El documento resume la primera parte del mito de Er el Armenio de Platón. Describe cómo las almas son juzgadas después de abandonar sus cuerpos y enviadas a uno de dos caminos, el cielo para los justos y la tierra para los culpables. Luego detalla el castigo de las almas culpables en el Tártaro a manos de seres terroríficos antes de que, doce días después, lleguen a una corte donde la Necesidad gobierna el destino del universo a través de un huso.
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El documento resume la primera parte del mito de Er el Armenio de Platón. Describe cómo las almas son juzgadas después de abandonar sus cuerpos y enviadas a uno de dos caminos, el cielo para los justos y la tierra para los culpables. Luego detalla el castigo de las almas culpables en el Tártaro a manos de seres terroríficos antes de que, doce días después, lleguen a una corte donde la Necesidad gobierna el destino del universo a través de un huso.
El documento resume la primera parte del mito de Er el Armenio de Platón. Describe cómo las almas son juzgadas después de abandonar sus cuerpos y enviadas a uno de dos caminos, el cielo para los justos y la tierra para los culpables. Luego detalla el castigo de las almas culpables en el Tártaro a manos de seres terroríficos antes de que, doce días después, lleguen a una corte donde la Necesidad gobierna el destino del universo a través de un huso.
El documento resume la primera parte del mito de Er el Armenio de Platón. Describe cómo las almas son juzgadas después de abandonar sus cuerpos y enviadas a uno de dos caminos, el cielo para los justos y la tierra para los culpables. Luego detalla el castigo de las almas culpables en el Tártaro a manos de seres terroríficos antes de que, doce días después, lleguen a una corte donde la Necesidad gobierna el destino del universo a través de un huso.
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En la primera parte del mito de Er el Armenio, esa leyenda
escatológica con la que finaliza La República de Platón, se ilustra
un plano inicial del periplo de las almas que han abandonado el cuerpo. En él se observa cómo la multitud es discriminada por unos jueces y sentenciada a transitar dos caminos, de hecho una Y griega: uno hacia el cielo, ordenado a los justos, otro que se introduce en la tierra que recibe a los culpables de injusticia. Se dice que el primero es un lugar de dicha y belleza, en tanto que en el segundo abundan los padecimientos. Se comenta aquí también que existe una proporción entre cada obra buena y cada obra mala, en tanto que las unas son recompensadas diez veces y las otras diez veces expurgadas. Se insiste en la maldad de la tiranía y se pormenoriza además que más gravemente sancionados son los delitos de impiedad con los padres o con los dioses y el homicidio a mano armada. El texto continúa detallando un poco más la situación de las almas que, encontradas culpables de injusticia, eran conducidas por el lugar subterráneo o Tártaro. Aquí refiere Sócrates que las almas son custodiadas en su expiación por seres terroríficos de aspecto ígneo que desuellan y desgarran con cardos a sus custodiados. Una vez que se ha concluido con la pena o la recompensa, las almas, según procede el mito, llegan (transcurridos unos doce días) a una corte fabulosa reunida entorno al huso de la Necesidad. El mito figura que por medio de este huso quedan concatenados en su movimiento los astros y el mundo sublunar en una armonía cósmica. Junto con la Necesidad aparecen otros personajes míticos: ocho sirenas acompañan con su canto la escena, mientras que las Moiras (Láquesis, Cloto y Átropos), presentadas aquí como hijas de la Necesidad (Ἀνάγκη), mantienen en movimiento el huso.