Ensayo Vindigni La Accion, Elementos, Objeto

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS”


ÁREA DE POST –GRADO
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO PROCESAL CIVIL
NÚCLEO SAN JUAN DE LOS MORROS
TEORÍA DE LA ACCION

ACCION Y PRETENSION

(ENSAYO)

Facilitador: Dr. Giovan Vindigni Participante: Elvira


Rojas

Durante la historia, se ha venido observando como la humanidad ha creado distintos


métodos y procedimientos en busca de la justicia como parte del equilibrio social. Desde la
famosa Ley del Talión hasta el presente siglo XXI se ha verificado un notable avance en los
mecanismos utilizados por el hombre para procurar la equidad. Sin embargo como
elemento constante se ha mantenido la actuación en particular de cada individuo interesado
en reclamar el respeto a sus derechos violentados. El derecho de acción, representa uno de
los pilares fundamentales de la tutela judicial efectiva, y es considerado por la doctrina
como un metaderecho; sin embargo, en la práctica jurídica y en la legislación venezolana,
en ocasiones llega a confundirse con otras instituciones como la pretensión y la demanda,
las cuales si bien es cierto, se encuentran íntimamente relacionadas, sus funciones dentro
del derecho son distintas. La ley y la doctrina claramente diferencian cada una de ellas, ya
que sin su adecuado entendimiento quedaríamos confusos si se nos presentase un eventual
conflicto entre acumulación de pretensiones o definir el objeto de la pretensión con claridad
en un libelo de demanda o incluso en el fin que se buscamos con el ejercicio de una
determinada acción. Al abolirse la defensa por la propia persona, es decir, hacerse justicia
por propias manos, lo que viene a constituir quizás uno de los fundamentos esenciales del
ordenamiento jurídico moderno, corresponde al Estado resolver los conflictos surgidos
entre personas, mediante el ejercicio de la función jurisdiccional, que consiste en el estudio
y decisión de los litigios con la aplicación del derecho subjetivo a cada caso en particular.
Se presenta la acción como herramienta fundamental, la cual le permite al justiciable
obtener el acceso debido a la jurisdicción, denominada como tal, aquella función pública
realizada por el Estado a través de sus órganos competentes para dirimir conflictos y
satisfacer las aspiraciones de los particulares. Ciertamente, tal y como lo señala Eduardo
Couture (COUTURE, 1981:69), la Acción “nace históricamente como una supresión de la
violencia privada, sustituida por la obra de la comunidad organizada”. Ahora bien, la Ley y
el Juez no actúan por sí mismos, siendo necesario que para que una norma de derecho tenga
su aplicación, esto es, el dictado de una sentencia por los órganos jurisdiccionales del
estado que ponga fin a una controversia, es necesaria una primera puesta en marcha, un
movimiento inicial. Antes de realizar una conceptualización de lo que es la acción, el
doctrinario Eduardo Couture ha precisado tres distinciones del término a saber, que tienen
acepciones distintas: 1.- La acción como sinónimo de derecho. Es el mismo significado que
la actio romana y el sentido que se le da cuando se dice, “el actor no tiene acción” es decir,
no tiene derecho. La acción en esta acepción se confunde con el derecho material
reclamado ante el órgano jurisdiccional. 2.- Como sinónimo de pretensión. Este es el
sentido más utilizado del término, y así mismo lo han expresado diversos autores y leyes,
siendo un error teórico procesal su utilización indistintamente como sinónimo de
pretensión. Se utiliza para decir “La acción es fundada o infundada” para expresar la
afirmación de tener un derecho valido, y en nombre de ese derecho promover la demanda
correspondiente.3.- La acción como sinónimo de “Facultad de provocar la actividad
jurisdiccional”. Este se utiliza para expresar el poder jurídico que tienen las personas como
tales, en virtud del cual pueden acudir ante los tribunales para demandar la protección de su
pretensión. De manera que, según este sentido, se entiende por acción, no el derecho
material del actor, es decir, el derecho reclamado en su demanda ante un juez, ni su
pretensión como voluntad manifestada de obtener una sentencia favorable en el proceso e
imponerla al demandado, sino su poder jurídico que acudir ante los órganos
jurisdiccionales, tenga o no un derecho material valido o una pretensión fundada o
infundada. En este mismo orden de ideas, esta acepción del término acción es la más
acertada dentro de la teoría del derecho procesal. Para el Ordenamiento Jurídico
Venezolano, la acción como instrumento jurídico, posee una importancia de rango
constitucional, tal y como lo establece el artículo 26 de su Carta Magna. Sin embargo, y al
igual que en otras legislaciones, constantemente se evidencia la errónea aplicación de los
términos acción, pretensión y demanda en variadas disposiciones legales. Estas
circunstancias de una u otra forma conllevarían a la pérdida de la esencia del derecho como
ciencia y a una equivocada visión de la finalidad de los elementos que la componen. De lo
antes expuesto y con ánimo de esbozar una definición amplia, que abarque todas las
características modernamente aceptadas a la figura de Acción, y la cual permita conciliar y
distinguir las concepciones comunes y encontradas que plantean los procesalistas recientes,
se plasman a continuación algunas de las más importantes visiones de la doctrina, a los
efectos de su análisis detallado. El conocido procesalista venezolano Rengel Romberg (
Rengel, 1994: Tomo I, 162), define el vocablo acción de la siguiente manera: “Poder
jurídico concedido a todo ciudadano, para solicitar del juez, la composición de la litis,
mediante la actuación de la pretensión que hace valer el demandante contra el demandado”.
Asi mismo, H. Devis Echandía, (DEVIS, 1961) bosqueja una definición descriptiva, en la
cual aglutina todas las características de la Acción por él compartidas. Así, considera a la
Acción como: Un Derecho público, cívico, subjetivo, abstracto y autónomo,
correspondiente a toda persona natural o jurídica, para obtener la aplicación de la
jurisdicción del Estado a un caso concreto mediante una decisión judicial, a través de un
proceso. Incluye este autor en su determinación, los componentes restantes de ese Trípode
del Derecho Procesal (Acción, Jurisdicción y Proceso), denominándolo como derecho, a
diferencia de las calificaciones anteriores aludidas a poder. En sentido técnico procesal se
puede afirmar que acción es una facultad o poder constitucional de promover la protección
jurisdiccional de un derecho subjetivo. Es el derecho de instar (apertura de la instancia), es
decir, de excitar (estimular, provocar) la actividad jurisdiccional de Estado. En tal sentido,
el artículo 51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, consagra el
derecho general de petición al cual, hace referencia Couture, (COUTURE, 2005) como
aquél, que permite a cualquier ciudadano de presentar o dirigir peticiones ante cualquier
autoridad, funcionario público o funcionaria pública sobre los asuntos que sean de la
competencia de éstos o éstas, y de obtener oportuna y adecuada respuesta. Aunado a este
artículo nuevamente hacemos referencia al artículo 26 de la Constitución Nacional,
establece en su encabezado el derecho de acceder a los órganos jurisdiccionales, en los
términos siguientes: “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración
de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.”,
Resulta interesante añadir la interpretación establecida por la sala constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia en referencia a este artículo, en sentencia de fecha 24 de
enero del año 2002, en la cual señala: “Observa esta sala que el derecho de acceso a la
justicia no sólo comporta el acceso formal a través de la acción por medio del cual se hacen
valer los derechos e intereses individuales, colectivos o difusos, sino que se requiere que tal
acceso sea efectivo, fáctica y jurídicamente eficaz, esto es que pueda materializarse,
exigencia esta que implica la obligación de garantizar el acceso físico a las sedes judiciales,
tribunales colegiados o unipersonales, en fin, a los espacios destinados previamente por la
administración de justicia.” Es evidente, y tal y como lo pretende plasmar la Sala
constitucional, en la citada decisión judicial, el derecho constitucional del ejercicio de la
Acción no se limita únicamente a la facultad de poder ejercer la misma; sino que además
hace referencia a la garantía proporcionada por el Estado, de permitir efectivamente el
acceso físico a las instalaciones en las cuales funcionan los entes representantes del Estado
para la administración de justicia. De todo lo antes expuesto podemos concluir que la
Acción como figura jurídica, ampliamente se puede decir que ésta es la facultad o derecho
constitucional, universal y humano, otorgado a cualquier sujeto natural o jurídico, con la
finalidad de acceder a través de los medios y la oportunidad establecida por la ley, a los
órganos jurisdiccionales, representantes del Estado, quienes tienen el deber de proveer en
referencia a la petición realizada por el justiciable afirmante de la titularidad de un derecho.
Partiendo de la idea antes mencionado como podemos establecer la diferencia o LAS
DIFERENCIAS entre acción y pretensión en primer lugar que LA ACCIÓN tienes la
facultad de impulsar la actividad jurisdiccional para que un juzgador resuelva tu pretensión
relacionada con un derecho subjetivo que consideras te ha sido violado, LA
PRETENSIÓN únicamente consiste en lo que pide, solicita o pretende quien haya
ejercitado la acción, es decir, el sujeto activo, otra diferencia es La acción es poder de
reclamar la intervención de la justicia frente a la vulneración de un derecho en particular.
La pretensión es la concreción de esa potestad. La demanda es el instrumento material que
plasma el poder abstracto (la acción) y el derecho concreto (la pretensión). La demanda es
la presentación escrita de esos dos aspectos ante órgano jurisdiccional. La jurisdicción y la
acción no pueden "caminar" por si solos, sino que tiene que haber otra institución que
permita el desenvolvimiento de ambos, nos referimos al proceso. Este es el instrumento que
permite concretar, en términos generales, la marcha de la jurisdicción y de la acción. Esta
es la importancia del proceso, la acción y la jurisdicción. Otro punto de resalta son los
elementos de la acción donde existen varios doctrinario de diferentes libros que un
puntualizan LOS ELEMENTOS pero en este caso en particular a Giuseppe Chiovenda,
quien considera que los elementos de la acción son: Sujeto, objeto y causa de la acción,
puntualizando que dentro de la división de los sujetos de acción existen tres tipos distintos:
TITULAR DE LA ACCIÓN: Es el tutelar de la acción, quien acude a un Órgano
Jurisdiccional, estatal o arbitral a reclamar una prestación, con la pretensión de obtener una
conducta forzada determinada en el demandado. Comúnmente se le puede denominar como
actor o demandante. Los ÓRGANO JURISDICCIONAL, ARBITRAL O ESTATAL: Es el
sujeto que está dotado de facultades para decidir sobre el derecho subjetivo del actor, y por
último SUJETO PASIVO: Es el sujeto a quien se le reclama el cumplimiento de una
obligación de dar, hacer o no hacer en relación directa con el derecho subjetivo del actor.
Así mismo Este mismo autor señala que el OBJETO DE LA ACCIÓN es la prestación o
conducta que se reclama y se exige su cumplimiento al sujeto pasivo o demandado: y la
causa de la acción lo establece como la presunción de que un derecho subjetivo a favor del
titular de la acción, ha sido violado por el sujeto pasivo. Es decir, el hecho o acto jurídico
que origina una acción es la causa de la acción misma. Como último punto indagaremos
conoceremos de establecer la DIFERENCIA ENTRE ACCIÓN CIVIL Y ACCIÓN
PENAL; el ejercicio de la acción penal al correr paralela a la acción civil por el mismo
delito, cuando se trata de aquellos impulsados a instancia del ministerio público
oficiosamente, producen algunas limitantes en cuanto a la obtención de la reparación de los
daños y las respectivas indemnizaciones, La acción civil puede ejercerse conjuntamente con
la acción penal conforme a las reglas establecidas por el código procesal penal o intentarse
separadamente ante los tribunales civiles, y en este caso se suspende su ejercicio hasta la
conclusión del proceso penal. Cuando ya se ha iniciado ante los tribunales civiles, no se
puede intentar la acción civil accesoriamente por ante la jurisdicción penal. Mientras que la
acción civil ejercida accesoriamente ante la jurisdicción penal puede ser desistida para ser
reiniciada ante la jurisdicción civil. La acción civil puede ser ejercida por el ministerio
público o por una organización no gubernamental especializada cuando sean infracciones
que afecten intereses colectivos o difusos. El juez o el tribunal pueden encomendar a la
organización no gubernamental que ha promovido la acción para que esta vigile el correcto
cumplimiento de la reparación, cuando corresponda. La acción civil accesoria a la acción
penal solo puede ser ejercida mientras esté pendiente la persecución penal. En el caso de
que se suspenda el procedimiento penal, el ejercicio de la acción civil se suspende hasta que
la persecución penal continúe, sin perjuicio del derecho de interponer la acción ante los
tribunales civiles competentes en caso de extinción de la acción penal por estas causas.

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