01 Mariapilarcelma
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En 1975 Miguel Delibes ingresa en la RAE y pronuncia el dis- lograrlo, como ocurre en El camino, donde Daniel el Mochuelo es
curso «El sentido del progreso desde mi obra», que incide nuevamente obligado a una desgarradora separación de su familia, su ambiente, su
en la reivindicación de los valores humanos y de la naturaleza, ame- naturaleza, sus amigos… En esta novela se ve muy bien, nuevamente,
nazados por un progreso material imparable. Alberto Rodríguez El- el equivocado concepto de progreso que Delibes combatía. Son mu-
corobarrutia realiza un estudio de aproximación al mensaje de Delibes chos los personajes que se ven obligados a emigrar, pero el emigrante
desde la ecocrítica. Primero explica el alcance y las limitaciones de esta por antonomasia, Lorenzo, es consciente del precio que hay que pagar
relativamente nueva disciplina humanística, para después analizar el y cuando le preguntan si aspira a más (trabajando en la universidad),
sentido del progreso, primero en su discurso académico y luego en su dice: «¡Si aquello no es vivir!». Él, al menos, encuentra la forma de
obra narrativa. El discurso sorprendió y fueron muchos los que tacha- mantener el contacto con la naturaleza, a través del ejercicio de la
ron a Delibes de retrógrado, por oponerse al progreso. Pero la cues- caza.
tión es cómo se entiende el progreso: para la mayoría de los españoles Pero el compromiso ético y social no garantiza ni el éxito de pú-
de aquel momento, progreso era el avance en la técnica, la ingeniería, blico ni el de la crítica. Delibes es un gran escritor por la calidad lite-
el urbanismo, el capitalismo… Mientras que, para Delibes, progreso raria de su escritura y esta depende de dos componentes: la técnica y
es la mejora de «la vida del ser humano con la condición de interferir el estilo. Delibes afirmó que «Cada novela requiere una técnica y un
lo menos posible sobre el estado de la naturaleza terrestre». Tal como estilo. No puede narrarse de la misma manera el problema de un
está siendo entendido el progreso, se produce una carencia de valores pueblo en la agonía (Las ratas) que el problema de un hombre acosado
humanos: producir sin límites es irracional; además, la vida humana por la mediocridad y la estulticia (Cinco horas con Mario)» (1972:
y la organización social no puede basarse solo en el materialismo, el 213). Tenemos testimonio de varias novelas que empezaron a escri-
hedonismo y la insolidaridad. Delibes aboga por un desarrollo moral birse con una determinada técnica (narración omnisciente) y Delibes
y racional más que por uno técnico, productivo o tecnológico. Y, en se dio cuenta de que así no funcionaban. Es el caso, por ejemplo, de
el ámbito de lo humano, sigue la idea ilustrada y decimonónica del Cinco horas con Mario.
progreso, que «se caracteriza por la defensa de la justicia, la igualdad en El gran acierto de Delibes —y así lo hace ver Carmen Morán— es
términos jurídicos y económicos, la libertad, el avance del conoci- la perfecta adecuación de la voz narrativa al punto de vista elegido y
miento, la paz internacional, etc.». Respecto a la naturaleza, su pos- a la historia contada en cada novela. El propio autor se da cuenta de
tura es de respeto absoluto: lo natural representa lo bueno y hay que la falta de verosimilitud que implica un narrador omnisciente, ajeno
alterarlo lo menos posible. También en sus novelas se defiende esta a los hechos, y buscará ese «decoro» dando voz directa a sus persona-
misma idea de progreso; así, aparecen personajes que viven en per- jes; por eso recurre a la forma diarística, al monólogo interior, a las
fecta armonía con la naturaleza y cuya sabiduría depende solo de la cartas, a la segunda persona autorreflexiva (en Parábola del náu-
observación de la misma. El Nini, de Las ratas, o el señor Cayo, de El frago)… Lo importante es que el protagonismo de los personajes sea
disputado voto del señor Cayo, son un buen ejemplo de este modelo. real, sin narrador interpuesto, y que oigamos directamente su voz. No
Y, de la naturaleza, pasamos de nuevo al hombre. Violeta Cárde- obstante, esta «dejación» de la función del narrador tiene una conse-
nas ha acuñado el término «estética de la marginalidad» aplicado a la cuencia para la narración y es la dificultad para incluir referencias que
narrativa de Delibes. En sus novelas el escritor toma partido por los sitúen la acción en su contexto histórico (necesarias en unas novelas
más desfavorecidos y Cárdenas analiza cómo se produce esa margina- comprometidas con la realidad social). Como Carmen Morán plan-
ción. En la «estética de la marginación» conviven un cierto humor tea, en relación a los diarios de Lorenzo, ¿para qué va a hacer referen-
condescendiente junto a una «amarga descripción del hombre y su cia a los acontecimientos históricos en un diario que se supone escrito
dolor». Es interesante ver la importancia que cobra el tema del anal- solo para sí mismo? Indudablemente resultarían artificiosas esas refe-
ÍNSULA 877-878
ENERO-FEBRERO 2020
IEZ AÑOS SIN MIGUEL.
Universalidad y actualidad de Delibes
M. P. CELMA
VALERO / Otro aspecto fundamental que no se puede eludir ante la celebración
DIEZ AÑOS del centenario de un escritor, en este caso Delibes, es su vigencia: es
SIN MIGUEL. decir, su actualidad y su universalidad.
CIEN AÑOS A Miguel Delibes se le considera el novelista castellano por anto-
CON DELIBES
nomasia, pues casi todas sus obras están ambientadas en Castilla y en
ellas hace una defensa del campo castellano y de la cultura rural. Y no
solo castellano, en toda España se le reconoce como escritor represen-
tativo de todo el país. En este sentido, resultan sumamente significa-
tivos los resultados de una encuesta que realizó en 2019 el suplemento
literario ABC XLSemanal y Zenda, con motivo del Día del Libro. La
encuesta se planteaba en los siguientes términos: «¿Cuál es el escritor
español por excelencia?», y se especificaba: «el que representa mejor lo
La España rural,
español o cuya lectura permite acercarse con más rigor a la compren-
años 50.
rencias. Pero Delibes no renuncia a ellas, sino que las introduce de sión del carácter, la historia, la naturaleza de España». Resulta curioso
manera sutil. Solo me referiré a una como muestra: el día 21 de enero que, después de los incuestionables primer y segundo puesto (Cervan-
de 1956 aparece una rápida alusión a las protestas estudiantiles que se tes, con 29,21% de los votos, y Pérez Galdós, con el 16%), el tercer
produjeron con motivo de la visita de la reina Isabel II de Inglaterra a seleccionado sea Miguel Delibes (con un 11%, por delante de Fran-
Gibraltar. Como hace ver Morán, la consigna oficial sería no interfe- cisco de Quevedo, con 8,22%; García Lorca, con 5,16%; Antonio
rir en las relaciones diplomáticas entre los dos países y, de hecho, el Machado, con 4,80%, o Valle Inclán, con el 2,98). Recojo unas
Norte de Castilla, del que Delibes era subdirector, apenas se hizo eco muestras de los testimonios reproducidos: «ha plasmado la esencia de
de este histórico acontecimiento y de las protestas derivadas. Pero los españoles: el campo y la tragedia», «Supo plasmar de forma magis-
Delibes, nuevamente, sin traicionar la verosimilitud, refiere en su no- tral el paradigma de la esencia española, de todos aquellos que fueron
vela lo que había tenido que callar en la prensa. silenciados, arrinconados y construyeron con su humilde existencia la
Lola Thion se ha fijado en las numerosas cartas que circulan en intrahistoria de este país», «Es capaz de ahondar en la España pro-
las novelas de Delibes, lo que no ha de extrañar pues era el cauce de funda, la que no se ve, pero nos define e identifica».
comunicación más frecuente para las personas que estaban separadas Pero, a la vez, Delibes es un escritor universal, y la prueba está en que
por la distancia. Hay cartas en Madera de héroe y en el Diario de un es uno de los escritores españoles del siglo xx que más interés ha desper-
emigrante, pero en ellas son solo un elemento accesorio, aunque na- tado en todo el mundo, hasta el punto de que su obra ha sido traducida a
tural. El género epistolar se constituye en técnica prioritaria en dos más de veinte lenguas diferentes (y en muchas de ellas, se han traducido
obras: El loco y Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso. La pri- varias de sus obras). Este arraigo en su tierra y, a la vez, el interés despertado
mera toma la forma de una carta única, en la que el protagonista trata más allá de nuestras fronteras, que podría parecer un contrasentido, no lo
de reconstruir, desde la memoria, como un puzle, el pasado que le ha es en absoluto y tiene una fácil explicación. Delibes cuenta historias sen-
traumatizado. Más interesante —para el remozamiento de la técnica cillas en las que sutilmente se imponen unos valores que son comunes a
epistolar— es la segunda novela. En Cartas de amor de un sexagenario casi todas las culturas: el interés por los hombres, por los más humildes y
voluptuoso, Delibes experimenta las posibilidades del género epistolar, desfavorecidos; por los que creen y defienden sus convicciones hasta la
forzando su propia naturaleza, al apartarse del dialogismo y de la bi- muerte; por los más vulnerables, los niños y los ancianos; por la defensa
lateralidad, para centrarse en un solo personaje, de forma que cono- del individuo en armonía con la naturaleza, con la idea de progreso «sos-
ceremos al otro protagonista, la destinataria de las cartas, no tenible»; por la reivindicación de la cultura tradicional; por la condena de
directamente mediante sus propias misivas, sino solo a través de las los convencionalismos sociales, de la intolerancia, de la incomunicación…
del protagonista, de sus respuestas y de sus interpretaciones. De al- Son todos ellos valores universales, que calan hondo en sus lectores de
guna forma, la materia que noveliza Delibes en esta obra es también cualquier parte del mundo: «He buscado en el campo y en los hombres
el propio acto de escritura y de lectura en sí mismo; el poder de que lo pueblan la esencia de lo humano» (Delibes, 1990a: 199). Su fondo
la palabra y la posibilidad de manipulación. Como hace ver Thion, la humanista ha impregnado su obra, prevaleciendo la preocupación por el
originalidad de Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso es que hombre. Por ese fondo ético que trasciende el compromiso estético de su
la realidad de su universo es meramente verbal. obra, Miguel Delibes es un escritor humanista, español y universal.
En este apartado que pone de relieve la perfecta adecuación téc-
nica-materia en la narrativa de Delibes, no puedo dejar de referirme M. P. C. V.—UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
a una novela que no tuvo buena acogida ni de público ni de crítica,
precisamente por la dificultad de lectura que implicaban las nuevas Bibliografía
técnicas utilizadas. Me refiero obviamente a Parábola del náufrago
(1969). Aunque hemos sido varios los autores que hemos reivindi- AA. VV. (2003). Delibes en el mundo, Burgos, Fundación Instituto
cado esta novela, su sentido y la originalidad y adecuación de las Castellano y Leonés de la Lengua.
técnicas utilizadas al mensaje que se quiere trasmitir (Gullón, Rey, ABC. XL Semanal (2019). «Gran Encuesta literaria de XL Semanal y
1975; Celma, 2009), creo que la celebración de este centenario debe Zendra», en ABC. XL Semanal, domingo 21 de abril, pp. 17-21.
servir también para ampliar el abanico de aspectos que requieren Alonso de los Ríos, César (1993). Conversaciones con Miguel Deli-
atención y revisar obras hasta ahora menos estudiadas. bes, Barcelona, Destino.
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IEN AÑOS CON DELIBES
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DIEZ AÑOS
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SIN MIGUEL.
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