesidades de los que cambian. Y esto no es todo. El cambio más importante
no es el de las mercancías, es el del trabajo por las mercancías. (Ver esto luego más
detenidamente.) Los trabajadores no venderían al banco su trabajo sino que recibirían el
valor de cambio de todo el producto de su trabajo, etc. El banco sería, entonces, además del
comprador y vendedor universal también el productor universal. En realidad, sería o bien
el gobierno despótico de la producción y el administrador de la distribución, o bien sólo un
boarda que llevaría los libros y la contabilidad de la sociedad trabajadora colectiva. La
colectividad de los medios de producción está aquí presupuesta, etc.20 Los sansimonianos
hacían de su banco el papado de la producción.
aConsejo; junta.
[Valor de cambio y producción privada]
74 La reducción de todos los productos y de todas las actividades a valores de cambio
presupone tanto la disolución de todas las rígidas relaciones de dependencia personales
(históricas) en la producción, como la dependencia recíproca general de los productores.
No sólo la producción de cada individuo depende de la producción de todos los otros, sino
[[también]] la transformación de su producto en medios de vida personales pasa a
depender del consumo de todos los demás. Los precios son cosas antiguas, lo mismo que el
cambio; pero tanto la determinación progresiva de los unos a través de los costos de
producción, como el predominio del otro sobre todas las relaciones de producción se
desarrollan plenamente por primera vez, y se siguen desarrollando cada vez más
plenamente, sólo en la sociedad burguesa, en la sociedad de la libre concurrencia. Lo que
20 Cf. J. GRAY, The Social System. A Treatise on the Principie of Exchange, Edinburgh 1831, pp. 62-88. Extractos en el
Adam Smith, a la manera tan propia del siglo XVIII, sitúa en el período prehistórico y hace
preceder a la historia, es sobre todo el producto de ésta.
Esta dependencia recíproca se expresa en la necesidad permanente del cambio y en el
valor de cambio como mediador generalizado. Los economistas expresan este hecho del
modo siguiente: cada uno persigue su interés privado y sólo su interés privado, y de ese
modo, sin saberlo, sirve al interés privado de todos, al interés general. Lo válido de esta
afirmación no está en el hecho de que persiguiendo cada uno su interés privado se alcanza
la totalidad de los intereses privados, es decir, el interés general. De esta frase abstracta se
podría mejor deducir que cada uno obstaculiza recíprocamente la realización del interés
del otro, de modo tal que, en lugar de una afirmación general, de este bellum omnium
contra omnésb resulta más bien una negación general, El punto verdadero está sobre todo
en que el propio interés privado es ya un interés socialmente determinado y puede
alcanzársele solamente en el ámbito de las condiciones que fija la sociedad y con los medios
que ella ofrece; está ligado por consiguiente a la reproducción de estas condiciones y de
estos medios. Se trata del interés de los particulares; pero su contenido, así como la forma y
los medios de su realización, están dados por las condiciones sociales independientes de
todos.
b Guerra de todos contra todos
[El dinero como relación social]
La dependencia mutua y generalizada de los individuos recíprocamente indiferentes
constituye su nexo social. Este nexo social se expresa en el valor de cambio, y sólo en éste la
actividad propia o el producto se transforman para cada individuo en una actividad o en un
producto para él mismo. El individuo debe producir un producto universal: el valor de
cambio o, considerado éste en sí aisladamente e individualizado, dinero. Por otra parte el
poder que cada individuo ejerce sobre la actividad de los otros o sobre las riquezas sociales,
lo posee en cuanto es propietario de valores de cambio, de dinero. Su poder social, así como
su nexo con la sociedad, lo lleva consigo en el bolsillo.
75 La actividad, cualquiera que sea su forma fenoménica individual, y el producto de la
actividad, cualquiera que sea su carácter particular, es el valor de cambio, vale decir, algo
universal en el cual toda individualidad, todo carácter propio es negado y cancelado. En
realidad esta es una situación muy distinta de aquella en la cual el individuo, o el individuo
natural o históricamente ampliado en la familia o en la tribu (y luego en la comunidad), se
reproduce sobre bases directamente naturales, o en las que su actividad productiva y su
participación en la producción está orientada hacia una determinada forma de trabajo y de
producto, y su relación con los otros está determinada precisamente de ese modo.
El carácter social de la actividad, así como la forma social del producto y la participación
del individuo en la producción, se presentan aquí como algo ajeno y con carácter de cosa
frente a los individuos; no como su estar recíprocamente relacionados, sino como su estar
subordinados a relaciones que subsisten independientemente de ellos y nacen del choque
de los individuos recíprocamente indiferentes. El intercambio general de las actividades y
de los productos, que se ha convertido en condición de vida para cada individuo particular
y es su conexión recíproca [[con los otros]], se presenta ante ellos mismos como algo ajeno,
independiente. como una cosa. En el valor de cambio el vínculo social entre las personas se
transforma en relación social entre cosas; la capacidad personal, en una capacidad de las
cosas. Cuanto menor es la fuerza social del medio de cambio, cuanto más está ligado todavía
a la naturaleza del producto inmediato del trabajo y a las necesidades de aquellos que
intercambian, tanto mayor debe ser la fuerza de la comunidad que vincula a los individuos,
la relación patriarcal, la comunidad antigua, el feudalismo y la corporación. (Véase mi
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
cuaderno, XII, 34b)21. Cada individuo posee el poder social bajo la forma de una cosa.
Arránquese a la cosa este poder social y habrá que otorgárselo a las personas sobre las
personas22. Las relaciones de dependencia personal (al comienzo sobre una base del todo
natural) son las primeras formas sociales, en las que la productividad humana se desarrolla
solamente en un ámbito restringido y en lugares aislados. La independencia personal
fundada en la dependencia respecto a las cosas es la segunda forma importante en la que
llega a constituirse un sistema de metabolismo social general, un sistema de relaciones
universales, de necesidades universales y de capacidades universales. La libre
individualidad, fundada en el desarrollo universal de los individuos y en la subordinación
de su productividad colectiva, social, como patrimonio social, constituye el tercer estadio. El
segundo crea las condiciones del tercero. Tanto las condiciones patriarcales como las
antiguas (y también feudales) se disgregan con el desarrollo del comercio, del lujo, del
dinero, del valor de cambio, en la misma medida en que a la par va creciendo la sociedad
moderna.
76 Cambio y división del trabajo se condicionan recíprocamente. Cuando cada [[individuo]]
trabaja para sí y su producto no representa nada para sus propios fines, debe naturalmente
realizar intercambios, no sólo para participar en el patrimonio productivo general, sino
también para transformar el propio producto en un medio de vida para sí mismo. (Véase
mis "Observaciones sobre la economía", p. V (13, 14)23. Es cierto que el cambio, en cuanto
está mediado por el valor de cambio y por el dinero, presupone la dependencia recíproca
universal de los productos, pero presupone al mismo tiempo el aislamiento completo de sus
intereses privados y una división del trabajo social, cuya unidad e integración recíprocas
existen, por así decirlo, como una relación natural externa a los individuos, independiente
de ellos. Es la presión sucesiva de la oferta y la demanda generales la que media la conexión
de los [[individuos]] recíprocamente indiferentes.
La necesidad misma de transformar el producto o la actividad de los individuos ante
todo en la forma de valor de cambio, en dinero, y de que sóloa en esta forma de cosa ellas
adquieran y manifiesten su poder social, demuestra dos cosas distintas: 1) que los
individuos siguen produciendo sólo para la sociedad y en la sociedad; 2) que su producción
no es inmediatamente social, no es the offspring of associationb, que reparte en su propio
interior el trabajo. Los individuos están subordinados a la producción social, que pesa sobre
ellos como una fatalidad; pero la producción social no está subordinada a los individuos y
controlada por ellos como un patrimonio común. Por consiguiente, nada es más falso y
21 La menció n se refiere a un manuscrito perdido de Marx, probablemente anterior a otro titulado Das vollendete
Geldsystem (sobre el cual v. nota 40), ya que en este ú ltimo se remite tambié n a una p. 34. La Redacció n del
IMEL adelanta la hipó tesis de que la p. "34b" puede ser la pá gina sucesiva, ausente, del cuaderno redactado en
Parı́s en el verano de 1844 y que contiene largos extractos comentados sobre J. Mill (cf. MEGA 1/3, p. 547).
22 Estas tesis son formuladas por primera vez en un manuscrito iné dito de Marx de 1851, Das vollendete
Geldsystem ("El sistema monetario perfecto"), en cuya p. 41 se lee la siguiente conclusió n de un texto
precedente que se extravió : "Lo que cada individuo posee en el dinero es una gené rica capacidad de cambio,
mediante la cual establece a su gusto y por su propia cuenta su participació n en los productos sociales. Cada
individuo posee el poder social en su bolsillo bajo la forma de una cosa. Quitad a la cosa este poder social y
deberé is ceder este poder inmediatamente a la persona sobre la persona. Por consiguiente, sin el dinero no es
posible desarrollo industrial alguno.
"Las vinculaciones deben estar organizadas sobre bases polı́ticas, religiosas, etc., mientras el poder del dinero no
sea el nexus rerum et hominum (p. 34)."
23 Cf. nota 39. Probablemente la indicació n se refiere a una parte perdida de aquel conjunto de escritos del 1845-
1847 que fueron publicados con el tı́tulo de Kritik der Politik und Nationalökonomie, y cuyos fragmentos son
incluidos en MEGA 1/3, pp. 33-172, 437-583, 592-596.
Karl Marx
absurdo que presuponer, sobre la base del valor de cambio, del dinero, el control de los
individuos asociados sobre su producción global, como ocurría en el caso ya tratado más
arriba con el banco de bonos horarios.
a “und dass sie erst"; edic 1939, "dass sie".- bEl fruto de una asociación.- c"Oder"; edic. 1939, "Und" ("Y")
El cambio privado de todos los productos del trabajo, de las capacidades y de las
actividades, está en antítesis tanto con la distribución fundada en las relaciones de
dominación y de sujeción (naturales oc políticas) (sean ellas de carácter patriarcal, antiguo
o feudal) de los individuos entre sí (donde el cambio propiamente dicho es sólo accesorio o
verdaderamente afecta poco la vida de toda la comunidad, pues interviene sobre todo en las
relaciones entre comunidades diferentes y no somete al cambio a todas las relaciones de
producción y de distribución), como con el libre cambio entre individuos asociados sobre la
base de la apropiación y del control común de los medios de producción.
77 (Esta última asociación no tiene nada de arbitrario: ella presupone el desarrollo de
condiciones materiales y espirituales que no nos detendremos a analizar aquí.) Así como la
división del trabajo genera aglomeración, coordinación, cooperación, y genera la antítesis
de los intereses privados, [[o sea]] los intereses de clase, [[y del mismo modo]] la
competencia genera concentración del capital, monopolio y sociedades por acciones —
todas formas antitéticas de la unidad, la cual es fuente de la antítesis misma—, así el cambio
privado genera el comercio mundial, la Independencia privada una dependencia completa
con respecto al llamado mercado mundial, y los actos de cambio fragmentados, un sistema
bancario y crediticio cuya contabilidad cuanto menos verifica los saldos del cambio privado.
En el curso cambiario —por más que los intereses privados de cada nación la subdividan en
tantas naciones como fullgrown individualsa tenga, y los intereses de los Exporters e
Importersb de una misma nación estén en recíproca oposición-- el comercio mundial
adquiere una apariencia de existencia, etc. Pero nadie por esto creerá poder suprimir las
bases del comercio privado interno o externo a través de una reforma de la bolsa. Pero en el
ámbito de la sociedad burguesa fundada en el valor de cambio se generan tanto relaciones
de producción como comerciales que son otras tantas minas para hacerlas estallar. (Una
gran cantidad de formas antitéticas de la unidad social, cuyo carácter antitético, sin
embargo, no puede ser nunca hecho estallar a través de una metamorfosis pacífica. Por otra
parte, si la sociedad tal cual es no contuviera, ocultas, las condiciones materiales de
producción y de circulación para una sociedad sin clases, todas las tentativas de hacerla
estallar serían otras tantas quijotadas.)
Hemos visto que, si bien el valor de cambio es = al tiempo de trabajo relativo
materializado en los productos, por su parte el dinero es = al valor de cambio de las
mercancías desvinculado de su sustancia; en este valor de cambio o relación monetaria
están contenidas las contradicciones entre las mercancías y su valor de cambio, entre las
mercancías como valores de cambio y el dinero. Hemos visto que un banco que produzca
inmediatamente la contrafigura de las mercancías bajo forma de dinero-trabajo es una
utopía. Por consiguiente, si bien el dinero es solamente el valor de cambio desvinculado de
la sustancia de las mercancías y debe su origen sólo a la tendencia de este valor de cambio a
ponerse como algo puro, sin embargo la mercancía no puede ser transformada de
inmediato en dinero; o sea el certificado auténtico de la cantidad de tiempo de trabajo
realizado en ella no puede valer como su precio en el mundo de los valores de cambio.
¿How is this?c.
aIndividuos adultos.- bExportadores e importadores.- c¿Cómo es esto?
78 (Una forma del dinero —en tanto éste es medio de cambio, [[no medida del valor de
cambio]], o sea en tanto el dinero aparece como prenda que uno debe depositar en las
manos de otro para obtener de él una mercancía— le permite a los economistas ver
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
claramente que la existencia del dinero presupone la reificación del nexo social. A esta
altura los propios economistas dicen que los hombres depositan en la cosa [[ material]] (en
el dinero) aquella confianza que no están dispuestos a depositar en ellos mismos como
personas. ¿Pero por qué tienen confianza en la cosa [[material]]? Evidentemente sólo
porque ella es una relación reificada entre las personas, o sea un valor de cambio reificado;
un valor de cambio no es más que una relación recíproca de la actividad productiva de las
personas. Cualquiera otra prenda puede ayudar directamente a su poseedor en cuanto tal:
el dinero le ayuda sólo como "prenda de garantía social"24. Pero el dinero es tal prenda de
garantía sólo en virtud de su (simbólica) cualidad social; y puede tener una cualidad social
sólo porque los individuos han enajenado, bajo la forma de objeto, su propia relación
social.)
En las listas de precios corrientes, en las cuales todos los valores son medidos en dinero,
la independencia del carácter social de los objetos con relación a las personas —así como
también, la actividad comercial practicada sobre la base de la exterioridad, donde las
relaciones de producción y las relaciones de circulación en su conjunto aparecen
enfrentadas al individuo, a todos los individuos—, parecea a su vez someter de nuevo los
objetos a losb individuos. Dado que la autonomización del mercado mundial, if you pleasec
(en el que la actividad de cada individuo está encerrada), se acrecienta con el desarrollo de
las relaciones monetarias (del valor de cambio) y que, viceversa, la conexión y la
dependencia de todos en la producción y en el consumo se desarrollan a la par de la
independencia y la indiferencia recíproca de los consumidores y de los productores, dado
que tal contradicción conduce a la crisis, etc., se intenta suprimir esta enajenación a medida
que ella se desarrolla: de allí las listas de precios corrientes, los cursos cambiarios, la
correspondencia comercial, telegráfica, etc., entre los comerciantes (naturalmente los
medios de información se desarrollan paralelamente), a través de los cuales cada individuo
obtiene informaciones sobre la actividad de todos los demás tratando de adecuar a ella la
suya propia.
a”schint”, en el ms. “erscheint” (aparece”).- b”den””; edic 1939, “dem” (“al”).- cSi se me permite
(Vale decir que, si bien la oferta y la demanda y de todos con respecto a todos proceden
de modo independiente, cada uno trata de informarse sobre el estado de la oferta y la
demanda generales, y esta información influye a su vez prácticamente sobre ellas.
79 Aunque sobre la base dada todos estos procedimientos no suprimen la ajenidad, dan lugar
no obstante a relaciones y contactos que una estadística general, etc.) (Por lo demás, esta
cuestión deberá ser desarrollada bajo las categorías de "precios, oferta y demanda". Aquí
basta señalar que el cuadro de conjunto del comercio y de la producción, en la medida en
que está efectivamente presente en las listas de los precios corrientes, suministra en
realidad la mejor demostración de cómo los individuos se enfrentan a su propio cambio y a
su propia producción como si se enfrentaran a una relación material, independiente de ellos.
En el mercado mundial, el nexo del individuo con el conjunto, pero al mismo tiempo también
la independencia de este nexo respecto de los propios individuos, se han desarrollado a un
nivel tal que su formación contiene ya simultáneamente la condición para su superación.)
La equiparación en lugar de la verdadera comunidad y de la verdadera universalidad.
(Se dijo y se puede volver a decir que la belleza y la grandeza de este sistema residen
precisamente en este metabolismo material y espiritual, en esta conexión que se crea
naturalmente, en forma independiente del saber y de la voluntad de los individuos, y que
24 "Faustpfand der Gesellschaft". Como resulta del "Indice de los 7 cuadernos" (cf. Grundrisse, p. 866), donde en
relació n a esta definició n Marx anota entre paré ntesis "Sichereit beim Aristoteles" ["seguridad en
Aristó teles"1, é l tenı́a en cuenta la expresió n aristoté lica; cf. Eth. Nic. V, 8.
Karl Marx
(Aquí se puede tomar como ejemplo la relación del individuo con la ciencia.)
(Parangonar el dinero con la sangre —la palabra circulación dio motivo para ello— es
tan exacto como el parangón de Menenio Agripa entre los patricios y el estómago.) (No
menos falso es el parangonar el dinero con el lenguaje. Las ideas no son transformadas en
lenguaje, así como si su carácter propio existiera separado y su carácter social existiera
junto a ellas en el lenguaje, como los precios junto a las mercancías. Las ideas no existen
separadas del lenguaje. Las ideas que para circular, para poder ser cambiadas, deben ser
ante todo traducidas de la lengua materna a una lengua extranjera, ofrecen ya una analogía
mayor; pero entonces la analogía no está en la lengua, sino sobre todo en su carácter de
lengua extranjera.)26
(La cambiabilidad de todos los productos, actividades y relaciones por un tercer
elemento, por algo que sea una cosa que pueda a su vez ser cambiada indistintamente por
todo, es decir, el desarrollo de los valores de cambio (y de las relaciones monetarias), se
identifica con la venalidad y corrupción generales. La prostitución general se presenta
25 Cf. A. H. MULLER, Die Elemente der Staatkunst, Berlin 1809, parte II, pp. 72-207. Extractos en un cuaderno no
numerado ni datado, pero cuya redacció n aprox. es en febrero-marzo de 1858, en Londres. T. CARLYLE,
Chartism, London 1844, pp. 49-88. Extractos en un cuaderno no numerado ni datado, pero cuya redacció n es
de julio de 1845 en Manchester; cf. MEGA 1/6, p. 603.
26 Cf.
J. F. BRAY, Labour's Wrongs and Labour's Remedy etc., Leeds-Manchester 1839, p. 141. Extractos en un
cuaderno no numerado ni datado, pero cuya redacció n es de agosto de 1845 en Manchester; cf. MEGA 1/6, p.
602.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
como una fase necesaria del carácter social de las disposiciones, capacidades, habilidades y
actividades personales. En términos más corteses se dice: la relación universal de utilidad y
de utilizabilidad. La equiparación de lo heterogéneo: así, magníficamente, caracteriza
Shakespeare la naturaleza del dinero. La sed de enriquecimiento como tal es imposible sin
el dinero; todo otro tipo de acumulación y de sed de acumulación aparece natural, limitada,
condicionada por un lado por las necesidades, por el otro por la naturaleza limitada de los
productos (sacra auri famesa ).)
aDespreciable sed de oro
Un individuo aislado puede accidentalmente acabar con ellas, pero esto no ocurre con la
masa de quienes son dominados por ellas, ya que su mera persistencia expresa la
subordinación, y la subordinación necesaria de los individuos a las propias relaciones.)
Hasta tal punto estas relaciones externas no ton una remoción de las "relaciones de
dependencia". que más bien constituyen incamente la reducción de éstas a una forma
general: son ante todo la elaboración del principio general de las relaciones de dependencia
personales. Aquí también los individuos entran en relación recíproca solamente como
individuos determinados. Estas relaciones de dependencia materiales, en oposición a las
personales (la relación de dependencia material no es sino [[el conjunto de]] vínculos
sociales que se contraponen automáticamente a los individuos aparentemente
independientes, vale decir, [[al conjunto de los]] vínculos de producción recíprocos
convertidos en autónomos respecto de los indiviuos) se presentan también de manera tal
Karl Marx
que los individuos son ahora dominados por abstracciones, mientras que antes dependían
unos de otros.
82 La abstracción o la idea no se sin embargo nada más que la expresión teórica de esas
relaciones materiales que los dominan. Como es natural las relaciones materiales que los
dominan. Como es natural la relaciones pueden ser expresadas sólo bajo la forma de ideas,
y entonces los filósofos han concebido como característica de la era moderna la del dominio
de las ideas, identificando la creación de la libre individualidad con la ruptura de este
dominio de las ideas. Desde el punto de vista ideológico el eror era tanto más fácil de
cometer por cuanto ese dominio de las relaciones (esta dependencia material que, por otra
parte, se trasforma de nuevo en relaciones de dependencia personales determinadas, pero
despojadas de toda ilusión) se presenta como dominio de ideas en la misma conciencia de
los individuos, y la fe en la eternidad de tales ideas, es decir de aquellas relaciones
materiales de dependencia, es of course,a consolidada, nutrida, inculcada de toas las formas
posibles por las clases dominantes.
aObviamente, por supuesto
aPor excelencia
Tales son la sal, los cueros, el ganado, los esclavos27. En efecto, una mercancía semejante,
en su conformación particular de mercancía se presta fácticamente mucho más- que las
otras para funcionar como valor de cambio (es una lástima que en alemán no se pueda
expresar adecuadamente la diferencia entre denrée y marchandisea). En este caso es la
utilidad particular de la mercancía, sea como objeto particular de consumo (cueros), sea
como instrumento de producción inmediato (esclavos), lo que la marca como dinero. Pero a
medida que el desarrollo avanza se dará el fenómeno exactamente inverso, o sea es
precisamente la mercancía que menos inmediatamente es objeto de consumo o
instrumento de producción, la que representará mejor aquel aspecto, porque responde a
las necesidades del cambio como tal. En el primer caso la mercancía se convierte en dinero
en razón de su valor de uso particular; en el segundo caso, recibe su valor de uso particular
del hecho de servir como dinero. Durabilidad, inalterabilidad, aptitud para ser divididos y
recompuestos, transporte relativamente fácil por contener un valor de cambio máximo en
un mínimo espacio: todo esto vuelve a los metales preciosos particularmente aptos en este
último estadio. Al mismo tiempo constituyen la superación natural de la primera forma de
moneda. En un estadio algo más elevado de la producción y de los cambios el instrumento
de producción supera a los productos; los metales (primero las piedras) son los primeros
instrumentos de producción, y los más indispensables. El cobre, que desempeñó un papel
tan importante en el dinero de los antiguos, reúne todavía los dos caracteres, el valor de uso
particular como instrumento de producción, y las otras propiedades, que no derivan del
valor de uso de la mercancía sino que corresponden a su determinación como valor de
cambio (en el que está incluido el de medio de cambio). Luego, los metales preciosos se
separan a su vez de los otros metales porque ellos son inoxidables, etc., de calidad
constante, etc., y también porque corresponden mejor al estadio más desarrollado, ya que si
su utilidad inmediata a los fines del consumo y de la producción disminuye, por su misma
rareza ellos representan en mayor medida el valor fundado únicamente en el cambio.
84 Desde el comienzo representan la abundancia, la forma bajo la cual se presenta
originariamente la riqueza. Además, se prefiere cambiar metales por metales más que por
otras mercancías.
a"Denrée": mercancía del valor de un "denier" [[denario]]. Todo producto comestible que sirve para la
alimentación del hombre o del ganado. "Marchandise": mercancía. Todo artículo que puede ser objeto de un
comercio, de un mercado. También es un objeto mobiliario destinado a la venta, con exclusividad de los
producto• alimenticios, para los cuales se reservaría la designación de "denrées"
[El dinero como medida y como equivalente general]
La primera forma del dinero corresponde a un nivel inferior de cambio y de trueque,
cuando el dinero aparece todavía más en su determinación como medida que corno
instrumento de cambio efectivo. En este estadio la medida puede ser todavía puramente
imaginaria (sin embargo, el bara de los negros está compuesto de hierro)28 (las conchillas,
etc., corresponden en cambio mucho más a la serie cuyo último término está dado por el
oro y la plata.)
aLingote, barra
Dado que la mercancía deviene valor de cambio general. de aquí resulta que el valor de
cambio deviene una mercancía particular: esto debido únicamente al hecho de que una
27 Cf. por ej. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. I, 1. 1, cap. IV, pp. 85-86 [Riqueza de las naciones, pp. 24-251. J.
WADE, History of the Middle and Working Classes, London 1833, p. 3. Extractos en un cuaderno no numerado
ni datado, pero cuya redacció n es de julio de 1845 en Manchester; cf. MEGA I/6, p. 617.
28 Cf. D. URQUHART, Familiar Words etc., cit., p. 112.
Karl Marx
cualquier otra mercancía que sea objetivación de un mismo tiempo de trabajo. Como objeto
él debe poseer este carácter universal que contradice su particularidad natural. Esta
contradicción puede ser resuelta sólo objetivando la contradicción misma; es decir, si la
mercancía es puesta de manera doble, una vez en su inmediata forma natural, y luego en su
forma mediata, o sea como dinero. Esto último es posible sólo en la medida en que una
mercancía particular deviene por así decirlo la sustancia universal de los valores de cambio,
o en cuanto el valor de cambio de las mercancías es identificado con una sustancia
particular, como una mercancía particular distinta de todas las otras. Es decir que la
mercancía debe ser ante todo canjeada por una mercancía universal, producto simbólico
universal u objetivación del tiempo de trabajo, para ser luego valor de cambio
intercambiable a voluntad e indiferentemente por todas las otras mercancías y para poder
metamorfosearse convirtiéndose en cualquiera de ellas. El dinero es el tiempo de trabajo
como objeto universal, o la objetivación del tiempo de trabajo universal, el tiempo de
trabajo como mercancía universal .
86 Si parece por ello muy simple que el tiempo de trabajo, en cuanto regula los valores de
cambio, sea en efecto no sólo su medida inherente, sino su propia sustancia (dado que como
valores de cambio las mercancías no poseen ninguna otra sustancia, ninguna cualidad
natural) y pueda también servir inmediatamente como su dinero —o sea prestarse a ser el
elemento en el que se realizan los valores de cambio en cuanto tales—, esta impresión de
simplicidad es engañosa. Todo lo contrario, la relación de los valores de cambio —de las
mercancías como objetivaciones recíprocamente iguales e igualables del tiempo de
trabajo— encierra contradicciones que tienen su expresión material en un dinero distinto
del tiempo de trabajo.
En Adam Smith esta contradicción aparece todavía como una yuxtaposición. Junto al
producto particular del trabajo (al tiempo de trabajo como objeto particular), el trabajador
debe producir un volumen de mercancía universal (el tiempo de trabajo como objeto
universal). Las dos determinaciones del valor de cambio aparecen en Smith exteriores y
yuxtapuestas30. No se ve aún al núcleo interno de la mercancía en su conjunto preso de la
contradicción y penetrado por ésta. Esto corresponde al nivel de la producción que tenía
ante sus ojos, donde el trabajador poseía todavía directamente en su producto una parte de
su subsistencia: donde ni el conjunto de su actividad, ni todo su producto habían llegado a
ser dependientes del cambio; es decir, donde dominaban todavía en gran medida tanto la
agricultura de subsistencia (o algo similar, como Steuart la llama)31 como la industria
patriarcal (tejido a mano, hilado a domicilio y vinculado a la agricultura). Todavía en gran
parte de la nación el cambio se hacía solamente con los excedentes. Valor de cambio y
determinación a través del tiempo de trabajo no se habían desarrollado todavía plenamente
a escala nacional.
(Incident. Para el oro y la plata es menos justo que para cualquier otra mercancía decir
que su consumo puede crecer solamente en relación con la disminución de sus costos de
producción. Tal consumo crece sobre todo en proporción al crecimiento de la riqueza en
general, ya que su uso representa específicamente la riqueza, la abundancia, el lujo, y ellos
mismos representan la riqueza general. Prescindiendo de su uso como dinero, el oro y la
plata son consumidos en mayor medida en proporción al crecimiento de la riqueza general.
Si por ello su oferta aumenta súbitamente, aun sin que los costos de producción o su valor
se restrinjan proporcionalmente, ellos encuentran un mercado en rápida expansión que
detiene su depreciación. Resultan así explicadas muchas cosas que para los economistas —
30 Cf. ibídem, vol. I, pp. 102-105 [ibídem, pp. 49-531.
que hacen depender el consumo general de oro y plata sólo de la disminución de sus costos
de producción— son inexplicables en el caso australiano-californiano, en torno al cual dan
vueltas en círculo. Esto se conecta precisamente con el hecho de que [[el oro y la plata]]
representan la riqueza y por tanto con la propiedad de ser dinero que ellos tienen.)
87 (La antítesis propia del oro y la plata de ser la mercancía eterna, en oposición a todas las
otras, esta antítesis que encontramos en Petty,32 existía ya en Jenofonte, de Vectigalibus, c. 1
a propósito del mármol y de la plata. Ού μόνον δέ κρατεΐ τοΐς έπ` `ενιαυτόν θάλλουοι τε καί
γηράσκονοι, άλλά και άϊδια αγαθα έ΄χει ή χώρα. Πέφυκε μέν γάρ λιθος [[o sea el mármol]] έν
αύτή άφθονς . . Εσπ δέ καί γή ή σπειρομένη μέν όυ φέρει καρπόν, όρυπομενη δέ
πολλπλασιους τρέφει ή εί σίπον έφερε.) 33
a"Este país [[el Ática]] no sólo es poderoso en bienes que crecen y se agotan todos los años sino que posee
además bienes perdurables. Pues hay en él piedra, etc. (o sea el mármol) en abundancia. . . Y sucede a veces
que la tierra, sembrada, no da fruto; pero si se la excava, alimenta a más personas que si produjera trigo"
(Vale la pena observar que el cambio entre tribus o pueblos distintos —y ésta, y no el
cambio privado, es su primera forma—comienza sólo cuando a una tribu no civilizada se le
compra (sacado con engaños) un excedente que no es el producto de su trabajo, sino el
producto natural del suelo y de la naturaleza que ella ocupa).
A partir del hecho de que el dinero debe ser simbolizado en una mercancía determinada
y luego esta misma mercancía (oro, etc.), desarrollar las ordinarias contradicciones
económicas que de allí derivan. Esto, n° II. Luego, dado que todas las mercancías deben ser
cambiadas por dinero para ser determinadas corno precios, sea que este cambio se
produzca realmente o bien sólo mentalmente, determinar la relación entre volumen de oro
y precios de las mercancías. Esto, n° III. Es claro que si se mide solamente en oro y plata, su
cantidad no ejerce influencia alguna sobre el precio de las mercancías; la dificultad
proviene del cambio real, en tanto el dinero sirve realmente como instrumento de
circulación; las relaciones entre oferta y demanda, etc. Pero lo que afecta su valor como
instrumento de circulación, afecta evidentemente también su valor como medida.)
[El tiempo de trabajo como equivalente general]
El tiempo de trabajo mismo existe como tal sólo subjetivamente, bajo la forma de la
actividad. En la medida en que bajo esta forma es intercambiable (siendo él mismo
mercancía), es tiempo de trabajo no sólo cuantitativa sino también cualitativamente
determinado y diferente, y de ningún modo universal e idéntico a sí mismo. Como sujeto él
no corresponde al tiempo de trabajo universal que determina los valores de cambio en
igual grado en que las mercancías y los productos particulares no le corresponden como
objeto.
La tesis de Adam Smith de que el trabajador debe producir, junto a su mercancía
particular, una mercancía universal, en otras palabras, que él debe dar la forma de dinero a
una parte de sus productos, y en general a su mercancía, en la medida en que esta última
está destinada a servirle no como valor de uso sino como valor de cambio, esta tesis,
expresada subjetivamente, significa sólo que su tiempo de trabajo particular no puede ser
cambiado inmediatamente por cualquier otro tiempo de trabajo particular, sino que esta
32 Cf. W. PETTY, Political Arithmetick, or a Discourse Concerning the Extent and Value of Lands, etc., en Several Essays
in Political Arithmetick etc., London 1699, pp. 178-179, 195-196. Extractos en un cuaderno no numerado ni
datado, pero cuya redacció n es de julio de 1845 en Manchester; cf. MEGA 1/6, p. 612.
33 Cf. Xenophontis opuscula politica equestria et venatica cum Arriani libello de venatione, ed. Jo. Gottlob Schneider.
Saxo. Lipsiae 1815, Tomus sextus. De vectigalibus, Caput I, 4 et 5, p. 143. Extractos en un cuaderno no datado
ni numerado, pero cuya redac. aprok. es de febrero-marzo de 185 8 en Londres.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
posibilidad de cambio universal debe er ante todo mediada, que él debe ante todo asumir
una forma objetiva distinta de sí mismo para conseguir esta cambiabilidad universal.
88 El trabajo del individuo, considerado en el acto mismo de la producción, es el dinero con el
que compra inmediatamente el producto, el objeto de su actividad particular; pero se trata
de un dinero particular que compra precisamente sólo este determinado producto. Para ser
inmediatamente el dinero general, debería ser desde el principio no un trabajo particular,
sino un trabajo general, vale decir, ser puesto desde el comienzo corno un elemento de la
producción general. En tal supuesto, sin embargo, no sería el cambio el que le conferiría el
carácter universal, sino que sería su presupuesto carácter colectivo lo que determinaría su
participación en los productos. El carácter colectivo de la producción convertiría al
producto desde un principio en un producto colectivo, universal. El cambio que se realiza
originariamente en la producción —el cual no sería un cambio de valores de cambio, sino
de actividades determinadas por necesidades colectivas, por fines colectivos— incluiría
desde el principio la participación del individuo en el mundo colectivo de los productos.
Sobre la base de los valores de cambio, el trabajo es puesto como trabajo general sólo
mediante el cambio. Sobre esta base el trabajo sería puesto como tal anteriormente al
cambio; o sea el cambio de los productos no sería en general el medium que mediaría la
participación del individuo en la producción general. Es claro que debe tener lugar una
mediación. En el primer caso, que deriva de la producción autónoma de los individuos —
aunque estas producciones autónomas se determinen y se modifiquen post festum a través
de sus relaciones recíprocas—, la mediación tiene lugar a través del cambio de las
mercancías, a través del valor de cambio, del dinero, que son todas expresiones de una
única y misma relación. En el segundo caso es mediado el supuesto mismo; o sea está
presupuesta una producción colectiva, el carácter colectivo como base de la producción. El
trabajo del individuo es puesto desde el inicio como trabajo social. Cualquiera que sea la
forma material del producto que él crea o ayuda a crear, lo que ha comprado con su trabajo
no es un producto particular y determinado, sino una determinada porción de la
producción colectiva. No tiene entonces producto particular alguno para cambiar. Su
producto no es un valor de cambio. El producto no debe ser ante todo convertido en una
forma particular para recibir un carácter general para el individuo.
89 En lugar de una división del trabajo, que se genera necesariamente en el cambio de valores
de cambio, se tendrá una organización del trabajo que tiene como consecuencia la porción
que corresponde al individuo en el consumo colectivo. En el primer caso el carácter social
de la producción es puesto solamente a través de la elevación de los productos a valores de
cambio, y el cambio de estos valores de cambio es puesto post festum. En el segundo caso el
carácter social de la producción es presupuesto, y la participación en el mundo de los
productos, en el consumo, no es mediada por el cambio de productos de trabajo o de
trabajos recíprocamente independientes. Es mediado por las condiciones sociales de la
producción dentro de las cuales acciona el individuo. Querer transformar el trabajo del
individuo (o sea también su producto) inmediatamente en dinero, en valor de cambio
realizado, significa determinarlo inmediatamente como trabajo general, es decir, negar
precisamente las condiciones bajo las cuales debe ser transformado en dinero y en valores
de cambio, y bajo las cuales depende del cambio privado. La exigencia puede ser satisfecha
sólo en condiciones en que ya no puede plantearse. El trabajo, sobre la base de los valores
de cambio, supone precisamente que ni el trabajo del individuo ni su producto sean
inmediatamente universales, y que este último obtenga su forma universal sólo a través de
una mediación objetiva, a través de un dinero distinto de él.
Karl Marx
El dinero aparece primero como medida (en Hornero, por ejemplo, los bueyes) antes que
como medio de cambio, porque en el trueque cada mercancía es todavía su propio medio de
cambio. Pero ella no puede ser medida o standard comparativo de sí misma.
a Estos hombres son de talla y hermosura sobresalientes. Son incultos y no practican el comercio. Pues
generalmente no usan el dinero ni conocen números mayores de cien. Hacen sus intercambios en especie."
Dice además: "No conocen ni las medidas exactas ni los pesos".
[Los sujetos materiales de la relación de dinero]
2)35 El resultado del análisis realizado hasta aquí es el siguiente: un producto particular
(una mercancía) (un material) debe convertirse en el sujeto del dinero, que existe como
cualidad de todo valor de cambio. El sujeto en el que este símbolo es representado no es un
sujeto indiferente, ya que los requisitos para ser el representante están contenidos en las
condiciones —determinaciones conceptuales, relaciones determinadas— de aquello que
debe ser representado. La investigación sobre los metales preciosos como sujetos de la
relación de dinero y sus encarnaciones, no es exterior, como cree Proudhon, al ámbito de la
economía política, así como la naturaleza física de los colores y del mármol no es exterior
al ámbito de la pintura y de la escultura. Las cualidades que posee la mercancía como
valor de cambio, y respecto a las cuales sus cualidades naturales son inadecuadas, expresan
los requisitos que exigen de aquellas mercancías que constituyen Kar' éloxilvb el material
del dinero. Por lo menos en el estado del cual hasta ahora podemos hablar, tales requisitos
son satisfechos en grado máximo por los metales preciosos. Los metales en sí mismos,
34 Cf. Strabonis rerum geographicarum libri XVII... Editio stereotypa. Lipsiae 1829. Tomus I, liber XI, caput IV, pp.
415-416. Marx cita de DUREAU DE LA MALLE, Economie Politique des Romains, Paris, 1840.
35 Probablemente este punto 2) se vincula con el aná lisis comenzado en la p. 98.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
Los metales preciosos a su vez, con preeminencia respecto a los otros metales, realizan el
metal, como diría Hegel. The precious metals uniform in their physical qualities, so the
equal quantities of it should be so far identical as to present no ground for prefering the one
for the other.a Pero esto no tiene validez, por ejemplo, para equal numbers of cattle and
equal quantities of grainb 36.
a"prefering the one for the other"; edic. 1939, "prefenng those one for the others". Los metales preciosos
son uniformes en sus cualidades físicas, de tal modo que cantidades iguales de ellos deberían ser idénticas en
un grado tal como para no ofrecer ningún motivo para preferir unos en lugar de otros.- blgual número de
ganado e iguales cantidades de cereal
91
ciento de plata, lo que como es natural tiene corno consecuencia diferencias de color y de
peso específico.
92 Plata: con una notable variedad de sus minerales, la plata se presenta como uno de los
metales más abundantes, tanto en estado puro como ligado con otros metales o unido con
arsénico y azufre. (Cloruro de plata, bromuro de plata, carbonato básico de plata, mineral
de bismuto y plata, sternbergita, polybasita, etc.)
Principales propiedades químicas: las de todos los metales preciosos son: no se oxidan
con el aire; propiedades del oro (y del platino): indisolubilidad a los ácidos, con excepción
del cloroa (para el oro). La no oxidabilidad por el aire los mantiene puros, privados de
herrumbres; se presentan tal cual son. Resisten la disolución por acción del oxígeno —son
imperecederos (y por esto eran tan apreciados por los antiguos adeptos visionarios del
elevado oro y la plata).
a"im Chlor", en el ms. "im Chrom." ("del cromo")
Propiedades físicas: del elevado peso específico, o sea mucho peso en poco espacio, lo cual
es particularmente importante para un instrumento de circulación. El del oro es 19,5; el de
la plata, 10. Esplendor cromático. Esplendor del oro, blancura de la plata, brillo suntuoso,
maleabilidad; por esto se presta tanto a la joyería y al ornamento de otros objetos. El color
blanco de la plata (que refleja los rayos luminosos en su composición originaria); el color
amarillo-rojizo del oro (que anula todos los rayos cromáticos de la luz compuesta que cae
sobre él, reflejando solamente el rojo). Difícil fusión.
Propiedades geognósticas: el hecho de presentarse (en especial el oro) en estado puro,
separado de los otros cuerpos; aislado, individualizado. Individual, [[ significa]] presentarse
autónomo respecto de lo que es elemental.
De los otros dos metales preciosos: 1) Platino: es incoloro, gris grisáceo (hollín de los
metales); demasiado raro, desconocido por los antiguos; conocido solamente después del
descubrimiento de América; en el siglo XIX descubierto también en los Urales; atacable sólo
por el cloro; siempre en estado puro; peso específico = 21; infusible a las temperaturas más
elevadas; más bien valor científico. 2) Mercurio: se presenta en estado líquido, evaporable,
vapores venenosos, puede mezclarse con otras materias líquidas (amalgama). Densidad =
13,5; punto de ebullición = 360ºC. En consecuencia, ni el platino, ni tanto menos el
mercurio son aptos corno dinero.
93 Una de las propiedades geognósticas común a todos los metales preciosos: rareza. Rareza
que (prescindiendo de la oferta y la demanda) es elemento del valor37 solamente en cuanto
lo no raro en sí y para sí, la negación de la rareza, lo elemental, no tiene ningún valor,
porque no aparece como resultado de la producción. En la determinación más originaria del
valor, lo que era más independiente de la producción consciente y voluntaria tenía el
máximo valor, supuesta la demanda. Los guijarros no tienen ningún valor, relativement
parlant,a porque se encuentran sin producción (aunque esta producción consistiera
solamente en buscarlos). Para que un objeto constituya un objeto de cambio, tenga un valor
de cambio, no puede ser que cualquiera lo tenga sin la mediación del cambio; no debe
presentarse en una forma tan elemental como para constituir un bien común. La rareza es
en este respecto elemento del valor de cambio, y por ello tal propiedad en los metales
preciosos es importante, aun prescindiendo de su relación más precisa con la oferta y la
demanda.
Si se considera en general el privilegio de los metales como instrumentos de producción,
hace en favor del oro, haber sido au fond el primer metal que fue descubierto corno metal. Y
esto por un doble motivo. Primero, porque de todos es el que aparece en la naturaleza como
37 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p. 2 [Principios, pp. 7-81.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
"Certain it is that must take its place as the earliest metal known, and in the first record of
man's progress it is indicated as a standard of man's position"a (en cuanto es lo excedente
que es la primera forma de aparición de la riqueza. La primera forma del valor es el valor de
uso, lo cotidiano, lo que expresa la relación del individuo con la naturaleza; la segunda
forma es el valor de cambio junto al valor de uso, su disposición de valores de uso ajenos, su
relación social: que originariamente, podía ser llamado a su vez valor de uso festivo, que
trasciende la necesidad inmediata).
aEs cierto que el oro debe considerarse necesariamente como el primer metal conocido y, en efecto, en los
primeros registros del progreso humano, él es considerado como el indicador de la posición del hombre
Very early discovery of gold by man: "Gold differs remarkably from the other metals,
with a very few exceptions, in the fact, that it is found in nature in its metallic state. Iron and
copper, tin, lead, and silver are ordinarily discovered in chemical combinations with oxigen,
sulphur, arsenic or carbon: and the few exceptional occurrencies of these metals in an
uncombined, or, as it was formerly called, virgin state, are to be cited rather as
mineralogical curiosities than as common productions. Gold is, however, always found
native or metallic... Therefore, as a metallic mass, curious by its yellow colour, it would
attract the eye of the most uneducated man, whereas the other substances likely to lie in his
path would offer no features of attraction to his scarcely awakened powers of observation.
95 Again gold, from the circumstance of its having been formed in those rocks which are most
exposed to atmospheric action, is found in the débris of the mountains. By the
disintegrating influences, of the atmosphere, of changes of temperature, of the action of
water, and particularly by the affects of ice, fragments of rock are continually broken off.
These are borne by floods into the valleys and rolled into pebbles by the constant action of
flowing water. Amongst these, pebbles, or particles, of gold are discovered. The summer
heats, by drying up the waters, rendered those beds which had formed river channels and
the courses of winter torrents paths for the journeys of migratory man; and here we can
imagine the early discovery of gold."
"Gold most frequently occurs pure, or, at all events, so nearly so that its metallic nature
can be at once recognized, tanto en ríos como en las quartz veins."
"The specific gravity of quartz, and of most other heavy coinpact rocks is about 2 1/2,
whilst the specific gravity of gold is 18 oder 19. Gold, therefore, is somewhere about seven
times as heavy as any rock or stone with which it is likely to be associated. A current of
water accordingly having sufficient strength to bear along sand or pebbles of quartz or any
other rock, might not be able to move the fragments of gold associated with them. Moving
water, therefore, has done for the auriferous rocks formerly, just what the miner would do
now it, break it, namely, up, into fragments, sweep away the lighter particles, and leave the
gold behind it. Rivers are, indeed, great natural cradles sweeping off all the lighter and finer
particles at once, the heavier ones either sticking against natural impedimenta, or being left
whenever the current slackens its force or velocity" (véase Gold (Lectures on). London,
1852) (p. 12 y 13).38
"In all probability, from tradition and early history, the dlscovery of gold in the sand and
gravel of streams would appear to have been the first step in the recognition of metals, and in
almost all, perhaps in all, the countries of Europe, Africa, and Asia, greater or smaller
38 Cf. Government School etc., cit. La referencia de pá gina es erró nea, y la cita no se encuentra en este texto.
Karl Marx
quantities of gold have from very early times been washed by simples contrivances from
the auriferous deposits. Occasionally, the success of goldstreams has been great enough to
produce a pulse of excitement which has vibrated for a while through a district, but has
been hushed down again. In 760 the poor people turned out in numbers to wash gold from
the river sands south of Prague, and three men viere able in the day to extract a mark (1/2
lb.) of gold; and so great was the consequent rush to the 'diggings' that in the next year the
country was visited by famine. We read of a recurrente of similar events several times
within the next few centuries, although here, as elsewhere, the general attraction to
surface-spread riches has subsided into regular and systematic mining".
95 "Two classes of deposits in which gold is found, the lodes or veins, which intersect the
solid rock in a direction more or less perpendicular to the horizon; and the drift beds or
`streams', in which the gold mingled with gravel, sand, or clay, has been deposited by the
mechanical action of water, upon the surface of those rocks, which are penetrated to
unknown depths by the lodes. To the former class belongs more specially the art of mining;
to the latter the simple operation of digging. Gold mining, properly so called, is, like other
mining, an art requiring the employment of capital, and of skill only to be adquired by years
of experience. There is no art practised by civilized men which requires for its full
development the application of so many sciences and collateral arts. But although so
essential to the miner, scarcely any of these are necessary to the goldwasher or streamer,
who must trust chiefly to the strength of his arm, or the buoyancy of his health. The
apparatus which he employs must necessarily be simple, so as to be conveyed from place to
place, to be easily repaired if injured, and no to require any of those niceties of
manipulation which would cause him to lose time in the acquiring of small quantities."
Diferencia between the drift-deposits of gold, best exemplified at the present day in
Siberia, California, and Australia; and the fine sands annually brought down by rivers, some
of which are also found to contain gold in workable quantities. The latter are of course
found literally at the surface, the former may be met with under a cover of from 1 to 70 feet
in thickness, consisting of soil, peat, sand, gravel, etc. The modes of working the two must
be identical in principie. For the stream-worksa nature has pulled down the highest,
proudest and richest parts of the lodes, and so triturated and washed up the materials, that
the streamer has the heaviest part of the work already done for him: whilst the miner, who
attacksb the poorer, but more lasting, deep-going lodes, must aid himself with all the
resources of the nicest art39.
Gold has justly been considered the noblest of metals from various physical and
chemical properties. It is uuchangeable in air and does not rust. (Carácter imperecedero,
precisamente resistencia a la acción del oxígeno atmosférico.) Of a bright reddish yellow
colour when in a coherent state, and very dense. Highly malleable. Requires a strong heat to
melt it. Specific gravity C 40.
a"works"; cd. 1939 "worker's" (del trabajador).- b"attacks"; edic. 1939, "attack".- c[[Esta cita traduce el
texto en inglés que viene de p. 106.]] Muy temprano descubrimiento del oro: "El oro difiere notablemente de
los otros metales, salvo poquísimas excepciones, por el hecho de que se encuentra en la naturaleza en su
estado metálico. El hierro y el cobre, el estaño, el plomo y la plata, se encuentran habitualmente en
combinaciones químicas con el oxígeno, azufre, arsénico o carbono, y los pocos casos excepcionales de
descubrimiento de estos metales en estado de no combinación o, como se decía en un tiempo, en estado
virgen, pueden ser citados más como curiosidades mineralógicas que como acontecimientos normales. El oro,
sin embargo, se encuentra siempre en estado natural o metálico... Es por esta razón que como una masa
metálica, curiosa por su color amarillo, atraería también la mirada del hombre más carente de educación,
39 Cf. ibídem, pp. 93-98.
mientras que las otras sustancias que pudiera encontrar en su camino no le ofrecerían ningún atractivo
especial para sus apenas nacientes poderes de observación. Además, el oro, por el hecho de haberse formado
en aquellas rocas que están más expuestas a la acción atmosférica, se encuentra en los detritos de las
montañas. Como consecuencia de las influencias desintegradoras de la atmósfera, de los cambios de
temperatura, de la acción del agua y particularmente por la acción del hielo, se produce una fragmentación
continua de rocas. Estas son arrastradas al valle por las inundaciones y se transforman en guijarros bajo la
acción constante del agua fluyente. Entre estas piedras es donde son descubiertos pequeños guijarros o
partículas de oro. Los calores estivales, al secar las aguas, convertían a los lechos de los ríos y a los cursos de
los torrentes invernales, en senderos para las jornadas del hombre migratorio, y entonces nos podemos
imaginar el descubrimiento inicial del oro."
"El oro se presenta con máxima frecuencia en estado puro o, de todos modos, tan próximo a tal estado que
su naturaleza metálica puede ser inmediatamente reconocida tanto en las corrientes de agua como en las
vetas de cuarzo."
"El peso específico del cuarzo, y de la mayor parte de las otras rocas pesadas compactas, es de alrededor
de 2 1/2 mientras que el peso específico del oro es de 18 ó 19. Es por ello que el oro pesa alrededor de 7 veces
más que cualquier otra roca o piedra con la que probablemente se encuentre asociado. En consecuencia, una
corriente de agua que tenga fuerza suficiente para transportar arena o guijarros de cuarzo o de cualquier otra
roca, podría no ser capaz de arrastrar los fragmentos de oro combinados con ellas. En los tiempos pasados, las
corrientes de agua han hecho con las rocas auríferas exactamente lo mismo que hace hoy el minero, es decir,
reducirlas a fragmentos, expulsando las partículas más ligeras y dejando el oro. Los ríos son en verdad las
grandes cribas naturales que separan inmediatamente todas las partículas más livianas y más finas, mientras
que las otras más pesadas o se detienen contra obstáculos naturales o se depositan cuando la corriente
disminuye su fuerza o velocidad."
"Con toda probabilidad, según la tradición y las primeras historias, el descubrimiento del oro en la arena y
en la grava de los cursos de agua parece haber sido el primer paso en el reconocimiento de los metales, y en casi
todos y quizás en todos los países de Europa, África y Asia, cantidades mayores o menores de oro fueron
extraídas de los depósitos auríferos con sistemas de lavado muy simples. A veces el éxito de algunos cursos de
aguas auríferas ha sido lo bastante grande como para producir una enorme excitación que sacudió por un
cierto tiempo alguna zona, pero luego se calmó. En el 760, una masa enorme de gente pobre se precipitó a
separar con lavados el oro de las arenas fluviales en el sur de Praga, y tres hombres fueron capaces de extraer
en un día un marco (1/2 libra) de oro. Fue tal la carrera a las 'excavaciones' que al año siguiente el país fue
presa del hambre. Para épocas inmediatamente posteriores, existen referencias a la repetición de estos
hechos varias veces en el término de pocos siglos, aunque aquí, como en otras partes, a la atracción por las
riquezas de la superficie le haya sucedido la actividad minera regular y sistemática."
"Existen dos categorías de depósitos en los que se encuentra el oro, los filones o venas, que intersectan la
roca sólida según una dirección más o menos perpendicular al horizonte, y lechos de detritos o 'corrientes' en
las que el oro, mezclado con grava, arena o arcilla, se deposita por la acción mecánica del agua sobre la
superficie de las rocas que son penetradas hasta grandes profundidades por los filones. A la primera categoría
está ligada más especialmente el arte de la minería; a la segunda, la actividad pura y simple de excavación. La
minería del oro propiamente dicha es, como cualquier otra operación minera, una técnica que requiere el
empleo de un capital y de una habilidad que se adquieren solamente con años de experiencia. No hay otra
técnica practicada por el hombre que requiera para su pleno desarrollo la aplicación de tantas ciencias y
técnicas colaterales. Pero aunque son esenciales para el minero, casi ninguna de ellas es necesaria para el
lavador de oro o buscador en corrientes de agua, que debe confiar principalmente en la fuerza de sus brazos o
en el vigor de su salud. El instrumental que emplea debe ser necesariamente simple, de modo de ser
transportable de un lugar a otro, fácilmente reparable si sufre desperfectos y qué no requiera ninguna de las
complicaciones en su manipulación que le hiciera perder tiempo para obtener sólo pequeñas cantidades."
Diferencia entre los depósitos de detritos auríferos, de los que tenemos los mejores ejemplos al día de hoy
en Siberia, en California y en Australia, y las arenas finas anualmente transportadas por los ríos, en algunas de
las cuales se junta oro en cantidades utilizables. Estas últimas se encuentran, por supuesto, literalmente en la
superficie, mientras que los primeros se pueden encontrar cubiertos por una capa que va de 1 a 70 pies de
espesor, formada de tierra, arena, turba y grava, etc. El modo de trabajar debe responder en ambos casos a
idénticos principios. Para el trabajo en corrientes de agua, la naturaleza ha enterrado las partes más
importantes, más espléndidas y ricas de los filones, y así ha triturado y lavado los materiales de modo tal que
el buscador se encuentra en la parte más pesada del trabajo ya cumplida, mientras que el minero, que trabaja
en los filones más pobres pero más duraderos y profundos, debe ayudarse con todos los recursos de la técnica
más refinada.
El oro ha sido considerado con justicia el más noble de los metales a partir de sus propiedades físicas y
químicas. Es inalterable al aire y no se herrumbra. (Carácter imperecedero, precisamente resistencia a la
Karl Marx
acción del oxígeno atmosférico.) De un brillante color amarillo rojizo en estado de cohesión y muy denso.
Extremadamente maleable. Requiere una alta temperatura para fundirse. Peso específico.
Por consiguiente, tres modos de producir oro: 1) En la arena de las corrientes de agua.
Simple descubrimiento en la superficie. Lavado. 2) En los bedsa aluvionales. Diggingb. 3)
Miningc. Su producción no requiere, por lo tanto, ningún desarrollo de las fuerzas
productivas. Aquí, la mayor parte del trabajo lo hace la naturaleza.
(Las raíces de las palabras Gold y Silberd, etc. (véase Grimm) 41 ; los conceptos generales
más próximos y referibles directamente a las palabras son los de esplendor, color [[Glanzes,
Farbe]]. Plata, blanco [[Silber weiss]], oro amarillo [[Gold gelb]]; bronce y oro [[Erz und
Gold]], bronce y hierro [[Erz und Eisen]] [[en alemán]] cambian sus nombres. Entre los
alemanes el bronce aparece en uso antes que el hierro. Afinidad inmediata entre aes y
aurume.)
Cobre (bronce: estaño y cobre) y oro, usados antes de la plata y del hierro.
El uso del oro precedió en mucho tiempo al de la plata, porque al primero se lo
encuentra en estado puro y sólo en pequeñas cantidades ligado a la plata; se lo obtiene
mediante un simple lavadof.
aCapas, estratos, yacimiento.- bExcavación.- c Minería.- dEn alemán, oro y plata respectivamente.- eCobre y
oro.- flavado
La plata existe generalmente en filons encastrés dans les roches les plus dures des
terrains primitifs: il exige, pour son extraction, des machines et des travaux compliqués.
Dans l'Amerique méridionale el or en filonsa no es explotado, sólo lo es el or disséminé en
poudre et en grains dans les terrains d'alluvionsb . Ocurría lo mismo en tiempos de
Herodoto. Los más antiguos monumentos de Grecia, Asia, el norte de Europa y del Nuevo
Mundo demuestran que el uso del oro en ustensiles et bijouxc fue posible en un estado de
semibarbarie; mientras que el emploi del argentd para el mismo uso denota par lui seul un
état social assez avancé"e. Cf. Dureau de la Malle, cuaderno. (2.)
Cobre como principal instrumento de guerra y de paz (ibíd. 2)42. (Como dinero en Italia
ibíd.)
a . .. bajo la forma de filones incrustrados entre las rocas más duras de los terrenos primitivos. Para su
extracción son necesarias máquinas y trabajos complicados. En América meridional el oro en filones.- b El oro
diseminado en polvo y en ganos en los terrenos aluvionales.- c Utensilios y joyas.- d El empleo de la plata.- e Por
sí mismo un estado social bastante avanzado
políticos, tel quel l'invasion de l'Asie et d'une portion de l'Afrique par les Perses et les
Macédoniens, plus tard la conquét e par les Romains de la partie des trois continentsi (orbis
Romanus etc.). Depende por consiguiente del relativo estado de pureza en el que se
encuentran, y de su localización.
f Cambio sucesivo.- g Naturaleza de los yacimientos de estos tres metales y del estado más o menos puro
en el que ellos se encuentran.- h Cambios.- i Tales como la invasión de Asia y de una porción de Africa por los
persas y los macedonios, más tarde la conquista romana de parte de los tres continentes
97 La relación de valor entre los distintos metales puede ser determinada
independientemente de los precios, a través de la simple relación cuantitativa en la que
ellos se intercambian recíprocamente. En esta forma podemos proceder en general
comparando entre sí sólo unas pocas mercancías que tengan una medida homónima; por
ejemplo, tantos quarters de centeno, de cebada, de avena, por tantos quarters de trigo. En el
trueque donde en general se intercambia poco todavía y las mercancías para el cambio son
también pocas, se aplica este método, y por ello el dinero no es todavía necesario.
Según Estrabón, entre los árabes vecinos de los sabeos, el or natif era tan abondant, que
se daban de él 10 libras a cambio de 1 libra de hierro y 2 libras a cambio de 1 libra de plata.
Riqueza áurea de los terrains de Bactriana (Bactara, etc., en suma del Turquestán) y de la
parte de Asia situated entre el Paropamisus (Hindoo-kush) y el Imaus (Mustag-Mountains),
es decir el Descrtum arenosum auro abundansa (Desert of Gobi); eso torna verosímil lo que
señala Dureau de la Malle, o sea que del siglo XV al VI antes de Cristo la relación entre oro y
plata era = 6 : 1 ú 8 : 1, rapport qui a existé dans la Chine et au Japón hasta el
commencement del siglo XIX; para la Persia del rey Darío Hystaspes, Herodoto fija la
relación 13:1. Según el código de Manú, escrito entre el 1300 y el 600 a.C., l'or á l'argent = 2
1/ :1. Les mines d'argent ne se trouvent guére en effet que dans les terrains primitifs,
2
surtout dans les terrains á couches, et dans quelques filons de terrains secondaires. Les
gangues de l'argent au lieu d'étre des sables d'alluvion, sont ordinairement les roches les
plus compactes et les plus dures, telles que le quartz, etc. Ce metal est plus commun dans
les régions froides, soit par leur latitude, soit par leur élévation absolue, que l'or, qui en
général afecte les pays chauds. Au contraire de l'or, etc. (por lo general unido al arsénico y
al azufre) (ácido muriatic, nitric saltpeter). En lo que respecta a la difusión cuantitativa de
los dos metales (antes del descubrimiento de Australia y California): Humboldt, 1811,
estima la relación entre oro y plata en América = 1:46, en Europa (incluida la Rusia asiática)
= 1: 40. Para los minéralogistes de la Académie des Sciences en la actualidad (1840)b la
relación es = 1:52; sin embargo, una livre d'or vaut seulement 15 livres d'argent; la relación
de valor es por tanto 15:1.
a"abundans"; edic. 1939, "abondans".- b (1840)"; edic. 1939, "(1842)".
masagetas poseían sólo el bronce y no el fer. El hierro, según los marbres de Oxford, no era
conocido antes del 1431 a.C. En Homero se habla raramente del hierro; en cambio usage
tres commun del airain (bronce), de este alliage de cobre, zinc y estaño, dont les sociétés
grecque et romaine se servirent si Iongtemps, méme pour la fabrication des haches et des
rasoirs. L'Italie assez riche en cuivre natif; aussi la monnaie de cuivre forma-t-elle hasta el
247 a.C., sinon le numéraire unique, au monis la monnaie normale, l'unité monétaire dans
l'Italie moyenne. Las colonias griegas de la Italia del sur recibieron de Grecia y de Asia,
directamente o a través de Tiro y Cartago, la plata, de la que hicieron dinero a partir de los
siglos V y VI. Parece que los romanos poseían monedas de plata antes de la expulsión de los
reyes, dice Plinio, "interdictum id vetere coiisitlto patrum, Italke parci" (es decir, de sus
minas de plata) "jubentium". Temían las consecuencias de un medio de circulación cómodo
—lujo, incremento de los esclavos, acumulación, concentración de la propiedad de la tierra.
También entre los etruscos el cobre precedió al oro como material del dinero.
Es falso decir, como Garnier (véase cuaderno III, p. 28): "En el campo de los minerales se
busca y se escoge naturalmente la matiére destinée á l'accumulation"43. Es verdad en
cambio lo contrario, es decir la acumulación sólo comenzó después del descubrimiento de
la moneda metálica (sea bajo la forma de dinero propiamente dicho, o como simple medio
de cambio preferido y usado por su peso). De este problema será necesario hablar en
detalle, con relación al oro. Es exacto lo que afirma Reitemeier (véase cuaderno III, p. 34):
"Oro, plata y cobre fueron usados entre los pueblos primitivos primero para hacer martillos
y picos, a pesar de su relativa fragilidad, y esto ocurrió mucho antes de que apareciera el
hierro, y antes de que fueran usados para hacer dinero." (Perfeccionamiento de los
instrumentos cuando, con el procedimiento del templado, se aprendió a dar al cobre una
dureza tal como para desafiar la piedra dura.
99 Los escoplos y martillos que sirvieron para vencer la piedra fueron hechos con un cobre
muy endurecido. Finalmente fue descubierto el hierro.)44 Jacob dice: "En el régimen
patriarcal" (véase cuaderno IV, p. 3), "en el que los metales del que estaban hechas las
armas, como 1) el brass y 2) el iron, eran raros y extremadamente costosos en comparación
con los common food and clothing then used, si bien no se conocía comed money of the
precious metals, yet gold and silver had acquired the faculty de ser cambiados por los otros
metales de modo más fácil y conveniente que el corn and cattle" 45
"D'ailleurs pour obtenir l'or pur ou presque pur des inmenses terrains d'alluvion situés
entre les chaines de l'Indou-Kosh et de l'Himalaya, il ne fallait qu'un simple lavage. La
population de estas contrées de l'Asie era entonces abondante; en consecuencia, main-
d'ceuvre á trés bon marché. La plata era relativamente más costosa a causa de las
dificultades (técnicas) de su explotación. L'effet contraire s'est produit dans l'Asie et dans la
Gréce á partir de la mort d'Alexandre. Les sables auriféres s'épuisérent; le prix des esclaves
et de la main-d'ceuvre augmenta; la mécanique et la géométrie ayant fait d'immenses
progrés depuis Euclide jusqu a'Archiméde, on put exploiter avec profit les riches filons des
mines d'argent de l'Asie, de la Thrace et de l'Espagne, et l'argent étant 52 fois plus abondant
que Por, le rapport de valeur entre les deux métaux dut changer, et la livre d'or qui, du
temps de Xénophon, 350 a. Ch., s'échangeait contre 10 livres d'argent, valut 18 livres de ce
43 Cf. G. GARNIER, Histoire de la monnaie depuis les temps de la plus haute antiquité jusqu'au regne de Charlemagne,
dernier metal l'an 422 aprés Chrisra. Por consiguiente, la relación había ascendido de 10:1 a
18:1.
aSegún Estrabdn, entre los árabes vecinos de los sabeos, el oro local era tan abundante que se daban de él
10 libras a cambio de 1 libra de hierro y 2 libras a cambio de 1 libra de plata. Riqueza áurea de las regiones de
Bactriana (Bactara, etc., en suma de Turquestán) y de la parte de Asia situada entre el Paropamisus
(Ilindookush) y el Imaus (montes Mustag), es decir el Desertum arenosum auro abundans (Desierto de Gobi):
eso torna verosímil lo que señala Dureau de la Malle, o sea que del dglo XV al VI antes de Cristo la relación
entre oro y plata era –6:1 u 8:1, relación que en China y en Japón existió hasta comienzos del siglo XIX; para la
Persia del rey Darío Hystaspes, Herodoto fija la relación 13:1. Según el código de Menú, escrito entre el 1300 y
el 600 a. C., la relación oro-plata es= 2,5:1. Las minas de plata no se encuentran sino en terrenos primitivos,
sobre todo en aquellos estratillcados, y en algunos filones de los terrenos secundarios. Las gangas de plata, en
lugar de ser arenas aluvionales, son por lo común las rocas más duras y compactas, como el cuarzo, etc. En las
regiones frías, sea por su latitud, sea por su altura absoluta, este metal es más común que el oro, el cual se
encuentra por lo general en los países cálidos. A diferencia del oro, la plata se encuentra sólo muy raramente
en estado puro, etc. (por lo general unida al arsénico y al azufre) (ácido muriático, ácido nítrico). En lo que
respecta a la difusión cuantitativa de los dos metales (antes del descubrimiento de Australia y California):
Humboldt, 1811, estima la relación entre oro y plata en América - 1:46, en Europa (incluida la Rusia asiática) -
1:40. Para los mineralogistas de la Academia de Ciencias en la actualidad (1842) la reladón es - 1:52; .sin
embargo, una libra de oro vale solamente 15 libras de plata: la relación de valor es por tantos 15:1.
Cobre. Densidad = 8,9. Hermoso color arrebol; dureza considerable; se requieren temperaturas muy
elevadas para fundirlo. No es raro encontrarlo en estado puro; con frecuencia está combinado con oxígeno o
azufre. Tiene por yacimiento los terrenos primarios antiguos. Pero con frecuencia, más que los otros
minerales, se encuentra también en la superficie de la tierra o a poca profundidad, aglomerado ed masas
puras, con un peso a veces considerable. Empleado antes que el hierro tanto para la guerra como para la paz.
(En el desarrollo histórico el oro es a la plata, como material del dinero, tanto como el cobre es al hierro, como
instrumento de trabajo). Circulaba en gran cantidad en la Italia dominada por los romanos del siglo I al V. Es
posible determinar a priori el grado de civilización de un pueblo en base al simple conocimiento del tipo de
metal, oro, cobre, plata o hierro, que emplea para sus armas, sus utensilios o su ornamento. Hesíodo escribe
en su poema sobre la agricultura que "trabajaban el bronce, pues no existía el negro hierro".
Lucrecio: "Y ellos conocían el bronce mucho antes de conocer el uso del hierro". Jacob señala en Nubia y en
Siberia la existencia de antiquísimas minas de cobre (véase Dureau, 1, 58); Herodoto afirma que los
masagetas poseían sólo el bronce y no el hierro. El hierro, según las lápidas de Oxford, no era conocido antes
del 1431 a.C. En Hornero se habla raramente del hierro; en cambio es muy común el uso del bronce, de esta
aleación de cobre, zinc y estaño, del que las sociedades griega y romana tanto se sirvieron para la fabricación
de hachas y de cuchillos. Italia era muy rica en cobre puro, de tal modo que la moneda de cobre constituyó
hasta el 247 a.C., si no el único numerario por lo menos la moneda normal, la unidad monetaria en la Italia
central. ..."En el campo de los minerales se busca y se escoge naturalmente la materia destinada a la
acumulación" ...lacob dice: "En el régimen patriarcal" (véase cuaderno IV, p.3), "en el que los metales del que
estaban hechas las armas, como 1) el bronce y 2) el hierro, eran raros y extremadamente costosos en
comparación con los alimentos y las vestimentas usados por ese entonces, si bien no se conocía el dinero
acuñado de metales preciosos, sin embargo, el oro y la plata habían adquirido la facultad de ser cambiados
por los otros metales de modo más fácil y conveniente que el trigo y el ganado."
"Por otra parte, para obtener el oro puro o casi puro de los inmensos terrenos aluvionales situados entre
las cadenas del Indo-Kush y del Himalaya, era menester simplemente un lavado. La población de estas
regiones del Asia era entonces elevada; en consecuencia, la mano de obra era barata. La plata era
relativamente más costosa a causa de las dificultades (técnicas) de su explotación. En Asia y en Grecia, a partir
de la muerte de Alejandro, se produjo el fenómeno contrario. Las arenas auríferas se agotaron; el precio de los
esclavos y de la mano de obra aumentó; la mecánica y la geometría habían hecho progresos inmensos desde
Euclides a Arquímedes, de modo tal que fue posible explotar con provecho los ricos filones de minas de plata
del Asia, de Tracia y de España. Y dado que la plata era 52 veces más abundante que el oro, la relación de valor
entre los dos metales debía cambiar, y la libra de oro que desde la época de Jenofonte, 350 a.C., se cambiaba
por 10 libras de plata, valía 18 libras de este último metal en el 422 d.C."
A fines del siglo V d.C. extraordinaria disminución de la cantidad de dinero en efectivo; se
detiene la excavación de las minas. En el Medievo hasta fines del siglo XV una parte
relativamente importante del dinero está constituida por monedas de oro. (La disminución
afectó particularmente a la plata que era hasta ese entonces la que más circulaba.) La
relación entre los dos metales en el siglo XV = 10:1; en el siglo XVIII = 14: 1 en el continente;
Karl Marx
monetaria.- e Plata.-
En el mundo antiguo por consiguiente, se obtiene el siguiente promedio:
Primero: valor relativo superior de la plata con relación al oro: Prescindiendo de casos
particulares (árabes), donde el oro fue más caro que la plata, y más aun que el hierro, en
Asia, del siglo XV al VI a.C., la relación entre el oro y la plata era = 6:1 u 8:1 (esta última
relación era la existente en China y en Japón hasta comienzos del siglo XIX). Incluso en el
código de Manú la relación es = 2 1/2:1. Esta baja relación deriva de las mismas causas que
hacen descubrir primero al oro como metal. Por aquellos tiempos, el oro provenía
principalmente de Asia y de Egipto. A este período corresponde en la historia italiana la
moneda de cobre. Y en general el cobre, como principal instrumento de paz y de guerra,
corresponde al oro corno metal precioso prevaleciente. Todavía en la época de Jenofonte la
relación entre el oro y la plata = 10:1.
Segundo: Después de la muerte de Alejandro se verifica un aumento relativo del valor
del oro respecto al de la plata, en coincidencia con el agotamiento de las sables auriferesf, y
con el progreso de la técnica y de la civilización. En consecuencia, apertura de las minas de
plata y por lo tanto, influencia de la mayor existencia cuantitativa de la plata respecto del
oro en la Tierra. Pero esto ocurre especialmente a causa de la explotación de España por
parte de los cartagineses, explotación que debía revolucionar la relación entre el oro y la
plata del mismo modo que el descubrimiento de la plata americana, hacia fines del siglo XV.
Relación antes de la época de César = 17:1; más tarde 14:1; finalmente, a partir del 422 d.C.,
= 18:1. (La baja del oro en el período de César, por motivos accidentales.) A la caída de la
plata respecto del oro corresponde el hierro como principal instrumento de producción en
la guerra y en la paz. Si en el primer período, oferta del oro del este, en el segundo, oferta de
plata del más frío oeste.
46 Fuente probable: G. von GULICH, Die gesammten gewerblichen Zusainde in den bedeutendsten Ländem der Erde
während der letzten zwölf Jahre etc., vol III y ú ltimo; está en Geschichtliche Darstellung des Handels, der
Gewarbe und des Ackerbaus der bedeutendsten handeltreibenden Staaten unserer Zeit, vol. V y ú ltimo, Jena
1845; vé ase por ejemplo ibídem, p. 131. Extractos en un cuaderno redactado aprox. 1846-47 en Bruselas.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
fArenas auríferas
101 Tercero, en el Medievo: la relación retorna al nivel que tenía en tiempos de Jenofonte, 10:1.
(¿En algunos lugares = 12:1? )47.
Cuarto, después del descubrimiento de América: la relación retorna a ser about semejante
a la de la época de Honorio y Arcadio (397): de 14 a 15:1. Aunque la producción de oro
aumentó hacia el 1815-1844, el oro obtenía primas (por ejemplo, en Francia). Es probable
que el descubrimiento de California y de Australia haya tenido como consecuencia:
Quinto: establecer nuevamente una proporción semejante y a veces superior a la
existente en Roma en la época imperial, o sea de 18:1. Tanto en la edad antigua como en la
moderna la relativa depreciación de la plata paralelamente al proceso de la producción de
metales preciosos [[se da]] del este hacia el oeste, hasta que el descubrimiento de California
y de Australia invierte el proceso. Si es verdad que en situaciones particulares se verifican
oscilaciones sensibles, sin embargo, cuando se consideran las diferencias fundamentales,
éstas se repiten de manera sorprendente.
Entre los antiguos el cobre era tres o cuatro veces más caro que hoy (Garnier)48
c) Ahora hay que considerar las fuentes proveedoras de oro y plata, y su relación con la
evolución histórica.
d) El dinero como moneda. Breve esbozo histórico sobre las. monedas. Depreciación y
sobrevaluación, etc.
[Circulación del dinero y circulación de las mercancías]
La circulación o curso del dinero corresponde a una circulación o curso de las mercancías
en sentido inverso. La mercancía de A pasa a las manos de B, mientras que el dinero de B
pasa a las manos de A, etc. La circulación del dinero, como la de la mercancía, parte de
puntos infinitamente distintos y retorna a puntos infinitamente distintos. El movimiento de
salida de un único centro hacia los distintos puntos de la periferia, y el movimiento de
retorno de todos los puntos de la periferia hacia el único centro no tienen lugar en la
circulación del dinero en el nivel en el que aquí lo consideramos, que es el de su circulación
inmediata, sino solamente en la circulación mediada por la banca. Es cierto que esta
primera circulación natural consiste en una cantidad de circulaciones. Pero la circulación
propiamente dicha comienza solamente cuando el oro y la plata dejan de ser mercancías;
entre países exportadores y países importadores de metales preciosos no tiene lugar
circulación alguna en este sentido, sino un simple cambio, ya que el oro y la plata figuran
aquí no como dinero sino como mercancías. En tanto el dinero medie el cambio de las
mercancías, o sea, en nuestro caso su circulación, y sea por tanto medio de cambio, pasa a
ser instrumento de circulación, la rueda de la circulación; pero en tanto él mismo circula en
este proceso, y sigue un movimiento propio, entonces él mismo tiene una circulación propia
que se llama circulación del dinero.
102 Es preciso descubrir en qué medida esta circulación está determinada por leyes
particulares. Una cosa es clara desde el comienzo: que si el dinero es rueda de circulación
para la mercancía, la mercancía lo es igualmente para el dinero. Si el dinero hace circular las
mercancías, las mercancías hacen circular el dinero. De tal modo la circulación de las
mercancías y la circulación del dinero se condicionan recíprocamente. En la circulación del
dinero deben ser observados tres aspectos: 1) la forma del movimiento mismo, la línea que
47 Cf. J. A. LETRONNE, Considérations générales sur l'évaluation des monnaies grecques et romaines et sur la valeur
de l'or et de l'argent avant la découverte de l'Amérique, Paris 1817, p. 112. Cf. ademá s G. GARNIER, op. cit., t. I,
pp. 65-66.
48 Cf. G. GARNIER, Historie etc., cit., p. 253.
Karl Marx
describe (su concepto); 2) la cantidad de dinero circulante; 3) el grado de velocidad con que
realiza su movimiento, con que circula. Esto sólo puede ocurrir en relación con la
circulación de mercancías. Y aquí es claro desde el comienzo que la circulación de
mercancías posee momentos que son absolutamente independientes de la circulación del
dinero, o más aun, que lo determinan directamente, o bien que las mismas circunstancias
que, por ejemplo, determinan la velocidad de la circulación de las mercancías, determinan
también la de la circulación del dinero. El carácter de conjunto del modo de producción
determinará a ambas, y más directamente a la circulación de mercancías. La masa de
aquellos que intercambian (el volumen de la población): su repartición en ciudad y campo;
la cantidad absoluta de mercancías, de productos y de agentes de la producción; la masa
relativa de las mercancías puestas en circulación; el desarrollo de los medios de
comunicación y de transporte en el doble sentido por el cual él determina tanto el círculo
de los que cambian recíprocamente, es decir, los que entran en contacto entre sí, como la
velocidad con que la materia prima llega a los productores y el producto llega a los
consumidores; finalmente, el desarrollo de la industria, que concentra diferentes ramas de
producción, por ejemplo hilandería, tejeduría, teñidos, etc., volviendo así superflua toda una
serie de actos de cambio mediadores. La circulación de las mercancías es el supuesto
originario de la circulación del dinero. Ver en qué medida esta última es a su vez
determinada por la primera.
[Concepto general de la circulación]
Es preciso ante todo establecer el concepto general de la circulación.
Debe observarse, por lo demás, que lo que el dinero hace circular, son valores de
cambio, y por consiguiente, precios. Respecto a la circulación de las mercancías, debe ser
considerada por lo tanto no sólo su masa, sino también sus precios. Una gran cantidad de
mercancías de bajo valor de cambio, de bajo precio, requiere evidentemente para su
circulación menol dinero de cuanto requiere una pequeña masa con el doble de precio. El
concepto de precio, entonces, debe ser analizado antes del de circulación.
103 La circulación es el establecimiento de los precios, el movimiento por el cual las
mercancías son transformadas en precios: su realizarse como precios. La doble
determinación del dinero 1) como medida o elemento en el cual la mercancía es realizada
como valor de cambio, y su determinación, 2) como medio de cambio, instrumento de
circulación, actúa en direcciones completamente diversas. El, dinero hace circular sólo
mercancías que idealmente, no sólo en la mente del individuo sino también en la
representación de le sociedad (e inmediatamente de las partes intervinientes en el proceso
de compra y venta), están ya transformadas en dinero. Esta transformación ideal en dinero,
y la real, no son en efecto' determinadas por las mismas leyes. Es necesario analizar su
relación recíproca.
[Circulación de los precios]
a) Una determinación esencial de la circulación es la de que hace circular valores de
cambio (productos o trabajo), o mejor valores de cambio determinados como precios.
Cualquier tipo de cambio de mercancías —por ejemplo, bartera, suministros en especie,
prestaciones feudales, etc.— no constituye todavía la circulación.
a Trueque
Para la circulación son necesarias ante todo dos cosas: primero, el supuesto de las
mercancías en cuanto precios; segundo, no actos de cambio aislados, sino un circuito de
cambio, una totalidad de ellos, en flujo constante, y extendidos en mayor o en menor
medida a toda el área de la sociedad; un sistema de actos de cambio. La mercancía es
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
determinada como valor de cambio. Como valor de cambio ella es un equivalente de todos
los otros valores (mercancías) en una relación determinada (en relación al tiempo de
trabajo en ella contenido). No obstante, la mercancía no corresponde inmediatamente a
este carácter determinado suyo. Como valor de cambio es distinta de sí misma en su
existencia natural. Para ponerla como tal es menester una mediación. Es por ello que en el
dinero el valor (le cambio se le contrapone como algo distinto. Sólo la mercancía puesta
como dinero es la mercancía como puro valor (le cambio, o también la mercancía como
puro valor de cambio es dinero. Pero al mismo tiempo el dinero existe ahora fuera de la
mercancía y junto a ella: su valor de cambio, el valor de cambio de toda mercancía, ha
alcanzado una existencia independiente de ella, una existencia que se ha vuelto autónoma
en un material específico, en una mercancía específica. El valor de camino de la mercancía
expresa el conjunto de las relaciones cuantitativas dentro de las cuales todas las otras
mercancías pueden ser intercambiadas por ella, [[elaciones]] determinadas por la cantidad
desigual de ellas que pueden ser producidas en un mismo tiempo de trabajo. El dinero, por
consiguiente, como valor de cambio de todas las mercancías, está junto y fuera de ellas. Es
ante todo la materia general en la que ellas deben ser inmersas, doradas y plateadas, para
alcanzar su libre existencia de valores de cambio. Deben ser traducidas a dinero,
expresadas en dinero. El dinero deviene el denominador común de los valores de cambio,
de las mercancías en cuanto valores de cambio. El valor de cambio expresado en dinero, o
sea equiparado al dinero, es el precio.
104 Una vez que el dinero ha sido puesto como elemento autónomo respecto de los valores de
los valores de cambio son puestos en el carácter determinado del dinero que se contrapone
a ellos como sujeto. Pero cada valor de cambio es un determinado cuanto; valor de cambio
cuantitativamente determinado. Como tal equivale a un determinado cuanto de dinero. Este
carácter determinado es otorgado, según la ley general, por el tiempo de trabajo realizado
en el valor de cambio. Por ello un valor de cambio que es el producto saya de una jornada, se
expresa en un cuanto de (no y de plata que es igual a una jornada de tiempo de trabajo, (pie
es el producto de una jornada de trabajo. La medida general de los valores de cambio se
convierte entonces en la medida [[de la relación]] entre cada valor de cambio y el dinero
con el que es equiparado. (Oro y plata están ante todo determinados por sus costos de
producción en los países donde se les produce. "En los mining countriesb, todos los precios
dependen en última instancia de los coitos de producción de los metales preciosos; ...the
remuneration paid to the miner,... affords the scalec con la cual se calcula la remuneración
de todos los otros Droducersd.. El valor en oro y plata de toda mercancía no sometida a
monopolio depende, en un país que no posee minas, del oro y de la plata which can be
obtained by exporting the result of a given quantity of labour, the amount of wages, which
have been paid, and the time for which they have been advanced"e. (Senior)49. En otras
palabras, de la quantity of gold and silver which directly or indirectlyf se puede obtener de
los países poseedores de minas a cambio de una cierta cantidad de trabajo (de productos
exportables). El dinero es ante todo lo que expresa la relación de igualdad de todos los
valores de cambio: en él, éstos son homónimos.)
aSupongamos.- bPaíses mineros.- cLa remuneración pagada al minero. . . proporciona la escala.-
dProductores.- e'Que pueden ser obtenidos exportando el producto de una cantidad de trabajo dada, de la tasa
corriente de ganancia y en cada caso individual, del monto de los salarios pagados y del tiempo por el cual
fueron anticipados.-fCantidad de oro y plata que directa o indirectamente...
49 Cf. W. N. SENIOR, Three Lectures on the Cost of Obtaining Money etc., London 1830, pp. 13-14. Extractos, en el
[El precio]
El valor de cambio puesto en el carácter determinado del dinero es el precio. En el precio,
el valor de cambio se expresa como un cuanto determinado de dinero. En el precio el dinero
se presenta en primer lugar como la unidad de todos los valores de cambio; en segundo
lugar como la unidad de la que ellos contienen una determinada suma, de manera tal que de
la equiparación con el dinero resulta su carácter determinado cuantitativo, su relación
cuantitativa mutua. El dinero, por consiguiente, es puesto aquí como la medida de los
valores de cambio, y los precios como los valores de cambio medidos en dinero. Que el
dinero sea la medida de los precios, y que por tanto los valores de cambio sean equiparados
recíprocamente en relación con el dinero, es una determinación que se impone por sí
misma. Pero lo más importante a los fines de nuestro desarrollo es que en el precio el valor
de cambio es equiparado al dinero. Una vez que el dinero ha sido puesto como el valor de
cambio autónomo, separado de las mercancías, la mercancía particular, el valor de cambio
particular es de nuevo equiparado al dinero, vale decir es igualado a un determinado cuanto
de dinero, es expresado como dinero, traducido en dinero.
105 Por el hecho de haber sido equiparados al dinero, los valores de cambio son puestos
nuevamente en relación recíproca tal como, de acuerdo con el concepto, estaban
relacionados en cuanto valores de cambio: se corresponden y se equiparan entre sí en
determinadas relaciones. El valor de cambio particular, la mercancía, es expresada,
subsumida, puesta bajo el carácter determinado del valor de cambio devenido autónomo, o
sea el dinero. Ya hemos visto cómo ocurre esto (es decir, cómo se establece la relación
cuantitativa entre el valor de cambio determinado cuantitativamente y una cierta cantidad
de dinero). Pero dado que el dinero posee una existencia autónoma exterior a las
mercancías, el precio de la mercancía se presenta como una relación externa de los valores
de cambio o mercancías con el dinero: la mercancía no es precio, así como era valor de
cambio desde el punto de vista de su sustancia social; este carácter determinado no
coincide inmediatamente con ella y más aún, es mediada por su equiparación con el dinero;
la mercancía es valor de cambio, pero tiene un precio. El valor de cambio está directamente
unido a ella, era su carácter determinado inmediato con el que también divergía
directamente, de modo tal que por un lado se daba la mercancía, y por el otro (en el dinero)
su valor de cambio. Ahora, en cambio, en el precio la mercancía por un lado se relaciona con
el dinero como algo que es externo a ella, y por el otro lado, también ella es puesta
idealmente, en tanto el dinero posee una realidad distinta de la suya. El precio es una
propiedad de la mercancía, una determinación en la que ella es representada como dinero.
El precio ya no es un carácter determinado inmediato, sino un carácter determinado reflejo
de la mercancía. Junto al dinero real existe ahora la mercancía, como dinero puesto
idealmente.
[Moneda de cuenta]
Esta determinación más precisa, tanto del dinero como medida, o de la mercancía como
precio, es puesta de manifiesto de la manera más simple por la diferencia entre dinero real y
moneda de cuenta. Como medida, el dinero sirve siempre de moneda de cuenta, y como
precio la mercancía es siempre transformada en dinero pero sólo idealmente.
"La evaluación de la mercancía por el vendedor, la oferta hecha por el comprador, las
cuentas, obligaciones, rentas, inventarios, etc., en suma, todo aquello que conduce al acto
material del pago y lo precede, debe ser expresado en moneda de cuenta. El dinero real
interviene solamente para realizar los pagos y saldar (liquidar) las cuentas. Si debo pagar
24 livres y 12 sous, la moneda de cuenta presenta 24 unidades de una especie y 12 de otra,
mientras que yo pagaré realmente con dos tipos de piezas: una pieza de oro que vale 24
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
livres y una pieza de plata, que vale 12 sous. La masa total de dinero real tiene límites
necesarios en las necesidades de la circulación. La moneda de cuenta es una [[(unidad del
medida ideal que no tiene otro límite que el de la imaginación.
106 Se la emplea para expresar todo tipo de riqueza, a condición de que sea considerada desde el
punto de vista de su valor de cambio: así, por ejemplo, la riqueza nacional, las rentas del
estado y de los particulares. Los valores de cuenta, cualquiera que sea la forma en que
existan esos valores, son reglados siempre de la misma manera. Así, no existe ningún
artículo en la masse des choses consommablesa , que no haya sido convertido muchas veces
en dinero por el pensamiento, mientras que, comparada con esta masa, la suma total del
dinero existente realmente está a lo máximo en una relación de 1 a 10." Garnier 50. (Esta
última relación es insatisfactoria. Más exacta es la de 1 a muchos millones. Pero en realidad,
esto no puede ser medido.)
a Masa de objetos consumibles
51 Cf. las pp. 528-531 del cuaderno IV, redactado en Parı́s en 1844 y publicado en MEGA 1/3, pp. 520-547.
Karl Marx
53 J.-C. L. SISMONDI, Etudes sur l'économie politique, Bruselas 1838, t. II, pp. 264-265, 267, 268. Extractos en un
cuaderno redactado en Bruselas en febrero-marzo de 1845; cf. MEGA 1/6, pp. 614-615.
54 Al margen del manuscrito, Marx anotó : "(Wirth)". Se trata de J. G. A. WIRTH, autor de una Geschichte der
Deutschen, Stuttgart 1846, de las que Marx extractó las pp. 97-99 del vol. I, en un cuaderno redactado en
Londres en 1858, el siguiente fragmento sobre el uso del dinero entre los Germanos: "Entre los Germanos el
dinero, en los albores de la antigü edad, no estaba todavı́a en uso; cuando fue introducido, el metal circulante
siguió siendo una rareza durante muchos siglos, y para algunas tribus hasta el 4° y 5° siglo, al punto tal que
con frecuencia nadie estaba en condiciones de pagar con dinero, en todo o só lo en parte, una indemnizació n.
Por este motivo, el beneficiario de la indemnizació n debı́a aceptar con frecuencia como pago, en lugar de
dinero, animales, armas, cereales, y otras cosas materiales que tienen valor venal. A fin de que luego surgieran
discusiones sobre el valor de estos objetos, fue necesario fijar por ley el precio de aquellos objetos que eran
usados má s frecuentemente para las restituciones, en lugar del dinero. El caso es frecuente. Por ejemplo, la ley
ripuaria establecı́a que aqué l que debı́a resarcir una suma de dinero, diera un buey sano, con la vista buena y
cuernos, por 2 Gulden (solidi); una vaca lechera sana, con buena vista y cuernos, por 1 solidus; un caballo sano
y con buena vista, por 7; una yegua de la misma calidad, por 3; una coraza en buen estado, por 12; un yelmo
emplumado, por 6; dos buenas rodilleras, por 3; un escudo con lanza, por 2; un halcó n no domesticado, por 3;
un halcó n semidomesticado, por 6; un halcó n noble amaestrado, por 12, (etc., entre los alemanes, los
burgundios, anglosajones, etc. vé ase Wirth, Gesch. d. D. I, pp. 98, 99)".
55 Cf. W. JACOS, An Historical Inquiry etc., cit., vol. I, p. 109.
cambio, o sea que su producto debe ser ante todo mediado por un proceso social para poder
convertirse en su medio de vida.
108 Entre el pleno desarrollo de esta base de la sociedad industrial y la condición patriarcal,
existen muchos niveles intermedios, infinitos matices. El resultado del punto a) es el
siguiente: a un aumento de los costos de producción de los metales preciosos corresponde
una disminución de todos los precios de las mercancías; a una disminución de los costos de
producción de los metales preciosos corresponde un aumento de todos los precios de las
mercancías. Esta es la ley general que, como veremos, sufre modificaciones en casos
particulares.
a Patrón.- b Una medida común en el precio de algo supone su frecuente y habitual enajenación.- c Sólo la
venta puede determinar el precio, y sólo la venta frecuente puede fijar una medida uniforme. La venta
frecuente. . d Necesidad
[Medio de circulación]
b) Si, en los precios, los valores de cambio son transformados idealmente en dinero, en
el cambio, en la compraventa, ellos son realmente transformados en dinero, cambiados por
dinero, para cambiarse luego nuevamente, como dinero, por mercancías. El valor de cambio
particular debe ser ante todo cambiado por el universal, para poder luego cambiarse de
nuevo por el particular. La mercancía como valor de cambio es realizada sólo a través de
este movimiento de mediación en el que el dinero hace de mediador. El dinero, por lo tanto,
circula en una dirección opuesta a la de las mercancías. El se presenta como el mediador del
cambio de las mercancías, como el medio de cambio. Es polea, instrumento de circulación
para la circulación de las mercancías; pero en cuanto tal posee al mismo tiempo su propia
circulación: la circulación del dinero. El precio de la mercancía se realiza solamente en el
cambio de ella por dinero real, o en su cambio real por dinero.
[Cantidad de dinero circulante]
Este es, por consiguiente, el resultado de lo anterior. Las mercancías son cambiadas
realmente por dinero, transformadas en dinero real, sólo después de haber sido
transformadas previamente de modo ideal en dinero, vale decir, después de haber recibido
la determinación del precio, [[y son cambiadas entonces]] como precios. Los precios son por
consiguiente el supuesto de la circulación del dinero, de tal modo que la realización de ésta
se presenta como resultado de ellos. Las circunstancias que, al hacer subir o bajar el valor
de cambio de las mercancías por encima o por debajo de su valor medio, hacen subir o
bajar los precios de éstas, han de ser desarrolladas en la sección sobre el valor de cambio y
preceden al proceso de su efectiva realización en dinero, presentándose entonces en un
comienzo como completamente independientes de ésta.. Como es natural, las relaciones
existentes entre los números siguen siendo las mismas si las expreso en fracciones
decimales. Se trata sólo de una distinta denominación. Para hacer circular realmente las
mercancías se necesitan medios de transporte: eso no puede efectuarlo el dinero. Si yo he
comprado 1000 libras de hierro por un importe de x libras esterlinas, la propiedad del
hierro ha pasado a mis manos. Mis x libras esterlinas han desempeñado su servicio de
medio de cambio y han circulado junto con el título de propiedad. El vendedor,
inversamente, ha realizado el precio del hierro, el hierro como valor de cambio. Pero pata
traer el hierro de sus manos a las mías el dinero no sirve de nada; para eso se necesita un
carro, caballos, caminos, etc.
109 La circulación real de las mercancías en el tiempo y en el espacio no es ejecutada por el
dinero. El realiza solamente su precio, transfiriendo así el título sobre la mercancía al
comprador, a aquel que ha ofrecido los medios de cambio. Lo que el dinero hace circular no
son las mercancías sino los títulos de propiedad sobre ellas; y lo que en esta circulación, sea
Karl Marx
Las circunstancias que determinan por una parte la masa de los precios de las
mercancías a realizar, por la otra la velocidad de circulación del dinero, han de ser
indagadas más adelante. Por ahora es claro que los precios no son altos o bajos porque
circule mucho o poco dinero, sino que circula mucho o poco dinero porque los precios son
altos o bajos. Y además, que la velocidad del dinero circulante no depende de su cantidad,
sino que la cantidad del medio circulante depende de su velocidad (heavy paymentsa a no
se pagan, sino que se compensan; y esto abrevia el tiempo).
110 Sin embargo, como ya se mencionó, la circulación del dinero no parte de un único centro
ni retorna a un único centro desde todos los puntos de la periferia (como ocurre en el caso
de los banks of issueb y en parte en las finanzas públicas). Parte, en cambio, de infinitos
puntos y retorna a infinitos puntos (este [no] reflujo, y el tiempo en que es realizado, son
fortuitos). La velocidad del medio de circulación sólo hasta cierto punto puede sustituir la
cantidad del medio circulante. (Por ejemplo: fabricantes y arrendatarios pagan a sus
trabajadores; éstos pagan al almacenero, etc.; de aquí el dinero retorna a los fabricantes y a
los arrendatarios.) Una misma cantidad de oro puede efectuar una serie de pagos sólo
sucesivamente, cualquiera sea su velocidad. Pero es necesario efectuar una determinada
masa de pagos simultáneamente. La circulación tiene su punto de partida en una masa de
muchos puntos simultáneamente. Por consiguiente, para la circulación es necesaria una
determinada cantidad de dinero, que estará siempre en circulación, y que está determinada
por la suma total que proviene de los puntos de partida simultáneos de la circulación y de la
velocidad con la que recorre su trayectoria (y retorna). Por más que esta cantidad de medio
circulante esté sometida a flujos y reflujos, se establece no obstante un nivel medio; las
transformaciones permanentes son sólo graduales, proceden a través de largos períodos y,
como veremos, son paralizadas continuamente por tina cantidad de circunstancias
accesorias.
(Con referencia al punto a: "Measurec, usada como atributo del money, quiere decir
indicator of value"d... Es ridículo decir que "prices must fall porque commodities son
valuadas as being worth so many ounces of gold, y la amount of gold is diminished in this
country... The efficiency of gold as an indicator of value is unaffected by its quántity being
greater or smaller in any particular countrye.
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
aLos pagos importantes.- b Bancos de emisión.- c Medida.- d Indice del valor.- d . . . los precios deben caer
porque las mercancías son valuadas en tantas onzas de oro, y el monto del oro ha disminuido en este país... La
eficiencia del oro como índice del valor no está afectada por su mayor o menor cantidad en un país
determinado.-
Si se lograra mediante banking expedieritsb reducir a la mitad la circulación en papel y
metálica de este país, el valor relativo del oro y de las mercancías permanecería idéntico."
Ejemplo del Perú en el siglo XVI y transferencia de Francia a Inglaterra. Hubbard, VIII, 45)57.
("Sobre la costa africana ni el oro ni la plata son una medida del valor; en lugar de tal
standardc ideal, existe un bard imaginario." Jacob V, 15.)58
En su determinación como medida, el dinero es indiferente a su cantidad, o la cantidad
de dinero existente es indiferente. En su carácter determinado de medio de cambio, de
medio de circulación, su cantidad es [[objeto de]] medida. Será preciso ver de inmediato si
estas dos determinaciones del dinero no pueden entrar en contradicción recíproca.
(El concepto de circulación forzosa o no voluntaria (véase Steuart)59 no corresponde
todavía a este punto.)
b Recursos o expedientes bancarios.- c Medida.- d Barra, lingote.- e "die bestándig"; edic. 1939, "als
natürliche" ("como. ..natural")
[Cambio y producción de valor de cambio]
111 Es una nota esencial de la circulación el que el cambio se presenta como un proceso, como
un todo fluido de compras y ventas. Su primer supuesto es la circulación misma de las
mercancías, la circulación que parte constantementee de muchos puntos. La condición de la
circulación de las mercancías es la de que ellas sean producidas como valores de cambio, no
como valores de uso inmediatos, sino como valores de usó mediados por el valor de cambio.
La apropiación a través y mediante la enajenación y la venta es un supuesto fundamental.
La circulación como realización de los valores de cambio implica: 1) que mi producto es taI
sólo en cuanto es para otro; por consiguiente, es un individual superado, un universal; 2)
que es un producto para mí sólo en la medida en que ha sido enajenado y se ha convertido
en un producto para otro; 3) que es un producto para otro sólo en la medida en que este
último enajena su producto, lo cual implica 4) que la producción no se presenta para mí
como un fin en sí misma, sino como medio.
La circulación es el movimiento en el que la enajenación general se presenta como
apropiación general y la apropiación general como enajenación general. Aunque ahora el
conjunto de este movimiento se presente como proceso social, y aunque los distintos
momentos de este movimiento provienen de la voluntad consciente y de los fines
particulares de los individuos, sin embargo, la totalidad del proceso se presenta como un
nexo objetivo que nace naturalmente, que es ciertamente el resultado de la interacción
recíproca de los individuos conscientes, pero no está [[presente]] en su conciencia, ni, como
totalidad, es subsumido en ella. Su misma colisión recíproca produce un poder social ajeno
situado por encima de ellos; su acción es recíproca como un proceso y una fuerza
independientes de ellos. La circulación, por ser una totalidad del proceso social, es también
la primera forma, en la que no sólo la relación social —como ocurre por ejemplo en la pieza
de moneda o en el valor de cambio—, se presenta como algo independiente de los
individuos, sino el conjunto del propio movimiento social. La relación social de los
individuos entre sí como poder sobre los individuos, que se ha vuelto independiente —sea
57 Cf. J. G. HUBBARD, The Currency and the Country, London 1843, pp. 44-46. Extractos, en el cuaderno londinense
representado como fuerza natural, como azar o en cualquier otra forma— es un resultado
necesario del hecho de que el punto de partida no es el individuo social libre. La circulación
como primera totalidad entre las categorías económicas es buena para poner a la vista este
problema.
[La circulación como proceso infinito]
A primera vista, la circulación se presenta como proceso realmente infinito. La mercancía
es cambiada por dinero; el dinero es cambiado por la mercancía, y así hasta el infinito. Esta
renovación constante del mismo proceso constituye de hecho un momento esencial de la
circulación. Pero, observada con mayor atención, ella presenta también dos fenómenos: los
fenómenos del cerrarse o del retorno del punto de partida a sí [[ mismo]].
112 La mercancía es cambiada por dinero, el dinero es cambiado por mercancía. Se da así un
cambio entre mercancía y mercancía, sólo que éste es un cambio mediado. El comprador
deviene una y otra vez vendedor y. el vendedor a su vez comprador. De tal modo cada uno
es puesto en la determinación doble y opuesta, y se da la unidad viviente de ambas
determinaciones. Pero es totalmente falso hacer como los economistas y fijar de golpe,
apenas surgen las contradicciones del (linero, sólo los resultados finales sin tener en cuenta
el proceso que los media, sólo la unidad sin la diferencia, la afirmación sin la negación. En la
circulación, la mercancía se cambia por la mercancía: pero, igualmente, la mercancía no se
cambia por otra mercancía en cuanto se cambia por dinero. En otras palabras, los actos de
compra y venta se presentan como dos actos recíprocamente indiferentes, separados el uno
del otro en el espacio y en el tiempo. Cuando se dice que quien vende también compra, en
cuanto compra dinero, y que quien compra también vende, en cuanto vende dinero, se deja
de lado precisamente la diferencia, la diferencia específica entre mercancía y dinero. Los
economistas, después de haber mostrado brillantemente que el trueque, en el cual
coinciden los dos actos, no basta en una forma social y en un modo de producción más
desarrollados, de golpe consideran al trueque mediado por el dinero como inmediato,
prescindiendo del carácter específico de esta transacción. Después de habernos mostrado
que el dinero es necesario como algo diferente de la mercancía, sostienen all at oncea que
no existe ninguna diferencia entre dinero y mercancía. La razón por la cual se refugian en
esta abstracción está en el hecho de que en el desarrollo real nacen contradicciones que son
desagradables para la apologética del common sense burgués, y que por ello deben ser
ocultadas. En cuanto a la compra y la venta, los dos momentos esenciales de la circulación,
son recíprocamente indiferentes y separados -en el espacio y en el tiempo, no tienen
necesidad alguna de coincidir. Su indiferencia puede llegar hasta la consolidación y la
aparente autonomía de la una respecto de la otra. Pero en cuanto ellas son dos momentos
esenciales de un todo único, debe haber un momento en el que la figura autónoma es
violentamente rota y la unidad interna es restablecida desde el exterior mediante una
violenta explosión. Así, ya en la determinación del dinero como mediador, y en la escisión
del cambio en dos actos, está el germen de las crisis, por lo menos su posibilidad, la cual no
puede ser realizada sino cuando existen las condiciones fundamentales de la circulación en
su desarrollo clásico, correspondiente a su concepto.
113 aDe repente
[Realización del precio y autonomización del equivalente general]
Por otra parte, se ha visto que en la circulación el dinero solamente realiza los precios. El
precio se presenta primero como una determinación ideal de la mercancía; pero el dinero
cambiado por la mercancía es su precio realizado, su precio real. El precio se presenta por
ello, tanto externa e independientemente junto a la mercancía, como idealmente existente
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
en ella. Si ella no puede ser realizada en dinero, cesa de ser circulable, y su precio deviene
solamente imaginario; así como en su origen el producto transformado en valor de cambio,
si realmente no es cambiado, deja de ser producto. (Aquí no se habla de aumento y
disminución de los precios.) En la consideración a) el precio se presentaba como
determinación interna a las mercancías; en la consideración b) el dinero, en cambio, se
presenta como precio externo a la mercancía. No se trata sólo de demanda de la mercancía,
sino de demanda en términos de moneda. Por lo tanto, cuando el precio de la mercancía no
puede ser realizado, vale decir cuando no puede ser transformada en dinero, ella se
presenta como mercancía desvalorizada, depreciada. El valor de cambio expresado en su
precio debe ser sacrificado apenas se impone esta transformación específica en dinero. De
aquí los lamentos de Boisguillebert60 , por ejemplo, sobre el dinero como carnicero de todas
las cosas, como Moloch al cual todo es sacrificado, como déspota de las mercancías. En la
época de la monarquía absoluta naciente, con su transformación de todos los impuestos en
impuestos pecuniarios, el dinero figura efectivamente como el Moloch a cuyo altar es
sacrificada la riqueza real. Y así se presenta también en todos los casos de monetary panica .
De esclavo del comercio, dice Boisguillebert, el dinero se ha convertido en su déspota. Pero
en realidad, ya en la determinación de los precios está implícito lo que llega a ser puesto en
el cambio por dinero: ya no es más el dinero el que representa la mercancía, sino que es la
mercancía la que representa al dinero. Las lamentaciones sobre el comercio mediante
dinero como comercio no legítimo llaparecenj en varios escritores que representan el
pasaje de la edad feudal a la edad moderna, y más tarde en los socialistas.
aPánico monetario
[El equivalente general. Separación entre compra y venta. Dinero y división del trabajo]
α) Cuanto más se desarrolla la división del trabajo, tanto más el producto deja de ser un
medio de cambio. Se da entonces la necesidad de un medio de cambio universal,
independiente de la producción específica de cada uno. En la producción directa para la
subsistencia inmediata no es posible que todo artículo se cambie por cualquier otro, y una
determinada actividad puede cambiarse solamente por determinados productos. Cuanto
más se especifican los productos, se diferencian y pierden autonomía, tanto más se hace
necesario un medio de cambio universal. Al comienzo, es el producto del trabajo, o el
trabajo mismo el medio de cambio universal. Pero, cuanto más se especificaba, tanto más
iba dejando de ser medio de cambio universal.
114 Una división del trabajo relativamente desarrollada presupone que las necesidades de
cada uno se hayan vuelto extremadamente multilaterales, y su producto haya devenido
extremadamente unilateral. La necesidad de cambio y el medio de cambio inmediato se
desarrollan en proporción inversa. De ahí la necesidad de un medio de cambio universal, en
el cual el producto determinado y el trabajo determinado se intercambien por la capacidad
de cambiar. El valor de cambio de una cosa no es sino la expresión cuantitativamente
especificada de su capacidad de servir de medio de cambio. En el dinero, el propio medio de
cambio se convierte en una cosa, o el valor de cambio de la cosa adquiere una existencia
autónoma fuera de la propia cosa. Dado que la mercancía frente al dinero es un medio de
cambio de poder sólo limitado, frente al dinero puede dejar de ser medio de cambio.
β)La escisión del cambio en compra y venta da la posibilidad de que yo compre
solamente, sin vender (acaparamiento de mercancías), o bien venda solamente, sin
60 Cf. BOISGUILLEBERT, Dissertation sur la nature des richesses, de l'argent et des tributs etc., en Economistes
financiers du XVIlle. siécle, al cuidado de E. Daire, Parı́s 1843, pp. 395, 417. Extractos con glosas, en un
cuaderno redactado en Bruselas ca. junio 1845, publicado en MEGA 1/3, pp. 568-579; cf. las pp. 563-568.
Karl Marx
encerrado siempre en su ciclo. Pero aquí se revela que él es algo más que un instrumento de
circulación, y que posee también una existencia autónoma fuera de la circulación, y en esta
nueva determinación puede muy bien ser sustraído a ella como la mercancía siempre debe
ser sustraída de manera definitiva. Debemos por lo tanto considerar al dinero en su tercera
determinación; en la cual éste encierra en sí las dos primeras en cuanto determinaciones:
tanto la de servir de medida, como la de ser el medio de cambio universal y por lo tanto la
realización de los precios de las mercancías.
* Tachado en el ms.: "En este respecto cabe observar ahora que los dos momentos de •la circulación son
generados por el tercero, que antes llamamos su proceso infinito, y que por intermedio de éste el punto de
llegada puede y debe conducir siempre a retomar el ciclo, sin que importe que tomemos decididamente el
dinero o la mercancía como punto de partida. De tal modo, mercancía-dinero-dinero-mercancía-dinero, pero
igualmente dinero-mercancía-mercancía-dinero-mercancía; de modo que si ninguno de los dos momentos se
cierra en sí mismo, no por eso debe dejar de ser considerado en su carácter determinado. En este contexto ya
no resulta tan curioso que un momento del movimiento consista en que el dinero se intercambie por sí mismo
por intermedio de la mercancía y esto aparezca como objetivo final inmediato"
Esto ha de ser anticipado en el capítulo que trata del valor de cambio como tal. La
dificultad de encontrar esta ecuación no es tan grande como parece. Por ejemplo, en el
trabajo que produce directamente oro, una determinada cantidad de oro se presenta
directamente como el producto, p. ej., de una jornada de trabajo. La competencia equipara
las otras jornadas de trabajo a ésta, modificandis modificatis . Directa o indirectamente. En
una palabra, en la producción inmediata del oro una determinada cantidad de oro se
presenta inmediatamente como producto y por ello como el valor, el equivalente de un
determinado tiempo de trabajo. Para decir entonces cuánto oro está contenido en una
mercancía determinada, es suficiente determinar el tiempo de trabajo realizado en las
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
Pero una onza de oro en sí no es un valor de cambio; no está expresada como valor de
cambio, sino como una determinada cantidad de sí misma, de su sustancia natural, o sea del
oro. Si una fanega de trigo tiene el precio de 77 sh. y 7 d. o de 1 onza de oro, éste puede ser
un valor mayor o menor, desde el momento que 1 onza de oro aumentará o disminuirá de
valor con relación a la cantidad de trabajo requerido para su producción. Pero esto no
importa a los fines de la determinación de su precio como tal, ya que su precio de 77 sh. y 7
d. expresa exactamente la relación en que es equivalente de todas las otras mercancías, o
sea la proporción en que puede comprarlas. El carácter determinado particular del precio
del quarter a 77 o a 1.780 sh. va más allá de la determinación del precio en general, vale
decir, del hecho de poner al trigo como precio. Tiene un precio, cueste 100 o 1 sh. El precio
no hace más que expresar su valor de cambio en una unidad común a todas las mercancías;
y supone por consiguiente que este valor de cambio ya está regulado por otras relaciones.
Como es natural, para encontrar que 1 quarter de trigo tiene el precio de 1 onza de oro —
visto que oro y trigo, como objetos naturales, no tienen ninguna relación recíproca, que
como tales no son uno la medida del otro, y son mutuamente indiferentes—, es necesario
poner la onza de oro a su vez en relación con el tiempo de trabajo requerido para su
producción, de modo tal que ambos, trigo y oro, sean puestos en relación con un tercer
elemento, el trabajo, y equiparados en tal relación; que ambos sean comparados entre sí
como valores de cambio.
121 Pero esto nos muestra solamente cómo se encuentra el precio del trigo, la cantidad de oro
a la que se lo ha de equiparar. En esta misma relación, en la que el dinero figura como
precio del trigo, no es puesto a su vez como relación, como valor de cambio, sino como
determinado cuanto de una materia natural. En el valor de cambio las mercancías (los
productos) son puestos como relaciones respecto a su sustancia social, o sea respecto al
trabajo; pero como precios son expresadas en cantidades de otros productos según su
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
constitución natural. A esta altura se puede ciertamente decir que también el precio del
dinero es puesto como 1 quarter de trigo, 3 quarters de centeno y todas las otras
cantidades de distintas mercancías cuyo precio es 1 onza de oro. Pero para expresar
entonces el precio del dinero se debería enumerar todo el ámbito de las mercancías,
indicando la cantidad en la que cada una de ellas es igual a 1 onza de oro. El dinero tendría
ahora tantos precios como mercancías cuyo precio él expresara. La determinación principal
del precio, la unidad, desaparecería. Ninguna mercancía expresaríaa el precio del dinero,
porque ninguna expresaría la relación que él mantiene con todas las otras mercancías, su
valor de cambio universal. Pero la especificidad del precio consiste en el hecho de que el
valor de cambio debe ser expresado en su universalidad y sin embargo enb una mercancía
determinada.
a”ausdrückte”; edic. 1939, “ausdr¨ckt (“expresa”).- b”in” omitido en edic. 1939
Pero esto mismo también es indiferente. En tanto el dinero se presenta como materia en
la que es expresado, medido el precio de todas las mercancías, el dinero es él mismo puesto
como un determinado cuanto de oro, de plata, etc., en síntesis, de su materia natural; simple
cuanto de una materia determinada y no ya valor de cambio ni relación. Por consiguiente,
toda mercancía en la cual otra se expresa como precio es puesta no ya como valor de
cambio, sino como simple cantidad de sí misma. En la determinación del dinero como
unidad de los valores de cambio, como su medida, como su punto de comparación
universal, su materia natural —oro, plata— aparece como esencial, porque el precio de la
mercancía no es un valor de cambio, ni una relación, sino un peso determinado de oro o de
plata: por ejemplo, una libra con sus subdivisiones; es por ello que el dinero aparece
también originariamente como libra, æs grave. Esto es lo que distingue precisamente al
precio del valor de cambio; pero ya vimos nosotros que el valor de cambio lleva
necesariamente a la determinación del precio. De aquí lo absurdo de aquellos que
convierten en dinero al tiempo de trabajo como tal, con lo cual quieren plantear y la la vez]]
no plantear las diferencias entre precio y valor de cambio.
122 El dinero, como medida, como elemento de la determinación del precio, como unidad de
medida de los valores de cambio, presenta el fenómeno siguiente: 1) que, una vez
determinado el valor de cambio de una onza de oro respecto a una mercancía cualquiera, el
dinero sólo es necesario como unidad imaginaria; que su presencia real es superflua, y aun
más lo es por ello la cantidad en la que está presente; como indicador (indicatora del valor)
su amountb existente en un país no tiene importancia. El dinero es necesario simplemente
como unidad de cálculo; 2) que mientras el dinero necesita ser puesto solamente en forma
ideal, y como precio de la mercancía es puesto en ella sólo de manera ideal, al mismo
tiempo, como simple cantidad de la sustancia natural en la que se presenta, como
determinado peso de oro, de plata, etc.; asumido como unidad, el dinero proporciona el
término de comparación, la unidad, la medida. Los valores de cambio (mercancías) son
mentalmente transformados en porciones de oro o de plata que tienen un cierto peso, e
idealmente equiparados a este cuanto de oro mentalmente representado; como
expresiones de tal cantidad de oro.
aIndice.- bCantidad, monto
es realizado cambiándola por 1 £ st., es decisivo que la libra esterlina contengab realmente
1/3 de onza de oro.
124 Si ella fuera una £ st. falsa, vale decir, compuesta de metal vil, y fuera por lo tanto una £ st.
sólo en apariencia, el precio de la mercancía no sería efectivamente realizado; para
realizarlo ella debería ser pagada con una cantidad de metal vil = a 1/3 de onza de oro.
a En el ms., "1200".- b "enthált"; en el ms. y en edic. 1939 "erhiilt" ("mantenga")
cuesta 2 sh. y una libra de azúcar 1 sh., la vara de tela, mediante 2 sh., es realizada
[[convirtiéndola]] en 2 libras de azúcar; el azúcar es transformado en la materia de su valor
de cambio, en la materia en la que su valor de cambio es realizado. Como simple medio de
circulación en el papel que desempeña en el proceso de circulación en tanto éste es un flujo
constante, el dinero no es ni medida de los precios, porque como tal él ya está puesto en los
mismos precios, ni medio de la realización de los precios ya que como tal existe en uno de
los momentos de la circulación mientras que desaparece en la totalidad de sus momentos.
El dinero es un simple representante del precio frente a todas las mercancías, y sirve
solamente de medio que permite el cambio de mercancías de igual precio. Puede
cambiársele por una mercancía porque es el representante universal de su valor de cambio
y como tal es el representante de cualquier otra mercancía que tenga igual valor de cambio,
el representante universal, y como tal está presente en la circulación misma. Representa el
precio de una mercancía frente a todas las demás, o el precio de todas las mercancías frente
a una de ellas. En esta conexión, el dinero es no sólo representante de los precios de las
mercancías, sino también signo de sí mismo: es decir que en el acto mismo de la circulación
su materia, oro o plata, resulta indiferente. El es el precio, es una determinada cantidad de
oro o plata, pero en la medida en que esta realidad del precio es aquí solamente una
realidad que desaparece, una realidad constantemente destinada a desaparecer, a ser
suprimida, a no valer como realización definitiva, sino única y permanentemente como
intermediaria, mediadora, vale decir, en cuanto no se trata tanto de la realización del
precio, como de la realización del valor de cambio de una mercancía particular en la
materia de otra, su mismo material intrínseco es indiferente, es algo que como realización
del precio desaparece, puesto que ella misma desaparece.
126 Por eso, mientras se encuentra en este constante movimiento, el dinero es sólo
representante del valor de cambio, el cual se toma real sólo cuando el valor de cambio real
se hace presente continuamente en lugar de su representante, intercambia continuamente
su puesto con él, se cambia continuamente por él. En este proceso su realidad no es la de
ser el precio, sino la de representarlo, la de ser su representante; representante
objetivamente presente de su precio y por tanto de sí mismo, y en cuanto tal del valor de
cambio de las mercancías. Como medio de cambio realiza los precios de las mercancías sólo
para poner el valor de cambio de una mercancía en la otra como su unidad, para realizar su
valor de cambio en la otra mercancía, esto es, para poner la otra mercancía como el
material de su valor de cambio.
[El dinero como medida, como medio de pago y como medio de cambio. Confusión en la
determinación del dinero. Suma de los precios y cantidad de mercancías en relación con la
cantidad del medio de circulación. Medio de circulación]"
Sólo en la circulación presenta el dinero esta forma de signo objetivo: si se lo retira de
allí, vuelve a ser precio realizado. Sin embargo, en el interior del proceso, como ya vimos, la
cantidad, el número, de estos signos objetivos de la unidad monetaria está determinada de
modo esencial. En la circulación el dinero tiene una existencia contrapuesta a la de las
mercancíás: su sustancia material, su sustrato constituido por un determinado cuanto de
oro y de plata importa poco, y por el contrario, su. cantidad está determinada en modo
esencial, puesto que así el dinero es solamente un signo para una determinada cantidad de
esta unidad. En cambio en su determinación como medida, en la que estaba puesto sólo
idealmente, su sustrato material era esencial, mientras que su cantidad y su existencia eran
fundamentalmente indiferentes. De aquí deriva que como simple medio de circulación y de
cambio, la moneda de oro y de plata puede ser reemplazada por cualquier otro signo que
exprese una determinada cantidad de su unidad, y así un dinero simbólico puede sustituir
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
al dinero real porque el dinero material como simple medio de cambio es él también
simbólico.
Estas determinaciones contradictorias del dinero —como medida, como realización de
los precios, y como simple medio de cambio— explican ese fenómeno de otro modo
inexplicable por el cual si el dinero metálico, oro, plata, es falsificado mediante una liga de
metal inferior, se produce la depreciación del dinero y el aumento de los precios. En este
caso la medida de los precios está dada no ya por los costos de producción, supongamos, de
la onza de oro, sino de la onza ligada con 2/3 de cobre, etc. (Las falsificaciones de las
monedas, mientras consistan simplemente en falsificar o cambiar las denominaciones de
las partes alícuotas de peso del metal precioso, denominando por ejemplo 1 sovereign a la
octava parte de la onza, dejan absolutamente intacta la medida y cambian solamente su
denominación.
127 Si antes se llamaba 1 sovereign a la 1/4 parte de la onza, y ahora se le llama así a la 1/8
parte, el precio de 1 sovereign expresa ahora 1/8 de onza de oro. De este modo se necesitan
(about)a 2 sovereigns para expresar el mismo precio que antes se expresaba con 1
sovereign.) O bien, en la simple falsificación nominal de las partes alícuotas del metal
precioso, la medida sigue siendo la misma mientras que la parte alícuota pasa a expresarse
ahora en una cantidad doble de francsb, etc., que untes; por otra parte, si el sustrato del
dinero, oro o plata, es suprimido del todo y sustituido por el papel con el signo de un
determinado cuanto de dinero real, en la cantidad requerida por la circulación, el papel da
curso al valor total del oro y de la plata. En el primer caso, porque el medio de circulación es
al mismo tiempo el material del dinero como medida y el material en el que el precio se
realiza definitivamente; en el segundo caso porque el dinero "opera]] sólo en su
determinaCión de medio de circulación.
Un ejemplo de confusión grosera entre las determinaciones contradictorias del dinero:
"Price is exactly determined by the quantity of money there is to buy it with. All the
commodities in the world can fetch no more than all the money in the world"c. En primer
lugar, la determinación del precio no tiene nada que ver con la venta real; en ésta el dinero
[[actúa]] solamente como medida. En segundo lugar, todas las mercancías (que se
encuentran en circulación) pueden valer miles [de veces] más money que el existente en el
world: bastaría que cada pieza circulara miles de veces (el párrafo es del London Weekly
Dispatch, Nov. 8, [1857]) 63.
aAproximadamente.- bFrancos.- c"El precio está determinado exactamente por la cantidad de dinero que
sirve para comprar el dinero mismo. Todas las mercancías del mundo no pueden valer más que todo el dinero
existente en el mundo"
Dado que la suma total de los precios realizables en la circulación cambia con los precios
de las mercancías y con la masa de ellas puesta en circulación, y dado que, por otra parte, la
velocidad del medio circulante que se encuentra en circulación es también determinada por
circunstancias independientes de él, la cantidad de los medios de circulación debe poder
cambiar, expandirse y contraerse: contracción y expansión de la circulación.
Del dinero como simplea medio de circulación se puede decir que deja de ser mercancía
(mercancía particular) en tanto su material es indiferente y él satisface sólo las necesidades
del cambio, con exclusión de toda otra necesidad inmediata: oro y plata dejan de ser
mercancías apenas circulan como dinero. Por otra parte, se puede decir que el dinero es
únicamente mercancía (mercancía universal), la mercancía en su forma pura, indiferente a
su particularidad natural y por ello también a todas las necesidades inmediatas, sin una
relación natural con una determinada necesidad como tal.
63 Cf. Weekly Dispatch, London, Sunday, November 8, 1857, N. 2925, p. 1, col. 2, artı́culo "The Panic and the People".
Karl Marx
128 Los partidarios del monetarismo, y también en parte del proteccionismo (véase por
ejemplo Ferrier, p. 2) 64 se atuvieron al primerb aspecto del dinero, los economistas
modernos al segundoc: por ejemplo, Say, quien dice que el dinero como mercancía
"particular" es una mercancía como cualquier otra o se maneja por igual con todas las
mercancías".65 En tanto medio de cambio, el dinero se presenta como mediador necesario
entre producción y consumo. En el sistema monetario desarrollado se produce solamente
para cambiar, o se produce solamente en cuanto se cambia. Si se eliminara el dinero, se
caería en un nivel muy bajo de producción (al cual corresponde la forma colateral del
trueque), o bien se avanzaría a un nivel más alto, en el cual el valor de cambio no es más la
primera determinación de la mercancía, porque el trabajo universal, del que es el
representante, ya no aparecería como trabajo privado que sólo a través de una mediación
adquiere carácter social.
a "Als von blossem", en el ms. "Als blosses".- b "erste", en el ms., "zweite" ("segundo").- c "zweite", en el ms.
"erste" ("primero")
Igualmente fácil es resolver el problema del carácter productivo o no productivo del
dinero com o medio de circulación. Según Adam Smith66, el dinero es improductivo. Pero
Ferrier dice, por ejemplo: "Es el creador de los valeurs, porque éstos no existirían sin él"67.
Es necesario considerar no sólo "su valor como metal, sino igualmente su cualidad de
dinero"68. Adam Smith tiene razón en la medida en que el dinero no es el instrumento de
una rama particular cualquiera de la producción; Ferrier tiene razón, porqué un momento
de la producción universal fundada en el valor de cambio es aquel que pone al producto y al
agente de la producción en la determinación del dinero, y esta determinación supone un
dinero distinto del producto. En efecto, si se considera la producción en su totalidad, la
relación de dinero en sí misma es una relación de producción.
Si M-D-D-M es descompuesta en sus dos momentos, aunque los precios de las
mercancías se den por supuestos (y esto constituye una diferencia fundamental), la
circulación se escinde en dos actos de trueque inmediato. M-D: el valor de cambio de la
mercancía se expresa en otra mercancía particular, en el material del dinero, así como el
valor de cambio del dinero se expresa en la mercancía; lo mismo ocurre en D-M. Por lo
tanto tiene razón A. Smith cuando dice que el dinero como medio de cambio es sólo un tipo
más complicado de barter (trueque)69
Pero si se considera no ya a ambos actos como actos indiferentes sino la totalidad del
proceso mediante el cual la mercancía se realiza en el dinero y el dinero en la mercancía,
entonces tienen razón los adversarios de A. Smith cuando afirman que desconoció la
naturaleza del dinero y que la circulación del dinero suplanta al barter; ya que el dinero
sirve solamente para saldar la "arithmetical division"a que nace de la división del trabajo.
64 Cf. F.-L.-A. FERRIER, Du gouvernement considéré dans ses rapports avec le commerce, Paris 1805, p. 35. La "p. 2"
es la del cuaderno de extractos no numerado ni datado, pero cuya redacció n es ca. de abril-mayo de 1845 en
Bruselas; cf. MEGA 1/6, p. 605.
65 Cf. LOUIS SAY (DE NANTES), Principales causes de la richesse ou de la misére des peuples et des particuliers, Paris
1818, pp. 31-32. Extractos en un cuaderno no numerado, redactado ca. febrero de 1845 en Bruselas; cf. MEGA
1/6, p. 614.
66 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit. vol. II, libro II, cap. II, pp. 270-277 [La riqueza de las naciones, pp. 264-268]. Cf.
69 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. I, libro I, cap. IV [La riqueza de las naciones, pp. 24-30].
Grundrisse. Cuaderno I. El capítulo del dinero
Estas "arithmetical figures"b tienen tan poca necesidad de ser de oro y de plata como las
medidas de longitud (véase Solly, p. 20)70.
129 Las mercancías, de marchandisesc se convierten en depréesd, entran en el consumo; esto
en cambio no ocurre con el dinero como medio de circulación; éste nunca deja de ser
mercancía, mientras permanece en su determinación de medio de circulación.
aDivisión aritmética.- b Cifras aritméticas.- c Mercancías.- d Géneros
[Acumulación del dinero. Trabajo asalariado y capital]
La tercera determinación del dinero en su desarrollo presupone las primeras dos y
constituye su unidad. El dinero tiene, pues, una existencia autónoma fuera de la circulación;
ha salido de ella. Como mercancía particular puede ser transformado de su forma de dinero
a la de objetos de lujo, joyas de oro y de plata (mientras el trabajo artesanal era todavía
muy simple, como lo era por ejemplo en el período inglés más antiguo, la transformación de
la moneda de plata en píatec y viceversa es un hecho constante. Véase Taylor73).
70 Cf. E. SOLLY, The Present Distress in Relation to the Theory of Money, London 1830, pp. 5-6. La indicació n "p. 20"
sur le moyens et les causes qui concourent á son accroissement. Trad. de l'anglais par E. Lagentie de Lavaisse,
Paris 1808, p. 140. La indicació n "p. 11" se refiere al cuaderno que contiene los extractos de la obra de
Lauderdale, redactado en Parı́s en.1844. Cf. MEGA 1/3, p. 414.
72 Cf. ibídem, pp. 140-144.
73 Cf. J. TAYLOR, A View of the Money System of England, from the Conquest; with Proposals for Establishing a Secure
and Equable Credit Ciurency, London 1828, pp. 18, 19. Extractos en el cuaderno londinense III.
Karl Marx
130 Pero también puede –ser acumulado como dinero y constituir un tesoro. En tanto el dinero
en su existencia autónoma surge de la circulación, se presenta en esa existencia misma
como resultado de la circulación. Llega a coincidir consigo mismo a través de la circulación.
En esta determinación está contenido ya, de manera latente, su carácter determinado de
capital. El dinero es negado como simple medio de cambio. Sin embargo, dado que
históricamente puede ser puesto como medida antes de aparecer como medio de cambio, y
puede aparecer como medio de cambio antes de ser puesto como medida —en cuyo último
caso existiría solamente como mercancía privilegiada—, puede así también presentarse
históricamente en la tercera determinación antes de ser puesto en las dos precedentes.
Pero como dinero, el oro y la plata pueden ser acumulados solamente si ya existían en una
de las dos determinaciones, y, en la tercera determinación, sólo puede presentarse en un
nivel desarrollado si se ha desarrollado en las dos precedentes. Si no, su acumulación es
sólo acumulación de oro y plata, no de dinero.
c Platería
realizada.
a Aquí se inicia el cuaderno II, titulado "El capítulo sobre el dinero (continuación)". En el margen superior
derecho de la página 1 se lee: "(Excedente, acumulación)"
75 Cf. ibídem, p. 300.
CUADERNO II
particular como por ejemplo el deseo de vestidos, armas, joyas, mujeres, vino, etc., es
posible únicamente cuando la riqueza universal, la riqueza como tal, es individualizada en
un objeto particular, es decir, cuando el dinero es puesto en su tercera determinación. El
dinero por lo tanto no es solamente el objeto, sino al mismo tiempo la fuente de la sed de
enriquecimiento. La sed de tener es posible también sin dinero.
134 La sed de enriquecimiento es en cambio ya el producto de un determinado desarrollo
social, no es algo natural, sino algo histórico. Y es por eso que surgen las lamentaciones de
los antiguos sobre el dinero como fuente de todos los males. La sed de placeres en su forma
universal y la avaricia son las dos formas particulares de la avidez de dinero. La sed
abstracta de placeres presupone un objeto que contenga la posibilidad de todos los
placeres. La sed abstracta de placeres efectiviza al dinero en su determinación de
representante material de la riqueza; y la avaricia, solamente en cuanto él es la forma
universal de la riqueza respecto de las mercancías como sustancias particulares suyas. Para
retener el dinero como tal, la avaricia debe sacrificar y renunciar a toda relación con los
objetos de las necesidades particulares, y así satisfacer la necesidad propia de la avidez de
dinero como tal. La avidez de dinero o la sed de enriquecimiento representan
necesariamente el ocaso de las comunidades antiguas. De ahí la oposición a ellas. El dinero
mismo es la comunidad, y no puede soportar otra superior a él. Pero esto supone el pleno
desarrollo del valor de cambio y por lo tanto una organización de la sociedad
correspondiente a ellos. Entre los antiguos, el valor de cambio no era el néxus rerumb; sólo
se presenta de ese modo entre los pueblos dedicados al comercio, los cuales sin embargo
tenían sólo un carrying tradec y no una producción propia. Por lo menos ésta era secundaria
entre los fenicios, los cartagineses, etc. Ellos podían vivir tan bien en los intersticios del
mundo antiguo como los - hebreos en Polonia o en el Medioevo. Más aún, este mismo
mundo era el supuesto de la existencia de tales pueblos comerciantes.
a Despreciable sed de oro.- b Nexo de las cosas.- C Comercio itinerante, que implica transporte de bienes
Esos pueblos, por otra parte, perecen sistemáticamente apenas entran en conflictos
serios con comunidades antiguas. Entre los romanos, los griegos, etc., el dinero aparece
primero naturalmente en sus dos primeras determinaciones, es decir como medida y como
medio de circulación, y en ambas en un grado no muy desarrollado. Pero apenas se
desarrolla su comercio, etc., o, como ocurrió entre los romanos, la conquista les aporta
dinero en cantidades masivas —resumiendo, de repente, en un cierto nivel de desarrollo
económico el dinero se presenta necesariamente en su tercera determinación y tanto más
se desarrolla en ella cuanto más [[se aproxima]] el ocaso de su comunidad. Para actuar
productivamente, el dinero, como hemos visto, debe ser en su tercera determinación no
solamente un supuesto, sino también un resultado de la circulación, y como su supuesto,
ser también un momento de la misma, algo que es puesto por ella. Entre los romanos, por
ejemplo, que lo estaban robando de todo el mundo, no era éste el caso. En la determinación
simple del dinero mismo está implícito que puede existir como momento desarrollado de la
producción solamente allí donde existe el trabajo asalariado, y que allí, en lugar de disolver
la forma de la sociedad, el dinero es más bien una condición de su desarrollo y una rueda
motriz para el desarrollo de todas las fuerzas productivas, materiales y espirituales.
135 En nuestros días, un individuo particular puede llegar por accidente a la posesión del
dinero, y la posesión del dinero puede así tener sobre él un efecto disolvente tal como lo
tuvo en las comunidades de los antiguos. Pero la disolución de este individuo en la sociedad
moderna no es otra cosa que el enriquecimiento de la parte productiva de esta última. El
poseedor de dinero, en el sentido antiguo, es disuelto por el proceso industrial al cual,
sabiéndolo y queriéndolo o no, él sirve. La disolución afecta solamente a su persona. Como
representante material de la riqueza universal, como el valor de cambio individualizado, el
Karl Marx
dinero debe ser inmediatamente objeto, fin y producto del trabajo universal, del trabajo de
todos los individuos. El trabajo debe producir inmediatamente el valor de cambio, o sea
dinero. Por ello debe ser trabajo asalariado. La sed de enriquecimiento como impulso
generalizado por el cual todos quieren producir dinero, la crea solamente la riqueza
universala. Sólo así la sed universal de enriquecimiento puede convertirse en la fuente de la
riqueza universal, siempre renovadamente creada.
a En esta oración hay en edic. 1939 varios errores en las desinencias, que oscurecen su sentido
En cuanto el trabajo es trabajo asalariado, y su finalidad es inmediatamente el dinero, la
riqueza general es puesta como su objeto y finalidad. (En este contexto hablar de la cohesión
del sistema militar antiguo no bien se convierte en sistema mercenario.) El dinero como
finalidad se convierte aquí en el medio de la laboriosidad universal. La riqueza universal es
producida para posesionarse de su representante. De tal modo se abren las fuentes reales
de la riqueza. Porque al ser la finalidad del trabajo no un producto particular que está en
una relación particular con las necesidades particulares del individuo, sino el dinero, o sea
la riqueza en su forma universal, la laboriosidad del individuo pasa a no tener ningún
límite; es ahora indiferente a cualquier particularidad, y asume cualquier forma que sirva
para ese fin; es rica de inventiva en la creación de nuevos objetos destinados a la necesidad
social, etc. Resulta entonces claro que sobre la base del trabajo asalariado, la acción del
dinero no es disolvente, sino productiva, mientras que la entidad comunitaria antigua ya en
sí misma está en contradicción con el trabajo asalariado como fundamento general. Una
industriosidad universal es posible solamente allí donde cada trabajo produce la riqueza
universal, no una forma determinada de ella, por consiguiente, allí donde la retribución del
individuo es dinero. De otro modo son posibles solamente formas particulares de diligencia
en la producción. El valor de cambio como producto inmediato del trabajo es dinero como
producto inmediato de éste.
136 El trabajo inmediato, que produce el valor de cambio como tal, es por ello trabajo
asalariado. Allí donde el dinero no es él mismo la entidad comunitaria, disuelve
necesariamente la entidad comunitaria. El hombre antiguo podía comprar inmediatamente
trabajo, por ejemplo, un esclavo; pero el esclavo con su trabajo no podía comprar dinero. La
difusión del dinero podía hacer más costosos a los esclavos, pero no más productivo su
trabajo. La esclavitud de los negros —una esclavitud puramente industrial—, que
desaparece sin más y es incompatible con el desarrollo de la sociedad burguesa, presupone
la existencia de tal sociedad: si junto a esa esclavitud no existieran otros estados libres con
trabajo asalariado, todas las condiciones sociales en los estados esclavistas asumirían
formas precivilizadas.
El dinero como valor de cambio individualizado, y por lo tanto como encarnación de la
riqueza, ha sido el objeto de la búsqueda alquimista. Es en esta determinación que figura en
el monetarismo (mercantilislno)a. La época antecedente al desarrollo de la sociedad
industrial moderna se inaugura con la sed universal de dinero, tanto de los individuos como
de los estados. El desarrollo real de las fuentes de riqueza avanza por así decirlo a sus
espaldas, como medio para adueñarse del representante de la riqueza. Allí donde el dinero
no deriva de la circulación —como en España— sino que se lo encuentra directamente,
empobrece a la nación, mientras que aquellas naciones que deben trabajar para
arrancárselo a los españoles desarrollan las fuentes de la riqueza y se enriquecen
realmente. El hallazgo, el descubrimiento del oro en nuevas zonas y países del mundo
desempeña un papel tan importante en la historia de la revoluciónb, por el hecho de que en
este caso se improvisa una colonización, que crece como planta de invernadero.
aEn el ms., "Merkantil" escrito arriba de "Monetarsystem".- b"Revolution"; edic. 1939, "Revaluation"
("revaluación")
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
cambio (Steuart)".
Karl Marx
determinado cuanto de oro y de plata. Por ello, en el sistema de cambio internacional más
desarrollado, el oro y la plata se hacen presentes en la misma forma con la cual ya
desempeñan un papel en el trueque originario. Como ya lo dijimos, el oro y la plata, lo
mismo que el cambio, aparecen originariamente no en el interior de la esfera de una
comunidad social, sino allí donde ella termina, en sus confines, en los escasos puntos de
contacto que ella mantiene con otras comunidades. El metal resulta puesto como la
mercancía en cuanto tal, como la mercancía universal que conserva en todas partes su
carácter de mercancía. Por esa determinación formal vale uniformemente en todos los
lugares. Sólo así resulta el representante material de la riqueza universal. En el
mercantilismo el oro y la plata valen en efecto como medida de la potencia de las distintas
comunidades. "Apenas los precious metalsa se convierten en objects of commerceb, en
universal equivalent for everythingc, se convierten también en measure of power between
nationsd.
a Metales preciosos.- b Objetos de comercio.- c Equivalente universal de todas las cosas.- d Medida del poder
a la asunción de una nueva forma histórica.) "The quantity of goods and the quantity of
money may remain the same, and pricesa may rice or fall notwithstanding"b (es decir, a
causa de un aumento de expenditurec por parte de los monied capitalistsd, de los rentistas
de la tierra, de los funcionarios estatales, etc. Malthus, X, 43)3.
a
"prices"; edic. 1939 "price" ("precio").- b "La cantidad de bienes y la cantidad de dinero pueden
permanecer constantes y los precios no obstante pueden aumentar o disminuir".- c gastos.- d capitalistas
monetarios
Como vimos, el dinero que como algo autónomo sale de la circulación y se le contrapone
es la negación (unidad negativa) de su determinación de medio de circulación y de medida*.
* En cuanto el dinero es medio de circulación "la cantidad del mismo que circula nunca puede ser utilizada
individualmente; siempre debe circular" (Stotch )4 . El individuo no puede utilizar el dinero sino en tanto lo
enajena, en tanto lo pone como ser para otro, en su determinación social. Tal como Storch señala
correctamente, esta es una razón para que la materia del dinero "no pueda ser indispensable a la existencia
del hombre", como p. ej. cueros, sal, etc., que en algunos pueblos sirven como dinero. Pues la cantidad de éste
que se encuentra en circulación se pierde para el consumo. Por esto los metales en general resultan
preferibles como dinero frente a todas las otras mercancías, en primer término, y, en segundo término, los
metales preciosos resultan preferibles a aquellos que son usados como instrumentos de producción. Storch
expresa esto de una manera qüe es característica de los economistas al decir: la materia del dinero debería
"tener valor directo, pero fundado sobre una besoin factice"c(c necesidad de hecho). El economista llama
besoin factice en primer lugar a las besoins que surgen de la existencia social del individuo, en segundo lugar
a aquellas que fluyen de su mera existencia como objeto natural. Esto muestra la íntima y desesperada
miseria que constituye el fundamento de la riqueza burguesa y de su ciencia.
Hasta ahora, hemos desarrollado lo siguiente:
Primero: el dinero es la negación del medio de circulación como tal, de la moneda. Pero al
mismo tiempo la contiene como su determinación. negativamente, en cuanto puede
siempre volver a ser transformado en moneda; positivamente, como moneda mundial; pero
como tal aquél es indiferente a la determinación formal, y es esencialmente mercancía,
mercancía omnipresente, no determinada en el espacio.
140 Esta indiferencia se expresa de dos maneras: primero, en el hecho de que es dinero sólo
como oro y plata, no como signo, no con la forma de moneda. Por ello posee la façona que da
el estado al dinero en tanto lo convierte en moneda, vale decir, no posee ningún valor, salvo
el propio de su contenido metálico. Hasta en el comercio interno el dinero tiene un valor
sólo temporario, local, "porque no es más útil a aquel que lo posee que a quien posea las
mercancías adquiribles" 5. Cuanto más el comercio interno llega a estar globalmente
condicionado por el externo, tanto más se desvanece también el valor de esta façon: no
existe en el cambio privado sino que aparece solamente como impuesto. Luego: en tal calidad
de mercancía universal, de moneda mundial, no es necesario el retorno del oro y de la plata
al punto de partida, y tampoco, en general, la circulación como tal. Ejemplo: Asia y Europa.
De aquí provienen las lamentaciones de los partidarios del monetarismo sobre el hecho de
que entre los paganos el dinero desaparece sin refluir. (Véase Misselden, a [[bout]]b 1600)6 .
Cuanto más condicionada y englobada por la interna se encl!entre la circulación externa,
más entra en circulación (rotación) la moneda mundial como tal. Pero este estadio superior
no nos interesa ahora, ni entra todavía en la relación simple que estamos considerando
aquí.
3 Cf. T. R. MALTHUS, Principies of Political Economy, 2a. ed., London 1836, p. 391, nota del editor William Otter,
obispo de Chichester. [Cf. en españ ol, Principios de Economía Política, F.C.E., 1946, secciones VIII y IX del cap. I
del libro II. La nota se encuentra en p. 327.] La indicació n "X, 43" hace referencia al cuaderno londinense X.
4 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., t. 11, pp. 113-114.
6 Cf. [E. MISSELDEN] Free Trade, or, the Means to Make Trade Fiorish etc., London 1622, pp. 19-24. Extractos en un
etc., en la sociedad burguesa, la que en estos casos vuelve a caer en el estado de barbarie. Lo
mismo vale para la acumulación de oro, etc., bajo la forma de joyas y de objetos preciosos,
entre los semibárbaros.
142 Pero una parte muy grande y cada vez mayor de oro bajo la forma de objetos de lujo es
sustraída de la circulación en el nivel más desarrollado de la sociedad burguesa (véase
Jacob, etc.) 7 . En tanto el dinero es representante de la riqueza universal, ya el hecho de
conservarlo sin devolverlo a la circulación, y de dedicarlo a necesidades particulares, es una
testificación de la riqueza de los individuos. Y en la misma medida en la que el dinero se
desarrolla en sus distintas determinaciones, vale decir, en que la riqueza como tal deviene
el criterio de medida general del valor del individuo, se desarrolla también la tendencia a su
ostentación, y por lo tanto una displaya de oro y plata como representante de la riqueza: así,
el señor von Rothschild tiene colgados como su digno blasón creo que dos billetes
enmarcados de 100.000 £. La ostentación bárbara del oro, etc., es sólo una forma más
ingenua que esta moderna, en cuanto está menos ligada al oro como dinero. Aquí se trata
todavía de su simple esplendor. Allí, del brillo reflejado. Y este brillo está en el hecho de que
el oro no es usado como dinero; aquí, lo importante es la forma contrapuesta a la
circulación.
aExposición
La acumulación de todas las otras mercancías es menos originaria que la del oro y la
plata: 1) a causa de su carácter perecedero. Frente a todas las otras mercancías, los metales
representan en sí la duración, y también su acumulación ya es preferida [por] su mayor
rareza y [por] su carácter excepcional de instrumentos de producción par excellence. Los
metales preciosos, por no ser oxidables al aire, etc., son a su vez menos perecederos que los
no preciosos. En las otras mercancías lo que se pierde es precisamente su forma, pero esta
forma es también la que les confiere el valor de cambio, mientras que el valor de uso
consiste en la supresión de tal forma, o sea en el consumo. En el dinero, en cambio, es su
sustancia, su materialidad la que constituye la forma misma en la que él representa la
riqueza. Si ya el dinero es en todas partes mercancía universal desde el punto de vista
espacial, lo es ahora también desde el punto de vista temporal. Se conserva como riqueza
en todo tiempo. Posee una duración específica. Es el tesoro que no roen las polillas ni el
orín. Todas las, mercancías son únicamente dinero perecedero; el dinero es la mercancía
imperecedera. El dinero es la mercancía omnipresente; la mercancía es sólo dinero local.
Pero la acumulación es esencialmente un proceso que se desarrolla en el tiempo. En este
sentido, dice Petty:
"El efecto mayor y final del comercio no es la riqueza en general, sino prevalentemente
una abundancia de plata, oro y joyas, los cuales no son perecederos ni tan mutables como las
otras mercancías, sino riqueza en todos los tiempos y en todos los lugares. Vino, grano,
aves, carne, etc., en abundancia son por cierto riquezas, pero hic et nunca... Es por ello que la
producción de aquellas mercancías y los efectos de aquel comercio que procuran oro y
plata a un país son más ventajosos que otros" (p. 3) 8."
aAquí y ahora
143 Si a través de los impuestos, se toma el dinero de aquel que lo gasta en comer y beber, y
se le da a alguien que lo utiliza en el mejoramiento de la tierra, en la pesca, en la explotación
de minas, en manufacturas y hasta en vestimentas, siempre habrá un beneficio para la
comunidad, puesto que .ni siquiera las ropas son tan perecederas como las vituallas. Si se
7 Cf. JACOB, An Historical Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 271-273.
8 Cf. W. PETTY, Political Arithmetick etc., cit., pp. 178-179. La indicació n "p. 3" se refiere al citado cuaderno de
extractos.
Karl Marx
11 Es el cuaderno VIII, publicado en MEGA 1/3, pp. 563-583. Cf. en particular las pp. 566-567 y 568-579.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
dominación y servidumbre. Todo esto requiere por lo tanto actos distintos y relaciones
determinadas no necesarias para el simple acumular, para el aumento como tal de la
riqueza. Por otra parte, para realizar la mercancía acumulada como riqueza universal, para
apropiarse de la riqueza en todas sus formas particulares, debo ejercer el comercio con la
mercancía particular que he acumulado, [[y convertirme en]] comerciante en granos, en
ganado, etc. El dinero me exime de todo esto, porque él es el representante universal de la
riqueza.
La acumulación de oro y de plata, de dinero, es el primer fenómeno histórico del acopio
de capital y es el primer medio para ello; pero como tal ella no es todavía acumulación de
capital. Para esto debería darse la vuelta de lo acumulado a la circulacion como momento y
medio de la acumulación.
En su última y completa determinación el dinero se presenta entonces en todos los
sentidos como una contradicción que se resuelve en sí misma, que impulsa a su propia
resolución. A él, como forma universal de la riqueza, se le contrapone todo el mundo de las
riquezas reales. El es la pura abstracción de esas riquezas, y por ello, fijado de esta forma, es
una pum ilusión. Mientras que la riqueza parece existir bajo una forma del todo material y
tangible como tal, el dinero existe simplemente en mi mente, és una pura quimera. Midas.
Por otra parte, como representante material de la riqueza universal es efectivizado sólo en
cuanto es puesto nuevamente en circulación, y desaparece frente a los distintos modos
particulares de la riqueza.
145 En la circulación el dinero permanece como medio de circulación, pero para el individuo
que acumula aquél se pierde, y esta desaparición es el único modo posible de asegurarlo
como riqueza. La disolución de lo acumulado en goces particulares constituye su
realización. Puede luego ser de nuevo acumulado por otros individuos, pero entonces
también el proceso vuelve a recomenzar. Yo puedo poner realmente su ser para mí sólo en
la medida en que lo dejo ir como ser para otro. Si decido retenerlo se me escurrirá de entre
las manos hasta convertirse en un simple fantasma de la riqueza real. Además: su
acrecentamiento a través de la acumulación, por ser su propia cantidad la medida de su
valor, se muestra también una idea falsa. Si las otras riquezas no se acumulan, él mismo
pierde su valor en la medida en que se acumula. Lo que aparece como su acrecentamiento
es en realidad su disminución. Su autonomía es solamente una apariencia; su
independencia de la circulación no es en realidad otra cosa que una forma de consideración
hacia ella, y por lo tanto un modo de su dependencia. El dinero pretende ser mercancía
universal, pero por su particularidad natural, es de nuevo una mercancía particular, cuyo
valor, de un lado, depende de la oferta y la demanda, del otro, cambia con sus costos de
producción específicos. Y como él mismo se encarna en oro y en plata, en cada forma real
deviene unilateral, de manera tal que si por un lado se presenta como dinero, del otro se
presenta como mercancía particular y viceversa, y así cada lado se presenta en ambas
determinaciones. En tanto es l[a] riqueza del todo independiente de mi individualidad, lo
absolutamente seguro, es, al mismo tiempo, lo absolutamente inseguro y completamente
externo a mí, que puede ser separado de mí por cualquier evento fortuito. Lo mismo vale
para sus determinaciones, del todo contradictorias, de medida, de medio de circulación y
dinero como tal. Finalmente, en esta última determinación el dinero se contradice aun
porque debe representar el valor como tal, allí donde en realidad representa solamente un
cuanto idéntico de valor variable. Por ello se suprime a sí mismo como valor de cambio
acabado.
Como simple medida, ya es negado en sí en cuanto medio de circulación; y como medida
es ya negado en sí en cuanto dinero. Su negación en la última determinación es por tanto al
mismo tiempo su negación en las dos precedentes. Negado como mera forma universal de la
Karl Marx
riqueza, está obligado a realizarse en las sustancial particulares de la riqueza real. Pero
mientras de este modo se confirmaa realmente como representante material de la totalidad
de la riqueza, al mismo tiempo debe mantenerse como la forma universal. Su entrada en la
circulación debe ser también un momento de su permanecer-dentro-de-sí, y este
permanecer-dentro-de-sí también un entrar en la circulación. Lo cual quiere decir que
como valor de cambio realizado él puede ser puesto al mismo tiempo como proceso en el
que se realiza el valor de cambio.
146 Es al mismo tiempo negación de sí como forma puramente de cosa, como forma de la
riqueza accidental y externa a los individuos. Antes bien, debe presentarse como
producción de la riqueza y ésta como resultado de las relaciones recíprocas de los
individuos en la producción.
a "so sich wicklich", en el ms., "so sich wirkliCh"
El valor de cambio por lo tanto está determinado ahora como proceso, no ya como cosa
simple, para la cual la circulación es solamente movimiento extrínseco o que tiene una
existencia individual en una materia particular: como referencia a sí mismo a través del
proceso de la circulación. Por otra parte la circulación misma no es ya únicamente el simple
proceso de cambio de mercancía por dinero y dinero por mercancía, no es ya simplemente
el movimiento de mediación con vistas a realizar los precios de las diferentes mercancías, a
equipararlas recíprocamente como valores de cambio, movimiento en el que los dos
aspectos aparecen fuera de la circulación: por un lado el valor de cambio presupuesto, la
sustracción definitiva de la mercancía a través del consumo y por tanto la aniquilación del
valor de cambio, por el otro la sustracción del dinero, su autonomización respecto a su
sustancia, que es también una forma distinta de su aniquilación. El valor de cambio mismo
—y no ya el valor de cambio en general sino el valor de cambio medido—, en cuanto
supuesto debe presentarse como puesto por la circulación, y en cuanto puesto por esta
última debe presentarse como su supuesto. El proceso de circulación debe presentarse
igualmente como proceso de producción de los valores de cambio. Tenemos por
consiguiente por un lado el retorno del valor de cambio al trabajo, por el otro el retorno del
dinero al valor de cambio, el cual sin embargo es puesto ahora en una determinación
profundizada. En la circulación el precio determinado está supuesto, y ella lo pone en
términos de dinero sólo formalmente. El carácter determinado del valor de cambio mismo,
o la medida de los precios, debe ahora presentarse él mismo como acto de la circulación.
Puesto así, el valor de cambio es el capital, y la circulación es puesta al mismo tiempo como
acto de la circulación.
A retomar: En la circulación, tal como se ha presentado en tanto circulación del dinero,
está siempre supuesta la simultaneidad de los dos polos del cambio. Pero puede surgir una
diferencia temporal entre la existencia de las mercancías a cambiar. Puede estar en la
naturaleza de los procesos recíprocamente referidos que uno ocurra hoy mientras que el
correlativo se produzca un año después, etc. "En la mayor parte de los contratos", dice
Senior, "es solamente una de las partes contratantes la que dispone de la mercancía y la
cede; y para que el cambio se produzca es necesario cederla de inmediato bajo la condición
de recibir el equivalente sólo en una fecha posterior. Y dado que el valor de todas las cosas
cambia en un determinado espacio de tiempo, se adopta como medio de pago aquella cosa
cuyo valor cambia mínimamente, que conserva el mayor tiempo posible una capacidad
media dada de adquirir cosas.
147 De tal manera, el dinero se convierte en expresión o representante del valor"12 . Según esto,
la última determinación del dinero no se conectaría para nada con las precedentes. Pero
12 Cf. N. SENIOR, Principes fondamentaux de l'économie politique, tirés de leeons édites et inédites. Par le comte J.
Arrivabene, Paris 1836, pp. 116-117. Extractos en un cuaderno no numerado y redactado ca. febrero-marzo
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
esto es falso. Sólo cuando el dinero es puesto como representante autónomo del valor, los
contratos no son más estipulados, por ejemplo, en cantidad de trigo o en servicios a
prestarse. (Esto último, por ejemplo, caso general en el feudalismo). Según una reflexión del
señor Senior el dinero posee una "capacidad media más amplia" de afirmar su valor. The
fact isa que como material universal de los contratos (mercancía universal de los contratos,
lo llama Bailey)13 el dinero es asumido como mercancía universal, representante de la
riqueza universal (dice Storch)14 , valor de cambio autonomizado. El dinero debe estar ya
muy desarrollado en sus dos primeras determinaciones para poder presentarse en la
tercera con este papel en tal grado de universalidad. Pero de hecho nosotros vemos que si
bien la cantidad de dinero permanece uniformemente igual, su valor cambia; que en
general como cuanto determinado está subordinado a la variabilidad de todos los valores.
Aquí su naturaleza de mercancía particular se hace valer contra su determinación
universal. [[Al dinero]] como medida, el cambio le es indiferente ya que "en un medio
cambiante pueden siempre expresarse dos relaciones distintas respecto a él, del mismo
modo que en un medio constante"15. También como medio de circulación el cambio le es
indiferente, ya que su cantidad como tal es puesta a través de la medida. Pero como dinero,
tal cual figura en los contratos, el cambio le es esencial ya que es en esta determinación
donde se ponen de manifiesto sus contradicciones.
A retomar en secciones particulares:
1) Dinero como moneda. Breve sumario sobre la naturaleza del numerario; 2) Noticias
históricas sobre las fuentes de aprovisionamiento de oro y de plata, sobre su
descubrimiento, etc. Historia de su producción; 3) Causas de las variaciones del valor de los
metales preciosos y por consiguiente del dinero metálico; efectos de estas variaciones
sobre la industria y sobre las distintas clases; 4) Sobre todo: quantity de la circulación con
referencia al aumento y a la disminución de los precios (siglo XVI, siglo XIX). Pero ver
también de qué modo el dinero como medida es afectado por un aumento de quantity, etc.;
5) Sobre la circulación: velocidad, cuanto necesario, efecto de la circulación; más, menos
desarrollada, etc.; 6) Efectos disolventes del dinero.
(Esto a retomar.) (Incluir aquí las investigaciones específicamente económicas.)
148 (El peso específico del oro y de la plata, su capacidad de contener mucho peso en un
volumen relativamente pequeño, as compared with other metalsa , se repite en el mundo de
los valores como capacidad de contener un gran valor (tiempo de trabajo) en un espacio
proporcionalmente pequeño. El tiempo de trabajo realizado en ellos, el valor de cambio, es
el peso específico de la mercancía. Esto convierte a los metales preciosos en
particularmente aptos para los fines de la circulación (ya que se puede llevar en el bolsillo
una porción significativa de valor) y de la acumulación, ya que se puede poner a resguardo
y acumular un gran valor en un espacio restringido. El oro [no] se transforma durante la
acumulación, como el hierro, el plomo, etc. Sigue siendo lo que es.)
"Si España nunca hubiera poseído las minas de México y del Perú no habría tenido nunca
necesidad del grano de Polonia" (Ravenstone)16 .
de 1845 en Bruselas: cf. MEGA 1/6, p. 614.
13 Cf. [S. BAILEYI Money and Its Vicissitudes in Value etc., London 1837, pp. 9-11. Extractos en el cuaderno
londinense V.
14 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., t. II, p. 135.
16 Cf. P. RAVENSTONE, Thoughts on the Funding System, and Its Effects, London 1824, p. 20. Extractos en el
"Illi unum consilium habent et virtutem et potestatem suam bestia. tradentb . . Et ne quis
possit emere aut vendere, nisi qui habet characterem aut nomen bestiœ, aut numerum
nominis ejus" (Apocalipsis, Vulgata)c. "Las cantidades correlativas de mercancías que se
ceden una a cambio de la otra constituyen el precio de la mercancía" (Storch). "El precio es
el degré de la valeur échangeable"d. (I.c.)17
a En comparación con otros metales.- b "tradunt"; edic. 1939 "tradent".- c "Estos tienen un consejo y darán
su potencia y autoridad a la bestia... Y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la señal, o el
nombre de la bestia, o el número de su nombre". - d Grado del valor cambiable
Como hemos visto, en la circulación simple como tal (en el valor de cambio en su
movimiento) la acción recíproca de los individuos es, desde el punto de vista del contenido,
sólo una mutua e interesada satisfacción de sus necesidades, y desde el punto de vista de la
forma es un intercambio, un poner como iguales (equivalentes). De tal modo la propiedad
también es puesta aquí únicamente como apropiación del producto del trabajo a través del
trabajo y del producto del trabajo ajeno a través del propio trabajo, en cuanto el producto
del trabajo propio es comprado mediante el trabajo ajeno. La propiedad del trabajo ajeno es
mediada por el equivalente del propio trabajo. Esta forma de propiedad —así como la
libertad y la igualdad— está puesta en esta simple relación. En el desarrollo ulterior del
valor de cambio todo esto cambiará y se mostrará finalmente que la propiedad privada del
producto del propio trabajo se identifica con la separación de trabajo y propiedad. De este
modo el trabajo será = a crear propiedad ajena, y la propiedad, a dominar trabajo ajeno.
149
17 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., t. I, pp. 72-73.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
VOLUMEN 2
[III.] EL CAPITULO DEL CAPITAL
150
"El capı́tulo del capital" (inicialmente denominado "El capı́tulo del dinero en cuanto capital") comprende
los cuadernos II (excepto las primeras 7 pá ginas), III, IV, VI y VII.
Las fechas de redacció n de los cuadernos son:
Cuaderno II : ca. noviembre de 1857.
Cuaderno III : 29 de noviembre a ca. mediados de diciembre de 1857.
Cuaderno IV : ca. mediados de diciembre de 1857 hasta el 22 de enero de 1858.
Cuaderno V : 22 de enero de 1858 hasta ca. comienzos de febrero de 1858.
Cuaderno VI : ca. febrero de 1858.
Cuaderno VII : Fines de febrero. Marzo y fines de mayo/comienzos de junio de 1858.
151
su trabajo, compará ndolos no con los productos ofrecidos en cambio, sino con un producto preferido"
Intercambio simple. Relaciones entre los que intercambian. Armonías de la igualdad, de la
libertad, etc. (Hastial, Proudhon)
Lo que vuelve particularmente difı́cil la comprensió n del dinero en su pleno cará cter
determinado consiste en que aquı́ una relació n social, determinado vı́nculo entre los
individuos, aparece como metal, como piedra, como objeto plenamente corpó reo, existente
al margen de esos individuos y al que se encuentra como tal en la naturaleza; resulta
imposible, en su estado natural, distinguir en é l aquella determinació n formal. La economı́a
polı́tica procura eludir esas dificultades mediante el olvido de una de las determinaciones
del dinero tras la otra: cuando se le presenta la de má s aquı́, echa mano a la de má s allá . El
oro y la plata no son dinero en sı́ y para sı́. La naturaleza no produce dinero alguno, de- la
misma manera que no produce un curso cambiario ni banqueros. Aunque en Perú y Mé xico
1 Cf. CH. GANILH, Des systémes d'économie politique etc., Paris 1809, t. II, pp. 64-65. Extractos en un cuaderno no
numerado ni datado, pero cuya redacció n es aproximadamente de abril-mayo de 1846 en Bruselas, y titulado
por Marx "Geschichte der Nationakö konomie"; cf. MEGA 1/6, p. 605.
Karl Marx
153 Cada sujeto es un intercambiante, esto es, tiene con el otro la misma relació n social que
é ste tiene con é l. Considerado como sujeto del intercambio, su relació n es pues la de
igualdad. Imposible es hallar entre ellos cualquier diferencia o aun contraposició n, ni
siquiera una disparidad. Por añ adidura, las mercancı́as que esos individuos intercambian
son equivalentes —en cuanto valores de cambio—, o al menos pasan por tales (só lo puede
producirse un error subjetivo en la valoració n recı́proca, y si un individuo trampea en algo a
otro, ello no se debe a la naturaleza de la función social en la que ambos se enfrentan, pues
é sta es la misma, en ella son los dos iguales, sino só lo [a] la astucia natural, el arte de la
persuasió n, etc.; en suma, só lo a la pura superioridad individual de un individuo sobre el
otro. La diferencia serı́a natural, no afectarı́a la ı́ndole de la relació n en cuanto tal; como se
señ alará en el curso ulterior de esta exposició n, esa diferencia incluso se debilita con la
competencia, etc., y se la despoja de su fuerza original). En lo tocante a la forma pura, a la
cara econó mica de la relació n, nos encontramos con tres elementos formalmente diferentes
(acotemos que el contenido, fuera de esa forma, cae aquı́ completamente al margen de la
economı́a, o es puesto como contenido natural, diferente del econó mico, y de é l puede
decirse que está completamente separado de la relació n econó mica, porque aú n coincide
inmediatamente con ella): los sujetos de la relació n, o sea los individuos que intercambian,
puestos en idé ntica determinació n; luego los objetos de su intercambio, o sea los valores de
cambio o equivalentes, que no só lo son iguales, sino que deben serlo expresamente, y que
como iguales está n puestos; por ú ltimo, el propio acto del intercambio, la mediació n a
travé s de la cual los sujetos está n puestos precisamente como individuos que intercambian,
como iguales, y sus objetos como equivalentes, tambié n iguales. Los equivalentes
constituyen la objetivació n de un sujeto para el otro; vale decir que é stos valen igual y se
confirman en el acto del intercambio como equivalentes y, al mismo tiempo, como
indiferentes entre sı́. Los sujetos existen mutuamente en el intercambio só lo merced a los
equivalentes; existen como seres de valor igual y se confirman en cuanto tales mediante el
cambio de la objetividad, en donde uno existe para el otro. Existen unos para los otros só lo
como sujetos de igual valor, como poseedores de equivalentes y como garantes de esta
equivalencia en el intercambio, y al mismo tiempo que equivalentes, son indiferentes entre
sı́; sus restantes diferencias individuales no les atañ en; todas sus demá s cualidades
individuales les son indiferentes.
154 En lo que se refiere al contenido exterior al acto del cambio —acto que a la vez pone y
garante los valores de cambio y los sujetos como individuos que intercambian-1 ese
contenido, que cae fuera de la categorı́a econó mica formal, só lo puede ser: 1) la
particularidad natural de la mercancı́a cambiada; 2) la necesidad natural especı́fica de los
individuos que intercambian; o ambas, resumidas en el diferente valor de uso de las
mercancı́as intercambiadas. Este contenido del intercambio, completamente ajeno a su
determinació n econó mica, lejos de amenazar la igualdad social de los individuos, convierte
má s bien su disparidad natural en fundamento de su igualdad social. Si el individuo A
tuviera la misma necesidad que el individuo B y su trabajo se hubiera realizado en el mismo
objeto que el del individuo B, no existirı́a entre ellos relació n econó mica alguna; desde el
punto de vista de su producció n, ho se tratarı́a de individuos diferentes. Ambos tienen la
necesidad de respirar; para ambos existe .el aire como atmó sfera; esto no suscita contacto
social alguno entre el uno y el otro. Como individuos que respiran, la vinculació n que se
crea entre los dos es meramente la de cuerpos naturales, no la de personas. Es la diversidad
Karl Marx
consomment les richesses, III é d., Paris 1817; t. II, pp. 480-482. Extractos en el cuaderno I, publicado en MEGA
1/3, pp. 437-455.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
de los sujetos del intercambio. A cada uno de esos sujetos só lo le interesa la reciprocidad en
la medida en que satisface su interé s, que excluye al del otro y no tiene relació n con é l.
156 Vale decir que el interé s comú n, lo que aparece como mó vil del acto conjunto, es,
ciertamente, reconocido por ambas partes como fact, pero en sı́ no es el mó vil; se produce,
por decirlo ası́, a espaldas de los intereses particulares reflejados en sı́ mismos y
contrapuesto el del uno al del otro. Segú n esto ú ltimo, el individuo a lo sumo puede
consolarse pensando que la satisfacció n de su antité tico interé s particular constituye
precisamente la consumació n de la antı́tesis superada, del interé s general de la sociedad.
Mediante el propio acto del intercambio, el individuo, cada uno de ellos, se refleja en sı́
mismo como sujeto exclusivo y dominante (determinante) de aquel acto. Con ello está dada
la libertad total del individuo: transacció n voluntaria; ninguna violencia de ambas partes; el
ponerse a sı́ mismo como medio, o en esta funció n de servicio, ú nicamente como medio, y
ello con la finalidad de ponerse a sı́ mismo como fin para sı́, como ser dominante,
prevaleciente; por ú ltimo, el interé s egoı́sta, que no realiza ningú n interé s que esté por
encima de é l; se sabe y se reconoce tambié n que el otro realiza del mismo modo su interé s
egoı́sta, con lo cual ambos saben que el interé s comú n radica ú nicamente en la dualidad,
multiplicidad, autonomı́a multilateral e intercambio del interé s egoı́sta. El interé s general es
precisamente la generalidad de los intereses egoı́stas. De modo que ası́ como la forma
econó mica, el intercambio, pone en todos los sentidos la igualdad de los sujetos, el
contenido o sustancia —tanto individual como colectivo— pone la libertad. No só lo se trata,
pues, de que la libertad y la igualdad son respetadas, en el intercambio basado en valores de
cambio, sino que el intercambio de valores de cambio es la base productiva, real, de toda
igualdad y libertad. Estas, como ideas puras, son meras expresiones idealizadas de aqué l al
desarrollarse en relaciones jurı́dicas, polı́ticas y sociales, é stas son solamente aquella base
elevada a otra potencia. Por lo demá s, ello ha sido confirmado histó ricamente. La igualdad y
la libertad en este sentido constituyen precisamente lo contrario de la libertad e igualdad en
la Antigü edad, que no tenı́an como base el valor de cambio desarrollado; antes bien, fueron
arruinadas por el desarrollo de aqué l. La igualdad y la libertad presuponen relaciones de
producció n que aú n. no estaban realizadas en el mundo antiguo; tampoco en la Edad Media.
El trabajo forzado directo es la base del primero; la comunidad se basa en ese tipo de
trabajo, que es el fundamento existente; el trabajo mismo como privilegio, sumido aú n en la
singularidad —no en general como productor de valores de cambio—, vale [[como]] base
de la segunda. El trabajo no es trabajo ?orzado, ni, como en el segundo caso, se efectú a bajo
la é gida de una entidad comunal considerada como algo superior (corporaciones).
157 Ahora bien: desde el punto de vista de los mó viles, esto es, de los mó viles naturales,
exteriores al proceso econó mico, la verdad es que el [[vı́nculo entre los]] individuos que
intercambian se funda en cierta coerció n. Pero esta coerció n só lo es, por un lado, la
indiferencia de los otros ante mi necesidad en cuanto tal, ante mi individualidad natural,
por consiguiente ante su igualdad conmigo y su libertad, las cuales, empero, son ni má s ni
menos que el supuesto de las mı́as. Por otra parte, en la medida en que estoy determinado y
forzado por mis necesidades, es só lo mi propia naturaleza —que es un conjunto de
necesidades e impulsos— lo que me coacciona, y no algo ajeno a mı́ (ni tampoco mi interés,
considerado en su forma general, refleja). Precisamente desde este punto de vista, tambié n
yo violento al otro, lo empujo al sistema del cambio.
De ahı́ que el derecho romano defina correctamente al servusa como aquel que no puede
adquirir nada para sı́ mediante el intercambio (ver Institutiones). Es igualmente claro, por
consiguiente, que este derecho, aunque corresponde a una situació n social en la que el
intercambio no estaba desarrollado, por el hecho de estarlo en algunas esferas pudo
exponer las determinaciones de la persona jurídica, es decir del individuo que participa en el
Karl Marx
intercambio. De esta suerte pudo anticipar (en sus rasgos fundamentales) el derecho de la
sociedad industrial, pero es sobre todo si se le confronta con la Edad Media que debı́a
abrirse paso como el derecho de la sociedad burguesa naciente. Su propio desarrollo
coincide cabalmente, por otra parte, con la disolució n de la entidad comunitaria romana.
a Siervo
Como el dinero no es sino la realizació n del valor de cambio, y como el sistema de los
valores de cambio só lo se ha realizado dentro de un sistema monetario desarrollado, o
viceversa, de hecho el sistema monetario só lo puede ser la realizació n de este sistema de la
libertad y la igualdad. Como medida, só lo el dinero da al equivalente la expresió n precisa,
hace de é l por primera vez un equivalente tambié n en cuanto a la forma. En la circulació n,
no obstante, se manifiesta aun una diferencia en lo que toca a la forma: los dos individuos
que participan en el intercambio se presentan bajo las determinaciones diferentes de
comprador y vendedor; el valor de cambio aparece una vez como universal, bajo la forma
del dinero, luego como particular en la mercancı́a natural, que ahora tiene precio. Pero, para
empezar, estas determinaciones se cambian; la circulació n misma no consiste en poner una
desigualdad, sino simplemente una igualdad, una eliminació n de la diferencia, simplemente
pensadab.
b "vermeinten", ed. 1939, `'verneinten" ("negada")
La desigualdad es tan só lo puramente formal. Por ú ltimo, en el propio dinero, en cuanto
circulante que se presenta ora en unas manos ora en otras, y es indiferente a este [[modo
de]] presentar [[se]], la igualdad pone ahora materialmente incluso la igualdad como cosa.
Cada uno aparece ante el otro como poseedor del dinero, como dinero personificado, si se
tiene en cuenta el proceso del intercambio.
158 Por ello, la indiferencia y la equivalencia existen expresamente en la forma de la cosa. La
diferencia natural y especı́fica existente en la mercancı́a se desvanece; constantemente la
borra la circulació n. Un trabajador que compra una mercancı́a por valor de 3 sh. se presenta
ante el vendedor en la misma funció n, en la misma igualdad —bajo la forma de 3 sh.— que
el rey que hace otro tanto. Se disipa toda diferencia entre ellos. El vendedor, en cuanto tal,
aparece só lo como poseedor de una mercancı́a cuyo precio es de 3 sh., de modo que ambos
son perfectamente iguales; só lo que los 3 sh. existen una vez bajo la forma de plata, la otra
bajo la forma de azú car, etc. Bajo la tercera forma del dinero parecerı́a que surge una
determinació n diferente entre los sujetos del proceso. Pero en la medida en que el dinero se
presenta aquı́ como material, como mercancı́a general de los contratos, se borra má s bien
toda diferencia entre partes contratantesa y partes contratantes.
a"Kontrahenten und Kontrahenten"; en el ms. "Kontrakten und Kontrahenten" ("contratos y partes
contratantes")
Si el dinero se vuelve objeto de la acumulació n, el sujeto parece retirar de la circulació n
só lo dinero, la forma general de la riqueza, por cuanto retira mercancı́as por el mismo
precio. De modo que un individuo acumula, y el otro no, pero ninguno lo hace a expensas
del otro. Uno disfruta de la riqueza real; el otro entra en posesió n de la forma general de la
riqueza. Si el uno se empobrece, el otro se enriquece; tal es su libre voluntad y ese hecho en
absoluto deriva de la relació n econó mica, del vı́nculo econó mico mismo en que aqué llos
está n puestos entre sı́. Incluso la herencia y otras relaciones jurı́dicas similares, que
perpetú an las desigualdades ası́ surgidas, no afectan en nada esa libertad e igualdad
naturales. Si la situació n original del individuo A no entra en contradicció n con este sistema,
tal contradicció n de ningú n modo puede producirse porque el individuo B haga su aparició n
en lugar del individuo A, porque perpetú e aquella situació n. Se trata, por el contrario, de
hacer valer la determinació n social por encima de los lı́mites naturales de la vida; de un
fortalecimiento de ese orden social contra la acció n fortuita de la naturaleza, cuya
intervenció n en cuanto tal serı́a má s bien una abolició n de la libertad del individuo.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
Ademá s, como el individuo en esta relació n es tan só lo la personificació n del dinero, en
cuanto tal es tan inmortal como el propio dinero. Su actualizació n por la herencia es má s
bien la realizació n de esta determinació n.
159 No poner de relieve en esta concepció n las connotaciones histó ricas, sino contraponerla,
como refutació n, a las relaciones econó micas má s desarrolladas —en las cuales los
individuos ya no se vinculan entre sı́ meramente como sujetos del intercambio o
compradores o vendedores, sino que establecen entre sı́ relaciones determinadas y ya no
pueden ser incluidos todos bajo un solo cará cter determinado—, es lo mismo que afirmar
que no existe diferencia alguna, y menos aú n contraposició n y contradicció n, entre los
cuerpos naturales, ya que é stos, por ejemplo en lo relativo a la pesantez, son todos pesados
y por tanto iguales; o son iguales porque todos adoptan las tres dimensiones del espacio. De
la misma manera, se toma aquı́ al valor de cambio en su cará cter determinado simple, y no
en sus formas má s desarrolladas, que son contradictorias. En la evolució n de la ciencia esas
determinaciones abstractas son las primeras en aparecer y las má s pobres, tal como
tambié n ocurre, en parte, histó ricamente; lo má s desarrollado es lo posterior. En el conjunto
de la sociedad burguesa actual, esta reducció n a precios y a su circulació n, etc., aparece
como el proceso superficial bajo el cual, empero, ocurren en la profundidad procesos
completamente diferentes, en los cuales aquella igualdad y libertad aparentes de los
individuos se desvanecen. Por un lado se olvida desde un principio que el supuesto del valor
de cambio, en cuanto base objetiva del sistema productivo en su conjunto, ya incluye en sı́ la
coerció n al individuo; que el producto directo de é ste no es un producto para é l, pues só lo
llega a serlo a travé s del proceso social y tiene que adoptar esa forma general aunque
exterior; que el individuo só lo existe en cuanto productor de valor de cambio, lo que implica
la negació n absoluta de su existencia natural; el individuo, pues, está completamente
determinado por la sociedad. Se olvida, asimismo, que todo ello presupone ademá s la
divisió n del trabajo, etc., en la cual el individuo aparece inserto en relaciones diferentes a las
de los meros sujetos del intercambio, etc.; que no só lo el supuesto de ningú n modo surge de
la voluntad ni de la naturaleza inmediata del individuo, sino que es histórico; el individuo se
encuentra puesto ya por la sociedad. Se desconoce, por otra parte, que las formas superiores
en las cuales [[se realiza]] ahora el intercambio o las relaciones de producció n que en é l se
realizan, de ninguna manera quedan fijas en ese cará cter determinado simple donde la
mayor diferencia a la que se llegaba era má s formal, y por ende má s indiferente. No se ve,
por ú ltimo, que ya en la determinació n simple del valor de cambio y del dinero se encuentra
latente la antı́tesis entre el trabajo asalariado y el capital, etc. Toda esta sabidurı́a consiste
pues en quedar atados a las relaciones econó micas má s simples, las cuales, consideradas
aisladamente, son abstracciones puras, mientras que en la realidad se manifiestan má s bien
a travé s de las antı́tesis má s profundas y só lo presentan, un lado en el que su expresió n se
ha esfumado.
160 Por otro lado, queda en evidencia igualmente la tonterı́a de aquellos socialistas (en
particular los franceses, quienes procuran demostrar que el socialismo es la realizació n de
las ideas de la sociedad burguesa proclamadas por la Revolució n Francesa) segú n los cuales
el intercambio, el valor de cambio, etc., originariamente (en el tiempo) o atenié ndose a su
concepto (en su forma apropiada) constituyen un sistema de libertad e igualdad para todos,
pero que han sido desnaturalizados por el dinero, el capital, etc. O tambié n que la historia
ha hecho hasta nuestros dı́as intentos aú n fallidos de realizar esas ideas con arreglo a su
verdadera naturaleza —descubierta hoy por esos socialistas, entre ellos Proudhon, o
Santiago el Mayor—; por ese motivo se debe proporcionar la historia auté ntica de estas
relaciones en lugar de la falsa. Cabe responderles lo siguiente: el valor de cambio o, má s
ajustadamente, el sistema monetario, es en los hechos el sistema de la igualdad y la
Karl Marx
libertad; las perturbaciones que se presentan en el desarrollo reciente del sistema son
perturbaciones inmanentes al mismo, precisamente la realizació n de la igualdad y la
libertad, que se acreditan como desigualdad y carencia de libertad. El deseo de que-el valor
de cambio no se desarrolle en capital, o que el trabajo que produce valor de cambio no se
vuelva trabajo asalariado, es tan piadoso como estú pido. Lo que distingue a estos señ ores
de los apologistas burgueses es por un lado el atisbo de las contradicciones insertas en el
sistema; por el otro el utopismo, el no comprender la diferencia necesaria entre la
conformació n real y la conformació n ideal de la sociedad burguesa y, de ahı́, el querer
acometer la vana empresa de realizar la expresió n ideal de esa sociedad, expresió n que es
tan só lo la imagen refleja de tal realidad. A estos socialistas se opone el" insulso argumento
de la economı́a má s moderna y corrompida, el cual demuestra que las relaciones
econó micas expresan por doquier las mismas determinaciones simples. Esta economı́a
encuentra en todas partes la igualdad y libertad del intercambio de valores de cambio,
determinado de manera simple, y lo reduce todo a pueriles abstracciones. (Como su
representante clá sico puede considerarse, en lo que [[se refiere]] a insipidez, afectació n de
dialé ctica, petulancia ñ oñ a, satisfecha y ridı́cula repetició n de lugares comunes y una cabal
incapacidad de comprender los procesos histó ricos, a Fredericka Bá stiat, pues el
norteamericano Carey por lo menos hace valer, contra las europeas, las condiciones
norteamericanas especı́ficas.)
a Ası́ en el original (Frederick), en lugar de Frédéric
contingencias" y el beneficio como "fijo". Cf. en el vol. II el fragmento sobre Bastiat y los salarios. dEn el
manuscrito, "constituyen" en lugar de "constituye": eVaciedad.- fEn el ms. se repite aquı́ la palabra "pues"
Capital. Suma de valores. — Propiedad de la tierra y capital. — El capital procede de la
circulación. Contenido del valor de cambio. — Capital comercial, capital monetario e interés
del dinero. — La circulación supone otro proceso. Movimiento entre extremos previamente
supuestos.
El dinero como capital es una determinació n del dinero que va má s allá de su
determinació n simple como dinero. Puede considerá rsele como una realizació n superior,
del mismo modo que puede decirse que el desarrollo del mono es el hombre. De esta
manera, sin embargo, se coloca la forma inferior, como un sujeto dominante, sobre la
superior. Sea como fuere, el dinero como capital se diferencia del dinero como dinero. Es
menester desarrollar la nueva determinació n. Por otra parte, el capital como dinero parece
ser la regresió n del capital a una forma inferior. No obstante, se trata solamente del mismo
que es puesto en una particularidad, que existı́a ya antes de é l como no-capital y que
constituye uno de sus supuestos. El dinero reaparece dé nuevo en todas las relaciones
posteriores pero ya no opera entonces como simple dinero. Si, como se hará aquı́ en un
primer momento, lo seguimos hasta su plenitud en el mercado monetario, se presupondrá
el resto de su desarrollo e incidentalmente nos referiremos a é ste. Otro tanto se hará aquı́
con la determinació n universal del capital, antes de que pasemos a su particularidad como
dinero.
Si afirmo, como por ejemplo lo hace Say5 , que el capital es una suma de valores, no hago
má s que decir que el capital valor de cambio. Toda suma de valores es un valor de cambio, y
todo valor de cambio es una suma de valores. Por adició n simple no puedo pasar del valor
de cambio al capital. En la mera acumulació n de dinero aú n no se incluye, como hemos
visto, la relació n de la capitalizació n.
163 En el llamado comercio al por menor, el trá fico cotidiano de la vida burguesa, tal como se
practica directamente entre productores y consumidores, en el comercio al menudeo,
decı́amos, el objetivo de una parte es intercambiar mercancı́as por dinero y el de la otra
parte intercambiar dinero por mercancı́as, para satisfacer necesidades individuales. Tan
só lo en este proceso —que tiene lugar en la superficie del mundo burgué s— se efectú a de
3 Cf. Gratuité du crédit., cit., pp. 285-286.
5 Cf. J.-B. SAY, Traité etc., cit., t. II, pp. 428-430, 478-480. Ademá s, Cours complet d'économie politique pratique, II
é d., Paris, t. I, p. 150. Extractos del Cours, en el mismo cuaderno que contienen extractos del D'airé; cf. MEGA
1/3, p. 455.
Karl Marx
punto de partida. Hemos visto que el dinero que entra en la circulació n y a la vez de ella
vuelve a sı́, constituye la ú ltima forma a de la negació n y superació n del dinero.
a"Form", en ms. y edic. 1939, "Forderung" ("requisito")
Es al mismo tiempo el primer concepto del capital y la primera forma en que é ste se
manifiesta. Al dinero se le ha negado como entidad que meramente se disuelve en la
circulació n; se le ha negado tambié n como ente que se contrapone de manera autó noma a la
circulació n. En sus determinaciones positivas, esta doble negació n, sintetizada, contiene los
primeros elementos del capital. El dinero es la primera forma bajo la cual el capital se
presenta como tal. D - M - M -D; se cambia el dinero por una mercancı́a y la mercancı́a por
dinero; este proceso de la compra con vistas a la venta, que constituye la forma característica
del comercio, el capital como capital comercial, se encuentra en las fases má s tempranas del
desarrollo econó mico. Es el primer movimiento en el cual el valor de cambio en cuanto tal
constituye el contenido; no só lo la forma, sino su propia sustancia.
165 Este movimiento puede ocurrir dentro de pueblos, o entre pueblos, aun cuando todavı́a el
valor de cambio no haya de ninguna manera llegado a ser el supuesto de su producció n. El
movimiento no afecta má s que al excedente de esa producció n, calculada para el uso
directo, y só lo se desarrolla a su vera. Ası́ como los judı́os dentro de la vieja sociedad polaca,
o en general dentro de la sociedad medieval, pueblos comerciantes enteros de la
Antigü edad, y despué s los lombardos, asumieron esta posició n entre pueblos cuyo modo de
producció n no estaba condicionado por el valor de cambio como supuesto bá sico. El capital
comercial es meramente capital circulante y el capital circulante es la primera forma del
mismo 6; en é sta el capital de ningún modo ha llegado aún a ser la base de la producción. Una
forma má s desarrollada es el capital monetario y el interés del dinero, la usura, cuya
aparició n autó noma pertenece asimismo a una fase temprana. Por ú ltimo, la forma M - D - D
- M —en la cual el dinero y la circulació n en general se presentan como simple medio para
la mercancía circulante, que a su vez sale de nuevo de la circulació n y satisface directamente
una necesidad— constituye el supuesto de aquel surgimiento originario del capital
comercial. Tales supuestos aparecen distribuidos en diversos pueblos, mientras que en el
interior de la sociedad el capital comercial propiamente dicho só lo está condicionado por
esa circulació n orientada de manera exclusiva hacia el consumo. Por otra parte, la
mercancía circulante, la mercancı́a que só lo se realiza al adoptar lá forma de otra mercancı́a
y que sale de la circulació n para servir necesidades inmediatas, constituye igualmente una
primera forma del capital, esencialmente el capital-mercancía.
Por lo demá s, es cları́simo que el movimiento simple de los valores de cambio, tal como
se realiza en la circulació n pura, nunca puede realizar capital. Puede llevar al retiro y a la
acumulació n del dinero, pero no bien el. dinero reingresa a la circulació n, se disuelve en una
serie de procesos de cambio con mercancı́as que son consumidas, y por tanto se pierde
apenas se agota su capacidad de compra. Del mismo modo la mercancı́a, que por intermedio
del dinero ha sido cambiada por otra mercancı́a, sale de la circulació n para ser consumida,
destruida. Pero si, en el dinero, logra su autonomı́a respecto a la circulació n, ya no
representa má s que la forma universal e inmaterial de la riqueza. Como los equivalentes se
cambian entre sı́, la forma de la riqueza fijada como dinero desaparece no bien se la cambia
por mercancı́as, y otro tanto ocurre con el valor de uso existente en las mercancı́as no bien
se le cambia por dinero. A travé s del simple acto del intercambio cada uno só lo puede
perderse en su determinació n respecto al otro cuando se realiza en é l. Ninguno puede
conservarse en su determinació n cuando pasa al otro.
6 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 255, 261 [Riqueza de las naciones, pp. 253, 255-256]. cf. MEGA 1/3, p.
475.
Karl Marx
166 A los sofismas de los economistas burgueses, que embellecen el capital al querer reducirlo
a un intercambio puro, se ha contrapuesto la exigencia igualmente sofı́stica 7, pero
justificada respecto a aqué llos, de reducir realmente el capital a un intercambio puro, con lo
cual desaparecerı́a como poder y serı́a destruido tanto bajo la forma de mercancı́a como
bajo la del dinero*.
* Ası́ como el valor de cambio, vale decir todas las relaciones de las mercancı́as como valores de cambio,
aparece como cosa en el dinero, en el capital se presentan todas las caracterı́sticas de la actividad que crea los
valores de cambio: el trabajo.
La repetició n del proceso de los dos puntos, dinero o mercancı́a, no se incluye entre las
condiciones del intercambio. Este acto só lo puede repetirse hasta que está consumado, es
decir, hasta que el importe del valor de cambio haya sido intercambiado. No puede
desencadenarse de nuevo por sus propias fuerzas. La circulación, pues, no lleva en sí misma
el principio de la autorrenovación. Sus elementos le están presupuestos, no los pone ella. Las
mercancı́as deben ser lanzadas permanentemente en ella, de nuevo y desde afuera, al igual
que el combustible al fuego. Caso contrario, se extinguirı́a en la indiferencia. Se extinguirı́a
en el dinero como resultado indiferente que, al no estar ya en relació n con las mercancı́as,
los precios y la circulació n, cesarı́a de ser dinero, dejarı́a de expresar una relació n de
producció n; só lo restarı́a de é l su existencia metá lica, pero la econó mica habrı́a sido
destruida. La circulació n, que se presenta como lo inmediatamente existente en la
superficie de la sociedad burguesa, só lo existe en la medida en que se la mantiene.
Considerada en sı́ misma, es la intermediació n entre extremos que le está n presupuestos.
No pone a esos extremos. Por ende no só lo debe medı́rsele en cada uno de sus momentos,
sino como totalidad de la intermediació n, como proceso total. Su ser inmediato es, pues,
apariencia pura. Es el fenómeno de un proceso que ocurre por detrás de ella. Se le niega ahora
en cada uno de sus momentos; como mercancı́a, como dinero y como vı́nculo entre ambos,
como intercambio y circulació n simples de ambos. Si en un principio el acto de la
producció n social aparecı́a como creació n de valores de cambio y esto, en su desarrollo
ulterior, como circulació n —como movimiento plenamente desarrollado y recı́proco de los
valores de cambio—, actualmente la propia circulació n retorna a la actividad que produce y
pone el valor de cambio. Retorna pues a su fundamento.
167 Supuestos de la circulació n son las mercancı́as (ya sea en su forma particular, ya en la
universal de dinero) que constituyen la realizació n de un tiempo de trabajo determinado y
que como tales son valores; su premisa es, pues, tanto la producció n de mercancı́as por el
trabajo, como su producció n en cuanto valores de cambio. Este es su punto de partida, y
merced a su propio movimiento retorna, como a su resultado, a la producció n creadora de
valores de cambio. De modo que hemos alcanzado nuevamente el punto de partida, la
producción que crea y pone valores de cambio. Pero esta vez de tal manera que la
producción presupone la circulación como momento desarrollado y aparece como proceso
permanente que pone en marcha a la circulació n y vuelve continuamente de é sta a sı́
misma, para ponerla en marcha nuevamente. El proceso que pone al valor de cambio se
presenta aquı́ y ahora, pues, bajo una forma harto má s complicada, porque ya no es só lo el
movimiento de los valores de cambio presupuestos, o a los que ponı́a formalmente como
precios, sino que al mismo tiempo los crea, los produce como supuestos. La propia
producció n ya no existe aquı́ antes de sus resultados, esto es, presupuesta, sino que se
presenta como la productora de esos resultados y, al mismo tiempo, de sı́ misma. Pero ya no
los produce, como en el primer estadio, en cuanto destinados meramente a la circulació n,
sino que en su propio proceso subordina a la circulació n desarrollada. (La circulació n
7 Aquı́ se alude directamente a J. Gray y a Proudhon.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
consiste au fond só lo en el proceso formal que pone una vez al valor de cambio bajo la
determinació n de mercancı́a, la otra bajo la determinació n de dinero.)
Pasaje de la circulación a la producción capitalista. – El capital, trabajo objetivado, etc. –
Suma de valores para la producción de valores
Este movimiento se presenta bajo formas diversas, tanto histó ricamente, en cuanto
conduce al trabajo productor de valores, como tambié n, por otra parte, en el seno del
sistema productivo burgué s, esto es, de la misma producció n que pone valor de cambio.
Entre pueblos totalmente bá rbaros y semi-bá rbaros actú an como intermediarios pueblos
que practican el comercio; o tribus cuya producció n es naturalmente diferente, entran en
contacto e intercambian su excedente. El primer caso constituye la forma má s clá sica, y por
lo tanto nos ocuparemos de é l. El intercambio del excedente es una relació n que pone el
valor de cambio y el intercambio. Se extiende, empero, solamente al excedentea y
desempeñ a un papel secundario respecto a la producció n.
a En el manuscrito "Austausch" ("intercambio") en lugar de "ü berfluss" ("excedente")
168 Pero si se repite la aparició n de los comerciantes que promueven el intercambio (los
lombardos, normandos, etc., desempeñ aron ante casi todos los pueblos europeos ese papel)
se desarrolla un comercio regular; el pueblo productor aú n practica aquı́ tan só lo el llamado
comercio pasivo, ya que el impulso a la actividad que pone valor de cambio procede del
exterior, no de adentro; el excedente de la producció n ya no puede ser casual,
accidentalmente existente, sino que se le debe renovar de continuo, con lo cual se imprime a
la producció n local una tendencia orientada hacia la circulació n, hacia la creació n de valores
de cambio. Al principio el efecto es má s material. Se amplı́a el cı́rculo de las necesidades; el
objetivo es la satisfacció n de las nuevas necesidades, y por tanto. una mayor regularidad de
la producció n y el aumento de la misma. La organizació n de la propia producció n interior se
modifica ya por obra de la circulació n y del valor de cambio; con todo, é stos no afectan aú n
ni toda la superficie de aqué lla ni toda su profundidad. Es a eso a lo que se llama el efecto
civilizador del comercio exterior. La medida en que el movimiento que pone el valor de
cambio afecta al conjunto de la producció n, depende en parte de la intensidad de esa acció n
exterior, en parte del grado en que los elementos de la producció n interior —la divisió n del
trabajo, etc.— se hayan desarrollado ya. En Inglaterra, por ejemplo, en el siglo XVI y
comienzos del XVII la importació n de mercancı́as holandesas hizo que fuera esencialmente
decisivo el surplus de lana ofrecido por Inglaterra en intercambio. Para producir má s lana
se convirtió a las tierras de labranza en pasturas para las ovejas, se desmanteló el sistema
del pequeñ o arrendamiento, etc., se produjo el clearing de estatesa. La agricultura perdió
entonces el cará cter de trabajo con vistas al valor de uso y elb intercambio de su excedente
perdió el cará cter de indiferente respecto a la estructura interna de la agricultura. En
ciertos aspectos la agricultura fue determinada ú nicamente por la circulació n y
transformada en producció n creadora de valores de cambio. Con ello no só lo se modificó el
modo de producció n, sino que se disolvieron todas las relaciones de població n, de
producció n y econó micas correspondientes a aqué l. De modo, pues, que el supuesto de la
circulació n era aquı́ una producció n que só lo creaba valores de cambio como excedente,
pero se transformó en una producció n que só lo existı́a en dependencia de la circulació n, en
una producció n cuyo ú nico contenido era crear valores de cambio.
a Literalmente, despejo o limpieza de las fincas: nombre dado a la expulsió n de los campesinos y el despojo
de sus tierras por parte de los grandes terratenientes ingleses.- b "der", edic. 1939, "den", cambio de caso con
consecuencias sobre la redacció n
Por lo demá s, en la producció n moderna, que presupone el valor de cambio y la
circulació n desarrollada, por un lado los precios determinan la producció n, y por el otro la
producció n determina los precios.
Karl Marx
Cuando se dice que el capital "es trabajo acumulado (realizado)" —hablando con
propiedad trabajo objetivado— "que sirve de medio al nuevo trabajo (producció n)" 8, se
toma en cuenta la simple materia del capital y se prescinde de la determinació n formal, sin
la cual no es capital.
169 Equivale a decir que el capital no es sino instrumento de producció n, pues en el má s
amplio sentido, antes de que un objeto pueda servir de instrumento, de medio de
producció n, es necesario apropiá rselo mediante una actividad cualquiera, aunque sea un
objeto suministrado ı́ntegramente por la naturaleza, como por ejemplo las piedras. Segú n lo
cual, el capital habrı́a existido en todas las formas de la sociedad, lo que es cabalmente
ahistó rico. Conforme a esta tesis cada miembro del cuerpo serı́a capital, ya que debe ser no
só lo desarrollado sino tambié n nutrido y reproducido por la actividad, por el trabajo, para
poder ser eficaz como ó rgano. El brazo, sobre todo la mano, serı́an capital, pues. El capital
serı́a un nuevo nombre para una cosa tan vieja como el gé nero humano, ya que todo tipo de
trabajo, incluso el menos desarrollado, la caza, la pesca, etc., presupone que se utilice el
producto del trabajo precedente como medio para el trabajo vivo e inmediato. Otra
determinació n de la definició n citada má s arriba es que se abstrae totalmente la sustancia
material de los productos y se considera al trabajo pasado como su ú nico contenido
(sustancia). De igual modo se hace abstracció n del objetivo determinado, especı́fico, para
cuya formació n este producto debe servir ahora nuevamente como medio, y en calidad de
objetivo se establece tan só lo una producció n en general. Todo esto aparenta ser
ú nicamente la obra de la abstracció n, que es igual en todas las condiciones sociales y que
só lo lleva má s adelante el aná lisis y lo formula de manera má s abstracta (má s general) de lo
que hasta entonces solı́a ocurrir. Si de este modo se hace abstracció n de la forma
determinada del capital y só lo se pone el é nfasis en el contenido, que como tal es un
momento necesario de todo trabajo, nada más fácil, natural-Mente, que demostrar que el
capital es una condición necesaria de toda producción humana. Se aporta la prueba
correspondiente mediante la abstracció n de las determinaciones especı́ficas que hacen del
capital el elemento de una etapa histórica, particularmente desarrollada, de la producció n
humana. El quid de la cuestió n reside en que, si bien todo capital es trabajo objetivado que
sirve como medio para una nueva producció n, no todo trabajo objetivado que sirve como
medio para una nueva producció n, es capital. El capital es concebido como cosa, no como
relación.
Si se dice, por otra parte, que el capital es una suma de valores aplicada a la producció n
de valores, esto significa que el capital es el valor de cambio que se reproduce a sı́ mismo.
Pero formalmente el valor de cambio se reproduce tambié n en la circulació n simple. En esta
definició n se mantiene, sı́, la forma que convierte al valor de cambio en punto de partida,
pero se soslaya la relació n con el contenido (que en el capital, a diferencia del caso del valor
de cambio simple, no es indiferente).
170 Si se afirma que el capital es valor de cambio que produce beneficio, o que por lo menos se
utiliza con la intenció n de producir un beneficio, el capital está ya incluido en su propia
definició n, pues el beneficio es una relació n determinada del capital consigo mismo 9. El
capital no es una relació n simple, sino un proceso, en cuyos diversos momentos nunca deja
8 Cf. entre otros a A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 355-356 [Riqueza de las naciones, p. 3001. (Smith dice "a
certain quantity of labour stocked and stored up to be employed, if necessary, upon some other occasion").
Vé ase ademá s sobre todo este pará grafo a J. F. BRAY, Labour Wrong and Labour's Remedy etc., Leeds 1839, pp.
140-141.
9 Cf. T. R. MALTHUS, Principies etc., cit., p. 264 [Principios, pp. 221-2221 y D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p.
de ser capital. Desarrollar esto, pues. En el [[concepto del trabajo]] acumulado hay ya algo
subrepticio, pues segú n la determinació n conceptual só lo debiera existir trabajo objetivado,
en el cual, efectivamente, hay acumulado un cuanto determinado de trabajo. Pero el trabajo
acumulado ya abarca un cuanto de esos objetos, en los cuales el trabajo está realizado 10.
"En el comienzo cada uno se bastaba a sı́ mismo, l'é change ne portant que sur des objets
sans valeur pour chaque echan-giste; on n'y mit pas d'importance,a et chacun se trouva
satisfait de recevoir une chose utile en é change d'une chose sans utilité b. Pero cuando la
divisió n del trabajo hizo de cada uno un comerciante y de la sociedad una sociedad y-
omercial, chacun ne voulut livrer ses produits que contre' leur é quivalent; il fallut donc,
pour dé terminer cet é quivalent, connaitre la valeur de ce qu'on donnait etc de ce qu'on
recevait"d (Ganilh, 12, b)11. Esto significa, en otras palabras, que el intercambio no se detuvo
en la creació n formal de valores de cambio, sino que de manera necesaria evolucionó hasta
someter la propia producció n al valor de cambio.
a En edic. 1939, se repite aquı́ el rengló n anterior.- b Pues el intercambio só ld comprendı́a objetos sin valor
para cada uno de los que intercambiaban, no se le daba importancia y cada cual se tenı́a por satisfecho de
recibir una cosa útil en trueque por otra sin utilidad.- c "de ce qu'on donnait et", omitido en edic. 1939.- d Cada
uno só lo aceptó entregar sus productos contra el equivalente de los mismos; fue necesario, entonces, para
establecer ese eq,uivalerite, conocer el valor de lo que se daba y de lo que se recibı́a
Hemos visto que en el dinero en cuanto tal el valor de cambio ya ha adoptado una forma
autó noma respecto a la circulació n, pero una forma que, cuando se le fija, es só lo negativa,
fugitiva o ilusoria. El dinero só lo existe con respecto a la circulació n y como posibilidad de
introducirse en ella, pero pierde esta determinació n no bien se realiza; retorna entonces a
sus dos determinaciones anteriores como valor de cambio y como medio de cambio.
171 Tan pronto como el dinero se pone como valor de cambio que no só lo se vuelve autó nomo
respecto a la circulació n, sino que se mantiene en ella, deja de ser dinero, pues é ste en
cuanto tal no va má s allá de su funció n negativa: es capital. Es un fact histó rico que el dinero
es la primera forma en la cual el valor de cambio adopta la caracterı́stica de capital. De ahı́
que se confunda la primera forma de manifestación del capital con el propio capital, o que se
le considere como la ú nica forma propia del mismo. Lejos de contradecir nuestra posició n,
este hecho la confirma. La primera determinació n del capital consiste pues en que el valor
de cambio salido de la circulació n y premisa de é sta, se conserva en ella y mediante ella; no
se pierde al entrar en ella; la circulació n no es el movimiento en que desaparece el valor de
cambio, sino, antes bien, el movimiento de su propia presentació n como valor de cambio, su
propia realizació n como valor de cambio. No se puede decir que en la circulació n simple se
realice el valor de cambio en cuanto tal. Está condenado a realizarse siempre en el
10 Cf. nota 119 y L-C.-L. S. DE SISMONDI, De la richesse commerciale, ou principes d'économie politique appliqués d
12 Cf. J.B. SAY, Traité etc., t. II, p. 185. La referencia a pá gina "21" corresponde al cuaderno de extractos, en el cual el
pá rrafo citado se encuentra en pá gina 14; cf. MEGA 1/3, p. 447.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
metafísica e insustancial, siempre en poder del mismo cultivateur"b (aquí tanto da decir
propietario), "para el cual reviste diversas formas" (Sismondi, VI)13.
a Los valores capitales se perpetúan.- b Cultivador
174 El aspecto simplemente negativo: Las mercancı́as lanzadas a la circulació n han alcanzado
su objetivo; han sido cambiadas recı́procamente; cada una se vuelve objeto de una
necesidad y es consumida. Con ello la circulació n toca a su fin. Só lo subsiste el dinero como
simple residuo. En cuanto tal, ha cesado de ser dinero, pierde su determinació n formal.
Sucumbe en su materia, que subsiste como ceniza inorgá nica del proceso entero.
El aspecto positivamente negativo: El dinero no es negado como valor de cambio
objetivado, [[existente]] para sı́; no meramente como valor de cambio que desaparece en la
circulació n; sino que se niega la autonomı́a contradictoria, la universalidad puramente
abstracta en que se ha situado el dinero, pero,
Tercero: El valor de cambio, en cuanto supuesto y al mismo tiempo resultado de la
circulació n, ası́ como está subordinado a é sta por haber surgido de ella, debe salir
nuevamente de la circulació n. Si esto ocurriera só lo de manera formal, se convertirı́a de
nuevo simplemente en dinero; si saliera como mercancı́a real, como en la circulació n
simple, se tornarı́a en simple objeto de una necesidad, serı́a consumido en cuanto tal y
perderı́a asimismo su determinació n formal. Para que esa salida sea real, el valor de cambio
debe convertirse, sı́, en objeto de la necesidad y ser consumido como tal, pero debe ser
consumido por el trabajo y ası́ reproducirse de nuevo.
Dicho con otras palabras: el valor de cambio era originariamente, por su contenido, una
cantidad objetivada de trabajo o de tiempo de trabajo; como tal, a travé s de la circulació n
proseguı́a su objetivació n hasta existir como dinero, como dinero tangible. Ahora, el propio
valor de cambio debe poner el punto de partida de la circulació n, el punto de partida que
era exterior a é sta y presupuesto a ella, y para el cual la propia circulació n aparecı́a como un
movimiento que se apoderaba de é l y lo transformaba; ese punto de partida es el trabajo.
Pero el valor de cambio ya no realiza esa operació n como equivalente simple o como simple
objetivació n del trabajo, sino en calidad de valor de cambio objetivado y vuelto autó nomo,
que se entrega al trabajo y se convierte en su material tan só lo para renovarse a sı́ mismo y
recomenzar a partir de sı́ mismo la circulació n. Por eso, ya no estamos ante una simple
equiparació n, o ante una conservació n de su identidad, como en la circulació n, sino ante
una reproducción de sı́ mismo. El valor de cambio se pone a sı́ mismo só lo como valor de
cambio, mientras se valoriza, es decir aumenta su valor. El dinero (en cuanto salido de la
circulació n y vuelto sobre sı́ mismo) ha perdido como capital su rigidez y se ha transformado,
de cosa palpable, en un proceso. Por lo demá s, el trabajo ha modificado
su relació n con su condició n de objeto: tambié n ha regresado a sı́ mismo. Este retorno
consiste en que el trabajo objetivado en el valor de cambio pone al trabajo vivo como medio
de la reproducció n de ese valor, mientras que originariamente el valor de cambio só lo
aparecı́a como un producto del trabajo.
175
Concentración de los capitales. - III. El capital como cré dito. -IV. El capital como capital en
acciones. - V. El capital como mercado monetario. - VI. El capital como fuente de la riqueza. El
capitalista. Despué s del capital, habrı́a que ocuparse de la propiedad de la tierra. Tras é sta,
del trabajo asalariado. Una vez analizados estos tres, [[habrı́a que ocuparse]] del
movimiento de los precios, tal cual es determinado por la circulació n en su totalidad interna.
Ademá s estudiar las tres clases, pues la producció n está planteada en sus tres premisas y
formas fundamentales de la circulació n. Luego, el estado. (Estado y sociedad burguesa. —
Los impuestos, o la existencia de las clases improductivas. — La deuda pú blica. — La
població n. — El estado volcado al exterior: colonias. Comercio exterior. El curso carn, biario.
El dinero como moneda internacional. — Por ú ltimo, el mercado mundial. Dominio de la
sociedad burguesa sobre el estado. La crisis. Disolució n del modo de producció n y de la
forma de sociedad fundados en el valor de cambio. El trabajo individual puesto realmente
como social y viceversa.)]]
Producto y capital. Valor y capital. Proudhon.
(Nada má s falso que la manera en que tanto los economistas como los socialistas
consideran la sociedad con relació n a las condiciones. econó micas. Proudhon, por ejemplo,
dice contra Bastiat (XVI, 29) 14: "La diffé rence pour la société entre capital et produit n'existe
pas. Cette diffé rence est toute subjective aux individusa.”
a Para la sociedad no existe la diferencia entre capital y producto. Esta diferencia es enteramente subjetiva
en los individuos
176 De modo que llama subjetivo precisamente a lo social, y a la abstracció n subjetiva la
denomina sociedad. La diferencia entre producto y capital es justamente la de que el
producto en cuanto capital expresa una relació n determinada, correspondiente a una forma
histó rica de sociedad. La presunta consideració n desde el punto de vista de la sociedad, no
significa otra cosa que perder de vista las diferencias que precisamente expresan la relación
social (relació n de la sociedad burguesa). La sociedad no consiste en individuos, sino que
expresa la suma de las relaciones y condiciones en las que esos individuos se encuentran
recı́procamente situados. Como si alguien quisiera decir: desde el punto de vista de la
sociedad no existen esclavos y citizensa : é stos y aqué llos son hombres. Má s bien lo son
fuera de la sociedad. Ser esclavo y ser citizen constituyen determinaciones sociales,
relaciones entre los hombres A y B. El hombre A, en cuanto tal, no es esclavo. Lo es en y a
causa de la sociedad. Lo que aquı́ dice del capital y el producto el señ or Proudhon, significa
en é l que desde el plinto de vista de la sociedad no existe diferencia alguna entre
capitalistas y obreros, una diferencia que só lo existe, justamente, desde el punto de vista de
la sociedad.)
(En su escrito polé mico contra Bastiat, Gratuité du créditb , Proudhon termina por querer
reducir el intercambio entre el capital y el trabajo al 'intercambio simple de mercancı́as
como valores de cambio, a los elementos de la circulació n simple; esto es, hace caso omiso
de la diferencia especı́fica de la que todo depende. Afirma: "Tout produit devient á un
inoment donné capitalb, porque todo lo que se consume, en un momento determinado se
consomme reproductivementc". Esto es muy falso, pero never mindd 15. "Qu'est ce qui fait
que la motione du produit se transforme tout á coup en celle du capital? C'est l'idee de
valeur. Cela veut dire que le produit, pour devenir capital, doit avoir passé par une
é valuation authentique, avoir é té acheté ou vendu, son prix dé battu et fixé par une sorte de
convention lé gale. Por ejemplo el cuero, sortant de la boucherie, est le produit du boucher.
14 Cf. Gratuité du crédit etc., cit., p. 250. La referencia "XVI, 29" corresponde al cuaderno de extractos.
Ce cuir est-il acheté par le tanneur? Aussitó t celui-ci le porte ou en porte la valeur á son
fonds d'exploitation. Par le travail du tanneur, ce capital redevient produit, etc."16. Todo
capital es aquı́ "une valeur faite"g 17".
177 El dinero es el "valeur la plus par-faiteh 18", el valeur faite a la potencia má s alta. Esto
significa, pues, que: 1) El producto se convierte en capital al convertirse en valor. O que el
capital es nada má s que valor simple. No existe diferencia alguna entre ellos. De ahı́ que
alternativamente una vez lo nombre mercancı́a (el lado natural de é sta expresado como
producto) y otra vez como valor, o má s bien precio, ya que é ste supone el acto de la compra
y la venta. 2) Puesto que el dinero se presenta como la forma acabada del valor, tal como
ocurre en la circulació n simple, el dinero es tambié n el verdadero valeur faite.)
a Ciudadanos.- b Todo producto en un momento determinado se transforma en capital.- c Se consume
reproductivamente.- d No importa.- e En Proudhon, "notion" en el ms., "motion".- f ¿A qué se debe que la moció n
del producto se transforme de golpe en la de capital? A la Idea de valor. Esto quiere decir que el producto para
convertirse en capital, tiene que haber pasado por una evaluació n i;ité ntica, haber sido comprado o vendido,
discutido su precio y fijado por una especie de convenció n legal ... al salir del matadero, el producto del
matarife. ¿El curtidor compra ese cuero? Al instante lo lleva o lleva el valor a su fondo de explotació n. Gracias
al trabajo del curtidor, ese capital se convierte nuevamente en producto, etc.- g Un valor realizado.- h Valor má s
perfecto
Capital y trabajo. Valor de cambio y valor de uso para el valor de cambio. — El dinero y su
valor de uso (trabajo) en esta relación, capital. Autorreproducción del valor, su
único movimiento. — Lo de que ningún capitalista invertirá su capital sin obtener ganancia
de éste, palabrerío. — El capital, en cuanto a su sustancia, trabajo objetivado. Contradicción
con el trabajo productivo (vale decir, con el que conserva y acrecienta el valor). — Trabajo
productivo y trabajo como prestación de servicios. — Trabajo productivo e improductivo. A.
Smith, etc. — El ladrón, en el sentido de Lauderdale, et el trabajo productivo.
La transició n que se opera a partir del valor de cambio simple y de su circulació n en el
capital, se puede expresar tambié n de la siguiente manera: en la circulació n del valor de
cambio aparece bajo dos formas: una vez como mercancı́a, la otra como dinero. Si aparece
en una de esas determinaciones, no lo hace en la otra. Esto se aplica a toda mercancı́a
particular. Pero si consideramos en sı́ misma a la circulació n en su conjunto, tenemos que el
mismo valor de cambio, el valor de cambio como sujeto, se pone ora como mercancı́a, ora
como dinero, y que justamente el movimiento consiste en ponerse en esta doble
determinació n, y en conservarse en cada una de las formas como su contraria, en la
mercancı́a como dinero y en el dinero como mercancı́a. Esto ocurrı́a ya en la circulació n
simple, pero no estaba puesto en ella. El valor de cambio puesto como unidad de la
mercancı́a y el dinero es el capital, y ese propio ponerse se presenta como la circulació n del
capital. (La cual, empero, es una lı́nea en espiral, una curva que se amplı́a, no un simple
cı́rculo 19.)
Analicemos primeramente las determinaciones simples contenidas en la relació n entre el
capital y el trabajo, con vistas a descubrir la conexió n interna tanto de esas determinaciones
como de susa desarrollos ulteriores respecto al precedente.
a "ihrer" ("de sus"), edic. 1939, "Ihre" ("sus")
El primer supuesto consiste en que de un lado esté el capital y del otro el trabajo, ambos
16 Cf. ibídem, pp. 178-180.
19 Cf. L-C.-L. S. DE SISMONDI, Nouveaux principes etc., cit., t. I, I. II, c. VI, p. 120.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
como figuras autó nomas y contrapuestas; ambos, pues, tambié n como recı́procamente
ajenos. El trabajo que se contrapone al capital es trabajo ajeno, y el capital que se enfrenta al
trabajo es capital ajeno. Los extremos aquı́ confrontados son específicamente diferentes. En
la primera creació n del valor de cambio, el trabajo estaba determinado de tal modo que el
producto no constituı́a un valor de uso directo para el trabajador, no era directamente un
medio de subsistencia.
178 Tal era la condició n general para la creació n de un valor de cambio y del intercambio en
general. Caso contrario, el trabajador habrı́a creado un producto, un valor de uso directo
para sı́ mismo, pero ningú n valor de cambio. Este valor de cambio, sin embargo, estaba
materializado en un producto que en cuanto tal tenı́a valor de uso para otros y que en
calidad de tal era objeto de sus necesidades. El valor de uso que el trabajador ha de ofrecer
al capital —valor que el trabajador ha de ofrecer en general a otro— no está materializado
en un producto, de ningú n modo existe fuera del obrero, o sea que no existe realmente, sino
só lo como posibilidad, como capacidad de ese trabajador. No se hace real hasta tanto el
capital no lo solicita, no lo pone en movimiento, ya que la actividad sin objeto no es nada, o
en el mejor de los casos es actividad intelectual, de la que aquı́ no nos ocupamos. No bien el
valor de uso es puesto en movimiento por el capital, se convierte en la actividad productiva
determinada del obrero, en la propia condició n vital de é ste orientada hacia un fin
determinado y que por lo tanto se manifiesta bajo una forma determinada.
En la relació n entre el capital y el trabajo el valor de cambio y el de uso está n puestos en
una relació n recı́proca. Un lado (el capital), por de pronto se contrapone al otro como valor
de cambio*, y el otro (el trabajo) se enfrenta al capital como valor de uso.
* ¿No es menester concebir al valor como la unidad de valor de uso y valor de cambio? ¿En sı́ y para sı́, el
valor en cuanto tal es lo universal con respecto al valor de uso y al valor de cambio como formas particulares
suyas? ¿Tiene esto alguna importancia para la economı́a? El valor de uso está tambié n presupuesto en el
intercambio simple o intercambio puro. Pero aquı́, cuando precisamente el cambio se produce tan só lo con
vistas al uso recı́proco de las mercancı́as, el valor de uso —o sea el contenido, la particularidad natural de la
mercancı́a en cuanto tal— no tiene existencia alguna como determinació n formal econó mica. La
determinació n formal de la mercancı́a es, antes bien, el valor de cambio. El contenido al margen de esta forma
es indiferente; no es el contenido de la relació n en cuanto relació n social. ¿Pero este contenido en cuanto tal,
no se desarrolla hasta formar un sistema de necesidades y producció n? ¿El valor de uso, en calidad de tal, no
se introduce en la propia forma, no la determina econó micamente, por ejemplo en la relació n entre capital y
trabajo? , ¿en las diversas formas del trabajo? , ¿en la agricultura, industria, etc., en la renta de la tierra?
¿Influencia de las estaciones sobre el precio de las materias primas? , etc. ¿Si sólo el valor de cambio en cuanto
tal desempeñ ara un papel en la economı́a, có mo podrı́an aparecer despué s esos elementos que se vinculan
ú nicamente al valor de uso, como, tambié n por ejemplo, en el capital como materia prima, etc.? ¿Có mo es que
en Ricardo 20, la constitució n fı́sica de la tierra aparece como caı́da de las nubes? , etc. La palabra mercancı́a
Gen alemá n, Güter [[bienes, objetos, géneros]] equivaldrı́a tal vez a denrée [[gé neros, alimentos]] por
contraposició n a marchandise [[mercancı́a]]? )a contiene la relació n (a Vé ase nota en p.94. La palabra alemana
usada siempre en el texto y que será equivalente a marchandise es “Ware”). El precio aparece en ella como
mera determinació n formal. Lo que no contradice, en absoluto, que el valor de cambio sea la determinació n
preponderante. Pero el uso, naturalmente, no desaparece por el hecho de estar determinado sólo por el
cambio, aunque desde luego ese hecho fija su propia orientació n. Sea como fuere, hay que investigar esto
concienzudamente al estudiar el valor, y no, como hace Ricardo, dejarlo sencillamente de lado, ni como el
insulso Say21 darse ı́nfulas con el mero empleo de la palabra "utilidad". Ante todo se debe exponer, y se
expondrá en el desarrollo de los diversos capı́tulos, en qué medida el valor de uso en cuanto sustancia
presupuesta queda al margen de la economı́a y de sus determinaciones formales, y en qué medida entra en
ella. Inepcias de Proudhon; ver la "Misé re"22 . Lo seguro es que: en el intercambio (en la circulació n) tenemos
la mercancı́a —valor de uso-- como precio; que al margen de su precio es mercancı́a, objeto de una necesidad,
20 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p. 55-75 [Principios, pp. 51-631.
21 Cf. J.-B. SAY, Cours complet etc., cit., t. I, pp. 80-83 y D'airé etc., cit., t. I, pp. 2-7; cf. MEGA 1/3, p. 438.
22 Cf. MEGA 1/6, pp. 122-131 [Miseria de la filosofía, edic. Signos, Buenos Aires, 1970, pp. 11-231.
Karl Marx
se comprende de suyo. Ambas determinaciones no entran en relació n alguna entre sı́, salvo que el [[valor]] de
uso particular se presenta como lı́mite natural de la mercancı́a; de ahı́ que el dinero, esto es, el valor de cambio
de aqué lla, tenga una existencia fuera de ella en el dinero, pero só lo formalmente. El propio dinero es
mercancı́a, tiene por sustancia un valor de uso.
179 En la circulació n simple cada una de las mercancı́as puede ser considerada
alternativamente en una determinació n o en la otra. En ambos casos la mercancı́a,
considerada en cuanto tal, sale de la circulació n como objeto de una necesidad y queda
completamente al margen de la relació n econó mica. Caso que la mercancı́a sea fijada como
valor de cambio —dinero—, tiende a la misma carencia de forma, pero en este caso
permanece dentro de la relació n econó mica. Sea como fuere, en la relació n de cambioa
(circulació n simple) las mercancı́as só lo tienen interé s en tanto tienen valor de cambio. Por
lo demá s, su valor de cambio só lo tiene un interé s pasajero, ya que elimina la unilateralidad
del valor de uso —esto es, el valor de uso, la utilidad referidab só lo al individuo
determinado, y por lo tanto existente para é ste inmediatamente—, pero no elimina a ese
propio valor de uso. Má s bien lo pone y le sirve como mediador; a tı́tulo de valor de uso
para otro, etc. Pero cuando el valor de cambio en cuanto tal se fija en el dinero, respecto a
aqué l el valor de uso es tan só lo un caos abstracto. Precisamente merced a la separació n de
su sustancia, el valor de cambio se reencuentra consigo mismo y tiende a salir de la esfera
del valor de cambio simple, cuyo má ximo movimiento es la circulació n simple y cuya
consumació n superior es el dinero. En el interior de esa misma esfera, empero, in fact la
diferencia só lo existe como distinció n superficial, como diferenciació n puramente formal. El
propio dinero, en su má xima fijeza, es de nuevo mercancı́a, y en cuanto tal só lo se diferencia
de las demá s porque expresa más perfectamente el valor de cambio; pero precisamente por
eso, como moneda pierde su valor de cambio en cuanto determinació n inmanente y se
convierte en mero valor de uso, aunque tambié n en valor de uso para la fijació n de precios,
etc., de las mercancı́as.
180 Las determinaciones aú n coinciden directamente, pero, a la par, divergen. Cuando una y
otra se relacionan entre sı́ de manera autó noma, positiva, como en el caso de la mercancı́a
que se vuelve objeto del consumo, é sta cesa de ser un momento del proceso econó mico; si la
relació n es negativa, como en el dinero, se llega a la incoherencia; a la incoherencia,
ciertamente, en cuanto momento de la economı́a y determinante de la vida prá ctica de los
pueblos.
Como ya hemos visto, no se puede sostener que el valor de cambio se realice en la
circulació n simple. Ello se debe a que el valor de uso no se le contrapone en cuanto tal,
como un valor de uso determinado por é l mismo. Por el contrario, el valor de uso en cuanto
tal no está en relació n con el valor de cambio; só lo se convierte en valor de cambio
determinado si se le aplica como patró n exterior a é l lo que es comú n a todos los valores de
uso: ser tiempo de trabajo. Su unidad diverge ahora directamente, y su diferencia coincide
directamente con la unidad. Aun debe plantearse que el valor de uso en cuanto tal deviene a
travé s del valor de cambio, y que é ste, a su vez, es mediado a travé s del valor de uso. En la
circulació n monetaria só lo tenı́amos las diferentes formas del valor de cambio (precio de la
mercancı́a — dinero) o só lo diversos valores de uso (M — M), para los cuales el dinero, el
valor de cambio, no es má s que una intermediació n fugaz. No se establecı́a una relació n
efectiva entre el valor de cambio y el de uso. La mercancı́a como tal —su particularidad—
tambié n es por ende un contenido indiferente, meramente fortuito y en general imaginado,
que se sitú a al margen de la relació n econó mica formal. O esta relació n es tan só lo una
forma superficial, una determinació n formal, fuera de cuyo dominio existe la sustancia real,
con la cual —en cuanto tal— aqué lla no tiene vinculació n alguna. De ahı́ que si esta
determinació n formal se debe asegurar en el dinero, se transforma bajo cuerda en un
producto natural indiferente, un metal, en el cual se disuelve toda relació n, sea con el
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
individuo, sea con el trá fico entre los individuos. El metal, a tı́tulo de tal, desde luego que no
expresa relaciones sociales algunas; hasta la forma de la moneda, la ú ltima señ al de vida de
su significació n social, se desvanece en é l.
El valor de cambio que, como té rmino de la relació n se contrapone al valor de uso, se le
contrapone como dinero, pero el dinero que de tal suerte se le contrapone ya no es dinero
en su determinació n en cuanto tal, sino en cuanto capital.
181 El valor de uso, o mercancı́a, contrapuesto al capital o al valor de cambio, ya no es la
mercancı́a tal como é sta aparecı́a ante el dinero, o sea la mercancı́a cuyo cará cter
determinado formal era tan indiferente como su contenido, y que se presentaba só lo como
una sustancia cualquiera en general. En primer té rmino como valor de uso para el capital,
vale decir como objeto en el intercambio con el cual el capital no pierde su determinació n
de valor, como por ejemplo ocurre con el dinero cuando se le cambia por una mercancı́a
determinada. La ú nica utilidad que un objeto en general puede tener para el capital, es
conservar o aumentar a é ste. Ya hemos visto, al estudiar el dinero, que el valor en cuanto tal
vuelto autó nomo –o la forma general de la riqueza- no es capaz de otro movimiento que no
sea el cuantitativo, el de acrecentarse. Es, por definició n, el compendio de todos los valores
de uso; pero al ser como siempre tan só lo una cantidad determinada de dinero (en este caso
de capital), su limitació n cuantitativa está en contradicció n con su calidad. Conforme a su
naturaleza, pues, tiende a superar su propia limitació n. (Como riqueza fruitiva, por ejemplo
en la é poca del Imperio Romano, el valor vuelto autó nomo se presentaba por tanto como
despilfarro ilimitado, (lile procuraba incluir al propio disfrute en la imaginaria carencia de
lı́mites, devorando ensaladas de perlas, etc.) Por ello, para el valor que se conserva como
valor en sı́, su aumento coincide con su conservació n, ya que tiende continuamente a
superar su limitació n cuantitativa, la cual contradice su determinació n formal, su
universalidad intrı́nseca. El enriquecimiento se convierte ası́ en finalidad en sı́. La actividad
del capital que determina el objeto de é ste só lo puede ser la del enriquecimiento, esto es, la
del incremento, la del aumento de sı́ mismo. Determinada suma de dinero (y para su
poseedor el dinero existe siempre só lo en una cantidad determinada, existe siempre como
suma determinada de dinero) (desarrollar esto ya en el capı́tulo del dinero) puede ser
plenamente suficiente para un consumo determinado en el cual cesa precisamente de ser
dinero. Pero en cuanto representante de la riqueza universal. no puede ser suficiente. En
cuanto suma cuantitativamente determinada, suma limitada, el dinero tampoco es má s que
un representante limitado de la riqueza universal, o el representante de una riqueza
limitada; alcanza exactamente adonde alcanza su valor de cambio; está exactamente
medido por é ste. Por tanto carece totalmente de la facultad, que conforme a su concepto
universal deberı́a tener, de comprar todos los disfrutes, todas las mercancı́as, la totalidad de
las sustancias materiales de la riqueza; no es un "pré cis de toutes les chosesa 23 ", etc.
Conservado como riqueza, como forma universal de la riqueza, como valor que tiene
vigencia en cuanto valor, manifiesta la tendencia constante de superar su limitació n
cuantitativa: proceso sin fin.
a Compendio de todas las cosas
182 Su propia condició n vital consiste exclusivamente en ello; só lo se conserva como valor de
cambio que vale para sı́ y que difiere del valor de uso, en tanto se reproduce continuamente.
(A los señ ores economistas les resulta condenadamente difı́cil pasar teó ricamente de la
autoconservació n del valor en el capital a su reproducció n; ante todo cuando se trata de
é sta en la determinació n fundamental de aqué l, no só lo como accidente ni só lo como
resultado. Vé ase p. ej., có mo Storch introduce esa determinació n bá sica por medio de la
23 Cf. nota 94.
Karl Marx
locució n adverbial "en sentido estricto24 ". Los economistas, por cierto, procuran introducir
eso, como algo esencial, en la relació n del capital; pero cuando ello no ocurre en una forma
brutal —como cuando se define al capital como aquello que reporta beneficibs, con lo cual
ya se pone al aumento del capital como forma económica particular_ en el beneficio—,
sucede furtiva y desmayadamente, como lo mostraremos má s adelante, en una breve
reviewa de todo lo que han aportado los economistas con respecto a la definició n
conceptual del capital. La chá chara segú n la cual nadie invertirı́a su capital si no obtuviera
ganancia de ello25 , desemboca en la necedad de que los bravos capitalistas seguirá n siendo
capitalistas incluso aunque no inviertan su capital; o, lo que está dicho en una forma muy de
entrecasa, que por definició n el capital se utiliza lucrativamente. Wellb.
Precisamente eso es lo que habrı́a que demostrar.) — El dinero en cuanto suma de dinero
se mide por su cantidad. Que se le mida contradice su determinació n que debe estar
orientada hacia lo ilimitado. Todo lo que aquı́ se ha dicho del dinero, erige aun má s para el
capital, en el cual el dinero se desarrolla en realidad por primera vez hasta alcanzar su
determinació n plena. Como valor de uso, esto es, ú til, só lo puede hacer frente al capital
aquello lo aumente, multiplique y, por ende, lo conserve como capital.
a Revisió n, examen.- b Bien
En segundo lugar. El capital es dinero, por definició n, pero dinero que ya no existe en
forma simple de oro y plata, ni ya tampoco dinero como dinero en contraposició n a la
circulació n, sino bajo la forma de todas las sustancias: mercancı́as. Hasta aquı́, pues, el
capital no entra en contradicció n con el valor de uso, sino que, fuera del dinero, só lo existe
precisamente en los valores de uso. Estas sustancias suyas son ahora, por lo tanto,
perecederas, ni siquiera tendrı́an valor de cambio alguno si no tuvieran valor de uso; como
valores de uso pierden su valor, se disuelven por simples procesos fisicoquı́micos naturales
si no se las utiliza realmente, o si se las utiliza realmente desaparecen de manera total.
Desde este punto de vista lo contrario del capital no puede ser otra vez una mercancı́a
particular, pues en cuanto tal no constituye una antı́tesis con el capital, ya que la sustancia
de este mismo es valor de uso; no es esta mercancı́a o aqué lla, sino toda una mercancı́a.
183 La sustancia comú n a todas las mercancı́as, vale decir, su sustancia no como base material,
como cualidad fı́sica, sino su sustancia comú n en cuanto mercancías y por ende valores de
cambio, consiste en que son trabajo objetivado*.
* Só lo si se busca, algo contrapuesto al capital, es posible ocuparse de esta sustancia econó mica (social) de
los valores de uso, o sea de su funció n como contenido, a diferencia de su forma (pero esta forma es valor por
ser una determinada cantidad de ese trabajo). En lo tocante a sus diferencias naturales, ninguna de é stas
impide al capital asentarse en ellas, convertirlas en su propio cuerpo, ya que ninguna excluye la determinació n
de valor de cambio y de mercancı́a.
Lo ú nico diferente al trabajo objetivado es el no objetivado, que aú n se está objetivando, el
trabajo como subjetividad. O, tambié n, el trabajo objetivado, es decir, como trabajo existente
en el espacio, se puede contraponer en cuanto trabajo pasado al existente en el tiempo. Por
cuanto debe existir como algo temporal, como algo vivo, só lo puede existir como sujeto vivo,
en el que existe como facultad, como posibilidad, por ende como trabajador. El ú nico valor
de uso, pues, que puede constituir un té rmino opuesto al capital, es el trabajo (y
precisamente el trabajo que crea valor, o sea el productivo. Esta acotació n es anticipada; hay
que desarrollarla primero; by and bya . El trabajo como mera prestació n de servicios para la
satisfacció n de necesidades directas, nada tiene que ver con el capital, pues a é ste no le
interesa. Cuando un capitalista se hace cortar leñ a para asar su muttonb , no só lo el que la
24 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., t. I, p. 154.
25 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. I, pp. 131-132 [Riqueza de las naciones, p. 64], y ademá s R. T. MALTHUS,
corta se sitú a respecto a é l, sino é l mismo respecto al leñ ador dentro de una relació n de
intercambio simple.
El que corta la leñ a le presta un servicio al capitalista, un valor de uso que no acrecienta
el capital, sino que lo consume, y el capitalista le proporciona en cambio otra mercancı́a,
bajo la forma de dinero. Ası́ ocurre con todas las prestaciones de servicio que los
trabajadores intercambian por el dinero de otras personas y que son consumidas por estas
personas. Este [intercambio]c es un consumo del ré dito, y como tal corresponde siempre a
la circulació n simple, no a la del capital.
a Dentro
de un rato; a su tiempo.- b Carne ovina.- c La inclusió n de la palabra “intercambio” soluciona
problemas de concordancia presente en la edic. 1939
Como ninguna de las partes contratantes se enfrenta a la otra como capitalista, esta
prestació n del que sirve no se puede incluir en la categorı́a de trabajo productivo. Desde
una puta hasta el papa hay una buena cantidad de esta gentuza. Pero tambié n se incluye
aquı́ el honesto y "laborioso" lumpemproletariado; por ejemplo, grandes bandas de
serviciales rufianes, etc., en las ciudades portuarias, etc.
184 El representante del dinero só lo exige el servicio en aras de su valor de uso, que
desaparece inmediatamente para é l; pero el rufiá n reclama el dinero, y en tales
circunstancias, tanto el que ofrece el dinero por la mercancı́a, como el que ofrece la
mercancı́a para obtener el dinero, representan recı́procamente tan só lo los dos té rminos de
la circulació n simple; desde luego que el rufiá n, a quien só lo interesa lograr el dinero, o sea
directamente la forma universal de la riqueza, procura enriquecerse a costa de su
improvisado amigo, lo que a é ste, hard calculatora , tanto má s profundamente lo ofende por
cuanto esta prestació n de servicios, que necesita ahora, só lo puede atribuirse a su universal
debilidad humana, ya que de ningú n modo la reclama en su condición de capitalista. A.
Smith, en lo esencial, tenía razó n con su trabajo productivo e improductivo, la tenía desde el
punto de vista de la economı́a burguesa. Lo que en cambio aducen los demá s economistas,
es chá chara (f i.b Storch, de modo aun má s piojoso Senior, etc.), a saber, que toda acció n
produce un efecto, sea lo que fuere —esto es, confunden el sentido natural y el econó mico
del producto—; de esta suerte un bribó n tambié n es un trabajador productivo, ya que
indirectamente produce libros de derecho penal (este razonamiento es, cuando menos,
exactamente tan correcto como el que sirve para llamar trabajador productivo a un juez,
porque é ste protege del robo26 ). O bien los economistas modernos se han convertido en
tales sicofantes del burgué s, que quieren hacerle creer que si alguien le despioja la cabeza, o
le frota la cola, estamos ante un trabajo productivo, ya que por ejemplo la ú ltima actividad
le dejará má s despejada su cabezota —blockheadc— para cuando el dı́a siguiente esté en su
despacho. Por ello es completamente ló gico —aunque al mismo tiempo caracterı́stico—,
que segú n los economistas consecuentes aquellos que trabajan en fá bricas de artı́culos
suntuarios, por ejemplo, sean trabajadores productivos, aunque a los tipos que consumen
tales objetos se les tache expresamente de derrochadores improductivos. El fact es que
estos trabajadores indeedd, son productivos as far as they increase the capital of their
master27 ; unproductive as to the material result of their labour. In fact e este trabajador
"productivo" está tan poco interesado en la mierda que tiene que fabricar, como el propio
capitalista que lo emplea, a quien le importan tres ardites esos cachivaches.
26 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 345-385 [Riqueza de las naciones, pp. 298-316]; v. ademá s MEGA 1/3,
p. 474. H. STORCH, Considérations etc., cit., pp. 38-50. W. N. SENIOR, Principes fondamentaux etc., cit., pp. 284-
308. J. M. LAUDERDALE, Recherches etc., cit., pp. 109-111, donde por otra parte no se habla del "ladró n" al que
hace referencia Marx en el tı́tulo-sumario de este pará grafo.
27 Cf. nota 150.
Karl Marx
exactlya la diferencia que va del intercambio entre capital y trabajo al intercambio en el cual
el dinero oficia de intermediario entre mercancı́as. En el intercambio entre el capital y el
trabajo el primer acto es un intercambio, pertenece enteramente a la circulación habitual; el
segundo es un proceso cualitativamente diferente y sólo by misuseb se le puede considerar
como intercambio del tipo que fuere. Se contrapone directamente al intercambio; categorı́a
esencialmente diferente.
a Exactamente.- b Por error
Capital y moderna propiedad de la tierra - Wakefield
[(Capital. I. Universalidad: 1) Devenir del capital a partir del dinero. b) Capital y trabajo
(intermediá ndose a travé s del trabajo ajeno). c) Los elementos del capital analizados segú n
su relació n con el trabajo (producto, materia prima, instrumento de trabajo). 2)
Particularización del capital: a) capital circulant, capital fixea . Circulació n del capital. 3) La
singularidad del capital: capital y beneficio. Capital e interé s. El capital como valor, diferente
del capital como interé s y beneficio. II. Particularidad: 1) Acumulació n de los capitales. 2)
Competencia de los capitales. 3) Concentració n de los capitales (diferencia cuantitativa del
capital, y a la vez cualitativa, como medida de su magnitud y de su acció n)b. III. Singularidad:
1) El capital como cré dito. 2) El capital como capital por acciones. 3) El capital como
mercado monetario. En el mercado monetario el capital está puesto en su totalidad; en é l,
determina los precios, da trabajo, regula la producción, en una palabra, es fuente productiva;
pero el capital, no só lo como productor de sı́ mismo (materialmente por medio de la
industria, etc., de la fijació n de los precios, del desarrollo de las fuerzas productivas), sino al
mismo tiempo como creador de valores, debe poner una forma de riqueza o un valor
especı́ficamente diferente del capital.
a Capital circulante, capital fijo.- b Tachado aquı́: b) El capital como cré dito. c) El capital por acciones. d) El
como dice Steuar28 clearsb la tierra entonces de sus bocas superfluas, a los hijos de la tierra
los arranca del pecho que los crió y transforma de este modo la propia agricultura, que
conforme a su naturaleza se presenta como fuente directa de subsistencia, en fuente
mediada de subsistencia, completamente dependiente de relaciones sociales.
a En la Inglaterra medieval, villano al que, en compensació n por su trabajo, el señ or le permitı́a el usufructo
28 Cf. nota 31.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
Hay que hacerse cargo de que las nuevas fuerzas productivas y relaciones de producción
no se desarrollaron a partir de la nada, ni del aire, ni de las entrañas de la idea que se pone
a sí misma; sino en el interior del desarrollo existente de la producción y de las relaciones
de propiedad tradicionales y contraponiéndose a ese desarrollo y esas relaciones. Si en el
sistema burgué s acabado cada relació n econó mica presupone a la otra bajo la forma
econó mico-burguesa, y ası́ cada elemento puesto es al mismo tiempo supuesto, tal es el caso
con todo sistema orgá nico. Este mismo sistema orgá nico en cuanto totalidad tiene sus
supuestos, y su desarrollo hasta alcanzar la totalidad plena consiste precisamente [en que]
se subordina todos los elementos de la sociedad, o en que crea los ó rganos que aú n le hacen
falta a partir de aqué lla. De esta manera llega a ser histó ricamente una totalidad. El devenir
hacia esa totalidad constituye un momento de su proceso, de su desarrollo. Por otra parte,
cuando en el interior de una sociedad las modernas relaciones de producció n. vale decir el
capital, se han desarrollado hasta su plena totalidad, y esta sociedad se ha apoderado de un
nuevo terreno, como por ejemplo en las colonias, la misma, y principalmente su
representante, el capitalista, se encuentra con que, en ausencia del trabajo asalariado, su
capital cesa de ser capital, y con que uno de los supuestos de é ste no es tan só lo la
propiedad de la tierra en general, sino la moderna propiedad de la tierra; propiedad de la
tierra que, en cuanto renta capitalizada, es má s cara y en cuanto tal excluye la utilizació n
directa de la tierra por los individuos. De ahı́ la teorı́a de Wakefield29 sobre las colonias,
aplicada prá cticamente por el gobierno inglé s en Australia. La propiedad de la tierra se
encarece aquı́ artificialmente para transformar a los trabajadores en asalariados, hacer que
el capital opere como tal y ası́ volver productiva la nueva colonia; en ella debe desarrollarse
la riqueza, en lugar de emplearla, como en Amé rica, para su entrega transitoria a los
asalariados. La teorı́a de Wakefield es tremendamente importante para la comprensió n
correcta de la moderna propiedad de la tierra. El capital en cuanto creador de la renta del
suelo, se reduce a la producció n del trabajo asalariado como su fundamento creador
universal. El capital surge de la circulació n y pone al trabajo como trabajo asalariado; se
constituye de esta manera y se desarrolla como un todo y pone a la propiedad de la tierra
como su condició n y al mismo tiempo como su antı́tesis.
190 Se deja ver, empero, que con ello só lo ha creado al trabajo asalariado como su supuesto
universal. Es necesario considerar a é sta aparte, pues. Por otro lado, la propiedad moderna
de la tierra se manifiesta de la manera má s imponente en el proceso del clearing of estatesa
30y en la transformació n de los trabajadores rurales en asalariados.
a Vé ase nota de la pá gina 196
XIV.
30 Cf. R. SOMERS, Letters from the Highland; or the Famine of 1847, London 1848.
Karl Marx
bolsa de valores.- e Acciones.- f Accionds bancarias; acciones del capital social de un banco.- g Acciones
ferrocarrileras.- h Acciones de canales, acciones de navegació n a vapor, acciones de telé grafos, acciones de
compañ ı́as de ó mnibus.-i Empresas.- j Acciones mineras.- k Acciones portuarias.- lAcciones de compañ ı́as de
seguros.- Mercado interno y mercado exterior.- m Mercado de acciones nacionales, fondos pú blicos, etc., y
valores extranjeros, acciones extranjeras, etc.
La concentración del mercado monetario en una sede principal dentro de un paı́s,
mientras que los demá s mercados se distribuyen má s de acuerdo con la divisió n del trabajo;
aunque tambié n en este caso, gran concentració n en la capital, si é sta es al mismo tiempo
un puerto de exportació n. —Los mercados diferentes del mercado monetario son en primer
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
té rmino tan diferentes como productos y ramas de producció n existan, y constituyen
asimismo mercados diferentes. Los principales mercados de estos productos diferentes
forman centros que, o lo son respecto a la importació n o la exportació n, o porque son
centros de una producció n determinada, a lugares de abastecimiento directo de tales
centros. Estos mercados, empero, pasan de la mera diversidad a una divisió n má s o menos
orgá nica, que necesariamente se realiza con arreglo a los elementos fundamentales del
capital: mercado de productos y mercado de materias primas.
192 El instrumento de producció n en cuanto tal no forma mercado especial alguno; como tal,
existe principalmente y por vez primera en las materias no elaboradas, que se venden como
medio de producció n; despué s, en los metales, particularmente, ya que estos excluyen toda
idea de consumo directo, y luego en productos corno el carbó n, el aceite, las sustancias
quı́micas, destinadas a desaparecer en su calidad de medios accesorios de la producció n. Lo
mismo con los colores, la madera, drugsa, etc. Segú n ello:
I. Productos. 1) Mercado cerealero, con sus diversas subdivisiones. Por ejemplo, mercado
de seedsb: arroz, tapioca, papas, etc. Muy importante econó micamente; al mismo tiempo
mercado para la producció n y para el consumo directo. 2) Colonial produce-marketc . Café ,
té , cacao, azú car; spicesd (pimienta, tabaco, pimienta de Jamaica, cinnamon, cassia lignea,
cloves,e ginger, mace, nutmegs, etc.)f ; 3) Frutas. Almonds, currants, figs, plums, prunes,
raisins, oranges, lemons, etc. Molassesg (para la producció n, etc.); 4) Provisions. Butter;
cheese, bacon, hams; lard; pork; beefh (ahumada), pescado, etc. Spiritsi. Vino, ron, cerveza,
etc. II. Productos sin elaborar. 1) Las materias primas de la industria mecánica. Lino; cá ñ amo;
algodó n; seda; lana; pieles; cueros; gutapercha, etc. 2) Materias primas de la industria
química. Potasa, salitre; trementina; nitrat of soda, etc. III. Materias primas que al mismo
tiempo son instrumentos de producción. Metales (cobre, hierro, estañ o, zinc, plomo, acero,
etc.), madera. Wood. Timberj . Maderas tintó reas. Madera para construcciones navales, etc.
Medios de producción y materias primas accesorios. Drugs y dyesk.
(Cochenillel, ı́ndigo, etc. Alquitrá n. Sebo. Aceites. Carbó n, etc.). Cada producto,
naturalmente, tiene que ir al mercado; pero los mercados realmente grandes, a diferencia
del comercio al por menor, los constituyen solamente los grandes productos de consumo
(econó micamente importantes só lo los mercados cerealero, del té , del azú car, el mercado
del café (el mercado de vinos en cierta medida, y el de las bebidas espirituosas en general) o
los constituidos por, las materias primas de la industria: mercado lanero, de la seda,
maderero, de los metales, etc.). En qué lugar debe introducirse la categorı́a abstracta del
mercado, ya se encontrará .]]
a Drogas.- b Semillas, granos.- c Mercado de productos coloniales.- d Especias.- e "cloves' ; en edic. 1939,
"gloves" ("guantes"). f Canela, cañ afı́stula, clavos de olor, jenjibre, macis, nuez moscada, etc.- g Almendras,
pasas de Corinto, higos, ciruelas, pasas de ciruelas, uvas, naranjas, limones, etc.- Melaza.- h Comestibles.
Manteca; queso, tocino, jamó n, manteca de cerdo, carne de cerdo, carne de vaca.- iBebidas espirituosas.- j
Madera y leñ a. Madera de construcció n.- k Drogas (o productos farmacé uticos) y tinturas.- l Cochinilla
Intercambio entre el capital y el trabajo. Salario por piezas.–Participación del obrero
asalariado en la riqueza general, determinada sólo cuantitativamente.– Equivalente del
obrero, dinero. Por lo tanto, enfrentado como opuesto al capital.– Pero objetivo de su
intercambio, satisfacción de su necesidad. Dinero, para él sólo medio de circulación.– Ahorro,
el renunciamiento como medio de enriquecimiento del obrero.– Carencia de valor y
desvalorización del obrero condición del capital.
193 El intercambio del obrero con el capitalista es un intercambio simple; cada uno obtiene
un equivalente; el uno, dinero, el otro, una mercancı́a cuyo precio es exactamente igual al
dinero pagado por ella; lo que el capitalista obtiene en este intercambio simple es un valor
de uso: disposició n del trabajo ajeno. Por parte del obrero —y é steb es el intercambio en el
Karl Marx
Con el dinero el obrero recibe ciertamente el valor de cambio, la fó rmula universal de la
riqueza en una cantidad determinada, y el má s o el menos que reciba, le proporciona una
participació n mayor o menor en la riqueza universal. El modo en que se determine ese má s
o ese menos, en que se mida la cantidad de dinero que recibe, depende tan poco de la
relació n general, que no se le puede desarrollar a partir de la misma en cuanto tal.
Hablando en té rminos generales, el valor de cambio de su mercancı́a só lo puede ser
determinado no por la forma en que el comprador usa su mercancı́a, sino por la cantidad de
trabajo objetivado que existe en ella; o sea, en este caso, por la cantidad de trabajo que
cuesta producir al propio obrero. El valor de uso, en efecto, que ofrece el obrero, existe
ú nicamente como facultad, como capacidad de su constitució n corporal; fuera de la misma
no tiene existencia alguna. El trabajo objetivado, que es necesario tanto para conservar
corporalmente la sustancia universal en la que existe la facultad de trabajo del obrero, o sea
este mismo, como para modificar esta sustancia universal con vistas al desarrollo de su
facultad particular, es el trabajo objetivado en la sustancia.
194 Este trabajo mide en general la cantidad del valor, la suma de dinero, que el obrero recibe
en el intercambio. El aná lisis ulterior de có mo se mide el salario, al igual que todas las
demá s mercancı́as, por el tiempo de trabajo necesario para producir al obrero en cuanto tal,
aú n no viene al caso. En la circulació n, si cambio una mercancı́a por dinero y con é ste
compro una mercancı́a y satisfago mi necesidad, el acto se ha agotado. Lo mismo ocurre con
el obrero. Pero el mismo tiene la posibilidad de recomenzar ese acto, ya cine su constitució n
corporal es la fuente de la que su valor de uso —hasta un momento determinado, hasta que
se consume— surge siempre de nuevo y se enfrenta permanentemente al capital, para
comenzar una vez má s el mismo intercambio. Como- cualquier otro individuo presente
como sujeto en la circulació n, el obrero es poseedor de un valor de uso; lo cambia por
dinero, la forma universal de la riqueza, pero só lo para cambiar a é ste a su vez por
mercancı́as como objetos de su consumo directo, como medios para la satisfacció n de sus
necesidades. Como el obrero cambia su valor de uso por la forma universal de la riqueza, se
convierte en copartı́cipe del disfrute de la riqueza universal, hasta el lı́mite de su
equivalente (un lı́mite cuantitativo, que por cierto se transforma en uno cualitativo, como en
todo intercambio). El obrero, sin embargo, no está ligado a objetos particulares, ni a un
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
Pero incidentalmente se puede observar, desde ya, que la relativa limitació n —só lo
cuantitativa, no cualitativa, y só lo puesta por la cantidad— de la esfera que abarcan los
disfrutes de los obreros, les concede tambié n como consumidores una importancia
completamente diferente, en cuanto agentes de la producció n, a la que tienen y tenı́an por
ejemplo en la Antigü edad, la Edad Media o en Asia (en el aná lisis ulterior del capital habrá
que ponderar má s de cerca la relació n entre el consumo y la producció n). Pero esto, como
hemos dicho, aú n no tiene nada que hacer aquı́. Del mismo modo, al recibir el obrero el
equivalente bajo la forma del dinero, bajo la forma de la riqueza universal, se enfrenta al
capitalista como igual a é ste, tal cual sucede con cualquier otro participante en el
intercambio; por lo menos en apariencia.
195 En fact, esta igualdad ya se halla alterada porque su relació n como obrero con el
capitalista, como valor de uso en la forma especı́ficamente diferente del valor de cambio, en
contraposició n con el valor puesto en cuanto valor, está presupuesta para este intercambio
aparentemente simple; porque el obrero se encuentra ya en una relació n determinada
econó micamente de otra manera; exterior a la del intercambio, en la cual es indiferente la
ı́ndole del valor de uso, el valor de uso particular de la mercancı́a en cuanto tal. Esa
apariencia existe empero como ilusió n por parte del obrero, y en cierta medida por la otra
parte, y por ende modifica tambié n esencialmente su relació n, con respecto a la de los
trabajadores en otros modos de producció n social. Pero lo esencial es que para é l el objeto
del intercambio es la satisfacció n de su necesidad. El objeto de su intercambio es objeto
directo de la necesidad, no el valor de cambio en cuanto tal. Recibe dinero, por cierto, pero
só lo en su determinació n como moneda, só lo en cuanto intermediació n que se elimina a sı́
misma y desaparece. Lo que intercambia, por ende, no es el valor de cambio, no es la
riqueza, sino medios de subsistencia, objetos para mantener su condició n vital, satisfacció n
de sus necesidades en general, fı́sicas, sociales, etc. Se trata de determinado equivalente en
medios de subsistencia, de trabajo objetivado, medido por los costos de producció n de su
trabajo. Lo que el obrero vende, es la disposició n de su trabajo. Por otra parte, es verdad
que incluso en la circulació n simple la moneda llega a ser dinero y que, por ende, al recibir
moneda en el intercambio, el obrero puede transformarla en dinero, acumulá ndola, etc.,
retirá ndola de la circulació n; la moneda queda fija como forma universal de la riqueza, y no
como medio de cambio efı́mero. En este sentido se podrı́a decir, pues, que el objetivo del
obrero en su intercambio con el capital —y por lo tanto tambié n el producto del
intercambio para é l— no es el medio de subsistencia, sino la riqueza; no un valor de uso
particular, sino el valor de cambio en cuanto tal. Ası́ como la riqueza en general só lo puede
aparecer como producto de la circulación simple, en la que se intercambian equivalentes, el
obrero, segú n esto, só lo podrı́a convertir el valor de cambio de su propio producto si
sacrifica la satisfacció n sustancial a la forma de la riqueza; o sea, si, mediante la abstinencia,
el ahorro y apretá ndose el cinturó n retira de la circulació n para su consumo menos de los
bienes que entrega a ella. Es é sta la ú nica forma posible de enriquecerse puesta por la
propia circulació n. El renunciamiento, ademá s, podrı́a presentarse tambié na bajo una forma
má s activa, que no está puesta en la circulació n simple y que consiste en que el obrero se
Karl Marx
prive del descanso en grado mayor aú n, se prive en general de su ser en cuanto separado de
su ser como trabajador, y en lo posible sea só lo un trabajador; o sea que renueve má s a
menudo el acto del intercambio, o lo prolongue cuantitativamente, es decir, mediante la
diligencia31 .
a "Auch", edic. 1939, "noch" ("aú n")
Ellos se tendrı́an que degradar al nivel de irlandeses, de los asalariados para los cuales el
mı́nimo má s bestial de necesidades, de medios de subsistencia, se presenta como el ú nico
objeto y fin de su intercambio con el capital. Al fijar como su objetivo la riqueza, en lugar del
valor de uso, el obrero no só lo no lograrı́a riqueza alguna, sino que en el negocio perderı́a
ademá s el valor de uso. Como regla, en efecto, el má ximo de diligencia, de trabajo, y el
mı́nimo de consumo —y é ste constituye el má ximo de su renunciamiento y de su obtenció n
de dinero— no pueden llevar a otra cosa que no sea a que el obrero reciba por un má ximo
de trabajo un mı́nimo de salario.
197 Merced al esfuerzo, só lo lograrı́a disminuir el nivel general de los costos de producció n de
su propio trabajo, y con ello el precio general del mismo. Uá nicamente como excepció n el
obrero, merced a la fuerza de voluntad, fuerza fı́sica y resistencia, tacañ erı́a, etc., puede
transformar su moneda en dinero, como excepció n respecto a su clase y a las condiciones
generales de su existencia. Si todos o la mayorı́a trabajan con la má xima diligencia (en la
medida en que en la industria moderna en general se deje la diligencia a criterio de los
obreros, lo que no es el caso en las ramas productivas má s importantes y desarrolladas),
con ello no aumentan el valor de su mercancı́a, sino solamente su cantidad, y por tanto las
31 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., vol. 1, pp. 104-105 [Riqueza de las naciones, p. 311; cf. MEGA 1/3, p. 461.
exigencias que se les planteará n a ellos en tanto valor de uso. Si todos ahorran, se producirá
una reducció n general del salario hasta el nivel correspondiente, ya que el ahorro general
mostrará al capitalista que en general el salario está muy alto, que los obreros reciben por
su mercancı́a, por la capacidad de disponer de su trabajo, má s que su equivalente;
precisamente la esencia de la circulació n simple —y en esta relació n se encuentran los
obreros respecto al capitalista— consiste en que nadie lanza a la circulació n má s de lo que
retira; pero, a su vez, só lo se puede retirar de ella la que en ella se ha echado. Un obrero
individual só lo puede ser diligente por encima del nivel, má s de lo que tiene que serlo para
vivir como obrero, si otro está por debajo del nivel, es má s perezoso; só lo puede ahorrar, si
otro y porque otro derrocha. El má ximo que, té rmino medio, puede lograr con su espı́ritu
ahorrativo, es poder soportar mejor la compensació n de los precios —altos y bajos, el ciclo
de los mismos—; o sea, distribuir má s racionalmente sus disfrutes, pero no adquirir
riqueza. Y es é sta, tambié n, la verdadera exigencia de los capitalistas. Durante el perı́odo de
buenos negocios, los obreros deben ahorrar lo suficiente _como para poder vivir má s o
menos en el mal perı́odo, soportar el short timea. o la rebaja de los salarios. (En ese caso
bajarı́an aun má s.) Es decir la consigna de que los obreros deben mantenerse siempre en un
mı́nimo de disfrute vital y aliviarles las crisis a los capitalistas. Reducirse a simples
má quinas de trabajo y, en lo posible, pagar su propio tear and wearb 33 .
a Perı́odo en que escasea el trabajo.- b Desgaste, deterioro
33 Cf. p. ej. J. WADE, History of the Middie and Working Classes; with a Popular Exposition of the Economical and
Political Principies which have influencefl the Post and the Present Condition of the Industrious Orders, III ed.,
Londc(nDublin-Edinburgh 1833, pp. 294-297. Extractos en un cuaderno no datado ni numerado, pero cuya
redacció n es aproximadamente de julio de 1845 en Manchester; cf. MEGA 1/3, pp. 617-618.
Karl Marx
a A pesar
Para convertirse en capital, supone que el trabajo se enfrenta como no-capital al capital;
o sea que la antı́tesis, que debı́a ser abolida en un punto, se restaura en otro punto. De modo
que si en la relació n original el objeto y el producto del intercambio del obrero -como
producto del intercambio simple no puede ser ningú n otro producto— no fuera el valor de
uso, los medios de subsistencia, la satisfacció n de las necesidades directas, el retirar de la
circulació n el equivalente que se ha introducido en ella, para eliminarlo mediante el
consumo, el trabajo se presentarı́a ante el capital no como trabajo, no como no-capital, sino
como capital. Pero el capital tampoco puede enfrentarse al capital, si al capital no se le
enfrenta el trabajo, ya que el capital só lo es capital como no-trabajo, en esta relació n
antité tica. En tal caso el concepto y la relació n del capital mismo quedarı́an destruidos. No
puede negarse, certainly, que existen situaciones en las que propietarios que trabajan ellos
mismos, intercambian entre sı́. Pero tales situaciones no son las situaciones de la sociedad
en las cuales existe el capital como tal, desarrollado; son eliminadas tambié n en todos los
aspectos por el desarrollo de aqué l. Como capital, só lo puede ponerse al poner al trabajo
como no-capital, como valor de uso puro. (En cuanto esclavo, el trabajador tiene valor de
cambio, un valor; como trabajador libre no tiene ningún valor; sino que solamente la
disposició n sobre su trabajo, por el intercambio que se opera con é l mismo, tiene valor. El
obrero se contrapone al capitalista no como valor de cambio, sino que es el capitalista quien
se contrapone a aqué l en tal cará cter. Su carencia de valor y su desvalorización constituyen
34 Cf. CH. BABBAGE, Traité sur l'économie des machines et des manufactures. Traduit de l'anglais sur la troisiéme
édition, par Ed. Biot, Paris 1833, pp. 329-351. Extractos en un cuaderno no numerado ni datado, pero cuya
redacció n es ca. setiembre de 1845 en Bruselas; cf. MEGA 116, p. 601.
Grundrisse. Cuaderno II. El capítulo sobre el dinero (continuación)
vista, etc. Semejantes frases literarias, que, con arreglo a una analogı́a cualquiera, clasifican
todo dentro de todo, pueden hasta parecer ingeniosas cuando son dichas por primera vez, y
tanto má s cuanto má s identifiquen cosas contradictorias entre sı́.
201 Repetidas, e incluso con presunció n, repetidas como apotegmas de valor cientı́fico, son
tout bonnementb necias. Só lo buenas para cá ndidos literatos y charlatanes visionarios, que
enchastran todas las ciencias con su empalagosa mierda. Que el trabajo es siempre una
fuente del intercambio para el obrero, en tanto é ste se halle capacitado para el trabajo —es
decir, no del intercambio sin má s ni má s, sino del intercambio con el capital—, se funda en
la determinació n conceptual de que el obrero só lo vende la disposició n transitoria de su
capacidad de trabajo. El obrero puede, por ende, recomenzar siempre el intercambio no
bien haya ingerido el volumen correspondiente de sustancia para poder reproducir
nuevamente su manifestació n vital. Los sicofantes de la economı́a burguesa, que ven todo
pintado de rosa, en lugar de asombrarse de que el obrero subsista —o sea que pueda
repetir a diario ciertos procesos vitales despué s de haber dormido y comido— y en vez de
considerar esto como un gran mé rito del capital respecto al obrero, debieran centrar má s
bien su atenció n en el hecho de que el obrero, tras un trabajo siempre repetido, sólo tiene,
para el intercambio, su trabajo vivo y directo. La propia repetició n, in fact, es só lo aparente.
Lo que intercambia con el capital es toda su capacidad de trabajo, que gasta, sayc, en 20 años.
a Lo que sigue es la continuació n de la pá gina que falta, ya mencionada, del final del cuaderno anterior (II),
35 Cf. S.-N.-H. L1NGUET Theorie des lois civiles, ou príncipes fondamentaux de la société, Londres 1767, t. II, pp. 462-
468.
Karl Marx
cuyo contenido se indica en el epı́grafe. El manuscrito recomienza en la pá gina 8 del cuaderno III. Las
primeras 7 pá ginas contienen el ensayo sobre Bastiat y Carey que publicamos en el vol. II de los Grundrisse.- b
Campechanamente.- c Digamos
Grundrisse. Cuaderno III
CUADERNO III
En lugar de pagá rsela de una sola vez, el capital lo hace por dosis, a medida que el obrero
la pone a su disposició n, digamos semanalmente. Esto no modifica para nada la naturaleza
de la relació n, ni justifica, aun menos, la conclusió n segú n la cual, por tener que dormir el
obrero 10 a 12 horas antes de estar en condiciones de reiniciar su trabajo y su intercambio
con el capital, el trabajo constituye su capital 1 . Por consiguiente, lo que aquı́ se concibe
como capital, in fact, es la traba, la interrupció n de su trabajo, el hecho de que el obrero no
es ningú n perpetuum mobile. La lucha por el bill de las diez horas, etc., demuestra que el
capitalista lo que má s anhela es que el obrero disipe, lo más posible y sin interrupción, sus
dosis de fuerza vital. Llegamos ahora al segundo proceso, que forma la relació n entre el
capital y el trabajo después de este intercambio. Só lo queremos agregar aú n, que los mismos
economistas enuncian ası́ la frase arriba mencionada: que el salario no es productivo. Ser
productivo significa para ellos, of coursea, productivo de riqueza.
a Desde luego
1 P. GASKELL, Artisans and Machinery: The Moral and Physical Condition of the Manufacturing Population
Considered with Reference to Mechanical Substitures for Numen Labour, London 1836, pp. 261-262. Extractos,
en los cuadernos londinenses XI y XII.
Karl Marx
capaz de cualquier cará cter determinado. A la sustancia particular que constituye un capital
determinado, tiene que corresponder, desde luego, el trabajo en cuanto particular. Pero
como el capital en cuanto tal es indiferente respecto a toda particularidad de su sustancia —
tanto en calidad de totalidad plena de la misma, como en cuanto abstracció n de todas sus
particularidades—, el trabajo contrapuesto a é l posee subjetivamente la misma plenitud y
abstracció n en sı́. En el trabajo corporativo, artesanal, por ejemplo —en el cual el propio
capital tiene aú n una forma limitada, todavı́a completamente sumergida en determinada
sustancia, o sea, que aú n no es capital propiamente dicho—, tambié n el trabajo se presenta
como sumergido aú n en su cará cter determinado particular; no en la plenitud y abstracció n,
no como el trabajo, tal cual é ste se enfrenta al capital. Vale decir que si bien el trabajo, en
cada caso singular, es un trabajo determinado, el capital se puede contraponer a todo
trabajo determinado; la totalidad de todos los trabajos se contrapone byvága, y resulta
fortuito exactamente cuá l de ellos me le enfrenta. Por otra parte, el trabajador mismo es
absolutamente indiferente respecto al cará cter determinado de su trabajo; para é l, é ste
carece en cuanto tal de interé s, salvo, ú nicamente, por ser trabajo en general y, como tal,
valor de uso para el capital. Ser titular del trabajo en cuanto tal —o sea, del trabajo como
valor de uso para el capital— constituye, pues, la caracterı́stica econó mica del obrero: es
obrero en oposició n al capitalista. No es é sta la caracterı́stica del artesano, del miembro de
una corporació n, etc., cuyo cará cter econó mico se funda en el carácter determinado de su
trabajo y en la relació n con un maestro determinado, etc. hsta relació n econó mica —la
caracterı́stica que el capitalista y el obrero presentan como extremos de una relació n de
producció n— se desarrolla por consiguiente con tanta má s pureza y adecuació n, cuanto
má s pierde el trabajo todo cará cter artesanal; su destreza particular se convierte cada vez
má s en algo abstracto, indiferente, y se vuelve, má s y má s, una actividad puramente
abstracta, puramente mecá nica, y por ende indiferente, indiferente ante su forma
particular; actividad meramente formal, o, lo que es lo mismo, meramente sustancial,
actividad en general, indiferente respecto a la forma. Aquı́ se muestra nuevamente, pues,
có mo la determinació n particular de la relació n de producció n, de la categorı́a —aquı́
capital y trabajo—, se vuelve por primera vez auté ntica con el desarrollo de determinado
modo material de la producción y un estadio determinado del desarrollo de las fuerzas
productivas industriales.
205 (Desarrollar este punto separadamente, en esta relació n, má s adelante, pues aquı́ está
puesto ya en la relació n misma, mientras que en las determinaciones abstractas valor de
cambio, circulació n, dinero, encaja mejor en nuestra reflexió n subjetiva.)
El proceso de trabajo, incorporado al capital (capital y capitalista).
2) Llegamos ahora a la segunda fase del proceso. El intercambio entre el capital o
capitalista y el obrero está ahora terminado, en la medida en que se trata en general del
proceso del intercambio. Pasamos ahora a la relació n del capital con el trabajo en cuanto
valor de uso del primero. El trabajo no es tan só lo el valor de uso enfrentado al capital, sino
que es el valor de uso del capital mismo. Como no-ser de los valores en cuanto objetivados,
el trabajo es su ser en cuanto no-objetivados, su ser ideal: la posibilidad de los valores, y
como actividad, lo que pone los valores. Frente al capital, el trabajo es la mera forma
abstracta, la mera posibilidad de la actividad que pone los valores, la cual só lo existe como
capacidad, como facultad, en la constitució n corporal del obrero. Pero llevado a una
actividad real por medio del contacto con el capital —por sı́ só lo, como es inobjetivo, no
puede llegar a aqué lla—, se convierte en una actividad productiva, real, que pone valores.
Respecto al capital, la actividad puede consistir ú nicamente en la reproducció n de aqué l, en
la conservació n y aumento del capital como el valor real y eficaz, no del valor meramente
Karl Marx
supuesto, como en el dinero en cuanto tal. Mediante el intercambio con el obrero, el capital
se ha apropiado del trabajo mismo; é ste se ha convertido en uno de sus elementos y opera
ahora, como vitalidad fructı́fera, sobre la objetividad del capital, meramente existente y por
lo tanto muerta. El capital es dinero (valor de cambio puesto para sı́). Pero ya no es dinero
como sustancia particular, y por tanto excluida de las demá s sustancias de los valores de
cambio que existen junto a ella, sino que al recibir su determinació n ideal existe en todas las
sustancias, en los valores de cambio de toda forma y modo de existencia del trabajo
objetivado. En la medida en que el capital, como dinero existente bajo todas las formas
particulares del trabajo objetivado, entra ahora en el proceso con el trabajo no objetivado,
sino vivo, existente como proceso y acto, en esa medida hay que diferenciar
cualitativamente la sustancia que compone al capital, de la forma bajo la cual se presenta
ahora también como trabajo. Es en el proceso de esta diferenciació n y de la eliminació n y
superació n de la misma, donde el capital mismo se transforma en proceso.
206 El trabajo es la levadura que, echada al capital, lo hace entrar en fermentació n. Por una
parte, la objetividad de que se compone el capital debe ser elaborada, vale decir, consumida
por el trabajo; por la otra, la mera subjetividad del trabajo en cuanto forma pura debe ser
eliminada y superada, ası́ como objetivada en el material del capital. La relació n del capital,
conforme a su contenido, con el trabajo, o sea la del trabajo objetivado con el trabajo vivo —
en esta relació n donde el capital se presenta de manera pasiva ante el trabajo, es su
existencia pasiva, en cuanto sustancia particular, la que respecto al trabajo aparece como
actividad formativa- ú nicamente puede ser la relació n del trabajo con su objetividad, con su
sustancia. (Lo que habrá que desarrollar ya en el primer capı́tulo, el cual debe anteceder al
[del] valor de cambio y ocuparse de la producció n en general.) Con el trabajo como
actividad, la sustancia, el trabajo objetivado, solamente tiene dos relaciones: la de la materia
prima, es decir la de la sustancia amorfa, del simple material para la actividad formativa y
finalista del trabajo, y la del instrumento de trabajo, del medio objetivo por sı́ mismo,
merced al cual la actividad subjetiva interpone entre sı́ misma y el objeto, otro objeto como
su mediador. La determinació n como producto, introducida aquı́ por los economistas, en
cuanto determinació n diferente de la materia prima y el instrumento de trabajo, nada tiene
que hacer aquı́ todavı́a. El producto se presenta como resultado, no como supuesto del
proceso entre el contenido pasivo del capital y el trabajo como actividad. Como supuesto, d
producto no es una relació n del objeto con el trabajo, diferente de la materia prima y el
instrumento de trabajo, ya que estos ú ltimos, por ser en sı́ sustancia de valores, son ya
trabajo objetivado, productos. La sustancia del valor de ningú n modo es la sustancia natural
particular, sino el trabajo objetivado. Este mismo se presenta de nuevo, con relació n al
trabajo vivo, como materia prima e instrumento de trabajo. Considerado en sı́ mismo, el
simple acto de la producció n hace que el instrumento de trabajo y la materia prima
parezcan como si hubiesen sido simplemente encontrados en la naturaleza, de tal manera
que habrı́a bastado meramente con apropiárselos, o sea convertirlos en objeto y medio del
trabajo, lo cual en sı́ mismo no constituye un proceso del trabajo. Frente a ellos, pues, el
producto se presenta como cualitativamente diferente y es producto no só lo como resultado
del trabajo realizado con el instrumento sobre la materia, sino como primera objetivación
del trabajo paralelamente a ellos. Como partes componentes del capital, empero, la materia
prima y el instrumento de trabajo mismos ya son trabajo objetivado, o sea, producto.
207 Esto no agota aú n la relació n. Efectivamente, por ejemplo en la producció n en la que no
existen valores de cambio ni capital alguno, el producto del trabajo puede llegar a ser medio
y objeto de un nuevo trabajo. Verbigracia en la agricultura que produce exclusivamente con
vistas al valor de uso. El arco del cazador, la red del pescador, en suma, las situaciones má s
primitivas presuponen el producto que deja de ser tenido por producto y se transforma en
Grundrisse. Cuaderno III
materia prima o, má s aun, en instrumento de producción, pues é ste es, bien mirado, la
primera forma especı́fica bajo la cual el producto se presenta como medio de reproducció n.
Esta relació n, pues, de ningú n modo agota la vinculació n en la cual la materia prima y el
instrumento de trabajo entran en escena como momentos del capital mismo. Por lo demá s,
los economistas introducen el producto como tercer elemento de la sustancia del capital, en
otra relació n completamente diferente. Es el producto, en la medida en que tiene la
determinació n de salir tanto del proceso de producció n como de la circulació n y de ser
objeto directo del consumo individual, lo que Cherbuliez2 llamaba approvisionnementa.
a Aprovisionamiento, medios de subsistencia
O sea, los productos que está n presupuestos para que el obrero viva como obrero y esté
en condiciones de vivir durante la producció n, antes de que se cree un nuevo producto. Que
el capitalista posee esta facultad, está implı́cito en el hecho de que todo elemento del capital
es dinero y, como tal, como forma universal de la riqueza, puede transformarse sin má s ni
má s en la sustancia de la misma, en objeto de consumo. El approvisionnement de los
economistas, pues, se refiere tan só lo a los obreros; o sea, es el dinero bajo la forma de
objetos de consumo, el dinero expresado como valor de uso, que los obreros reciben del
capitalista en el acto del intercambio entre uno y otros. Pero esto corresponde al primer
acto. Aú n no corresponde tratar aquı́ la relació n entre el primer acto y el segundo. La ú nica
escisió n puesta por el propio proceso de producció n es la escisió n originaria puesta por la
diferencia misma entre el trabajo objetivado y el trabajo vivo, esto es, entre la materia prima
y el instrumento de trabajo. Que los economistas entremezclen estas determinaciones no
tiene nada de particular, ya que deben embarullar los dos elementos de la relació n entre el
capital y el trabajo y no les está permitido reconocer su diferencia especı́fica.
Ahora bien: la materia prima se consume al ser modificada, formada por el trabajo, y el
instrumento de trabajo se consume al ser desgastado, utilizado en ese proceso. Por otra
parte, tambié n el trabajo se consume al ser aplicado, puesto en movimiento, con lo cual se
gasta cierta cantidad de fuerza muscular, etc., del obrero, agotá ndolo.
208 Pero el trabajo no só lo se consume, sino que, al mismo tiempo, se fija, se materializa, al
pasar do la forma de la actividad a la del objeto; en cuanto transformació n en objeto,
modifica su propia figura y se convierte, de actividad que era, en ser. El té rmino del proceso
es el producto, en el cual la materia prima se presenta como ligada ul trabajo, y el
instrumento de trabajo, de mera posibilidad, deviene realidad al convertirse en verdadero
mediador del trabajo, con lo cual, empero, por su relació n mecá nica o quı́mica con el
material de trabajo, es consumido é l mismo incluso en va: forma está tica. Los tres
momentos del proceso, el material, el instrumento y el trabajo, convergen en un resultado
neutro: el producto. En el producto se reproducen simultá neamente los momentos del
proceso de producció n consumidos en su transcurso. El proceso entero se presenta, por
consiguiente, como consumo productivo, es decir, como consumo que no termina ni en la
nada, ni en la mera subjetivació n de lo objetivo, sino que é l mismo es puesto, finalmente,
como objeto. El consumo no es mero consumo de lo sustancial, sino consumo del consumo
mismo; en la eliminació n de lo sustancial, [[es]] eliminació n de esta eliminació n y por tanto
puesta de lo sustancial. La actividad formativa consume el objeto y se consume a sı́ misma,
pero consume solamente la forma dada del objeto para ponerlo en una nueva forma
objetiva, y se consume a sı́ misma ú nicamente en su forma subjetiva como actividad.
Consume lo objetivo del objeto —la indiferencia respecto a la forma— y lo subjetivo de la
2 Cf. A. CHERBULIEZ, Richesse ou pauvreté. Exposition des causes et des effects de la distribution actuelle des
richesses sociales etc., Paris 1841, p. 16. Extractos en el cuaderno extraviado que contenı́a los extractos de
losNouveaux principes de SISMONDI y de la Economie politique de F.-X.-J. DROZ.
Karl Marx
actividad; forma el uno, materializa la otra. Como producto, empero, el resultado del
proceso de producció n es valor de uso.
Si consideramos el resultado obtenido hasta el momento, tenemos que:
Primero: Por medio de la apropiació n, de la incorporació n del trabajo en el capital, é ste
entra en fermentació n y se transforma en proceso, en proceso de producción, en el cual el
capital, como totalidad plena, como trabajo vivo, se relaciona consigo mismo no só lo como
trabajo objetivado, sino, por ser objetivado., [[como]] mero objeto del trabajo (el dinero,
esto es, el acto de la compra de la capacidad de disponer del obrero, se presenta aquı́ só lo
como un medio de originar este proceso, no como un momento de sı́ mismo).
Segundo: En la circulació n simple la sustancia de la mercancı́a y del dinero era
indiferente respecto a la determinació n formal, vale decir, siempre y cuando la mercancı́a y
el dinero siguieran siendo momentos de la circulació n. En lo tocante a su sustancia la
mercancı́a quedaba al margen de la relació n econó mica como objeto de consumo (de la
necesidad); el dinero, en la medida en que su forma se volvı́a autó noma, se relacionaba aú n
con la circulació n, pero só lo negativamente y no era otra cosa que esta relació n negativa.
Fijado para sı́, se disolvı́a del mismo modo en materialidad muerta, dejaba de ser dinero.
Mercancı́a y dinero eran, una y otro, expresiones del valor de cambio y se diferenciaban tan
só lo como valor de cambio universal y particular.
209 Esta misma diferencia era, a su vez, meramente imaginada, ya que en la circulació n real se
intercambiaban ambas determinaciones; considerados separadamente. el dinero era una
mercancı́a particular, y la mercancı́a, como precio, dinero universal. La diferencia era só lo
formal. Cada uno estaba puesto solamente en una de las determinaciones, porque y en la
medida en que no estaba puesto en la otra. Pero ahora, en el proceso de producció n, el
capital en cuanto sustancia se distingue de sı́ mismo en cuanto forma. El capital es ambas
determinaciones a la vez y a la vez la relació n de ambas entre sı́. Pero:
Tercero: El capital se presentaba ú nicamente, aú n, como esta relació n en sí. Esta no está
puesta aú n, o lo está só lo bajo la determinació n de los dos momentos, del sustancial, que se
divide en materia (materia prima e instrumento) y forma (trabajo), y como relació n de
ambos, como proceso real nuevamente es tan só lo relació n sustancial; relació n de ambos
elementos sustanciales, que constituyen el contenido del capital, diferente de su relació n
formal en cuanto capital. Si consideramos el capital desde el á ngulo en el que
originariamente se presenta en oposició n al trabajo, tendremos que en el proceso es só lo
existencia pasiva, só lo objetiva, en la cual la determinació n formal segú n la cual es capital —
o sea una relació n social existente para sı́— está completamente extinguida. En el proceso
se introduce ú nicamente un aspecto de su contenido —en cuanto trabajo objetivado en
general—; pero que sea trabajo objetivado es completamente indiferente para el trabajo,
cuya relació n con el capital constituye el proceso; es má s bien só lo como objeto, no como
trabajo objetivado, que el capital entra en el proceso, es elaborado. El algodó n que se
transforma en hilo de algodó n, o el hilo de algodó n que se convierte en tela, o la tela que
llega a ser objeto de estampados y teñ idos, para el trabajo só lo existe como algodó n, hilo de
algodó n y tela existentes. En la medida en que ellos mismos son productos del trabajo,
trabajo objetivado, no entran en proceso alguno, sino solamente como existencias
materiales con determinadas propiedades naturales. A la relació n del trabajo vivo no le
atañ e en absoluto el modo en que esas propiedades han sido puestas en aquellas
existencias; para ella só lo existen en la medida en que existen a diferencia de ella, es decir
como sustancia de trabajo. Esto en la medida en que se arranque del capital en su forma
objetiva, presupuesta al trabajo.
210 Por otra parte, en tanto el trabajo mismo se ha convertido en uno de sus elementos
objetivos, mediante el intercambio con el obrero, su diferencia con los elementos objetivos
Grundrisse. Cuaderno III
del capital mismo es ú nicamente objetiva; los unos bajo la forma del reposo, los otros bajo
la forma de la actividad. La relació n consiste en la relació n sustancial de uno de sus
elementos con el otro; pero no su propia relació n con ambos. El capital por un lado se
presenta só lo como sujeto pasivo, en el que toda relació n formal ha desaparecido; por otro,
se presenta como proceso simple de producción en el cual no entra el capital en cuanto tal,
en cuanto diferente de su sustancia. No se presenta ni siquiera en su sustancia, en la que le
corresponde —como trabajo objetivada, pues é sta es la sustancia del valor de cambio—,
sino ú nicamente bajo la forma de existencia natural a esta sustancia, forma en la cual se
disuelve toda relació n con el valor de cambio, con el trabajo objetivado, con el trabajo
mismo como valor de uso del capital; y por tanto toda relació n con el capital mismo.
Considerado desde este á ngulo, el proceso del capital coincide con el proceso simple de
producció n en cuanto tal, en el cual su determinació n como capital se disuelve en la forma
del proceso, exactamente de la misma manera que el dinero en cuanto dinero se habı́a
disuelto en la forma del valor. Tal como hemos considerado el proceso hasta aquı́, el capital
que existe para sı́ mismo —es decir el capitalista— nada tiene que hacer en aqué l. No es el
capitalista lo que el trabajo consume como materia prima e instrumento de trabajo.
Tampoco es el capitalista el que consume, sino el trabajo. De este modo el proceso de
producció n del capital no se presenta como proceso de producció n del capital, sino como
proceso de producció n sin má s ni má s, y, a diferencia del trabajo, el capital se presenta tan
só lo .en la determinació n sustancial de materia prima e instrumento de trabajo. Es este
aspecto —que no es só lo una abstracció n arbitraria, sino una abstracció n que ocurre en el
proceso mismo—, el que fijan los economistas para presentar al capital como elemento
indispensable de todo proceso de producció n. Incurren en ello, naturalmente, porque se
olvidan de prestar atenció n a su comportamiento como capital durante este proceso.
Debe llamarse la atenció n en este lugar respecto a un elemento que no surge aquı́ sola y
principalmente desde el punto de vista de la observació n, sino que está puesto en la
relació n econó mica misma. En el primer acto, en el intercambio entre el capital y el trabajo,
el trabajo en cuanto tal, existente para sí, entra en escena necesariamente como obrero. Otro
tanto ocurre aquı́ en el segundo proceso: el capital en general está puesto en cuanto valor
existente para sı́, egoísta, por ası́ decirlo (a lo que en el dinero solamente se tendı́a). Pero el
capital que existe para sı́ es el capitalista 3.
211 Los socialistas dicen, ciertamente, que necesitamos capital pero no a los capitalistas. El
capital aparece aquı́ como una mera cosa, no como relació n de producció n que, reflejada en
sı́ misma, es justamente el capitalista. Puedo, por cierto, separar de este capitalista
individual el capital y transferirlo a otro. Pero al perder el capital, pierde la cualidad de ser
capitalista. El capital, por consiguiente, es perfectamente separable de tal o cual capitalista,
pero no del capitalista que en cuanto tal se contrapone al obrero. De igual modo, el obrero
individual tambié n puede dejar de ser el ser-para-sı́ del trabajo: puede heredar dinero,
robarlo, etc. Pero entonces deja de ser obrero. Como obrero, es solamente el trabajo que
existe para sı́. (Desarrollar esto má s adelante).
3 C. p. ej. J. GRAY, The Social System etc., cit., p. 36 y J. F. BRAY, Labour's Wrongs etc., cit., pp. 157-176.
Karl Marx
bRé dito)
Pero el pianista produce mú sica y satisface nuestro sentido musical, ¿no produce, entonces, en cierta
manera? In fact, lo hace: su trabajo produce algo, pero no por ello es trabajo productivo en sentido econó mico,
del mismo modo que no es productivo el trabajo del orate que produce fantasmagorı́as. Sólo es productivo el
trabajo si produce su propio contrario. Es por eso que otros economistas hacen que el llamado trabajador
improductivo sea indirectamente productivo. Por ejemplo, el pianista, estimula la producció n, en parte al
imprimir má s vigor y vitalidad a nuestra individualidad, o tambié n en el sentido vulgar de que despierta una
ntteva necesidad, para cuya satisfacció n se aplica má s diligencia en la producció n material directa. Con ello se
admite ya que só lo es productivo el trabajo que produce capital, y por tanto que el trabajo que no lo hace, por
útil que pueda ser —del mismo modo puede ser dañ ino— no es productivo para la capitalizació n, hence a es
trabajo improductivo. Otros economistas aducen que la distinció n entre productivo e improductivo debe
referirse no a la producció n, sino al consumo. Quite the contraryb. El productor de tabaco es productivo
aunque el consumo de tabaco sea improductivo. La producció n para el consumo improductivo es quite as
productive as that for productive consumption; always supposed that it produces or reproduces capital.
"Productive labourer he that directly augments his master's w ea kh",c dice por ello, con toda razó n, Malthus (Xd,
40)5; por lo menos con razó n en un aspecto. La expresió n es demasiado abstracta, ya que en esta formulació n
se aplica igualmente al esclavo. La master's wealth, en lo que toca al obrero, es la forma de la riqueza misma
en su relació n con el trabajo, el capital. Productive labourer he that directly augments capitale .( a Por tanto.- b
Todo lo contrario.- c Tan productiva como la producció n para el consumo productivo; siempre y cuando
produzca o reproduzca capital. "Trabajador productivo es el que aumenta directamente la riqueza de su amo". d
"X", edic. 1939, IX.- e Trabajador productivo es el que directamente aumenta el capital)
213 β) Considerar ahora el aspecto de la determinació n formal, tal como se conserva y
modifica en el proceso de producció n. Como valor de uso el trabajo existe ú nicamente para
el capital, y es el valor de uso del capital mismo, es decir, la actividad mediadora a travé s de
la cual el capital se valoriza. El capital, en la medida en que reproduce y aumenta su valor, es
el valor de cambio autó nomo (el dinero) corno proceso, como proceso de la valorización. El
trabajo, por tanto, no existe corno valor de uso para el obrero; para é l no existe, pues, como
fuerza productiva de la riqueza, como medio o como actividad del enriquecimiento. El
trabajador aporta trabajo como valor de uso en el intercambio con el capital, que se le
enfrenta ası́ no como capital, sino como dinero. El capital como capital existe tan só lo, con
respecto al obrero, por medio del consumo de trabajo, que en un principio está al margen
de este intercambio y es independiente del capital. El trabajo, valor de uso para el capital, es
mero valor de cambio para el obrero; valor de cambio existente. En cuanto tal, es puesto,
mediante su venta por dinero, en el acto del intercambio con el capital. El valor de uso de
una cosa no incumbe a su vendedor en cuanto tal, sino só lo a sus compradores. La cualidad
que tiene el salitre de poder ser utilizado para la pó lvora no determina el precio del salitre,
sino que este precio se determina por los costos de producció n del mismo salitre, por la
cantidad de trabajo objetivado en é l. En la circulació n, a la cual los valores de uso entran
como precios, su valor no resulta de la circulació n, aunque aqué l solamente se realiza en
é sta; el valor le está presupuesto y se realiza ú nicamente mediante el intercambio por
dinero.
214 De esta suerte el trabajo, vendido como valor de uso al capital por el obrero, es para é ste su
valor de cambio, el valor que é l quiere realizar, pero que ya ha sido determinado antes del
acto de este intercambio, presupuesto a é ste como condició n; determinado como el valor de
cualquier otra mercancı́a por la oferta y la demanda o, en general, ú nico caso con el que
aquı́ tenemos que habé rnoslas, [por] los costos de producció n, por la cantidad de trabajo
objetivado mediante la cual se ha producido la capacidad de trabajo del obrero, trabajo,
pues, que recibe esa capacidad en calidad de equivalente. El valor de cambio del trabajo,
cuya realizació n ocurre en el proceso del intercambio con el capitalista, está por tanto
5 Cf. R. T. MALTHUS, Principies etc., cit., p. 47, nota [Principios, p. 40] . El autor de la nota es el encargado de la
edició n, W. Otter.
Karl Marx
6 Cf. J.-C.-L. S. DE SISMONDI, Nouveaux principes etc., cit., t. 1, p. 90. La remisió n a "VI" hace referencia a la pá gina
8 Cf. A. CHERBULIEZ, Richesse ou pauvreté etc., cit., p. 58. La remisió n a "XXVIII" hace referencia a la pá gina del
acrecientan el poder que domina al trabajo; aumentan só lo la fuerza productiva del capital.
Como el capital es la antı́tesis del obrero, aumentan ú nicamente el poder objetivo sobre el
trabajo. La transformación del trabajo (como actividad viva y orientada a un fin) en capital
es en sí el resultado del intercambio entre capital y trabajo, en la medida en que este
intercambiob otorga al capitalista el derecho de propiedad sobre el producto del trabajo (y
la direcció n sobre el trabajo).
a Si se quiere.- b "dieser Austausch", edic. 1939, "sie"
13 Cf. J.-B. SAY, Traité etc., cit., t. II, p. 429, nota. La remisió n a "21" hace referencia al cuaderno de extractos; cf.
15 La expresió n "accumulated labour employed in the production of new labour" (ası́ en el texto) no es de Ricardo,
Karl Marx
sentido Say16 llega a hablar del service productif du capitald, sobre el cual se debe fundar la
remuneració n de é ste, como si el instrumento de trabajo en cuanto tal mereciera el
agradecimiento del obrero, y no fuera ú nicamente por medio de é ste, que ese instrumento
es puesto como productivo. La autonomı́a del instrumento de trabajo, vale decir una
determinació n social del mismo, o sea su determinació n como capital, es presupuesta de
esta suerte para inferir de ahı́ las pretensiones del capital. Lo de Proudhon: "Le capital vaut,
le travail produite 17 ", no significa otra cosa que: el capital es valor, y como aquı́ ú nicamente
se dice del capital que es valor, el valor es valor (el sujeto del juicio en este caso es
meramente otro nombre para el predicado); y el trabajo produce, es actividad productiva, o
sea, el trabajo es trabajo, ya que é ste no existe fuera del "produire".
a El capital está constituido siempre por una esencia inmaterial, puesto que no es la materia la que hace el
capital, sino el valor de esta materia, valor que nada tiene de corpó reo.- b El capital es una idea comercial.- c
Trabajo acumulado, empleado en la producció n de nuevo trabajo.- d Servicio productivo del capital.- e El capital
vale, el trabajo produce
217 Salta a la vista que estos juicios idé nticos no contienen un fonds especial de sabidurı́a y
que, en particular, no pueden expresar una relació n en la que el valor y el trabajo se
vinculan, en la que se relacionan y se distinguen entre sı́ y no está n yuxtapuestos como
indiferentes indiferenciados. Ya el hecho de que el trabajo se presente como sujeto en
contraposició n al capital —esto es, el obrero só lo en la determinació n del trabajo, y é ste no
es aqué l mismo— debiera hacernos abrir los ojos. Esto implica ya, al margen del capital,
una relació n, una vinculació n del obrero con su propia actividad, relació n que de ninguna
manera es la "natural", sino que contiene ya una determinació n económica especı́fica.
El capital, tal corno hasta aquı́ lo hemos considerado, en cuanto relació n diferente del
valor y del dinero, es el capital en general, esto es, el compendio de las determinaciones que
distinguen el valor en cuanto capital, del valor como mero valor o dinero. El valor, el dinero,
la circulació n, etc., los precios, etc., está n presupuestos, igualmente el trabajo, etc. Pero no
nos ocuparnos aquı́ ni de una forma particular del capital, ni de tal o cual capital en lo que
se diferencia de otros capitales diversos, etc. Asistimos al proceso de su surgimiento. Este
proceso dialé ctico de surgimiento constituye tan só lo la expresió n del movimiento real en el
cual el capital deviene. Las relaciones ulteriores habrá que considerarlas como desarrollo
de este germen. Pero es necesario fijar la forma determinada bajo la cual, en cierto punto,
está puesto el capital. Caso contrario, surge la confusió n.
Proceso de valorización. – (Costos de producción).– (La surplusvalue no puede explicarse
por medio del exchange. Ramsay. Ricardo.) El capitalista no puede vivir de su salario, etc.
(Faux frais de productiona.) La mera conservación y no reproducción del valor, contradice la
esencia del capital.
a Falsos costos de producció n
sino de Smith: cf. An Inquiry etc., cit., vol. II, pp. 355-356 [Riqueza de las naciones, p. 3091; pero v. en este texto
la nota 119. La expresió n usada por Ricardo en On the Principies etc., p. 327 [Principios, p. 209], y por el propio
Marx citada en forma parcial en el cuaderno de extractos (v. Grundrísse, p. 804), es: "aquella parte de la
riqueza de un paı́s que es empleada with a view to future production, and may be increased in the same manner
as weaith".
16 Cf. J.-B. SAY, Traité etc., cit., t. II, pp. 427, 429; cf. MEGA 1/3, pp. 451-452.
17 P.-J. PROUDHON, Systéme des contradktions économiques etc., cit., Paris 1846, t. I, p. 61.
Grundrisse. Cuaderno III
simplicidad que tenı́a al principio ni en la que recupera al final como resultado, sino que se
disocia en partes componentes cuantitativas, por de pronto totalmente Indiferentes, como
valor del trabajo (salario), valor del instrumento de trabajo y valor de la materia prima. Aú n
no está puesta ninguna otra relació n, salvo la de que el valor simple se divida
numé ricamente en el proceso de producció na, como una serie de valores que convergen de
nuevo en la simplicidad del producto, pero ahora como suma. La suma, empero es = la
unidad originaria. Considerando el valor, aparte la divisió n cuantitativa, aú n no se contiene
aquı́ diferencia alguna en la relació n entre las diversas cantidades de valor.
221 El capital original era de 100 tá leros; 100 tá leros es el producto, pero los 100 tá leros de
ahora como suma de 50 + 40 + 10 tá leros. Tambié n podı́amos haber considerado, al
principio, los 100 tá leros como suma de 50 + 40 + 10 tá leros, pero de la misma suerte como
una suma de 60 + 30 + 10 tá leros, etc. Que ahora se presenten como suma de determinadas
series de unidades, se debe a que los diversos elementos materiales en los que el capital se
disoció durante el proceso de producció n, constituı́an cada uno una parte del valor de aqué l,
pero una parte determinada.
a “Produktionsprozess”; edic. 1939, “Produktionspreis” (“precio de producció n”)
Má s tarde se verá que estas cantidades en las que se disoció la unidad originaria,
mantienen entre sı́ determinadas relaciones, pero esto aú n para nada nos concierne aquı́.
En la medida en que durante el proceso de producció n se pone un movimien10 en el valor
mismo, ese movimiento es puramente formal y consiste en el siguiente acto simple: que en
primer té rmino el valor existe como unidad: una cantidad determinada de unidades a la que
se considera como unidad, como conjunto: capital de 100 tá leros; en segundo lugar, que
durante el proceso de producció n esa unidad se divide en 50 tá leros, 40 tá leros y 10 tá leros,
divisió n que es esencial en la medida en que se utilice material de trabajo, instrumento y
trabajo en determinada cantidad, pero que aquı́, con respecto a los 100 tá leros, só lo está b
presente como disociació n indiferente en diversas cantidades de la misma unidad; por
ú ltimo, que en el producto los 100 tá leros reaparecen como suma.
b “ist”, edic. 1939 “sind” (“está n”)
El proceso ú nico, con respecto al valor, consiste en que una vez se presenta como
conjunto, unidad; otra como divisió n de esta unidad en una cantidad determinada;
finalmente, como suma. Los 100 tá leros que se presentan al final como suma, son ni má s ni
menos y precisamente la misma suma que al principio aparecı́a como unidad. La
determinació n de la suma, de la adició n, deriva ú nicamente de la divisió n que se efectuó en
el acto de producció n, pero no existe en el producto como tal. Por lo tanto, la tesis no hace
má s que afirmar que el precio del producto precio de los costos de producció n, o que el
valor del capital al valor del producto; que el valor del capital se ha conservado en el acto de
producció n, y ahora se presenta como suma. Con esta mera identidad del capital o
reproducció n de su valor a travé s del proceso de producció n, no nos habrı́amos alejado aú n
de nuestro punto de partida. Lo que al principio existı́a como supuesto, existe ahora como
resultado y, ciertamente, en una forma incambiada. Es claro que los economistas no quieren
decir esto, en realidad, cuando hablan de la determinació n del precio por los costos de
producció n. De esta manera, nunca se podrı́a crear un valor mayor al existente
originariamente; ningú n valor de cambio mayor, aunque sı́ un mayor valor de uso, del cual
no nos ocupamos en absoluto aquı́. Se trata del valor de uso del capital como tal, no del valor
de uso de una mercancı́a.
222 Cuando se dice que los costos de producció n o el precio necesario de una mercancı́a es =
110, el mismo se calcula ası́: capital originario = 100 (o sea, por ejemplo, materia prima =
50; trabajo = 40; instrumento = 10) + 5 % de interé s + 5 % beneficio. Por tanto, los costos
de producció n = 110, no = 100; los costos de producció n, pues, mayores que los costos de la
Karl Marx
producció n. De absolutamente nada sirve huir del valor de cambio al valor de uso de la
mercancı́a, como gustan hacer algunos economistas. El valor de cambio, en cuanto tal, no
determina si el valor de uso como tal es má s alto o má s bajo. Las mercancı́as caen a menudo
por debajo de sus precios de producció n, aunque indiscutiblemente han recibido un valor
de uso mayor del que tenı́an en el perı́odo previo a la producció n. Es igualmente inú til huir a
la circulació n. Produzco por 100, pero vendo por 110. "Profit is not made by exchanging.
Had it not existed before, neither could it after that transactiona" (Ramsay IX, 88)19. Esto
significa querer explicar el valor por medio de la circulació n simple, mientras que é sta, má s
bien, lo pone expresamente só lo como equivalente. Empı́ricamente, incluso, es claro que si
todos venden un 10 % má s caro, esto es lo mismo que si todos venden a los costos de
producció n. De este modo la plusvalı́a serı́a puramente nominal, factice,b convencional, una
mera frase.
a El beneficio no procede del intercambio. Sı́ no hubiera existido antes, nunca podrı́a existir despué s de esa
sin embargo, la cita no reproduce un texto de Ricardo, sino una conclusió n que Marx extrae del aná lisis del
cap. VII, sobre el comercio exterior, de On the Principies etc., p. 131 ss. [Principios, p. 98 ss.]
Grundrisse. Cuaderno III
tendrı́amos que al fin de cuentas los 100 tá leros se habrı́an consumido y el capital
desaparecido. Al capitalista empero, se le paga por el trabajo de lanzar los 100 tá leros como
capital en el proceso de producció n, y no por comé rselos. ¿Pero de dó nde ha de proceder su
paga? Y su trabajo no resulta absolutamente inú til, ya que el capital incluye el salario; ¿o sea
que los obreros podrı́an vivir por la simple reproducció n de los costos de producció n, y el
capitalista no? El aparecerı́a entonces bajo los faux frais de production. Lo cual siempre
podrı́a ser su mé rito; la reproducció n serı́a posible sin é l, ya que en el proceso de
producció n los obreros ú nicamente trasladan el valor que producen, esto es que no
necesitan la relació n entera del capital para iniciar siempre de nuevo el proceso; y en
segundo lugar, no existirı́a fond alguno con el cual pagar su mé rito, ya que el precio de la
mercancı́a = los costos de producció n. Si se concibiera empero a su trabajo como especial,
junto al y al margen del obrero, algo ası́ como el trabajo de superintendencea 21, etc., el
capitalista recibirı́a como ellos un salario determinado, entrarı́a pues en su categorı́a y en
modo alguno se relacionarı́a como capitalista con el trabajo; nunca se enriquecerı́a,
tampoco, sino que recibirı́a un valor de cambio que tendrı́a que consumir en la circulació n.
a Inspecció n, direcció n
224 La existencia del capital, enfrentado al trabajo, exige que el capital que es para sı́, el
capitalista como no-obrero, pueda existir, pueda vivir. Por otra parte, es igualmente claro
que, a partir de las determinaciones econó micas normales, el capital que só lo pudiera
conservar su valor, no lo conservarı́a. Es necesario compensar los riesgos de la producción. El
capital debe conservarse en las fluctuaciones de los precios. Es menester compensar la
desvalorizació n del capital, la cual se efectú a constantemente por obra del aumento de la
fuerza productiva. Por eso los economistas tambié n dicen, trivialmente, que si no surgiera
ninguna ganancia, ningú n beneficio, cada uno se comerı́a su dinero en vez de lanzarlo en la
producció n, de emplearlo como capital. En suma, si presuponemos este no-valorizarse, es
decir, no-reproducirse del valor del capital, está presupuesto tambié n que el capital no es
ningú n eslabó n real de la producció n, ninguna relación particular de producción; está
presupuesta una situació n en la cual los costos de producció n no tienen la forma del capital
y el capital no está puesto como condició n de la producció n.
Es fá cil de comprender en qué forma el trabajo puede acrecentar el valor de uso; la
dificultad consiste en có mo puede crear valores de cambio mayores que los presupuestos.
Si suponemos que el valor de cambio que el capital paga al obrero es un equivalente
exacto del valor que crea el trabajo en el proceso de producció n, el aumento del valor de
cambio serı́a imposible. Lo que el trabajo en cuanto tal hubiera aportado al proceso de
producció n por encima del valor presupuesto del material en bruto y del instrumento de
trabajo, habrı́a sido pagado al obrero. El valor del producto mismo, en la medida en que
constituye un excedente sobre el valor de la materia prima y del instrumento, le tocarı́a en
suerte al obrero; só lo que el capitalista le paga este valor en el salario, y que el obrero se lo
devuelve al capitalista en el producto.
El capital entra en los costos de producción como capital. Capital que produce interés.
Proudhon
[[Que por costos de producción no se entiende la suma de los valores que entran en la
producció n —incluso por los economistas que lo afirman—, es manifiesto en el caso del
interé s por el capital prestado. Este, para el capitalista industrial, se incluye directamente
entre sus gastos, entre sus reales costos de producció n. El propio interé s, empero, ya implica
(ie el capital surge de la producció n como plusvalı́a, pues el interé s mismo es tan só lo una
21 Cf. H. C. CAREY, Principies etc., cit., parte 1, p. 338.
Karl Marx
forma de esa plusvalı́a. Desde el punto de vista del prestatario el interé s entra en sus costos
de producción directos, lo que muestra que el capital como tal entra en los costos de
producció n; el capital como tal, sin embargo, no es una mera adició n de sus componentes de
valor.
225 En el interé s el capital se presenta nuevamente en la determinació n de la mercancía, pero
como mercancı́a específicamente diferente de todas las demá s; el capital como tal —no
como mera suma de valores de cambio— entra en la circulació n y se vuelve mercancı́a. El
cará cter de la mercancı́a misma existe aquı́ como determinació n específica, económica, no
indiferentemente como en la circulació n simple; ni en relació n directa con el trabajo, en
cuanto antı́tesis, en cuanto valor de uso suyo, como en el capital industrial; en el capital tal
como es en sus pró ximas determinaciones, originadas en la producció n y la circulació n. La
mercancı́a como capital o el capital como mercancı́a, pues, no se intercambian en la
circulació n por un equivalente; al entrar en la circulació n, el capital recibe su ser-para-sí;
recibe, por consiguiente, su relació n original con su propietario, incluso cuando cae en las
manos de un nuevo poseedor. Só lo se le presta, pues. Para su propietario, su valor de uso en
cuanto tal es su valorizació n, dinero como dinero, no como medio de circulació n; su valor de
uso como capital. La demanda del señ or Proudhon, segú n la cual el capital no se debe
prestar ni producir interé s, sino vender por su equivalente como mercancı́a, al igual que
cualquier otra mercancı́a, es ni má s ni menos que la reivindicació n de que el valor de
cambio nunca debe llegar a ser capital y debe seguir siendo valor de cambio simple; de que
el capital no debe existir como capital. Esta demanda, ası́ como la de que el trabajo
asalariado tiene que seguir siendo la base general de la producció n, revela una regocijante
confusió n sobre los conceptos econó micos má s elementales22 . De ahı́ el lamentable papel
desempeñ ado por é l en la polé mica con Bastiat, de lo cual nos ocuparemos má s adelante. El
parloteo sobre consideraciones jurı́dicas y de baratura só lo conduce a querer aplicar, como
piedra de toque, la relació n de propiedad o jurı́dica caracterı́stica del intercambio simple, a
la relació n de propiedad o jurı́dica de un estadio superior del valor de cambio. De ahı́ que
Bastiat, inconscientemente, haya puesto de relieve nuevamente los elementos de la
circulació n simple que empujan hacia el capital. El capital mismo como mercancı́a es el
dinero corno capital o el capital como dinero ]]
[[El tercer momento que hay que desarrollar en la formació n del concepto de capital, es
la acumulación originaria frente al trabajo, y por tanto tambié na el trabajo objetivo frente a
la acumulació n. El primer momento surgió del valor, tal como salı́a de la circulació n y
presuponı́a a é sta.
226 Era el concepto simple del capital; el dinero tal como era determinado directamente en su
evolució n hacia el capital; el segundo momento partı́a del capital como supuesto de la
producció n y resultado de la misma; el tercer momento pone el capital como unidad
determinada de la circulació n y producció n. (La relació n entre el capital y el trabajo, entre el
capitalista y el obrero, incluso como resultado del proceso de producció nb.) Debe
distinguirse entre la acumulació n de los capitales; é sta presupone capitales; la relació n del
capital como existente implica tambié n, por consiguiente, las vinculaciones del capital con el
trabajo, los precios (capital fixe y capital circulant), el interé s y el beneficio. Pero el capital,
para devenir, presupone cierta acumulació n, que ya está implı́cita en la antı́tesis autó noma
entre el trabajo objetivado y el trabajo vivo; en la vigencia de esta antı́tesis. Esta
acumulació n necesaria para el devenir del capital e incorporada ya como supuesto —como
un momento— en el concepto de aqué l, ha de distinguirse radicalmente de la acumulació n
del capital que ha llegado a ser capital, para la cual tienen que existir capitales
22 Gratuité du crédit etc., cit. pp. 65-74.
Grundrisse. Cuaderno III
previamente.]]
a "auch", edic. 1939, "noch" ("aú n").- b El texto entre paré ntesis figura en el margen inferior de la hoja del
ms. sin señ al que indique dó nde debe intercalá rselo.
[[Hemos visto, hasta aquı́, que el capital presupone: 1) el proceso de producció n en
general, caracterı́stico de todas las situaciones sociales, carente por tanto de cará cter
histó rico; humano, if you please; 2) la circulación, que ya en cada uno de sus elementos, y
má s aú n en su totalidad, es un producto histórico determinado; 3) El capital como unidad
determinada de ambos. La medida en que el proceso de producció n general se modifica
histó ricamente, en tanto el mismo se presenta como momento del capital, depende
necesariamente de su desarrollo; de la misma manera que los supuestos histó ricos del
capital se derivan en general de la concepció n simple de las diferencias especı́ficas de
aqué l.]]
[[Todo lo demá s es charlatanear de esto y aquello. Só lo puede surgir en la conclusió n, y
como conclusió n de todo el desarrollo, qué determinaciones cabe incluir en la primera
secció n, De la producción en general, y en la primera secció n de la segunda secció n, Del valor
de cambio en general. Hemos visto va, por ejemplo, que la diferenciació n entre valor de uso
y valor de cambio corresponde a la economı́a misma, y no como hace Ricardo, que pasa por
alto el valor de uso, como simple supuesto.
227 El capı́tulo de la producció n finaliza objetivamente con el producto como resultado; el de la
circulació n comienza con la mercancía, que es a la vez valor de uso y valor de cambio (o sea
un valor, diferente de ambos), circulació n como unidad de ambos; la cual, empero, só lo es
formal y por lo tanto coincide en la mercancı́a como mero objeto del consumo,
extraeconó micamente, y en el valor de cambio como dinero objetivado.]]
Plusvalía. Tiempo y trabajo excedente. - Bastiat acerca del trabajo asalariado. — Valor del
trabajo. ¿Cómo se determina? - Autovalorización es autoconservación del capital. El
capitalista no debe vivir solamente de su trabajo, etc. Condiciones de la autovalorización del
capital, tiempo de plustrabajo, etc. -En qué medida el capital es productivo (corno creador de
plus-trabajo, etc.); esto sólo histórica, transitoriamente. - Los niggers libres en Jamaica - La
riqueza autónoma exige el trabajo esclavo o el trabajo asalariado (en ambos casos trabajo
forzado).
La plusvalía que el capital tiene al término del proceso de producción —una plusvalı́a que,
como precio mayor del producto, se realiza tan só lo en la circulació n, pero que, tal como
todos los precios que se realizan en ella, por estar ya idealmente presupuestos a la misma,
está n determinados antes de entrar en aqué lla— significa, si expresamos esto con arreglo al
concepto general del valor de cambio, que el tiempo de trabajo —o la cantidad de trabajo
(expresada está ticamente, la magnitud del trabajo se presenta como cantidad espacial, pero
expresada diná micamente só lo es mensurable por el tiempo)— objetivado en el producto
es mayor que el existente en los componentes originarios del capital. Ello só lo es posible
cuando el trabajo objetivado en el precio de trabajo es menor que el tiempo de trabajo vivo
que ha sido comprado con é l. El tiempo de trabajo objetivado en el capital se presenta, como
hemos visto, en calidad de suma compuesta de tres elementos: a) el tiempo de trabajo
objetivado en la materia prima; b) el tiempo de trabajo objetivado en el instrumento; c) el
tiempo de trabajo objetivado en el precio de trabajo. Ahora bien: los elementos a) y b) se
mantienen incambiados como componentes del capital; aunque en el proceso se modifique
su forma, su modo de existencia material, se mantienen incambiados como valores. El
capital intercambia só lo a c) por un elemento cualitativamente diferente: determinada
cantidad de trabajo objetivado por una cantidad de trabajo vivo. Si el tiempo de trabajo vivo
reprodujera ú nicamente el tiempo de trabajo objetivado en el precio de trabajo, se tratarı́a
Karl Marx
de una operació n puramente formal y só lo se habrı́a efectuado, en lo que respecta al valor,
un cambio por trabajo vivo como otro modo de existencia del mismo valor, ası́ como, en lo
que se refiere al valor del material de trabajo y del instrumento, só lo se habrı́a efectuado
una modificació n de su modo de existencia material.
228 Si el capitalista pagara al obrero un precio = un dı́a de trabajo, y el dı́a de trabajo del obrero
añ adiera a la materia prima y al instrumento solamente un dı́a de trabajo, el capitalista
simplemente habrı́a intercambiado el valor de cambio en una forma por el valor de cambio
en otra. No habrı́a operado como capital. Por lo demá s, si el obrero no hubiera permanecido
en el proceso simple del intercambio, de hecho habrı́a recibido en pago el producto de su
trabajo, só lo que el capitalista habrı́a tenido con é l la amabilidad de pagarle por adelantado
el precio del producto, antes de su realizació n. El capitalista le habrı́a concedido un cré dito,
y por cierto gratis, pour le roi de Prusse. Voilà touta. El intercambio entre el capital y el
trabajo, cuyo resultado es el precio de trabajo, en la medida en que por parte "del obrero
sea un simple intercambio, por parte del capitalista tiene que ser un no-intercambio. Tiene
que recibir má s valor que el que dio. El intercambio, considerado desde el punto de vista del
capital, tiene que ser meramente aparente, o sea, revestir otra determinació n formal
econó mica que la del intercambio; en caso contrario, el capital como capital y el trabajo
como trabajo, contrapuesto al primero, serı́an imposibles. Se intercambian entre sı́
solamente como valores de cambio iguales, que existen materialmente en modos de
existencia diferentes.
Para hacer la apologı́a del capital, para justificarlo, los economistas recurren a este
proceso simple, explican el capital precisamente por un proceso que hace imposible su
existencia. Para demostrarlo, recurren a una demostració n que lo quita de en medio. Me
pagas mi trabajo, lo recibes a cambio de su propio producto, y me deduces el valor de la
materia prima y del instrumento que me has facilitado. Somos pues associésb que aportan
diversos elementos al proceso de producció n y los intercambian segú n el valor de los
mismos. De manera que el producto se transforma en dinero y el dinero se reparte de tal
modo que tú , capitalista, recibes el precio de tu materia prima y de tu instrumento, y yo,
obrero, el precio que el trabajo les añ adió . Tú sales ganancioso, ya que ahora posees tu
materia prima e instrumento en una forma consumible (pasible de circular)c, y yo tambié n,
pues mi trabajo se ha valorizado. Ciertamente, pronto te encontrará s en la situació n de
haberte comido tu capital, bajo la forma de dinero, mientras que yo, como obrero, estaré en
posesió n de ambos.
a Para el rey de Prusia (de balde). Eso es todo.- b Socios, consocios.- c En el ms. "pasible de circular" está
¿Có mo se determina ahora su valor? Por medio del trabajo objetivado contenido en su
mercancı́a. Esta mercancı́a es la condició n vital del obrero. Para conservarla dı́a tras dı́a el
obrero debe consumir cierto volumen de medios de subsistencia, renovar la sangre
consumida, etc. (Con la clase obrera, o sea el sustituto para el wear y teara, que permite que
la clase se pueda mantener como clase, aú n nada tenemos que ver aquı́, ya que en nuestro
caso el obrero se contrapone como obrero, y por consiguiente como sujeto perenne
presupuesto, al capital, y no todavı́a como individuo perecedero de la especie obrero.)
a Deterioro, desgaste
El obrero só lo recibe un equivalente. De modo que mañ ana, una vez consumado el
intercambio —y siempre que haya finalizado formalmente el intercambio, que é l lleva a
cabo tan só lo en el proceso de producció n— su capacidad de trabajo existe de la misma
manera que antes: ha recibido un equivalente exacto, porque el precio que se le ha pagado
lo deja en posesió n del mismo valor de cambio que tenı́a previamente. El capital le ha
pagado la cantidad de trabajo objetivado que contiene su condició n vital. Ela la ha
consumido, y como esa cantidad de trabajo no existe en cuanto cosa, sino como la capacidad
de un ser vivo, é ste, debido a la naturaleza especı́fica de su mercancı́a la naturaleza
especı́fica del proceso vital— puede iniciar de nuevo el cambio.
a “Er”,; edic. 1939, “es”, pronombre neutro que concordaba con “das Kapital”
En este lugar no analizamos el trabajo especialmente calificado, sino el trabajo sin má s ni
má s, el trabajo simple. Por tanto, aú n no nos incumbe el hecho de que, salvo el tiempo de
trabajo objetivado en la condició n vital de obrero es decir el tiempo de trabajo necesario
para pagar los productos requeridos por el mantenimiento de su condició n vital—, existe
aú n otro trabajo objetivado en su existencia inmediata, o sea los valores que el obrero
consumió para producir una capacidad de trabajo determinada, una destreza especial. El
valor de é sta se revela por los costos de producció n necesarios para producir determinada
destreza de trabajo parecida.
230 Si fuera necesaria una jornada de trabajo para mantener vivo durante una jornada de
trabajo a un obrero, el capital no existirı́a, porque la jornada de trabajo se intercambiarı́a
por su propio producto, y de esta suerte el capital como capital no se podrı́a valorizar ni,
por consiguiente, conservar. La autoconservació n del capital es su autovalorizació n. Si el
capital, para vivir, tuviera que trabajar, no se conservarı́a como capital, sino como trabajo.
La propiedad de materias primas e instrumentos de trabajo serı́a só lo nominal; é stos
pertenecerı́an econó micamente tanto al trabajador como al capitalista, ya que a este ú ltimo
só lo le producirı́an valor en la medida en que é l mismo fuera un obrero. El capitalista no se
relacionarı́a con las materias primas e instrumentos de trabajo como capital, sino como
simple sustancia y medio del trabajo, tal como el propio trabajador lo hace en el proceso de
producció n. Por el contrario, si, pongamos por caso, só lo se necesita media jornada de
trabajo para mantener vivo a un obrero durante toda una jornada laboral, la plusvalı́a del
producto surge de por sı́, ya que el capitalista en el precio só lo ha pagado media jornada de
trabajo, mientras que en el producto conserva, objetivada, una jornada entera; de modo que
por la segunda mitad de la jornada laboral, no ha intercambiado nada. Unicamente puede
convertirlo en capitalista, no el intercambio, sino un proceso en el cual, sin intercambio,
recibe tiempo de trabajo objetivado, esto es, valor. La otra mitad de la jornada de trabajo al
capital no le costó nada; o sea que recibe un valor por el cual no ha dado equivalente alguno.
Y el aumento de los valores só lo puede efectuarse recibiendo un valor por encima del
equivalente, esto es, creá ndolo.
La plusvalı́a es en general valor por encima del equivalente. Equivalente, por definició n,
es tan só lo la identidad del valor consigo mismo. Del equivalente, por ende, nunca puede
dimanar la plusvalı́a; tampoco, pues, originariamente de la circulació n; debe surgir del
Karl Marx
proceso de producció n del capital mismo. El asunto tambié n se puede expresar ası́: si el
obrero só lo necesita media jornada de trabajo para vivir un dı́a entero, só lo necesita, para
que subsista su existencia como obrero, trabajar medio dı́a. La segunda mitad de la jornada
laboral es trabajo forzado; trabajo excedente. Lo que desde el punto de vista del capital se
presenta como plusvalı́a, desde el punto de vista del obrero se presenta exactamente como
plustrabajo por encima de su necesidad como obrero, o sea, por encima de su necesidad
inmediata para el mantenimiento de su condició n vital.
231 El gran sentido histó rico del capital es el de crear este trabajo excedente, trabajo superfluo
desde el punto de vista del mero valor de uso, de la mera subsistencia. Su cometido
histó rico está cumplido, por un lado, cuando las necesidades está n tan desarrolladas que el
trabajo excedente que va má s allá de lo necesario ha llegado a ser é l mismo una necesidad
general, que surge de las necesidades individuales mismas; por otra parte, la disciplina
estricta del capital, por la cual han pasado las sucesivas generaciones, ha desarrollado la
laboriosidad universal como posesió n general de la nueva generació n; finalmente, por el
desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo, a las que azuza continuamente el capital
—en su afá n ilimitado de enriquecimiento y en las ú nicas condiciones bajo las cuales puede
realizarse ese afá n—, desarrollo que ha alcanzado un punto tal que la posesió n y
conservació n de la riqueza general por una parte exigen tan só lo un tiempo de trabajo
menor para la sociedad entera, y que por otra la sociedad laboriosa se relaciona
cientı́ficamente con el proceso de su reproducció n progresiva, de su reproducció n en
plenitud cada vez mayor: por consiguiente, ha cesado de existir el trabajo en el cual el
hombre hace lo que puede lograr que las cosas hagan en su lugar. El capital y el trabajo, por
consiguiente, se relacionan aquı́ como dinero y mercancı́a; si uno de ellos es la forma
universal de la riqueza, el otro es tan só lo la sustancia que tiene por objeto el consumo
directo. En su aspiració n incesante por la forma universal de la riqueza, el capital, empero,
impulsa al trabajo má s allá de los lı́mites de su necesidad natural y crea ası́ los elementos
materiales para el desarrollo de la rica individualidad, tan multilateral en su producció n
como en su consumo, y cuyo trabajo, por ende, tampoco se presenta ya como trabajo, sino
como desarrollo pleno de la actividad misma, en la cual ha desaparecido la necesidad
natural en su forma directa, porque una necesidad producida histó ricamente ha sustituido a
la natural. Por esta razó n el capital es productivo; es decir, es una relación esencial para el
desarrollo de las fuerzas productivas sociales. Só lo deja de serlo cuando el desarrollo de estas
fuerzas productivas halla un lı́mite en el capital mismo.
232 En el Times de noviembre de 185723 se encuentra un graciosı́simo alarido de furor
preferido de un plantera de las Indias Occidentales. Con gran indignació n moral este
abogado -como alegato en pro de que se reimplante la esclavitud de los negros— explica
có mo los quashees (los niggersb libres de Jamaica) se conforman con producir lo
estrictamente necesario para su propio consumo y, aparte de este "valor de uso",
consideran la holgazanerı́a como° el artı́culo de lujo por excelencia (indulgence and
idleness)c; có mo les importa un pito el azú car y el capital fixed invertido en las plantaciones;
antes bien, se sonrı́en sardó nicamente, con alegrı́a malé vola e iró nica, en las narices del
planter amenazado por la ruina; el cristianismo que se les enseñ ara, incluso, lo explotan
ú nicamente como cohonestació n de su sentimiento de alegrı́a malé vola y de su indolencia.
Han dejado de ser esclavos, pero no para transformarse en trabajadores asalariados, sino en
self-sustaining peasants e que trabajan para su consumo estrictamente necesario.
a Plantador.- b Negros.- c Propensió n al vicio y holgazanerı́a.- d Capital fijo.- e Campesinos autosuficientes
23 Cf. The Times, London, Saturday, November 21, 1857, no 22.844, p. 9, col. 5-6, artı́culo "Negroes and the Slave
Los modernos son simplemente pedestres badulaques. Cierto que a menudo Ricardo se
confunde, pues aunque comprende bien que el surgimiento de la plusvalı́a es una premisa
del capital, frecuentemente duda de que sobre esa base se pueda comprender el aumento
de los valores, salvo en el caso de que se invierta má s tiempo de trabajo objetivado en el
mismo producto, en otras palabras, que la producció n se vuelva más difícil 26 . De ahı́ la
antı́tesis absoluta, que se presenta en é l, entre value y riqueza 27 . De ahı́ la unilateralidad de
su teorı́a sobre la renta del suelo 28; su falsa teorı́a sobre el comercio internacional, que só lo
ha de producir valor de uso (lo que é l llama riqueza), no valor de cambio 29.
233 El ú nico arbitrio para el aumento de los valores en cuanto tales, aparte la dificultad
creciente de la producción (teorı́a de la renta), es solamente el aumento de la población (el
aumento natural de los obreros por el incremento del capital), aunque el propio Ricardo en
ningú n lugar ha sintetizado claramente esta relació n 30 . El error fundamental consiste en
que en ninguna parte investiga de dó nde surge realmente la diferencia entre la
determinació n del valor por el salario y la determinació n por el trabajo objetivado 31. El
dinero y el intercambio (la circulació n) se presentan en su economı́a, por lo tanto, como un
elemento puramente formal, y a pesar de que segú n é l en la economı́a se trata del valor de
cambio solamente, el beneficio, etc., se presentan só lo como tasa de participació n en el
producto, lo que tiene lugar igualmente sobre la base de la esclavitud. En ningú n lugar
24 La referencia es incierta: puede tratarse del capı́tulo sobre el valor en Principies etc., cit., pp. 50-135 [Principios,
pp. 43-1131; o bien de -The Measure of Value etc., London 1823, p. 29, nota, y pp. 33-34, 44-45 [extractos, en el
cuaderno londinense IX]; o tambié n, de las Definitions in Political Economy etc., London 1827, capı́tulo On the
Definitions and Application of Terms by Mr. Ricardo, pp. 23-26, extractos, en el mismo cuaderno IX.
25 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., pp. 412. [Principios, pp. 9-15.]
26 Cf. ibídem, pp. 60-61 [ibídem, p. 29] v. ademá s el citado cuaderno VIII, en Grundrisse, p. 793.
27 Cf. ibídem, pp. 320-337 [ibídem, pp. 205-215]; y cf. cuaderno VIII, Grundrisse, pp. 803-806.
28 Cf. ibídem, pp. 53-79 y passim [ibídem, pp. 38-50 y passim]; y cf. Cuaderno VIII, Grundrisse, pp. 792-801.
29 Cf. ibídem, pp. 131-161 [ibídem, pp. 98-113]; y cf. cuaderno VIII, Grundrisse, pp. 808-812.
32 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, pp. 776, 777, 789, 802-803, 809-811, 819, 828, 832-833, 836-837.
Grundrisse. Cuaderno III
producto materia! 33, tosca concepción que aún figura en A. Smith. Los actores son
trabajadores productivos, no en la medida en que producen el espectáculo, sino en la que
increase their employer's wealthb. Con todo, es absolutamente indiferente para esta
relación la clase de trabajo que se efectúa, o sea la forma en que se materializa el trabajo.
Ello no es indiferente, a su vez, desde puntos de vista ulteriores); pero esta plusvalía se
transforma subrepticiamente en una cantidad de valor de uso, resultante de la producción,
mayor que la cantidad que ha sido consumida en ella. Sólo en la relación de la semilla
natural con su producto se presenta manifiestamente esta reproducción de los valores de
uso, del excedente del producto por encima de aquel componente del mismo que debe
servir para la nueva producción —una parte del cual, pues, puede ser consumida
improductivamente—.
235 Sólo una parte de la cosecha tiene que ser devuelta directamente como semilla a la tierra;
sobre la base de productos que se encuentran en la naturaleza misma, de les elementos, el
aire, el agua, la tierra, la luz y de sustancias agregadas en los abonos y de cualquier otro
modo, las semillas reproducen esa partec en cantidad multiplicada, como cereal, etc.
a "erhä lt"; edic. 1939, "vorhä lt" ("tiene delante!).- b Aumenten la riqueza de patró n.- c ”erzeugen. ihn die
Samen” edic. 1939, "erzeugen der". Samen"„ con lo que la oració n quedaba confusa
En suma, el trabajo humano só lo tiene que dirigir el intercambio quı́mico de sustancias
(en la agricultura) y en parte, asimismo, estimularlo mecá nicamente o dirigir la
reproducció n misma de la vida (crı́a de ganado), para conservar el excedente, o sea, para
transformar las mismas sustancias naturales de una forma sin valor para el uso en una
valiosa. La verdadera forma universal de la riqueza consiste, pues, en el excedente de los
productos de la tierra (cereales, ganado, materias primas). Desde el punto de vista
econó mico, pues, só lo la renta es una forma de la riqueza. Ocurre ası́ que los primeros
profetas del capital só lo consideraban representantes de la riqueza burguesa a los no-
capitalistas, a los terratenientes feudales. La consecuencia, el gravar a la renta con todos los
impuestos, resultaba empero totalmente ventajosa para el capital burgué s. El feudalismo
era enaltecido burguesamentea só lo en principio —lo que embaucó a má s de un señ or
feudal, como el viejo Miraheau— só lo para arruinarlo luego en la aplicació n prá ctica. Todos
los demá s valores representan ú nicamente materia prima + trabajo; el trabajo mismo
representa los cereales u otros productos de la tierra a los que consume; de modo que el
obrero fabril, etc., no añ ade a la materia prima má s que lo que ha consumido de materias
primas.
Su trabajo, exactamente al igual que su patró n, nada añ ade pues a la riqueza —la riqueza
es el excedente por encima de las mercancı́as consumidas en la producció n—, sino que tan
só lo le presta formas de consumo agradables y ú tiles. En ese entonces no se habı́a
desarrollado aú n la utilizació n de las fuerzas naturales en la industria, ni la divisió n del
trabajo, etc., que aumentan la fuerza natural del trabajo mismo. Pero é ste ya era el caso en
tiempos de A. Smith. En é l, por consiguiente, el trabajo en general es la fuente de los valores
y asimismo de la riqueza, pero el trabaje ú nica y verdaderamente pone la plusvalı́a en la
medida en que en la divisió n del trabajo se presenta el excedente como don natural, fuerza
natural de la sociedad, ası́ como en los fisió cratas aparece [como don]b de la tierra. De ahı́ la
gravitació n que atribuye A. Smith a la divisió n del trabajo.
a
Enaltecido burguesamente (“bü rgerlich verherrlicht”) puede interpretarse tambié n como enaltecido
civilmente.- b “(als Gabe); edic. 1939, 1(der)”
Por lo demá s, en é l el capital —(porque Smith precisamente concibe al capital como
creador de valor, pero al trabajo mismo como valor de uso, productividad que es para sı́,
33 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, p. 356 [Riqueza de las naciones, p. 308] y en este volumen, la nota 150.
Karl Marx
fuerza natural humana en general (lo cual lo distingue de los fisió cratas), pero no como
trabajo asalariado, no en su determinació n formal específica en contraposició n al capital)—
se presenta originariamente no como conteniendo antité ticamente en sı́ mismo el elemento
del trabajo asalariado, sino tal como surge de la circulació n, como dinero.
236 Por tanto el capital nace de la circulació n, a travé s del ahorro. El capital, pues, en su origen
no se valoriza a sı́ mismo, ya que precisamente la apropiació n de trabajo ajeno no está
incorporada a su definició n misma. Só lo aparece posteriormente, una vez que está ya
presupuesto como capital —mauvais cerclea — como dirección del trabajo ajeno.
a Cı́rculo vicioso
Por consiguiente, segú n A. Smith el trabajo realmente deberı́a tener como salario su
propio producto, el salario deberı́a ser = al producto, o sea que el trabajo no deberı́a ser
trabajo asalariado, ni el capital capital. De ahı́ que, para incorporar el beneficio y la renta —
como elementos originales— a los costos de producció n, esto es, para hacer que del proceso
de producció n del capital surja una plusvalı́a, los presuponga en forma sumamente tosca. El
capitalista no quiere ceder gratuitamente el uso de su capital; del mismo modo que el
terrateniente no quiere entregar gratuitamente la tierra a la producció n. Exigen algo a
cambio. De esta suerte se los toma con sus reivindicaciones como facts histó ricos, no se los
explica. Mirá ndolo bien, el salario es el único componente de los costos de producció n
justificado económicamente, por ser necesario. El beneficio y la renta son tan só lo
descuentos del salario, arbitrariamente arrancados a la fuerza en el proceso histó rico por el
capital y la propiedad de la tierra, y justificados legal pero no econó micamente. Como, por
otra parte, Smith contrapone nuevamente al trabajo, en la forma de propiedad de la tierra y
capital, los medios y materiales de producció n como figuras autó nomas, esencialmente lo
pone como trabajo asalariado. Y ası́, contradicciones. De ahı́ su titubeo en la determinació n
del valor; el poner en el mismo plano al beneficio y la renta del suelo: tesis falsas sobre la
influencia del salario sobre los precios, etc. Ahora, Ricardo (vé ase 1, [pá g. 232]). En é l, sin
embargo, se concibe a su vez el trabajo asalariado y el capital como formas sociales
naturales, no determinadas histó ricamente, para la producció n de la riqueza como valor de
uso. Vale decir que su forma en cuanto tal, precisamente por ser natural es indiferente, y no
se la concibe en su relació n determinada con la forma de la riqueza, tal como se presenta la
riqueza misma, en su forma de valor de cambio, de mera intermediació n formal de su
existencia material. De ahı́ que no comprenda el cará cter especı́fico de la riqueza burguesa,
precisamente porque é sta se presenta como forma correspondiente de la riqueza en general
y por tanto, tambié n económicamente: aunque Ricardo partió del valor de cambio, las formas
económicas determinadas del intercambio no desempeñ ana papel alguno en su economı́a,
sino que siempre se habla tan só lo de la distribució n del producto general del trabajo y de la
tierra entre las tres clases, como si en la riqueza fundada en el valor de cambio só lo se
tratara del valor de uso y el valor de cambio fuera tan só lo una forma ceremonial, que en
Ricardo desaparece tan enteramente como lo hace el dinero en cuanto medio de circulació n
en el intercambio.
237 Para otorgar vigencia a las verdaderas leyes de la economı́a, le agrada tambié n referirse a
esa relació n del dinero como meramente formal. De ahı́. tambié n su endeblez en lo que toca
a la verdadera teorı́a del dinero.
a En el ms, en lugar de “spielen” (“desempeñ an”), “bilden” (“constituyen”)
[[Es importante observar que la riqueza en cuanto tal, es decir, la riqueza burguesa,
siempre es expresada a la má xima potencia en el valor de cambio, donde está puesta como
mediadora, como la mediació n entre los extremos de valor de cambio y valor de uso. Esta,
té rmino medio, se presenta siempre como la relació n económica consumada, porque
sintetiza las antı́tesis y siempre se presenta, por ú ltimo, como una potencia unilateralmente
superior frente a los extremos; porque el movimiento o la relació n que originariamente
aparece como intermediario entre los extremos, lleva dialé ctica y necesariamente a que la
relació n se presente como mediació n consigo misma, como el sujeto cuyos momentos son
tan só lo los extremos, cuyo supuesto autó nomo es anulado por aquella relació n, para
ponerse a sı́ misma mediante esta abolició n como lo ú nico autó nomo. De esta suerte, en la
esfera religiosa, Cristo, de mediador entre Dios y los hombres —mero instrumento de
circulació n entre ambos—, se convierte en su unidad, en hombre-dios y deviene, como tal,
má s importante que Dios; los santos, má s importantes que Cristo; los curas, má s
importantes que los santos. La manifestació n econó mica total, por unilateral que sea
respecto a los extremos, es siempre el valor de cambio, puesto como eslabó n intermedio;
por ejemplo, el dinero en la circulació n simple; el capital mismo como mediador entre la
producció n y la circulació n. Dentro del capital mismo, una de sus formas adopta
nuevamente la posició n del valor de uso, enfrentada a la otra como valor de cambio. De este
modo, pongamos por caso, el capital industrial se presenta como productor frente al
comerciante, que aparece como circulació n. Por consiguiente, el primero representa el lado
material, y el otro el lado formal, o sea la riqueza como riqueza.
238 El capital mercantil es a la vez mediador entre la producció n (el capital industrial) y la
circulació n (el pú blico consumidor) o entre el valor de cambio y el valor de uso; cada lado
está puesto alternativamente, la producció n como dinero, la circulació n como valor de uso
(pú blico consumidor) o la primera como valor de uso (producto), la segunda como valor de
cambio (dinero). Del mismo modo dentro del comercio mismo: el mayorista como
intermediario entre el fabricante y el minorista, o entre el fabricante y el agriculturist, o
entre diversos fabricantes, es el mismo centro superior. Del mismo modo, a su vez, los
corredores de mercancı́as respecto al mayorista. Luego, el banquero frente a los
industriales y comerciantes; la sociedad por acciones frente a la producció n simple; el
financista como intermediario entre el estado y [La] sociedad burguesa en el nivel má s alto.
La riqueza en cuanto tal se representa tanto má s clara y ampliamente, cuanto má s se aleja
de la producció n directa y se intermedia a sı́ misma entre aspectos, cada uno de los cuales,
considerado para sı́, está n puestos ya como determinaciones formalesa econó micas. De tal
modo que el dinero, de medio, pasa a ser fin, y que la forma superior de la intermediació n
es puesta en todas partes como capital, la inferior a su vez como trabajo, meramente como
fuente de plusvalı́a. Por ejemplo el bill-brokerb, el banquero, etc., frente a los fabricantes y
farmers, que respecto a é l está n puestos, relativamente, en la determinació n del trabajo (del
valor de uso), mientras que é l se les contrapone como capital, creació n de plusvalı́a; en la
forma má s absurda, como financista.]]
a "Formbestimmungen" edic. 1939, "Formbeziehungen" ("relaciones formales"): b Corredor de cambios
produce a sı́ mismo. Apenas dejara de sentir a determinado lı́mite có mo una barrera,
apenas se sintiera a gusto dentro de é l, descenderı́a é l mismo de valor de cambio a valor de
uso, de forma universal de la riqueza a determinada existencia sustancial de aqué lla. El
capital como tal crea una plusvalı́a determinada porque no puede poner at oncea una
ilimitada; pero el capital es la tendencia permanente a crear má s plusvalı́a.
a En el acto, de una vez
El lı́mite cuantitativo de la plusvalı́a se le presenta tan só lo como barrera natural, como
necesidad, a la que constantemente procura derribar, a la que permanentemente procurar
basar*.
* La barrera se presenta como contingencia que debe ser superada Ello se pone de relieve incluso en la
contemplació n má s superficial. Si el capital aumenta de 100 a 1000, ahora es 1000 el punto de partida del que
debe arrancar el aumento; la decuplicació n de 1000 % no no cuenta para nada; el beneficio y el interé s
mismos se convierten a su vez en capital. Lo que se presentaba como plusvalía, se presenta ahora como simple
supuesto, etc., como incorporado a su misma existencia simple.
El capitalista, pues, no hará trabajar al obrero solamente 3/4 de dı́a (prescindiendo
totalmente de las determinaciones posteriores, competencia, precios, etc.), porque los 3/4
de dı́a le proporcionan la misma plusvalı́a que antes la jornada entera, sino que le hará
trabajar al obrero el dı́a entero; el aumento de la fuerza productiva, que le permite al obrero
vivir un dı́a entero con 1/4 dı́a de trabajo, se expresa simplemente en que ahora é l debe
trabajar 3/4 de dı́a para el capital, mientras que antes só lo trabajaba para é ste 2/4 de dı́a.
La fuerza productiva aumentada de su trabajo, en cuanto reducció n del tiempo necesario
para la sustitució n del trabajo objetivado en é l (para el valor de uso, la subsistencia) se
presenta como prolongació n de su tiempo de trabajo con vistas a la valorizació n del capital
(con vistas al valor de cambio).
241 Mirá ndolo desde el punto de vista del obrero, é ste tiene que efectuar ahora un plustrabajo
de 3/4 de dı́a para poder vivir un dı́a, mientras que antes tenı́a que hacer solamente un
plustrabajo de 2/4 de dı́a. Por obra del aumento de la fuerza productiva, de la duplicació n
de la misma, su plustrabajo aumenta en 1/4 [de dı́a]. Aquı́ hay que señ alar una cosa: la
fuerza productiva se ha duplicado, el plustrabajo para el obrero no se ha duplicado, sino que
aumentó solamente 1/4 [de dı́a]; el plusvalor del capital tampoco se ha duplicado, sino que
tambié n ha crecidob solamente en 1/4 [de dı́a].
b En el 111%. "gefallen" ("decrecido") en lugar de "gerwachsen" ("crecido")
Tenemos, por tanto, que el plustrabajo (desde el punto de vista del obrero) o el plusvalor
(desde el punto de vista del capital) no aumentan en la misma proporció n numé rica que la
fuerza productiva. ¿De dó nde esto? La duplicació n de la fuerza productiva equivale a la
reducció n del trabajo necesario (para el obrero) en 1/4 [de dı́a], y por ende tambié n la
producció n del plusvalor [es mayor] en 1/4, porque la proporció n originaria estaba puesta
como 1/2. Si el trabajador hubiera tenido que trabajar originariamente 2/3 de dı́a para vivir
uno, el plusvalor habrı́a sido de 1/3, lo mismo que el plustrabajo. La duplicació n de la
fuerza productiva del trabajo, pues, habrı́a capacitado al obrero a reducir su trabajo para lo
necesario a la mitad de 2/3, ó 2/3x2, 2/6 ó 1/3 de dı́a y el capitalista habrı́a ganado 1/3 de
valor. El plustrabajo en su conjunto, empero, habrı́a sido de 2/3 [de dı́a]. La duplicació n de
la fuerza productiva, que en el primer ejemplo resultó de 1/4 [de dı́a] de plusvalor y
plustrabajo, resulta ahora de 1/3 [de dı́a] de plusvalor o plustrabajo. Por consiguiente, el
multiplicador de la fuerza productiva —el nú mero por el que é sta se multiplica— no es el
multiplicador del plustrabajo o del plusvalor, sino que la proporció n originaria del trabajo
objetivado en el precio de trabajo era de 1/2 del trabajo objetivado en 1 dı́a de trabajo, que
siempre se presenta como lı́mite,* de modo que la duplicació n es igual a 1/2 (la proporció n
originaria), dividido 2a o sea 1/4.
* Es verdad que los señ ores fabricantes incluso lo han prolongado hasta la noche, bilt de las diez horas.
Karl Marx
Vé ase el informe de Leonhard Horner34. La misma jornada de trabajo no reconoce lı́mites en el dı́a natural;
puede ser prolongada hasta altas horas de la noched; esto corresponde al capı́tulo del salario.
242 Si la proporció n originaria fuera de 2/3, la duplicació n es igual a la divisió n de 2/3 entre 2
= 2/6 ó 1/3. El multiplicador de la fuerza productiva, pues, nunca es el multiplicador, sino el
divisor de la proporció n originaria; no el multiplicador de su numerador, sino de su
denominador. Si é l fuera lo primerob, la multiplicació n de la fuerza productiva
corresponderı́a a la multiplicació n del plusvalor. Pero el plusvalor c siempre es igual a una
divisió n de la proporció n originaria por el multiplicador de la fuerza productiva.
a "gleich der Division von 1/2 (das ursprü ngliche Verhá ltnis) durch 2"; edic. 1939, "gleich der Division von
1/2 durch 2 (durch das ursprü ngliche Verhá ltnis)" ("1/2 dividido 2 (dividido por la proporció n originaria)").-
b "das erstere"; en el ms., "das letztere" ("lo ú ltimo").- c Deberı́a decir, "el crecimiento del plusvalor".- d "Nacht",
horas" del 18 de junio de 1847, se refiere Marx. Probablemente se trata de los Reports of the Inspector: of
faetones to Her Majesty's Principal Secretary of State for the Home Departament, for the Half Year Ending 31
October 1856. Presented to Both Houses of Parliament by Command of Her Majesty. London 1857, donde en las
pá ginas 34-36 Horner cita su informe de 1851.
Grundrisse. Cuaderno III
2/6. El trabajo objetivado, contenido en el precio del trabajo, es siempre igual a una fracció n
del dı́a entero; es siempre, expresado aritmé ticamente, una fracció n; es siempre una
proporció n numé rica, nunca un nú mero simple. Si la fuerza productiva se duplica, se
multiplica por 2, el obrero só lo necesita trabajar 1/2 del tiempo anterior para cubrir el
precio de trabajo; pero depende de la primera relació n dada, a saber del tiempo que
necesitaba antes del aumento de la fuerza productiva, el tiempo de trabajo que necesita
ahora para este fin. El multiplicador de la fuerza productiva es el divisor de esta fracció n
originaria. El valora o el plustrabajo, por consiguiente, no crece en la misma proporció n
numé rica que la fuerza productiva. Si la relació n originaria es de 1/2 y la fuerza productiva
se ha duplicado, se reduce el tiempo de trabajo necesario (para el trabajador) a 1/4 y el
plusvalor crece só lo en 1/4. Si la fuerza productiva se cuadruplica, la relació n originaria
llega a ser de 1/8 y el valora só lo crece en 1/8b. El valora nunca puede ser igual a una
jornada entera de trabajo; o sea, que determinada parte del dı́a de trabajo tiene siempre
que ser intercambiada por el trabajo objetivado en el obrero. La plusvalı́a es ú nicamente la
relació n entre el trabajo vivo y el objetivado en el obrero; por tanto debe subsistir siempre un
miembro de la relación. Siendo constante la proporció n como proporció n, aunque se
modifiquen sus factores, está dada una relació n determinada entre el incremento de la
fuerza productiva y el del valora. Por una parte vemos, pues, que el plusvalor relativo es
exactamente igual al plustrabajo relativo; si la jornada de trabajo es de 1/2 y se duplica la
fuerza productiva, se reduce la parte que corresponde al obrero, el trabajo necesario, a 1/4
y el nuevo valora adicional es tambié n exactamente de 1/4; pero el valora total es ahora de
3/4. Mientras que el plusvalor aumentó en 1/4, es decir en la proporció n de 1:4, el
plusvalor total= 3/4= 3:4. Supongamos ahora que la jornada de trabajo necesario anterior
haya sido de 1/4 y que haya tenido lugar una duplicació n de la fuerza productiva: el trabajo
necesario se reducirı́a a 1/8 y el plustrabajo o el plusvalor exactamente = 1/8 =1:8. Por el
contrario, el plusvalor total es= 7:8. En el primer ejemplo el plusvalor total originario era =
1:2 (1/2) y asciende ahora a 3:4; en el segundo caso el plusvalor total originario era de 3/4,
y ahora ha subido a 7:8 (7/8). En el primer caso ha aumentado de 1/2 ó 2/4 a 3/4; en el
segundo de 3/4 ó 6/8 a 7/8; en el primer caso en 1/4, en el segundo en 1/8; es decir que en
el primer caso subió el doble que en el segundo; pero en el primer caso el plusvalor total es
só lo de 3/4 ó 6/8, mientras que en el segundo es de 7/8, o sea 1/8 má s*.
a Deberı́a decir "plusvalor".- b Deberı́a decir 3/8
* Pasaje tachado: "Puesto el caso de que la fuerza productiva se multiplicara por mil y el trabajo necesario
anterior fuera= 1/4, é ste serı́a ahora 1/4000 de un dı́a de trabajo; y el plusvalor habrı́a aumentado
exactamente en 1/4000. El plusvalor originario total era de 3/4 ó 3000/4000. El plusvalor total, por
consiguiente, [[es ahora]] de 3000/4000, o sea que só lo 1/4000 corresponde al trabajo necesario. Ahora bien,
originariamente 1/4 correspondı́a al trabajo necesario, 3/4 al plusvalor total."
244 Puesto el caso de que el trabajo necesario fuera de 1/16, el plusvalor total serı́a =15/16,
mientras que en la proporció n anterior era de 5/8= 10/16a; por tanto, el plusvalor total
antedicho es de 5/16 mayor que en el caso anterior. Si, ahora, la fuerza productiva se
duplica, el trabajo necesario = 1/32; el anterior era = 2/32 (1/16); o sea que el plustiempo
aumentó en 1/32, y por ende tambié n el plusvalor. Si consideramos el plusvalor total, que
anteriormente era de 15/16 ó 30/32, tenemos que ahora es de 31/32. Comparado con la
proporció n anterior (en la cual el trabajo necesario era de 1/4 ó 8/32), el plusvalor total es
ahora de 31/32 mientras que antes era só lo de 30/32, o sea que creció en 11/32b. Pero,
relativamente hablando, en el primer caso aumentó , por la duplicació n de la producció n, en
1/8 ó 4/32, mientras que ahora só lo ha aumentado en 1/32, es decir en 3/32 menos.
Si el trabajo necesario se redujera ya a 1/1000, el plusvalor total serı́a = 999/1000. Si la
fuerza productiva se multiplicara ahora por mil, el trabajo necesario se reducirı́a a
1/1.000.000 de dı́a de trabajo y el plusvalor total importarı́a 999.999/1.000.000 de un dı́a
Karl Marx
consecuencia, deberı́a leerse: 6/8 = 12/16; y el sucesivo 5/16 deberı́a ser corregido por 3/16.- b En lugar de
"20/32...11/32", deberı́a decir, "28/32... 3/32". En edic. 1939, la correcció n propuesta era "30/32... 1/32".‑ C
En lugar de: "999/1.000.000 = 1/11 (má s aú n: 1/11+1/999)”, deberı́a decir: "999/1.000.000 = 1/1001 (má s aú n:
1/1oo1+1/999)”
es decir que el excedente total, con la multiplicació n por mil de la fuerza productiva, ni
siquiera habrı́a aumentado en 1/11a, es decir ni siquiera en 3/33b, mientras que en el caso
anterior, mediante la simple duplicació n de la fuerza productiva aumentó en 1/32. Si el
trabajo necesario se reduce de 1/1000 a 1/1.000.000 se reduce exactamente en
999/1.000.000 (ya que 1/1000= 1000/1.000.000), o sea, que se reduce en un monto igual al
del plusvalor.
a Deberı́a decir, "1/1001".- b Deberı́a decir "ni siquiera en 3 centé simos de 1/32", (o de 1/33)
246 Por ende, la suma absoluta en la cual el capital aumenta su valor, merced a un aumento
determinado de la fuerza productiva, depende de la fracción dada del dı́a de trabajo, de la
parte alı́cuota del dı́a de trabajo, la que representa el trabajo necesario y expresa la
proporció n originaria entre el trabajo necesario y el dı́a de trabajo vivo. El aumento de la
fuerza productiva en una proporció n determinada, puede, pues, aumentar de manera
diferente el valor del capital en los diversos países, por ejemplo. Un aumento general de la
Grundrisse. Cuaderno III
fuerza productiva en la misma proporció n, puede aumentar de diferente manera el valor del
capital en las diferentes ramas de la industria, y lo hará segú n la diferente proporció n en
que se encuentran, en estas ramas, el trabajo necesario y el dı́a de trabajo vivo. Esta
proporció n serı́a la misma en todas las ramas, naturalmente, en un sistema de libre
competencia si el trabajo en todos lados fuera trabajo simple, porque el trabajo necesario
serı́a el mismo. (Representarı́a la misma cantidad de trabajo objetivado.)
Tercero: cuanto mayor sea el plusvalor del capital antes del aumento de la fuerza
productiva, tanto mayor será la cantidad de plustrabajo o plusvalor presupuestos del
capital, o tanto menor desde ya la fracció n de la jornada de trabajo que constituye el
equivalente del obrero, que expresa el trabajo necesario, y tanto menor el crecimiento del
plusvalor recibido por el capital gracias al aumento de la fuerza productiva. Su plusvalor se
eleva, pero en una proporció n cada vez menor respecto al desarrollo de la fuerza
productiva. Por consiguiente, cuanto má s desarrollado sea ya el capital, cuanto má s
plustrabajo haya creado, tanto má s formidablemente tendrá que desarrollar la fuerza
productiva para valorizarse a sı́ mismo en ı́nfima proporció n, vale decir, para agregar
plusvalı́a, porque su barrera es siempre la proporció n entre la fracció n del dı́a —que
expresa el trabajo necesario— y la jornada entera de trabajo. Uá nicamente puede moverse
dentro de este lı́mite. Cuanto menor sea ya la fracció n que corresponde al trabajo necesario,
cuanto mayor sea el plustrabajo, tanto menos puede cualquier incremento de la fuerza
productiva reducir sensiblya el trabajo necesario, ya que el denominador ha crecido
enormemente. La autovalorizació n del capital se vuelve má s difı́cil en la medida en que ya
esté valorizado.
a Perceptiblemente, considerablemente
obrero, lo hace ahora al igual que antes. Se ha creado el mismo excedente de trabajo objetivado. Pero como
hemos visto, es inherente a la naturaleza del capital que consuma todo el plustrabajo disponible, ya que
precisamente la creació n de plustrabajo constituye su definició n".
En torno al incremento del valor del capital
La cuestió n está ya tan clara que por lo menos es posible anticipar lo siguiente: el
incremento de la fuerza productiva en sı́ y para sı́ no aumenta los precios*. Por ejemplo, el
bushel de trigo. Si se objetivara medio dı́a de trabajo en un bushel de trigo y fuera é ste el
precio del obrero, el plustrabajo só lo podrı́a producir 2 bushels de trigoa. 2 bushels de trigo,
pues, el valor de un dı́a de trabajo, y si esto en dinero es = 26 sh. = 26 sh. El bushel = 13 sh.
Si ahora se duplica la fuerza productiva, cl bushel de trigo só lo serı́a = 1/4 dı́a de trabajo = 6
1/2 sh. El precio de esta parte fraccionaria de la mercancı́a disminuirı́a ix)r la fuerza
productiva. Pero el precio total se mantendrı́ab; aunque ahora el excedente es de 3/4 de dı́a
de trabajo. Cada cuarto =1 bushel de trigo = 6 1/2 sh. Por tanto, el producto total = 26 sh. =
4 bushels. Lo mismo que antes. El valor del capital aumenta de 13 a 18 3/2 sh.c. El valor del
trabajo disminuye de 13 a 6 1/2;-la producció n material sube de 2 bushels a 4. Ahora es de
18 3/2.
248 Si tambié n se duplicara la fuerza productiva en la producció n de oro, y 13 sh. fueran antes
el pro- dueto de medio dı́a de trabajo y el trabajo necesario fuera de medio dı́a de trabajo,
é ste serı́a ahora de 1/4 [de dı́a de trabajo] y se producirı́a 52 sh., ó 52 — 13, o sea 39d sh.
má s. 1 bushel de trigo ahora es = 13 sh.; siempre el mismo precio fraccionario; pero el
producto total = 52 sh.; antes só lo = 26 sh. Por lo demá s, empero, los 52 sh. compran ahora
4 bushels, mientras que los 26 de antes compraban solamente 2.
* Tachado en el ms.: "porque siempre tomamos como unidad una parte fraccionaria del producto".
a En realidad, el plustrabajo produce 1 bushel de trigo y la jornada de trabajo 2 bushels.- b En el ms.
"subirı́a" en lugar de "se mantendrı́a".- c Ası́ en el ms.; &herı́a decir "19 1/2".- d En el mis. "-12, o sea 40" en
lugar de "-13, o sea 39"
Well. D'aborda es claro que si el capital ya ha acrecentado tanto el plustrabajo que todo el
día de trabajo vivo ha sido consumido en el proceso de producción (y tomamos aquí el día
de trabajo como la cantidad natural de tiempo de trabajo que el obrero puede poner a
disposición; siempre pone a disposición su capacidad de trabajo únicamente por un tiempo
determinado, es decir, un tiempo determinado de trabajo), el incremento de la fuerza
productiva no puede aumentar al tiempo de trabajo, y por ende tampoco el tiempo de
trabajo objetivado. Un día de trabajo está objetivado en el producto, whether the necessary
time of labour be represented by 6 or 3 hours, by 1/2 or 114b del día de trabajo.
a Bien En primer lugar.- b Tanto d el tiempo necesario de trabajo está representado por 6 corno por 3 horas,
250 El capital, considerado ahora como simple valor de cambio, serı́a mayor en té rminos
absolutos, 140 tá leros en lugar de 100; pero in fact só lo se habrı́a creado un nuevo valor de
40 tá leros, esto es un valor que no solamente es necesario para resarcir el adelanto de 60
tá leros por el material de trabajo y el instrumento y los 40 tá leros por el trabajo. Por 40
tá leros má s de tiempo de trabajo objetivado, los valores que se encuentran en la circulació n
habrı́an aumentado en 80 tá leros.
Pongamos ahora la misma premisa. 100 tá leros de capital, a saber 50 para el algodó n, 40
tá leros para el trabajo, 10 para el instrumento de trabajo; el tiempo de plustrabajo se
mantiene igual al del caso anterior, o sea 4 horas, y el tiempo de trabajo total es de 8 horas.
De modo que el producto en todos los casos es só lo = 8 horas de tiempo de trabajo = 140
tá leros. Supongamos ahora que la fuerza productiva del trabajo se duplica; es decir que al
obrero le bastan con dos horas para valorizar la materia prima y el instrumento en la
35 Cf. CH. BABBAGE, Traité sur l'économie des machines etc., cit., cap. XVIII, "Des matiè res brotes", en particular el
medida necesaria como para conservar su capacidad de trabajo. Si 40 tá leros eran el tiempo
de trabajo objetivado de 4 horas, 20 tá leros serı́an el tiempo de trabajo objetivado de 2
horas. Estos 20 tá leros expresan ahora el mismo valor de uso que antes los 40 tá leros. El
valor de cambio de la capacidad de trabajo 'se ha reducido a la mitad, porque la mitad del
tiempo de trabajo originario crea el mismo valor de uso; el valor de cambio del valor de uso,
empero, se mide ú nicamente por el tiempo de trabajo en é l objetivado. El capitalista, como
antes, hace trabajar 8 horas al obrero, y por consiguiente su producto representa como
antes un tiempo de trabajo de 8 horas = 80 tá leros de tiempo de trabajo, mientras que el
valor de la materia prima y el instrumentoa se ha mantenido igual, o sea 60 tá leros;
altogether, como hace un momento, 140 tá leros.
a "Instrument"; ms. y edic. 1939, "Material" ("material")
(Para vivir, al obrero le habrı́a bastado meramente con añ adir a los 60 tá leros de materia
prima e instrumento un valor de 20 tá leros, con lo cual só lo habrı́a creado un valor de 80
tá leros. El valor total de su producto se habrı́a reducido, por la duplicació n de la
producció n. de 100 a 80, en 20 tá leros, o sea en 1/5 de 100= 20 %.) Pero el plustiempo o
plusvalor del capital es ahora de 6 horas en lugar de 4, o de 60 tá leros en lugar de 40. El
crecimiento del capital es de 2 horas, 20 tá leros. Su cá lculo se harı́a ası́ ahora: para material
en bruto 50, para trabajo 20, para instrumento 10; desembolsos = 80 tá leros. Ganancia = 60
tá leros. Seguirı́a vendiendo el producto a 140 tá leros, pero obtendrı́a una ganancia de 60 en
lugar de la anterior de 40 tá leros. En cierto sentido, solamente lanza a la circulació n el
mismo valor de cambio que antes, 140 tá leros. La plusvalı́a de su capital, no obstante, ha
aumentado en 20 tá leros. Só lo, pues, la parte que le toca en los 140 tá leros, la tasa de su
beneficio. In fact, el obrero ha trabajado para aqué l 2 horas extras, gratis; o sea 6 horas en
lugar de 4, y para el capitalista es tal como si bajo la relació n anterior el obrero hubiera
trabajado 10 horas en lugar de 8, hubiese aumentado su tiempo absoluto de trabajo.
251 Pero de hecho ha surgido tambié n un valor nuevo; o sea, se han puesto 20 tá leros má s
como valor autónomo, como trabajo objetivado que se libera, que se desprende de la
obligació n de servir ú nicamente para el intercambio por la anterior fuerza de trabajo. Esto
puede presentarse de dos maneras. O con los 20 tá leros se pone má s trabajo en
movimiento, se convierten en capital y crean un valor de cambio mayor, hacen de má s
trabajo objetivado el punto de partida del nuevo proceso de producció n; o el capitalista
intercambia los 20 tá leros, como dinero, por mercancı́as que no son las que necesita en su
producció n como capital industrial; todas las mercancı́as, pues, salvo el trabajo y el dinero,
se intercambian por 20 tá leros má s, por 2 horas má s de tiempo de trabajo objetivado. Por
tanto su valor de cambio ha aumentado precisamente en esa suma liberada. In fact, 140
tá leros son 140 tá leros36 , como lo hace notar contra Boisguillebert el muy "sagaz" editor
francé s de los fisió cratas. Pero es falso que estos 140 tá leros solamente representen má s
valor de uso; representan una parte mayor de valor de cambio autónomo, de dinero, de
capital latente; por tanto de riqueza puesta como riqueza. Esto lo admiten incluso los
economistas, cuando má s adelante, mediante la acumulació n de los capitales, no só lo hacen
que se acumule la masa de los valores de uso, sino tambié n la de los valores de cambio, ya
que el elemento de la acumulació n de los capitales, segú n el propio Ricardo, está puesto tan
plenamente por el plustrabajo relativo —y no podrı́a ser de otro modo—como por el
absoluto37 . Por lo demá s, en la exposició n mejor desarrollada del propio Ricardo38 , está
36 Cf. E. DAIRE, Economistes financiers du XVIII siècle etc., Paris 1843, p. 419, notas 1 y 2.
37 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., pp. 89-90 [Principios, pp. 7-2-73].
implı́cito ya que esos 20 tá leros excedentes, creados puramente por el incremento de la
fuerza productiva, pueden convertirse nuevamente en capital. De los 140 tá leros (dejando
de lado por el momento el consumo del capital), antes só lo 40 tá leros podı́an convertirse en
nuevo capital; 100 no se transformaban en capital, sino que seguı́an sié ndolo; ahora 60, o
sea que estamos ante un capital que ha aumentado en un valor de cambio de 20 tá leros. Los
valores de cambio, la riqueza en cuanto tal, han aumentado, pues, aunque la suma total de
los mismos, al igual que antes, no ha crecido directamente. ¿Por qué ha aumentado esa
riqueza? Porque ha aumentado la parte de la suma total que no es meramente medio de
circulació n, sino dinero, o que no es simplemente equivalente, sino valor de cambio existente
para sí.
252 Los 20 tá leros liberados o bien son acumulados como dinero, es decir añ adidos bajo la
forma universal (abstracta) del valor de cambio a los valores de cambio existentes, o bien
circulan, en cuyo caso suben los precios de las mercancı́as compradas con ellos;
representan má s oros y, como el costo de producció n del oro no ha bajado (má s bien ha
subido con relació n a la mercancı́a producida con el capital vuelto má s productivo), má s
trabajo objetivado (esto lleva a que el excedente, que al principio se presentaba del lado del
capital productivo, aparezca ahora del lado de quienes producen las mercancı́as que má s se
han encarecido); o el capital circulante originariamente utiliza de manera directa los 20
tá leros como capital. ile esta suerte es puesto un nuevo capital de 20 tá leros, suma de
riqueza que se conserva y se valoriza a sı́ misma. El capital ha aumentado en un valor de
cambio de 20 tá leros. (A decir verdad, la circulació n aú n no nos concierne en absoluto, ya
que aquı́ tenemos que habé rnoslas con el capital en general, y la circulació n só lo puede
intermediar entre la forma del capital como dinero y su forma como capital; el primer
capital puede realizar el dinero en cuanto tal, esto es, intercambiarse por mercancı́as
consumiendo ası́ má s de lo que antes consumı́a; en las manos del productor de esas
mercancı́as, empero, ese dinero se convierte en capital. De modo que se convertirá en
capital directamente en las manos del primer capital, o, indirectamente, en las de otro
capital. El otro capital, empero, es de todos modos capital en cuanto tal, y acá tenemos que
habé rnoslas con el capital en cuanto tal, say the capital of the whole societyb. La diversidad,
etc., de los capitales no nos incumbe aú n.) Esos 20 tá leros ú nicamente pueden presentarse
bajo una forma doble, de tal suerte que el capital existe nuevamente en la determinació n de
dinero que aú n no se ha transformado en capital —punto de partida del capital—, bajo la
forma abstracta y autó noma del valor de cambio o de la riqueza universal; o incluso de
nuevo como capital, como una nueva dominació n del trabajo objetivado sobre el trabajo
vivo*.
a "Gold"; edic. 1939 "Geld" ("dinero").- b Digamos el capital de la sociedad entera
restringir su consumo. Una parte mayor de los valores de cambio se consolida como valor
de cambio en lugar de desaparecer en el valor de uso (o sea puede consolidarse ası́
directamente o por medio de la producció n). Crear un capital mayor significa crear un valor
de cambio mayor; aunque el valor de cambio en su forma inmediata, como valor de cambio
simple, no haya sido aumentado por el incremento de la productividad, lo ha sido en su
forma potenciada como capital. En té rminos absolutos este capital mayor, este capital de
140c tá leros, representa má s trabajo objetivado que antes el capital de 120d tá leros. Al
menos relativamente, pues, pone tambié n má s trabajo vivo en movimiento y, por
consiguiente, en ú ltimo té rmino tambié n reproduce un valor de cambio simple mayor. El
capital de 120e tá leros al 40 o/o producı́a un producto o valor de cambio simple de 60f
tá leros al 40 %; el capital de 140g tá leros un valor de cambio simple [de] 64 tá leros.
a "Wo er nur abstrakt ist"; edic. 1939, "wie es nur abstrakt ist", lo que serı́a oscuro y referido al dinero.- b
Deberı́a decir "con la plusvalı́a capitalizada de 40 tá leros, o sea con un capital de 160 tá leros".- C Deberı́a decir
"160".- d Deberı́a decir "100".- e Deberı́a decir "100".- f Deberı́a decir "40".- g Deberı́a decir "160"
Aquı́, luego, el aumento del valor de cambio bajo la forma del capital está puesto aú n,
directamente, en cuanto aumento del valor de cambio bajo su forma simple. Es de la mayor
importancia retener esto. No basta con decir, como Ricardo 39 que el valor de cambio, esto
es, la forma abstracta de la riqueza, no se acrecienta, sino só lo el valor de cambio en cuanto
capital. Al decirlo, só lo tiene en cuenta el proceso de producció n primitivo. Pero cuando el
plustrabajo relativo aumenta —y aumenta por ende el capital en té rminos absolutos—,
aumenta tambié n, necesariamente, dentro de la circulació n, el valor de cambio relativo,
existente como valor de cambio, el dinero en cuanto tal, y aumenta, por intermedio del
proceso de producció n, el valor de cambio absoluto. En otras palabras: de la misma cantidad
de valor de cambio —o dinero—, y bajo esta forma simple se presenta el producto del
proceso de valorizació n, se libera una parte que no existe como equivalente de valores de
cambio existentes ni tampoco de tiempo de trabajo existente (plusvalı́a es el producto
solamente en relació n al capital, al valor tal como é ste existe previamente al proceso de
producció n; considerada para sı́, como existencia autó noma, esc meramente un valor de
cambio determinado cuantitativamente).
c "ist er"; edic. 1939 "ist es"
254 Si esa parte se intercambia por los valores de cambio existentes, no les da un
equivalente, sino má s que un equivalente, y por ende libera del lado de ellos parte del valor
de cambio. Está ticamente, ese valor de cambio liberado, con el cual se ha enriquecido la
sociedad, tan só lo puede ser dinero, en cuyo caso só lo se ha aumentado la forma abstracta
de la riqueza; diná micamente: só lo [puede] realizarse en nuevo trabajo vivo (sea poniendo
en movimiento el trabajo anteriormente dormido, o creando nuevos obreros (activando la
population), o ampliando el nuevo cı́rculo de los valores de cambio, de los valores de
cambio que se encuentran en la circulació n, lo cual puede ocurrir gracias a la producció n, al
promover el valor de cambio liberado una nueva rama de la producción y por tanto un
nuevo objetivo del intercambio, el trabajo objetivado bajo la forma de un nuevo valor de
uso; sea logrando el mismo resultado al introducir trabajo objetivado en un nuevo paı́s,
mediante la ampliació n del comercio, en el ciclo de la circulació n). Ese trabajo, pues, tiene
que crearse.
La forma en la cual Ricardo procura aclarar el punto (y es muy poco claro en este
aspecto), au fond tampoco significa otra cosa que introducir enseguida una relació n
determinada, en lugar de decir, sencillamente, que de la misma suma de valores de cambio
simples, se pone una parte má s pequeñ a bajo la forma del valor de cambio simple
39 Cf. ibídem, pp. 325-327 [ibídem, pp. 207-209].
Grundrisse. Cuaderno III
(equivalente) y una parte mayor bajo la forma del dinero (del dinero a tı́tulo de la forma
primitiva, antediluviana, de la cual siempre surge nuevamente el capital; del dinero en su
determinació n como dinero, no como moneda, etc.); que por consiguiente se acrecienta la
parte puesta como valor de cambio para sı́, esto es, como valor, la riqueza en su forma como
riqueza (mientras que Ricardo llega precisamente a la conclusió n falsa de que esa parte só lo
se acrecienta bajo la forma de riqueza material, sustancial, como valor de uso). El
surgimiento de la riqueza en cuanto tal —en la medida en que no surge de la renta, esto es,
segú n é l en la medida en que no surge del aumento de la fuerza productiva, sino por el
contrario de la disminución de la misma—le resulta por ende completamente incomprensible
y se enmarañ a en las contradicciones má s absurdas. Enfoquemos el asunto a su manera, sin
má s ni má s. Un capital de 1.000 pone en movimiento 50 obreros 40; ó 50 dı́as vivos de
trabajo; mediante la duplicació n de la fuerza productiva ese capital podrı́a poner en
movimiento 100 dı́as de trabajo. Estos, empero, no existen en la premisa y se les introduce
arbitrariamente, pues caso contrario —si ya no se introdujeran días de trabajo verdaderos—
el aumento del valor de cambio mediante la productividad acrecentada le resulta
incomprensible. Por lo demá s, en ninguna parte analiza el crecimiento de la población como
un elemento del aumento de los valores de cambio; ni siquiera lo indica de manera clara y
distinta en alguna parte. El supuesto dado es que el capital sea 1.000 y los obreros 50.
255 La consecuencia correcta, que también extrae Ricardo (vé ase mi cuaderno)a es: 500 de
capital con 25 obreros pueden producir el mismo valor de uso que anteriormente; los otros
500 con los otros 25 obreros fundan un nuevo establecimiento y producen tambié n un valor
de cambio de 500.
a Marx se refiere aquı́ al cuaderno VIII, Grundrisse, p. 808-812; cf. el tomo II de nuestra edició n
El beneficio se mantiene igual, ya que no procede del intercambio de los 500 con los 500,
sino de las tasase segú n las cuales se distribuı́an originariamente el beneficio y el salario en
los 500, y el intercambio es má s bien el de equivalentes, el que —como en el comercio
exterior, respecto al cual Ricardo desarrolla esto expresamente 41 — tampoco puede
aumentar el valor. En efecto, el intercambio de equivalentes significa simplemente que el
valor que existı́a en las manos de A antes del intercambio con E, existe aú n en sus manos
despué s del intercambio con B. El valor total o riqueza se ha mantenido igual. El valor de
uso, empero, o la sustancia de la riqueza, se ha duplicado. Sin embargo, no existe
absolutamente ningú n motivo por el cual deba crecer la riqueza como riqueza, el valor de
cambio en cuanto tal, en tanto se considere el aumento de las fuerzas productivas. Si las
fuerzas productivas se duplican nuevamente en las dos ramasa, el capital A puede dividirse
en 250 con 12 1/2 dı́as de trabajo y 250 con 12 1/2 dı́as de trabajo, y otro tanto el capital B.
a En el margen superior de la pá gina riel manuscrito iniciada por esta palabra, y sin signos de inclusió n,
dice: "(el dinero para sı́ no debe ser designado ni como valor de uso, ni como de cambio, sino como valor)"
Existen ahora cuatro capitales con el mismo valor de cambio de 1.000 £; consumen como
antes, en conjunto, 50 dı́as vivos de trabajo* y producen un valor de uso cuatro veces mayor
que antes de la duplicació n del consumo.
* Au fond es falso decir que el trabajo vivo consume al capital; en el procesa de producció n el capital (el
trabajo objetivado) consume al trabajo vivo.
Ricardo es demasiado clá sico para cometer estupideces, como sus perfeccionadores, para
los cuales el valor má s elevado, resultante del incremento de las fuerzas productivas, surge
de que en la circulació n alguien vende má s caro. En lugar de intercambiar el capital de 500
40 Cf. ibídem, pp. 29-35 [ibídem, pp. 23-29].
41 Cf. ibídem, pp. 131-149 [ibídem, pp. 98-113]. Por "mi cuaderno" Marx hace referencia al cuaderno VIII,
—una vez que se ha transformado en mercancı́a, en valor de cambio simple— por 500, lo
intercambia por 550 (al 10 %), pero entonces el otro obtiene evidentemente 450 en lugar
de 500 y la suma total se mantiene, como antes, en 1.000. Esto ocurre harto a menudo en el
comercio, pero só lo explica el beneficio obtenido por un capital a costas del otro capital; no,
por lo tanto, el beneficio del capital, y sin este supuesto no existe el beneficio de un lado ni
del otro.
256 Por consiguiente, el proceso de Ricardo puede proseguir, sin que exista otro lı́mite que la
multiplicación de la fuerza productiva (y é sta a su vez es material, situá ndose por de pronto
al margen de la relación económica misma) que pueda tener lugar con un capital de 1.000 y
50 obreros. Vé ase este pasaje: "El capital es la parte de la riqueza de un paı́s, que is
employed with a view to future production, and may be increased in the same manner as
wealth "a . (Para é l wealth es el excedente de valores de uso, y desde el punto de vista del
intercambio simple, el mismo trabajo objetivado puede expresarse en valores de uso
ilimitados y sigue siendo siempre el mismo valor de cambio mientras contenga la misma
cantidad de trabajo objetivado, ya que el equivalente de este ú ltimo no se mide por la masa
de los valores de uso en la que existe, sino por su propia cantidad.) "An additional capital
will be equally efficacious in the formation of future wealth, whethe• it be obtained from
improvements of skill or machinery, or from using more revenue reproductivelyb, for
wealth" (valor de uso) "always depends on the quantity of commodities produced" (y
tambié n en algo de su variety, it seems)c, "without regard to the facility with which the
instruments employed in production may have been procuredd "- (esto es, el tiempo de
trabajo objetivado en ella). "A certain quantity of clothes and provisions will maintain and
employ the same number of men; but they will be of twice the value" (valor de cambio) "if
200 have been employed on their production."e 42 . Si por medio del incremento de la fuerza
productiva 100 producen tanto en valores de uso como antes 200, "se despedirá a la mitad
de los 200, de modo que los 100 restantes producirá n tanto como antes los 200. Una mitad
del capital, pues, puede ser retirada del ramo de producció n; se ha liberado tanto capital
como trabajo. Y como la mitad del capital presta exactamente el mismo servicio que antes el
todo, tenemos que se han formado ahora dos capitales, etc." (cfr. 39, 40, ibı́d. sobre el
comercio nacional, a lo cual tendremos que retornar)43 .
a Se emplea con vistas a la producció n futura y puede acrecentarse de la misma manera que la riqueza.- b
42 Cf. ibídem, pp. 327-328 [ibídem, p. 209].Marx cita aquı́ de memoria, ya que la cita no corresponde exactamente
ni al texto de Ricardo, ni al extracto que de é l hiciera el propio Marx en el cuaderno VIII, cf. Gnmdrisse, p. 804.
43 Tampoco é sta es una cita textual, sino un resumen del contenido de las pá ginas 81-82, 131-149 y 417-418 de On
the Principles etc. de RICARDO [Principios, pp. 59-60, 98-113 y 285-287]. La remisió n a "pp. 39, 40 ibídem",
hace referencia al mencionado cuaderno VIII, cf. Gnrndrisse, pp. 802, 808-812, 822.
Grundrisse. Cuaderno III
de esos dı́as de trabajo aportará de este modo tanto má sa plustiempo. Si el capitalista antes
estaba limitado por el dı́a de trabajo, tiene ahora 50 dı́as de trabajo, etc.
257 Bajo esta forma, como se ha dicho, con el aumento de los capitales merced a la
productividad no se supone incremento alguno de los valores de cambio y por consiguiente,
segú n Ricardo. tambié n la població n, supuestamente de 10.000.000, podrı́a reducirse a
10.000 sin que declinaran el valor de cambio o la cantidad de los valores de uso (ver la
conclusió n de su libro)44 . Serı́amos los ú ltimos en negar que existen contradicciones en el
capital. Antes bien, nuestro objetivo es exponerlas plenamente. Ricardo, empero, no las
desarrolla, sino que shifts them off by considering the value in exchange as indifferent for
the formation of wealth. That is to soy, he contends that in a society based upon the value of
exchange, and wealth resulting from such value, the contradictions which this form of
wealth is driven to with the development of productive powers, etc., do not exist, and that a
progress of value is not necessary in such a society to secure the progress of wealth,
consequently that value as the form of wealth does not at all affect that wealth itself and its
developmentb , o sea que considera el valor de cambio como puramente formal.
a "soviel mehr"; edic. 1939, "so vielmehr" ("ası́ má s bien"). b Las pone a un lado al sostener que el valor que
se intercambia es indiferente para la formació n de la riqueza. Vale decir, asevera que en una sociedad basada
en el valor de cambio y donde la riqueza es resultado de ese valor, las contradicciones con el desarrollo de las
fuerzas productivas, etc., a que es empujada esa riqueza, no existen, y en tal sociedad no es necesario un
desarrollo del valor para asegurar el desarrollo de la riqueza; por consiguiente que el valor en cuanto forma
de la riqueza no afecta en modo alguno esa riqueza misma y su desarrollo
Pero luego, tiene de nuevo in mente: 1) que el capitalista tiene que ver con el value, 2)
que histó ricamente la riqueza en cuanto tal, es decir la suma de valores, crece con el
progreso de las fuerzas productivas (ası́ como del comercio internacional, debiera haber
pensado). ¿Có mo explicar esto? Los capitales se acumulan con má s rapidez que la
població n; con ello sube el salario; con ello la població n; con ello el precio de los cereales;
con ello la dificultad de la producció n y con ello los valores de cambio. A é stos, pues, se
arriba en ú ltimo té rmino y por un rodeo. Como aquı́ no se trata de la dificultad creciente de
la producció n, sino por el contrario del crecimiento de las fuerzas productivas, queremos
dejar completamente de lado el elemento de la renta. Merced a la acumulació n de los
capitales sube el salario, si la població n no crece simultá neamente; el obrero se casa, se
estimula la producció n o sus hijos viven mejor, no mueren prematuramente, etc. En suma, la
població n crece. Su crecimiento, no obstante, suscita la competencia entre los obreros y, de
esta suerte, los obliga a vender su capacidad de trabajo al capitalista nuevamente por su
valor, o transitoriamente aun por debajo del mismo. El capital acumulado, que entretanto ha
crecido con má s lentitud, dispone ahora del excedente –que antes desembolsaba bajo la
forma del salario, por tanto como moneda, para comprar el valor de uso del trabajo–
nuevamente como dinero, para valorizarlo como capital en é l trabajo vivo. Y como ahora
disponea tambié n de una mayor cantidad de jornadas de trabajo, su valor de cambio crece
nuevamente.
a "verfligt", en el ms. "eintauscht" ("cambia")
258 (Incluso esto no está desarrollado correctamente en Ricardo, sino entreverado con la
teorı́a de la renta, ya que el crecimiento de la població n sustrae al capital, pero ahora bajo la
forma de renta, el excedente que antes perdı́a aqué l bajo la forma del salario.) Pero en su
teorı́a ni siquiera es claramente comprensible el crecimiento de la població n. En ninguna
parte expone que tiene lugar una relació n inmanente entre todo el trabajo objetivado en el
capital y la jornada de trabajo viva (y para esta relació n da lo mismo que é sta se presente
como un dı́a de trabajo de 50 x 12 horas, o como el trabajo de 50 obreros en doce horas).
44 Cf. ibídem, pp. 416-417 [ibídem, pp. 284-286].
Karl Marx
259 Pero de hecho, segú n Ricardo, só lo puede controlarlo si baja el salario; esto es, con el
mismo capital se cambian má s dı́as de trabajo vivo por trabajo objetivado, y gracias a ello se
crea un value mayor. Para hacer que caiga el salario, presupone el aumento de la població n.
Y para testimoniar aquı́ el aumento de la població n, Ricardo presupone que crece la
demanda de dı́as de trabajo, en otras palabras, que el capital puede comprar má s trabajo
objetivado (objetivado en la capacidad de trabajo), por tanto que su value ha aumentado.
Pero al principio habrı́a partido justamente del supuesto opuesto, y dio ese rodeo só lo
porque habı́a salido de allı́. Si 1.000 £ podı́an comprar 500 dı́as de trabajo y la fuerza
productiva crece, se podrá o bien continuar utilizando los 500 en la misma rama de trabajo
o dividirlos, y utilizar 250 en una rama de trabajo, 250 en la otra, de modo que tambié n el
capital se fracciona en 2 capitales de 500. Pero nunca puede controlar má s de 500 dı́as de
trabajo, ya que en caso contrario, segú n Ricardo, no só lo habrı́an tenido que multiplicarse
los valores de uso producidos por aqué l, sino el valor de cambio de é stos, el tiempo de
trabajo objetivado sobre el cual el capital tiene control. Si se parte de la premisa de Ricardo,
no puede ocurrir, pues, ninguna demanda mayor de trabajo. Si é sta tiene lugar, entonces el
valor de cambio del capital ha crecido. Vé ase Malthus on valuea 45 quien siente las
contradicciones, pero se empantana cuando pretende exponerlas por sı́ mismo.
a Acerca del valor
El trabajo no reproduce el valor del material en el que trabaja y del instrumento con el que
trabaja. Conserva el valor de los mismos, sencillamente, comportándose respecto a ellos en el
proceso de trabajo como ante sus condiciones objetivas. Esta fuerza vivificante y sustentadora
no le cuesta nada al capital; se presenta, antes bien, como su propia fuerza, etc.
Hasta aquı́ hemos hablado ú nicamente de los dos elementos del capital, de las dos partes
del dı́a vivo de trabajo, de las cuales una representa el salario, la otra el beneficio; una el
45 Cf. nota 170.
Grundrisse. Cuaderno III
trabajo necesario, la otra el plustrabajo. ¿Dó nde quedan, entonces, las otras dos partes del
capital, realizadas en el material de trabajo y en el instrumento de trabajo? En lo que
respecta al proceso de producció n simple, el trabajo implica la existencia del instrumento,
que facilita el trabajo, y del material, en el que aqué l se representa y al que aqué l forma. Con
esta forma le da el valor de uso. En el intercambio, ese valor de uso se convertirá en tanto
valor de cambio como trabajo objetivado contenga. Pero como partes componentes del
capital, ¿son valores que el trabajo debe sustituir? Ası́, en el ejemplo mencionado (y tales
objeciones se formulan masivamente contra Ricardo, de quien se dice que só lo considerarı́a
al beneficio y el salario como componentes de los costos de producció n, no a la má quina ni
al material), cuando el capital es 100, y se divide [en] 50 para algodó n, 40 para el salario, 10
para el instrumento, y el salario es de 40 tá leros. 4 horas de trabajo objetivado, y si el
capital hace trabajar 8 horas; parecerı́a que el obrero, que tendrı́a que reproducir 40 tá leros
por el salario, 40 tá leros de plustiempo (beneficio), 10 tá leros de instrumento y 50 tá leros
de algodó n. 140 tá leros, só lo reproduce 80 tá leros. 40 tá leros, en efecto, son el producto de
medio dı́a de trabajo, 40 de la otra mitad excedente.
260 Pero el valor de los dos componentes restantes del capitalb es de 60 tá leros. Como el
producto real del obrero es 80 tá leros, só lo puede reproducir 80, no 140. Má s bien habrı́a
reducido el valor de los 60, porque de los 80, 40 sustituyen su salario y a los restantes 40 de
plustrabajo les faltan 20 para llegar a los 60. En lugar de un beneficio de 40, el capitalista
tendrı́a una pé rdida de 20 respecto a la parte originaria de su capital consistente en
instrumento y material.
b “Kapital”, en ms. “Salar” (“salario”)
¿Có mo puede el obrero crear, ademá s de los 80, otros 60 tá leros de valor, ya que una
mitad de su jornada de trabajo, como lo indica su salario, só lo crea 40 tá leros con el
instrumento y el material, la otra mitad só lo otro tanto, y é l dispone ú nicamente de una
jornada de trabajo, y en una jornada de trabajo no puede trabajar dos? Supongamos que los
50 tá leros de material = x libras de hilo de algodó n; los 10 tá leros de instrumento = un
husoa. En lo que respecta ante todo al valor de uso, es claro que el obrero, si el algodó n no
tuviera ya la forma del hilo, y la madera y el hierro la del husoa, no podrı́a producir ningú n
tejido, ningú n valor de uso mayor. Para é l mismo, en el proceso de producció n los 50 tá leros
y los 10 tá leros son nada más que hilo y un husos, no valores de cambio. Su trabajo les ha
prestado un valor de uso mayor y les ha incorporado una cantidad de trabajo objetivado de
80 tá leros, a saber: 40 tá leros en los que é l reproduce su salario, y 40 de plustiempo. El
valor de uso —el tejido— contiene un dı́a de trabajo má s, del cual, empero, una mitad só lo
remplaza la parte del capital por la que se ha intercambiado la disposició n sobre la
capacidad de trabajo. El obrero no ha creado el tiempo de trabajo objetivado que se
contiene en el hilo y el husoa y que constituye una parte del valor del producto; para aqué l
eran y siguen siendo material al que prestó otra forma e incorporó nuevo trabajo. La ú nica
condició n es que no los haya wastedb, y no lo ha hecho, ya que su producto tiene un valor de
uso, y un valor de uso mayor que el de antes. Contiene ahora dos partes de trabajo
objetivado: el dı́a de trabajo del obrero y el trabajo objetivado contenido ya en su material,
hilo y husoa, independientemente de é l y con anterioridad a su trabajo. El trabajo objetivado
anteriormente era la condició n de su trabajo; puso al obrero por primera vez en situació n
de trabajar, no le costó trabajo alguno.
261 Supongamos que no estuvieran presupuestas ya como componentes del capital, como
valores, y que no le hubieran costado nada: entonces el valor del producto, si el obrero
hubiera trabajado un dı́a entero, serı́a de 80, y si medio dı́a, de 40 tá leros. Serı́a justamente
= una jornada de trabajo objetivada. Nada le cuestan, en efecto, en la producció n; pero esto
no elimina el tiempo de trabajo objetivado en ellas, que subsiste y tan só lo recibe otra
Karl Marx
forma. Si el obrero hubiese tenido que crear, en el mismo dı́a de trabajo, ademá s del tejido el
hilo y el husoa, el proceso habrı́a sido in fact imposible.
a Deberı́a decir "telar".- b Desperdiciado
Por consiguiente, que el hilo y el huso no exijan su trabajo ni como valores de uso en su
forma original, ni como valores de cambio, sino que esté n disponibles, es lo que hace
precisamente que el agregado de un dı́a de trabajo por parte del obrero cree un producto
cuyo valor es mayor al de un dı́a de trabajo. El obrero lo crea, pero en la medida en que no
tiene que crear este plus sobre el dı́a de trabajo, en que ya lo encuentra como material, como
supuesto. Só lo puede decirse, por ende, que el obrero reproduce esos valores por cuanto sin
el trabajo se descompondrı́an, serı́an inú tiles; pero de igual suerte, el trabajo sin ellos serı́a
infructuoso. Si el obrero reproduce esos valores, ello no ocurre porque les dé un valor de
cambio mayor o porque entre en algú n proceso con su valor de cambio, sino sometié ndolos
en general al simple proceso de la producció n, en suma trabajándolos. Pero no le cuestan
ningú n tiempo de trabajo mayor, salvo el que necesita para transformarlos y darles un valor
mayor. Se trata de una condició n que el capital le ha impuesto para trabajar. Los reproduce
dá ndoles un valor mayor, y este dar-un-valor-mayor es = su dı́a de trabajo. Por lo demá s, los
deja tal como eran. El viejo valor de los mismos se mantiene, lo que ocurre porque se les
añ ade uno nuevo, no porque el viejo mismo se reproduzca, sea creado. En la medida en que
son producto de trabajo anterior, subsisten como producto de trabajo anterior, suma de
trabajo objetivado anteriormente, elemento del producto del obrero; ademá s de su
valor nuevo, el producto contiene tambié n el viejo. El obrero, pues, en realidad só lo
produce en ese producto el dı́a de trabajo que le agrega, y la conservació n del viejo valor no
le cuesta absolutamente nada, excepto lo que le cuesta incorporar el nuevo. Para é l se trata
meramente de material y sigue siendo tal, por má s que cambie su forma; existe, pues,
independientemente de su trabajo. Que este material que subsiste, ya que tan só lo recibe
otra forma, contenga ya tiempo de trabajo, es cosa que incumbe al capital, no a é l; es,
asimismo, independiente de su trabajo y subsiste después del mismo, tal como existı́a antes
del mismo. Esta presunta reproducció n no le cuesta al obrero tiempo de trabajo alguno; es
la condició n de su tiempo de trabajo, ya que no es otra cosa que el poner como material de
su trabajo la sustancia existente, el tratar a é sta como material. El obrero, pues, sustituye el
viejo tiempo de trabajo mediante el acto del trabajo mismo, no mediante la adició n de un
tiempo de trabajo especial a tales efectos.
262 Lo sustituye simplemente por medio de la incorporació n de nuevo, con lo cual el viejo se
conserva en el producto y se transforma en elemento de un nuevo producto. El obrero, pues,
en la medida en que la materia prima y el instrumento son valores, no los sustituye con su
dı́a de trabajo. Por tanto, el capitalista obtiene esta conservación del valor viejo tan
gratuitamente como el plustrabajo. Pero la obtiene gratuitamente no porque la misma no le
cueste nada al obrero, sino como resultado de que, conforme al supuesto, el material y el
instrumento de trabajo se encuentran ya en las manos del capitalista, y que, por
consiguiente, el obrero no puede trabajar sin convertir al trabajo existente ya en forma
objetiva en las manos del capital, en material de su trabajo, y por tanto sin conservar
tambié n el trabajo objetivado en este material. El capitalista, pues, no le paga nada al obrero
porque el hilo y el huso —su valor— vuelvan a encontrarse, conforme, a su valor, en el
tejido, o sea porque se hayan conservado. Esta conservació n ocurre simplemente por la
incorporació n de trabajo nuevo que agrega un valor superior. De la relació n originaria entre
el capital y el trabajo resulta que el mismo servicio que el trabajo vivo —mediante su
vinculació n como trabajo vivo— presta al objetivado, no cuesta nada al capital, ası́ como
tampoco cuesta nada al obrero; expresa tan só lo la relació n consistente en que el material e
instrumento de trabajo se le enfrentan como capital, son supuestos independientes de é l. La
Grundrisse. Cuaderno III
conservació n del viejo valor en modo alguno es un acto separado de la incorporació n del
nuevo, sino que sucede de suyo, se presenta como resultado natural del mismo. Que esta
conservació n, empero, nada le cuesta al capital y tampoco al obrero, está puesto ya en la
relació n entre el capital y el trabajo, que ya es en sı́ el beneficio del uno y el salariob del otro.
El capitalista individual puede imaginarse (y tanto da ello para sus cá lculos), que si posee
un capital de 100 tá leros —50 tá leros de algodó n, 40 tá leros de medios de subsistencia para
mantener al trabajo, 10 tá leros de instrumento— y si cuenta con un beneficio de 10 0/0 por
encima de sus costos de producció n, el trabajo tendrá que reemplazarle 50 tá leros de
algodó n, 40 tá leros de medios de subsistencia, 10 tá leros de instrumentos y el 10 0/o de 50,
de 40, y de 10; de modo que en su imaginació n el trabajo le crea 55 tá leros de materia
prima, 44 tá leros de medios de subsistencia, 11 tá leros de instrumento, togetherc = 110.
Para los economistas es é sta una objeció n singular*, aunque ha sido dirigida con gran
arrogancia [[263]] contra Ricardo, como si fuera una novedad.
a Deberı́a decir”telar”.- b “Salir”, en ms. “Profit” (“beneficio”).- c En total
* Tachado despué s de "singular": "si los 40 tá leros, con los cuales el obrero puede vivir un dı́a, y por tanto
intercambiar su capacidad de trabajo, son el producto de medio dı́a de trabajo, el dı́a entero de trabajo só lo
puede producirle al fabricante 40 -I- 40- 80".
263 Si la jornada laboral del obrero = 10 horas y en 8 horas puede producir 40 tá leros, esto
es, producir su salario o, lo que es lo mismo, conservar y sustituir su capacidad de trabajo,
necesita 4/5 de dı́a para reemplazar su salario al capital y le da a é ste 1/5 de plustrabajo ó
10 tá leros. El capital, pues, en el intercambio obtiene por los 40 tá leros de salario, por las 8
horas de trabajo objetivado, 10 vivas, y este excedente constituye todo su beneficio. Todo el
trabajo objetivado, pues, producido por el obrero es 50 tá leros, y sean cuales sean los costos
del instrumento y de la materia prima, el obrero no puede agregarles má s, ya que su dı́a no
puede objetivarse en má s trabajo. Si ahora, al haber incorporadoa a los 60 tá leros de
materia prima e instrumento los 50 tá leros —o 10 horas de trabajo (de las cuales 8 son só lo
el sustituto de su salario)— el obrero ha conservado al mismo tiempo el material y el
instrumento —los cuales se conservan precisamente por entrar nuevamente en contacto
con el trabajo vivo y ser utilizados como instrumento y material—, ello no le cuesta a é l
ningú n trabajo (ni le sobrarı́a tiempo alguno para el mismo) ni se lo pagará el capitalista.
a “Zugefü gt”, edic. 1939 “zufü t”
Esta fuerza natural vivificante del trabajo —que al utilizar el material y el instrumento
los conserva bajo esta o aquella forma y por tanto tambié n conserva el trabajo objetivado en
ellos, su valor de cambio— se convierte, como toda fuerza natural o social del trabajo que
no sea producto de trabajo anterior, o producto de un trabajo anterior que tenga que ser
repetido (por ejemplo el desarrollo histó rico del obrero, etc.), en fuerza del capital, no del
trabajo. Por tanto, el capital no la paga. Del mismo modo que no se le paga al obrero porque
é ste pueda pensar, etcé tera.
Hemos visto que originariamente el valor vuelto autó nomo en oposición a la circulació n
—esto es, aquella mercancı́a para la cual la determinació n del valor de cambio no es só lo
una determinació n formal, fugaz, para intercambiarse por otro valor de uso y finalmente
desaparecer como objeto del consumo—, el dinero como dinero, el dinero que se retira de la
circulació n y se afirma al contraponé rsele negativamente, es el supuesto a partir del cual
deviene el capital. Por lo demá s, el producto del capital, en la medida en que no es su propia
reproducción simple (esta reproducció n es meramente formal, empero, ya que de las tres
partes de su valor só lo una realmente se consume y por tanto se reproduce, la que sustituye
al salario; el beneficio, en cambio, no es reproducció n sino adició n de valor, plusvalor), tiene
como resultado nuevamente el valor; un valor que ya no se introduce como equivalente en
la circulació n, y que por otra parte aú n no está potenciado nuevamente a capital, o sea un
valor vuelto autó nomo negativamente frente a la circulació n: dinero (en su tercera forma,
Karl Marx
que es la adecuada).
264 Ası́ como el dinero se presentaba primeramente como supuesto del capital, como causa del
mismo, ahora se presenta como su efecto. En el primer movimiento el dinero tenı́a su origen
en la circulació n simple; en el segundo, en el proceso de producció n del capital. En el
primero se transformaba en capital; en el segundo, se presentaba como un supuesto del
capital puesto por el propio capital; y por tanto ya está puesto en sí como capital; ya tiene en
sı́ la relació n ideal con el capital. Ya no se convierte simplemente en capital, sino que como
dinero ya está puesto en é l el que pueda transformarse en capital.
Tiempo de plustrabajo absoluto. Relativo. – No es la cantidad del trabajo vivo, sino su
calidad como trabajo, lo que a la vez conserva el tiempo de trabajo ya existente en el
material, etc.– La modificación de forma y sustancia en el proceso de producción directo. – El
proceso de producción simple implica que la etapa anterior de la producción es conservada
por la posterior, etc. – Conservación del viejo valor de uso por el nuevo trabajo, etc. –
Proceso de producción y proceso de valorización. ,La cantidad del trabajo objetivado se
conserva al conservarse su calidad como valores de uso para el nuevo trabajo, mediante
el contacto con el trabajo vivo. – En el proceso de producción real se elimina la separación
del trabajo respecto de sus condiciones objetivas de existencia. Pero en este proceso el
trabajo ya está incorporado al capital, etc. Aparece como fuerza de autoconservación del
capital. Perpetuación del valor
De modo que el aumento de los valores es el resultado de la autovalorizació n del capital;
tanto da que esta autovalorizació n sea el resultado del plustiempo absoluto o del relativo, es
decir de un aumento real del tiempo de trabajo absoluto o de un aumento del plustrabajo
relativo, o sea, reducció n de la parte alı́cuota del dı́a de trabajo que está destinado, como
tiempo de trabajo necesario, a la conservació n de la capacidad de trabajo; como trabajo
necesario, en fin.
El tiempo de trabajo vivo no reproduce otra cosa que la parte del tiempo de trabajo
objetivado (del capital) que se presenta como equivalente de la disposició n sobre la
capacidad viva de trabajo, parte que, por tanto, debe reemplazar como equivalente al
tiempo de trabajo objetivado en esa capacidad de trabajo; es decir, reemplazar los costos de
producció n de la capacidad viva de trabajo, o, en otras palabras, mantener vivo ala obrero en
cuanto obrero. Lo que el tiempo de trabajo vivo produce de má s no es reproducció n, sino
nueva creació n, y precisamente nueva creació n de valores, ya que se objetiva nuevo tiempo
de trabajo en un valor de uso.
265 Que a la vez se conserve el tiempo de trabajo contenido en la materia prima y el
instrumento, no se debe a la cantidad del trabajo, sino a su calidad como trabajo en general;
esa calidad universal no es una calificació n especial del mismo —no es trabajo
especı́ficamente determinado—, sino que consiste en que el trabajo como trabajo es
trabajo; el capital no paga especialmente por esta calidad, ya que la ha comprado en el
intercambio con el obrero.
Pero el equivalente de esta calidad (el valor de uso especı́fico del trabajo) se mide
sencillamente por el cuanto de tiempo de trabajo necesario para su producció n. Por de
pronto, el obrero añ ade al valor de la materia prima y del instrumento, mediante la
aplicació n del instrumento como instrumento y la modelació n de la materia prima, una
cantidad de nuevo trabajob = al tiempo de trabajo contenido en su propio salario; lo que
incorpora por encima de esto es tiempo de plustrabajo, plusvalor.
a "den" edic. 1939, "die" ("a los"). b "Arbeit"; edic. 1939 "Form" ("forma")
cual aqué llos entran en contacto con el trabajo, se les pone como su medio y objeto y de esta
suerte tambié n como objetivació n del trabajo vivo, elementos del trabajo mismo, no se
conservará n segú n la forma, sino segú n la sustancia, y desde el punto de vista econó mico su
sustancia es tiempo de trabajo objetivado. El tiempo de trabajo objetivado cesa de existir en
forma objetiva unilateral —y por lo tanto deja de estar sometido a la disolució n por el
proceso quı́mico, etc., como mera cosa—, [[siendo]] puesto como modo de existencia
material —medio y objeto— del trabajo vivo. A partir [del] tiempo de trabajo meramente
objetivado, en cuya existencia como cosa el trabajo existe ú nicamente en tanto forma
caduca y exterior de su sustancia natural, exterior a esta misma sustancia (por ejemplo la
madera bajo la forma de la mesa, o el hierro bajo la forma del rodillo), como meramente
existente bajo la forma exterior de lo sustancial, se desarrolla la indiferencia de la sustancia
respecto a la forma; la recibe no por una ley viva, inmanente de la reproducció n, como
recibe por ejemplo el á rbol su forma como á rbol (la madera se conserva como á rbol en
determinada forma, porque esta forma es una forma de la madera; mientras que la forma
como mesa es accidental para la madera, no es la forma inmanente de su sustancia); existe
só lo como forma exterior a lo sustancial, o existe só lo sustancialmente. La disolució n a la
que, por ende, está expuesta su sustancia, se disuelve asimismo. Pero puestas como
condiciones del trabajo vivo, se animan nuevamente.
266 El trabajo objetivado deja de estar muerto en la sustancia, como forma exterior,
indiferente, ya que é l mismo es nuevamente puesto como momento del trabajo vivo, como
relació n del trabajo vivo consigo mismo en un material objetivo, como objetividad de
trabajo vivo (como medio y objeto) (las condiciones objetivas del trabajo vivo). Puesto que
el trabajo vivo modifica el material mediante su realizació n en é ste —una modificació n que
[está ] determinada por la finalidad del trabajo y [por] su actividad finalistaa (una
modificació n que no es corno en el objeto inerte el poner de la forma en cuanto exterior a la
sustancia, simple apariencia fugaz de su existencia)—, el material recibirá ası́ una forma
determinada, transformació n de la sustancia que se somete a la finalidad del trabajo.
a "die durch den Zweck der Arbeit bestimmt [ist] und [durch] die zweckmá ssige Tá tigkeit derselben"; edic.
1939, "die durch den Zweck die Arbeit bestimmt, und die zweckmá ssige Tá tigkeit derselben" ("que mediante
la finalidad determina el trabajo y la actividad finalista de é ste")
El trabajo es el fuego vivo, formador; la transitoriedad de las cosas, su temporalidad, ası́
como su modelació n por el tiempo vivo. En el proceso de producció n simple —sin tener en
cuenta el proceso de valorizació n— la transitoriedad de la forma de las cosas se emplea
para poner su utilidad. Al convertirse el algodó n en hilo, el hilo en tela, la tela en tela
estampada, etc., o teñ ida, etc., y é sta en, digamos, un vestido, 1) la sustancia del algodó n se
ha conservado en todas estas formas. (En el proceso quı́mico, en el intercambio de
sustancias regulado por el trabajo, se han intercambiado por doquier equivalentes
(naturales), etc.); 2) En todos estos procesos subsiguientes la sustancia ha recibido una
forma má s ú til, porque é sta la vuelve má s apropiada para el consumo, hasta que por fin
adquiere la forma bajo la cual puede ser objeto directo del consumo, donde, por
consiguiente, el consumo de la sustancia y la abolició n de su forma se convierten en disfrute
humano; su modificació n es su propio uso. La sustancia del algodó n se conserva en todos
estos procesos; desaparece bajo una forma del valor de uso para acceder a un sitial más
elevado, hasta que el objeto existe como objeto (le consumo inmediato. Pero cuando el
algodó n es puesto como hilo, se le pone en una relació n determinada con un tipo Posterior
de trabajo. Si este trabajo no se realiza, la forma puesta en é l no só lo es inú til —esto es, el
nuevo trabajo no confirma el anterior—, sino que tambié n se ha echado a perder la
sustancia, puesto que la misma bajo la forma de hilo só lo tiene valor de uso en la medida en
que se la reelabore: só lo es valor de uso respecto al uso que de ella haga el trabajo
Karl Marx
posterior; só lo es valor de uso en la medida en que su forma de hilo sea abolida para lograr
la de tela; mientras que el algodó n, en su existencia como algodó n, es capaz de infinitas
aplicaciones ú tiles. Sin el trabajo posterior se echarı́a a perder el valor de uso del algodó n y
el hilo, el material y la forma; se habrı́a aniquilado, en vez de producido. El trabajo ulterior
conserva tanto el material como la forma, tanto la sustancia como la forma; los conserva
como valores de usoa , hasta que reciben la figura de valor de uso en cuanto tal, cuyo uso es
el consumo.
a"Gebrauchswerter; edic. 1939, "Gebrauchswert ("valor de uso")
267 De modo que el proceso de producció n simple implica que la etapa posterior de la
producció n conserve la anterior y que, a travé s de la creació n del valor de uso superior se
conserve el anterior o que só lo se le modifique en la medida en que se aumenta como valor
de uso. Es el trabajo vivo lo que conserva el valor de uso del producto inacabado del trabajo,
convirtié ndolo en material de un trabajo ulterior. Pero só lo lo conserva, es decir, só lo lo
protege de la inutilidad y la desaparició n, elaborá ndolo conforme a su finalidad; en suma,
convirtié ndolo en objeto de nuevo trabajo vivo. Esta conservación del viejo valor de uso no es
un proceso que, junto al aumento del mismo o la consumació n del mismo, se produzca
mediante el nuevo trabajo, sino que mediante este nuevo trabajo ocurre la elevació n del
propio valor de uso. La acció n de tejer conserva el valor de uso que tenı́a el algodó n en
cuanto tal y que habı́a conservado especı́ficamente en el hilo, y lo hace transformando el
hilo en tejido (y el hilo só lo tiene valor de uso cuando se le teje), tratá ndolo como materia
prima del acto de tejer (un tipo particular de trabajo vivo). Conserva el producto del trabajo
al convertirlo en materia prima de nuevo trabajo; pero 1) no agrega nuevo trabajo y 2)
conserva, ademá s, mediante otro trabajo, el valor de uso de la materia prima. Al tejer el hilo,
conserva la utilidad del algodón como hilo.
(Todo esto corresponde ya al primer capı́tulo, De la producción en general.) La conserva
mediante el acto de tejer. Esta conservació n del trabajo corno producto, o del valor de uso
del producto del trabajo, convirtié ndolo en materia prima de nuevo trabajo, ponié ndolo
nuevamente como objetividad material del trabajo vivo orientado a un fin, se da en el
proceso de producció n simple. Con respecto al valor de uso el trabajo posee la cualidad de
que al conservar el valor de uso existente lo aumenta, y lo aumenta al convertirlo en objeto
de un nuevo trabajo determinado por la finalidad ú ltima, hacié ndolo pasar, de la forma de la
existencia indiferente, a la del material objetivo, a la del cuerpo del trabajo. (Lo mismo vale
para el instrumento. Un huso só lo se mantiene como instrumento si se le utiliza para hilar.
268 Caso contrario, la forma determinada puesta aquı́ al hierro y la madera, ası́ como el trabajo
que la puso y la sustancia en que el trabajo la puso, se habrı́an echado a perder. Só lo cuando
se le pone como medio del trabajo vivo, como elemento objetivo de la existencia de su
condició n vital, se conserva el valor de uso de la madera y del hierro, exactamente al igual
que su forma. Su determinació n como instrumento de trabajo es la de ser usado, pero la de
ser usado en el proceso del hilado. La mayor productividad que el trabajo le presta, crea
má s valores de uso y sustituye de esta suerte el valor de uso gastado en el consumo del
instrumento. Esto se manifiesta de la manera má s meridiana en la agricultura, pues [[aquı́
el producto]]a se presenta directamente —y del modo má s sencillo, por ser el má s
primitivo— como medio de subsistencia y valor de uso, diferenciado del valor de cambio.
a “das Produckt hier”; edic. 1939. “das Instrument (“”el instrumento”)
Si la azada le produce al campesino dos veces má s cereal que el que obtenı́a antes,
necesita invertir menos tiempo en la producció n de la azada misma; tendrá suficientes
provisiones como para poder hacer una nueva azada.) En el proceso de valorizació n, las
partes componentes del capital —de las cualesa una existe bajo la forma del material, la otra
bajo la forma del instrumento— se presentan ahora frente al obrero, esto es, frente al
Grundrisse. Cuaderno III
trabajo vivo (pues el obrero só lo en cuanto tal existe en este proceso) no como valores, sino
como momentos simples del proceso productivo; como valores de uso para el trabajo, como
las condiciones objetivas de su eficacia, o como sus momentos objetivos. Que los conserve,
al utilizar el instrumento como instrumento y darle a la materia prima una forma superior
del valor de uso, es inherente a la naturaleza del trabajo mismo. Pero los valores de uso del
trabajo, ası́ conservados, son, como componentes del capital, valores de cambio;
determinados en cuanto tales por los costos de producció n contenidos en ellos, por el
cuanto de trabajo objetivado en ellos. (Para el valor de uso se trata solamente de la calidad
del trabajo ya objetivado.) El cuanto del trabajo objetivado se conservará si se conserva su
calidad como valores de uso para el trabajo posterior, mediante el contacto con el trabajo
vivo. El valor de uso del algodó n, ası́ como su valor de uso como hilo, se conservará al ser
tejido como hilo, al existir como uno de los momentos objetivos (junto al torno de hilarb) en
el acto de tejer.
a “von denen”; edic. 1939, “von dem” (“del cual”).- b Deberı́a decir telar
269 De tal suerte se conserva también el cuanto de tiempo de trabajo que contenían el algodón
y el hilo de algodón. Lo que en el proceso simple de producción se presentaba como
conservación de la calidad del trabajo precedente, y de esta manera tambié n del material en
el cual aqué l estaba puesto, se presenta en el proceso de valorizació n como conservació n
del cuanto del trabajo ya objetivado. Para el capital esta conservació n es [[la conservació n]]
del cuanto de trabajo objetivado por medio del proceso de producció n; para el trabajo vivo
mismo, só lo la del valor de uso ya existente, existente para el trabajo. El trabajo vivo agrega
una nueva cantidad de trabajo, pero la cantidad de trabajo ya objetivada no la conserva
mediante ese añadido cuantitativo, sino por su calidad como trabajo vivo o comportá ndose
como trabajo con los valores de uso en los cuales existı́a el trabajo pasado. Pero al trabajo
vivo tampoco se le paga por esta calidad que posee como trabajo vivo —no serı́a comprado
si no fuera trabajo vivo—, sino por la cantidad de trabajo contenida en sı́ mismo. Só lo se le
paga el precio de su valor de uso, como en todas las demá s mercancı́as. La calidad especifica
que posee —la de que agregando una nueva cantidad de trabajo al cuanto de trabajo ya
objetivado, conserva al mismo tiempo al trabajo objetivado en su calidad como trabajo
objetivado— no se le paga, y tampoco cuesta nada al obrero, ya que se trata de la propiedad
natural de su capacidad de trabajo. En el proceso de producció n se elimina la separació n
entre el trabajo y sus momentos objetivos de existencia: el instrumento y el material. Sobre
la separación se funda la existencia del capital y del trabajo asalariado. El capital no paga por
la abolición de la separación, abolición que ocurre realmente en el proceso de producción
porque en caso contrario serı́a de todo punto imposible trabajar. (La abolició n no ocurre
tampoco por el intercambio con el obrero, sino por el trabajo mismo en el proceso de
producción. Pero en cuanto tal trabajo presente, ya se encuentra incorporado al capital, es
un momento del mismo. Esta fuerza conservadora del trabajo se presenta pues como fuerza
de autoconservación del capital. El obrero só lo ha añ adido nuevo trabajo; el trabajo pasado
—existiendo el capital—tiene una existencia eterna como valor, totalmente independiente
de su existencia sustancial. De este modo se presentan las cosas al capital y al obrero.) Si el
capital tambié n tuviera que pagarla, en el mismo instante dejarı́a de ser capital. Ello está
implı́cito en el papel material que el trabajo, conforme a su naturaleza, desempeñ a en el
proceso de producció n; en su valor de uso.
270 Como valor de uso, empero, el trabajo pertenece al capitalista; como simple valor de
cambio, al obrero. Al trabajador no le concierne en nada la cualidad viva, inherente al
trabajo, de conservar en el proceso de producció n el trabajo objetivado, convirtié ndolo en
modo de existencia objetivo del trabajo vivo. Esta apropiación, mediante la cual en el proceso
productivo el trabajo vivo convierte al instrumento y el material en cuerpo de su alma y con
Karl Marx
ello los despierta de entre los muertos, contradice en realidad el hecho de que el trabajo sea
inobjetivo, o que só lo [[exista]] en la condició n vital y realidad directas del obrero, mientras
que el material e instrumento de trabajo existen como existentes para sı́ mismos en el
capital. El proceso de valorizació n del capital se realiza en y gracias al proceso de
producció n simple, por ser puesto el trabajo vivo en su relació n natural con sus elementos
materiales de existencia. Pero en la medida en que entra en esta relació n, la misma no existe
para é l, sino para el capital; é l mismo es ya un momento del capital.
El capitalista recibe gratis el plustrabajo y la conservación del valor del material e
instrumento. Labour, by adding a new value to the old one, at the same time maintains,
eternizes the lattera. –Al capital no le cuesta nada la conservación de los valores en el
producto. – Mediante la apropiación del trabajo presente, el capitalista ya posee una
asignación sobre el trabajo futuro (y consecuentemente), sobre la apropiación de éste
Se ve, pues, que por medio del proceso de intercambio con el obrero el capitalista —al
pagar en realidad al obrero un equivalente por los costos de producció n contenidos en su
capacidad de trabajo, es decir al darle los medios de conservar su capacidad de trabajo, se
apropia sin embargo del trabajo vivo— obtiene dos cosas gratis: primero el plustrabajo, que
aumenta el valor de su capital, pero segundo, y al mismo tiempo, la cualidad del trabajo
vivo, que conserva el trabajo pasado materializado en los componentes del capital y, de esta
suerte, el valor preexistente del capital. Esta conservació n, empero, no ocurre porque el
trabajo vivo aumente la cantidad del trabajo objetivado, cree valor, sino sencillamente
porque existe como trabajo vivo en adició n a la nueva cantidad de trabajo, en la relació n
inmanente —puesta por el proceso de producció nb— con el material y el instrumento de
trabajo; o sea por su cualidad como trabajo vivo. Pero como tal cualidad, ella misma es un
elemento del proceso simple de producció n y al capitalista le cuesta precisamente tan poco
como lo que le cuestan, salvo su precio, el hilo y el torno de hilarc, que asimismo son
elementos del proceso de producció n.
271 A modo de ejemplo, cuando en las é pocas de stagnations of traded , etc., los millse quedan
inactivos, se ve có mo la má quina se herrumbra y el hilo es un lastre inú til, que ademá s se
deteriora, no bien cesa su relació n con el trabajo vivo. Si bien el capitalista só lo hace
trabajar para producir plusvalı́a —para crear un valor aú n inexistente—, se compfueba que
apenas deja de hacer trabajar, tambié n su capital ya existente se desvaloriza; por tanto, que
el trabajo vivo no só lo incorpora nuevo valor, sino que por el very act of adding a new value
to the old one, maintains, eternizes itf. (De esta manera se muestra claramente el desatino
del reproche dirigido contra Ricardo de que é ste sólo incluye al beneficio y el salario como
componentes necesarios de los costos de producció n, y no tambié n a la parte del capital
contenida en la materia prima y el instrumento.
a El
trabajo, al agregar un nuevo valor al viejo, al mismo tiempo conserva, eterniza a este ú ltimo.- b
"Produktionsprozess"; ms. "Produktionsgesetz" ("ley de producció n.-c Deberı́a decir telar.- d Estancamiento de
los negocios.- e Hilanderı́as.- f Por el mismo acto de agregar un nuevo valor al viejo, conserva, eterniza a é ste
Por cuanto el valor contenido en ellos só lo se conserva, no surgen de ahı́ nuevos costos
de producció n. Pero en lo que respecta a estos valores existentes mismos, todos ellos se
resuelven nuevamente en trabajo objetivado: trabajo necesario y plustrabajo, salario y
beneficio. El simple material natural, por cuanto no hay en é l ningún trabajo humano
objetivado, por cuanto es por ende mera materia y existe independientemente del trabajo
humano, no tiene valor alguno, ya que el valor es ú nicamente trabajo objetivado; tan poco
valor como los elementos universales en general.) La conservació n, por medio del trabajo
valorizador, del capital existente, nada le cuesta al capital y por ende no corresponde a los
costos de producció n, aunque se han conservado los valores existentes en el producto y por
Grundrisse. Cuaderno III
lo tanto sea necesario dar equivalentes por los mismos en el intercambio. Pero la
conservación de esos valores en el producto nada le cuesta al capital y, por consiguiente,
tampoco puede ser incluida por é l entre los costos de producció n. Tampoco los sustituye el
trabajo, ya que no son consumidos, excepto en la medida en que se les consume en su modo
de existencia precedente, indiferente para el trabajo; esto es, precisamente lo que consume
(lo que elimina) en ellos el trabajo, es la transitoriedad de los mismos. Só lo el salario se
consume realmente.
Volvamos una vez má s a nuestro ejemplo. 100 tá leros de capital, a saber: 50 tá leros de
materia prima, 40 tá leros de trabajo, 10 tá leros de instrumento de producció n. El obrero
necesita 4 horas para producir los 40 tá leros, los medios necesarios para su vida, o la parte
de la producció n necesaria para el mantenimiento de sı́ mismo; su dı́a de trabajo serı́a de 8
horas.
272 De tal suerte, el capitalista recibe gratuitamente un excedente de 4 horas; su plusvalor es
igual a 4 horas objetivadas, 40 tá leros; por consiguiente su producto = 50 + 10 (valores
conservados, no reproducidos; como valores han permanecido constantes, inalterados) + 40
tá leros (salario, reproducido, porque se consumió en la forma del salario) + 40 tá leros de
plusvalı́a. Total; 140 tá leros. De estos 140 tá leros hay 40 de excedente. El capitalista tenı́a
que vivir durante la producció n y antes de comenzar a producir; digamos 20 tá leros. Estos
los tenı́a que poseer ademá s de su capital de 100 tá leros; por lo tanto era necesario que en
la circulació n estuvieran disponibles equivalentes para ellos. (No nos interesa aquı́, en
absoluto, có mo han surgido é stos.) El capital supone a la circulació n como magnitud
constante. Estos equivalentes está n nuevamente disponibles. Consume, luego, 20 tá leros de
su ganancia, los que entran a la circulació n simple. Los 100 tá leros tambié n entran en la
circulació n simple, pero para transformarse nuevamente en condiciones de una producció n
nueva, 50 tá leros de material en bruto, 40 de medios de subsistencia para el obrero, 10 de
instrumento. Subsiste una plusvalı́a agregada en cuanto tal, recié n creada, de 20 tá leros. Se
trata de dinero, valor puesto de manera negativa y autó noma frente a la circulació n. No
puede entrar en la circulació n como simple equivalente, para intercambiarse por objetos
del mero consumo, ya que la circulació n está presupuesta como constante. Pero la
existencia autó noma, ilusoria, del dinero ha sido eliminada; el dinero existe só lo para
valorizarse, vale decir, para convertirse en capital. Para transformarse en tal, empero, el
dinero tendrı́a que intercambiarse nuevamente por los momentos del proceso de
producció n, medios de subsistencia para el obrero, materia prima e instrumentos; todos
é stos se resuelven en trabajo objetivado, só lo pueden ser puestos por el trabajo vivo. El
dinero, en la medida en que ahora ya existe en sí como capital es simplemente, por
consiguiente, una asignación sobre trabajo futuro (nuevo). Objetivamente existe só lo como
dinero. En la medida en que existe para sı́, el plusvalor, el incremento del trabajo objetivado,
es dinero; pero el dinero ya es ahora en sí capital; en cuanto tal, asignación sobre nuevo
trabajo. Aquı́ el capital ya no entra solamente en relació n con el trabajo existente, sino con
el futuro. Ya tampoco se presenta disuelto en sus elementos simples en el proceso de
producció n, sino como dinero; pero ya no como dinero que só lo es la forma abstracta de la
riqueza universal, sino como asignació n sobre la posibilidad real de la riqueza universal: la
capacidad de trabajo, y concretamente la capacidad de trabajo en devenir. En cuanto tal
asignació n, su existencia material como dinero es indiferente y se puede sustituir por
cualquier tı́tulo.
273 Ası́ como el acreedor del estado, cada capitalista posee en su valor recié n adquirido una
asignació n sobre trabajo futuro, y mediante la apropiació n del trabajo presente se ha
apropiado al mismo tiempo ya del trabajo futuro. (Desarrollar luegob este aspecto del
capital. Aquı́ ya se revela su propiedad de existir como valor separado de su sustancia.
Karl Marx
a En el ms., despué s de "Instrument", dice: "und Rohmaterial" ("y material en to").- b "Spä ter"; edic. 1939 "so
capital junto a su excedente; esto es, que puedan intercambiar el excedente por nuevo
trabajo vivo. Tendremos entonces la cuenta siguiente (dejando de lado el consumo): el
primer capital produce 40%; el segundo, 60% f. 40% de 140 son 56; 60% de 140 (o sea 80
de capital, 60 de plusvalor) son 84g.
* Pasaje tachado: "En ambos casos el valor de uso producido se ha mantenido igual. El segundo capital
controla tanto trabajo vivo como antes, y consume lo mismo en material e intrumento. En el primer caso existe
un valor de 20 tá leros para el que no hay equivalente disponible; en el segundo de 40. Supongamos ahora que
ambos capitales fueran capaces de controlar suficiente trabajo nuevo (que sea trabajo que crea material y
materia prima o que só lo los elabora es indiferente) como para ingresar ambos con su plusvalor en la
producció n. De esta suerte se obtendrá para el primer capital: 100 (capital originario) + 20 de plusvalı́a (120):
Grundrisse. Cuaderno III
estos 120 producen en primer lugar 40, como antes, + 20 = 60; togetherg 160; el segundo, 80 (capital originario)
+ 40 (120), producen primero 40 como antes-y en segundo lugar 40= [...]".
a Deberı́a decir "40" ya que de acuerdo con la hipó tesis de Marx el segundo capital produce 60 tá leros de
plusvalı́a, de los cuales el capitalista consume 20.- b Deberı́a decir "80".- c Deberı́a decir "120".- d Deberı́a decir
"160".- e Este pasaje aparece tachado en el ms., pero es necesario para no romper la secuencia del aná lisis.- f
Deberı́a decir "75%" y por lo tanto, en la oració n siguiente "75% de 140..., son 105"; en la que sigue, a su vez,
"en el segundo 140 + 105 = 245" y en la que sigue "es superior en 49".- g En total
El producto total en el primer caso es de 140 + 56 =196; en el segundo 140 + 84 = 224.
En el segundo caso, pues, el valor de cambio absoluto es superior en 28. El primer capital
tiene 40 tá leros para comprar nuevo tiempo de trabajo; el valor de la hora de trabajo estaba
presupuesto a 10 tá leros; o sea que con 40 tá leros compra 4 nuevas horas de trabajo que le
producen 80 (de los cuales 40 de sustitució n del salario, esto es, en total 8 horas de trabajo).
Al final 140 + 80 (a saber, reproducció n del capital de 100; plusvalı́a 40 o reproducció n de
140; los primerosa 100 tá leros se reproducen como 140; los segundos 40, como só lo se les
gasta en la compra de nuevo trabajo, por lo tanto no sustituyen de manera simple valor
alguno —premisa imposible, por lo demá s—, producen 80)b. 140 + 80 = 220. El segundo
capital de 140; los 80 producen 40c ; o los 80 tá leros se reproducen como 120d; los 60
restantes, empero, se reproducen (ya que se gastan exclusivamente en la compra de trabajo
y por tanto no sustituyen simplemente valor alguno, sino que se reproducen por sı́ mismos
y crean el excedente) como 180e ; por consiguiente, 120 + 120 = 240. (Produce 40 tá leros
má s que el primer capital, exactamente el plustiempo de 2 horas, ya que el primero es un
plustiempo de 2 horas supuesto ya enf el primer capital.) Por tanto, [[tenemos]]como
resultado un valor de cambio mayor, porque ha sido objetivado má s trabajo; 2 horas má s de
plustrabajo.
275 Cabe señ alar aquı́ otra cosa: 140 tá leros a 40% devengan 56; capital e interé s sumados =
140 + 56 = 196; pero hemos recibido 220, por lo cual el interé s de los 140 no era de 56, sino
de 84g , lo que serı́a el 60% de 140 (140 : 84= 100: x ; x = 8.400/140 = 60). Lo mismo en el
segundo caso: 140 al 60% = 84; capital e interé s = 140 + 84 = 224; recibimos, sin embargo,
240, por lo cual el interé s de los 140 no es de 84, sino de 100; (140 + 100 = 240); es decir
[[calculando el]] %: (140 : 100 = 100 : x ; x = 1.000/140). ¿De dó nde sale esto? (En el primer
caso, 60% en lugar de 40; en el segundo 70 1/7 en lugar de 60%). En el primer caso, donde
tenemos 60 en lugar de 40, ha resultado un 20% de má s; en el segundo caso tenemos 70
1/ h en lugar de 60, o sea el 10 1/ %i má s de lo debido. ¿De dó nde surge, pues, primero la
7 7
diferencia entre ambos casos y segundo, la diferencia en cada caso?
En el primer caso el capital originario era de 100 = 60 (material e instrumento de
trabajo) y 40 de trabajo; 3/5 (de material), 2/5 de trabajoj. Los primeros 3/5 no devengan
interé s alguno; los ú ltimos 2/5 devengan 100%. Pero si se calcula sobre el conjunto del
capital, é ste só lo ha aumentado en 40%; 2/5 de 100 = 40. El 100% sobre esto da só lo 40%
sobre los 100 en total; vale decir, un aumento del total en 2/5. Si ahora, del capital adicional
de 40 tambié n aumentaran só lo los 2/5 del 100%, tendrı́amos un aumento de 16 tá leros del
monto total. 40 + 16 = 56. Estos, sumados a los 140, son = 196; lo cual es en realidad el 40%
sobre 156k, capital e intereses incluidos, 40, aumentado al 100%, o sea duplica-(lo, dan 80;
2/5 de 40, aumentados en 100%, dan 16. De los 80, 40 reproducen el capital y 40
constituyen ganancia. El cá lculo es, pues: 100 c + 40 de interé s + 40 c + 40 i = 220; o [El]
capital de 140 con un interé s de 80; pero habrı́amos calculado: 100c +40i + 40 c +16 i =
196: o el capital de 140 con un interé s de 56.
Se ha calculado demasiado interé s, sobre 40 de capital, 24; pero 24 = 3/5 de 40 (3 x 8 =
24); vale decir que junto al capital só lo 2/5 del capital crecieron en 100%; el capital entero
só lo en 2/5, o sea 16 tá leros l. El cá lculo del interé s es demasiado elevado en un 24%
respecto a 40 (en 100% respecto de los 3/5 del capital); 24 sobre 24 es 100% de 3 x 8 (3/5
Karl Marx
de 40).
Sobre la suma total de 140, empero, tenemos 60% en lugar de 40; es decir, sobre 40 se ha
calculado 24 de má s (3/5), 24 sobre 40 son 60%. Por tanto, sobre el capital de 40 se ha
calculado 60% de má s (60 = 3/5 de 100). Sobre 140, sin embargo, se ha calculado 24 de
má s (es la diferencia entre 220 y 196), 6 1/5 de 100 y 1/12m de 100 calculados de má s; 1/5
de 100 = 20%; 1/12n de 100, 8 4/12% u 8 1/3%; o sea, en total, 28 1/3% de má s.
276 De modo que sobre el conjunto no tenemos, como en el capital de 40, 60% de má s, sino
só lo 28 1/3%; lo que hace una diferencia de 32 2/3%o , segú n se haya calculado 24 de má s
sobre los 40 del capital de 140. Lo mismo en el otro ejemplo.
En los primeros 80 que producen 120, 50 + 10 simplemente eran reemplazados; pero 20
reproducı́an el triple de sı́ mismos: 60 (20 de reproducció n, 40 de excedente)p
Tá lerosq
Si 20 ponen 60, que [constituyen] el triple de su valor, 60 ponen 180.
a "die ersten"; edic. 1939, "oder, im ersten" ("o, en el primero"), b En edic. 1939 falta este cierre de
paré ntesis.- c Deberı́a decir "60".- d Deberı́a decir 140.- e Deberı́a decir "240", dado que la tasa de plusvalı́a del
segundo capital es de 300%. En consecuencia el resto del pá rrafo deberı́a decir: "por consiguiente, 140 + 240
= 380. (Produce 160 tá leros má s que el primer capital, su plustiempo de 24 horas, ya que el primero es un
plustiempo de 8 horas, supuesto ya en el primer capital)".- f "noch", edic. 1939, "nach", lo que hace aun má s
confuso el pá rrafo.- g Evidentemente deberı́a decir "80". De acuerdo con esta correcció n y con las correcciones
precedentes, las cifras que da Marx en el resto de este pá rrafo deben modificarse por completo, por lo cual
damos a continuació n la versió n corregida: "Lo que serı́a el 57 1/7 de 140 (140 : 80 = 100: x; x = 8000/140 =
57 1/7). Lo mismo en el segundo caso: 140 al 75% = 105; capital e interé s-= 140 1+ 105 = 245; recibimos, sin
embargo, 380, por lo cual el interé s de los 140 no es de 105, sino de 240: (140 + 240 = 380); es decir,
[[calculando el]] %: (140: 240 = 100: x; x = 2400/140) ¿De dó nde sale esto? (En el caso primero, 57 1/7% en
lugar de 40; en el segundo 171 3/7% en lugar de 75%.) En el primer caso, donde tenemos 57 1/7 en lugar de
40, ha resultado un 17 1/7% de má s; en el segundo caso tenemos 171 3/7 en lugar de 75, o sea el 96 3/7%
má s de lo debido".- h Con las cifras que Marx utiliza el porcentaje es de "71 3/7" y no de "70 1/7".i Utilizando el
porcentaje correcto, deberı́a decir "11 3/7 0/o":- j "3/5 (Material), 2/5 Arbeit"; en el ms. y edic. 1939 "2/5
Arbeit, 3/5 (Material)" ("2/5 de trabajo, 3/5 (de material)"). Se hace necesario este reordenamiento para que
haya correspondencia con la oració n siguiente.- k Evidentemente, deberı́a decir "140".- l "16 Taler", en el ms.,
"16%".- m "1/12", en el ms. "11/12".- n "1/12", en el ms. "11/12", o De acuerdo con el mé todo seguido por Marx,
esa diferencia serı́a de 31 2/3%. Pero, en verdad, Marx ha seguido aquı́ un mé todo difı́cil de comprender y que
podrı́a ser sustituido por uno má s sencillo y que darı́a un resultado diferente. A partir de la oració n que
comienza con las palabras "sobre 140, sin embargo..." habrı́a que redactar el pá rrafo como sigue: "Sobre 140,
sin embargo, se ha calculado 24 de má s (es la diferencia entre 220 y 196), o sea, en total, 17 1/7% de má s. De
modo que sobre el conjunto no tenemos, como en el capital de 40, 60 0/o de má s, sino só lo 17 1/7%; lo que
hace una diferencia de 42 6/7% ( = 60%– 17 1/7%)...".- p De acuerdo con correcciones precedentes este
pá rrafo deberı́a decir: "En los primeros 80 que producen 140, 50 + 10 simplemente eran reemplazados; pero
20 reproducı́an el cuá druplo, de sı́ mismos: 80 (20 de reproducció n, 60 de excedente)".- q "Taler", ms. y edic.
1939, "Arbeitsstunden" ("horas de trabajo").-
Grundrisse. Cuaderno IV
CUADERNO IV
Confusión entre beneficio y plusvalía. Cálculo erróneo de Carey. – El capitalista, que no le
paga al obrero la conservación del viejo valor, exige sin embargo una remuneración por el
permiso, que le da, de conservar el viejo capital. – Plusvalía y beneficio, etc. – Diferencia
entre consumo del instrumento y del salario. El primero, consumido en la producción; el
último, fuera de la misma. – Alza de la plusvalía y baja de la tasa del beneficio. (Bastiat.)
Aquı́ comienza el cuaderno IV del ms. Sobre la primera pá gina dice "Cuaderno 4. Diciembre de 1857. El
capı́tulo del capital (continuació n) "
No hay que demorarse má s en este fastidiosı́simo cá lculo. La gracia consiste
sencillamente en que: si como en nuestro primer ejemplo el material y el instrumento
ascienden a 3/5 (60 de los 100), el salario a 2/5 (40), y el capital devenga 40% de ganancia,
al final é ste es de 140 (este 40% de ganancia procede de que el capitalista en vez de las 6
horas necesarias de trabajo hace trabajar 12, o sea gana el 100% sobre el tiempo necesario
de trabajo). Si los 40 tá leros ganados funcionan nuevamente como capital bajo los mismos
supuestos —y en el punto en que nos hallamos, aú n no se han alterado los supuestos—, de
los 40 tá leros deben unirse nuevamente 3/5, es decir 24 tá leros, al material e instrumento,
y 2/5 al trabajo; de tal modo que al duplicarse solamente el salario de 16, da 32, 16 para la
reproducció n, 16 para el plustrabajo; all togethera, pues, al final de la production 40 + 16 =
56, ó 40%.
a Todo incluido
Bajo las mismas circunstancias el capital total de 140 habrı́a producido 196. Al contrario
de lo que ocurre en la mayor parte de los tratados de economı́a, no se debe suponer que los
40 tá leros se gastan puramente en el salario, en la compra de trabajo vivo, y que por eso al
té rmino de la producció n proporcionan 80 tá leros.
277 [[Si se dice: un capital de 100 produce 10% en cierta é poca, 5% en otra, nada será má s
falso que concluir, como lo hacen Carey 1 y consortes, que en el primer caso la parte del
capital en la producció n es de 1/10, y por tanto la del trabajo de só lo 9/10: que en el
segundo caso la contribució n del capital es só lo de 1/20, por tanto la del trabajo 19/20; por
consiguiente que la tasa del beneficio decrece, la del trabajo se eleva. Desde el punto de
vista del capital —que de ningú n modo tiene una conciencia sobre la naturaleza de su
proceso de valorizació n y que só lo durante las crisis se interesa por tener esa conciencia—,
se considera de tal modo el beneficio de 10 0/o sobre un capital de 100, naturalmente, como
si las partes componentes de su capital —material, instrumento, salario—hubieran
aumentado indistintamente en 10%; por tanto el capital, como suma de 100 tá leros de
valor, como cantidad de cierta unidad de valores, se ha aumentado en un 10%. En realidad,
empero, cabe preguntarse: 1) ¿có mo se comportaron entre sı́ las partes. componentes del
capital? , y 2) ¿cuá nto plustrabajo ha comprado el capital con el salario, con las horas de
trabajo objetivadas en el salario? Si conozco la suma total del capital, la relació n mutua
entre sus componentes de valor (en la prá ctica tendrı́a que saber tambié n qué parte del
instrumento de producció n se gasta en el proceso, o sea entra realmente en el mismo) y
conozco el beneficio, sabré cuánto plustrabajo se ha producido. Si el capital está compuesto
de 3/5 de material (del que aquí presuponemos, en aras de la comodidad, que se convierte
íntegramente en material de la producción, se consume de manera enteramente
productiva), o sea 60 táleros, y el salario 40, y el beneficio de los 100 táleros es de 10,
1 Cf. H. C. CAREY, Principies etc., cit., pp. 211-212, 339 y passim.
Karl Marx
tendremos que el trabajo comprado con 40 táleros de tiempo de trabajo objetivado produjo
en el proceso de producción 50 táleros de trabajo objetivado, o sea trabajó un plus-tiempo
o creó un plusvalor de 25% = 1/4 del tiempo de trabajo necesario. Si el obrero trabajara
una jornada de 12 horas, habrá trabajado 3a horas de plustiempo y su tiempo de trabajo
necesario para mantenerse vivo habrá sido de 9b horas de trabajo. El nuevo valor creado en
la producción es, efectivamente, sólo de 10 táleros, pero según la tasa verdadera esos 10
táleros deben calcularse sobre los 40, no sobre los 100. Los 60 táleros de valor no han
creado ningún nuevoc valor; la que lo ha creado es la jornada de trabajo. Por consiguiente el
obrero ha aumentado el capital intercambiado por la capacidad de trabajo no en 10%, sino
en 25%. El capital total ha tenido un crecimiento de 10%, 10 es 25% de 40; es sólo el 10%
de 100. La tasa de beneficio del capital, pues, de ningún modo expresa la tasa según la cual
el trabajo vivo aumenta el trabajo objetivo, pues este aumento es simplemente = al exce-
dente con el que el obrero reproduce su salario, es decir = al tiempo que trabaja por encima
de lo que tendría que trabajar para producir su salario.
278 Si en el ejemplo antedicho el obrero no fuera obrero del capitalista y se comportara con los
valores de uso contenidos en los 100 táleros, no como con el capital, sino simplemente
como con condiciones objetivas de su trabajo, poseería, antes de recomenzar el proceso de
producción, 40 táleros de medios de subsistencia, consumidos por él durante la jornada
laboral, 60 táleros de instrumento y material. Sólo trabajaría 3/4' de la jornada, 9 horasb „ y
su producto seria, al término del día, no de 110 táleros sino de 100, que el obrero cambiada
nuevamente en las proporciones arriba indicadas antes de recomenzar siempre de nuevo el
proceso. Pero también trabajaría 3a horas menos; es decir, ahorrarı́a 25% de plustrabajo =
25% de plusvalor en el intercambio que habrı́a hecho entre los 40 tá leros de medios de
subsistencia y su tiempo de trabajo.
a Debería decir "2 2/5". En el cuadro de p. 151, el propio Marx corrige este error.- b Debería decir "9 3/5"..
En el cuadro de p. 151 el propio Marx corrige este error.- c "keinen neuen", eche. 1939, "keinerlei"
("ningún").- dDebería decir "4/5"
Y si trabajara tresa horas má s, por disponer de material y tambié n del instrumento, no se
le ocurrirı́a decir que habı́a producido una nueva ganancia de 10%, sino una de 25%, ya que
podrı́a comprar una cuarta parte má s de medios de subsistencia: en lugar de 40 tá leros, por
50, y para é l só lo los medios de subsistencia tendrı́an valor, ya que a é l só lo le interesa el
valor de uso. Sobre ki ilusió n de que la nueva ganancia no se crea mediante el intercambio
de las 9b horas de trabajo objetivado en los 40 tá leros, por las 12 de trabajo vivo; o sea
sobre la ilusió n de que esa parte no genera un plusvalor de 25%, sino que el capital total ha
aumentado uniformemente en 10% —el 10% de 60 son 6 y el de 40 son 4—, se basa el
cálculo de los intereses compuestos del tristemente cé lebre Dr. Price2, quien dio lugar a que el
heaven bornc Pitt adoptara la estupidez del sinking fundd, Mediante la identificació n entre la
plusganancia y el tiempo de plustrabajo —absoluto y relativo— se pone un lı́mite
cualitativo a la acumulació n del capital: el día de trabajo, el tiempo en que pueda ser eficaz
la capacidad de trabajo deel obrero dentro de las 24 horas —el grado de desarrollo de la
fuerza productiva— y la població n, que expresa la cantidad de Jornadas de trabajo
simultá neas, etc. Si, por el contrario, se concibe la plusganancia só lo como interé s —vale
decir, como relació n en la cual el capital aumenta mediante cierto imaginario sleight-of-
hande—, el lı́mite es só lo cuantitativo y no se comprende en absoluto por qué cada mañ ana
el capital no se agrega nuevamente los intereses, como capital, y ası́ obtiene interé s de los
intereses en una progresió n geomé trica infinita. Los economistas han verificado en la
2 Cf. R. PRICE, An Appeal to the Public on the Subject of the National Debt etc., London 1772, p. 19; y Observations on
Reversionary Payments etc., II é d., London 1772, p. XIII, nota. [Extractos de ambas obras en el cuaderno
londinense XVI.]
Grundrisse. Cuaderno IV
prá ctica la imposibilidad del aumento de los intereses [[segú n la receta]] del Dr. Price, pero
nunca han descubierto el blunderf contenido en la misma.
De los 110 tá leros que resultan al té rmino de la producció n, 0 hileros (material e
instrumento) en la medida en que son valores se, mantienen totalmente inalterados. El
obrero nada les ha quitado ni añ adido.
279 Que el obrero le conserve gratis al capital el trabajo objetivado, por el very fact of his
labour being living labourg, es un hecho que desde el punto de vista del capitalista se
presenta, en efecto, como si el obrero tuviera que pagarle a é l, el capitalista, el permiso de
dejarlo entrar como trabajo en la relació n adecuada con los elementos objetivados, con las
condiciones objetivas.
a Deberı́a decir “2 2/5”.- b Deberı́a decir “9 3/5”.- c Será fico, angelical.- d Fondo de amortizació n.- e Juego de
manos; edic. 1939, “slight of hand”.- f Error, pifa.- g Simple hecho de que su trabajo es trabajo vivo.
En lo que respecta a los restantes 50 tá leros, 40 de ellos representan no una mera
conservació n, sino reproducción real, ya que el capital los ha enajenado bajo la forma del
salario y el obrero los ha consumido; 10 tá leros representan la producció n por encima de la
reproducció n, a saber 1/4 de plustrabajo (de 3a horas). Só lo estos 50 tá leros son producto
del proceso de producció n. Por consiguiente, si el obrero, tal como falsamente se afirma,
repartiera el producto con el capitalista de tal modo que recibiese 9/10, no deberı́a recibir
40 tá leros (y los ha recibido por adelantado, para que se reproduzcan; en realidad, pues, se
los ha reembolsado ı́ntegramente al capital y en el negocio le ha conservado gratis el valor
preexistente), los que só lo son 8/10; sino que deberı́a recibir 45, con lo cual al capital só lo
le quedarı́an 5. Al final el capitalista só lo tendrı́a 65 tá leros como producto del proceso de
producció n, comenzado por é l con 100 tá leros. Pero de los 40 tá leros reproducidos el
obrero no recibe nada, y tampoco de los 10 tá leros de plusvalı́a. Si a los 40 tá leros
reproducidos se les debe concebir como si estuvieran destinados a servir nuevamente en
calidad de salario, o sea a una nueva compra de trabajo vivo por parte del capital, só lo
puede decirse, si debemos ocuparnos de la proporció n, que el trabajo objetivado de 9b
horas (40 tá leros) compra un trabajo vivo de 12 horas (50 tá leros), con lo cual realiza una
plusvalı́a de 25%c sobre lo efectivamente producidod (en parte reproducido como fondo
para el salario, en parte recié n producido como plusvalı́a) del proceso de valorizació n.
El capital originario era precisamente de 100:
[material: Je [instrumento: ] [salario:]
50 — 10 — 40 Plusganancia
producida de 10
tá leros. (25% de
plustiempo.)
Total: 110 tá leros
Supongamos ahora que fuera de:
60 — 20 — 20. El resultado serı́a de 110 tá leros; con lo cual el economista vulgar, y el
capitalista aun má s vulgar, dicen que el 10% se ha producido uniformemente de todas las
partes del capital.
a Deberı́a decir "2 2/5".- b Deberı́a decir "9 3/5".- c Deberı́a decir "20%".- d "das wirklich Produzierte": edic.
1939. "das wirkliche Produkt" ("el producto efectivo").- e "[Material]"; en edic. 1939, "[Arbeitsbedingungen]"
("condiciones de trabajo")
Nuevamente, 80 tá leros del capital só lo se habrı́an conservado; no se ha efectuado
alteració n alguna de su valor. Só lo se habrı́an intercambiado los 20 tá leros por 30; de modo
que el plustrabajo se habrı́a aumentado en 50%, no como antes en 25%.
Pasemos al tercer caso:
[material: ]a [instrumento: ] [salario:]
100 70 20 10 Resultado: 110
Karl Marx
El valor inalterado es pues de 90. El nuevo producto, de 20; por ende, la plusvalı́a o
plustiempo, 100%. Tenemos aquı́ tres casos en los cuales el beneficio del capital total es
siempre de 10b, pero en el primer caso el nuevo valor producido es de 25% sobre el trabajo
objetivado que se gastó en la compra de trabajo vivo, en el segundo caso de 50%, en el
tercero: 100%.]]c
Al diablo con estos malditos cá lculos mal hechos. Pero never mind. Commençons de
nouveaud.
En el primer caso tenı́amos:
valor trabajo plusvalı́a total
inalterado asalariado
60 40 10 110
Suponemos siempre que el dı́a de trabajo =12 horas. (Tambié n podrı́amos considerar que
la jornada laboral es creciente, por ejemplo, que antes era só lo de x horas, pero ahora de x +
b horas, y a la fuerza productiva como invariable; oe ambos factores como variables.)
Horas Tá leros
Si el obrero produce en 12 50
producirá en . . . . . . . . . 1 4 1/6
producirá en. . . . . . . . .
producirá en. . . . . . . . .
9 3/5
2 2/5
40
10 } En 12 horas
50 tá leros
280 El trabajo necesario del obrero, pues, asciende a 9 3/5 horas (40 tá leros); el plustrabajo,
por consiguiente, a 2 2/5 horas valor de 10 táleros). 2 2/5 horas es la quinta parte de la
jornada laboral. El plustrabajo del obrero asciende a 1/5 de día, por tanto = al valor de 10
táleros.
a"[Material]"; edic. 1939, [Arbeitsbedingungen]" ("condiciones de trabajo"): b En el ms., "110” en lugar de
"10".- c Pasaje tachado; "En el primer caso el obrero entrega una jornada laboral ı́ntegra de 12 horas por 3/4
de jornada laboral de trabajo objetivado (9 horas) y por lo tanto trabaja un plustiempo de 3 horas. Fn el
segundo caso su tiempo de trabajo necesario= 20 tá leros; su plustrabajo 10 tá leros".- d No importa.
Recomencemos.- e "oder"; edic. 1939, "die"
Si consideramos ahora estas 2 2/5 horas corno porcentaje que, en el intercambio por el
trabajo vivo, ha ganado el capital sobre el tiempo de trabajo objetivado en las 9 3/5 horas,
tenemos: 2 2/5; 9 3/5 = 12/5: 48/5 = 12 : 48 = 1: 4. Por ende 1/4 del capital = 25% sobre el
mismo. Es la misma cosa que l0 táleros = 1 : 4 = 25%. Resumamos, pues todo el resultado:
281
Nº I
Capital Valor Valor Plusvalía Suma Plustiempo % sobre el
origina inalterado reproduci de la total: y trabajo
rio do para producción plusvalor: objetivado
salario intecambiado:
100 60 táleros 40 táleros 10 táleros 110 2 2/5 horas 25%
táleros táleros ó 10
táleros (2
2/
5
trabajo).
(Podría decirse que el instrumento de trabajo, el valor del mismo, tiene que ser
reproducido, no sólo sustituido, ya que en realidad se le gasta, se le consume en la
producción. Examinar esto en el capital fixe. En realidad, el valor del instrumento se
transfiere al del material; sólo modifica la forma, en la medida en que es trabajo objetivado,
Si en el ejemplo de arriba el valor del material es de 50 y el del instrumento de trabajo 10,
tenernos que si el instrumento ha sido gastado en 5, el valor del material será de 55 y el del
instrumento 5; si desaparece completamente, el del material habrá alcanzado a 60. Tal es
Grundrisse. Cuaderno IV
282 Tanto en el primer caso como en el segundo el beneficio sobre el capital total de 100= 10%
pero en el primer caso la plusvalía real que obtiene el capital en el proceso de producción es
de 25, en el segundo de 50%.
En sí, en el nº II los supuestos son tan posibles como los del no I. Pero cotejados entre sí,
los del nº II resultan absurdos. El material y el instrumento se han elevado de 60 a 80
táleros, la productividad del trabajo ha caído de 4 1/6 táleros por hora a 2 3/4b y la plusvalía
ha aumentado en 100%. (Pero si suponemos que el gasto extra para salarios en el primer
caso expresa más días de trabajo, en el segundo menos, el supuesto es correcto.) En sí sería
indiferente que el salario necesario, o sea el valor del trabajo expresado en táleros, hubiera
bajado. Se exprese el valor de una hora de trabajo en 2 táleros o en 4, tanto en el primer
caso como en el segundo el producto de 12 horas de trabajo se intercambia (en la
circulación) por 12 horas de trabajo y en ambos casos el plustrabajo se presenta como
plusvalía. El absurdo de ese supuesto deriva de que I) hemos puesto el máximoc del tiempo
de trabajo en 12 horas de modo que no podemos introducir mas o menos días de trabajo; 2)
cuanto más hacemos crecer por un lado el capital, tanto más hacemos que se reduzca no solo el
trabajo necesario, sino necesariamente también su valor, aunque el valor es el mismo. En el
segundo caso, el precio tendría más bien que subir.
a Debería decir 1/3 de día.. b Debería decir "2 2/4.- c "Maximum", edic. 1939, "MInimum" ( “mínimo")
El hecho de que el obrero pueda vivir con menos trabajo, esto es, producir más en las
mismas horas, tendría que revelarse no en la disminución de los táleros por la hora de
trabajo necesario, sino en la cantidad de las horas de trabajo necesarias. Si el obrero recibe,
como por ejemplo en el primer caso, 4 1/6 X 9 3/5 tá lerosa, pero el valor de uso de este valor,
que tiene que ser constante para expresar valor (no precio), se hubiera multiplicado de tal
modo queb el obrero ya no [[necesitara]]c como en el primer caso 9 3/5, sino só lo 4• horas
para la producció n de su capacidad de trabajo viva, esto tendrı́a que expresarse en el
excedente del valor. Pero, tal como hemos fijado las condiciones, tenemos que el "valor
inalterado" es variable, y que lo inalterado es el 10%, que aquı́ es inalterado como agregado
al trabajo reproductivo, aunque represente diferentes proporciones del mismo. En el primer
Karl Marx
caso el valor inalterado es menor que en el segundo caso, y mayor el producto total del
trabajo, ya que si una parte componente de 100 es menor, la otra tiene que ser mayor; y
como al mismo tiempo, la fijeza del tiempo de trabajo absoluto es la misma; como ademá s el
producto total del trabajo se reduce en la medida en que el "valor inalterado" aumenta, y
aumenta en la medida en que é ste se reduce, obtenemos por el mismo tiempo de trabajo
menos producto del trabajo (absoluto) en la misma proporció n en que se utiliza má s capital.
283 Ello serı́a totalmente justo, ya que si de una suma determinada, como 100, se gasta má s en
"valor inalterado", menos se puede gastar en tiempo de trabajo y, por consiguiente, con
relación al capital desembolsado en general, menos valor nuevo se puede crear. Pero en ese
caso, para que sea posible el beneficio que obtiene el capital, el tiempo de trabajo no tiene
entonces que ser fijo, como aquı́; o si es fijo, el valor de la hora de trabajo no debe disminuir,
como aquı́, lo que es imposible si el "valor inalterado" aumenta y la plusvalía también. La
cantidad de horas de trabajo tendrı́a que reducirse. Esto, empero, está presupuesto en
nuestro ejemplo. En el primer caso, suponemos que en 12 horas de trabajo se producen 50
tá leros; en el segundo só lo 30 tá leros. En el primero hacemos que el obrero trabaje 9 3/5
horas; en el segundo solamente 6e, aunque produce menos por hora. C'est absurdef. (g¿Pero
estas cifras no son parcialmente correctas, concebidas de otra manera? ¿No disminuye el
nuevo valor absoluto, aunque crezca el relativo, apenas se introduce relativamente má s
material e instrumento de trabajo en los componentes del capital? Con relació n a un capital
determinado, se utiliza menos trabajo vivo; por lo tanto, si tambié n el excedente de este
trabajo vivo sobre sus costos es mayor, y por ende aumenta el tanto por ciento
precisamente con respecto al salario —vale decir el tanto por ciento con respecto al capital
realmente consumido—, ¿el nuevo valor absoluto no será , de manera necesaria,
relativamente menor que en el capital que emplea menos material de trabajo e instrumento
(é ste es justamente el punto esencial en la alteració n del valor inalterado, es decir,
inalterado como valor a travé s del proceso de producció n) y má s trabajo vivoa,
precisamente porque se emplea, en té rminos relativos, má s trabajo vivo?
a O sea, 40 tá leros. En edic. 1939, "4 1/6".- b "dass", edic. 1939, "so ist", cambio que modifica la redacció n
del pá rrafo.- C "[brauchte]" en edic. 1939 no figura. Correcció n ligada a la indicada en e.- d Deberı́a decir "8".- e
Deberı́a decir "8".- f Es absurdo.- g Este paré ntesis no se cierra en ningú n momento.- h En el ms., "material" en
lugar de "trabajo vivo"
El aumento del instrumento de trabajo corresponde, pues, al incremento de la fuerza
productiva, ya que su plusvalı́a, al igual que en el modo de producció n anterior, no guarda
relació n alguna con su valor de uso, con su fuerza productiva, y el simple incremento de la
fuerza productiva crea plusvalı́a, aunque de ningú n modo en la misma proporció n
numé rica. El aumento de la fuerza productiva, que tiene que expresarse en el
acrecentamiento del valor del instrumento —del espacio que é ste ocupa en los
desembolsos del capital—, lleva necesariamente aparejado el incremento del material, ya
que para que se pueda producir má s producto es necesario elaborar má s material. (El
aumento de la fuerza productiva, empero, tambié n se relaciona con la calidad; só lo con la
cantidad, para un producto dado de determinada calidad; con la calidad para una cantidad
dada determinada; puede relacionarse con ambas a la vez.)
284 Aunque, con relació n al plustrabajo haya disponible ahora menos trabajo (necesario) que
el necesario en general, menos trabajo vivo con relació n al capital, ¿no puede aumentar su
plusvalı́a, aunque en relació n con el capital en su conjunto disminuya, o sea disminuya la
llamada tasa del beneficio? A manera de ejemplo, tomemos un capital de 100. El material es
originariamente de 30. Instrumento, 30. (Sumados, 60 de valor invariable.) Salario, 40 (4
dı́as de trabajo). Beneficio, 10. Aquı́ el beneficio es de 25% de nuevo valor sobre el trabajo
objetivado en el salario y de 10% con respecto al capital. Ahora el material llega a 40, el
instrumento a 40. La productividad se duplica, de modo que só lo son necesarios 2 dı́as de
Grundrisse. Cuaderno IV
trabajo = 20. Supongamos ahora que el beneficio absoluto sea menor que 10; es decir, el
beneficio sobre el capital total. ¿El beneficio sobre el trabajo ocupado no puede [ascender] a
má s del 25%, esto es, en el caso dado, a más dea la cuarta parte de 20? In fact, la tercera
parte de 20 es 6 2/3; o sea, menos que 10, pero, no obstante, 33 1/3 del trabajo empleado,
mientras que en el caso precedente era sólo de 25%. Tendríamos aquí, al final, sólo 106 2/3,
cuando antes teníamos 110, pero aún así, con la misma suma (100), el plustrabajo, la
plusganancia, con respecto al trabajo aplicado serian mayores que en el primer caso. Sin
embargo, corno en términos absolutos se emplea menos trabajo —50%—„ mientras que el
beneficio, mayor, respecto al trabajo utilizado sólo asciende a 8 1/3 más que en el primer
caso, el resultado absoluto tiene que ser menor, y también, por ende, el beneficio con
respecto al capital total. Ya que 20 X 33 1/3 es menos que 40 X 25. Todo este caso el
improbable y no puede valer como ejemplo general en la economía; aquí, en efecto, se
presupone el incremento del instrumento de trabajo, el incremento del material elaborado,
aunque se ha reducido no sólo el número relativo de obreros, sino también el absoluto.
(Desde luego, si dos factores = un tercero, uno debe disminuir cuando el otro aumenta.)
Pero el aumento del instrumento de trabajo, en cuanto al valor que participa en el capital, y
aumento del material de trabajo en cuanto al valor, junto a un trabajo relativamente
reducido, presuponen en [la sociedad] en su conjuntob la división del trabajo, esto es, el
aumento de los obreros, al menos en términos absolutos, aunque no con respecto al
volumen del capital empleado.
a “mehr als”; edic. 1939, “mehr als mur” (“más de sólo”).- b “im Ganzen [[der Gesellschaft]]”; edic. 1939, “im
sobre el trabajo utilizado, el negocio podrı́a ser má s lucrativo que el basado originariamente
sobre el 25% del trabajo y 10% de beneficio respecto del capital total. Supongamos, a tı́tulo
de ejemplo, que el cereal, etc., sube tanto que el valor de los medios de subsistencia del
obrero sube en 25%. Al primer litó grafo los 4 dı́as de trabajo le costará n ahora 50, en lugar
de 40. Su instrumento y material se mantendrá n iguales: 60 tá leros. Por tanto tendrı́a que
desembolsar un capital de 110. Con el capital de 110 su beneficio serı́a de 12' (25%) sobre
los 50 tá leros por los 4 dı́as de trabajo. 12a talé ros sobre 110, pues (es decir 9 1/6%" sobre
el capital total de 110). El otro litó grafo: má quina 40, material 40; pero los 2 dı́as de trabajo
en lugar de 20 le costarı́an 25% má s, es decir 25. Tendrı́a, entonces, que desembolsar 105;
su plusvalı́a sobre el trabajo serı́a de 33 1/3%, esto es, 1/3, o sea 8 1/3. Por consiguiente,
sobre 105 ganarı́a 8 1/3; 13 1/8%c. Supongamos, pues, en un ciclo de 10 añ os 5 temporadas
malas y 5 buenas en las proporciones averaged indicadas má s arriba;
a Deberı́a decir “12 ½”.- b Deberı́a decir “11 4/
11%”.-
c Deberı́a decir “7 59/
63%”.-
d Medias
en tal caso el primer litó grafo, frente al segundo, ganarı́a en los primeros 5 añ os un
interé s de 50 tá leros; en los segundos 45 5/6a; en total 95 5/6b tá leros; average interé s de los
10 añ os 9 7/12c tá leros. El otro capitalista en los primeros 5 añ osd habrı́a ganado 31 1/3e; en
los segundos 5 añ os 65 5/8f; en total: 96 23/249 tá leros; average de los 10 añ os: 9 84/120h.
Como el nº II elabora má s material al mismo precio, vende má s barato.
286 Puede decirse, por el contrario, que como gasta má s los instrumentos, vende má s caro;
particularmente porque la proporció n en que gasta má s valor de las má quinas, es la misma
que en la que gasta má s material; só lo que en la prá ctica es falso que las má quinas se gasten
en la misma medida, esto es, que tengan que ser remplazadas en la misma proporció n en
que elaboran má s material. Pero todo esto nada tiene que hacer aquı́. Hemos supuesto que
la relació n entre el valor de la má quina y el del Material es constante en ambos casos.
El ejemplo tan só lo cobra importancia cuando suponemos un capital menor, que utiliza
má s trabajo y menos material y maquinaria, pero gana un tanto por ciento mayor sobre el
total del capital; y un capital mayor, que emplea má s maquinaria, má s material y
relativamente menos, pero en té rminos absolutosi los mismos, dı́as de trabajo: sobre el total
obtiene un tanto por ciento menor, porque es menos lo que gana sobre el trabajo, que es
má s productivo y al que se aplica la divisió n del trabajo, etc. Debe suponerse, ademá s, que el
valor de uso de la má quina (lo cual no estaba supuesto má s arriba) es significativamente
mayor que su valor; es decir, que su desvalorizació n al servicio de la producció n no está en
la misma proporció n que su aumento de la producció n.
De modo que, como arriba, se trata de una má quina de imprimir (en el primer caso
má quina de imprimir, pero a mano, y en el segundo selfactingj má quina de imprimir).
a Dadas las correcciones precedentes se impone esta correcció n y las siguientes; aquı́ deberı́a decir "62
1/ ".- b "112 1/ ".- c "11 1/ ".- d "in ersten 5 Jahren"; edic. 1939, "erste 5 Jahre".- e "33 1/ ".- f "41 2/ ".- g "75".- h "7
2 2 4 3 3
1/ ".- i "absolut"; ms., "relativ" ("relativamente"): j Automá tica
2
El capital I de 100 utiliza en material 30; en la impresora manual 30; en trabajo 4
jornadas laborales = 40 tá leros; ganancia 10%; o sea 25 o/o sobre el trabajo vivo (1/4 de
plus-tiempo).
El capital II, de 200, utiliza en material 100, má quina de imprimir 60, 4 dı́as de trabajo
(40 tá leros); ganancia sobre los 4 dı́as de trabajo 13 1/3 tá leros =1 dı́a de trabajo y 1/3,
mientras que en el primer caso só lo 1 dı́a de trabajo; suma total: 413 1/3. Es decir, 3 1/3%a
mientras que en el primer caso 10%. Ello no obstante, en este segundo caso la plusvalı́a
respecto al trabajo utilizado es de 13 1/3, en el primero só lo 10; en el primero, 4 dı́as
producen en 4 dı́as 1 plusdı́a; en el segundo, 4 [[dı́as]], 1 1/3 plusdı́a. La tasa del beneficio
sobre el capital en su conjunto es, empero, menor en una tercera parte ó 33 1/3% que en el
primer caso; la suma total de la ganancia es 1/3 mayor. Supongamos ahora que los 30 y 100
de material sean pliegos; el instrumento se desgasta en el mismo tiempo, en 10 añ os ó 1/10
Grundrisse. Cuaderno IV
por añ o. Siendo ası́, el no 1 tiene que sustituir 1/10 de 30 en el instrumentob., es decir 3; el
no II, 1/10 de 60, es decir 6. En ambos casos no entra má s instrumentob en la producció n
anual (puede considerarse a los 4 dı́as de trabajo como dı́as de 3 meses), tal como se ha
indicado má s arriba.*
a Deberı́a decir "213 1/3" y "6 2/3%" respectivamente.- b "Instrument"; ms. y exile. 1939, "Material"
("material"):
* Pasaje tachado: "El capital I, pues, vende 200 pliegos a 30 de material, 3 de instrumento, 50 de
componentes de la producció n (tiempo de trabajo objetivado) (entre los cuales un beneficio de 3)= 83.
El capital II [vende] 200 [pliegos] a 100 [de material] + 6 [de instrumento] + 53 1/3 [de tiempo de trabajo
objetivado] = 159 1/3.
El capital I, por consiguiente, vende 1 pliego a 83/100 tá leros; es decir a 2 silbergroschen y 9 pfennig.
El capital II vende pues 1 pliego a 159/100 + tá leros 10/100 silbergroschen=39 silbergroschen y 10
pfennig.
El ejemplo, por tanto, está mal elegido y los precios no son correctos. Digamos entonces material 90;
máquina de imprimir 60; 5 días de trabajo a 50. O tiene que haber relativamente má s obreros o má s material
(esto es, má s productividad).
En el no I, a 15 de material, etc., corresponde 1 dı́a de trabajo."
287 El capital I vende 30 pliegos a 30 de material + 3 de instrumento + 50 (de tiempo de
trabajo objetivado) (tiempo de producció n)c = 83.
El capital II vende 100 pliegos a 100 de material + 6 de instrumento + 53 1/3 [(de tiempo
de trabajo objetivado) (tiempo de producció n)] = 159 1/3.
El capital I vende 30 pliegos a 83 tá leros; 1 pliego a 83/30 tá leros = 2 tá leros y 23
silbergroschen.d
El capital II vende 100 pliegos a 159 tá leros y 10 silbergroschen; 1 pliego a 159 tá leros y
10 silbergroschen / 100 , es decir a 1 tá lero, 9 silbergroschen y 10 pfennige 100:
Está claro que al capital I se ha dado de culo, porque vende infinitamente má s caro.
Aunque en el primer caso el beneficio sobre el capital total era de 10% y en el segundo só lo
de 6 2/3% f, el primer capital só lo ha tomado 25% sobre el tiempo de trabajo, mientras que
el segundo toma 33 1/3%.
c En el ms., "(tiempo de producció n)" figura sin signos de inclusió n encima de "(de tiempo de trabajo
objetivado)".- d El tá lero da Prusia se dividı́a en 30 silbergroschen, cada una de las cuales, a su vez, valı́a 12
pronnig.- e En lugar de "9 silbergroschen y 10 pfenning" debiera decir "17 silbergroschen y 8 pfenning" f En el
ms., "3 2/3%" en lugar de "6 2/3%"
En el capital I la proporció n del trabajo necesario es mayor con respecto al capital total
empleado, y por ello el plustrabajo, aunque en té rminos absolutos es menor que en el
capital II, se presenta como tasa de beneficio mayor, con respecto al capital total menor. 4
dı́as de trabajo con relació n a 60 son má s que 4 con relació n a 160; en el primer caso, 1 dı́a
de trabajo sobre un capital disponible de 15; en el segundo, 1 dı́a de trabajo sobre 40. Pero
en el segundo capital el trabajo es má s productivo (lo que está puesto tanto por la mayor
existencia de maquinaria —y de ahı́ tambié n el espacio mayor que ocupa entre los valores
del capital—, como por el mayor material en el que se expresa la jornada de trabajo, la cual
incluye má s plustiempo, y por consiguiente utiliza má s material en el mismo tiempo).
288 Produce má s plustiempo (plustiempo relativo, y por tanto condicionado por el desarrollo
de la fuerza productiva). En el primer caso el plustiempo es de 1/4, en el segundo de 1/3.
En el mismo tiempo, pues, crea má s valor de uso, ası́ como un valor de cambio mayor; el
ú ltimo, sin embargo, no en la misma proporció n que el primero, ya que, como hemos visto,
el valor de cambio no crece en la misma relació n numé rica que la productividad del trabajo.
El precio fraccionario, por consiguiente, es menor que el precio total de la producció n, es
decir, el precio fraccionario multiplicado por el cuanto de los precios fraccionarios
producidos, es mayor. Aunque la suma total de dı́as de trabajo relativamente es menor que
en el no I, si nosotros la hubié ramos tomado como mayor en términos absolutos, la cosa
serı́a aun má s llamativa. El beneficio del capital mayor, que trabaja con má s maquinaria, se
Karl Marx
presenta por lo tanto como menor que el del capital menor, que trabaja relativa o
absolutamente con má s trabajo vivo, y ello precisamente porque el beneficio mayor con
respecto al trabajo vivo se presenta como menor, con relació n al capital total en el cual el
trabajo vivo empleado es pequeñ o en comparació n con el capital total, que el beneficio
menor con respecto al trabado vivo, beneficio que es mayor en proporció n al menor capital
total. La relació n en el no II es tal que se puede elaborar má s material y emplear una parte
mayor del valor en el instrumento de trabajo, todo lo cual es tan só lo expresió n de la
productividad del trabajo.
En este punto estriba la famosa dificultad del infortunado liastiat, que se habı́a
convencido firmemente —a lo cual el señ or Proudhon no supo contestarle— de que, como
la tasa del beneficio sobre el capital total mayor y má s productivo se presenta como menor,
la parte del obrero se habı́a vuelto mayor, mientras que, precisamente al revés, habı́a
aumentado su plustrabajo 4.
Ricardo tampoco parece haber comprendido la cosa, pues otherwisea no habrı́a explicado
la disminució n perió dica del beneficio solamente a partir de la suba de los salarios,
motivada por la suba del precio de los cereales (y con é l de la renta). Pero au fond nunca se
ha analizado la plusvalı́a, en tanto es precisamente el fundamento del beneficio, pero
tambié nb debe distinguı́rsela de lo que commonlyc se llama beneficio. En el caso indicado el
infeliz Bastiat 5habrı́a dicho que, como en d primer ejemplo el beneficio es de 10% (es decir,
1/10), en el segundo só lo de 3 1/3%, es decir 1/33d (dejemos de lado los tantos por ciento),
el obrero en el primer caso recibirá 9/10, en el segundo 32/33e. Ni es correcta la relació n en
cualquiera de los dos cases' ni lo es su relació n entre sı́.
289 Lo que concierne a la relació n ulterior entre el nuevo valor del capital y el capital como
valor total indiferente (ası́ se nos presenta en general el capital antes de que pasemos al
proceso de producció n, y ası́ tiene que presentá rsenos al té rmino del mismo), deberá
desarrollarse en parte bajo el tı́tulo Beneficio, en donde el nuevo valor recibe una nueva
determinació n, y en parte bajo el tı́tulo de la Acumulación. Aquı́ só lo nos cabe analizar, en
primer té rmino, la naturaleza de la plusvalı́a como equivalente del tiempo de trabajo —
absoluto o relativo— puesto en acció n por el capital má s allá del tiempo de trabajo
necesario.
a De lo contrario.- b "auch"; edic. 1939, "noch" ("aú n").- c Corrientemente.- d En lugar de 3 1/3%, es decir
1/33", deberı́a decir "6 1/4%, es decir 1/16".-e En lugar de "32/33", deberı́a decir, "15/16".- f Casos
En el acto de producció n el consumo del componente de valor que existe en el
instrumento de ningú n modo puede distinguir entre el instrumento de producció n y el
material; ello aquı́, donde todavı́a só lo nos toca analizar el ponerse de la plusvalı́a, la
autovalorizació n. Ese hecho deriva sencillamente de que tal consumo corresponde al
proceso de producció n simple; de que, por consiguiente, ya en é ste —y por ello ese proceso
tiene la facultad de comenzar nuevamente— el valor del instrumento consumido (trá tese
del valor de uso simple, o del valor de cambio, cuando la producció n ha pasado ya a la
divisió n del trabajo y por lo menos se intercambia el excedente) tiene que encontrarse de
nuevo en el valor (valor de cambio o valor de uso)a del producto. El instrumento pierde su
valor de uso en la misma medida en que coadyuva a elevar el valor de cambio de la materia
prima y en que sirve como medio al trabajo. Debe investigarse este punto, indeedb, ya que
es esencialmente importante la distinció n entre el valor inalterado en cuanto parte del
capital que se conserva; el valor reproducido (reproducido para el capital; desde el punto de
vista de la verdadera producció n del trabajo, producido) y el valor que es producido por
4 Cf. Gratuité du crédit .etc., cit., pp. 127-132, 155-157, 288.
primera vez.
a "(Tauschwert oder Gebrauchswert)"; edic. 1939, "(Tauschwert) oder Gebrauschwertr ("(valor de cambio)
productivas.- d "innerhalb deren"; edic. 1939, "die" ("el cual").- e Simultá neamente
Por lo tanto, la posibilidad de un proceso de valorizació n ulterior depende aquı́ de tina
acumulació n precedente del capital (desde el punto de vista de su existencia material). Si
por el contrario crece la fuerza productiva y con ella el plustiempo relativo, se necesitará —
desde el punto de vista actual el capital puede ser considerado siempre como productor
directo de medios de subsistencia, materia prima, etc.—un desembolso menor para el
salario y el propio proceso de valorizació n producirá el crecimiento en el material. No
obstante, esta cuestió n se vincula rathera a la acumulación de los capitales.
Pero volvamos al punto en que está bamos al interrumpirnos. La productividad creciente
acrece el plusvalor, aunque no acrece la suma absoluta de los valores de cambio. Aumenta
los valores porque crea un nuevo valor como valor, esto es, un valor que no só lo debe
cambiarse como equivalente, sino que se afirma; en una palabra, má s dinero. La cuestió n es:
en ú ltimo té rmino, ¿aumenta tambié n la suma de los valores de cambio? hato se admite, au
fond, ya que el propio Ricardo concede que con la acumulació n de los capitales crecen los
ahorros, henceb los valores de cambio producidos. El aumento de los ahorros, no significa
otra cosa que aumento de los valores autó nomos: del dinero. Pero la demostració n de
Ricardo contradice esta propia afirmació n suya.
Nuestro viejo ejemplo. 100 tá leros de capital; 60 tá leros de valor constante; 40 de
salario; produce 80; por tanto el producto = 140*. Estos 40 de plusvalor son tiempo de
trabajo absoluto.
* Aquı́ se ve una vez má s que el plusvalor, respecto al conjunto del capital - la mitad del valor recié n
producido, ya que una mitad del mismo a al trabajo necesario. La proporció n de este plusvalor, el cual siempre
es igual al plustiempo, o sea = al producto total del obrero menos la parte qued forma su salario, depende: 1)
de la proporció n entre la parte inalterada del capital y la productiva; 2) de la proporció n entre el tiempo de
trabajo necesario y el plustiempo. En el caso mencionado, la proporció n entre el plustiempo y el necesario es
de 100%; alcanza a 40% del capital de 100; 3) tampoco, pues, solamente de la proporció n indicada en 2), sino
de la magnitud absoluta del tiempo de trabajo necesario. Si la parte inalterada del capital de 100 fuera 80, la
Karl Marx
parte intercambiada por el trabajo necesario serı́a = 20, y si é ste produjera el 100% de plustiempo, el
beneficio del capital serı́a de 20%. Pero si el capital fuera= 200, con la misma proporció n entre la parte
constante y la variable (o sea 3/5 a 2/5), la suma darı́a 280, lo que da 40 sobre 100. En este caso el cuanto
absoluto del beneficio habrı́a aumentado de 40 a 80, pero la proporció n se mantendrı́a en 40%. Si por el
contrario en los 200 el elemento constante fuera de 120, digamos, la cantidad del trabajo necesario 80, pero
é ste aumentará só lo en 10%, o sea en 8, la suma total serı́a= 208, o sea habrı́a un beneficio de 4 0/o; si só lo
aumentara en 5e, la suma total serı́a de 205, o sea 2 1/2%.
a Má s bien.- b Por lo tanto
291 Supongamos ahora que la fuerza productiva se duplica: el obrero, pues, cuando [el
salario era de] 40 podı́a entregar 8a horas de trabajo necesarias; ahora podrá producir en 4
horas un dı́a entero de trabajo vivo. Siendo ası́ el plustiempo crecerı́a en 1/3 (antes 2/3 de
dı́a para producir uno entero, ahora 1/3 de dı́a). Del producto del dı́a de trabajo 2/3b serı́an
plusvalı́a y, si las horas de trabajo necesario = 5 tá leros (5 x 8 = 40), ahora ú nicamente se
necesitará n 5 x 4 = 20 tá leros. Al capital, pues, una plusganancia de 20, o sea 60 en lugar de
40. Al final 140, de los cuales 60 = al valor constante, 20 = al salario y 60 = a la plusganancia;
total: 140. Con 80 tá leros de capital el capitalista puede ahora empezar nuevamente la
producció n:
El capitalista Ac, en el mismo nivel de la vieja producció n emplea su capital de 140 para la
producció n nueva. Segú n la proporció n originaria, necesita 3/5 como parte invariable del
capital, o sea 3 x 140/5 = 3 x 28 = 84; para el trabajo necesario restan 56f. Antes empleaba
40 para el trabajo, ahora 56; 2/5 de 40 má s. Pero al final su capital= 84 + 56 + 56= 196.
a Deberı́a decir "4", dado que, de acuerdo con la presentació n de Marx en p. 140, la jornada de trabajo serı́a
de 8 horas, de las cuales 4 serı́an de trabajo necesario. Luego de la duplicació n de la fuerza productiva, el
trabajo necesario pasarı́a a ser de 2 horas. De acuerdo con esta base, se modificarı́an las cifras que figuran en
los renglones siguientes. El texto corregido serı́a el siguiente: "podı́a entregar 4 horas de trabajo necesario;
ahora podrá producir en 2 horas un dı́a entero de trabajo vivo. Siendo ası́ el plustiempo crecerı́a en 1/2 (antes
1/2 de dı́a para producir uno entero, ahora 1/4 de dı́a). Del producto del dı́a de trabajo, 3/4 serı́an plusvalı́a y,
si las horas de trabajo necesario = 10 tá leros (10 X 4= 40), ahora ú nicamente se necesitarı́an 10 X 2 = 20
tá leros. Al capital...- b "2/3"; ms. "1/3", evidente lapsus.- c "Kapitali st"; ms. "Kapital".- d "der"; edic. 1939 , "den"
("a la cual").- e "5". ms. "5%".- f "56"; ms. "16".-
En el nivel de la producció n acrecentada, el capitalista B emplea tambié n los 140 tá leros
para la nueva producció n. Si en un capital de 80 necesita 60 como valor invariable y só lo 20
para el trabajo, en uno de 60 necesitará 45 para el valor invariable y 15 para el trabajo; la
suma en el primer caso serı́a 60 + 20 + 20 = 100 y en el segundo 45 + 15 + 15 = 75. Su
resultado total, pues, 175a, mientras que el del primero= 196. El aumento de la
productividad del trabajo no significa otra cosa que lo siguiente: que el mismo capital crea
el mismo valor con menos trabajo, o que un trabajo menor crea el mismo producto con un
capital mayor.
292 Menos trabajo necesario produce má s plustrabajo. El trabajo necesario es menor en
relació n con el capital, lo que, para el proceso de valorizació n de este ú ltimo, equivale
evidentemente a decir que el capital es relativamente mayor con respecto al trabajo
necesario al que pone en movimiento; el mismo capital en efecto, pone en movimiento má s
plustrabajo, y por tanto menos trabajo necesario*.
* Si se presupone, como en nuestro caso, que el capital se mantiene Igual, es decir que ambos comienzan
nuevamente con 140 tá leros, en el capital má s productivo tendrá que corresponder al capital (o sea a su parte
invariable) una parte mayor; en el má s improductivo, una parte mayor al trabajo. Por consiguiente, el primer
capital de 140 pone en movimiento trabajo necesario por 56, y este trabajo necesario subordina a un proceso
una parte invariable del capital por 84. El segundo pone en movimiento trabajo por 20 + 15 = 35, y capital
invariable por 60 + 45- 105 (y de lo expuesto precedentemente tambié n se deduce que el aumento de la
fuerza productiva no aumenta el valor en la misma medida en que aqué lla se aumenta a sı́ misma). En el
primer caso, como ya se ha indicado, el nuevo valor absoluto es menora que en el segundo, porque la masa del
trabajo empleado es, en proporció n, mayor que el valor invariable, mientras que en el segundo esa masa es
menor, precisamente porque el trabajo es má s productivo. Só lo que 1) la diferencia de que el nuevo valor en el
primer caso era só lo de 40, y en el segundo de 60, excluye que el primero pueda recomenzar la producció n con
Grundrisse. Cuaderno IV
el mismo capital, como en el segundo, ya que en ambos casos una parte del nuevo valor ha de entrar como
equivalente a la circulació n, para que el capitalista viva, y precisamente del capital. Si ambos consumen 20
tá leros, el primero comenzará el nuevo trabajo con 120 de capital, el otro tambié n con 120, etc. Ver má s
arriba. Volver una vez má s a todo esto; pero la cuestió n de có mo el nuevo valor creado por la fuerza productiva
mayor se relaciona con el nuevo valor creado por el trabajo aumentado en té rminos absolutos, corresponde a
losb capı́tulos de la acumulación y del beneficio. [a "kleiner"; ms. y edic. 1939, "grdsser" ("mayor"), lo que es un
lapsus tal como se ve unos renglones má s abajo.- b "in die"; edic. 1939, "in das" ("al")]
a Marx olvida aquı́ el efecto de la duplicació n de la productividad del trabajo. Sus cifras deberı́an
modificarse, tanto si se utilizan las proporciones que é l cita en la p. 163, o sea 1/3 de trabajo necesario y 2/3
de plusvalı́a, como si se utilizan las proporciones propuestas en la correcció n a ese pá rrafo, o sea 1/4 y 3/4.
Con la proporció n 1/3 y 2/3, tendrı́amos "60 + 20 + 40 = 120 y 45 + 15 + 30 = 90, con un total de 210,
mientras que con la proporció n 1/4 y 3/4 tendrı́amos 60 + 20 + 60= 140 y 45 + 15 + 45 = 105, con un total de
245
Por ello tambié n se dice de la maquinaria que ahorra trabajo 6; sin embargo, como
Lauderdale ha señ alado correctamente, lo caracterı́stico no es el mero ahorro de trabajo, ya
que gracias a la maquinaria el trabajo humano hace y crea cosas que de ningú n modo
hubiera podido producir sin ella. Esto ú ltimo se relaciona con el valor de uso de la
maquinaria. El ahorro del trabajo necesario y la creació n del plustrabajo es lo caracterı́stico.
La mayor productividad del trabajo se expresa en que el capital necesita comprar menor
trabajo necesario para producir el mismo valor y mayores cuantos de valores de uso; o en
que menos trabajo necesario produce el mismo valor de cambio, valoriza má s material y
crea una masa mayor de valores de uso.
293 Cuando el valor total del capital se mantiene igual, el crecimiento de la fuerza productiva
implica pues que la parte constante del capital (consistente en material y má quinas) crece
en relació n con la parte variable, vale decir con la parte de aqué l que se intercambia con el
trabajo vivo y que constituye el fondo para el salario. Esto se presenta, al mismo tiempo,
como que un cuanto menor de trabajo pone en movimiento una cantidad mayor de capital.
Si crece el valor total del capital que entra en el proceso de producció n, el fondo de trabajo
(esa parte variable del capital) habrá de disminuir relativamente, comparado con la
proporció n que existirı́a si la productividad del trabajo y por tanto la proporció n entre el
trabajo necesario y el plustrabajo hubiera permanecido igual. Supongamos que en el caso
precedente el capital de 100 fuera un capital agrı́cola. 40 tá leros de semillas, abono, etc., 20
(ú teros de instrumento de trabajo y 40 tá leros de salario, en el viejo nivel de la producció n.
(Digamos que estos 40 tá leros = 4 dı́as de trabajo necesario.) Con esto se crea una suma de
140, en el viejo nivel de la producció n. La fertilidad se duplica, sea por el mejoramiento del
instrumento o mejores abonos, etc. En tal caso el producto tiene que ser = 140 tá leros
(suponiendo que el instrumento se desgaste totalmente). La fertilidad se duplica, con lo
cual el precio del dı́a de trabajo necesario cae a la mitad, o só lo son precisos 4 medios dı́as
de trabajo necesario (o sea, 2 enteros) para producir 8 —2 dı́as de trabajo para producir 8
es lo mismo—, de tal modo que al trabajo necesario le corresponde 1/4 (3 horas) de una
jornada laboral. El arrendatario en lugar de 40 tá leros ahora só lo tiene que gastar 20 en
trabajo. Al té rmino del proceso, pues, los componentes del capital se han modificado; los 40
originarios er semillas, ele., tienen ahora un valor de uso duplicado; 20 de instrumento de
trabajo y 20 de trabajo (2 jornadas laborales enteras). Antes la relació n entre la parte
constante del capital y la variable era - 60 : 40 = 3 : 2; ahora = 80 : 20 6= 4 : 1a. Con relació n
al capital en su conjunto, el trabajo necesario era = 2/5; ahora 1/5b. Si el arrendatario
quiere continuar ahora el trabajo segú n la proporció n anterior, ¿en cuá nto tendrı́a que
aumentar su capital? O, para evitar el pérfido supuesto de que continú a trabajando con un
capital constante de 60 y un fondo de trabajo de 40, luego de efectuada la duplicació n de la
6 Cf. LAUDERDALE, Recherches etc., cit., p. 137.
Karl Marx
fuerza productiva —lo cual introduce relaciones engañ osas—,* supondremos que pese a la
fuerza productiva duplicada, el capital continú a trabajando con los mismos componentes,
empleando la misma cantidad de trabajo necesario, sin gastar má s en material en bruto e
instrumento de trabajo;** por tanto, la fuerza productiva se duplica, de tal modo que si
antes el arrendatario tenı́a que gastar 40 tá leros en trabajo, ahora só lo necesita 20 tá leros.
294 (Si se supone que eran necesarias 4 jornadas laborales enteras —cada una = 10 tá leros—
para proporcionarle un excedente de 4 dı́as enteros de trabajo, y obtiene este excedente al
transformarse en hilo los 40 tá leros de algodó n, ahora só lo necesitará 2 jornadas laborales
enteras para obtener el mismo valor, a saber 8 dı́as de trabajo.
* Aunque esto es totalmente correcto, por ejemplo en el caso del arrendatario cuando las seasonsc duplican
la fertilidad, o lo es para cualquier industrial cuando la fuerza productiva se duplica no en su ramo, mino en
losd utilizados por é l; por ejemplo si la lana sucia costara 50%e menos, lo mismo el cereal (y por tanto el
salario) y por ú ltimo el Instrumento; en ese caso, seguirı́a gastando como antes 40 tá leros en lana sude, 20 en
maquinaria, 40 en trabajo, pero tendrı́a una cantidad dos mes mayor.
** Supongamos que só lo en el algodó n se duplica la fuerza productiva, la cual se mantiene igual en la
má quina; investigar má s este punto.
a De acuerdo con las cifras que Marx viene dando, deberı́a decir "ahora 60 : 20 ó = 3 : 1.- b Deberı́a decir
"1/4".- c Estaciones, temporadas.- d "in den"; edic. 1039, "In der" ("en la").- e "50%"; ms., "100%"
El valor del hilo expresaba antes un plustiempo de 4 jornadas laborales; ahora el de 6. De
otro modo: cada obrero necesitaba antes 6 horas de tiempo de trabajo necesario para
producir 12; ahora 3. El tiempo de trabajo necesario ascendı́a a 12 x 4 = 48 [horas] ó 4 dı́as.
En cada uno de esos dı́as el plustiempo = 1/2 dı́a (6 horas). [El tiempo de trabajo necesario]
es ahora ú nicamente de 12 x 2= 24 [horas] ó 2 dı́as; 3 horas [ por dı́a ]. Para obtener el
plusvalor, cada uno de los 4 obreros tenı́a que trabajar 6 x 2 horas, es decir 1 dı́a; ahora ya
só lo necesita trabajar 3 x 2, vale decir 1/2 dı́a. Tanto da que 4 obreros trabajen 1/2 dı́a o
que 2 un dı́a (uno entero). El capitalista podrá despedir 2 obreros. Incluso tendrá que
despedirlos, ya que de una cantidad determinada de algodó n só lo se puede hacer una
cantidad determinada de hilo; por tanto ya no puede hacer trabajar 4 dı́as enteros, sino só lo
4 medios dı́as. Pero si el obrero tiene que trabajar 12 horas para obtener 3 horas, o sea su
salario necesario, si trabaja 6 horas só lo recibirá 1 1/2 hora de valor de cambio. Pero si con 3
horas de trabajo necesario puede vivir 12, con 1 1/2 só lo podrá vivir 6. Por tanto cada uno
de los 4 obreros, si los 4 fueran utilizados en su totalidad, só lo podrı́a vivir medio dı́a, esto
es, con el mismo capital, los 4 no podrı́an mantenerse vivos como obreros sino solamente 2.
El capitalista podrı́a pagar a los 4, con el viejo fondo, por 4 medios dı́as de trabajo, en cuyo
caso pagarı́a a 2 de má s y les harı́a a los obreros un regalo a costa de la fuerza productiva, ya
que só lo tendrı́a que utilizar 4 medios dı́as de trabajo vivo; tales "posibilidades" no se
presentan en la prá ctica y aun menos podemos ocuparnos de ellas aquı́, donde estudiamos
la relació n del capital en cuanto tal.)
295 Del capital de 100 tá leros, 20 no se emplean ahora directamente en la producció n. El
capitalista empleará , como antes, 40 tá leros de materia prima, 20 de instrumento, o sea 60,
pero ú nicamente 20 tá leros de trabajo (2 dı́as de trabajo). De todo el capital de 80 utiliza
3/4 (60) para la parte constante y só lo 1/4 para el trabajo. Si utilizara los 20 restantes de la
misma manera, tendrı́amos 3/4 para el capital constante, 1/4 para el trabajo; esto es, 15
para el primero, 5 para el segundo. Como ahora está presupuesto que un dı́a de trabajo = 10
tá leros, 5 serı́an só lo = 6 horas= 1/2 dı́a de trabajo. Con el nuevo valor de 20, ganado por la
productividad, el capital só lo podrı́a comprar 1/2 dı́a de trabajo má s para valorizarse en la
misma proporció n. Tendrı́a que triplicarse (o sea 60) (junto con los 20 = 80) para poder
utilizar plenamente a los 2 obreros despedidos o a los 2 dı́as de trabajo ¿interiormente
empleados. Segú n la nueva proporció n, el capital utiliza 3/4 en capital constante para
emplear 1/4 de fondo de trabajo.
Con 20 como capital total, pues, 3/4, es decir 15 de capital constante y 1/4 de trabajo (o
Grundrisse. Cuaderno IV
ms. "exste" ("primero").-c La oració n precedente deberı́a decir: "Mientras que en ambos casos está
presupuesto que el dı́a de trabajo aumenta, en dos dı́as, al final el segundo ascendı́a a 160; el primero só lo a
150"
De la parte del capital retirada del fondo de trabajo a consecuencia del crecimiento de la
fuerza productiva, una parte, a su vez, tiene que ser transformada nuevamente en material
en bruto e instrumento, y otra intercambiada por trabajo vivo; ello só lo puede ocurrir en las
proporciones puestas por la nueva productividad entre las diversas partes. Ya no puede
ocurrir en la vieja proporció n, pues la proporció n entre el fondo de trabajo y el fondo
constante ha disminuido. Si el capital de 100 utilizaba 2/5 para el fondo de trabajo (40) y a
consecuencia de la duplicació n de la fuerza productiva emplea ú nicamente 1/5 (20), 1/5
del capital se habrá liberado (20 tá leros); la parte ocupada, de 80, ú nicamente empleará 1/4
como fondo de trabajo. Asimismo, los otros 20 só lo 5 tá leros (1/2 dı́a de trabajo). El capital
total de 100 utiliza ahora 2 1/2 dı́as de trabajo; tendrı́a que aumentar a 160 para emplear
nuevamente 4.
Si el capital originario hubiera sido de 1.000 y se hubiese distribuido de la misma
manera: 3/5 capital constante, 2/5 fondo de trabajo, tendrı́amos 600 + 400 (400
equivaldrı́an a 40 dı́as de trabajo; dı́a de trabajo = 10 tá leros). Si ahora se duplica la fuerza
productiva del trabajo, o sea que se requieren 20 dı́as de trabajo para el mismo producto (=
200 tá leros), el capital necesario para comenzar nuevamente la producció n será = 800; o
sea 600 + 200; 200 tá leros habrı́an quedado libres. Si se utilizan é stos en la misma
proporció n, tendremos 3/4 de capital constante = 150 y 1/4 de fondo de trabajo = 50. Por
Karl Marx
consiguiente, en caso de utilizarse totalmente los 1.000 tá leros, tendremos 750 de capital
constante + 250 de fondo de trabajo = 1.000 tá leros. Pero 250 de fondo de trabajo serı́an =
25 dı́as de trabajo (o sea que el nuevo fondo só lo puede utilizar el tiempo de trabajo en la
nueva proporció n, es decir 1/4; para utilizar todo el viejo tiempo de trabajo tendrı́a que
cuadruplicarsea).
a Deberı́a decir "duplicarse", tal como lo muestra el. mismo Marx en este mimo pá rrafo, má s adelante
El capital de 200 liberado utilizaba un fondo de trabajo de 50= 5 dı́as de trabajo (1/4 del
tiempo de trabajo liberado). (La parte del capital liberada del fondo de trabajo es ella
misma empleada como capital, pero só lo 1/4 para fondo de trabajo; esto es, precisamente
en la proporció n entre la parte del nuevo capital que es fondo de trabajo y la suma total del
capital.) Por lo tanto, para utilizar 20 dı́as de trabajo (4 x 5 dı́as de trabajo), este fondo
tendrı́a que aumentar de 50 a 4 x 50 = 200; esto es, la parte liberada tendrı́a que aumentar
de 200 a 600, es decir triplicarse, de tal manera que el nuevo capital en su conjunto
ascenderı́a a 800.
297 El capital total serı́a entonces de 1.600; de é stos, 1.200 parte constante y 400 fondo de
trabajo. De modo que si el capital de 1.000 comprendiera originariamente un fondo de
trabajo de 400 (40 dı́as de trabajo) y mediante la duplicació n de la fuerza productiva ya
necesitara emplear só lo un fondo de trabajo de 200 para comprar el trabajo necesario —o
sea, só lo 1/2 del trabajo anterior—, el capital tendrı́a que crecer en 600 para utilizar la
totalidad del trabajo anterior (para ganar el mismo plustiempo). Tendrı́a que poder utilizar
un fondo de trabajo doble, o sea 2 x 200= 400, pero como la relació n entre el fondo de
trabajo y el capital total ahora es = 1/4, se requiere un capital total de 4 x 400= 1600*.
* El capital total que era necesario para utilizar el viejo tiempo de trabajo, es, pues, = al viejo fondo de
trabajo multiplicado por el denominador de la fracció n que expresa ahora la proporció n entre el fondo de
trabajo y el nuevo capital total. Si la duplicació n de la fuerza productiva la reduce a 1/4, se multiplicará por 4;
si a 1/3, se multiplicará por 3. Si la fuerza productiva se duplica, el trabajo necesario y con é l el fondo de
trabajo se reducirá n a 1/2 de su valor precedente; pero esto equivale a 1/4 con respecto al nuevo capital total
de 800 6 1/5 con respecto al viejo capital total de 1.000. O el nuevo capital total es = 2 x el viejo capital menos
la parte liberada del fondo de trabajo; (1.000 — 200) x 2 = 800 x 2. 1600. El nuevo capital total expresa
precisamente la suma total del capital, constante y variable, necesaria para utilizar la mitad del viejo tiempo
de trabajo (1/3, 1/4, etc., 1/x, segú n la fuerza productiva se haya multiplicado x 3, x 4, x x); por tanto, 2 x el
capital para utilizar totalmente el viejo tiempo de trabajo (o x 3, x 4, x x segú n la proporció n en que haya
crecido la fuerza productiva). Aquı́ tiene que estar siempre dada (tecnoló gicamente) la proporció n en que
originariamente se hallaban las partes del capital; de ello depende, por ejemplo, en qué fracciones se expresa
la multiplicació n de la fuerza productiva como divisió n del trabajo necesario
O, lo que es lo mismo, es 2 x el nuevo capital que a consecuencia de la nueva fuerza
productiva ocupa el puesto del anterior en la producció n (800 x 2) (por lo tanto, si la fuerza
productiva se cuadruplicara, se quintuplicara, etc., = 4 x, 5 x el nuevo capital, etc. Si la fuerza
productiva se duplicara, el trabajo necesario se reducirı́a a 1/2; otro tanto el fondo de
trabajo. Por lo tanto, si ascendı́a, como en el caso anterior del viejo capital de 1000... a 400,
es decir a 2/5 del capital total, ascenderá ahora a 1/5 o 200. Esta proporció n en la que se
reduce es la parte liberada del fondo de trabajo = 1/5 del viejo capital = 200. 1/5 del viejo =
1/4 del nuevo. El nuevo capital es = al viejo + 3/5 del mismo. Posteriormente
examinaremos má s de cerca estas cargosas necedades, etc.)
298 Una vez presupuestas las mismas proporciones originarias entre las partes del capital y
el mismo incremento de la fuerza productiva, que el capital sea grande o pequeñ o es
totalmente indiferente para las formulaciones generales. Una cuestió n completamente
distinta es la de saber si, al aumentar el capital, las proporciones siguen siendo las mismas
(esto, empero, corresponde a la acumulació n). Mas, presupuesto todo ello, vemos có mo el
aumento de la fuerza productiva modifica las proporciones entre los componentes del
capital. Tanto en el caso de 100 como en el de 1000, la duplicació n de la fuerza productiva
Grundrisse. Cuaderno IV
opera de la misma manera si en ambos casos el capital constante era de 3/5, el fondo de
trabajo de 2/5. (Só lo por comodidad se usa aquı́ el té rmino fondo de trabajo; aú n no hemos
examinado el capital en este carácter determinado. Hasta el momento dos partes: una se
intercambia por mercancı́as (material e instrumento) y la otra por la capacidad de trabajo.)
(El nuevo capital —vale decir, la parte del viejo capital que desempeñ a la función de é ste—
es = al viejo menos la parte liberada del fondo de trabajo; pero esa parte liberada = la
fracció n que expresaba el trabajo necesario (o, lo que es lo mismo, el fondo de trabajo)
dividida por el multiplicador de la fuerza productiva. Por ende, si el viejo capital es de 1000
y la fracció n que expresa el trabajo necesario o fondo de trabajo 2/5, y la fuerza productiva
se duplica, el nuevo capital, que desempeñ a la funció n del viejo, será = 800; o sea, 2/5 del
viejo capital = 400; dividido por 2, por el multiplicador de la fuerza productiva, = 2/10=
1/5= 200. El nuevo capital, pues, = 800; la parte liberada del fondo de trabajo = 200.)
Hemos visto que, segú n estas proporciones, un capital de 100 tá leros tiene que aumentar
a 160 y uno de 1000 a 1600 para mantener el mismo tiempo de trabajo (de 4 ó 40 dı́as de
trabajo), etc.; ambos tendrá n que crecer un 60%, o sea 3/5 de sı́ mismos (del viejo capital)
para poder utilizar nuevamente como fondo de trabajo al 1/5 (en el primer caso 20 tá leros,
en el segundo 200) liberado del fondo de trabajo.
El porcentaje del capital total puede expresar relaciones muy diferentes – El capital (al
igual que la propiedad) se funda en la productividad del trabajo.
299 [[Nota bene. Vimos anteriormente có mo el mismo tanto por ciento del capital total puede
expresar relaciones muy diferentes, en las cuales el capital crea su plusvalı́a, esto es, pone
plustrabajo, relativo o absoluto. Si la relació n entre la parte de valor inalterado del capital y
la mutable (intercambiada por trabajo) fuera tal que la ú ltima =1/2 del capital total (o sea
capital 100 = 50 (constante) + 50 (mutable)), la parte intercambiada por trabajo só lo
necesitarı́a aumentar 50% para dar un 25 °/o sobre el capital; o sea 50 + 50 (+ 25) = 125;
mientras que en el ejemplo anterior 75 + 25 (+ 25) = 125; de modo que la parte
intercambiada por trabajo vivo aumentarı́a en 100 0/0 para dar 25 sobre el capital, Vemos
aquı́ có mo si las proporciones se mantienen iguales, el tanto por ciento sobre el capital total
queda igual, sea ese capital grande o pequeñ o, esto es, cuando la proporció n entre el fondo
de trabajo y el capital total se mantiene igual; o sea, arriba, 1/4. A saber: 100 da 125, 80 da
100, 1000 da 1250, 800 da 1000, 1600 da 2000a, etc.; siempre = 25%. En el caso de que
capitales en los cuales los componentes está n en proporciones diferentes, o sea tambié n la
fuerza productiva [[difiera]], den los mismos porcentajes sobre el capital total, la plusvalı́a
real habrá de ser muy diferente en los diversos ramos.]]
a "2000", ms., "200"
[[El ejemplo, pues, es correcto si se compara la fuerza productiva, bajo las mismas
condiciones, con el mismo capital antes del incremento de la fuerza productiva.
Supongamos que un capital de 100 utiliza 50 en valor constante, 50 = fondo de trabajo. El
fondo se acrecienta en 50%, es decir 1/2; el producto total será = 125. Digamos que el fondo
de trabajo de 50 tá leros emplea 10 dı́as de trabajo; paga por dı́a 5 tá leros. Como el nuevo
valor 1/2, el plustiempo tiene que ser =5 dı́as de trabajo a; o sea que el obrero, que só lo
necesitaba trabajar 10 dı́as para vivir 15, habrá de trabajar 15 para el capitalista de modo
de vivir 15; su plustrabajo de 5 dı́as constituye la plusvalı́a del capital. Expresá ndolo en
horas, si el dı́a de trabajo = 12 horas, el plustrabajo será = 6 horas por dı́ab. Por lo tanto en
10 dı́as d 120 horas trabaja de má s 60 =5 dı́asb. Pero ahora, con la duplicació n de la
productividad, la relació n de los 100 tá leros serı́a 75 y 25, o sea que el mismo capital ya só lo
necesitará utilizar 5 obreros para producir el mismo valor de 125; por lo tanto, los 5 dı́as de
trabajo = 10; se duplican; es decir, se pagan 5 dı́as de trabajo, producen 10. El obrero só lo
Karl Marx
necesitarı́a trabajar 5 dı́as para vivir 10 (antes del acrecentamiento de la fuerza productiva
tenı́a que trabajar 10 para vivir 15; podı́a, pues, si trabajaba 5, vivir solamente 7 1/2); pero
debe trabajar 10 para el capitalista, de modo de vivir 10; é ste, por lo tanto, gana 5 dı́as, 1 dı́a
por dı́a; o, expresado en dı́as, si antes el obrero debı́a trabajar 1/2 para vivir 1 (es decir 6
horas para vivir 12)c, ahora só lo necesitarı́a trabajar 1/4 para vivir 1 (vale decir, 3 horas)d.
Si trabajara un dı́a entero, podrı́a vivir 2; si trabajara 12 horas, 24; si trabajara 6, 12 horas.
Ello no obstante, ahora tiene que trabajar 12 horas para vivir 12.
a Deberı́a decir "3 1/ dı́as", dado que la relació n p/v= 1/2, o sea que el plus-tiempo corresponderá a 1/3
3
del tiempo total trabajado. En la oració n siguiente Marx, si bien maneja correctamente las proporciones,
ejemplifica con un perı́odo de 15 dı́as en lugar de hacerlo con uno de 10, lo que probablemente es resultado de
la confusió n anterior y es fuente de posteriores confusiones. Manteniendo el perı́odo de 10, deberı́a decir: "o
sea que el obrero, que só lo necesitaba trabajar 6 2/3 dı́as para vivir 10, habrá de trabajar 10 para el capitalista
de modo de vivir 10; su plustrabajo de 3 1/3 dı́as constituye la plusvalı́a del capital".- b Deberı́a decir `1. 4
horas por dı́a". Y en consecuencia la oració n siguiente deberı́a decir; "Por lo tanto en 10 dı́as ó 120 horas
trabaja de má s 40= 3 1/3 dı́as".- c Deberı́a decir "2/3 para vivir 1 (es decir 8 horas para vivir 12)", pues Marx
vuelve a caer en la confusió n anteriormente señ alada.- d Deberı́a decir "1/2 para vivir 1 (vale decir 6 horas)",
pues Marx se confunde tambié n en el caso de la productividad acrecentada. No obstante, de aquı́ en adelante,
al ejemplificar maneja correctamente las proporciones
300 Só lo necesitarı́a trabajar 1/2 para vivir 1; pero tiene que trabajar 2 x 1/2 =1 para vivir 1.
Bajo la situació n anterior de la fuerza productiva tenı́a que trabajar 10 dı́as para vivir 15, ó
12 horas para vivir 18; ó 1 hora para vivir 1 1/2 u 8 horas para vivir 12, es decir, 2/3 de dı́a
para vivir 3/3. Pero tiene que trabajar 3/3 para vivir 2/3, o sea 1/3a de má s. La duplicació n
(le la fuerza productiva aumenta la proporció n del plustiempo de 1 : 1 1/2 (es decir 50%) a
1 : 2 (es decir 100%)b. En relació n con el tiempo de trabajo anterior: necesitaba 8 para vivir
12, esto es, 2/3 de trabajo necesario del dı́a entero de trabajo; ahora ú nicamente necesita
1/2, o sea 6, para vivir 12. Por ello el capital utiliza ahora 5 obreros en lugar de 10. Si antes
los 10 (que costaban 50) producı́an 75, ahora los [5, que cuestan] 25, producen 50; es decir,
los primeros só lo 50%; los segundos 100c. Los obreros, como antes, trabajan 12 horas; pero
en el primer caso el capital compraba 10 dı́as de trabajo, mientras que ahora só lo 5; como la
fuerza productiva se ha multiplicado, los 5 producen 5 plusdı́as de trabajo, mientras que en
el primer caso 10 dı́as de trabajo só lo proporcionaban 5 plusdı́as de trabajo; ahora, cuando
la fuerza productiva se ha duplicado, vale decir pasado de 50% a 100%, 5 [[dı́as de trabajo]]
dan 5; en el primer caso 120 horas de trabajo (= 10 dı́as de trabajo) producen 180; en el
segundo 60 [horas de trabajo producirá n] 60; esto es, en el primer caso el plustiempo, con
respecto al dı́a entero, es de 1/3 (50% del trabajo necesario); (es decir, de 12 horas, 4; el
tiempo necesario es de 8); en el segundo caso el plustiempo, con respecto al dı́a entero,
asciende a 1/2 (100% del tiempo de trabajo necesario) (o sea 6 horas de 12; el tiempo
necesario es de 6); por ello en el primer caso los 10 dı́as dan 5 dı́as de plustiempo
(plustrabajo), y en el segundo los 5 dan 5. El plustiempo relativo, pues, se ha duplicado; con
respecto a la primera proporció n só lo ha crecido en 1/2 contra 1/3; es decir en 1/6, o sea
en 16 4/6%]].
Const. variable
100 60 + 40 (proporció n originaria)
100 75 + 25 (+ 25) = 125 (25%)
100 120 + 40 (+ 40) = 200 (25%)
a "1/3"; ms., "2/3", evidente lapsus.- b Entendiendo esto como la proporció n drl plustiempo con respecto al
tiempo necesario, deberı́a decir: "de 1:2 (es decir 10%) a 1:1 (es decir 100%)".- c "100"; ms., "50", evidente
lapsus
301 Como el plustrabajo o plustiempo es el supuesto del capital, é ste se funda sobre el
supuesto bá sico de que existe un excedente sobre el tiempo de trabajo necesario para la
Grundrisse. Cuaderno IV
conservació n y reproducció n del individuo; de que p. ej., el individuo só lo necesita trabajar
6 horas para vivir un dı́a, o 1 dı́a para vivir 2, etc. Con el desarrollo de las fuerzas
productivas decrece el tiempo de trabajo necesario y, por consiguiente, aumenta el
plustiempo. O. tambié n, que un individuo puede trabajar en lugar de dos, etc. ("Wealth is
disposable time and nothing more.a [P. 6] ... Si todo el trabajo de un paı́s alcanzara to raise
the support of the whole population, there would be no surplus labourb, y en consecuencia
nothing that can be allowed to accumulate as capitalc [P. 4]... Una nació n es verdaderamente
rica si no existe interés alguno o si se trabajan 6 horas en lugar de 12 [P. 6]... Whatever may
be due to the capitalist, he can only receive the surplus labour of the labourer; for the
labourer must lived."(The Source and Remedy of the National Difficulties.) (P. 27, 28.)7
"Propiedad. Origen de la productividad del trabajo. Si cada uno só lo pudiera trabajar para
sı́ mismo, todos serı́an trabajadores; there can be no property. When one man's labour can
maintain fivee, there will be four idle men for one employed in production: property grows
from the improvementsf in the mode of production... The growth of the property, this
greater ability to maintain idle men and unproductiveg industry = capitalh .
a La riqueza es tiempo disponible, y no otra cosa.- b Para lograr el sustento de toda la població n, no habrı́a
obrero debe vivir.- e "five"; ms., "four".- f "improvements"; edic. 1939, "improvement".-g "unproductive"; edic.
1939, "improductivo" ("improductivo").- h No podrı́a haber propiedad. Si el trabajo de un hombre puede
mantener a cinco, por cada hombre empleado en la producció n habrá cuatro inactivos: la propiedad crece con
los mejoramientos del modo de producció n... El crecimiento de la propiedad, esta capacidad mayor de
mantener hombres inactivos y una industria improductiva = capital.
La machinery misma can seldom be applied with success to abridge the labours of an
individual: more time would be lost in its construction than could be saved by its application.
Is is only really useful when it acts on great rnasses, when a single machine can assist the
labours of thousands. It is accordingly in the most populous countries where there are most
idle men that it is always most abundant. It is not called into action by scarcity of men, but
by the facility with which they are brought togethera. .. Menos de 1/4 of the English
population provides everything that is consumed by allb. Bajo Guillermo el Conquistador,
por ejempl, la cantidad de quienes participaban directamente en la producció n era mucho
mayor que la de idle menc". (Ravenstone, IX, 32)8.
Si por una parte el capital crea el plustrabajo, por la otra el plustrabajo es asimismo un
supuesto para la existencia del capital. Todo el desarrollo de la riqueza se funda en la
producció n de tiempo disponible. La proporció n entre el tiempo de trabajo necesario y el
superfluo (y es superfluo, ante todo desde el punto de vista del trabajo necesario) se
modifica en los diversos niveles del desarrollo de las fuerzas productivas. En los estadios
má s primitivosd del intercambio los hombres no cambian otra cosa que su tiempo de trabajo
superfluo; é ste es la medida de su intercambio, el cual por ende só lo comprende productos
superfluos.
302 En la producció n fundada sobre el capital la existencia del tiempo de trabajo necesario está
condicionada por la creació n de tiempo de trabajo superfluo. En los estadios inferiores de la
producció n aú n se producen, en primer té rmino, pocas necesidades humanas, y por lo tanto
tambié n se satisfacen pocas. El tiempo de trabajo necesario, por consiguiente, está limitado
7 Cf. The Source and Remedy of the National Difficulties, Deduced from Principies of Political Economy etc., London
1821, p. 23. Extractos de este escrito anó nimo, en el cuaderno londinense XII, al cual se refiere Marx cuando
remite a "(pp. 27, 28)".
8 Cf. P. RAVENSTONE, Thoughts etc., cit., pp. 11, 13, 45, 46 . La remisió n a "IX, 32", hace referencia al cit. cuaderno
.
de extractos.
Karl Marx
no porque el trabajo sea productivo, sino porque es poco necesario. Y en segundo lugar en
todos los estadios de la producció n existe cierta comunidad del trabajo, cierto cará cter
social del mismo, etc. Má s tarde se desarrolla la fuerza productiva social, etc. (Volver sobre
el punto.)
a La maquinaria misma raramente puede emplearse con é xito para abreviar los trabajos de un individuo: se
perderı́a má s tiempo en su construcció n que el que podrı́a ,ahorrarse gracias a su empleo. Por consiguiente, es
en los paı́ses má s populosos, en los cuales existen má s hombres inactivos, donde la maquinaria es siempre
má s abundante. No se la pone en funcionamiento por la escasez de hombres, sino por la facilidad con que se
les reú ne...- b De la població n inglesa suministra lo que consumen todos.- c Hombres inactivos.- d "primitiven"
edic. 1939, "produktivern" ("má s productivos")
Aumento del plustiempo de trabajo. Aumento de los días de trabajo simultáneos
(población). (La population puede aumentar en la medida en que el tiempo de trabajo
necesario se reduce o el tiempo que es preciso para la producción de la capacidad de trabajo
vivo se vuelve relativamente menor.) Pluscapital y superpoblación. – Creación de tiempo libre
para la sociedad
El plustiempo existea como excedente del día de trabajo sobre la parte del mismo a la que
llamamos tiempo necesario de trabajo; en segundo té rmino como aumento de los días de
trabajo simultáneos, es decir de la población laboriosa. (Aqué l puede producirse tambié n —
aunque esto só lo incidentalmente lo citamos aquı́, pues corresponde al capı́tulo del
salario—mediante la prolongació n brutal de la jornada de trabajo má s allá de sus lı́mites
naturales; mediante la incorporació n de mujeres y niñ os a la població n trabajadora.) La
primera proporció n entre el plustiempo del dı́a y el tiempo necesario puede ser modificada
y se modifica por el desarrollo de las fuerzas productivas, de tal modo que el trabajo
necesario se reduce a una parte alı́cuota cada vez menor. Lo mismo rige tambié n,
relativamente, para la població n. Una població n trabajadora, say of 6 millionsb, puede
considerarse como una jornada laboral de 6 x 12, o sea 72 millones de horas, de suerte que
aquı́ son aplicables las mismas leyes.
Tal como hemos visto, es ley del capital crear tiempo disponible, plustrabajo; só lo puede
hacerlo al poner en movimiento trabajo necesario, es decir, al entrar al cambio con el
obrero. Por consiguiente tiene la tendencia a crear la mayor cantidad posible de trabajo, ası́
como es tambié n su tendencia la de reducir el trabajo necesario a un mı́nimo. Es asimismo
tendencia del capital, pues, la de aumentar la població n trabajadora, ası́ como la de poner
permanentemente a una parte de la misma como sobrepoblació n: població n que es inú til
por el momento, hasta que el capital puede valorizarla. (De ahı́ el acierto de la teorı́a sobre
el excedente de població n y el excedente de capital.)c .
a "Die Surpluszeit existiert"; ms., "Die Existenz der Surpluszeit" ("la existencia del plustiempo") b Digamos de
6 millones.- c Traducimos "excedente de" para mantener el paralelismo entre "Surplusbevö lkerung"
("sobrepoblació n") y "Surpluskapital" ("pluscapital")
303 Es asimismo tendencia del capital la de volver superfluo (relativamente) el trabajo
humano, la de empujarlo como trabajo humano hasta lı́mites desmesurados. El valor no es
má s que trabajo objetivado, y el plusvalor (valorizació n del capital) es tan só lo el excedente
por encima de la parte del trabajo objetivado necesaria para la reproducció n de la
capacidad de trabajo. El trabajo en general es y sigue siendo el supuesto, empero, y el
plustrabajo só lo existe en relació n con el trabajo necesario, o sea, só lo en la medida en que
é ste existe. Para poner plustrabajo, el capital, pues, debe poner continuamente trabajo
necesario; tiene que acrecentar é ste (o sea los dı́as de trabajo simultáneos) para poder
aumentar el excedente; pero asimismo debe eliminar aquel trabajo en cuanto necesario,
para ponerlo como plustrabajo. Desde el punto de vista de una sola jornada de trabajo, el
proceso es naturalmente simple: 1) prolongarla hasta los lı́mites de la posibilidad natural;
2) disminuir cada vez má s la parte necesaria de la misma (y por tanto, acrecentar
Grundrisse. Cuaderno IV
pronombre.-
* Aunque aú n no viene al caso, se puede recordar ya aquı́ que a la creació n del plustrabajo por un lado,
corresponde por el otro la creació n de minus-trabajo, de idlenessb relativa (o en el mejor de los casos
de trabajo no-productivo). Esto se comprende de suyo, en primer té rmino, para el capital; luego tambié n para
las clases con las cuales aqué l [se] asocia; por tanto para los paupers, flunkeys, jenkinses , etc., que viven del
surplusproduced, en suma todo el train de retainerse; para la parte de la clase de los servidores, que no vive del
capital, sino del ré dito. Diferencia esencial entre esta clase servil y la clase obrera. Con relació n a toda la
Karl Marx
sociedad, la creació n de tiempo disponible es tambié n, pues, creació n de tiempo para la producció n cientı́fica,
artı́stica, etc. De ningú n modo corresponde al curso del desarrollo social que porque un individuo haya
satisfecho su necesidad, cree ahora su excedente; sino que porque se obliga a un individuo o clase de
individuos a trabajar má s allá de lo preciso para la satisfacció n de su necesidad, porque se pone el plustrabajo
de un lado, se ponen el no-trabajo y la plusriqueza del otro lado. En la realidad el desarrollo de la riqueza se
produce ú nicamente en estas antı́tesis; como posibilidad precisamente su desarrollo constituye la posibilidad
de abolició n de estas antı́tesis. O porque [la razó n del curso del desarrollo social esté en el hecho de que] un
individuo só lo puede satisfacer sus necesidades personales só lo en cuanto satisface al mismo tiempo las
necesidades de otro individuo y lo que excede de tales necesidades. En la esclavitud esto es brutal. Tá n só lo
bajo la condició n del trabajo asalariado lleva cslo a la industria, al trabajo industrial. Por eso Malthus9 es
totalmente consecuente cuando junto al plustrabajo y el pluscapital reivindica la existencia de plus-idlers,
consuming without producingf, o la necesidad del derroche, del lujo, del despilfarro, etcé tera.
b Ociosidad.- c Pobres, lacayos, pará sitos. d Plusproducto.- e Cá fila de servidores.-f Plus-ociosos, que
aqué l reproducirse; no por la reducció n del trabajo en é l objetivado, sino del trabajo vivo
que ahora es necesario para objetivarse en este producto determinado. No toca analizar
aquı́ esta desvalorizació n constante del capital existente, porque la misma presupone que el
capital está ya desarrollado. Figura aquı́ só lo para tomar nota, para indicar có mo lo
posterior está comprendido ya en el concepto general del capital. La estudiaremos en la
teorı́a de la concentració n y competencia de los capitales. — La desvalorización de la que
aquı́ nos ocupamos consiste en que el capital, a partir de la forma de dinero, ha pasado a la
de una mercancía, de un producto que tiene un precio determinado, el cual debe realizarse.
Como dinero, el capital existı́a como valor. Ahora existe como producto, y só lo idealmente
como precio; pero no como valor en cuanto taL Para valorizarse, es decir, para conservarse
como valor y reproducirse, tendrı́a que pasar primero de la forma de dinero a la de valores
de uso (material en bruto —instrumento — salario); con ello, empero, perderı́a la forma
como valor, y debe entonces entrar nuevamente en la circulació n para poner nuevamente
esta forma de la riqueza universal. El capitalista ya no entra en el proceso de circulació n
simplemente como sujeto que intercambia, sino como productor, enfrentado a los otros
participantes en el intercambio como consumidores. Estos deben intercambiar dinero por la
mercancı́a del capitalista, para consumirla, mientras que é l intercambia su producto para
recibir el dinero de ellos.
307 Si este proceso fracasa —y la posibilidad de tal fracaso está dada en cada caso por la
simple separació n—, el dinero del capitalista se habrá transformado en un producto sin
valor y no só lo no habrá ganado valor nuevo alguno, sino perdido el originario. Suceda esto
o no, en todo caso la desvalorizació n constituye un elemento del proceso de valorizació n, lo
que ya está implı́cito en que el producto del proceso en su forma directa no es valor, sino
que tiene que entrar nuevamente en la circulació n para realizarse en cuanto tal. Por lo
tanto, si mediante el proceso de producció n se reproduce el capital como valor y nuevo
valor, al mismo tiempo se le pone como no-valor, como algo que no se valoriza mientras no
entra el intercambio. Los tres procesos, cuya unidad está constituida por el capital, son
extrı́nsecos, no coinciden en el tiempo y el espacio. En cuanto tal, el pasaje del uno al otro,
es decir, su unidad considerada con respecto a los capitalistas individuales, es fortuita.
Existen yuxtapuestos, pero Independientemente, pese a su unidad interna, y cada uno como
supuesto del otro. En lı́neas generales esa unidad debe preservarse, en la medida en que el
conjunto de la producció n se basa en el capital, es decir, en la medida en que é ste debe
realizar todos los elementos necesarios de su autodesarrollo y contener las condiciones
para la realizació n de los mismos. Pero en el punto al que hemos llegado, el capital aú n no
se presenta como condicionando é l mismo a la circulació n (el intercambio), sino
meramente como elemento de la misma, y precisamente cesando de ser capital en el
momento en que entra en ella. Como mercancía en general el capital comparte ahora el
destino de las mercancı́as; se vuelve fortuito que se le cambie o no por dinero; que su precio
se realice o no.
En el proceso de producció n mismo —donde el capital estaba presupuesto
continuamente como valor— su valorización só lo aparecı́a como totalmente dependiente de
su relació n como trabajo objetivado con el trabajo vivo; esto es, de la relació n entre el
capital y el trabajo asalariado. Pero ahora, como producto, como mercancı́a, se presenta
como dependiente de la circulació n; que está al margen de aquel proceso. (De hecho, como
lo hemos visto, retorna a é l como a su fundamento, pero del mismo modo surge
nuevamente de é l.) Como mercancı́a tiene que 1) ser valor de uso, y como tal objeto de la
necesidad, objeto del consumo; 2) intercambiarse —en dinero por su equivalente. El nuevo
valor tan só lo puede realizarse en la venta.
Si antes contenı́a trabajo objetivado al precio de 100 tá leros y ahora al precio de 110 (el
Karl Marx
precio simplemente expresa en dinero la medida del trabajo objetivado), ahora esto tendrá
que corroborarse mediante el intercambio de los [que contiene] la mercancı́a producida,
por 110 tá leros.
308 Primeramente tiene que desvalorizarse el producto, en la medida en que en general debe
intercambiarse por dinero, para recibir de nuevo su forma como valor. Dentro del proceso
de producció n, la valorizació n se presentaba como absolutamente idé ntica a la producció n
de plustrabajo (a la objetivació n del plustiempo), y por consiguiente sin má s límites que
[los] que dentro de este proceso en parte estaban presupuestos, en parte puestos, los
cuales, empero, estaban siempre puestos en é l como barreras a superar. Ahora al proceso se
le presentan barreras que quedan al margen del mismo. En primer té rmino, y
considerá ndola superficialmente, la mercancı́a só lo es valor de cambio en la medida en que
al mismo tiempo es valor de uso, esto es, objeto del consumo (y aquı́ es totalmente
indiferente la ı́ndole de ese consumo); cesa de ser valor de cambio si deja de ser valor de
uso (ya que aú n no existe de nuevo como dinero, sino en un modo de existencia
determinado, coincidente con su calidad natural). Para la mercancı́a la primera barrera, por
consiguiente, es el consumo mismo, la necesidad de ella. (Con arreglo a las premisas
precedentes, de ningú n modo cabe hablar aquı́ de una necesidad insolvente, vale decir de
una necesidad de mercancı́a, que no tuviera ella misma una mercancı́a o dinero para dar en
intercambio.) En segundo lugar, empero, hay que encontrar un equivalente disponible para
ella, ya que originariamente la circulació n estaba presupuesta como magnitud constante —
como de un volumen determinado—; pero por otro lado el capital ha creado en el proceso
de producció n un nuevo valor, y en realidad parece que para é ste no puede haber ningú n
equivalente disponible. Al salir el capital del proceso de producció n y reingresar a la
circulació n, parece: a) encontrar como producción una barrera en la magnitud existente del
consumo, o de la capacidad de consumo. En cuanto valor de uso determinado, su cantidad
hasta cierto punto es indiferente; ú nicamente al-llegar a cierto grado —que ya só lo satisface
una necesidad determinada— se le deja de requerir para el consumo. Como valor de uso
determinado, unilateral, cualitativo —por ejemplo trigo— su cantidad misma só lo hasta
cierto punto es indiferente; só lo se le reclama en determinada cantidad, esto es, en cierta
medida. Pero esta medida está dada en parte por su cualidad como valor de uso —su
utilidad o aplicabilidad específica—, en parte por la cantidad de los sujetos del intercambio,
que tienen una necesidad de este consumo determinado. El nú mero de los consumidores se
multiplica por la magnitud de la necesidad que tienen de este producto específico. El valor
de uso en sı́ no tiene la carencia de lı́mites del valor en cuanto tal. Só lo hasta cierto grado se
pueden consumir determinados objetos y ser objetos de la necesidad. Por ejemplo: só lo se
consume determinada cantidad de trigo, etc.
309 Por consiguiente, como valor de uso el producto tiene en sı́ mismo una barrera —
precisamente la barrera de la necesidad que de é l existe—, la que empero no se mide por la
necesidad dela productor, sino por la necesidad total de quienes intercambian. Cuando cesa
la necesidad de determinado valor de uso, é ste cesa de ser valor de uso. Como valor de uso
se le mide por la necesidad que de é l existe. No bien deja de ser valor de uso, deja de ser
objeto de la circulació n (siempre que no sea dinero). b) En cuanto nuevo valor y valor en
general, empero, parece existir una barrera a la magnitud de los equivalentes disponibles,
ante todo dinero, no como medio de circulació n sino como dinero. El plusvalor (se
comprende que respecto del valor originario) requiere un plus-equivalente. Esto se
presenta ahora como segunda barrera.
c) El dinero —o sea la riqueza en cuanto tal, esto es, la riqueza existente en y gracias al
intercambio por trabajo objetivado ajeno— al principio parecı́a coincidir consigo mismo, en
la medida en que no pasaba al intercambio por trabajo vivo ajeno, es decir al proceso de
Grundrisse. Cuaderno IV
producció n. La circulació n se mostraba incapaz de renovarse a partir de sı́ misma. Por otra
parte, el proceso de producció n parece estar ahora in a fixb, en la medida en que no es capaz
de pasar al proceso de circulació n. El capital, en cuanto producció n fundada en el trabajo
asalariado, presupone la circulació n como condició n y elemento necesarios de todo el
movimiento. Esta forma determinada dt la producció n presupone esta forma determinada
del intercambio, el cual encuentra su expresió n en la circulació n monetaria. Para renovarse,
todo el producto tiene que transformarse en dinero, y no como en etapas anteriores de la
producció n, cuando el intercambio só lo comprendı́a la producció n excedente y los
productos excedentes, pero de ningú n modo a todos los productos.
a "des"; edic. 1939, "der" ("de los").- b En apuros, en un atolladero
Estas son las contradicciones, tal como se ofrecen de suyo a una simple interpretació n
objetiva, imparcial. Problema aparte es el de có mo, en la producció n fundada en el capital,
se eliminan constantemente esas contradicciones, pero tambié n constantemente se las
reproduce, y có mo só lo se las elimina brutalmente (aunque esta eliminació n, hasta cierto
punto se presenta meramente como un apacible ajuste). Lo importante es, por de pronto,
comprobar la existencia de tales contradicciones. Todas las contradicciones de la
circulació n reviven bajo una forma nueva. El producto como valor de uso está en
contradicció n consigo mismo en cuanto valor; es decir, en la medida en que está en una
calidad determinada, en que existe como cosa especı́fica, producto de determinadas
propiedades naturales y como sustancia de la necesidad en contradicció n con su sustancia,
que como valor posee exclusivamente en el trabajo objetivado.
310 Pero esta vez la contradicció n que nos ocupa ya no está puesta só lo como en la circulació n,
donde consiste en una diferencia puramente formal; aquı́, por el contrario, el medirse por el
valor de uso está firmemente determinado por el medirse por la necesidad total que de este
producto tienen quienes intercambian, esto es, por la cantidad del consumo global. Este se
presenta aquı́ como medida para el producto en cuanto valor de uso, y por consiguiente,
tambié n para el mismo en cuanto valor de cambio. En la circulació n simple sencillamente
habı́a que traducir el producto de la forma del valor de uso particular en la del valor de
cambio. La barrera para el producto consistı́a solamente en que en tanto valor de usoa
existı́a por su constitución natural en una forma particular, en lugar de existir en la forma
del valor, bajo la cual se hubiera podido intercambiar directamente por todas las demá s
mercancı́as.
a "als erstrer"; edic. 1939, "aus erstrer [kommend] ("proviniendo de la primera, i.e. de la circulació n
simple")
Pero ahora está puesto que en su propia constitución natural esté dada la medida de su
disponibilidad. Para que se le transfiriera a la forma universal, el valor de uso debı́a estar
disponible só lo en una cantidad determinada; en una cantidad cuya medida no está
implı́cita en el trabajo objetivado en sí mismo, sino que surge de su naturaleza como valor de
uso, y concretamente como valor de uso para otros. Por lo demá s la contradicció n anterior,
consistente en que el dinero que existe para sı́ mismo tenı́a que llegar a intercambiarse por
el trabajo vivo, aparece ahora como mayor aú n, ya que el plusdinero, para ser en cuanto tal,
o el plusvalor, tiene que intercambiarse por plusvalor. Por lo tanto, como valor encuentra su
barrera en la producció n ajena, del mismo modo que en cuanto valor de uso la encuentra en
el consumo ajeno; aquı́ se trata de su medida respecto a la cantidad que de la necesidad del
producto especı́fico existe, allı́ respecto a la cantidad de trabajo objetivado que existe en la
circulació n. Con ello, la indiferencia del valor en cuanto tal frente al valor de uso queda en
una posició n falsa, ası́ como, por lo demá s, la sustancia y la medida del valor como trabajo
objetivado en general*.
Lo que aquı́ nos interesa —al considerar el concepto general del capital—, es que esta
unidad de producción y valorización no es directa, sino só lo como proceso sujeto a
Karl Marx
condiciones, condiciones que, tal como se presentó ese proceso, son exteriores**.
* No se puede pensar aú n en la relació n entre demanda, oferta y precios, que en su desarrollo verdadero
presuponen el capital. En la medida en que oferta y demanda son categorı́as abstractas, en que no expresan
aú n relaciones econó micas determinadas, ¿debe ya considerá rseles, quizá s, junto a la circulació n o producció n
simples?
** Hemos visto precedentemente, al analizar el proceso de valorizació n del capital, có mo aqué l presupone
el desarrollo previo del proceso de producció n simple. Otro tanto ocurrirá con la oferta y la demanda, por
cuanto en el intercambio simple está presupuesta la necesidad del producto. La necesidad propia del
productor (del productor directo) como necesidad de la demanda ajena. Este aná lisis ha de dar por resultado,
precisamente aquello que debe darse como su supuesto, y luego habrá que meter todo esto en el primer
capı́tulo.
311 La creació n de plusvalía absoluta por el capital —de má s trabajo objetivado— tiene
como condició n la de que se amplı́e la esfera de la circulació n, y precisamente que se amplı́e
de manera constante. La plusvalía creada en un punto demanda la creació n de plusvalı́a en
otro punto, por la cual la primera se intercambia, aun cuando só lo sea al principio
producció n de má s oro y plata, de má s dinero, en forma y manera que si la plusvalı́a no
puede reconvertirse inmediatamente en capital, existe bajo la forma de dinero como
posibilidad de nuevo capital. Por consiguiente, una condició n de la producció n fundada en
el capital es la producción de una esfera de la circulación constantemente ampliada, ya
porque esa esfera se amplı́e directamente, ya porque en su interior se creen más puntos como
puntos de producción. Si al principio se presentaba la circulació n como una magnitud dada,
aparece aquı́ como mó vil y se amplı́a mediante la producció n misma. Conforme con ello, se
presenta ya como un momento de la producció n. Ası́ corno el capital, pues, tiene por un lado
la tendencia a crear siempre má s plustrabajo, tiene tambié n la tendencia integradora a
crear má s puntos de intercambio; vale decir, y desde el punto de vista de la plusvalı́a o
plustrabajo absolutos, la tendencia a suscitar má s plustrabajo como integració n de sı́
misma; au fond, la de propagar la producció n basada sobre el capital, o el modo de
producció n a é l correspondiente. La tendencia a crear el mercado mundial está dada
directamente en la idea misma del capital. Todo lı́mite se le presenta como una barrera a
salvar. Por de pronto someterá todo momento de la producció n misma al intercambio y
abolirá la producció n de valores de uso directos, que no entran en el intercambio; es decir,
pondrá la producció n basada sobre el capital en lugar de los modos de producció n
anteriores, má s primitivos desde el punto de vista del capital. El comercio ya no aparece
aquı́ como funció n que posibilita a las producciones autó nomas el intercambio de su
excedente, sino como supuesto y momento esencialmente universales de la producció n
misma*.
* Of course, toda producció n orientada hacia el valor de uso directo reduce por lo mismo el nú mero de
quienes intercambian, ası́ como la suma de los valores de cambio en general que se lanzan a la circulació n, y
ante todo la producció n de plusvalores. Hence the tendency of capital 1) to continually enlarge the periphery
of circulation; 2) transform it at all points finto production occured on by capital.a
a De ahı́ la tendencia del capital 1) a ensanchar continuamente la periferia de la circulació n; 2) a
má s diferenciada en sı́ misma. Por ejemplo merced a la duplicació n de la fuerza productiva
ya só lo se necesita emplear un capital de 50 donde antes se requerı́a uno de 100, de tal
modo que quedan libres un capital de 50 y el trabajo necesario correspondiente; para el
trabajo y el capital liberados es menester una nueva rama de la producció n,
cualitativamente diferente, que satisfaga y produzca una nueva necesidad. Se conservará el
valor de la vieja industria creando un funda para una nueva, en la cual se ponga la relació n
entre capital and labourb en una forma nueva. De ahı́ la exploració n de la naturaleza entera,
para descubrir nuevas propiedades ú tiles de las cosas; intercambio universal de los
productos de todos los climas y paı́ses extranjeros; nuevas elaboraciones (artificiales) de los
objetos naturales para darles valores de uso nuevos*.
* Sobre el papel que desempeñ aba el lujo entre los antiguos, a diferencia de entre los modernos, má s
adelante to allude to.c
a Fondo.- b Capital y trabajo.- c Referirse a ello
La exploració n de la Tierra en todas las direcciones, para descubrir tanto nuevos objetos
utilizables como nuevas propiedades de uso de los antiguos, al igual que nuevas
propiedades de los mismos en cuanto materias primas, etc.; por consiguiente el desarrollo
al má ximo de las ciencias naturales; igualmente el descubrimiento, creació n y satisfacció n
de nuevas necesidades procedentes de la sociedad misma; el cultivo de todas las
propiedades del hombre social y la producció n del mismo como un individuo cuyas
necesidades se hayan desarrollado lo má s posible, por tener numerosas cualidades y
relaciones; su producció n como producto social lo má s pleno y universal que sea posible
(pues para aprovecharlo multilateralmente es necesario que sea capaz de disfrute, y por
tanto cultivado al extremo) constituye asimismo una condició n de la producció n fundada en
el capital.
313 Esta creació n de nuevas ramas de producció n, o sea de plustiempo cualitativamente nuevo,
no consiste solamente en divisió n del trabajo sino en un desgajarse la producció n
determinada de sı́ misma, como trabajo dotado de nuevo valor de uso; desarrollo de un
sistema mú ltiple, y en ampliació n constante, de tipos de trabajo, tipos de producció n, a los
cuales corresponde un sistema de necesidades cada vez má s amplio y copioso.
Ası́ como la producció n fundada sobre el capital crea por tina parte la industria universal
—es decir, plustrabajo, trabajo creador de valor—, por otra crea un sistema de explotació n
general de las propiedades naturales y humanas, un sistema de la utilidad general; como
soporte de ese sistema se presentan tanto la ciencia como todas las propiedades fı́sicas y
espirituales, mientras que fuera de esa esfera de la producció n y el intercambio sociales
nada se presenta como superior-en-sı́, como justificado-para-sı́-mismo. El capital crea ası́ la
sociedad burguesa y la apropiació n universal tanto de la naturaleza como de la relació n
social misma por los miembros de la sociedad. Hence the great civilising influence of
capital*; su producció n de un nivel de la sociedad, frente al cual todos los anteriores
aparecen como desarrollos meramente locales de la humanidad y como una idolatría de la
naturaleza.
* De ahı́ la gran influencia civilizadora del capital
Por primera vez la naturaleza se convierte puramente en objeto para el hombre, en cosa
puramente ú til; cesa de reconocé rsele como poder para sı́; incluso el reconocimiento
teó rico de sus leyes autó nomas aparece só lo como artimañ a para someterla a las
necesidades humanas, sea como objeto del consumo, sea como medio de la producció n. El
capital, conforme a esta tendencia suya, pasa tambié n por encima de las barreras y
prejuicios nacionales, ası́ como sobre la divinizació n de la naturaleza; liquida la satisfacció n
tradicional, encerrada dentro de determinados lı́mites y pagada de sı́ misma, de las
necesidades existentes y la reproducció n del viejo modo de vida. Opera destructivamente
contra todo esto, es constantemente revolucionario, derriba todas las barreras que
Karl Marx
Por lo demá s, Ricardo y toda su escuela nunca comprendieron las verdaderas crisis
modernas, en las cuales esta contradicció n del capital se descarga en grandes borrascas, que
cada vez lo amenazan má s como base de la sociedad y de la producció n misma.
Los intentos, realizados desde el punto de vista econó mico ortodoxo, de negar la
superproducción general en un momento dado, en realidad son pueriles. O, vé ase por
ejemplo a Mac Culloch 10, para salvar a la producció n basada en el capital la abstraen de
todas sus cualidades especı́ficas, de sus determinaciones conceptuales, y, por el contrario, la
conciben como -producció n simple para el valor de uso directo. La abstraen totalmente de
las relaciones esenciales. In fact, para purificarla de contradicciones, la pasan por alto y la
niegan.
10 Cf. J. R. MC CULLOCH, The Principies of Political Economy: with some Inquires Respecting the Application, and a
Sketch of the Rise and Progress o) the Science. Edinburgh and London 1825, pp. 166-190. Extractos, en un
cuaderno no datado ni numerado, pero cuya redacció n es ca. 1845 en Manchester, Cf. MEGA 1/6, pp. 607-608.
Grundrisse. Cuaderno IV
315 O como por ejemplo Mill 11, má s ingenioso (remedado por el insulso Say): la oferta y la
demanda serı́an idé nticas, tendrı́an por tanto que concordar. La oferta, pues, serı́a una
demanda medida por su propia cantidad. Gran confusió n aquı́: 1) Esta identidad de la
oferta, de tal modo que constituye una demanda medida por su propia cantidad, só lo es
verdadera en la medida en que es valor de cambio = una cantidad determinada de trabajo
objetivado; en tanto que es la medida de su propia demanda —en lo- que concierne al
valor—. Pero en cuanto valor no se realizará mientras no se intercambie por dinero, y como
objeto de intercambio por dinero depende 2) de su valor de uso; pero como valor de uso, a
su vez, de la masa de necesidades que de ella existen, de la cantidad necesaria de las
mismas. Como valor de uso, sin embargo, ni con mucho se le mide por el tiempo de trabajo
objetivado en ella, sino que se le aplica una piedra de toque ajena a su naturaleza como
valor de cambio. O se dice, por añ adidura: la oferta misma es demanda de un producto
determinado de cierto valor (el que se expresa en la cantidad del producto reclamada). Por
ende, si el producto ofrecido es invendible, ello es la prueba de que se produjo demasiado
de la mercancı́a ofrecida y demasiado poco de la que demanda el oferente. De modo que no
existirı́a superproducció n en general, sino superproducció n respecto a uno o algunos
artı́culos, pero subproducció n de otros. Con eso se olvida nuevamente, entonces, que lo que
exige el capital productivo no es determinado valor de uso, sino valor para sı́, esto es,
dinero: no dinero en la determinació n de medio de circulació n, sino como forma universal
de la riqueza, o por un lado forma de la realizació n del capital, por el otro retorno a su
estado originario de reposo. Pero afirmar que se produce demasiado poco dinero, equivale
en realidad a lo que aquı́ se afirma: que la producció n no concuerda con la valorizació n, o
sea que hay superproducción o, lo que es lo mismo, producció n no transformable en dinero,
no transformable en valor, producció n que no se confirma en la circulació n. Hence the
illusiona de los malabaristas del dinero (tambié n de Proudhon, etc.), segú n la cual existirı́a
una carencia de medios de circulación —debido al alto valor del dinero—y habrı́a que crear
artificialmente má s dinero. (Ver tambié n los de Birmingham, los Geminib, por ejemplo.12)
a De ahı́ la ilusió n.- b Gemelos
316 O se dice que desde el punto de vista social la producción y el consumo son la misma cosa,
y que por tanto nunca puede tener lugar un remanente ni un desequilibrio. Por punto de
vista social se entiende aquı́ una abstracció n que, precisamente, soslaya la organizació n y
relaciones sociales determinadas y por tanto tambié n las contradicciones que surgen de
ellas. Ya Storch, por ejemplo, ha señ alado muy correctamente contra Say que una gran parte
del consumo no es consumo para el uso directo, sino consumo en el proceso de producció n,
pongamos por caso consumo de má quinas, carbó n, aceite, edificios imprescindibles, etc.
Este consumo de ningú n modo es idé ntico al consumo del que aquı́ nos ocupamos. Con la
misma justeza Malthus 13 y Nismondi 14 han indicado que, por ejemplo, el consumo de los
obreros en modo alguno es un consumo satisfactorio para los capitalistas. Aquı́ se rechaza
totalmente el momento de la valorizació n y se ponen inmediatamente en el mismo plano
producció n y consumo, es decir presuponiendo una producció n directamente basada sobre
el valor de uso y no sobre el capital. O para expresarlo en té rminos socialistas: si el trabajo y
el intercambio del trabajo, es decir la producció n y el intercambio de la misma (circulació n)
11 Cf. J. MILL, Ele'ments etc., cit., pp. 250-260. Cf. MEGA 1/3, pp. 542-549.
12 Cf. Currcncy Question. The Gemini Letters, London 1844. (Los autores de esta obra son Thomas Barber Wright y
John Barlow, y en ella se exponen las teorı́as de Mathias y Thomas Attwood, banqueros y fundadores de la
Birmingham Currency School, fautora del currency principie o teorı́a del control monetario.)
13 Cf. T. R. MALTHUS, Principies etc., cit., p. 405 [Principios, p. 3381; Definitions etc., cit., pp. 25 8-25 9.
16 Wakley, evidentemente por Wakefield. Cf. su Note on Chapters VIII and IX, Book I, en An Inquiry into the Nature
and Causes of the Wealth of Nations by Adam Smith, LLD. With Notes from Ricardo, M'Culloch, Chalmers, and
Other Eminent Political Economists. Edited by E. G. Wakefield, Esq. etc. Vol. I, London 1843, pp. 244-246.
Extractos de las notas de Wakefield se encuentran en el cuaderno londinense III.
Grundrisse. Cuaderno IV
como supuesto de aqué lla o base de la que la misma surge) la circulació n tiene ya desde el
punto de vista de la producció n la relació n con el consumo y la producció n; en otras
palabras, plustrabajo como contravalor, y especificació n del trabajo en forma cada vez má s
amplia.
En el concepto simple del capital deben estar contenidas en sí sus tendencias
civilizadoras, etc., y no presentarse como en las economı́as precedentes, meramente en
cuanto consecuencias. Del mismo modo, se comprueban en é l, de manera latente, las
contradicciones que se manifestará n má s tarde.
318 Hasta aquı́ en el proceso de valorizació n só lo tenı́amos la indiferencia recı́proca de los
diversos momentos; é stos se condicionan internamente y se buscan exteriormente, pero
pueden encontrarse o no, pueden coincidir o no, pueden concordar o no. La necesidad
interna de la correspondencia y la existencia autó noma y recı́procamente indiferente de
esos momentos, constituyen ya la base de contradicciones.
Aun ası́, en modo alguno hemos terminado. La contradicció n entre la producció n y la
valorizació n —cuya unidad es, de acuerdo con su concepto, el capital— debe concebirse de
manera aun má s inmanente, como mera manifestació n indiferente, al parecer
independiente entre sı́, de los diversos momentos del proceso, o má s bien de la totalidad de
los procesos.
Para acercarnos má s a la cuestió n: d'abord there is a limit, not inherent to production
generally, but to production founded on capital.a
a Por lo pronto, existe un lı́mite que no es inherente a la producció n en general, mino a la producció n
basada en el capital
Este limit es doble, o má s bien es el mismo, considerado desde dos puntos de vista. Basta
aquı́ con demostrar que el capital contiene una limitació n de la producció n [[que es]]
particular —limitació n que contradice su tendencia universal a superar toda traba opuesta
a aqué lla—, para poner ası́ al descubierto la base de la superproducción, la contradicció n
fundamental del capital desarrollado; para poner al descubierto que, en contra de lo que
aducen los economistas, el capital no es la forma absoluta del desarrollo de las fuerzas
productivas, forma absoluta que, como forma de la riqueza, coincidirı́a absolutamente con
el desarrollo de las fuerzas productivas. Desde el punto de vista del capital, las etapas de la
producció n que lo precedieron se presentan igualmente como trabas a las fuerzas
productivas. El propio capital, debidamente interpretado, se presenta como condició n para
el desarrollo de las fuerzas productivas, hasta tanto las mismas requieran un acicate
exterior, el cual al mismo tiempo aparece como su freno. Para las mismas es una disciplina
que, a determinada altura de su desarrollo, se vuelve superflua e insoportable, ni má s ni
menos que las corporaciones, etc. Estos lı́mites inmanentes tienen que coincidir con la
naturaleza del capital, con sus determinaciones conceptuales constitutivas. Dichos lı́mites
necesarios son:
1). El trabajo necesario como lı́mite del valor de cambio de la capacidad viva de trabajo, o
del salario de la població n industrial;
2). el plusvalor como lı́mite del plustiempo de trabajo y, con respecto al plustiempo
relativo de trabajo, como barrera al desarrollo de las fuerzas productivas;
3). lo que es la misma cosa, la transformación en dinero; el valor de cambio en general
como lı́mite de la producció n; el intercambio fundado sobre el valor, o el valor basado en el
intercambio, como lı́mite de la producció n. Esto es:
319 4). De nuevo lo mismo, como limitación a la producción de valores de uso por el valor de
cambio; o que la riqueza real tiene que adoptar una forma determinada, diferente de sı́
misma y por tanto no absolutamente idé ntica a ella misma, para transformarse, en general,
en objeto de la producció n.
Karl Marx
Por lo demá s, resulta de la tendencia general del capital (tal como en la circulació n simple
el dinero se presentaba como meramente fugitivo, carente de necesidad autó noma y por
ello no como lı́mite y barrera), que aqué l olvida y se abstrae de:
1) el trabajo necesario como lı́mite del valor de cambio propio de la capacidad viva de
trabajo; 2) el plusvalor como lı́mite del plustrabajo y del desarrollo de las ;fuerzas
productivas; 3) el dinero como lı́mite de la producció n; 4) la limitació n de la producció n de
valores de uso por el valor de cambio.
Hinca la superproducció n: vale decir, el recuerdo repentino de todos esos elementos
necesarios de la producció n fundada sobre el capital; por consiguiente desvalorizació n
general a consecuencia del olvido de los mismos.
a De ahı́
Con ello se le plantea al mismo tiempo al capital la tarea de, recomenzar su intento a
partir de un nivel superior de desarrollo de las fuerzas productivas, etc., con un collapsea
cada vez mayor como capital. Es claro, pues, que cuanto mayor sea el desarrollo del capital,
tanto má s se presentará como barrera para la producció n —y por ende tambié n para el
consumo—, prescindiendo de las demá s contradicciones que lo hacen aparecer como
insoportable barrera para la producció n y la circulació n.
[[Todo el sistema crediticio, y con é l el overtrading, overspeculationb, etc., anexos, se
funda en la necesidad de ampliar y saltar por encima de las barreras para la circulació n y
para la esfera del intercambio. Este fenó meno es má s imponente y clá sico en la relació n
entre los pueblos que en la relació n entre los individuos. De esta suerte, por ejemplo, los
ingleses se ven forzados a prestar a naciones extranjeras para convertirlas en sus
customersc. Au fond el capitalista inglé s practica un intercambio doble con el capital
productivo inglé s: 1) como é l mismo, 2) como yanqui, etc., o bajo cualquier otra forma en
que haya colocado su dinero.]]
El capital ha sido señ alado como barrera para la producción por ejemplo en Hodgskin: "In
the present state, every accumulation of capital adds to the amount of profit demanded
from the labourer, and extinguishes all that labour which wo_uld only procure the labourer
his comfortable ex ist ence 17 . . . Profit the limitation of production''d. (H[odgskin.] p. 46.) 18
Mediante el foreign tradee se amplı́an los lı́mites de la esfera del intercambio y el capitalista
puede consumir má s plustrabajo: "In a series of years the world can take no more from us,
than we can take from the world. 19
320 Even the profits made by our merchants in their foreign trade are paid by the consumer of
the return goods here. Foreign trade mere barter, and as such exchange for the convenience
and enjoyment of the capitalist. But he can consume commodities to a certain degree only.
He exchanges cottons etc., for the wines and silks of Foreign countries. But these represent
only the surplus labour of our own population as much as the clothes and cottons, and in this
way the desinictive power of the capitalists is increased beyond all bounds.
a Derrumbamiento.- b Comercio excesivo (comprar má s de lo que es posible vender o pagar), especulació n
desenfrenada.- c Clientes.- d En la situació n de capital se mina a la cuantı́a del beneficio reclamado al trabajador
cuyo ú nico objetivo sea procurar al obrero una vida confortable ... El beneficio es la limitació n de la
producció n.- e Comercio exterior
Thus nature is au twitted."a (Source and Remedy etc. p. 27, 28.)20 Veamos hasta qué punto
coincide la glutb con la barrera para el trabajo necesario: "The very meaning of an increased
17 Cf. TH. HODGSKIN, Popular Political Economy, London 1827, p. 246. Extractos, en el cuaderno londinense IX.
18 Cf. ibídem, pp. 245-246. La indicació n "46" se refiere a la pá gina del cuaderno citado.
20 Cf. ibídem, p. 18. La indicació n "27, 28" se refiere a las pá ginas del citado cuaderno londinense XII.
Grundrisse. Cuaderno IV
demand by the labourers is, a dı́sposition to take less themselves, and leave a larger share
for their employers; and if it be said that this, by diminishing consumption, increases glut, I
can only soy that glut then is synonymous with hig profits"c (Enquiry, Londres, 1821, p. 12) 21
He aquı́, plenamente expresado, uno de los aspectos de la contradicció n. "The practice of
stopping labour at that point where it can produce, in addition to the subsistence of the
labourer, a profit for the capitalist, opposed to the natural law which regulates production."d
(H[odgskin.] 41, IX.) 22 "The more the capital accumulates, the whole amount of profit
demanded does so; so there arises an artificial check to production and population."'
(H[odgskin.] 46.)23 Malthus desarrolla de esta manera las contradicciones entre el capital
como instrumento de producció n en general y como instrumento que produce value (X, 40
y ss.)24 : "Profits are invariably measured by value and never by quantity 25.. The wealth of a
country depends partly upon the quantity of produce obtained by its labour, and partly upon
such an adaptation of this quantity to the wants and powers of the existing population as is
calculated to give it value. Nothing can be more certain that it is not determined by either of
them alone. But where wealth and value are perhaps the most nearly connected, is in the
necessity of the latter to the production of the former 26.
a A lo largo de una serie de añ os el mundo no puede tomar de nosotros má s de lo que nosotros tomamos
del mundo. Los beneficios obtenidos por nuestros mercaderes en su comercio exterior, precisamente, los paga
quien consume aquı́ los bienes logrados en el intercambio. El comercio exterior es un simple trueque, y en
cuanto tal, un intercambio para la conveniencia y el disfrute del capitalista. Pero é ste só lo puede consumir
mercancı́as hasta cierto grado. Intercambia gé neros de algodó n, etc., por los vinos y sedas de paı́ses
extranjeros. Pero estos artı́culos só lo representan el plustrabajo de nuestra propia població n, al igual que las
ropas y gé neros de algodó n, y de esta suerte el poder destructivo del capitalista se acrecienta sin tasa ni
medida. De esta manera se burla a la naturaleza.- b Saturació n del mercado, oferta excesiva, inundació n del
mercado.- c El significado verdadero de una demanda creciente de los trabajadores es la disposició n a tomar
menos ellos mismos, y dejar una parte mayor a sus patronos; y si se sostiene que con ello, al disminuir el
consumo, aumenta la oferta excesiva, só lo puedo replicar que entonces la oferta excesiva es sinó nimo de'
elevados beneficios. d La prá ctica de retener el trabajo en el momento en que se puede producir, ademá s de los
medios de subsistencia del obrero, un beneficio para el capitalista, [[es]] contraria la ley natural que regula la
producció n.- a Cuanto má s acumula el capital, tanto má s crece la cuantı́a total del beneficio requerido; surge
ası́ un freno artificial a la producció n y la població n
The value set upon commodities, that is the sacrifice of labour which people are willing
to make in order to obtaina them, in the actual state of things may be said to be almost the
sole cause of the existence of wealth 27... The consumption and demandb occasioned only by
the workmen employed in productive labour can never tilone furnish a motive to the
accumulation and employment of capital 28... The powers of production alone do not secure
the creation of a proportionate degree of wealth, as little as the increase of populationc.
321 Lo que se requiere is such a distribution of produce, and such an adaptation of this produce
21 Cf. An Inquiry into those Principies respecting the Nature of Demand and the Necessity of Consumption, Lately
Advocated by Mr. Malthus, London 1821, p. 59. Obra anó nima; extractos en el cuaderno londinense XII, a cuyas
pá ginas se refiere la indicació n "12".
22 Cf. TH. HODGSKIN, Popular Political Economy, cit., p. 238. "41, IX" indican respectivamente el nú mero de la
pá gina y del cuaderno londinense que contiene los extractos de esa obra; en realidad, la pá gina exacta es 45.
23 Cf. ibídem, p. 246. "46" se refiere a la pá gina del cuaderno.
to the wants of those who are to consume it, as constantly to Mercase the exchangeable
value of the whole MISS, i. e. the powers of production are only called fully into actiond by
the unchecked demand for all that is producede... Se produce esto, por un lado, mediante la
creació n constante de nuevas ramas de la industria (y la ampliació n correlativa de las
viejas), gracias a lo cual las antiguas ramas de la industria obtienen nuevos marketsf, etc. La
producció n misma, en efecto, crea demandg al emplear nuevos obreros en la misma rama
industrial y al crear nuevas ramas, en las que nuevos capitalistas emplean a su vez nuevos
obreros y al mismo tiempo, correlativamente, se transforman en mercado para las viejas
ramas productivas 29; pero the demand created by the productive labourer himself can
never be an adequate demand, because it does not go to the full extent of what he produces.
If it did, there would be no profit, consequently no motive to employ him.
a "obtain"; edic. 1939, "sustain".- b "consumption and demand"; edic. 1939, "consumptive demand".- c Los
beneficios se miden invariablemente por el valor y nunca por la cantidad... La riqueza de un paı́s depende en
parte de la cantidad de productos proporcionada por su trabajo, y en parte de una adaptació n de esa cantidad
a las necesidades y facultades de la població n existente, adaptació n calculada para otorgarle valor. Es
indiscutible que la riqueza no se determina por ninguno de esos factores aislados. Pero donde la riqueza y el
valor tal vez se vinculan má s estrechamente, es en cuanto a la necesidad del ú ltimo para la producció n de la
primera. El valor afectado a las mercancı́as –o sea el sacrificio de trabajo que la gente está dispuesta a hacer
para obtenerlas– en el actual estado de cosas se puede decir que es -casi la ú nica causa de la existencia de la
riqueza... El consumo y la demanda ocasionados só lo por los obreros empleados en el trabajo productivo,
nunca pueden, por sı́ solos, brindar un motivo para la acumulació n y utilizació n del capital.. La capacidad
productiva, por sı́ misma no asegura la creació n de un grado armó nico de riqueza, ası́ como tampoco el
aumento de la població n.- d "into action" edic. 1939, "in motion".- e Es una distribució n del producto y una
adaptació n de estos productos a las necesidades de quienes los consumen, tales que aumentan constante-
monte el valor de cambio de toda la masa, es decir que la capacidad de producció n silo es puesta plenamente
en acció n por la demanda irrestricta de todo lo que se produce..•f Mercados: gDemanda
The very existence of a profit upon any commodity presupposes a demand exterior to
that of the labour whicha has produced it." 30 "Both labourers and capital may be redundant
compared with the means of employing them profitably." b 31.
[(Respecto al punto 3) 32, del cual pronto seguiremos ocupá ndonos, señ alemos que la
acumulació n previa, merced a la cual el capital se presenta frente al trabajo y es command
sobre é ste, por de pronto no es otra cosa que surplus labourd bajo la forma de surplus
produce', y por otra parte asignación sobre co-existing labourf ajeno]]
Aú n no se trata aquı́, of course, de analizar la superproducció n en su cará cter
determinado, sino só lo la predisposició n a ella, tal como está puesta primitivamente en la
relació n del capital. Por ello tambié n podemos dejar de lado aquı́ lo concerniente a las
demá s clases poseedoras y consumidoras, etc., que no producen, sino que viven de sus
rentas, y que por tanto intercambian con el capital y constituyen centros de cambio para
é ste. Só lo podemos tomarlas parcialmente en consideració n (pero mejor en la acumulación)
en la medida en que para la formació n histó rica del capital son most importantg.
En la producció n fundada sobre la esclavitud, ası́ como en la industrial-agrı́cola de tipo
patriarcal —en las cuales la mayor parte de la població n satisface directamente con su
trabajo la mayor parte de sus necesidades— la esfera de la circulació n y del intercambio es
sumamente restringida; en la primera, particularmente, de ningú n modo se puede tener en
cuenta al esclavo como participante en el intercambio. En la producció n basada en el capital,
29 Cf. ibídem, pp. 361-413, especialrriente pp. 372-382 y 398-413 [ibídem. pp. 303-345, especialmente pp. 312-320
y 331-345].
30 Cf. ibídem, p. 405 (nota del editor Otter), [ibídem, p. 338].
empero, en todos los puntos el consumo está mediado por el intercambio y para elh
trabajador el trabajo nunca tiene valor de uso directo. La base entera de, aqué lla es el
trabajo como valor de cambio y como creador de valor de cambio.
a "Labour which"; edic. 1939, "labour who".- b La demanda creada por el propio trabajador productivo
nunca puede ser una demanda adecuada, puesto que abarca la magnitud total de lo que produce. Si lo hiciera,
no habrı́a beneficio alguno, y consecuentemente ningú n motivo para emplearlo. La existencia misma de un
beneficio sobre una mercancı́a cualquiera, presupone una demanda exterior a la del trabajo que la produjo.
Tanto los trabajadores como el capital pueden estar en exceso, comparados con los medios de utilizarlos
beneficiosamente.- c Control.- d Plustrabajo.- e Plusproducto.- f Trabajo coexistente.- g Importantı́simas.- h "den",
edic. 1939, "die" ("los")
322 Well. D'abord a el asalariado, a diferencia del esclavo, es é l mismo un centro autó nomo de
la circulació n, participa en el intercambio, pone valores de cambio y los recibe mediante el
intercambio. Primero: mediante el intercambio entre la parte del capital que está
determinada como salario, y la capacidad viva de trabajo, se pone directamente el valor de
cambio de esa parte del capital antes de que é ste salga nuevamente del proceso de
producció n para entrar en la circulació n; esto puede concebirse incluso como acto de la
circulació n. Segundo: con excepció n de sus propios obreros, la masa total de todos los
demá s obreros se presenta frente a cada capitalista no como obreros, sino como
consumidores, como poseedores de valores de cambio (salario), de dinero, que ellos
intercambian por la mercancı́a de aqué l. Los obreros son otros tantos centros de la
circulació n, los cuales inician el acto del intercambio y conservan el valor de cambio del
capital. Constituyen una parte proporcionalmente muy grande —aunque not quite so great
as is generally imaginedb, si se tienen en cuenta solamente los trabajadores verdaderamente
industriales— de los consumidores. Cuanto mayor es su número —el nú mero de la
població n industrial— y la masa de dinero de la que disponen, tanto mayor es la esfera del
intercambio para el capital. Como hemos visto, el capital tiene la tendencia a acrecentar en
lo posible la 'nasa de la població n industrialc.
a Bien. Por lo pronto.- b No tan grande como se imagina generalmente.- c En una lı́nea aparte se lee: "January
(1958)"
Bien mirado, no nos concierne aquı́ la relació n entre el capitalista individual y los obreros
de los demás capitalistas. Dicha relació n só lo pone de manifiesto la ilusió n de cada
capitalista, pero nada cambia en la relació n entre el capital en general y el trabajo. Cada
capitalista sabe, respecto de sus obreros, que no se les [contra]pone como productor. frente
a los consumidores y desea reducir al má ximo el consumo de ellos, es decir su capacidad de
cambio, su salario. Desea, naturalmente, que los obreros de los demás capitalistas
consuman la mayor cantidad posible de sus propias mercancı́as. Pero la relació n entre cada
capitalista y sus obreros es la relación en general entre el capital y el trabajo, la relació n
esencial.
323 Ello no obstante, la ilusió n —correcta para el capitalista individual, a diferencia de todos
los demá s— de que a excepción de sus obreros todo el resto de la clase obrera se le
contrapone como consumidores y sujetos del intercambio, no como obreros sino como
dispensadores de dinero, surge precisamente de allı́. Se olvida que, como dice Malthus, "the
very existente of a profit upon any commodity pre-supposes a demand exterior to that o} the
labourer who has produced it"a 33, y por tanto que la demand of the labourer himself can
never be an adequate demandb. Como una producció n pone en movimiento la otra y, por
ende, crea consumidores en los obreros del capital ajeno, para cada capital individual la
demanda de la clase obrera, que es puesta por la producció n misma, aparecerá como
"adequate demand". Esta demanda puesta por la producció n misma impele, por una parte, a
33 Cf. nota 221.
Karl Marx
é sta a transgredir la proporción en la que tendrı́a que producir con respecto a los obreros,
.tiene que sobrepasarla; por otra parte, desaparece o se contrae la demanda exterior to the
demand of the labourer himselfc, con lo cual se presenta el collapsed. El capital mismo, pues,
considera que la demanda proveniente de los obreros —esto es, el pago del salario, sobre lo
cual se funda esta demanda— no es una ganancia, sino una pé rdida. Vale decir que lo que
prevalece es la relación inmanente entre el capital y el trabajo. Es aquí nuevamente la
competencia entre los capitales, su indiferencia y autonomı́a recı́procas, lo que lleva a que el
capital individual no se comporte ante los obreros de todo el capital restante como ante
obreros: hinca que se infrinja la proporció n correcta. Justamente lo que distingue al capital
de la relació n de dominació n es que el obrero se le contrapone como consumidor, y como
individuo que pone el valor de cambio; bajo la forma del poseedor de dinero, como simple
centro de la circulació n: el obrero se convierte en uno de los innumerables centros de la
misma, con lo cual se disuelve su cará cter determinado como obrero*.
a La existencia misma de un beneficio sobre una mercancı́a cualquiera presupone una demanda exterior a
la del trabajador que la produjo.- b Demanda del propio obrero nunca puede ser una demanda adecuada.- c
Extreñ ir a la demanda del propio trabajador.- d Derrumbamiento.- e De ahı́
* Otro tanto ocurre con la demanda, suscitada por la producció n misma, de material en bruto, productos
semiterminados, maquinaria, medios de comunicació n y los materiales auxiliares utilizados en la producció n,
como los colorantes, el carbó n, las materias grasas, el jabó n, etc. Esta demanda, que paga y pone los valores de
cambio, es adecuada y suficiente siempre y cuando los productores intercambien entre sı́ mismos. Su
inadecuació n se revela no bien el producto final encuentra su lı́mite en el consumo directo y definitivo.
Tambié n esta apariencia, que transgrede la proporció n correcta, está fundada en la esencia del capital, segú n
la cual, como lo analizaremos má s pormenorizadamente en la competencia, los diversos capitales recı́proca y
totalmente indiferentes se repelen entre mı́. En la medida en que un capitalista le compra a otro, —compra
mercancı́as, o las vende—, ambos mantienen una relació n de cambio simple; no se comportan entre sı́ como
capital. La proporció n correcta (imaginaria) conforme a la cual tendrı́an que intercambiar mutuamente para
en definitiva poder valorizarse como capital, queda al margen de su relació n recı́proca.
324 Por de pronto: el capital fuerza al obrero a pasar del trabajo necesario al plustrabajo.
Só lo de esta suerte se valoriza a sı́ mismo y crea plusvalor. Pero, por otra parte, el capital
só lo pone el trabajo necesario hasta tanto y en la medida en que é ste sea plustrabajo y en
que el plustrabajo sea realizable como plusvalor. Por consiguiente, pone el plustrabajo como
condició n del trabajo necesario, y el plusvalor como lı́mite del trabajo objetivado, del valor
en general. Tan pronto como no puede poner al primero, tampoco pone al trabajo
necesarioa, y só lo puede ponerlo sobre esa base. De modo que el capital limita como dicen
los ingleses, con un artificial check— al trabajo y u la creació n de valores, y precisamente
por el mismo motivo y en la medida en que pone plustrabajo y plusvalor. Conforme a su
naturaleza, pues, pone al trabajo y a la creació n de valores una barrera, la cual contradice su
tendencia a ampliarlos desmesuradamente. Como el capital por un lado les pone una
barrera específica y por otro los empuja por encima de toda barrera, es una contradicció n
viva*.
a En edic. 1939, "Sobald es den letztren nicht setzen kann, setzt es den erstreli nicht" ("Tan pronto como no
325 Otro tanto ocurre con la fuerza productiva. De un lado la tendencia del capital a
desarrollarla al má ximo, necesariamente, con vistas a aumentar el plustiempo relativo. Del
otro, con ello se reduce el tiempo necesario de trabajo, y por tanto la capacidad de cambio de
los obreros. Ademá s como hemos visto, el plusvalor relativo crece en una proporció n mucho
menor que la fuerza productiva, y justamente esa proporció n decrece tanto má s, cuanto
mayor haya sido el incremento previo de la fuerza productiva. Pero la masa de los productos
crece en una proporción análoga; caso contrario quedarı́a libre má s capital, y tambié n
trabajo, que no entrarı́an a la circulació n. Sin embargo, en la misma medida en que aumenta
la masa de los productos, aumentan las dificultades para realizar el tiempo de trabajo
contenido en ellos, puesto que aumenta la exigencia al consumo. (Aquı́ só lo nos ocupamos
aú n, de có mo el proceso de valorización del capital es al mismo tiempo el de su
desvalorización. No corresponde analizar aquı́ hasta qué punto, tambié n, ası́ como el capital
tiene una tendencia a aumentar desmesuradamente las fuerzas productivas, limita, hace
unilateral, etc., a la principal fuerza productiva, el hombre mismo; en suma, tiene la
tendencia a limitar las fuerzas productivas.)
De modo que el capital pone el tiempo de trabajo necesario como barrera para el valor de
cambio de la capacidad viva de trabajo; el plustiempo de trabajo como barrera para el
tiempo de trabajo necesario, y el plusvalor como barrera para el plus-tiempo de trabajo; al
mismo tiempo procura derribar todas esas barreras, por cuanto se contrapone a la
capacidad de trabajo como simple participante en el intercambio, como dinero, y al
plustiempo de trabajo como ú nica barrera, por ser é ste el creador del plusvalor. (O,
conforme al primer aspecto, el capital pone al intercambio de los plusvalores como barrera
para el intercambio del trabajo necesario.)
En el mismo momento pone en la circulació n valores existentes —o, lo que es lo mismo, la
proporció n entre el valor puesto por é l y el valor presupuesto en é l mismo y en la
circulació n—como barrera, barrera necesaria opuesta a su creació n de valor; por otra parte,
pone a su productividad como barrera ú nica y creadora de los valores. Lleva
continuamente, por un lado, a su propia desvalorizació n; por el otro a refrenar las fuerzas
productivas y el trabajo objetivado en valores.
326
Superproducción. – Proudhon (cómo es posible que el obrero, en el precio de la mercancía
que compra, pague el beneficio, etc., y no obstante perciba su salario necesario). – Precio de
la mercancía y tiempo de trabajo. Excedente, etc. (Precio y valor, etc.). – El capitalista no
vende demasiado caro, aunque ciertamente por encima de lo que le cuesta el artículo. –
Precio (fraccional). Bastiat. Baja del precio fraccional. – El precio puede caer por debajo del
valor sin perjuicio para el capital. El volumen, la cantidad y la unidad (medida), importantes
en la multiplicación de los precios
[[La estupidez en torno a la imposibilidad de la superproducció n (en otras palabras, la
tesis sobre la identidad directa entre el proceso de producció n y el proceso de valorizació n
Karl Marx
del capital) ha sido expuesta por lo menos sofı́sticamente, o sea ingeniosamente, por James
Mill34 , tal como indicamos má s arriba. Segú n Mill la oferta su propia demanda, por tanto la
oferta y la demanda coinciden, lo que dicho de otro modo só lo significa que el valor se
determina por el tiempo de trabajo, o sea que el intercambio no le agrega nada al valor. Con
lo cual se olvida, simplemente, que el intercambio tiene que realizarse y que el mismo
depende (en ú ltima instancia) del valor de uso. De ahı́, segú n Mill, que si la oferta y la
demanda no coinciden, ello obedece a que se ha producido demasiado de un artı́culo
determinado (el ofrecido), y demasiado poco de otro (el que es objeto de demanda). Estos
demasiado y demasiado poco, no conciernen al valor de cambio, sino al de uso. Del
producto ofrecido hay má s existencias de lo "necesario"; de ahı́ surge la dificultad. La
superproducció n, pues, deriva del valor de uso y por consiguiente del intercambio mismo.
Say35 convierte esto en una insensatez, los productos só lo se cambian por productos; a lo
má s, pues, se produce demasiado de uno, demasiado poco de otro. Se pasa ası́ por alto: 1)
que los valores se intercambian por valores y que un producto só lo se intercambia por otro
en la medida en que es valor, es decir, en la medida en que es dinero o se convierte en tal; 2)
que se intercambia por trabajo. El punto de vista del buen hombre es el del intercambio
simple, en el cual la superproducció n es imposible porque el mismo no tiene que ver con el
valor de cambio, sino con el de uso. La superproducció n tiene lugar con respecto a la
valorizació n, not elsea]]
Proudhon, que por cierto oye repicar las campanas, pero nunca sabe dó nde, deriva la
superproducció n de "que el obrero no puede volver a comprar su producto" 36. Con eso
quiere decir que al producto se le carga el interé s y el beneficio, o que el precio del producto
está recargado respecto de su valor real. Esto demuestra, d'abord, que no entiende nada de
la determinació n del valor, la cual, generally spokenb, no puede incluir ni un á pice de
overchargec . En la prá ctica del comercio el capitalista A puede cagar al capitalista B. Lo que
el uno mete de má s en su bolsillo, el otro lo mete de menos.
327 Pero si sumamos todo, la suma de su intercambio será la suma del trabajo objetivado en
ella, só lo que el capitalista A se habrá embolsado má s de esa cantidad proporcionalmente
que B. De todos los beneficios que obtiene el capital, es decir la masa total de los
capitalistas, hay que deducir: 1) la parte constante del capital; 2) el salario, o el tiempo de
trabajo objetivado que se requiere para reproducir la capacidad viva de trabajo. Los
capitalistas, pues, no pueden repartirse nada entre sı́ a excepció n del plusvalor. Las
proporciones —justas o injustas— en las cuales se distribuyen entre sı́ ese plusvalor, no
modifican Absolutamente nada en el intercambio y en la proporció n del intercambio entre
el capital y el trabajo.
Podrı́a decirse que el tiempo de trabajo necesario (o sea el salario), el cual no contiene al
beneficio, sino ratherd debe deducirse de é ste, es determinado a su vez por los precios de los
productos, que ya incluyen el beneficio. ¿De dó nde, si no, podrı́a provenir el beneficio que
obtiene el capitalista en el intercambio con ese obrero a quien no emplea directamente?
a No de otra manera.- b Hablando en general.- c Recargo de precio.- d Má s bien
Pongamos por caso: el obrero del spinner'sa intercambia su salario por tantos bushels de
trigo. Pero en el precio de cada hushel ya está incluido el beneficio del arrendatario, esto es
del capital. De suerte que el precio de los medios de subsistencia comprados por el tiempo
de trabajo necesario, ya incluye tiempo de plustrabajo. D'abord resulta claro que el salario
34 Cf. pp. 362-367 y nota 202.
35 Cf. J.-B. SAY, Traité etc., cit., pp. 142-156; cf. MEGA 1/3, pp. 442 y 576-579.
pagado por el spinner a sus workingmenb debe ser suficientemente grande como para
comprar los bushels necesarios de trigo, sea cual sea el beneficio incluido para el
arrendatario en el precio del bushel de trigo; por otra parte, es igualmente claro que el
arrendatario debe pagar a sus obreros un salario suficientemente grande como para que se
procuren la cantidad necesaria de prendas de vestir, sea cual sea el beneficio del spinnner y
los weaversc comprendidos en el precio de esas prendas de vestir *.
a Hilador, dueñ o de una fá brica textil.- b Obreros.- c Tejedores.
* Pasaje tachado: "Si la tasa general del beneficio es, a modo de ejemplo, de 10%, el hilador tiene que pagar
a sus obreros 10% sobre el salario necesario y el agricultor a los suyos. Aquı́, donde só lo tenemos que
habé rnoslas aú n con las condiciones generales o promediales, no nos ocuparemos de los detalles. El hilador
no gana 10% sobre su capital, mino sobre la parte alı́cuota del mismo representada en la fracció n de su capital
transformada en mercancı́a y comprada por el obrero. Del mismo modo el arrendatario respecto a los obreros
del capitalista. Cada uno de loa dos, empero, pierde otro tanto con el 10% que paga por encima del salario
necesario. (Puede surgir una diferencia en la medida en que los productos de uno de ellos, por ejemplo los del
arrendatario formen parte del consumo necesario del obrero, los del otro no; esto todavı́a no nos concierne
aquı́.) Supongamos que el arrendatario y el clothierd utilizan cada uno un capital de 100 tá leros y que las
proporciones• entre el valor constante y el variable son en ambos casos las mismas, y por tanto tambié n el
plusvalor. (d Fabricante do prendas de vestir)
De modo que, por ejemplo, 60 de material en bruto, 20 de maquinaria, 20 de trabajo, 20 de plustrabajo =
120 tá leros. 50 varas o 60 buahels = 120, si 1 vara ó 1 bushel 120/60 = 2 tá leros. El plusvalor, respecto al
trabajo, asciende a 100%; respecto al capital adelantado só lo a 20 ó 1/5 por ciento, porque el salario só lo es
1/5 del capital adelantado. Pero 100/5 = 20. En uno y otro caso el obrero recibe 10 varas o 10 bushels = 20
tá leros como salario necesario. El precio de cada vara o cada bushel contiene 20% de má s. 20% de beneficio;
por lo tanto, segú n Proudhon, cuando el obrero compra varas o bushels, sobre sus 10 varas o 10 bushels paga
10 x 20 0/o de má s. 20 0/o de 2 tá leros o de 60 silbergroschen = 12 silbergroschen. (5 x 12 = 60). De modo que
sobre las 10 varas los 10 bushels = 60 silbergroschen = 2 tá leros. Pero é l recibe nada má s que el salario
necesario de 10 varas o 10 bushels. Esto es, si presuponemos la maquinaria como constante. Si el obrero
hubiera poseı́do un capital de 100 y se hubiese limitado a su trabajo necesario, de tal modo, empero, que é ste
le permitiera comenzar de nuevo con el producto de su trabajo, só lo habrı́a necesitado producir 10 varas o
bushels; pero fuera de ello materias.. .a
1 bushel o vara, 6 silbergroschen de má s; si 10= 60 6 2 tá leros.
20% de 2 tá leros o de 60 silbergroschen es 60 / 5 = 12. El beneficio sobre una vara o bushel asciende a 12
silbergroschen. Pero el obrero recibe 20 tá leros= 10 bushels o varas. Por un lado paga de má s 10 x 12 ó 120
silbergroschen = 4 tá leros (4 x 30 = 120); por otro lado recibe 4 tá leros de má s (por cada vara 12
silbergroschen. 10 x 12); es decir, 20 en vez de 16; esto es, la quinta parte, o sea 20 por ciento de 20 de má s.
Por otra parte, sin embargo, só lo recibe el salario necesario de 10 varas o 10 bushels. Si el precio estuviera
determinado por el trabajo necesario, recibirı́a: por 1 vara 60 — 12 silbergroschen; = 48 silbergroschen = 1
tá lero y 18 silbergroschen; o por 10 varas 48 x 10 = 1 tá lero y 18 silbergroschen; o por 10 varas 48 x 10 = 480
silbergroschen = 16 tá leros ( 480 / 30 = 16.)"
a El original se interrumpe con la palabra "Roh...", probablemente comienzo de la palabra "Rohstoffe"
(materias primas)
328 La gracia, pues, consiste sencillamente en que: 1) se confunden el precio y el valor; 2) se
introducen relaciones que no conciernen a la determinació n del valor en cuanto tal.
Admitamos, por de pronto —y se trata de la relació n abstracta— que el capitalista A
produce todos los medios de subsistencia que necesita el obrero, o que representan la suma
de los valores de uso en la cual se objetiva el trabajo necesario de é ste. El obrero, pues, con
el dinero que recibe del capitalista —en esta transacció n el dinero aparece tan só lo como
medio de circulació n— habrá de comprar nuevamente al capitalista una parte alı́cuota —
representante de su trabajo necesario— del producto, con el dinero que de é l recibió . El
precio de una parte alı́cuota del producto del capitalista A es, of course, el mismo para el
obrero que para cualquier otro participante en el intercambio. A partir del momento en que
le compra al capitalista, su cualidad especı́fica de obrero se desvanece; en su. dinero se ha
borrado toda huella de la relació n y de la operació n a travé s de las cuales lo recibió ; en la
circulació n el obrero se contrapone simplemente como D al capitalista, que a su vez se le
contrapone como M; el obrero se presenta como realizador del precio de M, precio tan
Karl Marx
presupuesto para é l como para cualquier otro representante de D, es decir, para cualquier
comprador. Well. En el precio de la parte alı́cuota de la mercancı́a comprada por é l, está
incluido sin embargo el beneficio en el que se presenta el plusvalor que recae en el capital.
Por ende, si su tiempo de trabajo necesario representa 20 tá leros = determinada parte
alı́cuota del producto, el capitalista, si el beneficio es de 10%, le venderá la mercancı́a a 22
tá leros.
329 Esto quiere decir Proudhon, y por eso concluye que el obrero no puede volver a comprar
su producto, es decir la parte alı́cuota del producto total objetivada por su trabajo
necesario37 . (Pronto nos ocuparemos de su otra conclusió n, la de que por consiguiente el
capital no puede intercambiar adecuadamente y que de ahí resulta la superproducció n.)
Digamos, para hacer má s evidente la cosa, que los 20 tá leros del obrero = 4 fanegas de trigo.
Segú n eso, si 20 tá leros constituyen el valor expresado en dinero de las 4 fanegas, y el
capitalista se las vende a 22, el obrero no podrı́a comprar de nuevo las 4 fanegas; só lo
podrı́a comprar 3 7/11 fanegas. En otras palabras, hay quienes se imaginan que la
transacció n monetaria falsea la relació n. 20 tá leros es el precio del trabajo necesario = 4
fanegas, y el capitalista le paga ese precio al obrero; pero no bien é ste quiere tener sus 4
fanegas con sus 20 tá leros, só lo recibe 3 7/11. Como, conforme a esto, no recibirı́a el salario
necesario, le serı́a absolutamente imposible vivir; en su demostració n, al señ or Proudhon se
le ha ido la mano*. Pero, por favor: la premisa es falsa. Si 5 tá leros expresan el valor de una
fanega, o sea el tiempo de trabajo objetivado en ellaa , y 4 fanegas el salario necesario, el
capitalista A no venderá esas 4 fanegas a 22, como se figura Proudhon, sino a 20 tá leros. La
cosa es ası́:
* No nos ocuparemos aquı́ de có mo en la prá ctica, tanto en cuanto tendencia general como directamente en
lo que se refiere al precio —un caso es, por ejemplo, el del track system—, b el capital procura defraudar al
trabajo necesario, rebajarlo por debajo tanto de su norma natural como de la dada .en determinado estado de
la sociedad. Hemos supuesto aquı́, en todos los casos, que se paga el salario econó micamente justo, vale decir,
el que determinan las leyes generales de la economı́a. Las contradicciones tienen que derivarse aquı́ de las
relaciones generales, no de las trapacerı́as de tal o cual capitalista. El aná lisis de có mo coto se sigue
desarrollando en la realidad, corresponde a la teorı́a del salario.
a En el ms., "en ellas" en lugar de "en ella": b Pago del salario en especie
330 El valor contenido en las 2 fanegas excedentes no le ha costado nada a él, constituye por
tanto un excedente sobre sus desembolsos. Que de las 22 fanegas el capitalista venda 20 por
lo que le costaron, 100 tá leros, y 2, que no le costaron nada —pero cuyo valor = al trabajo
contenido en ellas—, a 10 tá leros, para é l es lo mismo que si vende todas o que si vende
cada fanega a 15 silbergroschen má s de lo que le costaron. (A 1/2 tá lero, o 10% de 5 tá leros
=5/10.) Por lo tanto, aunque el capitalista gana 2 tá leros en las 4 fanegas vendidas al
obrero, é ste obtiene la fanega a su valor necesario. El capitalista só lo gana 2 tá leros por ellas
37 Cf. ibídem, pp. 191-208.
Grundrisse. Cuaderno IV
debido a que ademá s de esas 4 fanegas vende 18 má s al mismo precio. Si só lo vendiera 16,
no ganarı́a nada, pues entonces habrı́a vendido en total 5 x 20= 100, su capital
desembolsado.
De hecho, en la manufactura tambié n es posible que los desembolsos del capital no
aumenten, para de ese modo vender un plusvalor; es decir, no es necesario que aumente la
inversió n en material en bruto y maquinaria. Supongamos que el mismo producto, gracias a
un trabajo hecho puramente a mano —la masa del material en bruto y del instrumento
necesario está puesta como constante—, recibe un finish superior, un mayor valor de uso, y
que por tanto el valor de uso del producto aumenta; gracias a que se le aplica má s trabajo
manual, se acrecienta no la cantidad de ese producto, sino su calidad. Su valor de cambio —
el trabajo en é l objetivado— crece de manera simple en proporció n a ese trabajo. Si en tal
caso el capitalista vende 10% má s caro, al obrero se le pagará la parte alı́cuota del producto,
expresada en dinero y que representa el trabajo necesario. Y si el producto es divisible, el
obrero podrá comprar esa parte alı́cuota. El beneficio del capitalista no procede de que
recargue el precio de esa parte alı́cuota, sino de que en el conjunto vende una parte alı́cuota
que no ha pagado, y que precisamente representa tiempo de plustrabajo. En cuanto valor, el
producto siempre es divisible; en su forma natural no es necesario que lo sea. El beneficio
siempre proviene de que el valor total contiene una parte alı́cuota impaga, y por tanto de
que en cada parte alı́cuota del todo se paga una parte alı́cuota de plustrabajo. No de otro
modo en el ejemplo anterior.
331 Que el capitalista venda 22 fanegas, es decir, 2 que representan el plustrabajo, es lo mismo
que si por cada fanega vendiera 1/10 de fanega de má s, es decir 1/10 de plusvalor. Si, a
modo de ejemplo, se produjera solamente 1 reloj y la relació n entre el trabajo, el capital y el
plusvalor fuera la misma, gracias al 1/10 de tiempo de trabajo aumentarı́a la calidad del
reloj en 1/10 de valor, que al capitalista nada le habrı́a costado.
Tercer caso: que el capitalista, como suele suceder en la manufactura (aunque no en la
industria extractiva), necesite má s material en bruto (el instrumento se mantiene
constante, aunque nada cambiarı́a si tambié n se le pusiera como variable), material en el
que se objetiva el tiempo de plustrabajo. (Mirá ndolo bien, aú n no corresponde analizar esto,
pues aquı́ puede o debe— suponerse a la vez que el capital produce el material en bruto —
por ejemplo el algodó n— y que la producció n adicional en algú n punto tiene que resolverse
en simple plustrabajo, o, lo que corresponde má s a lo real, que presupone plustrabajo
simultáneo en todos los puntos de la circulació n.) Hila 25 libras de algodó n, que le cuestan
50 tá leros; para ello necesita maquinaria (suponemos que la misma se consume totalmente
en el proceso de producció n) por 30 tá leros y 20 Meros de salario: resultan 25 libras de hilo
de algodó n, que vende a 110. Vende entonces la libra de hilo a 4 2/5 tá leros o 4 tá leros y 12
silbergroschen. El obrero, pues, si quiere comprarlas de nuevo, obtendrá 4 6/11 libras de
hilo. Si el obrero trabajara para sı́, venderı́a igualmente la libra a 4 tá leros 12 ellbergroschen
y no obtendrı́a beneficio alguno —en el supuesto callo de que só lo efectuara el trabajo
necesario—, pero hiları́a manos algodó n*
* Pasaje tachado: "Si el capitalista tuviera que hilar 25 libras de algodó n (que cuestan 2 tá leros la libra) a 4
tá leros 12 silbergroschen la libra, para hacer 110 tá leros, el obrero só lo hiları́a 22 1/2 libras (10% menos; 25
/10 ó 5/2 menos, es decir, 2 1/2 menos) a 4 tá leros 12 silbergroschen para conservar su producto necesario
(valor de cambio) de 20 tá leros. Tendrı́amos entonces la cuenta siguiente:
45 tá leros (para 22 1/2 libras de algodó n) 30 tá leros (instrumento) 20 tá leros (salario) = 95 tá leros.
Si la libra de hilado se calcula a 4 2/5 tá leros, la ganancia del capitalista es de 10 tá leros, = 2 3/11 libras de
hilo sobre 25 libras de algodó n, u 11 / 10 en 50 tá leros que le costó el algodó n.
El obrero no habrı́a hilado má s que 22 8/11 libras de algodó n y las habrı́a vendido a 4 2/5 tá leros. El
capitalista ha hilado 2 3/11 libras de má s. Al precio de 4 2/5 tá leros, el obrero só lo se habrı́a pagado a sı́ mismo
su trabajo necesario = 20 tá leros; a saber:
22 8/11 de algodó n a 2 tá leros la libra =
Karl Marx
Táleros Instrumento de trabajo Trabajo
44 16/11 30 tá leros 20 tá leros
(el obrero recibe 416/11 libras de hilo= 20 tá leros a 4 4/5 tá leros la libra).
45 6/11 + 30 + 20 = 95 5/11; por tanto, 22 8/11 libras de hilo a 94 6/11 tá leros. 1 libra 4 2/5 tá leros (o sea: 22
8/
11 a 94
6/
11 son como
250/
11 a
1040/
11 ; 250 a 1040;
1/
11 a
1040/
250 x 11 = 250 libras a 1040 tá leros; 1 libra a
1040/
250 = 4
40/
250 = 4
4/
25 = 4
1/
5 tá lero)”.
El capitalista ha de pagar por má s 2* libras de algodó n= 4* tá leros.
332 Como sabemos, el valor de una libra de hilo de algodó n consiste exclusivamente en la
cantidad del tiempo de trabajo objetivado en ella. Supongamos ahora que el valor de la libra
de hilo de algodó n = 5 tá leros, y que 4/5 representan el agodó n, el instrumento, etc., de
modo que 1 tá lero representa el trabajo objetivado en el hiloa por intermedio del
instrumento. Si, para vivir de hilar, el obrero necesita, digamos, 20 tá leros al mes, tendrá
que hilar 20 libras, ya que por el hilado de una libra de hilo gana 1 tá lero, y son 20 los que
tiene que ganar. Si é l mismo poseyera algodó n, instrumentosb, etc., y trabajara para sı́
mismo o sea, fuera su propio patró n, tendrı́a que vender 20 libras de hilo de algodó n, ya que
por cada una só lo ganarı́a 1/5, 1 tá lero, y 1 x 20= 20.
a Ms. y eflic. 1939, "Baumwolle" ("algodó n"): b Ms. y edic. 1939, "Material" ("material")
Si lo hace trabajar el capitalista, el trabajo que hila las 20 libras de hilo de algodó n só lo
representará al trabajo necesario, porque segú n el supuesto de las 20 libras de hilo —ó 20 x
5= 100 tá leros—, 80 tá leros representan solamente el algodó n e instrumento adquiridos, y
el valor recié n reproducido no es otra cosa que trabajo necesario. De las 20 libras de hilo, 4
libras = 20 tá leros representarı́an el trabajo necesario, y 16 solamente la parte constante
del capital. 16 x 5= 80 tá leros. En cada libra adicional que el capitalista buce trabajar por
encima de las 20, hay 1/5 de plustrabajo, que para é l es plusvalor. (Trabajo objetivado, que
vende sin haber pagado por é l.) Si hace hilar 1 libra má s, gana 1 tá lero; si 10 libras, 10
tá leros. Sobre 10 libras o 50 tá leros, el capitalista tendrı́a, como compensació n por sus
desembolsos, 40 tá leros y un plustrabajo de 10 tá leros, u 8 libras de hilo para comprar el
material para 10 (maquinaria y algodó n) y 2 libras de hilo o su valor, que no le habrı́an
costado nada. Si consideramos en conjunto la cuenta del capitalista, tenemos que ha
gastado:
Tá leros Tá leros Tá leros Tá leros
Salario: Plusvalı́a:
80 + 40 = 120 (material en
bruto, instrumento, etc.) 20 10
120 20 10 = 150.
333 En total ha producido 30 libras de hilo de algodó n (30 x 5 = 150); la libra a 5 tá leros, que
es el valor exacto de la libra, es decir, valor que se determina por el trabajo en ella
objetivado y deriva ú nicamente de ese trabajo. De esas 30 libras, 24 representan el capital
constante, 4 corresponden al salario y 2 constituyen la plusvalía. Si esta plusvalı́a, tal como
ocurre entre los capitalistas, se calcula con relació n al desembolso total —que asciende a
140 tá leros (o 28 libras)—, se obtendrá 1/14 =7 1/7% (aunque en el ejemplo dado la
plusvalı́a asciende a 50% con respecto al trabajo).
Supongamos que la productividad del trabajo crece de tal modo que, con el mismo
desembolso en trabajo, se pueden hilar 40 libras. Con arreglo a nuestra premisa el
Grundrisse. Cuaderno IV
capitalista venderı́a esas 40 libras a su valor real, o sea la libra a 5 tá leros, de los cuales, 4
tá leros representan el trabajo objetivado en el algodó n, etc., y 1 tá lero el trabajo recié n
incorporado. Venderla, por lo tanto:
Tá l. Tá l.
De estas 40 libras se
40 libras (la libra a 5)= 40 x 5 = 200; deducen
20 Libras
para trabajo necesario, etc. = 100.
100. Sobre las primeras 20 libras
no habrı́a ganado ni 1
farthing; de las 100
restantes se deducen 4/5 =
4 X 20= 80. para material,
etc.
80 Quedan:
20 Tá leros
Con una inversió n de 200a tá leros el capitalista habrı́a ganado 20, ó 10%. 10% sobre el
desembolso total; pero en realidad 20 sobre los segundos 100 tá leros, o las segundas 20
libras, por los o las cuales no ha pagado el trabajo objetivado. Supongamos ahora que
pudiera producir el doble, digamos:
Libras Tá l
80 400. De é stos se deducen
20 para trabajo necesario, etc. = 100. Quedan:
300. De é stos se deducen
para materiales, etc.,
4/5
240. Quedan:
60; un beneficio de 60
sobre
400 es = 6 sobre 40 = 16%
+x/x b.
En el ejemplo precedente, in fact, el desembolso del capitalista só lo es de 180, sobre los
cuales gana 20, u 11 1/9%.
a Tal como lo señ ala el mismo Marx unos renglones má s adelante, el total de los gastos del capitalista es
aquı́ de 180 (160c + 20v) y no de 200, y por lo tanto ganarı́a 11 1/9% y no 10%.- b Segú n las cifras que aquı́ da
Marx, deberı́a decir 15% en lugar de 16 + x/x %. Pero en verdad, los gastos totales son de 340 (320 c 20v) y el
beneficio de un 17 11/17%.
Cuanto menor sea la parte del desembolso que representa el trabajo necesario, tanto
mayor la ganancia, aunque la relació n entre esa parte y la plusvalı́a real, es decir el
plustrabajo, no es manifiesta. A modo de ejemplo. Para que el capitalista gane 10%c, tiene
que hilar 40 libras de hilo; el obrero só lo necesita hilar 20 = trabajo necesario. El
plustrabajo = al trabajo necesario, 100% de plusvalı́a. Tal es nuestra vieja ley. Pero no es
é ste el punto que aquı́ nos ocupa.
c Tal como dice má s arriba Marx, se trata "in fact" de un 11 1/
9%
334 En el ejemplo precedente, de las 4.0 libras, el valor real de la libra es de 5 tá leros, y si el
obrero dirigiera su propio negocio como obrero que pudiese hacerse anticipos a sı́ mismo
para poder valorizar el material en bruto, etc., de tal modo que pudiera vivir como obrero,
venderı́a la libia a 5 tá leros, al igual que el capitalista. Pero só lo producirı́a 20 libras, y de la
Karl Marx
venta de las mismas utilizarı́a 4/5 para la obtenció n de nuevo material en bruto, y 1/5 para
vivir. De los 100 tá leros retirarı́a ú nicamente su salario. La ganancia del capitalista no
procede, luego, de que venda la libra demasiado cara —la vende a su valor exacto—, sino de
que la vende por encima de los costos de producción que la libra le costó (y no que costó la
libra, ya que el 1/5 le costó al obrero el plustrabajo). Si vendiera por debajo de los 5 tá leros,
venderı́a por debajo del valor y el comprador obtendrı́a de balde el 1/5 de trabajo que está
oculto en cada libra de hilo, por encima de los gastos, etc. El capitalista, empero, calcula de
esta manera:
Valor de 1 libra = 5 tá l.
de 40 libras = 200 tá l.; de ahı́ se deducen los costos:
180.
20. Quedan 20. No calcula que gana 20 tá leros sobre los segundos 100
tá leros, sino que, sobre su inversió n total de 180... gana 20. Esto le da un beneficio de 11
1/9 %, en vez de 20. Calcula ademá s que, para realizar ose beneficio, tiene, que vender 40
libras. 40 libras a 5 tá leros no le dan 1/5, ó 20 %, sino 20 tá leros repartidos entre 40 libras
ó 1/2 tá lero por libra. Sobre el precio a que vende la libra gana 1/2 tá lero cada 5 tá leros; o
sobre 10 tá leros 1; 10 % sobre el precio de venta. El precio se determina por el precio de la
unidad alı́cuota (1 libra) multiplicado por el nú mero de unidades que se venden; en nuestro
caso 1 libra a 5 tá leros x 40. Ası́ como esta determinació n del precio es correcta para la
bolsa del capitalista, es propensa tambié n a inducir teó ricamente al error, ya que suscita la
impresió n de que ha tenido lugar un recargo de precio, en cada libra, por encima del valor
real, con lo cual se oculta el surgimiento de la plusvalı́a en esa libra. Esta determinación del
precio mediante la multiplicación del valor de la unidad (medida) del valor de uso (libra, vara,
quintal, etc.) por la cantidad que de esta unidad se ha producido, es fundamental má s
adelante en la teorı́a de los precios.
335 Entre otras cosas, se infiere de ello que la baja del precio de la unidad y el aumento de la
cantidad de las mismas que hacen su aparició n con el incremento de las fuerzas
productivas— muestran có mo sube el beneficio con respecto al trabajo, o có mo decrece
proporcionalmente el trabajo necesario con respecto al plustrabajo, y no a la inversa, como
afirma el señ or Bastiat, etc. Por ejemplo, si merced a la productividad el trabajo creciese de
tal modo que el obrero produjera, en el mismo tiempo, el doble de libras que antes —con lo
cual se presupone que una libra de hilo le presta exactamente el mismo servicio, cueste lo
que cueste, y que é l para vivir só lo necesita hilo y vestimentas—, el valor incorporado por el
trabajo en 20 libras de hilo ya no ascenderı́a a 1/5, sino tan só lo a 1/10, porque el obrero
con 1/2 de tiempo transformarı́a las 20 libras de algodó n en hilo. A los 80 tá leros que
cuesta el material en bruto ya no se añ adirı́an 20 tá leros, sino ú nicamente 10. Las 20 libras
costarı́an 90 tá leros y la libra 90/20, o sea 4 9/20a tá leros. Pero si el tiempo total de trabajo
no variara, el trabajo transformarı́a ahora, en lugar de 40, 80 libras de algodó n en hilo. 80
libras de hilo, la libra a 4 9/20 tá leros, = 356 tá lerosb. Para el capitalista, el cá lculo serı́a
como sigue:
Ingreso total: 356 tá leros; se deducen para el trabajo, etc.:
90
266. De esto se deduce para gastos, etc.,
239 17/89
26 72/89. La ganancia del capitalista, pues,
26 72/89 en lugar de 20. Digamos
27 (o sea un poco de má s
(17/89 de má s)). Su desembolso
total 330; má s de 12%, aunque
Grundrisse. Cuaderno IV
estrictamente necesario, aunque sı́ lo es tan pronto como las mismas está n establecidas en
gran escala, o sea industrialmente; aquella inversió n se presenta, pues, no como
plusinversió n de la materia prima misma, sino de los instrumentos para obtener tal materia
prima.)
337 Estas plusinversiones —esto es, el ofrecimiento del material para el plustrabajo, o de los
elementos objetivos para su realizació n— son en efecto las que constituyen la llamada
acumulación previa, especı́fica, del capital; la acumulació n del abastecimiento (llamé moslo
ası́, de momento) específica del capital. Como veremos despué s con má s detalle, es absurdo
considerar que esa acumulació n es especı́fica del capital, ya que las condiciones objetivas
del trabajo vivo deben estar presentes en general: ora las suministre la naturaleza, ora se
produzcan histó ricamente. Estos advancesa especı́ficos que el capital realiza, simplemente
significan que al plustrabajo —plusproducto— objetivado lo valoriza en nuevo trabajo vivo,
en lugar de colocarlo (gastarlo) en pirá mides, etc., como por ejemplo los reyes egipcios o los
aristocrá ticos curas etruscos.
En la determinación del precio (tal como tambié n lo veremos en el caso del beneficio)
aparece ademá s el fraude, la estafa recíproca. Uno puede ganar en el intercambio lo que
pierde el otro; só lo pueden repartirse el plusvalor entre sı́: el capital como clase. Pero las
proporciones dejan el terreno libre para la astucia, etc., individual (prescindiendo de la
oferta y la demanda), la cual nada tiene que ver con la determinació n del valor en cuanto
tal.
Nada, por tanto, con el descubrimiento del señ or Proudhon, segú n el cual el obrero no
puede comprar nuevamente su producto. Esto deriva de que é l (Proudhon) no comprende
nada ni de la determinació n del valor ni de la del precio. Pero aun dejando eso de lado, su
conclusió n de que de ahí surge la superproducció n, en esta abstracció n es falsa. En la
relació n esclavista para los amos no constituye gé neb alguna que los trabajadores no
compitan como consumidores con ellos. (La producción de lujo, tal como se presentaba
entre los antiguos, era sin embargo el resultado necesario de la relació n esclavista.
a Adelantos, pagos por adelantado.- b Incomodidad
es decir productor de plata—, só lo le paga 198 tá leros; por consiguiente le da, en
intercambio por el trabajo objetivado en las 40 libras de hilo de algodó nb, 2 tá leros de
menos del trabajo objetivado en la plata. Supongamos que en este capitalista B las
proporciones de los desembolsos sean exactamente las mismas, etc. Si tambié n el
capitalista B se quedara só lo con 10 en lugar de 11 1/2c, por 200 tá leros no podrı́a exigir 40
libras de hilo, sino solamente 39 3/5. Es imposible, ahora bien, que ambos capitalistas
vendan al mismo tiempo a 1 1/9% má s barato, o que uno ofrezca las 40 libras a 198 tá leros y
el otro 200 tá leros por 39 3/5 libras, un caso que no puede darse.
b Ms. y edic. 1939, "Baumwolle" ("algodó n").- c En lugar de "11 1/
2" deberı́a decir "11
1/
9"
En el ejemplo puesto previamente, el capitalista B al comprar 40 libras de hilo habrı́a
pagado 1 1/9% de menos; vale decir, ademá s del beneficio que no obtiene en el intercambio,
sino que es meramente confirmado por é ste, beneficio de 11 1/9%, ganarı́a aun gracias a la
pé rdida del otro capitalista 1 1/9% má s, o sea 12 2/9%. De sus propios obreros —del trabajo
puesto en movimiento con su propio capital— habrı́a ganado 11 1/9%; el 1 1/9% de má s es
plustrabajo de los obreros del capitalista A, plustrabajo que se apropia el capitalista B. La
tasa generala del beneficio, pues, puede decrecer en tal o cual rama productiva, al forzar la
competencia, etc., a los capitalistas a vender por debajo del valor, esto es, al forzar a una
parte del plustrabajo a valorizarse no para sı́, sino para sus compradores. Pero la tasa
general no puede decrecer de esta suerte; só lo puede decrecer si decrece relativamente la
proporció n entre el plustrabajo y el trabajo necesario, y ello, tal como hemos visto con
anterioridad, ocurre cuando la proporció n ya es muy grande o, dicho de otro modo, cuando
la proporció n del trabajo vivo puesto en movimiento por el capital es muy pequeñ a; la parte
del capital que se intercambia por trabajo vivo es muy pequeñ a en proporció n con la que se
intercambia por maquinaria y material en bruto. La tasa general del beneficio puede
descender entonces, aunque sube el plustrabajo absoluto.
a Deberı́a omitirse este "general" puesto que aquı́ precisamente se está contraponiendo la tasa vigente en
dé ficit de plusvalor en la otra rama de los negocios es elevado a ese nivel medio gracias al
retiro de capitales de la misma, y por consiguiente a la relació n favorable entre la oferta y la
demanda. La competencia no puede rebajar ese nivel; tiene la tendencia, tan só lo, a crear tal
nivel. Lo demá s corresponde a la secció n sobre la competencia. Esto se produce mediante la
relació n entre los precios en las diversas ramas de los negocios, los cuales caen en una por
debajo de su valor, en la otra se elevan por encima del mismo. De ahı́ surge la apariencia de
que la misma suma de capital crea el mismo plustrabajo o plusvalor en diferentes ramas de
los negocios.
340 En nuestro ejemplo está supuesto que el capitalista A, digamos que obligado por la
competencia, vende con un 10% de beneficio, en lugar de 11 1/9, y por lo tanto vende la
libra de hilo a 1/20 de tá lero má s barato; conforme a ese supuesto el obrero recibirı́a, al
igual que antes, 20 tá leros en dinero, su salario necesario; pero en hilo de algodó n, sin
embargo, en vez de 4 libras recibirı́a 4 4/90c libras.
a Panaderos.- b Hasta cierto punto.- c En el ms., "4 4/
99" en lugar de "4
4/
90"
Comparando con hilo de algodó n, el obrero recibirı́a por encima de su salario necesario
4/20 de tá lero = 1/5 de tá lero o 6 silbergroschen, es decir 1% má s de su salario. Si el obrero
trabaja en un ramo de los negocios cuyo producto está totalmente al margen de su propio
consumo, no ganará ni un farthing en esta operació n; la cosa consiste para é l en que, en
lugar de ejecutar una parte de su plustrabajo directamente para el capitalista A, la ejecuta
indirectamente para el capitalista B, esto es, por intermedio del capitalista A. Que el
capitalista A ceda de balde una parte del trabajo objetivado en su producto, só lo le puede
reportar una ganancia al obrero si é l mismo es consumidor de ese producto y só lo en la
medida en que sea tal consumidor. Por tanto si su consumo de hilo de algodó n asciende a
1/10 de sus desembolsos, ganará exactlya, 1/50 en la operació n (2/100 de tá lero en 2
tá leros, 1/100 en 1, exactamente 1% de los 2 tá leros), o sea 1/10% de su salario total de 20
tá leros, o 7 1/5 pfennig. Tal serı́a la proporció n —7 1/5 pfennig — en la que participarı́a en
su propio plustrabajo de 20 tá leros. Y a esas proporciones se reduce el plus-salario que, en
el mejor de los casos, obtiene el obrero gracias a la baja de los precios por debajo del valor
necesario, en la rama productiva en la que é l mismo se ocupa. En el mejor de los casos —y el
mismo es imposible— el limit (en el caso indicado) es de 6 silbergroschen o 1%, es decir, si
el obrero pudiera vivir exclusivamente de hilo de algodó n; o sea que en el mejor de los casos
su plus-salario está determinado por la proporció n entre el tiempo de trabajo necesario y el
tiempo de plustrabajob. En las industrias de lujo propiamente dichas, de cuyo consumo el
obrero está excluido, el plus-salario es siempre = 0.
Supongamos ahora que los capitalistas A, B, C, intercambian entre sı́; en cada caso el
producto total = 200 tá leros. A, producirı́a hilo de algodó n, B trigo y C plata; las
proporciones entre el plustrabajo y el trabajo necesario, y entre los desembolsos y el
beneficio serı́an exactamente las mismas. A, vende 40 libras de hilo no a 200 tá leros sino a
198 y pierde 1 1/9 0/0 de ganancia; ı́dem B: sus, digamos, 40 fanegasc de trigo las vende a
198, en vez de a 200; C, en cambio, intercambia totalmente su trabajo objetivado en los 200
tá leros. Entre A y B la relació n es tal que si cada uno intercambiara totalmente con el otro,
ninguno perderı́a. A, recibirı́a 40 fanegasc de trigo, B 40 libras de hilo de algodó n; pero cada
uno, só lo un valor de 198. C, por 198 tá leros, recibe 40 libras de hilo o 40 bushels de trigo y
en ambos casos paga 2 tá leros de menos, o recibe de má s 2/3d de libra de hilo o 2/5 de
bushel de trigo. Pero supongamos que la relació n se conformara ası́: A, vende a 200 tá leros
sus 40 libras al productor de plata C; é ste, sin embargo, tiene que pagar 202 al cerealista B,
o B obtiene 2 tá leros por encima de su valor.
a Exactamente.- b Tal como se ve en la pá gina 397, se trata en realidad de la proporció n entre el tiempo de
trabajo necesario y el producto total.- c Má s adelante Marx dessarrolla el ejemplo utilizando bushels en lugar
de fanegas.- d Deberı́a decir “2/5”
Grundrisse. Cuaderno IV
341 Entre el hilo A y la plata C todo está all right; ambos intercambian recı́procamente el
valor; pero habiendo subido [para] B el precio por encima de su valor, las 40 libras de hilo y
los 200 tá leros de plata, expresados en trigo, han bajado en 1 1/9%, o uno y otro de hecho ya
no podrı́an comprar con los 200 tá leros 40 bushelsa de trigo, sino solamente 39 2/5b. 39 2/5b
bushels de trigo costarı́an 200 tá leros, o el bushel de trigo 5 1/20 tá leros en lugar de 5
tá leros; 5 tá leros 1 1/4c silbergroschen. Supongamos ahora que en la ú ltima relació n el
consumo del obrero se compone en 1/2 de trigo; su consumo de hilo de algodó n es 1/10 de
su ingreso; su consumo de trigo 5/10. Sobre 1/10 el obrero ganaba 1/10% de su salario
total; en el trigo pierde 5/10%; en total, pues, pierde 4/10% en lugar de ganar. Aunque el
capitalista le ha pagado su trabajo necesario, su salario cae por debajo del salario necesario
a consecuencia del recargo del cerealista B. Si esta situació n se prolongara, su salario
necesario tendrı́a que subir. Por consiguiente, si la venta del hilo por el capitalista A tiene su
origen en una suba de los precios del trigo o de otros valores de uso por encima de su valor
—los cuales constituyen la parte esencial del consumo del obrero— el trabajador del
capitalista A perderá en la misma proporció n en que su consumo del producto encarecido
sea mayor que el del producto abaratado producido por é l mismo. Pero si A, el del hilo,
vendiera a 1 1/9% por encima de su valor, y B, el del trigo, a 1 1/9% por debajo, el obrero, si
en el mejor de los casos só lo consumiera trigo, no habrı́a ganado má s que 6 silbergroschen,
o, como supusimos que [consumı́a] la mitad en trigo, só lo 3 silbergroschen o 1/2% de su
salario de 20 tá leros. Al obrero se le pueden presentar tres casos, pues: su ganancia o
pé rdida en la operació n puede ser = 0, su salario necesario puede depreciarse, de tal
manera que no le alcance y que por tanto caiga por debajo del mı́nimo necesario; en tercer
lugar, esa operació n puede proporcionarle un plus-salario, que se reduce a una parte
extremely smalld de su propio plustrabajo.
Hemos visto precedentemente que si la proporció n entre el trabajo necesario y las otras
condiciones de la producció n = 2/5c (20 de una inversió n total de 100) o = 40%f del valor
total (en 20 libras = 4 libras de hilo) (o de 100 tá leros, 80 de materia prima e instrumento,
20 de trabajo) y la proporció n entre el plustrabajo y el trabajo necesario es de 100% (o sea
la misma cantidad), el capitalista obtendrá 11 1/9% sobre su inversió n.
a Ms., “Pfund” (“libras”).- b Deberı́a decir “39 61/
101” bushels.- Deberı́a decir “5 tá leros 1 ½ silbergroschen”.-
c
d Extremadamente pequeñ a.- e Deberı́a decir “1/4”., que es la proporció n entre 20 y 80 (o, si se quiere hablar
desembolsos 180, su ganancia =10=5 5 6/9;b (=10 tá l.) = 5% (1 tá l. Sobre 20)
6/9b[%], su ganancia no obtenida = 5
6/9b ; si el capitalista vendiera a 4
12/20, el obrero ganarı́a 8/20 de
tá lero por libra, 32/20c en las 4 libras, = 8 8/9% (=16) =8 48/119% (1 tá l. 18
1 tá lero 12/20 ó 1 3/5 tá lero en su silbergroschen)
salario total, es decir, 8 48/119%, pero
el capitalista perderı́a 16 tá leros de
plusganancia, o retendrı́a ú nicamente
184 tá leros, o tendrı́a 4 tá leros de
ganancia sobre 180 = 1/45 de 180=2
2/9%; perderı́a 8 8/9; supongamos
finalmente que el capitalista vendiera
la libra de hilo toa 4 1/2 tá leros; las 40
libras a 180; su beneficio = 0; le
obsequiarı́a al consumidor el Ganancia = 0
plusvalor o plus-tiempo de trabajo del (Pé rdida = 11
obrero, de modo que la ganancia del 1/9%)
obrero = 1/2 tá lero por libra, = 4/2 = 10% (2 tá l.) (ni
tá lerosb = 2 tá leros, o 2 tá leros sobre siquiera ½ libra)
20 = 10%.
a Deberı́a decir "y en las 4 4/
19 libras 20/19= 1 /19", dado que en 20 tá leros el obrero obtiene de salario no
1
4 libras sino 4 4/ libras de hilo.- Deberı́a decir "5 5/9%", dado que la pé rdida del capitalista es igual a 11
19
b
1/
9%, 5 5/9%.-
C Deberı́a decir "40/23 en las 4 8/
23 libras, 1 tá lero 17/23 en su salario total, i.e. 8 /23%", dado
16
que en 20 tá leros de su salario los obreros reciben 20 dividido por 4 /20, o sea 4 /23 libras de hilo, lo que
12 8
representa una ganancia de 4 8/23 x 8/20= 1 17/23 tá leros, o sea el 8 16/23% del total de salarios
343 Si por el contrario el capitalista hubiera aumentado el salario en 10%, de 20 a 22 tá leros,
por ejemplo porque en la rama de sus negocios la demanda de trabajo superaba a la oferta,
y si vendiera como siempre la libra de hilo a su valor, o sea a 5 tá leros, su beneficio só lo se
habrı́a reducido en 2 tá leros: de 200 a 198b ; es decir, en 1 1/9% y serı́a como siempre de
10%.
De ello se desprende que si el capitalista, acaso por deferencia para con el señ or
Proudhon, vendiera sus mercancı́as a los costos de producció n que é l tuvo y su beneficio
total fuera = 0, estarı́amos solamente ante una transferencia de plusvalor o tiempo de
plustrabajo del capitalista A a los capitalistas B, C, D, etc.; y con respecto a su obrero en el
mejor de los casos la ganancia de é ste —o sea su participació n en su propio plustrabajo—
se reducirı́a a la parte del salario que é l consume en la mercancı́a depreciada; y si el obrero
gastara su salario ı́ntegro en esa mercancı́a, esa ganancia no podrı́a ser mayor que la
proporció n entre el trabajo necesario y el producto total (en el ejemplo antedicho 20 : 200 =
1/10, 1/10 de 20 = 2 tá leros). Con respecto a los obreros ajenos el caso es exactamente el
mismo: la mercancı́a depreciada les deja una ganancia só lo en la medida en que 1) ellos
mismos la consuman; 2) en proporció n a la magnitud de su salario, que está determinado
por el trabajo necesario. Si la mercancı́a depreciada fuera por ejemplo el trigo —one of the
staffs of life—d, primero el productor del mismo, el arrendatario, y luego todos los demá s
capitalistas descubrirı́an que el salario necesario del obrero ya no es el salario necesario,
sino que está por encima de su nivel; se le rebajarı́a; por tanto, finalmente, só lo habrı́a
aumentado el plusvalor de los capitales a, b, c, etc., y el plustrabajo de los obreros ocupados
en ellos.
a A.- b Deberı́a decir"= 20/9 tá leros 2 2/
9 tá leros, ó 2 /9 tá leros sobre 20= 11 /9%", dado que los obreros
2 1
reciben 20 dividido por 4 1/ 2, o sea 4 /9, lo cual multiplicado por 1/2 es igual a 2 /9 tá leros.- Deberı́a decir
4 2 c
que E destina sus mercancı́as al consumo de los obreros de los 5 capitalistas.- c Artı́culos de primera
necesidad.- d Materias fungibles, que se consumen
Karl Marx
345 El caso que hemos supuesto, en el que el capital E realizaba ı́ntegramente su beneficio en
el intercambio por salario, es el má s favorable o, má s bien, expresa la ú nica relació n
correcta en la que es posible que el capital realice en el intercambio, mediante el consumo
de los obreros, su plusvalı́a creada en la producción. Pero en este caso los capitales a, b, c, d,
só lo podrı́an realizar su valor mediante el intercambio entre sı́, o sea mediante el
intercambio de los capitalistas entre ellos mismos. El capitalista E no consume de su propia
mercancı́a, ya que con 1/5 de la misma les ha pagado a sus propios obreros, 1/5 lo ha
intercambiado por 1/5 del capital a, 1/5 por 1/5 del capital b, 1/5 por 1/5 del capital c, 1/5
por 1/5 del capital d. De este intercambio A, B, C y D no extraen beneficio alguno, ya que con
el 1/5 respectivo han pagado a sus propios obreros.
Segú n la proporció n que hemos elegido, de 2/5 de materia prima, 1/5 de maquinaria,
1/5 de necessaries para los obreros, 1/5 de surplusproduce, gracias al cual los señ ores
capitalistas viven y al mismo tiempo realizan su plusvalor, necesitaremos, si el producto
total de cada uno (A, B, C, D, E,) =100, un productor E de necessaries para los obreros, 2
capitalistas A y B, que produzcan materias primas para todos los demá s, 1 C, que produzca
maquinaria, uno D que fabrique el surplusproduce. El cá lculo serı́a el siguiente (el
fabricante de má quinas, etc., tiene que producir cada parte de su mercancı́a para sı́ mismo):
Para el Materia Maqui Surpluspr
trabajo prima naria oduce
A) Fabricante de
materias primas 20 40 20 20 =100 2 1/2a
B) Idem 20 40 20 20 =100 2 1/2a
Fabricante de
C)
má quinas 20 40 20 20 =100 2 1/2a
E) Necessaries para
los obreros 20 40 20 20 =100 2 1/2a
D) Productor de
plusproducto 20 40 20 20 =100
10 20 10 10 =50.
a No se entiende qué tiene que ver esta cifra 2 ½ con la tabla: deberı́a ser eliminada
Por consiguiente E intercambia su producto ı́ntegro de 100 por los 20 de salario para sus
propios obreros, 20 para los obreros de la materia prima A, 20 para los obreros de la
materia prima B, 20 para los obreros del fabricante de má quinas C, 20 para los obreros del
productor de plusproducto D; a cambio de ello recibe 40 para materia prima, 20 para
maquinaria, 20 para necessaries de los obreros y le restan 20 para la adquisició n de
plusproducto, del cual é l mismo vive. Otro tanto ocurre con los demá s, respectivamente. Lo
que constituye su plusvalı́a es el 1/5 ó los 20 que todos ellos pueden intercambiar por
surplusproduce.
346 Si consumierana todo el excedente, estarı́an al final igual que al principio y no aumentarı́a
la plusvalı́a de su capital. Si suponemos que só lo consumen 10, ó 1/10, la mitad del
plusvalor, el mismo productor de plusproducto D consumirı́a 10 menos,, y cada uno de los
otros 10 menos; en total, por lo tanto, só lo habrı́a vendido la mitad de su mercancı́a = 50 y
no podrı́a recomenzar el negocio como antes. Supongamos, pues, que só lo produjera 50 en
artı́culos de consumo. En dinero, igualmente 50, en cuyo caso cada uno de los capitalistas A,
B, C, D, E acumuları́a en dinero 10 tá leros los cuales representarı́an el plusvalor no
consumido. Pero esos 10 tá leros o togetherb 50 só lo podrı́an valorizarse si se les invirtiera
en nuevo trabajo. A y B, para producir má s materia prima, necesitan 4 tá leros má s de
trabajo vivo, y como carecen de nueva maquinaria para ello, requerirá n 6 tá leros má s de
trabajo manual en lugar de la mismac. Ademá s de los 400 tá leros existentes en materias
Grundrisse. Cuaderno IV
primas, má quinas, necessaries para los obreros, añ á dense solamente 50 en artı́culos de
consumo para los capitalistas. Pero cada uno de é stos posee ahora un excedente de 10, de
los cuales 4 en materia prima, 2 en má quinas, 2 en necessaries para los obreros, sobre todo
lo cual el capitalista debe ganar 2 (ası́ como antes con 80 debı́a ganar 100)d; D sobre sus 40
ha ganado 10 y, por consiguiente, puede aumentar su producció n en la misma proporció n,
esto es, en 5. El añ o siguiente producirá 7 1/2 má s = 57 1/2e.
a Ms., "produzierten" ("produjeran").- b En total.- c El pá rrafo que va desde "En dinero, igualmente 50..."
hasta "...la misma", si bien fue incluido en el texto, al igual que en edic. 1939, aparece tachado en el ms.- d
Deberı́a entonces ganar 2 1/2 de má quinas y 2 1/2 de necessaries.- e Deberı́a decir "el añ o siguiente producirá 6
1/ má s =56 1/ ", dado que como el capitalista D obtiene 10 tá leros de beneficio l obre 40, obtendrá 11 1/
4 4 ' 4
sobre 45 y el valor del producto será de 56 1/4, o sea 6 1/4 sobre el anterior valor de 50 tá leros
Este ejemplo podrá ser desarrollado o no má s adelante. Considerá ndolo bien, no
corresponde tratarlo aquı́. Lo claro es que la valorizació n ocurre ahora en el intercambio de
los
Por consiguiente E intercambia su producto ı́ntegro de 100 por los 20 de salario para sus
propios obreros, 20 para los capitalistas entre sı́, puesto que aunque E só lo produce para el
consumo de los obreros, intercambia bajo la forma del salario 1/5 de A, 1/5 de B, 1/5 de C, 1/5
de D, etc.a De la misma manera intercambian A, B, C, D con E: no directa, sino
indirectamente, al necesitar de é l cada uno de ellos 1/5 como necessaries para sus obreros.
La valorizació n consiste en que cada uno intercambia su propio producto por partes
alı́cuotas de los productos de los otros cuatro, y justamente de tal modo que una parte del
plusproducto está destinada al consumo del capitalista y una parte se transforma en
pluscapital para poner en movimiento nuevo trabajo. La valorizació n consiste en la
posibilidad real de una valorizació n mayor; producció n de valores nuevos y mayores.
Resulta claro aquı́ que sib D y E —de los cuales E representa todas las mercancı́as
consumidas por los obreros y D todas las consumidas por los capitalistas— han producido
demasiado, esto es, demasiado con respecto a la proporció n de la parte del capital
destinada a los obreros, o demasiado con respecto a la parte del capital consumible por los
capitalistas (demasiado con respecto a la proporció n en que tendrı́an que aumentar el
capital, y a esta proporció n se le fija posteriormente un lı́mite mı́nimo con el interé s)
entonces la superproducción general tendrá lugar no porque los obreros consuman
relativamente demasiado pocas mercancı́as o los capitalistas demasiado pocas de las
mercancı́as que han de ser consumidas, sino porque de ambas se ha producido demasiado;
no demasiado para el consumo, sino para asegurar la relación correcta entre el consumo y la
valorización; demasiado para la valorización.
347 a Este "etc." es superfluo.- b "Si" omitido en edic. 1939
Barreras para la producción capitalista. — Proporción entre el plustrabajo y el trabajo
necesario. Proporción entre el excedente consumido por el capital y el excedente
transformado en capital. — Desvalorización en las crisis
En otras palabras: en una situació n dada del desarrollo de las fuerzas productivas
(puesto que ese desarrollo determinará la proporció n entre el trabajo necesario y el
plustrabajo) se establece una proporció n fija, segú n la cual el producto se divide en una
parte —que corresponde al material en bruto, la maquinarra, el trabajo necesario, el
plustrabajoa—, y finalmente el plustrabajo mismo se divide en una parte que revierte al
consumo y otra que se convierte nuevamente en capital.
a Deberı́a decir "...el trabajo necesario y otra parte, que corresponde al plustrabajo, y finalmente..."
Esta divisió n conceptual interna del capital, se presenta en el intercambio de tal suerte
que el intercambio de los capitales entre sı́ tiene lugar en proporciones determinadas y
limitadas, aunque siempre cambiantes en el transcurso de la producció n. Supongamos que
Karl Marx
las proporciones son por ejemplo de 2/5 de materia prima, 1/5 de maquinaria, 1/5 de
salario, 1/5 de plusproducto, del cual 1/10 se destina nuevamente para el consumo, 1/10
para la nueva producció n; esta divisió n dentro del capital, en el intercambio se presentará
como distribució n say entre 5 capitales. En cualquier caso, con ello está n dadas tanto la
suma del intercambio que puede realizarse como tambié n las proporciones en las que cada
uno de estos capitales ha de intercambiar y asimismo producir. Si la relació n entre el trabajo
necesario y la parte constante del capital es por ejemplo como en el caso precedente = 1/5 :
3/5, el capital que trabaja conjuntamente para el consumo de los capitalistas y de los
obreros no deberá ser mayor, como hemos visto, de 1/5 + 1/10 de los 5 capitales, cada uno
de los cuales equivale a la unidad, 1 1/2 capital. Igualmente está dada la proporció n segú n la
cual cada capital tiene que intercambiar con el otro, que representa un elemento
determinado de sı́ mismo, y finalmente la proporció n en que cada uno tiene que
intercambiar en general. Si la relació n de la materia prima es, pongamos por caso, = 2/5, los
capitales que producen' la materia prima de ninguna manera podrá n cambiar má s de 3/5,
mientras que 2/5 han de considerarse fijos. (Por ejemplo las semillas, etc., en la
agricultura.) Estos elementos, recı́procamente determinados de manera conceptual, reciben
del intercambio en y para sı́ una existencia indiferente; existen independientemente el uno
del otro; su necesidad interna se manifiesta durante la crisis, que pone fin violentamente a
la apariencia de su indiferencia recı́proca.
348 A má s de esto, una revolució n en las fuerzas productivas altera estas relaciones, modifica
incluso esas relaciones cuya base —desde el punto de vista de capital y con tal motivo
tambié n de la valorizació n a travé s del intercambio— sigue siendo siempre la proporción
entre el trabajo necesario y el plustrabajo, o, if you please, entre los diversos elementos del
trabajo objetivado y el trabajo vivo. Tal como se ha indicado con anterioridad, es posible
que tanto el capital liberado gracias al incremento de las fuerzas productivas como la
capacidad de trabajo vivo liberada, tengan que permanecer ociosos porque no está n
disponibles en las proporciones necesarias para que se realice la producció n basada en las
fuerzas productivas recié n desarrolladas. Si, en cambio, la producció n sigue adelante
indiferentemente, al fin de cuentas tendrá que manifestarse en el intercambio un dé ficit,
una magnitud negativa, de un lado o del otro.
La barrera consiste siempre en que el intercambio —y por tanto tambié n la
producció n— se efectú a de tal manera que la proporció n entre el plustrabajo y el trabajo
necesario se mantiene igual, lo que es = a la constancia de la valorizació n del capital. La
segunda proporció n —la que existe entre la parte del plusproducto consumida por el
capital y la transformada nuevamente en capital— se determina por la primera proporció n.
En primer té rmino, la magnitud de la suma a distribuir entre estas dos partes depende de esa
relación originaria; en segundo lugar, si la creació n de la plusvalı́a del capital se funda en la
creació n de plustrabajo, el aumento del capital como capital (la acumulació n, y sin é sta el
capital no puede constituir la base de la producció n, pues quedarı́a estancada y dejarı́a de
ser elemento del progreso indispensable ya por el mero crecimiento de la població n, etc.)
depende de la transformació n de una parte de ese plusproducto en nuevo capital. Si
sencillamente se consumiera la plusvalı́a, el capital no se habrı́a valorizado ni producido
como capital, es decir, como valor que produce valor.
Hemos visto que si 40 libras de hilo de algodó n con un valor de 200 tá leros —porque
contienen 200 tá leros de tiempo de trabajo objetivado— se intercambian a 198, el
fabricante de hilo no só lo pierde 1 ½%a de ganancia, sino que su producto se desvaloriza, se
vende por debajo de su valor real, aunque se venda a un precio que still leaves him a profit
of 10%b. El productor de plata, por su parte, gana 2 tá leros. Retiene los 2 tá leros como
capital liberado.
Grundrisse. Cuaderno IV
349 Sin embargo, si se toma en cuenta la suma total, ha tenido lugar una desvalorizació n. La
suma, en efecto, es de 398 tá leros en vez de 400. Puesto que en las manos del productor de
plata los 200 tá leros de hilo ahora só lo valen 198; para é l es lo mismo que si la fuerza
productiva de su trabajo hubiera aumentado, de tal modo que, al igual que antes, 200
tá leros contienen el mismo trabajo objetivado, pero 2 de esos tá leros han pasado de la
cuenta de los desembolsos necesarios a la del plusvalor, y é l ha pagado 2 tá leros menos por
trabajo necesario.
a En lugar de "1 ½%" deberı́a decir "1 1/
9%".-
b Todavı́a le deja un beneficio de 10%
La inversa só lo podrı́a darse si el productor de plata pudiera vender de nuevo a 200
tá leros las 40 libras de hilo, que compró por 198 tá leros. En tal caso tendrı́a 202 tá leros y,
digamos, las habrı́a vendido a un fabricante de seda, que por las 40 libras de hilo le habrı́a
dado en seda el valor de 200 tá leros. Siendo ası́, las 40 libras de hilo se habrı́an vendido a su
verdadero valor, aunque no por su productor y de primera mano, sı́ de segunda por su
comprador, y la cuenta total se plantearı́a ası́: se han intercambiado 3 productos, cada uno
de los cuales contiene trabajo objetivado cuyo valor es de 200; por ende, suma de los
valores de los capitales: 600. A, el fabricante de hilo; B, el de plata; C, el de seda: A 198; B
202 (a saber: 2 de excedente por el primer intercambio y 200 en seda), C 200. En total 600.
En este caso el valor total de los capitales se ha mantenido invariable; só lo se ha producido
una transferencia, al percibir B, de má s, una parte del valor que A ha tenido de menos.
Si A, el fabricante de hilo, só lo pudiera vender [a] 180 (que es lo que le costó la cosa) y de
ningú n modo pudiera dar salida a 20 [en] hiloa , habrı́a perdido su valor el trabajo
objetivado de 20 tá leros. Otro tanto ocurrirı́a si cediera por 180 tá leros el valor de 200; a B,
el fabricante de plata: en la medida en que esta necesidad de A derivara de la
superproducció n de hilo, B tampoco podrı́a desembarazarse del valor contenido en las 40
libras de hilo por má s de 180; [B] habrı́a liberado 20 tá leros de su capital.
a En el ms., "20 libra: de hilo" en lugar de "20 [en] hilo
Tendrı́a en sus manos un plusvalor relativo de 20 tá leros, pero como suma de valor
absoluto —tiempo de trabajo objetivado, en la medida en que puede intercambiá rsele—
só lo tendrı́a 200, como antes, o sea 40 libras de hilo por 180 tá leros y 20 tá leros de capital
liberado. Para é l serı́a lo mismo si los costos de producció n del hilo hubiesen disminuido,
vale decir, si debido al incremento de la fuerza productiva del trabajo, 40 libras de hilo
contuvieran 20 tá leros menos de tiempo de trabajo, o si el dı́a de trabajo fuera = 4 tá leros y
se necesitaran 5 jornadas laborales menos para transformar x libras de algodó n en 40 libras
de hilo; de modo que habrı́a intercambiado menos tiempo de trabajo, objetivado en la plata,
por el tiempo de trabajo objetivado en el hilo.
350 La suma total de los valores existentes, empero, serı́a de 380 en lugar de 400. Habrı́a
tenido lugar, pues, una desvalorización general de 20 tá leros, o una aniquilació n de capital
por el importe de 20 tá leros. Se habrı́a producido una desvalorización general, aunque la
depreciación, por la cual el fabricante de hilo vende 40 libras a 180 en Tez de a 200, se
presenta necesariamente como un aumento de precio por el lado de la plata, como una
depreciació n del hilo frente a la plata, y la depreciació n general de los precios incluye
siempre un aumento del precio del dinero, esto es, de la mercancı́a segú n la cual se evalú an
todas las demá s. En una crisis —en una depreciació n general de los precios— hasta cierto
punto se produce, al mismo tiempo, una desvalorización o destrucción general de capital. La
desvalorizació n puede ser general, absoluta, no só lo relativa, como la depreciación, porque
el valor no só lo expresa, como el precio, una relació n de una mercancı́a con otra, sino la
proporció n entre el precio de la mercancı́a y el trabajo objetivado en ella, o entre una
cantidad de trabajo objetivado de la misma calidad y otra cantidad. Si estas cantidades no
son iguales, ocurre una desvalorización que no es compensada por un aumento de precio en
Karl Marx
el otro lado, ya que expresa un cuanto fijo, no modificable por el intercambio, de trabajo
objetivado. En las crisis generales esta desvalorizació n afecta incluso la capacidad viva de
trabajo. Conforme a lo indicado má s arriba, la destrucció n de valor y capital que se opera en
una crisis coincide con —o equivale a— un crecimiento general de las fuerzas productivas, el
cual no acontece por obra de un aumento real de la fuerza productiva del trabajo (no cabe
analizar aquı́ en qué medida ocurre ese aumento a consecuencia de las crisis), sino por la
disminució n del valor efectivo de las materias primas, má quinas, capacidad de trabajo. Por
ejemplo, el fabricante que elabora algodó n pierde capital en su producto (hilo, f. i.)a, pero
compra a un precio inferior el mismo valor en algodó n, trabajo, etc.
a F. i. = for instance, por ejemplo
Para é l es exactamente como si hubiera disminuido el valor real del trabajo, del algodó n,
etc., o sea como si hubiesen sido producidos má s baratos merced a una fuerza productiva
del trabajo acrecentada. De igual suerte, un crecimiento general y repentino de las fuerzas
productivas desvalorizarı́a relativamente todos los valores existentes, objetivado por el
trabajo en un estadio inferior de las fuerzas productivas y por consiguiente destruirı́a
capital existente, ası́ como capacidad de trabajo existente.
351 El otro aspecto de la crisis se resuelve en una disminució n real de la producció n, del
trabajo vivo, a fin de restaurar la relació n correcta entre el trabajo necesario y el
plustrabajo, sobre la cual en ú ltima instancia se fundamenta todo. (Por consiguiente, de
ningú n modo es exacto lo que afirma Lord Overstone —como auté ntico usurero—, segú n el
cual las crisis se resuelven sencillamente en enormous profits for the one, and tremendous
losses for the othera.)
a En enormes beneficios para el uno y tremendas pé rdidas para el otro
Al salir del proceso de producción, el capital se convierte nuevamente en dinero
El intercambio no modifica las condiciones internas de la valorizació n, pero las proyecta
hacia el exterior; les da su forma recı́procamente autó noma y deja ası́ existir a la unidad
internab solamente como necesidad interna que, por tanto, se manifiesta exteriormente y de
manera violenta en las crisis. De modo que ambos [aspectos] está n puestos en la esencia del
capital: tanto la desvalorizació n del capital a travé s del proceso de producció n como la
abolició n de la misma y el restablecimiento de las condiciones para la valorizació n del
capital. Al movimiento en cuyo transcurso esto se efectú a realmente só lo se lo puede
analizar cuando se haga otro tanto con el capital real, es decir la competencia, etc., las
verdaderas condiciones reales. No corresponde aú n [analizarlo] aquı́. Por lo demá s, sin el
intercambio la producció n del capital no existirı́a en cuanto tal, ya que la valorización en
cuanto tal no existe sin intercambio. Sin intercambio se tratarı́a solamente de la medida,
etc., del valor de uso producido, y en general só lo del valor de uso.
b Palabro omitida en edic. 1939
Una vez que el capital, a travé s del proceso de producció n, 1) se ha valorizado, es decir, ha
creado un nuevo valor, 2) se ha desvalorizado, esto es, ha pasado de la forma de dinero a la
de una mercancı́a determinada, 3) se valoriza junto con su nuevo valor cuando se lanza el
producto a la circulació n y, como M, es intercambiado por D. Las dificultades reales de este
tercer proceso estriban en el punto en el que nos hallamos actualmente, donde el capital
só lo se analiza en general, só lo como posibilidades existentes y por consiguiente, asimismo,
eliminado como posibilidades. En consecuencia, el producto es puesto ahora como
transformado nuevamente en dinero.
El capital, pues, ahora es puesto nuevamente como dinero y el dinero, por consiguiente,
en la nueva determinació n de capital realizado, no meramente como precio realizado de la
mercancı́a. Má s adelante analizaremos esta nueva determinació n del dinero, o má s bien del
capital como dinero.
Grundrisse. Cuaderno IV
La segunda forma del dinero era la de medio de circulació n, y en este aspecto la forma
monetaria del capital se presenta en cuanto elemento puramente fugaz para intercambiarse
nuevamente; pero no como en el dinero en cuanto medio de circulació n en general, que se
intercambia por mercancı́as —valores de uso— para el consumo, sino para intercambiarse
por valores de uso peculiares —por un lado material en bruto e instrumento, por el otro
capacidad viva de trabajo— en los cuales el capital puede comenzar de nuevo su ciclo como
capital. En esta determinació n es capital circulant, del cual nos ocuparemos má s adelante.
Su resultado como dinero en la determinació n de medio de circulació n, empero, es el
comienzo del acto de producció n a partir del capital puesto, y é ste es el punto que
consideraremos aquı́, en primer lugar, antes de seguir adelante.
(En la primera determinació n, en la medida, el nuevo valor ciertamente se presenta
medido, pero la diferencia es puramente formal; en lugar de plustrabajo, dinero; plustrabajo
objetivado en una mercancı́a determinada. La naturaleza cualitativa de este nuevo valor
experimentac tambié n una modificació n, esto es, una modificació n de lab magnitud de
medida, que tan só lo analizaremos má s adelante. En segundo lugar, como medio de
circulació n la desaparició n de la forma monetaria es tambié n puramente formal. No se
vuelvec esencial mientras no completa a má s del primer ciclo, tambié n el segundo. Por lo
pronto, el ú nico resultado de ello es que nos encontramos nuevamente al comienzo del
proceso de valorización. De ahı́ que en este punto retomemos el desarrollo del tema.)
353 La tercera forma del dinero como valor autó nomo que se comporta negativamente frente
a la circulació n, es el capital, pero no el capital que nuevamente pasa, como mercancı́a, del
proceso de producció n al intercambio, para convertirse en dinero, sino el capital que, bajo
la forma del valor que se relaciona consigo mismo, se convierte en mercancı́a y entra en la
circulació n. (Capital e interés.) Esta tercera forma implica al capital bajo sus formas
anteriores y constituye al mismo tiempo la transició n desde el capital hacia los capitales en
particular, los capitales reales; pues ahora, bajo esta ú ltima forma, ya el capital se divide,
conforme a su concepto, en dos capitales de existencia autó noma. Con la dualidad está dada
ya la pluralidad en general. Such is the march of this developmentd.
a En el original "untergeht", literalmente: perece, desaparece o se extingue. Marx utiliza aquı́ el verbo
untergehen en el sentido del verbo inglé s, etimoló gicamente afı́n, to undergo: sufrir, sobrellevar,
experimentar.- b "de la", edic. 1939, "die" ("la").- c En el ms., "bekommt" literalmente; recibe, obtiene. Marx
utiliza aquı́ bekommen en el sentido del verbo inglé s, etimoló gicamente afı́n, to become: volverse,
transformarse.- d Tal es el curso de este desarrollo
[[Antes de seguir adelante, una observació n má s. El capital en general, a diferenda de los
capitales en particular, se presenta, a decir verdad, 1) sólo como una abstracción; no una
abstracció n arbitraria, sino una abstracció n que capta la differentia specifica del capital en
Karl Marx
oposició n a todas las demá s formas de la riqueza o modos en que la producció n (social) se
desarrolla. Trá tase de determinaciones que son comunes a cada capital en cuanto tal, o que
hacen de cada suma determinada de valores un capital. Y las diferencias dentro de esta
abstracció n son igualmente particularidades abstractas que caracterizan toda especie de
capital, al ser su afirmació n o negació n (por ejemplo capital fixe o capital circulant); 2) pero
el capital en general, diferenciado de los capitales reales en particular, es é l mismo una
existencia real. La economı́a vulgar reconoce este hecho, aunque no lo comprende, pese a
que constituye un momento tnyy importante en su teorı́a de las compensaciones, etc. Por
ejemplo el capital en esta forma universal, aunque perteneciente a diversos capitalistas, en
su forma elemental como capital constituye el capital que se acumula en los banks o se
distribuye mediante é stos y, como expresa Ricardo, se distribuye tan admirablemente en
proporció n a las necesidades de la producció n. Constituye asimismo, mediante loansa, etc.,
un levelb entre los diferentes paı́ses. Por consiguiente, es ley del capital en general, a modo
de ejemplo, que para valorizarse tiene que ponerse de manera doble, y tiene que valorizarse
bajo esa forma doble. Por ejemplo, el capital de una nació n particular, que en contraposició n
a otra representa par excellencec al capital, habrá que prestá rselo a una tercera nació n para
que sea posible su valorizació n. Este doble ponerse, este relacionarse consigo mismo como
con un extrañ o, en este cased deviene condenadamente real. Mientras que lo universal es
por una parte só lo una differentia specifica ideal, es a la vez una forma real particular al
lado de la forma de lo particular y lo singular.
354 (Nous reviendrons plus tard sur ce point qui, quoique d'un caracté re plus logique
qu'é conomiste, prouverae né anmoins d'une grande importance dans le progré s de notre
recherche.)f Otro tanto en el á lgebra. Por ejemplo: a, b, c, son nú meros en general; pero
ademá s son nú meros enteros frente a a/b, b/c, c/a, b/a, etc., que los presuponen en calidad
de elementos universales.]]
a Empré stitos.- b Nivel.- c Poi
antonomasia.- d Caso.- e Edic. 1939, "y aura" ("y tendrá ").- f Má s adelante
volveremos sobre este punto que, aunque de ı́ndole má s ló gica que econó mica, se mostrará empero como muy
importante en el desarrollo de nuestra investigació n. La edic. 1939 cerraba cl paré ntesis al final del pá rrafo, al
llegar al punto y aparte
El plustrabajo o el plusvalor se convierte en pluscapital. Todas las condiciones de la
producción capitalista se presentan ahora como resultados del trabajo (asalariado) mismo. El
proceso de realización del trabajo es a la vez su proceso de desrealización
Por consiguiente, el nuevo valor es puesto nuevamente como capital, como trabajo
objetivado, y entra en el proceso de intercambio junto al trabajo vivo. Se divide por tanto en
una parte constante —las condiciones objetivas del trabajo, el material y el instrumento— y
las condiciones para la condició n subjetiva del trabajo, la existencia de la capacidad viva de
trabajo, los necessaries, medios de subsistencia para los obreros. En esta segunda irrupció n
del capital, bajo esta forma, se aclaran ciertos puntos que en su primera presentació n —
como dinero que pasa de su determinació n en cuanto valor a la del capital— eran
totalmente nebulosos. Ahora son puestos a la vistaa a travé s del proceso mismo de la
valorizació n y la producció n. En la primera presentació n los supuestos mismos aparecieron
desde afuera como provenientes de la circulació n, como supuestos exteriores para el
surgimiento del capital; por tanto sin surgir del ser interior de é ste, sin poder explicarse a
partir del mismo. Estos supuestos extrı́nsecos aparecerá n ahora como momentos del
movimiento mismo del capital, de tal modo é ste los presupone como a sus propios
momentos —sea cual sea su verdadero origen histó rico—.
a Edic. 1939, "ausgeló st" ("ocasionados")
trabajo vivo, el cual, como no puede crear algo de la nada, debı́a encontrar ante é l sus
condiciones objetivas. Este plustrabajo actualmente aparece objetivado como plusproducto,
y este plusproducto, para valorizarse corno capital, se divide en dos; como condición
objetiva de trabajo —material e instrumento— y como condició n subjetiva —medios de
subsistencia para el trabajo vivo a ejecutar—. El valor en su forma universal —como trabajo
objetivado, y como trabajo objetivado procedente de la circulació n— es naturalmente el
supuesto universal, que se entiende por sı́ mismo.
355 Ademá s, el plusproducto en su totalidad —objetivació n del plustrabajo en su totalidad—
se presenta ahora como pluscapital (en comparació n con el capital originario, antes de que
el mismo emprendiera este ciclo), es decir como valor de cambio autonomizado que se
contrapone, como a su valor de uso específico, a la capacidad viva de trabajo. Todos los
elementos que se contraponı́an a la capacidad viva de trabajo como poderes ajenos,
exteriores y, bajo ciertas condiciones independientes de aquélla, como poderes que la
consumı́an y utilizaban, está n puestos ahora como su propio producto y resultado.
Primero: el plusvalor o plusproducto no es otra cosa que una suma determinada de
trabajo vivo objetivado, la suma del plustrabajo. Este nuevo valor, que se contrapone al
trabajo vivo como autó nomo, como participante en el intercambio con ese trabajo vivo,
como capital, es el producto del trabajo. El mismo no es otra cosa que el excedente del
trabajo en general por encima del trabajo necesario; en forma objetiva y por ende como
valor.
Segundo: las formas particulares que debe adoptar este valor para valorizarse
nuevamente, esto es, para ponerse como capital —por un lado como material en bruto e
instrumento, por el otro como medios de subsistencia para el trabajo durante el acto de
producció n— son asimismo, pues, ú nicamente formas particulares del plustrabajo mismo.
Este produce el material en bruto y el instrumento en tales proporciones —o é l mismo
como material en bruto e instrumento está puesto en la proporció n que permite en primer
té rmino que una suma determinada de trabajo necesario —esto es, los medios de
subsistencia que reproducen el trabajo vivo (su valor)— pueda objetivarse en el plustrabajo
y precisamente objetivarse de manera continua. Permite, por ende, que se pueda
recomenzar siempre de nuevo la separació n entre las condiciones objetivas y las subjetivas
de su autoconservació n y autorreproducció n. No só lo eso, sino que ademá s deja que el
trabajo vivo, al ejecutar este proceso de reproducció n de sus condiciones objetivas, ponga a
la vez el material en bruto y el instrumento en tales proporciones que pueda realizarse en
ellos como plustrabajo, como trabajo por encima del necesario, y que pueda por ende
convertirse en material de una nueva creació n de valor. Las condiciones objetivas del
plustrabajo —que se circunscriben a la proporció n de material en bruto e instrumento por
encima de los requerimientos del trabajo necesario, mientras que las condiciones objetivas
del trabajo necesario se dividen, dentro de su objetividad, en objetivas y subjetivas, en
elementos materiales y elementos subjetivos del trabajo (medios de subsistencia del
trabajo vivo)— se presentan ahora puestas como producto, resultado, forma objetiva,
existencia exterior del plustrabajo mismo.
356 Al principio, por el contrario, al trabajo vivo se le presentaba como ajeno —como un hecho
que incumbı́a al capital— que el instrumento y los medios de subsistencia estuvieran
disponibles en un volumen que posibilitara realizarse al trabajo vivo no só lo como trabajo
necesario, sino como plus-trabajo.
Tercero: el ser-para-sı́ autó nomo del valor frente a la capacidad viva de trabajo —de ahı́
su existencia como capital—; la indiferencia objetiva, conservada en sı́ misma; la ajenidad
de las condiciones objetivas de trabajo ante la capacidad viva de trabajo, ajenidad que llega
hasta el punto de que estas condiciones de la persona del obrero se le contraponen en la
Karl Marx
persona del capitalista —como personificaciones con voluntad e intereses propios—; esta
disociación, separación absoluta respecto de la propiedad, o sea de las condiciones objetivas
de trabajo respecto de la capacidad viva de trabajo —de tal modo que se le contraponen
como propiedad ajena, como la realidad de otra persona jurı́dica, dominio absoluto de la
voluntad de ésta, y de tal modo, tambié n, que el trabajo se presenta ante el valor
personificado en el capitalista, o ante las condiciones de trabajo, como trabajo ajeno—; esta
separació n absoluta entre propiedad y trabajo, entre la capacidad viva del trabajo y las
condiciones de su realizació n, entre trabajo objetivado y trabajo vivo, entre el valor y la
actividad creadora de valor —de ahı́ tambié n la ajenidad del contenido del trabajo respecto
al obrero mismo—; esta separació n presé ntase ahora tambié n como producto del trabajo
mismo, como objetivació n, materializació n de sus elementos propios. A travé s del nuevo
acto de producció n, en efecto —acto ú nicamente confirmatorio del intercambio precedente
entre el capital y el trabajo vivo—, el plustrabajo y en consecuencia el plusvalor, el
plusproducto, en suma el resultado total del trabajo (tanto del plustrabajo como del trabajo
necesario), es puesto como capital, como autó nomo e indiferente ante la capacidad viva de
trabajo, o como valor de cambio contrapuesto a su simple valor de uso. La capacidad de
trabajo ú nicamente se ha apropiado de las condiciones subjetivas del trabajo necesario —
de los medı́os de subsistencia para la capacidad de trabajo productiva, es decir, para su
reproducció n como simple capacidad de trabajo separada de las condiciones de su
realizació n— y ha puesto estas condiciones como cosas, valores, que se le contraponen en
una personificació n dominante y ajena. No só lo no sale del proceso má s rica, sino má s
pobre de lo que entró .
357 Porque no só lo ha establecido las condiciones del trabajo necesario como pertenecientes al
capital, sino que la valorizació n inherente a la capacidad de trabajo como posibilidad, como
posibilidad de creació n de valores, ahora existe tambié n como plusvalor, plusproducto, en
una palabra: como capital, como dominació n sobre la capacidad viva de trabajo, como valor
dotado de poder y voluntad propios y contrapuesto a ella en su pobreza abstracta,
inobjetiva, puramente subjetiva.
La capacidad de trabajo no só lo ha producido la riqueza ajena y la pobreza propia, sino
tambié n la relació n entre esta riqueza que se relaciona consigo misma y la capacidad de
trabajo como la pobreza, mediante cuyo consumo la riquezaa extrae de sı́ misma nuevos
ı́mpetus vitales y se valoriza una vez má s. Todo esto surgió del intercambio en el cual la
capacidad de trabajo vivo se intercambiaba por un cuanto de trabajo objetivado; só lo que
ahora ese trabajo objetivado —esas condiciones de su existencia, existentes al margen de
aquella capacidad, y el autó nomo ser-al-margen-de-ella de esas condiciones objetivas—
aparece como su propio producto, como puesto por ella misma: por un lado como su propia
objetivació n, y por el otro como la objetivació n de sı́ misma en cuanto poder independiente
de ella y que la domina, que la domina merced a la propia actividad de ella.
a Edic. 1939, "es", neutro que harı́a referencia a "capacidad de trabajo"
En el pluscapital todos los elementos son producto del trabajo ajeno: plustrabajo ajeno
convertido en capital; medios de subsistencia para el trabajo necesario; las condiciones
objetivas —material e instrumento— para que el trabajo necesario pueda reproducir el
valor en medios de subsistencia intercambiado contra aqué l; finalmente, la cantidad
necesaria de material e instrumento para que pueda realizarse en é l, nuevo plustrabajo o se
pueda crear nueva plusvalı́a.
Ha desaparecido aquı́ la apariencia —perceptible aú n en el primer aná lisis del proceso
de producció n— de que el capital, a partir de la circulació n producı́a por su parte algú n
valor. Las condiciones objetivas del trabajo se presentan ahora, antes bien, como producto
de é ste, tanto en la medida en que son valor en general como por ser valores de uso para la
Grundrisse. Cuaderno IV
producció n. Pero si de esta suerte el capital se presenta como producto del trabajo,
tambié n el producto del trabajo se presentará como capital: ya no como simple producto, ni
como mercancı́a intercambiable, sino como capital; trabajo objetivado como dominio o
poder sobre el trabajo vivo. Se presenta asimismo como producto del trabajo, de tal modo
que el producto de é ste aparece como propiedad ajena, como modo de existencia
contrapuesto autó nomamente al trabajo vivo, ası́ como valor que es para sı́; de tal modo que
el producto del trabajo, el trabajo objetivado, recibe del trabajo vivo un alma propia y se
establece ante é ste como un poder ajeno.
358 Desde el punto de vista del trabajo, su actividad en el proceso de producció n se presenta
de esta manera: el trabajo aparta de sı́ mismo su realizació n en condiciones objetivas, como
realidad ajena, y al mismo tiempo y por consiguiente, se pone a sı́ mismo como capacidad
de trabajo privada de sustancia, provista meramente de necesidades y enfrentada a é sa su
realidad enajenada, que no le pertenece a ella sino a otro; el trabajo no pone a su propia
realidad como ser para sı́, sino como mero ser para otro, y por tanto tambié n como ser-de-
otro-modo, o ser del otro, opuesto a é l mismo. Este proceso de realizació n es- a la par el
proceso de desrealizació n del trabajo. El trabajo se pone objetivamente, pero pone esta
objetividad como su propio no-ser o como el ser de su no-ser: del capital. El trabajo retorna
a sı́ mismo como mera posibilidad del poner valores o la valorizació n, puesto que toda la
riqueza real, el mundo del valor real y asimismo las condiciones reales de su propia
realizació n se le enfrentan como existencias autó nomas. Por resultas del proceso de
producció n, las posibilidades latentes en las entrañ as mismas del trabajo vivo comienzan a
existir como realidades fuera de é l, pero como realidades que le son ajenas, que constituyen
la riqueza en contraposició n a é l.
En la medida en que el plusproducto se valoriza nuevamente como pluscapital, en que
entra de nuevo en el proceso de producció n y de autovalorizació n, se divide en: 1) Medios
de subsistencia para los trabajadores, a cambio de la capacidad viva de trabajo; a esta parte
del capital se la puede denominar fondo de trabajo; este fondo de trabajo, la parte destinada
a la conservació n de la capacidad de trabajo —y a la conservació n progresiva de la misma,
ya que el pluscapital crece constantemente—, se presenta ahora asimismo como producto
del trabajo ajeno, trabajo ajeno al capital; 2) las otras partes componentes del mismo; las
condiciones materiales para la reproducció n de un valor = esos medios de subsistencia + un
plusvalor.
A má s de esto, la divisió n del capital en una parte constante -de antigü edad antediluviana
con respecto al trabajo y formada por la materia prima y los instrumentos de trabajo— y
una parte variable —los medios de subsistencia intercambiables por capacidad de
trabajo— se presenta como puramente formal cuando se analiza aquel pluscapital, y ello en
la medida en que ¡ambas partes son puestas uniformemente por el trabajo, y puestas
uniformemente como sus propios supuestos. Esta divisió n del capital en sı́ mismo aparece
ahora, má s bien, como que el propio producto del trabajo —el plustrabajo objetivado— se
divide en dos componentes: las condiciones objetivas para la nueva valorizació n del trabajo
(1), y un fondo de trabajo para que se conserve la posibilidad de ese trabajo vivo, es decir de
la capacidad viva de trabajo en cuanto viva (2).
359 Pero é ste de tal suerte que la capacidad de trabajo só lo puede apropiarse nuevamente de
aquella parte de su propio resultado —de su propia existencia bajo forma objetiva—
destinada a fondo de trabajo; só lo puede recuperarla de la forma de la riqueza ajena que se
le contrapone a ella, a la capacidad de trabajo, siempre y cuando no só lo reproduzca su
propio valor, sino que valorice tambié n la parte del nuevo capital que representa las
condiciones objetivas para la realizació n de nuevo plustrabajo, para la plusproducció n o
producció n de plusvalores. El trabajo mismo ha creado un nuevo fonds para la utilizació n de
Karl Marx
nuevo trabajo necesario, o lo que es igual, un fonds para la conservació n de nueva capacidad
viva de trabajo, de obreros; pero a la vez ha creado la condició n de que este fonds só lo
puede ser objeto de apropiació na si se aplica nuevo plustrabajo a la parte excedente del
pluscapital.
a Edic. 1939 “nur angewendet werdem kann” (“só lo se le puede emplear”)
Decimos formalmente, porque el trabajo vivo tambié n tiene que devolverle los valores
intercambiados, tiene que remplazá rselos. Pero que sea lo que é l quiera. En todo caso, para
la formació n del pluscapital I, para la apropiació n de trabajo ajeno o de los valores en que
é ste se ha objetivado, se presenta como condició n el intercambio de valores pertenecientes
Grundrisse. Cuaderno IV
Caso que se haya creado un pluscapital I a travé s del intercambio simple entre el trabajo
objetivado y la capacidad viva de trabajo —un intercambio fundado enteramente en las
leyes del intercambio de equivalentes, evaluados por la cantidad de trabajo o de tiempo de
trabajo contenida en ellos—, y por cuanto este intercambio, expresado jurı́dicamente, no
presupone otra cosa que el derecho de propiedad de cada uno a sus propios productos y la
libre disposició n de los mismos —y en la medida, empero, en que la relació n entre el
pluscapital II y el I es consecuencia, por ende, de esa primera relació n—, llegamos al
extrañ o resultado de que el derecho de propiedad se trastrueca dialé cticamente: del lado
del capital, en el derecho al producto ajeno o en el derecho de propiedad sobre el trabajo
ajeno, en el derecho a apropiarse de trabajo ajeno sin entregar un equivalente; y del lado de
la capacidad de trabajo en el deber de comportarse frente a su propio trabajo o su propio
producto como si estuviera ante una propiedad ajena. El derecho de propiedad se trastrueca
por un lado en el derecho a apropiarse de trabajo ajeno y por el otro en el deber de respetar,
como valores pertenecientes a otro, el producto del trabajo propio y el mismo trabajo
propio.
362 Pero el intercambio de equivalentes —el cual se presentaba como la operació n originaria
Karl Marx
365 Tales indicios, conjuntamente con la concepción certera del presente, brindan también la
clave para la comprensión del pasado; un trabajo aparte, que confiamos en poder abordar
alguna vez. Este análisis correcto lleva asimismo a puntos en los cuales, foreshadowinga el
movimiento naciente del futuro, se insinúa la abolición de la forma presente de las
relaciones de producción. Si por un lado las fases preburguesas se presentan como
supuestos puramente históricos, o sea abolidos, por el otro las condiciones actuales de la
producción se presentan como aboliéndose a si mismas y por tanto como poniendo los
Karl Marx
como supuestos históricos para su surgimiento, ostentan a primera vista un carácter dual:
disolución, por una parte, de formas inferiores del trabajo vivo; por la otra, disolución de
condiciones mas dichosas del mismo.
Veamos por de pronto el primer supuesto, el de que haya sido abolida la relación de
esclavitud o servidumbre. La capacidad viva de trabajo es propietaria de si misma y
dispone, a través del intercambio, de la manifestación de su propia energía. Ambas partes
se enfrentan como personas. Formalmente es la suya una relación libre y de iguales; de
participantes en el intercambio, en suma. Que esta forma sea una apariencia, y una
apariencia engañosa, se presenta, en la medida en que nos atengamos a la relación jurídica,
como algo que queda al margen de la misma. Lo que el obrero libre vende es, siempre,
únicamente una medida determinada y particular de la manifestación de su energía; por
encima de cada manifestación particular esta la capacidad de trabajo como totalidad. Vende
la manifestación particular de su energía a un capitalista particular, al que se contrapone
independientemente, como individuo. Resulta claro que esta no es su relación con la
existencia del capital en cuanto capital, es decir, con la clase capitalista. Quiere decir,
simplemente, que en lo que concierne a la persona real, individual, se le deja un amplio
campo para su elección, su albedrio y por tanto para su libertad formal. En la relación
esclavista el trabajador pertenece al propietario individual, particular, es su máquina de
trabajo. Como totalidad de manifestación de energía, como capacidad de trabajo, ese
trabajador es una cosa perteneciente a otro y por ende no se com porta como sujeto ante la
manifestación de su energía particular o ante la acción viva de trabajo. En la relación servil
el trabajador aparece como un elemento de la propiedad de la tierra, es un accesorio de la
tierra, enteramente al igual que los animales de tiro. En el régimen esclavista el trabajador
no es otra cosa que una maquina viva de trabajo, que por tanto tiene un valor para otro o,
mas bien, es un valor. En su plenitud, la capacidad de trabajo se le presenta al trabajador
libre como su propiedad, como uno de sus momentos al que el, como sujeto, abarca, y que
conserva al exteriorizarlo. Desarrollar mas esto en el salario, mas adelante.
369 El intercambio de trabajo objetivado por trabajo vivo no es suficiente ni para constituir
por un lado el capital, ni por el otro el trabajo asalariado. La clase entera de los llamados
servidores, desde el lustrabotas hasta el rey, cabe en esta categoría. Otro tanto ocurre con el
jornalero libre, al que encontramos esporádicamente en todos los lugares donde la
comunidad oriental, o la comuna occidental compuesta de propietarios libres de la tierra, se
disuelven en elementos dispersos (a consecuencia del aumento de la población, liberación
de prisioneros de guerra, accidentes que empobrecen al individuo y le hacen perder las
condiciones objetivas de su self-sustainin labour,a secuelas de la division del trabajo, etc.).
Si Ab intercambia un valor o dinero, por lo tanto trabajo objetivado, para obtener un
servicio de B, por ende trabajo vivo, tal cosa puede ocurrir del siguiente modo:
I) En la relación de la circulación simple. De hecho, ambos intercambian tan solo valores
de uso entre si; el uno, medios de subsistencia, el otro un trabajo, un servicio que el primero
quiere consumir, sea directamente —prestación personal de servicios—, sea que el uno
proporcione al otro el material, etc., en el cual el segundo, mediante su trabajo, merced a la
objetivación de su trabajo, crea un valor de uso destinado al consumo del primero. Por
ejemplo, cuando el campesino recibe en su casa a un sastre ambulante, como ocurría
antaño, y le da el genero para que le haga prendas de vestir. O cuando le doy dinero a un
medico para que me emparche debidamente la salud. Lo importante en estos casos es el
servicio que entre ambos se prestan. Do ut faciasc aparece aquí exactamente en el de mismo
piano que facio ut desd , o do ut dese . El hombre que me hace un traje con tela, para lo cual
le he proporcionado el material, me da un valor de uso. Pero en vez de darlo bajo una forma
objetiva, lo da bajo la forma de la actividad. Por mi parte, le doy un valor de uso acabado; el
Grundrisse. Cuaderno IV
hagas.- d Hago para que des.- e Doy para que des.- f Tiempos (en este caso verbales)
370 En ambos casos solo puede adueñarse del valor de uso propiedad de A al darle por el un
equivalente, que en ultima instancia se resuelve siempre en su propio trabajo vivo, sea cual
fuere la forma objetiva que este adopte, ora antes de la conclusión del intercambio, ora de
resultas del mismo. Ahora bien: el traje no solo contiene un trabajo determinado que le dio
la forma —una determinada forma de la utilidad, trasmitida al pano por el movimiento del
trabajo—, sino que contiene cierta cantidad de trabajo, y por tanto no solo valor de uso,
sino valor en general, valor en cuanto tal. Pero este valor no existe para A, ya que consume
el traje y no es vendedor de ropa. Ha obtenido el trabajo, mediante trueque, no como
trabajo que pone valores, sino en cuanto actividad que crea valor de uso, utilidad. En las
prestaciones personales de servicios este valor de uso se consume en cuanto tal, sin pasar
de la forma del movimiento a la de la cosa. Cuando, como suele ocurrir en relaciones
elementales, quien presta el servicio no recibe dinero, sino también valores de uso directos,
caduca hasta la apariencia de que aquí por una u otra parte se trata de valores, a diferencia
de los valores de uso. Pero aun si suponemos que A paga dinero por el servicio, no hay aquí
transformación alguna de su dinero en capital, sino mas bien el ponerse del mismo como
mero medio de circulación para obtener un objeto del consumo, un determinado valor de
uso. Por consiguiente este acto de ningún modo es productor de riqueza, sino por el
contrario un acto consumidor de riqueza. Para A no se trata en absoluto de que se haya
objetivado en el pafio trabajo en cuanto tal, cierto tiempo de trabajo, por tanto valor, sino
de satisfacer cierta necesidad. Al hacer pasar su dinero de la forma del valor a la del valor
de uso, A no lo valorizaa, sino que lo desvaloriza. El trabajo no se intercambia aquí como
valor de uso por el valor, sino como valor de uso particular, como valor para el uso. Cuanto
mas repita A el intercambio, tanto mas se empobrecerá. Para el este intercambio no es
ningún acto de enriquecimiento, ningún acto de creación de valores, sino de desvalorización
de los valores existentes que se encuentran en su poder. El dinero que A intercambia aquí
por el trabajo vivo —servicio natural o servicio que se objetiva en una cosa— no es capital,
sino renta, dinero como medio de circulación para obtener valor de uso, en el cual esta
puesta la forma del valor como algo meramente fugitivo; no como dinero que requiere
conservarse y valorizarse mediante la compra del trabajo en cuanto tal.
a Edic. 1939 “A weiss nicht verwertend” (sentido oscuro)
371 El intercambio del dinero como rédito, como simple medio de circulación por trabajo vivo,
nunca puede poner el dinero como capital, y por tanto nunca puede poner el trabajo como
trabajo asalariado en la acepción económica de la palabra. Que consumir (gastar) dinero no
es producir dinero, no requiere una explicación pormenorizada. En un estado de cosas en
que la mayor parte del plustrabajo se presenta como trabajo agrícola y el terrateniente, por
ende, aparece tanto en su carácter de propietario del plustrabajo como en el de propietario
del plusproducto, es el rédito del terrateniente lo que forma el fondo de trabajo para el
trabajador libre, para el obrero de la manufactura (o en este caso del artesanado), en
contraposición a los trabajadores agrícolas. El intercambio con ellos constituye una forma
del consumo del terrateniente, que distribuye directamente otra parte de su renta en
intercambio por prestaciones personales de servicios, que a menudo de servicios solo
Karl Marx
tienen el nombre, con una cáfila de retainersa. En las sociedades asiáticas, donde el monarca
aparece como el propietario exclusivo del plusproducto agrario, surgen ciudades enteras —
que au fond no son otra cosa que campamentos trashumantes— gracias al intercambio de
su renta con los free handsb, como los llama Steuart. En esta relación no hay nada de trabajo
asalariado, aunque la misma puede —no decimos debe— existir en contraposición a la
esclavitud y la servidumbre; bajo formas diferentes de la organización global del trabajo
esa relación siempre se repite. En la medida en que el dinero sirve de intermediario en este
intercambio, la determinación de precios se vuelve importante para ambas partes, pero
para A solo por cuanto no quiere pagar demásiado por el valor de uso del trabajo, y no por
cuanto le interese su valor. Que este precio, originariamente mas convencional y
tradicional, poco a poco se determine económicamente —primero por la relación entre la
oferta y la demanda, y finalmente por los costos de producción a los que pueden ser
producidos quienes venden esos servicios vivos—, no altera nada en la esencia de la
relación, ya que ahora al igual que antes la determinación de precios sigue siendo tan solo
un elemento formal para el intercambio de meros valores de uso. Esta determinación corre
por cuenta de otras relaciones, de las leyes generales y la autodeterminación del modo de
producción dominante, las cuales, por decirlo así, operan a espaldas de ese acto particular
de intercambio. En las comunidades antiguas, una de las formas en las que por primera vez
se presenta ese tipo de remuneración es la milicia. El sueldo del soldado raso se lleva a su
mínima expresión; se le determina puramente por los costos de producción a los cuales
puede obtenerse el soldado. Pero este, a su vez, intercambia su prestación de servicios por
réditos del estado, no por capital.
372 En la propia sociedad burguesa se incluye en este rubro o categoría todo intercambio de
prestaciones personales de servicios por réditos: desde el trabajo para el consumo
personal, cocinar, coser, etc., jardinería, etc., hasta, en la cúspide, todas las clases
improductivas, funcionarios públicos, médicos, abogados, intelectuales, etc. Todos los
menial servantsa , etc. Todos estos trabajadores, desde el mas ínfimo hasta el mas
empinado, a través de sus prestaciones de servicios —a menudo forzadas— se agencian
una parte del plusproducto, de la renta del capitalista. Pero a nadie se le ocurriría pensar
que el capitalista se pone como capital gracias al intercambio de su renta por tales
prestaciones de servicios, es decir por su consumo privado. Antes bien, de esa manera
disipa los frutos de su capital. En nada altera la naturaleza de la relación el hecho de que las
proporciones en las cuales se intercambia la renta por ese tipo de trabajo vivo, se
determinen por las leyes generales de la producción.
a Servidores domésticos
Como ya lo indicamos en la sección sobre el dinero, es mas bien quien presta servicios
el que aquí pone realmente el valor, el que permuta un valor de uso —cierto tipo de trabajo,
servicio, etc., por valor, por dinero. Por eso en la Edad Media las personas orientadas por el
dinero hacia la producción y la acumulación no surgen del lado de la nobleza rural
consumidora, sino en parte del lado del trabajo vivo: acumulan y de esta forma se
convierten δυνάμει en capitalistas para un período posterior. Del siervo emancipado
nacerá, en parte, el capitalista.
Por consiguiente, tampoco depende de la relación en general, sino de la cualidad
particular, natural de la prestación de servicios, el hecho de que quien percibe una paga
obtenga un jornal, o un honorario, o el presupuesto de la Casa Real, y también depende de
esa cualidad que el parezca mas ilustre o mas insignificante que quien paga el servicio. Es
verdad que bajo el supuesto del capital como poder dominante, todas esas relaciones serán
desacreditadas en mayor o menor medida. Sin embargo no corresponde ocuparse aquí, aun,
de esa desacralización de las prestaciones personales de servicios, sea cual fuere el carácter
Grundrisse. Cuaderno IV
animada, como accesorio vivo, y aislado, de esa unidad objetiva. El trabajo combinado, pues,
es una combinación en si, y ello desde dos ángulos diferentes. No una combinación como
relación reciproca de los individuos que co-laboran, ni tampoco como su control, ya sea
sobre su función particular o dispersa, ya sea sobre el instrumento del trabajo. Por ende, si
el obrero se comporta con el producto de su trabajo como con algo ajeno, también su
comportamiento ante el trabajo combinado será como ante algo ajeno, y otro tanto ocurrirá
ante su propio trabajo como algo que por cierto le pertenece, pero que es una
manifestación vital ajena, forzada, a la que por tanto A. Smith, etc., concibe como penalidad,
sacrificio, etc. Como a su producto, al trabajo mismo se le niega como el del obrero
particular, aislado. El trabajo aislado negado es ahora, de hecho, e trabajo combinado o
colectivo puesto. No obstante, el trabajo combinado o colectivo puesto de esa suerte —tanto
en cuanto actividad, como transmutado en objeto, de forma estática— es puesto a la vez
directamente como un otro del trabajo individual realmente existente: en cuanto
objetividad ajena (propiedad ajena) e igualmente como subjetividad ajena (la del capital). El
capital representa, luego, tanto al trabajo como a su producto en cuanto trabajo individual
negado y por ende propiedad del trabajador individual. Es, por consiguiente, la existencia
del trabajo social —su combinación como sujeto e igualmente como objeto—, pero es esta
existencia como existente independientemente de sus momentos reales, o sea como
existencia particular al lado de ellos. El capital, pues, aparece por su lado como el sujeto
dominante y propietario de trabajo ajeno y su relación misma es la de una contradicción tan
cabal como la del trabajo asalariado.]] 38394041424344
375
Formas que preceden a la producción capitalista. (Acerca del proceso que precede a la
formation de la relación de capital o a la acumulación originaria.) 45
Si un supuesto del trabajo asalariado y una de las condiciones históricas del capital es
el trabajo libre y el cambio de este trabajo libre por dinero a fin de reproducir y valorizar el
dinero, a fin de ser consumido por el dinero como valor de uso, no para el disfrute sino
como valor de uso para el dinero, del mismo modo, otro supuesto es la separación del
trabajo libre con respecto a las condiciones objetivas de su realización, con respecto al
medio de trabajo y al material de trabajo. Por lo tanto, ante todo, separación del trabajador
con respecto a la tierra como su laboratoriuma natural— y, por consiguiente, disolución de
la pequeña propiedad de la tierra, así como también de la propiedad colectiva de la tierra
basada en la comuna oriental. Bajo estas dos formas el trabajador se comporta con las
condiciones objetivas de su trabajo como con su propiedad: estamos ante la unidad del
trabajo con sus supuestos materiales. En consecuencia, el trabajador tiene una existencia
38 No se especifica el sitio de esta nota
45 Las notas incorporadas a esta secció n de las "formas que preceden a la producció n capitalista" no agotan, ni
mucho menos, las fuentes directas e indirectas que utiliza Marx. La Redacció n IMEL advierte que Marx habı́a
fichado má s de 50 obras en sus cuadernos de lectura y de extractos, en el curso de los añ os 1840-1858.
Grundrisse. Cuaderno IV
colectiva, esta misma puede aparecer como algo particular por encima de las muchas
entidades comunitarias particulares y efectivas y, en consecuencia, el individuo resulta en
ellas desprovisto in fact de propiedad, o la propiedad —i.e el comportamiento del individuo
con las condiciones naturales del trabajo y de la reproducción como con [[condiciones]] que
le pertenecen, objetivas, [[que son para el el]] cuerpo de su subjetividad preexistente como
naturaleza inorgánica— aparece mediada para el por una franquicia que la unidad global —
unidad que se realiza en el déspota como padre de las muchas entidades comunitarias —
[[otorga]] al individuo por intermedio de la comunidad particular. El plusproducto —que
además se ve determinado legalmente como consecuencia de la apropiación efectiva a
través del trabajo— pertenece entonces de por si a esta unidad suprema. Por lo tanto, en
medio del despotismo oriental y de la carencia de propiedad que parece existir
jurídicamente en el, existe de hecho, como fundamento, esta propiedad comunitaria o
tribal, producto sobre todo de una combinación de manufactura y agricultura dentro de la
pequeña comunidad, que de ese modo se vuelve enteramente self-sustaininga y contiene en
sí misma todas las condiciones de la reproducción y de la plusproducción. Una parte de su
plustrabajo pertenece a la colectividad superior, que en ultima instancia existe como
persona, y este plustrabajo se hace efectivo tanto en tributos, etc., como en el trabajo común
destinado a exaltar a la unidad, en parte al déspota real, en parte a la entidad tribal
imaginada, al dios. Este tipo de propiedad comunitaria, en tanto se realiza realmente en el
trabajo, puede a su vez aparecer [[de dos maneras]]: por un lado, las pequeñas
comunidades pueden vegetar independientemente una al lado de la otra y en ellas el
individuo trabaja independientemente, con su familia, en el lote que le ha sido asignado (un
trabajo determinado para reservas colectivas, por así decirlo para insuranceb, por un lado, y
para costear los gastos de la entidad comunitaria en cuanto tal, o sea para la guerra, para el
servicio divino, etc.; el dominiumc señorial en su sentido mas originario se encuentra
primeramente aquí, p. ej. en las comunidades eslavas, en las rumanas, etc. Aquí se da la
transición a la prestación personal, etc.), o, por el otro lado, la unidad puede extenderse
hasta incluir también el carácter colectivo del trabajo mismo, lo cual puede constituir un
sistema formalizado como en México, en especial en Perú, entre los antiguos celtas, algunas
tribus de la India. Además, el carácter colectivo puede estar presente en la tribu de modo
que la unidad este representada por un jefe de la familia tribal o como la relación reciproca
entre los padres de familia. Según esto, la entidad comunitaria tendrá una forma mas
despótica o mas democrática. En consecuencia, las condiciones colectivas de la apropiación
real a través del trabajo, [[p. ej.]] sistemas de regadío, muy importantes entre los pueblos
asiáticos, medios de comunicación, etc., aparecen como obra de la unidad superior, del
gobierno despótico que flota por encima de las pequeñas comunidades. En estos casos, las
ciudades propiamente dichas surgen junto a estas aldeas solo en aquel punto que es
particularmente favorable para el comercio con el exterior o allí donde el gobernante y sus
sátrapas intercambian sus ingresos (plusproducto) por trabajo, gastan esos ingresos como
labour-funds.
a Autosuficiente.- b Seguro.- c Dominio
378 La segunda forma —la cual, como la primera ha dado lugar a modificaciones esenciales,
históricamente, etc.—, producto de una vida histórica mas dinámica, de los avatares y de las
modificaciones de las tribus originarias, tiene también como primer supuesto la entidad
comunitaria, pero no como en el primer caso en cuanto sustancia, de la cual los individuos
son meros accidentes o con respecto a la cual solo constituyen componentes naturales;
tampoco supone la tierra como base, sino la ciudad como sede ya desarrollada (centro b) de
los campesinos (propietarios de la tierra).
b En el ms., "Zentrum" ("centro") sin paréntesis y escrito encinde "Sitz" ("sede")
Grundrisse. Cuaderno IV
el trabajo propio como condición para la perduración de sus propiedad. [[Los individuos]]
se comportan con las condiciones del trabajo como propietarios, pero, en realidad, estas
condiciones del trabajo como propietarios, pero, en realidad, estas condiciones aún deben
ser puestas constantemente por el trabajo personal como condiciones y elementos
objetivos de la personalidad del individuo. Por otro lado, la orientación de esta pequeña
comunidad guerrera la empuja más allá de estos límites, etc. (Roma, Grecia, judíos, etc.).
“Una vez que los augurios”, dice Niebuhr, “le aseguraron a Numa la aprobación divina de su
elección, la primera preocupación del piadoso rey no fue el servicio del templo sino el de los
hombres. Dividió las tierras que Rómulo había ganado en la guerra y había dejado para que
fueran ocupadas: instauró el culto de Término. Todos los legisladores antiguos, y sobre
todo Moisés, fundaron el éxito de sus preceptos a favor de la virtud, la rectitud y las buenas
costumbres sobre la propiedad de la tierra o , por lo menos, sobre la posesión hereditaria
segura de la tierra para el mayor número posible de ciudadanos”.
a Artesanos, más en particular artesanos que trabajaban con metales.- b “dieses” en edic. 1939, “des” (“de
1939, “Diese römischen Geschlechter” (“estos linajes romanos”).- d Santiarios.- e Miembros de gens o grupo
teóricamente consanguíneo que constituía la unidad social básica.- f Habitantes de una zona de Holstein, en el
actual estado de Schleswig Holstein.- g plural de gens.- h Poseedor
51 Cf. ibídem, p. 326
CUADERNO V.
Continuación)”. En la hoja liminar del cuaderno dice: “Cuaderno V, enero 1858, Londres. (Comenzado el 22 de
enero).”
383 En consecuencia, la comunidad aparece como una reunión, no como una unión, como
acuerdo entre sujetos autónomos que son los propietarios de la tierra, no como unidad. Por
ello la comunidad no existe in fact como estado, como entidad estatal, tal como entre los
antiguos, porque no existe como ciudad. Para que la comunidad adquiera una existencia
real, los propietarios libres de la tierra deben reunirse en asamblea, mientras que en Roma,
p. ej., la comunidad existe, fuera de estas asambleas, en la presencia de la ciudad misma y de
los funcionarios que están a su frente, etc. Sin duda, se da también entre los germanos el
ager publicus, la tierra comunitaria o tierra del pueblo, diferenciada de la propiedad del
individuo. Se trata de la tierra de caza, praderas, reservorios de lefia, de aquella parte de la
tierra que no puede ser dividida si es que ha de prestar servicios como medio de
producción en esta forma determinada. Sin embargo este ager publicus no aparece, como
entre los romanos, p. ej., como la existencia económica particular del estado paralelamente
a los propietarios privados, de tal modo que estos propietarios privados son tales en cuanto
estaban excluidos, estaban privados, tal como los plebeyos, [del] usufructo del ager
publicus. Entre los germanos, el ager publicus aparece, mas bien, solo como una ampliación
de la propiedad privada individual y solo figura como propiedad en cuanto posesión común
de una tribu por la cual hay que luchar contra tribus enemigas. La propiedad del individuo
no aparece mediada por la comunidad, sino que la existencia de la comunidad y de la
propiedad comunitaria aparecen como mediadas, es decir como relación reciproca de los
sujetos autónomos. Au fond, el todo económico esta contenido en cada casa individual, la
cual constituye para si un centro autónomo de la producción (manufacture solo como
ocupación domestica accesoria de las mujeres, etc.) En el mundo antiguo, la ciudad con sus
tierras colindantes es el todo económico; en el mundo germánico, el domicilio individual,
que solo aparece como un punto en la tierra que le pertenece; no una concentración de
muchos propietarios, sino [[una]] familia como unidad autónoma. En la forma asiática (por
lo menos en la predominante), no hay propiedad, sino solo posesión por parte del
individuo; la comunidad [[es]] propiamente el propietario efectivo, en consecuencia,
propiedad solo como propiedad colectiva del suelo. Entre los antiguos (los romanos como el
ejemplo mas clásico, la cosa en la forma mas pura, mas delineada), [[se da]] la forma
contrapuesta de la propiedad estatal y la propiedad privada, de tal modo que esta existe
mediada por aquella o la estatal misma existe en esta forma doble. Por consiguiente, el
propietario privado es al mismo tiempo ciudadano urbano. Desde el punto de vista
Karl Marx
La riqueza es aquí, por un lado, cosa, algo realizado en cosas, en productos materiales, a
los cuales se contrapone el hombre como sujeto; por otra parte, como valor, es mero
control sobre trabajo ajeno, pero no con el objetivo del dominio sino del goce privado, etc.
En todas [[estas]| formas se hace presente con la configuración de cosa, trátese de una cosa
o de relación por medio de las cosas, que reside fuera del individuo y accidentalmente junto
a el. Por eso, la concepción antigua según la cual el hombre, cualquiera que sea la limitada
determinación nacional, religiosa o política en que se presente, aparece siempre,
igualmente, como objetivo de la producción, parece muy excelsa frente al mundo moderno
donde la producción aparece como objetivo del hombre y la riqueza como objetivo de la
producción. Pero, in fact, si se despoja a la riqueza de su limitada forma burguesa, ^que es
la riqueza sino la universalidad de las necesidades, capacidades, goces, fuerzas productivas,
etc., de los individuos, creada en el intercambio universal? ¿[[Qué, sino]] el desarrollo pleno
del dominio humano sobre las fuerzas naturales, tanto sobre las de la así llamada
naturaleza como sobre su propia naturaleza? ¿[[Qué, sino]] la elaboración absoluta de sus
disposiciones creadoras sin otro presupuesto que el desarrollo histórico previo, que
convierte en objetivo a esta plenitud total del desarrollo, es decir al desarrollo de todas las
fuerzas humanas en cuanto tales, no medidas con un patrón preestablecido? ¿[[Qué, sino
una elaboración como resultado de]] la cual el hombre no se reproduce en su carácter
determinado sino que produce su plenitud total? ¿ [[Como resultado de]] la cual no busca
permanecer como algo devenido sino que esta en el movimiento absoluto del devenir? En la
economía burguesa —y en la época de la producción que a ella corresponde— esta
elaboración plena de lo interno, aparece como vaciamiento pleno, esta objetivación
universal, como enajenación total, y la destrucción de todos los objetivos unilaterales
determinados, como sacrificio del objetivo propio frente a un objetivo completamente
externo. Por eso el infantil mundo antiguo aparece, por un lado, como superior. Por otro
lado, lo es en todo aquello en que se busque configuración cerrada, forma y limitación dada.
Es satisfacción desde un punto de vista limitado, mientras que el [[mundo]] moderno deja
insatisfecho o allí donde aparece satisfecho consigo mismo es vulgar.
388 Lo que el Señor Proudhon llama la génesis extraeconómica de la propiedad —y por
1 Cf. M. PORCII CATONIS, De re rustica.
2 Cf. M. TULLII CICERONIS, Epistolarum ad Atticum V, 21, 10-13; VI, 1, 3-7; 2, 7-10; 3, 5-7.
Grundrisse. Cuaderno V
que trabaja era un individuo natural, existencia natural, la primera condición objetiva de su trabajo aparecen
(sic el plural) como aquellas [[vinculadas]] con la naturaleza, la tierra, su cuerpo inorgánico..." Marx elimino
luego algunas palabras, sin corregir las restantes
Esta condición no es su producto, sino algo dado previamente: le esta presupuesta
como existencia natural fuera de el. Antes de que analicemos esto mas en detalle,
agreguemos que el bueno de Proudhon no solo podía, sino que debía, acusar tanto al capital
como al trabajo asalariado —en tanto formas de propiedad— de provenir de una génesis
extraeconómica. Pues la preexistencia de las condiciones objetivas del trabajo como algo
separado del trabajador, como capital, y la preexistencia para el capitalista del trabajador
como desprovisto de propiedad, como trabajador abstracto, el intercambio tal como se da
entre valor y trabajo vivo, representan un proceso histórico —por mas que el capital y el
trabajo asalariado mismo reproduzcan esta relación y la elaboren tanto en su alcance
objetivo como en profundidad—, un proceso histórico que, como hemos visto, constituye la
historia de la génesis del capital y del trabajo asalariado. En otras palabras: la génesis
extraeconómica de la propiedad no significa sino la génesis histórica de la economía
burguesa, de las formas de producción que alcanzan su expresión teórica o ideal a través de
las categorías de la economía política. El hecho de que la historia preburguesa, y cada una
de sus fases, tenga también su economía y un fundamento económico de su movimiento, es
au fond la mera tautología de que la vida del hombre, d’une manière ou d’une autrea ,
descansó desde siempre sobre la producción social, cuyas relaciones llamamos
precisamente relaciones económicas.
389 Las condiciones originarias de la producción (o, lo que es lo mismo, de lab reproducción
de un número creciente de personas a través del proceso natural de ambos sexos, pues esta
reproducción, si bien aparece, por un lado, como apropiación de los objetos por el sujeto,
por el otro aparece igualmente como conformación de los objetos por un fin subjetivo,
como sujeción de los objetos a ese fin; transformación de estos objetos en resultados y
receptáculos de la actividad subjetiva) originariamente no pueden ser ellas mismas
producidas, no pueden ser resultados de la producción.
a De una manera u otra. b “der” (“de la”); en edic. 1939, “dic” (“la”)
preparados para el consumo por la naturaleza misma? Incluso allí donde solo hay que
encontrar y descubrir, esto ya muy pronto requiere esfuerzo, trabajo —tal como en la caza,
la pesca, el pastoreo— y producción (i.e. desarrollo) de ciertas capacidades por parte del
sujeto. Pero además, los estados en que puede tomarse lo existente sin instrumento alguno
(por consiguiente incluso sin productos del trabajo ya destinados a la producción), sin
cambio de forma (que ya tiene lugar incluso en el pastoreo), etc. deben considerarse como
estados que muy pronto desaparecen y que en ninguna parte son normales; tampoco como
estados originarios normales. Por lo demás, las condiciones originarias de la producción
incluyen por si mismas materias consumibles directamente, sin trabajo, tales como frutos,
animales, etc.; en consecuencia, el fondo de consumo mismo aparece como un componente
del fondo originario de producción.
La condición fundamental de la propiedad basada en la tribu (a la que originariamente
se reduce la entidad comunitaria) —ser miembro de la tribu— hace a la tribu extranjera
conquistada por otra tribu, a la tribu sometida, una tribu sin propiedad y la reduce a [[ser]]
una condición inorgánica de la reproducción, con la que la entidad comunitaria se comporta
como con una condición propia. Por ello, esclavitud y servidumbre son tan solo desarrollos
posteriores de la propiedad basada en la organización tribal. Modifican necesariamente
todas las formas de esta. La forma a la que menos pueden afectar es la forma asiática. En la
unidad self-sustaining de manufactura y agricultura, en la que se basa esta forma, la
conquista no es condición tan necesaria como allí donde la propiedad de la tierra, la
agricultura, predomina exclusivamente.
393 Por otro lado, dado que en esta forma el individuo nunca se convierte en propietario
sino solo en poseedor, el mismo es au fond la propiedad, el esclavo de aquello [en] que se
hace presente la unidad de la comunidad, y aquí la esclavitud no elimina las condiciones del
trabajo ni modifica la relación esencial
Esta claro hasta aquí que:
La propiedad, en tanto es solo el comportamiento consciente —y puesto para el
individuo por la entidad comunitaria y proclamado y garantizado como ley— con las
condiciones de producción como con condiciones suyas y en tanto la existencia del
productor aparece como una existencia dentro de las condiciones objetivas a el
pertenecientes, solo se efectiviza a través de la producción misma. La apropiación efectiva
no ocurre primeramente en la relación pensada con estas condiciones, sino en la relación
activa, real, el poner efectivo de estas como las condiciones de su actividad subjetiva. Pero,
en consecuencia, queda al mismo tiempo claro que estas condiciones se modifican. A través
de la caza que las tribus llevan a cabo, una región llega a convertirse en distrito de caza; a
través de la agricultura, la tierra, el suelo, es puesta por primera vez como prolongación del
cuerpo del individuo. Después que se construyo la ciudad de Roma y sus ciudadanos
cultivaron las tierras circundantes, las condiciones de la comunidad pasaron a ser otras que
las anteriores. El objetivo de todas estas entidades comunitarias es [su] conservación, es
decir la reproducción como propietarios de los individuos que la componen, es decir su
reproducción en el mismo modo de existencia, el cual constituye al mismo tiempo el
comportamiento de los miembros entre si y por consiguiente constituye la comunidad misma.
Pero, al mismo tiempo, esta reproducción es necesariamente nueva producción y destrucción
de la forma antigua. Por ejemplo, allí donde cada uno de los individuos puede poseer cierto
numero de acres de tierra, ya el mero aumento de la población constituye un impedimento.
Para superarlo se hace necesaria la colonización y esta hace necesaria la guerra de
conquista. Como resultado, esclavos, etc. También ampliación del ager publicus p. ej. y
patricios, que representan a la comunidad, etc. De tal modo la conservación de la
comunidad antigua implica la destrucción de las condiciones en las que se basa, se
Grundrisse. Cuaderno V
propiedad basada sobre ella. Hasta cierto punto, reproducción. Luego se trastrueca en
disolución.
Propiedad significa entonces originariamente —y lo mismo en su forma asiática, eslava,
antigua, germánica— comportamiento del sujeto que trabaja (productor) (o que se
reproduce) con las condiciones de su producción o reproducción como con algo suyo.
Tendrá, en consecuencia, distintas formas según las condiciones de esta producción. La
producción misma tiene como objetivo la reproducción del productor en y con estas sus
condiciones objetivas de existencia. Este comportamiento como propietarios no en cuanto
resultado sino en cuanto presupuesto del trabajo, i. e. de la producción —presupone una
existencia determinada del individuo como miembro de una entidad comunitaria o tribal
(de la cual el mismo es hasta cierto punto propiedad). La esclavitud, la servidumbre, etc.,
donde el trabajador mismo aparece entre las condiciones naturales de la producción para
un tercer individuo o entidad comunitaria (este no es p. ej. el caso en la esclavitud general
del Oriente; solo [lo es] desde el point of viewa europeo) y, en consecuencia, la propiedad no
es el comportamiento con las condiciones objetivas del trabajo por parte del individuo que
trabaja el mismo, es siempre un resultado secundario, nunca originario, aunque necesario y
consecuente, de la propiedad fundada sobre la entidad comunitaria y sobre el trabajo en el
seno de la entidad comunitaria. Es por cierto muy fácil imaginarse un [individuo] poderoso,
físicamente superior, que primero capture animales y luego captura hombres, para
capturar por medio de ellos mas animales, que, en suma se sirve del hombre como de una
condición natural preexistente de su reproducción al igual que se sirve de cualquier otro
ser natural (con lo cual su propio trabajo se reduce al mando, etc.) Pero tal imagen es
estúpida —por mas correcta que sea desde el punto de vista de entidades comunitarias o
tribales dadas— porque parte del desarrollo de hombres aislados. El hombre sólo se aíslab
a través del proceso histórico. Aparece originariamente como un ser genérico, un ser tribal,
un ζώον πλιτικονc en el sentido político.
396 El intercambio mismo es un medio fundamental para este aislamiento. Vuelve
superfluo el carácter gregario y lo disuelve. No bien la cosa ha llegado a tal punto que el
como individuo aislado ya se relaciona solo consigo mismo, resulta sin embargo que los
medios para ponerse a si mismo como individuo aislado han llegado a consistir en su
volverse ser general y comunal. En esta entidad comunitaria, la existencia objetiva del
individuo como propietario, digamos p. ej. como propietario de la tierra, esta presupuesta y
por cierto bajo ciertas condiciones que lo encadenan a la entidad comunitaria o que, mas
aun, lo convierten en un eslabón de esa cadena. En la sociedad burguesa, el obrero p. ej. esta
presente de una manera puramente subjetiva, desprovista de carácter objetivo, pero la
cosa, que se le contrapone, ha devenido la verdadera entidad comunitaria, a la que el trata
de devorar y por la cual es devorado.
a Punto de vista..- b Aquí se pierde en español la relación entre "der Einzelne" ("el individuo") y "sich
vercinzeln" ("aislarse").c Animal político
Todas las formas (en mayor o menor grado naturales, pero todas al mismo tiempo
resultado también del proceso histórico), en las cuales la entidad comunitaria presupone a
los sujetos en una unidad objetiva determinada con sus condiciones de producción, en las
cuales se da una existencia subjetiva determinada que presupone a la entidad comunitaria
misma como condiciones de producción, necesariamente corresponden solo a un desarrollo
limitado, limitado por principio, de las fuerzas productivas. El desarrollo de las fuerzas
productivas disuelve a esas comunidades y tal disolución es ella misma un desarrollo de las
fuerzas productivas humanas. Se trabaja primero a partir de un cierto fundamento: primero
natural, luego supuesto histórico. Pero luego este fundamento o supuesto mismo es
eliminado o puesto como un presupuesto que ha de desaparecer y que se ha vuelto
Grundrisse. Cuaderno V
4 Marx volverá sobre este tema en el manuscrito Zur Kritik der politischen dkonomie de 1861-1863.
Karl Marx
Estos son, entonces, por un lado, presupuestos históricos para que encontremos al
trabajador como trabajador libre, como capacidad de trabajo puramente subjetiva,
desprovista de objetividad, enfrentado a las condiciones objetivas de la producción como a
su no propiedad, como a propiedad ajena, como valor que es para si mismo. Pero, por otro
lado, preguntamos: ^que condiciones son necesarias para que el trabajador encuentre
frente a si un capital?
398 [[En la formula del capital, en el cual el trabajo vivo se comporta con el material en
bruto, tanto como con el instrumento, como también con los medios de subsistencia
requeridos durante el trabajo tratándolos como no-propiedad, de manera negativaa ,
d'abord está implícita la no-propiedad de la tierra, se niega aquel estado en el cual el
individuo que trabaja se comporta con la tierra como con algo propio, esto es, que trabaja,
que produce, como propietario del suelo. La propiedad del suelo implica potencialmente
tanto la propiedad del material en bruto como la del instrumento originario, la tierra
misma, como también la de los frutos espontáneos de esta.
a El referente de “negativo” está oscuro en el original
Puesto esto en su forma mas originaria, significa comportarse con la tierra como
propietario, encontrar en ella material en bruto como algo disponible, también instrumento
y medios de subsistencia no creados por el trabajo sino por la tierra misma. Una vez
reproducida esta relación, los instrumentos secundarios y los frutos de la tierra creados por
el trabajo mismo, aparecen como incluidos en la propiedad de la tierra en sus formas mas
primitivas. En consecuencia, en la relación del trabajador con las condiciones de trabajo en
cuanto capital, este estado histórico [[es]] negado d'abord como comportamiento que
implica una relación mas plena de propiedad. Este es el estado histórico n° I, el cual en esta
relación es negado o es presupuesto como históricamente disuelto. Pero, en segundo lugar,
allí donde [[se da]] la propiedad del instrumento, o el comportamiento del trabajador con el
instrumento como con algo propio, allí donde el trabajador trabaja como propietario del
instrumento (lo cual a su vez presupone la subsunción del instrumento bajo su trabajo
individual, es decir que presupone estadios particulares limitados del desarrollo de la
productividad del trabajo), allí donde esta puesta esta forma del trabajador como
propietario o del propietario trabajador como forma autónoma junto a la propiedad de la
tierra y fuera de esta ([esto es, donde se da] el desarrollo artesanal y urbano del trabajo), no
como en el primer caso en cuanto accidente de la propiedad de la tierra y subsumida bajo
esta ( [[ y ]] en consecuencia también el material en bruto y los medios de subsistencia son
ahora mediados en cuanto propiedad del artesano, mediados por su trabajo artesanal, por
su propiedad del instrumento), [allí, entonces,] ya esta presupuesto un segundo estadio
histórico junto y a la vez fuera del primero, y el primero mismo, a su vez, ya debe aparecer
significativamente modificado a través de la autonomización de este tipo de propiedad o de
propietario trabajador.
399 Dado que el instrumento mismo es ya producto del trabajo y, en consecuencia, el elemento
que constituye la propiedad ya es puesto como resultado del trabajo, la entidad comunitaria
ya no puede aparecer aquí en la forma natural, como en el primer caso —la entidad
comunitaria, sobre la que esta fundado este tipo de propiedad—, sino como entidad
comunitaria que ya es ella misma producida, generada, secundaria, producidaa por el
trabajo mismo. Resulta claro que allí donde la propiedad del instrumento es el
comportamiento con las condiciones de producción del trabajo como con una propiedad, el
instrumento solo aparece en el trabajo efectivo como medio para el trabajo individual; el
arte de apropiarse efectivamente del instrumento, de manejarlo como medio de trabajo,
aparece como una habilidad particular del trabajador, la cual lo pone como propietario del
instrumento. En suma, el carácter esencial de la organización corporativa gremial, del
Grundrisse. Cuaderno V
[["La potestad de venderse a si mismo y a los suyos por necesidad fue un derecho
penoso y general: tuvo vigencia en el norte así como entre los griegos y en Asia; casi
igualmente difundido estaba el derecho del acreedor a tomar como su siervo a aquel que se
atrasara en el pago y a hacerle pagar hasta donde pudiera con su trabajo o con la venta de
su persona." (Niebuhr, I, p. 600.)]] 5
[[Niebuhr dice en algún lugar que, para los escritores griegos que escribían en la
época de Augusto, la dificultad y la falsa comprensión de la relación entre patricios y
plebeyos y su confusión de esta relación con la relación entre patrones y6 clientes provenía
de que ellos "escribían en una época en la cual ricos y pobres eran las únicas clases
verdaderas de ciudadanos, en la cual el menesteroso, por mas noble que pudiera ser su
origen, necesitaba un protector y al millonario, aun cuando fuera un liberto, se le buscaba
como protector.
401 Difícilmente pudieran ya reconocer siquiera rastros de relaciones hereditarias de lealtad".
(I, 620)]]7 [["Los artesanos se encontraban en ambas clases" —metecos y libertos y sus
descendientes— "y el plebeyo que abandonaba la agricultura pasaba [al tipo de] ciudadanía
a que aquellos estaban limitados. Ni siquiera estaban privados de pertenecer a los gremios
legates y sus corporaciones eran tan altamente respetadas que<se atribuyo su fundación a
Numa; eran 9: tocadores de pífano, orfebres, carpinteros, tintoreros, talabarteros,
curtidores, caldereros, alfareros y la novena corporación, que reunía a los demás oficios. . .
Algunos de ellos eran ciudadanos autónomos, isopolitasa , que no dependían, de ningún
patrón c(cuando tal derecho existía), y descendientes de siervos, cuyo lazo se había disuelto
a través de la extinción del linaje de sus patrones: todos ellos eran tan ajenos a las disputas
de los viejos ciudadanos y de la comunidad como las corporaciones florentinas a las
querellas entre linajes, tales como [las de] los güelfos y gibelinos; probablemente los
siervos estuvieran en su totalidad a disposición de los patricios." (I, 623.)]] 8
a Ciudadanos con iguales derechos
Por un lado se presuponen procesos históricos que han colocado a una masa de
individuos de una nación, etc., en una situación que, si bien en un primer momento no es la
de verdaderos trabajadores libres, es, no obstante, la de quienes lo son δυνάμει,a cuya única
propiedad es su capacidad de trabajo y la posibilidad de intercambiarlo por valores
preexistentes, individuos a los que todas las condiciones objetivas de la producción se les
contraponen como propiedad ajena, como su no-propiedad, pero al mismo tiempo como
intercambiables en cuanto valores y por lo tanto hasta un certain degreeb apropiables a
través de trabajo vivo. Tales procesos históricos de disolución implican a la vez la
disolución de las relaciones de servidumbre que fijan al trabajador al suelo y al señor de la
tierra, pero presuponen fácticamente propiedad de medios de subsistencia por parte del
siervo: este es, en verdad, su proceso de separación de la tierra, disolución de las relaciones
de propiedad territorial que lo constituían como yeomanc pequeño propietario de la tierra,
libre y que trabaja, o como arrendatario (colonus), como campesino libre*; disolución de las
relaciones de corporation, que presuponen su propiedad del instrumento de trabajo y el
trabajo mismo como habilidad artesanal determinada, como propiedad (no como fuente de
esta); igualmente, disolución de las relaciones de clientela en las diversas formas en que no-
propietarios aparecen en el sequito de su señor como consumidores conjuntos del
5 Cf. NIEBUHR, ibídem, p. 600.
surplusproduced, y que como equivalente llevan la librea de su señor, toman parte en sus
querellas, realizan prestaciones de servicios personales, imaginarios o reales, etc.
402 Un examen mas detallado mostrara que en todos estos procesos de disolución se disuelven
las relaciones de producción en que predomina el valor de uso, la producción para el usoe
inmediato; el valor de cambio y la producción del mismo tiene como presupuesto el
predominio por parte de la otra forma: por consiguiente, en todas estas relaciones
predominanf las contribuciones en especie y los servicios en especie sobre los pagos en
dinero y las prestaciones en dinero. Pero esto solo lo mencionamos al pasar. Con una
consideración mas circunstanciada se encontrara igualmente que todas las relaciones
disueltas solo eran posibles dado un grado determinado de desarrollo de las fuerzas
productivas materiales (y, en consecuencia, también de las espirituales)
* La disolución de las formas aún más antiguas de propiedad colectiva y de comunidad real es algo
obvio.
a Potencialmente.- b Cierto grado.- c Campesino ingles, pequeño propietario.- d Plusproducto.- e
que la producción llegue a su termino. Además, esto suscita la impresión de que debe haber
ocurrido previamente una acumulación —una acumulación previa al trabajo y no surgida
de este— por parte del capitalista, la cual lo capacita para poner a trabajar a los obreros y
para mantenerlos efectivamente, para mantenerlos como capacidad viviente de trabajo** .
Este acto del capital no puesto por el trabajo e independiente de el es trasladado luego
desde esa historia de su génesis hasta el presente, se los transforma en un momento de
su realidad y su efectividad, en un momento de su autoformación. Luego, se deriva
finalmente de allí el derecho del capital a los frutos del trabajo ajeno o, mas bien, se deriva
su modo de adquisición a partir de las leyes simples y "justas" del intercambio de
equivalentes.
* Pues en este caso el capital presupuesto como condición del trabajo asalariado es producto del trabajo
asalariado mismo y, como condición de este, se presupone a si mismo, es creado por el trabajo como
presupuesto para el trabajo mismo.
** No bien el capital y el trabajo asalariado son puestos como presupuesto de si mismos, como base
presupuesta de la producción misma, la cosa se presenta en un principio así: que el capitalista crea los medios
necesarios de subsistencia además del fondo de material en bruto y medios de trabajo necesarios para que el
trabajador se reproduzca, o sea, realiza el trabajo necesario, posee un fondo de material en bruto e
instrumentos de trabajo en los cuales el trabajador efectiviza su plustrabajo, esto es, el beneficio del
capitalista. Un análisis mis profundo pone de relieve que el trabajador crea constantemente un* doble fondo
para el capitalista o que bajo la forma del capital crea un doble fondo, del cual una parte satisface de continuo
las condiciones de su propia existencia y la otra las condiciones de existencia del capital. Como hemos visto,
en el pluscapital — y pluscapital en relación con su relación antediluviana con el trabajo— está todo el capital
real, actual, y todo elemento del mismo es uniformemente trabajo ajeno objetivado y apropiado por el capital,
apropiado sin intercambio, sin entrega de equivalente para él
404 La riqueza existente bajo la forma de dinero solo puede cambiarse por las condiciones
objetivas del trabajo porque y cuando estas están separadas del trabajo mismo. Hemos
visto que en parte se puede acumular dinero a través del puro y simple camino del
intercambio de equivalentes: sin embargo, esto constituye una fuente tan poco significativa
que, desde un
punto de vista histórico, si se presupone que el dinero se ha ganado a través del
intercambio de trabajo propio, ni siquiera merece ser mencionada. Esto ocurre mas bien a
través de la usura —en particular ejercitada también con respecto a la propiedad de la
tierra— y a través de un patrimonio mueble acumulado mediante las ganancias
comerciales, patrimonio-dinero que se transforma en capital en sentido estricto, en capital
industrial. Mas adelante tendremos oportunidad de hablar mas largamente de ambas
formas, en tanto ellas no aparecen como formas propiamente dichas del capital, sino como
formas mas tempranas de patrimonio, como supuestos para el capital.
Tal como hemos visto, esta presente en el concepto del capital, en su génesis, el que
surja del dinero y, por lo tanto, del patrimonio que existe bajo la forma de dinero. Esta allí
igualmente presente el que surja de la circulación, que aparezca como producto de la
circulación. La formación del capital no proviene de la propiedad de la tierra (aquí [puede
surgir] a lo más del arrendatario en tanto este es comerciante en productos agrícolas);
tampoco de la corporación (aunque en este ultimo punto [hay] una posibilidad), sino del
patrimonio mercantil y usurario. Pero solo encuentra las condiciones para comprar trabajo
libre una vez que este es separado de sus condiciones objetivas de existencia por el proceso
histórico. Solo entonces encuentra también la posibilidad de comprar estas condiciones
mismas. Bajo las condiciones de organización corporativa, p. ej., el mero dinero, que no es el
mismo corporativo, que es de los maestros, no puede comprar telares para hacerlos
trabajar, esta prescrito cuantos puede trabajar un maestro, etc. En suma, el instrumento
mismo esta aun tan adherido al trabajo vivo mismo, aparece como su dominio hasta tal
punto, que verdaderamente no circula. Lo que capacita al patrimonio-dinero para devenir
Grundrisse. Cuaderno V
capital es la presencia, por un lado de los trabajadores libres; segundo, la presencia como
igualmente libres y vendibles de los medios de subsistencia y materiales, etc., que antes
eran d'une maniere ou d'une autre propiedad de las masas, que ahora han quedado
desprovistas de lo objetivo. Pero, en este periodo previo o primer período del capital, la
otra condición del trabajo —cierta habilidad, instrumento como medio de trabajo, etc.—
esta ya presente para ese patrimonio, en parte como resultado de la organización
corporativa urbana, en parte como resultado de la industria domestica o ligada a la
agricultura como actividad accesoria.
405 El proceso histórico no es el resultado del capital, sino el presupuesto del mismo. A través
de este proceso, el capitalista se inserta como intermediario (histórico) entre la propiedad
de la tierra, o entre la propiedad en general, y el trabajo. La historia nada sabe de las
ilusiones sentimentales según las cuales el capitalista y el trabajador establecen una
asociación, etc.: de ello no se encuentra rastro alguno en el desarrollo del capital como
categoría. Esporádicamente puede desarrollarse localmente la manufactura en un marco
que corresponda aun a un período completamente distinto, como p. ej. en las ciudades
italianas, junto a las corporaciones. Pero como forma generalizada, predominante, de una
época, las condiciones para el capital deben estar desarrolladas no solo localmente, sino en
gran escala. (No se opone a esto el hecho de que al ocurrir la disolución de las
corporaciones, algunos maestros se transformen en capitalistas industriales; no obstante, el
caso es raro y lo es de acuerdo con la naturaleza de la cosa. En conjunto, la organización
corporativa se arruina, el maestro y el oficial se arruinan, allí donde surge el capitalista y el
obrero.)
Es obvio —y esto se ve examinando mas circunstanciadamente las épocas históricas de
que aquí se había— que, en efecto, la época de la disolución de los modos previos de
producción y de los modos previos de comportamiento del trabajador con las condiciones
objetivas del trabajo es al mismo tiempo una época en la que, por un lado. el patrimonio-
dinero se ha desarrollado hasta alcanzar cierta amplitud, y que por otro lado, este crece y se
extiende en virtud de las mismas circunstancias que aceleran esa disolución. El mismo es
también uno de los agentes de esa disolución, así como esa disolución es una condición de
la transformación de ese patrimonio en capital. Pero la mera existencia del patrimonio-
dinero, e incluso el que este gane por su parte una especie de supremacya, no basta de
ningún modo para que esa disolución resulte en capital. Si no, la antigua Roma, Bizancio,
etc., hubieran concluido su historia con trabajo libre y capital o, mas bien, hubieran
comenzado una nueva historia. También allí la disolución de las viejas relaciones de
propiedad estaba ligada con el desarrollo del patrimonio-dinero; del comercio, etc. Pero en
vez de conducir a la industria, esta disolución condujo in fact al predominio del campo
sobre la ciudad. La forma originaria del capital no ocurre, como se piensa, porque el capital
acumule medios de subsistencia e instrumentos de trabajo y materias primas o, en suma,
porque acumule las condiciones objetivas de la producción separadas del suelo y ya
fundidas con el trabajo humano*
* Resulta claro a primera vista que circulo absurdo se daría si, por un lado, los trabajadores que el capital
debe poner en acción para ponerse a si mismo como capital debieran primero ser creados, debieran ser
llamados a la vida, a través de la acumulación del capital, debieran esperar de este su ¡que el trabajo sea!,
mientras, por otra parte, el capital mismo no fuera capaz de acumularse sin trabajo ajeno; lo máximo que
podría hacer seria acumular su propio trabajo, es decir, existir entonces el mismo como no-capital y no-dinero,
pues el trabajo antes de la existencia del capital solo puede valorizarse a si mismo en formas tales como la del
trabajo artesanal, la agricultura en pequeña escala, etc., en suma, solo en formas que no permiten acumular o
solo lo permiten en escasa medida, en formas que solo dejan un pequeño surplusproduce, al cual consumen en
su mayor parte. Finalmente tendremos que investigar mas detenidamente esta imagen de la acumulación.
406 El capital no crea las [406] condiciones objetivas del trabajo. Sino que su formación
originaria ocurre simplemente en tanto, a través del proceso histórico de disolución del
Karl Marx
Present Period, London, 1797, vol. I, pp. 75-76, 79, 82-83, 87, 94-121. Extractos de esta obra se encuentran en
un cuaderno de Engels que Marx pudo utilizar en Manchester aproximadamente en julio de 1845, vinculando
estos extractos a los suyos de la History of the Middle and Working aasses etc. de John Wade, del cual cf. las pp.
22-54
10 A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. III, I. III, c. IV; y MEGA 1/3; pp. 482-483.
Grundrisse. Cuaderno V
extranjero en vez de derrochar con retainers los valores de uso producidos por el mismo y
de encontrarc en su mayor parte su riqueza en la masa de retainers que consumían junto
con el. Le dio una mayor significación al valor de cambio del ingreso del propietario de la
tierra. Esto tuvo también lugar en lo que toca a sus arrendatarios, los cuales ya eran medio-
capitalistas, pero lo eran, no obstante, de una manera aun muy cubierta de ornamentos. El
desarrollo del valor de cambio —merced al dinero existente bajo la forma de una capa
social de mercaderes— disuelve la producción mas orientada hacia el valor de uso
inmediato y las formas de propiedad a ella correspondientes —relaciones del trabajo con
respecto a sus condiciones objetivas— y empuja así a la creación del mercado de trabajo
(que no debe confundirse con el mercado de esclavos).
aPor su intermedio.- b En el ms. figura otro pronombre posesivo.- c "finden". Su significado es
"encontrar", que aquí no resulta muy claro
408 Sin embargo, incluso esta acción del dinero solo era posible bajo el supuesto de la
actividad artesanal urbana, la cual no estaba basada sobre el capital y el trabajo asalariado,
sino sobre la organización del trabajo en corporaciones, etc. El trabajo urbano mismo había
creado medios de producción, para los cuales las corporaciones eran tan gênantsa como las
antiguas relaciones de propiedad de la tierra para una agricultura mejorada, que en parte
era ella misma, a su vez, consecuencia de la gran venta de los productos agrícolas en las
ciudades, etc.
a Molestas
Las otras circunstancias que, por ejemplo en el siglo XVI acrecentaron la masa de las
mercancías circulantes así como también la del dinero, crearon nuevas necesidades y
elevaron así el valor de cambio de los productos locales, subieron los precios, etc., todo lo
cual estimulo, por un lado, la disolución de las antiguas relaciones de producción, acelero la
separación del trabajador, o del no trabajador pero capaz de trabajar, con respecto a las
condiciones objetivas de su reproducción y estimulo así la transformación del dinero en
capital. Nada mas estúpido entonces que concebir esta formación originaria del capital
como si este hubiera acumulado y creado las condiciones objetivas de la producción —
medios de subsistencia, material en bruto, instrumentos— y las hubiera brindado a los
trabajadores despojados de ellas. Mas bien, el patrimonio-dinero ayudo en parte a despojar
de estas condiciones a las fuerzas de trabajo de los individuos capaces de trabajar y en
parte este proceso avanzó sin el. Una vez que esta formación originaria hubo alcanzado
cierto nivel, el patrimonio-dinero pudo colocarse como intermediario entre las condiciones
objetivas de la vida así liberadas y las fuerzas de trabajo vivas, liberadas, pero también
aisladas y vacantes, y pudo así comprar la una con las otras. Pero yendo ahora a lo que hace
a la formación del patrimonio-dinero mismo, antes de su transformación en capital, ella
pertenece a la prehistoria de la economía burguesa. La usura, el comercio, el régimen
urbano y el fisco que surge con el desempeñan papeles centrales en este proceso. También
el atesoramiento por parte de los arrendatarios, campesinos, etc., aunque en menor grado.
Se ve aquí al mismo tiempo como el desarrollo del intercambio y del valor de cambio, que
en todas partes es mediado por el comercio, o cuya intermediación puede ser llamada
comercio (el dinero mantiene una existencia autónoma en la capa mercantil, así como la
circulación la tiene en el comercio), trae consigo tanto la disolución de las relaciones de
propiedad del trabajo sobre sus condiciones de existencia, como la disolución del trabajo
mismo tratado como una de las condiciones objetivas de la produccióna; solo relaciones que
expresan un predominio tanto del valor de uso y de la producción orientada al uso
inmediato como de una entidad comunitaria real, existente aun de manera inmediata como
presupuesto de la producción.
409 La producción basada sobre el valor de cambio y la entidad comunitaria basada sobre el
intercambio de estos valores de cambio supone y produce la separación del trabajo con
Karl Marx
respecto a sus condiciones objetivas (por mas que los valores de cambio tal como vimos en
el capítulo acerca del dinero, parezcan ponerb la propiedad puramente como resultado del
trabajo, parezcan poner" como condición la propiedad privada del producto del trabajo
propio, y el trabajo como condición, general de la riquezac ).
a En
la edic. 1939, el cambio de caso del artículo determinado que acompaña a “trabajo” modifica
completamente el sentido.- b La edic. 1939 convierte una comjunción en prefijo y modifica así el sentido de
este verbo.- c Signo de cierre de parénteses ausente en la edic. 1939
Este intercambio de equivalentes tiene lugar, [si bien] es solo la capa superficial de una
producción que descansa sobre la apropiación de trabajo ajeno sin intercambio, pero bajo la
apariencia del intercambio. Este sistema del intercambio descansa sobre el capital como su
fundamento y si se lo considera separado de el, si se lo considera tal como se muestra en la
superficie, como sistema autónomo, lo que se da es una mera apariencia, pero una
apariencia necesaria. Por eso no debemos ya asombrarnos de que el sistema de los valores
de cambio —intercambio de equivalentes medidos por el trabajo— se transmute o más
bien muestre como su trasfondo oculto la apropiación de trabajo ajeno sin intercambio,
separación plena de trabajo y propiedad. Precisamente el dominio del valor de cambio
mismo y de la producción que produce valor de cambio supone capacidad ajena de trabajo
como valor de cambio —es decir, separación de la capacidad viva de trabajo con respecto a
sus condiciones objetivas; comportamiento con estas, o con su propia objetividad, como con
propiedad ajena; comportamiento con esas condiciones, en una palabra, [tratándolas] como
capital. Solo en los tiempos del ocaso de la organización feudal, donde no obstante aún se
lucha dentro de ésta —tal como en Inglaterra en el siglo XIV y en la primera mitad del XV—,
se da la época de oro del trabajo en proceso de emancipación. Para que el trabajo otra vez
vuelva a comportarse con sus condiciones objetivas como con su propiedad debe aparecer
otro sistema en lugar del sistema del intercambio privado, el cual como hemos visto, pone
el intercambio de trabajo objetivado por capacidad de trabajo y en consecuencia, la
apropiación del trabajo vivo sin intercambio. La manera en que el dinero se transforma en
capital, se hace visible a menudo históricamente en forma por complete simple y manifiesta
como cuando el mercader, p. ej., nace trabajar para si mas tejedores e hilanderos, que hasta
ese momento trabajaban en el tejido y el hilado como actividad accesoria de la agricultura,
de tal modo que convierte su actividad accesoria en ocupación central; pero de ahí en
adelante esta mas seguro de ellos y los ha convertido en trabajadores asalariados bajo su
imperio. Mudarlos entonces de sus lugares de origen y reunirlos en una casa de trabajo es
un paso posterior, en este simple proceso se ve claramente que el capitalista no ha
preparado material en bruto, ni instrumento, ni medios de subsistencia para los tejedores e
hilanderos. Todo lo que el ha hecho es limitarlos cada vez mas a un tipo de trabajo, en el
cual se vuelven dependientes de la venta, del comprador, del comerciante y finalmente solo
producen para y por intermedio de él.
410 Originariamente éste sólo compraba trabajo a través de la compra del producto: no bien
los trabajadores se han limitado a la producción de este valor de cambio y, por
consiguiente, deben producir valor de cambio inmediato, intercambiar todo su trabajo por
dinero para poder seguir existiendo, caen bajo el imperio del comerciante y finalmente
desaparece también la apariencia de que ellos le vendan a él sus productos. Él compra su
trabajo y les quita primero la propiedad del producto, enseguida también la del
instrumento o se las deja como propiedad aparente, para disminuir su propios costos de
producción. Las formas históricas originarias, en las cuales el capital aparece al comienzo
esporádica o localmente, junto a los antiguos modos de producción, pero destruyéndolos
cada vez mas por todas partes, incluyen por un lado la verdadera manufactura (aun no
fabrica); esta surge allí donde se produce en masa para la exportación, para el mercado
externo, o sea, sobre la base del gran comercio marítimo y terrestre, en los emporios de este,
Grundrisse. Cuaderno V
tales como las ciudades italianas, Constantinopla, las ciudades de Flandes, las holandesas,
algunas españolas, como Barcelona, etc. En un comienzo, la manufactura no somete a la
llamada industria urbana, sino a la industria campesino accesoria, hilandería, tejido, al
trabajo que requiere en menor grado habilidad artesanal corporativa, formación artística
artesanal. Fuera de aquellos grandes emporios, donde la producción existe ya basada en un
mercado externo y esta, en consecuencia, orientada naturalmente, por así decirlo, hacia el
valor de cambio —[hay allí] entonces manufactures conectadas directamente con la
navegación, las construcciones navales mismas, etc.—, esta se instala primeramente no en
las ciudades sino en el campo, en las aldeas no corporativas, etc. La industria campesina
accesoria contiene la amplia base de la manufactura, mientras que la industria urbana
requiere un mayor progreso de la producción para poder ser llevada a cabo dentro de una
organización fabril. Lo mismo ocurre con ramas tales de la producción como las fabricas de
vidrio, de metal, aserraderos, etc., que desde un principio requieren mayor concentración
de fuerzas de trabajo, que desde un principio utilizan mas fuerzas naturales, requieren
producción en masa e, igualmente, concentración de los medios de trabajo, etc. Lo mismo,
con las fabricas de papel, etc. Por otro lado, el surgimiento del arrendatario y la
transformación de la población agrícola en jornaleros libres. Aunque esta transformación
solo mas tardíamente se impone en el campo hasta sus ultimas consecuencias y en su forma
mas pura, comienza allí mas tempranamente. Los antiguos, que nunca salieron de la
industria propiamente urbana, nunca pudieron por ello llegar a la gran industria.
411 El primer presupuesto de esta es la inserción del campo en toda su amplitud en la
producción no de valores de uso, sino de valores de cambio. Las fabricas de vidrio, las
fabricas de papel, los establecimientos siderúrgicos, etc., no pueden organizarse en forma
corporativa. Requieren la producción en masa, la venta en un mercado general, patrimonio-
dinero por parte del empresario: no porque el cree las condiciones subjetivas u objetivas,
sino porque bajo las antiguas relaciones de propiedad y relaciones de producción esas
condiciones no pueden ser combinadas. La disolución de las relaciones de servidumbre, así
como el surgimiento de la manufactura, transforman luego cada vez mas todos los ramos
del trabajo en ramos movidos por el capital. Por cierto, en sus peones y jornaleros ajenos a
las corporaciones, las ciudades mismas también contienen un elemento para la formación
del trabajo asalariado propiamente dicho.
Si, como hemos visto, la transformación del dinero en capital supone un proceso
histórico, que ha separado las condiciones objetivas del trabajo, que las ha autonomizado
contra los trabajadores, por otra parte, el efecto del capital, una vez que el ya ha surgido, y
su proceso consisten en someter toda la producción y en desarrollar y extender por todas
partes la separación entre trabajo y propiedad, entre el trabajo y las condiciones objetivas
del trabajo. Se vera en el desarrollo posterior como el capital aniquila al trabajo artesanal, a
la pequeña propiedad de la tierra [en la] que [el propietario] trabaja, etc., y a si mismo en
aquellas formas en que no aparece en oposición al trabajo, en el pequeño capital y en las
especies intermedias hibridas, situadas entre los modos de producción antiguos (o las
formas que éstos asuman como resultado de su renovación sobre la base del capital) y el
modo de producción clásico, adecuado, 11
La única acumulación presupuesta en la génesis del capital es la del patrimonio-dinero,
que considerado en y por si mismo es enteramente improductivo, en tanto solo surge de la
circulación y solo a ella pertenece. El capital se forma rápidamente un mercado interno a
través de la aniquilación de toda la industria campesina accesoria y así hila y teje para
11 Tales desarrollos, que como es ló gico deberı́an haber sido incorporados en la secció n sobre la competencia y la
todos, a todos viste, etc., en suma, otorga la forma de valores de cambio a todas las
mercancías antes creadas como valores de uso inmediato, un proceso que se deriva por si
mismo de la separación de los trabajadores con respecto al suelo y a la propiedad (aun
cuando sea bajo la forma servil) de las condiciones de producción.
En el caso de la artesanía urbana, por mas que este esencialmente basada sobre el
intercambio y la creación de valores de cambio, el objetivo fundamental inmediato de esta
producción es la subsistencia como artesano, como maestro artesano, en consecuencia el
valor de uso, no el enriquecimiento, no el valor de cambio como valor de cambio. Por ello, en
todas partes la producción esta subordinada a un consumo presupuesto, la oferta está
subordinada a la demanda y se amplia solo lentamente
412 La producción de capitalistas y trabajadores asalariados es entonces un producto
fundamental del proceso de valorización del capital. La economía usual, que solo tiene en
vista las cosas producidas, se olvida de esto por complete En cuanto en este proceso el
trabajo objetivado es puesto al mismo tiempo como no-objetividad del trabajador, como
objetividad de una subjetividad contrapuesta al trabajador, como propiedad de una
voluntad ajena a el, el capital es al mismo tiempo necesariamente el capitalista y la idea de
algunos socialismo de que necesitamos el capital, pero no los capitalistas, es enteramente
falsa. En el concepto del capital esta puesto que las condiciones objetivas del trabajo —y
estas son el propio producto del capital— asuman frente a este una personalidad o, lo que
es lo mismo, que sean puestas como propiedad de una personalidad ajena. En el concepto
del capital esta contenido el capitalista. No obstante, este error no es de ningún modo
mayor que el de todos los filólogos, p. ej., que hablan de capital en la Antigüedad, de
capitalistas romanos, griegos. Eso es solo otro modo de decir que en Roma y Grecia el
trabajo era libre, lo que difícilmente estos señores estarían dispuestos a afirmar. El que a los
dueños de plantaciones en América no solo los llamemos ahora capitalistas, sino que lo
sean, se basa en el hecho de que ellos existen como una anomalía dentro de un mercado
mundial basado en el trabajo libre. Si se tratara de la palabra capital, que no aparece entre
los antiguos*, las hordas que aun vagan con sus manadas por las estepas del Asia
septentrional serian los mayores capitalistas, pues originariamente capital significa ganado,
por lo cual el contrato de medianería que, por efecto de la falta de capital, es aun
frecuentemente celebrado en el Sur de Francia se llama precisa y excepcionalmentea bail de
bestes à cheptel b 12 . Si nos aventuráramos en un mal latin, nuestros capitalistas o capitales
homines serian aquellos "qui debent censum de capite" c 13
* Aunque entre los griegos a la principales summa rei creditaed corresponde la άρχεία e 14
a El sentido de este adverbio es oscuro en el original.- b Arriendo de ganado. La palabra "cheptel", del latin
"capitale", designa tanto el contrato consistente en encargar el cuidado del ganado a cambio de una parte en
los beneficios, como el ganado mismo..- c Hombres que pagan una contribución por cabeza, una capitation. El
adjetivo "capitales" no puede traducirse de otro modo, sino sólo como "aquellos que pagan la contribución
por cabeza".- d El monto principal de lo prestado, o sea la parte principal de una deuda, el capital prestado, sin
incluir los intereses.- e Parece haber aquí un error hasta ahora no corregido. dado que la palabra griega que
tiene el significado de "fondo de capital" es άρχεία
En la determinación del concepto de capital se presentan dificultades que no existen
12 Cf. Glossarium Mediw et Infimae Latinitatis conditum a Carolo Dufresne Domino Du Cange cum supplementis
integris Monachorum Ordinis S. Benedicti D. T. Carpenterii, Adelungii, aliorum, suisque digessit G.A.L. Henschel.
Parisiis, 1842, Tomus secundus, p. 139 vide supra: "2, Capitale, Debitr pecunice caput". Extractos en el mismo
cuaderno no datado ni numerado, cuya redacció n es de aproximadamente febrero-marzo de 1858 en Londres,
y que contiene los extractos de Aristó teles, De republica etc., y Ethica Nicomachea.
13 Cf. ibídem, p. 139.
en el caso del dinero: el capital es esencialmente el capitalista, pero, al mismo tiempo, es, a
su vez, capital en cuanto elemento diferente del capitalista o [sea en cuanto] producción
en general. Así, encontraremos mas adelante que bajo el capital se subsumen muchos [
elementos ] que, de acuerdo con su concepto, no parecen entrar dentro de él.
413 El capital se presta, p. ej. Se lo acumula, etc. En todas estas descripciones parece ser una
mera cosa y coincidir completamente con la materia en que consiste. Pero esto y otras cosas
se aclararan en el curso del desarrollo [del tema]. (Notemos al pasar y por diversión lo que
sigue: el buen Adam Müller, quien toma muy míticamente todas las maneras figuradas de
hablar, ha oído [ mencionar ] en la vida corriente el capital viviente en contraposición con el
capital muerto y cubre esto de atavíos teosóficos15 . El rey Ethelstan 16 le podía haber
enseñado al respecto: Reddam de meo proprio decimas Deo tam in Vivente Capital (ganado
vivo), quam in mortuis fructibus terræ a (frutos muertos de la tierra).17 El dinero permanece
siempre como la misma forma en el mismo sustrato y por eso es fácil que se lo conciba
como mera cosa. Pero una misma cosa, mercancía, dinero, etc., puede representar capital o
rédito, etc. De tal modo, resulta claro incluso para los economistas que el dinero no es algo
tangible, sino que la misma cosa puede ser subsumida ya bajo la determinación del capital,
ya bajo otra determinación contrapuesta y que de acuerdo con esto es o no es capital. Es,
entonces, manifiestamente una relación y solo puede ser una relación de producción.
Hemos visto como la verdadera naturaleza del capital solo se hace presente al final del
segundo ciclo. Lo que ahora tenemos que considerar es el ciclo mismo o la rotación del
capital. Originariamente la producción parecía estar mas allá de la circulación y la
circulación mas allá de la producción. El ciclo del capital —la circulación puesta como
circulación del capital— abarca ambos momentos. En el, la producción aj)arece como punto
final e inicial de la circulación y viceversa. La autonomía de la circulación se ha rebajado a
una mera apariencia, al igual que el-estar-mas-allá de la producción.
a De mis recursos devolveré la decima parte a Dios, tanto en ganado vivo como en frutos muertos de la
El intercambio de trabajo por trabajo descansa sobre la carencia de propiedad por parte
del trabajador
[[A lo anterior agregar aún una observación: el intercambio de equivalentes, que
parece suponer la propiedad del producto del propio trabajo y, por lo tanto, parece poner
como idénticas la apropiación a través del trabajo, el efectivo proceso económico del hacer-
propio, con la propiedad del trabajo objetivado; lo que antes aparecía como proceso real,
aquí, reconocido como relación jurídica, es decir, reconocido como condición general de la
producción y, por lo tanto, reconocido legalmente, puesto como expresión de la voluntad
general, se transmuta, se muestra a través de una dialéctica necesaria como separación
absoluta de trabajo y propiedad y apropiación de trabajo ajeno sin intercambio, sin
equivalente.
414 La producción basada sobre el valor de cambio, en cuya superficie ocurre ese cambio libre
e igual de equivalentes es, en su base, intercambio de trabajo objetivado como valor de
cambio por el trabajo vivo, como valor de uso o, expresando esto de otra manera,
comportamiento del trabajo con sus condiciones objetivas —y, en consecuencia, con su
objetividad creada por el mismo— como con una propiedad ajena: enajenación del trabajo.
15 Cf. A. MULLER, Die Elemente der Staatskunst, cit., parte I, pp. 226-241.
16 Cf. Glossarium etc., Tomus secundus, p. 140, donde se lee "Capitale vivens, in legibus Aethelstani: Reddam de meo
proprio decimas Deo, tam in vivente capitali, quam in mortuis fructibus terror".
17 . No se especifica el sitio de esta nota
Karl Marx
Por otro lado, la condición del valor de cambio es su medición por medio del tiempo de
trabajo y, por ello, el trabajo vivo —no su valor— como medida de los valores. El que la
producción y en consecuencia la sociedad, en todos los estados de la producción, descansa
sobre el intercambio de mero trabajo por trabajo es una delusiona . En las diversas formas
en que el trabajo se comporta con sus condiciones de producción como con su propiedad, la
reproducción del trabajador no es puesta de ningún modo a través del mero trabajo, pues
su relación de propiedad no es el resultado, sino el presupuesto de su trabajo. En la
propiedad de la tierra esto es claro; en la organización corporativa también debe resultar
claro que el tipo particular de propiedad que constituye el trabajo, no se basa sobre el mero
trabajo o el intercambio de trabajo, sino sobre una conexión objetiva del trabajador con una
entidad comunitaria y con condiciones que el encuentra y de las cuales el parte como de su
base. Ellas son también producto de un trabajo, de un trabajo histórico universal, el trabajo
de la entidad comunitaria, de su desarrollo histórico, que no parte del trabajo del individuo
ni del intercambio de su trabajo. Por ello el mero trabajo no es tampoco presupuesto de la
valorización. Un estado en el cual se cambia mero trabajo por trabajo sea bajo la forma
directamente viva, sea como producto, supone la separación del trabajo con respecto a su
amalgama originaria con sus condiciones objetivas, por lo cual, por un lado, aparece como
mero trabajo, por el otro, su producto, en tanto trabajo objetivado, logra frente a el una
existencia enteramente autónoma. El intercambio de trabajo por trabajo —aparentemente
la condición de la propiedad del trabajador— descansa sobre la carencia de propiedad por
parte del trabajador en cuanto base del trabajo. ]]
a Ilusión
415 (Analizaremos mas adelante como la forma mas extrema de la enajenación, en la cual el
trabajo, la actividad productiva, aparece respecto a sus propias condiciones y su propio
producto en la relación del capital con el trabajo asalariado, es un punto de pasaje necesario
y por ello contiene en si, aun cuando
en forma invertida, apoyada sobre la cabeza, la disolución de todos los presupuestos
limitados de la producción y, mas bien, produce y crea los presupuestos no condicionados de
la producción y, por ello, las condiciones materiales plenas para el desarrollo universal,
total, de las fuerzas productivas de los individuos.)
Grundrisse. Cuaderno V continuación
CUADERNO V
ponen alternativamente como supuesto y condició n. Cada capital, considerado en sı́ mismo,
se resuelve en trabajo muertoa que como valor se ha vuelto autónomo frente al trabajo vivo.
En ú ltima instancia ningú n capital contiene otra cosa que trabajo, si hacemos salvedad de la
materia natural, carente de valor. La introducció n, aquı́, de muchos capitales, no debe
perturbar nuestro aná lisis. La relació n entre los muchos capitales, antes bien, se aclarará
luego que hayamos considerado lo que todos tienen en comú n: ser capital.]]
a En el manuscrito, "lebendige" ("vivo") en lugar de "tote"
comprometido
El segundo momento es el lapso que transcurre desde el capital ya transformado en
producto [[hasta]] su transformació n en dinero. De la velocidad con que se recorre este
lapso, o de su duració n, depende evidentemente la cantidad de veces que, en un tiempo
dado, el capital puede recomenzar el proceso de producció n, la autovalorizació n.
Supongamos que un capital —digamos que originariamente de 100 tá leros— ejecuta 4
Grundrisse. Cuaderno V continuación
giros en un añ o; que la ganancia sea cada vez del 5% de sı́ mismo; si el nuevo valor no se
capitaliza a su vez, es lo mismo que si un capital de una masa 4 veces mayor, digamos de
400, realiza con la misma tasa porcentual un solo giro en un añ o; en cada caso, 20 tá leros a.
A igualdad de todas las demá s condiciones de producció n, pues, la velocidad de la
circulació n suple la masa del capital.
418 Del mismo modo, si un valor 4 veces menor se realiza 4 veces como capital en el mismo
perı́odo en que un valor 4 veces mayor só lo se realiza una vez corno capital, la ganancia —la
producció n de plusvalı́a— por parte del capital menor será tan grande —por lo menos tan
grande—, como por parte del mayor. Decimos que por lo menos. Puede ser mayor, ya que es
posible emplear nuevamente como pluscapital el plusvalor mismo. Supongamos, a modo de
ejemplo, que en un capital de 100 el beneficio (por razones de cá lculo anticipamos aquı́ esta
forma de la plusvalı́a) es cada vez de 10%, sea cual sea la frecuencia de la rotació n.
Tendrı́amos entonces que al té rmino de los primeros 3 meses serı́a de 110; de los segundos,
121; de los terceros 135 1/10 b y de la ú ltima rotació n 148 61/100 C mientras que en el
caso de un capital de 400 co. una rotació n anual serı́a só lo de 440. En el primer caso la
ganancia es = 48 61/100 d ; en el segundo es só lo = 40. (Que el supuesto sea falso, por
cuanto el capital en cada ampliació n no aporta la misma tasa de beneficio, no invalida el
ejemplo, ya que aquı́ no nos incumbe el monto del excedente, sino exclusivamente que en el
primer caso sea má s de 40, como efectivamente lo es.)
a En ed 1939, en vez de "20 Tlr." ("20 tá leros") decı́a "20%".- b En lugar de "135 1/ ", deberı́a decir "133
. 10
1/
10".- En lugar de "148 /100" deberı́a decir "146 /100".- En lugar de "48 /100" deberı́a decir "46 /100"
C 61 41 d 61 41
la fase de circulació n del otro. Su simultaneidad es una condició n para que no se restrinja la
producció n de a; el lanzamiento simultá neo de sus propios elementos, por los cuales é l ha
de intercambiarse en la producció n y circulació n. Pongamos un ejemplo. En el ú ltimo tercio
del siglo XVIII el proceso de hilado a mano no estaba en condiciones de suministrar, en el
volumen requerido, materia prima para los tejidos, o, lo que es lo mismo, el proceso de
hilado no podı́a hacer que el lino o el algodó n recorrieran el proceso de producció n, su
transformació n en hilado, con la simultaneidad requerida, o sea con una velocidad
simultá nea. La consecuencia fue el invento de la má quina de hilar, que en el mismo tiempo
de trabajo suministraba un producto enormemente mayor o, lo que es la misma cosa, para
el mismo producto requerı́a un tiempo de trabajo incomparablemente menor, una
permanencia desproporcionadamente menor en el proceso de hilado. Todos los momentos
del capital que aparecen implı́citos en é l si se le considera segú n su concepto universal,
adquieren una realidad autó noma, y se manifiestan, tan só lo cuando aqué l se presenta
realmente como muchos capitales. Es solamente ahora cuando la viviente organizació n
interna, que tiene lugar en el seno de la competencia y gracias a ella, se desarrolla
ampliamente. ]] Si consideramos en su totalidad la circulació n del capital, se nos presentan
cuatro momentos, o si consideramos los dos grandes momentos del proceso de producció n
y del proceso de circulació n como dos momentos, cada uno de los mismos se escinde a su
vez en dos: podemos partir ora de la circulació n, ora de la producció n. Segú n se ha dicho, la
circulació n misma es un momento de la producció n, ya que no es sino gracias a é sta que el
capital se vuelve capital; la producció n no es má s que un momento de la circulació n en la
medida en que esta misma se considera como conjunto del proceso de producció n.
420 Los momentos son: I) El proceso real de producció n y su duració n. II) Transformació n del
producto en dinero. Duració n de esta operació n. III) Transformació n del dinero, en las
proporciones adecuadas, en materia prima, medios de trabajo y trabajo; en suma, en los
elementos del capital como productivos. IV) El intercambio de una parte del capital por
capacidad viva de trabajo puede considerarse como un momento particular, y debe
considerá rsele ası́, puesto que el mercado laboral se rige por otras leyes que las del produce
market a, etc. Aquı́ la població n es lo esencial; no la absoluta, sino la relativa. Tal como se ha
dicho, no tomamos en consideració n aquı́ el momento I), puesto que coincide en general
con las condiciones de la valorizació n. El momento III) só lo puede tenerse en cuenta cuando
el aná lisis se centra no en el capital en general, sino en muchos capitales. El momento IV)
corresponde a la secció n sobre el salario, etc.
Aquı́ hemos de ocuparnos ú nicamente del momento II. En la circulació n monetaria se
daba só lo una alternancia formal del valor de cambio como dinero y mercancı́a. Aquı́
tenemos el dinero, la mercancía como condición de la producción, y por ú ltimo el proceso de
producció n. Los momentos tienen aquı́ un contenido bien distinto. La diferencia en la
rotació n del capital, tal como aqué lla está puesta en II) —ya que la misma no depende ni de
una mayor dificultad en el intercambio con el trabajo, ni de un retraso debido a una
presencia no simultá nea de materia prima e instrumento b, ni de la diferente duració n del
proceso productivo— só lo podrı́a derivar, pues, de mayores c dificultades en la valorizació n.
Evidentemente, é ste no es un caso inmanente, surgido de la relació n misma, sino que aquı́,
donde consideramos el capital en general, coincide con lo que hemos dicho de la
desvalorizació n que al mismo tiempo resulta ser una valorizació n. Nadie funda una
empresa basá ndose en que le será más difícil que a otra colocar sus productos. Si esto se
debiera a que el mercado es menor, no se emplearı́a un capital mayor —como se ha dado
por supuesto— sino menor que en el caso de la empresa con mercado mayor. Pero la
dificultad podrı́a tener que ver con la mayor lejanía del mercado en el espacio, y por
consiguiente con un returnd má s tardı́o. El tiempo má s prolongado que requerı́a el capital a
Grundrisse. Cuaderno V continuación
para valorizarse, dimanaba aquı́ de la mayor distancia espacial que debı́a recorrer, luego del
proceso de producció n, para intercambiarse como M por D. Pero en el caso, por ejemplo, de
un producto fabricado para China, ¿no se puede considerar que el producto, su proceso de
producció n, tan só lo está terminado cuando se le pone, en el mercado chino? Sus costos de
valorizació n aumentarı́an por los costos de transporte de Inglaterra a China. (Aquı́ no se
puede hablar aú n de la compensació n por el perı́odo má s prolongado que el capital ha
permanecido improductivo, puesto que para ello deben estar presupuestas las formas
secundarias y derivadas de la plusvalı́a: el interé s.) Los costos de producció n se resolverı́an
en el tiempo de trabajo objetivado en el proceso inmediato de producció n + el tiempo de
trabajo contenido en el transporte.
a Mercado de productos.- b En ed. 1939, "Rohstoff und Rohmaterial" ("materia puma y material en bruto")
en vez de "Rohstoff und lnsuument".- c En ed. 1939, "piossen" ("grandes") en lugar de "gró ssren".- d
Rendimiento
421 El problema actual es ante todo el siguiente: conforme a los principios que hasta ahora
hemos enunciado, ¿puede extraerse una plusvalı́a sobre los costos de transporte? Dejemos a
un lado la parte constante del capital consumida en el transporte, barco, carro, etc., y todo lo
que se requiere para su utilizació n, puesto que este elemento no aporta nada a la cuestió n y
es indiferente que se le ponga = 0 6 = x. Ahora bien, ¿es posible que en los costos de
transporte haya plustrabajo y, por tanto, que el capital pueda extraer de ellos plusvalor? Se
responde fá cilmente a esto mediante la pregunta: ¿cuá l es el trabajo necesario o el valor en
que é ste se objetiva? El producto debe pagar 1) su propio valor de cambio, el trabajo que
está objetivado en é l mismo; 2) el plustiempo que el marinero, carretero, etc., emplea en el
transporte de aqué l. Que consiga o no extraer ese plustiempo depende de la riqueza del paı́s
al que lleva el producto y de su necesidad, etc., del valor de uso que tenga el producto para
ese paı́s. En la producció n inmediata es claro que todo el plustrabajo que el fabricante hace
hacer al obrero significa plusvalor para el primero, puesto que se trata de trabajo objetivado
en nuevos valores de uso y que al fabricante nada le ha costado. Pero es evidente que en el
transporte no puede emplear al obrero má s tiempo del que el transporte requiere. Si lo
hiciera, desperdiciarı́a el tiempo de trabajo en lugar de valorizarlo, esto es, en lugar de
objetivarlo en un valor de uso. El marinero, el carretero, etc., só lo necesitan medio añ o de
tiempo de trabajo (si es é sta generally a la proporció n del tiempo necesario para la
subsistencia) para vivir un añ o; el capitalista los emplea un añ o entero y les paga medio.
a Por lo general
Como el ú ltimo carga sobre el valor de los productos transportados un añ o entero de
tiempo de trabajo, pero paga solamente 1/2, gana una plusvalı́a de 100 % sobre el trabajo
necesario. El caso es exactamente igual al de la producció n inmediata, y la plusvalı́a
originaria del producto transportado só lo puede obedecer a que no se paga una parte del
tiempo de transporte a los obreros, ya que aqué lla es plustiempo, está por encima del
trabajo necesario para vivir. El hecho de que a este o aquel producto lo encarezcan de tal
modo los costos de transporte que no se le pueda intercambiar —a causa de la
desproporció n entre el valor del producto y su plusvalı́a como producto transportado,
cualidad que desaparece en é l no bien arriba al lugar de destino-- en absoluto modifica la
cosa. Si un fabricante debiera poner en movimiento toda su maquinaria para elaborar libra
de hilado, subirı́a tanto el valor de esta libra que difı́cilmente encontrarı́a salida.
422 El encarecimiento de productos extranjeros, ası́ como su reducido consumo en la Edad
Media, obedecen a esta causal. Extraer metales de las minas o transportar mercancı́as al
lugar de su consumo; en ambos casos estamos ante un movimiento en el espacio. El
mejoramiento de los medios de transporte y comunicació n cabe asimismo en la categorı́a
del desarrollo de las fuerzas productivas en general. Que pueda depender del valor de los
productos en qué medida é stos pueden absorber los costos de transporte; que ademá s sea
Karl Marx
necesario el transporte masivo para reducir aquellos costos —un buque de 100 toneladas
de capacidad puede llevar con los mismos costos de transporte a 2 y 100 toneladas, etc.— y
hacer que los medios de comunicació n sean rentables, etc., nada de esto nos concierne aquı́.
(Con todo, será necesario dedicarles a los medios de comunicació n una secció n especial, ya
que constituyen una forma del capital fixe b que tiene leyes propias de valorizació n.) Si
imaginamos un mismo capital que produzca y transporte, ambos actos quedará n incluidos
en la producció n inmediata, y la circulació n tal como la habı́amos considerado hasta ahora,
es decir la transformació n en dinero tan pronto el producto adquiere su forma ú ltima para
el uso, su forma apropiada para circular, só lo comenzarı́a despué s de llegar a su lugar de
destino. El return c diferido de este capitalista —a diferencia de otro que coloque su
producto en la plaza— se resolverı́a en otra forma de mayor uso de capital fixe, de la cual
aú n no hablamos aquı́.
Tanto da que A requiera 100 tá leros má s que B de instrumentos o que necesite 100
tá leros má s para llevar su producto d al lugar de destino, el mercado. En ambos casos se
utiliza un capital fixe mayor, má s medios de producció n que se consumen en la producció n
inmediata. En este respecto, no estarı́amos aquı́ ante un case e inmanente; cabrı́a má s bien
en el tratamiento de la diferencia entre capital fixe y capital circulant.
a En edic. 1939, "Produktionskosten" ("costos de producció n") en vez de " Transportkosten".- b Capital fijo.-
c Retorno; reflujo.- d En edic. 1939 “Geld” (“dinero”) en lugar de “Produkt”.- e Caso
Costos de circulación — Medios de comunicación y de transporte. (División de las ramas de
trabajo.) (Asociación de muchos obreros. Fuerza productiva de esta asociación.) (Cooperación
masiva.) — Condiciones generales de la producción, a diferencia de las particulares
Otro momento se inserta aquı́: los costos de circulación, que no caben en el concepto
simple de la circulació n y aú n no nos conciernen en absoluto. Los costos de circulación que
derivan de la circulació n como acto econó mico —en cuanto relació n de producció n, y no
directamente en cuanto momento de la producció n, tal como es el caso en los medios de
transporte y comunicación—, no pueden ser tratados antes de enfocar el interé s y en
particular el cré dito.
423 La circulació n, tal como la consideramos [[aquı́]], es un proceso de transformació n, un
proceso cualitativo del valor, tal cual é ste se presenta en las formas diferentes de dinero,
proceso de producció n (de valorizació n), producto y reconversió n en dinero y pluscapital.
[[Lo es]] en la medida que dentro de ese proceso de transformació n en cuanto tal —en este
trá nsito de una determinació n a otra— se regeneran nuevas determinaciones. Los costos de
la circulació n no está n incluidos necesariamente, por ejemplo, en la transició n de producto
a dinero. Pueden ser = 0.
En la medida, empero, en que la circulació n misma trae aparejados costos, en la medida
en que requiere plustrabajo, aparece ella misma como incluida en el proceso de producció n.
En este aspecto la circulació n aparece como momento del proceso inmediato de
producció n. En la producció n orientada directamente al uso y que no intercambia má s que
el excedente, los costos de circulació n só lo afectan el excedente, no el producto principal.
Cuanto má s se funda la producció n en el valor de cambio, y por tanto en el intercambio,
tanto má s importantes se vuelven para ella las condiciones fı́sicas del intercambio: los
medios de comunicació n y transporte. El capital, por su naturaleza, tiende a superar toda
barrera espacial. Por consiguiente la creació n de las condiciones fı́sicas del intercambio —
de los medios de comunicació n y de transporte— se convierte para é l, y en una medida
totalmente distinta, en una necesidad: la anulació n del espacio por el tiempo. Por cuanto en
los mercados remotos el producto inmediato só lo puede valorizarse masivamente en la
medida en que disminuyan los costos de transporte, y por cuanto, de otra parte, los medios
Grundrisse. Cuaderno V continuación
Para que el capital singular se haga cargo de esa tarea, esto es, cree aquellas condiciones
del proceso de producción inmediato que quedan fuera del mismo, es necesario que el
trabajo se valorice.
En el supuesto de que exista determinado camino entre A y B (aquı́ el terreno no ha de
costar nada), el mismo no contiene má s que un determinado cuanto de trabajo, o sea valor.
Tanto da que sea el capitalista o el estado el que lo construya. ¿El capitalista, pues, gana
aquı́, ya que genera plustrabajo y por tanto plusvalor? * Por de pronto, apartemos del
camino lo que es puzzling a, aquello que deriva de su cará cter de capital fixe. Supongamos
que el camino pudiera venderse at once b, como un traje o una tonelada de hierro. Si la
producció n del camino insume, digamos, 12 meses, su valor será 12 meses. Si el general
standard of labour c es tal que el trabajador puede vivir, pongamos por caso, de 6 meses de
trabajo objetivado, ese trabajador, suponiendo que construyese é l todo el camino, habrı́a
creado para sı́ un plusvalor de 6 meses de trabajo; o si la comunidad construyera el camino
y el trabajador só lo quisiera trabajar el tiempo necesario. habrı́a que agregar otro
trabajador que estuviera en actividad 6 meses. El capitalista, por el contrario, fuerza a un
trabajador a que trabaje 12 meses y le paga 6. La parte del valor del camino que contiene su
plustrabajo constituye el beneficio del capitalista. La forma real bajo la cual se presenta el
pro-.. ducto no debe perturbar en absoluto la fundamentació n de la teorı́a del valor
mediante el tiempo de trabajo objetivado. Pero la cuestió n es, precisamente, si el capitalista
puede valorizar el camino, y si podrı́a realizar el valor de é ste mediante el intercambio. Esta
interrogante se plantea, desde luego, en el caso de cada producto, pero cuando se trata de
las condiciones generales de producció n adopta una forma especial.
* Pasaje tachado: " ¡No, sin duda! ¿De dó nde, entonces, procede su beneficio? El pú blico le paga intereses y
beneficio. En la medida en que el camino le facilita a la producció n el intercambio, es una fuerza productiva, no
un valor, = valor de uso para el acto de la producció n"
a Nebuloso, desconcertante.- b De inmediato.- c Nivel general del trabajo
construirlo y hay que pagarlo, en la medida en que es menester intercambiar sus costos cle
producció n por el valor del camino. Surge a la existencia merced a cierto consumo de
trabajo, medios de trabajo, materias primas, etc. Es indiferente que la construcció n se
efectú e mediante prestaciones personales o mediante impuestos. Se le construye só lo
porque es un valor de uso indispensable para la comunidad, porque é sta lo necesita à tour
prixa (a a toda costa).
425 Tratase, por cierto, de un plustrabajo que el individuo tiene que ejecutar, ora bajo la forma
de la prestació n, ora bajo la forma mediada del impuesto sobre el trabajo directo necesario
para su subsistencia. Pero en la medida en que es necesario para la comunidad, y para cada
individuo como miembro de la misma, no es un plustrabajo ejecutado por é l, sino una parte
de su trabajo. necesario, del trabajo que es imprescindible para que é l se reproduzca como
miembro de la comunidad y con ello reproduzca la entidad comunitaria misma, la cual es a
su vez una condició n general de la actividad productiva del individuo. Si el tiempo de
trabajo se consumiera ı́ntegramente en la producció n inmediata (o, para expresarlo de
manera mediata, si fuera imposible recaudar impuestos suplementarios para este fin
determinado), el camino habrı́a de quedar sin construir. Si se considera a la sociedad como
si fuese un individuo, el trabajo necesario consistirı́a en la suma de todas las funciones de
trabajo especiales, a las cuales la divisió n del trabajo ha vuelto autó nomas. El individuo
ú nico tendrı́a, por ejemplo, que emplear tanto tiempo en la agricultura, tanto en la
industria, tanto en el comercio, tanto en la elaboració n de instrumentos, tanto —para volver
a nuestro tema— en la construcció n vial y los medios de comunicació n. Todas estas
necesidades se resuelven en una cantidad determinada de tiempo de trabajo que debe
orientarse hacia fines diversos y consumirse en actividades particulares. La cantidad de
tiempo de trabajo que se puede emplear depende del cuanto de capacidad laboral (= a la
masa de los individuos capaces de trabajar que constituyen la sociedad) y del desarrollo de
la fuerza productiva del trabajo (de la masa de productos (valores de uso) a que é ste puede
crear en un tiempo dado). El valor de cambio, que presupone una divisió n del trabajo má s o
menos desarrollada segú n el grado de los intercambios mismos, presupone que. en vez de
que el individuo ú nico (la sociedad) ejecute diferentes trabajos y emplee su tiempo de
trabajo de diferentes maneras, el tiempo de trabajo de cada individuo se dedique a las
funciones particulares necesarias. Si hablamos del tiempo de trabajo necesario aparecen
como necesarios los diversos ramos de trabajo particulares. Esta necesidad recı́proca está
mediada por el intercambio, sobre la base del valor de cambio, y se manifiesta precisamente
en que cada trabajo objetivado particular, cada tiempo de trabajo particularmente
especificado y materializado, se intercambia por el producto y sı́mbolo del tiempo de
trabajo general, del tiempo de trabajo objetivado a secas, por dinero, y de esta suerte puede
intercambiarse de nuevo por cualquier trabajo particular. Esta necesariedad misma es
cambiante, puesto que tambié n las necesidades son producidas, al igual que los productos y
las destrezas en el trabajo. Dentro de estas necesidades se da un má s y un menos.
426 Cuanto má s las necesidades histó ricas —necesidades generadas por la producció n misma,
necesidades sociales que son ellas mismas el offspring de la social production e intercourse
b— son puestas como necesarias, tanto mayor es el desarrollo de la riqueza real. La riqueza,
artesanado, etc., se presentan como necesidad para la agricultura. Só lo es posible procurarle
el guano, digamos, mediante la exportació n de artı́culos de seda.
a El té rmino "valores de uso" está escrito, sin signos de inclusió n, sobre "masa de productos", b El resultado
428 Puede ocurrir que se forme una clase especial de constructores de caminos, empleada por
el estado*, o que con ese fin se utilice una parte de. la població n ocasionalmente
desocupada, con cierto nú mero de maestros de obras, etc., que empero trabajan no como
capitalistas, sino como menials a má s especializados. (Acerca de la situació n de este trabajo
calificado, etc., ver má s adelante.) Los Trabajadores son asalariados, entonces, pero el
estado no los emplea como tales, sino como menial servants b.
Para que el capitalista, pues, emprenda la construcció n vial como negocio, a su costa**, se
requieren diversas condiciones, todas las cuales coinciden en é sta: que el modo de
producció n fundado en el capital se haya desarrollado hasta su má s alto nivel.
* Los romanos tenı́an en el ejé rcito una masa —pero ya separada del conjunto del pueblo— disponible y
disciplinada para el trabajo, y cuyo plustiempo pertenecı́a al estado; a é ste le vendı́an asimismo todo su
tiempo de trabajo por un salario; intercambiaban toda su capacidad laboral por un salario indispensable para
la conservació n de su vida, tal cual lo hace el obrero con el capitalista. Esto es vá lido para la é poca en que el
ejé rcito romano ya no era un ejé rcito ciudadano, sino mercenario. Por parle de los soldados se da aquı́,
igualmente, una venta libre del trabajo. Pero el estado no lo adquiere con vistas a la producció n de valores. Y
ası́, aunque la forma del salario pueda parecer que se encuentra originariamente en los ejé rcitos, este sistema
mercenario, sin embargo, difiere esencialmente del trabajo asalariado. Cierta similitud deriva de que el estado
utiliza el ejé rcito para acrecentar su poder y su riqueza
** Cuando el estado confı́a las tareas de este tipo a concesionarios públicos, ello ocurre siempre, empero,
mediante prestaciones de trabajo o impuestos
a Siervos, sirvientes.- b Siervos domé sticos
Primero: se da por supuesta una magnitud del capital, del capital concentrado en sus
manos, como para poder emprender trabajos de tales proporciones y de rotació n y
valorizació n tan lentas. Por consiguiente, las má s de las veces capital por acciones,
modalidad bajo la cual el capital se ha elaborado hasta su forma ú ltima, en la cual está
puesto no solamente en sí, segú n su sustancia, sino segú n su forma como fuerza y producto
social. Segundo: se exige de é l que reditú e intereses, no beneficios (puede redituar má s que
intereses, pero no es necesario).
429 Aquı́ aú n no cabe investigar má s este punto. Tercero: como supuesto, un trá fico tal —
comercial, ante todo—, que haga rentable el camino, esto es, que el precio que se exija por el
uso del camino valga tanto valor de cambio para los productores o suministre tal fuerza
productiva que les permita pagarla tan cara. Cuarto: que ha de gastarse en estos artı́culos de
locomoció n una parte de los ré ditos obtenidos por la riqueza que los aprovecha. Los
esenciales, empero, siguen siendo estos dos supuestos: 1) un capital, disponible en el
volumen requerido para este objetivo y que se dé por satisfecho con un interé s; 2) para los
capitales productivos, para el capital industrial, pagar el precio por una ruta debe significar
una valorizació n de sı́ mismos. Ası́, por ejemplo, el primer ferrocarril entre Liverpool y
Manchester, que se convirtió en una necesidad de producció n para los cottonbrokers a de
Liverpool y aun má s para los manufacturers b de Manchester*.
Grundrisse. Cuaderno V continuación
* La competencia puede suscitar la necesidad de los ferrocarriles, por ejemplo, en un paı́s en el cual el
desarrollo alcanzado hasta entonces por las fuerzas productivas aú n no la habrı́a planteado. El efecto de la
competencia entre naciones corresponde a la secció n sobre el comercio internacional. Se manifiestan aquı́, de
manera especial, los efectos civilizadores del capital
a Corredores algodoneros.- b Fabricantes
Por lo demá s, el estado mismo y sus dependencias caen dentro de estas deducciones del
rédito, dentro, por ası́ decirlo, de los costos de consumo del individuo, de los costos de
producció n de la sociedad. Un camino, incluso, puede acrecentar las fuerzas productivas de
tal manera que cree un trá fico gracias al cual pase a ser rentable. Puede haber trabajos e
inversiones que sean necesarios sin ser productivos en el sentido del capital, esto es, sin que
el plustrabajo contenido en ellos se realice como plusvalor a travé s de la circulació n, a travé s
Karl Marx
del intercambio. Si un obrero, pongamos por caso, durante el añ o trabaja diariamente 12
horas en un camino y el tiempo necesario de trabajo es en general y promedialmente = 6
horas, habrá ejecutado un plustrabajo de 6 horas. Pero si el camino no se puede vender a 12
horas, quizá s apenas a 6, la construcció n del mismo no constituye una empresa para el
capital, la construcció n vial no es para é ste un trabajo productivo. El capital ha de estar en
condiciones de vender el camino (el momento y forma de la venta de ningú n modo nos
conciernen aquı́), de manera que se valorice tanto el trabajo necesario como el plustrabajo,
o que del fondo general de los beneficios se le adjudique una parte de los plusvalores, tal
como si hubiera creado un plusvalor.
431 Investigar más adelante esta relación, cuando toque analizar el beneficio y el trabajo
necesario. El má s alto desarrollo del capital ocurre cuando las condiciones generales del
proceso social de producció n no se crean a partir de una deducción del rédito social, de los
impuestos estatales —donde es el ré dito, y no el capital, el que aparece como labour funds a
y el obrero, aunque es un asalariado libre corno cualquier otro, desde el punto de vista
econó mico, está sin embargo en otra relació n--, sino del capital en cuanto capital. Ello
revela, por un lado, el grado en que el capital ha sometido a su dominio todas las
condiciones de la producció n social, y por otro lado, consiguientemente, en qué medida está
capitalizada la riqueza social reproductiva y se satisfacen todas las necesidades bajo la
forma del intercambio; tambié n las necesidades del individuo puestas como sociales, esto es,
las que satisface y experimenta b, colectivamente, con otros —y cuyo modo de satisfacció n c
es, por su naturaleza, social—, tambié n é stas son no só lo satisfechas d sino tambié n
producidas a travé s del intercambio. En el caso ya mencionado del camino, la construcció n
de é ste ha de ser tan ventajosa como para que determinado tiempo de trabajo convertido en
camino reproduzca la capacidad laboral del trabajador exactamente como si el mismo la
hubiera transformado en la agricultura. El valor se determina por el tiempo de trabajo
objetivado, sea cual fuera la forma que é ste adopte. Dependerá empero del valor de uso en
el cual está realizado el valor, el que é ste sea realizable. Se da por supuesto aquı́ que el
camino constituye una necesidad para la colectividad. de lo cual se desprende que está
presupuesto el olor de uso.
a Fondo
de trabajo.- b Literalmente, "consume y necesita" ("konsumiert und be darf").- c Literalmente,
"consumo" .("konsum").- d Literalmente, "consumidas" ("konsumiert")
Por lo demá s, para que el capital emprenda la construcció n del camino está presupuesto
no só lo que se parará el tiempo de trabajo necesario, sino tambié n el tiempo de plustrabajo
durante el cual trabaja el obrero; o sea su beneficio. (A menudo el capitalista arranca este
pago mediante aranceles proteccionistas, monopolios, coerció n estatal, mientras que los
actores individuales del intercambio, en un ré gimen de libre cambio, pagarı́an a lo sumo el
trabajo necesario.) Es muy posible que haya tiempo de plustrabajo disponible y que no se le
pague (lo que tambié n puede sucederle a cualquier capitalista individual). Allí donde
domina el capital casi como allı́ donde prevalece la esclavitud y la servidumbre o las
prestaciones serviles de cualquier gé nero), el tiempo de trabajo absoluto del trabajador está
puesto para él como condición de que se le permita efectuar el trabajo necesario, esto es, de
poder realizar para sí, en valores de uso, el trabajo necesario para la conservación de su
capacidad laboral.
432 En cada tipo de trabajo la competencia hace que el trabajador deba trabajar el tiempo
completo; por tanto, tiempo de plus‑ abajo. Puede darse el caso, sin embargo, de que este
tiempo de plustrabajo, aunque contenido en el producto, sea imposible de intercambiar.
Para el obrero mismo —comparado con los demá s asalariados— se trata de plustrabajo.
Para el usuario es trabajo que, ciertamente, tiene un valor de uso para é l, como lo tiene por
ejemplo su cocinero, pero no un valor de cambio, por lo cual no existe la distinció n entera
Grundrisse. Cuaderno V continuación
entre tiempo de trabajo necesario y tiempo de plustrabajo. El trabajo puede ser necesario y
no ser productivo. Por consiguiente, todas las condiciones generales, colectivas de la
producció n mientras tanto no pueda ocurrir su creació n por el capital en cuanto tal, bajo
sus condiciones— se cubren con una parte del ré dito nacional, del erario pú blico, y los
obreros no se presentan como trabajadores productivos, aunque aumenten la fuerza
productiva del capital.
El resultado de nuestra digresió n es, por lo demá s, que la producció n de medios de
comunicació n, de las condiciones fı́sicas de la circulació n, entra en la categorı́a de
producció n del capital fixe, por lo cual no constituye caso particular alguno. Só lo que,
paralelamente, se ha abierto ante nosotros la perspectiva —que a esta altura de las cosas
aú n no podemos trazar rigurosamente— de una relación específica entre el capital y las
condiciones generales, colectivas de la producción social, a diferencia de las del capital
particular y de su proceso particular de producción.
Transportar al mercado (condición espacial de la circulación) forma parte del proceso de
producción. Momento temporal de la circulación: el crédito. — El capital es capital
circulant. — La circulación monetaria, mera apariencia. —Sismondi. Cherbuliez. (Capital.
Diferentes partes constitutivas del mismo.)
La circulación se efectúa en el espacio y en el tiempo. Desde el punto de vista econó mico la
condició n espacial, el transporte del producto al mercado, forma parte del proceso mismo
de producció n. El producto no está realmente terminado hasta tanto no se encuentre en el
mercado. El movimiento en cuyo curso llega a aqué l, forma parte aú n de sus costos de
producció n. No constituye un momento necesario de la circulació n considerada como
proceso particular del valor, ya que se puede comprar e incluso consumir un producto en el
lugar mismo de su producció n. Este momento espacial, sin embargo, es importante en la
medida en que guarda relació n con la expansió n del mercado, con la posibilidad que el
producto tiene de intercambiarse.
433 La reducció n de los costos de esta circulació n real (en el espacio) cae dentro del desarrollo
de las fuerzas productivas por el capital, en la merma de los costos de la valorizació n de este
ú ltimo. Pero desde cierto punto de vista, como condició n exterior de existencia para el
proceso econó mico de la circulació n, este momento puede incluirse tambié n en los costos de
producción de la circulació n, de tal suerte que la propia circulació n, con arreglo a este
momento, se presenta como momento no só lo del proceso de producció n en general, sino
del proceso inmediato de producció n. De todos modos, aparece aquı́ la determinació n de
este momento por el grado general del desarrollo de las fuerzas productivas, ası́ como en
general el de la producció n fundada en el capital. Má s precisamente se podrı́a considerar
este momento espacial —el transportar el producto al mercado, lo que constituye una
condició n necesaria para su circulació n salvo en el caso de que el lugar de producció n
mismo sea el mercado— como transformació n del producto en mercancía. La mercancía no
es tal sino cuando está en el mercado. (Whether or not a constituye esto un momento
particular, es algo contingente. Si el capital trabaja a pedido, no existe este momento para é l,
y ni siquiera la transformació n en dinero como momento particular. Trabajar por encargo
—o sea la oferta que corresponde a una demanda precedente—corno situació n general o
predominante, no corresponde a la gran industria y en modo alguno deriva, en cuanto
condició n, de la naturaleza del capital.)
En segundo lugar, el momento temporal. El mismo, en esencia, cae dentro del concepto de
la circulació n. En el supuesto de que el acto de conversió n de la mercancı́a en dinero se fije
contractualmente, esto insumirá tiempo: calcular, pesar, medir. La reducció n de este
momento es, asimismo, desarrollo de la fuerza productiva. Estamos ante el tiempo,
Karl Marx
Ware in Geld"
De todo lo dicho se desprende que la circulació n se presenta como proceso esencial del
capital. No es posible recomenzar el proceso de producció n antes de la transformació n de la
mercancı́a en dinero. La ininterrumpida continuidad del proceso, la transició n libre y fluida
en que el valor pasa de una forma a la otra, o de una fase del proceso a la otra, aparece como
condició n fundamental de la producció n basada en el capital, y ello en un grado
enteramente diferente del de todas las formas anteriores de la producció n. Por otra parte,
una vez puesta la necesidad de esta continuidad, las fases divergen temporal y
espacialmente, como procesos particulares, recı́procamente indiferentes.
434 De este modo, para la producció n fundada en el capital, aparece como contingente el que
su condició n esencial, la continuidad de los diversos procesos constitutivos de su proceso
total, se produzca o no se produzca. La supresió n, por el capital mismo, de este cará cter
contingente es el crédito. (Presenta é ste otros aspectos, pero el que aquı́ nos ocupa deriva
de la naturaleza inmediata del proceso productivo y por consiguiente constituye la base de
la necesidad del cré dito.) De ahı́ que el crédito, en cualquiera de sus formas desarrolladas,
no se presente en ninguno de los modos de producció n anteriores. Se prestaba y se tomaba
en pré stamo, tambié n, en fases anteriores, y la usura es incluso la má s antigua de las formas
antediluvianas del capital. Pero dar y tomar en pré stamo en modo alguno son sinó nimos de
crédito, del mismo modo que trabajar no lo es de trabajo industrial o de trabajo asalariado
libre. Como relació n de producció n desarrollada, esencial, el cré dito se presenta
históricamente só lo en la circulació n basada sobre el capital o el trabajo asalariado. (El
dinero mismo es una forma de eliminar la desigualdad del tiempo requerido en las diversas
ramas de producció n, en la medida en que aquella desigualdad obstaculiza el intercambio.)
Aunque en su forma aburguesada, adaptada al capital, la usura misma es una forma del
cré dito, en su forma preburguesa es má s bien una expresión de la falta de crédito.
(La reconversió n del dinero en momentos y condiciones objetivos de la producció n
presupone la existencia previa de los mismos. Aqué lla constituye los diversos mercados en
los que el productor los encuentra ya como mercancı́as —en manos del comerciante—,
mercados (junto al labour market) a que difieren esencialmente de los mercados para el
consumo directo individual, final.)
a Mercado de trabajo
Chalmers, and Other Eminent Political Economists, Edited by Edward Gibbon Wakefield etc. A new edition in four
volumes, London, 1843, vol. II, p. 261 [Investigación sobre la naturaleza y la causa de la riqueza de las naciones,
FCE, Mé xico, 1958, p. 256]; cf. MEGA 1/3, p. 474.
2 Cf. J.—C.—L.--S.— DE SISMONDI, Nouveaux príncipes d'économie politique, ou de la richesse dans ses rapports avec
la population, II é d., Paris 1827, t. I, p. 89. La referencia "VI" corresponde al citado cuaderno (cf. las notas del
vol. I de estos Elementos fundamentales). La traducció n de este fragmento de Sismondi diverge de la ofrecida
en la p. 201 del vol. I por cuanto son distintas las versiones que ofrece el propio Marx.
3 Cf. ibídem, p. 91.
5 Cf. A. CHERBULIETZ, Richesse ou pauvreté. Exposition des causes et des effects de la distribution actuelle des
richesses sociales etc., Paris 1841, p. 64. La referencia "ch. XXVIII" corresponde al citado cuaderno de extractos.
Karl Marx
"for instance" ("por ejemplo'').- d Para vivir.- e Trabajo para ganar.- f El jefe de taller, gana, se beneficia gracias a
todo el aumento de las fuerzas productivas resultante de la divisió n del trabajo.- g Material prima,
instrumento, medios de subsistencia.- h Rapidez de la producció n
Influencia de la circulación sobre la determinación del valor. -- Tiempo de circulación =
tiempo de la desvalorización. — Diferencia entre el modo de producción capitalista y
todos los anteriores (universalidad, etc.). La naturaleza del capital lo empuja a propagarse.
— Acortamiento de la circulación (crédito). — Storch. — Lo que anticipa el capitalista es
trabajo. (Malthus ). — Barreras a la producción capitalista. (Thompson)
[[Por cuanto la renovació n de la producció n depende de la venta de los productos
acabados —transformació n de la mercancı́a en dinero y reconversió n del dinero en las
condiciones de producció n: materia prima, instrumento, salario—; por cuanto la trayectoria
que describe el capital para pasar de una de estas determinaciones a la otra constituye
secciones de la circulació n, y estas secciones se recorren en determinados espacios de
tiempo (hasta la lejanı́a espacial se resuelve en el tiempo: lo que importa, por ejemplo, no es
la distancia del mercado en el espacio, sino la velocidad —el cuanto de tiempo en que se le
alcanza), entonces la cantidad de productos que se pueden producir en un espacio de
tiempo dado, la frecuencia con que un capital puede valorizarse en un espacio de tiempo
dado, con que puede reproducir y multiplicar su valor, dependerá de la velocidad de la
circulació n, del tiempo en que se recorre esta ú ltima. De hecho, lo que se presenta aquı́ es,
pues, un momento de la determinación del valor, momento que no deriva de la relació n
directa entre el trabajo y el capital. La proporció n en la cual el mismo capital, en un espacio
dado de tiempo, puede repetir el proceso de producció n (creació n de valor nuevo),
constituye evidentemente una condició n que no ha sido puesta directamente por el proceso
productivo. Por consiguiente, si bien la circulació n no genera ningú n momento de la
determinación misma del valor —la cual toca exclusivamente al trabajo—, sin embargo, de
su velocidad depende la velocidad con la cual se repite el proceso de producció n, se crean
valores; por ende, si no los valores, [sı́,] hasta cierto punto, la masa de los valores. Esto es:
los valores y plusvalores puestos por el proceso de producció n, multiplicados por el nú mero
de veces en que, dentro de un espacio dado de tiempo, puede repetirse el proceso
productivo.
437 Cuando hablamos de la velocidad de circulació n del capital suponemos que al pasaje de
una fase a otra só lo se oponen barreras exteriores, que no surgen del proceso productivo y la
circulació n mismos (como sı́ ocurre en las crisis, superproducció n, etc.). Por tanto, ademá s
del tiempo de trabajo realizado en el producto, el tiempo de circulación del capital es tiempo
de trabajo productivo, asimismo— interviene corno momento de la creació n de valor. Si el
tiempo de trabajo se presenta como la actividad que pone valor, este tiempo de circulació n
del capital, pues, aparece como el tiempo de la desvalorización. La diferencia consiste
simplemente en esto: si la totalidad del tiempo de trabajo dirigido por el capital se pone en
un má ximo, digamos el infinito, , de tal modo que el tiempo de trabajo necesario
constituyera una parte infinitamente pequeñ a y el tiempo de plustrabajo una parte
infinitamente grande de este , tal serı́a el má ximo de la valorizació n del capital, y tal la
tendencia que lo impulsa. Por otra parte, si el tiempo de circulación del capital estuviera
puesto = 0, si los diversos estadios de su transformació n se efectuaran en la realidad con
6 Cf. ibídem, pp. 25-26, y nota 148 del vol. I de estos Elementos fun damentales.
Grundrisse. Cuaderno V continuación
igual rapidez que en el pensamiento, tambié n estarı́amos ante el factor má ximo conforme al
cual podrı́a repetirse el proceso de producció n, o sea la cantidad de procesos de
valorizació n del capital en un espacio determinado de tiempo. La repetició n del proceso
productivo estarı́a limitada ú nicamente por el tiempo que el mismo dura, por el que
transcurre para transformar la materia prima en producto. El tiempo de circulación, por
ende, no es un elemento positivo en la creació n de valor; si fuera igual a O. la creació n de
valor habrı́a llegado a su punto má s alto. Si fuese = O el tiempo de plustrabajo o el tiempo de
trabajo necesario, esto es, si el tiempo de trabajo necesario absorbiera todo el tiempo, o si la
producció n pudiera efectuarse sin trabajo alguno. no existirı́a ni valor, ni capital, ni creació n
de valor. En consecuencia, el tiempo de circulación só lo determina el valor en la medida en
que se presenta corno barrera natural para la valorizació n del tiempo de trabajo. In fact a ,
es una deducció n del tiempo de plustrabajo, esto es, un aumento del tiempo de trabajo
necesario. Es claro que tiene que pagarse el tiempo de trabajo necesario, por lenta o
rá pidamente que transcurra el proceso de circulació n. Por ejemplo, en los oficios que
requieren obreros especı́ficos, los cuales, sin embargo, só lo pueden estar ocupados una
parte del arlo porque, digamos, los productos no se pueden vender má s que en una season
b, habrı́a que pagar a los obreros por todo el añ o; vale decir que el tiempo de plustrabajo se
reduce en la misma proporció n en que se les puede ocupar menos durante un lapso dado,
pero. sin embargo, d'une manié re ou d'une autre c, hay que pagarles.
a De hecho.- b Estació n, temporada.- C De una forma u otra
438 (Por ejemplo, de modo que su salario de 4 meses les alcance para mantenerse durante el
añ o.) Si el capital pudiera emplearlos durante 12 meses, no pagarı́a salarios de má s, habrı́a
ganado otro tanto de plustrabajo. El tiempo de circulación se presenta, pues, como barrera a
la productividad del trabajo = aumento del tiempo de trabajo necesario = merma del tiempo
de plustrabajo merma del plusvalor = freno, barrera del proceso de valorizació n del capital.
Por tanto, mientras que el capital por un lado debe tender a arrasar toda barrera espacial
opuesta al trá fico, id est al intercambio, y a conquistar toda la Tierra como su mercado, por
el otro lado tiende a anular el espacio por medio del tiempo, esto es, a reducir a un mı́nimo
el tiempo que insume el movimiento de un lugar a otro. Cuanto má s desarrollado el capital,
cuanto má s extenso es por tanto el mercado en el que circula, mercado que constituye la
trayectoria espacial de su circulació n, tanto má s tiende al mismo tiempo a extender má s el
mercado y a una mayor anulació n del espacio a travé s del tiempo. (Si el tiempo de trabajo
no se considera como dı́a laboral del obrero individual, sino como dı́a laboral
indeterminado de una cantidad indeterminada de obreros, intervienen aquı́ todas las
relaciones de población; de ahı́ que las teorı́as fundamentales sobre la població n esté n
contenidas en este primer capı́tulo del capital a igual tı́tulo que las del beneficio, el precio,
cré dito, etc.) Aparece aquı́ la tendencia universal del capital, que lo diferencia de todos los
estadios anteriores de la producció n. Aunque por su propia naturaleza es limitado, tiende a
un desarrollo universal de las fuerzas productivas y se convierte en la premisa de un nuevo
modo de producció n, que no está fundado sobre el desarrollo de las fuerzas productivas con
vistas a reproducir y a lo sumo ampliar una situació n determinada, sino que es un modo de
producció n en el cual el mismo desarrollo libre, expedito, progresivo y universal de las
fuerzas productivas constituye la premisa de la sociedad y por ende de su reproducció n; en
el cual la ú nica premisa es la de superar el punto de partida. Esta tendencia —que es
inherente al capital, pero al mismo tiempo lo contradice cuino forma limitada de
producció n y por consiguiente tiende a su disolució n— distingue al capital de todos los
modos de producció n anteriores e implica, a la vez, que aqué l esté puesto como simple
punto de transició n. Todas las formas de sociedad, hasta el presente, han sucumbido por el
desarrollo de la riqueza o, lo que es lo mismo, de las fuerzas productivas sociales. Por eso
Karl Marx
entre los antiguos, que eran conscientes de ello, se denunció directamente la riqueza como
disolvente de la comunidad. El ré gimen feudal, por su parte, se desmoronó por obra de la
industria urbana, del comercio, la agricultura moderna (e incluso de ciertos inventos, como
la pó lvora y la imprenta).
439 Con el desarrollo de la riqueza —y consiguientemente tambié n de nuevas fuerzas y de una
relació n má s amplia entre los individuos-- se disolvieron las condiciones econó micas sobre
las que reposaba la comunidad y las relaciones polı́ticas entre los diversos elementos
componentes de la entidad comunitaria que correspondı́an a é sta: la religió n en la cual se la
contemplaba idealizada (y ambas se fundaban a su vez en una relació n determinada con la
naturaleza, en la cual se resuelve toda fuerza productiva); el cará cter, las concepciones, etc.,
de los individuos. El solo desarrollo de la ciencia —id est, de la forma má s só lida de la
riqueza, tanto producto como productora de la misma— era suficiente para disolver esta
comunidad. Empero el desarrollo de la ciencia, de esta riqueza ideal y a la vez prá ctica, es
só lo un aspecto, una forma bajo la cual aparece el desarrollo de las fuerzas productivas
humanas, id est de la riqueza. Desde el punto de vista ideal bastaba con la disolució n de
determinada forma de conciencia para matar una é poca entera. En la realidad, esta barrera
de la conciencia corresponde a determinado grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas
productivas materiales y en consecuencia por la riqueza. Ciertamente, no só lo se operaba un
desarrollo sobre la vieja base, sino un desenvolvimiento de esta base misma. El desarrollo
má s alto de esta misma base (la floració n en la que se desarrolla; pero siempre es, no
obstante, esta base, esta planta como floració n; de ahı́ el marchitamiento tras la floració n y
como consecuencia de la floració n) constituye el punto en el cual ella misma ha sido
elaborada en la forma en que es compatible con el más alto desarrollo de las fuerzas
productivas, y por tanto tambié n con el má s alto desarrollo de los individuos. Una vez
alcanzado este punto, el desarrollo posterior se presenta como decadencia y el nuevo
desenvolvimiento comienza a partir de una base nueva. Hemos visto precedentemente que
la propiedad de las condiciones de producció n estaba puesta como idé ntica a determinada
forma limitada de la entidad comunitaria; por tanto en las cualidades del individuo —
cualidades limitadas y desarrollo limitado de sus fuerzas productivas— [[requeridas]] para
constituir tal entidad comunitaria. Este supuesto mismo era a su vez, y por su parte, el
resultado de un limitado estadio histó rico de desarrollo de las fuerzas productivas; de la
riqueza ası́ como del modo de crearla. El objetivo de la entidad comunitaria, del individuo
—ası́ como la condició n de la producció n— era la reproducción de estas determinadas
condiciones de producción y de los individuos, tanto aisladamente como en sus
diferenciaciones y relaciones sociales, en cuanto portadores vivos de estas condiciones. El
capital pone la producción de la riqueza misma y por ende el desarrollo universal de las
fuerzas productivas, el trastrocamiento constante de sus supuestos vigentes, como supuesto
de su reproducció n.
440 El valor no excluye ningú n valor de uso, y por tanto no incluye ningú n tipo particular de
consumo, etc., de circulació n, etc., como condició n absoluta; asimismo, cualquier grado de
desarrollo de las fuerzas productivas sociales, de la circulació n del saber, no se le aparece
má s que como barrera que se afana por superar. Su supuesto mismo —el valor— está
puesto como producto, no como supuesto superior que se cierne sobre la producció n. La
barrera del capital consiste en que todo este desarrollo se efectú a antité ticamente y en que
la elaboració n de las fuerzas productivas, de la riqueza general, etc., del saber, etc., se
presenta de tal suerte que el propio individuo laborioso se enajena; se comporta con las
condiciones elaboradas a partir de é l no como con las condiciones de su propia riqueza, sino
de la riqueza ajena y de su propia pobreza. Esta forma antité tica misma, sin embargo, es
pasajera y produce las condiciones reales de su propia abolició n. El resultado es: el
Grundrisse. Cuaderno V continuación
La base como posibilidad del desarrollo universal del individuo, y el desarrollo real de los
individuos, a partir de esta base, como constante abolició n de su traba, que es sentida como
una traba y no como un límite sagrado. La universalidad del individuo, no como
universalidad pensada o imaginada, sino corno universalidad de sus relaciones reales e
ideales. De ahı́, tambié n, comprensió n de su propia historia como un proceso y
conocimiento de la naturaleza (el cual existe asimismo como poder prá ctico sobre é sta)
como su cuerpo real. El proceso mismo del desarrollo, puesto y sabido como supuesto del
mismo. Para ello, no obstante, es necesario ante todo que el desarrollo pleno de las fuerzas
productivas se haya convertido en condición de la producción; que determinadas condiciones
de la producción no esté n puestas como lı́mites para el desarrollo de las fuerzas productivas.
Volviendo ahora al tiempo de circulación del capital, tenemos que la reducció n de aqué l
(en la medida en que esa reducció n no consiste en el desarrollo de los medios de
comunicació n y transporte necesarios para traer el producto al mercado) consiste en parte
en la creació n de un mercado de naturaleza continua, y por tanto de un mercado en
permanente expansió n; en parte, en el desarrollo de relaciones económicas, desarrollos de
formas del capital, mediante los cuales é ste reduce artificialmente la circulació n. (Todas las
formas del crédito.)
441 [[Puede señ alarse tambié n en este lugar que como só lo el capital tiene —y por tanto
satisface y procura realizar— las condiciones de producció n del capital, es tendencia
general del capital la de constituir en todos los puntos los supuestos de la circulació n,
centros productivos de la misma, ası́ como la de asimilarse estos puntos, vale decir,
transformarlos en producció n capitalizante o producció n de capital. Esta tendencia a la
propagació n (o civilizadora) só lo es propia al capital, a diferencia de todas las condiciones
anteriores de producció n.]] Los modos de producció n en los cuales la circulació n no
constituye la condició n inmanente, dominante de la producció n, desde luego no [tienen] las
necesidades de circulació n especı́ficas del capital y por tanto tampoco elaboran ni las
formas econó micas ni las fuerzas productivas reales correspondientes a esas necesidades.
En un comienzo la producció n fundada en el capital partı́a de la circulació n; vemos ahora
có mo aqué lla pone la circulació n como su propia condició n y pone asimismo al proceso de
producció n, en su inmediatez, en cuanto momento del proceso de circulació n, ası́ como
pone a é ste como fase del proceso de producció n en su totalidad. En la medida en que
diversos capitales tienen distintos tiempos de circulació n (por ejemplo el uno tiene un
mercado lejano, el otro uno pró ximo; el uno una transformació n segura en dinero, mientras
que la del otro es azarosa; é ste má s capital fixe, aqué l má s capital circulant), esa
circunstancia se traduce en diferencias en la valorizació n. Esto no ocurre, empero, antes del
proceso secundario de valorizació n. El tiempo de circulació n es en sı́ una barrera a la
valorizació n (el tiempo de trabajo necesario tambié n es, ciertamente, una barrera; pero al
mismo tiempo un elemento, ya que sin é l dejarı́an de existir el valor y el capital); deducció n
del tiempo de plustrabajo o aumento del tiempo de trabajo necesario con relació n al tiempo
de plustrabajo. La circulació n del capital es realizadora de valor, ası́ como el trabajo vivo es
creador de valor. El tiempo de circulació n no es má s que una barrera opuesta a esta
realizació n de valor y por lo tanto a la creació n de valor; una barrera especı́fica que no
surge de la producció n en general, sino de la producció n del capital, y abolir a la cual —o la
lucha por superarla— pertenece tambié n al desarrollo especı́ficamente econó mico del
capital y da el impulso para el desarrollo de sus formas en el cré dito, etc.]] [[El capital
Karl Marx
eher".- e Los anticipos especı́ficos del capitalista no se componen de ropa, etc., sino de trabajo.- f La
acumulació n del capital colectivo de la comunidad en manos que no sean las de sus trabajadores activos,
necesariamente retarda el progreso de toda industria, salvo el de la remuneració n habitual del capital, que el
tiempo y las circunstancias proporcionan a tos poseedores del capital.- g Referida y subordinada a las
acumulaciones reales y a la perpetuación de los modos existentes de distribución. La acumulación y distribución
reales deben subordinarse a la capacidad de producción
Circulación y creación de valor. (Nivelación entre diferentes capitales en las condiciones de
circulación.) El capital no es ninguna fuente de creación del valor. — Costos de circulación. —
La continuidad de la producción supone el tiempo de circulación [[como]] abolido.
De la relació n existente entre el tiempo de circulació n y el proceso de producció n se sigue
que la suma de los valores producida, o la valorizació n total del capital en una é poca dada.
no está determinada simplemente por el nuevo valor que se crea en el proceso de
producció n, o por el plustiempo que se realiza en el proceso productivo, sino por este
plustiempo ( plusvalor) multiplicado por el nú mero que expresa cuá n a menudo se puede
repetir el proceso de producció n del capital en determinado espacio de tiempo. Se puede
7 Cf. H. STORCH, Cours d'économie politique, ou exposition des principes qui déterminent la prosperité des nations.
Avec des notes explicatives et critiques par J. B. Say, Paris 1823, t. I, pp. 411-412; la remisió n "34" se refiere a la
pá gina del citado cuaderno de extractos, en realidad p. 35.
8 Cf. T. R. MALTHUS, The Measure of Value stated and illustrated, with an Application of it to the Alterations in the
Value of English Currency since 1790, London 1823, p. 17. La referencia "IX, 26" indica respectivamente
nú mero y pá gina (en realidad, p. 29) del citado cuaderno de extractos.
9 Cf. W. THOMPSON, An lnquiry into the Principles of the Distribution of Wealth most conducive to Human Happiness:
applied to tl1e newly proposed System of Voluntary Equality of Wealth, London 1824, P. 174. Extractos de este
libro en un cuaderno no numerado y datado en Manchester 1845, redactado ca. Julio: cf. MEGA 1/6, pp. 615-
616.
10 Cf, ibídem, p. 589 La referencia "3" indica la pá gina del cuaderno de extractos; sin embargo, en pá gina 3 se
considerar el nú mero que expresa esta repetició n, como coeficiente del proceso de
producció n o de la plusvalı́a creada a travé s del mismo.
443 Este coeficiente, sin embargo, no es determinado positiva sino negativamente por la
velocidad de la circulació n. Esto es, si la velocidad de la circulació n fuera absoluta, o sea que
el proceso de producció n no experimentara ninguna interrupció n debida a la circulació n,
aquel coeficiente serı́a má ximo. Si, por ejemplo, las condiciones reales de la producció n
triguera en un paı́s dado permiten una sola cosecha, ninguna velocidad de la circulació n
podrá convertirla en dos cosechas. Pero si la circulació n se entorpeciera y el arrendatario
no pudiera vender su trigo a tiempo, por ejemplo para contratar nuevos trabajadores, la
producció n se habrı́a detenido. El má ximo del coeficiente de los procesos de producció n o
valorizació n en un perı́odo dado está determinado por el tiempo absoluto que dura la fase
productiva misma. Finalizada la circulació n, el capital puede recomenzar su proceso
productivo. Por lo tanto, si la circulació n no causa detenció n alguna, su velocidad serı́a
absoluta y su duració n = 0; esto es, si se realizara in no time a esto serı́a lo mismo que si el
capital hubiera podido recomenzar inmediatamente su proceso de producció n, apenas
finalizado; es decir que la circulació n no hubiera existido como barrera condicionante para
la producció n, y la repetició n del proceso productivo en un lapso determinado serı́a
absolutamente independiente, coincidirı́a con la duració n del proceso productivo. Por ende,
si el desarrollo de la industria permitiera producir x libras de hilo de algodó n en 4 meses
con un capital de 100 libras, el proceso productivo só lo podrı́a repetirse 3 veces al añ o con
el mismo capital, só lo se producirı́an 3 x libras de hilo. Ningú n¿ velocidad de la circulació n
podrı́a hacer que la reproducció n del capital, o má s bien la repetició n de su proceso de
valorizació n, fuera má s allá de ese punto. Esto só lo podrı́a suceder a consecuencia de un
aumento de las fuerzas productivas. El tiempo de circulació n en sı́ no es una fuerza
productiva del capital, sino una barrera en su fuerza productiva, procedente de su naturaleza
como valor de cambio. Todo lo que puede obtenerse de un aceleramiento y reducció n del
tiempo de circulación —del proceso de circulació n—, es una reducció n de las barreras
puestas por la naturaleza especı́fica del capital mismo. Por ejemplo, en la agricultura, las
barreras naturales opuestas a la repetició n del proceso productivo coinciden con la
duració n de un ciclo de la fase de producció n. La barrera puesta por el capital es la duració n
que transcurre no entre la siembra y la cosecha, sino entre la cosecha y la transformació n
de la misma en dinero y la reconversió n del dinero, digamos por ejemplo en compra de
trabajo. Los prestidigitadores de la circulació n, que se imaginan que mediante la velocidad
de la circulació n pueden hacer otra cosa que reducir los obstá culos puestos por el capital
mismo a su reproducció n, se extravı́an por completo.
444 (Aun má s insensatos son, naturalmente, los ilusionistas de la circulació n que se imaginan
que, mediante establecimientos e innovaciones crediticios que anulen la duració n del
tiempo de circulació n, no só lo suprimirı́an la detenció n, la interrupció n en el proceso
productivo requerida por la transformació n del producto acabado en capital, sino que
volverían superfluo el capital mismo por el que se intercambia el capital productivo: esto
es, producir sobre la base del valor de cambio y al Mismo tiempo querer suprimir, exorcizar
las condiciones necesarias de la producción que descansa sobre esa base.) El máximo que el
crédito puede hacer en este aspecto –que se refiere a la mera circulación– es salvaguardar
la continuidad del proceso productivo, siempre y cuando existan todas las demás
condiciones de esa continuidad, vale decir, que exista realmente el capital por el cual se ha
de intercambiar, etc,
En el proceso de circulación está puesto que para la valorización del capital por la
producción., para la explotación del trabajo por el capital, exista como condición la transfor-
Karl Marx
mación del capital en dinero, o el intercambio de capital por capital* como barrera para el
intercambio de capital por trabajo y viceversa.
El capital sólo existe como capital en la medida en que recorre las fases de la circulación,
los diversos momentos de su transformación para poder recomenzar el proceso de
producción, y estas fases mismas son fases de su valorización (pero al mismo tiempo, corno
hemos visto, de su desvalorización). Mientras el capital permanece fijado en la forma del
producto acabado no puede ser activo como capital, es capital negado, En el mismo grado
en que se detiene su proceso de valorización, se niega su valor en tanto proceso. En
consecuencia esto aparece como pérdida para el capital, corno pérdida relativa de su valor,
puesto que el valor reside precisamente en el proceso de valorización. Esta pérdida del
capital, en otras palabras, no significa otra cosa sino que para él transcurre en vano el
tiempo durante el cual, si no se hubiera presentado el dead lok a, habría podido apropiarse
de tiempo plustrabajo, de trabajo ajeno, mediante el intercambio con el trabajo vivo.
*Puesto que, desde el punto de vista actual, en todos los puntos de la circulación únicamente tenemos
trabajo o capital
a La pralizació n
11 Cf. G. RAMSAY, An Essay on the Distribution of Wealth, Edinburgh 1836, p. 55; T. R. MALTHUS, Principies of
Political Economy considered with a view to their practical application. Second edition with considerable
Grundrisse. Cuaderno V continuación
El problema de có mo la relació n del capital con el capital ajeno, esto es la competencia de
los capitales entre sı́, distribuye el plusvalor, evidentemente no tiene nada que ver con el
cuanto absoluto de este plusvalor.
Nada má s absurdo, pues, que concluir que, por cuanto el capital se hace indemnizar su
tiempo de circulació n excepcional —es decir, registra su menor valorizació n relativa como
plusvalorizació n positiva—, los capitales en su conjunto, el capital, pueden sacar algo de la
nada, hacer de un menos un má s, de menos tiempo de plustrabajo o menos plusvalor má s
plusvalor, y poseer, por consiguiente, una fuente mística de creació n de valor, independiente
de la apropiació n de trabajo ajeno.
446 El modo en que los capitalistas a calculan, entre otras cosas, su parte alı́cuota de la
plusvalía —no só lo mediante el tiempo de plustrabajo que han puesto en movimiento, sino
tambié n según el tiempo que su capital no b ha trabajado en cuanto tal, esto es, ha
permanecido inactivo, se ha encontrado en la fase de desvalorizació n— no modifica en lo
má s mı́nimo, desde luego, la suma de plusvalı́a que han de repartirse entre sı́. Esta suma
misma no puede crecer, puesto que es menor de lo que serı́a si el capital a, en vez de
permanecer inactivo, hubiese creado plusvalı́a; esto es, puesto que en el mismo tiempo ha
creado menos plusvalor que los demá s capitales. Uá nicamente se le indemnizará al capital a
por esta permanencia en inactividad en la medida en que la misma derive necesariamente
de las condiciones existentes en el ramo particular de la producció n, y por tanto en la
medida en que, con respecto al capital en general se presente como impedimento a la
valorizació n, como barrera necesaria de su valorizació n, en suma. La divisió n del trabajo
permite considerar esta barrera tan só lo como barrera al proceso productivo de este capital
en particular. Si se considera el proceso de producció n como dirigido en general por el
capital, se trata de una barrera general opuesta a su valorizació n. Si se piensa que só lo el
trabajo mismo es el que produce, entonces los mayores anticipos que requiere durante su
valorizació n, aparecen como lo que son: deducciones de la plusvalía.
a En ed. 1939, "Kapitalien" ("capitales") en vez de "Kapitalisten".- b En ed, 1939 no aparece este "no"
("nicht")
La circulació n puede crear valor só lo en la medida en que requiere un nuevo empleo de
trabajo ajeno, fuera del consumido directamente en el proceso de producció n. Esto es lo
mismo, entonces, que si en el proceso de producció n se utilizara directamente má s trabajo
necesario. Só lo los costos de circulación reales aumentan el valor del producto, pero reducen
el plusvalor.
En la medida que la circulació n del capital (el producto, etc.), no expresa meramente las
fases necesarias para recomenzar el proceso de producció n, esta circulació n no constituye
(vé ase el ejemplo de Storch) un -momento de la producció n en su totalidad; por tanto no es
la circulació n puesta por la producció n, y en cuanto trae costos aparejados se trata de faux
Erais de production a 12. Los costos de circulació n en general, esto es, los costos de
producció n de la circulació n, en la medida en que conciernen a los momentos meramente
econó micos, a la verdadera circulació n (el transporte del producto al mercado le confiere a
aqué l un nuevo valor de uso), deben considerarse como deducciones de la plusvalı́a, o sea
como aumento del trabajo necesario en proporció n al plustrabajo.
447 La continuidad de la producció n supone que se haya abolido el tiempo de Circulació n. Si
no está abolido, habrá de transcurrir tiempo entre las diversas metamorfosis que el capital
debe recorrer; su tiempo de circulació n tiene que presentarse como deducció n de su tiempo
additions from the author's own manuscript and an original mernoir. London 1836, p. 268 [Principios de
economía política, FCE, Mé xico, 1946, p. 225].
12 12 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., 1'. 1, pp. 409-411.
Karl Marx
de producció n. Por otra parte, la naturaleza del capital supone que é ste recorre las diversas
fases de la circulació n y, precisamente, no en el terreno de las ideas, donde un concepto
puede transformarse en otro con la rapidez del pensamiento, in no time b, sino como
situaciones que está n separadas en el tiempo. Tiene que pasar un perı́odo como crisá lida
antes de poder volar como mariposa. Las condiciones de la producció n del capital, pues,
derivadas de su naturaleza misma, se contradicen entre sı́. La contradicció n puede ser
eliminada y superada só lo* de dos maneras:
La primera es el crédito: un comprador ficticio B —o sea que realmente paga, pero no
compra realmente— sirve de intermediario al capitalista A para la transformació n de su
producto en dinero. Pero a B mismo só lo se le paga una vez que el capitalista C ha comprado
el producto de A. Que este credit-man c B le dé el dinero a A para comprar trabajo o materia
prima e instrumento de trabajo, antes de que A pueda remplazarlos con la venta de su
producto, nada cambia en el asunto. Au fond y con arreglo a nuestra hipó tesis, debe darle
ambas cosas, es decir, todas las condiciones de producció n (las cuales, sin embargo,
representan un valor mayor que el originario. con el que A comenzó el proceso de
producció n ). En este caso el capital b sustituye al capital a pero ambos no se valorizan
simultá neamente. B ocupa ahora el lugar de A, esto es, su capital permanece inactivo hasta
que se intercambia con el capital e. Queda fijado en el producto de A. que ha hecho fluido su
producto en el capital b.
* A menos que se suponga que todos los capitales trabajan por encargos recı́procos, en cuyo caso el
producto siempre es directamente dinero, una concepció n que contradice a la naturaleza del capital y por
tanto tambié n a la prá ctica de la gran industria
a Falsos costos de producció n.- b En nada de tiempo, en un instante.- c Dador del cré dito
Ramsay. Tiempo de circulación. Concluye por tanto que el capital cs fuente autónoma del
beneficio. - Ramsay, Confusión acerca de la plusvalía y el beneficio y la ley de los values. (No
surplusvalue según la ley de Ricardo.) — Ricardo. Competencia. - Quincey. Teoría ricardiana
del valor. Salario y beneficio. Quincey. — Ricardo. — Wakefield. Condiciones de la
producción capitalista [en] las colonias.
La confusió n absoluta de los economistas con respecto a la determinació n ricardiana del
valor por el tiempo de trabajo —confusió n que se funda en una falla bá sica del propio
desarrollo de Ricardo— se revela con toda crudeza en el señ or Ramsay. Este (luego de
haber extraı́do precedentemente, de la influencia que ejerce el tiempo de circulació n de los
capitales sobre su valorización relativa o sea su participació n relativa en el plusvalor
general, la insulsa conclusió n de que "esto muestra how capital may regulate value
independently of labour" a (IX, 84. R. 43)13 o que "capital [is] a source of value independent
of labour" b (55 I.c.)14, dice literalmente:
448 "A circulating capital (approvisionnement )15 will always main tain more labour than that
formerly bestowed upon it‑ self. Because, could it employ no more than hacl been
previously bestowed upon itself, which advantage could arise to the owner from the use of it
as such? c (1.c. 49).
a Có mo el capital puede regular el valor, independientemente del trabajo.- b El capital es una fuente de valor,
independiente del trabajo.-c Un capital circulante (medios de subsistencia) mantendrá siempre má s trabajo
del que se habı́a consumido en é l mismo previamente. Porque. si no pudiera emplear má s del que previamente
13 Cf. G.. RAMSAY, Ah Essay etc., cit. La referencia a "IX, 84" indica el citado cuaderno de extractos; "R, 43", la pá gina
de la obra de Ramsay.
14 Cf. nota 11.
15 El té rmino entre paré ntesis "approvisionnement" es una interpolació n de Marx que se refiere a las pp. 23-32 de
la obra de Ramsay.
Grundrisse. Cuaderno V continuación
se habla consumido en é l mismo, ¿qué ventaja podrı́a depararle al propietario el uso del mismo en cuanto tal?
"Supongamos dos capitales de igual valor, each produced a por el trabajo de 100 men
operating for a given time b . de los cuales uno es totalmente circulante, el otro totalmente
fijo, and may perhaps consist of wine kept to improve c. Ahora bien, este capital circulante
raised bv the labour of 100 men d, pondrá en movimiento 150 men. Therefore the product at
the end of the coming year e en este caso será el result del trabajo de 150 men. But still it
will be of no more value than the wine at the termination of the same period, aunque
solamente hubo 100 men employed upon the !atter f ." (50.) "¿O se pretende afirmar que la
quantity of labour que every circulating capital will employ is no more than equal to the
previously bestowed upon it? g Esto significarı́a that the value of the capital evpended h = al
del producto." (52) Gran confusió n entre el labour bestowed upon capital y aquel which it
will employ i. El capital que se intercambia por la capacidad de trabajo, por el
approvisionnernent j —y a esto llama Ramsay aquı́ capital circulant nunca puede employ
má s trabajo than has been bestowed upon it k 16 ( La reacció n del desarrollo de las fuerzas
productivas sobre el capital existente no nos concierne aquı́.) Pero there has been more
labour bestowed upon it than it has paid for —surplus-labour, which is converted in to
surplus-value and surplus-produce enabling the capital to renew this profitable bargain,
where the mutuality is all on one side, on a more enlarged scale. It is enabled to employ
more new living labour, because during the process of production a portion of fresh labour
has been hestowed upon it beyond the accumulated labour of which it consisted before
entering that process l
a Producido cada uno.- b 100 hombres que trabajan durante un tiempo dado.- c Y puede, tal vez, consistir en
vino guardado para añ ejado.- d Obtenido por el trabajo de 100 hombres.- e Por ello el producto, al té rmino del
añ o siguiente.- f Pero todavı́a no tendrá má s valor que el vino a la finalizació n del mismo perı́odo, [[aunque
solamente huboj, 100 hombres empleados por el ú ltimo.- g ¿La cantidad de trabajo que empleará todo capital
circulante es apenas igual a la que se consumiera en é l precedentemente? - h Que el valor del capital
empleado.- i Trabajo consumido en el capital [y aqué l] que é ste empleará .- j Medios de subsistencia.- k Emplear
má s trabajo que el que se ha consumido en é l.- l Se ha consumido má s trabajo en é l, del que habı́a pagado:
plustrabajo, que se convierte en plusvalor y plusproducto permitié ndole al capital que renueve en mayor escala
este ventajoso pacto, donde la reciprocidad está toda de un lado. El capital queda en condiciones de emplear
má s trabajo vivo nuevo, puesto que durante el proceso de producció n se ha consumido en é l una parte de
trabajo recié n creado, por encima del trabajo acumulado en el que consistı́a antes de entrar al proceso
El señ or Ramsay parece imaginarse que si el capital es el producto de 20 dı́as de labor
(tiempo necesario y plustiempo incluidos), este producto de 20 dı́as de trabajo puede
emplear 30 dı́as de trabajo. Esto de ningú n modo es ası́ 17. Supongamos que en el producto
se emplearon, digamos, 10 dı́as de trabajo necesario y 10 plusdı́as. El plusvalor, por tanto, =
10 plusdı́as. Como el capitalista cambia nuevamente a é stos por materia prima, instrumento
y trabajo, con el plusproducto puede poner nuevamente trabajo necesario en movimiento. El
quid no está en que el capitalista employed má s tiempo de trabajo del que existe en el
producto, sino en que intercambia nuevamente el tiempo de plustrabajo —que no le cuesta
nada— por tiempo de trabajo necesario; o sea, justamente, que employs todo el tiempo de
trabajo bestowed upon the produce, while he has paid only part of that labour a.
449 La conclusió n del señ or Ramsay, that si the quantity of labour which every circulating
capital will employ was no more than equal to that previously bestowed upon it, the value
of the capital expended would be equal to that of the produce 18, i.e. no surplus value would
be left, serı́a correcta ú nicamente si la quantity of labour bestowed upon the capital b
16 Cf. G. RAMSAY, An Essay etc., cit., pp. 52-63.
hubiese sido pagada íntegramente esto es, si el capital no se apropiara, sin ceder un
equivalente, de una parte del trabajo. Estas malas interpretaciones de Ricardo derivan
evidentemente de que é ste mismo no tenı́a una visió n clara del proceso, ni podı́a tenerla,
por su condició n de burgué s19. Comprensió n de este proceso es = la statement c de que el
capital es no só lo, como afirma A. Smith'', control sobre trabajo ajeno —en el sentido en que
lo es todo valor de cambio, ya que le da poder de compra a su poseedor—, sino que es el
poder de apropiarse de trabajo ajeno sin intercambio, sin equivalente, pero con la apariencia
del intercambio. Frente a A. Smith20 y a otros que caen en el mismo error respecto al valor
as determined by labour y al valor as determined by the price of labour (wages)d , Ricardo
nunca sabe refutarlos de otra manera que diciendo que con el producto de la misma
cantidad de trabajo se puede poner en movimiento ora má s, ora menos trabajo vivo; esto es,
considera al producto del trabajo, con respecto al obrero, só lo como valor de uso: só lo la
parte del producto que el obrero necesita para poder vivir como tal.
a Emplea [todo el tiempo de trabajo] consumido en el producto, cuando só lo ha pagado parte de ese
trabajo.- b De que [si] la cantidad de trabajo que empleará todo capital circulante fuera apenas igual a la que se
consumiera en é l precedentemente, el valor del capital gastado serı́a igual al del producto, o sea que no dejarı́a
plusvalı́a alguna. Serı́a correcta ú nicamente si la cantidad de trabajo consumida en el capital...- c Afirmació n.- d
En tanto determinado por el trabajo [y al valor] en tanto determinado por el precio del trabajo (salarios)
Pero de dó nde surge que, de improviso, en el intercambio el obrero só lo represente valor
de uso o que só lo extraiga valor de uso del intercambio, para é l es by no means a claro, como
lo prueba ya su argumentació n polé mica contra A. Smith, la cual nunca es general, sino que
se apoya siempre en ejemplos particulares. ¿De dó nde resulta, entonces, que la parte del
obrero en el valor del producto no esté determinada por el valor, sino por el valor de uso del
producto, o sea no por el tiempo de trabajo empleado para producirlo, sino por su cualidad
de conservar la capacidad viva de trabajo? Si Ricardo, tal vez, explicara esto por la
competencia de los obreros entre sı́ 21, habrı́a que contestarle lo mismo que é l respondió a
A. Smith respecto a la competencia de los capitalistas: que esta competencia puede
precisamente emparejar, uniformar, el nivel del beneficio, pero que de ninguna manera crea
la medida de ese nivel 22. De igual suerte, la competencia entre los obreros podrı́a rebajar
los salarios má s altos, etc., pero el nivel general del salario o, como dice Ricardo, el precio
natural del salario23, no podrı́a explicarse a partir de la competencia entre obrero y obrero,
sino, ú nicamente, a partir de la relació n originaria entre capital y trabajo.
450 La competencia, en suma, este motor esencial de la economı́a burguesa, no establece las
leyes de é sta, sino que es su ejecutor. Por tanto la illimited competition b no es el
presupuesto de la verdad de las leyes econó micas, sino la consecuencia; la forma de
manifestació n en la que se realiza su necesidad. Para los economistas, dar por supuesto —
como lo hace Ricardo— que existe la illimited competition es dar por supuestas la realidad
y realizació n plenas de las relaciones de producció n burguesas en su differentia specifica24 .
19 Cf. ibídem, p. 22, nota; y D. RICARDO, On the Principies of Political Economy and Taxation. Third Edition, London
1821, pp. 5, 7-8, 9 [Principios de economía política y tributación, en Obras y correspondencia de David Ricardo,
FCE, Mé xico, /959-1965, vol. I, pp. 913], y cuaderno VH1, Grundrisse, pp. 787-816. El citado cuaderno VIII, será
publicado integramente en el vol. III de nuestra edició n de los Grundrisse.
20 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., L. I, cap. V, passim [Riqueza de las naciones, p. 31 ss.].
21 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., pp. 87-88 [Principios, pp. 69-70], y cuaderno VIII, Grundrisse, pp. 815-
24 Cf. Cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787 y D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p. 3 [Principios, p. 10].
Grundrisse. Cuaderno V continuación
Por consiguiente la competencia no explica estas leyes, sino que las deja ver; luego, no las
produce. O Ricardo dice tambié n: los costos de producció n del trabajo vivo dependen de los
costos de producció n para producir los valores que son necesarios para reproducir ese
trabajo vivo 25. Si precedentemente Ricardo consideraba el producto, con respecto al obrero,
só lo como valor de uso, aquı́ considera al obrero, con respecto al producto, só lo como valor
de cambio. No le interesa el proceso histó rico a travé s del cual el producto y el trabajo vivo
llegan a reunirse en esta relació n. Pero de la misma manera, tampoco ve claramente en qué
modo esta relació n se perpetú a. Para é l el capital es el resultado del ahorro, lo cual indica ya
que comprende erradamente su proceso de surgimiento y reproducció n. Por consiguiente
se imagina tambié n que la producció n es imposible sin el capital, mientras que cree muy
posible al capital sin renta de la tierra. No existe para é l la diferencia entre el beneficio y la
plusvalía, lo que prueba que no ha comprendido claramente ni la naturaleza del uno ni la de
la otra. Lo revela ya el modo en que procede desde el comienzo mismo. Al principio hace
que el obrero intercambie con el obrero, y su intercambio está entonces determinado por el
equivalente, por el tiempo de trabajo que cada uno ha gastado en la producció n. Se presenta
luego el verdadero problema de su economı́a: demostrar que esta determinació n de valor
no se modifica por la acumulació n de los capitales, o sea por la existencia del capital26. En
primer lugar, no se le viene a las mientes que su primera relació n natural no es má s que una
relació n abstraı́da de la producció n fundada en el capital. En segundo lugar, señ ala la
existencia de un determinado cuanto de tiempo de trabajo objetivo, que por cierto puede
crecer, y se pregunta: ¿có mo se divide? La pregunta es rather a ¿có mo se le crea? , y es
precisamente la naturaleza especı́fica de la relació n entre el capital y el trabajo, o la
differentia specifica del capital, la que explica esto.
a Má s bien
451 En realidad, como lo expresa Quincey (X, 5), de lo que se trata en la economı́a moderna
(ricardiana) es solamente de los dividendos, mientras que se considera al producto total
como fijo, determinado por la cantidad de trabajo empleada en é l (su valor se estima segú n
ese criterio)27. Por eso se le reprocha con razó n a Ricardo que no comprenda el surplus
value, aunque sus adversarios lo comprenden aun menos. Se representa al capital como
apropiá ndose de determinada parte del valor existente del trabajo (del producto); no se
representa como fuente de la plusvalı́a la creació n de este valor, del que el capital se apropia
por encima del reproducido. Esta creació n coincide con la apropiació n, sin intercambio, de
trabajo ajeno y por tanto nunca puede ser comprendida claramente por los economistas
burgueses. Ramsay le reprocha a Ricardo olvidar que el capital fixe (del cual se compone el
capital aparte el approvisionnement a, y que para Ramsay es a la vez raw material e
instrument) b se deduce de la suma que el capitalista y el obrero deben repartirse. "Ricardo
olvida que el producto total no só lo se divide en wages y profits c, sino que tambié n una
parte es necessary for replacing fixed capital d ." (IX, p. 88. R. 174 note. )28 . De hecho, como
Ricardo no comprende en su movimiento vivo la relació n entre el trabajo objetivado y el
vivo —que no se deduce de los dividendos arrojados por un cuanto dado de trabajo, sino
del poner plustrabajo—, y como por tanto tampoco comprende la relació n recı́proca entre
25 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit. p. 86 [Principios, p. 67], y cuaderno VIII, Grundrisse, p.. 815.
27 Cf. Th. IYE QUINCEY, The Logic of Political Economy, Edinburgh and London 1844, p. 204. La referencia "(X, 5)"
indica la pá gina 5 del citado cuaderno londinense X, en el que fueron recogidos extractos de esta obra.
28 Cf. G. RAMSAY, An Essay etc., cit., p. 174, nota. La indicació n "IX, p. 88" se refiere al citado cuaderno de extractos.
Karl Marx
los diversos elementos constitutivos del capital, se tiene la impresió n, al leerlo, de que el
producto total se dividiera en wages y profits, de tal suerte que la reproducció n del capital
mismo se incluye en el beneficio. Quincey (I.c., cuaderno X, 5) expone ası́ la teorı́a
ricardiana: "Si el precio es de 10 sh., entonces wages y profit as a whole cannot exceed 10
sh. But do not the wages and profits as a whole, themselves, on the contrary, predetermine
the price? No, that is the old superannuated doctrine" e (p. 204.) "La nueva economı́a ha
mostrado that all price is governed by proportional quantity of the producing labour, and by
that only. Being itself once settled, then, ipso facto, price settles the fund out of which both
wages and profits must derive their separate dividends" f (1.c. 204)29. El capital se presenta
aquı́ no como poner de plusvalor, id est, de plustrabajo, sino ú nicamente como haciendo
deducciones de un cuanto dado de trabajo. Que el instrumento y la materia prima se
apropian de estos dividendos ha de explicarse entonces a partir de su valor de uso en la
producció n, en lo cual está dada por supuesta, entonces, la necedad de que la materia prima
y el instrumento crean valor de uso gracias a su separación del trabajo, puesto que la
separación los convierte en capital. Considerados por sı́ mismos, no son má s que trabajo,
trabajo pasado. Ademá s esto con toda justicia le choca al common sense, puesto que el
capitalista sabe muy bien que é l incluye el salario y el beneficio entre los costos de
producció n y que ajusta conforme a ello el precio necesario.
452 Esta contradicció n entre la determinació n del producto mediante el tiempo relativo de
trabajo y la limitació n de la suma de beneficio y wages mediante la suma de este tiempo de
trabajo, y la fijación real del precio en la prá ctica, deriva sencillamente de que no se concibe
al beneficio como forma secundaria y derivada de la plusvalía; precisamente lo que el
capitalista, con razó n, considera como sus costos de producción. Su beneficio, pues, deriva
simplemente de que a é l una parte de los costos de producció n no le cuesta nada, es decir,
que no entra en sus desembolsos, en sus costos, de producció n.
a Medios de subsistencia.- b Materia prima (e) instrumento.- c Salarios (y)beneficios.- d Necesaria para
remplazar el capital fijo.- e Salarios [y] beneficios, en conjunto, no pueden pasar de 10 chelines. ¿Pero no son
los salarios y beneficios los que en conjunto, por el contrario, predeterminan el precio? No, é sa es la vieja y
obsoleta doctrina.- f Que todo precio está regido por la cantidad proporcional de trabajo productivo, y só lo por
é sta. Una vez fijado, el precio, por el mismo hecho, fija entonces el fondo del cual tanto los salarios como los
beneficios habrá n de extraer sus distintos dividendos
29 La remisió n a "p. 204" corresponde a la citada obra de TH. DE QUINCEY, The Logic of Political Economy,
Grundrisse. Cuaderno VI
CUADERNO VI.
Aquí comienza el cuaderno siguiente, cuya primera página lleva el encabezamiento: "Cuaderno VI.
El capítulo del capital. London, February, 1858".-
origen en los salarios.- c Cualesquiera variaciones en la masa del plustrabajo han de derivarse de una variació n
en la relació n entre el trabajo necesario y el plustrabajo.- d Un desatino.- e Salarios
La gracia, empero, está en que entre los ricardianos se da por supuesto determinado
cuanto de trabajo; el mismo determina el precio del producto, de lo cual el trabajo extrae
sus dividendos en wages y el capital en profits; los dividendos del obrero = al precio de los
medios de subsistencia necesarios. Por consiguiente, en las "existing retations between
wages y profits" a, la tasa del beneficio está en su maximo y la de los wages en su mı́nimo. La
competencia entre los capitalistas só lo puede cambiar la proporció n segú n la cual
participan los mismos en el beneficio total, pero no alterar la proporció n entre el beneficio
total y los wages totales. El general standard of profit b es esta proporció n entre el beneficio
total y los wages totales, proporció n no alterada por la competencia.
453 ¿De dó nde, entonces, procede la alteration c ? Con seguridad, no se debe a que la tasa del
beneficio decrezca espontá neamente, y tendrı́a que hacerlo espontá neamente, ya que la
competencia no provoca ese resultado. Luego, por alteration in los wages cuyos costos
necesarios pueden aumentar (teorı́a del deterioro progresivo del suelo sometido a cultivos;
teorı́a de la renta) a consecuencia de una disminució n de la fuerza productiva del trabajo
debida a causas naturales. A esto contrapone Carey. etc., con razó n (aunque a la vez sin
razó n, por el modo en que lo explica) que la tasa del beneficio no decae a consecuencia de la
disminució n, sino del aumento de la fuerza productiva1 Todo esto se resuelve sencillamente
diciendo que la tasa del beneficio no tiene en vista el plusvalor absoluto, sino el plusvalor
con relació n al capital empleado, y que el crecimiento de la fuerza productiva está
acompañ ado por la mengua de la parte del capital que representa el approvisionnement
1 Cf, H. C. CAREY, Principies of Political Economy. Part the First, of the Laws of the Production and Distribution of
con respecto a la parte que representa el capital invariable; por tanto, y necesariamente, al
disminuir la proporció n entre el trabajo total empleado y el capital que [[este trabajo]] pone
en movimiento d merma tambié n la parte del trabajo que se presenta como plustrabajo o
plusvalor.
a Relaciones existentes entre salarios [y] beneficios.- b Nivel general del beneficio.- c Alteració n.- d En ed.
1939, "die es" como correcció n de un presunto "das es" del ms. La nueva correcció n del IMEL establece "das
sic"; en este caso el pá rrafo dirı́a "das sie in Gewegung setzt” ("al que pone en movimiento"), lo cual tornarı́a al
pá rrafo, confuso, cuando es evidente que Marx quiere referirse a "el capital que el trabajo pone en
movimiento"
A esta incapacidad de explicar uno de los má s decisivos fenó menos de la producció n
moderna, obedece el que Ricardo no haya comprendido su propio principio. Pero en qué
aprietos pone a sus discı́pulos, se desprende, entre otros, del siguiente pasaje de Quincey:
"It is the common paralogism, that if upon the same farm you have always kept 5 men, and
in 1800 their produce was 25 qrs., but in 1840 a 50 qrs., you are apt to view the produce only
as variable, and the labour as constant: whereas virtually both have varied. In 1800 each qr.
must have cost 1/5 part of a man; in 1840 each has cost no more than 1/10 part of a man b"
(l.c., 214). En ambos casos el tiempo de trabajo absoluto era el mismo, 2 dı́as; pero en 1840
la fuerza productiva del trabajo se habı́a duplicado respecto a 1800 y por tanto era menor el
cost of producing necessary labour c. El trabajo bestowed upon I quarter d era menor, pero
el trabajo total era el mismo. Empero, que la fuerza productiva del trabajo no determina el
valor del producto —aunque determina el plusvalor, si bien no en proporció n al aumento de
la fuerza productiva—, lo debı́a haber aprendido de Ricardo el señ or Quincey. Tanto las
objeciones contra Ricardo, como las desesperadas sofisterı́as de sus discı́pulos e (por
ejemplo el señ or MacCulloch, que por medio del plustrabajo explica la plusvalı́a: el vino
añ ejo vale má s que el nuevo)2. El valor tampoco se puede determinar por el trabajo que ha
costado la unit, f esto es, el precio del single quarter g, sino que el precio multiplicado por la
cantidad es lo que constituye el valor.
454 Los 50 quarters en 1840 tenı́an el mismo valor que los 25 en 1800, porque objetivaban el
mismo cuanto de trabajo. El precio para cada quarter, la unit, tiene que haber sido diferente
y el precio total (expresado en dinero) puede ser diferente por muy diversos motivos.
a En ed. 1939, "1845". Corregido segú n De Quincey.- b Se trata del vulgar paralogismo segú n el cual si en la
misma granja se ha hecho trabajar siempre a 5 hombres, y en 1800 su producto era de 25 quarters pero en
1840 de 50 quarters, se podrı́a ver sólo el producto como variable y al trabajo como constante; mientras que
virtualmente ambos han cambiado. En 1800 cada quarter tiene que haber costado 1/5 parte de un hombre; en
1840 cada uno costó tan só lo 1/10 parte de un hombre.- c El costo de producir trabajo necesario.- d Consumido
en un quarter.- e La frase es obviamente incompleta.- f Unidad.- g Cada quarter
(Lo que Quincey dice de la má quina, vale tambié n para el obrero: "Una má quina, una vez
conocido su secreto will not sell for the labour produced, but for the labour producing. it
will no longer be viewed as a cause equal to certain effécts, but as an effect certainly
reproducible by a known cause at a known cost" a (84, 85) b. Quincey dice de Malthus:
"Malthus in his Political Economy refuses to see, may he positively denies. that if two men
produce a variable result of ten and five, then in one case each unit of the result has cost
double the labour which it has cost in the other. On the contrary, because thcre are always
two men, Mr. Malthus obstinately insists that the cosi in labour is constant” c (l.c., 215. Note).
In fact: the cosi in labour is constant,d ya que, segú n la premisa, está contenido tanto trabajo
en diez como en cinco. Pero el cosi of labour e no es constante. porque en el primer caso.
como la fuerza productiva del trabajo se ha duplicado, el tiempo que corresponde en
determinada proporció n al trabajo necesario es menor. Inmediatamente despué s
2 Cf. J. R. MC CULLOCH, The Principies of Political Economy: with some Inquires Respecting the Application, and a
Sketch of the Rise and Progress of the Science. Edinburgh and London 1825, pp. 313-318.
Grundrisse. Cuaderno VI
igual a ciertos efectos, sino como un efecto ciertamente reproducible por una causa conocida y a un costo
conocido.- b En ed. 1939, "84".- c Malthus en su Political Economy se niega a ver, es má s, niega positivamente
que si dos hombres producen un resultado variable de diez y de cinco. entonces en un caso cada unidad del
resultado ha costado el doble de trabajo que ha costado en el Otro caso. Por el contrario, como hay siempre
dos hombres, el Sr. Malthus insiste obstinadamente en que el costo en trabajo es constante.- d En efecto: el
costo de trabajo es constante.- e Costo de trabajo.- f En cd. 1939, "R. 5"
Sobre esta base productiva y esa relació n de producció n el capital se desarrolla
adecuadamente; sus leyes inmanentes, pues, entran plenamente en vigencia. Siendo esto
ası́, habrı́a que mostrar có mo la illimited competition y la industrial production son
condiciones de realizació n del capital que este mismo debe producir cada vez má s
(mientras que aquı́ la hipó tesis figura como la del teó rico puro que, para parecer
irreprochable, pone la relació n del capital consigo mismo en cuanto capital —la free
competition y el modo de existencia productivo del capital— externa y arbitrariamente, no
como autodesarrollos del capital, sino como supuestos concebidos intelectualmente).
455 Dicho sea de paso, é ste [es] el ú nico pasaje en Ricardo donde hay una vislumbre acerca de
la naturaleza histórica de las leyes econó micas burguesas. Bajo este supuesto, el valor
relativo de las mercancı́as (pero este té rmino es absurdo, ya que un valor absoluto es
nonsense) se determina por la diferente cantidad que puede producirse en el mismo tiempo
de trabajo, o por la cantidad de trabajo realizada proporcionalmente en las mercancı́as (p.
4). (Cuaderno, 19.)5 (En adelante el primer guarismo para la pá gina en el cuaderno; el
segundo para la pá gina en Ricardo.)6 De qué manera se pasa ahora del valor en cuanto
equivalente determinado por el trabajo al no equivalente, o al valor que en el intercambio
pone plus-valor, es decir, de qué manera se pasa del valor al capital, de una determinació n a
la determinació n aparentemente contrapuesta, es materia que no interesa a Ricardo. Para é l
el problema es solamente el de có mo la relación de valor de las mercancı́as puede y debe
permanecer la misma y ser determinada por el cuanto de trabajo relativo, aunque el
poseedor de trabajo acumulado y los a de trabajo vivo no intercambien equivalentes en
trabajo, esto es, pese a la relació n entre el capital y el trabajo. Constituye entonces un
sencillı́simo caso de cá lculo demostrar que la mercancı́a a y la mercancı́a b pueden
intercambiarse en proporció n al trabajo objetivado en ellas, aunque los productores de a y b
dividan de manera muy diferente entre sı́ el producto a, o el producto b intercambiado por
aqué l.
a En ed. 1939, en lugar de "y los" ("und die") figuraban unos puntos suspensivos, con lo cual el sentido de la
4 Cf. D. RICARDO, Principies etc., cit., p. 3 (y no 5) [Principios p. 10]. "19" se refiere a la pá gina del cuaderno VIII, cf.
Grundrisse, p. 787.
5 Cf. ibídem, p. 4 [ibídem, p. 11], y cuaderno VIII, Grundrisse, p, 787.
6 Marx se refiere aquı́ al citado cuaderno VIII, pp. 787-839 de los Grundrisse.
Karl Marx
Pero como aquı́ toda división se produce sobre la base del intercambio, de hecho resulta
absolutamente inexplicable por qué un valor de cambio —el trabajo vivo— se intercambia
segú n el tiempo de trabajo realizado en é l, mientras que el otro valor de cambio —el trabajo
acumulado, el capital— no se intercambia conforme a la pauta del tiempo de trabajo
realizado en é l. En este caso el poseedor del trabajo acumulado no podrı́a participar en el
intercambio en su condició n de capitalista. Por eso Bray, pongamos por caso, cree que con
su equal Exchange a entre trabajo vivo y trabajo muerto es el primero en extraer la
verdadera consecuencia de Ricardo7. Que desde el punto de vista del mero exchange el
salario del obrero tendrı́a que ser = al valor del producto, en otras palabras, que el cuanto de
trabajo en forma objetiva recibido por el obrero en el salario, tendrı́a que ser = al cuanto de
trabajo en forma subjetiva que é l gasta en el trabajo, a tal punto es una consecuencia
necesaria que Adam Smith incurre en ella8. Ricardo, por el contrario, se mantiene en lo
cierto, ¿pero có mo? "El valor del trabajo y la cantidad de mercancı́as que puede comprar
determinada cantidad de trabajo, no son idé nticos". Why not? b -Porque el producto del
obrero o un equivalente de este producto no es = a la remuneració n del obrero." Esto es, la
identidad no existe porque existe la diferencia. "Por tanto" (porque no es ası́) "el valor del
trabajo no es la medida del valor, del modo en que lo es el trabajo empleado en la cantidad
de las mercancı́as" (19, 5) c 9.
a Intercambio igual.- b ¿Por qué no? c En ed. 1939: "19,3"
456 El valor del trabajo no es idé ntico a la remuneració n del trabajo. Porque son diferentes. Es
é sta una curiosa conclusió n. Au fond esto se basa nada má s que en lo siguiente: que en la
prá ctica no es ası́. Pero con arreglo a la teorı́a, tendrı́a que ser ası́, porque el intercambio de
valores está determinado por el tiempo de trabajo realizado en ellos. En consecuencia, se
intercambian equivalentes. Determinado cuanto de tiempo de trabajo en forma viva, pues,
tendrı́a que intercambiarse por el mismo cuanto de tiempo de trabajo en forma pasada.
Habrı́a que demostrar, precisamente, que la ley del intercambio se trastrueca en su
contrario. Ni siquiera se manifiesta el presentimiento de que efectivamente ası́ lo hace. A
menos que el presentimiento se encuentre en el rechazo, a menudo reiterado, de la
confusió n. Que eso tampoco puede hacerlo la diferencia entre el trabajo pasado y el vivo, se
reconoce de inmediato: "La cantidad comparativa de mercancı́as que un cuanto dado de
trabajo puede crear, determina su valor pasado y presente" (19, 9) 10, con lo cual, pues, el
trabajo vivo llega incluso a determinar retroactivamente el valor del trabajo pasado. ¿Por
qué , entonces, el capital no se intercambia por trabajo vivo en proporció n al trabajo
realizado en el capital? ¿Por qué un cuanto de trabajo vivo no es, é l mismo, = al cuanto de
trabajo en el que se ha objetivado? "El trabajo, naturalmente, es de diferente calidad, y es
difı́cil la comparació n de diferentes horas de trabajo en ramas de producció n diversas. Pero
esta escala se afianza muy pronto en la prá ctica" (19, 13)11. "En perı́odos breves, por lo
menos de un añ o a otro, la variació n en esta desigualdad es insignificante, por lo cual no se
le tiene en cuenta" (19, 15)12. Esto no significa nada. Si Ricardo hubiera aplicado su propio
principio, los cuantos de trabajo (simples) a los cuales pueden reducirse las diversas
7 Cf. J. F. BRAY, Labour's Wrongs and Labour's Remedy; or, the Age of Might and the Age of Right. Leeds-Manchester
9 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787, y Principies etc., cit., p. 5 (no 3) [Principios, p. 11].
10 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787, y Principies etc., cit., p. 9 [Principios, p. 13].
11 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787, y Principies etc., cit., p. 13 [Principios, p. 16].
12 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787, y Principies etc., cit., p. 15 [Principios, p. 17].
Grundrisse. Cuaderno VI
capacidades de trabajo, la cosa habrı́a sido fá cil. En general, Ricardo se ocupa directamente
de las horas de trabajo. Lo que el capitalista recibe en el intercambio es la capacidad de
trabajo: es é ste el valor de cambio que paga. El trabajo vivo es el valor de uso que tiene para
é l este valor de cambio, y de este valor de uso surge el plusvalor y la abolició n del
intercambio en general. Como Ricardo hace que el intercambio se realice con trabajo vivo —
o sea, incursiona de inmediato en el proceso de producció n—, se mantiene insoluble, en su
sistema, la antinomia de que un cuanto determinado de trabajo vivo no es = a la mercancı́a
que é ste crea, en la que se objetiva, pese a que el valor de la mercancı́a es = al cuanto de
trabajo contenido en la misma. En el valor de la mercancı́a está "incluido tambié n el trabajo
de llevar la mercancı́a al mercado" (19, 18)13. Veremos que el tiempo de circulació n, en la
medida en que en Ricardo aparece como determinante del valor, no es otra cosa que el
trabajo necesario para llevar las mercancı́as al mercado.
457 "El principio de la determinació n del valor por los cuantos relativos de trabajo contenidos
en las mercancı́as, se modifica sustancialmente por el empleo de la maquinaria y demá s
capital fijo y duradero. El alza o baja del salario afecta diversamente a dos capitales de los
cuales uno es casi totalmente circulante, el otro casi totalmente fijo; otro tanto ocurre con la
duració n desigual del capital fijo empleado. O sea, el beneficio sobre el capital fijo (el interé s)
se agrega tambié n para compensar la mayor duració n del tiempo que debe transcurrir
hasta que se haya podido llevar al mercado la má s valiosa de las dos mercancı́as" (19, 29,
30) a 14
a En vez de "19, 29, 30", deberı́a decir: "19, 25, 27, 29, 30
Este ú ltimo momento se refiere só lo a la duració n "del proceso de producció n, o sea al
tiempo de trabajo empleado directamente, por lo menos en el ejemplo ricardiano del
arrendatario y el panadero 15. (Si el trigo de un [ arrendatario] só lo está en condiciones de
ser llevado al mercado despué s que el de otro, entonces esta llamada compensación como
en el capital fixe, supone ya el interés, o sea ya algo derivado, y no una determinació n
originaria.)
"El beneficio y el salario son tan só lo porciones en las cuales las clases de los capitalistas y
los obreros participan en la mercancı́a originaria, y por tanto tambié n en la que
intercambian por é sta" (p. 21, 22) a 16 . El que la mercancı́a originaria de manera alguna
ser[ı́a] producida si no contuviera un plustrabajo para el capital demuestra hasta qué punto
la producció n de la mercancı́a originaria, su origen mismo, está determinado por estas
porciones, ası́ como tambié n que é stas preceden, en cuanto fundamento determinante, a la
mercancı́a originaria b. "Mercancı́as en las que se emplea la misma cantidad de trabajo
difieren en valor relativo si no se les puede llevar al mismo tiempo al mercado. tambié n en
el caso de un capital fijo mayor, el valor superior de una mercancı́a se debe a la mayor
cantidad de tiempo que debe transcurrir antes de que se pueda llevar aqué lla al mercado...
La diferencia, en ambos casos, deriva de que los beneficios se acumulan como capital, y esto
representa ú nicamente una compensació n por el tiempo durante el cual se retuvieron los
beneficios" (19, 35) c 17 Esto no significa absolutamente otra cosa sino que el capital inactivo
se calcula y compensa como si en lugar de estar inactivo se intercambiara por el tiempo de
plustrabajo. Este fenó meno nada tiene que ver con la determinació n del valor. Forma parte
13 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 787, y Principies etc., cit., p, 18 [Principios, p. 19].
14 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 788, y Principies etc., cit., pp. 25, 27, 29, 30 [Principios, pp. 24-29, passim].
15 Cf, cuaderno VIII, Grundrisse, p. 788, y Principies etc., cit. p. 26 [Principios, p. 25].
16 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 788, y Principies etc., cit., p. 31 [Principios, p. 26].
17 Cf. cuaderno VIII, Grundrisse, p. 788, y Principies etc., cit., pp. 34-35 [Principios, p. 28].
Karl Marx
del precio. (En la esfera del capital fijo, só lo tiene que ver con la determinació n del valor en
cuanto otro método de pago del trabajo objetivado, abstracted d del beneficio.)
a En lugar de "21, 22", deberı́a decir "19-20. 31".- b En la ed. 1939, "wie sie also als Bestimmungsgrund den
Portionen vorhergeht" ("ası́ como que ella preceda en cuanto fundamento determinante, a las porciones") en
vez de "wie sie also als Bestimmungsgrund der ursprü nglichen Ware vorhergehen".- C En lugar de "19, 35",
deberı́a decir: "20, 34-35".- d Separado
458 "There is another principie of labour which nothing points out to the economical
inquirer in old countries, but of which every colonial capitalist has been made conscious in
his own person. By far the greater part of the operations of industry, and especially those of
which the produce is great in proportion to the capital anca labour employed, require a
considerable time for [their] completion. As to most of them, it is not worth while to make a
commencenient without the certainty of being able to carry them on for several years. A
large portion of the capital employed in them is fixed, inconvertible, durable. lf anything
happens to stop the operation, all this capital is lost.
If the harvest cannot be gathered, the whole outlay in making it grow has been thrown
away. .. Esto muestra que constancy is a no less important principie as combination of
labour. The importance of the principie of constancy is not seen here, because rarely indeed
does it happen, that the labour which carries on a business is stopped against the will of the
capitalist. 18 Pero en las colonies exactamente al revé s. Aquı́ capitalists are so much afraid of
it that they avoid its occurrence as much as they can. by avoiding, as much as possible,
operations which require much time for their completion" a (Wakefield, 169, XIV, 71 ) b 19
a Existe otro principio del trabajo que no se deja ver por el investigador econó mico en los paı́ses viejos,
pero del quo, por experiencia propia, ha adquirido conciencia todo capitalista colonial. Por lejos la mayor
parte de las operaciones de la industria, y en especial aquellas en las cuales el producto es grande con relación
al capital r el trabajo utilizado requieren un tiempo considerable para ser llevadas a término En la mayor parte
de ellas, no vale la pena comenzar a efectuarlas si no se tiene la seguridad de poder hacerlo durante varios
añ os. Una gran parte del capital empleado en ellas es fijo, inconvertible, duradero. Si ocurre cualquier cosa que
detenga esa operació n, se pierde todo el capital. Si no se puede levantar la cosecha, todos los gastos para
hacerla crecer han sido en balde... [Esto muestra que] la constancia no es un principio menos importante que
la combinació n del trabajo. La importancia del principio de la constancia no es percibida aquı́, porque
raramente, por cierto, ocurre que el trabajo que hace adelantar un negocio se interrumpa contra la voluntad
del capitalista... [Pero en las] colonias [exactamente al revé s. Aquı́] los capitalistas tienen tanto temor de ello
que lo evitan todo lo que pueden, eludiendo las operaciones que requieren mucho tiempo para ser
finalizadas.- b En vez de "169, XIV, 71", debiera decir: "169/170, XIV, 71"
“There are numerous operations of so simple a kind as not to admit a division into parts,
which cannot be performed without the co-operation of many pairs of hands. Por ejemplo
the lifting of a large tree on to a wain, keeping down weeds in a large field of growing crop,
shearing a large flock of sheep at the same time, gathering a harvest of corn at the time
when it is ripe enough and not too tipe, moving any great weight; everything, in short,
which cannot be done unless a good many pairs of hands help logether in the same
undivided employment, and at the same time" a (168 1.c.). "Combination and constancy of
lahour are provided for in old countries, without an effort or [a] thought on the part of
capitalist, merely by the ahundance of labourers for hire. The scarcity of labourers for hire is
the universal complaint of colonies" b (170 1.c.). "Só lo la cheapest land in a colony is that
whose price affects the labour inarket. The price of this land as of all hure land, and of
everything else which it costs nothing to produce, depends of course on the relation between
the deinand and the supply" c [p. 332]. "In order that the price of waste land should
accomplish its objects" (a saber: convertir al trabajador en un no-propietario de tierras), "it
18 Cf.
E. G. WAKEFIELD, A View of the Art of Colonization, with present reference to the British Empire; in ktters
between a statesman and a colonist: Edited by (one of the writers). Loridon 1849, p. 169.
19 Cf. ibídem, p. 169. La remisió n a "XIV, 71" indica nú mero y pá gina del cuaderno de extractos.
Grundrisse. Cuaderno VI
must be sufficient for the purpose. Hitherto the price has been everywhere insufficient" d
(338 1.c.).
459 En cuanto a este "sufficient" price: "In founding a colony the price niight be so low as to
render the quantity of land appropriated by settlers practically unlimited: it might be high
enough to occasion a proportion between land and people similar to that of old countries, in
which case, if this very high price (lid not prevent emigration, the cheapest land in the
colony might be as dear, and the superabundance of labourers as deplorable as in England:
or it might be a just medium between the two, occasioning neither superabundance of
people nor superabundance of land, but so limiting the quantity of land, as to give the
cheapest land a market value, that would have the effect of compelling labourers to work
some considerable time for wages before they could become landowners" e (139 1.c.) (II.
XIV, 71). (Este pasaje, aquı́ citado, de Wakefield's "Art of Colonisation", corresponde a lo
indicado má s arriba sobre la necesaria separació n entre el trabajador y las condiciones de
propiedad.)
a Hay numerosas operaciones de naturaleza tan simple como para no admitir su división en partes, pero que
no se pueden realizar sin la cooperació n de muchos pares de brazos. [[Por ejemplo) subir un gran tronco a un
carro, extirpar la cizañ a en un gran campo en el que crece un cultivo, esquilar al mismo tiempo un gran rebañ o
de ovejas, recoger una gran cosecha de cereal cuando está suficientemente maduro y no pasado de maduro,
mover un gran peso; todo aquello, en suma, que no puede hacerse a menos que un buen nú mero de brazos
colaboren en la misma operació n indivisa, y al mismo tiempo. b La combinació n y constancia del trabajo está n
disponibles en los paı́ses viejos, sin que el capitalista deba esforzarse ni pensar en ello, a causa simplemente
de la abundancia de trabajadores prestos a asalariarse. La escasez de trabajadores en tales condiciones
constituye la queja universal de las colonias.- c En una colonia [só lo la] tierra más barata es aquella cuyo precio
afecta el mercado de trabajo. El precio de esta tierra, así corno el de toda la tierra baldía, y el de todo aquello
cuya reproducción no cueste nada, depende por supuesto de la relación entre la oferta y la demanda.- d Con
vistas a que el precio de la tierra baldía cumpla con su finalidad [.. .], debe ser lo bastante alto para ese objetivo.
Hasta el presente el precio en todas partes ha sido insuficiente.- e Al fundarse una colonia el precio podrı́a ser
tan bajo como para que fuera prá cticamente ilimitada la tierra de la que se apropiasen los colonos; podrı́a ser
suficientemente alto como para que se estableciera entre la tierra y la població n una proporció n similar a la de
los viejos paı́ses, en cuyo caso, si este mismo precio no evitara la emigració n, la tierra má s barata en la colonia
podrı́a ser tan cara y la superabundancia de trabajadores, tan deplorable como en Inglaterra; o podrı́a ser un
justo medio entre los dos, no dando lugar ni a la superabundancia de població n ni a la de tierra, pero
limitando ası́ la cantidad de tierra como para que la má s barata tuviera un valor de mercado, cuyo efecto serı́a
que los trabajadores estarı́an obligados a trabajar un tiempo considerable por salarios antes de poder
transformarse en propietarios de tierras
Plusvalía y beneficio. Ejemplo (Malthus). — Beneficio y plus‑ valía. Malthus. — Diferencia
entre trabajo y capacidad de trabajo. — La curiosa afirmación- según la cual la injerencia of
capital no modificaría nada en el payment of labour b. —Teoría de Carey sobre el
abaratamiento del capital para los obreros. — (Merma de la tasa del beneficio.) -
Wakefield sobre la contradicción entre las teorías ricardianas del salario y el valor
(El cá lculo del beneficio, a diferencia del cá lculo de la plusvalı́a real que el capital pone en
el intercambio con el trabajo vivo, [se aprecia] claramente, pongamos por caso. en el
ejemplo siguiente. Se trata de a statementc contenido en el First Report of the Factory
Cornmissioners (Malthus' Princip. of Polit. Economy. 1836. 2 ed. (Cuaderno X, p. 42.))
b Pago de trabajo.- c Un estado de cuenta
£ 1.650
£ 1.100 Contingencies, carriage, coal, oil
2.750
2.600 wages and salaries
5.300
10.000 for about 400.000 lbs raw, cotton at 6 d.
15.350
16.000 for 363.000 lbs twist spin. Values ..... £16.000 a
460 El capital gastado en trabajo es 2.600; la plusvalı́a es = 1.650 (850 interest + 150 rents b ,
lo cual hace 1.000 + 650 de beneficio).
Pero 2.600 : 1.650 = 100 : 63 6/13. Por lo tanto la tas de la plusvalı́a es 63 6/13%. Segú n el
propio cá lculo del beneficio esto tendrı́a que ser: 850 interest, 150 rents y 650 de beneficio,
o sea 1.650 : 15.350; má s de 10,7%.c
En el ejemplo precedente el capital flottant d rota 1 67/70 e veces en 200/13 añ os.
a Capital invertido en edificios y maquinaria ..... £ 10.000
"167/70"
Beneficio: 650 or about a 4,2.b . Los wages de los operatives c 20 1/6. Se declara aquı́ un
beneficio de 4,2: digamos que fuera só lo de 4 %. Este 4 % se calcula sobre un gasto de
15.350, Pero entonces tenemos ademá s 5 % interest sobre £10.000 y 5 % sobre 7.000; 850
libras = 5 % sobre 17.000. De los ı́idvances d realmente made e tendrı́amos que descontar:
1) la parte del capital fixe que no figura en el sinking fund f: 2) lo que se calcula como
interest,. (Es posible que no sea el capitalista A el que se embolse los intereses, sino el
capitalista B. En todo caso se trata de ré ditos, no de capital, de plusvalı́a.) De las 15.350
[libras] de gastos hay que deducir. pues. 850; quedan: 14.500. Entre !as 2.600 por wages y
salaries g se encuentran 209 libras bajo la forma salary, ya que 1/6 de 15.350 no es 2,600,
sino 2.391 [y], dividido por [esta cifra], 14.500 da 6 154/2391 h digamos 6 1/16, dieciseisavo
del que podernos hacer caso omiso i.
Las 14.500 las vende a 16.000, o sea con un beneficio de 1,500, lo que hace un porcentaje
de 10 2/3 j ; sin embargo, dejamos de lado esos 2/3 k y decirnos 10%. 1/6 de 100 es 16 2/3.
Esto es, sobre 100 tendrı́amos: 83 1/3 por advances, 16 2/3 por salario y de beneficio 10.
O sea:
Advances Salarios Suma Reproducido Beneficio
£ St. 83 1/3 16 2/3 100 110 10
20 Cf. T. R. MALTHUS, Principies etc., cit., pp. 269-270 [Principios, pp. 227-228].
Grundrisse. Cuaderno VI
10 sobre 16 2/3 o sobre 50/3 es exactly 60%. Por ende, para que segú n el cá lculo del
capitalista se obtenga un beneficio anual del 10% (era un poco má s) de un capital de 17.000
libras, en el cual el trabajo só lo representa 1/6 de los advances anuales de 14.500, el obrero
(o el capital, como se quiera) tendrı́a que crear una plusvalı́a de 60%. O bien, de todo el
tiempo de trabajo, el 40% es para el trabajo necesario, 60 para el plustrabajo l ; uno es a
otro = 4 : 6, ó = 2 : 3, ó 1 : 3/2.
461 Si por el contrario los advances del capital hubieran sido de 50, y los advances por salario
tambié n de 50, se habrı́a necesitado crear só lo 20% de plusvalı́a para que el capitalista
tuviera 10%; 50, 50 y 10 = 110. Pero 10 a 50 = 20 : 100 ó sea 20%. Sı́ el trabajo necesario en
el segundo caso pusiera tanto plustrabajo como en el primero, el beneficio del capitalista
importarı́a 30 libras; por otra parte, si la tasa de la real creació n de valor, del poner
plustrabajo, só lo fuera en el primer caso tan grande como en el segundo, el beneficio no
serı́a má s que de 3 1/3 libras, y si el capitalista tuviera que pagar 5% de interé s a otro
capitalista, soportarı́a una loss m efectiva.
a 0 aproximadamente.- b En lugar de "4.2" debería decir "4.7%". El error de cálculo, sin embargo, aparece
que el otro no puede alcanzar, y por consiguiente podrá expulsarlo del mercado.) (etc.) El
aná lisis de en qué medida la tasa del beneficio puede menguar en un capital creciente, pero
de tal modo que aumente sin embargo el gross profit b, forma parte de la teorı́a del
beneficio (competencia).
Malthus en sus Principies of Political Economy, 2 ed., 1836, llega a vislumbrar que el
beneficio, esto es, no el beneficio sino la plusvalía real, debe calcularse no con respecto al
capital anticipado sino al trabajo vivo adelantado, cuyo valor está expresado objetivamente
en el salario; pero luego se extravı́a en una bagatela absoluta, que se vuelve absurda cuando
debe servir corno base de la determinació n del valor o de la argumentació n en torno a la
relació n existente entre el trabajo y la determinació n del valor.
462 Esto es: si tomo el valor total del producto acabado, podré comparar cada parte del
producto producido c con la parte de gastos que le corresponde, y el porcentaje al que
asciende el beneficio respecto al producto total, es naturalmente tambié n el porcentaje
relativo a la parte alı́cuota del producto.
a En
ed. 1939, "der letztere" ("el ú ltimo") en lugar de "der erstere".- b Beneficio bruto.- C En ed. 1939,
"avancierten" ("adelantado") en vez de "produzierten"
Digamos, por ejemplo, que 100 tá leros rinden 110, o sea 10% [[con respecto]] al
producto total, y que 75 tá leros son para la parte invariable del capital y 25 para trabajo, o
sea, ¾ para el primero, 1/4 para trabajo vivo. Si ahora tomo 1/4 del producto total, id est de
110, obtendré 27 2/4 ó 27 1/2. Sobre 25 de gasto en trabajo el capitalista tiene 2 1/2 de
ganancia, id est 10%. Malthus habrı́a podido decir con la misma razó n: si tomo 3/4 del
producto total, o sea 75, estos 3/4 estará n representados en el producto total por 82 1/2; o
sea 7 1/2 sobre 75, que son exactly 10%. Esto evidentemente significa tan só lo que si sobre
100 gano 10%, la ganancia sobre cada parte de 100 asciende a un monto tal que en la suma
total resulta 10%. Si sobre 100 he ganado 10, sobre 2 x 50 habré ganado cada vez 5, etc.
Saber que si sobre 100 he ganado 10, habré ganado 2 1/2 sobre 1/4 de 100 y 7 1/2 sobre
3/4, no nos hace avanzar una pulgada. Si sobre 100 he ganado 10, ¿cuá nto habré ganado
entonces sobre 1/4 de 100 o sobre 3/4? A esta niñ erı́a se reduce la ocurrencia de Malthus.
El anticipo sobre el trabajo ascendı́a a 1/4 de 100; por tanto la ganancia sobre ese anticipo
asciende a 10 %. 10% de 25 equivale a 2 1/2. 0 bien: el capitalista, si sobre 100 ha ganado
10, ha ganado sobre cada parte de su capital 1/10, id est 10%. Esto no confiere a las partes
del capital absolutamente ningú n cará cter cualitativo, y por eso vale tanto para el capital
fixe, etc., como para el adelantado en trabajo. Se expresa aquı́, má s bien, tan só lo la ilusió n
de que cada parte del capital ha participado por igual en la creació n del nuevo valor.
Tampoco ha sido el salario adelantado sobre el 1/4 de Trabajo lo que ha creado la plusvalı́a,
sino el trabajo vivo no pagado. Pero, de la proporció n entre el valor total —aquı́ 10
tá leros— y el salario, podemos deducir qué porcentaje del salario no se ha pagado, o cuá nto
plustrabajo habı́a. En la proporció n de arriba, el trabajo necesario está objetivado en 25
tá leros, el plustrabajo en 10; por lo tanto su relació n es como 25 : 10 = 100 : 40; 40% del
trabajo era plustrabajo o, lo que es lo mismo, 40% del valor producido por é l era plusvalor a.
a Si bien el plustrabajo equivale a un 40% del trabajo necesario( p / v )en verdad el plusvalor es el 28,5%
del valor producido por el trabajo vivo ( p / p+v ). Marx confunde una vez má s p / v con p / v+p o sea la tasa
de plusvalı́a con la repartició n del tiempo de trabajo necesario y plustrabajo: la tasa es 10/25 , la proporció n
de plustrabajo es 10 / 10+25 ; o sea 40% en el primer caso y 28,5% en el segundo. En consecuencia, del valor
total producido por el obrero, es plusvalor el 28,5% si bien este plusvalor representa un 40% del valor que
corresponde al trabajo necesario.-
Es muy cierto que el capitalista puede calcular: si de 100 gano 10, del salario = 25, habré
ganado 2 1/2. No se comprende qué utilidad obtiene de este cá lculo. Pero lo que Malthus
pretende con eso lo veremos pronto, cuando examinemos su determinació n del valor. Que é l
cree, sin embargo, que su simple ejemplo de cá lculo con-lene una determinació n real, se
Grundrisse. Cuaderno VI
desprende de lo siguiente:
463 "Supongamos que el capital no se gaste má s que en el salario; 100 libras expended in
immediate labour b. (b Gastadas en trabajo inmediato) Los returns al fin del añ o son 110, 120 ó
130; it is evident that in each case the profits will be determinated by the proportion of the
value of the whole produce which is required to pay the labour employed. 1f the value of the
produce in the market = 110, the proportion required to pay the labourers = 10/11 del
value del produce, and profits = 10% a ". (Aquı́ el señ or Malthus no hace otra cosa que
expresar el advance b originario, 100 libras, como proporció n con el producto total. 100 es
10/11 de 110. Si digo que gano 10 sobre 100, o sea 1/10 de 100, o si digo que de los 110 la
ganancia es 1/11, tanto da.) "Si el valor del producto es 120, la proportion para labour es =
10/12 y la ganancia 20%; si 130, la proportion required to pay the labour c = 10/13 y la
ganancia = 30%." (En vez de decir: sobre 100 gano 10, puedo decir tambié n que de 110 los
anticipos alcanzan a 10/11; o [si gano] 20 sobre 100, que los anticipos son solamente
10/12 de 120, etc. El cará cter de estos anticipos, sean en labour o otherwise d nada tiene
que ver con esta forma aritmé tica de expresar la cosa.
a Es evidente que en cada caso los beneficios estará n determinados por la proporció n del valor de todo el
producto requerida para pagar el trabajo empleado. Si el valor del producto en el mercado = 110, la
proporció n requerida para pagar a los trabajadores será = 10/11 [del] valor [del] producto, y los beneficios
=10%.- b Anticipo.- c Proporció n requerida para pagar el trabajo.- d Trabajo [o] de otro modo
Si un capital de 100 ha tenido un rendimiento solamente de 110, puedo partir o bien del
capital, y decir que he ganado 10 con é l, o puedo partir del producto, de 110, y decir que no
he anticipado má s que 10/11 del mismo. La proporció n, naturalmente, es la misma.) "Ahora
bien, supongamos que los advances del capitalist no consisten solamente en labour. El
capitalista espera una utilidad igual de todas las partes del capital adelantadas por él (esto
significa, simplemente, que distribuye la utilidad que ha hecho —y sobre cuyo origen bien
puede estar completamente a oscuras—de manera uniforme entre todas las partes de sus
desembolsos, haciendo total abstracció n de sus diferencias cualitativas). "Supongamos que
1/4 de los advances sean para labour" (inmediato) y que "3/4 consistan de accumulated
labour y profits, con any additions which may arise de rents, taxes, y otras outgoings.
Entonces strictly true that the profits of the capitalist will vary with the varying value de este
1/4 del produce compared with the quantity of labour employecl a 21". No la quantity, [como]
en el señ or Malthus, sino compared with the salary paid.) b Por tanto strictly true that his
profits will vary with the varying value of the 3/4 of his produce c compared with the
advances in accumulated labour d , esto es, la ganancia es al capital total adelantado (10 :
100) como cada parte del producto total (110) a la parte que le corresponde del advance.)
"Por ejemplo", prosigue Malthus, supongamos que un "farmer emplea en la cultivation £
2.000, de las cuales 1.500 in seed, keep of horses wear y tear of his fixed capital e, etc., y £
500 en immediate labour, y que los returns sean al final de 2.400 sobre 2.000 = 20%.
464 E igualmente obvious that if we took 1/4 del value del produce, o sea 600 libras, y
compared it with the amount paid in the wages of the immediate labour, the result would
show exactly the same rate of profits" f (I.c., 267, 268. Cuaderno X, 41, 42)22. (Es igualmente
obvious. que if we took 3/4 del value del produce, o sea 1.800, y compared it with the
amount paid in the advances of accumulated labour, o sea con 1.500, the result would show
exactly the same rate of profits g . 1.800: 1.500 = 18 : 15 = 6 : 5. Pero 6 sobre 5 es 1/5 h, o sea
20%). (Malthus tiene aquı́ en la cabeza dos fó rmulas aritmé ticas diferentes, a las que
entrevera: primero: si sobre 100 hago 10, sobre cada parte de los 100 no habré ganado 10,
21 Cf. ibídem, pp. 267-268 [ibídem, p. 226].
partidas de gastos. [Entonces será] estrictamente cierto que los beneficios del capitalista varíen con el valor
cambiante [de este 1/4 del] producto, en comparación con la cantidad de trabajo empleado.- b En comparació n
con el salario pagado.- c En la ed. 1939 dice "profits" ("beneficios") en lugar de "produce" ("producto").- d [[Por
tanto es]] estrictamente cierto que sus beneficios variará n con el valor cambiante de los 3/4 de su producto,
en comparació n con los anticipos en trabajo acumulado.- e Semillas, manutenció n de caballos, deterioro de su
capital fijo, etc.- f [E igualmente] obvio [es] que si tomamos 1/4 [del] valor [del] producto, [o sea 600 libras, y]
lo comparamos con el monto pagado por los salarios del trabajo inmediato, el resultado arrojará exactamente
la misma tasa de beneficios.- g Si tomamos 3/4 [del] valor [del] producto, [o sea 1.800, y] lo comparamos con
el monto pagado por los anticipos de trabajo acumulado, [o sea con 1.500], el resultado arrojará exactamente
la misma tasa de beneficios.- h "Es 1/5" tiene aquı́ el sentido dé: "da un excedente de 1/5"
Ganar 10 sobre 100 significa ganar 1/10 sobre cada parte de 100, y por tanto el beneficio
tendrá que arrancarse como 1/10 de beneficio sobre el salario, y si el beneficio está
distribuido uniformemente sobre todas las partes del capital, podré decir que la tasa del
beneficio sobre el capital total varı́a con la tasa del beneficio sobre cada parte del mismo,
por ende tambié n, por ejemplo, sobre el capital adelantado en wages. a 2) Si yo he ganado el
10% sobre 100, el producto total será entonces 110. Si el salario só lo fuera 1/4 de los
anticipos = 25, constituirá tan só lo la 4 2/5 parte de 110; o sea, constituirá una parte
alı́cuota menor en 1/44, y constituirá una proporció n menor del producto total en la misma
medida en que é ste [haya] crecido con respecto al inicial. Este, a su vez, no es má s que otro
tipo de cá lculo. 10 constituye 1/10 de 100, pero só lo 1/11 de 110. Puedo decir tambié n, por
lo tanto, que en la misma proporció n en que ha aumentado el producto total, cada una de
las partes alı́cuotas del capital originario constituirá una parte menor de é l. Tautologı́a.)
En su escrito: The Measure of Value Stated and Illustrated, London, 1823 (cuaderno IX),
Malthus afirma que el "value of labour"` es "constant", y por tanto la true measure of value
generally d 23 . "Any given quantity of labour must be of the same value as the wages which
command it, or for which it actually exchanges" e (p. 5, 1.c.) (IX, 29)24. De lo que se trata
aquı́, naturalmente, es del salario. La verdad es má s bien que any given quantity of labour is
= la misma quantitynof labour f expresada en un producto; o que cada producto no es má s
que un determinado cuanto de trabajo, objetivado en el valor del producto, valor que, con
relació n a otros productos, se mide por aquel cuanto. Ciertamente, el salario expresa el
valor de la capacidad viva de trabajo, pero de ninguna manera el valor del trabajo vivo, que
se expresa, antes bien, en el salario + el beneficio. El salario es el precio del trabajo
necesario. Si el obrero tuviera que trabajar 6 horas para vivir y produjera para sı́ mismo,
como simple trabajador, recibirı́a diariamente mercancı́as por 6 horas de trabajo, digamos 6
d.g Ahora bien: el capitalista lo hace trabajar 12 horas y le paga 6 d. Le paga 1/2 d. la hora.
a Salarios.- b En el manuscrito y en la ed. 1939: "uni 2/5" ("en 2/5"), pero el salario ha pasado de ser 1/4 a
ser 1 / 4 2/5 del producto total; es decir, de 11/44 a 10/44; 1/44 menos.- c Valor del trabajo.- d [La] verdadera
medida del valor en general.- e Cualquier cantidad dada de trabajo tiene que ser del mismo valor que los
salarios que permiten disponer de ella o por los cuales se intercambia realmente.- f Cualquier cantidad dada de
trabajo es = [[a la misma]] cantidad de trabajo...‑ g Peniques
465 Esto es, a given quantity of 12 hours of labour has value of 12 d., and 12 d. is indeed the
value for which the produce exchanges, when it gets sold. On the other hand, the capitalist
commands with this value, if he could re-invest it in mere labour, 24 hours. The wages
command, therefore, a much greater quantity of labour than they consist of, and a given
quantity of living labour actually exchanges for a much smaller one of accumulated labour.
The only thing that is sure is that the price of labour, wages, must always express the
23 Cf. The Measure of Value etc., cit., p. 29 nota.
quantity of labour which the labourers want in order to keep soul and body together. The
wages of any quantity of labour must be equal to the quantity of labour which the labourer
must expend upon his own reproduction. In the aboye instante a man would set to work two
rnen for 12 hours each —together 24 hours— with the quantity of labour afforded by one
mana. En el caso precedente el producto se intercambiarı́a por otro producto de 12 d. de
valor, o por 12 horas de trabajo, y de ahı́ provendrı́a su beneficio de 6 d. (its surplus value
para el capitalista). El valor de los productos está determinado por el trabajo contenido en
ellos, no por aquella parte de trabajo contenida en ellos que ha sido pagada por el patrono.
El trabajo efectuado, no pagado, constituye el valor del producto; los wages, empero, sólo
[ex]presan trabajo pagado, nunca el efectuado. La medida de este pago mismo depende de la
productividad del trabajo, ya que é sta determina el cuanto de tiempo de trabajo necesario, y
como estos wages constituyen el value of labourb (el labour mismo puesto como mercancı́a),
este value es constantemente variable, de ninguna manera constant.
a [Esto es] una cantidad dada de 12 horas de trabajo tiene el valor de 12 peniques, y 12 peniques es, en
efecto, el valor por el cual se intercambia el producto cuando se lo vende. Por otro lado, con este valor el
capitalista, si puede reinvertirlo só lo en trabajo, dispone de 24 horas. Los salarios permiten por tanto,
disponer de una cantidad de trabajo mucho mayor que aquella de la que está n compuestos, y una cantidad de
trabajo vivo en realidad se intercambia por una cantidad mucho menor de trabajo acumulado. La ú nica cosa
segura es que el precio del trabajo, los salarios, tienen que expresar siempre la cantidad de trabajo que los
trabajadores requieren para que sus almas no se separen de sus cuerpos. Los salarios de cualquier cantidad de
trabajo deben ser iguales a la cantidad de trabajo que el obrero ha de gastar, en su propia reproducció n. En el
ejemplo anterior, un hombre pondrı́a a trabajar a dos hombres durante 12 horas cada uno –en total 24 horas–
con la cantidad de trabajo suministrada por un hombre.- b Valor del trabajo
El cuanto de trabajo que trabaja el obrero difiere notablemente del cuanto de trabajo que
está elaborado en su capacidad laboral, o que es necesario para reproducir su capacidad de
trabajo. Pero, como mercancı́a, el obrero no vende el uso que se hace de sı́ mismo, no se
vende como cause, sino como effec t. Veamos có mo el señ or Malthus se afana por hacer que
la cosa resulte cleana:
"The conditions of the supply of commodities do not regule that they should retain
always the same relative values, but that each should retain its proper natural value, or the
means of o btaining those objects which will continue to the producer the same power of
production and accumulation. profits are calcula ted upon the advances necessary to
production. . . the specific advances of capitalists do not consist of cloth, but of labour; and as
no other object whatever can represent a given quantity of labour, está claro que es la
quantity of labour which a commodity will command, and not the quantity of any other
commodity, which can represent the condi don of its supply, or its natural value" b (17, 18)
(IX, 29)25. Ya el hecho de que los advances del capitalist consisten of labour c podrı́a haberle
hecho ver a Malthus que la cosa no es tan lı́mpida.
a Aquı́ seguimos la ed. 1939 que descifra: "um die sache clean zu bekommen". Las correcciones posteriores
sustituyen la palabra inglesa "clean" por la alemana "klein" ("pequeñ o"). De tal manera el pá rrafo indicarı́a
que el señ or Malthus "se afana por empequeñ ecer la cosa". Sin embargo, no nos convence esta correcció n por
cuanto la palabra inglesa "clean" tiene una clara relació n con la palabra alemana "sauber" ("lı́mpida,
inocente") que Marx utiliza en la p. 68, lı́nea 5, para referirse precisamente al procedimiento utilizado por
Malthus.- b Las condiciones de la oferta de mercancı́as no exigen que é stas deban mantener siempre los
mismos valores relativos, sino que cada una debe conservar su propio valor natural o los medios de obtener
aquellos objetos que le permitirá n al productor mantener la misma capacidad de producción y acumulación...
Los beneficios se calculan sobre los anticipos necesarios para la producció n... Los anticipos específicos de los
capitalistas no consisten en telas, sino en trabajo: y como ningún otro objeto, sea cual fuere, puede representar
una cantidad dada de trabajo, (está claro que es la cantidad de trabajo de que una mercancía permita disponer,
y no la cantidad de cualquier otra mercancı́a, lo que puede representar la condició n de su oferta, o su valor
natural.- C En trabajo
25 Cf. ibídem, pp. 17-18.
Karl Marx
466 Supongamos que 6 horas son para el tiempo de trabajo necesario: A, B, son dos tipos que
trabajan cada uno para sı́ mismo, pero mantienen un intercambio recı́proco. A trabaja 6
horas, B trabaja 12 horas. Ahora bien, si A quiere zamparse las 6 horas que B ha trabajado
má s que é l, si quiere consumir el producto de las 6 plushoras de B, no puede darle otra cosa
que 6 horas de trabajo vivo, digamos del dı́a siguiente. B, pues, posee un producto superior
en 6 horas al de A. Supongamos ahora que, en estas circunstancias, se imaginara que es un
capitalista y dejase de trabajar por entero. Al tercer dı́a, entonces, só lo tendrı́a para dar por
las 6 horas de A su accumulated produce of 6 horas a , y una vez efectuado el intercambio
tendrı́a que comenzar de nuevo a trabajar o morirse de hambre. Pero si continú a trabajando
12 horas para A, y A prosigue trabajando 6 horas para sı́ mismo y 6 para B, cada uno de
ellos intercambiará exactamente 12 horas con el otro. El natural value de la commodity b ,
dice Malthus, consiste en que la misma, mediante el intercambio, devuelve a su poseedor
the same power of production and accumulation c. Su mercancı́a se compone de 2 cuantos de
trabajo: un cuanto de trabajo acumulado + un cuanto de trabajo inmediato. De modo que si
intercambia su mercancı́a por otra que contenga exactamente el mismo cuanto total de
trabajo, su power of production y accumulation será por lo menos el mismo, se habrá
mantenido igual. Sin embargo, habrá crecido, porque una parte del trabajo inmediato no le
ha costado nada, pese a lo cual la ha vendido. Malthus llega a la conclusió n, empero, de que
el cuanto de trabajo en el que consiste la mercancı́a es solamente trabajo pago, o sea = la
suma de los wages, o bien que los wages serı́an la pauta para fijar el valor de las mercancı́as.
Si cada cuanto de trabajo contenido en la mercancı́a estuviera pagado, la doctrina del señ or
Malthus serı́a correcta, pero igualmente cierto serı́a que el capitalista no tendrı́a que hacer
"advances of labour" d y que "quedarı́a totalmente privado de sus powers of accumulation"
e.
a Producto acumulado de 6 [horas].- b Valor natural [de la] mercancı́a.- c La misma capacidad de producción y
piensa el señ or Malthus, de los wages por el trabajo accumulated. Pero como el trabajo
efectuado ha cesado de trabajar, cesa tambié n de devengar wages. Ciertamente, el producto
en el que ese trabajo existe podrı́a intercambiarse de nuevo por trabajo vivo, pero, estando
puesto que este producto es = a 6 horas de trabajo, el obrero darı́a 6 horas de trabajo vivo y
recibirı́a en cambio los advances, las 6 horas de trabajo efectuado que pertenecen al
capitalista, que con ello no habrı́a adelantado un solo paso.
467 El trabajo vivo estarı́a bien pronto en posesió n de su trabajo muerto. Pero el motivo
aducido por Malthus es que eso se debe a que "no other object whatever can represent a
given quantity of labour"a ; el natural valuee de una mercancı́a consiste en la "quantity of
labour which a commodity will command, and not the quantity of any other commodity"c 26.
Dicho de otro modo: a given quantity of labourd só lo se puede representar por a quantity of
living (immediate) laboure. No só lo no other, sino every object whatever can represent a
given quantity of labour', o sea, todo objeto en el que esté contenida la misma quantity of
labour. Pero Malthus quiere que se mida la quantity of labour contenida en la mercancı́a;
debe ser igual no al cuanto de trabajo vivo que puede poner en movimiento, sino al cuanto
de trabajo pagado que pone en movimiento. Supongamos que la mercancı́a contiene 24
horas de trabajo; Malthus piensa, entonces, que el capitalista puede comprar con ella 2 dı́as
de trabajo; y si el capitalista pagara ı́ntegramente el trabajo, o si el cuanto de trabajo
efectuado fuera = al cuanto de trabajo vivo pagado, con 24 horas laborales en trabajo
efectuado sólo podrı́a comprar 24 horas laborales de trabajo vivo y sus "powers of
26 Cf. ibídem, p. 18.
Grundrisse. Cuaderno VI
accumulation" would have gone to the wallg. Pero el capitalista no paga al obrero el tiempo
de trabajo, el cuanto de trabajo, sino que le paga ú nicamente el tiempo de trabajo necesario,
y lo obliga a trabajar de balde por el resto. De ahı́ que con las 24 horas de trabajo efectuado
pueda poner en movimiento, acaso, 48 horas de trabajo vivo. In fact con 1 hora de trabajo
efectuado paga, por consiguiente, 2 horas de trabajo vivo; gana, pues, en el intercambio el
100%. El valor de su mercancı́a es ahora = 48 horas, pero de ninguna manera es igual a los
wages por los cuales se ha intercambiado, ni igual a los wages por los cuales se intercambia
nuevamente. Si el capitalista mantiene esta proporció n, con 48 horas de trabajo efectuado
comprará 96 de trabajo vivo.
a Ningú n otro objeto, sea cual fuere, puede representar una cantidad dada de trabajo.- b Valor natural.- C
Cantidad de trabajo de que una mercancı́a permita disponer, y no la cantidad de cualquier otra mercancı́a.- d
Una cantidad dada de trabajo.- e Una cantidad de trabajo vivo (inmediato).- f [No ya] ningú n otro, [sino] todo
objeto, sea cual fuere, puede representar una cantidad dada de trabajo.- g [Sus] "capacidades de acumulació n"
terminarı́an en la quiebra
Supongamos que no existiera capitalista alguno, sino trabajadores directos y que
intercambian entre sı́, y que é stos trabajaran má s de lo que necesitan para vivir, deseosos de
acumular, etc. Llamemos wages la parte del trabajo que el trabajador ejecuta para vivir;
beneficio el plustiempo que trabaja para acumular. Entonces el valor de su mercancı́a serı́a =
al cuanto total del trabajo contenido en ella, = a la suma total de tiempo de trabajo vivo;
pero en modo alguno, = a los wages que é l se ha pagado a sı́ mismo, o igual a la parte de
mercancı́a que tendrı́a que reproducir para vivir.
468 Como el valor de una mercancı́a es = a un determinado cuanto de trabajo, dice Malthus, es
= al cuanto de trabajo necesario contenido en ella (id est, a los wages) y no = a la suma total
de trabajo contenido en ella: su todo es = a una fracció n de la misma. Pero evidentemente
sus "powers of accumulation", en lo que respecta al obrero, derivarı́an ú nicamente de que
é ste habrı́a trabajado má s de lo necesario para pagar sus propios wages. Si determinado
cuanto de tiempo de trabajo vivo fuera = al tiempo requerido por el obrero para vivir,
entonces determinado cuanto de trabajo vivo serı́a = los wages que el obrero produce, o los
wages serı́an exactamente iguales al trabajo vivo que pone en movimiento. Si tal fuera el
caso el capital serı́a imposible, desde luego. Si un obrero en su tiempo ı́ntegro de trabajo no
pudiera producir má s que sus wages, ni con la mejor buena voluntad podrı́a ganar un
farthinga para el capitalista. Property es the offspring of the productivity of laboure. "Si cada
uno só lo puede producir para uno, todos son trabajadores; there can be no property. When
one man's labour can maintain five e, there will be 4 idle men for 1 employed in
production"d (Ravenstone) 27 Vimos má s arriba có mo la alambicada sagacidad de Malthus
hallaba su expresió n en un tipo de cá lculo totalmente pueril. Por lo demá s, estaba
subyacente la doctrina de que the value of labour constante y de que los wages forman el
precio.
a Vieja moneda inglesa, cuarta parte de un penique.- b La propiedad [es] el resultado de la productividad del
trabajo.- C "Five", el manuscrito, "4".- d No puede haber propiedad. Si el trabajo de un hombre puede mantener
a cinco, habrá 4 hombres ociosos por cada uno empleado en la producció n
Como la tasa del beneficio sobre la totalidad del capital puede expresarse como la misma
tasa sobre la parte alı́cuota del capital que representa los wages, Malthus afirma que esta
parte alı́cuota constituye y determina el precio. Tambié n aquı́, aná loga sagacidad. Si la
mercancı́a a = cuanto de x mercancı́a, aduce Malthus, entonces esto no puede significar otra
cosa sino que aqué lla es = x trabajo vivo, puesto que só lo el trabajc puede representar al
trabajo. De aquı́ deduce que la mercancı́a a= al cuanto de trabajo asalariado de que permite
disponer, y que por consiguiente el valor del trabajo es constante, porque siempre es = a la
27 Cf. P. RAVENSTONE, Thoughts on the Funding System and its Effects. London 1824, p. 11.
Karl Marx
comparació n con otra, no alterarı́a —segú n se admite—, el valor del trabajo ni el valor de cambio del producto
total obtenido mediante una cantidad dada de esfuerzo.- b En la ed. 1939 en lugar de "hesitation" dice
"testation" ("atestació n").- c Deberı́amos admitir, sin vacilació n, que la diferencia radicaba en la baratura o
carestı́a del producto, no del trabajo.- d Baratura o carestı́a del trabajo.- e Trabajadores directos
470 El valor del trabajo supone, en general, que el trabajo vivo no es igual a su producto, o, lo
que es lo mismo, que el trabajo vivo no se vende como causa eficiente, sino como efecto
producido. Decir que el valor del trabajo es constante no significa sino que se mide
constantemente por el cuanto de trabajo que encierra*. En un producto puede haber má s
trabajo o menos. Por consiguiente, una porció n ora mayor ora menor del producto a puede
intercambiarse por el producto b. Pero el cuanto de trabajo vivo que el producto compra,
nunca puede ser mayor o menor que el trabajo efectuado que él representa, puesto que
determinada cantidad de trabajo es siempre determinada cantidad de trabajo, exista bajo la
forma de trabajo objetivado o de trabajo vivo. En consecuencia, si se da má s producto o
menos por determinado cuanto de trabajo vivo, o sea si los salarios suben o bajan, ello no
deriva de que el valor del trabajo haya subido o bajado, ya que el valor de una cantidad
determinada de trabajo es siempre igual a la misma cantidad determinada de trabajo, sino
de que los productos cuestan má s trabajo o menos, de que un cuanto mayor o menor de los
mismos representa la misma cantidad de trabajo. El valor del trabajo se mantiene constante,
pues. Só lo cambia el valor de los productos; es decir, cambia la productividad del trabajo, no
su valor. Este es the pith of the theory of Malthus, if you can call such a shallow fallacy a
theorya. D'abord un producto que só lo cueste medio dı́a de tiempo de trabajo, puede
alcanzar para que yo pueda. vivir —y por tanto tambié n trabajar—un dı́a entero.
* Pasaje tachado: "En cuanto al valor de cada producto es constante. Pero dice Malthus: La diferencia es
é sta: aquello en que está medido el valor del producto —o sea el trabajo vivo empleado en é ste— es at all
instances b diferente del producto mismo, ya que é ste tiene otras propiedades má s. El producto está medido
por algo que é l no es, trabajo vivo"
a El meollo de la teorı́a de Malthus, si a tal falacia superficial se le puede llamar teorı́a.- b En todos los casos
Que el producto posea o no esta cualidad no depende de su valor, esto es, del tiempo de
trabajo empleado en é l, sino de su valor de uso, y el intercambio que en este aspecto tiene
lugar entre trabajo vivo y producto del trabajo no es un intercambio entre ambos como
valores de cambio; su relació n reside por un lado en el valor de uso del producto, y por otro
en las condiciones de existencia de la capacidad de trabajo viva. Si ahora se intercambiara
trabajo objetivado por trabajo vivo, conforme a las leyes del valor de cambio, el producto —
que es = medio dı́a de trabajo— tampoco podrı́a comprar má s que medio dı́a de trabajo
vivo, aunque gracias a é l, el trabajador pueda vivir una jornada laboral entera; y si se
debiera comprar su dı́a de trabajo ı́ntegro, el trabajador tendrı́a que recibir en producto una
jornada laboral completa con lo cual, y segú n nuestro supuesto, podrı́a vivir dos dı́as de
trabajo.
471 Pero sobre la base del capital no se intercambian entre sı́ el trabajo vivo y el trabajo
efectuado en cuanto valores de cambio, como si ambos fueran idé nticos —el mismo cuanto
de trabajo en la forma objetivada del valor, el equivalente por el mismo cuanto de trabajo en
forma viva—, sino que lo que se intercambia es producto y capacidad de trabajo, que es ella
misma un producto. La capacidad de trabajo no es = al trabajo vivo que pueda realizar, no es
= al cuanto de trabajo que puede ejecutar; é ste es su valor de uso. Es igual al cuanto de
trabajo mediante el cual ella misma tiene que ser producida y puede ser reproducida. El
producto, pues, in fact no se intercambia por trabajo vivo, sino por trabajo objetivado,
objetivado en capacidad de trabajo. El trabajo vivo mismo es un valor de uso poseı́do por el
Karl Marx
valor de cambio que ha adquirido el propietario del producto, y lo poco o mucho que é l haya
adquirido de este trabajo vivo por encima de lo que ha gastado bajo la forma de producto a
cambio de capacidad de trabajo, depende del cuanto de trabajo vivo pagado en el producto
al obrero. Si se intercambiara un cuanto de trabajo por un cuanto de trabajo, ya bajo la
forma de [trabajo] objetivado o vivo, todo cuanto de trabajo serı́a entonces, naturalmente,
igual a sı́ mismo y su valor igual a su cuanto. Por consiguiente, un producto de medio dı́a de
trabajo no podrı́a comprar má s que medio dı́a de trabajo. Pero entonces no existrı́an in fact
los wages y el valor del trabajo. El trabajo no tendrı́a ningú n valor diferenciable de su
producto o del equivalente de su producto, ningú n valor específico, y é ste constituye
precisamente el valor del trabajo, los wages.
Del hecho, pues, de que determinado cuanto de trabajo es = a determinado cuanto de
trabajo, o tambié n de que determinado cuanto es = a sı́ mismo, del gran descubrimiento de
que determinado cuanto es determinado cuanto, el señ or Malthus deduce que el salario es
constante, que el valor del trabajo es constante, es decir = al mismo cuanto de trabajo
objetivado. Esto sería cierto si el trabajo vivo y el acumulado se intercambiaran entre sı́
como valores de cambio. Mas entonces no existirı́an ni valor del trabajo, ni wages, ni capital,
ni trabajo asalariado, ni las investigaciones de Malthus.
472 Todas estas cosas se basan en que, en su enfrentamiento con el trabajo acumulado en el
capital, el trabajo vivo se presenta como valor de uso y la capacidad de trabajo viva como
valor de cambio. Malthus prosigue, imperturbable: "Lo mismo es válido si capital y profits
enter into the computation of value y la demand for labour varies a30 " Aquı́ reside toda la
sagacidad. No bien entran en escena el capital y los profitsb, aparece tambié n el hecho de
que se compra la capacidad de trabajo viva y de que se intercambia una porció n menor de
trabajo acumulado por una porció n mayor de trabajo vivo. Es sumamente caracterı́stico de
tal sagacidad que el capital, que pone el trabajo asalariado y que acaba de transformar el
trabajo asalariado y la capacidad de trabajo en una mercancı́a, no suscite absolutamente
ningú n change c en la valorizació n del trabajo y tampoco en la valorizació n del trabajo
acumulado. El capital, que es una forma específica de relacionarse el trabajo con su producto
y con el valor del mismo, según Malthus está "entering" without changing anything d.
Exactamente como si la entrada en escena o "entering of Emperors" e no hubiera modificado
nada en la constitució n de la repú blica romana. Malthus prosigue: "Si se da increased
reward de los labourers sin un increase en el produce, esto só lo es posible en caso de una
fall of profits...
473 To obtain any given portion of the produce the same quantity of labour is necessary as
before, but profit being diminished, the value of the produce is decreased; while this
diminution of profits in reference to the values of wages is just counterbalanced by the
increased quantity of labour necessary to procure the increased produce awarded to the
labourer, leaving the value of labour the same as before f (p. 33, 34 1.c. Cuaderno 1X, 29) Cf.
ibídem, pp. 33-34..
a [Si el] capital [y los] beneficios entran en el cómputo del valor [y la] demanda de trabajo varía.- b Beneficios.-
c Cambio.- d "Entrando" sin provocar ningún cambio.- e Entrada de los emperadores.- f [Si se da] un aumento en
la remuneració n [de los] trabajadores [sin un] incremento [en el] producto, [esto só lo es posible en caso de
una] caı́da en los beneficios... Para obtener una porció n dada del producto se requiere la misma cantidad de
trabajo que antes, pero habiendo disminuido el beneficio, el valor del producto ha decrecido; mientras que
esta disminució n de los beneficios con respecto a los valores de los salarios se compensa exactamente por la
mayor cantidad de trabajo necesaria para procurar el mayor producto adjudicado al obrero, dejando
incambiado el valor del trabajo
Conforme a la hipó tesis, el producto contiene la misma quantity of labour a. Pero su valor
30 Cf. ibídem, p. 29.
Grundrisse. Cuaderno VI
debe haberse reducido, ya que disminuyeron los beneficios. Pero si el tiempo de trabajo
contenido en el producto se ha mantenido invariable, ¿por qué han de disminuir los
beneficios? Si el salario sube mientras que el tiempo total de trabajo permanece igual —no
por causas temporarias, como por ejemplo que la competencia sea favorable a los obreros—
*, esto no significa otra sino que la productividad del trabajo ha decrecido, que para
reproducir la capacidad de trabajo se necesita un cuanto mayor de trabajo; que, por tanto,
del trabajo vivo puesto en movimiento por el capital corresponde una parte mayor al
tiempo necesario y una menor al plus-tiempo. Dejemos esta sofisterı́a para má s adelante.
Só lo que, para no dejar las cosas a medias, citaremos aú n el siguiente pasaje final: "Lo
contrario en el caso inverso. A smaller quantity of produce would be awarded to the
labourer and profits would rise. A given quantity of produce, which had been obtained by
the same quantity of labour as before, would rise in value on account of the rise of profits;
while this rise of profits, in reference to the wages of the labourer, would be balanced by the
smaller quantity of labour necessary to obtain fije diminished produce awarded to the
labourer" b (NI., p. 35) (1.c. IX, 29)31.
* Pasaje tachado: "Y no porque el valor total del producto haya subido"
a Cantidad de trabajo.- b Se adjudicarı́a al trabajador una cantidad menor del producto y los beneficios
subirı́an. Una cantidad dada del producto, obtenida mediante la misma cantidad de trabajo que antes,
aumentarı́a en valor merced al aumento de los beneficios; mientras que este aumento de los beneficios, con
respecto a los salarios del trabajador, estarı́a compensado por la menor cantidad de trabajo necesaria para
obtener el producto disminuido que se concede al trabajador
Má s adelante nos ocuparemos de lo que en esta oportunidad dice Malthus en torno a los
precios del dinero en diversos países, como resultado de su principie. [La mercancı́a a, por
ejemplo, puede comprar un dı́a de trabajo; só lo paga medio dı́a (el necesario), pero se
intercambia por un dı́a entero. El cuanto de todo el trabajo comprado por la mercancı́a es
entonces igual al tiempo necesario + el plustiempo. Por tanto, si sé que el precio del trabajo
necesario = x, el precio de todo el trabajo será = 2x, y yo podré evaluar conforme a los wages
las mercancı́as recié n creadas, y tasar ası́ en salario los precios de todas las mercancı́as.
Esto, empero, serı́a nada menos que un valor constante. Por confundir el hecho de que, en
realidad, sea cual sea el salario, en los paı́ses civilizados hay que trabajar an average time a
para obtenerlo, digamos 12 horas, sean cuantas sean de estas 12 horas trabajo necesario o
plustrabajo, tambié n el señ or Carey, el cual resuelve el cuanto de trabajo en dı́as de trabajo
(y ciertamente é stos se resuelven en dı́as de trabajo vivo), se ve llevado a creer que porque
el mismo capital siempre cuesta menos tiempo de trabajo para su reproducció n, por
ejemplo una má quina de 100 libras costará , gracias al progreso de las fuerzas productivas
en un tiempo dado, só lo 50 £ esterlinas, o sea que será el resultado de la mitad del tiempo
de trabajo -dı́as u horas de trabajo, as you like- b que antes. De lo cual el señ or Carey
concluye que el obrero puede comprar, puede adquirir esa máquina con la mitad de
jornadas laborales que antes 32 . Incurre en la pequeñ a confusió n de considerar el
crecimiento del tiempo de plustrabajo como ganancia para el obrero, cuando la que se da es
exactamente la inversa: de la jornada ı́ntegra de trabajo el obrero trabaja menos para sı́
mismo, má s para el capital, o sea que el poder objetivo del capital —contrapuesto a é l— se
desarrolla impetuosamente, en determinada relació n con el aumento de las fuerzas
productivas. El señ or Carey hace que el obrero compre la má quina o la alquile; en suma, lo
transforma en capitalista. Y precisamente el obrero puede alcanzar este poder mayor sobre
el capital porque la reproducció n de determinado cuanto de trabajo requiere menos trabajo
necesario, es decir, menos trabajo pago, y de ahı́ que el salario decrezca con respecto al
31 Cf. ibídem, p. 35. "(1.c. IX, 29)" se refiere al cuaderno y a la pá gina correspondiente.
32 Cf. H. C. CAREY, Principies etc., cit., parte I, pp. 72-80, especialmente 76-78.
Karl Marx
beneficio 33. En Amé rica, mientras allı́ el obrero mismo se apropie todavı́a de una parte de
su plus-trabajo, puede acumular tanto como para convertirse por ejemplo en arrendatario,
etc. (aunque esto tambié n está ahora en vı́as de desaparició n). En Amé rica el trabajo
asalariado puede aú n rendir rá pidos resultados allı́ donde se trata de la reproducció n, sobre
la base del capital, de modos de producció n y propiedad anteriores (por ejemplo el
independent peasantry c).
a Un tiempo medio.- b Sea como sea.- c Campesinado independiente
474 En suma: toma a los dı́as de trabajo por dı́as de trabajo pertenecientes al obrero, y en vez
de concluir que el obrero debe producir más capital para estar ocupado el mismo tiempo de
trabajo, concluye que aquél debe trabajar menos que antes para adquirir capital (para
apropiarse de las condiciones de producció n) 34. Si el obrero produjera 20 má quinas y a
consecuencia de la fuerza productiva creciente ahora pudiera producir 40, en realidad cada
má quina serı́a má s barata, pero de que se necesite una parte menor de la jornada laboral
para producir determinado cuanto de má quina, no se desprende que el producto de la
jornada laboral haya aumentado para el obrero, sino, por el contrario, que se emplea menos
trabajo vivo para la producció n de determinado cuanto de má quina. El mismo señ or Carey,
ademá s, cuya preocupació n esencial es la armonía 35, encuentra que si disminuye la tasa de
beneficio aumenta el gross profit a 36 porque se requiere un capital siempre mayor con
respecto al trabajo vivo utilizado, por lo cual para el obrero se vuelve cada .vez má s
imposible apropiarse de la suma necesaria de capital, del mı́nimo de capital que, sobre la
base del nuevo nivel de la producció n, se requiere para el empleo productivo del trabajo.
Una parte alı́cuota del capital necesita menor tiempo de trabajo para su reproducció n, pero
se requiere una masa mayor de capital para valorizar el menor tiempo de trabajo. El
crecimiento de la fuerza productiva se expresa en que la parte del capital compuesta de
trabajo vivo disminuye constantemente con respecto a la gastada en advances b,
maquinaria, etc.
a Beneficio bruto.- b Anticipos
Todo el mal chiste de Carey, que naturalmente es agua para el molino de Bastiat, se funda
en que el tiempo de trabajo o dı́as de trabajo necesarios para la producció n los transforma
en dı́as de trabajo pertenecientes a los obreros 37, mientras que, antes bien, ese tiempo
pertenece al capital y, con respecto a la creciente fuerza productiva del trabajo, al obrero le
resta una parte cada vez menor de su tiempo de trabajo. Cuanto menos tiempo de trabajo
vivo ha de comprar un capital dado -o cuanto má s crece la suma total del capital y má s
decrece, en relació n con su magnitud, el trabajo vivo empleado por el primero- tanto
mayores son, segú n el señ or Carey, las posibilidades que tiene el obrero de convertirse en
poseedor del capital, y ello porque el capital es reproducido por menos trabajo vivo. Cuanto
mayor es el capital y menor proporcionalmente el nú mero de obreros que emplea, tanto
mayores para esos obreros las posibilidades de volverse capitalistas, ya que ¿acaso el
capital no se reproduce ahora con menos dı́as de trabajo? ¿Y por tanto no se le puede
comprar, adquirir, con menos jornadas laborales?
475 Supongamos un capital de 100 libras que emplea 50 en anticipos, 50 en trabajo y obtiene
un beneficio de 50%, ya que la disminució n de la tasa del beneficio es el principal caballo de
33 Cf. ibídem, p. 339.
batalla de Carey y parte integral de su teorı́a. Admitamos que cada £ de salario sea igual a
una jornada laboral = 1 obrero. Supongamos ahora otro capital de 16.000 libras, que emplee
14.500 en anticipos, 1.500 en salario (o sea = 1.500 a obreros) y só lo perciba 20% de
beneficios. En el primer caso el producto es = 150; en el segundo (aceptemos, en aras de la
facilidad del cá lculo, que el capital fixe rote en un añ o) = 19.200 (3.200 de beneficio).
Tenemos aquı́ el case má s favorable para el señ or Carey. La tasa de beneficio ha decrecido
de 50% a 20, o sea en 3/5 ó un 60%. En el primer caso un producto b de 50 es el resultado
de 50 jornadas de trabajo vivo. En el otro case un producto b de 3.200, con 1.500 obreros.
a En el ms, “2.000”, lo cual es un error evidente pues apenas unas lı́neas má s abajo Marx dice 1.500.- b Aquı́,
sin duda, en vez de “producto” deberı́a decir “plus-producto”, dado que Marx está dividiendo 50 / 50 y 3.200
/ 1.500 y o sea, plusproducto por v y no el valor total dividido por v
En el primer caso un producto de 1 [libra] es el resultado de 1 dı́a de trabajo; en el
segundo, un producto de 2 2/15 es el producto de 1 jornada laboral. En el segundo caso se
necesita menos de la mitad de tiempo de trabajo que en el primero para producir un valor
de 1. Ahora bien, ¿esto significa que en el segundo caso el obrero ha producido para sı́ 1 1/15
con medio dı́a de trabajo, mientras que en el otro caso só lo producı́a 1 en el doble de
tiempo, o sea que se halla en el mejor de los caminos para volverse capitalista? Primero
tendrı́a que adquirir un capital de 16.000 libras y, en vez de trabajar é l mismo, comprar
trabajo ajeno, para que esta reducció n del tiempo de trabajo necesario le aprovechara en lo
má s mı́nimo. Ası́, la misma ha creado tan só lo un insondable abismo entre su trabajo y las
condiciones de su aplicació n, y reducido la tasa del trabajo necesario, o sea que en
proporció n a la primera situació n han quedado en la calle un nú mero de obreros que es má s
de 6 veces a mayor que el de los ocupados. Estos obreros despedidos deben consolarse con
el hecho de que si tuvieran las condiciones para trabajar por su cuenta, o mejor aun para
trabajar como capitalistas, ellos mismos necesitarı́an menos obreros. En el primer case el
capital necesario en su totalidad, es de 100 libras y son mayores las posibilidades para tal o
cual obrero, por vı́a de excepció n, de ahorrar tanto como para, mediante una serie de
circunstancias particularmente favorables, volverse é l mismo capitalista a la manera del
capitalista A. El tiempo de trabajo que trabaja el obrero es el mismo en los casos A y B, aun
cuando la suma total de jornadas laborales utilizadas por los capitalistas sea esencialmente
diferente. Por cada 6 b obreros que necesitaba el primer capitalista, el segundo necesita
menos de uno. Por ello, los que quedan deben trabajar tanto plustiempo y aun má s.
476 El hecho de que el capital, una vez alcanzado un nivel de la producció n en el cual é l mismo
ha crecido tanto como las fuerzas productivas, necesite menos jornadas de trabajo vivo,
para Carey equivale a decir que el obrero necesita ahora menos dı́as de trabajo para
apropiarse de capital; seguramente con las jornadas laborales de los obreros no
"ocupados".]] Como el capitalista necesita menos obreros para valorizar su inmenso capital,
el obrero empleado por é l puede apropiarse con menos trabajo, del capital acrecido. Such is
the logic of Mr. Carey, the harmoniser c.
Refirié ndose a la teorı́a de Ricardo dice Wakefieldd (cuaderno VII, p. 74), 1.c., p. 230-231e,
note:
"Treating labour as a commodity, and capital, the produce of labour, as another, then, if
the value of these two commodities were regulated by equal quantities of labour, a given
amount of labour would, under all circumstances, exchange for that quantity of capital
which had been produced by the same amount of labour; antecedent labour would always
exchange for the same amount of f present labour. . .
Pero the value of labour, in relation to other commodities, in so far, at least, as wages
depend upon share, is determined, not by equal quantities of labour, but by the proportion
Karl Marx
para producir 19.200, se necesitan ahora 1.500.- b Deberı́a decir 5, tal como se desprende de la nota anterior.- c
Tal es la ló gica del señ or Carey, el armonizador.- d “Wakefield”, en el ms. “Wakly”.- e “230-231”, en ed. 1939,
“231”.- f “of”: en ed. 1939 “as” (“que”).- g Si se considera el trabajo como una mercancı́a y al capital, producto
del trabajo, como otra, entonces, si el valor de estas dos mercancı́as estuviera regulado por cantidades iguales
de trabajo, un monto igual de trabajo se intercambiarı́a, en todos los casos, por la cantidad de capital
producida por el mismo monto de trabajo; el trabajo pasado se intercambiarı́a siempre por el mismo monto de
trabajo presente... [Pero, el valor del trabajo, con relació n a otras mercancı́as, está determinado —por lo
menos en la medida que los salarios se determinan como una cuota aparte— no por cantidades iguales de
trabajo, sino por la relació n entre la oferta y la demanda.
Dormant capital, Increase of production without previous increase of capital b. Bailey
[[Bailey c: Money and its Vicissitudes in Value, etc., London, 1837 (Cuaderno V, p. 26 y ss.),
realiza observaciones sobre el dormant capital d, el cual puede ser puesto en movimiento
por una circulació n acelerada (segú n é l, por medio de una masa mayor de currency e;
debiera haber dicho de dinero), y procura explicar que en general, si en un paı́s el capital
estuviera siempre plenamente utilizado, ningú n increase of demand f podrı́a suscitar an
increase of production g. El concepto de dormant capital cae dentro de la circulació n, ya que
el capital que no se encuentra en circulació n, reposa. Los pasajes atinentes rezan ası́:
"Mucho capital y productive skill may exist in an inert state h. Los economistas se engañ an
cuando creen that the numbers of labourers y la quantity of capital son certain definitive
powers que inevitably tendrı́an que produce a determinate result in any country where they
exist í" (p. 54). "The amount of commodities que los existing producers y el existing capital
bring to market, dista mucho de being fixed and determined, it is subject to a wide range of
variation" j(p. 55).
b Capital
inactivo. Aumento de producció n sin previo aumento de capital.- c "Bailey", en ms. "Beyle".- d
Capital inactivo.- e Moneda circulante.- f Aumento de la demanda.- g Aumento de producció n.- h "[Mucho] capital
[y] habilidad productiva pueden existir en un estado inerte".- i "...[creen] que el nú mero de obreros [y la]
cantidad de capital [son] ciertos poderes decisivos [que] inevitablemente [tendrı́an que] producir un
resultado determinado en cualquier paı́s en que existan".- j La cantidad de mercancı́as [que los] productores
existentes [y el] capital existente traen al mercado, [dista mucho de] ser fija y determinada, está sujeta a una
amplia gama de variaciones
477 Por tanto, "not essential to an increase of production that new capital or new labourers
should arise" a (por ejemplo en un paı́s donde existe want of precious metals) b... "Algunas
mercancı́as o, lo que es lo mismo, power to produce them c, podrı́an existir cn exceso en un
lugar, podrı́a ocurrir lo mismo con other commodities at another place y los holders of each
wishing to exchange their articles for those held by the other, but kept in a state of non-
intercourse for want of a common medium of exchange, and in a state of inaction because
they have no motive for production" d (55, 56). En la circulació n del capital, el dinero se
presenta de manera doble : [[primero]] como transformació n del capital en dinero y como
realizació n del precio de la mercancı́a; pero aquı́ este poner precios no es formal. La
transformació n del producto en dinero es aquı́ la reconversió n del capital en valor en
cuanto tal, en valor que existe de manera autó noma; capital como dinero o dinero como
capital realizado. En segundo lugar, [[el dinero se presenta]] en la determinació n de mero
medio de circulació n; esto es, cuando só lo sirve para reconvertir al capital en condiciones
de producció n. En este segundo momento, bajo la forma del salario, a la vez debe existir
determinada masa de dinero como medio de circulació n, medio de pago. Ahora bien, que el
dinero desempeñ e en la circulació n del capital este papel doble suscita en todas las crisis la
apariencia de que hubiera una falta de dinero como medio de circulació n, cuando lo que
38 Cf. la nota del encargado de la ed. en A. SMITH, An Inquiry Edited by Edward Gibbon Wakefield etc., London 1843,
falta es el valor del capital y a esto se debe que este ú ltimo. no se pueda monétiser e. En tales
ocasiones puede incluso haber aumentado la masa del dinero circulante. Sobre las nuevas
determinaciones del dinero, tal como está puesto en cuanto momento de la circulació n del
capital, en parte como su medio de circulació n y en parte como valor realizado del capital,
como capital é l mismo, hacer una secció n aparte cuando hablemos del interé s, etc.]] [[Bailey
prosigue : "En modo alguno el trabajo puesto en actividad depende solamente del available
capital f de un paı́s. Importa saber si food, tools y raw materials g se distribuyen lenta o
rá pidamente en those parts where it is wanted h ;
a No es esencial para un aumento de la producció n que surjan nuevo capital o nuevos trabajadores.- b
Escasez de metales preciosos.- c La capacidad de producirlas.- d [Con] otras mercancı́as en otro lugar [y que los]
poseedores de unas y otras deseen intercambiar sus artı́culos por los que posee el otro, pero se mantengan en
un estado de no-intercambio por la carencia de un medio comú n de cambio, y en un estado de inactividad
porque les faltan los motivos para producir.- e Monetizar .- f Capital disponible.- g Los alimentos, herramientas
[y] materias primas.- h Aquellas partes donde se le requiere
si circulan con dificultad o no, si exists for long intervals in inert inassesa, y si, de resultas
de ello, does not furnish sufficient employment to the population b " (56, 57). Ejemplo de
Galiatin, I.c. 68, de los western counties of Pennsylvania c 39.) "Los economistas son
demasiado propensos a considerar determinada cantidad de capital y determinado nú mero
de obreros como instrumentos productivos de power d uniforme o operating with a certain
uniform intensity e. . . El productor que emplea determinado capital, puede tener sus
productos durante un perı́odo largo o breve on hand f, y mientras aguarda la oportunidad de
intercambiados, bis power of producing is stopped or retarded g, de tal suerte que en un
perı́odo dado, por ejemplo un añ o. he may produce h só lo la mitad de lo que producirı́a si
hubiera una prompt demand i. Esta remark j es equally k vá lida para el labourer l , que es su
instrumento.
478 El adjustment of the various occupations of men in society to each other tiene que ser
effected por lo menos imperfectly m. Pero [[ existiendo]] a wide distance n entre los niveles
en que se realiza, cada expedient que facilitates traffic es un step para este adjustment ñ .
The more unimpeded y easy el interchange of commodities becomes, tanto shorter will be
those unproductive intervals en los que men, ealer for work, seem separated by an
impassable barrier from the capital ñ ... que, aunque close at hand, está ]] confinado in barren
inertness o " (p. 58-60). Es un principie general, that a new demand will be met by fresh
exertions; by the active employment of capital and labour before dormant, and not by the
diversion of productive power from other objects p. Lo ú ltimo só lo serı́a posible si en un
paı́s no pudiera aumentar el empleo de capital y trabajo.
a Existen por largos intervalos como masas inertes.- b No proporcionan empleo suficiente a la població n.- c
Condados occidentales de Pennsylvania.- d Capacidad, poder.- e Que funcionan con cierta intensidad uniforme.-
f En existencia, en stock.- g Su capacidad de producció n se detiene o retarda.- h Puede producir.- i Demanda
activa.- j Observació n.- k Igualmente.- l Trabajador.- m [El] ajuste recı́proco de las diversas ocupaciones de los
hombres en la sociedad, [tiene que ser] alcanzado [por lo menos] imperfectamente.- n Una amplia distancia.- ñ
[Cada] medio [que] promueve el trá fico [es un] paso [para este] ajuste. Cuanto má s expedito y desembarazado
se vuelva el intercambio de mercancı́as, [tanto] má s breves será n esos intervalos improductivos [en los que]
hombres impacientes por trabajar parecen estar separados, por una barrera infranqueable, del capital...- o
[[que aunque' al alcance de la mano, [está confinado] a una esté ril inactividad.- P [Es un] principio [general] el
de que a una nueva demanda se le hace frente con nuevas actividades; con el empleo eficaz de capital y trabajo
antes inactivos, y no por el desvı́o de capacidad productiva destinada a otros objetivos
39 Cf. A. GALLATIN, Considerations on the Currency and Banking System of the United States. Philadelphia 1831, p.
68. Extractos de este libro en el cuaderno londinense VII; en el cual, sin embargo, no se transcribe el ejemplo
citado incluido en el cuaderno V dedicado a la obra de BAILEY, Money and its Vicissitudes in Value etc., London
1837.
Karl Marx
reducido a un estado improductivo.- c Son los ú nicos agentes de la producció n.- d Que previamente aumenten
los alimentos, materias primas y herramientas, lo que equivale de hecho a sostener que no se puede efectuar
un aumento en la producción sin un aumento previo.- e Incentivo adicional a la producció n.- f [Si] los precios se
elevan proporcionalmente. los compradores no tienen una mayor capacidad de demanda que antes.- g Como
principio general, que un comprador no pueda dar un incentivo adicional a la producció n salvo que su
demanda eleve los precios.- h [De que la] preparació n de una cantidad mayor permite una divisió n má s efectiva
del trabajo y el empleo de maquinaria superior, existe en este aspecto el tipo de ampliació n que deriva de una
cantidad de trabajo y capital no utilizados y listos para suministrar mercancías adicionales al mismo precio.
[Ocurre ası́ que] a menudo se opera un considerable incremento de la demanda [sin que] suban los precios.
Definición del capital por Wade. Labour, mera agency a del capital. Capital collective forcé
b. Civilización, con mis observaciones al respecto. (Todas las fuerzas sociales del trabajo
en cuanto fuerzas del capital. Manufactura. Industria. División del trabajo. Asociación formal
de diversas ramas del trabajo, etc., por el capital. Acumulación del capital.
Transformación del dinero en capital. Ciencia. Acumulación originaria y concentración [[son]]
lo mismo. Asociación libre y asociación forzada. El capital, diferente de las formas anteriores.
479 [[John Wade: History of the Middle and Working Classes etc., 3 ed. London, 1835
(cuaderno, p. 20), dice: "Labour is the agency by which capital is made productive of wages,
profit, or revenue" c (p. 161). "Capital is stored up industry, provided to develop itself in new
and equivalent forms; it is collective force" d (p. 162). "Capital es só lo otro nombre para
civilización" (164). La asociació n de los obreros —la cooperació n y division of labour en
cuanto condiciones fundamentales de la productividad del trabajo— se presenta, al igual
que todas las fuerzas productivas del trabajo (esto es, las que determinan el grado de su
intensidad y por tanto de su realizació n extensiva) como fuerza productiva del capital. La
fuerza colectiva del trabajo, su condició n de trabajo social, es por ende la fuerza colectiva
del capital. Otro tanto ocurre con la ciencia. Otro tanto con la divisió n del trabajo, tal cual
aparece en cuanto divisió n de los employments y del intercambio resultante. Todos los
poderes sociales de la producció n son fuerzas productivas del capital, y este mismo se
presenta, pues, como el sujeto de esas fuerzas. Consiguientemente, la asociació n de los
Grundrisse. Cuaderno VI
obreros, tal como se presenta en la fá brica, tampoco es puesta por ellos, sino por el capital.
Su asociació n no es su existencia, sino la existencia del capital. Ante el obrero individual esa
asociació n aparece como accidental. Aqué l se vincula a su propia asociació n con los demá s
obreros y a su cooperació n con ellos como algo ajeno, como a un modo de operar del capital.
El capital —donde no aparece en forma inadecuada, como por ejemplo la del capitalista e
pequeñ o que trabaja por sı́ mismo—, supone ya en cierta escala, mayor o menor, una
concentració n; por un lado en forma objetiva, o sea como concentració n bajo una mano —lo
que aquı́ coincide aú n con la acumulació n— de medios de subsistencia, materia prima e
instrumentos o, para decirlo en una palabra, de dinero como forma general de la riqueza; y
por el otro en forma subjetiva, acumulació n de fuerzas de trabajo y concentració n de las
mismas en un punto, bajo el comando del capital.
a El trabajo, [mero] instrumento. b Fuerza colectiva del capital.- c El trabajo es el instrumento por medio del
cual se vuelve al capital productivo de salarios, beneficios o réditos.- d El capital es laboriosidad acopiada, capaz
de desarrollarse a sı́ misma en formas nuevas y equivalentes; es una fuerza colectiva.- e Literalmente, "capital"
("Kapital")
A cada obrero no le toca un capitalista, sino que cierta cantidad de obreros tiene que
tocar a un capitalista, no del modo en que a un maestro artesano corresponden uno o dos
oficiales. El capital productivo, o el modo de producció n correspondiente al capital, só lo
conoce dos formas: la manufactura o la gran industria.
480 En la primera predomina la divisió n del trabajo; en la segunda la combinació n de fuerzas
de trabajo (con un modo uniforme de trabajo) y la aplicació n del power cientı́fico, en donde
la combinació n y, por ası́ decirlo, el espı́ritu colectivo del trabajo se transfieren a la
má quina, etc. En la primera situació n la masa de los obreros (acumulados) debe tener una
magnitud proporcionada al amount of capital; en la segunda, el capital fixe debe estar en
proporció n al gran nú mero de los obreros que colaboran. Pero aquı́ ya se da por supuesta la
concentració n de muchos y su distribució n, como otras tantas ruedas, entre la maquinaria
(no corresponde tratar aquı́ por qué en la agricultura no ocurre lo mismo). Por tanto no es
necesario tratar especialmente el case II, sino só lo el case I. El desarrollo peculiar de la
manufactura es la división del trabajo. Pero é sta presupone la congregació n (transitoria) de
muchos obreros bajo un comando, precisamente como la transformación del dinero en
capital presupone la liberación previa de ciertos amounts de medios de subsistencia, materias
primas e instrumentos de trabajo. Cabe, pues, hacer abstracció n tambié n aquı́ de la divisió n
del trabajo, en cuanto momento posterior. Ciertas ramas de la industria, por ejemplo el
trabajo en las minas, presuponen de antemano la cooperació n. Por ende, en cuanto no existe
el capital, la minerı́a se realiza como trabajo forzado (servil o esclavo) vigilado por un
capataz. Otro tanto ocurre con la construcció n vial, etc. Para emprender estos trabajos el
capital no crea la acumulació n y concentració n de los obreros, sino que las adopta. Esto,
pues, tampoco está in question. La forma má s simple y la má s independiente de la divisió n
del trabajo es aquella en que el capital ocupa a diversos tejedores e hilanderos manuales,
autó nomos y dispersos en sus viviendas. (Esta forma subsiste aú n al lado de la industria.)
Consiguientemente el propio modo de producción todavía no está determinado por el capital,
sino que éste lo encuentra como previamente existente. El punto de unió n de estos
trabajadores dispersos consiste ú nicamente en su relació n recı́proca con el capital, en que
el producto de su producció n se acumula en las manos de é ste, ası́ como los plusvalores que
crean por encima de su propio ré dito. Como trabajo cooperativo esos trabajadores só lo
existen en sí, por cuanto cada uno de ellos trabaja para el capital —y consiguientemente
posee en é l un centro— sin que colaboren entre sı́. Por tanto su asociació n a travé s del
capital no es má s que formal y se refiere só lo al producto del trabajo, no al trabajo mismo.
En vez de intercambiar con muchos, intercambian con el capitalista ú nico. Se trata, pues, de
una concentración del exchange por el capital.
Karl Marx
considered with reference to Mechanical Substitutes for Human Labour. London 1836, pp. 11-114, 293-362..
Grundrisse. Cuaderno VI
484 "Cette progression continuelle de savoir et d'expérience", dice Babbage, "est notre grande
force." b 41 Este desenvolvimiento, esta progresió n social pertenece [al] capital y es
explotada por é l. Todas las formas anteriores de propiedad condenaban a la mayor parte de
la humanidad, los esclavos, a ser simples instrumentos de trabajo.
* El capital mercantil tambié n [[es]] desde un principio la concentració n de muchos intercambios en una
mano. Ya representa una masa de individuos intercambiantes, tanto en calidad de D como de M.
a Simultá neamente en movimiento.- b Esta progresión continua de conocimiento y experiencias [[. .]] es
forzadas, opresivas de los tiempos pasados, por asociaciones voluntarias y equitativas. El aislamiento en su
grado mas alto equivale al estado salvaje; la asociació n forzada, opresiva en su má s alto grado, equivale a la
barbarie. Aquende estos extremos, la historia nos hace percibir variaciones, matices muy diversos. La
perfecció n reside en las asociaciones voluntarias, que multiplican las fuerzas por la unió n, sin despojar a la
fuerza individual ni de su energı́a, ni de su moralidad y responsabilidad.- b En edic. 1939 (p. 354).
485
41 Cf. CHARLES BABBAGE, Traité sur l'éconqmie des machines et des manufactures. Traduit de l'anglais sur la
Wahlen, p. 353.
Grundrisse. Cuaderno VI
Rossi. ¿Qué es el capital? ¿La materia prima es capital? ¿Es necesario a tal efecto el
salario? ¿El approvisionnement a es capital?
[[La concepció n del capital que atiende ú nicamente a su aspecto material, a su calidad de
instrumento de producció n, prescindiendo totalmente de la forma econó mica que convierte
al instrumento de producció n en capital, hace que los economistas se extravı́en en
difficulties de toda ı́ndole. Ası́, Rossi se pregunta, 1.c. (cuaderno, 27): "¿Es la matié re
premié re vraiment un instrument de production? , n'est-ce pas plutó t l'objet sur lequel les
instruments producteurs doivent agir? "b (p. 367) 43. Aquı́, pues, el capital coincide
totalmente para é l con el instrumento de producció n en sentido tecnoló gico, conforme a lo
cual cualquier salvaje es un capitalista. (Tal como lo afirma, en efecto, el señ or Torrens
respecto de un salvaje que arroja una piedra contra un ave.)44 Por lo demá s, incluso desde el
punto de vista de la abstracció n puramente material —es decir de la abstracció n de la
propia categorı́a econó mica— la observació n de Rossi es superfı́cialc y só lo evidencia que
no ha comprendido a su maestro inglé s. Accumulated labour used as instrument for new
production; o produce applied sin má s ni má s to productiond ; la materia prima se emplea
en la producció n, o sea se le somete a una modificació n formal, tanto como el instrumento,
que tambié n es produit. El resultado final de la producción se convierte de nuevo en un
momento del proceso de producción. La tesis no tiene otro significado. Dentro del proceso de
producció n ese resultado puede figurar como materia prima o como instrumento.
a [Los] medios de subsistencia.- b ¿[La] materia prima [es] realmente un instrumento de producció n? , ¿no
es má s bien el objeto sobre el cual deben actuar los instrumentos de producció n? - C "flach" ("superficial"), en
ms, "flast", palabra inexistente.- d Trabajo acumulado, utilizado como instrumento con vistas a una nueva
producció n; [o] producto aplicado [sin má s ni má s] a la producció n.
Pero no es instrumento de producció n porque sirva en el proceso inmediato de
producció n como instrumento, sino porque es un medio para la renovació n del propio
proceso productivo, uno de sus supuestos. Má s importante y má s to the point a es la duda en
torno a si el approvisionnement, o sea el salario, forma parte del capital, y aquı́ sale a luz la
entera confusió n de los economistas. "Se dice que la retribució n del obrero es capital,
porque el capitalista se la anticipa. Si hubiera familias obreras que tuvieran suficiente como
para vivir un añ o, no existirı́a el salario. El obrero podrı́a decir al capitalista: tú me
adelantas el capital para la obra comú n, yo aporto el trabajo; el producto se repartirá entre
nosotros segú n tal o cual proporció n. Una vez realizado, cada uno tornará su parte" (p. 369-
370)b 45. "No habrı́a entonces adelantos para los obreros. Estos, entretanto, consumirı́an,
incluso aunque el trabajo se detuviera. Lo que consumieran pertenecerı́a al fondo de
consumo, y en modo alguno al capital. Consiguientemente, los adelantos para los obreros no
son necesarios. El salario, pues, no es un elemento constitutivo de la producción. Es un
accidente, una forma de nuestro estado social.
486 Por el contrario, para producir se necesita imprescindiblemente capital, trabajo, tierra.
Segundo: el salario se emplea dos veces: se dice que el salario es capital, ¿pero qué
representa? El trabajo. Qui dit salaire dit travailc y viceversa. Por tanto, si el salario
adelantado formara parte del capital, só lo cabrı́a hablar de dos instrumentos de
producció n: del capital y la tierra" (p. 370)46. Y má s adelante: "En el fondo el obrero no
consume el bien del capitalista, sino el suyo propio; lo que se le da como retribución del
43 Cf. ibídem, p. 367.
44 Cf. R. TORRENS, An Essay on the Production of Wealth, London 1821, pp. 70-71. Extractos en el cuaderno
londinense XI.
45 Cf. P. ROSSI. Cours etc., cit., pp. 369-370.
trabajo es su parte alícuota del producto" (p. 370)47. "El contrato entre el capitalista y el
ouvrier no es un fenómeno de la producción. . . El empresario se presta a este arrangementd
que puede facilitar la producció n. Pero este arrangement no es otra cosa que una segunda
operación, una operació n de ı́ndole enteramente diferente, injertada en una operació n
productiva. En otra organización del trabajo aquella operación podría desaparecer Incluso
hoy existen producciones en las que no tiene lugar. El salario, pues, es una forma de
distribució n de la riqueza, no un elemento de la producció n.
a Pertinente.- b En la ed. 1939, "369".- c Quien dice salario dice trabajo.- d Ordenamiento, acuerdo
La parte del fondo dedicada por el empresario al pago de los salarios no forma parte del
capital . .. Es una operació n à part, que indudablemente puede estimular la marcha de la
producció n, pero a la que no se le puede llamar instrumento directo de producció n" (370)48.
"Concevoir el poder del trabajo, en faisant abstraction des moyens de subsistance des
travailleurs, pendant l'ceuvre de la production, c'est concevoir un é tre de raison. Qui dit
travail, qui dit puissance de travail, dit à la fois travailleur et moyens de subsistance, ouvrier
et salaire... Le méme élément reparaít sous le nom de capital; comme si la méme chose pouvait
faire à la fois partie de deux instruments distincts de production " a (370, 371)49. Lo que hay
aquı́ es mucha, confusió n, justificada por el hecho de que Rossi toma la palabra a los
economistas y equipara el instrumento de producción en cuanto tal con el capital. D'abord
está muy en lo cierto al afirmar que el salario no es una forma absoluta del trabajo, pero
olvida tan só lo que el capital tampoco es una forma absoluta de los medios y materiales de
trabajo y que esas dos formas son la misma forma en diversos momentos, y por
consiguiente existen y perecen conjuntamente; por tanto es absurdo de su parte hablar de
capitalistas sin trabajo asalariado. [[ Lo es tambié n]] su ejemplo de las familias obreras que
pueden vivir un añ o sin los capitalistas, o sea que son propietarios de sus condiciones de
producció n y efectú an su trabajo necesario sin el permiso del señ or capitalista.
487 El capitalista, al que Rossi hace ir a los trabajadores con su proposal, no es pues otra cosa
que un productor de instrumentos de producció n; el ir-a-los-trabajadores no significa sino
una divisió n del trabajo mediada por un intercambio con el exterior. Aun sin arrangement
alguno —mediante simples exchanges— uno y otros participan pues en el producto comú n.
El exchange es la participació n. Para ello ya no es necesario un arrangement. Lo que
intercambiarı́an estas familias de trabajadores serı́a entonces plus-trabajo, absoluto o
relativo, para lo cual las habrı́a capacitado el instrumento, o nuevo trabajo accesorio, por
encima del viejo trabajo de ellos que les permitı́a vivir de añ o en añ o antes de la aparició n
del c[apitalista], o mediante el empleo del instrumento en su viejo ramo de trabajo.
a Concebir [el poder del trabajo] haciendo abstracció n de los medios de subsistencia de los trabajadores
durante el proceso de la producció n, es concebir una entelequia. Hablar de trabajo, hablar de fuerza de
trabajo, es hablar de trabajador y de medios de subsistencia, de obrero y de salario... El mismo elemento
reaparece bajo el nombre de capital; como si la misma cosa pudiera formar parte a la vez de dos instrumentos
distintos de producción
Aquı́ el señ or Rossi transforma al trabajador en sujeto que posee e intercambia su
plustrabajo, y ha borrado tan felizmente en é l hasta la ú ltima huella que lo distinguirı́a
como asalariado, que con ello tambié n ha suprimido en el instrumento de producció n hasta
el ú ltimo rastro que convierte al mismo en capital. Cierto es que el trabajador "en el fondo
no consume el bien del capitalista, sino el suyo propio", pero no exactamente —como lo
piensa el señ or Rossi— só lo porque sea una parte alícuota del producto, sino porque es una
47 Cf. ibídem, p. 370
parte alı́cuota de su producto, y el pago, una vez raspada la apariencia del cambio, consiste
en que trabaja para sı́ una parte del dı́a y otra para el capitalista, pero en general sólo se le
concede el permiso de trabajar cuando su trabajo admite esa divisió n. El propio acto de
intercambio, como hemos visto, no es un momento del proceso inmediato de producció n,
sino una condició n del mismo. No obstante, dentro del proceso global de la producció n del
capital, proceso que incluye a en sı́ los diversos momentos de sus exchanges, este
intercambio está puesto como un momento del proceso total.
a “cinschliesst”; en el ms., “erscheint” (“aparece”)
Dice Rossi, Empero, que el salario aparece dos veces en el cá lculo: la una corno capital, la
otra como trabajo; representa, pues, dos instrumentos de producció n diferentes. Si el
salario representa el instrumento de producció n, trabajo, no puede representar el
instrumento de producció n, capital 50. He aquı́ una confusió n, procedente tambié n de que
Rossi toma en serio las distinciones econó micas ortodoxas. El salario figura só lo una vez en
la producció n, como fonds destinado a convertirse en salario, como salario virtual. No bien
pasa a ser salario real, se le ha pagado y figura ú nicamente en el consumo, en cuanto ré dito
del obrero. Lo que, no obstante, recibe en cambio por el salario es la capacidad de trabajo, y
é sta por cierto que no figura en la producció n, sino só lo el uso que se hace de la misma: el
trabajo.
488 El trabajo se presenta como instrumento de producció n de valores porque no está pago,
porque, pues, no está representado por el salario. Del mismo modo, en cuanto actividad
creadora de valor de uso nada tiene que ver con el trabajo asalariado. El salario en manos
del obrero ya no es salario, sino fondo de consumo. Só lo en manos del capitalista es salario,
vale decir, aquella parte del capital destinada a intercambiarse por capacidad de trabajo.
Para el capitalista el salario ha reproducido una capacidad de trabajo vendible, de tal modo
que, en este sentido, incluso el consumo del obrero ocurre como al servicio del capitalista.
De ningú n modo paga é ste el trabajo, sino ú nicamente la capacidad de trabajo. Esto,
ciertamente, puede hacerlo só lo en virtud de la eficacia de esa capacidad misma. Si el
salario aparece bajo una forma doble, ello no se debe a que represente dos veces dos
instrumentos de producció n diferentes, sino porque una vez aparece bajo el punto de vista
de la producció n, la otra bajo el punto de vista de la distribució n. Esta forma determinada
de la distribució n, empero, no es ningú n arrangement arbitrario, que podrı́a ser hecho de
otra manera, sino que está puesto por la forma misma de la producció n; es tan só lo uno de
sus momentos propios, considerado en otra determinació n. El valor de la má quina
constituye, sin duda, una parte del capital invertido en ella, pero la má quina no produce en
su condició n de valor, aunque sea rendidora para el fabricante. El salario no representa el
trabajo en cuanto instrumento de producció n, ası́ como no representa el valor de la
má quina en cuanto instrumento de producció n. Representa tan só lo la capacidad de trabajo,
y dado que el valor de é sta existe separado de ella misma como capital, [[ el salario es]] una
parte del capital. Por cuanto el capitalista se apropia de trabajo ajeno y con este trabajo
apropiado compra nuevamente trabajo, el salario —vale decir el representante del
trabajo— se presenta, si ası́ lo quiere el señ or Rossi, bajo una forma doble: 1) como
propiedad del capital, 2) como representante del trabajo. Lo que en realidad desasosiega al
señ or Rossi es que el salario aparezca como representante de dos instrumentos de
producción, del capital y del trabajo; olvida que el trabajo en cuanto fuerza productiva está
incorporado al capital y que como trabajo in esse, no in posse a, en modo alguno es un
instrumento de producción diferenciable del capital; no es sino el trabajo el que hace del
capital un instrumento de producció n. De lo que constituye la diferencia entre el salario
50 Cf. ibídem, p. 370
Karl Marx
como parte del capital y a la vez como ré dito del obrero, nos ocuparemos en la secció n
sobre el beneficio y el interé s, con la cual daremos té rmino a este primer capı́tulo del
capital.]]
a En existencia, (no) en potencia
489
Malthus. Teoría del valor y del salario. (El capital tiene ll que ver con la proporción, el
trabajo sólo con la porción. Ver mis observaciones sobre el plusvalor y el beneficio.) Teoría de
Ricardo. (Carey contra Ricardo.) Malthus: el salario no [[tiene que ver]] con la proporción.
Teoría maltusiana del valor.
[[Malthus, con respecto a su ya citada The Measure of Value etc., vuelve al tema en sus
Definitions in Political Economy etc., Londres, 1827. Señ ala en ese lugar: "No writer that I
have met with, anterior to Mr. Ricardo, ever used the term wages, or real wages, as implying
proportions. Profits, indeed, imply proportions; and the rate of profits had always justly been
estimated by a percentage upon the value of the advances. But wages had uniformly been
considered as rising or falling, not according to any proportion which they might bear to the
whole produce obtained by a certain quantity of labour, but by the greater or smaller
quantity of any, particular produce received by the labourer, or by the greater or smaller
power which such produce would carry of commanding the necessaries and convenientes
of life" a (M. 29, 30) (cuaderno X, p. 49)51. El ú nico valor que en una producció n dada es
producido por el capital, es el valor añ adido merced al nuevo cuanto de trabajo. Este valor
no obstante, se compone del trabajo necesario que reproduce el salario —del anticipo
efectuado por el capital bajo la forma de salario— y del plustrabajo, y consiguientemente
del plusvalor por encima de ese trabajo necesario. Los anticipos efectuados en material y
má quina son simplemente transferidos de una forma a la otra.
a No he encontrado escritor alguno, anterior al señ or Ricardo, que haya usado jamá s el té rmino salarios, o
salarios reales, como si implicaran proporciones. Los beneficios, a no dudarlo, sı́ implican proporciones, y la
tasa de beneficios se ha estimado siempre, justamente, conforme a un porcentaje sobre el valor de los
adelantos. Pero de manera general se ha considerado que los salarios no suben o bajan conforme a ninguna
proporción que puedan guardar con el producto total obtenido por cierta cantidad de trabajo, sino con arreglo
a la cantidad mayor o menor de cualquier producto particular recibido por el trabajador o por la capacidad
mayor o menor que tiene ese producto de permitir la obtenció n de los artı́culos necesarios y convenientes
para la vida
El instrumento se incorpora al producto al igual que la materia prima, y su desgaste es a
la vez un dar forma al producto. Cuando la materia prima y el instrumento no cuestan nada,
como es el caso en má s de una industria extractiva en la cual el costo de aqué llos puede
estimarse prá cticamente en = O (esto ocurre siempre con la materia prima en toda industria
extractiva, en la extracció n de metales, de carbó n, la pesca, la caza, el corte de madera en
selvas vı́rgenes, etc.), tampoco agregan absolutamente nada al valor de la producció n. Su
valor es el resultado de una producció n anterior, no de la inmediata, en la que prestan
servicios como instrumento y material. La plusvalía, pues, só lo puede estimarse con
relació n al trabajo necesario. El beneficio es só lo una forma trasmutada, derivada y
secundaria de la plusvalı́a, la forma burguesa, en la que se han borrado las huellas de su
gé nesis.
490 El propio Ricardo nunca llegó a comprender esto, porque 1) habla siempre de la divisió n
de un cuanto acabado, no del poner originario de esta diferencia; 2) porque la comprensió n
[[ de este hecho]] lo habrı́a obligado a percibir que entre el capital y el trabajo media una
relació n de todo punto diferente a la del intercambio, y Ricardo no estuvo en condiciones de
51 Cf. T. R. MALTHUS, Definitions in Political Economy, preceded by An Inquiry into the Rules wech ought to guide
Political Economosts in de Definition and Use of their Terms. London 1827, pp. 29, 30.
Grundrisse. Cuaderno VI
discernir que el sistema burgué s de los equivalentes se trastrocaba en una apropiació n sin
equivalentes y se basaba en ella; 3) su tesis de los proportionate profits y wagesa só lo se
remite al hecho de que [[si]] determinado valor total se divide en dos, [[si]] un cuanto
cualquiera se divide en dos, entre la magnitud de ambas partes mediará necesariamente
una relació n inversa.
a Beneficios [y] salarios proporcionales
fundada en el capital. A travé s del proceso mismo y de su repetició n se pone lo que es en sı́:
que el obrero reciba del capitalista, corno salario, só lo una parte de su propio trabajo.
Tambié n esto penetra, má s tarde, tanto en la conciencia del obrero como en la del
capitalista. Para Ricardo, bien mirado, el problema es sólo éste: en el curso del desarrollo, ¿qué
proporción del valor total forma el salario necesario? Este sigue siendo siempre el salario
necesario, ú nicamente; su naturaleza proporcional no le incumbe pues al obrero, que ahora
corno antes percibe el mismo mı́nimo, sino tan só lo al capitalista, cuyas detracciones del
ingreso neto varı́an sin que los obreros, traducié ndolo a valor de uso, reciban má s. Pero que
Ricardo, aun cuando a propó sito de problemas enteramente diferentes, haya formulado la
naturaleza antité tica del beneficio y el salario, muestra ya que en su é poca el modo de
producció n fundado en el capital habı́a adoptado una forma cada vez má s adecuada a su
naturaleza. Malthus, con respecto a la teorı́a ricardiana del valor, señ ala en sus mencionadas
Definitions (cuaderno IX, pp. 49, 50): "La afirmació n de Ricardo, segú n la cual el value of
wages rise, profits proportionally falla y viceversa, só lo es verdadera en el supuesto de que
las mercancı́as en que está incorporado el mismo cuanto de trabajo, siempre sean del
mismo valor, lo cual se da en 1 caso de cada 500, y ello es necesariamente ası́ justo porque
en el progreso de la civilizació n y el improvementb crece continuamente la quantity of fixed
capital employedc y hace má s various and unequal los times of the returns of the cir- 14921
culating capital"d (I.c., 31, 32)53.
a [El] valor de los salarios sube, los beneficios caen proporcionalmente.- b Adelanto.- C Cantidad empleada
de capital fijo.- d [Má s] variados y diferentes [los] perı́odos de reflujos del capital circulante
492 (Esto se refiere a los precios, no al valor.) Malthus anota con respecto a su, his own,
discovery of the true standard of value:a "Primero: I had nowhere seen.it stated, that the
ordinary quantity of labour which a commodity will conunand must represent and measure
the quantity of labour worked up in it. with the addition of profits. . : By representing the
labour worked up in a cominodity, with the addition of profits, labour representa the
natural and necessary conditions of its supply, or the elementary costs of its production.. .b
Segundo: I had nowhere seen it stated that, however the fertility of the soil might vary, the
elementary costs of producing the wages of a given quantity of labour must always
necessarily be the same"c (196, 197)54. Esto significa solamente lo siguiente: los wages [[
son]] siempre iguales al tiempo necesario para producirlos, que cambia con la
productividad del trabajo. La quantity of commoditiesd sigue siendo la misma: "Si se
considera el value como la general power of purchasee de una mercancı́a, esto se refiere a la
compra de todas las mercancı́as. a la general mass of commodities f. Pero é sta es
completamente unmanageableg... Now of any one object, it cannot for a moment be denied
that labour best represents an average of the general mass of commodities"h (205)55. "A
largo class of commodities, tal como raw produce, aumentan con el progress of society, en
comparació n con el trabajo, mientras que los manufactured articles fall. Por ende no está far
from truth to say, que la average mass de mercancı́as, que a given quantity of labour will
cornmand in the same country, during the course of some centuries may not very
essentially vary"i (206)56.
a Su propio descubrimiento de la verdadera pauta del valor.- b En parte alguna he visto la afirmació n de que
la cantidad ordinaria de trabajo de que permitirá disponer una mercancía haya de representar y medir la
cantidad de trabajo incorporada en la misma, más los beneficios... Al representar el trabajo consumido en una
53 Cf. T. R. MALTHUS, Definitions etc., cit., pp. 31-32.
mercancı́a, má s los beneficios, el trabajo [representa] las condiciones necesarias y naturales de su suministro,
o los costos elementales de su producció n.- c En parte alguna he visto la afirmació n de que, por má s que pueda
variar la fertilidad del suelo, los costos elementales para producir los salarios de una cantidad dada de trabajo,
deben ser siempre necesariamente los mismos.- d Cantidad de mercancı́as.- e [El] valor (como la) capacidad
general de compra.- f Masa general de las mercancı́as.- g Inmanejable, incontrolable.- h Ahora bien, no se puede
negar ni por un instante que el trabajo, entre todos los objetos, es el que mejor representa una media de la
masa general de mercancı́as. [En Malthus, "commodities" ("mercancı́as"); en el ms. "productions"
("producciones")].- i Una amplia gama de mercancı́as, [tal como], productos en bruto, [aumentan con el]
progreso de la sociedad, [en comparació n con el trabajo, mientras que los' artı́culos manufacturados
disminuyen. [Por ende, no está ] lejos de la verdad decir [que la] masa media [de mercancı́as, de las que]
permitirá disponer una cantidad dada de trabajo en el mismo dı́a, durante el transcurso de algunos siglos, bien
puede no variar esencialmente
Value siempre tiene que ser value in exchange for labour"a (224, note, I.c.)57. En otras
palabras, la doctrina es: el valor de una mercancı́a, el trabajo elaborado en ella, está
representado por los dı́as de trabajo vivo de los que la misma permite disponer, por los
cuales se puede cambiar, y en consecuencia por wages. Los dı́as de trabajo vivo tanto
contienen tiempo [[ necesario]] como plustiempo. Hagá mosle a Malthus el mejor servicio
que podamos rendirle. Supongamos, pues, que la proporció n entre el plustrabajo y el
trabajo necesario, o sea la que media entre los wages y el profitb, fuera siempre constante.
Por de pronto, que el señ or Malthus hable del trabajo incorporado en la mercancı́a with the
addition of profitsc demuestra ya su confusió n, puesto que los beneficios precisamente no
pueden constituir sino una parte del trabajo incorporado. Lo que aquı́ tiene en la cabeza son
los beneficios por encima del trabajo incorporado, que deberı́an resultar del capital fixe, etc.
493 Esto só lo puede referirse a la distribució n del beneficio total entre los diversos
shareholdersd y no a su cuanto total, ya que si todos recibieran por sus mercancı́as el
trabajo incorporado en ellas + profits, ¿de dó nde habı́an de proceder é stos, señ or Malthus?
Si el uno en su mercancı́a recibe trabajo incorporado + beneficio, el otro habrá de recibir
trabajo incorporado — el beneficio, considerando aquı́ al beneficio como un excedente
sobre la plusvalı́a real. Esto, pues, carece de base. Supongamos ahora que el trabajo
incorporado sea = 3 jornadas laborales; de este modo, si la proporció n del tiempo de
plustrabajo es como 1 : 2, aqué llas han sido recibidas en pago por 1 1/2 jornada laboral. Los
obreros trabajaron, indeede, 3 dı́as, pero a cada uno de ellos só lo se le pagó medio dı́a de
trabajo. O en otras palabras, la mercancı́a que recibieron por sus 3 jornadas laborales só lo
tenı́a elaborado en sı́ 1 1/2 dı́a. Por los 3 dı́as de trabajo incorporados en su mercancı́a, pues,
el capitalista recibirı́a, de conservarse todas las proporciones, 6 jornadas laborales. (Lo cual
es exacto só lo porque el tiempo de plustrabajo está puesto = al necesario, o sea que en el
segundo case sólo se repite el wimero.) (El plusvalor, el relativo, evidentemente está limitado,
no sólo por la proporción indicada anteriormente, sino por la proporción
a El valor [siempre tiene que ser] valor de intercambio con el trabajo.- b Salarios [y el] beneficio.- c Con el
494
[El objetivo de la producción capitalista [[es]] el valor (dinero), no la mercancía, el valor de
uso, etc. Chalmers. – Economic cycle. – Proceso de circulación. Chamers]
[[Hemos expuesto má s arriba, al desarrollar el concepto del capital, có mo é ste es valor en
cuanto tal, dinero que por un lado se conserva en la circulació n y por otro se acrecienta
mediante el intercambio con trabajo vivo. Que, por tanto, el fin del capital que produce
nunca es el valor de uso, sino la forma general de la riqueza en cuanto riqueza. El cura Th.
Chalmers, en su escrito —en muchos otros aspectos tonto y repulsivo— On Political
Economy in Connection with the Moral State and Moral Prospects of Society, 2a. edició n,
Londres, 1832, ha tratado certeramente este punto, sin caer por lo demá s en la burrada de
tipos como Ferrier, etc., que confunden el dinero en cuanto valor del capital con el dinero
metá lico existente realmente. En las crisis es imposible intercambiar el capital (en cuanto
mercancı́a) no porque haya demasiado pocos medios de circulació n disponibles, sino que no
circula porque es imposible intercambiarlo. La importancia que en las crisis adquiere el
dinero en efectivo deriva tan só lo de que, mientras que el capital no es intercambiable por
su valor —y ú nicamente a ello se debe el que é ste aparezca fijado ante é l bajo la forma del
dinero— es menester pagar obligaciones; a la vera de la circulació n interrumpida se efectú a
una circulación forzosa. Dice Chalmers (cuaderno IX, p. 57): "When a consumer refuses
certain commodities, ello no siempre es, como es assumed por los economistas modernos,
because he wants to purchase others in preference, sino porque é l wants to reserve entire
the general power of purchasing. Y when a merchant brings commodities to market, it is
generally not in quest of other commodities to be given in return for them... He will extend
his general power of purchase of all commodities. De nada vale decir que tambié n el dinero
es una mercancía. El real metallic money for which a merchant has any use, does not
amount to more than a small fraction of his capital, even of his monied capital; all of which,
though estimated in money, can be made on the strength of written contracta, to describe
its orbit, and be effective for all its purposes, with the aid of coin amounting to an
insignificant proportion of the whole. The great object of the monied capitalist, in fact, is to
add to the nominal amount of his fortune. lt is that, if expressed pecuniarily this year by
20.000 £, por ejemplo, it should be expressed pecuniarily next year by 24.000 £. To advance
his capital, as estimated in money, is the only way in which he can advance his interest as a
merchant.
495 La importance de estos objects no está afectada, para é l, por fluctuations in the currency or
by a change in the real value of money. Por ejemplo, en un añ o pasa de 20[.000] a 24.000 £;
por una baja en el valor del dinero puede no have increased his command de comforts, etc.
No obstante, su interé s aumenta tanto como si el dinero no hubiera caı́do; pues caso
contrario his monied fortune would have remained stationary y su real wealth would have
Grundrisse. Cuaderno VI
declined in the proportion of 24 to 20.. . Commodities" (id est, valor de uso, riqueza real) "no
son pues el terminating object del trading capitalist" (la ilusió n del monetarismo [[estaba]]
só lo [[en el hecho de]] que veı́a en el real metallic money (o tambié n en el papel, esto no
cambiarı́a nada), en suma bajo la forma del valor en cuanto dinero real, la forma general de
la riqueza y del enriquecerse, mientras que justamente a medida que aumenta el dinero
como acumulació n de general power of purchase, decrece relativamente en su forma
determinada como medio de circulació n o incluso como tesoro realizado. Como orden de
pago en real wealth o productive power adopta mil formas), "a excepción del gasto de su
rédito en adquisiciones con el sake of consumption. In the outlay of his capital, and when he
purchases for the sake of production, money is his terminating object" (no coin, nota bene)a.
(164-166)58.
a "Cuando un consumidor rehú sa ciertas mercancı́as, [ello no siempre es, como] suponen [los economistas
modernos,] porque aqué l prefiera .adquirir otras, [sino porque] quiere conservar intacta la capacidad general
de compra. [y] cuando un comerciante lleva mercancı́as al mercado, por lo comú n no lo hace en busca de otras
mercancı́as para obtenerlas a cambio de aqué llas_ . Lo que quiere es ampliar su capacidad general de compra
de todas las mercancías. [De nada vale el decir que tambié n el dinero es una mercancía. El] dinero metá lico
real, que utiliza realmente un comerciante, no asciende má s que a una pequeñ a fracción de su capital, e incluso
de su capital monetario; la totalidad de é ste, aunque estimado en dinero, puede ser llevada, en razó n de
contratos escritos, a describir su ó rbita y alcanzar todos sus objetivos con la ayuda de moneda que no es más
que una proporción insignificante del total. El gran objetivo del capitalista adinerado, en realidad, es el de
aumentar el monto nominal de su fortuna. Esto es, si este añ o se expresa pecuniariamente en 20.000 libras,
[por cjemplo,] el añ o pró ximo se expresa pecuniariamente en 24.000 libras. Aumentar su capital, estimado en
dinero es la ú nica manera de que puedan prosperar sus intereses como comerciante. [La] importancia [de
estos] objetos [no está afectada, para é l, por] fluctuaciones cambiadas o por una alteració n en el valor real del
dinero. [Por ejemplo, en un añ o pasa de 20.000 a 24.000 libras; por una baja en el valor del dinero puede no]
haber aumentado su capacidad de disponer [de] bienes, etc. [No obstante, su interé s aumenta tanto como si el
dinero no hubiera caı́do, pues caso contrario] su fortuna en dinero habrı́a permanecido estacionaria [y su]
riqueza real habrı́a declinado en la proporció n de 24 a 20... Las mercancı́as" (esto es, [valor de uso, riqueza
real) "no son pues el] objetivo final [del] capitalista comercial" ([la ilusió n del monetarismo residı́a
meramente en el hecho de que veı́a en el] dinero metá lico real (o tambié n en el papel, esto no cambiarı́a nada),
en suma en la forma del valor en cuanto dinero real la forma general de la riqueza y del enriquecerse, mientras
que justamente a medida que aumenta el dinero como acumulació n del capacidad general de compra, [decrece
relativamente en su forma determinada como medio de circulació n o incluso como tesoro realizado. Como
orden de pago en] riqueza real [o] capacidad productiva [adopta mil formas), "a excepción del gasto de su
rédito en adquisiciones con fines de consumo. En el desembolso de su capital, y cuando compra con fines
productivos, el dinero es su objetivo final" [(no la] moneda, [nota bene)]
"Profit", dice el mencionado Chalmers, "has the effects of attaching the services of the
disposable population to other masters, besides the mere landed pró prietors... while su
expenditure reaches higher than the necessaries of life"a (78, cuaderno IX, p. 53).]] 59.
En el libro arriba citado el proceso de circulación entero es denominado por Chalmers the
economic cycle: "The world of trade may be conceived to revolve in what we shall call an
economic cycle, which accomplishes one revolution by business coming round again,
through its successive transactions, to the point from which it set out. lis commencement
may be dated from the point at which the capitalist has obtained t hose returns by which his
capital is replaced to him: whence lie proceeds anew to engage his workmen; to distribute
among them, in wages, their maintainance or rather the power of lifting it; to obtain from
them in finished work, the articles in which he specially deals; to bring these articles to
market, and there terminate the orbit of one set of movements, by effecting a sale, and
receiving in its proceeds, a return for the whole outlays of the periodb-c . La intervenció n del
58 Cf. TH. CHALMERS, On Political Economy in connection with the Moral State and Moral Prospects of Society.
dinero no modifica en nada el real character de esta operació n..." (48, 49, 1.c.) (cuaderno, p.
54, 55).60
a "El beneficio [...] tiene el efecto de ligar los servicios de la població n disponible a otros patrones, aparte de
los meros propietarios rurales... mientras que [sus] gastos exceden lo necesario para la vida".- b Se puede
considerar que el mundo del comercio rota en lo que llamaremos un ciclo econó mico, que cumple una
revolució n al llegar de vuelta los negocios, a travé s de transacciones sucesivas, al punto del cual partieran.
Puede fijarse su comienzo en el punto en el cual el capitalista ha obtenido ganancias tales como para
remplazar su capital: a partir de allı́ procede nuevamente a emplear sus obreros; a distribuir entre ellos, en
salarios, su manutenció n, o má s bien la capacidad de satisfacerla; a obtener de ellos trabajo acabado, los
artı́culos en los cuales é l trata especialmente; a llevar esos artı́culos al mercado, y allı́ terminar la ó rbita de una
serie de movimientos, efectuando una venta y recibiendo en su producto una ganancia por todos los
desembolsos del perı́odo.- C "period", en "capital"
496
Diferencia en la returna. Interrupción del proceso productivo (o, más bien, no coincidencia
del mismo con el proceso de trabajo). Duración total del proceso productivo. (Agricultura.
Hodgskin.) Inequal periods of production b.
La diferencia en la return, en la medida en que la misma depende de aquella fase del
proceso de circulació n que coincide con el proceso inmediato de la producció n, no só lo
resulta del mayor o menor tiempo de trabajo necesario para terminar un objeto (por
ejemplo la construcció n de un canal, etc.), sino, en ciertas ramas de la industria —
agricultura—, de las interrupciones del trabajo, dadas por la naturaleza misma del trabajo,
al permanecer inactivo el capital, por un lado, y por otro estar suspendido el trabajo. Ası́ el
ejemplo de A. Smith, segú n el cual el trigo es una cropc que dura un ario, el buey una que
dura cinco añ os. Por tal motivo en una se emplean 5 añ os de trabajo, en la otra só lo 161. Es
escaso el trabajo dedicado, por ejemplo, al ganado que se crı́a a campo abierto. Por otra
parte, en la misma agricultura es reducido el trabajo que se efectú a, digamos durante el
invierno. En la agricultura (y en mayor o menor grado en muchos otros ramos de la
producció n) merced a las condiciones del proceso productivo tienen lugar ciertas
interrupciones o pausas naturales en el tiempo de trabajo, que en determinado punto debe
ser recomenzado para proseguir o completar el proceso; la persistencia del proceso de
producció n no coincide aquı́ con la continuidad del proceso laboral. Es é ste un momento de
la diferencia. Segundo: en general el producto requiere un tiempo prolongado para que se le
complete, para estar puesto en su finished stated ; es é sta la duració n total del proceso de
producció n, prescindiendo de si se efectú an interrupciones o no en las operaciones del
trabajo; la duració n diferente de la fase productiva, en suma. Tercero: una vez finished el
producto, puede ser necesario que tenga que permanecer estacionado un largo perı́odo —
durante el cual demanda relativamente poco trabajo— para que quede sujeto a procesos
naturales; por ejemplo, el vino. (Desde el punto de vista conceptual, este case viene a ser
igual al I.) Cuarto: un largo perı́odo para llevarlo al mercado, por estar destinado a un
mercado remoto. (Esto coincide conceptualmente con el case II.) Quinto: el tiempo mayor o
menor que insume la return total del capital (en su reproducció n total), en la medida en que
está determinado por la proporció n entre capital fixe y capital circulant, evidentemente no
se refiere al proceso inmediato de producción, a su duració n, sino que toma su
determinació n de la circulació n. El tiempo de la reproducció n del capital total está
determinado por el proceso total, circulació n incluida.
a Rotación.- b Períodos desiguales de producción.- c Cosecha, recolecció n, producció n.- d Estado acabado
60 La referencia a p. 48, 49 de la obra de Chalmers es erró nea. En realidad es p. 85.
61 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., vol. II, p. 10 [Riqueza de las naciones, p. 145]; Cf. tambié n T. R. MALTHUS, The
requiere para completar los productos de la agricultura y los de otros tipos de trabajo, [es la] causa principal
[de la] gran dependencia [de los] agricultores. No pueden llevar en menos de un añ o sus productos al
mercado. Durante todo ese perı́odo [está n obligados] a tomar prestado [del zapatero] sastre, herrero,'
carretero [y los] demá s trabajadores, [cuyos productos necesitan y que los] completan en pocos dı́as o
semanas. En virtud de esta circunstancia natural, y en virtud del incremento má s rá pido de la riqueza
producida por trabajos diferentes del agrı́cola, los monopolizadores de toda la tierra, [aunque han]
monopolizado [tambié n la] facultad de legislar, [son incapaces de] evitar que ellos mismos y sus servidores,
los arrendatarios, constituyan en la comunidad la clase má s dependiente"
"The natural circumstance of all commodities being produced in unequal periods, while
the wants of the labourer must be supplied daily... This inequality in the time necessary to
complete different commodities, en el estado salvaje would cause the hunter etc. to have a
surplus of game etc. before the maker of bows and arrows etc. had any commodity
completed to give for the surplus game. No exchange could be made; the bow-maker must
be also a hunter y division of labour imposible. Esta difficulty contribuyó al invento del
money"a (179, 180) (1.c.).
a "La circunstancia natural de que todas las mercancı́as se producen en perı́odos desiguales, mientras que
es menester satisfacer diariamente fas necesidades del trabajador... Esta desigualdad en el tiempo necesario
para completar mercancı́as diferentes, [en el estado salvaje] harı́a que el cazador tuviera un excedente de
piezas cazadas, etc., antes de que el constructor de arcos y flechas, etc., tuviera alguna mercancı́a completa por
ceder por las piezas de caza excedentes. No podrı́a realizarse intercambio alguno; el constructor de arcos
tendrı́a que ser tambié n un cazador [y] la divisió n del trabajo [serı́a imposible. Esta] dificultad [contribuyó al
invento del] dinero".
En el concepto del free labourerb está implícito el pauperc. Població n y sobrepoblació n, etc.
[[En el concepto de trabajador libre está ya implı́cito que el mismo es pauper: pauper
virtual. Con arreglo a sus condiciones econó micas es mera capacidad viva de trabajo, por
cuyo motivo tambié n está dotado de necesidades vitales. Calidad de necesitado en todos los
sentidos, sin existencia objetiva como capacidad de trabajo para la realizació n de la misma.
Si ocurre que el capitalista no necesita el plustrabajo del obrero, é ste no puede realizar su
trabajo necesario, producir sus medios de subsistencia. Entonces, si no puede conseguirlos
a travé s del intercambio, los obtendrá , caso de obtenerlos, só lo de limosnas que sobren para
é l del ré ditod. En cuanto obrero só lo puede vivir en la medida en que intercambie su
capacidad de trabajo por la parte del capital que constituye el fondo de trabajo. Tal
intercambio está ligadoe a condiciones que para el obrero son fortuitas, indiferentes a su ser
orgánico.
498 Por tanto, virtualiter f es un pauper. Como, por añ adidura, la condició n de la producció n
fundada en el capital es que é l produzca cada vez má s plustrabajo, se libera má s y má s
62 Cf. TH. HODGSKIN, Popular Political Economy. Four Lectures delivered at the London Mechanics Institution.
De esta suerte transforma las relaciones histó ricamente diferentes en una relació n
numé rica abstracta, existente só lo en la fantası́a, que no se funda ni en las leyes naturales ni
en las histó ricas. [[Segú n é l]] ha de existir una diferencia natural entre la reproducció n del
hombre, por ejemplo, y la de los cereales. El idiota supone con eso que la multiplicación del
hombre es un proceso puramente natural, que requiere restraints, checksa externos para no
efectuarse conforme a una proporció n geomé trica. Esta propagación geométrica constituye
el proceso natural de reproducció n humana. En la historia encontrará que la població n se
desarrolla cn proporciones muy diferentes y que la sobrepoblació n constituye igualmente
una relació n histó ricamente determinada, de ningú n modo determinada por nú meros o por
el lı́mite absoluto de la productividad de medios de subsistencia, sino mediante lı́mites
puestos por determinadas condiciones de producción. Asimismo, tambié n está limitada
numé ricamente.
500 ¡Qué exiguos nos parecen los guarismos que para los atenienses significaban
sobrepoblació n! En segundo lugar, en cuanto al cará cter. Una sobrepoblació n de atenienses
libres que se transforman en colonos difiere considerablemente de una sobrepoblació n de
obreros que se transforman en workhouse inmatesb. De la misma manera difiere la
sobrepoblació n mendicante que consume en un monasterio el surplusproducec del mismo,
de la que se forma en una factoryd . Es Malthus, pues, el que hace abstracció n de estas leyes
histó ricas determinadas de los movimientos de la població n, leyes que son, en tales
circunstancias, la historia de la naturaleza del hombre; leyes naturales, pero que só lo son
leyes naturales del hombre en determinado desarrollo histó rico, con un determinadoe
desarrollo de las fuerzas productivas, condicionado f por su propio proceso histó rico. El
hombre maltusiano, abstraı́do del hombre histó ricamente determinado, só lo existe en el
cerebro de Malthus, ası́ como por ende, el mé todo de reproducció n geomé trica
correspondiente a este hombre natural maltusiano. La historia real, pues, se le presenta de
tal modo que la reproducció n de su hombre natural no es una abstracció n del proceso
histó rico, de la reproducció n real, sino, por el contrario, la reproducció n real resulta ser una
aplicació n de la teorı́a maltusiana. Por tanto aquello que en cada fase de la historia son las
condiciones, las condiciones inmanentes tanto de la població n como de la sobrepoblació n,
aparece en é l como una serie de checks externos que han impedido a la població n
desarrollarse a la manera maltusiana.
a Cortapisas, frenos.- b Internos de las casas de trabajo (obligatorio).- c Plusprodueto.- d Fá brica.- e En ed.
1939 no figura esta palabra "determinado" ("bestimmter").- f "bedingter"; ed. 1939, "bestimmter"
("determinado")
Las condiciones en las que los hombres se producen y reproducen histó ricamente,
aparecen como barreras a la reproducció n del hombre natural maltusiano, criatura de
Malthus. Por lo demá s, la producció n de medios de subsistencia —restringida, determinada
por la acció n humana— se presenta como check que ella se pone a sı́ misma. Los helechos
cubrı́an toda la tierra. Su reproducció n só lo cesó cuando les faltó espacio. No se ajustó a
proporció n aritmé tica alguna. Es difı́cil decir dó nde descubrió Malthus que la reproducció n
de productos naturales espontá neos se detuviera por impulso interno, sin checks exteriores.
Karl Marx
Malthus transforma los lı́mites inmanentes, histó ricamente mutables del proceso de
reproducció n humano en barreras externas; los checks externos de la reproducció n natural
en límites inmanentes o leyes naturales de la reproducció n.
501 2) Relaciona neciamente determinado cuanto de hombres con determinado cuanto de
medios de subsistencia 63. Ricardo le ha objetado, con justicia, que el cuanto de trigo
disponible es absolutamente indiferente al obrero si é ste carece de ocupación; que, por lo
tanto, son los means of employmenta y no los of subsistenceb los que lo ponen al obrero en
la categorı́a de població n excedente o no64 Esto, empero, hay que concebirlo de una manera
má s gené rica, y por lo comú n se relaciona con la mediación social a travé s de la cual el
individuo se relaciona con tos medios de su reproducció n y los crea; por tanto, con las
condiciones de producción y la relació n del individuo con ellas. Para el esclavo en Atenas no
habı́a barreras a su multiplicació n, salvo la de los necessariesc producibles. Y nunca oı́mos
que en la Antigü edad hubieran existido esclavos excedentes. Por el contrario, aumentaba la
necesidad de los mismos. Sı́, por cierto, habı́a sobrepoblació n de no-trabajadores (en
sentido directo), que no eran demasiados con respecto a los medios de subsistencia
disponibles, sino que habı́an ido perdiendo las condiciones bajo las cuales ellos podı́an
practicar la apropiació n. La invenció n de trabajadores excedentes, vale decir, de hombres
privados de propiedad y que trabajan, es propia de la é poca del capital. Los mendigos que
se agregaban a los monasterios y les ayudaban a engullir su plus-producto, está n en la
misma categorı́a que los retainersd de los señ ores feudales, y [[esto]] muestra que el
surplusproduce e no podı́a ser totalmente devorado por sus escasos propietarios. Tratase
solamente de otra forma de los retainers of old, o de los menial servants of todayf. La
sobrepoblació n, a modo de ejemplo, entre los hunting peoplesg, que se revela en la lucha
entre las diversas tribus, no demuestra que la Tierra no pueda soportar ese escaso nú mero,
sino que las condiciones de su reproducció n requierenh un gran cuanto de territorio para
pocas cabezas. En ninguna parte una relació n con una inexistente masa absoluta de means of
subsistence, sino una relació n coni las condiciones de la reproducció n, de la producció n de
estos means, [en] las cuales, empero, está n incluidas asimismo las condiciones de la
reproducción de los hombres, de la població n total, de la sobrepoblació n relativa. Este
excedente es puramente relativo: no guarda absolutamente ninguna relació n con los medios
de subsistencia, sino con el !nodo de producirlos. Se trata, por tanto. exclusivamente de un
excedente en esta state of developmentj.
3) No corresponde tratar aquı́ algo que en realidad no pertenece a Maltbus, la
introducció n de la teorı́a de la renta que au fond no es má s que una fó rmula para expresar
que en el estado de la industria, conocido por Ricardo, etc., la agricultura se rezaga con
respecto a la manufactura, lo cual es por lo demá s, aunque en proporciones variables,
inmanente a la producció n burguesa—.]]
Medios de empleo.- b De subsistencia.- c Artı́culos imprescindibles.- d Mesnaderos, servidores.- e
a
63 Cf. T. R. MALTHUS, An Inquiry into the Nature and Progress of Rent, and the Principies by which it is regulated.
London 1815, pp. 7, 15, 19. Los extractos de esta obra está n agregados al cuaderno VII de los Grundrisse, pero
pertenecen a una é poca posterior: octubre de 1862-mayo de 1863.
64 Cf. D. RICARDO, On the Principies etc., cit., p. 493, 495 [Principios, pp. 306-307]
.
Grundrisse. Cuaderno VI
necesario con la mayor masa relativa de plustrabajo. Por tanto la condició n fundamental es
el mayor crecimiento posible de la població n, de la capacidad viva de trabajo. Si
consideramos, por lo demá s, las condiciones del desarrollo tanto de la fuerza productiva
corno del intercambio, tendremos de nuevo divisió n del trabajo, cooperació n, observació n
multifacé tica que só lo puede nacer de muchos cerebros —la ciencia—, tantos centros de
intercambio como sea posible; todo lo cual es idé ntico al crecimiento de la població n. Por lo
demá s, en la condició n de la apropiació n de plustrabajo ajeno está implı́cito que a la
població n necesaria —vale decir a la població n que representa el trabajo necesario, el
trabajo indispensable para la producció n— corresponde una población excedente que no
trabaja. En su desarrollo ulterior el capital muestra que al lado de la parte industrial —los
capitalistas industriales— de esta població n excedente se bifurca una parte puramente
consumidora. Ociosos, cuya ocupació n es la de consumir productos ajenos y [que], como el
consumo ordinario tiene sus lı́mites, tienen que recibir parte de los productos en forma
refinada, forwarded a como productos de lujo. No es de esta població n excedente ociosa que
hablan los economistas cuando se refieren a la població n excedente. Por el contrario, los
faná ticos de la població n precisamente tratan a aqué lla —su ocupació n de consumir— de
població n necesaria, y con razó n (coherentemente). La expresió n població n excedente se
refiere exclusivamente a la capacidad de trabajo, o sea a la población necesaria; al excedente
de capacidad de trabajo. Pero esto deriva simplemente de la naturaleza del capital. La
capacidad de trabajo só lo puede ejecutar su trabajo necesario cuando su plustrabajo tiene
valor para el capital, es valorizable para é ste. Por consiguiente, si tal posibilidad de
valorizació n se halla trabada por este o aquel obstá culo, la propia capacidad de trabajo
aparece como 1) al margen de las condiciones de la reproducción de su existencia; existe sin
sus condiciones de existencia, y es por ende a mere encumbranceb; necesidades sin los
medios de satisfacerlas; 2) el trabajo necesario aparece como superfluo, porque el
superfluo no es necesario.
a Expedidos.- b Bero estorbo
503 Es necesario só lo en la medida en que es condició n para que se valorice el capital. La
relació n entre trabajo necesario y plustrabajo, tal como está puesta por el capital, se cambia
bruscamente en lo siguiente: que una parte del trabajo necesario —o sea del que reproduce
la capacidad de trabajo— es superfluo y que, en consecuencia, esta capacidad de trabajo
misma es utilizada como un excedente de la població n laboriosa necesaria, esto es, de la
parte de la població n obrera cuyo trabajo necesario no es superfluo, sino necesario para el
capital. Como el desarrollo de la fuerza productiva puesto necesariamente por el capital
consiste en aumentar la proporció n del plustrabajo frente al necesario, o reducir la porció n
de trabajo necesario que se requiere para un cuanto de plustrabajo, tenemos que, estando
dado determinado cuanto de capacidad de trabajo, debe reducirse necesaria y
continuamente la proporció n del trabajo necesario utilizado por aqué lla, es decir, una parte
de esta capacidad laboral se vuelve superflua, ya que para ejecutar el cuanto de plustrabajo
basta con una porció n de esa capacidad de trabajo, mientras que antes era necesario todo el
cuanto. El poner como superflua determinada porció n de la capacidad de trabajo, o sea el
poner como superfluo el trabajo requerido para su reproducció n, es por ende consecuencia
necesaria del crecimiento del plustrabajo en proporció n con el trabajo necesario. La
reducció n del trabajo relativamente necesario aparece como aumento de la capacidad
laboral relativamente superflua, esto es, como poner població n excedente. Si é sta es
mantenida, no lo es a costa del fondo de trabajo, sino del ré dito de todas las clases. Lo cual
ya no ocurre gracias al trabajo de la capacidad laboral misma, merced a la reproducció n
normal en calidad de obrero, sino que lo mantienen otros por compasió n, en cuanto ser
viviente; por lo tanto se convierte en zaparrastroso y pauper; al no mantenerse ya mediante
Karl Marx
su trabajo necesario, esto es, gracias a su intercambio con una parte del capital, queda
excluido de las condiciones de la relació n de intercambio e independencia aparentes;
segundo: la sociedad se hace cargo en partes alı́cuotas, en beneficio del señ or capitalista, de
la tarea de mantenerle su instrumento virtual de trabajo —del wear y teara de é ste— en
reserva para un uso ulterior.
a Deterioro
A. Smith. El trabajo corno sacrificio. (Teoría de Senior sobre los sacrificios del capitalista.)
— (El excedente prodoniano.) — A. Smith. Génesis del beneficio. Acumulación Originaria. -
Wakefield. - Slave y free tabourb. – Atkinson. - Beneficio. — Génesis del beneficio. MacCulloch
[[La opinió n de A. Smith es que el trabajo nunca cambia de valor, en el sentido de que
determinado cuanto de trabajo para el obrero es siempre determinado cuanto de trabajo, o
sea, segú n A. Smith, un sacrificio cuantitativamente igual. Obtenga yo mucho o poco por una
hora de trabajo —lo que depende de la productividad de esa hora y de otras
circunstancias—, habré trabajado una hora. Lo que he tenido que pagar por el resultado de
mi trabajo [[ esto es]] mi salario—es siempre la misma hora de trabajo, y el resultado puede
variar a voluntad. "Para el que trabaja, cantidades iguales de trabajo tienen que tener en
todo tiempo y lugar un valor igual.
b Trabajo esclavo [y] trabajo libre
65 Cf. MEGA 1/3, p. 461 [Riqueza de las naciones, pp. 33-34].
Grundrisse. Cuaderno VI
505 ¡Trabajará s con el sudor de tu frente! . fue la maldició n que Jehová lanzó a Adá n. Y de esta
suerte, como maldició n, concilie A. Smith el trabajo. El "reposo" aparece como el estado
adecuado, como idé ntico a la "libertad" y la "dicha". Que el individuo "en su estado normal
de salud. vigor, actividad, habilidad, destreza'', tenga tambié n la necesidad de su porció n
normal de trabajo, y de la supresió n del reposo, parece estar muy lejos (le su pensamiento:
A no dudarlo, la medida misma del trabajo se presenta como dada exteriormente, por
medio del objetivo a alcanzar y de los obstá culos que el trabajo debe superar para su
ejecució n. Pero que esta superació n de obstá culos es de por sı́ ejercicio de la libertad —y
que ademá s a los objetivos exteriores se les haya despojado de la apariencia de necesidad
natural meramente exterior; y se les haya puesto como objetivos que no es sino el individuo
mismo el que pone , o sea como autorrelació n, objetivació n del sujeto, por ende libertad real
cuya acció n es precisamente el trabajo— [[de todo esto]] A. Smith no abriga tampoco la
menor sospecha. Tiene razó n, sin duda, en cuanto a que en las formas histó ricas del trabajo
—como trabajo esclavo, servil, asalariado— é ste se presenta siempre como algo repulsivo,
siempre como trabajo: forzado, impuesto desde el exterior, frente a lo cual el no-trabajo
aparece como "libertad y dicha". Esto es doblemente verdadero: lo es con relació n a este
trabajo antité ticó y, en conexió n con ello, al trabajo al que aú n no se le ha creado las
condiciones, subjetivas y objetivas (o tambié n con respecto a la condició n pastoril, etc., que
las ha perdido) para que el trabajo sea travail attractifb, autorrealizació n del individuo, lo
que en modo alguno significa que sea mera diversió n, mero amusementc, como concebı́a
Fourier con candor de costurerita 66.
a En Adam Smith, “Price” (“precio”); en ek. 1939 “Wert” (“valor”).- b Ttrabajo atractivo
Precisamente, los trabajos realmente libres, como por ejemplo la composició n musical,
son al mismo tiempo condenadamente serios, exigen el má s intenso de los esfuerzos. El
trabajo de la producció n material só lo puede adquirir ese cará cter 1) si está puesto su
cará cter social, 2) si es de ı́ndole cientı́fica, a la vez que trabajo general, no esfuerzo del
hombre en cuanto fuerza natural adiestrada de determinada manera, sino como sujeto que
se presenta en el proceso de producció n, no bajo una forma meramente natural,
espontá nea, sino como actividad que regula todas las fuerzas de la naturaleza. Por lo demá s,
A. Smith só lo piensa en los esclavos del capital. Por ejemplo, incluso el trabajador
semiartı́stico. de la Edad Media no cabe dentro de su definició n. Sin embargo, de lo que
queremos ocuparnos ante todo aquí no es de sus opiniones filosó ficas sobre el trabajo, sino
del momento econó mico. El trabajo concebido meramente como sacrificio y por tanto como
aquello que pone valor, como precio que se paga por las cosas y a las cuales, pues, fija el
precio segú n cuesten má s trabajo o menos, es una determinació n puramente negativa.
506 De ahı́ que el señ or Senior, por ejemplo, pudiera hacer del capital una fuente productiva
sui generis, una fuente productiva de valor, al mismo tı́tulo que el trabajo, porque tambié n
el capitalista realiza un sacrificio, el sacrificio de la abstinenceb, ya que se enriquece en lugar
de engullirse directamente la totalidad de su producto 67 . Un ente meramente negativo,
nada crea. Si, pongamos por caso, el trabajo le produce placer al obrero —como
seguramente se lo produce la abstinente al avaro del que habla Senior—, el producto no
pierde con ello nada de su valor. Sólo el trabajo produce; es la ú nica sustancia de los
productos en calidad de valores*.
* Lo poco que ha comprendido Proudhon de la cosa se desprende de su axioma, segú n el cual cada trabajo
66 Cf. CH. FOURIER, Le Nouveau Monde industriel et sociétaire etc., en Oeuvres Complétes, fila ed., Paris 1848. Tome
deja un excedente. Lo que niega en el capital, lo trueca en propiedad natural del trabajo68 Lo que importa es,
antes bien, que el tiempo de trabajo necesario para el sustento de las necesidades absolutas deje tiempo libre
(diferente en los diversos estadios de desarrollo de las fuerzas productivas) y por tanto se pueda crear
surplusproduce cuando se hace plustrabajo. La finalidad es abolir la relació n misma, de suerte que el
surplusproduce mismo aparezca como producto necesario. Por ú ltimo, la producció n material de cada hombre
deja plustiempo para otra actividad. En lo cual no hay ya nada de mı́stico. Originariamente los dones
espontá neos de la naturaleza son abundantes, o por lo menos só lo es menester apropiá rselos. Desde un
principio, asociació n que surge naturalmente (familia) y su correspondiente. divisió n del trabajo y
cooperació n. Ya que, tambié n en el origen, las necesidades son escasas. No se desarrollan sino con las fuerzas
productivas.
a Entretenimiento.- b Abstinencia, privació n
200.
Grundrisse. Cuaderno VI
[[El modo en que A. Smith hace surgir el beneficio es muy ingenuo. "En el estado de cosas
primitivo el producto del trabajo pertenece ı́ntegramente al trabajador. La cantidad"
(tambié n la mayor dificultad, etc.) "del trabajo empleado para adquirir o producir un objeto
intercambiable, es la ú nica circunstancia que regula la cantidad del trabajo que este objeto
puede, por té rmino medio, comprar, obtener o recibir en el intercambio. . . Pero no bien se
acumula una reserva en las manos de particulares, se escinde en dos partes el valor que los
obreros añaden al objeto, una de las cuales paga sus salarios, la otra el beneficio que el
empresario realiza sobre el total del stock que le ha servido para adelantar esos salarios y el
material de trabajo.
Ningún interés lo moverı́a a emplear esos obreros si no esperara, de la venta de la obra de
é stos, algo má s de lo que necesita para remplazar los capitales, ni tendrı́a ningú n interé s en
emplear una gran masa de capital, en vez de una pequeñ a, si sus beneficios no guardaran
alguna proporció n con el volumen del capital empleado" (l.c., p. 96,97). (C., p. 9.) 70 (Nó tese
la curiosa tesis de A. Smith, según la cual antes de la división del trabajo, "cuando cada uno
se procuraba só lo lo necesario, no necesitaba capital alguno".
509 Como si en esa situació n, aunque no encontrara capital alguno en la naturaleza, no hubiera
de encontrar preexistié ndolo, para trabajar, condiciones objetivas de la vida. Incluso el
salvaje, incluso los animales, forman reservas. Smith puede hablar, cuando má s, del estado
69 Cf. nota 95 y MEGA 1/3, p. 461 [Riqueza de las naciones, p. 34].
libres. El trabajo de é stos es má s productivo que el de los esclavos só lo cuando llega a estar combinado gracias
a una mayor carestía de la tierra y al sistema de contrata por salarios", b En paı́ses donde la tierra se mantiene
muy barata, o bien todo el pueblo se halla en un estado de barbarie o bien parte de é l vive en un estado de
esclavitud".- c Beneficio es un té rmino que significa aumento de capital o de riqueza; de suerte que no
descubrir las leyes que rigen la tasa del beneficio equivale a no descubrir las leyes de la formació n del capital."
[["Man is as much the produce of labour as any of the machines constructed by his
agency; and it appears to us that in all economical investigations he ought to be considered
in precisely the same point of view. Every individual who has arrived at maturity... may,
'with perfect propriety, be viewed as a machine which it has cost 20 years of assiduous
attention and the expenditure of a considerable capital to constructa. Y si se ínvierte una
suma adicional en la educación o qualification de aquél para el exercise of a business, etc,b
su valor será increased proporcionalmente, exactamente al igual que una máquina se
vuelve más valiosa por el expenditure de additional capitalc o trabajo en su construcción,
para conferirle nuevas powers" (McCulloch. The Principles of Puf Econ, London 1825d, p.
115), (Cuaderno, p. 9.)]] 74
510 [[“In point of fact, a commodity will always exchange for more" labour (que el que costó
producirla), "and it is this excess that constitutes profits" e (p. 221, McCulloch I.c.).
(Cuaderno. p. 13)75. El mismo bravo McCulloch, de quien Malthus dice acertadamente que
ve lo característico de la ciencia en equiparar todo con todo 76, escribe: "The profits of
capital are only another name for the wages of accumuirated labour" f (p. 291) I.c,
Cuaderno, 14)77 y por tanto también los wages of labour only another name for the profits
of living capitalg, "Wages. consist of part of the produce of the industry of the labourer;
consequentlyh, tienen un alto valor real cuando el labourer recibe una parte
comparativamente grande del producto de su industria, y viceversa." (295, .I.c.) (Cuaderno.
p. 15.))78
71 Cf. MEGA 1/3, pp. 472-473 [Riqueza de las naciones, p. 250]
.
72 Cf. E. G. WAKEFIELD en An Inquiry etc. by Adam Smith etc., cit. vol. III.
a El hombre es producto del trabajo tanto como cualquiera de las máquinas construidas pr su intemedio, y
nos parece que en todas las investigaciones económicas habría que considerarlo precisamente desde el
mismo punto de vista. A todo individuo que ha llegado a la madrurez.. puede considerársele, a fusto título,
como una máquina cuya construcción ha insumido 20 años de atención asidua y el desembolso de una capital
considerable.- b Desempeño de una actividad económica, etc.- c Desembolso del capital adicional.- d “1825”; en
el ms. “1830”.- e “En realidad, siempre se intercamia una mercancía por más “ trabajo (..) “ y es este excedente
lo que constituye el beneficio- f “Los beneficios del capital son sólo otro nombre para designar los salarios del
trabajo acumulado”.- g [[Los]] salarios del trabajo son sólo otro nombre para designar los beneficios del capital
vivo.- h “Los salarios... en realidad consisten en una parte del producto de la actividad del obrero; por
consiguiente...”
Plustrabajo. Beneficio. Salarios. Economistas. Ramsay. Wade.
En general los economistas han comprendido tan insuficientemente el poner de
plustrabajo por el capital, que presentan como algo particular, como curiosidad, tales o
cuales fenómenos excepcionales en los cuales se manifiesta ese poner. Lo hace Ramsay con
el trabajo nocturno. Lo hace John Wade, por ejemplo, History of the Middle and Working
Classes, 3a ed., Londres, 1835 (p. 240) (cuaderno pá gina 21), cuando dice: "El standard of
wagesa guarda relació n también con las horas de trabajo y los perı́odos de reposo. La
polı́tica de los masters durante los ú ltimos añ os" (antes de 1835) "consistió en despojar a
los operatives en este respect, cutting [[off]] or abridging holidays y mealtimesb y
extendiendo gradualmente las horas de trabajo, a sabiendas de que un increasec de 1/4 en
el tiempo de trabajo equivale a una reducció n por el mismo importe en el amount of
wagesd"
a Nivel de los salarios.- b [a los] obreros [en este] aspecto, suprimiendo o reduciendo feriados [y] horas de
Utilizado plenamente
511 Si cada mercancía permaneciese sin venderse, término medio, durante un lapso igual al
necesario para su producción, es claro que en any one timea tan sólo la mitad del capital
productivo del país estaría desempeñando realmente las funciones del capital. La mitad
ocupada es una porción fluctuante, formada por partes componentes variables, pero esto
darı́a como resultado que cada productor serı́a capaz, cada añ o, de producir tan só lo la
79 Extractos de esta obra en un cuaderno sin fecha ni nú mero de orden, pero cuya redacció n es aproximadamente
capital de que dispone.- d Mecanismos bancarios.- e Herramientas, maquinaria, edificios, etc., [este] só lo
empleado a medias o totalmente, [y todo] comerciante [ mantiene] existencias en reserva, listas para una
posible demanda sú bita, [aunque no pueda] disponer de las mismas por tiempo indeterminado.- f Pero el
precio es considerable.- g Comercio.- h Inactivos.- i "2.000"; ed, 1939, "1.000".- j Ramos
algunos dealersa que venden artı́culos de igual calidad a un precio menor que otros
dealers.
No se trata de que sacrifiquen voluntariamente parte de los beneficios; de la overflow de
customers b resultante esperan una rotació n má s rá pida de su capital y salir gananciosos by
keeping the whole of their capital in more constant employmentc, aunque en una operació n
dada sus ganancias sean má s reducidas" (p. 57) 86
512 "Es questionable que existan algunos dealers para los cuales un comprador adicional no
les resultase de utilidad alguna y, para la mayor parte, esta hipó tesis es absolutamente
inaplicable. Para los má s de los dealers un cliente adicional es equivalente a un aumento de
su capital productivo. Le permite convertir en wages y instruments of production una parte
de su capital que permanecı́a inactiva (y que quizá s nunca se hubiera vuelto productiva en
sus manos hasta que encontrara un cliente)... De esta suerte el producto total del paı́s para
el añ o siguiente se verá aumentado; no por el simple intercambio sino by calling in activityd
una porció n del capital nacional que, liad it not been for the exchange, for some timee má s
hubiera permanecido unemployed f" (57, 58 )87. "Las ventajas que el productor o dealer
81 Cf. ibídem, pp. 55, 56.
83 Cf. ibídem, p. 56
puede obtener del nuevo cliente son: 1) sayg una parte de su capital existe bajo la forma de
bienes no vendidos, no produciendo nothing at allh (por un perı́odo má s o menos largo);
una parte de aqué lla será llamada a una actividad mayor y se volverá more constantly
productiva. 2) Si la additional demand supera lo que se puede ofrecer liberando el capital
que se encuentra en la situació n de artı́culos no vendidos, y si el dealer tiene recursos
adicionales que está n invertidos productivamente (por ejemplo en tı́tulos de deuda pú blica)
pero no en su propio trade, estará en condiciones de recibir, on a portion of thesei, ya no
intereses sino beneficio, y ganar ası́ la diferencia entre la rate of interest y of profitsj. 3) Si
todo su capital se halla empleado en su negocio y ninguna parte de aqué l está acopiada en
cará cter de artı́culos no vendidos, el dealer puede realizar un negocio adicional con capital
prestado y ganar la diferencia entre el interé s y el beneficio" (59) 88.
a Comerciantes.- b Gran afluencia (de) clientes.- c Gracias a un empleo má s constante del conjunto de su
capital.- d Poniendo en actividad.- e Si no hubiera sido por el intercambio, por algú n tiempo.- f Sin emplear.- g
Digamos, que.- h Absolutamente nada.- i Por una parte de aqué llos.- j Tasa del interé s [y la] del beneficio
Circulación del capital. Proceso de circulación. Proceso de producción. Rotación. El capital
es circulante. También el capital fijo. Costos de circulación. Tiempo de circulación y tiempo
de trabajo. (Tiempo libre del capitalista. ) (Costos de transporte)
Retournons maintenant à nos moutonsa 89.
a Volvamos ahora a nuestros carneros (i.e., a nuestro tema, de acuerdo con la expresió n impuesta por la
88 Cf. ibídem, p. 59.
puesto en ambas determinaciones. Por otro lado, como este límite surgido de la naturaleza
del proceso mismo de valorización no está fijo, sino que varia según las circunstancias. y el
capital puede aproximarse menos o más a su determinación adecuada en cuanto circulante;
como el escindirse en estas dos determinaciones, -con lo cual el proceso de valorización se
presenta a la vez como proceso de desvalorización– contradice la tendencia del capital a la
mayor valorización posible, el capital por un lado inventa contrivancesc para abreviar la
fase de la fijeza: por otro, en lugar de la coexistencia temporal de ambas determinacionesc',
éstas se alternan. En un periodo el proceso se presenta como absolutamente fluido: periodo
de la valorización extrema del capital: en el otro, reacción del primero, se constituye el otro
momento tanto má s violentamente: perı́odo de la extrema desvalorizació n del capital y
suspensió n del proceso de producció n.
a"Bestimmumgen"; en ed. 1939, "Bedingungen" ("condiciones").- b Existencias.- c pudientes.- d –
518 Nos ocupamos aquı́ ú nicamente de las diferencias y determinaciones econó micas, de
momentos de la circulació n; no de las condiciones fı́sicas para llevar el producto terminado
a la segunda fase, para llevarlo a la circulació n en cuanto mercancı́a, de la misma manera
que no nos concierne el proceso tecnoló gico por el cual la materia prima se transforma en
producto. La mayor o menor distancia que separa del mercado a los productores, etc.,
todavı́a no nos interesa aquı́. Lo que queremos comprobar en primer lugar es que los costos
que derivan del pasaje de los diversos momentos econó micos en cuanto tales, los costos de
circulación en cuanto tales, nada añ aden al valor del producto, no son costos, que ponen
valor, sea cual fuere el trabajo ligado a los mismos. Son meras deducciones del valor creado.
Si [de] dos individuos cada uno fuera el productor de su producto, pero su trabajo se basara
en la divisió n del trabajo, de tal manera que practicaran entre ellos un intercambio y la
valorizació n del producto de ambos para laa satisfacció n de sus necesidades dependiera de
ese intercambio, evidentemente el tiempo que les insumiera el intercambio -por ejemplo el
regateo recı́proco, los cá lculos, etc., antes de cerrar trato- no agregarı́a lo má s mı́nimo ni a
sus productos ni al valor de cambio de los mismos.
a “fü r' die” ed. 1939. “von der” ("de la”)
Este individuo, empero, no habrı́a añ adido nada al valor, sino que só lo habrı́a compartido
con los capitalistas A, B, etc., el plusvalor obtenido por ellos. Estos habrı́an ganado, ya que
segú n el supuesto, la deducció n efectuada sobre su plusvalor habrı́a sido muy reducida. (El
capital no es una simple cantidad ni una simple operació n, sino ambas a la vez.) El dinero
mismo, en la medida en que está compuesto de metales preciosos, o [[ má s bien]] su
producció n en general —como por ejemplo en la misma circulació n del papel moneda--
demanda gastos, en cuanto insume tiempo de trabajo, pero no agrega valor alguno a los
objetos ,valores de cambio-- intercambiados, sino que sus costos son una detracció n de
Karl Marx
estos valores, una detracció n de la que tienen que hacerse cargo, en partes alı́cuotas, los
intercambiantes. Lo que cueste el instrumento de circulació n, el instrumento del
intercambio, só lo expresa los costos del intercambio. En lugar de agregar valor, lo reducen. El
dinero en oro y plata, por ejemplo, es un valor al igual que otros (no en el sentido de
dinero), en la medida en que contiene trabajo objetivado. Pero el hecho de que estos valores
sirvan de medios de circulació n, constituye una detracció n de la riqueza disponible. Otro
tanto ocurre con los costos de producció n que insume la circulació n del capital. Esta no
agrega nada a los valores. Los costos de circulación en cuanto tales no ponen valor, sino que
son costos de la realización de los valores, deducciones de é stos. La circulación [[se
presenta]] como una serie de transformaciones en las que el capital se pone, pero, desde el
punto de vista del valor, la circulació n no agrega nada a aqué l, sino que lo pone en la forma
del valor. El valor potencial que a travé s de la circulació n se transforma en dinero, está
presupuesto como resultado del proceso de producció n. Por cuanto esta serie de procesos
transcurre en el tiempo y ocasiona gastos, insume tiempo de trabajo o cuesta trabajo
objetivado, estos costos de circulación representan detracciones del cuanto del valor. Si
suponemos que los .costos de circulació n = 0, el resultado de una rotació n del capital, desde
el punto de vista del valor, será al valor puesto en el proceso de producció n. Significa ello
que el valor presupuesto a la circulació n es el que resulta de la misma. A lo sumo, debido a
los costos de circulació n, puede salir un valor má s reducido que el que entró . Considerado
desde este punto de vista, el tiempo de circulació n no añ ade nada al valor; el tiempo de
circulació n no es un tiempo que pone valor, como sı́ lo es el tiempo de trabajo. Si la
producció n ha creado una mercancı́a = al valor de 10 libras, será necesaria la circulació n
para equiparar esta mercancı́a a las 10 libras, a su valor, que existe corno dinero.
520 Los gastos que ocasiona este proceso, este cambio de forma, constituyen una deducció n del
valor de la mercancı́a. La circulación del capital es el cambio de forma que experimenta el
valor pasando por diferentes fases. El tiempo que dura o insume la ejecució n de este proceso
corresponde a los costos de producción de la circulación, de la división del trabajo, de la
producción fundada en el intercambio.
Lo preceden te es vá lido para una rotación del capital, vale decir, para un pasaje del
capital por esos sus diversos momentos. El proceso del capital en cuanto valor tiene su
punto de partida en el dinero y desemboca en el dinero, pero en un mayor cuanto de dinero.
La diferencia es só lo cuantitativa. De este modo D—M—M—D ha adquirido un contenido. Si
consideramos la circulació n hasta este punto, habremos llegado nuevamente al punto de
partida. El capital se ha transformado nuevamente en dinero. Pero ahora está a la vez
puesto, se ha convertido en una condició n para este dinero la de transformarse de nuevo en
capital, en dinero que, mediante la compra de trabajo, mediante el trá nsito por el proceso
de producció n, se multiplica y conserva. Su forma como dinero está puesta como mera
forma; una de las muchas formas que el capital recorre en su metamorfosis. Si ahora
consideramos ese punto, no en cuanto punto terminal, sino —tal como tenemos que hacer
ahora— en cuanto punto de trá nsito o nuevo punto de partida, puesto é l mismo por el
proceso de producció n corno efı́mero punto terminal y punto de partida solamente
aparente, será claro que la reconversió n del valor puesto corno dinero en valor que pasa
por un proceso, en valor que entra al proceso de producció n, só lo puede realizarse —que la
renovación del proceso de producción só lo puede tener lugar— tan pronto como haya
culminado la parte del proceso de circulació n diferenciable del proceso de producció n. La
segunda rotación del capital —la reconversió n del dinero en capital en cuanto tal, o la
renovació n del proceso de producció n— depende del tiempo que necesite el capital para
terminar su circulació n, esto es, de su tiempo de circulación distinto aquı́ del tiempo de
producció n. Pero corno hemos visto que el valor total (tanto el valor reproducido como el
Grundrisse. Cuaderno VI
creado por vez primera) producido por el capital y realizado en cuanto tal en la circulació n,
está determinado exclusivamente por el proceso de producció n, la suma de los valores que
puede crearse en un tiempo determinado dependerá de la cantidad de repeticiones del
proceso de producció n en tal perı́odo.
521 La repetició n del proceso de producció n, empero, está determinada por el tiempo de
circulació n, que es igual a la velocidad de la circulació n. Cuanto má s rá pida es la circulació n,
tanto má s breve el tiempo de circulació n y tantas má s veces puede el mismo capital repetir
el proceso de producció n. En un ciclo determinado de rotaciones del capital, pues, la suma
de los valores creados por é l (o sea tambié n de plusvalores, puesto que el capital siempre
pone trabajo necesario, ú nicamente como trabajo necesario para el plustrabajo ) está en
proporción directa al tiempo de trabajo y en proporción inversa al tiempo de circulación. En
un ciclo determinado el valor total (y por consiguiente tambié n la suma de las plusvalı́asa
creadas) es = al tiempo de trabajo multiplicado por la cantidad de rotaciones del capital. O
bien: la plusvalı́a puesta por el capital ya no se presenta ahora simplemente determinada
por el tiempo de trabajo del que aqué l se apropió en el proceso de producció n, sino por el
coeficiente del proceso de producció n; vale decir, por el nú mero que expresa cuá ntas veces
se repitió en un espacio dado de tiempo.
a "Mehrwerte"; en ed. 1939, "neuen Mehrwerte " ("nuevas plusvalı́as")
Este coeficiente está determinado por el tiempo de circulació n requerido por el capital
en una rotació n. La suma de los valores ( plusvalores) está determinada, pues, por el valor
puesto en una rotació n multiplicado por el nú mero de rotaciones en un lapso determinado.
Una rotació n del capital es = al tiempo de producció n + el tiempo de circulació n. Si
suponemos como dado el tiempo de circulació n, el tiempo total que requiere la rotació n
dependerá del tiempo de producció n. Si está presupuesto el tiempo de producció n, la
duració n de la rotació n dependerá del tiempo de circulació n. El tiempo de circulació n, en la
medida en que determina la cantidad total del tiempo de producció n en un lapso dado —en
cuanto depende de é l la repetició n del proceso de producció n, su renovació n en un perı́odo
dado— es por lo tanto é l mismo un momento de la producció n, o, mejor dicho, se presenta
como lı́mite de la producció n. Está en la naturaleza del capital, en la naturaleza de la
producció n fundada sobre é l, que el tiempo de circulació n se convierta en un momento
determinante del tiempo de trabajo, de la creació n de valor. Con ello se niega la autonomı́a
del tiempo de trabajo y se pone al proceso de producció n mismo como determinado por el
intercambio, de modo que la relació n social y la dependencia respecto a esta relació n en la
producció n inmediata está n puestas no como momento material, sino como momento
económico. determinació n formal. El má ximo de la circulació n —el lı́mite que ella pone a la
renovació n del proceso de producció n— está determinado evidentemente por la duració n
del tiempo de producció n en el curso de una rotació n. Supongamos que el proceso de
producció n de un capital determinado, esto es, el tiempo que requiere para reproducir su
valor y poner plusvalı́a, dure tres meses.
522 (O bien que el tiempo necesario para terminar cierta cantidad de producto sea = al valor
total del capital productor + la plusvalı́a.) En tal caso el capital. bajo ninguna circunstancia,
podrı́a renovar el proceso de producció n o el de valorizació n má s de 4 veces por añ o. El
má ximo de rotació n del capital serı́a de 4 rotaciones anuales; o sea, no habrı́a interrupció n
alguna entre la finalizació n de una fase de producció n y la reiniciació n. El má ximo de las
rotaciones serı́a = la continuidad del proceso de producció n, de tal modo que, no bien se
terminara el producto, nueva materia prima serı́a convertida en producto. La continuidad
no se extenderı́a solamente a la continuidad dentro de una fase de producció n, sino a la
continuidad de esas fases mismas. Pero supongamos ahora que el capital requiera, al té rmino
de cada fase, un mes de tiempo de circulació n —de tiempo para retornar a la forma de
Karl Marx
condiciones de producció n—; en este caso só lo podrı́a efectuar 3 rotaciones. En el primer
caso el nú mero de las rotaciones era = 1 fase X 4, ó 12 meses dividido 3. El má ximo de la
creació n de valores por el capital en un lapso dado es ese lapso dividido por la duració n del
proceso de producció n (el tiempo de producció n). En el segundo caso, el capital só lo
efectuarı́a tres rotaciones por añ o; el proceso de valorizació n se repetirı́a só lo 3 veces. La
suma de sus procesos de valorizació n serı́a, pues, = 12/4 = 3. El divisor es aquı́ el tiempo
total de circulació n que requiere el capital. 4 meses; o el tiempo de circulació n que requiere
una fase de producció n multiplicado por el nú mero en que este tiempo de circulació n se
halla contenido en el añ o. En el primer caso el nú mero de las rotaciones es= 12 meses, 1
añ o, un tiempo dado, dividido por el tiempo de una fase de producció n, o por la duració n
del tiempo mismo de producció n; en el segundo caso es igual al mismo tiempo dividido por
el tiempo de circulació n. El má ximo de valorizació n del capital, ası́ como la continuidad del
proceso de producció n, o el tiempo de circulació n puesto = 0; esto es, se dan por suprimidas
las condiciones bajo las cuales produce el capital, su limitació n por el tiempo de circulació n,
la necesidad de recorrer las diversas fases de su metamorfosis. Es una tendencia necesaria
del capital la de esforzarse por poner = 0 el tiempo de circulació n, vale decir, suprimirse a sı́
mismo, ya que es só lo gracias al capital que el tiempo de circulació n está puesto como el
momento determinante del tiempo de producció n. Es lo mismo que suprimir la necesidad
del intercambio, del dinero y de la divisió n del trabajo fundada sobre aqué llos, o sea el
capital mismo. Prescindiendo por el momento de la transformació n del plusvalor en
pluscapital, supongamos un capital de 100 tá leros que en el proceso de producció n genera
una plusvalı́a de 4% sobre el capital total; en el primer supuesto se reproducirá 4 veces y a
fin del añ o habrá puesto una plusvalı́a de 16. El capital, al té rmino del añ o, será = 116.
523 Serı́a lo mismo que si un capital de 400 hubiera rotado una vez en el añ o, tambié n con una
plusvalı́a del 4%. Con respecto a la producció n total de mercancı́as y valores de las mismas,
se habrı́a cuadruplicado. En el otro caso un capital de 100 tá leros só lo habrı́a creado una
plusvalı́a de 12; el capital total al té rmino del añ o = 112. Con respecto a la producció n total -
sea con relació n a los valores o a los valores de uso- la diferencia serı́a aun má s significativa.
En el primer caso, por ejemplo, con un capital de 100, tendrı́amos 400 tá leros de cuero
transformados en botas; en el segundo só lo 300 tá leros.
La valorizació n total del capital, pues, está determinada por la duració n de la fase de
producció n —que aquı́ la identificamos provisionalmente con el tiempo de trabajo—
multiplicada por el nú mero de las rotaciones, o renovaciones de esta fase de producció n en
un lapso dado. Si las rotaciones só lo estuvieran determinadas por la duració n de una fase de
producció n, la valorizació n total estarı́a determinada simplemente por el nú mero de fases
de producció n contenido en un perı́odo dado; o las rotaciones estarı́an determinadas
absolutamente por el tiempo de producció n. Esto constituiría el máximo de la valorización.
Resulta claro, por consiguiente, que el tiempo de circulació n, considerado desde un punto
de vista absoluto, es una detracció n del má ximo de la valorizació n, es < que la valorizació n
absoluta. Por ende es imposible que una velocidad cualquiera de la circulació n, o cualquier
reducció n del tiempo de circulació n, pueda crear una valorizació n > que la valorizació n
puesta por la fase de producció n misma. El má ximo que la velocidad de la circulació n
podrı́a alcanzar si aumentara hasta serı́a poner el tiempo de circulació n = 0, vale decir,
abolirse a sı́ misma. No puede ser, por consiguiente, un momento positivo creador de valor,
ya que su abolició n -circulació n sin tiempo de circulació n- serı́a el má ximo de la
valorizació n; su negació n equivaldrı́a al má s alto nivel de productividad del capital*. La
productividad total del capital es = la duració n de una fase de producció n multiplicada por
el nú mero en que la misma se repite en un perı́odo determinado. Este nú mero, empero. lo
determina el tiempo de circulació n.
Grundrisse. Cuaderno VI
* La productividad del capital en cuanto capital no es la fuerza productiva que acrecienta los valores de
uso, sino su capacidad de crear valores; el grado en que produce valor.
524 Supongamos. que un capital de 100 rota 4 veces en el añ o. efectú a 4 veces el proceso de
producció n; entonces, si la plusvalı́a fuera = 5% cada vez, el plusvalor creado al té rmino del
añ o para un capital de 100 serı́a = 20; por otra parte, para un capital de 400 que notara una
vez por añ o con el mismo porcentaje, serı́a asimismo = 20. De modo que un capital de 100
con una rotació n anual cuá druple darı́a 20% de ganancia, donde un capital cuatro veces
mayor con una rotació n ú nica só lo darı́a un beneficio de 5%. (Veremos en breve, con má s
precisió n, que la plusvalı́a es absolutamente la misma.) Parece, pues, que se puede sustituir
la magnitud del capital por la velocidad de la circulació n, y la velocidad de la circulació n por
la magnitud del capital. Surge ası́ la apariencia de que el tiempo de circulació n es, en sı́,
productivo. Es menester, pues, aclarar el punto por medio de este case.
Otro problema que se plantea es el siguiente: si la rotació n de 100 tá leros se efectú a 4
veces en un añ o, cada vez al 5%, digamos, al principio de la segunda rotació n se podrı́a
empezar el proceso de producció n con 105 tá leros, y el producto serı́a 110 1/4; al comienzo
de la tercera rotació n, con 110 1/4, el producto de lo cual serı́a 115 41/80 a ; al comienzo de la
cuarta rotació n: 115 41/80a, y al final de la misma: 121 221/1600 b.
a En vez de "115 41/80" deberı́a decir "115 61/80", b En vez de "121 221/1600" deberı́a decir "121 88111600"
El nú mero mismo no es aquı́ lo que importa. Lo que importa es que en el caso de un
capital de 400 que rota só lo una vez en el añ o al S%, la ganancia só lo puede ser de 20; por el
contrario, si un capital 4 veces menor rota 4 veces má s al mismo tanto por ciento, la
ganancia será 1 + 221/1600a má s. De esta suerte, merced al mero momento de la rotació n
—la repetició n—, o sea de un momento determinado por el tiempo de circulació n o má s
bien de un momento determinado por la circulación, no só lo parece realizarse el valor sino
crecer en té rminos absolutos. Investigar tambié n este punto.
a En vez de "1 + 221/1600" deberı́a decir "1 + 881/1600".
Del mismo modo, si intercambio una libra de algodó n cuyo valor de cambio es de 6 d.a
por 6 d., la misma queda puesta como valor; y aná logamente puede decirse que los 6 d.
Karl Marx
está n puestos como valor en la libra de algodó n, es decir, el tiempo de trabajo contenido en
los 6 d. (aquı́ consideramos a los 6 d. como valor) está expresado ahora en otra
materializació n del mismo tiempo de trabajo. Pero como merced al acto del intercambio
tanto la. libra de algodó n como los 6 d. de cobre son puestos = su valor, es imposible que a
travé s de ese intercambio ni el valor del algodó n, ni el valor de los 6 d., ni la suma de sus
valores crezcan cuantitativamente. El intercambio, como poner de equivalentes, só lo
modifica la forma; realiza los valores existentes potencialmente; realiza los precios, if you
like. Un poner de equivalentes, por ejemplo de a y h como equivalentes, no puede aumentar
el valor de a, puesto que es el acto a travé s del cual a es puesto como= su propio valor, es
decir, como no desigual a sı́ mismo; desigual só lo por lo que atañ e a la forma, en la medida
en que antes no estaba puesto como valor; es al mismo tiempo el acto a travé s del cual se
pone el valor de a= al valor de h, y el valor de b = al valor de a. La suma de los valores
trocados en el intercambio = valor a + valor b. Cada uno se mantiene = su propio valor; por
tanto la suma de ambos se mantiene igual a la suma de su valor. Por consiguiente el
intercambio como poner de equivalentes no puede, conforme a su naturaleza, aumentar la
suma de los valores ni el valor de las mercancı́as intercambiadas. (Que en el intercambio
con el trabajo las cosas ocurran de otra manera se debe a que el valor de uso del trabajo
mismo pone valor, pero esto no guarda conexió n directa con su valor de cambio.) Pero ası́
como una operació n de intercambio no puede aumentar el valor de lo intercambiado,
tampoco lo puede hacer una suma de intercambios'''. Si repito una vez o un acto que no crea
valor alguno, por la repetició n it cannot change its naturec.
* Es imperiosamente necesario aclarar este punto, ya que la distribució n de la plusvalı́a entre los capitales,
el cómputo [de esa distribució n] del plusvalor total entre los diversos capitales —esta operació n econó mica
secundaria— suscitab fenó menos que en las economı́as vulgares se confunden con los primarios
a Peniques.- b “hervorruft”; en ms. “erscheint” (“se presenta.”).- c No puede cambiar su naturaleza
526 La repetición de un acto que no crea valor, nunca podrá convertirlo en un acto de
creación de valor 1 /4, por ejemplo, expresa una proporción determinada. Si transformo
este 1/4 en una fracción decimal, esto es, lo pongo = 0,25. su forma habrá cambiado. Este
cambio de forma no afecta su valor. Del mismo modo, si pongo una mercancía bajo la forma
del dinero o al dinero bajo la forma de la mercancía, el valor permanecerá incambiado,
aunque la forma se haya modificado. Es claro, por tanto, que la circulación -ya que se
resuelve en una serie de operaciones de cambio entre equivalentes– no puede aumentar el
valor de las mercancías circulantes, Por ende, si se requiere tiempo de trabajo para efectuar
esta operación, esto es, si deben consumirse valores –ya que todo consumo de valores se
resuelve en el consumo de tiempo de trabajo o de tiempo de trabajo objetivado, de
productos—, si la circulación genera costos y el tiempo de circulación insume tiempo de
trabajo, estamos entonces ante una detracción, una supresión relativa de los valores
circulantes: desvalorización de los mismos por el monto de los costos de circulación.
Imaginemos dos trabajadores que intercambian. un pescador y un cazador, el tiempo que
ambos perdieran en el intercambio no produciría peces ni caza. sino que sería una
detracción del tiempo en que ambos crean valores, en el cual el uno puede pescar, el otro
cazar, objetivando su tiempo de trabajo en un valor de uso. Si el pescador pretendiera
resarcirse de esta pérdida a costas del cazador, exigirle más piezas de caza o darle menos
pescado, el último tendría derecho a hacer otro tanto. La pérdida seria común para ambos.
Estos costos de circulación., costos de intercambio, sólo podrían presentarse como una
deducción de la producción total y de la creación de valores efectuadas por ambos. Si
encomendaran estos exchanges a un tercero, C, y de ese modo no perdieran directamente
tiempo de trabajo alguno, cada uno de los dos tendría que ceder en partes alícuotas una
porción de su producto a C. Lo que podrían ganar con ello sería tan sólo el tener una
pérdida más o menos elevada. Pero si trabajaran como propietarios comunes. no se
Grundrisse. Cuaderno VI
efectuaría ningún intercambio, sino un consumo colectivo. Los costos del intercambio, por
tanto, quedarían, excluidos. No ası́ la divisió n del trabajo, sino la divisió n del trabajo en
cuanto fundada en el intercambio. Por eso J. St. Mill yerra cuando considera los costos de
circulació n como precio necesario de la división del trabajo. No son má s que costos de la
divisió n natural del trabajo, fundada no en la propiedad colectiva sino en la propiedad
privada.
527 Los costos de circulació n en cuanto tales, esto es, el consumo —originado por la
operació n del intercambio y por una serie de operaciones de intercambio— de tiempo de
trabajo o tiempo de trabajo objetivado, de valores, constituyen pues una detracció n, o del
tiempo empleado en la producció n, o de los valores puestos por la misma. Nunca pueden
acrecentar el valor. Forman parte de los faux frais de production, y estos faux frais de
production son inherentes a los costos inmanentes de la producció n fundada en el capital.
Las actividades mercantiles, y still more las actividades monetarias propiamente dichas —
en la medida en que no efectú an otra cosa que no sea las operaciones de la circulació n en
cuanto tal, o sea por ejemplo la determinació n de los precios ( la medició n de los valores y
su cá lculo), y en que en general ejecutan esas operaciones de cambio como una funció n que
la divisió n del trabajo ha vuelto autó noma, es decir representan esa funció n del proceso
total del capital-- constituyen meramente los faux frais de production del capital. En la
medida en que reducen esos faux frais coadyuvan a la producció n, no creando valor, sino
disminuyendo la negació n de los valores creados. Si cumplieran ú nicamente esa funció n,
representarı́an siempre só lo el mı́nimo de los faux frais de production. Si ponen a los
productores en condiciones de crear, má s valores de lo que serı́a posible sin esa divisió n del
trabajo, y precisamente tanto má s como para que quede un excedente luego de pagar esa
funció n, habrá n acrecentado de hecho la producció n. Pero los valores habrı́an aumentado,
entonces, no porque las operaciones de la circulació n hubiesen creado valor, sino porque
habrı́an absorbido menos valor que en otro caso. Esos costos son, con todo, condició n
necesaria para la producció n del capital.
El tiempo que pierde un capitalista en el intercambio no es, en cuanto tal, un descuento
del tiempo de trabajo. Es capitalista —esto es, representante del capital, capital
personificado— só lo en cuanto se comporta ante el trabajo como trabajo ajeno y se apropia
y pone tiempo de trabajo ajeno.
La existencia de los costos de circulació n, pues, no se funda en que le quiten tiempo al
capitalista. El tiempo del capitalista está puesto como tiempo superfluo, tiempo de-no-
trabajo, tiempo no-creador-de-valor, aunque sea el capital el que realice el valor creado. El
hecho de que el obrero deba trabajar plustiempo, es idé ntico al hecho de que el capitalista
no necesite trabajar, por lo cual su tiempo está puesto como tiempo de no-trabajo; es
idé ntico al hecho de que el capitalista tampoco trabaje el tiempo necesario. El obrero tiene
que trabajar plustiempo para poder materializar, valorizar, esto es, objetivar el tiempo de
trabajo necesario para su reproducció n. Por otra parte, y por consiguiente, tambié n el
tiempo de trabajo necesario del capitalista es tiempo libre, tiempo no requerido para la
subsistencia inmediata. Como todo tiempo libre es tiempo para el desarrollo libre, el
capitalista usurpa el tiempo libre que los obreros crean para la sociedad, vale decir la
civilizació n, y Wade tiene razó n una vez má s, en este sentido, cuando afirma que capital =
civilizació n.
528 El tiempo de circulació n en la medida en que absorbe el tiempo del capitalista, desde el
punto de vista econó mico nos interesa tan poco como el tiempo que pasa con su querida. Si
bien time is money, desde el punto de vista del capital ello só lo es vá lido para el tiempo de
trabajo ajeno, que por cierto en el sentido má s estricto de la frase es money del capital.
Respecto al capital en cuanto tal, el tiempo de circulació n só lo puede coincidir con tiempo
Karl Marx
Circulación. Storch. - Metamorfosis del capital y metamorfosis de la mercancía. — Cambio
de forma y cambio de sustancia del capital. Diversas formas del capital. — Rotaciones en un
período dado. — Capital circulant como carácter general del capital. —- El año, medida de las
rotaciones del capital circulant. El día, medida del tiempo de trabajo.
[["En cada speciesa de la industria, los entrepreneurs se convierten en vendedores, de los
productos, mientras que todo el resto de la nació n e, incluso a menudo, naciones extranjeras
son los compradores de esos productos... El movimiento continuo, repetido sin cesar, que
efectú a el capital circulante para partir del entrepreneur y regresar a é ste, bajo la primera
forma, es comparable a un cı́rculo, por é l recorrido; de ahı́ el nombre de circulant que
distingue al capital y el de circulació n para su movimiento" (p. [404], 405). Storch. Cours'
d'économie politique. Parı́s, 1823 (t. 1, p. 405, cuaderno, p. 3490). "En sentido lato, la
90 Cf. H. STORCH etc., cit., p. 405.
Grundrisse. Cuaderno VI
circulació n comprende el movimiento de toda mercancı́a qui s'é change" (p. 405, 1.c.) 91. "La
circulació n se hace par les é changes... Desde que interviene el numé raire, elles ne
s'é changent plus, elles se vendent"b (p. [405], 406, I.c.) 92. "Para que una mercancı́a esté en
circulació n, basta l'offrec... Riqueza en circulació n: mercancía" (p. 407, l.c.) 93 . "El commerce
es só lo una parte de la circulation; el primero só lo comprende las achats y ventes de los
marchands; el ú ltimo, las de todos los entrepreneurs e incluso de todos los... habitants"d (p.
408, I.c. ) 94. "Só lo mientras los costos de la circulation son indispensables para hacer llegar
las mercancías a los consumidores, la circulació n es real y su valor aumenta el produit
annuel. Desde el momento en que excede la medida, la circulació n es postiche et ne
contribue plus en rien à l'enrichissement de la nation" e (p. 409)95. "En los ú ltimos añ os f
hemos visto en Rusia, en San Petersburgo, ejemplos de una circulation postiche. La
situació n languissante del commerce é trangerg movió a los comerciantes a faire valoirh de
otra manera sus capitaux inactivos;
a Rama.- b Dinero, ya no se intercambian se venden.- c Ofrecerla.- d [Las] compras [y] ventas [de los]
comerciantes; [el ú ltimo, las de todos los] empresarios [e incluso de todos los...] habitantes.- e Ficticia y en
nada contribuye al enriquecimiento de la nació n.- f En el manuscrito, "Tagc" ("dı́as") en vez de "Jahren".- g
Languideciente (del) comercio extranjero.- h Hacer valer
ne pouvant plus les employera para hacer venir mercancı́as extranjeras y exportar las del
paı́s, se les ocurrió obtener ventajas en achetant et revendantb las mercancı́as existentes en
plaza.
530 Enormes cantidades de azú car, café , chanvrec, hierro, etc., pasaron rá pidamente de unas
manos a otras y a menudo una mercancı́a cambió veinte veces de proprié taire sin salir del
magasind. Una circulació n de esta ı́ndole ofrece a los né gociants todas las posibilidades de
un juego de azar, pero mientras qué enriquece a los unos arruina a los otros, y la riqueza
nacional no gana nada con ello. Otro tanto ocurre en la circulació n del dinero. . . Se
denomina agiotagee a una circulation postiche f de esa naturaleza, fundada ú nicamente en
una simple variació n de los precios" ( p. 410, 411)96. "La circulation ne rend de profit à la
socié té qu'autant, qu’elle est indispensabl: pour faire parvenir la marchandise' au
consommateur. Cada dé tour, retard, é change intermé diaireg, que no sea absolutamente
necesario a ese efecto, o que no contribuya a disminuir los costos de circulación, será
perjudicial a la riqueza nacional, en é levant inutilment le prix des marchandises" (p. 411)97.
"La circulació n es tanto má s productiva cuanto má s rá pida es, vale decir, cuanto menos
tiempo exige para dé livrer al entrepreneur de la ouvrage fait qu'il expose en vente y para
ramener vers luii el capital bajo su primera forma" (p. 411) 98. "El entrepreneur só lo puede
recomenzar la producció n una vez que ha vendido el producto acabado y que ha empleado
el precio para la compra de nuevas matié res y nuevos salaires; por ende, cuanto má s
prontamente la circulació n opere ambos efectos, tanto antes estará aqué l en condiciones de
reiniciar su producció n y tantos má s productos suministrará el capital en un espacio dado
91 Cf. ibídem, p. 405.
de tiempo” ( p. [411], 412)99. "La nació n cuyo capital circula con la rapidité debida para
revenirj varias veces en el añ o a aquello que ha puesto en movimiento primeramente, está
en la misma situació n que el laboureurk de los climas propicios, que puede exigir a la misma
tierra tres u cuatro cosechas sucesivas en el mismo añ o" (p. 412-413)100
a Al ya no poder emplearlos.- b Mediante la compra y reventa de cá ñ amo.- c Cá ñ amo,- d Depó sito.- e Agio.- f
Circulació n ficticia.- g La circulació n só lo es provechosa a la sociedad cuando es indispensable para que la
mercancı́a llegue a manos del consumidor. [Cada] desviació n, demora, intercambio, intermediario...- h
Elevando inú tilmente el precio de las mercancı́as.- i Descargar al empresario [de] la obra concluida que é l pone
a la venta (y para) reconducir hacia el mismo.‑ j Retornar.- k Labrador
"Una circulació n lenta encarece los objetos del consumo, 1) indirectamente, debido a la
reducció n de la masa de mercancı́as que podrı́an existir; 2) directamente, porque mientras
un producto esté en la circulació n, su valor aumenta progresivamente par les rentes du
capital empleado en su producció n; cuanto unı́s lenta es la circulació na tanto má s se
acumulan esas rentas, que aumentan inú tilmente el precio de la mercancı́a." "Recursos para
abreviar o acelerar la circulació n: 1) la separació n de una clase de trabajadores, que se
ocupan ú nicamente del comercio; 2) la facilité des transportsb ; 3) el numé rairec ; 4) el
cré dito" (p. 413). 101]]
531 La circulació n simple se compone de una serie de intercambios simultá neos o sucesivos.
La unidad de los mismos considerada como circulació n, en realidad existı́a só lo desde el
punto de vista del observador. ( El intercambio puede ser fortuito, y tiene, en mayor o
menor grado, ese cará cter cuando se reduce al intercambio del excedente, cuando no ha
llegado a abarcar el total del proceso productivo.) En la circulació n del capital tenemos una
serie de operaciones de intercambio, de actos de intercambio, cada uno de los cuales
representa frente al otro un momento cualitativo, un momento en la reproducció n y
crecimiento del capital. Un sistema de intercambios, de cambio de sustancias, en la medida
en que se considera al valor en cuanto tald ; un cambio de formas, en la medida en que se
considera al valor de urce. El producto es a la mercancı́a como el valor de uso al valor de
cambio;. e igualmente la mercancı́a al dinero. Aquı́ una serie alcanzaf su apogeo. El dinero es
a la mercancı́a —en la que se ha reconvertido- como el valor de cambio al valor de uso; aun
má s exacto es esto en el caso del dinero con relació n al trabajo.
a "Zirkulation";
en la ed. 1939,. "Produktion" ("producció n). "Circulació n" es el té rmino que figura en
Storch.- b Disponibilidad de los medios de transporte.- c Dinero.- d Evidentemente debiera decir
"Gebrauchswert" ("valor de uso" en vez de "Wert als solcher" ("valor en cuanto tal").- e Evidentemente debiera
decir "Wert Als solcher" ("valor en cuanto tal") en vez de "Gebrauchswert" ("valor de uso").- f Potencialmente
Por cuanto el capital en cada momento del proceso es la posibilidad de la transició n a su
otra fase, pró xima, y de esta suerte es tambié n la posibilidad de todo el proceso que expresa
el acto vital del capital, cada uno de los momentos aparece entonces potentialitera (a por
excelencia) como capital —por consiguiente como capital-mercancı́as, como capital-dinero—
a la vera del valor que en el proceso de producció n se pone a sı́ mismo como capital. La
mercancı́a puede representar capital mientras se transforma en dinero, y por tanto comprar
trabajo asalariado (plustrabajo); esto en lo que respecta al aspecto formal, creado a partir
de la circulació n del capital. En lo que respecta al lado material, la mercancı́a sigue siendo
capital mientras representa materia prima (propiamente dicha o semielaborada),
instrumento, medio de subsistencia para los obreros. Cada una de estas formas es capital
potencial. El dinero, por una parte, es el capital realizado, el capital como valor realizado.
Desde este punto de vista (considerado como punto terminal de la circulació n, el cual por lo
99 Cf. ibídem, p. 411.
tanto debe considerarse tambié n como punto de partida) es el capital καr' έξοχήν 2. A su
vez, es capital con respecto al proceso productivo, de manera especial por cuanto se
intercambia por trabajo vivo. En su intercambio por mercancı́a (readquisició n de la materia
prima, etc.), efectuado por el capitalista, no se presenta, por el contrario, como capital, sino
como medio de circulació n; só lo intermediació n efı́mera, a travé s de la cual el capitalista
intercambia su producto por los elementos originarios del mismo.
La circulació n no es una operació n puramente exterior para el capital. Ası́ como é ste só lo
llega a ser a travé s del proceso de producció n, puesto que a travé s de este proceso el valor
se perpetú a y acrecienta, es só lo gracias al primer acto de la circulació n que el capital se
reconvierte en la forma pura del valor, en la cual se han borrado tanto las huellas del
devenir como su existencia especı́fica en el valor de uso.
532 A su vez, la repetició n de ese acto, es decir del proceso vital [del capital], só lo es posible
gracias al segundo acto de la circulació n, el cual consiste en el intercambio del dinero por
las condiciones de producció n y constituye el preá mbulo al acto de producció n. La
circulació n, pues, forma parte del concepto del capital. En un principio, el dinero o trabajo
acumulado se presentaba como supuesto previo al intercambio con el trabajo libre —la
autonomı́a aparente del momento objetivo del capital frente al trabajo, empero, estaba
abolida, y el trabajo objetivado, que se volvı́a autó nomo en el valor, se presentaba en todos
los sentidos como producto del trabajo ajeno, el producto enajenado del trabajo mismo—; de
la misma manera, tan só lo ahora, el capital se presenta presupuesto a su circulació n (el
capital como dinero estaba presupuesto a su devenir como capital, pero el capital corno
resultado del valor que ha absorbido y asimilado en sı́ al trabajo vivo, se presentaba como
punto de partida no de la circulació n en general, sino de la circulación del capital), de modo
que existe de manera autó noma e indiferente, incluso sin este proceso. Pero el movimiento
de las metamorfosis que el capital debe recorrer, aparece ahora como condición del proceso de
producción mismo, al igual que como su resultado. El capital, pues se presenta en su
realidad como serie de rotaciones en un período dado. Ya no es solamente una rotación, una
circulació n, sino el poner de rotaciones, el poner del proceso entero. Por consiguiente su
propio poner de valor aparece condicionado (y el valor só lo es capital en cuanto valor que
se perpetú a y multiplica): 1) cualitativamente, puesto que el capital no puede renovar la
fase de producció n si no recorre las fases de la circulació n; 2) cuantitativamente, ya que la
masa de los valores que aqué l pone depende del nú mero de sus rotaciones en un perı́odo
dado; 3) en cuanto el tiempo de circulació n se presenta en ambos sentidos como principio
limitante, barrera opuesta al tiempo de producció n y viceversa. El capital, pues, es en
esencia capital circulant. Si en los centros de trabajo donde tiene lugar el proceso de
producció n el capital se presenta como propietario y mastera, desde el punto de vista de la
circulació n aparece como dependiente del contexto social y condicionado por é ste, contexto
que, en el punto en que aú n nos encontramos, lo hace entrar y figurar en la circulació n
simple alternativamente como M por D y D por M. Pero esta circulació n es una nebulosa tras
la cual se esconde un mundo entero, el mundo de los nexos del capital, los cuales proscriben
la propiedad surgida de la circulació n —surgida de las relaciones sociales— y la han
despojado tanto de la independencia inherente a la self sustaining propertyb como de su
cará cter.
a Patró n.- b Propiedad autosuficiente
533 Dos perspectivas se han abierto ya, ahora, en este mundo aú n remoto, en los dos puntos
donde, primero, fi la circulació n del capital expele de su esfera el valor puesto y hecho
circular por é l bajo la forma del producto y, segundo, donde desde la circulació n aqué l atrae
a su ó rbita otro producto, producto que se transforma en uno de los momentos de la
existencia del capital. En el segundo punto el capital presupone la producció n; no su propia
Karl Marx
Capital fijado (inmovilizado) y capital circulant. — (Excedente. Proudhon. Bastiat.) - Mill.
Anderson. Say. Quincey. Ramsay. - Dificultades con el interés compuesto. — Creación
de mercados mediante el comercio. — Capital fijado y capital circulante. Ricardo - Dinero y
capital. Eternidad del valor. Necesidad de una reproducción más rápida o me‑ nos. -
Sismondi. Cherbuliez. Storch. — Avanceb del capital al trabajo
Antes (le abordar má s de cerca los problemas arriba expuestos, veamos primero qué
diferencias establecen los economistas entre capital fixe y capital circulant. Má s arriba
encontramos ya un nuevo momento que interviene en el cá lculo del beneficio, por
contraposició n a la plusvalı́a.
b Adelanto
tiempo.- e Artı́culos de primera necesidad.- f Igualada por la tasa decreciente del beneficio, propuesta por
Bastiat, la cual presuntamente es el equivalente de una tasa creciente del salario.- g Disparate.- h Beneficio
bruto
El primero en hablar del capital fijado en el sentido usado arriba por nosotros, como
capital inmovilizado, no disposable, no avalaiblea, fue John St[uart] Mill (Essays on Some
Unsettled Questions of Political Econ., Londres, 1844, p. 55)104. Congelado en una fase de su
proceso total de circulació n. En este sentido dice justamente, como tambié n Bailey en las
citas de má s arriba105, que una parte cada vez mayor del capital de un paı́s permanece
ociosa.
"La diferencia entre capital fijo y capital circulante es má s aparente que real; gold, por
ejemplo, fixed capital; floatingb só lo en la medida en que se le consume en Q trabajos de]]
gildingc, etc. Los barcos son capital fijo, although literally floating. Foreign railway shares
are articles of commerce in our markets; so may our railways be in the markets of the
world; and so far they are floating capital, on a par with gold"d. (Anderson. The Recent
102 Marx se refiere aquı́ al cuaderno londinense XVI, que contiene los extractos de Gratuité du Crédit etc.; en é l sin
106 Extractos de la obra de A. Anderson en el cuaderno londinense I, ca. setiembre-octubre de 1850.
107 Cf. JEAN BAPTISTE SAY, Traité d'économie politique, ou simple exposition de la maniére dont se forment, se
distribuent et se consoment les richesses. Troisié me edition, Paris 1817, t. II, p. 430.
108 Cf. G. RAMSAY, An Essay etc., cit., p. 21; la referencia precedente a "(IX, 83-84)" corresponde al cuaderno de
extractos.
109 Cf. ibídem, p. 23.
Grundrisse. Cuaderno VI
ninguno de los dos tiene una calificació n que le dé tı́tulos a la "denominación" de capital.- g "83-84"; en la ed.
1939, "84".- h Debe deshacerse inmediatamente de ellos.- ' Se mantiene en la posesió n de su propietario o
empleador hasta que el producto está completo.- i El capital circulante consiste só lo de manutenció n y otros
artı́culos necesarios adelantados al trabajador antes de que esté acabado el producto de su trabajo"
Respecto a los medios de subsistencia Ramsay tiene razó n en la medida en que son la
ú nica parte del capital que circula, incluso durante la fase de producció n, y desde este punto
de vista son capital circulant par excellence. Por otra parte es falso que el fixed capital
remains in the possession of its owner or employer solamente "until the produce is
completed"a . Por eso má s adelante define tambié n al fixed capital como "any portion of the
product of b that labour (bestowed upon any commodity) in a form in which, though
assisting to raise the future commodity, it does not maintain labour"c 110 (¡Pero cuá ntas
commodities do not maintain labour! d , esto es, no integran los artı́culos de consumo del
obrero. Todas é stas, segú n Ramsay, son capital fixe.)
537 (Si el interé s por 100 libras al final del primer añ o o de los primeros 3 meses es de 5
libras, al té rmino del primer añ o el capital será de 105 ó 100 (1 + 0,05); al final del cuarto
ario será = 100 (1 + 0,05)4 = 121 libras 55/100 libras y 1/1600 libra = 121 libras 11 sh. 3/5e
farths, ó 121 libras 11 sh. 0,6f farthing. O sea 1 libra 11 sh. 6/10g farthing má s de 20.)
a (El) capital fijo se mantenga en la posesió n de su propietario o empleador solamente "hasta que el
producto esté completo".- b En la ed. 1939 y el manuscrito tallan las palabras "the product of" qui iiguran en
Ramsay.- C "Cualquier porció n del producto del trabajo (empleado en cualquier mercancı́a) bajo una forma en
la cual, aunque coadyuva a fabricar la futura mercancı́a, no mantiene al trabajo."- d ( ¡Pero cuá ntas) mercancı́as
no mantienen al trabajo! .- e En vez de "3/5" debiera decir "3/20".- f En vez de "0,6" debiera decir "0,15".- g En
vez de "6/10" debiera decir "3/10"
(Supongamos, en el problema indicado má s arriba, que por un lado un capital de 400
só lo rote una vez por añ o; por el otro [un capital de 100] rota 4 veces, en ambos casos al
5%. En el primer caso el capital harı́a en el añ o 5%= 20 sobre 400; en el segundo 4 X 5%,
tambié n = 20 en el añ o, sobre 100. La velocidad de la rotació n remplazarı́a la magnitud del
capital, exactamente al igual que en la circulació n simple: 100.000 tá leros que circulan 3
veces en el añ o, = 300.000, pero 3.000 que circulan 100 veces, = 300.000 tambié n. Pero si el
capital circula 4 veces en el añ o, será posible que la propia plusganancia se acumule al
capital en la segunda rotació n y rote con é l, y de ahı́ surgirı́a la diferencia de 1 libra 11 sh.
0,6 farthing. Esta diferencia, empero, de ningú n modo se desprende del supuesto. Só lo
existe su posibilidad abstracta. Del supuesto se desprende má s bien que para la rotació n de
un capital de 100 libras se requieren 3 meses. De modo que, por ejemplo, sı́ el mes = 30
dı́as, para 105 libras —en idé ntica proporció n de rotació n, en la misma proporció n entre el
tiempo de rotació n y el tamañ o del capital-- no será n necesarios 3 meses* sino 105 : x = 100
: 90; x = 90 x 105 :100 = 9.450 : 100 = 94 dı́as 5/10 = 3 meses 1/2 dı́as.
Con lo cual la primera dificultad queda completamente resuelta.)
(Del hecho de que un capital mayor con una rotació n má s lenta no produzca má s
plusvalı́a que un capital menor con una rotació n relativamente má s rá pida, en modo alguno
se desprende de suyo que un capital menor circule má s rá pidamente que uno mayor. En la
medida en que el mayor se componga de má s capital fixe y haya de buscar mercados má s
distantes, tal es el caso, por cierto. La magnitud del mercado y la velocidad de la circulació n
no está n necesariamente en proporció n inversa. Esto só lo se da cuando el mercado fı́sico
presente no es el mercado econó mico; vale decir, el mercado econó mico se aleja cada vez
má s del lugar de producció n.
538 Por lo demá s, en cuanto ello no deriva de la diferencia pura entre capital fixe y capital
circulant, aú n no pueden desarrollarse aquı́ los momentos determinantes de la circulació n
110 Cf. ibídem, p. 59.
Karl Marx
Prosigamos ahora con la revisió n de las tesis sobre "fixed" y "circulating capital". "Segú n
el capital sea má s o menos perecedero, esto es, que deba reproducírsele con mayor o menor
frecuencia en un tiempo dado, se le denomina capital circulante o fijo. Ademá s el capital
circula o retorna a su empleador en períodos muy diversos; por ejemplo el trigo que el
agricultor adquiere para semilla es un capital relativamente fijo si se le compara con el trigo
que compra el panadero para hacer pan" (Ricardo, VIII, 19)111. Luego observa tambié n
Ricardo: "Diferentes proporciones de capital fixe y circulant en diversas industrias; diferente
durabilidad del capital fijo mismo" (Ricardo, l.c.) 112. "Dos clases de commerce pueden
emplear un capital de valor igual pero el mismo puede estar repartido de manera muy
diversa con respecto a la partie fixe y la partie circulante. Pueden, incluso, utilizar un valor
igual de capital fixe y capital circulant, pero la duració n del capital fixe puede ser muy
desigual. Por ejemplo el uno puede tener una má quina de vapor de 10.000 libras, el otro
barcos." (Tornamos esto de la traducció n de Ricardo, t. 1, p. 29, 30, hecha por Say.) 113 El
error, desde un principio, radica en que para Ricardo el capital habrı́a de ser "más o menos
perecedero". El capital en cuanto capital, el valor, no es perecedero. Pero el valor de uso al
que está fijado el valor, en el que é ste existe, es "má s o menos perecedero" y por tanto debe
"reproducírsele con mayor o menor frecuencia en un tiempo dado" La diferencia entre capital
fixe y capital circulant, pues, se reduce aquı́ a la mayor o menor necesidad de reproducción
que un capital dado tiene en un tiempo dado. Esta es la primera diferencia que establece
Ricardo. El disı́mil grado de la durabilidad o el grado diferente del capital fijo, o sea el diverso
grado, la duración relativa del capital relativamente fijo, constituye la segunda diferencia. De
manera que el capital fijo mismo es má s o menos fijo.
539 El mismo capital se presenta en la misma empresa bajo dos formas diferentes, modos de
existencia particulares de fijo y circulant; tiene por ende una doble existencia. Ser fijo o
circulant se presenta como un cará cter determinado particular del capital ademá s del de
ser capital. Pero debe proseguir hacia esa particularizació n. En lo que [[respecta]],
finalmente, a la tercera diferencia, la de que "el capital circula o retorna en períodos muy
diversos", Ricardo no entiende por esto —como lo muestra su ejemplo del panadero y el
agricultor— otra cosa sino la diferencia del tiempo en el cual el capital, en las diversas
ramas de la industria, conforme a su especialidad, está lijado, comprometido, en la fase de la
producción a diferencia de la fase de la circulació n. Aquı́ se presenta, pues, el capital fixe tal
corno antes lo tenı́amos, en cuanto estar-fijado en cada fase; só lo que el estar-fijado en esta
fase determinada, especı́ficamente durante mayor o menor tiempo, se considera puesto
como peculiaridad, particularidad del capital. El dinero procuraba ponerse como valor
111 Cf. cuaderno V111, Grundrisse, p. 788; Principies etc., cit., pp. 26-27 [Principios, pp. 23-24].
113 Cf. MEGA 1/3, p. 494 [Principios, p. 24]. Marx se refiere aquı́ a la traducció n de F. S. Constancio comentada por J.
B. Say.
Grundrisse. Cuaderno VI
esa differentia specirica. De nada vale [[afirmar), con el señor Proudhon o los
socialsentimentales. que aquéllas son una y la misma cosa.
Lo bueno en la fórmula ricardiana es que en ella se pone de relieve ante todo el momento
de la necesidad de la reproducción más rápida o más lenta: que, por ende. se considera la
mayor o menor transitoriedad, o sea el consumo (en el sentido de autoconsumo), má s lento
o má s rá pido, con relació n al capital mismo.
541 Por tanto, relació n del valor de uso con el capital mismo. Sismondi, por el contrario,
introduce sin demora una determinació n por de pronto exoté rica al capital: el consumo
directo o indirecto por el hombre: si el objeto es para é ste un medio de subsistencia directo o
indirecto; de esta suerte pone en relació n el consumo más rápido o más lento del objeto
mismo. Los objetos que sirven directamente como medios de subsistencia son má s
perecederos, porque está n destinados a extinguirse, que los que ayudan a crear medios de
subsistencia. En el caso de los segundos, su determinació n es durar; su transitoriedad,
fatuma. Dice: "El capital fixe, de manera indirecta, se consume lentamente para ayudar a
reproducirb lo que el hombre destina a su propio uso; el capital circulant no cesa de ser
aplicado directamente al uso del hombre... Todas las veces que se consume una cosa, se lo
hace sans retour c; al mismo tiempo, puede haber alguien para el cual aqué lla se consuma
reproductivamente" (Sismondi, VI)114. Expone la relació n tambié n de esta manera: "La
primera transformación del consumo anual en é tablissements durables, propres a
augmenter les pouvoirs productifs d'un travail a venir: capital fixe d; este primer trabajo se
cumple siempre a travé s de un trabajo representado por un salario, intercambiado por
medios de subsistencia que el obrero consume durante el trabajo. El capital fixe se consume
paulatinamente" 115 (esto es, se desgasta paulatinamente). Segunda transformación: "El
capital circulant se compone de simientes de trabajo (materia prima) y del consumo del
obrero" (i.c.) 116 . Esto se refiere má s a la gé nesis. Primero la transformación, en la cual el
capital fixe mismo es só lo una forma, convertida en estacionaria, del capital circulant, o sea
capital circulante fijado; en segundo lugar el destino: uno está destinado a que se le
consuma como medio de producció n, el otro como producto; o el diverso modo del consumo
mismo, determinado por su papel, bajo las condiciones de producció n, en el proceso
productivo. Cherbuliez 117 simplifica el asunto, afirmando que el capital circulant es la parte
consommable e del capital, el capital fixe la no consommable. (Una se puede consumir por
entero, la otra no.
a Fatalidad.- b En la ed. 1939 y el ms., "konsumieren" ("consumir"); en Sismondi "reproduire".- c Sin retorno,
118 La referencia "(29 en cuaderno)" indica el cuaderno V de los Grundrisse; cf. nota 7.
consiguiente, él no entra en la circulación, sino que la circulació n entra en él). Má s adelante
volveremos a lo que añ ade Storch a continuació n: "Aucun capital fixe ne peut donner de
revenu que par le moyen d'un capital circulant"d (26, b, cuaderno) 120.
542 [["Les consommations reproductives ne sont pas proprement des dé penses, mais
seulement des avances, puisqu'elles sont remboursles à ceux qui les font"e, p. 54 en el
escrito de Storch contra Say (p. 5b. Segundo cuaderno sobre Storch)121 (El capitalista
devuelve al obrero una parte de su propio plus-trabajo bajo la forma del avancef, como algo
por cuyo avance' el obrero no só lo tiene que rembolsarle un equivalente, sino rembolsá rselo
con plustrabajo.)]]
(La fó rmula para el cá lculo del interés compuesto es: S = c (1 + i)n (S es la suma total del
capital c despué s de transcurridos n añ os, a la tasa de interé s i (La fó rmula del cá lculo de la
annuity es:
X (La annuity) = c(1+i)n : 1+ (1+i)+ (1+i)2+ . . . +(1+i)n-1
a Un mé todo muy có modo de abordar el problema.- b "34"; en la ed. 1939, "29".- c "Todo capital fijo procede
543 Por otra parte, esta consideració n ha llevado a la necedad aun mayor de ver la
competencia como la colisió n de los individuos desaherrojados, determinados tan só lo por
sus propios intereses; como repulsió n y atracció n de los individuos libres, recı́procamente
relacionados, y, de ahı́, como la forma absoluta de existencia de la libre individualidad en la
esfera de la producció n y del intercambio. Nada puede ser má s falso. I) Si bien la libre
competencia ha disuelto las barreras que se oponı́an a relaciones y modos de producció n
anteriores, debe tenerse en cuenta d'abord que lo que para ella era barrera, para los modos
120 Cf. ibídem, p. 246. La referencia X "(26, cuaderno)" indica el citado cuaderno de extractos.
121 Cf. HENRI STORCH, Considérations sur la Nature du Revenu National. Paris 1824, p. 54.
Karl Marx
a Sin quererlo
546
Plusvalor. Tiempo de producción. Tiempo de circulación. Tiempo de rotación
[[Antes de que prosigamos revisando las tesis sobre el capital fixe y el capital circulant,
volvamos por un momento a lo expuesto precedentemente.
Supongamos por el momento que el tiempo de producció n y el de trabajo coinciden. Má s
adelante nos ocuparemos del caso en que, dentro de la fase de producció n misma, ocurren
interrupciones condicionadas por el proceso tecnoló gico.
Digamos que la fase de• producció n de un capital equivale a 60 dı́as de trabajo; de ellos,
40 son de tiempo de trabajo necesario. De modo que, conforme a la ley enunciada
Karl Marx
a Siendo.- b Deberı́a decir “el tiempo total de producció n”
Karl Marx
a En vez de "q" deberı́a decir " cq' ".- b En vez de " cq' deberı́a decir “ pq’ ".- C Desde aquı́ el pá rrafo se vuelve
confuso. Un modo de limitar esta confusió n serı́a eliminar la palabra "má s" y sustituirla por un paré ntesis que
encerrarı́a todo el razonamiento en el que se pasa de la relació n entre c y (c + p) a la relació n entre C y T, hasta
cerrarse en la palabra "veces", señ alada como punto de referencia de nuestra nota d. A continuació n el
pá rrafo que comienza con "y este nú mero”” relatarı́a có mo se calcula el nú mero que hay que sustraer del valor
má ximo.- d Aquı́ terminarı́a el paré ntesis.-e "c"; en ed. 3939. "C"
Grundrisse. Cuaderno VI
Karl Marx
Competencia
(En la competencia, la ley fundamental —que se desarrolla de manera diferente a la [ ley
] basada en el valor y el plusvalor— consiste en que el valor está determinado no por el
trabajo contenido en é l, o el tiempo de trabajo en que se le ha producido, sino por el tiempo
de trabajo en que puede producı́rsele, o en el tiempo de trabajo necesario para la
reproducció n. Só lo de esa manera el capital singular es puesto realitera (a Realmente) en las
condiciones del capital en general, aunque la apariencia sea entonces como si hubiera
quedado sin efecto la ley originaria.
550 Pero só lo de esa manera el tiempo de trabajo necesario es puesto corno determinado por el
Grundrisse. Cuaderno VI
Plusvalor. Tiempo de producción. Tiempo de circulación. Tiempo de rotación. Parte del
capital en el tiempo de producción. Parte en el tiempo de circulación. – Tiempo de circulación.
— Plusvalor y fase de producción. – Cantidad de reproducciones del capital = cantidad de
rotaciones – Plusvalor total, etc.
Hemos visto, pues, que el plusvalor que el capital puede poner en un lapso dado, está
determinado por la cantidad de veces que se repite el proceso de valorizació n, o que puede
reproducirse el capital en un lapso determinado; que la cantidad de estas reproducciones,
sin embargo, está determinada por la proporció n entre la duració n de la fase productiva por
un lado y, por el otro, no el espacio de tiempo total, sino este espacio de tiempo menos el
tiempo de circulació n. El tiempo de circulació n, pues, se presenta como tiempo en que está
abolida la capacidad que tiene el capital de reproducirse y por tanto de reproducir la
plusvalı́a. La productividad del capital —esto es, su creació n de plusvalores— está pues en
proporció n inversa al tiempo de circulació n y alcanzarı́a el má ximo si el ú ltimo descendiese
a 0.
551 La circulació n —por ser el trá nsito del capital a travé s de los diversos momentos,
conceptualmente determinados, de su metamorfosis necesaria, de su proceso vital—
constituye una condició n ineludible para el capital, una condició n puesta por su propia
naturaleza. En la medida en que este trá nsito insume tiempo, é ste es tiempo durante el cual
el capital no puede acrecer su valor, porque es tiempo de no producció n, tiempo en que el
capital no se apropia de trabajo vivo. Este tiempo de circulació n, pues, nunca puede
aumentar el valor creado por el capital, sino tan só lo poner tiempo que no pone valor, y por
consiguiente presentarse como obstá culo al acrecentamiento del valor en la misma
proporció n en que se encuentra con el tiempo de trabajo. Este tiempo de circulació n no
puede computarse como tiempo creador de valor, ya que el ú ltimo só lo es tiempo de trabajo
que se objetiva en el valor. No forma parte de los costos de producció n del valor, y tampoco
de los costos de producció n del capital; pero es una condició n que pone trabas a la
autorreproducció n de este ú ltimo. Los impedimentos que para valorizarse —esto es, para
apropiarse el trabajo vivo— encuentra el capital, desde luego que no constituyen un
momento de su valorizació n, de su poner valor. Por ello es ridı́culo admitir aquı́ costos de
Karl Marx
producción, en su sentido primitivo. O bien tenernos que separar los costos de producció n,
como forma especial, del tiempo de trabajo que se objetiva en el valor (ası́ como tenemos
que separar de la plusvalı́a, al beneficio). Pero aun ası́, el tiempo de circulació n no forma
parte de los costos de producció n del capital en el mismo sentido que el salario, etc., sino
que esa un rubro al que se tiene en cuenta en el balance de los diversos capitales entre sı́, ya
que é stos se distribuyen el plusvalor en ciertas proporciones generales. El tiempo de
circulació n no es tiempo durante el cual el capital crea valor, sino tiempo en el que el capital
realiza el valor creado en el proceso de producció n; no aumentab la cantidad del capital,
sino que lo pone en otra determinació n formal que corresponde a é ste, lo hace pasar de la
determinació n de producto a la de mercancı́a, de la de mercancı́a a la de dinero, etc.;
naturalmente que, porque el precio que antes existı́a idealmente en la mercancı́a, ahora sea
puesto realmente, porque é sta ahora se intercambie realmente por su precio –dinero–, ese
precio no va a ser mayor.
a El pronombre antepuesto a este verbo en el manuscrito ("es" en lugar de "sic") concuerda con el gé nero
La antı́tesis entre tiempo de trabajo y tiempo de circulació n contiene la teorı́a entera del
cré dito, má xime por cuanto é sta entra en la historia del currency a , etc. Ello se muestra
Grundrisse. Cuaderno VI
naturalmente má s adelante, donde el tiempo de circulació n no só lo trae consigo una
detracció n del tiempo posible de producció n, sino ademá s costos reales de la circulació n, o
sea que en é l se deben gastar valores ya puestos. Pero todos é stos só lo son, in fact, costos
que el capital se origina –detracciones del plusvalor ya creado– para aumentar, por ejemplo,
la suma posible de plusvalores de un añ o, es decir, la parte alı́cuota de tiempo de
producció n que corresponde a un perı́odo determinado, o sea para reducir el tiempo de
circulació n. En la prá ctica, ciertamente, el tiempo de circulació n no interrumpe realmente el
tiempo de producció n (Salvo en las crisis y depression of tradeb) ).
553 Pero esto ocurre só lo porque cada capital se divide en porciones, una parte en la fase de
producció n, la otra en la fase de circulació n. Por ejemplo, conforme a la proporció n entre el
tiempo de circulació n y el tiempo de producció n, no todo el capital está activo, sino 1 /3, I
/x del mismo; la otra parte está comprendida en la circulació n. O bien la cosa puede
presentarse de tal manera que un capital determinado (gracias al cré dito, pongamos por
caso) se duplica. Para este capital – [para] el capital originario– entonces, es lo mismo que si
el tiempo de circulació n no existiera. Pero en tal caso el capital que tomó en pré stamo se
halla en ese plight c Y si se hace caso omiso de la ownershipd , de nuevo es lo mismo que sı́
un capital estuviera dividido en dos. En vez de estar dividido a en dos y h en dos, a absorbe
a h y se divide en a y h. Las ilusiones en torno a este proceso son frecuentes entre quienes
depositan su confianza en el cré dito (que raras veces son acreedores, sino rathere
deudores).
a Dinero en circulació n.- d Depresió n comercial.- c Aprieto.- d Propiedad.- e Mas bien
Hemos indicado ya, má s arriba, que la condició n doble y contradictoria del capital —la
continuidad de la producció n y la necesidad del tiempo de circulació n, o tambié n la
continuidad de la circulació n (no del tiempo de circulació n) y la necesidad del tiempo de
producció n-- só lo puede ser mediada por el hecho de que el capital se divide en porciones,
de las cuales, una circula como producto acabado, la otra se reproduce en el proceso de
producción , y estas porciones se alternan; si una retorna a la fase P (proceso de
producció n), la otra abandona esa fase. Ese proceso tiene lugar cotidianamente y tambié n
en intervalos mayores (dimensiones de tiempo). El capital total y el valor total han sido
reproducidos no bien ambas partes terminan de pasar por el proceso de producció n y el
proceso de circulació n o, asimismo, apenas la segunda parte entra de nuevo en la
circulació n. Con ello el punto de partida es punto de llegada. La rotació n, por consiguiente,
depende de la magnitud del capital o rathera, en este caso, de la suma total de esas dos
porciones. Tan só lo cuando esa suma acaba de reproducirse, la rotación total está
consumada; en caso contrario, só lo 1/2, 1/3, 1/x, segú n la proporció n de la parte que
circula continuamente.
a Mas bien
Se ha puesto de relieve, ademá s, có mo se puede considerar cada parte fija o circulante
con respecto a la otra, y có mo en la realidad está n alternativamente en esa relació n
recı́proca.' La simultaneidad del proceso del capital en diferentes fases del proceso só lo es
posible por la divisió n del mismo en porciones, de las cuales cada una rechaza a la otra
aunque ambas son capital, pero en una determinació n diferente. Este cambio de forma y de
sustancias [[se opera]] como en el cuerpo orgá nico. Se dice, por vı́a de ejemplo, que el
cuerpo se reproduce en 24 horas, pero no lo hace de una sola vez, sino que el rechazo bajo
una forma, y la renovació n [bajo] la otra, está n divididos, se efectú an simultá neamente.
554 Por lo demá s, en el cuerpo, el esqueleto es el capital fixe; no se renueva en el mismo tiempo
que la carne y la sangre. Se dan diversos grados en la velocidad del consumo (del
autoconsumo) y, por consiguiente, de la reproducció n. (Aquı́, pues, se presenta ya la
transición a la pluralidad de capitales.) Lo importante en este lugar es, ante todo, prestar
Karl Marx
atenció n, por el momento só lo al capital en cuanto tal, ya que las determinaciones que
exponemos en este lugar, son determinaciones que convierten, en general, al valor, en
capital: que constituyen differentia specifica del capital en cuanto tal.
Antes de seguir adelante llamemos la atenció n una vez má s sobre el importante hecho de
que el tiempo de circulació n o sea el tiempo en que el capital [[queda]] al margen del
proceso en que absorbe trabajo, vale decir al margen del tiempo de trabajo del capital en
cuanto capital— no es má s que una trasposició n del valor presupuesto, que pasa de una
determinació n formal a la otra; no es un elemento creador de valor, acrecentador del valor.
Mediante la conversió n de un valor de 4 dı́as de trabajo que existe bajo la forma de hilo de
algodó n, en la forma de 4 dı́as de trabajo que existen como dinero —o sea de un sı́mbolo
reconocido como representante de 4 jornadas laborales simples, de 4 dı́as generales de
trabajo—, se traduce el valor, presupuesto y medido, de una forma a la otra, pero no se le
aumenta. El intercambio de equivalentes lo deja quaa cuantos de valor, después del
intercambio, idé ntico a lo que era antes del mismo.
a En cuanto
de que el valor depende de la cantidad de trabajo, ya que algunas mercancı́as en las cuales se ha empleado la
misma cantidad de trabajo, requieren perı́odos muy diferentes antes de hallarse prontas para el consumo.
Pero como durante ese tiempo el capital no rinde ganancia alguna, con vistas a que la inversión de la que
hablamos no sea menos lucrativa que otras en las cuales el producto queda más prontamente listo para el uso, es
necesario que a la mercancı́a, cuando finalmente llega al mercado, se le aumente el valor por todo el monto del
beneficio suspendido".- C "Esto muestra... có mo el capital puede regular el valor independientemente del
trabajo"
Los economistas, al definir correctamente como una serie d’echanges, la circulació n, la
revolució n que el capital deber recorrer para lanzarse a una nueva producció n, admiten
espontá neamente que este tiempo de circulació n no aumenta la cantidad del valor –o sea no
puede ser tiempo que pone muevo valor-, ya que una serie d’echanges que pueda incluir y
por mucho tiempo que pueda insumir la realizació n de estas operaciones, no es má s que el
intercambio de equivalentes. El poner de lo s valores –de los extremos de la mediació n-
como iguales, no puede, naturalmente, ponerlos como desiguales. Desde un punto de vista
cuantitativo, no pueden haberse aumentado ni reducido por el intercambio.
El plusvalor de una fase de producció n está determinado por el plustrabajo (plustrabajo
apropiado) puesto en movimiento, durante la misma, por el capital; la suma del plus-valor
que el capital puede crear en un lapso dado está determinada por la repetició n de la fase
productiva en ese lapso, o bien por la rotación del capital.
556 Pero la rotació n es igual a la duració n de la fase productiva má s la duració n de la
circulació n, lo que es igual a la suma del tiempo de circulació n y el de producció n. La
rotació n se aproxima tanto má s al tiempo de producció n mismo, cuanto menor sea el de
circulació n, es decir el tiempo que transcurre entre el capital sortant de la production et
rentrant dans ellea.
a (La) salida del capital de la producció n y su reingreso a ella
El plusvalor está determinado in fact por el tiempo de trabajo objetivado durante una
fase de producció n. Cuanto má s frecuente sea la reproducció n del capital, tanto má s a
menudo se efectuará la producció n del plusvalor. La cantidad de las reproducciones es= a la
cantidad de rotaciones. Por tanto el plusvalor total = P X nR (siendo n la cantidad de
rotaciones). P'= P X nR; por tanto P= P’/nR . Si el tiempo de producció n que requiere un
capital de 100 tá leros en una rama industrial determinada es igual a 3 meses, podrı́a rotar
en el añ o 4 veces, y si el plusvalor creado cada vez fuera = 5 el plusvalor total seria = 5 (el
plusvalor creado en una fase de producció n) X4 (la cantidad de las rotaciones, determinada
por la proporció n entre , el tiempo de producció n y el añ o) = 20. Pero como el tiempo de
circulació n, por ejemplo, es = 1/4 del tiempo de producció n, 1 rotació n serı́a = 3 + 1 mes,
igual a 4 meses, y el capital de 100 só lo podrı́a rotar 3 veces en el añ o [; P’] = 15. Por
consiguiente, aunque el capital en 3 meses pone un plusvalor de 5 tá leros, para é l es lo
mismo que si en 4 meses só lo pusiera un valor de 5, ya que en el añ o só lo puede poner uno
de 5 X 3. Es lo mismo para é l que si en 4 meses produjera un P de 5; por tanto que en 3
meses só lo produjera 15/4 ó 3 3/4, pero en un mes de circulació n 1 1/4. En la medida en
que la rotació n difiere de la duració n puesta por las propias condiciones de la producció n,
es = al tiempo de circulació n. Mas é ste no está determinado por el tiempo de trabajo. De
este modo, la suma de los plusvalores que el capital pone en un lapso dado, no está
determinada sencillamente por el tiempo de trabajo, sino por el tiempo de trabajo y el
tiempo de circulació n en las proporciones anteriormente indicadas. Pero la determinació n
que introduce aquı́ el capital en el poner del valor es, como indicamos arriba, negativa,
Karl Marx
restrictiva.
Si por ejemplo un capital de 100 libras requiere 3 meses pata la producció n, digamos 90
dı́as, el capital podrı́a, si el tiempo de circulació n fuera = 0, rotar 4 veces en el añ o; y el
capital serı́a constantemente activo en su totalidad como capital, es decir, có mo lo que pone
plustrabajo, corno valor que se reproduce a sı́ mismo. Si 80 de los 90 dı́as representaran el
trabajo necesario, 10 serı́an de plustrabajo. Supongamos ahora que el tiempo de circulació n
ascendiera al 33 1 / 3% del tiempo de producció n, o sea 1/3 del mismo. Por tanto, por cada
3 meses, 1.
557 El tiempo de circulació n, entonces, serı́a = 90/3, la tercera parte del tiempo de producció n,
= 30 dı́as; c = 1/3 p ; ( c = P/3). Well. El problema es: ¿qué parte del capital puede estar ahora
continuamente ocupada en la producció n durante todo el añ o? Si el capital de 100 hubiera
trabajado 90 dı́as, y como producto de 105 circulara ahora durante un mes, no podrı́a
durante ese mes ocupar trabajo alguno. ( Los 90 dı́as de trabajo podrı́an, naturalmente,
equivaler a 3, 4, 5, x veces 90, segú n la cantidad de obreros ocupados durante los 90 dı́as.
Serı́an só lo = 90 dı́as si no estuviera ocupado má s que un obrero. Por el momento este
punto no nos concierne.) (En todos estos cá lculos está presupuesto que no se capitaliza de
nuevo el plusvalor, sino que el capital prosigue trabajando con el mismo nú mero de obreros,
pero que al mismo tiempo que se realiza el excedente, tambié n se realiza nuevamente el
capital corno dinero.) Esto significa que durante un mes el capital en absoluto podrı́a estar
ocupado. (El capital de 100 ocupa continuamente, por ejemplo, 5 obreros; en é l se halla
contenido el trabajo de é stos, y el producto que se hace circular no es nunca el capital
originario, sino el que ha absorbido el plustrabajo y por tanto tiene un plus-valor. Por
circulació n de un capital de 100 debe comprenderse, pues, la circulació n por ejemplo, de un
capital de 105, es decir del capital con el beneficio que aqué l pone en un acto de producció n.
Sin embargo este erreura no tiene trascendencia aquı́, particularmente en el problema
enunciado arriba.)
a Error
(Supongamos que al té rmino de tres meses se han producido 100 libras de hilo de
algodó n.) Ahora transcurre 1 mes antes de que yo pueda percibir el dinero y recomenzar la
producció n. Bien, para poner en movimiento el mismo nú mero de obreros durante el mes
en que circula el capital, yo tendrı́a que tener un pluscapital de 33 1 /3 libras, puesto que si
100 libras ponen en movimiento determinado cuanto de trabajo durante 3 meses, 1/3 de
100 libras lo pondrá en movimiento durante un mes. Al té rmino del cuarto mes el capital de
100 retornarı́a a la fase de producció n y el de 33 1/ 3 entrarı́a en la fase de circulació n. El
segundo necesitarı́a para su circulació n, conforme a la proporció n anterior, 1/3 de mes;
regresarı́a, pues, a la producció n despué s de 10 dı́as. El primer capital só lo podrı́a
reingresar en la circulació n al té rmino del sé ptimo mes. El segundo, que habı́a entrado a la
circulació n al comienzo del 5° mes, retornarı́a, digamos, el dı́a 10 del 5° mes, volverı́a a la
circulació n el 10 del 6° mes y retornarı́a el 20 del 6° mes para reentrar a la circulació n el dı́a
20 del sé ptimo mes; al té rmino del sé ptimo mes habrı́a retornado, cuando el primer capital
recomenzarı́a su curso en el mismo momento en que el segundo regresaba.
558 Al comienzo del octavo mes, y retorno, etc., al comienzo del noveno, etc. En una palabra: si
el capital fuera 1/3 mayor —precisamente al igual que el tiempo de circulació n--, podrı́a
ocupar continuamente el mismo nú mero de obreros. Pero, asimismo, puede estar
continuamente en la fase de producció n, si ocupa continuamente 1/3 menos de trabajo. Si el
capitalista comenzara só lo con un capital de 75, al final del tercer mes la producció n estarı́a
terminada; [el capital] circuları́a ahora un mes; durante ese mes, empero, el capitalista
podrı́a proseguir la producció n, ya que conservarı́a en sus manos un capital de 25, y si
necesita 75 para poner en movimiento durante 3 meses determinada masa de trabajo,
Grundrisse. Cuaderno VI
Diferencia entre tiempo de producción y tiempo de trabajo. – Storch. Dinero. El estrato de
los comerciantes. El crédito. La circulación.
Hasta aquı́ hemos supuesto que el tiempo de producció n coincide con el tiempo de
trabajo. Pero nos encontramos ahora, por ejemplo. en la agricultura, con interrupciones del
trabajo que tienen lugar dentro de la producció n misma, antes de que el producto esté
terminado. Se puede emplear el mismo tiempo de trabajo y ser diferente la duració n de la
rase productiva, porque el trabajo se interrumpe. Si la diferencia consistiera solamente en
que el producto, para quedar terminado, requiriese un trabajo má s prolongado en un caso
que en otro, tendrı́amos no case at all constituteda, ya que entonces es claro —conforme a la
ley general, segú n la cual a mayor contenido en un producto tanto mayor es su valor— que
si en un lapso dado la reproducció n es menos frecuente, tanto mayor será el valor
reproducido. Y 2 X 100 es exactamente lo mismo que 4 X 50. Con el plusvalor, pues, ocurre
lo mismo que con el valor total. La duració n desigual que requieren los diversos productos,
aunque en ellos se emplee só lo el mismo tiempo de trabajo (esto es, trabajo acumulado y
trabajo vivo sumados) constituye la questionb.
a Que no hay caso alguno planteado.- b Cuestion
561 Suponemos aquı́ que el capital fixe actú a completamente solo, sin trabajo humano, como
por ejemplo la semilla entregada al seno de la tierra. En la medida en que se requiere
trabajo humano, hay que sustraer é ste. Planteemos el problema de manera pura. Si bien
aquı́ el tiempo de circulació n es el mismo, la rotació n será menos frecuente, porque la fase
de producció n es mayor. Por tanto el tiempo de producció n + tiempo de circulació n = 1 R,
mayor que en el caso en que el tiempo de producció n coincide con el de circulació n. El
tiempo que aquı́ se emplea para que el producto alcance su madurez, las interrupciones del
Grundrisse. Cuaderno VI
562 Esta interrupció n, dentro de la fase productiva, implica ya que la agricultura nunca puede
ser la esfera con la que comienza el capital, donde é ste inaugura su sede originaria. Es una
circunstancia que contradice las primeras condiciones bá sicas del trabajo industrial. Es só lo
por reacció n, pues, que la agricultura es reivindicada para el capital y que el cultivo de la
tierra se vuelve industrial. Se requiere, por una parte, un gran desarrollo de la competencia;
por el otro, un gran desenvolvimiento de la quı́mica, mecá nica, etc., id est, de la industria
manufacturera. Por ello se encuentra, tambié n histó ricamente, que la agricultura nunca se
presenta en estado puro en los modos de producció n que anteceden al del capital o que
corresponden a los mismos estadios no desarrollados de é ste. Industrias accesorias rurales,
como el hilado, el tejido, etc., tienen que make upa el lı́mite al empleo• del tiempo de trabajo,
que está trazado aquı́ y que aquellas interrupciones traen consigo. La no coincidencia entre
el tiempo de producció n y el tiempo de trabajo só lo puede deberse a las condiciones
naturales que aquı́ interfieren directamente con la valorizació n del trabajo, esto es, con la
apropiació n de plustrabajo por el capital. Tales obstá culos en el camino de é ste no
constituyen, naturalmente, advantagesb, sino, de son point de vuec, pé rdidas. Todo el case
hay que citarlo aquı́, en realidad, só lo como ejemplo del capital fijado, fijado en una fase. Lo
que hay que retener ahora es solamente que el capital no crea plusvalı́a alguna mientras no
emplea trabajo vivo. La reproducció n del propio capital fixe empleado no equivale,
naturalmente, al poner plusvalor.
a Compensar.- b Ventajas.- c Desde su punto de vista
(En el caso del cuerpo humano, como en el del capital, las diversas partes del mismo
durante su reproducció n no se cambian en lapsos iguales; la sangre se renueva má s
rá pidamente que los mú sculos, los mú sculos que los huesos, que desde este á ngulo se
pueden considerar como el capital fixe del cuerpo humano.)
Como medios para acelerar la circulació n, Storch enumera: 1) formació n de una clase de
"trabajadores", que se ocupa Uá nicamente del comercio; 2) facilité de los moyens de
Karl Marx
El dinero, considerado desde los dos puntos de vista en que se presenta en la circulació n
del capital —tanto en calidad de medio de circulació n corno en cuanto valor realizado del
capital— forma parte de los costos de circulació n, en la medida en que é l mismo es tiempo
de trabajo empleado, por un lado, para reducir el tiempo de circulació n, y por el otro para
representar un momento cualitativo, la reconversió n del capital en sı́ mismo en cuanto valor
que es para sı́. Tanto en uno como en otro sentido, el dinero no aumenta el valor. Desde un
punto de vista es una forma costosa —que cuesta tiempo de trabajo y que por tanto reduce
el plusvalor— de representar el valor. Desde el otro, se le puede considerar como una
má quina que economiza tiempo de circulació n y de esta suerte libera tiempo para la
producció n. En la medida, no obstante, en que en cuanto tal má quina cuesta trabajo y es un
producto del trabajo, representa frente al capital faux frais de la production. Figura entre los
costos de circulació n. El costo originario de circulació n es el tiempo de circulació n mismo
por contraposició n al tiempo de trabajo. Los costos de circulació n reales son ellos mismos
tiempo de trabajo objetivado: maquinaria para reducir los costos originarios del tiempo de
circulació n. El dinero en su forma inmediata, inherente a un estadio histó rico de la
producció n previo al capital, se le presenta a é ste pues en cuanto costo de circulació n y por
ello el capital tiende rá pidamente a transfigurarlo de manera adecuada, a convertirlo en
representante de un momento de la circulació n que no cueste tiempo de trabajo, que no sea
valioso é l mismo. El capital, por ende, se orienta a abolir el, dinero en su realidad
tradicional, inmediata, y a transformarlo en algo puramente ideal, puesto y asimismo
abolido por el capital. Por lo tanto no se puede decir, con Storch, que el dinero en general
sea un medio para acelerar la circulació n del capital, sino que debe decirse, por el contrario,
que el capital lo transforma en un momento puramente ideal de su circulació n y procura
elevarlo por primera vez a la forma adecuada correspondiente a é l. La supresió n del dinero
en su forma inmediata se presenta como exigencia de la circulació n monetaria convertida
en momento de la circulació n del capital; porque en su forma inmediatamente presupuesta,
el dinero es un obstáculo a la circulació n del capital. Circulación sin tiempo de circulación es
la tendencia del capital; por ende, tambié n lo es el poner los instrumentos que só lo sirven
para reducir el tiempo de circulació n, en determinaciones formales puestas meramente por
el capital, tal como los diversos momentos que el capital recorre en la circulació n son
123 Cf. nota 131.
Grundrisse. Cuaderno VI
565 Por ú ltimo, el crédito. Esta forma de la circulació n, etc., puesta directamente por el
capital —forma que por ende deriva especı́ficamente de la naturaleza del capital, esta
differentia specifica del capital—, es mezclada por Storch, etc., conjuntamente con el dinero,
estrato de comerciantes, etc., que en general pertenecen al desarrollo del intercambio y a la
producció n fundada more or less sobre ese desarrollo. Indicar la differentia specifica
constituye aquı́ tanto un desarrollo lógico como la clave para la comprensió n del desarrollo
histórico. Encontramos histó ricamente tambié n, en Inglaterra por ejemplo (lo mismo en
Francia), [[intentos del sustituir el dinero por tı́tulos, por otra parte de conferir al capital, en
la medida en que existe bajo la forma del valor, una forma puesta puramente por é l mismo;
finalmente, tentativas de fundació n del cré dito en el mismo momento del surgimiento del
capital. (Por ejemplo Petty, Boisguillebert.)
La pequeña circulación. El proceso del intercambio entre el capital y la capacidad de
trabajo en general. El capital en la reproducción de la capacidad de trabajo.
Dentro de la circulació n en cuanto proceso total, podemos distinguir entre la gran
circulació n y la pequeñ a. La primera comprende todo el perı́odo, desde el momento en que
Karl Marx
el capital emerge del proceso de producció n hasta que regresa al mismo. La segunda es
continua y ocurre constantemente de manera simultá nea con el proceso de producció n. Es
la parte del capital que se paga como salario, que se intercambia por la capacidad de
trabajo. Este proceso de circulació n del capital, que con arreglo a la forma es un intercambio
de equivalentes puesto, pero que de hecho se suprime a sı́ mismo y só lo se pone
formalmente (el pasaje del valor a capital, donde el intercambio de equivalentes se trueca
en su contrario, y sobre la base del intercambio este mismo se vuelve puramente formal,
and the mutuality is all on one side a), debe desarrollarse ası́: los valores que se
intercambian son siempre tiempo de trabajo objetivado, un cuanto, presente de manera
objetiva, de tiempo de trabajo existente (en un valor de uso), presupuesto recíprocamente.
a La reciprocidad está toda de un solo lado
El valor, en cuanto tal, siempre es efecto, nunca causa. Expresa el cuanto de trabajo por
intermedio del cual se produce un objeto y por tanto —presupuesto el mismo nivel de las
fuerzas productivas— se le puede reproducir. El capitalista no intercambia directamente
capital por trabajo o por tiempo de trabajo, sino tiempo consumido, contenido en
mercancı́as, por tiempo elaborado, contenido en capacidad viva de trabajo. El tiempo vivo
de trabajo que el capitalista adquiere en el intercambio no es el valor de cambio, sino el
valor de uso de la capacidad de trabajo. Al igual que una má quina se intercambia, se paga,
no como causa de efectos, sino como efecto ella misma; no por su valor de uso en el proceso
de producció n, sino como producto, como cuanto determinado de trabajo objetivado.
566 El tiempo de trabajo contenido en la capacidad de trabajo, esto es, el tiempo necesario para
producir la capacidad laboral viva, es el mismo que se requiere —bajo el supuesto de un
mismo nivel de las fuerzas productivas— para reproducirla, o sea conservarla. El
intercambio, pues, que se procesa entre el capitalista y el obrero, está plenamente conforme
a las leyes del intercambio, pero no só lo conforme, sino que es su ú ltimo perfeccionamiento.
Puesto que, mientras la capacidad de trabajo misma no se intercambia, la base de la
producció n no reposa sobre el intercambio; é ste es entonces só lo un cı́rculo estrecho que se
funda sobre el no intercambio, tal como en todos los estadios anteriores a la producció n
burguesa. El valor de uso del valor, empero, que el capitalista ha adquirido en el
intercambio, es é l mismo el elemento y medida de la valorizació n, el trabajo vivo y el tiempo
de trabajo y, precisamente, má s tiempo de trabajo que el que está objetivado en la
capacidad laboral, esto es, má s tiempo de trabajo que el que cuesta la reproducció n del
obrero vivo. Siendo ası́ que el capital recibe en el intercambio la capacidad laboral como
equivalente, ha adquirido el tiempo de trabajo —en la medida en que é ste excede del
contenido en la capacidad laboral— sin equivalente; se ha apropiado, sin intercambio, de
tiempo de trabajo ajeno, y ello por medio de la forma del intercambio. Por tanto el
intercambio se vuelve puramente formal y, como hemos visto, en el desarrollo ulterior del
capital queda incluso abolida la apariencia de que el capital intercambia con la capacidad de
trabajo algo que no sea su propio trabajo objetivado; por tanto, de que intercambie algo con
aqué lla. El trastrocamiento deriva, pues, de que la ú ltima etapa del intercambio libre es el
intercambio de la capacidad de trabajo como mercancı́a, como valor, por una mercancı́a, por
un valor; que se le adquiere como trabajo objetivado, pero que su valor de uso consiste en
trabajo vivo, esto es, en poner valor de cambio. El trastrocamiento deriva de que el valor de
uso de la capacidad de trabajo en cuanto valor mismo es el elemento que crea valor, la
sustancia del valor y la sustancia acrecentadora del valor. En este intercambio, pues, el
obrero da por el equivalente del tiempo de trabajo objetivado en é l, su tiempo de trabajo
vivo, creador y acrecentador del valor. Se vende como efecto. Como causa, como actividad,
es absorbido por el capital y se encarna en é ste. De tal modo el intercambio se trueca en su
contrario, y las leyes de la propiedad privada —libertad, igualdad, propiedad, la propiedad
Grundrisse. Cuaderno VI
tampoco se presenta de manera directa como reproducción del capital, sino de las relaciones,
únicamente, bajo las cuales el capital es capital. La capacidad viva de trabajo forma parte de
las condiciones de existencia del capital al igual que la materia prima y el instrumento. Por
consiguiente se reproduce doblemente: en su propia form [ y ] en el consumo del obrero, pero
sólo en la medida en que tal consumo reproduce al obrero como capacidad viva de trabajo. A
ello se debe que el capital llame productivo a ese consumo; productivo no por cuanto
reproduzca al individuo, sino a los individuos como capacidad laboral viva. Cuando Rossi se
escandaliza porque el salario entra dos veces en el cá lculo, una vez como ré dito del obrero y
luego como consumo reproductivo del capital, su objeció n só lo es vá lida contra quienes
hacen entrar el salario directamente, como valor, en el proceso de producció n del capital, ya
que el pago del salario es un acto de circulació n que se efectú a simultá nea y paralelamente
con el acto de producció n. O bien, como dice Sismondi desde este punto de vista: el obrero
consume improductivamente su salario, pero el capitalista lo consume productivamente, en
la medida en que por é l recibe trabajo que reproduce el salario y má s que el salario. Esto
por lo que respecta al capital considerado ú nicamente como objeto. En la medida, empero,
en que el capital es relació n y, precisamente, relació n con la capacidad viva de trabajo, el
consumo del obrero reproduce esa relació n, o el capital se reproduce dos veces: como valor,
mediante la obtenció n del trabajo —como posibilidad de recomenzar el proceso de
valorizació n, de actuar nuevamente como capital—; como relació n, a travé s del consumo
del obrero, consumo que reproduce a é ste en cuanto capacidad laboral intercambiable por
capital —el salario como parte del capital—.
569 Esta circulació n entre el capital y el trabajo da por resultado la determinació n de una parte
del capital como continuamente circulante, los medios de subsistencia; constantemente
consumidos; constantemente a reproducir. En esta circulació n se muestra de manera
palmaria la diferencia entre el capital y el dinero, entre la circulació n del capital y la
monetaria. El capital paga, por ejemplo, semanalmente el salario; el obrero lleva ese salario
al é picier a, é ste lo deposita directa o indirectamente en su bankerb; y la semana siguiente el
fabricante lo retorna del banquero para repartirlo de nuevo entre los mismos trabajadores,
etc., y ası́ sucesivamente.
a Almacenero.- b Banquero
La misma suma de dinero hace circular continuamente nuevas porciones de capital. Pero
la suma misma de dinero no determina las porciones de capital que circulan de esta
manera. Si aumenta el valor monetario del salario, aumentará el medio circulante, pero la
masa de este medio no determina el aumento. Si no descendieran los costos de producció n
del dinero, ningú n aumento del mismo ejercerı́a una influencia sobre la porció n de é l que
entra en la circulació n. Aquı́ el dinero se presenta como mero medio de circulació n. Como
hay que pagar simultá neamente a muchos obreros, se requiere, simultá neamente,
determinada suma de dinero, que crece con el nú mero de aqué llos. Por otra parte, gracias a
la celeridad de la rotació n del dinero, se necesita una suma menor que en las situaciones en
que los obreros son menos, pero los mecanismos de la circulació n monetaria no está n tan
ajustados. Esta circulació n es condició n del proceso productivo y, con ello, tambié n del de
circulació n. Por lo demá s, si el capital no retornara de la circulació n, no podrı́a recomenzar
esa circulació n entre los obreros y el capital; é sta se halla condicionada, pues, por el hecho
de que el capital recorra los diversos momentos de su metamorfosis fuera del proceso de
producció n. Si esto no ocurriera, ello no obedecerı́a a la inexistencia de suficiente dinero
disponible como medio de circulación, sino a falta de capital disponible bajo la forma de
productos, a falta de esa parte del capital circulante, o al hecho de que el capital no esté
puesto en la forma del dinero, vale decir, no se haya realizado en cuanto capital, lo que a su
vez no depende del cuanto de circulante, sino de que el capital no esté puesto en la
Grundrisse. Cuaderno VI
determinación cualitativa en cuanto dinero, para lo cual en absoluto es necesario que esté
puesto en la forma de hard casha, en la forma monetaria inmediata; y que esté o no esté
puesto en tal forma no depende tampoco del cuanto de dinero que circula en cuanto medio
de circulació n, sino del intercambio del capital por valor en cuanto tal; otra vez má s un
momento cualitativo, no uno cuantitativo, como lo examinaremos con má s detenció n
cuando hablemos del capital en cuanto dinero. (Interé s, etc.)
a Efectivo
570
Triple determinación o modo de la circulación. – Capital fixe y capital circulant. – Tiempo de
rotación del capital total dividido en capital circulante y fijo. – Rotación media de tal capital. –
Influencia del capital fixe sobre el tiempo total de rotación del capital. — Capital fijo
circulante. Say. Smith. Lauderdale. (Lauderdale sobre el origen del beneficio.)
Considerada en su conjunto, pues, la circulación se presenta como triple: 1) el proceso total, el transcurso del
capital a través de sus diversos momentos; conforme a él el capital está puesto como en una corriente, como
circulante; en la medida en que en cada uno de los momentos la continuidad está virtualiter ( Virtualmente)
b b
interrumpida y puede resistirse a pasar a la fase siguiente, el capital se presenta aquí asimismo como fijado en
diversas relaciones, y los diversos modos de este hallarse fijado constituyen diversos capitales: capital mercantil,
capital monetario, capital en cuanto condiciones de producción.
2) La pequeñ a circulació n entre el capital y la capacidad de trabajo. Esta circulació n
acompañ a al proceso de producció n y aparece como contrato, intercambio, forma de
intercambio, supuesto bajo el cual se emprende el proceso de producció n. La parte del
capital que entra en esta circulació n —los medios de subsistencia— es el capital circulant
καr' έξοχήν. No só lo está determinada segú n la forma, sino segú n su valor de uso, esto es: su
determinació n material en cuanto producto consumible y que entra directamente en el
consumo individual, constituye ella misma una parte de su determinació n formal.
3) La gran circulació n; el movimiento del capital fuera de la fase de producció n, en la cual
su tiempo aparece, en contraposició n al tiempo de trabajo, como tiempo de circulació n. De
esta antı́tesis entre el capital comprendido en la fase de producció n y el que sale de la
misma, resulta la diferencia entre capital fluido y fijo. El ú ltimo es aquel que está fijado al
proceso de producció n y se consume en ese proceso mismo; ciertamente, procede de la
gran circulació n, pero no retorna a ella, y en la medida que circula, circula solamente para
ser consumido en el proceso de producció n, confinado al mismo.
Las tres distintas diferencias en la circulació n del capital originan las tres diferencias
entre capital circulante y fijo; ponen una parte del, capital como la circulante καr' έξοχήν,
porque la misma nunca entra en el proceso de producció n, aunque lo acompañ a
continuamente; y tercero, pone la diferencia entre capital fluido y capital fijo. El capital
circulante en la forma n° 3 incluye asimismo la n° 2, ya que é sta se encuentra igualmente en
contraposició n con el fijo; pero la n° 2 no es la n° 3.
571 La parte del capital que en cuanto tal corresponde al proceso de producció n, es la parte del
mismo que desde el punto de vista material só lo presta servicios como medio de producción;
el punto medio entre el trabajo vivo y el material a elaborar. Una parte del capital fluido,
como carbó n, aceite, etc., sirve tambié n só lo como medio de producció n. Todo lo que só lo
sirve como medio para mantener en movimiento las má quinas, o las má quinas que las
mueven. Investigaremos con mayor aproximació n aun esta diferencia. D'abord, esto no
contradice la determinació n 1, ya que el capital fijo circula asimismo como valor en la
medida en que se desgasta. Es precisamente en esta determinació n como capital fijo —es
decir, en la determinació n en la cual el capital pierde su fluidez y se le identifica con un
valor de uso determinado que lo priva de su capacidad de transformació n— donde se
presenta, de la manera má s palmaria, el capital desarrollado, en la medida en que hasta el
presente lo conocı́amos corno capital productivo, y es precisamente en esta forma
Karl Marx
no se desprende del mismo; fijo, etc., da esos beneficios mientras se conserva en posesión del propietario."- c
Partir de su poseedor.- d Poseedor.- e "Tauschwert"; en el ms. y en la ed. 1939, "Gebrauchswert" ("valor de
uso").- fLı́mites
572 Circula só lo en su aspecto= formal como capital, como valor perenne. En el capital circulant
no tiene lugar esta diferencia entre forma y contenido, valor de uso y valor de cambio. Para
circular como valor de cambio, para ser esto ú ltimo, tiene que entrar corno valor de uso en
la circulació n, ser enajenado. El valor de uso para el capital en cuanto tal, es só lo valor
mismo. El capital circulant só lo se realiza como valor para el capital, tan pronto como se le
enajena. Mientras permanece en sus manos, só lo tiene valor en sí, pero no está puesto; só lo
δυναμει, pero no actú a. El capital fixe, por el contrario, só lo se realiza como valor mientras
permanece como valor de uso en las manos del capitalista o expresá ndolo como relació n
objetiva mientras permanece en el proceso de producció n, lo que se puede considerar como
el movimiento orgá nico interno del capital, su relació n consigo mismo, a diferencia de su
movimiento animal, de su existencia para otros. Puesto que el capital fixe, no bien ha
entrado en el proceso de producció n, permanece en é l, perece tambié n en é l, es consumido
en é l. La duració n de este desvanecerse no nos interesa aquı́. En este sentido, lo que
124 Cf. H. STORCH, Cours etc., cit., t. I, p. 405.
126 Cf. A. SMITH, Recherches sur la Nature et les Causes de la Richesse des Nations. Traduction nouvelle, avec des
notes et observations, par Germain Garnier, Paris 1802, t. II, pp. 197-198 [Riqueza de las naciones, pp. 252-
253]; cf. MEGA 1/3, pp. 473-474.
Grundrisse. Cuaderno VI
Cherbuliez llama matiéres instrumentales127, como el carbó n, la leñ a, aceite, grasas, etc., que
son completamente aniquiladas en el proceso de la producció n y que só lo tienen valor de
uso para el proceso mismo de la producció n, integra el capital fixe. Pero las mismas materias
tienen tambié n un valor de uso al margen de la producció n y tambié n se les puede consumir
de esa manera, tal como las construcciones, casas, etc., no está n destinadas necesariamente
para la producció n. Son capital fixe no por su determinado modo de ser, sino por su uso. Se
convierten en capital fixe apenas entran en el proceso de producció n. Son capital fixe no
bien está n puestas corno momentos del proceso de producció n del capital, porque es
entonces cuando pierden su propiedad de ser, llegado el caso, capital circulant.
Ası́ como la parte del capital que entra en la pequeñ a circulació n del capital —o el capital,
en la medida en que ingresa a este movimiento, a la circulació n entre el capital y la
capacidad laboral—, [[ası́ como]] la parte del capital que circula a tı́tulo de salario nunca
sale de la circulación y nunca ingresa al proceso de producción del capital bajo su aspecto
material en cuanto valor de uso, sino que siempre se le expulsa de este proceso en cuanto
producto, en cuanto resultado de un proceso de producció n precedente, de la misma
manera, pero a la inversa, la parte del capital determinada como capital fixe nunca sale del
proceso de producción y nunca reingresa al de circulación en cuanto valor de uso, conforme a
su existencia material.
573 Mientras que el ú ltimo só lo ingresa a la circulació n como valor (como parte del valor del
producto terminado), el otro só lo entra como valor en el proceso de producció n, por cuanto
el trabajo necesario es la reproducció n del salario, de aquella parte del valor del capital que
circula como salario. Esta es, pues, la primera determinació n del capital fixe y en este
sentido abarca tambié n las matières instrumentales.
Segundo: pero el capital fixe só lo puede entrar como valor en la circulació n, en la medida
en que se extingue como valor de uso en el proceso de producció n. Entra como valor en el
producto —esto es, como el tiempo de trabajo incorporado o conservado en é l— en la
medida en que se extingue en su forma autó noma como valor de uso. A travé s de su uso se
desgasta, pero de tal forma que su valor es transferido de su forma a la del producto. Si no
se le utiliza, si no se le consume en el proceso mismo de producció n —si la má quina está
detenida el hierro se herrumbra, se pudre la madera— su valor, junto a su existencia pasada
como valor de uso, se extingue naturalmente. Su circulació n como valor corresponde a su
consumo como valor de uso en el proceso de producció n. Só lo se reproduce completamente,
esto es, su valor total só lo retornará de la circulació n, cuando se le haya consumido
totalmente como valor de uso en el proceso de producció n. Tan pronto como haya sido
totalmente absorbido en el valor y por tanto haya entrado totalmente en la circulació n, se
habrá extinguido completamente como valor de uso y tendrá que sustituı́rsele, como
momento necesario de la producció n, por un nuevo valor de uso del mismo tipo, esto es,
habrá que reproducirlo. La necesidad de reproducirlo, vale decir su tiempo de
reproducció n, está determinada por el tiempo en que se le desgasta, se le consume dentro
del proceso de producció n. En el caso del capital circulant la reproducció n está determinada
por el tiempo de circulació n; en el del capital fixe la circulació n está determinada por el
tiempo en que aqué l, dentro del acto de producció n, es consumido como valor de uso en su
existencia material, o sea por el tiempo en cuyo transcurso es necesario reproducir ese
capital fixe. Se pueden reproducir mil libras de hilo de algodó n no bien han sido vendidas y
el dinero percibido por ellas se ha intercambiado de nuevo por algodó n, etc., en suma, por
los elementos de producció n del hilo. Su reproducció n, pues, está determinada por el
tiempo de circulació n. Una má quina de 1.000 libras esterlinas de valor, que dura 5 añ os, que
127 Cf. A. CHERBULIEZ, Richesse ou Pauvreté etc., cit., pp. 14-15.
Karl Marx
no se desgasta totalmente hasta despué s de 5 añ os y que luego no es má s que hierro viejo,
en cada añ o se desgasta 1/5, digamos, si tenemos en cuenta el average a del consumo en el
proceso de producció n.
574 Cada añ o, pues, só lo entra 1/5 de su valor en la circulació n, y só lo al té rmino de los 5 añ os
su valor ha ingresado totalmente en la circulació n y retornado de ella. Por tanto su ingreso a
la misma está determinado puramente por su tiempo de desgaste, y el tiempo que necesita
su valor para entrar a la circulació n y retornar de ella, por su tiempo lotal de reproducció n,
el tiempo en que tiene que ser reproducido. El capital fijo entra só lo como valor en el
producto; mientras que el valor de uso del capital circulante ha permanecido en el producto
en calidad de sustancia de é ste y tan só lo ha adquirido otra forma. Merced a esta
diferenciació n se ha modificado esencialmente el tiempo de rotació n del capital total,
dividido en circulante y fijo. Digamos que el capital total = S; la parte circulante del mismo =
c; la fija = f; el capital fijo serı́a 1/x S; el circulante, S/y . El circulante rota 3 veces por añ o, el
fijo só lo 2 veces cada 10 añ os. En 10 añ os f, o sea S/x , rotará dos veces; mientras que en los
"
mismos 10 añ os lo hará 3 x 10 = 30 veces. Si fuera= S/y, esto es, só lo capital circulante. T, su
#
rotació n, serı́a = 30, y el capital total rotado srı́a = 30x S/y b, esta es, el capital total que ha
rotado en 10 añ os. Pero el capital fijo só lo rota 2 veces en 10 añ os. Su R’ = 2; y el capital fijo
total que ha rotado= 28/x . Pero S es = S/y + S/x y su tiempo de rotació n total = al tiempo de
rotació n total de estas dos partes. Si el capital fixe rota 2 veces en 10 añ os, en un añ o rotará
2/10 ó 1/5 del mismo, mientras que en un añ o el capital circulante rota 3 veces. S/5x rota
todos los añ os una vez.
EI problema es simplemente el siguiente: si un capital de 1,000 tá leros = 600 de capital
circulant y 400 de capital fixe, o sea 3/5 de capital circulante y 2/5 de fijo [y] si el capital
fijo dura 5 añ os, es decir rota una vez en 5 añ os, y el circulante 3 veces cada añ o, ¿cuá l es el
nú mero medio de rotaciones o el tiempo medio de rotació n del capital total?
a Promedio.- b En el manuscrito " 20x S/
y en vez de "30x
S/
y ”
Si se compusiera solamente de capital circulante, rotarı́a 5 X 3, 15 veces; el capital total
que habrı́a rotado en los 5 añ os serı́a de 15.000. Pero 2/5 del mismo só lo rotan una vez en
los 5 añ os. De estos 400 tá leros, pues, en un añ o rotan 400/5 = 80 tá leros. De los 1.000
tá leros 600 rotan anualmente 3 veces, 80 una vez, o sea que en el añ o entero só lo rotarı́an
1.880; luego, en los 5 añ os rotará n 5 X 1.880=9.400; esto es, 5.600a menos que si el capital
total se compusiera solamente de capital circulante. Si todo el capital consistiera
ú nicamente de capital circulante, rotarı́a una vez en 1/3 de añ o*.
575 Supongamos que el capital= 1.000; c= 600, rota 2 veces por añ o; f= 400 rota 1 vez por añ o,
de modo que 600 (3/5 de S) rotará n en medio añ o; 400/2, o sea 2S/5+2’, tambié n en medio
añ o. En medio añ o, pues, rotará n 600 + 200=800 (id est, c + f/2). En un añ o entero, pues,
rotará n 2 X 800 o sea 1.600; 1.600 tá leros en 1 añ o, o sea 100 en 12/16 mesesc, ó 1.000 en
120/16 meses = 7 1/2 meses. El capital total de 1.000 rota por tanto en 7 1/2 meses, mientras
que rotarı́a en 6 meses si se compusiera exclusivamente de capital circulante. 7 1/2 : 6=1 1/4 :
1, o sea 5/4 : 1 d. Si el capital = 100, el circulante= 50, el fijo = 50; el primero rota 2 veces en
el añ o, el segundo una vez; de modo que 1/2 de 100 rotará una vez en 6 meses, y 1/4 de
100 tambié n 1 vez en seis meses; en 6 meses, pues, rotará n 3/4 del capital, 3/4 de 100 en 6
meses; ó 75 en 6 meses y 100 en 8 meses. Si 2/4 de 100 rotan en 6 meses y en los mismos 6
meses 1/4 de 100 (1/2 del capital fijo), rotará n 3/4 de 100 en 6 meses. Por tanto, 1/4 en
6/3 = 2; luego, 4/4 de 100, ó 100 en 6 + 2, en 8 meses.
* Pasaje tachado: "Pero 2/5 del capital, de la parte fija del mismo, só lo rotan una vez en un añ o; por ende
só lo 1/3 de 2/5 rotan en una tercera parte del añ o. Del capital total, pues, en 1/3 de añ o rotan 3/5 una vez, y
2/15 una vez; en 1/3 de añ o rotan 3/5 + 2/15, o sea 11/15. En un añ o el capital total rota 33/15, o sea 1 1/5
veces. Si se compusiera ı́ntegramente de capital circulant, rotarı́a 3 ó 3 5/15 veces. La diferencia entre el
Grundrisse. Cuaderno VI
tiempo real de rotació n del capital y el que se darı́a si solo se compusiera de capital circulant = 3 — 2 1/5 =
4/5; es decir, igual a la parte [..]"
a 5.600; en el ms., "6.600".- b "Monaten"; en el ms., "Jahren" ("añ os").- c En ed. 1939, "1 : 11/4" y "1 : 5/4". "1
1/4 : 1" y "5/4 : 1"
576 El tiempo total de rotació n del capital = 6 (el tiempo de rotació n de todo el capital circulant
y 1/2 del capital fixe o sea 1/4 del capital total) + 6/3, es decir, + este tiempo de rotació n
dividido por el nú mero que expresa qué parte alı́cuota del capital que ha rotado en el
tiempo de rotació n del capital circulante constituye el capital fixe restante. Ası́ en el ejemplo
de arriba: 3/5 de 100 rotan en 6 meses, lo mismo 1/5 de 100; por tanto, 4/5 de 100 en 6
meses; por ende el restante 1/5 de 100 en 6/4 meses; luego, el capital entero en 6 + 6/4
meses = 6+ 1 1/2 o sea 7 1/2 meses. Expresá ndolo de manera general*:
El tiempo medio de rotació n = al tiempo de rotació n del capital circulante + ese tiempo
de rotació n dividido por el nú mero que expresa cuá ntas veces" la parte restante del capital
fixe está contenida en la suma total del capital que se ha hecho circular en este tiempo de
rotació n**.
Si dos capitales de 100 tá leros, el uno compuesto totalmente por capital circulant, el otro
en una mitad por capital fixe, dando cada uno el 5% del beneficio, el uno rota totalmente
dos veces por añ o, y en el otro el capital circulant rota tambié n 2 veces, pero el capital fixe
só lo una vez; de este modo el capital totalmente en rotació n serı́a en el primer caso = 200 y
el beneficio = 10; en el segundo = 1 rotació n en 8 meses, 1/2 en 4a ; o bien 150 rotarı́an en
12 meses; el beneficio, entonces = 7 1/2.
* Pasaje tachado: "Digamos que R es el tiempo de rotació n del capital circulante C. Este C supongamos que
es = C/a del capital total. C/a rota en R. Pero una parte del capital fixe, simultá neamente, rota en R. Y si la
rotació n del capital fixe, digamos que =C/2a , rota en mR, durante R rotará C/a=c y C/2am = i/m rota asimismo
en R Por tanto en R rotan: c/a + C/2am, , por tanto 2mc/2ma + C/2ma = C(2m+1)/2ma La parte restante del capital, es
=C/2a C/2am, digamos = C/b: entonces R’ = R + R [. . . ]
** Pasaje tachado: "El tiempo de rotació n del capital circulante só lo m - R del capital circulante +1/x del
capital fijo. Si el capital circulante +1/x del capital fixe equivaliera a c— a=m-a/R [. . .]"
a "1 rotació n en 8 meses, 1/2 en 4"; en la ed. 1939, "3 rotaciones en 8 meses, 1 ½ en 4"
Este tipo de cá lculo encuentra su aprobació n en el prejuicio general, segú n el cual el
capital circulant o el capital fixe producirı́an ganancia mediante vaya a saber qué
mysterious innate power a, como se aprecia en las mismas frases empleadas por Malthus:
"El capital circulant produce ganancia cuando his possessors part with it"b 128, etc.; lo mismo
en sus pasajes ya citados de hisc Measure of value, etc., por la forma en que hace acumular
los beneficios del capital fixe 129. Del hecho de que hasta ahora los economistas no han
considerado de manera pura la teorı́a de la plusganancia, sino que la han mezclado con la
teorı́a del beneficio real, extraı́da de la participació n que los diversos capitales tienen en la
tasa general del beneficio, ha surgido la mayor confusió n y adulteració n. El beneficio de los
capitalistas como clase o el beneficio del capital debe existir antes de que sea posible
repartirlo, y es el colmo de los absurdos querer explicar su origen a partir de su reparto.
Conforme a lo anterior, el beneficio disminuye porque el tiempo de circulació n del capital
aumenta* en la medida en que aumenta el componente al que se llama capital fixe.
577 El capital de la misma magnitud, 100 en el caso precedente, rotarı́a 2 veces en el añ o si só lo
se compusiera de capital circulant. Pero só lo rotará 2 veces en 16 meses o só lo 150 tá leros
rotará n en un añ o, porque una mitad consiste en capital fixe. Ası́ como decrece la cantidad
de sus reproducciones en un perı́odo determinado o disminuye el cuanto de capital que se
reproduce en ese perı́odo, se reduce la producció n de plustiempo o plusvalor, ya que el
capital en general só lo pone valor en la medida en que pone plusvalor. (Tal es, por lo menos,
128 Cf. T. R. MALTHUS, Definitions etc., cit., pp. 237-238.
129 Cf. T. R. MALTHUS, The Measure of Value etc., cit., pp. 33, 35; cf. nota 66.
Karl Marx
130 Cf. notas 141, 142, 143.
Grundrisse. Cuaderno VI
579 Empero, lo que ante todo queremos considerar aquı́ es la relació n del capital fixe no hacia
afuera, sino en cuanto esa relació n está dada por el hecho de que el capital fijo permanece
inserto en el proceso de producció n. De tal manera, está puesto que el capital fijo es un
momento determinado del proceso mismo de producció n.
[[En modo alguno se ha dicho que el capital fixe en cada determinació n sea capital que no
presta servicios al consumo individual, sino ú nicamente a la producció n. Una casa puede
servir tanto a la producció n como al consumo; igualmente todo vehı́culo, un barco y un
coche pueden servir tanto para un viaje de placer como en calidad de medio de transporte;
una calle, en cuanto medio de comunicació n para la verdadera producció n y para pasearse
por ella, etc. El capital fixe en esta segunda relació n no nos incumbe en absoluto, ya que aquı́
só lo consideramos al capital en cuanto proceso de valorizació n y proceso de producció n. La
segunda determinació n, no obstante, desempeñ a un papel con respecto al interé s. Ricardo
só lo puede tener presente esa determinació n cuando dice: "Segú n que el capital sea má s o
menos perecedero, y por tanto haya que reproducirlo con mayor o menor frecuencia en un
perı́odo (lado, se llama capital circulante o fijo" (Ricardo, VIII, 19)132. Conforme a esto, una
cafetera serı́a capital fijo, pero el café , capital circulante. El tosco materialismo de los
economistas, que les hace considerar tanto las relaciones sociales de la producció n humana
como las determinaciones que las cosas ieciben en cuanto subsumidas bajo estas
relaciones, como si lucran propiedades naturales de las cosas, es un idealismo igualmente
grosero, un fetichismo, sı́, que atribuye a las cosas relaciones sociales como
determinaciones inmanentes a ellas, y de esta suerte las mistifica. (La dificultad de fijar
como capital circulante o capital fijo una cosa cualquiera conforme a su constitució n
natural, ha llevado aquı́ a los economistas, como excepció n, a la idea de que las cosas
mismas no son ni fijas ni circulantes, o sea, por cierto, que en modo alguno son capital, de la
misma manera que no es una propiedad natural del oro la de ser dinero.)]]
(A los puntos enumerados má s arriba, no lo olvidemos, se añ ade tambié n la circulació n
131 Cf. J. R. MC CULLOCH, The Principies etc., cit., p. 300.
132 Cf. el cuaderno londinense VIII, Grundrisse, p. 788; Principies etc., cit., p. 26 [Principios, p. 25].
Karl Marx
del capital fijo en cuanto capital circulante, es decir las transacciones a travé s de las cuales
cambia de propietario.)
"Capital fixe — engagé: capital tellement engagé dans un genre de production qu'il ne peut
plus en é tre dé tourné pour se consacrer à un autre genre de production"a (Say, 24)133. "El
capital fixe se consume para ayudar a reproducirb lo que el hombre destina a su uso...
Consiste en établissements durables propres à augmenter les pouvoirs productifs d'un travail
à venir"c (Sismondi, VI) 134. "Capital fixe [es] el capital necesario para conservar los
instrumentos, má quinas, etc., del trabajo" (Smith, t. II, p. 226d) 135. "Floating capital is
consumed, fixed capital merely used in the great work of production"e (Economist.
Cuaderno VI, p. 1) 136.
580 "On fera voir que le premier bá ton ou la premié re pierre qu'il prit dans sa main pour
s'aider dans la poursuite de ces objets, en accomplissant une partie de son travail, fit
pré cisement l'office des capitaux actuellement employé s par les nations commercantes"f
(Lauderdale, p. 87, cuaderno 8a.) 137. "C'est un des traits qui caracté risent et distinguent
l'espé ce humaine, de suppléer ainsi au travail par un capital transformé en machines"g (p.
120)h (p. 9, cuaderno Lauderdale) 138. "On concoit maintenant que le profit des capitaux
provient toujours, ou de ce qu'ils suppléent à une portion de travail que l'homme devrait
faire de ses mains; ou de ce qu'ils accomplissent une portion de travail au-dessus des efforts
personnels de l'homme, et qu'il ne saurait é xé cuter lui-mé me"i (p. 119, 1.c.) 139.
Lauderdale polemiza contra Smith y Locke, cuya tesis acerca del trabajo como creador
del beneficio resultarı́a, segú n aqué l, en lo siguiente: "Si esta idea sobre el beneficio del
capital fuera rigurosamente exacta, il s'ensuivrait qu'il ne serait pasj una fuente originaria
de la riqueza, sino una fuente derivada; et ron ne pourrait considé rer les capitaux comme
un des principes de la richesse, leur profit n'étant qu'un iransport de la poche du travailleur
dans celle du capitaliste"a (Le., 116, 117)140.
a "Capital fijo, es decir empeñado; capital empeñado de tal manera en una rama de la producción que no le
puede separar de la misma para dedicarlo a otra rama de la producción."- b "reproduzieren"; en la ed. 1939,
"konsumieren" ("consumir"). Corregido segú n el texto de Sismondi.- c Instalaciones duraderas, capaces de
aumentar las fuerzas productivas de un trabajo futuro.- d "226"; en la ed. 1939, "126".- e Al capital circulante se
le consume; al fijo, meramente se le usa en la gran obra de la producció n.- f "Veremos que el primer palo o la
primera piedra que tomó con la mano para ayudarse en el alcance de esos fines, desempeñ ó justamente el
papel de los capitales empleados en la actualidad por las naciones comerciantes".- g "Uno de los rasgos que
caracterizan y distinguen a la especie humana es el suplir así el trabajo con un capital transformado en
má quinas."- h "120"; en la ed. 1939, "20".- i Se comprende ahora que el beneficio de los capitales proviene
siempre o de que los mismos suplen una parte del trabajo que el hombre deberı́a hacer con sus manos; o de
que efectú an una parte del trabajo por encima de los esfuerzos personales del hombre, quien no podrı́a
133 163 J. B. SAY, Traité etc., cit., t. II, p. 430; Cf. MEGA 1/3, p. 452. La referencia "24" indica la pá gina del cuaderno
135 Cf. A. SMITH, Recherches etc., cit., t. II, p. 226 [Riqueza de las naciones, p. 255] y MEGA 1/3, p.464; la remisió n a
extractos.
137 Cf. (JAMES MAINTLAND) LAUDERDALE, Recherches sur la nature et l'origine de la richesse publique, et sur les
moyens et les causes qui concourent á son accroissement. Traduit de l'anglais par E. Lagentie de Lavale. Paris
1808, p. 87.
138 Cf. ibídem, p. 120; la indicació n de "p. 20" e's erró nea.
ejecutar esa parte por sı́ mismo."- j Se seguirı́a que el capital no serı́a....- k Y no se podrı́a considerar a los
capitales corno uno de los principios de la ¡binen, ya que su beneficio sería tan sólo una transferencia del
bolsillo del obrero al del capitalista.-
"Le profit des capitaux provient toujours, ou de ce qu'ils suppléent à une portion de
travail que l'homme devrait faire de ses mains; ou de ce qu'ils accomplissent une portion de
travail au-dessus des efforts personnels de l'homme, et qu'il ne saurait exé cuter lui-mé me"b
(p. 119, I.c., p. 9b) 141. "II est bon de remarquer que si le capitaliste, par l'usage qu'il fan de
son argent, é pargne un certain travail à la classe des consommateurs, il n'y en substitue pas
une égale portion du sien; ce qui prouve que c'est son capital qui l'é xé cute, et non Iui-mé me"c
(10, cuaderno, I.c., p. 132) 142. "Si Adam Smith au lieu d'imaginer que l'effet d'une machine
est de faciliter le ou, comme il s'exprime lui-mé me, d'augmenter la puissance productive du
travail (ce n'est que par une é trange confusion d'idé es que M. Smith a pu dire que l'effet des
eiipitaux est d'augmenter la puissance productive du travail. Avec la mé me logique on
pourrait fort bien pré tendre que de mccourcir de moitié un cheinin circulaire tracé entre
deux lieux ilonnés, c'est doubler la vitesse du marcheur), il eid apercu que c'est en y suplé ant
que les fonds dont on paye la machine donnent du profit, il aurait attribué à la mé me
circonstance l'origine du profit"d (p. 11, p. 137) 143. "Les capitaux, soit soit circulants, dans le
commerce inté rieur [[ou dans I'exté rieur]]e, loin de servir à donner de l'action au travail,
loin Ten augmenter la puissance productive, ne sont au contraire
b "El beneficio de los capitales proviene siempre o de que los mismos suplen una parte del trabajo que el
hombre deberı́a hacer con sus manos; o de que efectú an una parte del trabajo por encima de los esfuerzos
personales del hombre, quien no podrı́a ejecutar esa parte por sı́ mismo".- c "Es oportuno destacar que si Idea
el capitalista por el uso que hace de su dinero, ahorra algú n trabajo a la clase de los consumidores, no lo
sustituye por una porción igual de su trabajo, lo que demuestra que es su capital el que lo ejecuta, y no é l
mismo."- d "Si Adam Smith, en vez de imaginar que el efecto de una má quina es el de facilitar el trabajo, o,
conforme a sus propias palabras, aumentar la capacidad productiva del trabajo (só lo Ion una extrañ a
confusió n de ideas ha podido decir el señ or Smith que el efecto de los capitales es aumentar la capacidad
productiva del trabajo. Con la misma ló gica Will se podrı́a sostener que reduciendo a la mitad un camino
circular entre dos lugares determinados, se duplicaba la velocidad del caminante), hubiera advertido que es
supliendo a aqué l como rinden beneficios los capitales con los que se paga la má quina y habrı́a atribuido a la
misma circunstancia el origen del beneficio."- e Las palabras entre corchetes figuran en el texto de Lauderdale,
pero Marx las omitió inadvertidamente. No aparecen en la ed. 1939
utiles et profitables que dans ces deux circonstances, ou qu'ils supplé ent à la necessité
d'une portion de travail que l'homme devrait faire de ses mains; ou qu'ils exé cutent un
certain travail qu'il n'est pas au pouvoir de l'homme de faire lui-mé mea."
581 Esto, dice Lauderdale, en modo alguno es una cuestió n de palabras. "L'idé e que les capitaux
mettent le travail en action, et ajoutent à sa puissance productive, donne lieu à cette
opinion, que le travail est partout proportionné à la quantité des capitaux existentes; que
l'industrie d'un pays est toujours en raison des fonds employé s: d'oú il s'ensuivrait que .,
l'augmentation des capitaux est le souverain et illimité ' moyen d'accroitre la richesse. Au
lieu de cela, si l'on admet que les capitaux ne peuvent avoir [d’] emploi utile et profitable,
que celui de supplé er à un certain travail, ou de l'exé cuter, on tierra cette consé quence
naturelle, que l'Etat ne saurait trouver aucun avantage dans la possession de plus de
capitaux qu'il n'en peut employer à faire le travail ou à y supplé er dans la production et la
fabrication des choses. que le consummateur demande"' (p. 150-152c, p. 11, 12)144. Para
141 Cf. nota 169.
demostrar su tesis de que el capital, indepen; dientemente del trabajo, es une source sui
generis of profit y por tanto of wealthd, se remite a los plusbeneficios que obtiene el
poseedor de una má quina recié n inventada antes de que caduque su brevet d'inventione y
que la competencia reduzca los precios, y concluye entonces con está s palabras: "Ce
changement de ré gle pour les prix n'empé che pas que le bé né fice" (por el valor de uso) "de
la machine [ne] se
a "Los capitales, ya fijos, ya circulantes, en el comercio interior o en el exterior, lejos de servir para poner en
acció n el trabajo, lejos de aumentar la capacidad productiva, só lo son ú tiles y provechosos, por el contrario, en
estas dos circunstancias: o que suplan a la necesidad de una parte del trabajo que el hombre deberı́a hacer con
sus manos, o que efectú an cierto trabajo que el hombre no está en condiciones de hacerlo por sı́ mismo."- b "La
idea de que los capitales ponen en acció n el trabajo y aumentan]] su capacidad productiva, da origen a la
opinió n segú n la cual el trabajo guarda proporció n, en todas partes, con la cantidad de los capitales existentes;
que la industria de un paı́s está siempre en razó n de los fondos empleados; de donde se seguirı́a que el
aumento de capitales es el medio supremo e ilimitado de acrecentar la riqueza. En vez de esto, si se admite
que los capitales no pueden tener otro empleo ú til y provechoso que el de suplir cierto trabajo o el de
ejecutarlo, se extraerı́a la conclusió n natural de que el estado no podrı́a encontrar ventaja alguna en la
posesió n de má s capitales de los que puede emplear para efectuar el trabajo o suplirlo en la producció n y
fabricació n de las cosas demandadas por el consumidor."- c "150-152"; en la ed. 1939, "151-152".- d Una fuente
sui generis de beneficio (y por tanto) de riqueza.- e Patente de invenció n
tire d'un fonds de mé me nature que celui dont il s'é tait soldé avant l'expiration du brevet:
ce fonds est toujours cette partie des revenus d'un pays, auparavant destinée à salarier le
travail (níquel la nouvelle invention supplée"a (I.c. 125, p. 10 b) 145. En cambio, Ravenstone
(IX, 32): "Machinery can seldom be applied with success to abridge the labours of an
individual; more time would be lost in its construction than could be saved by its
application. It is only really useful when it acts on great masses, when a single rrrachine can
assist the labours of thousands. It is accordingly in the most populous countries where
there are most idle men that it is always most abundant. It is not called into action by
scarcity of men, but by the facility with which they are brought together"b
(I.c.)146
"Divisió n de las má quinas en: 1) má quinas empleadas para producir energı́a; 2)
má quinas, que simplemente tienen como objeto de transmettre la force et d'exé cuter le
travail"` (Babbage, cuaderno, p. 10)147. "Factory signifie la coopé ration de plusieurs classes
d'ouvriers, adultes et non adultes, veillant avec adresse et assiduité un systé me de
mé caniques productivas mises continuellement en action par un pouvoir central yd itoute
fabrique dont le mé canisme ne forme pas un systé me continu, ou qui ne dé pend pas d'un
seul principe moteur. Exemples de cette dernié re classe dans les fabriques de teinturee,
fonderies de cuivre, etc...
582 Ce terme, dans son acception la plus rigoureuse, entraine l'idé e d'un vaste automate,
composé de nombreux organes mécaniques et intellectuels qui opé rent de concert et sans
interruption, pour produire un mé me objet, tous ces organes é tant subordonné s à une force
motrice qui se meut d'elle mé me"f (Ure, 13) 148
a "Este cambio de normas para los precios no impide que el beneficio(...) de la má quina se extraiga de un
fondo de igual naturaleza a la de aqué l con el cual se hubiera pagado antes de la expiració n de la patente: ese
145 Cf. ibídem, p. 125.
147 Cf. CH. BABBAGE, Traité etc., cit., pp. 20-21; [cf. en el vol. I de estos Elementos fundamentales la nota 194 en p.
329].
148 Cf. A. URE, Philosophie des manufactures, Bruxelles 1836, t. I, pp. 18-19; extractos en un cuaderno (al cual se
refiere la indicació n "13") no datado ni numerado, cuya redacció n en Bruselas es de ca. setiembre de 1845: cf.
MEGA 1/6, p. 616.
Grundrisse. Cuaderno VI
fondo es siempre aquella parle de los réditos de un país, destinada precedentemente a asalariar el trabajo al cual
la nueva invención ha suplido.- b "Raras veces se puede aplicar exitosamente la maquinaria para reducir los
trabajos de un individuo; se perderı́a má s tiempo en su construcció n que el que podrı́a ahorrarse con su
empleo. La maquinada só lo es lealmente ventajosa cuando actú a sobre grandes masas, cuando una sola
má quina puede auxiliar el trabajo de miles. Consecuentemente, en los paı́ses má s populosos, que cuentan con
má s personas inactivas, es siempre donde má s abunda la maquina-lı́a. No se la pone en acció n debido a una
escasez de hombres, sino a causa de la facilidad con que se reú ne a é stos."- C El de trasmitir la energı́a y
ejecutar el trabam.- d En la ed. 1939, en vez de "und" ("y") figuran unos puntos suspensivos.- e "teinture"; en la
ed. 1939, "textures" ("texturas").- f "La fá brica significa la cooperació n de varias clases de obreros, adultos y no
adultos, que cuidan con destreza y asiduidad de un sistema de mecanismos productivos a los que
continuamente pone en acció n un poder central, (y) excluye toda fá brica cuyo mecanismo no forme un sistema
continuo, o que no dependa de un solo principio motor. Ejemplos de esta ú ltima clase en las fá bricas de barniz,
fundiciones de cobre, etc... Este té rmino, en su acepció n má s estricta, implica la idea de un vasto autó mata,
compuesto de muchos órganos mecánicos e intelectuales que operan concertada e ininterrumpidamente para
producir un mismo objeto, estando subordinados todos esos ó rganos a una fuerza motriz que se mueve por sı́
misma."
El proceso de trabajo. — Capital fixe. Medio de trabajo. Máquina. Capital fixe.
Transposición de las fuerzas de trabajo en fuerzas de capital, tanto en el capital fixe como
en el circulant. -- En qué medida el capital fixe (máquina) crea valor. – Lauderdale. —- La
máquina presupone una masa de obreros
El capital fixe, o capital que se consume en el proceso mismo de producció n, es, en un
sentido riguroso, medio de producción. En un sentido má s amplio todo el proceso de
producció n y cada momento del mismo, ası́ como la circulació n —en la medida en que se lo
considera desde un punto de vista material— no es má s que medio de producció n para el
capital, para el cual só lo el valor existe como fin en sı́ mismo. Desde el punto de vista
material la materia prima es medio de producció n para el producto, etc.
Pero la determinació n del valor de uso del capital fixe como aquello que se consume en el
proceso de producció n mismo se identifica con el hecho de que en ese proceso só lo se le
emplea como medio, y que incluso existe meramente como agente para la transformació n
de la materia prima en producto. En esa calidad suya de medio de producció n su valor de
uso puede consistir en el hecho de ser só lo condició n tecnoló gica para el efectuarse del
proceso (los lugares en los que ocurre el proceso de producció n), ası́ como en el caso de los
edificios, etc.; o en que es una condició n inmediata para el operar del verdadero medio de
producció n, como todas las matié res instrumentales. Ambos, a su vez, son solamente
supuestos materiales para el efectuarse del proceso de producció n en general, o para la
aplicació n y conservació n del medio de trabajo. Este, empero, en sentido estricto, só lo
presta servicios dentro de la producció n y para la producció n, y no tiene ningú n otro valor
de uso.
En un principio, cuando considerá bamos la transformació n del valor en capital, se
incluyó sencillamente el proceso de trabajo en el capital y, con arreglo a sus condiciones
materiales, con arreglo a su existencia material, el capital se presentó corno la totalidad de
las condiciones de este proceso y se escindió , conforme a é ste, en ciertas porciones
cualitativamente diferentes: material de trabajo (es é sta, no materia prima, la expresió n
correcta y conceptual), medios de trabajo y trabajo vivo.
583 Por una parte el capital, conforme a su existencia material, se fraccionaba en esos tres
elementos; por el otro, la unidad diná mica de los mismos constituı́a el proceso de trabajo (o
la incorporació n conjunta de esos elementos en el proceso), la unidad está tica constituı́a el
producto. En esta forma los elementos materiales —material de trabajo, medios de trabajo
y trabajo vivo— se presentan ú nicamente corno los momentos esenciales del proceso
mismo de trabajo, de los cuales se apropia el capital. Pero este aspecto material —o su
determinació n en cuanto valor de uso y proceso real— se separa totalmente de su
Karl Marx
comestibles, ella consume carbó n, aceite, etc., (matié res instrumentales) con vistas a su
automovimiento continuo. La actividad del obrero, reducida a una mera abstracció n de la
actividad, está determinada y regulada en todos los aspectos por el movimiento de la
maquinaria, y no a la inversa. La ciencia, que obliga a los miembros inanimados de la
má quina —merced a su construcció n— a operar como un autó mata. conforme a un fin, no
existe en la conciencia del obreroa, sino que opera a travé s de la má quina, como poder
ajeno, corno poder de la má quina misma, sobre aqué l. La apropiació n del trabajo vivo a
travé s del trabajo objetivado —de la fuerza o actividad valorizadora a travé s del valor que
es para sı́ mismo—, implı́cita en el concepto del capital, está , en la producció n fundada en la
maquinaria, puesta como cará cter del proceso de producció n 'mismo tambié n desde el
punto de vista de sus elementos y de sus movimientos materiales.
585 El proceso de producció n ha cesado de ser proceso de trabajo en el sentido de ser
controlado por el trabajo como unidad dominante. El trabajo se presenta, antes bien, só lo
copo ó rgano consciente, disperso bajo la forma de diversos obreros vivos presentes en
muchos puntos del sistema mecá nico, y subsumido en el proceso total de la maquinaria
misma, só lo como un miembro del sistema cuya unidad no existe en los obreros vivos, sino
en la maquinaria viva (activa), la cual se presenta frente al obrero, frente a la actividad
individual e insignificante de é ste, corno un poderoso organismo. En la maquinaria el
trabajo objetivado se le presenta al trabajo vivo, dentro del proceso laboral mismo, corno el
poder que lo domina y en el que consiste el capital —segú n su forma— en cuanto
apropiació n del trabajo vivo. La inserció n del proceso laboral como mero momento del
proceso de valorizació n del capital es puesta tambié n desde el punto de vista material, por
la transformació n del medio de trabajo en maquinaria y del trabajo vivo ene mero accesorio
vivo de esa maquinaria, enc medio para la acció n de é sta. Tal como hemos visto, el aumento
de la fuerza productiva del trabajo y la má xima negació n del trabajo necesario son la
tendencia necesaria del capital. La realizació n de esta tendencia es la transformació n del
medio de trabajo en maquinaria.
a "des Arbeiters"; en el ms. "der Arbeit" ("del trabajo").- b "in" en el ms. "als" ("en cuanto").- c "in"; en el ms. y
fixe, en la medida en que é ste ingresa como verdadero medio de producció n al proceso
productivo. La maquinaria, pues, se presenta como la forma má s adecuada del capital fixe y
el capital fixe— en cuanto se considera al capital en su relació n consigo mismo— como la
forma más adecuada del capital en general. Por otra parte, en la medida en que el capital fixe
está inmovilizado en su existencia como valor de uso determinado, no corresponde al
concepto del capital, que en cuanto valor es indiferente a toda forma determinada del valor
de uso y puede asumir o abandonar cualquiera de ellas como encarnació n indiferente.
Desde este punto de vista, el de la relació n del capital hacia afuera, el capital circulant
aparece como la forma adecuada del capital, con respecto al capital fixe.
Por cuanto la maquinaria, ademá s, se desarrolla con la acumulació n de la ciencia social,
de la fuerza productiva en general, no es en el obreroa sino en el capital donde está
representado el trabajo generalmente social. La fuerza productiva de la sociedad se mide
por el capital fixe, existe en é l en forma objetiva y, a la inversa, la fuerza productiva del
capital se desarrolla con este progreso general, del que el capital se apropia gratuitamente.
No es é ste el lugar para abordar en detallb el desarrollo de la maquinaria, sino só lo desde un
punto de vista general; en aquello en que en el capital fixe el medio de trabajo, en su aspecto
material, pierde su forma inmediata y se contrapone materialmente, como capital, al obrero.
En la maquinaria, la ciencia se le presenta al obrero como algo ajeno y externo, y el trabajo
vivo aparece subsumido bajo el objetivado, que opera de manera autó noma. El obrero se
presenta como superfluo en la medida en que su acció n no está condicionada por la
necesidad [[del capital]].
a "in dem Arbeiter"; en la ed. 1939, "in der Arbeit" ("en el trabajo").- b Pormenorizadamente,
Grundrisse. Cuaderno VII
CUADERNO VII.
587
capítulo del capital. (Continuación.) (Comenzado este cuaderno a fines de febrero del [18]58)"
El volumen cuantitativo y la eficacia (intensidad) con los que el capital se ha desarrollado
en cuanto capital fixe, indican por ello en general el degreea en que el capital en cuanto
capital, en cuanto poder sobre el trabajo vivo, se ha desarrollado y ha sometido a sı́ mismo
el proceso de producció n en general. Tambié n en el sentido de que ello expresa la
acumulació n de las fuerzas productivas objetivadas e igualmente del trabajo objetivado.
Pero si bien el capital tan só lo en la maquinaria y otras formas de existencia materiales del
capital fijo, como ferrocarriles, etc. (a las que volveremos má s adelante) se confiere su
forma adecuada como valor de uso dentro del proceso de producció n, ello en absoluto
significa que ese valor de uso —la maquinaria en sı́— sea capital, o que su existencia como
maquinaria sea idé ntica a su existencia como capital; del mismo modo que el oro no dejarı́a
de tener su valor de uso como oro si cesara de ser dinero. La maquinaria no perderı́a su
valor de uso cuando dejara de ser capital. De que la maquinaria sea la forma má s adecuada
del valor de uso propio del capital fixe, no se desprende, en modo alguno, que la subsunció n
en la relació n social del capital sea la má s adecuada y mejorb relació n social de producció n
para el empleo de la maquinaria.
En la misma medida en que el tiempo de trabajo —el mero cuanto de trabajo— es puesto
por el capital como ú nico elemento determinante, desaparecen el trapajo inmediato y su
cantidad como principio determinante de la producció n —de la creació n de valores de
uso—; en la misma medida, el trabajo inmediato se ve reducido cuantitativamente a una
proporció n má s exiguac, y cualitativamente a un momento sin duda imprescindible, pero
subalterno frente al trabajo cientı́fico general, a la aplicació n tecnoló gica de las ciencias
naturales por un lado, y por otro frente a la fuerza productiva general resultante de la
estructuració n social de la producció n global, fuerza productiva que aparece como don
natural del trabajo social (aunque [[sea, en realidad, un]] producto histó rico). El capital
trabaja, ası́, en favor de su propia disolució n como forma dominante de la producció n.
a Grado.- b “beste”; en la ed. 1939 “letzte” (“ú ltima”).- c “geringern” (“má s exigua”); en la ed. 1939, “geringen”
(“exigua”)
588 Si bien, por un lado, la transformació n del proceso productivo a partir del proceso simple
de trabajo en un proceso cientı́fico —que pone a su servicio las fuerzas naturales y, de esta
suertea, las obliga a operar al servicio de las necesidades humanas— se presenta como
Karl Marx
cualidad del capital fixe frente al trabajo vivo; si bien el trabajo individual en cuanto tal cesa
en general de aparecer como productivo, y má s bien só lo es productivo en los trabajos
colectivos que subordinan las fuerzas naturales a sı́ mismos, y este ascenso del trabajo
inmediato a trabajo social aparece como reducció n del trabajo individual al desamparo
frente a la colectividad representada, concentrada en el capital; por otra parte, la
conservació n del trabajo en una rama de la producció n en virtud del co-existing labourb en
otra rama, aparece ahora como cualidad del capital circulant.
a En la ed. 1939 no figura la palabra “so” (“de esta suerte”).- b Trabajo coexistente
Lauderdale 1 cuando quiere convertir al capital fixe en una fuente del valor, independizada
del tiempo de trabajo. Es tal fuente, só lo por cuanto é l mismo es tiempo de trabajo
objetivado y por cuanto pone tiempo de plustrabajo. La maquinaria misma presupone
histó ricamente para su empleo, brazos excedentes (ver Ravenstone, arriba 2). Só lo donde
existe la profusió n de fuerzas laborales hace su aparició n la maquinaria para remplazar
trabajo. Só lo en la imaginació n de los economistas acude en ayuda del obrero individual. No
puede operar si no es con una masa de obreros, cuya concentració n frente al capital es,
como hemos visto, uno de sus supuestos histó ricos. No entra en escena para sustituir fuerza
de trabajo faltante, sino para reducir a su medida necesaria la que ya existe masivamente.
La maquinaria só lo se introduce allı́ donde la capacidad laboral existe en masa. (Volver
sobre este punto.)
Lauderdale cree haber hecho un gran descubrimiento cuando afirma que la maquinaria
no aumenta la fuerza productiva del trabajo, ya que má s bien sustituye o hace aquello que el
trabajo no puede efectuar con sus fuerzas. Forma parte del concepto del capital, que la
acrecentada fuerza productiva del trabajo esté puesta má s bien como aumento de una
fuerza exterior al trabajo y como el propio debilitamiento de é ste.
590 El medio de trabajo vuelve autó nomo al trabajador, lo pone como propietario. La
maquinaria —en cuanto capital fixe lo pone como no autó nomo, como objeto de la
apropiació n. Este efecto de la maquinaria só lo se produce en la medida en que está
determinada como capital fixe, y está determinada en cuanto tal só lo porque el obrero se
relaciona con ella como asalariado, y el individuo activo en general como mero obrero
Capital fixe y capital circulant como dos clases especiales de capital. — Capital fixe y
continuidad del proceso de producción. — Maquinaria y trabajo vivo. (La invención como
actividad económica.)
Mientras que hasta aquı́ el capital fixe y el circulant se presentaban meramente como
diversas determinaciones transitorias del capital, ahora se han cristalizado en modos de
existencia especiales de aqué l, y junto al capital fixe aparece el capital circulant. Existen
ahora dos tipos especiales de capital. En la medida en que se considera un capital en
determinada rama de la producció n, aqué l se presenta dividido en esas dos porciones o se
escinde, en determinada p[rop]ortion, en esos dos tipos de capital.
La diferencia[ció n] dentro del proceso productivo, originariamente entre medio de
trabajo y material de trabajo, y a la postre producto de trabajo, se presenta ahora como
capital circulant (los dos primeros) y capital fixe. La diferenciació n del capital en lo tocante
a su aspecto puramente material, es retomada al presente en su forma misma y aparece
como diferenciá ndolo.
631
1 Cf. p. 212.
2 Cf. p. 214.
Karl Marx
TERCERA SECCIÓN
EI capital está realizado ahora no só lo como valor que se reproduce a sı́ mismo y por
tanto se perpetú a, sino como valor que pone valor. A travé s de la absorció n en sı́ mismo del
tiempo de trabajo vivo, por un lado, y del movimiento de la circulació n que le es propio (en
el cual el movimiento del intercambio resulta puesto como el suyo propio, como proceso
inmanente del trabajo objetivado), se comporta consigo mismo como con lo que pone nuevo
valor, como productor de valor. El capital se comporta ante la plusvalı́a como si fuera é l su
fundamento, como si la hubiera creado. Su movimiento consiste en que, mientras se
produce, se comporta a la vez como fundamento de sı́ mismo en cuanto fundado, en cuanto
valor presupuesto, consigo mismo como plusvalı́a o con la plusvalı́a como valor puesto por
é l. En un lapso determinado, lapso puesto como unidad de medida de sus rotaciones porque
es la medida natural de su reproducció n en la agricultura, el capital produce una plusvalı́a
determinada, no determinada por la plusvalı́a que aqué l pone en un proceso de producció n,
sino por el nú mero de repeticiones del proceso de producció n, o de sus reproducciones en
un espacio de tiempo dado. En virtud de que la circulació n está inserta en el proceso de
reproducció n del capital, en el movimiento efectuado por é ste fuera del proceso inmediato
de producció n, la plusvalı́a ya no aparece puesta por su relació n simple e inmediata con el
trabajo vivo; esta relació n se presenta, antes bien, só lo como un momento de su movimiento
total.
632 El capital, partiendo de sı́ mismo como del sujeto activo, del sujeto del proceso —y en la
rotació n el proceso inmediato de la producció n aparece determinado de hecho por su
movimiento como capital, independientemente de su relació n con el trabajo—, se comporta
consigo mismo como valor que se aumenta a sı́ mismo, esto es, se comporta con la plusvalı́a
como puesta y fundada por é l; se vincula como fuente de producció n consigo mismo en
cuanto producto; como valor productivo, consigo mismo en cuanto valor producido. Por
ello, al valor recié n producido ya no lo mide por su medida real, la proporció n entre el
plustrabajo y el trabajo necesario, sino que lo mide por sı́ mismo, por el capital, como
supuesto de ese valor, Un capital de un valor determinado produce en un lapso determinado
una plusvalı́a determinada. La plusvalı́a, medida ası́ por el valor del capital presupuesto —y
puesto ası́ el capital como valor que se valoriza a sı́ mismo— es el beneficio; bajo este specie
—no æterni sino capitalis—a la plusvalı́a es beneficio, y el capital en sı́ mismo como capital,
como valor que produce y reproduce, se diferencia de sı́ mismo como beneficio, valor recié n
Grundrisse. Cuaderno VII
parte del capital intercambiada por trabajo vivo. Pero esta proporcionalidad supone un
crecimiento del capital sin crecimiento y desarrollo de la fuerza productiva del trabajo. Un
supuesto anula el otro. Tal cosa contradice la ley de desarrollo del capital y, especialmente,
del desarrollo del capital fixe.
634 Una progresió n de tal gé nero só lo puede ocurrir en etapas en las cuales el modo de
producció n del capital aú n no se ha adecuado a este ú ltimo, o bien en aquellas esferas de la
producció n donde el capital só lo haya alcanzado formalmente el dominio, como por
ejemplo, en la agricultura. Aquı́, la fertilidad natural del suelo puede surtir el mismo efecto
que un aumento del capital fixe, esto es, hacer que aumente el tiempo de plustrabajo
relativo sin que se reduzca el cuanto del trabajo necesario. (Por ejemplo en los United
States.) El gross profitb —es decir la plusvalı́a considerada al margen de su relació n formal,
no como proporció n sino como simple magnitud de valor sin relació n con otra magnitud—,
crecerá en promedio no como la tasa del beneficio, sino como el volumen del capital. Por
tanto, si la tasa del beneficio está en proporció n inversa al valor del capital, la suma del
beneficio estará en relació n directa al mismo.
a “der Profit”; en la ed. 1939, “die Rate des Profits” (“la tasa del beneficio”)
Só lo que esta tesis ú nicamente es verdadera para un estadio restringido alcanzado en su
desarrollo por la fuerza productiva del capital o del trabajo. Un capital de 100 con un
beneficio del 10% rinde una suma de beneficio menor que un capital de 1.000 con un
beneficio del 2%. En el primer caso la suma es 10, en el segundo 20, o sea el gross profit del
capital grande es el doble del obtenido por el capital 10 veces menor, aunque la tasa del
beneficio del menor sea mayor fuera só lo del 1%, la suma del beneficio serı́a de 10a, tanto
como para el capital 10 veces menor, porque, en la misma proporció n en que su magnitud
[[se ha modificado]], la tasa del beneficio ha disminuido.
a “10”; en el ms “10%”
Si la tasa del beneficio para el capital de 1.000 fuera de só lo 1/2%, la suma del beneficio
serı́a entonces só lo la mitad de la correspondiente al capital menor, serı́a só lo de 5, porque
la tasa del beneficio serı́a 20 veces menor. Expresado de manera general, pues; si la tasa de
beneficio decrece para el capital mayor, pero no en proporció n a su magnitud, crecerá el
gross profit aunque disminuya la tasa del beneficio. Si la tasa del beneficio disminuye pero
en proporció n a su magnitud, el gross profit se mantendrá igual al del capital menor; se
conservará estacionario. Si decrece la tasa del beneficio en proporció n mayor a lo que crece
su magnitud, decrecerá el gross profit del capital mayor, comparado con el menor, tanto
como decrezca la tasa del beneficio. Es é sta, en todo respecto, la ley má s importante de la
moderna economı́a polı́tica y la esencial para comprender las relaciones má s dificultosas.
Es, desde el punto de vista histó rico, la ley má s importante. Es una ley que, pese a su
simplicidad, hasta ahora nunca ha sido comprendida y, menos aun, expresada
conscientemente.
635 Como esta disminució n de la tasa del beneficio equivale a lo siguiente: 1) a la fuerza
productiva ya producida y a la base material que constituye aqué lla para la nueva
producció n; esto presupone, a la vez, un enorme desarrollo de scientific powers; 2) a la
reducció n de aquella parte del capital ya producido que se intercambia por trabajo
inmediato, esto es, a la disminució n del trabajo inmediato requerido para la reproducció n
de un enorme valor que se expresa en una gran masa de productos; gran masa de productos
a bajos precios, porque la suma total de los precios es = al capital reproducido + el
beneficio; 3) [[ a ]] la dimensió n del capital en general, tambié n a la parte del mismo que no
es capital fixe; o sea un trá fico inmensamente desarrollado, gran nú mero de operaciones de
cambio, amplitud del mercado y universalidad del trabajo simultá neo; medios de
comunicació n, etc.; disponibilidad del necesario fondo de consumo para efectuar este
Grundrisse. Cuaderno VII
proceso descomunal (los obreros comen, necesitan casas, etc.). Se pone ası́ de manifiesto
que la fuerza productiva material ya disponible, ya elaborada, existente bajo la forma de
capital fixe —tal como el scientific power, tal como la població n, etc., en suma, tal como
todas las condiciones de la riqueza, esto es, las condiciones má ximas para la reproducció n
de la riqueza, o sea el rico desarrollo del individuo social—, que el desenvolvimiento de las
fuerzas productivas motivado por el capital mismo en su desarrollo histó rico, una vez
llegado a cierto punto, anula la autovalorizació n del capital en vez de ponerla. A partir de
cierto momento el desenvolvimiento de las fuerzas productivas se vuelve un obstá culo para
el capital; por tanto la relació n del capital se torna en una barrera para el desarrollo de las
fuerzas productivas del trabajo. El capital, es decir el trabajo asalariado, llegado a este
punto entra en la misma relació n con el desarrollo de la riqueza social y de las fuerzas
productivas que el sistema corporativo, la servidumbre de la gleba y la esclavitud, y, en su
calidad de traba, se le elimina necesariamente. Con ello se quita la ú ltima, figura servil
asumida por la actividad humana, la del trabajo asalariado por un lado y el capital por el
otro, y este despojamiento mismo es el resultado del modo de producció n adecuado al
capital; las condiciones materiales y espirituales para la negació n del trabajo asalariado y
del capital, las cuales son ya la negació n de formas precedentes de producció n social, son a
su vez resultados del proceso de producció n caracterı́stico del capital. En agudas
contradicciones, crisis, convulsiones, se expresa la creciente inadecuació n del desarrollo
productivo de la sociedad a sus relaciones de producció n hasta hoy vigentes. La violenta
aniquilació n de capital, no por circunstancias ajenas al mismo, sino como condició n de su
autoconservació n, es la forma má s contundente en que se le da advice to be gone and to give
room to a higher state of social productiona.
a [Se le] advierte que se vaya y que deje lugar a un estadio superior de producció n social
636 No se trata solamente del incremento de la scientı́fic power, sino de la medida en que la
misma está puesta como capital fixe, del volumen de la amplitud con que está realizada y se
ha apoderado de la totalidad de la producció n. Se trata asimismo del desarrollo de la
població n, etc., en suma de todos los momentos de la producció n, por cuanto la fuerza
productiva del trabajo, ası́ como la aplicació n de la maquinaria, está relacionada con la
població n, cuyo crecimiento es ya, en y para sı́, tanto el supuesto como el resultado del
incremento que experimentan los valores de uso a reproducir y, por tanto, a consumir.
Como esta merma del beneficio equivale a la merma proporcional del trabajo inmediato con
respecto a la magnitud del trabajo objetivado que aqué l reproduce, y del nuevo que pone, el
capital hará todos los esfuerzos para poner coto a la mengua de la proporció n entre el
trabajo vivo y la magnitud del capital en general, y por tanto tambié n entre la plusvalı́a,
cuando está expresada como beneficio, y el capital presupuesto, by reducing the allotment
made to necessary labour and by still more expanding the quantity of surplus labour with
regard to the whole labour employed. Ilence the highest development of productive power
together with the greatest expansion of existing wealth will coincide with depreciation of
capital, degradation of the labourer, and a most straightened exhaustion of his vital powers.
These contradictions lead to explosions, cataclysms, crises, in which by momentaneous
suspension of labour and annihilation" of a great portion of capital the latter is violently
reduced to the point, where it can go ona. Estas contradicciones, of course, tienen como
resultado estallidos, crisis, en los que la anulació n momentá nea de todo trabajo y la
destrucció n de gran parte del capital lo hacen volver violentamente al punto en el cual is
enabled fully employing its productive powers without committing suicide. Yet, these
regularly recurring catastrophes lead to their repetition on a higher scale, and finally to its
violent overthrow b.
a Reduciendo la parte que le toca al trabajo necesario y expandiendo aú n má s ha cantidad de plustrabajo
con respecto a todo el trabajo empleado. De ahı́ que el má ximo desarrollo de la fuerza productiva, junto con la
Karl Marx
expansió n má xima de la riqueza existente, coincida con la depreciació n del capital, la degradació n del obrero y
la postració n má s absoluta de sus facultades vitales. Estas contradicciones derivan en estallidos, cataclismos,
crisis en las cuales, mediante la suspensió n momentá nea del trabajo y la aniquilació n de una gran parte del
capital, se reduce violentamente a este ú ltimo al punto desde donde pueda proseguir su marcha. [En el
manuscrito, la frase en inglé s que va desde "These" hasta "go on" está colocada, sin signos de inclusió n, sobre
la frase siguiente, que es una redacció n má s o menos diversa de la misma.].- b Está en condiciones de emplear
a cabalidad sus fuerzas productivas sin suicidarse por ello. Con todo, estas catá strofes regularmente
recurrentes tienen como resultado su repetició n en mayor escala, y por ú ltimo el derrocamiento violento del
capital
En el movimiento desarrollado del capital existen momentos que detienen ese
movimiento mediante otros recursos que las crisis; tal como, por ejemplo, la continua
desvalorizació n de una parte del capital existente: la transformació n de una gran parte del
capital en capital fixe, el cual no presta servicios como agente de la producció n directa;
improductivo despilfarro de una gran parte del capital, etc. (El capital, empleado
productivamente, siempre se reintegra por partida doble; tal como hemos visto, el poner
valor presupone, por parte del capital productivo, un contravalor.
637 El consumo improductivo del capital por un lado lo reintegra, por el otro lo destruye*. Que,
por lo demá s, se pueda contener la baja en la tasa del beneficio suprimiendo detracciones al
mismo, por ejemplo rebajando los impuestos, disminuyendo la renta del suelo, etc., no es
tema que debamos considerar aquı́, por mucha que sea su importancia prá ctica, ya que se
trata de partes del beneficio bajo otro nombre y de las que se han apropiado personas que
no son el capitalista mismo**.
* La misma ley se expresa sencillamente —aunque debe considerarse esta expresió n má s adelante, en la
teorı́a de la població n— como la proporció n entre el crecimiento de la població n —y particularmente de la
parte trabajadora de la misma— y el capital ya presupuesto.
** Forma parte de otra secció n, en todo caso, el modo en que esta ley se expresa de manera diferente, en la
relació n recı́proca de los muchos capitales, id est de la competencia. Se la puede enunciar, tambié n, como ley
de la acumulació n de los capitales; ası́ lo hace, por ejemplo, Fullarton. Nos ocuparemos de ello en la secció n
siguiente. Es importante llamar la atenció n sobre el hecho de que en esta ley no se trata simplemente del
desarrollo de la power productiva vvábieL, sino a la vez del grado en que esa productive power actú a como
capital, realizá ndose ante todo y por un lado como capital fixe, y como població n por el otro.
La disminució n se contrarresta, asimismo, mediante la creació n de nuevas ramas de la
producció n, en las que se requiere má s trabajo inmediato en proporció n al capital, o en
aquellas donde aú n no está desarrollada la fuerza productiva del trabajo, id est, la fuerza
productiva del capital.) (Tambié n los monopolios.) "Profit is a term signifying the increase
of capital or wealth; so failing to find the laws which govern the rate of profit, is failing to
find the laws of the formation of capital"a (William Atkinson, Principies of Political Economy,
etc. Londres, 1840, p. 55.) Pero sin embargo, Atkinson ha failed in understanding even what
the rate of profit isb.
a "Beneficio es un té rmino que significa el aumento del capital o la riqueza; por ende no poder hallar las
leyes que rigen la tasa del beneficio, es no poder hallar las leyes de la formació n del capital."- b No [[ha]]
logrado comprender ni siquiera qué es la tasa del beneficio
A. Smith explicó la baja de la tasa del beneficio con el incremento del capital, como si se
debiera a la competencia de los capitales entre sı́ 3. A esto objetó Ricardo que en las diversas
ramas de la industria la competencia, por cierto, puede reducir los beneficios a un nivel
medio, puede nivelar las tasas, pero no puede abatir esas tasas medias mismas 4. La tesis de
Smith es correcta en cuanto es en la competencia —en la acció n de un capital sobre otro
capital— donde se realizan por primera vez las leyes inmanentes al capital, sus tendencias.
Es falsa, con todo, en el sentido en que é l la comprende, como si la competencia impusiera al
3 Cf. A. SMITH, Recherches etc., cit., t. I, p. 193 [Riqueza de las naciones, p. 85], cf. MEGA 1/3, pp. 467-468.
4 Cf. nota 22
Grundrisse. Cuaderno VII
capital leyes externas, introducidas de afuera, que no serı́an sus propias leyes. La
competencia só lo puede bajar permanentemente y en todas las ramas de la industria, las
tasas del beneficio, esto es, só lo puede bajar permanentemente las tasas medias del
beneficio, si es concebible y só lo en la medida en que sea concebible una baja general y
permanente, una baja que opere como ley, de las tasas del beneficio, previamente a la
competencia y sin tener que ver con ella. La competencia ejecuta las leyes internas del
capital, las impone como leyes obligatorias a cada capital, pero no las crea. Las pone en
prá ctica.
638 Por consiguiente, explicarlas simplemente por la competencia significa admitir que no se
las ha comprendido. Ricardo, por su parte, dice: "Ninguna acumulació n de los capitales
puede abatir permanentemente los beneficios si una causa igualmente permanente no
aumenta los salarios" (p. 92, t. II, Parı́s, 1835, traduit de Constancio) 5. Esta causa la
encuentra Ricardo en la improductividad creciente, relativamente creciente, de la
agricultura, en "la creciente dificultad de aumentar la cantidad de las sub[si]stencias" 6, esto
es, en el incremento proporcional del salario, de tal modo que en realidad el salario no
obtiene má s, pero el producto contiene un trabajo mayor; en una palabra, para la
producció n de los productos agrı́colas se requiere una parte mayor de trabajo necesario.
Para Ricardo, por consiguiente, a la tasa decreciente del beneficio corresponde un
incremento nominal del salario y un crecimiento real de la renta del suelo. Su unilateral
manera de concebir las cosas, que toma solamente un case aislado —por ejemplo que la
tasa del beneficio puede disminuir porque el salario momentá neamente aumenta, etc.—;
que eleva a ley general una relació n histó rica tomada de un perı́odo de 50 añ os, relació n
que en los 50 añ os siguientes se invierte, y que en general se funda en el desequilibrio
histó rico entre el desarrollo de la industria y el de la agricultura —en sı́ y para sı́ es có mico
que Ricardo, Malthus, etc., en su é poca, cuando la quı́mica fisioló gica apenas existı́a aú n,
hayan formulado leyes generales y eternas para la misma—, esta manera de concebir
ricardiana, pues, ha sido atacada desde todos los á ngulos, má s que otra cosa a partir de la
intuició n de que era falsa e insatisfactoria; pero, comú nmente, má s en su aspecto correcto
que en el falso.
"A. Smith thought that accumulation or increase of stock in general lowered the rate of
profits in general, on the same principie which make the increase of stock in any particular
trade lower the profits of that trade. But such increase of stock in a particular trade means
an increase more in proportion than stock is at the same time increased in other trades it is
relative."a (P. 9, An Inquiry into those Principies Respecting the Nature of Demand and the
Necessity of Consumption, Lately Advocated by Mr. Malthus. Londres, 1821.)7 "La competition
among the industrial capitalists puede levelb los beneficios que se alcen particularmente
sobre el nivel, pero no lower this ordinary level”c (Ramsay, IX, 88.) 8
a "A. Smith cree que la acumulació n o incremento del capital en general baja la tasa del beneficio en general,
fundá ndose en el mismo principio segú n el cual el incremento de capital en cualquier rama particular baja los
beneficios de esa rama. Pero tal incremento de capital en una rama particular significa un aumento
proporcionalmente mayor que el que se produce al mismo tiempo en otras ramas: es [un incremento] relativo."
En este texto en inglé s falta por lo menos la puntuació n.- b [La] competencia entre los capitalistas industriales
[puede] nivelar....- c [no] abatir este nivel general
(Ramsay y otros economistas diferencian atinadamente entre el hecho de que la
5 Cf. MEGA 1/3, p. 509 [Principios, p. 203].
8 Cf. G. RAMSAY, An Essay etc., cit., pp. 179-180; "IX, 88" se refiere al cuaderno de extractos
Karl Marx
vivir sin beneficios, al igual que el trabajador no puede hacerlo sin salarios."- c En la ed. 1939, "23" en vez de
"123".-d [los]" alimentos adicionales.- e Artı́culos de primera necesidad.- f En la ed. 1939, "121" en vez de 120-
121"
Ricardo confunde inmediata y directamente el beneficio con la plusvalı́a, en absoluto ha
establecido esa diferencia. Pero mientras que [[la tasa]] de la plusvalía está determinada por
la proporción entre el plus-trabajo empleado por el capital y el trabajo necesario, la tasa del
beneficio no es otra cosa que la proporción entre la plusvalía y el valor total del capital
presupuesto por la producción. Su proporció n, por consiguiente, disminuye y aumenta
conforme a la relació n entre la parte del capital intercambiada por trabajo vivo y la que
existe en calidad de materia prima y capital fixe. Bajo todas las circunstancias, la plusvalía
considerada como beneficio, tiene que expresar una proporción de la ganancia inferior a la
proporción real de la plusvalía. Bajo todas las circunstancias, en efecto, el beneficio se mide
por el capital total, que siempre es mayor que el empleado en wages e intercambiado por
trabajo vivo. Como Ricardo confunde tan simplemente plusvalı́a y beneficio, y como la
plusvalı́a só lo puede decrecer constantemente —só lo puede decrecer tendencialmente— si
decrece la proporció n entre el plustrabajo y el trabajo necesario, o sea el tiempo requerido
para la reproducció n de la capacidad de trabajo, y esto só lo es posible con la mengua de la
fuerza productiva del trabajo, Ricardo supone que la fuerza productiva del trabajo, mientras
que aumenta en la industria gracias a la acumulació n del capital, decrece en la agricultura.
Huyendo de la economı́a, se refugia en la quı́mica orgá nica.
640 Hemos demostrado la necesidad de esta tendencia sin tomar en consideració n para nada la
renta de la tierra, de la misma manera que no habı́amos tomado en consideració n, por
ejemplo, la demanda creciente de trabajo, etc. Có mo se vinculan entre sı́ la renta de la tierra
y el beneficio, es tema a ventilar cuando analicemos la renta misma de la tierra, no aquı́.
Pero que el postulado fisioló gico de Ricardo, expresado como ley general, es falso, lo ha
demostrado la quı́mica moderna 11. De ahı́ que los discı́pulos de Ricardo, en la medida en
9 En realidad se trata de la p. 123; cf. cuaderno VIII, Grundrisse 826 [Principios, p. 92].
11 Cf. JUSTUS VON LIEBIG, Die organische Chemie in ihrer anwendung auf Agrikultur und Physiologie, 4 Auflage,
Braunschweig 1842. J. F. W. JOHNSTON, Lectures on Agricultural Chemistry and Geology, 2a. ed., London 1847, J.
F. W. JOHNSTON, Catechism of Agricultural Chemistry and Geology, 23a. ed., Edinburgh 1849. Extractos de estas
obras se encuentran en los cuadernos londinenses XII, XIII y XIV.
Grundrisse. Cuaderno VII
que no se limitan a repetirlo maquinalmente, hayan desechado sin inmutarse —al igual que
la economı́a moderna en general— lo que les desagradaba en los principios de su maestro.
To drop the problem is their general method of solving ita. Otros economistas, como por
ejemplo Wakefield, se refugian en el examen del field of employmentb para el capital en
expansió n.
a Desechar el problema es su mé todo general para resolverlo.- b Campo de empleo
Corresponde esto al aná lisis de la competencia, y es má s bien la dificultad que el capital
encuentra para realizar el beneficio creciente; por tanto, negación de la tendencia inmanente
a la baja de la tasa del beneficio. Sin embargo, para el capital, la necesidad de buscar un field
of employment cada vez má s amplio es a su vez una consecuencia. No se puede contar a
Wakefield y afines entre quienes han planteado el problema mismo. (Es, hasta cierto punto,
reproducció n de la tesis de Smith.) Entre los economistas má s modernos, por ú ltimo, los
armonistas —que encabeza el [[norte]]americano Carey y cuyo ladero má s petulante era el
francé s Bastiat (es, dicho sea de paso, una de las má s hermosas ironı́as de la historia que los
freetradersc continentales repitan como papagayos al señ or Bastiat, quien, por su parte,
sacia su sed de sabidurı́a en el proteccionista Carey), admiten el fact, la tendencia de la tasa
del beneficio a disminuir a medida que el capital productivo crece.
c Librecambistas
medida que los capitales aumentan (y con ellos los productos), aumenta la parte absoluta que toca al capital y
12 Cf. en estos Elementos fundamentales el texto de Marx sobre Bastiat y Carey incluido en el volumen III.
disminuye su parte proporcional. A medida que los capitales aumentan (y con ellos los productos), aumentan
la parte proporcional y la parte absoluta del trabajo. Como el capital ve acrecentarse su parte absoluta, aunque
no obtenga sucesivamente má s que 1/2, 1/3, 1/4, 1/5 del producto total, el trabajo, al que corresponden
sucesivamente 1/2, 2/3, 3/4, 4/5, evidentemente entra en el reparto con una cuota progresiva, tanto en el
sentido proporcional como en el absoluto."-
A tı́tulo de ilustración consigna lo siguiente:
Produit total Part du capital Part du travailb
1re pé riode 1.000 1/2 ou 500 1/2 ou 500
2e 1.800 1/3 ou 600 2/3 ou 1.200
3e 2.800 1/4 ou 700 3/4 ou 2.100
4e 4.000 1/5 ou 800 4/5 ou 3.200
(p. 130, 131)
La misma broma se repite en la p. 288 bajo esta forma: gross profit creciente junto a tasa
decreciente del beneficio, pero masa creciente de productos, vendidos a precio inferior; con
tal motivo se habla con mucha gravedad de la "loi d'une dé croissance indé finie qui n'arrive
jamais à zé ro, loi bien connue des mathé maticiens" e (p. 288). "On voit ici" (¡ charlatá n de
feria! ) "un multiplicateur dé croitre sans cesse, parce que le multiplicande s'acroit
toujours"d (p. 288, I.c.).
Ricardo habı́a presentido a su Bastiat. Al poner de relieve el incremento del beneficio, en
cuanto suma, junto al del capital y pese a la mengua experimentada por la tasa del beneficio
—vale decir la entera sabidurı́a bastiá tica anticipada— no dejaba de observar que esta
progresió n só lo "es vá lida para un perı́odo determinado". Dice textualmente: "Por mucho
que pueda disminuir la tasa de los profits of stock e a causa de la acumulació n del capital en
la tierra y de un aumento del salario" (por el cual, nota bene, Ricardo entiende aumento de
los costos de producció n de los productos de la tierra indispensables para la conservació n
de la capacidad de trabajo), "la suma total de los profits debe aumentar.
b Producto total; parte del capital; parte del trabajo.- C "Ley de una mengua indefinida que nunca llega a
cero, ley bien conocida por los matemá ticos."- d "Vemos aquı́ (...) un multiplicador que disminuye sin cesar
porque el multiplicando aumenta siempre."- e Beneficio del capital
642 Ası́, suponiendo que repetidas accumulations de 100.000 libras bajan la tasa del
beneficio de 20 a 19, 18, 17%, podemos esperar que todo el amount of profits received by
the successive owners of capital would be always progressivea ; que serı́a mayor si el capital
fuera de 200.000 libras en vez de 100.000; aun mayor si fuera de 300.000 y ası́
sucesivamente, aunque a una tasa decreciente, with every in crease of capitalb. Esta
progresión, con todo, sólo es Pálida para un período determinado: ası́, 19% sobre 200.000
libras es má s que 20 sobre 100.000; 18% sobre 300.000, má s que 19% sobre 200.000; pero
una vez que se ha acumulado el capital to a large amountc y que han disminuido los
beneficios, la acumulació n ulterior reduce la suma de é stos. Ası́, si suponemos que la
acumulació n es de 1.000.000 y los beneficios de 7%, el importe total de los beneficios será
de 70.000 libras; ahora bien, si al milló n se le hace una addı́tiond de 100.000 libras y los
beneficios bajan al 6%, los propietarios del stock obtendrá n 66.000 libras, o sea 4.000 libras
de menos, aunque el amount of capital haya aumentado de 1.000.000 a 1.100.000" (I.c., p.
124, 125) 14.
a Monto de los beneficios percibido por los sucesivos propietarios del capital irı́a siempre en aumento.- b Con cada
Price el exponer su cá lculo del interé s compuesto. Como la tasa del beneficio decrece, lo
hace con respecto al salario que, por consiguiente, tiene que acrecentarse proporcional y
absolutamente. Tal es la conclusió n de Bastiat. (Ricardo observó esta tendencia a la caı́da de
la tasa del beneficio paralelamente al aumento del capital, y como é l confundı́a el beneficio
con la plusvalı́a, tuvo que hacer que aumentara el salario para lograr que disminuyera el
beneficio. Pero como al propio tiempo vio que en la realidad el salario disminuı́a má s que
aumentaba, hizo que creciera su valor —esto es, el cuanto de trabajo necesario— sin que
aumentara su valor de uso. De hecho, pues, só lo hizo crecer la renta de la tierra. Bastiat, el
armonista, descubre empero que con la acumulació n de los capitales el salario crece
proporcional y absolutamente.) Supone lo que tendrı́a que demostrar, que la merma en la
tasa del beneficio se identifica con el aumento en la tasa del salario, e "ilustra" entonces su
supuesto con un ejemplo de cá lculo que parece haberlo entretenido en grado sumo*. Si bien
la merma en la tasa del beneficio no expresa otra cosa sino la merma de la proporció n en
que el capital total necesita trabajo vivo para su propia reproducció n, esto es harina de otro
costal.
643 El señ or Bastiat pasa por alto la pequeñ a circunstancia de que, en su supuesto, aunque
decrece la tasa del beneficio del capital, el capital mismo se acrecienta, el capital
presupuesto a la producció n. Que el valor del capital no puede crecer sin que é ste se
apropie de plustrabajo, es algo que el propio señ or Bastiat bien podı́a haber barruntado.
Que el mero aumento de los productos no acrece el valor, se lo podı́an haber mostrado las
lamentaciones suscitadas en la historia francesa por las cosechas excesivas. Entonces, el
problema giraba sencillamente en torno a investigar el siguiente punto: si la baja en la tasa
del beneficio equivalı́a al aumento de la tasa del trabajo necesario en proporció n al
plustrabajo a, o má s bien a la baja de la tasa global del trabajo vivo empleado con relació n al
capital reproducido.
* Pasaje tachado: "Por cierto, si la tasa del beneficio decrece, tiene que decrecer con relació n a algo, y ese
algo es el capital mismo"
a "der Rate der notwendigen Arbeit im Verhá ltnis zur Surplusarbeit" en el ms. y en ed. 1939, "der Rate der
Surplusarbeit im Verhiltnis zur notwendigen Arbeit" ("de la tasa del plustrabajo en proporció n al trabajo
necesario")
El señ or Bastiat, pues, distribuye sencillamente el producto entre el capitalista y los
obreros, en lugar de hacerlo entre la materia prima, el instrumento de producció n y el
trabajo y de preguntarse en qué partes alı́cuotas se emplea su valor en el intercambio por
esas diversas porciones. Evidentemente, la parte del producto intercambiado por materia
prima e instrumento de producció n no le concierne en nada a los obreros. Los que é stos
comparten con el capital, en cuanto salario y beneficio, no es otra cosa sino el nuevo trabajo
vivo agregado. Pero lo que má s inquieta a Bastiat es quié n engulle entonces el producto
aumentado. Como el capitalista se zampa una parte relativamente menor, ¿no habrá de
devorar el obrero una relativamente mayor? Particularmente en Francia —cuya producció n
total da para comer muchı́simo, cuando menos en la fantası́a de Bastiatel señ or Bastiat
podrı́a convencerse de que en torno al capital pulula una masa de cuerpos pará sitos que,
con uno u otro tı́tulo, absorbe una parte tan grande de la producció n global que a los
obreros no se les puede hacer el campo oré gano. Que, por lo demá s, con la producció n en
gran escala debe aumentar la masa total del trabajo empleado, aunque decrezca la
proporció n entre trabajo empleado y capital, resulta claro, como lo es, que con ello nada
obsta para que, con el aumento del capital, una població n obrera aumentada requiera una
mayor masa de productos. Por lo demá s Bastiat, en cuyo Armó nico cerebro todos los gatos
Karl Marx
son pardos (vé ase má s arriba, salario) 15, confunde la disminució n del interé s, con el
aumento del salario, ya que aqué lla equivale, antes bien, a un Aumento del beneficio
industrial, no afecta en nada a los obreros, sino só lo a la proporció n en que diversas species
de capitalistas se reparten el beneficio total.
644
Capital y rédito (beneficio). Producción y distribución. Sismondi. — Costos de producción
desde el punto de vista del capital. Beneficio, ídem [[desde el punto de vista del capital]]. —
Desigualdad de los beneficios. Nivelación y tasas generales del beneficio. — Transformación
de la plusvalía en beneficio. Leyes
Retournons à nos moutonsa 16. El producto del capital es pues el beneficio. Por cuanto se
relaciona consigo mismo en calidad de beneficio, se relaciona consigo mismo en calidad de
fuente de la producción del valor, y la tasa del beneficio expresa la proporción en que ha
aumentado su propio valor.
a Volvamos a nuestros carneros (o sea, retornemos nuestro terna)
Pero el capitalista no es solamente capital. Tiene que vivir, y como no vive del trabajo [[
propio ]], que vivir del beneficio, esto es, del trabajo ajeno que se ha apropiado. El capital,
en cuanto fuente de la riqueza, está puesto de esta suerte. El capital —ya que se ha
incorporado la productividad como cualidad inmanente— se relaciona con el beneficio en
cuanto rédito. Puede consumir una parte de é ste (aparentemente el todo, pero ya veremos
que esto es falso) sin cesar de ser capital. Tras el consumo de este fruto, el capital puede dar
nuevos frutos. Puede representar la riqueza que es disfrute sin dejar de representar la
forma universal de la riqueza, lo que le era imposible al dinero en la circulació n simple. Para
seguir siendo forma universal de la riqueza el dinero tenía que abstenerse, o si se consumı́a [[
cambiá ndose ]] por riqueza real, disfrutes, cesaba de ser la forma universal de la riqueza. De
este modo, el beneficio se presenta como forma de distribución, al igual que el salario. Pero
como el capital só lo puede crecer por reconversió n del beneficio en capital —en
pluscapital—, el beneficio es igualmente forma de producción para el capital; exactamente al
igual que el salario desde el punto de vista del capital es meramente una relación de
producción, y desde el punto de vista del obrero relació n de distribució n. Vemos aquı́ có mo
las relaciones de distribució n mismas son producidas por las relaciones de producció n y
representan a é stas d'un cutre point de vuea.
a Desde otro punto de vista
15 Cf. en el texto de Marx sobre Bastiat y Carey el fragmento Sobre los salarios en el vol. III de estos Elementos
fundamentales.
16 Cf. p. 631.
querer reducir estas complejas formas a aquellas simples relaciones de cambio, tal como lo
hacen los armó nicos freetraders. Desde el punto de vista del é change simple, y
considerando la acumulació n como mera acumulació n de dinero (valor de cambio), el
beneficio y el ré dito del capital son imposibles. "Si los ricos gastaran en productos de lujo la
riqueza acumulada —y só lo pueden adquirir mercancı́as por é change—, pronto estarı́a
agotado su fonds. . . Pero en el ordre social la riqueza ha adquirido la cualidad de
reproducirse mediante el trabajo ajeno... La riqueza, como el trabajo y mediante el trabajo,
produce un fruto anual que se puede destruir cada añ o sin que por ello el rico se vuelva má s
pobre. El fruto es el ré dito, que se origina del capital" (Sismondi, IV) 18. Si el beneficio
aparece ası́ como resultado del capital, tambié n aparece, por otra parte, como supuesto de
la formació n de capital. Y de este modo está nuevamente pues-lo el movimiento cı́clico en el
cual el resultado se presenta como supuesto. "De este modo parte del ré dito se transforma
en capital, en un valor permanente que se reproduce, que ya no desaparece; este valor se
escinde de la mercancı́a que lo ha creado; al igual que una cualidad metafı́sica, insustancial,
permanece siempre en posesió n del mismo cultivateur" (capitalista), "para el cual reviste
diversas formas" (Sismondi, VI) 19.
Como el capital está puesto en cuanto creador de beneficio, en cuanto fuente de la riqueza,
independientemente del trabajo, se supone que todas las partes del capital son uniformemente
productivas. Ası́ como la plusvalı́a en té rminos de beneficio se mide con respecto al valor
total del capital, la misma se presenta como si fuera producida uniformemente por las
diversas partes componentes de aqué l. Por consiguiente la parte circulante del capital (la
parte que se compone de materias primas y medios de subsistencia) no produce entonces
má s beneficio que el componente constituido por el capital fixe, es decir que el beneficio se
refiere uniformemente a esos componentes segú n la magnitud de los mismos.
Como el beneficio del capital só lo se realiza en el precio que se paga por é ste, que se paga
por el valor de uso creado por el capital, el beneficio estará determinado pues por el
excedente del precio recibido con respecto al precio que cubre los desembolsos.
646 Como ademá s esta realizació n ú nicamente se efectú a en el intercambio, para cada capital
individual el beneficio no estarcí limitado necesariamente por su plusvalía, por el plustrabajo
contenido en é l, sino que estará en relació n con el excedente del precio que obtiene el
capital en el intercambio. Puede intercambiar por más que su equivalente, y de ahí que el
beneficio sea mayor que su plusvalía. Este puede ser el caso ú nicamente en la medida en que
el otro sujeto del intercambio no reciba un equivalente. El plus-valor total, al igual que el
beneficio total —que no es má s que la plusvalı́a misma calculada de diversa manera—,
nunca puede aumentar ni disminuir en virtud de esta operació n; é l mismo no se modifica
por ella, sino sólo su distribución entre los diversos capitales. Sin embargo estas
consideraciones corresponde hacerlas sólo cuando considerarnos la pluralidad de capitales,
no aquí todavía. Frente al beneficio, el valor del capital presupuesto en la producción se
presenta como adelantos costas de producción que el producto debe reintegrar. Luego de la
detracción de aquella parte del precio que los reintegra, el excedente constituye el
beneficio. Como el plustrabajo –el beneficio y el interés, no siendo ambos otra cosa que
partes de aquél– nada le cuesta al capital, o sea no se incluye entre los valores adelantados
por éste, no figurará ese plustrabajo –que está incluido en los costos de producción del
producto y que constituye la fuente de la plusvalía, y por tanto la del beneficio– entre los
costos de producción del capital, Estos equivalen tan sólo a los valores realmente
adelantados por el capital, no al plusvalor del cual este se apropia en la producción y que
18 Cf. ibídem, p. 81.
realiza en la circulación. Los costos de producción desde el punto de vista del capital no son
pues los reales costos de producción, ya que al capital nada le cuesta el plustrabajo. El
excedente en el precio del producto sobre el precio de los costos de producción, le da el
beneficio. Por ende puede existir beneficio para el capital sin que se realicen sus reales
costos de producción, esto es, todo el plustrabajo puesto en obra por aquél, El beneficio –el
excedente por encima de los adelantos que el capital ha efectuado– puede ser menor que la
plusvalía, o sea., que el excedente, obtenido por el capital, de trabajo vivo por encima del
trabajo objetivado que aquél ha intercambiado por la capacidad de trabajo. Debido a la
separación entre interés y beneficio –de la que nos ocuparemos de inmediato– también
para el propio capital productivo una parte del plusvalor es puesta como costo de
producción. La confusión de los costos de producción. desde el punto de vista del capital, con
el cuanto de trabajo –plustrabajo incluido– objetivado en el producto del capital, ha hecho
decir que "el beneficio no está incluido en el natural price.a" 20. Sería "absurd denominar
excess o profit a part of the expenditure'”b (Torrens, IX, 30)21.
a Precio natural.- b (Sería) “absurdo (denominar) excedente (o) beneficio una parte del desembolso
647 Esto da por resultado, en el caso, una enorme confusión; o no realizar el beneficio en el
intercambio, sino hacerlo surgir del mismo (lo que só lo relativamente puede ser el caso, si
uno de los sujetos del intercambio no obtiene su equivalente) o atribuir al capital una
fuerza má gica que crea algo de la nada. Por cuanto el valor puesto en el proceso de
producció n realiza su precio en el intercambio, el precio del producto aparecerá
determinado in fact por la suma de dinero que expresa un equivalente de la cantidad total
de trabajo contenida en la materia prima, la maquinaria, el salario y el plustrabajo impago.
El precio aú n aparece aquı́, pues, só lo como cambio de forma del valor; el valor expresado
en dinero; pero la magnitud de ese precio está presupuesta en el proceso de producció n del
capital. El capital aparece con ello determinando el precio, de tal modo que el precio está
determinado por los adelantos efectuados por el capital + el plustrabajo realizado por é l en
el producto. Má s adelante veremos có mo, a la inversa, el precio se presenta como
determinante del beneficio. Y si aquı́ los costos de producció n reales globales se presentan
como determinantes del precio, el precio aparecerá má s abajo como determinante de los
costos de producció n. Para imponerle al capital sus leyes inmanentes a tı́tulo de necesidad
externa, la competencia aparentemente las invierte. Las trastoca.
Repitá moslo una vez má s: el beneficio del capital no depende de su magnitud, sino, a
magnitudes iguales, de la proporció n entre los componentes (la parte constante y la
variable); luego, de la productividad del trabajo (la cual, empero, se expresa en aquella
primera proporció n, puesto que a igual productividad el mismo capital no puede elaborar
en el mismo tiempo con la misma porció n de trabajo vivo el, mismo material); del tiempo de
rotació n, que está determinado por las diferentes proporciones entre el capital fixe y el
circulant, por la diversa durabilidad del capital fixe, etc., etc. (vé ase arriba). La desigualdad
del beneficio en diversas ramas de la industria para capitales de igual magnitud, id est la
desigualdad de las tasas del beneficio, es condició n y supuesto para las compensaciones que
opera la competencia.
En la medida en que el capital obtiene, adquiere materia prima, instrumento y trabajo a
travé s del intercambio, sus elementos mismos existen ya bajo la forma de precios, está n
puestos ya como precios, presupuestos a é l. Confrontar el precio de mercado de su producto
con los precios de sus elementos se vuelve entonces decisivo para el capital. Pero esto no
debe tener cabida sino en el capı́tulo de la competencia.
20 Cf. R. TORRENS, An Essay etc., cit., p. 51.
648 De modo que la plusvalı́a, puesta por el capital en un tiempo dado de rotació n, adquiere
la forma del beneficio en tanto se la mide con respecto al valor total del capital presupuesto
a la producció n. Mientras que la plusvalı́a se mide directamente por el plustiempo de
trabajo que el capital gana en el intercambio con el trabajo vivo. El beneficio es nada má s
que otra forma, má s desarrollada —en el sentido del capital—, de la plusvalı́a. Aquı́
ú nicamente a se considera la plusvalı́a en cuanto obtenida en el proceso de producció n a
cambio del capital mismo, no a cambio del trabajo. El capital en cuanto capital, en cuanto
valor presupuesto, se presenta por ende relacioná ndose consigo mismo —a travé s de la
mediació n de su propio proceso— en cuanto valor puesto, producido, y el valor puesto por
é l se llama beneficio.
Las dos leyes inmediatas que aparecen ante nosotros en esta transformació n de la
plusvalı́a en beneficio, son las que siguen: 1) Expresada como beneficio, la plusvalía se
presenta siempre como una proporción menor al monto real de la plusvalía en su realidad
inmediata. Efectivamente, en vez de que se le mida con respecto a una parte del capital, la
intercambiada por trabajo vivo (una proporció n que se expresa como la proporció n entre el
plustrabajo y el trabajo necesario)b, se le mide con respecto al total.
a "Nur noch"; en la ed. 1939, “nicht meter" ("ya no").- b En el ras. y la ed. 1939, los té rminos de esta relació n
aparecen invertidos
Sea cual fuere la plusvalı́a que pone un capital a y sea cual fuere la proporció n en a entre
c y v, entre la parte constante y la parte variable del capital, la plusvalı́a p tiene que aparecer
menor si se le mide con respecta a c + v que si se lo hace con respecto a su medida real, v. El
beneficio o —considerá ndolo no en cuanto suma absoluta, sino, tal como suele ocurrir, en
cuanta proporción (la tasa del beneficio es el beneficio expresado como la proporción según
la cual el capital ha puesto plusvalı́a)— la tasa del beneficio no expresa nunca la tasa real
segú n la cual el capital explota al trabajo, sino una proporció n siempre menor, y cuanto má s
falsa sea la proporció n que expresa aquella tasa tanto mayor será el capital. La tasa del
beneficio, entonces, só lo podrı́a expresar la real tasa de la plusvalı́a si el capital entero se
intercambiara nada má s que por salario, si todo el capital se intercambiara por trabajo vivo,
o sea si existiera meramente como medios de subsistencia y no só lo no existiera en la forma
de materia prima ya producida (tal como ocurre en la industria extractiva), es decir si no
só lo la materia prima fuera = 0, sino si tambié n los medios de producció n, ya en la forma de
instrumentos o en la de capital fixe desarrollado, fueran = 0. Este ú ltimo case no puede
darse sobre la base del modo de producció n correspondiente al capital. Si a = c + v,
cualquiera que sea la magnitud de p, tendremos:
c + v v a
p < p
a En el manuscrito esta ú ltima fó rmula aparece tachada; la correcta serı́a
p p
c + v < v
649 2) La segunda gran ley es que, en la medida en que el capital se ha apropiado ya del
trabajo vivo bajo la forma de trabajo objetivado, en la medida pues en que el trabajo ya está
capitalizado y por tanto actú a tambié n de manera creciente en el proceso de producció n
bajo la forma de capital fixe, o en la medida en que crece la fuerza productiva del trabajo,
decrece la tasa del beneficio. El incremento de la fuerza productiva es equivalente a) al
incremento de la plusvalı́a relativa o al tiempo relativo de plustrabajo que el trabajador
entrega al capital; b) a la mengua de trabajo necesario para la reproducció n de la capacidad
de trabajo; c) a la merma de la parte del capital que se cambia por trabajo vivo, con respecto
a las partes del mismo que participan en el proceso de producció n en calidad de trabajo
Karl Marx
objetivado y valor presupuesto. La tasa del beneficio, por ende, está en proporció n inversa
al incremento de la plusvalı́a relativa o del plustrabajo relativo, al desarrollo de las fuerzas
productivas y, asimismo, a la magnitud del capital empleado en la producció n como capital
[constante]. En otras palabras, la segunda ley es la tendencia de la tasa del beneficio a
descender con el desarrollo del capital, tanto con el desarrollo de su fuerza productiva como
con el del volumen en que é ste se ha puesto a sı́ mismo en calidad de valor objetivado, del
volumen en que tanto el trabajo como la fuerza productiva está n capitalizados.
Otras causas que ocasionalmente podrı́an incidir sobre la tasa del beneficio, que podrı́an
hacerla descender por perı́odos má s prolongados o má s breves, no corresponden a este
lugar. Es completamente cierto que, considerando al proceso de producció n en su conjunto,
el capital que opera como materia prima y capital fixe no só lo es trabajo objetivado, sino
que tiene que ser reproducido de nuevo por el trabajo y, precisamente, reproducido de
manera continua. Su existencia —el volumen que ha alcanzado é sta— supone por lo tanto
cierto volumen de la població n laboriosa, una gran població n, que es en y para sı́ condició n
de toda fuerza productiva. Pero esta reproducció n se opera en todas partes bajo el supuesto
de la acció n del capital fixe y la materia prima y el scientific power, tanto en cuanto tales
como en su calidad de elementos asimilados a la producció n e incluso ya realizados en ella.
Este punto só lo ha de desarrollarse má s detenidamente cuando consideremos el tema de la
acumulació n.
Es claro, ademá s, que aunque decrezca la parte del capital que se intercambia por trabajo
vivo, considerá ndola en proporció n al capital total, la masa total del trabajo vivo utilizado
puede aumentar o permanecer estacionaria si el capital crece en la misma o mayor
proporció n. La població n puede, por consiguiente, aumentar continuamente en proporció n
al decrecimiento del trabajo necesario.
650 Si el capital a gasta 1/2 en c y 1/2 en v, mientras que el capital a’ gasta 3/4 en c y 1/4
en v, el capital a' podrı́a aplicar 2/4 de v y 6/4 de c. Pero si originariamente era = 3/4 de
c + 1/4 de v, ahora será = 6/4 de c + 2/4 de v, o sea que habrá crecido en 4/4, esto es, se
habrá duplicado. Con todo, hemos de investigar con má s detalle esta relació n tambié n en la
teorı́a de la acumulació n y en la de la .població n. En general, no debemos dejar que las
conclusiones derivadas de estas leyes y las cavilaciones al respecto nos induzcan a error.
La tasa del beneficio, pues, no está determinada só lo por la proporció n entre el
plustrabajo y el trabajo necesario, o la proporció n segú n la cual el trabajo objetivado se
intercambia por trabajo vivo, sino por la proporció n que en general media entre el trabajo
vivo empleado y el trabajo objetivado; entre la parte del capital que en general se
intercambia por trabajo vivo, y la parte que interviene en calidad de trabajo objetivado en el
proceso de producció n. Esta parte, empero, decrece en la misma proporció n en que
aumenta el plustrabajo con respecto al trabajo necesario.
Plusvalía es igual a proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario
(Como el obrero tiene que repr<xlucir la parte del capital ique se intercambia por su
capacidad de trabajo, al igual que las demás partes del capital, la proporción en que el capita-
lista, en el íntercarnbio por capacidad dc trabajo, obtiene su ltanancia, aparece como
determinada por la proporción entre kl plustrabajo y el trabajo necesario°. Originariamen:c las
cosas s presentaban de tal manera como si el trabajo necesario sólo reintegrara los gastos.
Pero como el obrero no gasta nada salvo el trabajo mismo —tal como se aprecia a las claras en
la reproducción—, se puede expresar simplemente la proporción dc la plusvalía como la que
media entre cI t'ilustrabajo y el trabajo necesarioa.)
a En el manuscrito, los términos de esta relación aparecen invertidos
651
Grundrisse. Cuaderno VII
Valor del capital fixe y su fuerza productiva. Durabilidad del capital fixe, ídem (que su
fuerza productiva).- Las fuerzas sociales, la división del trabajo, etc., nada le cuestan al
capital.- Diferencia de las máquinas a este respecto (economía de los capitalistas en el empleo
de maquinaria).- Beneficio y plusvalía
[[Con respecto al capital fixe -y a la durabilidad como condición, no extrínseca, del mismo-
resta aún señalar: en la medida en que eI instrumenlo de producción mismo es valor, trabajo
objetivado, no aporta en cuanto fuerza productiv. Si una máquina cuya fabricación insumió 100
jornadas laborales, solamente remplazara 100 jornadas, en modo alguno contribuiría a
aumentar la fuerza productiva del trabajo y de ninguna manera reduciría el costo del
producto. Cuanto más duradera sea la máquina, tantas más veces se podrá crear con la misma
cantidad de producto o tantas más veces se podrá renovar el capital circulant, repetir su
reproducción, y tanto menor será la contribución de valor (necesaria para la compensación del
déchet, del wear y tearb de la máquina): esto es, tanto más se reducirá el precio del producto y
su correspondiente costo de producción.
b Desgaste, deterioro
Con todo, aún no debemos introducir en esta parte del aná lisis la relació n de precios. El
abatimiento del precio como condició n para la conquista del mercado no tiene cabida sino en
la competencia. Por tanto, debemos desarrollar el problema de otra manera. Si el capital
pudiera obtener sin costos el instrumento de producció n, por 0, ¿,qué consecuencias tendrı́a
ello? Lo mismo que si los costos de circulació n fueran = 0. Significarı́a esto que el trabajo
necesario para la conservació n de la capacidad de trabajo se reducirı́a y que, de este modo,
[aumentarı́a] el plustrabajo, id est la plusvalı́a, sin que al capital ello le costara ni lo mı́nimo. La
divisió n y la combinació n del trabajo dentro del proceso de producció n constituyen
justamente tal tipo de aumento de la fuerza productiva, una maquinaria que al capital nada le
cuesta. Ese aumento supone, empero, trabajos en gran escala, id est, desarrollo del capital y el
trabajo asalariado. Otra fuerza productiva que nada le cuesta es la scientific power. (Ni qué
decir tiene que siempre debe pagar cierta contribució n para los curas, maestros y sabios, sea
grande o pequeñ a la scientific power que desarrollen.) Pero el capital só lo puede apropiarse
de esta ú ltima mediante el empleo de la maquinaria (tambié n en el proceso quı́mico, en parte).
El incremento de la població n, es una de tales fuerzas productivas que no le cuestan nada. En
suma, todas las fuerzas sociales que se desarrollan con el aumento de la població n y el
desenvolvimiento histó rico de la sociedad, nada le cuestan. Pero en la medida en que esas
fuerzas, para que sea posible su empleo en el proceso inmediato de la producció n, requieren
un sustrato producido por el trabajo, esto es, existente bajo la forma de trabajo objetivado, o
sea en la medida en que ellas mismas son valores, el capital só lo puede apropiá rselas por
medio de equivalentes. Well. El capital fixe cuya utilizació n costara má s que la de trabajo vivo,
es decir que requiriera para su producció n o conservació n má s trabajo vivo que el que
sustituı́a, serı́a un nuisancea.
a Perjuicio, estorbo
652 La maquinaria que no costara nada, sino que só lo requiriera su apropiació n por el
capitalista, poseerı́a el má ximo de valor para el capital. De la simple proposició n segú n la cual
si el valor de la maquinaria fuera = 0, serı́a la má s valiosa para el capital, se desprende que
toda reducció n de su costo es una ganancia para aqué l. Mientras que por una parte el capital
tiende a aumentar el valor total del capital fixe, simultáneamente [tiende] a reducir el valor de
cada parte alícuota del mismo. En la medida en que el capital fixe ingresa como valor en la
circulació n, cesa de operar como valor de uso en el proceso de producció n. Su valor de uso
consiste precisamente en el aumento de la fuerza productiva del trabajo, la reducció n del
trabajo necesario, el incremento del plustrabajo relativo y por tanto del plusvalor. En la medida
en que entra en la circulació n su valor só lo es reintegrado, no aumentado. El producto, por el
Karl Marx
contrario, el capital circulant, es el portador del plusvalor, que só lo se realiza cuando aqué l
pasa del proceso de producció n a la circulació n. Si la má quina durara eternamente, si no
estuviera compuesta ella misma de material perecedero que tiene que ser reproducido
(dejando completamente de lado el invento de má quinas perfeccionadas, que les hagan perder
a aquella má quina su cará cter de tal), si fuera un perpetuum mobilea, corresponderı́a de la
manera má s plena a su concepto. No serı́a necesario reintegrar su valor, pues é ste perdurarı́a
en una materialidad indestructible. Dado que só lo se emplea capital fixe en la medida en que
é ste es menor como valor que como capacidad de poner valor, el plusvalor realizado en el
capital circulante aunque el capital fixe mismo nunca entrara como valor en la circulació n—
pronto remplazarı́a los avancesb y de este 'nodo actuarı́a como capaz de poner valor luego de
que sus costos, al igual que [los] del plustrabajo que se ha apropiado, lucran = O para el
capitalista. Continuarı́a operando como Fuerza productiva del trabajo y al propio tiempo serı́a
dinero en el tercer significado, de valor constante que es para sı́ mismo. Supongamos un
capital de 1.000 libras. Digamos que un quintoc es maquinaria y que el plusvalor total es = 50.
El valor de la maquinaria, por ende, es de 200.
a Movimiento continuo.- b Anticipos.- c "ein Fü nftel", en la ed. 1939, "ein Viertel" ("un cuarto")
Tras una cuá druple rotació n, la maquinaria estarı́a paga. Y fuera de ello, del hecho de que el
capital continuara poseyendo en la maquinaria trabajo objetivado por 200, a la quinta rotació n
serı́a lo mismo que si un capital que só lo costara 800 rindiera 50; o sea, 6 1/4% en vez de 5%.
653 Tan pronto como el capital fixe entra como valor en la circulació n, desaparece" su valor de uso
para el proceso de valorizació n del capital, o bien só lo entra en la circulació n cuando tal
proceso cesa. Por consiguiente cuanto má s duradero, cuanto menos requiera reparaciones, una
reproducció n total o parcial, cuanto má s prolongado sea su tiempo de circulació n, tanto má s
operará como fuerza productiva del trabajo, como capital; esto es, como trabajo objetivado que
pone plustrabajo. En cuanto momento de valor del capital fixe, su duració n, idé ntica a la del
tiempo de circulació n de su valor, o a la del tiempo requerido para su reproducció n, se deriva
del concepto de capital fixe. (Que en sı́ y para sı́, considerá ndola só lo desde el punto de vista
material, esa duració n está implı́cita en el concepto de medio de producció n, no requiere
esclarecimiento alguno.) La tasa de la plusvalı́a está determinada simplemente por la
proporció n entre el plustrabajo y el trabajo necesario; la tasa del beneficio, por la proporció n,
no entre el plustrabajo y el trabajo necesario, sino entre la parte del capital intercambiado por
trabajo vivo y el capital total que interviene en la producció n.]]
Dicho concretamente, el beneficio —tal como aquı́ aú n lo consideramos, es decir, como
beneficio del capital, no de un capital individual a expensas de otro, sino como beneficio de
la clase capitalista—, nunca puede ser mayor que la suma de la plusvalía. Como suma, el
beneficio es la suma de la plusvalı́a, pero es esta misma suma de valor en cuanto proporció n
con respecto al valor total del capital, y no con respecto a la parte del mismo cuyo valor
realmente crece, o sea con respecto a la parte que se intercambia por trabajo vivo. En su
forma inmediata el beneficio no es sino la suma de la plusvalía expresada como proporción
con respecto al valor total del capital.
Maquinaria y plustrabajo. Recapitulación de la teoría de la plusvalía en general
La transformació n de la plusvalı́a en beneficio, esta modalidad de cá lculo de la plusvalı́a
por el capital, por má s que se funde en una ilusió n sobre la naturaleza de la plusvalı́a, o má s
bien vele esa naturaleza, es necesaria desde el punto de vista del capital. *
* Es fá cil imaginar que la má quina en cuanto tal, por el hecho de operar como fuerza productiva del
trabajo, pone valor. Pero si la má quina no requiriera trabajo alguno, podrı́a acrecentar el valor de uso; en
cambio el valor de cambio que creara nunca serı́a mayor que sus propios costos de producció n, que su propio
valor, que el trabajo objetivado en ella. No por remplazar trabajo, la má quina crea valor, sino ú nicamente en la
medida en que es un medio para aumentar el plustrabajo, y é ste es a la vez tanto la medida como la sustancia
Grundrisse. Cuaderno VII
de la plusvalı́a puesta con el auxilio de la má quina, o sea, só lo y absolutamente con el auxilio del trabajo.
654 La reducció n del trabajo necesario en proporció n al plustrabajo se expresa,
considerando la jornada de un solo obrero, en que el capital se apropia de una parte mayor
de la jornada laboral. El trabajo vivo empleado sigue siendo el mismo. Supongamos que
merced al aumento de la fuerza productiva —por ejemplo a consecuencia del empleo de
maquinaria—, de 6 obreros cada uno de los cuales trabaja 6 dı́as en la semana, 3 se vuelven
superfluos. Si los 6 trabajadores mismos fueran los dueñ os de la maquinaria, cada uno de
ellos trabajarı́a só lo inedia jornada. Ahora, en cambio, 3 continú an trabajando una jornada
entera cada dı́a de la semana. Si el capital continuara empleando a los 6, cada uno trabajarı́a
só lo media jornada, pero sin ejecutar plustrabajo. En el supuesto de que antes el trabajo
necesario ascendı́a a 10 horas diarias y el plustrabajo a 2, el plustrabajo total de los 6
obreros ascenderı́a diariamente a 2 X 6, igual a una jornada, y en la semana serı́a igual a 6
jornadas = 72. Cada uno trabajarı́a de balde un dı́a por semana. O bien serı́a lo mismo que si
el sexto obrero hubiera trabajado gratuitamente toda la semana. Los 5 obreros
representarı́an trabajo necesario, y si fuera posible reducirlos a 4 y que el otro obrero
siguiera trabajando de balde, la plusvalı́a relativa habrı́a aumentado. Antes era = 1 : 6, y
ahora serı́a como 1 : 5. Por consiguiente, la ley anterior: aumentar el número de las horas de
plustrabajo, recibe aquí la forma: reducir el número de los obreros necesarios. Si fuera posible
para el mismo capital utilizar a los 6 obreros segú n esta nueva tasa, la plusvalı́a habrı́a
aumentado no só lo en té rminos relativos, sino absolutos. El tiempo de plustrabajo
ascenderı́a a 14 2/5. 2 2/5 horas por 6 obreros desde luego que es má s que 2 2/5 por 5.
Considerando la plusvalı́a absoluta, é sta aparece determinada por la prolongació n
absoluta de la jornada laboral má s allá del tiempo de trabajo necesario. El tiempo de trabajo
necesario trabaja para el mero valor de uso, para la subsistencia. El dı́a de plustrabajo es
trabajo para el valor de cambio, para la riqueza. Es el primer momento a del trabajo
industrial. El lı́mite natural está puesto —suponiendo que existan las condiciones de
trabajo, la materia prima y el instrumento de trabajo, o una de ambas, segú n el trabajo sea
puramente extractivo o bien formativo, segú n aı́sle simplemente el valor de uso del globo
terrestre o le dé forma—, el lı́mite natural, decı́amos, está puesto por la cantidad de
jornadas laborales simultá neas o de la capacidad viva de trabajo, id est por la població n
trabajadora.
655 En este nivel la diferencia entre la producció n del capital y precedentes estadios de la
producció n es ú nicamente formal. El robo de seres humanos, la esclavitud, la trata de
esclavos y el trabajo forzado de los mismos, [[ en suma ]] la multiplicació n de estas
má quinas laborantes, de estas má quinas que producen surplusproduceb está puesta aquı́
directamente por la violencia, mientras que en el capital se halla medida por el cambio.
a Traducimos "das Moment" como "momento", aunque aquı́ resulte francamente anfiboló gico, para
conservar la utilizació n hegeliana del concepto que hace Marx. El té rmino "momento" es tornado de la
mecá nica y no tiene el sentido temporal, de instante. Hace referencia al "elemento decisivo" o fundamental de
una situació n o de un proceso. b Plusproducto.
Los valores de uso aumentan aquı́ en la misma proporció n simple que los valores de
cambio y, por ende, esta forma del plustrabajo se presenta tanto en los modos de
producció n de la esclavitud, servidumbre de la gleba, etc., en los cuales la cuestió n principal
y predominante es el valor de uso, como en el modo de producció n del capital, orientado
directamente hacia el valor de cambio y só lo indirectamente hacia el valor de uso. Ese valor
de uso, como es el caso por ejemplo de la construcció n de las pirá mides egipcias y, en suma,
de los trabajos suntuarios de cará cter religioso que se imponı́an a la masa de la nació n en
Egipto, India, etc., puede estar orientado a lo puramente fantá stico, o, como ocurrı́a con los
antiguos etruscos, por ejemplo, a lo inmediatamente utilitario.
El cará cter industrial distintivamente histó rico del modo de producció n fundado sobre el
Karl Marx
La tendencia del capital es, of course, la de ligar el plusvalor absoluto con el relativo; por
ende, la máxima extensión de la jornada laboral con la máxima cantidad de jornadas
laborales simultáneas; simultá neamente con la reducció n al mínimo, por un lado, del tiempo
de trabajo necesario, por otro lado, de la cantidad de trabajadores necesarios. Esta exigencia
contradictoria, cuyo desarrollo se apreciará en diversas formas como sobreproducció n,
sobrepoblació n, etc., tiene vigencia bajo la forma de un proceso en el cual las
determinaciones contradictorias se suceden en el tiempo. Consecuencia necesaria de la
misma es la mayor multiplicación posible del valor de uso del trabajo —o bien de las ramas
de la producción— de tal modo que la producció n del capital, ası́ como por un lado hace que
se desarrolle constante y necesariamente la intensidad de la fuerza productiva del trabajo,
por otro lado promueve constante y necesariamente la ilimitada multiplicidad de las ramas
dél trabajo, esto es, la má s multilateral riqueza en contenido y forma, de la producció n,
sometiendo a é sta todos los aspectos de la naturaleza.
El aumento de la fuerza productiva, al darse la producció n en gran escala como resultado
espontá neo de la divisió n y combinació n del trabajo, de la economı́a en diversos gastos —
condiciones para el proceso laboral— que se mantienen iguales o se reducen con el trabajo
colectivo, como caldeamiento, etc., locales de trabajo, etc., nada cuesta al capital, que obtiene
gratuitamente esa acrecentada fuerza productiva del trabajo. Si la fuerza productiva
aumentara simultá neamente en la producció n de las diversas condiciones de producció n —
materia prima, medios de producció n y medios de subsistencia— y en las [ramas de
producció n] determinadas [por é stas], en tal caso su incremento no originarı́a ninguna
mudanza en la proporció n que guardan entre sı́ los diversos componentes del capital. Si la
fuerza productiva del trabajo creciera simultá neamente, por ejemplo, en la producció n del
lino, telares y en el trabajo mismo de tejido (en virtud de la divisió n del trabajo), a la masa
mayor que se tejiera en un dı́a corresponderı́a una masa mayor de materia prima, etc. En las
22 Cf. pp. 236-238.
Grundrisse. Cuaderno VII
Proporción entre las condiciones objetivas de la producción. Cambio en la proporción entre
los componentes del capital
Pero si consideramos al capital en sus orígenes, la materia prima y el instrumento
aparecen como procedentes de la circulación y no como producidas por el mismo; así como
después. en la realidad, el capital individual obtiene de la circulación las condiciones de su
producción, aunque a su vez estas las produce el capital, pero otro capital. A esto obedece,
por una parte, la tendencia necesaria del capital a apoderarse multilateralmente de la
producción; su tendencia a poner como del capital, aunque de otro capital, la producción de
las materias de trabaje y las materias primas, así como la de los instrumentos; la tendencia
del capital a propagarse. Pero en segundo lugar es claro que si las condiciones objetivas de la
producción obtenidas de la circulación por el capital, se mantienen idénticas en lo tocante al
valor, es decir que en el mismo cuanto de valor de uso se objetiva el mismo cuanto de
trabajo, se podrá gastar en trabajo vivo una parte menor del capital, o sea que se modificará
la proporción entre los componentes del capital. Si el capital ascendiera a 100, por ejemplo,
la materia prima a 2/5, el instrumento a 1/5, el trabajo a 2/5 y, gracias a la duplicación de
la fuerza productiva (división del trabajo) el mismo trabajo pudiera elaborar con el mismo
instrumento el doble de materia prima, el capital tendría que aumentar en 40; por tanto
trabajaría un capital de 140, de lo cual 80 de materia prima, 20 de instrumento, 40 de
trabajo. El tratado estará ahora en una proporción = 40 : 140 (antes = 40 : 100): el trabajo
era antes como 4 : 10; ahora únicamente como 4 : 14. 0 bien, en el mismo capital de 100
ahora corresponden 3/5 a la materia prima, 1/5 al instrumento, 1/5 al trabajo. La ganancia
sería, ahora como antes, de 20. Pero el plustrabajo sería de 60%, mientras que antes era de
50. No se necesita más que 20 de trabajo para 60 de materia prima y 20 de instrumento. 80.
I 20. I 100. Un capital de 80 le rinde un beneficio de 20. Ahora bien, para que el capital
empleara todo trabajo en este nivel de la producción tendría que alimentar a 160, a saber:
80 de materia prima, 40 de instrumento y 40 de trabajo.
658 Esto le darı́a una plusvalı́a de 40. En la etapa anterior, en la cual el capital de 100 só lo
rendı́a una plusvalı́a de 20, un capital de 160 só lo darı́a una plusvalı́a de 32, o sea 8 menos,
y el capital tendrı́a que aumentar a 200 para producir la misma plusvalı́a de 40.
Hemos de distinguir: 1) El trabajo en aumento (o la intensidad, la velocidad del trabajo)
no requiere ningú n anticipo mayor en material o en instrumento de trabajo. Por ejemplo,
los mismos 100 obreros con instrumentos del mismo valor pescan má s, o cultivan mejor el
suelo, o extraen má s metales de las minas o má s carbó n, u obtienen má s lá minas a partir de
la misma cantidad de oro, gracias a una mayor destreza, a una mejor combinació n y divisió n
del trabajo, etc., o desperdician menos materia prima; de modo que prosiguen con el mismo
cuanto de valor en materia prima. En este caso, pues, si suponemos que sus productos
mismos entran en su consumo, se reducirá su tiempo de trabajo necesario-, con los mismos
costos de mantenimiento efectú an un trabajo mayor; o bien una parte menor de su trabajo
Karl Marx
bajo objetivado por el mismo cuanto de trabajo vivo, o el mismo cuanto de trabajo
objetivado por un cuanto mayor de trabajo vivo. Esto só lo es posible en la industria
extractiva; en la manufacturera, en la medida en que se economiza má s materia prima;
asimismo allı́ donde procesos quı́micos aumentan la sustancia, en la agricultura; en la
industria del transporte.
2) La productividad aumenta simultá neamente no só lo en determinada rama de
producció n, sino tambié n en sus condiciones, o sea en el case en que con la intensificació n
del trabajo, con el aumento de los productos del trabajo en el mismo tiempo, tiene que
aumentar la materia prima o el instrumento o ambos.
659 (La materia prima puede no costar nada, por ejemplo haces de juncos, leñ a que no cuesta
nada, etc.) En este caso la proporció n del capital permanece incambiada. O sea que el
capital, con la mayor productividad del trabajo, no necesita invertir un valor mayor en
materia prima e instrumento.
3) La productividad aumentada del trabajo requiere que se invierta una parte mayor del
capital en materia prima e instrumentos. Es só lo gracias a la divisió n del trabajo, etc., que la
misma cantidad de obreros se ha vuelto má s productiva, en cuyo caso el instrumento no se
modifica; só lo ha de aumentarse la materia prima, ya que el mismo tiempo de trabajo en el
mismo tiempo elabora un cuanto mayor de aqué lla y, segú n el supuesto, la productividad es
resultante exclusiva de una mayor pericia de los obreros, divisió n y combinació n del
trabajo, etc. En este caso la parte del capital intercambiada por trabajo vivo no só lo se
reduce relativamente, por su propia merma, con respecto a los demá s componentes del
capital que se mantienen iguales (ella se mantiene igual si só lo aumenta el tiempo de
trabajo absoluto; disminuye, si el tiempo relativo de trabajo crece), sino que tambié n se
reduce por el aumento de aqué llos.
Si tuvié ramos:
Materia Instru Trab p
prima mento ajo
Jornadas 180 90 80 10 en el primer caso: de
de manera que de 90
trabajo dı́as de trabajo, 10
Grundrisse. Cuaderno VII
23 Alude a B. THOMPSON (Conde de RUMFORD), Essays, political, economical and philosopnical, vol. I, London 1798.
Marx menciona a este autor tambié n en El capital, libro I, VII, 22, pp. 506-507 de la ed. de FCE (Mé jico, 1959).
Grundrisse. Cuaderno VII
presentan como puramente abstractas, ponen de manifiesto la base histó rica de la que han
sido abstraı́das y solamente sobre la cual, pues, pueden aparecer en esa abstracció n; y
determinaciones tales, que plus ou moinsa pertenecen a todas las é pocas, como por ejemplo
el dinero, evidencian la modificació n histó rica a que han sido sometidas. Entre los antiguos
no se encuentra el concepto econó mico del valor. Valor, a diferencia de pretiumb, só lo
jurı́dicamente, en casos de fraude, etc. El concepto de valor es enteramente propio de la
economı́a má s reciente, ya que constituye la expresió n má s abstracta del capital mismo y de
la producció n fundada en é ste. En el concepto de valor se delata su secreto]]
Lo que caracteriza al plustrabajo fundado sobre la maquinaria es la reducció n del tiempo
de trabajo necesario, la que ocurre en la forma de una menor utilizació n de jornadas
laborales simultá neas, de menos obreros. El segundo momentoc, [es] que el capital tiene
que pagar el aumento de la fuerza productiva misma, [[que ese aumento]] no es gratuito. El
medio, a travé s del cual se pone en obra este aumento de la fuerza productiva, es tambié n
tiempo de trabajo inmediato y objetivado, valor, y para apoderarse del mismo el capital
tiene que intercambiar por aqué l una parte de su propio valor. Analizar la introducció n de la
maquinaria a partir de la competencia y de la ley —fijada por é sta— de la reducció n de los
costos de producció n, no presenta dificultades. Se trata aquı́ de analizarla a partir de la
relació n del capital con el trabajo vivo, sin tomar en consideració n a otro capital.
a Má s o menos.- b Precio.- c Cf. nota en p. 304.
Si un capitalista empleara en el hilado del algodó n a 100 obreros que le cuestan 2.400 £ y
sustituyera por una má quina de 1.200 libras a 50 obreros, pero de tal manera que tambié n
la má quina se desgastara totalmente en un añ o y hubiera que sustituirla por otra al
comienzo del segundo añ o, salta a la vista que nada habrı́a ganado con ello, que tampoco
podrı́a vender má s baratos sus productos. Los 50 obreros restantes harı́an el mismo trabajo
que antes hacı́an 100; el tiempo de plustrabajo de cada obrero habrı́a aumentado en la
misma proporció n en que se habı́a reducid-o su nú mero, por lo cual habrı́a permanecido
incambiado.
663 Si antes ese tiempo de plustrabajo era diariamente = 200 horas, esto es, 2 horas por cada
una de las 100 jornadas laborales, ahora serı́a asimismo = 200 horas de trabajo, id est = 4
por cada una de las 50 jornadas laborales. Con respecto al obrero, su plustiempo habrı́a
aumentado; para el capital la cosa serı́a la misma, ya que ahora tendrı́a que intercambiar 50
dı́as de trabajo (tiempo necesario y plustiempo sumados) por la má quina. Las 50 jornadas
laborales objetivadas, que el capital intercambia maquinaria, no le darı́an, pues, má s que un
equivalente, en vez de plustiempo, como si hubiera intercambiado 50 dı́as de trabajo
objetivado por 50 de trabajo vivo. Pero esto serı́a remplazado por el tiempo de plustrabajo
de los 50 obreros restantes. Prescindiendo de la forma del intercambio, la cosa serı́a la
misma que si el capitalista hiciera trabajar 50 obreros cuya jornada laboral se compusiera
só lo de trabajo necesario y, a cambio de ello, ocupara a otros 50 cuya jornada de trabajo lo
resarciera de esta "pé rdida". Supongamos empero que la má quina só lo costara 960 libras,
es decir, pues, só lo 40 jornadas laborales, y que cada uno de los demá s obreros produjera,
ahora como antes, 4 horas de plustrabajo, o sea 200 horas ó 16 dı́as y 8a horas (16 2/3b dı́as),
de modo que el capitalista habrı́a ahorrado, en sus gastos, 240 libras. Pero mientras que
antes con una inversió n de 2.400 só lo ganaba 16 dı́as y 8a horas, ahora con una inversió n de
960 ganarı́a igualmente 200 horas de trabajo. 200 es a 2.400 = 1 : 12; en cambio 200: 2.160
= 20 : 216 = 1 : 10 4/5. Expresá ndolo en jornadas laborales, en el primer caso el capitalista
habrı́a ganado 16 dı́as 8a horas sobre 100 jornadas laborales, en el segundo la misma
cantidad sobre 90; en el primero, sobre 1.200 horas diarias de trabajo, 200; en el segundo,
sobre 1.080, 200: 1.200 = 1 : 6; 200: 1.080 = 1 : 5 2/5. En el primer caso el plustiempo del
obrero individual = 1/6 de jornada de trabajo = 2 horas. En el segundo caso, sobre 1 jornada
Karl Marx
laboralc, 2 6/27 horas. A lo que se agrega, ademá s, que con la aplicació n de la maquinaria, la
parte del capital que antes se empleaba en instrumentos, debe deducirse del costo
excedentario ocasionado por las má quinas.
a "8"; en la ed. 1939, "4".- b "2/3"; en la ed. 1939, "1/3".- c "Arbeitstag"; en el ms. "Stunde" ("hora") y en la ed.
cierta porción del capital del paı́s, apartada por entero de las finalidades productivas con vistas a facilitar o
acrecentar la productividad de la parte remanente. Por ende, para adoptar el oro en cuanto medio de
circulació n, es tan necesario cierto monto de riqueza como lo es construir una máquina con vistas a facilitar
cualquier otra producción."- c "520"; en la ed. 1939, "519".- d Banquero.- e Salarios.- f Comerciantes, tenderos.- g
Un hilandero de algodó n.- h ...Por su fá brica y maquinaria, pronto se encontrarı́a con que le faltaban medios
para comprar algodó n y pagar los salarios. Sus actividades se verı́an obstaculizadas, y trastornadas sus
finanzas. Y sin embargo hay quienes esperan que una nació n que atolondradamente ha invertido en
ferrocarriles el grueso de sus recursos disponibles (deberı́a ser capaz, ello no obstante), de llevar a buen
té rmino las infinitas operaciones de la manufactura y el comercio
Esclavitud y trabajo asalariado (Steuart). — Profit upon alienationa Steuart.
"Money. . . an adequate equivalent for any thing alienable" b (J. Steuart) (p. 13) (t. I, p. 32,
ed. Dublı́n, 1770)27.
["En la Antigü edad, to make mankind labour beyond their wants, to make one part of a
state work, to maintain the other gratuitously, só lo era posible por medio de la esclavitud. . .
If mankind be not forced to labour, they will only labour for themselves and if they have few
wants, there will be few labour. But when states come to be formed and have occasion for
idle hands to depend them against the violence of their enemies, food at any rate must be
procured for those who do not labour; and as, by the supposition, the wants of the labourers
are small, a method must be found to increase their labour aboye the proportion of their
24 Cf. The Economist, vol. V, n. 193, May 22, 1847, p. 520 (y no 519) artı́culo: "Nature of Capital and Functions of
Money".
25 Cf. The Economist, vol. V, n. 195, May 22, 1846, p. 575, artı́culo: "A Reply to Further Remarks on the Proposed
27 Cf. J. STEUART, An Inquiry etc., cit.; "(p. 13)" se refiere al cuaderno de Marx.
Grundrisse. Cuaderno VII
Antigü edad], lograr que la humanidad trabajara má s de lo que exigı́an sus necesidades, hacer que una parte de
un Estado trabajara con la finalidad de mantener a la otra parte gratuitamente [só lo era posible por medio de
la esclavitud]... Si no se obligara a los hombres a trabajar, trabajarı́an solamente para sı́ mismos y si tienen
pocas necesidades el trabajo será poco. Pero cuando comienzan a formarse los estados y tienen necesidad de
brazos ociosos para defenderse contra la violencia de sus enemigos, se vuelve imperiosamente necesario
procurarles comida a quienes no trabajan; y como, segú n hemos supuesto, las necesidades de los trabajadores
son reducidas, debe hallarse un mé todo para aumentar su trabajo por encima del nivel de sus necesidades.
Con esta, finalidad se constituyó la esclavitud... Se trataba pues de un mé todo violento para que los hombres
trabajaran en la producció n de alimentos... Se les podı́a obligar entonces a trabajar porque eran esclavos de
otros; ahora se les obliga a trabajar porque son esclavos de sus propias necesidades.- d "Es só lo la infinita
diversidad de las necesidades y de los tipos de mercancías necesarios para su satisfacció n, lo que vuelve
ilimitada e insaciable la pasió n por la riqueza." e En el manuscrito, "Watley" en vez de "Wakefield"
"Machines I consider as a method of augmenting (virtually) the number of industrious,
without the expense of feeding an additional number" a (Steuart, t. I, p. 123). ("When
manufacturers get together in bodies, they depend not directly upon consumers, but upon
merchants" b. Steuart, t. I, p. 154)c ("The abusive agriculture is no trade, because it applies
no alienation, but is purel9 a method of subsisting.")d (1.c., p. 156.) ("Trade is an operation,
by which the wealth, or work, either of individuals, or of societies, may be exchanged, by a
set of men called merchants, for an equivalent, proper for supplying every want, without
any interruption to industry, or any check upon consumption"e (Steuart, I, p. 166).) ("While
wants continue simple and few, a workman finds time enough to distribute all his work;
when wants become more multiplied, men must work harder: time be-comes precious;
hence trade is introduced. El merchant como intermediario entre el workman y el
consumer" (1.c., p. 171).) ("Money es el common price g de todas las cosas" (I.c., p. 177).) "El
dinero está representado por el comerciante. Ante los consumers el comerciante representa
la totalidad de los manufacturers; ante é stos la totalidad de los consumers, y his credit
supplies para ambas classes the use of money. Representa wants, manufacturers and money
by turns"h (I.c., p. 177, 178). (Steuart, vé ase t. I, p. 181-183, considera al beneficio por
oposició n al real value i, que define muy confusamente (pensando en los costos de
producció n) como cuanto de trabajo objetivado (what a workman can perform in a day,
etc.), necessary expence de los workmen, precio de la materia prima, como prolit upon
alienation, fluctuante segú n la demand.) j
a "Considero a las má quinas como un sistema para aumentar ¡virtualmente' el numero de los trabajadores,
sin necesidad de alimentar una cantidad adicional de [éstos]."- b "Cuando los manufactureros se asocian, no
dependen directamente de los consumidores, sino de los mercaderes.".- c "154"; en el manuscrito, "153".- d "La
agricultura abusiva no es un comercio, porque no da lugar a ninguna enajenación, sino puramente un mé todo
para subsistir."- e "EI comercio es una operació n a travé s de la cual un conjunto de hombres llamados
mercaderes pueden intercambiar la riqueza o el trabajo sea de individuos, sea de sociedades, por un
equivalente apto para satisfacer cualquier necesidad, sin interrupció n alguna para la industria ni obstá culo
alguno para el consumo."- f "Mientras las necesidades siguen siendo sencillas y escasas, un trabajador
encuentra el tiempo suficiente para distribuir todo su trabajo; cuando las necesidades se multiplican má s, los
hombres tienen que trabajar má s duramente: el tiempo se vuelve precioso; de ahı́ la introducció n del comercio.
[El] mercader [como intermediario entre el] trabajador [y el] consumidor.".- g EI dinero [es el] precio comú n. .
28 Cf. A. SMITH, An Inquiry edited by Wakefield, cit., vol. I, p. 64.
Karl Marx
.- h . . . [y] su cré dito hace las veces (para ambas) clases, del uso del dinero. [Representa] a las necesidades, los
manufactureros y el dinero, por turnos.- iValor real.- j [Lo que un obrero puede ejecutar en un dı́a, etc.], gastos
necesarios [de los] obreros, [precio de la materia prima, como] beneficio sobre la venta, [fluctuante segú n la]
demanda
En Steuart las categorı́as son aú n muy mudables; todavı́a no han llegado a ser fijas, como
en A. Smith. Acabamos de ver que se identifica el real value con los costos de producció n,
puesto que junto al trabajo de los workmen y el value del material tambié n figuran,
confusamente, los wages como componente aparte. El otro pasaje comprende por intrinsic
value b de una mercancı́a el valor de su materia prima o la materia prima misma, mientras
que por useful value c entiende el tiempo de trabajo empleado en aqué lla.
666 "El primero es something real in itself d ; por ejemplo la plata en una filigrana de ese metal.
El intrinsic worth of a silk, woollen or linen manufacture is less than the primitive value
employed, because it is rendered almost unserviceable for any other use but that for which
the manufacture is intended; el useful value, por el contrario, must be estimated according to
the labour it has post to produce it. The labour employed in the modification represents a
portion of a man's time, which having been usefully employed, has given a form to some
substance which has rendered it useful, ornamental, or in short fit for man, mediately or
immediately" e (p. 361, 362, t. I, I.c.). (El valor de uso real es la forma que se ha dado a la
sustancia. Pero esta forma no es má s que trabajo en reposo.) "When we suppose a common
standard on the price of any thing, we must suppose the alienation of it to be frequent and f
familiar. In countries where simplicity reigns. . . . apenas es posible to determine any
standard for the price of articles of first necessity. . . en tales condiciones de la sociedad, los
articles of food and necessaries are hardly found in commerce; no person purchases them;
because the principal occupation of everybody is to procure them for himself. . . Sale alone
can determine prices, and frequent sale can only fix a standard.
b Valor intrı́nseco.- c Valor ú til.- d Algo real en sı́ mismo.- e [El] valor intrínseco de una manufactura de seda,
lana o lino es menor que el valor primitivo utilizado, porque se le ha vuelto casi inservible para cualquier otro
uso que no sea aquel que se le ha asignado; [El] valor útil [[por el contrario]], tiene que estimarse según el
trabajo que ha costado producirlo. El trabajo empleado en la transformación, constituye una porción del tiempo
de un hombre, la cual, habié ndose empleado de manera ú til, ha dado forma a alguna sustancia a la que ha
vuelto ú til, ornamental o, en suma. apta para el hombre, directa o indirectamente.- f "and"; en el manuscrito,
"or" ("o")
Now the frequent sale of articles of the first necessity marks a distribution of inhabitants
in labourers and free hands" a , etc. (t. I, p. 395-396 b , l.c.).
a Cuando suponemos un nivel comú n para el precio de una cosa cualquiera, hemos de suponer que la
enajenació n de la misma es frecuente y familiar. En paı́ses donde prevalece la sencillez... [[apenas es posible]]
determinar nivel alguno para el precio de los artı́culos de primera necesidad... [[en tales condiciones de la
sociedad, los]] artı́culos alimenticios e imprescindibles son difı́ciles de hallar en el comercio; nadie los compra,
porque la principal ocupació n de cada cual es procurá rselos para sı́ mismo... Só lo la venta puede determinar
los precios, y só lo la venta frecuente puede fijar un nivel. Ahora bien, la venta frecuente de artı́culos de
primera necesidad indica una distribució n de los habitantes en trabajadores y mano de obra libre.- b "395-
396"; en la ed. 1939, "394 sqq." ("394 y ss.")
(La teorı́a de la determinació n de los precios por la masa del medio circulante fue
expuesta en primer té rmino por Locke, repetida en el Spectator del 19 de octubre de 1711,
desarrollada y elegantemente formulada por Hume y Montesquieu, llevada formalmente
hasta el extremo en sus principios por Ricardo y aplicada en forma prá ctica, con todos sus
absurdos, al sistema bancario, etc., por Loyd, el coronel Torrens, etc.) Steuart polemiza
contra ella y, ciertamente, su aná lisis anticipa, en sustancia, casi todo lo que má s tarde
expusieron Bosanquet, Tooke, Wilson (cuaderno, p. 26) 29. (Dice, entre otras cosas, como
29 Referencia al cuaderno londinense VIII, con extractos de la Inquiry de Steuart, en particular, la pá gina 399 del
ilustració n histó rica: "Es un fact que cuando Grecia y Roma abounded in wealth, when every
rarity and the work of choicest artists was carried to an excessive price, an ox was bought
for a mere trifle and grain was cheaper perhaps than ever it was in Scotland. . . La demand is
proportioned, not to the number of those, who consume, but of those who buy; now those
who consume, are all the inhabitants, but those who buy, are only the few industrious who
are free. . .
667 En Grecia y Roma, esclavitud: those who were fed por el trabajo de sus propios slaves, los
esclavos del estado, o mediante el grain distribuido gratuitamente entre el pueblo, had no
occasion to go to the market: they did not enter into competition with the buyers. . . Los few
manufacturera then known, made wants in general less extensive; consequently, the
number of the industrious free was small, and they were the only persons who could have
occasion to purchase food and necessaries: consequently, the competition of the buyers
must have been small in proportion, and prices low; ademá s los markets eran supplied en
parte por el surplus produced en las lands de los great men, laboured by slaves, who being
fed from the lands, the surplus cost in a manner nothing to the proprietors; y como el
nú mero de quienes tenı́an la occasion de comprar era muy reducido, this surplus was sold
cheap. Por añ adidura the grain distributed to the people gratis, necesariamente tenı́a que
mantener down el mercado, etc. Por el contrario por a fine mullet o an artist, etc., gran
competencia y por tanto precios en extraordinario ascenso. The luxury of those times,
though excessive, was confined to a few, and as money, in general, circulated but slowly
through the hands of the multitude, it was constantly stagnating in those of the rich, who
found no measure, but their own caprice, in regulating the prices of what they wished to
possess" a. (26, 27, cuaderno, Steuart.) 30 "Money of account no es sino una arbitrary scale of
equal parts, invented for measuring the respective value of things vendible. Money of
account difiere totalmente del money-coin, which is price b, y podrı́a existir aunque no
hubiera en el mundo ninguna sustancia que fuese el proportional equivalent c de todas las
mercancı́as" (t. 11, p. 102).
a [Es un] hecho [que cuando en Grecia y Roma] abundaba la riqueza, cuando todo objeto precioso y la obra
de los artistas má s excelsos alcanzaban un precio desmedido, se compraba un buey por una bicoca y el trigo
era má s barato de lo que nunca lo fue en Escocia... [La] demanda no guarda relació n con el nú mero de quienes
consumen, sino con el de los que compran; los que consumen son todos los habitantes, pero los que compran
son los pocos individuos laboriosos que son libres... [ En Grecia y Roma, esclavitud:] quienes eran alimentados
(por el trabajo de sus propios) esclavos, [los esclavos del Estado, o mediante el] grano [distribuido
gratuitamente entre el pueblo] no tenı́an necesidad alguna de ir al mercado, no entraban en competencia con
los compradores... [Los] escasos manufactureros entonces conocidos, hacı́an que las necesidades fueran en
general menos difundidas; en consecuencia, el nú mero de los individuos laboriosos y libres era reducido, y
orar: éstos las ú nicas personas que podían tener necesidad de comprar alimentos y otros artı́culos necesarios;
por consiguiente, la competencia entre los compradores tiene que haber sido proporcionalmente exigua, y
bajos los precios; [[ademá s los] mercados [eran] abastecidos [en parte por el] excedente producido [en las]
tierras [de los] grandes señ ores, cultivadas por esclavos, y como a é stos se les alimentaba con productos de
esas tierras, el excedente en cierto modo no costaba nada a los propietarios; [y como el nú mero de quienes
tenı́an] necesidad [de comprar era muy reducido,] se vendı́a ese excedente a precios bajos. [Por añ adidura] el
trigo distribuido gratuitamente al pueblo [necesariamente tenı́a que mantener] bajo [el mercado, etc. Al
contrario, por] un buen mú jol [o] un artista, etc., [gran competencia y por tanto precios en extraordinario
ascenso.] El lujo de aquella é poca, aunque excesivo, estaba limitado a unos pocos y como el dinero, en general,
no circulaba sino lentamente por las manos de la multitud., se estancaba de continuo en las de los ricos.
quienes no encontraban otra medida que su capricho cuando regulaban los precios de lo que deseaban
poseer."- b La moneda de cuenta [no es sino una] escala arbitraria de partes iguales, inventada para medir el
valor respectivo de las cosas vendibles. La moneda imaginaria (difiere totalmente del) dinero metálico, que es
precio.- c Equivalente proporcional
"Money of account a presta el mismo servicio para el valor de las b) cosas que los minutos,
30 250 Cf. J. STEUART, An Inquiry etc., cit., vol. I, pp. 403-405
Karl Marx
segundos, etc., para los á ngulos o las scales para los geographical maps, etc. En todas estas
inventions siempre some denomination taken for the unit" (l.c.). "The usefulness of all those
inventions d being solely confined to the marking of proportion. Just so the unit money can
have no invariable determinate proportion to any part of value, i. e., it cannot be fixed
to any particular quantity of gold, silver o any other commodity whatsoever. The unit once
fixed, we can, by multiplying it, ascend to the greatest value" e, etc. (p. 103). "So money a
scale for measuring value" (p. 102). "The value of commodities, therefore, depending upon a
general combination of circumstances relative to themselves and [to] the fancies of men,
their value ought to be considered as changing only whith respect to one another;
consequently, any thing which troubles or perplexes the ascertaining those changes of
proportion by the means of a general, determinate and invariable scale, must be hurtful to
trade and a clog upon alienation" g (l.c.) 31.
668 "Debe distinguirse de manera tajante entre price (es decir coin) considered as a measure
y precio considered as an equivalent for value. Los metals no desempeñ an igualmente bien
cada una de las dos funciones... Money is an ideal scale of equal parts. If it be demanded what
ought to be the standard of value of one part? I answer, by putting another question: What
is the standard length of a degree, a minute, a second?
a La moneda de cuenta.- b "der"; en la ed. 1939, "den" ("[para] las").- c [. . . o las] escalas [para los] mapas
geográ ficos, etc. [En todas estas] invenciones [siempre] se adopta alguna denominació n para la unidad.,. d
"inventions"; en el manuscrito "institutions".- e "La utilidad de todas estas invenciones está reducida
exclusivamente a indicar la proporción. De esta suerte, precisamente, la unidad monetaria no puede guardar
una relació n determinada invariable con una parte del valor, id est, no puede estar ligada a ninguna cantidad
particular de oro, plata o de cualquier otra mercancı́a. Una vez fijada la unidad podemos, multiplicá ndola,
ascender al valor má s alto."- f "De este modo, la moneda es una escala para medir el valor".- g Por tanto al ser el
valor de las mercancı́as dependiente de una combinació n general de circunstancias relativas a las mismas y [a]
las ocurrencias de los hombres, tendrı́a que considerarse variable su valor só lo con respecto a sus relaciones
recı́procas; por consiguiente, cualquier cosa que perturbe o trastorne la fijació n de esos cambios de
proporción por medio de una escala general, determinada e invariable, será perniciosa para el comercio y una
traba para la enajenació n"
It has none —but so soon as one part becomes determined, by the nature of a scale, alI
the rest must follow in proportion"a (p. 105). "Ejemplos de este dinero ideal son el dinero
bancario de Amsterdam y el Angola moneyb en la costa africana. El bank money stands
invariable like a rock in the sea. According to this ideal standard are the prices of all things
regulated"` (p. 106, 107)d.
En la recopilació n de los economistas italianos, reunida por Custodi, Parte antica, tomo
III: Montanari (Geminiano), Della moneta 32, escrito about e 1683, dice en torno a la
"invenció n" del dinero: "E cosı́ fattamente diffusa per tutto il globo terrestre la
comunicazione de' popoli insieme, che puó quasi dirsi esser il mondo tutto divenuto una
sola cittá in cui si fa perpetua fiera d'ogni mercanzia, e dove ogni uomo di tutto ció che la
terra, gli animali e l'umana industria altrove producono, puó mediante il danaro stando in
sua casa provvedersi e godere. Maravigliosa invenzione! f" (p. 40). "Ma perché egli é proprio
ancora delle misure d'aver siffatta relazione colle cose misurate, che in certo modo la
misurata divien misura della misurante, ond'é che siccome il moto é misura del tempo cosı́
il tempo sia misura del moto stesso; quindi avviene che non solo sono le monete misure de'
nostri desiderii, ma vicendevolmente ancora sono i desiderii, misura delle monete stesse e
del valore" g (p. 41-42).
a [Debe distinguirse de manera tajante entre] el precio [ [es decir] la moneda] considerado como medida [y
31 Cf. ibídem, vol. II, p. 104.
32 Cf. G. MONTANARI, Della Moneta. Trattato mercantile, en Scrittori classici italiani di economa politica. Parte
antica, t. III, Milano 1804. Se encuentran extractos de esta obra en el cuaderno londinense VIII.
Grundrisse. Cuaderno VII
precio] considerado como equivalente del valor. [Los] metales [no desempeñ an igualmente bien cada una de
las dos funciones...] El dinero es una escala ideal de partes iguales. Si se me preguntara cuá l tendrı́a que ser el
patró n del valor de una parte, responderı́a con otra pregunta: ¿cuá l es el patró n de longitud de un grado,, un
minuto, un segundo? Ninguno, pero no bien se llega a determinar una parte, todo el resto debe seguir en
proporció n, por la naturaleza misma de la escala.- b El dinero angoleñ o.- c [El] dinero bancario se mantiene
inmutable como una roca en el mar. Conforme a este patró n ideal se regulan los precios de todas las cosas.- d
En la ed. 1939, "sqq." ["y ss."] despué s de "107".- e Aproximadamente en.- f "Se ha difundido a tal punto por
todo el globo terrestre la comunicació n entre los pueblos, que casi puede decirse que todo el mundo se ha
convertido en una sola ciudad en la cual se efectú a una feria permanente con todo tipo de mercancı́as, y donde
cualquier hombre, mediante el dinero y permaneciendo en su casa, puede proveerse y disfrutar de todo lo que
producen la tierra, los animales y la industria humana. ¡Maravillosa invenció n! "- g "Pero es propio de las
medidas, el tener relaciones con las cosas medidas, de tal modo que en cierto sentido la cosa medida se vuelve
medida de la que mide, y de ahı́ que el movimiento sea medida del tiempo ası́ como el tiempo es medida del
movimiento mismo; por ello ocurre que no só lo las monedas son medidas de nuestros deseos, sino que
recı́procamente los deseos son la medida de las monedas mismas y del valor"
"E egli ben manifesto quanto maggior numero di moneta correrá in commercio entro fi
recinto di quella provincia in proporzione delle cose vendibile che vi sono, tanto piú care
quelle saranno, se cara può dirsi una cosa perciocché vaglia molto oro in pease ove l’oro
abbondi e non piuttosto vile debba in quel caso chiamarsi l’oro medesimo, di cui tanta por-
zione sia stimata quanto un'altra cosa che altrove piú vile viene considerata? a " (p. 48).
"Hace 100 años el chief feature in the commercial policy of nations era la amassing of
gold and silver, as a kind of wealth par excellence" b (p. 67) (Gouge W[illiai]n. A Short
History of Paper Money and Banking in the United States. Filadelfia, 1833) 33. (Barter in
United States c) (véase Gouge, cuaderno VIII, p. 81 y ss.): "En Pennsylvania, así como en las
demás colonias, un importante traffic was carried on by barter.
669 Todavía en 1732 d en Maryland se passed una ley making tobacco a legal tender at one
penny a pound, and Indian corn at 20 d. a bushel” e (p. 5) (part. II). Pero pronto, "their trade
with the West-Indies, and a clandestine commerce con los Spanish made silver so plentiful,
que en 1652 a mint was established in New England for coining shillings, sixpence and
three penny pieces"f (p. 5) (I.c.). "En 1645 Virginia prohibió dealings by barter, y estableció
la Spanish piece of 8 to 6 sh. As the standard currency de la colony (el dólar español). . . Las
otras colonias affixed diversas denominations al dólar. . . La money of account g era en todas
partes, nominalmente, la misma que en Inglaterra. La coinh del país era, en especial,
españ ola y portuguesa", etc.; cfr. p. 81, cuaderno VIII)34. (P. 6 35. Por una ley de la Queen
Anne i se intentó poner té rmino a esta confusió n.)
á "Es bien manifiesto que cuanto mayor cantidad de dinero circule en el comercio dentro de aquella
provincia, en proporción a los artículos vendibles que allí se encuentran, tanto más caros serán estos, si puede
llamarse cara a una eosa porque valga mucho oro en paises donde el oro abunda; ¿más bien no habría quo
llamar vil en ese caso aI oro mismo, ya que su proporción se estima según otro articulo quo en Lis demás
partes se considera más vil?".- b [Hace 100 años el] rasgo dominante en la política comercial de las naciones
[era la] acumulación de oro y plata, a la que se tenía por una variedad por excelencia de la riqueza.- c El
trueque en los Estados Unidos.- d “1732"; en la ed. 1939. "1723".- e [En Pensylvania, así como en las demás
colonias, un] tráfico [impottante] Se efectuaba a través del trueque. . . [Todavía en 1732 se] aprobó [una ley en
Haryland] por la cual el tabaco se convertía en medio legal de pago, a penique la libra. así como el maíz, a 20
peniques el bushel.- f "Su comercio con las Indias Occidentales y un tráfico clandestino [con los] españoles
hicieron tan abundante la plata (que en 1652) se estableció una casa de moneda en Nueva Inglaterra para
acuñar chelines y piezas de seis y tres peniques."-g [En 1645 Virginia prohibió] el comercio de trueque [y
establceió la] pieza española de 8 [reales] a 6 chelines, como la moneda. legal [de la] colonia [el dólar español].
33 Cf. el vol. I de la obra de Gouge.
. . Las otras colonias atribuyeron diversas denominaciones [al dólar... La] moneda de cuenta. . . .- h Moneda.- i
Reina Ana
Inustria lanera en Inglaterra desde Isabel (Tuckett). — Silk manufacture (same)b. Hierro,
ídem. Cotton c
Tuckett: A History of the Past and Present State of the Labouring Population, etc., 2 vol.
Londres, 1846 d 36.
"Manufactura lanera: En tiempos de Isabel el clothier occupied the place of the millowner
or manufacturer; he was the capitalist who brought the wool, and delivered it to the weaver,
in portions of about 12 pounds, to be made in to cloth. En un comienzo la manufacture
estaba confin ed to cities y corporate y market-towns, the inhabitants of the villages making
little more than [[sufficed]] for the use of their families. Má s adelante in non-corporate
towns favoured by local advantages y tambié n in country places by farmers, graziers y
husbandmen, who commenced making cloth for sale, as well as for domestic use e." 37 (Las
calidades má s bastas.) "En 1551 se aprobó una ley que limitaba el nú mero de los looms and
apprentices que podı́an tener los clothiers y los weavers residing out of cities; ningú n
country weaver should have a tucking mill, nor any tucker a loom. Segú n una ley del mismo
añ o todos los weavers de broad cloth tenı́an que seguir un apprenticeship de 7 añ os. Pese a
el lo la village manufacture, as an object of mercantile profit, took firm root. 5 y 6 Eduardo
VI, c. 22, a statute, prohibió el use of inachinery... Flemings y Duch f conservaron por ello su
superioridad en esta manufactura hasta fines del siglo XVII. . .38.
b Manufactura de la seda [ı́dem].- c Algodó n.- d "1846"; en el manuscrito "1836", e [El] pañ ero ocupaba el
lugar del fabricante o manufacturero; era é l el capitalista que obtenı́a la lana y la entregaba al tejedor, en
porciones de 12 libras, para que las convirtiera en pañ o. [En un comienzo la] manufactura [estaba.] confinada
a las ciudades [y a las] comunas incorporadas [y] de mercado; los aldeanos apenas producı́an algo má s de lo
que 'bastaba' para el uso de sus familias. [Má s adelante] se la promovió con ventajas locales en comunas no
incorporadas [y tambié n] en localidades rurales gracias a que los granjeros, criadores de ganado y Libradores
comenzaron a producir pañ os para la venta, ası́ como para el uso domé stico..- f [En 1551 se aprobó una ley que
limitaba el nú mero de los] telares y aprendices [que podı́an tener los] pañ eros, [ası́ como los] tejedores que no
residian en las ciudades; [ningú n] tejedor rural podı́a tener un batá n y ningú n batanero un telar. [Segú n una
ley del mismo añ o todos los] tejedores [de] pañ o basto [tenı́an que seguir un aprendizaje] de 7 añ os. Pese a
ello la manufactura aldeana, como objeto de beneficio mercantil, arraigó firmemente. [5 y 6 Eduardo VI, c. 22,]
una ley, [prohibió el] uso de maquinaria... Flamencos [y] holandeses. . .
670 En 1668 se introdujo de Holanda un Dutch loom" a (p. 138-141) b 39. "Gracias a la 16701
introducción de la maquinaria, en 1800 una persona podía work c tanto como 46 en el año
1785. En 1800 el capital invested in milis, machinery, etc., appropriated para el woollen
trade d era de no menos de 6 millones de £, y el número total de las personas of all agese
ocupadas en Inglaterra en este ramo era de 1.500.000" (p. 142-143) f. La fuerza productiva
del trabajo [[Iresulta]] pues, acrecentada en un 4.600% g. Pero, en primer té rmino, para el
capital fixe ese guarismo era de apenas 1/6, aproximadamente; en proporció n al capital
total (materia prima, etc.) quizá s era de só lo 1/20. "Pocas veces una manufactura ha
obtenido tales ventajas de los improvements in scienceh como el arte de teñ ir los pañ os,
gracias a la aplicació n de las laws of chemistry" (1.c., p. 143-144) j.
Silk manufacture k. Hasta los comienzos del siglo XVIII "el art of silk throwing habı́a
alcanzado su mayor desarrollo en Italia, donde machinery of a particular description fue
36 Cf. J. D. TUCKETT, op. cit. En el ms. es erró nea la fecha de edició n "1846". Extractos de esta obra en el cuaderno
londinense IX.
37 Cf. ibídem, vol. I, pp. 136-137.
etc., destinadas a la industria lanera.- e Personas de todas las edades.- f "142-143"; en el ms. "1.c.".- g "4.600%";
en el ms., "46.000%".h Adelantos cientı́ficos.- i Leyes de la quı́mica.- j"143-144"; en la ed. 1939, "144.k
Manufactura de la seda
En 1715 John Lombe, uno de tres hermanos que ten ı́an un negocio como throwsters y
silk-merchante, viajó a Italia y se las ingenió para obtener un modelo en una de las milis.
Lombe y sus hermanos levantaron en Derby, en 1719, a silk mill con la improved machinery.
Esta mill contained 26.586 wheels, all turned by one water wheel. . . Parliament le dio
14.000 libras for throwing - open the secret to the trade. Esta mill se aproximaba má s to the
idea of a modern factory than any previous establishrn ertt de la misma ı́ndole. La
maquinaria tenı́a 97.746 wheels, movements, and individual parts working day and night,
todo lo cual recibı́a su motion from one large water wheel and were governed by one
regulator, y it employed 300 persons to attend and supply it with work"a (133-134) b. (En la
silk trade c inglesa no se manifestaba ninguna spirit of inventiond; la introdujeron por
primera vez los tejedores de Amberes evadidos tras el sacking of the town e por el duque de
Parma; French refugees f, introdujeron luego (1685-1692) varias branches g 40.)
En 1740, 59 altos hornos produjeron 1.700 toneladas de hierro; en 1827, 284 produjeron
690.000. Los altos hornos, pues, aumentaron como 1 : 4 48/59, ni siquiera se
quintnplicaronh; las tons i como 1 : 405 15/17 j . (Cfr., en torno a la proporció n en una serie de
añ os, 1.c., cuaderno, p. 12.) 41
671 En la manufactura del vidrio se evidencia de la manera má s clara en qué grado el
progreso de la ciencia depende de la manufactura. De otra parte, por ejemplo, el invento del
cuadrante ftde reflexió n surgió de las necesidades ná uticas; el parlamento fijó premios para
los inventos 42.
Ocho má quinas algodoneras, que en 1825 costaban £ 5.000, were 1833 sold for £ 300 k.
(Sobre hilado del algodó n, vé ase l.c., p. 13, cuaderno.) 43
a [El] arte de torcer seda [habı́a alcanzado su mayor desarrollo en Italia, donde se] adoptó maquinaria de
tipo especial [para esta finalidad. En 1715 John Lombe, uno de tres hermanos que tenı́an un negocio como]
torcedores [y] mercaderes de seda, ¡viajó a Italia y se las ingenió para obtener un modelo en una de las]
fá bricas. [Lombe y sus hermanos levantaron en Derby, en 1719,] una fá brica de seda [con la] maquinaria
perfeccionada. [Esta] fá brica contenı́a 26.586 poleas, accionadas todas por una rueda hidrá ulica. El
parlamento [le dio 14.000 libras] por revelar el secreto a la industria. [Esta] fá brica [se aproximaba má s] a la
idea de una fá brica moderna que cualquier establecimiento previo [de la misma ı́ndole. La maquinaria tenı́a
97.746] poleas, mecanismos y piezas individuales que funcionaban noche y dı́a, [todo lo cual recibı́a su]
movimiento de una eran rueda hidrá ulica y estaba controlado por un solo regulador, [y] empleaba a 300
personas para atenderla y trabajar con ella."- b "133-134"; en el iris. "123-4".- c Industria de la seda.- d
Inventiva.- e Saqueo de la ciudad.- f Refugiados franceses.- g Ramas.- h "1 : 3 48/59; noche nicht verfü nffacht"; en
el ms. "1 : 3 48/59; noch nicht verviertacht" ("1 : 3 48/59; ni siquiera se cuadruplicaron").- ¡ Toneladas.- j "1 : 405
15/ "; en el ms. "1 : 435 15/ .- k Se vendı́an en 1833 pot 300.
17 17
"A first rate cotton spinning factory cannot be built, filled with machinery, and fitted with
gas work and steam engine, under £ 100.000. A steam engine, of one hundred horse power
will turn 50.000 spindles, which will produce 62.500 miles of fine cotton thread per day. In
such a factory, 1.000 persons will spin as much threads as 250.000 persons could without
machinery. McCulloch estimates the namber in Britain at 130.000 a" (p. 281b, I.c.).
40 Cf. ibídem, pp. 132, 135, 136
gas y máquina de vapor, por menos de £ 100.000. Una máquina de vapor de 100 caballos de fuerza arcionará
50.000 husos que producirán 62.500 millas de buen hilo de algodón por día. En tal Fábrica, 1.000 personas
hilarán tamo hilo como el que producirían 250.000 personas sin maquinaria. McCulloch estima que su
número se eleva a 130.000 en Gran Bretaña.".- b "281"; en el manuscrito. "280".- c "Donde no existen buenas
rutas, dificilmente pueda decirse que hay una comunidad; la gente puede no tener nada en común.- d “[del]
producto [de la] tierra, iatil pira los hombres, 99/100 [son el] producto de los hormbes.".- e “Cuando se abolió
la esclavilud o el aprendizaje de por vida, el trabajador se convirtió en su propio amo [ y se le abandonó a sus
propios] recursos. [Pero si no hay suficiente trabajo, etc.] los hombres no morirán de hambre mientras
puedan mendigar o robar: por consiguiente el primer papel que desempeñaron los pobres fue el de ladrones y
mendigos".- f Un rasgo notable de la presente situació n de la sooiedad, a partir de Isabel, les que su ley de
pobres era especialmente una ley' para imponer la laboriosidad, una ley proyectada para poner coto a la
vagancia masiva, derivada a su vez de ta supresió n de los monasterios y de la transició n de la esclavitud al
trabajo libre. (Como ejemplo de ello señ alemos la 5a. ley de Isabel,' por la cual a los padres de familia que
tuvieran en cultivo medio plough de tierra se les facultaba a exigir a quienquiera que encontraran desocupado,
se convirtiera en su á prendiz en agricultura, o en cualquier arte u oficio: si rehusaba, a llevarlo ante el juez,
que estaba prá cticamente obligado a ponerlo a buen recaudo hasta que se sometiera. (Bajo Isabel era
necesario que de cada 100, 85 [se dedicaran a la producció n] de alimentos. Actualmente [no se da] una falta
de laboriosidad, sino de empleos lucrativos. La gran dificultad consistía entonces en superar la propensió n a la
holgazanerı́a y al vagabundaje, no la de darles una ocupació n remunerativa. Durante ese reinado se
promulgaron varias disposiciones parlamentarias para compeler a los ociosos a trabajan"- g "El capital fijo, una
vez constituido, deja de influir sobre la demanda de trabajo, pero durante su formació n emplea tantos brazos
como los que utilizarı́a un monto igual de capital irculante o de ré dito,"
44 Cf. ibídem, vol. II, p. 348.
Blake sobre la acumulación y la tasa del beneficio. (Muestra que los precios, etc., no son
indiferentes, porque una clase de meros consumers c no consume y reproduce a la vez.) -
Dormant capitald
c Consumidores.- d Capital inactivo
"La community se compone de dos clases de personas; la una, que consumes y reproduces,
la otra, que consumes without reproduction. Si toda la sociedad se compusiera de
producers, el precio a que intercambiaran entre sı́ sus mercancı́as traerı́a aparejadas pocas
consecuencias; but those who are only consumers form too nurnerous a class to be
overlooked. Their power of demandı́ng arises from seats, mortgages, annuities, professions
y services of various descriptions rendered to the community. The higher the price at which
the class of consumers can be made to buy, the greater will be the profit of the producers
upon the mass of commodities which they sell to them. Entre estas clases puramente
consumidoras el gobierno ocupa the most prominent stationa". (W. Blake, Observations on
the Effects Produced by the Expenditure of Government During the Restriction of Cash
Payments, Londres, 1823, p. 42, 43)46. Blake, para demostrar que el capital prestado al
estado no es necesariamente aquel que antes estaba employedb de manera productiva, dice
(y lo que aquı́ nos interesa es só lo la admisió n de que una parte del capital está siempre
dormantc): "El error radica en la hipó tesis: 1) de que el whole capital del country está fully
employed; 2) that there is immediate employment for successive accumulations of capital as it
accrues from saving. I believe there are at all times some portions of capital devoted to
undertakings that yield very slow returns y slender profits, and some portions lying wholly
dormant in the form of goods, for which there is no sufficient demand. . . Now, if these
dormant portions and savings could be transferred into the hands of governrnent in
exchange for its annuities, they would become sources of new demand, without
encroaching upon existing capital"d (p. 54, 55, l.c.).
a "[La] comunidad [se compone de dos clases de personas: la una que] consume [y] reproduce, [la otra,
que] consume sin reproducció n. [Si toda la sociedad se compusiera de] productores, [el precio a que
intercambiaran sus mercancı́as traerı́a aparejadas pocas consecuencias:] pero aquellos que só lo son
consumidores forman una clase demasiado numerosa como para ser pasada por alto. Su capacidad de
demanda tiene su origen en fincas, hipotecas, anualidades, profesiones [y] servicios de diversa ı́ndole
prestados a la comunidad. Cuanto má s elevado set el precio que se puede imponer a la clase de los
consumidores, tanto mayor será el beneficio de los productores sobre la masa de mercancı́as que le venden.
[Entre estas clases puramente consumidoras el gobierno ocupa] el puesto má s prominente."- b Empleado.- c
Inactiva.- d [De que]todo[El] capital [del] paı́s [está ] plenamente empleado; 2)de que hay un empleo inmediato
para las acumulaciones sucesivas del capital a medida que é ste atunenta por el ahorro. Entiendo que en todo
momento cierta parte del capital está dedicada a cometidos que dan ré ditos muy lentamente [y] menguados
beneficios, y que algunas partes permanecen completamente inactivas, bajo la forma de artı́culos por los
cuales no hay demanda suficiente... Ahora bien. si se pudiera transferir a manos dcl gobierno estas partes y
ahorros inactivos, a cambio de sus anualidades, se transformarı́an en fuentes de una renovada demanda sin
presionar indebidamente sobre cl capital existente
"Whatever amount of produce is withdrawn from tnarket by the demand of the .saving
capitalist, is poured back again, with addition, in the goods that he reproduces. El gobierno,
por el contrarı́o, los incauta para consumirlos sin teproducció n.. .
673 Donde los savings se forman con el revenue, es claro que la persona entitled to enjoy the
portion saved is satisfied without consuming it. It proves that the industry of the country is
capable of raising more produce than the wants of the community require. If the quantity
saved is employed as capital in reproducing a value equivalent to itself, together with a
profit, this new creation, when added to the general fund, can be drawn out by that person
alone who made the savings, i.e. by the very person who has already shown his
46 Extractos en el cuaderno londinense IX.
Karl Marx
disinclination to consume. .. If every one consumes what he has a might a to consume, there
must of necessity be a market. Whoever saves from his revenues, foregoes this might b, and
his share remains undisposed of. Should this spirit of economy be general, the market is
necessarily overstocked, and it must depend upon the degree en que accumulates este
excedente, whether it can find new employments as capital" c (56, 57). (Cfr. en general este
escrito en la secció n sobre la acumulación.) (Cfr. cuaderno, p. 68 y p. 70 47, donde se indica
que la rate of profits y wages d aumenta a causa de los precios, en virtud de la demanda de
guerra, without any respect "to the quantity of land taken last into cultivation"e.)48 "Durante
las guerras de la revolució n, la tasa del interé s subió en el mercado a 7, 8, 9 e incluso 1,0%,
aunque durante todo el tiempo lands of the lowest quality were cultivated" f (I.c., p. 64-
66)49.
a En Blake, "right" ("derecho") en vez de "might" ("poder").- b En Blake, "right" en vez de "might".- c
"Cualquiera que sea la cantidad del producto retirada del mercado debido a la demanda del capitalista ahorrista,
refluye de nuevo, acrecida, en los bienes que aquél reproduce. [...] [Donde los] ahorros [se forman con el] ré dito,
[es claro que la persona] con derecho a disfrutar de la porció n ahorrada se satisface sin consumirla. Ello
demuestra que la industria del paı́s puede producir má s de lo que requieren las necesidades de la comunidad.
Si la cantidad ahorrada se emplea como capital para reproducir un valor equivalente a sı́ misma, y ademá s un
beneficio, esta nueva creació n, si se agrega al fondo general, só lo puede ser retirada por la persona que efectuó
los ahorros, esto es, por la misma persona que ya ha dado. muestras de su renuencia al consumo... Si cada uno
consume aquello que tiene el poder de consumir, necesariamente tendrá que haber un mercado. Quienquiera
que ahorre de sus ré ditos, se priva de este poder y su parte permanece sin utilizar. Si este espı́ritu de
economı́a se generalizara, el mercado estarı́a necesariamente abarrotado y la posiblidad de encontrar para
[este] excedente nuevas utilizaciones como capital deberá depender del grado [en que] se acumule este
excedente."- d Tasa de beneficios [y] salarios.- e Sin relació n alguna "con la cantidad de tierra puesta en cultivo
en ú ltimo té rmino".- f Estaban en cultivo tierras de ı́nfima calidad
"La suba del interé s a 6, 8, 10 e incluso 12% pone de manifiesto la suba del beneficio. La
depreciació n del dinero, supposing it to exist a, en nada podı́a alterar la proporció n entre el
capital y el interé s. Si 200 fibras no valieran má s que 100 libras, 10 libras de interé s no
valdrı́an má s que 5 libras; lo que affected el value del principal, would equally affect the
value of profits. It could not alter the relation between the two" b (p. 73). El razonamiento
de Ricardo, segú n el cual el precio de los wages no puede hacer que aumente el precio de las
mercancı́as, no se ajusta a una sociedad donde una large class are not producers" (I.c.) 50.
"More than the just share is obtained by the producers at the expense of that portion, which
of right belongs to the class who are only consumers" d (74). Esto, naturalmente, es
importante, ya que el capital no só lo se intercambia por capital, sino tambié n por ré dito y
todo capital puede incluso ser consumido en calidad de redito. Con todo, nada tiene que ver
ello con la determinació n del beneficio en general. Este, bajo la forma de profit, interest,
rent, pensions e, impuestos, etc., puede distribuirse (al igual que parte del salario, even f)
entre las diversas categorı́as y clases de la població n. Nunca pueden repartirse entre sı́ má s
que el plusvalor total o el surplusproduce g total. La ratio h segú n la cual se lo reparten es
importante, naturalmente, desde el punto de vista econó mico, pero nada cambia en cuanto
al problema precedente.
674 "Si la circulació n de mercancı́as de [[un valor de]] 400 millions requiriera a currency i de
40 millions y esta proporció n de 1/10 fuera el due level j, en tal caso, si el valor de las
mercancı́as circulantes aumentara a 450 millones, from natural causes, the currency, in
47 Cf. W. BLAKE, Observations on the Effects produced by the Expenditure of Government during the Restriction of
Cash Payments, London 1823, pp. 50-57, 62-67, 69, 72-75, 77, 80-82.
48 Cf. ibídem, p. 65.
order to continue at its level, tendrı́a que aumentar a 45 millones o los 40 millions must be
made to circulate con tal increased rapidity, by banking or other improvements, as to
perform the functions of 45 millions... Such an augmentation, or such rapidity, [es] la
consequence y no la cause del increase of prı́ces” k (Blake, 1.c., p. 80 y s.; cfr. cuaderno, p.
70).
"En Roma la upper y middle class adquirió gran riqueza by Asiatic conquest, but not
being created by commerce or manufactures, it resembled that obtained by Spain from her
American colonies" l (p. 66, t. 1, Mackinnon, History of Civilisation, Londres, 1846, t. 1) 51.
a En el supuesto de que existiera.- b [Lo que] afectara [El] valor [del] capital puesto a interé s afectarı́a
igualmente el valor de los beneficios. No podrı́a alterar la proporció n entre ambos.- c [Donde una] gran clase
está compuesta por no productores.- d "Los productores obtienen má s de la justa parte, a expensas de la porció n
que, en justicia, pertenece a la clase de quienes só lo son consumidores."- e Beneficio, interé s, renta, pensiones.-
f Incluso.- g Plusprodueto.- h Proporció n.- i Un dinero circulante.- j Nivel adecuado.- k ..Debido a causas naturales,
el dinero circulante, a fin de mantener su nivel, ¡tendrı́a que aumentar a 45 millones ol habrı́a que hacer
circular [los] 40 millones ¡con tal! velocidad acrecentada, mediante mecanismos bancarios u otros
perfeccionamientos, como para desempeñ ar las funciones de 45 millones... Este aumento, o esa rapidez, [es]
[La] consecuencia [y no la] causa [del] aumento de precios.- l En Roma clase alta [y] media adquirió gran
riqueza gracias a la conquista de Asia, pero como no la habı́a creado el comercio o las manufacturas, se
asemejaba a la obtenida por Españ a de sus colonias americanas."
Domestic agriculture c a comienzos del siglo XVI. Tuckett
"En el siglo XV, Harrison asserts" (ver tambié n Eden)52, "los farmers apenas able to pay
their rents" sin "selling a cow, or a horse, or some of their produce, aunque a lo sumo
pagaban 4 libras por una farm... The farmer in these times consumed the chief party or the
produce to be raised, his servants taking their seats with him at his table... The principal
materials for clothing were not bought, but were obtained by the industry of each family. The
instruments of husbandry were so simple that many of them were made, or at least kept in
repair by the farmer himself. Every yeoman was expected to know how to make yokes or
bows, and plough gear; such work employed their winter evenings d (p. 324, 325, 1.c.,
Tuckett, t. 1) 53.
c Agricultura domé stica.- d ["En el siglo XVI,] afirma Harrison [...] [los] granjeros [apenas] podı́an pagar sus
rentas [sin] vender una vaca, o un caballo, o parte de su producto, [aunque a lo sumo pagaban 4 libras por
una] granja... En esos tiempos el granjero consumı́a la parte principal del producto que habı́a de cosechar, ya
que sus servidores se sentaban con é l a su mesa... No se compraban los principales materiales para la
vestimenta, sino que se obtenían gracias a la laboriosidad de cada familia. Los aperos de labranza eran tan
simples que muchos de ellos los hacı́a, o al menos los mantenı́a cn buen estado, el labriego mismo. Se suponı́a
que todo pequeñ o agricultor independiente sabı́a construir yugos o arzones y arneses- para el arado; este
trabajo insumı́a sus veladas invernales"
Beneficio. Interés. Influencia de la maquinaria sobre el fondo de trabajo. Westminster
Review
Interés y beneficio: "Si un individuo emplea productivamente sus propios savings, la
remuneració n of his time and skill es agency for superintendente (ademá s el beneficio
incluye el riesgo to which his capital may have been exposed in his particular business); y la
remuneració n for the productive employment of his savings, interest a. El total de esta
remuneració n gross profit; si un individuo emplea los savings de otro, le corresponde la
agency only. Si un individuo presta a otro sus savings, só lo el interest o el net profit"b
51 Cf. W. A. MACKINNON, op. cit. Extractos, en el cuaderno londinense IX.
52 Cf. F. M. EDEN, The State of the Poor etc., cit., vol. I, pp. 119-120.
riesgo] a que su capital puede haberse expuesto en su rama particular] [y la remuneració n] por la utilizació n
productiva de sus ahorros, es interé s.- b [El total de esta remuneració n,] beneficio bruto; [si un individuo
emplea los] ahorros [de otro, le corresponde la] gestió n só lo. [Si un individuo presta a otros sus] ahorros, [só lo
el] interé s lo el] beneficio neto.- c Enero.- d Interé s beneficio acto = remuneració n por la utilizació n productiva
de los anorros.- e Gestió n de direcció n durante su empleo productivo.- f "Todo perfeccionamiento en las artes
productivas [que no] altere la proporció n [entre las] partes [del capital dedicado y no dedicado al] pago de
salarios, implica un incremento de ocupació n para las clases trabajadoras; [cada] nueva utilizació n de
maquinaria y fuerza motriz implica un incremento del producto [y consecuentemente de] capital; por má s que
pueda disminuir la proporció n existente entre la parte del capital nacional que constituye el fondo para el
pago de los salarios, y aquella que es empleada de otro modo, [su tendencia es la de] no disminuir sino
aumentar el monto absoluto de ese fondo [y] de ahı́, la de acrecentar el volumen de ocupació n"
El dinero como medida de los valores y pauta de los precios. Crítica de las teorías sobre la
unidad de medida del dinero
De la determinación del dinero corno medida, así como, en segundo lugar, de la ley
fundamental según la cual, dando por supuesta determinada velocidad de la circulación, la
masa del medio circulante está determinada por los precios de las mercancías y por la masa
de las mercancías que circulan a determinados precios, o por el precio total, por la suma
total de las mcrcancias, la que a su vez está determinada por dos circunstancias: 1) el nivel
del precio de las mercancías: 2) la masa de las mercancías que se encuentran en circulación
a determinados precios; además, 3) de la ley según la cual el dinero en cuanto medio de
circulación se transforma en moneda., en momento meramente evanescente. simple signo
de los valores que intercambia, se desprenden determinaciones más precisas, que
desarrollaremos tan sólo cuando y en la medida en que coincidan. con relaciones
económicas más complejas, circulación crediticia, curso cambiario, etc.55 Es necesario evitar
todos los detalles y, donde hay que introducirlos, no hacerlo sino cuando han perdido su
carácter elemental.
D'abord la circulación monetaria, en cuanto la forma más superficial (en el sentido de
expulsada a la superficie) y más abstracta de todo el proceso de producción, en sí misma
carece de contenido„ salvo en la medida en que sus propias diferencias formales,
precisamente las determinaciones simples que desarrolláramos en la segunda sección 56.
54 Extractos del vol. V, London 1826, de esta revista se encuentran en el cuaderno IX.
55 Sobre las distintas teorı́as acerca del curso de los cambios, Marx recogió analizá ndola crı́ticamente una
riquı́sima cantidad de materiales en el esbozo iné dito: Geldwesen, Kreditwesen, Krisen, redactado entre los
añ os 1854 y 1855.
56 O sea, en el capı́tulo "El dinero", vol. I, pp. 35-174 de estos Elementos fundamentales.
Grundrisse. Cuaderno VII
constituyen su conten ido. Es claro que la circulación monetaria simple, considerada en si,
no está replegada en sí misma, [[sino que]] se compone de un sinnúmero de movimientos
indiferentes y accidentalmente yuxtapuestos.
676 Puede considerarse, p. ej., a la moneda como punto de partida de la circulación del
dinero, pero no tiene lugar ninguna ley del reflujo hicia la moneda, salvo la de depreciación
por wear y teara que hace necesaria la refundición y new issue of coinsb.
a Desgaste.- b Nueva acusación de monedas
El dinero en cuanto medida del valor no se expresa en una cuota de oro en lingotes, sino
en monedas de cuenta, nombres arbitrarios para partes alı́cuotas de un mismo cuanto de la
sustancia monetaria. Estos nombres pueden modificarse; la relació n entre la moneda y su
sustancia metá lica puede alterarse, mientras que la denominació n se mantiene idé ntica. Tal
ocurre con las falsificaciones, que desempeñ an un gran papel en la historia de los estados.
Ademá s los tipos de dinero en los diversos paı́ses. Este problema tiene interé s meramente
con respecto al curso cambiario.
El dinero es medida só lo porque materializa tiempo de trabajo en una sustancia
determinada; de ahı́ que é l mismo sea valor y precisamente porque esa materialidad
determinada tiene vigencia como materialidad objetiva y universal del valor, como la
materializació n del tiempo de trabajo en cuanto tal, a diferencia de sus encarnaciones
meramente particulares; o sea porque es un equivalente.
677 Pero como en su funció n en cuanto medida el dinero só lo es un punto de comparació n
imaginario, só lo necesita existir idealmente, la traducció n ideal de las mercancı́as só lo tiene
lugar en su existencia universal, en cuanto valor; como, ademá s, en esta calidad de elemento
que mide figura tan só lo como moneda de cuenta y decimos que una mercancı́a vale tantos
chelines, francos, etc., cuando la traducimos en dinero; todo esto ha dado pie a la confusa
idea, desarrollada por Steuart y remozada cada tanto y recentı́simamente en Inglaterra
como si se tratara de un profundo descubrimiento, de una medida ideal. Esto es; se entiende
ası́ que los nombres libra, chelı́n, guinea, dó lar, etc., que valen como unidades de cá lculo, no
son denominaciones determinadas de determinada cantidad de oro, plata, etc., sino puntos
de comparació n meramente arbitrarios, que en sı́ mismos no expresan valor alguno, ningú n
cuanto determinado de tiempo de trabajo objetivado. De ahı́ toda la chá chara en torno a la
fijació n del precio del oro y la plata; por precio debe comprenderse aquı́ el nombre con que
se designan las partes alı́cuotas. Una onza de oro se divide actualmente en 3 £. 17 sh. 10 d.a
Karl Marx
A esto se llama fijar el precio; só lo se trata, como señ aló Locke con acierto, de fijar el
nombre de partes alı́cuotas de oro y plata, etc. Expresados en sı́ mismos, el oro, la plata,
desde luego que son iguales a sı́ mismos. Una onza de oro es una onza, tanto la llame 3,
como 20. En pocas palabras, esa medida ideal en el sentido de Steuart significa esto: si digo
que la mercancı́a a vale 12., la mercancı́a b 6, la mercancı́a c 3 = se relacionan entre sı́ = 12 :
6 : 3. Los precios só lo expresan relaciones conforme a las cuales esas mercancı́as se
intercambian entre sı́. 2b se intercambian por a y 1/2b por 3c .b Ahora bien, en lugar de
expresar la relació n de a, b, c en dinero real, que tiene é l mismo un valor, en lugar de la £,
que expresa determinada masa de oro, podrı́amos elegir con igual validez cualquier nombre
arbitrario e inexpresivo (esto significa aquı́ ideal) por ejemplo rincha a = 12 rinchas; b = 6 r;
c = 3 r. Esta palabra r no es aquı́ má s que un nombre, sin ninguna relació n con contenido
alguno que le sea propio. El ejemplo de Steuart con el grado, el minuto y el segundo no
demuestra nada, ya que aunque el grado, el minutoc y el segundo tienen magnitudes
variables, no son meros nombres, sino que expresan siempre la parte alı́cuota de
determinada magnitud espacial o temporal.
a 3 libras, 17 chelines, 10 peniques.- b "1 1/ b fü r 3b"; en el ms. "1 1/ c fü ) 3b" ("1 1/ c por 3b").- C "Minute";
2 2 2
en la ed. 1939, "Linie" ("lı́nea")
Tienen, pues, en realidad una sustancia. El hecho de que el dinero, en su determinació n
como medida, só lo funcione como algo imaginario, se transforma aquı́ en que es una
representació n arbitrarı́a, un mero nombre, o sea un nombre para la relació n numé rica de
valor. Nombre para una simple relació n entre guarismos.
Lo correcto serı́a entonces no expresar nombre alguno, sino una mera relació n numé rica,
ya que todo el chiste termina en eso: recibo 6 a por 12 b, 3 b por 6 c; a relació n que puede
tambié n expresarse ası́: a = 12 x, b = 6 x, c = 3 x; donde la x misma es simplemente un
nombre para la relació n de a : b y b: c. La mera relació n numé rica abstracta would not do b.
Ya que a : b = 12 : 6 = 2 : 1, y b : c = 6 : 3 = 2 : 1. Luego, c = 1/2. Luego, b = 1/2, o sea que b = c.
Luego, a = 2, y b= 2; luego, a = b.
678 Tomemos cualquier lista de precios 57 ; por ejemplo potasa, 35 sh. el medio quintal;
cocoa, 60 sh.là lb.; iron (bars) (p. ton) c 145 sh., etc. De modo que para tener la relació n de
esas mercancı́as entre sı́ no só lo puedo olvidarme perfectamente de la plata [[presente]] en
el chelı́n: los simples nú meros —35, 60, 145, etc.— bastan para determinar las recı́procas
relaciones de valor entre la potasa, la cocoa, los lingotes de hierro. Los nú meros abstractos
son suficientes aquı́, y no só lo porque puedo dar a su unidad, el 1, cualquier nombre sin
relació n alguna con un valor; no necesito darle ningú n nombre. Steuart58 insiste en que
tengo que darle un nombre cualquiera, pero que é ste, como mera denominació n arbitraria
de la unidad, como simple marking of proportion cannot be fixed to any portion de la
quantity of gold, silver or any other eommodityd.
a 6a fü r 126, 3b fü r 6c"; en el ms. y la ed. 1939, "6b fü r 12a, 3c fü r 6b" ("6b por 12a, 3c por 6b").- b No
resultarı́a satisfactoria.- C Hierro [lingotes] [por tonelada]: d [Como simple] índice de proporción no puede estar
fijado a ninguna porció n [de la] cantidad de oro, de plata o de cualquier otra mercancı́a
En toda medida, en cuanto sirve de punto de comparació n —es decir, cuando los diversos
elementos que se debe comparar está n puestos en la relació n numé rica con la medida como
unidad y quedan vinculados unos a otros--, la naturaleza de la medida se vuelve indiferente
y desaparece en el mismo acto de comparació n: la unidad de medida se ha convertido en
mera unidad numé rica; la cualidad de esa unidad ha desaparecido, por ejemplo el hecho de
que se trata de una magnitud de longitud o temporal o de un grado angular, etc. Pero es só lo
57 Marx utilizó uno de los nú meros del Economist entre el 6 de febrero y el 6 de marzo de 1858. Cf., en la parte
si se presupone ya como medidos a los diversos elementos, que la unidad de medida marks
only proportion between them a o sea por ejemplo en nuestro caso, la proporció n entre sus
valores. La unidad de có mputo no só lo tiene nombres diferentes segú n los diversos paı́ses,
sino que es nomen b de diferentes partes alı́cuotas de una onza de oro, por ejemplo. El curso
cambiario las reduce a todas, empero, a la misma unidad de peso de oro o plata. Si supongo,
por ende, que las diversas magnitudes de las mercancı́as, por ejemplo como arriba, son = 35
sh., 60 sh., 145 sh., tendremos que a los efectos de su comparació n, puesto que ahora el 1
está presupuesto como igual en todas y é stas han llegado a ser conmensurables, será
completamente superflua la consideració n de que el sh. es una cantidad determinada de
plata, el nombre para determinado cuanto de plata. Pero tan só lo se convierten en meras
magnitudes numé ricas, en cantidad de una unidad homó nima arbitraria, comparables entre
sı́, y tan só lo expresan proporciones recı́procas, cuando cada mercancı́a está medida con la
que presta servicios de unidad de medida. Pero só lo puedo medirlas entre sı́, só lo puedo
volverlas conmensurables, siempre que tengan una unidad; y é sta es el tiempo de trabajo
contenida en ambas.
679 La unidad de medida, pues, tiene que [ser] cierto cuanto de una mercancı́a en la cual está
objetivado un cuanto de trabajo. Como la misma cantidad de trabajo no se expresa siempre
en el mismo cuanto de oro, por ejemplo, el valor mismo de esta unidad de medida será
variable. Pero en cuanto se considera al dinero só lo como medida, esta variabilidad no
significa un obstá culo. En el mismo comercio de trueque —cuando se ha desarrollado hasta
cierto punto, por ende cuando es una operació n normal, reiterada, no só lo un acto
esporá dico— aparece alguna otra mercancı́a como unidad de medida, por ejemplo, el
ganado en Homero. Para el papú salvaje de la costa, que con tal de "obtener un foreign
article c trueca 1 ó 2 de sus hijos y cuando no los tiene a mano toma prestados los de su
vecino, prometiendo to give his own in exchange, when they come to hand, his request
being rarely refused" d 59, no existe ninguna medida para el intercambio.
a Sólo indica proporción entre ambos.- b Nombre.- c Artı́culo extranjero.- d [Prometiendo] darle los suyos en
cambio, no bien esté n a su alcance, su pedido é ste que raras veces es denegado
El ú nico aspecto del intercambio que existe para é l es el hecho de que só lo por la
enajenació n de las cosas que posee puede apropiarse de las ajenas. Esta enajenació n misma
no está regida para é l má s que por su fancy on the one side a , y del otro lado por la
magnitud de su propiedad movableb. En el Economist del 13 de *marzo de 1858 leemos, en
una carta al director: "As the substitution in France of gold for silver in the coinage (which
has been the principal means hitherto of absorbing the new discoveries of gold) must be
approaching its completion, particularly as less coinage will be wanted for a stagnant trade
and reduced prives, we may expect ere long that our fixed price of 3 £ 17 sh. 10 1/2 d. an
ounce will attract the gold here" c 60. Ahora bien, ¿qué significa eso del "fixed price of 31. 17
sh. 101/2 d. an ounce" of gold? Nothing else but that a certain aliquote part of an ounce is
called penny, a certain multiple of this penny-weight of gold a shilling, and a certain
multiple of this shilling-weight of gold a pound? d ¿El señ or se imagina que en otros paı́ses el
florı́n de oro o el louis d'or e, etc., no designan asimismo determinado cuanto de oro, es
decir, que un cuanto determinado [de oro] no tiene un nombre fijo? ¿Que esto es un
privilegio de Inglaterra? ¿O una especialidad? ¿Que en Inglaterra una onza de orof
expresada en dinero g es má s que una onza de oro h y en otros paı́ses menos? Serı́a curioso
saber lo que entiende este caballero por curso cambiario.
59 Es desconocida la fuente de donde Marx extrajo la cita.
60 Cf. The Economist, vol. XVI, n. 758, March 13, 1858, p. 290, artı́culo "Will the law of interest last? To the Editdr of
the Economist".
Karl Marx
a [Por su] capricho, de un lado.- b Mueble.- c "Como en Francia la sustitució n de la plata por el oro la
acuñ ació n de moneda [que ha sido hasta aquı́ el principal medio de absorber los nuevos descubrimientos de
oro] debe de estar llegando a su fin, particularmente porque se necesitará menos circulante para un comercio
estancado y precios en baja, podemos esperar a breve té rmino que el precio de 3 libras, 17 chelines y 10 1/2
peniques la onza, fijado por nosotros, atraerá el oro hacia aquı́."- d [ ¿Qué significa eso del] "precio fijado de 3
libras 17 chelines 10 1/2 peniques" la onza de oro? Nada sino que a cierta parte alı́cuota de una onza se la
llama penique, a cierto mú ltiplo de ese peso de un penique de oro se le denomina chelı́n, y a cierto mú ltiplo de
ese peso de un chelı́n de oro, libra.- e Luis, moneda de oro de 20 francos.- f "Goldunze"; en ed. 1939,
"Geldmü nze" ("moneda de dinero").- g "Geld"; en ed. 1939, "Gold" ("oro").- h "Goldunze": en ed. 1939,
"Geldmü nze"
Lo que induce a Steuart en error es lo siguiente: los precios de las mercancı́as no
expresan nada que no sea las relaciones segú n las cuales son intercambiables, las
proporciones conforme a las que se intercambian entre sı́. Una vez dadas esas proporciones,
pueda atribuirle a la unidad cualquier nombre, ya que bastarı́a el nú mero abstracto e
innominado, y en vez de decir que esta mercancı́a es = 6 stü ber a , aqué lla = 3, etc., podrı́a
decir que é sta = 6 unidades, aqué lla = 3; en absoluto necesito darte un nombre a la unidad.
680 Como ú nicamente se trata aquı́ de la relació n numé rica, puedo darle cualquiera. Pero aquı́
ya está presupuesto que estas proporciones esté n dadas, que las mercancı́as se hayan
transformado previamente en magnitudes conmensurables. Una vez que las magnitudes
está n puestas como conmensurables, sus relaciones se convierten en simples proporciones
numé ricas. Precisamente el dinero se presenta como medida, y determinado cuanto de la
mercancı́a en la que se representa, como- unidad de medida, para encontrar las
proporciones, declarar conmensurables las mercancı́as and to handleb.
a "Stü ber" o "stuiver": vieja moneda holandesa que valı́a 1/20 de florı́n.- b Comerciar
Esa unidad real es el tiempo de trabajo, que está relativamente objetivado en ellas. Pero
es el tiempo de trabajo mismo, puesto como general. El proceso por medio del cual, dentro
del sistema monetario, el tiempo de trabajo determina los valores, no tiene cabida en el
aná lisis del dinero mismo y es exterior a la circulació n; está detrá s de ella como supuesto y
fundamento operante. La cuestió n só lo puede ser é sta: en vez de decir que esta mercancı́a
es = una onza de oro, ¿por qué no decir directamente que es = x tiempo de trabajo
objetivado en la onza de oro? ¿Por qué el tiempo de trabajo, sustancia y medida del valor, no
es al propio tiempo la medida de los precios, o en otros té rminos, por qué el precio y el
valor en general difieren? La escuela prudoniana cree hacer gran cosa al exigir que se
establezca esa identidad y que el precio de las mercancı́as se exprese en tiempo de trabajo.
La coincidencia de precio y valor supone igualdad de oferta y demanda, mero intercambio
de equivalentes (o sea, no de capital por trabajo), etc.; en suma, formulá ndola desde el
punto de vista de la economı́a, salta inmediatamente a la vista que esta exigencia niega el
fundamento entero de las relaciones de producció n basadas sobre el valor de cambio. Pero
si suponemos abolida esa base, por otra parte, el problema carecerá de sentido, ya que só lo
existe sobre y con la misma. Que la mercancı́a, en su existencia inmediata como valor de
uso, no es valor, no es la forma adecuada del valor, [[es ]] = [[ a decir ]] que lo es en cuanto
algo materialmente distinto o que lo es en cuanto equiparada a otra cosa; o que el valor
posee su forma adecuada en una cosa especı́fica por oposició n a otras. Las mercancı́as son
trabajo objetivado en cuanto valores; por consiguiente el propio valor adecuado tiene que
aparecer bajo la forma de una cosa determinada, como forma determinada del trabajo
objetivado.
En Steuart los disparates acerca del patró n medida ideal se ilustran histó ricamente con
dos ejemplos, de los cuales el primero, el dinero bancario de Amsterdam, demuestra
precisamente lo contrario, ya que no es otra cosa sino la reducció n de la moneda circulante
a su contenido en oro o plata (a su ley); sobre el segundo machacan todos los innovadores
que siguen la misma orientació n. Urquhart, por ejemplo, aduce el caso de Berberı́a, donde
Grundrisse. Cuaderno VII
un bar a , un lingote de hierro ideal, un lingote metá lico puramente imaginario, sirve como
patró n medida que no conoce alzas ni Mas.
681 Si, p. ej., el valor del lingote de hierro real desciende en, digamos, 50% b, el bar valdrá
entonces 2 lingotes de hierro; si de nuevo aumenta en 100%, só lo valdrá uno. El señ or
Urquhart al mismo tiempo pretende haber comprobado que en Berberı́a no hay crisis
comerciales ni industriales y, menos aun, monetarias, y lo atribuye a los má gicos efectos de
ese ideal standard of value c 61.
a Lingote.- b "50%0" en la ed. 1939, "100%".- c Patró n ideal de valor
Ese patró n imaginario "ideal" no es sino un valor imaginario real, una imagen que,
empero, debido a que el sistema monetario no ha desarrollado sus determinaciones
ulteriores —desarrollo que depende de condiciones por entero diferentes— no alcanza
ninguna realidad objetiva. Es como si en la mitologı́a se quisiera tener por superiores
aquellas religiones cuyas deidades aú n no han sido elaboradas bajo una forma visible, sino
que permanecen sumidas en la imaginació n, o sea que a lo má s han recibido una existencia
oral, pero no artı́stica. Este bar se funda en un lingote de hierro verdadero, transformado
má s tarde en un ser fantá stico y fijado en cuanto tal. Una onza de oro, expresada en moneda
inglesa de cuenta, = 3 £. 17 sh. 101/2 d. Well. Well. Digamos que una libra de seda habı́a
alcanzado exactamente ese precio, pero que el mismo bajó má s adelante, tal como la seda
cruda de Milá n, que el 12 de marzo del 58 en Londres estaba a 1 £. 8 sh. la libra 62. Se trata
de la representació n de un cuanto de hierro, de un lingote de hierro que conserva el mismo
valor 1) con respecto a todas las demá s mercancı́as, 2) con respecto al tiempo de trabajo
contenido en el. Este lingote de hierro es, desde luego, completamente imaginario, só lo que
no es tan fijo, "standing like a rock in the sea"a —como creı́a Steuart y casi 100 añ os despué s
Urquhart. Todo lo fijo en el lingote de hierro es el nombre; en un caso el lingote de hierro
real contiene dos lingotes ideales; en otro, só lo uno. Lo cual se expresa diciendo que el
mismo e inmutable lingote ideal una vez es = 2 y otra vez = 1 lingote real. De tal suerte y en
este supuesto, só lo se ha modificado la relació n del lingote de hierro real, no del ideal. Pero
in factb el lingote de hierro ideal en un caso es el doble de largo que en el otro y ú nicamente
su nombre no ha experimentado cambio. La primera vez 100 libras de hierro, p. ej. se
llamaban bar c, la otra vez 200 [libras], a bar. Supongamos que se emite dinero que
represente tiempo de trabajo, bonos horarios, f,i.d ; a ese bono de una hora se le podrı́a
bautizar con un nombre cualquiera, p. ej. una libra; a un vigé simo e de hora se le podrı́a
llamar 1 sh., a 1/240 f de hora 1 d. El oro y la plata —al igual que todas las demá s
mercancı́as—, segú n el tiempo de producció n que cuestan expresarı́an diversos mú ltiplos o
partes alı́cuotas de libras, chelines g, peniques, y una onza de oro tanto podrı́a ser = 8 £ 6 sh.
3 d. como = 3 £ 17 sh. 10 1/2 d.
682 En estos guarismos se expresarı́a siempre la proporció n en la cual determinado cuanto de
trabajo está contenido en la onza. En vez de decir que 3 £. 17 sh. 10 1/2 d. = una onza de oro,
cuestan ahora só lo 1/2 libra de seda, es posible imaginar que la onza ahora es = 7 £ 15 sh. 9
d h, o bien que 3 £, 17 sh. 101/2 d. no valen ahora má s que media onza porque só lo tienen la
mitad del valor. Si cotejamos, por ejemplo, los precios del siglo XV en Inglaterra con los del
XVIII, podemos encontrar que dos mercancı́as, por ejemplo, tienen exactamente el mismo
valor monetario nominal, digamos 1 £. En este caso la £ es patró n de medida, pero en el
primer caso expresa cuatro o cinco veces má s valor que en el segundo, y podemos decir que
si el valor de esa mercancı́a en el siglo XV era = 1 onza, en el XVIII serı́a = 1/4 de onza de
oro, porque en el siglo XVIII 1 onza de oro expresa el mismo tiempo de trabajo que un
61 Cf. D. URQUHART, Familiar Words as affecting England and the English, London 1856, p. 112.
62 Cf. The Economist, vol. XVI, n. 759, March 13, 1858, p. 300.
Karl Marx
en el ms., "Zwö lftel" ("duodé cimo").- f "1/240"; en el ms., "1/144".- g "Schillingen"; en el ms. y en la ed. 1939,
"Sterlingen" ("esterlinas").- h "7 £ 15 sh., 9 d"; en el manuscrito, "7 £ 14 sh. 10 1/2 d."
Podrı́a decirse, pues, que la medida, la libra, se ha mantenido incambiada, pero en un
caso es = cuatro veces má s oro que en el otro. Estamos ante el patrón ideal de medida. La
confrontació n que planteamos aquı́ la podrı́an haber hecho los hombres del siglo XV si
hubieran vivido hasta el XVIII; dirı́an que una onza de oro, que actualmente vale 1 £, antes
valı́a tan só lo 1/4. 4 libras de oro só lo valen lo que 1 en el siglo XV, por ejemplo. Si esa libra
hubiera tenido antes el nombre de livre, puedo imaginarme que una livre habı́a sido
entonces = 4 libras de oro y que ahora só lo es = 1; se habrı́a alterado el valor del oro, pero la
medida de valor, la livre, habrı́a permanecido inalterable. In fact, una livre significaba
originariamente, en Francia e Inglaterra, 1 libra de plata, y ahora no es má s que 1/x. Puede
decirse, por ende, que el nombre livre, el patró n de medida, nominalmente se ha mantenido
siempre igual, pero que por el contrario la plata ha cambiado de valor. Un francé s que
hubiese vivido desde los tiempos de Carlomagno hasta nuestros dı́as, podrı́a decir que la
livre de plata seguı́a siendo como siempre el inalterado patró n de medida del valor, pero
que otrora habı́a valido 1 libra de plata y que finalmente, a travé s de mú ltiples vicisitudes,
só lo valı́a 1/x de una media onza. La vara es la misma; solo que su longitud difiere segú n los
diversos paı́ses. In fact es lo mismo que si, por ejemplo, se diera el nombre livre al producto
de un dı́a de trabajo, al oro que puede extraerse en una jornada laboral; esta livre se
mantendrı́a in-cambiada, aunque en diversos perı́odos expresarı́a cuantos de oro muy
diferentes.*
* Pasaje tachado.- "Una onza de oro tenı́a en el siglo XVIII só lo 1/4 del valor que tenı́a en el XV; es decir, 4
onzas de oro, desde el punto de vista de su valor, son = 1 onza de tres siglos atrá s. Si el nombre de onza se
retuviera como unidad de có mputo, podrı́a decirse que la onza en el siglo XV valı́a 4 onzas reales, en el XVIII
só lo una.
683 ¿Qué es lo que hacemos, en realidad, cuando comparamos 1 £ del siglo XV con 1 £ del siglo
XVIII? Ambas son la misma masa de metal (cada una = 20 sh.), pero de diferente valor, ya
que el metal valı́a entonces 4 veces má s que ahora. Decirnos, por ende, que comparada con
la de hoy la livre era = 4 veces la masa metá lica- que hoy contiene. Y serı́a posible imaginar
que la livre ha permanecido inalterada, pero que entonces era = 4 libras reales de oro, y hoy
só lo = 1. La cosa serı́a correcta, desde el punto de vista de la comparació n, no con respecto a
la cantidad de metal contenida en una livre, sino con respecto a su valor; pero este valor, a
su vez, se expresa a sı́ mismo de tal modo que 1/4 de livre de oro de entonces es =
actualmente a una livre de oro. Well: la livre, idé ntica, pero en ese entonces = 4 real livres a
de oro (segú n el valor actual) = 1 de ahora, ú nicamente. Si baja el valor del oro y esa baja o
alza relativas con respecto a otros artı́culos se expresa en el precio de é stos, en vez de decir:
un objeto que antes costaba 1 £ de oro ahora cuesta 2, podrı́a decirse que siempre cuesta
una libra, pero que una libra vale ahora dos livres reales de oro, etc.; o sea I livre de 2 livres
de oro reales, etc. En vez de decir: ayer vendı́ esta mercancı́a a 1£.; hoy la vendo a 4 £, se
podrı́a decir: la vendo a 1 £, pero ayer a una £ de 1 £ real, hoy a 1 £ de 4 libras reales. Los
precios restantes se obtienen automá ticamente una vez que está determinada la relació n
del lingote real con el imaginario, pero aquı́ estamos simplemente ante la comparació n
entre el valor pasado del lingote y su valor actual. Es lo mismo que si calculá ramos todo en £
del siglo XV, for instante. El beré ber o el nigger b efectú an lo mismo que tiene que hacer el
historiador cuando, siguiendo a travé s de los siglos el mismo tipo de moneda, el mismo
nombre de có mputo para una moneda de la misma ley, lo calCula en dinero actual; lo
equipara, segú n su valor cambiante a lo largo de las centurias, a má s o menos oro.
a 4 libras reales.- b Negro
Grundrisse. Cuaderno VII
Se trata del esfuerzo de los semicivilizados por retener tambié n como valor la unidad
monetaria, la masa de metal que funge de medida, por retener tambié n ese valor como
medida fija. Pero al mismo tiempo deben ser suficientemente sagaces como para saber que
el valor real del bar se ha modificado. Debido a las pocas mercancı́as que ese beré ber tiene
que medir y al vigor de la tradició n entre los no civilizados, ese complejo tipo de có mputo
no ofrece tantas dificultades como parecerı́a a primera vista.
1 onza es= 3 £ 17 sh. 10 1/2 d., o sea que no llega a 4 £ Supongamos sin embargo, por
razones de comodidad, que es exactamente = 4 libras. Por tanto, pues, 1/4 de onza de oro
recibe el nombre de libra y bajo ese nombre presta servicios como moneda de cuenta. Pero
el valor de esta libra varı́a en parte relativamente, con respecto al valor de otras mercancı́as
16841 cuyo valor varı́a, en parte por cuanto la misma libra es el producto de má s o menos
tiempo de trabajo.
684 Lo único fijo en ella es el nombre y la cantidad, la parte alı́cuota de la onza, de la parte
ponderal en oro, que le da nombre y que está contenida en una piece of money, called one
pound a
El salvaje quiere fijarlo como valor invariable, y de este modo se le modifica la cantidad
de metal que contiene. Si el valor del oro cae en un 50% b, la libra para el será , ahora como
antes, medida de valor; pero una £ de 2/4 onzas de oro, etc. Para é l la libra será siempre
igual a una masa de oro (hierro) que tiene el mismo valor. Pero como este valor varı́a. bien
será igual a una cantidad mayor, bien a una cantidad menor de oro o hierro reales, segú n
haya que dar má s o menos de é stos en el intercambio por otras mercancı́as. El salvaje
compara el valor presente con el pasado, que para é l vale como standard c y que só lo
sobrevive en su imaginació n. Por ello, en vez de calcular segú n 1/4 de onza de oro, cuyo
valor varı́a, calcula en base al valor que una onza de oro tenı́a antes, o sea en base al valor
imaginario e invariable de 1/4 de onza, el cual empero se expresa en un cuanto variable.
a Pieza monetaria llamada libra.- b 50% en el ms. Y ed. 1939, “100%”.- c Patró n
De un lado, el esfuerzo por mantener como valor fijo la medida de valor; del otro, el ardid
de dar un rodeo para eludir los inconvenientes. Es cabalmente absurdo, empero, considerar
como forma histó rico-orgá nica, e incluso como si fuera superior a las condiciones má s
desarrolladas, este desvı́o fortuito mediante el cual los semisalvajes han asimilado la
medició n de valores con dinero, impuesta a ellos desde el exterior; primero toman un
desvı́o, y luego, en é ste, se orientan hasta reencontrar el camino. Tambié n estos salvajes
parten de un cuanto, del lingote de hierro, pero retienen como unidad de có mputo el valor
que tradicionalmente tenı́a ese lingote, etc.
En la economı́a moderna todo este problema ha ganado importancia en virtud,
principalmente, de dos circunstancias:
1) En diversas ocasiones se ha experimentado, por ejemplo en Inglaterra durante las
guerras de la Revolució n, que el precio del oro en lingotes superaba al del oro amonedado.
Este fenó meno histó rico, pues, parecı́a demostrar que los nombres atribuidos a
determinadas partes ponderales alı́cuotas del oro (metal precioso), gracias a un proceso
inexplicable se comportaban de manera autó noma frente a la sustancia cuyos nombres
eran. ¿Có mo, de lo contrario, una onza de oro podı́a valer má s que la misma onza de oro
acuñ ada en 3 £. 17 sh. 10 1/2 d.? ¿O có mo podı́a valer una onza de oro má s que 4 livres de
oro, si livre era simplemente el nombre para 1/4 de onza?
685 Una investigació n má s exacta llevó a la conclusió n, sin embargo, de que las monedas que
circulaban bajo el nombre de libra, in fact ya no tenı́an la ley normal, o sea que, f. i., 5 libras
circulantes pesaban só lo una onza de oro (de igual finura). Como una moneda que
presuntamente representaba 1/4 de onza de oro (so about) a, de hecho no contenı́a má s que
1/5, era muy ló gico que la onza fuera = 5 de tales monedas, o sea que el bullion priceb
Karl Marx
subiera sobre el mint price c, puesto que de hecho ya no 1/4 sino só lo 1/5 de la onza de oro
se llamaba libra, representaba o designaba dinero; libra era ú nicamente el nombre para 1/5
de onza. El mismo fenó meno ocurrı́a precisamente cuando la ley de las monedas circulantes
no habı́a caı́do por debajo de su patró n, pero aqué llas circulaban simultá neamente con
papel moneda depreciado y estaba prohibido tanto fundirlas como exportarlas. En este caso
el 1/4 de onza de oro que circulaba bajo la forma de una £ participaba en la depreciació n de
los billetes, un destino del que estaba exento el oro en lingotes*. El fact era otra vez el
mismo; libra, el nombre de có mputo, habı́a dejado de ser el nombre de 1/4 de onza y era
ahora el de un cuanto menor. La onza era igual pues a 5 de tales libras, p. ej. Significa esto
aquı́ que el bullion price habı́a subido por encima del mint price.
* Los derechos de acuñ ació n pueden, tambié n dentro de un paı́s, aumentar el precio de la moneda con
respecto al del metal precioso
a Aproximadamente.- b "Bullion price" ("precio del metal en lingote"); en el ms., "Wert des bullion prices"
("Valor del precio del metal en lingotes").- c Precio del dinero acunado
Estos fenó menos histó ricos u otros aná logos, todos ellos de fá cil solució n y
pertenecientes todos al mismo gé nero, dieron lugar por vez primera a la medida ideal, o a
que el dinero en cuanto medida fuera só lo té rmino de comparació n, no una cantidad
determinada. De 150 añ os a esta parte en Inglaterra se han escrito centenares de
volú menes sobre este case.
Que determinado tipo de moneda haya de superar su contenido metá lico no tiene nada
de sorprendente, ya que a las monedas se ha añ adido nuevo trabajo (en la forma). Pero
dejando eso de lado, ocurre que el valor de tal o cual tipo de moneda supera al de su
contenido metá lico. Ello carece de todo interé s econó mico y aú n no ha dado motivo a
ninguna investigació n econó mica. No significa otra cosa sino que para determinados fines
was requisite a disponer de oro o plata precisamente en esa forma, say of British pounds or
of Spanish dollars b. A los directores de bancos, naturalmente, les interesaba sobremanera
demostrar que no era que hubiera bajado el valor de los billetes, sino que habı́a subido el
del oro. En lo que respecta a este ú ltimo problema, só lo má s adelante lo podremos tratar.
686 2) La teorı́a de la ideal measure of value c, sin embargo, fue propuesta por vez primera a
comienzos del siglo XVIII y se la retomó en el segundo decenio del XIX, al discutirse
problemas en los cuales el dinero no figuraba como medida ni tampoco como medio de
cambio, sino en calidad de equivalente invariable, de valor que existe por sı́ mismo (en la
tercera determinació n) y por tanto como la materia general de los contratos. En una y otra
circunstancia se trataba de saber si las deudas pú blicas y otras, contraı́das en dinero
depreciado, debı́an ser reconocidas y pagadas en dinero con valor pleno. Era, simplemente,
un problema entre los acreedores del estado y la masa de la nació n, problema que aquı́ no
nos concierne en nada. Quienes exigı́an un readjustementd por un lado de las deudas y por
el otro de las prestaciones (obligaciones) e, se ponı́an en un terreno falso:
¿hay que modificar o no el standard of money? f En esta ocasió n se planteaban tales crude
g teorı́as sobre el standard of money, la fijació n del precio del oro, etc. ("Altering the
("prestaciones").- f Patrón monetario.- g Toscas.- h "Modificar el patró n monetario [[es]] como modificar los
pesos y medidas de la nació n".
Al primer golpe de vista resulta claro que por el hecho de que se aumente al doble o se
reduzca a la mitad la magnitud de medida' de una fanega, p. ej., no se modifica la masa de
cereales en una nació n. Pero la modificació n serı́a muy importante, a modo de ejemplo, para
63 Cf. J. STEUART, An Inquiry etc., cit., vol. II, p. 110.
Grundrisse. Cuaderno VII
los arrendatarios que tuvieran que pagar la renta cerealera en determinada cantidad de
fanegas, siempre que é stos, habié ndose duplicado la medida, tuvieran que suministrar la
misma cantidad de fanegas que antes.) En este caso, eran los acreedores del estado quienes
se aterraban al nombre "libra", esto es, al "standardd ideal" abstrayé ndose de la parte
ponderal alı́cuota de oro expresada por ese está ndar, ya que é ste, is in fact, só lo el nombre
de có mputo atribuido a la parte ponderal del metal que sirve como medida.. Pero, cosa
extrañ a, eran precisamente sus adversarios quienes formulaban esa teorı́a del "standard
ideal" y ellos, [los acreedores], quienes la combatı́an. En vez de reclamar sencillamente un
readjustment, o que a los acreedores del estado se les reembolsara en oro el cuanto que
efectivamente habı́an adelantado, exigı́an que se hiciera bajar el standard de acuerdo con la
depreciació n; o sea, p. ej., que si la £ se habı́a reducido a 1/5 de onza, en lo futuro ese 1/5 de
onza llevara el nombre de libra, o que la libra se acuñ ara, digamos, en 21 chelines en vez de
en 20. Se denominó aumento del valor del dinero a esta baja del standard, ya que la onza
ahora = 5 1., en lugar de ser igual a 4 como antes. No decı́an, pues, que aquellos que habı́an
adelantado p. ej. una onza de oro en 5 libras depreciadas debı́an recibir ahora solamente 4
libras plenamente vá lidas, sino que aseguraban que debı́an recibir 5 libras, pero que en lo
sucesivo la libra habrı́a de expresar 1/20 menos de onza que antes.
687 Cuando plantearon esta demanda en Inglaterra tras la resumption of cash-payment e, la
moneda de cuenta habı́a recuperado su antiguo valor metá lico. En esta oportunidad se
formularon otras crude teorı́as sobre el dinero como medida del valor y, so pretexto de
refutar estas teorı́as —cuya falsedad era fá cilmente demostrable—, se hicieron pasar, de
contrabando, los intereses de los acreedores pú blicos.
d Patró n monetario.- e Reanudació n del pago al contado El primer combate de esta ı́ndole se desarrolló
entre Locke y Lowndes. De 1688 a 1695, los empré stitos del estado se contrajeron en
dinero depreciado, depreciado a causa de que se habı́a refundido todo el dinero de buena
ley y só lo circulaba el de mucha liga. La guinea habı́a subido a 30 sh. Lowndes (,,director de
la moneda? ) (secretary to the treasury) a querı́a reducir la £ en un 20%; Locke, en cambio,
defendı́a el old standard b de Isabel. En 1696 c refundició n, general recoinage d. Locke
alcanzó la victoria. Deudas contraı́das a 10 y 14 sh. la guinea, se saldaban a la rate of 20 sh.e.
Para el estado y los terratenientes esto era ventajoso por igual 64 "Lowndes planteó el
problema sobre una base falsa. Una vez afirma que su scheme f no implica debasement g
alguno del viejo standard. Otra vez atribuye el aumento de precio del bullion h al valor
intrı́nseco de la plata y no a la lightness of la coin i utilizada para comprarla. Supone
siempre que es el stamp j y no la sustancia la que hace el currency k ... Por su parte Locke
solamente se pregunta si el proyecto de Lowndes implica o no un debasement, pero no
investiga los intereses de aquellos que está n sujetos a permanent contracts l. Mr. Lowndes's
great argument for reducing the standard was, that silver bullion was risen to 6 sh. 5 d. per
ounce (i.e. that it might have been bought with 77 pence of shillings of 1/77 part of a pound
troy) y entendı́a por tanto que la pound troy should be coined into 77 sh." m , lo que
significaba una diminution n del valor de la £ en 20% ó 1/5.
Locke le replicó que los 77 d. were, paid in clipped money y que el peso de los mismos no
excedı́a del de 62 pence standard coin ñ .
a Las palabras "secretary to the treasury" ("secretario del tesoro") aparecen en el manuscrito sin signos de
inclusió n, sobre "Mü nzmeister? " ("¿director de la moneda? ").- b Viejo patró n.- c "1696"; en la ed. 1939,
"1695".- d Reacuñ ació n general.- e [A la] tasa de 20 chelines.- f Proyecto.- g Envilecimiento.- h Metal precioso en
lingotes.- i Ley má s baja de [La] moneda.- j Cuñ o.- k Dinero circulante.- l Contratos permanentes.- m El gran
argumento del señ or Lowndes para bajar el patró n monetario era que la plata en lingotes habı́a aumentado a
6 chelines y 5 peniques por onza (es decir, que se la podrı́a comprar con 77 peniques de chelines consistentes
64 Cf. ibídem, pp. 155-156.
Karl Marx
en 1/77 de una libra de doce onzas) [y entendı́a por tanto que la] libra de doce debı́a acuñ arse en 77 chelines.-
n Reducció n.- ñ [Que los] 77 peniques se pagaban en moneda envilecida [y que el peso de los mismos no
segú n Steuart.- d Só lo se atendı́a a los intereses rurales [y a los] de la corona. En aquella é poca el comercio
estaba casi paralizado y habı́a sido arruinado por una guerra de rapiñ a... Restaurar el patró n monetario era la
medida má s favorable tanto para los intereses rurales como para el erario, y ası́ se hizo.- e Aumento del patró n
monetario.- f Principal perjudicado.- g Con lo cual las tres partes interesadas quedaron satisfechas.- h "p. 156";
en el manuscrito, "p. 154 sqq."- i El aumento del dinero.- j O aumentar el valor de nuestro dinero.-k,1 umentar la
denominación de nuestra moneda
El valor seguirá estando determinado por la cantidad de metal. If the abating 1/20 of the
quantity of the silver of any coin, does not lessen its value, the abating 19/20 of the quantity
of the silver of any coin, will not abate its value. Segú n esta teorı́a, a single three pence or a
single farthing, being called a crown, will buy as much spice or silk or any other commodity,
as a crown-piece which contains 20 or 60 times as much silver" a (p. 54). "El raising of
money, pues no es otra cosa que giving a less quantity of silver the stamp and denomination
of a greater" b (1.c.). "El stamp de la moneda es una garantı́a para el public; aqué lla debe
contener tanta plata como la que implica such a denomination" c (57). "lt is silver, and not
names, that pays debts and purchases commodities" d (p. 58). "El cuñ o basta para
garantizar el peso y finura de la moneda, pero deja a la so coined gold money find its own
rate e, al igual que las demá s mercancı́as" (p. 66). En resumidas cuentas, mediante el raising
of money f no se puede hacer otra cosa que "more money in tale" g; en ningú n caso má s
"money in weight and worth" h (p. 73). "La plata es un patró n de medida absolutamente
distinto de los demá s. La vara o el cuarto de galó n, que usan los hombres para medir, bien
pueden quedar en las manos del comprador, del vendedor o de un tercero: it matters not
whose it is. Pero la plata no só lo es la medida de bargains, it is the thing bargained for y en
el comercio pasa del comprador al vendedor, as being in such a quantity equivalent to the
thing sold: and so it not only measures i the value of the commodity it is applied to, but it is
given in exchange for it, as of equal value. But this it does only by its quantity, and nothing
else" j (p. 92).
Grundrisse. Cuaderno VII
a Si reducir en 1/20 la cantidad de plata de una moneda cualquiera no disminuye su valor, reducir en 19/20
la cantidad de plata de una moneda cualquiera no reducirá su valor. [Segú n esta teorı́a] una sola moneda de
tres peniques o una de un 1/4 de penique, por el hecho de llamá rsele una corona [cinco chelines] comprará
tantas especias o seda o cualquier otra mercancı́a como una pieza de una corona, la cual contiene 20 ó 60
veces má s plata.- b "Aumentar el dinero, [pues, no es otra cosa que] darle a una cantidad menor de plata el
cuñ o y la denominació n de una cantidad mayor".- c Tal denominació n.- d "Es la plata, y no los nombres, lo que
paga las deudas y compra mercancı́as".- e [A la] moneda ası́ acuñ ada que encuentre su propio precio.- f
Aumento del dinero.- g "Má s dinero en nú meros".- h "Má s dinero en peso y valor".- i "measures"; en la ed. 1939,
"reas sumes" ("reasume"). Corregido segú n Locke.- j No importa de quié n es. [Pero la plata no só lo es la medida
de las] transacciones, sino el objeto de é stas [y en el comercio pasa del comprador al vendedor] por ser, en tal
cantidad, equivalente al objeto vendido; y de este modo no só lo mide el valor de la mercancı́a a la que se aplica,
sino que es entregada en intercambio por ella, como de igual valor. Pero só lo lo hace en mé rito a su cantidad, y
no merced a ninguna otra cosa"
689 "The raising being but giving of names at pleasure to aliquot parts of any piece, viz. that
now the sixtieth part of an ounce still be called a penny, may be done with what increase
you please" a (p. 118). "The privilege that bullion has, to be exported freely, will give it a
little advance in price aboye our coin, let the denomination of that be raised, or fall as you
please, whilst there is need of its exportation, and the exportation of our coin is prohibited
by law" b (p. 119, 120).
La misma posició n que adoptó Lowndes contra Locke, al atribuir el primero el aumento
del precio del metal en lingotes al hecho de que habı́a aumentado el valor del bullion c y por
tanto disminuido el valor de las monedas de cuenta (o sea que porque ha subido el valor del
bullion, baja el precio de una parte alı́cuota del mismo, llamada £), la adoptaron en 1819 y
añ os siguientes los little-shilling-men c, Attwood y los demá s de la Birmingham school.
(Cobbett habı́a planteado el problema sobre la base correcta: nonadjustments of national
debts, rents etc. d; pero echó todo a perder por su teorı́a segú n la cual el papel moneda era
absolutamente inadmisible (arribó a esta conclusió n, sorprendentemente, partiendo como
Ricardo —que llegó a la conclusió n opuesta— de la misma falsa premisa, o sea de la
determinació n del precio por la cantidad del circulante)65.) Toda su sabidurı́a se condensa
en las siguientes frases: ,"Sir R. Peed, en su disputa con la Birmingham Chamber of
Commerce, inquiere: « What will your pound note represent? »" e (p. 266, The Currency
Question, The Gemini Letters, Londres, 1844) (o sea, el billete de una libra si no se le paga en
oro). "¿Qué debemos entender por present standard of value? £ 3, sh. 17, d. 10 1 / 2 ,
¿significan una onza de oro o su valor? Si significan la onza misma, ¿por qué no llamar a las
cosas por su nombre y, en vez de pound, shilling, pence, decir ounces, pennyweights, and
grains? f
a "Como el aumento no es sino el conferir nombres arbitrarios a las partes alı́cuotas de cualquier pieza, a
saber, decir que ahora a un sesentavo de onza se le dará el nombre de penique, se puede efectuar con el
incremento que se desee".- b “EI privilegio que tiene el lingote de metal precioso de ser exportado libremente,
le da una ligera ventaja en el precio con respecto a nuestra moneda, aumente o disminuya -como se quiera- la
denominació n de la misma, en cuanto se necesita exportarlo y la exportació n de nuestra moneda está
prohibida por ley.- c Partidarios de los chelines pequeñ os.- d No revaluació n de las deudas pú blicas, rentas, etc.-
e "¿Qué representará vuestro billete de una libra? "- f [En vez de] libra, chelı́n, peniques, [decir] onzas,
the Sinkind Fund, and of all the other tricks and contrivances, carried on by the means of Paper Money, London
1828, p. 2 y passim. Extractos de esta obra se encuentran en un cuaderno redactado en julio de 1845 en
Manchester; cf. MEGA 1/6, pp. 603-604.
Karl Marx
patrón fijo de valor. . . El trabajo es el padre del costo, y confiere el valor relativo al oro o el hierro. d "Sea cual
fuere la denominación verbal empleada para expresar el trabajo diario o semanal de un hombre, esas palabras
expresan el costo de la mercancı́a producida".- e "Una libra es la unidad ideal".- f Libra
Lo importante es que esta exigencia se plantea aquı́ desde el punto de vista propio de la
economı́a burguesa (tal es tambié n el caso de Gray, quien, a decir verdad, elabora esta
cuestió n hasta un extremo, y de quien nos ocuparemos en breve), no desde el punto de vista
de la negació n de la economı́a burguesa, como ocurre por ejemplo con Bray. Los
prudonistas (vé ase p. ej., al señ or Darimon) han logrado efectivamente formular la
demanda como si correspondiese a las relaciones actuales de la producció n, y a la vez como
si fuese una exigencia que las revolucionara por entero y una gan novedad, ya que en su
condició n de crapauds a desde luego que no necesitan saber nada de lo que se ha escrito o
reflexionado allende el canal. At all events b, el simple hecho de que la reivindicació n haya
sido planteada hace má s de 50 añ os en Inglaterra por una fracció n de los economistas
burgueses, evidencia en qué grado se extravı́an los socialistas que con ella pretenden haber
puesto sobre el tapete algo nuevo y antiburgué s. Sobre la reivindicació n misma ver má s
arriba. (Aquı́ ú nicamente se puede intercalar algo tomado de Gray. Por lo demá s, este
problema só lo se puede abordar en detalle al analizar la banca.)
a Literalmente, "sapos"; en sentido figurado, "franchutes", "gabachos".- b En todo caso
En torno a la crítica de las teorías sobre los medios de circulación y el dinero.
Transformación del medio de circulación en dinero. – Tesaurización. – Medio de pago. – Precio
de las mercancías y cantidad del dinero circulante. – Valor del dinero
En lo que respecta al dinero como equivalente estable, id est como valor en cuanto tal, y
por tanto como sustancia de todos los contratos, es claro que las alteraciones
experimentadas por el valor del material en el que se representa (directamente, como en el
oro, la plata, o indirectamente en calidad de asignació n só bre determinada cantidad de oro,
plata, etc., en los billetes de banco), tendrá n que provocar grandes revoluciones entre las
diversas clases de un estado.
691 No investigar esto aquı́, ya que estas relaciones mismas presuponen el conocimiento de las
diversas relaciones econó micas. Só lo algunos ejemplos como ilustració n. Es sabido hasta
qué punto en los siglos XVI y XVII la depreciació n del, oro y de la plata, a raı́z del
66 Del cuaderno londinense III, que contiene extractos de las Gemini Letters, resulta que Marx creı́a que uno de los
Lingote de cobre de una libra que se daba y recibı́a como moneda por su peso.- d El rey Servio fue el primero
en sellar el cobre con figuras de ovejas y bueyes.- e Metal oscuro y grosero.- f Ya sea comprá ndoles a los
plebeyos todas las tierras que é stos accedı́an a venderles, ya sea prestá ndolo a largos plazos. Tuvieron que
vender a bajo precio un valor que les molestaba y cuya adquisició n no les habı́a costado nada. La competencia
[entre todos los que estaban animados por el mismo deseo] de deshacerse de é l, debió dar por resultado [al
poco tiempo] un considerable envilecimiento en el precio del cobre en Roma.- g Post u.c. = post urbem
conditam = despué s de la fundació n de la ciudad [Roma]: h A. u. c. = ab urbe condita = desde la fundació n de la
ciudad [Roma].- i Comenzaron a intercambiarse por cobre en Roma con enormes, ganancias, y un comercio tan
lucrativo suscitó continuamente nuevas importaciones . . . [Poco a poco los patricios sustituyeron en sus
tesoros, por] lingotes de oro y de plata –de oro en lingotes, de plata en lingotes– esos montones [de viejo
cobre] tan incó modos de ubicar y tan desagradables a la vista
Los metales preciosos vinrent s'é changer à Rome contre le cuivre avec d'é normes profits,
et un commerce si lucratif excita de jour en jour de nouvelles importations... Poco a poco los
patricios sustituyeron en sus tesoros, por lingotes d'or et d'argent, aurum infectum,
argenturn infectum, esos monceaux de viejo cobre si incommodes à placer et si peu
agré ables à voir i. Tras la derrota de Pirro y sobre todo luego de las conquistas en Asia... el
aes grave va habı́a desaparecido casi por completo y los requerimientos de la circulació n
habı́an vuelto necesaria la introducció n de la victoria griega, bajo el nombre de victoriatus...
con un peso de 1 1/2 scrupule a de plata, ası́ como en el siglo VII a. u. c. la lex Clodia hizo de la
drachme attique numé raire b una moneda romana. Generalmente se la intercambiaba por
una libra de cobre o as de 12 onces.
692 De modo que la proporció n entre la plata y el cobre era de 192 : 1, es decir, una proporció n
5 veces menor que en tiempos de la mayor depreciació n del cobre, a causa de la
exportació n; con todo, el cobre en Roma aú n era má s barato que en Grecia y Asia. Esta gran
revolució n en el valor de cambio de la matié re monetaire c, en la medida en que se cumplı́a
empeoraba hasta los extremos má s crueles la suerte de los infelices plebeyos que, à titre de
pré t, habı́an recibido el cuivre avili y que, l'ayant dé pensé ou employé suivant le cours qu'il
avait alors d, debı́an, segú n el texto de sus engagements e, una suma 5 veces mayor que la
que realiter, f habı́an tomado en pré stamo. No tenı́an manera alguna de se racheter de la
servitude g. Aquel al que habı́an prestado 3.000 ases en la é poca en que esa suma era = 300
bueyes ó 900 escrú pulos de plata, só lo podı́a conseguirlos a cambio de 4.500 escrú pulos de
plata, puesto que el as llegó a estar representado por 1 1/2 scrupulum de ese metal... Cuando
Karl Marx
el plebeyo devolvı́a 1/5 del cobre que habı́a recibido, realiter habı́a saldado su deuda,
puesto que 1/5 [tenı́a] ahora el mismo valor que 1 en el momento de cerrar el contrato. El
valor del cobre, pues, habı́a aumentado 5 veces con respecto a la plata... Los plebeyos
reclamaron una revisió n de la deuda, una nueva estimació n de la somme duc h y una
mutation i en el tı́tulo de sus primitivas obligaciones... Los acreedores, a decir verdad, no
exigı́an la restitució n del capital, pero el mismo pago de intereses era insoportable, ya que el
interé s estipulado originariamente en 12%, se habı́a hecho tan onereux por el
renché rissement excessif du numé raire j , como si equivaliera al 60% del principal k. Gracias
a un acuerdo, los deudores lograron una ley que restaba del capital los intereses
acumulados...
a Escré pulo [peso equivalente a 1/24 de onza].- b Dracma á tica numeraria.- c Material de la moneda.- d [Que]
en calidad de pré stamo, [habı́a recibido el] cobre envilecido [y que] habié ndolo gastado o empleado conforme
al curso que tenı́a entonces. . .- e Compromisos.- f Realmente.- g Salvarse de la servidumbre.- h Suma adeudada.- i
Modificació n.- j [Tan] oneroso [ por el] excesivo encarecimiento del numerario.. .- k Capital puesto a interé s
Los senadores se resistı́an a dejar escapar de sus manos el instrumento por medio del
cual mantenı́an al pueblo en la dé pendence la plus abjecte a. Dueñ os de casi toda la
propiedad territorial, armados con los tı́tulos jurı́dicos que les permitı́an aherrojar a sus
deudores y someterlos a castigos corporales, reprimı́an las sé ditions b y descargaban su
furor contra los plus mutins c. La mansió n de cada patricio era una cá rcel. Por ú ltimo, on
faisait naitre des guerres, que proporcionaban al dé biteur une paye, avec une suspension
des contraintes, y que ouvraient au cré ancier des nouvelles sources de richesse et de
pouvoir d. Tal era la situació n interna de Roma por la é poca de la derrota de Pirro, la toma
de Tarento e importantes victorias sobre los samnitas, lucanos y otros pueblos de Italia
meridional, etc.... En 483 ó 485 aparece la primera moneda romana de plata, la libella; ... se
llamaba libella por su escaso peso = libra de 12 onces de cuivre" e. (Garnier, Germain,
Histoire de la monnaie, etc. 2 vol., Parı́s, 1819, t. 11, p. 7-24) f.
[[Asignados. "«National Property. Assignat of 100 frcs.», legal tender g. .. Se distinguen de
todas las demá s notes in not even professing to represent any specified thing h.
693 Las palabras «national property » significaban que podı́a mantenerse su valor mediante la
compra con ellos de la confiscated property i, en las continuas subastas de la misma. Pero no
existı́a motivo alguno para llamar a ese valor 100 frs. Ese valor dependı́a de la quantity j
comparativa de la property so purchasable k y del nú mero de los asignados emitidos." (78,
79 l. Nassau W. Senior: Three Lectures on the Cost of Obtaining Money, etc. Londres, 1830.)
"La livre de compte m, introducida por Carlomagno y casi nunca representada por una
pié ce ré elle equivalente n, ha conservado su nombre, ası́ como sus divisions en sous y
deniers, hasta fines del siglo XVIII, mientras que las monnaies ré elles ont varié à l'infini de
nom, de forme, de taille, de valeur, no só lo en cada cambio de gobierno sino bajo el mismo
ré gne.
a Dependencia má s abyecta.- b Sediciones.- c [Los] má s levantiscos.- d Se provocaban guerras, [que
proporcionaban al] deudor una paga, suspendié ndose las ejecuciones, [y que] ofrecı́an al acreedor nuevas
fuentes de riqueza y de poder.- e De doce onzas de cobre.- f "7-24"; en la ed. 1939, "15' sqq.".- g "Propiedad
nacional. Asignado de 100 francos". Medio de pago legal.- h [De todos los demá s] billetes en que ni siquiera
pretenden representar cosa especificada alguna.- i Propiedad confiscada.- j "quantity"; en la cd. 1939, "quality"
("calidad").- k Propiedad de tal modo adquirible.- l "78-79"; en el manuscrito, "83-84".- m Libra de cuenta.- n Una
pieza real equivalente
El valor de la livre de compte ha sufrido tambié n, es verdad, d'enormes diminutions a, . . .
pero esto se debió siempre a medidas de fuerza” (p. 76-77 b, t. 1, Garnier, 1.c.). Todas las
monedas de los antiguos en un origen fueron pesos (I.c.) 67
67 Cf. G. GARNIER, Histoire de la Monnaie, depuis les temps de la plus haute antiquité, jusqu'au régne de
"Money is in the first place the universally marketable commodity, or that in which every
one deals for the purpose of procuring other commodities c ( Bailey, Money and its Viciss-
itudes, etc. Londres, 1837, p. 1). "It is the great cornmodity d (p. 2, 1.c.) Es la general
conunodity of contracts, or that in which the majority of bargains about property, to be
completed at a future time, are made e (p. 3). Por ú ltimo, es la "measure of value... Now, as
all articles are exchanged for money, the mutual values of A and B are necessarily shown by
their values in money or their prices... as the comparativo weight of substances are seen by
their weight in relation to water, or their specific gravities" (p. 4). "The first essential
requisito is that money should be uniform in its physical qualities, so that equal quantities
of it should he so far identical as tu present no ground for preferring one to the other... Por
ejemplo, grain y cattle, precisamente por este motivo, no son utilizables a tal efecto, porque
equal cantidad of grain and cqual numbers of cattle are not always alike in the qualities for
which they are preferred g (p. 5, 6).
a [ Ası́ como sus] divisiones en sueldos [y] dineros, [hasta fines del siglo XVIII, mientras que las] monedas
reales han variado infinitas veces de nombre, de forma, de tamañ o, de valor, [no só lo en cada cambio de
gobierno sino bajo el mismo] reinado. [El valor de la] libra de cuenta [ ha sufrido tambié n, es verdad] enormes
disminuciones.- b "p, 76-77"; en ed. 1939 "p. 76", c "El dinero es, en primer té rmino, la mercancı́a
universalmente comerciable, o aquella con la que todos negocian, con vistas a procurarse otras mercancı́as".- d
"Es la gran mercancı́a intermediaria.- e [ Es la] mercancía general de los contratos, o aquella con la cual se pacta
la mayorı́a de las transacciones en torno a la propiedad a consumarse en un tiempo futuro.- f [La] "medida del
valor. . Ahora bien, como todos los artı́culos se intercambian por dinero, los valores recı́procos de A y B
necesariamente está n indicados por sus valores en dinero o sea sus precios... ası́ como el peso comparativo de
las sustancias está expuesto por su peso en relació n con el agua, o sea por sus pesos especı́ficos"- g "El primer
requisito esencial es que el dinero debe ser uniforme en sus cualidades fı́sicas, de suerte que cantidades
iguales del mismo tienen que ser idé nticas, al punto de no dar motivo alguno de que se prefieran la una a la
otra... [porejemplo], el cereal [y] el ganado, [precisamente por este motivo, no son utilizables a tal efecto,
porque] una cantidad igual de cereal y nú meros iguales de reses no siempre son semejantes en lo que atañ e a
las cualidades que las hacen preferibles
"La steadiness off mine es so desirable en el dinero en cuanto meial commodity and a
commodity of contract; la misma es quite unessential to it in its capacity of the measure of
value a (p. 9). "Money may continually vary in value, and yet be as good a measure of value
as if it remained perfectly stationary. Suppose, p. ej., it is reduced in value y que la reducció n
en el valor implica a reduction of value in relation to some one or more commodities,
suppose it is reduced in value in relation to corn and labour.
694 Before the reduction, a guinea would purchase three bushels of wheat, or six days' labour;
subsequently, it would purchase only two bushels of wheat or four days’labour. En ambos
casos, the relations of wheat and labour to money being given, their mutual relations can be
inferred; in other words, we can ascertain that a bushel of wheat is worth two days' labour.
This, which is all that measuring value implies, is as readily done after the reduction as
before. The excellence of any thing as a measure of value is altogether independent of its
own variableness in value... Se confunde invariableness of value with invariableness in
fineness and weight... The command of quantity being that which constitutes value, a
definite quantity of a substance of some uniform commodity must be used as a unit to
measure value; and it is this definite quantity of a substance of uniform quality which must
be invariable” b (p. 9-11)c. En todos los contratos pecuniarios de lo que se trata es de la
cantidad del oro y de la plata a prestar, y no del valor. (p. 103).
a "[La] estabilidad del valor [es] en tal forma deseable [en el dinero en cuanto] mercancı́a intermediaria y
mercancı́a contractual; [la misma] no [es] en absoluto indispensable para el dinero en su calidad de medida
del valor".- b "El valor del dinero puede variar continuamente, y sin embargo é ste puede seguir siendo una
medida del valor tan exacta como si hubiera permanecido perfectamente estable. Supongamos, [p. ej.] que se
ha reducido su valor [y que la reducció n en el valor implica] una reducció n del valor con relació n a alguna otra
o algunas otras mercancı́as; supongamos que su valor se reduce con relació n a los granos y al trabajo. Antes de
Karl Marx
la reducció n, una guinea compraba tres bushels de trigo, o seis dı́as de trabajo; luego, comprarı́a só lo dos
bushels o cuatro dı́as de trabajo. En ambos casos, estando dadas las relaciones del trigo y el trabajo con la
moneda, pueden inferirse sus relaciones recı́procas; en otras palabras, podemos afirmar que un bushel de
trigo vale dos dı́as de trabajo. Esto, que es todo lo que implica la medició n del valor, se efectú a tan fá cilmente
despué s de la reducció n como antes de ella. La excelencia de cualquier objeto en cuanto medida de valor es
totalmente independiente de la variabilidad de su propio valor... [Se confunde] invariabilidad de valor con
'invariabilidad en finura y peso... Como el poder de disponer de la cantidad es lo que constituye el valor, tiene
que usarse como unidad de medida del valor 'una cantidad determinada de una sustancia de tal o cual
mercancı́a uniforme, y es esta cantidad determinada de una sustancia de calidad uniforme lo que debe ser
invariable".- c "p. 9-11"; en la cd. 1919, "p. 11"
"Si alguien sostiene que un contrato se refiere a determinado valor, he is bound to show
in relation to what commodity: thus, he would be maintaining that a pecuniary contract
does not relate to a quantity of money as expressed on the face of it, but to a quantity of
some commodity of which no mention is made" a (p. 104). "No hay por qué circunscribir
todo esto a los contratos donde efectivamente se presta dinero. Tiene validez for all
stipulations for the future payment of money, whether for articles of any kind sold on credit,
or for services, or as rent of land or houses; estas estipulaciones se encuentran precisely in
the same condition as pure loans of the medial commodity. If A sells a ton of iron to B for ten
pounds, at twelve month's credit, it is just the same in effect as lending the ten pounds for a
year, y los intereses de ambas partes contratantes será n affected del mismo modo by
changes in the currency" b (p. 110, 111).
La confusió n consistente en darles nombres a partes alı́cuotas determinadas e
invariables de la sustancia del dinero, las cuales deben servir de unidad de medida... el
confundir la atribució n de nombres a las mismas con la fijació n del precio del dinero, se
puede advertir, entre otros, tambié n en el muy eminente romá ntico de la economı́a polı́tica,
el señ or Adam Mü ller. Dice, entre otras cosas: "Todo el mundo puede darse cuenta de qué
importancia tiene la determinación correcta del precio de la moneda, ante todo en un paı́s
como Inglaterra, donde el gobierno se hace cargo de la acuñ ació n con munificente
liberalidad" (es decir a expensas del paı́s y en beneficio de los Bank of England
bulliondealers) c, "donde aqué l no deduce derechos de acuñ ació n, etc., y por lo tanto si
elevara considerablemente el precio de la moneda con respecto al precio del mercado, si en
vez de pagar como ahora una onza de oro con 3 £ 17 sh. 10 1/2 d. fijara en 3 £. 10 sh. el
precio de una onza de oro amonedada, todo el oro afluirı́a a la casa de la moneda, la plata
allı́ atesorada se colocarı́a en el mercado a cambio del oro entonces abaratado y serı́a
nuevamente llevada a la casa de moneda, con lo cual el sistema monetario habrı́a caı́do en el
desorden" (p. 280, 281, t. 11, Die Elemente der Staatskunst, Berlı́n, 1809).
a Está obligado a señ alar con relació n a qué mercancı́a; de esta suerte, estarı́a afirmando que un contrato
pecuniario no se relaciona con una cantidad de dinero consignada en el texto del mismo, sino con una
cantidad de alguna mercancı́a a la que no se menciona".- b [Tiene validez] para todas las estipulaciones
concernientes al pago futuro de dinero, sea por artı́culos de cualquier nnturaleza vendidos a cré dito, sea por
servicios o como arriendo de tierras o alquiler de casas; testas estipulaciones se en-cuentran1 precisamente
en la misma condició n de simples pré stamos de la mercancı́a intermediaria. Si A vende una tonelada de hierro
a B en 10 libras, a un plazo de doce meses, es exactamente lo mismo, en realidad, que si le prestara por un añ o
las diez libras, y los -intereses de ambas partes contratantes será n afectados [del mismo modo] por los
cambios que afecten al circulante".- c Negociantes en metales preciosos
695 De modo que el señ or Mü ller, pues, no sabe que pence y shilling no son aquı́ má s que
nombres que designan partes alı́cuotas de una onza de oro. Como las piezas de plata y las
de cobre —que, nó tese, no se acuñ an conforme a la relació n de la plata y el cobre con el oro,
sino como simples distintivos o señ ales de las partes de oro homó nimas, y por eso só lo es
obligatorio aceptarlas como pago en cantidades muy pequeñ as— circulaban bajo los
nombres de chelines y peniques, el señ or Mü ller se imagina que una onza de oro se divide
en piezas de oro, piezas de plata y piezas de cobre (o sea un triple standard of value) a. Dos
Grundrisse. Cuaderno VII
pasos má s adelante le viene a las mientes que en Inglaterra no rige un patró n monetario
doble, y tanto menos uno triple. La falta de claridad del señ or Mü ller acerca de las
"triviales" relaciones econó micas es la base real donde se asienta su concepció n "superior".
De la ley general, segú n la cual el precio total de las mercancı́as circulantes determina la
masa del medio circulante —presuponiendo determinado grado de velocidad en la
circulació n—, se infiere que en determinado nivel alcanzado por el aumento de las
mercancı́as lanzadas a la circulació n, el metal má s precioso —el metal de valor especı́fico
mayor, es decir, el que en un cuanto menor contiene má s tiempo de trabajo--remplaza como
medio dominante de circulació n al menos precioso; tal es el caso del cobre, la plata, el oro;
uno desplaza al otro como medio dominante de circulació n. La misma suma total de precios
podrá circular con 14 veces menos monedas de oro, por ejemplo, que con monedas de plata.
Las monedas de cobre, y las de hierro incluso, suponen una circulació n endeble.
Exactamente al igual que el medio de transporte y de comunicació n b má s poderoso, pero
tambié n má s valioso, remplaza al menos valioso a medida que crece la masa de las
mercancı́as circulantes y de la circulació n en general.
a Patró n de valor.- b En ed. 1939, "Zirkulations" ("circulació n")
Por otra parte, es claro que el pequeñ o comercio al pormenor, en la vida cotidiana,
supone intercambios en una escala muy reducida; tanto menor cuanto má s pobre sea el paı́s
y má s dé bil la circulació n en general. En este comercio de menudeo, en el cual circulan
cuantos muy pequeñ os de mercancı́as, y por tanto valores muy exiguos, es donde en el
sentido má s estricto de la palabra el dinero se presenta só lo como medio de circulació n
evanescente, en lugar de afianzarse como precio realizado. Para este trá fico, pues. hace su
aparició n un medio de circulació n subsidiario, que es só lo un distintivo o señ al de la parte
alı́cuota del medio de circulació n dominante. Se trata de signos de plata y de cobre, que por
ello no está n amonedados en la proporció n que media entre el valor de su sustancia y el
valor del oro, p. ej. Aquı́ el dinero se presenta ú nicamente como signo, aunque aú n en una
sustancia relativamente valiosa. Para que correspondiera como equivalente a la divisió n de
las mercancı́as que ese comercio supone, habrı́a que dividir el oro p. ej., en fracciones
demasiado pequeñ as.
696 De ahı́ que, legalmente, en los pagos só lo sea obligatorio aceptar en una pequeñ a cantidad
esos medios subsidiarios de circulació n, por cuyo motivo nunca se pueden estipular C01110
realizació n del precio. Por ejemplo en Inglaterra, el cobre por un importe de 6 d., la plata por
un monto de 20 sh. Cuanto má s desarrollada esté la circulació n general. tanto mayor es la
masa de precio de las mercancı́as que entran en la circulació n, tanto má s su intercambio
wholesale a se escinde de su intercambio al pormenor y tanto má s esas mercancı́as
requieren. para circular, diversos tipos de monedas. La velocidad de circulació n de los
distintivos o señ ales está en proporció n inversa a la magnitud de su valor.
a Al por mayor
"En el early stage of society, when hations are poor, and their payments trifling, copper
has frequently been know n lo answer all the porposes oı́ currency y it is coined finto pieces
of very low denominations in order to facilitate the inconsiderable exchanges which then
Cake place. Ası́ ocurrió en la early age de la Roman Republic y en Escocia"a (p. 3). (David
Buchanan. Observations on the Subjects, Treated of in Dr. Smith's Inquiry, etc. Edimburgo,
1814.) 68 "The general wealth of a country is very accurately rneasured by the nature of its
payments and the state of its coin; and the decided prevalence of a coarse metal in its
currency, joined to the use of coins of very low denominations, marks a rude state of
society" b (p. 4). Má s adelante "el business de la currency se divide in two distinct
68 Extractos de esta obra se encuentran en el cuaderno londinense IX
Karl Marx
departments; the duty of effecting the main payments... para los more precious metals; los
inferior metals por el contrario retained for more trivial exchanges, y por tanto los mismos
está n totalmente subservient to the main currency. Entre la primera introducció n de un
metal precioso en la currency de un paı́s y su use exclusivo en los main payments, [hay un]
amplio intervalo; y los payments del retail trade en el ı́nterin tienen que haberse vuelto tan
considerables, a causa del increase of wealth, que por lo menos c en parte could be
conveniently managed by the new y more valuable coin; since no coin can be used for the
main payments" (esto es falso, como se pone de manifiesto en el caso de los billetes),
"which is not suited, al mismo tiempo, to the transactions of the retail trade, pues todo
trade, en ú ltimo té rmino... recibe del consumer the return of its capital d...
a "[En el] estadio temprano de la sociedad, cuando las naciones son pobres y sus pagos insignificantes, a
menudo se ha visto có mo el cobre responde a todos los requerimientos de la moneda circulante [y] se le acuñ a
en piezas de denominaciones de muy bajo valor con vistas a facilitar los exiguos intercambios que se efectú an
en ese entonces. [Ası́ ocurrió en la] primera é poca [de l]] repú blica romana [y en Escocia]".- b "La riqueza
general de un paı́s se mide muy exactamente por la naturaleza de sus pagos y las condiciones de su moneda, y
la neta preponderancia de un metal ordinario en su moneda circulante, sumada al uso de piezas de valores
muy reducidos, es ı́ndice de un tosco estado de la sociedad."- c "mindenstens"; en el manuscrito, "nicht"
("no").- d [El] funcionamiento [de la] moneda circulante [[se divide]] en dos sectores diferentes: [El] servicio
de efectuar los pagos principales... [para los] metales má s valiosos; se reservan [los] metales inferiores, [por el
contrario] para los intercambios menos importantes, [y por lanto los mismos está n totalmente] subordinados
a la principal moneda en circulació n. [Entre la primera] introducció n [de un metal precioso en la] moneda
circulante [de un paı́s y su] uso [exclusivo en los] pagos de mayor importancia, [hay un] amplio intervalo; (y
los) pagos [del] comercio al por menor len el ı́nterin llenen que habersev uelto tan considerables, a causa del
incremento de la riqueza, [que por lo menos en parte] puedan ser efectuados convenientemente por la nueva
moneda, má s valiosa; ya que para los pagos principales no puede usarse ninguna moneda (...) que no se
adapte, [al mismo tiempo], a las transacciones del comercio al por menor, [pues todo]] comercio, [en ú ltimo
té rmino... recibe del] consumidor los ré ditos de su rapital...
En el continente, de manera general, la plata se ha mantenido en los main payments a...
En Gran Bretañ a la cantidad de plata en circulació n no supera lo que se requiere para los
smaller payments b... De hecho se efectú an few payments c en plata por un importe de 20 sh,
697 Con anterioridad al reign of William III silver was brought in large bags to the treasury in
payment of the national revenue d. En este perı́odo tuvo lugar el gran cambio. La
introducció n exclusiva del oro en los main payments of England, was a clear proof de que
los returns del retail trade en esa época se hacían fundamentalmente en oro; esto era posible,
sin que un single payment exceeded nunca o incluso equalled any of the gold coins, because,
in the general abundance of gold, and scarcity of silver, gold coins naturalmente offered for
small sums y a balance of silver demanded in return; por cuyo motivo el oro, by thus
assisting en el retail trade y eco nom ising the use of silver, incluso para los small payments,
would prevent its accumulation by the retail trade e... Contemporá neamente a la sustitució n
de la plata por el oro en Inglaterra" (1695) "para los main payments, la plata remplazaba al
cobre en Suecia... Desde luego que la coin used for the larger payments can only pass current
at its intrinsic worth f. . . Pero el valor intrínseco no es necesario para a subsidiary currency g...
En Roma, mientras el copper fue la prevailing coin current only for its intrinsic value h...
a Pagos principales.- b Pagos menores.- c Pocos pagos.- d [Con anterioridad al] reinado de Guillermo Ill se
llevaba la plata al tesoro en grandes sacas para pagar las rentas nacionales.- e [La] introducció n [exclusiva del
oro en los] principales pagos de Inglaterra fue una prueba evidente [de que los] cobros [dell comercio al por
menor len esa época se hacían fundamentalmente en oro; esto era posible, sin que un] pago aislado excediera
[nunca] o igualara incluso a ninguna de las monedas de oro, porque, dada la abundancia general del oro y la
escasez de la plata, [naturalmente] se ofrecı́an las monedas de oro por pequeñ as sumas y se exigı́a el vuelto en
plata, [por cuyo motivo el oro], al cooperar ası́ [en el] comercio al menudeo [y] economizar el uso de plata,
[incluso para los] pagos pequeñ os, impedı́a la acumulación de ésta por el comerciante minorista. ..- f [Desde
luego que la] moneda usada para los pagos mayores só lo puede tener curso a su valor intrı́nseco.- g Una
moneda circulante subsidiaria.- h Mientras el cobre [fue la] moneda preponderante, só lo tuvo curso por su
Grundrisse. Cuaderno VII
valor intrı́nseco. . .
La plata se introdujo 5 añ os antes de que comenzara la primera guerra pú nica, y só lo
poco a poco desplazó al cobre en los pagos de mayor importancia... 62 añ os despué s de la
plata, el oro, but it never seems to have excluded silver from the main payments... En la
India el cobre no es a subsidiary currency; circula por su intrinsic worth. La rupee, a silver
coin de 2 sh. 3 d., es la money of account; al mohour, a gold coin, y al pice, a copper coin, are
allowed to find their value con relació n a la rupia in the market; el number of pice currently
exchanged for a rupee varı́es continuamente con el peso y el valor de la coin, mientras que
aquı́ 24 halfpence son siempre = 1 shilling, haciendo caso omiso de su peso. En la India el
retail trader debe aceptar siempre considerable quantities of copper por sus goods y por
consiguiente cannot afford to take it but por su valor intrı́nseco... En las currencies de
Europe el cobre passes por cualquier valor que se le haya fijado, sin examination de su peso
y fineness" b (p. 4-18). En Inglaterra, "un exceso de cobre fue puesto en circulació n en 1798
by private traders; y aunque el copper só lo era legal payment por 6 d. a, (el excedente) se
abrió camino hacia los retail traders b, que procuraron ponerlo nuevamente en circulació n,
pero finalmente retornó a ellos. Cuando esta currency c se detuvo, el copper se acumuló , en
sumas de 20, 30 y hasta 501., en manos de los retail traders b, que finalmente tuvieron que
venderlo a su valor intrinsic" (p. 31).
698 En la subsidiary currency c, el medio de circulació n en cuanto tal, en cuanto medio
puramente evanescente, adopta una existencia separada al lado del medio de circulació n
que a la vez es equivalente, realiza los precios y es acumulado como valor autó nomo. Por lo
tanto aquı́, mero signo. Só lo se le puede emitir, pues, en la cantidad requerida
absolutamente para el pequeñ o retail trade d, por lo cual nunca se le puede acumular. La
cantidad ha de estar determinada por la masa de los precios que ese medio hace circular,
dividida por su velocidad. Como la masa del medio circulante, de un cierto valor, está
determinada por los precios, se desprende de suyo que si se lanzara artificialmente en la
circulació n una cantidad mayor que la que esta misma requiere, y esa cantidad mayor no
pudiera encontrar salida (lo que aquı́ no ocurre, ya que en calidad de medio de circulació n
está por encima de su intrinsic worth e), el medio de circulació n se depreciarı́a; no porque la
cantidad determine los precios, sine porque los precios determinan la cantidad, o sea que
en la circulació n só lo un cuanto determinado puede permanecer a un valor determinado.
a "1"; en el manuscrito, "12".- b ... Pero no parece haber excluido nunca a la plata de los pagos principales.
[En la India el cobre no es] una moneda circulante subsidiaria; [circula por su] valor intrı́nseco. [La] rupia, una
moneda de plata [de] 2 chelines 3 peniques, [es la] moneda de cuenta; se permite [al] mohour, una moneda de
oro, [y al]price, una moneda de cobre, que encuentren su valor [con relació n a la rupia] en el mercado; [El]
nú mero de paı́ses cambiados corrientemente por una rupia varı́a [continuamente con el peso y el valor de la]
moneda, [mientras que aquı́ 241 medios peniques [son siempre =] 1 chelı́n, [haciendo caso omiso de su peso.
En la India el] comerciante minorista [debe aceptar siempre] considerables cantidades de cobre [por sus]
artı́culos [y por consiguiente] no puede aceptarlo sino [por su valor intrı́nseco... En las] monedas circulantes
[de] Europa [el cobre] tiene aceptació n 'por cualquier valor que se le haya fijado, sin] que se examine [su peso
y] fineza.- En la moneda subsidiaria.- d Comercio al por menor.- e Valor intrı́nseco
Por consiguiente, si no existen salidas por las cuales la circulació n pueda expulsar la
cantidad superflua, el medio circulante " no puede cambiar su forma de medio de
circulació n en la de valor para sı́ mismo; necesariamente, pues, debe disminuir el valor del
medio de circulació n. Pero esto puede suceder —salvo obstá culos artificiales, prohibició n
de refundir la moneda, de exportarla, etc.— cuando el medio circulante es só lo un signo, y é l
mismo no posee un valor real correspondiente a su valor nominal, o sea cuando no puede
pasar de la forma de medio circulante a la de mercancı́a en general, borrando su cuñ o;
cuando está inmovilizado en su existencia monetaria. Se deduce por otra parte, que el signo,
el distintivo monetario, puede circular al valor nominal del oro que é l representa —sin
poseer ningú n valor propio— en la medida en que representa al medio de circulació n só lo
Karl Marx
en la cantidad en que circuları́a este ú ltimo. Pero al mismo tiempo, entonces, constituye una
condició n el hecho de que, una de dos: o ese signo existe só lo en una cantidad tan pequeñ a
que circula ú nicamente en forma subsidiaria, o sea que en instante alguno cesa de ser
medio de circulació n (en la cual constantemente presta servicios en parte en el intercambio
de pequeñ os cuantos de mercancı́as, en parte simplemente en el cambio del medio de
circulació n real), o sea nunca se le puede acumular; o bien es necesario que no posea
absolutamente ningú n valor, de manera que su valor nominal nunca pueda ser comparado
con su valor intrı́nseco. En este ú ltimo caso está puesto como mero signo que a travé s de sı́
mismo remite al valor como existente fuera de sı́ mismo. En el otro caso nunca ocurre que
se compare su valor intrı́nseco con su valor nominal.
699 De ahı́ que las falsificaciones del dinero se pongan inmediatamente de manifiesto, y que
en cambio la eliminació n total de su valor no lo deteriore a. Caso contrario podrı́a parecer
paradojal que se pueda sustituir al dinero por papel, carente de valor, mientras que la
menor caı́da de su ley lo deprecia.
En general, la doble determinació n del dinero en la circulació n se contradice; servir a
tı́tulo de mero medio de circulació n, situació n en la que el dinero es intermecliació n
evanescente; y al mismo tiempo como realizació n de los precios, forma en la cual se
acumula y se convierte en su tercera determinació n en cuanto dinero. Como medio de
circulació n se desgasta; no contiene, pues, el metal que lo convierte en un cuanto fijo de
trabajo objetivado. Por ende su correspondencia con su valor es siempre má s o menos
ilusoria. Aducir un ejemplo.
Habiendo arribado ya a este punto, es importante introducir en el capı́tulo del dinero la
determinació n de la cantidad, pero precisamente inferida de manera inversa a lo que ocurre
en la doctrina habitual. Se puede sustituir al dinero porque su cantidad está determinada
por los precios que hace circular. En la medida en que tiene valor —como en el medio
subsidiario de circulació n—, su cantidad ha de estar determinada de tal suerte que nunca
se le pueda acumular en calidad de equivalente, que de hecho siempre figure só lo como
mecanismo auxiliar del verdadero medio de circulació n. Pero en la medida en que debe
remplazar a este ú ltimo, no le está permitido tener valor alguno, o sea, es menester que su
valor exista al margen de é l. Las variations en la circulació n está n determinadas por el
amount y number of transactions b (Economist). La circulació n puede aumentar, con precios
estables, gracias al crecimiento de la amountc de mercancı́as; con amount c estacionaria,
merced al aumento de los precios; por las dos cosas juntas.
a En vez de "ihn nicht beschá digt" ("no lo deteriora") deberı́a decir: "seinen Nominalwé rt nicht beschá digt"
("no deteriora su valor nominal").- b [El] monto [y] nú mero de transacciones.- c Masa
En la tesis segú n la cual los precios regulan la quantity of currency y no la quantity of
currency prives, o que afirma en otras palabras, que trade regulates currency (la cantidad
del medio de circulació n), and currency does not regulate trade, is, of cocarse, as our
deduction has show n, supposed, that price is only value translated into an other language a.
El valor, y el valor determinado por el tiempo de trabajo, es el presupuesto. Es claro, por
ende, que esta ley no es aplicable de manera uniforme a the fluctuations de los precios en
todas las é pocas; por ejemplo en el mundo antiguo, Roma, digamos, donde el medio
circulante mismo no surge de la circulació n, del exchange, sino delà rapiñ a, el saqueo, etc.
700 "Consiguientemente, ningú n paı́s puede tener má s de un standard, more than one
standard for the measure of value, pues ese standard debe ser uniforme y unchanging b.
Ningú n artı́culo tiene un valor uniforme y estable con respecto a otro: it only has such with
itself c. Una moneda de oro es siempre del mismo valor que otra de exactamente la misma
fineza, el mismo peso y que se encuentres en la misma plaza; but this cannot be said of gold
Grundrisse. Cuaderno VII
and any other article d, por ejemplo la plata" (Econ., vol.1, p. 771) 69. "Pound no es otra cosa
sino a denomination in account, which has reference to a given y fixed quantity of gold of
standard qualı́ty e" (l.c.). "Hablar of making f que una onza de oro valga 5 £ en vez de 3 £ 17
stl. 10 1/2 d. equivale meramente a decir que de aquı́ en adelante deberá acuñ arse en 5
sovereigns g en vez de en 3 429/48o h sovereigns.
a [En la tesis segú n la cual los precios regulan la] cantidad de dinero circulante [y no la] cantidad de dinero
circulante los precios, [o que afirma, en otras palabras, que] el comercio regula el dinero circulante (...) y que
el dinero circulante no regula el comercio, está supuesto, desde luego, como lo ha demostrado nuestra
inferencia, que el precio es só lo valor traducido a otro lenguaje.- b [...Má s de un] patró n, má s de un patró n para
la medida del valor, [pues ese] patró n [debe ser uniforme y [ estable.- c Só lo lo tiene con respecto a sı́ mismo.- d
Pero no puede decirse esto del oro y cualquier otro artı́culo.- e "Libra [no es otra cosa sino] una denominació n
de cá lculo, referida a determinada cantidad fija de oro de calidad está ndar".- f Hacer.- g Libra esterlina.- h "3
429/
480"; en la ed. 1939, "3
420/
480". Corregido segú n el Economist
Por lo tanto no modificarı́amos el valor del oro, sino solamente el peso y
consiguientemente el valor de la libra o sovereign. Una onza de oro, ahora como antes,
tendrı́a el mismo valor con respecto al trigo y todas las demá s mercancı́as, pero puesto que
una libra. aunque llevara el mismo nombre que antes, representarı́a una parte menor de
una onza de oro, correspondingly a representarı́a una cantidad menor de trigo y otras
mercancı́as. Exactamente como cuando dijimos que un quarter de trigo ya no debía dividirse
en 8 sino en 12 bushels; con ello no podrı́amos modificar el valor del trigo, sino reducir la
quantity contenida en un bushel y por lo tanto su valor" (p. 772, I.c.). "Sea cual fuere el
change, permanente o temporario, que pueda producirse [[in the value of gold]] b, su precio
se expresará siempre en el mismo amount of money; una onza de oro será siempre 3 £ 17
sh. 10 1/ 2 d. of our money c. El cambio en su valor lo indica la mayor o menor cantidad de
mercancı́as que puede comprar" (l.c., p. 890)70.
Comparar el bar d ideal con el milrea ideal en Buenos Aires (ası́ como con la pound en
Inglaterra durante la depreciació n de los billetes, etc.). Lo que está fijo aquı́ es el nombre
milrea; lo que fluctú a, es el cuanto de oro o plata expresado por aqué l. En Buenos Aires el
currency era papel moneda inconvertible (pesos en billetes); estos pesos en un comienzo
eran igual a 4 sh. 6 d. cada uno; ahora equivalen aproximada mente a 3 1/4 e d. y has been so
low as 1 1/2 d. f Una vara de clothg valı́a antes 2 pesos; ahora, nominalmente, 28 pesos a
causa de la depreciació n del billete 71.
"En Escocia the medium of exchange —que no hay que confundir con el standard of
value— del amount of 1 £ y upwards may be said to be exclusive paper, y el gold does not
circulate at all; yet gold is as much the standard of value as if nothing else circulated,
because the paper is convertible into the same fixed quantity of that metal; and it circulates
only on the faith of being so convertible"h (p. 1275)72.
a Correspondientemente.- b En la cd. 1939 no figuran las palabras "in the value of gold" ("en el valor del
oro"), pero sı́ en el Economist.- c De nuestro dinero.- d Lingote.- e En la ed. 1939, "3 3/4." Corregido segú n el
cuaderno de extractos VI, p. 15.- f Ha llegado a un punto tan bajo como 1 1/2 penique.- g Tela.- h "Se puede decir
que [en Escocia] el medio de cambio —[que no hay que confundir con el] patró n de valor— por el monto de
una libra y má s está constituido exclusivamente por billetes, [y el] oro no, circula en absoluto; con todo el oro
es el patron de valor al igual que si só lo é l circulara, porque se puede convertir el papel en la misma cantidad
fija de aquel metal, y el papel circula tan só lo porque se confı́a en su convertibilidad.".- i "Cuando prevalece la
69 Cf. The Economist, vol. I, n. 37, May 11, 1844, p. 771, artı́culo: "The first step in the currency question.— Sir
Robert Peel".
70 Cf. ibídem, vol. I, n. 42, June 15, 1844, p. 890, artı́culo: "The action of Money on Prices".
71 Cf. ibídem, vol. I, n. 57, September 28, 1844, pp. 1251-1253, artı́culo: "Effect of an inconvertible currency on our
foreign trade".
72 Cf. ibídem, vol. I, n. 58, October 5, 1844.
Karl Marx
actividad cantidades diferentes de trabajo inmediato".- e "29-30"; en la ed. 1939, "31".- f "[En el] perı́odo
temprano de la sociedad... [lo que determina el valor relativo de las mercancías es la] cantidad total de trabajo,
acumulado [e] inmediato, aplicado a la producció n. [Pero cuando] se ha acumulado el capital [y una clase de
capitalistas se distingue de otra dé obreros] cuando la persona que emprende actividades en una rama de la
producció n no ejecuta su propio trabajo, sino que anticipa medios de subsistencia [y] materiales a otros,
entonces es el monto del capital, o la cantidad de trabajo acumulado aplicado a la producció n [lo que
determina] la capacidad de cambio de las mercancı́as.- f Por má s que modifiquemos la cantidad de trabajo
inmediato que aqué llos ponen en actividad, o que puedan requerir sus productos. [Si son desiguales... sus]
productos [será n] de valor desigual, aunque precisamente sea igual la cantidad total de trabajo empleado en
cada uno.- g [...Entre] capitalistas [y] obreros, [[es el] monto del capital, [La] cantidad de trabajo acumulado, [y
no, como antes de esa separació n, la] suma de trabajo acumulado [e] inmediato, gastada en la producció n, [lo
que determina el valor de cambio].- h Manera abstracta.- i A causa de la misma tasa media del beneficio [y esto]
73 Cf. H. THORNTON, An Inquiry into the Nature and Effects of the Paper Credit of Great Britain, London 1802, p. 48.
prá cticamente seguro, por ejemplo, que por má s que el nivel del trabajo necesario pueda diferir en é pocas
distintas y paı́ses distintos, o por mucho que a consecuencia de los precios cambiantes de la materia prima
pueda cambiar su proporció n, o a causa de la oferta y la demanda de trabajo puedan cambiar su monto y su
proporció n, en cualquier é poca dada el capital ha de considerar el nivel y ha de actuar frente a é l como si fuera
fijo. El estudio de estos mismos cambios corresponde por entero al capı́tulo que se ocupa del trabajo
asalariado.- g "El valor dé cambia no está determinado por el costo absoluto de producció n, sino por el relativo.
Si el costo de producció n del oro se mantuviera inalterado mientras que se duplicaba el costo de producir
todas las otras cosas, entonces el oro tendrı́a menor capacidad de adquirir todas las demá s cosas que antes, ,
su valor de cambio habrá disminuido a la mitad; [y esta] disminució n [en su valor de cambio serı́a
precisamente la misma] en efecto, [que si el costo] de producir todas las demá s cosas hubiera permanecido
inalterado mientras que el del oro se reducı́a a la mitad".- h Se duplica.- i "da"; en el manuscrito, "dass" ("que")
703
1826 cotton machinery and workingmen c. Hodgskin
"En 1826 la various machinery used in manufacturing cotton ocupaba 1 hombre to
75 Cf. TH. HODGSKIN, Popular Political Economy etc., cit.
Karl Marx
perform the work of 150 d. Suponiendo que ahora esté n ocupados en ello solamente
280.000 hombres, medio siglo antes tendrı́an que haber desempeñ ado esa actividad
42.000.000" (pá g. 72) (Hodgskin)76. "The relative value of the precious tnetals to othe.r
commodities determines how much of them must be given for other things; and the number
of sales to be made, within a given period, determines, as far as money ı́s the instrument for
effecting sales, the quantity of money required" e (I.c., p. 188).
"Abundant reasons to belleve that the practice of coining originated with individuals y
carried on by them before it was seized on and monopolized by governments. So long tal es
el caso in Russia" f (vé ase Storch) 77 (l e., p. 195, nota) 78.
Hodgskin no es de la misma opinió n que el romá ntico Mfiller : "The mint stamps only
what individuals bring, most injudiciouslv charging them nothing for the labour of coining:
and taxing the nation for the benefit of those who deal in money" g (p. 194, Popular Polit.
Econ., etc., Londres, 1827).
c Maquinaria algodonera y operarios.- d "[En 1826 la] diversa maquinaria utilizada en la manufactura de
algodó n [ocupaba 1 hombre] en la ejecució n del trabajo de 150.- e "El valor relativo de los metales preciosos
con respecto a otras mercancı́as determina cuá nto se debe dar de los mismos a cambio de otros objetos; y el
nú mero de las ventas a realizar en un perı́odo dado, determina, en la medida en que el dinero es el
instrumento empleado para efectuar ventas, la cantidad requerida de dinero."- f "Mú ltiples razones llevan a
creer que la costumbre de acuñ ar moneda se originó [y] fue practicada por particulares antes de que los
gobiernos se hicieran cargo de ella y la monopolizaran. Hasta el presente [tal es el caso] en Rusia".- g "La casa
de moneda só lo acuñ a lo que le traen los particulares y, muy poco atinadamente, nada les cobra por el trabajo
de acuñ ar, gravando a la nació n en beneficio de quienes negocian con dinero."-
Cómo la maquinaria crea material en bruto. Industria del lino. Tow yam b. Economist
Luego de todas estas digresiones sobre el dinero —y ocasionalmente todavı́a tendremos
que retomarlas antes de ending this chapter—c retornamos al point de dé part d (vé ase p. 25
[p. 663]). A tı́tulo de ejemplo de có mo tambié n en la industria manufacturera el
mejoramiento de las má quinas, y el aumento por ellas operado de la fuerza productiva,
crean material en bruto (relativement), en lugar de requerir un aumento absoluto del
mismo: "El factory system en la linen tradee es muy reciente. Con anterioridad a 1828 la
gran masa de lino en Irlanda e Inglaterra se tejı́a by hand'. Hacia esa fecha se perfeccionó
tanto la flax spinning machinery g , especialmente gracias a la perseverancia del señ or Peter
Fairbairn en Leeds, que su use h se volvió muy general. A partir de esa fecha se construyeron
numerosı́simas spinning milis i en Belfast y otras comarcas de Irlanda del Norte, ası́ como
en
diferentes parts j de Yorkshire. Lancashire y Escocia, para producir un hilo fino, y en
pocos añ os se abandonó el hilado a mano... Se fabrica fine tow yarn k con lo que hace 20
añ os se tiraba como desechos" (Economist, 31 de agosto de 1850)79.
b Hilaza de estopa.- c Terminar este capı́tulo.- d Punto de partida.- e [El] sistema fabril [[en la]] industria del
lino.- f A mano.- g Maquinaria para hilar el lino.- h Uso.- i Hilanderı́as de lino.- i Diferentes partes.- k Buena hilaza
de estopa
704
Maquinaria y plustrabajo
En toda aplicació n de maquinaria —consideremos en primer té rmino el case tal como se
76 Cf. TH. HODGSKIN, Popular Political Economy etc., cit.
79 Cf. The Economist vol. VIII, n. 366, August 31, 1850, p. 194, artı́culo: "Can Flax Be Made A Substitute For Cotton?
presenta de manera inmediata, esto es, cuando un capitalista en vez de colocar una parte de
su capital en trabajo inmediato la coloca en maquinaria— se quita una parte del capital a la
porció n variable de é ste, a la que se multiplica a sı́ misma —esto es, a la que se intercambia
por trabajo vivo— para incorporarla a la parte constante, cuyo valor só lo se reproduce o
conserva en el producto. Esto ocurre, empero, to make thc remaining portion more
productive a. Primer casus: el valor de la maquinaria es igual al valor de la capacidad laboral
sustituida por aquélla. En este caso el nuevo valor producido disminuirá , en vez de
aumentar, siempre que el tiempo de plustrabajo correspondiente a la parte restante de la
capacidad laboral, no aumente en la misma proporció n en que se ha reducido
numé ricamente. Si de 100 obreros se despide a 50 y se les remplaza por maquinaria, los
restantes 50 tienen que generar tanto tiempo de plustrabajo como antes los 100. Si é stos,
de 1.200 horas de trabajo tenı́an que hacer 200 horas de tiempo de plustrabajo, los 50
tendrá n ahora que generar la misma cantidad de tiempo de plustrabajo, o sea 4 horas
diarias, mientras que antes só lo 2. En este caso el tiempo de plustrabajo —50 X 4 = 200—
se mantiene igual que antes —100 X 2 = 200—, aunque se haya reducido el tiempo absoluto
de trabajo. En este caso la case b es la misma para el capital, al cual só lo le interesa la
producció n de plustrabajo. El material en bruto elaborado se mantendrı́a inalterado; por
ende, el desembolso respectivo; el correspondiente al material de trabajo habrı́a
aumentado; reducido, en cambio, el desembolso por trabajo. El valor del producto total
serı́a el mismo porque se mantendrı́a = la misma suma de trabajo objetivado y tiempo de
plustrabajo. Un case c de esta ı́ndole no constituirı́a incentio d alguno para el capital. Lo que
ganarı́a por un lado en tiempo de plustrabajo, lo perderı́a por el otro en la parte del capital
que en calidad de trabajo objetivado, o sea de valor invariable, entrase a la producció n.
a Para hacer que se vuelva má s productiva la parte restante.- b Situació n.- c Caso.- d Incentivo
De todos modos, hay que tener en cuenta que la maquinaria remplaza instrumentos de
producció n má s imperfectos, los cuales poseı́an algú n valor; esto es, habrı́an sido
intercambiados por determinada suma de dinero. Aunque no para el capitalista que ya está
en la actividad, para el que comienza por primera vez el negocio, sı́ se deduce de los costos
de la maquinaria la parte del capital que se emplea en la etapa menos desarrollada de la
fuerza productiva.
705 De modo que cuando se introduce, p. ej., la má quina por 1.200 £ (50 capacidades de
trabajo), se suprime un desembolso anterior de. digamos, 240 libras en instrumentos de
producció n, con lo cual el desembolso adicional del capital ascenderá só lo a 960 ,£; el precio
de 40 obreros por añ o. En este caso, pues, si los 50 obreros restantes produjeran en
conjunto exactamente tanto plustrabajo como antes los 100, tendrı́amos ahora que con un
capital de 2.160 se producen 200 horas de trabajo: antes se producı́an con un capital de
2.400. La cantidad de los obreros se habrı́a reducido a la mitad; el plustrabajo absoluto
serı́a el mismo; el capital invertido en material de trabajo se mantendrı́a incambiado; pero
en té rminos absolutos habrı́a aumentado la proporció n entre el plus-trabajo y la parte
invariable del capital*.
* Pasaje tachado: En total, 9.240 £. El caso es el siguiente:
Parte Parte Expresado en días: Plus
invariable variable trabajo:
del capital
7.200 240 2.400
300 10 100 16 2/3 dı́as (2 h. por dı́a)
300 40 50 16 2/3 dı́as (4 h. por dı́a)
O expresá ndolo en
dinero:
Karl Marx
Plusvalor:
Capital y beneficlo. La valeur fait le produit a. Relacián del obrero con las condiciones
laborales en la producción capitalista. - Todas las partes del capital generan beneficio_ -
Proporción entre el capital fijo y el circulante en la cotton-mill, Plustrabajo y beneficio según
Senior. Tendencia de la maquinaria a prolongar el trabajo. - Influjo del transporte sobre la
circulación, etc. - El transporte elimina cada vez más el hoarding. Plustrabajo absoluto y
maquinaria. Senior
La plusvalia, en cuanto es puesta por el capital mismo y medida por su relación numérica
con el valor total del capital, es el beneficio.
a El valor constituye el producto
El trabajo vivo, apropiado y absorbido por el capital, se presenta corno la fuerza vital
propia del capital, como fuerza de éste que lo autorreproduce, modificada además por el
propio movimiento del capital, la circulación, y el tiempo correspondiente a ese
movimiento suyo, o sea el tiempo de circulación. Tan sólo así el capital está puesto como
valor que se autoperpetúa y se automultiplica, por cuanto el capital en cuanto valor
presupuesto se distingue de si mismo en cuanto valor puesto,
708 Como el capital entra por entero en la producción, y en cuanto capital sus diversas partes
constitutivas sólo formalmente se distinguen las unas de las otras, o sea son por igual
sumas de valor, el poner valor aparecerá como inmanente a ellas en igual medida. Por lo
demás, como la parte del capital que se intercambia por trabajo sólo opera
productivamente en la medida que otras partes del capital están puestas en cuanto asociadas
a ella —y la proporción [[que alcanza]] esta productividad está condicionada por la
magnitud de valor, etc., (por la]] diversa determinación recíproca de estas partes (en
cuanto capital fixe, etc.)—, tenemos que el poner de la plusvalı́a, del beneficio, aparece
como determinado uniformemente por todas las partes del capital. Como por un lado las
condiciones del trabajo está n puestas en cuanto partes constitutivas, objetivas, del capital, y
como por otra parte el trabajo mismo lo está en cuanto actividad incorporada a aqué l, el
proceso laboral entero se presenta como proceso que le es propio al capital y el poner de la
plusvalı́a como su producto, cuya magnitud por ende, tampoco está medida por el
plustrabajo que el capital obliga a efectuar a los obreros, sino como productividad
acrecentada conferida al trabajo por aqué l. El producto propiamente dicho del capital es el
beneficio. En este sentido el capital queda puesto como fuente de la riqueza. Pero en la
medida en que genera valores de uso, los produce, ciertamente, pero se trata de valores de
uso determinados por el valor: "La valeur fait le produit" (Say) 80 . Produce por consiguiente
para el consumo. En la medida en que se perpetú a gracias a la constante renovació n del
trabajo, aparece como el valor permanente, presupuesto para la producció n, la cual
depende de su conservació n. Por cuanto siempre se intercambia de nuevo por trabajo, el
capital se presenta como fondo laboral. El obrero, naturalmente, sin las condiciones
objetivas del trabajo, no puede producir. Ahora bien, é stas existen en el capital y separadas
del obrero, se le enfrentan de manera autó noma. El obrero puede comportarse frente a ellas
como frente a condiciones del trabajo só lo en la medida en que previamente el capital se ha
apropiado de su trabajo mismo. Desde el punto de vista del capital no son las condiciones
objetivas del trabajo lo que aparece como necesario para el obrero, sino el hecho de que
é stas existen autónomamente frente a él, la separación entre el uno y las otras, la ownership a
de esas condiciones por el capitalista, y el hecho de que esa separació n só lo se suprima
cuando el obrero cede su fuerza productiva al capital, a cambio de lo cual é ste la conserva
como capacidad laboral abstracta, es decir, precisamente como mera facultad de producir la
riqueza en cuanto poder b que la domina y se le contrapone bajo la forma de capital.
80 Cf. J. B. SAY, Cours Complet etc., cit., t. I, p. 510.
Karl Marx
Todas las partes del capital, pues, generan beneficio simultá neamente, tanto la parte
circulante (adelantada en salario y material en bruto, etc.), como la parte invertida en
capital fixe. El capital só lo puede reproducirse a sı́ mismo, o bajo la forma de capital
circulante o bajo la forma de capital fijo. Puesto que, como anteriormente hemos visto en el
aná lisis de la circulació n, su valor retorna en distinta forma segú n esté presupuesto bajo
una u otra de estas dos formas, y como desde el punto de vista del capital que produce
beneficios no es simplemente el valor lo que retorna, sino el valor del capital y el beneficio,
o sea el valor en cuanto tal y el valor que se valoriza, tenemos que el capital, en cuanto
generador de beneficios, estará puesto de distinta manera en esas dos formas. El capital
circulante entra totalmente a la circulació n, con su valor de uso como portador de su valor
de cambio, y se cambia ası́ por dinero. Es decir pues que se le vende, ı́ntegramente, aunque
cada vez só lo una parte del mismo ingresa a la circulació n. Pero en una sola rotació n habrá
pasado totalmente al consumo como producto (trá tese del consumo individual o del que de
nuevo es productivo), y se habrá reproducido totalmente como valor. Este valor incluye la
plusvalı́a, que ahora aparece como beneficio. Se le enajena en cuanto valor de uso para
realizarlo en cuanto valor de cambio. Estamos, pues, ante una venta con beneficio. Habı́amos
visto, por el contrario, que el capital fixe só lo retorna fraccionadamente y en el correr de
varios añ os, de varios ciclos del capital circulant, y justamente só lo en la medida en que se
le consume (en aquel caso en el acto de producció n inmediato) entra en la circulació n como
valor de cambio y retorna en cuanto tal. Pero ahora tanto el ingreso como el retorno del
valor de cambio está n puestos como ingreso y retorno no só lo del valor del capital, sino al
mismo tiempo del beneficio, de tal modo que a la parte alı́cuota del capital corresponde una
parte alı́cuota del beneficio.
"El capitalista espera que todas las partes del capital por é l anticipado le dará n un
beneficio igual" (Malthus, Principies of Political Economy, 2 ed., Londres, 1836, p. 268)a 81
"Where Wealth and Value are perhaps the most nearly connected, is in the necessity of
the latter to the production of the former" b (l.c., p. 301)82.
a En el manuscrito y la ed. 1939, "267" en vez de "268".- b "Donde la riqueza y el valor está n quizá má s
months. De estas 115.000 £ each of the 23 half hours of work produces 5/115 ó 1/23. De
los 23/23, constituting the whole 115.000, 20/23, id est 100.000 £ de las 115.000,
sustituyen ú nicamente el capital; 1/23 (ó 5.000 out of the 115.000) d makes up for
deterioration de la mill y machinery.
a En realidad deberı́a decir 4 : 1. No hemos podido revisar la ed. en inglé s del libro de Senior.- b "El capital
fijo" ([en las] fá bricas de algodó n) "[generalmente es = 1 : 4 con respecto al circulante, de modo que si] un
fabricante [tiene 50.000 £, gasta 40.000 £ en la construcció n de su] fá brica [y] en equipararla con maquinaria
[y só lo] 10.000 £ en compra de materia prima (algodó n, carbó n, etc.) [y el] pago de salarios".- c "El capital fijo
está sujeto a un deterioro incesante, [no só lo a causa del] desgaste, [sino tambié n por obra de los constantes
adelantos.- d "115.000"; en el manuscrito, "15.000"
Los restantes 2/23, es decir las last 2 of the 23 half hours of every day, produce the net
profit of 10%. Por consiguiente, si se pudiera hacer que la factory estuviera at work 13
horas en vez de 11 1/2 (prices remaining the same) by an addition of about 2.600 £ to the
circulating capital, the net profit would be more than doubled a (Id est, se elaborarı́an 2.600
[[1.]] sin que relativamente se consumiera má s capital fixe, y sin pagar al trabajo at all b. El
gross y net profit c son = al material que se elabora gratuitamente para el capitalista y desde
luego una hora má s = 100%, si el plustrabajo —como supone falsamente el señ or Mierda—
fuera só lo = 1/12 de jornada, o só lo 2/23 como dice Senior.) "Por otra parte, si el horario de
trabajo se redujera en 1 hora per day (prices remaining the same), net profit would be
destroyed; si se redujera en 1 1/2 hora, tambié n el gross profit. El circulating capital would
be re-placed, but there would be no fund to compensate the progressive deterioration of the
fixed capital."d (12, 13)
a "[Bajo las leyes vigentes] ninguna fá brica [en la que se empleen menores de 18 añ os] puede funcionar
má s de 11 1/2 horas diarias, esto es, 12 horas (en 5 dı́as y 9 sá bados. Y bien, el aná lisis siguiente indica) que
en una fá brica ası́ dirigida todo el beneficio neto se deriva de la última hora. [Supongamos que un] fabricante
[invierte] 100.000 libras en su fá brica y en maquinaria, [y] 20.000 en materia prima [y] salarios. Rendimiento
anual [de la]]fá brica: suponiendo que el capital rote una vez al añ o y qile el beneficio bruto alcance al 15%
[sus] artı́culos [tendrá n] que valer 115.000£ , producidas por la conversió n y reconversió n constantes —de
dinero en artı́culos y de artı́culos en dinero— del capital circulante de 20.000 libras (...) en perı́odos de algo
má s de dos meses. [De estas 115.000] libras, cada una de las 23 medias horas de trabajo produce 5/115 [ó
1/23. De los 23/23] que constituyen las 115.000 en conjunto, 20/23, o sea 100.000 libras [de las] 115.000,
sustituyen ú nicamente el capital; 1/23 [ó 5.000 [de las 115.000] compensa el deterioro [de la] fá brica [y la]
maquinaria. [Los restantes 2/23, es decir las]] ú ltimas 2 de las 23 medias horas de cada jornada, producn el
beneficio neto de 10% [Por consiguiente, si se pudiera hacer que la] fá brica trabajara 13 horas en vez de 11
1/2 [permaneciendo estables los precios], mediante una adició n de aproximadamente 2.600 libras al capital
circulante el beneficio neto se duplicarı́a holgadamente.- b En absoluto.- C [El] beneficio bruto [y el] neto.- d ...[Si
el horario de trabajo se redujera en 1 hora] por dı́a [permaneciendo estables los precios], quedarı́a destruido
el beneficio neto: [[si se redujera en 1 1/2 hora, tambié n el] beneficio bruto. Se remplazarı́a [El] capital
circulante, pero no existirı́a un fondo que pudiera compensar el deterioro progresivo del capital fijo
(Los datos del señ or Senior son tan falsos como importante lo es su ilustració n para
nuestra teorı́a.) "La proporció n entre el fixed capital y el circulating aumenta
constantemente por dos motivos: 1) la tendency of mechanical improvements to throw on
machinery more and more the work of production... 2) el improvement de los means of
transport y la consequent diminution of the stock of raw material in the manufacturer's
hand waiting for use. Formerly, when coals and cotton came by water, the incertainty and
irregularity of supply forced him to keep on hand 2 or 3 months' consumption. Now, a
railway brings it to him week by week, or rather day by day, from the port or the mine.
Under such circumstances, I fully anticipate that, in a very few years, the fixed capital
instead of its present proportion, will be as 6 or 7 or even 10 to 1 to the circulating; and,
consequently, that the motives to long hours of work will become greater, as the only means by
which a large proportion of fixed capital can be made profitable.
710 «When a labourer », said Mr. Ashworth to me, « lays down his spade, he renders useless, for
that period, a capital worth 18 d. When one of our people leaves the mili, he renders useless
Karl Marx
711 The difficulty of cleaning and repairing the machinery, and the divided responsibility,
arising from the necessity of employing a double staff of overlookers, book-keepers etc.
have nearly put an end to this practice, but unril Hobhouse's Act reduced them to 69, our
Grundrisse. Cuaderno VII
factories generally worked from 70 to 80 hours per week"a (p. 15, 1.c.).
Fábricas de algodón en Inglaterra. Ejemplo relativo a la maquinaria y el plustrabajo. -
Ejemplo de Symons. - Glasgow Power-loom factory etc.b (Estos ejemplos sirven para la tasa
del beneficio.) - Maneras diversas de reducir el trabajo necesario mediante la maquinaria.
Gaskell. - Trabajo del immediate market for eapital c
-Segú n Baines a first-rate cotton-spinning factory cannot be lbuilt, filled de maquinaria, y
fitted con steam envines y gas works, por menos de 100.000 £. A steam-engine of 100
horse-power will turn 50.000 spindles, which will produce 62.500 miles of fine cotton
thread per day. In such a factory 1.000 persons will spin as much thread as 250.000 persons
could without machinery"d (p. 75 S. Laing, National Distress etc., Londres, 1844)83.
"When profits ,fall, circulating capital is disposed to become to some extent fixed capital.
Si el interé s es de 5%, no se usa el capital in making new roads, canals or railways mientras
estas works yield a corresponding large percentage; but when interest es só lo de 4 or 3%,
capital would be advanced for such improvements, if it obtained but a proportional lower
percentage. Joint-stock conzpanies, to accomplish great improvements, are the natural
offspring of a falling rate of profit. It also induces individuals to fix their capitals in the form
of buildings and machinery"e (p. 232. Hopkins (Th.).
a "[Nuestras] fábricas algodoneras, en sus comienzos, se mantenían en funcionamiento las 24 horas enteras.
La dificultad que presentaban la limpieza y reparació n de la maquinaria, ası́ como la reponsabilidad dividida -
derivada de la necesidad de emplear un doble cuerpo de capataces, tenedores de libros, etc.- casi han puesto
té rmino a esa prá ctica, pero hasta que la ley de Hobhouse las redujera a las 69 horas, nuestras fá bricas
generalmente trabajaban de 70 a 80 horas semanales".- b Fá brica equipada con telares mecá nicos.- c Mercado
inmediato para el capital.- d "[Segú n] Baines no se puede construir una fá brica algodonera de primera
categorı́a, provista [de maquinaria y] equipada [con] má quinas de vapor [e] instalaciones de gas, [por menos
de] 100.000 libras. Una má quina de vapor de 100 caballos de fuerza pondrá en movimiento 50.000 husos, que
' producirá n diariamente 62.500 millas de hilo fino de algodó n. En una fá brica de este tipo 1.000 personas
hilará n la misma cantidad de hilo que podrı́an producir 250.000 personas desprovistas de maquinaria."- e
"Cuando disminuyen los beneficios, se dispone del capital circulante de manera tal que se transfotnia hasta
cierto punto, en capital fijo [Si el interé s es de 5%, no se usa el capital] en la construcció n de nuevos caminos,
canales o ferrocarriles [mientras esas] obras no rindan un tanto por ciento similar; pero cuando el interé s [es
só lo de 4] ó 3% se invertirá capital en tales mejoras aunque se obtenga una tasa proporcionalmente menor.
Las compañías por acciones que ejecutan grandes mejoras, son el resultado natural de una tasa decreciente de
beneficio. Este hecho induce a los individuos, asimismo, a fijar sus capitales bajo la forma de edificios y
maquinaria"
Great Britain for the last 40 years etc., Londres, 1834) 84 "McCulloch estima de la siguiente
manera los numbers y los icomes de las personas engaged en la cotton manufacture:
833.000 weavers, spinners, blackers, etc.
at 24 £ each a year . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 20.000.000
111.000 joiners, engineers, machine makers
etc. at 30 £ each . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 3.330.000
Profit, superintendence, coal and materials
of machines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 6.667.000a
944.000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 30.000.000
712 De los 6 2/3 millions, 2 millions are supposed to go for coal, iron and other materials, for
machinery and other outgoings, which would give employement at £ 30 a year each, to
66.666, making a total population employed of 1.010.666; a é stos se ha de agregar 1/2 de
esa cantidad, constituido of children, aged, etc., dependent on those who work, or an
83 Extractos de esta obra se encuentran en el cuaderno londinense IX.
additional 505.330; so a total, supported on wages, of 1.515.996 persons. Añ á dase a é stos
los que are supported, directly or indirectly, by the 4 2/3 millions of profit etc." b (Hopkins,
1.c., 336, 337).
a En vez de "6.667.000" deberı́a decir "6.670.000".- b "[McCulloch estima de la siguiente manera las]
cantidades [e] ingresos [de las personas] ocupadas [en la] industria algodonera:
833.000 tejedores, hilanderos, tintoreros, etc., a 24 libras anuales cada uno . . . . £ 20.000.000
111.000 carpinteros, maquinistas, constructores de má quinas etc., a 30 libras cada uno . . . £ 3.330.000
Beneficio, supervisió n, carbó n y materiales para las má quinas . . . £ 6-667.000
944.000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . £ 30.000.000
[De los 6 2/3 millones, se supone que dos millones se destinan para carbó n, hierro y otros materiales, para
maquinarias y otros rubros que dará n empleo –a razó n de £ 30 anuales– a 66.666 personas, lo que lleva la
població n ocupada total a 1.010.666; la é stos se ha de agregar 1/2 de esa cantidad constituido]] por niñ os,
ancianos, etc., a cargo de los que trabajan, o sea una cantidad adicional de 505.330; tenernos ası́ un total de
1.515.996 personas que dependen de los salarios. [Añ á danse a é stos los que] directa o indirectamente se
mantienen gracias a los 4 2/3 millones de beneficios, etc."
De acuerdo con este cá lculo, pues, 833.000 está n directamente empeñ ados en la
producció n: 177.666 a en la producció n de la machinery y de las matiè res instrumentales
requeridas exclusivamente por la utilizació n de la maquinaria. Los ú ltimos, sin embargo.
está n calculados a 30 [[. por cabeza; por tanto, para resolver su nú mero en labour of the
same quality b que el de los 833.000, habrı́a que calcular a 24 1. per head, con lo que
tendrı́amos 5.333.000 [[.c para about d 222.208 obreros; resulta, pues, que habrı́a about 1
obrero empleado en la producció n de la maquinaria y las matires instrumentales por cada 3
3/4 ocupados en la producció n de la cotton fabric e. Menos de 1 por cada 4, pero digamos 1
por cada 4. Si los 4 obreros restantes trabajaran ahora tanto como antes lo hacı́an 5, es decir
que cada uno suministrara 1/4 de tiempo de plus-trabajo má s, el capital no obtendrı́a
ningú n beneficio. Los 4 restantes tienen que proporcionar má s plustrabajo que antes los 5,
o la cantidad de obreros empleados en la producció n de la maquinaria tiene que ser menor
que la cantidad de obreros desplazados por la má quina.. La maquinaria só lo es profitable f
para el capital en la medida en que aumenta el tiempo de plustrabajo de los obreros
ocupados en la maquinaria g (no en cuanto lo reduce; só lo en la medida en que aqué lla
acrecienta h la proporció n entre el tiempo de plustrabajo y el tiempo necesario, de tal suerte
que el Ultimo no só lo se haya reducido relativamente, pero quedando incambiada la
cantidad de jornadas laborales simultá neas, sino que disminuya en té rminos absolutos. )
El aumento del tiempo absoluto de plustrabajo i implica un nú mero constante o creciente
de jornadas laborales simultá neas, o sea el aumento de la fuerza productiva merced a la
divisió n del trabajo, etc. En ambos casos el tiempo de trabajo total se mantiene constante o
aumenta.
a "177.666"; en la ed. 1939 y el manuscrito, "176.666".- b En trabajo de la misma calidad.- c "5.333.000 £";
en el manuscrito, "5.333.000 millions £.- d Alrededor de.- e Tela de algodó n.- f Lucrativa .- g Esto es, ocupados
en el empleo de la maquinaria.- h -Vergrö ssert"; en la ed. 1939 y el manuscrito, "vermindert" ("reduce").- i "Der
absoluten Surplusarbeitszeit"; en la ed. 1939 y el manuscrito, "der absoluten Arbcitszeit" ("tiempo absoluto de
trabajo")
Con la aplicació n de la maquinaria no só lo se acrecienta el tiempo de plustrabajo en
proporció n al tiempo de trabajo necesario -y por tanto relativamente al tiempo de trabajo
total-, sino que aumenta la proporció n con el tiempo de trabajo necesario, mientras que
decrece el trabajo total, id est el nú mero de las jornadas laborales simultá neas (en
Proporció n al tiempo de plustrabajo).
713 Un fabricante de Glasgow dio a Symons (J. C.), Arts and Artisans at Home and Abroad,
Edimburgo, 1839 85 , los siguientes datos (registramos aquı́ varios, ası́ dispondremos« de
85 Extractos de esta obra se encuentran en el cuaderno londinense IX.
Grundrisse. Cuaderno VII
ejemplos para el aná lisis de la relació n entre el fixed capital, el circulating a y la parte del
capital que se gasta en wages b, etc.): Glasgow: "Expense of erecting a power-loom factory of
500 looms, calculated to weave a good fabric of calico, or shirting, such as is generally made
in Glasgow. would be about . . . . . . . . . £ 18.000
Annuai produce, say 150.000 pieces of 24 yards,
at 6 sh. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 45.000
Which cost as under:
lnterest on sunk capital, and for depreciation
of value de la machinery . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.800
Steam-power, oil, tallow, etc. keeping up
machinery, utensils, etc. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.000
Yarns and flax . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32.000
Wages to workmen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.500
Suppose profit . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.700
45.000” c
(p. 223)
a [El] capital fijo, [El] circulante.- b Salarios.- c Glasgow: "Los gastos que demandan levantar una fábrica de
telares mecánicos, de 500 telares, proyectada para tejer un buen calicó o tela de camisas, tal como se
confeccionan generalmente en Glasgow, serían aproximadamente: . . £ 18.000
Producto anula, digamos 150.000 piezas de 24 yardas,
a b chelines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .£ 45.000
Cuyos costos se distribuyen ası́:
Interé s sobre el capital invertido y por depreciació n del
valor de la maquinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.800
Fuerza motriz, aceite, grasa, etc., cuidado de la maquinaria,
ú tiles, etc. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.000
Hilaza y lino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32.000
Salario de los obreros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.500
Beneficio previsto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.700
45.000.”
Si suponemos, pues, un 5% de interest on machinery, el gross pront a será 1.700 + 900 =
2.600. El capital gastado en salario, empero, só lo asciende a 7.500. -El beneficio, por tanto,
es al salario como 26 : 75 = 5 1/5: 15, por tanto = 34 2/3%.
"Probable expense of erecting a [[spinning]] cotton-mill
con hand mules, calculated to produce Nr. 40 of [a] fair
average quality . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . £ 23.000
If patent self-actors, 2.000 1. additional.
Produce annually to the present prices of cottons and the
rates at which yarns could be sold . . . . . . . . 25.000
Cost of which as follows:
Interest of sunk capital, allowance for depreciation of
value of the machinery 10 % . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.300
Cotton . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14.000
Steam power, oil, tallow, gas, and general expense of
keeping up utensils and machinery in repair . . . . . . . . . 1.800
Wages to workers . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.400
Profit . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.500
25.000” b
a Beneficio bruto.- b “Gastos probables para instalar una fá brica algodonera [hilanderı́a] [con] hiladoras
manuales, proyectada para producir un nº 40 de buena calidad media . . . . . . £ 23.000
Karl Marx
La disminució n absoluta del trabajo total —id est, de la jornada laboral multiplicada por
la cantidad de jornadas laborales simultá neas— con relació n al plustrabajo, puede
presentarse de dos maneras. Bajo la primera forma que indicá ramos, o sea que, debido al
uso de capital fixe (maquinaria), se despide a una parte de los obreros ocupados hasta
entonces. O bien, que la introducció n de la maquinaria reduce el aumento de las jornadas
laborales aplicadas, aunque la productividad aumenta y justamente en proporció n mayor
(of course) que su reducció n a causa del "valor" de la maquinaria recié n introducida. En la
medida en que el capital fixe tiene valor no acrecienta, sino que reduce la productividad del
trabajo. "The surplus hands permitirı́an a los manufacturera to lessen the rate of wages; but
the certainty that any considerable reduction a would be followed by immediate immense
losses from turnouts, extended stoppages, and various other impediments which would be
thrown in their way, makes them prefer the slower process of mechanical improvement, by
which, though they may triple production they require no new men" b (Gaskell, Artisans and
Machinery, , Londres, 1836) (p. 314).
715 "When the improvements not quite displace the workman, they will render one man
capable of producing, or rather superintending, the productió n quantity now requiring ten
or twenty labourers" c (315, 1.c.). "Machines have been invented which enable one man to
produce as much yarn as 250, or 300 even, could have produced 70 years ago, which enable
1 man and 1 boy to print as many goods as a 100 men and a 100 boys could have printed
formerly. Los 150.000 workmen in the spinning milis producen tanta hilaza como podrı́an
producir 40 millions con el one-thread wheer d (316, 1.c.).
"The immediate market for capital, or field for capital, may be said to be labour. The
amount of capital which can be invested tit a given moment, in a given country, or the world,
so as to return not less than a given rate of profits, seems principally to depend on the
quantity of labour, which it is possible, by laying out that capital, to induce the then existing
number of human beings to perform" e (p. 20. An Inquiry into t hose Principies. Respecting
the Nature of Demaud etc. Londres, 1821). (Por un ricardiano, contra los Principies, etc.. de
Malthus.)
a "Reduction"; en el ms. y la ed. 1939, "addition" ("incremento"). Corregido segú n Gaskell.- b "El exceso de
brazos [permitirı́a a los] fabricantes rebajar el precio de los salarios, pero la certeza de que cualquier
reducció n importante traerı́a aparejadas pé rdidas inmediatas e inmensas –por resultas de abandonos del
trabajo, paros dilatados y otros obstá culos que se levantarı́an en su camino–, hace que aqué llos se inclinen por
el procedimiento má s lento del avance mecá nico, mediante el cual, aunque tripliquen la producció n, no
requieren nuevo personal."- c "Aunque las mejoras no desplazan totalmente al obrero, hacen que un hombre
pueda producir, o má s bien vigilar la producció n de una cantidad que ahora requiere diez o veinte obreros."- d
"Se han inventado má quinas que permiten a un hombre producir tanta hilaza como hace 70 añ os hubieran
podido producir 250 o incluso 300 trabajadores; que permiten a un hombre y un muchacho estampar tanto
tejido como antes hubieran podido estampar 100 hombres y 100 muchachos. [Los] 150.000 obreros de las
hilanderı́as [producen tanta hilaza como podrı́an producir] 40 millones [con el] uso de un solo hilo".- e "Se
puede decir que el mercado inmediato para el capital, o el campo de acción del capital, es el trabajo. El monto de
capital que se puede invertir en un momento dado, en un paı́s dado, o en el mundo, de manera que no rinda
por debajo de una tasa dada de beneficio, parece depender fundamentalmente de la cantidad de trabajo que,
mediante la colocació n de ese capital, sea posible inducir a realizar al nú mero de seres humanos existentes en
ese momento
Enajenación de las condiciones laborales del trabajo con el desarrollo del capital.
(Inversión.) En la inversión se funda el modo capitalista de producción, no sólo el de su
distribución
El fact de que en el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo las condiciones
laborales objetivas, o sea el trabajo objetivado, tienen que aumentar con relació n al trabajo
vivo —é sta es, en rigor, una frase tautoló gica, ¿porque qué significa fuerza productiva
creciente del trabajo sino que se requiere menos trabajo inmediato para crear un producto
Karl Marx
mayor y que, por ende, la riqueza social se expresa cada vez má s en las condiciones
laborales creadas por el propio trabajo?— aparece a nivel del capital de esta manera: para
é l no es que un momento de la actividad social —el trabajo objetivado— se convierta en el
cuerpo cada vez má s poderoso del otro momento, del trabajo subjetivo, vivo, sino que —y
esto es importante para el trabajo asalariado— las condiciones objetivas del trabajo
asumen respecto al trabajo vivo una autonomı́a cada vez má s colosal que se ofrece a la vista
por su very extent b, y la riqueza social se contrapone al trabajo en segmentos cada vez mas
formidables como poder ajeno y dominante.
b Propia extensió n
Political Economy, Londres, 1848 b , t. I, p. 240) 86 : "The laws and conditions of the
production of wealth partake of the character of physical truths. . It is not so with the
distribution of wealth. That is a matter of human institutions solely" c (p. 239, 240). Las
"laws y conditions" de la producció n de la riqueza y las laws de la "distribution de la
riqueza" son las mismas leyes bajo forma diferente y ambas cambian y está n sometidas d al
86 Cf. Principios etc., cit. pp. 219-220.
Grundrisse. Cuaderno VII
mismo proceso histó rico; son, en suma, só lo momentos de un proceso histó rico.
No se requiere una sagacidad fuera de lo comú n para comprender que, f.i. e , si partimos
del trabajo libre o trabajo asalariado, que reconoce su origen en la disolució n de la
servidumbre de la gleba, las má quinas só lo podı́an surgir en oposició n al trabajo vivo, como
propiedad ajena a é ste y poder que le es hostil; es decir, que se le tenı́an que contraponer en
cuanto capital. E igualmente fá cil de captar es que las má quinas no cesará n de ser agentes
de la producció n social cuando, por ejemplo, se conviertan en propiedad de los obreros
asociados. En el primer caso, sin embargo, su distribució n —es decir, el que no pertenezcan
al obrero— es igualmente condició n del modo de producció n fundado sobre el trabajo
asalariado. En el segundo caso la distribució n modificada partirı́a de una nueva base de la
producció n, de una base modificada, só lo surgida del proceso histó rico.
a Bajo la forma de la distribució n.- b "London, 1848"; en el ms. y la ed. 1939, "2nd. ed., London, 1849". Pero
Marx en realidad cita la primera edició n.- c "Las leyes y condiciones relativas a la producció n de la riqueza
participan del cará cter de las verdades fı́sicas... No ocurre lo mismo con la distribució n de la riqueza. Es é ste
un asunto de instituciones humanas meramente."- d Marx utiliza aquı́ el verbo "untergehen" ("sucumbir") en el
sentido del verbo inglé s, etimoló gicamente afı́n, "to undergo" ("sufrir, estar sometido").- e F.i. = for instante =
por ejemplo.
Merivale. La dependence f natural del obrero en ciertas colonias debe ser sustituida por
artificial restrictions g
El oro, en el lenguaje figurado de los peruanos, era "the tears wept by the Sun" h
(Prescott) 87.
f Dependencia.- g Restricciones artificiales.- h "Las lá grimas derramadas por el Sol"
"Sin el use de las tools o la maquinaria familiar to the European, each individual" (in
Perú ) "could have done but little; but acting in large masses y under a common direction,
they were enabled by indefatigable perseverance to achieve results, etc." a (Ic.) 88.
[[El dinero que aparece entre los mexicanos (aunque predomina el barter b y la
propiedad oriental de la tierra), es "a regulated currency of different values. This consisted
of transparent quills of gold dust; of bits of tin, cut in the forro of a T; y of bags of cocoa,
containing a specified number of grains.
718 «O felicem monetam », says Peter Martyr (De Orbe novo), «qux suavem utilemque prebet
humano generi potum, et a tartarea peste avaritia suos immunes servat possessores, quod
suffodi aut diu servari nequeat. »c (Prescott.) 89 "Eschwege (1823) estima el valor total de
los diamond workings correspondientes a 80 añ os at a sum hardly exceeding 18 months'
produce of sugar or coffee in Brazil" d
(Merivale) 90 "Los first" (British) "settlers" (in Northamerica) "cultivated the cleared
ground about their villages in common. . Esta custom prevails hasta 1619 in Virginia" e, etc.
(Merivale, t. I, p. 91-92) f 91 (cuaderno, p. 52). ("Las Cortes de 1593 formularon a Felipe II la
siguiente instancia:
Les Cortes de Valladolid de l'an 1548, supplié rent V.M. de ne plus permettre l'entré e dans
87 Cf. W. H. PRESCOTT, History of the Conquest of Peru, London 1850, vol. I, p. 92.
89 Cf. W. H. PRESCOTT, History of the Conquest of Mexico, with a Preliminary View of the Ancient Mexican Civilization,
and the Life of the Conqueror, Hernando Cortez. 5th. ed. London 1850, vol. I, p. 123. Extractos de esta obra, en el
cuaderno XIV junto con los de la History of the Conquest of Peru.
90 Cf. H. A. M. MERIVALE, Lectures on Colonization etc., London 1841, vol. I, p. 52, nota. Extractos en el cuaderno
XIV.
91 Cf. ibídem, pp. 91-92; es erró nea la indicació n de "p. 83".
Karl Marx
le royaume des bougies, yerres, bijouteries, couteaux et autres choses semblables qui y
venaient du dehors, pour é changer ces articles si Mutiles à la vie humaine contre de l'or,
comme si les Espagnols étaient des Indiens» " g (Sempere) 92
"In densely peopled colonies the labourer, although free, is naturally dependent on the
capitalist; in thinly peopled ones the want of this natural dependence must be supplied by
artificial restrictions h (Merivale, 314. v. II, Lectures on Colonisation , etc., Londres, 1841,
1842).]]
a "[Sin el] uso [de las] herramientas [o la maquinaria] familiar a los europeos, cada individuo" [en Perú ]
"habrı́a podido hacer bien poco, pero actuando en grandes masas [y] bajo una direcció n comú n, se le puso en
condiciones de obtener resultados, gracias a una perseverancia infatigable, etc."- b Trueque.- c [Es] "un medio
circulante regulado, de valores diferentes. Consistı́a en canutos transparentes de polvo de oro; en pedazos de
estañ o, cortados en forma de T, y en saquitos de cocoa en los que habı́a un nú mero especificado de granos. ¡Oh,
dichosa moneda", dice Pedro Má rtir, "que ofrece al gé nero humano un brebaje gustoso y nutritivo y hace a sus
poseedores inmunes al flagelo infernal de la avaricia, ya que no se le puede enterrar ni conservar largo tiempo.
» d [Eschwege estima el valor total de los] laboreos de diamantes [[correspondientes a 80 arios]] en una suma
que apenas excederı́a del producto azucarero o cafetalero durante 18 meses en Brasil"- e "([Los] primeros
colonos) [britá nicos en Norteamé rica] "cultivaron en comú n el terreno rozado alrededor de sus aldeas... [Esta]
costumbre estuvo en boga [hasta] 1619 en Virginia."- f "91-92"; en la ed. 1939, "83".- g "Las Cortes de Valladolid
del ario 1548 suplican a Vuestra Majestad que en adelante no permita la entrada al reino, de velas, vasos,
quincallerı́a, cuchillos y otras cosas parecidas que se traen aquı́ desde el exterior, para cambiar esos artı́culos
tan inú tiles a la vida humana por oro, como si los españoles fueran indios.".- h "En las colonias densamente
pobladas el trabajador, aunque libre, depende naturalmente del capitalista; en las escasamente pobladas ha de
suplirse mediante restricciones artificiales la falta de esa dependencia natural."
Cómo la máquina, etc., economiza material. Pan. Dureau de la Malle93 Dinero romano: œs
grave b , libra de cobre (emere per œs et librara) c. Esto es el as *. En 485 a. u.c. d deniers
d'argent e = 10 ases (estos denarii 40 à la livre: en 510 [a.u.c.] , 75 deniers à la livre; cada
denarius aún era = 10 ases, pero 10 ases de 4 onzas). En 513 el as se redujo a 2 onzas; el
denarius siempre era = 10 ases, pero sólo a 1/84 de la libra de plata. El último guarismo, 1/84,
se mantuvo hasta el término de la República, pero en 537 el denier valía 16 as d'une once g y
en 665 únicamente 16 ases de media onza.. . El denarius de plata, armo 485 de la República =
1 franc 63; en 510 = 87 centimes; en 513-707 = 78 centimes. De Galba a los Antoninos, 1 franc
(Dureau de la Malle, t. I). En tiempos del primer denario de plata, 1 libra de plata era a 1 libra
de cobre = 400 : 1 . A comienzos de la segunda guerra púnica = 112 : 1 (l.c., t. I, p. 76, 81-82) h .
"Las colonias griegas en el sur de Italia obtenían de Grecia y Asia, directamente o a través de
Tiro y Cartago, la plata con la que desde los siglos VI y V a. C. labraban monedas.
719 Los romanos, pese a esa vecindad, proscribieron por motivos polı́ticos el uso del oro y la
plata. El pueblo y el senado echaban de ver que un medio de circulación tan liviano traerı́a
aparejados concentración, aumento de los esclavos, decadencia de las antiguas costumbres
y de la agricultura" (l.c., p. 64-65). "Segú n Varró n el esclavo es un instrumentum vocale i , el
animal un instrumentum semi-mutum j , el arado un instrumentum muturn" k (l.c., p. 253,
254).
* As o libra = 12 onzas; 1 onza = 24 escrú pulos; 288 escrú pulos hacen una libra
b Moneda que se da o recibe segú n su peso.- c Comprar mediante el as y la libra.- d Ab urbe condita = de la
fundació n de la ciudad [Roma]: e Denarios de plata.- f 40 de [estos] denarios valı́an una libra.- g 16 ases de una
onza.- h "76, 81-82"; en la ed. 1939, "82-84".- iInstrumento dotado de voz humana.- j Instrumento semimudo .-
92 Cf. J. SEMPERE Y GUARINOS, Considérations sur les causes de la grandeur et de la décadence de la monarchie
espagnole, Paris 1826, t. I, pp. 275-276. Marx utiliza esta cita, sin indicar sus fuentes, en la Contribución a la
crítica de la economía política. Extractos en el cuaderno londinense XIV.
93 Salvo indicaciones en contrario, todas las citas siguientes se relieren al vol. I de la citada Econoinie Politique del
Roinans de DUREAU DE LA MALLE, utilizada por Marx paja redactar este fragmento.
Grundrisse. Cuaderno VII
k Instrumento mudo
(El consumo journalié re de un citadin de Rome era de poco má s de 2 livres franÇaises; el
de un campagnard, de 3 livres c. Un parisiense consume 0,93 de pan; un campagnard en los
20 departments donde el blé es el alimento bá sico, 1,70 (l.c.). En Italia (la actual) 1 livre 8
onces, donde el blé es el alimento blsico. ¿Por qué relativamente los romanos comı́an má s
[[trigo]]. Originariamente comı́an el blé cru o simplemente ramolli dans l'eau; má s tarde ils
s'avisé rent de le griller. Despué s llegó el art de moudre y en un principio se comió crue la
pá te faite avec cette farine. On se servit, pour moudre le grain, d'un pilon ou de deux pierres
frappé es et tourné es l'une sur l'autre. .. El soldado romano se preparaba esa pá te crue, puls,
para varios dı́as. .. Luego se inventó le van, qui nettoie le grain, on trouva le moyen de
sé parer la son de la farine; por ú ltimo on ajouta le levain, y d'abord on mangea le pain cru,
hasta que la casualidad enseñ ó que, en la cuisant, on l'empé cherait de s'aigrir y se le
conservait bien plus longtemps. Tan só lo despué s de la guerra contra Perseo, en el 580,
Roma tuvo des boulangers" d (p. 279, l.c.). "Con anterioridad a la era cristiana los romanos
no conocı́an el molino de viento" (p. 280, l.c.). "Parmentier ha demostrado que en Francia, a
partir de Luis XIV, se desarrolló en sumo grado el arte de la molienda y que la diferencia
entre la vieja y la nueva mouture e alcanzaba a la mitad del pan obtenido con el mismo trigo.
c "3 livres"; en la ed. 1939, "mehr als 3 livres" ("má s de tres libras"). Corregido segú n Dureau de la Malle.- d
[El consumo] diario [de un] habitante urbano, de Roma [era poco má s de] 3 libras. [Un parisiense consume
0,93 de pan; un] campesino [en los 20 departamentos [donde el] trigo [es el alimento bá sico], 1,70 (I.c.). En
Italia [la actual] 1 libra y 8 onzas [donde el] trigo [es el alimento bá sico.] ¿Por qué relativamente los romanos
comı́an má s [trigo]? Originariamente comı́an [el] trigo crudo [0] simplemente ablandado en agua; [má s tarde]
se les ocurrió tostarlo. [Despué s se llegó al] arte de moler [y en un principio se comió ] cruda la pasta
preparada con esa harina. Para moler el grano se recurrı́a a un pisó n o dos piedras, percutidas y hechas girar
una sobre la otra... [El soldado romano se preparaba esa] pasta cruda, gachas, [para varios dı́as... Luego se
inventó ] el harnero, que limpia el grano, y se encontró el medio de separar de la harina el afrecho; [por ú ltimo]
se apegó la levadura, [y] al principio se comió crudo el pan, [hasta que la casualidad enseñ ó que,] cocié ndolo
se evitaba que se agriara [y] se le conservaba mucho má s tiempo. [Tan só lo despué s de la guerra contra
Perseo, en el 580, Roma tuvo] panaderos".- e Molienda.
D'abord f (f En un comienzo) se asignaban 4, despué s 3, luego 2 y a la postre 1 1/3 setiers a de
blé pour la consommation annuelle d'un habitant de Paris. . . Ainsi s'explique facilement
l'é norme disproportion entre la consommation journalié re de blé chez les Romains et chez
nous; a causa de la imperfection des procé dé s de mouture et de la panification" b (p. 281,
l.c.). "Loi agraire was a limitation of landed property among active citizens. The limitation of
property formed the foundation of the existente and prosperity of the old republics" c (l.c., t.
II, p. 256) d 94. "Les revenues de l'Etat consistaient en domaines, contributions en nature,
corvé es, et quelques impó ts en argent payé s à l'entré e et a la sortie des marchandises, ou
percus sur la vente de certaines denré es. Esta mode. .. existı́a todavı́a, casi sin variantes, en
el empire ottoman e... En tiempos de la dictadura de Sila, e incluso a fines del siglo VII a.u.c.,
la repú blica romana percibı́a tan só lo 40 millones de frc.f anuales, anno 697...
720 En 1780 el revenu g del sultá n turco, en piastres en monnaie h, era só lo de 35.000.000 6 70
millones de frcs... Los romains y los turcs pré levaient en nature la plus grande partie de leur
revenu i . Entre los romanos... 1/10 de los grains j, 1/5 de los frutos; entre los turcos oscilaba
entre 1/2 y 1/10, segú n los produits k... Como el imperio romano era só lo una
agglomé ration immense de municipes indé pendantes, siguió siendo comunal la mayor
parte de los charges y dé penses comunales" l (p. 402-405) m. (La Roma de Augusto y Neró n,
sin los faubourgs n, só lo tenı́a 266.684 habitantes.
a Antigua medida francesa para cereales; aproximadamente 156 litros. setiers; en el manuscrito, "mé tier"
("oficio").- b ... de trigo para el consumo anual de un habitante de Parı́s... Se explica fá cilmente ası́ la enorme
94 Cf. ibídem vol. II
Karl Marx
desproporció n entre el consumo diario de trigo entre los romanos y el de nuestros dı́as; [a causa de la]
imperfecció h de los procedimientos de molienda y de panificació n.- c "La ley agraria consistı́a en una
limitació n de la propiedad raı́z entre los ciudadanos. La limitació n de la propiedad constituyó la base de la
existencia y prosperidad de las repú blicas antiguas."- d "t. II, p. 256"; en la ed. 1939, "p. 256, 257".- e Los ré ditos
del estado consistı́an en dominios, contribuciones en especies, prestaciones de servicios y algunos impuestos
en dinero pagados a la entrada y salida de las mercancı́as, o percibidos sobre la venta de ciertos gé neros.
[Esta] costumbre... [existı́a todavı́a, casi sin variantes, en el] imperio otomano...- f Francos.- g Ré dito.- h Piastras
en metá lico.- i [Los] romanos [y los] turcos percibı́an en especie la parte mayor de su ré dito...- j Cereales.- k
Productos.- l "[Como el imperio romano era só lo una] aglomeració n inmensa de municipios independientes,
[[siguió siendo comunal la mayor parte de los] tributos [y] gastos."- m "402-405"; en la ed. 1939. "402-407".- n
Suburbios.
Supongamos que en el siglo IV de la é re chré tienne ñ (ñ Era cristiana) los faubourgs tenı́an
120.000 habitantes, la enceinte d'Auré lien a 382.695; total, 502.695; 30.000 soldados,
30.000 extranjeros; en total, 562.000 té tes en somme ronde b. Madrid, durante 1 1/2 siè cles
c , a partir de Carlos V, capital de una parte de Europa y de una mitad del Nuevo Mundo,
social de los romanos se asemejaba entonces mucho má s a la de Rusia o el imperio otomano que a la de
Francia e Inglaterra: poco comercio o industria; inmensas fortunas junto a una miseria extrema."- f "La Italia
romana, desde la destrucció n de Cartago hasta la fundació n de Constantinopla, se encontraba, frente a Grecia
y Oriente, en la misma situació n que Españ a, durante el siglo XVIII, con respecto a Europa. Decı́a Alberoni:
Españ a es a Europa lo que la boca al cuerpo; todo pasa por ella, nada queda allı́."- g "399-400"; en la ed 1939,
"385 sq." ("385 y siguiente").- h [La] ley de las 12 Tablas [303 a.u.c.] habı́a fijado el interé s del dinero en 1%
anual [Niebuhr dice 10]. Tempranamente se violaron estas leyes. Duilio [398 a.u.c.] redujo de nuevo el interé s
del dinero a 1%, a un interé s de una doceava parte. En 408 se redujo a 1/2%; en 413, un plebiscito promovido
por el tribuno Genucio prohibió absolutamente el pré stamo a interé s. No es sorprendente que en una
repú blica donde a los ciudadanos les estaban prohibidos la industria, el comercio al por mayor y al menudeo,
se prohibiera tambié n el comercio del dinero
Cet é tat dura 3 ans, jusqu'á la prise de Carthage. 12% ahora : 6% le taux commun de
l'inté ré t annuel a (2611.c.) Justinianus fixe l'inté ré t à 4%; . . . usura quincunx, en tiempos de
Trajano, es el inté ré t lé gal de 5%. 12% é tait l'inté ré t commercial en Egypte 146 ans antes de
J.C.b (l.c., p. 263).
95 Cf. ibídem vol. II.
98 Cf. B. G. NIEBUHR, Rómische Geschichre. Erster Thed. 7weyte, vá llig umgearbeitete. Ausgabe, Berlin 1827, p. 608
Grundrisse. Cuaderno VII
Justiniano fija el interé s en 4% ..; interé s de cinco doceavos, [en tiempos de Trajano, es el] interé s legal [de] 5%
12% era el interé s comercial en Egipto 146 añ os [antes de] J.C.- c Enajenació n involuntaria.- d La introducció n
del dinero, que compra todas las cosas [y por lo tanto una] posició n ventajosa [para el] acreedor [que presta]
dinero [al terrateniente], introduce la necesidad de la enajenació n legal (debido al dinero adelantado).-e Má s
adelante
A partir del siglo XIII se acuñ aron en Europa diversas monedas de oro. Augustales (del
Emperor a Federico II de Sicilia : Brindis y Mesina); florentini o floreni (de Florencia, 1252);
... ducados o cequines (Venecia desde 1285) (409-411, l.c.). "En Hungrı́a, Alemania y los
Paı́ses Bajos tambié n se acuñ aron monedas de oro mayores a partir del siglo XIV; en
Alemania se les llamó gulden a secas" b (l.c., 413). "En el caso de los pagos en plata la
prá ctica general era pesarla, por lo comú n en marcos, siempre que se tratara de un pago de
importancia. . . En tales pagos tambié n se pesaba la plata amonedada, ya que las monedas
eran casi de plata pura, por lo cual lo ú nico que importaba era el peso. De ahı́ los nombres
Pfund [libra], (livre, lire)* y marco, en parte denominació n de monedas imaginarias o de
cuenta, en parte transferidos a monedas de plata reales. Monedas de plata: denarios o
cruzados... En Alemania esos denarios se llamaron pfennige (penig, penning, phennig). . . ya
desde el siglo 1X. En un principio se denominaron pending, penthing, pfentini. . . de pfü ndig
c, en la forma arcaica pfü nding,. . que significaba aproximadamente "de buena ley": d por
* Nota bene: En Mé xico encontramos dinero, pero ningú n peso; en Perú pesos, pero ningú n dinero. 101
a Emperador.- b Gulden es el nombre de una moneda y a su vez en alemá n antiguo significaba "de oro"; de
ahı́ lo de "a secas".- c El adjetivo "pfü nding" deriva de "Pfund" ("libra").- d La palabra "vollwichtig" significa "de
ley" o "de buena ley" cuando se aplica a monedas; má s en general, equivale a "de buen peso".- e Denarios de
buena ley.- f "Estrella" en alemá n "Stcrn".- g Monedas cuyo valor era el de medios pfennige
Dada las difusió n creciente de la pequeñ a industria, cada vez má s ciudades comerciales a
y pequeñ os prı́ncipes se atribuı́an el derecho de acuñ ar sus Monedas locales, que por ende
en su mayor parte eran moneda fraccionaria. Añ adı́an cobre, procedimiento cada vez má s
frecuente. . . Dickpfcnnige, gros deniers, grossi, groschen, groten, acuñ ados por primera vez
en Tours antes de que mediara el siglo XIII. Estos groschen originariamente eran dobles
pfennige" (415-433).
"El hecho de que el papa impusiera el pago de contribuciones eclesiá sticas a casi todos
los paı́ses cristianos cató licos, contribuyó no poco, en primer té rmino, al desarrollo de todo
el sistema monetario en la Europa econó micamente activa, y luego, como consecuencia, al
surgimiento de variadas tentativas de eludir el precepto eclesiá stico (contra los intereses).
El papa se servı́a de los lombardos para la percepció n de las anatas de los arzobispados y
las demá s contribuciones. Eran aquellos los principales usureros y prestamistas, bajo la
protecció n papal. Conocidos ya desde mediados del siglo XII. Sobre todo de Siena. Usurarii b
pú blicos » En Inglaterra se les denominaba banqueros romanos-episcopales » . Algunos
obispos de Basilea, entre otros, empeñ aban a los judı́os por una bagatela sus anillos
episcopales, sus ropajes de seda, los vasos y demá s utensilios sagrados y pagaban intereses.
Pero los mismos obispos, abades y curas' practicaban la usura con los vasos sagrados,
puesto que los empeñ aban a cambio de una participació n en la ganancia, a banqueros
toscanos de Florencia, Siena y otras ciudades", etc. (Vé ase l.c. 102 Cuaderno, p. 39.)
Cuando el dinero es el equivalente general, la general power o,f purchasing c, todo es venal,
todo es convertible en dinero. Pero só lo se le puede convertir en dinero cuando se le
enajena, cuando el poseedor lo enajena de sı́ mismo. Everything is therefore alienable d, o
indiferente al individuo, extrı́nseco a é l. Las llamadas posesiones eternas, inalienables, y las
correspondientes relaciones de propiedad fijas e inmutables se desmoronan ante el dinero.
a “Handelsstä dte”; en la ed. 1939, “kleine Handelsstaä dte” (“pequeñ as ciudades comerciales”). Corregido
segú n Hü llmann.- b Usureros.- c Capacidad general de adquisició n.- d Por ende todo es enajenable
723 Por lo demá s, puesto que el dinero mismo só lo está en la circulació n y se intercambia
nuevamente por disfrutes, etc. por valores que en ú ltimo té rmino pueden todos resolverse
en disfrutes puramente individuales— todas las cosas só lo son valiosas en la medida en que
lo son para el individuo. Con ello se disuelve el valor autó nomo de las cosas, salvo en la
medida en que el mismo consiste en su mero ser para otros, en su relatividad, en su
intercambiabilidad, se disuelve el valor absoluto de todas las cosas y relaciones. Todo se
sacrifica al disfrute egoı́sta. Puesto que, como todo es enajenable por dinero, todo tambié n
es adquirible por dinero. Todo se ha de tener por "dinero contante", el cual, por existir como
algo exterior al individuo, is to be catched by fraud, violence, etc. a. De modo que todos
pueden apropiarse de todo, y el hecho de que el individuo pueda o no apropiarse de algo
depende de la casualidad, ya que depende del dinero que posea. Con lo cual el individuo
está puesto en sı́ mismo como amo y señ or de todo [[lo que existe]]. No existen valores
absolutos, ya que el valor en cuanto tal es relativo al dinero. No existe nada inalienable, ya
que todo es enajenable por dinero. Nada hay que sea supremo, sagrado, etc., puesto que
todo es apropiable por dinero. Las "res sacrae" y "religiosœ" que no pueden estar "in nullius
bonis", "nec aestimationem recipere, nec obligari alienarique ponse", que está n exentas del
101 Cf. W. H. PRESCOTT, History of the Conquest of Peru cit., vol. I, p. 147.
"commercio hominum" b 103, no existen ante el dinero; como ante Dios, todas son iguales.
Tiene su gracia que, en la Edad Media, la Iglesia Romana misma se haya convertido en la
principal difusora del dinero.
"Como el precepto eclesiá stico contra la usura habı́a perdido toda significació n, Martı́n lo
abolió en 1425 tambié n desde el punto de vista formal" (Hü llmann, II parte, l.c., Bonn, 1827,
p. 55). "En la Edad Media en ningú n paı́s existı́a una tasa ú nica de interé s. En un principio
los sacerdotes eran severos. Inseguridad de las instancias jurı́dicas para la salvaguarda del
pré stamo. Tanto má s elevada la tasa del interé s en diversos casos. La reducida circulació n
monetaria, la necesidad de efectuar al contado la mayor parte de los pagos en dinero, ya que
aú n no se habı́a desenvuelto la actividad cambiaria. Gran diversidad pues con respecto a los
intereses y al concepto de usura. En tiempos de Carlomagno só lo se consideraba usurario el
interé s que alcanzaba al 100%. En Lindau, a orillas del lago de Constanza, en 1344 c,
ciudadanos de la localidad prestaban al 216 2/3%. En Zurich el consejo fijó la tasa del
interé s legal en 43 1/3%. . . En Italia a veces habı́a que pagar el 40%, aunque en los siglos
XII-XIV la tasa habitual no excedı́a del 20%. . . Verona dispuso que la tasa legal fuera del
121/2%... Federico II, en su ordenanza... 10%, pero só lo para los judı́os. Con respecto a los
cristianos prefirió no decidir... 10% en la Alemania renana, desde el siglo XIII, era lo
habitual" (55-57, l.c.).
a Ha de tomá rsele mediante fraude, violencia, etc.- b [Las] “cosas sagradas” [y] “religiosas” [que no pueden
estar] “en manos de cualquiera”, “no se les puede evaluar, ni empeñ ar ni enajenar”, [que está n exentas del
“comercio humano”. . . .- c “1344”; en el mas, “1348”
724
Productirc consumption. Newman. Transformations of capital. Economic cycle b. (Newman)
"Productive consumption, cuando el consumo de una mercancı́a is a part of the process of
production " c (Newman, etc. Cuaderno XVI1d , 10)104. "It will be noticed that in these
instances there is no consumption of value, the same value existing under a new form" e
(1.c.). "Ademá s consumption... [[es]] la appropriation of individual revenue to its different
uses" f (p. 297, 1.c.).
"To se!l for money shall at all times be made so easy as it is now to buv with money, and
production would become the uniform and rever failing cause of demand" g (John Gray, The
Social System etc., Edimburgo, 1831) (p. 16). "Luego de la tierra, el capital y el trabajo, la
cuarta condició n necesaria de la producció n es: instant power of exchanging h" (l.c., 18). "To
be able to exchange is" for the man in society "as important as it was to Robinson Crusoe to
be able to produce" i (l.c., 21).
a "1344"; en el ms., "1348".- b Consumo productivo. Newman. Transformaciones del capital. Ciclo económico.-
c "Consumo productivo, [cuando el consumo de una mercancı́a] forma parte del proceso de producción."- d
"XVII"; en el manuscrito, "XVI", e "Habrá de observarse que en estos casos no hay consumo de valor, pues el
mismo valor existe bajo una forma nueva."- f "[Ademá s el] consumo. . . [es] la asignació n del recito individual a
sus diferentes usos."- g "Se deberı́a hacer lo necesario para que en todo momento vender por dinero fuera tan
fá cil como lo es ahora comprar con dinero, con lo cual la producció n se tornarı́a en causa uniforme y siempre
eficiente de la demanda." .- h Capacidad inmediata de intercambio.- i Para el hombre que vive en sociedad "estar
en condiciones de intercambiar es" "tan importante como para Robinson Crusoe lo era el estar en condiciones
de producir"
"Segú n Say el cré dito só lo desplaza al capital, pero no lo crea en ninguna medida. Esto no
es verdad má s que dans le seul cas du pré t fait à un industriel par un capitaliste. . pero no
con respecto al cré dit entre producteurs en sus avances mutuelles. Ce qu'un producteur
avance à un atare, ce ne sont pas des capitaux; ce sont des produits, des marchandises. Ces
103 Cf. Institutiones. D. Justiniani. Editio Sterotypa Herhan, Parisü s 1815, p. 46. En cambio se desconoce
la fuente de la frase que sigue, nec aestimationem
104 Cf. S. P. NEWMAN, Elements of Political Economy, Andover-New York 1835, p. 296.
Karl Marx
produits, ces marchandises, pourront devenir et deviendront sans doute, entre les mains de
l'emprunteur, des capitaux agissans, i.e. des instruments de travail, mais ils ne sont
actuellement entre les mains de leur possesseur que des produits à vendre, et partout
inactifs. . Se debe... distinguir... entre produit y marchandise. . . y agent de travail ou capital
productif... Mientras un produit permanece en poder de su producteur, só lo es mercancı́a, o
si se quiere capital inactif, inerte. Loin que l'industriel qui le dé tient en tire aucun avantage,
c'est pour lui un fardeau, une cause incessante d'embarras, de faux frais et de pertes: frais
de magasinage, d'cntretien et de garde, inté ré ts des fonds, etc., sans compter le dé chet ou le
coulage que presque toutes les marchandises su bi ssen t quand elles sont longtemps dans
l'inaction. .. Por ende si aqué l vende a cré dito esas mercancı́as suyas a mains d'un autre
industriel qui pourra les appliquer au genre de travail qui lui est propre, de marchandise
inerte qu'ils é taient, ils deviendront pour ce dernier un capital actif. Il y aura donc idi
acroissement de capital productif d'un có té sans aucune diminution de l'autre.
725 Bien plus: si Pon admet que le vendeur, tout en livrant ses marchandises à cré dit, a
né anmoins recu en é change des billets lui est loisible de né gocier sur-le-champ, n'est-il pas
clair qu'il se procure par cela mé me le moyen de renouveler à son tour ses matié res
premié res et ses instruments de travail pour se remettre à rceuvre? Il y a done jei double
accroissement de capital productif, en autres termes puissance acquise des deux coté s."a
a [Esto no es verdad má s que en el solo caso del pré stamo que un capitalista efectú a a un industrial... [pero
no con respecto al] cré dito entre productores en sus recı́procos adelantos. Lo que un productor adelante a
otro no son capitales; son productos, mercancı́as. Estos productos, estas mercancı́as, en manos del prestatario
podrá n convertirse y sin duda se convertirá n-- en capitales activos, esto es, en instrumentos de trabajo, pero
actualmente, en poder de su poseedor, no son má s que productos destinados a la venta y totalmente
inactivos... [Se debe... distinguir... entre] producto [y] mercancı́a... [y] agente de trabajo o capital productivo... [
Mientras un] producto [permanece en poder de su] productor, [só lo es mercancı́a, o si se quiere] capital
inactivo, inerte. Lejos de proporcionar ventajas al industrial que lo posee, es para é l un lastre, un constante
motivo de estorbo, de costos falsos y pé rdidas: gastos de almacenamiento, conservació n y vigilancia, intereses
por el capital, etc., sin contar el deterioro o la merma que afecta a casi todas las mercancı́as cuando
permanecen mucho tiempo inactivas... [[Por ende, si aqué l vende a cré dito esas mercancı́as suyas
[(transfirié ndolas] a) manos de otro industrial que podrá aplicarlas a la rama de trabajo que le es propia,
pasará n a ser, de mercancı́as inertes que eran para este ú ltimo, un capital activo. Habrá aquı́, pues,
acrecentamiento de capital productivo por un lado, sin ninguna mengua por el otro. Má s aun: si se admite que
el vendedor, por má s que haya entregado a dedito sus mercancı́as, sin embargo ha recibido en cambio pagaré s
que bien puede negociar sin demora, ¿no está claro que con ello se procura los medios, a su vez, de reponer
sus materias primas e instrumentos de trabajo para poner nuevamente manos a la obra? Estamos, pues, ante
un doble acrecentamiento del capital productivo, en otros té rminos, un poder adquirido por ambas partes"
(Charles Coquclin, "Du cré dit et des banques dans l'industrie", Revue des Deux Mondes, t.
31, 1842, p. 776 sqq.) 105 . "Que toute la massc de marchandises à vendre passe rapidement,
sans lentcurs et sans obstacles, de l'é tat de produit inerte á celui de capital actif: quelle
activité nouvelle dans le pays! Cene transformation rapide est pré cisement le bienfait que le
cré dit ré alise... Es é sta la activite de la cireulation. . De esta manera el cré dito puede
decuplicar los negocios de los industriales... Dans un intervalle de temps donné , le
né gociant ou produeteur a dix foil, au lieu d'une, renouvelé ses matié res et ces produits.. .
Todo esto lo origina el cré dito, ya que augmente chez tout le monde le pouvoir d'acheter. Au
lieu de ré server ce pouvoir à ceux qui ont actuellement la faculté de payer, se la da a todos
los... qui offrent dans leur position et leur moralité la garantie d'un paiement futur; il le
donne i quiconque est capable d'utiliser les produits par le travail. .. Por ende, el primer
bienfait du cré dit: aumentar, si non la somme. des valeurs qu'un pays possé de, au moins
celle des valeurs actives. Voilá l'effet immé diat a . De é ste... deriva un aumento de las fuerzas
105 Extractos de este artı́culo se encuentran en el cuaderno londinense XVI.
Grundrisse. Cuaderno VII
estado del producto inerte al de capital activo, ¡qué nueva actividad se desenvuelve en el paı́s! ... En esta
transformació n rá pida, precisamente, consiste el beneficio prestado por el cré dito... [Es é sta la] actividad de la
circulación... [De esta manera el cré dito puede decuplicar los negocios de los industriales...] En un lapso dado,
el comerciante o productor ha renovado diez veces, en vez de una, sus materiales y sus productos... [Todo esto
lo origina el cré dito, ya que] aumenta en todos el poder de compra. En lugar de reservar ese poder a los que
actualmente está n en condiciones de pagar, [se la da a todos los. ..] que por su posició n y sus prendas morales
ofrecen la garantı́a de un pago futuro; la da a quienquiera que sea capaz de utilizar los productos mediante el
trabajo... [Por ende el primer] beneficio del cré dito: aumentar, si no la suma de valores que posee un paı́s, por
lo menos la de los valores activos. Es é ste el efecto inmediato.- b Suma de los valores. etc.
Letting is a conditional sale, or sale of the use of a thing for a limited time a (Corbet fh., An
Inquiry into the Causes and Modes of the Wealth of hidividuals, etc. Londr., 1841, p. 81) 106
"Transformations to which capital is subjected in the work of production. Capital, to
become productive, must be consumed" b (p. 80. S. P. Newman, Elements of Political
Economy, Andover y Nueva York, 1835). "Econornic cycle. The whole course of production,
from the time that outlays are made, till returns are received, In agriculture, seed time is its
commencement, and harvesting its ending" c (81). La diferencia entre el fixed y el circulating
capital se funda en que during every economic cycle, a part is partially, and another part
totally consumed d (1.c.). Capital as directed to different employments e (l.c.). Corresponde a
la teorı́a de la competencia. "A Medium of Exchange: en las naciones no desarrolladas,
whatever commodity constitutes the larger share of the wealth of the community, or from
any cause becomes more frequently than others an object of exchange, is wont to be used as
a circulating medium.
726 So cattle [es] valor de cambio inter pastoral tribes, dried fish in Newfoundland, sugar in las
Indias Occidentales, el tabaco en Virginia. Precious metals. Preferencia.. .: a) sameness of
quality in all parts of the world... b) admit of minute division and exact apportionment; c)
rarity and difficulty of attainment, d) they admit of coinage" f (99-101g l.c.).
a La locación es una venta condicional, o venta del uso de una cosa por un tiempo limitado.- b
"Transformaciones a las que está sujeto el capital en el proceso de la producció n. El capital para volverse
productivo, tiene que ser consumido."-c "El ciclo económico... [es] el curso entero de la producció n, desde el
momento en que se efectú an los desembolsos hasta que se reciben las utilidades. En la agricultura comienza
con la é poca de siembra y termina con la cosecha."- d [La diferencia entre el] capital fijo [y el] circulante [se
funda en que] durante cada ciclo econó mico se consume parcialmente una parte, y totalmente la otra.- e El
capital, en cuanto orientado a diversas utilizaciones.- f "Un medio de cambio: [[en las naciones no
desarrolladas]] suele utilizarse como medio de circulació n la mercancı́a, cualquiera sea é sta que constituye la
parte má s considerable de la riqueza de la comunidad, o que a raı́z de cualquier otra causa llegue a ser, con
mayor frecuencia que otras, objeto de cambio. Ası́, el ganado [es] valor de cambio entre las tribus de pastores,
el pescado seco en Terranova, el azú car en [[las Indias Occidentales, el tabaco en Virginia.] Metales preciosos. ..
[Preferencia...] a) igual calidad de todas las partes del inundo... b) pueden ser divididos en partes diminutas y
exactamente iguales; c) pueden ser divididos en partes diminutas y exactamente iguales; c) rareza y dificultad
de obtenerlos. d) se les puede amonedar."- g "99-101"; en la ed. 1939, "100"
Dr. Price. Innate power of capital a
La representació n del capital como un ser que se reproduce a sı́ mismo –como un valor
que se perpetú a y se multiplica by virtue of an innate quality b ha dado pie a las fabulosas
lucubraciones del doctor Price, que dejan muy atrá s las fantası́as de los alquimistas. Pitt las
creyó con toda seriedad y, en sus leyes sobre el sinking fundc (vé ase Lauderdale) 107 las
convirtió en los pilares de su sabidurı́a financiera. He aquı́ algunos pasajes demostrativos,
tomados de nuestro personaje:
106 Extractos de esta obra se encuentran en el cuaderno londinense XVI.
"Money bearing compound interest increases at first slowly. But, the rato of mercase
being continually accelerated, it be-comes in some time so rapid, as to mock all the powers
of the imagination. One Penny, put out at our Saviour's birth to 5% compound interest,
would, before thı́s time, have increased to a greater sum, than would be obtained in a 150
millions of Earths, all solid gold. But if put out to simple interest, it would, in the SaffIC time,
have amounted to no more than 7 shillings 4 1/2 d. Our government has hitherto chosen to
improve money in the last, rather than the first of these ways" d (18. 19. Price, Richard: An
Appeal to the Public on the Subject of the N'anona! Debt, Londres, 1772, 2 ed.) 108. (Su truco:
el gobierno deberı́a tornar prestado a interé s simple, y Prestar ese dinero a interé s
compuesto.) En sus Observations on Reversionary Payments, etc., Londres, 2nd. edition, 1772
e 109, alza el vuelo hacia mayores alturas: "A shilling put out to 6% compound interest at our
Saviour's birth would... have increased to a greater sum than the whole solar system could
bold, supposing it a sphere equal in diameter to the diameter of Saturn's orbit" f (I.c.. XIII,
note).
a Poder ingé nito al capital.- b Gracias a una cualidad congé nita.- c Fondo de amortizació n.- d Al principio el
dinero colocado a interé s compuesto aumenta con lentitud. Pero, dado que la tasa de crecimiento se acelera
constantemente, en poco tiempo se vuelve tan rá pido que pone en ridı́culo todas las facultades de la imagina.
ció n. Un penique, colocado a interé s compuesto del 5% cuando nació nuestro Redentor, habrı́a aumentado
antes del dı́a presente a una suma mayor a la que se obtendrı́a con 150 millones de Tierras, todas de oro
macizo. Pero si se le hubiera puesto a interé s simple, apenas habrı́a alcanzado a 7 chelines 4 1/2 peniques,
Hasta aquı́ nuestro gobierno ha optado por incrementar el dinero siguiendo el -último, en vez del primero de
esos caminos."- e "1772"; en el manuscrito, "1782". Las palabras "2nd. edition" faltan en la ed, 1939.- f "Un
chelı́n colocado al 6% de interé s compuesto cuando nació nuestro Redentor... habrı́a aumentado hasta una
suma superior a la que todo el sistema solar podrı́a contener, suponié ndolo como una esfera igual en diá metro
al de la ó rbita de Saturno"
"Un estado needs never, therefore, be under any difficuities; for, with the smallest savı́ngs,
it may, in as little time as its interest can require,
pay off the largest debts"a (X1V) b. El bueno de Price was simply dazzled by the
enormous quantities resulting from geometrical progression of numbers c. Como
consideraba al capital, without any regard to the conditions of reproduction of labour, como
a self acting thing d; como un simple nú mero que se multiplica a sı́ mismo, pudo creer que
habı́a encontrado las leyes de su crecimiento en aquella fó rmula (vé ase má s arriba). Pitt,
en un discurso de 1792 en el que propuso aumentar la suma destinada al sinking fund e,
toma muy sé rieusement f la mystification g del doctor Price. (S = C(1 +i) n .)
727 McCulloch, en su Dictionary of Conzmerce, 1847, enumera como propiedades del dinero
metá lico: "El material tiene que ser: 1) divisible into the smallest portions h; 2) conservable
sin deterioration por an indefinite period; 3) fá cilmente transportable de un lugar a otro
gracias a su great value in small brilk1; 4) una pieza monetaria, of a certain denominationk,
siempre igual en volumen y quality to every other piece of the same denomination l; 5) its
value comparatively steady" m (836) n 110
a "[Un estado] nunca está obligado, pues, a verse en dificultad alguna ya que con los ahorros más modestos
puede, en tan poco tiempo como su interé s lo requiera, saldar las deudas má s abultadas."- b En la ed. 1939,
despué s de "XIV" se lee: "p. 136".- c [El bueno del Price simplemente estaba deslumbrado por las enormes
cantidades que resultan de la progresió n geomé trica de los nú meros.- d, ... Sin parar mientes en las condiciones
de la reproducció n del trabajo, [como] un ente automá tico...- e Fondo de amortizació n.- f En serio.- g
108 Extractos de esta obra se encuentran en el cuaderno londinense
110 Cf. A Dictionary, Practical, Theoretical, and Historical, of Commerce and Commercial Navigation etc. By J. R. MC
CULLOCH Esq. etc. A New Edition etc. London 1847, p. 836. Extractos de esta obra en el cuaderno londinense
XVI.
Grundrisse. Cuaderno VII
Supercherı́a.- h En las porciones má s pequeñ as.- i [Sin] detertó ro [por] un perı́odo indefinido.- j [A su] gran
valor en un pequeñ o volumen.- k De cierta denominació n.-l [En volumen y] calidad a cualquier otra pieza de la
misma denominació n.- m Su valor comparativamente estable.- n "836"; en la ed. 1939, "581".
Prestar a interé s "est la faculté de vendre toujours de nouveau le mame objet et d'en
recevoir toujours de nouveau le prix, sans jamais cé der la proprié té de ce qu'on vend" a (9,
en la primera carta [a] Chevé , uno de los redactores de La Voix du Peuple). La forma distinta
en que aquı́ se presenta la reproducció n del capital le hace engañ arse y creer que esta
constante reproducció n del capital —cuyo prix b siempre es retenido y siempre
intercambiado nuevamente por trabajo, obtenié ndose en la operació n un beneficio que
siempre se realiza de nuevo en la compraventa— constituye su concepto. Lo que lo induce a
error es que el "objet" no cambia de propietario, como en la compra y la venta; o sea, au
fond, só lo la forma de reproducció n propia del capital prestado a interé s [[pero]] ligada al
capital fijo. En el alquiler de edificios, del que habla Chevé , se trata directamente de la forma
del capital fixe. Considerando el capital circulante en su proceso total, se pone de manifiesto
que aunque no se vende siempre de nuevo el mismo objeto (esa libra determinada de azú car,
por ejemplo), el mismo valor se reproduce siempre de nuevo y la enajenació n concierne
ú nicamente a la forma, no a la sustancia. Gente capaz de formular tales objeciones,
obviamente está aú n a oscuras en lo tocante a los conceptos má s elementales de la
economı́a polı́tica. Proudhon no comprende có mo el beneficio —y por tanto tampoco có mo
el interé s— deriva de la ley del intercambio de valores.
728 Por consiguiente "maison", argent c, etc., no se deben intercambiar como "capital", sino en
cuanto "marchandise... à prix de revient" d (44). Este buen muchacho no comprende que
todo el asunto radica en que el valor se intercambia, conforme a la ley de los valores, por
trabajo; que, por ende, para abolir el interé s, tendrı́a que abolir el capital mismo, el modo de
producció n fundado en el valor de cambio, y por consiguiente tambié n el trabajo asalariado.
El señ or Proudhon es incapaz de encontrar siquiera una diferencia entre pré t y vente e: "En
effet, le chapelier qui vend les chapeaux recibe en cambio la valeur, ni plus ni moins.
a "Es la facultad de revender siempre el mismo objeto y de volver a recibir siempre el precio, sin ceder
nunca la propiedad de lo que se vende."- b Precio.- c "Casa", dinero.- d [[En cuanto]] "mercancı́a... al costo".- e
Pré stamo [y] venta
Pero el capitalistprateur... rentre no só lo inté gralement dans son capital; il recoit plus que
le capital, plus que ce qu'il apporte á l'échange; il recoit en sus du capital un intérét" a (69).
Los chapeliers b del señor Proudhon, pues, en su prix de revient no calculan ni profit ni
intérét c. No comprende que precisamente al recibir el valeur de sus chapeaux d reciben más
que lo que éstos les han costado, porque en el intercambio con el trabajo se han apropiado,
sin equivalente, de una parte de ese vaIeur. He aquí, una vez más, su gran tesis,. discutida
más arriba111: "Il est impossible que l'intérét du capital s'ajoutant, dans le cornrnerce, au
salaire de l'ouvrier pour cómposer le prix de la marchandise, l'ouvrier puisse racheter ce
qu'il a lui-méme produit. Vivre en travaillant est un principe qui, sous le régirne de l'intéret,
implique contradiction" e (105). En la lettre f IX (p. 144-152) el buen Proudhon confunde el
dinero como medio de circulación con el capital y llega por tanto a la conclusión de que el
111 Cf. nota 227 del vol. I de estos Elementos fundamentales.
Karl Marx
"capital" existente en Francia rinde el 160% (o sea 1.600 millions d'intérét annuel en
deudas públicas, hipotecas, etc., para un capital d'un millard... la somete du numéraire...
circulara en France) g. Se ve qué poco comprende en general del capital y de su constante
reproducción, en la siguiente cita donde señala una característica, para él específica del
capital-argent, esto es, del dinero prestado en calidad de capital: "Comme, par
l'accumulation des intéréts, le capital-argent, d'échange en échange, revient toujours à sa
source, il 'ensuit que la relocation, toujours faite par la méme main, profite toujours au
mème personnage" h (154). "Tout travail doit laisser un excédant.” i 112 (Todo debe venderse.
nada prestarse. En esto consiste el sencillo truco. Incapacidad de ver cómo el intercambio
de las mercancías se funda en el intercambio entre capital y trabajo, y que en este ú ltimo
intercambio se basan el beneficio y el interé s. Proudhon prefiere atenerse a la forma má s
simple, má s abstracta del intercambio.)
a “Efectivamente, el sombrerero que vende los sombreros [recibe en cambio] el valor, ni má s ni menos. Pero
el capitalista prestamista. . . [no só lo] recuperaı́ntegramente su capital; recibe má s que é ste, má s que lo que
aporta al intercambio; ademá s del capital recibe un interé s.”.- b Sombreros.- c [En su] precio de costo [no
calculan] ni beneficio ni interé s.- d Valor [de sus] sombreros.- e “Dado que en el comercio el interé s del capital
se añ ade al salario del obrero para constituir el precio de la mercancı́a, es imposible que el obrero pueda
volver a comprar lo que é l mismo ha producido. Vivir trabajando es un principio que, bajo el ré gimen del
interé s, implica una contradicció n.”.- f Carta.- g 1.600 millones de interé s anual [en deudas pú blicas, hipotecas,
etc. Para] un capital de mil millones. . . la suma del numerario . . . que circula en Francia.- h “Como, por la
acumulació n de intereses, el capital-dinero, de intercambio en intercambio, vuelve siempre a su fuente, de
desprende de ello que la nueva colocació n, hecha siempre por las mismas manos, beneficia siempre a la
misma persona”- i “Todo trabajo debe dejar un excedente”.
La siguiente es una donosa demostració n del señ or Proudhon: "Puisque la valeur n'est
autre chose qu'une proportion, et que tous les produits son né cessairement proportionnels
entre eux, il s'ensuit qu'au point de vue social les produits son toujours valeurs et valeurs
faites: la diffé rence, pour la socié té , entre capital et produit, n'existe pas. Cette diffé rence est
toute subjective aux individus" a (250).
729 La naturaleza antité tica del capital y la necesidad, que el mismo tiene, del obrero carente
de propiedad, se expresan ingenuamente en viejos economistas ingleses como por ejemplo
el reverendo Mr. J. Townsend, el padre de la teorı́a de la població n. gracias a cuya
apropiació n fraudulenta Malthus (en resumidas cuentas un desvergonzado plagiario, que, p.
ej., tomó del arrendatario Anderson su teorı́a de la renta) pudo convertirse en un gran
personaje. Dice Townsend: "It seems to be a law of nature. that the poor should be to a
certain degree improvident, that there may be always some to fulfil the most servile, the
most sordid, and the most ignoble offices in the community. The stock of human happiness
is thereby much increased b. Merced a ello los má s delicados está n liberados de drudgery c y
pueden seguir sin inconvenientes las callings d etc. má s elevadas" (A Dissertation on the Poor
Laws, edition of 1817, p. 39)113. "Legal constraint al trabajo es attended with too much
trouble, violence, and noise, creates will etc., whereas hunger is not only a peaceable, silent,
unremitted pressure, but, as the most natural motive to industry and labour, it calls forth
the most powerful exertions" e (15).
a "Como el valor no es má s que una proporció n, y como todos los productos necesariamente son
proporcionales entre sı́, de ello se sigue que desde el punto de vista social los productos son siempre valores y
valores elaborados: para la sociedad, no existe la diferencia entre capital y producto. Esta diferencia es
enteramente subjetiva, existe para los individuos."- b Parece ser una ley natural que los pobres tengan que ser,
hasta cierto punto, imprevisores; que siempre haya de haber algunos para desempeñ ar en la comunidad los
oficios má s serviles, los má s só rdidos y los má s innobles. Mucho aumenta, de tal modo, la suma de la felicidad
humana.- c Faenas penosas.- d Vocaciones.- e La coerció n legal (al trabajo]] conlleva demasiados disturbios,
112 Cf. Gratuité du Crédit etc., cit., p. 215.
113 La obra aparece anó nima (By a Well — Wisher to Mankind) la primera vez en 1786.
Grundrisse. Cuaderno VII
violencia y alboroto, suscita mala voluntad, etc., mientras que el hambre no só lo constituye una presió n
pacı́fica, silenciosa, incesante, sino que, como el má s natural estı́mulo a la industria y el trabajo, provoca los
esfuerzos má s intensos"
(Esta es, in fact, la respuesta a qué labour more productive a, el del esclavo o el del
trabajador libre. Adam Smith no podı́a plantear el problema, ya que el modo de producció n
del capital presupone trabajo libre. Por otra parte, es tambié n gracias al desarrollo de la
relació n entre el capital y el trabajo como A. Smith resulta justificado en su distinció n entre
productive y unproductive labours b 114. Las insulsas bromas que al respecto se permite
Lord Brougham y las presuntamente serias objeciones de Say, Storch, McCulloch y tutti
quanti c no hacen mella en la argumentació n de Smith. Este só lo yerra al concebir la
objetivació n del trabajo de manera harto grosera, como trabajo que se fija en un objeto
tangible. Pero en Smith esto es algo secundario, un descuido en la forma de expresarse.)
Tambié n en Galiani los workmen d lo son por ley natural. Editó su libro en 1750. "Iddio fa
che gli uomini che esercitano mestieri di prima utilitá nascono abbondantemente" e (78,
Della moneta, vol. III, Scrittori Classici Italiani di Economia Politica, Parte Moderna, Milá n,
1803). Pero tambié n poseı́a ya el concepto justo acerca del valor: "La fatica... é l'unica che dá
valore olla cosa" f (74) g. El trabajo es cualitativamente distinto, tambié n, no só lo segú n las
diversas ramas de la producció n, sino segú n su mayor o menor intensidad, etc. No es
posible investigar aquı́, naturalmente, la manera en que se compensan esas diferencias y se
reduce todo el trabajo a simple unskilled labour h. Basta señ alar que esa reducció n se lleva a
cabo de hecho, cuando se ponen como valores los productos de todos los tipos de trabajo.
a [A
qué ] trabajo [es] má s productivo.- b Trabajos productivos [e] improductivos.- c Todos los demá s.- d
Obreros.- e "Dios hizo que nacieran abundantemente los hombres que ejercen los oficios má s necesarios."- f "El
trabajo... es lo ú nico que confiere valor a las cosas."- g En el ms. "75".- h Trabajo no calificado simple
730 En cuanto valores son equivalentes segú n ciertas proporciones; los mismos tipos
superiores de trabajo se evalú an en trabajo simple. Esto se vuelve claro al instante si se
reflexiona sobre el hecho de que el oro californiano, por ejemplo, es producto del trabajo
simple. Sin embargo, con aqué l se paga todo tipo de trabajo. La diferencia cualitativa, es ası́
abolida, y se reduce de hecho el producto de un tipo superior de trabajo a un cuanto de
trabajo simple. Estas evaluaciones de las diversas calidades de trabajo son aquı́
completamente indiferentes, pues, y en nada afectan al principio. "I metalli... usansi per
moneta perché vagliono... non vagliono perché usansi per moneta" a (1.c., 95). "E la velocitá
del giro del denaro, non la quantitá de' metalli che fa apparir molto o poco il denaro" b (99).
"Di due sorte é la moneta, ideale e reale; e a due diversi usi" é adoperata, a valutare le cose e
a compemrle. Per valutare é buona la moneta ideale cosı́ come la reale e force anche piú ...
L'altro uso della moneta é di comperare quelle cose istesse, ch'ella apprezza... I prezzi e i
contrati si valutano in moneta ideale e si eseguiscono reale" c (p. 112, s.). "I metalli han
questo di proprio e singolare che in essi soli tutte le ragioni si riducono ad una che é la loro
quantitá; non avendo ricevuto dalla natura diversa qualitá né nell'interna loro costituzione né
nell'esterna forma e fattura" d (126, 127) e. Muy importante observació n, é sta. El valor
implica una sustancia comú n y la reducció n de todas las diferencias, proporciones, a
diferencias y proporciones meramente cuantitativas. Tal es el caso de los metales preciosos,
que ası́ aparecen como sustancia natural del valor. "La moneta... come d'una regola della
proporzione che hanno le cose tutte al bisogni della vita —é quel che dicesi con una voce
sola prezzo delle cose" f (152). "La istessa moneta ideale suol essere di tonto, cioé a dire con
essa si stipula, si contrae e si valuta ogni cosa: il che é nato da una medesima cagione, che le
monete le quali oggi sono ideali sono le piú antiche d'ogni nazione, e tutte furono un tempo
reali; e perché erano reali con esse si contava" g (153 h ).
114 Cf. en el vol. I de estos Elementos fundamentales, la nota de Marx en pp. 245-246, y la nota 179, p. 270.
Karl Marx
a "Los metales... se usan como moneda porque valen... no valen porque se usan como moneda."- b "Es la
velocidad de rotació n del dinero, y no la cantidad de los metales, lo que hace que el dinero escasee o abunde."-
c "De dos clases es la moneda, ideal y real, y se le utiliza con dos fines: valorar las cosas y comprarlas. La
moneda ideal es tan conveniente para valorar como la real, y tal vez má s aun... El otro uso de la moneda es el
de comprar las cosas mismas que evalú a... Los precios y los contratos se estipulan en moneda ideal y se.
ejecutan en moneda real."- d "Los metales tienen la propiedad y singularidad de que sólo en ellos todas las
cualidades se reducen a una. que es su cantidad, al no haber recibido de la naturaleza diversas calidades ni en su
constitución interna ni en su forma y hechura externas."- e "126, 127"; en el ms. "130".- f "La moneda... como una
regla de la proporció n que tienen todas las cosas conforme a las necesidades de la vida; es lo que dice con una
sola palabra el precio de las cosas".- g [La] propia moneda ideal suele ser de cuenta, es decir que con ella, se
estipula, se contrata y se evalú a cualquier cosa, lo cual obedece a un mismo motivo: que las monedas que hoy
son ideales son las má s antiguas de cada nació n, y todas en otros tiempos fueron reales, y porque eran reales
se las usaba para contar."- h "153"; ed. 1939 "152"
(Es tambié n é sta la explicació n formal que sobre el dinero ideal dan Urquhart, etc. Para
los niggers, etc., el bar a de hierro era en un principio dinero real, el cual se transformó en
ideal; pero procuraron al mismo tiempo mantener su valor anterior. Ahora bien, puesto que
el valor del hierro —tal como se les puso de manifiesto en el comercio— varı́a con respecto
al del oro, etc., la bar ideal, para conservar su valor, expresa proporciones variables de
cantidades reales de hierro; un fatigoso cá lculo, é ste, que honra la capacidad de abstracció n
de estos señ ores.) (Castlereagh, en los debates ocasionados por el Bullion. Committee b en
.1810, defendió notions c similarmente confusas.) Bella frase de Galiani: "Quell' infinito che"
(le cose) "non hanno nella progressione lo hanno nel giro" d (156).
731 Sobre el valor de uso dice elegantemente Galiani: "Il prezzo é una ragione... il prezzo
delle cose é la proporzione loro al nostro bisogno, non ha ancora misura fissa. Forse si
troverá . Io per me credo che ella sia l'uomo istesso" e ([159,] 162). "La Spagna, in quel tempo
stesso che era come la maggiore cosı́ la piú ricca potenza, contava co' reali é co' piccolissimo
maravedis"' (172, 173). "Anziché egli" (l'uomo) "é l'unica e vera richezza" g (188). "La
richezza e una ragione tra due persone"h (221). "Quando il prezzo d'una cosa o[[s]]sia la sua
proporzione con le altre si cambia proporzionatamente con tutte, é segno evidente che il
valore di questa sola e non de tutte le altre si é cambiato" i (154). (Pero hay que tener
tambié n en cuenta los costos que insurne to preserve j y reconstituir el capital.)
"The positive limitation of quantity in paper money would accomplish the only useful
purpose that cost of production does in the other" k (300) (Opdyke)115
a Lingote, barra.- b Comisió n del Metá lico.- c Nociones.- d "Esa infinitud que" [las cosas] "no alcanzan en la
progresió n, la alcanzan en la rotació n."- e "El precio es una proporció n... el precio de las cosas es la proporció n
de é stas con nuestra necesidad, no tiene aú n una medida fija. Acaso se la encuentre. Por mi parte, creo que esa
medida es el hombre mismo."- f "Españ a, en los mismos tiempos en que era tanto la potencia mayor como la
má s rica, contaba con reales y con los pequeñ ı́simos maravedı́es."- g "Ası́ que é l" [el hombre] "es la ú nica y
verdadera riqueza."- h "La riqueza es una relación entre dos personas."- i Cuando el precio de una cosa, o sea su
proporció n con respecto a las demá s, cambia con relació n a todas, es señ al evidente de que só lo se ha
modificado el valor de é sta, y no el de todas las demá s. j Preservar.- k "La efectiva limitación en la cantidad del
papel moneda traerı́a aparejado el ú nico resultado ú til que el costo de producció n trae en ([el caso del] la otra"
[es decir, en el caso de la otra moneda, en la metá lica]
La mera diferencia cuantitativa en el material del dinero: "Money is returned in kind
only" (en los loans), "which fact distinguishes Chis agent from all other machinery....
indicates the nature of its service.. , clearly proves the singleness of its office" a (267). "With
money in possession, we have but one exchange to make in order to secure the object of
desire, while with other surplus products we have two, the first of which (securing the
money) is infinitely more difficult than the sccond" b (287, 288).
"Banker. . . differs frorn the old usurer... that he lends to the rich and seldom or never to
the poor. Hence he lends with Iess risk, and can afford to do it on cheaper terms; and for
115 Cf. G. OPDYKE, A Treatise on Political Economy, New York 1851, p. 300. Extractos en el cuaderno XX.
Grundrisse. Cuaderno VII
both reasons, he avoids the popular odium which attended the usurer" c (44. Newman, F.
W., Lectores on Political Economy, Londres, 1851),
a “[En los prilstamos] se devuelve el dinero solamente en especie, y es esto lo que distingue a este agente de
todos los demás mecanismos, . . indica la índole de su servicio. . ., demuestra claramente la singularidad de su
función."- b "Si disponernos de dinero, sólo tenemos que efectuar un intercambio para obtener el objeto que
deseamos, mientras que con otros plusproductos hemos de realizar dos, el primero de los cuales (obtener el
dinero) es infinitamente más difícil que el segundo"- c "El vanquero . . difiere del viejo usurero . . . en que él
presta a los ricos y raras veces o nunca a los pobres. De ahí que preste con riesgos menores, y que pueda
hacerlo con tasas más bajas ; y por ambos motivos no despierta el odio popular que rodeaba al usurero"
Avances d. Storch. Teoría del ahorro. Storch.- MacCulloch. Excedente. – Beneficio. -
Periodical destruction of capital e. Fullartorh. - Arnd. Interés natural
Todos cachent et enfouient leur argent bien secrétement et bien profondément, pero
muy en especial lo hacen los gentils, qui sont presque seuls les maitres du negoce et de
l'argent, qu’ils cachen durant leur vie, leur servirá après la mort f (314, François Bernier. t. I,
Voyages contenant la description des états du Grand Mogol, etc., Paris, 1830) 116.
d Anticipos.- e Derfrucción poriódica de capital.- f [Todos] ocultan y entierran en el mayor secreto y muy
profundamente su dinero, [pero muy en especial lo hacen los] gentiles -que son casi los amos exclusivos de los
negocios y el dinero- pues se vanaglorian de que el oro y la plata que ronden durante su vida, les servirá
después de la muerte
732 Dans son état naturel la matiére. . . est toujours destítuée de valeur... Tan só lo por el
trabajo adquiere valeur d'echange, se vuelve é lé ment de richesse a. (Mc Culloch, Discours sur
l'origine de l'économie politique, etc., trad. par Pré vost. Gené ve et Paris, 1825, p. 57.) 117
Las mercancı́as en el intercambio son medida las unas de las otras (Storch, Cours
d'économie politique avec des notes etc., par J. B. Say, Parı́s, 1823, t. I, p. 81) 118. "En el
comercio entre Rusia y China la plata sirve para evaluar todas las mercancı́as; sin embargo,
este commerce b se efectú a sobre la base de trocs" c (p. 88)119. "De meme que le travail n'est
pas la source... des richesses, il n'en est pas non plus la mesure" d (p. 123, I.c.) 120. "Smith . . .
se deja llevar a la persuasion, que la meme cause qui fait exister les choses maté rielles é tait
encore la source et la mesure de leur valeur" e (p. 124)121. "El interé s es el precio que se
paga por el uso de un capital" (p. 336) 122. El numé raire f tiene que tener une valeur directe g.
. pero fundado en una besoin factice h . El material del que consiste no debe ser
indispensable para la existencia del hombre, car toute la quantité qui en est employé e
comme numé raire ne peut point é tre employé e individuellement, elle doit toujours circuler"
i (t. II, p. 113, 114) 123. "L'argent tient lieu de tout" j (p 33) 124 T. V. Considérations sur la
. 1 .
nature du revenu national, Parı́s, 1824: "Les consommations reproductives ne sont pas
proprement des dé penses, mais seulement des avances, puisqu'elles sont remboursé es à
ceux qui les font" k (p. 54)125. "N'y a-t-il pas une contradiction manifeste dans cette
116 Extractos de esta obra, en el cuaderno londinense XXI.
117 Para los extractos de esta obra, cf. MEGA 1/3, pp. 550-560
119 Cf.ibídem.
proposition que les peuples s'enrichissent par leurs é pargnes ou leurs privations, c'est-á -
dire en se condamnant volontiers à la pauvreté ? " l (p. 176) 126.
a En su estado natural la materia. . . está siempre desprovista de valor. . . [Tan só lo por el trabajo adquiere]
valor de cambio, [se vuelve] elemento de riqueza.- b Comercio.- cTrueques.- d "Ası́ como el trabajo no es la
fuente. . . de las riquezas, tampoco es la medida de las mismas."- e [. . . a la] persuasió n de que la misma causa
que hace existir las cosas materiales era tambié n la fuente y la medida de su valor.- f Numerario.- g Un valor
directo.- h Necesidad ficticia.- i ...Porque toda la cantidad que del mismo se emplea como numerario no puede
emplearse individualmente, siempre debe circular.- j "El dinero sustituye a todo".- k "Los consumos
reproductivos no son gastos, en realidad, sino solamente anticipos, ya que les son reembolsados a quienes los
efectú an.- l "¿No hay una contradicció n manifiesta en la tesis de que los pueblos se enriquecen gracias a sus
ahorros o sus privaciones, es decir, condená ndose voluntariamente a la pobreza? "
"En la é poca en que los cueros y pieles servı́an de dinero en Rusia, l'incommodité
attaché e à la circulation d'un numé raire si volumineux y tan perecedero suscitó la idea de
sustituirlo por pedacitos de cuir timbrs, qui par là devinrent des signes payables en peaux
et fourrures a. . . Conservaron ese emploi b hasta 1700" (o sea, má s adelante, la funció n de
representar las fractions de las copeks d'argent) c, por lo menos en la ville de Kalouga d y sus
alrededores, hasta que Pedro I" (1700) "ordenó canjearlas contre la petite monnaie de
cuivre" e (t. IV f, p. 79) 127.
Una alusió n a los portentos del interé s compuesto se encuentra ya en el gran impugnador
de la usura en el siglo XVII, en Josiah Child (Traités sur le commerce, etc., trad. de l'anglois
(publicado en inglé s en 1669), Amsterdam et Berlin, 1754, p. 115-117)128.
733 "In point of fact a commodity will always exchange for more labour than el que la
produjo, and it is this excess that constitutes profits" g (p. 221, McCulloch, The Principles of
Political Economy, Edimburgo, 1825 h) 129. Esto muestra cuá n maravillosamente el señ or
McCulloch ha comprendido el principio ricardiano. McCulloch distingue entre valor real y
valor de cambio i: el primero 1) quantity of labour expended in its appropriation or
production j; 2) el segundo poder de compra de certain quantities of labour k o de otras
mercancı́as l (p. 211)130.
a La incomodidad ligada a la circulació n de un numerario tan voluminoso [y tan perecedero suscitó la idea
de sustituirlo por pedacitos] de cueros sellados, que de esta manera se convirtieron en signos pagaderos en
cueros y pieles.- b Uso.- c Fracciones [de las] copecas de plata.- d Ciudad de Kaluga. e Por las monedas de cobre
de denominaciones pequeñ as.- f En ed. 1939 falta "t. IV".- g "En realidad, una mercaderı́a siempre se cambiará
por má s trabajo que [[el que- la produjo]], y es éste el excedente que constituye el beneficio."- h "Edimburgh,
1825"; en ed. 1939, "London, 1830". Marx cita en realidad la edició n de 1825.- i "Realwert und Tauschwert"; en
ms. y ed. 1939, "Tauschwert und Realwert" ("valor de cambio y valor real").- j Cantidad de trabajo gastada en su
apropiació n o producció n.- k Ciertas cantidades de trabajo.- l Al traducir la proposició n 2), que en el texto dice
"2) der zweite Kaufmacht von certain quantities of labour der anderen Waren", debimos suponer un error de
escritura de Marx, o de lectura del manuscrito, o de prensa, en el "der" (literalmente "de las"). Se trata en
cambio de aquel "oder" ("o") (en McCulloeh "...for other commodities or for labour. ..") que el propio Marx
destacará en el fragmento dedicado a J. Cazenove en la p. 174 del vol. III de sus Theorien über den Mehrwert,
Berlin 1962, y sobre el cual basará toda su crı́tica de la "aparente coherencia" de McCulloch respecto de
Ricardo [en realidad, "desvergonzada fuga de Ricardo hacia Malthus"] (Nota tomada de la ed. italiana)
Man is as much the produce of labour as any [of] the machines constructed by his agency;
126 Cf. ibídem, p. 176.
128 Extractos de esta obra, en un cuaderno no datado ni numerado y cuya redacció n es ca. mayo-junio de 1845 en
Bruselas.
129 Cf. MC CULLOCH, op. cit., p. 221.
130 Cf. ibídem, p. 211. En realidad, el apartado 2) corresponde al "valor de cambio", y el 1) se refiere al "valor real".
La inversió n se explica confrontando Theorien über den Mehrwert, Berlı́n 1962, vol. III, p. 169 (el pá rrafo de J.
Cazenove); y para confirmarlo vé ase p 174.
Grundrisse. Cuaderno VII
intermedio, y a nuestro parecer en todas las investigaciones econó micas debiera considerá rsele precisamente
desde el mismo punto de vista.- b Los salarios... se componen realmente de una parte del producto de la
actividad del obrero.- c Los beneficios del capital no son má s que otro nombre de los salarios del trabajo
acumulado.- d "Una destrucció n periodica de capital que se ha convertido en condició n necesaria para la
existencia de absolutamente cualquier tasa de interé s corriente y, desde este punto de vista, esos terribles
flagelos que estamos habituados a aguardar con tanta inquietud y aprehensió n, y que tan ansiosamente
deseamos evitar, pueden no ser má s que el correctivo natural y necesario de abundancias excesivas y
tumefactas, la fuerza medicinal mediante la cual nuestro sistema social, tal como se halla constituido
actualmente, está en condiciones de aliviarse a sı́ mismo, de cuando en cuando, de una plé tora que siempre
vuelve a amenazar su existencia, recuperando ası́ su condició n saludable y lozana".-
Money — General Power of Purchasing e (Chalmers) 135. (e Dinero, capacidad general de compra)
Capital... services and commodities used in production. Money.: the measure of value, the
medium of exchange, and the universal equivalent; more practically: the means of obtaining
capital; the only means of paying for capital previously obtained for credit; virtually —
security for obtaining its equivalent value in capital: commerce is the exchange of capital for
capital through the medium of money, and the contract being for the medium, money alone
can satisfy the contract and discharge the debt. In selling, one kind of capital is disposed for
money for obtaining its equivalent specified value in any kind of capital. Interest — the
consideration given for the loan of money. lf the money be borrowed for the purpose of
procuring capital, then the consideration given is a remuneration for the use of capital (raw
materials, labour, merchandise, etc.), which it obtains.
734 If borrowed for the purpose of discharging a debt, for payı́ng for capital previously
obtained and used (contracted to be paid for in money), then the consideration gı́ven is for
the use of money itself, and in this respect interest and discount are similar. Discount solely
the remuneration for money itself, for converting credit money into real money. A good bill
gives the same command over capital as bank notes, minus the charge for discount; and
bilis are discounted for the purpose of attaining money of a more convenient denomination
for wages and small cash payments, or to meet larger engagements falling due; and also for
the advantage to be gained when ready money can be had by discounting at a lower rate
than 5%, the usual allowance made for cash. The main object, however, in discounting
131 Cf. ibídem, p. 38.
depends fundamentally upon the supply and demand of legal tender money. . The rate of
interest depends mainly on the demand and supply of capital, and the rate of discount
entirely on the supply and demand of moneya. (March 13, '58, Economist, carta al editorb.)
136
a Capital. . . servicios y mercancı́as utilizados en la producció n. Dinero: b medida de valor, el medio de
cambio y el equivalente universal; má s prá cticamente: el medio de obtener capital; el único medio de pagar por
el capital obtenido previamente por medio de cré dito; virtualmente, fianza para obtener su valor equivalente
en capital; el comercio es el intercambio de capital por capital utilizando dinero, como intermediario y siendo
el contrato sobre el intermediario, só lo el dinero puede satisfacer la obligació n y saldar la deuda. En la venta,
se enajena por dinero una clase de capital para obtener su valor estipulado equivalente, en cualquier otro tipo
de capital. El interés es la compensació n dada por el pré stamo de dinero. Si se toma prestado el dinero con el
objeto de procurarse capital, entonces la compensació n dada es una remuneració n por el uso del capital
[[materias primas, trabajo, mercancı́as, etc.]] que aqué l obtiene. Si se pide prestado con la intenció n de saldar
una deuda, de pagar por el capital obtenido y usado previamente (objeto de un contrato que debe pagarse en
dinero!, entonces la compensació n otorgada es por el uso del dinero mismo, y en este aspecto el interé s y el
descuento son aná logos. El descuento es meramente la remuneració n por el dinero mismo, por convertir
dinero fiduciario en dinero real. Un buen pagaré permite disponer del mismo capital que los billetes de banco,
menos los gastos de descuento, y los pagaré s se descuentan con la intenció n de obtener un dinero de
denominaciones má s adecuadas para los salarios y los pequeñ os pagos al contado, o para hacer frente a
obligaciones mayores ya vencidas; y tambié n por las ventajas alcanzables cuando se puede obtener dinero en
efectivo mediante el descuento a una tasa inferior al 5% que es la tasa usualmente aplicada al dinero contante.
La finalidad principal del descuento, sin embargo, guarda relació n fundamentalmente con la oferta y la
demanda de moneda de curso legal, .. La tasa del interé s depende principalmente de la demanda y la oferta de
capital, y la tasa del descuento enteramente de la oferta y la demanda de dinero.- b Director
El señ or K. Arnd, muy oportuno cuando especula acerca del "impuesto a los perros", ha
hecho el interesante descubrimiento siguiente:
"En el curso natural de la producció n de bienes só lo existe un fenó meno que —en los
paı́ses totalmente cultivados— parece destinado a regular en cierta medida la tasa del
interé s: se trata de la proporció n en que aumenta el volumen de madera en los bosques
europeos gracias a su incremento anual. Este incremento se opera —completamente al
margen de sus valores de cambio— en la proporció n de 3 a 4 por ciento" (p. 124, 125, Die
naturgemässe Volkswirtschaft, etc., Hanau, 1845)137. Realmente estamos ante una tasa del
interé s de origen totalmente boscoso.
Interés y beneficio. – Carey. – Pawning en Inglaterra a
"The remaining value or overplus will in each trade be in proportion to the value of the
capital employed" b (Ricardo) 138 .
Con respecto al interés, dos son las cosas a considerar: la primera la subdivisió n del
beneficio en interé s y beneficio. (A la unidad de ambos los ingleses la denominan gross
profit c.) La distinció n se vuelve palmaria, tangible, no bien una clase de monı́ed capitalistsd
se contrapone a una clase de industrial capitalists e. Segunda: el capital mismo se vuelve
mercancı́a, o la mercancı́a (dinero) se vende como capital. Esto quiere decir, p. ej., que el
capital, al igual que todas las demá s mercancı́as, regula su precio conforme a la oferta y la
demanda. Estas determinan la tasa del interé s. En este caso, pues, el capital en cuanto tal
entra en circulació n.
735 Monied capitalists e industrial capitalists pueden constituir só lo dos clases particulares,
136 Cf. The Economist, vol. XVI, no 759, March 13, 1858, p. 290, artı́culo: "Will the low rate of interest last? "
137 K. ARND, Die naturgemdsse Wolkswirtschaft, gegenüber dem Monopoliengeiste und dem Communismus, mit
ya que el beneficio puede dividirse en dos tipos de ré ditos. Las dos especies de capitalists
no expresan má s que ese fact; pero la escisió n tiene que existir, la divisió n del beneficio en
dos formas particulares del ré dito, para que a partir de ellas puedan desenvolverse dos
clases particulares de capitalistas.
La forma del interé s es má s antigua que la del beneficio.
a Pré stamos pignoraticios.- b "El valor remanente, o excedente, en cada ramo estará en proporció n con el
"geliehn" ("presta") figura en el ms., sin signos de inclusió n, sobre "vorgeschossen" ("adelanta").- e Existe una
relació n entre los salarios y el beneficio —trabajo necesario y plustrabajo—, ¿pero la hay entre el beneficio y
el interé s, salvo la que se halla determinada por la competencia entre aquellas dos clases derivadas de esas
diferentes formas de ré dito? Mas, para que esta competencia exista, ası́ como las dos clases, está presupuesta
ya la divisió n de la plusvalı́a en beneficio e intereses
El capital, considerado en general, no es una mera abstracció n. Si p. ej. considero el
capital global de una nació n, por contraposició n al trabajo asalariado total (o, asimismo, a la
propiedad de la tierra), o si tomo al capital como la base econó mica general de una clase por
oposició n al de otra clase, lo estoy considerando en general. Ası́ como, p. ej., considero
fisioló gicamente al hombre por oposició n al animal. La diferencia real entre beneficio e
interé s existe como la diferencia entre una moneyed class of capitalists y una industrial
class of capita- (7361 lists a. Pero para que esas dos clases puedan contraponerse, su
existencia dual presupone una escisió n en la plusvalı́a puesta por el capital.
a [Entre una] clase de capitalistas poseedores de dinero [y una] clase de capitalistas industriales
736 (La economı́a polı́tica se ocupa de las formas sociales especı́ficas de la riqueza o, má s
bien, de la producció n de la riqueza. La sustancia de é sta, sea subjetiva, como el trabajo, u
139 Cf. H. C. CAREY, Essays on the Rate of Wages etc. Philadelphia 1835, cap. VII. Extractos, en el cuaderno
londinense X.
Karl Marx
objetiva, como los objetos para la satisfacció n de necesidades naturales o histó ricas, se
presenta ante todo como comú n a todas las é pocas de la producció n. Por consiguiente esta
sustancia aparece en primer té rmino como mero presupuesto, al margen de toda
consideració n de la economı́a polı́tica, y só lo ingresa a la esfera de esa consideració n
cuando las relaciones formales la modifican o al presentarse como modificadora de é stas.
Las generalidades que se suelen expresar respecto a esa sustancia se limitan a
abstracciones, las cuales tuvieron un valor histó rico en las primeras tentativas de la
economı́a polı́tica, cuando de la sustancia aú n se extraı́an trabajosamente las formas y se las
fijaba con grandes esfuerzos como objeto propio del aná lisis. Má s adelante se
transformaron en acartonados lugares comunes, tanto má s repugnantes cuanto mayor era
la presunció n cientı́fica con que se les enunciaba. Esto reza para todo lo que los economistas
alemanes suelen incluir charlatanescamente en la categorı́a de "bienes".)
Lo importante es que el interé s y el beneficio expresan, ambos, relaciones del capital.
Como forma particular, al capital que rinde interé s no se le contrapone el trabajo, sino el
capital que rinde beneficios. La relació n en la cual, por un lado, el trabajador aparece aú n
como autó nomo, o sea no como asalariado, pero por otro lado las condiciones objetivas del
mismo gozan ya de una existencia autó noma al margen del trabajador, constituyen la
propiedad de una clase especial de usureros, se desarrolla necesariamente en todos los
modos de producció n fundados en mayor o menor medida sobre el intercambio —con el
desarrollo del patrimonio mercantil o del patrimonio monetario, contrapuesto a las formas
particulares y limitadas del patrimonio agricultural or a artesanal— (a Agrı́cola o. . . ). El
desarrollo de este patrimonio mercantil mismo puede ser considerado como desarrollo del
valor de cambio y por lo tanto de la circulació n y de las relaciones monetarias en esa esfera.
Esta relació n por un lado nos indica, sin duda, la autonomizació n, el apartamiento de las
condiciones laborales —que cada vez má s proceden de la circulació n y de ella dependen—
con respecto a la existencia econó mica del trabajador. Por otra parte, esta ú ltima aú n no
está subsumida en el proceso del capital. El modo de producció n, por ende, todavı́a no se
modifica esencialmente.
737 Donde esta relació n se repite dentro de la economı́a burguesa es en las ramas poco
evolucionadas de la industria, o en aquellas que aú n forcejean por salvarse dentro del
moderno modo de producció n. En ellas subsiste la explotació n má s odiosa del trabajo, sin
que aquı́ la relació n entre el capital y el trabajo porte en sı́, de alguna manera, la base del
desarrollo de nuevas fuerzas productivas y el germen de formas histó ricas nuevas. En el
modo de producció n mismo el capital aú n se presenta aquı́ subsumido materialmente en
los trabajadores individuales o las familias de trabajadores, sea en el taller artesanal o en la
agricultura en pequeñ a escala. Tiene lugar una explotació n por el capital, sin el modo de
producció n del capital. La tasa del interé s es muy alta porque incluye el beneficio y hasta
una parte del salario. Esta forma de la usura, en la que el capital no se apodera de la
producció n —o sea que só lo formalmente es capital—, presupone como dominantes formas
de producció n preburguesas; no obstante se reproduce de nuevo, en esferas subalternas,
dentro de la economı́a burguesa.
Segunda forma histó rica del interé s: pré stamo de capital a la riqueza consumidora. Se
presenta aquı́ como histó ricamente importante por constituir ella misma un momento de
surgimiento del capital, puesto que el ingreso (and a menudo the land too) of the landed
proprietors accumulates and becomes capitalized in the pockets of the usurer a. Es é ste uno
de los procesos mediante los cuales el capital circulante, o incluso el capital bajo la forma
del dinero, se concentra en una clase que no depende de los terratenientes.
La forma del capital realizado, ası́ como de su plusvalı́a realizada, es el dinero. El
beneficio (no só lo el interé s) se expresa pues en dinero, porque en é l está realizado y
Grundrisse. Cuaderno VII
medido eI valor.
La necesidad de los pagos en dinero —no só lo del dinero para la compra de mercancı́as,
etc.— se desarrolla dondequiera que tengan lugar relaciones de cambio y circulació n
monetaria. En absoluto es necesario que el intercambio sea simultá neo. Con el dinero existe
la posibilidad de que una de las partes venda su mercancı́a y la otra efectú e su pago má s
adelante. La necesidad de dinero a estos efectos (desarrollada posteriormente en loans y
discounts b ) constituye una de las principales fuentes histó ricas del interé s. La misma no
cae aquı́ en nuestra mira; habremos de considerarla en las relaciones crediticias.
Diferencia entre buying c (D — M) y selling d (M — D): "Cuando vendo, he 1) extraı́do y
obtenido de la mercancı́a el beneficio; 2) conseguido an article universally representative or
convertible, money, gracias al cual, money being always saleable, en cualquier momento
puedo encargar cualquier otra mercancı́a; the superior saleableness of money being the
exact effect or natural consequence of the less saleableness of commodities. . .
738 En la compra no se da el mismo caso. If he buys to sell again or supply customers, whatever
may be the probability, there is no absolute certainty of his selling at a remunerative price. .
. Pero no todos compran para revender, sino para their own use or consumption" e (p. 17 y s.
Corbet, Th., An Inquiry into the Causes and Modes of the Wealth of Individuals, Londres,
1841) 140
a [y a menudo tambié n la tierra] de los terratenientes se acumula y capitaliza en los bolsillos del usurero.- b
Pré stamos [y] descuentos.- c Comprar.- d Vender.- e [Conseguido] un artı́culo universalmente representativo o
convertible, dinero, [gracias al cual], por ser siempre vendible el dinero, [en cualquier momento puedo
encargar cualquier otra mercancı́a]; pues el hecho de que el dinero sea má s vendible es el efecto preciso o b
consecuencia natural del hecho de que las mercancı́as sean menos vendibles.. [En la compra no se da el mismo
caso.] Si se compra para revender o para abastecer a clientes, sean cuales sean las probabilidades no existe la
certeza absoluta de vender a precio remunerativo... [Pero no todos compran para revender, sino para] su
propio uso o consumo
Economist, April 10, 1858: "A parliamentary return moved for by Mr. James Wilson,
shows that the mint coined in 1857 gold to the value of 4.859.000 l., of which 364.000 l. was
in half sovereigns. The silver coinage of the year amounted to 3 73 .000 l., the cost of the
metal used being 363.000 £. . . The total amount coined in the ten years ending the 31st of
December, 1857, was 55.239.000 £ in gold, and 2.434.000 in silver. . . The copper coinage
last year amounted in value to 6.720 l. —the value of the copper being 3.492 l.; of this 3.163
was in pence, 2.464 in halfpence, and 1.120 in farthings. . The total value of the copper
coinage of the ten years was 141.477 l., the copper of which it was composed being
purchased for 73.503 l." a
"Segú n Thomas Culpeper (1641), Josiah Child (1670), Paterson (1649), Locke (1700), la
riqueza depende de la reducció n, autoimpuesta, de la tasa de interé s del oro y la plata. En
Inglaterra se siguió [[esta prá ctica]] durante casi dos siglos" (Ganilh) 141. Cuando Hume, en
contraposició n a Locke, mantuvo que la tasa del beneficio determinaba la tasa del interé s,
tenı́a ya bajo su vista un desarrollo mucho má s amplio del capital; aun má s Bentham,
cuando a fines del siglo XVIII compuso su defensa de la usura. (De Enrique VIII hasta Ana,
baja legal del interé s.)
"En todos los paı́ses: 1) a producing classb y 2) a monied class c que vive de los intereses
de su capital" (p. 110). (J. St. Mill, Some Unsettled Questions of Political Economy. Londres,
1844.) 142
a "Un informe parlamentario presentado por Mr. James Wilson, muestra que la casa de la moneda en 1857
140 Cf. The Economist, vol. XVI, no 763, April 10, 1858, p. 401, "Commercial, and Miscellaneous News".
141 Cf. CH. GANILH, Des systémes etc., cit., t. I, pp. 76-77.
142 Cf. J. St. MILL, Some unsettled questions of political economy, London 1844, p. 110.
Karl Marx
acuñ ó oro por el valor de 4.859.000 libras, 364.000 de las cuales lo fueron en medios sovereigns. La acuñ ació n
de plata del añ o ascendió a 373.000 libras, y el costo del metal utilizado alcanzó la suma de 363.000 libras... El
monto total de lo acuñ ado en el decenio finalizado el 31 de diciembre de 1857, fue de 55.239.000 libras en oro
y 2.434.000 en plata... La acuñ ació n de cobre se elevó el pasado añ o a un valor de 6.720 libras, siendo el valor
del cobre de 3.492 libras; de aqué llas, 3.163 eran en peniques, 2.464 en medios peniques y 1.120 en
farthings... El valor total de la acuñ ació n de cobre durante el ú ltimo decenio fue de 141.477 libras, habié ndose
adquirido el cobre correspondiente por la suma de 73.503 libras."- b Una clase productora.- c Una clase
poseedora de dinero
"It is by frequent fluctuation in a month, and by pawning one article to relieve another,
where a small sum is obtained, that the premium for money becomes so excessive. 240
licensed pawn-brokers in London and about 1450 in the country. . . The capital employed
is estimated at about 1 million a. Rota por lo menos dos veces por ario. . . Cada vez, té rmino
medio, 33 1/2 de beneficio, de tal modo que los inferior orders b de Inglaterra pagan
anualmente 1 milló n por un temporary loan c de un milló n, exclusive of what they lose by
goods being forfeited"c d (p. 114) (vol. I. J. D. Tuckett: A History of the Past and Present State
of Labouring Population etc., Londres, 1846).
a A la frecuente fluctuació n en un mes y al sistema de empeñ ar un artı́culo para rescatar otro, con lo cual se
obtiene una suma ı́nfima, se debe que la prima por el dinero sea tan excesiva. 240 personas autorizadas a
explotar montes de piedad en Londres y alrededor de 1.450 en el paı́s... Se estima que el capital utilizado
asciende a un milló n, aproximadamente.- b Estratos inferiores.- c Pré stamo a plazo fijo.- d Sin contar con lo que
pierden por los bienes que no pueden rescatar.
739
Cómo el comerciante ocupó el lugar del maestro artesano
"Ciertos trabajos no pueden efectuarse si no es en gran escala, p. ej. la fabricació n de
porcelana, la del vidrio, etc. Nunca, por ende, son oficios artesanales. Ya en los siglos XIII y
XIV algunos trabajos, como las tejedurı́as, se practicaban en gran escala" (Poppe) 143.
"En los tiempos viejos, todas las fá bricas estaban en manos de artesanos, y el comerciante
era un simple Verleger e y promotor de trabajos artesanales. En las manufacturas de pañ os y
lienzos esta prá ctica se mantuvo hasta má s tarde con la mayor estrictez. Pero poco a poco
los comerciantes, en muchos lugares, comenzaron a arrogarse la calidad de maestros"
(naturalmente que sin los prejuicios corporativos, las tradiciones, las relaciones con los
oficiales propias de los viejos maestros), "y a tomar operarios a jornal" (Poppe, p. 70-71 f,
tomo I, Geschichte der Technologie, Gotinga, 1807-181 1) 144. Es é ste uno de los principales
motivos de que en Inglaterra la industria propiamente dicha se estableciera y difundiera en
las ciudades donde no existı́a el ré gimen corporativo.
e La palabra alemana "Verleger" no tiene equivalente exacto en españ ol. El "Verleger" es un empresario que
encarga a artesanos [é stos trabajan en pequeñ os talleres o incluso en sus casas] la producció n de mercancı́as
de cuya venta se ocupa; puede suministrarles, o no, materias primas o herramientas.- f "70-71"; ed. 1939 "92"
Patrimonio mercantil
El capital comercial, o el dinero tal como se presenta en cuanto patrimonio mercantil, es
la primera forma del capital —es decir del valor— que proviene exclusivamente de la
circulació n (del intercambio); se conserva, reproduce y acrecienta en ella, y de esta manera
la finalidad exclusiva de este movimiento y actividad es el valor de cambio. Ambos
movimientos: comprar para vender, y vender para comprar: pero predomina la forma D—
M—M—D. El dinero y el aumento del mismo se presenta como finalidad exclusiva de la
operació n. Ni el comerciante compra la mercancı́a para satisfacer su propia necesidad, por
143 Cf. J. H. M. POPPE, Geschichte der Technologie, Gó ttingen 1807, I Band, p. 32. Extractos en el cuaderno
londinense XV.
144 Cf. ibídem, pp. 70-71.
Grundrisse. Cuaderno VII
el valor de uso de aqué lla, ni la vende para cumplir, p. ej., con obligaciones contractuales
estipuladas en dinero, o para adquirir otra mercancı́a destinada a satisfacer su necesidad.
Su objetivo directo es el aumento del valor y, precisamente, en su forma inmediata como
dinero. El patrimonio mercantil es, en primer té rmino, el dinero en cuanto medio de
cambio; el dinero como el movimiento de mediació n propio a la circulació n; ese patrimonio
intercambia mercancı́a por dinero, dinero por mercancı́a y viceversa. Ademá s el dinero se
presenta aquı́ como fin en sı́ mismo, pero sin existir por ello en su existencia metá lica. Se
trata aquı́ de la transformació n viva del valor en las dos formas de la mercancı́a y el dinero:
la indiferencia del valor con respecto a la forma determinada del valor de uso asumida por
é l, y al mismo tiempo su metamorfosis en todas esas formas, que se presentan tan só lo
como disfraces.
740 Si bien, de esta suerte, la actividad del comercio unifica los movimientos de la circulació n, y
el dinero como patrimonio mercantil es en consecuencia, por un lado, la primera existencia
del capital —e histó ricamente aparece tambié n de esa manera—, tenemos que, por el otro
lado, esta forma aparece en contradicció n directa con el concepto del valor. Comprar barato
y vender caro, tal es la ley del comercio. Por tanto, no [[se trata del]] intercambio de
equivalentes, con el cual el comercio, en cuanto ramo particular de actividad, sería más bien
imposible.
El dinero como patrimonio comercial —tal como se presenta en las má s diversas formas
de sociedad y en los estadios má s variados de desarrollo de las fuerzas productivas— no es,
sin embargo, má s que el movimiento de intermediació n entre extremos que aqué l no
domina y entre supuestos que no crea.
A. Smith, t. II, 1. III (ed. Garnier): "Le grand commerce de toute socié té civilisé e est celui
qui s'é tablit entre les habitants de la ville et ceux de la campagne... consiste dans l'échange
du produit brut contre le produit manufacturé,. . soit immé diatement, soit par l'intervention
de l'argent" a (p. 403) 145. El comercio siempre unifica; la producció n al principio se practica
en pequeñ a escala. "La ville est une foire ou marché continuel oil se rendent les habitants de
la campagne pour é changer leur produit brut contre du produit manufacturé . C'est ce
commerce qui fournit aux habitants de la ville, et la matié re de leur travail, et les moyens de
leur subsistance. La quantité d'ouvrage fait qu'ils vendent aux habitants de la .campagne,
dé termine né cessairement la quantité de matié res et de vivres qu'ils aché tent" b (p. 408 [,
409]) 146.
Mientras el objetivo principal es "los medios de subsistencia y del disfrute", prevalece el
valor de uso 147.
En el concepto de valor [[ está contenido el]] que é ste só lo se conserva y acrecienta a
travé s del cambio. Pero el valor existente en un principio es el dinero.
"Cette industrie, qui se propose quelque chose au delá de l'absolu né cessaire, se fixa dans
les villes longtemps avant qu'elle pı́a é tre communement mise en pratique par les
cultivateurs de la campagne" c (p. 452)148.
a El comercio mayor de toda sociedad civilizada es el que se establece entre los habitantes de la ciudad y los
de la campañ a... Consiste en el intercambio del producto bruto por el producto manufacturado. . . sea
directamente, sea por mediació n del dinero."- b "La ciudad es una feria o mercado continuo adonde se dirigen
145 Cf. A. SMITH, Recherches etc., cit. [Riqueza de las naciones, p 339].
Karl Marx
los habitantes de la campañ a para intercambiar su producto en bruto por el producto manufacturado. Es este
comercio el que suministra a los habitantes de la ciudad tanto la materia prima para su trabajo como los
medios para su subsistencia. La cantidad de producto elaborado que venden a los habitantes del campo,
determina necesariamente la cantidad de materiales y de vı́veres que les compran."- c "Esta actividad
industrial que apunta a algo má s allá de lo absolutamente necesario, arraigó en las ciudades mucho antes de
que los cultivadores rurales pudieran practicarla en forma regular"
"Aunque los habitantes de una ciudad, en ú ltimo té rmino, obtienen del campo su
subsistencia y todos los medios y materiales de su industria, los de una ciudad que se alza a
corta distancia del mar o de un rı́o navegable pueden conseguirlos tambié n de los rincones
má s apartados del mundo, ora mediante el intercambio con los productos manufacturados
de su propia industria, ora desempeñ ando la funció n de transportadores entre paı́ses
apartados los unos de los otros e intercambiando recı́procamente los productos de esos
paı́ses. De este modo una ciudad puede enriquecerse en sumo grado mientras que no só lo la
campañ a comarcana má s pró xima, sino todos los paı́ses con los que aqué lla trafica se
mantienen en la pobreza.
741 Cada uno de estos paı́ses, tomado por separado, só lo puede proporcionarle una parte muy
pequeñ a para su subsistencia y los negocios; pero, tomados todos en conjunto, pueden
suministrarles una gran cantidad de medios de subsistencia y una gran variedad de
ocupaciones" (p. [452,] 453). (Ciudades italianas cobraron importancia primeramente
gracias al comercio; durante las cruzadas —Venecia, Gé nova, Pisa— en parte merced al
transporte de hombres y siempre por el de los medios de subsistencia que a aqué llos habı́a
que suministrar. Estas repú blicas eran, por ası́ decirlo, los comisarios de abastecimiento de
esos ejé rcitos.) (L.c.) 149
El patrimonio mercantil en cuanto está siempre implicado en el intercambio e
intercambia con vistas al valor de cambio, es in fact el dinero viviente.
"Los habitantes de las ciudades mercantiles importaban de paı́ses má s ricos objetos
refinados y artı́culos suntuarios de alto precio, y ofrecı́an ası́ pasto a la vanidad de los
grandes terratenientes, que los compraban con empressement a, pagando por ellos grandes
cantidades de materias primas procedentes de sus haciendas. De esta manera, el comercio
de una gran parte de Europa consistı́a por esa é poca en el intercambio del producto en
bruto de un paı́s por el producto manufacturado de un paı́s industrialmente avanzado" (p.
[454,] 455) 150. "Una vez que esta afició n se habı́a generalizado suficientemente como para
crear una demanda considerable, los comerciantes, para evitarse los costos de transporte,
procuraban establecer en su paı́s manufacturas similares. Es é ste el origen de las primeras
manufacturas para la venta au loin" b (I.C.) 151. Manufacturas suntuarias, surgidas del foreign
commerce c, instaladas gracias a los comerciantes (p. [456—] 458) 152 (elaboraban
materiales extranjeros). A. Smith habla de una segunda categorı́a, "cuyo origen natural y
espontá neo se dio a travé s de la refinació n sucesiva de las groseras manufacturas
domé sticas". Elaboraban homegrown materials d (p. 459) 153
a Avidez.- b En mercados distantes.- c Comercio exterior.- d Materiales de producció n local
Los pueblos mercantiles de los antiguos, cual los dioses de Epicuro, en los intermundos
del universo o rather a como los judı́os en los poros de la sociedad polaca. La mayor parte de
los pueblos y ciudades comerciales, autó noma y poderosamente desarrollados,
149 Cf. ibídem [ibídem, p. 361].
153 Cf. ibídem [ibídem, 363]. Cf. en general MEGA 1/3, pp. 478-481.
Grundrisse. Cuaderno VII
a "El comercio es una operació n gracias a la cual un conjunto de hombres llamados mercaderes puede
intercambiar la riqueza, o el trabajo, ora de los individuos, ora de las sociedades, por un equivalente, apto para
satisfacer todas las necesidades, sin ninguna interrupció n para la industria y ningú n obstá culo para el
consumo. La industria es la dedicació n al trabajo habilidoso por parte de un hombre libre, con vistas a
procurarse mediante el comercio un equivalente capaz de satisfacer todas sus necesidades."- b "Mientras las
necesidades son sencillas y escasas, cada trabajador dispone del tiempo suficiente para distribuir todo su
trabajo; cuando las necesidades se multiplican má s, los hombres tienen que trabajar con mayor intensidad; el
tiempo se vuelve precioso; de ahı́ el surgimiento del comercio. [El] mercader [como intermediado entre los]
trabajadores [y los] consumidores."- c [La introducció n del comercio [es la]] concentració n [de los productos]
en pocas manos.- d [Con miras a una ganancia.- e Comercios.- f Trueque.- g Excedente de alimentos.- h
Trabajadores libres.- i Introducció n del dinero.- j Satisfechas por medio del trueque.- k el trueque se vuelve
[má s difı́cil] y entonces se introduce el dinero.- l Precio comú n
743 Un proper equivalent a en la mano de quienes lo want b . Esta operation of buying y selling
es algo má s compleja que la primera. De modo que 1) barter; 2)sale; 3) commerce c . Es
menester que intervenga el comerciante y ocupe un lugar intermedio. Lo que antes se
llamaba wants d está representado ahora por el consumer; la industria por el manufacturer,
el dinero por el comerciante. El comerciante representa el dinero, by substituting credit in
its place e; y ası́ como se inventó el dinero para facilitar el barter, el merchant [[ crea]] con el
credit a new refinement upon the use of money f . Esta operació n de buying y selling es
ahora trade; it relieves a ambas partes de toda la trouble of transportation y adjusting
wants to wants, or wants to money; el merchant representa by turns the consumer, the
manufacturer g y el dinero. Frente al consumer representa la totalidad de los
manufacturers; ante é stos, la totalidad de los consumers, y para ambas clases his credit
supplies the use of money h (p. 177, 178). Se da por supuesto que los comerciantes buy and
sell i no por necesidad, sino with a view to profit j (p. 203).
"El industrial comienza por producir para el uso ajeno, no para el propio; estos bienes
empiezan a serle ú tiles en el momento en que los intercambia. Los mismos vuelven
necesarios el comercio o l'art des é changes. Só lo son apprecié s par leur valeur é changeable"
k (p. 161) (Sismondi, Etudes sur l'économie politique, t. II, Bruselas, 1838 l)156. El comercio ha
arrebatado a las cosas, a las riquezas, su primitivo cará cter de utilidad: c'est l'opposition
entre la valeur usuelle et la valeur échangeable à laquelle le commerce a reduit toute chose m
(p. 162): En un comienzo la utilidad es la verdadera medida de los valores; . . . el comercio,
pues, existe en el estadio patriarcal de la sociedad, pero no la ha absorbido por entero; se le
practica tan só lo sur le surplus des productions de chacun, et non sur ce qui constitue son
existence n (p. 162, 163). Por el contrario, lo que caracteriza a nuestro desarrollo econó mico
es que el comercio se encarga de distribuir la totalidad de la riqueza producida anualmente
y, en consecuencia, ha reprimido de manera absoluta su cará cter de valeur utile, pour ne
laisser subsister que celui de valeur é changeable ñ (163).
a Equivalente adecuado.- b Necesitan.- c Operació n de comprar y vender. 1) Trueque; 2) venta; 3) comercio.- d
Necesidades.- e Poniendo el cré dito en lugar de é ste.- f [Crea con el cré dito] un nuevo perfeccionamiento para el
uso del dinero.- g [Esta] operació n [de] comprar y vender [es ahora] comercio; libera [a ambas partes de toda
la] incomodidad del transporte [y de la] adecuació n de las necesidades a las necesidades, o de é stas al dinero;
[El] comerciante, por turnos, representa al consumidor, el manufacturero...- h Su cré dito remplaza el uso del
dinero.- i Compran y venden.- j Con miras al beneficio.- k ...el arte de los intercambios. [Só lo son] apreciados por
su valor de cambio.- l "1838"; ed. 1939, "1837".- m El comercio ha reducido todas las cosas a la contraposición
entre el valor de uso y el valor de cambio.- n Con el excedente de las producciones de cada uno, y no con lo
necesario para su subsistencia.- ñ ...De valor de uso, para no dejar en pie má s que el de valor de cambio.
744 Antes de la introducció n del comercio. . . el aumento en la cantidad del producto equivalı́a
a un aumento directo de las riquezas. Entonces la cantidad de trabajo mediante la cual se
adquirı́a una cosa ú til tenı́a poca importancia... Y realmente, la cosa que se querı́a obtener
156 Marx habı́a anotado 1837.
Grundrisse. Cuaderno VII
nada perdı́a de su utilidad ni siquiera cuando para procurá rsela no era necesario trabajo
alguno; el trigo y el lino no serı́an menos necesarios a sus poseedores... aunque les hubiesen
caı́do del cielo. Tal es, a no dudarlo, la verdadera evaluació n de la riqueza: el disfrute y la
utilidad. Pero desde el instante en que los hombres. .. hicieron que su subsistencia
dependiera de los é changes que podı́an efectuar, o del commerce, se vieron obligados a
ajustarse a otra evaluació n, al valor de cambio, al valor que resulta no de la utilidad sino de
la relación entre la necesidad de toda la sociedad y la cantidad de trabajo que bastaba para
satisfacer esa necesidad, o tambié n de la cantidad de trabajo que en lo futuro podrı́a
satisfacerla (p. 266, l.c.). En la estimació n de los valores que se ha procurado medir
recurriendo a la institució n del numé raire c, el concepto de la utilidad ha quedado
completamente al margen. Se ha tenido en cuenta exclusivamente el trabajo, el esfuerzo
necesario para procurarse las dos cosas intercambiadas entre sı́ (p. 267).
Sobre el interé s dice Gilbart (J.W.): The History and Principies of Banking, Londres, 1834
157:
"Que un hombre que toma prestado dinero con -la intención de extraer beneficio del
mismo deba entregar al prestamista una porció n del beneficio, constituye a self-evident
principie of natural justice d . Por lo general, un hombre obtiene por medio del traffic e un
beneficio. Pero en la Edad
Media la població n [ era] exclusivamente agrı́cola. Y entonces, como K en general]] bajo
el government f feudal, só lo puede existir poco traffic y por tanto poco profit g. . Ası́ se
justifican las leyes medievales contra la usura. . . Ademá s: in an agricultural country a
person seldom wants to borrow money excert he be reduced to poverty or distress by
misery" h
(p. 163). Enrique VIII limitó el interé s al 10%, Jacobo I al 8, Carlos II al 6, Ana al 5 (164,
165). En esos tiempos los prestamistas, aunque no legalmente, de hecho eran monopolistas,
y por ello era necesario ponerlos under restraints i igual que a otros monopolistas (p. 165).
En nuestros dı́as la tasa del beneficio regula la del interé s; en aquellos tiempos la tasa del
interé s regulaba la del beneficio. Si el prestamista imponı́a al comerciante una tasa de
interé s elevada, el segundo debı́a fijar una tasa má s alta de beneficio a sus godos j, y por
tanto tomar del bolsillo del comprador una suma mayor de dinero para ponerla en los
bolsillos de los money-lenders k. Este additional price l impuesto a los goods hacı́a que el
pú blico m fuera menos capaz de comprarlos y estuviera menos dispuesto a ello (p. 165) (l.c.)
c Numerario.- d Un principio de justicia natural, evidente por sı́ mismo.- e Trá fico, comercio.- f Gobierno.- g
Beneficio.- h Raramente, en un paı́s agrı́cola, desea una persona tomar dinero en pré stamo, salvo que esté
reducida a la pobreza o a la desgracia que trae la miseria.- i Cortapisas.- j Bienes.- k Prestamistas.- l
Sobreprecio.- m "Publikum"; ed. 1939 "Kapital" ("capital)
745
Commerce con équivalents, imposible. Opdyke
"Under the rule of invariable equivalents commerce etc. would be impossible" i (G.
Opdyke: A Treatise on Political Economy, Nueva York, 1851, p. 67).
"The positive limitation of quantity in this instrument" (id est, el papel moneda) "would
accomplish the only useful purpose that cost of production does in the other" (metal
money) j (l.c., 300).
i "Bajo el sistema de los equivalentes invariables el comercio, etc., serı́a imposible."- j "La efectiva limitació n
cuantitativa de este instrumento" [esto es, [el papel moneda] "alcanzarı́a la ú nica finalidad ú til que desempeñ a
el costo de producció n en el otro instrumento" [en el dinero metá lico]
157 Extractos de esta obra, en un cuaderno no numerado, cuya redacció n es aproximadamente de julio de 1845 en
su uso una cantidad menor de dinero.- d Capital en pré stamo.- e Prestatario.- f 3% mensual, 36% anual.- g
Situació n inestable.- h Gastos improductivos.- i Lo que no guarda relació n con el beneficio que puede obtenerse
en las actividades industriales.- j "Carga [aquı́ un] interé s suficientemente elevado como para recuperar el
capital en poco tiempo, o por lo menos para que, con respecto a la media de todas sus operaciones de
pré stamo, pueda contrabalancear, con las ganancias aparentemente exorbitantes obtenidas en ciertos casos,
las pé rdidas que padece en otros".- k [La] tasa [del] interé s depende: l) [de la] tasa del beneficio.. .- l Et
beneficio total- m Prestamista [y] prestatario.- n La abundancia o escasez de los metales preciosos, el nivel alto
o bajo de los precios generales vigentes, determinan tan só lo si se requerirá un monto mayor o menor de
dinero para efectuar los intercambios entre prestatarios y prestamistas, ası́ como para todos los demá s tipos
de intercambio... [[La diferencia consiste só lo en]] que se necesitará una suma mayor de dinero para
representar y transferir el capital prestado... La relació n entre la suma pagada por el uso del capital y el capital
expresa la tasa del interé s medida en dinero
Double standard a. Antes, en los paı́ses donde el oro y la plata eran legal standard b,
circulaba casi ú nicamente la plata, ya que entre 1800 y 1850 the tendency was for gold to
become dearer than siker... The gold c habiendo aumentado un poco con respecto a la plata,
estaba en Francia sobre la tasa fijada en 1802 para su relació n con la plata... Otro tanto
ocurrı́a en los United States... en la India. (En la ú ltima, ahora patró n argé nteo, como en
Holanda, etc.)...
746 La primera en ser afectada fue la circulació n de los United States. Gran importació n de oro
californiano, [que provocó ] el agio dula plata en Europa... extensive shipment of silver coins
and replacement by gold d . El United States government e acuñ ó monedas de oro so low as 1
dollar f. . En Francia [[se operó una]] sustitució n de plata por oro (Economist, 15 de
noviembre de 1851) 159. Let the "standard of value" be what it will, "and let the current
money represent any fixed portion of that standard, that may be determined upon, the two
can only have a fixed and permanent value in relation to each other, by being convertible at
158 Cf. The Economist, vol. XI, no 491, January 22, 1853, pp. 89-90, artı́culo "Connection between the rate of interest
Incomes".
Grundrisse. Cuaderno VII
Ningú n paı́s puede, de manera consecuente, tener má s de un standard (more than one
standard of the measure of value i ), pues ese standard tiene que ser uniform y unchanging j
.
a Bimetalismo (doble patró n).- b El patró n legal.- c Prevaleció la tendencia a que el oro se encareciera con
relació n a la plata... El oro...- d Amplia exportació n de monedas de plata y su remplazo por oro.- e Gobierno de
Estados Unidos.- f Por valores tan bajos como el del dó lar.- g Sea cual fuera el "patró n del valor", "y sea cual
fuera la porció n fija que de ese patró n represente el dinero circulante –porció n que puede determinarse–,
ambas só lo pueden tener un valor fijo y permanente con respecto la una a la otra si son convertibles a
voluntad de su tenedor".- h La ú nica forma en que algú n tipo de monedas puede estar sobre la par es que nadie
esté obligado a pagar con ellas, mientras que todos está n obligados a aceptarlas como moneda de curso legal.-
i... Patró n [.má s de un patró n de la medida del valor].- j Uniforme [e] invariable
Ningú n artı́culo tiene un valor uniforme, invariable, con respecto a otro; it only has such
with itself a. Una moneda de oro es siempre del mismo valor que otra de exactamente la
misma fineza, el mismo peso y el mismo valor b en el mismo lugar; but this cannot be said
del oro y any other article c, por ejemplo la plata (Economist, 1844) 162.
La £ inglesa, algo menos de 1/3 de su valor originario; el florı́n alemá n = 1/6, Escocia
antes de la Union d ([habı́a reducido] su libra a 1/36, la livre francesa = 1/74, el maravedı́
españ ol = menos de 1/1000, el real portugué s todavı́a má s bajo (p. 13, Morrison) 163.
Antes de la ley de 1819, las causes in existente in determinating the bullion price e [
eran], aparte la circulació n de los billetes de banco: 1) the more or less perfect condition of
the coin f. Si la moneda metá lica circulante está debased con respecto a su standard weight g,
la mı́nima turn of exchange causing a demand for exportation h tiene que elevar el precio
del uncoined bullion i por lo menos tanto como se haya envilecido la coin. 2) Penal laws, que
prohı́ben la melting y exporting de coin y permiten el traffic in bullion j. Esto ofrecı́a, dada
una intensa demanda para la export, latitude para la variation of bullion-price con respecto
a la coin k, incluso en é pocas en que el papel moneda era completamente convertible. En
1783, 1792, 1795, 1796... 1816 el precio del bullion estuvo por encima del mint Price l ;
porque los directors of the Bank of England m, in their anxiety to prepare for the resumption
of cash payment n, aceptaban el oro [a un precio] considerablemente superior al mint price.
(Fullarton.) 164
El standard puede ser á ureo, sin que circule una sola onza de oro (Economist)165.
a Só lo lo tiene con respecto a sı́ mismo.- b En vez de "y el mismo valor", deberı́a decir: "y la misma
denominació n".- c Pero esto no se puede decir del oro y de cualquier otro artı́culo.- d La Unió n [esto es, la unió n
definitiva (1707) de Escocia con Inglaterra], e [Las] causas que entonces determinaban el precio del metal
precioso en lingotes.- f La condició n má s perfecta, o menos, de la moneda.- g Envilecida [con respecto a su]
peso de ley.- h Variació n del cambio que cause una demanda para la exportació n.- i Metal precioso no
amonedado.- j Leyes penales [que prohı́ben la] fundició n [y] exportació n [de] moneda [y permiten el] trá fico
160 Cf. The Economist, vol. V, no 215, October 9, 1847, p. 1158.
161 Cf. The Economist, vol. IX, n° 386, January 18, 1851, p. 59.
163 Cf. W. HAMPSON MORRISON, Observations on the System of Metallic Currency adapted in this country London
,
1837, p. 13, Extractos, en el cuaderno VI.
164 Cf. J. FULLARTON, On the Regulation of Currencies, II-ed. with corrections and additions, London 1845, pp. 7-10,
nota. Extractos de esta segunda edició n en un cuaderno fechado por Engels con el añ o 1851.
165 Cf. uno de los nú meros del Economist del 16 al 23 de octubre de 1847.
Karl Marx
de metal precioso en lingotes.- k ...Exportació n, margen [para la] variació n del precio del metá lico no
amonedado, [Con respecto a la] moneda.- l Precio del metal acuñ ado.- m "Directors of the Bank of England"; ed.
1939 y ms., "bank-creditors" ("acreedores bancarios"). Corregido segú n Fullarton.- n [Los] directores del
Banco de Inglaterra, en su afá n por prepararse para la reimplantació n de los pagos en efectivo
747 Bajo Jorge III a (1774), la plata era tender b legal só lo para 25 £. Conforme a la ley,
incluso, el banco pagaba entonces ú nicamente en oro (Morrison) 166. Lord Liverpool
convirtió la plata y el cobre (comienzos del siglo XIX) en monedas puramente
representativas (I.c.) 167.
Efecto disgregante del dinero. El dinero como medio para dividir la propiedad.
El disparate de Urquhart sobre el standard of money c: "The value of gold is to be measured
by itself; how can any substance be the measure of its own worth in other things? The
worth of gold is to be established by its own weight, under a false denomination of that
weight —and an ounce is to be worth so many pounds and fractions of pounds. This is —
falsifying a measure, not establishing a standard !" d (Familiar Words) 168.
a "George III"; ms., "George II".- b De curso.- c Patró n monetario.- d "El-valor del oro se debe medir por el oro
mismo; ¿có mo una sustancia podrı́a ser la medida de su propio valor en otras cosas? Se establecerá el valor
del oro por su propio peso, bajo una denominació n falsa de ese peso, y una onza ha de valer tantas libras y
fracciones de libras. ¡Esto equivale a falsificar una medida, no a fijar un patró n! "
Adam Smith llama al labour the real y al money the nominal measure of value; presenta al
primero como al elemento originario 169.
Valor del dinero. J. St. Mill. "Dada una cantidad de los bienes vendidos y dado tambié n el
nú mero de ventas y reventas de esos bienes, el valor del dinero depende de su cantidad ası́
como del nú mero de veces que cada pieza monetaria cambia de manos en este proceso." "La
cantidad del dinero en circulació n es = al valor monetario de todas las mercancı́as vendidas,
dividido por el nú mero que expresa la velocidad de la circulació n." "Si está dado el importe
de las mercancı́as y de las transacciones, el valor del dinero estará en proporció n inversa de
su cantidad, multiplicada por la velocidad de su circulació n." Pero todas estas proposiciones
no son comprensibles má s que si se tiene en cuenta "que só lo se trata de la cantidad de
dinero realmente circulante y que se cambia efectivamente por mercancı́as"170. "La cantidad
de dinero necesaria [[está ]] determinada en parte por sus costos de producció n, en parte
por la velocidad de su circulació n. Si la velocidad de la circulació n está dada, los costos de
producció n son determinantes; si está n dados los costos de producció n, la cantidad del
dinero depende de la velocidad de la circulació n 171.
L'argent n'a d'autre é quivalent que lui-mé me ou ce qui est marchandise a. Degrada todo,
por consiguiente. A comienzos del siglo XV, en Francia, se llegó a empeñ ar a los judı́os
incluso los vasos sagrados de las iglesias (cá lices), etc. (Augier) 172 .
748 El dinero no es un objeto directo de consumo: el numé raire nunca se vuelve objeto de
consommation, siempre se mantiene como marchandise, nunca se convierte en denré e b.
Só lo tiene valor intrı́nseco directo para la sociedad; para cada individuo es valor
é changeable c. Su sustancia, por tanto, tiene que tener valor, pero fundado sobre una besoin
166 Cf. W. H. MORRISON, Observations etc., cit., p. 21.
169 Cf. A. SMITH, An Inquiry etc., cit., pp. 100-101 [Riqueza de las naciones, p. 31].
170 Cf. J. St. MILL, Principies etc., cit., vol. II, pp. 17-18 [Principios, pp. 500-501].
172 Cf. M. AUGIER, Du Crédit public et de son histoire demás les temps anciens jusqu'á nos jours, Paris 1842, pp. 95,
101. Extractos, en un cuaderno sin fecha ni nú mero de orden, redactado ea. 1846-47 en Bruselas.
Grundrisse. Cuaderno VII
factice d; no debe resultar indispensable para la existencia del hombre, pues toda la
cantidad que se emplea como numé raire, nunca puede serlo individualmente; ha de circular
siempre (Storch)173.
John Gray: The Social System. A Treatise on the Principie of Exchange. Edimburgo, 1831.
"To sell for money deberá volverse at all times tan fá cil as to buy with money; production
would then become the uniform and never failing cause of demand" e (16). It is the quantity
that can be sold at a profit, not the quantity that can be made, that is the present limit to
production f (59).
Money should be merely a receipt, an evidence that the holder of it has either contributea
a certain value to the national stock of wealth, or that he has acquired a right to the said
value from some one who has contributed to it... Money should be nothing more or less than
portable, transferable, divisible, and inimitable evidences of the existence of wealth in store
g (63, 64).
a El dinero no tiene otro equivalente que sı́ mismo o que aquello que sea mercancı́a.- b Artı́culo de
consumo.- c De cambio.- d Necesidad ficticia.- e "Vender por dinero (deberá volverse) en todo momento (tan
fá cil) como comprar con dinero; la producció n, en tal caso, se convertirı́a en la causa uniforme y siempre
presente de la demanda."- f En la actualidad, el lı́mite a la producció n esta constituido por la cantidad que
puede venderse dejando un beneficio, no por la cantidad que es posible hacer.- g El dinero deberı́a ser
meramente un recibo, una constancia de que su tenedor o ha contribuido con cierto valor a las existencias
nacionales de riqueza, o ha adquirido un derecho al mencionado valor de manos de alguien que ha
contribuido al mismo... El dinero no deberı́a ser otra cosa que constancias transportables, transferibles,
divisibles e inimitables de la existencia de riqueza acopiada
An estimated value being previously put upon produce, let it be lodged in a bank, and
drawn out again whenever it is required; merely stipulating, by common consent, that he
who lodges any kind of property in the proposed National Bank, may take out of it an equal
value of whatever it may contain, instead of being obliged to draw out the self same thing
that he put in... The proposed national banker should receive and take charge of every
description of valuable, and give back any description of valuable again a (1.c. 68).
"If money", dice Gray, "be of equal value with that which it represents, it ceases to be a
representative at all. It is one of the chief desideratums in money, that the holder of it should
be compelled at one time or other to present it for payment at the place from whence he
received it. But if money be of the same intrinsic value as that which is given for it, no such
necessity exists" b (74).
"Depreciation of stock... should form an item of national charge" c (p. 115, 116). "The
business of every country to be conducted... on a national capital d (171). "Toda la tierra to
be transformed into national property" e (298).
749 Gray (John): Lectures on the Nature and Use of Money (Edimburgo, 1848): "Man collectively
should know no limit to his physical means of enjoyment, save those of the exhaustion
either of his industry or of his productive powers: whilst we, by the adoption of a monetary
system, false in principie, and destructive in practice, have consented to restrict the amount
of our physical means of enjoyment to that precise quantity, which can be profitably
exchanged for a commodity, one of the least capable of multiplication by the exercise of
human industry, of any upon the face of the earth" f (29).
a Una vez atribuido al producto un valor estimado, que el producto se deposite en un banco y se le retire
cuando quiera que sea necesario; para ello bastará estipular, por comú n acuerdo, que quien deposite cualquier
tipo de propiedad en el Banco Nacional propuesto, podrá retirar del mismo un valor equivalente de cualquier
otro producto depositado en el banco, en lugar de estar obligado a retirar exactamente la misma cosa que
dejó ... El banquero nacional que proponemos habrá de recibir y hacerse cargo de todo tipo de valores, y
devolver cualquier gé nero de valores.- b "Si el dinero [...] es de valor igual a lo que representa, cesa
173 No se especifica el sitio de esta nota
Karl Marx
absolutamente de representar algo. Uno de los principales desiderá tumes del dinero consiste en que el
tenedor del mismo esté obligado, en un momento u otro, a presentarlo como pago en el lugar de donde lo
recibiera. Pero si el dinero tiene el mismo valor intrínseco de aquello que se da a cambio de 61, tal necesidad
no existe."- c "La depreciación del capital... debería constituir una partida a cargo de la nació n."- d "Los negocios
de cada paı́s [[deberı́an]] ser efectuados... sobre la base de un capital nacional."- e ¡Deberı́a' transformarse
¡toda la tierra! en propiedad nacional".- f "El hombre colectivamente, no debería conocer lı́mite alguno a sus
medios fı́sicos de disfrute, a excepció n de los trazados por el agotamiento de su industriosidad o [de] sus
fuerzas productivas, mientras que nosotros, en virtud de la adopció n de un sistema monetario falso en cuanto
a los principios y destructivo en la prá ctica, hemos aceptado que se restringiera el monto de nuestros medios
fı́sicos de disfrute a la cantidad precisa que puede intercambiarse, dejando un beneficio, por una mercancía que
se cuenta entre las menos susceptibles de multiplicarse por el ejercicio de la industriosidad humana, de todas las
que existen sobre la faz de la tierra"
Los requisitos de un buen sistema son: 1) un sistema bancario a travé s de cuyas
operations la natural relationship of supply and deinand would be restored a ; 2) una
auténtica medida del valor, en lugar de la ficció n existente (108). (En este libro se desarrolla
aun má s, hasta los detalles, la idea del banco de cambio con mantenimiento del modo de
producció n actual.) "There must be a minimum price of labour payable in standard money"
b (p. 160). Llamemos standard, por ejemplo, the lowest rate of wages per week de 60-72
horas, that may by law be given. 20 sh. or 1 £ c (161). "Shall we retain our fictitious standard
of value, gold, and thus keep the productive resources of the country in bondage, or shall we
resort to the natural standard of value, labour, and thereby set our productive resources
free? " d . The amount of this minimum wage being once fixed. . . it should remain the same
for ever e (174). "Que el oro y la plata take their proper place in the market beside butter
and eggs and cloth and calico f, y en tal caso el valor de los metales preciosos no nos
interesará má s que el de los diamantes", etc. (182 [, 183]). No cabe formular objection
alguna to gold and silver used as instrumenta of exchange,. but only as measures of value g, . ..
En breve plazo se verı́a cuá ntas onzas de oro o plata serı́a posible obtener en Londres,
Edimburgo o Dublı́n a cambio de a hundred pound standard note h (p. 188).
a Se restaurarı́a la relació n natural entre la oferta y la demanda.- b "Debe haber un precio mı́nimo del
trabajo pagadero en moneda corriente."- c Al precio má s bajo de los salarios por semana (de 60-72 horas), que
se pueda pagar conforme a la ley.- d "¿Hemos de conservar nuestro patró n ficticio de valor, el oro, manteniendo
ası́ aherrojados los recursos productivos del paı́s, o habremos de recurrir al patró n natural de valor, el trabajo,
liberando ası́ nuestros recursos productivos".- e Una vez fijado el monto de ese salario mı́nimo... se le deberı́a
mantener fijo para siempre.- f Ocupen su lugar adecuado en el mercado, junto a la manteca y los huevos y las
telas y el calicó .- g Objeció n [alguna] al oro y la plata utilizados como instrumentos de cambio. . . pero solamente
como medidas del valor.- h Un billete de cien libras de curso legal
Interés. As the class of rentiers Mercases, so also does that of lenders of capital, for they
are one and the same a. A esta causa se deberı́a, exclusivamente, que el interé s haya tenido
una tendencia a decrecer en los paı́ses viejos (202 b, Ramsay) 174. "lt is probable that in all
ages the precious metals have cost more in their production than their value ever repaid" c
(101, II, Jacob, W.: An Historical Enquiry into the Production and Consumption of Precious
Metals, Londres, 1831).
Valor del dinero. El valor de todas las cosas, dividido por el nú mero de marché s d de que
han sido objeto desde el productor hasta el consumidor e, = al valor de los é cus f empleados
para comprarlas, dividido por el nombre de fois que esos tá leros ont é té transmis dans le
mé me espace de temps g (Sismondi, Nouveaux Principes d'Economie Politique, etc.) h 175.
a A medida que crece la clase de los rentistas ocurre otro tanto con la de los prestamistas de capital, pues no
son má s que una y la misma clase.- b "202"; ed. 1939, "201-202".- c "Es probable que en todas las é pocas los
metales preciosos hayan costado má s, en su producció n, que lo que se haya obtenido gracias a su valor."- d
Transacciones.- e "Von dem Produzenten bis zum Konsumenten"; ed. 1939, "von der Produk[tion] bis zum
174 Cf. G. RAMSAY, An Essay etc., cit., p. 202.
175 Cf. J. C. L. S. DE SISMONDI, Nouveaux Principes etc., cit., libro V, capı́tulos 1-3
Grundrisse. Cuaderno VII
Produz[enten] ("de la producció n hasta el productor").- f Escudos.- g [El] nú mero de veces [que] se han
transferido [esos tá leros] en el mismo espacio de tiempo.- h No se ha verificado la cita (desde "el valor"... hasta
"de temps")
La falsa teorı́a de los precios encuentra su desarrollo má s formal en James Mill (citado
segú n la traducció n de J. T. Parisot, Parı́s; 1823, Eléments d'économie politique).
Los pasajes claves de Mill son:
750 "Valor del dinero = la proporció n en que se lo cambia por otros artı́culos, o a la cantidad
de dinero que se da a cambio de una cantidad determinada de otras cosas" (p. 128)176. Esta
proporció n está determinada por la cantidad total del dinero existente en un paı́s. Si
suponemos que de un lado está n todas las mercancı́as de un paı́s y del otro lado todo el
dinero, es evidente que, en el intercambio de las dos partes, el valor del dinero, o sea la
cantidad de mercancı́as que se intercambiara por é ste, dependerı́a enteramente de la
cantidad del dinero mismo (I.c.) 177. El caso es exactamente el mismo en el estado de cosas
real. La masa total de las mercancı́as de un paı́s no se intercambia de una vez por la masa
total del dinero, sino que las mercancı́as se intercambian en porciones, y a menudo en
porciones pequeñ ı́simas, y en diversas é pocas en el curso del añ o. La misma pieza
monetaria que hoy ha servido para este intercambio, puede servir mañ ana para otro. Se
empleará una parte del dinero en un gran nú mero de intercambios, otra en una cantidad
muy reducida y una tercera será atesorada y no prestará servicios en intercambio alguno.
Entre estas variaciones se dará una tasa media, basada en el nú mero de intercambios en
que se emplearı́a cada moneda si todas hubiesen operado una cantidad igual de
intercambios. Establezcamos esta tasa en un nú mero arbitrario, p. ej. 10. Si cada moneda
que se encuentra en el paı́s ha servido para 10 compras, es lo mismo que si el nú mero total
de las monedas se hubiera decuplicado y cada una hubiese servido só lo en una ú nica
compra. En este caso el valor de todas las mercancı́as serı́a igual a 10 veces el valor del
dinero, etc. (p. 129, 130) 178
751 Si, en vez de que cada moneda sirviera en el añ o para 10 compras, la masa total del dinero
se hubiera decuplicado, sirviendo ası́ cada moneda para un intercambio, es evidente que
cada aumento de esa masa causarı́a una reducció n proporcional en el valor de cada una de
tales piezas, considerada separadamente. Como se supone que la masa de todas las
mercancı́as por las que puede intercambiarse el dinero se mantiene incambiada, tenemos
que el valor de la masa total del dinero no se ha vuelto mayor —tras el aumento de su
cantidad— que antes. Si se supone que el aumento es de un dé cimo, el valor de cada una de
sus partes, p. ej. de una onza, se habrá reducido en un dé cimo (p. 130, 131) 179. "Cualquiera
que sea, pues, el grado de aumento o reducció n de la masa total de dinero, si la cantidad de
las demá s cosas permanece incambiada, esta masa total y cada una de sus partes
experimentará n respectivamente una reducció n o aumento proporcionales. Se echa de ver
que esta proposició n es absolutamente verdadera. Toda vez que el valor del dinero
experimenta un alza o una baja, siempre y cuando permanezcan invariables tanto la
cantidad de las mercancı́as por las cuales se puede cambiar aqué l, como el movimiento de la
circulació n, esa alteració n tiene que haber tenido como causa una reducció n o aumento a
del dinero, y no se puede atribuir a ninguna otra causa. Si se reduce la masa de las
mercancı́as, y se mantiene igual la cantidad de dinero, es lo mismo que si hubiera
aumentado el total del dinero, y viceversa. Toda alteració n en el movimiento de la
176 Cf. J. MILL, Eléments d'Economie Potingue cit., p. 128.
circulación tiene como resultado aná logas modificaciones. Todo aumento en el nú mero de
las compras produce el mismo efecto que un aumento total del dinero; una disminució n de
ese nú mero produce el efecto directamente opuesto" (p. 131, 132) 180. Si una porció n del
producto anual no se intercambia en absoluto, porque la consumen los productores o
porque no se intercambia por dinero, no ha de tenerse en cuenta esa porció n, parce que ce
qui ne s'é change pas contre de la monnaie, est dans le mé me é tat par rapport à la monnaie,
que s'il n'existait pas b (p. 131, 132) 181. Toda vez que el aumento o disminució n del dinero
pueden ocurrir libremente, el valor del metal regula esa cantidad... El oro y la plata, empero,
son mercancı́as, productos... Los costos de producción regulan el valor del oro y el de la plata,
ası́ como el de todos los demá s productos (p. 136-137 c) 182.
a "Verminderung oder Vermehrung"; ed. 1939, "Vermehrung oder Verminderung" ("aumento o reducció n").
Corregido segú n Mill.- b Porque lo que no se intercambia por dinero se halla en la misma condició n, con
respecto a estc ú ltimo, que si no existiera.- c "136-137"; ed. 1939, "136"
La insipidez de este razonamiento es palmaria.
1) Si se supone que la masa de las mercancı́as permanece inalterada y que otro tanto
ocurre con la velocidad de la circulació n, pero que se intercambia una masa mayor de oro o
plata por la misma masa de mercancı́as (sin que el valor, esto es, el cuanto de trabajo
contenido en el oro y la plata, se haya modificado), en realidad se supone exactly lo que se
querı́a demostrar, o sea que los precios de las mercancı́as está n determinados por la
cantidad del medio circulante, y no a la inversa.
752 2) Mill admite que las mercancı́as que no son lanzadas a la circulació n no existen para el
dinero. Es igualmente obvio que el dinero que no se pone en circulació n no existe para las
mercancı́as. Por consiguiente, no existe ninguna relació n fija entre el valor del dinero en
general y la masa del mismo que entra en circulació n. Decir que la masa que se encuentra
efectivamente en circulació n, dividida por el nú mero de sus rotaciones, es igual al valor del
dinero, es meramente un circunloquio tautoló gico para afirmar que el valor de la mercancı́a
expresado en dinero es su precio; porque el dinero que se encuentra en circulació n expresa
el valor de las mercancı́as que hace circular; de ahı́ que el valor de esas mercancı́as esté
determinado por la masa del dinero en circulació n.
3) La confusió n en la tesis de Mill se vuelve patente cuando sostiene que el valor del
dinero se reduce o aumenta con "toda alteration en el movimiento de la circulació n". Una
libra esterlina, circule en un dı́a 1 ó 10 veces, expresará en cada intercambio un equivalente
de la mercancı́a, se intercambiará por el mismo valor en mercancı́a. Su propio valor se
mantiene igual en cada intercambio y no es alterado pues, ni por la circulació n lenta ni por
la rá pida. Se modifica la masa de dinero circulante, pero no el valor de la mercancı́a ni el del
dinero. "Cuando se dice que una pieza de pañ o vale 5 libras, se afirma que su valor es el de
616.370 grains of standard gold. The reason assigned aboye may be paraphrased thus:
prices must fall because commodities are estimated as being worth so many ounces of gold;
and the amount of gold in this country is diminished »" a (Hubbard J. G., The Currency and
the Country, Londres, 1843, p. 44, 45 b).
4) Mill comienza por suponer, en la teorı́a, que la masa íntegra del dinero existente en un
paı́s se intercambia de una vez por la masa total de mercancı́as allı́ existentes. Dice entonces
que ası́ acontece en la realidad, y lo hace precisamente por la razó n fundamental de que en
la prá ctica sucede exactamente lo contrario y só lo se intercambian porciones de dinero por
porciones de mercancı́as, siendo las menos de las cancelaciones arranged by payment on
180 Cf. ibídem, pp. 131-132
the spot-time bargains c. Se sigue de esto que el volumen total de las transacciones o
compras efectuadas en un dı́a, es completamente independiente del dinero circulante en
ese dı́a, y que la masa monetaria que circula en un dı́a determinado no es la causa, sino el
efecto de un volumen de transacciones previas y por entero independientes de las
existencias de dinero disponibles en cada caso.
753 5) A la postre, Mill mismo concede que en la circulació n monetaria libre —y só lo de é sta
se trata— el valor del dinero se determina por sus costos de producción, es decir, según e!
propio Mili, por el tiempo de trabajo contenido en aquél.
Historias del dinero. En el folleto de Ricardo, Proposals for an Economical and Sccure
Currency with Observations on the Propts of the Bank of England, Londres, 1816, se
encuentra un pasaje donde su autor arroja por la borda toda su concepción. Se dice allí: "El
monto de los billetes en circulación depende... del monto que se requiere para la circulación
del país, y este monto se regula por el valor del patrón, por el importe de los pagos y por el
ordenamiento económico empleado para efectuarlos" (p. 8 a, I.c.).
Bajo Luis XIV, XV, XVI, había aún en Francia impòts en nature b, entre la población
campesina, como impuestos del gobierno (Augier) 183.
Precios y masa del medio circulante. El mero rise c del precio no basta para motivar
demand de additional currency d. Sólo ocurre esto último si aumentan a la vez la
producción y el consumo. P. ej., sube el precio del cereal pero decrece su oferta.. De este
modo, se puede enfrentar tal situación con el mismo cuanto de eurrency... Pero si el
aumento de los precios [[se produce]] a consecuencia de una mayor demanda, nuevos
mercados, un aumento en la scale of production e, en pocas palabras, [[ si se da]] un
aumento de los precios y de la general sun of transactions f, en tal caso required Ihe inter-
ventions of money to be muliiplied in number and enlarged inrugnitude g (Fullarton)184
Trade governs money, no el dinero al trade. The servant of trade.h tiene que seguir las
vuriations ten [[os precios) de las demás mercancías (D'Avenant)185,
(Bajo las leyes feudales los pocos artículos comprados en masse i por el pueblo habían
bajado tanto que ninguna pieza de oro o plata eran suficientemente pequeña como para
efectuar los pagos correspondientes al consumo diario del labourer j. . . Ciurent money k,
por lo tanto, al igual que en la Roma antigua sólo los inferior metals, copper, tin iron l
(Jacob.)186.
a "8"; en ed. 1939. "17, 18".- b Impuestos en especie.- c Aumento.- d Derrianda de circulante .- e Escala de la
magnitud la intervención de! dinero.- h Los negocios rigen al dinero, no el dinero a los negocios. El agente de
los negocios. . .- i Masivamente.- j Trabajador.- k La moneda común y corriente.- l Metales de escaso valor, cobre,
estarlo, hierro
Jacob estima que en este siglo 2/3 del oro y la plata en Europa [[se emplean]] en otros
objetos, utensils y ornaments, y no en coin 187. (En otro lugar calcula el metal precioso ası́
utilizado, para Europa y Amé rica, en 400 millones de £.) 188.
754 Precios y masa del medio circulante. Locke, Spectator (19 de octubre de 1711), Hume,
183 Cf. M. AUGIER, Du Crédit
185 Cf. CH. D'AVENANT, Disc the Trade of England etc., en un cuaderno sin nú mero, datado en Manchester, julio de
Montesquieu; su teorı́a se funda en tres tesis: 1) Los precios de las mercancı́as son
proporcionales a la cantidad de dinero en el paı́s; 2) la coin y current money a de un paı́s
son representantes de todo el trabajo y mercancı́as del mismo, de suerte que cuanto more
or less la representació n, tanto má s o menos quantity of the thing represented goes to the
same quantity of it; 3) increase commodities, they become cheaper; increase money, they
rise in their value b (Steuart) 189.
Tarjas (pequeñ as monedas de cobre o plata, counters c), por oposició n al money of
intrinsic worthd d (I.c.) 190
Efecto disgregante del dinero. El dinero es un medio para dividir en incontables
fragmentos la propiedad (edificios, otro capital) y consumirla parte a parte mediante el
intercambio (Bray) 191 . (De no existir el dinero, habrı́a una serie de objetos no
intercambiables, no enajenables.) "Cuando las things e inmuebles e immutable f quedaron
sujetas al comercio de los hombres al igual que las cosas muebles y hechas para el
intercambio, se generalizó el uso del dinero como regla y medida (square) mediante la cual
esas cosas recibı́an una evaluació n y un valor" (Free Trade, Londres, 1622) 192.
Monedas. Las tarjas de plata y cobre son representatives of fractional parts of the pound
sterling g . (Así se expresaba en una respuesta, poco ha, el Lord of the Treasury h.)
Valor de cambio. Dice F. Vidal (al igual que Lauderdale) (and in certain respects i Ricardo):
"La vé ritable valeur socia-le, c'est la valeur d'utilité ou de consommation; la valeur
é changeable ne fait que caracté riser la richesse relative de chacun des membres de la socié té
par rapport aux autres" j. (70, De la répartition des richesses etc., Parı́s 1846) 193 Por otra
parte, el valor de cambio expresa la forma social del valor, mientras que el valor de uso no
expresa ninguna forma econó mica del mismo, sino tan só lo el ser del producto, etc., para el
hombre en general.
a (La] moneda [y] el dinero circulante.- b Mayor o menor [la representació n, cantidad de la cosa
Cualquiera que sea el importante papel que desempeñ e el dinero en esta determinació n —
incluso en su forma inmediata—, el mismo se pone de manifiesto en é pocas de crisis,
cosechas insuficientes, etc.. en suma, cada vez que una nació n está obligada a saldar de
improviso las cuentas con la otra. En tales ocasiones el dinero, en su forma inmediata,
metá lica, se presenta como el ú nico medio de pago absoluto, esto es, como el ú nico
contravalor, el ú nico equivalente aceptable. Sigue entonces, por ende, un movimiento que
contradice de manera directa el de todas las demá s mercancı́as. Se transportan mercancı́as,
desde el paı́s en que son má s baratas, como medio de pago, etc., hacia el paı́s donde son má s
caras. El dinero, a la inversa, en todos los perı́odos en que su naturaleza especı́fica se pone
de relieve, o sea cuando, a diferencia de todas las demá s mercancı́as se le requiere como
valor que es para sı́, equivalente absoluto, forma general de la riqueza, bajo la forma
determinada de oro y plata —y tales momentos son siempre en mayor o menor medida
momentos de crisis, sea é sta general o [[ por ejemplo solamente]] crisis cerealera--, el oro y
la plata, [[decı́amos]] son trasladados desde el paı́s en que son má s caros —id est, donde
todos los precios de las mercancı́as han caı́do relativamente al má s bajo nivel— al paı́s en
que son má s baratos, es decir, donde los precios de las mercancı́as son relativamente má s
elevados. "It is a singular anomaly in the economy of the exchanges, and one particularly
deserving of remark, that. . . the course of transit (of gold between two nations equally
employing gold as a circulating medium) is always from the country, where for the moment
the metal is dearest, to the country where it is cheapest, a rise of the market price of the
metal to its highest limit in the honre market, and a fall of the premium in the foreign
market, being the certain results of the exchange" a (J. Fullarton: On the Regulation of
Currencies etc., 2 ed., Londres, 1845) 194.
756 Como por lo general el intercambio comienza donde cesan las entidades comunitarias, y
como el dinero —en cuanto medida, medio de cambio y equivalente general producido por
el intercambio mismo— adquiere su peso especı́fico no en el comercio interno, sino en el
que se efectú a entre entidades comunitarias y pueblos diversos, etc., fue ası́ tambié n, καr'
έξοχήν b como medio internacional de pago —para la liquidació n de las deudas
internacionales--, que el dinero en el siglo XVI, en el perı́odo de infancia de la sociedad
burguesa, atrajo el interé s exclusivo de los estados y de la economı́a polı́tica naciente. El
importante papel que el dinero (oro y plata) bajo esta tercera forma desempeñ a aú n en el
comercio internacional, se ha vuelto plenamente evidente, y a su vez ha sido reconocido por
los economistas, a partir de la sucesió n regular de crisis monetarias en 1825, 1839, 1847 y
1857.
a "Una singular anomalı́a en la economı́a de los intercambios, anomalı́a particularmente merecedora de ser
señ alada, consiste en que... la corriente del trá nsito [[del oro entre dos naciones que lo emplean por igual
como medio de circulació n]] se da siempre desde el paı́s en que por el momento el metal es más caro, hacia el
paı́s en que es más barato; un aumento en el precio comercial del metal, hasta su má s alto nivel, en el mercado
interno y una caı́da de la diferencia en el mercado exterior, constituyen los resultados seguros de esa
tendencia a la evasió n de oro consecutiva a una depresió n del intercambio."- b Por excelencia
Los economistas salen del paso diciendo que en este caso no se requiere el dinero como
medio de circulació n, sino como capital. De acuerdo. Solo que no hay que olvidar que se
requiere capital bajo la forma determinada de oro y plata, y no bajo la de cualquier otra
mercancı́a. El oro y la plata se presentan en el papel de medio de pago internacional
absoluto porque son el dinero como valor que es para _sı́ mismo, como equivalente
autó nomo. "This, in fact, is not a question of currency, but of capital." a (Antes bien, é sta es a
question of money, not of currency, and of capital neither, because not capital, which is
194 Cf. op. cit., pp. 119-120.
Karl Marx
indifferent against the special form in which it exists, but value in the specific form of
money is requested.) “. . .All those various causes which, in the existing condition of
monetary affairs, are capable. of directing the stream of bullion from one country to
another" (esto es, giving origin to a drain of bullion), "resolve themselves under a single
head, namely the state of the balance of foreign payments, and the continually recurring
necessity of transferring capital" (but notabene! capital in the form of money) "from one
country to another to discharge it. Por ejemplo failure of crops. . . Whether that capital is
transmitted in merchandise or in specie, is a point which in no way affects the nature of the
transaction" (affects it very materially!). War-expenditure b , ademá S. (En nada nos
concierne aquı́ el case of transmission of capital in order to place it out to greater advantage
at interest c; tampoco el del for a surplus quantity of foreign goods imported d , que cita el
señ or Fullarton, aunque este case ciertamente tiene cabida aquı́ cuando tal surplus
importation e coincide con crisis.) (Fullarton, 1.c., 130, 131.)
a "En realidad, esto no tiene que ver con los medios de circulación, sino con el capita"- b ... una cuestió n de
dinero, no de medios de circulació n, ni tampoco de capital, pues lo que se exige no es capital —el cual es
indiferente con respecto a la forma bajo la cual existe— sino valor bajo la forma especı́fica de dinero). "En su
totalidad, las diversas causas que, en la situació n actual de los asuntos monetarios, está n en condiciones... de
orientar la corriente de metal precioso de un paı́s hacia otro" ([esto es,] originar una evasión de metal
precioso) "se resumen en una sola, a saber el estado de la balanza de pagos con el exterior y la necesidad
continuamente recurrente de transferir capital" [pero, ¡atenció n! , capital bajo la forma de dinero] "de un paı́s
a otro para saldarla. [Por ejemplo], cosechas malogradas... Que se transfiera ese capital en mercancías o en
metálico es una circunstancia que en nada influye en la ı́ndole de la transacció n" [ ¡influye en ella, y muy
sustancialmente! ]. Gastos de guerra...- c [El] caso de transferencias de capital con vistas a colocarlo a un interé s
má s ventajoso.- d [El caso del] correspondiente a una cantidad extra de artı́culos extranjeros importados.- e
Sobreimportació n
757 "Gold is preferred for this transmission of capital" (pero en los casos of violent drains of
bullion la preferment nada tiene que hacer) "only in those cases where it is likely to effect
the payment more conveniently, promptly, or profitably, than any other description of stock
or c.apital a."195
(El señ or Fullarton, equivocadamente, se ocupa de la transmission de gold b o de otra
forma de capital como si estuvié ramos ante un problema de preferencias, mientras que
precisamente se trata de cases when gold must be transmitted in the international trade, al
igual que luego en el [[comercio]] interno bilis must be acquitted in the legal money, and
not in any substitute.) "Gold and silver... can always be conveyed to the spot where it is
wanted with precision and celerity, and may be counted upon to realise on its arrival nearly
the exact sum required to be provided, rather than incur the hasard of sending it in tea,
coffee, sugar, or indigo. Gold and silver possess an infinite advantage over all other
descriptions of merchandise for such occasions, from the circumstance of their being
universally in use as money. It is not in tea, coffee, sugar, or indigo, that debts, whether
foreign or domestic, are usually contracted to be paid, but in coin; and a remittance,
therefore, either in the identical coin designated, or in bullion which can be promptly
turned into that coin through the Mint or Market of the country to which it is sent, must
always afford to the remitter the most certain, immediate, and accurate means of effecting
this object, without risk of disappointment from the failure of demand or fluctuation of
price" c (132, 133).
a "Se prefiere el oro para esta transferencia de capital" ([pero en los casos] de evasiones masivas del metal
precioso [La] preferencia [nada tiene que hacer]) "só lo en los casos en que es probable efectuar el pago má s
conveniente, pronta o lucrativamente, que con cualquier otro tipo de acervo o de capital."- b Transferencia [de]
oro.- c (... Casos en los que debe transferirse oro en el comercio internacional, [al igual que luego en el comercio
interno)] hay que saldar las facturas en dinero legal, y no en un sustituto cualquiera. "Siempre se puede
195 Cf. ibídem, p. 132.
Grundrisse. Cuaderno VII
transportar el oro y la plata... con precisió n y celeridad, al lugar donde se les necesite, y se puede contar con
que a su arribo realizará n casi exactamente la suma que es menester abonar, en vez de correr los riesgos de
enviarla bajo la forma de té , café , azú car o ı́ndigo. El oro y la plata gozan de una ventaja infinitamente grande
con respecto a todos los demás tipos de mercancía, en tales ocasiones, debido al hecho de que universalmente se
les usa como dinero. Por regla general, nadie se obliga contractualmente a pagar las deudas, sean
internacionales o nacionales, en té , café , azú car o ı́ndigo, sino en moneda contante; y por ende una remesa, ora
en la misma moneda convenida, ora en metal precioso que puede rá pidamente convertirse en esa moneda
mediante la casa de la moneda o el mercado del paı́s de destino, ofrecerá siempre al remitente el medio má s
seguro, inmediato y preciso de alcanzar ese fin, sin riesgo de contratiempos derivados de que no haya
demanda o que fluctú e el precio"
Fullarton, pues, aduce precisamente la cualidad que el dinero tiene d'é tre money a,
mercancı́a general de los contratos, patró n medida de los valores y con la posibilidad, a la
vez, de transformarse ad libitum b en medio de circulació n. Los ingleses tienen la buena
expresió n currency para el dinero en cuanto medio de circulació n (currency no corresponde
a moneda, coin, porque é sta a su vez es el medio de circulació n en una particularidad) y
money para el dinero en la tercera cualidad. Pero como no han analizado
particularizadamente esta ú ltima, interpretan a este money como capital, aunque a su vez,
luego, se ven obligados de hecho a distinguirlo en cuanto forma determinada del capital, del
capital en general.
"Ricardo appears to have entertained very peculiar and extreme opinions, as to the
limited extent of the offices performed by gold and silver in the adjustment of foreign
balances. Mr. Ricardo had passed his life amid the controversies which grew out of -the
Restriction Act, and had accustomed himself so long to consider all the great fluctuations of
exchange and of the price of gold as the result of the excessive issues of the Bank of England,
that at one time he seemed scarcely willing to allow, that such a thing could exist as an
adverse balance of commercial payments...
758 And so slight an account did he set on the functions performed by gold in such
adjustments, as to have even anticipated, that drains for exportation would cease altogether
so soon as cash payments should be resumed, and the currency restored to the metallic
level c... (See d Ricardo's Evidente before the Lord's Committee of 1819 on the Bank of
England, p. 186.)
a De ser dinero.- b A voluntad.- c "Ricardo parece haber sostenido opiniones peculiarı́simas y extremas en
cuanto a la escasa magnitud de los servicios que, en la nivelació n de las balanzas exteriores, prestan el oro y la
plata. La vida del Sr. Ricardo transcurrió en medio de las controversias suscitadas por la Ley de Restricció n, y
se acostumbró , durante tanto tiempo, a considerar que todas las grandes fluctuaciones del intercambio y del
precio del oro eran el resultado de las excesivas emisiones del Banco de Inglaterra, que en determinado
momento parecı́a muy poco dispuesto a admitir que existiera algo ası́ como una balanza negativa de pagos
comerciales... Y tan poco cré dito otorgaba a las funciones desempeñ adas por el oro en tales ajustes, que llegó a
prever, para cuando se restablecieran la convertibilidad de los billetes y el circulante volviera a estar a nivel
del metá lico, el cese total de la evasión de oro por exportaciones. .."- d Vé ase
Pero desde 1800, cuando el papel moneda desplazó totalmente al oro en Inglaterra, our
merchante did really not want it; for, owing to the unsettled state of continental Europe, and
the increased consumption there of imported manufactures, in consequence of the
interruption given to industry and to all domestic improvement by the incessant movement
of invading armies, together with the complete monopoly of the colonial trade which
England had obtained through her naval superiority, the export of commodities from Great
Britain to the Continent continued greatly to exceed her imports from thence, so long as the
intercourse remained open; and, after that intercourse was interrupted by the Berlin and
Milan de-crees, the transactions of trade becarne much too insignificant to affect exchanges
in one way or the other. It was the foreign military expenditure and the subsidies, and not
the necessities of commerce, that contributed in so extraordinary a manner to derange the
exchanges and enhance the price of bullion in the latter years of the war. The distinguished
Karl Marx
bastante para presenciar las evasiones de metá lico de 1825 y 1839, sin duda habrı́a encontrado buenos
motivos para modificar sus opiniones".- e "133-136"; en el ms., "133-135".-
Price is the money value of commodities f (Hubbard) 196.
f El precio es el valor monetario de las mercancı́as
Money has the quality of being always exchangeable for what it measures, and the
quantity required for the purposes of exchange must vary, of course, according to the
quantity of property to be exchanged a (100. J. W. Bosanquet, Metallic, Paper, and Credit
Currency etc., Londres, 1842) 197 "I am ready to admit that gold is a commodity in such
general demand that it may always command a market, that it can always buy [all] other
commodities; whereas, other commodities cannot always buy gold. The markets of the
world are open to it as merchandise at less sacrifice upon an emergency, than would attend
an export of any other article, which might in quantity or kind be beyond the usual demand
in the country to which is sent" b (Th. Tooke, An Enquiry into the Currency Principie etc., 2
ed., Londres, 1844, p. 10) 198.
759 "There must be a very considerable amount of the precious metals applicable and applied
as the most convenient mode of adjustment of international balances, being a commodity
more generally in demand, and less hable to fluctuations in market value than any other" c
(p. 12) d.
(Causas, segú n Fullarton, de que el precio del metal en lingotes supere al mint price e:
"Coin debased by wear to the extent of 3 or 4% below its standard weight;... penal laws
which prohibited the melting and exportation of the coin, while the traffic in the metal of
which that coin was composed remained perfectly free f. Estas causas, con todo, operan
solamente si se da un curso cambiarlo desfavorable...
a El dinero tiene la cualidad de que siempre es intercambiable por aquello que mide, y la cantidad
requerida con vistas al intercambio tiene que variar desde luego, con arreglo a la cantidad de propiedad que
ha de intercambiarse.- b "Estoy dispuesto a admitir que el oro es una mercancı́a de demanda tan general que
siempre puede tener un mercado, que siempre puede comprar [todas] las demá s mercancı́as,, mientras que
las otras mercancı́as no siempre pueden comprar oro. Los mercados mundiales está n abiertos al oro como
mercancı́a menos expuesta a liquidarse con pé rdidas, en caso de emergencia, que lo que estarı́a cualquier otro
artı́culo, al exportá rselo, el cual puede estar cuantitativa o cualitativamentc má s allá de la demanda habitual
196 Cf. J. G. HUBBARD, The Currency and the Country etc., cit., p. 33.
en el paı́s destinatario."- c "Debe existir un volumen muy considerable de metales preciosos utilizables y
utilizados como el medio má s adecuado para equilibrar las balanzas internacionales, por ser una mercancı́a de
demanda má s sostenida y menos sujeta a fluctuaciones, en el valor de mercado, que cualquier otra.- d "12"; en
ed. 1939, "12, 13".- e Precio del metal acuñ ado.- f La moneda envilecida por el desgaste hasta 3 ó 4% por
debajo de su peso de ley;... las leyes penales que prohibı́an fundir y exportar moneda, mientras que era
perfectamente libre el trá fico con el metal del cual se componı́an las monedas.-
Pero de 1816 a 1821 [the market price of gold-bullion] g estuvo siempre por encima del
Bank price of builion a, cuando el exchange b favorecı́a a Inglaterra; cuando el exchange era
desfavorable, nunca subió - má s que to such a rate as would indemnify the melters of the
coin for its degradation by wear and for the penal consequences of melting it, but rose no
higher" c (Fullarton, ver su libro, p. 8, 9)199. "From 1819 to the present time, amid all the
vicissitudes which the money has undergone during that eventful period, the market-price
of gold has on no occasion visen above 78 sh. per oz., nor fallen below 77 sh. 6 d., an
extreme range of only 6 [d] in the ounce. Nor would even that extent of fluctuation be now
possible; for it was solely owing to the renewed deterioration of the coin, that even so trivial
a rise occured as 1 1/2 d. in the ounce, or about 1/6% above the mint-price; and the fati to 77
sh. 6 d. is entirely accounted for by the circumstance of the Bank havirig at orie time
thought proper to establish that rate as the limit for its purchases. Thoses circumstances,
however, exist no loriger. For many years the Bank has been in the practice of allowing 77
sh. 9 d. for all the gold brought to it for coinage" (id est, el banco se embolsa 1 1/2 penique
por derechos de acuñ ació n, que la casa de moneda le proporciona gratuitamente); "and as
soon as the recoinage of sovereigns now in progress shall be completed, there will be an
effectual bar, until the coin shall again become deteriorated, to any future fltictuation of the
price of goid bullion in our market beyond the small fractional difference between 77 sh. 9
d. allowed by the Bank, and the mira price of 77 sh. 10 1/2 d." d (l.c., p. 9, 10).
g "[The market price of gold-bullion]" ("[el precio de mercado del oro en lingotes]"); cd. 1939, "Ider
Marktpreis des Geldesj" ("[el precio de mercado del dinero]"). Corregido segú n Fullarton
a Precio bancario del metal precioso en lingotes.- b Cambio.- c Hasta un precio que compensarı́a, a quienes
fundieran la moneda, por el envilecimiento de é sta debido al desgaste, ası́ como por las consecuencias penales
de fundirla, pero no subió má s de esto.- d "Desde 1819 hasta el presente, en medio de todas las vicisitudes
experimentadas por la moneda durante ese perı́odo, tan lleno de acontecimientos, el precio de mercado del
oro en ningú n momento pasó de los 78 chelines por onza ni bajó por debajo de los 77 chelines 6 peniques, una
oscilació n má xima de 6 [peniques] por onza. Hoy dı́a no serı́a posible ni siquiera ese margen de fluctuació n,
puesto que es só lo a causa del repetido deterioro de la moneda que se ha producido un aumento tan
insignificante como el de 11/2 penique por onza, o sea aproximadamente 1/6% sobre el precio del metal
amonedado; y la baja a 77 chelines 6 peniques es atribuible exclusivamente al hecho de que el banco
consideró acertado, en cierta ocasió n, fijar ese precio como lı́mite para sus ventas. Esas circunstancias, sin
embargo, ya no existen. Durante muchos añ os el banco se ajustó a la prá ctica de abonar 77 chelines 9
peniques por todo el oro que se le traı́a para acuñ ar' (...), "y tan pronto haya concluido la reacuñ ació n de
sovereigns, actualmente en curso, en nuestro' mercado se habrá levantado una valla efectiva —hasta que la
moneda se deteriore nuevamente— contra cualquier fluctuació n futura del precio del oro en lingotes, má s allá
de la pequeñ a diferencia fracciona! entre los 77 chelines 9 peniques abonados pOr el banco y el precio del
metal amonedado, o sea 77 chelines 10 1/2 peniques."
Contradicción entre el dinero como measure a y equivalente, por un lado, y [[por otro]]
como medio de circulación. En el ú ltimo, abrasió n, loss of metallic weight b. Garnier ya
observó que "si se estimara que un é cu c algo desgastado vale algo menos que otro flamante,
la circulació n se verı́a obstaculizada de continuo y cada pago darı́a lugar a disputas" 200
760 (En el reino mineral, por supuesto, se busca y escoge la sustancia destinada a la
acumulació n.)
"It being obvious that the coinage, in the very nature of things, must be for ever, unit by
199 Cf. J. FULLARTON, On the Regulation etc., II ed., pp. 7-9.
unit, falling under depreciation by the mere action of ordinary and unavoidable abrasion (to
say nothing of the inducement which every d restoration of the coinage holds out to the
whole legion of « players and « sweaters »), it is a physical impossibility at any time, even
for a single day, utterly to exterminate light coins from circulation" e (The Currency Theorv
Reviewed etc. By a Banker in England. Edimburgo, 1845) 201 Esto —escrito en diciembre de
1844— commenting upon the operation of the then recent prockamations respecting the
light gold in circulation f en una carta al Times. (De modo que [[surge esta]] dificultad: si se
rechaza el dinero liviano, todo standard se vuelve incierto. Si se le acepta, se abre de par en
par las puertas a la fullerı́a y el resultado es el mismo.) Se afirma allı́ g con respecto a las
proclamations h citadas: "Su effect.. . has virtually been to denounce the whole of the current
goid coin as an unsafe and illegal medium for monetary transactions" i (p. 68, 69, 1.c.).
a Medida.- b Pé rdida de peso del metal.- c Escudo.- d "Every"; ed. 1939 "a very" ("una verdadera").- e "Siendo
obvio que las monedas, por la misma naturaleza de las cosas, deban siempre' depreciarse, pieza a pieza, a
causa del simple efecto normal e inevitable de la abrasió n (para no decir nada del aliciente que toda
restauració n de la moneda significa para la legió n entera de «manipuladores» y «timadores» de piezas de oro),
es fı́sicamente imposible eliminar totalmente de la circulació n en sin momento dado, ni siquiera por un solo
dı́a, las Monedas desgastadas."- f Comentando las consecuencias de las denuncias, entonces recientes, relativas
al oro liviano en circulació n.- g "Darin"; ms., "darum" ("por ello").- h Protestas, denuncias.- i "[[Sul efecto...
virtualmente ha sido el de proclamar que la totalidad de las ffioriedas de' oro Corrientes constituyen un medio
inseguro e ilegal para las transacciones monetarias"
"Conforme a la ley inglesa, cuando un sovereign de oro ha perdido má s de 0,774 grains a
de peso, ya no se le debe considerar como current b. No existe una ley similar para las
monedas de plata" (54, Wm. H. Morrison. Observations on the System of Metallic Currency
Adopted in this Country, Londres, 1837).
Los de la currency c afirman that the value of a currency depends on its quantity d
(Fullarton, p. 13) 202. Si el value de la currency está dado, y lo está n por la otra parte los
precios y el volumen de las transacciones (ası́ como la velocidad de la circulació n), of course
só lo puede circular una cantidad determinada. Dados los precios y el volumen de las
transacciones, y tambié n la velocidad de la circulació n, esa cantidad depende
exclusivamente del valor de la currency. Dados este valor y la velocidad de la circulació n,
aqué lla depende exclusivamente de los precios del volumen de las transacciones. La
cantidad se encuentra determinada de esta manera. Por consiguiente, si circula dinero
representativo —meros signos del valor—, la cantidad que pueda circular del mismo
depende del standard e que esos signos representen. De esto se ha concluido,
equivocadamente, que la mera cantidad determina su valor. Por ejemplo, de los billetes que
representan libras, no puede circular la misma cantidad que de aquellos que representan
chelines.
a Granos.- b Circulante, aceptable.- C "Currencyleute" (literalmente: "gente de la currency" o "partidarios. de
la currency"); esto es, los defensores del "currency principie" o "currency theory".- d Que el valor de un medio
circulante depende de su cantidad.- e Patró n
761 El capital que rinde beneficios es el capital real, el valor puesto a la vez como valor que se
reproduce y se multiplica, como presupuesto que se mantiene igual a sı́ mismo, distinto de
sı́ mismo en cuanto plusvalı́a puesta por é l mismo. El capital que rinde interé s es a su vez la
forma puramente abstracta del que produce beneficio.
Al estar puesto el capital como capital que rinde beneficio, correspondiente a su valor
(una vez presupuesto determinado nivel de la fuerza productiva), la mercancı́a —o é sta
puesta en su forma como dinero (en la forma correspondiente a la misma como valor
201 Cf. The Currency Theory reviewed etc. cit., pp. 69-70. Extractos de esta obra anó nima se encuentran en el
y se intercambiaria por bienes conforme a ese valor, y no, simplemente, segú n la existencia de moneda en el
momento.dado, y suponen, con el doctor Smith, que las exportaciones de metal precioso se efectú an
completamente al margen de la situació n del circulante, para equilibrar la balanza de la deuda internacional y
pagar por mercancı́as tales como el trigo -por las cuales existe una sú bita demanda-, y que ese metá lico se
toma de un fondo que no forma parte de la circulació n interna, ni influye sobre los precios, sino que se reserva
para tales fines... La dificultad finca en explicar de qué manera el metal precioso que afirman que es
mantenido aparte con ese fin y no ejerce influencia sobre los precios, puede escapar a las leyes de la oferta y la
demanda y, aunque existe bajo la forma de dinero que está fuera de uso y -segú n se sabe- destinado a la
203 Cf. The Economist, vol. XVI, n0 768, May 15, 1858, p. 537, comentario del libro de J. MACLAREN, A Sketch of the
realizació n de compras, no se aplica para ese propó sito ni afecta los precios por la posibilidad de que se le
aplique, La contestació n a esto es que la reserva de metal precioso en cuestió n representa pluscapital, no plus-
ré ditos, y por consiguiente no es utilizable para acrecentar meramente la demanda de mercancı́as, salvo que
sea a condició n de aumentar tambié n la oferta. El capital en procura de utilizació n no es una simple adició n a
la capacidad de demanda que tiene la comunidad. No se puede disolver en el medio circulante. Si bien tiende a
aumentar los precios por medio de la demanda, tiende a hacerlos caer a travé s de una oferta correspondiente.
El dinero, en cuanto tı́tulo de capital, no es una mera capacidad de compra: compra solamente para vender, y
en fin de cuentas va al exterior, a cambio de mercancı́as extranjeras, antes que gastarse como mero agregado
al circulante dentro del paı́s. El dinero en cuanto tı́tulo de capital nunca se presenta en el mercado para
confrontarse a las mercancı́as, ya que su finalidad es reproducirlas; só lo el dinero que representa consumo
puede, en ú ltimo té rmino, influir sobre los precios"
"Mr. Ricardo maintained that prices depend on the relative amount of circulating medium
and of commodities respectively, that prices rise only through a depreciation of the
currency, that is, from a too great abundance of it in proportion to commodities, that they
fall either from a reduction in the amount of the currency, or from a relative increase in the
stock of general commodities which it circulates. All the bullion and gold coin in the country
is, according to Mr. Ricardo, to be reckoned currency, and if this increases without a
corresponding increase in commodities, the eurrency is depreciated, and it -becomes
profitable to export bullion rather than commodities, On the other hand, if a bad harvest or
any other calamity cause a great destruction of commodities, without any corresponding
change in the amount of the circulation, the currency, whose amount was proportioned to
the estimated rather than to the suddenly reduced market of commodities, again becomes
redundant or depreciated », and must be diminished by exportation before its value can be
restored. According to this vı́ew of the circulation, which is at the root of Lord Overstone's
theory, the supply of circulating medium or currency is always capable of being indefinitely
increased in amount, and diminishes in value according to that increase; and can be
restored to ı́ts proper value only by exportation of the superabundant portı́on. Any issue,
therefore, of paper money which might supply the gap caused by the exportation of the
bullion, and so prevent the natural» fail of prices otherwise certain to ensue, is held by Mr.
Ricardo's school to be an interference wı́th the economical laws of price, and a departure
from the principies which would necessarily regulate a purely metallic currency"a (1.c,).
a El Sr. Ricardo sostuvo que los precios dependen del monto relativo del medio circulante y de las
mercancı́as, respectivamente; que los precios só lo aumentan en virtud de una depreciació n del circulante, es
decir, debido a una excesiva abundancia del mismo en proporció n a las mercancı́as; que bajan a causa de una
reducció n en el monto del circulante o por un incremento relativo en las existencias de mercancı́as generales
que aqué l hace circular. Segú n el Sr. Ricardo, todo el metal precioso en lingotes y todas las monedas de oro
existentes en el paı́s, deben contarse dentro del circulante y si é ste aumenta sin un incremento
correspondiente en las mercancı́as, el circulante se deprecia y resulta má s lucrativo exportar metal precioso
en lingotes que mercancı́as. A su vez, si una mala cosecha o cualquier otra calamidad ocasiona una gran
destrucció n de mercancı́as sin ningú n cambio correlativo en el monto de la circulació n, el circulante cuyo
monto guardaba proporció n con el mercado de mercancı́as previamente estimado, má s que con el mercado
sú bitamente reducido, de nuevo se torna superfluo o depreciado », y que hay que reducirlo, mediante la
exportació n, antes de que pueda restaurarse su valor. Conforme a estas nociones acerca de la circulació n, que
está n en la base de la teorı́a de lord Overstone, la oferta de medio circulante tiene una capacidad permanente
de que su monto sea aumentado indefinidamente, y disminuye en valor con arreglo a ese aumento, y só lo se le
puede restablecer en su propio valor mediante la exportació n de la parte sobrante. Por consiguiente, la
escuela del Sr. Ricardo considera que cualquier emisió n de papel moneda capaz de colmar el vacı́o dejado por
la exportació n del metal precioso -y evitar ası́ la baja "natural" de los precios que de otro modo ocurrirı́a con
certeza- es una intrerferencia con las leyes econó micas del precio y un aprtamiento con respecto a los
principios que necesariamente deberı́an regular un medio de circulació n puramente metá lico”
763
Grundrisse. Cuaderno VII
1) VALOR
Retomar esta secció n.
La primera categorı́a bajo la cual se presenta la riqueza burguesa es la de la mercancía. La
mercancı́a misma aparece como unidad de dos determinaciones. Es valor de uso, esto es,
objeto de la satisfacció n para un sistema cualquiera de necesidades humanas. Es é ste su
aspecto material, que puede ser comú n a las é pocas de producció n má s dispares y cuyo
aná lisis por ende se sitú a allende la economı́a polı́tica. El valor de uso cae en la esfera de
é sta cuando las modernas relaciones de producció n lo modifican o, a su turno, interviene en
ellas modificá ndolas. Lo que se suele decir gené ricamente y por compromiso acerca de
aqué l se reduce a lugares comunes, que tuvieron un valor histó rico en los primeros pasos de
la ciencia, cuando aú n se extraı́an laboriosamente de la materia las formas sociales de la
producció n burguesa y se las fijaba con grandes esfuerzos como objetos autó nomos de
aná lisis. Pero de hecho el valor de uso de la mercancı́a es un supuesto dado: la base material
con respecto a la cual se presenta determinada relació n econó mica. No es sino esta
relació n determinada lo que pone en el valor de uso la impronta de mercancı́a. El trigo, p.
ej., posee el mismo valor de uso si lo cultivan esclavos, siervos o trabajadores libres. No
perderı́a su valor de uso si lloviera de los cielos como el maná . Ahora bien, ¿có mo el valor de
uso se transforma en 'mercancı́a? Portador del valor de cambio. Aunque está n unidos de
manera inmediata en la mercancı́a, el valor de uso y el valor de cambio divergen, asimismo,
de manera inmediata entre sı́ El valor de cambio no só lo no se presenta determinado por el
valor de uso, sino que má s bien la mercancı́a tan só lo se vuelve mercancı́a, tan só lo se
realiza como valor de cambio, en la medida en que su poseedor deja de comportarse frente
a ella como frente a un valor de uso. Es só lo por medio de su enajenació n, de su intercambio
por otras mercancı́as, que ese poseedor se apropia de valores de uso. La apropiació n por
medio de la enajenació n, es la forma bá sica del sistema social de la producció n cuya
expresió n má s simple, má s bastracta, es el valor de cambio. El valor de uso de la mercancı́a
está presupuesto, pero no para su propietario, sino para la sociedad en general. (Ası́ como
una familia obrera de Manchester en la cual los hijos mantienen una relació n de
intercambio con sus padres y les pagan la alimentaciçon y el alojamiento, no representa la
organizació n econó mica tradicional de la familia, el sistema de intercambio privado
moderno en absoluto representa la economı́a natural de las sociedades. El intercambio no
comienza entre los individuos agrupados en una entidad comunitaria, sino allı́ donde las
entidades comunitarias dejan de existir: en sus lı́mites, en el punto de contacto entre
diversas comunidades.
764 Recientemente se ha redescubierto la propiedad comunal como si fuera una curiosidad
especı́ficamente esclava. Pero en realidad la India nos ofrece un muestrario de la s formas
má s variadas de tales entidades comunitarias econó micas, má s o menos disueltas, pero aú n
perfectgamente reconocibles, y un investigació n histó cuica má s concienzuda las
reencuentra como punto de partida de todos los pueblos civilizados. El sistema de
producció n fundado en el intercambio privado constituye, en primer té rmino, la disolució n
histó rica de este comunismo natural. No obstante, toda una serie de sistemas econó micos
se alza entre el mundo moderno,en el cual el valor d cambio domina la producció n en toda
su profundidad y amplitud, y las formaciones sociales cuya base, precisamente, estaba
formada ya por la propieda comunal en disolució n, sin que [. . . ] a
a Aquí se interrumpe el munuscrito de los Grundrisse.
Karl Marx
Los extractos relativos a la teoría ricardiana del dinero se encuentran en las últimas
páginas de un cuaderno de apuntes en cuya portada anotó Marx:
Cuaderno IV. Londres. Noviembre de 1850. Diciembre de 1850.
Este cuaderno es el cuarto de una serie de 24, consecutivamente numerados con cifras
romanas. Los mismos contienen extractos que versan sobre los temas siguientes: mercancía,
dinero, capital, trabajo asalariado, propiedad de la tierra, comercio internacional, historia de
la tecnología y de los inventos, crédito, problemas demográficos, historia económica de los
estados, historia de las costumbres, literatura, mercado mundial, sistema colonial, etc. Marx
efectuó esta serie de extractos entre setiembre de 1850 y agosto de 1853, vale decir, entre la
última aparición de la Politischö konomische Revue de la Neue Rheinische Zeitung y el
comienzo de la guerra de Crimea, a cuyos antecedentes dedicó Marx un conjunto de extractos
contenidos en otros cuatro cuadernos (de setiembre de 1853 a principios de mayo de 1854).
* Para evitar una superposició n de cifras, manteniendo no obstante aquella que pueda resultar de mayor
utilidad para el lector, hemos optado por conservar en los presentes materiales accesorios solamente la
paginació n del original alemá n de los Grundrisse. Para ubicar en cada caso la pá gina correspondiente del texto
en españ ol, bastará fijarse simplemente en la numeració n entre corchetes que está al margen de la pá gina, y
que corresponde al comienzo de pá gina de la edició n alemana de Dietz. Los nú meros romanos y ará bigos
encerrados entre paré ntesis, indican respectivamente el nú mero del cuaderno de apunte y de la pá gina del
manuscrito de Marx. Los nú meros entre corchetes se refieren siempre al original alemá n.
[Del cuaderno de extractos IV]
Ricardo. (D.)
769
resú menes de otros pá rrafos y observaciones y comentarios en bastardilla. No obstante, en sus traducciones
entrecomilladas Marx a veces se aparta del texto original en aspectos menores. Ante todo, agrega muchos
subrayados: en nuestra edició n se podrá distinguirlos en tanto señ alamos cuá les subrayados son de Ricardo;
ademá s, a menudo Marx omite indicar con puntos suspensivos la eliminació n de partes del texto dentro de un
pá rrafo: nosotros hemos agregado los puntos suspensivos dentro de corchetes dobles; finalmente hay
modificaciones en la puntuació n o cambios menores en la construcció n, que no hemos indicado, mientras que
Karl Marx
sı́ hemos señ alado omisiones o agregados de palabras no meramente conjuntivas o reiterativas, aunque
marcando la correcció n só lo en castellano sin reproducir los textos alemá n e inglé s original. Vale la pena hacer
notar que los resú menes no entrecomillados incluyen muchas veces traducciones casi textuales de la obra de
Ricardo: no obstante en esas partes del texto no hemos señ alado las diferencias con el original inglé s dado que
la omisió n de las comillas elimina la presunció n de reproducció n exacta.- b "Valor del" palabras agregadas por
Marx.- c Variaciones.- d "Medio"; en Ricardo "medio general"
2) Efectos diferentes producidos por la alteración en el valor a del dinero.
Cuando el salario sube a causa de la caı́da en el valor del dinero, sube al propio tiempo el
valor de todas las demá s mercancı́as; de manera que no se da variació n alguna en la
relació n entre el trabajo y las mercancı́as, sino en su relació n comú n con el dinero (p. 47).
Dejando de lado los motivos permanentes indicados, el valor del dinero se modifica
constantemente, a causa de la diferente distribució n del dinero en los diversos paı́ses, en
proporciones que varı́an de manera constante con cada perfeccionamiento en la maquinaria
y el comercio y con todo aumento de las dificultades en la producció n de food b y de los
medios de subsistencia imprescindibles (p. [[47]] 48).
770 La variación en el valor del dinero, por grande que sea, no suscita cambio alguno en la
tasa c de los beneficios; si las mercancı́as del fabricante aumentan de 1.000 a 2.000 libras, o
sea en 100%, aumentará en la misma proporció n su capital, o sea tambié n en 100%, cuando
las variations of moneys d hayan ejercido tal efecto sobre su producto. La tasa del beneficio
se mantiene incambiada, y é l no puede disponer de má s producto laboral que antes (p. 51).
a "Wert”; en el ms. "im Preis" (en el precio).- b Alimentos.- cSubrayado de Ricardo.- d Fluctuaciones del
dinero.-
3) Dinero de oro y de plata y foreign trade e.
e Comercio exterior.
α) Cada país se apropia de oro y plata en proporción a su trade.
β) Diversas causas que hacen variar el valor del oro y la plata en los diferentes países:
γ) El curso cambiario
"Por habé rseles elegido como medio general de circulació n, el oro y la plata está n
distribuidos en virtud de la competencia comercial entre los diversos paı́ses del mundo
como si se acomodaran al comercio natural que habrı́a tenido lugar si tales metales no
existieran, y si el comercio entre los paı́ses consistiera puramente en un comercio de
trueque. Por ejemplo, las telas inglesas só lo se exportan a Portugal si allı́ se venden por má s
oro que aquı́; otro tanto ocurre, a la inversa, con el vino que llega a Inglaterra procedente de
Portugal. Si se efectuara puramente un comercio de trueque, el mismo só lo podrá persistir
mientras Inglaterra pudiera fabricar tela tan barato como para obtener, con un trabajo dado,
mayor cantidad de vino por medio de la manufactura de telas que por la viticultura. Si
Inglaterra descubriera un procedimiento para hacer vino, gracias al cual le conviniera
producirlo en vez de importarlo, retirarı́a del comercio exterior una parte de su capital para
volcarlo al interior; cesarı́a de fabricar telas destinadas a la exportació n y producirı́a su
propio vino. El precio en dinero se ajustarı́a correspondientemente: caerı́a el precio del vino
en Inglaterra, se mantendrı́a igual el de la tela. En Portugal no se operarı́a cambio alguno en
el precio de ambas mercancı́as. Aun ası́, durante cierto lapso se seguirı́a exportando tela
inglesa a Portugal, ya que el precio seguirı́a siendo má s elevado en Portugal que aquı́; pero
en lugar de vino se darı́a dinero a cambio, hasta que la acumulació n de dinero en Inglaterra
y su disminució n en Portugal repercutiera de tal suerte sobre el valor relativo de la tela en
Grundrisse. Volumen III
ambos paı́ses, que exportarla dejara de ser lucrativo [[π . . .]] El precio relativo del vino
disminuirı́a en Inglaterra, a causa de las mejoras introducidas en su producció n; aumentarı́a
el precio relativo de la tela, debido a la acumulació n de dinero; supongamos que en
Inglaterra, antes de la introducció n de esas mejoras, el vino costara 50 libras y el pañ o 45;
en Portugal, el vino 45 libras y la tela 50 libras. De Inglaterra se exportarı́a tela, y de
Portugal vino, con un beneficio de 5 libras [[. . .]] El comerciante que puede comprar tela por
45 libras en Inglaterra y venderla por 50 libras a en Portugal, [[. . .]] paga por la tela con una
letra que compra con dinero portugué s [[...]]
771 Mientras Portugal exporte vino b, el exportador de vino será vendedor en Portugal c de una
letra que es comprada por el importador mismo de tela o por la persona que le ha vendido
su letra a é ste. De esta manera, sin necesidad de que el dinero pase de un paı́s al otro, se le
paga a los exporters, en cada uno de los dos paı́ses, por sus mercancı́as." (El importer inglés
le paga al exporter inglés y el importer portugués al exporter portugués.) "Para ello no es
necesaria 'ninguna transacción directa entre exporter e importer en cada uno de los dos
paı́ses Si el precio del vino en Portugal fuera tal que no se pudiera exportar vino a
Inglaterra, el importer de tela comprará , al igual que antes, una letra" (,a quién? ), "pero el
precio de la letra será má s alto, ya que el vendedor de é sta sabe que en el mercado no hay
ninguna contra-letra por medio de la cual se puedan liquidar definitivamente las
transacciones entre los dos paı́ses; sabe, tal vez, que el oro o la plata que recibe a cambio de
su letra, se exporta efectivamente a su corresponsal en Inglaterra para ponerlo en
condiciones de pagar la suma que é l ha autorizado a cobrarle al mismo, y por eso carga al
precio de su letra todos los expenses d que habrá de experimentar e, ademá s de su beneficio
habitual.
a "por 50 libras"; en Ricardo, "con el beneficio usual".- b "Mientras Portugal exporte vino"; en Ricardo, "si
los mercados má s favorables para la exportació n de vino de Portugal a Inglaterra".- c "En Portugal", agregado
de Marx.- d Gastos.- e "Untergehen"; Marx utiliza el verbo alemá n (literalmente: "sucumbir") en una de las
acepciones del verbo inglé s "to undergo".
Si esta prima por una letra sobre Inglaterra fuera igual al beneficio obtenido por la
importació n de tela, esta importació n, naturalmente cesarı́a; si la prima sobre la letra, en
cambio, fuera só lo de 2%, habrı́a que pagar 102 libras en Portugal para cancelar una deuda
de 100 libras en Inglaterra; mientras que la tela que cuesta 45 libras pudiera venderse a 50
libras, se comprarı́an letras y se exportarı́a dinero, hasta que la disminució n del dinero en
Portugal y su acumulació n en Inglaterra habrı́an producido tal situació n de los precios que
ya no serı́a lucrativo proseguir estas transacciones. Pero la disminució n del dinero en un
paı́s y su aumento en el otro no influyen só lo sobre el precio de una mercancı́a, sino sobre
los de todas; por tanto el vino y las telas aumentarı́an de precio en Inglaterra y disminuirı́an
en Portugal. Por ejemplo, el precio de la tela bajarı́a de 50 libras a 49 ó 48 libras en Portugal,
y subirı́a a 46 ó 47 libras en Inglaterra, con lo cual, tras pagar la prima de la letra, no
producirı́a el beneficio suficiente como para inducir a comerciante alguno a importar esa
mercancı́a. De modo que en cada paı́s el dinero só lo es objeto de apropiació n en las
cantidades necesarias para regular un lucrativo trade of barter a. Por tanto, llegado el
momento en que el barter ya no es beneficioso, el dinero dejarı́a de afluir de un paı́s al otro,
se interrumpirı́a el comercio entre ambos [[...]] Los dos paı́ses producirı́an b su propia tela y
su propio vino, pero al mismo tiempo tendrı́a lugar una nueva distribució n de los metales
preciosos. En Inglaterra, aunque el vino serı́a má s barato, la tela habrı́a aumentado de
precio y el consumidor tendrı́a-que pagar má s por ella, mientras que en Portugal los
consumidores, tanto los de tela como los de vino, estarı́an en condiciones de comprar má s
baratas una y otra mercancı́a. En el paı́s en que se efectuó el perfeccionamiento,
aumentarı́an los precios; en el paı́s en que no se operó cambio alguno, pero que fue privado
Karl Marx
texto de Ricardo.- b "Producirı́an"; en Ricardo "encontrarı́an acorde con sus intereses producir".- c Aliciente.
Esto es lo que explica el valor diferente del dinero en diferentes países; a ello se debe que
los productos agrı́colas sean má s caros en los paı́ses en que prosperan las manufacturas
puesto que su habilidad y maquinaria hacen que se importe un excedente de dinero a
cambio de sus mercancı́as (p. [150] 151).
"Entonces, [[. . .]] aparte las variations habituales en el valor del dinero y aquellas que son
comunes a todo el mundo comercial, se dan tambié n variations parciales, a las que está
sujeto el dinero en diferentes paı́ses. El valor del dinero nunca es el mismo en dos países, ya
que ese valor depende de la tributació n respectiva, o de la manufacturing skill a, de las
ventajas del clima, de las producciones naturales y de muchas otras causas... Ningú n efecto,
sin embargo, se producirá sobre la tasa del beneficio, sea por el aflujo o el reflujo del dinero.
El capital no aumentará porque haya aumentado el medio circulante." (Puesto que los
beneficios, las rentas, el salario, aumentan en la misma proporció n que el medio circulante.
El beneficio pues, se mantiene-igual si la renta y el salario aumentan en un 20%; pero, al
mismo tiempo, el valor nominal del capital del arrendatario es 20% má s alto) P. [151,] 152.
773 "En estados anteriores de la sociedad, cuando las manufacturas habı́an progresado poco
y el producto de todos los paı́ses era má s o menos similar y consistı́a en las mercancı́as má s
voluminosas y de uso má s general, el valor del dinero se regulaba en los diversos paı́ses,
principalmente, por la distancia a !as minas que proporcionaban los metales preciosos; pero
a medida que las arts and improvements of society b se desarrollan y diversas naciones
descuellan en distintas manufacturas, el valor de los metales preciosos, aunque siga
tenié ndose en cuenta la distance, se regula por la superioridad de esas manufacturas"(153).
Estas dos causas, la distance de las minas aurı́feras y la diversidad en la advantage of skill y
machinery C, regulan ellas solas el valor comparativo del dinero en los diversos paı́ses del
mundo, ya que aun cuando la taxation d ocasiona una disturbance e en el equilibrio del
dinero, ú nicamente la realiza privando al paı́s, al que se imponen esos impuestos, de
algunas de sus advantages attending skill, industry y clirnate f (p. 154, 155). (Se hace
Grundrisse. Volumen III
resaltar aquí una diferencia: si la mercancía es voluminosa, pesada o si contiene un gran valor
en un volumen pequeño; por tanto, la diferencia entre producto agrícola y producto
manufacturado.)
"En los paı́ses, pues, donde es particularmente]] grande la destreza en la manufactura, el
valor del dinero será má s bajo y los precios g da trigo y el trabajo má s elevados que en los
demá s paı́ses. Ese mayor valor del dinero en los paı́ses menos favorecidos —mayor valor ası́
ocasionado— no se manifestará a través del curso cambiario. Las letras pueden continuar
negociá ndose at par h aunque los precios del trigo y el trabajo fueran 10, 20 ó 30% má s
elevados en un paı́s que en el otro.
a Destreza en la manufactura.- b Té cnicas y perfeccionamientos de la sociedad.- c Superioridad en la destreza
(y) la maquinaria.- d Tributació n.- e Perturbació n.- f Ventajas anexas a la destreza, la industria y el clima.- g "Und
die Preise"; en el ms., "und der der Preise" ("y el de los precios").- h A la par.
Bajo las circunstancias supuestas, tal diferencia de los precios está en el orden natural de
las cosas, y el curso cambiario sólo puede estar at par cuando se introduce, en el país que
descuella en las manufacturas, un cuanto de dinero suficiente como para elevar el precio de su
trigo y de su trabajo. Si paı́ses extranjeros prohibieran la exportació n de dinero e hicieran
respetar esa ley, de hecho podrı́an impedir el rice a en los precios del trigo y el trabajo del
paı́s manufacturero, ya que tal rise só lo puede ocurrir despué s de la afluencia de metales
preciosos, en el supuesto de que no exista papel moneda alguno; pero no podrı́an impedir
que el curso cambiario les fuese muy desfavorable. Si Inglaterra fuera el paı́s manufacturero
y se pudiese prohibir la importació n de dinero, el curso cambiario con Francia, Holanda y
Españ a podrı́a resultar un 5, 10 ó 20%en contra de esos paı́ses. Toda vez que se detenga por
la fuerza el curso del dinero y se impidan que é ste alcance su justo nivel, no habrá lı́mites
para las variaciones posibles del curso cambiario: los efectos será n similares a los que se dan
cuando se pone en circulación, forzadamente, un papel moneda inconvertible. Ese currency b
necesariamente se limita al paı́s que lo emite: cuando es superabundante, no puede
difundirse generalizadamente entre los demá s paı́ses. El nivel de la circulació n se destruye
y el curso cambiario será desfavorable al paı́s en donde el papel moneda existe en exceso:
los mismos efectos tendrı́an una circulació n metá lica si por medidas coercitivas, por leyes
imposibles de eludir, se retuviera el dinero en un paı́s cuando la corriente del comercio lo
empujara hacia otros paı́ses.
a Aumento. b Circulante.
774 Cuando cada paı́s tiene exactamente el cuanto de dinero que debe tener, el dinero no
tendrá , de hecho, el mismo valor en el uno que en el otro, pues con relació n a muchas
mercancı́as puede diferir en un 5, 10 o incluso 20% pero el curso cambiario será at par. 100
libras en Inglaterra, o la plata contenida en 100 libras, comprará n una letra de 100 libras, o
igual cantidad de plata, en Francia, Españ a u Holanda. Cuando se habla del curso cambiario
y del diferente valor del dinero en los diversos paı́ses, no se hace referencia al valor del
dinero estimado en mercancı́as, en cada uno de los dos paı́ses. Nunca se verifica el curso
cambiario estimando el valor diferente del dinero en cereales, tela o cualquier otra
mercancı́a, sirio estimando el valor del currency de un paı́s en el currency del otro. Puede
verificarse, asimismo, mediante la comparació n con un standard comú n a ambos paı́ses. Si
una letra sobre Inglaterra, por 100 libras, comprara el mismo cuanto de mercancı́as en
Francia o Españ a que una letra, por la misma suma, sobre Hamburgo, el curso cambiario
entre Hamburgo e Inglaterra estarı́a at par; pero si una letra por 130 libras, sobre
Inglaterra, no pudiese comprar má s que una letra sobre Hamburgo por 100 libras, el curso
cambiario estarı́a a un 30% contra Inglaterra. Supongamos que en Inglaterra 100 libras
pueden comprar una letra o el derecho de recibir 101 libras en Holanda, 102 en Francia y
105 en Españ a. En tal caso el curso cambiario será en Inglaterra de 1% contra Holanda, 2%
contra Francia y 5% contra Españ a. Esto revela que el nivel del currency es má s alto de lo
Karl Marx
que debiera ser en esos paı́ses, y el valor comparativo de sus currencies y del inglé s volverı́a
a ponerse at par, inmediatamente, si se quitara del currency de aqué llos o se agregara al de
Inglaterra.
El dinero estuvo depreciadoc en Inglaterra durante los ú ltimos 10 añ os, cuando el curso
cambiario oscilaba entre el 20 y el 30% contra este paı́s, no porque a el dinero no pudiera
valer má s en un paı́s que en el otro, comparado con diversas mercancı́as, sino porque no era
posible retener las 130 libras en Inglaterra, a menos que fuesen depreciadas, cuando no
tenı́an má s valor —calculadas en dinero hamburgué s o en holandé s— que el bullion b de
100 libras. Si yo enviara 130 buenas libras esterlinas inglesas a Hamburgo, incluso con 5
libras de gastos, tendrı́a que poseer allı́ 125 libras; ¿qué 'podrı́a determinarme a dar 130
libras por una bill c con la que só lo recibo 100 libras en Hamburgo, si no es que mis libras no
eran buenas libras esterlinas? Estaban deterioradas, degradadas en su valor intrı́nseco por
debajo de la libra esterlina de Hamburgo, y si realmente las enviara allı́, con un expense d de
5 libras, só lo comprarı́an 100 libras. No se niega que con l[ibras] esterlinas en metá lico mis
130 libras me procurarı́an 125 libras en Hamburgo, pero con libras en papel só lo podrı́a
obtener 100 e libras, y sin embargo se sostuvo que 130 libras en papel serı́an =130 libras en
oro o plata" (p. 156-160).
775 En lo que atañe al curso cambiario, Ricardo sostiene entonces lo siguiente: como el dinero
se distribuye naturalmente entre los diversos países, con arreglo a su industria y en particular
a su exportación, que resulta de aquélla, el curso cambiario desfavorable únicamente indica
que en el país para el que es desfavorable, no se exporta el cuanto adecuado de metales hacia
el otro, para el que es favorable. En el país al que le es favorable, se acrecienta el conjunto del
currency, porque no se ha importado una masa metálica correspondiente a su comercio. En el
país en el que es desfavorable, se deprecia la currency, porque aquél retiene una masa
metálica excesiva para su comercio. Si no se produce la interferencia violenta de causas
perturbadoras, el curso cambiario sólo podrá aumentar, contra ese país, hasta el punto en que
la exportación de oro y plata se vuelva más lucrativa que la prima sobre las letras; o bien: esa
prima nunca puede superar los costos del envío directo del oro y la plata sin suscitar
efectivamente esa exportación y, mediante la misma, restaurar la paridad del curso cambiario.
Si ello no ocurre, se debe a que se ha prohibido coercitivamente la exportación de oro y plata,
con lo cual la masa del medio metálico circulante aumenta de manera forzada, o a que una
emisión excesiva de papel moneda ha depreciado el medio circulante del país, de tal manera
que la prima de las letras no aumentará en razón de los costos de la exportación de los
metales, sino cuando supera la tasa de depreciación del papel, sumada a los costos de envío. El
curso cambiario expresa el valor del currency de un país en el currency del otro. Cuando no
está at par, ello no se debe a que el valor del dinero en un país sea más bajo o más alto con
respecto a otras mercancías diversas, sino más bien a que se impide que el currency en cada
uno de los dos países se mantenga con respecto al otro país en el nivel, bajo o alto, resultante
de las trade transactions f.
c "El dinero estuvo depreciado"; en Ricardo, "Quienes sostuvieron que el dinero estuvo depreciado".
a "No porque"; en Ricardo "no adujeron, tal como se les acusara, que eso ocurrió porque".- b Metal precioso.-
c Letra.- d Gasto,.- e "100"; en el ms., "125".- f Transacciones comerciales.
Pero cuando Ricardo deriva el curso cambiario desfavorable, siempre, de la overflowing del
currency g en el país al cual es desfavorable ese curso cambiario,
-g Superabundancia (del) circulante.
3) en realidad no se dice nada cuando se afirma que el curso cambiario revela la necesidad
de enviar dinero de un país al otro; no se le envía porque su currency esté por encima del nivel,
sino porque se le debe al otro país. Lo importante es sólo que el diferente valor del dinero en
países diferentes no deteriora el curso cambiario.
4) El dinero es sólo el medio en el cual se expresa el valor relativo, la cantidad en la que se
da una mercancía por la otra (pp. 180-181).
5) Impuesto sobre el oro. (O el problema de cómo influye en el valor del oro el aumento de
las dificultades en su producción.)
776 "El impuesto sobre el oro recaerı́a sobre aquel cuya propiedad consiste en dinero, y
continuarı́a hacié ndolo hasta que su cantidad se redujera en proporción al aumento que en el
costo de producción ha ocasionado el impuesto." "La demanda de dinero no es por una
cantidad determinada, como ocurre con la demanda de indumentaria y alimentos. La
demanda de dinero está regulada enteramente por su valor, y su valor por su cantidad." (Más
adelante se dice: su cantidad por su valor.) "Si el valor del oro fuese el doble del actual, la
mitad de su cantidad desempeñ arı́a las mismas funciones en la circulació n, y si su valor
fuese de la mitad, se requerirı́a el doble de la cantidad. Si el valor del trigo en el mercado
aumentara en 1/10 por los impuestos, o por una dificultad mayor en su producció n, es
dudoso que ello produzca algú n efecto en la cantidad consumida, ya que existe una
necesidad determinada de aqué l, pero, en lo que toca al dinero, la demanda es exactamente
proporcional a su valor. Nadie consumirı́a el doble de la cantidad de trigo que
habitualmente se requiere para su subsistencia, pero cualquier hombre que compra y vende
solamente la misma cantidad de mercancı́as, puede verse obligado a utilizar 2, 3 o cualquier
nú mero de veces la misma cantidad de dinero. Lo que decimos vale para un paı́s en el que
los metales preciosos se utilizan como dinero y no se ha introducido el papel moneda...
Como la cantidad de papel moneda puede reducirse fá cilmente, su valor, aunque su
standard fuera el oro, aumentarı́a con la misma rapidez que el del metal... No existe lı́mite
alguno para la cantidad de dinero que, por medio del comercio exterior, se puede hacer que
un pueblo acepte si el valor del dinero disminuye, y ninguna reducció n a la que no tenga que
plegarse si aumenta el valor del mismo... Si só lo se obtuviera de las minas 1/10 de la
cantidad actual de oro, ese 1/10 tendrı́a el mismo valor que los 10/10 producidos
actualmente... La coincidencia entre el precio de mercado y el valor natural de todas las
mercancı́as depende, en todas las é pocas, de la facilidad con que se puede aumentar o
disminuir la oferta" (por tanto la producción). "En el caso del oro, de los edificios y el
trabajo, ası́ como de muchas otras cosas, no puede producirse rá pidamente este efecto" (pp.
215-225).
Un capítulo sumamente confuso. Los costos de producción del oro no podrían surtir efecto,
según Ricardo, hasta que la cantidad del metal aumentara o disminuyera, y ese efecto sólo se
presenta muy tardíamente. Por otra parte: conforme a esta explicación la masa del medio
circulante sería por entero indiferente, ya que tanto da que circule mucho metal con valor
bajo, o poco con valor alto. ¿Pero las compras y ventas multiplicadas que ocurren al mismo
tiempo, no exigen más medios de circulación? Y cuando sólo circula dinero de valor elevado, se
carece de dinero para el comercio entre los consumidores y el comercio al por menor, e
igualmente para la producción. Es lo mismo que si, por ejemplo, sólo circularan billetes de 500
libras.
6) El interés por el dinero
En ú ltima instancia y de manera constante, la tasa del interé s es regida por la del
Karl Marx
beneficio. Está sujeta, sin embargo, a diversas variaciones pasajeras. Con cada fluctuació n
en la cantidad y el valor del dinero [[se]] modifican los precios de las mercancı́as. Si se
reduce el precio de mercado de las mercancı́as, por ejemplo a causa de un alza en el valor
del dinero, tendremos una gran acumulació n de mercancı́as en manos de los fabricantes y
comerciantes, que no está n dispuestos a venderlas a precios muy rebajados. A fin de hacer
frente a sus pagos habituales, para los cuales estaba acostumbrado a depender de la venta
de sus mercancı́as, procura ahora que le abran cré ditos, y a menudo se ve obligado a pagar
un interé s Má s alto (p. 349, 350). Por tanto: la masa menor de dinero eleva su valor, los
precios de las mercancías bajan con respecto a aquél, con lo cual proliferan las solicitudes de
crédito y, en consecuencia, aumenta la tasa del interés. Como siempre, Ricardo hace que aquí
la masa del dinero ejerza primero su efecto sobre las mercancías, para después pasar a la tasa
del interés, mientras que el mercado crediticio está determinado por circunstancias
completamente disímiles.
7) Dinero, exportación e importación
"Lo que de cualquier modo facilita la exportació n, tiende a acumular el dinero en un paı́s;
y lo que dificulta la exportació n, tiende a disminuirlo" (p. 373).
8) On currency and Banks a. Papel moneda. Panics b. Emisiones estatales de papel. ¿Debe ser
el Estado o una compañía comercial el que. emita papel moneda? El papel moneda ¿es
necesario para el comerce? Oro.
El oro es 15 veces má s caro que la plata porque se requiere 15 veces má s trabajo para
producir c una cantidad dada del mismo (p. 421).
a En torno al circulante y los bancos.- b Pá nicos.- c "Produzieren"; en el sus., "zirculieren" ("circular").
valor del bullion, el banco tendrı́a que estar obligado, asimismo, a dar su papel a cambio de
oro de ley al mint price (p. 427). A la vez, plena libertad para la exportació n e importació n
de metal precioso (p. 428).
a Derecho de monedaje.- b Gasto.- c Moneda degradada.- d En metá lico
"Contra los general panics f que afectan a un paı́s, cuando todo el mundo quiere poseer
metales preciosos como la mejor manera de realizar u ocultar su riqueza, los bancos no
tienen ninguna seguridad, on any system g.[[ π. . . ]] ya que nunca en un banco o en un país
puede haber tal cantidad de moneda o de metal precioso como la que los monied individuals
h de ese paı́s tienen derecho a exigir. Si todas las personas retiraran sus saldos de su
banquero el mismo dı́a, la masa de billetes de banco en circulació n en ese momento, aú n
muchas veces multiplicada, serı́a insuficiente para satisfacer tal demanda" (p. 429, 430). La
gran ventaja de este sistema serı́a que, mediante la sustitució n de un medio muy valioso por
uno muy barato, el paı́s estarı́a en condiciones de utilizar productivamente un capital por
ese monto (p. 432). "Un currency se encuentra en su estado más perfecto cuando se
compone exclusivamente de papel moneda, papel moneda de igual valor que el oro que
pretende representar. El uso del papel en vez de oro sustituye el medio má s caro por el má s
barato y permite al paı́s, sin pé rdida para ningú n individuo, intercambiar todo el oro antes
empleado a ese fin, por materias primas, utensilios y alimentos" (pp. 432, 433). Pero sin
embargo, ¿sólo por el importe que el banco no acumula en sus tesoros?
e En el original inglé s, "at the standard and price": al precio y segú n las especificaciones de la casa de la
moneda.- f Pá nicos generales.- g Con ningú n sistema. Subrayado de Ricardo.- h Personas adineradas.
779 "Supongamos que se requiriese un millón, en dinero, para una expedición. Si el estado
emitiera un milló n en papel moneda y remplazara un milló n de coin, se armarı́a la
expedició n sin chargea alguno para el pueblo; pero si un banco emitiese ese milló n y se lo
prestara al estado al 7%, el paı́s quedarı́a gravado con un impuesto permanente y anual de
70.000 libras; el pueblo pagarı́a el impuesto; el banco lo percibirı́a... Al pú blico le
interesarı́a, de manera directa, que el emisor fuera el estado y no una compañ ı́a de
comerciantes. Sin embargo, tratá ndose del gobierno, el pú blico estarı́a má s expuesto al
peligro de que aqué l sobrepasara los lı́mites de la circulació n (convertibility etc. '. ."
Propone que se designen commissioners dependientes del parlamento (pp. 433-435).
Ricardo impugna que el Bank o[f] E[ngland], el emisor del papel moneda, sea necesario
para el ajuste del commerce mediante el descuento de bilis y el préstamo de dinero. Su
razonamiento es el siguiente:
"El dinero se presta; el banco puede hacerlo o no. La tasa de mercado del beneficio y del
interé s, en efecto, no depende del monto de las emisiones dinerarias, sino de la riqueza real,
etc., del empleo del capital, con entera independencia del volumen o del valor del dinero b.
La tasa corriente del interé s no está regulada por el banco; é ste puede prestar a 5, 4 ó 3%.
El banco podrı́a prestar 1, 10 ó 100 millones; no se modificarı́a permanentemente la tasa
del interé s; só lo se alterarı́a el valor del dinero ası́ prestado. [[...]] Si el banco cobra una tasa
de interé s menor que la de mercado, no existe monto alguno de dinero que no pueda
prestar; si carga má s de esa tasa, só lo encontrará derrochadores que le soliciten pré stamos.
[[...]] Por consiguiente, cuando se dice que el banco ha apoyado internamente, en los
ú ltimos 20 añ os, al commerce, proveyendo de dinero a los comerciantes, ello ocurre porque
en todo ese perı́odo prestó dinero por debajo de la tasa corriente de interé s; por debajo de
la tasa que los comerciantes habrı́an debido pagar en otra parte... ¿Qué diríamos en un
establecimiento que constantemente suministrase lana, por debajo del precio de mercado, a la
mitad de los fabricantes de telas?... No por ello disminuiría el precio de la tela para el
consumidor, ya que aquél se regularía por el costo de producción que tiene la tela para la
parte menos favorecida de los productores. El único efecto, por tanto, sería el de aumentar los
beneficios de una parte de los fabricantes de tela por encima de la tasa corriente. . . De igual
Karl Marx
manera, nuestro banco benefits unfairly c, y unprofitabily d para el paı́s, a una parte de los
comerciantes al ponerlos en condiciones de disponer de un instrumento comercial má s
barato que el de aquellos que dependen totalmente del precio de mercado... Todo el trá fico
que puede realizar el paı́s en su conjunto, depende de la cantidad de su capital, es decir, de
sus materias primas, maquinaria, alimentos, barcos, etc., empleados en la producció n. Si se
establece un papel moneda bien equilibrado, aqué llos no pueden aumentarse o disminuirse
por operaciones bancarias. Por tanto, si el estado emitiera el papel moneda, incluso sin
descontar bills o prestarle al pú blico un chelı́n, no se producirı́a alteració n alguna en el
volumen del comercio... Podrı́a prestarse el mismo volumen de dinero, a diferentes tasas de
mercado, al 6, 7, 8%, con arreglo a la competencia entre prestamistas y prestatarios" (pp.
435-439).
780 "En los paı́ses ricos se prefiere siempre el oro para el pago de deudas, porque tal es el
interé s del deudor" (p. 442) (porque relativamente es más barato). "Al ser cada uno de los
dos metales" (el oro y la plata) a igual tı́tulo un legal tender e para deudas por cualquier
importe, quedamos entonces sometidos a una continua fluctuació n en la principal standard-
measure-of-value f. A veces podı́a serlo el oro, a veces la plata, segú n las variaciones en el
valor relativo de los dos metales; y en el perı́odo en que uno de esos metales no era el
standard, se le fundı́a y retiraba de la circulació n, puesto que su valor era mayor en bullion
que en coin" (p. 443).
a Gasto.- b Pese a las comillas, este pá rrafo comienza con una oració n que no está en Ricardo y combina
luego frases de Ricardo correspondientes a distintas partes del texto. Desde aquı́ las citas siguen el texto.- c
Beneficia.- d Sin provecho.
9) Sobre el valor comparativo del oro, el trigo y el trabajo en países ricos y pobres.
"Cuando hablarnos del valor alto o bajo del oro o de la plata en diversos paı́ses, es
necesario indicar siempre el medio en el que se realiza la evaluació n, o no podremos
vincular con ello idea alguna Por ejemplo, estimado en aceite, el oro es má s caro en Españ a
que en Inglaterra; estimado en tela, má s caro en Inglaterra" (p. 453).
Impuesto al producto en bruto. Aumenta los costos de producció n y recae por tanto sobre
el precio del producto, id est el consumidor. [796]
785
[Índice de conceptos, confeccionado por Marx, de la obra de Ricardo On the Principles of
Political Economy and Taxation. Third edition. London, 1821.]
Influencia del precio de los medios de subsistencia sobre el salario (p. 176-183) (p. 361) [820
- 822].
Relación inversa entre el beneficio y el salario (p. 23, 152, 153, 500.) [828].
Acumulación del capital (p. 94) [830].
Población y salario, p. 93, 94, 95 [819 - 820].
Sobre el salario (p. 7, 8) (p. 151) (p. 176, 177, 178, 179, 180, 182, 183, 360, 361, 461) [816,
820, 822].
Sobre el beneficio y el salario (p. 21) (p. 23), p. 500, 152, 153 [788, 828].
Influencia del foreign trade a sobre la tasa del beneficio b p.
135, 136, 137. Del home trade 138, p. 310, 311 [831]. Impuesto (p. 198) (p. 205, 206) (p.
210) (184) (185) (p.384).. Influencia p. 276, p. 242, 243 [795 — 796, 838 — 839].
Cómo ocurre realmente la extensión de los cultivos (p. 361) [798].
El precio del trigo no regula el precio de las demás mercancías (agregar al capı́tulo del precio
de mercado y el precio natural) (p. 364) [808].
Precio de mercado (p. 504) [806, 807].
Precio real (460, 481, 499, 505) [816, 814, 808, 807]. Gross revenues y net revenues (512,
513) [834].
Efecto deprecian te de los perfeccionamientos en la agricultura y la manufactura sobre una
parte del capital existente (p. 318) (321) [807 — 808].
La segunda parte de la renta (p. 315, nota) [801]. Capital (p. 327) [804].
Comercio exterior p. 481c [814].
a Comercio exterior.- b Ré ditos brutos y ré ditos netos.- c Todos los conceptos que forman este ı́rictice y las
respectivas indicaciones de pá gina, está n tachados uno por uno en el manuscrito.
787
[Del cuaderno de extractos VIII]
Ricardo (David). On the Principles of Political Economy and Taxation. 3 ed. London, 1821
1) On Value
Utilidad de un objeto y la capacidad de adquirir otras mercancı́as: value in use y value in
exchange a (p. 1). La utilidad no es la medida del valor de cambio, aunque le es necesaria (p.
Karl Marx
En el trabajo que determina el valor de las mercancı́as hay que incluir el tiempo de
trabajo necesario para procurarse el capital que se emplea en la producció n (p. 16). Se
incluye tambié n el trabajo de llevar las mercancı́as al mercado (p. 18). A medida que
progresa la sociedad se modifica significativamente el valor de las mercancı́as en
concordancia con ese trabajo realizado en el capital (I. c.).
788 La economı́a en el uso del trabajo nunca deja de reducir el valor relativo de una mercancı́a,
sea por ahorro en el trabajo necesario para la manufactura de la mercancı́a misma, o del
capital con cuya ayuda se produce aqué lla (p. 19, 20). La introducció n de un standard como
el del oro, nada cambia en este principio (p. 23).
La aplicació n de maquinaria y demá s capital fijo y duradero, modifica considerablemente
el principio de que la cantidad de trabajo empleada en la producció n de mercancı́as regula
su valor relativo (p. 25). En primer lugar, durabilidad diferente del capital fijo; en segundo,
diferente proporció n en el empleo del capital para la manutenció n del trabajo y para la
maquinaria, herramientas, edificios. De estas dos causas deriva que, aparte el tiempo de
trabajo necesario para la producció n de la mercancı́a, tambié n influya en el valor de las
mercancı́as el alza o la baja en el valor del trabajo (pp. 25, 26). Segú n el capital sea má s
perecedero o menos, esto es, segú n tenga que reproducı́rsele má s o menos veces en un
tiempo dado, se llamará capital circulante o fijo (p. 26). El capital, ademá s, circula, o retorna
a su usuario, en lapsos muy desiguales. Por ejemplo el trigo que el agricultor adquiere para
semilla es un capital relativamente fijo si se le compara con el trigo que compra el panadero
para hacer pan (pp. 26, 27). Dos industrias pueden, pues, emplear el mismo capital, pero
é ste puede estar dividido de muy diversas maneras en lo tocante a la porció n que es fija y a
la que es circulante (p. 27). Un aumento del salario, naturalmente, afecta diversamente a
dos capitales de los cuales el uno está invertido casi ı́ntegramente en salarios, el otro casi
ı́ntegramente en maquinaria (I. c.). Dos manufacturas, pongamos por caso, emplean la
Grundrisse. Volumen III
misma porció n de capital fijo, pero esas porciones son de duració n desigual (1. c.). Se
agregarı́a aquı́ el beneficio sobre el capital fijo en el caso de la mercancı́a producida por
medio de maquinaria, un beneficio que en el caso del empleo casi exclusivo de capital
circulante ya ha sido totalmente gastado y consumido al venderse las mercancı́as mismas...
O tambié n la compensació n por el perı́odo mayor que debe transcurrir hasta que pueda
llevarse al mercado la má s valiosa de las dos mercancı́as (pp. 29, 30). (Particularmente el
manufacturer que, por ejemplo, emplea 5.000 libras en trabajo y 5.000 en maquinaria, tiene
5.500 libras en valor de sus mercancı́as, por tanto, 550 libras má s, en el segundo añ o,
debido al beneficio de las 5.500 invertidas en maquinaria. El beneficio correspondiente al
capital fijo, incorporado de nuevo al capital.) a
a Marx omite aquı́ la mayor parte de los datos que figuran en Ricardo, por lo cual la comprensió n del
pá rrafo exige la consulta del texto original (3rd. ed., p. 31). Allı́ Ricardo habla de un manufacturer que el
primer añ o dedica 5.000 libras para pagar a 100 hombres que construyen una má quina, la que el segundo añ o
será utilizada para producir telas mediante el trabajo de 100 hombres que cobran 5.000 libras. Pero como,
calculando un beneficio del 10%, el valor de la má quina será de 5.5.00 libras, durante el segundo añ o habrá
que agregar a los 500 de beneficio correspondientes al pago de los 100 hombres otros 550 correspondientes
al capital invertido en la má quina. Ademá s de la omisió n de datos, el pá rrafo se hace má s oscuro en tanto.
Marx nos habla de 5.000 libras invertidas en maquinaria, cuando en verdad esa inversió n corresponde al
primer añ o y al pago de los 100 hombres, mientras que en el segundo, cuando se utiliza en la producció n, la
má quina ya vale 5.500 y es allı́ donde se combina con 5.000 para el pago de 100 hombres. Ricardo compara a
este "manufacturer" con un "farmer" que cada añ o se limita a repetir el gasto de 5.000 libras como pago de
100 hombres.
Si el valor de las mercancı́as se determina por el cuanto comparativo del trabajo
empleado en ellas, por ende se intercambian mercancı́as en las cuales está fijado un tiempo
de trabajo
igual. Beneficio y salario no son má s que porciones en las cuales las dos clases de los
capitalistas y los obreros participan en la mercancı́a originaria y tambié n por tanto en la
mercancı́a que se intercambia por ella. En consecuencia, el valor relativo de la mercancı́a no
está afectado por la relació n entre el beneficio y el salario, (p. 31) a.
a "31"; en el ms. "21".
Ninguna alteració n del salario puede producir una alteració n en el valor relativo de la
mercancı́a. Si el salario aumenta, no por ello se requiere má s tiempo para la preparació n de
una mercancı́a; só lo que se paga má s por el mismo tiempo de trabajo. Si uno de los
capitalistas quisiera aumentar el precio de su mercancı́a, el otro tendrı́a los mismos
derechos, y la situació n relativa de quienes está n ocupados en las distintas ramas de
actividad se mantendrı́a igual que antes de la suba del salario.
789 El salario puede subir un 20% y los beneficios disminuir otro tanto sin producir la mı́nima
alteració n en el valor relativo de las mercancı́as (p. 23). Por ende, si aumenta el salario
disminuye el beneficio. Pero ahora, al igual que antes, la mercancı́a producida por el capital
principalmente circulante [se] venderá al mismo precio. Só lo decrece el beneficio del
arrendatario, por ejemplo, que desembolsó 5.000 libras. El fabricante de mercancı́as para la
producció n de las cuales se requieren maquinaria o edificios valiosos, o un tiempo
prolongado antes de que se las pueda llevar al mercado, calcula por tanto un beneficio
menor para su capital fijo, ya que disminuye tambié n, en general, la tasa de su beneficio, y de
la misma manera disminuye el [valor] relativo de sus mercancías en comparación con las
producidas principalmente por el trabajo. Se supone aquí la misma tasa del beneficio en las
diversas ramas de actividad. . . Esta causa, por lo demá s, só lo surte un dé bil efecto; a lo sumo
de 6-7%, ya que verosı́milmente los profits no admitirá n una depresió n permanente y
general mayor (p. 32, 33). (Cabe señalar que Ricardo podría haber desarrollado esto de otro
modo: supongamos que una mercancía se produce sólo con capital circulante, otra sólo con
capital fijo. Ambas ocupan un capital de 5.000 libras. Ahora bien, si el salario aumenta en un
Karl Marx
10°10 y suponiendo que el primer hombre gaste 3.000 libras en materias primas, etc., y 2.000
en salarios, su salario aumentará por tanto a 2.200. Si antes su mercancía, al 1004, estaba a
5.500, la venderá ahora a 5.700. Su beneficio, al igual que antes, será del 10%. El [segundo]
fabricante la puede vender entonces a 5.500. Su beneficio será asimismo del 10%. Pero el valor
de su mercancía ha disminuido con relación a la del primero; pese a que el tiempo de trabajo
empleado en ambas mercancías se ha mantenido igual. O bien, si el primero se mantiene al
mismo precio, el otro habrá de rebajar el suyo. Esto promedialmente es correcto. Pero como la
igualación no ocurre de inmediato, se da una puja de los capitalistas por la maquinaria.)
Una alteració n en la tasa permanente de los beneficios, de magnitud importante es, el
efecto de causas que só lo operan en el transcurso de añ os, mientras que alteraciones en la
cantidad del trabajo necesario para la producció n de mercancı́as son de daily ocurrence a...
Por consiguiente, toda gran alteració n en el valor relativo se produce por alteraciones en el
tiempo de trabajo necesario para la producció n de aqué llas (p. 33, 34).
Mercancı́as en las que se emplea la misma cantidad de trabajo, modifica su valor relativo
si no se les puede llevar en el mismo tiempo al mercado... Tambié n en el caso de un capital
fijo mayor, el valor má s elevado de una mercancı́a se debe a la mayor duració n del tiempo
que debe transcurrir hasta que se le pueda llevar al mercado... En ambos casos la diferencia
deriva de que los beneficios son acumulados como capital y es solamente una justa
compensación por el tiempo durante el cual se han retenido los beneficios (p. 34, 35).
Por tanto el aumento del salario ocasiona una baja en el precio de las mercancı́as
producidas principalmente con capital fijo, y tanto má s cuanto mayor sea el capital fijo (p.
35).
790 (Cabe observar que esto es puramente nominal. Primero. En la medida en que el capital
cuya parte mayor es fija o más duradera, o cuyas mercancías requieren un tiempo más
prolongado para su traslado al mercado, vende b sus Mercancías a mayor precio, ello ocurre,
como lo dice el propio Ricardo, sólo porque los beneficios se acumulan como capital. Es esto
lo mismo que si se empleara un capital mayor. Segundo. El alza del salario c reactú a sobre el
capital fijo desvalorizá ndolo. El trabajo vivo determina trabajo muerto efectuado, por tanto
también el beneficio. De modo que aquı́ se manifiesta en el precio lo que en el primer caso no
era visible. El farmer vende al mismo precio, pero la tasa de su beneficio se ha reducido. El
manufacturer vende a un precio inferior. Por ejemplo, su capital fijo es de 1.000 libras. Junto
con el trabajo éste produce mercancías por 2.000 libras. Si el salario hubiera aumentado en un
10% o disminuido el beneficio, habría tenido que vender sus mercancías por 1.500 libras, de
las cuales asignamos 500 libras al trabajo. Por tanto, 33 1/3%. Si el salario aumenta en un
10% aumenta d en 50, o sea a 550 libras e. Queda por tanto para el capitalista, solamente una
ganancia de 450, a pesar de que vende siempre a 2.000; sólo que a él no le corresponderían
más que 1.450 libras, y 550 al trabajo. Por tanto, aproximadamente, nada más que una
ganancia del 30%. Sus 1.000 [libras] ya no valen, por ende, 1.333 [0/00] f, sino únicamente
1.300 [0/00] g. Si no hubiera empleado ningún capital circulant en trabajo inmediato, esto se
hubiera puesto de manifiesto. Pero como ahora dispuso de 1.000 que se emplearon en
determinado trabajo, tal detracción a su beneficio se presenta como descuento al precio de las
mercancı́as, pues esto, con respecto al capital creado, con respecto al trabajo efectuado, ya no
puede aparecer, sin alterar el valor de la mercancía, como alza del salario y baja proporcional
del beneficio. De modo que este fenómeno no es otra cosa que la reacción de la determinación
del valor sobre el trabajo efectuado; esto se manifiesta aun de otra manera.)
a Ocurrencia cotidiana. "Occurrence"; en ed. 1939, "occurence".- b "Verkauft"; en el ms., "verkaufen"
("venden").- c "Das Steigen des Arbeitslohns"; en el ms., "das Wirken d. Steigen des Arbeitslohns" ("el efecto del
alza del salario"): d "Steigt"; en el ms., "Kostet" ("cuesta").- e "L"; en el mes., "%".- f "1333 [0/00]"; en el ms.,
"1033".- g."1300 [0/00]"; en el ms., "1030".
Grundrisse. Volumen III
Se habı́a supuesto que en dos actividades diferentes las proporciones de capital fijo y
circulante eran desiguales. Se supone ahora que la proporción entre ambos es igual, pero el
capital fixe es de durabilidad desigual. Cuanto menos duradero es el capital fijo, tanto má s
participa de la naturaleza del circulante. Se le consume y su valor se reproduce en un
perı́odo má s breve, in order to preserve the capital of the manufacturer a... Si el capital fijo
no es de naturaleza duradera, requiere una gran cantidad de trabajo, anualmente, to keep it
in its original state of efficiency; but the labour so bestowed may be considered as really
expended on the commodity manufactured, which must bear a value in proportion to such
labour b. Si yo necesitara anualmente 50 hombres para mantener mi má quina en
condiciones, necesitarı́a un precio adicional para mis mercancı́as = al precio de cualquier
otro manufacturer que emplease 50 hombres en la producció n de otras mercancı́as y no
utilizara machinery at all c.
791 Un alza en los salarios no afectarı́a de manera uniforme a mercancı́as producidas con
maquinaria que se consume rá pidamente y a mercancı́as producidas con maquinaria cuyo
consumo es lento. En la producció n de las primeras se transferirı́a continuamente una gran
parte del trabajo to the commodity produced d, en las otras very little would be so
transferred e. Por consiguiente, toda alza del salario, o lo que es lo mismo, toda baja de los
beneficios, reducirı́a el valor relativo de las mercancı́as producidas con un capital de
naturaleza duradera y aumentarı́a proporcionalmente las producidas con un capital má s
perecedero. Una baja del salario tendrı́a exactamente el contrary effect f (p. 36-38). De ahı́
que los países viejos recurran continuamente a la maquinaria y los nuevos empleen trabajo.
Con cada dificultad en la provisió n del sustento a los hombres se encarece necesariamente
el trabajo, y con cada aumento en el precio del trabajo, surge un nuevo aliciente para
recurrir a la maquinaria. Esta dificultad para proveer el sustento a los hombres, es
constante en los paı́ses viejos; en los nuevos puede ocurrir un gran aumento de la població n
sin que aumente el salario. Puede ser tan fá cil, aquı́, proveer para el sé ptimo, octavo, noveno
milló n de hombres, como para el segundo, tercero, cuarto (p. 39, note). Estos agentes
mudos, las má quinas, son siempre el producto de mucho menos trabajo que el que
desplazan, incluso cuando son del mismo valor en dinero. Por su influencia, un aumento en
el precio de las provisiones afecta a menos personas; este ahorro se manifiesta en el precio
reducido de las má quinas g (p. 40).
a Con el objeto de preservar el capital del fabricante.- b Para mantenerlo en su estado originario de
eficiencia, pero el trabajo ası́ empleado se puede considerar como gastado realmente en la mercancı́a
manufacturada, la cual ha de tener un valor en proporció n a dicho trabajo.- C Ninguna maquinaria en
absoluto.- d A la mercancı́a producida.- e Se transferirı́a muy poco.- f Efecto contrario.- g El texto de Ricardo dice:
"...en el precio reducido de la mercancı́a manufacturada". Y prosigue: "Ni las má quinas, ni las mercancı́as
hechas por ellas suben en valor real, pero todas las mercancı́as hechas por má quinas caen en valor y esta caı́da
es proporcional a su durabilidad".
Por consiguiente, en los early stages h de la sociedad, cuando se empleaba poca
maquinaria o capital duradero, las mercancı́as producidas por capitales iguales son casi del
mismo valor y subirı́an o bajarı́an relativamente entre sı́ segú n se empleara má s trabajo o
menos en su producció n. Pero luego de la introducció n de esos instruments costosos, es
muy diferente el valor de las mercancías producidas por el empleo de capitales iguales; y
aunque relativamente sigan bajando unos con respecto a los otros, segú n sea necesario má s
trabajo o menos para su producció n, está n sujetos ademá s a otra variació n, menor, debida al
alza y la baja de los profits y wages a (p. 40, 41). Un alza en el precio del trabajo, pues, hace
bajar el precio de las mercancı́as producidas principalmente mediante maquinaria, y una
baja en el precio del trabajo las hace aumentar de precio, pero bajan las producidas
principalmente con trabajo (p. 45).
Dos mercancı́as, en una de las cuales se han empleado 1.000 libras de trabajo, en la otra
Karl Marx
2.000, estará n en sus precios en la proporció n de 1:2. No se ha dicho, por eso, que se vendan
a 1.000 y 2.000. La cosa, la relació n se mantiene igual si se venden a 1.100 y 2.200 ó 1.500 y
3.000 (p. 46) b.
792 El alza y la baja de la rent, profits y wages` debe determinarse con arreglo a la
distribución de la producción total de una farm d entre las tres clases, el terrateniente, el
capitalista y el asalariado, y no con arreglo al valor en que pueda estimarse ese producto en
un medio (el dinero) que es variable. La rate e de profit, rent, wages, no se determina por la
cantidad absoluta de producto obtenida por cada clase, sino por la cantidad de trabajo
necesaria para obtener ese producto. El producto total puede duplicarse gacias a los
perfeccionamientos en la apicultura y en la industria. Se duplican igualmente rent, profit,
wages, aunque proporcionalmente no han experimentado variació n alguna. Pero si una de
las tres no participa por igual en el increase f, disminuye entonces, pese al aumento absoluto
en la cantidad de la cuota que le corresponde (p. 49). Rents, profits, wages —considerados
en lo tocante a su tasa— só lo varı́an con las variations en su share g en el producto total (p.
52).
h Estadios má s tempranos.
a Beneficios (y) salarios.- b A partir de aquı́, entre las pá ginas 21 y 29 del cuaderno de Marz, se encuentra un
extracto de James Setuart.- c Renta, beneficios (y) salrios.- d Granja, explotació n agrı́cola.- e Tasa.- f Aumento.- g
Participació n.-
II) On Rent h
Ricardo investiga la renta para descubrir si es exacta la opinió n de Adam Smith, segú n la
cual la "appropriation of land y la consequent creaban of rent i ocasionará n una variation en
el valor relativo de las mercancı́as, independientemente del trabajo necesario para su
producció n" (p. 53). Rent es la parte del producto de la tierra que se paga al landlord j por el
use de las original and indestructible powers k del suelo. Debe distinguı́rsela del interé s y el
beneficio del capital, pagados al landlord por el capital incorporado a la tierra (pp. 53, 54).
Cuando se efectú a la first settling of a country l en el que hay abundancia de tierra rica y
fé rtil, no se paga renta alguna...
h
Acerca de la renta.- i Apropiació n de la tierra y la consiguiente creació n de renta.- j Terrateniente.- k
Fuerzas originales e indestructibles.- l Primera colonizació n de un paı́s.
Como no se paga por el aire y el agua... Si toda la tierra tuviese las mismas cualidades,
fuera ilimitada en cantidad y uniform en calidad, no se pagarı́a nada por su uso, a menos
que brindara peculiar advantages of situation a. Só lo se paga renta por su uso, porque, con el
crecimiento de la població n, se inicia el cultivo de tierra de calidad inferior, o 'ubicada
desventajosamente. .. Cada adelanto en el crecimiento de la població n, que obligue a un paı́s
a recurrir a tierras de peor calidad, [hace] subir la renta de la tierra má s fé rtil...
Originariamente, el producto neto ı́ntegro corresponde al cultivator y constituye los profits
de su stock b... El casus es el mismo cuando se aplica la misma porció n adicional de capital,
con un producto menor, a la misma tierra... La renta es siempre la diferencia entre el
producto obtenido mediante el empleo de dos quantities c desiguales de capital y trabajo. . . La
razó n: no puede haber dos rates of profit d diferentes. Si la primera porció n de capital de
1.000 libras le rinde al arrendatario 100 qrs e de trigo, la segunda de 1.000 libras só lo 85, el
terrateniente exigirá , al vencerse el lease, 15 qrs rent f. No emplearı́a las 1.000 libras para
obtener un 85 qrs return g si pudiera encontrarles un empleo má s conveniente. La common
rate of profit would be in that proportion h, y si el original tenant refused i, encontrarı́a otra
persona dispuesta a dar al terrateniente todo lo que excediera de esa rate del profit. ..
793 En ambos casos (empleo de capitales iguales en predios desigualmente fértiles o empleo
desigualmente productivo de dos capitales iguales en la misma tierra) el capital last
employed j no paga renta alguna... La rent procede invariablemente del empleo de una
Grundrisse. Volumen III
additional quantity of labour con a proportional less return k... Cuando se pone en cultivo
land de inferior quality l, aumenta el valor de cambio (precio) de su producto, porque se
requiere más trabajo para su producción. El valor de cambio de todas las mercancías, las
manufacturadas y el producto de las mines o de la land, está regulado siempre no por la less
quantity of labour that will suffice for their production under circumstances highly
favorable and exclusively enjoyed by those who have peculiar facilities of production; but by
the grater quantity of labour necessarily bestowed on their production by those who have no
such facilities; by those who continue to produce them under the most unfavourable
circumstances; meaning by the most unfavourable circumstances, the most unfavourable
under which tht quantity of produce required, renders it necessary to carry on the production
m ...
a Ventajas peculiares de ubicació n.- b Beneficios (de su) capital.- c Cantidades.- d Tasas de beneficio.- e
Aumento.- f Contrato de arrendamiento, 15 quarters de renta.- g rendimiento de 85 quarters.- h (La) tasa comú n
del beneficio estarı́a en esa proporció n.- i (Si el) arrendatario original rehusara.- j Capital empleado
ú ltimamente.- k Cantidad adicional de trabajo (con) un rendimiento proporcionalmente menor.- l Tierra de
calidad inferior.- m (No por) la cantidad menor de trabajo que bastará para su producció n en circunstancias
sumamente favorables y disfrutadas exclusivamente por quienes tienen facilidades peculiares de producció n,
sino por la mayor cantidad de trabajo empleada necesariamente en su producción por quienes no tienen dichas
facilidades, por quienes continú an producié ndolas en' las circunstancias más desfavorables, entendié ndose por
las circunstancias más desfavorables, las más desfavorables en las que la cantidad de producto requerida hace
necesario llevar a cabo la producción.. .
En la tierra mejor se obtiene el mismo producto con el mismo trabajo que antes, pero el
valor aumenta a causa de los returns disminuidos que obtienen quienes emplean trabajo y
stock nuevos en la tierra a menos fé rtil... Las ventajas de la tierra fé rtil sobre la que no lo es b
no se pierden, sino que del cultivator o del consumer se transfieren al landlord... Pero como
se requiere má s trabajo para la tierra inferior y puesto que só lo por medio de esa tierra
estamos en condiciones de to furnish ourselves con el additional supply of raw produce c, el
valor comparativo del producto se mantiene constantemente por encima de su level d
anterior... Por consiguiente, la razó n de que el producto suba no es la renta pagada al
landlord, sino el mayor trabajo empleado en la producció n of the last portion obtained e. El
precio del trigo se regula por la cantidad de trabajo empleado en su producció n en la tierra
que no paga rent. El trigo no es caro porque se pague renta, sino que se paga renta proque
el trigo es caro... El surplus f que la tierra reditú a en forma of rent no es un privilegio de la
misma, sino una desventaja, powers g decrecientes de la misma... La tierra só lo es pre-
eminent for its limited powers h. . . La maquinaria recié n fabricada no es menos productiva
que la antigua. De no ser ası́, é sta generarı́a renta... En la agricultura se paga el trabajo de la
naturaleza no porque sea mucho, sino porque é sta hace poco... El hombre debe perform
more by the sweat of his hrow, and nature perform less i. . . A medida que la naturaleza
becomes niggardly in her gifts, she exacts a greater price for her work. Where she is
munificently beneficent, she works gratis. . .j En contra de lo que dice Adam Smith, la
naturaleza hace mucho por el man in Manufactures k.
794 Las powers of wind and water l mueven nuestra maquinaria y assist navigation m; la
pressure de la atmosphere y la elasticity of steam n que nos permiten hacer funcionar las
engines ñ má s maravillosas, son dones de la naturaleza, para no hablar de los effects del
calor in softening and melting metals, of the decomposition o de la atmó sfera en el proceso
of dying and fermentation p. En todas las manufacturas la naturaleza brinda su asistencia al
hombre, y gratis, por cierto... La elevació n de la renta es siempre el efecto de la riqueza
creciente del paı́s y de la dificultad, tambié n creciente, de suministrar alimentos a su
població n. Es un sı́ntoma, pero nunca una causa de la riqueza. Esta puede aumentar
rá pidamente y la rent mantenerse estacionaria o bajar. La rent aumenta con mayor
celeridad cuando menguan las fuerzas productivas de la disposable land q; la riqueza crece
Karl Marx
má s rá pidamente en los paı́ses donde la disposable land es má s fé rtil, la importació n
soporta menos restricciones y donde, merced a los perfeccionamientos en la agricultura,
pueden aumentarse las productions sin aumento en la pro‑
a "das Land"; en el ms., "das Kapital".- b "Unfruchtbares"; en el ms., "fruchtbares" (fé rtil").- c Abastecernos
(con el) suministro adicional de materias primas.- d Nivel.- e De la ú ltima parte obtenida.- f Excedente.- g
Fuerzas.- h Preeminente por sus fuerzas limitadas.- i Hacer má s con el sudor de su frente, y la naturaleza hacer
menos.- j Se vuelve tacañ a de sus dones, exige un precio mayor por su trabajo. Donde es munificentemente
pró diga, trabaja gratis.. .- k (Por el) hombre en las manufacturas.-l (La) energı́a del viento y el agua.- m Ayudan a
la navegació n.- n Presió n (de la) atmó sfera (y la) elasticidad del vapor.- ñ Má quinas.- ° Efectos (del calor) en el
ablandamiento y fusió n de los metales, de la descomposició n (...).- p De la tintura y la fernientació n.- q Tierra
disponible.
portional quantity of labour a y donde, por consiguiente, es má s lento el crecimiento de la
renta... La renta, pues, no es constituent part of price b. . . Todo lo que hace má s productiva la
portion last employed c de capital y trabajo reduce la renta. . .
El mismo efecto surtirı́a la reducción de capital en un paı́s, ya que a la par de su població n
decrecerı́a la demanda de corn d, la consecuencia de lo cual serı́a la baja del precio y la
reducció n del cultivo... Los mismos efectos surte tambié n el aumento del capital y de la
población cuando el mismo se acompañ a de perfeccionamientos en la agricultura, los cuales
atenú an la necesidad de cultivar las tierras má s pobres o dispensan de utilizar el mismo
amount of capital e en las tierras má s fé rtiles... Sin duda, despué s de cierto período, la baja
en el precio del producto en bruto [tendrı́a como consecuencia] el acrecentamiento de los
beneficios y la acumulació n; por tanto un mayor empleo de obreros, crecimiento de la
població n, demanda creciente de trigo, y por ú ltimo un nuevo aumento de la renta a su
viejo.level f o aun a uno mayor... Los perfeccionamientos en la agricultura son de dos tipos:
los que acrecientan las fuerzas productivas de la tierra y los que permiten, mediante
perfeccionamientos en la maquinaria, obtener con menos trabajo el mismo producto.
Corresponden al primer tipo, p. ej., una rotation of crops g má s há bil o la mejor selecció n de
los abonos. Nos ponen en condiciones de obtener con menos tierra el mismo producto. . .
Para reducir la renta, empero, no es necesario dejar tierra sin cultivar. Basta para ello el
empleo, con different results, de portions h sucesivas of capital en la misma tierra y que se
retire la portion que da el menor resultado... Los perfeccionamientos en la agricultura
permiten el cultivo de poorer land con less cost i. El otro tipo de mejoras está orientado má s a
la formation of the capital applied to the land, than to the cultivation of the land itself j. Se
aplicará a la tierra menos capital, esto es, menos trabajo, pero para obtener el mismo
producto ha de cultivarse la misma extensió n de tierra... Estos perfeccionamientos pueden
reducir el valor de cambio del producto sin reducir la renta en trigo, aunque hacen
disminuir la renta en dinero. El que reduzcan o no la renta en trigo depende de si la
difference entre el produce obtained by different portions of capital be increased, stationary
or diminished k...
795 Si las improvements l permitiesen hacer un ahorro total on that portion of capital which is
last productively employed, corn rent would immediately fall m, porque se reduciría la
diferencia entre el capital más productivo y el menos productivo, y esta diferencia es lo que
constituye la renta. . . Por tanto, lo que reduce la desigualdad del producto obtenido por las
portions sucesivas de capital empleado en la misma o en nuevas lands n, tiende a reducir la
rent, y lo que aumenta esa desigualdad, provoca necesariamente el efecto contrario y tiende
a eleyarla...
a Cantidad proporcional de trabajo.- b Parte constitutiva del precio.- c Ultima porció n empleada.- d Cereal,
trigo.- e Monto de capital.- f Nivel.- g Rotació n de cultivos.- h (Con) resultados diferentes, (de) porciones.- i
Tierra má s pobre (con) menores costos.- j (Má s a la) formació n del capital aplicado a la tierra que al cultivo de
la tierra misma.- k (De si la) diferencia (entre el) producto obtenida por porciones diferentes de capital
aumenta, queda estacionaria o disminuye.- l Mejoras.- m En aquella porció n del capital que es empleada
Grundrisse. Volumen III
minas.- d Sobre la renta.- e Uso del capital suyo gastado en la finca.- f Edificios y otras instalaciones, etc.- g
Capital.- h Producto bruto.- i Impuesto equitativo.- j Ingreso bruto.- k Ingreso. neto.- l Producto bruto.- m Una
proporció n cada vez mayor del producto neto.
796 Si no se aumenta el precio del producto, la tierra cultivada en ú ltimo lugar no le producirı́a
al arrendatario el beneficio habitual... El impuesto no puede recaer sobre el landlord, ya que
é ste, en el caso supuesto, no percibe renta alguna. Dicho impuesto puede ser proporcional a
la quality of the land y a la abundante of its produce a, en cuyo caso no se distingue de los
diezmos, o puede ser un fixed tax per acre land b, para toda la tierra cultivada, cualquiera
que sea su calidad... En tal caso, hace subir el precio del trigo en proporció n al impuesto
pagado por el cultivator of the land of the worst quality c. . . Al consumer of corn d no só lo se
le hará to pay the exigencies del State, sino also to give to the cultivator of the better land e,
por ejemplo, 100 libras por añ o (si el peor acre de tierra rinde 1.000 qrs, nn tax f de 100
libras hará subir el corn en 2 sh. per qr g; el mismo capital en la tierra mejor produce 2.000
qrs; su producto aumenta, pues, en 200 sh., pero al igual que el primero só lo paga 100 sh.)
durante la vigencia de su lease h y mas adelante to raise the rent of the landlord to that
Karl Marx
amount i. De esta manera se sacarı́a de los bolsillos del pueblo má s de lo que ingresarı́a en
el tesoro del estado. Tal ocurrı́a en Francia con la taille j, antes de la revolució n... Este
impuesto no grava cada acre in proportion to its actual produce, sino en proporció n to the
produce of that which is the least productive (p. 200-209) k.
a (A la) calidad de la tierra (y a la) abundancia de su producto.- b Impuesto fijo por acre de tierra.- c
Cultivador de la tierra de la calidad peor.- d Cereal, trigo.- e Pagar las exigencias del estado, (sino) tambié n
entregarle al cultivador de la tierra mejor.- f Impuesto.- g 2 chelines por quarter.- h Contrato de arrendamiento.-
i Elevar la renta del terrateniente hasta ese monto.- j Tributo que debı́an pagar al señ or, en Francia, las
variedad en los efectos sobre el valor de las mercancı́as.- o Estimuları́a o retardarı́a la exportació n de
determinadas mercancı́as.- p (La) relació n natural entre el valor de cada una.- q (La) mejor distribució n del
capital en el mundo entero.
Las bounties a a la exportation of corn reducen el precio para el consumidor extranjero,
pero no ejercen un efecto permanente sobre el precio en el mercado local. . . Permiten al
arrendatario vender el trigo, en el extranjero, por debajo de los costos de producció n.
Aumenta por tanto la demanda de trigo britá nico; disminuye en el extranjero la demanda de
trigo propio. Esta mayor demanda de trigo britá nico eleva su precio durante un perı́odo en
el home market b y a la vez impide, durante tal perı́odo, que en el mercado extranjero baje
tanto as the bounty has a tendency to effect c...
797 De esta manera los beneficios del arrendatario se elevan por encima de la tasa media del
beneficio... La bountyd opera entonces como un encouragement e a la agricultura, y se retira
capital de las manufactures para lanzarlo a la tierra, hasta que se satisfaga la demanda
acrecentada del mercado exterior, con lo cual bajan nuevamente el precio y el beneficio en
el home market. La mayor oferta de trigo operating on the foreign market f, reducirá
tambié n su precio en el paı́s hacia el cual se exporta y so restrict los profits del exporter to
the lowest rate a la cual he can afford to trade g... En definitiva, se abaratarı́a el trigo para el
extranjero: por el importe total de la bounty si el precio del trigo antes no era má s bajo en el
mercado extranjero que en el local, y en a less degree h si el precio at home' era superior al
del foreign market i (p. 354-356). Una continued bounty k a la exportació n de trigo
generarı́a una tendencia a un permanent rise l en el precio del trigo, por tanto a la elevació n
de la renta, ya que se iniciarı́a el cultivo de tierras inferiores (p. 368, 369). Ni al
arrendatario, ni a los manufacturera, aunque tienen un interé s en que el precio de mercado
Grundrisse. Volumen III
de su producto excedes m al precio natural, les interesa aumentar el natural Price n de sus
mercancı́as.
El landlord sı́ tiene ese interé s, pues la renta se constituye de esa suerte... Bounties on
exportation y prohibitions of the importation of corns increase the demand, and drive us to
the cultivation of poorer larids y occasion so, necesariamente, an increased difficulty of
production ñ (p. 370).
a Primas.- b Mercado local.- c Como la prima tiende a efectuado.- d Prima.- e Aliciente. - f Vigente en el
mercado extranjero.- g Restringe ası́, (los beneficios (del) exportador a la tasa má s baja (a la cual) é ste puede
proseguir su comercio.- h Un grado menor. - i En el interior.- j Mercado extranjero.- k Prima continua.- l Aumento
permanente.- m Exceda.- n Precio natural.- ñ Las primas a la exportació n (y) las prohibiciones de la impprtació n
de trigo acrecientan la demanda y nos inducen al cultivo de tierras má s pobres, ocasionando ası́,
(necesariamente), una mayor dificultad de producció n
Rent (contra la doctrine of Adam Smith concerning the rent of land °)
o Doctrina de Adam Smith concerniente a la renta del suelo.
Adam Smith reconoce, en el caso de las minas, que depende de su productividad relativa y
de su ubicación el que generen renta (p. 391 y ss.). No obstante, cree por ejemplo que la mina
de carbón más productiva, no la menos productiva, regula el precio del producto de todas las
minas. Ricardo observa al respecto: "If the old mines are insufficient to supply the quantity of
coal required, the price of coal will rise, and will continue rising till the owner of a new and
inferior mine finds that he can obtain the usual profits of stock by working his mine. If his mine
be tolerably fertile, the rise will not be great before it becomes his interest so to employ his
capital; but if it be not tolerably fertile, it is evident that the price must continue to rise till it
will afford him the means of paying his expenses a" (p. 393).
Ricardo admite aquí que primero sube el precio y que luego se pasa a cultivar la tierra
menos fértil y que depende del aumento de aquél el que ésta sea cultivada. Por tanto, no es el
costo de producción aumentado lo que hace subir el precio también de la tierra fértil, sino que
es el alza del precio de la tierra fértil lo que vuelve posible cultivar con un costo de producción
acrecentado. Lo que precede es, pues, un alza en el precio de mercado, por encima del precio
real, y si esta diferencia es suficientemente amplia y efecto de una demanda constante, se
consolida mediante el cultivo de la tierra peor. Que se plantea la cuestión de si realmente es
preciso recurrir a la tierra peor, y si el precio del trigo no recaerá a su level b anterior, lo
concede asimismo Ricardo: "This is in fact the mode in which the cultivation of corn is always
extended, and the increased wants of the market supplied.
798 The funds for the maintenance of labour increases and wages are raised. The comfortable
situation of the labourer induces him to marry –population increases, and the demand for
corn raises its price relatively to other things– more capital is profitably employed on
agriculture, and continues to flow towards it, till the supply is equal to the demand, when the
price again falls, and agricultural and manufacturing profits are again brought to a level c" (p.
361). Ricardo acepta, pues, que todo excedente en el precio de mercado de los p[roductos]
agrícolas por encima del real price va a parar como beneficio a manos del arrendatario
mientras provenga sólo de una demanda acrecentada y no de una mayor dificultad en el
cultivo. Todo el asunto, sin embargo, es muy discutible.
Dado que un acre de papas rinde tres veces má s sustancia alimenticia que un acre de
trigo, si aqué llas se convirtieran en el common y general food d del pueblo, como en algunos
paı́ses lo es el arroz, inmediatamente 1/4 ó 1/2 de la tierra en cultivo serı́a abandoned, ya
que durante un tiempo considerable there could not be e un aumento de la població n como
para consumir la cantidad que pudiera obteherse de la tierra sembrada antes de trigo. Por
tanto la renta bajarı́a y tan solo cuando la població n se hubiera duplicado o triplicado se
pondrı́a otra vez,en cultivo esa cantidad de tierra y se pagarı́a una renta tan alta como antes
Karl Marx
(p. 395). En un principio los labourers, capitalista y consumers f disfrutarı́an de todas las
ventajas de tal aumento de la producció n, pero con el aumento de la població n las mismas
se transferirı́an gradualmente a los proprietors of de soil g. Independientemente de esos
perfeccionamientos en los que la community tiene un interé s inmediato, y el landlord uno
remoto, el interé s del landlord está siempre opposed al del consumer y el manufacturer (p.
399). Los dealings entre el landlord y el public no son like dealings in trade, en los que
ambos, el seller y el buyer, may equally be raid to gain, but the loss is wholly on one side,
and the gain wholly on the other h (p. 400).
a Si las minas viejas son insuficientes para suministrar la cantidad de carbó n requerida, el precio del carbó n
subirá y seguirá subiendo hasta que el propietario de una mina nueva e inferior encuentre que puede obtener
los beneficios usuales del capital explotá ndola. Si su mina es aceptablemente rica, no será grande el alza antes
de que esté en interé s de aqué l emplear de tal suerte su capital; pero si no es aceptablemente productiva, es
evidente que el precio tendrá que seguir subiendo hasta proporcionarle los medios de pagar sus gastos.- b
Nivel.- c Es é ste, en realidad, el modo como se extiende siempre el cultivo del trigo y se satisfacen las
necesidades acrecentadas del mercado, aumentan los fondos para el mantenimiento del trabajo y se aumentan
los salarios. La situació n confortable del trabajador lo induce a casarse; aumenta la població n y la demanda de
trigo hace que suba el precio del mismo con relació n a otras cosas; en la agricultura se emplea lucrativamente
má s capital, y continú a afluyendo a é sta hasta que la oferta es igual a la demanda, con lo cual el precio vuelve a
bajar y los beneficios agrı́colas e industriales se nivelan nuevamente.- d Alimento comú n y general.- e No podrı́a
haber.-f Trabajadores, capitalistas (y) consumidores.- g Propietarios del suelo.- h (Los) negocios (entre el)
terrateniente (y el) pú blico (no son) como los negocios en cl comercio, (en los que ambos, el) vendedor (y el)
Comprador, puede decirse que' ganan por igual, sino que la pé rdida está completamente de un lado, y la
ganancia completamente del otro
Rent (contra Malthus'Opinions on Rent a)
Rent is a creá tion of value, but not a creation of wealth b. . . Este value is puramente
nominal, ya que nada agrega a los necessaries, conveniences and enjoyments of the society
c... Un milló n de qrs. de trigo que valı́an 4 millones de libras, valen ahora 5, porque 11 sell
calcula per qr 5 1. en vez de 4. El effect de ello es to transfer a portion of the value-of ihe
corn and commodities from their former possessors to the landlords d...La rent no agrega
nada a los recursos de un paı́s... Pura transfer of value e, ú nicamente ú til al landlord y
proporcionalmente perjudicial para el consumer (p. 485, 486).
Por high price of corn f no se entiende el price per quarter o bushel, sino el excess of price
for which the whole produce will sell, above the cost of its production g... 150 qrs a 3 libras 10
[[chelines ]] per qr proporcionan a larger rent h que 100 qrs a 4 libras, suponiendo que el
costo of production se mantenga incambiado (p. 487). Rent is not in proportion to the
absolute fertility of the land in cultivation, but in proportion to its relative fertility i (p. 490).
La increased fertility j de una tierra no hace má s que ponerla en condiciones de pagar an
augmented rent k en lo futuro...
a Las opiniones de Malthus sobre la renta.- b La renta es una creació n de valor, pero no una creación de
riqueza.- c Artı́culos de primera necesidad, comodidades y disfrutes de la sociedad.- d Transferir una parte del
valor del trigo y de las mercancı́as, de sus poseedores anteriores a los terratenientes.- e Transferencia de
valor.- f Alto precio del trigo.- g Precio por quarter o bú shel, (sino el) exceso de precio a que se venderá todo el
producto, por encima del costo de su producció n.-h Renta mayor.- i La renta no está en proporció n a la
fertilidad absoluta de la tierra cultivada, sino en proporció n a su fertilidad relativa.- j Fertilidad acrecentada.- k
Una renta aumentada.
799 En una tierra extraordinariamente fé rtil, la renta real puede ser má s baja que en una que
só lo moderate return yield a... La renta está en proporció n al valor, no al excedente de un
producto (p. 491). Whatever the nature of the latid may be, high rent must depend on the
high price of the produce; but given the high price, rent must be high in proportion to
abundance and not to scarcity b (p. 492). Malthus se figura "that it is food that creates its
own demand c", que providing de food d es un estı́mulo para el matrimonio, en vez de
considerar que el general progress of population is affected by the increase of capital, the
Grundrisse. Volumen III
consequent demand for labour and the rise of wages y' que la production of food is but the
effect of that demand e (p. 493). Malthus opina: "Si los necessaries of life f, los má s
importantes products of land g, no tuvieran la propiedad of creating an increase of demand
proportioned to their increased quantity h, esa cantidad aumentada darı́a como resultado
una baja en su valor de cambio." Ricardo observa a este respecto, con razó n: Of what
increased quantity does Mr. Malthus speak? Who is to procude it? Who can have any motive
to produce it, before any demand exists for an additional quantity i ? (p. 495). Improvements
in agriculture, and in the division of labour, are common to all land; they increase the
absolute qü antity of raw produce obtained from each, but probably do not much disturb the
relative proportions which before existed between them j (p. 501,502). It is not the price at
which corn can be produced, that has any influence on the quantity produce, but the price
at which it can be sold k. Es en proporció n al degree l de la diferencia de su precio, por
encima o por debajo del costo de producció n, que el capital es atraı́do a la tierra o repelido
de ella. Si este excess es tal que el capital empleado en ella da un beneficio mayor que el
corriente, se le empleará en la tierra, y a la inversa (p. 505). That the stockholder is
benefited by a great fall in the value of corn, cannot be doubledm (p. 516).
a Produce un rendimiento moderado. "Yield"; deberı́a decir "Yields", pero probablemente Marx conservó la
forma plural que el verbo tiene en el original inglé s pese a que é l en alemá n puso al sujeto en singular.- b
Cualquiera que sea la naturaleza de la tierra, una renta elevada ha de depender del precio alto del producto;
pero dado el precio alto, la renta tiene que ser alta en proporció n a la abundancia y no a la :seasez.- c "Que son
los alimentos los que crean su propia demanda".- d Abastecimiento (de) alimentos.- e (Que el) aumento general
de la población es afectado por el incremento del capital, la consiguiente demanda de trabajo y el alza de los
salarios; (y que la) producción de alimentos no es sino el efecto de esa demanda.- f Medios de subsistencia.- g
Productos de la tierra.- h De crear un aumento de la demanda proporcional a su cantidad acrecentada.-i ¿De
qué cantidad acrecentada habla Mr. Malthus? ¿Quié n habrá de producirla? ¿Quié n puede tener motivo alguno
para producirla antes de que exista alguna demanda correspondiente a esa cantidad adicional? – j Los
perfeccionamientos en la agricultura y en la divisió n del trabajo son comunes a todas las tierras; acrecientan la
cantidad absoluta de producto en bruto obtenido de cada una, pero probablemente no alteran mucho las
proporciones relativas que existı́an antes entre ellas.- k No es el precio al que puede producirse el trigo lo que
ejerce una influencia sobre la cantidad producida, sino el precio al que se le puede vender.- l Grado.- m No
puede ponerse en duda que al accionista lo beneficia una gran baja en el valor del trigo.
800
Efecto de la importación de trigo sobre la renta del suelo y el beneficio del
arrendatario
"As rent is the effect of high price of corn, the loss of rent is the effect of a low price.
Foreign corn never enters into competition with such home corn as affords a rent; the fall of
price invariably affects the landlord till the whole of his rent is absorbed; it fall still more,
the price will not afford even the common profits of stock; capital will then quit the land for
some other employment, and the corn, which was before gro wn upon it, will then, and not
till then, be imported a" (p. 519).
a "Como la renta es el efecto del alto precio del trigo, la caı́da de la misma es el efecto de un precio bajo. El
trigo extranjero nunca compite con el trigo nacional que proporciona renta; la baja del precio afecta
invariablemente al terrateniente hasta que se absorba el total de su renta; si cayera todavı́a má s, el precio no
proporcionará siquiera los beneficios corrientes del capital; é ste abandonará entonces la tierra por alguna
otra actividad, y entonces, y no antes, se importará el trigo que antes crecı́a en aqué lla"
Efecto de la libre importación de trigo sobre los beneficios y el capital del
arrendatario
Con cada incremento en la importació n de trigo y la consiguiente baja de su precio, se
retira el capital de la tierra má s pobre, y tierras de mejor calidad, que ahora ya no pagan
renta, se transformarı́an en el nuevo standard regulador del precio natural del trigo... Pero
se dice que el capital no se puede retirar de la tierra; que adopta la forma de inversiones
Karl Marx
que no es posible retirar como abonos, drairiing, fencing etc.b En parte esto es verdad. Pero
al capital que se compone de ganado vacuno, ovejas, heno y corn ricks, carts etc. c, se le
puede retirar, vender y transferir a otro ramo... Pero si no se puede retirar ninguna parte del
capital, el arrendatario continú a produciendo tanto como le sea posible, sea cual sea el
precio al que pueda vender... En caso contrario no obtendrı́a ningú n return d por su capital.
Corn would not be imported e (? )... Este precio bajo del trigo afectarı́a tan solo los usual
profits de aquel stock f que no produce renta, y bajarı́a la renta de la tierra mejor, mientras
que los wages y profits subirı́an... Sea como fuere, la ventaja de un precio relativamente bajo
del trigo consiste en que en la forma de beneficios se le adjudica más a la clase productiva, y
menos, bajo el nombre de rent, a la clase improductiva... Pero si puede retirarse una gran
parte del capital, se le retirará siempre que rinda má s en otra rama de la industria...
Abandona la parte del capital inseparable de la tierra porque con la parte restante puede
obtener un beneficio mayor que en caso de no abandonar esa parte inseparable. Es como en
el caso de maquinaria costosa, desplazada a tal punto por las invenciones de maquinaria
mejor, que el precio de las mercancı́as fabricadas por ella cae considerablemente. A a le
corresponde calcular, ahora, si debe abandonar la vieja má quina e instalar una
perfeccionada, losing all the value of the old g, o continuar trabajando con ella. Who, under
such circumstances, would exhort him to forego the use of the better machinery, because it
would deteriorate or annihilate the value of the old? h Es é ste el argumento de quienes
pretenden que se prohı́ba la importació n de trigo porque deteriorarı́a, o aniquiları́a, la parte
del capital del arrendatario incorporada inseparablemente a la tierra (p. 314-318).
b Desecació n, cercos, etc.- C Parvas de trigo, carros, etc.- d Beneficio.- e No se importarı́a trigo.- f Beneficios
corrientes (de aquel) capital.- g Perdiendo todo el valor de la vieja.- h ¿Quié n, en tales circunstancias, lo
exhortarı́a a privarse del uso de la maquinaria mejor, porque con ello deteriorarı́a o aniquiları́a el valor de la
antigua?
La segunda parte de la renta, que no proviene de la fertilidad relativa de la tierra
Hemos distinguido ahora mismo entre la renta propiamente dicha y la remuneración que
con ese nombre se paga al landlord por las ventajas que el gasto de su propio capital ha
procurado al arrendatario. Sin embargo esta distinció n no es nada fijo. Como una parte de.
ese capital, una vez gastado en la mejora de una finca arrendada, queda amalgamado
inseparablemente al suelo y tiende a acrecentar sus fuerzas productivas, la remuneració n
pagada al landlord es exactamente de la naturaleza de la renta y está sometida a todas las
leyes de la renta.
801 Corran estas mejoras por cuenta del landlord o del tenant, só lo se efectuará n, en primera
instancia, si existe una gran probabilidad de que el rendimiento equivaldrá a la tasa media
del beneficio del capital; pero una vez efectuadas, el rendimiento tendrá por entero la
naturaleza de la renta y estará sujeto a todas las variations de la rent. Algunos de esos
gastos só lo mejoran la tierra por perı́odos limitados y no aumentan de manera permanente
sus fuerzas productivas; being bestowed on buildings, and other perishable improvements,
they require to be constantly renewed, and therefore do not obtain for the landlord any
permanent addition to his real rent a (p. 306, nota). Ricardo advierte que la fertilidad natural
sólo se puede separar temporariamente de la artificial. Pero cabe observar que una parte de la
mejora del suelo resulta una conquista para toda una época y a nadie se le paga. Por ejemplo,
nadie paga la diferencia entre un terreno cultivado de manera moderna y uno del siglo VIII.
Hasta el suelo yermo participa de esa ventaja, pues participa de los medios modernos que
hacen diez veces más fácil el cultivo, el desmonte. Esa conquista científica se ha convertido en
el standard general.
Cualquiera que sea la parte del capital que esté fijada a la tierra, habrá de pertenecer, a la
Grundrisse. Volumen III
significan para el terrateniente ningú n aumento permanente de su renta real.- b Expiració n (del) contrato de
arrendamiento.- c Al arrendar nuevamente esa tierra.- d Del extranjero.- e Tierra del paı́s.- f Disminuido en su
valor.- g Una mayor cantidad anual de producció n.
III) En torno al precio natural y al de mercado
La cantidad correspondiente de mercancı́as, determinada por el tiempo de trabajo
necesario para su producció n, que se da por una mercancı́a en el intercambio, es el precio
natural. A su lado, el precio de mercado. Accidental y temporary desviations a del mismo. La
oferta no corresponde exactamente a las wants y wishes of mankind b... Es precisamente en
virtud de estas variations có mo el capital se distribuye con exactitud en la producció n de las
diversas mercancı́as. Con el alza y la baja de los precios los beneficios ascienden por encima
de su general level c o caen por debajo de é l, y se estimula al capital a invertirse en una rama
de la industria o a apartarse de la misma...
802 Este incesante afá n, comú n a todos los employers of stock d, de abandonar una inversió n
menos lucrativa por otra má s ventajosa, tiene una strong e tendencia a igualar la rate of
profits of all f, o a fijarla en tales proportions que in the estimations of the parties
compensate for any advantage which [[one]] may have, or may appear to have over the
other g. Este change no es effected h mediante un cambio absoluto de su empleo, por parte
de un fabricante, sino tan só lo reduciendo la cantidad del capital que tiene en su negocio. En
todos los paı́ses ricos la monied class i no está ligada a ninguna trade j; vive del interé s de su
capital, empleado en el discount de bills o in loans k a la parte má s industriosa de la
community. Tambié n los bankers emplean un gran capital on the same objects l. El capital
ası́ empleado constituye un capital circulante de large amount m y lo utilizan, en
proporciones mayores o menores, all the different trades n del paı́s. Quizá s no haya ningú n
fabricante, por rico que sea, que limite su actividad al extent ñ que permite su propio funds
o: tiene siempre some portion de ese floating capital p, que aumenta o disminuye conforme
Que emplean capital.- e Fuerte.- f Tasa de beneficios de todos.- g (Que) en las estimaciones de las partes
compensen cualquier ventaja que [[una]] tenga, o parezca tener, sobre la otra.- h Cambio (no es) efectuado.- i
Clase adinerada .- j Industria.- k Descuento (de) letras (o) en pré stamos.- l Con los mismos fines.- m Gran
volumen.- n Todas las diversas actividades.- ñ Marco.- o (Sus propios) recursos.- p Alguna parte (de ese) capital
flotante.- q Seda.- r Telas.- s Fabricante de telas.- t Industria de la seda.
gunos de sus obreros, discontinues a la demanda for the loan de bankers y monied men
b, el silk fabricant, por el contrario, obtiene má s pré stamos, y de esa manera el capital ha
,ido transferido de un ramo al otro, sin que el fabricante suspenda su ocupació n habitual. . .
De ahı́ el aprovisionamiento de grandes ciudades en las proporciones adecuadas. . .
Diferencias que se vuelven fijas, en la tasa del beneficio como compensació n de ventajas
reales o imaginarias, por ejemplo seguridad, east c, higiene, etc... Actualmente, tras el
Karl Marx
té rmino de la gran guerra que tanto deranged the division which before existed of
employments in Europe, no todos los capitalistas han yet found his place in the new division
which has now become neCessary. . . It is this competition (entre los capitalists) which so
adjusts the changeable value of commodities, that after paying the wages for the labour
necessary to their production, and all other expenses required to put the capital employed
in its original state of efficiency, the l'emaining value or overplus will in each trade be in
proportion to the value of the capital etnployed d (p. 80-84).
Si un cambio en la moda (etc., etc.) aumentara la demanda por una mercancı́a y redujera
la de otra, sin que se modificase el tiempo de trabajo requerido para la producció n de las
mismas, aumentarı́a el precio de mercado de la primera mercancía y disminuiría el de la otra;
los beneficios quedarı́an en un ramo por encima del level e general, y en el otro por debajo.
Otro tanto ocurrirı́a con los wages f en los dos ramos diferentes... Luego, otra vez la
equiparació n (p. 83, 84).
803 "Luego de haber reconocido", dice Ricardo, "los efectos temporarios que en diversos
empleos del capital pueden producirse sobre los precios de las mercancías, así como sobre el
salario y los profits of stock g, por causas accidentales - sin influir sobre el precio general de las
mercancías, wages o profits, ya que estos effects son igualmente operatives in all stages of
society h, gut reinos dejarlos ahora totalmente de lado al tratar de las leyes que regulate
natural prices, natural wages and natural profits, effects totally independent of these
accidental causes i ” (p. 85). Ricardo hace abstracción de lo que considera accidental. Otra
cosa es exponer el proceso real en el que dos cosas –lo que él llama movimiento accidental,
pero que es algo constante y real, y su ley, la relación promedio– aparecen como igualmente
esenciales.
a Interrumpe.- b Por los pré stamos (de) banqueros (y) personas adineradas.- c Facilidad.- d (Que tanto)
trastornó la divisió n de empleos existente anteriormente en Europa, (no todos los capitalistas han)
encontrado aú n su lugar en la nueva divisió n que se ha vuelto necesaria... Es esta competencia (entre los
capitalistas) la que regula de tal suerte el valor de cambio de las mercancı́as que, tras pagar los salarios por el
trabajo necesario para la producció n de aqué llas y efectuar todos los demá s desembolsos necesarios para
poner el capital empleado en su estado original de eficiencia, el valor remanente, o excedente, será
proporcional, en cada industria, al valor del capital empleado.- e Nivel.- f Salarios.- g Beneficios del capital.- h
(Estos) efectos (son igualmente) vigentes en todos los estadios de la sociedad.- i (Que) regulan los precios,
salarios y beneficios naturales, efectos por entero independientes de aquellas causas accidentales.
Diferencia entre el valor (precio natural) y la riqueza
El valor y la riqueza son esencialmente diferentes. La riqueza depende de la abundancia;
el valor, de la facilidad o dificultad de la producció n. El trabajo de un milló n de hombres in
manufactures a producirá siempre el mismo valor, pero no siempre la misma riqueza. (Pero,
¿cómo crece entonces el valor? Dejando de lado a la renta. Evidente, Si en vez de un millón de
hombres trabajan dos millones. Por el crecimiento de la población, pues. Por la multiplicación
de la misma actividad productiva. No es necesario, para ello, que un producto cueste más
trabajo que en otras ocasiones. Sólo se requiere, para ello: crecimiento de la població n.
Crecimiento del capital que la emplea. Multiplicació n de las ramas de trabajo.)... Un hombre
es rico o pobre segú n la abundancia de necessaries y luxuries b de que puede disponer, y
cualquiera que sea el valor de cambio de é stos en dinero, trigo o trabajo, contribuirá n por
igual al disfrute de su poseedor. A causa de la confusió n conceptual entre el valor y la
riqueza, se llegó a afirmar que podı́a aumentarse la riqueza mediante la reducció n de la
cantidad de mercancı́as... El individuo al que la posesió n de una mercancı́a escasa le permite
disponer de má s necessaries, etc., es má s rico, pero só lo merced a la reducció n de la share c
de otros individuos, en la misma proporció n... Si con el mismo capital y trabajo, gracias a un
invento, se pudiera duplicar todas las mercancı́as en un paı́s, incluido el oro, la riqueza se
habrı́a duplicado, pero el valor permanecerı́a igual... La riqueza de un paı́s puede, pues,
Grundrisse. Volumen III
duplicarse de dos maneras: por el empleo de una parte mayor del rédito en el mantenimiento
del trabajo productivo, lo cual acrecentará no só lo la cantidad, sino el valor de la masa de las
mercancı́as; o sin empleo de una additional quantity de trabajo, making the same quantity
more productive d, lo cual aumentará la abundancia, pero no el valor de las mercancı́as... Si
10 men e mueven un molino de trigo, y se descubre que con ayuda del viento o del agua es
posible ahorrarse el trabajo de esos 10 hombres, la harina, que es en parte el producto of
the work performed by the mill f, bajarı́a inmediatamente de valor, en proporció n a la
cantidad ahorrada de trabajo; y la sociedad serı́a má s rica en las mercancı́as que produjera
el trabajo de los 10 hombres, the funds destined for their maintenance being in no degree
impaired g...
804 Say reprocha equivocadamente a Adam Smith el haber pasado por alto el valor que las
mercancı́as reciben de los agentes naturales y de la maquinaria, ya que é l, [Smith] deriva del
trabajo humano el valor de todas las cosas... Adam Smith no menosprecia esos servicios,
pero observa acertadamente que los mismos acrecientan el value in use h, aumentando la
abundancia de los productos y enriqueciendo a los hombres, pero nada agregan al valor de
cambio, porque no se paga por el uso del aire, del calor y del agua, ya que é stos efectú an
gratuitamente su work i (p. 320-337).
(Con la mera distinció n conceptual entre value y riches j, Ricardo no supera la dificultad.
La riqueza burguesa y la finalidad de toda la producción burguesa es el valor de cambio, no el
disfrute. Para acrecentar ese valor de cambio no hay ningún otro medio –si hacemos
abstracción de las defraudaciones recíprocas– que multiplicar los productos, producir más.
Para alcanzar esa plusproducción, es preciso aumentar las fuerzas productivas. Pero en la
misma proporción que se aumenta la fuerza productiva de una cantidad dada de trabajo –de
una suma dada de capital y trabajo–cae el valor de cambio de los productos y la producción
duplicada tiene el mismo valor que antes tenía la mitad. Para no hablar de la depreciación, de
la que más tarde nos ocuparemos. Si esto ocurriera de manera regular y uniforme, el valor no
se modificaría nunca, con lo cual quedaría suprimido todo el stimulus a la producción
burguesa. Por ocurrir esto de manera irregular se hacen presentes todas las colisiones, pero al
mismo tiempo el progreso burgués. La plusproducción de las mercancías nunca es el objetivo
de la producción burguesa, sino la plusproducción de valores. El acrecentamiento real de la
fuerza productiva y de las mercancías ocurre malgré elle k y todas las crisis, etc., se fundan en
la contradicción con ese aumento de los valores, que en su propio movimiento se anula
transmutándose en un aumento de productos. Una contradicción en torno a la cual gira
constantemente la industria burguesa.)
a En fá bricas.- b Artı́culos de necesidad (y) suntuarios.- c Parte.- d Cantidad adicional (de trabajo), haciendo
má s productiva la misma cantidad.- e Hombres.- f Del trabajo efectuado por el molino.- g No deteriorá ndose en
grado alguno el fondo destinado a su mantenimiento.- h Valor de uso.- i Trabajo.- j Valor (y) riquezas.- k Pese a
ella
Afirma Ricardo, con respecto al capital:
"El capital es aquella parte de la riqueza de un paı́s que se emplea with a view to future
production, and may be increased in the same manner as wealth. An additional capital will
be equally efficacious in the production of future wealth, whether it be obtained from
improvements of a skill and machinery, or from using more revenue productively b; for
wealth always depends on the quantity of commodities produced, without any regard to the
facility with which the instruments employed in production may have been procured. A
certain quantity of clothes and provisions will maintain and employ the same number of
men, and will therefore procure the same work to be done, whether they be produced by
the labour of 100 or 200 men; but they will be of twice the value if 200 have been employed
on their production c" (p. 327, 328).
a "of'; en el texto de Ricardo "in" (en).- b "Productively; en Ricardo, "reproductively" (reproductivamente).
Karl Marx
Pese a ella.- c "Con miras a la producció n futura y se le puede aumentar de la misma manera que a la riqueza.
Un capital adicional será igualmente eficaz en la producció n de riqueza futura, ya se le obtenga gracias a
perfeccionamientos en la destreza y en la maquinaria, ya por el uso productivo de má s ré dito, pues la riqueza
depende siempre »de la cantidad de mercancı́a producida, sin que en absoluto importe la facilidad con que se
hayan obtenido los instrumentos utilizados en la producció n. Cierta cantidad de ropa y provisiones mantendrá
y empleará el mismo nú mero de hombres, y permitirá por tanto disponer del mismo trabajo a efectuar, haya
sido producida por el trabajo de 100 o de 200 hombres, pero valdrá el doble si se emplearon 200 en su
producció n".
805 Primero. Supongamos ahora que 100 hombres produjeran tantas mercancías como antes
lo hacían 200. Por tanto, el trabajo de esos 100 podría poner en actividad a 200 men. El
producto de los 200 ahora employed, ¿tendrá el doble de valor que el de los primeros 100, por
ser el producto de 200, mientras que aquél era sólo el producto de 100?
Segundo. Ricardo confunde aquí el capital con el material del capital. La riqueza es sólo la
materia del capital. El capital es siempre una suma de valores destinada nuevamente a la
producción, no sólo una suma de productos, y tampoco destinada a la producción de
productos, sino de valores. Si se obtuvieran mercancías adicionales por medio de la
maquinaria, etc., con las cuales pudiera ponerse en movimiento obreros adicionales, no se
habría creado ningún capital adicional, sino aumentado la fuerza productiva del antiguo.
Ningún capitalista dirá que posee un capital adicional si con los mismos 100 táleros puede
poner en movimiento más obreros. Su capital aumenta, en este caso, porque sube la tasa del
beneficio con respecto al salario y porque una parte tanto mayor del viejo capital se reproduce
bajo la forma de capital, en vez de hacerlo bajo la forma de expenditure a de los obreros. Esta
ventaja dura solamente hasta tanto la competencia de capitales igualmente productivos haya
nivelado su plusganancia. En caso contrario estarzamos precisamente ante un aumento de la
riqueza, pero no del capital. Tras esta nivelación queda aumentado, por cierto, el value in use,
pero el valor b no sigue creciendo en la misma medida. Si el capital se vuelve más productivo,
no aumentaría si todos los capitales en la misma rama de la producción y en todas las demás
se volvieran igualmente más productivos. El capital del país se mantendría incambiado, pero
produciría una riqueza mayor en el. sentido r[icard]iano, más necessaries, etc. Al aumentar
siempre unilateralmente la fuerza productiva del capital, produciéndose por tanto en un
primer momento también un acrecentamiento de los valores (la máquina mejor participará
aquí del precio de la mediana, exactamente como el suelo peor del precio del mejor, y se opera
una creación de valor como en el caso de la renta), al poner el capitalista, con el mismo
capital, más obreros en movimiento, aumentará por ende la cantidad de trabajo; hace
trabajar, p. ej. 2 millones en vez del millón que trabajaba antes, y así aumenta también los
valores.
En Ricardo jamás resulta claro cómo se puede aumentar los valores, y por tanto también el
capital, sin que, como en el caso de la renta, se quite al uno lo qué percibe el otro. Aquí se
incluye ante todo, además del aumento de la población, del aumento de la fuerza productiva
del capital –id est, de la reducción del salario relativo del obrero, de la economización de
trabajo ya efectuado– también la multiplicació n relativa de los modos de actividad. Se crean
más valores 1) poniendo en movimiento más brazos, poniéndolos en movimiento en una rama,
y 2) suscitando un trabajo correspondiente en otras ramas, con las cuales se efectúan
intercambios. Las fábricas inglesas de algodón no habrían producido más valores si dentro y
fuera del país no se hubieran creado 1.000 mercados para sus productos, mediante el trabajo,
trabajo por el cual aquéllas pueden efectuar el intercambio. Ricardo pierde totalmente de
vista esa intercambiabilidad y la creación del equivalente. En otro lugar dice Ricardo:
806 "Puede plantearse como uniformly true principie c, de validez general, que el ú nico
encouragement d para la producció n acrecentada de una mercancı́a es el excedente de su
precio de mercado sobre su natural or necessary value e" (p. 504). Aquí admite, pues, que no
Grundrisse. Volumen III
Estı́mulo "Encouragement"; en Ricardo "great encouragement" (gran estı́mulo).- e Valor necesario o natural.- f
Lucha.- g Lucha (entre el) precio de mercado (y el) precio real.
Karl Marx
La production no es determinada por los costos de producción, esto es por el real value,
sino por el market Price c (El precio real es el precio al que puede producirse una
mercancía; el precio de mercado, aquel al que se la puede vender)
"no es el precio a que puede producirse el trigo lo que influye sobre la cantidad
producida, sino el precio al que se le puede vender. Es con relació n a la degree of the
difference of its price d por encima o por debajo de los costos de producció n that capital is
attracted to, or repelled from the land. If that excess be such as to give the capital so
employed a greater than the general profit of stock, capital will go to the land; if less, it will
be withdrawn from it e" (p. 505).
c Valor real, (sino por el) precio de mercado.- d Magnitud de la diferencia de su precio.- e Que el capital es
atraı́do o rechazado de la tierra. Si ese excedente fuera tal como para proporcionar al capital ası́ empleado un
beneficio mayor que el corriente, el capital irı́a a la tierra, si menos, se le retirará de ella
Efecto depreciante de los perfeccionamientos en la agricultura y la maquinaria
Todos los perfeccionamientos en la agricultura y la manufactura, ası́ como todos los
inventos de maquinaria..., nunca dejan, en el momento de su introducció n, de deteriorate or
annihilate a una parte del capital existente del arrendatario o manufacturer (p.318).
Supongamos que, con un capital dado, el trabajo de determinado nú mero de hombres
produce 1.000 pares de medias y que gracias a inventos en la maquinaria el mismo nú mero
of men produjera 2.000 pares, o 1.000 pares de medias y 500 hats b; en tal caso, el valor de
los 2.000 [pares de] medias o de los 1.000 [pares de] medias y los 500 hats no serı́a mayor
que el de los 1.000 pares de medias antes de la introducció n de la maquinaria, ya que serı́an
el producto de la misma cantidad de trabajo. Pero el valor de la masa general de mercancı́as,
no obstante, habrı́a disminuido, puesto que... se produce un efecto sobre la parte aú n no
consumida de las mercancı́as producidas antes del perfeccionamiento; el valor de estas
mercancı́as se reducirá , ya que deberá n descender hasta el level, quantity for quantity, of
the goods produced under all the advantages of the improvement c; y la sociedad tendrá ,
pese a la cantidad acrecentada de laca]] mercancı́as..., un monto menor de valores.
808 Aumentando constantemente la facilidad de la producció n, reducimos constantemente el
valor de algunas de las mercancı́as producidas con anterioridad, aunque con ello no só lo
aumentamos la riqueza nacional, sino tambié n la power of future production d (p. 321,
[322]).
a Deteriorar o aniquilar.- b Sombreros.- c A cantidades iguales, (hasta el) nivel de los bienes producidos con
polémica contra el trigo y el precio del trabajo, el salario que, desde luego, no es el trabajo
mismo.) (Igualmente contra el dinero.)
"El precio real no depende, como han afirmado algunos, del valor del dinero; tampoco del
valor con relació n al trigo, al trabajo o cualquier otra mercancía considerada singularmente,
o to all commodities, collectively f" (p. 499). No depende en absoluto de una mercancía, sino
de la actividad que produce a las mercancías. Tampoco pues, del trabajo en tanto éste se paga,
sino del trabajo en tanto éste es ptroldtuIcttivo]]; no en la medida en que éste mismo es
mercancía, sino en la medida en que crea mercancías.
a "Korn"; en el ms. "Geld" ("dinero)".- b "En primer té rmino", no figura en Ricardo.- c "Hay que demostrar";
en Ricardo, "habrá que sostener".- d Regulador.- e Este adjetivo parece quedar sin referente.- f A todas las
mercancı́as, colectivamente.
El comercio exterior y el valor de cambio
Como el valor de todas las mercancías extranjeras se mide por la cantidad [[de productos
]] a de nuestro trabajo y de nuestra tierra que se da en el intercambio por ellos, no
tendrı́amos un valor mayor si, por el descubrimiento de nuevos mercados, obtuvié ramos el
doble de la cantidad de mercancı́as extranjeras a cambio de una cantidad dada de las
nuestras.
809 Si mediante la compra de mercancı́as inglesas por un monto de 1.000 libras, un
comerciante puede adquirir cierta cantidad de mercancı́as extranjeras que puede vender en
el mercado inglé s por 1.200 libras, obtendrá un 20% de profit por tal empleo de su capital;
pero ni su ganancia, ni el valor de sus mercancı́as importadas, aumentarı́a o disminuirı́a por
una cantidad mayor o menor of foreign goods obtained b. Que importe 25 ó 50 pipes of
wines c no puede afectar sus intereses si una vez vende las 25 y la otra las 50 pipes a 1.200
libras. En cada caso su beneficio se limitará a 200 libras, or d el 20% de su capital y en
ambos casos se habrá importado a Inglaterra el mismo valor. Si vende las 50 pipes por má s
de 1.200 libras, los profits de este comerciante individual excederı́an de la tasa media del
beneficio y los capitales afluirı́an a este ventajoso trade e, hasta que la baja del precio del
vino llevara cada cosa a su level f anterior (p. [131], 132).
Para demostrar que se mide el valor de las mercancías extranjeras por la cantidad de la
tierra y el trabajo locales, dice Ricardo:
"En la adquisició n de mercancı́as extranjeras se empleará la misma parte, o una parte
mayor, o una parte menor [del producto] g de la tierra y del trabajo de Inglaterra, p.ej. h Si es
la misma parte, entonces subsistirá la misma demanda por los productos locales i y para su
producció n se empleará la misma parte del capital. Si una parte menor, al ser má s barato el
precio del producto extranjero, entonces habrá una parte mayor disposable j para la
demanda domé stica. Si una mayor, se empleará entonces una parte menor en la producció n
local y decrecerá la demanda de é sta. Se libera, de esta suerte, el capital con que se compran
mercancı́as extranjeras, y por consiguiente, en todos los casos, la demanda de productos
extranjeros y locales k, en su conjunto y en lo que respecta al valor, está limitada por los
ingresos y el capital del paı́s. Si una aumenta, la otra habrá de disminuir" l (p. 133, 134).
a Agregado segú n texto de Ricardo.- b De bienes extranjeros obtenidos.- c Toneles de vino.- d O.- e Comercio.- f
Nivel.- g Agregado segú n texto de Ricardo.- h P. p. ej., agregado por Marx.-i "Productos locales", en el texto de
Ricardo se lee: "ropa, zapatos, trigo y sombreros".- j Disponible.- k "Fremde und inlá ndische"; en el ms., "fremde
und auslá ndische" ("extranjeros y extranjeros").- l Este pá rrafo, pese al entrecomillado, es má s bien una
sı́ntesis y no una transcripció n textual.
(Una cosa es segura: el valor de la tierra y del trabajo es, p. ej. 1.000 libras. Por ende, si se
emplean 800 libras en compras en el extranjero, sólo se podrán emplear 200 en compras
locales; si 800 en éstas, sólo 200 en las extranjeras, etc. Esto no significa otra cosa que lo
siguiente: só lo podemos intercambiar nuestro trabajo, los productos de nuestro trabajo. Mas
esto es una suma dada: si empleamos tal parte de esta suma en uno de los dos ramos
Karl Marx
comerciales, en el otro sólo podremos emplear el resto de la suma. Pero ello no demuestra que
en el intercambio no podamos recibir más valores. Ricardo supone aquí que el valor que
recibimos a cambio de gastarse, intercambiarse inmediatamente en el país, estando limitado,
en consecuencia, por los valores que éste tiene. Pero acumulamos, oro, p. ej. y lo hoarden a,
como lo han hecho todas las naciones comerciales, cuando no encontramos un equivalente
inmediato por los valores mayores que recibimos a cambio. En caso contrario sería también
correcta, ciertamente, la tesis general: no podemos crear ningún valor nuevo, sino sólo valeur
utile b, puesto que el valor nuevo está determinado por los productos existentes del trabajo, y
el trabajo se mide por el valor preexistente por el cual es menester que se intercambie. Nunca,
pues, podría aumentarse el valor existente. ¿Pero no podemos poner en movimiento nuevo
trabajo? Y el dinero, ¿sólo guarda relación con los valores creados, o con los que se puede
crear? ¿Y una nación no puede despojar a la otra, al igual que un individuo al otro?
a Atesoramos.- b Valor de uso.
intercambiarlas. Tan solo a partir de la mera posibilidad de intercambiarlas. Como en tal caso
se agotan rápidamente, el trabajo tiene que reproducirlas, y si en un primer momento su valor
estaba determinado casualmente, se determina ahora por los costos de producción. Si, por lo
tanto, se ciegan las fuentes del intercambio, se detendrá la producción, y consiguientemente la
medida por la cual, según Ricardo, debe medirse el intercambio: "la tierra anual y el trabajo
anual".
a Por eso mismo
Determinación del valor de cambio en países diferentes
La misma regla que regula el valor relativo de las mercancı́as en un paı́s no regula el valor
relativo de las mercancı́as que se intercambian entre diversos paı́ses. Bajo el sistema de una
libertad de comercio plena, cada paı́s consagra su capital y su trabajo a las ocupaciones que
son má s lucrativas para cada uno de los mismos... De ahı́ que distribuya b el trabajo most
effectively y most economically: while, by increasing the general mass of productions, it
diffuses general benefit, and binds together by one common tie of interest and intercourse,
the universal society of nations throughout the civilised world c " (p. 138, 139) d.
b El sujeto de este verbo es en Ricardo "esta bú squeda del provecho individual", o sea del provecho de cada
nació n.- c De la manera má s efectiva (y) má s econó mica; mientras que, acrecentando la masa general de las
producciones, difunde un beneficio general y liga con un vı́nculo comú n de interé s e intercambio, en todo el
mundo civilizado, a la sociedad universal de las naciones.- d Entre el fin de este pá rrafo y el comienzo del
siguiente figura en el manuscrito la continuació n del extracto, ya citado, de James Steuart.
En un mismo paı́s los beneficios está n, por lo general, al mismo level, o bien su diferencia
se funda ú nicamente en que el empleo del capital sea má s o menos seguro y agradable. No
ocurre lo mismo cuando se trata de paı́ses diferentes... El capital, si hubiera alguna
diferencia en el beneficio, se transferirı́a rá pidamente de Londres a Yorkshire, pero si a
consecuencia del crecimiento del capital y la població n los wages aumentan y los profits
bajan, no por ello se desplazan necesariamente el capital y la població n de Inglaterra a
Holanda o a Españ a o Rusia, donde los beneficios serı́an mayores. . . Si Portugal necesitara
90 hombres para producir una cantidad dada de tela, y 80 para producir una cantidad dada
de vino, mientras que Inglaterra requiriera 100 para las telas y 120 para el vino, Portugal
exportará vino e Inglaterra telas... La cantidad de vino que Portugal da a cambio de la tela
inglesa no está determinada por las cantidades respectivas de trabajo devoted to the
production of each a, como serı́a el caso si ambas mercancı́as se produjeran en Inglaterra o
en Escocia... Este intercambio podrı́a ocurrir aunque las mercancı́as importadas por
Portugal pudieran producirse allı́ con menos trabajo que en Inglaterra b. Aunque pudiera
fabricar la tela con el trabajo de 90 hombres, lo importarı́a de un paı́s donde la producció n
requiriera 100 hombres, porque le resultarı́a má s ventajoso emplear su capital en la
producció n de vino, por el cual obtendrı́a má s tela de Inglaterra que el que podrı́a
procurarse si a una parte de su capital la desviase de la producció n de vino a la producció n
de telas. De esta suerte, Inglaterra darı́a el producto del trabajo de 100 hombres por el
producto del trabajo de 80...
812 Tal intercambio no podrı́a llevarse a cabo entre individuos del mismo paı́s... La diferencia, a
este respecto, entre un paı́s solo y muchos paı́ses se explica fá cilmente si consideramos la
dificultad con que el capital se desplaza de un paı́s al otro, para buscar allı́ una ocupació n
má s lucrativa, y por otra parte el dinamismo con que invariablemente passes c de una
provincia a otra en el mismo paı́s. De esto se desprende que un paı́s con grandes ventajas en
maquinaria y destreza, y por tanto en situació n de producir manufactures con mucho
menos trabajo que los paı́ses vecinos, puede importar, a cambio de tales mercancı́as, una
parte del trigo requerido para su consumo incluso si sus lands fueran má s fé rtiles y en é l se
pudiera producir el trigo má s barato que en el paı́s exportador d. Dos personas pueden
Karl Marx
hacer zapatos y sombreros, pero uno es superior en los dos ramos; sin embargo, en la
elaboració n de sombreros aqué l puede sobrepujar a su competidor en un 2 0 %, en la
elaboració n de zapatos en un 33%: ¿no es en interé s de ambos, entonces, que el superior se
ocupe de la elaboració n de zapatos y el inferior de la [de] sombreros? ... La emigració n del
capital (de un paı́s al otro) encuentra obstá culos en la inseguridad imaginaria o real del
capital cuando no está bajo el control directo del poseedor, junto a la disinclination e natural
que cualquier persona siente a abandonar su birth y connections e instrust himself con all
his habits fixed, to a strange government and new laws f. El oro y la plata está n distribuidos
en tales proporciones entre las diversas naciones del mundo como si se ajustaran g al
natural traffic que se efectuarı́a si tales metals no existieran, y el comercio entre los diversos
paı́ses fueran puramente de trueque... El perfeccionamiento of a manufacture h en un paı́s
tiende a modificar la distribució n de los metales preciosos entre las nations del mundo;
tiende a aumentar la cantidad de las mercancı́as, al mismo tiempo que hace subir los
general prices en el paı́s donde ha ocurrido el perfeccionamiento (p. 139-149). El dinero de
cada paı́s se distribuye solamente en las cantidades necesarias para regular un lucrativo
comercio de trueque (p. 147, 148). (Según esta exposición, pues, el comercio de trueque eleva
también los precios, no sólo los productos. )
a Dedicadas a la producció n de cada una.- b "England"; en el ms., "Portugal".- c Pasa.- d Ausfü henden"; en el
ms., "einfü henden" ("importador").- e Renuencia.- f Lugar de nacimiento (y) relaciones (y) confiarse (con)
todos sus há bitos establecidos, a un gobierno extrañ o y a nuevas leyes.- g En ed. 1939, los editores agregan
aquı́ la palabra "Nö tig" (necesariamente) que no figura en el manuscrito, ni en Ricardo.- h De una manufactura.
Influencia del comercio colonial sobre los precios
Las restricciones a una colonia pueden otorgar una ventaja especial a la metró poli (p.
404). Que la pé rdida sufrida a causa de una distribució n desventajosa del trabajo entre dos
paı́ses puede ser beneficiosa a uno, mientras que el otro padece por ella, lo admite el propio
Adam Smith. Pero esto demuestra que una medida que puede ser muy hurtful a para una
colonia, puede ser parcialmente provechosa para la metró poli (p. 405).
813 El mismo Adam Smith dice, hablando de los tratados comerciales que obligan a una nació n
a permitir la entry b de ciertas mercancı́as procedentes de un paı́s, entrada que prohı́be a
otras naciones, o a eximir de impuestos a las mercancı́as de un paı́s, impuestos a los que
está n sujetas todas las demá s: "Los manufacturers y merchants c de una nació n ası́
favorecida ganan... Disfrutan, en el paı́s ligado por el convenio, de una especie de monopolio.
Este paı́s se convierte en un mercado, má s amplio y al mismo tiempo má s lucrativo, para sus
mercancı́as; má s amplio, porque las mercancı́as de otras naciones está n excluidas, o sujetas
a pesados gravá menes, it takes off a greater quantity of them d; má s ventajoso, porque
disfrutan de una especie de monopolio, y sus mercancı́as, a menudo, se pueden vender má s
caro que si estuvieran expuestas a la libre competencia de las otras nations." Por tanto, si
uno de esos paı́ses es colonia y el otro metró poli, este ú ltimo puede ser benefited por la
oppression del primero (p. 405, 406). Sin duda, esto se verı́a obstaculizado de una parte por
la competencia entre los comerciantes de la metró poli misma (si el comercio no estuviera
monopolizado en las manos de una compañ ı́a e)... Pero incluso en este caso la colonia,
cuando má s, puede comprar la mercancı́a al natural price de la metró poli, mientras que,
siendo libre el comercio, quizá s pudiera comprarla al natural price, mucho má s bajo, de
otros paı́ses (p. 406, 407).
De esta suerte, pues, se origina una distribució n desventajosa del capital general, la que
afecta principalmente al paı́s constreñ ido por su tratado a comprar en el paı́s menos
productivo (p. 407).
La ventaja para la metró poli consiste en lo siguiente: esas mercancı́as determinadas, no
podrı́an ser fabricadas en Inglaterra, para la exportació n, si ella no tuviera el privilegio de
Grundrisse. Volumen III
servir this particular market f, ya que la competencia del paı́s donde el natural price fuera
inferior, le quitarı́a la posibilidad de vender esas mercancı́as. Esto tendrı́a poca importancia
si Inglaterra estuviera segura de vender cualquier otra mercancı́a (que pudiera fabricar)
por el mismo importe, ya en el mercado francé s, ya, con igual provecho en cualquier otro.
Inglaterra, por ejemplo, desea comprar vinos franceses por 5.000 libras y vender allı́
mercancı́as a cambio tambié n por el importe de 5.000 libras. Si Francia le concede el
monopolio en el mercado de telas, Inglaterra exportará telas de inmediato, pero si el
comercio es libre, la competencia de otras naciones puede impedir que el natural price de
las telas inglesas sea suficientemente bajo para obtener 5.000 libras por su tela. Es preciso,
por tanto, que la industria inglesa se aplique a la producció n de otra mercancı́a, pero quizá s
ninguna de sus productions, dado el valor vigente del dinero, pueda venderse al natural
price de otros paı́ses. En virtud de dio, se exportan 5.000 libras en dinero a Francia por el
vino. En consecuencia, aumenta el valor del dinero en Inglaterra y disminuye en otros
paı́ses, y de esta manera se reduce el precio natural de todas las mercancı́as producidas por
la industria britá nica. Para obtener las 5.000 libras ahora se puede exportar mercancı́as, ya
que a su precio natural reducido pueden competir con las mercancı́as de otros paı́ses. Con
todo, a los precios bajos se venderá n má s mercancı́as para obtener las 5.000 £ requeridas,
las que no proporcionará n la misma cantidad de vino porque el aumento del dinero en
Francia habrá elevado el natural price of godos g y el del vino en ese paı́s.
814 Por ende, se importará menos vino en Inglaterra, a cambio de sus mercancı́as, si el
comercio es completamente libre, que [si] está ligado por tratados comerciales. La ventaja y
desventaja recı́procas para Francia e Inglaterra consiste en que el uno obtendrá una
cantidad mayor, y el otro una menor, de mercancı́as de la otra nació n (p. 407-409).
Por consiguiente, el comercio exterior está regulado —sea cual fuere la comparative
difficulty of production i en los diversos paı́ses— by altering the natural price, not the
natural value j, al que pueden producirse las mercancı́as en esos paı́ses... Esto se efectú a
altering the distribution of [the] precious me tals k (p. 409).
(Ricardo, pues, distingue aquí entre natural price y natural value. Puede modificarse el uno,
sin que el otro se modifique. El natural price es el natural value expresado por medio del
dinero, y según sea el valor del dinero puede variar esa expresión.)
El comercio colonial, pues, si está ligado, puede ser má s lucrativo para la metró poli que
un comercio completamente libre. Ası́ como a un consumidor individual le es desventajoso
estar limitado en sus dealings l a una shop m determinada, es desventajoso para a nation of
consumersg estar obligada a comprar en un particular country n (p. 410).
a Perjudicial.- b Entrada.- c Fabricantes (y) Comerciantes.- d Quita de en medio una cantidad mayor de ellas.-
e "Kompanie"; en el ms., "Kolonie" ("colonia").- f Ese mercado especı́fico.- g Precio natural de los bienes.- h
Dificultad relativa de la producció n.- i Por la alteració n del precio natural, no del valor natural.- j Alterando la
distribució n de los metales preciosos".- k Transacciones - l Casa de comercio.- m Una nació n de consumidores.- n
Paı́s determinado.
Efecto de la oferta y la demanda sobre el valor de cambio
Un aumento en el costo de producció n de una mercancı́a, si se trata de un artı́culo de
primera necesidad, no disminuirá necesariamente su consumo, pues aun cuando la
capacidad general de consumo de los consumers a se vea disminuida por el alza de una
mercancı́a, yet they may relinquish al consumo de cualquier otra mercancı́a cuyo costo de
producció n no haya aumentado. En este caso la quantity supplied y la quantity demanded b
se mantienen incambiadas; só lo ha subido el costo de producció n, y sin embargo el precio
aumenta, y aumenta necesariamente, para mantener en el level general los beneficios del
producer de la enhanced commodity c (p. [410,] 411).
Como los costos de producció n determinan los precios de las mercancı́as, el empleo de
Karl Marx
má quinas perfeccionadas reduce los precios y permite vender má s barata las mercancı́as en
los mercados extranjeros. Si un paı́s renuncia al uso de la maquinaria mientras que todos
los demá s paı́ses la emplean, habrá de exportar dinero en vez de mercancı́as, hasta que los
natural prices de sus mercancı́as desciendan hasta el nivel de los precios de los otros paı́ses.
Pero en tal caso habrá de dar, tal vez, 2 días de trabajo por un día de trabajo abroad d (p.
481). Esto se debe, dice Ricardo, a que la nació n no fue tan sagaz como sus vecinas, que
adoptaron el uso de la maquinaria (p. 482). ¿De esto no se desprende que una nación actúa
acertadamente si comienza por introducir la maquinaria, por medio de aranceles protectores,
para no tener que vender constantemente 2 días de trabajo por 1 del de otra nación?
815 Observació n general. En la regulación del precio, Ricardo presta muy poca atención a la
cantidad, tal como en la regulación de la renta sólo tiene en vista el precio de un q[[uarter]].
El precio al que se puede vender, es algo que depende, a la vez, de qué parte de una cantidad
dada puede venderse. Puesto que x, el precio total de los productos de una manufactura, es el
mismo si se pueden vender 100 varas a 4 sh. o, con el mismo trabajo, 2.000 a 2. Pero en ambos
casos es necesario que la primera vez se vendan 1.000 varas y la segunda 2.000. El precio total
está determinado por el precio de la unit e (medida, vara, quarter, etc.) multiplicado por la
cantidad vendida.
a Paı́s deté rminado.- b Pueden sin embargo renunciar.- c (La) cantidad ofrecida (y la) cantidad demandada.- d
El precio natural del trabajo, por consiguiente, depende del price de la food, necessaries y
convenientes a... Por consiguiente, con un aumento en el precio de la food y los necessaries
aumenta el precio natural del trabajo, y disminuye con la baja de aqué l. Con el progreso de la
sociedad, el precio natural del trabajo tiene una tendencia a elevarse, porque una de las
principales mercancı́as que regulan ese precio natural tiene la tendencia a volverse má s
cara, from the greater difficulty of producing it b. Los perfeccionamientos en la agricultura,
la importació n, sin embargo, pueden sin embargo hacer que bajen los precios de la food y
contener esa alza. Surten el mismo efecto sobre el precio natural del trabajo. A excepció n
del raw produce c y del trabajo, el precio natural de todas las mercancı́as tiene tendencia a
la baja. El material en bruto que contienen, sin embargo, aumenta de precio. Pero esto es
má s que contrarrestado por los perfeccionamientos en la maquinaria, la mejor divisió n y
distribució n del trabajo y la skill creciente, in science y art, del producer d (p. 86, 87).
El precio de mercado del trabajo es el precio que se paga realmente por é l, conforme a la
vigencia natural de los resultados de la relació n entre oferta y demanda. El trabajo es caro
cuando escasea, y barato si es plentiful e. Si el precio de mercado del trabajo supera al
Grundrisse. Volumen III
natural, la situació n del obrero será happy f... Cuando, no obstante, debido al estı́mulo que
significa el salario para el aumento de la població n, aumenta el nú mero de los obreros, el
salario baja a su level g natural y a menudo, por reaction, más aun. En el ú ltimo caso su
situació n es most wretched h... El precio de mercado só lo vuelve a elevarse al level natural
cuando las privaciones hayan producido el nú mero de los obreros o se haya acrecentado la
demanda de trabajo...
816 En un paı́s que progresa el precio de mercado puede estar, durante un perı́odo indefinido,
por encima del precio natural: al impulso que un acrecentamiento del capital ha dado a la
demanda de trabajo, puede seguir de inmediato un nuevo crecimiento del capital con el
mismo impulso, y de esta manera, si el aumento del capital es gradual y constante, la
demanda de trabajo puede dar a continued impulse i a un acrecentamiento de la població n
(p. 87, 88).
a Precio (de la) comida, artículos imprescindibles y comodidades.- b Por la mayor dificultad de producirla.- c
Producto en bruto.- d Destreza (creciente), en la ciencia y la té cnica (del) productor.- e Abundante.- f Feliz.- g
Nivel.- h Harto miserable.- i Un impulso continuo
Diferencia entre el salario y el trabajo empleado en la producción de una mercancía
Si la retribució n de un obrero estuviera siempre en proporció n a su producto, la cantidad
de trabajo bestowed on a commodity j y la cantidad de trabajo que esta mercancı́a podrı́a
adquirir serı́an iguales..., pero la ú ltima está sujeta a tantas fluctuations como la misma
mercancı́a con la que se le compara (p. 5).
j Empleada en una mercancı́a.
En el mismo paı́s es posible que se requiera, para producir una Cantidad dada de food y
necessaries, doble cantidad de trabajo que en una é poca anterior; sin embargo, la
retribució n del obrero puede haberse reducido poco, porque verosı́milmente, la porció n de
food y necessaries que recibe es indispensable para su existencia, y por tanto es preciso
proporcioná rsela aunque haya aumentado su valor... Lo mismo ocurre cuando se trata de
dos o má s paı́ses. En Amé rica y en Polonia, en las tierras puestas recientemente en cultivo,
un añ o de trabajo de un nú mero dado of men a producirá má s trigo que en una land b de
caracterı́sticas similares en Inglaterra. Ahora bien, si todos los demá s necessaries son
igualmente baratos en los tres paı́ses, serı́a un gran error creer que la porció n de trigo
otorgada en cada paı́a al trabajo serı́a proporcional a la facilidad de la producció n. Si el
calzado y la vestimenta del obrero, gracias a una maquinaria perfeccionada, pudieran
producirse con 1/4 del trabajo necesario actualmente, bajarı́an en un 75%, pero el obrero
no recibirı́a 4 Apares de zapatos o 4 trajes en vez de uno, sino que su salario, por obra de la
competencia y del stimulus dado a la població n, pronto serı́a adjusted c al valor de los
necessaries en que se le gasta. Si tales perfeccionamientos se extendieran a todos los
objetos que entran en el consumo del obrero, al cabo de muy pocos añ os lo encontrarı́amos
en posesió n de un pequeñ o addition to his enhoymentsd, o tal vez de ninguno (p. 7, 8).
Redú zcase el costo de subsistencia de los hombres, mediante la reducció n del precio natural
de food y clothing, by which life is sustained, and wages will ultimately fall, notwithstanding
that the demand for labourers may very greatly increase e (p. 460).
a De hombres.- b Tierra.- c Ajustado.- d Aditamento a sus disfrutes.- e (De los) alimentos (y las) ropas con los
cuales se sustenta la vida, y los salarios descenderá n, en definitiva, por má s que haya aumentado en gran
medida la demanda de trabajadores.-
817
Influencia del crecimiento del capital sobre el precio de mercado y el precio natural del
salario
El capital es aquella parte de la riqueza de un paı́s que se emplea en la producció n, y se
compone de food, clothing, tools, raw material, machinery etc., necesarios to give effect to
Karl Marx
labour a. El capital puede aumentar al mismo tiempo en cantidad y en valor. Pero el capital
puede tambié n acrecentarse sin que aumente su valor, e incluso si é ste decrece. Lo primero,
cuando la producció n del addition b de food y clothing requiere má s trabajo; lo segundo
cuando requiere el mismo trabajo, o con ayuda de la maquinaria, menos. En el primer caso
aumenta el precio natural del trabajo, en el segundo se mantiene estacionario o decrece; en
ambos aumenta el precio de mercado de los wages c, ya que la demanda de trabajo aumenta
en proporción al crecimiento del capital; in proportion to the work to be done will be the
demand for those who are to do it d. En ambos casos el precio de mercado tiene la tendencia
a ajustarse al precio natural, pero esto se efectuará má s rá pidamente en el primer caso, ya
que el precio aumentado of food y necessaries absorberá una large portion of his increased
wages e; consiguientemente, una oferta pequeñ a de trabajo o un pequeñ o crecimiento de la
població n reducirá el precio de mercado al then increased natural price of labour f. En el
segundo caso su situació n habrá mejorado mucho... y se requiere un gran addition a la
població n para que el precio del mercado del trabajo descienda de nuevo hasta su precio
natural... La permanence del alza en el precio de mercado del trabajo, empero, depende del
alza en el precio natural de los necessaries en que se gastan los salarios (p. 89-91).
a Alimentos, ropas, materia prima, maquinaria, etc., (necesarios) para poner en operació n al trabajo.- b
tal modo que tras el alza de estas mercancı́as no puede adquirir tantos comforts como
anteriormente. Si sus wages anuales son de 24 libras, o six quarters, estando el quarter de
trigo a 4 libras b, solo recibirá , probablemente, 5 quarters, si el quarter aumenta a 5 libras.
Pero esos 5 quarters costará n 25 libras. Por tanto, addition en sus money wages c, pero
reducció n en sus corn wages d y en su capacidad de comprar las demá s mercancı́as que
precedentemente consumı́a con su familia. Sin embargo, aunque realiter e se le paga peor,
los profits del manufacturer decrecen. De modo que la misma causa hace que suban el
salario y la renta. Pero en el caso del landlord aumenta la renta en trigo junto a la renta en
dinero y each defined measure of that corn se intercambia por una cantidad mayor de todas
las demá s mercancı́as cuyo precio no ha aumentado. Mas en el caso del trabajador, pese al
aumento de sus money wages, los corn f wages se han reducido, y encontrará mayores
dificultades para mantener su precio de mercado por encima de su precio natural... Pese al
aumento en el valor de cambio del trigo, con los wages reducidos no puede comprar tantas
mercancı́as como antes, porque han subido las otras mercancı́as en cuya composició n entra
producto en bruto; por tanto tiene que pagar má s por las mismas y, de tal suerte, su
situació n ha empeorado (p. 96-99).
a Salarios en dinero.- b "1."; en el ms., "sh." ("chelines"), c Aumento (en sus salarios en dinero.- d Salarios (en
Población y salarios
En diferentes estadios de la sociedad, la acumulación del capital o de los medios de
emplear trabajo es más o menos rápida y depende necesariamente, en todos los cascr;, de las
fuerzas productivas del trabajo. Estas son mayores cuando se da la mayor abundancia de
suelo fé rtil, y en tales perı́odos la acumulació n suele ser tan grande que no es posible
suministrar obreros con la misma rapidez que capital. En circunstancias favorables la
població n se puede duplicar en 25 añ os, pero en las mismas circunstancias el capital -de un
paı́s se duplicará aun má s rá pidamente. En este caso, aumento del salario, porque la
demanda de obreros aumentarı́a con má s rapidez aun que la oferta de los mismos. En el
curso del desarrollo, naturalmente, esto no dura mucho. La tasa de la producció n decrece a
causa de que el empleo de capital en la tierra rinde cada vez menos, mientras que la power
of population a se mantiene igual.
820 Por consiguiente,en paı́ses donde la tierra fé rtil abunda, pero hay miseria a causa de la
ignorancia, indolencia y barbarie de los habitantes —y donde, a juicio de Malthus, la
població n presses against the means of subsistence b— só lo se requieren adelantos en la
cultura, la forma de gobierno, etc., para hacer que el capital crezca má s rá pidamente que la
població n, y en tales casos é sta nunca puede crecer con rapidez suficiente. En los paı́ses
viejos, por el contrario, la població n aumenta má s rá pidamente en el fonds necesario para
su support c. Todo acrecentamiento de la industria, si no está acompañ ado por el
decrecimiento de la rate of increase d de la població n, agravará el evil e, ya que la porduction
cannot keep pace with it f. No resta ninguna salida, salvo la reduction de la población (p. 92-
94).
Con el progreso natural de la sociedad, el salario tiene una tendencia a la baja, en la
medida en que está regulado por la oferta y la demanda, pues la oferta de los obreros
continuará aumentando, mientras que la demanda de ellos crece con má s lentitud. Si los
salarios, por ejemplo, estuvieran regulados por un crecimiento anual del capital a la tasa del
2%, descenderı́an cuando é ste se acumulase ú nicamente a 1 1/2%. Y ocurrirı́a lo mismo con
cada baja adicional en la tasa de acumulació n, hasta que el capital se volviera estacionario, y
por tanto tambié n los wages, y só lo bastarı́an para mantener el nú mero de la actual
population (p. 95, 96).
Al igual que todos los demá s contracts, los wages deberı́an ser left to the fair and free
competition of the market g y nunca ser controlados por la injerencia legislativa. La
tendencia clara y directa de las leyes cerealeras está en directa opposition the these obvious
principies h: no está destinada, como bené volamente intentaba el parlamento, a mejorar la
situació n de los pobres, sino a empeorar la de poor and rich i;en vez de enriquecer a los
pobres, está n calculadas para empobrecer a los ricos, y mientras las present laws j esté n en
vigencia, está por eso en el natural order of things, que el fund for the maintenance of the
poor should progressively increase k hasta que haya absorbido todo el net revenue l del paı́s
(p. 102).
a Capacidad de propagació n.- b Ejerce presió n sobre los medios de subsistencia.- c mantenimiento.- d Tasa de
crecimiento.- e Mal.- f (La) producció n no puede mantenerse a la par de ella.- g (Los) salarios (deberı́an ser)
dejados a la competencia justa y libre del mercado.- h Oposició n a estos obvios principios.- i Pobres y ricos.- j
Leyes actuales.- k (En el) orden natural de las cosas (que el) fondo para el mantenimiento de los pobres deba
aumentar progresivamente.- l Ingreso neto.
Grundrisse. Volumen III
Influencia del precio del raw produce k sobre el salario
En circunstancias diferentes el alza del precio of raw produce influye muy diversamente
sobre los wages. En algunos casos el aumento del precio del trigo no ocasiona aumento
alguno del salario; en otros el aumento del salario precede al del precio del trigo; en otros el
effect sobre los wages es lento, y en otros rá pido. Un precio alto de las provisions puede
provenir de 4 causas: 1) Oferta insuficiente; 2) demanda que aumenta paulatinamente, y
que puede estar acompañ ada finalmente por un aumento en el costo de producció n; 3) de
una baja en el valor del dinero; 4) de impuestos a los necessaries. Una mala cosecha motiva
un precio elevado de las provisions y este precio elevado es el ú nico medio por el cual se
obliga al consumo to conform al state de la supply l.
k Producto en bruto.- l A ajustarse (al) estado (de la) oferta.
Si todos los consumers fueran ricos, el precio subirı́a tanto que al final el menos rico
tendrı́a que privarse de la parte que está habituado a consumir, ya que só lo mediante la
reducció n del consumo puede rebajarse la demanda hasta los lı́mites de la oferta. En tales
casos nada es má s absurdo que regular forcibly los money wages a por el precio de la food...
821 Tal medida no proporciona al obrero real relief b alguno, porqú e su efecto es
aumentar aun má s el precio del trigo y, por ú ltimo, limitar su consumo proporcionalmente a
la reducció n de la oferta. El aumento de los wages es só lo nominal para quienes los
perciben; aumenta la competencia en el mercado triguero y su efecto ú ltimo es to raise los
profits de los growers y dealers in corn c... En este caso, pues, en el curso natural de las
cosas, no hay alza alguna del salario... La distress de los labourers d es inevitable. La
legislació n só lo puede prestar una ayuda mediante la import of additional food o by
adopting the most useful substitutes e. Si el precio alto del trigo es el efecto de una increasing
demand f lo precede an increase of wages g, ya que la demanda no puede aumentar sin que
aumenten los medios de que dispone el pueblo para pagar por lo que requiere... Los wages
aumentados no siempre se gastan de inmediato en food, sino que al principio se les gasta en
otros comforts. Pero su situació n mejorada lo induce al casamiento, é ste a la familia, é sta a
una mayor demanda de food... Los profits de los farmers h exceden del level i general, hasta
tanto se emplee en la producció n de trigo la cantidad necesaria de capital. Si la tierra recié n
puesta en cultivo es de la misma fertilidad, el precio del trigo descenderá a su level anterior;
si se trata de poorer land j, se mantendrá constantemente má s elevado. Que los salarios, no
bien se haya obtenido la supply k correspondiente de obreros, vuelvan a caer ahora a su
level anterior o se mantengan má s elevados, depende de esa situació n de la agricultura...
Cuando se ha dado un stimulus a la població n, an effect is produced beyond what the case
requires l; en general, la població n aumenta tanto entonces que con respecto a los funds for
maintaining labourers m y pese a la demanda acrecentada de trabajo, estará en una mayor
proporció n que antes del aumento del capital. En este caso se produce una reacció n, los
wages will be below their natural level n hasta que se restaure la relació n habitual entre la
oferta y la demanda. Si, por ú ltimo, el precio del trigo aumenta a consecuencia de una baja
en el valor del dinero o de un impuesto al producto en bruto, no modificá ndose ni la
cantidad producida ni el nú mero de los obreros, aumentará el salario en dinero del trabajo;
sobre el valor real no ejerce ninguna influencia... Con el impuesto, el obrero só lo corre los
riesgos que corre en el caso de cualquier otro impuesto, o sea que é ste might infringe on the
funds destined for the maintenance of labour, and might therefore check or abate the
demand for it ñ (pp. 176-181. El último pasaje, relativo a la influencia del impuesto, en p.
183).
a Coercitivamente (los) salarios en dinero.- b Alivio real.- c Aumentar (los) beneficios (de los) cultivadores
(y) tratantes de granos.- d Miseria (de los) trabajadores.- e Importació n de alimentos adicionales (o) adoptando
los sucedá neos má s ú tiles.- f Demanda creciente.- g Un aumento de salarios.- h Beneficios (de los) granjeros.- i
Karl Marx
nivel.- j Tierra má s pobre.- k Oferta.- l Se produce un efecto que va má s allá de lo que el caso requiere.- m Fondos
para mantener a los trabajadores.- n (Los) salarios estará n por debajo de su nivel natural.- ñ Puede afectar los
fondos destinados al mantenimiento del trabajo, y por tanto puede contener o restringir la demanda de é ste.
Es muy fá cil comprender por qué , cuando el capital de un paı́s aumenta irregularmente,
wages should tise a mientras que el precio del trigo se mantiene estacionario, o aumenta in
a less proportion b, y por qué , cuando el capital de un paı́s decrece, el salario baja, mientras
el trigo se mantiene estacionario o baja en una proporció n mucho menos importante, y this
too for a considerable time c. El fundamento de esto reside en que el trabajo es una
mercancía which cannot be increased and diminished at pleasure d. Los sombreros aumentan
de precio cuando se intensifica la demanda, pero no por mucho tiempo, ya que rá pidamente
se genera la oferta correspondiente; no ocurre lo mismo con men e; no es posible aumentar
o disminuir rapidly su nú mero a la par del aumento y disminució n del capital...
822 Por lo tanto, mientras que los funds para el mantenimiento del trabajo aumentan
rá pidamente, es necesario un lapso considerable antes de que el precio del trabajo esté
regulado exactamente por el precio del trigo y de otros medios de subsistencia (pp. 181,
182). (El aumento puede ocurrir "muy rápidamente" merced al empleo de maquinaria, que los
aumenta relativamente.)
Si el obrero no consumiera otra cosa que trigo, y si la porció n que recibiera fuese la
mı́nima, habrı́a algú n fundamento para la suposició n de que en ninguna circunstancia se
podrı́a disminuir la cantidad pagada al obrero, pero a menudo los money wages no suben en
absoluto, y nunca suben en proporció n al precio en dinero del trigo, porque el trigo, aunque
es una parte importante en el consumo del obrero, es só lo una parte. Si la mitad de su
salario se gastase en trigo y la otra mitad en jabó n, candles, fuel, tea, sugar, clothing etc.f,
mercancı́as que no habrı́an experimentado rise g alguno, estarı́a tan bien remunerado con
un bushel y 1/2 de wheat h estando é ste a 16 sh., que con 2 bushels si el precio fuera de 8
sh.; o tan bien con 24 sh. in money i como antes con 16 sh. Sus wages habrı́an aumentado en
50%, mientras que el precio del trigo en 100% (pp. 360, 361). (Esto conviene tomarlo ad
notam j, especialmente con respecto a los impuestos, ya que el propio R[icardo] admite que es
posible reducir continuamente el salario. E incluso la parte que se compone de trigo, aunque
haya llegado al mínimo, se puede rebajar sustituyendo el cereal por papas, o como en Escocia,
el trigo por centeno.)
a Han de subir los salarios.- b En una proporció n menor.- c Esto, ademá s, por un lapso considerable.- d y
[Cuyo volumen] no puede acrecentarse o disminuirse a voluntad.- e Los hombres.- f Velas, combustible, azú car,
ropa, etc.- g Aumento.- h Trigo.- i 24 chelines en dinero.- j Tomar algo ad notam: anotarlo cuidadosamente.
Influencia de la maquinaria sobre el salario
Ricardo dice que, al principio, era ésta su opinión:
Gracias a la introducció n de la maquinaria, las mercancı́as se abaratan La clase de los
trabajadores obtiene, de esta manera, los medios para comprar má s mercancı́as con los
mismos money wages. Los money wages no se reducirı́an, porque el capitalista tendrı́a el
poder de demandar y emplear la misma cantidad de trabajo que anteriormente, aunque
pudiera verse obligado a emplearla en la producció n de una mercancı́a nueva, o por lo
menos de alguna otra. Si merced a la aplicació n de maquinaria la misma cantidad de trabajo
pudiera producir 4 veces má s medias que antes y la demanda de medias só lo se duplicara,
necesariamente habrı́a que despedir algunos obreros de la stocking trade a, pero como el
capital que los ocupaba aú n está in being b y el interé s de sus poseedores es emplearlo
productivamente, parecı́ame que se le emplearı́a en la producció n de otra mercancı́a ú til,
para la cual necesariamente habrı́a demanda. De esta suerte, pues, existirı́a la misma
demanda de trabajo; el mismo salario, por tanto, y un menor precio de las mercancı́as
creadas por la maquinaria (pp. 467, 468). "Pero actualmente estoy convencido de que la
Grundrisse. Volumen III
sustitució n de trabajo humano por maquinaria es a menudo muy injurious c para los
intereses de la clase trabajadora" (p. 468).
823 My mistake d provenı́a de suponer que, junto al net income e de la sociedad, tenı́a tambié n
que aumentar su gross income f; pero el fund del cual los landlords y capitalists extraen su
ré dito puede crecer aunque se reduzca aquel del que depende la clase trabajadora, y de ello
se desprende que la misma causa-que hace crecer el net revenue de un paı́s, puede al propio
tiempo volver superflua a la població n y empeorar la situació n de los obreros (p. 469).
Explica ahora circunstanciadamente que con la maquinaria, en un principio, se puede
producir menos gross produce g, del que depende la subsistencia de los obreros, y que só lo
se puede emplear de nuevo la misma cantidad de obreros cuando la increased production h,
bajo la forma de net produCe, suministra una quantity de food y necessaries i tan grande
como la que existı́a anteriormente bajo la forma de gross produce (pp. 469-474). Despué s
de la introducció n de la maquinaria, el manufacturer necesita suministrar menos producto
que antes, ya que una parte de la quantity which is disposed of for the purpose of paying a
large body of workmen, would not be required by their employer j '(pp. 472, 473). La
opinió n sostenida por la clase trabajadora de que el empleo de maquinaria es a menudo
perjudicial para sus intereses, no se funda en el prejuicio y el error, sino que es conformable
a los correct principies of political economy k... Si los medios de producció n perfeccionados
a consecuencia del uso de maquinaria, acrecentaran en tal proporció n el net produce de un
paı́s as not to diminish the gross produce l, mejorarı́a entonces la situació n de todas las
clases... considerablemente la de las clases trabajadoras: 1) por la mayor demanda de
menial servants m ;2) por el stimulus to savings from revenue, which such an abundant net
produce will afford n;3) por el low price ñ de todos los artı́culos de consumo en los que se
gastan sus wages (pp. 474, 475). Una guerra que se efectú a con el ré dito y no con el capital
de una nació n, favorece el aumento de la població n, ya que acrecienta la demand for men °
(p. 477).
a Industria mediera.- b (Aú n) existe.- c Perjudicial.- d Mi 'error.- e Ingreso neto.- f Ingreso bruto.- g Producto
bruto.- h Producció n acrecentada.- i Cantidad (de) alimentos (y) artı́culos de primera necesidad.- j (De la)
cantidad de que se ha de disponer con el objeto de pagar un gran conjunto de obreros, no serı́a requerida por
quien los empleaba.- k Conforme (a los) correctos principios de la economı́a polı́tica.- I Como para que no
disminuyera el producto bruto.- m Sirvientes.- n Estı́mulo para el ahorro del ré dito que un producto neto tan
abundante proporcionarı́a.- ñ Precio bajo.- ° Demanda de hombres.
Al té rmino de la guerra entran a competir con los demá s trabajadores. Por consiguiente,
baja de los salarios y situació n muy empeorada de la clase trabajadora (l.c.) a
Si yo empleaba 100 men en mi farm y advierto que la foodbestowed b en los 100 men,
puesta a disposició n de caballos me producirı́a a greater return of raw produce C despué s de
deducir los intereses del capital que la compra de los caballos absorberı́a, serı́a ventajoso
entonces sustituir los men and I should accordingly do so; but this would not be for the
interest of the men d, y si e el ingreso obtenido por mı́ fuera tan grande como para mantener
tanto los caballos como los hombres, es claro que la població n se volverı́a superflua y la
labourers,condition would sink in the general scale f (p. 478). No obstante, "los inventos" de
maquinaria perfeccionada son graduales y su efecto se ejerce má s bien in determining the
capital which is saved and accumulated, than in diverting capital from its actual
employment g (1.c.). Con cada aumento del capital y la població n, food will generally rise h a
causa de la mayor dificultad de su producció n; la consecuencia de un alza de la food será a
rise of vages i, y todo rise of wages tendrá la tendencia a inducir al capital ahorrado, en una
proporció n mayor, al empleo de maquinaria. Machinery and labour are in constant
competition, and the former can frequently not be employed until labour rises j.
824 En Amé rica y otros muchos paı́ses donde se provee fá cilmente el alimento of man, no
existe un aliciente tan grande para emplear maquinaria como en Inglaterra, donde food
Karl Marx
high is k y costs much labour for its production. The same cause that raises labour, does not
raise the value of machines, and, therefore, with every augmentation of capital, a greater
proportion of it is employed on machinery. The demand for labour will continue with an
increase of capital, but not in proportion to its increase; the ratio will necessarily be a
diminishing ratio l (pp. 478, 479). El in-crease de net incomes, estimated in commodities m ,
que es siempre el resultado de una maquinaria perfeccionada, conduce a new savings y
accumulationsh. Estos savings son annual y tienen que crear pronto un fund mucho mayor
que el gross revenue, originally lost by the discovery of the machine, when the demand for
labour will be as great as before ñ (p. 480).
a A partir de aquı́, de la pá gina 49 a la 53 del cuaderno, figura en el original un extracto tomado de Antonio
patrimonio fijo del campesino, junto con su trabajo. Por consiguiente, si un impuesto como el
de la sal reduce su producción se aniquila capital, que en modo alguno queda libre para otro
empleo.)
a Beneficios del capital.- b Terrateniente, accionista.- c Que pagan salarios.- d Impuesto a los beneficios.- e A
los consumidores ricos.- f El precio natural de las mercancı́as.- g "El precio del trabajo expresará claramente las
necesidades de una sociedad con respecto a la població n".- h (Si los) salarios del obrero antes só lo eran
adecuados para proveer la població n requerida.- i Só lo.- j No se frenará la oferta.- k Trabajadores.- l Fondos
percibidos gracias al impuesto.- m Una pequeñ a parte.
Una observación más sobre la relación entre el beneficio y el salario
Se dirá, quizás, que los money wages no aumentan necesariamente con un aumento en el
precio del producto en bruto, ya que el obrero puede contentarse con menos disfrutes. Es
cierto. Los wages estaban antes quizás, en un nivel elevado, y pueden soportar así sorne
reduction a. En este caso la fall of profits cheeked b, pero es imposible de comprender que el
precio en dinero de los wages baje o se mantenga estacionario con un precio gradualmente
creciente de los necessaries (pp. 117, 1 18) c
a Alguna reducción.- b Se frena (la) baja de los beneficios.- c Entre las páginas 53 y 56 del cuaderno se
V) Sobre el beneficio
Variations permanentes en la tasa del beneficio. Partición del precio del producto entre
capitalistas y labourers
El valor íntegro de las mercancías del arrendatario que cultiva la tierra reguladora del
precio, así como del fabricante que fabrica mertancias, se divide únicamente en dos partes:
una constituye los profits of stock d, la otra los wages of labour (p. 107). Si el trigo y las
mercancías manufacturadas se vendieran siempre al mismo precio, los beneficios serian
altos o bajos en la medida ert que los wages fueran bajos o altos. Si se da el caso que sólo
aumente el precio del trigo, por requerirse una mayor cantidad de trabajo para su
producción, subirán los wages y disminuirá el beneficio. Si un manufacturer vende sus
mercancías a 1.000 libras, su beneficio dependerá de que los wages cuesten 800 o sólo 600
libras. La suba del producto en bruto surte el mismo efecto en el caso del arrendatario
Ya que o por ello paga renta o se ve precisado a emplear an additional number of labour e
para obtener el mismo producto, y el precio additional corresponde a uno de esos dos
gastos extras, pero no le compensa por el alza del salario f (p. 108). Obtenga el farmer un
producto de 180, 170, 160 ó 150 quarters, recibirá siempre —como al principio por los 180
quarters, más tarde por los 170, etc.— 720 libras; the price increasing in an inverse
proportion to the quantity g (pp. 112, 113).
826 Los beneficios nunca pueden subir tan alto que de las 720 libras no quede bastante para
dejar a los labourers los absolute necessaries h; ni los wages pueden subir tanto que no
dejen ninguna parte de esa suma para los profits (p. 113). Dejamos de lado las accidental
variations debidas a las seasons i buenas o
d Beneficios del capital.- e Una cantidad adicional de trabajadores.- f “Arbeitslohns”; en el ms., “Rohprodukts”
(“del producto en bruto”).- g El precio aunenta en proporció n inversa a la cantidad.- h (A los) trabajadores (los)
artı́culos absolutamente necesarios.- i Temporadas
malas o a la demand increasing o diminishing en virtud de any sudden effect on the state
of population a. Hablamos del natural and constant price of corn b (p. 114, note). El farmer
tiene, pues, un fuerte interé s en mantener bajos los natural prices del producto en bruto.
Por un lado como consumidor, y luego como empleador del trabajo (p. 114).
Só lo pocas mercancı́as dejan de ser afectadas en su precio por la suba del producto en
bruto, ya que una parte de é ste entra siempre en la composició n de aqué llas. Aumentan de
precio porque se emplea má s trabajo en el producto en bruto del que está n hechas, no
porque los manufacturers paguen má s a los obreros que emplean. En todos los casos, las
mercancı́as suben porque se gasta en ellas má s trabajo, y no porque el trabajo que se gasta
en ellas sea de mayor valor. Articles of jewellery, iron, plate, y copper, would not rise c,
porque en su composició n no entra ningú n producto en bruto de la superficie de la tierra (p.
117). Los effects sobre los profits serı́an los mismos, o aproximadamente los mismos, si
tuviera lugar un alza en el precio de los demá s necessaries, salvo food, on which the wages
of labour are expended d (p. 118). Con el alza del prec[io] de mercado de una mercancı́a por
encima de su precio natural, el beneficio superará en esa rama particular, naturalmente, el
level general de los profits. Pero esto es só lo un efecto temporario (pp. 118, 119). Profits
depend on high or low wages, wages on the price of necessaries, and the price of
necessaries chiefly on the price of food e (p. 119).
Por tanto, tendencia natural del benefio a decrecer, porque con el progreso de la sociedad
y de la riqueza, la additional food requiere cada vez má s trabajo. Esta tendencia, esta
propensió n del beneficio a la baja, la contrarrestan a intervalos repetidos los
perfeccionamientos en la maquinaria relacionada con la producció n de necessaries, ası́
como aquellos descubrimientos de la ciencia agrı́cola que reducen los costos de producció n
Grundrisse. Volumen III
(p. [120,] 121). Con el alza del natural price of food sube tambié n el precio de los demá s
necessaries, debido al increased value f del producto en bruto del que se componen, lo que a
su vez harı́a que los wages increase y los profits se volvieran lower9 (p p. 122, 123). El
farmer y el manufacturer can no more live without profits, than the labourer without wages h.
Sus motivos para la acumulació n habrá n de diminish i con cada diminution of profit, y cesar
por entero si sus profits no les proporcionan una compensació n adecuada por su trouble j y
el riesgo de emplear productivamente el capital (p. 123). La tasa del profit, asimismo,
descenderı́a aun má s rá pidamente que lo arriba indicado, pues si el producto sube
considerablemente, the value of the farmer's stock would be greatly increased k, ya que se
compone forzosamente de muchas mercancı́as cuyos precios han subido.
a Demanda que aumenta (o) disminuye (en virtud de) cualquier hecho que afecte sú bitamente el estado de
la població n.- b Precio natural y constante del trigo.- c Los artı́culos de joyerı́a, de hierro, platerı́a (y) cobre no
aumentarı́an.- d Los alimentos en los que se gastan los salarios.- e Los beneficios dependen de que los salarios
sean altos o bajos; los salarios, del precio de los artı́culos de primera necesidad y el precio de é stos depende,
principalmente, del precio de los alimentos.- f Valor acrecentado.- g (Que los) salarios aumentaran (y los)
beneficios (se) redujeran.- h (El) agricultor (y el) fabricante no pueden vivir sin beneficios, al igual que el
trabajador no puede hacerlo sin salarios.- i Disminuir.- j (Sus) molestias.- k Aumentará considerablemerte el
valor del capital del agricultor.
827 Si su beneficio era del 6% sobre el original stock, ahora será ú nicamente del 3%. 3.000
libras al 6%, por ejemplo, dan 180 libras. Del mismo modo, 6.000 libras al 3% dan tambié n
180 libras. Y en estas circunstancias, on those terms only could a new farmer with 6.000 1.
money in his pocket enter into the farming business a (pp. 123, 124).
En el caso de una parte de los fabricantes tiene lugar, asimismo, una compensació n
parcial. El cervecero, el destilador, el clothier, el linen manufacturer b, compensan en parte
la reducció n de sus profits con el rise in the value of their stock of raw and finished
materials c, pero no ocurre lo mismo cuando se trata del manufacturer of hardware, of
jewellery etc. d, ası́ como de aquellos cuyo capital se compone exclusivamente de dinero (p.
124).
Por otra parte: aunque la rate of profits of stock e pueda disminuir a causa de la
acumulació n de capital en la tierra y del rise of wages f, el monto total de los profits tendrá
que crecer. Ası́, si suponemos que con reiteradas accumulations de 100.000 libras la tasa del
beneficio descendiese de 20 a 19, 18, 17%, podemos esperar que todo el amount of profits
received by the successive owners of capital would be always progressive g; que serı́a mayor
cuando el capital fuera de 200.000 libras en vez de 100.000; aun mayor, si fuera de 300.000,
y aumentarı́a ası́ sucesivamente, aunque a una diminishing rate, with every increase of
capital h. Esta progresió n, sin embargo, só lo es verdadera durante cierto tiempo: ası́, el 19%
de 200.000 libras es má s que el 20 [[%]] de 100.000; 18% de 300.000, má s que el 19% de
200.000, pero despué s que el capital esté acumulado to a large amount i y los profits hayan
disminuido, la acumulació n ulterior reducirá el aggregate of profits j. De esta suerte, si
suponemos que la acumulació n es de 1.000.000 y los profits del 7%, el monto total del
beneficio será de 70.000 libras; ahora bien, si al milló n se hiciera un aditamento de 100.000
libras de capital y los beneficios cayeran al 6%, los propietarios del stock percibirı́an 66.000
libras, o sea que habrı́a una reducció n de 4.000 libras aunque el amount of stock k habrı́a
aumentado de 1.000.000 a 1.100.000 libras (p p. 124, 125). Sin embargo, no puede operarse
una acumulació n de capital, mientras é ste arroje beneficio, sin que haya no só lo aumento
del producto, sino tambié n un increase de value l. Merced al empleo suplementario de
100.000 de additional capital, ninguna parte del capital anterior se volverá má s
improductiva. El producto de la tierra y el trabajo tiene que acrecentarse, y subir su valor,
no só lo por el valor de las additions hechas al cuanto anterior de las productions, sino por el
valor nuevo que se confiere a todo el producto de la tierra.by the increasing difficulty of
Karl Marx
su bolsillo.- b (Fi) pañ ero, (el) fabricante de lienzos.- c Aumento en el valor de sus existencias de producto en
bruto y artı́culos terminados.- d Fabricante de productos de ferreterı́a, de joyerı́a, etc.- e Tasa de beneficios del
capital.- f Aumento de salarios.- 9 (El) monto de los beneficios percibidos por los propietarios sucesivos del
capital irı́a siempre en aumento.- h Tasa decreciente con cada aumento del capital.-' En un monto
considerable.- iTotal de los beneficios.- k Monto del capital.- Aumento de valor.- m En virtud de la dificultad
creciente para producir la ú ltima porció n de aqué l.
No obstante, si la acumulació n del capital llega a ser muy grande, pese a ese valor
acrecentado se distribuirá de tal manera que a los profits les corresponderá un valor menor
que hasta ese momento, mientras que aumentará el destinado a la renta y los wages. . . Los
landlords y labourers, en una determinada etapa, obtendrá n má s que el producto adicional
y will from their situation be enabled to encroach even on the former gains of the capitalist
a... Los ú nicos que saldrı́an realmente gananciosos serı́an los landlords, ya que obtendrı́an
má s producto y má s valor ... El salario só lo habrı́a aumentado nominalmente para el obrero,
e incluso se reducirı́a ... Aunque se ha producido un valor mayor, los productores han
consumido una proporció n mayor de lo que resta de ese valor tras el pago de la renta, y es
esto, y solamente esto, lo que regula los profits ...
828 Se asignará a los asalariados una proporció n mayor de aquella parte del producto que
resta, tras el pago de la renta, para distribuir entre los capitalistas y aqué llos. Podrı́a ocurrir
que cada trabajador obtuviera menos, pero al emplearse má s obreros en proporció n al total
del producto retenido por el arrendatario, los wages absorberá n el valor de una proporció n
mayor de todo el producto y, consiguientemente, quedará para los beneficios una
proporció n menor (pp. 125-128).
La tasa del beneficio depende, pues, de la cantidad de trabajo requerida para producir los
necessaries en la tierra que no produce renta. Por consiguiente, los effects de la
acumulació n son muy diferentes en los diversos paı́ses, y dependen en especial de la
fertilidad del suelo (p. 128).
Hemos visto que el precio en dinero de las mercancı́as —el oro puede ser producto de
ese mismo paı́s o no serlo— no aumenta con un rise of wages b. Pero supongamos que fuera
verdad lo contrario. Si los precios de las mercancı́as subieran con los high wages c, aun ası́ el
alza del salario reducirı́a el beneficio. Supongamos que el hatter, el hosier y el shoemaker d
pagan cada uno 10 libras má s en concepto de wages y que sus productos suben tambié n en
10 libras; su situació n no habrá mejorado. Si el hosier vendiera sus stockings por 110 libras
en vez de por 100, sus beneficios ascenderı́an al mismo importe en dinero que antes, pero
por esas 110 libras obtendrı́a 1/10 menos de hats, shoes e y de cualquier otra mercancı́a, y
como con ese monto anterior de savings f podrı́a conseguir menos trabajadores a los
increased wages g y comprar menos material en bruto a los increased prices h, no estarı́a en
mejor situation que si sus money profits i hubieran disminuido realiter j en su importe y
todas las cosas conservado sus precios anteriores Só lo se habrı́a reducido, in fact, el valor
del medio en que se evalú an los prices y profits (pp. 129, 130).
a Y gracias a su situació n podrá n incluso aumentar su parte a expensas de las ganancias anteriores del
capitalista.- b Aumento de salarios.- c Salarios elevados.- d (El) sombrerero, (el) mediero (y el) zapatero.- e
Sombreros, zapatos.- f Ahorros.- g Salarios aumentados.- h Precios aumentados.-i Beneficios en dinero.- j
Realmente.
Relación entre beneficio y salario
El salario podrı́a aumentar en un 20% y los beneficios, por lo tanto, descender en una
proporció n mayor o menor, sin causar la mı́nima alteració n en el valor relativo de diversas
mercancı́as (p. 23).
Los profits dependen de los wages a, no de los nominales, sino de los real wages; no del
Grundrisse. Volumen III
nú mero de las libras que se paguen anualmente al obrero, sino del nú mero de days, work b
necesario para obtener esas libras. Los wages, pues, pueden ser exactamente los mismos en
dos paı́ses; pueden estar en la misma proporció n con respecto a la renta y al producto total
obtenido en el paı́s, aunque en uno de esos paı́ses el obrero perciba 10 sh. por semana y en
el otro 12 (pp. 152, 153).
En proporció n, cuanto menos se asigne a los wages, má s se asignará a los profits, y
viceversa (p. 500).
829 La mayor parte de los adversarios de Ricardo, como por ejemplo Wakefield, afirman que
aquél no pudo explicar el excedente. Veamos un ejemplo. Un fabricante gasta 30 libras de
materia prima, 20 de maquinaria, 50 de salario. Summa summarum c, 100 libras. Vende su
mercancía por 110 libras. ¿De dónde proceden las 10 libras? Supongamos que gasta 50 libras
en maquinaria, 30 en materia prima, 20 en trabajo, por tanto 100, y vende a 110, igual que
antes. ¿Qué relación hay entre las 10 libras y el salario? Su beneficio depende, ciertamente, del
monto a que vende las 100 libras, no de cuánto le cuesta el trabajo. ¿Depende entonces del
comercio? ¿Pero quién le paga las 10 libras? El comerciante. ¿Pero de quién las percibe el
comerciante? De otro comerciante. ¿Y éste? En definitiva, del consumidor. ¿Pero quién es este
consumidor? Necesariamente, un landlord, un fabricante o un obrero. Si es un landlord, ¿de
dónde obtiene los medios para pagar? De su renta. ¿Si es un fabricante? De su beneficio. Si es
un obrero, de su salario. Pero la renta y el salario forman parte del valor del producto del
fabricante. Por lo tanto, en el comercio se le pagan las 10 libras, por encima de las 100, sólo
porque él u otro fabricante las habrá producido ya en la fabricación. Esto es claro. Los
comerciantes, y en resumidas cuentas los productores, pueden cagarse recíprocamente. Si el
excedente total es de ciento, el uno podrá obtener en el intercambio 20, el otro 40, el otro 10,
un tercero 8, el cuarto 6, el quinto 4, el sexto 2% de ese excedente, etc. Pero para que a
cualquiera de ellos, tras el reintegro de su capital total, le quede un excedente, tiene que existir
en sí y de por sí un excedente. Los beneficios relativos que obtienen por el fraude no
constituyen más que un reparto desigual del excedente total. Pero para el reparto es necesario
que exista algo que repartir: para ser desigual, el beneficio debe darse como supuesto previo.
Por tanto, el excedente no se explica a partir del comercio, aunque éste pueda explicar tal o
cual benefició extra. Desde un principio, el caso desaparece si se inquiere por el excedente de la
clase entera de los capitalistas industriales. Imposible explicarlo diciendo que la clase se roba
a sí misma.
Del mismo modo, el beneficio puede crecer constantemente en un país porque una clase, la
industrial, se pasa al cuarto de la clase de los terratenientes. Pero el ingreso presupuesto de
toda clase poseedora tiene que surgir de la producción, y por tanto ser de antemano una
detracción del beneficio o de los wages.
O se dirá, quizás, que el producto total se acrecienta, El capitalista emplea 100 y obtiene en
cantidad Un producto de 110. Por ende, después de haber rembolsado todo, le quedará un
excedente de 10. Sólo que aquí de lo que se trata es del valor, y el valor es relativo: no es la
cantidad, sino su relación con un tercero. Este tercero sólo puede ser la dale obrera. Para que
aumente el valor del beneficio tiene que haber un tercero cuyo valor se reduzca.. Cuando
seafirma que el capitalista gasta 30 de los 100 en materia prima, 20 en maquinaría, 50 en
salario, y que luego vende esos 100 a 110, se pasa por alto que si hubiera tenido que
desembolsar 60 por el salario no habría obtenido beneficio alguno., salvo que obtuviera,
además de los 110, un 8, 2%, etc, Intercambia su producto por otro cuyo valor está
determinado por el tiempo de trabajo en sí empleado. Ha vendido un producto de 20 días de
trabalo, digamos, y obtiene un día por cada dia.. EI excedente no surge de este intercambio,
aunque tan solo en él se realiza. Surge de que de este producto que insume 20 días de trabajo,
el obrero sólo obtiene el producto de 10, etc., días de trabajo. En la misma medida en que se
Karl Marx
830
Acumulación del capital
Existiendo una población. que presiona sobre los medios de subsistencia, los únicos
remedios son o una reducción de aquélla o una acumulación más rápida del capital. En
.paises ric:o5,. donde toda la tierra fértil ya está cultivada, este último recurso no es ni muy
Influencia del trade a sobre los profits
Influencia del foreign trade b . Se puede acumular de dos maneras el capital. Se le puede
ahorrar a conlecuencia de UVI arárnento en el ingreso o de una dismlnución en el consumo.
Si mis beneficios aumentan de 1.000 a 1.200, mientras que mi desembolso sigue siendo el
mismo, acumularé anualmente 200 libras más que antes. Si ahorro 200 libras de mis gastos,
mientras que mis beneficios se mantienen iguales, el efecto será el rnisrno que si agrego
200 libras anuales a mi capital . . . Si debido a la maquinaria desdende en 20% el precio de
la totalidad de las mercancías en que se gasta el ingreso, podré ahorrar con la misma
eficacia que si mi ingreso hubiera aumentado en un 20%, pero en un caso la tasa del
beneficio se mantendrı́a estacionaria, en el otro habrı́a aumentado en 20% Si gracias a la
introducció n de trigo extranjero puedo ahorrar el 20% de mis gastos, el efecto serı́a
exactamente el mismo que si la maquinaria hubiera reducido the expense of their
production c , pero no aumentarı́an los profits. Por consiguiente, no es a consecuencia de la
expansió n del mercado que aumenta la tasa del beneficio, aunque tal expansió n pueda ser
igualmente eficaz en el acrecentamiento de la masa de las mercancı́as, posibilitá ndonos el
aumento de los funds destined d al mantenimiento del trabajo y del material en que se
emplea é ste... Si en virtud de la expansió n del comercio exterior —o, lo mismo, por el
perfeccionamiento de la maquinaria— se puede traer al mercado la food y necessaries del
obrero a precios reducidos, los profits se elevará n. Si no, no ... La rate of wages e no serı́a
afectada aunque el precio del vino, velvets, silk f y otras mercancı́as costosas descendiera en
un 50% y los profits, consiguientemente, se mantendrı́an incambiados. El comercio exterior,
pues, aunque es muy ú til a un paı́s al aumentar el volumen y la diversidad de los objetos en
los que puede gastarse el ingreso y, por la abundancia y baratura de las mercancı́as, affords
incentives to saving g y a la acumulació n de capital, no tiene una tendencia a aumentar, a
elevar los profits (id est, la tasa) of stocks si las mercancı́as importadas no son del tipo de
aquellas en las que se gasta el salario (pp. 135-138 h )
831 Dice Say: "El comercio nos permite obtener una mercancı́a en su lugar de origen y
trasladarla a otro, donde se le consume. Nos otorga, pues, la posibilidad de aumentar el
valor de la mercancı́a en la diferencia ı́ntegra entre su precio en el primero de esos lugares y
su precio en el segundo". Cierto. ¿Pero có mo obtiene ese valor adicional? Agregando al costo
de producció n, en primer lugar, las expenses of conveyance i; en segundo lugar el beneficio
sobre los advances of capital made by the merchant j. La mercancı́a vale má s por la misma
razó n por la que cualquier mercancı́a se vuelve má s valiosa: porque se ha empleado má s
trabajo en su producció n y conveyance antes de que la adquiera el consumer. Esto no debe
mencionarse como una de las ventajas del comercio. Si se considera má s detenidamente la
cuestió n, todos los benefits del comercio se resuelven en los medios que nos proporciona
para obtener objects má s useful l, no má s valiosos (pp. 309, 310, note).
Grundrisse. Volumen III
Influencia del home trade m. Lo que se aplica al comercio exterior, tambié n tiene validez
para el interior. La tasa del beneficio nunca sube por una mejor distribució n del trabajo,
invenció n de maquinaria, mejores comunicaciones o cualquier otro mé todo para abreviar el
trabajo en la manufactura o la conveyance of godos n. Estas causas operan sobre el precio y
son muy ú tiles para el consumidor, que obtiene má s mercancı́as con el mismo trabajo o con
el valor del mismo trabajo, pero no surten efecto alguno sobre el beneficio. Por otra parte, la
reducció n del salario aumenta el beneficio (ası́ pues, aunque provenga de otras causas que
no sean la baja de la food), pero no afecta el precio de las mercancı́as. Lo primero es
ventajoso para todas las clases, ya que todas las clases son consumidoras; lo segundo só lo
para los productores; é stos ganan má s, pero todas las cosas mantienen sus precios
anteriores (p. 138).
a Comercios.- b Comercio exterior.- c Los gastos de su producció n. "Their", en Ricardo está en plural porque
en este pá rrafo é l se refiere a "mercancı́as extranjeras baratas" y no a "trigo extranjero", como hace Marx en su
resumen.- d Fondos destinados.- e Tasa del salario.- f Teiciopelo, seda.- g Brinda incentivo al ahorro.- h "(P. 135-
138); en el ms., "p. 137, 38)".- i Gastos de trasporte.- j Adelantos de capital efectuados por el comerciante.- k
Beneficios.- l Objetos má s ú tiles.- m Comercio interior.- n Trasporte de bienes.
Revulsion in trade a
En paı́ses ricos y poderosos, donde se invierten grandes capitales en maquinaria, se
experimentará má s distress b a causa de una revulsion en el trade que en paı́ses pobres, en
los que existe un cuanto relativamente pequeñ o de capital fijo y uno mucho mayor de
capital circulante, y donde, por consiguiente, prevalece el trabajo manual. Es má s fá cil
transferir de un employment c a otro un capital circulante que uno fijo. Suele ser imposible
utilizar maquinaria construida con una finalidad, para los purposes d de otra manufactura;
pero desde luego la clothing, food y lodging e de los trabajadores empleados en una rama se
puede aplicar a otra rama industrial; o bien el mismo obrero puede recibir la misma food,
clothing y lodging, mientras que cambia su employment. Se trata, sin embargo, de un mal al
que una nación rica debe someterse; y quejarse de ello no serı́a má s razonable que si un rico
comerciante se quejara de que su barco está expuesto a los peligros del mar, mientras que la
cottage f de su vecino pobre se halla libre de esa contingencia (p. 311).
a Cambio repentino en el comercio.- b Trastornos.- c Destino.- d Fines.- e Vestimenta, alimentació n (y)
alojamiento.- f Choza
832
Effects de la acumulación sobre los profits and interest
Ninguna acumulació n of capital reducirá permanentemente los profits, si no existe
ninguna causa para el rice of wages a Adam Smith atribuye la fall de los profits b a la
acumulació n del capital y a la competencia resultante de ella ... Pera si ha aumentado el
capital, en la misma proporció n aumenta el work to be effected by capital c... No existe suma
alguna de capital que no pudiera emplearse en un paı́s, ya que la demanda só lo está
limitada por la producció n ... Mediante el acto de la producció n, el productor se vuelve
consumidor de sus propias mercancı́as, o comprador y consumidor de las mercancı́as de
otras personas ... En Holanda bajaron los profits porque el paı́s tuvo que importar casi todo
el trigo que necesitaba, y ademá s subió el salario a causa de los pesados impuestos que
gravaban los necessaries del obrero [pp. 338-340, nota].
[[Ricardo pierde de vista aquí lo mismo que ya observamos antes al considerar su
determinación del valor, a saber, que el intercambio es una condición esencial de la misma.
Ciertamente, el capitalista siempre puede intercambiar con el obrero. Pero sólo intercambia
con él mientras puede intercambiar con beneficio el producto del trabajo de éste. Tal
intercambio encuentra sus límites en los medios y wants d que los demás tienen de cada
mercancía determinada que puede ser producida en un país e incluso en tal o cual mercado en
Karl Marx
("disminució n de los salarios").- c Trabajo que debe efectuar el capital.- d Necesidades.- e Producció n
proporcionada.- f Excedente.- g Debe ser enviado al extranjero (y) cambiá rsele por algo de lo que exista
demanda en el paı́s.- h Excedente de trigo, artı́culos de lana (y) de ferreterı́a.- i "Se transferirı́a el capital a algún
(...algú n) destino má s ventajoso".- j Superabundancia.- k Los salarios será n altos entonces, y los beneficios
bajos.- l Actividad.- m Comercio local.- n Pobre.- ñ Preparar alguna otra clase de artı́culos.- o Terciopelo.- p ¿. . .
Má s telas o algún otro objeto deseable para nosotros?
833 ... La tasa del interés, aunque regida de manera definitiva y permanente por la tasa del
beneficio, está sometida temporalmente a otras variations ... Si baja el precio de mercado de
las mercancı́as a causa de una oferta abundante o de una demanda restringida, o por haber
aumentado el valor del dinero, un manufacturer acumulará una cantidad enorme de
mercancı́as terminadas que no quiere vender a los precios muy rebajados. A fin de hacer
frente a sus pagos corrientes, para los cuales solı́a depender de la venta de sus mercancı́as,
procurará obtener cré ditos y a menudo tendrá que pagar un interé s en alza. La duració n de
esto será só lo temporaria ... Asimismo, el aumento en la cantidad de dinero, los abuses of
bankinga, aunque en definitiva hacen que aumenten los precios de las mercancı́as, durante
un intervalo determinado influyen sobre el interé s. El precio de los valores pú blicos no
brinda ningú n criterio seguro para la tasa del interé s. En tiempos de guerra se produce tal
sucesió n de loans c y la anticipationc de los acontecimientos polı́ticos surte un efecto tal, que
el precio del stock d carece de tiempo para to settle a su fair pricee. En tiempos de paz, a la
inversa, aumenta el precio del stock y consiguientemente su interé s cae por debajo del
precio de mercado, a consecuencia de las operaciones del sinking fund f, de la unwillingness
g de diversas persons a retirar sus funds de ese employment habitual, al que consideran
seguro y en el que se pagan regularmente los dividends. En esos casos el gobierno paga
intereses diversos por los distintos funds. Un capital de 100 en 5% stock selling h a menudo
por 95 libras, y exchequer bills i que só lo rinden 4,1.11 sh. 3 d j de interé s, suelen selling k a
100 libras 5 sh., los de 100 libras porque determinada parte de esos exchequer bills es
solicitada por los bankers como investment segura y marketable l (pp. 349-352) m.
Grundrisse. Volumen III
a Abusos de la banca "Abuses"; en ed. 1939, "abuse".- b Empré stitos.- c Previsió n, expectativa.- d Capital.- e
Fijarse (a su) justo precio. "Price" ("precio"); en Ricardo "level" ("nivel").- f Fondo de amortizació n.- g
Renuencia.- h (En) acciones al 5% se vende.- i Bonos del tesoro.- j 4 libras, 11 chelines, 3 peniques.- k Venderse.-
I Inversió n (segura y) negocialbe.- m "(p. 349-352)"; en el ms., "(p. 338-352)"
real de la nación no es similar? - d Ingreso real neto, rentas (y) beneficios.- e (Tantos) alimentos (y) vestimenta.-
e ejé rcito y armada.- f Impuestos.- g En aquellas ocupaciones.- h Se mantiene.- i En el interior.- j Los alimentos
son caros.- k Mantener en el interior.- l Comercio de transporte.- m En actividades.- n Ingreso bruto (y el) ingreso
neto.- ñ Ingreso bruto. En el ms., "net income" ("ingreso neto") en vez de "gross income".
Karl Marx
o la abundancia.-
Maquinaria e impuestos. Influencia sobre los profits
El descubrimiento de maquinaria, que mejora las home manufactures a, siempre tiende a
elevar el valor relativo del dinero y, por consiguiente, estimular la importació n de é ste. Toda
tributació n, por el contrario, todo aumento en las dificultades, sea para el manufacturer o
para el grower b [[que produce]] mercancı́as, tienden, por el contrario, a reducir el valor
relativo del dinero y, por ende, a fomentar su exportació n (pp. 243, 244).
a Manufacturas locales.- b Cultivador.
Impuestos sobre mercancía que no son producto en bruto
Toda mercancı́a particular a la que se grava, aumenta de precio por el importe del
impuesto (p. 281). Para gastos de guerra, p. e., se efectú a un empré stito por 20 millions. Se
les gasta. Retirados del capital productivo del paı́s. Los impuestos anuales de 1 milló n, para
pagar los intereses de esa deuda, constituyen simplemente un desplazamiento, una
Grundrisse. Volumen III
transferencia de manos de quienes los pagan a manos de quienes ?os perciben, de los
contribuyentes a los destinatarios del impuesto.
836 El real expense a son los 20 millions y no el interé s a pagar por ellos. Se pague o no se
pague el interé s, el paı́s no será ni má s rico ni má s pobre. El gobierno habrı́a podido exigir
de una sola vez los 20 millions, para reintegrarlos. Nada cambiarı́a esto en la naturaleza de
la transacció n (pp. 282, 283). (Pero de esta manera se pone en evidencia que quienes prestan
dinero al gobierno no prestan su dinero, sino el de los contribuyentes, e incluso que están plus
ou moins b exentos del impuesto, de modo que toda la transacción es pura apariencia. Pero, se
dirá, el impuesto recae sobre el precio de las mercancías y afecta a todos en la medida en que
sean consumidores o patrones. Y con seguridad todo poseedor es una de las dos cosas. Pero,
primo: podemos suponer que los patrones nunca prestan, sino que siempre toman prestado.
Esta es la régle généralec. ¿Cómo podría, en caso contrario, reproducirse el capital de un país?
¿Si la masa de los patrones, que en proporción alcanza quizás a 1/3, en lugar de volver
productivo el capital de los no industriales, empleara improductivamente su propio capital?
Por tanto el casus 1 falla por su base. El patrón. Resta únicamente el consumidor. Secundo: si
el prestamista es avaro o consume sus dividendos en el extranjero, en calidad de consumidor
soportará una parte menor, o absolutamente ninguna parte, del aumento de precios.
Simplemente, ha obligado a los demás contribuyentes a prestar al gobierno 1.000, 2.000, etc.,
libras, destinadas por ejemplo a una guerra contra la revolución, aunque esa guerra les
repugne a aquéllos en sumo grado. El prestamista, pues, no está obligado a pagar un solo
centime del dinero que presta al gobierno. No hace más que prestarle el dinero del profanum
vulgus d. De modo que el consumo de ese sujeto no guarda relación alguna con la suma del
producto anual de la nación que le ha dado en gana poner a disposición del gobierno. Cómo se
distribuye esa suma, cómo recae el impuesto y de qué manera eleva desigualmente los precios,
es algo absolutamente fortuito, y no bien -el proceso se vuelve masivo, el impuesto deberá
cargarse sobre la masa de las mercancías consumidas, por tanto precisamente sobre aquellas
de las que al prestamista no le toca, ex professo e, ni una mínima parte. No tenemos en cuenta
aquí, en absoluto, a la gente para la cual el préstamo no es trade, sino medio de subsistencia.
a Gasto real.- b Má s o menos.- c Regla general.- d (De la) gente comú n.- e Expresamente.
Por último: después de una guerra, baja el precio de todo, del trigo y de las mercancías
manufacturadas, por motivos que no hemos de exponer aquí. Por tanto, la incidencia del
impuesto sobre la mercancía –que en el caso de cargas impositivas que afecten a todas las
mercancías es, por lo demás, puramente nominal– se transforma en su contrario. El precio de
todas las mercancías baja. De esta suerte el prestamista no sólo recupera anualmente el
capital prestado (la deuda pública perpetua le rembolsará más que el capital y los intereses y
profits corrientes), sino que acrecienta tanto cualitativa como cuantitativamente su capital. El
acreedor del estado, por tanto, no sólo presta el dinero de los demás: lo presta bajo las
condiciones más favorables para él, bajo condiciones bajo las cuales nunca podría haberlo
prestado. Los demás pagan, y se le reintegra a él. Ha impuesto a la nación un gravamen del
cual él mismo se ha eximido, totalmente o en la mayor parte, y al que convierte en su fuente de
ingresos. Desde el punto de vista del radicalismo burgués, por tanto, una nación no está
obligada, ni siquiera por consideraciones de economía política, a pagar la deuda pública.
Desde el punto de vista revolucionario, "il n'en faut pas parler" a,)
837 Ricardo opina, en efecto: si el gobierno me exigiera b pagar de inmediato de una sola vez
2.000 libras, en vez de 100 anuales, tal vez yo me viese obligado, en vez de a echar mano de mi
propio capital productivo, a pedir prestadas las 2.000 libras (pp. 283, 284) y pagarle
anualmente a ese particular las 100 libras de interés anual. Que se las pague a él o al
gobierno, ¿quelle différence c? El propio Ricardo responde: "It is by the profuse expenditure of
Government, and of individuals, and by loans, that the country is impoverished" d (pp. 285,
Karl Marx
286). Mais, mon cher, ¿qu'est-ce que vous donne la garantie, que le gouvernement, levant en
une seule fois, mille fcs. p[our] c[ent] sur chaque individu, aurait réussi e? ¿Quién le
proporciona, por tanto, los medios para la "profuse expenditure" si no son precisamente los
stock y money jobbers f, que saben de antemano que no sólo no pierden con ello, sino que
ganan al prestar el dinero –que no les pertenece– del resto de la nación?
Las deudas públicas, naturalmente, deben considerarse también desde otro punto de vista.
Ningú n sinking fund g puede reducir la deuda si el mismo no proviene del excess del
ingreso pú blico sobre el egreso h pú blico (p. 288). El capital del stockholder i nunca puede
volverse productivo; no es, in fact, capital alguno. (Por tanto, ficción pura.) Si aqué l vende su
stock, para emplear productivamente el capital obtenido mediante esa operació n, só lo
podrá hacerlo by detaching the capital of the buyer of his stock from a productive
employment j (p. 289).
a Ni que hablar.- b "Me exigiera"; en ed. 1939, "nicht aufforderte" ("no exigiera"), lo que tanto por el sentido
de la oració n como segú n el texto de Ricardo que Marx resume, es un evidente error de lectura del manuscrito
o un lapsus de é ste.- c ¿Cuá l es la diferencia? - d Es en virtud de la profusió n de gastos en que incurren el
gobierno y los individuos, y por los empré stitos que el paı́s se empobrece.- e Pero, caro amigo, ¿quié n le
garantiza que el gobierno, en caso de gravar de una sola vez, a cada individuo, con mil francos por ciento,
hubiera tenido é xito? .- f Corredores de bolsa y financistas.- g Fondo de amortizació n.- h Egreso, en ed. 1939,
"revenue" (ingreso). Corregido segú n Ricardo.- i Tenedor de acciones y tı́tulos de deuda.- j Apartando de un
empleo productivo el capital del comprador de sus acciones.-
Impuestos pagados por el producer (pp. 456-459)
No contiene nada más que algunas observaciones sans conséquencek, contra Say y
Sismondi.
k Sin importancia.
Impuestos a los edificios
Ademá s del oro existen otras mercancı́as cuya cantidad no puede reducirse rá pidamente;
todo impuesto que las grave, pues, recaerá sobre los propietarios si el aumento del precio
redujera la demanda. Los impuestos a las houses a son de esa ı́ndole. Aunque gravan al
locatario, recaen a menudo, en virtud de una reducció n del alquiler, sobre el landlord b. El
producto de la tierra, ası́ como el de las manufacturas, se consume y reproduce de añ o en
añ o, y lo mismo ocurre con muchas otras mercancı́as; como se les puede poner rá pidamente
al levelc de la demanda, no pueden exceed mucho tiempo su natural price d. Pero se puede
considerar que un impuesto a los edificios es an additional rent paid by the tenante, y de ahı́
su tendencia a hacer que disminuya la demanda de casas del mismo annual rent f, sin
disminuir la oferta. Por lo tanto descenderá el rent y el landlord pagará una parte del
impuesto (p. 226).
a Casas.- b Propietario,
locador.- c Nivel.- d Sobrepasar (mucho tiempo su) precio natural.- e Un alquiler
adicional pagado por el locatario.- f Alquiler anual.-
Grundrisse. Volumen III
838
Se consumen todas las producciones de un paı́s, pero existe la mayor diferencia posible
entre que las consuman quienes las reproducen, o aquellos que reproducen otro valor. Si
decimos que se ahorra el ré dito y se le incorpora al capital, queremos decir que aqué l es
consumido por trabajadores productivos, en vez de serlo por no productivos... as
productions de un paı́s se reducirá n en proporció n a lo que se reduzca su capital, y por
tanto, si el gobierno y el pueblo gastan improductivamente, con una producció n anual que
[se] reduce de manera constante, se dilapidará n los recursos, etc. El enorme desembolso del
gobierno inglé s en la guerra continental fue má s que compensado por la creciente
producció n efectuada por el pueblo... Todos los impuestos tienen la tendencia a restringir la
facultad de acumulació n... Si afectan al capital, ponen trabas directamente a la industria
productiva. Si afectan al ré dito, o restringirá n la acumulació n o forzará n a los contributors
to save el importe de los impuestos, by making a corresponding diminution of their former
unproductive consumption of the necessaries and luxuries of life a. . . Tambié n los impuestos
al capital pueden recaer sobre los ingresos si reduzco proporcionalmente mis desembolsos
(pp. 162-168). La tributació n, en cualquiera de sus formas, nos ofrece una opció n entre
males; si no opera sobre el beneficio y otras fuentes del ingreso, habrá de operar sobre el
expenditure b, y en el caso de que la carga se distribuya de manera uniforme y no sofoque la
reproducció n, será indiferente que recaiga sobre esto o lo otro... El avaro puede eludir los
impuestos sobre el expenditure, pero no los que gravan al beneficio, ya sean directos o
indirectos ... Si un ré dito es de 1.000 libras anuales y yo tengolue pagar 100 libras de
impuesto, será indiferente que lo pague directamente de mi ré dito, lo que só lo me dejará
900 libras, o que pague 100 libras má s por mis agricultural commodities c o por mis
manufactured godos d (pp. 184, 185). Todo lo que eleve el valor de cambio de mercancı́as
cuya demanda es muy generalizada, desalienta cultivation y production, pero é ste es un mal
inseparable de la tributació n... Todo nuevo impuesto es una nueva charge on production y
raises natural Price e Una parte del trabajo del paı́s, antes a disposició n del contributor f,
que paga el impuesto queda a disposició n del esta- 18391 do y, por consiguiente, no puede
emplearse productivamente (p. 206).
839 Un impuesto parcial sobre los pro fits nunca recaerá sobre la trade g a la que gravan, ya que
el trader will either quit his employment, o remunerate himself for the tax h (p. 210). La
tributació n nunca se puede aplicar tan equitativamente que afecte en la misma proporció n
el valor de todas las mercancı́as y still to preserve them at the same relative value i (p. 276).
Los impuestos sobre los necessaries no presentan ninguna desventaja especial. Profits are
indeed lowered, but only por el monto of the labourer's portion of the tax, que de todos
Karl Marx
modos tiene que ser pagada either by his employer o by the consumer of the produce of the
labourer's work j (p. 384)
a (A los) contribuyentes a ahorrar (el importe de los impuestos) efectuando una disminució n
correspondiente de su anterior consumo improductivo de los artı́culos necesarios y suntuarios.- b Gasto.- c
Mercancı́as agrı́colas.- d Bienes manufacturados.- e Carga sobre la producció n (y) eleva el precio natural.- f
Contribuyente.- g Actividad, industria.- h (El) empresario abandonará su rama (o) se resarcirá por el impuesto.-
i Las mantenga ademá s a su mismo valor relativo.- j Se elevan los salarios, ciertamente, pero só lo (por el
monto) de la parte del impuesto que corresponde al trabajador, (que de todos modos tiene que ser pagada) o
por su patró n (o) por el consumidor del producto del trabajo obrero.
Aumento del precio de las mercancías por obra de los impuestos y el dinero
Para hacer circular la misma cantidad de mercancı́as cuyo precio se haya elevado a causa
de la tributació n, y no de la mayor dificultad en su producció n, no se requiere má s dinero. Si
aumenta el precio de las mercancı́as, consumiré menos cantidad por el mismo precio. El
resto lo consumirá el gobierno. Este obtiene el dinero, de lo que se exige por el impuesto a
cada mercancı́a en particular. El fabricante o arrendatario recibe del public este impuesto.
Tax in kirid a, encubierto (nota, pp. 242, 243).
a Impuesto en especie
Grundrisse. Volumen III
[Bastiat y Carey]
Avant-Propos a
La historia de la economı́a polı́tica moderna concluye con Ricardo y Sismondi: antı́tesis
de las cuales una habla en inglé s, la otra en francé s; tal cual a fines del siglo XVII esa historia
habı́a comenzado con Petty y Boisguillebert. La literatura econó mico-polı́tica posterior se
extravı́a ora en compendios eclé cticos, sincré ticos, como por ejemplo la obra de John Stuart
Mill, ora en el cultivo má s profundo de campos especiales, corno es el caso de la History of
Karl Marx
Prices 1 de Tooke y en general de los ú ltimos trabajos ingleses sobre la circulació n -el ú nico
dominio en el cual efectivamente se han hecho nuevos descubrimientos, ya que las obras
sobre colonizació n. propiedad de la tierra (en sus diversas formas), població n, etc., a decir
verdad só lo se distinguen de las precedentes por una mayor abundancia de material—, o en
la reproducció n de viejas controversias econó micas para un pú blico má s amplio y la
solució n prá ctica de problemas del momento, como los escritos sobre free trade y
protection b, o por ú ltimo en alambicamientos tendenciosos de las orientaciones clá sicas,
una relació n en la que por ejemplo está n Chalmers con respecto a Nialthus y Gü lich c con
respecto a Sismondi, y en ciertos aspectos Mac-Culloch y Senior, en sus obras má s
ts,mpranas, con respecto a Ricardo. Estamos cabalmente ante una literatura de epı́gonos,
ante una reproducció n, un mayor perfeccionamiento de la forma, una asimilació n má s
amplia del material, un puntualizar, popularizar, recapitular, una mayor elaboració n del
detalle; una carencia de fases descollantes y decisivas; realizació n de un inventario, por una
parte, y por la otra multiplicació n de pormenores.
a Prefacio,
pró logo.- b Libre comercio (y) proteccionismo.- c "Gü lich"; en el ms. "Jü lich" (remedo de la
pronunciació n berlinesa de ese apellido).
844 Só lo se exceptú an, aparentemente, las obras de Carey, el yanqui, y Bastiat, el francé s, el
ú ltimo de los cuales admite apoyarse en el primero.2. Ambos comprenden que la antı́tesis
de la economı́a polı́tica —el socialismo y el comunismo— encuentra su presupuesto teó rico
en las obras de la economı́a clá sica misma, y particularmente en Ricardo, que ha de
considerarse como la expresió n ú ltima y má s acabada de aqué lla. De ahı́ que ambos en
tiendan necesario atacar, como a un malentendido, la expresió n teó rica que la sociedad
burguesa ha adquirido histó ricamente en la economı́a moderna y demostrar la armonı́a de
las relaciones de producció n allı́ donde la economı́a clá sica, ingenuamente, habı́a llamado la
atenció n sobre el antagonismo de las mismas. El á mbito nacional absolutamente diferente, e
incluso contradictorio, del que los dos extraen materia para sus escritos, los impulsa no
obstante a los mismos empeñ os. Carey es el ú nico economista original de los
norteamericanos. Pertenece a un paı́s en el que la sociedad burguesa no se desenvolvió
sobre la base del ré gimen feudal, sino a partir de sı́ misma; donde esa sociedad no se
presenta como el resultado supé rstite de un movimiento secular, sino como el punto de
partida de un nuevo movimiento; donde el Estado, a diferencia de todas las formaciones
nacionales precedentes, estuvo subordinado desde un principio a la sociedad burguesa, a su
producció n, y nunca pudo plantear la pretensió n de constituir un fin en sı́ mismo; donde, en
conclusió n, la sociedad burguesa misma, asociando las fuerzas productivas de un mundo
viejo al inmenso territorio natural de uno nuevo, se desarrolla en proporciones hasta ahora
ignotas y con una libertad de movimientos desconocida, y ha sobrepujado con largueza
todo trabajo precedente en lo que atañ e al dominio sobre las fuerzas naturales; y donde, por
ú ltimo, las antı́tesis de la sociedad burguesa misma aparecen só lo como momentos
evanescentes. ¿Qué má s natural, entonces, que las relaciones de producció n en las cuales
ese enorme mundo nuevo se ha desarrollado tan rá pida, asombrosa y pró speramente, sean
miradas por Carey como las relaciones normales y eternas de la producció n y el trá fico
sociales, relaciones que en Europa, y especialmente en Inglaterra, que para é l es la Europa
por antonomasia, se han visto trabadas y menoscabadas por las barreras heredadas del
perı́odo feudal y que a é l le parezca que los economistas ingleses han observado,
reproducido y generalizado de manera caricaturesca y adulterada esas relaciones; al
1 Cf. TH. TOOKE. A History of Prices and of the State of the Circulation, from 1839 to 1847 inclusive. 2 vol., London
1838. Extractos en un cuaderno redactado en julio de 1845 ,en Manchester; cf. MEGA 1/6, p. 616.
2 Cf. F. BASTIAT, Harmonies économiques. 2a edició n, Parı́s 1851, p. 364, nota.
Grundrisse. Volumen III
confundir trastornos fortuitos de las mismas con su cará cter inmanente? Relaciones
norteamericanas contra relaciones inglesas: a eso se reduce su crı́tica de la teorı́a inglesa de
la propiedad de la tierra, el salario, la població n, las antı́tesis de clase, etc. En Inglaterra la
sociedad burguesa no existe en su pureza, en correspondencia con su concepto, adecuada a
sı́ misma. ¿Có mo los conceptos de los economistas ingleses acerca de la sociedad burguesa
habrı́an de ser la expresió n auté ntica, impoluta, de una realidad que no conocı́an?
845 El efecto perturbador que sobre las relaciones naturales de la sociedad burguesa misma
ejercen influencias tradicionales, no surgidas del seno de aqué lla, se reduce en ú ltima
instancia para Carey a la influencia del Estado sobre la sociedad burguesa a sus
intromisiones y usurpaciones. El salario, por ejemplo, aumenta, de modo natural con la
productividad del trabajo. Si encontramos que la realidad no se ajusta a esta ley, nos
bastará , sea en Indostá n o en Inglaterra, con abstraer los influjos del gobierno, los
impuestos, el monopolio, etc. Las relaciones burguesas, consideradas en sı́ mismas, esto es,
dejando de lado las influencias del Estado, siempre confirmará n, en efecto, las armó nicas
leyes de la economı́a burguesa. Carey, naturalmente, no investiga hasta qué punto esas
influencias estatales, public debt, taxesa, etc., surgen precisamente de las relaciones
burguesas y se presentan, por ejemplo en Inglaterra, no por cierto como resultados del
feudalismo, sino antes bien de su disolució n y sometimiento, y có mo en Norteamé rica
misma el poder del gobierno central crece con la centralizació n del capital.
a Deuda pú blica, impuestos
Mientras que Carey, frente a los economistas ingleses, hace valer ası́ el superior poderı́o
de la sociedad burguesa en Norteamé rica, Bastiat, frente a los socialistas franceses, hace
valer el escaso poder de la sociedad burguesa en Francia. ¡ Creé is rebelaros contra las leyes
de la sociedad burguesa en un paı́s en el que nunca se permitió a esas leyes su realizació n!
Só lo las conocé is en su atrofiada forma francesa, y considerá is como forma inmanente de la
misma lo que no es niá s que su distorsió n nacional-francesa. Echad un vistazo a Inglaterra.
En este paı́s es preciso liberar la sociedad burguesa de las trabas que le impone el Estado.
Vosotros queré is aumentar esas trabas. Diferenciad primero en forma pura las relaciones
burguesas, y entonces hablaremos de nuevo. (Bastiat tiene razó n en la medida en que en
Francia, a causa de su peculiar conformació n social, valen como socialismo no pocas cosas
que en Inglaterra son economı́a polı́tica.)
Carey, empero, cuyo punto de partida era la emancipació n norteamericana de la sociedad
burguesa con respecto al Estado, termina por postular la intervenció n estatal para que la
influencia exterior no perturbe, tal como ha ocurrido de hecho en Norteamé rica, el
desarrollo puro de las relaciones burguesas. Es proteccionista, mientras que Bastiat es
freetrader a.
a Librecambista
domina al mundo con su especı́fica superabundancia de cerebros. Para admitirlo es preciso ser un hombre con
Karl Marx
es econó micamente Inglaterra para Carey. La armonı́a de las relaciones econó micas se
funda, segú n Carey, en la cooperació n armó nica de ciudad y campo, industria y agricultura.
Esta armonı́a fundamental que Inglaterra ha abolido en su interior, la destruye por doquier,
mediante su competencia, en el mercado mundial, convirtié ndose ası́ en el elemento
destructivo de la_ armonı́a general. Unicamente los aranceles proteccionistas, esto es, la
obstrucció n violenta opuesta por la nació n a la fuerza destructiva de la gran industria
inglesa, pueden configurar una salvaguardia. De modo que el ú ltimo refugio de las
"harmonies é conomiques" es el estado, al que en un principio se estigmatizaba como al
ú nico perturbador de esas armonı́as. Por una parte, Carey expresa aquı́, una vez má s, el
dé sarrollo nacional determinado de los Estados Unidos, su oposició n a Inglaterra y su
competencia con ella. Ocurre esto bajo una forma ingenua: Carey propone a los Estados
Unidos que destruyan el industrialismo difundido por Inglaterra, desarrollá ndolo má s
rá pidamente dentro de sus fronteras por medio de aranceles proteccionistas. Aun dejando
de lado esa ingenuidad, en Carey la armonı́a de relaciones de producció n burguesas termina
en la má s absoluta desarmonı́a de estas relaciones, tal como se presentan en el terreno má s
grandioso, el mercado mundial, y en el má s grandioso desarrollo como las relaciones entre
naciones productoras. Todas aquellas relacionesa que, en el marco de lı́mites nacionales
determinados o asimismo bajo la forma abstracta de relaciones generales de la sociedad
burguesa, le parecen armó nicas —concentració n del capital, divisió n del trabajo, sistema
salarial, etc.—, le resultan inarmó nicas cuando hacen su entrada en escena bajo su forma
má s desarrollada —bajo su forma correspondiente al mercado mundial—, como las
relaciones internas que producen el dominio inglé s sobre el mercado mundial y, que en
cuanto efectos destructivos, son la consecuencia de esa dominació n.
a "Alle jene Verhä ltnisse"; edic. 1939, "Alle Verhä ltnisse ("Todas [las] relaciones").
Inglaterra, a los que adereza de manera fantá stica— consiste en las tesis generales de los
economistas. La antı́tesis fundamental de Carey es Ricardo, en dos palabras, los
economistas ingleses modernos; la de Bastiat los socialistas franceses.
a Auté nticas.- b Hipocresı́a de la satisfacció n.- c “Abstraktionen”; edic. 1939, “Abstaktion” (“abstracció n”)
849
XIV. Des Salaires 4
Las tesis principales de Bastiat son las siguientes: todos los hombres aspiran a la fijeza en
los ingresos, fixed revenue a. [[Ejemplo genuinamente francé s: 1) Todo hombre quiere ser
funcionario o hacer de su hijo un funcionario (vé ase p. 371]] El salario es una forma fija de
remuneració n (p. 376) y por eso una forma altamente perfeccionada de la asociació n, en
cuya forma originaria predomina "lo aleatorio", en la medida en que "tous les associé s"
está n sujetos "á toutes les chances de l'entreprise" b. [[Cuando el capital se hace cargo de los
riesgos, la remuneració n del trabajo queda fija bajo el nombre de salario. Si el trabajo quiere
asumir las consecuencias favorables y las desfavorables, la remuneració n del capital se
desliga y se fija bajo la forma del interé s (382).]] (Vé ase ademá s, sobre esta confrontació n,
p. 382, 383). Con todo, si bien originariamente predomina lo aleatorio en la condition de
l'ouvrier c, no por ello está asegurada suficientemente la estabilidad en el ré gimen del
salario. Es é ste un "degré intermé diaire qui sé pare l'alé atoire de la stabilité " d. Esta ú ltima
etapa se alcanzará por el hecho de "é pargner, aux jours de travail, de quoi satisfaire aux
besoins des jours de vieillesse et de maladie" e (p. 388). La ú ltima etapa se desenvuelve por
intermedio de las "socié té s de secours mutuels” f (I. c.) y en ú ltima instancia mediante "la
caisse de retraite des travailleurs" g (p. 393). (Ası́ como el hombre parte de la necesidad de
volverse funcionario, culmina con la satisfacció n de recibir una pensió n.)
a Ingreso fijo.- b "Todos los asociados" (está n sujetos) "a todos los accidentes de la empresa": c Condició n del
obrero.- d Grado intermedio que separa lo aleatorio de la estabilidad.- e Ahorrar, en los dı́as de trabajo, lo que
ha de satisfacer las necesidades en los dı́as de la vejez y de enfermedad.- f Sociedades de socorros mutuos.- g
Caja de jubilaciones de los trabajadores
ad a 1. Admitamos que todo lo que dice Bastiat sobre la fijeza del salario sea exacto. Pero
por el hecho de subsumir salario entre los fixed revenues, todavı́a no sabemos cuá l es el
verdadero carácter del salario, su determinació n caracterı́stica. Se habrı́a hecho resaltar una
relació n del mismo, la relació n que tiene en comú n con otras fuentes de ingresos. Nada má s.
Ya serı́a algo, ciertamente, para el abogado que quiera exponer las ventajas del sistema de
salarios. Pero no serı́a nada, aun, para el economista que desea, comprender en toda su
amplitud la peculiaridad de esta relació n. Fijar una determinació n unilateral de una
relació n, de una forma econó mica, hacer su panegı́rico contraponié ndola a la determinació n
inversa; es é sta la prá ctica abogadil y apologé tica que distingue al ergotista Bastiat.
Digamos, en vez de salario, fijeza de los ingresos. ¿Acaso no es buena la fijeza de los
ingresos? ¿No prefiere, cada uno, poder contar con algo seguro? ¿Especialmente todo
francé s tenderil y mezquino, l'homme toujours besogneux b? De la misma manera se ha
defendido, y tal vez con má s razó n, la servidumbre.
850 Tambié n se podrı́a sostener la proposició n inversa, y se la ha sostenido. Supongamos que
el salario es igual a la no fijeza, id est a superar un nivel determinado. ¿A quié n no le gusta
prosperar, en vez de permanecer estacionario? ¿Acaso es mala una relació n que abre las
posibilidades de un progressus burgué s in infinitum c? El propio Bastiat, naturalmente, hace
valer en otro pasaje el ré gimen del salario como la no fijeza. ¿De qué otra manera que por la
no fijeza, por las fluctuaciones, le serı́a posible al obrero dejar de trabajar, volverse
capitalista, tal como quiere Bastiat? De modo que el ré gimen del salario es bueno, porque es
la fijeza; es bueno, porque es la no-fijeza; es bueno, porque no es ni lo uno ni lo otro pero al
4 Cf. F. BASTIAT, Harmonies économiques, cit., pp. 370-416.
Grundrisse. Volumen III
mismo tiempo tanto lo uno como lo otro. ¿Qué relació n no es buena cuando se la reduce a
una determinació n unilateral y se concibe a é sta como afirmació n, no como negació n? Todo
charlataneo caviloso, toda apologé tica, toda sofisterı́a ñ oñ a, se funda en una abstracció n de
esa ı́ndole.
a Con respecto a.- b El hombre siempre necesitado.- c Progreso (burgué s) hasta el infinito
851 En todas estas transiciones efectivamente histó ricas el trabajo asalariado se presenta
como disolució n, como aniquilació n de relaciones en las que el trabajo estaba fijado en
todos los aspectos: en sus ingresos, en su contenido, en su localidad, en su volumen, etc. O
sea, como negación de la fijeza del trabajo y de su remuneración. La transició n directa del
fetiche del africano al é tre supré me a de Voltaire, o de los avı́os de caza del salvaje
norteamericano al capital del Banco de Inglaterra, no es tan absurdamente antihistó rica
como la transició n del pescador de Bastiat al obrero asalariado. (En todos estos desarrollos,
por lo demá s, no se advierte un á pice de modificaciones voluntarias, resultantes de un
acuerdo recı́proco.) Cabalmente digna de esta construcció n histó rica —en la que Bastiat se
embauca a sı́ mismo al presentar su abstracció n superficial bajo la forma de un
acontecimiento dado— es la sı́ntesis en la cual las friendly societes b inglesas y las cajas de
ahorros aparecen como la ú ltima palabra del sistema del salario y la abolició n de todas las
antinomias sociales.
Tenemos entonces, histó ricamente, el cará cter de no-fijeza del sistema salarial: lo
contrario de la construcció n de Bastiat. ¿Pero có mo llegó é ste, en general, a la construcció n
5 Cf. ibídem, p. 388.
Karl Marx
de la fijeza como la determinació n, que todo lo compensa, del sistema salarial? ¿Y có mo
llegó a querer presentar histó ricamente al sistema salarial en este cará cter determinado c,
como forma superior de la remuneració n [,] de la remuneració nd del trabajo en otras
formas de sociedad e o de asociació n?
No bien discurren acerca de la relació n dada entre el capital y el trabajo asalariado, entre
el beneficio y el salario, todos los economistas, tras demostrarle al obrero que no tiene
derecho alguno a participar en las posibles ganancias, procuran consolarlo por el papel
subalterno que le cabe ante el capitalista, poniendo de relieve que contrariamente a é ste, é l
disfruta de cierta fijeza en los ingresos, la cual en cierta medida es independiente de las
grandes adventures f del capital. Exactamente como Don Quijote conforta a Sancho Panza
con la idea de que si bien é l, Sancho, recibe todas las palizas, no le es necesaria la bizarrı́a.
a Ser supremo.- b Sociedades de socorros mutuos.- c "Bestimmtheit"; en edic. 1939, "Bestimmung"
("determinació n").- d "1,1 der Remuneration"; estas palabras fallan en edic. 1939.- e "oder"; en edic. 1939,
"und" ("z").- f Riesgos, contingencias
O sea que a una determinació n que los economistas atribuyen al sistema salarial en
antı́tesis con el beneficio, Bastiat la transforma en una determinació n del sistema salarial en
antı́tesis con formas anteriores del trabajo y como un progreso respecto a la remuneració n
laboral en esas relaciones precedentes.
852 Un lugar comú n que se inserta en la relació n dada y que suscita falsas esperanzas en una
parte de la misma con respecto a la otra, es extraı́do por el señ or Bastiat de esa relació n y
convertido en fundamento histó rico de su surgimiento. En la relació n entre el salario y el
beneficio, el trabajo asalariado y el capital, dicen los economistas, al salario le cae en suerte
la ventaja de la fijeza. La fijeza, alega el señ or Bastiat, esto es, uno de los aspectos en la
relació n entre el salario y el beneficio, es el fundamento histó rico del surgimiento del
sistema salarial (o bien se la atribuye al salario no por oposició n al beneficio, sino a las
formas tempranas de remuneració n del trabajo); por tanto tambié n del surgimiento del
beneficio; por ende tambié n de toda la relació n. De esta suerte, a un lugar comú n sobre un
aspecto de la relació n entre el salario y el beneficio se lo transforma, subrepticiamente, en
la base histó rica de toda esa relació n. Ello ocurre porque Bastiat está constantemente
obsesionado por sus cavilaciones sobre el socialismo, al que en todas partes ve en sueñ os
como la primera forma de la asociació n. Valga esto como ejemplo de la forma importante
que adoptan, en manos de Bastiat, los apologé ticos lugares comunes que acompañ an los
aná lisis econó micos.
Volvamos a los economistas. ¿En qué consiste esa fijeza del salario? ¿El salario es
invariablemente fijo? Esto contradirı́a por completo la ley de la oferta y la demanda, el
fundamento de la determinació n del salario. No hay economista que niegue las
fluctuaciones, las alzas y bajas del salario. ¿O el salario es independiente de las crisis? ¿O de
las má quinas, que vuelven superfluo el trabajo asalariado? ¿O de las divisiones del trabajo,
que lo desplazan? Serı́a incurrir en heterodoxia afirmar todo esto, y nadie lo hace. Lo que se
quiere decir es que, té rmino medio, el salario realiza un nivel medio bastante alto —esto es,
el mı́nimo del salario para la clase entera, tan odiado por Bastiat—, y que tiene lugar cierta
continuidad media del trabajo; por ejemplo, el salario puede mantenerse en casos en que el
beneficio cae o desaparece momentá neamente por entero.. Ahora bien, ¿qué significa esto
sino que, supuesto el trabajo asalariado como forma dominante del trabajo, como el
fundamento de la producció n, la clase obrera vive del salario y el trabajador a individual,
té rmino medio, posee la fijeza de trabajar por un salario? Tautología, en otras palabras.
Donde capital y trabajo asalariado es la relación de producción dominante, se da una
continuidad media del trabajo asalariado y, en esa medida, fijeza del salario para el obrero.
Donde el trabajo asalariado existe, existe. Y Bastiat ve esto como la cualidad, que todo lo
compensa, del trabajo asalariado. Además, decir que en la situación social en la que el
Grundrisse. Volumen III
Nota, La primera forma en que hace su aparición de manera general el trabajo asalariado es el sueldo
militar,. que se presenta con la decadencia de los ejércitos nacionales y de las milicias ciudadanas. Primero se
les pagaba a los ciudadanos mismos. Poco después a éstos los reemplazaron mercenarios que habían dejado
de ser ciudadanos.
2. (Es imposible ocuparse más de este nonsertse. We, therefore, drop Mr, Bastiats
855
[Del cuaderno M]
INDICE PARA LOS 7 CUADERNOS (PARA LA PRIMERA PARTE)
[Primera versión]
I) VALOR
1. 12, 13 [pp. 58-61], 20, 21 [pp. 73-77], Ricardo VI, 1 [pp. 454-455], Malthus VI, 13 [p.
492] (A. Smith VI, 17, 18 [pp. 504-508]. Valor de uso y valor de cambio (cuaderno VI, 28
abajo y 29 [pp. 538-540]). Steuart (VII, 26 [p. 665]) (ib. [p. 666]) (I. c. [p. 666]). (VII, 39
Torrens [p. 702]) (VII, 49 [pp. 729-731]). Trabajo simple y skilled labour a [pp. 729-730]).
II) DINERO
En general. Transició n del valor en el dinero (I, 13 [pp. 59-61]) (14 [pp. 61-63]). Producto
del cambio mismo (1, 14 [p. 62]) (1, 14 [p. 62]) 1, 15,17 [pp. 63-65, 67-68].
Las tres determinaciones del dinero. VII, 35, 36 (Bailey) [pp. 693 -694].
856
1) El dinero como medida
Con la denominació n del papel moneda en oro y plata -sea legalmente convertible o no lo
sea-, lo que se dice es que tiene que ser intercambiable por el cuanto de oro y plata que
representa. Cuando esto ya no ocurre, está depreciado, exista o no convertibility legal.
(Cuaderno I, pp. 8-9 [pp. 50-52]). El oro y la plata como dinero de cuenta no expresan
ningú n valor, sino tan só lo partes alı́cuotas de su propia materia. Su tı́tulo no es el de un
Karl Marx
valor: constituyen sus propios denominadores. (1. c., p. 9 [pp. 52--53]). (De ahı́ que
nominalmente no sean depreciables.) Alzas y bajas en el valor del oro y la plata. (Cuaderno
I, 10 [p. 55]) (VII, 29 [p. 676]). Acerca de la denominació n de los valores directamente en
tiempo de trabajo (I, 11, 12 [pp. 57-59];18, 19 [pp. 71 -73].
Traducció n intelectual de la mercancı́a en dinero. El dinero como dinero de cuenta, como
medio de cambio (1, 13 [pp. 60-611). Money of account a (Steuart. VII, 26, 27 [pp. 667-
668]) (Gouge VII, 27 [pp. 668-669]) (VII, 30, 31) (32, 33, 34 [pp. 676- 690]). Bailcy. (VII, 36
[pp. 693-694]). Mü ller (1. c. [pp. 694-6951). Econ[omist]. (VII, 38 [pp. 699--700]).
Asignados. (VII, 35 [pp. 692-693].) Livres de compte b en Francia. (Garniel-, I. c. [p. 693].)
El dinero como medida no necesita un valor constante, sino só ló una cantidad. (Bailey, VII,
36 Ipp. 693-6941.) Urquhart. VII, 55 [p. 747]. taray (VII, 57 [pp. 748-749). Fullarton. VII, 61
[p. 759].
a Dinero de cuenta.- b Libras de cuenta
857
2) El dinero como medio de cambio o la circulación simple. (I, 14, 15, 16) (17) [pp.
63-67, 68-69]. Steuart. (VII, 26 [p. 665]).
Moneda (silver tokens a inglesas. I, 18 [p. 70]). (Montanari. VII, 27 [p. 668].) Circulació n y
standard b (VII, 29 [p. 674]). Monedas subsidiarias (VII, 36, 37 [pp. 695-698]). (ib. [p. 698].)
(ib. 38 [p. 699].) (Hodgskin. VII, 39 [p. 703].)
Privilegio del dinero en la circulació n. (VII, 49 [p. 731].)
Circulació n que se repliega por oposició n a la circulació n dineraria simple. Ejemplo.
(Econ[omist]. VII, 25 [p. 664].) Generalidades sobre el particular. (VII, 29 [pp. 675-676].)
Valor del dinero. J. St. Mill. VII, 56 [p. 747].
Teorı́a de J. Mill. VII, 57, 58 [pp. 750-753]. Ricardo. VII, 59 [p. 753].
Mero rise del price c no basta para [motivar] demand for additional money d. (VII, 59.
Fullarton [p. 753].)
Contradicció n ent[re] el dinero como [medio] de circulació n y como equivalente. (VII, 61
[p. 759].) Determinació n inglesa de cuá ndo el dinero ya no tiene validez plena (1. c. [p.
760]). Determinació n de la cantidad del dinero circulante (VII, 61 [p. 760]).
Proporció n conforme a la cual los diversos metales sirven en Inglaterra como dinero (VII,
30-33) (Econ[omist] [pp. 679-685]).
D-M má s fá cil que M-D (52, VII, Corbet [pp. 737-738]).
3) El dinero corno dinero (cf. 1, 17 [pp. 68-69]) (21 [pp. 76-77]) (23 [pp. 79-81]) (VI, 28
[p. 539]). Equivalente. (Steuart. VII, 25 abajo [p. 664].) Bailey. VII, 35, 36 [p. 693].
Atesoramiento (VII, 38 [p. 701]). Instancia de las Cortes (VII, 44 [p. 718]) (V1I, 46 [pp. 722-
723]) e.
(Oro y plata como utensils f. Já cob, VII, 59 [p. 753]. lb. Fullarton, VII. 59, 60 [pp. 755-
758].)
Dinero para pagos y [. . .] (Corbet. VII, 52 [pp. 737-738]).
Efecto disolvente del dinero (Free trade. VII, 59) [p. 754].
a Tarjas de plata.- b Patró n.- c Aumento [del] precio.- d Demanda de dinero adicional.- e Todo este pá rrafo, en
Diferencia entre el dinero como medida y como medio de circulació n. (Garnier, Storch, I,
36 [pp. 105-106, 107].) (I, 37 [p 107].) (Gouge. Medida, en las colon[ias norte]americ[anas].
VII, 27 [pp. 668-669].) Escocia (VII, 38 [p. 700]). (VII, 55. Wilson e " [p. 7461.) (El dinero
entre los antiguos germanos. Wirth f 2) 6
Para el dinero como medida su existencia material es indiferente, pero en la imaginació n
sirve como materia (esencialmente en la imaginació n, no como determinació n fuera de la
mercancı́a). (1, 41, 42) (43) [pp. 117-122]. (VII, 29, abajo [p. 676]) (30, 31, ibı́d. [pp. 677-
682]) (32, 33 [pp. 683-688]) (34 [pp. 688 -6901) (35 [pp. 691-692] Asignados (35 [pp. 692-
693]). (Medida ideal [p. 693].)
Ideal standard of moneeg. (Steuart. VII, 26, 27 [pp. 667-668].)(VII, 38 [p. 700].) Urquhart
(VII. 55 [p. 747]).
Douhle standard (VII, 29 [p. 676]) (VII, 38 [pp. 699-700]) (VII, 55 [pp. 745-747]).
En cuanto medida, no es necesario que el valor del dinero sea invariable. (Bailcy. VII, 35,
36 [pp. 693-694].)
Fijación del dinero de cuenta (Mü ller, VII, 36 [pp. 694-695]) (VII, 38 [p. 700]).
862
Depreciación del standard. (VII, 55. Morrison [p. 746].)
Causas del alza en el prec[io] del metal precioso en lingotes, con respecto al precio de la
moneda. (Fullarton. VII, 55 [p. 746].) (VII, 61 [p. 759].) (Macleod 7. 1698, etc., cuaderno 2 y
ss.) h
1) Transformació n ideal de las mercancı́as en dinero. De esta manera, el dinero es
medida. El valor de cambio de las mercancı́as se expresa en el precio. El dinero, ası́, se
convierte en dinero de cuenta. Tiempo de trabajo, medida entre el dinero y la mercancı́a.
Có mo funciona esto en la realidad.
2) Determinado cuanto de esta materia determinada, que en cuanto tal es decisiva, pero
só lo como [materia] imaginaria. La existencia real es, en este proceso, indiferente, ası́ como
la masa del dinero que se tenga disponible. El dinero como medida puede existir
independientemente del dinero como medio de cambio real.
3) Como dinero de cuenta, el dinero adquiere existencia social general en el precio de la
moneda; en vez de calcularse con el peso real, se calcula con su nombre. Es é ste el precio de
la moneda. Aparente indepreciabilidad del dinero. Depreciació n. Aumento de precio.
4) Las leyes son muy simples.
a) Si aumenta o disminuye el valor del dinero, aumentará o disminuirá el precio dinerario
de las mercancı́as.
b) La subdivisió n debe ser fija, esto es, determinadas cantidades, tienen .que llevar
siempre el mismo nombre. Pero en cuanto medida, la variació n del valor del dinero es
indiferente. Su precio monetario no expresa valor alguno, sino tan só lo un cuanto. Eá ste es el
standard fijo.
c) La medida debe ser un solo metal. Double standard imposible.
5) Examen histó rico del ideal standard i. Dinero laboral, etc.
a “Technisch”; edic. 1939, “theoretisch” (“teó ricas-29.- bBingú n patró n en absoluto.- c Pá rrafo tachado con
6 Vé ase nuestra nota nú mero 72 del primer volumen.
7 Marx tenı́a presente un pá rrafo de la obra de MACLEOD, The Theory and Practice of Banking, etc., vol. I, p. 15: "Sir
Josiah Child's: Dis cours upon Trade (1698), a plan for Powering Interest by Law".
Grundrisse. Volumen III
una lı́nea ondulada.- d Pá rrafo tachado con una lı́nea ondulada.- e Posible errata por Morrison. Vé ase pp. 858 y
862.- f Referencia a una cita que figura en el recuadro d extractos escrito por Marx en 1858.- g Patró n dinerario
ideal.- h En el manuscrito, cada lı́nea de los ú ltimos cuatro pá rrafos aparece tachada con una o dos rayas en
diagonal.- i Patró n ideal.
863
2) El dinero como medio de cambio .
Cuaderno I, 14, 15, 16 (primero, transformació n ideal en dinero; luego, real [pp. 61-66]).
(Transición del dinero como medida al dinero como medio de cambio a).
Poder trascendental del dinero. I, 15 ¡pp. 64--651. Cará cter fortuito de la convertibilidad
de las mercancı́as por dinero (I. 15, abajo, y 16 [pp. 65-66]). (Separació n de compra y
venta.) (I, 16 [pp. 66-67].) (16, 17 [pp. 67-69].) El valor de cambio de las mercancı́as es
enteramente una cualidad inherente, y al mismo tiempo [existe] al margen de ellas b.
Separación de compra y venta (I, 39 [pp. 112--113]). (Posibilidad de una masa de
transacciones ficticias. I, 40 [p. 114].) c (Capa mercantil; I. c. [p. 114.1) (Germen de las crisis.
I, 39. 40 [pp. 112-113, 114],) d Posibilidad de una divisió n absoluta del trabajo (1. c. [p.
114]). (Cfr. 17, 18 [p. 67].) (I. 40 [p. 115].) Money só lo tiene que efectuar 1 exchange, las
mercancı́as, 2 (VII, 49 [p. 731]). Corbet (VII, 52 [pp. 737-738]) e.
Movimiento inverso de la circulación dineraria y de la mercantil (I, 34 [pp. 101-102]) (I, 37
[p. 108]). Diferencia. El dinero permanece en la circulació n. (I, 40) (41) [pp. 115-116]. (I, 47
[p. 129]) (marchandise se convierte en denré e f, dinero no como medio de circulació n) g.
864
Naturaleza fragmentaria de la circulación del dinero (I, 34 [p. 101]) (VII, 25 [p. 664]).
Cantidad de circulaciones. En la circulació n propiamente dicha, el dinero deja de ser
mercancı́a
a Desde "primero" hasta aquı́, tachado horizontalmente.- b La ú ltima frase, tachada en el ms.- c Texto del
paré ntesis, tachado.- d Tachado el texto del paré ntesis.- e Desde "money" hasta aquı́, tachado en el ms.- f
Gé nero, artı́culo.- g Pá rrafo tachado.
(ib. [p. 1011). Circulación del dinero. Si es medio de circulación, él mismo tiene una
circulación (ib. [pp. 101 - 102])., Mercancía y dinero se hacen circular uno al otro,
alternativamente. Momentos que están fuera de la circulación dinerada y la determinan (I. e
[p. 102]) a.
Circulación como movimiento total (1. 38 [p. 111]). (Aquí, en primer lugar, un proceso
social como conexión socia] con respecto a los individuos.) b Carácter formal de la
circulación simple (II, 16, 17 [pp. 171- -175]) (VII, 29 [pp. 675-676]).
Cantidad do las mercancías y precios. Las mercancías, en cuanto precios, presupuestas a
la circulación. Como precios, imaginadas como dinero no sólo en la cabeza del individuo,
sino entre los agentes del intercambio. Partimos del supuesto de que sólo se intercambian
equivalentes. Ahora bien, la determinación del precio siempre precede al proceso real de
circulación (I, 34 [pp. 102-103]), (Cantidad del medio circulante.) c
Supuesto de la circulación: primero, fijación de los precios. Supuesto de las mercancías
como determinadoras del precio. Segundo. Totalidad de intercambios (1, 34, abajo [p.
103]). Como precio, la mercancía se presenta como existencia particular del valor de cambio
junto al dinero corno ¡existencia] general adecuada del mismo (I, 37 [p. 108]). En rigor, el
dinero sólo hace circular los títulos de propiedad d (I, 37 (p. 1091) e.
Karl Marx
Valor del dinero. El dinero sólo sigue siendo mercancía como [medio de] eircul[ación]. VII,
56 (J. St. Mill (p. 747]). 57, 1. c. Sismondi [p. 750] f .
a Pá rrafo tachado en el ms.- b Texto de los dos ú ltimos paré ntesis, tachado en el ms.- c Pá rrafo tachado en el
ms.- d "Eigentumstitel"; edic. 1939, "Eigcntumsmittel" (medios de propiedad).- e Pá rrafo tachado en el ms.- f
Pá rrafo tachado.
865 Masa del medio circulante (I, 37, abajo [p. 109]). Depende del nivel de los precios y de la
cantidad de transacciones. De la velocidad (Galiani, VII, 49 [p. 730]). (38, I [p. 110].)
Determinada cantidad, necesaria para pagos y actos de intercambio simultá neos (I, 38 [p.
110]). Contracció n y expansió n de la circulació n (I, 46 [p. 127]). Steuart, etc., Locke, etc. (VII,
26 [p. 666]). (W. Blake. VII, 29 [p. 674].) Teorı́a de James Mill (VII, 57, 58 [pp. 750-753]). Un
pasaje acerca de la velocidad (Galiani, VII, 49 [p. 730]). (VII, 61. Fullarton [p. 760].) Ricardo.
VII, 59 [p. 753] a.
El dinero, medio de hacer circular lo firme y voluminoso. (Bray. Free trade, etc. VII 59 [p.
754].)
La circulación como proceso prácticamente infinito (determinació n formal del mismo) b.
(I, 39 [p. 111].) (Germen de las crisis; I. c. [pp. 112-113].)
Forma de la circulación. M-D-M.
D-M-D (I, 40 [p. 115]).
M-D-M; aquı́, el dinero es mero medio de cambio de la mercancı́a (I, 44 [p. 122]). En
cuanto tal, indiferente con respecto a su concreció n material (44, 1 [p. 123]). El dinero se
convierte en representante 'de sı́ mismo (L c. [p. 123]). (En la totalidad de la circulació n
representa una masa de plata y oro mayor que la que contiene realmente [p. 123].)
Diferencia entre el dinero, como realizarse de los precios y como medio de circulació n (L c.
[p. 124]). (Con relació n a las mercancı́as, representa los precios [p. 124].) c A raı́z de esta
contradicció n: efectos de la falsificació n de dinero, de dinero puramente simbó lico (I, 45, 46
[pp. 125-127]) d. El dinero ¿mercancı́a o no? (L c. [pp. 127-128]); ¿productivo o no? (1. c. [p.
128]). (Ferrier, A. Smith) (47 [p. 128]) (Solly, I, 47. ¿Barter e o no? [pp. 128-129].) (Medio de
producció n. 1, 47 [p. 129].)
El dinero como realizador del precio o como precio, existe fuera de la mercancı́a; la
mercancı́a, tal vez, no es puesta como precio, etc. (1, 39 [p. 113]) (44) (45) [pp. 124-126].
Dinero f como medio de circulació n, só lo como algo para enajenar. No para el consumo (II, 4
[p. 139]).
Desgaste de la moneda en la circulación. VII, 64, VII, 61 [pp. 759-760] g.
Moneda (II, 3 [pp. 137-138]). (El dinero puesto en la forma de medio de circulació n, es
moneda.) (El valor de uso coincide ahora con su determinació n formal.) Marcació n del
material dinerario h. (Storch. VII, 50 [p. 732].)
866
Cambios en el medio circulante. (Oro, plata, cobre, monedas subsidiarias.) (VII, 36, 37
[pp. 695-698].) (Bú chanan, 37 [pp. 696-697].) Exceso de cobre (ib. [p. 697]). (Econ[omist].
VII, 52 [p. 738].)
Determinación del valor del medio de circulación por la mera cantidad (VII, 37) (38) [pp.
698-699]. (Opdyke. VII, 49 [p. 731].) VII, 61 [p. 760].
a Pá rrafo tachado.- b "de sselben"; en edició n 1939, “Derselben", (de la misma).- c Desde el comienzo del
pá rrafo hasta aquı́, tachado.- d Las palabras "de dinero puramente simbó lico" y la anotació n posterior,
aparecen tachadas en el ms.- e Trueque.- f "Geld"; edic. 1939, "Im Geld" ("en el dinero").- g Pá rrafo tachado en el
ms.- h Las palabras "Marcació n del material dinerario", faltan en la edic. 1939.
Grundrisse. Volumen III
edic. 1939, "Material" ("material").- d Mercancı́a general de los contratos.- e Atesoramiento.- f Desde "Uso del
oro como..." (5° pá rrafo despué s del subtı́tulo "El dinero corno dinero") hasta aquı́, tachado lı́nea a lı́nea en el
ms.- g Pesos mexicanos.- h Imperiales de Rusia (monedas de oro de 10 rublos).- i Suministro general.- j En la
edic. 1939 la frase entre comas está redactada de manera confusa.- k Soberanos.- l Monedaje.- m Monedas
8 Cf. TH. TOOKE, A History of Prices, cit., p. 226 nota.
Karl Marx
869
Cuaderno B’
cuadernos no fechados, de los cuales uno ostenta la denominación Bi, mientras que el otro, conforme a lo
indicado por Marx en Reseña de mis propios cuadernos se compone de dos partes: a saber, las páginas 1-14
forman el cuaderno B”, y las páginas 16-19 el cuaderno B” II.
871
a
Valor invariable del dinero
"En cuanto medio de pago —dinero para sı́— el dinero debe representar el valor en
cuanto tal; pero en la realidad no es má s que un cuanto idé ntico de valor variable 2."
El dinero en cuanto dinero (moneda mundial, etc.)
El dinero es la negació n del medio de circulació n en cuanto tal, de la moneda. Pero al
mismo tiempo, al poder ser constantemente reconvertido en moneda; contiene a é sta
negativamente, en cuanto su determinació n positivamente, como moneda universal, pero en
cuanto tal es indiferente con respecto a la determinació n formal y es, en esencia, mercancı́a
en cuanto tal, mercancı́a omnipresente, no determinada localmente. Esta indiferencia se
expresa ahora, especialmente, en que ahora só lo como oro y plata es dinero, y no como
signo, no bajo la forma de la moneda. Por consiguiente, la façon b que el estado da en la
moneda al dinero, no tiene valor alguno; só lo lo tiene su contenido metá lico. En cuanto tal
mercancía universal, en cuanto moneda mundial, no es necesario el retorno del oro y la
plata al punto de partida, o en general el movimiento de la circulació n en cuanto tal.
Ejemplo: Asia y Europa. De ahı́ las lamentaciones de los partidarios del sistema
mercantilista, quejosos de que el oro desaparezca entre los paganos, no refluya. (Aú n no nos
incumbe aquı́ el caer-en-la-circulació n y caer-en-la-rotació n de la moneda mundial misma,
gradualmente, con el desarrollo del mercado mundial.)
a Aquı́ comienza el Cuaderno B’. La tapa lleva la inscripció n B' y, debajo las siguientes anotaciones:
Cualidad estética del oro
. . . όδέ aurum vero
Xρνσόζ αίθόμενον πüρ fulgens (ardens) ut
"Ατεδιαπρέι νu- ignis quia c ardet in
κτιμεγανοροζ nocte, eximie inter
έξοχα πλοuτ οu magnificas divitias d
(Pı́ndaro)
b Cuñ o.- c "quia"; en el ms. "quae".- d El oro es un verdadero fuego que fulgura (resplandece) en la noche,
poco afectado por el aire, la humedad o el uso ordinario, etc. Su abastecimiento es muy limitado.
Las piezas de oro se gastan por el rozamiento a que constantemente son sometidas. No se puede decir a
dó nde van las partes gastadas... Un panadero que hoy recibe un soberano y mañ ana lo entrega al molinero, no
paga con el mismo soberano. Segú n Jacob, cada pieza de oro sufre en Inglaterra un desgaste de 1/900 al añ o
debido al rozamiento, es decir, un poco menos de un farthing por libra. Las piezas de plata sufren una pé rdida
estimada como cinco o seis veces superior, dado que la circulació n de la plata es mucho má s intensa que la del
oro, y que dicho metal es menos resistente al rozamiento (p. 17).
2 Marx criticó en el manuscrito de los Grundrisse la concepció n del valor invariable del dinero en SAMUEL BAILEY,
convierte má s bien en el precio realizado en sı́ mismo (en é l) y, en cuanto tal, tambié n en el
representante material de la riqueza universal.
872 Se niega tambié n al dinero en la determinació n en que solamente es medida de los valores
de cambio. El mismo es, en efecto, la realidad adecuada del valor de cambio, y es é sta en su
existencia metá lica. La determinació n de medida, en este caso, ha de ser puesta en é l
mismo. Es su propia unidad y la medida de su valor; la medida de sı́ mismo en cuanto
riqueza, en cuanto valor de cambio, es la cantidad de sı́ mismo que el dinero representa. La
cantidad de su propia unidad de medida. En cuanto medida su cantidad era indiferente; en
cuanto medio de circulació n era indiferente su materialidad, la materia de su unidad; en
cuanto dinero en esta tercera determinació n, la cantidad de sı́ mismo como determinado
cuanto material (por ejemplo nú mero de libras) es fundamental. Una vez presupuesta su
calidad como riqueza universal, no subsiste en é l má s diferencia que la cuantitativa.
Representa un má s o un menos de la riqueza universal segú n se posea, en una cantidad
mayor o menor, determinada magnitud de medida de sı́ mismo. Si es la riqueza universal,
una persona habrá de ser tanto má s rica cuanto má s dinero posea, y el ú nico procedimiento
acertado será la acumulación del mismo. Con arreglo a su concepto, abandona la circulació n.
Este retiro de la circulació n se presenta ahora como atesoramiento del dinero, como objeto
esencial del afá n de riquezas y como procedimiento fundamental para enriquecerse. En el
oro y la plata poseo la riqueza universal en su forma pura; cuanto má s acumulo de esos
metales, tanto má s me apropio de la riqueza universal. Si bien el oro y la plata son la riqueza
universal, tenemos que, en cuanto cantidades determinadas, só lo la representan en
determinado grado, y por tanto de manera inadecuada. El todo debe tender siempre a
superarse a sı́ mismo. Esta acumulació n del oro y la plata, que se presenta como iterativo
retiro de los mismos respecto de la circulació n, es a la vez el poner en seguridad la riqueza
universal salvaguardá ndola de la circulació n, donde se pierde constantemente en el
intercambio con riqueza particular que a la postre desaparece en el consumo.
Apud Tragicos contraria δí κη y κέδοζ a 3
Forma de la propiedad
La propiedad del trabajo ajeno mediada por la propiedad del trabajo propio.
a En los trá gicos son contrarias la justicia y la ganancia
3 Cf. K. MARX, Contribución a la crítica de la economía política, Buenos Aires, ed. Estudio, 1970, p. 134, nota 22:
"Aristóteles en el capı́tulo IX, libro I, de la Política expone los dos movimientos de la circulació n M— D—
MyD—M—D en su oposició n bajo los nombres de 'econó mica' y 'crematı́stica'. Ambas formas fueron
contrapuestas por los trá gicos griegos, sobre todo por Eurı́pides, como διχη (justicia) y χεδροζ (ganancia)". No
hemos encontrado las referencias exactas.
Grundrisse. Volumen III
873
[Continuació n de la parte faltante]
[...] adquiere. Se ha extinguido toda particularidad de la relació n entre ambos (só lo se
trata, en la relació n, del valor de cambio en cuanto tal: del producto universal de la
circulació n social), y asimismo todas las condiciones polı́ticas, patriarcales y de otra ı́ndole
que surgen de la particularidad de la relació n. Ambos se comportan recı́procamente como
personas sociales en abstracto que só lo representan, una para la otra, el valor de cambio en
cuanto tal. El dinero se ha convertido en el ú nico nexus rerum a entre ellos, en dinero sans
phrase b. Al terrateniente ya no se le enfrenta el campesino como campesino con su
producto rural y su trabajo rural, sino como poseedor de dinero, ya que a travé s de la venta
se ha enajenado el valor de uso inmediato, que por la mediació n del proceso social ha
adoptado la forma indiferenciada. De esta suerte, por otra parte, el terrateniente ya no está
en relació n con é l en cuanto individuo rú stico que produce en condiciones de vida
particulares, sino en cuanto individuo cuyo producto, el valor de cambio objetivado, el
equivalente general, el dinero, no se distingue del producto de cualquier otro. Se desvanece
ası́ la apariencia campechana que, en la forma precedente, encubrı́a la transacció n.
a Nexo de las cosas.- b Sin rodeos, directamente.
financiera que arrojaba hombres y mercancı́as en la retorta alquı́mica para hacer oro, hacı́a
que al mismo tiempo se evaporaran todas las relaciones e ilusiones que frenaban el modo
de producció n burgué s, reteniendo en calidad de precipitado simples relaciones
monetarias, simples relaciones fundadas en el valor de cambio.
"En la é poca feudal el pago en metá lico no era el ú nico nexo entre el homb[re] y el
hombre. El inferior y el superior se vinculaban entre sı́ no só lo como comprador y vendedor,
sino de manera versá til, como soldado y caudillo, como sú bdito leal y señ or, etc. Con el
triunfo definitivo del dinero irrumpió una é poca diferente." (Th. Carlyle, Chartism, Londres,
1840, p. 58.)
El dinero es propiedad "impersonal". Con é l llevo conmigo, en el bolsillo, el poder social
universal y el vı́nculo social universal. El dinero pone el poder social, en cuanta cosa, en las
manos de la persona privada, que en cuanto tal ejerce ese poder. El vı́nculo social, el proceso
mismo del metabolismo, se presenta en é l como algo totalmente externo, carente de toda
relació n individual con su poseedor, y en consecuencia hace que el poder que ejerce esa
persona aparezca como algo enteramente fortuito, exterior a ella.
875 Antes de pasar má s adelante, hay algo que resulta claro: las compras a té rmino se
expanden extraordinariamente gracias al sistema crediticio. En la proporció n en que este
sistema se desarrolla, y por tanto la producció n fundada en el valor de cambio, el papel que
desempeñ a el dinero como medio de pago aumentará de volumen en detrimento del papel
que desempeñ a como medio de circulació n, como agente de la compra y de la venta. En los
paı́ses de modo de producció n moderno desarrollado, y por consiguiente de sistema
crediticio desarrollado, de hecho el dinero en cuanto moneda figura casi exclusivamente en
el comercio al por menor y en las pequeñ as operaciones comerciales entre productores y
consumidores, mientras que en la esfera de las grandes transacciones comerciales aparece
casi exclusivamente bajo la forma de medio general de pago. En la medida en que los pagos
se compensan, el dinero se presenta como forma evanescente, medida .meramente ideal,
imaginaria, de las magnitudes de valor intercambiadas. Su intervenció n fı́sica se reduce a
cubrir saldos relativamente insignificantes.*
* "To prove how little", says Mr. Slater (of the firm of Morrison Dillon et Co., whose transactions are
amongst the largest of the metropo.' lis) "of real money enters into the operations of trade", nos proporciona
un "analysis of a continuous course of commercial transactions, extending over several millions yearly, and
which may be considered as fair example of the general trade of the country. The proportions of receipts and
payments are reduced to the 1856, and are as under, viz:
Receipts Payments
In bankers drafts
and mercantile
bilis of
exchangue,payabl
e after date 533.596
In cheques of
bankers etc.
payable on Bills of exchange
demand 357.715 payable after date 302.674
In country Cheques on
banknotes. 9.627 London bankers 663.672
B[ank]- o[f] – B[ank] - o[f] -
E[ngland]-notes 68.554 E[ngland]‑ notes 22.743 a
Gold 28.089 Gold 9.427
Silver and copper .
1.486 Silver and copper 1.484
Post-office
orders.. 933
Grundrisse. Volumen III
£ 1.000.000 £ 1.000.000 b
P. LXXI (Report from the Select Committee on the Bank acts etc. 1 July 1858.)
a 22.743"; tanto en el ms. como en la fuente, "22.7343". Para establecer cuá l era el guarismo correcto, Marx
transacciones se cuentan entre las mayores de la metró poli), "el dinero real entra en las operaciones
especiales", (nos proporciona un) "aná lisis de una serie continua de transacciones comerciales que
comprenden varios millones por añ o, y a la que puede considerá rsele como un ejemplo valedero del comercio
general del paı́s. Se ha reducido el volumen del debe y el haber, durante el ano de 1856, a só lo 1.000.000 de
libras. Los datos son los siguientes:
Haber Debe
En letras bancarias y Letras
letras cambiadas cambiadas
comerciales, pagaderas a
pagaderas a fecha fija . 533.596 fecha fija 302.674
Cheques
En cheques bancarios, contra
etc., pagaderos a la banqueros
vista . . . . . . . 357.715 de Londres 663.672
Billetes bancos prov . . 9.627
Billetes del
Billetes del B[anco] B[anco] d[e]
d[e] I[nglaterra] . . . 68.554 I[nglaterra] 22.743
Oro . . . . . . . . 28.089 Oro 9.427
Plata y cobre .. . . . . 1.486 Plata y cobre 1.484
Giros postales . . . . 933
£ 1.000.000 £ 1.000.000
El desarrollo del dinero como medio general de pago corre parejas con el desarrollo de
una circulació n superior, mediada, cerrada en sı́ misma e incluso puesta ya bajo controles
sociales, de una circulació n en la cual se suprime la importancia excluyente que el dinero
posee sobre la base de la circulació n metá lica simple, por ejemplo en la tesaurizació n
propiamente dicha. No obstante, si a causa de perturbaciones sú bitas en el sistema
crediticio se interrumpen en su fluencia las compensaciones de los pagos, el mecanismo de
los mismos, tenemos que sú bitamente se hace necesario el dinero como medio de pago
general y real y se plantea la demanda de que en todo su volumen la riqueza exista
dualmente: una vez como mercancı́a, la otra como dinero, de manera que estos dos modos
de existencia se ajusten perfectamente. En tales momentos de crisis el dinero aparece como
la ú nica riqueza, que se manifiesta en cuanto tal no, como por ejemplo en el sistema
monetario, en la depreciació n meramente ideal de toda riqueza material real a, sino en su
depreciació n activa. Ante el mundo de las mercancı́as, el valor existe ú nicamente en su
forma adecuada y exclusiva de dinero. No corresponde continuar aquı́ el aná lisis de este
Karl Marx
elemento. Lo que sı́ viene aquı́ al caso es que en los momentos de crisis monetarias
propiamente dichas se hace visible una contradicció n inmanente al desarrollo del dinero
como medio de pago general. En tales crisis no es como medida que se requiere el dinero, ya
que en cuanto tal su existencia fı́sica es indiferente; tampoco como moneda, ya que en los
pagos no figura en cuanto moneda; sino que se le requiere en cuanto valor de cambio que se
ha vuelto autó nomo, equivalente universal que existe de manera fı́sica, substrato material
de la riqueza abstracta; en suma, cabalmente en la forma en que es objeto de la
tesaurizació n propiamente dicha, como dinero. Su desenvolvimiento como medio general
de pago encubre la contradicció n de que el valor de cambio ha adoptado formas
independientes respecto de su modo de existencia como dinero, mientras que por otra
parte su modo de existencia en cuanto dinero está puesto precisamente corno definitivo y
como el ú nico adecuado.
877 En el caso del dinero como medio de pago, debido a la compensació n de los pagos, al
abolirse de é stos en cuanto magnitudes positivas y negativas, aqué l puede presentarse en
cuanto forma ú nicamente ideal de las mercancı́as, como es el caso con el dinero en cuanto
medida y tal como funciona en la fijació n de precios. El conflicto surge de que —
contrariando la convenció n, la suposició n general del comercio moderno— sú bitamente, no
bien se perturba el mecanismo de esas compensaciones y el sistema crediticio sobre el cual
en parte se funda aqué l, el dinero debe estar presente y prestarse b bajo su forma real.
a "Stofflichen"; en el ms. figura encima de "wirklichen" ("real") sin signos de inclusió n.- b "Prá stiert werden"
época (del primer denario de plata, 485 a.u.c.,] c y el comienzo de la segunda guerra pú nica.
La exposició n del influjo que el alza o la baja en el valor de los metales preciosos, en el valor
de la materia del dinero, ejercen sobre las relaciones econó micas, presupone el aná lisis de
esas relaciones, por lo cual aú n no puede efectuarse aquı́.
Lo que se infiere de suyo es que la baja en el valor de los metales preciosos, o sea del
dinero, favorece siempre al pagador a expensas de quien ha de recibir el pago; a la inversa
un aumento en su valor.
La reificació n y exteriorizació n completas del proceso metabó lico social, sobre la base de
los valores de cambio, se aprecia contundentemente en la dependencia de todas las
relaciones sociales respecto de los costos de producció n de formas metá licas naturales que,
en cuanto instrumentos de producció n, en cuanto agentes en la creació n de la riqueza,
carecen absolutamente de importancia.
a "Gesamtpreis" ("precio total") figura en el ms , sin signos de inclusió n, sobre "Gesamtsumme" ("suma
total"). En edic. 1939 no figuraban las palabras "die Gesamtsumme".- b Potencialmente.- c A u c.: as urbe
condita, es decir, despué s de la fundació n de Roma. En el ms., en el lugar del texto entre corchetes, hay un
espacio en blanco. Vé ase, al respecto, I p. 116 y II p. 398.
Equestria et Venatica, etc., Lipsiae 1815. Tomus Sextus. La cita de Jenofonte se encuentra igualmente en la
Contribución a la crítica de la economía política, cit., p. 134
5 Cf. EDWARD MISSELDEN, Free Trade, or the Mean es to make Trade Florish, etc. London 1622.
Karl Marx
que sólo más adelante hemos de encarar. Otro tanto ocurre con toda circulación del dinero
que éste efectúa en cuanto capital, no como mercancía universal, o equivalente universal.
En el mercado mundial el dinero es siempre valor realizado_ Cuando es magnitud de
valor, lo es en su materialidad inmediata, como peso de un metal precioso. En cuanto mone-
da, su valor de uso coincide con su uso como mero medio de circulación y se lo puede
sustituir, consiguientemente, por un mero símbolo, Como moneda mundial, en realidad,
está des-monetizado, La exterioridad y autonomización del vinculo social en el dinero, por
oposición a los individuos en sus relaciones individuales, se hace visible en el oro y la plata
en cuanto moneda mundial (en cuanto moneda [[el dinero tiene]] todavía un carácter
nacional). Y lo que celebran los primeros heraldos de la economía política en Italia es
precisamente esta hermosa invención que hace posible un proceso metabólico general de la
sociedad sin que los individuos b se pongan individualmente en contacto.
a “Regulieren",
en el ms. "zirkulieren" ("circulan").- b "Ohne dass sie" ("sin que los individuos"); en un
principio escribió Marx: "ohne dass ihre Glieder" (sin que sus miembros”), Evidentemente pertenece también
a este pasaje una nota. que se encuentra en la parte superior de esta hoja, entre paréntesis y marcada con una
cruz, pero para la cual no figura en el texto ningún signo de inclusión. La nota dice así: “En realidad, el dinero
se presenta aquí como la entidad comunitaria de esos individuos, existente al margen de ellos “
881 En su calidad de moneda, el dinero tiene un carácter nacional, local. Para servir corno oro
y plata, como medio_ internacional de cambio es necesario fundirlo o, si existe bajo forma
amonedada, esta forma es indiferente y la moneda se reduce exclusivamente a su peso. En
el sistema de intercambio internacional más desarrollado, el oro y la plata reaparecen bajo
la misma forma bajo la cual desempeñaron un papel ya en el primitivo comercio de trueque.
El oro y la plata en cuanto medio de cambio, al igual que el intercambio mismo,
originariamente no aparecen dentro del estrecho á mbito de una entidad comunitaria social,
sino allı́ donde é sta cesa, en sus lı́mites, en sus poco numerosos puntos de contacto con una
entidad comunitaria extrañ a. Aparece, de tal manera, puesto como la mercancı́a en cuanto
tal, la mercancı́a universal que en todos los lugares mantiene su cará cter de riqueza._
Conforme a esta determinació n formal, tiene vigencia a igual tı́tulo en todos los lugares. Es
ası́ el representante material de la riqueza universal. Por eso en el sistema mercantilista el
oro y la plata hacen las veces de medida de las diversas entidades comunitarias. "No bien
los precious metals se convierten en objects of commerce, en an universal equivalent for
everything, se transforman tambié n en measure of power between nationsa . De ahı́ el
mercantilismo" (Steuart)6.
a (No bien los) metales preciosos (se conviertan en) objetos de comercio, (en) un equivalente universal de
todas las cosas (se transforman tambié n en) medida de poder entre las naciones.
La determinació n del dinero de servir como medio internacional de cambio y de pago no
es, en realidad, una determinació n nueva que se agregue a la de ser dinero en general,
equivalente universal, y en consecuencia tanto tesoro como medio de pago. En la
determinació n de equivalente universal está comprend[ida] la determinació n conceptual de
mercancı́a universal, en cuanto aquella en la cual el dinero se realiza por primera vez,
precisamente como moneda mundial. La primera aparició n del oro y la plata en cuanto
dinero en general (tal como ya se ha mencionado) ocurre como medio internacional de
pago y de cambio, y es de esta manifestació n suya de donde se abstrae su concepto de
mercancı́a universal. La limitació n polı́tica, nacional, que en general recibe el dinero,
formalmente, en su calidad de medida (por la fijació n de la unidad de medida y la
subdivisió n de esa unidad), limitació n que en la moneda se puede extender tambié n a su
6 Cf. JAMES STEUART, An Inquiry into the Principles of Political Economy, being an Essay on the Science of Domestic
Policy in Free Nations, Dublin 1770, vol. I, p. 327. Vé ase Contribución a la crítica de la economía política, cit., p.
49, nota 34.
Karl Marx
contenido, al punto de que en el signo de valor emitido por el estado se sustituya el metal
real, es histó ricamente posterior a la forma en que el dinero se presenta como mercancı́a
general, moneda mundial. ¿Pero por qué ? Porque aquı́, en general, se presenta en su forma
concreta como dinero. Ser medida y ser medio de circulació n son funciones del dinero, en
cuyo cumplimiento é ste adopta formas particulares de existencia debido tan só lo a que, má s
adelante, esas funciones se vuelven autó nomas.
882 Consideremos 1) la moneda, que originariamente no es otra cosa que determinada
fracció n ponderal de oro; se le agrega el cuñ o en calidad de garantı́a, de denominador del
peso, lo cual no cambia absolutamente nada; el cuñ o, que es la façon, es decir la indicació n
del valor —signo vuelto autó nomo, sı́mbolo del mismo—, por el propio mecanismo de la
circulació n se convierte, de forma que era, en sustancia; se verifica aquı́ la intervenció n del
Estado, ya que tal signo ha de ser garantizado por el poder de la sociedad vuelto autó nomo,
por el Estado. Pero en realidad es como dinero, como oro y plata, que el dinero opera en la
circulació n ser moneda só lo es una mera funció n del ser dinero. En esta funció n se
particulariza, y puede sublimarse en signo puro de valor que, en cuanto tal, necesita de un
reconocimiento legal y legalmente obligatorio. 2) La medida. Las unidades de medida del
dinero y sus subdivisiones en un origen só lo son, en realidad, las fracciones ponderales del
mismo en cuanto metal; como dinero posee la misma unidad de medida que en cuanto peso.
Só lo cuando el valor nominal, en las piezas metá licas acuñ adas que corresponden a esta
escala de pesos, se desprende del valor real, la escala de medidas del oro y la plata en
cuanto oro y plata se desprende de su escala de medidas en cuanto dinero, y ası́
determinadas fracciones ponderales del metal reciben nombres especı́ficos por cuanto
hacen las veces de medidas del valor, para esta funció n. En el comercio mundial se evalú an
el oro y la plata só lo [por] su peso, sin tener en cuenta su cuñ o; esto es, su peso se abstrae
del dinero en cuanto moneda. El dinero se presenta en el comercio internacional totalmente
bajo la forma o carencia de forma con que se presentaba originariamente y allı́ donde presta
servicios en calidad de medio de pago, sirve siempre al mismo tiempo, tal como tambié n
ocurrı́a al principio en la circulació n interna, en calidad de contravalor, precio realizado,
equivalente real. De esta manera, donde sirve como moneda, como mero medio de cambio,
sirve a la vez como representante valioso del valor. Sus otras funciones, empero, son las
mismas en las cuales sirve como dinero, bajo la forma de tesoro (ya se conciba a é ste como
la sustancia que en el futuro asegurará una provisió n segura de medios de subsistencia, o
como riqueza en general) o como medio de pago universal, independiente de las
necesidades inmediatas de los agentes del intercambio y satisfacedor só lo de su necesidad
general, o tambié n de su carencia de necesidades. En calidad de equivalente adecuado y
está tico, al que se lo puede mantener al margen de la circulació n porque no es objeto de
ninguna necesidad determinada, el dinero es provisió n, seguridad de medios de
subsistencia para el futuro en general; es la forma bajo la cual quien carece de necesidades
posee la riqueza, esto es, bajo la cual se posee el excedente, la parte de la riqueza que no se
requiere de manera inmediata como valor de uso. Es, asimismo, aseguramiento para
necesidades futuras, como la forma de riqueza que trasciende la estrechez.
883 En realidad, por ende, la forma del dinero como medio internacional de pago y de
cambio no es una forma particular del mismo, sino ú nicamente una aplicació n del mismo en
cuanto dinero; [[son]] las funciones del dinero mismo, en las que de la manera má s
sorprendente é ste funciona en su forma simple y a la vez concreta como dinero, como
unidad de medida y medio de circulació n y ni como lo uno ni como lo otro. Es la forma má s
prı́stina del mismo. Esa forma aparece como particular só lo si se la confronta a la
particularización que el dinero puede adoptar, como medida y moneda, en la llamada
circulació n interna.
Grundrisse. Volumen III
arenas fluviales al sur de Praga, y tres hombres lograron extraer un marco (media libra) de oro en un dı́a; y tan
grande fue la consiguiente corrida a los "yacimientos" que el añ o pró ximo el hambre asoló el paı́s"
El dinero, remitido como oro [o] bajo la forma de plata, en todas partes puede ser
convertido en medio de circulació n. "Gold has the quality of being always exchangeable for
what it measures" a (Bosanquet)9 "Money can always buy other commodities, whereas,
7 Cf. TH. TOOKE, A History of Prices, etc., p. 226 nota.
8 Cf. M. GEORGE KORNER, Eine philologisch—historische Abhandlung von dem Alterthume des bólimischen
Bergwerks, Schneeberg 1758. Marx lo cita de Government School of Mines and Science Applied to the Arts,
Lectures on Gold, etc., London 1852.
9 Cf. J. W. BOSANQUET, Metallic, Paper and Credit Currency and the means of regulating their value, London 1842,
P.
Karl Marx
other commodities cannot always buy gold." b "There must be a very considerable amount
of the precious metals applicable and applied as the most convenient mode of adjustment of
international Balances" c (Tooke) 10. Fue precisamente como dinero internacional que en el
siglo XVI, en el perı́odo de infancia de la sociedad burguesa, el oro y la plata absorbieron el
interé s exclusivo de los estados y de la incipiente economı́a polı́tica. El papel especı́fico que
el oro y la plata cumplen en el comercio internacional es de nuevo plenamente claro, y ha
vuelto a ser reconocido por los economistas, desde las grandes evasiones de oro y las crisis
de 1825, 1839, 1847, 1857. Aquı́ medio de pago internacional absoluto, exclusivo, en cuanto
valor que es para sı́, equivalente universal. El valor debe transferirse in specie d, no puede
transferirse en ninguna otra forma de merchandise e. "Gold and silver... may be counted
upon to realise on their arrival nearly the exact sum required to be provided" f... "Gold and
silver possess an infinite advantage over all other descriptions of merchandise for such
occasions, from the g circumstance of their being universally in use as money h." (Fullarton
advierte aquı́, por tanto, que el valor se transfiere en oro y plata en cuanto dinero, no en
mercancı́as; que es é sta una funció n especı́fica de los mismos en cuanto dinero, y yerra por
consiguiente cuando dice que se transfieren como capital, con lo cual introduce ya
relaciones no pertinentes. El capital puede transferirse tambié n bajo la forma de arroz, etc.,
twist i, etc.)
a El oro [edic. 1939, "money" ("dinero")] tiene la cualidad de que siempre se le puede intercambiar por lo
que mide".- b El dinero siempre puede comprar las demá s mercancı́as, mientras que las demá s mercancı́as no
siempre pueden comprar el oro".- c "Tiene que existir un volumen muy considerable de metales preciosos
utilizables y utilizados como el modo má s conveniente de liquidar los balances internacionales".- d En
metá lico.- e Mercancı́a.- f "Se puede contar con que a su arribo ... el oro y la plata realizará n casi exactamente la
suma que el menester abonar".- g "The", en el ms. "their" ("su").- h "El oro y la plata gozan de una ventaja
infinitamente grande con respecto a todos los demá s tipos de mercancı́a para su uso en tales ocasiones,
debido al hecho de que universalmente se les emplea como dinero.- i Hilo de algodó n.
885 "It is not in tea, coffee, sugar, or indigo, that debts, whether foreing or domestic, are
usually contracted to be paid, but in coin; and a remittance, therefore, either in the identical
coin designated, or in bullion which can be promptly turned into that coin through the Mint
or Market of the country to which it is sent, must always afford to the remitter the most
certain, immediate, and accurate means of effecting his objects, without risk of
disappointment from the failure of demand or fluctuation of price a (125, 126,b Fullarton,
1.c.)11. "Any other article" (en el cual lo que importe sea el particular valor de uso, que no es
dinero) "might in quantity or kind be beyond the usual demand of the country to which it is
sent c". (Tooke, Th., An Enquiry into the Currency Principle etc., ed. Lond[res], 1844, [p. 10]).
a Por regla general, nadie se obliga contractualmente a pagar las deudas, sean internacionales o nacionales,
en té , café , azú car o ı́ndigo, sino en moneda contante; y por ende una remesa, ora en la misma moneda
convenida, ora en metal precioso que puede rá pidamente convertirse en esa moneda mediante la casa de la
moneda o el mercado del paı́s de destino, ofrecerá siempre al remitente el medio má s seguro, inmediato y
preciso de alcanzar ese fin, sin riesgo de contratiempos derivados de que no haya demanda o que fluctú e el
precio".- b "125, 126"; en el ms., " I 32,3".- c "Cualquier otro artı́culo, al exportá rselo, puede estar cuantitativa o
cualitativamente má s allá de la demanda habitual en el paı́s destinatario"
La renuencia de los economistas a reconocer el dinero en esta determinació n, vestigio de
la vieja polé mica contra el monetarismo.
El dinero en cuanto medio internacional de compra y de pago no es una determinació n
100.
10 Son dos citas de Th. Tooke; la primera de An Inquiry into the Currency Principle, II ed., London 1844, p. 10; la
nueva del mismo. Es má s que nada só lo el dinero en una universalidad de la manifestació n,
la cual corresponde a la universalidad de su concepto; el modo de existencia má s adecuado,
en el cual el dinero se manifiesta de hecho como la mercancía universal.
Conforme a las diferentes funciones que desempeñ a el dinero, la misma pieza monetaria
puede cambiar de lugar. Hoy puede ser moneda, y mañ ana, sin cambiar de forma externa
de_ existencia, dinero, esto es, equivalente en reposo. El oro y la plata como existencia
concreta del dinero se distinguen ası́ esencialmente del signo de valor por el cual se les
puede representar en la circulació n interna: se puede fundir las monedas de oro y plata
convirtié ndolas en lingotes y, de esta manera, conservar la forma indiferenciada de esos
metales por oposició n a su cará cter local en cuanto moneda, o bien, si como moneda se les
transforma en dinero, pueden servir ú nicamente por su peso metá lico. Se puede convertir
ası́ al oro y la plata en materia prima para artı́culos de lujo, o acumularlos en calidad de
tesoro, o pueden emigrar como medio internacional de pago al extranjero, donde a su vez
está n en condiciones de transfigurarse asumiendo la forma de la moneda nacional, de
cualquier moneda nacional. Bajo todas estas formas mantienen su valor. No acontece lo
mismo con el signo de valor. Só lo es signo allı́ donde se lo considera tal, y só lo se le
considera como tal allı́ donde el poder estatal lo respalda. Está confinado, por ende, a la
circulació n, y no puede volver a la forma indiferenciada en la cual el dinero mismo siempre
es valor y adopta segú n las posibilidades cualquier cuñ o nacional, o, indiferente a tal cuñ o,
presta servicios en su modo de existencia inmediato como medio de cambio y material del
atesoramiento, o se lo puede transmutar en mercancı́a.
886 No está confinado bajo ninguna de esas formas, sino que adopta cualquiera de ellas segú n
lo requiera la necesidad o tendencia del proceso de circulació n. Está ante todo –en la
medida en que no se le elabora, en cuanto mercancı́a particular, transformá ndolo en
artı́culos de lujo– relacionado con la circulació n, pero no só lo con la interna, sino con la
circulació n mundial, mas a la vez siempre bajo una forma autó noma refractaria a su
absorció n [por] aqué lla. La moneda, aislada en cuanto tal, es decir, como mero signo de
valor, só lo existe por y en la circulació n. Incluso cuando se le acumula, só lo se le puede
acumular en cuanto moneda, ya que su poder cesa en las fronteras del paı́s. Salvo las formas
del atesoramiento que surgen del proceso mismo de la circulació n y que en rigor no son
má s que descansos o pausas de la misma –por ejemplo determinado acopio de moneda para
la circulació n, o como reserva para pagos que deben efectuarse en la moneda misma del
paı́s–, en absoluto se trata aquı́ del atesoramiento, es decir del atesoramiento propiamente
dicho, ya que en cuanto signo de valor la moneda carece del elemento esencial de la
tesaurizació n: ser riqueza que es independiente del vı́nculo social determinado porque,
aparte su funció n social, es la existencia inmediata del valor mismo, no un valor meramente
simbó lico. Por consiguiente, las leyes que establecen el signo de valor a fin de que sea tal
signo, no condicionan el dinero metá lico, ya que é ste no se halla reducido a la funció n de
moneda.
Resulta claro, por lo demá s, que el atesoramiento, esto es, el retirar dinero de la
circulació n y acopiarlo en ciertos puntos, es un proceso mú ltiple: acumulació n temporaria,
que tiene su origen en el mero hecho de la separació n entre la compra y la venta, es decir
por el mecanismo inmediato de la circulació n simple; acumulació n del mismo, derivada de
la funció n del dinero como medio de pago; por ú ltimo, acumulació n propiamente dicha, que
aspira a retener y poner a buen recaudo el dinero en cuanto riqueza abstracta, o tambié n
só lo como excedente de la riqueza disponible –por encima de la necesidad inmediata — y
garantı́a de futuro, o por haberse agravado el atascamiento forzoso de la circulació n. Las
ú ltimas formas, en las cuales ú nicamente se aprecia la autonomizació n, la existencia
adecuada del valor de cambio en su forma inmediatamente objetiva como oro, desaparecen
Karl Marx
cada vez má s en la sociedad burguesa. Las formas modernas de la tesaurizació n, que tienen
su origen en el mecanismo mismo de la circulació n y son condiciones del cumplimiento de
sus funciones, adquieren por el contrario un desarrollo mayor; adoptan, no obstante, una
forma distinta que habrá de ser considerada en el sistema bancario.
887 Sobre la base de la circulació n metá lica simple, empero, se advierte que las diversas
determinaciones en las que funciona el dinero, o [[digamos ]] que el proceso de la
circulació n, el proceso metabó lico social, precipita como tesoro en reposo oro y plata en
efectivo bajo formas tan diferentes que; no obstante, la funció n del dinero en cuanto medio
de circulació n nunca se ve limitada por esas precipitaciones, pese a que la parte del dinero
que existe en cuanto tal tesoro cambia constantemente sus elementos y a que en [La]
superficie a de la sociedad tiene lugar un intercambio continuo entre las porciones de
dinero que desempeñ an estas o aquellas funciones y pasan de los tesoros a la circulació n -
nacional o internacional- o son absorbidas de la circulació n con destino a las reservas
atesoradas o se les transforma en artı́culos suntuarios.
a "An [der] Oberflä che"; en ed. 1939, "ouf der ganzen Oberflä che" ("sobre toda lo superficie)
cualitativamente, las partes que sirven para la circulació n nacional e internacional. Pero la
masa del oro y la plata constituye un estanque de nivel constante para las dos corrientes de
la circulació n: tanto desaguadero como canal de alimentació n, lo ú ltimo –naturalmente- por
ser lo primero.
____________________
En cuanto valor de cambio, toda mercancı́a es divisible a voluntad, por indivisible que sea
su valor de uso, tal como ocurre por ejemplo con el de una casa. En el precio de la mercancı́a
existe é sta en cuanto ta[l] valor de cambio divisible: esto es, en cuanto valor estimado en
dinero. Puede, ası́, enajená rsele a voluntad, parte por parte, a cambio de dinero. De tal
suerte, aunque sea inmueble e indivisible, se puede arrojar fraccionadamente la mercancı́a
a la circulació n, gracias a los tı́tulos de propiedad sobre esas fracciones. El dinero opera ası́
de manera disolvente sobre la propiedad inmueble e indivisible. "El dinero es un medio
para dividir en incontables fragmentos la propiedad y consumirla parte a parte mediante el
intercambio" (Bray)12. Sin el dinero [[habrı́a]] una masa de objetos que no se podrı́an
intercambiar, enajenar, ya que só lo gracias al dinero adquieren una existencia
independiente de la naturaleza de su valor de uso y de las relaciones de ese valor de uso.
"Cuando las cosas inmuebles e inmutables [quedaron sujetas al comercio de los hombres al
igual] a que b las cosas muebles y hechas para el intercambio, se generalizó el uso del dinero
como regla y medida (square) mediante la cual esas cosas recibı́an una evaluació n y un
valor" (Freetrade, Londres, 1622)13. "The introduction of money which buys all things...
brings in the necessity of legal alienation" (sc. of feudal estates) c. (124, John Dalrymple, An
Essay Towards a General History of Feudal Property in Great Britain, 4 ed., Londres, 1759.)
a Las palabras entre corchetes no figuran en el ms. y ed. 1939. Corregido segú n Misselden.- b "Als"; en ed.
1939, y tal vez en el ms., "aber" ("pero").-c "La introducció n del dinero, que compra todas las cosas... trae
aparejada la necesidad de la enejenació n legal", o sea la de los dominios feudales
En realidad, todas las determinaciones en las que el dinero se presenta como medida del
valor, medio de circulació n y (linero en cuanto tal, só lo [ex]presan las diversas relaciones en
las cuales los individuos participan en la producció n global o se comportan respecto de su
propia producció n en cuanto producció n social. Pero estas relaciones de los individuos
entre sı́, se presentan como relaciones sociales de las cosas.
889
-------------------------
"Las Cortes de 1593 dirigieron a Felipe II la siguiente solicitud: Les Cortè s de Valladolid
de l'an '48, supplié rent V.M. de ne plus permettre l'entré e dans le royaume des bougies,
verres, bijouteries, couteaux, et autres choses semblables qui y venaient du dehors, pour
é changer ces articles si inutiles à la vie humaine, contre de l'or, comme si les Espagnols
étarent des Indiens" a (Sempere) 14 . "Todos cachent et enfouient leur argent bien
sepré tement et bien profondé ment, pero muy en especial lo hacen los gentils" (no
mahometanos), "qui sont presque seuls les maitres du né goce et de l'argent, infatué s qu'ils
sont de cette croyance, que l'or et l'argent qu'ils cachent durant b leur vie, leur servira apré s
la mort” c (p. 314d, Franç[ois] Bernier, tome I, Voyages contenant la description des états du
12 Cf. J. F. BRAY, Labour's Wrongs and Labour's Remedy; or, the Age of Might and the Age of Right, Leeds—
14 Cf. J. SEMPERE y GUARINOS, Considérations sur les causes de la grandeur et de la dècadence de la monarchie
entrada al reino de velas, vasos, quinquillerı́a, cuchillos y otras cosas parecidas que se traı́an aquı́ desde el
exterior, para cambiar esos artı́culos tan inú tiles a la vida humana por el oro, como si los españ oles fueran
indios".- b "Durant"; en el ms., "dans".- c "(Todos) ocultan y entierran en el mayor secreto y muy
profundamente su dinero, (pero muy en especial lo hacen los) gentiles (...) –que son casi los amos exclusivos
de los negocios y el dinero– pues se vanaglorian de que el oro y la plata que esconden durante la vida, les
servirá n despué s de la muerte."- d "314"; edic. 1939 y ms., "312-314".- e Transliteració n francesa de Oreng-
Zeb.- f "Estos tienen un consejo, y dará n su potencia y autoridad a la bestia... Y que ninguno pudiese comprar o
vender, sino el que tuviera la señ al, o el nombre de la bestia, o el nú mero de su nombre."
"El efecto mayor y final del comercio no es la riqueza en general, sino prevalentemente
una abundancia de plata y oro... los cuales no son perecederos ni tan mutables como las
otras mercancı́as, sino riqueza en todos los tiempos y en todos los lugares." (Su
perdurabilidad no consiste, por lo tanto, só lo en la perdurabilidad de su material, sino en
que siempre siguen siendo riqueza, es decir, siempre se mantienen constantes en la
determinació n formal del valor de cambio.) "Vino, granos, aves, carne, etc., en abundancia
son riquezas, pero hic et nunc a" (dependientes de su valor de uso particular). "Es por ello
que la producció n de mercancı́as o el ejercicio de un comercio que procuran oro y plata a un
paı́s, son por consiguiente má s ventajosos que todos los demá s" (Petty, Polit[ical]
Arith[metick]. Lond[res] 1699, pp. [178,1]16. "Só lo el oro y la plata no son perecederos"
(nunca cesan de ser valor de cambio), "sino que en todos los tiempos y todos los lugares"
[[el aprovechamiento de los valores de uso particulares está determinado temporal y
localmente, al igual que las necesidades mismas que aqué llos satisfacen]] "son valoradas
como riqueza; todo lo demá s es ú nicamente riqueza pro hic et nunc b" (I.c., p. 196).
890 "La riqueza de toda nació n consiste principalmente en su participació n en el comercio
exterior con el mercado mundial (the whole commercial world), rather than in the domestic
trade c, mucho má s entonces que en el comercio local de comestibles, bebidas e
indumentaria, que reporta poco oro y plata, riqueza universal (universal wealth)" (P. 242).
Ası́ como el oro y la plata en sı́ se presentan como la riqueza universal, su posesió n aparece
tambié n como producto de la circulació n mundial, no d de la limitada por nexos inmediatos
é tnico e, naturales.
a Aquı́ y ahora.- b Para aquı́ y ahora.- c (Todo el mundo comercial), má s que en el comercio domé stico.- d
"Nicht"; en ed. 1939, "erst" ("tan só lo").- e "Ethnische"; ed. 1939, "ethische" ("é tico")
Podrı́a resultar sorprendente el hecho de que Petty, que llama a la tierra la madre y al
trabajo el padre de la riqueza 17, que enseñ a la divisió n del trabajo y en general, de manera
audazmente genial tiene muy presente en todas partes el proceso de producció n en vez del
producto aislado, parezca aquı́ estar totalmente cautivo del lenguaje y el modo de
representació n caracterı́sticos del monetarismo. Pero no se debe olvidar que, segú n el
supuesto de Petty, ası́ como segú n el supuesto burgué s en general, el oro y la plata no son
má s que la forma adecuada del contravalor, del que es necesario apropiarse, siempre,
gracias ú nicamente a la enajenació n de mercancı́as, o sea gracias al trabajo. El impulsar la
15 Cf. Voyages de Franpois Bernier, docteur en médecine de la faculté de Montpellier, contenant la description des
états du Grand Mogol, de l'Indoustan, du Royaume de Cachemire, etc., Paris 1830, Tome premier, p. 314.
16 Cf. WILLIAM PETTY, Several Essays in Political Arithmetick, London 1699, pp. 178-179.
17 Cf. WILLIAM PETTY, A Treatise of Taxes and Contributions, London 1667, p. 47.
Grundrisse. Volumen III
las Indias Occidentales, las especias de las Indias Orientales, todo lo cual no es para
nosotros de absoluta necesidad y sin embargo lo comprarnos en dinero contante y sonante,
. Ya Cátón el Viejo decía: Patrem familias vendacem, non emacem esse [oportet] g" (1.c,, pp.
11-13). "Cuanto más aumenta el acopio de mercancías, tanto má s decrece el que existe en
cuanto tesoro (in treasure)" (p. 23).
a Sobre estas últimas pablaras se lee en el ms., sin signos de inclusión: "und Lehre der Entsagung." (“y
teoría del renunciamiento “).- b Mercancías (comodidades).- c Incomodidades.- d Estopillas, batistas finas.- e
Cambrays.- f De lo mismo.- g [Es necesario] que el padre de familia venda, no que compre
En torno a la circulació n que va al mercado mundial y no refluye especialmente en el
comercio con Asia:
"El dinero mengua debido al comercio con el exterior de la Cristiandad, con Turquı́a,
Persia y las Indias Orientales. En su mayor parte estos ramos comerciales se manejan con
dinero contante, aunque en manera que difiere de los ramos comerciales de la Cristiandad
en sı́ misma. Pues si bien en el interior de la Cristiandad el comercio se practica con dinero
contante, é ste queda encerrado siempre dentro de los confines de la Cristiandad. Hay, en
efecto, una corriente y contracorriente, flujo y reflujo del dinero en el comercio practicado
en el interior de la Cristiandad; porque en ocasiones abunda má s en una parte y hace má s
falta en otra, segú n haya carencia en un paı́s y en el otro sobreabundancia: viene y va y
remolinea en el á mbito de la Cristiandad, mas siempre queda comprendido en las lindes de
aqué lla. Pero el dinero con el cual se comercia fuera de la Cristiandad, en los paı́ses
antedichos es gastado (issued) para siempre y nunca retorna" (l.c., 19, 20) 18. De manera
similar a la de Misselden se lamenta el má s antiguo economista alemá n, el doctor Martı́n
Lutero: "No se puede negar que comprar y vender es cosa necesaria, que no se puede evitar
18 Cf. MISSELDEN, Free Trade, cit., pp. 7, 11-13, 23, 19, 20.
Karl Marx
y de la que por cierto se puede hacer cristiano uso, singularmente en cosas que satisfacen la
necesidad y la honra. Pues tambié n los patriarcas vendieron y compraron: ganado, lana,
granos, manteca, leche y otros bienes. Son dones del Señ or que El toma de la tierra y los
distribuye entre los hombres. Pero el comercio de compra y venta con el extranjero, que de
Calcuta y la India y otros lugares por el estilo trae mercaderı́as como a esas preciosas sedas
y filigranas de oro y especias, que só lo sirve para el boato y no presta servicio alguno y
esquilma de su dinero al paı́s y a las gentes, no tendrı́a que admitirse allı́ donde b
tuvié ramos un gobierno y e prı́ncipes.
a “Als”; en el ms., “aber” (“pero”).- b “Wo”; en el ms, y edic. 1939, “so” (“ası́”).- c “Und”; en el ms, “von” (“de”)
892 Mas no quiero hablar acerca de eso ahora, pues entiendo que finalmente tendrá que
acabarse por sı́ mismo, como tambié n los atavı́os y la tragonerı́a, cuando ya no tengamos
dinero: porque de no ser ası́ de nada servirá n escritos ni pré dicas, hasta que la necesidad y
la pobreza nos fuercen. Dios nos empuja a los alemanes a que tengamos que despojarnos de
nuestro oro y plata en paı́ses extrañ os, enriquecer al mundo entero y quedar nosotros
pordioseros. Cierto, Inglaterra tendrı́a menos oro si Alemania le dejase sus pañ os; y el rey
de Portugal tambié n tendrı́a menos si le dejá ramos sus especias. Saca cuentas de cuá nto
dinero hace salir de la tierra alemana una feria en Francfort, sin necesidad ni motivo: te
maravillará s de có mo es que queda todavı́a un ochavo en la tierra alemana. Francfort es el
sumidero del oro y la plata, por donde se va del paı́s alemá n todo lo que entre nosotros
surge y se crı́a, se amoneda o acuñ a; si se cegara el sumidero, no habrı́amos de oı́r las quejas
actuales de có mo por dondequiera no hay má s que deudas y ningú n dinero, de có mo
nuestros campos y ciudades está n [agobiados por los tributos] y carcomidos por la usura.
Pero dejemos pasar, las cosas seguirá n ası́: los alemanes hemos de seguir siendo alemanes;
no desistimos si no se nos hace desistir a la fuerza" (Bücher vom Kaufhandel und Wucher,
1524) 19.
Boisguillebert, que ocupa en la economı́a francesa una posició n exactamente tan
importante como la de Petty en la inglesa, y que es uno de los má s enconados
impugnadores del monetarismo, ataca al dinero en las diversas formas en que é ste aparece
enfrentado como valor exclusivo a las demá s mercancı́as, medio de pago (en é l,
principalmente, en los impuestos) y tesoro. (La existencia especı́fica del valor en el dinero se
presenta como una relativa carencia de valor, una degradació n, de las demá s mercancı́as.)
Los pasajes citados de Boisguillebert, tomados todos de a sus obras completas en la
edició n de Eugéne Daire, Economistes financiers du 18iéme siécle, I, vol., Parı́s, 1843.
"Comme l'or et l'argent ne sont et n'ont jamais é té une richesse en eux-mé mes, ne valent
que par relation, et qu'autant qu'ils peuvent procurer les choses né cessaires à la vie,
auxquelles ils servent seulement de gage et d'appré ciation, il est indiffé rent d'en avoir plus
ou moins, pourvu qu'ils puissent produire les mé mes effets b" (ch. VII, prem[ié re] part[ie].
Le détail de la France, 1697) 20.
a "Als"; en el ms. y edic. 1939, "aus dei Ausgabe" ("de la edició n"); suprimimos las dos ú ltimas palabras por
repetirse poco despué s.- b "Como el oro y la plata no son ni han sido jamá s una riqueza en sı́ mismos, valiendo
só lo por relació n y en la medida en que pueden procurar las cosas necesarias para la vida, a las cuales sirven
ú nicamente de prenda y de evaluació n, es indiferente poseer má s o menos de esos metales, siempre que
puedan producir los mismos efectos."
893 La cantidad del dinero [no a] afecta la riqueza nacional, "pourvu qu'il y en ait assez pour
soutenir b les prix contractés par les denré es né cessaires à la vic c" (l.c., part[ie] II, ch. XVIII, p.
19 Cf. MARTIN LUTHER, Bücher vom Kaufhandel und Wucher, 1524. La segunda parte de esta cita se encuentra en
Contribución a la crítica, etc. Igualmente encontramos la mayorı́a de los autores aquı́ citados en el capı́tulo II
dedicado al estudio del dinero.
20 No se especifica el sitio de esta nota
Grundrisse. Volumen III
209). (Boisguillebert, pues, enuncia aquı́ la ley segú n la cual la masa del medio circulante
está determinada por los precios, no a la inversa.) Que el dinero es una mera forma de la
mercancı́a misma, se advierte en el comercio al por mayor, donde el intercambio, una vez
que las "marchandises sont appreciés d ", se efectú a sin intervenció n del dinero; "l'argent
n'est que le moyen et l'acheminement, au lieu que les denré es ú tilesla vie sont la fin et le but
e" (l.c., p. 210). El dinero ú nicamente debe ser medio de circulació n, ser siempre mobil f,
nunca debe convertirse en tesoro, en immeuble. Debe estar "dans un mouvement continuel,
ce qui ne peut é tre citle .tant qu'il est meuble..., mais si tó t qu'il devient immeuble..., tout est
perdu g" (l.c., part[ie] II, ch. XIX, p. 213). Por oposició n a las finanzas, para las cuales el
dinero aparecı́a como el ú nico objeto, "la science financiére n'est que la connaissance
approfondie des inté ré ts de l'agriculture et du commerce h (p. 241, l.c., p[artie] III, ch. VIII).
En realidad, Boisguillebert só lo ve en el contenido material de la riqueza, en el disfrute,
en el valor de uso, "la vé ritable richesse. jouissance entié re, non-seulement des besoins de
la vie, mais mé me de tout le superflu et de tout ce qui peut faire plaisir à la sensualité i " (p.
403, Dissertation sur la nature des richesses, de l'argent et des tributs) 21.
a "[Nocht]"; falta en edic., 1938.- b "Soutenir"; en el ms., "maintenir".- c "Siempre que lo haya bastante como
para satisfacer los precios alcanzados por los artı́culos necesarios para la vida."- d "Se ha fijado el precio de las
mercancı́as".- e "El dinero só lo es el medio y el encauzamiento, mientras que los artı́culos ú tiles pera la vida
son el fin y el objetivo ".- f Mó vil.- g "En un movimiento continuo, lo que só lo es posible mientras sea mueble . . .
pero tan pronto como se vuelve inmueble . . . todo está perdido."- h "La ciencia financiera es tan só lo el
conocimiento profundizado de los intereses de la agricultura y del comercio."- i "La verdadera riqueza ...
disfrute total, no só lo de las necesidades de la vida, sino asimismo de Iodo lo superfluo y de todo lo que puede
provocar placer a la sensualidad."
"On a fait. . . une ideole de ces mé taux" (or et argent), "et laissant là l'objet et l'intention
pour lesquels ils avaint é té appelé s dans le commerce, savoir pour y servir de gages dans
l'é change et la tradition ré ciproque [des denré es] a, on les a presque quitté s de ce service
pour en former b des divinités, auxquelles on a sacrifié et sacrifié tou[[s les]] jours c plus de
biens et de besoins pré cieux, et mime d'hommes, que jamais l'aveugle antiquité n'en immola
à ces fausses divinité s qui ont si longtemps formé tout le culte et toute la religion de la plus
grande partie des peuples d " (l.c., p. 395). "La misé re des peuples ne vient que de ce qu'on a
fait un maitre, ou plú tot un tyran, de ce qui é tait un esclave e" (I.c.). Es necesario quebrar esa
"usurpation" y "ré tablir les choses dans leur é tat natural f " (I.c.). Con el afá n abstracto de
riquezas, "l'é quivalence oú il" (l'argent) "doit é tre avec toutes [les] autres denré es, pour é tre
pré t d'en former l'é change à tout momento, a aussitó t recu une grande atteinte g" (p. 399).
"Voilá donc l'esclave du commerce devenu son maitre... Cette facilité qu'offre l'argent pour
servir tous les crimes lui fait redoubler ses appointements à proportion que la corruption
s'empare des coeurs; et il est certain que presque tous les forfaits seraient bannis d'un Etat,
si l'on en pouvait faire autant de [ce] fatal mé tal h (p. 399). La depreciació n de las
mercancı́as para transformarlas en dinero (venderlas por debajo de su valor) es la causa de
toda misé re. (Vé ase cap. V, l.c.) Y dice en este sentido: "L'argent... est devenu le bourreau des
toutes choses i " (p. 413, l.c.).
a "Des denré es"; falta en edı́c. 1939.- b "Former"; en el ms., "faire" ("hacer").- c "Tou[s les] jours"; en el ms ,
"toujoù rs" ("siempre").- d "Se ha convertido... a estos metales" (el oro y la plata) "en un ı́dolo, y dejando de lado
el objeto y la intenció n con los cuales se les habı́a hecho venir al comercio —o sea para servir en a de prendas
en el intercambio y la transferencia mutuos [de los artı́culos]...— casi se les ha retirado de este servicio para
formar de ellos divinidades, a las cuales se han sacrificado y se sacrifican todos los dı́as má s bienes y
necesidades preciosas, e incluso hombres, de los que jamá s inmoló la ciega Antigü edad a esas falsas
divinidades que durante tanto tiempo han constituido todo el culto y la religió n toda de la mayor parte de los
21 Cf. P. LE P. DE BOISGUILLEBERT, Dissertation sur la Nature des Richesses, de l'Argent et des Tributs, ou l'on
découvre la fausse idée qui régne dans le monde á l'égard de ces trois articles, en Économistes Financiers, cit., p.
403.
Karl Marx
pueblos."- e "La miseria de los pueblos no proviene sino de que se ha hecho un amo, o má s bien un tirano, de lo
que era un esclavo."- f "Restablecer las cosas en su estado natural."- g "La equivalencia en la cual" (el dinero)
"debe estar con todas [los] demá s artı́culos, a fin de estar pronto para instituir el intercambio en cualquier
instante, ha sufrido de inmediato un considerable menoscabo."- h "He aquı́, pues, al esclavo del comercio
erigido en su amo... Esta facilidad que distingue al dinero para servir todos los crı́menes, lo mueve a aumentar
sus asignaciones a medida que la corrupció n se apodera de las voluntades; no cabe duda, de que todas las
fechorı́as desaparecerı́an de un estado si se pudiera hacer otro tanto con [este] metal fatı́dico."- i "El dinero... se
ha vuelto el verdugo de todas las cosas."
894 Compara las artes financieras de hacer dinero con el "alambic qui a fait é vaporer une
quantité effroyable de biens et de denré es pour former ce fatal pré cis [au maitre] a " (p.
419). Mediante la depreciació n de los metales preciosos "les denré es mimes seront
ré tablies dans leur juste valeur b " (p. 442, I.c.). "L'argent... dé clare la guerre... à tout le genre
humain c " (p. 417, l.c.). (Otro tanto Plinio, Historia naturalis, 1. XXXIII, c[aput] II[, sectio 14].
22) En contra:
El dinero como moneda mundial: "E cosı́ fattamente diffusa per tutto il globo terrestre la
comunicazione de' popoli insieme, che puó quasi dirsi essere il mondo tutto divenuto una
sola cittá in cui si fa perpetua fiera d'ogni mercanzia, e dove ogni uomo di tutto ció che la
terra, gli animali e l'umana industria altrove producono, puó mediante il danaro stando in
sua casa provvedersi e godere. Maravigliosa invenzione! d" (p. 40, Montanari (Geminiano).
Della moneta; escrito about e 1683. En la recopilació n de Custodi. Parte Antica. Tomo III. 23)
„ “Εστιν δέ ποδαποζ το γένοζ οντοζ f ." (A then[aè ] Deipnosoph[istae], l[iber] IV, [sectio]
49[, p. 159]. 24)
Dice Demetrio de Falera, en tomo a la extracció n de oro en las minas: “ ελπιζούσηζ τñ
πλεονεξιαζ άνάξεω έκ τών μυχών τñζ γñζ αύτόν Πλούτωνα e." (l.c., [liben] VI, [sectio] 23 [p.
222].25)
"Sed a nummo prima origo avaritiae. . . Haec paulatim exarsit rabie quadam, non jam
avaritia, sed fames auri h." (Plin[io], Hist[oria] Nat[uralis,] [liber] XXXIII, c[aput] III, [sectio]
XIV. 26)
a "Alambique que ha hecho evaporar una cantidad tremenda de bienes y artı́culos para formar ese fatal
compendio [para el amo]."- b "Se restablecerá en su justo valor a los artı́culos mismos."- c "El dinero ... declara
la guerra ... a todo el gé nero humano."- d "Se ha difundido a tal punto por todo el globo terrestre la
comunicació n entre los pueblos, que casi puede decirse que todo el mundo se ha convertido en una sola
ciudad en la cual se efectú a una feria permanente con todo tipo de mercancı́as, y donde cualquier hombre,
mediante el dinero y permaneciendo en .su casa, puede proveerse y disfrutar de todo lo que producen la
tierra, los animales y la industria humana. ¡Maravillosa invenció n! - e Alrededor de.- f ¿De qué patria, de qué
estirpe es é l? Es rico."- g La codicia confı́a en sacar de las entrañ as de la tierra al propio Plutó n."- h "Pero el
dinero es el primer origen de la avaricia ... De ahı́ que paulatinamente se encendiera una especie de furia; ya
no era avaricia, sino hambre de oro.
. . Ου« δε« ν γα« ρ α« νθρω«ποισιν, οιογ α« ργυρος,
Καχο« ν νο« υισμ ε« βλαστε. του« το χαι πο« λειζ
Πορθει«, το« δ` α« γο« ρας ε« ςγι«στησιγ δο« μωγ,
22 Cf. Histoire Naturelle du Pline, traduite en Frangais avec le Texte Latı́n ré tabli d'apré s les meilleurs lecons
saca a los hombres de su casa, ella los industria y pervierte sus buenos sentimientos, disponié ndolos para
todo hecho punible; ella enseñ ó a los hombres a valerse de todos los medios y a ingeniarse para cometer toda
clase de impiedad " Versió n castellana segú n Tragedias de Sófocles, trad. de José Alemany Bolufer, en Esquilo y
Só focles, Obras completas, B. A., 1957, p. 632.-
El dinero, en cuanto riqueza puramente abstracta -en el cual se extingue todo valor de
uso particular, y tambié n, por lo tanto, toda relació n individual entre el poseedor y la
mercancı́a-, cae asimismo en poder del individuo en cuanto persona abstract[a],
comportá ndose de manera totalmente ajena y exterior a la individualidad de é ste. Pero al
mismo tiempo le confiere el poder general en cuanto poder privado suyo. Shakespeare, f[or]
instance b , [ha puesto de relieve] esta contradicció n:
b P[or] ejemplo.
895
"Gold? Yellow , glittering, precious
gold?
Lo que se entrega
Thus much of this, will make black,
a cambio de todo
white, foul, fair;
y contra lo cual
Wrong, right; base, noble; old, young;
todo se entrega,
coward, valiant.
} se presenta como
Ha, you gods! Why this? What this,
el medio
you gods? Why this?
universal de
Will lug your priests and servants
corrupció n y
from your sides*;
prostitució n.
Pluck stout men's pillows from below
their heads:
* Lo mismo, má s o menos, en el Pluto de Aristó fanes
This Yellow slave “Illi unum
Will knit and break religions, bless consilium habent et
th'accurs'd; virtu tem et
Make the hoar leprosy ador'd; place protestatem suam
thieves, bestiae tradent c
And give them title, knee, and Est no quis possit
approbation, emere aut venderé ,
With senators on the bench: this is nisi qui habet
}
it That makes the wappen'd widow characterem aut
wed again; nomen bestiae, aut
She, whom the spital-house and numerum nominis
ulcerous sores ejus d.”
Would cast the gorge at, this
embalms and spices (Apocalipsis.
To th'April day again. Come, damned [[Cap, XVII, v. 13, y
earth, cap. XIII, v. 17 e
27 Cf. SOFOCLES, Antígona. versos 295 a 301.
Karl Marx
a "¿Oro? , ¿oro amarillo, brillante, precioso? .. En profusió n, habrá de tornar blanco al negro, hermoso al feo;
lo falso, verdadero; noble al ruin, mozo al viejo, y al cobarde, valeroso. ¡Oh, dioses! ¿Por qué , qué es esto,
dioses? Por qué é l apartará de vuestro lado sacerdotes y servidores; retirará la almohada de debajo de la
cabeza de los hombres má s robustos: este esclavo amarillo va a unir religiones y escindirlas, enaltecer a los
malditos; hacer que sea adorada la añ eja lepra; sentar a los ladrones en los escañ os del senado y otorgarles
tı́tulos, genuflexiones y beneplá cito; é l es el que procura nuevas nupcias a la viuda achacosa, y embalsama e
inciensa, devolvié ndole la frescura primaveral, a aquella ante la cual vomitarı́an el hospital en persona y las
mismas pú stulas purulentas. Vamos, tú , cieno maldito, puta comú n del gé nero humano."- b "IV"; en edic. 1939.-
c "tradent"; en edic. 1939, "tradunt".- d "Estos tienen un consejo, y dará n su potencia y autoridad a la bestia...y
que ninguno pudiera comprar y vender, sino el que tuviera la señ al, o el nombre de la bestia, o el nú mero de su
nombre."- e En edic. 1939 só lo se indica aquı́ el cap. XIII, v. 19
4) Los metales preciosos en cuanto portadores de la relación monetaria
El proceso de producció n burgué s se apodera en primer té rmino de la circulació n
metá lica como de un ó rgano que recibe ya terminado y que, por cierto, es transformado
paulatinamente, aunque conserva siempre sus materiales bá sicos. En consecuencia, la
cuestió n de por qué el oro y la plata, en vez de otras mercancı́as, sirven como material del
dinero, cae fuera de los" lı́mites del sistema burgué s y por tanto só lo subrayamos, muy
sumariamente, los puntos de vista má s esenciales. La respuesta es sencilla: las cualidades
naturales especı́ficas de los metales preciosos, o sea sus propiedades en cuanto valores de
uso, corresponden a las funciones econó micas que los habilitan —frente a todas las demá s
mercancı́as—como portadores de las funciones monetarias a.
a "Der Geldfunktionen"; edic. 1939, "der Geldfunktion" ("de la funció n monetaria").
Al igual que el tiempo mismo de trabajo, es menester que el .objeto que ha de funcionar
como su encarnació n especı́fica sea capaz de representar diferencias puramente
cuantitativas, de tal suerte que esté presupuesta la identidad, la uniformidad de su calidad.
Es é sta la primera condició n para la funció n de una mercancı́a en cuanto medida del valor.
Si, por ejemplo, evalú o todas las mercancı́as en bueyes, cueros, granos, etc., en realidad
habré de medirlos en bueyes medios, cueros medios, granos medios, todos ellos ideales, ya
que cualitativamente el buey difiere del buey, los granos de los granos, el cuero de los
cueros; existe una diferencia en el valor de uso de ejemplares pertenecientes al mismo
28 Cf. SHAKESPEARE, Timón de Atenas, acto IV, escena III. En la edició n de las Obras Completas editadas por Aguilar
ellos deberı́an ser idé nticas en un grado tal como para no ofrecer ningú n motivo de preferir una en lugar de la
otra. Pero no es é ste el caso con nú meros iguales de ganado e iguales cantidades de cereal."- b "El oro difiere
notablemente de los otros metales, salvo poquı́simas excepciones, por el hecho de que se le encuentra en la
naturaleza en su estado metá lico."- c "El hierro 'y el cobre, el estañ o, el plomo y la plata, se encuentran
habitualmente en combinaciones quı́micas con el oxı́geno, azufre, arsé nico o carbono, y los pocos casos
excepcionales de descubrimiento de estos metales en estado de no combinació n o, como se decı́a mi un
tiempo, en estado virgen, pueden ser citados má s como curiosidades mineraló gicas que corno
acontecimientos normales. El oro, sin embargo, se encuentra siempre en estado natural o metá lico... Ademá s,
el oro, por el hecho de haberse formado en las rocas que está n má s expuestas a la acció n atmosfé rica, se
encuentra en los detritos de las montañ as;... se produce una fragmentació n (de estas) rocas,... arrastradas al
valle por las riadas y transformadas en guijarros por la acció n constante del agua fluyente
El oro se precipita por su mayor peso especı́fico. Se le encuentra de esta suerte en el
lecho de los rı́os y en tierras de aluvió n. El oro de los rı́os fue el primero que se encontró .
(Se aprendió antes el lavado de oro en los rı́os que la minerı́a). . . . Gold most frequently
occurs pure, or, at all events, so nearly so that its metallic nature can be at once, recognized,
tanto en rı́os como en las quartz-veins. . . Rivers are, indeed, great natural cradles, sweeping
off all the lighter and finer particles at once, the heavier ones either sticking against natural
impediments or being left whenever the current slackens its force or velocity . . .
897 In almost all, perhaps in all the countries of Europe, Africa, and Asia, greater or smaller
quantities of gold have from . . . early times been washed by simple contrivances frorn the
auriferous deposits etc.a" El lavado del oro y la excavació n en pos del mismo son trabajos
Karl Marx
totalmente simples, mientras que la mining b (por tanto tambié n la goldmining c) is an art
requiring the employment of capital y má s collateral sciences y arts d que cualquier otra
industria 29. [[Del lavado del mineral se ocupa la naturaleza]].
El valor de cambio en cuanto tal supone una sustancia comú n y que todas las diferencias
se reduzcan a diferencias puramente cuantitativas. En la funció n del dinero como medida,
ante todo se reducen todos los valores a cuantos meramente diferentes de la mercancı́a que
mide. Tal es el caso de los metales preciosos, que de esta manera aparecen como sustancia
natural del valor de cambio en cuanto tal. "I metalli han questo di proprio e singolare che in
essi soli tutte la ragione si riducono ad una che è la loro quantitá , non avendo ricevuto dalla
natura diversa qualitá , né nell' interna loro costituzione né nell' esterna forma e fattura e "
(Galiani, I.c., p. 126-127 f ) 30.
a "El oro se presenta con má xima frecuencia en estado puro o, de todos modos, tan pró ximo a tal estado que
su naturaleza metá lica puede ser inmediatamente reconocida (tanto en rı́os como en las) vetas de cuarzo ...
Los rı́os son en verdad las grandes cribas naturales que separan inmediatamente todas las partı́culas má s
livianas y má s finas, mientras que las otras má s pesadas o se detienen contra obstá culos naturales o se
depositan allı́ donde la corriente disminuye su fuerza o velocidad... En casi todos, y quizá s en todos los paı́ses
de Europa, Aá frica y Asia, cantidades mayores o menores de oro... fueron extraı́das de los depó sitos aurı́feros
con dispositivos de lavado muy simples."- b Minerı́a.- c Minerı́a de oro.- d Es una té cnica que requiere el empleo
de capital y má s ciencias y té cnicas colaterales.- e "Los metales tienen la propiedad y singularidad de que só lo
en ellos todas las cualidades se reducen a una, que es su cantidad, al no haber recibido de la naturaleza
diversas calidades ni en su constitució n interna ni en su forma y hechuras externas."- f "126, 127"; edic. 1939.
"130"
(Sameness of quality in all parts of the world; admit of minute division and exact
apportionment a.) Esta diferencia meramente cuantitativa es igualmente importante para el
dinero como medio de circulació n (moneda b) y de pago, puesto que esta o aquella pieza
monetaria no posee individualidad alguna, sino que lo importante es que se devuelva el
mismo cuanto, simplemente igual, de la misma materia, y no la misma pieza: "Money is
returned in kind only, which fact... distinguishes this. . . agent from all other machinery...
indicates the nature of its service clearly proves the singleness of its office c " (267, Opdyke)
31.
La diversidad de las funciones para las que sirve el dinero les permite [[ al oro y a la
plata]] d representar de manera sensorialmente concreta el cambio de los caracteres
determinados formales del dinero.
a Identidad de calidad en cualquier parte del mundo; posibilidad de dividirlos en porciones muy pequeñ as y
exactamente determinadas.- b "Mü nze"; está palabra figura en el ms„ sin signos de inclusió n, encima de
"Zirkulations" ("de circulació n").- c "El dinero se devuelve solamente en especie, y esto . . . lo que distingue . . . a
este agente de todos los demá s mecanismos . . . indica la ı́ndole de su servicio , . . demuestra claramente la
singularidad de su funció n."- d Interpretarnos el "ihnen" ("a ellos") del texto alemá n como refirié ndose al oro y
la plata.
La diversidad de las funciones para las que sirve el dinero, sea como mercancı́a general,
moneda, materia prima de artı́culos suntuarios, materia de la acumulació n, etc., se
corresponde con el hecho de que el oro y la plata sean siempre reducibles, por fusió n, a su
estado puramente metá lico, y asimismo que de este estado se les pueda hacer pasar a
cualquier otro; el hecho, pues, de que el oro y la plata, a diferencia de otras mercancı́as, no
esté n restringidos al valor de uso determinado que se les ha dado. Pueden pasar de la forma
29 Cf. Government School of Mines and Science Applied to the Arts. Lectures on Gold, etc., London 1852. Esta cita ya
de lingotes a la de moneda, etc., y a la inversa, sin perder su valor como materia prima, sin
poner en peligro los procesos de producció n y consumo. En cuanto medio de circulación el
oro y la plata tienen la ventaja, con respecto a otras mercancı́as, de que a su gran peso
especı́fico natural —peso relativamente grande en un espacio pequeñ o—corresponde un
peso especı́fico econó mico, [[o sea]] el incluir (objetivar) relativamente -mucho tiempo de
trabajo, es decir un gran valor de cambio, en poco espacio.
898 Esto ú ltimo está en relació n, naturalmente, con el hecho de que, en cuanto objetos
naturales, su presencia es relativamente rara. Por todo ello, facilidad del transporte, de la
transferencia, etc. En una palabra, facilidad de la circulació n real, lo cual, naturalmente,
constituye la primera condició n de su funció n econó mica como medio de circulació n.
Por ú ltimo, en cuanto existencia está tica del valor, en cuanto materia de la tesaurizació n,
su relativa indestructibilidad ; su duració n eterna, su propiedad de no oxidarse al contacto
con el aire ("tesoros. . . que ni polilla ni orı́n corrompen"), difı́cil fusibilidad; en el caso del
oro, especialmente, su indisolubilidad en á cidos, con excepció n del cloro libre (agua regia,
una mezcla de á cido nı́trico con á cido muriá tico). Deben ponerse de relieve, en conclusió n,
como uno de los momentos fundamentales, las propiedades estéticas del oro y la plata, que
los convierten en representaciones inmediatas de la opulencia del ornamento, de la
ostentació n, de las necesidades naturales de endomingarse, de la riqueza en cuanto tal.
Colores esplendentes, maleabilidad, capacidad de ser labradas con a herramientas, como
tambié n la de poder ser puestas al servicio de la glorificació n de los demá s objetos b . El oro
y la plata se presentan, hasta cierto punto, como una luz corpó rea, ex traı́da del mundo
subterrá neo. Independientemente de la rareza, la mayor c maleabilidad del oro y de la plata
los vuelve inapropiados para [[la fabricació n]] de instrumentos de producció n si se les
compara con el hierro e incluso con el cobre (en la forma endurecida en que lo empleaban
los antiguos). Empero, el valor de uso de los metales está en relació n, en gran medida, con el
papel que desempeñ an en el proceso inmediato de producció n. El oro y la plata, asimismo,
está n excluidos de ese proceso, ya que en absoluto son objetos de uso indispensable. "El
dinero tiene que tener un valor (de uso) directo. . ., pero fundado en una besoin factice d .
a "mit"; edic. 1939, "zu" ("en").- b "der ü brigen Gegenstä nde"; edic. 1939, "oder ü brigen Gegenstä nden" ("o
los demá s objetos").- c "Grö ssere"; edic. 1939, "grosse" ("gran").- d Necesidad ficticia
Su materia no debe ser indispensable para la existencia del hombre. porque toda la
cantidad que [[está acumulada]] como moneda, [[ en general corno dinero, tambié n bajo la
forma de tesoro]], no puede emplearse individualmente, tiene que circular siempre"
(Storch, t. II, pp. 113, 114, I.c.) 32: (Tampoco la parte que se acumula como tesoro puede
utilizarse individualmente, ya que la acumulació n consiste en conservarla intacta.) Este es
pues aquel aspecto, segú n el cual la naturaleza del valor de uso del oro y la plata, [[consiste
en ser]] algo de lo cual se puede prescindir, en]] no entrar en la satisfacció n de la necesidad
inmediata como objeto del consumo ni, como agente, en el proceso inmediato de
producció n. Es precisamente el aspecto segú n el cual no ha de existir conflicto entre el valor
de uso del dinero y su funció n como tesoro (dinero) o medio de circulació n, entre la
necesidad que se experimenta de é l como valor de uso individual y la necesidad —surgida
de la circulació n, de la sociedad misma— de é l en cuanto dinero en cualquiera de sus
determinaciones. Este es só lo el aspecto negativo.
899 Polemizando contra el dinero, Pedro Má rtir, quien parece haber sido un gran aficionado
al chocolate, dice por eso de los bags of cacao a, que entre otras cosas servı́an de dinero
entre los mexicanos (De orbe novo): "O felicem monetam, quae suavem utilemque praebet
32 Cf. HENRI STORCH. Cours d'Économie Politique, ou Exposition des Príncipes qui déterminent la prosperité des
humano generi potum, et a tartarea peste avaritiae suos immunes servat possessores, quod
suffodi aut diu servari nequeat b" 33
a Saquitos de cacao.- b " ¡Oh, dichosa moneda, que ofrece al gé nero humano un brebaje gustoso y nutritivo y
hace a sus poseedores inmunes al flagelo infernal de la avaricia, ya que no se le puede enterrar ni conservar
largo tiempo! "
Por lo demá s, el oro y la plata no só lo son negativamente lo superfluo, vale decir objetos
prescindibles, sino que sus cualidades esté ticas, que [los] convierten en el material del
boato, del adorno, de la esplendidez, hacen de ellos formas positivas de lo superfluo o
medios para la satisfacció n de necesidades que van má s allá de lo cotidiano y de la desnuda
necesidad natural. Tienen en sı́, por tanto, valor de uso, independientemente de su funció n
en cuanto dinero. Pero ası́ como son representantes naturales de relaciones puramente
cuantitativas —debido a la identidad de su calidad—, en su uso individual son los
representantes inmediatos de lo superflu[o] y por tanto de la riqueza en cuanto tal, tanto a
causa de sus cualidades esté ticas naturales como de sus elevados precios.
La ductilidad es una de las cualidades que ponen al oro y la plata en condiciones de servir
como material ornamental. Deslumbramiento visual. En un principio el valor de cambio es
el excedente de valores de uso necesarios, destinado al intercambio. Este excedente se
intercambia por lo superfluo, lo excedentario en cuanto tal, es decir por lo que rebasa el
á mbito de la necesidad inmediata, por lo dominguero en contraposició n a lo cotidiano. El
valor de uso en cuanto tal expresa en primer té rmino la relació n del individuo con la
naturaleza; el valor de cambio expresa, además del valor de uso, su posibilidad de disponer
de los valores sociales de otros, su relació n social: incluso en un origen son tambié n valores
de lo dominguero, de un uso que va má s allá de la necesidad inmediata.
El color blanco de la plata, que refleja todos los rayos lumı́nicos en su mezcla original; el
amarillo rojizo del oro, que destruye todos los rayos lumı́nicos cromá ticos de la luz
compuesta que cae sobre é l y só lo refleja el rojo.
Agregar aquı́ lo dicho anteriormente sobre los paı́ses de producció n minera. [[En su
historia de la lengua alemana Grimm expone la conexió n de los nombres del oro y la plata
con el color. 34 ]]
900 Hemos visto que el oro y la plata no cumplen la exigencia 19001 —que se les plantea en
cuanto valor de cambio vuelto autó nomo, en cuanto dinero que existe de manera
inmediata— de ser una magnitud constante de valor. Su naturaleza en cuanto mercancı́a
particular entra aquı́ en conflicto con su funció n de dinero. El oro y la plata poseen no
obstante, como ya lo observó Aristó teles 35, una magnitud de valor má s permanente que la
del promedio de las demá s mercancı́as. Para la circulació n metá lica en cuanto tal,
prescindiendo del efecto general que un alza o una baja en el precio de los metales
preciosos ejercen sobre todas las relaciones econó micas, son de particular importancia las
fluctuaciones de la relació n de valor entre el oro y la plata, ya que esos metales
constantemente prestan servicios como material del dinero, uno al lado del otro, en el
mismo paı́s o en diversos paı́ses. Los motivos puramente econó micos de esta alteració n
sucesiva —las conquistas y demá s conmociones polı́t[icas], que en el mundo antiguo
ejercı́an una gran influencia sobre el valor relativo de los metales preciosos, caen má s allá
33 Cf. PETER MARTYR, De Orbe novo, citado por Marx de la obra de H. WILLIAM PRESCOTT, History of the Conquest
14.
Grundrisse. Volumen III
del aná lisis meramente econ[ó mico]— tendrá n que reducirse a la variació n del tiempo de
trabajo requerido para la producció n de cantidades iguales de esos metales. El tiempo de
trabajo, a su vez, dependerá por un lado de las cantidades relativas en que se encuentren en
la naturaleza esos metales; por el otro de la mayor o menor dificultad que ofrezca su
obtenció n en estado metá lico puro. De lo dicho anteriormente se desprende ya que el oro —
cuyo hallazgo como oro fluvial o aluvial no requiere excavaciones ni combinació n quı́mica o
mecá nica—, pese a su mayor rareza absoluta, fue descubierto antes que la plata y, a pesar
de su mayor rareza absoluta, durante mucho tiempo se mantuvo depreciado con respecto a
la plata. Por consiguiente el aserto de Estrabó n 36, segú n el cual en una tribu ará biga se
daban 10 libras de oro por 1 libra de hierro y 2 libras de oro por una de plata, en modo
alguno parece ser increı́ble. Resulta claro, por otra parte, que a medida que se desarrolla la
fuerza productiva del trabajo social, la tecnologı́a, y por tanto el trabajo simple se encarece,
mientras al mismo tiempo se agotan las fuentes superficiales de aprovisionamiento de oro
explotadas en un principio y se horada la corteza terrestre en mayor nú mero de lugares, la
aparició n relativamente menos o má s frecuente de uno u otro metal influirá de manera
esencial sobre la productividad del trabajo y el precio del oro aumentará con respecto al de
la plata. (Pero lo que determina su valor relativo no es nunca la relació n cuantitativa
absoluta en que uno y otro se encuentran en la naturaleza, aunque en la mayor parte de las
veces tal relació n sea un momento esencial en el tiempo de trabajo necesario para su
producció n, sino ú nicamente ese tiempo de trabajo. Por lo tanto, aunque segú n la Acadé mie
des Sciences de Parı́s (1840 a) la proporció n entre el oro y la plata se debı́a estimar L 52:1,
su relació n de valor era só lo = 15:1.)
a "1840"; edic. 1939, "1842". El libro de Dureau de la Malle del que Marx toma estos datos se editó en 1840
901 Una vez dado determinado desarrollo de la fuerza productiva del trabajo social, el
descubrimiento alternativo de nuevos yacimientos aurı́feros y argentı́feros debe pesar cada
vez má s decisivamente en el platillo de la balanza, y el oro tiene la posibilidad, frente a la
plata, de que se le descubra no só lo en minas, sino tambié n en terrenos de aluvió n. De ahı́
que nuevamente se den todas las probabilidades de un movimiento inverso en la relació n
de valor, a saber, de una baja en el valor del oro con respecto a la plata. La perforació n de
minas de plata depende del progreso de la té cnica y la civilizació n universal. Una vez dado
ese progreso, todas las variaciones se decidirá n por el descubrimiento de veneros
argentı́feros o aurı́feros má s ricos. En suma, encontramos una repetició n del mismo
movimiento en la variació n de la relació n de valor entre el oro y la plata. Los dos primeros
movimientos comienzan por la depreciació n relativa del oro y finalizan con el alza de su
precio. El ú ltimo comienza con el alza de su precio y parece orientarse hacia su relació n
original de valor, má s reducida, con la plata. En el Oriente antiguo la proporció n entre el oro
y la plata era = 6:1 u 8=1 (en Manú a aun inferior) (ası́, en China y Japó n la ú ltima
proporció n era la vigente aun a comienzos del siglo XIX); puede considerarse que 10:1, la
proporció n en tiempos de Jenofonte, era la proporció n media a mediados de la Antigü edad.
A fines de la é poca romana —las minas españ [olas] de plata explotadas por Cartago
desempeñ aron en la Antigü edad, poco má s o menos, el mismo papel que el descubrimiento
de Amé rica en la Eá poca Moderna—, aproximadamente la proporció n posterior al
descubrimiento de Amé rica, 14 b ó 15:1, aunque suele observarse en Roma una
depreciació n mayor de la plata.
En la Edad Media puede establecerse la proporció n media nuevamente como en tiempos
de Jenofonte, en 10:1, aunque precisamente en ella son extraordinariamente grandes las
36 Cf. Strabonis Rerum Geographicarum libri XVII, Lipsiae 1829, Tomus primus. Marx cita de DUREAU DE LA
variaciones locales. La relació n media en los siglos siguientes al descubrimiento de Amé rica
fue = 15:1 ó 18:1. Los recientes descubrimientos de oro hacen probable que la proporció n
se reduzca nuevamente a 10:1 u 8: 1, de todos modos, en la proporció n de valor se da un
movimiento inverso del que se inició en el siglo XVI. Aú n no es é sta la ocasió n para abordar
má s profundamente este punto particular.
a "manu"; edic. 1939, "Menu" ambas son formas del nombre del legislador indio legendario.- b Los
investigadores del IML proponen aquı́ "17" en vez de "14", remitié ndose para ello a lo señ alado en la p. 100:
sin embargo Marx indica allı́ que la proporció n 17:1 era anterior a la época de César, y aquı́ se habla de los fines
de la época romana.
5) Manifestación de la ley de apropiación en la circulación simple
Es necesario exponer aquı́ de manera simple, sin referirnos a relaciones de producció n
má s desarrolladas, las relaciones econó micas de los individuos que son los sujetos del
intercambio, tal como esas relaciones se presentan en el proceso del intercambio hasta aquı́
expuesto. Las determinaciones formales econó micas constituyen precisamente el cará cter
determinado en el cual entran en relació n unos con otros (se enfrentan).
902 "Le travailleur a un droit exclusif sur la valeur ré sultant de son travail" a (Cherbuliez, p.
80, Richesse ou pauvrété b, Parı́s, 1841)37.
a El trabajador tiene un derecho exclusivo sobre el valor que resulta de su trabajo.- b "P. 80, Richesse ou
pauvrété"; en el ms., "p. 48, Riche ou pauvre". La edició n de Parı́s de 1841 del libro de Cherbuliez se titula
Richesse ou pauvrété; la de Parı́s-Ginebra, de 1840, Riche ou pauvre, pero en esta edició n tampoco la cita hecha
por Marx figura en la p. 48, sino en la 105.
Los sujetos del intercambio se presentan en un primer momento como propietarios de
mercancı́as. Como sobre la base de la circulació n simple existe ú nicamente un mé todo por
el cual alguien se convierte en propietario de una mercancı́a —a saber por medio de un
nuevo equivalente—, la propiedad de la mercancı́a, propiedad que antecede al intercambio
—es decir, la propiedad de la mercancı́a que no ha sido apropiada por medio de la
circulació n, la propiedad de la mercancı́a que, antes bien, debe primeramente entrar en la
circulació n--, se presenta como dimanando inmediatamente del trabajo de su poseedor y el
trabajo como el modo original de la apropiació n. La mercancı́a en cuanto valor de cambio es
só lo producto, trabajo objetivado. Es ante todo objetividad de aquel cuyo trabajo se presenta
en la mercancı́a; su propia existencia objetiva para otros, producida por é l mismo. En el
proceso simple del intercambio, tal como se desdobla en los diversos momentos de la
circulació n, no entra, ciertamente, la producció n de las mercancı́as. Estas se hallan
supuestas, má s bien, como valores de uso ya prontos. Deben estar disponibles antes de que
se inicie el intercambio: simultá neamente, como en el caso de la compra y la venta, o, por lo
menos, no bien se haya concertado la transacció n, como en la forma de la circulació n en la
que el dinero sirve como medio de pago. Esté n presentes simultá neamente o no, entran en
la circulació n como preexistentes. Por consiguiente, el proceso de surgimiento de las
mercancías, por tanto también el de su apropiación originaria, se ubican más allá de la
circulación. Pero como só lo por intermedio de la circulació n, por tanto de la enajenació n del
equivalente propio, es posible apropiarse de uno ajeno, el trabajo propio está supuesto
necesariamente como proceso originario de la apropiació n, y la circulació n, en realidad,
só lo como intercambio recı́proco de trabajo que se ha encarnado en mú ltiples productos.
El trabajo y la propiedad sobre el resultado del trabajo propio, pues, se presentan como
el supuesto bá sico sin el cual no tendrı́a lugar la apropiació n secundaria por medio de la
37 Marx cometió aquı́ un error en la indicació n dé las pá ginas y de las fuentes. El lugar citado se encuentra en A.
CHERBULIEZ, Richesse ou pauvreté, Exposition des causes et des effects de la distribution actuelle des richesses
sociales, Paris 1841, p. 80, y en Riche ou pauvre, Exposition succinte des causes et des effets de la distribution
actuelle des richesses sociales, Paris—Gené ve 1840, p. 105.
Grundrisse. Volumen III
Wealth of Nations, London 1843, vol. I, pp. 100-101. Marx utiliza la edició n de 1835-1839.
Karl Marx
esta manera se llegaría al resultado peregrino de que habría que relegar la verdad de la ley de
apropiación de la sociedad burguesa a una época en que esta sociedad misma aún no existía,
y la ley bá sica de la propiedad a la é poca de la ausencia de propiedad. Esta ilusió n es
diá fana. La producció n originaria se funda en entidades comunitarias primitivas, en cuyo
á mbito el intercambio privado só lo se presenta como excepció n por entero superficial y
cumpliendo un papel totalmente secundario. Pero con la disolució n histó rica de esas
entidades comunitarias hacen su aparició n, de inmediato, relaciones de dominació n y
servidumbre, relaciones de violencia, que está n en contradicció n flagrante con la apacible
circulació n de mercancı́as y las relaciones correspondientes a la misma. Mas sea corno
fuere, el proceso de circulació n tal como aparece en la superficie de la sociedad, no conoce
otra forma de la apropiació n, y si en el curso de la investigació n surgieran contradicciones, a
é stas, al igual que a esta ley de la apropiación originaria por el trabajo, habrá que derivarlas
del desarrollo del valor de cambio mismo.
Una vez supuesta la ley de la apropiació n por el trabajo propio —y es este un supuesto
que surge del aná lisis mismo de la circulació n, en modo alguno un supuesto arbitrario—, se
deduce de suyo la vigencia en la circulació n de un reino de la libertad e igualdad burguesas,
fundado en dicha ley.
Si la apropiació n de mercancı́as por el trabajo propio se presenta como la primera
necesidad, aparece como la segunda el proceso social por medio del cual debe ponerse
primeramente ese producto como valor de cambio y, en cuanto tal, reconvertı́rsele en valor
de uso para los individuos. Despué s de la apropiació n por el trabajo o la objetivació n del
trabajo, su enajenación o la transformación del mismo en forma social se presenta como la
ley siguiente. La circulació n es el movim[iento] en que el producto propio es puesto como
valor de cambio (dinero), o sea como producto social, y el producto social como propio
(valor de uso individual, objeto del consumo individual).
905 A su vez, ahora resulta claro lo siguiente:
Otro supuesto del intercambio, supuesto que afecta al movimiento en su conjunto, es que
los sujetos del intercambio producen en cuanto subsumidos en la divisió n del trabajo social.
Las mercancı́as que es menester intercambiar no son, en realidad, otra cosa sino trabajo
objetivado en diversos valores de uso, objetivado por tanto de diferente manera; en realidad
só lo son la existencia objetiva de la divisió n del trabajo, la objetivació n de trabajos
cualitativamente diferentes, correspondientes a diversos sistemas de necesidades. Puesto
que produzco una mercancía, el supuesto es que sin duda mi producto tiene valor de uso,
pero no para mı́, no es de manera inmediata medio de subsistencia (en la acepció n má s
amplia) para mı́, sino valor de cambio inmediato; só lo se volverá medio de subsistencia
despué s que haya adoptado, en el dinero, la forma del producto social universal .y pueda
realizarse entonces en cualquier forma de trabajo ajeno, cualitativamente diferente. Por
consiguiente, produzco só lo para mı́ cuando produzco para la sociedad, cada uno de cuyos
miembros trabaja a su vez para mı́ en otra esfera.
Resulta claro, ademá s, que el supuesto segú n el cual los sujetos del intercambio producen
valores de cambio, no só lo presupone la divisió n del trabajo en general, sino una forma
especı́ficamente desarrollada de la misma. Tambié n en el Perú , estaba dividido el trabajo;
otro tanto ocurre en las pequeñ as entidades comunitarias autosuficientes (selfsupporting)
de la India. Pero es é sta una divisió n del trabajo que no só lo no supone una producció n
fundada en el valor de cambio, sino, a la inversa, una producció n má s o menos directamente
comunitaria. El supuesto bá sico de que los sujetos de la circulació n han producido valores
de cambio, productos que está n puestos de manera inmediata bajo el cará cter determinado
social del valor de cambio, y por tanto que al producir estaban subsumidos bajo una
divisió n del trabajo de determinada formació n histó rica, incluye una serie de supuestos que
Grundrisse. Volumen III
vuelve el sistema de las necesidades sociales y má s unilateral la producció n del individuo,
esto, es, con el desarrollo de la divisió n social del trabajo, se vuelve decisiva la producció n
del producto como valor de cambio o el carácter del producto como valor de cambio.
Un aná lisis de la forma especı́fica de la divisió n del trabajo, de las condiciones de
producció n sobre las que se funda, de las relaciones econó micas entre los miembros de la
sociedad —en las cuales se resuelven esas condiciones—, mostrarı́a que el sistema entero
de la producció n burguesa debe estar presupuesto para que el valor de cambio aparezca en
la superficie como simple punto de partida, y el proceso de intercambio se presente, al igual
que se despliega en la circulació n simple, como el proceso metabólico simple, pero que
abarca toda la producción y asimismo todo el consumo. Resultará , entonces, que para que los
individuos, en el proceso de circulació n, se enfrenten con [pro]ductores privados libres en
las relaciones simples de compra y venta, para que figuren como sujetos independientes de
ese proceso deben estar ya presupuestas otras relaciones de producció n, otras relaciones
econó micas de esos individuos, má s complejas y má s o menos en conflicto con su libertad e
independencia. Pero desde el punto de vista de la circulación simple esas relaciones se han
extinguido. Considerada dicha circulació n, la divisió n del trabajo só lo aparece de hecho en el
resultado, en su supuesto, segú n el cual los sujetos del intercambio producen mercancı́as
diferentes que responden a diversas necesidades y si cada uno depende de la producció n de
todos, todos dependen de la de cada uno, pues se complementan recı́procamente, y de esta
suerte el producto de cada individuo, mediante el proceso de circulació n y por el importe de
la magnitud de valor correspondiente a ese producto, constituye un medio de participar en
la producció n social en general.
908 El producto es valor de cambio, trabajo general objetivado, aunque de manera inmediata
no sea má s que la objetivació n del trabajo privado, independiente, del individuo.
Que la mercancı́a tiene que ser primeramente enajenada; la coerció n para el individuo, la
cual consiste en que su producto inmediato no es un producto para é l, sino que só lo se
vuelve tal en el proceso social de producció n y tiene que adoptar esa forma general y no
obstante externa; que el producto del trabajo particular debe acreditarse socialmente como
objetivació n del trabajo general, adoptando la forma de la cosa —el dinero— que está
excluyentemente presupuesta como la objetividad inmediata del trabajo general: que
igualmente, en virtud de este very process a se pone dicho trabajo social general como cosa
exterior, dinero; estas determinaciones forman el resorte mó vil, la pulsació n de la
circulació n misma. Las relaciones sociales que surgen de ello, se deducen pues de manera
inmediata del estudio de la circulació n simple y no se ubican a espaldas de ella, como
ocurre en las relaciones econó micas contenidas en la divisió n del trabajo.
a Proceso mismo
¿Por qué medio el individuo acredita su trabajo privado como trabajo general y su
producto como producto social general? Por el contenido particular de su trabajo, su valor
de uso peculiar, el cual es objeto de la necesid[ad] de otro individuo, de tal suerte que este
ú ltimo cede su propio producto, como equivalente, a cambio del otro. [[Que este equivalente
tiene que adoptar la forma del dinero, es un punto que investigaremos só lo má s adelante;
asimismo que esta transformació n de la mercancı́a en dinero constituye un momento
esencial de la circulació n simple misma.]] Por tanto, debido a que su trabajo constituye una
particularidad en la totalidad del trabajo social, una rama que lo completa de manera
particular. No bien el trabajo posee un contenido determinado por la interconexió n social —
tal es el cará cter determinado y el supuesto materiales— tiene vigencia como trabajo
general. La forma de la generalidad del trabajo se confirma por la realidad de é ste como
miembro de una totalidad de trabajos, como modo de existencia particular del trabajo
social.
Grundrisse. Volumen III
Producen en y para la sociedad, como seres sociales, pero esto a la vez se presenta como
mero medio de objetivar su individualidad. Como no está n subsumidos en una entidad
comunitaria de origen natural, ni, por otra parte, subsumen a ellos, como seres
conscientemente colectivos, la entidad comunitaria, é sta debe existir frente a ellos —los
sujetos independientes— como un ente que para esos sujetos es como una cosa, igualmente
independiente, extrı́nseco, fortuito. En é sta precisamente la condició n para que esas
personas privadas e independientes esté n a la vez en una interconexió n social.
Por tanto la divisió n del trabajo [[dentro de la cual se pueden englobar las relaciones
sociales bajo las cuales los individuos producen valores de cambio]] en el proceso simple de
intercambio, en la circulació n, se presenta solamente como: 1) no producció n de los medios
inmediatos de subsistencia por el individuo mismo, por su trabajo directo; 2) en segundo
té rmino en cuanto existencia del trabajo social general como una totalidad de origen
natural, la cual se despliega en una serie de particularidades, o sea que los sujetos de la
circulació n poseen mercancı́as complementarias, satisfaciendo cada una un aspecto de la
necesidad social total del individuo, mientras que quedan canceladas las relaciones
econó micas mismas que resultan de esta determinada divisió n del trabajo; en el aná lisis del
valor de cambio no hemos desarrollado mayormente la divisió n del trabajo, admitié ndola
tan só lo como un hecho idé ntico al valor de cambio, que só lo expresa en forma activa, como
particularizació n del trabajo, lo que, en forma inerte, se expresa por el diverso valor de uso
de las mercancı́as (y sin este ú ltimo valor no tendrı́a lugar ningú n intercambió ni valor de
cambio alguno). En realidad Adam Smith —ası́ como antes de é l otros economistas, Petty,
Boisguillebert, italianos ([. . . ? . . .])— no hace otra cosa cuando habla de la divisió n del
trabajo como correlativa al valor de cambio.
910 Pero Steuart precedió a todos en cuanto a concebir como idé nticas la divisió n del trabajo y
la producció n de valores de cambio, y se distingue loablemente de otros economistas en
que comprendió que se trataba de una forma de la producció n social y del proceso
metabó lico social mediado por determinado proceso histó rico. Lo que Adam Smith dice
sobre la fuerza productiva inherente a la divisió n del trabajo constituye un punto de vista
absolutamente exó tico que no corresponde a este lugar ni al lugar en que é l lo puso, y que
ademá s se refiere a determinado estadio de desarrollo de la manufactura, y en absoluto se
adapta al moderno sistema fabril en general. La divisió n del trabajo de la cual nos ocupamos
aquı́ es la divisió n natural y libre en el á mbito de la sociedad en su conjunto, divisió n que se
manifiesta como producció n de valores de cambio, y no la divisió n del trabajo dentro de una
fá brica (su aná lisis y combinació n en una rama aislada de la producció n, má s bien que la
divisió n social entre estas ramas de producció n, divisió n que surge por ası́ decirlo sin el
concurso de los individuos). La divisió n del trabajo dentro de la sociedad corresponderı́a al
Karl Marx
principio de la divisió n del trabajo dentro de una fá brica, má s en Egipto que en el sistema
moderno. La repulsió n recı́proca del trabajo social, que se escinde en trabajos libres,
mutuamente independientes y a los que só lo la necesidad interna liga en una totalidad y
unidad (no, como en aquella divisió n, por el aná lisis consciente y la consciente combinació n
de los elementos analizados), son cosas completamente distintas y determinadas por leyes
de desarrollo diferentes por entero, por má s que cierta forma de la una corresponda a cierta
forma de la otra. Aun menos ha comprendido Adam Smith la divisió n del trabajo en la forma
simple en que es só lo la forma activa del valor de cambio, ni tampoco en la forma en la que
aquella equivale a determinada fuerza productiva del trabajo; la ha concebido en la forma
en la cual las antı́tesis econ[ó micas] de la producció n, los caracteres determinados sociales
cualitativos, subsumidos bajo los cuales se enfrentan los individuos como capitalista y
asalariado, capitalista industrial y rentista, arrendatario y terrateniente, etc., aparecen
como las formas econó micas de un modo determinado de la divisió n del trabajo.
Cuando el individuo produce sus medios inmediatos de subsistencia, como ocurre en la
mayor parte de los paı́ses donde perduran las condiciones agrarias- de origen natural, su
producció n carece de todo cará cter social y su trabajo no es trabajo social.
911 Cuando el individuo produce como individuo, individuo privado -de esta suerte su posición
misma en modo alguno es un producto natural, sino el resultado refinado de un proceso
social- el cará cter social se revela en que é l está determinado, en el contenido de su trabajo,
por la interconexió n social, y en que só lo trabaja como miembro de la misma, es decir para
las necesidades de todos los demá s -por tanto existe para é l la independencia social-, pero
é l mismo opta a su talante por este o aquel trabajo; su relació n particular con el trabajo
particular no está deteminada socialmente, su albedrı́o está determinado naturalmente por
sus dotes e inclinaciones naturales, por las condiciones naturales de la producció n en que
se encuentra ubicado, etc.; de tal manera que, de hecho, la particularizació n del trabajo, el
desdoblamiento social del mismo en una totalidad de ramas particulares, aparece desde el
punto de vista del individuo como si su propia particularidad intelectual y natural adoptara
al mismo tiempo la forma de una particularidad social. La particularidad de su trabajo -en
primer lugar objetivació n del mismo- deriva para é l de la naturaleza personal suya y de los
supuestos peculiares de esa naturaleza, pero al mismo tiempo sabe que dicha
particularidad es la convalidació n de un sistema particular de las necesidades y la
realizació n de una rama particular de la actividad social. La divisió n del trabajo concebida
ası́ como reproducció n social de la individualidad particular -que con ello es, a la vez, un
eslabó n en el desarrollo total de la humanidad y al mismo tiempo habilita al individuo, por
medio de su actividad particular, para el disfrute de la producció n general, el disfrute social
omnilateral-; esta concepció n, tal como resulta de la circulació n simple, que confirma por
tanto la libertad de los individuos en lugar de suprimirla, es aú n la que está en boga en la
economı́a burguesa.
Esta diversidad natural de los individuos y de sus necesidades constituye el motivo de su
integració n social como sujetos del intercambio. D'abord, en el acto del cambio é stos se
enfrentan en cuanto personas que se reconocen mutuamente como propietarios, en cuanto
personas cuya voluntad impregna sus mercancı́as, y para las cuales la apropiació n recı́proca
mediante la enajenació n recı́proca só lo se opera en ese acto en virtud de su voluntad
comú n, y consiguientemente, en esencia, por intermedio del contrato. Se introduce aquı́ el
momento jurı́dico de la persona y de la libertad inherente a ella. Por eso en el derecho
romano se define correctamente al servus como alguien que no puede adquirir por medio
del intercambio. Ademá s: en la conciencia de los sujetos que intercambian está presente
que en la transacció n cada uno só lo para sı́ es un fin en sı́ mismo, que cada uno só lo es un
medio para el otro; y, finalmente, que la reciprocidad por la cual cada uno es
Grundrisse. Volumen III
simultá neamente medio y fin —y precisamente só lo alcanza su propio fin al volverse medio
para el otro y só lo se vuelve medio en [la] medida en que alcanza su fin—, y que esa
reciprocidad es un fact necesario, presupuesto como condició n natural del intercambio, y en
cuanto tal, empero, dicha reciprocidad es indiferente para cada uno de los dos sujetos del
intercambio y só lo tiene interé s para é l en la medida en que es su interé s.
912 Vale decir que el interé s comú n que aparece como el contenido del acto global del
intercambio, sin duda está presente, como un hecho, en la conciencia de ambas partes, pero
en cuanto tal no es un motivo, sino que existe solamente, por ası́ decirlo, a espaldas de los
intereses individuales que refleja en sı́ mismo. El sujeto, si ası́ lo desea, puede tener la
conciencia enaltecedora de que la satisfacció n de su inescrupuloso interé s individual es
precisamente la realizació n del interé s individual superado, del interé s general. Del propio
acto del intercambio cada uno de los sujetos regresa a sı́ mismo como objetivo final de todo
el proceso, como sujeto dominante. Con ello, por ende, se realiza la libertad plena del sujeto.
Transacció n voluntaria; violencia por ninguna parte; conversió n en medio para el otro só lo
como medio para sı́ mismo o fin en sı́ mismo; por ú ltimo la conciencia de que el interé s
general o comú n só lo es, precisamente, la omnilateralidad del interé s egoı́sta.
De tal modo, si la circulació n es en todos los aspectos una realizació n de la libertad
individual, su proceso en cuanto tal —ya que las relaciones de la libertad no atañ en
directamente a las determinaciones formales econó micas del intercambio, sino que se
refieren a su forma jurı́dica o conciernen al contenido (los valores de uso o las necesidades
en cuanto tales)—, es decir su proceso considerado en sus determinaciones formales
econó micas, constituye la realizació n completa de la igualdad social. Como sujetos de la
circulació n son ante todo intercambiantes, y el hecho de que cada uno esté puesto en esa
determinació n, y por tanto en la misma determinació n, constituye precisamente su
determinació n social. En realidad só lo se enfrentan como valores de cambio subjetivados,
esto es, en cuanto equivalentes vivos, en cuanto entes de igual valor. En cuanto tales no só lo
son iguales: entre ellos ni siquiera a existe una diferencia.
a Comienza aquı́ un nuevo cuaderno. Marx distingue dos partes en el mismo. A la primera, que comprende
las pá ginas 1-14, en las Reseñas de mis propios cuadernos las denomina Cuaderno B"; a la segunda, de la pá gina
16 a la 19 de este mismo cuaderno, Cuaderno B". Entre ambas partes se encuentra la pá gina 15, en blanco
Se enfrentan solamente como poseedores de valores de cambio e individuos que
necesitan intercambiar, como agentes del mismo trabajo social general, indiferenciado. Y
justamente intercambian valores de cambio de igual magnitud, ya que está presupuesto que
se intercambien equivalentes. La igualdad de lo que cada uno da y recibe, es aquı́ un
momento expreso del proceso mismo. Ası́ como en calidad de sujetos del intercambio, se
enfrentan, en el acto del mismo se acreditan a sı́ mismos. En cuanto tal, el intercambio no es
má s que ese acreditarse. Se les pone como intercambiantes, y por tanto como iguales, y a
sus mercancı́as (objetos) como equivalentes.
913 No hacen má s que intercambiar su existencia objetiva en cuanto algo que es igualmente
valioso. Ellos mismos son de igual valor, y en el acto del intercambio se acreditan
recı́procamente como equivalentes e indiferenciados. Los equivalentes son la objetivació n
de uno de los sujetos para el otro; esto es, ellos mismos son de igual valor y se acreditan uno
al otro, en el acto del intercambio, como equivalentes e indiferenciados. En el intercambio
los sujetos só lo son recı́procamente de igual valor en virtud de los equivalentes, y se
acreditan en cuanto tales gracias al intercambio de la objetividad, en el cual el uno existe
para el otro. Como só lo existen mutuamente en cuanto sujetos de la equivalencia, son a la
vez, en cuanto entes de igual valor, indiferenciados entre sı́. Sus demá s diferencias no les
conciernen. Su singularidad individual no entra en el proceso. La diversidad material en los
valores de uso de sus mercancı́as queda borrada en la existencia ideal de la mercancı́a en
cuanto precio, y en la medida en que esta diferencia material es motivo de intercambio,
Karl Marx
constituyen una necesidad el uno para el otro ( representa cada uno la necesidad del otro) y
necesidad satisfecha solamente por un cuanto igual de tiempo de trabajo. Esta diversidad
natural es el motivo de su igualdad social, lo que los pone como sujetos del intercambio. Si
la necesidad de A fuera la misma que la de B y la mercancı́a de A satisficiera la misma
necesidad que la de B, no existirı́a entre ellos ninguna relació n, en la medida en que nos
referimos a relaciones econó micas (desde el punto de vista de su producció n). La
satisfacció n recı́proca de sus necesidades por intermedio de la diversidad material de su
trabajo y de su mercancı́a es lo que convierte a su igualdad en una relació n social
consumada y a su trabajo particular en un modo de existencia particular del trabajo social
en general.
En la medida en que llega a intervenir el dinero, el mismo está tan lejos de abolir dicha
relació n de igualdad que, en rigor, es su expresió n real. Por de pronto, en cuanto el dinero
funciona como elemento que fija el precio, como medida, su funció n consiste precisamente,
tambié n desde el punto de vista de la forma, en poner a las mercancı́as como
cualitativamente idé nticas, en expresar su sustancia social idé ntica, con lo cual só lo subsiste
una diversidad cuantitativa. De ahı́ que en la circulació n la mercancı́a de cualquiera
aparezca, tambié n de hecho, como idé ntica; adopta la misma forma social de medio de
circulació n en la cual se ha extinguido toda peculiaridad del producto, y el propietario de
cada mercancı́a se torna propietario de la mercancı́a de validez universal, subjetivada de
manera tangible. Aquı́ se aplica, en el sentido propio, lo de que el dinero non oleta .
a No huele. La expresió n tiene su origen en la siguiente ané cdota que cuenta Suetonio: "Su hijo Tito le
censuraba un dı́a [[a Vespasiano]] no haber olvidado un impuesto hasta sobre a orina; Vespasiano le presentó
delante de la nariz el primer dinero cobrado por aquel impuesto y le preguntó si olı́a mal. Contestá ndole Tito
que no, sin embargo es orina, le dijo Vespasiano" (Suetonio, Los doce césares, El Ateneo, Bs. As., 1959, p. 293)
Que el tá lero que alguien tiene en la mano haya realizado el precio del estié rcol o el de la
seda, es algo que de ningú n modo es posible inferir de su aspecto, y toda diferencia
individual, siempre que el tá lero funcione como tá lero, se ha extinguido en manos de su
poseedor. Pero esta extinció n, es general ya que todas las mercancı́as se transforman en
moneda.
914 La circulació n pone a cada uno, en un momento determinado, no só lo como igual al otro,
sino como idé ntico, y el movimiento de aqué lla consiste en que desde el punto de vista de la
funció n social, cada uno ocupa alternativamente el lugar del otro. En la circulació n, por
cierto, tambié n los sujetos del intercambio se enfrentan cualitativamente como comprador
y el vendedor, como mercancı́a y dinero, pero llega el momento en que cambian los lugares,
y el proceso consiste tanto en la diferenciació n como en el suprimir la diferenciació n a, de
suerte que esta ú ltima aparece como algo meramente formal. El comprador se torna en
vendedor, el vendedor en comprador, y cada uno puede volverse comprador só lo en cuanto
vendedor. Para todos los sujetos de la circulació n la diferencia formal existe
simultá neamente como metamorfosis sociales por las que han de atravesar. Ademá s la
mercancı́a, en cuanto precio, idealmente es dinero, a igual tı́tulo que el dinero que se le
enfrenta. En el dinero mismo en cuanto circulante, que aparece ora en unas manos, ora en
otras, y que es indiferente a esa aparició n, la igualdad está puesta realmente y la diferencia
como diferencia puramente formal. En cuanto se considera el proceso del intercambio, cada
uno se presenta ante el otro como poseedor del medio de circulació n, incluso como dinero.
La diversidad natural presente en la mercancı́a está borrada y es constantemente borrada
por la circulació n.
a "des Ungleichsetzens"; en el ms. y la edic. 1939, "des Gleichsetzens" ("la equiparació n")
Se trata, antes bien, de una convalidació n de la ley social má s allá de los lı́mites naturales
de la vida; una corroboració n de dicha ley a frente a la acció n fortuita de la naturaleza, cuyo
influjo, en cuanto a tal;- implicarı́a en mayor grado una abolició n de la libertad del
individuo. Por lo demá s, como en esta relació n el individuo b no es má s que la
individualizació n del dinero, es, en cuanto tal, tan inmortal como el dinero mismo. Por
ú ltimo, la actividad tesaurizadora es una idiosincracia heroica, un fanatismo de la ascesis,
que a diferencia de la sangre no se transmite naturalmente por herencia. Como só lo se
intercambian equivalentes, el heredero tiene que arrojar nuevamente el dinero a la
circulació n, para realizarlo como disfrute. Si no lo hace, continú a siendo sencillamente un
miembro ú til de la sociedad, y no tomando de ella má s de lo que le da. Pero la naturaleza de
las cosas trae aparejado que la prodigalidad, como "plausible Ievellerd c " —en palabras de
Steuart—, nivele nuevamente la desigualdad, de tal modo que esta misma só lo aparece
como algo fugaz 39.
El proceso del valor de cambio, desarrollado en la circulació n, no só lo respeta, por
consiguiente, la libertad y la igualdad, sino que é stas son su producto; es d la base real de las
mismas.
39 Cf. JAMES STEUART, An Inquiry into the Principies of Political Economy, cit., vol. I, p. 367.
Karl Marx
a "desselben" ("de la misma", es decir, "de dicha ley"); edic. 1939, "derselben" (relativo que se aplicarı́a a
"Lebensgrenze": "lı́mites ... de la vida".- b "das Individuum"; en el ms., "die Individuen" ("los individuos").- c
"Nivelador".- d "er ist"; en el ms., "sie sind" ("son")
Como ideas puras, son expresiones idealizadas de los diversos momentos de ese proceso;
su desarrollo en conexiones jurı́dicas, polı́ticas y sociales, no es má s que su reproducció n
elevá ndolas a otras potencias. Ello se ha confirmado histó ricamente.
916 No só lo los economistas italianos, ingleses y franceses de los siglos XVII y XVIII fueron los
primeros en formular teó ricamente, sobre aquella base, la trinidad constituida por la
propiedad, la libertad y la igualdad. Estas se realizaron por vez primera en la moderna
sociedad burguesa. El inundo antiguo, en el cual el valor de cambio no prestaba servicios
como base de la producció n, y que, má s bien, sucumbió al desarrollarse ese valor, produjo
una libertad e igualdad de contenido absolutamente opuesto y, en esencia, de cará cter
puramente local. Por otra parte, como en el mundo antiguo se habı́an desarrollado los
momentos de la circulació n simple, cuando menos en el á mbito de los libres, es por ello
explicable que en Roma — y en especial en la Roma imperial, cuya historia es precisamente
la historia de la disolució n de la entidad comunitaria antigua— se hayan desarrollado las
determinaciones de la persona jurı́dica, del sujeto del proceso de intercambio, y se haya
elaborado en sus determinaciones esenciales el derecho de la sociedad burguesa, pero ante
todo el derecho que hubo que convalidar, ante la Edad Media, como derecho de la sociedad
industrial naciente.
De ahı́ deriva el error de esos socialistas, principalmente de los franceses, que quieren
mostrar el socialismo como realizació n de las ideas burguesas —ideas que no fueron
descubiertas por la Revolució n Francesa, sino, histó ricamente, lanzadas a la circulació n por
ella—, y que se afanan por probar que el valor de cambio, inicialmente (en el tiempo) o con
arreglo a su concepto (en su forma adecuada) es un sistema de libertad e igualdad para
todos, pero que habrı́a sido adulterado por el dinero, el capital, etc. O tambié n que la
historia, hasta el presente, no habrı́a realizado má s que tentativas malogradas de poner en
prá ctica esas ideas, en la forma correspondiente a la verdad de las mismas, y que ahora
pretenden, como ej. Proudhon, haber descubierto una panacea que habrá de proporcionar
la historia auté ntica de esas relaciones en lugar de su historia tergiversada. El sistema del
valor de cambio, y aun má s el sistema monetario, son en realidad el sistema de la libertad e
igualdad. Las contradicciones, no obstante, que se revelan en un aná lisis má s profundo, son
contradicciones inmanentes, intrincamientos de dicha propiedad, libertad e igualdad, las
que ocasionalmente se trastruecan en su contrario. Es un deseo tan piadoso como necio
pretender, por ejemplo, que el valor de cambio no prosiga su desarrollo, a partir de la forma
de la mercancı́a y el dinero, hasta la forma del capital, o que el trabajo que produce valor de
cambio no se desenvuelva hasta llegar a ser trabajo asalariado. Lo que distingue de los
apologistas burgueses a estos socialistas es, por un lado, su sensibilidad para captar las
contradicciones del sistema, y por el otro su utopismo, el no comprender la diferencia
necesaria entre la conformació n ideal y la conformació n real de la sociedad burguesa, lo
cual los mueve a acometer la esté ril empresa de querer efectivizar, en cambio, la expresió n
ideal, la imagen aureolada, que la realidad misma, en cuanto tal, refleja, arroja de sı́ misma.
917 A esta concepció n se enfrenta, por otra parte, la insustancial demostració n de que las
contradicciones aducidas contra la interpretació n fundada en el aná lisis de la circulació n
simple, se reveları́an en realidad como mera apariencia cuando pasamos a estadios má s
concretos del proceso de producció n, descendiendo de la superficie a las profundidades del
mismo. De hecho se afirma —y gracias a que se abstrae la forma especı́fica de las esferas
má s desarrolladas alcanzadas por el proceso social de la producció n, de las relaciones
econó micas má s desarrolladas, se demuestra— que todas las relaciones econó micas son tan
só lo má s y má s nombres siempre para las mismas relaciones del intercambio simple, del
Grundrisse. Volumen III
40 Cf. H. C. CAREY, Slavery at home and abroad, Philadelphia [? ], 1853. Este tı́tulo se encuentra en una carta de
Marx a Engels del 14 de junio de 1853. Aparentemente este libro es idé ntico al siguiente: The Slave Trade,
Domestic and Foreign: why it exists and how it may be extinguished, London 1853.
Karl Marx
último combate principalmente las contradicciones que se alzan contra su concepción armónica, y lo hace en
la Forma en que las mismas fueron desarrolladas por los economistas ingl[[eses]] clásicos,. Bastiat arguye
contra los socialistas, La concepción de Carey, mis profunda, encuentra en la economía misma la antítesis que
él, Partidario de la armonía, debe combatir, mientras que el ergotista vanidoso y pendenciero no ve la
antítesis sino fuera de la economía.
a "[Slavery. . . abroad (? )]"; en el ms. só lo figuran las comillas, con un espacio en blanco para una inserció n
posterior.- b "dilatorische"; tambié n puede leerse "dialektische" ("dialé ctico") o "delektorische". Esta ú ltima
palabra no parece ser alemana y resulta de difı́cil interpretació n; una base posible es el sustantivo latino
"delectus": selecció n, discernimiento, y por tanto podrı́a traducirse "delektorische" como selectivo o fruto del
discernimiento, de la comparació n. Dangeville lo traduce por "eclé ctico"
919
6) Pasaje al Capital
Tomemos ahora el proceso de circulación en su totalidad: Consideremos, en primer
término, el carácter formal de la circulación simple.
De hecho, la circulación sólo representa el proceso formal en el cual son mediados los
dos momentos inmediatamente convergentes e inmediatamente divergentes en la
mercancía, momentos cuya unidad inmediata es la mercando: valor de uso y valor de
cambio, La mercancía alterna en cada una de las dos determinaciones. En cuanto la
mercancía está puesta corno precio es también valor de cambio, sin duda, pero su
existencia como valor de uso aparece como su realidad; su existencia como valor de cambio
es sólo una relación de aquélla, su existencia ideal, En el dinero, por cierto, también es valor
de uso, pero su existencia como valor de cambio aparece corno su realidad, ya que el valor
de uso en cuanto universal es puramente ideal.
En la mercancía el material tiene un precio; en el dinero el valor de cambio posee un
material.
Es preciso considerar las dos formas de la circulación.: M -D-M y D-M-D.
La mercando que por intermedio del dinero ha sido intercambiada por una mercancía,
sale de la circulación para que se la consuma corno valor de uso. Se ha borrado su determi-
nación corno valor de cambio, y por tanta como mercancía. Sólo es, actualmente, valor de
uso en cuanto tal. Pero si en el dinero se vuelve autónoma con respecto a la circulación,
representarte únicamente la forma general, no sustancial de la riqueza, y se volverá un
valor de uso inútil —oro, plata—basta tanto no reingrese como medio de compra o de pago
a la circulación_ Es una contradicción, en realidad, el hecho de que el valor de cambio que se
ha vuelto autó nomo, o digá moslo ası́, el hecho de que existencia absoluta del valor de
cambio deba ser aqué lla en que se le ha sustraı́do del intercambio. La ú nica realidad,
realidad econó mica, que posee el atesoramiento en la circulació n es una realidad de
cará cter subsidiario, para la funció n del dinero como medio de circulació n (en las dos
formas de medio de compra y medio de pago): constituir reservas que permitan la
posibilidad de expansió n y contracció n del currency a (por ende, la funció n del dinero como
mercancı́a universal).
a Circulante
má s profundo situado detrá s de ella, que deriva de ella y a la vez la produce: el capital
industrial.
a "ausweist"; en el ms., "hinweist" ("indica")
desdobla la naturaleza dual de la mercancı́a, y tan só lo a travé s de este proceso formal la
misma llega a asumir cada una de las condiciones que está n presupuestas en ella. La unidad
de las dos determinaciones se presenta como movimiento agitado, que atraviesa ciertos
momentos pero siendo siempre movimiento dual. Pero siempre dentro de esta relació n
social, de tal suerte que las diversas determinaciones de la Mercancía, en realidad no son más
que las relaciones en que alternativamente se comportan los sujetos del intercambio durante
el proceso de intercambio. Este comportamiento aparece, no obstante, como una relació n
objetiva en la cual se encuentran puestos esos sujetos por el contenido del intercambio, por
su cará cter determinado social, independientemente de la voluntad de los mismos. En el
precio, en la moneda y el dinero, estas relaciones sociales se presentan como relaciones que
les son exteriores y bajo las cuales son subsumidos. La negació n en una determinació n de la
mercancı́a es siempre su realizació n en la otra. En cuanto precio ya está negada idealmente
como valor de uso, y puesta como valor de cambio; en cuanto precio ,realizado, o sea dinero,
es valor de uso negado; en cuanto dinero realizado, es decir medio de compra superado, es
valor de cambio negado, valor de uso realizado. En un comienzo, la mercancı́a só lo δυνάμει a
es valor de uso y valor de cambio; só lo en la circulaicó n llega a ser puesta como ambos, y
precisamente la circulació n es la mutació n de esas determinaciones. Siendo la alternancia y
contraposició n de esas determinaciones, la circulació n es siempre, tambié n, la equiparació n
de ellas.
a potencialmente
925 Hasta tanto consideremos la forma M—D—M, el valor de cambio aparece ú nicamente —
sea en su forma de precio, sea en su forma de moneda, sea en la forma del movimi [[ento]]
de la equiparació n, del movimiento de intercambio mismo—como mediació n evanescente.
Una mercancı́a se intercambia, en ú ltimo té rmino, por otra mercancı́a, o má s bien, como se
ha extinguido la determinació n de la mercancı́a, lo que se intercambia son valores de uso
cualitativamente diferentes, y la circulació n misma só lo ha servido, por un lado, para que
cambiaran de manos —conforme a las necesidades— los valores de uso, y por el otro, para
hacerlos cambiar de manos segú n el tiempo de trabajo contenido en ellos; para hacer que se
permuten con arreglo a la medida en que son momentos de igual peso del tiempo de trabajo
social general. Pero ahora las mercancı́as lanzadas a la circulació n han alcanzado su
objetivo. Cada una, al estar en manos de su nuevo poseedor, cesa de ser mercancı́a, cada una
se torna en objeto de la necesidad y en cuanto tal, se le consume segú n su naturaleza. Con
ello, pues, la circulació n ha llegado a su fin. Só lo queda en pie el medio de circulació n„ como
simple residuo. Pero en esa condició n de residuo pierde su determinació n formal. Se sume
en su materia, que perdura como ceniza inorgá nica de todo el proceso. No bien la mercancı́a
se ha vuelto valor de uso en cuanto tal, es arrojada fuera de la circulació n, ha cesado de ser
mercancı́a. Por consiguiente, no es conforme a este aspecto del contenido (de la materia) a
que hemos de buscar las determinaciones formales para seguir adelante.
a "Stoffs" figura en el ms. encima de "Inhalts" ("del contenido") sin signos de inclusió n
"Untergehen"; a nuestro juicio, Marx, como en otros casos, utiliza aquı́ el verbo alemá n en una de las
Grundrisse. Volumen III
acepciones del verbo inglé s, etimoló gicamente afı́n, "to undergo". Si "untergehen" tuviera su sentido normal
en alemá n, el significado de esta parte de la frase serı́a: "particularmente en las condiciones sociales que
sucumben por un desarrollo má s profundo" . . .
Es ante todo en el dinero, y precisamente en la forma má s abstracta, y por ende la má s
carente de sentido, la má s incomprensible —una forma en la que se ha abolido toda
mediació n—, en donde se hace visible la transformació n de las relaciones sociales
recı́procas en una relació n social fija, anonadante, que subsume a los individuos. Y
precisamente el fenó meno es tanto má s duro, por cuanto brota del supuesto de que estamos
ante particulares libres, personas aisladas como á tomos, que actú an a su arbitrio y só lo se
relacionan entre sı́, en la producció n, en virtud de sus necesidades recı́procas. El propio
dinero lleva en sı́ la negació n de sı́ mismo como simple medida y moneda. [[De hecho, si se
considera la mercancı́a en sı́ misma, é sta no debe ser para su poseedor má s que la
existencia del valor de cambio; el sustrato material de la mercancı́a, para é l, só lo tiene el
sentido de ser la objetividad del tiempo de trabajo en general, intercambiable por cualquier
otra objetividad del mismo, de ser, por tanto, de manera inmediata, equivalente universal,
dinero. Este aspecto, no obstante, está oculto, se presenta só lo como un aspecto.]] Los
filó sofos de la Antigü edad, y de igual modo Boisguillebert, consideran que estamos ante una
inversió n, una distorsió n del dinero, un uso impropio del mismo, que de criado se convierte
en amo, desprecia la riqueza natural y destruye la armonı́a de los equivalentes. En su
República, Plató n quiere sujetar violentamente al dinero a la calidad de simple medio de
circulació n y medida, no dejá ndolo transformarse en dinero en cuanto tal 41. Por ello
Aristó teles considera que la forma de la circulació n M—D—M, un movimiento al que
denomina econó mico y en el cual el dinero só lo funciona como medida y moneda, es la
forma natural y racional, mientras que estigmatiza la forma D—M--D, la crematı́stica, como
antinatural y contraproducente 42.
929 Lo que aquı́ se impugna no es sino el valor de cambio que se vuelve contenido y fin en sı́ de
la circulació n, la autonomizació n del valor de cambio en cuanto tal; el hecho de que el valor
en cuá nto tal se torne en objetivo del intercambio y adquiera una forma autó noma, al
principio aú n bajo la forma simple, palpable, del dinero. [Cuando] se vende para comprar, el
objetivo es e[l] valor de uso; al comprar para vender, lo es e[l] valor mismo.
Hemos visto, pues, que en realidad el dinero só lo es un medio de circulació n suspendido
en su funció n, haya de entrar má s tarde en la circulació n como medio de compra o medio de
pago. Por el contrario, su comportamiento autó nomo con respecto a la circulació n, su retiro
de la misma, lo despoja de sus dos valores: de su valor de uso, puesto que no debe servir
como metal, y de su valor de cambio, ya que precisamente posee ese valor de cambio só lo
como momento de la circulació n, como sı́mbolo abstracto del valor de las mercancı́as —
sı́mbolo que é stas se oponen alternativamente—; como momento del movimiento formal de
la mercancı́a misma. Mientras se mantiene al margen de la circulació n está tan desprovisto
de valor como si yaciera sepultado en el pozo má s profundo de una mina. Pero si reingresa a
la circulació n, se extingue entonces su perdurabilidad, el valor contenido en é l se disipa en
los valores de uso de las mercancı́as por las que se intercambia, vuelve a transformarse en
mero medio de circulació n. Es é ste un momento. El dinero proviene de la circulación como
41 Cf. Contribución a la crítica de la economía política, cit., p. 112, nota 53: "PLATON, De Republica, Libro II, 'la
moneda es un símbolo del cambio' (Opera Omnia, ed. G. Stallbumius, Londres 1850, p. 304). Plató n estudia el
dinero solamente en sus dos definiciones de medida de valor y de signo de valor, pero ademá s del signo de
valor asignado a la circulació n interna, reclama otro para las relaciones con Grecia y con el exterior. (Cf.
tambié n el V libro de sus Leyes)".
42 Cf. Aristotelis Opera ex recensioni I. Bekkeri, Tomus X, De Republica libri VIII et Oeconomica, I, I, caps. IX-X, pp. 13-
17.
Karl Marx
resultado de ésta, es decir, como existencia adecuada del valor de cambio, equivalente
universal que es para sí y persiste en sí.
Por otra parte: como objetivo del intercambio —o sea como movimiento cuyo contenido
es el valor de cambio, el dinero mismo— el ú nico contenido es el acrecentamiento del valor
de cambio, la acumulación de dinero. En realidad, sin embargo, dicho acrecentamiento es
puramente formal. El valor no se origina a partir del valor, sino que, bajo la forma de la
mercancı́a, se lanza el valor a la circulació n para retirarlo como tesoro, valor inutilizable.
Πλουτειν φασι σέ πάντεζ, έγώ δέ φημι πένεσναι
χρñσιζ γαρ πλουτον μ''άρτυζ a
a "Todos dicen que eres rico: yo, que eres pobre, pues es el uso lo que atestigua la riqueza."
El dinero, esto es, el valor de cambio autonomizado que ha surgido del proceso de
circulació n como resultado y a la vez como impulso vivo de la misma (aunque lo ú ltimo só lo
en la forma limitada del atesoramiento), se ha negado a sı́ mismo como mera moneda, es
decir, como forma meramente evanescente del valor de cambio a, como algo que
simplemente se desvanece en la circulació n; se ha negado, a la par, como algo que la
enfrenta de manera autó noma.
a “Tauschwer”; en el ms. "Gebrauchswert" ("valor de uso")
Para no quedar petrificado como tesoro, el dinero tiene que reingresar a la circulació n,
tal como habı́a salido de ella, pero no como simple medio de circulació n, sino que su
existencia en cuanto medio de circulació n, y por tanto su transmutació n en mercancı́a, debe
ser un simple cambio de forma a fin de reaparecer en su forma adecuada, como valor de
cambio adecuado, pero a la vez como valor de cambio acrecentado, multiplicado, como valor
de cambio valorizado. El valor de cambio que se valoriza en la circulació n, o sea se
multiplica, es en suma el valor de cambio que es para sı́, que recorre como fin en sı́ mismo la
circulació n. Esta valorización, este acrecentamiento cuantitativo del valor —el ú nico proceso
que el valor en cuanto tal puede recorrer— en la acumulació n de dinero aparece pero só lo
como antité tica con respecto a la circulació n, es decir, [[ que se da]] a travé s de la supresió n
misma de ese valor. Es preciso poner a la circulació n misma, antes bien, como el proceso en
el cual el valor se conserva y valoriza. Pero en la circulació n el dinero se convierte en
moneda y, en cuanto tal, se intercambia por mercancı́as. Ahora bien, si ese cambio no ha de
ser meramente formal —o perderse el valor de cambio en el consumo de la mercancı́a, de
tal modo que só lo se cambiarı́a la forma del valor de cambio, [[ con lo que tendrı́amos]] por
un lado su existencia abstracta universal en el dinero, por el otro su existencia en el valor de
uso particular de la mercancı́a—, el valor de cambio tendrá que intercambiarse de hecho
por valor de uso y la mercancı́a ser consumida como valor de uso, pero conservá ndose
como valor de cambio en ese consumo; o tiene que desaparecer su desaparició n y no ser
má s que un medio para el surgimiento de un valor de cambio mayor, para la reproducció n y
producció n del valor de cambio; consumo productivo, vale decir, consumo por el trabajo,
para objetivar el trabajo, a fin de poner valor de cambio.
933 La producció n de valor de cambio no es, en suma, má s que producció n de un valor de
cambio mayor, multiplicació n del mismo. Su reproducció n simple modifica el valor de uso
en el cual existe, tal como lo hace la circulació n simple; pero no lo produce, no lo crea.
El valor de cambio que se ha vuelto autó nomo presupone la circulació n como un
momento desarrollado y se presenta como proceso continuo, que pone la circulació n y,
partiendo de ella, retorna constantemente a la misma para ponerla nuevamente. El valor de
cambio como movimiento que se pone a sı́ mismo ya no aparece como el movimiento
puramente formal de los valores de cambio presupuestos, sino como valor de cambio que a
la vez se produce y reproduce a sı́ mismo. La producció n misma ya no preexiste aquı́ a sus
resultados, es decir, no les está presupuesta, sino que se presenta como produciendo al
propio tiempo dichos resultados, pero ya no pone el valor de cambio simplemente como
conduciendo a la circulació n, sino, a la vez, como suponiendo en su proceso la circulació n
desarrollada.
Para volverse autó nomo, el valor de cambio no só lo tendrı́a que salir de la circulació n,
como resultado, sino poder reingresar a ella, mantenerse en ella al convertirse en
mercancı́a. En el dinero, el valor de cambio ha adquirido una forma autó noma respecto a la
circulació n M—D—M, es decir, respecta a su disolució n definitiva en mero valor de uso.
Pero, al fijarse, esa forma resulta só lo negativa, efı́mera o ilusoria. El dinero existe
ú nicamente con respecto a la circulació n y como posibilidad de entrar en ella. Pero pierde
esta determinació n no bien se realiza. Revierte a sus dos funciones de medida y medio de
Grundrisse. Volumen III
circulació n. Como simple dinero, no va má s allá de esa determinació n. Pero al mismo
tiempo, tambié n está puesto en la circulació n que siga siendo dinero, ya exista en cuanto tal
o como precio de la mercancı́a. El movimiento de la circulació n no debe aparecer como el
movimiento de la desaparició n del dinero, sino má s bien como el movimiento de su efectivo
ponerse como valor de cambio, de la realizació n suya en cuanto valor de cambio. Si se
intercambia mercancı́a por dinero, la forma del valor de cambio, el valor de cambio puesto
como valor de cambio, el dinero, só lo subsiste mientras se mantiene al margen del cambio
en el cual é l funciona como valor, mientras se sustrae del mismo; es, por ende, una
efectivizació n puramente ilusoria de ese valor, una efectivizació n puramente ideal en esa
forma en la que la autonomı́a del valor de cambio existe de manera tangible.
El mismo valor de cambio es menester que se transforme en dinero, mercancı́a,.
mercancı́a, dinero, estando puesta esa exigencia por la forma D—M—D. En la circulació n
simple la mercancı́a se transforma en dinero y luego en mercancı́a; es otra mercancı́a la que
se pone de nuevo como dinero.
934 El valor de cambio no se conserva en esa mudanza de su forma. Pero en la circulación ya está
puesto que el dinero es ambas cosas, dinero y mercancía, y que se conserva en la mudanza de
ambas determinaciones.
En la circulació n, el valor de cambio se presenta de dos maneras: una vez como
mercancı́a, la otra como dinero. Cuando está en una de esas determinaciones, no está en la
otra. Esto rige para toda mercancı́a particular, y lo mismo para el dinero en cuanto medio de
circulació n. Pero si consideramos la circulació n en su conjunto, está implı́cito que el mismo
valor de cambio, el valor de cambio en cuanto sujeto, se pone una vez como mercancı́a, la
otra como dinero, y precisamente el movimiento consiste en ponerse en esta determinació n
dual y en cada una de ellas conservarse como su contrario, en la mercancı́a como dinero, y
en el dinero como mercancı́a. Esto, que en sı́ existe en la circulació n, no está puesto en ella,
sin embargo.
En la circulació n simple, allı́ donde las determinaciones se comportan recı́procamente de
manera autó noma, si ese comportamiento es positivo, como en el caso de la mercancı́a que
se convierte en objeto del consumo, la circulació n cesa de ser un momento del proceso
econó mico; si es negativo, como en el dinero, se vuelve absurda, un desatino que surge del
proceso econó mico mismo.
No puede decirse que el valor de cambio se realice en la circulació n simple, ya que el
valor de uso no se le enfrenta en cuanto tal, en cuanto valor de uso determinado por aqué l.
El valor de uso en cuanto tal, a la inversa, no se convierte en valor de cambio, o só lo lo hace
en la medida en que se le aplica, como patró n de medida exterior, la determinació n de los
valores de uso, el ser tiempo de trabajo general objetivado. Su unidad aun se desdobla de
manera inmediata y su diferencia coincide aú n de manera inmediata con la unidad. Debe
quedar puesto entonces que el valor de uso llegue a ser tal merced al valor de cambio, y que
el valor de cambio se medie a sı́ mismo gracias al valor de uso. En la circulació n simple só lo
tenı́amos dos determinaciones formalmente diferentes del valor de cambio: dinero y precio
de la mercancı́a, y só lo dos valores de uso materialmente diferentes: M—M, para los cuales
el dinero[,] el valor de cambio a[,] mediació n meramente efı́mera, es una forma que adoptan
transitoriamente. No tenı́a lugar una relació n e[fec]tiva entre valor de cambio y valor de
uso. Sin duda, en el valor de uso el valor de cambio existe tambié n como precio
(determinació n ideal); en el dinero, por cierto, existe el valor de uso, como su realidad, su
material. En un caso era puramente ideal el valor de cambio, en el otro el valor de uso.
935 De ahı́ que la mercancı́a en cuanto tal —su valor de uso particular— sea ú nicamente el
motivo material del intercambio, pero en cuanto tal se ubica al margen de la determinació n
formal econó m[ica]; o bien la determinació n formal econó mica no es má s que forma
Karl Marx
Fijado como riqueza, forma general de la riqueza, como valor que está vigente como
valor, es por lo tanto la tendencia constante a dejar atrá s su lı́mite cuantitativo; proceso sin
fin. Su propia vitalidad radica exclusivamente en eso; só lo se conserva como valor vigente
para sı́ y diferente del valor de uso, al multiplicarse constantemente a travé s del proceso
mismo del intercambio. El valor activo es só lo el valor que pone plusvalı́a. La ú nica funció n
en cuanto valor de cambio es el intercambio mismo. Por tanto, en esta funció n debe
acrecentarse y no só lo retirarse del intercambio, como en el caso del atesoramiento. En la
tesaurizació n el dinero no funciona como dinero. Retirado como tesoro, no funciona ni
como valor de cambio ni como valor de uso, es tesoro muerto, improductivo. Ninguna
acció n tiene en é l su punto de partida. Su aumento es un aporte exterior, procedente de la
circulació n, en tanto de nuevo se lanzan mercancı́as a la circulació n, y al valor se le hace
pasar de la forma de la mercancı́a a la forma del dinero, y luego [se] le pone a buen recaudo
en cuanto dinero, es decir, cesa de ser dinero. Si, no obstante, reingresa a la circulació n, se
desvanece como valor de cambio.
937 El dinero resultante como valor de cambio adecuado de la circulació n y que se ha vuelto
autó nomo, pero que reingresa a ella y en la circulació n y en virtud de la misma, se perpetú a
y valoriza (multiplica), es capital. En el capital el dinero ha perdido su rigidez, y de cosa
palpable que era, ha pasado a ser proceso. El dinero y la mercancı́a .en cuanto tales, al igual
que la misma circulació n simple, desde el punto de vista del capital existen só lo como
momentos abstractos particulares de su existencia, en las cuales el capital aparece
constantemente, pasando de la una a la otra, en igual grado en que constantemente
desaparece. La autonomizació n no se presenta só lo en la forma en que el capital, como valor
de cambio abstracto autó nomo —dinero—, se contrapone a la circulació n, sino en que é sta
es al mismo tiempo el proceso de su autonomizació n; en cuanto autó nomo, el capital
proviene de ella.
En la forma D—M—D está manifiesto que la autonomizació n del dinero en cuanto
proceso, debe aparecer a igual tı́tulo como presupuesto y como resultado de la circulació n.
Pero esta forma, en cuanto tal, no adquiere contenido alguno en la circulació n simple, no
aparece ella misma como un movimiento dotado de contenido. Un movimiento de la
circulació n para el cual el valor de cambio no es só lo la forma, sino el contenido y el objetivo
mismos, y que por tanto es la forma del valor de cambio en proceso.
En la circulació n simple el valor de cambio que se ha vuelto autó nomo, en dinero en
cuanto tal, es siempre nada má s que resultado, caput mortuum a del movimiento. Es
menester que aparezca asimismo como su supuesto: su resultado como su supuesto, y su
supuesto como su resultado.
a Residuo inservible (de la destilació n o sublimació n) (literalmente: "cabeza muerta", "calavera")
creador de sı́ mismo; esto es, aumento de su magnitud de valor. Al volverse mercancı́a el
dinero, y al ser consumida la mercancı́a en cuanto tal, al [[tener]] necesariamente que
desaparecer en cuanto valor de uso, tiene que desaparecer a su vez esta desaparició n
misma, y que consumirse ese consumo, de tal modo que el consumo de la mercancı́a en
cuanto valor de uso aparezca é l mismo como un momento del proceso del valor que se
autorreproduce.
El dinero y la mercancı́a, al igual que la relació n entre ambos en la circulació n, se
presentan ahora tanto en su calidad de simples supuestos del capital, como , por otra parte,
en cuanto forma de existencia del mismo; tanto a tı́tulo de simples supuestos existentes,
elementales, del capital, como, por otro lado, en cará cter dé formas de existencias y
resultados de é ste.
938 La perdurabilidad que el dinero trata de obtener comportá ndose negativamente
respecto a la circulació n (retirá ndose de ella), la alcanza el capital, que precisamente se
conserva gracias a que se abandona a la circulació n. El capital, en cuanto valor de cambio
que presupone la circulació n, que está presupuesto a ella y en ella se conserva, adopta
alternativamente [[la forma de]] los dos momentos contenidos en la circulació n simple,
pero no como en é sta, en la que só lo se pasa de una .de las formas a la otra, sino siendo a la
vez en cada una de las determinaciones la relació n con la opuesta. Cuando se presenta como
dinero, é ste no es ahora má s que la expresió n abstracta y unilateral de sı́ mismo como
generalidad; al desembarazarse de esta forma, a la vez, ú nicamente se desembaraza de su
determinació n antité tica (de la forma antité tica de la generalidad). Puesto como dinero, es
decir, como esa forma antité tica de la generalidad del valor de cambio, está a la vez puesto
en é l que no debe perder, como en la circulació n simple, la generalidad, sino la
determinació n antité tica de é sta, o que debe adoptarla tan só lo efı́meramente, y por tanto
cambiarse de nuevo por la mercancı́a, pero como mercancı́a que, incluso en su
particularidad, expresa la generalidad del valor de cambio y que por tanto cambia sin cesar
su forma determinada.
La mercancı́a no só lo es valor de cambio, sino valor de uso, y es en su cará cter de tal que,
congruentemente, debe ser consumida. Al servir como valor de uso, es decir en su consumo,
la mercancı́a debe al mismo tiempo conservarse como valor de cambio y presentarse como
el alma que determina los fines del consumo. El proceso de su desaparició n, pues, tiene que
presentarse al propio tiempo como proceso de la desaparició n de su desaparició n, esto es,
como proceso reproductor. Por tanto, el consumo de la mercancı́a no orientado a un disfrute
inmediato, sino inclusive en cuanto momento de la reproducció n de su valor de cambio. El
valor de cambio no só lo origina la forma de la mercancı́a, sino que aparece como el fuego en
el cual se consume la propia sustancia de la misma. Esta determinació n surge del concepto
del propio valor de uso. Pero bajo la forma de dinero el capital, por una parte, aparecerá
só lo en forma evanescente como medio de circulació n, por otra parte como el estar-puesto-
só lo-como-momento, el estar-puesto-transitoriamente del capital en el cará cter
determinado del valor de cambio adecuado.
Por un lado, la circulació n simple es el supuesto preexistente de la mercancı́a, y sus
extremos, dinero y mercancı́a, se presentan como supuestos elementales, formas que, de
darse la posibilidad, se convierten en capital o son esferas meramente abstractas del
proceso de producció n del capital presupuesto. Por lo demá s, refluyen o fluyen hacia el
capital, como hacia una vorá gine. (Aquı́ el ejemplo histó rico antedicho.)
939 En el capital el dinero, el valor de cambio vuelto autó nomo, presupuesto, se presenta no
só lo como valor de cambio, sino como valor de cambio que se ha vuelto autó nomo y es un
resultado de la circulació n. Y de hecho no hay formació n de capital antes de que la esfera de
la circulació n simple -aunque partiendo de condiciones de producció n por entero diferentes
Grundrisse. Volumen III
del capital mismo- se haya desarrollado hasta cierto nivel. Por otra parte el dinero está
puesto como poniendo la circulació n en cuanto movimiento de su propio proceso, en cuanto
movimiento de su propia realizació n de valor que se perpetú a y se valoriza. Como supuesto,
es aquı́, al mismo tiempo, resultado del proceso de circulació n, y como resultado es a la vez
supuesto de la forma determinada de ese proceso, que estaba determinado como D—M—D
(en un principio, supuesto só lo de esta corriente del proceso). Es la unidad de mercancı́a y
dinero, pero la unidad de ambos en proceso y no es ni la una ni el otro, ası́ como es tanto la
una como el otro.
Se conserva y valoriza en la circulació n y en virtud de ella. Por otra parte, el valor de
cambio ya no está presupuesto en calidad de simple valor de cambio, tal como existe en
cuanto simple determinació n de la mercancı́a antes de que é sta entre a la circulació n, o, má s
bien, como determinació n meramente imaginada, ya que tan só lo desapareciendo en la
circulació n la mercancı́a se transforma en valor de cambio. Existe en la forma de la
objetividad pero le es indiferente que esta objetividad sea la del dinero o la de la mercancı́a.
Procede de la circulació n; por tanto la presupone; pero, al mismo tiempo. parte de sı́ mismo,
como supuesto, con respecto a ella.
En el intercambio efectivo del dinero por la mercancı́a, tal como lo expresa la forma D—
M—D -por tanto cuando el ser real de la mercancı́a es su valor de uso, y la existencia real
del valor de uso su consumo-, el valor de cambio mismo debe resurgir de la mercancı́a que
se realiza como valor de uso, y el dinero y el consumo de la mercancı́a tienen que aparecer
tanto en cuanto forma de la conservació n del valor de cambio como en cuanto forma de su
autovalorizació n. Ante é l, la circulació n se presenta como momento del proceso de su
propia realizació n.
La existencia real de la mercancı́a, su existencia como valor de uso, está excluida de la
circulació n simple. De tal modo, el momento tiene que [[ estad en el a proceso del capital, en
el cual el consumo de la mercancı́a se presenta como un momento de la autovalorizació n de
aqué l.
a "in dem"; ediC. 1939, "in den"; la primera forma supone el verbo elé ptico "sein" ("estar"); la segunda,
"eintreten" ("entrar")
Mientras el dinero, o sea el valor de cambio que se ha vuelto autó nomo, se fija solamente
por oposició n a su antı́tesis —el valor de uso en cuanto tal—, só lo es susceptible, en
realidad, de tener una existencia abstracta. Tiene, en cuanto valor de cambio, que
conservarse y a la vez acrecentarse en su antı́tesis, en su convertirse en valor de uso y
dentro del proceso de é ste, en el consumo; tiene que transformar, por ende, el consumo del
valor de uso mismo —tanto la negació n activa como la afirmació n de é ste— en la
reproducció n y producció n del propio valor de cambio.
940 En la circulació n simple, alternativamente, toda mercancı́a se presenta como valor de
cambio o valor de uso. No bien se realiza como valor de uso, queda excluida de la
circulació n. En la medida en que la mercancı́a se fija como valor de cambio, en el dinero,
tiende a la misma carencia de forma, pero permanece en el marco de la relació n econó mica.
De todos modos, en las relaciones de cambio (circulació n simple) las mercancı́as só lo
presentan interé s si poseen valor de cambio. Por lo demá s, su valor de cambio no presenta
sino un interé s transitorio, ya que suprime la unilateralidad del valor de uso -la de só lo ser
de manera inmediata, para los individuos, valor de uso-: da salida al valor de uso; no
introduce ninguna modificació n en el valor de uso, salvo la de ponerlo como valor de uso
para los demá s (los compradores). En la medida, empero, en que queda fijado el valor de
cambió en cuanto tal, [[esto es]], en el dinero, el valor de uso se le contrapone ú nicamente
como caos abstracto, y precisamente debido a la separació n respecto de su sustancia es que
descaece y tiende a salir de la esfera del valor de cambio simple, cuyo movimiento supremo
Karl Marx
dinero a la de mercancı́a. Su existencia monetaria es, má s bien, só lo su existencia como el
valor de cambio adecuado que puede trastrocarse indistintamente en cualquier tipo de
mercancı́a. En cualquiera de ellas sigue siendo el valor de cambio que se conserva a sı́
mismo. Pero el capital só lo puede ser valor de cambio vuelto autó nomo, al volverse
autó nomo con respecto a un tercero, en una relació n con un tercero. [[ Su existencia como
dinero es dual: puede intercambiarse por cualquier mercancı́a y, en cuanto valor de cambio
universal, no está ligado a la sustancia particular de mercancı́a alguna; en segundo té rmino:
sigue siendo dinero aun cuando se transforma en mercancı́a, esto es, el material en el que
existe no existe como objeto para la satisfacció n de un disfrute individual, sino como
sustrato material del valor de cambio, el cual adopta esa forma só lo para conservarse y
acrecentarse.]] Ese tercero no son las mercancı́as, ya que el capital es dinero que de su
forma como dinero pasa indiferentemente a la de cualquier mercancı́a, sin perderse en ella
como objeto del consumo individual. En vez de excluirlo, el conjunto ı́ntegro de las
mercancı́as, todas las mercancı́as, se presentan como otras tantas encarnaciones del dinero.
En lo que respecta a la natural diversidad material de las mercancı́as, ninguna impide el
dinero que avance sobre ella, que la convierta en el propio cuerpo del dinero, ya que
ninguna excluye la determinació n del dinero en la mercancı́a.
942 En su conjunto, el mundo ob[je]tivo de la riqueza aparece ahora como cuerpo del dinero, a
igual tı́tulo que el oro y la plata, y la diferencia —por entero formal, precisamente— entre el
dinero bajo la forma del dinero y su contraparte bajo la forma de la mercancı́a, lo habilita
para adoptar indistintamente una u otra forma, para pasar de la forma del dinero a la de la
mercancı́a. (La autonomizació n consiste tan só lo en que el valor de cambio persiste
firmemente en su calidad de valor de cambio, exista en la forma del dinero o en la de la
mercancı́a, y que só lo pasa a la forma de la mercancı́a para autovalorizarse.)
El dinero es ahora trabajo objetivado, ya posea la forma del dinero o la de mercancı́a
particular. Al capital no se le opone ningú n modo de existencia objetivo del trabajo, sino que
cada uno de é stos aparece como posible modo de existencia del capital que é ste puede
adoptar en virtud de un simple cambio de forma, pasando de la forma del dinero a la de la
mercancı́a. La ú nica antı́tesis que se opone al trabajo objetivado es el no objetivado; en
antı́tesis con el trabajo objetivado, el trabajo subjetivo. O, en antı́tesis con el trabajo
temporalmente pasado, pero existente en el espacio, el trabajo vivo, que existe en el
presente. En cuanto trabajo existente temporalmente y asimismo no objetivo (y por ende
tampoco objetivado todavı́a), el trabajo só lo puede existir como capacidad, posibilidad,
facultad, como capacidad de trabajo del sujeto vivo. Só lo la capacidad viva de trabajo puede
constituir la antı́tesis con el capital en cuanto trabajo objetivado autó nomo que se conserva
firmemente a sı́ mismo, y de tal manera el ú nico intercambio por cuyo intermedio el dinero
puede transformarse en capital, es el que establece el poseedor del mismo con el poseedor
de la capacidad viva de trabajo, esto es, el obrero.
En cuanto tal, el valor de cambio só lo puede volverse autó nomo, en suma, haciendo
frente al valor de uso que se le contrapone en cuanto tal. Só lo en esta relació n el valor de
cambio en cuanto tal puede autonomizarse, estar puesto y funcionar en cuanto tal. En el
dinero, el valor de cambio debı́a alcanzar esa autonomı́a por estar abstraı́do con respecto al
valor de uso, y la abstracció n activa —mantenerse contrapuesto al valor de uso— en
realidad se presentaba aquı́ como el ú nico mé todo para conservar y acrecentar el valor de
cambio en cuanto tal. Por el contrario, ahora el valor de cambio debe conservarse como
valor de cambio en su existencia como valor de uso, en su existencia real —no só lo formal—
como valor de uso; conservarse como valor de cambio en el valor de uso en cuanto valor de
uso, y producir a partir de é ste.
943 La existencia efectiva de los valores de uso es su negació n real, su consumo, su ser
Karl Marx
aniquilados en el consumo. Por ende, es en esta negació n real de ellos en cuanto valores de
uso, en esta negació n que les es inmanente, donde el valor de cambio debe confirmarse
como el que se conserva frente al valor de uso, o má s bien utilizar la existencia activa del
valor de uso para la corroboració n del valor de cambio. No estamos ante la negació n en la
cual el valor de cambio es, en cuanto precio, determinació n meramente formal del valor de
uso y é ste se halla idealmente abolido, mientras que en realidad es só lo el valor de cambio
el que se presenta, ante é l, como determinació n formal evanescente. Tampoco su
consolidació n en el oro y la plata, circunstancia en la cual una sustancia só lida y rı́gida
aparece como la existencia petrificada del valor de cambio. En realidad, está puesto en el
dinero que el valor de uso sea el mero sustrato material, la realidad del valor de cambio.
Pero se trata de la simple existencia tangible de su abstracció n. En la medida, empero, en
que el valor de uso es determinado en cuanto valor de uso, es decir, en que el consumo de la
mercancı́a misma es determinado como poder del valor de cambio, y como mero medio de
ponerlo, el valor de uso de la mercancı́a no es má s, en realidad, que activació n del valor de
cambio que está en proceso. La verdadera negació n del valor de uso, la cual no consiste en
la abstracció n del mismo, sino en su consumo (no en el permanecer-está tico-y-tenso frente
a el), esta negació n suya real, que a la vez es su realizació n como valor de uso, hay que
transformarla en acto de la autoafirmació n, autoactivació n del valor de cambio. Ello só lo es
posible, empero, en la medida en que el trabajo consume la mercancı́a, apareciendo su
consumo mismo como objetivació n del trabajo y por tanto como acto que pone valor. Para
conservarse y activarse, por ende, no só lo formalmente, como en el dinero, sino en su
existencia real como mercancı́a, el valor de cambio objetivado en el dinero ha de apropiarse
el trabajo mismo, intercambiarse con é l.
El valor de uso no es a para el dinero un artı́culo de consumo en el cual aqué l se pierde,
sino ú nicamente el valor de uso por medio del cual se conserva y acrecienta. Para el dinero
en cuanto capital no existe ningún otro valor de uso. En cuanto valor de cambio, es é ste,
precisamente, su comportamiento con el valor de uso. El ú nico valor de uso que puede
constituir una antítesis y un complemento para el dinero en cuanto capital es el trabajo, y é ste
existe en la capacidad de trabajo, la cual existe como sujeto. En cuanto capital, el dinero só lo
está en relació n con el no-capital, la negació n del capital, y só lo en relació n con la cual es
capital. Lo que es efectivamente no capital es el trabajo mismo.
944 El primer paso para que el dinero se transforme en capital es su intercambio con la
capacidad de trabajo, a fin de transformar ası́, por intermedio de esta capacidad el consumo
de las mercancı́as —es decir, el hecho de ponerlas y negarlas realmente como valores de
uso— en activació n por parte de é stas del valor de cambio.
a “ist”; ms. Y edic. 1939, “ist nur noch” (“es ú nicamente”)
El intercambio por cuyo medio el dinero se torna en capital no puede ser con mercancı́as,
sino el intercambio con su antı́tesis conceptualmente determinada, con la mercancı́a que se
encuentra frente a é l en antı́tesis determinada conceptualmente: el trabajo.
Al valor de cambio bajo la forma del dinero se le enfrenta el valor de cambio bajo la
forma del valor de uso particular. Pero todas las mercancı́as particulares, como modos de
existencia particulares del trabajo objetivado, son ahora expresió n indiferente del valor de
cambio en que el dinero puede convertirse sin desaparecer. No es, por ende, mediante el
intercambio con estas mercancı́as —pues ahora se puede presuponer indistintamente que
existe en una o la otra forma—como el dinero puede perder su cará cter simple. Sino
mediante el intercambio, primero, con la ú nica forma del valor de uso que, de manera
inmediata, é l mismo no es —o sea el trabajo no objetivo—, y a la vez con el valor de uso
inmediato para é l como valor de cambio en proceso —el trabajo, nuevamente—. Por
consiguiente, es ú nicamente mediante el intercambio del dinero con el trabajo como puede
Grundrisse. Volumen III
Aquı́ dicho contenido es un momento econó mico esencial de la misma. Entonces, el valor
de cambio tiene primeramente la determinació n de valor que se conserva en el intercambio,
só lo porque se intercambia con el valor de uso que se le opone con arreglo a su propia
determinació n formal.
945 La condició n para que el dinero se transforme en capital es que el poseedor del dinero
pueda intercambiar dinero por la capacidad de trabajo ajena en cuanto mercancı́a. Por
tanto, que en el marco de la circulació n se ponga en venta la capacidad de trabajo, en
cará cter de mercancı́a, ya que dentro de la circulació n simple los sujetos del intercambio se
contraponen en calidad de comprador y vendedor. La condició n es, pues, que el obrero
ponga en venta su capacidad de trabajo en cuanto mercancı́a que habrá de consumirse en el
uso: por tanto, el trabajador libre. La condició n es que el trabajador, en primer té rmino,
disponga de su capacidad de trabajo a tı́tulo de propietario libre, se conduzca con ella como
con una mercancı́a, para lo cual tiene que ser propietario libre de la misma. En segundo
té rmino, empero, que para intercambiar ya no disponga de su trabajo en la forma de otra
mercancı́a, de trabajo objetivado, sino que la ú nica mercancı́a que tenga para ofrecer, para la
venta, sea precisamente su capacidad laboral viva, existente en su propia corporeidad viva;
que las condiciones de la objetivació n de su trabajo, las condiciones sociales de su trabajo,
existan pues como propiedad ajena, que existan en la circulació n como mercancı́as que se
encuentran del otro lado, má s allá de é l mismo. El supuesto de que el poseedor de dinero —
o el dinero, ya que por lo pronto para nosotros el primero, en el proceso econó mico mismo,
no es má s que la personificació n del segundo —encuentre ya en el mercado, dentro de los
lı́mites de la circulació n, la capacidad de trabajo en cuanto mercancı́a supuesto del que aquı́
partimos —y del que parte la sociedad burguesa en su proceso de producció n— es
evidentemente el resultado de un largo desarrollo histó rico, el resumen a de muchos
trastrocamientos econó micos, y presupone la decadencia de otros modos de producció n
(relaciones sociales de producció n) y determinado desarrollo de las fuerzas productivas del
trabajo social. Cuando consideremos ulteriormente esa relació n, se formulará con precisió n
mayor el proceso histó rico determinado, ya transcurrido, que está implı́cito en este
supuesto. Pero este estadio histó rico de desarrollo de la producció n econó mica —cuyo
producto mismo ya es el trabajador libre— constituye sin embargo el supuesto para la
gé nesis y, aun má s, para la existencia del capital en cuanto tal. Su existencia es el resultado
de un prolongado proceso histó rico en la conformació n econó mica de la sociedad. En este
punto se advierte con certeza hasta qué grado la forma dialé ctica de la exposició n só lo es
correcta cuando conoce sus lı́mites. Del examen de la circulació n simple se infiere para
nosotros el concepto universal del capital, ya que, en el marco del modo burgué s de
producció n la propia circulació n simple no existe sino como supuesto del capital y
presuponié ndolo. La inferencia de este concepto b no hace del capital la encarnació n de una
Karl Marx
idea eterna, sino que muestra có mo en la realidad, é ste, só lo como forma necesaria, tiene
que desembocar primeramente en el trabajo que pone valor de cambio, en la producció n
fundada en el valor de cambio.
a Compendio.- b "desselben" (es decir, el concepto general del capital); edic. 1939, "derselben", que podrı́a
intercambio").- b "desselben" (esto es, de la capacidad laboral); ms., "derselben", relativo cuyo sujeto es
impreciso.
Esto no afecta la relació n simple de intercambio. Es solamente la naturaleza especı́fica
del valor de uso que se ha comprado con dinero —esto es, que su consumo, el consumo de
la capacidad de trabajo, es producció n, tiempo de trabajo objetivante, consumo que pone
valor de cambio, o dicho de otro modo, que su existencia real como valor de uso es la
creació n de valor de cambio—, la que convierte el intercambio entre dinero y trabajo en el
intercambio especı́fico D—M—D, en el cual está puesto como objetivo del intercambio el
valor de cambio mismo, y donde el valor de uso adquirido es de manera inmediata valor, de
uso para el valor de cambio, esto es, valor de uso que po[ne] valor.
947 Es indiferente, aquı́, considerar al dinero como simple me‑ dio de circulació n (medio de
compra) a o como medio de pago. En la medida en que alguien que me vende, por ejemplo,
el valor de uso de 12 horas de su capacidad laboral, su capacidad de trabajo de doce horas,
só lo me la ha vendido de hecho cuando é l, a mi pedido, ha trabajado doce horas, só lo me ha
proporcionado su capacidad laboral de doce horas al té rmino de las 12 horas, [[en la
medida en que ello es ası́,]] está implı́cito en la naturaleza de la relació n que el dinero se
presente aquı́ en cuanto medio de pago; la compra y la venta no se han realizado de manera
inmediata, simultá neamente, por ambas partes. Lo importante es aquı́, solamente, que el
medio de pago, el medio general de pago, es el dinero, y por consiguiente que el obrero no
entra con el comprador, por algú n modo particular de pago en especie, en otras relaciones
que las de circulació n. Transforma de manera inmediata su capacidad de trabajo en el
equivalente general; como propietario de é ste mantiene en la circulació n general la misma
relació n que cualquier otro poseedor, segú n el volumen de la magnitud de valor de ese
equivalente; y de igual suerte, la riqueza general, la riqueza en su forma social general y
Grundrisse. Volumen III
(“medio de circulació n”).- b Aquı́ se interrumpe el manuscrito. En la pá gina siguiente só lo aparece este titulo:
“Trabajo productivo e improductivo”
En las ú ltimas pá ginas de este cuaderno se encuentran las “Reseñ as de mis propios cuadernos”.
949
“reseñas”, o sea alrededor de febrero o marzo de 1859. (Véase MEGA, III/2, p. 364). El proyecto se
encuentra en un cuaderno aparte.
951
[Sumario hecho por Marx del material utilizable para el "Capı́tulo III" de la "Contribució n", contenido en
sus cuadernos manuscritos de Sumario 1857-1858]
primitiva de los dos primeros capı́tulos de la "Contribució n" y el comienzo del "Capı́tulo Tercero: El capital". La
parte del cuaderno correspondiente a este "Capı́tulo Tercero", esto es, a la parte que comprende las pá ginas
16-19, Marx la designó como cuaderno B" II (vé ase pp. 941-947).- b El cuaderno C no se ha encontrado. Por lo
visto contenı́a la versió n primitiva del primer capı́tulo de la "Contribució n" y del comienzo del segundo
capı́tulo.- c Vé ase pp. 866 y 78.- d Esta designació n se encuentra como designació n secundaria en la tapa del
cuaderno I (pp. 35-132 de esta edició n). Como parte de los "Elementos fundamentales" este cuaderno aparece
designado como cuaderno I y como parte de la versió n primitiva de los dos capı́tulos de la "Contribució n",
como cuaderno A.- e Este cuaderno es el que contiene la parte media que se ha conservado de la versió n
primitiva de los dos capı́tulos de la "Contribució n". El comienzo estaba en el cuaderno C, que se ha perdido.- f
Segú n las indicaciones de Marx, el cuaderno B’’ es la continuació n del cuaderno B’ y contiene las "reseñ as"; el
ı́ndice de temas que Marx presenta en las "reseñ as" coincide con el contenido de las pp. 1-13 del cuaderno B’’.
(Compá rense las pp. 912-939 con la p. 952).-
952
Cuaderno B’’ (de este cuaderno). (Ver allı́ mismo a el dinero. 1ª [871-872]) (la igualdad
ligada a é l). Igualdad. [912-916]. (Propiedad. Libertad. Igualdad). Los armonistas [917-918].
La circulació n simple, fenó meno de un proceso que se efectú a a sus espaldas. [920].
(Circulació n.) [923-926]. Dinero, el verdadero producto de la circulació n [926-929].
(Resultado, el dinero, la circulació n). Valor de cambio como proceso. [929-1935]. Dinero-
capital. [935-939.]
a Se refiere al cuaderno B’ (vé ase pp. 871-872)
Cuaderno M. Individuos autónomos. Ideas del siglo XVIII. [5-6]. Eternizació n de relaciones
de producció n histó ricas [7]. Propiedad [9]. Producció n. Distribució n. Consumo. Exchange a
[10-16]. Distribució n y producció n. [16-19]. Cambio y producció n. [19-21].
a Cambio.
Grundrisse. Volumen III
Cuaderno B’’ II. Transformación del dinero en capital. [941-947]. (Se desarrolla a partir de
la relació n del valor de cambio autonomizado con el valor de uso.) p. 19. (Dinero como
medio de pago frente al obrero) [946-947].
Cuaderno II. Intercambio simple. Relaciones entre los que intercambian. Armonı́as de la
igualdad, de la libertad, etc. [148-160]. (Bastiat. Proudhon.) [ 160-162].
Capital. Suma de valores. [162-163]. Propiedad de la tierra y capital. [163-164] El capital
procede de la circulació n. Contenido del valor de cambio. Capital comercial, capital
monetario e interé s del dinero. [164-165.] La circulació n supone otro proceso. Movimiento
entre extremos previamente supuestos. [165-167.] Pasaje de la circulació n a la producció n
capitalista. [167-168.] El capital, trabajo objetivado, etc. [168-1691 Suma de valores para la
producció n de valores. [169-170.] Circulació n etc.
953 Supuesto de los capitales. [170-172.] Say. Sismondi. [172.] Producto y capital. Valor y
capital. Proudhon. [175-177.] Capital y trabajo. Valor de cambio y valor de uso para el valor
de cambio. [177-178.] El dinero y su valor de uso (trabajo) en esta relació n, capital.
Autorreproducció n del valor, su ú nico movimiento. [180-182.] Lo de que ningú n capitalista
invertirá su capital sin obtener ganancia de é ste, palabrerı́o. [182.] El capital, en cuanto a su
sustancia, trabajo objetivado. Contradicció n con el trabajo productivo (vale decir, con el que
conserva y acrecienta el valor). [182-183.] Trabajo productivo y trabajo como prestació n de
servicios. [183-184.] Trabajo productivo e improductivo. A. Smith, etc. [184.] El ladró n en el
sentido de Lauderdale, et el trabajo productivo. [184.] Los dos procesos diferentes en el
intercambio del capital con el trabajo. [185-186.] (Aquı́ cae dentro del cará cter determinado
econó mico formal, etc., lo que se intercambia, con su valor de uso, por el capital, l.c. [185-
186]). Capital y moderna propiedad de la tierra. [186-189.] Wakefield. [189.] Intercambio
entre el capital y el trabajo. Salario por piezas. [192-193.] Valor de la capacidad de trabajo.
[193-1941 Participació n del Obrero asalariado en la Riqueza general, determinada só lo
cuantitativamente. [194.] Equivalente del Obrero, Dinero. Por lo tanto enfrentado como
opuesto al Capital. [194-195.] Pero Objetivo de su Intercambio, Satisfacció n de su
necesidad. Dinero, para é l só lo medio de circulación. f 195.] Ahorro, el Renunciamiento
como Medio de Enriquecimiento del Obrero. [195-200.] Carencia de valor y desvalorizació n
del obrero condició n del capital. [198-200.] El capital, respecto al obrero, só lo violencia
objetiva. Sin valor personal. [Falta.] Diferente de la prestació n de servicios. [Falta.]
Finalidad del obrero en el intercambio con el capital-consumo. Tiene que comenzar siempre
de nuevo. Trabajo como capital del obrero.
Cuaderno III (continuado.)
¡Capacidad de trabajo como capital! [200-201]. Salario no productivo. (l.c. [201].) El
intercambio entre el capital y el trabajo corresponde a la circulació n simple, no enriquece al
obrero. [201-203.] La separació n del trabajo y la propiedad, supuesto de este intercambio.
(l.c. [203].) Trabajo, pobreza absoluta como objeto, posibilidad general de la riqueza como
sujeto. [203.] El trabajo se contrapone, sin cará cter determinado particular, al capital. [204-
205.] El proceso de trabajo incorporado al capital. [205-210.] (Capital y capitalista [210-
211.])
954 El proceso de producción como contenido del capital. [211-213.]
Trabajo productivo e improductivo. [212-213.] (Trabajo productivo es el que produce
capital.)
El obrero se comporta con su trabajo como [con] un valor de cambio, el capitalista como
[con] un valor de uso, etc. [213-214.] El obrero enajena el trabajo como fuerza productiva
de la riqueza. [214.] (El capital se lo apropia en cuanto tal. l.c. [214.] Transformació n del
Karl Marx
trabajo en capital etc. Sism[ondi], Cherbul[iez]. Say. Ric[ardo]. Proudhon etc. [215-2171)
Proceso de valorización. [217-222.] (Costos de producció n). [222-223.] (La surplusvalue
no puede explicarse por medio del exchange. Ramsay. Ricardo). El capitalista no puede vivir
de su salario, etc. (223: Faux frais de production a [223.] La mera conservació n y no
reproducció n del valor, contradice la esencia del capital [223-224.] El capital entra en los
costos de producció n como capital. Capital que produce interé s. Proudhon. [224-225.]
Plusvalı́a. Tiempo y trabajo excedente. [227-228.] Bastiat acerca del trabajo asalariado.
[229.] Valor del trabajo. ¿Có mo se determina? [228-230.] Autovalorizació n es auto-
conservació n del capital. El capitalista no debe vivir solamente de su trabajo, etc.
Condiciones de la autovalorizació n del capital. Tiempo de plustrabajo, etc. [230.] En qué
medida el capital es productivo (como creador de plustrabajo, etc.) [230-231.] Esto só lo
histó rica, transitoriamente. (l.c. [231.]) Los niggers libres en Jamaica. La riqueza autó noma
exige el trabajo esclavo o el trabajo asalariado (en ambos casos trabajo forzado). [231-232.]
a Falsos costos de producció n.
Plusvalía. Ricardo. [232-233.] Fisió cratas. [233-235.] A. Smith [234, 235-236.] Ricardo.
[236-237, 238-239.]
955 Plusvalor y fuerza productiva. Relació n en el aumento de los mismos. [237-238, 239-
244.] Resultado. [244-247.] La fuerza productiva del trabajo es fuerza productiva del
capital. [247.] En la proporció n en que disminuye el trabajo necesario, se vuelve tanto má s
difı́cil la valorizació n del capital. [244-246.] En torno al incremento del valor del capital.
[247-259.]
El trabajo no reproduce el valor del material en el que trabaja y del instrumento con el
que trabaja. Conserva el valor de los mismos, sencillamente, comportá ndose respecto a ellos
en el proceso de trabajo como ante sus condiciones objetivas. Esta fuerza vivificante y
sustentadora no le cuesta nada al capital; se presenta, antes bien, como su propia fuerza,
etc. [259-264.]
Tiempo de plustrabajo absoluto. Relativo. [264.] No es la cantidad del trabajo vivo, sino
su calidad como trabajo, lo que a la vez conserva el tiempo de trabajo ya existente en el
material, etc. [264-265.] La modificació n de forma y sustancia en el proceso de producció n
directo. [265-266.] El proceso de producció n simple implica que la etapa anterior de la
producció n es conservada por la posterior, etc. [266-267.] Conservació n del viejo valor de
uso por el nuevo trabajo, etc. [267-268.]
Proceso de producció n y proceso de valorizació n. La cantidad del trabajo objetivado se
conserva al conservarse su calidad como valores de uso para el nuevo trabajo, mediante el
contacto con el trabajo vivo. [268.] En el proceso de producció n real se elimina la
separació n del trabajo respecto de sus condiciones objetivas de existencia. Pero en este
proceso el trabajo ya está incorporado al capital, etc. Aparece como fuerza de
autoconservació n del capital. Perpetuació n del valor. [269.] El capitalista recibe gratis el
plustrabajo y la conservació n del valor del material e instrumento. [270-271.] Labour, by
adding a new value to the old one, at the same time maintains, eternizes the latter a. [271.]
Al capital no le cuesta nada la conservación de los valores en el producto. [271.]
a El trabajo, al agregar un nuevo valor al viejo, al mismo tiempo conserva, eterniza a este ú ltimo.
Mediante la apropiació n del trabajo presente, el capitalista .ya posee una asignació n
sobre el trabajo futuro, (y consecuentemente) sobre la apropiació n de é ste. [272-273.]
Bastiat y Carey. [843-848 y 640] Bastiat sobre los salarios. [849-853 y 643n].
Cuaderno IV. Confusió n entre beneficio y plusvalı́a. Cá lculo erró neo de Carey. [276-278.]
956 El capitalista, que no le paga al obrero la conservación del viejo valor, exige sin embargo
una remuneració n por el permiso, que le da, de conservar el viejo capital. [278-279.]
Grundrisse. Volumen III
960 Plusvalı́a y beneficio. Ejemplo (Malthus). [459-461.] Beneficio y plusvalı́a. Malthus. [461-
464.]
Malthus. [464-467.] (Véase cómo esto se encuentra de nuevo desde el comienzo en cuanto
a la venta de capacidad de trabajo, o en cuanto al cambio entre trabajo y capital [467-471]).
Diferencia entre trabajo y capacidad de trabajo. [471-472.] La curiosa afirmació n segú n la
cual la injerencia of capital no modificarı́a nada en el payment of labour. [472-473.]
Teorı́a de Carey sobre el abaratamiento del capital para los obreros. [473 - 476.] (Merma
de la tasa del beneficio [474 - 476 d.)
Wakefield sobre la contradicció n entre las teorı́as ric[ardianas] del salario y el valor.
[476.]
Dorman t capital. Increase of production without previous increase of capital. Bailey. [476-
478.]
Definició n del capital por Wade. Labour, mera agency del capital. Capital collective force.
Civilizació n, con mis observaciones al respecto. [479-484.] Todas las fuerzas sociales del
trabajo en cuanto fuerzas del capital. Manufactura. Industria. División del trabajo. [479-
480.] Asociació n formal de diversas ramas del trabajo, etc., por el capital. [480-484 .].
Acumulació n del capital. [484.]
Transformació n del dinero en capital. [483.] Ciencia. [483-484.] Acumulació n originaria y
concentració n [son] lo mismo. [484.] Asociació n libre y asociació n forzada. El capital,
diferente del de las formas anteriores. Rossi. [484.]
Rossi. ¿Qué es el capital? La materia prima ¿es capital? [488.] ¿Es necesario a tal efecto el
salario? [485-488.] (El approvisionnement ¿es capital? ) l.c. [488.]
Malthus. Teoría del valor y del salario. [489-493.] El capit[al] [tiene] que ver con la
proporció n, el trabajo só lo con la porció n. l.c. 12 [489.] Ver mis observaciones sobre el
plusvalor y el beneficio. Teorı́a de Ricardo. l.c. [489-490.] (12, 13. Carey contra Ricardo).
[490.] Malthus: el salario no [tiene que ver] con la proporció n. [490-491.] Teorı́a
malthusiana del valor. [491-493.]
961 El objetivo de la producción capitalista [es] el valor (dinero), no la mercancı́a, el valor de
uso, etc. Chalmers. [494-495.]
Economic cycle. Proceso de circulació n. Chalmers. [495.]
Diferencia en la return. Interrupció n del proceso productivo (o, má s bien, no coincidencia
del mismo con el proceso de trabajo). [496.] Duració n total del proceso productivo. [496.]
(Agricultura. Hodgskin. [497]). Inequal periods of production. [497.]
En. el concepto del free labourer está implícito el pauper. [497-498.] Població n y
sobrepoblació n, etc. [497-501.]
Trabajo necesario. Plustrabajo. Población excedente. Plus-capital. [502-504.]
A. Smith. El trabajo como sacrificio. (Teorı́as de Senior sobre los sacrificios del
Karl Marx
Capital fixe y capital circulant como dos clases especiales de capital. [590.] Capital fixe y
continuidad del proceso de producció n. [590-591.] Maquinaria y trabajo vivo. [591-592.] La
invenció n como actividad econó mica [591.] Contradicció n entre la base de la producció n
burguesa (medida del valor) y su propio desarrollo. Má quinas, etc. [592-594.]
Significado del desarrollo del capital fixe. [594-595.] (para el desarrollo del capital en
general). Proporció n entre la creació n de capital fixe y de capital circulant. [595.]
Disposable. time. Crearlo, destino fundamental del capital. Forma antité tica del mismo en
el capital. [595-598.]
Productividad del trabajo y producció n de capital fixe. (The Source and Remedy). [596.]
Use y consume. Econ[omist]. Durabilidad del capital fixe. [598-599.]
El ahorro efectivo-economı́a-= ahorro de tiempo de trabajo=desarrollo de la fuerza
productiva. Abolició n de la antı́tesis entre tiempo libre y tiempo de trabajo. [599-600.]
Concepció n verdadera del proceso social de producció n. [600.]
Concepció n histó rica de Owen sobre la producció n industrial (capitalista). [599, 600-
602.]
El capital y el valor de agentes naturales. [602-603.]
El volumen del capital fijo es ı́ndice del grado alcanzado por la producció n capitalista.
[603.]
Determinació n de materia prima, producto, instrumento de producció n, consumo. [603-
605.]
El dinero ¿es capital fixe o capital circulant? [604.]
Capital fixe y capital circulant con respecto al consumo individual. [604.]
Tiempo de rotació n del capital compuesto de capital fixe y capital circulant. Tiempo de
reproducció n del capital fixe. La continuidad de la producció n es absolutamente necesaria,
etc. [605-607.]
Unidad de tiempo para el trabajo, el dı́a; para el capital circulant, el añ o. Unidad del
perı́odo total má s prolongada al intervenir el capital fixe. [607-608.] Ciclo industrial. [608.]
964 Circulació n del capital fixe. [609.]
El llamado riesgo. [610.] Todas las partes del capital producen beneficio de manera
uniforme - falso. Ricardo, etc. [611.]
La misma mercancı́a, ora capital fixe, ora capital circulant. [610-611.]
Venta del capital en cuanto capital. [611-612.]
Capital fixe, el que entra como valor de uso en la circulació n. [612-613.]
Todo momento, supuesto de la producción, es a la vez su resultado. Reproducción de sus
propias condiciones. Reproducció n del capital en cuanto capital fixe y capital circulant. [613-
614.]
Capital fixe y capital circulant. Economist. Smith. El contra-valor del capital circulant se
debe producir en el añ o. No ası́ el del capital fixe. Este compromete su producció n en los
añ os futuros. [615-619.]
Frais d'entretien. [620.]
Ré dito del capital fixe y del capital circulant. [620-622.]
Trabajo libre = pauperismo latente. Eden. [623-624.]
Cuanto menor el valor del capital fixe en proporció n a su producto, tanto má s adecuado a
su fin. [625-627.]
Mó vil, inmó vil, fijo y circulante. [627-629.]
Conexió n de la circulació n y la reproducció n. [629-630.] Necesidad de la reproducció n
del valor de uso en un tiempo determinado. [630.]
El capital que rinde ganancia. Transformación de la plusvalía en beneficio. [631--632.]
Tasa del beneficio. [632.] Caı́da de la tasa del beneficio. [632-633.] Tasa del beneficio. Suma
Karl Marx
su distribució n. [716-717.]
Merivale. La dependence natural del obrero en ciertas colonias debe ser sustituida por
artificial restrictions. [718.]
Có mo la má quina, etc., economiza material. Pan. Dureau de la Mallé. [719. [
Productive consumption. Newman. [724.] Transformations of capital. Economic cycle.
(Newman). [725.]
Dr. Price. Innate power of capital. [726-7271
Proudhon. Capital y simple échange. Excedente. [727-729.]
El infinito en el proceso. Galiani. [731.]
Avances. Storch. [732.] Teoría del ahorro. Storch. [732.]
MacCulloch. Excedente. [733.] Beneficio. (ib. [733.]) Period [ical] destruct[ion] of c[apital].
Full[arton]. [733.]
Arnd. Interé s natural. [734.]
Interés y beneficio. [734-737.] [Carey] [735.] Pawning en Inglaterra. [738.]
Có mo el comerciante ocupó el lugar del maestro artesano.[739.]
Patrimonio mercantil. [739-7441
Commerce con é quivalents, imposible. Opdyke. [745.]
Principal and interest. [745.]
Dos naciones pueden intercambiar entre sı́ conforme a las leyes del beneficio, de tal
modo que ganen ambas, aunque una resulte siempre perjudicada. [755.]
969
¡Borrador del proyecto de 1859 para la redacció n del primer apartado de "El capı́tulo del capital",
capı́tulo III de la Contribución a la crítica de la economía política, sobre la base de los siete cuadernos
del manuscrito de 1857/1858.
I EL PROCESO DE PRODUCCION DEL CAPITAL
1) Transformación de dinero en capital
α) Transición
Nada se expresa, cuando se caracteriza el capital como mera suma de valores. (II [162-
163].) Atesorar dinero no es capitalizar (ibı́d. [163]). II [164-170]. VI [524-526]. VII (abajo,
capital y dinero [539]).
La circulació n y el valor de cambio resultante de la circulació n, supuestos del capital. II
[170-175, 177.]
II (capital como valor de cambio contrapuesto al trabajo como valor de uso). [177-182]
II [182-184].
Sismondi. VII (abajo [645]).
Capital comercial y capital en general. Comerciante y artesan[os] (Opdyke.) (VII [739-744,
745].)
970
β) Intercambio entre capital y capacidad de trabajo a
(II [1 85-1 86].) (II [187-188].) (II [192-200].) VI [4 9 0-4 9 1]. II [200, nota al pie.] III
[200--202]. III [213-217]. VI [565-568].
Karl Marx
La repetición de la venta por parte del obrero. (III [201].) Salario, no productivo. (III [201-
202].)
La circulación del obrero, M-D-M. (III [202-203].) Condiciones de este intercambio la no-
propiedad del obrero. (III [203].) V [388-390, 391-396].
El trabajo abstracto se contrapone al capital. (III [204, 236-237].)
Valor de cambio del trabajo. (II [213-214].) (III [228-230, 239-240].)
El consumo del valor de uso entra aquı́ en el proceso econó mico (III [217-218].) IV (El
capital genera trabajo asalariado [321-322].) IV [368-374].
Condición histórica de la relación entre trabajo asalariado y capital. V [396-397], VII [623-
624].
Capacidad de trabajo. (VI [471].)
Salario medio. (VII. En nuestro aná lisis es imprescindible suponer que sea mínimo
[702].)
Teorı́a de Carey sobre el beneficio. VI [473-4761.
Rossi. (VI Componente en especie del capital [485]. El régimen del salario ¿forma parte de
la esencia del capital? VI [566-569].)
Condiciones del intercambio. El obrero, virtualiter pauperb. VI [497-501].
Torrens. El capital, no el trabajo, determina el valor de la mercancı́a. (VII [701].)
(Confusió n de los ricardianos. Compensació n de la plusvalı́a entre los capitalistas.)
a “Kapital”; en el ms., “Ware” (“mercancı́a”).- b Virutalmente indigente
971
γ) El proceso de trabajo
(III [205-211].)
Productive consumption (VII Newman. [724].)
III [217-214, 259-271].
IV [279]. (IV [289].)
Concepto general de la plusvalía. III [227-247]. (IV [276-289].) IV [300-301]. VI [483].
Acrecentamiento de la fuerza productiva. Cantidad y calidad. IV [283-284]. VII [645-648].
Estando dados la fuerza productiva y el tiempo absoluto de trabajo, es necesario aumentar
el número de las jornadas laborales simultáneas. (IV [289-290].) (IV [302].)
Jornadas laborales simultáneas, ib. [302-304]. Població n IV [304-305].
El acrecentamiento de las fuerza productiva es idéntico al crecimiento de la parte constante
del capital para emplear, con una fuerza productiva acrecentada, el mismo número de obreros
(IV [292-298].)
Tiempo disponible. (IV [301-302].)
Combinación del trabajo. IV [373-374].
McCulloch. (VII [733].)
972
2) La plusvalía absoluta
(III [230, 248-249].)
Tiempo de trabajo absoluto y necesario. V [431-432]. VI [502-504]. (VI. Plustrabajo.
Sobrepoblación [497-504.])
Tiempo de plustrabajo. (VI. Ramsay, Wade [510])
Plustrabjao y trabajo necesario. (VII [650].) (VII [715-716].)
Senior. (VII [708-711].)
3) El plusvalor relativo
III [2139-259]. IV [298-300].)
Grundrisse. Volumen III
α) Cooperación de masas
V [427-428].
Manifestación de la ley de la apropiación en la circulación simple de mercancías.
Trastrocamiento de esta ley
(II [151-162])
(IV [360-362].) ([373].)
VII [716-717].
975
314].)
Tendencia del capital a la propagación. (IV [311].)
Tendencia civilizadora del capital. (IV [312-314].)
Contradicción entre producción y valorización. (IV [318-319]) IV [322-325].
Transformación dela mercancía en dinero. (IV [351-353].) (VI [477].)
Circulación del capital. (V [415].) (VI. Chalmers [494-495].) (VI [559-560].) VII [611-614].
Para Chalmers: Blake. VII [674], VII [725].
Proceso de producción, proceso de circulación. (V [416-427].)
Capital dormant a (VI [476-478]).
a Capital inactivo
Capital fixe. VII [590-594]. Proporció n de capital fixe y circulant en la sociedad. VII [594-
595].VII [596-597]. Potencia má s elevada que en el capital circulant, 1.c. [597-598].
977
Durabilidad del capital fixe. VII [598-599]. VII [651-653]. Dinero, capital fixe y circulant.
VII [604].
Capital fixe y c[apital] circ[ulant] con relació n al consumo individual. (VII [604].)
Rotación media del capital global (con relació n a su valorizació n). Relació n de rotació n
entre el capital fixe y circulant. Continuidad. Diferencia entre la interrupción de la
producció n en el caso del cap[ital] circ[ulant] y en el del cap[ital] fixe. El tiempo de
reproducción del cap[ital] fixe se convierte en unidad de medida del economic cycle. Fase de
reproducció n total. (VII [605-608]).
Diferente retorno del cap[ital] circ[ulant] y del cap[ital] f[ixe]. (VII [608-610].)
Capital fixe, cuyo valor de uso ingresa a la circulació n. (VII [610-613].)
Producción de capital fixe y de cap[ital] c[irculant]. (VII [613-614].)
Frais d'entretien du cap[ital] fixe a (VII [620].)
Grundrisse. Volumen III
Revenu b del cap[ital] fixe y del c[apital] circ[ulant]. (VII [620--621 [.) (Retorno de
cap[ital] f[ixe] y circ[ulant], 1.c. [621-622].)
b Ré dito
Determinación del tiempo de reproducción por el valor de uso de la mercancía (VII [6301).
978
Bastiat sobre el sistema del salario (III [229]). Sobre el beneficio, etc. (VII.[640-643].)
Agricultura (la misma, industrial. Siglo XV. VII Harrison.) [674].
Capital dinerario (III [273]).
Ricardo. Surgimiento de la plusvalı́a. Salario y beneficio, meros dividendos. (VI [452-
457].) (Wakefield contra R[icardo]. VI [476].) (Malthus contra el salario como
proporció n. VI [489-493]). VII [611].
Malthus. Teoría del valor. (VI [461-473].) (VI [489-493].)
980 El sacrificio del trabajo en Smith. Senior y el sacrificio de la abstinencia. (VI [504-508].)
Surgimiento del beneficio, segú n Smith. (VI [508-509].) En contra, Lauderdale.. VI [580.]
Surgimiento de la plusvalı́a segú n McCulloch. VI [509]. Wages a, parte del propio producto
del obrero. Id. VI [510].
Trabajo asalariado y slavery b. Steuart. VII [664-665]. Del mismo: machines c, 1.c. [665].
Karl Marx
247
NOTAS
1 Cf. TH. TOOKE. A History of Prices and of the State of the Circulation, from 1839 to 1847 inclusive.
2 vol., London 1838. Extractos en un cuaderno redactado en julio de 1845 ,en Manchester; cf. MEGA
1/6, p. 616.
2 Cf. F. BASTIAT, Harmonies économiques. 2a edició n, Parı́s 1851, p. 364, nota.
3 El 9 de febrero de 1854, Marx escribe a Engels a propó sito de Urquhart: "Su hallazgo principal
es que Rusia domina al mundo con su especı́fica superabundancia de cerebros. Para admitirlo es
preciso ser un hombre con el cerebro de Urquhart, y si no se tiene la desgracia de ser el propio
Urquhart, se deberı́a ser al menos urquhartista, es decir creer lo que cree Urquhart, en su
'metafı́sica', en su 'economı́a polı́tica', etc., etc. Es preciso haber estado en 'Oriente' o al menos haber
asimilado el 'espı́ritu' turco, etcé tera". (MEGA, 111/3, p. 6.)
4 Cf. F. BASTIAT, Harmonies économiques, cit., pp. 370-416.
5 Cf. ibídem, p. 388.
6 Vé ase nuestra nota nú mero 72 del primer volumen.
7 Marx tenı́a presente un pá rrafo de la obra de MACLEOD, The Theory and Practice of Banking,
etc., vol. I, p. 15: "Sir Josiah Child's: Dis cours upon Trade (1698), a plan for Powering Interest by
Law".
8 Cf. TH. TOOKE, A History of Prices, cit., p. 226 nota.
9 Encontramos el siguiente resumen en la pá gina 64 del cuaderno VII de los Grundrisse:
Máquinas que sirven para pesar oro
La má quina del Sr. Cotton es la má s precisa de las construidas hasta ahora para pesar las piezas
de moneda de oro. En las relaciones entre el Banco de Inglaterra y el pú blico, el pesaje de las piezas
de oro fue siempre un proceso penoso y delicado, mientras que entre Banco y Moneda el trabajo no
exige tanta minuciosidad. Mientras que los doscientos primeros soberanos se pesan con exactitud, el
resto se pesa por grupo de doscientos. A los funcionarios de la Moneda se les permite una diferencia
de 12 gramos para unos 50 soberanos. De hecho, trabajan con la mitad de este margen de error.
Cuando los grupos de 200 soberanos son correctos dentro de los lı́mites prescritos, basta con este
pesaje aproximado.
Por el contrario, en las relaciones entre el Banco y el pú blico, las cosas deben ser tratadas hasta
en sus má s mı́nimos detalles. Cuando un soberano es de poco peso, al Sr. Smith no le contenta el
saber que el del Sr. Brown es de un peso correcto, mientras que el del Sr. Jones tiene exceso de peso,
aunque para el Banco sea correcto en lo que concierne al conjunto de las piezas. Todos piden que su
soberano sea de un peso regular. Incluso si la diferencia que existe es solamente de 1/100 de gramo
entre dos piezas, se exige que la má quina lo señ ale. Generalmente cada dı́a pasan por el Banco
30.000 soberanos. Cada má quina puede pesar 6.000 en seis horas. Por consiguiente, el Banco
dispone de seis má quinas. Por lo tanto, puede pesar todo cuanto emite por medio de sus propias
má quinas, e incluso dispone de un amplio margen de reserva.
De 1844 a 1848 las má quinas del Banco pesaron 48 millones de piezas de oro. Economizan 1.000
libras esterlinas, invertidas anteriormente en salarios correspondientes a quienes realizaban el
,pesaje. Un niñ o podrı́a manipular esta má quina, dado que ella misma es quien clasifica y coloca a un
lado los soberanos de peso normal, y al otro, los menos pesados. Anteriormente, el margen de error
(lo que los astró nomos califican de ecuació n personal ) variaba con cada persona empleada.
Un experto podrı́a pesar alrededor de 700 soberanos en una hora utilizando la antigua balanza.
Grundrisse. Volumen III
Pero la corriente de aire que se producı́a al abrirse la puerta, la respiració n de las personas
pró ximas al aparato, el cansancio que sufrı́an las manos y la vista del empleado del pesaje, todo ello
provocaba pequeñ os errores (pá ginas 19-21). Cfr. Dodd's Curiosities of Industry, etc., Londres, 1854
(má quinas para calcular y registrar).
Curiosidades sobre la moneda. Cuando las sociedades sobrepasan el estadio del simple trueque, la
sustancia de igual valor para el vendedor y para el comprador se convierte en moneda. Una de las
primeras fue el ganado. Pero es evidente que esta moneda no podı́a servir para pequeñ as
transacciones, dado que para el comprador serı́a bastante dificultoso dar un buey a cambio.
Corrientemente en la India se utilizaron conchas, ası́ como en las islas ı́ndicas y en Aá frica. Los cauris
de las Indias valen alrededor de 32 de nuestros farthings. Las nueces de coco, almendras y el maı́z,
sirvieron como moneda. En los paı́ses cazadores, Islandia, Terranova, las pieles, la sal y el pescado
seco sirvieron como moneda; el azú car, en las Indias Occidentales, sirvió como tal durante un
perı́odo. Cfr. DODD, The Curiosities of Industry and the Applied Sciences, Londres, 1854, cap.: Gold: In
the Mine, the Mint, and the Workshop , p. 14.
El oro posee una gran solidez y densidad, es indivisible o descomponible en má ximo grado. Se ve
muy poco afectado por el aire, la humedad o el uso ordinario, etc. Su abastecimiento es muy
limitado.
Las piezas de oro se gastan por el rozamiento a que constantemente son sometidas. No se puede
decir a dó nde van las partes gastadas... Un panadero que hoy recibe un soberano y mañ ana lo
entrega al molinero, no paga con el mismo soberano. Segú n Jacob, cada pieza de oro sufre en
Inglaterra un desgaste de 1/900 al añ o debido al rozamiento, es decir, un poco menos de un farthing
por libra. Las piezas de plata sufren una pé rdida estimada como cinco o seis veces superior, dado
que la circulació n de la plata es mucho má s intensa que la del oro, y que dicho metal es menos
resistente al rozamiento (p. 17).
10 Marx criticó en el manuscrito de los Grundrisse la concepció n del valor invariable del dinero
en SAMUEL BAILEY, Money and its Vicissitudes in Value, London 1837, p. 11.
11 Cf. K. MARX, Contribución a la crítica de la economía política, Buenos Aires, ed. Estudio, 1970,
p. 134, nota 22: "Aristóteles en el capı́tulo IX, libro I, de la Política expone los dos movimientos de la
circulació n M— D— MyD—M—D en su oposició n bajo los nombres de 'econó mica' y 'crematı́stica'.
Ambas formas fueron contrapuestas por los trá gicos griegos, sobre todo por Eurı́pides, como διχη
(justicia) y χεδροζ (ganancia)". No hemos encontrado las referencias exactas.
12 Cf. JENOFONTE, De Reditibus, sive Vectigalibus Civitatis Atheniensis Augendis, Caput IV in:
Xenophontis Opusvula Equestria et Venatica, etc., Lipsiae 1815. Tomus Sextus. La cita de Jenofonte se
encuentra igualmente en la Contribución a la crítica de la economía política, cit., p. 134
13 Cf. EDWARD MISSELDEN, Free Trade, or the Mean es to make Trade Florish, etc. London 1622.
14 Cf. JAMES STEUART, An Inquiry into the Principles of Political Economy, being an Essay on the
Science of Domestic Policy in Free Nations, Dublin 1770, vol. I, p. 327. Vé ase Contribución a la crítica
de la economía política, cit., p. 49, nota 34.
15 Cf. TH. TOOKE, A History of Prices, etc., p. 226 nota.
16 Cf. M. GEORGE KORNER, Eine philologisch—historische Abhandlung von dem Alterthume des
bólimischen Bergwerks, Schneeberg 1758. Marx lo cita de Government School of Mines and Science
Applied to the Arts, Lectures on Gold, etc., London 1852.
17. Cf. J. W. BOSANQUET, Metallic, Paper and Credit Currency and the means of regulating their
value, London 1842, P. 100.
18 Son dos citas de Th. Tooke; la primera de An Inquiry into the Currency Principle, II ed., London
1844, p. 10; la segunda de A History of Prices, cit., pp. 224-225.
19 Cf. JOHN FULLARTON, On the Regulation of Currencies, London 1844, pp. 125-126. Marx utiliza
la edició n de 1845, donde los lugares correspondientes se encuentran en pp. 132-133.
20 Cf. J. F. BRAY, Labour's Wrongs and Labour's Remedy; or, the Age of Might and the Age of Right,
Leeds—Manchester 1839, pp. 140-141.
21 Cf. E. MISSELDEN, Free Trade, cit., p. 21.
22 Cf. J. SEMPERE y GUARINOS, Considérations sur les causes de la grandeur et de la dècadence de
la monarchie espagnole, Paris 1826, 275-276.
23 Cf. Voyages de Franpois Bernier, docteur en médecine de la faculté de Montpellier, contenant la
Karl Marx
description des états du Grand Mogol, de l'Indoustan, du Royaume de Cachemire, etc., Paris 1830,
Tome premier, p. 314.
24 Cf. WILLIAM PETTY, Several Essays in Political Arithmetick, London 1699, pp. 178-179.
25 Cf. WILLIAM PETTY, A Treatise of Taxes and Contributions, London 1667, p. 47.
26 Cf. MISSELDEN, Free Trade, cit., pp. 7, 11-13, 23, 19, 20.
27 Cf. MARTIN LUTHER, Bücher vom Kaufhandel und Wucher, 1524. La segunda parte de esta cita
se encuentra en Contribución a la crítica, etc. Igualmente encontramos la mayorı́a de los autores aquı́
citados en el capı́tulo II dedicado al estudio del dinero.
28 Cf. PIERRE LE PESANT DE BOISGUILLEBERT, Le détail de la France, la cause de la diminution
de ses biens et la facilité du reméde; en fournissant en un mois tout l'argent dont le roi a besoin et
enrichissant tout le Monde, en Économistes Financiers du XVIIIe siécle, par M. Eugé ne Daire, Paris
1843, vol. I, p. 178.
29 Cf. P. LE P. DE BOISGUILLEBERT, Dissertation sur la Nature des Richesses, de l'Argent et des
Tributs, ou l'on découvre la fausse idée qui régne dans le monde á l'égard de ces trois articles, en
Économistes Financiers, cit., p. 403.
30 Cf. Histoire Naturelle du Pline, traduite en Frangais avec le Texte Latı́n ré tabli d'apré s les
meilleurs lecons manuscrites, 12 vol., Paris 1771-1782, Tome X (1778), pp. 572-573.
31 Cf. GEMINIANO MONTANARI, Della Moneta, Trattato mercantile, en Scrittori classici italiani di
economía politica, Parte antica, Tomo III, Milano 1804, p. 40.
32 Athenaei deipnosophistae libri XV cum rerum et scriptorum indicibus, Editio stereotypa,
Tomus Primus, Leipzig 1834. Marx cita la edició n de Schweighá user, 1802, Tomus secundus.
33 DEMETRIUS PHALEREUS, vé ase ATHENAUS cit.
34 Edició n citada en nota 30.
35 Cf. SOFOCLES, Antígona. versos 295 a 301.
36 Cf. SHAKESPEARE, Timón de Atenas, acto IV, escena III. En la edició n de las Obras Completas
editadas por Aguilar (Madrid, 1951), puede leerse otra versió n en p. 1720.
37 Cf. Government School of Mines and Science Applied to the Arts. Lectures on Gold, etc., London
1852. Esta cita ya se encuentra en el primer volumen de los Grundrisse.
38 Cf. FERDINANDO GALIANI, Della moneta, en Scrittori classici ita‑ liani di economia politica,
Parte moderna, Tomo III, Milano, 1803.
39 Cf. GEORGE OPDYKE, A Treatise on Political Economy, New York 1851, p. 267.
40 Cf. HENRI STORCH. Cours d'Économie Politique, ou Exposition des Príncipes qui déterminent la
prosperité des nations, Paris 1823, 4 vol., Tome II, pp. 113-114.
41 Cf. PETER MARTYR, De Orbe novo, citado por Marx de la obra de H. WILLIAM PRESCOTT,
History of the Conquest of Mexico, London 1850, vol. I, p. 123.
42 Cf. JAKOB GRIMM, Geschichte der deutschen Sprache, Erster Band, Leipzig 1848, pp. 13-14.
Marx utiliza la segunda edició n de 1853.
43 Cf. ARI§TOTELES, Ethica Nicomachea, en Aristotelis Opera ex recensione I. Bekkeri, 1837,
Tomus IX, 1. V, cap. 8, 14.
44 Cf. Strabonis Rerum Geographicarum libri XVII, Lipsiae 1829, Tomus primus. Marx cita de
DUREAU DE LA MALLE, Economie politique des Romains, Paris 1840, t. I, p. 61.
45 Marx cometió aquı́ un error en la indicació n dé las pá ginas y de las fuentes. El lugar citado se
encuentra en A. CHERBULIEZ, Richesse ou pauvreté, Exposition des causes et des effects de la
distribution actuelle des richesses sociales, Paris 1841, p. 80, y en Riche ou pauvre, Exposition succinte
des causes et des effets de la distribution actuelle des richesses sociales, Paris—Gené ve 1840, p. 105.
46 Para Cherbuliez vé ase la nota anterior. Para Adam Smith, vé ase An Inquiry into the Nature and
Causes of the Wealth of Nations, London 1843, vol. I, pp. 100-101. Marx utiliza la edició n de 1835-
1839.
47 Cf. JAMES STEUART, An Inquiry into the Principies of Political Economy, cit., vol. I, p. 367.
48 Cf. H. C. CAREY, Slavery at home and abroad, Philadelphia [[? [[, 1853. Este tı́tulo se encuentra
en una carta de Marx a Engels del 14 de junio de 1853. Aparentemente este libro es idé ntico al
siguiente: The Slave Trade, Domestic and Foreign: why it exists and how it may be extinguished,
London 1853.
49 Cf. Contribución a la crítica de la economía política, cit., p. 112, nota 53: "PLATON, De Republica,
Grundrisse. Volumen III
Libro II, 'la moneda es un símbolo del cambio' (Opera Omnia, ed. G. Stallbumius, Londres 1850, p.
304). Plató n estudia el dinero solamente en sus dos definiciones de medida de valor y de signo de
valor, pero ademá s del signo de valor asignado a la circulació n interna, reclama otro para las
relaciones con Grecia y con el exterior. (Cf. tambié n el V libro de sus Leyes)".
50 Cf. Aristotelis Opera ex recensioni I. Bekkeri, Tomus X, De Republica libri VIII et Oeconomica, I, I,
caps. IX-X, pp. 13-17.
51 Cf. P. LE P. DE BOISGUILLEBERT, Dissertation sur la Nature des Richesses, de l'Argent et des
Tributs, etc., en Économistes Financiers du XVIIIe siécle cit., p. 399.
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Grundrisse. Volumen III
Cherbuliez, Antoine Elisée, I/ 240, 244, 248; II/ 24, Horner, Leonhard. I/ 278
28, 155, 164, 203 Hubbard, John Gellibrand. I/ 130; II/ 448, 456
Chevalier, Michel. I/ 48 Hü llmann, Karl Dietrich. II/ 402, 404, 405
Chevé, Charles-François, II/ 412 Humboldt, Alexander von. I/ 112, 115
Child, Sir Josiah. II/ 420, 428 Hume, David. II/ 321, 428, 450
Dalrymple, John Hamilton Maggil, II/ 402 Isabel de Inglatera. II/ 266, 326, 329, 330, 351
D'Anghierra, Pietro ,Martire. ( Véase Pedro Mártir) Jacobo I de Inglaterra. II/ 437
Darimon, Alfred. I/ 37, 38, 40-43, 46-50, 57, 58; Jacab, William. I/ 111, 113-115, 126, 130, 166; II/
II/355 445, 449, 450
D'Avenarit, Charles. II/ 449 Jenofonte. I/ 98, 114, 116-118
Duilio, M. II/ 401 Jorge III de Inglaterra. II/ 441
Dureau de la Malle, Adolphe Jules Cé sar Auguste. I/ Justiniano I. II/ 402
111-113, 115; II/ 398, 399 Laing, Samuel (h.). II/ 387
Eden, Sir Frederick Morton, II/ 263, 264, 334 Lauderdale, (James Maitland). I/ 152, 206, 338; II/
Eduardo VI de Inglaterra. II/ 266, 326, 327 200, 212-214, 216, 224-226, 410, 450
Enrique VII de Inglaterra. I/ 470; II/ 264, 265, 307 Letronne Antoine Jean. I/ 111
Enrique VIII de Inglaterra. I/ 470; II/ 265, 266, 428, Linguet, Simon Nicolas Henri. I/ 232
437 Liverpool, Lord (Robert Banks Jenkinson). II/ 441
Epicuro. II/ 433 Locke, John. II/ 212, 321, 351-354, 428, 450
Eschwege, Wilhelm Ludwig von. II/ 397 Lombe, Sir John. I/ 327, 328
Estrabó n. I/ 112, 114 Lowndes, William. II/ 351, 352, 354
Ethelstan. I/ 477 Loyd, Samuel Jones. (Véase tambié n Overstone). II/
Euclides. I/ 114, 116 321
Fairbairn, Sir Peter. II/ 376 Lucrecio (Tito Lucrecio Caro). I/ 113, 115
Federico II de Sicilia. II/ 403, 406 Luis XIV. II/ 449 Luis XV. tt/ 449
Felipe II de Españ a. II/ 397 Luis XVI. II/ 449
Ferrier, Francois Louis Auguste. Mackinnon, William Alexander. II/ 334
I/ 150; II/ 105 Maclaren, James. II/ 461
Fourier, Francois Marie Charles. II/ 120, 236 Maitland, James. (Véase Lauderdale)
Fullarton, John. II/ 284, 418, 421, 440, 449, 452-454, Malthus, Thomas Robert. I/ 163, 246, 268, 299, 353,
457, 458, 460-462 365, 374; II/ 28, 35, 51, 58, 60, 62-66, 68-72, 74-
Galba, Servio Sulpicio. II/ 398 77, 98, 100-104, 112-115, 125, 202, 208, 249,
Galiani, Ferdinando. II/ 411, 415, 417 286, 382, 394, 414, 420
Gallatin, Albert Abraham Alphonse. II/ 84 Martı́n V, Papa. II/ 405
Ganilh, Charles. I/ 177, 198; II/ 428 McCulloch, John Ramsay. I/ 364; II/ 50, 118, 125,
Garnier, Germain. I/ 113, 118, 124; II/ 119, 359, 360, 210, 329, 388, 411, 415, 418-420
459 Menenio Agripa. I/ 90
Gaskell, Peter. II/ 89, 387, 393 Merivale, Herman. II/ 396-398
Genucio, Lucio. II/ 401 Mill, James. I/ 125, 364, 377; II/ 445-449
Gemini. (Véase Attwood, Harlow, Wright) MilI, John Stuart. I/ 6, 7; II/ 126, 146, 155, 157, 294,
Gilbert, James William. II/ 436 396, 428, 441
Girardin, Emile de. I/ 57 Mirabeau, marqué s de (Vı́ctor de Riqueti). I/ 271
Gouge, William M. II/ 325 Misselden, Edward. I/ 164, 168
Gray, John. I/ 61; II/ 355, 356, 406, 442, 443 Montanari, Geminiano. II/ 324
Grimm, Jakob Ludwig Karl. I/ 59 Montesquieu, baró n de (Charles de
Guillermo I de Inglaterra. I/ 349 Secondat). II/ 321, 450
Guillermo III de Inglaterra. II/ 366 Morrison, William Hampson. II/ 440, 441, 460
Harlow, John. (Vé ase Anónimos en el Indice Mü ller, Adam Heinrich. I/ 477; II/ 362, 363, 375
Bibliográfico) Harrison, William. II/ 334 Neró n, Lucio Domicio. II/ 400
Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. I/ 21, 23, 62, 102; II/ Newman, Samuel Phillips. II/ 406, 409
262 Newman, Francis William. II/ 418
Herodoto. I/ 111-113, 115 Niebuhr, Barthold Georg. I/ 438, 463; II/ 401
Hesı́odo. I/ 113, 115, 126 Opdyke, George. II/ 417, 437
Hobhouse, John Cam. II/ 386, 387 Overstone, Lord (Samuel Jones Loyd). t/ 407; II/ 463
Hodges, John Frederick. II/ 241 Owen, Robert. II/ 235, 237, 239, 307
Hodgskin, Thomas. I/ 369, 370; II/ 108, 109, 375 Parisot, Jacques Theodore. II/ 445
Homero. I/ 102, 113, 115, 126; II/ 340 Parma, duque de. II/ 328.
Honorio, Flavio. I/ 116, 118 Parrnentier, Antoine Augustin. II/ 399
Hopkins, Thomas. II/ 387, 388 Paterson, William. II/ 428
Grundrisse. Volumen III
Pedro I de Rusia. II/ 17, 420 Storch, Heinrich Friedrich. I/ 14, 125, 163, 172, 173,
Peel, Sir Robert. II/ 354 211, 214, 365; II/ 28, 35, 41, 149, 151, 155, 165,
Pereire, Isaac. I/ 43 189, 191, 193, 194, 202, 261, 365, 415, 418, 419,
Perseo. II/ 399 442
Pedro Má rtir. (Véase D'Anghierra). II/ 397 Symons, Jelinger Cookson. II/ 387, 390
Petty, Sir William.I/ 98, 167; II/ 162, 194 Taylor, James. I/ 1 52
Pirro II de Epiro. II/ 357, 359 Pitt, William. I/ 321; ti/ Teodosio II. I/ 116
410, 411 Thompson, William. II/ 28, 36
Plinio, Cayo P. Segundo, eI Viejo. I/ 113; II/ 357 Thompson, Benjamin. II/ 314
Poppe, Johann Heinrich Moritz von. II/ 429 Thornton, Henry. II/ 371
Prescott, William Hickling. II/ 396, 397 Tooke, Thomas. II/ 321, 457, 461, 462
Prevost, Guillaume. II/ 419 Torrens, Robert. II/ 93, 296, 321, 372-374
Price, Richard. I/ 321; II/ 291, 410, 411 Townsend, Joseph. II/ 411, 414
Proudhon, Pierre-Joseph. I/ 4, 29, 46, 53, 60-62, 102, Trajano, Marco Ulpio Crinito. II/ 402
177, 187, 204, 205, 208, 244, 250, 252, 259, 260, Tuckett, John Debell. II/ 326, 329, 334, 429
333, 365, 377-379, 381, 389, 390, 397, 448; II/ Ure, Andrew. II/ 216
120, 155, 156, 163, 289, 411-414 Urquhart, David. II/ 343, 344, 417, 441
Quincey, Thomas de. II/ 42, 46-48, 50, 51, 155, 157, Varró n. II/ 398
243 Vidal, Frangois. II/ 450
Ramsay, Sir George. I/ 251, 256; II/ 39, 42-44, 47, Wade, John. II/ 86, 125, 126, 147
125, 126, 155, 158, 159, 182, 277, 286, 445 Wakefield, Edward Gibbon. I/ 216, 220, 366; II/ 42,
Ravenstone, Piercy. t/ 173, 349; II/ 71, 215, 224 56, 58, 81, 118, 124, 277, 288, 318
R ei t e m ei e r , Johann Friedrich. I/ 114 Weitling, Wilhelm. II/ 60
Ricardo, David. I/ 3, 16, 17, 49, 191, 208, 244, 249, Wilson, James. II/ 321, 428, 461, 462
250, 251, 257, 261, 268, 269, 272, 273, 275, 285, Wright, Thomas Barber. (Vé ase Anónimos en el Indice
289, 292-299, 303, 312, 333, 335, 362, 363, 365, Bibliográfico)
366, 389, 410; II/ 42, 44-47, 50-54, 81, 98-101,
114, 115, 134, 155, 161, 163, 168, 209, 211, 243,
249, 277, 285-291, 321, 333, 354, 420, 423, 449,
450, 455, 456, 462, 463
Rossi, Pellegrino Luigi Edoardo. II/ 92, 93, 95-97, 198
Rothschild, Lionel Nathan. I/ 166
Rousseau, Jean-Jacques. I/ 3
Runford, conde de. (Véase Benjamı́n Thompson)
Santiago el Mayor. I/ 187
Say, Jean Baptiste. I/ 14, 181, 190, 201, 208, 244, 250,
378; n/ 155, 157, 161, 165, 200, 212, 272, 364,
365, 381, 406, 415, 419
Say, Louis Auguste. I/ 150
Sempere y Guarinos, Juan. II/ 397
Senior, Nassau William. I/ 122, 172, 214, 245; II/ 118,
120, 359, 380, 383-386
Servio. I/ 116; II/ 357
Shakespeare, William. I/ 31, 32, 90
Sila, Lucio Cornelio Fé lix. II/ 400
Sismondi, Jean Charles Leonard Simonde de. I/ 126,
152, 201, 248-250, 363, 365; II/ 24, 28, 155, 164,
198, 212, 293-295, 386, 435, 445
Smith, Adam. I/ 3, 6, 25, 83, 95, 97, 99, 150, 151, 206,
214, 245, 268, 270-272, 366, 432, 470; II/ 44, 45,
53, 108, 118-120, 122-124, 132, 200, 202, 212,
213, 242, 254, 255, 261, 262, 269, 271, 277, 285,
286, 288, 318, 320, 365, 372, 415, 419, 431, 432,
441, 461, 462
Solly, E. I/ 151
Spinoza, Baruch (Benedictus de). I/ 10
Steuart, Sir James. I/ 4, 97, 130, 139, 162, 218, 429;
II/ 318322, 338, 339, 341, 343, 344, 350, 352,
434, 450
Karl Marx
INDICE DE MATERIAS
Nota: estas referensicas de páginas, se refieren al documento original, y no a este ebook.
Abstracción
de la producció n en general, I, 5
sentido de la, I, 5
de las relaciones burguesas como leyes naturales inmutables, I, 7
de la relació n real entre producció n y distribució n, I, 7
la humanidad in abstracto, I, 14
de la població n si dejo de lado las clases, I, 21
de las clases sin trabajo asalariado, capital, etc., I, 21
relaciones generales abstractas determinantes, I, 21, 29
mé todo que consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto, I, 22
valor de cambio como relació n unilateral y abstracta de un todo concreto, I, 22
pensamiento abstracto, I, 33
trabajo como abstracció n simple, I, 24, 26, 236, 237
universalidad abstracta del trabajo, I, 25, 236, 237
má s generales surgen donde existe el desarrollo concreto má s rico, I, 25, 186
del trabajo en general, I, 25, 236, 237
forma abstracta del capital, I, 29, 236, 237, 409
el promedio como abstracció n extrı́nseca, I, 61
del valor de cambio de las mercancı́as, I, 67, 68, 237
relaciones materiales de producció n como, I, 92
del dinero, I, 160, 169, 237
en la ciencia, I, 186
valor de uso como un caos abstracto, I, 209
circulació n como, I, 237
proceso de trabajo como, I, 245
acumulación
desarrollo de la, I, 6; II, 123
de metales preciosos en bancos, I, 43, 166
de dinero, I, 60, 91, 138, 152, 161, 165, 169, 193, 230, 231, 290, 314, 466
y necesidades, I, 91
de riqueza, I, 166, 169
de oro (y plata), I, 153, 165, 166, 168, 169, 173
de mercancIı́as, I, 166, 169
del capital, I, 169, 203, 230, 260, 261, 286, 314 (véase en: Capital, mulació n de)
y relaciones sociales, I, 1 69, 203
y comercio, I, 169
originaria, I, 260, 390, 430, 433; II, 70, 71, 86, 89, 123
de valores de uso, I, 289
de valores de cambio, I, 289
de las condiciones materiales del trabajo, I, 314, 469, 470; II,123
de los tı́tulos de propiedad sobre el trabajo, I, 314
a travé s del cambio, I, 466
Grundrisse. Volumen III
Alemania
conquistas germá nicas, I, 18
formas germá nicas de propiedad, I, 439
dinero en, II, 403
América
del Sur, I, 19
relació n de valor entre oro y plata en, I, 112
descubrimiento de, I, 118; II, 356
desarrollo capitalista en, I, 220; II, 78
propiedad de la tierra, I, 451; II, 78
plantaciones en, I, 476 acumulació n en, II, 78
Antigüedad (véase mundo antiguo) relaciones de cará cter antiguo, I, 86; II, 318
importancia del cambio entre comunidades, I, 86
precio del cobre en la, I, 118
cooperació n forzada en la, II, 18
concepto de valor en la, II, 315
trabajo y necesidades en la, II, 318
apariencia
puramente esté tica de las robı́n-sonadas, I, 3
del individuo como punto de partida de la historia, I, 3, 4 de medio para el logro de fines
privados, I, 4
de necesidad exterior, I, 4
del capital como relació n universal y eterna, I, 5
de la distribució n como ley social que precede a la producció n, I, 16
de igualdad y libertad en la sociedad burguesa, I, 186, 187
de existencia del mercado mundial, I, 87
de igualació n e independencia de los individuos en el sistema de cambio desarrollado, I,
91
de las condiciones de existencia de los individuos como condiciones de la naturaleza, I,
91
de tratar de cambiar la mercancı́a por oro y plata, I, 144
de realizació n del precio, I, 145, 146
del ser de la circulació n, I, 194
de igualdad en el cambio entre obreros y capitalistas, I, 226, 472, 478; II, 99, 101, 196
necesaria, I, 472
apropiación
toda producció n es, I, 7, 8, 196, 455
y enajenació n, I, 130, 131 general, I, 131
ley de, I, 169, 420
de la riqueza, I, 169
del producto del trabajo, I, 174 y propiedad, I, 174, 444, 453, 454, 455, 462
a travé s del trabajo, I, 196, 241, 310, 436, 478; II, 196,217, 227, 228, 232
del trabajo por el capital, I, 216, 241, 247, 248, 310, 311, 313, 417, 418, 421, 459, 472,
477, 478; II, 44, 46, 47, 93, 99, 145-146, 196, 217, 223, 226, 227, 228, 232, 233,
395
Grundrisse. Volumen III
atesoramiento
de dinero, I, 60, 91, 138, 152, 161, 165, 169, 185, 193; II, 26, 418
de oro (y plata), I, 153, 165, 166, 168, 169
y acumulació n del capital, I, 169, 421, 472
Australia
descubrimiento de, I, 118 polı́tica de tierras aplicada en
Australia por el gobierno inglé s, I, 220
desarrollo capitalista en Australia y Amé rica, I, 220
banco
de Francia, I, 37, 42, 44, 47, 57, 78
billetes de, I, 37, 41, 44, 55, 56, 60, 61, 80
de Inglaterra, I, 43, 48, 54, 55, 56, 80
desvalorizació n de tı́tulos de, I, 44
como comprador universal, I, 81
como vendedor universal, I, 81
como productor universal, I, 83
bancos
operaciones, I, 37, 43, 44; II, 127
reserva metá lica de los, I, 38, 40, 41, 48, 49, 166
depó sitos en, I, 41, 78
y cré ditos, I, 46, 48
monopolio del cré dito por los, I, 47, 48
banqueros privados, I, 48
comerciales, I, 56
monopolistas, I, 57
emisió n de bonos horarios por los, I, 80, 81, 82
acumulació n, atesoramiento en, I, 43, 166
y mercado de pré stamos, I, 222
funcionamiento del capital y, I, 127
beneficio
su origen, I, 398; II, 123, 212, 213, 214, 249, 279, 295, 300, 383
y plusvalı́a, I, 318, 322-333, 336, 379, 383, 386, 387 (véase plusvalı́a)
capital y, (véase capital)
como forma del aumento del capital, I, 212; II, 60-62, 78, 79, 278, 279
concepto, definició n de, II, 287, 295, 298, 304, 423
propiedad de la tierra como traba para el, I, 221
participació n de los obreros en los, I, 231; II, 47, 291-293
tasa de, I, 286, 287, 289, 294, 318-323, 327, 332, 336, 379, 391, 392; II, 7, 49, 58, 65, 71,
79, 80, 89, 99, 100, 124, 128, 277-279, 285, 289-291, 297-298, 300, 304, 330, 387
tasa de, y volumen del capital, I, 287, 291, 320-332, 379, 386, 392; II, 60-62, 79, 80, 89,
124, 128, 278-281, 285, 286, 297, 298, 300
caı́da de la tasa de, II, 279-293, 299, 387
salario y, (véase salario)
y costo de producció n, I, 299, 312, 387, 391, 392, 397; II, 47, 48, 60-62, 248-249, 390-
Grundrisse. Volumen III
392
como plusvalor, I, 304, 320-332, 336, 383, 386, 387; II, 14, 60-62, 98-100, 214, 278-
280, 297, 298
su inclusió n en el precio de las mercancı́as, I, 379, 382, 383, 391, 392; II, 47, 55, 155,
156, 295
cá lculo del beneficio por el capitalista, I, 387, 391; II, 58-66, 76, 77,155,390-392
su transferencia a otros capitalistas, I, 391, 393, 397
tasa general de beneficio y competencia, I, 392, 393; II, 49, 62, 285, 286, 297
tasa general de, I, 379, 391-393; II, 49, 175, 300, 373
tasa general de, y plustrabajo, I, 392, 393; II, 61, 298, 300
nivelació n de las tasas de, II, 189, 190, 208, 286, 300
proporció n entre desembolsos y, I, 394; II, 49, 59-62, 98, 295
como forma de distribució n, II, 294-296, 333, 335, 423
su transferencia al consumidor, I, 396, 397
realizació n del, I, 399; II, 128, 249, 427
condiciones de su obtenció n, II, 20, 71, 123, 124, 279, 293, 296, 300, 332, 333
y trabajo necesario, II, 22, 71, 76, 77
y tasa de interé s, II, 1 28, 155, 296, 332, 333, 335, 423, 424, 428, 437
real, II, 208
plus, II, 214
industrial, II, 424
y cambio, (véase cambio)
billetes de banco
circulació n de, I, 37, 41, 55, 56
y asignaciones sobre el oro y la plata, I, 44, 60, 61
convertibilidad de los, I, 55, 56, 61
depreciació n de los, I, 55, 61
emisió n de, I, 56
valor de los, I, 60
su cambio por oro, I, 80
Bizancio
patrimonio-dinero en, I, 468
disolució n de las viejas relaciones de propiedad en, I, 468
bono
horario que representa la hora de trabajo, I, 60, 61, 63, 178
convertibilidad del bono horario, I, 61, 81
horario, crı́tica de la eliminació n de la diferencia entre precio y valor, I, 63, 64, 81
su diferencia con el dinero, I, 64, 65, 80, 81, 82, 178
horario, I, 60, 61, 63, 64, 65, 79, 80, 81, 86, 178
cambio de mercancı́as por bonos-horario, I, 81
horario, que representa el valor de cambio, I, 81, 82, 86, 87
circulació n del bono horario, I, 81
bancario, I, 81
valor del bono horario, I, 81, 82
bronce
Karl Marx
relaciones de, I, 68, 71, 93, 177, 180, 181, 209, 425, 426
de mercancía por dinero, I, 73, 76, 80, 81, 93, 99, 127, 131, 132, 135, 144-147,
171,190,192,193,199-201, 214, Z16, 225, 289,354; II,26, 143,144,151-
153,259,430, 445
de dinero por mercancía, 3, 73, 76, 81, 87, 127, 131, 132, 135, 146, 171, 190, 192, 193,
199-201, 214, 216, 225, 248, 289, 290, 354; II, 26, 143, 144, 151-153, 259, 430,
445
de mercancía por oro o plata, I, 144-146; II, 338-340
su necesidad, I, 71, 83, 134 necesidades del, I, 94, 150
escisión del cambio en compra y venta, I, 73, 74, 127, 130, 134, 1 84; II, 193, 427, 430
separación entre cambio y productores, I, 74.
entre capa mercantil y consumidores, I, 75, 372; II, 193
entre producto y dinero, I, 76, 253, 364; II, 187, 337-341
entre oro y billetes de banco, I, 80
y competencia, I, 179
entre. tiempo de trabajo y mercancía, I, 96, 99
y valor, I, 377, 431; 143-145
entre trabajo y mercancía, I, 82, 213, 226
de metales, I, 94
de valores de cambio, I, 100, 127, 198
y valor de cambio, I, 105, 130, 140, 1 98, 163, 363, 472; II, 137, 270, 464, 465
sistema de actos de, I, 120; II, 143, 144,151, 271
relación de igualdad en el, I, 179, 426; II, 143, 144, 196
medio de cambio universal, I, 133-135, 138, 161
medio de cambio inmediato, I, 134, 135
capacidad de, I, 134, 135
y etapa mercantil, I, 134; II, 91, 191, 193
simple, I, 177, 213, 216, 224, 232, 263, 295, 359, 375, 377; II, 294
de individuos, I, 179
y valor de uso, I, 377; II, 464, 465
sujetos del, I, 180, 186, 373, 374; II, 80, 135, 136, 193
objetos del, o equivalentes, I, 180, 377; II, 337-341
acto de, I, 180, 225, 335; II, 88, 135, 136, 143
indiferencia de los sujetos en el, I, 180, 184
relación de libertad en el, I, 181-183, 426; II, 196
de capital por capacidad de trabajo, I, 334, 408, 417, 418; II, 8, 54, 75, 100, 110, 116,
117, 195, 196, 200, 263, 301
de capital por capital, I, 204, 375, 403: II, 38, 42
de capital por renta, I, 204
de servicios por dinero, I, 213, 214, 428-431; II, 145, 146
entre capital y trabajo, I, 215, 216, 225, 228, 231, 235, 238, 243-245, 247-249, 263, 279,
286, 287, 300, 320, 342, 350, 353, 373, 378, 392, 398, 400, 408, 413, 416, 417,
431, 472; II, 3, 38, 53, 54, 58, 70, 88, 91, 95-97, 100, 110, 143, 240, 263, 380, 381
de trabajo por dinero, I, 152, 216, 224-226, 232, 240, 245, 247, 248, 263, 287, 357, 358,
433, 469; II, 16
de capital por mercancías, I, 344, 375, 400, 408; II, 91, 152, 273
de dinero por condiciones de producción, II,3, 38, 44, 131, 259, 272, 273
y plusvalía, I, 251, 378, 400, 416; II, 55, 143
del obrero con el capitalista, I, 224-228, 233, 238, 240, 276, 311, 378, 398; II, 55, 66-70,
Karl Marx
y trabajo, I, 193, 196, 198, 206, 207, 215-217, 224, 230-232, 234-260, 263-266, 269,
270, 272, 276-287, 294, 295, 298, 299, 302, 303, 310, 315, 3 21-327, 338-351,
360, 361, 366, 372-375, 392, 413-419, 424, 458, 465, 466, 469, 475, 479; II, 4, 14,
18, 28, 38, 42-44, -49, 52, 53, 58-61, 68, 69, 78, 79, 83, 84, '86-88, 94-97, 116, 145,
146; 181, 182, 195, 199, 216, 217, 219, 220, 222-224, 227, 240, 272, 277-283,
294, 295, 297-299, 307, 309-311, 315, 372-374, 380, 381, 385, 394, 413, 425, 426
y plustrabajo, I, 282-286, 314, 315, 321-328, 338-349, 350-352, 369, 370, 375, 392, 393,
410; II, 14, 38, 39, 43, 47, 55, 61, 68, 69, 90, 125, 183, 191, 224, 230-232, 244,
278-281, 292, 309, 377, 378
trabajos pú blicos, II, 18-21, 23, 24
trabajo asalariado, I, 21, 23, 29, 152, 160, 186, 191, 204, 217-221, 249, 269, 272, 310,
314, 355, 357, 375, 410, 413, 420, 424, 426, 430, 431, 433, 449, 465, 471, 479; II,
76, 92, 93. 146, 147, 1.98, 199, 224, 225, 257, 258, 265, 271, 281-283, 374, 394,
395, 425
trabajo libre, I, 465, 468, 469, 476; II, 18, 88, 91, 264, 265
divisió n del trabajo, I, 21, 361; II, 86, 87, 146
y producto, I, 204, 205, 252, 353, 355; II, 35, 47, 258, 394
ajeno, I, 207; II, 4, 39
y beneficio, I, 198, 203, 204, 212, 217, 230, 258, 260, 277, 287, 291, 293, 294, 302, 320-
332, 336, 338, 370, 378, 379, 386, 391, 392; II, 20, 46-49, 54, 55, 59-66, 69, 76, 79,
80, 89, 127, 128, 166, 208, 209, 212, 248, 249, 277-281, 283, 287, 290-298, 309,
333, 373, 374, 380-382, 394, 425, 460
y ganancia, I, 15, 206, 212, 258, 319, 386, 467; II, 39, 46, 47, 186, 187, 248, 249, 277, 309
y cambio, I, 21; II, 141-146, 281, 282
cambio de, por, I, 204; II, 38
cambio de, por renta, I, 204
y riqueza, I, 204, 235, 246, 276, 284, 295, 298, 409, 417; II, 92, 238, 239, 282-285. 293
y dinero, I, 23, 44, 71, 153, 154, 161, 191-193, 199, 203, 216, 217, 251, 269, 290, 291,
408, 411, 417, 421, 424, 466, 467, 471-473, 475; II, 7, 8, 38, 83, 86, 104-106, 132,
138, 152, 155, 192-194, 199, 209, 246, 273, 453
como dinero, I, 189, 192, 193, 199-201, 203, 206, 212, 234, 238, 240, 247, 257, 260,
263, 266, 269, 272, 290, 354, 365, 391, 407-409; II, 7, 83, 104, 138, 152, 192, 200,
246, 250, 427, 453
valor, I, 21, 52, 190, 198, 204, 217, 244, 245, 250, 253, 254, 256, 302, 314, 315, 326,
329, 337, 354, 375, 405, 408, 409, 414; II, 28, 36, 47, 52, 83, 89, 104, 134-138,
140, 152, 153, 161, 182, 194, 200, 208, 217, 231, 279, 298, 315, 372, 373, 460
como suma de valores, I, 197, 210, 253, 256, 290, 343, 405, 409
barreras al proceso de valorizació n del, II, 30, 34, 39, 40, 116, 133, 134, 141, 191, 208,
209, 272
valorizació n y autovalorizació n del, I, 246-248, 251, 260, 262, 265, 270, 276-284, 287,
291, 297, 304, 310, 311, 319, 334, 335, 337, 341, 350, 352-355, 359, 363, 375-
377, 391, 398, 401-404, 407, 408, 410, 413-417, 475; II, 6, 9, 19, 20, 27, 30, 34-36,
38-40, 42, 116, 131, 133, 134, 140-142, 152, 165, 166, 177, 181, 191, 209, 219,
224, 232, 244, 304, 460
desvalorizació n del, I, 258, 311, 353, 354, 377, 407; II, 7, 9, 29, 38-40, 133, 141, 144-147,
182, 232, 249, 284
y valor de uso, I, 212, 243, 244, 246, 252, 254, 256, 260, 314, 315, 355, 356, 360, 407,
475; II, 90, 104, 154, 163, 164, 202, 218-220, 241, 258, 261, 262, 283
y valor de cambio, I, 198, 286, 292, 298, 373, 475; II, 88, 89, 90, 163
Karl Marx
como valor de cambio, I, 190, 197, 201, 202, 206, 207, 210, 248, 252, 253, 288, 291, 297,
315, 356, 373, 375; II, 37, 163
valor de cambio como, I, 171
valor del, I, 203, 256, 257, 269, 276, 279, 282, 283, 285-287, 311, 314, 333, 338, 353
y valor agregado, I, 311-318, 326, 353
productivo, II, 20, 28, 87, 127 -130, 201, 241, 250, 296,380, 409
como fuerza productiva, I, 249, 262,276,284,297; II,23,37,86, 89, 154, 220, 224, 268,
281, 282,284,299,315,380
productividad del, I, 262, 267, 290, 315, 332, 337, 364, 377; II, 3, 88, 89, 142, 154, 176,
181, 182, 223
como producto, I, 245, 252, 253, 353, 391; II, 4, 6, 38, 200, 250, 253
formas del, I, 196, 197, 219, 2-37, 242, 243, 245, 246, 251, 253, 290, 354, 407; II, 87,
127-133, 138, 149, 151-154, 161, 162, 177, 187, 200, 201, 223-225, 2 4 0-248,
250-254, 257, 258, 262, 263, 266, 430, 453
contenido del, I, 196, 197, 219, 237, 242, 243, 245, 246
sustancia del, II, 149
y fuerzas productivas, I, 217, 221, 237, 249, 267, 284, 290, 297, 320-335, 337-342, 344,
353, 361, 362, 367, 368, 376, 470, 475; II, 5, 31-34, 48, 86, 116, 117, 220-222, 224,
281, 282, 313, 378, 379, 381
como proceso, I, 198, 203, 238, 241, 245, 253, 353, 475; II, 138
como proceso de producció n, I, 241, 243-246, 266, 272, 304, 335, 353, 359, 408, 432,
477; II, 5, 7, 34, 36, 40, 41, 86, 93, 130, 140, 152-154, 203, 218, 222,
223,245,263,269,271
cará cter particular, particularizació n del, I, 217, 236, 237, 363, 409, 410; II, 24
y producció n, I, 192, 260, 274-333, 353, 359-361, 365, 374, 408; II, 19, 23, 24, 40, 41, 46,
47, 93, 118, 222-225, 240, 241, 243-245, 258, 277
fijo, I, 14, 203, 217, 260, 324, 409, 432; II, II,12, 14, 24, 34, 47, 54, 55, 56, 58-60, 109,
127, 131-133, 155, 157-160, 180, 189, 191, 200-204, 209-211, 213, 216, 217,
221-226, 233-235, 240-254, 259, 263, 266-268, 279, 280, 284, 287, 297, 301, 302,
317, 380-384, 409
flotante, II, 59, 87, 157, 160-165, 212, 234, 254, 256, 385
fijado (no fluido), II, 210, 248, 250, 269
circulante, I, 192, 201-203, 260, 290, 367, 408, 410; II, II,12, 24, 27, 34-37, 43, 54, 59,
109, 129-139, 149-165, 180, 183-187, 192, 193, 19 8-204, 209-211, 213, 216,
217, 223-225, 234, 235, 240-250, 253, 254, 256, 259, 263,266-268,271,295, 297,
380, 382-384, 409, 427
circulació n del, I, 201, 202, 204, 206, 213, 217, 253, 259, 269, 353, 417, 477; II, 3-5, 7,
8, 27, 29 30, 35-37, 40, 41, 82, 105, 126, 139, 149-154, 165, 176, 177-187, 192,
193, 198-204, 209-211, 243-248, 250, 254, 257-259, 266-268, 314 circulació n, I,
43, 189, 191, 199, 201, 220, 260, 261, 274, 275, 367, 373, 374, 408, 409, 411, 414,
417, 467; II, 28, 29, 33, 34, 36, 41, 8 2, 104, 126-139, 149-154, 160-165, 187, 188,
191-193, 199-211, 240-248, 250-254, 257, 258, 266-268, 277, 453
como elemento dominante en la sociedad burguesa, I, 28, 204, 217, 220, 273, 362, 368,
430, 475; II, 31, 190, 257, 258, 269, 270, 281, 282
industrial, I, 219, 232, 259, 269, 274, 289, 365, 467; II, 20, 86, 87, 250
comercial, I, 29, 189, 192, 219, 274; II, 154, 430
mercantil, I, 269, 274, 467; II, 91, 200, 430
monetario, I, 28, 29, 189, 192, 200
de pré stamo, I, 366, 477; II, 421, 424, 426, 427, 438, 460
Grundrisse. Volumen III
punto de vista del, I, 277, 319, 367, 373, 374, 417; II, 21, 223, 272
desembolsos o anticipos del, I, 287, 289, 326, 327; II, 40, 60-65, 68, 69, 80, 296, 379;
419, 424
contradicciones del, I, 296, 353, 362, 363, 366, 367, 369, 370, 375, 381, 432, 433, 479; II,
33, 35, 41, 51, 100, 117, 118, 133, 147, 168, 169, 180, 202, 223, 227, 229, 232,
272, 279, 282, 283-284, 307, 313, 460
proporciones entre los componentes del, I, 334-345, 366, 374, 379, 392, 393, 399, 402-
404, 412; II, 217, 225, 252, 253, 297, 303, 309-311,313,335,378-385
y superpoblació n, I, 349; II, 7, 111-117, 283, 284, 300, 312, 313
excedente de, I, 350, 353, 410, 411, 414-417; II, 117, 294, 462
su apropiació n de relaciones sociales, I, 362, 470, 476; II, 89, 220, 223, 262
como barrera para el desarrollo de las fuerzas productivas, I, 362, 367-370, 375-377,
379; II, 33, 37, 169, 282, 283
como barrera para el consumo, I, 363, 369, 370
y crisis, I, 363, 365, 370; II, 132, 282-284, 452, 453 y superproducció n, I, 363, 367, 368,
370, 372, 375
tendencia general del, I, 368, 373, 374, 376; II, 17, 31, 193, 257, 281, 282, 285, 313
y comercio exterior, I, 369, 370
constante, (véase capital variable)
variable, (véase capital variable) naturaleza histó rica del, II, 168, 282, 283, 307, 314,
315, 395
sus condiciones de existencia, I, 420, 421, 459, 468-470, 475; II, 7, 41, 51, 86, 116, 190,
191, 194, 217, 282, 283
sus condiciones histó ricas, I, 433, 468-471; II, 20, 21, 51, 52, 88, 168, 169, 194, 2 2 3 -
225, 2 6 4 - 2 6 6; 281-283, 307, 314, 395
su apropiació n de las condiciones objetivas del trabajo, I, 459, 460, 466, 469, 471, 475,
478, 479; II, 46, 86, 99, 191, 196, 223, 262, 381, 395
su destrucció n del trabajo artesanal, I, 475; II, 89, 167
rotació n del, I, 477; II, 6, 7, 19, 36, 37, 59, 126, 129-142, 152-155, 159, 160, 176, 183,
209, 243-248, 260, 262, 263, 277, 303, 428, 429
y las condiciones de su supe ració n, I, 479; II, 35, 222, 282-284
y mercado monetario, I, 217; II, 188
como relació n de producció n, I, 220, 231, 237, 244, 250, 258, 362, 433, 477; II, 51, 52,
86, 99, 223, 241, 264, 281-283, 294
poder del, I, 230, 248, 249, 369, 370, 372, 413, 430, 475; II, 86, 222, 281-283
funciones del, I, 234, 470
sustancia del, I, 236, 238-240, 242, 250, 253
y capitalista, I, 237, 243, 244, 374, 423; II, 3, 69, 146, 147, 202
volumen del, II, 20, 279, 280-282
sus efectos civilizadores, II, 20, 34, 86, 147, 264
e inversió n, II, 21, 377, 378 inactivo, II, 82-84, 126, 132, 155, 330, 331
y asociació n de obreros, II, 87,88, 91, 223
como fuerza colectiva, II, 86, 88, 91, 223, 283
y pauperismo, II, 116, 117, 263, 264
pluralidad de, II, 118, 175, 176, 188, 252, 259
fases, partes del, II, 179, 185, 186, 199, 250-253, 257-259, 266, 380, 383
ficticio, II, 178
retorno del, II, 243-248, 256, 260, 267, 331
y ré dito, II, 293-295, 333, 423, 424, 460, 462
Grundrisse. Volumen III
capital circulante
capital comercial como, I, 192; II, 426, 427
y capital fijo, (véase capital fijo)
sus perı́odos de reflujo, II, 101, 243-245
y proceso de valorizació n, II, 131, 133, 203, 204, 210, 244, 245, 247, 261, 303
definició n de, II, 133, 149, 157-161, 164, 202, 242, 317
realizació n del, II, 203, 204-247, 369
contradicciones del, II, 133
medios de subsistencia como, II, 158, 164, 197, 199, 201, 242, 253
salarios como, II, 198, 242, 253, 255
su consumo, II, 198, 201, 203, 205, 240-242, 253
formas del, II, 201, 220, 221,
su transformació n en capital fijo, II, 231, 241, 253, 255, 261, 263, 267-269, 387
en la agricultura, II, 241, 261, 263
dinero como, II, 242, 255, 427
circulació n del, II, 243-247, 253, 260, 261, 266, 303
ré dito del, II, 261, 262, 295, 381, 382 249, 251, 269, 386
capital constante
crecimiento del, I, 334; II, 49
material y má quinas, como, I 338, 411, 415: II, 217, 376, 377
su deducció n del beneficio, I, 378
proporciones entre el, y el capital variable, I, 379; II, 49, 376-378
condiciones objetivas de trabajo como, I, 411, 415; II, 217, 273
su aumento proporcional con el desarrollo de las fuerzas productivas, II, 49, 273
reproducció n del, II, 273
capital fijo
y capital circulante, I 260: II, 12, 54, 59, 101, 109, 129, 131-133, 155, 157-161, 170, 180,
200-211, 213, 217, 220, 221, 225 231, 234, 235, 239, 240-250, 253-256, 259-263,
266-269, 271, 279, 280, 380-385, 409
su unidad objetiva, I, 432
medios de transporte como, II, 11, 157, 210, 211, 222, 231, 249, 251, 269, 386
medios de producció n como, II, 12, 47, 157, 201, 203, 204, 210, 216, 220, 224-226, 231,
235, 243, 252, 263, 280, 299, 302
medios de comunicació n como, II, 23, 24, 157, 210, 211, 231, 251
composició n del, II, 47, 54, 127, 157, 158, 241, 242, 249, 269
y beneficio, II, 54, 59, 208, 279, 280, 287, 380-385
desarrollo del, II, 101, 246, 247, 266, 279,280, 299, 303, 330
circulació n del, II, 129, 131, 200, 201, 203, 204, 209, 211, 232-269, 303, 304, 382
definició n de , II, 157-161, 164, 202, 211, 212, 256, 304
reproducció n del; II, 191, 204, 208, 209, 226, 243, 246, 247, 260, 263, 267, 269, 300, 304
diferencias entre y capital circulante, II, 201, 203, 204, 208-211, 234, 235, 240-250, 255,
256, 260-263, 266-269, 287, 303, 304, 317, 330, 383, 409
formas del, II, 201, 210, 211, 247-250, 254, 255, 263, 280
realizació n del, II, 203, 243-245, 260
y proceso de producció n, II, 200-204, 208-211, 220. 222, 226, 231, 239, 241, 243, 245-
247, 252, 280, 299, 303
Karl Marx
y proceso de valorizació n, II, 203, 204, 209, 210, 216, 220, 224, 226, 240, 245, 247, 260,
262, 303
desgaste del, II, 204, 205, 209, 234, 235, 244, 245
valor de uso del, II, 204, 205, 216, 222, 241, 243, 247, 250, 253, 254, 261, 266, 267, 304
como fuerza productiva social, II, 221, 226, 229, 230, 239-242, 245, 279, 301
durabilidad del, II, 235, 241, 243,245,301,304
volumen, magnitud del, II, 235, 239, 241, 246, 266, 279, 280, 303
en la agricultura, II, 189, 240, 241, 247, 249, 250, 261
en la, industria manufacturera, II, 240, 241, 247, 279, 328-330
en la industria extractiva, II, 239, 241, 247
dinero como, II, 242, 317
como producto de una rama particular de producció n, II, 252, 266, 330
costos de mantenimiento del, II, 260, 261
ré dito del, II, 261, 262, 381, 382
valor del, II, 269, 279, 301, 303, 304
capital variable
capital constante y, I, 334, 336, 338, 339, 341-343, 345, 347, 378, 385, 415; II, 49, 279,
313, 376-379
su intercambio con el trabajo vivo, I, 338, 415, 416; II, 279, 313
capitalismo
y mercado mundial, I, 360 (véase mercado)
e industria universal, (véase, industria)
plantaciones en el, I, 476
en las colonias, II, 42, 56, 57
capitalista/s
obreros y, (véase obreros) monetarios, I, 163; II, 423
industrial, I, 191, 259; II, 116, 356, 423
relació n entre el capitalista industrial y el propietario de la tierra, I, 191, 220, 221
y asalariados, I, 221, 475
disposició n del trabajo por el, I, 224, 225, 227, 305, 417, 418; u, 146, 335
como enemigos de los obreros, I, 230, 238, 239
consumo de los, I, 235, 257, 312; II, 120
compra del valor de uso por los, I, 235
capital y, I, 237, 243, 244, 476, 477; u, 3, 27, 55, 86
su propiedad sobre el producto del trabajo, I, 249, 302; II, 49
su direcció n sobre el trabajo, I, 249, 258; II, 88, 264, 265, 335
que trabajan, I, 264; II, 86, 335
punto de vista del, I, 322
individual: su comportamiento ante los obreros de los demá s capitalistas, I, 374
masa de los, I, 378
competencia entre, II,49
colonial, II, 56
pequeñ o, II, 86
abstinencia de los, II, 120
empresarios como comerciantes, 149
Grundrisse. Volumen III
capitalización
de plustiempo, I, 287
Cartago
su pureza como pueblo comerciante, I, 29
predominio de los pueblos agricultores en, I, 29
como explotadores de Españ a, I, 117
producció n en, I, 157
castas y propiedad de la tierra, I, 16
y trabajo, I, 16
ré gimen de, I, 16, 441
y tribus, I, 441
categoría
jurı́dica, I, 23
má s simple, II, 23
má s concreta, II, 23
dinero como categorı́a simple, I, 24
trabajo como categorı́a simple, II, 24
trabajo como categorı́a y en la realidad, I, 25
má s abstractas como producto de condiciones histó ricas, I, 26
econó micas, I, 15, 22, 24, 27-29
dinero, I, 46
abstracta del mercado, I, 224
categorías económicas
y economı́a polı́tica (burguesa), (véase economı́a polı́tica de la burguesı́a)
del valor de cambio, (véase valor de cambio)
dinero como (véase dinero)
trabajo como categorı́a econó mica simple, (véase trabajo) desarrollo de las, en toda
ciencia histó rica, social, I, 27
ordenamiento de las, I, 28
circulació n como, (véase circulació n)
capital como, (véase capital)
Cáucaso
albanos del, I, 101
ciencia
relació n entre la representació n cientı́fica y el movimiento real, I, 6
significado científico, I, 6
mé todo científico correcto, I, 21
histó rica, I, 27; II, 219, 221 social, I, 27
existencia de las categorı́as, desde el punto de vista científico, I, 27
individuo y, I, 90
burguesa, I, 164
y desarrollo de las fuerzas productivas, I, 218, 249, 266; II, 32, 48, 86, 87, 115, 116, 219,
221, 227-230, 281-283, 308
como soporte del sistema de explotació n, I, 362; II, 219, 238
Karl Marx
bancos y, I, 45
mundial, I, 67, 86
finalidad del, I, 74; u, 434
como adquisició n de dinero, de
valores de cambio, I, 74, 167 y dinero, I, 75, 164, 472; II, 434
real y negocio de dinero, I, 77 desarrollo del, I, 85, 471; II, 228, 430-433
y producció n, I, 88, 360; 228, 433
entre Rusia y China, (véase Rusia y China)
de mercancı́as, I, 137, 169
desarrollado, I, 162; II, 228, 430, 432, 433
desarrollado y papel del oro y plata, I, 162
interno, I, 164
externo, I, 164, 204, 369; II, 432
y metales preciosos, I, 167
acumulació n de mercancı́as y, I, 169, 471
al por menor, I, 190, 224
cotidiano entre productores y consumidores, I, 190
entre paı́ses, I, 292, 293, 369
exterior y plustrabajo, I, 369, 370
su papel en la formació n del
capital, I, 472
concepto, definició n de, II, 319 de artı́culos de lujo, II, 432
de materias primas por productos manufacturados, II, 432
en estadios iniciales de la sociedad burguesa, II, 433
en la sociedad moderna, II, 433
competencia
genera concentració n del capital, II, 86
genera monopolio, I, 86
genera sociedades por acciones, I, 81
y equiparació n de las jornadas de trabajo, I, 139; II,23
entre capitales, (véase capital) entre los obreros, (véase obreros)
y proporció n entre los componentes del capital, I, 366; II, 259
libre, I, 366; II, 166-168
como "naturaleza" del capital, II, 366; II, 166-168, 175, 258, 297
entre naciones, II, 20, 258
en la sociedad capitalista, II, 45, 166, 167, 175, 259
y disolució n de las barreras precapitalistas, II, 166-168, 258
e intereses privados, II, 168, 169
ley fundamental de la, II, 175, 297, 315
precio y, II, 175, 214, 297, 302, 321, 322
y beneficio, II, 288, 297
compra
acto de, I, 73, 137
el banco como comprador universal de mercancı́as, II, 81, 82
el comprador deviene vendedor, I, 131
como venta, II, 132
separació n entre compra y venta, II, 133
Grundrisse. Volumen III
general, I, 53
y precios, I, 52, 54
origen de las, I, 229
modernas segú n los economistas burgueses, I, 363
general de superproducció n, I, 365; II, 29
crisis econó micas
comerciales perió dicas, I, 48, 75; II, 452
por la contradicció n entre la dependencia en la producció n y la mutua indiferencia de
productores y consumidores, I, 88
origen de las, I, 132, 363
alivio de las, segú n los capitalistas, I, 229; II, 421
modernas segú n los economistas burgueses, I, 363; II, 421
y circulació n, II, 105
general de superproducció n, I, 365
como destrucció n de valor y capital, I, 406, 407; II, 421
y crecimiento general de las fuerzas productivas, I, 406
y disminució n de la producció n, I, 407
segú n los economistas burgueses, I, 49, 51, 363, 407; II, 105, 421
curso del cambio, I, 30, 87, 88 y comercio mundial, I, 87
China,
adquisició n de seda en, I, 43 relació n de valor entre oro y
plata en, I, 112, 116, 117 comercio entre Rusia y, I, 125; 419
demanda
oferta y, I, 14, 42, 43, 47, 51, 54, 62, 75, 77, 80, 86, 88, 93, 99, 105, 135, 170, 359, 364,
371, 429; II, 57, 175, 450
de mercancı́as, I, 135
de dinero, I, 135
de trabajo, I, 298
producció n y, I, 371, 374; II, 85
de los obreros, I, 370-374
de la clase obrera, I, 374
democracia burguesa, I, 179
depreciación
o desvalorizació n relativa, I, 406
derecho
romano, I, 184
de propiedad, I, 249, 419
de herencia, I, 431
desvalorización
como elemento del proceso de valorizació n, I, 355, 404
en las crisis, I, 402, 406
general, I, 406
general y aumento del precio del dinero, I, 406
relativa, I, 406
Grundrisse. Volumen III
466, 475
deseo de, I, 1 57-160, 1 65, 211
culto del, I, 168; II, 404, 405
y riqueza, I, 24, 90, 91, 138, 152, 154-157, 159-161, 164, 165, 167, 169, 290, 291, 417; II,
26
como forma universal de la riqueza, I, 161, 164, 165, 167, 169, 170, 185, 193, 210, 211,
214, 225-227, 230, 240, 266, 269, 270, 276, 290, 313, 357, 364; II, 87, 91, 104-
106, 293, 294, 451
como representante material de la riqueza, I, 138, 153, 1 5 6-1 61, 164-166, 169, 172,
211; II, 91
como material universal de los contratos, I, 172, 185
sustancia material del, I, 138, 142, 144, 146-148, 151, 154, 163, 165, 167, 241
diferencias entre dinero y bono horario, I, 64, 65, 80-82, 178
propiedades del, I, 64, 67, 70, 71, 93, 94
desarrollo del, I, 24, 85, 153, 161, 172, 293, 468, 471, 472
circulació n del, I, 37, 38, 46, 50, 56, 90, 118, 119, 124, 127-129, 135, 136, 143, 146, 151,
153, 169, 170, 173, 193, 199, 200, 241, 274, 275, 304, 471; II, 3, 27, 178, 179, 242,
333, 363-367, 427, 442, 451-460
como medio o instrumento de circulació n, I, 64, 99, 119, 120, 130, 135, 137, 138, 144,
146-148, 150, 151, 158, 161, 163, 165, 169, 170, 172, 182, 192, 194, 224, 268,
273, 291, 364, 391, 408, 428; II, 26, 83, 104, 178, 188, 192, 199, 200, 242, 336,
364, 367-372, 442, 452-455, 459, 460
como medio o instrumento de producció n; I, 151-153; 87
como medio o instrumento de cambio, I, 71, 75, 85, 87, 95, 102, 119, 120, 130, 134, 137,
138, 143, 144, 146-148, 150-154, 161, 199, 227, 232, 235; II, 16, 91, 371, 372, 430
como producto de la circulació n, I, 152, 153, 158, 160, 231, 354, 467, 475; II, 26, 178,
193, 356, 430
fuera de la circulació n, I, 159, 161, 163, 165, 185, 203, 212, 304; II, 26
y moneda, I, 161, 163, 164, 173, 178, 204, 209, 227, 229, 232, 235, 293; II, 336-341, 344-
369
y moneda metá lica, I, 46, 48, 93, 118, 126, 148, 173, 177, 178, 212; II, 336-341, 344, 369
y papel moneda, I, 46, 149; II, 348, 369
y metales preciosos, I, 94, 102, 138, 141, 144, 153, 163, 164, 177, 212; II, 339-341, 344-
353
en general, I, 93, 178
general o universal, I, 99, 242, 269, 279; II, 337
particular, I, 99, 242
real, I, 123, 124, 148
su expresió n cuantitativa, I, 138, 141-144, 165, 211, 212
y precios, I, 88, 99, 111, 122, 123, 127, 128, 132, 133, 135, 142, 143, 146, 147, 162, 194,
406; II, 85, 336, 350-353, 360, 368, 369, 447, 456-462
como realizació n del precio, I, 132, 133, 138, 143, 144, 146-148, 155, 164, 252, 257, 408,
II, 369
como representante del precio, I, 146, 147, 208, 356; II, 338, 339, 360, 434 depreciació n
del, I, 49, 58, 148; II, 348-353, 368, 369
oferta y demanda de, I, 77, 93, 135, 170; II, 85
como equivalente general, I, 64, 66, 67, 90, 95, 138, 178, 184, 193, 224, 225, 226, 335,
411; II, 162, 314, 318, 319, 336-341, 404, 434, 451
valor del, I, 99, 150, 151, 170, 172, 304, 365; II, 337, 340, 341, 343-353, 356, 361, 445-
Grundrisse. Volumen III
447
como valor de cambio, I, 70-74, 76, 77, 84, 86, 87, 93, 100, 121-124, 138, 143, 154, 155,
158-160, 165, 170-172, 178, 184, 199, 202, 203, 208, 209, 238, 242, 289, 290,
292, 294
y valor de cambio, I, 80, 85, 90, 95, 102, 121, 122, 123, 127, 142, 147, 151,157, 161,165,
171, 192,193, 199,209,211, 252,253,368
como representante del valor de cambio, I, 147, 148, 161, 172
valor de uso del, I, 209; II, 242 como producto del cambio, I, 93, 99, 232; II, 430
y cambio o intercambio, I, 33, 50, 65, 66, 69, 71, 76, 90, 93, 95, 127, 133, 135, 150, 155,
171, 172, 199, 428; II, 430
como medida, I, 123, 125, 130, 137, 138, I, 40, 143, 148, 151-153, 158, 165, 166, 170,
172, 173, 177, 184, 408
como valor de uso, I, 240, 294, 428
como medida de cambio, I, 71, 95, 102, 120, 123, 143; II, 341
como medida, I, 408; II, 336-341, 350, 446, 459
como valor de uso, I, 428; II, 446
como relació n de cambio, I, 71; II, 337-338, 430, 446
como relació n de producció n, I, 46, 151, 194; II, 337, 338
relaciones de, I, 46, 70, 71, 72, 84, 88, 102, 151, 177
sus contradicciones en la sociedad burguesa, I, 46, 70-72, 77, 93, 131, 132, 135, 148,
169, 172, 178; II, 446, 459
su indispensabilidad en la sociedad burguesa, I, 64; II, 26, 434, 446, 450
como mercancı́a, I, 66, 70, 72, 75, 93, 96, 98, 150, 151, 153, 156, 164, 167, 208, 209, 212,
257, 391; II, 105, 360, 442
como mercancı́a universal, I, 71, 72, 75, 93, 135, 150, 164, 167, 170, 172; u, 337, 338,
360, 442
como mercancı́a particular, I, 75, 77, 93, 135, 150, 152, 164, 170, 172, 242
como representante de la mercancı́a, I, 133, 146, 147, 152
transformació n del, en mercancı́a, I, 137, 144; u, 136, 138, 178, 188
origen, del, I, 76, 93, 177
naturaleza del, I, 90, 173, 177, 178
funciones del, I, 178; II, 83, 85
como proceso, I, 203, II, 430
formas del, I, 46, 67, 71, 95, 164, 240, 471, 477; II, 27, 83, 132, 188, 192, 451
forma, I, 71, 73, 93, 126, 152, 257, 263, 359, 408; II, 83, 453
conversió n de la forma mercancı́a a la forma dinero, I, 80, 94; iI, 9, 25, 129
en formaciones precapitalistas, I, 24, 163
como fin del comercio, I, 74, 136; 434
como mediador entre producció n y consumo, I, 150; II, 430
como producto social, I, 177; u, 398-405
mercado de dinero, o mercado monetario, I, 48, 78, 189
como medio de pago, I, 148, 154; II, 83
y bancos, I, 23, 37, 48
y cré dito, I, 46
y tasa de interé s, I, 71; II, 405, 406, 421, 422, 438, 445
impuesto en, I, 72
renta en, I, 72
prestaciones en, I, 72
como moneda de cuenta, o de cá lculo, I, 123, 124, 143; II, 337-339, 343, 348, 350, 359,
Karl Marx
367, 421; II, 42-47, 83, 84, 94-109, 112-115, 118-128, 134, 146, 149, 155-158,
161-163, 168, 169, 191, 201, 202, 208, 209, 211-214, 224, 237-239, 248, 249, 261,
262, 284-288, 294, 320-335
y eternizació n de las condiciones sociales existentes, I, 5; II, 112, 113, 169
del siglo XVII, I, 21, 29, 167, 168; II, 324
del siglo XVIII, I, 29, 83
ingleses, I, 51, 181, 268
sansimonianos, II, 83
modernos, I, 150, 162, 168, 214, 228, 268; II, 46, 47, 288
Edad Media
dependencia de la industria respecto de la agricultura, II, 28; II, 437
reproducció n de la organizació n rural en la ciudad, II, 28, 442
capital y propiedad de la tierra, I, 28, 191, 218, 219, 459
lombardos en la, I, 29, 192
judı́os en la, II, 29, 192, 157, 447; II, 404, 406
cambio entre comunidades en la, I, 86; II, 431
relació n de valor del oro y la plata en la, I, 115-118
esclavos en, I, 126, 459
pasaje de la edad media feudal a la edad moderna, I, 133, 442
trabajo en la, I, 183, 458, 459
corporaciones en la, II, 183, 440; ir, 429
transformació n del landlord en
arrendatario rural, I, 191
transformació n del arrendatario vitalicio en el moderno agricultor (farmer), II, 191, 218
transformació n del siervo de la gleba en jornalero, I, 191, 218; II, 396
capital urbano y comercio en la, II, 191, 219, 440
consumo en, II, 226; ir, II,449
ciudad y campo en, II, 442; II, 431, 437
dinero en la; II, 402-405, 449
usura, II, 404, 405, 437
tasa de interé s en, II, 405, 406
Egipto
como productor de oro, II, 117
trabajo asociado forzado en, 18, 306
ejército, (véase guerra)
y sistema monetario, II, 24 y guerra, II, 30
y desarrollo de relaciones econó micas, II, 30
prestació n militar, I, 72
tropa mercenaria, II, 72
enajenación
como independencia e indiferencia recı́proca entre los productores y los consumidores,
II, 88
universalidad de la, II, 90
y apropiació n, I, 130, 131
general, I, 131
Karl Marx
cambio de, I, 97, 98, 139, 163, 192, 195, 198, 357, 431
y riqueza, I, 106
transformació n del excedente casual en excedente regular, I, 195
consumido por el capital, I, 402, 404
su transformació n en capital, I, 402, 404
como producto del plustrabajo, I, 403
explotación
sistema de, I, 361, 362
del trabajo por el capital, II, 38, 39, 414, 426
explotació n del trabajador en el capitalismo sistema de, I, 361, 362
teorı́as sobre, II, 414
mayor, en ramas poco evolucionadas, II, 426
exportació n e importació n, I, 20, 30, 51, 223
o importació n segú n calidad de la cosecha, I, 51
y estı́mulo a la producció n, II, 84, 85
exportación del capital
en la forma determinada de oro y plata, I, 51
fábricas
industria urbana y organizació n del trabajo en, I, 474; II, 387
y concentració n de los medios de trabajo, I, 474
cá lculo de gastos de instalació n de, II, 390, 391
familia
sistema, I, 22
ferrocarriles
empresas de, en el exterior, I, 44
construcció n de, II, 20
feudalismo
su disolució n, I, 3, 473; II, 31
relaciones feudales, I, 86, 91, 92
cambio entre comunidades, I, 86
ilusió n de las "relaciones puramente personales" en el, II, 92
relaciones de propiedad de la tierra en el, I, 92, 269
relaciones de subordinació n militar en el, I, 92, 93
prestaciones feudales, I, 120
contratos en especie en el, I, 172
concepció n de la riqueza en el, 24, 269
agricultura en el, I, 269
terratenientes, I, 271
fetichismo
de los economistas burgueses, II, 211
fisiócratas
Grundrisse. Volumen III
gastos de producción
falsos, I, 152, 251
falsos, y dinero, I, 152
generalidad-singularidad
lo general, o lo comú n, extraı́do por comparació n, I, 5
abstracciones má s generales surgen donde existe el desarrollo concreto má s rico, I, 25
"gens" romana
y linaje, I, 441
y propiedad comú n, I, 441
gobierno/s
de las comunidades antiguas, I, 436
como creadores de condiciones para la existencia del capital, I, 470
como consumidor improductivo, II,331, 332
Grecia
dinero en, I, 24, 126, 158; II, 358
arte, I, 31-33
condiciones sociales inmaduras en que surgió el arte, I, 33
uso del bronce en, I, 113; II, 358
depó sitos aurı́feros en, I, 114
animales como dinero en, I, 126
desarrollo del comercio en, I, 158
comunidad guerrera en, I, 438
formas de propiedad en, I, 439, 440
precios en, II,321
esclavitud en, II,321
guerra
y paz, I, 30
y desarrollo de relaciones econó micas, I, 30, 451
y ejé rcito, I, 30
gastos improductivos de, I, 43
y crisis, I, 51
como tarea comunitaria, I, 436, 437, 451
y concentració n urbana, I, 437
hierro
como valor de cambio o dinero, I, 102, 128; II, 363
uso del, I, 113
como instrumento de producció n, I, 117
histórico y lógico
desarrollo histó rico en sus diferentes fases, I, 5
categorı́as má s abstractas como producto de condiciones histó ricas, I, 26
historiografía
Karl Marx
ideal, y real, I, 30
historia de la civilizació n, I, 30 universal, I, 31
Holanda
comercio con Inglaterra en el s. XVI-XVII, I, 196, 219; 327
concepció n de la riqueza en, I, 269
manufactura en ciudades de, I, 474; II, 326, 327
dinero en (Amsterdam), II,324, 343, 403
manufactura textil en, II, 326, 327
hombre
como producto histó rico, I, 457; II, 420, 421
idea/s
del siglo XVIII, I, 3
del individuo aislado (s. XVIII), I, 4
del desarrollo del lenguaje, I, 4
de la producció n del individuo aislado, I, 4
burguesa de la plenitud primitiva del individuo, I, 90
y lenguaje, I, 90
abstracció n o idea como expresió n teó rica (de las relaciones materiales) 1, 92
como expresió n de las relaciones, I, 92
dominio de las, en la conciencia, I, 92
monetarismo, I, 24, 150, 160, 164, 168
proteccionismo, I, 150 protestantismo holandé s, I, 168
puritanismo inglé s, I, 168
mercantilismo, I, 160, 168
de la revolució n francesa, I, 187
ideología
error ideológico de los filó sofos: dominio de las ideas, I, 92
dominio de las ideas en la conciencia, I, 92
dominio ideoló gico de las clases dominantes, I, 92
(common sense) burgué s que oculta las contradicciones del dinero, I, 132, 188
puritanismo inglé s, protestantismo holandé s y tendencia a acumular dinero, I, 168
reducció n de las formas econó micas complejas a categorı́as y relaciones simples, I, 186
ideas de la sociedad burguesa proclamadas por la revolució n francesa, I, 187
apologı́a de las relaciones existentes entre capital y trabajo por economistas burgueses, I,
726, 179, 263, 466; II, 414, 415
concepto de la riqueza entre los pueblos comerciantes de la antigü edad, I, 447
burguesa: concepto del capital como creador de valor, II, 39, 40, 372, 373
igualdad
tendencia a la igualació n de los actos de compra y venta, I, 74
relació n de, entre individuos intercambiantes, I, 179, 180, 181
y diversidad de los individuos en el cambio, I, 181
apariencia de, y libertad en la sociedad burguesa, I, 186, 187
ilusión
Grundrisse. Volumen III
y riqueza, I, 267
ramas de la, I, 283; II, 240
capitalismo e, I, 361, 475; II, 56, 88-90, 228, 240
extractivas, I, 390; II, 240, 253 de lujo, I, 394; II, 17
domé stica, I, 468; II, 334
urbana, I, 474
urbana y organizació n fabril, I, 474; II, 87, 89
rurales, II, 191
y extensió n del mercado, I, 474 campesina accesoria, I, 475
gran industria y formas de trabajo, II, 25, 87
necesidad de continuidad en la, II, 56
gran industria como forma de
capital productivo, II, 87
gran industria y acumulació n
del capital, II, 89, 90
gran industria y desarrollo de la ciencia, II, 221, 222, 228, 229
Inglaterra
banco de, I, 43, 48, 54, 55, 57, 80; II, 362
economistas, I, 51
cosechas en, I, 52
relació n de valor del oro y la plata en, I, 116, 130; II, 364-367, 428
comercio exterior de, en el s. XVI-XVII, I, 196, 219; II, 257, 456
despojo de tierras en, I, 196, 213078, 469; II, 57, 58, 264,
transformació n de la agricultura en, I, 196, 218; II, 264
medieval, II, 218, 451, 473
como modelo de desarrollo capitalista, I, 219; II, 257
su polı́tica en Australia, I, 220 superabundancia de asalariados en, II,57, 58, 265, 307,
388 dinero en, 11. 194, 32'5, 341, 345, 353, 362, 364-367, 403, 428
reproducció n media del capital fijo en, II, 246
coerció n sobre los obreros en, II, 265, 307
leyes contra la vagancia en, II, 266
manufactura de la lana en, (véase manufactura)
manufactura de la seda en, (véase manufactura)
precios en, II, 344, 345 manufactura del lino en, II, 376
manufactura del algodó n en, II, 387, 388, 391, 392
distribució n de los obreros en las distintas ramas de la producció n, II, 388
instituciones
jurı́dicas y polı́ticas, engendradas por cada forma de producció n, I, 8
de cré dito, I, 45
instrumento de trabajo
como trabajo objetivado, I, 239, 262, 287, 299, 302, 310, 311, 324, 332, 390, 415; II, 48,
301
como elemento del capital, I, 239, 240, 243, 245, 250, 262, 286-289, 299, 310-312, 319,
320, 322, 326, 329, 332, 338-340, 342, 344, 354, 383, 384, 390, 392, 393, 396,
399, 402, 403, 408, 412, 414, 470; II, 4, 5, 7, 42, 44, 47, 83, 84, 87, 93, 131, 152,
197, 198, 201, 203, 204, 210, 216, 297, 309
Karl Marx
como medio de trabajo, I, 265. 287, 299, 305, 310, 311, 315, 334, 383, 414, 461; Ii, 41
la tierra como, I, 270
vivo, I, 276
aumento del, y desarrollo de las fuerzas productivas, II, 327, 328, 332, 333, 392, 393
transferencia de su valor a la materia prima, I, 324, 334
reproducció n de su valor, II, 287, 299, 324; II, 99, 301
su valorizació n, II, 288, 327, 389
conservació n de su valor, II, 299-303, 305, 311, 320-323; II, 99
como condició n objetiva del trabajo, I, 300, 411, 412, 414, 415, 422, 465, 467, 471; II, 28,
131
conservació n de su valor de uso, I, 308
su separació n del trabajo, II, 235, 304, 310; II, 48
su desgaste, I, 330, 334; II, 187, 203-205
su desvalorizació n, I, 330 disponibilidad de, I, 412, 470
propiedad del, II, 458, 461, 464, 467
concentració n de, I, 474; 308
consumo de, II, 15
su incorporació n al producto, II, 99
interés
y capital, I, 15, 154, 189, 203, 204, 217, 230, 259, 260, 277, 316-318, 321, 409; II, 19, 20,
55, 59-61, 105, 106, 155, 159
y ganancia, I, 15; II, 438
como forma de distribució n, II, 15; II, 423
monetario, II, 45
de la tierra, II, 45
del dinero, I, 189, 192, 230; II, 421, 424, 426-429
del dinero como usura, I, 192; II, 405, 406, 424, 426-429
como forma de la plusvalı́a, II, 259, 316; II, 59, 60, 155, 156, 424, 425
como costo de producció n, II, 259
cá lculo del, II,59, 60, 159, 165
tasa de, II, 405, 406, 421, 422, 438, 445
su determinació n por el beneficio, II, 424, 428, 438
formas histó ricas del, II, 423-429
interés/es
privados, I, 83-87
general, I, 83, 182, 183
de clase, I, 86, 231; II, 238
privados como antı́tesis de los
intereses de clase, I, 86 privados de cada nació n, I, 87
de exportadores e importadores, I, 87
satisfacció n del interé s individual en el cambio, I, 182
comú n, I, 182, 183
particular, I, 182
de los obreros, I, 230, 231; II, 238
del patró n, I, 231
de los grandes capitalistas contra los pequeñ os patrones, II, 238
Grundrisse. Volumen III
inventos
y desarrollo de las fuerzas productivas, I, 249, 361; II, 8, 31, 225, 327, 328
como actividad econó mica, II, 225, 227
y ciencia, II, 328
Irlanda, I, 18
situació n de los asalariados en, I, 228
manufactura del lino en, II, 376
Italia
cobre como dinero en, I, 111, 113, 117
manufactura en ciudades italianas, I, 468, 474; II, 327, 432
comercio en ciudades de, 432
Jamaica
niggers libres en, I, 262, 267
Japón
relació n de valor entre oro y plata en, I, 112, 117
jornada de trabajo
extensió n de la, I, 227, 278, 334, 350; II, 307, 312
y reproducció n del obrero, I, 265, 283, 320, 334
y plusvalı́a, I, 265, 276-284, 320, 334
excedente, I, 265, 266, 282, 263, 320; II, 307, 392, 393
apropiació n de la, I, 276
lı́mite de la, I, 278, 334, 350, 351
y salario, I, 278, 279, 350 necesario. 1, 280, 320, 351-353; II, 307
proporció n entre, y la fracció n del trabajo necesario, I, 283, 283, 300, 319, 350, 351; 307,
312
vivo, I, 276, 282-284, 286, 296, 297
objetivado, I, 300, 353
reproducció n simultá nea de la, I, 334, 349-351; II, 307, 312, 313, 315, 389, 392, 393
precio de la, I, 339
y valor, I, 351, 352
ú nica, I, 351, 352
natural, II, 155
landlord
feudal, I, 191
su transformació n en arrendador rural, I, 191
lenguaje
desarrollo del, en sociedad, I, 4, 5, 450
historia de los signos lingü ı́sticos, I, 70
ideas y, I, 90
y comunidad, I, 441, 445, 450, 451
ley/es
Karl Marx
de la producció n burguesa, I, 7
relaciones burguesas como leyes
naturales, I, 7; II, 112 sociales de la distribució n, I, 14, 16
sobre la propiedad agraria, I, 16, 19
del parcelamiento de tierras, I, 16, 19
ley inglesa de 1844, I, 57
valor como ley de las oscilaciones del precio, I, 62
econó micas, I, 7, 60, 64; II, 112
de la naturaleza, I, 362; II, 112
ley inglesa sobre horarios de
trabajo y salarios, II, 265
leyes inglesas contra la vagancia, II, 265, 266, 307, 329, 330 de aprendizaje (en
Inglaterra), II, 307, 329, 330
inglesa de moneda, II,326
inglesa de 1551 sobre limitació n de telares, II, 326
ley/es económica/s
que rigen la distribució n de la producció n social, I, 7
general de la disminució n de los costos de producció n y de la productividad creciente
del trabajo, I, 60, 64
de economı́a y planificació n del tiempo de trabajo, I, 101
de la circulació n del dinero, I, 119; II, 336, 463
general de la relació n entre costos de producció n de los metales preciosos y precios de
las mercancı́as, I, 126, 127
generales de la propiedad, I, 422
de apropiació n, I, 169
generales de la circulació n, I, 234
de la disociació n entre propiedad y trabajo, I, 235
del capital, I, 350, 410; II, 51, 281, 284, 285
generales de la producció n, I, 430
generales de la economı́a, I, 381
de sustitució n de la velocidad por la masa y de la masa por la velocidad, II, 7
y competencia, II, 45, 51, 175 burguesas, su cará cter histó rico, II,52, 112
del valor de cambio, II, 75
de la propiedad privada, li, 196 del beneficio, II, 451
de la caı́da de la tasa de beneficio, II, 281
de la acumulació n de los capitales, II, 284
de la transformació n de la plusvalı́a en beneficio, II, 298
de la relació n entre la masa de circulante y la suma de los precios de las mercancı́as, II,
336, 360, 363, 365, 368, 369, 446-450, 462, 463
libertad
libre individualidad, I, 85
apariencia de, en el sistema de cambio desarrollado, I, 91, 186, 187
relació n de, en el cambio, I, 181-183
y noció n de persona jurı́dica, I, 182
lujo
desarrollo del, I, 85
Grundrisse. Volumen III
máquinas
su desgaste, I, 330
su desvalorizació n, I, 330
clasificació n de las, II, 215
y guerra, I, 30
maquinismo
y guerra, I, 30
y ejé rcito, I, 30
y sociedad burguesa, I, 30
como relació n econó mica, I, 30
materia prima
como elemento del capital, I, 217, 239, 240, 243, 245, 250, 262, 286-289, 299, 310-312, 319,
320, 322, 326, 329, 332, 338, 339, 340, 342, 344, 354, 374, 383, 384, 390, 392,
393, 396, 399-, 402, 403, 408, 412, 414; II, 4, 5, 7, 42, 44, 47, 83, 84, 87, 93, 131,
152, 197, 198, 241, 297, 309, 314
como trabajo objetivado, I, 239, 262, 287, 299, 302, 309, 311, 324, 332, 383, 390, 415; II, 48
como materia de trabajo, I, 265, 287, 299, 305, 307, 310, 311, 315, 334, 383, 414; II, 41, 93,
241, 314
reproducció n de su valor, I, 287, 299; II, 99
su valorizació n, I, 288, 334, 389
conservació n de su valor, I, 299-303, 305,311,320-323
como condició n objetiva del trabajo, I, 300, 411, 412, 414, 415, 422, 465, 467, 471; II, 28, 93,
131, 241
conservació n de su valor de uso, I, 307; II, 99
su separació n del trabajo, I, 235, 310; II, 48
desarrollo de las fuerzas productivas y aumento de, II, 327, 328, 392, 393; II, 241, 314
disponibilidad de, I, 412; II, 314
consumo de, II,15, 241
su transformació n en producto, II, 30, 241, 314
su diversificació n, II,314
materias primas
consumo de, I, 10; II, 241
para la producció n, I, 223; II. 241
mercado de, I, 223
como instrumentos de producció n, I, 223
de la industria, I, 224; II, 241
materiales auxiliares
para la producció n, I, 223, 374
mercado de, I, 223
materialismo
naturalista, I, 30
mediación
Grundrisse. Volumen III
transformació n de la mercancı́a en valor de cambio, I, 93, 95, 97, 120, 126, 127, 171; II, 407
general, I, 93; II, 372
y moneda, I, 93, 145
transformació n de la mercancı́a en dinero, I, 80, 94, 95, 120, 124, 127, 136, 151; II, 25, 28, 129,
136, 138, 152, 178, 251, 267, 407, 427
valor de uso de la, I, 94, 130, 155, 167, 180, 181, 208-210, 212, 226, 256; II, 342
cambio de tiempo de trabajo por, I, 96; II, 54, 55
eterna, I, 98
forma inmediata o natural de la, I, 97, 145, 167, 184, 199, 200; II, 258, 445
forma mediata de la, o dinero, I, 97, 200; II, 258, 445
circulació n de las, I, 118-120, 127, 128, 130, 136, 145, 148-149, 160, 171, 192, 202, 208, 235,
471; II, 24, 25, 54, 55, 258, 445, 446
transformació n de las, en precios, I, 120, 123, 124, 126, 127; II ,71, 72
valor en oro y plata de la, I, 22, 125, 138, 139
como representante del dinero, I, 133
y dinero, I, 66, 70, 72, 75, 93, 96, 98, 150, 151, 153, 156, 164, 167, 193, 194, 212, 241, 242,
256; II, 83, 136, 445, 446
como condició n de la producció n, II, 9, 258
acaparamiento de, I, 134
capacidad de cambio de la, I, 135
consumo de la, I, 136, 151, 171, 209, 216, 226, 235, 241, 261, 266
y necesidades, I, 136, 150, 155, 192, 193, 208, 235, 241, 356
relació n entre, I, 141, 193
masa de las, I, 149, 160, 229; II, 445, 446
conservació n de las, I, 222
realizació n de la, I, 151, 169, 193; II, 247, 258
acumulació n de, I, 166, 185
circulante, I, 192; II, 54, 178, 243, 336, 460
capital, I, 193, 200, 201, 252, 253, 259; II, 250, 258, 460
real, I, 202
como trabajo objetivado, I, 212, 213, 225, 264; II, 54, 55, 70-72, 343
como capital, I, 259; II, 178, 243, 258, 407, 408, 460
mercantilismo
y economı́a moderna, I, 51
dinero en el, I, 159, 160, 162, 269
monetarismo y, I, 160, 269
oro y plata en el, I, 152
fuentes de la riqueza en el, I, 269
mercurio
como metal precioso, I, 103
propiedades fı́sicas, quı́micas, etc, del, I, 103, 105
metales
cambio de metales preciosos, I, 43, 94, 161, 162
preciosos, I, 43, 94, 102, 118, 161-163, 168, 173
aptitud de los metales preciosos
para transformarse en dinero, I, 94, 102, 111, 163, 173
Karl Marx
monarquía
absoluta y transformació n impositiva, I, 133
moneda (véase metales preciosos) local, I, 161
sistema monetario, I, 24, 57, 78, 91, 189; II, 404, 405
monetarismo, I, 24, 150, 160 metá lica como forma de dinero, o medio de cambio, I, 46,
48, 93, 146, 227, 232; II, 322, 336, 356-366, 415, 416, 440, 441
mundial, I, 161, 162, 164
papel moneda, como forma de dinero, I, 46, 149; II, 348, 369
de cré dito como forma de dinero, I, 46; II, 352
de trabajo, como forma socialista del dinero, I, 46
mercado monetario, I, 48,78,189
teorı́a de la, metá lica, I, 49; II, 322, 323, 336, 337, 415, 416
oro y plata como, I, 51, 79, 144, 145, 148; II, 325, 343-354, 3 5 6-371, 398-403, 439, 440,
441, 452-462
emisió n de papel, I, 56; II, 369
metalistas y antimetalistas, I, 56; II, 454, 455
cambio entre papel moneda y
moneda metá lica, I, 57
convertibilidad del papel, I, 55, 56
y valor, I, 58, 79; II, 336, 340, 343-353, 416, 457, 458
dinero como, I, 161, 163, 164, 173, 178, 209, 227, 235; II, 398-403, 409, 440, 441
reformas monetarias, I, 71; II, 440, 441, 455
valor intrı́nseco de la, I, 79, 145; II, 346-349, 368, 369, 416, 440
valor nominal de la, I, 79, 145, 209; u, 337, 368, 369, 416, 440, 441
existencia monetaria o contravalor de la mercancı́a, I, 80
relaciones monetarias, I, 80, 87-91, 179; II, 336, 340, 350-353
como mercancı́a, I, 93
como objeto de la oferta y la demanda, I, 93; II, 370, 371
como signo, I, 161; II, 322, 323, 336, 364, 367, 368
y riqueza, I, 93;II, 340, 356-358, 409, 417, 419, 420, 449
mercancı́as particulares como, I, 93
metales preciosos y, I, 94, 145; II, 409, 453, 454
de cuenta, I, 123, 124; II, 322, 323, 325, 337-339, 343, 348, 350, 359, 402, 403, 416
de cuenta como expresió n de riqueza, I, 124
falsa, I, 145, 146, 148; II, 337, 369
como medio de circulació n, I, 146, 161; II, 336, 398-403
valor de cambio de la, I, 209; II, 323
valor de uso de la, I, 209
su acuñ ació n por los gobiernos, II, 375, 376, 398-404, 458
industria y, II,404
depreciació n por abrasió n, II,459
monopolio
de las grandes compañ ı́as comerciales, I, 29
del cré dito por los bancos, I, 47, 48
generado por la divisió n del trabajo, I, 86
Karl Marx
118-120, 147, 225, 238, 239, 255, 259, 264, 265, 373, 380, 381, 395
y trabajo, I, 46, 160, 224-226, 229, 237, 244, 300-302, 310, 352; II, 56, 57, 79-81, 86-89, 110,
114, 118-121, 218, 264, 265
compra del, I, 160
asalariados, I, 224, 264; II, 57, 94-97, 225, 232, 238, 239, 264, 265, 307, 395, 414, 415
desvalorizació n del, I, 224, 229, .232, 282, 376; II, 227
su producció n (y reproducció n), I, 225, 265, 298, 303, 326, 348, 349, 351, 375, 376, 379, 380,
389, 413; II, 22, 53, 114, 115, 195, 196, 198
valor de uso del, I, 225, 226, 228, 232, 234; II, 196
valor de cambio del, I, 232, 288, 376; II, 46, 196
como consumidor (satisfacció n de necesidades), I, 225-228, 229, 231, 234, 240, 276, 365, 373,
374, 376, 380, 394-399, 403; II, 95-97, 103, 104, 114, 198, 234, 238, 239
diferencias con el esclavo, el siervo, etc., I, 226, 230, 232, 373; II, 89, 114, 115, 124, 238, 239,
318, 329, 330, 415
como agentes de la producció n, I, 226, 373, 431; II, 124, 125, 218, 221, 315
capacidad de trabajo de los, I, 224, 225, 227, 229, 232, 233, 241, 288, 297, 298, 300, 310, 321,
326, 375, 376; II, 68, 91, 195, 196, 198, 227
costos de producció n de los, I, 228, 247, 265, 298, 305, 311, 351,: II, 49, 53, 74, 75, 117, 147,
195
ahorro de los, I, 224, 227-232
fabril, I, 271; II, 388, 389
condiciones de existencia de los, I, 229, 264, 265; u, 114, 115, 225, 238, 239, 264, 265, 380,
388, 389, 397, 414, 415
intereses de los, I, 230, 238, 239
venta de la disposició n de la capacidad de trabajo del, I, 233, 241, 244, 247, 248, 263, 264, 286,
297, 298, 300, 311, 373; II, 195, 196, 198
compra del valor de cambio por el, I, 235, 264, 374
y fuerzas productivas, I, 249, 328, 329; II, 218, 224, 227, 232, 307, 315, 377-380, 388, 389
tiempo de trabajo objetivado en el, I, 225, 265, 279, 280, 283, 285; II, 147
plustrabajo y necesidades de los, I, 266; II, 232, 315
punto de vista del, I, 277, 280, 372
precio del, I, 285, 351; II, 53, 118, 356
competencia entre los, I, 297, 300; II, 45
volumen de capital y nú mero de, I, 328; II, 90, 91, 184, 185, 234, 305
divisió n del trabajo y nú mero de, I, 328, 329; II, 56, 57, 121, 388, 389
productividad y nú mero de, I, 334; II, 56, 57, 90, 91, 305
como centros de circulació n, I, 373, 374
como fuerza productiva, I, 376; II,221,307,315
de la manufactura, I, 429; II, 87-89,238, 265, 388, 389
del artesanado, I, 429
libres, I, 431; II, 124
aglomeració n de los, lI, 5, 86-89, 91, 92, 216, 224
disponibilidad de los, II, 7, 56, 57, 87, 265
calificació n de los, II,125
y má quinas, II, 216, 218-221, 224-227, 305, 315, 318, 319, 377-380, 388, 389
y apropiació n del plustrabajo, II, 232, 307, 315, 395
colectivo, II, 310, 395
desposeimiento de los, II, 395
Karl Marx
Occidente
uso del oro como moneda en, I, 117
oferta
y demanda, I, 14, 42, 43, 47, 51, 54, 62, 75, 77, 80, 86, 88, 93, 99, 105, 135, 170, 359, 364, 371 ;
II, 57, 175, 450
aumento de la demanda respecto de la, I, 47
aumento de la oferta de oro y plata, I, 98
oferta y demanda
como concepto, categorı́a, I, 359
relació n entre, I, 14, 75, 99, 359, 364, 371, 429; II, 57, 175, 450
desproporció n entre, I, 42, 43, 51, 374, 375
crisis y ley de, I, 54
ley de, I, 54, 135
y precios, I, 62, 89, 359, 429; II, 57, 175, 320-325, 342, 450
dinero y, I, 77, 93, 135
adecuació n entre, I, 80, 364
generales, I, 86, 88
su relació n con la rareza, I, 105
segú n los economistas burgueses, I, 364, 370, 371; II, 450
de trabajo, I, 397; II, 25, 55, 57, 82, 265, 330, 335
igualdad de, II,342
Oriente
guerra en, I, 43
uso del oro como moneda en, I, 117
oro (véase oro y plata)
evasió n de, I, 50, 53, 54
exportació n de oro y crisis, I, 54
precio del, I, 54, 135
y tiempo de trabajo, I, 59, 138, 139, 142
valor relativo del, I, 60, 111, 116, 117, 130, 139, 143
como dinero, I, 44, 51, 55, 56, 60, 61, 98, 102, 166
consumo de, I, 98
propiedades fı́sicas, quı́micas, etc., del, I, 103-108, 110
como indicador de posició n social, I, 106
tiempo de trabajo realizado en el, I, 138, 142
producció n de, I, 139
como unidad de medida, I, 139, 143
descubrimiento de, en nuevas zonas, I, 160
y mercancı́as, I, 160
oro (y plata), I, 42
y circulació n, I, 43, 48, 150; II, 307
como mercancı́as, I, 48, 49, 53, 98, 118, 143, 150, 162, 167; II, 344-347
como dinero, I, 44, 51, 55, 56, 60, 61, 95, 98, 102, 116, 116, 138, 150, 153, 161, 164, 170, 177;
II, 353, 454
como capital, I, 51
Grundrisse. Volumen III
y bancos, I, 83
y valor de uso, I, 364, 365, 414, 464, 471, 472, 475; II, 47, 234
y valor de cambio, I, 71, 83, 90, 130, 151, 171, 190, 194, 425, 464, 471, 472, 478; II, 17, 38, 134,
229, 234
y valor, I, 364, 368; II, 27-29, 139, 182, 190, 234, 278
creadora de valores de cambio, I, 190, 194-196, 368, 464, 473, 475, 478; II, 13
y dinero, I, 150
y capital, I, 192, 260, 265, 266, 272, 274, 358; II, 34, 37, 38, 46, 201, 220, 280-282
y propiedad de la tierra, I, 15, 16, 19, 191, 218, 449-456
y gobierno, I, 8
e instituciones jurı́dicas, leyes, I, 8, 19, 31
fluctuaciones de la, I, 8, 44, 51; II, 37, 231
contradicciones de la, I, 183, 273, 358, 369-371; II, 231
directa para la subsistencia, I, 134, 372, 475; II, 231, 233, 234, 268,
como apropiació n, I, 7, 8, 196, 455; II, 114
modo de, I, 18, 119, 178, 190, 192, 196, 204, 217, 227, 245, 348, 454-456; II, 110, 111, 281,
282
y revolució n, I, 16
y tiempo de trabajo, I, 101, 139; II, 54, 139, 231
costos de, I, 41, 61-64, 80, 83, 98, 122, 125, 135, 139, 140, 170, 227, 229, 247, 251, 253, 254,
256-259, 265, 302, 303, 305, 311, 312, 354, 365, 405; II, 9, 10, 24, 41, 137, 138,
148, 177, 192, 240, 277
costos falsos de, I, 152, 251, 258; II, 41, 89, 146, 192, 269
acto de, I, 136, 169, 194, 239, 248, 257, 286, 333, 413
cambio de tiempo de trabajo por mercancı́as en la, I, 96, 99
conexió n y dependencia de todos en la, I, 88, 89, 218, 403
en formaciones precapitalistas, I, 18, 28, 183, 191, 372, 433-475; II, 111-115, 134
artesanal, I, 475
esclavista, I, 19, 159, 372, 390
basada en el capital y el trabajo asalariado, I, 219, 425; II, 13, 33, 34, 82, 93, 112-115, 134,
237-239, 280-282, 303-308
precio de, I, 254, 256
y plusvalı́a, I, 266, 292, 411; II, 176, 281, 282
proceso de producció n simple, I, 270, 299, 304, 307, 309, 311, 324, 334, 359, 364
acrecentada (o ampliada), I, 337, 366
super, I, 353, 364, 390
barreras para la producció n capitalista, I, 353, 362, 363, 367-370, 402, 404; II, 20, 28, 37, 113,
114, 134, 282
y valorizació n, I, 364, 377, 411, 417; II, 9, 28, 29, 1 36-138, 143-146, 209, 219-220
y demanda, I, 371
de lujo, I, 85, 166, 361, 390
inmediata, II,10, II,24, 234, 268
y divisió n del trabajo, II,17, 136
velocidad del proceso de, II, 29, 36, 37, 41, 54, 108, 139, 209, 386
industrial, II, 51, 219, 220, 230, 231, 233, 234
momentos de la, II,108, 109, 138, 231, 268
coeficiente del proceso de, II,139
como ciclo econó mico, II, 409
proceso de, y proceso de trabajo, diferencias, II,219, 220
Karl Marx
estatal, I, 443
como producto histó rico, I, 450-452, 454-456, 475
su origen, I, 452, 453, 456 colectiva, I, 433-452; II, 146
urbana, I, 455
formas originarias de, I, 460-462
de las condiciones de producció n, II, 32, 56-58, 91, 111, 270
de esclavos, II, 91
inmueble, II, 269, 270
propiedad agraria
y renta del suelo, I, 15, 37, 45, 218, 220; II, 240
disolució n de la propiedad agraria colectiva, I, 433; II, 270
conquista y, I, 16
y arrendamiento, I, 191, 218
comunidad (familia, tribu) y, (véase comunidad)
su parcelamiento, I, 16, 19, 221
e industria, I, 17, 28, 221
concentració n de la, I, 18
comú n , comunal, I, 28, 433, 438-444; II, 270
agricultura y, I, 28, 191, 218, 439, 440; II, 270
disolució n de la pequeñ a, I, 432, 475
en la sociedad burguesa, I, 28, 217-221; II, 56-58, 240
y capital, I, 28, 29, 189, 191, 204, 216-221; II, 240, 270
y trabajo asalariado, I, 29, 191,217, 218; II, 57, 58 r
elaciones sociales basadas en la vieja, I, 191, 219, 221, 434, 439, 440, 471; II, 270
desarrollo de la, I, 191, 218-221, 438-444; II, 240
feudal, I, 92, 269
privada, I, 433, 437, 439, 443; II, 240, 270
moderna, I, 217-220
disolució n de las viejas relaciones de, I, 221, 269, 433, 471, 475; II, 270
como traba para el beneficio, I, 221
y estado, I, 221, 443
propietario/s
de la tierra, I, 191, 218, 426, 433-455, 459, 464, 471
relació n entre capitalista industrial y propietario de la tierra, I, 191, 218
de la tierra y arrendatarios, I, 217, 464, 471
que trabajan, I, 232, 433, 460, 461, 464
privados de la tierra, I, 433 437, 439, 443, 455
pequeñ o propietario de tierra, I, 464 156, 411-413
protestantismo
holandé s y tendencia a acumular dinero, I 168
prudonismo, I, 38, 42
incomprensió n del papel de los bancos en la sociedad burguesa, I, 44; II 412, 413
concepto del “cré dito gratuito”, I, 46; 412, 413
sobre las crisis, I, 53, 54, 63
concepto de propiedad, I, 448
Grundrisse. Volumen III
concepto del "dinero de los trabajadores" o bono horario, I, 46, 60, 61, 63, 79-82, 86, 87, 178
concepto del salario y el beneficio, I, 188, 264, 377, 379-381; II, 156, 289, 240-293, 413, 414
teorı́a de la circulació n, 61, 205, 252, 381; II, 413, 414
teorı́a de la determinació n del valor, I, 61, 187, 205, 378; II, 342
confusió n entre precio y valor, I, 62, 63, 80, 378-381, 390; II, 156, 342, 355, 356, 412-414
identificació n de demanda y oferta, 1-, 63
identificació n de producció n y consumo, I, 63, 205, 365
relació n entre dinero y metales, I, 102
relaciones entre capitalistas y obreros, I, 205, 264, 449
identificació n de producto y capital, I, 204, 205, 252, 260; II, 289-293, 412-413
Prusia
papel moneda en, I, 56
puritanismo
inglé s y tendencia a acumular dinero, I, 168
relaciones
sociales, I, 4, 45, 71, 85, 88-90, 156, 181, 204, 218, 362, 419
de producció n, I, 5, 6, 17, 30, 31, 45, 46, 71, 80, 83, 84, 87, 88, 93, 163, 171, 178, 183, 186,
196, 220, 237, 419, 422, 464, 470, 471, 477,;II,,26, 51, 110, 111, 114, 115, 139,
342
econó micas, I, 24, 29, 30, 53, 68, 71, 93, 179-181, 208, 209,216, 217, 219, 226, 273
burguesas, I, 7: II 432, 433
comerciales, I 431, 433: II 431
de trá fico, I, 30
de circulació n, I, 45, 46, 88, 131
entre dinero y circulació n, I, 153
entre capital y trabajo, I, 193, 196, 198, 206, 207, 215217, 224, 230-232, 234-239, 241-
252, 258-260, 263-266 (véase capital)
entre capital y propiedad de la tierra, I, 28, 29, 189, 191, 204, 216-221
entre industria y propiedad de la tierra, I, 28, 221
entre capital e interé s, I, 15, 154, 189, 203, 204
de cambio, I, 68, 71, 93, 177, 179-181, 209 (véase cambio)
de equivalencia, I, 68, 180
de dinero, I, 46, 70-72, 84, 88, 102, 151, 177
de distribució n, I, 15, 19; 45, 80
monetarias, I, 80, 87, 88-91, 179
de dominació n, I, 23, 86, 169, 374, 425
de dependencia materiales, I, 92
de valor, I, 111, 112, 255
de los valores de cambio, I, 97, 181
materiales, I, 89
de señ orı́o y servidumbre, I, 89, 91, 169, 425, 426, 462, 464, 469, 474
feudales, I, 86, 91, 92, 228
universales, I, 85, 90, 140
internacionales, I, 163
patriarcales, I, 85, 86
de carácter antiguo, I, 80, 433
Karl Marx
internacionales, I, 30
y relaciones de trá fico, I, 30
secundarias y terciarias, I, 30
y fuerzas productivas, I, 30, 219, 237
como relaciones jurı́dicas, I, 31
relaciones de dinero como, I, 46, 151
revolució n de las, I, 45, 178
expresada en la categorı́a dinero, I, 46
relaciones de distribució n como, I, 80
relaciones de circulació n, I, 46
predominio del cambio sobre las, I, 83, 163; II, 433
y de cambio, I, 93, 163 contradicció n de las relaciones de producció n burguesas y su
envoltura, I, 178
burguesas como base de la libertad e igualdad, I, 183
desarrollo de las, I, 186, 220
el capital como, I, 220, 231, 237
capital y trabajo como, I, 237 modo de producció n y, I, 237; II, 110
relaciones capitalistas de producción
su eternizació n, I, 5
su contradicció n fundamental, I, 178
como base de la libertad e igualdad, I, 183
desarrollo de las, I, 220; II, 433
religión
cristiana, I, 27, 273, 274
paganismo, I, 27
protestantismo, I, 27
catolicismo, I, 27
su historia, I, 30
su comparació n con las categorı́as econó micas, I, 273, 274
renta
del suelo, I, 15, 26-28, 45, 191, 208, 217, 220
pú blica, I, 45
en especie, I, 72
en dinero, I, 72, 218
del estado, I, 124
teorı́a de la, I, 268
como forma de riqueza, I, 271
renta agraria
como forma desarrollada de la distribució n, I, 15
y tributo, I, 26
y diezmo, I, 26
y propiedad de la tierra, I, 15, 27, 191
en la sociedad burguesa, I, 28, 220
capital y, I, 28, 191, 217, 218, 220
rentistas de la tierra, I, 163
Karl Marx
capitalizada, I, 220
como renta general del estado, I, 221
representación
lo concreto representado, I, 211
lo concreto como punto de partida de, I, 21
intuició n y, I, 22
y sociedad, I, 22
en la mente de la relació n de equivalencia, I, 68
objetiva o existencia material del valor de cambio, I, 81
ideal del valor de cambio, I, 81
de la sociedad, I, 120
de la mercancı́a como dinero, I, 123
reproducción
modos de reproducció n del capital, I, 15, 52; II, 266, 267, 277-279
de lo concreto por el camino del pensamiento, I, 21
de la organizació n rural en la
ciudad medieval, I, 28
simple del capital, (véase capital)
ampliada del capital (véase capital)
reservas
de productos de la nació n, I, 44
reserva metálica (véase también dinero)
de bancos, I, 38, 40, 41, 43, 48
improductiva, I, 43
revolución
y propiedad territorial, I, 16 francesa, I, 19, 187
historia de la, I, 160
riqueza
condiciones que favorecen la creació n de, I, 7, 8, 220, 296, 349, 369, 370; II, 16
y dinero, I, 24, 90, 91, 138, 153, 156-161, 164, 165, 167, 169, 211, 269, 290, 291, 293,
466
fuentes de la, I, 24, 159-160, 171, 269, 414
en general, I, 25, 169, 227, 273
nacional, I, 29, 44, 124, 125, 269
y estado, I, 29
burguesa, I, 164, 220, 269,271, 273, 368; II, 464
y trabajo asalariado, I, 159, 262, 267, 414
metales preciosos como forma de la, I, 94, 98, 165
y excedente, I, 106
moneda de cuenta como expresió n de, I, 124
y valor de cambio, I, 124, 156, 271, 273, 290, 293, 294
universal, I, 154-159, 162, 165, 169, 211, 224-226, 232, 236, 266, 291, 354
particular, I, 165, 169
Grundrisse. Volumen III
rotación del capital
velocidad de, II,6, 8, 9, 36, 37, 80, 84, 138-140, 159, 160, 176, 205-209, 243-245
y ganancia, II,6, 7, 38, 39, 80, 136, 137, 159, 160, 186, 187, 208
diferencias en la, II,9, 108, 109, 159, 160, 205, 206, 209, 218, 247, 248
media del capital, II, 200, 207, 246
nú mero de, II, 36, 37, 80, 13 8-140, 153, 159, 160, 170-175, 176, 183, 184, 205, 206, 243-
245, 303, 382
y plusvalı́a, II,36, 39, 134, 135, 140, 170-175, 183, 184, 186, 187, 208, 243, 244, 277, 303
medida de la, II,149, 155, 161, 171, 183, 209, 243, 244
fijo, II, 59, 109, 158, 205, 206, 208-210, 243-248, 256, 260, 266
circulante, II, 59, 109, 158, 205,206,208-210,243-248, 256,263,266
momentos de la, II, 108, 109, 129, 130, 134-140, 152, 153, 159, 171-175
costos de la, II, 135-137
primera, II, 138
segunda, II,138
definició n de la, II, 183, 277
y beneficio, II, 208, 248
Rusia, I, 18
relació n de valor entre oro y plata en, I, 112
comercio entre Rusia y China, I, 125; II, 419
rusos, I, 26
circulació n en, II,149
acuñ ació n de moneda en, II,375, 420
diferencias sociales en, II,401
dinero en, II,419
salario
como forma de la distribució n, I, 15; II, 294
confusió n entre salario y beneficio en el socialismo utó pico, I, 188, 264
como pago por el trabajo, I, 215, 216, 259, 319, 378, 383, 384; II, 71-73, 76, 77, 94-102,
124-126, 136
por piezas, I, 224
su determinació n por el tiempo de trabajo necesario para producir (y reproducir) al
obrero, I, 225, 265, 279, 280, 283, 298, 303, 315, 319, 320, 368, 378, 379, 397,
398; II, 52, 71, 98, 204, 223, 265, 287
reducció n general del, I, 229, 398; II, 48, 72, 78, 126, 393
y beneficio, I, 231, 299, 302, 312, 319, 327-332, 379, 381-385, 398, 399; II, 47-49, 55, 59,
60-66, 71, 75, 76, 78, 98-101, 123-125, 390, 391, 393
como producto del cambio entre el obrero y el capital, I, 234, 303; II, 80, 81, 94, 96,99,
100, 223, 265
como costo de producció n, I, 272, 299, 312, 320, 322, 378, 325; II, 48, 102, 126, 390, 391
aumento del, I, 297; II, 72, 76, 99, 287
como forma del capital, I, 354; II, 59, 60, 93-98, 125
necesario, I, 379-381, 385, 398
plus, I, 394, 395
y competencia entre los obreros, II, 45
su inclusió n en el precio de las mercancı́as, II, 47, 71
Grundrisse. Volumen III
monetarista, I, 269
mercantilista, I, 269
de libre competencia, I, 283
de los trabajos, II,17
sobre o plusproducto
consumo del, I, 469
socialismo pequeñoburgués (véase prudonismo)
concepció n del "dinero de los trabajadores", I, 60
crı́tica a su concepció n burguesa de la economı́a, I, 187-189, 448, 449
crı́tica de las "armonı́as econó micas", de Bastiat, I, 187-189, 264; II, 288, 289
confusió n entre salario y beneficio, I, 188, 264, 320-333
crı́tica de la noció n de necesidad del capital (y no de los capitalistas), I, 476
socialismo utópico
francé s, I, 187
concepció n econó mica del, I, 187-189
crı́tica de las "armonı́as econó micas'' de Bastiat, 187-189, 264
confusió n entre salario y beneficio, I, 188, 264
socialistas, I, 60, 476
sus crı́ticas al comercio con dinero, I, 133
franceses, I, 187
su consideració n de la sociedad y las condiciones econó micas, I, 204, 476
sociedad/es
de libre competencia, I, 3, 83 formas de sociedad feudales, I, 3
y lenguaje, I, 4, 5, 441, 445, 450, 451
global, I, 16
y propiedad, I, 23, 443-447, 449 -452
formas de propiedad muy desarrolladas, I, 23, 24
burguesa, I, 5, 24-30, 58, 83, 87, 159, 160, 166, 184, 186, 187, 191, 214, 221, 273, 274,
362, 429; II, 17, 237
feudal, I, 27-29, 86, 92, 269, 271
antigua, I, 27, 28, 447
oriental, I, 27
desarrollo de la, y arte, I, 31
por acciones, I, 29, 45, 86
trabajadora colectiva, I, 83
condiciones de la, I, 84
moderna, I, 85, 160, 269
griega, I, 113, 126, 158, 438-440
romana, I, 113, 438-440, 446, 447
industrial moderna, I, 160
interé s general de la, I, 182
su definició n, I, 204, 205
capitalista, I, 422
asiá ticas, I, 429, 443
natural, I, 452
Grundrisse. Volumen III
manual, I, 401
comunal, I, 433; II, 15
simple, I, 283; II, 54, 56, 57, 222, 415
forzado, II, 262, 267, II, 113, 119, 265, 306
libre, II, 232, 433, 467; II, 26, 87, 91, 110, 120, 263, 265, 307, 329
libre y pobreza, II, 110, 111, 117, 263-265, 307, 329
concepto, categorı́a, abstracció n simple, I, 21, 24-26, 236-238; II, 70, 118-123
en general, I, 24, 25, 237, 271, 305, 350
general, I, 99, 100, 101
particular, I, 99, 236, 237
universal, I, 25, 140, 150, 158
no objetivado, I, 213, 235
productor de valores de cambio, I, 159, 203, 227, 247, 332, 373; II, 419
como valor de cambio, I, 179, 232, 244, 247, 310, 373; II, 52, 54
como valor de uso, I, 207, 213, 215, 224, 231, 232, 235-238, 243, 244, 246, 247, 292,
304, 310, 372, 431, 433; II, 54, 75, 76, 143, 308
y valor de cambio, I, 96, 100, 101, 140, 158, 160, 171, 187, 193, 203, 213, 238, 247, 259
creador de valor, I, 195, 207, 215, 236, 238, 258, 259, 264, 269, 282, 300, 305, 311, 312,
332, 334, 338, 361, 412, 413, 415, 416, 428, 433; II, 30, 35, 39, 40, 53, 68-70, 78-
80, 96, 103, 118-120, 139, 144, 190, 196,- 219, 224, 244, 273, 418, 419
como medio de cambio, I, 134, 233
creador de valores de uso, I, 269, 300, 305, 332, 334, 338,428; II, 45, 46, 48, 96
como medida del valor, II, 355, 361, 419, 436, 444
valor de uso del, I, 207, 214, 276, 297, 305, 309. 361, 372; II, 45, 46, 73-76, 89. 143, 144,
308
valor del, I, 255, 262. 264. 285, 310, 376, 406: II, 53, 60-75, 81, 118-120
su cará cter social, I, 96. 100, 140, 150, 204, 349, 351, 432; II, 18, 86
privado, I, 150, 196
valorizació n del, I, 263, 469; II, 10, 22
como actividad, movimiento, I, 238, 239, 241, 248, 249; II, 236, 237
como prestació n de servicios, I, 206, 213, 214, 233, 234, 420, 427-430, 464; II, 15
y dinero, (véase dinero)
y trabajador, I, 213, 247, 372; II, 118-120, 196, 224, 228
y riqueza, I, 24, 25, 159, 236, 247, 248, 271, 413, 419, 472; II, 227
y obreros (véase obreros)
y necesidades, I, 267, 353, 428
fuerza de, I, 44, 351, 369, 471
fondo de, I, 340-345; II, 22, 110, 117, 335
indiferencia hacia el, I, 25, 26 instrumentos de, I, 82, 217, 239, 240, 243, 245, 250, 251,
262, 265, 276, 286-289, 305, 308, 310, 311, 312, 315, 319-327, 411, 470, 471,
474; II, 61, 187, 216, 217, 306
materiales de, I, 262, 286-289, 305, 411; II, 217, 306
jornada de, I, 139, 227, 265, 276, 283, 284, 320, 321, 332, 334; II, 306, 315, 316
divisió n del, I, 20, 21, 23, 30, 75, 85, 86, 100, 133, 134, 151, 186, 198, 222, 249, 328, 420;
II, 5, 15, 56, 57, 61, 86-88, 95, 135, 136, 227, 228
intensidad, velocidad del, II, 310
quantum de, I, 262, 286, 304, 305, 309, 311; II, 54, 60-65, 67, 70, 76-78, 80, 81, 118, 119,
122
tiempo de, I, 59-65, 68, 82, 87, 95-99, 101, 121, 125, 138-141, 209, 262, 265, 277-288,
Grundrisse. Volumen III
292, 301, 304-306, 319-333, 3.35, 343, 345, 346, 348, 349, 377; II, 5, 10, 15, 22,
23, 29, 30, 34, 35, 44, 52-54, 78, 79, 108, 118-123, 129, 130, 140, 141, 146, 154,
155, 177, 179, 181, 182, 189, 190, 196, 227, 228, 230-236, 271, 305, 306, 315, 316
organizació n del, I, 100, 459; II, 56, 57
objeto del, I, 207, 235, 236, 305, 307, 433
y cambio, I, 75, 97, 100, 101, 365; II, 70, 145, 146
cambio de, por mercancı́as, I, 81, 213; II, 102
plustrabajo, trabajo excedente o trabajo no necesario, II, 262, 266, 282-289, 292, 297,
299, 300, 302, 304, 305, 31 0 - 312, 314-316, 319-332, 334, 340, 345, 347-353,
356, 360, 361, 365-369, 372, 375, 382, 383, 387-389, 392, 393, 402-404, 407, 408,
410-416, 425, 428, 431; II, 14, 15, 22, 23, 29, 30, 35, 38, 39, 43, 44, 48-50, 55, 61,
63, 67-70, 78-81, 95, 96, 110, 115-117, 229, 232, 244, 248, 279, 280, 283, 292,
298, 300, 301, 303, 304, 311-313, 315, 316, 424
necesario, I, 52, 59, 61, 276-286, 297, 300, 305, 312, 320-324, 327-332, 335-340, 343-
345, 347-353, 365, 368, 375, 376, 383, 386, 387, 389, 394, 396, 398, 402-404,
407, 408, 412, 413; II, 5, 10, 15, 17, 22, 23, 29, 30, 34, 35, 40, 48, 61, 66, 68-70, 77,
78, 89, 95, 96, 110, 115-117, 156, 170, 204, 220, 224, 229, 231, 248, 269, 279,
287, 292, 298, 300, 301, 303, 304, 312, 313, 315, 316, 373, 424
proporció n entre, necesario y plus, I, 282-289, 297, 299, 300, 304, 305, 312, 319, 320,
322-324, 327, 329-332, 335-343, 346, 347-350, 375, 376, 387, 389, 392, 394, 396,
398, 402-404, 407, 408, 412, 413; II, 23, 29, 35, 41, 44, 48-50, 61, 63, 66-68, 77-
81, 89, 90, 95, 110, 112, 115-117, 170, 224, 229, 231, 232, 269, 279, 280, 283,
287, 292, 298, 300, 301, 303, 304, 305, 312, 313, 315, 316, 373, 374, 379, 383,
389, 424
capacidad (de la sociedad) de, II, 15, 54, 228, 282, 283. 306, 394
capacidad (viva) de, I, 224, 225, 227, 229, 232, 233, 238, 241, 247, 264, 265, 276, 286-
288, 297, 298, 300, 305, 310, 313, 320, 326, 344, 349, 351, 368, 375, 408, 411-
420, 422-426, 473; II, 8, 17, 54, 58, 68, 74, 76, 89, 96, 100, 110, 115, 116, 195, 217,
224, 283, 306
condiciones (objetivas) del, I, 300, 306, 320, 322, 390, 411-414, 422-425, 433, 445, 458,
459, 465, 466, 471, 478, 479; II, 44, 74, 81, 93, 306, 394.
condiciones (subjetivas) del, I, 411, 412, 423, 425; II, 394
relació n entre, objetivado y, vivo, I, 238-240, 262, 276, 279, 280, 282, 287, 289, 291, 297,
298, 305, 311, 320, 322, 324, 336, 351, 355; 387, 390, 392, 403, 404, 408, 413,
414, 418, 419, 422, 426, 471, 473, 478; II, 8, 46, 47, 52-54, 61, 74-76, 79-81, 190,
219-221, 226, 227, 279, 283, 299, 300, 304, 305, 310, 311, 316, 373, 379, 394
incorporació n de trabajo nuevo, I, 300-302, 305, 314, 315, 385, 388
creador de plusvalı́a, I, 270,
286, 287, 311-315, 320-336, 338-341, 375; II, 39, 46, 48, 74-81, 102, 190, 244, 298-300,
373
cantidad de, absoluto, I, 286, 287, 314, 337, 345
cantidad de, relativo, I, 286, 289, 345; II, 52
propiedad del, objetivado, I, 478; II, 394
propiedad de las condiciones objetivas del, I, 423, 459, 471,472,478; II,92,93,394
propiedad del, I, 174, 302, 310, 348, 413, 477; II, 44, 228
propiedad o apropiació n del, ajeno, I, 174, 399, 412, 413, 417, 418, 424, 432, 466, 472,
478; II, 44, 46, 47, 93, 99, 145, 146, 196, 217, 223, 226-228, 232, 233, 395
apropiació n a travé s del, I, 196, 241, 413, 478; II, 196, 217, 227, 228, 232
capital y (véase capital)
Karl Marx
ajeno, I, 174, 207, 217, 248, 357, 372, 413-415, 417, 418, 431, 432, 466, 472; II, 40, 44,
46, 47, 97, 146, 196, 228, 233, 395
separació n de, y propiedad, I, 174, 235, 248, 413, 418, 419, 433, 465, 472, 475, 477, 478
separació n del, y del producto del, I, 134, 135, 174, 248, 413, 419, 420; II, 123, 196
separació n del, y del poseedor o productor, I, 75, 76, 174, 413, 420; II, 196
su separació n de las condiciones objetivas del, I, 235, 304, 310, 433, 466, 471, 473, 475,
478, 479; II, 48, 91, 196, 381, 394
producto del, I, 85, 86, 96-101, 121, 134, 174, 207, 227, 239, 241, 242, 248, 249, 265,
273, 282, 288, 299, 301, 307, 308, 326, 415, 416, 419, 424, 466; II, 45, 46, 78-81,
88, 225, 241
su transformació n en capital, I, 244, 249, 289, 275, 410, 413, 415, 466; II, 78-81, 394
y circulació n, I, 203
sustancia de, I, 213, 305, 306
precio del, I, 44, 215, 224, 229, 248, 262, 263, 265, 266, 278-280, 309; II, 61, 66-77, 93-
96, 103, 104, 118, 122, 123
como mercancı́a, I, 181, 215, 232, 266; II, 67, 81
como sustancia social de la mercancı́a, I, 142
como objeto y como sujeto, I, 235, 236, 306, 432
como relació n de producció n, I, 237; II, 44, 45, 282, 283
costos de producció n del, I, 227, 229, 247, 265, 272; 45, 48-51
como fuerza productora y reproductora del capital, I, 215, 238, 248, 249, 284, 304 374,
375, 412, 414, 416, 423, 424; II, 78-81, 86, 100, 247, 272, 394
pago de salario por, I, 215, 259, 319; II, 58-77, 93-104, 265
combinado o colectivo (totalidad), I, 432; II, 18, 56, 57, 86-88, 92, 93, 215, 223, 228, 233,
282, 308
como condició n de producció n, I, 459, 472; II, 93-96, 122, 265
venta de, o de disposició n sobre la capacidad de, I, 233, 241, 244, 247, 248, 263, 264,
286, 297, 298, 300, 305, 310, 315, 425, 426, 470, 471; II, 96, 196
y acumulació n del capital, I, 260, 366, 415; II, 78-81, 90,91
constancia, continuidad en el, II, 56, 57, 88, 108, 189
interrupciones del, II, 189, 345
disposició n del, por el capitalista, I, 224, 225, 227, 229, 232, 233, 244, 263, 297, 301,
302, 310, 311, 375; II, 44, 56, 57, 87-89, 100, 196, 228, 233, 265, 299, 394, 395
direcció n sobre el, I, 249, 258, 372; II, 88, 264, 265, 335
no pagado, I, 383, 389; II, 66, 67, 69, 70, 72-77, 80, 81
minus, I, 352
demanda y oferta de, I, 397; 82, 265, 330, 335
desarrollo artesanal y urbano del, I, 460, 471; II, 89
su separació n del objeto de, II, 235, 310, 433
como proceso, I, 237, 238, 241, 242, 245; II, 108, 216, 217, 222, 307, 308
explotació n del, II, 38, 39, 78-81, 232, 264, 265, 298
calidades de, II, 54, 415
en las colonias, II, 56, 57
anticipos de, II, 68, 69
como sacrificio, II, 119-122
momentos cruciales del proceso de, II,217, 228
medio de, su transformació n en maquinaria, II, 219-221, 224, 225, 396
productor de capital fijo, II, 230-233, 240-247, 299
productor de capital circulante, II, 204-247
Grundrisse. Volumen III
trabajador/es
comportamiento del, I, 460, 461, 468; II, 265
como productor, I, 97, 460
libre/s, I, 426, 429, 459, 463, 465, 467, 469; II, 110, 264
asalariado/s. i, 7, 191, 218, 465, 473, 475
su transformació n en asalariados, I, 191, 218, 220, 465, 469, 473, 478, 479; II, 264, 265
productivo/s, I, 214, 215, 270, 371; u, 23
rurales. Su transformació n en asalariados, I, 221, 433, 475; II, 264, 265
valor de cambio del, I, 232 propietario, I, 460
agrı́colas, I, 221, 429, 475; II, 426
industriales, I, 373
su concentració n en fá bricas, I, 474; u, 88, 89, 265
asalariados. Su separació n de las condiciones objetivas de trabajo, I, 433, 465, 469, 471,
478, 479; II, 394, 395, 426
y modos de producció n, I, 227, 434; II, 395, 426
directos, II, 70
independientes, II, 90, 426
excedentes, II, 114
situació n de los, en Inglaterra, II, 264, 265
familiares, II, 426
trabajo asalariado
concepto, I, 429, 465
como uno de los elementos en que se basan las clases, I, 21, 29,
y capital, (véase capital)
formas de, I, 46, 424
y dinero, I, 23, 158, 159, 269 trabajo y, I, 159, 187, 272, 353, 424, 428, 478, 479
y propiedad de la tierra, II, 29, 191, 217, 218
y carencia de propiedad, II, 478, 479
y terratenientes, I, 221 extensió n del, I, 218, 221
y productores independientes, I, 221,-473
como trabajo forzado, I, 262, 267; II, 307
y esclavitud, II, 267, 353, 429 y riqueza, II, 269
industrial, II, 269, 353
plusvalı́a y, I, 270
y servidumbre, I, 429
proceso de formació n del, I, 473; II,329
libre,II, 329
trabajo necesario
tiempo de, (véase tiempo de trabajo)
y valorizació n del capital, I, 276, 319, 320; II, 10, 22, 116
reducció n del, y desarrollo de las fuerzas productivas, I, 278-284, 350, 351, 376, 387; II,
117, 307, 308
plusvalor y, I, 279-282, 320-332; II, 10, 40, 41, 71, 103
y plustrabajo (véase trabajo) y salario, I, 368
y ganancia, I, 386
y transporte, II, 10
Karl Marx
turcos, II, 18
riqueza á urea de, I, 112
unidad y diversidad
de la mercancı́a, I, 76
universal y particular
dinero como equivalente particular y universal, I, 50
verdadera universalidad, I, 89 universalidad de la enajenació n, II, 90
universalidad de las relaciones sociales, I, 90
producto universal y mediato, I, 96
producto particular e inmediato, I, 96
forma, del capital, I, 410
uso
de maquinaria, I, 17
de los metales, I, 111
usura
como forma de acumulació n, I, 467
y formació n de capital, I, 467, 472
como forma de cré dito, II, 26 practicada por religiosos, II, 404, 405
formas preburguesas de la, II, 426
valor
como concepto, categorı́a, relació n general abstracta, I, 21, 262, 312; II, 50, 314, 315,
320, 342, 370
nominal, I, 56, 59, 61, 79
real, I, 56, 57, 61-65, 238, 386, 387, 406; II, 39, 174, 320, 420
de cambio, I, 21,22,58,61,63 -74, 76, 77, 80 - 85, 87, 88, 90, 93 - 102, 105, 106, 120, 121,
125 - 127, 130, 133 -135, 138, 140 - 144, 147, 148,151,153,154,157-163,
165,167,170 -172,174,178, 179, 183, 184, 186, 187, 190, 192,193,195-203,205-
213, 215,225 -227,237-239,242, 243, 247 - 249, 252, 253, 256, 257, 259, 261 -
263, 268, 269, 273, 274, 276, 277, 288, 290 - 300, 303, 332, 334, 335, 356, 358,
363, 364, 368, 374, 382, 411, 413, 416, 470 - 473, 475,478; II,9,13,16,20,27, 38,
39, 52, 54, 55, 74, 134, 151, 176, 202, 228, 240, 270, 306, 374, 420,, 426,
430,435,436,464,465
del producto, I, 67, 68, 78, 253 - 255, 259, 300, 354, 357; II, 10, 11
su determinació n por el tiempo de trabajo, I, 59, 61-64, 82, 95, 97-99, 138, 139, 141,
209, 265, 268, 288, 300, 377, 381-387, 390, 405, 427, 428; II, 22, 29, 34, 42, 46,
52, 66-81, 118-123, 137, 177, 182, 190, 227, 254, 342, 355, 370, 373, 374, 419
relativo del oro, I, 60, 111, 116, 117, 130, 141
de las mercancı́as, I, 61, 64-66, 130, 152, 229; II, 28, 41, 52, 70-72, 74
y precio, I, 61-65, 80, 112, 127, 247, 326, 331, 332, 377; II, 99, 103, 104, 118, 119, 373
de mercado, I, 62-65
medio, I, 61-63, 127
como ley de los movimientos de precio, I, 62; II, 373
medida de, I, 63, 126; II, 118, 119, 370
como relació n social, I, 66; II, 227
Karl Marx
como equivalente general, o dinero, I, 66, 294, 368; II, 192, 314, 356-370
monetario, I, 61
de uso, I, 93, 94, 99, 106, 167, 178, 180, 181, 206-210, 213, 215, 226, 231, 232, 235-238,
243, 244, 246, 247, 251, 252, 254, 256, 257, 260, 261, 268, 269, 273, 274, 276,
284, 291-300, 303, 326, 332, 334, 336, 356-358, 364, 368, 399, 407, 408, 423,
425, 430, 431, 464, 470, 475; II, 10, 15, 22, 27, 33, 47, 48, 143, 151, 162, 163, 176,
196, 201, 202, 216, 217, 228, 234, 241, 243, 245, 247, 250, 258, 261, 266, 306,
320, 436, 464, 465
del dinero, I, 56, 99; II, 136, 137, 192
rareza como elemento del, I, 105
y demanda, I, 105
producció n y, (véase producció n) autonomizació n del, I, 210, 211, 289, 303, 412
y trabajo, I, 250, 255, 262, 297, 298, 301, 302, 312, 376, 415, 416; II, 14, 52-54, 60-74,
78-82, 118-121, 136, 137, 143, 190
relaciones de, I, 111, 112; II, 52, 227
y capital, I, 21, 52, 190, 198, 204, 217, 244, 245, 250 254, 297:298; II, 3, 35, 36, 39, 40,
52, 152, 423
de cuenta, I, 124
absoluto, I, 326, 327, 405; II, 52
relativo, I, 60, 96, 111, 116, 117, 130, 141, 152, 326; II, 52, 55
del instrumento de producció n, I, 65, 66, 239, 255, 259
sustancia del, I, 239, 358, 359; II, 54, 120, 342
excedente de, I, 67, 316, 326; II, 423
desarrollo del, I, 191; II, 314
suma de, I, 195, 197; II, 36
producció n, creació n de, I, 195, 416; II, 30, 35, 40, 41, 121-123, 136-139, 143, 144, 227,
273
autorreproducció n del, I, 206, 211
conservació n del, I, 251, 253, 254, 258, 300, 301, 310-312, 318, 321, 322, 353, 354; II,
143-145, 183, 273
reproducció n del, I, 251, 254, 256, 299-301, 322, 334, 354; II, 98, 174, 175, 183, 273
modos de existencia del, I, 253-255, 257, 262, 286, 300, 312; II, 25, 27, 144, 297
aumento del, I, 265, 266, 268, 269, 275-280, 286, 304; II, 33, 41, 98, 174, 175, 190
y riqueza, I, 268,. 297, 298
plusvalor y fuerzas productivas, I, 276-282, 285, 288, 291, 321, 331-333, 337, 338, 360,
361, 387, 403, 404; II, 33, 49, 50, 79-81, 254
plustrabajo y plus, véase plusvalı́a
como trabajo objetivado, I, 312, 321, 329, 350, 353, 358, 359, 364, 411, 430; II, 73,
74, 78-81, 137
realizació n del, I, 355, 364, 376; II, 14, 22, 23, 35, 137, 143, 177, 192, 249, 254
medida del, I, 358, 359; II, 177
como contenido del cambio, I, 431; II, 143, 144
continuidad en la transformació n del, II, 25, 98
cambio de forma del, II, 27, 98, 137, 182, 297
aumento del, y disminució n del plusvalor, II, 41, 190
deducciones del cuanto de, II, 135-137, 143-147
cá lculo del, II, 139, 143, 144, 174, 175
estabilidad del, II, 361, 460
Grundrisse. Volumen III
valor de cambio
como concepto, abstracció n, categorı́a, I, 21, 22, 237
y precios, I, 58, 63-65, 134, 135, 139, 142, 143, 171, 252, 264, 286, 471; II, 39
producto y, I, 68, 70-72, 76, 84, 86, 100, 126, 133, 139, 140, 190
y valor de uso, I, 106, 191, 206-210, 212, 213, 215, 226, 247, 252, 256, 261, 268, 273,
274, 276, 288, 295, 296, 299, 300, 356, 358, 364, 368, 382, 411, 413, 416, 470,
475; II, 54, 151, 162, 163, 176, 202, 203, 228, 272, 273, 436, 464, 465
valorizació n del, I, 203, 289
simple, I, 202, 206, 209, 248, 291-293, 314
como forma particular del valor, I, 207, 208, 293; II, 240
producció n (privada) y, I, 83, 151,190,194-196, 257, 368
como relació n de producció n, I, 88, 183; II, 374
y costos de producció n, I, 125, 135
y valor, I, 106, 207, 208, 294, 335; II, 53
de las mercancı́as, I, 61, 65-73, 76, 80-82, 87, 93, 97, 120, 121, 127, 140, 144, 147, 148,
151, 153, 154, 208, 209, 212, 225, 249, 289, 475; II, 53
como mercancı́a, I, 95, 96, 150, 200, 202; II,9
transformació n de la mercancı́a en, I, 93, 95, 120, 121, 126, 127, 171, 475; II, 464, 465
como fundamento de la sociedad burguesa, I, 87, 183, 368
desarrollo del, I, 85, 88, 90, 95, 97, 157, 174; 183, 260, 471, 472; II, 89, 426, 464, 465
como medida del cambio, I, 74
como mediador generalizado, I, 83, 85
cambio y, I, 105, 130, 140
trueque y, I, 139
y dinero, I, 80, 85, 90, 95, 102, 121-123, 126, 127, 142, 147, 151, 157, 161, 171, 192,
193, 290
como dinero, I, 70-74, 76, 77, 83, 86, 87, 93, 100, 121-124, 135, 138, 143, 154, 155, 158-
160, 165, 170-172, 178, 184, 199, 200, 203, 208, 209, 238, 252, 253, 261, 290,
292, 368; II, 9
dinero como representante del, I, 147, 148; u!, 430 realizació n de los, I, 82, 130, 171,
209, 247; II, 230
real, I, 147
universal, general, I, 76, 77, 84, 95, 127, 142, 154, 160, 184, 200, 242, 290
en general, I, 261
particular, I, 77, 123, 127,1 84, 242
circulació n de, I, 120, 130, 171, 174, 190, 193, 194, 198, 199, 201-203, 206, 252, 253,
289, 290, 292
como resultado de la circulació n, I, 202, 203; II, 430, 436
del capital, I, 286
como capital, I, 171, 187, 199, 206, 207, 269, 291, 292
como relació n, I, 140
como relació n monetaria, I, 87
trabajo asalariado y capital como formas del, I, 160, 161, 186; II, 53
formas del, I, 160, 161, 186, 263, 290
relació n de los, I, 97, 181
como trabajo objetivado, I, 212, 213, 225, 227, 243, 247
su determinació n por el tiempo de trabajo materializado en los productos, I, 87, 96, 98,
101, 121, 125, 139, 203, 288, 295, 364, 378; II, 39, 53.
y trabajo, I, 96, 100, 101, 140, 158-160, 171, 187, 193, 203, 213, 238, 247, 259, 364, 368,
Karl Marx
como resultado del intercambio entre trabajo y capital, I, 248, 265, 401
del valor, I, 265, 266, 268, 269, 275-280, 286, 407, 414; II, 15, 30
de la materia prima, I, 288
del instrumento de trabajo, I, 288
de la riqueza, I, 290
de la població n, I, 350
como producció n de plustrabajo, I, 356
del tiempo de trabajo, II, 30
de la capacidad viva de trabajo, I, 376, 413, 416
y consumo, I, 402
a travé s del intercambio, I, 403, 407, 414, 428
y crisis, I, 406, 407
del dinero, I, 428, 433
y apropiació n, I, 431; II, 177
del producto, II, 3
costos de, II,9, 10
y circulació n, II,34, 140, 141
venta
acto de, I, 73
el banco como vendedor universal de mercancı́as, I, 81, 82
como determinació n del precio, I, 126, 149
como compra, I, 132
el vendedor, deviene comprador, I, 131
separació n entre compra y, I, 133
compra para la, I, 137, 144, 192
de la disposició n de la capacidad de trabajo, I, 233, 241, 287
INDICE
Rent (contra la doctrine of Adam Smith concerning the rent of land)
Rent (contra Malthus'Opinins on Rent).
Efecto de la libre importació n de trigo sobre los beneficios y el capital del arrendatario
La segunda parte de la renta, que no proviene de la fertilidad relativa de la tierra
III) En torno al precio natural y al de mercado
Diferencia entre el valor (precio natural) y la riqueza
Acerca de la influencia de la oferta y la demanda sobre los precios
La producció n no es determinada por los costos de producció n, esto es por el real value, sino por el market price.
(El precio real es el precio al que puede producirse una mercancı́a; el precio de mercado, aqué l al
que se la puede vender)
Efecto depreciante de los perfeccionamientos en la agricultura y la maquinaria
El precio del trigo no regula el precio de las demá s mercancı́as
El comercio exterior y el valor de cambio
Determinació n del valor de cambio en paı́ses diferentes
Influencia del comercio colonial sobre los precios
Efecto de la oferta y la demanda sobre el valor de cambio
IV) Sobre el salario
Diferencia entre el salario y el trabajo empleado en la producció n de una mercancı́a
Influencia del crecimiento del capital sobre el precio de mercado y el precio natural del salario
Variations en el natural price del trabajo
Salario y renta
Aumento del natural price of labour y del precio de las mercancı́as en dinero
Karl Marx
Població n y salarios
Influencia que el precio del raw produce sobre el salario
Influencia de la maquinaria sobre el salario
Impuestos al salario
Una observació n má s sobre la relació n entre el beneficio y el salario
V) Sobre el beneficio
Variations permanentes en la tasa de beneficio. Partició n del precio del producto entre capitalistas y labourers
Relació n entre beneficio y salario
Acumulació n del capital
Influencia del trade sobre los profits
Revulsion in trade
Effects de la acumulació n sobre los profits and interest
Del ingreso bruto y el ingreso neto
Impuestos a los beneficios
Maquinarias e impuestos. Influencia sobre los profits
Impuestos sobre mercancı́as que no son producto en bruto
Impuestos pagados por el producer
VI) Sobre los impuestos
Los impuestos recaen sobre el capital o el ré dito
Aumento del precio de las mercancı́as por obra de los impuestos y el dinero
VII) Extracto del prólogo (comienzo del libro)
DE LOS MANUSCRITOS DE 1857/1858
[[Del Cuaderno III del manuscrito]]
Bastiat y Carey
Avant-Propos
XIV Des Salaires
[[Del Cuaderno M]]
INDICE PARA LOS 7 CUADERNOS (PARA LA PRIMERA PARTE)
[[Primera versió n]]
I) Valor
II) Dinero
III) El capital en general
[[Segunda versió n]]
1) El dinero como medida
2) El dinero como medio de cambio
El dinero como dinero
FRAGMENTO DE LA VERSION PRIMITIVA DE LA "CONTRIBUCION A LA CRITICA DE LA ECONOMIA
POLITICA" (1858)
Valor invariable del dinero
El dinero en cuanto dinero (moneda mundial, etc.)
Apud Tragicos contraria sunt δι«κη y κερδοξ
[[Continuació n de la parte faltante]]
3) El dinero en cuanto medio internacional de pago y de compra, en cuanto moneda mundial
4) Los metales preciosos en cuanto portadores de la relació n monetaria
5) Manifestació n de la ley de apropiació n en la circulació n simple
6) Pasaje al Capital
CAPITULO III. EL CAPITAL
A. PROCESO DE PRODUCCION DEL CAPITAL
1) TRANSFORMACION DEL DINERO EN CAPITAL
INDICES DE MARX PARA SUS MANUSCRITOS DE 1857/1858 (1859)
[[Sumario hecho por Marx del material utilizable para el "Capı́tulo III" de la "Contribució n", contenido en sus
cuadernos manuscritos de Sumario 1857-18581
RESEÑAS DE MIS PROPIOS CUADERNOS
[[Borrador del proyecto de 1859 para la redacció n del primer apartado de "El capı́tulo del capital", capı́tulo III de
Grundrisse. Volumen III
la Contribución a la crítica de la economía política, sobre la base de los siete cuadernos del
manuscrito de 1857-1858.]]
I. EL PROCESO DE PRODUCCION DEL CAPITAL
1). Transformació n de dinero en capital
2) La plusvalı́a absoluta
3) El plusvalor relativo
4) La acumulació n originaria
5) Trabajo asalariado y capital
II. EL PROCESO DE CIRCULACIÓN DEL CAPITAL
III. CAPITAL Y BENEFICIO
MISCELANEA
NOTAS
INDICE BIBLIOGRAFICO
INDICE DE NOMBRES
INDICE DE MATERIAS
Siglo XXI Argentina Editores
Editorial Universitaria Chile
la traducció n, cotejo con otras versiones, correcció n, preparació n de originales y notas,
estuvieron a cargo de un equipo de trabajo compuesto por José Aricó Miguel Murmis y Pedro
Scaron
primera edició n. 1971
vigé sima edició n, 2007
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
isbn 10: 968-23-0326-5 (obra completa)
isbn 13: 978-968-23-0326-5 (obra completa)
isbn 10: 968-23-0340-0 (volumen 1) isbn 13: 978-968-23-0340-1 (volumen 1)
en coedició n con
siglo XXI de españ a editores, s.a.
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