TEMA 2 - ¡Ánimo! Levántate. Te Está Llamando

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TEMA 2 – ¡Ánimo! Levántate.

Te está llamando

Antes de iniciar es importante que leas las siguientes instrucciones:

- Lo que se quiere con este material es que puedas meditar en casa el


Evangelio antes de participar en la reunión que tendremos.
- Procura ubicar un momento del día en el que puedas sentarte con
tranquilidad a hacer este ejercicio. También que encuentres un espacio
dentro de casa o en algún otro lugar en donde puedas concentrarte, que
no te distraigas.
- Recuerda que a través de este ejercicio Dios mismo es quien te va
hablar al corazón, ¡Vas a escuchar la voz de Dios en tu interior! Por
tanto prepárate interiormente, déjale hablar.

Para iniciar

Hagamos una pausa ¡Detente!:

- Toma conciencia de lo que vas a hacer: vas a escuchar a Dios, Dios te


va a hablar. Puedes cerrar por un momento tus ojos y permanecer en
silencio.
- Puedes hacer una oración pidiendo que sea el Espíritu Santo quien te
dirija en ese momento.
- Vuelve a la pausa, detente a escuchar.

Ahora lee el Evangelio

Ahora vas a leer con devoción y reverencia el Evangelio:

- No es un libro cualquiera, ¡es la Palabra de Dios!


- Léelo muy despacio, no tengas ninguna prisa. Lo importante es que
captes lo que intenta decirte.
- Si lo lees despacio, muchas palabras de Jesús que has escuchado
tantas veces de forma rutinaria empezarán a tocar tu corazón.
- En esta lectura fíjate sobre todo en Jesús. Capta bien qué es lo que dice
y qué es lo que hace. Graba en tu corazón sus palabras y su estilo de
vida. De él aprende a vivir.

Si estás listo, lee con el corazón el texto del Evangelio.


Marcos 10,46-52

Llegaron a Jericó. Más tarde, cuando Jesús salía de allí


acompañado por sus discípulos y por bastante gente, el hijo de
Timeo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al
camino. Cuando se enteró de que era Jesús el Nazareno quien
pasaba, se puso a gritar:

—¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!

Muchos lo reprendían para que callara. Pero él gritaba todavía


más fuerte:

—¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Jesús se detuvo y dijo:

—Llamadlo.

Llamaron entonces al ciego, diciéndole:

—Ánimo, levántate, que te llama.

Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús,


dirigiéndose a él, le dijo:

—¿Qué quieres que haga por ti?

El ciego le contestó:

—Maestro, que vea.

Jesús le dijo:

—Vete, tu fe te ha salvado.

Y al momento recobró la vista y le seguía por el camino.


Después de leer el Evangelio

Una vez que has terminado de leer el Evangelio, vas a profundizar en el


mensaje que contiene:

- Puedes volver a leerlo cuantas veces sea necesario, esos sí, léelo
despacio y con calma.
- Puedes responder estas preguntas en alguna hoja o cuaderno, para que
luego compartas tu experiencia en la reunión.

Ahora vamos a responder algunas preguntas con las que vamos a prepararnos
para la reunión:

1. Situación de Bartimeo. Los discípulos y la gente se mueven


acompañando a Jesús. Solo Bartimeo permanece inmóvil y al margen.
¿Con qué rasgos lo describe Marcos? ¿Qué nos dice la figura de este
mendigo ciego, sentado junto al camino?

2. Actuación del ciego. Observa cómo reacciona ante la cercanía de Jesús.


¿Cómo se puede «enterar» un ciego de que Jesús pasa junto a él?
Según el relato, el ciego se puso a «gritar»: ¿es lo mismo rezar que
gritar? ¿Qué sientes ante el grito del ciego? ¿Has sentido alguna vez la
necesidad de gritar algo parecido?

3. Reacción de Jesús. ¿Por qué se detiene? ¿Qué es lo importante para


él? Los que antes querían marginar al ciego ahora le llevan la Buena
Noticia de Jesús, ¿qué es lo que le dicen? ¿No necesitamos escuchar
algo de eso?
4. Respuesta del ciego. Marcos describe los pasos que da el ciego para
encontrarse con Jesús. ¿Los podemos señalar? ¿Qué podemos
destacar en su actuación? ¿Su fe para acoger lo que le anuncian de
parte de Jesús? ¿Su prontitud para liberarse de lo que le estorba? ¿La
valentía de su «salto», a pesar de moverse todavía en la oscuridad? ¿Su
necesidad de entrar en contacto con Jesús? ¿Necesitaremos hacer algo
de esto para encontrarnos con Jesús?

5. «¿Qué quieres que haga por ti?». Jesús solo piensa en el bien del ciego.
Cuando te relacionas con Jesús, ¿es eso lo primero que escuchas de
él? ¿Qué imagen tienes de Cristo? ¿La de alguien que solo piensa en
exigirnos? ¿Alguien que busca ayudarnos a vivir de forma más sana y
plena?

6. «Maestro, que vea». El ciego sabe lo que necesita. ¿Ya lo sabes tú?
¿Es importante lo que pide? ¿Por qué?
7. La curación. ¿Qué nos parece lo más importante en este relato? ¿La
curación que ocurrió hace dos mil años en las afueras de Jericó? ¿La
transformación de Bartimeo en seguidor de Jesús? ¿La transformación
que Jesús puede operar en nosotros?

Para finalizar

Da gracias a Dios por este momento, concluye con una oración. Responde a la
Palabra de Dios que has recibido.

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