Test para La Evaluacion de La Calidad de Vida
Test para La Evaluacion de La Calidad de Vida
Test para La Evaluacion de La Calidad de Vida
Su tarea consistirá en señalar la opción de respuesta (solamente una) que mejor indica el grado en
el que ha sentido o ha tenido lo que se describe en cada pregunta durante el último mes. Ejemplo:
Al marcar la respuesta POCO estoy indicando que el último mes he sentido pocos dolores de
cabeza. Antes de empezar recuerde que es importante que responda sinceramente. Además,
teniendo en cuenta el enunciado, trate de elegir adecuadamente la respuesta que mejor le
representa durante el último mes:
Está compuesto por tres categorías: estado funcional, síntomas físicos y dependencia física. El
estado funcional hace referencia a la capacidad de las personas de ejecutar una serie de
actividades normales para la mayoría de las personas. Éste es reconocido como un indicador de
relevancia social1 que puede propiciar un incremento en la imagen de deterioro de las personas,
de ahí que sea evaluado en la CVRS. Wilson y Cleary (1995) hablan de los síntomas como
manifestaciones de una alteración orgánica. Éstos son de intensidad variable, siendo
experimentados de diversas formas por las personas, de ahí que sea necesario incorporar esta
categoría en la definición de CVRS. Los síntomas que se han de evaluar dependen de la
enfermedad de referencia, por lo que son elementos diferenciadores en las definiciones de CVRS
orientadas a distintos pacientes. Para la población que nos ocupa, tras la revisión de la literatura
especializada y la consulta de expertos, se optó por incluir los siguientes síntomas: náuseas o
vómitos, fatiga o cansancio, dolor y alteraciones del sueño. Una última categoría que se ha
decidido introducir en este dominio es la dependencia física. Como es sabido, la dependencia de
una sustancia genera un cuadro sintomático de malestar físico cuando no está bajo los efectos de
la misma, por lo que sería una categoría específica para la definición de CVRS en
drogodependientes.
Dominio psicosocial
En este dominio también se dispone de una categoría de dependencia psicológica para recoger
cómo experimentan psicológicamente la necesidad de consumir drogas. La inclusión de ambas
categorías --dependencia física y psicológica-- viene dada por la propuesta del modelo de
Stuifbergen et al (2000). Según ésta, la percepción de necesitar un «recurso externo» (que en este
caso sería la ingesta de sustancias) para encontrarse bien afecta a la valoración que las personas
hacen de la CVRS. También en el dominio psicosocial se incluye una categoría sobre síntomas de
naturaleza psicológica, que difiere en su contenido según la alteración de salud de los pacientes.
En el caso de la población consumidora de drogas, los síntomas que más frecuentemente son
referidos son: depresión, ansiedad y agresividad. El deterioro del funcionamiento cognitivo es otra
de las manifestaciones de un uso continuado de drogas. La alteración del funcionamiento normal y
la incapacitación para la vida diaria que éste produce es el principal motivo para recogerlo como
una categoría en la definición operativa de la CVRS. Las áreas cognitivas que se ven afectadas por
el consumo de drogas son variadas y dependen, en buena parte, de la sustancia ingerida. De
acuerdo con la revisión de la literatura especializada, se ha estimado oportuno que la definición
operativa incorpore contenidos sobre los problemas de memoria, concentración, orientación y
alucinaciones.
Al hablar de percepción general de la salud se entiende la valoración que hace la persona respecto
a en qué medida cree que el estado de su salud ha afectado a su vida cotidiana. Esta categoría
aparece incorporada en el modelo de CVRS de Wilson y Cleary (1995), siendo frecuente encontrar
un ítem sobre dicho contenido en los test de CVRS. Para la definición operativa en la población
drogodependiente se ha decidido diferenciar entre una percepción en un plano psicológico y otro
físico. La categoría de aspectos sociales la definimos como la percepción de relaciones y contactos
sociales que establece el individuo en su ambiente, importantes para que el individuo influya en su
entorno, y proveedora de las vías a través de las que el entorno influye en el individuo. Entre los
consumidores con problemas relacionados con las drogas se da un proceso de deterioro de dicha
vía que desemboca en alteraciones del rol familiar y social de las personas, lo cual influye sobre la
CVRS. Asimismo, en esta categoría se ha optado por incluir el apoyo emocional, definido como el
apoyo que los enfermos reciben de otras personas. Algunos estudios asocian la falta de apoyo con
el aumento del riesgo de mortalidad, con el retraso en la recuperación tras una enfermedad, con
un bajo estado de ánimo y con la mala salud mental. En el caso de la población drogodependiente,
este apoyo juega un importante papel en el mantenimiento de conductas orientadas a la
permanencia en el tratamiento.
Una última categoría incluida en el dominio psicosocial es la de expectativas. Éstas son la base de
la motivación. Las expectativas de superar una enfermedad son experimentadas de manera muy
positiva por los pacientes, relacionándose con una evaluación positiva de la CVRS. En este estudio
se han diferenciado tres tipos de expectativas: a) de resultado teórico, que hace referencia a en
qué medida el paciente cree que la enfermedad que padece es curable, o al menos controlable; b)
de resultado autorreferencial, que se relaciona con la confianza en que la posibilidad de curarse se
aplicará a su caso particular; y, c) de autoeficacia, que señala en qué medida se siente capaz de
realizar lo necesario para curarse o mantener su estado de salud. En el caso de la población
consumidora de drogas, el fracaso en los intentos de abandonar las drogas influye de manera
severa sobre las expectativas que éstos tienen, y a su vez sobre su CVRS. En este sentido, los
drogodependientes experimentan sentimientos de culpa, frustración y desesperanza que se
relacionan negativamente con la CVRS.
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Esta técnica resulta básica en el tratamiento de la mayor parte de trastornos psíquicos, formando
parte de casi todas las técnicas cognitivo-conductuales. Se basa en la modificación de los
esquemas de pensamiento del paciente a través de diversos métodos, identificando los propios
patrones de pensamiento y su influencia sobre la vida del paciente y generando junto al paciente
alternativas cognitivas más adaptativas y funcionales.
Esto se consigue acerca de una serie de preguntas que buscan explorar el porqué de cada
respuesta que se da ante temas que resultan importantes o significativos para la persona, y que
tienen que ver con su motivo de consulta. Así, se va preguntando por el significado de esas ideas y
pensamientos, hasta que se llega a un punto en el que la persona se enfrenta a dudas como: "¿por
qué he dado por supuesto que soy así?", "¿Por qué motivo me he estado comportando de esta
manera?", "¿Por qué le doy tanta importancia a aquella vivencia?".
Se trata de una técnica que se utiliza en el marco de la reestructuración cognitiva, un método muy
usado para modificar patrones de pensamiento, y que tiene como objetivo permitir que los
pacientes se desprendan de creencias irracionales y limitantes, para adoptar otras más
adaptativas.
Así pues, se modifican creencias, actitudes y puntos de vista, todo ello con el objetivo de hacer que
la persona pase a interpretar las cosas de otro modo, por un lado, y se plantee diferentes objetivos
y expectativas, por el otro.
Estas modificaciones tienen el poder de hacer que aparezcan nuevos hábitos y que desaparezcan
esas rutinas que son poco útiles o generadoras de malestar. De esta manera, se propicia que sea la
propia persona la que se involucre en contextos, iniciativas, tareas con potencial terapéutico, y a
las que no se habría expuesto en el caso de haber conservado el viejo sistema de creencias
En este tipo de técnica se trabajan aspectos como la orientación hacia el problema en cuestión, la
formulación del problema, la generación de posibles alternativas para solucionarlo, la toma de
una decisión respecto a la más apropiada y la verificación de sus resultados. En resumidas
cuentas, se trata de saber enfocar las situaciones complicadas del modo más constructivo posible,
sin dejarse llevar por los miedos y la ansiedad.
Lozano, O.M. (2006). Test para la Evaluación de la Calidad de Vida en Adictos a Sustancias
Psicoactivas (TECVASP): estudios de fiabilidad y validez. Recuperado de
https://www.elsevier.es/es-revista-trastornos-adictivos-182-articulo-test-evaluacion-calidad-vida-
adictos-13107767
Castillero Mimenza, Oscar. La técnica de la flecha descendente: qué es y cómo se usa en terapia.
Psicologia y mente. Recuperado de https://psicologiaymente.com/clinica/tecnica-flecha-
ascendente