Principios de La Homopatia
Principios de La Homopatia
Principios de La Homopatia
1. Experimentación de las sustancias para ser usadas como remedios en el hombre sano.
2. Selección y uso de los remedios, de acuerdo con la ley de semejante.
3. Remedio único.
4. Dosis mínima.
A partir de estos principios se desarrolla toda la Medicina Homeopática, que complementa estos
principios desde la perspectiva de la individualización de su práctica. Esto quiere decir, que cada
caso para el médico homeópata se analiza con la mayor precisión al paciente en lo referido a su
personalidad, historia biográfica, aspecto físico y mental, dolencias, característica de los dolores,
Todos los individuos son susceptibles en mayor o menor grado de dejarse influir por la
acción drogal. El grado de susceptibilidad de cada individuo determinará la acción del
medicamento.
La acción de los medicamentos produce en el organismo humano síntomas que conforman
cuadros similares a los que constituyen las enfermedades naturales.
Lo que constituye la enfermedad es un desequilibrio de la armonía psíquico-funcional de la
organización del ser humano. El medicamento es por lo tanto una energía capaz de alterar el
estado del organismo en todas sus funciones.
Cada individuo reacciona de forma peculiar tanto a la noxa natural enfermante, como a la
acción del medicamento.
La acción del medicamento señala e identifica la idiosincrasia de cada individuo.
Cada droga tiene una forma específica de alterar la salud.
Las dosis imponderables pueden generar y provocar reacciones intensas en el hombre
sano.
La Experimentación pura confirma el carácter dinámico de las reacciones vitales de los
individuos.
Entre los años de 1796 y 1830 el propio Hahnemann experimentó decenas de sustancias
A tal acción corresponde una reacción por parte del organismo, con aspectos generales en todos
los individuos para cada sustancia, pero también con capacidad de desencadenar reacciones
particulares individuales dependiendo del sexo, edad, constitución, temperamento, etc.,
haciéndolas todavía más particulares de acuerdo a modalidades como lateralidad, posición, estado
del tiempo, etc.
A través de estas observaciones metódicas, cuidadosas y profundas de la manera de reaccionar
de cada individuo ante la acción morbífica artificial de substancias de experimentación sobre el
organismo humano, se puso mayor cuidado y empeño en la observación clínica de los enfermos
descubriendo que aún ante un mismo síndrome sufrido por varios individuos, hay variantes
profundas en sus manifestaciones de acuerdo también a sexo, edad, constitución, temperamento,
etc. La sistematización y el enfoque de estos datos aplicados a la Terapéutica a través de la Ley de
Semejantes que se expresa por el aforismo latino Similis Similibus Curantur y cuya expresión
explícita dice: “Toda substancia capaz de producir en el organismo relativamente sano del hombre,
en dosis masiva, un conjunto de trastornos patológicos, cura en dosis mínima, los trastornos
análogos que existen en el organismo enfermo”.
El desarrollo del sistema anteriormente expuesto dio como resultado una medicina original,
individual, específica y eminentemente humanística; en la que la recopilación de los signos y
síntomas somáticos son tan importantes como los de la psique y entre los cuales hay
necesariamente una reciprocidad de influencias, reconocida desde siempre por la Terapéutica
Homeopática. En ella, la concepción del hombre es unitaria y no disociable por las diferentes
funciones. Es por ello que la individualización de la enfermedad y de la selección del medicamento
constituyen el fundamento de la práctica médica homeopática y él médico deseoso de practicar la
Terapéutica Homeopática necesita conocer, estudiar el registro de las acciones y reacciones
provocadas en el organismo (razonablemente) sano del hombre que fueron provocadas en forma
metódica y dirigida por las diferentes substancias. A este registro Hahnemann las llamó
patogenesias y a la materia médica que estudia el conjunto de ellas Farmacodinamia, en relación a
la dinámica de los medicamentos y su acción demostrada sobre las diferentes células, tejidos,
órganos, aparatos y sistemas.