Una Fe Madura

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Himno inicial 417

Himno final 435

UNA FE MADURA
Juan 9:35–38

35 oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de


Dios?
36 respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, ¿para que crea en él?
37 le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.
38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.

Introducción: Dios desea que nuestra fe sea bien sustentada para que sea madura. En el
pasaje que tenemos para estudiar veremos el proceso que Dios quiere para un encuentro
de fe con madurez.

Propósito: Mi propósito en esta mañana es mostrarles el proceso de Dios para llevarnos a


una Fe madura.

Oración de transición:
Y esto lo veremos en tres partes básicas y sencillas pero poderosa si las incorporamos en
nuestro corazón.
El tema de esta mañana esta centrado en un encuentro: Donde Jesús quiere fortalecer la
fe. Y la fe es muy importante ya que la biblia dice muchas cosas relevantes de la fe.
1. Por la fe el justo vivirá
2. Sin fe es imposible agradar a Dios
3. Vete, tu fe te ha salvado
4. Porque por fe andamos no por vista
5. Cuando el hijo del hombre venga ¿Hallará fe en la tierra?

Por eso quiero mencionar el primer paso para una fe madura:


Jesus nos llama y vamos a inferir o reforzar este conpceto en el verisiculo 35.
1

I. Jesús llama (v. 35).

o ¿Y como se yo que Jesús primero nos llama?


o Veamos el versiculo 35 y centremonos en la palabra “Hallandole”. Para hallarle ha
tenido que estar, buscandole.
o Entonces Jesús nos puede llamar buscandonos,
o Nos puede llamar con una experiencia,
o Nos puede llamar con un milagro como lo hizo con aquel ciego.
o Usted hoy esta aquí escuando la palabra de Dios, no porque usted busco a Jesús,
sino porque Jesús viene buscandolo hace mucho tiempo atrás y un día te encontró.

1. Jesús busca al hombre (v. 35a).


2. Jesús confronta al hombre (v. 35b).
¿Crees tu en el hijo de Dios? Dios a veces es muy directo, crees o no crees, eres o no
eres. Dios también nos confronta. Cuando la vida está muy liviana espiritualmente
hablando el nos confronta para que reacciones para bien.

II. Jesús explica (vv. 36, 37).


1. Espera que el hombre se cuestione (v. 36).
o Los mejores cristianos son los que cuestionan a Dios con preguntas en forma
positiva , porque quieren basar su fe sobre principios y sobre valores, no sobre
meros sentimientos.
o No somos cristianos que van para donde va la multitud, sino que vamos donde se
puede satisfacer de la verdad; en Jesús.
2. Ahora el hombre puede ver (v. 37a).
Hay cosas que aquel hombre en su condición de ciego no podía ver. Pero llego
un día en que ahora podía ver lo que le era oculto.
¿Cuántas cosas nos son ocultas en este momento? ¿Hasta cuanto tiempo
estará velada la respuesta? No lo sabemos, pero lo que si sabemos es que un
día Dios abrirá nuestros ojos y nos ayudará entenderlo todo.
3. Ahora el hombre lo puede identificar (v. 37b).
Cuando el tiempo de tu espera halla pasado y te hallas mantenido en la fe,
entonces podrás identificar aun mejor a Jesús.
Pero en el mientras podemos mantenernos por la fe y las promesas de Dios.
III. El hombre responde (v. 38).
1. Deposita su confianza en el Señor (v. 38a).
2. Sus prioridades van hacia el Señor (v. 38b).

1
Conclusión:
Sin fe es imposible agradar a Dios,
Por eso Dios busca que todos los salvados hallan desarrollado una fe madura; y todo
proceso de maduración en la Fe comienza:
1. Con un llamado, cuando Dios nos llama nos busca, y cuando Dios nos busca nos
encuentra.
2. Y cuando nos encuentra nos explica lo que no podíamos ver.
3. Y cuando nos explica la espera de nosotros demos una respuesta.

Llamado:
Un niño pequeño estaba jugando en una habitación más baja, y mientras jugaba solo,
divertido, cada diez minutos corría al pie de las escaleras y gritaba: “mamá, ¿estás ahí?”.
Su madre respondía: “Sí, estoy aquí”, y el niño volvía a su deporte y diversión, y estaba
tan feliz como podía estarlo, y hasta que se le ocurrió que su madre podría haberse ido,
entonces corrió hacia las escaleras otra vez y llamó: “mamá, ¿estás ahí?”.
“Estoy bien”, dijo ella, y tan pronto como él escuchó su voz de nuevo, regresó una vez
más a su juego.

Así es con nosotros. En tiempos de problemas temporales, vamos al propiciatorio en


oración y decimos: “Padre, ¿estás ahí? ¿Es tu mano la que me está molestando? ¿Es tu
providencia la que me ha enviado esta dificultad?”.
Y tan pronto como escucha la voz que dice: “Soy yo”, ya no tiene miedo. Dichosos los
que, cuando tienen miedo de esta manera, confían en el Señor.

el esta esperando de ti y de mi una respuesta. ¿Cual será tu respuesta?


Será tu respuesta; Señor creo ayuda mi incredulidad.

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