Corte Suprema de Justicia de La República Sala Penal Permanente RECURSO DE NULIDAD N.° 2307-2019 Lima

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE

SUPREMA - Sistema de Notificaciones Electronicas


SINOE
SEDE PALACIO DE JUSTICIA,
Vocal Supremo:COAGUILA CHAVEZ Erazmo
Armando FAU 20159981216 soft
Fecha: 30/06/2021 18:40:03,Razón: RESOLUCIÓN
CORTE SUPREMA SALA PENAL PERMANENTE JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL

DE JUSTICIA RECURSO DE NULIDAD N.° 2307-2019


CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA CORTE SUPREMA DE LA REPÚBLICA LIMA
- Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE
SEDE PALACIO DE JUSTICIA,
Vocal Supremo:SAN MARTIN
CASTRO CESAR EUGENIO
/Servicio Digital - Poder Judicial del Banda criminal. Robo agravado. Nulidad por incorrecta
Perú
Fecha: 8/07/2021 11:23:16,Razón: aplicación de agravante
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE I. No basta con la verificación matemática de la
SUPREMA / LIMA,FIRMA DIGITAL
participación de una pluralidad de sujetos, el uso de violencia
CORTE SUPREMA DE o la distribución de roles en el despliegue de un evento
JUSTICIA CORTE SUPREMA delictivo para concluir en la configuración de este tipo penal,
- Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE pues estas son características que comparte con la
SEDE PALACIO DE JUSTICIA, codelincuencia, institución normativa reconocida y regulada
Vocal Supremo:SEQUEIROS
VARGAS IVAN ALBERTO /Servicio por nuestro ordenamiento jurídico (artículo 23 del Código
Digital - Poder Judicial del Perú
Fecha: 08/07/2021 08:03:40,Razón: Penal). No obra en autos mayor actuación probatoria
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE destinada a respaldar la tesis fiscal y establecer adscripción o
SUPREMA / LIMA,FIRMA DIGITAL dependencia alguna de los encausados a una banda
criminal. La absolución dictada por el Colegiado
CORTE SUPREMA DE Sentenciador se encuentra conforme a derecho.
JUSTICIA CORTE SUPREMA
- Sistema de Notificaciones II. Los argumentos impugnatorios expuestos por los
Electronicas SINOE
sentenciados Jordan Kenyi Hernández Durand, Marleni
SEDE PALACIO DE JUSTICIA,
Vocal Supremo:TORRE MUÑOZ Vásquez Ríos y George Heintz Yacila Leyva cuestionan la
SONIA BIENVENIDA /Servicio
Digital - Poder Judicial del Perú verdad judicial que sirvió de sustento para emitir el fallo
Fecha: 8/07/2021 11:49:37,Razón:
RESOLUCIÓN condenatorio en su contra en cuanto a su vinculación con los
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE
SUPREMA / LIMA,FIRMA DIGITAL
hechos probados. No obstante, de autos se verifica la
presencia de prueba personal y documental plural y fiable
que rebate los cuestionamientos formulados y permite
CORTE SUPREMA DE concluir en su real participación. La completitud de la
JUSTICIA CORTE SUPREMA
- Sistema de Notificaciones actuación probatoria desplegada y valorada de manera
Electronicas SINOE
conjunta permite establecer, con grado de certeza, la
SEDE PALACIO DE JUSTICIA,
Vocal Supremo:CARBAJAL participación de los sentenciados.
CHAVEZ NORMA BEATRIZ
/Servicio Digital - Poder Judicial del
Perú III. El deceso del agraviado no constituye un tipo penal
Fecha: 8/07/2021 11:34:39,Razón: independiente sino que forma parte de la fase de ejecución
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE
SUPREMA / LIMA,FIRMA DIGITAL
del delito de robo agravado, se circunscribe, en estricto, al
despliegue de una conducta destinada a vencer su
CORTE SUPREMA DE resistencia y materializar el apoderamiento por parte de los
JUSTICIA CORTE SUPREMA encausados, figura típica normada en el párrafo in fine del
- Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE artículo 189 del Código Penal. La absolución dictada en este
SEDE PALACIO DE JUSTICIA, extremo no se encuentra adecuada a derecho; por lo que
Secretario De Sala -
Suprema:SALAS CAMPOS PILAR corresponde declarar su nulidad y ordenar el desarrollo de un
ROXANA /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú nuevo juicio oral a cargo de otro Colegiado, que deberá
Fecha: 12/07/2021 13:21:06,Razón:
RESOLUCIÓN
aplicar los criterios desarrollados en la presente ejecutoria.
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE
SUPREMA / LIMA,FIRMA DIGITAL

Lima, doce de abril de dos mil veintiuno

VISTOS: los recursos de nulidad interpuestos


por la representante del Ministerio Público, por la parte civil representada
por la Procuraduría Pública Especializada en Asuntos de Orden Público
del Ministerio del Interior, por la parte civil en representación del
agraviado occiso José Luis Mario Inagaki Inagaki, y por los encausados
Jordan Kenyi Hernández Durand, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz
Yacila Leyva contra la sentencia del quince de octubre de dos mil

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diecinueve (foja 1961), emitida por la Cuarta Sala Penal Reos en Cárcel de
la Corte Superior de Justicia de Lima, que: i. absolvió a Jordan Kenyi
Hernández Durand, José Luis Lazo Rondón, Marleni Vásquez Ríos y George
Heintz Yacila Leyva del delito contra la paz pública-banda criminal, en
agravio del Estado; ii. absolvió a José Luis Lazo Rondón del delito contra
el patrimonio-robo agravado con subsecuente muerte, en agravio de
José Luis Mario Inagaki Inagaki; iii. absolvió a Jordan Kenyi Hernández
Durand, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz Yacila Leyva del delito
contra el patrimonio-robo agravado con subsecuente muerte, en agravio
de José Luis Mario Inagaki Inagaki; y, iv. condenó a Jordan Kenyi
Hernández Durand, como autor, y a Marleni Vásquez Ríos y George Heintz
Yacila Leyva, como cómplices primarios, por el delito contra el
patrimonio-robo agravado (artículo 188 con las agravantes contenidas en los
incisos 3 y 4 del artículo 189 del Código Penal), en agravio de José Luis Mario
Inagaki Inagaki, a veinte años de pena privativa de libertad, y fijó como
reparación civil la suma de S/ 100 000 (cien mil soles), que deberán abonar
en forma solidaria a favor de los deudos del agraviado occiso, sin
perjuicio de la devolución de los bienes sustraídos. De conformidad en
parte con el dictamen del señor fiscal supremo en lo penal.

Intervino como ponente el señor juez supremo Coaguila Chávez.

CONSIDERANDO

§ I. Expresión de agravios

Primero. La representante del Ministerio Público, en su recurso de nulidad


del cuatro de noviembre de dos mil diecinueve (foja 2078), solicitó que se
revoque la recurrida en todos sus extremos. Denunció la inadecuada
valoración de los medios de prueba actuados, los que acreditan los
hechos denunciados y la responsabilidad de los acusados. Puntualizó lo
siguiente:

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1.1. Respecto a la modificación de la calificación jurídica del tipo penal


de robo agravado con subsecuente muerte, por el de robo
agravado con las agravantes previstas en los incisos 3 y 4 del artículo
189 del Código Penal, se remite a lo desarrollado en el Acuerdo
Plenario número 03-2009/CJ-116 y precisa que, en el caso, los
disparos que conllevaron la muerte de la víctima, se produjeron
cuanto el bien materia de sustracción (dinero) aún se encontraba
dentro de la esfera de dominio de esta, los encausados no tuvieron
disponibilidad potencial del bien, pues fueron perseguidos de
inmediato por el agraviado. Justamente, para vencer la resistencia
que oponía el agraviado, fueron realizados los disparos que
condujeron a su muerte, por lo que el apoderamiento del dinero no
se consumó hasta ese momento. Por tanto, la variación de la
calificación jurídica y la remisión de copias certificadas de los
actuados por el deceso del agraviado no se encuentran arregladas
a ley, lo que genera una investigación independiente.

1.2. Respecto a la absolución dictada a favor de José Luis Lazo Rondón,


no se consideraron las imputaciones directas, coherentes y
persistentes de tres testigos (Antony Álvarez Tuanama, Gean Pool Fabricio
Murga Villar y Zósimo Garay Chacón), que reúnen las garantías de certeza
establecidas en el Acuerdo Plenario número 002-2005/CJ-116.
Agrega que la documentación presentada por el absuelto respecto
a la capacitación laboral, en la que se encontraba el día de los
hechos, se constituye en una coartada elaborada y no coincide
con sus declaraciones primigenias.

1.3. Respecto a la absolución dictada por el delito de banda criminal,


establece que la Sala efectuó una errónea interpretación de los
alcances de la configuración del tipo penal. Se remite al desarrollo
del Acuerdo Plenario número 08-2019/CIJ-116. Precisa que quedó

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demostrado que los acusados se reunieron concertadamente para


cometer el hecho, que cada uno cumplió un rol específico y que se
realizaron previas acciones de reglaje. Agrega que los encausados
cuentan con denuncias por diversos delitos y que, si bien no
aparecen en ellas de manera concertada, estas permiten
demostrar la proclividad para la comisión del delito.

Segundo. La parte civil representada por la Procuraduría Pública


Especializada en Asuntos de Orden Público del Ministerio del Interior, en
su recurso de nulidad del treinta de octubre de dos mil diecinueve (foja
2008), respecto al extremo que absolvió a los acusados del delito contra la
paz pública-banda criminal, postuló la nulidad de la sentencia. Denunció
tanto la vulneración del derecho fundamental a la prueba y la
motivación de las resoluciones judiciales como la trasgresión de las
garantías procesales del debido proceso y la tutela procesal efectiva.
Señaló que no se valoró de manera sistemática y conjunta el material
probatorio que permite establecer que en la conducta desplegada por
los procesados se cumplen los elementos y características del tipo penal
en análisis; en específico, pluralidad de agentes, ausencia de estructura
organizacional definida y estable, comisión de delitos de menor
gravedad, que los hechos se desarrollaron en un local comercial
(chatarrería) para la sustracción de S/ 5000 (cinco mil soles) y la existencia de
un vínculo prácticamente familiar, laboral y amical, el modus operandi
(uso de armas de fuego y empleo de violencia y amenaza).

Tercero. La parte civil en representación del agraviado occiso José Luis


Mario Inagaki Inagaki, en su recurso de nulidad del seis de noviembre de
dos mil diecinueve (foja 2116), requirió el incremento de la reparación civil.
Afirmó que la víctima era un próspero empresario y debió considerarse la
proyección de vida y fijar en S/ 500 000 (quinientos mil soles) el monto por
reparación civil, tanto por el daño material como por el lucro cesante a

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favor de sus herederos. Discrepó con el criterio de la Sala Superior al


rechazar la configuración del delito de robo agravado con muerte
subsecuente, por cuanto la doctrina y diversas ejecutorias establecen
que mientras no se verifique que el o los delincuentes tengan la
disponibilidad del bien u objeto sustraído, no se puede sostener que el
delito se encuentre consumado. Postuló la configuración del delito de
banda criminal, los encausados fueron reconocidos por el testigo directo
Antony Álvarez Tuamana, no se trató de un hecho circunstancial, se
encuentra demostrado que en otras oportunidades realizaron la comisión
de delitos de manera conjunta y con roles de participación asignados, y
que formaban parte de la banda “Los malditos de Ancón”, conforme
informativo de la muerte de Joel Hernández Durand por un ajuste de
cuentas; asimismo, se remite a las denuncias policiales que obran en
autos (fojas 242 a 257, 293 y 588).

Cuarto. El encausado Jordan Kenyi Hernández Durand en su recurso de


nulidad del veintinueve de octubre de dos mil diecinueve (foja 2004),
respecto al extremo condenatorio, denunció la indebida valoración de
las pruebas actuadas en autos. Alegó que la presunción de inocencia de
su patrocinado no se ha rebatido, dado que la sentencia recurrida
menoscaba su derecho de libertad individual. Señaló que no estuvo en el
lugar de los hechos, conforme ratificó su empleador, el testigo de parte
Luis Alberto Gómez Díaz. No existe pronunciamiento expreso que
desacredite la testimonial de dicha persona, la exigencia de
documentos que respalden su dicho (registro de ingreso y salida); desconoce
los actos realizados por pequeños empresarios que no cumplen
determinadas pautas (registros, asistencia, etcétera); además, ninguno de sus
cosentenciados lo sindica. Refirió inconsistencias en las declaraciones de
los testigos (Antony Álvarez Tuanama, Gean Pool Fabricio Murga Villar y Zósimo Garay
Chacón), que no pueden ser analizadas aisladamente, pues, conforme el

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contenido del Informe Pericial de Antropología Físico Forense de


Identificación Facial y Somatológica número 168-2019, no se puede
obtener un grado cierto de identificación que permita incluirlo o excluirlo,
lo que fue ratificado por las especialistas peritos antropólogas, quienes
indicaron la imposibilidad presentada ante la abundancia de imágenes
pixeleadas. Asimismo, se remitió al Informe número 014-18-DIRINCRI-PNP-
OFICRI-SAF sobre análisis de las imágenes de cámara de seguridad, que
refirió que ninguna de las personas presenta características que permitan
establecer semejanza, motivo por el cual no se formuló el dictamen de
especialidad respectivo. Finalmente, señaló que su recurso comprende la
pena impuesta y el pago de la reparación civil.

Quinto. La encausada Marleni Vásquez Ríos, en su recurso de nulidad del


veintiocho de octubre de dos mil diecinueve (foja 2014), respecto al
extremo condenatorio, postuló la revocatoria de la recurrida y su
consecuente absolución. Alegó la vulneración del derecho de
motivación suficiente, así como el quebrantamiento de los lineamientos
del Acuerdo Plenario número 2-2005/CJ-116, respecto a la ausencia de
incredibilidad subjetiva, persistencia en la incriminación y verosimilitud. La
imputación se centra en ser la titular del vehículo utilizado, pese a
encontrarse acreditado que el día de los hechos fue arrendado a favor
de Joel Antonio Hernández Durán. En cuanto a la sindicación del testigo
Gean Pool Fabricio Murga Villar, refiere que su declaración (en etapa
policial, respuestas 4 y 6, Acta de reconocimiento fotográfico, reconocimiento físico y

declaración en juicio oral) evidencia insuficiencia probatoria, pues no guarda


concordancia real en cuanto a tiempo, espacio, participación, personas,
conductas, lugares y afirmaciones; además, ha proporcionado datos
irreales a nivel de juicio oral. En el mismo sentido, cuestiona la sindicación
del testigo Zósimo Garay Chacón, quien no se presentó a juicio oral.
Señaló que no existe acto de investigación que determine su

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participación directa o indirecta en el hecho incriminatorio. Postuló que


la Sala Superior contaba con una opinión condenatoria adelantada en
su contra, para lo cual se remitió a la resolución que dispuso arresto
domiciliario condicionado al pago de una caución de S/ 100 000 (cien mil
soles), pese a encontrarse acreditado que cuenta con arraigo familiar,
laboral y domiciliario. Denunció limitación de su derecho a la defensa,
debido proceso, motivación de resoluciones judiciales y presunción de
inocencia, al haberse denegado la declaración de nuevos testigos que
no se valoraron y la oralización de sus medios de prueba, lo que también
constituyó un adelanto de opinión. Indicó que la pericia antropológica
infirió que no se logró visualizar a ninguna persona de sexo femenino.
Invocó el principio de carcelería como ultima ratio, ya que la regla es la
libertad.

Sexto. El encausado George Heintz Yacila Leyva, en su recurso de nulidad


del cuatro de noviembre de dos mil diecinueve (foja 2088), respecto al
extremo condenatorio, denunció la vulneración de los derechos de
presunción de inocencia y debido proceso, así como el principio de
legalidad y la falta de motivación en la sentencia, al inaplicar el Acuerdo
Plenario número 02-2005/CJ-116 en la valoración de la declaración del
testigo Zósimo Garay Chacón, quien tuvo tres versiones de los hechos, lo
que denota falta de verosimilitud y coherencia; asimismo, alegó el
apartamiento de la doctrina jurisprudencial, al determinar las causales
especiales para aplicar la institución del proceso inmediato. Refirió que
ningún coacusado lo reconoció y que en el año 2016 manejó un auto
Nissan Tildan. Negó que su coacusada Marleni Vásquez Ríos le alquilara
un vehículo y agregó que no se evaluó la confrontación realizada en
juicio oral. Postuló la indebida inaplicación de la confesión del delito.
Precisó que el tenor de su primera declaración se debió al consejo de su
primer abogado, pero que en la continuación de su declaración dijo la

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verdad, que el día de los hechos se encontraba trabajando en Lurín, bajo


las órdenes de Ofelia Chumpitaz de Manco, conforme contrato de
trabajo que se anexa, y que es falso que el padre de dicha persona sea
el propietario del bien. Indicó que el Informe Pericial de Antropología
Física lo excluyó como una de las cuatro personas que aparecen en las
fotografías. Alegó que en el Acta de audiencia número 17, página
cuatro, se agregó que el testigo Antony Álvarez Tuanama lo reconoció,
cuando no es cierto, remitiéndose a la declaración del testigo (fojas 44 a
49), a nivel de instrucción y a lo señalado por el dictamen fiscal.

§ II. Imputación fiscal

Séptimo. Conforme a la acusación fiscal del dieciocho de enero de dos


mil diecinueve (foja 1178), los hechos incriminados fueron los siguientes:

7.1. Delito contra el patrimonio-robo agravado. Los encausados Jordan


Kenyi Hernández Durand (coautor), Marleni Vásquez Ríos (cómplice
primario), George Heintz Yacila Leyva (cómplice primario) y José Luis
Lazo Rondón (coautor), en contubernio y distribución de roles, el ocho
de febrero de dos mil dieciocho, aproximadamente a las 11:00
horas, en circunstancias que el agraviado José Luis Mario Inagaki
Inagaki se encontraba en su taller, ubicado en el jirón Oroya número
207, Cercado de Lima, ingresaron tres sujetos armados, uno de ellos
identificado como José Luis Lazo Rondón, empujó al trabajador
Antony Álvarez Tuanama al interior del taller y lo amenazó con un
arma de fuego, mientras los otros dos sujetos, identificados como
Jordan Kenyi Hernández Durand y Joel Antonio Hernández Durand
(fallecido), se dirigieron hacia la oficina del agraviado y, luego de
golpearlo, le sustrajeron S/ 5000 (cinco mil soles). El trabajador Antony
Álvarez Tuanama logró escapar, corrió a pedir ayuda gritando, lo
que motivó que los delincuentes salieran del lugar con dirección a la

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cuadra 10 de la avenida Huancavelica, intersección con el jirón La


Oroya, donde esperaba el vehículo marca Chevrolet de placa A7E-
054, conducido por el acusado George Heintz Yacila Leyva y
ubicada como copiloto la acusada Marleni Vásquez Ríos. En tal
sentido, el agraviado (occiso) salió tras ellos, provisto de su arma de
fuego y, al intercambiar disparos con los delincuentes, fue
impactado en la región del tórax y cayó al suelo, tras lo cual fue
trasladado en taxi al Hospital Loayza, nosocomio, donde llegó
cadáver.

7.2. Delito contra la paz pública-banda criminal. Los imputados Jordan


Kenyi Hernández Durand, Marleni Vásquez Ríos, George Heintz Yacila
Leyva y José Luis Lazo Rondón, en calidad de autores, habrían
conformado la banda criminal los “Malditos de Ancón”, dedicada a la
comisión de diversos delitos, cuyo principal objetivo era atentar
contra propietarios de talleres de venta y compra de chatarra y
otros, lugares que no son custodiados por efectivos de seguridad.
Utilizaron armas de fuego, realizaron marcaje de las operaciones
financieras realizadas por sus víctimas, como en el caso del robo
agravado, en agravio de José Luis Mario Inagaki Inagaki, de quien
tomaron conocimiento que, el siete de febrero de dos mil dieciocho,
realizó una operación financiera por S/ 22 000 (veintidós mil soles).
Actuaron de modo concertado, en que el total del dinero obtenido
se repartió de acuerdo con las funciones de riesgo que se asumían;
así, quien ingresaba al taller con arma en mano obtuvo mayor
porcentaje que quien solo conducía el vehículo y/o era campana.

§ III. Fundamentos del Tribunal Supremo

En el marco de los agravios descritos, esta Sala Suprema advierte que


las pretensiones recursivas –con sus particularidades– postulan, en primer

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término, un análisis a nivel de valoración probatoria, orientado a


determinar: i. la configuración del delito de banda criminal objeto de
absolución, ii. la participación de los sentenciados en los actos de robo
agravado objeto de condena; y, iii. la participación del ciudadano José
Luis Lazo Rondón –sentenciado absuelto– en los hechos objeto de
acusación. En segundo lugar, se exige un análisis a nivel normativo con
relación a la modificación de la calificación jurídica de los hechos
configuradores del delito de robo agravado. Por último, se advierte una
pretensión orientada a evaluar la proporcionalidad de las
consecuencias jurídicas impuestas por el delito objeto de condena.

I. Absolución del delito de banda criminal

Octavo. El titular de la acción penal y la parte civil, Procuraduría Pública


de Orden Interno, consideran que la valoración sistemática y conjunta
del material probatorio actuado (pluralidad de agentes, concertación para la
comisión de delitos, asignación y cumplimiento de roles específicos y ausencia de

estructura organizacional definida y estable) permite establecer que la


conducta desplegada por los procesados cumple con los elementos y
características del tipo penal de banda criminal. Además, se remiten a
evaluar tanto la vinculación familiar y amical de los sentenciados como
la presencia de antecedentes en denuncias.

El artículo 317-B del Código Penal sanciona aquella unión de dos a más
persona que, sin reunir alguna de las características de la organización
criminal, tiene por finalidad la comisión de delitos concertadamente. Por
su parte, el Acuerdo Plenario número 08-2019/CIJ-1161, fundamento
jurídico 20, establece que la banda criminal se configura en una
estructura criminal de menor complejidad organizativa que la que posee
una organización criminal y que ejecuta un proyecto delictivo menos

1 Del diez de septiembre de dos mil diecinueve.

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transcendente y propio de la delincuencia común urbana. En ese


sentido, no se dedica a activar y mantener negocios o economías
ilegales; no es, pues, una organización criminal productiva, sino
simplemente de despojo mayormente artesanal y violenta. Esto es, de
aquellas que producen inseguridad ciudadana a través de su actuación
en la comisión reiterada de robos, secuestros, extorsiones o actos de
marcaje y sicariato.

Si bien el marco de imputación refiere que los encausados pertenecen a


la banda “Los malditos de Ancón”, dedicada a la comisión de diversos
delitos, cuyo principal objetivo era el atentar contra propietarios de
talleres de venta y compra de chatarra y otros; en el caso, no se verifica
la postulación de hechos concretos, distintos al ilícito perpetrado en
agravio de José Inagaki Inagaki, que permitan establecer la
concertación que exige el tipo penal para la materialización típica del
delito de banda criminal.

Noveno. No basta la verificación matemática de la participación de una


pluralidad de sujetos (que comparten lazos de amistad o familiaridad), el uso de
violencia o la distribución de roles en el despliegue de un evento delictivo
para concluir en la configuración de este tipo penal, pues estas son
características que comparte con la codelincuencia, institución
normativa reconocida y regulada por nuestro ordenamiento jurídico
(artículo 23 del Código Penal). No obra en autos actuación probatoria
destinada a respaldar la tesis fiscal y establecer adscripción o
dependencia alguna de los encausados a una banda criminal. La
absolución dictada por el Colegiado Sentenciador se encuentra
conforme a derecho.

En cuanto al mérito de las denuncias formuladas contra los encausados


como insumo capaz de establecer la configuración del delito en análisis,

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corresponde señalar que la verificación de denuncias postuladas no


permite concluir en una actuación conjunta de los encausados,
tampoco se orientaron actos de investigación destinados a verificar el
estado de las mismas.

Por otro lado, merece indicarse que frente al extremo de la sentencia en


análisis no existe pretensión penal por parte del órgano
constitucionalmente encargado. Si bien la titular de la Décima Fiscalía
Superior Penal de Lima recurrió la sentencia absolutoria, la Fiscalía
Suprema en lo Penal, órgano jerárquicamente superior, opinó no haber
nulidad en dicho punto, lo que representa su conformidad con la
absolución dictada por la Sala Superior respecto al delito de banda
criminal.

En tal sentido, podemos concluir que, en atención a las reglas del


principio acusatorio o de jerarquía, el titular de la acción penal se ha
desistido de la persecución del delito, conforme se advierte del dictamen
fiscal supremo (foja 79 del cuaderno supremo).

II. Condena por el delito de robo agravado y participación de los


encausados

Décimo. Se constituye en un hecho probado con grado de certeza –no


cuestionado por las partes legitimadas– la materialidad del delito de robo
agravado acaecido el ocho de febrero de dos mil dieciocho,
aproximadamente a las 11:00 horas, en las instalaciones del taller de
titularidad del agraviado, hoy occiso, José Luis Mario Inagaki Inagaki –sito en
jirón Oroya número 207, Cercado de Lima–. Ilícito penal en el que intervinieron
cinco sujetos, tres de ellos ingresaron al interior del local premunidos con
armas de fuego y, mediando amenaza y violencia, lograron sustraer la
suma de S/ 5000 (cinco mil soles). Acto seguido, iniciaron la fuga, para lo cual
contaban con el vehículo de placa de rodaje A7E-054, donde se hallaban

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otras dos personas (conductor y copiloto) a la espera. Momentos en que


fueron perseguidos por el agraviado provisto de su arma de fuego, lo que
conllevó un intercambio de disparos, que concluyó con el impacto de
bala en la zona del tórax del agraviado y, posteriormente, su fallecimiento,
conforme Certificado de necropsia (foja 74) y Acta de defunción (foja 456).

Undécimo. Los argumentos impugnatorios expuestos por los sentenciados


Jordan Kenyi Hernández Durand, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz
Yacila Leyva, cuestionan la verdad judicial que sirvió de sustento para
emitir el fallo condenatorio en su contra, en cuanto a su vinculación con
los hechos probados. No obstante, de autos se verifica la presencia de
prueba personal y documental plural y fiable que rebate los
cuestionamientos formulados y permite concluir en su real participación.

La actividad probatoria constitutiva del presente proceso se remite, en


primer término, a las declaraciones de testigos directos del hecho
delictivo, cuyo conocimiento proviene de su percepción sensorial
inmediata, es decir, conocieron la realidad del caso de primera mano
por encontrarse en el lugar exacto de los hechos (local comercial del
agraviado y zona de fuga de los agentes penales). Así, tenemos: i. declaración
del testigo Antony Álvarez Tuanama, trabajador del agraviado, quien el
día y hora de los hechos objeto de procesamiento se encontraba en el
interior de las instalaciones del local comercial desarrollando sus
actividades. Este testigo ha mantenido a lo largo del proceso, esto es, a
nivel policial (foja 44, con presencia de la representante del Ministerio Público), de
instrucción (foja 1130) y de juicio oral (sesión de audiencia de juicio oral número 17,
del dieciséis de julio de dos mil diecinueve, foja 1745), una versión uniforme en
cuanto a la forma y circunstancias en que se realizaron los hechos. Brindó
las características físicas y de vestimenta de los sujetos que ingresaron al
local comercial y lo redujeron, así como del vehículo en el que lograron
huir tras producirse el intercambio de disparos con el agraviado. Versión

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que se condice con el mérito del Acta de Identificación Fotográfica


mediante paneaux fotográfico-obtenidas de Ficha Reniec (foja 113)
donde individualiza de manera precisa al sentenciado Jordan Kenyi
Hernández Durand como el sujeto que, previamente a los hechos, se
acercó en dos oportunidades al frontis del local comercial; asimismo,
como la persona que ingresó a la oficina del agraviado premunido con
arma de fuego, asimismo, con el mérito del Acta de reconocimiento
vehicular (foja 123), donde identifica al vehículo utilizado por los agentes
penales para su fuga; ii. declaración del testigo Gean Pool Fabricio
Murga Villar, quien detalló a nivel policial (foja 55, con presencia de la
representante del Ministerio Público) y de juicio oral (sesión de audiencia de juicio
oral número 18, del veintitrés de julio de dos mil diecinueve, foja 1760) que el día de
los hechos se encontraba en los alrededores del local comercial, en el
taller de mecánica de la zona, y presenció el momento preciso en que se
produjo el intercambio de disparos entre el agraviado occiso y los
encausados, así como la fuga de estos en un vehículo automotor donde
advirtió la presencia del conductor del vehículo y una fémina como
copiloto. Se advierte que el testigo brindó las características físicas y de
vestimenta de los sujetos y del vehículo en el que se trasladaban. Versión
que, como en el caso del testigo anterior, se condice con el mérito de las
Actas de reconocimiento fotográfico mediante ficha Reniec (fojas 117
y130), donde individualiza de manera directa a la sentenciada Marleni
Vásquez Ríos como la persona que se encontraba como copiloto a
bordo del vehículo marca Chevrolet y al sentenciado Jordan Kenyi
Hernández Durand como el sujeto que se resbaló y disparó al agraviado
occiso; asimismo, con el Acta de Reconocimiento Físico (foja 164),
celebrada con presencial fiscal, en rueda de imputados, donde
identifica a la sentenciada Marleni Vásquez Ríos como la fémina que se
encontraba en el asiento del copiloto del vehículo “color medio celeste”

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el día de los hechos, tal diligencia, además, contó con la participación


de la abogada de elección de la citada encausada. Asimismo, el Acta
de reconocimiento vehicular (foja 121), donde identifica al vehículo de
marca Chevrolet, en el que se encontraba como copiloto una mujer y
que fue abordado por los tres sujetos; y, iii. declaración del testigo Zósimo
Garay Chacón, quien indicó a nivel policial (foja 63, con presencia de la
representante del Ministerio Público) que se encontraba en los alrededores del
lugar donde se produjo el evento delictivo por haber concurrido a un
taller mecánico; en dicho contexto, advirtió la huida de los agentes
penales en medio del intercambio de disparos con el agraviado. Brindó
datos específicos respecto a las características físicas y de vestimenta de
los sujetos. Precisó detalles del vehículo en que se trasladaban y de
quienes iban a bordo, el conductor y una fémina. Versión que, como en
el caso del testigo anterior, se corresponde con el mérito de las Actas de
identificación fotográfica (foja 138, 142 y 150), donde individualiza de
manera directa a los sentenciados Jordan Kenyi Hernández Durand,
como el sujeto que efectuó disparos con arma de fuego y se dirigía a
abordar el automóvil de marca Chevrolet; Marleni Vásquez Ríos, como la
persona que se encontraba sentada en el asiento del copiloto del
automóvil marca Chevrolet, y George Heintz Yacila Leyva, como el sujeto
que se encontraba conduciendo el automóvil marca Chevrolet.

Duodécimo. El análisis de las declaraciones descritas reviste


incuestionable aptitud probatoria, al encontrase dotadas de garantía de
certeza, conforme se pasará a detallar.

No se verifica en autos que los citados testigos, previamente a los hechos,


tuvieran vinculación personal, amical o laboral con los encausados;
tampoco se advierte relación de enemistad o animadversión entre estos;
por lo que no es posible establecer que la identificación que han
efectuado, de manera plural e independiente, responda a un ánimo

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doloso o persiga un fin espurio en sí mismo. En tal sentido, sus


declaraciones revisten credibilidad subjetiva.

El mérito de los detalles específicos que brindan, tanto sobre los hechos y
la participación de los encausados como respecto a las características
físicas, somatológicas y de vestimenta de estos, adquiere fuerza
probatoria de gran entidad, al haber sido uniformes, coherentes, precisos
y orientados en tiempo y espacio, lo que reviste de verosimilitud a su
dicho a lo largo de todo el proceso.

Además, lo expuesto por los citados testigos se condice y corrobora a


nivel periférico a partir de los siguientes actuados: i. Informe pericial de
necropsia médico legal (foja 845), que concluye como diagnóstico de
muerte del agraviado occiso: “Shock hipovolémico, laceración pulmonar y
arteria aorta, hemotórax derecho, herida penetrante en región toráxica. Agente

causante: un proyectil de arma de fuego”; ii. Acta de deslacrado visualización


de disco óptico y posterior lacrado con presencia fiscal (foja 85),
correspondiente a la cámara estática instalada en el exterior de la
empresa Motors Mark E. I. R. L., sito en Jirón Huancavelica número 1039,
Cercado de Lima. En las imágenes se observa al vehículo de placa de
rodaje A7E-054, así como las circunstancias que rodearon la huida de
los tres sujetos que previamente habrían sustraído el dinero del
agraviado; iii. Acta de deslacrado visualización de disco óptico y
posterior lacrado con presencia fiscal (foja 102) que, en lo sustancial,
permite identificar mayores características del vehículo utilizado de
placa de rodaje A7E-054, la presencia de cinco personas en el interior
del vehículo y, en específico, de un copiloto que lleva entre las piernas
un bolso de color blanco con franjas negras.

Lo expuesto permite verificar firmeza y coherencia narrativa en la


información proporcionada por los testigos; los datos descritos sincronizan
entre sí y resultan concretos y específicos. No se advierten

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contradicciones en sus dichos ni aspectos inverosímiles o contrarios a la


lógica.

Decimotercero. Se cuenta también con la declaración –no autoinculpatoria–


de la encausada Marleni Vásquez Ríos a nivel policial (foja 32), diligencia
que contó con la participación de la señora representante del Ministerio
Público y del abogado defensor de elección de la encausada, por lo que
ostenta incuestionable mérito probatorio, conforme lo normado en el
artículo 62 del Código Penal. En dicha oportunidad procesal, reconoció ser
propietaria del vehículo con placa de rodaje A7E-054 e identificó en las
imágenes de las cámaras de seguridad que se le puso a la vista (conforme
Acta de deslacrado para visualización de disco óptico y posterior lacrado con presencia

fiscal, foja 162) a Jordan Kenyi Hernández Durand como uno de los sujetos
que abordó su vehículo, de quien precisó las características de su
vestimenta; y a Joel Antonio Hernández Durand (fallecido), su ex pareja
sentimental, a quien el día de los hechos le indicó que entregó su vehículo
en alquiler.

Asimismo, la declaración del encausado George Heintz Yacila Leyva, a


nivel de instrucción (foja 491, ante juez penal y con presencia de su defensa de
elección), donde reconoció su presencia en el lugar de los hechos como
conductor del vehículo de placa de rodaje A7E-054. Precisó que fue
contratado por Joel Antonio Hernández Durand (fallecido) para movilizarlo
junto con la encausada Marleni Vásquez Ríos, su pareja, a fin de realizar
compras. Detalló que en determinado momento observó que Hernández
Durand corrió hacia el automóvil con un arma en la mano y lo amenazó
para que lo dejara subir al vehículo, así como a otros dos sujetos más.

Si bien las declaraciones brindadas por Marleni Vásquez Ríos y George


Heintz Yacila Leyva han variado a nivel de enjuiciamiento, la jurisprudencia
ha establecido que el órgano jurisdiccional, en caso de declaraciones
distintas, posee la facultad de otorgar valor probatorio a la declaración

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brindada en etapa previa, siempre que se verifica que esta revista las
garantías de certeza exigida. Supuesto que se advierte en el caso.

La completitud de la actuación probatoria, desplegada y valorada de


manera conjunta, permite establecer con grado de certeza la
participación de los sentenciados Jordan Kenyi Hernández Durand,
Marleni Vásquez Ríos y George Heintz Yacila Leyva en los actos de robo
agravado contra José Inagaki Inagaki.

Decimocuarto. Los sentenciados, en sus recursos respectivos, niegan su


participación en los hechos objeto de procesamiento, en atención a las
conclusiones a las que arribaron los Informes Periciales de Antropología
Física Forense de Identificación Facial y Somatológica número 165 (foja
1648), número166 (foja 1664) y número 168-2019 (foja 1686), ratificados a nivel
de juicio oral, sesión de audiencia número 12, del dieciocho de junio de
dos mil diecinueve (foja 1700), que establecen que las muestras no permiten
obtener un grado certero de identificación capaz de incluir o excluir al
sujeto.

Efectivamente, los informes en cuestión no revisten capacidad para la


individualización cierta de las personas que aparecen en las muestras
analizadas; no obstante, ello no debe interpretarse ni representa, en
sentido alguno, una respuesta negativa en su identificación. El estudio
realizado no concluye ni establece incompatibilidad entre la muestra y el
sujeto en análisis, así como tampoco determina la no presencia de estos
(incluida la fémina) en el lugar de los hechos, sino que, en estricto, manifiesta
un supuesto de imposibilidad técnica en su realización, en razón de la
ausencia de imágenes nítidas que viabilicen la labor de los especialistas,
quienes se vieron impedidos de realizar un examen adecuado, dada la
ubicación de la cámara en el lugar de los hechos, que impidió un enfoque
claro tanto de los sujetos como del interior del vehículo.

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Frente a esta limitación técnica, se erige el contenido mismo de las


imágenes que obran en los discos ópticos objeto de visualización, las
cuales, en lo pertinente, permitieron establecer la presencia de cinco
sujetos y el uso de un vehículo automotor. Supuesto fáctico que se
condice con el relato esgrimido por los testigos.

Corresponde que, en este extremo, los agravios sean rechazados.

Decimoquinto. Ahora bien, el encausado Jordan Kenyi Hernández


Durand, a lo largo del plenario y ante esta instancia, alegó que no se
encontraba en el lugar de los hechos, versión que respalda en la
declaración del testigo Luis Alberto Gómez Díaz, supuesto empleador,
quien en juicio oral (sesión de audiencia número 12, del dieciocho de junio de dos
mil diecinueve, foja 1700) refirió que este se encontraba laborando en su
taller de metalurgia.

Sin embargo, la declaración del testigo de parte carece de respaldo


probatorio que permita verificar su dicho. Se erige en un elemento de
descargo aislado que por sí solo no reviste entidad para enervar la
capacidad del resto de actuados que incorporados al contradictorio
permiten establecer su responsabilidad en los hechos.

Cabe precisar que la exigencia de corroboración periférica del dicho del


testigo (mediante prueba documental o personal) no implica –como postula la
defensa– el desconocimiento de la informalidad en las actividades
comerciales desarrolladas en nuestro país, sino que se constriñe, en
estricto, a dotar de fuerza acreditativa a lo depuesto por el órgano de
prueba de descargo.

En cuanto a las alegadas inconsistencias en lo declarado por los testigos


de cargo Antony Álvarez Tuanama, Gean Pool Fabricio Murga Villar y
Zósimo Garay Chacón, como se ha desarrollado ampliamente en los
considerandos precedentes, la sindicación e identificación de los testigos

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directos reviste mérito probatorio de gran entidad, su relato resulta


orientado en tiempo y espacio, y preciso en detalles.

De conformidad con lo expuesto, ha quedado probada con grado de


certeza la participación del sentenciado Jordan Kenyi Hernández Durand
en los hechos de robo agravado objeto de imputación, encontrándose
quebrada la presunción de inocencia que reviste a todo justiciable; no se
verifica vulneración al derecho a la libertad personal, conforme plantea
en su recurso, pues su internamiento encuentra sustento fáctico y jurídico
ante la comprobada vulneración del bien jurídico protegido.

Decimosexto. Respecto a lo sustentado por la encausada Marleni


Vásquez Ríos en su recurso de nulidad, corresponde señalar que
contrariamente a su postulación impugnatoria, la determinación de su
responsabilidad derivó de la valoración conjunta de las declaraciones y
actuaciones probatorias incorporadas al contradictorio y no a su calidad
de titular del vehículo marca Chevrolet de placa A7E-054.

El presunto arrendamiento de dicho bien a favor de su expareja, el


coimputado (occiso) Joel Antonio Hernández Duran, carece de respaldo
probatorio de entidad sustancial y no suprime la sindicación e
identificación que contra ella formulan los testigos directos del hecho
imputado. Declaraciones que, conforme se ha desarrollado ut supra, han
superado las garantías de certeza exigidas por el Acuerdo Plenario
número 2-2005/CJ-116, en cuanto a la ausencia de incredibilidad
subjetiva, persistencia en la incriminación y verosimilitud.

Si bien, el testigo Zósimo Garay Chacón, efectivamente, no concurrió


ante el plenario, se advierte que el titular de la acción penal prescindió
de su concurrencia, en razón de las amenazas de las que fue titular dicho
testigo, conforme constancia que obra en la diligencia de confrontación
celebrada a nivel de instrucción (foja 1157) y en la postulación de pruebas

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en juicio oral (sesión de audiencia número 02, del diez de abril de dos mil diecinueve,
foja 1880), hecho que no resta mérito probatorio al tenor de su declaración
brindada a nivel preliminar y sumarial, al haber sido incorporada al
debate mediante su oralización, conforme lo normado por el artículo 262
del Código de Procedimientos Penales.

Cuestiona la recurrente de manera puntual, la capacidad probatoria en


la sindicación formulada por el testigo Gean Pool Fabricio Murga Villar, la
que considera que carece de concordancia real en cuanto a tiempo,
espacio, participación, personas, conductas, lugares y afirmaciones. No
obstante, el dicho de este testigo, conforme se ha desarrollado en los
considerandos precedentes, reviste completitud probatoria.

Es pertinente señalar que esta Sala Penal Suprema ha establecido en


anterior pronunciamiento la siguiente jurisprudencia:

Si se trata de testigos-víctimas, solo resulta necesaria una persistencia


material en la incriminación, no referente a un aspecto estrictamente formal
de repetición de los datos expresados en las distintas declaraciones o, lo que
es lo mismo, una coincidencia cuasi matemática. Basta con la mera
verificación de una conexión lógica. Lo medular, entonces, será extraer
aquella parte de la información que sí fue capaz de percibir y almacenar2.

El relato del testigo Gean Pool Fabricio Murga Villar ha sido uniforme y
firme al ubicar a la encausada Marleni Vásquez Ríos como copiloto del
vehículo utilizado por los encausados durante su huida; además, brindó
características físicas de esta y la identificó a plenitud en la diligencia de
reconocimiento. Las alegaciones, en este extremo, no son de recibo.

Decimoséptimo. Por otro lado, la denegatoria de la Sala Superior, frente a


la solicitud de la encausada de incorporar nuevos testigos durante el
plenario, no representa vulneración alguna a su derecho de defensa y

2 SALA PENAL PERMANENTE. Corte Suprema de Justicia de la República. Recurso de Nulidad


número 1795-2017/Ayacucho, del trece de agosto de dos mil dieciocho, fundamento
jurídico noveno.

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presunción de inocencia, sino el respeto imperativo de las normas que


rigen el proceso penal. Del mérito del Acta de sesión de audiencia número
2 (del diez de abril de dos mil diecinueve, foja 1380) se aprecia que, iniciado el
juicio oral, se habilitó a favor de los sujetos procesales la oportunidad para
la postulación de medios de prueba nuevos, momento en que la defensa
de la recurrente los ofreció y la Sala Superior los admitió3. No obstante,
posteriormente y ante la reiterada inconcurrencia de sus primeras testigos,
en sesión de audiencia número 20, del trece de agosto de dos mil
diecinueve (foja 1792), señaló que ellas no se apersonarían en el proceso
por motivos de fuerza mayor (sin explicitar ni acreditar ello); acto seguido,
postuló la incorporación de dos nuevas testigos, pedido que la Sala
Superior rechazó por extemporáneo.

Es de establecer que nuestro ordenamiento procesal es claro al delimitar


las reglas y principios que enmarcan su desarrollo, entre estos se
encuentra el principio de preclusión, cuyo fin es dotar de precisión y
rapidez a los actos que se despliegan, estableciendo un orden para
estos. La norma “pone límites al ejercicio de determinadas facultades procesales,
con la consecuencia siguiente: fuera de esos límites esas facultades ya no pueden

ejercitarse”4.

El rechazo de la pretensión de la defensa reviste amparo normativo, el


agravio postulado merece ser rechazado.

Décimoctavo. Agregó la recurrente una pretendida conducta arbitraria y


adelantamiento de opinión por parte de la Sala Superior, al imponer la
medida de arresto domiciliario condicionada al pago de una caución de
S/ 100 000 (cien mil soles). Dicha postulación deviene en una extrapolación
subjetiva de mala fe por parte de la defensa. El órgano jurisdiccional se

3 Se admitió: i. Declaración de Melody Cristel Espinoza Rojas, ii. Marisol Serrano Condori,
iii. Pericia de las actas de identificación fotográficas.
4 CHIOVENDA, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil, V. III. Edit. Revista de

Derecho Privado, trad. Gómez Orbaneja, Madrid, 1936, pp. 277 y 278.

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encuentra facultado a imponer las medidas cautelares personales


(supeditadas a la verificación de requisitos y al cumplimiento de obligaciones) que
estime pertinentes para garantizar el desarrollo del proceso y la
consecución de sus fines.

El sustento del agravio planteado refleja, en estricto, la disconformidad


del recurrente con lo resuelto por el órgano jurisdiccional, pero no
representa, en ningún sentido, adelantamiento de opinión alguna. En
todo caso, la defensa se encontraba premunida de los mecanismos
procesales que la norma contempla, a efectos de cuestionar el sentido
de una resolución de este tipo, por lo que corresponde denegar dicha
alegación, recomendándose a la defensa limitar su argumentación a
supuestos objetivos de valoración probatoria y aplicación normativa.

En cuanto al principio que refiere la carcelería como ultima ratio, merece


indicarse que, encontrándose comprobada la materialidad del delito y
acreditada la participación de la sentenciada Marleni Vásquez Ríos, su
internamiento resulta conforme a derecho.

Decimonoveno. Por su parte, el sentenciado George Heintz Yacila Leyva


refirió la indebida aplicación de la confesión del delito. Precisó que el
tenor de su declaración primigenia, en donde reconoce su presencia
como conductor del vehículo utilizado por sus coencausados para la
fuga (foja 491), se debió al consejo de su primer abogado, pero que se
trata de hechos que no se corresponden con la realidad, por lo que en
sus posteriores declaraciones sí declaró con la verdad.

No obstante, el argumento expuesto no se respalda en medio de prueba


alguno que permita verificar los cuestionamientos contra su anterior
defensa; contrariamente, se aprecia que su declaración contó con las
garantías de legalidad que la norma impone (participación de juez penal,
representante del Ministerio Público y abogado defensor). Además, dicha versión

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encuentra correlato en lo apreciado a partir de la valoración conjunta


de las pruebas incorporadas al contradictorio.

No se advierte una indebida configuración de la institución jurídica de


confesión del delito, la determinación de su responsabilidad penal se
remite, en estricto, a la completitud de la prueba actuada y no a su
dicho. El agravio merece ser desestimado.

Vigésimo. El citado encausado alegó que el día de los hechos se


encontraba en el domicilio de Ofelia Chumpitaz Tapia de Manco (distrito de
Lurín) efectuando trabajos de pintado. Para sustentar dicha versión
incorporó al debate el contrato de trabajo celebrado y la declaración de
su empleadora en calidad de testigo.

Se advierte que, tanto a nivel de instrucción (foja 732) como de juicio oral
(sesión de audiencia número 11, del once de junio de dos mil diecinueve, foja 1606),
Ofelia Chumpitaz Tapia de Manco ratificó el mérito del contrato de
trabajo presentado y precisó que el ocho de febrero de dos mil dieciocho
el encausado, efectivamente, realizó labores en su domicilio. No obstante,
del tenor de su exposición se aprecia que en reiteradas oportunidades
señaló, de manera expresa, que el encargado de supervisar las labores
desempeñadas por el encausado y entregar los materiales para tal fin no
era ella sino su padre, órgano de prueba no incorporado al contradictorio.
No se aprecia en autos mayores elementos de prueba (personal o
instrumental) que permita respaldar la tesis de la defensa. La individualidad
del elemento de prueba de descargo no resta virtualidad probatoria a lo
actuado a lo largo del proceso.

Vigesimoprimero. Sumado a lo expuesto, Yacila Leyva esgrimió como tesis


defensiva que ninguno de sus coacusados lo sindica, que no se tomó en
cuenta su confrontación con la encausado Vásquez Ríos y que, en el año
dos mil dieciséis, manejó un Nissan Tilda.

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Ahora bien, la ausencia de sindicación en su contra por parte de sus


coimputados guarda coherencia y encuentra justificación en el hecho de
que ninguno de estos acepta los cargos incoados, en cuanto a su
presencia en el lugar de los hechos y su participación en estos.

En lo referido a la confrontación, corresponde indicar que el objeto


principal de esta es dilucidar una incertidumbre generada a partir de las
versiones brindadas por imputados y testigos en el desarrollo del proceso.
Se aprecia de autos que, en sesión de audiencia de juicio oral número 5,
del dos de mayo de dos mil diecinueve (foja 1503), y al amparo de lo
normado en el artículo 130 del Código de Procedimientos Penales, se
celebró la confrontación entre el recurrente Yacila Leyva y su coimputada
Vásquez Ríos, a efectos de dilucidar los siguientes puntos controvertidos:
“La acusada Marleni Vásquez Ríos señala que alquilaba el vehículo a Joel Hernández
Durand pero el acusado George Yacila Leyva señala que quien le alquilaba el vehículo

era Joel Hernández Durand” y “Si el acusado George Heintz Yacila Leyva conducía el
vehículo hacia el taller en varias oportunidades”.

En atención al principio de trascendencia de la prueba se verifica que el


tenor de la confrontación no reviste entidad probatoria relevante. En
cuanto al primer punto, se colige, en todo caso, que el encausado Yacila
Leyva reconoce que manejaba el vehículo en cuestión y, respecto al
segundo punto, ambos imputados convienen en señalar que,
efectivamente, el encausado Yacila Leyva trasladó el vehículo al taller
hasta en dos oportunidades.

Vigesimosegundo. Por último, cuestiona el mérito del Acta de sesión de


audiencia número 17 (página 04), del dieciséis de julio de dos mil diecinueve
(foja 1745), en lo referido a la testimonial de Antony Álvarez Tuanama y
precisa que el testigo no indicó reconocerlo, conforme su declaración
preliminar y sumarial.

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Al respecto, las actas de audiencias representan el sustento documental


de las actuaciones desplegadas durante el juicio oral. Su valor reviste
amparo normativo y exige el respeto de determinadas formalidades, entre
ellas, su necesaria aprobación por las partes del proceso, conforme al
artículo 291 del Código de Procedimientos Penales, modificado por Ley
número 28947.

No se verifica que la defensa recurrente, en su oportunidad, haya


planteado observación alguna al contenido del Acta de sesión número
17; contrariamente, la misma fue aprobada y refrendada por el presidente
y la Secretaría de la Sala Superior, conforme Acta de sesión de audiencia
número 18 (página 02), del veintitrés de julio de dos mil diecinueve.

Los agravios expuestos carecen de sustento. Corresponde que su


pretensión impugnatoria sea denegada.

III. Absolución del ciudadano José Luis Lazo Rondón

Vigesimotercero. El señor fiscal superior, en su recurso impugnatorio, refiere


que la Sala Superior no consideró la imputación directa, coherente y
persistente de tres testigos (Antony Álvarez Tuanama, Gean Pool Fabricio Murga Villar
y Zósimo Garay Chacón) contra el sentenciado absuelto. Además, refirió que
la documentación presentada respecto a la capacitación laboral en la
que estuvo el día de los hechos se constituye en una coartada elaborada
y no se condice con sus declaraciones primigenias.

Conviene precisar que la actuación probatoria de cargo formulada


contra Lazo Rondón no reviste entidad suficiente, capaz de enervar la
presunción de inocencia que ostenta. Desde iniciado el proceso, Lazo
Rondón refirió que en el mes de febrero del dos mil ocho, durante la
primera quincena laboró como apoyo en la librería de donde ya se
encontraba de salida; posteriormente, en la segunda quincena, trabajó
en la empresa Sevida, en Puente Piedra (conforme declaración a nivel sumarial,

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foja 752); posteriormente, ante el plenario (sesión de audiencia número 05, del dos
de mayo de dos mil diecinueve, foja 1503), precisó que en específico, el día de los
hechos se encontraba en una capacitación dirigida a obtener un puesto
de trabajo en la empresa Sevida S. A. C., en Puente Piedra (Shangrila).
Versión que se respalda en la declaración de la testigo de descargo Laura
Miramar Molocho Solsol, sesión de audiencia número 6, del siete de mayo
de dos mil diecinueve (foja 1523); asimismo, en la prueba documental
incorporada, entre las que encontramos la constancia de asistencia a
curso de inducción del ocho de febrero de dos mil dieciocho, copia de los
correos electrónicos de la citada empresa, hoja de asistencia donde figura
su participación y la de diversos participantes, como es de verse (foja 1139).

Si bien existe sindicación en su contra por parte de los testigos


incorporados al contradictorio, la prueba de descargo presentada reviste
entidad que impide establecer con grado de certeza su pretendida
participación, la presunción de inocencia que ostenta no se ha visto
enervada. La absolución se encuentra conforme a derecho.

Cabe precisar que la emisión de una sentencia condenatoria requiere de


una actividad probatoria desplegada con las garantías necesarias y en
la que se haya tutelado el contenido constitucionalmente protegido de
los derechos a la prueba, defensa y debido proceso, que permita
evidenciar la concurrencia plena de los elementos del delito y el grado
de intervención y/o participación de un acusado. Además, que el
órgano jurisdiccional explicite las razones por las cuales arriba a
determinada conclusión, pues con ello se evita la existencia de arbitrarias
restricciones del derecho a la libertad individual de los justiciables y se
tutela su derecho a la presunción de inocencia5.

5Conforme lo desarrollado por la Corte Suprema en reiterada jurisprudencia: Recurso de


nulidad números 2978-2016/Huánuco, 47-2017/Lima Norte, 614-2017/Junín, 962-
2017/Ayacucho, 2269-2017/Puno, 2565-2017/Cusco, 310-2018/Lambayeque, 1037-

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Vigesicuarto. Además, si bien la fiscal superior postuló recurso de nulidad


contra este extremo absolutorio, el superior jerárquico, fiscal supremo
penal, expresó su conformidad con los términos de la absolución; por lo
que, en aplicación del principio acusatorio y verificada la legalidad de la
absolución en los términos expuestos, corresponde confirmarla.

IV. Absolución por la agravante de robo agravado con muerte


subsecuente

Vigesimoquinto. La parte civil, en representación del agraviado occiso


José Luis Mario Inagaki Inagaki, y el fiscal superior cuestionan que,
conforme la hipótesis fáctica, los disparos que conllevaron la muerte de
la víctima se produjeron cuanto el bien materia de sustracción aún se
encontraba dentro de la esfera de dominio de esta, en cuanto que los
encausados carecían de disponibilidad potencial del bien, pues fueron
perseguidos con inmediatez por el agraviado, supuesto que
efectivamente se subsume en la agravante prevista en el párrafo in fine
del Código Penal.

Ahora bien, se advierte que la Sala Superior absolvió a los encausados


Jordan Kenyi Hernández Durand, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz
Yacila Leyva de los cargos incoados en su contra por el delito contra el
patrimonio-robo agravado con subsecuente muerte, limitando la
condena a las agravantes contenidas en los incisos 3 y 4 del artículo 189
del Código Penal, ello por cuanto considera que los imputados no
planificaron deliberadamente la muerte del agraviado, aun cuando esa
era una posibilidad teniendo en cuenta que ingresaron al local provistos
de armas de fuego. El fallecimiento del agraviado José Luis Mario Inagaki
Inagaki se produjo con posterioridad a la apropiación del dinero, en
respuesta a la persecución y ataque de la víctima.

2018/Lima Norte, 1990-2019/Lima Norte, entre otros.

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Vigesimosexto. Corresponde señalar que el tipo penal en análisis, robo


agravado, para su configuración típica exige que el agente se apodere
ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente ajeno,
sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, de forma que el acto de
apoderamiento es, pues, el elemento central de identificación para
determinar, en el iter criminis, la consumación y la tentativa de este delito.
Desde esta perspectiva el apoderamiento importa: “(a) el desplazamiento
físico de la cosa del ámbito del poder patrimonial del tenedor –de su esfera de posesión–
a la del sujeto activo, y (b) la realización material de actos posesorios, de disposición sobre

la misma”6.

Conforme lo expuesto, la determinación del momento de consumación


de este tipo penal se produce cuando el agente tiene la disponibilidad
potencial de la cosa sustraída, es decir, cuenta con la posibilidad de
realizar sobre la cosa actos de disposición o facultades de domino. La sola
sustracción de la cosa no es el criterio definitorio para la consumación del
delito de robo agravado como, en el caso, plantea erróneamente la Sala
Superior.

Vigesimoséptimo. Por otro lado, la agravante prevista en el párrafo in fine


del artículo 189 del Código Penal exige que, como consecuencia de los
actos propios del uso de la violencia, para facilitar el apoderamiento o
para vencer la resistencia de quien se opone al apoderamiento, le
ocasiona o le produce la muerte. Es obvio, en este caso, que el agente
buscaba el desapoderamiento patrimonial de la víctima, pero como
consecuencia del ejercicio de violencia contra ella –de los actos propios de
violencia o vis in corpore– le causa la muerte, resultado que no quiso causar
dolosamente, pero que pudo prever y evitar7.

6 SENTENCIA PLENARIA 1-2005/DJ-301-A, del treinta de septiembre de dos mil cinco.


Fundamento jurídico 7.
7 ACUERDO PLENARIO número 3-2009/CJ-116. Asunto: robo con muerte subsecuente y

delito de asesinato. Las lesiones como agravantes en el delito de robo, del trece de

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En el caso, de la imputación formulada se verifica –en lo pertinente– que los


encausados, tras haber ingresado al local comercial del agraviado (occiso)
y sustraer el dinero objeto de robo, huyeron con dirección al vehículo
automotor que los esperaba, momentos en que, con inmediatez, son
perseguidos por el agraviado provisto de su arma de fuego, generándose
un intercambio de disparos que concluyó en la muerte de este, tras lo cual
los encausados se dieron a la fuga.

Vigesimoctavo. Lo expuesto evidencia que si bien los sentenciados


lograron sustraer el dinero del dominio de agraviado, estos no se
encontraron en capacidad de disponer de dicho bien (disponibilidad
potencial del bien objeto del delito), encontrándose aún en la fase de
ejecución del delito.

Es recién con la materialización de la fuga, que se produce el


intercambio de disparos con el agraviado, lo que concluye con su
muerte; entonces, es esa la circunstancia en que se logra el grado de
disponibilidad exigido por el tipo penal.

Vigesimonoveno. Por tanto, el deceso del agraviado no constituye un


tipo penal independiente sino que forma parte de la fase de ejecución
del delito de robo agravado, se circunscribe, en estricto, al despliegue de
una conducta destinada a vencer su resistencia y materializar el
apoderamiento por parte de los encausados, figura típica normada en el
párrafo in fine del artículo 189 del Código Penal.

La absolución dictada en este extremo no se encuentra adecuada a


derecho, corresponde declarar su nulidad y ordenar el desarrollo de un
nuevo juicio oral a cargo de otro Colegiado, que deberá considerar los
criterios desarrollados en el presente en cuanto a la aplicación de la
agravante descrita.

noviembre de dos mil nueve. Fundamento jurídico 7.

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DE JUSTICIA RECURSO DE NULIDAD N.° 2307-2019
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Trigésimo. De verificar la Sala Penal la subsunción de los hechos en lo


previsto en la agravante en análisis, la determinación de la sanción
punitiva a imponer deberá considerar los criterios desarrollados en el
acuerdo plenario número 02-210/CJ-1168, según el cual, cuando en la
realización de un delito concurran simultáneamente circunstancias
agravantes que correspondan a diferentes grados o niveles y, por tanto,
representen distintas escalas de pena, la circunstancia de mayor grado
absorberá los efectos punitivos de la agravante de grado inferior; de
forma que, el régimen de sanción penal de esta agravante de mayor
grado operará como pena básica a partir de la cual el juez determinará
la pena concreta a imponer. Ello considerando que, en el caso, reviste
grado de certeza incuestionable la configuración del tipo penal previsto
en el artículo 188 (tipo base) con las agravantes descritas en el artículo 189,
numeral 3 (a mano armada) y 4 (con el concurso de dos o más personas) del
Código Penal.

V. Respecto a la reparación civil

Trigesimoprimero. La reparación civil ostenta un carácter resarcitorio,


siendo que el perjuicio moral es incuantificable, la estimación de su
cuantía depende de la discrecionalidad del órgano jurisdiccional con
base en el principio de equidad y proporcionalidad. En el caso, el sustento
principal de la defensa de la parte civil recurrente postula que la vida es el
bien jurídico más importante e incuantificable, que el agraviado occiso fue
un próspero empresario y que se verifica un proyecto de vida truncado.

Conforme se ha establecido en el considerando precedente, al haberse


determinado la nulidad de la sentencia, en el extremo de la absolución
por el delito de robo con muerte subsecuente, corresponde declarar la
nulidad de la reparación civil impuesta a fin de cuantificarse de manera

8 Del dieciséis de noviembre de dos mil diez. Fundamento jurídico 12.

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proporcional al daño efectivamente generado con la conducta


desplegada.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, los señores jueces integrantes de la Sala Penal


Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República:

I. DECLARARON NO HABER NULIDAD en la sentencia del quince de


octubre de dos mil diecinueve (foja 1961), emitida por la Cuarta
Sala Penal Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de
Lima, en el extremo que: i. absolvió a Jordan Kenyi Hernández
Durand, José Luis Lazo Rondón, Marleni Vásquez Ríos y George
Heintz Yacila Leyva, del delito contra la paz pública-banda
criminal, en agravio del Estado; ii. absolvió a José Luis Lazo
Rondón, del delito contra el patrimonio-robo agravado con
subsecuente muerte, en agravio de José Luis Mario Inagaki
Inagaki; y, iii. condenó a Jordan Kenyi Hernández Durand, como
autor, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz Yacila Leyva, como
cómplices primarios, por el delito contra el patrimonio-robo
agravado, previsto en el artículo 188 con las agravantes
contenidas en los incisos 3 y 4 del artículo 189 del Código Penal,
en agravio de José Luis Mario Inagaki Inagaki.

II. DECLARARON NULA la sentencia en análisis, en el extremo que: i.


fijó como reparación civil la suma de S/ 100 000 (cien mil soles), que
deberán abonar en forma solidaria a favor de los deudos del
agraviado occiso; y, ii. absolvió a Jordan Kenyi Hernández
Durand, Marleni Vásquez Ríos y George Heintz Yacila Leyva, por el
delito contra el patrimonio-robo agravado con subsecuente
muerte, en agravio de José Luis Mario Inagaki Inagaki.
MANDARON que se realice un nuevo juicio oral a cargo de otra

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Sala Penal Superior, teniendo en cuenta lo expuesto en los


considerandos del vigesimoquinto al trigésimoprimero de la
presente ejecutoria suprema.

III. DISPUSIERON que la presente resolución sea publicada en la


página web del Poder Judicial. Y los devolvieron.

S. S.

SAN MARTÍN CASTRO

SEQUEIROS VARGAS

COAGUILA CHÁVEZ

TORRE MUÑOZ

CARBAJAL CHÁVEZ

CCH/ycll

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