El Salto Del Tequendama - Leyenda Colombiana

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EL SALTO DEL TEQUENDAMA – LEYENDA COLOMBIANA

La leyenda
del Salto del
Tequendama
se origina
cuando en
la antigü edad
Chibchacum se
ofendió porque
su pueblo aceptó malos
consejos de Huitaca, porque
el pueblo dejo de ofrendarle
y se indignó contra
los bacataes, porque ya casi
todos murmuraban de él
y le ofendían siempre. Enfadado
hasta el fin decidió
acumular muchas aguas y
trajo de otras partes los ríos
Sopó y Tibitó , que creciendo
rá pidamente anegaron
la sabana hasta inundarla
totalmente. Las sementeras
y labranzas se echaron
a perder; la gente, que por
entonces era numerosa, co-
menzaron a sufrir las calamidades del hambre y
enfermedades. Reunidos sacerdotes y
caciques, se decidió dar noticia del terrible suceso al dios
Bochica,
para clamar sus bondades y favores. Pasaron muchos
días con sus
noches llenos de clamores, sacrificios y ofrendas, hasta
que por
fin, una tarde, mientras reverberaba el sol en el aire, se
hizo
presente el arco iris en medio de un ruido ensordecedor,
que a todos hizo estremecer. Sobre la hermosa
policromía
del arco se erguía majestuosa la figura del Dios Bochica,
con una vara de oro en su mano. Había escuchado las
sú plicas,
se había condolido de los bacataes. Arrojó entonces
la vara de oro, que traía en su mano, hacía el
Tequendama;
las peñ as rocosas se abrieron, como cortadas por afilada
espada, las aguas se precipitaron dando origen al salto,
hoy llamado Tequendama. La sabana quedó desinundada.
Bochica tuvo a bien no secar los ríos Sopó y Tibitó , pues
sabía que serían al futuro de gran utilidad, para regar los
cultivos en épocas de aguas escasas. El pueblo jubiloso
empezó a gritar y a adorar el nombre de Bochica,
quien, decidió , castigar a Chibchacum, condená ndolo
a cargar la tierra sobre los hombros, que hasta ese
día era cargada por cuatro guayacanes gigantes.

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