AUTO SUPREMO #232 - 2018 - RRC - Victima

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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA PENAL
AUTO SUPREMO Nº 232/2018-RRC        
Sucre, 18 de abril de 2018

Expediente                        : Cochabamba 43/2017


Parte Acusadora              : Ministerio Público y otros
Parte Imputada                : Jheyson Gonzales Quintana
Delito                                : Homicidio
Magistrado Relator        : Dr. Olvis Eguez Oliva

RESULTANDO

Por memorial presentado el 23 de junio de 2017, cursante de fs. 607 a 610 vta., Lola
Montes de Montaño y Jesús Fabricio Montaño Montes, interponen recurso de
casación, impugnando el Auto de Vista de 6 de junio de 2017, de fs. 600 a 601 vta.,
pronunciado por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y los
recurrentes contra Jheyson Gonzales Quintana y Freddy Mamani Parra, por la
presunta comisión del delito de Homicidio, previsto y sancionado por el art. 251 del
Código Penal (CP).

I. DEL RECURSO DE CASACIÓN

I.1.  Antecedentes.

a. Por Sentencia de 25 de agosto de 2014 (fs. 369 vta. a 371), emitida en


Procedimiento Abreviado, el Juez Tercero de Instrucción Cautelar Penal del
Tribunal Departamental de Justicia Cochabamba, declaró a Jheyson Gonzales
Quintana, autor de la comisión del delito de Homicidio, previsto y sancionado
por el art. 251 del CP, imponiendo la pena de ocho años de presidio, más el
pago de costas a favor del Estado.

b. Contra la mencionada Sentencia, los querellantes Lola Montes de


Montaño y Jesús Fabricio Montaño Montes (fs. 554 a 558 vta.), interpusieron
recurso de apelación restringida, resuelto por Auto de Vista de 6 de junio de
2017, dictado por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia
de Cochabamba, que declaró inadmisible el recurso planteado y rechazó el
mismo, motivando la interposición del recurso de casación.

I.1.1. Motivo del recurso de casación.

Del memorial de recurso de casación y del Auto Supremo 694/2017-RA de 8 de


septiembre, se extrae el motivo a ser analizado en la presente Resolución, conforme
al mandato establecido por los arts. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y
17 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ).
Los recurrentes arguyen que al haber declarado inadmisible su apelación restringida,
bajo el argumento de que la Sentencia emitida en procedimiento abreviado no es
recurrible, el Tribunal de alzada dio a entender que estaría confirmando la Sentencia
condenatoria de ocho años a favor del imputado Jheyson Gonzales Quintana, sin
pronunciarse sobre el fondo del contenido de su impugnación en la que reclamaba
defectos de sentencia, vulnerando las exigencias previstas en los arts. 124, 359.I y
173 del CPP y constituyéndose en defectos absolutos al tenor del art. 169 inc. 3) del
CPP.

Refieren que si bien el imputado cumplió con lo establecido en los arts. 373 y 374 del
CPP, para someterse a un procedimiento abreviado, no es menos cierto que de
acuerdo al “art. 12 de la mencionada ley” (sic), en caso de oposición fundada de la
víctima o que el procedimiento común permita un mejor conocimiento de los hechos,
el juez podrá negar la aplicación del procedimiento abreviado, entendiendo que la
falta de acuerdo con la víctima  derivaría en oposición, pues en este caso alega que
no se les notificó con el señalamiento de audiencia de procedimiento abreviado y por
tal razón no estuvieron presentes en la referida audiencia; y por lo tanto, no pudieron
ejercer su derecho de oposición previsto en el art. 373.II del CPP, viéndose obligados
a interponer el recurso de apelación restringida contra la referida Sentencia.

I.1.2. Petitorio.

Los recurrentes solicitan se dicte “Auto de Vista de ADMISIBILIDAD DE LA


APELACION Y SE PRONUCIE SOBRE EL FONDO DE LA SENTENCIA DE FECHA 25 DE
AGOSTO DE 2014 Y SE DICTE la NULIDAD DE LA SENTENCIA DE PROCEDIMIENTO
ABREVIADO DE FECHA 25 DE AGOSTO DE 2014 y su reposición EN JUICIO ORAL por
el tribunal de sentencia” (sic).

I.2. Admisión del recurso.

Mediante Auto Supremo 694/2017-RA de 8 de septiembre, cursante de fs. 619 a 621,


este Tribunal admitió el recurso de casación formulada por los recurrentes, para su
análisis de fondo.

II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO

De la atenta revisión de los antecedentes venidos en casación, se tiene lo siguiente:

II.1.        De la Sentencia.

En aplicación de Procedimiento Abreviado, el Juez Tercero de Instrucción


Cautelar Penal del Distrito Judicial de Cochabamba, mediante Sentencia de 25
de agosto de 2014, declaró a Jheyson Gonzales Quintana, autor de la comisión
del delito de Homicidio, previsto y sancionado por el art. 251 del CP,
imponiendo la  pena de ocho años de presidio, al establecer que el 1 de abril
de 2014, a horas 22:30, al llamado de la central radio patrulla 110, se
constituyó un investigador junto con personal de escena, al levantamiento de
cadáver de Miguel Ángel Montaño Montes de 32 años de edad, quien se
encontraba de cúbito dorsal sobre el piso presentando al examen físico externo
herida circular en región mamaria derecha, herida circular en región femoral
anterior derecha, con una cronología de muerte de una hora antes de la
investigación policial, siendo la probable causa de la muerte shock
hipovolémico por hemorragia y que el imputado Jheyson Gonzales Quintana en
forma libre y espontánea admitió el hecho denunciado, quedando establecida
su participación en él, además de haber declarado voluntariamente su
culpabilidad y renunciado a su derecho de ser juzgado en juicio ordinario.

II.2.        Del recurso de apelación restringida y su resolución.

       Los recurrentes formularon recurso de apelación restringida, alegando que la


sentencia emitida en procedimiento abreviado adolecería de los defectos,
previstos en el art. 370 incs. 1), 2), 3), 5) y 6) del CPP, siendo declarado
inadmisible por el Auto de Vista impugnado, con el argumento de que el
Código de Procedimiento Penal no determina de manera expresa ningún
recurso de impugnación contra la sentencia emitida en aplicación del
procedimiento abreviado.

III. VERIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE VULNERACIÓN DE


DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

En el caso presente, los recurrentes denuncian que el Tribunal de alzada declaró la


inadmsibilidad de su recurso de apelación restringida, bajo una interpretación errónea
de la jurisprudencia constitucional, sin ingresar al fondo de su planteamiento
particularmente el relativo a que no fueron notificados con el señalamiento de
audiencia de procedimiento abreviado para ejercer su derecho de oposición, por lo
que corresponde resolver la problemática planteada.

III.1. El Debido proceso y el derecho a recurrir.

Teniendo en cuenta que el presente recurso fue admitido ante la concurrencia


de los presupuestos de flexibilización, en consideración a que la parte
recurrente identificó como hecho generador de su recurso de casación la
determinación asumida por el Tribunal de alzada de declarar la inadmisibilidad
de su recurso de apelación restringida, es menester efectuar inicialmente una
precisión con relación a la garantía del debido proceso y al derecho de recurrir,
siendo que éste de acuerdo a lo sostenido por la doctrina, tiene como
fundamento en la capacidad de la falibilidad de los órganos jurisdiccionales; en
tanto, la falibilidad es inmanente a la condición de seres humanos, en tal
sentido Sergi Guasch Fernández sostiene que: "Se suele afirmar que el sistema
de recursos tiene su justificación en la falibilidad humana, y en la necesidad,
con carácter general, de corregir los errores judiciales" (El sistema procesal
civil en el Código Procesal Civil del Perú. Una visión de derecho comparado con
el derecho procesal español comparado. Congreso Internacional, Lima 2003,
Fondo de desarrollo editorial de la Universidad de Lima, pag. 166),
desenvolviéndose dicho fundamento en dos pilares: el primero, la falibilidad
humana del juzgador y el segundo, la necesidad también humana, de no
contentarse de una sola decisión que va tener consecuencias sobre los
intereses propios de las partes. En ese sentido, la vigente Constitución Política
del Estado, reconoce y garantiza la aplicación del debido proceso al
constituirse en un fundamento esencial del Estado Plurinacional, que tiene
entre sus fines y funciones esenciales garantizar el cumplimiento de los
principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados por la
Constitución.

Uno de los elementos constitutivos del debido proceso es el derecho a recurrir


de los fallos, previsto en el art. 180.II de la Constitución Política del Estado
(CPE), así como en los Convenios y Tratados Internacionales ratificados por el
país, que son parte de la jerarquía normativa definida en el art. 410.II de la
Ley Fundamental, tal el caso de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos cuyo art. 8.2. inc. h), establece que toda persona tiene derecho de
recurrir del fallo ante el Juez o Tribunal superior y en su art. 25, refiere que
toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los Jueces o Tribunales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales. Así también, lo ha
establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Sentencia
Herrera Ulloa Vs. Costa Rica, que señaló en su párrafo 158: " La Corte
considera que el derecho de recurrir del fallo es una garantía primordial que se
debe respetar en el marco del debido proceso legal, en aras de permitir que
una sentencia adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto y de
superior jerarquía orgánica. El derecho de interponer un recurso contra el fallo
debe ser garantizado antes de que la sentencia adquiera calidad de cosa
juzgada. Se busca proteger el derecho de defensa otorgando durante el
proceso la posibilidad de interponer un recurso para evitar que quede firme
una decisión que fue adoptada con vicios y que contiene errores que
ocasionarán un perjuicio indebido a los intereses de una persona ".

A lo expresado debe añadirse que la Constitución Política del Estado, proclama


los principios constitucionales de verdad material y el debido proceso entre
otros, conllevando a considerar el respeto de los derechos humanos y el
alcance de principios como el pro homine y pro actione; sobre el segundo, el
Tribunal Constitucional de Bolivia en la Sentencia Constitucional 0501/2011-R
de 25 de abril, con base a las normas contenidas en instrumentos
internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, señaló: “…el principio pro actione se constituye como el
deber de interpretar las normas procesales en el sentido más favorable a la
admisibilidad de la acción, lo que también evita pronunciamiento de
inadmisibilidad por defectos que puedan ser subsanados sin dar la oportunidad
de hacerlo, prohibiendo asimismo la discriminación al acceso de la justicia de
cualquier persona y brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones”.
El principio pro actione, que a la luz de la presente problemática, está
directamente vinculado con los derechos a la tutela judicial efectiva y al acceso
a la Justicia, es una manifestación del principio pro homine en el ámbito
procesal; en virtud del cual, la interpretación de una disposición legal,
debe hacerse en el sentido que sea lo más accesible posible a un
adecuado y recíproco sistema garantista, en el cual prevalezca más la
justicia que cualquier formalismo extremo que obstaculice u obstruya
una tutela constitucional efectiva.

Debe añadirse que el derecho de recurrir las decisiones judiciales incurso en el


art. 180.II de la CPE, debe ser ejercido en coherencia con los mecanismos
procesales que la propia legislación contenga, pues un entendimiento paralelo
acarrearía una desmesurada como innecesaria (por tanto perniciosa) actividad
procesal; en ese sentido, el goce de ese derecho debe ser armonizado con
ciertas exigencias procesales, como por ejemplo las formas, plazos y requisitos
que la ley procesal prevea para cada supuesto en específico;un elemento
importante también dentro del ejercicio de este derecho, es el
constituido por que la pretensión deba tener origen en un perjuicio
jurídico o agravio –ya sea de índole sustancial o formal– que pueda ser
considerado como efectivamente perjudicial para quien recurre ante
la jurisdicción. En ese ámbito, el agravio no puede constituirlo el que una
decisión judicial sea aparentemente contraria a los intereses de una de las
partes, sino que debe circunscribirse al resguardo de un interés legítimo en
ellas, para ser reclamada a través de los medios procesales idóneos y
habilitados por la norma. 

Esta Sala penal, en torno a la norma constitucional contenida en el art. 180.II


de la CPE, mediante Auto Supremo 013/2013-RRC de 6 de febrero, indicó que
el ejercicio del derecho a recurrir “…no implica desconocer las diferentes
posibilidades de organización de los distintos órdenes jurisdiccionales y
procesos, por tanto de igual manera instancias y recursos, de acuerdo con la
naturaleza de las pretensiones cuya satisfacción se inste y de las normas que
las fundamentan; cuando el legislador ha establecido un sistema de recursos,
configurando así la tutela judicial efectiva y el acceso a la justicia de un modo
concreto y determinado, las partes dentro de un proceso están obligados a
utilizar los recursos legalmente previstos en la forma y con los requisitos que
la ley prevé, tanto ordinarios como extraordinarios.

Bajo este entendimiento, el derecho de impugnación si bien está reconocido


constitucionalmente, está desarrollado por las normas de desarrollo
constitucional debiendo atenerse en cada caso a lo que establezcan las
mismas, correspondiendo a los órganos judiciales la verificación y control de la
concurrencia de los requisitos y presupuestos procesales que condicionan el
acceso a los mismos, empero este control debe efectuarse en la forma que sea
más favorable a la efectividad de los mismos. Por eso, la denegación o
inadmisión de un recurso no vulnera el derecho a la impugnación si viene
fundada en una causa legal que ha sido objeto de una interpretación
razonable y no puede ser sustituida por otra que, siendo permitida por el texto
legal y admisible en derecho, resulte más favorable a la efectividad del
derecho a acceder al recurso denegado. En consecuencia también, no debe
rechazarse o declararse inadmisible un recurso defectuoso interpuesto o
formalizado sin dar previamente ocasión a la subsanación de los defectos
advertidos, siempre que no tengan su origen en una actitud negligente o
maliciosa del interesado y no dañe la regularidad del procedimiento ni los
intereses de la parte contraria”.

III.2. Los derechos de la víctima.

El modelo de Estado asumido en Bolivia, se constituye en un verdadero Estado


constitucional de Derecho, establecido sobre valores universales y el principio
fundamental de legalidad, sin desechar los principios generales de soberanía
popular en el ejercicio del poder público y reforzando el principio de respeto y
vigencia de los Derechos Humanos, pues se establece un amplio catálogo de
derechos fundamentales, garantías constitucionales, principios y valores;
además, se señalan como fines y funciones del Estado, entre otras, el
garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes
reconocidos y consagrados en la Constitución (art. 9.4 de la CPE), se señalan
como deberes de los bolivianos y bolivianas el conocer, cumplir y hacer cumplir
la Constitución y las leyes, conocer, respetar y promover los derechos
reconocidos en la Constitución y la práctica de los valores y principios que
proclama la Constitución [art. 108 numerales 1), 2) y 3)], así como también
consagra de manera expresa el principio de legalidad y supremacía
constitucional en el art. 410.I de la CPE, señalando que: “Todas las personas,
naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones públicas e
instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución”, añadiendo
el segundo parágrafo que: La Constitución es la norma suprema del
ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra
disposición normativa (Sentencia Constitucional 0112/2012).

En ese ámbito normativo, la Constitución Política del Estado, asume una nueva
visión del principio de eficacia y la protección a la víctima, conforme a la
voluntad del constituyente -arts. 180.I y 113.I CPE-, a partir de estos
postulados fundamentales deben desarrollarse, la normatividad, la doctrina y la
jurisprudencia, orientando el sistema hacia un Estado más garantista y
respetuoso de los derechos humanos. 

Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas adoptó en la Asamblea


General del 29 de noviembre de 1985 en la Resolución Nº 40/34, la primera
declaración sobre la protección a la víctima: “Declaración sobre los
principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del
abuso de poder”, estableciendo los siguientes derechos de las víctimas:

Acceso a la justicia y trato justo: Las víctimas deben ser tratadas con
compasión y  respeto a su dignidad, superando los paradigmas del proceso
penal para facilitar el acceso y permitir el pago por los daños y perjuicios
ocasionados por la existencia de un hecho delictivo, para ello los procesos
judiciales y administrativos deberán adecuarse a las necesidades de la víctima,
el resarcimiento y la asistencia.

Sobre los derechos de las víctimas, la Corte Constitucional de Colombia, en la


Sentencia C- 277/98, emitió el siguiente discernimiento: “Los derechos de las
víctimas del proceso penal y, en particular a la indemnización de perjuicios, no
son sólo una manifestación de los derechos de justicia e igualdad sino  que se
constituyen también en una expresión de los deberes
constitucionales del Estado. "(…).

Dentro de la concepción de Estado social de derecho, que reconoce como


principios esenciales la búsqueda de la justicia y el acceso a la misma, el
derecho procesal penal no sólo debe operar, como manifestación del poder
sancionador del Estado, a favor del incriminado, sino que  debe procurar
también por los derechos de la víctima. Debe entonces -el proceso penal-
hacer compatibles los intereses de ambos sujetos procesales,  pues, el
perjudicado con el delito no puede convertirse en una pieza suelta e
ignorada por la política criminal del Estado ya que, como se ha
explicado, los derechos de los sujetos procesales constituyen valores y
principios reconocidos por la Constitución Política”.

En este mismo marco, la jurisprudencia constitucional refiriéndose a la


revalorización de la víctima en el proceso penal, mediante la SC 01388/2011-R,
del 30 de septiembre señaló:

“Debemos tener presente que todo hecho punible genera como su natural
efecto, una colisión entre las garantías fundamentales de la víctima, del
imputado y en último término de la sociedad; por ello, el debido proceso se
muestra en toda su intensidad como la única lógica para resolver los conflictos
penales.

En ese marco, la Constitución Política del Estado, asume una nueva visión
sobre la protección a la víctima; así tenemos el art. 113.I. A partir de éste
postulado fundamental deben desarrollarse la normatividad, la doctrina y la
jurisprudencia, orientando el sistema constitucional hacia un Estado más
garantista y respetuoso de los Derechos Humanos.

Si bien es el Estado el que asume el ius puniendi; actualmente cobran


importancia trascendental los derechos de la víctima, que antes pasaron a un
segundo plano, por ello, desde que el Estado se hace cargo de procesar y
sancionar a los delincuentes, éste debe garantizar a la víctima un mínimo de
condiciones que permitan su recuperación moral y material; por ello debe
formarse conciencia en torno que, necesariamente, se requiere lograr un justo
equilibrio entre los derechos constitucionales de la víctima y las garantías
procesales del imputado, que naturalmente nadie niega y todos deben
respetar; así encontramos entre los valores en el que se sustenta el estado
Plurinacional, el `equilibrio`y `el bienestar común´ reconocidos por el art. 8.II
de la CPE; valores éstos que forman parte del concepto `buen vivir´y del
modelo boliviano de ´Estado de Derecho del vivir bien`, asumiendo el Estado
una responsabilidad fundamental.

(…)

En la misma línea, se constata que existe una revalorización de la víctima en


este nuevo modelo de Estado Constitucional, plasmado en el art. 121.II de la
CPE que determina que: `La víctima en un proceso penal podrá intervenir de
acuerdo con la ley, y tendrá derecho a ser oída antes de cada decisión judicial.
En caso de no contar con los recursos económicos necesarios, deberá ser
asistida gratuitamente por una abogada o abogado asignado por el Estado`;
norma que claramente amplía los derechos establecidos en el Código de
Procedimiento Penal que en su art. 11, modificado por la Ley 007 de 18 de
mayo de 2010, establece: `La víctima por si sola o por intermedio de un
abogado, sea particular o del Estado, podrá intervenir en el proceso penal
aunque no se hubiera constituido en querellante`.

Asimismo, refiriéndose a la víctima, el art. 77 del CPP, establece que: ´Aun


cuando la víctima no hubiera intervenido en el proceso, deberá ser informada
por la autoridad responsable de la persecución penal sobre sus derechos y por
el juez o tribunal sobre los resultados del proceso, bajo responsabilidad que
corresponda en caso de incumplimiento´.

Por su parte, el art. 76 del CPP, revoluciona el concepto de víctima e incluye


en el término no solo a las personas directamente ofendidas por el delito sino
también al cónyuge o conviviente, a los parientes y otros.

En coherencia de dichas normas procesales penales, y dando concreción a los


derechos de la víctima, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en la SC
1173/2004-R de 26 de julio, señaló el equilibrio necesario que debe existir
entre el respeto a los derechos del imputado y de la víctima, conforme al
siguiente entendimiento: `…tanto los derechos del imputado como los de la
víctima pueden encontrar equilibrio si se respetan los lineamientos procesales
del Código de procedimiento, pues como ha quedado establecido, la opción
política asumida por el Estado Boliviano 'asigna dos fines al sistema procesal
penal (igual de importantes uno y otro): garantiza la libertad del ciudadano y
la seguridad de la sociedad. En este orden de cosas, en el sistema penal
elegido, destacan dos derechos de amplio contenido y realización material: el
derecho al debido proceso y a la tutela judicial efectiva'.

Así, SC 1859/2010-R de 25 de octubre, reiterando lo señalado por la SC


1844/2003-R de 12 de diciembre, dijo que: Se considera víctima a la persona
directamente ofendida por el delito, la que puede participar en el proceso
como querellante, pero aun cuando no hubiere participado en el proceso en tal
calidad, es obligación del fiscal, juez o tribunal y bajo su responsabilidad,
informarle sobre el resultado de las investigaciones y el proceso, pues ésta (la
víctima) tiene derecho a ser escuchada antes de cada decisión que implique la
extinción o suspensión de la acción penal y, en su caso, a impugnarla…” .

Consiguientemente, en un Estado Constitucional de Derecho, el razonamiento


de los jueces debe partir de la Constitución  y en caso de que exista un choque
jurídico entre los derechos de víctima como las del imputado -considerando
que todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente
aplicables y gozan de igualdad de garantías para su protección (art. 109 de la
CPE)- el juzgador debe buscar el estándar más alto según cada caso
concreto, para que partir de la ponderación, resuelva la causa siempre en
busca de la eficacia de los derechos y garantías constitucionales llegando sobre
todo a efectivizar el valor justicia, pues no debe olvidarse que el principio de
aplicación directa de los derechos, como sostuvo la Sentencia Constitucional
Plurinacional 0121/2012, supone la superación formalista del sistema jurídico y
se constituye en un postulado para consolidar el valor normativo de la
Constitución Política del Estado:

“…la premisa en virtud de la cual se debe asegurar la eficacia máxima de los


derechos fundamentales, exige en términos de teoría del derecho, la
superación de una concepción ius-positivista y formalista del sistema jurídico,
e implica la adopción de postulados jurídicos enmarcados en cánones
constitucionales no solamente destinados a limitar el poder, sino
fundamentalmente direccionados a consagrar y consolidar la vigencia material
de los derechos fundamentales.
(…) el principio de aplicación directa y eficaz de los derechos fundamentales,
constituye un postulado que consolida el valor normativo de la Constitución,
por el cual, los derechos fundamentales tienen una efectividad plena más allá
de un reconocimiento legislativo o de formalismos extremos que puedan
obstaculizar su plena vigencia, aspecto que caracteriza la 'última generación
del Constitucionalismo', en el cual, el fenómeno de constitucionalización del
ordenamiento jurídico, se consagra y alcanza su esplendor a través del
principio de aplicación directa de los derechos fundamentales, el cual se
materializa a través del nuevo rol de las autoridades jurisdiccionales en su
labor de interpretación constitucional acompañada de una coherente teoría de
argumentación jurídica”.

III.3.        El procedimiento abreviado como mecanismo de simplificación


procesal.

En el convencimiento de que la persecución penal previa a la vigencia del


actual Código de Procedimiento Penal, perdió su perspectiva en el entendido
de que frecuentemente los intereses del Estado no resultaban compatibles con
los de la víctima, en la necesidad de regular normativamente soluciones
razonables y prontas al conflicto procesal penal, a la indebida selección de
causas y procesos penales como medios de extorsión y a las limitaciones del
Ministerio Público de investigar y llevar a juicio todos los casos que ingresaban
al sistema penal, entre otras variadas razones, es que el legislador boliviano
vio por conveniente dotar criterios de selección no arbitrarios e injustos, sino
que respondan a objetivos de política criminal a través de figuras que
encuentren sustento en la concepción encaminada a reducir el protagonismo
del sistema penal tradicional y como una respuesta a la incapacidad de otorgar
a las partes una solución bajo los principios de celeridad, eficacia y eficiencia,
que en forma posterior en la Constitución Política del Estado de 2009, fueron
establecidos como principios sobre los cuales se fundamenta la jurisdicción
ordinaria, colaborando además en la búsqueda del máximo aprovechamiento
de recursos de la administración de justicia.

Es así, que se concibió la necesidad de incorporar determinados institutos


procesales, producto del sinceramiento del sistema de justicia penal frente a la
imposibilidad real de perseguir todos los casos que llegaban a su conocimiento,
regulándose en consecuencia en el Código de Procedimiento Penal, los criterios
de  oportunidad previstos por el art. 21 de la citada norma, como mecanismos
de descongestión temprana, la Suspensión Condicional del Proceso y la
Conciliación, concebidas en estricto sentido como salidas alternativas y el
Procedimiento Abreviado como un mecanismo de simplificación procesal, en el
entendido de que su objetivo es abreviar y provocar una solución pronta
cuando no inmediata a la Litis y que a su vez su aplicación permita el
descongestionamiento y la oxigenación del sistema penal, la concentración del
Estado en la persecución de los ilícitos penales más graves y la permisión de
acuerdos que generen una solución rápida y eficiente del conflicto.

En Bolivia, el procedimiento abreviado fue incorporado al sistema procesal


penal con el vigente Código de Procedimiento Penal (Ley 1970 de 25 de marzo
1999): “Cuya aplicación sólo puede ser solicitada por los acusadores,
constituye una simplificación de los trámites procesales, ya que se elimina el
debate oral, público y contradictorio, quedando el juez plenamente facultado
para dictar la sentencia sobre la base de la admisión de los delitos por parte
del propio imputado”. (Comisión Redactora, exposición de motivos del Código
de Procedimiento Penal. http://www.procedimientopenal.com.bo/).

En estas condiciones, el procedimiento abreviado es una opción legal: “… que


tiene el MP para evitar el juicio oral por motivos de utilidad social o por
razones político criminales”, fundamentándose en los principios de objetividad
y probidad que deben presidir las actuaciones y decisiones del Ministerio
Público establecidos en el art. 72 del CPP. (Herrera Añez, William. El proceso
penal boliviano. Editorial Kipus. Año 2007. Pág. 372).

Para que sea efectiva la aplicación del procedimiento abreviado o alegación pre
acordada, deben concurrir los presupuestos exigidos por el art. 373 del CPP y
la comprobación de la veracidad de los hechos que dieron origen a la
investigación y emisión del requerimiento conclusivo, cuya resolución en
definitiva dependerá del Juez que conoce la causa y en audiencia pública,
identificando la norma tres momentos procesales para su formulación y
aplicación: a) Al finalizar la investigación preliminar conforme el art. 301 inc.
4) del CPP; b) A la conclusión de la etapa preparatoria de acuerdo al art. 323
inc. 2) del citado Código; sin perjuicio, de que las partes puedan proponer su
aplicación, en ejercicio de la facultad que el art. 326 inc. 7) del CPP, reconoce
a las partes; y, c) Durante la audiencia de juicio hasta antes de dictada la
Sentencia, conforme las modificaciones introducidas por la Ley 586 de
“Descongestionamiento y efectivización del sistema procesal penal”.

Respecto al trámite, el art. 374 de la norma adjetiva penal señala que: “En
audiencia oral el juez escuchará al fiscal, al imputado, a la víctima o al
querellante, previa comprobación de: 1) La existencia del hecho y la
participación del imputado; 2) Que el imputado voluntariamente renuncia al
juicio oral ordinario; y, 3) Que el reconocimiento de culpabilidad fue libre y
voluntario”; esto significa que, una vez presentado el requerimiento conclusivo
de procedimiento abreviado, el Juez o Tribunal de la causa señalará día y hora
para el verificativo de la audiencia, determinación que deberá ser puesta en
conocimiento de las partes que intervendrán en dicha actuación, donde serán
escuchadas con finalidades distintas: En el caso del representante del
Ministerio Público, para fundamentar oralmente su requerimiento conclusivo, al
imputado para la admisión de su participación en el hecho atribuido; en cuyo
mérito, resulta recomendable que las preguntas efectuadas por el Juez o
Tribunal hacia el imputado sean formuladas de manera abierta y no cerrada,
de modo que su versión resulte creíble y verosímil, además de la constatación
de que la renuncia al juicio oral ordinario fue voluntaria y a la víctima para
que pueda en su caso oponerse a la aplicación del procedimiento
abreviado.

De manera particular, la víctima o el querellante, conforme el tercer párrafo


del art. 373 del CPP, podrá plantear su oposición fundada a la aplicación del
procedimiento abreviado, derecho que debe ser respetado y garantizado
durante la tramitación del referido mecanismo de descongestionamiento
procesal, pues la víctima o querellante puede ejercerlo por todos los medios
legales previstos, una vez tenga conocimiento de la pretensión de aplicación
del procedimiento abreviado y del contenido del requerimiento conclusivo
formulado por parte del Fiscal, además del derecho de participar en la
audiencia a ser señalada por el Juez cautelar para el trámite y resolución de
procedimiento abreviado. De modo que establecer limitaciones a este derecho
de oposición, significaría vulnerar el derecho que tiene la víctima de oponerse
a tal pretensión, entendido como la posibilidad a expresar su disconformidad
con una petición, la que puede ser aceptada o no por el juzgador.

En cuanto a las razones que fundarían la oposición de la víctima a la aplicación


del procedimiento abreviado el Auto Supremo 642/2016-RRC de 24 de agosto,
efectuó el siguiente entendimiento: “(…) la oposición de  la víctima podrá
fundarse en el hecho de que el acuerdo suscrito entre la
representación del Ministerio Público, el imputado y su defensor, no
observe el principio de legalidad, por la falta de consideración de
circunstancias fácticas que incidan en la calificación jurídica de la
conducta del imputado, establecida incluso en una eventual
acusación particular o en la solicitud de imposición de una pena que
no se encuadre a los límites establecidos por la norma sustantiva,
considerando que la normativa expresamente establece en el art.
374 del CPP, que la condena no podrá superar la pena requerida por
el fiscal; pero también cuando considere la víctima que la realización
del juicio oral permita un mejor conocimiento de los hechos, habida
cuenta que los dos supuestos previstos en el art. 373.II del CPP, no
resultan excluyentes”.
               
No puede dejarse de mencionar que de conformidad al art. 124 del CPP, toda
las resoluciones que se emitan en la sustanciación del procedimiento abreviado
deben estar debidamente fundamentadas, tal el caso de la resolución que
rechace la aplicación del procedimiento abreviado o acoja la oposición de la
víctima a su aplicación, la que desestime la oposición de la víctima y
finalmente la sentencia, previa verificación de la concurrencia de todos los
requisitos de procedencia y de la comprobación de los aspectos descritos en el
art. 374 del CPP, así lo asumió este Tribunal en la circular Nº 20/08 de 18 de
junio, al enfatizar que en audiencia la resolución debe ser fundamentada con
relación precisa de los hechos, cumplimiento de presupuestos de procedencia y
fundamentos de derecho aplicables; es decir, que la sentencia deberá contar
con una fundamentación fáctica con la clara precisión del hecho y de las
circunstancias que motivan la causa, a los fines de tener con exactitud y
precisión, el objeto del proceso que permita por un lado la imposibilidad de un
nuevo juzgamiento en contra del mismo imputado bajo el principio no bis in
idem y por otro de ejercer el control de legalidad en cuanto a la subsunción
correcta del hecho al marco descriptivo penal.

               También deberá contar con una fundamentación probatoria, pues si bien el
desarrollo de la audiencia es oral, pública y continua, pero no contradictoria, la
sentencia no sólo puede fundarse en el reconocimiento de la culpabilidad del
imputado, sino en la acreditación de la existencia del hecho y la participación
del imputado, a través de los elementos probatorios; en ese sentido, se tiene
el entendimiento contenido en la Sentencia Constitucional 1659/04-R de 11 de
octubre que precisó: “Con relación a la aplicación de esta salida alternativa, es
necesario señalar, que la solicitud de procedimiento abreviado, contiene
implícitamente una acusación formal, en la que se solicita la pena requerida;
por ello, es necesario presentar junto a la misma, todos los elementos
probatorios, expresando lo que se pretende demostrar con cada uno de éstos;
por lo que no es suficiente contar con el acuerdo del imputado y su defensor
(…)”, por ello incluso en los Instructivos 005/01 y 410/08 de 16 de junio,
emitidos por la Fiscalía General de la República, se advierte que en esta salida
alternativa, los fiscales deberán cumplir con los requisitos previstos para la
acusación y presentar las pruebas respectivas, debiendo ser acompañadas a la
acusación.
Además, la Sentencia de procedimiento abreviado, deberá contar con una
fundamentación jurídica, momento en el cual a partir de la identificación de los
aspectos fácticos atribuidos en el requerimiento conclusivo de acusación -aún
si la consideración del mecanismo procesal se da en la sustanciación del acto
de juicio-, corresponderá a la autoridad judicial subsumirlos en tal o cual
norma sustantiva, no siendo suficiente la mera enunciación del tipo o tipos
penales atribuidos al imputado, sino a partir de la cita de los preceptos legales
a ser aplicados y en su caso de una somera indicación de los aspectos
necesarios relativos a la teoría del delito que resulten aplicables; el Juez o
Tribunal deberá establecer por qué estima que se está ante una acción típica,
lo que importa la concurrencia de los elementos descriptivos y normativos del
tipo penal en cuestión, además de antijurídica, culpable y finalmente sujeta a
una sanción; en este ámbito de fundamentación, también deberá proceder a la
motivación en el momento de la individualización de la pena, precisando las
razones que justifican su aplicación al caso concreto, siempre en observancia
del principio de legalidad, de tal forma que la pena requerida y a ser impuesta,
considere los mínimos y máximos de pena prevista por la norma sustantiva,
considerando que si bien la condena impuesta no puede superar la pena
requerida por el fiscal, no existe óbice alguno para que el Juez imponga una
sanción menor a la requerida.

III.4. La impugnabilidad de las resoluciones emitidas en el procedimiento


abreviado.

Con relación a esta temática, en principio cabe puntualizar que la formulación


de un recurso o medio de impugnación durante la tramitación de la causa,
obliga al Juez o Tribunal verificar los aspectos objetivos y subjetivos a tiempo
de efectuar el juicio de admisibilidad del recurso, teniendo en cuenta la
impugnabilidad objetiva y subjetiva, derivando la primera del reconocimiento
expreso de que no todas las resoluciones son impugnables en el tramitación
del proceso penal, conforme se infiere de las previsiones del art. 394 primer
párrafo del CPP, que establece que: “Las resoluciones judiciales serán
recurribles en los casos expresamente establecidos por este Código”; en tanto
que la segunda, la impugnabilidad subjetiva, alude a que el poder de recurrir
se otorga exclusivamente a determinados sujetos procesales; en ese sentido,
el segundo párrafo del citado art. 394 del Código Adjetivo de la materia, señala
que: “El derecho de recurrir corresponderá a quien le sea expresamente
permitido por ley, incluida la víctima aunque no se hubiese constituido en
querellante”.  

Con esta precisión y conforme se anota en el acápite III.3. del presente fallo,
en la sustanciación del procedimiento abreviado se identifican tres resoluciones
judiciales relevantes: la primera, por la cual la autoridad judicial adopta la
decisión de rechazar la aplicación del procedimiento abreviado o acoger la
oposición fundada de la víctima; la segunda, aquella que desestima dicha
oposición; a cuyo efecto, en resguardo del derecho de las partes de contar con
una resolución debidamente fundamentada, en todos estos casos deberá
adoptar la forma de Auto Interlocutorio conforme la descripción del art. 123
del CPP, advirtiéndose que estas resoluciones en razón a su naturaleza, no se
hallan previstas dentro de los incs. 1) al 10) del art. 403 del CPP, menos en los
arts. 373 y 374 del citado Código, que no prevén algún medio de impugnación
en contra de dichas resoluciones, si se toma en cuenta lo establecido por el
art. 403 del CPP, de modo que aplicando el criterio rector del art. 394 del
referido Código, en sentido de que las resoluciones judiciales serán recurribles
en los casos expresamente establecidos por este Código, puede sostenerse la
carencia de impugnabilidad objetiva respecto a dichas resoluciones al no existir
un recurso previsto por la norma procesal penal. Y la terceraresolución
relevante, es la sentencia que se emita una vez cumplidos los requisitos de
procedencia del procedimiento abreviado.

Ahora bien, con relación a la impugnabilidad de la sentencia, en principio 


resulta ilustrativo tomar en cuenta que una vez promulgado el vigente Código
de Procedimiento Penal, se desarrolló un proceso de implementación con
participación de todos los operadores de justicia como policías, fiscales,
defensores y jueces del país, siendo valioso el aporte y apoyo de
organizaciones internacionales como la Cooperación Técnica Alemana, entre
otras, que se objetivizó a través de publicaciones conteniendo estudios,
comentarios y análisis respecto al nuevo instrumento legal, siendo relevante
destacar que en ese proceso se asumió invariablemente la posición de que la
sentencia emitida en procedimiento abreviado puede ser impugnada a través
del recurso de apelación restringida, sustancialmente en consideración a las
características, requisitos y efectos de dicha mecanismo procesal, así se tiene
el artículo intitulado: “El procedimiento Abreviado en el Sistema Procesal Penal
Boliviano”, que dejó sentado el siguiente criterio: “Al ser la sentencia
condenatoria y definitiva; es posible, pues, deducir que es pasible de ser
recurrida de apelación restringida y hasta muy probablemente, si el caso se
diera, de casación. Se trata, por ende, de los mismos recursos de apelación
restringida y casación de cualquier sentencia según las reglas comunes,
aunque la lógica permite suponer que es sumamente peregrina su
interpretación. Ello porque la dinámica misma del procedimiento abreviado
implica un consenso de partes; y por lo tanto, se torna infrecuente la
existencia de un agravio que lleve al fiscal o al imputado a intentar la vía
recursiva.

               Solo la eventualidad de una sentencia absolutoria o de una condena que


disminuya grandemente el monto de la pena solicitada, lleva a imaginar un
supuesto donde exista interés del fiscal en recurrir la sentencia. La peripecia
de que el imputado intente impugnar la sentencia podría ser totalmente
aceptable; toda vez, que el acuerdo no autoriza a presumir una renuncia a la
aplicación de las reglas constitucionales del debido proceso.
               
               Acaso sean los excluidos del acuerdo, -querellante, víctima y actor civil-
quienes se presenten como los posibles recurrentes si resultan agraviados
creyendo que la pena impuesta está muy por debajo de la magnitud del hecho
y no basándose estrictamente en el material probatorio recolectado”.
(Reflexiones sobre el Nuevo Procesal Penal Boliviano. GTZ. Talleres Gráficos
Gaviota del Sur S.R.L. 2007, pag. 39)”.

               Similar criterio es asumido en el trabajo titulado “Guía de Solución de


Problemas Prácticos en Salidas Alternativas”, también publicado por la GTZ,
que asume que la sentencia emitida en el abreviado como cualquier otra
Sentencia, debe ser necesariamente fundamentada, pues: “(…) no se debe
olvidar que esta sentencia puede ser objeto de apelación restringida, por lo
que la sentencia deberá reunir los mismos requisitos que para cualquier otra
sentencia” (pag. 277) y ante el planteamiento de las preguntas ¿Cuáles son los
medios de impugnación tratándose del procedimiento abreviado? ¿Se puede
apelar la Sentencia?,  refiere que: “La sentencia que se dicta dentro de este
procedimiento, es una sentencia como cualquier otra y por tanto, caería dentro
de la previsión de la última parte del art. 407 del CPP, que referiéndose al
recurso de apelación restringida, indica que este recurso sólo podrá ser
planteado contra las sentencias y con las limitaciones establecidas por la
normativa respectiva (requisitos de fondo y forma) (pag. 290).

               En esa misma lógica, la Sentencia Constitucional 0100/2004-R de 21 de


enero, previa referencia al art. 407 CPP, precisó lo siguiente: “ De la norma
procesal citada, se establece que el recurso de apelación restringida procede
únicamente con relación a sentencias, las que pueden emerger como
consecuencia de: 1) la realización del juicio ordinario sujeto a las previsiones
contenidas en los arts. 329 al 372 CPP; y, 2)  la aplicación del
procedimiento especial denominado abreviado  conforme a las
disposiciones señaladas en los arts. 373 y 374 del cuerpo legal citado.
Consecuentemente  emitida la sentencia por el Juez de Instrucción en
ejercicio de la competencia asignada por el art. 54.3) CPP, puede ser
impugnada a través  del recurso de apelación restringida por inobservancia
o errónea aplicación de la ley ”, criterio que fue reiterado uniformemente
en las gestiones posteriores  a la emisión de ese fallo,  conforme se
tiene de las Sentencias Constitucionales  1008/2005-R de 29 de
agosto, 055/2007-RCA de 14 de febrero, 1716/2010-R de 25 de
octubre, 1708/2011-R de 21 de octubre, 220/2012 de 24 de mayo,
586/2013-L de 28 de junio y 165/2015-S1 de 26 de febrero, entre
otras. 

Por su parte, este Tribunal por Auto Supremo 397 de 23 de julio de 2004


señaló que:  “De conformidad con el art. 416 concordante con el art. 50 del
Código de Procedimiento Penal, el recurso de casación es procedente para
impugnar Autos de Vista dictados por las Cortes Superiores que resuelvan las
apelaciones restringidas interpuestas contra las sentencias de primera
instancia”,  entendimiento que fue reiterado en el Auto Supremo 628 de 27 de
noviembre de 2007, al precisar que: “...el recurso de casación únicamente
procede para impugnar autos de vista dictados por las cortes superiores en
ejercicio de la competencia reconocida por el art. 51 inc. 2) del Código de
Procedimiento Penal, es decir, en la sustanciación y resolución del
recurso de apelación restringida que procede exclusivamente
respecto a Sentencias emergentes de juicios sustanciados ante el
tribunal de sentencia y juez de sentencia o como consecuencia de
la aplicación del procedimiento abreviado por parte del juez de
instrucción",  siendo asumido también este criterio de manera uniforme por
este Tribunal hasta la fecha de emisión de la presente resolución, al efectuar el
análisis de impugnabilidad objetiva respecto al recurso de casación.
Debe añadirse que el Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica, del
cual el Tribunal Constitucional en reiteradas ocasiones ha dejado constancia,
es Tributario del vigente Código de Procedimiento Penal, al regular el
procedimiento abreviado entre los procedimientos especiales, establece en el
art. 373, al hacer referencia a sus efectos lo siguiente: “Contra la sentencia
será sólo admisible el recurso de casación, interpuesto por el ministerio público
o por el imputado y su defensor”, debiendo anotarse que dicho Código en su
art. 342 establece:  ”Motivos. El recurso de casación sólo podrá ser fundado en
que la sentencia se basa en la inobservancia o errónea aplicación de un
precepto legal.

Cuando el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente


aplicado constituya un defecto del pronunciamiento, el recurso sólo será
admisible si el interesado ha reclamado oportunamente su subsanación o
hecho protesta de recurrir en casación, salvo en los casos del artículo
siguiente”; es decir, en los mismos motivos que en la legislación boliviana
procede el recurso de apelación restringida conforme el art. 407 del CPP,
agregando el art. 344 del Código Modelo: “Los recursos sólo concernientes a
los intereses civiles no permitirán modificar o revocar la resolución en contra
del recurrente, si no ha interpuesto el recurso la parte contraria”.

Con base a todo lo expuesto en cada uno de los acápites desarrollados


precedentemente, no resulta sostenible para esta Sala Penal facultada a
resolver el presente recurso conforme el art. 184.1) del CPE y en ese ámbito a
sentar jurisprudencia de acuerdo al art. 42.I.3) de la LOJ, asumir de manera
categórica que la sentencia emitida en procedimiento abreviado no
pueda impugnarse con el argumento de que los arts. 373 y 374 del
CPP no prevén expresamente la procedencia de un medio de
impugnación, en razón que si esa hubiese sido la intención del legislador, lo
hubiese establecido así en la norma tal como sucede respecto a otros tipos de
resolución como los casos previstos en los arts. 311 y 342 del CPP, que prevén
que la resolución que dirima el conflicto de competencia no admite recurso
ulterior y que el Auto de apertura del juicio no será recurrible,
respectivamente, menos se establecen en las disposiciones relativas al
abreviado, limitaciones a la impugnabilidad subjetiva como sucede en el caso
del art. 24 del CPP, que señala que la suspensión condicional del proceso sólo
será apelable por el imputado y únicamente, cuando las reglas sean ilegítimas,
afecten su dignidad o sean excesivas. Debe agregarse, que menos podrá
sostenerse la inimpugnabilidad en un criterio jurisprudencial referido a la
decisión de rechazo del procedimiento abreviado, dado que al constituirse en
un Auto Interlocutorio, difiere en su naturaleza y efectos a una sentencia.

Ahora bien, la recurribilidad de una sentencia emitida en un procedimiento


abreviado, no sólo se funda en la mención del tipo de resoluciones que pueden
ser impugnadas a través del recurso de apelación restringida conforme el art.
407 parte final del CPP que señala: “Este recurso sólo podrá ser planteado
contra las sentencias y con las limitaciones establecidas en los artículos
siguientes”, sin que las normas previstas por los arts. 408 a 415 del CPP
prevea alguna con relación a la sentencia emitida en el abreviado, sino
también en la necesidad de asumir una interpretación a la luz de los
principios y garantías establecidas en la Constitución Política del
Estado y los instrumentos internacionales, que garanticen
plenamente el derecho a recurrir dentro de todo proceso judicial
incluido el penal.

En ese sentido, conforme la regulación prevista en los arts. 373 y 374 del CPP,
en el procedimiento abreviado el objeto estará integrado por un hecho
histórico susceptible de encuadrarse a un tipo penal; y por ende, por la
solicitud de imposición de una sanción, siendo su quantum en la práctica
forense el factor determinante para el acuerdo del fiscal, imputado y su
defensor, pudiendo a partir de ese objeto presentarse situaciones
contrarias al principio de legalidad y en su caso a las garantías y
derechos constitucionales que justifiquen la impugnación de la
sentencia en el ámbito de los defectos previstos por los arts. 370 y
169 del CPP, en atención al eventual perjuicio o agravio a las
distintas partes procesales que intervienen en la causa,así desde
la posición del imputado, resulta razonable una impugnación a la sentencia
cuando el juzgador lo condene por un hecho distinto al atribuido en el
requerimiento fiscal; sea condenado por el mismo hecho, pero se le imponga
una pena más grave que la solicitada por la representación del Ministerio
Público; se le imponga una sanción que aun siendo acordada, no considere las
disposiciones contenidas en los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP (siendo
responsabilidad del fiscal fundamentar su requerimiento sobre los motivos por
los cuales impetra una pena determinada considerando la concurrencia de
atenuantes y agravantes) o que en la tramitación de los presupuestos y
realización de la audiencia no se hayan respetado los derechos y garantías del
imputado; siendo necesario enfatizar a esta altura del análisis, que la actuación
del Juez tendrá el fin de asegurarse que el imputado prestó su acuerdo al
procedimiento abreviado en forma libre y voluntaria, que conociese su derecho
a exigir un juicio oral, que entendiese los términos del acuerdo y las
consecuencias que éste pudiere significarle y además que no hubiese sido
objeto de coacciones ni presiones indebidas de parte del fiscal o de terceros,
que permitan en ese contexto constatar además al Juez que el imputado
accedió a una efectiva defensa técnica.
Sobre el particular, es útil considerar el criterio desarrollado por la Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema del Perú que en la R.N. N 2925 -2012 de 25
de enero de 2013, ante un recurso de nulidad interpuesto por el representante
del Ministerio Público contra una Sentencia emitida bajo el instituto de la
conformidad procesal, declaró nula la sentencia impugnada con el siguiente
razonamiento:“Que la sentencia recurrida se dictó como consecuencia de la
conformidad del acusado y su defensa con la acusación fiscal en la primera
fase del juicio oral, como consta del acta de fojas trescientos cinco vuelta. El
instituto de la conformidad procesal se sustenta en el principio del consenso y
supone una aceptación libre e informada -con el concurso del abogado
defensor- por el imputado.

En el presente caso el imputado ingresó al juicio oral con una conducta


procesal de rechazo de los cargos, como consta de su manifestación de fojas
diecinueve e instructiva de fojas ciento cinco; y con la posición favorable a su
línea fáctica de defensa por su coimputado Rodríguez Bueno (manifestación de
fojas trece e instructiva de fojas ciento uno), quien se acogió al proceso
especial de terminación anticipada.

Sorprende su acogimiento a la conclusión anticipada del debate oral y, más


aún, que su abogado en su alegato de clausura exprese que si bien el día de
los hechos acompaña a su coencausado Rodríguez Bueno, no sabía que este
último portaba droga. Esa invocación es de inocencia y de ausencia de dolo
respecto de su presencia con Rodríguez Bueno, el mismo que era la persona
que escondía droga adherida a su cuerpo.

(…)

Que, siendo así,  es evidente que el imputado careció de una defensa


efectiva, pues la información jurídica que le proporcionó fue a todas
luces equivocada. Como el defensor indujo a error al imputado para
la aceptación de los cargos -una persona con primaria incompleta
que se dedica a la agricultura en Huanta-, ésta no puede ser
calificada de espontánea y voluntaria. Este vicio de la voluntad
-error- determina la falta de eficacia jurídica del procedimiento de
conclusión anticipada del debate oral”.

Desde la posición del Ministerio Público, resulta razonable que la


impugnación de la sentencia se haga efectiva cuando se condene al imputado
por el mismo hecho acusado, pero se imponga una pena más leve que la
solicitada en su requerimiento, que en la sentencia en observancia del
principio iura novit curia, se modifique la calificación a un tipo penal más
benigno que el acusado por el fiscal e imponga al imputado una pena más leve
que la solicitada y considerando al querellante o víctima, la impugnación de
la sentencia resulta justificable cuando cuestione que la sentencia no reúna
requisitos como la debida enunciación del hecho y circunstancias que fueron
objeto del proceso, cuando la condena emerja de una errónea calificación
jurídica de la conducta del imputado, que se imponga una sanción leve que no
considere agravantes o que se haya inobservado en defectos que hayan
impedido el ejercicio de su derecho a la oposición.

Y claro está, cualquiera de estas partes estará legitimada para impugnar la


sentencia emitida en un procedimiento abreviado, cuando no se observe el
deber impuesto a toda autoridad judicial de fundamentar sus resoluciones
judiciales, sin que la sentencia emitida en este procedimiento especial, se halle
exenta de la observancia de un deber vinculado al ejercicio de un derecho que
atañe al debido proceso.

A mayor abundamiento, se tiene que incluso la opinión de autores que


desarrollan la figura de la “conformidad”, conciben limitaciones pero no
absolutas a la impugnación de la sentencia del abreviado, como el caso del
autor español Vicente Gimeno Sendra que precisa: “Los efectos de la sentencia
de conformidad son los propios de cualquier sentencia firme: los de la cosa
juzgada. Contra las sentencias de estricta conformidad no cabe recurso alguno
porque `nadie puede ir contra sus propios actos´; en cambio, si la sentencia
es absolutoria o contiene menos quantum de pena que el solicitado por las
partes acusadoras pueden dichas partes ejercitar contra la sentencia
de conformidad los medios de impugnación pertinentes…” o del autor
nacional William Herrera Añez, en sentido de que: “(…) como el
reconocimiento de culpabilidad constituye, en el fondo,  una declaración de
voluntad unilateral del imputado y de su defensa, no puede alegar al mismo
tiempo, la vulneración de los derechos fundamentales y  garantías del debido
proceso ni podrá apelar de la sentencia condenatoria. Si bien es cierto que
toda sentencia se puede impugnar, no es menos cierto que en este caso debe
imperar el principio de que nadie puede ir en contra de sus propios actos y
decisiones. Así, reconocido el hecho, no puede posteriormente el imputado o
modificarlo, menos impugnarlo, salvo que se hubieran vulnerado
precisamente, las previsiones contenidas para estos casos en el
Código procesal; por ejemplo, que el juez haya impuesto una pena
mayor a la pedida por el fiscal” (Derecho Procesal. El Proceso Penal
Boliviano. Tercera Edición. Grupo editorial Kipus. 2015. Pag. 293).

En consecuencia, esta Sala Penal asume con base al análisis efectuado,


que la sentencia emitida en procedimiento abreviado es recurrible a
través del recurso de apelación restringida prevista por el art. 407 del
CPP, ostentando el Ministerio Público, el querellante, la víctima y el
imputado de legitimación subjetiva para hacerlo, teniendo en cuenta los
principios en los que se fundamenta la jurisdicción ordinaria, como los de
legalidad y de verdad material conforme establece el art. 180.I de la CPE, pues
si bien el procedimiento abreviado como mecanismo de simplificación procesal,
resulta una expresión de económica procesal y de mucha utilidad para el
descongestionamiento de las causas penales, su objetivo de ningún modo está
destinado a sustituir esa verdad real por una verdad consensuada por el
Ministerio Público, la parte imputada y su defensor, sin soslayar que este
criterio también se funda en el art. 119.I de la CPE, que establece que las
partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante
el proceso las facultades y los derechos que les asisten en concordancia del
art. 12 del CPP, que prevé a la igualdad como garantía constitucional. 

Por ello, sostener de manera particular la inadmisibilidad de una apelación


restringida formulada por la parte querellante o la víctima contra una sentencia
emitida en procedimiento abreviado, con el argumento de que las normas que
regulan dicho procedimiento especial no admite medio de impugnación, no
condice con la nueva visión del principio de eficacia y la protección a la
víctima, no sólo asumida por la Constitución Política del Estado; sino también,
por instrumentos internacionales.    

III.5. Análisis del caso concreto.

De los antecedentes procesales, se advierte que en mérito al requerimiento


emitido por el Ministerio Público de 19 de febrero de 2015, con base al
acuerdo de aplicación de procedimiento abreviado, el Juez Tercero de
Instrucción Cautelar Penal de Cochabamba, por Sentencia de 25 de agosto de
2014, declaró a Jheyson Gonzales Quintana, autor de la comisión del delito de
Homicidio, previsto y sancionado por el art. 251 del CP, imponiendo la  pena
de ocho años de presidio; en cuyo mérito, notificados los recurrentes Lola
Montes de Montaño y Jesús Fabricio Montaño Montes, interpusieron recurso de
apelación restringida alegando que la sentencia emitida adolecería de los
defectos previstos en el art. 370 incs. 1), 2), 3), 5) y 6), al concurrir en su
planteamiento: a) Errónea aplicación de la ley penal sustantiva, alegando en
sustancial que el imputado fue acusado por el delito de Homicidio, haciendo
constar como fecha del fallecimiento del descendiente de los recurrentes el 9
de abril de 2014, cuando en realidad se produjo el 1 del citado mes y año,
además de expresar que formalizaron querella en contra del imputado por el
delito de Asesinato; sin embargo, la investigación se desarrolló en un mes y
tres días, desarrollándose actuados irrelevantes que no acreditan los hechos tal
como sucedieron. Por otra parte, refieren que el 11 de julio de 2014 sus dos
nuevos abogados patrocinantes, se apersonaron al juzgado cautelar segundo y
a la fiscalía para futuras diligencias; empero, el Juzgado Tercero en suplencia
legal, señaló la audiencia de consideración de procedimiento abreviado para el
25 de agosto de 2014, realizándose la notificación erróneamente con la
providencia a Antonio Hinojosa Guzmán y no así a sus dos nuevos abogados,
razón por la cual no se constituyeron a la audiencia programada para efectuar
su oposición a dicho procedimiento, advirtiendo que en ninguna parte de la
Sentencia, se deja constancia si la parte querellante o sus abogados fueron
legalmente notificados y sólo hizo mención al memorial de objeción al
procedimiento abreviado que presentaron, incurriendo la autoridad judicial en
un defecto absoluto plasmado en el art. 169 inc. 3)  con relación al art. 12 del
CPP. Además, los recurrentes alegaron como otros motivos, que: b) El
imputado no está suficientemente individualizado; c) Falta de enunciación del
hecho objeto del juicio o su determinación circunstanciada; d) No exista
fundamentación de la sentencia o que sea insuficiente o contradictoria; y,e) La
sentencia se basa en hechos inexistentes o no acreditados o en valoración
defectuosa de la prueba.

El citado recurso de apelación restringida mereció la emisión del Auto de Vista


recurrido, por el cual la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de
Justicia Cochabamba, declaró su inadmisibilidad sin pronunciarse sobre el
fondo de las cuestiones planteadas, asumiendo previa referencia a los arts.
373 y 374 del CPP, que dicho Código no determina de manera expresa ningún
recurso de impugnación contra la sentencia emitida en aplicación del
procedimiento abreviado conforme el entendimiento jurisprudencial,
establecido en la Sentencia Constitucional 0233/2016-S1 de 18 de febrero,
siendo aplicable la segunda parte del art. 399 del CPP, sin una adecuada
comprensión del análisis y alcance contenidos en el citado fallo.

Esto significa, con base a todo los criterios desarrollados en la presente


resolución, que el Tribunal de alzada al declarar inadmisible el recurso de
apelación restringida formulada por las víctimas, vulneró su derecho a recurrir
sin resolver en el fondo los cuestionamientos relativos; no sólo a la sentencia
en cuanto a la falta de precisión del hecho, que motivó la sentencia apelada
pese a que resulta un aspecto medular del procedimiento abreviado y del
proceso penal en general y a una posible falta de fundamentación de la
Sentencia, pese a que la aplicación del procedimiento abreviado no exime al
juzgador observar las previsiones del art. 124 del CPP, sino a la alegada
imposibilidad de haber planteado como correspondía su oposición a la
aplicación de procedimiento abreviado, por lo que corresponde dejar sin efecto
el Auto de Vista impugnado, a los fines de que el Tribunal de alzada resuelva
en el fondo las problemáticas planteadas por los recurrentes, previa
verificación si corresponde de los requisitos de tiempo y formal del recurso.

POR TANTO

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el art.
42.I.1 de la LOJ y lo previsto por el art. 419 del CPP, declara FUNDADO el recurso
interpuesto por Lola Montes de Montaño y Jesús Fabricio Montaño Montes, cursante
de fs. 607 a 610 vta., con los fundamentos expuestos precedentemente; en
consecuencia, DEJA SIN EFECTO el Auto de Vista de 6 de junio de 2017 y
determina que la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba, sin espera de turno y previo sorteo, dicte un nuevo fallo. Para fines del
art. 420 del CPP, remítase fotocopias legalizadas del presente Auto Supremo a todos
los Tribunales Departamentales de Justicia del Estado Plurinacional, para que por
intermedio de sus presidentes hagan conocer la presente resolución a los Tribunales
y Jueces en materia penal de su jurisdicción.

En aplicación del art. 17.IV de la LOJ, por Secretaría de Sala comuníquese el presente
Auto Supremo al Consejo de la Magistratura a los fines de ley.

Regístrese, hágase saber y cúmplase.


Firmado

Magistrado Relator Dr. Olvis Eguez Oliva


Magistrado Dr. Edwin Aguayo Arando 
Secretario de Sala Dr. Cristhian G. Miranda Dávalos

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