Clase N°1 La Naturaleza Pecadora Del Hombre
Clase N°1 La Naturaleza Pecadora Del Hombre
Clase N°1 La Naturaleza Pecadora Del Hombre
CLASE N°1 LA NATURALEZA PECADORA DEL HOMBRE (Admita que necesita la ayuda de Dios)
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la
muerte y fue así como la muerte pasó a toda la humanidad. Romanos 5:12
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la
muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron. Romanos 5:12
El pecado es cualquier acto contrario a las leyes que Dios estableció para el diseño y la
funcionalidad del género humano.
La consecuencia del pecado es la muerte, Romanos 6:23. (muerte física, muerte espiritual y
muerte eterna)
Juan 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más
las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Según este texto existe un castigo, que se llama condenación a los que no creen en la luz, que en
este texto está tipificando en Jesucristo el salvador del mundo, porque ciertamente el vino al
mundo, pero desde todos los tiempos el hombre ha amado las tinieblas, el pecado, lo malo, y de
esta forma sus obras se han contado como pecado, al igual que en este tiempo a medida que
amamos lo malo, nos alejamos de Dios.
Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros
pecados moriréis. Juan 8:24
Juan 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Si de corazón llegas a creer en Jesucristo el Hijo de Dios, no serás condenado, pero si no crees
estás bajo condenación, porque no has creído en el único Hijo de Dios.
Debes admitir que necesitas la ayuda de Dios, porque separado de él, y sin creer en él estas bajo la
condenación, pero si crees en el Hijo de Dios, será salvo de la condenación del mundo.
2 corintios 5:17 De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
1 Juan 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas
cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis
vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
1 Juan 1: 7-10 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados,
él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no
hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Por haber cometido pecado nos encontramos bajo la sentencia de muerte. Las personas creen que
pueden ganarse el favor de Dios simplemente haciendo su mejor esfuerzo para cumplir reglas de
su religión o simplemente siendo buenas personas esta es la creencia universal. La verdad es que
nada podemos hacer para llegar a ser aceptables a los ojos de Dios.
Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
Gálatas 2:16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y
no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Tito 3:4-7 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los
hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por
su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Por eso vino Jesús, para hacer el sacrificio en la cruz y llevarnos a la reconciliación con el Padre.