Buchanan, Veronica (2010) - de Que Responde La Inhibicionz
Buchanan, Veronica (2010) - de Que Responde La Inhibicionz
Buchanan, Veronica (2010) - de Que Responde La Inhibicionz
Buchanan, Verónica.
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TÍTULO: ¿DE QUÉ RESPONDE LA INHIBICIÓN?
Mail: [email protected]
Institución que lo acredita: Proyecto UBACyT P022 “El sinthome en las neurosis: Abordajes
de las neurosis en el último periodo de la obra de J. Lacan (1974-1981)” (2008-2010)
Resumen:
Abstract
This work is part of the UBACyT P022 Investigation Project “The sinthome in the neurosis:
Approaches to the neurosis on the last period of Lacans work (1974-1981)” (2008 – 2010).
These projects intend to find on the knotting approach some details that let us specify the
knotting and unknotting for the different neurosis. Starting with a reference from de Seminar
22 about surfaces that answer each other, I will specify and localize inhibition in the
borromean knot, in particular for obsessive neurosis. The hypothesis is that inhibition answers
non sexual proportion consisting on the jouissance of A. The obsessive believed that with
inhibition defends from super ego, avoiding anguish, but that is already an answer to the fact
of the non sexual proportion.
Introducción
Partiendo de este planteo, me propongo tomar una referencia del Seminario 22 “RSI” para
pensar algunas particularidades de la inhibición y su localización en el nudo.
Propondrá que la articulación que presenta el nudo borromeo podría presentarse como una
relación de superficies que se responden. Es así que el Inconciente sería lo que responde del
Síntoma y el Falo lo que responde de la angustia. Ahora bien ¿de qué responde la
inhibición? No se encuentran referencias de Lacan a esa cuestión.
Por otro lado, en la obra de Lacan se puede corroborar cada vez que no hay la relación
sexual, no hay relación entre dos sin la mediación de un tercero. A partir del nudo borromeo
esto se hace presente en el hecho de que los registros no se relacionan entre si sino por
mediación de un tercero. El hecho mismo del anudamiento borromeo precisa de lo real para
mantener anudados a lo simbólico y lo imaginario, lo simbólico para mantener anudados lo
real y lo imaginario; y finalmente lo imaginario para mantener anudados a lo simbólico y lo
real. Se concluye entonces que no hay relación que no sea por mediación.
El Inconciente responde del síntoma produciendo sentido. De este modo amortigua la cara
real del síntoma, intenta tramitarlo por el trabajo de la cadena significante. Así el inconciente
en tanto apertura de lo simbólico, media entre la cara mas real del síntoma en tanto “el signo
de algo que es lo que no anda en lo real”1 (LACAN, 1974-1975), y lo imaginario manteniendo
el anudamiento borromeo en la producción de sentido. En esta la vía puede leerse lo que
propuso Lacan en el Seminario 21 al abordar lo simbólico como medio y de esta forma
anudar de modo borromeo lo imaginario y lo real2. Tomando lo imaginario como ese cuerpo
insensibilizado de “lo que le concierne” y lo real como muerte; nombrando aquí a lo simbólico
como “amor divino”. Son múltiples las referencias que acercan el inconciente a la religión
verdadera, el cristianismo, como aquello que vuelve a ligar3. Trabajo de volver a ligar los
significantes, haciendo cadena, trabajando para reducir aquello real que del síntoma resiste.
“… es en tanto que este nudo da cuenta de un cierto número de inscripciones por las cuales
unas superficies se responden, que veremos que el inconciente puede ser responsable de la
reducción del síntoma”4 (LACAN 1974-1975). Reducción que anuda en la vía de la
producción de sentido. Reducción a ese mínimo de la estructura anudada que es, y es la
intención lacaniana en el recorrido de este seminario, el Nudo Borromeo de tres.
Por otro lado, el Falo como desborde de lo real sobre lo simbólico es lo que responde de la
angustia. Esto es así en tanto el Falo localiza la angustia como angustia de castración. O
sea, respecto de la angustia masiva, el Falo permite localizar y nombrar la angustia como
angustia de castración, pasando así a la vertiente señal de la angustia. De este modo
podemos decir que el efecto de anudamiento se observa aquí en la ubicación del goce fálico
entre simbólico y real, mientras que el desborde de lo real hacia lo imaginario hace surgir la
angustia como señal, señal de la castración5.
“… la angustia, en tanto ella es algo que parte de lo real, (…) va a dar su sentido a la
naturaleza del goce que se produce aquí por el recorte puesto en superficie, por el recorte
euleriano de la Real y lo Simbólico”6 (LACAN 1974-1975). Que la angustia de un sentido es
algo que no estamos habituados a pensar. Por eso seguramente se vuelva necesario pensar
en la angustia localizada como señal de la castración. Angustia entonces da su sentido en el
goce fálico en donde “se despliega a sus anchas aquella falta fundamental que califico de no
relación sexual.” (LACAN, 1974. p.104). Versión amortiguada de la castración, tramitada por
las vías de la significación fálica.
Con estas citas, quiero sostener que el efecto tercero de anudamiento producto de que el
Falo responda de la angustia es la producción del goce fálico, que va en la vía de normalizar
un goce heterogéneo al aparato, traumático.
Por último me interesa dejar asentada la propuesta para pensar que esa relación de
superficies que se responden pueda ir en el sentido contrario, ya no levógiro sino dextrógiro.
De este modo, sería el síntoma el que responda del inconciente y la angustia la que
responda del Falo. Habría que ver qué alcance se le puede dar a este recorrido. Pero tomo
una referencia de Lacan en donde se puede leer que la angustia es lo que responde del Falo
para pensar esta otra vertiente del Falo señalada por Lacan en estos seminarios, en donde el
Falo es el goce en tanto hetero, lo traumático. Y la angustia sería una respuesta subjetiva a
esa presencia heterogenea al aparato. “…la angustia es eso: es lo que es evidente, es lo que
del interior del cuerpo existe cuando hay algo que lo despierta, que lo atormenta”7 (LACAN
1974-1975). Esta vía permitiría proponer que por un lado el Falo vuelve angustia señal a la
angustia masiva. Pero, en el otro sentido, que la angustia es la respuesta ante la presencia
del Falo como goce heterogéneo al cuerpo. Va a ser necesario abordar diferentes versiones
del Falo para pensar estas relaciones con la angustia.
Llegando a la pregunta por la inhibición, encuentro ahí un interrogante que no es retomado.
Nos faltan referencias para pensar qué es lo que ocurre con la inhibición en esa relación de
superficies que se responden. Encontramos en el Seminario 22 que “La inhibición es
siempre asunto de cuerpo, o sea de función” “… es lo que en alguna parte se detiene por
inmiscuirse, si puedo decir, en una figura, que es figura de agujero, de agujero de lo
simbólico”. Bien, son localizaciones de la inhibición acordes a la propuesta freudiana. Pero
¿De qué responde la inhibición?
Tampoco está explicitado qué se produciría como efecto de anudamiento. Tomemos como
orientación que Lacan ubica tanto en el Seminario 22 como en La Tercera entre lo real y lo
imaginario al Goce del Otro (JA). Cabe hacer la aclaración de que también ubica ahí el efecto
de no relación sexual8 que podría escribirse como JA (Goce del Otro Tachado, o de la
inexistencia del Otro). Conservemos esta aparente contradicción y veamos si nos da alguna
pista.
Digamos entonces que algo “x” respondería de la inhibición con un efecto en su anudamiento
de consistencia en el Goce del Otro (JA).
Sabemos que es Lacan quien ha formalizado las dos vertientes del Superyó, haciendo
hincapié en aquella que lo ubica como “imperativo de goce”. Sin embargo es interesante leer
en Introducción del Narcisismo que Freud no deja de señalar que la energía psíquica con la
que se constituye esa “instancia observadora” es la libido yoica (sexual) propia del
narcisismo que el niño debe “resignar”. Sin embargo, es preciso decirlo, se trata de libido
yoica, lo que nos deja enteramente dentro del principio del placer. Esto establece una
diferencia esencial con el empuje a gozar propio del superyó lacaniano que se ubica
claramente en el más allá del principio del placer. Empuje que lleva a exigir el goce todo.
En “Inhibición, síntoma y angustia” Freud plantea que la inhibición corresponde a una
limitación de una función. Son renuncias a cierta función cuyo ejercicio desarrollaría angustia.
La inhibición se presenta entonces como una “limitación funcional del yo” por la “erotización
hiperintensa del órgano requerido para la función” (FREUD, 1925). Freud propone que la
inhibición sería para evitar un conflicto con el Ello. Pero señala que hay otros casos donde se
produce al servicio de la autopunición. En esos casos, la inhibición se produciría como modo
de evitar, de no entrar en conflicto con el superyó.
Podemos establecer con estas referencias que en algunos casos, la inhibición sería una
operación para evitar el conflicto, ya sea con el Superyó o con el Ello. Demos un paso más y
digamos que lo que la inhibición pretende evitar es el Superyó en su cara de empuje a gozar,
ahí donde hunde sus raíces en el Ello. “Este goce del Otro cada uno sabe hasta que punto es
imposible (…) en ningún caso dos cuerpos pueden hacerse uno” (LACAN, 1974. Pág. 106).
Planteo aquí lo imposible de la exigencia del Superyó.
Sin embargo, siguiendo la propuesta del Seminario 10, podemos decir que la inhibición se
presenta como una operación puramente imaginaria. Es que ese cero de dificultad y de
movimiento para evitar un conflicto, intentan preservar la completud de imagen narcisista.
En La Tercera, Lacan deja de lado lo Inhibición pero avanza con ese lado enigmático, fuera
de simbólico, entre imaginario y real. Sigue ubicando entre real e imaginario al goce del Otro
(JA), pero agrega en el desborde de lo imaginario sobre lo real a la Representación
Preconciente. Vale la pena destacarlo, la preconciencia - conciencia queda por fuera de lo
simbólico. La conciencia, en el mismo plano que la percepción, viene a taponar al yo en tanto
agujero.
Me interesa por esta vía establecer una relación entre la inhibición como presentación
prevalente en la Neurosis Obsesiva, acentuando la dimensión por la cual esta Neurosis es
afectada por la ferocidad del Superyó. Ahí donde el Superyó para la Neurosis Obsesiva se
presenta en el sistema preconciente - conciencia y la inhibición como una detención por el
desborde de lo imaginario sobre lo simbólico. Detención de la vía de trabajo del inconciente
sobre el síntoma. Detención que busca evitar el desarrollo de angustia.
Quiero decir que en la Neurosis Obsesiva es la conciencia la erotizada. O sea, la erotización
del pensamiento obsesivo (rumiación) propuesta por Freud como paradigmática del síntoma
obsesivo, recae sobre las representación preconcientes – concientes, y no sobre el saber del
inconciente (cadena significante).
La inhibición responde de la no relación sexual (JA) haciendo consistir el goce del Otro. El
obsesivo cree que con la inhibición se defiende del Superyó (JA) evitando la aparición de la
angustia, cuando en realidad eso ya es una respuesta de anudamiento ante el hecho de la
no relación sexual.
1
Seminario 22, clase 1 página 15
2
Seminario 21, clase 4 página 54
3
Schejtman F. “La Trama del Síntoma y el Inconciente”. Serie del Bucle, 2004.
4
Seminario 22, clase 1 página 15
5
Soria N. en “Inhibición/síntoma/angustia. Hacia una clínica nodal de las neurosis”. Serie del Bucle, 2010.
Plantea que esta vertiente de la castración trabajada por Freud en “Inhibición, síntoma y angustia” puede
trabajarse como una castración imaginariazada “Es esto lo que no queda claro en el texto freudiano, donde
pareciera que la castración fuera verdaderamente un peligro, dando lugar a algo insoportable, ya que siempre
está la vertiente imaginaria de la castración en juego”. (p39)
6
Seminario 22, clase1 página 15
7
Seminario 22 clase 2 página 13
8
Lacan J., Seminario 22 “RSI” Clase 1 Pág. 17. Inédito