La introducción resume la historia política de Argentina en el siglo XX dividida en antes y después del surgimiento del peronismo en 1945. Explica que el peronismo desplazó la tradicional oposición entre radicales y conservadores por una nueva oposición más cargada de contenidos de clase entre peronistas y antiperonistas. También señala que dos momentos claves en la formación de Argentina estuvieron atravesados por profundos desgarramientos del consenso nacional que generaron recurrentes crisis de legitimidad. Finalmente, resume el ascenso político de Juan D
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La introducción resume la historia política de Argentina en el siglo XX dividida en antes y después del surgimiento del peronismo en 1945. Explica que el peronismo desplazó la tradicional oposición entre radicales y conservadores por una nueva oposición más cargada de contenidos de clase entre peronistas y antiperonistas. También señala que dos momentos claves en la formación de Argentina estuvieron atravesados por profundos desgarramientos del consenso nacional que generaron recurrentes crisis de legitimidad. Finalmente, resume el ascenso político de Juan D
La introducción resume la historia política de Argentina en el siglo XX dividida en antes y después del surgimiento del peronismo en 1945. Explica que el peronismo desplazó la tradicional oposición entre radicales y conservadores por una nueva oposición más cargada de contenidos de clase entre peronistas y antiperonistas. También señala que dos momentos claves en la formación de Argentina estuvieron atravesados por profundos desgarramientos del consenso nacional que generaron recurrentes crisis de legitimidad. Finalmente, resume el ascenso político de Juan D
La introducción resume la historia política de Argentina en el siglo XX dividida en antes y después del surgimiento del peronismo en 1945. Explica que el peronismo desplazó la tradicional oposición entre radicales y conservadores por una nueva oposición más cargada de contenidos de clase entre peronistas y antiperonistas. También señala que dos momentos claves en la formación de Argentina estuvieron atravesados por profundos desgarramientos del consenso nacional que generaron recurrentes crisis de legitimidad. Finalmente, resume el ascenso político de Juan D
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Torre, Juan Carlos (2002) “Introducción a los años peronistas”.
En Torre Juan Carlos (Dir.), Los años peronistas, 1943-1955, Sudamericana, Buenos Aires, T. VIII.
Torre: introducción a los años peronistas:
La historia politica de la Argentina en el siglo XX se divide en dos: antes y después del surgimiento del peronismo. Al constituirse como fuerza politica en 1945 desplazo hacia el pasado la tradicional oposición entre radicales y conservadores. En su lugar, levanto otra oposición, mas cargada de contenidos de clase: entre peronistas y antiperonistas. Dos momentos claves en la formación de la Argentina Moderna (apertura al sistema político y la institucionalización de las realidades propias de la sociedad industrial) estuvieron, así, atravesados por profundos desgarramientos del consenso nacional. La extrema facciosidad que caracterizo las luchas políticas tuvo un desenlace previsible: la gestación de una recurrente crisis de legitimidad. La revolucion del 4 de junio y el ascenso político de Perón. El 4 de junio el gobierno de Ramón Castillo fue desplazado sin ofrecer resistencia. Comenzó entonces un nuevo ciclo de transformaciones políticas y sociales de amplio y duradero impacto en el país. La revolucion de junio fue la obra de unas Fuerzas Armadas atravesadas también ellas por los principales contrastes que dividían a la vida politica nacional. El primero de ellos era la actitud frente a la Segunda Guerra Mundial. La neutralidad de Castillo comenzó a generar controversia, sobre todo en el ámbito militar (romper con el Eje y neutralidad) luego de que EE. UU suspendiera la venta de armas al país. Un segundo contraste estaba plantado en torno del funcionamiento de las instituciones políticas, y tenía que ver con la eliminación del fraude electoral. Pues la mayoría de la oficialidad rechazaba la vuelta al fraude. En el contexto definido por estos contrastes, a principios de 1942, Castillo tomo una decisión que sería fatal para su suerte politica. Designo como sucesor a Robustiano Patrón Costa, asociado según la opinión pública con las practicas feudales dominantes en los ingenios azucareros y conocido partidario del fraude. A estos antecedentes, Patrón Costas sumaba como dato, su simpatía hacia la causa aliada y la posición de los EE.UU. La decisión de Castillo tuvo por efecto aglutinador, un rechazo unánime, de la Fuerza Armada. De esta manera distintas facciones militares se sumaron a la Revolucion de junio creyendo cada una que de ese modo quedaba despejado el camino para sus propias aspiraciones. La confusión que siguió al 4 de junio fue consecuencia de esa diversidad de objetivos. Quienes primero vieron frustrados sus objetivos, fueron los radicales, al comprobar que el régimen venia a limitar la actividad politica. Luego se frustaron aquellos sectores que estaban a favor de una ruptura con el Eje. En octubre de 1943 se produjo una revolucion, dentro de la revolucion. El poder paso a manos de un núcleo de coroneles y tenientes coroneles pertenecientes a la logia secreta autodenominada Grupo de Oficiales Unidos GOU que se formó en los meses previos al golpe. Partidarios de un neutralismo intransigente, estos jóvenes oficiales concebían el 4 de junio como la oportunidad histórica para reorganizar las bases institucionales del país a fin de ponerlo al abrigo de la corrupción de los políticos y de la amenaza comunista. Con los resortes del poder bajo control pasaron a la acción rápida y contundente: redoblaron las medidas represivas contra los grupos de izquierda y sindicatos, intervinieron las universidades, finalmente implantaron la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. En esta empresa contaron con la colaboración de un elenco entusiasta de nacionalistas y católicos integristas. No sorprende que en la opinión democrática del país y del exterior el régimen militar fuese visto como un experimento fascista. Ello se tradujo bien pronto en su aislamiento político. En un esfuerzo por salir de esa situación que se tornaba insostenible pero asimismo bajo la presión de los EE. UU., en enero de 1944 el presidente Ramírez decidió la ruptura en relaciones con el Eje. Esto provoco, una fuerte conmoción dentro de la cúpula militar. Una primera consecuencia fue el desplazamiento de Ramírez y la designación del Ministro de Guerra, Gral. Edelmiro Farrel, en la presidencia. La segunda consecuencia habría de ser la que en breve plazo tendría el impacto mayor, el desencadenamiento de una intensa y sorda puja entre los miembros del GOU y de la que emergía convertido en el hombre fuerte de la revolucion el coronel Juan Domingo Perón. En la década del ´30 Perón ocupo un cargo al servicio de Estado Mayor y de docente de historia militar en el colegio. Pero antes, dos acontecimientos marcarían su trayectoria, el primero fue su casamiento con Aurelia Tizón. El segundo fue su participación en el movimiento militar que derroco a Yrigoyen. Peron se vinculo inicialmente a la facción de Uriburu Sin embargo, al final del Golpe del 30, se encolumno en las filas del Gral. Justo. Ambos tenían visiones opuestas sobre la revolucion de 1930. El circulo de Uriburu era favorable a un régimen militar y a una reforma institucional para suprimir los partidos y abrir paso a un sistema corporativo. Los allegados a Justo, estaban en cambio más inclinados por una intervención militar transitoria, seguida luego el llamado a elecciones y la vuelta al gobierno civil. Las secuelas de este conflicto se hicieron visibles con la instalación del gobierno de Uriburu, quien purgo de la nueva administración todos los elementos asociados a Justo. Así Perón fue relegado al ámbito militar como docente. En 1932, Perón, volvió al centro de la burocracia militar, luego de que la tentativa de Uriburu fracasara y Justo fuera electo presidente. Perón fue designado entonces ayudante de campo del nuevo Ministro de Guerra, Gral. Manuel Rodríguez. Posteriormente, en 1936, fue enviado a la agregaduría militar en la embajada argentina en Chile. Durante los dos años en los que se prolongó su estadía, Perón aplico sus cualidades personales, para ganarse amigos con el fin de cumplir con la misión de obtener clandestinamente información sobre los planes expansionistas chilenos en el sur del país. En 1838, regreso a la Argentina y se descubrió el espionaje, cuyas acusaciones recayeron sobre su sucesor E. Leonardi. El Ejercito al que se reintegró Perón después de su estadía en Chile era una institución en plena efervescencia politica. Esta evolución de la opinión militar era fruto de varias influencias. Durante la década del 1930 se produjo un fortalecimiento de los vínculos profesionales con el Ejército alemán, a su vez la embajada alemana en Bs. As desarrollo fluidos e intensos contactos con el personal militar argentino. Otra influencia decisiva fue la ejercida por la iglesia, quien rechazaba la tradición liberal y pretendía recuperar al Estado para la fe católica. En esta empresa, la conquista del ejercito fue una operación previa y necesaria, que se llevó a cabo a través de un trabajo capilar y silencioso en los cuarteles por una densa red de capellanes castrenses e intelectuales católicos. Finalmente estaba la gravitación negativa del espectáculo poco edificante que ofrecía la vida politica del país sobre las exhortaciones a la disciplina hecha por la cúpula militar. La combinación de estos factores hizo que en el ejército se creara una brecha entre quienes apoyaban la posición oficial del ejército y quienes opinaban que la misión del Ejercito era la defensa de la nacionalidad y de los valores cristianos. En febrero de 1939, el ya entonces teniente coronel Perón partió a la Italia de Mussolini con la finalidad de perfeccionarse en las practicas del ejercito de montaña. La misión de estudios termino en diciembre de 1940. De regreso al país, al mes siguiente recibió la orden de trasladarse a Mendoza en calidad de profesor del centro de instrucciones de las tropas de montaña. Allí tuvo la oportunidad de frecuentar y hacer amistad con varios oficiales que más tarde lo acompañarían en su carrera politica, entre ellos el teniente coronel Domingo Mercante y el general Edelmiro Farrel. Había pasado poco más de un año en Mendoza cuando Farrel intervino y lo trajo consigo a sus oficinas en Bs. As. desde ellas y con el flamante grado de general, Perón se volcó de lleno a la actividad dominante del cuerpo de oficiales, la conspiración, y en febrero de 1943 se contó entre los miembros fundadores de la logia militar que habría de apoderarse del control político del golpe del 4 de junio. Cuando hacia mediados de 1944 estallo el conflicto dentro del GOU la Revolucion de junio se hallaba a la defensiva. Todo parecía indicar que la revolucion se encaminaba a una frustración semejante a la de Uriburu en 1931. Si ese destino no se cumplió entonces, ello se debió a la intervención de Perón. Fue el quien supo ofrecer en esos momentos difíciles, dos cosas de las que carecía la revolucion de junio: un programa social y económico y una apertura hacia grupos estratégicos de la sociedad. Así Perón logro definir la disputa interna a su favor. En julio de 1944, acumulando los cargos de vicepresidente, Ministro de Guerra y secretario de Trabajo se convirtió en el jefe virtual de la revolucion. Con respecto a las propuestas de Perón, en mayo de 1944 fue creado por su iniciativa el Consejo Nacional de Posguerra, con el objetivo de preparar un programa económico que permitiera sobrellevar las consecuencias del fin de la segunda guerra Mundial. En el círculo militar, el fin de la guerra estaba asociado a una crisis económica, para Peron el retorno de la paz, estaba asociado a la recesión y al previsible incremento de la agitación social. Por otro lado, las lecciones de la guerra habían ilustrado a los militares acerca de la importancia de contar con una industria, capaz de producir armamentos y asegurara la defensa nacional. Estas razones impulsaron al Consejo Nacional de Posguerra a impulsar un programa de industrialización sostenida por el Estado. Una segunda y trascendente iniciativa de Perón, comenzó a esbozarse con su designación en octubre de 1943, al frente del Departamento Nacional del Trabajo, que luego se elevara a Secretaria de Trabajo, y desde la cual se hizo cargo de otra de las preocupaciones de la elite revolucionaria, el temor al auge del comunismo. Perón se propuso desactivar esa amenaza mediante una politica de concesiones a los trabajadores. Para ello busco un acercamiento con los principales dirigentes sindicales. Sin embargo, los frutos de ese acercamiento tardaron en materializarse, dado que Perón no tenía ni el poder ni los recursos para hacer efectiva las promesas a las trabajadoras. Recién en 1944, las promesas del secretario de Trabajo se convirtieron, en una realidad. Sus primeros beneficiarios fueron los gremios más organizados de la época, cuyos dirigentes, en su mayoría sindicalistas y socialistas, aprovecharon las ofertas de Perón. Al tiempo que puso en marcha la apertura laboral, Perón convoco a los sectores empresarios invitándolos a colaborar con ella. Pues sostuvo que había llegado la hora de sacrificar algo de su poder patronal, para evitar la agudización de la lucha de clases. En 1945, en vista a los cambios que se estaban sucediendo, Perón encabezo el ajuste del régimen militar. Así en marzo de ese año Argentina declaro la guerra a Alemania, con vistas a romper el aislamiento diplomático y lograr la admisión en las Naciones Unidas. En el plano interno, los partidos volvieron a la legalidad y convoco a elecciones presidenciales para 1946. Al mismo tiempo que hacia esto Peron se prepara para las elecciones, si bien anuncio que no aspiraba a la presidencia, inicio contactos con políticos radicales y conservadores. Pero su proyecto político termino siendo un fracaso. En primer lugar, la apertura laboral fue recibida al principio con frialdad y, luego con hostilidad por el mundo de los negocios. En segundo lugar, la búsqueda de apoyos entre los partidarios tradicionales tampoco hallo en ellos suficientes voluntarios, a la negativa más importante que recibió Perón fue la de Amadeo Sabattini, pues para sus opositores Peron seguía siendo visto como líder demagógico. Las políticas laborales de Perón no alteraron esa visión critica de la resistencia democrática. Además, dichas políticas exhibían mucho en común con empresas corporativas europeas. Es por esto que la mayoría de los universitarios e intelectuales vio en la acción de Perón desde la secretaria de Trabajo nada más que la faz demagógica del régimen autoritario en retirada. Estimulada por la derrota del Tercer Reich y por la forzada reorientación del gobierno, a mediados de 1945 la movilización opositora redoblo la ofensiva, decidida a imponer la rendición de Perón. A esa movilización se sumaron los empresarios. Este desplazamiento del eje de los conflictos obligo a los sindicatos a tomar partido. En el mes de julio organizaron un gran acto en defensa de las reformas laborales, sin posicionarse del lado de Perón. Dado que los sindicalistas estaban preocupados por posicionarse del lado ganador. Fue en esas circunstancias que Perón tomo una decisión estratégica: apelando a una retórica que le ganaría el fervor popular proclamo el advenimiento de la era de las masas, el fin de la dominación burguesa, y convoco a los trabajadores a movilizarse contra el complot reaccionario que la obra de la revolucion de junio. Entre el proyecto original y este que emergía en medio del hostigamiento de clases medias y altas había una diferencia capital, el sobredimensionamiento del lugar político de los trabajadores. Sin embargo, el llamado a los trabajadores no suscito una respuesta inmediata. El 19 de septiembre la Junta de Coordinación Democrática, salió a las calles bajo la consigna de la entrega de poder a la corte suprema. Ante esta situación el gobierno reestableció el estado de sitio, y posteriormente impuso a Perón la renuncia a todos sus cargos y más tarde fue enviado en prisión a la isla Martin García. El desplazamiento de Perón tuvo, sin embargo, corta duración. Una semana después, en la cual sus adversarios, no supieron aprovechar su oportunidad, el General recupero su poder político, pero ahora convertido en líder de masas. Para llegar a dicho resultado, concurrieron varios factores. El primero fue el error táctico de la oposición democrática, quienes tardaron en encontrar una solución sólida para consolidarse en el gobierno ( tras el arresto de Peron, la oposición democrática siguió insistiendo en el retiro de los militares del gobierno. Esto no fue aceptado por los militares, especialmente por Avalos, quien coloco en la presidencia a Farrel, para llegar a acuerdos con las clases patronales). El segundo tiene que ver con la movilización de los trabajadores. Las noticias de la renuncia de Perón y su posterior encarcelamiento hicieron cundir inquietud y descontento en las fábricas y los barrios obreros. De esta manera, los dirigentes sindicales se reunieron en la CGT y declararon huelga general. En la mañana del día siguiente, columnas de manifestantes comenzaron a afluir desde los suburbios a la Plaza de Mayo. Fue en esos momentos que entro en acción un tercer factor: la actitud de Avalos ante la movilización obrera. Avalos opto por la pasividad ante el avance de los manifestantes. En la tarde se dio cuenta que ya no podía hacer nada para detener a las masas congregadas en la plaza. Inicio entonces negociaciones con los oficiales cercanos a Perón. El acuerdo final fue una capitulación: Avalos y sus aliados debían renunciar. Farrel nombraría un nuevo gabinete con hombres de confianza de Perón y este, proseguiría su carrera hacia la presidencia. Con la aparición de Perón en los balcones de la Casa de Gobierno en la noche del 17, aclamado por la muchedumbre nació el movimiento peronista a la vida politica nacional. La primera presidencia Las elecciones generales que despejarían la vida de la transición democrática fueron convocadas para el 24 de febrero de 1946. En ellas, Perón participo como candidato del oficialismo. Para los cuadros oficiales, Perón representaba la continuidad del proyecto revolucionario y su victoria en las urnas la oportunidad para poner a salvo el prestigio militar. Además, el apoyo a Peron se reforzó, porque la oposición democrática anuncio que en cuanto ganaran, castigarían fuertemente a los responsables del experimento fascistas. Razones similares, condujeron a Perón a ser el candidato de la iglesia, pues la oposición democrática también amenazo con terminar con la enseñanza religiosa y apoyar la enseñanza laica. dado que les asegura la enseñanza religiosa como así también era un candidato distante del comunismo. Por otro lado, frente a la proximidad de las elecciones y Perón todavía sin poder contar con los partidos existentes, debió organizar una coalición electoral, con quienes lo apoyaban. De esta manera los sindicalistas crearon un partido político propio, el Partido Laborista. El otro componente de la coalición fue la UCR-Junta Renovadora. Desde el principio la convivencia entre ambas agrupaciones se desenvolvió con dificultades, en particular por la desconfianza que los laboristas, sentían hacia los radicales. Peron debió mediar ese conflicto, primero para concertar un pacto de unidad y luego para imponer a Hortensio Quijano como su compañero de fórmula. Las fuerzas de la oposición se nuclearon bajo el estandarte Unión Democrática a los miembros de 1942 (UCR- P. Socialista y Partido Demócrata Progresista) se agregó el Partido Comunista. Los partidos aliados se comprometieron a votar a la fórmula presidencial del radicalismo, integrada por Jose P Tamborini y Enrique Moscas. El programa de gobierno tanto de la colación conservadora como la del peronismo, hace fuerte hincapié en la industrialización, en la intervención del Estado en la economía y en la distribución igualitaria de la riqueza. Pero la “Unión democrática, priorizaba la defensa de las libertades, así levantaron la consigna “Por la libertad contra el nazi-fascismo” Dos incidentes marcaron la batalla electoral, breve y ásperamente disputada. El primero fue el decreto firmado en diciembre por el presidente Farrel, que establecía un aumento general de salarios, la extensión de las vacaciones pagas a la mayoría de los trabajadores, el aumento de la indemnización por despido, además se creaba el aguinaldo. Con el argumento de su inconstitucionalidad, los empresarios se negaron a pagarlo. La respuesta obrera no se hizo esperar: el 8 de enero las grandes tiendas de la capital fueron ocupadas por sus empleados. La situación se agravo cuando los empresarios decidieron el cierre de sus establecimientos por tres días. El conflicto se resolvió con el repliegue de los empresarios. Accediendo a las necesidades electorales del frente opositor, cuyo triunfo prometía acabar legalmente con el controvertido decreto, optaron por pagar el aguinaldo. Peron aprovechando esta situación, redefinió los términos del conflicto político de democracia vs totalitarismo, se pasó a justicia social vs injusticia social. El otro incidente fue la intervención intempestiva del ex embajador norteamericano en Bs. As, Spruille Braden. Desde sus nuevas funciones en el Departamento de Estado, dio a conocer a pocos días de los comicios un informe donde denunciaba las antiguas conexiones de los círculos militares con el régimen nazi. A esas denuncias Perón respondió que “el mismo presidente Roosevelt había sido acusado de fascista por promover una politica semejante a la suya, denuncio al ex embajador como el “… organizador y jefe verdadero de la Unión Democrática” y concluyo, acuñando la consigan que recorrería el país “Branden o Perón” El mapa electoral que emergió de los comicios tendió a reflejar, quizá como nunca antes, las principales fracturas de la sociedad. En las grandes concentraciones urbanas el electorado obrero se volcó en masa en favor de Perón mientras que la oposición recogió sus votos en las clases medias y altas. Los efectos de ese realineamiento fueron graves para la izquierda, dado que perdieron a la gran mayoría de sus votantes. En las zonas rurales la penetración peronista en las clientelas populares de los partidos tradicionales también fue amplia, particularmente en la zona del litoral. La perdidas mayores correspondieron al conservadurismo, donde fueron muchos los jefes locales que emigraron hacia el frente de Perón. El apoyo rural al peronismo también se recluto en los sectores medios, atraídos por el congelamiento de los arrendamientos y la promesa de la reforma agraria. El 24 de febrero, una vez que la coalición oficialista se asegurarse el control del poder por medios constitucionales. La cuestión que ahora debía resolverse era la participación institucional que correspondía a las fuerzas reunidas en torno a la candidatura de Perón. La coalición peronista estuvo casi al borde de la desintegración, una vez concluida las elecciones. Los puntos de litigio entre el Partido Laborista y la UCR- Junta Renovadora, giraba en torno a la distribución del poder en la legislatura y en los gobiernos provinciales. Pocos días antes de asumir la presidencia, Perón ordeno la disolución de los partidos de la alianza y llamo a la creación de un nuevo partido. La UCR. Junta Renovadora no resistió a dicha orden, pero el Partido Laborista, que insistía en su autonomía, en un primer momento se negó a seguir el lineamiento de Perón. A mediados de junio de 1946 concluyo la resistencia laborista. Perón nombro a los nuevos organizadores del nuevo partido, entre ellos había sindicalista, pero la mayoría eran políticos de clase media de origen radical y conservador. Cuando en enero de 1947 los organizadores del nuevo partido se dirigieron a Perón para que aprobara llamarlo Partido Peronista sancionaron explícitamente otro y más decisivo rasgo de la estructura politica del movimiento. El personalismo fue una consecuencia casi inevitable de la trayectoria de ese vasto conglomerado político, formado en muy corto tiempo, a partir de fuerzas muy heterogéneas y muy dependientes de quien fuera su inspirador. En 1947, en el contexto de las elecciones internas del partido y en vistas al primer congreso del partido, los conflictos entre laboristas y radicales se tornaron cada vez más tensas. Acusándose mutuamente de fraude, las autoridades centrales del partido tuvieron que intervenir las provincias. En 1949, la división en ramas- masculina, femenina y sindical- el clima beligerancia interna disminuyo, pero ya para entonces el partido estaba sometido a un férreo verticalismo. Una vez doblegadas las resistencias al reagrupamiento político de sus fuerzas adictas, Perón apunto hacia el ultimo bastión de la experiencia laborista: la CGT, donde Luis Gay, pretendió seguir una linea de colaboración con el gobierno, pero desde una posición de independencia y ello lo enfrento a Perón. En enero de 1947, Gay presento su renuncia, en parte consecuencia de las acusaciones lanzadas contra él desde la prensa oficial. Por su parte el resto de la vieja guardia sindical opto por replegarse a sus organizaciones. Desde entonces, y conducida por figuras casi sin antecedentes, la CGT se transformó en un agente de la directiva oficiales en el movimiento obrero. La rebeldía solitaria de Cipriano reyes, ex vicepresidente del Partido Laborista, concluyo en 1948, cuando fue puesto en prisión, donde permanecería hasta 1955. Además del Partido Peronista y la CGT, otro pilar fundamental del régimen eran las Fuerzas Armadas. En cuanto a estos últimos Perón se fijó como objetivo la neutralidad del cuerpo de oficiales y para conseguirlo ante todo a la satisfacción de sus demandas profesionales. Entre 1946 y 1951 se produjo una expansión y modernización de las Fuerzas armadas, con un aumento en el presupuesto militar que llevo a la Argentina al primer lugar en el Ranking de los gastos en defensa de América Latina. El nacionalismo, la industrialización y el anti-comunismo era lo que unía a Peron con el Cuerpo de oficiales. La iglesia también fue otro apoyo que permitió el afianzamiento del régimen. Con el respaldo de las fuerzas Armadas y la Iglesia, y la adhesión de una masa popular progresivamente encuadrada bajo una conducción centralizada, el nuevo orden tenía un futuro relativamente seguro. No obstante, perón se propuso reforzar el régimen mediante mecanismos de control burocráticos y represivos. La primera víctima fue la corte suprema que, desde un comienzo había resistido las reformas laborales de Perón. Otro reducto de la resistencia fue la Universidad, la cual paso por un proceso de depuración, mediante la expulsión de miles de profesores hostiles; las agrupaciones estudiantiles fueron declaradas fuera de la ley y una nueva legislación suprimió gran parte de las reformas de 1918. La expropiación de uno de los diarios más tradicionales “La Prensa”, en 1951 y su transferencia a la CGT condujeron prácticamente al monopolio estatal de medios de comunicación de masas. Garantizada su legitimidad en el plano interno, con el control del poder ejecutivo y legislativo, el nuevo gobierno busco una reaproximación a los EE. UU. A pocas semanas de asumir, Perón envió al parlamento las actas de Chapultepec para ser ratificadas y oficializar el reingreso de la Argentina a la comunidad interamericana. Estas iniciativas de Perón coexistieron con la proclamación de una tercera posición en el plano de la politica internacional. En sus formulaciones habituales, esta se condensaba en una doble demanda: respeto por la autodeterminación de los Estados Nacionales y la aspiración a un orden económico mundial más equitativo. Pero en Argentina los matices de la tercera posición se correspondían mal con las simplificaciones propias de la Guerra Fría y fueron una fuente permanente de tensiones en sus relaciones con los EE. UU. Al final de la guerra, la Argentina se encontró libre de deuda externa, una gran demanda y altos precios para sus exportaciones de alimentos y una industria en crecimiento. Como destaca Gerchunoff y Antunez, tres fueron los ingredientes del programa implementado en 1946: la expansión del gasto público a través de una politica de nacionalización, la distribución más equitativa del ingreso nacional y, finalmente, el paulatino montaje de un régimen de incentivos que premio las actividades orientadas al mercado interno y desestimulo la producción destinada a los mercados internacionales. Esta combinación de intervencionismo estatal, justicia social y sustitución de importaciones no fue una experiencia aislada en la América Latina de los años cuarenta La economía peronista estuvo condicionada por los sectores sociales que los apoyaban. De esta manera entre el proyecto industrialista para la defensa nacional, y la continuidad de la industrialización liviana, Perón escogió esta última que era más congruente con una distribución progresiva del ingreso. La politica económica del peronismo, con sus rasgos distribucioncitas y nacionalistas fue posible gracias a la combinación de un conjunto de circunancias favorables: las reservas de fondos externos acumulados durante la guerra, permitieron afrontar la nacionalización de los ferrocarriles, teléfono, gas, entre otras. Otro factor importante fue la abrupta mejoría en los precios de las exportaciones agrícolas en 1945, facilito el financiamiento en divisas de la economía peronista. Y finalmente otro elemento fue la creación del IAPI, organismo que tuvo el monopolio del comercio exterior. Así, la excepcional evolución del mercado internacional de posguerra, los acrecidos ingresos fiscales y la masificación del ahorro institucionalizado fueron las condiciones de posibilidad de la economía peronista, plasmada en el 1 Plan Quinquenal de 1947. Este esquema, basado en el poder de Compra del Estado, en los Salarios altos y un mercado interno, duro solo tres años, pero esto quedo marcado en la memoria colectiva del perfil económico peronista. Para la masa de los migrantes provenientes del interior la incorporación al trabajo de mercado urbano implico de hecho una elevación social. Por su parte los trabajadores de más antigua residencia urbana, pudieron subir un escalón mas en la pirámide social. Pero el rasgo mas importante de los años peronistas fue el crecimiento de los asalariados de cuello y corbata impulsado por la expansión de la administración publica. La vida de los trabajadores mejoro notablemente y para las clases medias se abrieron nuevas fuentes de confort y de expectativa. La inserción de las fuerzas económicas en el escenario político resultante de los comicios de 1946 mostro al principio un singular contraste. Los grandes propietarios del campo, nucleados en la Sociedad Rural, escogieron pragmáticamente una politica de acomodación. Perón facilito las cosas designando a uno de ellos al frente del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Distinta fue la actitud de los empresarios industriales, quienes se negaron a colaborar con él gobierno. El costo de ese atrevimiento fue la intervención de su organización. Sin embargo al poco tiempo muchos empresarios se fueron acercando al gobierno. Con la consigna de la justicia social, el gobierno prosiguió aumentando los cambios en el nivel de vida de las clases trabajadoras mediante las políticas de un incipiente Estado Benefactor: el congelamiento de los alquileres, la fijación de salarios mínimos, planes de vivienda, mejoras en la salud pública, construcción de escuelas y colegios y etc. Junto a estas políticas de democratización del bienestar, desde el gobierno se otorgó una dignidad hasta entonces desconocida a los valores y practicas del mundo del trabajo. La lealtad a Perón se hizo extensiva a Evita. Después de 1946, esta emergió del segundo plano y fue ganado responsabilidades y visibilidad en el plano político. La intervención de Eva fue visible primero desde las oficinas del Ministro de Trabajo, donde se instaló para recibir a las delegaciones obreras. Su papel era de intermediaria entre el líder y las masas y luego se ocupó de extender la justicia social a los sectores más marginales de la sociedad. Con ese fin creo una vasta red de asistencia social a través de la Fundación Eva Perón. Participo activamente en la campaña por el voto de la mujer sancionado en 1947, lo cual sirvió para que fuera reconocida como impulsora de dicha ley. La prosperidad económica, el apoyo popular y el autoritarismo contribuyeron a que el régimen se desenvolviera sin problemas. Así en 1949 con la reforma constitucional busco consolidarse, lo novedoso de dicha reforma fue el voto directo para la presidente y el vice y la posibilidad de reelección del presidente. Una vez aprobada la reforma se inició una campaña destinada a la reelección de Peron en 1951. La central sindical proclamo a Evita para el cargo de vicepresidente, pero los cuadros militares no estaban de acuerdo, por lo que Perón decidió apoyar a los militares y Eva Duarte renuncio a su candidatura. Para que los comicios fueron lo más favorable a Perón, se sanciono una nueva ley electoral, que sustituía el tradicional sistema de la lista incompleta de la Ley Saenz Peña por el de circunscripciones uninominales. En los comicios de noviembre, Perón, con la compañía de H. Quijano, por segunda vez, alcanzo una aplastante victoria. Esta elección demostró que el peronismo dejo de ser un partido cuyo resultado dependía de su mejor oferta politica en las contiendas con los partidos opositores Las elecciones de 1951 mostraron así mismo las transformaciones del electorado peronista, Dichas elecciones tuvieron lugar con un padrón sustancialmente ampliado por la sanción del voto femenino al que se agregó la incorporación de los residentes de los territorios nacionales. En los resultados finales, el voto peronista femenino supero en todos los distritos al voto peronista masculino. Segunda presidencia En 1852, el congreso, convirtió por medio de una ley la doctrina peronista en doctrina nacional. esa nueva filosofía de la vida, simple, practica, popular y fundamentalmente cristiana y humanista” tenia “por finalidad la … felicidad del pueblo y la grandeza de la nación mediante la Justicia Social, la Independencia Economica y la Soberanía politica…” La preocupación por la paz social presidio la reorganización de las relaciones entre el Estado y los intereses sociales. Para ello el instrumento era la “Comunidad Organizada”, en la cual los diversos grupos de interés, podían dirimir sus diferencias con la supervisión del Estado. Este proyecto de cuño corporativista se empezó a llevar a cabo en 1952. Por otro lado, al poco tiempo de asumir perón, muere evita el 26 de julio de 1952. Con ella desaparecería quien mejor representaba lo que el movimiento peronista significaba para los sectores populares. Por otro lado, una buena parte de los hombres que rodearon a Perón en los primeros años de su gestión ya no estaban a su lado, por ejemplo, Domingo Mercante. Quienes ocupaban ahora los altos cargo burocrático eran figura con menor brillo que debían sus posiciones más a su lealtad al partido. A comienzo del 1953, el circulo de Perón se ve inmiscuido en un sonado caso de corrupción, en el cual el hermano de Eva Duarte, se ve fuertemente implicado y termina siendo encontrado muerto. Ante esos acontecimientos, la CGT llama a una manifestación para defender al peronismo, el cual finaliza con el estallido de dos bombas, que dejan un saldo de 7 muertos. En los días que siguieron al sanguinario atentado, la policía realizo una detención indiscriminada de los dirigentes y personalidades opositoras, en los casi 4 mil arrestados se contaron desde Alfredo Palacios hasta Victoria Ocampo. A fines de ese año se aprobó una ley de amnistía y con ella la mayoría de los arrestados recupero la libertad. Para julio del 1953, la visita de Milton Eisenhower, hermano del mandatario norteamericano trajo aparejado un relativo eclipse de la tercera posición y una cooperación más estrecha con los EE. UU en la arena internacional. La reorientación de la agenda económica de Peron y su nuevo acercamiento a EE. UU, tenia como telon de fondo, el fin de la bonanza económica. En estas circunstancias el gobierno, el gobierno hizo dos apuestas para superar la desfavorable coyuntura: primero especulo sobre el estallido de una Tercera guerra mundial, que sostuviera el alza de la demanda de los productos argentino. La segunda apuesta fue participar en el Plan Marshall, pero EE.UU le adjudico una cuota minima de abastecimiento de alimento. En ese marco estallo la crisis del sector externo, que se trasladó a la actividad industrial nacional e impulso un crecimiento de inflación. Fue entonces que el gobierno decidió una nueva estrategia económica, que involucro la revisión de sus prioridades. A partir de ese momento se privilegió la estabilidad por sobre la expansión, la agricultura por sobre la industria, la iniciativa privada y el capital extranjero por sobre el crecimiento del sector público. Siguiendo esta politica, la inflación se redujo de manera significativa, después de la recesión de 1951-52, la economía volvió a crecer en 1953-54 El giro estratégico de 1952 no quedo confinado a la nueva importancia que recibió la estabilidad económica. A fines de ese mismo año fue dado a conocer el Segundo Plan Quinquenal que aporto novedades de más largo plazo. Se hizo referencia a la decisión de devolver a al sector rural parte de la rentabilidad perdida, para ello se re direcciono los subsidios y precios a su favor. La apertura hacia el capital extranjero, junto con la reorientación del IAPI a favor del campo, atrajeron hacia Perón las simpatías del mundo de los negocios, que vio en ellas una auspiciosa rectificación de la politica de desarrollo. Pero paralelamente esto genero un clima de inquietud, lo cual se hizo manifiesto con la critica a los contratos con la Standard Oil de California. En el Segundo plan quinquenal: Peron dijo “muchachos ahora a trabajar” apoyar al campo y recuperar la actividad agraria, impulsar la industria pesada. Para ello perón lanza la ley de inversiones extranjeras, propone acuerdo con el estándar oíl, para permitirle explotación del petróleo, con esto empieza a tener criticas de sus propios dirigentes, la oposición radical le dice (Frondizi) que está vendiendo el país, que traiciona la patria. En la segunda presidencia, Peron no solamente tropezó con la resistencia de ideas y creencias que el mismo había contribuyera a arraigar, asimismo entro en colision con interese que eran centrales para su sustentación politica. El tránsito desde una etapa distribucionista hacia otra que tenía por eje los problemas de producción, incluyo también una campaña nacional por el aumento de la productividad Para 1954 el gobierno empieza a superar los problemas económicos y se prepara para afrontar las elecciones legislativas de ese mismo año. Sin embargo, la relación de Perón con el resto de los sectores sociales comenzó a deteriorarse. La iglesia se: se distancia del gobierno, ya que con la política autoritaria de perón se quería también “peronizar” la educación. Se desplaza a miembros del ministerio, la educación católica es dejada de lado. Además, el monopolio de la caridad ya no era de la iglesia, sino del estado y de la fundación Eva perón. La iglesia no ve bien la santificación de evita, las monjas que antes eran enfermeras fueron reemplazadas, ya que evita creo la escuela de enfermería. La iglesia ve mal la formación de la UES (Unión de estudiantes secundarios) como así también la de un “cristianismo peronista”. La gota que rebalsa el vaso, es que la iglesia en concordancia con el papa apoya el partido demócrata cristiano, mientras Perón dicta la ley de divorcio, saca la religión de las escuelas, legaliza la prostitución. Los radicales y los socialistas que eran anti iglesia se alían a ella. Las reformas legales fueron seguidas de una intensa campaña anticlerical orquestada por la prensa oficial. En los primeros meses de 1955 se anunció una futura reforma de la constitución para decidir la separación entre la iglesia y el Estado. El gobierno prohíbe la procesión de corpus christi, sin embargo, esta se celebra el 8 de junio desafiando la prohibición, en la cual estuvieron radicales, socialistas y comunista. El 16 de junio se produjo un atentado a gran escala contra la vida de Perón. Un sector de la Marina y Fuerza Área se lanzó en rebeldía, bombardeando la casa de gobierno. Perón pudo salir ileso de ese atentado, pero los trabajadores de congregaron en la plaza de mayo para apoyarlo, no tuvieron la misma suerte, se contaron 300 muertos y 600 heridos. El ambiente quedo denso y perón llama a una conciliación, pero la oposición se niega. Perón comunica entonces, que retira su renuncia y en su discurso dice “A la violencia le hemos de responder con una violencia mayor; cuando uno de los nuestro caiga caerán cinco de ellos …” En septiembre de 1955 se produce un levantamiento militar, que obliga a Perón a buscar asilo en Paraguay. El 23 de septiembre se proclama presidente al Gral. Eduardo Leonardo. En el futuro, peronista y antiperonistas prolongarían sus conflictos, confrontándose en torno a las versiones opuestas de la experiencia histórica que acababa de concluir. Para los peronistas, durante 1945- 55 los trabajadores alcanzaron una participación en el ingreso nacional nuca igualada. Para los adversarios en cambio los años peronistas fueron aquellas en las que se dio un cercenamiento de las libertades públicas y del pluralismo político.