Neoclásico Axel Corregido

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Escuela Neoclásica

(material de estudio)

Axel Kicillof*

Diciembre 1999

*
Este trabajo incorpora los frutos de las incontables discusiones que colorearon la actuación conjunta en
la tarea docente con el Lic. Guido Starosta entre los años 1998 y 2000 en los cursos del Dr. Pablo Levín y
del Dr. Miguel Teubal, quienes siempre nos dieron espacio para desarrollar nuestras ideas propias.

1
Tabla de contenidos

1. INTRODUCCIÓN 4
1.1 Nota aclaratoria 4

1.2 Surgimiento de la escuela neoclásica 6

2. Cuestiones generales acerca de la determinación


del nivel del salario y el nivel de empleo en la teoría
neoclásica 7
2.1 La concepción del mercado de la Escuela Neoclásica 7

2.2 De la conducta individual al mercado 10

3. La teoría del productor como explicación de la


demanda de trabajo 11
3.1 La maximización de beneficios como objetivo del
productor 12

3.2 El motivo del productor: el beneficio. 14

3.3 La restricción tecnológica: la función de producción 15

3.4 Solución gráfica del problema del productor 16

3.5 Solución analítica 17

3.6 Ejercicio de estática comparativa 1 (cambio en el precio)


17

3.7 Derivación de la función de oferta de producto de la


empresa 18

3.8 Ejercicio de estática comparativa 2 (cambio en el salario)


19

3.9 Derivación de la curva de demanda de trabajo 19

3.10 Contenido intuitivo de la teoría del productor 19

2
4. La teoría del consumidor como explicación de la
oferta de trabajo 22
4.1 Introducción 22

4.2 Maximización de la utilidad, sujeta a la restricción


presupuestaria 22

4.3 La restricción de presupuesto: lo que el individuo puede 23

4.4 Las preferencias (satisfacción en el consumo): lo que el


individuo quiere 23

4.5 Función de Utilidad 24

4.6 Solución gráfica al problema del consumidor 25

4.7 Solución analítica 26

4.8 Solución intuitiva 27

4.9 Estática comparativa 30

4.10 La curva de demanda de un bien 30

4.11 Un caso particular del problema del consumidor: la


derivación de la oferta de trabajo 31

5. El Mercado de Trabajo 33

APÉNDICE: Representación gráfica, repaso 36


A.1 Ecuación de la recta 36

A.2 Pendiente de una recta, pendiente de una curva 37

3
1. Introducción

1.1 Nota aclaratoria

En la presente sección no se pretende realizar una exhaustiva exposición del


pensamiento neoclásico; tampoco se formulará una completa crítica de sus
fundamentos, método y conclusiones. El propósito es más modesto: se trata de proveer
una buena reseña de las nociones elementales propias de la doctrina ortodoxa. Nos
limitamos a exponer únicamente aquellos elementos imprescindibles para captar el
alcance de la crítica que efectúa John Maynard Keynes, a la que estará dedicada la
siguiente sección. Estos contenidos no difieren de los que se estudian, con un grado de
rigurosidad y amplitud mayor, en un curso de microeconomía convencional.
Este capítulo también se distingue de los anteriores en lo referente al enfoque
adoptado. En los precedentes la exposición se basó fundamentalmente en los escritos
originales de los autores más relevantes. Aquí, en cambio, se recurrirá a los manuales
contemporáneos de uso más frecuente. La escuela que expondremos así lo permite, ya
que en general los conceptos fundamentales gozan dentro de esta corriente de
aceptación casi unánime. Hay consenso entre los historiadores del pensamiento
económico acerca del hecho de que la teoría neoclásica no ha evidenciado avances
relevantes en los aspectos más básicos de la misma, desde que se produjeron los aportes
originales de los "padres fundadores" de esta corriente. Casi todos los desarrollos
posteriores consisten en mejoras en la rigurosidad, "elegancia" y complejidad de la
formalización matemática del modelo. Además, al tratarse de formalizaciones
matemáticas, la diferencia entre autores se encuentra principalmente en la notación y en
la forma elegida para la representación gráfica. Es por eso que preferimos adoptar el
enfoque moderno, de mayor simplicidad y generalidad. En efecto, la escuela neoclásica
considera a su objeto de estudio (el aspecto económico del comportamiento humano en
general como algo ahistórico e inmutable, por lo que plantea su propio desarrollo, al
estilo del positivismo, como un proceso evolutivo en el que cada formulación mejora y
complementa la anterior. Se consuma así la completa naturalización del modo de
producción capitalista.

4
En la actualidad el pensamiento neoclásico es el dominante en los ámbitos
académicos, de ahí que se lo denomine también la ortodoxia o mainstream (corriente
principal). Es también clara su influencia sobre la práctica política y los dogmas
ideológicos del denominado pensamiento neoliberal.
Como mencionáramos recién, tampoco se ensayará en las próximas páginas una
crítica interna a esta teoría, crítica que en su mayor parte se encuentra contenida en el
capítulo anterior. Aquellas contradicciones y limitaciones que Marx señalara como
propias de la economía política clásica se aplican, y en mayor medida, al pensamiento
neoclásico. A continuación y a modo de gozne con las secciones anteriores, señalamos
seis aspectos tomados del texto de Screpanti y Zamagni en los que el sistema
neoclásico se distancia de la economía política clásica y su crítica marxiana (Screpanti,
1995, p. 147 y siguientes). Esta comparación sólo se propone como una guía en la que
la relación entre las diferentes escuelas se presenta exteriormente.
1. La problemática se centra en la asignación eficiente de una cantidad dada de
recursos entre sus usos alternativos. Se abandona así el interés por el desarrollo
económico característico de la escuela clásica. El concepto clave es entonces el de
equilibrio.
2. Se adopta un enfoque utilitarista, según el cual el comportamiento humano puede
reducirse a un principio universalmente válido: el cálculo racional dirigido a la
maximización de la utilidad (satisfacción).
3. Se postula la vigencia de el llamado principio de sustituibilidad, que se encuentra en
directa contradicción con el pensamiento clásico. Para asegurar la posibilidad de
elección tanto del productor como del consumidor, se supone que en el consumo los
bienes son siempre reemplazables los unos por los otros; lo mismo ocurre con los
“factores” en el proceso productivo.
4. La unidad económica es el agente individual, productor - empresa o consumidor -
familia. Se trata de la unidad ya que es capaz de tomar decisiones de forma
autónoma e independiente. La escuela neoclásica se distancia de sus predecesoras,
ya que tanto los mercantilistas como los fisiócratas, los clásicos y Marx
consideraban a la sociedad capitalista como dividida en clases sociales. (NO
CLASES SOCIALES)

5
5. La economía es equiparada a las ciencias naturales, particularmente a la física. De
esta manera se pasa por alto el carácter histórico de las leyes económicas. Al
caracterizar a la economía como una ciencia cuyo problema fundamental es la
escasez, las leyes y categorías se postulan como de validez universal. "Para que esto
tenga sentido, es necesario remover a las relaciones sociales del campo de la
economía, exorcizándolas como si se trataran de supersticiones, una pérdida de
tiempo" (Screpanti Zamagni, 1995). Esta necesidad los lleva a tratar como genéricas
a categorías como el capital, el interés, el empresario, el salario, propias del sistema
capitalista.
6. Se abandona definitivamente la teoría del valor trabajo.

1.2 Surgimiento de la escuela neoclásica

El pensamiento neoclásico tiene su origen en la llamada revolución marginalista,


que tuvo lugar en las décadas de 1870 y 1880. Las contribuciones más importantes se
deben a tres obras que ven la luz casi simultáneamente: La teoría de la Economía
Política (1871) de William Stanley Jevons; los Principios Fundamentales de Economía
Política (1871) de Carl Menger; y los Elementos de Economía Política Pura (1874) de
Léon Walras.
La peculiaridad de esta revolución en el seno de la teoría económica es que sólo tuvo
lugar una década después de la publicación de sus obras fundacionales. Entre los
redescubridores se puede mencionar a Marshall, Edgeworth y Wicksteed en Inglaterra,
Wieser y Böhn-Bawerk en Austria, Pantaleoni en Italia y Cassel y Wicksell en Suecia.
En los siguientes 30 años la teoría se refina y generaliza, enterrando al antiguo sistema
clásico unificando la jerga, el método y el objeto propio de la escuela neoclásica que
conquista así la supremacía (Screpanti, 1995).

6
2. Cuestiones generales acerca de la determinación
del nivel del salario y el nivel de empleo en la teoría
neoclásica

El objetivo de las páginas siguientes es exponer brevemente la porción de la teoría


neoclásica (Keynes la denomina clásica) relevantes para la determinación del nivel de
empleo. Resumidamente, y adelantando resultados, la teoría neoclásica sostiene que
tanto el salario real (precio del trabajo) como el nivel de empleo (cantidad de
trabajadores empleados) se determinan autónomamente, sin intervención consciente de
agente económico alguno - ni del gobierno- en el mercado de trabajo. Para la economía
neoclásica, éste es un mercado análogo al de cualquier otro bien. Lo mismo puede
decirse del mercado de activos, en los que se determinan precio (tasa de interés) y
cantidad (capital) de equilibrio. Los mercados de bienes, capital y trabajo son
equiparables.
Para comprender el funcionamiento del mercado neoclásico de trabajo, es
conveniente describir primero la representación del funcionamiento del mercado de un
bien cualquiera para luego, por analogía, “construir” el mercado de trabajo.

2.1 La concepción del mercado de la Escuela Neoclásica

Para los economistas neoclásicos, el mercado es un mecanismo autorregulado en el


que interactúan oferentes y demandantes, donde el resultado de esta interacción es hacer
que aquél siempre “tienda” automáticamente hacia posiciones de equilibrio. Según la
definición extraída de un libro de texto, el mercado se considera “conjunto de
mecanismos mediante los cuales los compradores y los vendedores de un bien o servicio
están en contacto para comerciarlo” (Fisher y Dornbush). Estos demandantes no son
otra cosa que los consumidores, cuya conducta en el mercado puede representarse
mediante la curva de demanda que indica cuánto están dispuestos a adquirir a cada nivel
de precios. Por su parte, el comportamiento de los productores se encuentra implícito en
la curva de oferta.
Ahora bien, si estas conductas pueden representarse matemáticamente a través de las
curvas de oferta y demanda, las características de éstas representaran entonces la forma

7
del comportamiento de los agentes en el mercado. ¿Cuáles son, entonces, estas
características? En primer término, la curva de demanda tiene pendiente negativa. Esta
afirmación es aceptable aun intuitivamente, ya que lo único que implica es que ante un
aumento en el precio de un bien, la cantidad demandada disminuye. La curva de oferta
tiene, en cambio, pendiente positiva. Representa el comportamiento del productor que
incrementa la cantidad producida toda vez que el precio de mercado de su producto
aumenta, maximizando así su beneficio.
La intersección de la curva de oferta con la de
p S
demanda, determina simultáneamente el precio
p1
y la cantidad de equilibrio.
p*

qd q* qS q

Si observamos el gráfico vemos que para todo nivel del precio, queda determinada una
cantidad ofrecida (sobre la curva de oferta) y una cantidad demandada.
Tomando un precio arbitrario, por ejemplo p1, vemos que la cantidad ofrecida (qs) es
mayor que la demandada (qd). De las infinitas combinaciones entre precio y cantidad,
hay sólo una en que la curva de oferta coincide con la de demanda. La intersección entre
ambas curva se llama punto de equilibrio. En el punto de equilibrio (q*,p*) la cantidad
ofrecida es igual a la demanda.
Hasta aquí la presentación de la representación matemática del mercado. Pero, ¿qué
hay por detrás de estas curvas? Es decir, ¿cuál es su significado? Básicamente, se
supone que las curvas de oferta y demanda reflejan la actividad en el mercado de
agentes individuales que toman decisiones racionales en forma aislada, esto es, en
ausencia total de coordinación previa. Estas curvas, entonces, se obtienen estudiando el
comportamiento de los agentes (productor y consumidor), donde cada punto implica una
conducta optimizadora. En las próximas secciones describiremos de qué forma la
economía neoclásica describe el comportamiento de oferentes y demandantes. Basta
aquí con aclarar que la racionalidad de estos agentes (la cual está postulada, es decir, es
un supuesto del "modelo" a partir del cual los neoclásicos representan la economía) está
definida en términos de que productores y consumidores “hacen lo mejor posible dado
lo que tienen (las restricciones a las que se enfrentan)”. Desde la perspectiva del

8
consumidor, la curva de demanda indica cuánto planea consumir el demandante para
cada nivel de precios para obtener la máxima satisfacción posible. Por su parte, la curva
de oferta muestra cuánto planea ofrecer el productor a cada nivel de precios de modo de
obtener el máximo beneficio monetario posible. Estas curvas, entonces, reúnen los
planes óptimos de producción y consumo.
Podemos, a partir de las definiciones, dar así un nuevo significado al punto de
equilibrio (q*,p*): es el único punto donde se cumplen simultáneamente los planes de
oferentes y demandantes. Sólo allí sus decisiones resultan consistentes. A ese nivel de
precios todo el que quiere vender, lo hace en la cantidad que desea, y todo el que quiere
comprar, compra. Es así que si todos los mercados se encuentran en equilibrio, reina la
armonía, ya que nadie es privado de la posibilidad de hacer lo mejor posible. La escuela
neoclásica intenta demostrar dos cosas. En primer lugar, que ese punto de equilibrio,
desde esta perspectiva tan atractivo y deseable, existe. En segundo lugar, que hacia ese
punto marchan inexorablemente el precio y la cantidad, sin intervención consciente del
hombre.
En efecto, en el punto p1 que mencionáramos, el hecho de que la cantidad ofrecida
sea mayor a la demandada desencadena un proceso de ajuste hacia el equilibrio. Cuando
lo que se ofrece es mayor que lo que se demanda, el precio tiende a bajar, ya que se
registra un exceso de oferta. Lo contrario sucedería si el precio fuese menor al de
equilibrio. El exceso de demanda pondría en marcha un movimiento ascendente del
precio.
El único punto estable, en el que no hay Exceso de
p S
incentivos para incrementar ni disminuir el oferta
p1
precio, donde no existen excesos de oferta ni de
p*
demanda, es el de equilibrio.
p2 Exceso de D
demanda
q* q

9
Para la economía neoclásica, entonces, el mercado es un mecanismo automático que
conduce a la humanidad hacia el mejor de los mundos posibles, el del equilibrio y la
armonía, un mundo en el que todos pueden hacer lo mejor para sí mismo, esto es,
optimizar. La persecución del interés egoísta por cada individuo conduce a una posición
deseable desde el punto de vista social.1
Simplificando –sólo levemente- el argumento neoclásico: si el mercado ajusta sólo, se
sigue que el Estado debe mantenerse al margen del proceso, o sea, la mejor
"política económica" es el laissez faire. Todo intento de intervenir tiene por
resultado inexorable el desequilibrio. En cualquier otro punto, hay quienes no
pueden actuar libremente, ejerciendo su “derecho” a optimizar.

2.2 De la conducta individual al mercado

La construcción teórica ortodoxa reconstruye el funcionamiento de los mercados


utilizando como punto de partida al agente individual – el mercado reúne al productor y
al consumidor. Como ya señalamos, la racionalidad de cada agente pasa por tomar
decisiones óptimas de producción y consumo. A partir del análisis de la conducta
individual se obtienen la curva de oferta y de demanda individuales para un producto.
Para construir la oferta y demanda de mercado (total) para ese producto, se procede por
la vía de la agregación, es decir, sumando las cantidades que cada uno de los agentes
ofrecerá (o demandará) para cada nivel de precios.
Para llegar a esas curvas agregadas debemos, primero, estudiar los dos pilares de la
teoría microeconómica neoclásica: la teoría del productor (a partir de la cual se llega a
la oferta) y la del consumidor (base de la demanda).

1
Es fácilmente demostrable que el equilibrio del mercado competitivo (es el que describimos) es óptimo
en sentido de Pareto, es decir, no hay forma de beneficiar a alguien sin perjudicar a otro. La teoría
neoclásica condena a los mercados monopólicos por el simple hecho de que no son eficientes en sentido
de Pareto. Nuevamente esta forma de calificar a un mercado es defendible desde el sentido común.

10
3. La teoría del productor como explicación de la
demanda de trabajo

Para los neoclásicos, son las empresas las encargadas de tomar las decisiones acerca
de qué, cómo y cuánto producir. Para esto, contratan “factores de la producción”, uno de
los cuales es el trabajo. Los tres factores de la producción –tierra, trabajo y capital-
contribuyen igualmente al proceso de “valorización”, que se considera
apologéticamente como sinónimo de la producción de bienes o valores de uso. Es claro
que si estos autores no distinguen la producción de valores de uso de la producción de
mercancías (productos del trabajo que poseen una doble forma, la forma de valor de uso
y la forma del valor), jamás podrán distinguir al interior del proceso de producción de
esas mercancías su carácter genérico de proceso de trabajo (donde efectivamente, los
tres factores de la producción “contribuyen” a la creación del producto) de su carácter
específico de proceso de formación de valor (cuya sustancia generadora es el trabajo
humano abstracto). Y mucho menos su carácter de proceso de valorización del capital,
es decir, de un proceso de producción de mercancías que encierran un plusvalor.
Sea como sea, lo cierto es que de esa indistinción los neoclásicos concluyen que cada
factor recibe por su participación una remuneración. El propietario de la tierra es
retribuido con renta, el del capital con beneficio (ganancia, interés) y el trabajador con
salario. La teoría neoclásica deriva de su análisis la magnitud del salario, de la renta y
del capital. El resultado será que cada factor recibe un ingreso igual a su contribución al
producto. ¿Cómo medir esa contribución? Según la medida del producto marginal de
ese factor, el cual se define como el incremento en la cantidad producida (física)
atribuible al aumento en una unidad de la cantidad utilizada de ese factor. El producto
marginal del trabajo muestra cuánto aumenta la producción al contratar una unidad más
de trabajo (vgr. un obrero).
Ahora bien, ya sabemos que el objetivo del empresario es obtener el máximo
beneficio posible. Para hacerlo contrata unidades de cada factor hasta el punto en que su
remuneración es exactamente igual al ingreso adicional que genera, es decir, el valor del
producto marginal. Hasta aquí la explicación marginalista acerca de cómo las cosas son.
Pero algunos autores explícitamente (y la mayoría de los otros, implícitamente) intentan

11
derivar de este análisis, la argumentación de que las cosas tal como son en el mercado
por el “curso natural” de la producción material de valores de uso en condiciones de
escasez, coinciden con el deber ser respecto de la distribución del ingreso entre los
propietarios de los diferentes factores de producción. Históricamente fue John Bates
Clarke el primero en utilizar el aparato teórico marginalista para justificar moralmente
los resultados distributivos que brotan del libre juego de las fuerzas del mercado.
Efectivamente, si se demuestra que la remuneración de cada factor de la producción es
igual a su producto marginal se estará afirmando que cada cual recibe a cambio de su
aporte lo estrictamente “justo”2, es decir, el “valor” económico (salario) de su
contribución física (producto marginal) al proceso productivo. Si al optimizar el
empresario iguala el salario real al producto marginal, y esta constituye una
remuneración “justa” desde el punto de vista económico, ya que a cada uno es
retribuido según su contribución, entonces, nuevamente, nadie debe intervenir en el
proceso de fijación de salario y de contratación de mano de obra. Si se busca no
perturbar el proceso económico, el único caso en el que se puede otorgar una
incremento salarial es cuando se incrementa la productividad del trabajo. Un ejemplo de
la transformación de esta “ley económica” en un principio jurídico es la ley de
convertibilidad que impide todo incremento salarial que no acompañe incrementos en la
productividad del trabajo. Por supuesto, en este argumento queda sin explicar cuál es la
alquimia que permite transformar mágicamente la participación en el proceso de
creación de valores de uso en la contribución a la formación del valor que se distribuye
en la forma de ingresos monetarios.

3.1 La maximización de beneficios como objetivo del


productor

Como ya se mencionó, para describir la conducta del productor, postulado como


agente racional hay que supone que éste hace lo mejor posible con las restricciones que
tiene. En otras palabras, el análisis del comportamiento del productor tiene dos
elementos: lo que éste quiere y lo que este puede. Por supuesto, la conducta óptima es la
que articula de la mejor manera posible ambos elementos. Respecto del primero de
2
Si bien la teoría neoclásica no recurre a esta noción de justicia explícitamente, es claro, aun desde una
perspectiva intuitiva que cuando cada cual recibe una remuneración idéntica a lo que aporta, el cambio es
aceptable.

12
ellos, ya sabemos que el productor contrata insumos (factores) en el mercado para
transformarlos en productos persiguiendo el objetivo de maximizar beneficios. Los
marginalistas suponen, además, que el productor actúa en un mercado de competencia
perfecta. Esto quiere decir fundamentalmente tres cosas:
 En primer lugar, implica que tanto el precio del producto como el de los
insumos son para él un dato. Es el caso de un pequeño productor (por ejemplo
un quintero de la provincia de Buenos Aires) que al concurrir al mercado
central no fija el precio de su producto, sino que lo toma “del mercado”. Al
precio vigente en el mercado puede colocar la cantidad que desee de
producto, sin que ese precio varíe. Lo mismo le ocurre cuando contrata un
peón, cuya remuneración es la que fija el mercado.
 El producto de todos los productores debe ser absolutamente indistinguible,
homogéneo.
 La tecnología está disponible para todos los agentes.
En otras palabras, la competencia perfecta o pura implica entonces que el productor
no puede influir sobre el precio, esto se debe a que la cantidad máxima que puede llevar
al mercado es mínima con respecto al total que se negocia. La teoría neoclásica fue
fuertemente cuestionada, aun desde sus propias filas, por adoptar este supuesto 3. La
defensa usual consiste en afirmar que si bien esta situación no describe la realidad,
constituye un punto de partida razonable, ya que se estudia al fenómeno en su pureza
para luego “levantar” los supuestos uno a uno y analizar cuál es el resultado.
Por su parte, las restricciones a las que se enfrenta son básicamente dos:
 Su tecnología
 Los precios de mercado
A continuación, describiremos la versión más simple de la teoría, que es aquélla en la
que el productor produce un solo producto (y) a partir de un único insumo (x). Todos
los resultados a los que arribemos son generalizables para n insumos. El significado de
la teoría no se ve alterado y la diferencia consiste en que sólo se agrega complejidad
matemática.
3
Entre los que manifestaron su disconformidad con esta representación del proceso de fijación de precios,
se destaca el economista polaco Michal Kalecki, que afirma que para las empresas manufactureras, de
estructura oligopólica o monopólica, el precio se fija aplicando un margen sobre el costo unitario (mark-
up). La teoría neoclásica generó modelos de competencia “imperfecta” a partir de los aportes de Kalecki,
la escuela de Cambridge (J. Robinson) y algunos marxistas (Sweezy) .

13
3.2 El motivo del productor: el beneficio.

El beneficio () está definido como la diferencia entre el ingreso (I) y el costo (C).
Los ingresos se obtienen como el producto del precio (p) por cantidad de producto (y).
Los costos surgen de la multiplicación entre la cantidad de insumo que contrata (x) y su
remuneración por unidad (w). Matemáticamente podemos expresarlo de la siguiente
forma:
 = I - C = p.y - w.x

y Pend = w/p

1/p

2/p

x
Reordenando, expresamos a la función de beneficio como la ecuación de una recta :
y = /p + w/p x (como si y dependiera de x) 4.
A continuación, graficamos las rectas de isobeneficio. Estas son rectas que unen
puntos cuyo significado está dado por ser distintas combinaciones insumo y producto
que rinden el mismo nivel de beneficio. Para ello se toma un nivel de beneficio
arbitrario 1 y se grafica las combinaciones de insumo y de producto que arrojan igual
beneficio (1). La ordenada al origen de las rectas de isobeneficio es /p. Su pendiente :
w/p5. Si la cantidad de insumo contratada fuera nula (x=0), el beneficio sería igual a los
ingresos (=p.y). La ordenada al origen es igual a 1/p, que es el nivel de producto que
habría que vender para obtener un beneficio 1 si x fuera igual a 0. Si contratáramos una
unidad más de insumo y no se incrementara el producto, el beneficio disminuiría. La
pendiente de las rectas de isobeneficio es positiva ya que para mantener constante el
beneficio cuando se incrementa x hay que aumentar las ventas del producto final (y).
Por otra parte, para distintos niveles de beneficio (1, 2) las rectas de isobeneficio
4
Para repasar la ecuación de la recta y el significado de la pendiente y la ordenada al origen, recurrir al
apéndice I.
5
Recurriendo al artilugio de la agregación mencionado más arriba, los neoclásicos consideran que y es
una “mercancía agregada” y que p es el índice del nivel de precios de una canasta de bienes de consumo
representativo. Si además suponemos que w es el salario promedio de la industria, podemos decir que w/p
es el salario real.

14
tienen igual pendiente, ya que w/p no se modifica. A mayor beneficio, mayor ordenada
al origen, de modo que cuanto más arriba esté la recta, mayor beneficio representan las
combinaciones (x,y) que reúne. Finalmente, recordemos que p y w se suponen dados : el
productor no puede modificar los precios de mercado.

3.3 La restricción tecnológica: la función de producción 

La función de producción es la forma en que la


y
empresa puede transformar insumo x en producto y. y=f(x)
y2

y1
Pend. = PM

x1 x

Su expresión matemática es y=f(x) (expresión más simple de la función de producción,


donde la cantidad de producto y es función de la cantidad de un único insumo x que
contrato)
Para la escuela neoclásica la función de producción es una “caja negra”, ya que
ingresa una cantidad de insumo x e instantáneamente se arroja una cantidad de producto
y. Es una descripción del proceso productivo, del proceso de transformación material,
que, en realidad, prescinde de él. Todo ocurre en el mercado, el productor adquiere
insumo y obtiene producto como si entre ambas operaciones no mediara el tiempo y
menos aún una esfera en la que se entablan relaciones sociales distintas a las vigentes en
el mercado. Es como si toda relación social ocurriera en la esfera de la circulación de
mercancías. En tanto proceso puramente material que no es visto como soporte de una
forma específicamente social del proceso de producción, se lo considera como sujeto a
relaciones meramente técnicas. Por lo tanto, sostendrían los neoclásicos, no es
incumbencia de los economistas investigar lo que sucede dentro de ese proceso. El
penetrar dentro de esa “caja negra”, corresponde a los ingenieros industriales.
Básicamente, la función de producción es una forma de representar la tecnología :
cuál es la máxima cantidad de producto que se puede obtener con cada nivel de insumo.
Su lectura es simple, contratando una cantidad x1 de insumo obtengo una cantidad y1 de
producto. Si se grafica una curva más alta, se está representando un “avance

15
tecnológico” ya que con las misma cantidad de insumo se obtiene una cantidad mayor
de producto y2. La forma particular de esa relación entre insumo y producto no es algo
relevante para el análisis neoclásico. La única propiedad que aparece como requisito es
que toda función de producción cumple con la denominada ley de los rendimiento
marginales (finalmente) decrecientes. Esto significa lo siguiente:
 Cada unidad de adicional de insumo incrementa el nivel de producto, pero cada
vez en menor medida.
 Se trata de una generalización del análisis de Ricardo para la producción
agrícola. Cada parcela adicional de tierra que se utilice tiene un rendimiento
menor que la anterior.
 Se define como producto marginal  al aumento del producto ante el incremento
en una unidad en la cantidad utilizada de insumo (PMx)
 Es equiparable al concepto matemático de derivada (parcial): la derivada de una
función indica cómo varía la función ante un pequeño cambio en la variable
independiente (cómo varía y ante un pequeño
cambio en x).

y Cae la pendiente y
cae el producto
marginal

Pend. = PM
 La ley de los rendimientos marginales decrecientes implica que el producto x
marginal es positivo (siempre aumenta el roducto) pero decreciente (cada vez lo
hace en menor medida).
La importancia de este supuesto acerca de la función de producción reside en que a
partir de él podemos conocer la pendiente de la función de producción. Ésta va
disminuyendo acorde aumenta x. Esto es así porque la pendiente de la función de
producción es igual al producto marginal del insumo.

16
3.4 Solución gráfica del problema del productor

El problema de la maximización de beneficios se


y Pend = w/p
reduce, en el enfoque gráfico, a encontrar el punto
sobre la función de producción (tecnológicamente
asequible) que toca a la curva de isobeneficio más y=f(x)
/p
alta. En ese punto se obtiene el máximo beneficio Pend. = PM

posible. PM=w/p x

Además, allí la curva de isobeneficio es tangente a la función de producción (se


tocan en un solo punto). Cuando una recta es tangente a una curva, sus pendientes se
igualan en ese punto. La pendiente de la función de producción (PM) se iguala a la de
las isobeneficios (w/p). En el óptimo siempre se cumple una condición de tangencia, es
decir, se igualan las pendientes. Es claro que sólo en el óptimo PM = w/p. se cumple la
igualdad y, por lo tanto, es esta una regla para decidir cuánto producir. Encontramos,
entonces, la conducta que debe seguir el productor de forma de comportarse
racionalmente: debe producir la cantidad que iguale el producto marginal al salario real.

3.5 Solución analítica

En términos matemáticos, este problema se convierte en un ejercicio de optimización


donde:

1. max  = p. f(x) - w.x. La condición de primer orden (esta es una técnica matemática
genérica) se obtiene igualando la derivada primera a 0.
2. Derivo con respecto a x e igual a cero.
3. p. PMx - w = 0  PM = w/p

3.6 Ejercicio de estática comparativa 1 (cambio en el precio)

17
El ejercicio de estática comparada sirve para ver qué pasa con el óptimo cuando
varía alguno de los parámetros, en este caso de los precios de mercado p y w. Al realizar
estos ejercicios se realiza el supuesto denominado ceteris paribus. Se analiza el
resultado del cambio en esa variable suponiendo a todas las demás constantes.

Estudiemos, como primer ejercicio de estática comparativa a partir de la


maximización del beneficio, el efecto de una caída en el precio de mercado del producto
(p).

1. Como es un mercado de competencia perfecta, el  p   w/p   y


y
productor toma el precio como un dato que
suministra el mercado.
y=f(x)

2. Si  p   w/p
3. La pendiente de las isobeneficio es mayor, por lo tanto, es tangente a la función de
producción en un punto de PM mayor, es decir, para un y menor.
4. Si  p   y ( x). El resultado es, entonces, que ante una caída del precio del
producto el nivel de insumo contratado y, en consecuencia, el nivel del producto
obtenido es menor para el nuevo estado de equilibrio.

3.7 Derivación de la función de oferta de producto de la


empresa

De la estática comparativa para un cambio en el


p
precio del producto obtenemos la curva de oferta de S
la empresa.

18
Cuando  p si los empresarios maximizan beneficio, les convendrá contratar menos insumo
(x) para producir una cantidad menor  y. Este es el resultado principal de este ejercicio
en lo que atañe a los mercados de productos : hemos obtenido, a partir de la conducta
racional del productor, una curva de oferta con pendiente positiva, cuando sube el
precio, el empresario racional, optimizador, ofrecerá una cantidad mayor de su
producto para obtener el máximo beneficio. Este resultado es crucial para la existencia
del equilibrio en el mercado. Sin embargo, afirma lo trivial : cuando sube el precio, el
productor aumenta la oferta.

3.8 Ejercicio de estática comparativa 2 (cambio en el salario)

La contracara del ejercicio anterior genera la  w   w/p   x


curva que describe el comportamiento del productor y

en el mercado de factores (trabajo). Cómo reacciona


ante un aumento (caída) del salario. y=f(x)

1. Si  w   w/p
2. La pendiente de las isobeneficio es menor, por lo tanto, es tangente a la función de
producción en un punto de PM menor, es decir, para un x mayor
3. En conclusión, si  w   x
El resultado es nuevamente previsible. Según este ejercicio, ante una reducción en el
salario el capitalista incrementará su ganancia si contrata un número mayor de
trabajadores.

3.9 Derivación de la curva de demanda de trabajo

De la estática comparativa obtenemos la curva de


w
demanda de trabajo. Cuando  w, si los empresarios
maximizan beneficio, les convendrá contratar un

N
19
mayor nivel de insumo   x. La curva de demanda de trabajo tiene, entonces,
pendiente negativa (como toda curva de demanda).

3.10 Contenido intuitivo de la teoría del productor

Así visto parece por completo contrario al sentido común. El “aporte” del
marginalismo consiste en afirmar que los agentes económicos toman sus decisiones en
el margen, deciden mirando la última unidad, no el monto total. Este aporte, que
inicialmente desarrolló William Stanley Jevons para la teoría del consumidor, fue
desarrollado por Carl Menger desde la perspectiva del productor. Para decidir cuántos
obreros contratar el empresario observa la contribución marginal (de la última unidad)
al producto. Ilustraremos esto mediante un ejemplo. Supongamos que un productor
posee una plantación de naranjos y desea contratar mano de obra para cosechar su
producto. El precio del cajón de naranjas está dado en el mercado ($10) y el salario de
mercado mensual también está dado ($200). El productor no puede influir sobre estos
(la teoría denomina a esta una posición “price taker”). Lo que sigue a continuación es
publicar un aviso en el diario ofreciendo empleo. Al día siguiente 6 se presentan
candidatos : ¿cuántos contratar ? O lo que es lo mismo, ¿cuántas naranjas cosechar?
Veamos, en primer lugar, qué pasa con el primer trabajador que contratamos durante
un mes. Al cabo de ese período su producción asciende a 25 cajones de naranjas. 25 es,
por ende, el producto marginal que rinde el primer trabajador (lo que aporta una unidad
adicional de insumo al producto). La ganancia, por su parte, es de $50. Al mes siguiente
publica nuevamente el aviso y decide contratar dos trabajadores, con sorpresa encuentra
que su producto marginal es menor : 22 cajones7. De todas maneras, decide contratarlo
pues lo que se obtiene por su incorporación es mayor a lo que cuesta contratarlo. El mes
siguiente deja entrar a un tercero, cuyo PM=21; al siguiente otro, cuya PM=20; y
finalmente, en el quinto mes, contratamos uno cuya PM=19. A este útlimo, el productor
decides echarlo. Nótese, sin embargo, que la ganancia no se hace negativa. Lo que se

6
Se trata de una metáfora, porque en la construcción neoclásica todas estas decisiones se toman de forma
instantánea.
7
Supongamos que las naranjas se encuentran distribuidas en cada arbol de tal forma que primero se
toman las más cercanas al suelo y luego hace falta trepar para arrancar las siguientes, lo que resulta más
trabajoso.

20
deduce en este ejemplo es que la cantidad óptima es de 4 trabajadores 8. En el siguiente
cuadro se resumen los resultados del ejemplo.

N Precio x PM w Ganancia I = p.y C = w.x


1 10 x 25 > 200 50 250 200
2 10 x 22 > 200 50+ 20 = 70 470 400
3 10 x 21 > 200 50+20+10 = 80 680 600
4 10 x 20 = 200 80 880 800
5 10 x 19 < 200 80 - 10 = 70 1070 1000

Pareciera, entonces, que la regla de decisión que debe seguir el empresario para saber
cuándo deja de tomar obreros adicionales es que lo que el trabajador aporta (p. PM) sea
menor que lo que me cuesta (w). Es decir, mientras que p.PM sea mayor que w, la
cantidad de insumo contratada (x) se incrementará. Al contrario, cuando el valor de la
productividad marginal (p.PM) sea menor que el salario, se echarán obreros. En el
óptimo, el costo de contratar el último obrero se iguala al aporte que éste realiza, es
decir, al valor de su productividad marginal (p.PM = w). Efectivamente, mirando sólo
la última unidad puede el empresario tomar su decisión productiva.
Aquí se pueden hacer los mismos ejercicios de estática comparativa :
 si  precio  produce más y contrata más insumo. Si, en nuestro ejemplo,
el precio se incrementara hasta $11  sí contrataría al trabajador 5. (p .
PM = 209 >200)
 si  w  produce menos y contrata menos insumo. Si w=210   x , x =
19.
 Si mejora la tecnología   PM (para todo x)   y,  x.

8
En el ejercicio supuesto, la ganancia es la misma para 3 que para 4 trabajadores. Esto se debe a que
utilizamos funciones discretas. Si se tratara de funciones continuas los incrementos serían de orden
infinitesimal.

21
4. La teoría del consumidor como explicación de la
oferta de trabajo

4.1 Introducción

Así como quienes demandan trabajo son las empresas (los productores), la oferta de
trabajo se derivará, por su parte, de la conducta del consumidor. La decisión que éste
debe tomar está entre trabajar mucho y disfrutar de mucho consumo y poco ocio, o
trabajar poco y disfrutar de menos consumo y más ocio. En realidad, la decisión acerca
de cuánto trabajar es, en tanto representa la contracara de la decisión acerca del
consumo de ocio, asimilable a la decisión de consumo de cualquier otro bien. La
racionalidad del consumidor pasa también por hacer lo mejor (maximizar su
satisfacción), dado lo que tiene (presupuesto determinado por su ingreso o renta pero
también por los precios de mercado). Antes de mirar lo que sucede respecto de ese bien
particular que se supone que es el ocio (el trabajo, se considera un mal 9, es decir, un
bien cuyo consumo reduce el bienestar del individuo), veremos cómo se modeliza en
general la decisión de cuánto consumir de cada bien.

4.2 Maximización de la utilidad, sujeta a la restricción


presupuestaria

El consumidor tiene que decidir cuánto consumir de cada bien de los disponibles en
el mercado. Tal como lo hicimos en el caso del productor, analizaremos el caso más
simple, donde se trata de decidir las cantidades óptimas a consumir de dos bienes.
Suponemos también un mercado de competencia perfecta, es decir, el consumidor toma
los precios como un dato del mercado.

4.3 La restricción de presupuesto: lo que el individuo puede.

9
La escuela marginalista moderna utiliza esta peculiar denominación para distinguir las cosas útiles de las
que no lo son.

22
En este ejercicio, suponemos que hay dos bienes
x2 Pend = - (p1 / p2)
disponibles en toda la economía, x1 y x2, cuyos
m/p2
precios de mercado son un dato (p1 y p2). Por otra
parte, consideramos que el consumidor agota su
ingreso (m) en el consumo de los dos bienes. De esta
forma, podemos representar las posibilidades de m/p1 x1
gasto de ese ingreso mediante la siguiente ecuación.

m = p1 . x1 + p2 . x2

Para graficarlo, damos la expresión de la ecuación como recta.

x2 = - (p1 / p2) . x1 + m / p2

La ordenada al orgien (m / p2) mide la cantidad del bien 2 que se puede consumir si
se destina toda la renta al consumo de este bien. Lo mismo la abscisa al origen (m / p 1 )
respecto de el bien 1.

4.4 Las preferencias (satisfacción en el consumo): lo que el


individuo quiere

La economía neoclásica supone que se puede obtener para un individuo una


expresión de sus preferencias en el consumo denominado mapa de preferencias. Para el
caso de dos bienes (peras y cigarrillos) se pueden construir las infinitas canastas
posibles de consumo, con todas las combinaciones posibles del bien 1 y el bien 2, de la
forma (x1 ; x2). Una canasta está conformada por 2 peras y 1 cigarrillo (2 ;1), otra por 1
pera y 6 cigarrillos (1 ;6), y así sucesivamente. Las combinaciones cuantitativas son
infinitas. La idea es que el individuo recibe su renta y al cabo de un tiempo se puede
observar que la ha gastado en una canasta en particular, de las infinitas canastas
posibles. La teoría del consumidor trata de suministrar una explicación que permita dar
cuenta de por qué eligió específicamente esa canasta.

23
La teoría neoclásica requiere únicamente que dadas las infinitas canastas de consumo
disponibles, el consumidor pueda ordenarlas según su orden de preferencia. Prefiere
(1 ;6) a (1 ;2). Se utilizan símbolos especiales para representar la relación de
preferencia. (es por lo menos tan buena : , es indiferente : ~). La teoría exige, además,
que se cumpla una serie de axiomas (axiomas de la teoría del consumidor) que la hacen
consistente : Comparabilidad, Completitud, Reflexividad, Transitividad. Si estos
axiomas se cumplen, entonces se puede asignar un número de orden a cada canasta : Si
A > B > C > D se les asigna los valores arbitrarios, siempre y cuando respondan a la
ordenación : 10, 5, 3, 1.

4.5 Función de Utilidad

El orden de preferencias puede representarse a través de una función matemática, a


la que se denomina función de utilidad, que asigna un número acorde al orden de
preferencias a cada canasta.
Matemáticamente, la función de utilidad tiene la Pend = TMS = -UM1/UM2
x2
forma u (x1 ; x2). Gráficamente, la función de
TMS1
utilidad puede representarse en el plano mediante
sus curvas de nivel (proyecciones de una función en
TMS2 u=10
el espacio al plano x, y) para cada nivel de utilidad.
u=4
x1
Estas curvas de nivel se denominan curvas de indiferencia, y a lo largo de las curvas de
indiferencia se encuentran combinaciones de x1 y x2 que reportan al consumidor la
misma satisfacción (utilidad). Son el lugar geométrico de todas las canastas de igual
utilidad. Así como una característica de las funciones de producción es tener un
producto marginal decreciente, la teoría del consumidor afirma que la utilidad marginal
es decreciente. Esto quiere decir que la satisfacción obtenida por el consumo de una
unidad adicional de un bien es cada vez menor. Si simultáneamente se cumple el
llamado principio de no saciedad: la UM es decreciente pero siempre positiva. Nunca
me provoca una disatisfacción el consumo de una unidad adicional (positiva), pero
cada vez me provoca un aumento menor en la utilidad (decreciente).

24
Otra de las categorías clave es la tasa marginal de sustitución, la cual indica cuántas
unidades del bien 1 requiero para compensar la disminución en una unidad en el
consumo del bien 2. Como la utilidad marginal es decreciente para todos los bienes, la
tasa marginal de sustitución es también decreciente (-UM1/UM2). Cuando tengo pocas
unidades del bien 1 exijo muchas del bien dos para resignar parte del consumo del bien
1. Además, el valor numérico de la TMS coincide con el de la pendiente de la curva de
indiferencia calculada en cualquier punto (la pendiente, como muestra el gráfico, es
también decreciente).
Matemáticamente, podemos deducir la expresión de la TMS analizando el cambio
en la utilidad por aumentar el consumo del bien 1. Esto es:

U = x1. UM1  U = x1. UM1 + x2. UM2 .

Para calcular la TMS tengo que suponer que U = 0 de forma que obtenemos:

TMS = UM1/UM2 = - x2 /x1

4.6 Solución gráfica al problema del consumidor

Como ya señalamos, el consumidor debe obtener la máxima utilidad, sujeto a su


restricción presupuestaria. Gráficamente, el problema se reduce a encontrar la curva de
indiferencia más alta que toque su restricción presupuestaria.
Si nos paramos en el punto A, vemos que el Pend = TMS = -UM1/UM2
x2
consumidor comienza a desplazarse hacia abajo
A
(aumenta el consumo del bien 1 en detrimento del
bien dos) para la derecha por su restricción E
x2*
u=10
presupuestaria accede a una utilidad mayor. En B
u=4
cambio, si comenzamos del punto B, observamos x1* x1
que al consumidor le convendrá ir hacia arriba y hacia la izquierda. El único punto de
reposo, en el cual al consumidor no le conviene (no tiene incentivo para hacerlo)
cambiar las cantidades consumidas de x1 y x2 es el punto E. El punto E es el óptimo, el

25
punto de máxima utilidad. La canasta que el consumidor va a comprar es, entonces,
(x1* ; x2*). En este punto se cumple una condición de tangencia (entre las curvas de
indiferencia y la restricción presupuestaria):

TMS = UM1/UM2 = p1/p2

4.7 Solución analítica

El problema de la maximización de la utilidad se trata de un problema matemático de


extremos condicionados de la forma: max u (x1 ; x2), sujeto a m = p1 . x1 + p2 . x2

El óptimo se obtiene a través del procedimiento de Lagrange, es decir, igualando a


cero las derivadas primeras de la función de Lagrange o Lagrangeano. Se trata de la
condición de primer orden o condición necesaria. La exposición de la condición de
segundo orden o suficiente excede con mucho el objetivo de esta presentación. Por su
parte, las de primer orden se reducen a:

L = u (x1; x2) -  (p1 . x1 + p2 . x2 - m)


L’ x1 = UM1 - p1 = 0  UM1 = p1 (1)
L’ x2 = UM2 - p2 = 0  UM2 = p2 (2)
L’ = p1 . x1 + p2 . x2 - m  p1 . x1 + p2 . x2 = m (3)

El cociente miembro a miembro de las ecuaciones 1 y 2 permite obtener la siguiente


condición para el óptimo:

UM1 / UM2 = p1 / p2

Como se ve, ésta no es ni más ni menos que la condición de tangencia encontrada


desde el punto de vista gráfico.

4.8 Solución intuitiva

26
Recordemos que la tasa marginal de sustitución muestra cómo sustituye el
consumidor el bien 1 por el bien 2. En este sentido, podemos decir que es la relación de
cambio tal como existe subjetivamente para el individuo. Los precios relativos muestran
cómo lo hace el mercado, es decir, constituyen la relación de cambio que objetivamente
impone la “sociedad”. Un ejemplo sencillo permitirá una mejor comprensión del asunto.
Como tanto le gusta a los economistas neoclásicos, miraremos un caso de intercambio
de productos no mercantiles como ilustración del análisis del intercambio de
mercancías. Supongamos que en la escuela (en el mercado) el niño Alberto puede
cambiar 2 figuritas del Ancho Rubén Peuchele (bien A) por 1 figurita de Martín
Karadagián (bien M). El precio relativo es ½ (=p A/pM). Por otra parte, supongamos que
Alberto recibe dos paquetes de 5 figuritas. Independientemente de cuáles le toquen, al
finalizar el día el volverá a su casa con una composición distinta, fruto del intercambio
que entablará. Tal vez vuelva con una cantidad mayor que la que compró.
Para definir las preferencias de Alberto, no alcanza con decir cuál prefiere de los dos
personajes (TMS), ya que esta relación no será constante (como ocurriría si se tratase de
una curva de indiferencia recta, propia de los bienes sustitutos). Ambos tienen para él
una utilidad marginal decreciente, ya que la cantidad de figuritas del Ancho que estará
dispuesto a recibir Alberto a cambio de una de Martín es una magnitud variable y
depende de cuántas tiene de cada uno [TMS=f(x1;x2)]. Supongamos que Alberto abre
ambos paquetes y encuentra que tiene 9 figuritas de M y sólo 1 de A. Si Alberto adorara
a M y no quisiera ni un poco a A (las figuritas de A no serían un bien sino un mal, le
causaran "desutilidad"), entonces esta situación lo contentaría. Pero no es así. Como la
utilidad marginal es decreciente, cuántas más figuritas de una clase tiene, menos utilidad
le reportan y, a la inversa, desea más aquello de lo que dispone en poca cuantía.
Es así que cuando recibe sus figuritas antes de ir al colegio, Alberto calcula la
proporción en que está dispuesto a intercambiar sus pertenencias. Al tener muchas M,
por lo tanto, está dispuesto a pagar un precio elevado por algo de A. Luego de pensarlo,
decide que accederá a cambiar 4 figuritas M por una A. Esta situación en términos de
utilidades marginales significa que como la cantidad de M es grande, la UMM es
pequeña, mientras como la cantidad de A es pequeña UMA es grande, por lo tanto TMS
(=UMA/UMM) > 1, en este caso es igual a 4. Tal es la tasa a la que está dispuesto a

27
cambiar figuritas, la cual refleja sus preferencias subjetivas, es decir, lo qué Alberto
quiere.
Veamos que sucede ahora objetivamente en el "mercado", lo cual representa lo que
Alberto puede hacer. Llega a la escuela y descubre, con agrado, que en el recreo se
ofrecen 2 de A por una de M, mientras él estaba dispuesto a desprenderse de 2 de M por
una de A. Evidentemente, Alberto procede a intercambiar. Entrega una sola figurita de
M y recibe 2 de A. En consecuencia, al regresar a su casa tiene en su poder 11 figuritas,
3 de las cuales son de A y 8 de M. Nuevamente calcula su tasa marginal de sustitución,
y decide que está dispuesto a cambiar menos de M, ya que sólo le quedan 8, por una de
A. Sólo si el mercado le ofrece 1 de A a cambio de 3 de M accederá al cambio. Y
efectivamente, cuando llega nuevamente el recreo y grita, “doy 3 de M a cambio de 1 de
A”, una multitud de niños se agolpa alrededor de Alberto, ya que el mercado valúa 1 de
M como equivalente a 2 de A. Alberto nuevamente entrega sólo una de M y recibe 2 A.
Feliz, pues salió favorecido con el intercambio, vuelve al hogar para realizar el mismo
procedimiento que viene realizando todas las tardes. Recuenta y observa que ahora tiene
en total 12 figuritas, 5 de A y 7 de M. Alberto está dispuesto a dar sólo 1 de M a cambio
de 1 de A. Como el mercado le pide sólo media, aún le conviene el intercambio.
Entusiasmado y algo hastiado de la lentitud del ajuste, Alberto, impulsivo, entrega 2 M
y recibe 4 A. Como todos los días, vuelve a su casa y cuenta sus figuritas. Pero esta vez
las cosas ya no resultan como antes. Alberto nota que de sus 14 figuritas, sólo 5 son de
M. Ahora valora más las figuritas de M que las de A, a la inversa que cuando abrió los
paquetes. Ahora sólo le resultará ventajoso el intercambio si le dan 1 de A a cambio de
1/3 de una de M. Cuando llega al mercado, ve que el cambio está a ½ (2 de A por una
de M). El estaba dispuesto a dar 3 de A por una de M, así que entrega 2 de A y recibe 1
de Martín.

28
Relación de cambio
Dotación Del individuo Del Mercado
(subjetiva) (objetiva)
Día Bien A Bien M TMS = pA/pM
UMA/UMM =
M/A

Cuántas de entrega M a
cambio de 1 de A.
1 1 9 4 ½
2 3 8 3 ½
3 5 7 1 ½
5 7 6 ½ ½
4 9 5 1/3 ½

Es así como Alberto llega al equilibrio, ya no puede obtener ganancias derivadas del
intercambio (comercio) y, en consecuencia, ya no tiene ningún incentivo a cambiar su
situación. En este sentido, podemos decir que el niño a alcanzado un óptimo y es por eso
que no tendrá deseos de moverse de ese "punto de equilibrio".
Ahora bien, observemos el resultado y fijémonos cuál es la regla que, sin saberlo,
utilizó Alberto para decidir con cuántas figuritas de A y con cuántas de M quedarse, es
decir, qué canasta de consumo de figuritas elegir de forma de maximizar su utilidad. Lo
que nos muestra el ejercicio es que Alberto, niño muy racional, se comportaba de forma
tal que:
-Si TMS (UMA / UMM) > pA / pM   A (y M)
-Si TMS (UMA / UMM) < pA / pM   M (y A)
-Si TMS (UMA / UMM) = pA / pM  Equilibrio (M y A cte.).

Esta regla es el resultado que habíamos alcanzado tanto gráfica como analíticamente
y que, según la escuela neoclásica, rige el comportamiento del consumidor.

29
4.9 Estática comparativa

En este apartado analizaremos la siguietente


x2
cuestión. ¿Qué sucede con el consumo del bien 1 si
se registra un incremento en el precio del mismo?
De lo que se trata es de encontrar el nuevo punto de E

equilibrio para el consumidor. Por medio del


herramental gráfico puede determinarse cuál será la x12 x11 m/p1 x1
nueva cantidad óptima que maximiza la utilidad sujeto a la restricción presupuestaria.
Es claro que si  p1   m/ p1   x1*. En conclusión: al incrementarse el precio
del bien 1, cae la cantidad demandada del bien 1 (si las curvas de indiferencia tienen
esta forma, lo que constituye un requisito fundamental para el funcionamiento de la
teoría).

4.10 La curva de demanda de un bien

El ejercicio de estática comparativa anterior conduce al resultado observable de la


teoría neoclásica del consumidor: la curva de demanda de un bien.
Se obtiene lo que era esperable: una curva de
p
demanda de mercado con pendiente negativa para un
consumidor racional. Es así como los neoclásicos
pretenden encontrar el fundamento del
movimimiento del mercado en las conductas D

racionales de las decisiones aisladas de los Q


individuos. Detrás de esa curva del mercado no hay más que puntos de equilibrio del
consumidor que reflejan su conducta optimizadora.

30
4.11 Un caso particular del problema del consumidor: la
derivación de la oferta de trabajo

El comportamiento del consumidor en el mercado de trabajo se va a reducir a un


problema de maximización de la utilidad. La conducta entonces será, como en todas las
demás elecciones, racional. Lo que el consumidor tiene que decidir es cuántas horas
destina al ocio (que es un bien, le da satisfacción) y cuántas al trabajo que le da
displacer. La contraparte de esto es que el trabajo le proporciona una remuneración que
le posibilita consumir. Se plantea un problema análogo al de la elección entre cualquier
par de bienes, sólo que ahora la elección es entre Ocio y Consumo.
El consumidor tiene que decidir la cantidad que consume (C); p es el precio del
consumo, L la cantidad ofrecida de trabajo y w el salario. La cantidad de trabajo se
mide en horas por lo que w es el salario horario. El valor de su consumo debe ser igual
al ingreso salarial (se puede también partir del supuesto de que el consumidor accede
además a un ingreso no salarial M proveniente de rentas, etc.). De esta forma, su
restricción presupuestaria será:

w.L = p.C

Pero las horas de trabajo ofrecidas son necesariamente la diferencia entre la jornada
completa (24 horas) y el tiempo destinado al ocio.

L = 24 – O 
w. (24 - O) = p.C 
w.24 = p.C + w.O

El total de lo que podría ganar (trabajando las 24 horas) lo gasta o bien en consumir
C tomado a su precio p, o bien en ocio, valuado a su costo de oportunidad, es decir, el
salario (w.O). Este último término pone al costo oportunidad del ocio como un gasto.
En consecuencia, la expresión de la restricción presupuestaria en forma explícita (como
la ecuación de una recta) es:

31
TMS = UMo/ UMc = w/p
C
w/p.24

O* 24 O
L
C = (-w/p) O + (w/p) 24

La “restricción presupuestaria” indica sobre el eje O (abscisa al origen), a cuánto


ocio accedería si dedicara toda su jornada a descansar = 24 horas. La ordenada al origen
muestra que si dedicara toda la jornada a trabajar (ocio=0), accedería a un consumo de
(w.24)/p. Por su parte, la pendiente muestra cómo sustituye el mercado ocio por
consumo. Además, se supone que el consumidor puede establecer sus preferencias en la
elección entre ocio y consumo. Si la función de utilidad tiene las propiedades normales,
las curvas de indiferencia son de pendiente negativa y convexas al origen. Como se
desprende del gráfico, el óptimo se alcanza en el punto en que la utilidad marginal del
ocio (desutilidad marginal del trabajo) se iguala al salario real por la Utilidad marginal
del consumo.
Un simple ejercicio de estática comparativa
C
permite demostrar cómo una caída en el salario real
incrementa la demanda de ocio y, por tanto,
disminuye la cantidad óptima ofrecida de trabajo. E

O1 O2 24 O

32
De aquí que la curva de oferta de trabajo tenga
w S
pendiente positiva. A lo largo de ella están w/p
representados los niveles óptimos de trabajo (no –
ocio) que el consumidor ofrece para maximizar su
utilidad. Es fundamental recalcar, para medir luego
el impacto de la crítica keynesiana, que los L
resultados de una variación en el salario nominal son indistinguibles de los de una
variación en el salario real.

5. El Mercado de Trabajo

Como ya se mencionó, el aparato teórico neoclásico sostiene que el intercambio de


trabajo (en realidad, de la fuerza de trabajo) está gobernado por las mismas leyes que el
de cualquier otro bien o servicio. Las cantidades transadas en el mercado como el precio
de las manzanas, las papas fritas y los autos, por ejemplo, se determinan en ese mismo
mercado. Ya vimos como ese comportamiento de cada mercado puede reducirse, en
última instancia, a los comportamientos racionales de cada individuo.

Es decir, de las curvas individuales de oferta y demanda de cualquier bien pasamos a la


curva de oferta y demanda de mercado por agregación (gráficamente, a través de la
suma horizontal):

w S1 S2 S1 + S 2
w/p

L L L

En el caso de la "mercancía trabajo" las cosas no son distintas. Su precio (salario


real) y la cantidad intercambiada (nivel de empleo) son determinados por la interacción
entre oferta y demanda; al ámbito en el que tiene lugar esa determinación se lo
denomina mercado de trabajo. Por el lado de la oferta de ese mercado, vimos que

33
quienes ofrecen trabajo son los consumidores, que de tal modo sacrifican ocio y como
contraparte acceden a un mayor consumo. Por detrás de la oferta de trabajo se
encuentra, entonces, la maximización de la utilidad, de forma que todos los puntos sobre
la curva de oferta de trabajo son óptimos para los consumidores. A cada nivel de salario
real, los consumidores querrán trabajar tanto como lo indique la curva, ni más ni menos.
En ese sentido, todos los puntos de la curva de oferta son puntos de “pleno empleo”. Al
salario vigente, si la economía se encuentra sobre la curva de oferta de trabajo, todo el
que quiere trabajar, trabaja. Si el INDEC tocara la puerta de la casa de alguien que no
trabaja y le preguntara si buscó trabajo la última semana, respondería que NO, ya que el
salario no compensa la desutilidad marginal de trabajar. Esta noción de desempleo
difiere de otra más estricta, para la que hay desempleo cuando no trabaja toda la PEA,
es decir, no se utiliza la totalidad de los recursos laborales disponibles. Hay
subocupación de factores.

Las conclusiones alcanzadas respecto de la conducta del consumidor en el mercado


de trabajo, esto es, el hecho de que la curva de oferta de trabajo tenga pendiente
positiva, son, a primera vista, aceptables para el sentido común. No parece muy tirado
de los pelos suponer que ante un incremento en el salario real, los consumidores
ofrecerán más cantidad de horas de trabajo.

Por el otro lado está la demanda de trabajo de


w NS
las empresas. Para determinar cuánta mano de obra w/p
contratarán a cada nivel de precios, las empresas
w/p*
maximizan su beneficio. Siendo así, todos los puntos
sobre la curva de demanda son puntos óptimos para ND

las firmas y reflejan la conducta racional de las N* N


mismas. Ésta se reduce al hecho de que las empresas demandarán mayor cantidad de
mano de obra cuánto más barata le salga. Esto implica coincidir con que la demanda de
trabajo guarda una relación inversa con respecto al salario real.

Ahora bien, reuniendo ambos conjuntos de planes (los de las empresas y los de los
consumidores) construimos el mercado de trabajo con una curva de oferta con pendiente

34
positiva y una demanda con pendiente negativa. ¿Qué podemos observar de la
interacción de ambos agentes en el mercado de trabajo? Sencillamente, que de todas las
combinaciones posibles de salario y empleo, existe tan solo una en la que se cumplen
los planes tanto de oferentes como de demandantes, de trabajadores y empresarios. En
efecto, en el punto de equilibrio se hacen compatibles las decisiones óptimas de unos y
de otros.

Pero el aparato teórico neoclásico no sólo postula la existencia de ese equilibrio.


Además, sostiene que el mercado, dejado a su propio movimiento automático conduce
inexorablemente a esa situación óptima. En efecto, del mismo modo que en cualquier
otro mercado, un salario mayor (exceso de oferta) o menor (exceso de demanda) que el
de equilibrio desencadenará automáticamente un proceso de ajuste hacia el óptimo. Si
esto es así, la economía tiende naturalmente al equilibrio en el mercado de trabajo. Lo
que pone de manifiesto el desajuste, y en marcha el proceso de ajuste, es la “señal” por
excelencia de todo mercado, esto es, el precio. En el caso particular que estamos
analizando, este rol lo cumple el salario real.

Sin embargo, más allá de las conclusiones teóricas a las que llegan los neoclásicos,
no se puede negar que, empíricamente, se registran situaciones de desempleo y que
estos economistas deben decir algo al respecto. La pregunta obligada es, entonces,
¿cómo explicar con estas herramientas una situación de desempleo persistente (exceso
de oferta de trabajo)? Pues bien, la única alternativa es que, por algún motivo, el nivel
del salario real se mantenga por encima de su nivel de equilibrio o pleno empleo.

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APÉNDICE: Representación gráfica, repaso

A.1 Ecuación de la recta

La expresión más simple de una función lineal de dos variables (y=f(x), y es función
de x), como ecuación de una recta es la siguiente: y = m x + b
Donde m es la pendiente y b la ordenada al origen.

El eje y se llama eje de las ordenadas y el eje x


y y=2 x + 3
se denomina de las absisas. Partamos de un ejemplo
muy simple: y = 2 x + 3

La pendiente es 2 y la ordenada al origen 3. Notemos que tanto una como la otra son
positivas. Una forma simple de graficar una recta es la siguiente:
1. Cuando x=0, obviamente y = 3. Como era de esperar el valor de la ordenada
al origen es el valor que toma la función al cruzar el eje y, es decir cuando se
evalúa para x nulo. El primer punto de la recta es x=0, y=3, el par ordenado
(0,3)
2. Si incrementamos en 1 x (x=1), el valor de y será 5. Esto es lo mismo que
decir que y crece 2 por unidad en que se incrementa x. El segundo punto de
la recta es (1,5).
3. Es evidente que con lo hecho hasta aquí alcanza, ya que con sólo 2 puntos
queda determinada la recta, como aquella que pasa por ambos.

Obviamente, cuanto mayor sea el valor de m, mayor será la inclinación de la recta ya


que y crecerá más por cada unidad en que aumente x.

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Casos interesante y extremos:
- Recta con pendiente 0: es una recta horizontal que parte de la ordenada al origen. El
aumento de x no provoca una variación en y. El
eje x tiene pendiente 0.
y pendiente 

pend = 1

pend = 0

- Recta con pendiente infinita. Es una recta vertical. El eje y tiene pendiente infinita.x
- Recta con pendiente 1. Es una recta de 45 grados.

Si la recta tiene pendiente negativa (m<0), cada


y
aumento en la variable independiente x determina Recta con
pendiente
una caída en el valor de y. negativa

A.2 Pendiente de una recta, pendiente de una curva

La pendiente de la recta es constante a lo largo de toda la función (es m). Cuando se


trata de una curva, en cambio, la pendiente se modifica, y depende por tanto del valor de
x. En cada punto de la curva el valor de la pendiente es igual al valor de la pendiente de
una recta tangente que toque a la curva en ese punto.

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La curva del ejemplo tiene siempre pendiente
y
positiva, sólo que esta es mayor para valores
menores de x. La pendiente es decreciente, la curva
es cada vez menos inclinada. La función crece cada
vez menos por cada unidad de x a medida que x
aumenta. x

Matemáticamente, el valor de la pendiente en un punto de una función se calcula a


través de la derivada primera de esa función en ese punto:

f ’(x) = df(x) / dx = pendiente de f (x)

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