Exposición - Categorías de Servidores Públicos

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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO

FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO

DEDICATORIA

CATEGORÍAS DE SERVIDORES PÚBLICOS

ASIGNATURA

RÉGIMEN LABORAL DEL EMPLEO PÚBLICO

INTEGRANTES

ECHEVARRÍA CARLOS GUADALUPE

GUILLERMO CARBONEL OLENKA

AGRADECIMIENTO MARTÍNEZ GARNIQUE WENDY

PALACIOS PÉREZ KINBERLY

CICLO ACADÉMICO 2021-I

DOCENTE

ÍNDICE DR. YURI DIAZ JAIME

Chiclayo, junio 2021


INDICE

Introducción

Capítulo I: La función pública

1.1. Definición
1.2. Prerrogativas y cargas públicas
1.2.1. Prerrogativas
1.2.2. Cargas Públicas
1.3. El vínculo entre el sujeto y la entidad: La relación de especial sujeción
1.4. Función Pública y Sistema de Mérito (ascenso en la carrera art. 18 – 22:
LEY DE CARRERA DEL SERVIDOR PUBLICO) (revisar el sistema único
de escalafón – capítulo III de la ley)
Capítulo II: El Servidor Público y el marco normativo

2.1. El servidor público y la carrera administrativa


2.2. Diferencias con el funcionario público y el empleado de confianza
2.3. El ingreso a la carrera administrativa y requisitos
2.4. Principios
2.5. Categoría y grupos ocupacionales
2.6. Fases del ingreso
2.7. Derechos
2.8. Deberes
2.9. Procesos de gestión
2.10. Prohibiciones
2.11. Egreso de la carrera administrativa
Capítulo III: La Responsabilidad Administrativa de los Servidores Públicos

3.1. La responsabilidad política


3.2. La responsabilidad civil
3.3. La responsabilidad penal y la responsabilidad administrativa
3.4. La responsabilidad administrativa funcionarial
3.5. La Buena Administración Pública

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CAPÍTULO I: LA FUNCIÓN PÚBLICA
1.1. Definición
Cuando se trata de definir en qué consiste la función pública es un tema complicado
pues de hacerlo corremos el riesgo de sólo aportar a la confusión existente entre
Función Pública, Empleo Público, Funcionario, Servidor Civil, Carrera Administrativa,
Régimen Estatutario, Derecho Laboral Público, entre otros conceptos que se usan de
forma indistinta según la perspectiva de cada sujeto. Sánchez Morón para dar inicio a
este recuento; de esta forma, define la Función Pública de la siguiente manera:
“…Actualmente, los empleados públicos ingresan en la Administración mediante
nombramiento de la autoridad competente, por lo general tras superar
determinadas pruebas selectivas, y sus relaciones con la Administración se
someten a un régimen especial de Derecho Administrativo, distinto del que
corresponde a los demás trabajadores. Estos empleados reciben el nombre de
funcionarios y el conjunto de que forman parte puede denominarse, en sentido
subjetivo, la función pública.”
El español Prats I Catalá hace alusión a la función pública de la siguiente manera:
“La Función Pública hace referencia a la suma de recursos humanos concretos
puestos al servicio de una o del conjunto de las organizaciones público
administrativas.”
Por otro lado, encontraremos definiciones que conciben a la figura de la función
pública como una noción abstracta o un sistema con principios definidos. Por ello, el
ya citado Prats entiende, en otra de sus acepciones, a la Función Pública, en una
vertiente más ideal, como una Institución:
“Conjunto de valores, principios y normas-formales e informales- que pautan el
acceso, la promoción, la retribución, la responsabilidad, el comportamiento general,
las relaciones con la dirección política y los ciudadanos y, en general, todos los
aspectos de la vida funcionarial considerados socialmente relevantes”
Todas las definiciones vertidas son válidas. La Función Pública, en la actualidad, es
una institución, un sistema determinado o también un grupo particular de sujetos. Ello
en razón a que la palabra se ha transformado en lo que la Lingüística denomina un
término polisémico. Entonces, pasemos a desglosar el término. De esta forma,
tenemos por un lado que la figura parte describiéndose como una función, término que
a todas luces hace alusión a una acción, tarea o competencia; es decir, el quehacer de
un sujeto en una circunstancia determinada. Se hace completa la noción dando paso
al adjetivo de dicha función, es un hacer público, adjetivo que ya limita la acción a un
ámbito concreto de la existencia social. Ahora, ¿por qué es pública? La respuesta de
fondo tendría que ser: porque es imputable al Estado en su labor de consecución del
bien común. Ante ello, el profesor Guerra Cruz entiende la palabra: “Función Pública
es la actividad dirigida a la realización y cautela de los intereses de la Nación y a la
integridad del territorio. En otra perspectiva es la acción derivada del ejercicio del
poder del Estado o, simplemente, de sus fines”.

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Ahora, partiendo del entendido básico que el Estado se conforma por la triada
Pueblo, Poder y territorio debemos situar a la función pública dentro del componente
Poder. En efecto, la función pública es la vertiente tangible del Poder, pudiendo ser, en
abstracto, competencias asignadas o, en concreto, actos realizados al menos en
aparente ejercicio legítimo del poder estatal. Por ser actos del Poder, la acción que
pretenda calificarse como pública deberá estar investida por la característica base de
poder crear, modificar o suprimir efectos jurídicos de forma unilateral y posteriormente
poder imponerlos, potestad pública. Entonces, el órgano que dentro del poder se
manifieste con potestad pública estará ejerciendo una función pública.
Seguidamente, que la función pública abarque todo el Poder Público no significa
que estemos excediendo el campo del Derecho Administrativo. Explicando esto,
cuando se analiza el actuar del juez en una situación concreta y a la luz del Derecho
de la Función Pública, no estamos analizando el régimen de sus actos en cuanto juez
(donde sí hay una diferencia importante con el régimen administrativo en cuanto son
actos dictados bajo una presunción iuris et de iure de legalidad) sino en cuanto
funcionario. En cuanto sujeto dotado de poder público, su régimen se desprende de
toda singularidad para poder ser analizado bajo la óptica unitaria de la organización
del aparato estatal que es, en esencia, actividad administrativa.
Como hemos visto hasta el momento el punto de partida es, básicamente, objetivo;
sin embargo, no hemos podido dejar de hacer referencia al componente subjetivo. Es
que la acción no será comprensible sin una obligada mención al sujeto. El acto, en
cuanto manifestación del poder, debe ser imputable, al menos en última ratio, al
Estado como Persona Jurídica. Este es el componente subjetivo en la función pública.
No otra cosa predica la teoría del órgano en cuánto la voluntad del órgano vale como
la voluntad de la Entidad de la cual forma parte, que es la única que tiene personalidad
jurídica, puesto que los órganos están desprovistos de ella. La existencia de vínculo
entre sujeto y Estado es necesario para hablar de un acto calificable como público
incluso en los supuestos más ambiguos, como en la figura del funcionario de hecho,
se puede observar la existencia de un vínculo entre el sujeto y el Estado, que, aunque
viciado, tiene apariencia de legitimidad y permite que tanto el acto como el sujeto se
sometan al Derecho Administrativo. Este es el fin de estudiar el actuar público,
entender qué sujetos se encontrarán sometidos a Derecho Público en razón de sus
actos y su vínculo.
Como conclusión a este punto, considerar a la función pública como el conjunto de
sujetos que realizan la acción sería confundir el sujeto con su hacer o decir que la
función pública es el sistema mismo es confundir la acción con las reglas aplicables a
ese actuar. Por ende, la Función Pública es la acción realizada al amparo del poder
concedido al Estado, matriz última de imputación de la voluntad del órgano.
1.2. Prerrogativas y cargas públicas

Avoquémonos entonces a analizar lo que el Estatuto de un funcionario puede traer


de especial para salvar el carácter Público de la figura:
1.2.1. Prerrogativas

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En virtud de la teoría del órgano existe un nexo comunicante muy grande entre la
institución y el sujeto, traemos esto a mente pues en razón de este fenómeno es que
las prerrogativas, y también los privilegios en menos, de los que la Administración
Pública pueda gozar o soportar en abstracto serán también los que el servidor
profesional lidie en su labor cotidiana.
Por ello, encontramos que el servidor público contará con los privilegios de:
a. Autotutela declarativa: Lo que significa que el funcionario podrá exigir de
modo inmediato los efectos de sus acciones en el marco de sus labores
encomendadas. No existirá necesidad de una previa declaración judicial para la
ejecución de sus actos.
b. Autotutela ejecutiva: En el marco de la situación anterior, el funcionario
podrá, en caso encuentre obstáculos en su labor, usar el Poder coactivo del
Estado para hacer reales sus dichos.
c. Revisión de actos propios: En el caso de una posible afectación al derecho
del administrado, el funcionario tendrá la oportunidad de volver a revisar su
accionar vía recurso de reconsideración. Incluso, en una segunda oportunidad,
será el superior jerárquico, también un funcionario, quien dirima una situación
en vía administrativa.

Por otro lado, existen privilegios que sólo son predicables a favor del sujeto y no de
la institución, son las que recaen específicamente sobre el estatuto de la persona en
pos de la eficaz prestación del servicio. Brevemente, pues de forma posterior tendrán
un mayor desarrollo, son algunos:
a. Estabilidad: Con el fin de brindar un servicio transparente y correcto libre de
los vaivenes de la dirección política.
b. Derecho al cargo: Obtenido luego de haber superado la medición objetiva del
mérito y la capacidad. El servidor se encuentra habilitado a desempeñar las
labores para las que probó destreza en cualquier sector de la Administración
que propicie el desarrollo de dichas virtudes. Ello implica también que el cese
del servidor sólo pueda tener lugar en situaciones motivadas por la propia
conducta del servidor, ya sea de bajo rendimiento comprobado o por falta
disciplinaria.
c. Capacitación constante: Un servicio que se pretende proyecto de vida deberá
ser gratificado con la constante actualización de sus componentes funcionales.
Ello redunda en la posibilidad del ascenso en la escala jerárquica que supone
la organización de una Entidad del Estado.
d. Estímulos por buen desempeño: Otorgados a discreción de la organización
pública quien fijará criterios como la antigüedad, metas u otros para
personalizar una retribución económica u honorífica.

1.2.2. Cargas Públicas

En el mismo sentido en que el sujeto goza de los privilegios, en abstracto, de la


Administración, también sufrirá sus cargas:
a. Sometimiento al principio de legalidad: Dicho de otra forma, la vinculación
positiva al Ordenamiento Jurídico. El funcionario público, en el marco de sus

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funciones, sólo está facultado a hacer lo que la ley le habilita. El administrado,
por el contrario, se encuentra habilitado, dentro de un amplio marco de
libertades, a hacer lo que la ley no le prohíbe. Esto se encuentra plasmado en
el actuar diario del servidor público quien cuenta con una gama de facultades
regladas o tasadas. Luego, en ámbitos domésticos de su labor, el sujeto no
podrá dejar de aplicar los reglamentos propios de su Administración o de
alguna otra Administración competente sobre la materia, principio conocido
como Inderogabilidad singular de los reglamentos.

Pasemos ahora a mencionar las principales cargas que pesan sobre su estatuto
personal:
a. Ingreso reglado: Siendo principalmente una garantía para la Administración y
la sociedad, es también una carga para el aspirante. Quien pretende manipular
actividades y disponer de potestades tan peculiares como las que hemos visto
hasta ahora debe antes comprobar su mérito y capacidad mediante una serie
de procedimiento reglados dirigidos a tal fin. El concurso es el procedimiento
más importante dentro de este iter. Esta singularidad termina siendo un
designio del principio de legalidad. El Estado no puede relacionarse con quien
quiere, sino, en este caso, con quien debe. De la misma forma, los ascensos
se encontrarán basados en el mérito del servidor.
b. Sometimiento a potestad discrecional organizativa: El servidor se
encuentra a plena disposición de las necesidades públicas que requiera prestar
el servicio en forma distinta o lugar distinto. El destaque por estas razones
deberá ser exhaustivamente motivado, pues a mayor discrecionalidad mayor
motivación.
c. Sometimiento a constante evaluación: El mérito y las capacidades, en pos
de un servicio eficaz, debe ser actualizado y comprobado cada cierto tiempo.
De comprobar la inexistencia actual de aptitud en el servidor, a través de la
evaluación de rendimiento, es posible cesarlo legítimamente.
d. Retribución económica condicionada: La compensación económica que
reciba el sujeto deberá encontrarse dentro de los márgenes del equilibrio
presupuestal del Estado. En el mismo sentido toda asignación económica
extra.
e. Derechos Laborales Colectivos modulados: En razón a la especialidad de la
materia con la que se labora. Mientras mayor sea la necesidad social que
recaiga sobre la actividad prestada existirá mayor modulación del derecho de
huelga, por ejemplo.
f. Régimen fuerte de deberes e incompatibilidades: Conjunto de deberes que
recogen contenido profesional y ético. Mencionamos ahora los principales
deberes éticos y profesionales del servidor: f1. Prohibición de doble percepción
de ingresos estatales f2. Represión del nepotismo f3. Represión de conflictos
de intereses f4. Deberes de fidelidad, neutralidad e imparcialidad.
g. Régimen disciplinario peculiar: Basado en la singularidad de los supuestos
que configuran faltas. Entonces, también el rompimiento de la vigencia de
valores institucionales podrá acarrear sanción para el funcionario. En algunos
sistemas, como el nuestro, la potestad disciplinaria persigue incluso a los
exservidores públicos y pueden contemplar suspensiones hasta de por vida

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para ejercer función pública. La nota diferenciadora formal de esta potestad
administrativa en comparación con la facultad de dirección de cualquier otro
empleador es que ésta se encuentra dotada del Ius Puniendi Estatal, el mismo
que arropa al Derecho Penal o al sancionador general.

1.3. El vínculo entre el sujeto y la entidad: La relación de especial sujeción

Continuar descifrando la esencia de la función pública requiere obligatoriamente


analizar la naturaleza del vínculo que se establece entre el sujeto y la entidad.
1.3.1. Las libertades y los derechos subjetivos individuales y públicos

El presente punto tiene como fin describir la teoría de las Relaciones Especiales de
Sujeción defendida, en sus términos más acabados, por Otto Mayer entre fines del
siglo XIX e inicios del siglo XX. La importancia de estas ideas radica en la
configuración sistemática que, a la luz del Derecho Público, realiza el alemán sobre las
formas en que el administrado puede relacionarse con el Estado, y en virtud a ello,
cuál sería el contenido de la concreta relación jurídica.
Sin más preámbulo, el maestro alemán parte de la distinción entre lo que él llama
un derecho individual subjetivo, un derecho público individual subjetivo y las libertades.
Pasemos a delimitar estos puntos.
a. Libertades: En este punto, el marco se desencadena a partir de una
situación general resultante del orden establecido. El Poder Ejecutivo se
encuentra limitado en el ejercicio de su derecho de dominación por la
reserva de ley, por lo que queda para libre disposición del sujeto una gama
de “Derechos Fundamentales”, “Derechos de libertad” o “Derechos del
Hombre” En todo esto deben verse posibilidades generales, no derechos.
Para que pueda hablarse de un derecho, es menester que previamente se
haya producido determinado efecto jurídico entre un súbdito individualizado
y el Estado. A continuación, el siguiente ejemplo: “Concedido, por ejemplo,
un permiso de policía, nace allí una relación jurídica; el poder público no
debe impedir al permisionario hacer lo que, sin el permiso, el reglamento de
policía le prohibía. Pero, ¿Qué tiene ahora? ¿Cuál es el objeto del derecho
que se desea reconocerle? Solamente tiene el derecho que tendría si
ningún reglamento de policía se hubiera dictado en esa materia: es la
libertad natural.
b. Derecho individual subjetivo: Determinación dada al poder jurídico
genérico que se tiene en las libertades, en cuanto al sujeto al cual
pertenece y a su objeto. En este sentido, el súbdito individualizado ha
establecido relación jurídica con el Estado. Ejemplo a este punto será: “una
regla de derecho puede ordenar que ciertos permisos o servicios deban ser
otorgados a todo individuo que reúna determinadas condiciones: en ello se
originará inmediatamente un derecho a estas cosas, derecho que compete
a todo el mundo o, como se dice de manera todavía más significativa, al
público. Se puede apreciar que el círculo subjetivo se va estrechando, ya
no tenemos aquí posibilidades de ejercicio de facultades en potencia, sino

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que, como carácter esencial del Derecho, ya existe alteridad, en este caso
con el Estado, que es contra quien se pretende el derecho.
c. Derecho Público subjetivo: Contiene los rasgos esenciales de la relación
nacida en virtud del derecho individual subjetivo; sin embargo, adquiere la
peculiaridad de que la relación tiene como objeto el poder público. Este
poder público pertenece al Estado; pero su ejercicio puede llegar a ser
objeto de poderes atribuidos a los individuos, cuyo conjunto representa el
Estado. “El derecho público individual (subjetivo) es un poder jurídico sobre
el ejercicio del poder público”, dice Mayer.

A) Derechos públicos subjetivos


Hacemos un apartado exclusivo para este punto pues es aquí donde vamos a situar
la teoría que nos importa. En este sentido, continuemos citando al autor en cuanto nos
hable de estos derechos nacidos en relación jurídica pública.
En la concepción del alemán, tanto la ley como el acto administrativo pueden llamar
al individuo a colaborar de diversas maneras en la gestión del poder público. En ese
sentido, el súbdito sólo tiene semejantes poderes como derivados del Estado, pues no
está en su naturaleza tenerlos. A ese fin, el Estado atribuye los poderes necesarios al
sujeto creándose así, en su beneficio, verdaderos derechos públicos individuales.
Algunos de estos poderes son cedidos al sujeto como derechos de representación.
Deben ejercerse en interés y en representación del Estado. Aquí hace ingresar, como
ejemplo, la figura del juez quien actúa en nombre del Estado, pero tiene el derecho de
representarlo y ejercer por él este poder. Luego están los derechos propios, donde el
titular del derecho puede optar por el camino que su juicio imponga, en favor de sus
intereses y sobre el poder público que se les ha atribuido. Luego, el derecho público
subjetivo puede ser catalogado, desde otro sentido, dentro de la forma de posesión o
de obligación. En el primero de los sentidos, se plantea como de posesión el poder
otorgado a los concesionarios del dominio público; en esta figura los particulares
obtienen el derecho de ocupar una porción del dominio público estatal en su interés y
con un fin determinado. Luego, en forma de obligación se apreciará cuando en la otra
parte se encuentra un administrado que tiene un derecho de accionar el poder público.
Entonces, para el detentador del poder se plantea como obligación. Pone el ejemplo
del demandante frente al juez, en el sentido de obtener una decisión jurídica.
B) Relaciones de sujeción particular
Se debe partir de lo que se entiende por sujeción, de esta forma será “Vínculo de
dos personas desiguales desde el punto de vista del derecho, cuyo contenido lo
determina la voluntad de la persona superior”. La relación puede ser creada por ley o
por acto administrativo; sin embargo, una vez dentro de ella el medio por el que se
diagrama la relación será el de los actos administrativos. Son, entonces, instrucciones
contenidas en los reglamentos de servicio y que actúan con la fuerza de la relación
particular de sujeción, es decir, sólo puede tener efecto respecto de los individuos y
para las obligaciones incluidas en ella.
Así mismo, Mayer entiende que el campo de los Derechos Fundamentales o
libertades se ve restringido al ingresar en esta relación particular de sujeción en razón
del consentimiento del interesado. Indica que el protegido por la reserva de ley, y por

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ende protegido en sus libertades, es libre para someterse, en cierta medida, a cargas
personales, obligaciones, etc. Debe entenderse en todas las reservas constitucionales
que supone la reserva de ley, la cláusula tácita: a menos que la parte interesada dé su
consentimiento.
1.4. Función Pública y Sistema de Mérito (ascenso en la carrera art. 16 – 20:
LEY DE CARRERA DEL SERVIDOR PUBLICO) (revisar el sistema único de
escalafón – capítulo III de la ley)

Ahora, según el D.L. N° 276 – Ley de bases de la Carrera Administrativa, en sus


artículos 16 al 20 del Capítulo III, sobre el ascenso en la carrera:
Artículo 16.- El ascenso del servidor en la carrera Administrativa se produce
mediante promoción a nivel inmediato superior de su respectivo grupo ocupacional,
previo concurso de méritos.
Artículo 17.- Las entidades públicas planificarán sus necesidades de personal en
función del servicio y sus posibilidades presupuestales. Anualmente, cada entidad
podrá realizar hasta dos concursos para ascenso, siempre que existan las
respectivas plazas vacantes.
Artículo 18.- Es deber de cada entidad establecer programas de capacitación para
cada nivel de carrera y de acuerdo con las especialidades, como medio de mejorar
el servicio público e impulsar el ascenso del servidor.
Artículo 19.- Periódicamente y a través de métodos técnicos, deberán evaluarse los
méritos individuales y el desempeño en el cargo, como factores determinantes de la
calificación para el concurso.
Artículo 20.- El cambio de grupo ocupacional, previo el cumplimiento de los
requisitos correspondientes, no puede producirse a un nivel inferior al alcanzado,
salvo consentimiento expreso del servidor.

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CAPÍTULO II: EL SERVIDOR PÚBLICO Y EL MARCO NORMATIVO

2.1. El servidor público y la carrera administrativa

Los servidores públicos se constituyen como aquellas personas que brinda utilidad
social. Este se encarga de realizar una tarea con el fin de generar un bienestar entre la
sociedad. En tal sentido: “El servidor público debe servir a la población y no para
servirse de ella”.
Los servidores públicos se encuentran trabajando al servicio del Estado,
generalmente en la administración pública. Por tanto, los funcionarios son una
variante de servidores públicos, pero no todo servidor público es funcionario. Aunado a
ello, uno de los rasgos que más deben sobresalir de un servidor público es su ÉTICA,
ya que las consecuencias de sus acciones suelen llegar a un conjunto mayor de la
sociedad. A esto se le suma el prestigio social con el que cuentan, ya que en muchos
casos suelen manejar fondos económicos estatales (por ende, son el resultado del
aporte de todos los ciudadanos), además del hecho que suelen representar
instituciones con una larga tradición e importancia.
La regulación de los servidores públicos es materia estatal, generalmente
contenidos dentro de la constitución de cada país, acompañada de otras
legislaciones de menor envergadura. En la actualidad, existen 15 regímenes
laborales en las entidades del Estado, entre generales y especiales, lo cual conlleva
a un desorden en la administración pública en la medida que cada régimen implica.

REGÍMENES LABORALES PARA SERVIDORES PÚBLICOS EN EL PERÚ

SERVICIO CIVIL
CARRERAS
GENERALES OTROS
ESPECIALES
Carrera  Profesorado y Sin carrera con vínculo
 Administrativa (Dleg Magisterial (Ley 24029- laboral
276- 1984) 1984y Ley 29062) o Gerentes públicos
 Docentes (Dleg 1024-2008)
universitarios (Ley 23733
Sin carrera con vínculo – 1983) Sin carrera con vínculo
laboral  Profesionales de la civil
 Regímen de la salud (Ley 28561- 1982) o Convenios de
actividad privada  Asistenciales del a administración
(Dleg 728-1991) salud (Ley 28561 -2005) o Fondos de Apoyo
 Contratación  Magistrados (ley Gerencial ( DL.
Administrativa – 29277 -2008) 25650 – 1992)
CAS (Dleg 1057-  Fiscales (Dleg 052-
2008 y modificado 1981 y modificado 2005)
en el 2012)  Diplomáticos (Ley

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28091 -2003 y modificada
2005)
 Servidores
penitenciarios (Ley 29709
-2011)
 Militares y policías
(Ley 283559 -2004 y Ley
277238 – 1999)

La carrera administrativa

La Constitución Política de 1993 reconoce a la carrera administrativa en su artículo


40 cuando señala que:
«la ley regula el ingreso a la carrera administrativa, y los derechos, deberes
y responsabilidades de los servidores públicos. No están comprendidos en
dicha carrera los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de
confianza [...]».
Dicho reconocimiento constitucional nos lleva a inferir que la carrera administrativa
cuenta con señas de identidad propias y distintas a los demás segmentos de
servidores públicos.

La noción de carrera administrativa y su reconocimiento constitucional

La carrera administrativa es un sistema de organización que ofrece a los servidores


civiles la posibilidad de escalar a lo largo de un conjunto de niveles jerárquicamente
ordenados, de tal manera que logren ampliar sus facultades y mejorar sus
remuneraciones. Un sistema de carrera administrativa promueve la movilidad del
servidor público, premia el mérito y las capacidades con la progresión de un nivel
menor a otro mayor, con remuneraciones competitivas y con otros incentivos no
necesariamente económicos.

Ahora bien, el ascenso a un escalón superior se encuentra condicionado por la


ocupación previa del escalón inferior. Un sistema de carrera administrativa reduce la
discrecionalidad irresponsable en las incorporaciones al Estado, gracias a los
concursos públicos y a la necesaria planificación que debe llevar a cabo la entidad
pública para identificar a los servidores que requiere. La carrera profesional se articula
para desarrollar las habilidades, conocimientos y capacidades del servidor público.
Cuanto más permanezca al servicio del Estado, mayor experiencia y conocimientos
adquirirá, lo que le permitirá progresar a puestos de mayor responsabilidad, y tener
una mirada de conjunto del Estado, que resulta tan necesaria en el diseño responsable
de políticas públicas y de las normas que las contienen.

Características de una carrera administrativa


Las características centrales de toda carrera administrativa son:

• El mérito en su acceso: por concurso público.

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• Un sistema de progresión jerárquica: promueve la movilidad en la entidad pública y a
través del Estado, premia el mérito y las capacidades con la progresión de un nivel
menor a otro mayor, con remuneraciones competitivas y con otros incentivos no
necesariamente económicos. El ascenso a un escalón superior se encuentra
condicionado por la ocupación previa del escalón inferior.
• La permanencia a tiempo indeterminado del servidor civil. Ello implica el
reconocimiento de: garantías contra la desvinculación arbitraria, mecanismos de
retención del talento que permitan al Estado continuar con el personal más idóneo y
causales objetivas y razonables de desvinculación —adscritas al principio del mérito y
al poder de organización del Estado—.
Los servidores públicos necesitan estar premunidos de garantías de estabilidad.
Esta estabilidad, entendida como una garantía para el ejercicio de una función pública
vinculada al principio de juridicidad, garantiza el cumplimiento de la finalidad pública en
cada acto de administración y está alineada a los objetivos y estrategias de las
funciones de gobierno, más no a los intereses privados del político de turno, ni una
estabilidad petrificante. Precisamente por ello es que el término de la vinculación con
el Estado en el servicio civil se encuentra sujeto a garantías y que sea indispensable
que las causales del término del vínculo se encuentren clara y previamente
determinada.
La carrera administrativa en el Perú es un conjunto de principios, normas y
procesos que regulan el ingreso, los derechos y los deberes de los servidores públicos
que, con carácter estable, prestan servicios de naturaleza permanente en la
administración pública.

Está regulada por la Ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones


del sector público y su reglamento.

• El régimen laboral público administrativo establecido en esa Ley se caracteriza


por ser un sistema cerrado, en el cual el ingreso a la carrera se realiza por el
nivel más bajo del grupo ocupacional y la promoción de los servidores públicos
en los diferentes niveles depende del cumplimiento de requisitos previamente
determinados, que incluyen antigüedad en el puesto, capacitación y
evaluación.

• La carrera cuenta con tres grupos ocupacionales con distintos niveles cada
uno, en donde la homogeneidad remuneratoria está establecida mediante un
sistema único de remuneraciones. La remuneración está constituida por un
salario básico, además de bonificaciones y beneficios.

Ahora bien, el artículo 1º de la Ley de Carrera Administrativa establece que:


La Carrera Administrativa es el conjunto de principios, normas y procesos que
regulan el ingreso, los derechos y los deberes que corresponden a los servidores
públicos que con carácter estable prestan servicios de naturaleza permanente en la
Administración Pública, la cual se expresa en una estructura que permite la
ubicación de los servidores públicos según sus calificaciones y méritos.

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Y, de forma congruente con la Constitución, el artículo 2º de la Ley de Carrera
Administrativa delimitó de manera negativa su ámbito de aplicación, señalando que:

“Artículo 2º. No están comprendidos en la Carrera Administrativa los servidores


públicos contratados ni los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de
confianza, pero sí en las disposiciones de la presente Ley en lo que les sea
aplicable.

No están comprendidos en la Carrera Administrativa ni en norma alguna de la


presente Ley los miembros de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales, ni los
trabajadores de las empresas del Estado o de sociedades de economía mixta,
cualquiera sea su forma jurídica”.

En definitiva, la Ley reconoce como “servidor público” a todo ciudadano que presta
servicios en entidades de la administración pública con nombramiento o contrato de
trabajo, con las formalidades de la ley, en jornada legal y sujeto a retribución en
periodos regulares. Estipula que solo hace carrera administrativa el servidor público
nombrado que presta servicios de naturaleza permanente, quien a su vez tiene
derecho de estabilidad laboral indeterminada. La norma excluye de la carrera
administrativa a las Fuerzas Armadas, Fuerzas Policiales y los trabajadores de las
empresas del Estado, los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de
confianza
2.2. Diferencias con el funcionario público y el empleado de confianza

A fin de usar la terminología correcta y colaborar con una mejor difusión de


información y entendimiento de las algunas reglas del Estado, transcribimos el Artículo
4º de la Ley Marco del Empleo Público, donde se define qué es un funcionario, un
empleado de confianza y un servidor público.

El Art. 4º de la Ley 28175 – Ley Marco del Empleo Público establece la siguiente
clasificación:

Funcionario público: El que desarrolla funciones de preeminencia política,


reconocida por norma expresa, que representan al Estado o a un sector de la
población, desarrollan políticas del Estado y/o dirigen organismos o entidades
públicas.

Por otra parte, a nivel normativo, el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM,
establece un concepto de funcionario público en los siguientes
términos:
“Considérese funcionario al ciudadano que es elegido o designado por autoridad
competente, conforme al ordenamiento legal, para desempeñar cargos del más alto
nivel en los poderes públicos y los organismos con autonomía. Los cargos políticos
y de confianza son los determinados por Ley”

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El Funcionario Público puede ser:

a) De elección popular directa y universal o confianza política originaria.


(presidente, Congresistas, alcaldes, etc.)

b) De nombramiento y remoción regulados. (jefes de reguladores, por ejemplo)

c) De libre nombramiento y remoción. (típico caso de ministros de Estado)

Empleado de confianza: El que desempeña cargo de confianza técnico o político,


distinto al del funcionario público. Se encuentra en el entorno de quien lo designa o
remueve libremente y en ningún caso será mayor al 5% de los servidores públicos
existentes en cada entidad. El Consejo Superior del Empleo Público podrá establecer
límites inferiores para cada entidad. En el caso del Congreso de la República esta
disposición se aplicará de acuerdo con su Reglamento. Un ejemplo es el del asesor o
personal que trabaja directamente con los funcionarios.

Servidor público:

En forma complementaria el artículo 3º del Reglamento de la Carrera


Administrativa, define:
“Artículo 3.- Para efectos de la Ley, entiéndase por servidor público al
ciudadano en ejercicio que presta servicio en entidades de la Administración
Pública con nombramiento o contrato de autoridad competente, con las
formalidades de Ley, en jornada legal y sujeto a retribución remunerativa
permanente en períodos regulares”.

Sin embargo, a partir de la reforma del Estado peruano de la década de los noventa
(fenómeno no solamente peruano), y como se comentó anteriormente el régimen de la
carrera administrativa empezó a debilitarse y la administración pública empezó a
contratar personal para servicio del Estado a través de regímenes laborales privados y
no de carrera administrativa.

Es decir, se tornó común que dentro de los organismos y entidades del Estado
existan trabajadores contratados bajo el régimen laboral privado que ejercen funciones
públicas. Sin embargo, la confusión (que en la práctica se generalizó) terminó por
divorciar definitivamente la necesaria relación inicial entre funcionario público y carrera
administrativa, con lo cual ya no resultó indispensable tener “carrera administrativa” o
ser “funcionario público” para ejercer el poder público.

Luego, esta nueva equivalencia coyuntural se trasladó a otros ámbitos de la


actividad estatal como la empresarial, donde se asimiló erróneamente que la categoría
jurídica de “empleado público” podía ejercerla un trabajador con régimen laboral
privado, también podía aplicarse válidamente la vía contraria, de tal forma que la
categoría de “empleado público” sería aplicable a otros trabajadores privados, como
los trabajadores de las empresas del Estado. Por tanto, un trabajador de una empresa
del Estado podría calificarse equivocadamente como “empleado público

13
(funcionario público, empleado de confianza o servidor público)”, debido a que su
contratación régimen laboral no difiere de la de los nuevos “funcionarios públicos” o
“trabajadores del Estado” que ejercen poder público.

Esto es un gran error, toda vez que, conceptualmente un trabajador de una


empresa del Estado se diferencia de un empleado público (funcionario público,
empleado de confianza y servidor público) por su propia naturaleza, siendo sus
principales rasgos diferenciadores los siguientes:

1. Se desarrolla laboralmente en una Empresa del Estado que según el artículo


60º de la Constitución Política tiene el mismo tratamiento legal de una empresa
privada, vale decir, que no tiene ninguna función administrativa.

2. Su desempeño laboral no se relaciona al ejercicio del poder público, sino que


se encuentra orientado a la obtención de rentabilidad empresarial por su
participación en el mercado, a través del objeto social de la empresa.

3. El artículo 40º de la Constitución Política del Perú ha establecido que: “(…) no


están comprendidos en la función pública los trabajadores de las empresas del
Estado o de sociedades de economía mixta”

Los trabajadores de las empresas del Estado no desempeñan función pública o


potestades administrativas. Expuesta la primera razón, afirmar que los trabajadores de
las empresas del Estado no son funcionarios públicos es una consecuencia natural,
así mientras un funcionario público debe ejercer sus labores orientadas a la función
pública de la entidad u organismo a la que pertenece, los trabajadores de las
empresas brindarán sus servicios para que su empresa empleadora obtenga
beneficios empresariales ordinarios, como cualquier empresa privada.

A continuación, para una mejor explicación, desarrollamos los tres supuestos o


clasificaciones que la norma ha establecido para los Empleados Públicos y porque
ninguna incluiría a los trabajadores de las empresas del Estado:

a) Respecto de su calificación como Funcionario Públicos:


Al respecto, es preciso señalar que, considerando lo dispuesto por la Ley Marco, los
trabajadores de las empresas de propiedad Estado sujetos al régimen laboral de la
actividad privada-, no pueden ser clasificados dentro de esta categoría, toda vez que
su labor ordinaria no incluye la realización de funciones de preeminencia política
o el desarrollo directo de políticas del Estado.

b) Respecto de su calificación como Empleados de Confianza:


Asimismo, considerando que la Ley Marco ha definido esta categoría como aquellos
trabajadores que desempeñan cargos de confianza, técnicos o políticos, distintos al
del funcionario público, y se encuentran en el entorno de quien los designa o remueve
libremente, no resulta correcto clasificar a los trabajadores de las empresas del
Estado, en dicha categoría, toda vez que, si bien dentro de éstas existen trabajadores
de confianza -cuya relación de trabajo es calificada como tal en virtud a las funciones o

14
prestaciones que realizan-10, éstos no se encuentran sujetos a un régimen de
designación.

c) Respecto de su calificación como Servidores Públicos:


Sobre esta categoría, es preciso acotar que si bien la Ley Marco, ha clasificado a los
servidores públicos en cuatro subcategorías, definiendo cada una de ellas en virtud a
sus funciones.

Y, de forma congruente con la Constitución, el artículo 2º de la Ley de Carrera


Administrativa delimitó de manera negativa su ámbito de aplicación, señalando que:
“Artículo 2º. No están comprendidos en la Carrera Administrativa los servidores
públicos contratados ni los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de
confianza, pero sí en las disposiciones de la presente Ley en lo que les sea aplicable.

2.3. El ingreso a la carrera administrativa y sus requisitos

El acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por


grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en régimen de
igualdad de oportunidades.
El concurso de ingreso a la Administración Pública comprende las fases de
convocatoria y selección de personal.

Artículo 11.- Para la progresión sucesiva en los niveles se tomarán en


cuenta los factores siguientes:
a) Estudios de formación general y de capacitación específica o experiencia
reconocida; b) Méritos individuales, adecuadamente evaluados; y c) Tiempo
de permanencia en el nivel.

La fase de convocatoria
Esta fase comprende el requerimiento de personal formulado por los órganos
correspondientes con la respectiva conformidad presupuestal, la publicación del aviso
de convocatoria, la divulgación de las bases del concurso, la verificación documentaria
y la inscripción del postulante. - Base Legal (Primer párrafo del Art. 30 del D.S. N 005-
90-PCM.
La convocatoria se realiza por medios de comunicación de alcance nacional y en el
portal informático respectivo. - Base Legal (Art. 8 Ley 28175 – Ley Marco del Empleo
Público Art. 30 del D.S. 005-90-PCM)

El proceso de selección
Este proceso se inicia con la convocatoria que realiza la entidad y culmina con la
resolución correspondiente y la suscripción del contrato si fuere el caso.

Los procesos de gestión de servidores


SELECCIÓN
• El ingreso a la carrera administrativa se realiza obligatoriamente mediante un
concurso público de méritos. En el caso de los servidores nombrados, su
incorporación a la carrera se efectúa por el nivel inicial del grupo ocupacional al

15
cual se postula. Este requisito busca proteger los principios de meritocracia e
igualdad de oportunidades en el acceso a la carrera.

• La Ley de bases de la carrera administrativa regula también a los servidores


contratados, quienes no están comprendidos dentro de la carrera
administrativa. La contratación de estos servidores no obedece a un concurso
público, con excepción de los casos en que la contratación se realice para el
cumplimiento de labores de naturaleza permanente.

Requisitos:
Artículo 12.- Son requisitos para el ingreso a la Carrera Administrativa: a) Ser
ciudadano peruano en ejercicio; b) Acreditar buena conducta y salud comprobada; c)
Reunir los atributos propios del respectivo grupo ocupacional; d) Presentarse y ser
aprobado en el concurso de admisión; y e) Los demás que señale la Ley.

CAPACITACIÓN
En la carrera administrativa, la capacitación constituye un deber y un requisito previo
para acceder a los mecanismos de promoción contemplados en la ley de bases de la
carrera administrativa. Asimismo, constituye un derecho de los servidores públicos,
pues cada entidad debe establecer programas de capacitación adecuados para cada
nivel de carrera, con la finalidad de mejorar el servicio público e impulsar la promoción
del servidor público.

SANCIONES
El régimen disciplinario se encuentra regulado en la Ley de bases de la carrera
administrativa, la cual establece que las sanciones por faltas disciplinarias se
determinan según su gravedad y son evaluadas caso por caso. Las sanciones por
faltas disciplinarias pueden ser de cuatro tipos:

• Amonestación verbal o escrita;


• Suspensión sin goce de remuneraciones hasta por treinta días;
• Cese temporal sin goce de remuneraciones por un periodo de treinta días hasta doce
meses.
• Destitución, la cual se aplica previo proceso administrativo disciplinario.

La gravedad y sanción de un caso concreto se determina a través de la evaluación de


las siguientes condiciones:
• Circunstancia en la que se comete;
• La forma de comisión;
• Concurrencia de varias faltas;
• Participación de uno o más servidores en la comisión de la falta y
• Efectos que produce la falta.

2.4. Principios

16
Artículo 4. La Carrera Administrativa es permanente y se rige por los principios de: a)
Igualdad de oportunidades; b) Estabilidad; c) Garantía del nivel adquirido; y d)
Retribución justa y equitativa, regulada por un sistema único homologado.
• Igualdad de oportunidades: las posibilidades de desarrollo y las condiciones son
diseñadas de forma general e impersonal.
• Estabilidad: el cese procede únicamente por causales expresadas en la Ley.
• Garantía del nivel adquirido: reconocimiento formal del nivel alcanzado por un
servidor.
• Retribución justa y equitativa: regulada por un sistema único homologado que
reconoce la compensación adecuada bajo principios de equidad y justicia, según el
nivel de carrera en que se encuentra el servidor.

2.5. Categoría y grupos ocupacionales

De acuerdo con la Ley Marco del Empleo Público, el personal del empleo público se
divide de la siguiente manera:

o Funcionario Público: Aquel que desarrolla funciones de preeminencia política,


reconocida por norma expresa, que representan al Estado o a un sector de la
población, desarrollan políticas del Estado y/o dirigen organismos o entidades
públicas. El Funcionario Público puede ser:

a) De elección popular directa y universal o confianza política originaria.


b) De nombramiento y remoción regulados.
c) De libre nombramiento y remoción.

o Empleado de confianza: El que desempeña cargo de confianza técnico o


político, distinto al del funcionario público. Se encuentra en el entorno de quien
lo designa o remueve libremente y en ningún caso será mayor al 5% de los
servidores públicos existentes en cada entidad.

o Servidor público:
Se que clasifican en:
a). Directivo superior. - El que desarrolla funciones administrativas relativas
a la dirección de un órgano programa o proyecto, la supervisión de
empleados públicos, la elaboración de políticas de actuación administrativa y
la colaboración en la formulación de políticas de gobierno.
A este grupo se ingresa por concurso de méritos y capacidades de los
servidores ejecutivos y especialistas, su porcentaje no excederá del 10% del
total de empleados de la entidad. La ineficiencia en este cargo da lugar al
regreso a su grupo ocupacional.
Una quinta parte del porcentaje referido en el párrafo anterior puede ser
designada o removida libremente por el titular de la entidad. No podrán ser
contratados como servidores ejecutivos o especialistas salvo que cumplan las
normas de acceso reguladas en la presente Ley.

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b). Ejecutivo. - El que desarrolla funciones administrativas, entiéndese por
ellas al ejercicio de autoridad, de atribuciones resolutivas, las de fe pública,
asesoría legal preceptiva, supervisión, fiscalización, auditoría y, en general,
aquellas que requieren la garantía de actuación administrativa objetiva,
imparcial e independiente a las personas. Conforman un grupo ocupacional.

c). Especialista. - El que desempeña labores de ejecución de servicios


públicos. No ejerce función administrativa. Conforman un grupo ocupacional.

d). De apoyo. - El que desarrolla labores auxiliares de apoyo y/o


complemento. Conforman un grupo ocupacional.

GRUPOS OCUPACIONALES

Los grupos ocupacionales y los niveles son los elementos básicos que ordenan el
desarrollo de la carrera administrativa, cuya estructura se encuentra regulada en el
Título I de la Ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones del sector
público

Son categorías que permiten organizar a los servidores públicos en razón de su


formación, capacitación y/o experiencia reconocida. Los grupos ocupacionales de la
carrera son tres y se accede a ellos a través de una postulación expresa.
• Grupo profesional: abarca del nivel 7 al 14 y está constituido por servidores con título
profesional o grado académico reconocido por la Ley Universitaria o títulos otorgados
por Institutos Superiores Tecnológicos.
• Grupo técnico: abarca del nivel 3 al 12 y concentra a los servidores con formación
superior o universitaria incompleta, capacitación tecnológica o experiencia técnica
reconocida.
• Grupo auxiliar: abarca del nivel 1 al 7 y agrupa a los servidores que tienen instrucción
secundaria y acreditan experiencia o calificación para realizar labores de apoyo.

Artículo 9.- Los grupos ocupacionales de la Carrera Administrativa son Profesional,


Técnico y Auxiliar:
a) El Grupo Profesional está constituido por servidores con título profesional o grado
académico reconocido por la Ley Universitaria. (*)
b) El Grupo Técnico está constituido por servidores con formación superior o
universitaria incompleta o capacitación tecnológica o experiencia técnica reconocida.
c) El Grupo Auxiliar está constituido por servidores que tienen instrucción secundaria y
experiencia o calificación para realizar labores de apoyo.
La sola tenencia de título, diploma, capacitación o experiencia no implica pertenencia
al Grupo Profesional o Técnico, si no se ha postulado expresamente para ingresar en
él.

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2.6. Fases del ingreso

El concurso público de ingreso comprende las fases de convocatoria, constatación


de información, selección e incorporación del personal. En cualquier etapa del proceso
los postulantes tendrán acceso a información de los resultados y de los
procedimientos empleados para calificar sus exámenes.
La fase de convocatoria comprende:
o Requerimiento de personal formulado por los órganos correspondientes con la
determinación del número de plazas vacantes y la respectiva conformidad
presupuestal.
o Publicación y difusión del aviso de convocatoria y de las bases del concurso
público.
o Presentación de los documentos requeridos.
o Inscripción del postulante.

Respecto a la Constatación de información, la Comisión de Admisión, bajo


responsabilidad, le corresponde en un proceso de selección constatar y verificar la
documentación presentada por el postulante, respecto a:
o Identidad y domicilio.
o Antecedentes penales y policiales.

19
o Grado de Instrucción.
o Que no esté inhabilitado para prestar servicios en el Estado.
o Que no tenga impedimentos de acuerdo a la Ley de Nepotismo.
o Otros requisitos exigidos para el concurso.

En cuanto, al proceso de selección se hacen considerando los siguientes puntos:


o Calificación curricular
o Prueba de aptitud y/o conocimiento.
o Entrevista personal
o Publicación del cuadro de méritos

Incorporación del personal, la aprobación de las evaluaciones y declaratoria


como ganador del concurso público otorga derecho de nombramiento al postulante
que ingrese a la Administración Pública.
2.7. Derechos de los empleados públicos

 Hacer carrera pública sobre la base del mérito, sin discriminación política,
religiosa, económica, de raza, de sexo, ni de ninguna otra índole.

 Cumplidos los requisitos de ley, los servidores públicos de carrera tienen


derecho al ascenso.

 Gozar de estabilidad, ningún servidor puede ser cesado ni destituido sino por
causa prevista en la Ley y de acuerdo al debido proceso.

 Percibir quince remuneraciones al año de acuerdo a su nivel, incluyendo las


bonificaciones y beneficios que procedan conforme a ley.

 Gozar anualmente de treinta días de vacaciones remuneradas salvo


acumulación convencional hasta de 02 períodos.

 Hacer uso de permisos o licencias por causas justificadas o motivos


personales, en la forma que determine el Reglamento.

 Obtener préstamos administrativos, de acuerdo a las normas pertinentes.

 Capacitación oficializada.

 Reincorporarse a la carrera pública al término del desempeño de cargos de


confianza

 Ejercer docencia universitaria, sin ausentarse del servicio más de seis horas
semanales.

20
 Recibir menciones, distinciones y condecoraciones de acuerdo a los méritos
personales. La Orden del Servicio Civil del Estado constituye la máxima
distinción;

 Reclamar ante las instancias y organismos correspondientes de las decisiones


que afecten sus derechos.

 Acumular a su tiempo de servicios hasta cuatro años de estudios Universitarios


a los profesionales con título reconocido por la Ley Universitaria, después de
cinco años de servicios efectivos.

 No ser trasladado a entidad o sede distinta sin su consentimiento; Excepto de


la existencia de un plan anual de rotaciones institucional.

 Constituir sindicatos con arreglo a ley.

 Hacer uso de la huelga, en la forma que la ley determine.

 Gozar al término de la carrera de una pensión dentro del régimen que le


corresponde.

 Hacer denuncias oportunamente sobre actos de corrupción ante las


autoridades.

 Postular a cargos de funcionarios sin perder su condición de empleado público.

 Y los que señale el Reglamento

2.8. Deberes de los empleados públicos

 Cumplir los deberes que impone el servicio público, observando neutralidad,


transparencia, imparcialidad y discreción en el desempeño de su función
siempre en la búsqueda del desarrollo del país, respetando la Constitución y la
ley.
 Supeditar el interés particular al interés común y a los deberes de servicio.
 Desempeñar sus funciones con honestidad, criterio, eficiencia, transparencia,
laboriosidad y vocación de servicio.
 Realizar sus labores sin ejercer ninguna discriminación a las personas o sin
realizar diferencias razonables.
 Conducirse con dignidad en el desempeño del cargo y en su vida social.
 Emplear racional, adecuadamente y conforme a ley los recursos públicos.
 Ejecutar los actos del servicio de manera transparente, teniendo en cuenta que
sus actos tienen carácter público y son accesibles al conocimiento de toda
persona natural o jurídica.
 Concurrir puntualmente a sus labores y cumplir el horario establecido.
 Conocer las labores del cargo y capacitarse para un mejor desempeño.

21
 Observar buen trato y lealtad con el público y con sus superiores y compañeros
de trabajo.
 Guardar absoluta reserva en los asuntos que revistan tal carácter aún después
de haber cesado en el cargo, no debiendo hacer uso indebido de la
información.
 Dar cuenta a las autoridades competentes de la institución de aquellas órdenes
que a su juicio fuesen contrarias a la ley o constituyen delito protegiendo la
reserva de su origen y la motivación de cualquier represalia.
 Proponer iniciativas de Gestión y Desarrollo Institucional.
 Presentar declaración jurada de bienes y rentas al asumir y cesar en el cargo y
en las oportunidades que establezcan las leyes correspondientes.
 En general, cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes, los reglamentos y
los diversos actos administrativos que deban ejecutar.
 Y los demás que señale el reglamento.

2.9. Procesos de gestión

El régimen laboral de la actividad privada se rige por la Ley de fomento del empleo
(DLeg 728). Tuvo la finalidad de permitir a los empresarios hacer frente a la crisis
económica por la que atravesaba el país. Para ello, se relativizó la estabilidad laboral
absoluta, se otorgó la posibilidad de celebrar contratos de trabajo de naturaleza
temporal, accidental y contratos para obra o servicios y se amplió las causales
objetivas para la extinción del contrato de trabajo.
Selección:

La selección y contratación de personal bajo el régimen laboral de la actividad


privada se rige por la LMEP. Como lo establece esta Ley, el ingreso a las entidades
regidas por la Ley de fomento del empleo se realiza mediante concurso público y
abierto, sobre la base del mérito y capacidad de las personas, en un régimen de
igualdad de oportunidades.
Para realizar la convocatoria del proceso de selección, se requiere:
 Una plaza vacante y presupuestada, la cual debe difundirse en medios de
comunicación de alcance nacional y en el portal web de la entidad;
 Identificación del puesto vacante;
 Descripción de las competencias y los méritos, definidos por la entidad en el
mof;
 Criterios de puntuación y
 Determinación de la remuneración.

Una vez concluido el proceso de selección, se procede a contratar a la persona


bajo las condiciones del régimen laboral de la actividad privada, estableciendo un
contrato por tiempo indeterminado. El período de prueba para los servidores públicos
es de tres meses, el cual puede ser prorrogable. En el caso del personal de confianza,
el periodo de prueba se extiende a seis meses y, en el caso de los directivos, a un
año.
Capacitación:

22
Es un derecho del servidor cuyo fin es mejorar su productividad y sus ingresos.
Para ello, los programas de capacitación y productividad deben ser implementados en
cada entidad con la finalidad de actualizar y perfeccionar los conocimientos y aptitudes
del personal, desarrollar habilidades asociadas a nuevas tecnologías y preparar al
servidor para ocupar vacantes o puestos de nueva creación.
Promoción

Debido a que el régimen laboral de la actividad privada constituye un sistema de


puestos, no existen mecanismos legales para la promoción o ascensos del personal
que ya está trabajando. Sin embargo, algunas entidades públicas han implementado
concursos internos en los que un trabajador puede acceder a alguna plaza vacante de
mayor jerarquía
Evaluación

La Ley de fomento del empleo no regula la evaluación del personal, pues habiendo
sido diseñada para la actividad privada, deja a criterio del empleador las formas de
evaluación que considere más convenientes. Por su parte, la Ley Marco del empleo
público solo establece que la retribución del desempeño laboral se realice de acuerdo
con un sistema de evaluación con equidad y justicia.

2.10. Prohibiciones

Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes y reglamentos especiales, se prohíbe a los


funcionarios públicos:

o Realizar actividades distintas a su cargo durante el horario normal de trabajo,


salvo labor docente universitaria;
o Percibir retribución de terceros para realizar u omitir actos del servicio

o Emitir opinión a través de los medios de comunicación social sobre asuntos del
Estado, salvo autorización expresa de la autoridad competente. Excepto
cuando se trate de actos flagrantes de corrupción, abuso de autoridad o
cualquier otro hecho que afecte los derechos de los servidores y el interés del
estado.
o Los derechos reconocidos por la Ley a los servidores públicos son
irrenunciables. Toda estipulación en contrario es nula
o Celebrar contratos por sí, por personas interpuestas o en representación de
otro, con el Gobierno Central, Las Regiones, los Municipios y demás
instituciones públicas.
o Realizar propaganda o coacción política con motivo o en ocasión del
desempeño de sus funciones, así como en dicha oportunidad ostentar
distintivos que los acrediten como miembros de un partido político.
o Otros que determine el reglamento

23
Asimismo. los funcionarios públicos deberán inhibirse del conocimiento de los
asuntos en los cuales personalmente, o a través de terceros, tuvieren interés directo, o
bien existiere éste por parte de su cónyuge o de sus familiares, dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad.

2.11. Egreso de la carrera administrativa

La Carrera Administrativa termina por: fallecimiento, renuncia, cese definitivo,


destitución. En esa misma línea, son causas justificadas para cese definitivo de un
servidor:

o Límite de edad que señale la ley.


o Comprobada participación en actos de corrupción e inmoralidad
o Incapacidad permanente física o mental
o Ineficiencia o ineptitud comprobada para el desempeño del cargo
o Estar inmerso en causal de destitución

Cuando el funcionario retirado por invalidez se rehabilite en un lapso no mayor de


dos años, tendrá derecho a ser reincorporado a la administración pública en el mismo
cargo y nivel adquirido

CAPÍTULO III: LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS


SERVIDORES PÚBLICOS

3.1. La responsabilidad política

La responsabilidad política consiste en la imposición de sanción es a los


gobernantes por el modo en que estos ejercen el poder. La naturaleza de esta
responsabilidad es puramente política. Puede ser de dos tipos:
 Difusa: es el juicio negativo que los ciudadanos pueden dar a la actuación de
los gobernantes manifestada en un estado de la opinión pública. La sanción se
refleja en el comportamiento electoral, a través de la decisión del electorado de
no renovar la confianza en las urnas.
 Institucional: posibilidad de que un órgano del Estado repruebe el modo en
que otro órgano del Estado ejerce sus funciones y provoque, en su caso, el
cese o la dimisión de este último. Es el caso, por ejemplo, de la interpelación,
la cuestión de confianza, la censura.

3.2. La responsabilidad civil

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La responsabilidad civil es aquella en la que incurren los servidores civiles, que, por
su acción u omisión en el ejercicio de sus funciones, haya ocasionado un daño
económico a su entidad o al Estado. Es necesario que el daño económico sea
ocasionado incumpliendo el servidor o el funcionario público sus funciones, por dolo o
por culpa, sea esta inexcusable o leve. La obligación del resarcimiento a la entidad, y
por ende al Estado, es de carácter contractual y solidaria, y la acción correspondiente
prescribe a los 10 años de ocurridos los hechos que generan el daño económico.
3.3. La responsabilidad penal y la responsabilidad administrativa

El poder punitivo del Estado es único. Este poder ha sido otorgado al Estado para la
tutela de los bienes jurídicos que el pacto social considera que deben ser protegidos.
De acuerdo al principio de autonomía de las responsabilidades penal y administrativa,
es importante precisar algunos aspectos de la conexión entre ambas vías.
El Código Procesal Penal ha dispuesto que la vía penal prevalece sobre la vía
administrativa. En el caso que nos encontremos ante causas pendientes en la vía
administrativa que requieran el pronunciamiento previo del juez (tutela jurisdiccional
efectiva y principio de la cosa juzgada) la vía administrativa tendrá que suspenderse.
a) Los procesos judiciales y el procedimiento administrativo pueden ser
tramitados de modo paralelo. No es impedimento para que exista colaboración
entre las autoridades.
b) Es posible que la autoridad administrativa concluya su procedimiento y
considere que existen suficientes elementos de juicio para una denuncia penal
y viceversa.
c) El principio de non bis in ídem solo aplica al interior de cada una de las vías.
Por ejemplo: un médico, servidor civil del seguro social, al que se le murió un
paciente en el quirófano, le iniciaron un procedimiento administrativo
disciplinario —por la falta administrativa de negligencia— y también proceso
penal —por la comisión del delito contra la vida—. El impugnante alegó que se
vulneró el principio de non bis in ídem, por ser procesado en dos vías paralelas
por los mismos hechos. El Tribunal Constitucional a través de la sentencia 692-
2010-PHC/TC, señaló que los bienes jurídicos protegidos en cada una de las
vías eran distintos. Mientras en la vía judicial nos encontramos ante el bien
jurídico del derecho a la vida, en la vía administrativa se tutelan la organización
administrativa y el adecuado funcionamiento de la administración pública.
d) El archivamiento de una causa en un proceso penal no implicaría su
archivamiento automático en la vía administrativa ni viceversa, salvo que el
Poder Judicial declare expresamente la inexistencia de los hechos que
constituirían la conducta infractora. Por ejemplo, si a un servidor civil se le
acusara penalmente del robo de material quirúrgico y el juez determinase que
dicho robo no se produjo porque el material fue hallado, entonces tampoco
podría continuarse con un procedimiento disciplinario por dichos hechos.
e) Si la autoridad administrativa encontrara responsable a un servidor civil en
un procedimiento disciplinario, por el principio de autonomía de las
responsabilidades ello no le impediría que se vea en la obligación de

25
denunciarlo penalmente. Se tendrá que evaluar caso a caso, si correspondería
formular dicha denuncia.
El ordenamiento jurídico sobre el servicio civil conecta la vía penal y la vía
administrativa en dos aspectos. Primero, es una causal del término del vínculo del
servicio civil (artículo 49.g LSC), la condena penal por delito doloso, así como la pena
privativa de libertad efectiva por delito culposo por un plazo mayor a tres meses. El
Tribunal Constitucional precisó este artículo e indicó que el delito culposo tiene que
estar vinculado con la actividad funcional del servidor1 y encontramos una cláusula
similar para el régimen. Segundo, la condena penal deberá constar en sentencia que
cause estado o que haya quedado consentida o ejecutoriada. En el caso de los delitos
dolosos, se precisa que la terminación del vínculo del servidor civil con el Estado
procede de manera inmediata y automática, ya sea con pena privativa o restrictiva de
libertad o limitativa de derechos, multa o aún en los casos de conversión, suspensión,
reserva de fallo y exención de pena establecidos por la ley. El cese o término opera
inmediatamente.
En el caso de la defensa legal, la LSC efectúa una remisión de la vía penal a la vía
administrativa, cuando señala que «para iniciar cualquier denuncia de carácter penal,
la autoridad que conozca del caso debe solicitar un informe técnico jurídico emitido por
la respectiva entidad en donde presta o prestó servicio civil el denunciado. Dicho
informe sirve de sustento para efectos de la calificación del delito o archivo de la
denuncia» (el resaltado es nuestro). También se prevé en el artículo 96.3 del
Reglamento de la LSC, que cuando una entidad no cumpla con emitir el aludido
informe en un plazo máximo de diez (10) días hábiles, la autoridad competente
formulará denuncia sin contar con dicho informe.

3.4. La responsabilidad administrativa funcionarial

La responsabilidad administrativa funcionarial es entendida como la responsabilidad


de los funcionarios o servidores civiles. El ordenamiento jurídico peruano recoge una
modalidad dual, con dos procedimientos diferenciados.
 La responsabilidad administrativa disciplinaria
Esta se da a través del procedimiento administrativo disciplinario, regido por la ley
30057, su reglamento y los procedimientos disciplinarios de las carreras especiales, y
la responsabilidad administrativa funcional —a través del procedimiento administrativo
sancionador por responsabilidad administrativa funcional—, regida por la ley 29622 y
sus modificatorias, su reglamento y directivas. La responsabilidad disciplinaria es
aquella que se desarrolla en el interior de la relación del servicio y en garantía de los
deberes y obligaciones del servidor civil, con sanciones que inciden sobre sus
derechos. Justamente porque la potestad disciplinaria se justifica en la especial
relación de poder en que se encuentra de forma voluntaria el funcionario, no tiene un
alcance represivo mayor que el de la privación de los derechos de la relación de
servicios. Por ello, es la sanción máxima, que puede imponer la separación del
servicio, es decir, la pérdida de la condición de funcionario.

26
 La responsabilidad administrativa funcional: la ley 29622 y sus
modificatorias

En el artículo 82 de la Constitución Política del Perú se le reconoce a la Contraloría


las funciones de supervisar la legalidad de la ejecución del presupuesto del Estado, de
las operaciones de la deuda pública y de los actos de las instituciones sujetas a
control.
Sobre esta base y a través de la ley 29622, publicada el 7 de diciembre de 2010, se
le otorgó a la Contraloría General la facultad de aplicar directamente sanciones por la
comisión de las infracciones que hubieren cometido las entidades sujetas a control,
sus funcionarios y servidores públicos, las sociedades de auditoría y las personas
jurídicas y naturales que manejen recursos y bienes del Estado, o a quienes hayan
requerido información o su presencia en relación a su vinculación jurídica con las
entidades.
El carácter distintivo de su procedimiento es que la Contraloría impone sanciones
derivadas de los informes de control emitidos por los órganos del sistema de control.
La potestad administrativa sancionadora en materia de responsabilidad administrativa
funcionarial se ejerce de oficio. La principal diferencia entre ambas vías, es que la
Contraloría General de la República únicamente perseguirá las acciones derivadas de
las acciones de control. En el caso del PAD, el insumo puede provenir de cualquier
fuente.
3.5. La Buena Administración Pública

No tenemos duda que las reformas de segunda generación están repercutiendo en


la forma de concebir la relación del ciudadano y el Estado. A raíz de ello, no se exigen
más prestaciones del Estado, sino que las que realice sean de calidad. Coherente a
este sentir, el nuevo siglo ha traído nuevas armas al ciudadano para sentir tangible
esta corriente. Hablamos del principio y derecho a la buena administración pública.
Como se aprecia, estamos distinguiendo, en base a lo planteado por el profesor
Rodríguez Arana, la figura como un principio y como derecho.

Nos indica el citado profesor que una administración pública para ser calificada
como buena debe servir objetivamente a la ciudadanía, realizar su trabajo con
racionalidad, justificar sus actuaciones y orientarse continuamente al interés general.
En efecto, la figura aquí estudiada en su vertiente de principio, es una línea de
actuación que vincula a los Poderes Públicos en un rememorar de su fin último, el
servicio a la dignidad y libertad del ser humano.

Ahora, en su vertiente de derecho fundamental se encuentra el quicio de su


protagónico actual papel. Este interés por la figura nace en Europa cuando en el año
2000 se aprecia su aparición en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, exactamente en su artículo 41. A partir de ello ha sido pasivo de
reconocimiento en los diversos cuerpos normativos comunitarios del viejo continente,
así como argumento de los principales tribunales europeos.

27
Podemos reconocer a partir de su formulación literal en la norma comunitaria que el
Derecho a la Buena Administración es un Derecho continente de muchos otros, o,
mejor dicho, capaz de concretarse en otros varios. A primera vista, tenemos los
derechos al trato de los asuntos de forma imparcial y en plazo razonable, a ser oído en
caso exista medida restrictiva de derechos, acceso a la información pública,
reparación por los daños, trato en lengua materna. Como vemos, todos ellos son
derechos que requieren una acción por parte del Estado para ser eficaces, que nacen
efectivamente en cuanto exista una relación Estado-individuo, que escapa, entonces,
al ámbito de las libertades individuales del ser humano, aunque, no por ello dejen de
ser Derechos Fundamentales. En efecto, las Constituciones actuales reconocen al
individuo, por un lado, sus libertades y, por otro, sus derechos sociales. Entiéndase
por éstos, aquellos derechos que no pueden ser directamente reivindicados por el
sujeto, como por ejemplo el derecho al trabajo, donde el Estado tiene una labor de
satisfacción indirecta del mismo, en este caso, de promover las circunstancias
adecuadas para que este bien jurídico sea accesible a la mayor cantidad de
ciudadanos. Son derechos de carácter y satisfacción progresiva dependiendo de las
posibilidades concretas del Estado.

Luego, aunque parezcan derechos con muy poca parte tangible al ciudadano,
podrán ser exigidos con mayor intensidad cuando se refieran a la buena
administración pública. En efecto, no es posible que un ciudadano denuncie al Estado
por no conseguir un puesto de trabajo; sin embargo, de encontrar algún déficit en
trámites administrativos que, de parte u oficio, haya iniciado o encontrar alguna
irregularidad que vaya contra la imparcialidad administrativa el ciudadano podrá acudir
a instituciones como la Defensoría del Pueblo o la Contraloría General de la
República, en sí misma o mediante los organismos de control interno, instituciones
contempladas con diferentes nombres en todo el mundo pero con el mismo fin,
asegurar que los derechos a una buena administración pública sean efectivos. La
presencia de estas instituciones no hace más que consolidar la figura alrededor del
mundo.

Así mismo, ¿Cómo debemos entender la repercusión de este principio-derecho en


referencia a las labores diarias del Funcionario Público? Pues está relacionado en
cada movimiento que este sujeto da en cuanto es el llamado a satisfacer los intereses
generales en el caso concreto. En cuanto al funcionario, la buena administración se
presenta como un deber, una concreción de aquella cautela reforzada que debe tener
respecto al bien del otro, pues es la esencia de su labor. Se planteará como el
delimitador de sus intereses personales en el desempeño de sus funciones, pues
cuando exista, por un lado, el derecho a parar las actividades por un aumento salarial,
existirá, por el otro, un derecho del ciudadano a exigir la continuidad de las
prestaciones estatales esenciales. Si le damos otra perspectiva, el criterio de eficacia
por el que se salva la discrecionalidad de una decisión administrativa podrá ser
reclamada por cada uno de los ciudadanos en virtud a sus derechos a una buena
administración.

Aterricemos un poco el concepto. Hemos visto su inicial configuración lejos del


territorio nacional. Sin embargo, ¿Puede ser acogida aquí? Queda claro que la

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respuesta es afirmativa pues la iniciativa europea no ha nacido de un factor que ellos
puedan adjudicarse como exclusivo, sino que nace, nada más y nada menos, que de
recordar que el Estado se encuentra al servicio de la dignidad de la persona y su
actuación debe ser repercusión de esto. Aunque la Constitución Peruana de 1993 no
haga explícito su reconocimiento, podemos, siempre que hablemos de un Derecho
predicable ante el Estado, partir del Artículo 1 de la carta magna. Luego, en directa
vinculación con dicho artículo, se encontrará el artículo 39, en cuanto hace referencia
a que todo funcionario y servidor público se encuentra al servicio de la nación y el
artículo 44, en cuanto se refiere a la promoción del bienestar general en base a la
justicia y desarrollo integral de la nación como deber primordial del Estado (Cursiva
nuestra). Exactamente es esto lo que ha indicado el Tribunal Constitucional Peruano
en sentencias como la recaída en el expediente número 00017-2011-PI/TC y en el
expediente número 2235-2004-AA/TC. Es en este último caso donde el máximo
intérprete de la Constitución sienta un concepto de lo que debemos entender por la
figura estudiada: “En lo que aquí interesa poner de relieve, dicho principio quiere poner
en evidencia no sólo que los órganos, funcionarios y trabajadores públicos sirven y
protegen al interés general, pues “están al servicio de la Nación” (artículo 39° de la
Constitución), sino, además, que dicho servicio a la Nación ha de realizarse de modo
transparente. Transparencia que exige que el Estado prevea todos los medios
organizacionales, procedimentales y legales destinados a evitar que determinados
funcionarios y trabajadores públicos, con poder de decisión o influencia en la toma de
decisiones trascendentales para la buena marcha de la administración, puedan
encontrarse restringidos en mayor medida que otros servidores públicos en el ejercicio
de determinados derechos fundamentales.”

Finalmente, si buscamos concreción de los derechos que puedan desprenderse del


continente Derecho a la buena administración pública baste con citar a toda aquella
norma que acoja una acción u omisión del Estado en favor de la dignidad humana. El
artículo 2 de la Carta Magna contiene derechos como la solicitud de información sin
expresión de causa a cualquier Entidad Pública, a formular peticiones por escrito ante
la autoridad competente y a recibir respuesta en el plazo legal, el capítulo II del Título I
contiene derechos como el de la seguridad social, a las prestaciones de salud y
pensiones, educación, cultura, trabajo. Dentro de los Derechos Políticos del capítulo III
se encuentra la participación ciudadana en asuntos públicos, entre otros. Incluso en
aquellas materias que son en favor de poderes distintos a la Administración Pública,
pero que son material y formalmente actividad administrativa tales como la
participación popular en el nombramiento y remoción de magistrados o el derecho de
los reclusos de ocupar establecimientos adecuados.

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CONCLUSIONES

La función pública consiste en toda esa gama de principios, directrices, valores


que conforman la actividad que lleva a cabo todo servidor público en la
Administración Pública en beneficio de toda la Nación, siendo que, dichos
servidores cuentan, por su mismo cargo, con prerrogativas y cargas emitidas
por el órgano administrativo.

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REFERENCIAS

Silva-Romero, C. (2017). Mérito y capacidad: en defensa de la carrera y función


pública. (tesis de grado). Universidad de Piura.
https://pirhua.udep.edu.pe/bitstream/handle/11042/2866/DER_092.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

Decreto Legislativo N° 276 http://www.rree.gob.pe/elministerio/Documents/D.%20Leg.


%20N%C2%B0%20276%20Ley%20de%20Bases%20de%20la%20Carrera
%20Administrativa.pdf

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