El Conductismo de Watson y Los Posteriores Desarrollos Neoconductistas de Hull, Guthrie, Mowrer y Tolman

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Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo Conductuales

1 Mª Ángeles Ruiz, Marta Isabel Díaz y Arabella Villalobos

por sí mismos, más que recibir instrucciones de sus maestros. Probablemente el


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en esta área.

3.3. El conductismo de Watson

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[P]HTLU[LLULSVIQL[V`TL[VKVSVNxHKLSHZPU]LZ[PNHJPVULZKLSVZÄZP}SVNVZY\ZVZ
tuvo como máximo representante en Estados Unidos a John B. Watson (1878-1958).
Este autor comenzó en la segunda década del siglo XX lo que se ha dado en llamar la
revolución conductista (Watson, 1913) en contra de las otras dos escuelas de psicolo-
gía: el estructuralismo y el funcionalismo (y su método de investigación, la introspec-
ción). Watson rechazó de forma expresa y contundente el estudio del pensamiento,
que era el principal objeto de investigación de los dos enfoques dominantes en psi-
JVSVNxH`H\UX\LLZ[\]VT\`PUÅ\PKVWVYSVZÄZP}SVNVZY\ZVZHKPMLYLUJPHKLtZ[VZ
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quiso obviarlas.
Para Watson la psicología debía ser una disciplina totalmente objetiva, dedicada
a la predicción y control de la conducta. Los principales principios del conductismo
(término acuñado por él) eran los siguientes:

1. ,SVIQL[VKLLZ[\KPVKLSHWZPJVSVNxHLZSHJVUK\J[HTHUPÄLZ[H"JVUJYL[HTLU-
te las respuestas (R) suscitadas por los estímulos ambientales (E), por lo que
con posterioridad la psicología propuesta por Watson recibió el apelativo de
psicología E-R. Para Watson la conciencia, no era sino un sustituto del con-
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por tanto, lo rechazaba enérgicamente.
2. La metodología de la experimentación animal como método objetivo debe
ser el método de investigación de la psicología. Watson sugirió que el método
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Pavlov y Bechterev podía ser el sustituto de la introspección (Kazdin, 1978).
3. El conductismo supone una ruptura radical con las corrientes psicológicas tra-
dicionales que no describen la conducta en términos de conductas directa-
mente observables.
4. La conducta se explica en términos de condicionamiento clásico pavloviano
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por ejemplo, mantenía que la conducta verbal era mejor explicada desde los
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Historia de la Terapia Cognitivo Conductual
Marta Isabel Díaz, Mª Ángeles Ruiz y Arabella Villalobos
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Figura 1. Principios básicos del conductismo

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LSLZTLYHKVJVU[YVS`ZPZ[LTH[PJPKHKKLS[YHIHQVKLSWYPTLYVOPJPLYVUX\LZ\PUÅ\LU
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través de Betcherev cuya obra La psicología objetiva tuvo gran impacto en Watson.
De este modo, el condicionamiento pasa a ser su herramienta de trabajo constitu-
yendo el concepto central en la explicación de los mecanismos que rigen la con-
ducta compleja (en la que se incluyen pensamientos, emociones, instintos, etc.).
Watson fue más lejos que Pavlov, pues no sólo eliminó la conciencia sino que tam-
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Pavlov, criticaría más tarde esta postura del conductismo. El trabajo de Watson Psy-
chology as the behaviorist views it, publicado en 1913 es considerado el acta funda-
cional del conductismo y la proclamación de la psicología como una rama experi-
mental de la ciencia natural que posibilita el control de la conducta.

Watson es bien recordado por un trabajo de gran repercusión realizado en colabora-


ción con R. Rayner, y publicado en 1920. El trabajo describe la génesis mediante con-
dicionamiento de una fobia a un niño de once meses, el pequeño Albert. Su principal
aportación fue demostrar que el miedo podía condicionarse y generalizarse a otros estí-
mulos distintos del originalmente condicionado, además de que la reacción de temor
podía persistir a lo largo del tiempo. Para ello se emparejó un estímulo inicialmente
neutro (una rata blanca) con un estímulo que provocaba respuestas de temor (el ruido
producido al dar un golpe sobre una barra de acero). Tras siete ensayos de empareja-
miento, la rata provocaba respuestas de temor en el niño, y esas mismas respuestas apa-
recían también ante otros estímulos que guardaban cierta semejanza con la rata blanca
como un conejo, un perro o un abrigo de piel. Este miedo continuaba manteniéndose
pasados 30 días sin que se realizaran ensayos adicionales de condicionamiento.

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Los resultados del trabajo con el pequeño Albert suscitaron el interés de Watson y
Rayner por hallar un procedimiento terapéutico que estuviese basado en los mismos
principios de condicionamiento que explicaban cómo habían aparecido los miedos.
Watson animó a su discípula Mary Cover Jones (1924a) a comprobar empíricamente
las siete estrategias sugeridas por Watson y Rayner (1920) para Albert, a saber, deshabi-
tuación, halago verbal, adaptación negativa, castigo social, distracción, condiciona-
miento directo e imitación social. Esta autora encontró que las dos estrategias más
efectivas eran el condicionamiento directo, consistente en asociar el miedo con un
estímulo que evocara una respuesta agradable (30 años más tarde Wolpe lo denomina-
ría contracondicionamiento por inhibición recíproca), y la imitación social (el modela-
do), situando al niño con otros niños que se acercaban sin miedo al objeto temido.
M.C. Jones utilizó también estas técnicas para el tratamiento de un niño de unos
tres años llamado Peter, que presentaba miedo a los conejos, las ratas, los abrigos de
piel, la lana y el algodón (Jones, 1924b).

El tratamiento se centró en el miedo a los conejos y comenzó con la imitación social:


Peter jugaba todos los días con tres niños que no tenían miedo a los conejos, acercán-
dose progresivamente al animal. Posteriormente, al cabo de unos dos meses, se utilizó
el condicionamiento directo, mediante la introducción progresiva del conejo mientras el
niño comía algo que le gustaba. Con este procedimiento, Peter perdió el miedo al cone-
jo, e incluso llegó a resultarle grato. El miedo desapareció dejando paso a una respuesta
positiva, incompatible con el temor. Este trabajo llevó a su autora a hacer una serie de
recomendaciones sobre el proceder terapéutico, señalando la importancia de graduar
la presentación del estímulo temido, ya que de aparecer respuestas de miedo intensas
podría producirse el efecto contrario al deseado. Este trabajo, tuvo una notable impor-
tancia en el desarrollo de técnicas como la desensibilización sistemática y el modelado.

Watson popularizó y diseminó el conductismo como ningún otro conductista de


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comunicadoras que de su investigación, que no se considera esencial para la TC.
Uno de sus mayores admiradores, Herrmesteim, hace el siguiente comentario en la
introducción a la obra póstuma de Watson Comparative Psychology: “La importan-
cia de Watson para la psicología conductual es más sociológica que sustancial”.

3.4. El neoconductismo

El conductismo, tal y como es formulado por Watson, va a verse enriquecido por


las aportaciones de diversos autores que contribuyeron a desarrollar unos principios
de explicación de la conducta, cuyas aplicaciones clínicas conformarían las bases
del desarrollo posterior de diversas técnicas de TC. A continuación se recogen las
principales aportaciones de estos autores.

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