Sombras y Niebla - Texto Completo

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Sombras y Niebla
Basado en la obra “Muerte” y la película “Sombras y Niebla”, ambas de Woody Allen

ESCENA 1

(Se levanta el telón sobre KLEINMAN, dormido en su cama a las dos de la madrugada.
Llaman a la puerta, hasta que al fin, con gran esfuerzo y determinación, se levanta).

KLEINMAN: ¿Huh?
AL: ¡Abre! ¡Eh… vamos, sabemos que estás ahí! ¡Abre!
KLEINMAN: ¿Huh? ¿Qué?
VOCES: ¡Vamos abre!
KLEINMAN: ¿Qué? ¡Esperen! ¿Quién está ahí?
SAM: ¡Ven, abre! ¡Vamos!
KLEINMAN: ¿Quién es?
HANK: Vamos Klenman… deprisa.
HACKER: Vamos, Kleinman.
KLEINMAN: Hacker…es la voz de Hacker. ¿Hacker?
SAM: ¡¿Kleinman, abrirás de una vez?!
KLEINMAN: (Va hacia la puerta) Ya voy, ya voy. Estaba durmiendo… ¡Esperen!

(Abre la puerta y entra media docena de hombres entran hablando)

HANK: Por el amor de Dios Kleinman, ¿eres sordo?


KLEINMAN: Estaba durmiendo. Son las dos y medias. ¿Qué ocurre?
AL: Te necesitamos. Vestite.
KLIENMAN: ¿Qué?
SAM: Vamos, Kleinman. No tenemos toda la noche.
KLEINMAN: Moverme, ¿adónde? Hacker, son las dos y media de la madrugada.
HACKER: Está bien, despabílate (Le golpea los cachetes.)
KLEINMAN: ¿Qué ocurre?
JHON: No te hagas el ignorante.
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KLEINMAN: ¿Quién se está haciendo el ignorante? Estaba durmiendo a pierna suelta.


¿Qué creen que estaba haciendo a las dos y media de la madrugada… bailando?
HACKER: Necesitamos a todos los hombres aprovechables.
KLEINMAN: ¿Para qué?
SAM: ¿qué pasa contigo, Kleinman? ¿Dónde andabas que no sabes lo que está
ocurriendo?
KLEINMAN: ¿De qué están hablando?
AL: Del Comité de Vigilancia.
KLEINMAN: ¿Qué?
TODOS: Del Comité de Vigilancia.
JHON: Pero con un plan concreto esta vez.
HACKER: Y bien trabajando.
SAM: Un plan estupendo. (Todos festejan el plan).

(Kleinman hace pasos de arte marciales, gritos, todos se asustan y agrupan)

KLEINMAN: Ejem, ¿Quiere explicarme alguien por qué están aquí? Estoy en pijama y
tengo frío.
HACKER: Digamos que necesitamos toda la ayuda que podamos encontrar. Y ahora
vístete. (Se alinean)
SAM (amenazador): Y deprisa.

(Todos dicen en coro, deprisa)

KLEINMAN: Está bien, ya me visto. ¿Puedo saber a qué viene todo esto, por favor?
JHON: Han descubierto al asesino. Dos mujeres. Le vieron entrando en el parque.

(Todos hacen la coreografía correspondiente al texto).

KLEINMAN: ¿Qué asesino?


SAM: Kleinman, no es momento para charlas.
KLEINMAN: Pero, ¿Quién está charlando? ¿De qué asesino hablan? Vienen aquí a
importunarme… estaba durmiendo tranquilamente…
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HACKER: El asesino de Richardson (paso atrás)… es asesino de Jampel (paso


adelante).
AL: El asesino de Mary Quilty (paso adelante.)
SAM: El maníaco (paso adelante).
HANK: El estrangulador (paso adelante).

(Todos miran a Víctor y este da un paso adelante).

KLEINMAN: ¿Qué maníaco? ¿Qué estrangulador?


JHON: El mismo que mató al chico de Eisler y que estranguló a Jensen con una cuerda
de piano. (Todos tocan el piano en el aire).
KLIENMAN: ¿Jensen?... ¿El vigilante nocturno?
HACKER: (Lo lleva a Kelinman hacia adelante y le habla) El mismo. Le sorprendió
por detrás. Surgió silenciosamente y le echó una cuerda de piano al cuello. Estaba azul
cuando lo encontraron. Se le había helado la saliva en la comisura de los labios.
KLEINMAN (mira el entorno de la habitación): Ya, bueno, miren, tengo que ir mañana
a trabajar…
SAM: (se acerca a Kleinman y a Hacker) Vamos, Kleinman. Tenemos que detenerlo
antes que mate otra vez.
KLEINMAN: ¿Ustedes? ¿Ustedes y yo?

(Todos forman una roda para hablar del plan, se escucha murmullo).

HACKER: La policía por lo visto no puedo por el caso.


KLEINMAN: Bueno, entonces deberíamos escribir una carta y quejarnos. Será lo
primero que haga en la mañana. (Se dirige a la mesa y se sienta en la silla).
HACKER: Están haciendo todo cuanto pueden, Kleinman. Están desconcertados.
SAM: Todo el mundo está desconcertado. (Llora y se refugia en Jhon, este le da un
caramelo).
AL: ¿No pretenderás decirnos que no sabías nada de todo esto? (Se adelanta en forma
de pelea, increpandolo, Victor lo frena).
JHON: Es difícil de creer.
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KLEINMAN: Bueno, la verdad es… estamos en plena temporada de ventas… Tenemos


mucho trabajo… No puedo tomarme ni un descanso para almorzar… puede decirselos
Hacker…
HACKER: Pero hace tiempo ya que dura este horrible asunto. ¿No sigues las noticias?
KLEINMAN: No tengo oportunidad.
HACKER: Todos están aterrados. La gente no sale a la calle por las noches. (Sube la
pierna a la mesa ratona.)
JHON: (Camina hacia Kleinman). La calle es lo de menos. A las hermanas Simon las
asesinaron en su propia casa por no echar el cerrojo. Les abrieron el cuello de oreja a
oreja. (Parte del texto se lo dice a Sam y este se desvanece.)
KLEINMAN: Creí que hablaban del estrangulador.
JHON: (Levanta a Kleinman y lo corre hacia un costado). Kleinman, no te pases de
listo.
KLEINMAN: A… ahora que lo decís, yo podría poner un cerrojo nuevo en la puerta.
(Se alinea con los demás)
HACKER: Es horrible. Nadie sabe cuándo matará de nuevo. (Todos rodean a
Kleinman)
KLEINMAN: ¿Y cuándo empezó esto? No sé por qué nadie me ha contado nada.
HACKER: (Se apoya en la mesa y le baja el tabaco a un cigarrillo). Primero hubo un
cadáver, luego otro, luego más. La ciudad está dominada por el pánico. Todos menos tú.
KLEINMAN: Bueno, pues tranquilízate, ahora ya me domina el pánico.
HACKER: Lo difícil en el caso de un loco está en que no existe motivo. Nada donde
agarrarse.
KLEINMAN: A las víctimas… ¿las robaron o las violaron o… les hicieron cosquillas?
SAM: Sólo las estrangularon.
KLEINMAN: Hasta Jensen… Es tan fuerte.
SAM: Era fuerte. Ahora es azul y le cuelga la lengua.
KLEINMAN: Azul… Un mal color para un hombre de cuarenta años… ¿Y no hay
ninguna pista? ¿Un cabello… o alguna huella digital?
HACKER: Si. Encontraron un cabello.
KLEINMAN: ¿Entonces? Hoy todo lo que necesitan es un cabello. Lo miran por el
microscopio. Y en un abrir y cerrar de ojos, el criminal está bajo cerrojos. ¿De qué color
es?
HACKER: Del tuyo.
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(Todos se le quedan mirando. Kleinman mira a uno por uno y comienza haber una
pequeña risa contagiosa. Todos ríen a carcajadas. Kleinman queda riéndose sólo.)

KLEINMAN: Del mi… no me miren…No se me ha caído ninguno recientemente. Yo…


Miren, no hay que perder la cabeza. El secreto está en conservar la lógica.
HACKER: Uh-hhh
KLEINMAN: A veces hay una pista en las víctimas… como que todas sean enfermas o
todas sean calvas… o enfermas calvas.
JHON: ¿Nos cuestan lo que tiene en común?
SAM: Eso es. El chico de Eisler y Mary Quilty y Jensen y Jampel…
KLIENMAN: Si yo supiera algo más del caso…
AL: Si él supiera algo más del caso. No tienen nada en común. Sólo que antes todos
estaban vivos y ahora están muertos. Eso es lo que tienen en común. (Se avanza hacia
Kleinman, lo detienen).
AL: ¡Probablemente quiere tranquilizarse!
JHON: Si.
SAM: No hay línea lógica, Kleinman.
KLEINMAN: Está bien, pero ¿Por qué no me cuentan algo del plan?
HACKER: Apúrate, Kleinman, por el amor de Dios. Es un caso de vida o muerte. Es
mejor que te vistas. Hace frío ahí fuera.
KLEINMAN: Está bien, está bien… háblenme del plan. Cuando conozca el plan podré
pensar algo.

(Salen, dejando que Kleinman se vista con nerviosa torpeza.)

ESCENA 2

(En la habitación de Kleinman, cambiándose para salir).

KLEINMAN: ¿Dónde Diablos andará el calzador… Esto es ridículo… Despertar a un


hombre en mitad de la noche y con tan horribles noticias. ¿Para qué estamos pagando un
cuerpo de policía? Estoy durmiendo plácidamente en mi cama caliente en mi cama
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caliente y un minuto después me veo complicado en un plan, con un maníaco homicida


que aparece detrás de tuyo… (Entran las Anna casi levitando).
LAS TRES: ¿Kleinman? (Todos gritan asustados).
KLEINMAN: ¡Por el amor de Dios, no me des esos sustos! (Baja del escenario, camina
en espejo).
ANNA: Oí voces.
KLEINMAN: Había unos hombres aquí. De repente formo parte de un comité de
vigilancia.
ANNA: ¿Ahora?
KLEINMAN: Parece ser que hay un asesino suelto… no se puede esperar a mañana. Es
un ave nocturna.
ANNA: Ah, el maníaco.
KLEINMAN: So lo sabías, ¿Por qué no me lo dijiste?
ANNA: Porque cada vez que intentaba hablarte de ello no querías escucharme.
KLEINMAN: ¿Quién no quería?
ANNA: Estás siempre tan ocupado con el trabajo… y tus pasatiempos.
ANNA: T expliqué que había un crimen sin resolver, que había dos crímenes sin
resolver, que había seis crímenes sin resolver… y todo lo que contestaste fue: “Después,
después”
KLEINMAN: Porque elegiste momentos muy pocos oportunos para contármelo.
ANNA: ¿Sí?
KLEINMAN: Mi fiesta de cumpleaños. Me lo estaba pasado bien, estaba abriendo los
regalos, cuando apareciste vos con esa cara larga diciendo: (imitando a Romi) “¿Has
leído los periódicos? ¿Has visto que han degollado a una chica?” ¿No podían elegir un
momento más adecuado? Un hombre trata de divertirse un poco… y entra la voz de
juicio final.
ANNA: Mientras no se trate de algo agradable, ningún momento es el adecuado.
ANNA: No dejes que te sorprenda por detrás.
KLEINMAN: Gracias, Anna, le advertiré que dijiste que me pusiera siempre delante.
ANNA: Bueno, no es preciso que te pongas tan sarcástico. Hay que atraparlo.
KLEINMAN: Pues entonces que lo atrape la policía. Me da miedo bajar. Hace frío y
está oscuro.
ANNA: Sé un hombre por un vez en tu vida.
KLEINMAN: Muy fácil para ti decir eso, porque te vuelves a la cama.
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ANNA: ¿y si el asesino llega hasta esta casa y entra por la ventana?


KLEINMAN: Ese es tu problema.
ANNA: Si me ataca, le echaré pimienta.
KLEINMAN: ¿Le echarás qué?
ANNA: Nosotras tenemos siempre un poco de pimienta a mano, y si se acerca a mí le
echaré pimienta en los ojos.
KLEINMAN: Bien pensado, Anna. Créeme, si entra aquí, tú y la pimienta estarán en el
techo.
ANNA: Lo tengo todo cerrado con dos vueltas.
KLEINMAN: Hm, quizá sea mejor que coja un poco de pimienta.
ANNA: Tomo esto. (Le da un amuleto).
KLEINMAN: ¿Qué es esto?
ANNA: Un amuleto que protege del mal, Se lo compré a un mendigo lisiado.
KLEINMAN: Bien. Dame un poco de pimienta. (Deja el amuleto y Romi le da una
bolsita con pimienta).
ANNA: Oh, no te preocupes. No estarás sólo ahí abajo.
KLEINMAN: Eso es verdad. Tienen un plan muy bueno.
ANNA: ¿Cuál?
KLEINMAN: No lo sé todavía.
ANNA: ¿Y cómo sabes que es tan bueno?
KLEINMAN: Porque es obra de los mejore cerebros de la ciudad. Créeme, saben lo que
se llevan entre manos.
ANNA: Eso espero, por tu propio bien.
KLEINMAN: Bueno, ten la puerta bien cerrada y no le abran a nadie… ni siquiera a mi,
a menos que esté gritando: “¡Abre la puerta!” Entonces la abres a toda prisa.
ANNA: Buena suerte Kleinman. (La lleva a Romi a la punta del escenario).
KLEINMAN: Mira ahí afuera… Está tan oscura…
ANNA: (Alicia se le acerca y Mari se la lleva para la mesa) No veo a nadie.
KLEINMAN: Ni yo tampoco. Tú pensabas que habría grupos de ciudadanos con
antorchas o algo…
ANNA: Bueno, con tal de que tengan un plan…
KLEINMAN: Ni yo tampoco. Tú pensabas que habría grupos de ciudadanos con
antorchas o algo…
ANNA: Bueno con tal de que tengan un plan…
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KLEINMAN: Anna…
ANNA: ¿Si?
KLEINMAN: ¿Has pensado alguna vez en morirte?
ANNA: ¿Por qué iba a pensar en morirme? ¿Por qué, tú sí?
KLEINMAN: Generalmente no, pero cuando lo hago, no me estrangulan ni me cortan el
cuello.
ANNA: Confío en que no.
KLEINMAN: Pienso en morirme de un modo más agradable.
ANNA: Hay muchos modos agradables, créeme.
KLEINMAN: ¿cómo cuales?
ANNA: ¿Me preguntas un modo agradable de morir?
KLEINMAN: Si.
ANNA: Veneno.
KLEINMAN: Veneno. Eso es horrible. Me estás cargando. Te dan convulsiones.
ANNA: No necesariamente.
KLEINMAN: Veneno, ¿Sabes de lo que estas hablando?
ANNA: Cianuro de potasio.
KLEINMAN: (A las chicas que están sentadas) Oh… eres una experta. No me
engañaras con veneno. ¿Tienen idea de lo que te pasa si te comes un almeja en malas
condiciones?
ANNA: (Romi lo trae hacia ella) Eso no es veneno. Es intoxicación.
KLEINMAN: ¿Y quién quiere intoxicarse?
ANNA: ¿Cómo quieres morir entonces?
KLEINMAN: De viejo. Dentro de muchos años. Cuando llegue al término del largo
viaje de la vida. En una cama confortable rodeado de parientes… cuando tenga noventa
años.
ANNA: Pero eso no es más que un sueño. Es obvio, en cualquier momento te puede
partir el cuello en dos un maníaco homicida… o te puede degollar… no cuando tengas
noventa años, sino ahora.
KLEINMAN: Es tan reconfortante discutir estas cosas contigo, Anna.
ANNA: Bueno, estoy preocupada por ti. Mira ahí abajo. Hay un asesino suelto e
infinidades de sitios para esconderte en una noche tan oscura… callejones, portales, el
paso elevado del tren… Nunca le verás en las tinieblas… una mente enferma, que
acecha en la noche con una cuerda de piano…
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KLEINMAN: Ya que insisten, ¡Me vuelvo a la cama!


LAS TRES: ¡Vamos Kleinman!
KLEINMAN: Ya voy, ya voy. Las veré luego.
ANNA: Ten cuidado por donde vas.

ESCENA 3

(Kleinman sale, reuniéndose con Al y Sam, que se han quedado para que todo vaya
como es debido.)

KLEINMAN: ¿Eh, dónde se han metido todos?


AL: Están en lo suyo. Una coordinación correcta es esencial para el buen desarrollo del
plan.
KLEINMAN: ¿Y en qué consiste este estupendo plan?
AL: Ya lo sabrás.
KLEINMAN: ¿Cuándo piensan explicármelo? ¿Después de que lo hayan atrapado?
AL: No seas tan impaciente.
KLEINMAN: Mira… es muy tarde y estoy muerto de frío. Por no hablar de los nervios.
AL: Hacker y los demás han tenido que marcharse, pero nos encargaron que te digamos
que recibirás instrucciones tan pronto como sea posible y resulte beneficioso para el
plan.
KLEINMAN: ¿Hacker dijo eso?
SAM: Si.
KLEINMAN: ¿Y qué hago yo ahora fuera de mi casa?
AL: Esperar.
KLEINMAN: ¿Qué?
SAM: Las instrucciones.
KLEINMAN: ¿Qué instrucciones?
SAM: De que ha llegado tu turno.
KLEINMAN: Me vuelvo a casa.
AL: ¡No! No te atrevas. Un paso en falso en este momento podría ser fatal para la vida
de todos nosotros. ¿Crees que quiero acabar convertido en un cadáver?
KLEINMAN: Entonces expliquenmé el plan.
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SAM: No podemos hacerlo.


KLEINMAN: ¿Por qué no?
SAM: Porque no lo conocemos.
KLEINMAN: Miren, hace mucho frío y…
AL: Cada uno de nosotros conoce únicamente una pequeña parte del plan global, y a
nadie le está permitido revelar su función a otra persona.
SAM: Es una precaución en caso de que el maníaco descubra el plan.
AL: Si cada cual desempeña su propio papel debidamente, el proyecto entero
evolucionará hacia una conclusión satisfactoria.
SAM: Mientras tanto, el plan no se puede divulgar.
AL: Cada uno puede dar cuenta solamente de una parte mínima, que carecería de
sentido para el maníaco aunque consiguiese tener acceso a ella. ¿Hábil?
KLEINMAN: Brillante. No sé adónde voy y me vuelvo a casa.
AL: No podemos decirte más. ¿Y si eres tú el que ha asesinado a toda esa gente?
KLEINMAN: ¿Yo?
SAM: El asesino puede ser cualquiera de nosotros.
AL: Yo en tu lugar haría un esfuerzo y trataría de colaborar hasta que mi misión fuese
clara.
KLEINMAN: ¿Colaborar cómo?
SAM: Es difícil de especificar.
KLEINMAN: ¿No podrías darme una pista? Empiezo a sentirme igual que un bobo.
AL: Las cosas pueden parecer caóticas, pero no lo son.
KLEINMAN: Pero se dieron mucha prisa en sacarme de la cama. Ahora que estoy aquí,
se van todos.
SAM: Tenemos que irnos.
AL: Nuestro trabajo aquí ha terminado. Nos esperan en otro sitio.
KLEINMAN: Esto significa que yo me quedaré aquí en la calle.
AL: El plan no permite que estemos juntos.
SAM: Kleinman, otras vidas dependen de ti. No nos falles.
KLEINMAN: No debieron contar conmigo. ¡Le tengo pánico a la muerte! ¡Haría
cualquier cosa con tal de no morir!
AL: Buena suerte.
KLEINMAN: ¿Y qué hay de maníaco? ¿Ha habido alguna noticia más? ¿Se le ha vuelto
a ver?
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SAM: La policía vio una silueta enorme y aterradora merodeando por la fábrica de
hielo. Pero nadie sabe con certeza.

(Sale. Se escuchan sus pasos cada vez más débiles.)

ESCENA 4

KLEINMAN: (Nano) ¡Con eso tengo bastante! ¡Me mantendré lejos de la Fábrica de
hielo! (Efectos sonoros de viento) Oh, chico, no hay nada como una noche en la ciudad.
No sé por qué no podía esperar en mi casa hasta que me dieran una misión concreta.
¿¡Qué es ese ruido!? (Romi) El viento… el viento tampoco es amenazador. Me puede
traer una señal. Bueno, tengo que conservar la calma… Cuentan conmigo… He de tener
los ojos bien abiertos y si veo algo sospechoso avisaré inmediatamente a los otros…
Sólo que no hay otros… Tengo que acordarme de hacer más amigos en la próxima
oportunidad que tenga… Tal vez si subo una manzana o dos me encontraré con alguno
de los otros… ¿A qué distancia podrán estar? A menos que sea eso lo buscan. Tal vez
sea una parte del plan. Tal vez, Hacker me tenga bajo algún tipo de vigilancia de modo
que, si ocurre algo, todos puedan acudir en mi ayuda… (Ríe nerviosamente). Estoy
seguro de que no me han dejado solo para que vagabundee por las calles a mi aire.
Tienen que comprender que yo no puedo competir con un asesino demente. Un maníaco
tiene la fuerza de diez hombres y yo tengo la fuerza de medio… A menos que me estén
utilizando como señuelo… ¿Es posible que hagan eso? ¿Dejarme aquí fuera como un
cordero?... El asesino se abalanza sobre mí y todos aparecen rápidamente para
agarrarle… a menos que aparezcan lentamente… Mi cuello nunca fue robusto (Una
negra silueta sale corriendo en último término). (Marian) ¿Qué ha sido eso? Tal vez
debería regresar… Ahora estoy lejos ya de donde salí… ¿Cómo van a encontrarme para
darme mis instrucciones? Y no sólo, estoy yendo hacia una parte de la ciudad que no
conozco… entonces ¿qué? Sí… será mejor que dé la vuelta sobre mis pasos antes de
que me pierda por las buenas… (Oye pasos lentos y amenazadores que se le acercan).
Oh, Oh…. Esos pasos… El maníaco tendrá pies probablemente… Dios mío, sálvame…

MÉDICO: Kleinman, ¿eres tú?


KLEINMAN (reza y se tira de rodillas al piso): ¿Qué? ¿Quién es?
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MÉDICO: Soy el médico.


KLEINMAN: Me has dado un susto. Dime, ¿Has sabido algo de Hacker i de los otros?
MÉDICO: ¿Acerca de tu participación?
KLEINMAN: Si. El tiempo pasa y voy dando vueltas por ahí como un estúpido. Tengo
los ojos bien abiertos, quiero decir, pero si supiera lo que de de hacer…
MÉDICO (juego de palabras del si): Hacker mencionó algo acerca de ti.
KLEINMAN: ¿Qué?
MÉDICO: No consigo recordarlo.
KLEINMAN: Magnífico. Soy el hombre olvidado.
MÉDICO: Creo que le oí decir algo. No estoy seguro.
KLEINMAN: Mira, ¿Por qué no hacemos la ronda juntos? Por si ocurre algo.
MÉDICO: Sólo puedo caminar un rato contigo. Luego tengo otras cosas que hacer

(Música, se comienza a poner los guantes.)

KLEINMAN: Es gracioso ver a un médico levantado en mitad de la noche… Ya sé que


a vosotros les molesta cuando lo llaman a mitad de la noche. Ja, ja, ja,ja. (El médico no
se ríe) Está muy fría la noche… (Nada) Ejem, bueno… ¿crees que le descubriremos
esta noche? (Nada) Supongo que tendrás una función importante dentro del plan
¿verdad? Mirá, yo no conozco aún la mía.
MÉDICO: Mi internes es puramente científico. (Se apaga la música)
KLEINMAN: No lo pongo en duda (lo abraza.)
MÉDICO: (Habla con actitud alocada) (Caminan hacia adelante) Esta es una
oportunidad de aprender algo sobre la naturaleza de su locura. (En el transcurso de las
preguntas se eleva cada vez más la voz.) ¿Por qué es de esa manera? ¿Qué puede
impulsar a un hombre hacia ese tipo de comportamiento antisocial? ¿Existen otras
cualidades poco comunes en él? (Camina hacia la punta del escenario) A veces los
mismos estímulos que provocan que un maníaco asesine, le inspiran fines sumamente
creativos. Se trata de un fenómeno muy complejo. También me gustaría saber si es loco
de nacimiento o su demencia ha sido causada por alguna enfermedad o accidente que
haya dañado su cerebro o por la tensión acumulada de circunstancias adveras. Hay un
millón de hechos por descubrir. (Vuele a Marian). Por ejemplo, ¿Por qué ha elegido
expresar sus impulsos a través del acto criminal? ¿Lo hace por su propia voluntad o
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porque imagina oír voces? Ya sabes que en otras épocas se consideraban al loco movido
por inspiración divina. Vale la pena examinar todo esto para que conste.
KLEINMAN: Claro, pero tenemos que agarrarlo primero.
MÉDICO: Sí, Kleinman, si de mí dependiera, me quedaría solo para estudiar a esta
criatura escrupulosamente, para hacerle la disección hasta el último cromosoma. Me
gustaría observar cada una de sus células en el microscopio. Ver de qué está compuesto.
Analizar sus secreciones. Descomponer su sangre, explorar su cerebro minuciosamente,
hasta que yo comprenda al ciento por ciento qué es exactamente en cada uno de sus
aspectos.
KLEINMAN: ¿Puedes conocer realmente a una persona? Quiero decir, conocerla… no
saber acerca de ella, sino conocerla… quiero decir, conocerla de vera… hasta donde se
pueda conocer… hablo de conocer a una persona… ¿Sabes lo que entiendo por
conocer? Conocer. Conocer la verdad. Conocer. Conocimiento. Conocer.
MÉDICO: Kleinman, eres un imbécil.
KLEINMAN: ¿Entiendes lo que estoy diciendo?
MÉDICO: Haz tu trabajo y yo haré el mío.
KLEINMAN: No sé cual es mi trabajo.
MÉDICO: Entonces no critiques.
KLEINMAN: ¿Quién está criticando? (Se oye un grito. Se sobresaltan.) ¿Qué ha sido
eso?
MÉDICO: ¿Oíste pasos detrás nuestro?
KLEINMAN: He oído pasos detrás de mí desde que tenía ocho años. (Otro grito).
MÉDICO: Alguien viene.
KLEINMAN: Tal vez no le gustó eso que dijimos de hacerle la discreción.
MÉDICO: Mejor será que te vayas de aquí, Kleinman.
KLEINMAN: Con sumo placer.
MÉDICO: ¡Deprisa! ¡Por aquí!
KLEINMAN: Esto da a un callejón sin salida.
MÉDICO: ¡Sé lo que me hago!
KLEINMAN: ¡Ya, pero quedaremos atrapados y nos matarán!
MÉDICO: ¿vas a discutir conmigo? ¡Soy médico!
KLEINMAN: Pero yo sé… es un callejón sin salida. ¡No hay forma de salir!
MÉDICO: Adiós, Kleinman. ¡Haz lo que te parezca! (Corre hacia el callejón sin
salida)
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ESCENA 5

Kleinman caminado entre las nieblas, se sorprende al ver a Irmy entre las sombras.

KLEINMAN (llamándole): ¡Espera…lo siento! (Ruido de alguien que se acerca.) ¡He


de conservar la calma! ¿Salgo corriendo o me escondo? ¡Saldré corriendo y me
esconderé! (Corre y tropieza con una mujer joven.) ¡Uuuuuuf!
GINA: ¡Oh!
KLEINMAN: ¿Quién sos?
GINA: ¿Y quién sos vos?
KLEINMAN: Kleinman. ¿Oíste gritos?
GINA: ¡Estoy asustada!
KLEINMAN: ¡Salgamos de aquí!
GINA: No puedo ir muy lejos. Tengo que hacer algo.
KLEINMAN: ¿Estás en el plan también?
GINA: ¿Y vos no?
KLEINMAN: Todavía no. Por lo visto no consigo descubrir qué es lo que tendría yo
que hacer. ¿No habrás oído algo acerca de mí por casualidad?
GINA: Vos sos Kleinman.
KLEINMAN: Exactamente.
GINA: He oído algo acerca de un Kleinman. No me acuerdo qué.
KLEINMAN: ¿Sabes dónde está Hacker?
GINA: Hacker ha sido asesinado.
KLEINMAN: ¡¿Qué?!
GINA: Creo que ha sido Hacker.
KLEINMAN: ¿Hacker ha muerto?
GINA: No estoy segura si dijeron Hacker o algún otro.
KLEINMAN: ¡Nadie está seguro de nada! ¡Nadie sabe nada! ¡Esto si que es un plan!
¡Estamos cayendo como moscas!
GINA: Tal vez no fuera Hacker.
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KLEINMAN: Vayámonos de aquí. Me fui de donde tenía que haberme quedado. Y me


estarán buscando probablemente, y con la suerte que tengo me echarán la culpa si el
plan fracasa.
GINA: No consigo recordar quién es el muerto. Hacker o Maxwell.
KLEINMAN: Te diré la verdad, es difícil seguir la pista. ¿Y qué está haciendo una
mujer joven como tú por la calle? Esto es un trabajo de hombres.
GINA: Estoy acostumbrada a ir de noche por la calle.
KlEINMAN: ¿Ah?
GINA: Bueno, soy una prostituta.

(Entran caminado Jodie, Kathy, Lily y Anne)

JODIE: Esperen, esperen, el más extraño que he tenido, ha sido uno que quería que fue
dos hermanas gemelas, ¿qué les parece? Nunca había trabajado tanto.
ANNE: Para eso pedir a las hermanas Beckman, trillizas y prostitutas.
JODIE: Deben costar una fortuna.
KATHY: Dicen que son favoritas de un sultán de Marruecos.
JODIE: Para que vas a querer prostitutas gemelas, si pides dos o tres mujeres, no es
mejor la variedad.
LILY: EL peor es Hank y sus locuras, la semana pasada quiso salir a dar una vuelta con
una correa al cuello, aullando a la luna y orinando en cada árbol que cruzaba. Me pedía
que lo llamara: “mi lazarillo de Thormes”.
JODIE: Con lo serio y parco que es ese tipo Hank, joder. Se ven tan inocentes y dignos
cuando entran ¿verdad? Y luego cuando escuchas las cosas que quieren que le hagas.
KLEINMAN: Caray, nunca me encontré antes con ninguna… Creí que eran más altas.
ANNE: ¿Te he confundido?
KLEINMAN: Si he de decirte la verdad, soy muy provinciano.
ANNE: ¿Si?
KLEINMAN: Yo, ejem… nunca estoy levantado a estas horas. Te lo aseguro, nunca.
Deben de ser las mil quinientas. A menos que me ponga enfermo o algo… pero salvo
casos extremos de náuseas duermo como un niño recién nacido.
ANNE: Bueno, el caso es que estás en la calle y en plena noche.
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KLEINMAN: Realmente, estoy muy nervioso. Preferiría estar en casa en la cama. Todo
es extraño por la noche. Todas las tiendas están cerradas. No hay tráfico. Se puede andar
por donde uno quiera… Nadie te detiene…
GINA: Eso es bueno, ¿no?
KLEINMAN: Ejem… es una sensación rara. No existe la civilización…Podría quitarme
los pantalones y bajar corriendo desnudo por la calle principal.
TODAS: Uh-hhh.
KLEINMAN: No lo haría, quiero decir. Pero podría.
KATHY: Para mi la ciudad de noche es tan fría, negra y vacía, debe de ser algo así
como estar en el espacio exterior.
KLEINMAN: Nunca me ha importado el espacio exterior.
KATHY: Pero si estás en el espacio exterior. Somos esa bola grande y redonda que flota
en el espacio… No se puede distinguir qué es lo que está arriba y qué es lo que está
abajo…
KLEINMAN: ¿Y te parece eso bueno? Yo soy un hombre a quien le gusta saber qué es
lo que está arriba y qué es lo que está abajo y dónde está el cuarto de baño… pensada
que es algo que no es posible que yo haga, aceptar dinero de alguien y luego fingir que
siento pasión. (Se matan de risa.)
LILY: Yo tampoco lo creía. Hasta que operaron a mi esposo. Mi estimado, la necesidad
tiene cara de hereje. Una “amiga” que tenia por oficio frecuentar el burdel, ante mi
desesperación me presento a Kathy. En mi primera experiencia, debo confesar que no
me lleve ninguna sorpresa desagradable, todo lo contrario. Se trataba de un cuarentón
con una esposa inapetente, la única diferencia a las relaciones anteriores fue que recibí
dinero.
KLEINMAN: ¿Estás casada?
LILY: Lo fui, salió del problema, supo como pagué el hospital y me dejó. (Risas
pequeñas como de resignación y obviedad). See you later my dear. Me hizo un favor.
KLEINMAN: Pero entonces, quiere decir que a sus clientes, no les importa, ¿que sea
algo mecánico? ¿Sin sentimientos, ni pasión? (Se matan de risa).
ANNE: ¿Importar? Nuestro oficio es el único que no fue afectado por los asesinatos.
KATHY: Deja decirte una cosa querido, los hombres y mujeres buscan cosas distintas
en el acto sexual. Jamás se perdonan el uno al otro.
ANNE: ¿Y dónde dirías que entra el amor? ¿Entran por la ventana?
17

JODDIE: Sólo hay un amor, el no correspondido. Ese si que es para siempre. Si no mira
como este Jeinsen, siempre viene, el mismo día a la misma hora, y con la única que se
hace atender es conmigo, porque dice que soy igual a una prima suya. Morbo, mi
amigo. Me hace regalos siempre el mismo día del mes, me trae flores, viene muchas
veces sólo a charlar, eso es amor, joder, porque no se debe, se quiere.
KATHY: Eres nefasta.
ANNE: Claro que no.
JODIE: Que si.
ANNE: A ti te amargo el matrimonio.
JODIE: No estoy amargada.
ANNE: Si, si estas.
JODDIE: El matrimonio cuesta trabajo, como todo. Si te lo diré yo, que mira, estaba
casada con el tío más guapo y más bueno de toda España. Un matrimonio hecho y
derecho. Por las tardes la vuelta por plaza, y por la noche nos divertíamos. Hasta que un
día, llego la milicia y se fue, con un beso se despidió, y nunca más supe de él. Después
de un tiempo, me cansé, de esperar, así que tomé mis petates y me embarque en el
primer barco a estas tierras, decir que ahí conocí a mi bella amiga Kathy que me dijo…
quédate tranquila que vamos hacer la América y aquí estoy de lunes a sábado siempre
dispuesta, me encanta estar aquí, sentirme deseada, acompañada, y encima me pagan.
KLEINMAN: ¿Porqué de lunes a sábados?
JODIE: Porque los domingos se va a misa, me encanta el párroco de estos pagos, con
ese si me casaría, hasta me arrodillo sobre maíz, y que azote para limpiar mis pecados.
(Risas)
ANNE: Espero que no. Eso es morbo, ¡Que morbo! Pero tenes razón que guapo esta el
padre Jhon.
LILY: Es cuestión de suerte. Dependemos de la suerte.
ANNE: Yo prefiero no aceptar eso, sino te importa. No, no, no…
KATHY: Como puede ser cuestión de suerte.
LILY: A ver, supongamos que a un tipo le gusta que se le sienten encima y que una
mujer desnuda cabalgue sobre él clavándole las espuelas a los costados. En su vida se
cruza con, digamos, ¿50 mujeres? bueno a cada una de ellas hará su propuesta, algunas
huirán horrorizadas, otras se morirán de risa.
Pero un día este buen hombre se cruza con una mujer que encuentra su propio placer
cabalgando desnuda sobre un tipo y clavándole las espuelas… ¡Voila! ¡Eureka!
18

KATHY: Un matrimonio celestial.


ANNE: Pura felicidad.
KATHY: Kleinman, ¿quién sabe lo que es real?
KLEINMAN: Es real lo que puedes tocar con tus manos.
KATHY: ¿Oh? (El la besa; ella le corresponde apasionadamente). Son seis dólares,
por favor.
KLEINMAN: ¿Por qué?
KATHY: Te lo has pasado bien, ¿no?
KLEINMAN: Un poco, si…
KATHY: Te lo haz pasado bien ¿no?
KLEINMAN: Un poco, sí…
KATHY: Bueno, estoy trabajando.
KLEINMAN: ¿No besas nunca por gusto?
KATHY: Kleinman, esto es un negocio. Por diversión, beso a las mujeres.
KLEINMAN: ¿Mujeres? Qué coincidencia… yo también.
KATHY: Tenemos que irnos.
KLEINMAN: No quería insultarte…
KATHY: Y no lo has hecho. Tenemos que irnos.
ANNE: Buena suerte. Confío en que descubras lo que tienes que hacer.

ESCENA 6

KLEINMAN: (Gritando tras las prostitutas que se retiraron): (Lucho) ¡No pretendía
comportarme como un animal… soy realmente una de las personas más simpáticas que
conozco! (Y se queda solo, mientras los pasos de ella se desvanecen) Bueno, esto ha ido
ya bastante lejos. Me voy a casa y ya está. Sólo que mañana volverán a aparecer para
preguntarme dónde estaba. (Romi) Dirán “el plan salió mal, Kleinman, y la culpa es
tuya” ¿Por qué culpa mía? Ahí está la diferencia. Encontrarán una salida. Un chivo
espiratorio. Esa es probablemente mi parte en el plan. Siempre me echan la culpa
cuando nada sale bien. (Nano) Yo…(Oye un gemido) ¿Qué? ¡¿Quién es?!

MÉDICO (Se arrastra hacia la escena, mortalmente herido): Kleinman…


KLEINMAN: ¡Doctor!
19

MÉDICO: Me estoy muriendo…


KLEINMAN: Voy a buscar un médico…
MÉDICO: Yo soy médico…
KLEINMAN: Sí, pero un médico que se muere.
MÉDICO: Es demasiado tarde… me atrapó… No había sitio para correr.
KLEINMAN: ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Que alguien venga en seguida! ¡Socorro!
MÉDICO: No chilles, Kleinman… No querrás que el asesino te encuentre.
KLEINMAN: ¡Ya no me importa! ¡Socorro! (Luego, al pensar que el asesino puede
encontrarle, baja la voz) Socorro… ¿Y quién es? ¿Pudiste verle bien?
MÉDICO: No, sólo sentí de pronto una puñalada por detrás.
KLEINMAN: Es una lástima que no te apuñalaste por delante. Le habrías visto.
MÉDICO: Me estoy muriendo, Kleinman…
KLEINMAN: No es nada personal.
MÉDICO: Qué frase tan estúpida.
KLEINMAN: ¿Qué frase quieres que diga? Sólo trataba de mantener la conversación…

(Un hombre entra corriendo)

HOMBRE: ¿Qué ocurre? ¿Alguien ha podido socorro?


KLEINMAN: (Marian) El doctor se está muriendo… Ve a buscar ayuda… ¡Espera!
¿Has oído algo acerca de mí?
HOMBRE: (Adri) ¿Quién eres?
KLEINMAN: Kleinman.
HOMBRE: Kleinman… Kleinman… Te están buscando… Es importante.
KLEINMAN: ¿Qué es?
HOMBRE: Algo relacionado con tu misión.
KLEINMAN: Por fin.
HOMBRE: Les diré que te he visto.
MÉDICO: Kleinman, ¿crees en la reencarnación?
KLEINMAN: ¿En qué?
MÉDICO: Reencarnación… que una persona vuelva a la vida convertida en otra cosa.
KLEINMAN: ¿Cómo qué?
MÉDICO: Ejem… uh… otra cosa viviente…
KLEINMAN: ¿Qué quieres decir? ¿Cómo un animal?
20

MÉDICO: Sí.
KLEINMAN: ¿Quieres decir que puedes volver a la vida convertido en una rana?
MÉDICO: Las tinieblas se acercan.
KLEINMAN: Mira, ¿por qué no me dices cuál es tu parte en el plan? Ya que estarás
fuera de servicio, puedo hacerme cargo yo, porque hasta el momento no he conseguido
averiguar cuál es mi misión.
MÉDICO: Mi misión no te servirá de nada. Soy el único que puede llevarla a cabo.
KLEINMAN: Por el amor de Dios, no sé si estamos demasiado bien organizado o
demasiado poco.
MÉDICO: No nos falles, Kleinman. Te necesitamos (Muere).
KLEINMAN: ¿Doctor? ¿Doctor? Oh, Dios mío… ¿Qué voy hacer? Al demonio con
todo. ¡Me voy a casa! Que se queden toda la noche corriendo como chiflados. En plena
temporada. Nadie va a explicarme nada. Y no quiero que me echen la culpa de todo.
Bueno, ¿y por qué iban a echarme la culpa? Acudí cuando me llamaron. Nada me
encargaron que hiciera.

(Entran unas policías con el hombre que fue a pedir auxilio)

HOMBRE: (Mati) ¿hay algún moribundo por aquí? (entra Adri)


KLEINMAN: (Lucho) Yo me estoy muriendo.
POLICIA: (Ali) ¿Tu? ¿Y él?
KLEINMAN: Ya está muerto.
POLICIA: (Mari) ¿Era amigo tuyo?
KLEINMAN: Me quitó las amígdalas.

(Las policías se arrodillan para inspeccionar el cuerpo)

HOMBRE: (Mati) Yo estuve muerto una vez.


KLEINMAN: ¿Perdón?
HOMBRE: Muerto. He estado muero. Durante la guerra. Heredio. Estaba sobre una
mesa de operaciones. Los cirujanos se afanaban para salvarme la vida. De pronto, me
perdieron… se me paró el pulso. Todo había terminado. Uno de ellos, me contaron
luego, tuvo la presencia de ánimo de darme un masaje en el corazón. Luego se puso a
latir otra vez, y volví a la vida, pero por unos instantes estuve oficialmente muerto…
21

Desde el punto de vista de la ciencia, también… muerto… pero hace mucho tiempo. Por
eso siento simpatía cuando veo a uno de esos tiempos.
KLEINMAN: ¿Y cómo era?
HOMBRE: ¿El qué?
KLEINMAN: Estar muerto. ¿Viste algo?
HOMBRE: No. Era sencillamente… nada.
KLEINMAN: ¿Recuerdas si había vida después?
HOMBRE: No.
KLEINMAN: ¿Mi nombre no aparecía?
HOMBRE: No había nada. No hay nada después, Kleinman. Nada.
KLEINMAN: No quiero ir. Aún no. Ahora no. No quiero que lo que le sucedió a él me
suceda a mí. Atrapado en un callejón… apuñalado… los otros estrangulados… también
Hacker… por ese demonio.
HOMBRE: Hacker no fue asesinado por el maníaco.
KLEINMAN: ¿No?
HOMBRE: Hacker fue asesinado por conspiradores.
KLEINMAN: ¿Conspiradores?
HOMBRE: (Adri) La otra facción.
KLEINMAN: ¿Qué otra facción?
HOMBRE: Sabes lo de la otra facción, ¿verdad?
KLEINMAN: ¡Yo no sé nada! Estoy perdido en la noche.
HOMBRE: Unos cuantos. Sheperd y Willis. Nunca estuvieron conformes en cómo
planteaba Hacker el problema.
KLEINMAN: ¿Qué?
HOMBRE: Bueno, Hacker no había conseguido resultados precisamente.
KLEINMAN: Bueno, la policía tampoco.
POLICIA (levantándose): (Romi) Los conseguiremos, pese a todo. Si los puñeteros
paisanos se mantienen al margen.
KLEINMAN: Creí que necesitabas ayuda.
POLICÍA: (Mari) Ayuda, sí. Confusión y pánico, no. Pero no te preocupes. Tenemos
un par de pistas y estamos examinando datos en las computadoras. Tenemos los mejores
cerebros electrónicos. Son incapaces de cometer un error. Veremos cuánto tiempo podrá
resistir frente a ellos ese maníaco. (Se arrodilla).
KLEINMAN: ¿Entonces quién mató a Hacker?
22

POLICIA: (Ali) Hay una facción que se opone a Hacker.


KLEINMAN: ¿Quiénes? ¿Shepherd y Willis?
POLICÍA: (Mari) Muchos se han pasado a su bando. Créeme. He oído que incluso otro
grupo de ha desgajado del nuevo.
KLEINMAN: ¿Otra facción?
POLÍCIA: (Ali) Con algunas nuevas y brillantes ideas para atrapar a ese demonio. Es lo
necesitamos, ¿verdad? ¡Ideas diferentes! Si un plan no consigue resultados prácticos,
surgen otros. Es natural. ¿O eres opuesto a las ideas nuevas?
KLEINMAN: ¿Yo? No… pero ellos asesinaron a Hacker…
POLICÍA: Porque él no daba su brazo a torcer. Por su obstinada insistencia en que su
estúpido plan era el único factible. Pese al hecho de que nada estaba ocurriendo.
KLEINMAN: ¿Entonces es que hay varios planes? ¿O qué?
POLICÍA: Exacto. Y confío que no estarás metido en el plan de Hacker. Aunque
muchos lo están todavía.
KLEINMAN: Ni siquiera conozco el plan de Hacker.
POLICIA: Estupendo. Entonces quizá seas útil para nosotros.
KLEINMAN: ¿Quiénes son ustedes?
POLÍCIA: No te hagas el inocente.
KLEINMAN: ¿Quién se hace el inocente?
HOMBRE: Vamos.
KLEINMAN: No. No sé lo que ocurre.
HOMBRE (amenaza con un cuchillo a Kleinman): Hay vidas en juego, estúpida,
sabandija, elige.
KLEINMAN: Ejem…agente…Alguacil…
POLICIA: Ahora quieres prestarnos ayuda, pero hace una semana éramos tontos porque
no capturábamos al asesino.
KLEINMAN: No hay crítica por mi parte.
HOMBRE: (Matías) Elige, gusano.
POLICIA: A nadie le importa que trabajemos contra reloj. Que las confesiones de
chiflados lluevan sobre nosotros. Un lunático tras otro que pretende ser el asesino e
implora un castigo.
HOMBRE: Tus vacilaciones me inclinan a cortarte el cuello.
KLEINMAN: Estoy dispuesto a poner monos a la obra. Decime únicamente qué tengo
que hacer.
23

HOMBRE: ¿Estás con nosotros o con Hacker?


KLEINMAN: Hacker ha muerto.
HOMBRE: Tiene seguidores. O tal vez prefieras unirte a un grupo disidente. ¿Eh?
KLEINMAN: ¡Si al menos alguien quisiera explicarme lo que pretende cada grupo!
¿Entiende lo que quiero decir? Jamás llegué a conocer el plan de Hacker. No conozco su
plan. No conozco ningún grupo disidente.
HOMBRE: Es muy ignorante, ¿verdad, Jack?
POLICÍA: Si. Lo sabe todo hasta que llega el momento de actuar. Me das asco.

(Entran los restos del grupo de Hacker)

HANK: Con que aquí estás, Kleinman. ¿Dónde diablos has estado?
AL: Te fuiste por ahí justo cuando te necesitábamos.
KLEINMAN: Nadie me dijo una palabra.
HOMBRE: (Mati) Kleinman está con nosotros ahora.
JHON: ¿Es verdad eso, Kleinman?
KLEINMAN: ¿Verdad el qué? Ya no sé dónde está la verdad.

(Entran varios hombres. Pertenecen a otro grupo.)

BILL: ¡Eh, Frank! ¿Tienes problemas con esos tipos?


FRANK: No. Aunque quisieran no podrían.
AL: ¿No?
FRANK: No.
AL: Lo habríamos atrapado ya de estar nosotros en su puesto, muchachos.
FRANK: No estábamos de acuerdo con Hacker. Su plan no servía para nada.
DON: Sí. Nosotros atraparemos a ese asesino. Déjennos a nosotros.
JHON: No vamos a dejarlos nada. Vámanos, Kleinman.
FRANK: No estarás unido con esos tipos, ¿verdad?
KLEINMAN: ¿Yo? Soy neutral. Estaré con quien tenga el mejor plan.
HENRY: No hay neutrales, Kleinman.
HOMBRE: (Adri) Estás con nosotros o con ellos.
KLEINMAN: ¿Cómo voy a elegir si no conozco loas alternativas? ¿Unas son peras?
¿Otras son manzanas? ¿Son las dos mandarinas?
24

FRANK: Matémosle ahora.


AL: No vas a matar a nadie más
FRANK: ¿No?
SAM: No. Y cuando atraparemos a ese maníaco, alguien tendrá que pagar por lo de
Hacker.
KLEINMAN: Mientras andamos ahí discutiendo, el maníaco puede estar asesinando a
alguien. El objetivo es cooperar.
HOMBRE: (Adri) Diles eso a ellos.
FRANK: Aquí lo único que cuentan son los resultados.
DON: Quitemos del medio a esos canallas ahora. De lo contrario se interpondrán en
nuestro camino y arruinarán las pistas.
AL: Inténtalo, gran hombre.
BILL: Haremos algo más que intentarlo.

(Esgrimen navajas y porras)

KLEINMAN: Compañeros… muchachos…


FRANK: ¡Elige ahora, Kleinman, éste es el momento!
HENRY: Te conviene elegir bien, Kleinman. Sólo habrá un vencedor.
KLEINMAN: Nos mataremos entro nosotros mismos y el maníaco seguirá suelto. ¿No
se dan cuenta?... No se dan cuenta.

ESCENA 7

(Empieza la lucha. De pronto todos se detienen y levantan la vista. Entra serpenteando


en escena una procesión solemne, de aire religioso, encabezada por un acolito)

ACOLITO: ¡El asesino! ¡Hemos localizado al maníaco!

(Cesa la lucha, murmullos,“¿Qué pasa)”. Sonido: bong, bong. Entra un grupo con Hans
Spiro que olfatea y resopla.)
25

POLICÍA: (Ali) Es Spiro, el telépata. Le hemos hecho intervenir en el caso. Es un


vidente.
KLEINMAN: (Nano) ¿De veras? Le irá muy bien en las carreras de caballos.
POLICÍA: (Mari) Ha resuelto asesinatos por encargo. Lo único que necesita es algo
que pueda oler y tocar. Me leí el pensamiento en la jefatura. Sabía con quién acabada de
acostarme.
KLEINMAN: Con tu mujer.
POLICÍA: (tras una mirada asesina a Kleinman) Mirenlo chicos. Ha nacido con
poderes sobrenaturales.
ACÓLITO: El señor Spiro, el vidente, está a punto de descubrir al asesino. Abran pasos,
por favor. (Spiro avanza olfateando.) El señor Spiro desea olfatearte.
KLEINMAN: ¿A mi?
ACOLITO: Si.
KLEINMAN: ¿Para qué?
ACOLITO: Con su deseo basta.
KLEINMAN: No quiero que me olfateen.
FRANK: ¿Tienes algo que ocultar?
KLEINMAN: No, pero me pone nervioso.
POLICÍA: Adelante. Olfatéale.

(Spiro olfatea. Kleinman se siente incomodo)

KLEINMAN: (Nano) ¿Qué estas haciendo? No tengo nada que ocultar. Mi chaqueta
probablemente huele un poco a aclcanfor. ¿Verdad? Eh, ¿quieres dejar de olfatearme?
Me pone nervioso.
POLICÍA: ¿Nervioso, Kleinman?
KLEINMAN: Nunca me ha gustado que me olfateen. (Spiro aumenta la intensidad de
sus aspiraciones) ¿Qué pasa? ¿Qué estas mirando? ¿Qué? Ah, ya sé, se me cayó un
poco de ensalada en los pantalones… Por eso hay un olor débil… no es nada terrible…
fue con salsa de la casa en el restaurante Wilson… Me gusta el bistec… poco hecho,
no… Bueno, si, poco hecho. Quiero decir que crudo no… Ya saben, lo pedís poco
hecho y te lo traen sangrante…
SPIRO: Este hombre es un criminal.
KLEINMAN: ¿Qué?
26

AL: ¿Kleinman?
SPIRO: Si, Kleinman.
POLICÍA: (Mari y Ali) ¡No!
ACOLITO: ¡El señor Spiro lo ha conseguido otra vez!
KLEINMAN: ¿De que están hablando? ¿Sabes de lo que están hablando?
SPIRO: Aquí está el individuo culpable.
KLEINMAN: Te has vuelto loco, Spiro… ¡Este hombre es un lunático!
HENRY: Con que eras tú, Kleinman.
FRANK: (Gritando): ¡Eh… aquí! ¡Aquí! ¡Le hemos atrapado!
KLEINMAN: ¡¿Qué están haciendo?!
SPIRO: No hay duda. Es concluyente.
BILL: ¿Por qué lo has hecho, Kleinman?
KLEINMAN: ¿Hacer el qué? ¿Vas a creer a ese tipo? ¿Sólo porque me ha olfateado?
ACOLITO: El poder sobrenatural del señor Spiro nunca le ha fallado todavía.
KLEINMAN: Este tipo es un impostor. ¡¿Qué tiene que ver con esto el olfato?
FRANK: Así que Kleinman es el criminal.
KLEINMAN: No… amigos… ¡Todos me conocen!
JHON: ¿Por qué lo has hecho, Kleinman?
FRANK: Si.
AL: Lo ha hecho porque está loco. Como una regadera.
KLEINMAN: (Lucho) ¿Qué estoy loco? ¡Miren cómo voy vestido!
HENRY: No pretendan entenderle. Su cabeza ya no rige.
BILL: Es lo que pasa con los locos. Pueden conservar la lógica en todo menos una
cosa… su lado débil, su punto de enajenación.
SAM: Y Kleinman es siempre pan lógico.
HENRY: Demasiado lógico.
KLEINMAN: ¿Todo esto es una broma, verdad? Porque si no es una broma voy a
echarme a llorar.
SPIRO: Una vez más quiero dar gracias al Señor por el especial son que El ha tenido a
bien concederme.
JHON: ¡Vamos a atarle ahora mismo! (Consenso general)

ESCENA 8
27

Golpes a la puerta, Alma en camisón se dirige a abrir.

MAX (en off) - Déjame entrar. Soy Max.


ALMA - ¿Quién es?
MAX (en off) - Max. Soy Max. Déjame entrar.
ALMA - ¿Max?
MAX (en off) - Sí. Tengo que entrar. Vienen a por mí.

Alma sale a la puerta. Vuelven los dos.

ALMA - Max.
MAX - Deja de mirarme así. No soy un fantasma. Aún no, aunque intentan matarme.
ALMA - ¿Quién?
MAX - Una muchedumbre.
ALMA - ¿Y te atreves a venir aquí?
MAX - ¿Qué podía hacer? Estaba en peligro de muerte, vi tu casa y... bueno...
ALMA - Piensen lo que piensen de ti, seguro de que eres culpable.
MAX - Alma, ¿es posible que yo pueda matar a alguien?
MAX -Alma, te he hecho una pregunta. Soy yo, Max.
ALMA - No quería volver a verte jamás.
MAX - Lo sé. Hice algo malo. Pero el tiempo lo cura todo. Han pasado años.
ALMA - Cuanto más lo pienso, más quiero que te maten. Que te corten en pedacitos y
te echen a los perros.
MAX - Dios. Sí que has sido específica al ponerte a pensar en el asunto.
ALMA - Eres un canalla y no descansaré hasta que te pudras en el infierno.
MAX - ¿Puedo quedarme aquí esta noche? ¿Es...?
ALMA - ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo pudiste dejarme en el altar, delante de familia
y amigos, humillada y llorando?
MAX - Ya te lo he explicado. Toda historia tiene dos caras.
ALMA - ¿Niegas que íbamos a casarnos y que me hiciste quedar como una idiota ante
todos?
MAX - Estaba nervioso. Un poco bebido. lnseguro.
ALMA - ¿lnseguro?
28

MAX- Lo de casarte se te ocurrió a ti.


ALMA - Y a ti se te ocurrió lo de dejarme embarazada.
MAX - Fue un embarazo psicológico. En realidad no estabas embarazada.
ALMA - ¿Y qué?
MAX - Baja la voz. lntento esconderme.
ALMA - Miramos por todas partes. Mi padre, mi madre, mis hermanos. "¿Dónde podría
estar?" "Estaba aquí antes de la ceremonia. Se estaba tomando una copa".
MAX - Ya, ya sé lo que vas a decir.
ALMA - Mientras todos buscaban, desconcertados y refunfuñando, dándose cuenta de
mi desasosiego, a él lo sorprenden en un ropero, haciéndole el amor a mi hermana.
MAX - Dios. Creí que eso ya te lo había explicado.
ALMA - ¿Qué clase de explicación serías capaz de darme? Estabas desnudo en un
ropero con mi hermana.
MAX - Seguís echándomelo en cara. No es que no me gustaras, pero no te quería. Creí
que estabas embarazada. Intentaba hacer lo más honesto.
ALMA - ¿Lo más honesto? ¿Dejarme tirada en el altar y hacer el amor con mi hermana
menor en un ropero es lo más honesto?
MAX - Mira, en el fondo todo era por tu propio bien.
ALMA - Te quiero muerto a ti y a ella.
MAX - No. Era una chica maravillosa. Es fabulosa. Ella te quería. Te adoraba como a
una diosa. Te cantaba tus alabanzas. Hasta que le quité la ropa interior...
ALMA - ¡Lárgate de aquí!
MAX - Cuidado con eso. Enfádate conmigo. Échame la culpa a mí, no a Trudy, Te lo
ruego. A tu hermana no. La convencí. Ella no quería.
ALMA - Kleinman está aquí. ¡Está aquí! Kleinman está aquí. Sal ahí fuera y muere. Sal.
Muere. Púdrete en el infierno, sucia alimaña.
MAX - Me alegro de ver que no estás amargada tras todos estos años.

Max sale corriendo de la casa mientras Alma lo apunta.

ESCENA 9

KLEINMAN: ¡No se acerquen! ¡No me gusta que me aten!


29

GINA (la prostituta): ¡Intentó atacarme! ¡Me agarró de repente!


KLEINMAN: Trate de cuidarte, protegerte.

(Le agarran)

BILL: ¡Aquí traigo una soga!


KLEINMAN: ¿Qué van hacer?
FRANK: Vamos a limpiar esta ciudad de una vez para siempre.
KLEINMAN: Van a colgar a un hombre inocente. Sería capaz de hacerle daño a una
mosca… bueno, una mosca quizá…
POLICÍA: No podemos colgarle sin juicio.
KLEINMAN: CLARO QUE NO. Tengo ciertos derechos.
AL: ¿Y qué me dices de los derechos de las víctimas, eh?
KLEINMAN: ¿Qué víctima? ¡Quiero a mi abogado! ¡Ya me oyen! ¡Quiero a mi
abogado! ¡Ni siquiera tengo abogado!
POLICÍA: (Mary) ¿Cómo te declaras, Kleinman?
KLEINMAN: Inocente. ¡Completamente inocente! No he sido ni ahora ni nunca un
asesino homicida. Nunca me ha interesado ni como pasatiempo.
HENRY: ¿Qué has hecho para contribuir a la captura del asesino?
KLEINMAN: ¿Te refieres al plan? Nadie me ha contado cuál es.
JOHN: ¿No crees que tienes la responsabilidad de averiguar por ti mismo?
KLEINMAN: ¿Cómo? Cada vez que lo pregunté, me contestaron con una copa y una
canción.
AL: (Adri) Es responsabilidad tuya, Kleinman.
FRANK: Exacto. Sería distinto de haber sólo un plan.
BILL: Claro. Nosotros ofrecimos un plan alternativo.
DON: Y había otros planes además. Tendrías que haber sacado algo en limpio.
AL: ¿es por eso que te costaba elegir? ¿Por qué tú no querías elegir?
KLEINMAN: ¿Elegir entre qué? Explíquenme el plan. Permítanme ayudarlos.
Utilícenme.
POLICÍA: Es un poco tarde para eso.
HENRY: Kleinman, has sido juzgado y se te declara culpable. Serás colgado del cuello
hasta que mueras. ¿Cuál es tu última voluntad?
KLEINMAN: Si. Preferiría que o se me colgara del cuello.
30

HENRY: Lo lamento, Kleinman. No podemos hacer nada.


ABE: (entra muy excitado) ¡Deprisa… ven deprisa!
JHON: ¿Qué ocurre?
ABE: Tenemos al asesino acorralado detrás del almacén.
AL: Eso es imposible. Kleinman es el asesino.
ABE: No. Le descubrieron cuando quiso estrangular a Edith Cox. Ella le indentificó.
Apresúrense. Necesitamos resfuerzos.
AL: ¿Es alguien que conozcamos?
ABE: NO. ¡Es un forastero, pero va a escaparse!
KLEINMAN: ¿Lo ven? ¿Lo ven? Están todos a punto de colgar a un hombre inocente.
HENRY: Perdónanos, Kleinman.
KLEINMAN: Claro. En cuanto se nos acaban la idea, salís corriendo a buscar una soga.

ESCENA 10

MANIACO: ¿Kleinman?
KLEINMAN: (Marian) ¿Quién eres?
MANIACO: El asesino homicida. ¿Puedo sentarme? Estoy agotado.
KLEINMAN: ¿Qué?
MANIACO: Todos me están persiguiendo… No hago más que correr por lo callejones
y entrar y salir por los portales. Estoy huyendo por toda la ciudad… y ellos parecen
creer que eso me divierte.
KLEINMAN: ¿Eres…el asesino?
MANIACO: Claro.
KLEINAMAN: ¡Tengo que salir de aquí!
MANIACO: Naturalmente. Es mi especialidad.
KLEINMAN: Estás…estás loco.
MANIACO: Claro que estoy loco. ¿Crees que una persona cuerda andaría por ahí
matando gente? Y no robo a nadie. Es la verdad. Jamás me he llevado un centavo de
una sola víctima. Ni siquiera un peine de bolsillo.
KLEINMAN: ¿Por qué lo haces entonces?
MANIACO: ¿Por qué? Porque estoy loco.
KLEINMAN: Pero pareces una persona normal.
31

MANIACO: No te fíes de la apariencia física. Soy un maníaco.


KLEINMAN: (Nano) Ya, pero yo me esperaba un silueta alta, negra, amenazadora…
MANIACO: Esto no es una película, Kleinman. Soy un hombre como tú. ¿Qué quieres
que tenga, colmillos?
KLEINMAN: Pero has matado a hombres tan altos y fuertes… el doble de grandes que
tú…
MANIACO: Claro. Porque les ataco por detrás o espero a que duerman. Oye, yo no me
complico la vida.
KLEINMAN: Pero, ¿Porqué lo haces?
MANIACO: Soy un chiflado. ¿Crees tú que lo sé?
KLEINMAN: ¿Te gusta?
MANIACO: No es cuestión de gusto. Lo hago.
KLEINMAN: ¿Y no te das cuenta de que es ridículo?
MANIACO: Si me diera cuenta de eso, estaría cuerdo.
KLEINMAN: ¿Desde cuando te sientes así?
MANIACO: Desde siempre que yo recuerde.
KLEINMAN: ¿No te pueden ayudar?
MANIACO: ¿Quiénes?
KLEINMAN: Hay médicos… clínicas…
MANIACO: ¿Crees tú que los médicos saben algo? Me han visitado muchos médicos.
Me han hecho pruebas de sangre, rayos X. No descubrieron mi locura. Eso no sale en la
pantalla de rayos X.
KLEINMAN: (Romi) ¿Y la psiquiatría? ¿Médicos mentales?
MANIACO: Les engañé a todos.
KLEINMAN: ¿Huh?
MANIACO: Me comporté como una persona normal. Me enseñaron manchas de tinta…
Me preguntaron si me gustaban las chicas. Respondí que claro.
KLEINMAN: Esto es terrible.
MANIACO: ¿Cuál es tu última voluntad?
KLEINMAN: ¡No hablas enserio!
MANIACO: ¿No quieres escuchar mi risa demente?
KLEINMAN: No. ¿Es que no puedes razonar? (El MANIACO abre dramáticamente
una navaja.) Si matarme no te proporciona ninguna emoción, ¿Para qué hacerlo? No es
32

lógico. Deberías emplear tu tiempo de forma más constructiva… Prueba el golf…


¡conviértete en un loco del golf!
MANIACO: ¡Adiós, Kleinman!
KLEINMAN: ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Que me matan! (Es apuñalado. El MANIACO sale
corriendo.) ¡Ohhhh! ¡Ohhh! (Se forma un pequeño grupo de gente. Oímos: “Se está
muriendo, Kleinman se está muriendo… se está muriendo”.)
JHON: (Susi) Kleinman… ¿Cómo era el asesino?
KLEINMAN: Se parecía a mi.
JHON: (Pocha): Pero Jensen dijo que se parecía a Jensen… alto y rubio. De aire sueco.
KLEINMAN: Oooh… ¿Me vas hacer caso a mi o a Jesen?
JHON: (Adri) Está bien, no te enfades…
KLEINMAN: Bueno, entonces no hables con tanta suficiencia… Se parecía a mi.
JHON: (Osvaldo) A menos que sea una maestro del disfraz…
KLEINMAN: Bueno, seguro que es un maestro de algo, así que será mejor, chicos, que
tomen la iniciativa.
JHON: (Ali) Tráiganle un poco de agua.
KLEINMAN: ¿para qué quiero yo agua?
JHON: (Nati) Pensé que tendrías sed.
KLEINMAN: Morirse no da sed. A menos que te apuñalen después de haber comido
panqueques.
JHON: (Yani) ¿Tienes miedo de morir?
KLEINMAN: No es que tenga miedo de morir, es que no quiero estar aquí cuando
ocurra.
JOHN: (Mati) Más pronto o más tarde acabará con todos nosotros.
KLEINMAN: (delirando) Colaboren… Dios es el único enemigo.
JHON: (Mari) Pobre Kleinman. Está delirando.
KLEINMAN: Oh… Oh… Ugggmmmfff. (Muere)
JOHN: (Nati R.) Vámanos, tenemos que prepara un plan mejor. (Empiezan a salir)
KLEINMAN (Incorporándose) Y otra cosa. Si existe una vida después de la muerte y
acabamos todos en el mismo sitio… no me llamen, yo los llamo. (Expira)
HOMBRE: (Susi) (entra corriendo) ¡Acaban de ver al asesino en la vía del tren!
¡Vengan corriendo!

(Todos salen a su persecución y se apagan las luces)


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FIN

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