SCP 0133-2017-s3 - AAC 06-03 - Requisitos para Interpretacion y Valoracion de La Prueba Motivacion y Fundamentacion

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0133/2017-s3

Sucre, 6 de marzo de 2017


SALA TERCERA
Magistrado Relator: Dr. Ruddy José Flores Monterrey
Acción de amparo constitucional
Expediente: 17548-2016-36-AAC
Departamento: Santa Cruz
En revisión la Resolución de 1 de diciembre de 2016, cursante de fs. 1190 vta. a 1194, pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional, interpuesta por Elva Elena Ugarteche Lino de Valdivia contra Ana María
Pérez Rodríguez, Directora a.i. de la Dirección del Notariado Plurinacional (DIRNOPLU).
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda


Por memoriales presentados el 16 y 25 de noviembre de 2016, cursantes de fs. 9 a 22 y 451 a 453 vta., la
accionante manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción


El 20 de junio de 2014, en calidad de Notaria de Fe Pública se hizo presente en la av. Beni 2795, de horas 8:00
a 10:10 con la finalidad de presenciar y dar fe de la Junta General Ordinaria de la empresa Petrolera Export
Import Sociedad Anónima (PEXIM S.A.), procediendo a la fiel transcripción del libro de Actas de la citada
empresa, cumpliendo sus funciones enmarcadas en la ley. Un año después, el 8 de junio de 2015, Gonzalo
Vladimir Zambrana Brañez, le entregó una orden judicial emitida por la Jueza de Instrucción Civil Primera de
la Capital del departamento de La Paz, solicitando certificaciones y documentos referentes al Acta de la
referida junta. Sin embargo, debido a que el mismo no tenía legitimidad, por no ser interesado, ni ejercer
representación legal, se negó a dar curso a lo pedido, explicándole las prohibiciones legales que le impiden
facilitar dichos documentos y que la orden fue pronunciada en La Paz, y no estaba refrendada por autoridad
judicial de Santa Cruz, manteniendo firme su decisión pese a las llamadas telefónicas que insistían en la
petición.

El 28 de agosto de 2015, fue notificada con una solicitud de informe expedida por el Sumariante Disciplinario
de la DIRNOPLU, por una denuncia interpuesta en su contra por Walter Suárez Escalera, Marco Salas Ibáñez,
Mario Zambrana Morales, Ricardo Canedo Flores y Félix Gonzalo Montecinos Zabala; posteriormente, se
emitió en su contra el Auto de Apertura de Proceso Sumario Resolución MLC-A-SD. 6/2015 de 12 de octubre,
en el que se denuncia la comisión de las faltas contenidas en la Ley del Notariado Plurinacional -Ley 483 de 25
de enero de 2014-, en sus arts. 105 literales d “La autorización de actos o negocios jurídicos ineficaces”, h “La
autorización de acto, asunto o negocio jurídico, cuyo otorgamiento o realización no hayan presenciado” y k
“La otorgación o extensión de documentos notariales protocolares sin la comparecencia de una o de las o los
interesados”; y, 106.e “Autorizar con conocimiento escrituras simuladas”, este último porque supuestamente
no habría estado presente en la junta de la cual dio fe o la misma no se habría llevado a cabo. Al efecto
presentó prueba literal de descargo, consistente entre otros, una orden judicial negada, bajo el argumento de
que se debía acudir de forma directa ante su persona, publicaciones de la convocatoria, Acta de la Junta
General Ordinaria de PEXIM S.A., fotocopias del libro de Actas y carta de entrega de documentos, aclarando
que no existen copias de los poderes, ya que los mismos son manejados por el Directorio, además de no ser
necesarias las fotocopias de cédulas de identidad, toda vez que en el mismo acto se verificó su presencia
refrendada en una lista de asistencia con sus respectivas firmas.

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Los denunciantes incurrieron en una serie de contradicciones, tratando de responsabilizarla por hechos que
deben dilucidarse entre los socios de la empresa, siendo evidente la pugna existente al interior de esta; pese
a los descargos presentados, se emitió la Resolución Final MLS-SD. 002/2016 de 3 de mayo, determinando
responsabilidad disciplinaria por la infracción del art. 105.h de la Ley del Notariado Plurinacional (LNP)
conminándole al pago de la multa de cinco salarios mínimos nacionales, fallo que fue apelado tanto por los
denunciantes como por su persona, emitiéndose al efecto la Resolución Final Disciplinaria de Segunda
Instancia DNP/TA 012/2016 de 13 de junio, que anuló obrados hasta la Resolución Final MLS-SD. 002/2016;
posteriormente, se dictó la Resolución Final GTG-SM. 007/2016 de 29 de septiembre, encontrándole
responsable de las infracciones previstas en el art. 105 literales d, h, f y k de la citada ley, imponiéndole la
sanción de suspensión temporal de seis meses, Resolución que entre otras irregularidades, agrega una nueva
infracción, prevista en el indicado articulo inc. f), que nunca figuró en la denuncia ni en el Auto de apertura
del proceso. Luego, ante la apelación interpuesta, se emitió la Resolución Final Disciplinaria de Segunda
Instancia DNP/TA 017/2016 de 7 de noviembre, que confirmó parcialmente el fallo de primera instancia,
manteniendo la sanción impuesta por las faltas contenidas en las literales d y h del art. 105 de la LNP, y
revocando la resolución por las faltas contenidas en las literales f y k del referido artículo.

Para la asistencia a la Junta General Ordinaria de 20 de junio de 2014, se publicó la convocatoria en un medio
escrito de circulación nacional, especificando que la acreditación de los accionistas para asistir a la audiencia,
tenía que realizarse hasta el mediodía del 18 de ese mes y año, debiendo realizar su registro en el libro
respectivo de la oficina de títulos valores de la sociedad, siendo su labor en ese acto extra protocolar constatar
la presencia de los socios que se apersonaban con las credenciales firmando las listas respectivas, verificar el
quorum necesario y el desarrollo de la junta, tal como consta en el Acta respectiva, que además de su persona,
se encuentra firmada por el Presidente, Secretario y dos accionistas.

Se le acusó temerariamente de no haber estado presente en la referida junta -lo cual fue desvirtuado por la
documentación de descargo-, confundiendo el acto al que asistió y desconociendo las funciones del Notariado,
señalando que debió verificar la intervención de los accionistas con el respaldo de copias de las
representaciones. En el desarrollo del procedimiento: a) El Auto de apertura de proceso, incluyó la literal e
del art. 106 de la LNP, que no estaba enunciado en el memorial de denuncia; b) La primera resolución fue
anulada por las incoherencias que presentaba, ya que establecía la infracción del art. 105.h de la citada ley y
a la vez rechazaba dicha falta; y, c) El nuevo fallo, de manera falsa afirmó que no se entregaron copias
legalizadas del Acta requerida, cuando la entrega se realizó el 23 de noviembre de 2014; el Sumariante no
consideró la prueba de descargo y concluyó que su persona no participó en la junta de 20 de junio de igual
año, dando credibilidad y todo el valor probatorio a la declaración del denunciante, quien además manifestó
que en la Notaría no se tiene la custodia de fotocopias de poderes ni de cédulas de identidad, habiendo sido
inútil poner en evidencia el proceso irregular, pues el fallo de segunda instancia confirmó la resolución
impugnada, pese a haberse dejado sin efecto las faltas previstas en las literales f y k del mencionado artículo
y haber admitido que existieron irregularidades en el pronunciamiento del inferior.
Concretamente, se cometieron las siguientes vulneraciones: En primer lugar, se subsumió erróneamente una
conducta lícita y correcta en faltas graves y gravísimas, sin considerar la existencia de atenuantes como el no
tener ningún tipo de denuncia anterior, ni proceso penal o disciplinario, además de habérsele atribuido una
nueva falta -art. 105.f de la LNP-, que nunca fue denunciada ni introducida en el Auto de apertura de proceso,
imponiéndole una injusta y desproporcionada sanción, lesionando la taxatividad consistente en la
correspondencia exacta y directa entre lo dispuesto por las normas sustantivas que configuran la conducta
sancionable y los actos del procesado, identificando con precisión la contravención cometida; el sumariante
modificó discrecionalmente el contenido de la denuncia, cuestionando su participación en actos de 2010, pese
a que fue denunciada únicamente por las actuaciones realizadas en la junta de 20 de junio de 2014; señalando
que “No se ha probado, que las 2 actas de fecha 20 de noviembre de 2010 fueron realizadas a la misma hora”
(sic) y como hechos probados manifestó que “…la Junta General Ordinaria de 20 de noviembre de 2010, la
Notario de Fe Pública (…), no tiene en su custodia las fotocopias de los Poderes y acciones de PEXIM SA. De
quienes participaron en la referida junta, ni tampoco están en archivo las fotocopias de Cédula de identidad
de los intervinientes” (sic), emitiendo criterio cerrado expresando que tenía que probar la legalidad de sus

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actuaciones en los actos de 20 de noviembre de 2010, cuando dichas actuaciones jamás se mencionaron en
el Auto de apertura de proceso sumario, denuncias que fueron minimizadas por la Directora a.i. de la
DIRNOPLU -hoy demandada-, afirmando en la Resolución de segunda instancia, que el fallo apelado no se basa
en los documentos de la indicada fecha, convalidando una resolución sustentada en hechos que jamás
debieron ser introducidos al proceso, lo que también denota falta de congruencia entre el Auto de apertura y
la Resolución final de sumario; y pese a que revocó en parte la resolución dejando sin efecto la falta prevista
en el art. 105.f de la LND, no modifica la sanción desproporcional de seis meses de suspensión.
En segundo lugar, si bien los denunciantes tienen la carga procesal de probar sus acusaciones; empero, de la
revisión del expediente se verifica que no existe prueba que cause convicción sobre las supuestas
contravenciones, la prueba de cargo consiste en declaraciones maliciosas de los propios denunciantes,
malinterpretadas por los sumariantes, convalidando exigencias que no son propias de actos extra protocolares
-custodia de copias de poderes y cédulas de identidad-; la SCP 1856/2014 de 25 de septiembre, establece que
la jurisdicción constitucional se encuentra facultada a vigilar que en todo el fallo, providencia o decisión
judicial, las autoridades judiciales se sometan a la Constitución Política del Estado; al respecto, se observa que
la autoridad demandada, no subsanó los errores cometidos por el Sumariante, pues no consideró la mala fe
de los denunciantes, que realizó su trabajo respetando la normativa del Notariado y de la propia empresa,
que no era competencia suya acreditar a los socios, que se le exige el cumplimiento de formalidades sin
considerar los documentos presentados, se permitió cuestionar actuaciones realizadas el 2010 para hacerle
ver como reincidente, se consideró un error de taipeo como modificación del documento, aspecto que no
pudo ser aclarado por qué se impidió introducir pruebas en segunda instancia, se omitió considerar que los
denunciantes tenían la facultad de impugnar los actos observados, al interior de la empresa PEXIM S.A.; sin
embargo, esas actuaciones siempre fueron convalidadas por los mismos, la valoración probatoria apartada de
los marcos de razonabilidad, permitió que el Sumariante tenga por probados hechos falsos, como la supuesta
falta de entrega de la documentación requerida a los denunciantes, que fue entregada el 23 de noviembre de
2014, y la inclusión de actuaciones referidas a la Junta de 20 de noviembre de 2010 y determinar que no
participó en la Junta de 20 de junio de 2014; incurriendo de esta manera en valoración arbitraria carente de
motivación y sin sustento fáctico normativo unívoco, una valoración omisiva, porque no le otorgaron valor a
la documentación que demuestra su participación y la realización de la Junta con socios debidamente
acreditados por la empresa -entre ellos la convocatoria a la Junta General Ordinaria de accionistas, que es
refrendada por miembros del Directorio, apuntes de cédulas de identidad, lista de asistencia y credenciales
de acreditación de los accionistas, fotocopias de la Cédula de Identidad de Adrián Román Medrano y
Dagoberto López Ortiz, que dan fe de la realización de la junta y que se encuentran en custodia como respaldo
del Acta de 20 de junio de 2014, y las certificaciones donde demuestra no tener antecedentes penales ni
disciplinarios, como atenuantes en el proceso-, y en valoración ilegítima, siendo la decisión asumida por las
autoridades disciplinarias, una mera opinión subjetiva sobre cómo debería realizar su trabajo.
I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados
La accionante denuncia la lesión de sus derechos al debido proceso en sus elementos de tipicidad, presunción
de inocencia y valoración de la prueba, al trabajo, a la igualdad y a la dignidad, así como los principios de
razonabilidad, equidad y proporcionalidad, citando al efecto los arts. 46, 115, 116, 117.I, 119 y 120.I de la
Constitución Política del Estado (CPE); 1, 7, 8, 10, 22 y 23.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos;
8.1 y 2 inc. b) y c), 24, 25.1, y 29 inc. a) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; y, 2.1 y 3, 14.1,
y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, y en consecuencia se deje sin efecto la Resolución Final Disciplinaria de Segunda
Instancia DNP/TA 017/2016 de 7 de noviembre; y, se ordene a la autoridad demandada, emita una nueva
resolución conforme a la Norma Suprema y la ley.
I.2. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

Celebrada la audiencia pública el 1 de diciembre de 2016, según consta en el acta cursante de fs. 1180 a 1190
vta., presentes la accionante asistida de su abogado como los representantes de la autoridad demandada y
ausentes los terceros interesados, se produjeron los siguientes actuados:

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I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
La accionante a través de su abogado ratificó el contenido del memorial de acción de amparo constitucional,
y ampliándolo sostuvo que: 1) El Tribunal Sumariante confunde quorum pensando que es contar cabezas,
cuando solo implica verificar si se encuentran los miembros suficientes o no, en este tipo de personas jurídicas
-empresa privada- una verificación Notariada consiste en acreditar a través de acciones, se puede ostentar
siete acciones y hacer quorum una sola persona, entonces se establece específicamente en la convocatoria
pública sobre la acreditación para asistir a la Junta General, que los accionistas deben estar registrados en el
libro de registros de acciones, en este caso debiendo acreditar su condición hasta el mediodía del 18 de junio
de 2014, en la oficina de títulos valores de la sociedad, así en los hechos una sola persona podía acreditar
varias acciones, como Notaria fue a ejercer un acto posterior a la acreditación; 2) Los denunciantes son socios
minoritarios de la empresa que no pudieron llegar a cargos Directivos y buscan desacreditar las gestiones de
la sociedad y como no pueden atacar a la mayoría, lo hacen a su persona, quien es víctima de la pugna de
socios, quienes además vieron como acto de mala fe el no haber entregado fotocopias legalizadas de los
documentos de la junta de 20 de igual mes y año, a quienes no demostraron tener interés legítimo; 3) Los
actos labrados en las Actas y protocolo Notarial, gozan de Fe Pública y legalidad, conforme establece la Ley
del Notario Plurinacional, presumiéndose legítimos salvo declaración judicial; asimismo, los documentos
firmados por un Notario de Fe Pública se tienen por ciertos y válidos, pero en este caso los miembros del
Tribunal Sumariante del Notariado Nacional, desconociendo la propia ley determinaron que no participó en
el acto de la citada fecha, señalando que lo labrado en su protocolo es falso, cuando se gana la vida dando Fe
pública de los actos y para indicar que mintió debía seguirse en su contra un proceso judicial, en el caso no se
pudo desvirtuar las acusaciones porque no le dieron la oportunidad; 4) En ningún proceso una persona puede
ser denunciante y testigo a la vez, ya que ello no tiene razonabilidad, objetividad ni lógica, como pueden los
denunciantes afirmar que su persona no estaba en la Junta si ellos nunca participaron de las mismas, en
declaraciones Notariales firmadas y selladas, los declarantes José Cifredo Chirinos Banda y Roberto Freddy
Benjamín Sibao Flores, socios de la empresa, manifestaron que estuvieron presentes en la Junta de 20 de junio
de 2014, y que su persona se encontraba sentada en una esquina de la mesa junto al Directorio y el síndico;
5) El Tribunal Sumariante fue totalmente parcializado, toda vez que leído todo el proceso, no se encuentra
ninguna prueba de la parte denunciante, que acredite que no estaba presente en la Junta de referencia; 6)
Los abogados de la demandada equivocaron la forma de asumir defensa, lo que debieron hacer es tratar de
destruir la argumentación de la acción de amparo constitucional, pero no se refirieron al fondo del asunto,
puesto que no cuestionaron ninguno de los razonamientos expuestos; y, 7) Sobre la explicación de que esta
acción tutelar debía estar dirigida contra “todos los demandados”, citaron la misma línea jurisprudencial del
memorial de la presente acción de defensa, que concluyó que debe considerarse la jurisprudencia que
contenga el estándar más alto; es decir, a la más garantista, y el principio de economía procesal, debiendo
demandarse a la máxima autoridad jerárquica para que esta corrija “…y se produzca el reenvío…” (sic).

I.2.2. Informe de la funcionaria demandada


Ana María Pérez Rodríguez, Directora a.i. de la DIRNOPLU, a través de sus representantes, mediante informe
presentado el 1 de diciembre de 2016, cursante de fs. 538 a 540, y en audiencia manifestó que: i) Dentro de
la causa, se cumplió con el derecho a la defensa, el debido proceso, así con los principios de legalidad, de
presunción de inocencia, de igualdad de partes, y otros; ii) La Resolución Final fue producto de otros varios
fallos en la que participaron dos Sumariantes Disciplinarios -Manuel León Silva y Eloy Guillermo Tinta
Guachalla- quienes tuvieron participación activa en el proceso, lo que evidencia que esta acción de defensa
no cumplió con la legitimación pasiva, pues los mismos no fueron demandados, ya que el ultimo nombrado
como segundo Sumariante dictó la Resolución Final GTG-SM. 007/2016, que dio origen a la Resolución Final
de Segunda Instancia DNP/TA 017/2016 que ahora es impugnada, restringiendo su derecho a la legítima
defensa; al respecto la SCP 0118/2014 de 10 de enero, concluyó que es un requisito de procedencia de la
acción de amparo constitucional, identificar a los actores que vulneraron derechos, debiendo dirigir esta
contra todos aquellos que hayan participado en los actos, de no actuarse así o de dar solo una identificación
parcial, esta deberá ser declarada improcedente; asimismo, la SCP 0653/2013 de 29 de mayo, sostuvo que
cuando se demanda una resolución que fue sometida a impugnación, esta debe dirigirse contra las
autoridades de ambas instancias, no siendo el señalamiento del sujeto pasivo de libre elección del actor,
debiendo identificarse a todos los que firmaron las resoluciones emitidas para permitirle al Juez
constitucional, verificar si los derechos afectados lo son por todos los miembros de la identidad pública o
particular; en el caso “…diez mil veces…” (sic) se escuchó que “…no se ha valorado esto o aquello…” (sic),
entonces porque no se trajo a las autoridades de primera instancia para que digan su verdad y se defiendan,
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pues la accionante tenía la posibilidad de identificar a todos ellos, en consecuencia la acción de amparo
constitucional debe ser declarada improcedente; y, iii) Se garantizó un debido proceso, como consta en todo
el cuaderno procesal.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados


Walter Suarez Escalera, Marco Salas Ibáñez, Mario Zambrana Morales, Ricardo Canedo Flores y Félix Gonzalo
Montecinos Zabala, accionistas de la empresa PEXIM S.A., no asistieron a la audiencia, pese a sus
notificaciones cursantes a fs. 515.
I.2.4. Resolución
La Jueza Pública de Familia Decimosegunda de la Capital del departamento de Santa Cruz, constituido en Jueza
de garantías, mediante Resolución de 1 de diciembre de 2016, cursante de fs. 1190 vta. a 1194, concedió la
tutela solicitada, disponiendo que la autoridad demandada dicte una nueva resolución con la debida
motivación, fundamentación y congruencia, llamando severamente la atención a esta, por no haber dado
cumplimiento a la orden de remisión del expediente, considerando que no era necesario entregarle en
persona a la Jueza de garantías las fotocopias legalizadas del mismo; bajo los siguientes fundamentos: a)
Existió lesión al debido proceso por falta de fundamentación, motivación y congruencia, ya que la Resolución
Final de Segunda Instancia DNP/TA 017/2016, es solo una relación del fallo de primera instancia GTG-
SM.007/2016, no explicó cuál el fundamento fáctico, por cuanto omitió valorar si el Tribunal de primera
instancia, cumplió con una debida valoración de la prueba entre el hecho y el derecho que se reclama, para
que las partes que litigan tengan plena convicción de que se actuó de forma imparcial; y, b) La autoridad
demandada realizó una inadecuada valoración de la prueba, toda vez que sus conclusiones no responden a la
verdad de lo tramitado en el proceso, además que en segunda instancia no se puede omitir la misma que
desvirtúe los hechos denunciados, con el argumento que en segunda instancia no es admisible, sin tomar en
cuenta el principio constitucional de que se debe buscar la verdad material de los hechos.

En vía de complementación y enmienda, la accionante a través de su abogado solicitó se ordene como medida
cautelar, se le permita el pleno ejercicio de su derecho al trabajo. Así la Jueza de garantías rechazó dicha
petición, ya que la sanción impuesta está vinculada a faltas que se cometen en ejercicio de sus funciones.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:
II.1. A través de memorial presentado el 13 de julio de 2015, Walter Suarez Escalera, Marco Salas Ibáñez,
Mario Zambrana Morales, Ricardo Canedo Flores y Félix Gonzalo Montecinos Zabala, accionistas de la empresa
PEXIM S.A. -ahora terceros interesados-, presentaron denuncia contra Elva Elena Ugarteche Lino de Valdivia -
hoy accionante-, debido a que la misma se habría negado a proporcionales copias legalizadas de la
documentación que hicieron valer otros accionistas para tener vos y voto en la Junta General Ordinaria de
accionistas de dicha empresa, incurriendo en las faltas previstas en los arts. 106.e, porque aparentemente la
nombrada no estuvo presente en la Junta o dio fe de esta cuando la misma no se llevó a cabo, 105 literales d,
h, y k, 104.c y f todos de la LNP (fs. 26 a 27).
II.2. Cursa Auto de Apertura de Proceso Sumario Resolución MLC-A-SD. 6/2015 de 12 de octubre, por el cual
Miguel Ángel Limpias Camacho, Sumariante Disciplinario de la DIRNOPLU, admitió la denuncia presentada
contra la ahora accionante, aperturado el periodo de prueba de diez días hábiles comunes a ambas partes y
absolver a la nombrada, Notaria de Fe Pública 89 de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, por la comisión de
las faltas disciplinarias establecidas en el art. 104.c y f de la LND (fs. 71 a 72).

II.3. Constan Acta de la Junta General Ordinaria de accionistas de la Empresa PEXIM S.A. de 20 de junio de
2016 (fs. 86 a 88); copia legalizada de la misma (fs. 44 a 47); convocatorias de la referida junta, publicadas en
el periódico “El día”, los días 10, 12 y 14 de junio de 2014 (fs. 48 a 50); lista de asistentes a dicha Junta (fs. 92);
lista de acreditaciones de acciones y accionistas firmada por Roman Cruz Montaño, Encargado de Títulos

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Valores de la referida empresa (fs. 93); detalle de Títulos accionarios al portador (fs. 96, 98, 99, 102, 129, 131,
); credenciales de los socios de la citada empresa, que especifican el número de acciones que poseen (fs. 94,
95, 97, 100, 101, 103 a 105, 125 a 128, 130, 132 a 137); listas de accionistas de la empresa que delegan a María
del Rosario Ayala, para que los represente en las Juntas de la empresa (fs. 106 a 121, 123 y 124).
II.4. Cursan acta de audiencia, notificación y declaración testifical de Mario Zambrana Morales (fs. 348 a
451); asimismo, nota emitida por Julio Gironda Flores, en la que señaló que en ningún momento concedió
poder para que María del Rosario Ayala, actué en su representación en la Junta General Ordinaria de PEMIX
S.A. (fs. 353).

II.5. Mediante Resolución Final MLS-SD. 002/2016 de 3 de mayo, Manuel Alberto León Silva, Sumariante
Disciplinario de la DIRNOPLU, falló estableciendo responsabilidad disciplinaria por la falta establecida en el
art. 105.h de la LND, sancionando a la ahora accionante, con la multa de cinco salarios mínimos nacionales, y
en consecuencia rechazó las denuncias por las faltas previstas en los arts. 104.c y f; 105 literales d, h, y k; y,
106.e de la citada Ley (fs. 382 a 385 vta.).

II.6. A través de memoriales presentados el 30 de mayo de 2016, por los denunciantes (fs. 394 a 396), y el 1
de junio de igual año por la accionante (fs. 399 a 400), interpusieron recurso de apelación contra la Resolución
Final citada supra.
II.7. Por Resolución Final Disciplinaria de Segunda Instancia DNP/TA 012/2016 de 13 de junio, Ana María
Pérez Rodríguez, Directora a.i. de la DIRNOPLU -hoy demandada-, resolvió anular obrados hasta la Resolución
Final MLC-SD. 002/2016 (fs. 402 a 405).
II.8. Consta la Resolución Final GTG-SM. 007/2016 de 29 de septiembre, pronunciada por Eloy Guillermo
Tinta Guachalla, Sumariante Disciplinario de la DIRNOPLU, encontrando responsable disciplinariamente a la
accionante por las faltas previstas en el art. 105 literales d, h, f y k de la LNP, imponiendo la sanción de
suspensión temporal de seis meses, debiendo entregar los libros y documentación a su cargo al Notario
designado en suplencia (fs. 418 a 422).
II.9. Mediante memorial presentado el 12 de octubre de 2016, la accionante planteó recurso de apelación
contra la Resolución Final citada precedentemente (fs. 434 a 439).
II.10. A Través de Resolución Final Disciplinaria de Segunda Instancia DNP/TA 017/2016 de 7 de noviembre,
la hoy demandada confirmó parcialmente la Resolución Final GTG-SM.007/2016, determinando la existencia
de responsabilidad disciplinaria a la ahora accionante por la comisión de las faltas previstas en el art. 105.d y
h de la LNP, y en consecuencia dejó sin efecto la comisión de las faltas previstas en las literales f y k del mismo
artículo (fs. 441 a 446).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus elementos de
tipicidad, presunción de inocencia y valoración de la prueba, al trabajo, a la igualdad y a la dignidad, así como
los principios de razonabilidad, equidad y proporcionalidad, refiriendo que en su condición de Notaria de Fe
Pública fue sancionada de manera drástica, dentro de un proceso disciplinario en el cual se determinó que
supuestamente no habría participado en la Junta General Ordinaria de la empresa PEXIM S.A. de 20 de junio
de 2014, de la cual dio fe y labró el protocolo notarial, habiéndose incluido en la Resolución final de sumario
una infracción que no fue señalada en el Auto de apertura de proceso, por cuanto estima que la hoy
demandada no consideró la prueba de descargo, y valoró de forma incorrecta la prueba, al otorgar valor
probatorio a la declaración testifical del propio denunciante, sin considerar la existencia de atenuantes.
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si los argumentos expuestos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Jurisprudencia reiterada sobre la valoración de la prueba por la jurisdicción ordinaria y la
administración y su revisión excepcional por la justicia constitucional.
Respecto a la valoración de la prueba en acciones tutelares, la SCP 0039/2012 de 26 de marzo,
estableció que: “…el Tribunal Constitucional Plurinacional, al no ser una instancia adicional o suplementaria

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de los procesos, sino más bien de tutela de los derechos fundamentales; en los casos de las acciones de
defensa, no tiene atribución para la valoración de prueba sobre el fondo del asunto de donde emerge la acción
tutelar, puesto que ello es también atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios, a menos que
como resultado de esa valoración se hayan lesionado derechos y garantías constitucionales por apartamiento
de los marcos legales de razonabilidad y equidad o cuando se hubiere omitido arbitrariamente valorar una
prueba. Sobre el particular, a través de la SC 0906/2010-R de 10 de agosto, se señaló lo siguiente: ‘Respecto
a este punto corresponde remitirse a la jurisprudencia de este Tribunal, en sentido de que la valoración de la
prueba en asuntos de fondo de procesos judiciales o administrativos, corresponde a la jurisdicción ordinaria
o administrativa competente, no así al Tribunal Constitucional, dada su finalidad protectora de derechos
fundamentales y no de instancia de apelación o casacional. Una de las tantas Sentencias Constitucionales que
en la presente gestión han asumido este entendimiento, es la SC 0083/2010-R de 4 de mayo, que en lo
pertinente refiriéndose a la finalidad de la acción tutelar, señaló que: ‘(…) Ese es el entendimiento que siempre
tuvo y tiene este Tribunal, puesto que existe línea jurisprudencial en sentido de que: '…la facultad de
valoración de la prueba aportada corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios, por lo
que el Tribunal Constitucional no puede pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva competencia de
los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba que
hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes' SSCC 577/2002-R y 0977/2003-R, entre otras; es
decir que la competencia en acciones de tutela ‘…sólo alcanza a determinar -siempre que exista la acción del
agraviado-, si han existido violaciones a derechos y garantías fundamentales dentro de un proceso por
inobservancia de normas de orden procesal o sustantivas, pero no así a determinar si existen elementos de
juicio suficientes para someter a proceso penal a la persona contra la que se hubiere presentado la acción
penal...’ SC 0938/2005-R de 12 de agosto. Por tanto este Tribunal no puede ingresar a la valoración de la
prueba. Si bien ésta sub regla ‘…tiene su excepción, cuando en dicha valoración: a) Exista apartamiento de los
marcos legales de razonabilidad y equidad previsible para decidir (…) o b) Cuando se haya omitido
arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y
garantías constitucionales…´ (SC 0965/2006-R de 2 de octubre)” (las negrillas nos corresponden).
III.2. El derecho a una resolución fundamentada
Una de las finalidades implícitas que determinan el contenido esencial del derecho a una resolución
fundamentada o a una resolución motivada -judicial, administrativa o cualesquier otra, expresada en una
resolución en general, sentencia, auto, etc.- que resuelva un conflicto o una pretensión, es lograr el
convencimiento de las partes que la decisión no es arbitraria, sino que por el contrario observa el valor justicia,
los principios de interdicción de la arbitrariedad, el de razonabilidad y el de congruencia. Al respecto, la SCP
2221/2012 de 8 de noviembre, identificó algunos supuestos en los que puede ser manifiesta la arbitrariedad,
concluyendo: “…b.1) una 'decisión sin motivación', o extiendo esta es b.2) una 'motivación arbitraria'; o en su
caso, b.3) una 'motivación insuficiente'.
b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.), no da razones
(justificaciones) que sustenten su decisión, traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la
verificación de una 'decisión sin motivación', debido a que 'decidir no es motivar'. La 'justificación conlleva
formular juicios evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice [asunto
pendiente de decisión]'.
b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.)
sustenta su decisión con fundamentos y consideraciones meramente retóricas, basadas en conjeturas que
carecen de todo sustento probatorio o jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la Constitución y la ley, se
está ante una 'motivación arbitraria'. Al respecto el art. 30.11 de la Ley del Órgano Judicial -Ley 025- ‘Obliga a
las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal
como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías procesales'.
En efecto, un supuesto de 'motivación arbitraria' es cuando una decisión coincide o deviene de la valoración
arbitraria, irrazonable de la prueba o, en su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el
proceso (SC 0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos, en la confiabilidad de las hipótesis
fácticas (hechos probados) capaces de incidir en el sentido, en los fundamentos de la decisión. Es decir, existe
dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue valorado, para que se fortalezca o
debilite las distintas hipótesis (premisas) sobre los hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que
sostenga la decisión.
En este sentido, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre, dentro de un proceso administrativo sancionador señaló:
'Consiguientemente, aplicando los principios informadores del derecho sancionador, las resoluciones
pronunciadas por el sumariante y demás autoridades competentes deberán estar fundamentadas en debida

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forma, expresando lo motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los
medios de prueba. Fundamentación que no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos
y presentación de pruebas o los criterios expuestos por las partes, y en los casos en los que existan co
procesados, resulta primordial la individualización de los hechos, las pruebas, la calificación legal de la
conducta y la sanción correspondiente a cada uno de ellos en concordancia con su grado de participación o
actuación en el hecho acusado'.
b.3) De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales omite o se abstiene de
pronunciar sobre ciertos temas o problemas jurídicos planteados por las partes, se está ante una 'motivación
insuficiente' (las negrillas y el subrayado fueron añadidos).
Más adelante, la misma SCP 2221/2012, concluyó que las tres formas en las que puede manifestarse la
arbitrariedad “…son un tema que corresponderá analizar en cada caso concreto, debido a qué sólo en aquéllos
supuestos en los que se advierta claramente que la resolución es un mero acto de voluntad, de imperium, de
poder, o lo que es lo mismo de arbitrariedad, expresado en decisión sin motivación o inexistente, decisión
arbitraria o decisión insuficiente, puede la justicia constitucional disponer la nulidad y ordenar se pronuncie
otra resolución en forma motivada”.
III.3. Jurisprudencia reiterada sobre la revisión de la actividad jurisdiccional de otros tribunales
La SCP 1631/2013 de 4 de octubre, concluyó que: “La jurisprudencia del Tribunal Constitucional desde
sus inicios ha sido categórica en afirmar que a la jurisdicción constitucional no le corresponde juzgar el criterio
jurídico empleado por otros tribunales para fundar su actividad jurisdiccional, pues ello implicaría un actuar
invasivo de las otras jurisdicciones (SC 1031/2000-R de 6 de noviembre), no obstante, es indudable también
que desde sus inicios este Tribunal determinó que sí procede la tutela constitucional si en esa actividad
interpretativa se lesionan derechos fundamentales y garantías constitucionales, incluso a efectos de revisar
‘cosa juzgada’. De donde se puede concluir que la jurisdicción constitucional respetando el margen de
apreciación de las otras jurisdicciones precisó en la jurisprudencia que la acción de amparo constitucional no
se activa para reparar incorrectas interpretaciones o indebidas aplicaciones del Derecho, pues no puede ser
un medio para revisar todo un proceso judicial o administrativo, revisando la actividad probatoria y
hermenéutica de los tribunales, ya que se instituyó como garantía no subsidiaria ni supletoria de otras
jurisdicciones.
Más adelante y en ese mismo contexto jurisprudencial, el Tribunal Constitucional hace extensible la
línea jurisprudencial de revisión de la legalidad ordinaria a eventuales violaciones de los derechos y las
garantías constitucionales a la verificación de si en la interpretación, no se afectaron principios
constitucionales informadores del ordenamiento jurídico (así ver la SC 1846/2004-R de 30 de noviembre, que
cita los principios de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido
proceso). De donde determinó que un mecanismo de control de la actividad interpretativa de la jurisdicción
ordinaria resulta que ésta se someta a ‘reglas admitidas por el Derecho’ (SC 1846/2004-R de 30 de noviembre),
por ello planteó una relación de causalidad entre el sometimiento de las autoridades a los estándares
interpretativos y la vigencia de derechos, garantías, principios y valores en la actividad hermenéutica, con la
conclusión que la interpretación de una norma no puede conducir a la creación de una norma distinta de la
interpretada.
Sin embargo, posteriormente vía jurisprudencia se determinó que la errónea interpretación debe ser invocada
por el accionante a efectos de abrir la jurisdicción constitucional para la verificación de la actividad
interpretativa de la jurisdicción común, y más adelante se precisó que la parte procesal que se considera
agraviada con los resultados de la interpretación debe expresar de manera adecuada y precisar los
fundamentos jurídicos que sustenten su posición, en ese sentido se estableció que ante la ausencia de carga
argumentativa corresponde denegar la tutela solicitada. Esta línea se profundizó señalando que es atribución
del Tribunal Constitucional interpretar la Constitución, y de la jurisdicción común, interpretar el resto del
ordenamiento jurídico; o lo que es lo mismo, la legalidad infra constitucional u ordinaria, precisando que ello
no implica llegar a la conclusión tajante de que la labor interpretativa de la legalidad ordinaria no está sujeta
al control constitucional para verificar la vulneración de derechos y garantías de la Constitución, ante ello la
SC 0085/2006-R de 25 de enero, precisó que el accionante que pretende la revisión de la legalidad ordinaria
debe: 1) Explicar por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria,
incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación
que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo; y; 2) Precise los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la
interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera la problemática planteada por el recurrente, tendrá
relevancia constitucional, la SC 0194/2011-R de 11 de marzo, incorporó el tercer elemento que debe contener

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la exposición señalando: ‘3) Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u
otra situación absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse, y los derechos y/o
garantías que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha interpretación,
explicando sí el resultado, cuál la relevancia constitucional’.
De todo lo mencionado, se tiene que la línea jurisprudencial relativa a la revisión de la actividad de otros
tribunales por parte de la justicia constitucional ha avanzado en términos evolutivos hasta consolidar la noción
que la interpretación de la legalidad infra constitucional le corresponde a los tribunales de justicia y no a la
justicia constitucional; sin embargo, ante la existencia de violación de derechos y garantías previstos en la
Norma Suprema, excepcionalmente la justicia constitucional puede ingresar a valorar la actividad desarrollada
en miras a brindar tutela. De lo referido, se deben precisar tres elementos de suma importancia: i) Las
autoridades de los otros sistemas de justicia (civil, penal, familiar, agroambiental, administrativa) en realidad
ejercen al igual que la justicia constitucional una actividad hermenéutica que parte de la Constitución e irradia
a todo el ordenamiento jurídico; por ello a la luz del Estado Constitucional de Derecho no es válido hablar de
‘legalidad ordinaria’, pues todos los órganos de justicia se encuentran sometidos a la Constitución y su labor
interpretativa parte de la misma; ii) La noción de ‘reglas admitidas por el Derecho’ rescatando una posición
teórica decimonónica no agota las posibilidades hermenéutico - argumentativas de las autoridades judiciales,
por ende, si bien los métodos de interpretación formalistas, pueden resultar útiles en la obtención de un
resultado hermenéutico, no agotan todas las posibilidades que tiene la autoridad jurisdiccional en miras de
satisfacer los principios fines y valores que se encuentran en la Constitución; iii) La revisión de la actividad
interpretativa que realizan otras jurisdicciones que involucra el análisis de la motivación, congruencia,
adecuada valoración de los hechos (valoración de la prueba) y adecuada valoración del Derecho
(interpretación de las normas), no es la labor propia de la justicia constitucional, sin embargo, es insoslayable
que las autoridades jurisdiccionales no se encuentran habilitadas a vulnerar derechos fundamentales, y en
esa dimensión esta jurisdicción constitucional se encuentra facultada a vigilar que en todo fallo, providencia
o decisión judicial que las autoridades judiciales se sometan a la Constitución; y, iv) Para que la jurisdicción
constitucional analice la actividad interpretativa realizada por los tribunales de justicia, los accionantes deben
hacer una sucinta pero precisa relación de vinculación entre los derechos fundamentales invocados y la
actividad interpretativa - argumentativa desarrollada por la autoridad judicial. Demostrando ante esta
justicia constitucional que se abre su competencia en miras a revisar un actuado jurisdiccional, sin que ello
involucre que la instancia constitucional asuma un rol casacional, impugnaticio o supletorio de la actividad de
los jueces.
De lo referido sólo resulta exigible sino una precisa presentación por parte de los accionantes que muestre a
la justicia constitucional de por qué la interpretación desarrollada por las autoridades, vulnera derechos y
garantías previstos por la Constitución, a saber en tres dimensiones distintas: a) Por vulneración del derecho
a un Resolución congruente y motivada que afecta materialmente al derecho al debido proceso y a los
derechos fundamentales que se comprometen en función de tal determinación; b) Por una valoración
probatoria que se aparta de los marcos de razonabilidad y equidad; y, c) Por una incorrecta aplicación del
ordenamiento jurídico, que más allá de las implicancias dentro del proceso judicial o administrativo lesiona
derechos y garantías constitucionales” (las negrillas nos pertenecen).
III.4. Análisis del caso concreto
Por los antecedentes que contiene el expediente, se advierte que Walter Suarez Escalera, Marco Salas
Ibáñez, Mario Zambrana Morales, Ricardo Canedo Flores y Félix Gonzalo Montecinos Zabala, accionistas de la
empresa PEXIM S.A. -ahora terceros interesados-, presentaron denuncia ante la DIRNOPLU contra Elva Elena
Ugarteche Lino de Valdivia, Notaria de Fe Pública 89 de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra -hoy accionante-,
debido a que su persona se habría negado a proporcionar copias legalizadas de la documentación que según
alegan debía formar parte del Acta de la Junta General Ordinaria de accionistas de dicha empresa, pues
demostraría la participación de socios con voz y voto y la realización de la asamblea. A consecuencia de esa
denuncia, se inició contra la ahora accionante un proceso disciplinario, emitiéndose el Auto de Apertura de
Proceso Sumario MLC-A-SD. 6/2015 de 12 de octubre, para posteriormente dictarse la Resolución Final GTG-
SM.007/2016 de 29 de septiembre, que estableció responsabilidad disciplinaria en su contra, sancionándole
con la suspensión temporal de seis meses. Una vez apelada la citada Resolución, la misma fue confirmada
parcialmente por la Resolución Final Disciplinaria de Segunda Instancia DNP/TA 017/2016 de 7 de noviembre,
que resolvió determinar la existencia de responsabilidad disciplinaria por las faltas previstas en el art. 105.d y
h de la LNP, confirmando la sanción de suspensión temporal de seis meses, y dejando sin efecto la comisión
de las faltas previstas en las literales f y k del mismo artículo.
De manera previa a ingresar al análisis de los argumentos expuestos por la hoy accionante, corresponde hacer
referencia a la observación realizada por Ana María Pérez Rodríguez, Directora a.i. de la DIRNOPLU -ahora
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demandada-, referida a la ausencia de legitimación pasiva, pues considera que además debieron ser citadas
las autoridades sumariantes, quienes emitieron las resoluciones de primera instancia, para que expongan sus
argumentos de respaldo y se garantice su derecho a la defensa, mencionando al efecto la SCP 0118/2014 de
10 de enero, que señaló que es un requisito de procedencia de esta acción tutelar, identificar a los actores
que vulneraron derechos, debiendo dirigir la acción contra todos aquellos que hayan participado en tales
actos, y la SCP 0653/2013 de 29 de mayo, que cita la SC 1740/2004-R de 29 de octubre, sosteniendo que:
“…en aquellos casos en los que el acto denunciado como ilegal es ejecutado por una autoridad y es otra la
competente para revisar esa actuación a efecto de modificar, confirmar o revocar el acto puesto en su
conocimiento, el recurso debe ser interpuesto contra ambas autoridades al tener legitimación pasiva, la
primera por ejecutar el acto ilegal y la segunda por no corregirlo, de modo que al ser ambas responsables,
deben asumir las consecuencias de sus actos”.
Al respecto, corresponde señalar que las Sentencias posteriores de este Tribunal, así por ejemplo la SCP
0062/2015-S1 y la SCP 0871/2015-S3 de 17 de septiembre, retomaron y aplicaron el entendimiento asumido
en la SCP 1202/2012 de 6 de septiembre que reiteró el criterio establecido en la SC 1095/2010-R de 27 de
agosto, concluyendo que: “…quien deberá responder por la lesión al derecho fundamental y repararlo en
forma inmediata, será la autoridad o tribunal que tenga legalmente la atribución de conocer en última
instancia y, por lo mismo, para el caso de no reparar la lesión al momento de resolver el recurso ordinario, es
quien tiene la legitimación pasiva para ser demandado, responder y cumplir lo que se ordene en esta
jurisdicción si se presentare amparo” (las negrillas son nuestras).
Asimismo, Sentencias anteriores como las SSCC 0258/2003-R, 0726/2003-R, 0885/2003-R, 0723/2004-R y
1445/2004-R, 0823/2005-R, 0856/2005-R y otras, han establecido que: “…quien deberá responder por la
lesión al derecho fundamental y repararlo en forma inmediata será la autoridad o tribunal que tenga
legalmente la atribución de conocer en última instancia, y por lo mismo, para el caso de no reparar la lesión
al momento de resolver el recurso ordinario, es quien tiene la legitimación pasiva para ser demandado,
responder y cumplir lo que se ordene en esta jurisdicción si se presentare Amparo” (las negrillas y el subrayado
nos corresponden). Situación que ocurrió en el presente caso, pues se demandó a la Directora a.i. de la
DIRNOPLU, sobre quien recae la legitimación pasiva en la acción de amparo constitucional, por ser quien tuvo
la facultad para revisar, modificar, confirmar o revocar la decisión de primera instancia, y corregir la supuesta
restricción de los derechos fundamentales y garantías constitucionales y quien en todo caso debe corregir el
supuesto acto indebido a través de la emisión de una nueva resolución de recurso de apelación. De igual
forma, la parte accionante expuso de manera clara y precisa la vinculatoriedad existente entre las actuaciones
de la persona demandada con los supuestos derechos lesionados por esta; en consecuencia, en el presente
caso no es posible denegar la tutela impetrada bajo el sustento de ausencia de legitimación pasiva.
Aclarada la observación referida a la legitimación pasiva sobre los hechos que dieron lugar a la interposición
de esta acción tutelar, la accionante identificó que en la emisión de la Resolución Final del proceso
disciplinario, se incurrieron en varios actos lesivos, que no fueron corregidos por la ahora demandada, como
autoridad de última instancia, pese a que impugnó los mismos en su recurso de apelación, siendo la
observación principal, el no haberse subsanado la denuncia referida a la mala valoración de la prueba, que
fue denunciada en apelación, correspondiendo verificar de manera inicial lo siguiente: 1) Si efectivamente los
actos lesivos ahora denunciados, fueron reclamados de manera previa en segunda instancia; y, 2) Si la persona
encargada de resolver el recurso en segunda instancia, respondió de manera fundamentada a los agravios o
corrigió las observaciones y puntos apelados. Para ello se hace necesario realizar un contraste de los alegatos
expuestos en el memorial de apelación -interpuesto contra la Resolución Final GTG-SM. 007/2016-, y los
fundamentos que fueron expresados en la Resolución Final Disciplinaria de Segunda Instancia DNP/TA
017/2016.
En el marco expuesto, se tiene que la accionante, a tiempo de plantear su apelación, expuso como agravios
los siguientes alegatos:
i) “…INCIERTA Y EXTRAÑA FUNDAMENTACIÓN DE LOS HECHOS FÁCTICOS QUE MOTIVAN LA ACCIÓN” (sic)
en cuyo punto manifestó que conforme a la denuncia interpuesta por los hoy terceros interesados, su persona
en su función de Notaria de Fe Pública dentro de la celebración de la Junta General Ordinaria de accionistas
de la empresa PEXIM S.A., al cumplir las atribuciones conferidas en el artículo 19 de la LNP, hubiere incurrido
en lo previsto por los arts. 105 literales d, h y k; y, 104.c y f de la indicada Ley, denuncia a la cual adjuntaron
“…fotocopias de una orden judicial que no determina nada en concreto, pues indica que la parte se dirija de
forma directa a la notaria” (sic), así como también fotocopias del Acta de asamblea general de beneficiarios
del liquidado fondo mutual de trabajadores de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) “(FMTP)”
de 20 de noviembre de 2010, sin demostrar en la denuncia qué pretenden con esta; a cuyo efecto emitió un
informe claro y detallado que explica los hechos ocurridos. Sin embargo, se pronunció el Auto de apertura del
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proceso sumario atendiendo a una denuncia oscura e imprecisa que no menciona los hechos que fundan las
supuestas faltas cometidas, pues citan un acta pero sin señalar de que fecha, siendo este el objeto de la
denuncia; asimismo, el Sumariante, sin hacer uso de su facultad de recabar elementos de convicción para
desestimar o rechazar la denuncia, por ser oscura o imprecisa, le procesa adicionando la falta prevista en el
art. 106.e de la misma Ley -autorización de escritura simulada- que no fue enunciada en la denuncia, y sin que
exista prueba idónea de cargo que funde esa falta, lo que denota ausencia de objetividad, valorando
solamente la denuncia y la documentación adjunta, que no demuestran una simulación de actos;
ii) “…INOBSERVANCIA DE LA IRREGULAR PRUEBA TESTIFICAL de fojas 315 QUE HUBIERE SIDO VALORADA”
(sic), a cuyo efecto alegó que el testigo señaló que se fueron emitidas dos Actas de 20 de noviembre de 2010,
instaladas a la misma hora, cuando en realidad dichos actos se realizaron en distintos horarios, lo que
evidencia la falsedad de las declaraciones;
iii) “…INCONGRUENCIA EN LA FUNDAMENTACIÓN” (sic), pues en el Auto de apertura del proceso, fue absuelta
de las faltas previstas en el art. 104. c y f de la LNP, pero en el tercer Considerando, el sumariante argumenta
que se admite la denuncia por esas faltas; de la misma forma hacen prevalecer la voz de los denunciantes,
que arguyeron que su persona no estaba presente en el acto, cuando fueron ellos quienes no se encontraban
habilitados y acreditados para participar en tal junta, según consta a fs. 73 y 75; y,
iv) “…INCORRECTA APROBACIÓN Y VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS DE CARGO” (sic), en relación a este punto
a) Uno de los denunciantes declaró como testigo, a quien además no se le preguntó por qué nunca impugnó
el Acta de la Junta de 20 de junio de 2014; b) En el Acta objeto de la litis no se cita ningún poder notarial que
el testigo alegó no haber sido revisado por su persona, argumento que sirvió en la Resolución Final, cuando
su presencia en dicha junta era para dar fe a un acto extraprotocolar, donde los accionistas acreditados eran
habilitados en la oficina de títulos valores de la empresa, lo que era manifestado en las convocatorias
publicadas. Se entiende que los actos extraprotocolares, “son aquellos que el Notario entrega a los
interesados y circulan tal y como han sido creados (sin necesidad de que para su validez legal tengan que ser
protocolizados y se entregue un testimonio de los mismos), sea en uno o más ejemplares, así tenemos las
actas, certificaciones, constancias, cargos, etc” (sic); realizó su trabajo de forma idónea, verificando la citación
legal a los accionistas, las acreditaciones de acciones y accionistas conforme a sus credenciales otorgadas por
la oficina de Títulos Valores de la sociedad, constatando la presencia de los accionistas mediante lista con
Cédula de Identidad en mano, cuyas acreditaciones en su totalidad conformaban el quorum suficiente para la
instalación de la junta, habiendo entregado el acta original al interesado, quedándose en su poder una copia,
así como también archivados los apuntes manuscritos que tomo; todo lo que demuestra su presencia en la
junta de referencia y desvirtúa lo manifestado por sus accionantes; c) Se valoró la carta de “fs. 318” firmada
por Julio Gironda Flores, prueba de dudosa procedencia, e inidónea, puesto que dicha persona fue ofrecida
como testigo pero no se apersonó ante la “Dirección Nacional” para dar su testimonio; d) Se valoró prueba
testifical nula de pleno derecho, por ser el testigo parte en del proceso, y aún calumniosa por sostener que su
persona nunca estuvo presente en las juntas que se llevaron a cabo, pues de ser cierta esa afirmación, por
qué nunca antes denunció tal irregularidad; asimismo, sostuvo que su persona no participo en la Junta de 20
de junio de 2014, cuando fue dicha persona quien no estaba habilitada ni asistió a la misma; e) En la Resolución
Final impugnada se tomó en cuenta un error de taipeo -en el nombre de Deisy Parada Duran- como un
elemento probatorio de que se hubiera alterado un dato en el acta de la citada fecha, cuando el sumariante
en forma oportuna debió constatar físicamente tal extremo antes de emitir criterio violatorio; y, f) Indicaron
que su persona no entregó copias legalizadas del Acta de la junta, sin precisar la fecha de tal acto y cuando a
“fojas 223 y 224” cursa la entrega y solicitud de certificaciones y fotostáticas legalizadas; de igual forma se da
como probado “…un hecho no denunciado el 13 de julio de 2015. Una incongruencia puesto que según el
legajo de acreditaciones de acciones y accionistas se habilita a los accionistas en la oficina de títulos valores
de la sociedad, como a los representantes sin poderes notariales, por tal motivo no cursan en archivo, toda
vez que conforme a los estatutos de la empresa, lo habilitan de esa manera, escapando de toda
responsabilidad mi persona, ya que en el caso que nos ocupa mi persona da fe de los actos que presencia y
con la documentación que es exhibida y verificada en ese momento, no en días anteriores, como lo maneja la
sociedad” (sic); da como hecho probado que su persona no hubiere participado en la Junta de 20 de junio de
2014 -objeto de la litis-, simplemente porque no tiene bajo su custodia fotocopias de los poderes de quienes
participaron en la misma, cuando según se manifestó la sociedad conforme sus estatutos habilita en la oficina
de títulos valores a sus accionistas y representantes, y su persona solo verifica que en las listas de
acreditaciones de acciones y accionistas proporcionadas, se encuentren en físico las personas allí detalladas,
como la representación que realizan de otros socios en virtud a los credenciales que se exhibe y que habilita
la sociedad de forma interna, hecho que el Sumariante debió corroborar solicitando al presidente del
Directorio, representante legal o a los mismos denunciantes, exhiban fotocopias de los estatutos de PEXIM
S.A., antes de dictar la resolución, que además ignora la prueba de descargo presentada, consistente en:
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fotocopias del libro de Actas de la mencionada empresa que cursan en sus archivos; fotocopias de las cartas
de solicitud y constancia de entrega de copia legalizada a los señores Mario Zambrana Morales y Felix Gonzalo
Montecinos Zabala el 19 de noviembre de 2015, quienes acreditaron su legitimidad para dicha petición; orden
judicial negada por el entonces Juez de Instrucción Primero en lo Civil del departamento de La Paz, quien
sostuvo que no se requiere orden judicial para la extensión de lo pedido; copia legalizada del acta de la Junta
de 20 de junio de 2014, que refiere que se hicieron presentes los miembros del directorio, su persona y los
accionistas acreditados en la oficina de Títulos Valores, que la misma se llevó a cabo con el quorum suficiente;
las tres publicaciones de la convocatoria a la Junta de referencia, que advertía que para la participación con
voz y voto los accionistas debían acreditar su personería en la oficina de Títulos y Valores de la sociedad, y no
así ante su persona; informe CITE DNP/N007-2/2015 que de forma detallada, minuciosa y cronológica, relata
y aclara el acontecimiento de los hechos de 20 de junio de 2014; pruebas que desvirtúan la falta disciplinaria
injustamente sancionada -puesto que su persona presenció el acto de la Junta de la indicada fecha-, y que no
fueron valoradas por el Sumariante.
Ante los argumentos expuestos, referidos casi en su totalidad a la valoración probatoria, la hoy demandada al
dictar la Resolución Final Disciplinaria de Segunda Instancia DNP/TA 017/2016, respondió a los agravios
expresando que:
1) Respecto a haberse aperturado el sumario por la falta prevista en el art. 106.e de la LNP, no enunciada en
la denuncia, el art. 110.II de la misma Ley, no exige que esta además contenga la precisión de la norma
vulnerada, correspondiendo en todo caso al Sumariante evaluar la calificación de los hechos denunciados e
incluso recabar elementos de convicción a efectos de desestimar o admitir la misma, en tal sentido el
argumento planteado por la apelante no condice con el procedimiento establecido y en todo caso si la
denuncia hubiere sido imprecisa el caso de autos no hubiere prosperado hasta emitirse la Resolución Final de
primera instancia;
2) Respecto a la “…irregular prueba testifical de fojas 315…” (sic), la Resolución Final de sumario en el acápite
de hechos no probados, señaló que no se demostró que las dos Actas de 20 de noviembre de 2010, fueron
realizadas a la misma hora; consiguientemente, el fallo apelado no se basa en esos documentos;
3) La Resolución Final de sumario en el acápite de hechos probados refiere cuales son los elementos de
prueba o convicción, mismos que se complementan en caso de duda, con la simple revisión de los documentos
producidos y arrimados al expediente y de la lectura de todo el documento en sus diferentes acápites, que
reflejan la valoración efectuada tanto de las pruebas de cargo como de descargo; por otra parte en materia
procesal administrativa no existe óbice por el cual los denunciantes no pueden fungir como testigos;
4) Respecto al argumento de que la presencia de la Notaria -hoy accionante- en la Junta de 20 de junio de
2014, era para dar fe de un acto extraprotocolar donde los accionistas acreditados eran habilitados en la
oficina de Títulos Valores de la sociedad veinticuatro horas antes de que se lleve a cabo la Junta; si bien ese
tipo de actos no requieren la existencia de un protocolo ni de la extensión de testimonios, deben igualmente
contar con la documentación que los avale y con la presencia del Notario que de fe de la certeza de dicho
acto, conforme al art. 19.a de la LNP, lo cual en el caso analizado no ocurrió, “…de esta forma se convierten
en documentos públicos al estar respaldados documentalmente y haber sido presenciados por el notario
investido de poder para dar fe pública…” (sic), como indica la resolución apelada, los documentos que no
forman parte del protocolo notarial deben ser igualmente registrados y archivados por la Notaria o Notario
de Fe Pública, siguiendo las disposiciones para los registros protocolares conforme establece el art. 79.I del
Decreto Supremo (DS) 2189 de 19 de noviembre de 2014;
5) Entre otros hechos probados, la Resolución de primera instancia refiere que la Notaria sumariada “…no
tiene en custodia las fotocopias de los Poderes y acciones de PEXIM S.A., de quienes participaron en la referida
junta, ni tampoco están en archivo las fotocopias de cédula de identidad de los intervinientes (…), tampoco
tiene en su custodia las fotocopias de los poderes de quienes participaron en la Junta, ya que está demostrado
que no participó en dicho acto” (sic), siendo el error de taipeo uno más de los elementos que fueron tomados
en cuenta por el Sumariante Disciplinario para emitir criterio “La documentación en fotocopias simples
adjunta al memorial de apelación, no corresponde sea valorada, en aplicación del artículo 112 parágrafo II
que señala ‘No podrá admitirse prueba en segunda instancia’” (sic);
6) Sobre el comentario de la apelante manifestando que el sumariante disciplinario da como hecho probado
un suceso no denunciado, dicha autoridad se encuentra en plena libertad de recabar los elementos útiles para
la comprobación o no de los hechos denunciados y desentrañar la verdad histórica de los hechos;
7) Sobre la adición de la falta prevista en el art. 105.f de la LNP, que no fue contemplada en el Auto de
apertura del proceso, corresponde reparar dicha situación;

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8) La falta en la que incurrió la sumariada no se adecua a la literal k del art. 105 de la mencionada Ley, toda
vez que esta literal se refiere a la otorgación de documentos notariales protocolares y no a extraprotocolares
como la celebración de la referida Junta; y,
9) La sanción de suspensión de seis meses, guarda relación con las faltas graves que fueron probadas; es
decir, las literales d y h del art. 105 de la citada Ley.
De la contrastación efectuada entre el memorial de apelación y la Resolución Final Disciplinaria de Segunda
Instancia DNP/TA 017/2016, se advierte que si bien esta última resuelve algunos de los puntos observados
por la ahora accionante, principalmente los relacionados a los reclamos sobre la incongruencia de las faltas
supuestamente cometidas, señaladas en cada acto procesal; sin embargo, la hoy demandada no se pronunció
respecto de los siguientes agravios:
i) Las nuevas faltas disciplinarias introducidas por el Sumariante; pues solo argumentó que el Juez
disciplinario puede recabar elementos de convicción que le permitan establecer o no la comisión de faltas,
pero no tomo en cuenta que tal facultad no puede lesionar derechos o garantías del sumariado, como es el
derecho al debido proceso, tipicidad y congruencia, conforme a los cuales, no puede ser procesado por hechos
que no fueron denunciados ni motivaron el inicio del sumario; así en caso de que el Juez Sumariante haya
encontrado nuevos elementos de convicción que hagan presumir la comisión de otras faltas, en todo caso
corresponde, que por estos nuevos hechos, se aperture otro proceso, donde se otorgue al imputado la
posibilidad de responder a los mismos y ejercer plena defensa, presentando los descargos que considere
pertinentes;
ii) La valoración de la prueba de cargo efectuada por el Juez Sumariante, reclamo referido a que solamente
se tomó en cuenta la declaración testifical de Mario Zambrana Morales, para establecer que su persona no
participó en la junta de accionistas de la empresa PEXIM S.A. de 20 de junio de 2014, quien no sería un testigo
idóneo por ser uno de los denunciantes, y que solamente sobre este elemento, sin mayor sustento fue emitida
la gravosa sanción de seis meses de suspensión; denuncia efectuada por la apelante que tampoco fue
respondida por la hoy demandada, quien solo señaló que no existe óbice para que los denunciantes puedan
ser testigos, que los elementos probatorios de cargo existen y se complementan; y que cualquier duda se
desvirtúa con la simple revisión de los documentos producidos y arrimados al expediente y de la lectura de
todo el documento en sus diferentes acápites que reflejaría la apreciación efectuada tanto de las pruebas de
cargo como de descargo; fundamento que evidentemente infringe el derecho constitucional al debido proceso
-en sus elementos de motivación y fundamentación y valoración de la prueba- de la ahora accionante, puesto
que no explica de manera clara qué elementos o pruebas de cargo fueron considerados, y lograron generar la
convicción sobre la falta atribuida, ni cuál fue el valor que se otorgó a cada uno de ellos; habiendo la
demandada, expuesto argumentos generales indicando que se verificó todos los elementos que cursan en los
expedientes, sin tomar en cuenta que no se puede suplir la carga argumentativa que justifique una decisión,
sino que es necesario mostrar cómo un determinado elemento probatorio creó certeza del hecho, por ello
era deber de la autoridad de apelación hoy demandada, verificar si la autoridad que estableció la existencia
de una falta y su sanción, al determinarla expuso de manera razonada su criterio respaldado en la prueba
producida, no es posible que un fallo sea sustentado en frases genéricas, o que la argumentación desplegada
al momento de relacionarla con la prueba se limite a una simple enumeración y descripción de la prueba
aportada, pretendiendo que por la sola mención de los hechos se tienen por demostrados, una adecuada
fundamentación relacionada con la prueba exige que las inferencias, las máximas de la experiencia, o las reglas
lógicas, empleadas por la autoridad que tuvo inmediación con la prueba sean adecuadamente expuestas,
mostrando cuáles son las pruebas que determinan la atribución de un hecho, por qué el testimonio de un
testigo generó convicción de un hecho, los motivos por los cuales se optó por elegir un testimonio respecto
de otra prueba u otro testimonio, ello no significa que el de alzada pueda revalorar nuevamente la prueba,
sino que debe y puede censurar su fundamentación. En el presente caso, la hoy demandada a tiempo de
verificar la labor de fundamentación del de instancia sobre la prueba expresa: “El acápite de Hechos Probados
de la Resolución Final de Primera Instancia GTG N° SM. 007/2016, refiere en cada punto cuáles son los
elementos de prueba o convicción, mismos que se complementan, en caso de duda, con la simple revisión de
los documentos producidos y arrimados al expediente y de la lectura de todo el documento en sus diferentes
acápites. Los acápites fundamentación jurídica y anales del caso concreto, reflejan la evaluación efectuada
tanto de las pruebas de cargo como de descargo que se presentaron, así como su respectiva valoración. Por
otra parte, en materia procesal administrativa no existe óbice por el cual los denunciantes no puedan fungir
como testigos” (sic) sin verificarse el control, si las inferencias, las máximas de la experiencia, o las reglas
lógicas desplegadas por la autoridad administrativa de instancia son razonables y se encuentran debidamente
justificadas, requisito imprescindible para que una resolución de la cual se cuestionó su fundamentación en la
apreciación probatoria sea confirmada, esto es que, el presente caso la prueba que motivó el establecimiento

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de la culpabilidad de la sumariada en la comisión de las faltas que se le atribuyen, se encuentre debidamente
individualizada y fundamentada en base a normativa, principios y en su caso jurisprudencia aplicable, que más
allá de que no exista óbice para que los denunciantes puedan actuar como testigos, aquel testimonio
relacionado con otras pruebas genera la convicción de que la conducta impugnada fue probada y no existe
ninguna duda sobre su comisión, aquella valoración también implica que las pruebas de descargo merezcan
el mismo tratamiento y se muestren las razones por las cuales, en el caso en particular no pueden desvirtuar
la imputación; y,
iii) La falta de valoración de la prueba de descargo adjuntada; como el informe detallado que presentó antes
de la emisión del Auto de apertura del proceso, que explicaría los hechos ocurridos el 20 de junio de 2014; el
Acta original que labró, firmada por el Presidente, Secretario y dos accionistas de la empresa PEXIM S.A., la
copia legalizada de la misma y los documentos adicionales, que demostrarían su presencia en la Junta de dicha
fecha; las convocatorias a esta de 20 de junio de 2014, publicadas en un medio de comunicación escrito,
detalle de títulos accionarios al portador y fotocopias de las credenciales de los socios, que demostrarían el
número de acciones de cada accionista y por ende su porcentaje de participación; asimismo, demostrarían
que la habilitación para participar en las juntas se realizaba en las oficinas de Títulos Valores de la empresa y
no ante su persona, y que los denunciantes no estaban acreditados para participar en la junta; las listas
firmadas por los accionistas que participaron en la referida Junta, que además de la asistencia de los mismos,
demostrarían que se contaba con el quorum requerido para la realización de esta; argumento que fue
expuesto de manera detallada en apelación, y no mereció respuesta, sino la conclusión de que la apelante no
asistió a la Junta de dicha fecha; que si bien la junta de 20 de junio de 2014 era un acto extraprotocolar, debía
igualmente contar con la documentación que lo avale y con la presencia de la Notario que de fe de la certeza
de dicho acto; y, que la resolución de primera instancia menciona que la Notaria sumariada no tiene en su
custodia las fotocopias de los Poderes y acciones de PEXIM S.A. de quienes participaron en la indicada junta,
ni tampoco fotocopias de Cédula de Identidad ni de los poderes de los intervinientes; argumentos que no
explican por qué los documentos presentados por la apelante, no demostrarían lo contrario, ni por qué son
necesarios o tienen más valor unos documentos sobre otros, o en este caso por qué eran necesarias las
fotocopias de Cédulas de Identidad y poderes de los asistentes y las razones para considerar insuficientes o
sin valor las fotocopias de las credenciales de acciones y accionistas de los socios.
3Los hechos descritos demuestran que no se respondieron a todas las observaciones descritas en el recurso
de apelación interpuesto y que la ahora demandada no se pronunció de manera fundamentada sobre las
observaciones realizadas a la valoración de la prueba efectuada por el Juez Sumariante, y considerando que
corresponde a los Órganos administrativos y judiciales ordinarios motivar razonablemente la valoración de las
pruebas propuestas, conforme a las reglas de la lógica y de la sana crítica, exponiendo los hechos que
sustenten su decisión, corresponde conceder la tutela pedida, solo a efecto de subsanar la omisión de
congruencia sobre el recurso de apelación y la ausencia de fundamentación sobre los agravios descritos,
debiendo la autoridad demandada, emitir una nueva resolución debidamente fundamentada.
En consecuencia, la Jueza de garantías, al conceder la tutela impetrada, actuó de forma correcta.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión,
resuelve: CONFIRMAR la Resolución de 1 de diciembre de 2016, cursante de fs. 1190 vta. a 1194, pronunciada
por la Jueza Pública de Familia Decimosegunda de la Capital de departamento de Santa Cruz; y en
consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada en cuanto al derecho al debido proceso, en los mismos alcances
concedidos por la Jueza de garantías.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez MAGISTRADA
Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey MAGISTRADO

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