8 - Ayahuasca Farmacología, Efectos Agudos, Potencial Terapéutico

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Ayahuasca: farmacología, efectos agudos, potencial terapéutico y rituales

La ayahuasca es una preparación botánica alucinógena compuesta de Banisteriopsis caapi y


Psychotria viridis que, tradicionalmente, ha sido consumida por grupos indígenas de la
Amazonia. Este brebaje contiene el agonista serotoninérgico N,N-dimetiltriptamina (DMT) y
alcaloides inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) (harmina, harmalina y
tetrahidroharmina).

La literatura científica hasta el momento sugiere que la administración o ingesta aguda de la


ayahuasca no es mal tolerada, incluso en aquellos casos en los que se ha registrado un uso
crónico de la misma, no habiéndose informado sobre toxicidad en ningún estudio en humanos.

No obstante, teniendo en cuenta la limitación del uso de una muestra sana y joven en la
mayoría de los ensayos llevados a cabo, y los datos escasos referentes a patologías previas de
tipo cardíaco y hepático, así como el uso combinado con otras sustancias, se sugiere una
contraindicación importante al consumo de ayahuasca. El objetivo de este trabajo es realizar
una revisión abarcando desde la composición y mecanismos de acción de la propia ayahuasca
y sus efectos, tanto deseados como adversos de su ingesta, hasta el uso de dicha sustancia
como terapia farmacológica en el marco de las drogodependencias, alcoholismo y trastornos
afectivos, además de una breve descripción de las connotaciones de su uso en rituales
organizados.

Las publicaciones disponibles hasta el momento sugieren una cierta seguridad tras la
administración o consumo agudo y crónico de ayahuasca (dos Santos, 2013b). Además,
tampoco existe evidencia científica que apunte a que el consumo de ayahuasca per se esté
asociado a serias intoxicaciones o efectos adversos a largo plazo que puedan causar patologías
irreversibles. Sin embargo, es cierto que hay constancia de publicaciones por parte de medios
de comunicación y ensayos preclínicos, que informan de la ocurrencia de reacciones adversas
que atentan contra la vida del consumidor, llegando incluso a la muerte (dos Santos, 2013a;
2013b).

LA FARMACOLOGÍA DE LA AYAHUASCA

La ayahuasca es un alucinógeno de preparación botánica obtenido, comúnmente, mediante la


decocción de las semillas de la vid Banisteriopsis caapi junto con hojas de Psychotria viridis
(dos Santos, 2010). Las principales sustancias que conforman Banisteripsis caapi son las
harmina β-carbolina y tetrahidroharmina y, en menor medida, harmalina, harmol y harmalol,
entre otras sustancias (Riba, Valle, Urbano, Yritia, Morte, y Barbanoj, 2003; Callaway, Brito y
Neves, 2005; dos Santos, 2010).

El principal efecto farmacológico de este tipo de sustancias en la preparación de la ayahuasca


es su capacidad para inhibir a enzima monoamino oxidasa (MAO) (McKenna, Callaway y Grob,
1998; Riba et ál., 2003; Callaway et ál., 2005). Tanto la harmina como la tetrahidroharmina o
harmalina son inhibidores naturales y selectivos de la MAO, especialmente MAO-A, la forma
del enzima cuyo sustrato es el preferido por la norepinefrina, serotonina y otras triptaminas,
incluyendo la dimetiltriptamina (DMT) (McKenna et ál., 1998; McKenna, Towers y Abbott,
1984; Riba et ál., 2003; Samoylenko et ál., 2010).

Se sabe que la ayahuasca es un inhibidor extremadamente efectivo de la MAO in vitro,


encontrándose que el grado de inhibición correlaciona de forma directa con la concentración
de β-carbolinas inhibidoras de la MAO (McKenna et ál., 1984). Además, existe también
evidencia de que la tetrahidroharmina actúa como un inhibidor selectivo de la recaptación de
serotonina así como también inhibidor de la MAO (Riba et ál., 2003).

Por su parte, la principal sustancia presente en la Psychotria viridis es la triptamina, conocida


como dimetiltriptamina o simplemente denominada DMT (McKenna et ál., 1998; Riba et ál.,
2003; Callaway et ál., 2005). La literatura indica que su principal efecto farmacológico en las
preparaciones de ayahuasca es la generación de los efectos alucinógenos, cuya actuación se
produce a través de los receptores 5-HT2A (Riba, 2003; Riba et ál., 2003).

Algunos estudios describen la psicofarmacología de la DMT en su forma sintética, la cual


puede ser administrada en humanos vía intramuscular o intravenosa (Strassman, Qualls y Berg,
1996; Strassman, 1996). Estas investigaciones sugieren que los efectos subjetivos de la DMT
son cualitativamente similares a aquellos experimentados a partir de la toma de alucinógenos
clásicos o tradicionales como la mescalina o el LSD-25.

Mecanismos de acción y farmacología en humanos

Los análisis químicos y farmacológicos a partir de la ayahuasca llevados a cabo en diferentes


estudios, demostraron que el té o preparación de ayahuasca combina el componente
serotoninérgico y psicodélico de la N-dimetiltriptamina (DMT), procedente de la Psychotria
viridis, con la β-carbolina, alcaloide de la Banisteriopsis caapi y que produce efectos sobre la
monoamino-oxidasa (MAO).

La DMT no produce efectos psicoactivos cuando se toma por vía oral, pero sí cuando se ingiere
combinadamente con las β-carbolinas presentes en la ayahuasca (Riba, 2003; McKenna et ál.,
1998; Riba y Barbanoj, 2005). La harmina inhibe el metabolismo de la DMT en el tracto
gastrointestinal y, por tanto, se permite así su llegada al torrente sanguíneo y sistema nervioso
central, dónde actúa como un agonista de los receptores serotoninérgicos 5-HT2A, 5-HT2C y 5-
HT1A en las regiones paralímbicas y frontales del cerebro (Riba et ál., 2006; Riba, 2003).

Los registros neuroendocrinos tras una administración aguda de ayahuasca (Callaway et ál.,
1999), junto con los registros de niveles periféricos de transportador de serotonina en usuarios
asiduos (Callaway, Airaksinen, McKenna, Brito y Grob, 1994), apoyan dicha interacción entre la
ayahuasca y el neurotransmisor serotoninérgico (Riba et ál., 2006).

Efectos subjetivos

Por una parte, estos estudios registraron que los efectos psicológicos producidos por la
ayahuasca se empiezan a observar transcurridos 45-60 minutos desde la ingesta de la
sustancia. El pico de estos efectos se registra entre los 90 y 120 minutos, produciéndose su
remisión aproximadamente a las 4 horas desde el momento de la administración (Riba et ál.,
2003; dos Santos et ál., 2011; dos Santos et ál., 2012).
Los efectos subjetivos experimentados incluían modificaciones significativas a nivel
perceptivo, cognitivo y afectivo. De forma específica, dichos efectos subjetivos agudos de la
ayahuasca se caracterizan por cambios en el estado de la conciencia, incluyendo
modificaciones perceptivas en los sentidos de la vista, oído y tacto. Las visiones mientras se
mantienen los ojos cerrados se acompañan frecuentemente por emociones intensas y un
incremento en la rapidez del pensamiento (Riba et ál., 2003; dos Santos et ál., 2011; dos
Santos et ál., 2012).

Efectos psicofisiológicos

Los resultados obtenidos de estos estudios también mostraron que la ayahuasca induce
modificaciones a nivel de actividad eléctrica cerebral. Dichos cambios, significativos y
dependientes de la dosis administrada, fueron estudiados mediante
farmacoelectroencefalografía cuantitativa (q-EEG). Esta técnica psicofisiológica es conocida por
ofrecer una medida objetiva de los efectos de los fármacos sobre el sistema nervioso central
(SNC). Cuando se administraron las dosis más elevadas, la amplitud absoluta disminuyó en
todas las bandas de frecuencia, aunque dicha reducción fue más prominente en el ritmo theta.

También se registraron disminuciones en las amplitudes relativas de los ritmos delta y theta,
así como un incremento en el ritmo cerebral beta. Estos efectos alcanzaron su máximo grado
entre una hora y media y dos horas después de haberse producido la administración de
ayahuasca. Una vez transcurrido ese tiempo, estos efectos psicofisiológicos se reducían de
forma progresiva, siguiendo un curso parecido al de los efectos subjetivos. Además, cuando en
un estudio de dos Santos et ál. (2012) se administraron sucesivas dosis de ayahuasca, el efecto
sobre la actividad espontánea registrada por el EEG fue mayor después de la segunda
administración que tras la primera.

En otro estudio de naturaleza comparativa entre la administración de ayahuasca y d-


anfetamina, llevado a cabo por dos Santos et ál. (2011), se confirmó el incremento de la
potencia absoluta del ritmo beta únicamente tras el consumo de ayahuasca y no de d-
anfetamina, lo cual evidenció que el efecto encontrado en esta banda de frecuencia parece ser
específico de los alucinógenos. Un estudio de tipo psicofisiológico, en el cual se utilizaron las
técnicas de supresión del potencial evocado P50 además de la inhibición del reflejo de
sobresalto por un pre-estímulo, técnica también conocida como “prepulse inhibition” (PPI),
Riba et ál.

(2002) sugirieron a partir de los resultados encontrados que la ayahuasca producía


reducciones significativas (dependientes de la dosis) de supresión del P50. Estas reducciones
indicaban un efecto decreciente en la supresión sensorial de información irrelevante. Esto es,
la administración de ayahuasca conseguía alterar de forma temporal los mecanismos
inhibitorios de filtrado de información sensorial.

Sin embargo, esta misma administración no comportó efectos significativos respecto a la tasa
de habituación del reflejo de sobresalto, como tampoco se encontraron efectos en la PPI a
ninguno de los intervalos estudiados prepulso-pulso en este ensayo. Este último resultado
podría estar indicando que la ayahuasca no produce efectos a nivel de supresión
sensoriomotora, es decir, sí produciría disminuciones en cuanto al filtrado sensorial medido
por la onda P50, pero no en el filtrado sensoriomotor medido por la PPI.

Por último, también Frecksa et ál. (2003) estudiaron los efectos que producía la administración
de ayahuasca en una medida de integridad interhemisférica (Frecksa, White y Luna, 2003;
2004). Los resultados mostraron una reducción en las tasas de alteración de rivalidad en un
test de rivalidad binocular. Según los autores la ayahuasca comportaba una mayor fusión
interhemisférica, de tal modo que podían mantener más tiempo la dominancia horizontal o
vertical respecto a condiciones basales, a pesar de que en la condición ayahuasca las tasas de
alternancia eran hasta dos órdenes de magnitud más rápidas que su tasa de rivalidad
endógena. Curiosamente, este resultado es similar al encontrado en esquizofrénicos, lo cual
sugiere una semejanza psicofisiológica entre la experiencia con ayahuasca y los estados
psicóticos (Bouso et ál., 2012).

Efectos detectados mediante neuroimagen

Cuando se investigaron los cambios en perfusión sanguínea cerebral tras la administración


aguda de ayahuasca mediante tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT), la
ayahuasca produjo activación de las regiones cerebrales frontales y paralímbicas (Riba et ál.,
2006).

Concretamente, se hallaron incrementos bilaterales de perfusión cerebral en la circunvolución


frontal inferior y en la ínsula anterior, aunque dicha activación era más intensa en el
hemisferio derecho. Asimismo, se encontraron activaciones en el giro cingulado anterior y en
el córtex frontomedial del hemisferio derecho, esto es, áreas conocidas por estar implicadas
en la conciencia somática, los sentimientos subjetivos y la activación emocional (dos Santos,
2013a). Además de las áreas mencionadas hasta el momento, también se registraron
incrementos en el flujo cerebral de otras regiones, como es el caso de la circunvolución callosa
y el giro cingulado ventral anterior, áreas que se relacionan con la toma de decisiones y las
emociones.

A su vez, la amígdala izquierda, estructura implicada en el procesamiento de estímulos


amenazantes, y la circunvolución parahipocámpica, estructura conectada al hipocampo y con
un papel crucial en la memoria, también presentaron mayor perfusión sanguínea tras la
administración de ayahuasca (Riba et ál., 2006). Por tanto, este patrón de activación,
conformado por todas las estructuras y áreas cerebrales mencionadas, estaría a la base de
todos los comportamientos, procesos cognitivos y emocionales característicos de la
experiencia con ayahuasca (Shanon, 2002).

Además, en investigaciones posteriores mediante resonancia magnética funcional (RMf) y


utilizando tareas que requiriesen la activación de áreas cerebrales relacionadas con el
procesamiento visual, se observó que tras la administración de ayahuasca los voluntarios
presentaban mayor activación en áreas visuales primarias. De forma específica, se encontró
que el consumo de esta sustancia producía un aumento de actividad en diversas áreas
occipitales junto con áreas temporales y frontales. Según los autores, estos datos sustentarían
que los consumidores de esta sustancia describan su experiencia bajo sus efectos de forma tan
real como las experiencias ordinarias (de Araujo et ál., 2012).

Efectos en la calidad del sueño

Contrario a los resultados obtenidos en investigaciones en las cuales se administraba d-


anfetamina, las administraciones diarias de ayahuasca no inducían ningún deterioro percibido,
subjetivamente, en cuanto a calidad del sueño o disrupciones respecto a la iniciación o
mantenimiento del sueño evaluado mediante registros polisomnográficos (dos Santos, 2010).
No obstante, estos análisis también demostraron que, de forma similar a la d-anfetamina, la
ayahuasca inhibía el sueño REM, reduciéndose su duración. Por último, a diferencia de lo que
ocurría cuando se administraba d-anfetamina, se registraba un incremento en cuanto a la
intensidad del sueño de ondas lentas tras el consumo de ayahuasca (dos Santos, 2010).

Efectos neuropsicológicos

Teniendo en cuenta el profundo impacto que las sustancias psicodélicas tienen sobre procesos
del pensamiento, su recientemente descubierta capacidad para estimular la actividad
intrínseca en el córtex prefrontal y las similaridades entre los efectos subjetivos que inducen y
la psicosis endógena (Gouzouslis-Mayfrank, Habermeyer, Hermle, Steinmeyer, Kunert y Sass,
1998; Vollenweider y Kometer, 2010; Carhart-Harris et ál., 2012), estas sustancias están siendo
propuestas como herramientas para investigar qué papel tienen los receptores 5-HT2A en las
funciones ejecutivas. La mayoría de neuronas glutamatérgicas de las capas II-V del córtex
prefrontal expresan receptores 5-HT2A (86-100%), con un máximo (casi el 100%) en capas III y
V (de Almeida and Mengod, 2007).

La modulación serotoninérgica de la actividad neural en el cortex prefrontal está implicada en


la memoria de trabajo, ejecución de respuesta y función ejecutiva, sugiriendo un papel
potencial por parte de receptores 5-HT2A en estos procesos (Bouso, Fábregas, Antonijoan,
Rodríguez-Fornells y Riba, 2013). En un estudio reciente, se evaluó el rendimiento
neuropsicológico en una muestra importante de consumidores crónicos de ayahuasca (Riba et
ál., 2003). Los resultados encontrados por estos autores evidenciaron efectos diversos tras la
administración aguda de ayahuasca en el rendimiento de los participantes en pruebas
neuropsicológicas. Mientras que la rapidez en la tarea de Stroop mostró mejoras tras la
administración, los resultados en la tarea de Sternberg (memoria de trabajo de tipo verbal) y
de la Torre de Londres (funciones cognitivas superiores) mostraron un empeoramiento en el
rendimiento.

Esto es, el grupo de consumidores ocasionales de ayahuasca mostró afectación, mientras que
el grupo de consumidores crónicos no evidenció efecto significativo alguno. Estos resultados
sugieren la posibilidad de que aquellos participantes con un consumo habitual y prolongado en
el tiempo hayan podido desarrollar mecanismos para compensar el impacto que suponen los
efectos agudos y negativos de la ayahuasca en la función ejecutiva (Riba et ál., 2003). De forma
específica, el consumo crónico de ayahuasca podría conllevar cambios neurales que podrían
ayudar a los consumidores a hacer frente a tareas nuevas, además de facilitar el aprendizaje,
explicando así la resistencia a los efectos negativos. Los alucinógenos estimulan la expresión de
c-Fos en los córtex prefrontal medial y córtex cingulado anterior (Frankel y Cunningham, 2002)
y, además, se incrementa de forma importante la expresión del factor neurotrófico derivado
del cerebro (BDNF) en el córtex prefrontal.

A su vez, el BDNF influye en la eficacia sináptica y la plasticidad neural (Brmham y Messaoudi,


2005). De este modo, los resultados aportados por la implementación de la Torre de Londres,
siendo una de las tareas utilizadas en los estudios explicados previamente con mayores efectos
de aprendizaje (especialmente considerando que los mismos ítems fueron repetidos), sugiere
que efectos de aprendizaje rápidos podrían subyacer al efecto beneficioso observado en los
consumidores habituales, indicando una mejor flexibilidad cognitiva o adaptabilidad a tareas o
problemas nuevos (Bouso et ál., 2013).

EFECTOS ADVERSOS Y TOXICIDAD DEL CONSUMO DE AYAHUASCA

Efectos cardiovasculares

En cuanto a efectos cardiovasculares producidos por la ayahuasca, se han observado


incrementos moderados de la presión arterial sistólica, diastólica y frecuencia cardiaca, a partir
de lo cual los autores concluyeron que esta sustancia posee únicamente un riesgo moderado
desde un punto de vista cardiovascular cuando es administrada a población sana. Sin embargo,
aunque estos incrementos fueron moderados, se debería tener presente la precaución en
aquellos casos de personas que padecen de patologías previas como hipertensión u otros
problemas cardiovasculares (dos Santos et ál., 2012; Riba y Barbanoj, 2005; Riba et ál., 2003).
Estos efectos son incluso más importantes si se tiene en consideración algunas de las
evidencias publicadas en los medios de comunicación sobre algunas muertes inexplicables de
personas que participaban en rituales de ayahuasca (dos Santos y Strassman, 2011).

Efectos gastrointestinales

Las náuseas y vómitos son los efectos adversos comunicados más frecuentemente en los
ensayos clínicos llevados a cabo sobre la administración aguda de ayahuasca (dos Santos,
2013a; dos Santos et ál., 2012; dos Santos et ál., 2011; Riba y Barbanoj, 2005; Riba, 2003). El
hecho de que se observe una reducción referente a la aparición de vómitos en estudios
llevados a cabo en condiciones controladas, como puedan ser laboratorios, puede ser debido
al proceso de encapsulamiento que se realiza tras el liofilizado, lo cual evita las conocidas
propiedades organolépticas tan desagradables propias de la ayahuasca. Además, la acción
IMAO del té y su efecto serotoninérgico probablemente también provoca el vómito puesto
que incrementa la estimulación vagal, mientras que el aumento de serotonina a nivel
periférico parece promover la motilidad intestinal y, por tanto, producir diarrea, siendo ésta
última otra de las reacciones adversas típicas de la ayahuasca (Callaway et ál., 1999). No
obstante, los diferentes grados de náuseas, vómitos y, ocasionalmente, de forma simultánea
también diarrea, son comunes en los rituales de ayahuasca. En general, estos efectos
purgativos son considerados positivos por los participantes de este tipo de ceremonias. In
Santo Daime, por ejemplo, el vómito y la diarrea son interpretados como un ritual de
“limpieza”, e incluso, uno de los nombres de origen Colombiano que recibe la ayahuasca es “la
purga” (dos Santos et ál., 2011; Labate y Jungaberle, 2011; Labate y MacRae, 2010; Shanon,
2002).

Efectos somatosensoriales

En la literatura también se hace referencia a una serie de efectos adversos que se han podido
observar en alteraciones que afectan, principalmente, a las sensaciones corporales, cambios
subjetivos en la temperatura corporal, parestesias, así como ciertas molestias estomacales,
entre otros (Riba et ál., 2003). No obstante, este tipo de efectos colaterales somáticos
inducidos por la ayahuasca son, generalmente, de tipo transitorio y no suelen producir
excesivas molestias, siendo incluso catalogadas por algunos individuos como agradables.

Efectos psicológicos

Riba et ál. (2001) informaron sobre un participante que experimentó una breve pero intensa
reacción de disforia (aproximadamente 20 minutos de duración), que cursó con desorientación
y sintomatología ansiosa, y que remitió tras apoyo verbal por parte de los experimentadores.
Asimismo, Riba y Barbanoj (2005) presenciaron en su estudio un caso de un participante que
informó haber experimentado sentimientos de suspicacia y amenaza, los cuales remitieron
trascurrido el tiempo estimado de efecto de la ayahuasca y, por tanto, no necesitando
intervención médica o psicológica. Por último, Riba y Barbanoj (2005) informaron que en sus
estudios nunca se observaron e

Efectos neuroendocrinos

En los estudios realizados por Callaway et ál. (1999) se evidenciaron incrementos con respecto
a los niveles basales en sangre de prolactina, cortisol y hormona del crecimiento (GH),
recogidos a los 60, 90 y 120 minutos desde la administración de ayahuasca.

Cuando en el estudio llevado a cabo por dos Santos et ál. (2011) estos efectos fueron
comparados con aquellos producidos por otras sustancias (como la d-anfetamina),
encontraron que la ayahuasca afectaba de forma significativa a los niveles de prolactina. No
obstante, ambas sustancias, ayahuasca y d-anfetamina, conseguían incrementar
significativamente de forma equiparable los niveles de cortisol.

Cuando se realizó el estudio contrastando los efectos de dosis repetidas, dos Santos et ál.
(2012) evidenciaron un impacto en los niveles no solo de cortisol y prolactina, sino también de
la hormona del crecimiento, efecto que no había sido detectado en los estudios previos
llevados a cabo por estos mismos autores.

Sin embargo, a diferencia de los niveles de cortisol y prolactina recogidos tras la segunda dosis
de ayahuasca, la hormona del crecimiento sufrió un descenso en sus niveles cuando estos
fueron comparados con la primera administración. Este fenómeno, según los propios autores,
podría ser explicado por el efecto de tolerancia por parte de esta hormona tras la
administración repetida de esta sustancia.

Efectos inmunológicos
La ayahuasca induce modificaciones a nivel de subpoblaciones de linfocitos (dos Santos et ál.,
2011; Bouso y Riba, 2011). De forma específica, se ha detectado que los porcentajes de células
CD4 y CD3 se ven disminuidos, mientras que el porcentaje de Natural Killers (NK) se
incrementa. Estos cambios, según lo evidenciado en los estudios, alcanzan su máximo
alrededor de las dos horas tras la ingesta de ayahuasca y se retorna a los niveles basales 24
horas después.

Así pues, los autores de estos estudios explican estas modificaciones inmunológicas como una
consecuencia probable de los incrementos que sufren los niveles de cortisol. Esto es, dicho
efecto es común cuando se han administrado otras sustancias como cocaína, cannabis,
alcohol, nicotina, opiáceos y anfetaminas.

Además, cuando posteriormente se estudió la tolerancia de estas variables inmunológicas a


partir de la administración de dosis repetidas de ayahuasca, los resultados indicaron la
inexistencia de dicho fenómeno para estas variables (dos Santos et ál., 2012).

Hasta el momento, ningún estudio ha demostrado o asegurado el posible impacto que estas
modificaciones agudas a nivel fisiológico puedan tener sobre la salud de aquellos usuarios de la
ayahuasca que la han consumido durante largos periodos de tiempo.

EFECTOS Y REACCIONES ADVERSAS A LARGO PLAZO

Teniendo en cuenta que la personalidad y la función neuropsicológica están reguladas en gran


medida por el córtex prefrontal, el estudio de la personalidad, el estatus psicopatológico y las
funciones neuropsicológicas en consumidores habituales y durante largos periodos de tiempo
es esencial para asegurar si el uso regular de la ayahuasca tiene algún tipo de impacto en la
salud, a todos los niveles, del consumidor.

En la literatura científica se pueden encontrar algunas revisiones sobre los posibles efectos
adversos a largo plazo que el consumo de ayahuasca en sus rituales pueda tener a nivel
fisiológico, psicológico, psiquiátrico y neuropsicológico (dos Santos, 2013a; Bouso y Riba, 2011;
dos Santos, 2010).

Estas revisiones han sugerido que no existe evidencia alguna de toxicidad fisiológica o
consecuencias psicológicas en aquellos usuarios habituales de esta sustancia, cuyo consumo ha
sido caracterizado de continuo durante años e incluso décadas en algunos casos. La incidencia
de psicopatología entre este tipo de consumidores de ayahuasca parece ser muy baja, aunque
sí existen algunos casos en los que se han descrito manifestaciones psicóticas que han
persistido más allá del tiempo esperado para los efectos típicos tras el consumo de ayahuasca
(dos Santos, 2013b).

Según dos Santos y Strassman (2011) y las revisiones disponibles en la literatura, este tipo de
incidentes psicóticos suponen menos de un 0.1% (0.052-0.096%) de lo casos, consiguiendo
resolver dicha sintomatología mediante la implementación de risperidona durante
aproximadamente un año. Así pues, si se tiene en cuenta el elevado riesgo de comorbilidad
con psicosis transitoria inducida por el consumo de sustancias, tanto la investigación como el
uso religioso de la ayahuasca debería ser contraindicado en aquellos casos con historia de
psicosis (dos Santos, 2013a).
De entre los escasos estudios que han tenido como objetivo principal la investigación de las
consecuencias a largo plazo de un consumo habitual de ayahuasca, cabe mencionar que los
datos disponibles son, en ocasiones, limitados y no se dispone de un tamaño muestral amplio
en la mayoría de los casos. Un estudio en el que se han evaluado funciones neuropsicológicas a
los consumidores crónicos es el realizado por Grob et ál. (1996).

En este caso se observó que aquellos sujetos que habían consumido ayahuasca puntuaron
significativamente mejor con respecto al grupo control en el recuerdo de palabras en una
prueba de aprendizaje (WHO-UCLA, Auditory Verbal Learning Test). También obtuvieron un
mejor rendimiento, aunque no significativo, en las pruebas que implicaban recuerdo
demorado y palabras recordadas después de implementar una interferencia, no existiendo
diferencias en la prueba de reconocimiento administrada.

No obstante, son gran mayoría los estudios que han podido concluir a partir de los datos
obtenidos que la ayahuasca no parece tener efectos evidentes a largo plazo (Da Silveira et ál.,
2005; DoeringSilveira et ál., 2005).

Uno de los estudios más recientes y más extensos en cuanto a la muestra utilizada (112
consumidores habituales de ayahuasca), concluyó que, contrariamente a las consecuencias
que acarrean otras drogas de abuso conocidas, el uso de forma ritual de la ayahuasca no
parece estar asociado con problemas psicosociales (Fábregas et ál., 2010) y, además, no se
encontraron evidencias de déficit neuropsicológico, así como tampoco trastornos de
personalidad o psiquiátricos en dicha muestra.

En resumen, aunque no se ha observado ningún efecto adverso hasta el momento, el impacto


potencial que pueda tener el consumo continuo de esta sustancia sigue siendo una cuestión
abierta a la investigación.

USO Y POTENCIAL TERAPÉUTICO- SIGO EN EL LINK MISMO

https://hambredeamor.com/wp-content/uploads/ayahuasca-estudios_compressed.pdf

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