UNIDAD 4. 1 Torre Carlos

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 Torre, Juan Carlos (2002) “Introducción a los años peronistas”.

En Torre
Juan Carlos (Dir.), Los años peronistas, 1943-1955, Sudamericana, Buenos
Aires, T. VIII.

Torre: introducción a los años peronistas:


La historia politica de la Argentina en el siglo XX se divide en dos: antes y
después del surgimiento del peronismo. Al constituirse como fuerza politica en
1945 desplazo hacia el pasado la tradicional oposición entre radicales y
conservadores. En su lugar, levanto otra oposición, mas cargada de contenidos de
clase: entre peronistas y antiperonistas.
Dos momentos claves en la formación de la Argentina Moderna (apertura al
sistema político y la institucionalización de las realidades propias de la sociedad
industrial) estuvieron, así, atravesados por profundos desgarramientos del
consenso nacional. La extrema facciosidad que caracterizo las luchas políticas
tuvo un desenlace previsible: la gestación de una recurrente crisis de legitimidad.
La revolucion del 4 de junio y el ascenso político de Perón.
El 4 de junio el gobierno de Ramón Castillo fue desplazado sin ofrecer resistencia.
Comenzó entonces un nuevo ciclo de transformaciones políticas y sociales de
amplio y duradero impacto en el país.
La revolucion de junio fue la obra de unas Fuerzas Armadas atravesadas también
ellas por los principales contrastes que dividían a la vida politica nacional. El
primero de ellos era la actitud frente a la Segunda Guerra Mundial. La neutralidad
de Castillo comenzó a generar controversia, sobre todo en el ámbito militar
(romper con el Eje y neutralidad) luego de que EE. UU suspendiera la venta de
armas al país. Un segundo contraste estaba plantado en torno del funcionamiento
de las instituciones políticas, y tenía que ver con la eliminación del fraude
electoral. Pues la mayoría de la oficialidad rechazaba la vuelta al fraude.
En el contexto definido por estos contrastes, a principios de 1942, Castillo tomo
una decisión que sería fatal para su suerte politica. Designo como sucesor a
Robustiano Patrón Costa, asociado según la opinión pública con las practicas
feudales dominantes en los ingenios azucareros y conocido partidario del fraude.
A estos antecedentes, Patrón Costas sumaba como dato, su simpatía hacia la causa
aliada y la posición de los EE.UU. La decisión de Castillo tuvo por efecto
aglutinador, un rechazo unánime, de la Fuerza Armada. De esta manera distintas
facciones militares se sumaron a la Revolucion de junio creyendo cada una que de
ese modo quedaba despejado el camino para sus propias aspiraciones. La
confusión que siguió al 4 de junio fue consecuencia de esa diversidad de
objetivos.
Quienes primero vieron frustrados sus objetivos, fueron los radicales, al
comprobar que el régimen venia a limitar la actividad politica. Luego se frustaron
aquellos sectores que estaban a favor de una ruptura con el Eje. En octubre de
1943 se produjo una revolucion, dentro de la revolucion. El poder paso a manos
de un núcleo de coroneles y tenientes coroneles pertenecientes a la logia secreta
autodenominada Grupo de Oficiales Unidos GOU que se formó en los meses
previos al golpe. Partidarios de un neutralismo intransigente, estos jóvenes
oficiales concebían el 4 de junio como la oportunidad histórica para reorganizar
las bases institucionales del país a fin de ponerlo al abrigo de la corrupción de los
políticos y de la amenaza comunista.
Con los resortes del poder bajo control pasaron a la acción rápida y contundente:
redoblaron las medidas represivas contra los grupos de izquierda y sindicatos,
intervinieron las universidades, finalmente implantaron la obligatoriedad de la
enseñanza religiosa en las escuelas públicas. En esta empresa contaron con la
colaboración de un elenco entusiasta de nacionalistas y católicos integristas.
No sorprende que en la opinión democrática del país y del exterior el régimen
militar fuese visto como un experimento fascista. Ello se tradujo bien pronto en su
aislamiento político. En un esfuerzo por salir de esa situación que se tornaba
insostenible pero asimismo bajo la presión de los EE. UU., en enero de 1944 el
presidente Ramírez decidió la ruptura en relaciones con el Eje. Esto provoco, una
fuerte conmoción dentro de la cúpula militar. Una primera consecuencia fue el
desplazamiento de Ramírez y la designación del Ministro de Guerra, Gral.
Edelmiro Farrel, en la presidencia. La segunda consecuencia habría de ser la que
en breve plazo tendría el impacto mayor, el desencadenamiento de una intensa y
sorda puja entre los miembros del GOU y de la que emergía convertido en el
hombre fuerte de la revolucion el coronel Juan Domingo Perón.
En la década del ´30 Perón ocupo un cargo al servicio de Estado Mayor y de
docente de historia militar en el colegio. Pero antes, dos acontecimientos
marcarían su trayectoria, el primero fue su casamiento con Aurelia Tizón. El
segundo fue su participación en el movimiento militar que derroco a Yrigoyen.
Peron se vinculo inicialmente a la facción de Uriburu Sin embargo, al final del
Golpe del 30, se encolumno en las filas del Gral. Justo. Ambos tenían visiones
opuestas sobre la revolucion de 1930. El circulo de Uriburu era favorable a un
régimen militar y a una reforma institucional para suprimir los partidos y abrir
paso a un sistema corporativo. Los allegados a Justo, estaban en cambio más
inclinados por una intervención militar transitoria, seguida luego el llamado a
elecciones y la vuelta al gobierno civil. Las secuelas de este conflicto se hicieron
visibles con la instalación del gobierno de Uriburu, quien purgo de la nueva
administración todos los elementos asociados a Justo. Así Perón fue relegado al
ámbito militar como docente.
En 1932, Perón, volvió al centro de la burocracia militar, luego de que la tentativa
de Uriburu fracasara y Justo fuera electo presidente. Perón fue designado entonces
ayudante de campo del nuevo Ministro de Guerra, Gral. Manuel Rodríguez.
Posteriormente, en 1936, fue enviado a la agregaduría militar en la embajada
argentina en Chile. Durante los dos años en los que se prolongó su estadía, Perón
aplico sus cualidades personales, para ganarse amigos con el fin de cumplir con la
misión de obtener clandestinamente información sobre los planes expansionistas
chilenos en el sur del país. En 1838, regreso a la Argentina y se descubrió el
espionaje, cuyas acusaciones recayeron sobre su sucesor E. Leonardi.
El Ejercito al que se reintegró Perón después de su estadía en Chile era una
institución en plena efervescencia politica. Esta evolución de la opinión militar
era fruto de varias influencias. Durante la década del 1930 se produjo un
fortalecimiento de los vínculos profesionales con el Ejército alemán, a su vez la
embajada alemana en Bs. As desarrollo fluidos e intensos contactos con el
personal militar argentino. Otra influencia decisiva fue la ejercida por la iglesia,
quien rechazaba la tradición liberal y pretendía recuperar al Estado para la fe
católica. En esta empresa, la conquista del ejercito fue una operación previa y
necesaria, que se llevó a cabo a través de un trabajo capilar y silencioso en los
cuarteles por una densa red de capellanes castrenses e intelectuales católicos.
Finalmente estaba la gravitación negativa del espectáculo poco edificante que
ofrecía la vida politica del país sobre las exhortaciones a la disciplina hecha por la
cúpula militar. La combinación de estos factores hizo que en el ejército se creara
una brecha entre quienes apoyaban la posición oficial del ejército y quienes
opinaban que la misión del Ejercito era la defensa de la nacionalidad y de los
valores cristianos.
En febrero de 1939, el ya entonces teniente coronel Perón partió a la Italia de
Mussolini con la finalidad de perfeccionarse en las practicas del ejercito de
montaña. La misión de estudios termino en diciembre de 1940. De regreso al país,
al mes siguiente recibió la orden de trasladarse a Mendoza en calidad de profesor
del centro de instrucciones de las tropas de montaña. Allí tuvo la oportunidad de
frecuentar y hacer amistad con varios oficiales que más tarde lo acompañarían en
su carrera politica, entre ellos el teniente coronel Domingo Mercante y el general
Edelmiro Farrel. Había pasado poco más de un año en Mendoza cuando Farrel
intervino y lo trajo consigo a sus oficinas en Bs. As. desde ellas y con el flamante
grado de general, Perón se volcó de lleno a la actividad dominante del cuerpo de
oficiales, la conspiración, y en febrero de 1943 se contó entre los miembros
fundadores de la logia militar que habría de apoderarse del control político del
golpe del 4 de junio.
Cuando hacia mediados de 1944 estallo el conflicto dentro del GOU la
Revolucion de junio se hallaba a la defensiva. Todo parecía indicar que la
revolucion se encaminaba a una frustración semejante a la de Uriburu en 1931. Si
ese destino no se cumplió entonces, ello se debió a la intervención de Perón. Fue
el quien supo ofrecer en esos momentos difíciles, dos cosas de las que carecía la
revolucion de junio: un programa social y económico y una apertura hacia grupos
estratégicos de la sociedad. Así Perón logro definir la disputa interna a su favor.
En julio de 1944, acumulando los cargos de vicepresidente, Ministro de Guerra y
secretario de Trabajo se convirtió en el jefe virtual de la revolucion.
Con respecto a las propuestas de Perón, en mayo de 1944 fue creado por su
iniciativa el Consejo Nacional de Posguerra, con el objetivo de preparar un
programa económico que permitiera sobrellevar las consecuencias del fin de la
segunda guerra Mundial. En el círculo militar, el fin de la guerra estaba asociado a
una crisis económica, para Peron el retorno de la paz, estaba asociado a la
recesión y al previsible incremento de la agitación social. Por otro lado, las
lecciones de la guerra habían ilustrado a los militares acerca de la importancia de
contar con una industria, capaz de producir armamentos y asegurara la defensa
nacional. Estas razones impulsaron al Consejo Nacional de Posguerra a impulsar
un programa de industrialización sostenida por el Estado.
Una segunda y trascendente iniciativa de Perón, comenzó a esbozarse con su
designación en octubre de 1943, al frente del Departamento Nacional del Trabajo,
que luego se elevara a Secretaria de Trabajo, y desde la cual se hizo cargo de otra
de las preocupaciones de la elite revolucionaria, el temor al auge del comunismo.
Perón se propuso desactivar esa amenaza mediante una politica de concesiones a
los trabajadores. Para ello busco un acercamiento con los principales dirigentes
sindicales. Sin embargo, los frutos de ese acercamiento tardaron en materializarse,
dado que Perón no tenía ni el poder ni los recursos para hacer efectiva las
promesas a las trabajadoras. Recién en 1944, las promesas del secretario de
Trabajo se convirtieron, en una realidad. Sus primeros beneficiarios fueron los
gremios más organizados de la época, cuyos dirigentes, en su mayoría
sindicalistas y socialistas, aprovecharon las ofertas de Perón.
Al tiempo que puso en marcha la apertura laboral, Perón convoco a los sectores
empresarios invitándolos a colaborar con ella. Pues sostuvo que había llegado la
hora de sacrificar algo de su poder patronal, para evitar la agudización de la lucha
de clases.
En 1945, en vista a los cambios que se estaban sucediendo, Perón encabezo el
ajuste del régimen militar. Así en marzo de ese año Argentina declaro la guerra a
Alemania, con vistas a romper el aislamiento diplomático y lograr la admisión en
las Naciones Unidas. En el plano interno, los partidos volvieron a la legalidad y
convoco a elecciones presidenciales para 1946. Al mismo tiempo que hacia esto
Peron se prepara para las elecciones, si bien anuncio que no aspiraba a la
presidencia, inicio contactos con políticos radicales y conservadores.
Pero su proyecto político termino siendo un fracaso. En primer lugar, la apertura
laboral fue recibida al principio con frialdad y, luego con hostilidad por el mundo
de los negocios. En segundo lugar, la búsqueda de apoyos entre los partidarios
tradicionales tampoco hallo en ellos suficientes voluntarios, a la negativa más
importante que recibió Perón fue la de Amadeo Sabattini, pues para sus opositores
Peron seguía siendo visto como líder demagógico.
Las políticas laborales de Perón no alteraron esa visión critica de la resistencia
democrática. Además, dichas políticas exhibían mucho en común con empresas
corporativas europeas. Es por esto que la mayoría de los universitarios e
intelectuales vio en la acción de Perón desde la secretaria de Trabajo nada más
que la faz demagógica del régimen autoritario en retirada.
Estimulada por la derrota del Tercer Reich y por la forzada reorientación del
gobierno, a mediados de 1945 la movilización opositora redoblo la ofensiva,
decidida a imponer la rendición de Perón. A esa movilización se sumaron los
empresarios. Este desplazamiento del eje de los conflictos obligo a los sindicatos
a tomar partido. En el mes de julio organizaron un gran acto en defensa de las
reformas laborales, sin posicionarse del lado de Perón. Dado que los sindicalistas
estaban preocupados por posicionarse del lado ganador.
Fue en esas circunstancias que Perón tomo una decisión estratégica: apelando a
una retórica que le ganaría el fervor popular proclamo el advenimiento de la era
de las masas, el fin de la dominación burguesa, y convoco a los trabajadores a
movilizarse contra el complot reaccionario que la obra de la revolucion de junio.
Entre el proyecto original y este que emergía en medio del hostigamiento de
clases medias y altas había una diferencia capital, el sobredimensionamiento del
lugar político de los trabajadores. Sin embargo, el llamado a los trabajadores no
suscito una respuesta inmediata. El 19 de septiembre la Junta de Coordinación
Democrática, salió a las calles bajo la consigna de la entrega de poder a la corte
suprema. Ante esta situación el gobierno reestableció el estado de sitio, y
posteriormente impuso a Perón la renuncia a todos sus cargos y más tarde fue
enviado en prisión a la isla Martin García. El desplazamiento de Perón tuvo, sin
embargo, corta duración. Una semana después, en la cual sus adversarios, no
supieron aprovechar su oportunidad, el General recupero su poder político, pero
ahora convertido en líder de masas.
Para llegar a dicho resultado, concurrieron varios factores. El primero fue el
error táctico de la oposición democrática, quienes tardaron en encontrar una
solución sólida para consolidarse en el gobierno ( tras el arresto de Peron, la
oposición democrática siguió insistiendo en el retiro de los militares del gobierno.
Esto no fue aceptado por los militares, especialmente por Avalos, quien coloco en
la presidencia a Farrel, para llegar a acuerdos con las clases patronales). El
segundo tiene que ver con la movilización de los trabajadores. Las noticias de la
renuncia de Perón y su posterior encarcelamiento hicieron cundir inquietud y
descontento en las fábricas y los barrios obreros. De esta manera, los dirigentes
sindicales se reunieron en la CGT y declararon huelga general. En la mañana del
día siguiente, columnas de manifestantes comenzaron a afluir desde los suburbios
a la Plaza de Mayo. Fue en esos momentos que entro en acción un tercer factor: la
actitud de Avalos ante la movilización obrera. Avalos opto por la pasividad ante
el avance de los manifestantes. En la tarde se dio cuenta que ya no podía hacer
nada para detener a las masas congregadas en la plaza. Inicio entonces
negociaciones con los oficiales cercanos a Perón. El acuerdo final fue una
capitulación: Avalos y sus aliados debían renunciar. Farrel nombraría un nuevo
gabinete con hombres de confianza de Perón y este, proseguiría su carrera hacia la
presidencia.
Con la aparición de Perón en los balcones de la Casa de Gobierno en la noche del
17, aclamado por la muchedumbre nació el movimiento peronista a la vida
politica nacional.
La primera presidencia
Las elecciones generales que despejarían la vida de la transición democrática
fueron convocadas para el 24 de febrero de 1946. En ellas, Perón participo como
candidato del oficialismo. Para los cuadros oficiales, Perón representaba la
continuidad del proyecto revolucionario y su victoria en las urnas la oportunidad
para poner a salvo el prestigio militar. Además, el apoyo a Peron se reforzó,
porque la oposición democrática anuncio que en cuanto ganaran, castigarían
fuertemente a los responsables del experimento fascistas. Razones similares,
condujeron a Perón a ser el candidato de la iglesia, pues la oposición democrática
también amenazo con terminar con la enseñanza religiosa y apoyar la enseñanza
laica. dado que les asegura la enseñanza religiosa como así también era un
candidato distante del comunismo.
Por otro lado, frente a la proximidad de las elecciones y Perón todavía sin poder
contar con los partidos existentes, debió organizar una coalición electoral, con
quienes lo apoyaban. De esta manera los sindicalistas crearon un partido político
propio, el Partido Laborista. El otro componente de la coalición fue la UCR-Junta
Renovadora. Desde el principio la convivencia entre ambas agrupaciones se
desenvolvió con dificultades, en particular por la desconfianza que los laboristas,
sentían hacia los radicales. Peron debió mediar ese conflicto, primero para
concertar un pacto de unidad y luego para imponer a Hortensio Quijano como su
compañero de fórmula.
Las fuerzas de la oposición se nuclearon bajo el estandarte Unión Democrática a
los miembros de 1942 (UCR- P. Socialista y Partido Demócrata Progresista) se
agregó el Partido Comunista. Los partidos aliados se comprometieron a votar a la
fórmula presidencial del radicalismo, integrada por Jose P Tamborini y Enrique
Moscas.
El programa de gobierno tanto de la colación conservadora como la del
peronismo, hace fuerte hincapié en la industrialización, en la intervención del
Estado en la economía y en la distribución igualitaria de la riqueza. Pero la
“Unión democrática, priorizaba la defensa de las libertades, así levantaron la
consigna “Por la libertad contra el nazi-fascismo”
Dos incidentes marcaron la batalla electoral, breve y ásperamente disputada. El
primero fue el decreto firmado en diciembre por el presidente Farrel, que
establecía un aumento general de salarios, la extensión de las vacaciones pagas a
la mayoría de los trabajadores, el aumento de la indemnización por despido,
además se creaba el aguinaldo. Con el argumento de su inconstitucionalidad, los
empresarios se negaron a pagarlo. La respuesta obrera no se hizo esperar: el 8 de
enero las grandes tiendas de la capital fueron ocupadas por sus empleados. La
situación se agravo cuando los empresarios decidieron el cierre de sus
establecimientos por tres días. El conflicto se resolvió con el repliegue de los
empresarios. Accediendo a las necesidades electorales del frente opositor, cuyo
triunfo prometía acabar legalmente con el controvertido decreto, optaron por
pagar el aguinaldo. Peron aprovechando esta situación, redefinió los términos del
conflicto político de democracia vs totalitarismo, se pasó a justicia social vs
injusticia social.
El otro incidente fue la intervención intempestiva del ex embajador
norteamericano en Bs. As, Spruille Braden. Desde sus nuevas funciones en el
Departamento de Estado, dio a conocer a pocos días de los comicios un informe
donde denunciaba las antiguas conexiones de los círculos militares con el régimen
nazi. A esas denuncias Perón respondió que “el mismo presidente Roosevelt había
sido acusado de fascista por promover una politica semejante a la suya, denuncio
al ex embajador como el “… organizador y jefe verdadero de la Unión
Democrática” y concluyo, acuñando la consigan que recorrería el país “Branden o
Perón”
El mapa electoral que emergió de los comicios tendió a reflejar, quizá como nunca
antes, las principales fracturas de la sociedad. En las grandes concentraciones
urbanas el electorado obrero se volcó en masa en favor de Perón mientras que la
oposición recogió sus votos en las clases medias y altas. Los efectos de ese
realineamiento fueron graves para la izquierda, dado que perdieron a la gran
mayoría de sus votantes. En las zonas rurales la penetración peronista en las
clientelas populares de los partidos tradicionales también fue amplia,
particularmente en la zona del litoral. La perdidas mayores correspondieron al
conservadurismo, donde fueron muchos los jefes locales que emigraron hacia el
frente de Perón. El apoyo rural al peronismo también se recluto en los sectores
medios, atraídos por el congelamiento de los arrendamientos y la promesa de la
reforma agraria.
El 24 de febrero, una vez que la coalición oficialista se asegurarse el control del
poder por medios constitucionales. La cuestión que ahora debía resolverse era la
participación institucional que correspondía a las fuerzas reunidas en torno a la
candidatura de Perón. La coalición peronista estuvo casi al borde de la
desintegración, una vez concluida las elecciones. Los puntos de litigio entre el
Partido Laborista y la UCR- Junta Renovadora, giraba en torno a la distribución
del poder en la legislatura y en los gobiernos provinciales. Pocos días antes de
asumir la presidencia, Perón ordeno la disolución de los partidos de la alianza y
llamo a la creación de un nuevo partido.
La UCR. Junta Renovadora no resistió a dicha orden, pero el Partido Laborista,
que insistía en su autonomía, en un primer momento se negó a seguir el
lineamiento de Perón. A mediados de junio de 1946 concluyo la resistencia
laborista. Perón nombro a los nuevos organizadores del nuevo partido, entre ellos
había sindicalista, pero la mayoría eran políticos de clase media de origen radical
y conservador. Cuando en enero de 1947 los organizadores del nuevo partido se
dirigieron a Perón para que aprobara llamarlo Partido Peronista sancionaron
explícitamente otro y más decisivo rasgo de la estructura politica del movimiento.
El personalismo fue una consecuencia casi inevitable de la trayectoria de ese
vasto conglomerado político, formado en muy corto tiempo, a partir de fuerzas
muy heterogéneas y muy dependientes de quien fuera su inspirador.
En 1947, en el contexto de las elecciones internas del partido y en vistas al primer
congreso del partido, los conflictos entre laboristas y radicales se tornaron cada
vez más tensas. Acusándose mutuamente de fraude, las autoridades centrales del
partido tuvieron que intervenir las provincias. En 1949, la división en ramas-
masculina, femenina y sindical- el clima beligerancia interna disminuyo, pero ya
para entonces el partido estaba sometido a un férreo verticalismo.
Una vez doblegadas las resistencias al reagrupamiento político de sus fuerzas
adictas, Perón apunto hacia el ultimo bastión de la experiencia laborista: la CGT,
donde Luis Gay, pretendió seguir una linea de colaboración con el gobierno, pero
desde una posición de independencia y ello lo enfrento a Perón. En enero de 1947,
Gay presento su renuncia, en parte consecuencia de las acusaciones lanzadas
contra él desde la prensa oficial. Por su parte el resto de la vieja guardia sindical
opto por replegarse a sus organizaciones. Desde entonces, y conducida por figuras
casi sin antecedentes, la CGT se transformó en un agente de la directiva oficiales
en el movimiento obrero. La rebeldía solitaria de Cipriano reyes, ex
vicepresidente del Partido Laborista, concluyo en 1948, cuando fue puesto en
prisión, donde permanecería hasta 1955.
Además del Partido Peronista y la CGT, otro pilar fundamental del régimen eran
las Fuerzas Armadas. En cuanto a estos últimos Perón se fijó como objetivo la
neutralidad del cuerpo de oficiales y para conseguirlo ante todo a la satisfacción
de sus demandas profesionales. Entre 1946 y 1951 se produjo una expansión y
modernización de las Fuerzas armadas, con un aumento en el presupuesto militar
que llevo a la Argentina al primer lugar en el Ranking de los gastos en defensa de
América Latina. El nacionalismo, la industrialización y el anti-comunismo era lo
que unía a Peron con el Cuerpo de oficiales. La iglesia también fue otro apoyo
que permitió el afianzamiento del régimen.
Con el respaldo de las fuerzas Armadas y la Iglesia, y la adhesión de una masa
popular progresivamente encuadrada bajo una conducción centralizada, el nuevo
orden tenía un futuro relativamente seguro. No obstante, perón se propuso
reforzar el régimen mediante mecanismos de control burocráticos y represivos. La
primera víctima fue la corte suprema que, desde un comienzo había resistido las
reformas laborales de Perón. Otro reducto de la resistencia fue la Universidad, la
cual paso por un proceso de depuración, mediante la expulsión de miles de
profesores hostiles; las agrupaciones estudiantiles fueron declaradas fuera de la
ley y una nueva legislación suprimió gran parte de las reformas de 1918. La
expropiación de uno de los diarios más tradicionales “La Prensa”, en 1951 y su
transferencia a la CGT condujeron prácticamente al monopolio estatal de medios
de comunicación de masas.
Garantizada su legitimidad en el plano interno, con el control del poder ejecutivo
y legislativo, el nuevo gobierno busco una reaproximación a los EE. UU. A pocas
semanas de asumir, Perón envió al parlamento las actas de Chapultepec para ser
ratificadas y oficializar el reingreso de la Argentina a la comunidad
interamericana.
Estas iniciativas de Perón coexistieron con la proclamación de una tercera
posición en el plano de la politica internacional. En sus formulaciones habituales,
esta se condensaba en una doble demanda: respeto por la autodeterminación de
los Estados Nacionales y la aspiración a un orden económico mundial más
equitativo. Pero en Argentina los matices de la tercera posición se correspondían
mal con las simplificaciones propias de la Guerra Fría y fueron una fuente
permanente de tensiones en sus relaciones con los EE. UU.
Al final de la guerra, la Argentina se encontró libre de deuda externa, una gran
demanda y altos precios para sus exportaciones de alimentos y una industria en
crecimiento. Como destaca Gerchunoff y Antunez, tres fueron los ingredientes del
programa implementado en 1946: la expansión del gasto público a través de una
politica de nacionalización, la distribución más equitativa del ingreso nacional y,
finalmente, el paulatino montaje de un régimen de incentivos que premio las
actividades orientadas al mercado interno y desestimulo la producción destinada a
los mercados internacionales. Esta combinación de intervencionismo estatal,
justicia social y sustitución de importaciones no fue una experiencia aislada en la
América Latina de los años cuarenta
La economía peronista estuvo condicionada por los sectores sociales que los
apoyaban. De esta manera entre el proyecto industrialista para la defensa nacional,
y la continuidad de la industrialización liviana, Perón escogió esta última que era
más congruente con una distribución progresiva del ingreso.
La politica económica del peronismo, con sus rasgos distribucioncitas y
nacionalistas fue posible gracias a la combinación de un conjunto de circunancias
favorables: las reservas de fondos externos acumulados durante la guerra,
permitieron afrontar la nacionalización de los ferrocarriles, teléfono, gas, entre
otras. Otro factor importante fue la abrupta mejoría en los precios de las
exportaciones agrícolas en 1945, facilito el financiamiento en divisas de la
economía peronista. Y finalmente otro elemento fue la creación del IAPI,
organismo que tuvo el monopolio del comercio exterior.
Así, la excepcional evolución del mercado internacional de posguerra, los
acrecidos ingresos fiscales y la masificación del ahorro institucionalizado fueron
las condiciones de posibilidad de la economía peronista, plasmada en el 1 Plan
Quinquenal de 1947. Este esquema, basado en el poder de Compra del Estado, en
los Salarios altos y un mercado interno, duro solo tres años, pero esto quedo
marcado en la memoria colectiva del perfil económico peronista.
Para la masa de los migrantes provenientes del interior la incorporación al trabajo
de mercado urbano implico de hecho una elevación social. Por su parte los
trabajadores de más antigua residencia urbana, pudieron subir un escalón mas en
la pirámide social. Pero el rasgo mas importante de los años peronistas fue el
crecimiento de los asalariados de cuello y corbata impulsado por la expansión de
la administración publica. La vida de los trabajadores mejoro notablemente y para
las clases medias se abrieron nuevas fuentes de confort y de expectativa.
La inserción de las fuerzas económicas en el escenario político resultante de los
comicios de 1946 mostro al principio un singular contraste. Los grandes
propietarios del campo, nucleados en la Sociedad Rural, escogieron
pragmáticamente una politica de acomodación. Perón facilito las cosas
designando a uno de ellos al frente del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Distinta fue la actitud de los empresarios industriales, quienes se negaron a
colaborar con él gobierno. El costo de ese atrevimiento fue la intervención de su
organización. Sin embargo al poco tiempo muchos empresarios se fueron
acercando al gobierno.
Con la consigna de la justicia social, el gobierno prosiguió aumentando los
cambios en el nivel de vida de las clases trabajadoras mediante las políticas de un
incipiente Estado Benefactor: el congelamiento de los alquileres, la fijación de
salarios mínimos, planes de vivienda, mejoras en la salud pública, construcción de
escuelas y colegios y etc. Junto a estas políticas de democratización del bienestar,
desde el gobierno se otorgó una dignidad hasta entonces desconocida a los valores
y practicas del mundo del trabajo.
La lealtad a Perón se hizo extensiva a Evita. Después de 1946, esta emergió del
segundo plano y fue ganado responsabilidades y visibilidad en el plano político.
La intervención de Eva fue visible primero desde las oficinas del Ministro de
Trabajo, donde se instaló para recibir a las delegaciones obreras. Su papel era de
intermediaria entre el líder y las masas y luego se ocupó de extender la justicia
social a los sectores más marginales de la sociedad. Con ese fin creo una vasta red
de asistencia social a través de la Fundación Eva Perón. Participo activamente en
la campaña por el voto de la mujer sancionado en 1947, lo cual sirvió para que
fuera reconocida como impulsora de dicha ley.
La prosperidad económica, el apoyo popular y el autoritarismo contribuyeron a
que el régimen se desenvolviera sin problemas. Así en 1949 con la reforma
constitucional busco consolidarse, lo novedoso de dicha reforma fue el voto
directo para la presidente y el vice y la posibilidad de reelección del presidente.
Una vez aprobada la reforma se inició una campaña destinada a la reelección de
Peron en 1951. La central sindical proclamo a Evita para el cargo de
vicepresidente, pero los cuadros militares no estaban de acuerdo, por lo que Perón
decidió apoyar a los militares y Eva Duarte renuncio a su candidatura.
Para que los comicios fueron lo más favorable a Perón, se sanciono una nueva
ley electoral, que sustituía el tradicional sistema de la lista incompleta de la Ley
Saenz Peña por el de circunscripciones uninominales.
En los comicios de noviembre, Perón, con la compañía de H. Quijano, por
segunda vez, alcanzo una aplastante victoria. Esta elección demostró que el
peronismo dejo de ser un partido cuyo resultado dependía de su mejor oferta
politica en las contiendas con los partidos opositores Las elecciones de 1951
mostraron así mismo las transformaciones del electorado peronista, Dichas
elecciones tuvieron lugar con un padrón sustancialmente ampliado por la sanción
del voto femenino al que se agregó la incorporación de los residentes de los
territorios nacionales. En los resultados finales, el voto peronista femenino supero
en todos los distritos al voto peronista masculino.
Segunda presidencia
En 1852, el congreso, convirtió por medio de una ley la doctrina peronista en
doctrina nacional. esa nueva filosofía de la vida, simple, practica, popular y
fundamentalmente cristiana y humanista” tenia “por finalidad la … felicidad del
pueblo y la grandeza de la nación mediante la Justicia Social, la Independencia
Economica y la Soberanía politica…”
La preocupación por la paz social presidio la reorganización de las relaciones
entre el Estado y los intereses sociales. Para ello el instrumento era la
“Comunidad Organizada”, en la cual los diversos grupos de interés, podían
dirimir sus diferencias con la supervisión del Estado. Este proyecto de cuño
corporativista se empezó a llevar a cabo en 1952.
Por otro lado, al poco tiempo de asumir perón, muere evita el 26 de julio de 1952.
Con ella desaparecería quien mejor representaba lo que el movimiento peronista
significaba para los sectores populares. Por otro lado, una buena parte de los
hombres que rodearon a Perón en los primeros años de su gestión ya no estaban a
su lado, por ejemplo, Domingo Mercante. Quienes ocupaban ahora los altos cargo
burocrático eran figura con menor brillo que debían sus posiciones más a su
lealtad al partido.
A comienzo del 1953, el circulo de Perón se ve inmiscuido en un sonado caso de
corrupción, en el cual el hermano de Eva Duarte, se ve fuertemente implicado y
termina siendo encontrado muerto. Ante esos acontecimientos, la CGT llama a
una manifestación para defender al peronismo, el cual finaliza con el estallido de
dos bombas, que dejan un saldo de 7 muertos. En los días que siguieron al
sanguinario atentado, la policía realizo una detención indiscriminada de los
dirigentes y personalidades opositoras, en los casi 4 mil arrestados se contaron
desde Alfredo Palacios hasta Victoria Ocampo. A fines de ese año se aprobó una
ley de amnistía y con ella la mayoría de los arrestados recupero la libertad.
Para julio del 1953, la visita de Milton Eisenhower, hermano del mandatario
norteamericano trajo aparejado un relativo eclipse de la tercera posición y una
cooperación más estrecha con los EE. UU en la arena internacional.
La reorientación de la agenda económica de Peron y su nuevo acercamiento a
EE. UU, tenia como telon de fondo, el fin de la bonanza económica. En estas
circunstancias el gobierno, el gobierno hizo dos apuestas para superar la
desfavorable coyuntura: primero especulo sobre el estallido de una Tercera guerra
mundial, que sostuviera el alza de la demanda de los productos argentino. La
segunda apuesta fue participar en el Plan Marshall, pero EE.UU le adjudico una
cuota minima de abastecimiento de alimento.
En ese marco estallo la crisis del sector externo, que se trasladó a la actividad
industrial nacional e impulso un crecimiento de inflación. Fue entonces que el
gobierno decidió una nueva estrategia económica, que involucro la revisión de sus
prioridades. A partir de ese momento se privilegió la estabilidad por sobre la
expansión, la agricultura por sobre la industria, la iniciativa privada y el capital
extranjero por sobre el crecimiento del sector público.
Siguiendo esta politica, la inflación se redujo de manera significativa, después de
la recesión de 1951-52, la economía volvió a crecer en 1953-54
El giro estratégico de 1952 no quedo confinado a la nueva importancia que
recibió la estabilidad económica. A fines de ese mismo año fue dado a conocer el
Segundo Plan Quinquenal que aporto novedades de más largo plazo. Se hizo
referencia a la decisión de devolver a al sector rural parte de la rentabilidad
perdida, para ello se re direcciono los subsidios y precios a su favor. La apertura
hacia el capital extranjero, junto con la reorientación del IAPI a favor del campo,
atrajeron hacia Perón las simpatías del mundo de los negocios, que vio en ellas
una auspiciosa rectificación de la politica de desarrollo. Pero paralelamente esto
genero un clima de inquietud, lo cual se hizo manifiesto con la critica a los
contratos con la Standard Oil de California.
En el Segundo plan quinquenal: Peron dijo “muchachos ahora a trabajar” apoyar
al campo y recuperar la actividad agraria, impulsar la industria pesada. Para ello
perón lanza la ley de inversiones extranjeras, propone acuerdo con el estándar oíl,
para permitirle explotación del petróleo, con esto empieza a tener criticas de sus
propios dirigentes, la oposición radical le dice (Frondizi) que está vendiendo el
país, que traiciona la patria.
En la segunda presidencia, Peron no solamente tropezó con la resistencia de ideas
y creencias que el mismo había contribuyera a arraigar, asimismo entro en colision con
interese que eran centrales para su sustentación politica. El tránsito desde una etapa
distribucionista hacia otra que tenía por eje los problemas de producción, incluyo
también una campaña nacional por el aumento de la productividad
Para 1954 el gobierno empieza a superar los problemas económicos y se prepara
para afrontar las elecciones legislativas de ese mismo año. Sin embargo, la relación de
Perón con el resto de los sectores sociales comenzó a deteriorarse. La iglesia se: se
distancia del gobierno, ya que con la política autoritaria de perón se quería también
“peronizar” la educación. Se desplaza a miembros del ministerio, la educación católica
es dejada de lado. Además, el monopolio de la caridad ya no era de la iglesia, sino del
estado y de la fundación Eva perón. La iglesia no ve bien la santificación de evita, las
monjas que antes eran enfermeras fueron reemplazadas, ya que evita creo la escuela de
enfermería. La iglesia ve mal la formación de la UES (Unión de estudiantes
secundarios) como así también la de un “cristianismo peronista”. La gota que rebalsa el
vaso, es que la iglesia en concordancia con el papa apoya el partido demócrata cristiano,
mientras Perón dicta la ley de divorcio, saca la religión de las escuelas, legaliza la
prostitución. Los radicales y los socialistas que eran anti iglesia se alían a ella.
Las reformas legales fueron seguidas de una intensa campaña anticlerical
orquestada por la prensa oficial. En los primeros meses de 1955 se anunció una futura
reforma de la constitución para decidir la separación entre la iglesia y el Estado. El
gobierno prohíbe la procesión de corpus christi, sin embargo, esta se celebra el 8 de
junio desafiando la prohibición, en la cual estuvieron radicales, socialistas y comunista.
El 16 de junio se produjo un atentado a gran escala contra la vida de Perón. Un
sector de la Marina y Fuerza Área se lanzó en rebeldía, bombardeando la casa de
gobierno. Perón pudo salir ileso de ese atentado, pero los trabajadores de congregaron
en la plaza de mayo para apoyarlo, no tuvieron la misma suerte, se contaron 300
muertos y 600 heridos.
El ambiente quedo denso y perón llama a una conciliación, pero la oposición se
niega. Perón comunica entonces, que retira su renuncia y en su discurso dice “A la
violencia le hemos de responder con una violencia mayor; cuando uno de los nuestro
caiga caerán cinco de ellos …”
En septiembre de 1955 se produce un levantamiento militar, que obliga a Perón a
buscar asilo en Paraguay. El 23 de septiembre se proclama presidente al Gral. Eduardo
Leonardo.
En el futuro, peronista y antiperonistas prolongarían sus conflictos,
confrontándose en torno a las versiones opuestas de la experiencia histórica que acababa
de concluir. Para los peronistas, durante 1945- 55 los trabajadores alcanzaron una
participación en el ingreso nacional nuca igualada. Para los adversarios en cambio los
años peronistas fueron aquellas en las que se dio un cercenamiento de las libertades
públicas y del pluralismo político.

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