1 - Quien Es Jeshua

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JESHUA, ¿QUIÉN ERES?

– CANALIZADO POR PAMELA KRIBBE

Introducción
En esta sección, presentamos material canalizado por Jeshua, un guía espiritual quien nos dice
que fue el hombre que llevó la energía de Cristo en su encarnación 2000 años atrás como Jeshua ben
Joseph o Jesús. Jeshua se presentó a nosotros por primera vez a mediados de 2002. Yo (Pamela) sentí
una fuerte presencia cerca mio quien quiso hablar claro de temas tales como el miedo, la verdad, la
iluminación y la historia de los trabajadores de la luz (lightworkers). Esta presencia se hizo llamar
Jeshua – ben – Joseph, el cual es el nombre hebreo de Jesucristo. Jeshua insistió desde el comienzo
que prefería ser llamado por su nombre, ya que este resalta más su lado humano.
“Yo fui un hombre de carne y hueso, Yo soy su hermano y amigo”, decía él repetidamente.
Él rechazó definitivamente la imagen divinizada e irrealista que a menudo se asocia con el
nombre de “Jesús”.
“La imagen de Jesús me ha robado mi humanidad, mi lado emocional y mi parentesco con ustedes”.

Si usted desea leer más sobre la identidad de Jeshua, vea “Quién es Jeshua”. Si está
interesado en leer otros mensajes canalizados, les recomendamos leerlos en el orden en que son
presentados, ya que cada mensaje se construye sobre el precedente.

¿Quién es Jeshua?

Conversación con Jeshua, Octubre 2002

Jeshua, ¿quién eres?

Yo soy aquel quien estuvo entre ustedes y a quien han conocido como Jesús.
Yo no soy el Jesús de su tradición de la iglesia o el Jesús de sus escrituras religiosas.
Yo soy Jeshua-ben-Joseph; yo he vivido como un hombre de carne y hueso.
Yo alcancé la conciencia Crística antes que ustedes, pero fui apoyado en esto por poderes que
están actualmente más allá de su imaginación. Mi venida fue un evento cósmico. Yo me dispuse
para eso.

No fue fácil. No tuve éxito en mis esfuerzos por transmitir a la gente la inmensidad del amor de
Dios. Hubo mucho malentendido. Llegué muy temprano, pero alguien tenía que venir.
Mi llegada fue como arrojar una piedra en una gran piscina. Todos los peces huyeron y la
piedra se hundió en lo profundo. Sin embargo, después de mucho tiempo, aún hay ondas
perceptibles. Se podría decir que la clase de conciencia que yo quise transmitir, hizo su trabajo
secretamente después de todo.
En la superficie de la piscina hubo constantes perturbaciones; bien intencionadas, pero las
interpretaciones mal guiadas los llevaron a ustedes a encontrarse y pelear unos con otros en mi
nombre.
Aquellos quienes fueron tocados por mi energía, motivados por el impulso de la energía Crística,
no pudieron realmente integrarla con su realidad psicológica y física.

Ha pasado mucho tiempo antes de que la conciencia Crística pueda establecerse en la tierra.
Pero ahora el tiempo ha llegado. Y yo he regresado y hablo a través de muchos, a través de todos y
cada uno quien quiera oírme y haya logrado comprenderme desde la quietud de sus corazones.
Yo no predico ni juzgo. Mi esperanza sincera es hablarles de la inmensa e inagotable presencia
de Amor, accesible a ustedes en todo momento.

Soy parte de una conciencia mucho más grande, una entidad más grande, pero yo, Jeshua, soy la parte
encarnada de esa entidad (o campo de conciencia).
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No me gusta mucho el nombre Jesús, porque éste ha sido enredado con una versión
distorsionada de lo que yo represento. “Jesús” pertenece a las tradiciones y autoridades de la iglesia.
Este ha sido moldeado para adaptarlo a los intereses de los patriarcas de la iglesia por siglos, tanto
que la imagen impuesta de Jesús está ahora tan alejada de lo que yo represento, que realmente me
complacería si ustedes tan solo pudieran dejarla ir y liberarme a mí de esa herencia.

Yo soy Jeshua, hombre de carne y hueso.


Yo soy su hermano y amigo.
Yo estoy familiarizado con ser humano en todos los aspectos.
Yo soy maestro y amigo.
No me teman. Abrácenme como ustedes abrazarían a uno de su familia.
Somos familia.

Jeshua, Jesús y Cristo

La energía Crística que yo he venido a ofrecerles tiene sus raíces en una energía colectiva que
ha llegado más allá del mundo de la dualidad. Esto significa que ésta reconoce los opuestos de bien
y mal, luz y oscuridad, dar y recibir, como los aspectos de una y la misma energía.
El vivir desde la realidad de la conciencia Crística significa que no hay lucha con nada. Hay
una completa aceptación de la realidad. Esta ausencia de lucha o resistencia es su principal
característica. Ya que Cristo (o la energía Crística) reconoce los extremos de todos los pensamientos,
sentimientos y acciones como la manifestación de una energía divina, no puede haber dualidad, ni
juicio en el modo en que “él” (la energía crística) experimenta la realidad.

Permítanme darles un ejemplo aquí. Cuando el Cristo (la energía crística) en ustedes observa un
conflicto armado entre personas, su corazón se lamenta por el destino de los abatidos, pero ella no
juzga. Ella siente el dolor y la humillación con cada golpe, y su corazón está lleno de compasión,
pero ella no juzga. Ella observa al atacante, aquél que porta el arma, quien tiene poder, quien inflige
dolor, y ella siente... el odio y la amargura dentro de él, y su corazón se acongoja, pero ella no juzga.
El corazón de Cristo abraza todo el espectáculo con profundo sentimiento de compasión, pero sin
juicio, porque ella reconoce todos los aspectos como experiencias a través de las cuales ella misma
ha pasado. Ella misma ha representado todos esos roles, de ofensor y víctima, de amo y esclavo, y
ella ha llegado a comprender que ella no es ninguno de ellos, sino, aquella quien sustenta a
ambos.

La energía Crística ha pasado a través de todas las energías de la dualidad. Se identifica a ella
misma ahora con la oscuridad, luego con la luz, pero a través de todo, algo permanece igual. Y
cuando ella reconoce esta “semejanza” sustentando todas sus experiencias, su conciencia obtiene
una nueva clase de unidad: fue “cristificada”.
La energía cristificada fue la energía que yo vine a ofrecerles.
Quién fui, es difícil de explicar. Trataré de hacerlo distinguiendo entre tres “identidades”:
Jeshua, Jesús y Cristo.
Yo, aquel que está ahora hablando, soy Jeshua. Yo fui el ser humano que sostuvo la energía
Crística en mi encarnación sobre la Tierra. Esta energía también puede ser llamada Cristo.
Jesús –en mi terminología- es el nombre para el hombre Dios quien fue el resultado de la
infusión de energía Crística dentro de la realidad física y psicológica de Jeshua.
Esta energía Crística fue derramada dentro de Jeshua desde esferas de Luz que están –desde su
punto de vista- localizadas en su futuro. Jesús fue el hombre que realizó milagros y citó profecías.
Jesús fue un emisario de las esferas de luz, encarnado en mí. De hecho, él fue mi propio futuro.
Jesús fue, desde mi perspectiva como el hombre Jeshua viviendo en la tierra, mi propio
futuro, quien llegó a ser uno con la energía Crística. Debido a que el Cristo en él fue claramente
presente y visible a muchas personas que lo rodeaban, él les pareció a ellos como divino.

Yo, Jeshua, fui un hombre de carne y hueso. El único, y en algún punto, aspecto artificial de la
“construcción de Jesús” fue que yo recibí su/mi ser Crístico desde el futuro. Yo no llegué a ser
cristificado en base a mi pasado y las experiencias en él. Yo no adquirí iluminación de una forma
natural, sino por medio de la intervención como quien dice desde afuera, por una infusión de la
energía de Cristo desde el futuro. Yo estuve de acuerdo en jugar este rol antes de comenzar este
tiempo de vida. Yo estuve de acuerdo en ser ‘dominado’ por la presencia de Jesús, como un acto de
servicio, y también por un profundo deseo de llegar a conocer la realidad de mis potenciales más
profundos.
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Jesús, mi propio futuro desde las esferas de luz, llegó a ser uno con la energía de Cristo. Sin
embargo, él no representa la energía completa de Cristo aquí en la tierra, porque esta energía abarca
más que Jesús. Él es una parte o célula de ésta.
Cristo o la energía Crística (esto es más un campo de energía que una entidad personal) es un
colectivo de energía el cual tiene muchos aspectos o “células”, los cuales están cooperando de tal
modo que funcionan como un solo “organismo”.
Todas las células realizan una contribución única a la totalidad y se sienten a sí mismas como
individuos mientras que también son parte de la totalidad. Uno podría llamar a estos diferentes
aspectos de la energía de Cristo ángeles o arcángeles.
Es característico de los ángeles el hecho de que ellos tengan un sentido de individualidad tanto
como un alto grado de desprendimiento, el cual les permite sentirse uno con energías colectivas y
estar feliz en su servicio. La idea de (arc)angel es aclarada en la parte X de las series de los
Trabajadores de la luz.

Misión de Jesús en la tierra

Jesús fue una energía del futuro quien vino a la tierra a traer iluminación y conocimiento a la
humanidad. Él vino desde otro mundo o incluso dimensión, y trajo con él la elevada energía de esta
realidad. La conciencia de su propio Gran Ser permaneció intacta mientras encarnó en la tierra.
Debido a su presencia en mí, Jeshua, yo pude comprender fácilmente la flexibilidad de las leyes de
la materia y “realizar milagros”.
La razón por la que Jesús/Jeshua personalmente vino a la tierra fue la de crear una apertura o
portal hacia un diferente estado de conciencia. Yo quise poner un ejemplo de las posibilidades que
están disponibles para cada ser humano.
En las esferas de la luz desde donde Jesús vino, se percibió que la tierra se dirigía hacia una
dirección que podría terminar en una gran oscuridad y propia alienación para las almas
involucradas en el experimento de la tierra. Se decidió que se entregaría un impulso poderoso para
el cambio, el cual podría claramente mostrarles a los seres humanos las oportunidades disponibles
para ellos. Al enviar la energía personal de Jesús, nosotros quisimos sostener un espejo a los seres
humanos y recordarles de su propio origen divino y los potenciales dormidos que ellos llevan dentro.
Los potenciales para la paz, la libertad y la maestría sobre ustedes mismos.

Cada ser humano es el maestro de su propia realidad. Ustedes están creando su propia realidad todo
el tiempo. Ustedes son capaces de dejar ir una realidad miserable o insatisfactoria y de permitir que la
Luz entre y transforme su creación.
El hombre es su propio maestro, pero él tiende a entregar su poder a autoridades externas
quienes claman saber la verdad y querer lo mejor para ustedes. Esto sucede en política, medicina,
educación, etc. También, su “industria del entretenimiento” esta llena de falsas imágenes acerca de
la felicidad, éxito y belleza, las cuales sólo sirven a aquellos que las construyen. ¿Han pensado
ustedes alguna vez cuánto dinero se gasta en crear imágenes? En los medios, los periódicos, las
películas, en la radio y en la televisión, las imágenes son difundidas todo el tiempo. ¿De dónde
vienen éstas imágenes? ¿Por qué están ahí? ¿Quiénes las diseñan?
Las imágenes son el significado del poder ejercido sobre la gente.
Las imágenes pueden volver a la gente servil y desconectada de sus verdaderas
necesidades, sin hacer uso de la fuerza física o la violencia.
Las imágenes pueden hacer que la gente voluntariamente entregue su propio poder y
autoestima.
Éstas los engañan de tal modo que ustedes no necesitan ser forzados violentamente a
algo; ustedes llegan a aceptar los valores retratados por la imagen como si fueran propios y
actúan acordemente. Esto es lo que podríamos llamar control mental invisible y se yergue
sobre sus sociedades occidentales ‘libres’.

La función de la Luz es primeramente traer claridad, conciencia y transparencia a las


estructuras invisibles de pensamiento y sentimiento que configuran su vida. Luz es lo opuesto al
control mental. Donde la Luz entra a la realidad, quiebra los límites del mero poder y autoridad y
desbarata a las jerarquías basadas en eso. Ésta saca a la luz el abuso de poder y libera a la gente de
desilusiones e ilusiones que quitan su poder de autodeterminación.

Jesús fue una amenaza para el orden imperante en el tiempo que él vivió. Pero lo que él le contó
a la gente y directamente lo que él irradió, hizo que las estructuras de poder sean vistas por lo que
realmente eran. Esto fue insoportable e inaceptable para la jerarquía existente.

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El rol de Trabajador de la Luz (Lightworker), que tomó Jesús, fue pesado; especialmente para
mí, Jeshua, el ser humano que aceptó acarrear esta intensa, brillante energía en mi tiempo de vida.
Yo, Jeshua, fui casi ensombrecido por la fuerza de la presencia de Jesús, ¡la presencia de mi propio
futuro!
Aunque ésta me llenó de gran intuición, amor e inspiración, fue casi un desafío físico acarrear o
“sostener” su energía. Yo no pude realmente integrar su energía en mi ser físico –las células en mi
cuerpo ‘no estaban listas’ para ello aún–; por lo tanto en un nivel físico mi cuerpo quedó exhausto al
acarrear estas intensas energías de Luz.
Aparte del aspecto físico, también hubo una carga psicológica al llevar la energía de Cristo. Fue
muy duro para mí observar que la naturaleza de la energía de Cristo era frecuentemente mal
comprendida, incluso por mis más cercanos amigos o ‘discípulos’. Como el ser humano que yo era,
algunas veces llegué a desesperar y a dudar del valor del camino que había tomado. Yo sentía que el
mundo no estaba preparado para la energía Crística. Yo sentía que su esencia no era reconocida.
Jesús fue realmente un pionero en su tiempo.

Resultados de la llegada de Jesús a la tierra

Con la llegada de Jesús a la tierra, una semilla fue plantada. Fue la semilla de la energía de
Cristo. La gente fue conmovida por lo que dije e hice, e inconscientemente, al nivel del alma, ellos
reconocieron la energía de Cristo. En lo profundo dentro de sus almas, una memoria fue excitada.
Algo fue tocado y puesto en movimiento.

En la superficie, en el nivel de lo que puede ser visto y sentido en el mundo físico, mi venida
creó mucha conmoción. En virtud de la ley de la dualidad, la poderosa infusión de Luz crea una
reacción poderosa en la Oscuridad.
Esto es solo una cuestión de lógica. La Luz provoca confrontación. Ésta quiere quebrar
estructuras de poder y dejar las energías prisioneras en libertad. La Oscuridad es la energía que
quiere suprimir y controlar. Por lo tanto estas dos energías tienen intereses opuestos. Donde una
gana en poder, la otra devolverá el golpe para defenderse y recuperar balance. Así, mi venida a la
tierra también generó mucha batalla y violencia, como una reacción en contra a la Luz que yo vine a
esparcir.

La persecución de mis seguidores, los primeros Cristianos, es un ejemplo de esta reacción en


contra. Pero los Cristianos mismos, los fundadores de la Iglesia, no evitaron la violencia tampoco en
su propósito de esparcir mis enseñanzas. Piensen en las cruzadas y en la inquisición. En el nombre
de Cristo, han sido ejecutados los más barbáricos hechos de oscuridad, tanto por Cristianos como
por no Cristianos.

Los maestros de la Luz, quienes decidieron enviarme como un emisario a la tierra, fueron
conscientes del hecho de que la energía intensa y sin precedentes de Jesús podría invocar fuertes
reacciones de la oscuridad. Jesús penetró en la realidad de la tierra como un cometa. Fue una clase
de medida de emergencia desde las esferas de luz, desde energías que estaban profundamente
preocupadas por la tierra y sus habitantes. Fue un último intento de desviar la dirección por la cual
la tierra estaba siendo conducida, un modo de interrumpir ciclos de ignorancia y destrucción que se
mantenían repitiéndose.

Los resultados fueron ambiguos. Por un lado, la Luz de Jesús invocó mucha Oscuridad (en el
modo de reacción en contra). Por otro lado, la semilla de la consciencia de Cristo fue plantada en los
corazones de un número de personas.
Una importante razón para mi venida fue despertar las almas trabajadoras de la luz en la tierra.
(Ver el otro material canalizado para una explicación de la idea de trabajador de la luz). Ellos serían
más sensitivos y receptivos a mi energía, aunque muchos también llegaron a perderse en la
densidad y oscuridad del plano terrestre.
Los Trabajadores de la Luz son en realidad emisarios de la Luz con la misma misión que Jesús.
La diferencia es que en su encarnación en su cuerpo físico, ellos están menos conectados a su más
amplio Ser divino de lo que yo estuve. Ellos están más sujetos a la carga kármica e ilusiones del
plano terrestre. Ellos están más ligados al pasado.
Con la encarnación de Jesús, ocurrió algo especial. Jesús no trajo ninguna carga kármica del
pasado y pudo de este modo estar más fácilmente en contacto con su divinidad. Él estuvo aquí en

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una manera artificial de algún modo, una presencia desde el futuro, estando aquí y allá al mismo
tiempo.

La consciencia de los seres de Luz, quienes conjuntamente decidieron ‘insertar’ la energía de


Jesús dentro de la realidad terrestre en aquel tiempo, no era perfecta ni conocedora de todo. Todo
ser consciente está en un proceso de desarrollo y conocimiento de sí mismo en todo momento.
Entre los humanos, hay una creencia persistente de que todo está predestinado por un plan
divino; detrás de esta creencia está la noción de un Dios dominante y omnisciente. Esta noción es
falsa. No hay predestinación por una fuerza exterior. Solo hay probabilidades, las cuales son el
resultado de elecciones internas que ustedes mismos hacen. Mi llegada a la tierra estuvo basada
en una decisión tomada por una energía colectiva de luz, de la cual Jesús fue parte. Fue una
decisión que involucró riesgos y un resultado impredecible.
La energía colectiva de la cual estoy hablando es una realidad angélica que está profundamente
conectada a la humanidad y a la tierra porque ella ayudó a crear al hombre y a la tierra. En
realidad, ustedes son parte de ella y no están separados de ella en absoluto, pero estamos hablando
ahora multidimensionalmente, por ejemplo, a un nivel de consciencia que está fuera de su marco
lineal de tiempo. En otra dimensión o marco de tiempo, ustedes son los ángeles que integran las
esferas de luz, de las cuales Jesús descendió a la tierra. (Ver parte X de la serie de los Trabajadores
de la Luz para una explicación profunda de multidimensionalidad y su naturaleza angélica). Ustedes
–trabajadores de la luz- están mucho más interconectados con ‘el evento de Jesús’, esta infusión de
energía Crística en la tierra, de lo que ustedes suponen. En cierto modo fue un esfuerzo colectivo, al
cual todos ustedes contribuyeron, y del cual yo Jeshua fui el representante físico visible.

Mi mensaje fue que la energía de Cristo está presente en todos los seres humanos como una
semilla. Cuando ustedes me ven como una clase de autoridad, ustedes están interpretando mal mi
mensaje.
Yo deseé y todavía deseo invitarlos a ustedes a creer en ustedes mismos, a encontrar la verdad
dentro de sus propios corazones, y a no creer en ninguna autoridad fuera de ustedes.
Irónicamente, la religión oficial Cristiana me ha colocado fuera de su realidad como una
autoridad a adorar y a obedecer. Esto es completamente lo opuesto de lo que yo intenté hacer. Yo
quise mostrarles que ustedes mismos pueden ser un Cristo viviente.
Yo les pido ahora que reconozcan al Cristo interior, y que me devuelvan a mí mi humanidad.
Yo soy Jeshua, hombre de carne y hueso, y verdaderamente un amigo y un hermano de todos
ustedes.

Por preguntas o información, contáctenos en


[email protected]

© Pamela Kribbe 2004


Traducción: Sandra Gusella
Página original en inglés: http://www.jeshua.net
El Manantial del Caduceo con la debida autorización del sitio original cuenta con todo el material en archivo
Word el cual podrán descargar desde su sitio www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

"En caso de preguntas personales a Jeshua o a Pamela, están disponibles las consultas a distancia
(lectura/canalización), para más información al respecto visitar nuestro sitio web en inglés."

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