Sombras y Niebla - Texto Completo
Sombras y Niebla - Texto Completo
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Sombras y Niebla
Basado en la obra “Muerte” y la película “Sombras y Niebla”, ambas de Woody Allen
ESCENA 1
(Se levanta el telón sobre KLEINMAN, dormido en su cama a las dos de la madrugada.
Llaman a la puerta, hasta que al fin, con gran esfuerzo y determinación, se levanta).
KLEINMAN: ¿Huh?
AL: ¡Abre! ¡Eh… vamos, sabemos que estás ahí! ¡Abre!
KLEINMAN: ¿Huh? ¿Qué?
VOCES: ¡Vamos abre!
KLEINMAN: ¿Qué? ¡Esperen! ¿Quién está ahí?
SAM: ¡Ven, abre! ¡Vamos!
KLEINMAN: ¿Quién es?
HANK: Vamos Klenman… deprisa.
HACKER: Vamos, Kleinman.
KLEINMAN: Hacker…es la voz de Hacker. ¿Hacker?
SAM: ¡¿Kleinman, abrirás de una vez?!
KLEINMAN: (Va hacia la puerta) Ya voy, ya voy. Estaba durmiendo… ¡Esperen!
KLEINMAN: Ejem, ¿Quiere explicarme alguien por qué están aquí? Estoy en pijama y
tengo frío.
HACKER: Digamos que necesitamos toda la ayuda que podamos encontrar. Y ahora
vístete. (Se alinean)
SAM (amenazador): Y deprisa.
KLEINMAN: Está bien, ya me visto. ¿Puedo saber a qué viene todo esto, por favor?
JHON: Han descubierto al asesino. Dos mujeres. Le vieron entrando en el parque.
(Todos forman una roda para hablar del plan, se escucha murmullo).
(Todos se le quedan mirando. Kleinman mira a uno por uno y comienza haber una
pequeña risa contagiosa. Todos ríen a carcajadas. Kleinman queda riéndose sólo.)
ESCENA 2
KLEINMAN: Anna…
ANNA: ¿Si?
KLEINMAN: ¿Has pensado alguna vez en morirte?
ANNA: ¿Por qué iba a pensar en morirme? ¿Por qué, tú sí?
KLEINMAN: Generalmente no, pero cuando lo hago, no me estrangulan ni me cortan el
cuello.
ANNA: Confío en que no.
KLEINMAN: Pienso en morirme de un modo más agradable.
ANNA: Hay muchos modos agradables, créeme.
KLEINMAN: ¿cómo cuales?
ANNA: ¿Me preguntas un modo agradable de morir?
KLEINMAN: Si.
ANNA: Veneno.
KLEINMAN: Veneno. Eso es horrible. Me estás cargando. Te dan convulsiones.
ANNA: No necesariamente.
KLEINMAN: Veneno, ¿Sabes de lo que estas hablando?
ANNA: Cianuro de potasio.
KLEINMAN: (A las chicas que están sentadas) Oh… eres una experta. No me
engañaras con veneno. ¿Tienen idea de lo que te pasa si te comes un almeja en malas
condiciones?
ANNA: (Romi lo trae hacia ella) Eso no es veneno. Es intoxicación.
KLEINMAN: ¿Y quién quiere intoxicarse?
ANNA: ¿Cómo quieres morir entonces?
KLEINMAN: De viejo. Dentro de muchos años. Cuando llegue al término del largo
viaje de la vida. En una cama confortable rodeado de parientes… cuando tenga noventa
años.
ANNA: Pero eso no es más que un sueño. Es obvio, en cualquier momento te puede
partir el cuello en dos un maníaco homicida… o te puede degollar… no cuando tengas
noventa años, sino ahora.
KLEINMAN: Es tan reconfortante discutir estas cosas contigo, Anna.
ANNA: Bueno, estoy preocupada por ti. Mira ahí abajo. Hay un asesino suelto e
infinidades de sitios para esconderte en una noche tan oscura… callejones, portales, el
paso elevado del tren… Nunca le verás en las tinieblas… una mente enferma, que
acecha en la noche con una cuerda de piano…
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ESCENA 3
(Kleinman sale, reuniéndose con Al y Sam, que se han quedado para que todo vaya
como es debido.)
SAM: La policía vio una silueta enorme y aterradora merodeando por la fábrica de
hielo. Pero nadie sabe con certeza.
ESCENA 4
KLEINMAN: (Nano) ¡Con eso tengo bastante! ¡Me mantendré lejos de la Fábrica de
hielo! (Efectos sonoros de viento) Oh, chico, no hay nada como una noche en la ciudad.
No sé por qué no podía esperar en mi casa hasta que me dieran una misión concreta.
¿¡Qué es ese ruido!? (Romi) El viento… el viento tampoco es amenazador. Me puede
traer una señal. Bueno, tengo que conservar la calma… Cuentan conmigo… He de tener
los ojos bien abiertos y si veo algo sospechoso avisaré inmediatamente a los otros…
Sólo que no hay otros… Tengo que acordarme de hacer más amigos en la próxima
oportunidad que tenga… Tal vez si subo una manzana o dos me encontraré con alguno
de los otros… ¿A qué distancia podrán estar? A menos que sea eso lo buscan. Tal vez
sea una parte del plan. Tal vez, Hacker me tenga bajo algún tipo de vigilancia de modo
que, si ocurre algo, todos puedan acudir en mi ayuda… (Ríe nerviosamente). Estoy
seguro de que no me han dejado solo para que vagabundee por las calles a mi aire.
Tienen que comprender que yo no puedo competir con un asesino demente. Un maníaco
tiene la fuerza de diez hombres y yo tengo la fuerza de medio… A menos que me estén
utilizando como señuelo… ¿Es posible que hagan eso? ¿Dejarme aquí fuera como un
cordero?... El asesino se abalanza sobre mí y todos aparecen rápidamente para
agarrarle… a menos que aparezcan lentamente… Mi cuello nunca fue robusto (Una
negra silueta sale corriendo en último término). (Marian) ¿Qué ha sido eso? Tal vez
debería regresar… Ahora estoy lejos ya de donde salí… ¿Cómo van a encontrarme para
darme mis instrucciones? Y no sólo, estoy yendo hacia una parte de la ciudad que no
conozco… entonces ¿qué? Sí… será mejor que dé la vuelta sobre mis pasos antes de
que me pierda por las buenas… (Oye pasos lentos y amenazadores que se le acercan).
Oh, Oh…. Esos pasos… El maníaco tendrá pies probablemente… Dios mío, sálvame…
porque imagina oír voces? Ya sabes que en otras épocas se consideraban al loco movido
por inspiración divina. Vale la pena examinar todo esto para que conste.
KLEINMAN: Claro, pero tenemos que agarrarlo primero.
MÉDICO: Sí, Kleinman, si de mí dependiera, me quedaría solo para estudiar a esta
criatura escrupulosamente, para hacerle la disección hasta el último cromosoma. Me
gustaría observar cada una de sus células en el microscopio. Ver de qué está compuesto.
Analizar sus secreciones. Descomponer su sangre, explorar su cerebro minuciosamente,
hasta que yo comprenda al ciento por ciento qué es exactamente en cada uno de sus
aspectos.
KLEINMAN: ¿Puedes conocer realmente a una persona? Quiero decir, conocerla… no
saber acerca de ella, sino conocerla… quiero decir, conocerla de vera… hasta donde se
pueda conocer… hablo de conocer a una persona… ¿Sabes lo que entiendo por
conocer? Conocer. Conocer la verdad. Conocer. Conocimiento. Conocer.
MÉDICO: Kleinman, eres un imbécil.
KLEINMAN: ¿Entiendes lo que estoy diciendo?
MÉDICO: Haz tu trabajo y yo haré el mío.
KLEINMAN: No sé cual es mi trabajo.
MÉDICO: Entonces no critiques.
KLEINMAN: ¿Quién está criticando? (Se oye un grito. Se sobresaltan.) ¿Qué ha sido
eso?
MÉDICO: ¿Oíste pasos detrás nuestro?
KLEINMAN: He oído pasos detrás de mí desde que tenía ocho años. (Otro grito).
MÉDICO: Alguien viene.
KLEINMAN: Tal vez no le gustó eso que dijimos de hacerle la discreción.
MÉDICO: Mejor será que te vayas de aquí, Kleinman.
KLEINMAN: Con sumo placer.
MÉDICO: ¡Deprisa! ¡Por aquí!
KLEINMAN: Esto da a un callejón sin salida.
MÉDICO: ¡Sé lo que me hago!
KLEINMAN: ¡Ya, pero quedaremos atrapados y nos matarán!
MÉDICO: ¿vas a discutir conmigo? ¡Soy médico!
KLEINMAN: Pero yo sé… es un callejón sin salida. ¡No hay forma de salir!
MÉDICO: Adiós, Kleinman. ¡Haz lo que te parezca! (Corre hacia el callejón sin
salida)
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ESCENA 5
Kleinman caminado entre las nieblas, se sorprende al ver a Irmy entre las sombras.
JODIE: Esperen, esperen, el más extraño que he tenido, ha sido uno que quería que fue
dos hermanas gemelas, ¿qué les parece? Nunca había trabajado tanto.
ANNE: Para eso pedir a las hermanas Beckman, trillizas y prostitutas.
JODIE: Deben costar una fortuna.
KATHY: Dicen que son favoritas de un sultán de Marruecos.
JODIE: Para que vas a querer prostitutas gemelas, si pides dos o tres mujeres, no es
mejor la variedad.
LILY: EL peor es Hank y sus locuras, la semana pasada quiso salir a dar una vuelta con
una correa al cuello, aullando a la luna y orinando en cada árbol que cruzaba. Me pedía
que lo llamara: “mi lazarillo de Thormes”.
JODIE: Con lo serio y parco que es ese tipo Hank, joder. Se ven tan inocentes y dignos
cuando entran ¿verdad? Y luego cuando escuchas las cosas que quieren que le hagas.
KLEINMAN: Caray, nunca me encontré antes con ninguna… Creí que eran más altas.
ANNE: ¿Te he confundido?
KLEINMAN: Si he de decirte la verdad, soy muy provinciano.
ANNE: ¿Si?
KLEINMAN: Yo, ejem… nunca estoy levantado a estas horas. Te lo aseguro, nunca.
Deben de ser las mil quinientas. A menos que me ponga enfermo o algo… pero salvo
casos extremos de náuseas duermo como un niño recién nacido.
ANNE: Bueno, el caso es que estás en la calle y en plena noche.
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KLEINMAN: Realmente, estoy muy nervioso. Preferiría estar en casa en la cama. Todo
es extraño por la noche. Todas las tiendas están cerradas. No hay tráfico. Se puede andar
por donde uno quiera… Nadie te detiene…
GINA: Eso es bueno, ¿no?
KLEINMAN: Ejem… es una sensación rara. No existe la civilización…Podría quitarme
los pantalones y bajar corriendo desnudo por la calle principal.
TODAS: Uh-hhh.
KLEINMAN: No lo haría, quiero decir. Pero podría.
KATHY: Para mi la ciudad de noche es tan fría, negra y vacía, debe de ser algo así
como estar en el espacio exterior.
KLEINMAN: Nunca me ha importado el espacio exterior.
KATHY: Pero si estás en el espacio exterior. Somos esa bola grande y redonda que flota
en el espacio… No se puede distinguir qué es lo que está arriba y qué es lo que está
abajo…
KLEINMAN: ¿Y te parece eso bueno? Yo soy un hombre a quien le gusta saber qué es
lo que está arriba y qué es lo que está abajo y dónde está el cuarto de baño… pensada
que es algo que no es posible que yo haga, aceptar dinero de alguien y luego fingir que
siento pasión. (Se matan de risa.)
LILY: Yo tampoco lo creía. Hasta que operaron a mi esposo. Mi estimado, la necesidad
tiene cara de hereje. Una “amiga” que tenia por oficio frecuentar el burdel, ante mi
desesperación me presento a Kathy. En mi primera experiencia, debo confesar que no
me lleve ninguna sorpresa desagradable, todo lo contrario. Se trataba de un cuarentón
con una esposa inapetente, la única diferencia a las relaciones anteriores fue que recibí
dinero.
KLEINMAN: ¿Estás casada?
LILY: Lo fui, salió del problema, supo como pagué el hospital y me dejó. (Risas
pequeñas como de resignación y obviedad). See you later my dear. Me hizo un favor.
KLEINMAN: Pero entonces, quiere decir que a sus clientes, no les importa, ¿que sea
algo mecánico? ¿Sin sentimientos, ni pasión? (Se matan de risa).
ANNE: ¿Importar? Nuestro oficio es el único que no fue afectado por los asesinatos.
KATHY: Deja decirte una cosa querido, los hombres y mujeres buscan cosas distintas
en el acto sexual. Jamás se perdonan el uno al otro.
ANNE: ¿Y dónde dirías que entra el amor? ¿Entran por la ventana?
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JODDIE: Sólo hay un amor, el no correspondido. Ese si que es para siempre. Si no mira
como este Jeinsen, siempre viene, el mismo día a la misma hora, y con la única que se
hace atender es conmigo, porque dice que soy igual a una prima suya. Morbo, mi
amigo. Me hace regalos siempre el mismo día del mes, me trae flores, viene muchas
veces sólo a charlar, eso es amor, joder, porque no se debe, se quiere.
KATHY: Eres nefasta.
ANNE: Claro que no.
JODIE: Que si.
ANNE: A ti te amargo el matrimonio.
JODIE: No estoy amargada.
ANNE: Si, si estas.
JODDIE: El matrimonio cuesta trabajo, como todo. Si te lo diré yo, que mira, estaba
casada con el tío más guapo y más bueno de toda España. Un matrimonio hecho y
derecho. Por las tardes la vuelta por plaza, y por la noche nos divertíamos. Hasta que un
día, llego la milicia y se fue, con un beso se despidió, y nunca más supe de él. Después
de un tiempo, me cansé, de esperar, así que tomé mis petates y me embarque en el
primer barco a estas tierras, decir que ahí conocí a mi bella amiga Kathy que me dijo…
quédate tranquila que vamos hacer la América y aquí estoy de lunes a sábado siempre
dispuesta, me encanta estar aquí, sentirme deseada, acompañada, y encima me pagan.
KLEINMAN: ¿Porqué de lunes a sábados?
JODIE: Porque los domingos se va a misa, me encanta el párroco de estos pagos, con
ese si me casaría, hasta me arrodillo sobre maíz, y que azote para limpiar mis pecados.
(Risas)
ANNE: Espero que no. Eso es morbo, ¡Que morbo! Pero tenes razón que guapo esta el
padre Jhon.
LILY: Es cuestión de suerte. Dependemos de la suerte.
ANNE: Yo prefiero no aceptar eso, sino te importa. No, no, no…
KATHY: Como puede ser cuestión de suerte.
LILY: A ver, supongamos que a un tipo le gusta que se le sienten encima y que una
mujer desnuda cabalgue sobre él clavándole las espuelas a los costados. En su vida se
cruza con, digamos, ¿50 mujeres? bueno a cada una de ellas hará su propuesta, algunas
huirán horrorizadas, otras se morirán de risa.
Pero un día este buen hombre se cruza con una mujer que encuentra su propio placer
cabalgando desnuda sobre un tipo y clavándole las espuelas… ¡Voila! ¡Eureka!
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ESCENA 6
KLEINMAN: (Gritando tras las prostitutas que se retiraron): (Lucho) ¡No pretendía
comportarme como un animal… soy realmente una de las personas más simpáticas que
conozco! (Y se queda solo, mientras los pasos de ella se desvanecen) Bueno, esto ha ido
ya bastante lejos. Me voy a casa y ya está. Sólo que mañana volverán a aparecer para
preguntarme dónde estaba. (Romi) Dirán “el plan salió mal, Kleinman, y la culpa es
tuya” ¿Por qué culpa mía? Ahí está la diferencia. Encontrarán una salida. Un chivo
espiratorio. Esa es probablemente mi parte en el plan. Siempre me echan la culpa
cuando nada sale bien. (Nano) Yo…(Oye un gemido) ¿Qué? ¡¿Quién es?!
MÉDICO: Sí.
KLEINMAN: ¿Quieres decir que puedes volver a la vida convertido en una rana?
MÉDICO: Las tinieblas se acercan.
KLEINMAN: Mira, ¿por qué no me dices cuál es tu parte en el plan? Ya que estarás
fuera de servicio, puedo hacerme cargo yo, porque hasta el momento no he conseguido
averiguar cuál es mi misión.
MÉDICO: Mi misión no te servirá de nada. Soy el único que puede llevarla a cabo.
KLEINMAN: Por el amor de Dios, no sé si estamos demasiado bien organizado o
demasiado poco.
MÉDICO: No nos falles, Kleinman. Te necesitamos (Muere).
KLEINMAN: ¿Doctor? ¿Doctor? Oh, Dios mío… ¿Qué voy hacer? Al demonio con
todo. ¡Me voy a casa! Que se queden toda la noche corriendo como chiflados. En plena
temporada. Nadie va a explicarme nada. Y no quiero que me echen la culpa de todo.
Bueno, ¿y por qué iban a echarme la culpa? Acudí cuando me llamaron. Nada me
encargaron que hiciera.
Desde el punto de vista de la ciencia, también… muerto… pero hace mucho tiempo. Por
eso siento simpatía cuando veo a uno de esos tiempos.
KLEINMAN: ¿Y cómo era?
HOMBRE: ¿El qué?
KLEINMAN: Estar muerto. ¿Viste algo?
HOMBRE: No. Era sencillamente… nada.
KLEINMAN: ¿Recuerdas si había vida después?
HOMBRE: No.
KLEINMAN: ¿Mi nombre no aparecía?
HOMBRE: No había nada. No hay nada después, Kleinman. Nada.
KLEINMAN: No quiero ir. Aún no. Ahora no. No quiero que lo que le sucedió a él me
suceda a mí. Atrapado en un callejón… apuñalado… los otros estrangulados… también
Hacker… por ese demonio.
HOMBRE: Hacker no fue asesinado por el maníaco.
KLEINMAN: ¿No?
HOMBRE: Hacker fue asesinado por conspiradores.
KLEINMAN: ¿Conspiradores?
HOMBRE: (Adri) La otra facción.
KLEINMAN: ¿Qué otra facción?
HOMBRE: Sabes lo de la otra facción, ¿verdad?
KLEINMAN: ¡Yo no sé nada! Estoy perdido en la noche.
HOMBRE: Unos cuantos. Sheperd y Willis. Nunca estuvieron conformes en cómo
planteaba Hacker el problema.
KLEINMAN: ¿Qué?
HOMBRE: Bueno, Hacker no había conseguido resultados precisamente.
KLEINMAN: Bueno, la policía tampoco.
POLICIA (levantándose): (Romi) Los conseguiremos, pese a todo. Si los puñeteros
paisanos se mantienen al margen.
KLEINMAN: Creí que necesitabas ayuda.
POLICÍA: (Mari) Ayuda, sí. Confusión y pánico, no. Pero no te preocupes. Tenemos
un par de pistas y estamos examinando datos en las computadoras. Tenemos los mejores
cerebros electrónicos. Son incapaces de cometer un error. Veremos cuánto tiempo podrá
resistir frente a ellos ese maníaco. (Se arrodilla).
KLEINMAN: ¿Entonces quién mató a Hacker?
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HANK: Con que aquí estás, Kleinman. ¿Dónde diablos has estado?
AL: Te fuiste por ahí justo cuando te necesitábamos.
KLEINMAN: Nadie me dijo una palabra.
HOMBRE: (Mati) Kleinman está con nosotros ahora.
JHON: ¿Es verdad eso, Kleinman?
KLEINMAN: ¿Verdad el qué? Ya no sé dónde está la verdad.
ESCENA 7
(Cesa la lucha, murmullos,“¿Qué pasa)”. Sonido: bong, bong. Entra un grupo con Hans
Spiro que olfatea y resopla.)
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KLEINMAN: (Nano) ¿Qué estas haciendo? No tengo nada que ocultar. Mi chaqueta
probablemente huele un poco a aclcanfor. ¿Verdad? Eh, ¿quieres dejar de olfatearme?
Me pone nervioso.
POLICÍA: ¿Nervioso, Kleinman?
KLEINMAN: Nunca me ha gustado que me olfateen. (Spiro aumenta la intensidad de
sus aspiraciones) ¿Qué pasa? ¿Qué estas mirando? ¿Qué? Ah, ya sé, se me cayó un
poco de ensalada en los pantalones… Por eso hay un olor débil… no es nada terrible…
fue con salsa de la casa en el restaurante Wilson… Me gusta el bistec… poco hecho,
no… Bueno, si, poco hecho. Quiero decir que crudo no… Ya saben, lo pedís poco
hecho y te lo traen sangrante…
SPIRO: Este hombre es un criminal.
KLEINMAN: ¿Qué?
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AL: ¿Kleinman?
SPIRO: Si, Kleinman.
POLICÍA: (Mari y Ali) ¡No!
ACOLITO: ¡El señor Spiro lo ha conseguido otra vez!
KLEINMAN: ¿De que están hablando? ¿Sabes de lo que están hablando?
SPIRO: Aquí está el individuo culpable.
KLEINMAN: Te has vuelto loco, Spiro… ¡Este hombre es un lunático!
HENRY: Con que eras tú, Kleinman.
FRANK: (Gritando): ¡Eh… aquí! ¡Aquí! ¡Le hemos atrapado!
KLEINMAN: ¡¿Qué están haciendo?!
SPIRO: No hay duda. Es concluyente.
BILL: ¿Por qué lo has hecho, Kleinman?
KLEINMAN: ¿Hacer el qué? ¿Vas a creer a ese tipo? ¿Sólo porque me ha olfateado?
ACOLITO: El poder sobrenatural del señor Spiro nunca le ha fallado todavía.
KLEINMAN: Este tipo es un impostor. ¡¿Qué tiene que ver con esto el olfato?
FRANK: Así que Kleinman es el criminal.
KLEINMAN: No… amigos… ¡Todos me conocen!
JHON: ¿Por qué lo has hecho, Kleinman?
FRANK: Si.
AL: Lo ha hecho porque está loco. Como una regadera.
KLEINMAN: (Lucho) ¿Qué estoy loco? ¡Miren cómo voy vestido!
HENRY: No pretendan entenderle. Su cabeza ya no rige.
BILL: Es lo que pasa con los locos. Pueden conservar la lógica en todo menos una
cosa… su lado débil, su punto de enajenación.
SAM: Y Kleinman es siempre pan lógico.
HENRY: Demasiado lógico.
KLEINMAN: ¿Todo esto es una broma, verdad? Porque si no es una broma voy a
echarme a llorar.
SPIRO: Una vez más quiero dar gracias al Señor por el especial son que El ha tenido a
bien concederme.
JHON: ¡Vamos a atarle ahora mismo! (Consenso general)
ESCENA 8
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ALMA - Max.
MAX - Deja de mirarme así. No soy un fantasma. Aún no, aunque intentan matarme.
ALMA - ¿Quién?
MAX - Una muchedumbre.
ALMA - ¿Y te atreves a venir aquí?
MAX - ¿Qué podía hacer? Estaba en peligro de muerte, vi tu casa y... bueno...
ALMA - Piensen lo que piensen de ti, seguro de que eres culpable.
MAX - Alma, ¿es posible que yo pueda matar a alguien?
MAX -Alma, te he hecho una pregunta. Soy yo, Max.
ALMA - No quería volver a verte jamás.
MAX - Lo sé. Hice algo malo. Pero el tiempo lo cura todo. Han pasado años.
ALMA - Cuanto más lo pienso, más quiero que te maten. Que te corten en pedacitos y
te echen a los perros.
MAX - Dios. Sí que has sido específica al ponerte a pensar en el asunto.
ALMA - Eres un canalla y no descansaré hasta que te pudras en el infierno.
MAX - ¿Puedo quedarme aquí esta noche? ¿Es...?
ALMA - ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo pudiste dejarme en el altar, delante de familia
y amigos, humillada y llorando?
MAX - Ya te lo he explicado. Toda historia tiene dos caras.
ALMA - ¿Niegas que íbamos a casarnos y que me hiciste quedar como una idiota ante
todos?
MAX - Estaba nervioso. Un poco bebido. lnseguro.
ALMA - ¿lnseguro?
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ESCENA 9
(Le agarran)
ESCENA 10
MANIACO: ¿Kleinman?
KLEINMAN: (Marian) ¿Quién eres?
MANIACO: El asesino homicida. ¿Puedo sentarme? Estoy agotado.
KLEINMAN: ¿Qué?
MANIACO: Todos me están persiguiendo… No hago más que correr por lo callejones
y entrar y salir por los portales. Estoy huyendo por toda la ciudad… y ellos parecen
creer que eso me divierte.
KLEINMAN: ¿Eres…el asesino?
MANIACO: Claro.
KLEINAMAN: ¡Tengo que salir de aquí!
MANIACO: Naturalmente. Es mi especialidad.
KLEINMAN: Estás…estás loco.
MANIACO: Claro que estoy loco. ¿Crees que una persona cuerda andaría por ahí
matando gente? Y no robo a nadie. Es la verdad. Jamás me he llevado un centavo de
una sola víctima. Ni siquiera un peine de bolsillo.
KLEINMAN: ¿Por qué lo haces entonces?
MANIACO: ¿Por qué? Porque estoy loco.
KLEINMAN: Pero pareces una persona normal.
31
FIN