Un Arte Mortal La Historia Oculta Del Tae Kwon Do 9789870255369 9870255361 Compress

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U n ar te m ortal

La h is t o r ia o c u l t a d e l Ta e K w o n D o

por
Alex Gillis

con

L a h is t o r ia d e l Ta e K w o n D o
e n l a A r g e n t in a

por
Manuel E. Adrogué

EDITORIAL DUNKEN
Buenos Aires
2011
Gillis, Alex
Un arte m o rtal: la historia oculta del Tae Kwon Do : la historia del Tae Kwon
Do en la Argentina / Alex Gillis y Manuel E. Adrogué; adaptado por Manuel E.
Adrogué. - la ed. - Buenos A ires: Dunken, 2011.
520 p .; 16x23 cm.

ISBN 978-987-02-5536-9

1. Historia del Deporte. I. Gillis, Alex II. Adrogué, Manuel E., adapt. III.
Título
CDD 796.09

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, físico o elec


irónico, sin previa autorización escrita de los autores (ley 25.036).

Esta obra incluye una traducción y adaptación de A Killing Art, The Untoíd His
tory ofTae Kwon Do, por Alex Gillis, O Alex Gillis, publicada por ECW Press.

Adaptación y traducción: Manuel E. Adrogué


Asesoramiento idiomático: George Julio Lodos
Corrección gramatical: Marina Gorostiaga
Diseño de tapas: Alejandro D. Novas y Manuel E. Adrogué
Foto de tapa: Puño de Pablo Ferreiro
Foto de contratapa: Patada en salto ejecutada por Lenny Di Vecchia
Dibujo de guarda coreano-argentina y flores nacionales: Jorge Pena

Impreso por Editorial Dunken


Ayacucho 357 (C1025AAG) - Capital Federal
Tel/fax: 4954-7700 / 4954-7300
E-mail: [email protected]
Página web: www.dunken.com.ar

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723


Impreso en la Argentina
© 2011 AGMA (Alex Gillis - Manuel E. Adrogué)
e-mail: [email protected]
www. unartemortal.com. ar
ISBN 978-987-02-5536-9
U n arte m ortal

L a h is t o r ia o c u l t a d e l Tae Kwon D o

I n t r o d u c c i ó n .,............................................................................................................... 1 5

P r ó l o g o a l a e d ic ió n e n e s p a ñ o l ...................................................................19

N o t a s o b r e p a l a b r a s e n id io m a c o r e a n o .................................................2 3

P arte I E s p ír it u In d o m a b l e

C a p ítu lo i Los hombres del hueso sagrado................................. 27

C a p ítu lo 2 Aunque diez millones de oponentes se


levantaran en su contra..............................................44

C a p ítu lo 3 Una superpotencia en cada frontera..... ................... 53

C a p ítu lo 4 SuperNam........ .............................................................. 6 3

P a r t e II P e r s e v e r a n c ia

C a p ítu lo 5 El Tae Kwon Do recibe su nombre en una


casa de geishas coreanas....... ......................................... ......... 8

C a p ítu lo 6 Un golpe de Estado, dos presidentes y tres


esferas de poder............................................................92

C a p ítu lo 7 El Equipo de Ases y la CIA coreana..........................1 0 9


P a r te HI A utocontrol

C a p ítu lo 8 Entra la Nube Dragón...... .......................................... 1 3 1

C a p itu lo 9 Como en una película de Bruce Lee......................... 149

C a p ítu lo 1 0 Los exiliados............................................................... 158

C a p í t u l o 11 Del tenebroso Kukki a la W TF.......... ........................ 1 7 0

P a r t e IV C o r te s ía

C a p ítu lo 12 jWhaaa!........................................................................ 185

C a p ítu lo 1 3 Locura olímpica y descontrol norcoreano........... 200

C a p ítu lo 1 4 Un amor de verano olímpico............................ ....... 2 0 9

C a p ítu lo 1S "Podando las ramas" en las Olimpíadas del


2000 y pelea callejera a la salida............................ 223

P a rte V In te g r id a d

C a p ítu lo 1 6 Como en u n a s e c t a ........................ .................... ..................2 3 9

C a p ítu lo 17 El pequeño gigante muere y el Tae Kwon Do


tradicional se desarticula........................................ 249

C a p ítu lo 1 8 Los jefes de la WTF van a la cárcel y el Tae Kwon


Do Olímpico enfrenta su posible desaparición... 255

C a p ítu lo 19 Indulto............................................................................ 265


F uentes ...................................... ............................................ ....................................... 3 0 0

Í n d ic e a n a l í t i c o y d e n o m b r e s ,....... ................................................................3 1 0

L a h is t o r ia d e l Tae Kw on D o en la A r g e n t in a

I n t r o d u c c i ó n ................ ............................................ .................................................. 323

C a p ítu lo 1 El arribo......................................................................... 327

C a p ítu lo 2 Los maestros coreanos y sus primeros alumnos....... 336

C a p ítu lo 3 Comienzan los 70, la primera división y difusión


temprana en las provincias...................................... 366

C a p ítu lo 4 Los primeros torneos, cuestiones políticas y la


introducción de la WTF en la Argentina............... 374

C a p ítu lo S La década de los 8 0 . Los grupos argentinos de


ITF y WTF comienzan su desarrollo...................... 395

C a p ítu lo 6 De los 90 hasta acá. El estilo ITF se expande,


aparecen los independientes y la WTF enfrenta
encrucijadas de identidad: ¿deporte marcial?.... 425

C a p ítu lo 7 Aquí estamos. ¿A dónde vamos?..............................465

Resultados argentinos en los campeonatos mundiales de


estilo ITF (1974 a 2 0 0 7 )............ ......................................................... .481

S o b re A le x G illis ..................... .................... .........................................497

S o b r e M a n u e l E . A d r o g u é .......................................................................499
A mi Sabom Lenny Di Vecchia y a los
instructores como él en todo el mundo.
Cuanto más alejado estás de la verdadm ás surgirán estados odiosos y
placenteros. También está el auto-engaño.
Bodhidharma, según cita en “Los Guerreros Bodhisattva"1.

Algunas personas creen que el Tae Kwon Do lleva a la iluminación


por alguno de sus cinco senderos, pero yo tengo mis dudas. Estoy atas­
cado en el sendero de la Cortesía, el cual es bien conocido por instruc­
tores en pequeños gimnasios en todo el mundo pero es ampliamente
ignorado por los líderes del Tae Kwon Do. Este libro es acerca de la
Cortesía, la Integridad, el Auto-Control y el Espíritu Indomable -los
cinco principios del Tae Kwon Do-; una historia verdadera sobre un
arte marcial que yo amo a pesar de su peculiar y maravillosa historia.
La mayoría de nosotros ha sabido acerca del Tae Kwon Do a través de
los niños, cuya risa domina las clases en las tardes y los fines de se­
mana en Norteamérica, pero el arte esconde una historia de agentes
del servicio secreto, gansterismo y “armas temibles”, como uno de sus
fundadores, Choi Hong-Hi, alguna vez lo describió. Él escribió que el
Tae Kwon Do es “capaz de quitar vidas con facilidad, de ser necesario,
defendiendo y atacando 72 puntos vitales utilizando 16 partes del
cuerpo bien entrenadas". Choi tenía una afición por los números. Le
gustaba su precisión devastadora.
Pocas personas jóvenes en el Tae Kwon Do Olímpico saben acerca
de Choi, quien merece la etiqueta de “fundador" de este arte marcial
más que ninguna otra persona. Otros “fundadores" -y hay muchos- lo
borraron de las historias más ampliamente difundidas hace mucho
tiempo. Un Arte Mortal lo restablece a él y a sus pioneros a su debido
lugar en la historia del Tae Kwon Do. Este libro está basado en las me­
morias de Choi, las memorias de Kim Un-yong (uno de los fundadores
del Tae Kwon Do Olímpico), y en cientos de entrevistas y documentos
que enumero en las notas al final del libro y la bibliografía.
Quisiera agradecer a muchas personas, especialmente a Choi Hong-
Hi, Jung Hwa Choi, y a un puñado de maestros y grandes maestros del
Tae Kwon Do, tales como Joe Cariati, Joon-Pyo Choi y Jhoon Rhee, por
compartir sus asombrosas historias. Rhee, en particular, me aclaró
completamente mucha de la historia del Tae Kwon Do y de Kim Un-
yong en la década del 60 y del 70 -una historia de deportes mezclada
con política, espionaje y mitos-. Jung-Hwa Choi fue franco acerca de la
historia del arte desde la década del 80 hasta el presente, y le quiero
agradecer su franqueza. Sun-Ha Lim me contó sobre la vida de los
coreanos durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. El
trabajo del historiador Bruce Cumings sirvió de contexto para el roí
del Tae Kwon Do dentro de la Corea moderna, tanto en el Norte como
en el Sur.
Algunos valientes grandes maestros contaron lo que otros se re­
husaban a compartir: Nam Tae-hi, C.K. Choi, Kong Young-il y Jong-Soo
Park (mi ex instructor), por ejemplo. Algunas de las entrevistas fueron
extraoficiales -y les agradezco a aquellos hombres también-. Mis otros
instructores, Yoon Yeo-bong, de la WTF, y Park Jung-Taek, Phap Lu y
Alfonso Gabbidon, de la ITF, y especialmente Lenny Di Vecchia, me
inspiraron en el arte marcial, en mi investigación y mis entrevistas.
El Sr. Di Vecchia, en particular, me ha servido de aliciente para
escribir este libro; él sazonó su intensa instrucción de arte marcial
con historias, entrenamiento moral y un sentido del humor que evitó
que sus alumnos se tomaran a sí mismos demasiado en serio -aunque
el entrenamiento en sí era mortalmente serio-. Me gustaban sus afo­
rismos luego de las clases. Uno de ellos tenía era muy breve: "A seguir
moviéndose". Contó que un médico le había dicho eso una vez y que se
refería a mucho más que el cuerpo y los pensamientos.
Nunca habría podido terminar este libro sin mis amigos cinturo­
nes negros -Floyd Belle, Martin Crawford, Marc Thériault y muchos
más- quienes se juntan todos los sábados para practicar Tae Kwon Do
sin política ni conversación, una situación cada vez más infrecuente
en el mundo de los cinturones negros. Una vez un periodista llamó a
un famoso gran maestro, Duk-Sung Son, para una entrevista, pero Son
dijo: "No, basta de charla. Ahora estoy yendo a entrenar", y cortó. Mi
entrenamiento con el Sr. Di Vecchia, Floyd, Martin y Marc contrarrestó
las partes más oscuras de este libro. Muchas veces, yo terminaba una
entrevista difícil o un capítulo y me dirigía al gimnasio, esperando
encontrarlos allí -para más entrenamiento y menos conversación-,
buscando liberarme.
Por su ayuda en la edición e investigación y por su apoyo, gracias
a Loren Lind, Mark Dixie, Susan Folkins, Jane Ngan, Katie Gare, Diane
Gillis, Renée Sapp, Laurie Gillis, y Hana Kim, bibliotecaria de Estudios
Coreanos en la Biblioteca del Este Asiático en la Universidad de Toron­
to. John Koh fue un excelente traductor e intérprete que me ofreció
su punto de vista durante este proceso. Gracias también al Consejo
de Artes de Ontario por sus subvenciones, y a Michael Holmes y Jack
David de ECW Press, y a mi agente, Hilary McMahon, quien me animó
cálidamente aun en sus días de descanso.
Y un especial agradecimiento a Deborah Adelman, quien realizó
más sacrificios por este libro que los que debió hacer.

Alex Gillis
Akillingart.com
Las artes marciales son un producto cultural único, y no es ex­
traño que hayan alcanzado el nivel de difusión actual. Es sabido que
al cabo de unos pocos meses de práctica el alumno puede ver cómo
aumentan su fuerza, flexibilidad, reflejos y agilidad en general. Menos
conocido es que, aun sin considerar la capacidad de autodefensa, sus
beneficios van mucho más allá del acondicionamiento físico. En su
versión tradicional, el entrenamiento del Tae Kwon Do combina dos
planos que pueden verse desde el comienzo de su aprendizaje. El plano
intrapersonal ejercita al alumno en el dominio de su propio cuerpo -la
postura, la respiración, las dimensiones de desplazamiento, la coordi­
nación de rotaciones del torso y miembros, el equilibrio, la aceleración,
el manejo de la relajación y tensión, etcétera- y eventualmente ese
reiterado análisis de los propios movimientos (la “gimnasia de los
espejos”) se proyecta hacia el hábito de una suerte de "introspección
en acción". El plano interpersonal del entrenamiento nos expone a
relacionarnos con nuestros semejantes en ejercicios de combate que
involucran dosis controladas de peligro. A medida que progresa, el
alumno aprende sobre actitudes defensivas y ofensivas, acerca del sen­
tido del tiempo y la distancia -cuándo atacar, cuándo esperar-, cómo
identificar y aprovechar las oportunidades en fracciones de segundo y
asumiendo riesgos. Descubre estrategias directas y frontales así como
otras más sutiles, circulares y envolventes, que aplicará cuando y con­
tra quien corresponda. Aprende a leer la intención de su rival y, lo que
no es poco, se ve expuesto a enfrentarse con el miedo de recibir golpes,
al tiempo que experimenta lo que significa tener el poder de lastimar,
y -en definitiva- el sinsentido de la violencia. Todo ello no ocurre en
forma analítica, sino a nivel vivencial. Si es bien conducido, el proceso
puede contribuir al afianzamiento de la personalidad, sobre todo en
la edad formativa. Ese entrenamiento se enmarca en una estructura
jerárquica que combina la antigüedad con el mérito, lo cual tiene su
correlato en la progresión de los distintos cinturones de color. Final­
mente y como raíz fundamental se encuentra un código de conducta
que rige tanto la práctica en clase -indispensable cuando se trata de
aplicar técnicas peligrosas- como la vida del alumno cuando está fuera
del dojang (lugar de práctica). Bajo la guía de un instructor experto,
el Tae Kwon Do puede resultar una herramienta educativa singular,
de lo cual puedo dar testimonio como practicante, instructor y padre.
Sin embargo, transcurridos algunos años desde que comencé este
camino y al recorrer distintas escuelas, advertí una gruesa contradic­
ción que estaba lamentablemente demasiado generalizada: a pesar
de que los alumnos recitaban en clase nobles propósitos, el Tae Kwon
Do estaba marcado por divisiones y enfrentamientos entre grupos
antagónicos, cuyas miradas despiadadamente críticas hacia “el otro”,
y cuyo exacerbado sentido de pertenencia y lealtad ponían a algunas
escuelas al borde de la manipulación. Un malsano sometimiento incon­
dicional a la autoridad del maestro es terreno fértil para que se abuse
de la confianza que los alumnos depositan en su instructor. El abuso
(que puede tomar la forma de imponer puntos de vista, de aprovechar­
se económicamente, o cualquier otra de variable gravedad), resulta
diametralmente opuesto a la mejor tradición del arte marcial como
camino de desarrollo personal y de libertad.
Aunque no es su tema central, este libro describe con particular
franqueza ambas caras y, al narrar los orígenes del Tae Kwon Do, nos
muestra de manera magistral las posibles causas del problema.
La primera vez que supe de Alex Gillis fue hace algo más de ocho
años. El editor de una publicación norteamericana amigo mío se
enfrentaba ante un dilema: había recibido un artículo de Alex, muy
atractivo y fundamentado, escrito con una calidad poco habitual, pero
que rompía con la imagen impoluta, sana y “apta para todo público"
con que son usualmente presentados los maestros de artes marcia­
les. Después de dudar sobre si publicarlo o no -en ese momento me
mandó una copia a título confidencial-, mi amigo decidió finalmente
seguir su línea editorial de publicar solamente lo ejemplar, y declinó
cortésmente el artículo. Yo simplemente me olvidé del tema, lamen­
tando que no fuera publicado. Eso fue lo mejor que le pudo pasar a
Alex, quien haciendo honor a sus calidades de profesor universitario
de periodismo de investigación y especialista en Tae Kwon Do, no se
rindió ante el obstáculo. Redoblando esfuerzos, continuó durante los
años siguientes desempolvando archivos de acceso reservado, cruzan­
do información, entrevistando a personalidades clave y uniendo las
piezas de un notable rompecabezas. No me enteré de esto sino hasta
el año 2008, cuando en mi periódica búsqueda de material sobre artes
marciales me encontré con este libro, "A KiUing A rt", Estaba siendo
recibido con grandes elogios por la crítica especializada en EEUU y
Europa y comenzaba a ser comentado en los distintos foros. Al leerlo,
quedé hechizado. En ese entonces yo acumulaba 25 años de práctica
de Tae Kwon Do, estudiando su técnica e historia, y había escrito una
cantidad importante de trabajos para compartir con los practicantes
hispanohablantes cierta información que circulaba en inglés. Era nece­
sario perforar la barrera del idioma, en sintonía con aquella concepción
del arte marcial ligada al crecimiento e independencia personal.
En ese contexto, el libro de Alex Gillis es singularmente valioso. Es
un viaje en el tiempo y en el espacio a una cultura distinta, una aproxi­
mación al coraje y las contradicciones de un hombre extraordinario, y
a una rivalidad que hizo historia. La cantidad y calidad de practican­
tes de Tae Kwon Do en España e Hispanoamérica exigían que el libro
fuera traducido al español, se comparta o no su perspectiva. Entonces
tuve la suerte de que, ante la intención de Alex de llevar su libro a
otros idiomas, un amigo en común le haya sugerido mi nombre como
potencial interesado en el proyecto. Hoy tengo el orgullo de presentar
esta obra, que recoge el testimonio de aquellos que vivieron dramá­
ticos momentos, ante la cual ningún amante de esta disciplina podrá
quedar indiferente. Alex nos interpela al mostrarnos de una manera
original y renovada los valores clásicos, aquellos cinco "Principios del
Tae Kwon Do" que aprendió durante años de práctica. "Un Arte Mor­
tal" es un libro que, con el atrapante ritmo de una novela, presenta al
lector una visión descarnada y documentada de las circunstancias en
que nació el Tae Kwon Do, cuidadosamente ignoradas por las versiones
oficiales. Éste es un acto de expiación que guarda, quizás, el anhelo de
un posible reencuentro, Por sus páginas desfilan la opresión japonesa
sobre Corea durante la primera mitad del siglo XX, brutales escenas
en campos de batalla en las Guerras de Corea y Vietnam que fueron
bautismo de fuego de este "Arte Mortal", reuniones en casas de geishas
donde al calor del destilado de arroz se decidió el nombre y la suerte
del arte, la puja entre los primeros maestros por tomar control sobre
la naciente especialidad, los crueles atentados del servicio secreto
surcoreano, las maniobras para la designación del Tae Kwon Do como
deporte olímpico, y aquella fatídica partida de poker en 1938 que de­
terminó el destino del Gral. Choi Hong Hi, el apasionado anticomunista
que, movido por altos ideales confucianos, tragedias familiares y un
feroz nacionalismo, terminó encontrando en Corea del Norte el apoyo
para afianzar "su” Tae Kwon Do, al que dedicó su vida.
Alex Gillis tiene el talento de un narrador, el rigor de un inves­
tigador, la osadía de un cinturón negro y el candor de un cinturón
blanco. Muñido de esas armas, el autor de "Un Arte Mortal" explica
cómo desde el crudo pasado de los cuarteles militares coreanos hasta
el futuro esperanzador que muestran los miles de gimnasios a donde
asisten niños en todo el mundo, el Tae Kwon Do, aun con sus zonas os­
curas, es una actividad fascinante, luminosa y constructiva. No tiene
por qué renegar de su pasado ni de sus pioneros, ni necesita tampoco
elevarlos a los altares. Este poderoso arte marcial es el producto que
nos legan hijos de su época, hombres que lucharon ante la adversidad
con espíritu indomable, cuya falta y excusa fue, en última instancia,
ser humanos.

Manuel E. Adrogué
Octubre del 2011
"Tae Kwon Do" se escribe habitualmente “Taekwondo1' para el
deporte olímpico (a cargo de la World Taekwondo Federation], y
“Taekwon-Do" para el estilo tradicional de la International Taekwon-
Do Federation. A veces instructores de cualquiera de ambos estilos
escriben “Tae Kwon Do" y ha habido tanta superposición entre WTF,
ITF y sus desprendimientos que he adoptado “Tae Kwon Do" a lo largo
del libro, excepto en títulos y citas de documentos.
La mayoría de los coreanos tiene tres nombres, y escriben el ape­
llido al principio, aunque algunos cambian el orden. Entonces "Kim
Un-yong", por ejemplo, puede escribirse "Un-yong Kim", Un guión separa
los nombres de pila, con el segundo nombre en minúscula ("Un-yong"),
aunque muchos coreanos escriben ambos nombres en mayúscula, con
o sin el guión ("Un Yong"y "Un-Yong").
Para hacer las cosas aún más confusas, los nombres coreanos
pueden escribirse de diferentes maneras. "Un-yong", por ejemplo,
puede escribirse "Un-young” o "Woong-yong", siendo ambas variantes
correctas. Adicionalmente, hay fuentes de datos que son altamente
confiables excepto por errores en la escritura de los nombres. He pro­
visto variantes de escritura de nombres en el índice, pero en general
se ha utilizado una misma versión a lo largo del libro.
Nota a la edición en español: El autor original ha utilizado en
principio (salvo para nombres que ya son conocidos de otra forma]
el sistema de romanización McCune-Reischauer. Hemos mantenido
en casi todos los casos la forma de escritura original. Debe tenerse
presente en su pronunciación que “ee" debe pronunciarse "i", "oo”
equivale a "u", "ya, yo, y e ” se pronuncian "ia, io, ie". La “k" y “g" tienen,
en general, similar valor fonético, con el matiz de que al comienzo de
la palabra se pronucia como “k” mientras que en palabras compuestas
la pronunciación se suaviza hacia la “g" ("ku gil kwan"y "ku gilgw an
Las palabras con siguen la pronunciación inglesa "jo ck ey ", y dicho
idioma debe ser tomado como pauta general para leer las palabras
romanizadas. Así, "gagee chigee" debe ser pronunciado “gagui chigui".
Si hubiera yo de morir cien veces,
Y morir y de nuevo morir,
Con todos mis huesos no más que polvo,
Mi alma ya ida lejos de los hombres,
Aun mi sangre roja, derramada por ti,
Será testigo de que mi corazón fue leal.

Po-Eun, poeta, 13922


C a p ít u l o 1
Los HOMBRES DEL HUESO SAGRADO

Cuando necesito romper con las presiones en mi vida, cuando


necesito buscar confort ante el estrés, el temor y la locura, huyo a un
lugar de poder, a una sala donde la meditación se encuentra con la
fuerza bruta. Subo hasta el tercer piso del estudio o voy al gimnasio
en el sótano, y a medida que siento el piso de madera o una placa de
cemento acolchado debajo de mis pies descalzos, huelo el sudor y el
esfuerzo de aquellos que vinieron antes que yo, y escucho sus gritos
y risas, y ocasionalmente puedo ver alguna mancha de sangre en el
suelo. Encuentro tranquilidad en el sudor y en la lucha.
Este no es un pasatiempo para todos, y quizás es extraño hablar de
romper con las presiones porque el arte marcial coreano que yo prac­
tico, el Tae Kwon Do, es extremadamente difícil de dominar y puede
conducir a verdaderas "roturas" de huesos. Sus creadores incluyeron
innumerables pruebas dentro de sus técnicas, pero el entrenamiento
en general es seguro, y siempre estoy entusiasmado por ir a practicar.
Entro caminado a mi dojang, el nombre coreano para el gimnasio de
artes marciales, con la esperanza de que mi instructor, el Sr. Di Vecchia,
estará allí con sus viejas historias y sabiduría, Floyd estará estirándose
y preparando una de esas espectaculares patadas frontales en salto,
Marc estará puliendo su patada de tijera en la que explota en el aire
abriendo sus piernas en ambas direcciones, y sobre el final de la clase,
Martin nos llevará por delante con su impetuosa forma de combatir.
Cualquiera puede iniciarse en los fundamentos de este arte, pero po­
cos pueden mantenerse perseverantes en él como lo han hecho estos
hombres. Yo comencé con Tae Kwon Do cuando era un adolescente,
a comienzos de los 80 -cuando el arte llegó a su apogeo en muchos
aspectos- y he conocido a estos cultores del arte marcial por décadas,
durante las cuales los movimientos físicos endurecieron mis músculos
y fortalecieron mi corazón y mi mente.
Los coreanos que crearon este arte marcial buscaron consciente­
mente fortalecer a las personas y, eventualmente, a naciones enteras.
El Tae Kwon Do es un arte de defensa personal, pero si entras en los
resquicios de su historia, te das cuenta de que es un arte para matar
y de que si es practicado con cuidado y determinación, es también un
arte para desarrollar poder. Puede darle poder a mucho más que el
cuerpo. Los mejores artistas marciales aplican las técnicas físicas a
estados mentales, pueden disminuir o incrementar el sustrato emocio­
nal; pueden construir o destruir reputaciones, carreras, amigos, fami­
liares y países. Los complejos senderos que recorren -para bien o para
m al- a menudo dependen de antiguas lealtades o nuevas traiciones.
Esto lo descubrí de la manera más difícil hace bastantes años. El
20 de abril de 2001, en el año de la serpiente, entré caminado al hotel
Novotel en Toronto, Canadá, para esperar al "Padre Tae Kwon Do”, el
General Choi Hong-Hi, quien conduciría un seminario de tres días para
cinturones negros. Yo era ingenuo en aquel entonces, y reverenciaba
al hombre de 82 años y a los demás miembros fundadores del Tae
Kwon Do, incluyendo a un hombre llamado Kim Un-yong, y me sentí
intimidado entrando a ese salón del seminario en parte porque Choi
era un exigente maestro de tareas. A los 33 años de edad él ya era un
importante general en el ejército surcoreano, y aunque se había reti­
rado de la fuerza en 1962, todavía se lo conocía como "el General”. Él y
sus hombres habían sacrificado sus cuerpos, carreras y familias para
perfeccionar un arte marcial que en la actualidad es practicado por
aproximadamente 70 millones de personas en casi 180 países.
Puedo visualizar el primer día de su seminario en el 2001 como
si fuera hoy: yo espero en la Sala Amsterdam del Novotel con 100
cinturones negros de los Estados Unidos, Canadá, Chile, Perú, Para­
guay, Uruguay, Argentina y Honduras. Estoy entre todos estos artistas
marciales que susurran en cuclillas, siento que podría haber estado
esperando dentro de un palacio de la dinastía Chosón en 1394 “ima­
gino a los antiguos guerreros esperando a los líderes dinásticos, los
pisos calefaccionados a la usanza antigua (invisible y bajo tierra) y a
las geishas coreanas listas para cantar los versos del p'ansori que dan
tributo a los valores de Confucio y a sus sagaces líderes.
Sin embargo, el General y sus hombres están muy retrasados. Él se
encuentra arriba, hablando y discutiendo con su hijo y con los maes­
tros y grandes maestros que ayudarán durante el seminario. Estos
hombres alguna vez lucharon, se distanciaron, y amenazaron matarse
por temas políticos, y en algunos casos por cuestiones estrictamente
personales, pero los maestros y los grandes maestros saben que deben
sus suertes y reputaciones al General, y todos están tratando de con­
ciliar amenazas pasadas con ambiciones actuales.
El General atribuye al linaje y a la lealtad una importancia tan alta
como la que otros asignan al amor. Él ha reconstruido su árbol genea­
lógico remontándose por 18 generaciones hasta la dinastía Chosón,
cuando a mediados del siglo XV un rey ordenó a un militar noble, un
ancestro de Choi, mudarse al norte de la península para proteger va­
rias aldeas. Los aristócratas Chosón, quienes reinaron por 500 años,
estructuraban la sociedad en torno a las "tres relaciones" y los "cinco
mandatos"3. El General y sus hombres parecen sacados de esa época, y
están trabajando en el quinto mandato -unir a los amigos a través de
la fidelidad- dejando de lado por el momento los otros cuatro manda­
tos (honra a tu señor, honra a tu padre, honra a tu hermano mayor, y
asigna al marido y mujer responsabilidades distintas].
Para una persona externa a todo esto, y especialmente un no co­
reano, es difícil entender la cultura de estos hombres y los conflictos
entre ellos -conflictos que duraron décadas, que es lo mismo que decir
siglos-. "La lealtad y piedad filial conforman el más profundo manan­
tial de la virtud coreana, nutrida a lo largo de miles de años", escribe
el historiador Bruce Cummings. Las historias de la era Chosón están
llenas de líderes dinásticos con "poderes extraordinarios, éticas mag­
níficas y un conocimiento de insondable profundidad”. Por 50 años el
General ha reinado como un líder dinástico y ha citado el llamado a la
lealtad del poeta Po-Eun: "Nunca serviría a un segundo Señor aunque
fuera crucificado 100 veces"4.
Estamos esperando tener un buen seminario y nada de crucifixio­
nes, pero el General aún se encuentra demorado, el piso está frío, y
las mujeres se han vuelto expertas en patadas a la cabeza en lugar
de cantar canciones de geishas. Esperando aquí con mis compañe­
ros cinturones negros, me pregunto por qué el arte que amo tanto
es practicado tan a menudo en fríos sótanos de suburbios desiertos
(como éste donde estoy), o en oscuros gimnasios en callejones, o en la
parte trasera de centros comerciales de concreto. Por años yo entrené
en gimnasios donde asbestos caían a través del cielorraso y ratas se
ocultaban en las grietas de las duchas, el gimnasio a cargo de un gran
maestro reconocido mundialmente quien no tenía suficiente dinero
para arreglar las cañerías.
En el salón Amsterdam, un cartel de ocho metros de largo cuelga
sobre la mesa principal:

Bienvenidos al sem inario del General Choi


Fundador del Taekwon-Do
Muchas personas cuestionan la palabra fundador, incluyéndome,
pero yo me encuentro en minoría en este salón. El seminario será el
último del General en Canadá, él se está volviendo viejo y debe viajar
a otros lugares. También está juntando a sus viejos guerreros para
una nueva misión que yo encuentro difícil de creer: reunificar Corea
del Norte con Corea del Sur uniendo al Tae Kwon Do, que tiene su base
en Corea del Norte, con el Tae Kwon Do Olímpico, cuya central se en­
cuentra en Corea del Sur. Me pregunto si el General es un megalóma­
no. Él quiere controlar todo el Tae Kwon Do y hay rumores de que se
reunirá con Kim Un-yong, el presidente de la Federación Mundial de
Taekwondo (WTF), la organización surcoreana que rige el Tae Kwon
Do Olímpico5. Kim es el enemigo del General, pero un enemigo con el
cual vale la pena negociar, porque un carraspeo de Kim vale más que
un millar de nuestros gritos.
Choi es el General, pero Kim es el Presidente. Él no se encuentra en
el salón, pero su espíritu se encuentra allí. Kim comenzó una carrera
patriótica en la CIA coreana en una dictadura surcoreana en la década
de los 60. Tomó prestado el nombre Tae Kwon Do del General en los 70,
lo insertó en los Juegos Olímpicos en los 80 y se volvió una de las per­
sonas más influyentes en deportes internacionales en los 90. La única
meta que Kim no ha logrado aún es la inmortalidad, y hemos oído que
se encuentra trabajando en ello: Corea del Norte y del Sur se hallan
en el medio de negociaciones, y parte de ese plan es llevar a cabo un
evento conjunto de Tae Kwon Do en el otoño6.
Las conversaciones sobre una fusión están poniendo nerviosos a
muchos cinturones negros, porque el Tae Kwon Do debe ser apolítico
y los instructores están temerosos ante posibles situaciones de es­
pionaje, gansterismo o política, pero la meta es admirable -y también
realizable, si se consideran la historia y la cultura de estos hombres
y su a rte - Ellos son modernos y a n ta n : los hombres de hueso sagra­
do. El Tae Kwon Do supuestamente floreció hace 1300 años bajo un
general de alto rango en la dinastía Silla, quizás el rango de "hueso
sagrado", que significaba que era casi un inmortal. Choi actúa como si
perteneciera a esa categoría, aunque ello no impide que también se lo
conozca como alguien generoso, ocurrente y accesible. La mayoría de
los que estamos en el salón hemos leído "la Biblia del Tae Kwon Do",
como Choi ha llamado a su manual de entrenamiento7, y la mayoría
de nosotros ha llegado a entrenar hasta sangrar. Pero la mayoría de
nosotros es ingenuo y cree que el General es como un dios, integrante
del selecto grupo hombres que ha desarrollado un arte marcial en
el siglo XX: Gichin Funakoshi (Karate), Kano Jigoro (Judo), y Morihei
Ueshiba (Aikido), todos ellos de origen japonés. Legiones de alumnos
de Tae Kwon Do olímpico ubican a Kim Un-yong en el mismo panteón.
"¡Atención!”, alguien ordena. Las conversaciones cesan. El Gene­
ral Choi ingresa y todos saludamos inclinándonos inmediatamente.
Al verlo en persona experimento mi primer sh ock: es pequeño -tan
sólo 1,60 m. de altura y unos 45 kilos de peso. Los hombres siempre
lo atropellaron sin importar la astucia política que tuviera, o cuántas
mesas de bares había partido al medio con sus propias manos. A me­
nudo enfrentó a oponentes mucho más grandes que él -generales más
poderosos y presidentes despiadados-.
Estoy sobre la alfombra con otros cinturones negros cuando uno
de los grandes maestros coloca un micrófono en la camisa del General.
Antes de comenzar la acción, el General presenta a los hombres de la
mesa principal, incluyendo al Gran Maestro Jong-Soo Park, que es el
propietario del gimnasio donde yo entreno, y que ha estado alejado del
General por algo más de dos décadas.
“La mayoría de ustedes no lo conocen", dice el General. "Él es uno
de mis alumnos más queridos". "Denle un gran aplauso de bienvenida".
Nosotros aplaudimos, sin ver la trampa. Me ha llevado años
aprender la Regía de los Opuestos, una regla que descubrí durante mi
práctica de artes marciales. La regla es así: cuando un artista marcial
dice algo fuerte sobre otro que es o fue su oponente, tal como "Él es
un alumno querido”, los que escuchan deben automáticamente asumir
lo contrario, o algo cercano a ello. De acuerdo con esta regla, Park no
es el "más querido” del General, aunque ahora ellos están intentando
reconciliarse. Ambos hombres dejaron de dirigirse la palabra a fines de
los 70, luego de que el General acusó a Park de cooperar con la CIA co­
reana en un complot para secuestrarlo. Park negó la acusación. Ahora
dice Choi de Park: "Él es un reconocido artista marcial que introdujo
el arte en Alemania Occidental, los Países Bajos y Canadá en los 60"8.
En su apogeo, era un poderoso peso pesado con rápidos reflejos -una
combinación devastadora-. Puedo entender por qué la gente lo llamaba
"el tigre”. Durante el combate, podía estar tan inmóvil como un gran
felino, luego en una fracción de segundo saltar, dando la impresión de
que flotaba a la altura de la cabeza de su oponente, suspendido allí
demasiado tiempo, pateando y golpeando en ese mismo movimiento.
Durante una demostración en 1976, ío vi tomar unos pocos pasos de
carrera, saltar y con una sola patada romper dos tablas que estaban a
más de tres metros por encima del suelo. En aquellos días, él apabu­
llaba a sus rivales, pero aun el propio Park admira al General, quien
alguna vez lo consideró como su discípulo e hijo adoptivo. Parece
extraño que el General lo haya acusado alguna vez de ser responsable
de un complot.
Jong Soo Park se eleva en una patada voladora.
Foto cortesía de Park.

Es difícil entender la brecha entre sentimientos y palabras en estos


hombres, entre las verdades y las verdades a medias en su mundo; la
ambivalencia y la vergüenza se deslizan por el seminario como una
niebla imprevista.
Las demostraciones por equipos son habituales en los seminarios,
pero cuando alguien anuncia que el equipo de demostraciones de Park
puede comenzar, nadie se para y Park no se encuentra en el salón.
Los instructores oyen el anuncio nuevamente. Hay al menos 20 de
los cinturones negros de Park aquí, un par de ellos son ex campeones
mundiales, pero ninguno de ellos se levanta. Algunos de nosotros, los
más jóvenes, estamos confundidos y avergonzados; Park organizó
este seminario en honor al General pero no preparó un equipo. Pronto
averiguamos el por qué.
Es la manera y el tono con el cual el General ofrece consejo -su
brutal sistema de enseñanza- que deja atónitos a los alumnos. Uno
podría llamarlo "a la antigua", una modalidad que a veces involucraba
golpes en las pantorrillas con palos, entrenar hasta que se vomitaba,
y combatir hasta sangrar. Dice a uno de los cinturones negros de 6to
nivel (dan) de Park, un estadounidense, que se aproxime a la mesa
principal al frente del salón. El General le pide que explique cómo él
comenzaría a enseñar a un alumno nuevo. El cinturón negro comienza
a hablar, pero el General inmediatamente dice "¡No, pare!", y explica
que lo primero que se le debe enseñar a un alumno es cómo inclinarse
para saludar. Evidentemente el cinturón negro no lo había hecho co­
rrectamente. "Por eso es que su escuela nunca crece”, grita el GfeneraL
"Los alumnos nunca escuchan". El mensaje es que si los alumnos son
holgazanes en aprender a saludar, ¿cómo se puede esperar que obedez­
can durante las extenuantes clases de arte marcial?
Luego el General hace un gesto con su mano para que un alumno
de Park se acerque a la mesa principal: Richard Parris es un cinturón
negro 6to dan y ex campeón mundial que tiene su propio dojang en.
Toronto. Una vez, durante una competencia mundial, lo vi amagar dos
patadas consecutivas, para luego, con la pierna aún en el aire, girar sal­
tando con una patada en gancho con la otra pierna, apuntando su talón
a la mandíbula de su contrincante. La combinación saltar-girar-patear
con la misma pierna es difícil de realizar, y fue tan inesperada en el
campeonato que la multitud y los conductores de la televisión gritaron
asombrados al unísono. Hasta su oponente, un campeón de Karate,
sonrió con admiración luego de que el golpe rebotó en su cabeza.
Richard Parris rompe siete pulgadas de madera con patada lateral
con la pierna adelantada.
Foto cortesía de Park.

“¿Cómo se enseña una patada lateral?", el General pregunta a Pa­


rris, quien sólo logra decir tres palabras antes de que el General lo
interrumpa. “Usted sólo sabe esto" dice el General colocando su pulgar
sobre un dedo índice. Yo noto que el pulgar del General está sobre su
índice; no hay espacio entre ellos. El comentario cortante estalla más
rápido que una trompada, pero el intérprete lo traduce al español para
los centro y sudamericanos. Yo he visto a Parris romper fácilmente
siete tablas de madera con su patada lateral, pero el ex campeón no se
mueve. Hay muchos ex campeones en la sala, pero nadie dice ni una
palabra. Parris se sienta.
"¡Cuídense de los falsos instructores!" advierte repentinamente
el General.
Así es como avanza el seminario mientras que Park acecha el
restaurante y los pasillos del hotel. La mayoría de las técnicas del Tae
Kwon Do han cambiado durante los años, cuándo él y el General no se
hablaban. El General parece tan frustrado por nuestras técnicas, las
cuales desde su punto de vista necesitan actualizarse, que algunas ve­
ces sólo puede gritar “¡Whaaa!" por la frustración. Nos está castigando
por los años perdidos y por las traiciones -nunca probadas- de Park,
su querido alumno que se negó a acompañarlo a Corea del Norte en
lo que parecía una misión suicida en 1980. Y quizás esté castigando a
Park por razones que yo ignoro.
De cualquier manera, el Tae Kwon Do ha evolucionado pero no­
sotros no, y el General y sus hombres todavía están decidiendo cómo
Park y sus escuelas se unirán a la Federación Internacional de Tae­
kwon-Do (ITF) del General, y cuánto costará todo el proceso. Mucha
de la crítica del General se centra en un movimiento conocido como
"onda sinusoide" que él desarrolló a principios de los 80, bastante
tiempo después de que Park lo dejara para ocuparse de 16 dojangs y
protagonizar películas de artes marciales. Los mejores practicantes en
cualquier arte marcial saben cómo aplicar el peso del cuerpo a una téc­
nica, pero el General llamó a ese proceso "onda sinusoide" y le puso su
firma personal cuando ordenó que los alumnos de Tae Kwon Do debían
elevar el cuerpo al comienzo de la técnica y bajarlo al final9. La onda
sinusoide se aplica a todas las técnicas del Tae Kwon Do tradicional y
lo distingue claramente del Tae Kwon Do Olímpico y del Karate. Pero
Park no se encuentra en la sala para escuchar todo esto.
Aquellos que no estamos siendo atacados verbalmente nos reímos
con incomodidad.
El General es un genio astuto y malvado, y estamos aquí para
aprender.
Una mujer joven se levanta para mostrar otra técnica, y lo hace
mal.
"¿Usted es mujer?", pregunta el General.
"Sí, lo soy", contesta ella.
Él le hace un gesto para que tome siento, señala a otro hombre
para que se pare, y le pide que ejecute un bloqueo bajo. El puño del
hombre está un centímetro fuera de lugar.
"¿Quién le enseñó eso?”, pregunta el General.
El cinturón negro nombra al maestro.
"No lo conozco", responde el General “Debería pedir que le devuel­
van su dinero." Siento lástima por el cinturón negro. El Tae Kwon Do
siempre ha tenido una relación disfuncional con las ganancias; los dos
son fuego y agua. Por sólo este seminario, los cinturones negros paga­
ron desde US$ 250 hasta US$ 410 cada uno. Park organizó el evento,
y yo me ofrecí como voluntario, lo cual me permitió ver lo que pasó
el primer día: la mayoría de los cinturones negros se comportaron
correctamente, pero algunos irrumpieron por la puerta sin pagar, y
dieciséis miembros de un equipo sudamericano fueron engañados para
creer que el seminario era gratuito -o mintieron-. En algún momento
durante el evento de tres días al menos US$ 1000 desaparecerán. Esto
es lo que ocurre a veces cuando el dinero se encuentra con las artes
marciales -una mezcla de payaso y de guerrero, tradición y farsa- y
por qué Tae Kwon Do es pronunciado en inglés algunas veces como
"Take My Dough" (toma mi dinero], como dice mi amigo Martin.
Sin embargo, el dinero es la menor de nuestras preocupaciones. Lo
que muchos de nosotros ignoramos es que el Tae Kwon Do ha estado
relacionado con el espionaje, el terrorismo y el gansterismo desde su
nacimiento, y que muchos de estos maestros y grandes maestros vivie­
ron esas épocas. Algunos estuvieron enredados en campañas brutales.
El General se ha jactado de haber tenido que sacrificar alumnos y hasta
sus propios hijos10 para promocionar el arte, una fanfarronada que,
de alguna manera, tiene sus raíces en su personalidad -"un tornado"
cómo él mismo dijo alguna vez-
Uno puede deducir mucho acerca de un hombre que ha elegido
estudiar un arte marcial desarrollada por un tornado. Bruce Lee, Bill
Clinton, Steven Seagal y el Rey ]uan Carlos de España han pasado por el
Tae Kwon Do tradicional11. El Tae Kwon Do tradicional incluye bloqueos
de hueso contra hueso, golpes que pueden quebrar costillas y reventar
órganos, y técnicas diseñadas para terminar un enfrentamiento con
un solo golpe. En síntesis, cuando están arrinconados, hombres como
el General y Park no se revuelcan en la tierra intentando dar vuelta o
trabar a su oponente; intentan incapacitarlo o matarlo lo más rápida­
mente posible.
Pero Park no está teniendo un buen día aquí. El General dice la pa­
labra embustero (phony) tantas veces durante el seminario que, años
después, cuando yo le digo a Park que él es gracioso (funny), se detiene
y pregunta "¿qué dijiste?".
"Dije que eres gracioso (funny) tu comentario es gracioso (funny)”.
Él me mira fijamente como un tigre, la fría mirada de un felino
midiendo a su presa.

"Gracioso (funny) suena como falso (phony)”, dice él calmadamente.


Gracioso (funny). Falso (phony). Nunca me había dado cuenta de qué
tan parecido suenan las dos. Park no es un falso maestro -en un arte
marcial llena de grandes maestros surgidos de la noche a la mañana, él
es un pionero genuino-. Pero nunca más le voy a volver a decir al Gran
Maestro que es gracioso.
***
Al frente de la sala del seminario, el General le enseña a un cintu­
rón negro de Sudáfrica cómo bloquear.
"Siempre mira a tu oponente en la bolilla negra (black ball)", le dice
el General.
"En lo negro del ojo (eyeball) '' le susurra su hijo, que está parado
un metro detrás de él.
"Siempre mira en lo negro del ojo”, el General corrige. Él sonríe y
le toca la frente con un grueso dedo calloso. "Me estoy volviendo viejo.
Suerte que tengo un buen hijo"
El maestro Jung-Hwa Choi inclina su cabeza, y ahí me doy cuenta
de que él es probablemente indispensable. Tiene 46 años y es más alto
y robusto que su padre, y es otro "amado" maestro, si conoces la histo­
ria entre los dos hombres. Él será el heredero del General, si todo sale
bien. Jung-Hwa comenzó su entrenamiento en artes marciales cuando
era un niño y es un cinturón negro 8vo dan, tan sólo un nivel debajo
del grado de Gran Maestro. Él es el Secretario General de la Federación
Internacional de Taekwon-Do, lo que significa que es la segunda per­
sona más poderosa en la sala después de su padre. Él habla muy poco
durante el seminario. Es una de las pocas personas que no está parada
como un sirviente Chosón o un asesino de Los Soprano.
Jung-Hwa y su padre no se han llevado bien por años, pero ahora
lo están intentando. Sus vidas están llenas de Tae Kwon Do, y cuando
Jung-Hwa se dirige a su padre en público, le dice "General" o "Señor”.
Ellos han tenido pocos momentos felices juntos. Una anécdota que
luego cuenta Jung-Hwa es de su infancia en Corea del Sur. Él se pasaba
largas noches recostado en el piso detrás de su padre mientras que el
Choi adulto jugaba al poker con los otros generales. Jung-Hwa sentía
el olor de los aperitivos que llegaban uno tras uno, el aroma flotando
entre el reconfortante olor a cigarrillos, sake y Johnnie Walker. En esa
época todos los generales bebían whisky. Jung-Hwa escuchaba la voz
de su padre, la de los hombres, fuertes voces, mientras ellos se reían.
"Padre, no pierdas”, Jung-Hwa murmuraba mientras luchaba por no
quedarse dormido en el piso. "Yo nunca pierdo”, el General le respon­
día. Es mala suerte para Jung-Hwa que su padre nunca pierda, que su
padre conozca el resultado antes de comenzar cada jugada12.
"El Tae Kwon Do es fácil de aprender", afirma el General en el mi­
crófono. "Es por eso que se ha expandido por todo el mundo como un
fuego fuera de control. Algún día estará en la luna y en las estrellas".
Primer día del seminario y él ya esta soñando con un mundo más allá
del tiempo y del espacio.
Se deja caer al piso y hace flexiones de brazos con sus nudillos.
Todos lo vitoreamos. Después de todo, tiene 82 años.
Nos dice que leamos los libros, sus libros, especialmente Libro de
Guía Moral, en el cual él propone vivir de manera justa y honesta. "El
Tae Kwon Do no es sólo acerca de lanzar trompadas y patadas”, nos
recuerda. Es acerca de hacer lo correcto, lo que él ha intentado hacer
durante toda su vida, aun cuando parecía lo contrario.
Aquel día, el General insulta al coorganizador del seminario, Son
Myung-Soo, y los cinturones negros de Son de la Royal TKD Academy
se retiran del seminario.
***

En el segundo día, uno de los primeros cinturones negros en dar


una demostración es una mujer del Este de Canadá. El General le pide
que ejecute la forma de Tae Kwon Do para principiantes, Chon-Ji, que
significa "cielo y tierra", una serie de golpes de puño y bloqueos cuya
ejecución revela inmediatamente el nivel de un artista marcial, sin
importar el cinturón que tenga.
"Muy bien", dice él cuándo ella termina. "¿De qué escuela eres?".
"La escuela Downey’s de Tae Kwon Do, en Newfoundland", respon­
de ella.
El General está impresionado. Esta mujer practicante demostró
excelente postura y potencia. Sin saberlo nosotros, alguien le habló
al General sobre su comentario sexista de ayer. El General cree que
los hombres deben tener más potencia que las mujeres, y la misoginia
está presente en todo aspecto de este arte marcial, pero algunos están
intentando detenerlo.
Las demostraciones de hoy son mucho mejores que las de ayer. Un
cinturón negro 5to dan salta dando un giro de 180 grados y rompe
cuatro tablas de madera con úna patada lateral mientras se encuentra
en el aire. Más tarde, luego de que alguien explica que el Tae Kwon Do
es el único arte marcial que incluye la "patada en torsión", alguien la
demuestra corriendo, saltando y rompiendo una tabla sostenida a cer­
ca de dos metros de altura. Yo he quedado fascinado por esta patada
desde que me la mostró por primera vez mi instructor, el Sr. Di Vecchia.
Requiere una extraña contorsión de las caderas: el torso rota hacia un
lado y la pierna se lanza hacia el otro. Antes de siquiera intentarla, es
necesario poder abrirse completamente de piernas -o al menos tener
una buena apertura-, y que los dedos de tus pies puedan doblarse para
atrás a un ángulo de 90 grados. Cuando se la domina, es posible patear
a alguien detrás de uno mientras el cuerpo mira hacia adelante. Esta
patada en torsión es una de las favoritas del General.
Pero el General parece estar de mal humor. Además de”falsos”, su
letanía a través del seminario es "él moriría en combate” como si un
combate fuera a ocurrir en el café de al lado. Y usa "suicide" (en inglés,
suicidio) como si fuera un verbo. “La WTF”, anuncia él con grandilo­
cuencia, "...ellos no saben lo que están haciendo. Todos ellos suicidan".
El General detesta el estilo de la World Taekwondo Federation
(Federación Mundial de Tae Kwon Do, WTF en inglés) -el único estilo
admitido en los Juegos Olímpicos, el estilo manejado por el archirrival
del General, Kim Un-yong-. El estilo olímpico es sin dudas el Tae Kwon
Do más difundido en el planeta. ¿Estará celoso el General? Él siempre
ha querido a su Tae Kwon Do tradicional en los Juegos. A lo largo del
seminario, se burla de la WTF, argumentando que es tan mala como
el Karate. Le pide a un cinturón negro que ejecute una forma llamada
Toi-Gye (la cual creó el General honrando con su nombre al erudito del
neo-confusianismo del siglo XVI), y da instrucciones al hombre para
que vuelva a realizar un golpe al pubis, una técnica llamada "golpe de
punta de dedos con palma hacia arriba"13.
"¿Por qué jalas tu mano luego de dar el golpe?", le pregunta el Ge­
neral.
El cinturón negro explica que le está arrancando el escroto a su
oponente.
"No”, dice el General. "Eso es en Karate y en estilo WTF”.
Eso le recuerda al General un chiste: "Una mujer le dice a otra/No
te cases con el tipo de la WTF'. ¿Por qué?’, pregunta la segunda mujer.
'Porque no tiene arma', responde la primera”.
Nos reímos porque aparentemente ha habido demasiado desgarra­
miento de escrotos en la WTF, pero más que por eso, en realidad nos
reímos porque no nos está castrando a nosotros, al menos por ahora.
"Yo quiero que se rían, porque están tan serios...” dice.
Otra de sus frases de cabecera es "éste es un mal hábito del Ka­
rate”, como si los malos hábitos pasaran de dinastía en dinastía, de
instructor a instructor. Pero lo que el General no nos está contando es
que él desarrolló el Tae Kwon Do partiendo del Karate Shotokan, y que
ha estado intentado cubrir sus raíces en el Karate por cincuenta años14.
Me pregunto qué pensaría Kim Um-yong acerca de toda esta jac­
tancia, porque él no tolera los egos alegremente. Además de dirigir el
Tae Kwon Do Olímpico, él es el Vicepresidente en el Comité Olímpico
Internacional y miembro de la Asamblea Nacional de Corea del Sur.
Yo me encojo cuando el General anuncia que "El Tae Kwon Do ya no
puede permanecer en las Olimpíadas. En un par de años estará kaput,
porque no tiene técnica". Juzgando por la manera en que se jacta, pro­
bablemente no será un contendiente difícil para Kim, quien ha sabido
manejar a egos mayores al suyo.
***

El último día del seminario, Bob Wall, el legendario artista marcial


que ganó muchos campeonatos de Karate entre 1965 y 1972 y que fue
protagonista en tres películas de Bruce Lee, se hace presente para ven­
der servicios para artistas marciales: tarjetas telefónicas, tarjetas de
crédito, cursos marciales por Internet, servicios de televisión por ca­
ble e Internet, e "ítems coleccionables" tales como postales y llaveros.
"No se pueden imaginar lo que esto va a valer, porque son limitados”,
dice Wall. "El valor aumenta cuando la persona fallece". Agrega que
el General le dio el grado de cinturón negro 8vo dan a Chuck Norris,
quien tiene 182 escuelas. Dice que Norris se considera a sí mismo
un alumno del General, como también lo hacen Jackie Chan y Wesley
Snipes. Aparentemente estas estrellas también tienen la tarjeta que
Wall promociona, y nosotros podemos acumular puntos para millas
de viajero igual que ellos. "Ustedes podrían haber volado hasta aquí
gratis", dice Wall.
Como si estuviera todo arreglado, el General se para y dice, "To­
dos deberían participar de este plan. Deben decírselo a sus alumnos.
Vamos a convertir esto en la compañía de artes marciales mejor ge-
renciada del mundo".
Uno de los grandes maestros de Montreal está dormido en la cabe­
cera de la mesa. Quizás él no necesite tarjetas telefónicas. Quizás esté
aplicando la Regla de los Opuestos. Quizás esté cansado.
El General Choi bloquea patadas de su hijo Choi jung-Hwa (a la derecha)
y Park Jung-Taek, mi primer instructor.
Foto cortesía del General Choi.

A O
C a p ít u l o 2
A u n q u e d ie z m il l o n e s d e o p o n e n t e s
SE LEVANTARAN EN SU CONTRA

La construcción de un rascacielos comienza con una pala de tierra.


Choi, traduciendo al filosofo Lao-Tzu15

Con temor, ingreso en las vidas del General Choi y de Kim Un-yong
en la Corea de 1938, el año del Tigre, cuando el anhelo y la violencia
acechaban al mundo. La esencia del Tae Kwon Do comenzó durante una
partida de poker aquel año, en el día más temerario de la vida de Choi.
Él vivía en una pequeña casa en el pueblo de Yongwon, en el norte de
Corea, cuando los japoneses aplastaron a la nación como a un conejo
en una trampa. El sol se había puesto para la dinastía Chospn -ah o­
ra Japón gobernaba Corea- pero Choi tenía 20 años, estaba lleno de
rebeldía, y como la mayoría de los coreanos, se rehusaba a olvidar su
pasado. Él había heredado los pequeños, afilados ojos de su padre y un
mentón que frecuentemente dirigía hacia arriba girado a la izquierda,
haciéndolo verse, como era a menudo necesario, mucho más alto que
su metro sesenta.
Aquel día en 1938, él miró a su madre bajo la tenue luz de una
lámpara16. Se estaba preparando para viajar a Japón en dos días para
completar su educación, un sueño habitual para los coreanos. Luego
de las virtudes filiales, el segundo conjunto de valores en Corea giraba
en torno a la educación, con el alumno ideal logrando el dominio tanto
del corazón como de la mente17. En aquellos días, los niños estudiaban
diligentemente porque ese ideal estaba tan vivo en la juventud de Choi
como lo había estado muchos siglos antes.
La madre de Choi tomó un grueso taco de dinero de su bolsillo.
“Ten cuidado en no perder esto", le dijo. Ella había trabajado duro,
desde el amanecer hasta la medianoche tantos días, vendiendo tofu y
cosiendo ropa para ahorrar dinero. Ella dobló los billetes dos veces, los
acomodó en su cinturón, y cosió la costura del cinturón para cerrarlo.
Dada la importancia que las responsabilidades filiales tenían en su fa­
milia, yo sólo puedo especular sobre por qué Choi no le obedeció, sobre
por qué perdió el dinero. En su parte del mundo, los "cuatro libros” y
''cinco clásicos" aseguraban que nada superaba en importancia sus
responsabilidades como hijo. Los estudios eran intensos y enfocados
al aprendizaje confuciano, una parte fundamental de la vida de Choi, y
luego, de mi arte marcial. La principal sección del "Gran Aprendizaje”,
el primero de los cuatro libros, de 700 años de antigüedad, lo explicaba
de esta manera:

Deseando ordenar bien sus Estados, ellos primero regularon sus


familias.
Deseando regular a sus familias, ellos primero cultivaron a sus
personas.
Deseando cultivar a sus personas, ellos primero rectificaron sus
corazones ("sim").
Deseando rectificar sus corazones, ellos buscaron primero ser sinceros
en sus pensamientos.
Deseando ser sinceros en sus pensamientos, ellos primeros
extendieron hasta el máximo su conocimiento18.

Regular. Cultivar. Rectificar. Estos ideales eran claramente corea­


nos y vivían en Choi, y ellos más adelante circularían como sangre en
el Tae Kwon Do. Si se reemplaza "Estados" por "artes marciales" en la
frase, se puede ver lo intensas que fueron aquellas primeras épocas.
Sin embargo, luego de que su madre se fue a dormir, Choi planeó
regular y cultivar el poker. Quizás su rebelión se debió a su estilo de
vida: había estado apostando, bebiendo y fumando desde los siete años
de edad. Quizás simplemente era testarudo: si quería reunirse con
sus amigos a jugar una partida de Hwatu, un popular juego de cartas
coreano, entonces lo hacía. La testarudez se permeó profundamente
en su cuerpo, pero él la vio como una señal de confianza: cuando fija­
ba su mente en una meta, se mantenía firme en ello. "Un hombre con
confianza en sí mismo persigue sin temor lo que considera correcto,
aunque diez millones de oponentes se levanten en su contra”, alguna
vez escribió, citando a un discípulo de Confucio19.
Quizás, también, él era demasiado parecido a su padre -el poker
los contaminaba tanto como el sake que ambos amaban-. Por muchos
años, el padre de Choi fue propietario de una exitosa destilería, permi­
tiendo al hijo mayor descender a un nivel de libertinaje generalmente
asociado con reyes y sueños. Finalmente, el padre de Choi abandonó a
su esposa, llevándose a Hong-Hi Choi y a los otros dos niños a vivir con
una hermosa mujer kisaeng, unageisha coreana. Vivir con kisaengs era
una vieja práctica que se remontaba a la dinastía Chosón, pero que no
debió haber incluido abandonar a la primera esposa, de acuerdo con
el pensamiento confuciano.
Esta kisaeng ya había arruinado la vida de varios hombres, pero
ella había impresionado a Choi, que la consideraba más mundana y
sofisticada que su madre. Choi tenía seis años cuando la kisaeng se
volvió su madrastra; que ello ocurriera mostraba con qué grado de
profundidad su padre se había vuelto un esclavo de la lujuria20. Esos
fueron los años en que el niño aprendió a apostar, a fumar y a beber. Su
madrastra había sido una adicta al opio, administrando una taberna,
cocinando su excelente comida y cantando sus perfectas canciones
p'ansori, la música clásica favorita de las kisaengs. Choi veía cómo su
padre era ingenuo, obstinado y profundamente indulgente, dándole
a ella todo lo que poseía. Finalmente, su padre perdió tanto dinero
apostando que tuvo que vender la destilería. En aquellos primeros
días, el joven Choi rara vez visitaba a su madre, quien pronto se halló
viviendo en la pobreza.
Quizás la racha de insubordinación de Choi haya comenzado cuan­
do intentó llevarle sopa a su madre a la otra parte del pueblo, y su ma­
drastra kisaeng, al enterarse, mandó a un matón para que hiciera caer
el recipiente de sus manos. Choi quedó devastado mirando cómo los
perros lamían la sopa derramada sobre la tierra. Él nunca olvidaría ese
día, ni siquiera después de que su madrastra muriera, a la edad de 38
años, y de que su padre, como la costumbre confuciana dictaminaba,
regresara con su primera esposa. Choi tenía 10 años en aquel momen­
to. Sus padres rara se vez se hablaron de ahí en más, y nubes oscuras
se asentaron sobre sus vidas.
Para mantener a su familia, Choi ayudaba a su madre en su peque­
ña parcela de tierra atendiendo el jardín, alimentando los animales,
cultivando vegetales y haciendo tofu. El proceso de remojar, moler,
cocinar, escurrir y ablandar a golpes el tofu era un trabajo tan duro
que por el resto de su vida él se volvería adicto a comerlo porque le
recordaba a su madre. Como era la costumbre durante la cena, el pa­
dre de Choi comía primero. La madre de Choi colocaba arroz y otros
platos con acompañamientos mientras el resto de la familia esperaba.
Choi y su hermano espiaban por un pequeño agujero en la puerta para
ver si su padre dejaba algo de su arroz sin comer, con el delicioso olor
flotando hacia sus narices.
Pero Choi pronto huyó de todo eso. En 1938, luego de que su ma­
dre cosió el dinero dentro de su cinturón y se fue a dormir, Choi salió
a escondidas de su casa y se reunió con sus amigos, incluyendo a un
campeón local de lucha "ssirum", Haak-soon Huh, en un sitio cerca de
un hospital. Choi amaba las reuniones de amigos que se armaban en
torno al poker, y él era muy bueno en los juegos de estrategia con las
cartas de hwatu, que mostraban imágenes de árboles y flores: arces,
peonias, cerezos en flor, crisantemos, jugaba tan bien que podía detec­
tar a los tramposos, lo cual significaba que probablemente él podía ha­
cer trampa con los mejores de ellos, pero en esta mesa los apostadores
eran profesionales, así que hacer trampa sería imposible.
En una rápida sucesión, él y los otros apoyaron las coloridas cartas
y apostaron su dinero, pero a medida que el juego avanzaba, a Choi le
fue yendo mal. “Esto es extraño", pensó, “estoy perdiendo". Continuó
apostando, con la esperanza de recuperar lo perdido.
Algunas de las cartas de hwatu tienen nombres poéticos, tales
como Garza y Sol, pero la poesía debió haber estado lejos de Choi
cuando él sacó del cinturón el dinero para su educación y apostó más.
Pronto perdió todo el dinero que su madre le había dado, pero conven­
ció al luchador y a los demás para que continuaran jugando. Faltaba
todavía para el amanecer, dijo Choi, y debían darle una oportunidad
para recuperar lo perdido.
¿Él lanzó Hombre Paseando con Paraguas? Los apostadores si­
guieron jugando una hora más. ¿Curruca sobre el Árbol? Ellos sabían
que Choi estaba acabado, y que no podía pedir prestado a nadie en el
pueblo. ¿Jabalí?
Finalmente, el luchador se paró. "El propósito de jugar es ganar
dinero"', dijo. “He esperado lo suficiente".
Choi quería golpearlo, pero sabía que sería como un zorro atacan­
do a un tigre; Choi conocía algunas patadas y esquives, pero el otro
era más grande y era un campeón de lucha. Mientras estaba sentado
allí, Choi recordó una gruesa botella de tinta que estaba en una mesa
cercana. Me pregunto si se representó las imágenes de los próximos
pocos segundos por adelantado: la manera en que el cuarto se oscure­
cía ante sus ojos; el modo en que el luchador, tan sólo un joven campe­
sino, ponía su dinero en un bolsillo; la manera en que la mano de Choi
de repente encontró la botella de tinta, y cómo la botella voló hacia el
luchador. La botella se estrelló en su frente, un golpe afortunado. El
luchador cayó sobre su espalda, sangre y tinta derramándose por su
cara. Mientras los demás apostadores miraban, Choi caminó hacia el
cuerpo, sacó el dinero de su bolsillo, contó la cantidad que había perdi­
do, y huyó. Nadie lo detuvo, quizás porque ellos sabían que el luchador
pronto lo cazaría.
Choi fue rápidamente a su casa, frío y transpirado, y preguntán­
dose si había matado al hombre -¡toda esa sangre! ¿Qué harían sus
padres cuando se enterasen?-. Él y su hermano y hermana obedecían
a su padre, quien había estudiado las obras de Confucio, leído los clá­
sicos y había llegado a ser doctor de medicina china antes de abrir la
destilería. Sus mentes estaban cargadas con obligaciones y tradiciones,
un legado confuciano tan intenso que la abuela de Choi guardaba los
recortes de sus uñas, porque el respeto por los padres implicaba res­
petar cada parte del cuerpo propio.
Pero los valores no confucianos -aquellos del corazón- prospera­
ban en Choi y en su época: valores relacionados con supersticiones e
intuición, de chamanes y hechiceros; valores sintonizados con la natu­
raleza de las cosas, y la percepción y la libertad; valores que se sentían
durante la pasión y embriaguez21. En el hogar de Choi, la obediencia
convivía con el vino de arroz y las geishas, y atacar a un hombre luego
de perder una partida de poker quizás encajaría dentro de la categoría
no confuciana. De todos modos, Choi había creado una vez más proble­
mas intolerables para sus padres.
Mientras caminaba a su
casa, acaso él haya recordado
la primera vez que les creó un
problema cuando nació, en
1918. Ese fue el año del Caba­
llo -un año en el cual el gobier­
no japonés arrestó, torturó o
mató a 140 mil coreanos sos­
pechados de resistir al imperio
japonés22. Fue un año en que
la astucia y la independencia
estaban en el centro del mun­
do. Choi nació enano y parecía
destinado a morir joven. Su
madre provenía de una fami­
lia adinerada que odiaba a su
marido, y cada vez que había
dado a luz, ella lo había dejado
para irse a criar a los recién
nacidos en la casa confortable
A la izquierda, Choi.
pero confuciana de su padre.
Foto cortesía del General Choi.
Su padre la trataba como a una
sirvienta, porque las hijas, lue­
go de casarse, no debían regresar con sus padres salvo que estuvieran
de visita. Pero ella cargó con esa humillación por el bien de sus ocho
bebes, de los cuales sólo tres vivieron más allá de la edad de dos años.
Choi había escuchado muchas veces sus quejas: “Luego de que
todos los mejores se han ido, el peor debilucho sobrevivió para darme
dolores de cabeza”. Choi, el más joven, fue enfermizo los primeros cua­
tro años de vida. Desesperada, su madre tironeaba de las piernas del
niño noche tras noche mientras él dormía, intentando hacerlo más alto.
¿Se preguntó si su padre lo mataría cuando se enterase del partido
de poker? Aunque el niño había prometido que nunca sería como su pa­
dre y siempre había estado alerta por sus golpes que lo sacudían como
un relámpago, Choi respetaba los esfuerzos de su padre para darle
educación, una de las pocas cosas que su padre había hecho por él. Su
padre era un avaro, pero sorprendió al joven de 15 años cuando ie pagó
a un instructor de caligrafía, Han Il-Dong, un honorario equivalente al
que pagarían diez alumnos para que instruyera a Choi en caligrafía, y
por trece meses adicionales en T'aekkyón, un juego de artes marciales
que casi había desaparecido cuando Japón lo prohibió entre 1919 y
194523. Su padre había querido fortalecer el esmirriado cuerpo de Choi.
Pero quizás se preguntara si su padre lo mataría.
Cuando el padre de Choi había acordado para que él se casara con
una mujer mayor y mucho más alta que él, Choi se casó con ella siendo
aún adolescente24. Ellos tuvieron una hija, Song-Jook Choi25. En aquellos
tiempos, el casamiento adolescente significaba que la joven esposa se
volvía sirvienta en el hogar de su marido.
Cuando su padre anunció que Choi estudiaría en Japón, donde los
japoneses abusaban de los coreanos habitualmente pero donde Choi
recibiría una educación excelente, él aceptó ir. Sería el primero en la
familia en completar la escuela secundaria, un gran honor, aun cuando
se vería forzado a adoptar un nombre japonés, Yuseki Nishiyama, que
significa Valiente Piedra de la Montaña del Oeste26. El gobierno japonés
no sólo prohibió que las personas hablaran coreano sino que también
las obligó a cambiar su identidad.
Mientras Choi se alejaba de la partida de poker, se preguntó si el
luchador estaba muerto. ¿Había matado al luchador profesional? Pro­
bablemente no, pero temeroso de sus propios padres, Choi evitó ir a
su casa, evitó al luchador, a la policía, y al pueblo, y ese día, temprano,
huyó. Caminó 16 kilómetros pasando entre carros tirados por vacas
hasta una estación de tren, viajó 20 horas en un tren hasta el puerto
de Pusan, y abordó un barco hasta Kioto, Japón. Esta experiencia lo
marcó: por el resto de su vida él se enredaría en algún conflicto y luego
huiría, viviría como si estuviera siempre escapando.
Algunos meses luego de arribar a Kioto, Choi conoció a un hombre
de su pueblo que le contó que el luchador se había recuperado y que
estaba contando los días esperando el regreso de Choi. Choi se sintió
condenado, y comenzó a entrenar Karate Shotokan, un arte marcial
japonés que Gichin Funakoshi había llevado de Okinawa a Japón en
192227. Choi había observado una clase de Karate, llegando a la con­
clusión de que era devastadoramente poderosa; apuntaba los golpes
de puño directo al corazón, al plexo solar, o a cualquier área vital
que pudiera conducir a la muerte con un solo golpe, de acuerdo con
el enfoque propuesto por Funakoshi. Comenzando en 1938, el Karate
fortaleció un rasgo en Choi que los occidentales asocian con los pilotos
kamikaze japoneses de la Segunda Guerra Mundial o con los guerreros
samurai de hace mil años28, Choi lo llamó el Espíritu Indomable: “Un
estudiante serio del Tae Kwon Do en todo momento será honesto y hu­
milde. Ante una injusticia, manejará al agresor sin temor ni duda, con
espíritu indomable, sin importar en lo más mínimo quién o cuántos
pudieran ser"29.
Choi practicó de manera diligente en Japón, manteniendo al lucha­
dor en su mente, y en dos años obtuvo el cinturón negro primer dan.
Hoy un cinturón negro puede significar muy poco, pero en aquellos
días era difícil de obtener y, muy probablemente, Choi podía matar con
sus propias manos. Pateaba postes de madera en la calle, golpeaba la
arena para fortalecer sus puños, y entrenaba tanto que fracasó en su
primer año académico en la escuela media, lo cual le hizo ver en ello
un motivo más para evitar volver a su casa.
El Karate también resultó útil en Japón, donde las personas lo
insultaban a él y sus amigos, les decían que olían a ajo, los atacaban fí­
sicamente y los trataban como sirvientes. Choi estaba constantemente
metiéndose en peleas. Él no era especial en este sentido; los matones
japoneses habían estado abusando de los coreanos por siglos, y Japón
había estado pisoteando a Corea desde 1894. Una de las peleas de Choi
comenzó luego de que advirtió a dos chicos que dejasen de molestar a
un amigo. Los muchachos tomaron la advertencia como un desafío y lo
siguieron después de clase, pero cuando se le acercaron él golpeó a uno
en la cara. El muchacho cayó y Choi lo apretó contra el suelo con un pie
sobre su cuello mientras las sandalias de madera del chico volaban por
el aire. El segundo salió corriendo y Choi liberó al primero, maravillado
ante su nuevo poder.
Se quedó en Japón por cuatro años, durante los cuales no visitó
su pueblo ni una sola vez, diciendo a sus padres que estaba demasia­
do enfermo para viajar. Ahorró dinero y se lo mandó a su madre. Sin
embargo, a la edad de 24 años, luego de terminar la escuela media y
obtener un segundo dan en Karate, finalmente se sintió lo suficiente­
mente poderoso para enfrentar al luchador, Haak-soon Huh. Regresó a
su pueblo, cargando orgullosamente una nueva máquina de coser para
su madre. Era 1942, en medio de la Segunda Guerra, y japón estaba
avasallando brutalmente al Este Asiático. Pero Choi estaba preocupa­
do por Huh y los demás pueblerinos que se estaban uniendo a éste en
contra de Choi.
Al poco tiempo de su arribo, el luchador lo vio en una plantación
de pinos cerca del pueblo pateando pequeños árboles y destrozando
tejas de arcilla. Pensó que Choi estaba loco y teniendo convulsiones,
porque a la distancia los rápidos movimientos de Choi no se asemeja­
ban a ningún arte marcial que él hubiera visto antes.
No, Choi no estaba loco, un amigo le explicó al luchador. Estaba
practicando Karate, un arte marcial japonesa que podía matar con un
solo golpe. El luchador optó por no cuestionar la disparatada afirma­
ción y decidió evitar a Choi. Al final, el enano derrotó a su oponente
sin pelear, y ahí fue cuando los verdaderos problemas de Choi comen­
zaron.
C a p ít u l o 3
U n a s u p e r p o t e n c ia e n c a d a f r o n t e r a

Esto es muy difícil;yo no soy escritor ni historiador; pero voy a escribir esto.
Mizahara, uno de mis amigos en el ejército japonés, dijo, "Voy a fingir que me
volví loco" Entonces le dije, "¿De qué estás hablando? ¿Cómo te puedes volver
loco?",,. Su nombre coreano era Yum„. Al día siguiente, durante el control de
la formación del ejército japonés, él no estaba allí. Repentinamente, detrás de
nosotros, apareció arriba nuestro balanceándose sobre una tabla desnudo,
orinando, y decía: "Ustedes, japoneses, ¡beban mi orina!" Lo detuvieron y se lo
llevaron. Tres días después; salió, golpeado, y yo fui a su cama. Su habitación
estaba justo aliado de la mía. Al principio, le pedí disculpas por haber tomado
sus palabras a la ligera, y le dije, “No hagas eso otra vez, no podrás hacerlo,
te matarán" Él no dijo nada... pero salió otra vez... Después de la guerra, me
encontré con é l Estaba loco. Se había vuelto loco,
General Sun-Ha Lim, refiriéndose a soldados coreanos que se habían
sublevado contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial30.

¿Cómo hace uno para sobrevivir a una fuerza indomable? Me


pregunto eso mientras reviso la difícil historia de Corea durante la
Segunda Guerra Mundial y la de las potencias que contribuyeron a la
creación del Tae Kwon Do tiempo después. En 1943 Japón obligó a Choi
y a 4300 estudiantes coreanos a unirse al Ejército Imperial Japonés31.
Choi intentó escapar de la conscripción dejando de comer; cuando
ello fracasó, probó golpeando a un oficial de policía japonés, pero fue
destinado a la trigésima división en P'yongyang, Corea32. El Japón in­
conquistable, junto con la Alemania nazi e Italia, estaban dominando al
mundo: Japón había masacrado a 300.000 civiles durante seis semanas
en Nanking, China, y había realizado experimentos médicos sobre pri­
sioneros en Manchuria. Había hecho trabajar hasta morir a prisioneros
en Burma y Tailandia, y, en Corea, estaba forzando a 100.000 mujeres
a volverse esclavas sexuales, conocidas como "mujeres de confort”
por los soldados japoneses33. A muchos coreanos les gustaba luchar
del lado de los japoneses, pero Choi era un rebelde, y en P'yongyang,
se unió a un plan para escapar de la unidad japonesa, un complot que
luego se conocería como el Incidente P 'y o n g y a n g 34.
En aquellos días, Choi tenía tanta hambre que algunas veces roba­
ba la comida de los caballos de la unidad, pero tenía esperanzas de es­
capar junto con sus compañeros coreanos. Otro hombre en su división
lo había logrado, un soldado que se había ocultado en un ducto de aire
debajo de unos listones sueltos del piso durante cinco días, luego había
corrido a un campo militar, donde se ocultó en un contenedor cubierto
de paja por cuarenta días. Los soldados japoneses hacían sus ejercicios
militares alrededor del contenedor y ellos no tenían la menor idea de
que él se encontraba escondido allí dentro. El dueño del contenedor, un
ciudadano coreano que trabajaba para los soldados, le daba de comer
durante el día, pero el soldado, preso del pánico allí dentro, perdió la
razón, murió de fiebre tifoidea, vio el cielo y el infierno, y resucitó de
la muerte, según contó luego35. Choi y los otros 29 soldados rebeldes
quizás lograrían un milagro similar: un tiroteo contra los japoneses
y escapar para unirse al líder rebelde Kim II Sung. Éste era, por su­
puesto, el mismo Kim que algún día gobernaría Corea del Norte; en
aquel momento japón consideraba a Kim uno de los guerrilleros más
peligrosos del país.
Pero Japón era imbatible. Un espía -un soldado coreano- traicionó
a Choi y a los líderes del complot, y en noviembre de 1944 los militares
los arrestaron. Luego de varios días de interrogatorio, los soldados ja­
poneses llevaron a Choi a uña casa de detención. Allí él giró para mirar
a uno de sus amigos. "¡Bastardo!”, gritó un guardia japonés, y golpeó
a Choi en la cara. Así fue como Choi aprendió que debía mirar hacia
delante todo el tiempo -hasta su probable ejecución-
En el interior, él y los otros rebeldes permanecían sentados como
piedras en sus celdas. Afuera, se paraban quietos en las temperatu­
ras bajo cero con tan solo una capa de ropa. Choi fingió arrepentirse
totalmente y, con el tiempo, los carceleros japoneses le permitieron
practicar Karate en la casa de detención, lo cual lo mantuvo cuerdo.
Las patadas y los golpes de las artes marciales -mano de lanza, pie de
espada, patada frontal, patada lateral- impresionaron a algunos de
los guardias japoneses, especialmente luego de que Choi rompió ocho
tejas del techo con un solo golpe, pero Choi esperaba ser sentenciado a
muerte en el juicio que se avecinaba. Aun así, los guardias le pidieron
que les enseñara Karate, y convirtieron parte del centro de detención
en un gimnasio. Choi disfrutaba el sonido de los gritos de artes mar­
ciales resonando en el salón. Como había ocurrido antes, las técnicas
le estaban dando algo más que poder meramente físico.

Choi Hong-Hi (quinto desde la izquierda, en la tercera fila desde adelante)


había estudiado en Japón justo antes de la Segunda Guerra Mundial, Como
muchos otros coreanos, tuvo que usar un nombre japonés, Yuseki Nishiyama.
Foto cortesía del General Choi.

Siete meses después, los militares japoneses acusaron a Choi de


violar la ley de servicio militar36. Fue sentenciado a siete años de pri­
sión y transferido a la Prisión de P'yongyang, pero Choi estaba feliz,
porque se había salvado de ser ejecutado. Supuso que la vida mejora­
ría: la nueva prisión era más grande y había guardias coreanos.
En el primer día de Choi en la nueva cárcel, uno de los guardias, un
coreano, lo condujo a su celda. Choi se detuvo ante la puerta. Adentro,
vio a tres prisioneros; uno estaba acostado sobre una frazada que
estaba negra por la suciedad, con pus saliendo de las heridas en su
costado. Los otros dos hombres se veían deformes, con sus caderas y
hombros sobresaliendo como ollas y su piel cubierta por costras. Estos
son leprosos, pensó Choi. Las paredes de la celda estaban cubiertas con
marcas sangrientas de insectos aplastados. La letrina olía peor que
un sake agrio que él alguna vez había sostenido, y las camas estaban
resbaladizas por el pus de las heridas cutáneas de los soldados. Choi
estaba tan asqueado y horrorizado que apenas pudo quedarse parado
allí.
"Deberían haber matado a esta basura", dijo de Choi el carcelero.
‘¿Cuál es el sentido de mantenerlo alimentado con porotos y arroz
ensangrentados por siete años más?". Maldijo a Choi y a los otros pri~
sioneros coreanos aun más que los guardias japoneses, y luego lo pateó
para hacerlo entrar a la celda.
Choi lloró, y tenía una buena razón para hacerlo: si no moría de
enfermedad, moriría por la vergüenza de ver que sus propios soldados
eran ahora colaboradores de los japoneses. Se preguntó cómo un car­
celero coreano podía volverse tan sádico como uno japonés. Después
de todo ésta no era una guerra coreana. Cuando Japón se había hecho
cargo del gobierno en 1910, la mayoría de los coreanos -ciertam ente
todos los que no eran parte de la aristocracia- no querían colaborar
con los invasores. Durante la década de 1930, sin embargo, la opresión
japonesa tenía una cara coreana: hombres coreanos se habían ocupado
de juntar (y explotar) a muchas de las "mujeres de confort coreanas"
y casi la mitad de la policía coreana administrada por los japoneses
estaba integrada por coreanos37. Choi ahora veía el horror de esta re­
presión en su pequeña celda en 1945, y, aun cuando juró luchar contra
ello y hacer a su desconsolada patria más fuerte, su cuerpo se infectó
con las enfermedades de sus compañeros de celda.
***
Un día de verano, un guardia coreano, el Sr. Kim, pasó caminando
con un enorme balde de agua fría, salpicándola y burlándose de los
sedientos prisioneros. Los guardias nunca les daban lo suficiente para
beber y las salpicaduras desde el balde de Kim eran un fresco tormen­
to. Choi ahora sufría de las mismas infecciones supurantes de la piel
que todos en la prisión, y cada día los cadáveres pasaban en camillas
delante de su celda.
"Aquí, yo tengo agua", Kim anunciaba. "Les voy a dar del cucharón
como premio para la celda que tenga un buen cantante. ¿Qué les pa­
rece?".
Se paró afuera de la celda de Choi, Ninguno de sus compañeros de
celda querían cantar -no tenían fuerza, ni talento, y era otra humilla­
ción más- pero a pesar de su estado desesperado, Choi se paró y cantó
una popular canción folklórica.
Kim le dio a él y los demás una taza de la preciosa agua. "Cante
otra canción" él ordenó. "Yo te daré un tazón más." Choi comenzó una
canción folklórica.
Repentinamente, desde el jardín trasero un segundo guardia co­
reano gritó, '¿Quién fue ese?", en japonés. Se aproximó rápidamente a
la celda de Choi como un tigre y abrió la puerta. "¿Quién estuvo can­
tando recién?", gritó.
“Fui yo”, respondió Choi, y levantó la mano.
El guardia lo abofeteó, así como a cada hombre en la celda, y es­
posó a Choi con los brazos detrás de la espalda. Choi estaba furioso,
inmovilizado por el dolor en sus brazos. ¿Por qué un guardia le pedía
que cantara y el segundo venía a decirle que parara? Los guardias no
se apreciaban entre sí, a pesar de que los dos eran coreanos, y odiaban
a los prisioneros coreanos aún más.
Más tarde, solo en su celda, Choi sintió cómo el dolor en su cuerpo
devoraba su ira. Había perdido sensibilidad en sus brazos esposados;
estaban aprisionados detrás de su espalda en una clásica posición de
tortura. No podía recostarse sobre su espalda, así que intentó hacerlo
sobre un costado, pero sentía dislocada la parte superior del brazo.
Se acostó panza abajo, pero su mentón se aplastaba contra el suelo.
Tendré que comer como un cerdo, pensó. Estaba demasiado débil para
pararse, así que permaneció sentado toda la noche,
A la mañana llegó el desayuno; estaba mareado por el hambre,
pero lo disimuló. Sus compañeros de celda se comieron la comida. El
almuerzo llegó y él lo ignoró. Los hombres en su celda le rogaron que
comiera, pero Choi había elegido suicidarse. Muchos hombres habían
sufrido por tortura, malnutrición y locura en las prisiones japonesas de
la Segunda Guerra Mundial; simplemente se echaban al suelo y perdían
la voluntad de vivir38. Choi se desmayó.
Despertó a eso de las cinco de la tarde y el segundo guardia corea-
no, el que lo había abofeteado y esposado, lo condujo a la oficina del
jefe de los guardias. "Este tipo es un buen cantante", el guardia bromeó
con su jefe.
Choi no lo podía creer.
"Canta”, ordenó el guardia, y le quitó las esposas.
Choi miró a los dos hombres, con sus brazos colgando al costado
de su cuerpo. "No sé cantar", dijo. Choi no mencionó a Kim, el primer
guardia, el que quería canciones a cambio de agua. El jefe no obligó a
Choi a entretenerlos, y el guardia regresó a Choi a su celda.
El primer guardia pronto visitó a Choi y se disculpó por el juego del
canto, pero la disculpa y las políticas de la cárcel de poco le sirvieron
a Choi, quien estaba tan desnutrido y enfermo que sentía que pronto
moriría. Porque no había mencionado la tortura con el agua a sus
superiores, a Choi se le perdonaron mayores tormentos, y Kim lo visi­
taba con frecuencia, y en secreto le dio remedios para su enfermedad
de la piel. Finalmente los hombres se volvieron amigos, lo cual quizás
muestra la previsión del carcelero; Japón ya se encontraba perdiendo
la guerra, y los carceleros pronto se volverían prisioneros.
Dos meses después Choi escuchó parlantes sonar en su celda.
Habían estado apagados durante los nueve meses que él llevaba en la
prisión, pero ahora sonaban con estática y lo que se oía parecía im­
posible: el Emperador de Japón, a quien Choi nunca había escuchado
antes, estaba llorando y leyendo la rendición de su nación. Japón había
perdido la guerra.
"¡Viva Corea por siempre!", Choi gritó para sí. Quería bailar de
alegría, pero el Sr. Kim le advirtió que permaneciera callado, porque
existía la posibilidad de que los carceleros japoneses y coreanos que
estaban en retirada mataran a los prisioneros. Sin embargo, al día
siguiente, los carceleros se fueron y Choi traspuso los portones de
hierro. Vistiendo una camisa floja, pantalones negros embolsados y
sandalias de paja, siguió al Sr. Kim a través de las multitudes que fes­
tejaban ante una bandera coreana que flameaba en la municipalidad
de P’yongyang, y entró a la casa del Sr. Kim. Ambos hombres estaban
vivos, Corea estaba libre, los milagros sí ocurrían -lo cual, por supues­
to, fue un espejismo temporario-.
Gran parte de la vida de Choi había sido una larga batalla contra
su padre, contra el luchador, y contra Japón, y él ahora tenía la opor­
tunidad de hacer algo de sí mismo, para cumplir todas las promesas y
los rezos que había murmurado en la prisión. Luego de cuatro décadas
de opresión, todos los coreanos tenían una segunda oportunidad, y
el país estalló en una tormenta de esperanza naciente y matanzas en
venganza de lo ocurrido.
El Incidente P'yongyang fue uno de los pocos levantamientos co­
reanos contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, aun­
que no había nada especial en los tormentos y las torturas sufridos por
Choi. La mayoría de los prisioneros, especialmente los prisioneros de
guerra extranjeros, habían sobrevivido a cosas peores. Sin embargo,
las experiencias de Choi se asemejan a las de otros coreanos que se
habían doblado o quebrado bajo el yugo del Japón. Dos generaciones de
coreanos habían sobrevivido al brutal colonialismo japonés (y la consi­
guiente pobreza, guerra y humillación], y ahora los artistas marciales
coreanos darían un paso para crear el Tae Kwon Do, el Tang Su Do, el
Hapkido y otras artes marciales que les darían poder.
Una semana luego de su liberación, un Choi macerado avanzó entre
el caos y el jubileo de regreso a su familia en Yongwon, que se había
transformado en los años que él había estado alejado. Para su sorpresa,
el comunismo sobrevolaba como una oscura nube sobre la aldea y gran
parte del norte coreano. Él estaba devastado39. Corea estaba libre de
Japón pero ahora tenía que lidiar con comunistas de la Unión Soviética,
quienes habían reclamado para sí territorio coreano. Peor aún, dos
coroneles estadounidenses en tan sólo 30 minutos habían decidido
arbitrariamente que el paralelo 38 dividiría a Corea en norte y sur, y
la Unión Soviética había aceptado controlar el norte40. Aun en el sur,
los coreanos ahora agregaban el insulto "pro-yanki" a los usuales "pro­
japonés" y "traidor a la patria”41. De la noche a la mañana, el lugar de
nacimiento de Choi se había vuelto una guarida de comunistas.
Dos meses más tarde, en 1945, Choi regresó a Seúl, donde nadie
parecía estar a cargo42. Algunas veces había peleas en las calles y saber
artes marciales resultaba de gran utilidad. El país cayó en otro estado
de guerra, esta vez entre los comunistas apoyados por la Unión Sovié­
tica y los nacionalistas apoyados por los Estados Unidos. Es aquí donde
estas dos superpotencias comenzaron la Guerra fría, cuando Corea era
un estado policial marcado por el terror.
Nadie podía controlar a hombres tan bien como Choi, que saltaba
de un grupo juvenil a otro. Los grupos juveniles eran a menudo violen­
tas pandillas bajo el mando de un tipo duro que se portaba como un
déspota43. Después de haber sepultado su nombre japonés, Yuseki Nis-
hiyama, su apodo coreano quedó: chadol, gijarro, una pequeña piedra
extraordinariamente dura. Choi se puso en contra de los comunistas y,
como muchos jóvenes ex soldados, canalizó su fuerza y bronca dentro
de la nueva escuela militar en Seúl. Los americanos habían ayudado a
Corea a establecer la Academia Militar Coreana, la semilla de un futuro
ejército, y Choi, el tornado, fue uno de los primeros en enrolarse44. Al
año siguiente, él ya lideraba el cuerpo de policía local y les enseñaba
Karate, que resultó ser tan efectivo como popular. En japonés, la gente
lo llamaba Karate-Do, y, en coreano Tang Su Do (el Camino de la Mano
China) o Kong Su Do (el Camino de la Mano Vacía). El fundador del Ka­
rate, Gichin Funaloshi, había cambiado "china" a "vacía”, lo cual algunos
veían como una insolencia, debido a que "mano china" había sido el
nombre durante siglos45. Muchos coreanos como Choi permanecieron
leales a China y mantuvieron apego al antiguo nombre, Tang Su Do.
Choi conocía la historia y la controversia, y había visitado el gimnasio
de Funakoshi mientras estaba estudiando en Japón. Luego de la gue­
rra, los coreanos practicaron estos dos tipos de Karate, y eran nueve
los gimnasios principales (kwan) que agrupaban a los instructores y
a los alumnos que llegarían a convertirse en los pioneros de todos los
futuros estilos de Tae Kwon Do46.
Choi y otros artistas marciales utilizaban tanto sus puños como
sus cerebros para obtener lo que querían. El movimiento emblemático
de Choi antes de una pelea era quemarse los nudillos con un cigarrillo
encendido -pero sólo los de su mano derecha, ya que la izquierda debía
dejarse sin cicatrices por respeto a sus padres y sus valores confucia-
nos. Había endurecido su puño derecho hasta convertirlo en un mar­
tillo de callos. A menudo en el ejército Choi desafiaba a sus superiores
americanos arrogantes o racistas, aunque ellos estaban ayudando a
los generales coreanos a construir un ejército. Una vez, él apretó su
puño delante de la nariz de su comandante; el hombre era un teniente
americano, e inmediatamente intentó buscar su arma. "Tu arma está
más lejos que el alcance de mi puño", gruñó Choi. "Sería una pena si tu­
vieras que morir" El teniente retrocedió, y Choi luego se jactaría: "Hay
un proverbio coreano que dice 'Un loco puede vencer a un tigre'" Así
fue como un puño hecho en Corea, un pequeño y poco conocido país,
pudo contra un revolver hecho en los Estados Unidos, conocido como
el país más poderoso del mundo47.
A pesar del caos en las calles de Seúl y de un hombre fuerte colo­
cado en el poder por los americanos, Choi sentía que él podía liderar
un ejército. En aquel tiempo conoció a Sun-ha Lim, que había sido un
estudiante soldado en la resistencia y admiraba a Choi por el Incidente
P’yongyang. Lim pronto sería nombrado general y ayudaría a orga­
nizar a las fuerzas militares coreanas. Él notó que a Choi le gustaba
dirigir a sus amigos tanto como entretenerlos. Durante fiestas, a Choi
le encantaba pasarla bien y amaba ver a la gente reírse, al punto que
saltaba encima de una mesa y bailaba mientras cantaba canciones fo­
lklóricas48. Él tenía que ser el centro de atención, y sus amigos se reían
como locos. En las calles, Choi caminaba delante de sus amigos, no al
lado o detrás de ellos, pateando postes y trompeando cualquier cosa
que podía, hasta que sus amigos avergonzados le gritaban para que
dejase de hacer espectáculos49. Lim se preguntaba a sí mismo qué le
sucedería a este soldado joven y atrevido, cuyos superiores esperaban
de él más artes militares y menos artes marciales.
En 1946, cuando Choi era un teniente de segunda, le dio vergüenza
enseñar Karate a sus soldados. En un momento en que los coreanos
estaban redescubriendo su cultura luego de décadas de guerra y
opresión, él se preguntaba, "¿Por qué estoy enseñando un arte marcial
japonesa a soldados coreanos luego de que estuve a punto de morir en
manos de los japoneses?"50.
Aquel año, él creó su primera técnica -el "bloqueo bajo”, que fue
una variación de un bloqueo de Karate-51. Su técnica protegía el frente
del estómago con el antebrazo, mientras que, en posición de avance,
la versión de Karate tenía el antebrazo extendido hasta la altura de la
rodilla. Para cualquiera que no conociera sobre artes marciales, los
dos bloqueos se veían idénticos y protegían la misma área. Choi sim­
plemente había movido el brazo un par de pulgadas al centro, así se
detenía frente al abdomen en lugar de a su costado. Sin embargo, para
Choi, esto fue un comienzo. Empezó a pensar sobre una nueva arte
marcial, una que sería mejor que el Karate y que lo fortalecería a él,
a sus soldados y a su país, porque, en su mundo, había un luchador al
acecho a la vuelta de cada esquina y superpotencias que se agrupaban
en cada frontera.
Sin embargo, ello no le impidió perseguir a una hermosa joven que
había visto en el cuartel general del ejército. Fue un día en 1948, Ella
estaba visitando a una amiga dactilógrafa en la oficina, y luego de que
se fue, Choi averiguó que ella vivía con su padre. A partir de entonces
llevaba un enorme ramo de flores a su casa cada noche, gritando su
nombre mientras se paraba frente a la puerta, anunciando que ella
debía ser su futura esposa. Algunas veces ella le abría la puerta y él
estaba parado ahí, tan bajito que todo lo que podía ver era un ramo de
flores con piernas52.
C a p ít u l o 4
S u p e r N am

"Debe haber un solo coraje..."


El Arte de la Guerra, por Sun-Tzu, siglo VI A.C.53

Un par de años después la Guerra Fría estalló y se transformó en la


Guerra de Corea, a la cual Corea del Norte llamó "Guerra de Liberación
de la Madre Patria” y que China llamó "La Guerra de Resistencia contra
los Americanos y en apoyo de los Coreanos"54. Más de dos millones
de coreanos murieron, la mayoría de ellos civiles asesinados por el
napalm que los americanos lanzaron sobre 1000 millas cuadradas de
Corea del Norte55.
Luego de la guerra, las personas deambulaban traumatizadas. Los
huérfanos caminaban por las calles, adultos desfigurados o hambrien­
tos rogaban por comida, pero los coreanos estaban agradecidos de
que el presidente estadounidense Harry Truman no hubiera lanzado
las bombas atómicas que había preparado para Corea del Norte, que
habrían contaminado a toda la península. La mayoría de las casas y
edificios en ambas Coreas fue destruida. El traductor John Koh, que
me ayudó con este libro, tenía diez años cuando terminó la guerra y
su familia regresó de un refugio a Seúl. Encontró su casa reducida a
cenizas y, en su lugar, dos hombres muertos, maniatados. Mientras
Koh miraba uno de los cadáveres, la cara parecía estar moviéndose.
Extraño. Koh se acercó más y vio gusanos arrastrándose por debajo
de la piel, la cara torturada aun después de la muerte.
Era una época de podredumbre y caos, y las artes militares y las
marciales proveyeron maestros preparados para la situación. En 1952,
Choi tenía 33 años y ya era un general de dos estrellas56. Había sobrevi­
vido a una batalla decisiva que su unidad había perdido, pero su oficial
al mando, su padre y su profesor de caligrafía [un padre adoptivo)
habían muerto ese mismo año. Se casó con su segunda esposa -la be-
lia mujer que había mirado fijamente al ramo de flores con piernas- y
tuvieron una hija, Miyun. Había abandonado a su primera esposa y su
primera hija, Song-Juk Choi, y por el resto de su vida rara vez hablaría
acerca de ellas57. En este sentido, se parecía mucho a su padre.
Mientras lideraba a sus hombres durante la Guerra de Corea, Choi
se había asegurado de que ellos aprendieran artes marciales para
mantenerlos fuertes, pero a medida que tuvo más ocupaciones se dio
cuenta de que necesitaba un instructor de artes marciales para sus sol­
dados -alguien que pudiera enseñar a cientos de hombres endurecidos
por la guerra, un atleta que pudiera ejecutar las técnicas más difíciles-.
En síntesis, necesitaba a un súper hombre, y en 1952 lo encontró: Nam
Tae-hi, experto en Tang Su Do y conocido por haber utilizado artes
marciales en una desesperada batalla en la Guerra de Corea que mu­
chos recordaban con admiración.
La historia del Teniente Segundo Nam comenzó, o, más bien, ter­
minó, una fría mañana el 22 de mayo de 1951, cuando se despertó
sobre un cuerpo inerte58. Tirado allí, se preguntó si él mismo estaría
muerto, si todavía tenía una mente y un cuerpo. Sí, tenía ambos, pero
había perdido la consciencia en algún momento en una batalla la noche
anterior. Se sentó y, aterrorizado, pensó que se hallaba en territorio
enemigo. Estaba cerca de la cima de la montaña Yongmun, próxima
a Seúl. Era primavera y una nieve ligera se había depositado sobre el
suelo. La poesía y el folklore coreanos están llenos de cuentos sobre
eventos legendarios cerca de impresionantes montañas, involucrando
generalmente a los grandes hombres de Corea, losyan gban59. Nam y el
general Choi tenían mucho en común: ambos habían entrenado Sho-
tokan Karate, disparado contra comunistas norcoreanos y sobrevivido
a horrendas batallas. Ahora, aquí estaba Nam enfrentando la muerte
luego de casi tres días de peleas continuas, muchas de ellas de combate
cuerpo a cuerpo. Él no estaba en territorio enemigo, pero la situación
de su Tercer Batallón se veía sombría.
Antes en la semana, los comunistas chinos y norcoreanos habían
rodeado por completo al batallón de Nam60 en un pueblo cercano, y el
comandante de la división había culpado al regimiento de Nam por la
crisis, aun cuando los comunistas superaban en número a los surcorea­
nos en tres a uno61. Como castigo, el comandante envió al regimiento
de Nam a una tierra de nadie en la montaña Yongmun, un peligrosa
avanzada diez kilómetros al sur de la principal línea defensiva de la
división, lo que significaba diez kilómetros más cerca del enemigo,
las divisiones chinas número 187, 188 y 189. Habitualmente sólo un
pelotón o un escuadrón era enviado a una avanzada como ésta, no un
regimiento completo, y Nam temía un baño de sangre. Su unidad, el
Tercer Batallón, instaló las ametralladoras en una planicie.
En la primera noche, el 18 de mayo, Nam oyó a los comunistas
atacar a sus compatriotas, el Segundo Batallón, en la siguiente pla­
nicie, Los soldados chinos a menudo atacaban en oleadas durante la
Guerra de Corea, generalmente a la noche, avasallando a las fuerzas
americanas y surcoreanas; ellas habían arrasado a casi toda la penín­
sula coreana con esa estrategia. Nam oyó a los comunistas retirarse
al amanecer luego de la batalla contra el Segundo Batallón, que es lo
que hacían habitualmente luego de un ataque nocturno, para evitar los
bombarderos americanos.
En la segunda noche, el ejército chino avanzó colina arriba hacia
la planicie de Nam. Destruyeron los emplazamientos de ametrallado­
ras con fuego de artillería, demolieron la base de Nam, e infiltraron
su unidad, la cual retrocedió. Nam era responsable por los treinta y
un soldados en su batallón, y todos se metieron en las trincheras que
ellos mismos habían cavado. Los comunistas atacaron, al principio a
tientas, entrando a escondidas en las trincheras. Estaba tan oscuro que
Nam y sus soldados no podían usar pistolas, por temor a matarse entre
ellos mismos. Los soldados chinos parecían tener los mismos temores.
¿Quién era amigo y quién enemigo? No tenían la menor idea.
En la oscuridad, Nam oyó un ruido, se tropezó con alguien, y du­
rante la escaramuza intentó sujetar del pelo al hombre. El soldado chi­
no estaba intentando hacer lo mismo. Sin luz alguna, la única manera
de distinguir amigo de enemigo era tomándolo por la cabeza, porque
ios comunistas tenían cortes al rape y los surcoreanos tenían el pelo
levemente más largo. En esa trinchera, Nam sintió pelo corto -casi
pelado- y golpeó. Su enemigo cayó.
Nam Tae Hi está en 1afila de adelante; cuarto desde la izquierda,
Choi Hong Hi se sienta a su lado, quinto desde la izquierda.
Foto cortesía del General Choi

Oyó a otro soldado. Golpeó, derribó. Continuó corriendo. Mientras


los dos ejércitos luchaban en las oscuras trincheras, Nam tocaba las
cabezas de los hombres cuando podía. Rapado significaba enemigo;
pelo largo, refrenarse. La situación no le permitía utilizar su bayoneta
y luchó toda la noche con sus manos, pensando en nada -mente en
blanco- tropezando en la oscuridad, golpeando, arrodillándose, mo­
viéndose. Cuando caía, se paraba nuevamente.
Al próximo día, los comunistas se retiraron de las trincheras y
la lucha continuó con armas de fuego. El enemigo todavía tenía a la
unidad de Nam rodeada; Nam vio a muchos de sus hombres caer ante
los disparos.
La noche llegó nuevamente, y los comunistas volvieron a atacar.
Nam continuó moviéndose por las oscuras trincheras. Chocar contra
un cuerpo y golpear. Caer, pararse, romper narices y mandíbulas. ¿A
cuántos había golpeado? No llevaba la cuenta. No sabía si aquellos que
golpeaba vivían o morían. Huesos quebrados. Abdómenes perforados.
La batalla del día siguiente finalizó al caer la noche, pero Nam
continuó luchando. La mayoría de sus treinta y un hombres estaban
muertos, y él no había dormido por tres noches. ¿Cuántos días hacía
que no comía? Calculó que se había salteado nueve comidas62. Exhaus­
to, colapso.
A la mañana siguiente, despertó advirtiendo que estaba utilizando
a un soldado muerto, un comunista, como almohada. El cuerpo había
sido más cómodo que una piedra. Su propio cuerpo estaba intacto y
él no estaba atrapado en territorio enemigo, aunque la batalla con­
tinuaba. Sin embargo, con la salida del sol, el enemigo se retiró y el
comandante regional de Nam ordenó retirada cuando la 24ta División
Mecanizada de los EEUU llegó en su rescate. Nam y los americanos
todavía estaban desesperadamente superados en número, pero, mi­
lagrosamente, las divisiones surcoreanas y estadounidenses parecían
estar resistiendo el embate de los comunistas; innumerables cuerpos
chinos yacían junto a un río cercano.
Aquel día, durante la retirada, Nam deambuló hasta el sitio donde
había luchado la noche anterior. Encontró muchos cadáveres y contó
más de dos docenas sin heridas de armas o cuchillos. Eran los que
había golpeado durante la noche, los de caras y huesos rotos. Pero no
había tiempo para detenerse en estas cosas. Viendo a las divisiones
chinas debilitadas, todos los surcoreanos, incluyendo la línea principal
a diez kilómetros de distancia, contraatacaron y persiguieron a los
comunistas por encima de la montaña Yongmun. Gracias a Nam y su
batallón, una división coreana apoyada por una división americana
vencieron a tres divisiones comunistas. La batalla pronto estaría en
los registros militares coreanos: una famosa, horrenda lección acerca
de cómo defender una colina contra un ataque rodeado a 360°.
El General Choi Hong-Hi estaba impresionado. El rumor se había
esparcido de que Nam era un experto en Karate Coreano que había ma­
tado comunistas con sus propias manos, y Choi lo quería en su división.
Con hombres como Nam, ellos creían que la pequeña Corea limpiaría a
los comunistas chinos como lo había hecho con los fascistas japoneses.
***
Me pregunto cómo alguien puede matar a dos docenas de hombres
en combate cuerpo a cuerpo. Años más tarde, mucho después de que
Nam y Choi se hubieran vuelto un dúo formidable en Tae Kwon Do,
conocí a Nam en Chicago, en el 2001, y le pregunté sobre la batalla.
¿Qué técnicas había utilizado en Yongmun? Él dijo que no lo recordaba,
y, que de todos modos, ¡qué pregunta! Era como preguntar para qué
lado había soplado el viento luego de caer en una fosa. Era claro que
él pensaba que iba a morir durante la lucha nocturna. Nam había sido
un experto en Karate Coreano, o Tang Su Do, como lo llamaban los
coreanos, pero lo que salió de él durante la batalla no fue arte marcial
formal. Dijo que había golpeado y pateado, aplicando su Tang Su Do,
que él y Choi luego renombrarían como Tae Kwon Do.
Años antes de la batalla, Nam había empezado a estudiar Karate
por la misma razón que otros niños y adolescentes lo habían hecho: el
acoso de los japoneses. Había nacido en Seúl el 22 de marzo de 1929,
y, como Choi, necesitaba un arte marcial para defenderse. "Cuando yo
estaba en la escuela primaria, tenía muchos conflictos con los niños
japoneses en el patio del recreo", Nam me dijo. “Sin importar dónde
iba, los niños me la hacían pasar mal, así que siempre terminaba dán­
doles palizas. Finalmente, ellos me dijeron,'No te podemos vencer, pero
tenemos un cinturón negro de Karate que lo hará'. Yo no sabía qué era
el Karate. Alguien me explicó que el Karate era un arte marcial, y que
con un solo kihap! (grito concentrado) ellos rompen todo y hasta que,
cuando haces Karate, ¡puedes romper los brazos de aquellos a veinte
metros de distancia! Yo quería aprender eso".
Quizás los acosadores de Nam sabían sobre los libros que eran
populares en Asia en aquel momento, tales como "El Libro Completo
Ilustrado de las Lecciones Secretas de las Fuerzas Suave y Dura", por
el maestro de la montaña Wu Tai, que escribió sobre trepar paredes,
golpearse las rodillas con un martillo de hierro para hacerlas más
fuertes, lanzar el puño para golpear a un blanco que se encontraba a
varios metros de distancia63. Las artes marciales siempre han estado
rodeadas de tales fantasías, pero Nam no las necesitaba.
A los 18 años, Nam había comenzado a practicar después del co­
legio, cinco días a la semana, en el Chung Do Kwan de Won-kuk Lee
("Gimnasio de la ola Azul"), el primer gimnasio de Karate en Corea y
la cuna de muchos futuros pioneros del Tae Kwon Do64, Won-kuk Lee
era un pionero de Karate coreano y era un famoso líder de artes mar­
ciales65. Nacido en 1907 (mayor que Choi y Nam), Lee había estudiado
Karate con Gichin Funakoshi en la década de 1920, mucho antes de
que Choi comenzara66. En 1944, luego de cuatro décadas de supresión
japonesa de las artes marciales coreanas, un gobernador japonés le
permitió a Lee abrir el Chung Do Kwan durante la Segunda Guerra
Mundial. Debido a esta relación, luego de la Segunda Guerra Mundial el
gobierno coreano acusó a Lee de ser pro-japonés. Pero él y sus alumnos
estaban utilizando su arte marcial para ayudar a la policía a luchar
contra las pandillas en las caóticas calles de Seúl, y al Chung Do Kwan
se lo conocía como el gimnasio de la Jefatura de la Policía Nacional.
A diferencia de Choi, Nam y la mayoría de los demás, Lee se rehusó a
apoyar al nuevo hombre fuerte de Corea, quien acusó a Lee de ser el
jefe de un grupo de asesinos. El maestro de Karate y su mujer huyeron
a Japón en 1950, pero, antes de ello, Nam perfeccionó sus técnicas con
él, endureciendo sus manos y pies rompiendo tablas de madera y tejas.
Nam nunca vio a Lee matar a nadie, pero según él una patada de Lee
hubiera sido fatal.
El arte marcial en aquellos días era extremadamente elemental
para los estándares de hoy en día. "Al comienzo, el Chung Do (Tae Kwon
Do) consistía en diez técnicas de mano y ocho técnicas de pie todas
apuntadas a los puntos vitales del cuerpo", le dijo Lee alguna vez a un
periodista. "Las técnicas de mano eran puño, mano de lanza, palma,
mano de cuchillo, borde interior de mano (entre el pulgar y el índice),
dedos gemelos, dedo único, dorso de puño y puño de tigre. Las técni­
cas de patada consistían en patada de frente, de costado, en redondo
(circular) y de atrás, y éstas eran dirigidas a las distintas alturas del
cuerpo"67.
Hace un par de años, le pregunté a Nam acerca de una de esas téc­
nicas de mano, un movimiento especializado llamado "golpe directo de
punta de dedo", algunas veces llamado una "mano de lanza". Es similar
a un puñetazo directo pero utiliza la punta de los dedos en lugar del
puño para golpear sobre el abdomen o plexo solar de un oponente.
Es una herramienta de ataque que supuestamente sólo se encuentra
en el Tae Kwon Do68. Para mi absoluto asombro, mi instructor, el Sr.
Di Vecchia, alguna vez me informó que ese golpe, con entrenamiento
adecuado y diligente y potencia correctamente generada, tenía el pro­
pósito de penetrar a través de la piel del oponente -las puntas de los
dedos dentro del cuerpo-. El General Choi luego brindó más detalles
durante un seminario de cinturones negros en el año 2001 en Toronto,
cuando señaló que, en el instante antes del golpe, uno debe rotar la
técnica, así las puntas de los dedos atraviesan la piel como en forma
de sacacorchos. Adicionalmente, el Sr. Di Vecchia agregó que tu mano
puede verse introducida dentro de los órganos de la persona luego de
dar el golpe, por lo que una segunda técnica -retirar inmediatamente
la mano- era esencial.
Le dije todo esto a Nam cuando lo conocí y le pregunté si era posi­
ble realizar una técnica como ésta. Nunca me olvidaré de su respuesta,
porque me miró tranquilo, levemente perplejo, y dijo: "Uno no se puede
quedar en el estómago de tu oponente. Quizás tengas a otro oponente.
Y aunque hayas hecho un agujero en el abdomen del primer hombre,
eso no quiere decir que tu oponente se vaya a quedar quieto; golpeará
y pateará. Hay que retraer y prepararse para la próxima acción". Fue
entonces cuando me di cuenta de la diferencia entre entrenar ahora y
hace 50 años, entre mi pasatiempo de aprender un arte marcial y su
trabajo de tiempo completo enseñando un arte mortal.
Hay buenas razones para los gritos en el Tae Kwon Do.
Nam y yo también hablamos acerca de la patada de costado con la
pierna de adelante, un técnica simple en la cual el combatiente, desde
una postura básica, levanta la pierna delantera y patea con el talón o
la parte externa de la suela del pie. Debido a que hay muy poco espacio
para generar impulso (comparado con patear con la pierna trasera), es
difícil ejecutar la patada con potencia y velocidad, y, durante un com­
bate intenso, la mayoría de los defensores simplemente absorben una
débil patada lateral o atrapan la pierna atacante. Uno de mis instruc­
tores, Jong-Soo Park, que había sido un alumno de Nam, me dijo que los
mejores luchadores dominaban esa patada transformando el borde del
pie en una espada -un "pie-espada”, como le decía Choi- quebrando el
brazo, muslo, pie, costilla, o cualquier cosa en su camino. "El propósito
del ataque es incapacitar al oponente", explicó Nam. "Un puñetazo, una
patada, puede hacer mucho daño: huesos rotos, lesiones en la piel... En
la concepción tradicional, un golpe, una patada, pueden matar. Nos en­
trenábamos duramente para desarrollar más potencia, más energía. En
lugar de golpear dos o tres veces, nosotros golpeábamos una vez -para
derribar-” Muchos grandes luchadores que habían aprendido Tang
Su Do (que depende principalmente de técnicas de brazos) mejoraron
su forma de pelear con la patada lateral de adelante, volviéndose tan
ágiles con sus piernas como con sus brazos: Bruce Lee, Joe Lewis, Bill
"Superfoot" Wallace, por ejemplo.69
"El Tae Kwon Do es diferente ahora", Nam me dijo. "Algunas perso­
nas no están a la altura, pero aun así son cinturones negros. Algunos
lo toman como una actividad recreativa. Yo entiendo... Pero lamento
dicho cambio. Me gustaría que hubiera una corriente pura... Yo quiero
que el Tae Kwon Do vuelva a la manera tradicional: trabajando duro
-física y mentalmente- con concentración total... Lo lamento. Desearía
poder entrenar a los instructores como antes” Nam era un hombre
humilde por ser un ex soldado, y era surrealista escucharlo disculpar­
se porque ya no enseñaba a hombres cómo lisiar o matar con un solo
golpe. Quizás se había ablandado con los años; cuando hablé con él por
primera vez en el 2001, tenía 71 años. A Choi le gustaba atribuirse todo
el mérito como fundador del Tae Kwon Do, pero en realidad Nam Tae-hi
jugó un papel enorme y también fue uno de los fundadores.
***

En 1953, el General Choi citó a Nam a la isla Cheju para que enseña­
ra Tang Su Do a una nueva agrupación, la 29na División de Infantería,
que se volvería seno materno para el Tae Kwon Do. Choi ahora lideraba
a 100.000 hombres en Cheju, y había pedido a los comandantes de los
regimientos que le enviaran atletas o artistas marciales para entre­
narlos ocho horas diarias bajo el Capitán Nam. Arribaron cincuenta
soldados, varios del Chung Do Kwan de Won-kuk Lee. Hoy en día, Nam
todavía recuerda a algunos de los primeros hombres: Kim Suk-kyu;
Woo ]ong-lim (que luego entrenaría a muchos grandes instructores);
y Han Cha-gyo (quien podía saltar por encima de un oponente para­
do)70. También del Chung Do Kwan, llegados no mucho después, fueron
Chang-Keun (C.K), Choi y Jhoon-Goo Rhee, quien más adelante se haría
amigo de Bruce Lee y establecería un imperio de Tae Kwon Do en los
Estados Unidos71. Muchos atletas famosos del Chung Do Kwan pronto
enseñaron o entrenaron junto a Nam, incluyendo a Uhm Woon-kyu
y a Lee Chong-woo (ambos líderes del Tae Kwon Do Olímpico en la
actualidad] y Hyun Jong-myung (quien participó en el desarrollo del
estilo olímpico]72. Estos pioneros fueron parte de la primera camada
del Tae Kwon Do.
La 29na División continuaría llegando a entrenar a miles de sol­
dados artistas marciales, incluyendo a los Tigres Negros, una unidad
de elite asignada a misiones de espionaje y asesinatos en Corea del
Norte73. Los Tigres aparecen continuamente en las historias y mentes
coreanas, y Choi sentía orgullo por los Tigres Negros, cuyo nombre
se hacía eco de los afamados "luchadores tigre" de 1861, cuando un
escuadrón de navios americanos intentó hacerse del control de los
puertos coreanos ubicados en Kanghwa. Por cientos de años, a Corea
se la conocía por rechazar a extranjeros. Los Estados Unidos habían
decidido abrir los puertos por la fuerza en 1861, pero 650 coreanos
lo impidieron hasta que sus armas se quedaron sin municiones, luego
luchando hasta el último hombre, desesperadamente lanzando arena
en los ojos de los americanos y atacándolos con sus manos74. Los ameri­
canos mataron a cada luchador coreano, cuyos cuerpos se acumularon
sobre la playa cercana a la ciudad, con sus vestimentas blancas teñidas
de sangre. Al final, luego de una negociación infructuosa con los jefes
locales, los americanos se retiraron.
Aproximadamente 90 años después, en 1953, los americanos es­
taban utilizando tácticas más sutiles. Ellos apoyaban a hombres como
Choi y Nam, quienes eran parte de los esfuerzos militares coreanos
para reconstruir la nación, y los dos artistas marciales decidieron
que su misión era dar poder a los soldados coreanos, porque las calles
eran peligrosas, todos estaban traumatizados, y la Guerra de Corea
se había convertido en una guerra encubierta entre Corea del Norte y
Corea del Sur y en una Guerra Fría global entre los Estados Unidos y
la Unión Soviética.
Choi se aseguró de que el entrenamiento en la 29na División fuera
riguroso. Algunos de los alumnos de Nam habían caminado desde Co­
rea del Norte a Corea del Sur, dejando atrás sus hogares en su intento
de escapar del estado comunista establecido por Kim II Sung. Ellos
tenían pocas pertenencias, y practicaban en los campos de entre­
namiento de la 29na División, que no tenía un gimnasio cubierto75.
Entrenaban descalzos en la nieve, no porque estuvieran tratando de
endurecerse, sino porque no querían gastar el único par de zapatos
que cada uno tenía.
Hee-Il Cho, quien más tarde llegaría a ser un reconocido experto en
Tae Kwon Do en los Estados Unidos, comenzó su entrenamiento en ar­
tes marciales en aquellos días, cuando las artes marciales no eran para
ejercitarse sino para supervivencia y entrenamiento militar. "Aunque
estrictamente no eran miembros de pandillas, los jóvenes de aquel en­
tonces solían deambular de pueblo en pueblo y golpeaban a los chicos",
Cho le comentó a un periodista. "Las instalaciones de artes marciales
en esa época eran muy básicas. Los edificios tenían techo, pero algunas
veces no tenían paredes. El piso era de tierra. Muchos niños no tenían
zapatos, así que todos caminábamos por allí descalzos". El hambre
era la norma; comían una vez al día. Y agregaba: "El entrenamiento es
como manejar un automóvil -hay que ponerle combustible en el tan­
que- En aquellos días, debido a la desnutrición, muchas cosas no eran
tan efectivas. Luego de entrenar nos mareábamos..."76.
En los primeros días del Tae Kwon Do, cuando aún se lo llamaba
Tang Su Do, Choi soñaba y Nam volvía esos sueños realidad. Muy pocos
de los hombres de Choi lo vieron a éste practicar artes marciales en los
cincuenta años que estuvieron a su lado. Él no tenía que hacerlo; era
un general de dos estrellas. Daba órdenes a los atletas de menor rango,
como Nam, que fue quien trajo el arte a la vida77. Choi administraba el
show, pero Nam era el show.
Para 1954, sentían suficiente confianza en sus cincuenta artistas
marciales de la 29na División, de modo que organizaron una demos­
tración para el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee. Choi quería
mostrarle a Rhee que la división contaba con excelentes soldados.
Nam nunca olvidaría el día de la demostración, que se llevó a cabo
sobre el pasto de un estadio abierto, parte de una celebración de un
aniversario del Primer Cuerpo del Ejército. El Presidente Rhee obser­
vaba desde una plataforma elevada, acompañado por toda la plana
mayor del ejército coreano. Miles de soldados miraban a Nam y sus
soldados ejecutando sus formas, técnicas de defensa personal, defensa
contra bayoneta y combate libre. Cuando el equipo de Nam finalizó, el
Presidente Rhee permaneció de pie, deseando que continuaran. Proba­
blemente había escuchado sobre la batalla de Nam peleando sin armas
en el monte Yongmun durante la Guerra de Corea, porque había otor­
gado honores especiales a la división de Nam78. A Nam y su asistente,
Han Cha-gyo, originalmente íes habían dado sólo 15 minutos para la
demostración, así que para el tiempo adicional tuvieron que improvi­
sar con lo que sabían, realizando un serie de técnicas de canto de mano
y otros movimientos en una forma conocida como Hwa-Rang que Nam
había creado basándose en una forma de Karate coreano. Nam también
se defendió contra ataques de dos hombres, y luego contra tres.
En un momento, se acercó a una pila de trece tejas de arcilla, cada
una de las cuales tenía casi % de pulgada de espesor. Alguien sin entre­
namiento en artes marciales hubiera tenido dificultad en romper dos
tejas, y estas trece sobresalían más de 30 centímetros sobre el nivel
del suelo. Nam exudaba potencia, pero no era un hombre alto, así que
mientras se paró delante de las tejas y levantó su mano, los soldados
se deben haber preguntado si iba a poder romperlas.
Nam pulverizó aquellas tejas curvas con un solo golpe hacia abajo.
El presidente estaba asombrado. '¿Qué tenía en su mano?", le pre­
guntó al General Choi.
"Nada", respondió Choi. "Las rompió con su puño. Con su mano”,
"¿Es ésta la parte que utilizó?", preguntó el Presidente, señalando
sus primeros dos nudillos.
"Sí Señor”, respondió Choi.
El presidente preguntó cuál era el nombre del arte marcial. Choi
había anticipado esto y le había dicho a Nam que preparase un resu­
men de la demostración. Sin embargo, luego de leer el borrador, Choi
había tachado las partes que hablaban de Tang Su Do o Karate Co­
reano, porque el presidente, quien era un nacionalista de línea dura,
detestaba a los japoneses y se hubiera enojado si se enteraba de que los
soldados surcoreanos estaban practicando un arte marcial japonesa.
Después de todo, Rhee había acusado al primer maestro de Karate en
Corea, el profesor de Nam, Won-kuk Lee, de ser un asesino -y Lee había
tenido que irse del país para salvar su vida-.
Antes de que Choi le pudiera responder al Presidente, alguien largó
la verdad: “Es Tang Su Do".
"No, es T'aekkyón", el presidente replicó, evitando una situación
desagradable pero creando un problema para Choi y Nam. Las dos
artes eran completamente distintas; T'aekkyón era un juego tradicio­
nal coreano que usaba principalmente técnicas de piernas, mientras
que el Tang Su Do era Karate y se basaba en técnicas de manos79. Rhee
probablemente recordaba al T'aekkyón de su infancia. Impresionado
por la demostración de Nam, el Presidente ordenó a Choi que enseñara
ese arte marcial a más soldados coreanos. Los militares ahora eran la
institución más poderosa en Corea; había crecido de 100.000 a 600.000
miembros en los últimos tres años, y todos los hombres tenían que pa­
sar por el entrenamiento militar: campos de entrenamiento, formación
de disciplina, discursos anticomunistas, y “una práctica autoritaria que
dejaba helados hasta a los más duros oficiales americanos"80. Ahora las
artes marciales serían agregadas a ese entrenamiento.
La d em os­
tración de 1954
-los relatos so­
bre ésta™ creció
y se volvió uno
de los momentos
más m em o ra­
bles en las vidas
de Choi y Nam, y
los eventos que
siguieron fueron
extraordinarios
para ellos. Ellos
habían c o n se ­
guido la admira­
ción de su Pre­
sidente pero se En 1954 Choi el Presidente Rhee y los generales sur-
en fren taban a coreanos comparten bromas. Nam Tae-Hí acababa de
un dilem a: no romper trece tejas con su puño.
podían enseñar Foto cortesía del General Choi.
Karate y llamarlo
T'aekkyón81. Aun­
que el T'aekkyón
utilizaba las ma­
nos para varios
b lo q u eo s, te n ía
pocos golpes con
puños o codos, una
reducida cantidad
de ataques a las
áreas vitales y pa­
tadas fran cas al
cuerpo, los cuales
eran movimientos
Choi le explica al Presidente Rhee cómo Nam rompió fundamentales en
las tejas con sus dos nudillos principales. el Karate. Por cien­
Foto cortesía del General Choi. tos de años, en la
zona de Seúl, el
T'aekkyón había sido un sinónimo de un juego rítmico de pelea con los
pies, basado en barridas con piernas, saltos, empujones y pisotones82.
En síntesis, T'aekkyón no era Karate, y Choi no era ningún idiota.
Mientras él y Nam meditaban el problema, la 29na División cobró
notoriedad en el ejército por la demostración de Nam, y Choi logró
estar más cerca del presidente de Corea, por lo tanto, obtuvo más
poder83. En 1954, Choi ordenó a los militares la construcción de un
nuevo gimnasio de artes marciales dentro de una base militar en la
provincia de Kangwon84. Lo bautizó Oh Do Kwan ("Gimnasio de Mi
Camino" o “Gimnasio de Nuestro Camino”). También en aquel año
fue nombrado Director Honorario del celebrado gimnasio Chung Do
Kwan de Won-kuk Lee, el gimnasio civil donde Nam había aprendido
Karate a la edad de 18 años85. El líder allí, Duk-Sung Son, le otorgó un
cuarto dan honorario a Choi, porque quería aprovechar la influencia
de Choi en los militares para difundir el arte marcial86. Choi transfirió
el entrenamiento de artes marciales de la 29na División a estos dos
gimnasios. Nam necesitaba un micrófono para entrenar, él solo, a 300
hombres en el Oh Do Kwan87.
Los gimnasios militares y civiles de Choi fueron dos de los nueve
gimnasios pioneros (llamados kwan) que luego se fusionaron en el Tae
Kwon Do. Choi era el administrador en ambos gimnasios, pero había
otros que daban clases. Cuando Nam requería algo para el Oh Do Kwan,
Choi ordenaba que los soldados se ocuparan de ello. Juntos, su visión
se expandió hasta llegar a ser más grande que el ego del presidente
surcoreano: cada soldado aprendería una nueva arte marcial -una
que tomaría lo mejor del Tang Su Do, agregaría algo de T'aekkyon, y
crecería desde allí- Las espectaculares técnicas fortalecerían a sus
soldados, traerían gloria a los atletas y darían poder a una diezmada
Corea del Sur.
Adicionalmente, el arte marcial haría inmortal a Choi, o así él lo
soñaba. Primero, él debía renombrarla, porque no la podía llamar
Tang Su Do, Kong Su Do ni ninguno de todos los otros nombres para el
Karate Coreano.
Muchos de los maestros de artes marciales estaban de acuerdo con
que se necesitaba un nuevo nombre con urgencia, pero al presidente
surcoreano le gustaba el nombre T'aekkyón. ¿Cómo podían Choi y Nam
convencer al dictador y a los líderes de artes marciales para que cam­
biaran el nombre, y cuál debería ser este nuevo nombre?
Sólo había una cosa que hacer: organizar una cena en un restau­
rante kisaeng preferido de Choi, una casa de geishas para clase alta
donde los hombres podían comprar poder junto con el mejor sake,
mujeres y sueños.
P a r t e II
P e r s e v e r a n c ia

Te diré cómo comer la corteza.


Tiene que ser de pinos jóvenes.
Hay que ir pelándola...

v«g ajy
Se raspa con un cuchillo. Es dulce.
Por supuesto que no la comía como comida
principal, pero servía para engañar al estómago.
En las montañas hay muchas cosas para comer.
Corea es famosa por sus flores de primavera.
Las arrancábamos y nos las comíamos.
En primavera, yo comía pétalos de azalea.
En el verano, comía acacia.
Cuando los soldados americanos tiraban comida
a la basura, los coreanos compraban la basura,
y la hervían y vendían como comida.
La llamábamos sopa de chancho.
Yo comía rana, comía la cáscara del arroz...

John Koh, traductor, me mandó este correo


acerca de la vida que llevaban muchos
coreanos en la década de 1950.
C a p ít u l o 5
E l T a e K w o n D o r e c ib e su n o m br e
en UNA CASA DE G E IS H A S COREANAS

Fue muy adecuado que una noche en 1955 el General Choi organi­
zara una reunión de artes marciales en una casa kisaeng, un lugar de
deseo y de mito88. Kugilgwan era una de las más distinguidas casas
de geishas coreanas, construida en el siglo XIX, durante la dinastía
Choson. Ubicada cerca de un templo de la realeza y un antiguo cam­
panario que le dieron su nombre a la Calle Campanario, la Kugilgwan
era una de las tres casas más famosas de Corea, donde los nuevos ricos
abrían sus corazones y billeteras, donde las historias y fantasías se
dispersaban en sus mentes como licor. El gerente de Kugilgwan, Yi Ki-
bung, era el secretario del presidente de Corea del Sur, una conexión
de inconmensurable valor para Choi; después del Presidente, Yi era el
político más poderoso del país89.
A los coreanos tradicionales con nuevo poder y dinero les gustaban
los viejos rituales del Kugilgwan. Luego de la Segunda Guerra Mundial,
un jefe policial había ordenado que la casa kisaeng se occidentalizara
en tres días (agregando sillas y mesas y cambiando su menú a uno
occidental, con platos como bifes y sopa de pollo), pero la casa kisaeng
se rehusó gentilmente. Las familias tradicionales y poderosas de la
era Chosón preferían a las otras dos casas kisaeng, pero la Kugilgwan
mantuvo su decoración y comida Chosón. Al mismo tiempo muchas
personas pasaban hambre y, ocasionalmente, estudiantes furiosos
interrumpían las fiestas, preguntando cómo oficiales de gobierno que
realizaban reuniones secretas en las casas kisaeng podían representar
al pueblo. Los líderes políticos y militares conducían la gran mayoría
de los negocios de la nación en casas kisaeng -lo que en occidente se
llamaría "política del cuarto del fondo”-. La política kisaeng era la úni­
ca que importaba en este país devastado por la guerra90.
En 1955, el día de la reunión de artes marciales del General Choi en
Kugilgwan, había cinco velas apoyadas sobre una pequeña mesa que
rebalsaba con tragos y aperitivos. El calor de la sala se sentía circular
por debajo de ellos mientras Choi y sus acompañantes estaban senta­
dos en el piso. Las mujeres les susurraban en los oídos mientras les
servían vino de arroz. Se podía pedir las mujeres kisaeng de un libro
especial y se las solicitaba con nombres de flores -Peonía, Laurel, Cri­
santemo- Los hombres no sólo visitaban las casas kisaeng para llegar
a acuerdos y beber, sino también para hablar con las kisaeng, Para las
mujeres, volverse una kisaeng era un progreso durante la era Chosón,
cuando las mujeres eran poca cosa, y su comportamiento era gober­
nado por miles de rituales. El confucianismo relegaba a la mayoría de
las mujeres a los interiores y fuera de la vista, pero las kisaeng vivían
entre la clase alta, tan veneradas como odiadas. Algunas se volvían
kisaeng para escapar a la sociedad confuciana, pero la mayoría de ellas
en la época de Choi habían sido vendidas cuando eran jóvenes a las
casas kisaeng para ser criadas como amantes y artistas. Ellas vivían
como lasg eish as de Japón y sus carreras estaban acabadas para cuan­
do se acercaban a los 30 años.
Ocasionalmente, una verdad malvada surgía de las casas kisaeng y
hacía estallar los mitos de la sociedad sobre su estilo de vida. Una vez,
una figura trágica de la casa Kugilgwan se convirtió en protagonista
de una película coreana en 1973: una kisaeng llamada Kim So-San fue
acusada de ser una espía norcoreana. En lugar de arrestarla, Corea
del Sur la obligó a volverse una contraespía, pero repentinamente los
norcoreanos le ordenaron que asesinara a un fiscal anticomunista.
Atrapada entre las dos Coreas, la geisha Kugilgwan intentó suicidarse,
pero la pistola no disparó. Habitualmente, tales dramas de alto volta­
je quedaban en manos de los hombres mientras bebían su excelente
Ch'ongju, el vino de arroz destilado que fluía en estas reuniones. A
Choi le gustaba beber, pero no era un alcohólico. Él creía que cuando
un hombre quería ser reconocido como excelente, debía saber beber,
apostar y pelear, que debía ser un playboy con al menos una concubina.
En ese sentido, Choi entendió la manera de vivir de su padre treinta
años antes. Él ahora tenía dos esposas y cuatro hijos: una hija con su
primera esposa y un hijo y dos hijas con la segunda. Algunas veces las
tres hijas jugaban juntas, pero todos se comportaban como si la prime­
ra esposa no existiera. Este era un mundo donde los hijos adolescentes
se casaban en un pueblo una vez, en la ciudad la segunda vez (cuando
su estatus social se elevaba), y una tercera vez en sus sueños, con ki-
saengs. La segunda esposa de Choi se sentía incómoda con las visitas
a las casas kisaeng, pero no tenía palabra en el asunto, porque, como
Choi lo explicaba, un hombre debía presumir sobre su riqueza y poder.
Reunirse en una casa kisaeng para discutir el nombre de el nuevo
arte marcial era simplemente lo natural. Ésta no fue la primera vez que
un líder del Karate intentaba organizar a los nueve kwan en el país; las
primeras reuniones serias entre los kwan comenzaron durante la Gue­
rra de Corea en 195191. Sin embargo, ahora, Choi posiblemente tenía
suficiente poder para tener éxito en donde los demás habían fracasado;
él y el presidente surcoreano se llevaban bien, Choi administraba dos
de los nueve gimnasios, y había decidido tratar a sus ilustres huéspe­
des con una buena cena por primera vez en su vida como militar.
Esa noche, los abrigos colgaban como guardaespaldas desde los
biombos floreados que rodeaban su mesa. Cerca de Choi estaba sen­
tado Nam Tae-hi, instructor en jefe de la escuela militar de Choi (el
Oh Do Kwan). A su derecha se sentó Duk-Sung Son, el poderoso líder
del gimnasio civil de Choi (el Chung Do Kwan). Choi y Son se llevaban
como zorro y lobo, pero cooperaban. Son había traído a su instructor
en jefe a la casa kisaeng92. Otros ocho hombres estaban sentados a la
mesa, hombres que quizás se llevaban bien, quizás se aborrecían: el
general más poderoso de Corea, dos políticos con mucha influencia,
dos hombres de negocios y tres periodistas. Se los conocía como el
“Primer Comité de Asesoramíento para el Chung Do Kwan de Duk-Sung
Son” Solamente más adelante la reunión se tornaría lo suficientemente
trascendente para que Choi la llamara "Comité de Nombramiento del
Tae Kwon Do”, eliminando a Son en el proceso.
"Hemos venido aquí para crear un nuevo nombre unificando los
confusos y variados términos aplicados a un arte marcial”, dijo Choi.
Los nombres se habían desarrollado a partir del Karate Coreano. "Ca­
mino de la Mano China” y "Camino de la Mano Vacía" -Tang Su Do y
Kong Su Do-. Choi sugirió que votasen anónimamente para elegir un
nombre.
Un artículo de un periódico sobre la reunión de 1955 en una casa kisaeng,
Choi Hong-Hi es el tercero desde la izquierda, y Duk-Song Son es el segundo
desde la izquierda.
Foto cortesía del General Choi y Jeong-Soon Cheon.

Cada hombre escribió su elección en un pedazo de papel, y cuando


los votos se abrieron, Choi vio que todos habían elegido al venerable
nombre Tang Su Do. Sólo él y Nam habían sugerido uno nuevo, Tae
Kwon Do. Alguien preguntó de dónde había salido "Tae Kwon", que
sonaba tan raro. El carácter Kwon era bien conocido, pero Tae era
inusual, y nunca nadie había visto antes a los dos unidos en Tae Kwon.
"¿Podría quien sugirió este nombre explicar su significado?”, pre­
guntó el presidente.
"Tae significa saltando, pateando o pisoteando”, dijo Choi. "Kwon
es, como todos ustedes saben, un puño. Pero, aquí, el puño no es sola­
mente la palma apretada, sino también los varios movimientos de un
arte marcial, tales como empujar, trompear y golpear”. Do significaba
"arte" o "camino” como en Karate-Do. El y Nam habían inventado Tae
Kwon utilizando diccionarios chinos y coreanos93.
Luego Choi se jugó; él afirmó que Tae Kwon podría estar relacio­
nado con el nombre T'aekkyón, el viejo arte coreano que el presidente
surcoreano quería promover94. En la sociedad confuciana, la legitimi­
dad significa historia antigua, y conectar al Tae Kwon con el T'aekkyón,
con más de dos siglos de historia, era útil -pero la conexión que Choi
hacía entre las dos era una ficción-. En coreano y chino las palabras
Tae y Kwon no eran las mismas palabras que T'aek y Kyon95. De hecho,
el término T'aekkyón probablemente no existía en chino y solo es si­
milar a Tae Kwon cuando es pasado al inglés. Y más específicamente,
los movimientos físicos de las dos eran completamente distintos.
Uno de los hombres de negocios inmediatamente tuvo reparos
con Tae Kwon Do. "Renombrarlo es muy importante, pero, en lugar de
decidirlo en este lugar, hacen falta más investigaciones históricas". El
vocero del Parlamento de Corea, que también estaba presente, sugirió
que tres de los presentes formasen un subcomité para encontrar prue­
bas históricas vinculando al Tae Kwon Do con el T'aekkyón. La fecha
tope fue fijada para el 31 de diciembre de 1955. La reunión finalizó y
los hombres partieron en sus oscuros abrigos.
La "evidencia histórica" ofrecida luego por un temerario Choi es­
taba basada en tres dinastías antiguas96.

1) Pinturas de guerreros en unas cuevas laberínticas de las tumbas


Koguryo que estaban cerca de P'yongyang, Corea del Norte, demos­
traban, de acuerdo con Choi, que las técnicas de Tae Kwon Do ha­
bían comenzado en la dinastía Koguryo (37 A.C. hasta el 668 D.C.).
2) Una estatua de un guardián budista (Kumkang Yuksa] mostrando
movimientos de artes marciales de la dinastía Silla (5 A.C. hasta
668 D.C.).
3) Un manual de artes marciales de 1759, llamado el Muyechebo, mos­
traba a exponentes del T’aekkyón durante la dinastía Yi.

Los historiadores de artes marciales han desacreditado esta inves­


tigación fraudulenta (que hacía muy poca mención del Karate Japonés),
pero las personas han dedicado ríos de tinta a los mitos, que todavía se
mantienen vigorosos en las corrientes masivas de las artes marciales
de hoy.
Las anécdotas más populares giran en torno a la estatua budis­
ta de la dinastía Silla, especialmente alrededor de los mitos sobre
los hwarang, un cuerpo de elite de guerreros de artes marciales que
podían llegar a ser inmortales. En 1952, Choi había nombrado a la
primera forma del Tae Kwon Do con el nombre de los hwarang y, en la
actualidad, con mucha apariencia confuciana, los líderes del Tae Kwon
Do obligan a los cinturones negros a memorizar las cinco reglas vene­
rables de los hwarang:

Lealtad al Rey
Amor filial hacia tus padres
Fidelidad en la Amistad
Valentía en la batalla
No tomar ninguna vida sin razón ni ejercer violencia innecesaria

A mí me gusta imaginar que los hwarang todavía caminan la tierra


en algún lugar, enseñando antiguos secretos a ios artistas marciales
en sótanos y shoppings. En las casas kisaeng de la década del 50, las
historias hwarang debieron ser tan intoxicantes como el sake y las
mujeres; mejor tener a guerreros milenarios de tu lado que enfrentar
la cruda verdad de que el Tae Kwon Do es básicamente un arte marcial
del japón, desde siempre.
Poco después de la fiesta kisaeng, Choi dejó de afirmar que el Tae
Kwon Do podía ser T'aekkyón y afirmó que lo era. Agregó que había
prosperado desde principios de la dinastía Silla, a través de la dinastía
Koguryo, y hasta el principio de la dinastía Yi. ¿Quién podía discutir
con tres dinastías? ¿Quién podía discutir con Choi, uno de los generales
poderosos en Corea?
Aunque nadie votó por el nombre Tae Kwon Do, Choi y Nam valien­
temente ordenaron a sus soldados utilizarlo en su gimnasio militar, el
Oh Do Kwan, y gritar "¡Tae Kwon!" cuando saludaban, pero Duk-Sung
Son en el gimnasio Chung Do Kwan y el resto de los artistas marciales
coreanos siguieron con el nombre Tang Su Do.
Sin embargo el líder surcoreano no estuvo de acuerdo en lla­
marlo Tae Kwon Do. “El Presidente quisiera escribir al nombre como
T'aekkyón", le dijo a Choi el jefe de la guardia presidencial unos días
después de la fiesta en la casa kisaeng. Choi casi se desmayó. ¿Cómo po­
dría él convencer al Presidente de que el arte marcial no era T'aekkyón,
su juego de la infancia?97.
Era tiempo para otra fiesta en la lujosa casa de kisaeng, y esta
vez invitó a los más influyentes miembros del entorno presidencial,
incluyendo a la mano derecha del Presidente. Los superiores de Choi
podrían luego atacarlo por repartir favores y sobornos, pero ello va­
lía el riesgo, él pensó. Durante la fiesta, las kisaeng sirvieron comida
Chosón y Choi sirvió amenazas estratégicas. Finalmente, después
de la fiesta, alguien de parte de Choi y Nam convenció al Presidente
surcoreano para que aceptara al nombre "Tae Kwon Do” -una ocasión
memorable, porque Choi y Nam podrían a partir de entonces invocar
al Presidente para forzar a los maestros de artes marciales a llamar a
su arte Tae Kwon Do™.
Aun después de cincuenta años, Nam lloraría al contar la historia
acerca de cómo él y Choi habían convencido al Presidente de que acep­
tara el nombre, insistiendo también en que a él, Nam, no le gustaban
las kisaeng ni el licor, porque Nam Tae-hi, a diferencia de Choi, se había
vuelto un hombre religioso.
***

En 1956, el Presidente surcoreano ordenó que Choi, que volaba


demasiado alto, renunciara al ejército por cargos de corrupción. Esto
devastó a Choi. Comenzó a beber en exceso, diciéndole a la gente que
no podía sostener a su familia -que algunos días ni siquiera podía
comprar un paquete de cigarrillos™98. Para pasar el tiempo, jugaba
al poker coreano, Hwatu, con los hombres y las mujeres más ricos de
Corea, siempre reservándose "algo de poder muscular”, tal como él
decía, ante la eventualidad de amenazas o peleas. Su mujer ignoraba
que apostaba pero aborrecía sus salidas para divertirse. Corea todavía
estaba en ruinas, como la vida de Choi. A pesar de sus mejores esfuer­
zos y amenazas, sólo dos gimnasios utilizaban el nombre Tae Kwon Do.
Nunca dispuesto a rendirse, comenzó a escribir un libro sobre el
Tae Kwon Do, y después de 1957, cuando el fundador del Shotokan
Karate -Gichin Funakoshi- murió, Choi tomó prestadas muchas de sus
ideas y palabras. Choi sentía él que estaba mejorando el Karate. Quería
que Corea tuviese su propio arte (marcial), uno que fuera superior a
cualquier cosa proveniente del Japón, pero ahora sus mentiras eran
escandalosas: acusó a Japón de tomar al T’aekkyón coreano y renom­
brarlo Karate durante la ocupación japonesa en la Segunda Guerra
Mundial". Choi detestaba a los japoneses, cuyos ejércitos y gobiernos
habían abusado de Corea. No pensó que estuviera mal robarle los tér­
minos "codo", “bola del pie" (metatarso), "talón trasero", y “pie espada"
a Funakoshi100. Quizás era justo, porque originalmente Funakoshi las ;
había tomado prestadas de las artes marciales chinas. Choi también
tomó las palabras “mano de espada" "mano de lanza de cuatro de­
dos" y “mano de lanza de dos dedos", todas las cuales aparecían en el
libro en lenguaje japonés de Funakoshi de 1943, llamado Karate-Do
Nyumon. Funakoshi escribió que para fortalecer el puño, uno debe
golpear un poste de madera forrado101. Choi describió exactamente el
mismo poste para el Tae Kwon Do, e incluyó el consejo de Funakoshi í
de enterrar un tercio en la tierra y envolver la parte superior con paja
de arroz. Todo esto fue al libro de Choi.
Su mito de creación, que ya tenía cinco años, se volvió hermosa­
mente simple: “El Tae Kwon Do es un antiguo arte marcial coreano",
una afirmación que adornaría las paredes de los gimnasios y las men­
tes de las personas durante los siguientes cincuenta años. Siempre un
cuentista dramático, agregó maravillosas anécdotas de 1300 años de
antigüedad sobre los guerreros hwarang: "El Taekkyón era tan avan­
zado que los libros de historia de ese período describen a artistas mar­
ciales saltando por encima de altos muros y atacando a sus enemigos
del otro lado". En otra, Choi describía a los artistas marciales “patean­
do al cielo raso luego de saltar desde una posición de sentados"102. Los
saltos eran posiblemente la única parte verdadera del mito, pero los
hwarang no podían saltar a través del tiempo.
Dejando de lado el plagio, el libro de Choi contenía una innovación
importante: la “Teoría del Poder", que aplicaba la física a las técnicas
de artes marciales y explicaba cómo el cuerpo humano podía generar
tanto poder -una prioridad para alguien que tan solo pesaba cien li­
bras (cuarenta y cinco kilos)-. Funakoshi había enseñado que el poder
provenía de tres cosas durante una técnica: por ejemplo, para un golpe
de puño, rotar las caderas para poner todo el peso del cuerpo en un
golpe, llevar la mano que no golpea a la cintura; y, al momento de im­
pactar, girar en tirabuzón el golpe hacia el blanco. Choi dijo lo mismo
en un libro de 1960 pero agregó formulas científicas, tales como la
Tercera Ley del Movimiento de Newton, que afirma que cada acción
tiene una reacción opuesta equivalente -una teoría que explica por qué
uno debe tirar la mano que no golpea hacia atrás con la misma fuerza
que la mano que golpea (hacia delante)-.
Unos años después, Choi resumió su teoría de la potencia (conocida
como "Teoría del Poder") en seis partes:

1) Fuerza de Reacción (basada en la Tercera Ley de Newton)


2) Concentración (basada en que la presión es igual a la fuerza multi­
plicada por el área)
3) Equilibrio (dominio del propio centro de gravedad)
4) Control de la respiración
5) Masa
6) Velocidad (el factor más importante, porque unifica a los otros
cinco)

Choi utilizó una clásica ecuación de mecánica para resumir la


relación entre masa, velocidad y potencia102 bis. Los artistas marciales
ya sabían que fortalecer sus músculos y lanzar todo su peso en una
técnica era crucial, pero Choi aplicó la formula E = l/2 m x v 2 para de­
mostrar por qué un veloz peso liviano podía generar más potencia que
un peso pesado más lento. La fórmula de física afirma que la energía
de un objeto en movimiento (E) es igual a su masa (m) multiplicada por
su velocidad al cuadrado (v) y dividida por dos. Por ende, si de alguna
manera se duplica la masa detrás de un golpe, entonces la energía re­
sultante, o potencia, se incrementará por dos unidades (la mitad de la
masa), pero si se duplica la velocidad del golpe, entonces la potencia
se incrementará cuatro veces (velocidad al cuadrado). En síntesis, un
veloz peso liviano podría generar más potencia que un relativamente
lento pero musculoso peso pesado.
La física tenía sus implicancias en el entrenamiento -y en el ego
de las personas-. Los artistas marciales sabían de masa y velocidad de
manera intuitiva, pero Choi fue brillante en explicar cómo incrementar
la potencia. Él maximizó la potencia de todas las maneras posibles,
razón por la cual romper tablas posteriormente se volvió un aspecto
impresionante del Tae Kwon Do -con Choi agregando tabla tras tabla-.
Junto con su obsesión por el poder en las artes marciales estaba su
ambición por el poder militar y político, lo cual fue una razón para que
él pronto regresara al ejército.

Los jefes de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do de 1959. Fila de abajo, de i


izquierda a derecha: Hwang Kee (de Moo Duk Kwan), Yoon Tae-yong (proba­
blemente de Ji Do Kwan), Choi Hong-Hi (de uniforme), Ro Byung-jik (de Song
Moo Kwan), un representante NN déla Asociación Atlética Coreana, Lee
Nam-suk (de Chang Moo Kwan), Uhm Woon-kyu (de Chung Do Kwan)y Hyun
Jong-myung (de los Chung Doy Oh Do kwan). Arriba, desde la izquierda: Kim
Soon-bae (Chang Moo Kwan), Ko Jae-hwa (de los Chung Doy Oh Do kwan),
Nam Tae-Hi (de los Chung Doy Oh Do kwan), NN, NN.
Foto cortesía de Choi Hong-Hi.
En 1959, luego de asumir el cargo de comandante de un cuerpo
del ejército, Choi actuó rápidamente para promover al Tae Kwon Do.
Publicó el libro sobre el que había trabajado en su mala época, y en
1960, luego de que el ahora impopular Presidente surcoreano huyera
al exilio a Hawai, Choi imprimió una segunda edición, "Tutorial In­
troductorio al Tae Kwon Do". Y los dos gimnasios que él supervisaba,
el Oh Do Kwan y el Chung Do Kwan, estaban administrando escuelas
satelites y les estaba yendo bien, enviando a sus cinturones negros de
cuarto dan a una academia especial para instructores que les proveía
entrenamiento, el cual incluía prepararlos para el shock cultural que
sufrirían cuando fueran destinados al exterior.
También en 1959, Choi y otros líderes de artes marciales finalmen­
te unificaron algunos de los estilos y organizaciones, colocándolos den­
tro de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do (KTA)103. Choi se abrió
pasos a los codazos hasta la posición de Presidente, superando a Uhm
Woon-kyu, Hyun Jong-myung, y a otros dirigentes de artes marciales.
Esto fue un hecho crucial, porque más adelante Choi afirmaría ser el
único fundador del Tae Kwon Do, cuando, en realidad, en aquel momen­
to él era uno de los fundadores. Luego, la KTA estaría implicada en mi­
siones de espionaje en los Estados Unidos, pero en 1959 era una fuerza
que daba poder a militares y civiles. De todos modos, muchos hombres
importantes desafiaban al insignificante Choi en aquellos años, y pocas
personas se referían al arte marcial llamándolo Tae Kwon Do.
En 1961, Choi y un par de generales estaban sentados bebiendo en
una casa kisaeng de alta sociedad en Taegu, a unos 250 kilómetros al
sur de Seúl, mientras se quejaban sobre el estado del país ahora que el
presidente Rhee había huido. Las elecciones recientes habían resultado
en un gobierno débil, protestas estudiantiles y más caos. La transición
desde la dictadura hasta la primera democracia del país había sido
un asunto desprolijo y, desde su visión, el país necesitaba un cambio
drástico. Ellos decidieron tomar el asunto en sus manos.
C a p ít u l o 6
Un g o lpe de E stad o ,
DOS PRESIDENTES
Y TRES ESFERAS DEL PODER

Me crucé con una máxima que escribió Lao-Tzu; "Aun después de la muerte/
aquellos que son recordados permanecerán". Mientras escribía el manual de Tae
Kwon Do en inglés, me di cuenta de que a través del Tae Kwon Do, yo quería
habitar en el mundo que existe más allá de los límites del tiempo y el espacio. ;
Choi Hong-Hi, 1965104.

Choi no lideró el golpe de Estado el 16 de mayo de 1961, pero siguió


a los coroneles y generales que planearon paralizar a Corea del Sur105,
instaurar un nuevo gobierno, erradicar la corrupción y revivir a todos
con una “Revolución", como ellos la llamaban. El golpe comenzó en Seúl
a las tres de la mañana, -una revolución fácil y sin sangre que estaba
apoyada por los americanos-. Doce horas más tarde, mientras Choi y
sus soldados estaban celebrando en Taegu, el Mayor Nam Tae-hi llamó
desde Seúl.
"¿Cómo está todo?", preguntó Choi.
"No está bien, Señor", respondió Nam con voz temblorosa.
"¿Qué demonios está jasando?”, Choi preguntó.
“En este momento, tropas completamente armadas se han reunido
en la plaza de armas de la Jefatura de Ejército", explicó Nam.
Choi estaba sorprendido. Su general dirigía la Jefatura. Su superior,
que supuestamente estaba encabezando el golpe de Estado, estaba
completamente rodeado por las tropas. Esto podía significar sólo una
cosa: la Revolución había fracasado.
Nam volvió a llamar para anunciar que no, que la Revolución no
había fracasado. Los militares habían tomado el control de Seúl, pero
su general no estaba liderando el golpe. Un general poco conocido
llamado Park Chung-hee lo estaba haciendo. Choi estaba asombrado.
¿Park? ¿El ex colaborador de los japoneses durante la Segunda Guerra?
¿Park? ¿El hombre al que Choi alguna vez había votado para que fuera
ejecutado por actividades comunistas?
Sí, ese Park.
Choi estaba en un gran problema -y estaba enojado y quizás celo­
so: enojado porque Park lo había engañado para que apoyara la Revolu­
ción de Mayo; celoso porque Park había sido lo suficientemente astuto
como para tomar el poder-. Ahora Choi se vería obligado a obedecer a
Park, a quien consideraba un subordinado. Muchos coreanos, incluyen­
do a Choi, clasifican a las personas por su rango o estatus, utilizando
complejas fórmulas honoríficas en su lenguaje. En una dinastía del
pasado, los nacidos en la clase alta -hombres del hueso sagrado- no
sólo vivían una elevada vida en la tierra, sino que luego de su muerte
se creía que se elevaban a lo más alto de la jerarquía en el paraíso tam­
bién106. Choi y Park eran ambos hijos de habitantes rurales, y a través
de la guerra y la academia militar coreana, habían saltado a lo más alto
de la sociedad coreana. Pero Choi era superior a Park, desde la visión
de aquel, porque se había enlistado en la academia militar antes que
Park. Era una mínima pero crucial diferencia en una sociedad obse-
sionada con el estatus. Choi ahora tendría que dirigirse al nuevo líder
como "Presidente Park" y "Honorable Presidente Park" -y éste era un
hombre que podría como no incluir a Choi en su gobierno militar, y que
: podría o no perdonarlo por haber ayudado a emitir una sentencia de
; condena de muerte en su contra hacía 13 años-.
Leyendo acerca del rol de Choi, me preguntaba si anidaba en él un
oculto deseo de gobernar a la nación. Este sentimiento habría entrado
en conflicto con lo que él se había prometido a sí mismo durante su
encarcelamiento en la Segunda Guerra. Él había estado cerca de la
muerte y había soñado una nación apoyada por poderosos militares e
individuos fortalecidos por un poderoso arte marcial. Él sabía que los
coreanos siempre habían tenido orgullo por sus líderes civiles, "habían
mantenido por largo tiempo un desprecio hacia el altanero Hombre a
Caballo", como lo había dicho el historiador Bruce Cumings. Sin embar­
go, aquí estaba Choi en el lado opuesto de lo que se había prometido
a sí mismo. El golpe de Estado se veía como una de las acciones más
temerarias de su vida, una que conduciría, repentina e irónicamente,
a la expansión del Tae Kwon Do.
El Hombre a Caballo, el General Park Chung-hee, lideraría al Con­
sejo Supremo para la Reconstrucción Nacional, una campaña mesiá-
nica para eliminar la corrupción y purificar a Corea. La "purificación"
comenzó inmediatamente después del golpe: más de 15.000 personas
arrestadas o eliminadas en dos meses, 4300 políticos prescriptos de la
política, y 14.000 "malvivientes” arrestados en un año107. Choi empezó
a oírse como un rebelde; él rehusó llamarlo "Honorable Presidente
Park", e hizo algo peor: criticó al líder militar por la espalda, lo cual
significó que la recientemente creada Agencia Central de Inteligencia
Coreana (KCIA) agregara su nombre a alguna lista.
Tres militares habían ayudado a Park a orquestar el golpe, tres
hombres que construirían y transformarían partes del Tae Kwon Do;
durante los siguientes 25 años108. El cerebro detrás del golpe, Kim
Chong-p'il, era uno de ellos. Apenas después del golpe, él creó la KCIA
con ayuda de la CIA americana, institucionalizando las purificaciones;
y purgas109. Cómo los americanos ayudaron sigue siendo información
confidencial, pero los Estados Unidos se manifestaron consternados
-con cierto tacto- cuando la KCIA estalló fuera de control. Esto no fue
una sorpresa para los que conocían al Generalísimo Park; él se había
especializado en asesinatos políticos y represión para los japoneses^
durante la Segunda Guerra. La KCIA se volvió una fuerza terrorífica^
en Corea; su mandato incluía todo lo que la CIA y el FBI hacían en los
Estados Unidos, y mucho más.
Había artistas marciales trabajando en la Fuerza Presidencial de
Seguridad del ex dictador y en la sexta división de la KCIA, que estaba
a cargo de asesinatos, secuestros y sabotajes. Probablemente esta­
ban en la 5ta División también, una unidad que vigilaba la seguridad
interior. Los coreanos le temían a la 5ta División, que parecía tener
espías en todos lados110. Un director de la KCIA admitiría luego a los
funcionarios del gobierno de los EEUU: "Yo tenía amplios poderes a mi
disposición -m ás poder que el se puedan imaginar- cubriendo cada
aspecto de mi país”111. Durante la mayoría de los años 60, los poderes
de la KCIA se extendían profundamente en la política, la economía,
la cultura, la religión y las actividades deportivas, incluyendo al Tae
Kwon Do.
A pesar de estar parado del lado equivocado del dictador surcorea­
no, Choi todavía era poderoso, porque él había apoyado el golpe. Tenía
conexiones en la nueva KCIA, tenía bajo su mando 100.000 soldados en
cinco divisiones, y concurría a fiestas selectas en influyentes casas de
kisaeng. El presidente Park no concurría a los mismos establecimien­
tos kisaeng que sus generales -y ciertamente no iba a la Kugilgwan en
Seúl-. Él abrió su propia casa kisaeng, llamada An-ga, operada por la
KCIA, que organizaba las fiestas.
Aquel otoño, en 1961, los maestros de artes marciales le pidieron
al nuevo dictador ayuda para unificar las artes marciales en Corea
del Sur, y Park autorizó un cambio de nombre para la Asociación Co­
reana de Tae Kwon Do a Asociación Coreana de Tae Su Do, eliminando
de hecho el nombre Tae Kwon Do luego de sus cortos dos años en la
asociación112. El grupo todavía era la "KTA", y su docena de directivos
eran un "quién es quién" de los maestros de artes marciales en el país,
pero ellos borraron al Tae Kwon Do de Choi y Nam con un nombre
inventado, Tae Su Do113.
Choi se disgustó cuando fueron marginados él y el Tae Kwon Do.
Poco después, en 1962, uno de los gimnasios de Choi y Nam, el Oh Do
Kwan, organizó el primer torneo de Tae Kwon Do en Corea, y Choi se
impuso la misión de forzar a los líderes de artes marciales a revertir
al nombre Tae Kwon Do114. La disputa personal entre él y el Presidente
de Corea del Sur empeoró, y éste finalmente hizo que Choi se esfuma­
ra enviándolo a un puesto de Embajador en Malasia. El cargo parecía
confortable, pero para el cortante y desprolijo Choi sería enloquecedor;
obligarlo a volverse un diplomático era como poner a un zorro en el
gallinero. ¿Qué sería de él?
Para celebrar el nombramiento de Choi, el Presidente organizó una
fiesta de despedida en el mejor restaurante del país. En cierto momen­
to, se sentó al lado de Choi.
En 1961, Choi (en uniforme a la izquierda, al lado de la mesa) festejando con
Park Chung-hee (parado en el centro de la foto, vestido de civil).
Foto cortesía de Choi Hong-Hi.

"Hermano mayor General Choi, me siento triste", dijo el Presidente


sirviéndole otro trago115
"No hay nada por qué estar triste", mintió Choi. "Creo que es una
lástima que usted se quede rodeado de asesores corruptos después de
que yo, que siempre le di consejos sinceros, lo deje".
El Presidente pronto se alejó. Choi permaneció sentado allí, medi­
tando polvorientos aforismos de la filosofía china. "La madera debe ser
cortada con el diseño de un carpintero para ser útil; un monarca debe
aceptar consejo honesto", señalaba el Manuscrito de Documentos. ¿Le
importaba tal sabiduría a un dictador?
"A una persona mala, págale con un acto virtuoso", había enseñado
Lao-Tzu.
"Devuelve a tu enemigo un acto justo en retribución", aconsejaba
Confucio. ¿Choi lo haría? No, él no podía obtener tal nivel de desapego;
amargos sentimientos atormentaban sus peores instintos, y la vengan­
za se asomaba detrás del orgullo.
Luego de la ñesta, Choi y el mayor Nam se despidieron. Habían tra­
bajado juntos por diez años, entrenando soldados coreanos y luchando
por crear un nuevo arte marcial. Mientras Choi volaba a Malasia en
1962 como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, Corea del
Sur lanzó a Nam en paracaídas dentro de Vietnam, donde comenzó a
entrenar a soldados para que hicieran lo que él había hecho en la cima
dé una montaña durante la Guerra de Corea -m atar comunistas con
sus propias manos-116.

Malasia: Los cimientos del Tae Kwon Do


Luego de que Choi y su familia se acomodaron en Malasia, Choi
se obsesionó con el Tae Kwon Do, estableciendo un gimnasio cubier­
to para sí mismo en el jardín delantero de la Embajada de Corea, sin
importarle que algunos pudieran considerar que era impropio que un
Embajador andara pegando saltos como un niño campesino. Él quería
difundir el Tae Kwon Do para que se expandiera como un fuego fuera
de control. Odiaba las tareas oficiales de un Embajador; especialmente
los eventos oficiales. En las cenas, pasaba malos momentos cuando ac­
cidentalmente comía el pan de un invitado sentado a su lado o cuando
llegaba con un sombrero de copa y smoking cuando todos los demás
estaban vestidos informalmente.
Aquel año, él redujo sus responsabilidades como Embajador y
dedicó más tiempo a hacer una traducción expandida de su libro "Tae
Kwon Do" de 1960 al inglés. Durante los eventos formales, hablaba del
Tae Kwon Do en cada oportunidad que tenía. Para crear nuevas formas
(hyongs) -series de técnicas tipo danza que imitan una lucha de arte
marcial-, utilizó a los mecanógrafos de la embajada y se guardó cada
hora disponible de sus deberes diplomáticos. Sin que él lo supiera, uno
de los consejeros de la embajada advirtió esto y comunicó a la KCIA
que Choi estaba abusando de su posición117.
Unos meses después, Choi encontró un sobre blanco sobre su
escritorio. Éste contenía una carta de su hermano mayor, a quien no
había visto por más de quince años y a quien suponía muerto en Corea
del Norte. Choi estaba exultante, pero sospechaba; ¿sería realmente la
escritura de su hermano? ¿0 acaso había alguien imitado su escritura
para atraerlo a unirse al comunismo? Quizás la KCIA había organizado
todo esto para acusarlo de ser un comunista. Técnicamente, Corea del
Norte y Corea del Sur todavía estaban en guerra, operaciones encu­
biertas reemplazaban la guerra abierta, y cualquier contacto con un
norcoreano, aun un miembro de su familia, era fundamento suficiente
para el cargo de traición en Corea del Sur -un crimen que se castigaba
con la muerte-. Temeroso de que alguien diera aviso a la KCIA, Choi
leyó la carta y la rompió en pedazos.
Poco después, Choi conoció al hombre que había llevado en secreto
el sobre a la embajada, y obtuvo otra carta y una foto de su hermano.
Choi se las envió a su madre, que vivía en Corea del Sur con la primera
esposa de Choi y la primera hija. Cuando su madre vio la foto, lloró por
muchos días, porque no había visto a su hijo mayor desde la Segunda
Guerra Mundial. Ella murió en un año, y Choi, atrapado en Malasia, no
pudo ir a visitarla. Estaba devastado, atormentado por los recuerdos
de ella, de su hermano y de su infancia en Corea del Norte; también
estaba oprimido por la culpa de pensar que él, engendro de su madre,
era un hijo ingrato. Años más tarde, en silencio, lloraría por el perdón
de su madre, pero en esos arduos años, se recluyó en su arte marcial.
Choi dedicó los años 1962 a 1964 a la construcción de las bases del
Tae Kwon Do, a partir de asociaciones en Malasia y Singapur (después
de Corea y Vietnam, la tercera y cuarta asociación en el mundo), y la
creación de la mayor parte de las formas del arte marcial, su segunda
gran innovación. (La primera innovación, a fines de 1950, había sido su
Teoría del Poder). En 1962, el Tae Kwon Do todavía se veía como Tang
Su Do, y Choi todavía practicaba las formas de Karate, pero ya estaba
creando veinticuatro de sus propios patrones con la ayuda de algunos
de los pioneros del Tae Kwon Do118. Trataba a sus atléticos discípulos
como hijos adoptivos; él soñaba y ellos volaban. "Él escribió los movi­
mientos y nosotros los ejecutábamos físicamente hasta que se veían
bien", dijo C.K. Choi, uno de los pioneros119. El Embajador Choi llamó a
los veinticuatro patrones Ch'ang Hon, su seudónimo como calígrafo y
autor. Dijo que se detuvo en veinticuatro para reconocer las horas del
día, un símbolo de nuestra corta vida en la tierra120.
En 1964, Choi dejó Malasia repentinamente. La gente lo acusó de
malversación de fondos y su regreso a Corea sorprendió a los maestros
de artes marciales, que creían que se habían deshecho para siempre
del nombre Tae Kwon Do. Choi reunió a sus atletas de la Oh Do Kwan
y Chung Do Kwan para una nueva misión: promover el Tae Kwon Do y
publicar un nuevo libro. Sus hombres le dieron consejos sobre técnicas
y posaron para las fotos de las formas que había creado en Malasia.
Ellos alteraron las técnicas de mano de Karate (destacando el dorso
del puño, por ejemplo), alentando las esquivas, y experimentando con
versiones voladoras y en salto de patadas de Karate.
: Jong-Soo Park, por ejemplo, acababa de ganar campeonatos nacio­
nales de combate en Corea y le contó a Choi acerca de una patada que
le gustaba. Park había sido estudiante de Nam Tae-hi y fue probable­
mente el mejor técnico en combate de su generación; fue profesor de
oficiales de policía en Seúl al mismo tiempo que ayudaba a Choi con el
libro, y vivió con Choi en esos años, algo que los principales pioneros
hacían con frecuencia. Park le mostró a Choi que podía dirigir su pier­
na trasera girando por la espalda 180 grados y golpear la mandíbula
o el plexo solar de su rival con el talón. Si se hacía con una pierna es­
tirada, la patada tomaba el mismo impulso del "swing" de un bate de
béisbol. Si se ñexionaba la pierna y se continuaba con el movimiento,
el giro golpeaba como un látigo. En ambos casos, era el talón que gol­
peaba la cabeza del oponente. Era una patada de riesgo, ya que llevaba
tiempo girar 180 grados, pero podía ser devastador, un knock-out en
combate, si el tiempo y la distancia eran correctas121.
Choi quedó tan impresionado que pidió a Park hacerlo de nuevo. La
patada requiere máxima velocidad y un equilibrio perfecto, y el impul­
so del giro de 180 grados agrega potencia extra al talonazo. Choi se dio
cuenta, y esa noche, despertó a Park del sueño y le pidió que hiciera la
patada una vez más. Park se arrastró fuera de la cama y mostró la téc­
nica una y otra vez, mientras que Choi trataba de pensar en un nombre
para ella. Durante los siguientes diez días, Choi le pidió que la realizara
ftrás de mil veces y, finalmente, Choi tuvo un "momento eureka": el

OCl
nombre sería "patada
en redondo invertida"
(Bandae Dollyo Chagi),
Tae Kwon Do ya tenía
una “patada en redon­
do" de karate, pero
la patada nueva salía
disparada en la direc­
ción opuesta -por la
espalda-, por lo que
Choi agregó "inverti­
da" junto con "pata­
da giratoria", (Nota
del Traductor: Doll­
y o se traduce como
"en redondo, dandi!
vuelta", y en español
usualmente se aludí
a "patada circular",
Choi superpuso cuatro fotos para mostrara La patada invertida
Jong-Soo Park ejecutando una patada implica una trayecto­
con giro circular de talón. ria dando la espalda
Foto cortesía de Choi Hong-Hi. al oponente, y en es­
pañol se acostumbra
llamar a las patadas con esa cualidad "patadas en giro").
La patada en giro no era una técnica nueva, ya que uno de quienes
habían enseñado a Park, Woo Jong-Lim, la había desarrollado hacía un
tiempo. Woo había desarrollado muchas de las patadas en giro del Tae
Kwon Do de la década de 1950122, Los atletas como Park, sin embargo,
estaban aplicando las técnicas durante las competencias, tomando
riesgos en el aire con golpes y patadas básicas, y apostando también
con giros de 180 grados. Ninguno de los fundamentos era nuevo -una
patada giratoria era en definitiva una patada-, pero una versión en
el aire o de 180 grados era nueva y arriesgada, y muy impresionante
cuando ella noqueaba oponentes durante el combate. Choi nunca había
visto esas técnicas en la acción, y las incluyó en su libro, una por una.
Así fue como algunos de los campeones de Choi, tales como Park, lle­
garon a estar en las notas al pie de página, y otros instructores, como
Woo Jong-Lím, no figuraron. Fue también como Choi llegó a conside­
rarse como el creador de las técnicas.
Choi fue un maestro en organizar e impulsar a sus atletas para
realizar técnicas que parecían imposibles, y un experto en explicar y
nombrar los movimientos. Park dijo que Choi a menudo tuvo momen­
tos "eureka” para los nombres de los movimientos del Tae Kwon Do.
''Postura sentada" (annun sogui) provino de una demostración en el
Líbano, cuando Choi vio un acto de circo en el cual el payaso perma­
necía sentado aun cuando alguien ya le había quitado la silla123. En Ale­
mania Occidental, Choi vio el símbolo de un cruce peatonal y "postura
caminante" (gunnun sogui) apareció en su cabeza para una postura de
Karate que él quería renombrar Choi evitó los nombres de animales
para el Tae Kwon Do -no hay ninguna "postura de caballo” o "Postura
de gato”, no hay tigres agazapados ni dragones escondidos, como en
las otras artes marciales-. Estaba obsesionado en desarrollar un arte
marcial basado en principios científicos para el cuerpo humano. Una
postura de caballo era una "postura sentada" y una postura de gato
era una "postura de píe posterior” Un tigre era un tigre, y los dragones
pertenecían a los desfiles.
i| En 1965, uno de los compañeros de Choi durante la Segunda Gue­
rra Mundial, ahora contrabandista, financió la publicación del nuevo
libro "Tae Kwon Do” de Choi, que mostraba complicadas patadas en
salto, giratorias y voladoras. Para la persona común, las patadas se­
rían casi imposibles de creer sin las imágenes paso a paso incluidas
en el libro, que Choi incorporó como si los movimientos hubieran sido
congelados cuadro a cuadro por la luz estroboscópica de la cámara.
Las patadas voladoras, en particular, eran asombrosas. Por ejemplo,
alrededor de 1954, Nam Tae-hi había sido uno de los primeros en de­
mostrar la patada voladora lateral. Mientras once hombres se hincaban
en fila, Nam corría, volaba por arriba de los once, y rompía una tabla
del otro lado. Una foto de esa patada terminó publicada en el libro de
Choi. En aquella época, los artistas marciales se encontraban abocados
a perfeccionar las técnicas de parados -movimientos básicos como una
patada frontal, patada lateral y patada en giro, pero hasta la patada
giratoria era rara- sin embargo ahí estaba Nam suspendido en medio
del aire, y allí también saltó jong-Soo Park en la tapa del libro de 1965,
flotando a la altura de la cabeza. ¿Había alguna duda de que los artistas
marciales reverenciaban a los antiguos guerreros hwarangl

Los libros de Choi estaban llenos de fotos de apariencia estroboscópica para


destacar las posiciones intermedias de las patadas en salto. Esta muestra a
Jong-Soo Park ejecutando una patada lateral voladora.
Foto cortesía de Park.

Luego de que Choi publicara su texto, fue acusado de copiar un


libro de Karate124, porque había continuado tomando material presta­
do de manera intensiva -pero el nuevo texto claramente apuntaba en
una nueva dirección, en general hacia arriba-. Los artistas marciales
debían saltar y girar desde todo ángulo (pateando y golpeando en vue­
lo) y aterrizar con una pose perfecta. Debían apoyarse en técnicas de
piernas inspiradas en el T'aekkyón, por ejemplo, disparando su pierna
adelantada tan rápidamente como un brazo. Y debían memorizar for­
mulas científicas y saber perfectamente lo que estaban haciendo cada
décima de segundo de la técnica. El Tae Kwon Do se estaba volviendo
locamente atlético.
Vietnam: Un arte mortal
Mientras Choi trabajaba en Malasia, Nam entrenaba soldados en
Vietnam125. De la misma manera que el Karate se había vuelto popular
durante la Segunda Guerra, el Tae Kwon Do lo hizo en las junglas de
Vietnam y en los gimnasios120. Nam no peleó en el frente, pero entre­
nó a aquellos que lo harían, escogiendo a sesenta artistas marciales
y atletas del Ejército Coreano, entrenándolos por seis meses y luego
enviándolos a entrenar a otros. Esto sólo fue un comienzo. Más tarde,
Corea enviaría a 647 instructores de Tae Kwon Do a Vietnam127. Finan­
ciada por los americanos, Corea del Sur destinaría aproximadamente
300.000 hombres para luchar con los comunistas allí (a consecuencia
de lo cual muchos coreanos acabarían sufriendo estrés post traumá­
tico)128. Los Estados Unidos habían estado apoyando a Corea del Sur
contra Corea del Norte por más de veinte años, y Corea del Sur les de­
volvería el favor en Vietnam por los siguientes diez años. Corea envió
la División Dragón Azul, la División Tigres, y los fanáticamente anti­
comunistas de la División Caballo Blanco, que supuestamente estaba
integrada por cinturones negros tercer dan.
Los infantes de marina Dragones Azules fueron los primeros
soldados coreanos en la Guerra de Vietnam. Eran duros mercenarios,
traídos por los americanos para luchar contra el Viet Cong. Pero los
comunistas masacraron a los coreanos, quienes no habían sido entre­
nados para luchar en la jungla; cada noche, aviones militares volvían
llenos de cuerpos coreanos. En respuesta a esto, el gobierno estableció
un campo de entrenamiento especializado para simular las junglas de
Vietnam, y los proveyó de mejores uniformes, botas y entrenamiento
en artes marciales para los soldados. Sin embargo, los marines corea­
nos aprendieron algo más que defensa personal; aprendieron un arte
mortal. Practicaban qué hacer cuando eran sorprendidos en la guerra,
o cuando estaban completamente rodeados, o cuando no tenían tiempo
para jalar el gatillo.
Entre los primeros expertos en entrenar soldados luego de que
Nam regresó a Corea estaba un oficial vietnamita, Nguyen Van Binh,
quien odiaba a los comunistas tanto como Choi y Nam. Él comenzó
a enseñar artes marciales en su gimnasio Oh Do Kwan en Saigón en
1962. Según su relato, en sus gimnasios, los primeros en Vietnam,
aproximadamente 60.000 estudiantes (2000 de ellos cinturones
negros) se entrenaron desde 1962 hasta 1975129. De acuerdo con su
estimación, un millón de civiles y soldados estudiaron Tae Kwon Do
en aquella época. Los soldados se mantenían en forma y aprendían
habilidades específicas. "En combate cercano, o aun estando lejos, era
mejor cuando ellos sabían un arte marcial” me explicó Van Binh. Los
soldados que entrenaban artes marciales se movían más rápidamente,
tenían mejores reflejos y aumentaban su confianza, aun con tan solo
seis meses de entrenamiento de Tae Kwon Do.
Aquellos que entrenaban más tiempo podían matar con sus manos.
Le pregunté a Van Binh cómo alguien podía hacer eso, porque parecía
imposible. "Si golpeas a la sien, puedes fracturar un cráneo. No puedes
matar a un hombre con una trompada en la frente, pero si lo golpeas
en la nariz o la boca, por ejemplo, puedes romper la cara fácilmente’^
me respondió.
Muchas historias circularon acerca de cómo los coreanos utili­
zaron el Tae Kwon Do en combate durante la Guerra de Vietnam. En
1966, un reportero de la revista Time escribió: "Para los occidentales,
el procedimiento algunas veces parece tan violento como lo es de efec­
tivo. Los sospechosos (Viet Congs) son alentados a hablar por medió
de un disparo de rifle que pasa rozando su oreja desde atrás mientras
están sentados frente a una tumba abierta, o por un rápido golpe con
la mano de un coreano que rompe el hueso de sus mejillas. (Todos
los soldados coreanos, desde el General al mando Chae Myung Shiri
hasta las filas más bajas practican Tae Kwon Do, la versión coreana
del Karate, durante 30 minutos todos los días). Una vez, cuando un
cuerpo mutilado de un soldado coreano fue hallado en un pueblo que
simpatizaba con el Viet Cong, los coreanos rastrearon a un Viet Cong,
le quitaron el pellejo y lo colgaron en la aldea”130.
Un oficial americano en Vietnam, A.S. Bolear, leyó el articulo de
Time y le envió una carta a su editor: "Señor. Nosotros del grupo es­
pecial de enlace hemos vivido y trabajado a diario con los Tigres Co­
reanos desde su llegada a Viet Nam. Ellos califican profesionalmente
al nivel de cualquier unidad de combate que hayamos conocido. Los
encontramos 'brutalmente eficientes', pero nunca hemos visto a na­
die sentado frente a una tumba, rotura de huesos de la mejilla por un
golpe de Tae Kwon Do, o mutilación o despellejamientos. Si los Tigres
hubieran hecho esto, (ante esa perspectiva) 695 miembros del Viet
Cong nunca se habrían rendido"131.
Sin embargo, circuló el rumor de que los Viet Cong tenían órdenes
de moverse tan cerca de las tropas americanas como fuera posible,
pero que evitasen combate cercano con las fuerzas coreanas132. Una
posible razón fue una batalla la noche de San Valentín, en 1967, cuando
1500 soldados Viet Cong atacaron a aproximadamente 250 marines
coreanos de la l i r a Compañía de Dragones Azules. En un área fuerte­
mente controlada por los comunistas en la provincia de Quang Ngai,
los coreanos estaban atrincherados en un campamento con forma de
corazón rodeado de alambres de púas y barreras de concreto cerca
del pueblo de Tra Binh Dong. Con lanzallamas y cañones, incluyendo
morteros de 120 milímetros que elefantes tenían que llevar montaña
abajo sobre sus lomos, un batallón vietnamita entró abriéndose fuego
con explosiones al campamento coreano desde el sudeste, golpeando
tambores, soplando silbatos y gritando "Tai Han ra di, ra di!" ("jSalgan
coreanos!"), mientras un segundo batallón vietnamita atravesaba el
alambrado por el norte, superando las trincheras por oleadas, y ata­
cando tan rápidamente que los coreanos a menudo no tenían tiempo
de disparar133.
A medida que los comunistas los superaban, muchos de los solda­
dos coreanos luchaban como tigres emboscados. Los cuerpos se apila­
ban en las trincheras. Un coreano se zambulló rápidamente a un pozo y
lanzó granadas mientras los soldados vietnamitas lo perseguían. Otro
corrió a través de llamas para atacar a un vietnamita que tenía un lan­
zallamas. Un tercer soldado hizo estallar una granada mientras saltaba
sobre un grupo de vietnamitas suicidándose en esa acción. Luego de
que las granadas de mano se habían agotado, los coreanos no tuvieron
más opción que atacar con las culatas de sus rifles y su Tae Kwon Do.
En las trincheras, era combate mano a mano y cuchillo a cuchillo, con
los soldados vietnamitas empujando y tirando a los soldados coreanos
atrapados hacia lo más profundo del campamento.
Dos horas después del comienzo del ataque, los comunistas con­
trolaban aproximadamente un tercio del campamento, y los coreanos
se enfrentaban a su aniquilación mientras la niebla y la lluvia no per­
mitían a los americanos volar para asistirlos, pero una de las pocas
cosas que estaba yendo bien era el fuego de la artillería coreana -y el
espíritu de lucha de los soldados». Cuando los vietnamitas dudaron en
medio de la batalla, el Capitán Jung Kyong-gin ordenó una estrategia
extremadamente osada que decidiría el resultado de la batalla: contra­
atacar. Uno de los líderes del pelotón condujo una valiente ofensiva a
través de una de las brechas que los vietnamitas habían cavado antes
de la batalla. El comandante disparó a cinco soldados enemigos con
su pistola, después de lo cual su unidad empujó a los vietnamitas de
regreso a la zanja, atrapando al Viet Cong dentro del alambre de púas.
Un segundo grupo de marines vio el contraataque y se unió a la lucha,
y pronto los coreanos rodearon a los que los habían rodeado. Ahora los
coreanos gritaban, "}Ra di, ra di!" ("Salgan, salgan”).
Cuando la niebla finalmente se levantó, los aviones Skyhawks ame­
ricanos volaron y atacaron al resto de la fuerza vietnamita. Después de
la batalla, los traumatizados corean os contaron 15 compañeros y 104
Viet Congs muertos dentro del perímetro del campamento con forma
de corazón, y otros 140 del Viet Cong fuera de allí, cerca de la línea de
alambre de púas.
El General a cargo de Jung voló hasta el lugar para felicitarlo. Jung
se cuadró delante de él después de la horrenda batalla e intentó infor­
mar lo que había ocurrido, pero terminó diciendo: “General Coman­
dante, Señor, yo he perdido demasiados hombres, por lo tanto no tengo
derecho a sus halagos o admiración, Señor", y estalló en lágrimas.
Los detalles de la batalla volaron hasta los titulares de los princi­
pales diarios coreanos -y de los diarios en idioma inglés-. Corea del
Sur le otorgó a Jung y a uno de sus oficiales, Shin Won Bae, la Tae Guk,
la Medalla de Honor de Corea, y todos los soldados de la l i r a Compa­
ñía recibieron un ascenso en sus rangos. El excepcional liderazgo de
Jung en ordenar un contraataque, junto con la valentía de sus soldados
y su entrenamiento en Tae Kwon Do, habían contribuido a la derrota
comunista. Shin Won Bae, quien más tarde comandó la misma unidad
de Dragones Azules (hoy llamada 2da División de Marina) dijo a una
publicación de las fuerzas de la Marina de los Estados Unidos en 2004:
Aunque las tácticas indican que se deben fijar las bayonetas a los rifles
para combate cercano para neutralizar al enemigo, nuestra arma en
aquel momento, el fusil M-l, no era un arma que se pudiera manipular
rápidamente. En situaciones urgentes, el infante de marina al frente
golpeaba la cara del enemigo y partes vitales utilizando Tae Kwon Do,
causando que el enemigo perdiera momentáneamente toda capacidad
o voluntad de luchar. Luego un segundo infante de marina terminaba
con el enemigo con el fusil. Adicionalmente, golpear al enemigo con
las palas de combate era altamente efectivo para destruir la voluntad
de luchar entre los mandos del enemigo. Mientras que el Tae Kwon Do
mostró su efectividad en el campo de batalla, lo más importante es que
las artes marciales generaron la confianza para derrotar al enemigo...
Yo creo que este es el significado más importante del entrenamiento
en Tae Kwon Do134.

Esta "confianza para derrotar al enemigo" se corporiza en dos de


los cinco principios del arte marcial: Perseverancia y Espíritu Indo­
mable.
En noviembre de 1967, luego de la Batalla de San Valentín, los
Infantes de Marina de Corea ganaron el Campeonato Nacional de Tae
Kwon Do en Corea -victoriosos en el campo de batalla y en el cuadrilá­
tero-. En 1968, la Jefatura de Infantería de Marina incluyó el entrena­
miento de Tae Kwon Do y exámenes sobre entrenamiento de combate.
"La Base de Educación de Infantería de Marina, que supervisaba el
entrenamiento inicial para los oficiales no comisionados, y enlistaba
Infantes de Marina, inicialmente estableció como objetivo que el 85%
de los Infantes de Marina obtuvieran la más alta certificación en Tae
Kwon Do. Los soldados también desarrollaron Mu Chuk Do (el Camino
Invencible), una variante más letal de Tae Kwon Do. "Sin embargo, lue­
go de enseñar esta forma durante varios años en la Fuerza, los Infantes
revirtieron al Tae Kwon Do como el estándar, reservando al Mu Chuk
Do para las unidades asignadas a misiones de reconocimiento"135'
Los oficiales americanos, como el Comandante de batallón James L.
Jones, quedaron tan impresionados con la victoria del día de San Valen­
tín que enrolaron a sus soldados en la instrucción de artes marciales
y comenzaron sus propios programas. Las revistas publicaron fotos
de soldados coreanos entrenando a los americanos en combate mano
a mano. Más adelante Jones ocupó el cargo de Supremo Comandante
Aliado en Europa y Comandante de la Infantería de Marina, donde ayu­
dó a crear el Programa de Artes Marciales de la Infantería de Marina
(MCMAP), que aún existe. Jones afirmó que sus infantes de marina
habían envidiado las habilidades para el combate de los soldados del
Capitán Jung.
Los vietnamitas brindaron el escenario en que las artes marciales
coreanas pudieron ser vistas, y fue una de las principales razones por
las que el arte marcial se volvió popular. A medida que la información
acerca de las habilidades de lucha de los soldados coreanos se difundió;
muchos americanos aprendieron que el nombre del arte era Tang Su
Do136. Sólo algunos coreanos lo llamaban Tae Kwon Do. Los americanos
invitaron a los instructores coreanos a enseñar en los Estados Unidos;
que pronto tuvo más gimnasios coreanos que cualquier otro país en el
mundo137. Un periodista estimó que había veinticinco grandes maes­
tros coreanos en los Estados Unidos desde principios hasta mediados
de la década del 60, al comienzo de la Guerra de Vietnam. Para fines de
los 60, había 800 instructores. Como resultado de ello, Estados Unidos
se volvió un pilar del Tae Kwon Do de Choi en la década del 60, junto
con Vietnam, Alemania Occidental, Malasia y otros cinco países. Sin
embargo, pocas personas lo estaban llamando Tae Kwon Do.
C a p ít u l o 7
E l E q u ip o d e A s e s
Y LA CIA COREANA

Alguien debió haber difundido mentiras sobre Jo sef K, porque sin haber
hecho nada malo> una mañana fu e arrestado.
Primera frase de "El Proceso", por Franz Kafka.

Choi y sus pioneros habían estado viajando y dando presentacio­


nes internacionales por años, pero un tour de 1965 finalmente llamó
la atención de extranjeros en un momento en que la Guerra de Corea
estaba en los titulares de los diarios. Uno de los amigos más cercanos
de Choi era el Embajador surcoreano en Alemania Occidental, quien
había sido un gran promotor del Tae Kwon Do desde 1959138. Él había
invitado a Choi y su "Equipo de Ases" a realizar una gira de Tae Kwon
Do por Europa en 1965139. Choi y cuatro instructores (con bolsas llenas
de nuevos libros de Tae Kwon Do) arribaron a Italia, donde reservaron
un estadio de atletismo para su primera exhibición.

El Embajador surcoreano en Italia estaba entre los asistentes al


evento, la mayoría los cuales eran soldados italianos. En el escenario,
Han Cha-gyo, un miembro del Equipo de Ases, saltó por encima de dos
soldados de 1,80 mts. de altura y partió dos tablas de madera que se
hallaban del otro lado. El público gritó y aplaudió -y continuó aplau­
diendo, lo cual Choi no entendía-. ¿Por qué no paraban de aplaudir?
Él supuso que estaban protestando. Quizás sospechaban que Han los
había engañado, que había realizado algún tipo de magia.
"¿Por qué siguen aplaudiendo por tanto tiempo?”, el General pre­
guntó al Embajador.
"Eso significa que quieren un bis" explicó el Embajador. "Creo que
lo deberían mostrar otra vez"
Choi le indicó a Han que repitiese la maniobra. Luego de que Han
voló por encima de la cabeza de los soldados y rompió más tablas, el
público enloqueció. No era magia ni un truco. Éste era el mismo Han
Cha-gyo que, junto con Nam Tae-hi, había deslumbrado al Presidente
surcoreano en 1954.
Durante la gira de 1965, Han y sus tres compañeros del Equipo de
Ases, Jong-soo Park, Joong-keun Kim y Jae-hwa Kwon, deslumbraron
al público en Turquía, Malasia, Singapur y Alemania Occidental140,
Las demostraciones incluían combate con gente del público, en parte
porque los miembros del equipo se veían forzados y no tenían otra
opción; luchadores pendencieros, especialmente los expertos en Kara­
te, los arengaban en público y los desafiaban a pelear. Ninguno de los
miembros del Equipo de Ases perdió, o, si lo hicieron, nadie publicó las
derrotas. Los miembros del equipo también habían acondicionado sus ;
manos y pies para técnicas de rotura. En Alemania, Joong-keun Kim;
rompió un ladrillo en dos.
Sin embargo, los egipcios no se mostraron impresionados. En el
cuartel general del cuerpo de gendarmes egipcios, justo cuando Kim se
preparaba para romper su ladrillo, un hombre gritó, "¡Yo puedo hacer
eso!". Choi inmediatamente le ordenó a Kim que agregase otro ladrillo,
porque algunos de los hombres entre el público se veían tan grandes
como Hércules -y quizás alguno de ellos podía partir un ladrillo al
medio-.
"Nosotros podemos hacer eso", gritó otro hombre. Choi le ordenó
a Kim que agarrase un ladrillo más, llevando el total a tres. El público
esperó. Kim levantó su mano y la precipitó para romper los tres la­
drillos. Algunos miembros del público quedaron impresionados, pero
otros intentaron replicar lo que Kim había hecho, intentando romper
tres ladrillos ahí mismo, en ese instante. Ninguno lo logró.
En 1965, el General Choi (con anteojos negros) y el Embajador surco reano
en Alemania Choi Duk-shin (de traje) presidieron la Exhibición de los Ases de
Jong-Soo Park (a la izquierda, de uniforme%Jae-hwa Kwon (centro), Joong-
keun Kim (derecha) y Han Cha~gyo (fuera de la foto).
Foto cortesía de Choi Hong-Hi.
Sin embargo, luego de las demostraciones, un soldado egipcio se
acercó al área VIP y le preguntó a su comandante egipcio, que estaba
con Choi, si él le podía mostrar su técnica. El comandante accedió. El
soldado sacó una piedra oblicua de su bolsillo y la rompió con un golpe
de Karate. El comandante estaba sorprendido, y el orgulloso soldado
miraba como si hubiera derribado una montaña. Se debía hacer algo,
pensó Choi, porque todos sabían que romper una piedra era más di­
fícil que romper un ladrillo, y Choi se rehusaba a perder su contienda
extraoficial. Solicitó al anfitrión del evento que encontrase una piedra
diez veces más grande que la que había roto el soldado. Luego de que
fue colocada delante de la audiencia VÍP, un miembro del Equipo de
Ases, jae-hwa Kwon, la hizo estallar en pedazos. El soldado egipcio
desapareció.
La noticia sobre la exhibición se diseminó a través de los militares
y la policía egipcia, y Choi aprovechó la racha favorable para de ma­
nera atrevida anunciar que el Tae Kwon Do era el "deporte nacional”
de Corea141. Esto, por supuesto, no era verdad. Si ios dirigentes de las
artes marciales en Corea no podían ponerse de acuerdo para decidir
un nombre, mucho menos podían elegir un deporte nacional, pero
Choi transformó a los expertos en Karate en expertos en Tae Kwon Do
y creó asociaciones en Egipto, Alemania Occidental, Italia y Turquía,
y distribuyó sus nuevos libros como regalos para ellos. Juntos, ellos
revisaron las formas incluidas en el libro y reclutaron a una o dos per­
sonas influyentes para las asociaciones. Muchos se preguntaban cómo
un arte marcial conocido como Karate, pero misteriosamente llamado
Tae Kwon Do, podía de manera repentina tener asociaciones enteras en
múltiples naciones, pero el General Choi era más que un optimista; él
era un hombre de Relaciones Públicas antes que el término RRPP fue­
ra conocido- y, más aún, era un "showman”, un poeta y un ex general.
Sabía cómo motivar a sus superhombres para que realizaran lo que el
público quería ver; sabía cómo explicar las poderosas técnicas; y sabía
cómo aplastar provocadores, matones y enemigos.
Las personas estaban acostumbradas a la velocidad y el poder
abrumador del Karate y otras artes marciales, pero Choi afirmaba que
la altura, la destreza y potencia de las patadas voladoras demostraban
que el Tae Kwon Do era único. Él escribió: “Ciertos detractores afirman
que las técnicas voladoras son imprácticas y peligrosas (en el comba­
re),., Numerosos instructores de Tae Kwon Do con años de experiencia
pueden dar testimonio de que una patada voladora bien ejecutada con
velocidad no sólo es devastadora, sino que también tiene la ventaja
adicional de la sorpresa”. Se olvidó de agregar que la patada voladora
generaba asombro; lo maravilloso de las artes marciales es que no
hace falta ser un experto para maravillarse ante una gran técnica,
siempre y cuando no seas la víctima.
En la década de 1960, el equipo de exhibiciones mostró patadas
frontales en salto, patadas laterales voladoras, y la doble patada vola­
dora que parecía casi imposible. Esta última consistía en el golpe de
un pie a la cara mientras simultáneamente el otro golpeaba el pecho.
Otros dos golpes devastadores eran la patada de giro en el aire (saltan­
do y girando 360 grados o 540 grados para golpear la cara) y la espe­
cialidad de Han Cha-gyo, la patada por encima de la cabeza (saltando
por sobre un oponente para golpear a otro del otro lado). Estas patadas
voladoras eran casi imposibles de ejecutar durante el combate libre
(los detractores de Choi tenían razón), salvo que un cinturón negro
entrenase todos los días por cuatro años, y aun así la sincronización y
la potencia tenían que ser perfectos.
Kong Young-il era un miembro del selecto equipo de exhibiciones
de Choi en los años 60, y, como los demás, entrenaba día y noche y
podía realizar esas patadas. Había comenzado con Shotokan Karate
y Judo y más adelante se entrenó en el Oh Do Kwan de Nam Tae-hi en
Corea del Sur142. El entrenamiento era severo. En verano, Kong y sus
compañeros de clase escurrían la transpiración de sus uniformes en la
mitad de la práctica. En invierno, el piso estaba tan frío que no podían
dejar de moverse, En aquellos años, una rutina normal era:

De 5.30 a 6.30: despertar y correr durante una hora


De 9.00 a 12.00: técnicas fundamentales
De 14.00 a 17.00: técnicas de combate
De 17.00 a 21.00: cenar y enseñar a soldados y sus familias
Después de las 21.00 (en giras de exhibición): fiestas y recepciones
Choi trataba a los miembros de su equipo de exhibiciones como
hijos adoptivos, cuidándolos y asegurándose de que no se salieran de
control a la noche. A la hora de dormir, él se asomaba a las habitaciones
de sus hombres para ver que estuvieran en sus camas, acomodando
sus frazadas143, Algunas veces los artistas marciales fingían estar
dormidos y salían de fiesta a escondidas luego de que el General se re­
tiraba. El problema con dar demostraciones de día y salir de fiesta por
la noche era que Choi los obligaba a despertarse a las 6, sin importar
cuánto hubieran tomado o qué tan fatigados por un vuelo estuvieran.
Desde 1938, cuando él había comenzado con Karate, se había levan­
tado a las 6 cada día de su vida, sin importar en qué zona horaria se
encontraba, sin importar qué tan duro había "descarrilado” la noche
anterior144.
Usualmente, los miembros del equipo eran despertados por las
meditaciones matinales de Choi, que incluían golpear su calloso puño
derecho contra una pared del hotel. Él preservaba el puño izquierdo
por los sagrados valores confucianos145. Su. yerno, Michael Cormack,
un cinturón negro que se unió al grupo más adelante, comentó al res­
pecto: "Estábamos durmiendo y escucharíamos la pared: el Gral. Choi
estaba golpeando sus nudillos, pensando acerca de lo que iba a hacer,
y todo el hotel temblaba." Bum. "Él estaba muy enfocado.” Bum. "No
necesitábamos relojes despertadores.” Ba-bum146.
No era de extrañar que los exhaustos superhombres algunas veces
fallaran en romper tablas o ladrillos -y a veces se durmieran durante
las exhibiciones, en cuyo caso Choi los despertaba con una trompada
en el estómago-.
No todo andaba bien entre los hombres durante las giras interna­
cionales. El primer día de la gira del Equipo Ases en 1965, por ejemplo,
Choi miró dentro de la bolsa que Jong-Soo Park estaba sosteniendo y
notó que un paquete con pimientos picantes estaba goteando sobre los
preciados libros de Tae Kwon Do de Choi. Choi le gritó a Park por llevar
los pimientos junto con los libros. Las manchas de los pimientos eran
imposibles de quitar. Pero la esposa de Choi le había dado los pimientos
a Han Cha-gyo, su compañero de equipo, quien los había colocado en
la bolsa para Choi y los demás. A ellos les encantaba la comida picante.
Aun así, Choi estaba enojado con Park, no con Han. Estaban todos ca­
minando hacia un ascensor el primer día, y Park frenó para permitirle
a una mujer entrar antes que él, cuando Choi amenazó repentinamente
con enviarlo de regreso a Corea por caminar demasiado lento. Esto era
demasiado para Park. Él había cargado la pesada bolsa como un favor
para Han, su mayor, y había dejado pasar a la mujer por cortesía, pero
el enfurecido Choi parecía no entenderlo. Park apoyó la bolsa y miró a
Choi, y resto del equipo no hizo nada mientras el ascensor zumbaba.
Esto fue un día.
"Me voy de regreso a Corea", anunció Park y pidió su pasaporte.
Choi estaba sorprendido, y giró su cabeza hacia otro lado, que es
íó que hacía habitualmente cuando alguien le provocaba un disgusto.
Miró hacia la pared, como si Park no existiese, como si Park no hubiese
hablado, Choi causó muchos conflictos en su vida, pero rara vez los re­
solvía de una manera directa y frontal, cara a cara, salvo que estuviera
seguro de su victoria. En aquella gira, él se rehusó a dejar ir a Park, y
los dos hombres se trataron con más cuidado después del Incidente del
Pimiento Picante. Park había descifrado un secreto acerca del General,
uno que pocas personas habían aprendido: tenías que hacerle frente al
beligerante Choi, sin importar qué tan aterradoras las consecuencias
pudieran parecer.
El último día de la gira, luego del estrés de las exhibiciones -el
combate, las roturas, las burlas del Karate, el constante viaje, las cortas
noches- ellos estaban cenando en un restaurante en Hong Kong justo
la noche antes del regreso a casa. El equipo estaba agotado. Después
de más de un mes viajando juntos, estaban golpeados, dolidos, can­
sados e irritables. El mozo colocó dos huevos delante de Choi aunque
él sólo había pedido uno. Éste ofreció el huevo sobrante a Joong-keun
Kim, quien a su vez se lo ofreció a Jong-Soo Park porque Park era mu­
cho más joven, dijo Kim. Esto era un insulto, desde la visión de Park,
porque él era solamente uno o dos años más joven; una vez más Kim
estaba abusando de su importancia, haciendo notar la jerarquía, inten­
tando hacer sentir inferior a Park. Han Cha-gyo se había cansado de
Kim hacía un par de semanas y, aunque era jerárquicamente superior
a Kim, casi lo había golpeado. Park se deslizó dentro de una silenciosa
bronca en la mesa. Luego le ordenó a Kim que se fuera del dormitorio.
Kim comenzó a temblar. Mirando hacia atrás, desafiar a Kim no
era una buena idea, ya que él era un miembro clave de la guardia pre­
sidencial surcoreana y, de alguna manera, era el superior de Choi, pero
Kim y Park habían estado evitando una pelea durante gran parte de la
gira, y Park al final quería liquidar el tema.
Mientras los dos hombres caminaban hacia arriba, Park hervía,
y Kim echaba espuma por la boca. Park podía ver la saliva blanca en
los labios de Kim. En ese momento, Choi y Han entraron a ios saltos, y
Choi los apabulló con un duro sermón. "¡Hemos durado un mes y medio
juntos!"' dijo Choi. “¿Por qué pelear ahora?"
Kim se disculpó con Park y le ofreció su mano. Park se la dejó col­
gando.
***

De regreso en Corea, la gira internacional no logró impresionar a


otros líderes de artes marciales, pero Choi aún tenía conexiones dentro
de ramas del gobierno y dentro de la KCí A, y esperaba consolidar su
poder en de las artes marciales. El Presidente surcoreano lo ignoraba,
ocupado con una potencial hambruna, la Guerra de Vietnam y una
creciente guerra encubierta con Corea del Norte, pero Choi necesitaba
al Presidente, porque una de sus prioridades era unificar los nueve
principales gimnasios bajo el nombre de Tae Kwon Do. Choi nunca se
rendiría.
La KTA todavía era la Asociación Coreana de Tae Su Do, y casi
todos los jefes de artes marciales querían ser presidente de la KTA,
Ellos planeaban golpes de Estado y contragolpes dentro de la KTA tan
a menudo como sus amigos políticos los hacían contra el Presidente de
Corea del Sur. En este contexto, una vez más Choi se abrió paso hasta
ser Presidente de la KTA.
En 1965, durante una reunión en la cual un líder de artes marcia­
les aceptó el nombre Tae Kwon Do en público y luego lo rechazó en
privado, Choi tomó al hombre por la camisa, lo arrastró por las esca­
leras, y en la presencia de otros maestros de artes marciales, golpeó
su cabeza contra una pared147. “Es imposible encontrar a un malvado
tan canalla como él", dijo Choi. "Debemos deshacernos de él.” Choi lo
giraba temblar.
Aunque él y el dictador surcoreano se odiaban, Choi continuó
amenazando a hombres poderosos y maniobrando políticamente tan
hábilmente como lo hacía físicamente el Equipo de Ases. De alguna
manera, convenció al dictador coreano para que aceptara el nombre
Tae Kwon Do, y, bajo Choi, la KTA se volvió la Asociación Coreana de
Tae Kwon Do una vez más -pero pocos maestros marciales se llevaban
bien con Choi, especialmente uno de los más famosos en el país, Hwang
Kee148-. Y todos continuaron enseñando las formas de Karate Coreano,
evitando los esquemas Ch'ang Hon que Choi y sus hombres habían de­
sarrollado en Malasia149.
Poco después, los dirigentes de artes marciales organizaron un
golpe de Estado de artes marciales para sacar a Choi. Otro líder famo­
so, Lee Chong-woo, jefe del Ji Do Kwan (uno de los nueve gimnasios
principales en el país) luego les contó a dos artistas marciales: “Choi
Hong-Hi era como un dictador autoritario, entonces Uhm Woon-kyu y
yo lo tuvimos que sacar a patadas. Una mañana lo fuimos a visitar a su
casa en Hannamdong (cerca de Yong San) para pedirle que renunciara,
pero Choi Hong-Hí nos rogó que lo dejásemos continuar como presi­
dente de la KTA por otros seis meses. Le hicimos saber que tendría
que elegir entre tres cosas: Dinero, Posición u Honor. Le dijimos que si
elegía Honor y renunciaba, lo ayudaríamos a crear su propia asocia­
ción privada internacional de Tae Kwon Do (ITF), pero queríamos que
renunciara inmediatamente y que se saliera de la KTA". Lee, Uhm y
otros habían etiquetado a Choi como un “buscapleitos permanente"150.
Muchos artistas marciales se dedicaban a la noche con tanta intensidad como
al entrenamiento. Aquí, en 1965, Choi pone un cigarrillo en la boca a Hwang
Kee, su amado enemigo y cabeza de la poderosa Moo Duk Kwan. Han Cha-gyo;
miembro del Equipo de Ases, es el segundo desde la derecha,
Foto cortesía de Choi Hong-Hi.
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H w ang K ee y Choi Hong-Hi, 1965.


Foto cortesía de Choi Hong-Hi
A Choi no le importaba ni lo más mínimo, Renunció a la KTA y creó
ja ITF en 1966, en el Salón Rosa del Chosun Hotel en Seúl151. Según lo
prometido, Lee y Uhm ayudaron, presionando sobre el poder ejecutivo.
Mientras tanto, el Tae Kwon Do crecía lentamente en el exterior, gra­
cias a las conexiones diplomáticas de Choi, los alumnos de Nam Tae-hi,
y la primera ola de pioneros que habían establecido sus propios gim­
nasios. La ITF ahora reunía a nueve países fundadores, principalmente
los que Choi había visitado en 1965 con el Equipo de Ases.
En el curso de los dos años siguientes, la ITF se difundió a treinta
países y el Tae Kwon Do se expandió en Corea del Sur cuando el Mi­
nisterio de Defensa Nacional emitió una orden para que las fuerzas
armadas se entrenaran en el arte marcial152.
Pero la ITF y la KTA se volvieron competidoras, aunque la “T” en
"KTA” ahora significaba Tae Kwon Do. La competencia era un juego
peligroso. Choi se había separado del grupo al que respondía la KTA,
la Asociación Atlética Coreana, que contaba con su propio edificio153,
mientras que la ITF se reunía en el Chosun Hotel. La separación física
determinó que la ITF debía sentar sus raíces en otro lugar, porque
cualquiera que quisiera tener éxito en Corea del Sur necesitaba arrai­
garse en algún lugar de la dictadura. Mientras que unos pocos gim­
nasios se aferraron al Ministerio de Educación y otros a la KAA, Choi
atrevidamente conectó a su ITF con la notoria CIA Coreana (“KCIA”], a
pesar de los informes de torturas y atrocidades por derechos humanos
que la rodeaban.
En un esfuerzo por obtener influencia dentro de la dictadura, Choi
designó al creador de la KCIA como Presidente Honorario de la ITF;
también incluyó agentes de la KCIA dentro los puestos más altos de la
ITF. Era una clásica maniobra al estilo de Choi: audaz y arriesgada, y
con la violencia al acecho, pero fuera de la vista de todos. La KCIA se
había vuelto un Estado dentro del Estado, lanzando cientos de opera­
ciones de espionaje contra Corea del Norte y haciéndose muy conocida
durante la Guerra Fría por la persecución sin piedad de sus enemigos,
tanto reales como supuestos154. Ella había modernizado los valores
confucianos coreanos, reemplazando las ambigüedades ancestrales
por enormes archivos y la adoración dinástica por el sigilo moderno, y
planeó muchas de las ideas legislativas del gobierno, apretó a los millo­
narios, espió a sus ciudadanos, y dio apoyo a teatros, a una orquesta y
a un gran centro turístico155, A su vez, el Tae Kwon Do modernizó a los
antiguos guerreros hwarang; ahora, algunos de los artistas marciales
eran soldados y espías.
Un problema, como lo veía Choi, era que la KCIA estaba acosando
y torturando a sus propios ciudadanos de manera creciente. Llevar
a cabo misiones contra los comunistas era una cosa, pero torturar a
un político o a un ciudadano coreano simplemente porque pensaba
distinto era otra. Los coreanos habían oído que la KCIA golpeaba a los
ciudadanos con tubos de hierro o que los asfixiaban con toallas húme­
das156. Pero Choi mantenía conexiones con la KCIA; mientras que miles
de coreanos inocentes fueron encarcelados en 1966, por ejemplo, un ex
director de la KCIA organizó un agasajo para Choi en una casa kisaeng,
Pero Choi pronto se dio cuenta de que no podía jugar en la misma
liga que la KCIA. En 1967, dos de los directivos que había designado
para su organización de Tae Kwon Do, Kim Kwang II y Lee Gye-hoon,
estuvieron involucrados en una misión para secuestrar a 203 coreanos
en siete países, una operación surrealista que sacudió hasta al propio
Choi157.

El incidente de Berlín Oriental


Todo comenzó temprano el 17 de julio de 1967 en Alemania Occi­
dental, donde un oficial surcoreano llamó por teléfono al reconocido
compositor coreano I-sang Yun a su casa en Berlín Occidental y le pidió
que se dirigiera a la embajada. Yun viajó hasta Bonn, y una vez dentro
de la embajada, los oficiales echaron mano de él, lo encerraron en el
ático, y por dos días lo acosaron con acusaciones de ser un espía para
Corea del Norte. El compositor negó los cargos, pero los oficiales io
transportaron hasta el aeropuerto de Hamburgo y lo metieron en un
vuelo de Líneas Aéreas de japón con destino a Seúl -aunque él no tenía
ni pasaporte ni pasaje aéreo-158.
Mientras tanto, en Heidelberg, los rumores de coreanos desapare­
cidos llegaron a una comisaría de la policía alemana a través de una
carta de un estudiante coreano de la Universidad de Heidelberg. La
carta explicaba que el estudiante se encontraba en una “situación de
K" el hombre de la novela de Franz Kafka "El Proceso", un libro que
cuenta sobre un hombre que es arrestado, atormentado y forzado a
comparecer ante un tribunal por razones que nunca logra averiguar. El
estudiante coreano se sentía de la misma manera. Cuando los agentes
coreanos llegaron para llevárselo, él intentó escapar y, por la manera
en que lo golpearon, descubrió que sabían Tae Kwon Do. Lo metieron
a la fuerza en un avión y lo despacharon a Seúl, donde la KCIA lo puso
ante un tribunal para enjuiciarlo159.
En Alemania Occidental, las autoridades escucharon más historias:
un estudiante coreano en Heidelberg fue invitado a cenar y secuestra­
do; un disertante desapareció de una universidad en Frankfort; un
médico, un pintor; un poeta y varios reporteros gráficos estaban des­
aparecidos, todos ellos coreano-alemanes. En total, más de cuarenta y
cinco coreanos estaban desaparecidos en Alemania, ocho en Francia y
ciento cuarenta y tres en Austria, los Estados Unidos, el Reino Unido,
/Australia y Corea del Sur. ¿Qué estaba ocurriendo?160.
Un jefe de la KCIA en Alemania, Yang Doo-wan, estaba al tanto.
Encubierto como consejero de la embajada, estaba a cargo de la parte
alemana de una gigantesca operación conducida por la tercera rama
de la KCIA (a cargo de contrainteligencia y de atrapar espías) y la sexta
rama (dedicada a juegos sucios, sabotaje y asesinatos)161. Yang estaba
arrestando a estudiantes y artistas rebeldes, todos los cuales eran
poco apreciados por el Presidente surcoreano y la KCIA. Estos eran
los turbulentos 60; estudiantes en contra de la Guerra de Vietnam pro­
testando en los Estados Unidos y Europa, la Guerra Fría llegando a su
apogeo y la KCIA fabricando acusaciones de que estudiantes en Europa
trabajaban de noche como espías para Corea del Norte162. Yang había
importado cincuenta agentes adicionales de la KCIA y había reclutado
a instructores coreanos de Tae Kwon Do y mineros coreanos (quienes
habían estado introduciendo de manera esporádica el Tae Kwon Do en
Europa durante varios años). Había organizado que un avión llevara
a los secuestrados desde Alemania a Corea del Sur, donde agentes los
depositaban en Namsan, una colina arbolada en el centro de la ciudad
donde se encontraba la sede central de la KCIA, El sótano de dicha
jefatura estaba equipado con aparatos de tortura que podían hacer
prácticamente cualquier cosa salvo convertir a los hombres en mujeres
y a las mujeres en hombres163.
El General Choi se enteró de que el Tae Kwon Do estaba involucra-
do en los secuestros masivos. Durante las semanas de los secuestros,
Kim Kwang-il, de 31 años de edad, un pionero del Tae Kwon Do que ha­
bía vivido en Stuttgart por varios años, viajó 600 millas de una ciudad
a otra, mostrando a los oficiales coreanos dónde vivían los estudiantes.
Lee Gye-hoon, un segundo pionero del Tae Kwon Do que estaba invo­
lucrado, era un agente de la KCIA y autoridad de la Federación Inter­
nacional de Tae Kwon Do de Choi. Choi carecía de poder para poner
freno al uso de oficiales del Tae Kwon Do en la misión de secuestro164,
En Alemania, un estudiante logró escapar mientras era conducido
al aeropuerto de Dusseldorf y llegar a la estación de policía, donde
hizo una denuncia desesperada. Al principio los policías alemanes
lo miraban perplejos. ¿Secuestros masivos? ¿Mujeres seduciendo a
alumnos para secuestrarlos? ¿Artistas marciales forzando a personas
dentro de automóviles? La policía le creyó, y Alemania emitió una pro­
testa oficial, llamando a la operación “una grave violación del derecho
internacional” y ofreciendo protección policial a los restantes 4200
surcoreanos en Alemania Occidental. La gente suponía que la inteli­
gencia alemana sabía de la operación y que había dejado a los coreanos
realizar las operaciones con la condición de que luego los estudiantes
fueran devueltos a Alemania, pero era obvio que nadie esperaba que
todo esto se saliera de control.
Los secuestros fueron llamados el Incidente de Espionaje de Ber­
lín Oriental, porque supuestamente los estudiantes habían visitado a
agentes norcoreanos en la ciudad. La KCIA acusó a los estudiantes de
recibir entrenamiento en espionaje, de comenzar una revolución socia­
lista y de aceptar desde 200 a 1000 dólares por el trabajo. El incidente
ocurrió en un momento en que Corea del Norte estaba lanzando cien­
tos de intentos de asesinato y redadas de comandos en Corea del Sur,
de manera que era muy poco sabio que un surcoreano visitase Corea
del Norte. Aun así, 1000 dólares parecía una suma insignificante para
comenzar una revolución.
El escándalo internacional se publicó en diarios en todo el mundo,
y el presidente de Corea del Sur, Park Chung-hee, enfrentó un aluvión
¿e críticas. Él estaba lívido. La KCIA debió haber “convencido" de ma­
nera silenciosa a los supuestos comunistas a que volasen a Seúl, pero el
mundo ahora veía el aspecto más brutal de Corea del Sur, que siempre
había estado asociado con Corea del Norte. A medida que las quejas
crecieron, Alemania expulsó a tres diplomáticos surcoreanos y suspen­
dió la asistencia económica165. La policía arrestó a un minero coreano
y al instructor de Tae Kwon Do Kim Kwang-il, y Francia entregó una
protesta formal a Corea del Sur, donde había comenzado un escándalo,
en parte por el secuestro del compositor I-sang Yun.
Los agentes en Seúl lo trataron tan mal como lo hacían con los
demás secuestrados. Ataron sus manos y sus pies. Cubrieron su cara
con una toalla mojada, lo suspendieron desde un poste, lo patearon
y golpearon con palos de madera, insistiendo en que confesara que
éra un espía. Él se desmayó repetidamente pero finalmente accedió a
firmar una confesión porque temía morir166. Bajo la Ley Nacional de
Seguridad y la Ley Anticomunista, él y sus compañeros de celda reci­
bieron sentencias de muerte.
El compositor había pasado por esto antes, durante la Segunda
Guerra Mundial, cuando Japón lo arrestó y torturó por resistirse a la
ocupación japonesa, algo que el General Choi hubiera comprendido.
Choi se había resistido al Imperio Japonés y dedicó su vida a dar poder
a los militares a través de las artes marciales; Yun se rebeló y dedicó su
vida a escribir música sobre temas de justicia y humanitarios. La KCIA
había secuestrado a Yun porque, en 1963, él había visitado una antigua
tumba Koguryo en Corea del Norte buscando un posible escenario para
una futura nueva composición. Pero la KCIA no tenía tiempo para los
caprichos de los artistas y lo condenaron por traición. Un petitorio
mundial encabezado por Igor Stravinsky y Herbert von Karajan fue
presentado al gobierno de Corea del Sur; la KCIA respondió permitién­
dole a Yun componer una ópera sobre el suelo de su celda.
Choi se enteró del encarcelamiento de Yun y supo que el cerebro
de la operación global era el director mismo de la KCIA, el notorio Kim
Hyung-wook, un oficial durante la Guerra de Corea cuya insoportable
arrogancia sólo era superada por su voraz apetito por los sobornos.
Justo aquella primavera, Choi le había pedido ayuda para convencer al
Presidente surcoreano de construir un centro de Tae Kwon Do en Seúl,
pero el lobby había fracasado167. El apodo de Kim era “jabalí Salvaje", y
acumulaba una cantidad inimaginable de poder: manipulaba eleccio­
nes; controlaba partes de la economía; promovía eventos culturales,
religiosos y deportivos. También robó decenas de millones de dólares
y lanzó misiones de espionaje a todas partes del planeta.
Luego de los secuestros en Alemania, el Jabalí Salvaje se rió de un
cumplido que circulaba por Seúl que decía que ni el mismísimo James
Bond habría podido organizar un mejor secuestro de 203 personas.
"Nuestra gente”, él reconoció a la revista alemana Der Spiegel, “ya
estaba en casa para cuando la noticia apareció en los medios". La ope­
ración era "intachablemente impecable", dijo168. Su arrogancia pudo
haber sido alimentada por el apoyo de la CIA americana, que también
había "convencido" a tres surcoreanos en los Estados Unidos para que
volviesen a Seúl169.

En Seú! en 1967, aguardando el dictado de sentencia sobre el Incidente de


Berlín Oriental.
Foto cortesía de Choi Hong-Hi.
Como parte de la operación, el Jabalí Salvaje arrestó a poderosos
en Corea del Sur: políticos, líderes religiosos y, por alguna razón, a la
secretaria de uno de sus adversarios, Park Chong-kyu, quien no sólo
era la cabeza de la Fuerza de Seguridad del Presidente (“PSF”), sino
también cinturón negro tercer dan en Hapkido y Judo. A Park Chong-
kyu luego se lo conocería como "Pistola Park" en las Olimpíadas y en
el Tae Kwon Do. En los años 60, él manejaba sus propias misiones de
inteligencia fuera de la KCIA y administraba un pequeño imperio que
competía con la KCIA y la Oficina del Primer Ministro ("PMO"). Estas
eran las tres esferas del poder -la KCIA, la PMO y la PSF- que giraban
en torno al dictador, apoyándolo mientras que al mismo tiempo pro­
tegían sus territorios los unos de los otros170. Poco después de que el
jabalí Salvaje arrestó a su secretaria, "Pistola Park" apuntó una pistola
á la cabeza del Jabalí y le ordenó que la liberara. El director de la KCIA
dudó, pero luego cedió171.
| "Esto hace que merezcamos ser llamados salvajes", pensó Choi del
Incidente de Berlín Oriental172. Él sospechaba que la historia verdadera
era mucho peor que la versión publicada, y que la KCIA había intentado
forzar a los surcoreanos a volverse espías (o contraespías) y que los
había secuestrado cuando ellos se negaron. En el mejor de los casos, la
KCIA exageraba las acusaciones de espionaje de Corea del Norte como
un capricho de paranoia o simplemente como advertencia a todos
aquellos que hablaban en contra del régimen. Dos de los Principios del
Tae Kwon Do eran Integridad ("capacidad para discernir entre el bien
y el mal") y Cortesía ("un sentido de justicia"), pero ahora el mundo
estaba leyendo sobre el vínculo del arte con una inaudita misión de la
KCIA que era tan injusta como estrafalaria.
Era probable que Choi no sólo estuviera furioso por lo atrevido de
las misiones sino también porque la KCIA lo había mantenido al mar­
gen de todos los lugares posibles, justo su amigo cercano era el Em­
bajador surcoreano en Alemania Occidental. ¿Por qué la KCIA lo había
dejado desinformado? Como luego se supo, el Embajador en Alemania
Occidental no había sido anoticiado antes de los secuestros, y la KCIA
supuestamente lo había torturado a él -al propio Embajador de Corea
del Sur173-. Luego, el Embajador pidió al gobierno que lo relevara de
sus obligaciones, y se retiró como ermitaño religioso.
Las protestas mundiales y las presiones diplomáticas ayudaron a
las 203 víctimas en Corea del Sur; la gran mayoría de los secuestrados
fueron liberados -incluyendo al "estudiante Kafka"- pero no el compo­
sitor Yun. Corea lo acusó de espionaje y ejecutó a dos de los detenidos.
A pesar de la campaña internacional para liberar a Yun, el compositor
languideció en la cárcel durante dos años.
De vuelta en Alemania, la policía liberó al instructor de Tae Kwon
Do Kim Kwang-il. Un año después, en 1968, él estaba de regreso en la
ITF, promocionando el arte marcial y estableciendo la Asociación ITF
de Alemania Occidental, que estuvo bajo su mando hasta mediados
de 1971174. Un colega suyo de Tae Kwon Do, C.K. Choi, manifestó que
a su entender Kim Kwang-il no había estado físicamente involucrado
en los secuestros, y que de hecho, quizás él había ayudado al gobierno
alemán a obtener información acerca de qué había estado haciendo la
KCIA en el país en 1967.
El agente de la KCIA y segundo pionero del Tae Kwon Do Lee Gye-
hoon también estaba de regreso trabajando para la ITF de Choi un
par de meses después de su misión. En Tokio, presentó a Choi a un
renombrado maestro del Karate, Masutatsu Oyama, un coreano que
se había nacionalizado japonés y que era famoso por noquear toros.
Choi intentó convencer al famoso Oyama para que renunciara a la ciu­
dadanía japonesa y adoptase la coreana, y para que saltase del Karate
al Tae Kwon Do, pero no tuvo éxito. De todos modos el agente de la
KCIA los ayudó a que se volviesen hermanos de sangre. Luego llegó a
ser subdirector de la KCIA175.
En 1969 el Jabalí Salvaje finalmente accedió a liberar al composi­
tor I-sang Yun, amenazando matarlo si no se mantenía callado176. Yun
regresó a un teatro de Alemania Occidental para inaugurar Butterfly
Widow (La Viuda Mariposa), la pieza que había compuesto en el piso
de su celda. Luego inauguró una segunda obra, Dreams (Sueños), que
estaba basada en parábolas Taoístas que buscaban libertad interior.
Uno de los libretos lamentaba: "Lo que ha sucedido se transforma en
nada, si uno mira hacia atrás... Hoy es primavera; mañana la flor se
marchita"177.
Choi (izquierda) intercambia obsequios con Masutatsu Oyama.
Foto cortesía de Choi Hong-Hl

Luego del Incidente de Alemania Oriental, Choi se estaba mar­


chitando en Corea, a pesar de sus conexiones en la KCIA, éxitos en
Vietnam y sus demostraciones internacionales de Tae Kwon Do. Él
sospechaba que el dictador surcoreano quería que el Tae Kwon Do se
volviese un poderoso músculo al servicio de la dictadura178. Choi se
encontró ante dos alternativas: rendirse a la injusticia o criticar al dic­
tador. Eligió la segunda -la crítica era uno de sus puntos fuertes, por
supuesto- pero estaba luchando fuera de su categoría de peso. Aunque
la KCIA había cometido un error en Alemania, el Presidente surcoreano
se estaba volviendo el dictador amado de Occidente, un Frío Guerre­
ro que enfrentaba a los comunistas norcoreanos, a los chinos y a los
soviéticos mientras conducía una de las más poderosas economías
capitalistas del mundo, Choi quería tomar el control del Tae Kwon Do,
pero sabía que no podía derrotar al presidente Park y las tres esferas
de poder que giraban en torno ai dictador, cada una de las cuales tenía
conexiones con el arte marcial.
Quebrado en lo económico y debilitado en lo político, Choi co­
menzó a negociar dos millones de dólares de un agente norcoreano
-un crimen merecedor de pena de muerte-, pero nada resultó de las
negociaciones. Considerando lo que le había pasado al compositor
Yun por una simple visita a Corea del Norte, Choi se había arriesgado
demasiado. Luego se enteró de que el Presidente surcoreano y "Pistola
Park” habían designado a un agente especial de la KCIA, Kim Um-yong,
para que tomase control sobre el Tae Kwon Do179, Kim debía unificar a
los gimnasios de artes marciales y, en el camino, hacer frente a Choi.
P a r t e III
A utocontrol

El'Sr. Kim es una montaña; él se mantuvo en pie


solo; muchas veces permaneció en silencio.
Sin embargo, porque es una montaña, tiene un
valle igualmente grande, y tiene la capacidad de
asimilar mucha amargura, lo cual es una lección
para los jóvenes.

De la introducción a las memorias


de Kim Un-yong, 2002
C a p ít u l o 8
Entra l a N u b e D r a g ó n

Choi consideraba a Kim Un-yong tanto un subalterno como un


"amigo cercano" que es lo mismo que andar diciendo que uno aprecia
a alguien mientras le da golpes en el riñón. ¿Quién era este nuevo rival,
cuyo apellido significaba “oro" y su nombre “nube dragón"?180. Debo
presentarlo con detenimiento, ya que él terminaría obteniendo más
éxito para el Tae Kwon Do que Choi y Nam juntos, y los sutiles trabajos
de su corazón y su mente casi llegaron a destruir a Choi y a muchos
otros pioneros del Tae Kwon Do.
Kim nació el 19 de marzo de 1931, en el año del Carnero, en Taegu,
un pueblo que vivía dentro de él como la transparente agua de un arro­
yo, como él lo recordara alguna vez181. Aun a la edad de 70, él recor­
daría que su pueblo natal, en aquellos días, no se preocupaba con las
obsesiones del Dinero, la Posición y el Honor. Sí había un motivo central
en la vida de Kim, una palabra que explicaba su trayectoria desde su
pequeño pueblo natal a la estratosfera política: era “sincronización",
como él lo describía, buena sincronización y mala sincronización182.
Cuando Kim Un-yong estaba allí, su padre, Kim Do-hak, trabajaba como
periodista para un diario japonés y presentó su hijo a un poderoso
funcionario provincial que vestía un uniforme bordado en oro. "Yo voy
a vestir ese mismo uniforme si llego a ser un alto funcionario", pensó
el niño. Esa reunión había tenido buena sincronización y perduraría
en la mente de Kim por las siguientes siete décadas. Cuando él tenía
seis años, su padre falleció por neumonía justo en el año en que la
penicilina fue inventada. Mala sincronización. Kim conservó tan solo
una foto de su padre.
Luego de la muerte de su padre, la madre de Kim trasladó la fa­
milia a Seúl. Ella era una mujer moderna y educada, y sus ancestros
provenían de una familia de la realeza. Lo cual, en términos propios de
Corea, significa que eran delyangban. Eran ricos en la década del 30,
una época en que muchos coreanos pasaban hambre. La familia de Kim
poseía una mina, tierras en cinco lugares, y edificios en Seúl y Taegu183.
Antes y después de la Segunda Guerra Mundial, su madre enroló
a Kim en escuelas que eran predominantemente japonesas. Kim era
un buen alumno y deportista, entrenaba judo, boxeo, kongsudo, esquí,
y era corredor, pero él soñaba con ser diplomático, la cumbre de las
aspiraciones para muchos coreanos de esa época. Cuando Kim tenía
19 años, seis semanas antes de sus exámenes de servicio civil, los co­
munistas entraron a Corea del Sur desde el norte, dando así comienzo
a la Guerra de Corea. Su nariz estaba enterrada en los libros -él sólo
tomaba descansos para comer y para higienizarse- y por ello se perdió
el último tren que salía de Seúl. Mala sincronización. Al día siguiente
él, su amigo y el amigo de su madre se atrincheraron para sobrevivir
al bombardeo de la ciudad. Después, cuando los norcoreanos pulula^
ban por Seúl y gran parte del país estaba enrolando jóvenes a su paso,
Kim se escondió en las montañas por más de dos meses, hasta que las
fuerzas surcoreanas y americanas recuperaron la ciudad.
Los comunistas destrozaron la vida de Kim, pero él la rearmó en el
ejército, como lo había hecho Choi. Kim se unió al ejército cuando tenía
19 años y estudió en los Estados Unidos en una escuela de infantería en
Georgia y en la Universidad de Texas, lo cual costó una fortuna. Aun­
que los dos hombres estaban en las fuerzas armadas, no podían haber
sido más diferentes. Kim provenía de la aristocracia mientras que Choi
emergía del campesinado. Kim vivió con desahogo su infancia y Choi
la vivió con privaciones. Kim vivía con un aura de sofisticación y Choi
vivía por sus puños y un corazón que era más grande que su boca. En
síntesis, Kim era una nube y Choi, una piedra -ambos podían recibir
muchísimo castigo y maltrato y aún así seguir avanzando-,
Kim se casó con una mujer rica en 1958 y se retiró luego de diez
años como teniente coronel en el ejército184. Durante el golpe de Esta-
do de 1961 en el cual participó Choi, Kim se desesperó al ver cómo su
partido liberal colapsaba en una mañana sin sangre. "Los soldados no
deberían estar autorizados a participar en la política", se lamentaría
después. Siempre un sobreviviente, él utilizó sus conexiones persona­
les dentro del ejército para comenzar a trabajar como oficial intérprete
y oficial de protocolo para las autoridades de Corea, y trabajó para el
mismísimo dictador surcoreano en 1961185. Buena sincronización allí.
Kim terminó ingresando a la CIA coreana en 1963, y fue transferi­
do a los Estados Unidos186. Hasta donde llega mi conocimiento, nunca
lia escrito sobre su viaje secreto. Oficialmente, era un diplomático,
ün oficial de proyectos para Actividades Culturales en la embajada
surcoreana en Washington, DC. Extraoficialmente, sin embargo, era
el agente "Mickey Kim”, Era un políglota que hablaba perfecto inglés,
además de japonés, francés, alemán y español, y era un pianista d á­
nico; aprendió rápidamente cómo superar las barreras culturales con
palabras elocuentes y con Federico Chopin187. Debe haber viajado mu­
cho, porque además de su función en la embajada, era consejero de la
embajada coreana en Londres, Inglaterra, y de la legación coreana en
las Naciones Unidas y tuvo tiempo para completar estudios de grado
en la Universidad George Washington en 1964188.
Kim afirmó que ayudó a abrir gimnasios de Tae Kwon Do en los
Estados Unidos e Inglaterra en aquel momento. "Yo amaba los deportes
y mantuve buenas relaciones con los instructores de artes marciales
cuando fui funcionario diplomático y los ayudé todo lo que pude”, es­
cribió en sus memorias. "Me ocupaba cuando había un torneo, y ayudé
a los instructores de artes marciales para que abrieran gimnasios”189.
Según su testimonio, en los Estados Unidos pagó el alquiler para ins­
tructores y los ayudó a negociar préstamos bancarios y organizar
competencias y, en Inglaterra, ayudó a establecer una asociación de
Tae Kwon Do190. Estas fueron contribuciones enormes, al menos simbó­
licamente, porque en aquel entonces el Tae Kwon Do era desconocido
y los instructores necesitaban dinero para comenzar.
Un pionero del Tae Kwon Do llamado jhoon Rhee conoció a Kim en
aquel momento y me dijo que éste no estaba involucrado con las artes
marciales en 1964, "Más adelante, él pudo haber hecho algo, cuando
fue a Nueva York, pero cuando estuvo en Washington, no. Él no tenía
idea alguna sobre las artes marciales, no estaba relacionado con las
artes marciales, y nunca las mencionó”191. Este es un punto importante,
porque muchas personas se han preguntado cómo Kim se involucró
con el Tae Kwon Do. En aquel momento, Rhee era uno de los pocos ins­
tructores coreanos en Washington y estaba liderando un movimiento
que popularizaría al arte; se hizo amigo de Bruce Lee, entrenó a cam­
peones nacionales, y por todo ello pasó a ser conocido como "el padre
del Tae Kwon Do americano”. También se hizo amigo de Kim, quien
luego se convertiría en el líder del Tae Kwon Do olímpico.
Mickey Kim escribió que alguna vez él había practicado Kong Su
Do -Karate Coreano-, pero no tiene el aspecto de un artista marcial.
Los mejores a menudo no lo parecen. Un artista marcial puede ser
identificado a dos cuadras de distancia: la manera en que se menea,
o mejor dicho, la manera en que su cuerpo se mueve con facilidad sin
verse limitado por la fortaleza de sus brazos y piernas. Inspeccionado
más de cerca, se aprecian sus manos con callosidades como pequeñas
montañas, los antebrazos forrados de músculos, las mejillas magras,
las cicatrices casi invisibles. Kim no se veía así; su cara era levemente
regordeta, sus labios gruesos y sus ojos penetrantes. Tenía la cara de
un hombre de negocios -sus cicatrices, quizás internas-.
Desde 1963 hasta 1971, Mickey Kim participó en varías operacio­
nes de la KCÍA en los Estados Unidos y Asia, incluyendo, en 1964, el
trabajo con un grupo en Washington llamado la Fundación Coreana de
Cultura y Libertad192. El grupo organizaba eventos de alto perfil y, co­
menzando en 1970, se volvió parte de una red coreana para sobornar
y seducir a congresistas norteamericanos. Jhoon Rhee había ayudado
a establecer la fundación, pero él no sabía que estaba involucrada en
tratos con la KCIA y actividades ilegales193. La Embajada en Washing­
ton tenía dos importantes misiones en esa época: recibir asistencia
económica y militar, y mejorar la imagen de Corea194. La fundación
ayudó con la parte de la imagen aun después de que la KCIA la hubiera
infiltrado, y el Tae Kwon Do se vio implicado.
Rhee había ayudado a uno de los colegas del servicio secreto de
Kim a establecer la extraña fundación del Reverendo Sun-Myung
Moon, líder de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del
Cristianismo Mundial195. Muchos llamaban a los seguidores de esa
iglesia "Moonies" y consideraban a la iglesia en sí misma una secta. Sin
embargo, los seguidores de Moon pensaban que Moon era el segundo
advenimiento de Jesucristo y que la fundación lo ayudaría con su obra.
Que Kim, Rhee, la KCIA y el Tae Kwon Do se involucraran es la parte
insólita de la historia que merece atención, porque Kim y Rhee se vol­
verían líderes globales del Tae Kwon Do. El colega del servicio secreto
de Kim era Pak Bo-Hi, el primo de Rhee y mano derecha del Reverendo
Moon, quien ayudó a Rhee a que abriese uno de los primeros gimnasios
Tae Kwon Do en los Estados Unidos -el Instituto de Karate de Rhee
en Washington, DC1%- Tanto Rhee como Kim estaban comprometidos
con Moon, e invitaban a los alumnos de artes marciales a ceremonias
religiosas197. Rhee pasó a integrar la junta de administradores de la
iglesia de Moon y el directorio de la radio de Moon Free America, una
estación radial que transmitía propaganda anticomunista y, sin que
Rhee lo supiera, juntaba dinero para actividades de inteligencia198.
Rhee negó que él fuera un agente del servicio secreto y, de hecho, se
había sorprendido al enterarse de que Mickey Kim estaba cooperando
con la fundación y la estación de radio199. Rhee fue un ardiente se­
guidor de Moon hasta 1965 -cuando se topó con las limitaciones del
movimiento, que incluía restricciones sobre el matrimonio-. "Yo me
casé en 1966. Si hubiera permanecido allí dentro, no me podría haber
casado; habría tenido que esperar su visto bueno''200. Rhee comenzó a
perder importancia dentro de la organización, pero, a medida que su
Tae Kwon Do se volvió más exitoso, donó cientos de miles de dólares
a los seguidores de Moon en los años 60. Finalmente renunció cuando
todo se fue al demonio entre los Moonies, la KCIA y el gobierno de los
Estados Unidos en los 70.
Mientras tanto, Mickey Kim, que pronto sería presidente de la
Asociación Coreana de Tae Kwon Do, era poderoso en la embajada sur-
coreana, con talento para organizar a las personas y manejar grandes
sumas de dinero para proyectos complicados. Además de ayudar con
la estación de radio y la fundación (por ejemplo, organizando una reu­
nión en su casa), él dio una mano con otras dos iniciativas de Moon: los
Pequeños Ángeles, un grupo de niños coreanos que la gente pensaba
eran huérfanos y que viajaban por todo el mundo cantando para Jefes
de Estado; y el Centro de la Libertad de la Liga Anticomunista de los
Pueblos de Asia, que distribuía propaganda acerca de Corea del Sur201.
Las poderosas celebridades y los políticos americanos que pres­
taban sus apellidos para estos proyectos coreanos -partidarios tales
como los ex presidentes Dwight Eisenhower y Harry Truman- no sa­
bían que agentes de la KCIA habían infiltrado los proyectos, que Moon
los estaba manejando, y que las iniciativas estaban juntando dinero
para operaciones encubiertas202.
A pesar de la intriga -o quizás gracias a ella- al Tae Kwon Do le
continuó yendo bien, y a mediados de la década del 60 en el ambiente
marcial el Instituto de Karate de Rhee era la cosa más notable desde
Los Siete Samurai, Él había comenzado el instituto en 1962 luego de una
exhibición abierta de artes marciales durante la cual Rhee saltó ocho
pies en el aire y rompió tres tablas de madera. Al cabo de tres meses,
tenía 125 alumnos203. Pronto habría pioneros como él en Canadá, el
Reino Unido, Australia, Irán y en muchos otros países. Muchos de los
pioneros serían desafiados por artistas marciales locales ansiosos por
saber quiénes eran estos tan publicitados coreanos.
Un instructor de judo pronto desafió a Rhee luego de la inaugura-
ción del Instituto. "No había escuelas locales de Karate o de artes mar­
ciales en Washington; la mía fue la primera, excepto por la escuela de
ludo. Él entró, y era muy evidente por su lenguaje corporal que entró
para avergonzarme. En el medio de la clase, caminó hacia el centro de
sala y dijo: "Déjame preguntarte. Si yo te pego así, ¿cómo te defende­
rías?” Y lo bloqueé y golpeé tan fuerte como pude. Lo derribé y cayó
al suelo. Él se rindió inmediatamente delante de todos mis alumnos.
Ello trajo mucha publicidad -de boca en boca- de todos mis alumnos,
y el propio instructor de Judo envió a muchas personas que querían
aprender Karate... Yo andaba muy bien en aquel momento, porque ya
había enseñado en Texas durante cuatro años haciendo combate contra
todos esos grandotes, así que tenía confianza en lo que podía hacer, y
el judoka se había dado cuenta”204.
Dos años después, en 1964, el primer cinturón negro de Rhee en
Washington, Pat Burleson, ganó el Primer Campeonato Nacional de Ka­
rate organizado por Rhee en los Estados Unidos. Rhee conocía a perso­
nas poderosas en Washington: el Vicepresidente de la Fundación Moon
envió una carta al Embajador surcoreano para recordarle la reunión
por el campeonato205. El combate de Rhee era extremadamente duro,
como si la mentalidad militar se hubiera lanzado en paracaídas desde
Asia hasta los Estados Unidos. Todo el combate en el circuito abierto de
aquella época era duro. Burleson, por ejemplo, había estudiado Karate
Shotokan en 1957 mientras estuvo destinado con los militares amerí-
canos en Japón, y ya era un luchador fuerte cuando conoció a Rhee y a
su alumno estrella, Alien Steen206.
"Obtuvimos los fundamentos de Rhee, y él mejoró mis patadas un
500 por ciento", dijo Burleson. "Los japoneses tenían patadas pobres
comparadas con las coreanas. Nosotros (con Rhee) pateábamos para
lastimar: patadas secas, cortantes”. Las patadas eran la principal
razón detrás de la creciente popularidad del arte marcial coreano207.
"Lo llamábamos Karate", dijo Burleson. “Yo acuñé 'Karate Americano',
porque el Tae Kwon Do era el arte marcial menos conocida en los Esta­
dos Unidos. Chuck Norris lo llamaba Tang Su Do". Sólo tiempo después
Choi Hong-Hi convencería a Rhee y a los otros para renombrarlo Tae
Kwon Do.
Sin importar cómo era llamado, el combate libre con los nudillos
al descubierto era duro, sin elementos de protección salvo cinta alre­
dedor de las lesiones. “Debía ser sin contacto, pero nos enviábamos al
hospital a diestra y siniestra”, dijo Burleson. Él perdió casi todos sus
dientes en combates durante aquellos años, similares a las peleas de
artes marciales mixtas actuales, sin la lucha en el piso. '¿Recuerdas
a Jean-Claude Van Damme en la película Bloodsport (El Gran Dragón
Blanco)? La película no era una historia verdadera -una mentira de
Hollywood- pero ese era el tipo de enfrentamientos que teníamos".
Mucho tiempo antes de la locura por las artes marciales, Rhee,
un hábil hombre de negocios, había anticipado el alto valor de entre­
tenimiento de sus torneos y había persuadido al programa de la NBC
Sports in Action (Deportes en Acción) para que cubriese su segundo
campeonato en abril de 1965, el primer torneo en recibir cobertura
televisiva nacional. En la pelea semifinal, Burleson perdió con Mike
Stone en lo que Burleson describió como una “pelea por rencor"208. "Yo
había vencido a su profesor en 1964. Fue una pelea muy dura. Luego,
Mike y yo continuamos como buenos amigos. Nadie salió seriamente
dañado, pero Stone, que había aprendido Karate cuando era un solda­
do en los Estados Unidos, noqueó a Burleson con un golpe de canto de
mano interno a la cabeza. Los productores de la NBC, sorprendidos
por la agresión, especialmente por el final sangriento entre Stone y
Burleson, sólo pusieron al aire una reseña del combate. Sentados entre
el DÚblico estaban el Embajador de Corea, el jefe del Servicio Secreto
de la Casa Blanca, directivos de la fundación infiltrada por la KCIA, y
el reverendo Sun-Myung Moon en persona209.
Esta modalidad áspera de combate se diseminó a lo ancho de los
Estados Unidos, y a pesar de que las reglas establecían el "no contacto"
siguiendo las pautas fijadas por escuelas como la del instituto de Rhee,
la dureza de los combates era la principal razón de la popularidad de
esas artes marciales entre los practicantes norteamericanos. Burleson
y Steen abrieron gimnasios, y el imperio de Rhee creció.
"Pero el público no entendía el Karate", agregó Burleson, "no como
hoy, con el Tae Kwon Do en cada barrio y las artes marciales mixtas
en todo el mundo. Los americanos pensaban que era una cosa mística,
espiritual. No te puedo decir cuántas veces fui desafiado a pelear por
hombres que entraban caminando a mi gimnasio. Nuestra falencia en
aquella época fue que no nos involucramos en la formación del carácter
tanto como deberíamos haberlo hecho; estábamos demasiado ocupa­
dos demostrando que funcionaba, y nuestra meta era transformar en
campeón nacional a cualquiera que entrase por la puerta a nuestros
gimnasios". La experiencia de Burleson era típica de un gimnasio de
Tae Kwon Do en Norteamérica.
Burleson, Steen, Rhee y los demás bajaron un tanto la agresividad
de los combates. "Las reglas se suavizaron en 1969 o 1970, y yo me
mudé a California para entrenar con Chuck Norris”, Burleson me expli­
có. "Allí, nosotros jugamos el mismo juego pero agregamos reglas para
proteger la cara. Y yo fui a visitar a Steen y le dije que tarde o tempra­
no todos terminaríamos en la cárcel porque alguien iba a morir. Utili­
zamos protectores después de eso, y agregamos un sistema de puntos".
Rhee introdujo los protectores para sparring luego de un com­
bate en 1970, cuando un competidor conectó una patada de giro en
la mejilla del campeón y se la fracturó. "La lesión me puso nervioso”
dijo Rhee210. Él se dio cuenta de que alguien iba a terminar lisiado o
muerto en algún combate. De hecho, alguien sí falleció -en la República
Dominicana. El sparring tan intenso motivó a Rhee a desarrollar un
equipo de protección, y agregó una fábrica de protectores a su imperio,
ayudando a terminar con la era de "sangre y agallas” -o, más precisa­
mente, ayudando a enviarla a la clandestinidad-.
Rhee enseñó a quienes
luego serían cam peones:
gkipper Mullins, Fred Wren,
Roy Kurban y Je ff Smith.
jylike Stone no era alumno de
jhoon Rhee, pero se volvió
un peleador famoso, espe­
cialmente luego de que Elvis
Presley lo contratara para
enseñarle a su esposa, Prisci-
11a, con la cual Stone tuvo un
romance.211
En los 60, Chuck Norris
apareció en la escena combi­
nando patadas coreanas con
técnicas de mano japonesas.
Él era conocido por su devas­
tador golpe de puño cruza­
do. Había aprendido Karate
Coreano a principios de los
Años más tarde, Choi otorgó a Chuck
60 mientras estuvo en Corea
Norris el grado de Maestro Sénior.:
del Sur como un soldado y se Foto cortesía de Choi Hong-Hi.
había hecho amigo de Rhee y
de Bruce Lee en los Estados Unidos. Norris ganó muchos prestigiosos
torneos americanos y apareció en una película de Bruce Lee, Way o f
the Dragón (El Retorno del Dragón) en 1972, en una escena que es una
de las mejores en la historia de las películas de artes marciales.
Gracias a Lee, Rhee fue estrella en una película de artes marciales,
When Tae Kwon Do Strikes (Cuando el Tae Kwon Do Golpea -luego re­
nombrada Stíng o ft h e Dragón Masters o La Picadura de los Maestros
del Dragón-), que era sobre una rebelión coreana contra el dominio
japonés. El corto de la película empieza con una estruendosa voz del
narrador mientras Jhoon Rhee, con el torso desnudo, patea, golpea y
grita a través de una horda de matones: ‘'[Aquí llega una fuerza única
y devastadora! ¡Tae Kwon Do! ¡Una forma muy letal del Kung Fu! Jhoon
Rhee es llamado el Padre del Tae Kwon Do en América. jVean por qué
cinco millones de personas idolatran a este increíble gran maestro!".
Esta era una introducción muy adecuada para un arte marcial
que estaba ingresando al cine y a las competencias como un tornado.
Mientras que los maestros demostraban todas las maravillas y los
peligros de la primera ola del Tae Kwon Do, hacían algo más también:
generaban dinero. Fue en América donde las personas se dieron cuen­
ta de que podían aplicar los principios de los grandes negocios al Tae
Kwon Do, que a finales de los 70 se estaba volviendo tan popular como
el Karate. A medida que las dos artes se tomaban prestadas técnicas
entre ellas, Rhee y sus campeones establecieron cadenas de escuelas y
promocionaron sus gimnasios tanto como Choi Hong-Hi promocionaba
el Tae Kwon Do durante las demostraciones internacionales.
Irónicamente, las competencias televisadas nacionalmente por
Rhee en 1965 contribuyeron para que los americanos descubrieran la
verdad sobre la KCIA y la Fundación Moon. Aquel año Robert Roland,
un conocido adherente, ordenó que la fundación retirase su nombre de
la estructura de la organización ya que él no podía apoyar a "un grupo
de fanáticos-seudorreligiosos". Roland escribió que el grupo "procla­
ma a través de sus enseñanzas Principios Divinos, que su 'líder' es la
realización de la profecía bíblica concerniente a la llegada del mesías...
Para fundamentar mis afirmaciones ustedes encontrarán adjuntos
extractos de la publicación oficial de la Asociación del Espíritu Santo,
The New Age Frontiers publicado en San Francisco. Estas mostrarán
la aparente vinculación de la Asociación Cultural Coreana con la Aso­
ciación del Espíritu Santo y sus afiliados, el Instituto del Karate en
Washington, DC, y los 'Pequeños Ángeles' de Seúl, Corea"212.
Roland continuaba citando al Reverendo Moon al referirse a una
edición del 15 de abril de 1965 de unas de las publicaciones de Moon:
"Luego regresó a Arlington para un descanso y comer algo antes de
conducir varios vehículos al Torneo de Karate bajo el auspicio de la
Fundación Cultural Coreana y el Instituto de Karate de Jhoon Rhee.
Acerca del torneo de Karate: la NBC estuvo allí y los oficiales estaban
excitados sobre este nuevo arte o deporte del Karate, y dijeron que
seguramente lo televisarían cada año. Habrá una emisión nacional el
16 de mayo”.
El presidente de la
Fundación Moon, un
muy conocido general
americano, renunció
luego de recibir la car­
ta de Roland, y tras
ello siguió un éxodo
masivo de adheren-
tes213. Pocos america­
nos querían estar re­
lacionados con Moon.
Rhee siguió al éxodo
y( más adelante en su
vida, crearía su propia Jhoon Rhee y Choi Hong Hi a comienzos de los 70.
Foto cortesía de Choi Hong-HL
filosofía de artes mar­
ciales para cambiar al
mundo y para ayudar a las personas a volverse humanamente per­
fectas, como él lo describía. Lo llamó el "Club 100-21", que significaba
100 años de sabiduría en el cuerpo de una persona de 21 años de edad.
Mientras tanto, la fundación de Moon siguió creciendo hasta fines
de los 70, y Rhee se hizo amigo del futuro líder del Tae Kwon Do Olím­
pico, Kim Un-yong, enseñándole a conducir en Washington214. Esas eran
las buenas épocas, antes de que Kim estuviera fuertemente involucra­
do en las artes marciales, antes de que Rhee odiara lo que Kim le hizo
al Tae Kwon Do, antes de que se volvieran enemigos.
* * *

Choi Hong-hi sabía del pasado de Kim en el servicio secreto y, en


los primeros días, no estuvo demasiado impresionado con el reverendo
Moon y la Iglesia de la Unificación, pero Jhoon Rhee era importante y
Choi siempre trabajaba con gente importante. In 1966, invitó a Rhee
para que lo ayudase a negociar una fusión entre la recientemente
creada Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi y otras
asociaciones de artes marciales en Corea215. Las negociaciones por la
fusión fracasaron, pero tres años más tarde, Choi ayudó a Rhee y a
otros pioneros en ios Estados Unidos a establecer una asociación de
Tae Kwon Do216.
Al poco tiempo, Rhee visitó la casa de Choi para cenar y, durante
la comida, no podía creer cuando vio que Choi empezó a masticar los
huesos de faisán en la sopa217. Todo era una batalla o competencia para
Choi, hasta comer. Él comía cosas que los demás no tocaban: cabezas
de pescado, saltamontes rostizados, pies y colas de cerdos, hasta me­
dia cabeza de un cerdo aplastada por una piedra caliente para sacar la
grasa. Choi comía estas "delicias", como él les decía, mientras sus hijas
gemían horrorizadas218.
Durante la cena con faisán, Rhee lo miró destrozar los huesos.
"¿Cómo puede comer así?”, le preguntó, encontrando los huesos casi
imposibles de tragar.
“No es nada” Choi respondió y continuó masticando. Rhee volteó
su mirada hacia la esposa de Choi: “Sin dudas, él es una persona espe­
cial”, le dijo. El ex general era 12 centímetros más bajo que Rhee, que
medía un metro sesenta, pero Choi era muy duro, pensaba Rhee.
Choi le pediría a Rhee un día que lo reemplazara como presidente
de la ITF, y Rhee declinaría de manera educada219. ¿Por qué debo ha­
cerme cargo de un dolor de cabeza?” dijo Rhee. Él había visto a la ITF
arruinar la escala de graduaciones, especialmente en Europa, donde
Choi había distribuido rangos de cinturón negro a su antojo.
A fines de 1960, el Presidente surcoreano forzó a Choi a negociar
con otros artistas marciales para unificar las varias facciones -con
la KCIA facilitan do- que en los ojos de Choi significaba interfiriendo,
La KCIA interfería con casi todas las actividades en Corea, pero Choi
no quería que nadie tomase el control sobre el Tae Kwon Do. Ellos se
hicieron cargo de todos modos, como en el desdichado poema donde la
urraca construye un nido solamente para atrapar una paloma empo­
llando un huevo en él, Choi pensó. Él había querido que el Presidente
anunciara que el Tae Kwon Do debía seguir las técnicas practicadas
en el ejército o las técnicas que ya eran bien conocidas internacional­
mente. En vez, el presidente Park no sólo quería el nido -él querría los
huevos, las ramas, y el árbol completo-.
El equilibrio de poder entre la ITF y la Asociación Coreana de
Tae Kwon Do se había vuelto en su contra: Choi nunca había tenido
demasiado apoyo del Presidente, pero ya no tenía un apoyo fuerte ni
siquiera dentro de las tres esferas que rodeaban al Presidente: la KCIA,
ja Oficina del Primer Ministro y la Fuerza de Seguridad Presidencial en
ja Casa Azul, que es como los coreanos llaman al palacio presidencial,
En 1968, Pistola Park llamó a Kim Um-yong a los Estados Unidos
con un pedido urgente: "La Casa Azul necesita un secretario de prime­
ra categoría para manejar los asuntos americanos. Por favor regrese
inmediatamente” Aquel enero, más de treinta norcoreanos vestidos en
uniformes militares del ejército surcoreano habían avanzado treinta
kilómetros desde la frontera hasta la Casa Azul, donde estuvieron a
800 metros de asesinar al Presidente. Dos días después, los norcorea­
nos atraparon a un buque espía norteamericano, el USS Pueblo, y la
primera reacción de los americanos fue la de considerar lanzar una
pequeña ojiva nuclear sobre Corea del Norte220. Las relaciones entre
¡os tres países nunca habían estado peor, y el Presidente surcoreano
aparentemente necesitaba de los talentos de Kim y sus conexiones en
Washington y Nueva York221.
Pero cuando Kim arribó a Corea, fue designado asesor de un grupo
de seguridad de la Casa Azul que estaba recibiendo entrenamiento
especial con la Fuerza Área de los Estados Unidos. Kim se sintió desilu­
sionado. "Mi título era secretario de primer grado manejando asuntos
americanos en la Casa Azul”, Kim escribió, "pero mi verdadera misión
era organizar a los miembros de la oficina de seguridad envueltos con
los EEUU, y hacer traducciones y tareas de protocolo. Yo no estaba
contento con rni misión, que no era adecuada para mí”222. Pasó muchos
días sumido en la angustia, especialmente luego de que su madre mu­
rió en 1968. (La Fundación de Moon le envió un presente monetario a
Kim para expresar su pésame].
Kim comenzó a trabajar como director de un grupo académico
pero descubrió que no le gustaba. "Estaba en un profundo dilema”,
escribió. "Yo había perdido mi esperanza en la vida y sentía un vacío
mental y luché una batalla interna. Comencé a pensar que era hora de
dejar la función pública y empezar una nueva carrera".
No obstante, Kim Un-yong estaba trabajando con ios hombres
más poderosos de Corea. Él ahora era asistente del jefe de la Fuerza
de Seguridad Presidencial, Pistola Park, quien mantenía conexiones
con la Fundación Moon y estaba ayudando en una enorme misión de
la KCIA en los Estados Unidos223. El ex agente de seguridad Philip Lie-
chty, quien sirvió con la CIA americana en Corea a fines de los 60, dio
a un periodista la siguiente explicación acerca de la FSP: "Usted tiene
que entender qué clase de gente era reclutada en la Fuerza de Seguri­
dad Presidencial, la guardia personal de Park... Era una época en que
había varios intentos de asesinato por parte de paramilitares contra
el Presidente, atentados perpetrados por equipos despachados desde
Corea del Norte, y entonces él se rodeó de asesinos probados. La cosa
importante es que el hombre a cargo de proteger al Presidente en un
país así tiene que haber demostrado estar dispuesto a matar para su
jefe sin dudarlo, a hacer cualquier cosa que el Presidente le pida"224,
Kim era el número dos en la fuerza de seguridad. En 1970, Pistola
Park ~o quizás el Presidente surcoreano mismo- dio la aprobación
para que Mickey Kim se hiciera cargo del Tae Kwon Do225. Kim dijo que
fue un pedido inesperado y que él no quería el trabajo, en parte por
el alboroto entre Choi y los demás jefes de artes marciales, "En aquel
momento, el Tae Kwon Do estaba embrollado en una lucha interna y el
cargo de Presidente de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do estaba
vacante", explicó Kim. "Yo estaba profundamente deprimido”, Kim
había saltado de la posición de agente de la KCIA a funcionario de la
Oficina de Seguridad Presidencial y luego jefe de una problemática arte
marcial que necesitaba mucho dinero, justo cuando había muy poco
dinero disponible en Corea. No obstante, Kim, un hombre rico y bien
conectado, se convirtió en el nuevo líder del Tae Kwon Do, el presidente
de la KTA226.
El Presidente surcoreano le dijo a Choi que debería ocupar una po­
sición honoraria en el Tae Kwon Do y así dejar lugar para que hombres
más jóvenes, como Kim, se hicieran cargo227. Choi no apreciaba ese tipo
de honor, pero Kim era poderoso dentro de la KCIA, al igual que Uhm
Woon-kyu y Lee Chong-woo, los dos líderes marciales que alguna vez
habían llamado a Choi un "buscapleitos permanente".
En enero de 1971 Kim asumió el cargo, y Uhm asumió como Vice­
presidente228. Kim acusó a Choi de alinear a la KTA con Corea del Norte,
pero no había evidencia de ello en aquel momento. "El Tae Kwon Do era
c0Ino una perla en el barro", escribió Kim. "Dependiendo de cómo sea
conducida, brillará o permanecerá en el barro"229.
Fue una declaración rara, ya que Choi, Nam y los pioneros habían
vuelto al Tae Kwon Do una de las mejores artes marciales en el plane­
ta con millones de practicantes. La KTA afirmó tener 1,3 millones de
miembros pero reconoció que la ITF de Choi estaba floreciendo: 360
gimnasios principales, la mayoría de ellos ITF, habían surgido en Seúl
de los cinco kwan desde la década del 40 (más tarde serían nueve), y
los militares coreanos practicaban las técnicas de la ITF que Choi y sus
hombres habían desarrollado en Malasia230. La ITF albergaba a más de
trienta asociaciones nacionales y, en los Estados Unidos, se había vuel­
to tan popular como el Karate japonés y era parte de una locura por
las artes marciales liderada por Bruce Lee, Chuck Norris y el amigo de
Kim Un-yong, Jhoon Rhee. Con seguridad, todo esto era la parte "perla"
El “barro", quizás, estaba en la dictadura surcoreana, a pesar del
extraordinario florecimiento económico que estaba teniendo lugar.
En 1971, el Presidente surcoreano Park anunció que el Tae Kwon Do
era "Kukki" (deporte nacional) que rima con "spooky" (tenebroso, de
terror)231.
Atrapado entre un Choi enfurecido y un dictador poderoso, Kim, el
Presidente de la KTA, no tenía un trabajo fácil. Dijo que sentía angustia
y que evitaba amenazas de personas que le advertían que se mantu­
viera alejado del Tae Kwon Do. Kim admitió más tarde en un programa
de televisión: "Yo acepté el puesto de presidente de la KTA porque el
gobierno coreano me dijo que corrigiera el estado del Tae Kwon Do en
aquella época"232. Él estaba diciendo de manera indirecta que aceptó el
encargo porque no tenía otra opción. Pero Pistola Park y el Presidente
de Corea del Sur estaban a su lado, y con amigos como esos, ¿a quién le
importaba que Choi y la ITF amenazaran?
La principal responsabilidad de Kim era recaudar enormes canti­
dades de fondos para un nuevo Centro de Tae Kwon Do y un campeo­
nato mundial; él mantuvo su poderoso trabajo de día como asistente
■del Jefe de Seguridad Pistola Park y sus conexiones de la KCIA con la
fundación de Moon en los Estados Unidos, asegurándose de que ]a
KTA se beneficiara económicamente mientras él estaba en ese lugar
Como siempre, las conexiones entre todos esos dirigentes y grupos
eran complicadas y ocultas -sin mencionar su carácter grotesco-. Era
una forma de organización que era la especialidad del omnipresente
Servicio Secreto Coreano.
En 1970 y 1971, por ejemplo, cuando a Kim se le prometió organi­
zar un Campeonato Mundial de Tae Kwon Do en Seúl, la Fundación de
Moon envió cheques a Kim y a la Asociación de Tae Kwon Do. Natural­
mente, cuando la historia se filtró a ios medios, la gente se preguntaba
por qué una organización Moon (infiltrada por la KCIA) daría dinero
al Tae Kwon Do. Era una extraña relación financiera, y, unos años
después, el gobierno de los Estados Unidos investigaría el asunto; el
investigador estadounidense Howard T. Anderson le preguntó a la ca­
beza de la organización, Pak Bo-Hi, acerca del dinero de la fundación
que fluía a oficiales del gobierno coreano y a operativos de la KCIA,
incluyendo a Mickey Kim.
Anderson indagó sobre tres cheques para Kim (US$ 200 el 10 de
febrero de 1970; US$ 300 el 30 de abril de 1970; y US$ 300 el 14 de
junio de 1970) y otra cantidad de cheques para la asociación de Tae
Kwon Do de Kim233.

Anderson: ¿Recuerda usted para qué fueron estos pagos?


Pak: Creo que esto fue un pago, una ayuda para una publicación cono­
cida como Korean Observen
(Pausa)
Pak: La indicación que tenemos aquí es beca e investigación.
Calificamos aquello como (una) beca e investigación.
Anderson: ¿Beca e investigación?
Pak: Sí, beca de investigación, una subvención, probablemente.
Anderson: ¿Para Mickey Kim?
Pak: Sí.
Anderson: Pero él era un funcionario del gobierno en aquel momento,
¿correcto?

Pak: ¿En qué momento? ¿Era en 1971? Yo no sé... Recuerdo que dos o
tres veces le dimos una subvención de investigación al Korean Obser­
ven Esto puede ser otorgado para ese propósito.
Anderson: También hay algunos registros -que no le mostraré a usted-
que demuestran que los cheques fueron para la Asociación Coreana de
Tae Kwon Do. ¿Eso tiene alguna conexión con Mickey Kim?
Pak: Creo que sí, porque él era el presidente de la Asociación Coreana
de Tae Kwon Do. Esta es una gigantesca organización deportiva y
cultural, sin fines de lucro, de la cual los coreanos están orgullosos, y
aparentemente ellos tenían algún evento internacional. Necesitaban
que varias organizaciones aportaran fondos. Creo que contribuimos
a aquello porque la misma cultura (sic) y área de los trabajadores. Se
ajusta a los fines de la fundación.

Él trabajo de Kim con el Korean Observer no aparece en su currí­


culum. Bajo su guía, la KTA se movió rápidamente para contener al
Tae Kwon Do de Choi. En 1971, el Presidente surcoreano anunció que
360 gimnasios de artes marciales en Seúl necesitaban permisos para
funcionar. La mayoría de los gimnasios eran parte de la ITF, y las reglas
para obtener los permisos eran tan severas que el 80% fracasó en su
intento. Posteriormente, el Presidente surcoreano decretó una nueva
ley elevando los impuestos sobre los comercios, incluyendo a los gim­
nasios234. ¿Cómo harían Choi y todos los pioneros para juntar el dinero
para todos esos impuestos? Probablemente vieron en el manotazo de
dinero lo que realmente era: extorsión. Éste era un país donde millones
fluían desde las tres esferas del poder hacia cuentas en bancos suizos
oa un mueble detrás del escritorio del Presidente en la Casa Azul235.
Mientras Mickey Kim prometió utilizar el arte marcial para mejo­
rarla imagen internacional de Corea, y el Tae Kwon Do se volvió parte
del programa de enseñanza en la escuela primaria y secundaria, Kim
utilizó sus conexiones dentro de la Fuerza de Seguridad Presidencial
para juntar una pequeña fortuna para un edificio de Tae Kwon Do, el
Kukkiwon. Reunió 200 millones de wons, el equivalente a más de un
millón de dólares en la actualidad, y consiguió materiales de construc­
ción donados. Supuestamente, Choi no sería un problema.
Por cuatro años, Choi y la ITF habían estado causando problemas
a la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, pero Kim parecía saber algo
que nadie más sabía. En diciembre de 1971, aludiendo a la hostilidad
entre él y Choi, le dijo a un reportero: "Todos los problemas menores
y mayores creados durante la primera etapa en el desarrollo del Tae
Kwon Do serán resueltos por los esfuerzos de personas que están es­
tudiando la cuestión de manera silenciosa"236.
Ca p s u l o 9
Como e n u n a p e l íc u l a

p£ B ruce L ee

¡Tae Kwon Do! Aquellos que lo usan, toman el control... Aquellos que no,
¡mueren!
Narrador en el tráiler de la película "Cuando el
Tae Kwon Do golpea", de Jhoon Rhee, 1973.

internacionalmente, la batalla entre Choi y Kim se volvió más seria


en 1973. La organización de Kim envió instructores a países que ya
tenían instructores de la ITF, un desafío directo a Choi. Envió a Yoon
Kum-joong, de 30 años de edad, para que abriera un nuevo gimnasio en
Malasia, por ejemplo, donde las escuelas de la ITF habían prosperado
por años. Diez meses más tarde, éste moría con disparos en el pecho y
abdomen en su propia casa237.
La intriga entre Choi y Kim, entre sus dos artes marciales, era
tan secreta como preocupante. Una síntesis de los hechos desde 1962
hasta 1971 destaca este tema:

• Kim Un-yong (Mickey Kim) trabajó con una fundación Moon que
estaba parcialmente equipada y financiada por el servicio secreto
coreano. La fundación enviaba dinero a la Asociación Coreana de
Tae Kwon Do y a su presidente, Kim.
• Choi Hong-Hi, cabeza de la Federación Internacional de Tae Kwon
Do, aceptó dos millones de dólares de Corea del Norte, rechazándo­
los tan solo a último momento. Aun así, él se estaba comunicando
con agentes norcoreanos, lo que era castigable con la muerte en
Corea del Sur.
• La CIA Coreana incluyó en su presupuesto una partida para la
Asociación Atlética Coreana (KAA) para participar en operaciones
encubiertas en los Estados Unidos. Dos de los jefes de Kim tenían
a su cargo las misiones y estaban involucrados con la Fundación
Moon, que ocasionalmente enviaba dinero a Kim y al Tae Kwon Do.
• Jhoon Rhee, el padre del Tae Kwon Do Americano, era amigo de
Choi y Mickey Kim, hacía donaciones a los seguidores de Moon, y
ocupaba un lugar en la junta de directores de la Fundación Moon,
El primo de Rhee, Pak Bo-Hi, era la mano derecha de Moon y había
ayudado a Rhee a establecer un instituto de artes marciales en
Washington, D.C, una de las primeras escuelas de Tae Kwon Do en
los Estados Unidos. Pak estaba involucrado en una enorme misión
de la KCIA en los Estados Unidos.

El gobierno americano, cuando finalmente reconoció saber sóbrela


operación encubierta, la llamó "El Plan", una operación que se parecía
al incidente de Espionaje de Berlín Oriental de 1967 -sólo que diez ve­
ces más grande-. La meta principal del Plan era revertir la decisión de
los Estados Unidos de reducir drásticamente la asistencia americana y
tropas en Corea del Sur, y detallaba cómo sobornar, seducir e influen­
ciar a más de cien miembros del Congreso, infiltrar la Joint ChíefofStaff
(Jefatura Conjunta de las Fuerzas Armadas), sobornar e intimidara
académicos americanos y a la prensa, y de paso acosar y amenazará
los coreano-americanos que criticaban la dictadura de Corea del Sur238,
Cuando los políticos americanos se enteraron del Plan, sospecharon
que partes de éste podrían ser ilegales, mientras que otras partes,
como el intento de Moon de construir una fábrica de ametralladoras
M-16, eran preocupantes.
La situación puso nerviosos a Choi y sus pioneros. Cuando hago
una lista de sus adversarios a principios de los 70 -Kim Un-yong, la
KCIA y otras unidades especiales- me maravillo ante el ego de Choi y
su deseo ilimitado de controlar el Tae Kwon Do global Su ÍTF estaba
creciendo, pero Choi había ingresado en un juego que prometía ani­
quilarlo.
El juego comenzó en el otoño de 1970, cuando el Presidente de Co­
rea del Sur organizó reuniones en la Casa Azul para coordinar El Plan.
Seguramente había empezado mucho tiempo antes, pero aquel año el
Presidente asignó la misión a Pistola Park, el jefe de Kim Un-yong239. El
cerebro detrás del Plan en los Estados Unidos y Canadá era el agente
Yang Doo-wan de la KCIA, quien se había mudado de Alemania Occi­
dental a Washington, donde había pasado a ser el Jefe de Estación de
la KCIA. Yang había estado a cargo del Incidente de Berlín Oriental
en Alemania en 1967 y ahora supervisaba todas las operaciones de la
((CIA en los Estados Unidos. Su alias todavía era “Lee Sang-ho", pero
era una persona muy cercana a infiltrados de la KCIA en la Fundación
Moon240.
Asumo que Yang trajo a muchos de sus mejores agentes y artistas
marciales para que hicieran el trabajo sucio de la KCIA, tal como lo
había hecho en Alemania. Un periodista británico, Andrew Jennings,
citaba en un artículo a un ex agente de la CIA americana, Philip Liechty,
con relación a denuncias de que “la KCIA utilizaba escuelas de Tae
Kwon Do como bases de operaciones y para cubrir a sus operativos in­
ternacionales, particularmente en los Estados Unidos. Hubo un período
en que algunas de estas personas supuestamente estuvieron involu­
cradas en secuestros y en sacar de los Estados Unidos a Corea a estu­
diantes surcoreanos que protestaban contra el régimen de Park”241.
El Plan contenía nueve puntos, y el noveno era “intimidar a los
residentes surcoreanos poco cooperativos que vivían en los Esta­
dos Unidos a través de sus familias, parientes y amigos cercanos en
Corea del Sur*'242. En los 70, los colaboradores de la KCIA parecían
estar vigilando a todos en Corea -tal era el aura de omnisciencia de la
KCÍA- y las familias sobrevivieron no hablando con nadie, incluyendo
sus propias familias, acerca de nada243. La KCIA exportó esta actitud
aAmérica del Norte: en el Plan, bajo el título de “Operaciones concer­
nientes a residentes coreanos", la KCIA se enfocó en la rama americana
de la Asociación Atlética Coreana porque ésta era una "organización
anti-comunista''244. El servicio secreto coreano se había vuelto ducho
en dotar de personal, financiar y controlar a grandes organizaciones
coreanas, como la KAA.
Ésta era la misma KAA que había incorporado a la Asociación Co­
reana de Tae Kwon Do de Kim Un-yong, la KAA que Choi había evitado
■cuando él comenzó la Federación Internacional de Tae Kwon Do en
1966. El Pian proporcionaba detalles para diplomáticos surcoreanos
yagentes del servicio secreto acerca de qué hacer con la KAA: ellos
/ bebían establecer “una red organizativa de frentes anti-comunistas”
que involucraba una asociación de ex marines en Los Ángeles, que no se
■nombraba, y a ochenta colaboradores en cinco ciudades de los Estados
"Unidos.
Durante años, el General Choi había estado advirtiendo sobre tales
actividades y ahora era demasiado tarde. Entre 1970 y 1976, el servicio
secreto coreano pagaba cincuenta dólares mensuales a cada uno de los
diez colaboradores de la KAA en San Francisco y en Chicago, y veinte
dólares a cada uno en Los Ángeles, Washington y Nueva York245. Como
en los secuestros en 1967 en Alemania Occidental agentes de la KCIAy
colaboradores, incluyendo instructores de Tae Kwon Do, amenazarían
a coreano-americanos que criticaban al régimen de Corea del Sur o los
"invitarían" a que visitaran Corea.
Para 1973, las autoridades estadounidenses estaban escuchando
quejas de los aterrorizados coreano-americanos. Agentes estaban
ordenando a las personas que dejaran de criticar a Corea del Sur, los
amenazaban por teléfono a la noche, y estaban diseminando rumores
acerca de familias y amigos siendo interrogados en Corea del Sur245, El
editor de un diario coreano-americano, alguien que era conocido por
estar en contra del régimen, fue secuestrado cuando estaba yendo a
dar un discurso247. Un profesor se suicidó en Corea del Sur durante
un interrogatorio de la KCIA248. A medida que pasaban los años, los
informes se volvían peores; llamadas anónimas amenazando asesinar
a niños en los Estados Unidos y en Corea, y familiares torturados y
encarcelados en Corea del Sur porque estaban relacionados con críti­
cos del régimen en los Estados Unidos249. Al principio, la CIA y el FBI
americano ignoraron por completo las denuncias -Corea era un aliado
de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam que estaba aun
desarrollándose- pero un pequeño número de políticos americanos en
Washington y Seúl, incluyendo al Embajador de los Estados Unidos en
Corea del Sur, quedaron horrorizados al enterarse.
Los estadounidenses de Corea se habían dirigido a ellos en busca
de ayuda, y para obtener información ellos dependían de editores
valientes, como Song Sun-keun, un hombre de los medios gráficos que
publicaba el Korea Journal, un pequeño diario comunitario en San Fran­
cisco. Song era amigo de Kim Dae-jung, el demócrata que casi derrotó
al dictador surcoreano en la elección presidencial de 1971 (a pesar de
la manipulación de la elección). Song y su periódico habían estado cri­
ticando al dictador Park Chung-hee por más de un año cuando agentes
de la KCIA intentaron comprar su diario, Song se rehusó. Entonces, los
agentes de la KCIA forzaron a los anunciantes coreano-americanos
del diario para que dejasen de anunciar en el Korea Journal, drenando
así al diario de sus ingresos. De todos modos Song mantuvo al diario
funcionando, un voz disidente en una época en que los periodistas eran
sobornados o amenazados para que apoyaran a la dictadura250.
Entonces, un martes en 1974, Song recibió un llamado: “Serás ase­
sinado el domingo", dijo una siniestra voz en coreano. El que llamaba
afirmó ser un lector del Korea Journal y acusó a Song de comunista.
"Usted no lee mi diario” respondió Song. “Estamos totalmente en
contra del comunismo, tanto como estamos en contra de la dictadura
de Park".
El que llamó cortó, pero Song había reconocido la voz basándose
en su acento, de una provincia austral de Corea del Sur; el hombre era
él Cónsul para el área de San Francisco y un agente de la KCIA251.
Song había recibido amenazas de muerte en el pasado pero no las
informaba a menudo a la policía, porque creía que “Usted será ase­
sinado” en coreano no era tan serio como si era dicho en inglés. Sin
embargo, esta vez informó de la amenaza a la policía -y al FBI-, que
respondió con algunos interrogatorios muy livianos a los sospechosos.
El Cónsul no asesinó al periodista, pero la KCIA atormentó a Song
con amenazas de muerte y asustó a los anunciantes hasta que Song se
quedó sin dinero. Él llegó a publicar un artículo en el cual describió
la amenaza, y nombró al Cónsul como responsable, lo que hizo que el
conflicto político se volviera una cuestión personal. AI tiempo, Song
se enteró de que la KCIA había planeado enviar a un hampón de Los
Ángeles para que lo atropellase con un automóvil, pero el auto nunca
llegó, y los artículos de Song se volvieron más críticos que nunca.
En 1976, uno de los amigos de Song escuchó al Cónsul coreano or­
ganizar para que un maestro de artes marciales de la zona de Seattie lo
atropellase con un automóvil. El amigo también escuchó a un maestro
de artes marciales discutir un plan para secuestrar a Song y llevarlo
de regreso a Corea. Ese año, Song dijo que el mismísimo Cónsul había
intentado golpearlo con su auto y que el periodista se corrió justo a
tiempo para evitarlo252.
Si estas situaciones no hubieran sido tan aterrorizantes, serían
un grotesco, como una serie de escenas de la película Kill Bill Pero
esto era la realidad y Song, desgastado y quebrado, dejó de publicar.
Encuentro la historia irritante, no sólo porque destruía todo lo bueno
que el arte marcial representaba, sino que también era típico de lo que
estaba pasando en aquellos días. Fue una de las pocas historias que
salieron a la luz.
Campañas sin piedad de KCIA, como la que se hizo contra Song,
mantuvieron a muchos coreanos silenciados y temerosos en todo el
mundo durante la década de 1970, pero no a Choi Hong-Hi. Es verdad
que Choi había utilizado alguna vez a la KCIA para ayudar al Tae Kwon
Do, pero la diferencia crucial era que él ponía al Tae Kwon Do en pri­
mer lugar y a Corea del Sur en segundo lugar. Para sus enemigos, la
nación estaba primera y el arte marcial segundo; el Tae Kwon Do era
una herramienta del Estado.
Pocas personas creyeron las advertencias de Choi acerca del régi­
men, llamándolo paranoico, celoso y un busca-pleitos. Desde la pers­
pectiva de las artes marciales, una de las partes más inquietantes del
Plan y la investigación que siguió fue que los nombres Kim Un-yong
(presidente de la KTA) y su jefe, Pistola Park (jefe de la Fuerza de Se­
guridad Presidencial), seguían paseando por los lugares más extraños.
Pistola Park, un artista marcial entrenado en Judo y Hapkido, era uno
de los hombres más poderosos en la dictadura y encabezaba muchas
operaciones ilegales que obtenían dinero para actividades encubiertas:

• En 1970, convenció al Presidente de Corea del Sur para que firmase


60.000 cartas para recaudar fondos en una campaña de caridad
falsa en los Estados Unidos.
« En 1971, robó US$ 200.000 de un agente de la KCIA que debía utili­
zar el dinero para sobornar a un congresista de los Estados Unidos.
® En 1973, él y su hermano, presidente de una universidad surcorea­
na, fueron parte de un plan para sobornar y presionar a académicos
americanos.
• En 1974, uno de sus asistentes entregó un sobre con US$ 10.000 en
efectivo a John E. Nidecker, asesor especial de Richard Nixon, uno
de muchos intentos de soborno de Pistola Park a Nidecker253.
¿Sabía Kim Un-yong de estos ilícitos? No lo sé, pero mientras la
Asociación Coreana de Tae Kwon Do estuvo bajo su mando en 1971,
él participó de los esfuerzos para recolectar donaciones de compa­
ñías americanas para la elección en Corea del Sur aquel año. La KCIA
pretendía obtener entre US$ 100.000 y 150.000 de Industrias Colt,
fabricante de la ametralladora M-16, y Kim Un-yong era el hombre para
obtenerlo. A mediados de los 60, mientras era un oficial de la KCIA,
Kim había organizado una importante reunión entre un ejecutivo de
Colt y el Presidente de Corea del Sur, quien quería construir una fábrica
de armas en Corea254. En 1971, actuando para Pistola Park, Kim solicitó
a Industrias Colt contribuciones para la campaña para las elecciones
que habrían de ocurrir en unos pocos meses255. En aquel momento, en
Corea del Sur, Kim estaba juntando 200 millones de won (más de un
millón de dólares en la actualidad) para el Kukkiwon, un majestuoso
centro de Tae Kwon Do en Seúl.
Los gerentes de Colt autorizaron un cheque por US$ 100.000 a la
orden de Kim Un-yong, pero lo retiraron ante el consejo de sus abo­
gados, ya que éstos les informaron que tales donaciones eran ilegales
en Corea del Sur. De todos modos, la KCIA hábilmente reunió al menos
US$ 8,5 millones en "préstamos”, "gastos pre-pagos”, y "comisiones” de
empresas americanas, que fueron todas enviadas al presidente Park
Chung-hee para su dudosa elección de 197 l 256. El dictador derrotó a
su rival, Kim Dae-jung, por un pequeño margen, y luego un informe
preparado por el congreso americano concluiría: "Dado que Kim Dae-
jung perdió la elección presidencial de 1971 por menos de 8% de los
votos... existe la posibilidad de que los US$ 8,5 millones, combinados
con fondos de otras fuentes (americanas), hayan sido determinantes
de la diferencia en los votos...”. Luego de la elección, el Presidente
de Corea del Sur anunció un decreto de emergencia; para el coreano
promedio, esta "emergencia” y todos los otros "gastos" y "préstamos"
coincidieron con el período político más represivo bajo el dictador de
Corea del Sur.
La KCIA no sólo requería importantes sumas de dinero y hombres,
sino que también requería veneno. El jefe de Estación en Washington
de la KCIA contrabandeó gran cantidad de fondos ilegales desde los
Estados Unidos hacia Corea en valijas diplomáticas coreanas257. En una
oportunidad, la Inteligencia Americana descubrió una lista secreta de
compras en una de las valijas, una lista que incluía "equipamiento de
vigilancia electrónica" y "veneno", que el régimen necesitaba en Corea
del Sur258. Choi Hong-Hi había escuchado que el método preferido para
asesinar a los oponentes políticos era envenenar sus tragos en encuen­
tros sociales259. Desde que oyó eso, siempre había verificado sus tragos
en las casas kisaeng; a menudo, un rival bebía primero para demostrar
que el trago no estaba adulterado.
En 1971, Choi debe haber sabido lo candentes que se habían puesto
las cosas con la KCIA y el Tae Kwon Do, porque todavía tenía muchas
conexiones dentro del servicio secreto. Choi conocía a los dos instruc­
tores que habían estado involucrados en los secuestros de 1967, y con­
tinuaba trabajando con Jhoon Rhee, quien era amigo de Kim Un-yong.
Al mismo tiempo, una locura por las artes marciales estaba arra­
sando al mundo. En 1971, la película BíllyJack contenía secuencias de
Karate y Hapkido y pronto se volvió un éxito, seguida de Red Sun, pro­
tagonizada por Charles Bronson y el legendario actor japonés Toshiro
Mifune. Entonces, Bruce Lee, quien había aprendido la patada lateral
con la pierna adelantada de Jhoon Rhee, lanzó la película The Big Boss
(El Gran Jefe) en 1971, Fist ofF u ry (Puño de Furia / La Conexión Chi­
na) y Way o ft h e Dragón (El Regreso del Dragón) en 1972, y Enterthe
Dragón (Operación Dragón) en 1973, que lo volvieron una celebridad
en Asia y en Occidente260.
Sin embargo, el programa que yo recuerdo es el éxito televisivo
Kung Fu, protagonizado por David Carradine, que fusionó el caos de las
artes marciales con filosofía oriental en el Lejano Oeste. Una temática
recurrente para el personaje de Carradine (llamado "Saltamontes" por
su ciego Maestro Po) consistía en mantener una actitud justa y pacífica
en medio de la violencia, el crimen y de personas que lo insultaban
habitualmente.
Los pioneros del Tae Kwon Do enfrentaron los mismos dilemas
pero sin pausas comerciales. En Corea del Sur, la policía secreta era
más poderosa que la Oficina del Primer Ministro y, en Norteamérica,
el Embajador de Corea reportaba a los jefes de Estación de la KCIA.
Choi apenas podía mantenerse a este ritmo, pero nunca dispuesto a
rehuir a una pelea, concluyó que, como siempre, debía tomar el tema
en sus propias manos. Hacia el año nuevo de 1972, dos hombres de la
KCIA, ex subordinados de Choi, lo visitaron en su casa para una charla
amistosa261. Al principio, Choi los trató como a amigos, quejándose de
que el Presidente de Corea del Sur estaba abusando de la situación en
el Tae Kwon Do al enfrentar a la organización de Mickey Kim contra
ja de Choi. Los dos agentes estuvieron de acuerdo con Choi y, en ese
momento, él recordó repentinamente un pasaje de Han Fei, un filosofo
del tercer siglo antes de Cristo: “Ten cuidado con el enemigo dentro de
tu grupo".
Uno de los hombres, un ex director de sucursal de la KCIA, palmeó
a Choi en la espalda y dijo, "Señor, considerando la situación actual,
¿no sería preferible para usted hacer lo mejor que pueda desde el ex­
tranjero?”
"¡Nunca!” dijo Choi, dándose cuenta de que ellos estaban a la pesca
de información. "¿Por qué viviría en el extranjero? Necesito enderezar
lo que está sucediendo en el campo de batalla del Tae Kwon Do". Con
esa afirmación, la KCIA relajó su vigilancia sobre Choi y, en menos de
una semana, él y su mano derecha, Nam Tae-hi, huyeron del país en un
avión a Canadá.
C a p ít u l o ! 0
Los EXILIADOS

El quinto elemento esencial para el taekwondista es la precisión en el lan­


zamiento de patadas y golpes. En un momento de crisis sólo tienes una oportu­
nidad. Si fallas, no puedes volver atrás...
Duk-Sung Son, miembro fundador del Tae Kwon Do262.

Choi y Nam mudaron la sede central de su organización de Tae


Kwon Do a Toronto, Ontario, pero Choi debió dejar atrás a su familia y
llegó a Canadá sin ningún dinero, sin reputación y sin poder. ¿Por qué
Canadá? Estaba localizada entre Europa y América del Sur, a donde
Choi quería que el Tae Kwon Do se expandiese; )ong-Soo Park, uno de
sus mejores pioneros, vivía allí y tenía a cargo una creciente red de
gimnasios que estaban generando campeones de combate. Pero aun
más importante, Canadá era un país relativamente neutro política­
mente: un pasaporte canadiense le daría acceso tanto a los países no
comunistas como a los comunistas. Choi tenía esperanzas bien ocultas
de introducir el Tae Kwon Do en las naciones comunistas.
Pero adaptarse a la cultura donde Dinero significaba más que Po­
sición -y donde el Honor tenía un bajo valor de intercambio- era una
caída para un hombre que alguna vez había comandado 100.000 sol­
dados. Él le había dicho a las personas que utilizaba dos nombres: uno
era "Choi Hong-Hi", que le fue dado por su padre, y el otro, "Tae Kwon
Do", que se lo había dado el Cielo, pero ¿cómo podría volverse inmortal
en un suburbio canadiense, culturalmente un basural de acuerdo con
sus estándares (y ni una casa kisaeng a la vista)?
Su arte marcial lo salvó una vez más. Camino a Canadá, él y Nam
habían parado en Hong Kong para recoger el recientemente publicado
libro de Tae Kwon Do de Choi -otro libro m ás- que contenía 518 pá­
ginas de viejas y nuevas técnicas. El libro destacaba a Nam Tae-hi y a
Jong-Soo Park en la tapa y finalmente probaba que Choi y sus hombres
habían desarrollado técnicas que eran diferentes al Karate. Un ejemplo
de la obsesión en los detalles de Choi era “Finger Belly'' (la panza de los
dedos], que se refería a la cara interna de la mano, entre la palma y la
punta de los dedos, utilizada para reforzar ciertos golpes de dorso de
puño con la otra mano. Él había tomado el nombre "Finger Belly" de un
sueño que tuvo263.
Un agregado más dramático era la sección de Choi acerca de
T'aekkyón, una innovación que distinguía al Tae Kwon Do del Karate.
Él había continuado afirmando que el Tae Kwon Do se apoyaba en
el antiguo arte coreano de T'aekkyón, una mentira repetida tantas
veces por tantas personas que la mayoría creía que el Tae Kwon Do
tenía miles de años. Fue lógico que Choi finalmente llegara a agregar
técnicas de T'aekkyón al Tae Kwon Do. Él las llamo "Técnicas de Com­
bate de Pie" (Jokgi Daeryon) en el libro de 1972, y en libros posterio­
res, simplemente "Combate de Pie" [Bal M atsogi). La mayoría de las
técnicas de T'aekkyón requería una extraordinaria fuerza y agilidad
en las piernas. Uno de los movimientos más simples involucraba al
defensor pateando al tobillo de la pierna del atacante en el aire e in­
mediatamente pateando la cabeza del atacante con la misma pierna,
en un movimiento de dos tiempos que obliga a la pierna a ser tan
(rápida como un puño264. Las técnicas T'aekkyón de Choi imitaban a
[aquellas de épocas antiguas, promoviendo esquivas y ataques circu­
lares, algo completamente distinto de los ataques lineales, bloqueos
y contraataques del Karate265.
Aunque Nam Tae-hi dominaba la tapa del libro de Choi y el arte
marcial, los dos hombres se estaban distanciando. Nam no conocía a
nadie en Toronto -y quizás se había disgustado con las maneras mal­
humoradas de Choi- pero el asistente estrella de Nam, Han Cha-gyo,
estaba administrando un exitoso gimnasio en Chicago, y Nam y Han
comenzaron una nueva organización de arte marcial, la Federación de
Tae Kwon Do de los Estados Unidos266.
Al mudarse a los Estados Unidos, Choi y Nam cayeron en el corazón
del Plan de la KCIA para sobornar a congresistas americanos y amena­
zar a coreano-americanos. Choi había oído historias sobre el hostiga­
miento de la KCIA a sus instructores de la ITF en Norteamérica y a sus
familias en Corea. Luego de que la KCIA transfirió a uno de sus agentes
desde Washington a Toronto para presionar de manera extrema a su
consulado para que tomase "acciones" contra los activistas, el Cónsul
coreano presentó un pedido ante los Estados Unidos solicitando se le
diera estatus de refugiado267. Años después, un coronel le diría a Choi
que aquel mismo Cónsul había recurrido a Jong-Soo Park, el discípulo
de Choi, para secuestrar al propio Choi antes de que el Cónsul presen­
tara el pedido268. Park negó la acusación.
Acusaciones como éstas anidaron dentro de Choi por años, como
lo hizo una sobre el Embajador coreano en Francia, Lee Soo-youn^
quien había ayudado a Choi para que enviara instructores a Francia
y trabajado con él para promocionar al Tae Kwon Do. Dos meses más
tarde, la KCIA "suicidó" a Lee269.
* * *

Choi no fue el único coreano que huyó de su tierra natal. También


en el exilio estaba Kim Dae-jung, el demócrata que probablemente hu­
biera derrotado al presidente Park Chung-hee en la elección en Corea
del Sur de 1971 si la elección hubiera sido justa270. Park estaba admi­
nistrando una de las economías más dinámicas y uno de los regímenes
más brutales en el mundo, y comenzó con una nueva ola de represión,
en parte por el apoyo masivo a Kim Dae-jung en 1971271. Viajando por
todo el mundo, Kim denunció la dictadura y se volvió un héroe. Los
coreanos aman a sus reyes filósofos, y Kim encarnaba la resistencia
coreana a décadas de dictadura militar272. Adicionalmente, este ca­
ballero confuciano estaba endurecido por años de hostigamiento y,
valientemente, representaba a todos esos coreanos que nunca habían
querido colaborar con dictadores y matones.
En 1973, el presidente Park consideró que las actividades de ultra*
mar de Kim se habían tornado intolerables. Kim estaba por comenzar
una beca docente en la Universidad de Harvard en los Estados Unidos,
donde visitaba periódicamente a funcionarios de alto nivel del gobier­
no. Parte del Plan de la KCIA era seguirlo a todos los lugares donde
fuese -en cualquier parte del mundo-273. En Corea del Sur, en 1971,
Kim había sobrevivido a un atentado de bomba en una casa y había
sido herido de gravedad cuando un camión casi lo atropelló274. Ahora,
en 1973, la KCÍA estaba buscando una manera silenciosa de secues­
trarlo y matarlo.
Cinturones negros de Tae Kwon Do se involucraron aunque su­
pieran o no sobre El Plan. Uno de los pocos episodios que llegó a los
medios norteamericanos ocurrió en 1973, mientras Kim Dae-jung se
preparaba para disertar en San Francisco sobre su idea de tres etapas
para reunificar a Corea del Norte y del Sur. El Cónsul de Corea del Sur
e n San Francisco dirigía El Plan en el área, controlado por el jefe de la
KCIA en Washington.
La Organización de Estudios Coreanos en Berkley, California, ha­
bía contratado a Kim para que disertara en el anfiteatro del Centro
de Estudios Internacionales el atardecer del 18 de mayo de 1973 a las
19.30275. El auditorio estaba lleno de tensión, principalmente porque
una docena de personajes sospechosos deambulaban por dentro y
fuera del lobby. ¿Quiénes eran ellos? El jefe de la KCIA, Yang Doo-wan,
sabía. Él había enviado a un agente de la KCIA, Bae Young-shik, desde
Los Ángeles hasta el auditorio en San Francisco. Bae era vice-cónsul
de la embajada surcoreana en LA y agente de la KCIA (como en el caso
de Kim Un-yong, era práctica habitual para Corea del Sur colocar se­
cretam ente a agentes de la KCIA en puestos gubernamentales en el
extranjero). El jefe de la KCIA, Yang, no estaba en el auditorio, sino que
dirigió la operación desde el Hotel Hilton, donde se estaba hospedando
-el mismo hotel donde Kim Dae-jung se había registrado-.
Un periodista coreano y amigo de la familia de Kim Dae-jung, Song
Sun-keun, estaba en el auditorio de Berkley y luego escribió un artículo
sobre los hechos que siguieron en el Korea Journal. Él hizo notar que
había diez artistas marciales en la sala276. A las 20.00 el guardia de
seguridad los estaba vigilando mientras estaban parados en la puerta
del salón e intentando persuadir a las personas de que no entrasen. El
guardia de seguridad los siguió hasta arriba, donde les confiscó una
bolsa grande que contenía diez botellas de ketchup y una docena de
huevos, y volvió a bajar para entregarle la bolsa al director del even­
to. El anfitrión de la ceremonia estaba parado en el atril y sostuvo el
ketchup y los huevos delante de la audiencia. “Alguien intentaba inte­
rrumpir nuestra calma reunión de esta noche con estas cosas”, dijo. El
publico abucheó.
Se animaron cuando Kim Dae-jung ingresó a la sala, acompañado
por cuatro guardaespaldas. En la sala también estaba un instructor,
Rhee Min-hi, quien se había entrenado en Kong Su Do en el Ji Do
Kwan, uno de los nueve gimnasios más importantes de Corea del Sur.
Rhee era un hombre influyente en la zona de San Francisco, especial­
mente luego de que Corea del Sur le otorgó una de las medallas más
importantes por sus servicios en la comunidad coreana en los Esta­
dos Unidos a principios de los 70. En San Francisco, él administraba
un gimnasio de artes marciales en la calle Polk, una agencia de viajes
y era el jefe de una asociación de organismos de radiodifusión. Algu­
nas personas sospechaban que era un agente de la KCIA, pero Rhee
lo negó. Sin embargo, a él no le gustaba la crítica de Corea de Kim
Dae-jung y odiaba su propuesta de reuníficar el Norte y el Sur, una
idea que olía a comunismo. También, Kim había estado afirmando
que el gobierno de Corea del Sur estaba intentando asesinarlo -una
alegación ridicula-, desde la perspectiva de Rhee, porque si Corea
del Sur lo quería asesinar, entonces ¿por qué lo habían dejado salir
de Corea del Sur?
Rhee no sabía que había otros diez artistas marciales en el audi­
torio. Él se instaló en el fondo mientras que Kim Dae-yung caminaba
hasta el micrófono y el público aplaudía entusiasmado. Cuando Kim
comenzó a hablar, Rhee lo interrumpió.
"¿Por qué criticas al jefe de nuestra nación?", gritó Rhee, marchan­
do hasta el frente. "¡Deberías luchar en Corea! ¡No armes revuelo con
los buenos compatriotas aquí!". Rhee no quería que Kim dijese cosas
negativas sobre Corea, y trepó al escenario, acercándose al atril. Los
guardaespaldas corrieron hacia Rhee y lo atajaron, y el auditorio es­
talló en gritos.
Más atemorizante que la discusión era el hecho de que había un
hombre que estaba sacando fotos y filmando al público con una cáma­
ra. La gente sabía que los agentes de la KCIA habitualmente filmaban
eventos públicos controvertidos. Los agentes anotaban los nombres de
los coreanos en la audiencia y enviaban las listas y las fotos por correo,
y la KCIA luego amenazaba a las familias de las personas que habían
estado en los eventos277. El hombre sacando fotos en el salón era un
agente de la KCIA.
El maestro de ceremonias, que estaba cerca de Kim, señaló a
Rhee y dijo: "Quienquiera que sea este hombre, él definitivamente
estaba interrumpiendo nuestra reunión, que está siendo realizada
de manera democrática. Por lo tanto todos los que estén de acuerdo
en excluirlo de esta reunión, por favor aplaudan”. El público vitoreó
y aplaudió.
"Todos aquellos que no quieran escuchar este discurso, síganme",
anunció Rhee repentinamente. Nadie se levantó, y una vez más Rhee
se lanzó hacia el atril.
"Por favor retírese", Kim le dijo. Rhee se quedó parado allí.
";Piérdeteí", gritó alguien entre el público.
En aquel instante, oficiales de la policía de San Francisco ingre­
saron al salón con armas y bastones y arrestaron a Rhee. Mientras
la policía lo acompañaba afuera, Bae Young-shik, el agente de la KCIA
en Los Ángeles, se acercó a los oficiales y les mostró su identificación:
"Soy oficial del Gobierno Coreano", les dijo. ''Esta es una reunión co­
reana. Nosotros manejamos nuestros propios asuntos ” La policía lo
ignoró.
Mientras la policía se llevaba a Rhee en un vehículo, él explicó que
simplemente estaba expresando sus opiniones a Kim. En Corea del
Sur, a los comunistas no se los apreciaba, explicó Rhee, y las personas
no pueden caminar por las calles llevando una bandera de Corea del
Norte. La policía le aconsejó a Rhee que no regresara a la reunión, y lo
liberaron.
Mientras tanto, uno de los compatriotas de Bae estaba al teléfo­
no con el jefe de la KCIA, Yang, en el Hotel Hilton, contándole lo que
estaba sucediendo. Este nivel de organización era impresionante, y
puedo asumir que Yang rápidamente informó a alguien en Seúl. Visto
desde algún punto en el espacio exterior entre San Francisco y Seúl la
escena se veía así: mientras que los artistas marciales acosaban a Kim
Dae-jung y la policía arrestaba a Rhee, un agente simultáneamente
informaba paso a paso a Yang en el Hilton, quien, a su vez, mantenía al
tanto a Seúl. ¿Por qué tanta organización? Porque el gobierno de Corea
del Sur quería silenciar a Kim y la KCIA estaba buscando un momento
oportuno para secuestrarlo.
De regreso en el auditorio, Kim continuó con su disertación, expli-
cando que el desafortunado incidente con Rhee había ocurrido como
si todos los presentes vivieran en Corea del Sur. Recién habían presen-
ciado el tipo de políticas que era habitual en Corea, dijo. "El incidente
de esta noche, por más lamentable que sea, puede probar el punto que
he estado sosteniendo todo el tiempo, que el desacuerdo político no
debería desagregarse en conflicto físico y terror", explicó.
Un año y medio después, en 1974, cuando los agentes del FBI final­
mente pudieron hablar con Rhee Min-hi acerca del incidente, él admitió
haber interrumpido el discurso pero negó ser un agente de la KCIA, y
aseguró que la KCIA nunca se había acercado a él.
Más de treinta años después, yo g o o g le é a Rhee y descubrí que
sus hijos, Simón y Phillip Rhee, se habían vuelto estrellas de cine de
artes marciales, conocidos por la serie de películas The Best ofthe
B est (Lo Mejor de lo Mejor) desde 1989 hasta 1998. Su padre, Rhee
Min-hi, los había asesorado durante las películas, que mostraban
técnicas de Tae Kwon Do. Simón Rhee me contó que los hermanos
nunca habían estado involucrados en el trabajo político de su padre,
y que la confrontación Kim-Rhee terminó plasmada en una serie de
televisión coreana muy conocida, llamada Hourglass, en una escena
de treinta segundos en la cual un actor que interpreta a su padre
enfrenta a Kim278.
"Luego me disculpé con el Sr. Kim", me dijo Rhee Min-hi por telé­
fono. "Le dije que no estaba contra él como persona, pero que no me
gustaban sus políticas", Rhee agregó que sólo después del enfren­
tamiento de 1973 se enteró de que miembros del Consulado y de la
KCIA habían asistido a la disertación en el anfiteatro. Tres personas
informaron al FBI que Rhee probablemente había sido un agente
de la KCIA, pero Rhee le dijo a Kim que los rumores habían estado
equivocados -la KCIA nunca le había ordenado a Rhee confrontar
con Kim279-.
Kim Dae-jung y Rhee Min-hi en 1998,25 años después de su famosa discusión.
Foto cortesía de Rhee.

"Yo fui difamado por tantos años" se lamentó Rhee. Hace un par
de años, él y Song Sun-keun, el periodista que había escrito sobre el
enfrentamiento Rhee-Kim, se encontraron en una fiesta en Seúl, y
arreglaron las cosas, dijo Rhee. Y Rhee se encontró con Kim Dae-jung
muchas veces también, solucionando entre los dos sus diferencias pa­
sadas. Un día en 1998, Rhee se paró en el podio al lado de Kim -esta
vez como un invitado VIP- a pesar de las habladurías en voz baja.
# * *

La KCIA fracasó en detener a Kim Dae-jung en los Estados Unidos


en 1973, pero los agentes parecían su sombra permanente, buscando
el momento y lugar adecuados280. Los coreanos en las ciudades nor­
teamericanas sentían que estaban viviendo en extensiones surrea­
listas de Corea del Sur, con Consulados, no el gobierno de los Estados
Unidos, dirigiendo las comunidades, y agentes de la KCIA, no la policía
americana, haciendo cumplir las leyes. Pero secuestrar a Kim en los
Estados Unidos se volvió menos factible a medida que los servicios de
inteligencia americanos incrementaron su vigilancia. Durante años,
los americanos habían estado rastreando a la KCIA, y los coreanos se
estaban volviendo más molestos con sus atrevimientos y errores en
suelo americano281. La mayoría de los jefes de inteligencia americana y
los políticos no parecían estar preocupados porque la KCIA estuviera
acosando y amenazando a coreano-americanos, pero un secuestro de
alta resonancia de Kim Dae-jung involucrando a expertos en artes mar­
ciales llevaría mala publicidad a las políticas norteamericanas en Asia,
donde los líderes americanos necesitaban a los coreanos de su lado en
la guerra de Vietnam y la Fría. A principios de los 70, los americanos
estaban constantemente diciéndole a la KCIA y a los surcoreanos que
se controlaran en los Estados Unidos y que pusieran a sus agentes en
caja, especialmente a los colaboradores que no estaban oficialmente
registrados como agentes de la KCIA pero que actuaban como si lo
fueran. En síntesis, la KCIA tendría que secuestrar a su hombre en
otro país282.
La KCIA finalizó ese plan en julio de 1973, y eligió a Tokio, Japón,
como el lugar apropiado. Una de las personas de Kim Dae-jung le con­
taría después al FBI, justo antes del secuestro, que Rhee Min-hi voló
fuera de San Francisco á Asia283. Pero Rhee se rió cuando le pregunté si
había volado hasta Tokio para esta misión. "Nunca supe de un plan de
la KCIA para secuestrar a Kim Dae-jung", dijo. "Es todo una tontería.”
El FBI escuchó que un instructor asistente de una escuela de artes
marciales y un artista marcial del Instituto Wha Rang Karate volaron
desde San Francisco justo antes del secuestro. Adicionalmente, ope­
rativos de la KCIA volaron desde los Estados Unidos: uno desde San
Francisco, dos desde Nueva York, y dos o tres que acompañaron al jefe
de la KCIA en Washington hasta Tokio. Veinticuatro miembros de la
KCIA estaban en el equipo de secuestro -de Corea del Sur, Japón y los
Estados Unidos- todos ellos coordinados por la sexta división de la
KCIA, la división a cargo de los asesinatos284.
El 8 de agosto, Kim Dae-jung se estaba hospedando en el Grand
paíace Hotel en Tokio, que estaba plagado de agentes de la KCIA. Luego
del almuerzo con un oficial coreano, que resultó ser parte del complot,
Kim salió de su cuarto y los agentes lo atraparon, lo drogaron y lo me­
tieron en el baúl de un vehículo y escaparon velozmente hacia Osaka.
Un alboroto siguió inmediatamente en Japón, donde la policía, que
había sido alertada acerca de la trama, había estado siguiendo a los
agentes KCIA durante los días anteriores al secuestro.
El día después del secuestro, los agentes transfirieron a Kim a
un barco de alta velocidad que a treinta y cinco nudos de velocidad
volvió rápidamente a Corea del Sur. Durante la reacción internacional
explosiva, el jefe de la estación de Seúl para la CIA le dijo al Embajador
estadounidense en Corea del Sur que la KCIA estaba detrás del secues­
tro. El Embajador saltó a un coche, se dirigió a la Casa Azul, y exigió
que el Presidente de Corea del Sur liberara a Kim285. En el barco, los
agentes ataron a Kim con pesas y se preparaban para tirarlo al Mar
del Japón, cuando aviones sobrevolaron con un mensaje de ponerlo en
libertad. Un par de días más tarde, la KCIA lo dejó ir en Seúl, sólo para
depositarlo en la cárcel la semana siguiente. El fiasco no terminó allí,
sin embargo, especialmente después de que Japón le restó importancia
a la operación y Corea del Sur negó que el KCIA hubiera participado.
***

En 1974 los americanos se cansaron de las escenas tipo James


Bond. El FBI, el Departamento de Justicia y la CÍA, que había estado
monitoreando a los agentes de la KCIA y que supuestamente había
colocado micrófonos en la sala de reuniones del Presidente de Corea
del Sur en Seúl, pensaban que El Plan había sido una molestia desde
el día en que comenzó. Coreanos que no eran ni diplomáticos ni agen­
tes de la KCIA estaban ofreciendo dinero a confundidos congresistas
americanos, designando a agentes para infiltrar al gobierno de los
Estados Unidos, y ofreciendo mujeres a los políticos. Mientras tanto,
artistas marciales fuera de control entraban y salían de varias escenas
Inverosímiles y aterradoras. Algunos políticos americanos aceptaron
los sobornos y las historias comenzaron a diseminarse por los perió­
dicos. Para los jefes de la inteligencia americana, toda la operación se
había vuelto vergonzosa, pero para los instructores honestos de Tae
Kwon Do y otros coreanos en todo el mundo que sabían de las ame­
nazas, secuestros y torturas, todo el asunto era más que injusto: era
espeluznante. No ayudó el oír que la CIA americana estaba ocupada
entrenando torturadores en Chile, Brasil, Uruguay y la Argentina286.
De todos modos, en 1974 los americanos echaron del país de mane­
ra silenciosa al jefe de la estación de la KCIA, Yang Doo-wan, porque el
Departamento de Estado lo consideró responsable del hostigamiento
en los Estados Unidos, y él y su Plan se habían vuelto una vergüenza287.
De regreso en Seúl, el Presidente inmediatamente ascendió a Yang,
quien continuó controlando El Plan. Oficialmente, la KCIA redujo sus
operaciones en los Estados Unidos, pero, de manera encubierta, exr
pandió El Plan. Esto significó que las personas que no eran oficiales
diplomáticos pasaron a tener más trabajo día a día; la KCIA se volvió
virtualmente invisible pero continuó amenazando a los coreanos en
Norteamérica.
Choi Hong-Hi se estaba quedando afónico advirtiendo a personas
acerca de Corea del Sur288. Dijo que el gobierno surcoreano estaba aco­
sando a sus pioneros de artes marciales, y empezó a preocuparse por
su propia vida. Muchos pensaron que estaba exagerando, pero él sabía
la verdad. Historias en los diarios sobre torturas en sótanos y llamados
en medio de la noche eran recordatorios individuales e íntimos de una
mayor represión en Corea del Sur y en otras dictaduras apoyadas por
la CIA americana. Choi y Nam conocían el juego; después de todo, ellos
habían trabajado alguna vez con los jefes de inteligencia coreanos y
americanos.
Un día, cuando Choi estaba organizando una gira por Europa y
Medio Oriente -y planeando subirse al avión al día siguiente- un ins­
tructor de Tae Kwon Do llamó para decir que había volado desde Corea
del Sur a los Estados Unidos con un mensaje. "En Corea, pude percibir
que estaban planeando algo contra ustedes", le dijo a Choi. "Como us­
ted sabe, ellos secuestraron al líder de la oposición, Kim Dae-jung. No
los dejarán en paz. Estoy llamando porque me intereso por ustedes,
así que por favor recapaciten y demoren su agenda en lugar de viajar
mañana".
Choi conocía al instructor, y, como era habitual, debía determinar
rápidamente si era amigo o enemigo. Él sospechaba que la organiza­
ción de Kim Un-yong lo había enviado con el mensaje, que Choi inter­
pretó como una amenaza.
“Muchas gracias por haber volado miles de millas para avisarme
sobre este plan", respondió Choi. “Pero yo no me voy a detener ni cam­
biar nuestro plan"
Al día siguiente, Choi abordó un avión, junto con su equipo de
exhibiciones, compuesto por Jong-Soo Park, C.K. Choi, Kong Young-il,
pak Sun-jae y Rhee Ki-ha. Eran todos maestros séptimo dan, comen­
zando un tour en 1973. Era poco probable que alguien se metiese con
ellos, pero sólo eran cinco hombres. Lo que Choi no le había contado
al coreano que llamó era que él tenía algo de músculo en su viaje. Gra­
cias a un agente de la CIA, Robert Watson, un cinturón negro de alta
graduación, la CIA estaba financiando su viaje, porque la Federación
Internacional de Tae Kwon Do de Choi necesitaba dinero desespera­
damente. Choi también había evitado mencionar que la CIA americana
había enviado agentes para proveer protección para el equipo en los
aeropuertos internacionales289.
En este contexto, Choi sumó cinco nuevas representaciones de Tae
Kwon Do en cinco países. En Egipto, más de 100.000 personas vieron
al equipo de exhibiciones de la ITF.
C a p ít u l o t i
D e l te n e b ro s o K ukki

a la W TF
K V JK JI

El Tae Kwon Do no es sólo para defensa personal (hoshinsul); también debe


ser utilizado para enderezar a la humanidad, y como una disciplina para una
sociedad recta y honesta.
Kim Un-yong (alias Mickey Kim)

Cada vez que estoy reunido con un artista marcial que delante
mío se transforma en un experto en historia, sé que es el momento
de buscarme un whisky. Desde el principio, el Tae Kwon Do ha tenido
altos ideales y peleó contra la violencia con violencia (y en ocasiones,
también luchó contra la justicia con violencia), pero la historia del arte
marcial siempre ha escondido las verdades dolorosas sobre esta vio­
lencia. Millones de personas, entre ellas los coreanos, no se dan cuenta
de que la historia que presenta al Tae Kwon Do como un arte marcial
antiguo es más que una historia bien contada: es el mito de creación
que vende la meditación ocultando la brutalidad, señala al cielo y
hace caso omiso de la sangre. En los años 1950 y 1960, el Tae Kwon
Do necesitaba antiguas historias para ocultar sus raíces de Karate y,
en la década de 1970, necesitaba antiguos guerreros invisibles para
promover un régimen malvado.
El mito de Choi acerca de dinastías de 1500 años de edad y los
guerreros hwarang tenía un propósito profundo y práctico a principios
de 1970: la incompleta "investigación histórica" que unía al Tae Kwon
Do con la cultura antigua de Corea se convirtió en una leyenda tan
resistente como el gingko antiguo. No fue ninguna sorpresa entonces
que el Servicio Internacional de Información de Corea publicara un
folleto sobre el Taekwondo, que comenzaba así: "El Taekwondo es un
arte marcial singular de Corea desarrollado hace aproximadamente
2000 años"290. Pero el país tomó prestado algo más que el mito de ía
creación de Choi. Para su asombro, le robó el nombre de su arte mar­
cial Tae Kwon Do y se lo cedió a Kim Un-yong para que fusionara los
nueve gimnasios de artes marciales (kwan).
Kim creía que los kwan habían sido monásticos en su aislamien­
to medievales en su segregación, y simplemente crueles durante los
torneos. Uniéndolos y recaudando dinero para crear una sede central
mundial de Tae Kwon Do, el Kukkiwon era el proyecto más importante
de Kim. De hecho los líderes políticos y de las artes marciales lo eli­
gieron como Presidente de KTA en 1970 en parte porque se pensó que
podía recaudar grandes cantidades de dinero291.
En la primera conferencia de prensa de Kim un periodista le
preguntó si realmente podría construir el Kukkiwon como se había
prometido.
"Sí", respondió.
"¿Cuánto cuesta?» -preguntó el periodista-.
Kim se quedó helado sin saber qué responder. Sabía que quería
construir el Kukkiwon y, proveniendo de una familia rica, él había pen­
sado que “donde hay voluntad se encuentra la forma". Se dio vuelta y
le susurró a Lee Chong-woo, un maestro del arte marcial que estaba
sentado cerca.
“Digamos que hacerlo cuesta 300 millones de won" le susurró Lee.
En aquellos días esa era una suma enorme, equivalente a 1,5 millones
de dólares de hoy.
“Creo que no necesitamos más de 200 millones de won" dijo Kim,
que no quería alarmar a la gente con un mayor número. Los periódicos
de Corea informaron la cantidad.
Kim quería que el Kukkiwon fuera construido en el estilo antiguo
"para dar la impresión de tradición, como los Palacios de Corea por
ejemplo o las magníficas casas de los altos oficiales confucianos", se­
gún dijo. Para el techo él eligió un azulejo tradicional de Corea: el Kiwa
azul, el mismo tipo de Kiwa de la Casa Azul, el palacio presidencial. En
los viejos tiempos la fabricación de Kiwa azul era un arte respetado y
secreto transmitido de padre a hijo. Hay un dicho en Corea: “Tan dis­
creto como comerciante de Kiwa",
Kim no pudo encontrar un terreno en Seúl para el Kukkiwon, por
lo que se acercó a un amigo, el alcalde de Seúl, quien le ofreció una
parcela de tierra baja.
“Necesito el terreno más alto de Yoksam-dong", contestó.
“Usted puede tener tierras más bajas", insistió el alcalde. "No en­
tiendo por qué necesita un lugar en la cima de la montaña".
"Este gimnasio de artes marciales tendrá un significado monumen­
tal", dijo Kim. "También tengo la sensación de que un milagro de Tae
Kwon Do podría ocurrir si lo construimos en la cumbre".
Kim recibió el milagro en la cima de la montaña y la construc­
ción comenzó en noviembre de 1971, "financiado con mi patrimonio
personal", escribió K im ,"y las donaciones de mis contactos, graneles
empresas como Samsung".
Un año más tarde el Kukkiwon fue inaugurado por Kim Chong-p'fl,
ex jefe de Kim Un-yong en la KCIA, que ahora era el primer ministro del
país292. El hermoso edificio de tres pisos se apoyaba en un terreno de
8000 m2y contenía estudios, un auditorio, una sala de dormitorios, una
sala de recreación y el aura distintiva de la historia antigua en torno
a su techo de Kiwa. El Kukkiwon uniría a las facciones rivales del Tae
Kwon Do, obligándolas a llevar a cabo allí los exámenes de cinturón
negro, y a desarrollar allí en el Kukkiwon todas las tratativas y nego­
ciaciones referidas a la actividad293. El edificio estaría más en la tónica
del mercado que la del monasterio.
Muchos líderes de las artes marciales se negaron a unirse pero
pronto no tuvieron otra opción. Con el apoyo de hierro del régimen
de Corea, Kim transformó una parte de la Asociación Coreana de Tae
Kwon Do en la Federación Mundial de Taekwondo, que sonaba casi
idéntica a la Federación Internacional de Taekwon-Do de Choi204. Ade­
más, la sigla "WTF" sonaba como "ITF" en inglés. Choi, en un arranque
de furia, les advirtió que se abstuvieran de utilizar el término "Tae­
kwondo" pero todo el mundo lo ignoró y Corea del Sur cortó todos los
vínculos con la ITF en Canadá295. La guerra entre Choi y Kim entró en
una nueva fase.
El momento del nacimiento de la WTF parecía desfavorable. Se
creó entre el mes de mayo (cuando la KCIA tenía en la mira a Kim Dae-
jüng en los Estados Unidos) y el mes de agosto (en que la agencia lo me­
tió en el maletero del automóvil en japón), pero crear una organización
global de Tae Kwon Do fue una decisión inteligente para la dictadura,
que necesitaba de ese arte marcial para mejorar la imagen del país en
el extranjero. En ese momento, Corea del Sur se estaba convirtiendo
en una potencia económica, y esto generaba confianza del país en sí
mismo y sentido de autosuficiencia. Esto fue una conquista para una
pequeña nación que había sido eclipsada por Japón y China durante
gran parte de su historia moderna. La promoción del Tae Kwon Do
fue una manifestación física de la confianza de Corea. Un-yong Kim
escribió: “Mediante la práctica de Tae Kwon Do, se puede construir
el espíritu de abnegación y perseverancia, ganando la confianza para
hacer frente a cualquier dificultad que se pueda enfrentar, una actitud
mental que conduce a la serenidad y la generosidad. En otras palabras,
un hombre de Tae Kwon Do sabe cómo ser modesto,./'296.
Después de que el Kukkiwon fue construido y la WTF puesta en
marcha, Kim se centró en otro objetivo imposible y modesto: la glo-
balización de la nueva marca de Tae Kwon Do297, Pero Choi ya la había
globalizado y la ITF estaba muy alta en popularidad, por lo que Choi
estaba consternado por la ostensible brusquedad de la campaña de
Kim. Choi se preocupaba de que personas de todo el mundo confun­
dieran su Tae Kwon Do con el nuevo: "El pasto salvaje, que fácilmente
se confunde con el trigo o el arroz, en realidad puede prevenir el cre­
cimiento del cultivo genuino”, escribió. “No puedo sino desesperarme
sobre la imagen manchada del Tae Kwon Do".
En mayo de 1973, Kim organizó un campeonato del mundo para
treinta países en el Kukkiwon, “el primer combate oficial universal del
arte veinte o veintitrés siglos después de que el Tae Kwon Do comenzó
a ser practicado", anunció Kim298. Corea del Sur ocupó el primer lugar
en el torneo y los Estados Unidos, repleto de campeones de Karate
Coreano, ocupó el segundo lugar.
Choi respondió con un Campeonato del Mundo ÍTF 1974 en Mon-
: treal, Canadá, que Nam Tae-hi y Dong-ja Yang ayudaron a organizar.
Encontrándose bajo una enorme presión en aquellos días, Choi insultó
a Nam y lo acusó de un complot. La paranoia y la amenaza flotaban
alrededor de Choi como una nube oscura, de modo que Nam no fue
sorprendido por la acusación. “Estuvimos muy cerca en el ejército"
Nam me dijo, “pero ahora él pensaba que yo estaba haciendo cosas en
su contra"'. Nam había estado a cargo de gran parte de la enseñanza de
ITF en los primeros días, instructores de alto nivel se habían acercado
más a él que a Choi, y por ello Choi se había vuelto paranoico. Nam
agregó que durante las varias décadas que había trabajado con Choi,
nunca lo había visto moverse demasiado con el arte marcial. Desde
el punto de vista de Nam, las relaciones de Choi con sus pioneros
parecían seguir el mismo patrón: “Lo que encontré fue que, cuando
comenzaba, decía cosas muy buenas acerca de una persona, pero al
final siempre terminaba hablando mal de ella".
Choi escuchó que el Presidente de Corea del Sur había expresado
su sorpresa cuando descubrió que vivía en Canadá. Los políticos trata-'
ron de convencer a Choi para que volviera a Corea, pero él supuso qué
las invitaciones buscaban tenderle una emboscada y secuestrarlo, Un
rumor se inició diciendo que el inestable Choi estaba muerto y que la
ITF se había desmoronado.
Mientras tanto, la familia de Choi vivía a la merced de los caprichos
de la quinta división de la KCIA, que estaba a cargo de finalizar pasa­
portes. En Canadá, Choi estaba en el medio de un trámite para obtener
su ciudadanía canadiense cuando supo que Corea no emitiría un pasa;
porte para su hijo adulto, Jung-hwa, y su hija, Sunny299. Su esposa y una
segunda hija, Meeyun, ya se habían reunido con él en Canadá gracias
al apoyo de Jhoon Rhee, quien había ayudado a la esposa de Choi para
escapar a escondidas a la República Dominicana300. Ella voló a Canadá
desde allí. Pero Sunny y Jung-hwa todavía estaban varados en Corea
del Sur, y Choi creía que eran rehenes.
Circulaban muchas historias acerca de cómo la KCIA estaba trasla­
dando a las personas a las temidas cámaras de tortura de Namsan en
Seúl. Choi conocía las historias y se preocupaba por sus hijos, pero se
negó a volar a Seúl. Los estaba sacrificando por el Tae Kwon Do, asi lo
veía él, y cayó en una agonía sin fondo. Había calculado mal la veloci­
dad con que su poder disminuiría en el exilio. Noche tras noche, lloraba
en la cama, mirando la pared. Temía que un movimiento equivocado
pudiera terminar con sus vidas, que la KCIA asesinara a sus hijos por
su accionar. Trataba de ocultar sus sollozos para que su mujer no se
diera cuenta301.
Un año después, en 1974, Corea del Sur permitió a Jung-hwa y a
Sunny salir del país. Arribaron al aeropuerto de Toronto, donde su
padre los estaba esperando. La familia Choi normalmente no mostraba
demasiada emoción en público -nada de abrazos, ni apretones de mano
o palabras en voz alta cuando se saludaban- y los sentimientos gene­
ralmente se mantenían debajo de la superficie, porque los coreanos de
la generación de Choi eran así, restringidos por cientos de rituales. En
privado, Choi podía ser gracioso y charlatán, pero en el aeropuerto, los
saludó de la manera que lo hacía en público, como si nada dramático
hubiera ocurrido. Simplemente miró a su hija e hijo, y les dijo: ''Bien”.
***

La World Taekwondo Federation ya estaba descartando a Choi de


la historia del Tae Kwon Do y elevando a Nam Tae-hi como fundador
del ahora famoso Oh Do Kwan, el único gimnasio militar que a media­
dos de la década del 50 había practicado Tae Kwon Do302. El estatus
de otros artistas marciales creció a medida que el de Choi cayó. Uhm
Woon-kyu y Lee Chong-woo, quienes habían llamado a Choi un "busca-
pleitos permanente" a mediados de los 60, ayudaron a crear y guiar la
WTF y el Kukkiwon, que hasta la actualidad es el organismo que regu­
la el Tae Kwon Do. La WTF afirmó que nadie había escrito las reglas del
Tae Kwon Do, ignorando los cinco libros escritos por Choi entre 1959 y
1972303. Lee, con la ayuda de Uhm, escribió el primer libro de técnicas
de la WTF, Tae Kwon Do Textbook, publicado en 197 5304.
Uhm, Lee y un pionero llamado Hyun Jong-myung, quien había
asistido a la reunión del Comité de Nombramiento del Tae Kwon Do en
la casa de kisaeng en 1955, contribuyeron a la creación de las formas
de la WTF, que contenía técnicas similares a aquellas encontradas en
el Karate y la ITF. Por ejemplo, Taegeuk II Jang, la forma de la WTF para
cinturones blancos, utilizaba el mismo golpe de puño y dos bloqueos
que Choi había insertado dentro de su primer esquema, Chon-Ji, que, a
suvez, estaba basado en el esquema Kihon del Karate.
Sin embargo, una nueva regla de sparring de la WTF sorprendió a
todos: ya no estaba permitido golpear a un oponente en la cara duran­
te el combate. Los artistas marciales se rieron, esto no tenía sentido*
¿cómo se podía hacer combate y no golpear al rostro? El puño a la cara
era fundamental en las artes de pelea.
Nada de esto evitó que los hombres de Choi lo abandonasen y se
unieran a la WTF. Una crítica común contra Choi es que sus instruc­
tores de artes marciales, la mayoría de ellos soldados anticomunistas;
lo dejaron porque él operaba con comunistas norcoreanos. Eso, en
aquellos días, provocaba el mismo escozor que el término “terrorista
de AI-Qaeda" en las grandes ciudades de hoy. En realidad, sus instruc­
tores comenzaron a dejarlo mucho antes de que él operara con Corea
del Norte. Lo dejaron en parte porque Corea de Sur aumentó la presión
sobre los pioneros e instructores de la ÍTF, una presión que se volvió
intolerable para muchos en los 70. También lo dejaron porque era di­
fícil trabajar con él.
La primera gran deserción ocurrió en 1974 en Alemania Occiden­
tal, donde los conflictos entre los líderes alemanes del Tae Kwon Do
Heinz Marx y Kim Kwang-il (el pionero que había estado involucrado
en el Incidente de la KCIA de Berlín Oriental) estallaron en un es­
cándalo. Choi se puso del lado de Kim, y toda la asociación Alemana
abandonó la ÍTF y se unió a la WTF de Kim Un-yong dos años después.
La segunda pérdida en 1974 ocurrió cuando la organización de
Turquía también saltó al grupo de Kim, principalmente porque Choi
había fracasado en solucionar un supuesto caso de corrupción con un
pionero llamado Soo Se Cho. Luego de esas dos deserciones -dos pila­
res de la ITF perdidos- los abandonos llegaron rápido y sin anestesia,
y Kim continuaba gíobalizando el arte marcial del régimen. En 1974,
el régimen surcoreano convenció y forzó a miles de gimnasios, fueran
o no de la ITF, para que se alinearan detrás de la WTF de Kim. Adicio­
nalmente, la Amateur Athletic Union en los Estados Unidos aceptó a
la WTF, no a la ITF, como miembro. Choi perdió instructores de alto
calibre en beneficio de la WTF, hombres como Jae-hun Kim, que admi­
nistraba gimnasios en Boston y cuyo padre estaba en el gobierno sur-
coreano, y brillantes administradores deportivos como Dong-ja Yang,
quien más adelante introdujo a la WTF en las Olimpíadas305.
Más deprimente aún para Choi fue que, en 1975, la General Asso-
ciation of International Sports Federation (GAISF) parecía favorecer la
inembrecía de la WTF en lugar de la ITF, Ser parte de la GAISF era un
paso significativo para unirse a las Olimpíadas, y Kim Un-yong había
trabajado duro para que el Tae Kwon Do fuera incluido, pero la ITF
de Choi y un grupo de líderes japoneses de Karate también se habían
postulado. Sin embargo, la GAISF solamente podía elegir a uno de los
grupos de artes marciales306.
El día de la decisión de la GAISF en su conferencia en Montreal,
Canadá, los japoneses argumentaron que el Tae Kwon Do era parte del
Karate y que los llamados instructores de Tae Kwon Do habían abierto
gimnasios de Karate coreano en Norteamérica y demás lugares. Por
su parte, Choi argumentó que el Tae Kwon Do era un arte marcial ori­
ginal y legítimo. Kim sabía que ellos tenían razón -Choi le había dado
el nombre ai Tae Kwon Do y Jhoon Rhee sólo había sido uno de los
muchos famosos pioneros de Tae Kwon Do que habían administrado
gimnasios de "Karate" antes de cambiar el nombre a Tae Kwon Do-
pero Kim se pasó dos horas conduciendo por Montreal, contándole a
un oficial clave de la GAISF que el Tae Kwon Do era distinto al Karate y
detallando los serios problemas con Choi, quien en su opinión era “un
tipo escurridizo”.
"Yo di ejemplos de técnicas básicas, le dije el origen, y expliqué las
diferencias en las reglas", dijo Kim. “Por supuesto nuestra conversación
fue en inglés. Esa vez le agradecí a Dios tener talento para los idiomas".
Kim habló nuevamente dentro de la conferencia de la GAISF. “La
historia del Tae Kwon Do tiene su origen en tiempos antiguos", ron­
roneó. Choi era “codicioso" por intentar “privatizar" al Tae Kwon Do,
pensaba Kim, y agregó que los artistas marciales habían eyectado a
Choi de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do en 1966, que Choi no
respetaba reglas financieras, y que vivía en el limbo con relación a su
ciudadanía. Kim sin duda omitió mencionar que Corea del Sur estaba
acosando y amenazando a Choi y a sus pioneros y que Choi estaba eco­
nómicamente arruinado, mientras Kim tenía acceso a una sofisticada
red de financiamiento. En síntesis, Corea del Sur quería eliminar la
ITF de Choi en todo el mundo. Al final de la reunión de la GAISF, el arte
marcial de Kim venció al de Choi y al de Japón -y el Tae Kwon Do de
Choi continuaba con su derrumbe-.
Mientras tanto, a mediados de los 70, todos estaban aprovechando
la locura fílmica por las artes marciales que habían comenzado Bruce
Lee y otros. Hasta el pugilista Muhammad Ali aprendió Tae Kwon Do;
Jhoon Rhee le enseñó el "accupunch”, un golpe de puño que Ali utilizó
para noquear a Richard Dunn en 1975307. Pero las fuerzas políticas
empujaron a Rhee a pesar de sus éxitos. Él no se unió a la WTF de Kim
Un-yong, pero un reportero de un diario coreano les dijo a oficiales
del gobierno de los Estados Unidos que Rhee había recibido dinero
de la KCIA para abrir escuelas de artes marciales. La Agencia Federa!
de Impuestos de los Estados Unidos investigó y sobreseyó a Rhee de
toda acusación, pero, según luego me comentó Rhee, fue un momento
extremadamente estresante.
De regreso en Corea del Sur en 1975, el Tae Kwon Do estaba flore­
ciendo y Kim Un-yong se había otorgado a sí mismo un cinturón negro
octavo dan que lo colocaba un nivel por arriba del de maestro y signi­
ficaba que en cuatro años él había logrado lo que otros artistas mar­
ciales tardaban décadas en alcanzar. Kim hizo notar que 721 expertos
de Tae Kwon Do enseñaban en 48 países, con más de un tercio de los
instructores enseñando en los Estados Unidos, Canadá y Alemania
Occidental. En Corea del Sur, tres millones de practicantes, incluyendo
300.000 cinturones negros, estaban entrenando Tae Kwon Do:íí!í!,
En Canadá, Choi anunció que 20 millones de alumnos eran miem­
bros de la ITF en todo el mundo309. Corea del Sur tenía una de las
mejores economías del mundo y, construyendo sobre los 20 años de
transpiración y gritos de Choi y Nam, ahora se jactaba de tener una de
las artes marciales más populares.
Pero la ITF de Choi se quedó sin dinero una vez más, y él se dio
cuenta de que Kim había obtenido demasiadas cosas, demasiado
rápido. Kim presionó para la inclusión de la WTF en tres eventos:
los Juegos Asiáticos, los Juegos Panamericanos en Sudamérica y una
competencia internacional de soldados310. Un estratega astuto, Kim
estaba registrando al Tae Kwon Do con organizaciones de gran nom­
bre para, con una sola movida, marginar a Choi, aumentar el valor dél
arte marcial coreano y obtener acceso a presupuestos más grandes. En
Norteamérica la KCIA continuó sobornando y amenazando coreanos,
incluyendo a los pioneros de Choi, quienes se deslizaron desde la ITF
a la WTF.
No ayudó que Choi extrañara su hogar. Canadá le permitió viajar a
cualquier lado -era su nuevo hogar- pero él recordó un dicho del Lao-
Tzu: "La sociedad ideal es aquella donde uno puede vivir en su propio
pueblo confortablemente desde que nace hasta que muere.” Envidiaba
a sus amigos en Corea, quienes se despertaban al canto de los gallos y
se iban a dormir con los ladridos de los perros. Choi amaba las zonas
rurales, pero en las ciudades canadienses, los gallos eran ilegales, es­
taba prohibido que los perros ladraran de noche, y la gente era muy
reservada. Choi contaba que no había reído desde hacía mucho tiempo.
Los oficiales surcoreanos acosaron a Choi y a sus guardaespaldas
de Tae Kwon Do en los aeropuertos, intentando pararlos en sus viajes
y ocasionalmente amenazándolos, según contaba el General Choi. Uno
de sus pioneros, C.K. Choi, me dijo: “El gobierno de Corea del Sur estaba
apoyando a la WTF. Debido a ello, la ITF fue disuelta en Seúl, Corea... La
mayor parte del tiempo, estos diplomáticos en el exterior iban detrás
délos instructores pioneros. Eso es bien sabido"311. La presión de Corea
del Sur sobre los instructores comenzó con leves quejas acerca de la
ITF, seguidas de intentos de soborno, y luego amenazas.
Choi no podía buscar apoyo en los americanos. Un agente de la CÍA,
cinturón negro, había ayudado a la ITF una vez, pero aparte de eso, las
agencias de inteligencia americanas y los políticos eran ambivalentes
cuando había que criticar a sus aliados surcoreanos. Choi tenía razones
para estar asustado, aunque dudo que él jamás llegara a admitirlo. El
Departamento de Justicia de lo Estados Unidos, la CIA y el FBI sabían
del Plan de la KCIA, pero investigaron los menos posible312. Para ese
momento, gracias a los informes en la prensa, el mundo sabía que Co­
rea era un emprendimiento criminal y que sus agentes tiraban a los
defensores de derechos humanos desde puentes y que los atropella­
ban con automóviles, pero desde el punto de vista de los americanos,
Corea del Sur era un aliado importante en la Guerra Fría. En 1973, los
Estados Unidos habían prometido que no "interferirían" en los asuntos
internos coreanos. De hecho, comprometieron 1500 millones de dóla­
res para un plan de modernización militar313. El secretario de Estado
Henry Kissinger sabía de los sobornos, las amenazas y las actividades
ilegales en los Estados Unidos, y en 1974, luego de una persecución
particularmente violenta en Corea del Sur, el Embajador americano
en Seúl le sugirió al Secretario de Estado que debía aconsejar a los
coreanos moderación,
El Embajador no olvidaría las palabras de Kissinger: “¿Por qué
aconsejar moderación?”
“Si usted estuviera donde estoy yo, lo haría con gusto" respondió
el Embajador.
"No, no lo haría", dijo Kissinger. “No creo que debamos involucrar­
nos. Así que, ¿por qué andar dando consejos?"
En Corea, de todos modos, el Embajador expresó su preocupación
de manera privada. Kissinger ordenó que se íe enviara un cable tele­
gráfico diciendo: "Díganle que los deje en paz”.
Lógicamente, el Presidente surcoreano interpretó esta actitud de
los EEUU como un apoyo hacia él, y el régimen surcoreano se volvió
más fuerte.
Kim Un-yong se convirtió en una fuerza indomable en contra de
Choi a medida que los rumores continuaban torturando a Choi y sus
pioneros de la ITF. En una oportunidad, Choi se enteró de que la KCIA
se había acercado a un cinturón negro con un plan para secuestrarlo.
En otra oportunidad, en las horas previas a un vuelo a un evento de
Tae Kwon Do en Chicago en 1975, escuchó que manifestantes se di­
rigían a una asamblea de fieles del Reverendo Sun-Myung Moon. Un
agente de la CIA le dio aviso a Choi, pero él voló al evento de todos
modos, y resultó que no hubo ninguna manifestación314. ¿Cómo se hace
para luchar contra una fuerza indomable? Con un espíritu indomable.
En Washington DC el 10 de junio de 1975 un ex adjunto a la emba*
jada de Corea, Lee Jai-hyon, se sentó como testigo ante una gran mesa
de una sala de audiencias del Comité de Relaciones Internacionales de
la Cámara de Representantes y al hacerlo fue el primero de muchos
oficiales coreanos en exponer el Plan secreto de Corea del Sur en los
Estados Unidos y Canadá -el "Koreagate"-, un Pían que involucraba a
líderes del Tae Kwon Do e instructores a varios niveles. Aquel año, un
periodista informó que el Presidente de la KAA de Los Ángeles -a la
cual pertenecía el Tae Kwon Do- golpeaba a coreanos, saqueaba sus
comercios y amenazaba con asesinar a sus familias. “La actitud tole­
rante de las autoridades del gobierno coreano anima y condona una
larga lista de actividades violentas de los oficiales de la KAA", escribió
el periodista315.
Enojado y asustado, Lee les dijo a los investigadores de los congre­
sistas americanos: "Yo prestaré testimonio sobre otros asuntos que
aún no han sido abordados”316. Así salieron a la luz detalles durante los
cinco años de audiencias, pero era demasiado tarde para Choi, dema­
siado tarde para el Tae Kwon Do, y demasiado tarde para los coreanos
que ya estaban en prisión. Era el momento para una reparación drás­
tica, desde ía perspectiva de Choi.
Comenzó negociando con su enemigo histórico, Corea del Norte,
en lo que fue la apuesta de su vida. Por trece años, de manera ininte­
rrumpida, Choi había estado hablando con agentes del Reino Ermitaño,
coqueteando con la idea de visitar y aceptar dinero. Llegado este mo­
mento, publicó una carta abierta al Presidente de Corea del Sur, deta­
llando las razones por las que "Choi Hong-Hi es el hombre que cortaría
su cuello"317. Su lista incluía las violaciones a los derechos humanos del
régimen y su roí en convertir a los practicantes de Tae Kwon Do en ma­
tones. Choi sonaba como un héroe de artes marciales -o un vengador-.
Un mes después, en 1975, un norcoreano le avisó que se podría
reunir con su hermano, a quien Choi no había visto en treinta años.
Choi y el norcoreano eligieron una fecha y un lugar -Suecia, un país
políticamente neutral durante la Guerra Fría-. El día en que Choi fi­
nalmente se reunió con su hermano, el anciano estaba sentado en un
auto con agentes norcoreanos. Choi se subió. Superado por la emoción,
Choi no pudo decir nada, así que simplemente se tomaron las manos y
se permitieron estar emocionados por todas las arrugas y canas, supe­
rados por cómo el tiempo y la lucha habían desgastado sus espíritus.
En la embajada norcoreana, con los agentes vigilando de cerca,
hablaron acerca de sus padres, que estaban muertos, y de su herma­
na menor, sus amigos y parientes -una conversación que esparció la
amargura en sus corazones como un licor barato-. Los norcoreanos
trajeron el licor bueno, y el Embajador norcoreano en Suecia se unió a
fiHos trago tras trago, con la conversación irremediablemente virando
hacia la política. Choi anunció que las dos Coreas debían unirse y escu­
chó una entusiasta explicación de por qué el comunismo era superior
pero todo lo que él deseaba era ser dejado a solas con su hermano. El
Embajador entendió sus señales y se fue del cuarto, y Choi y su her­
mano hablaron toda la noche -y todo el día y la noche nuevamente-
con los norcoreanos apareciendo para invitarlo a su pueblo natal, a
discutir la reunificación coreana y meditar sobre la posibilidad de que
Choi pudiera difundir el Tae Kwon Do en Corea del Norte.
Al tercer día, su hermano le pidió que visitase Yongwon, su pueblo
natal en Corea del Norte, justo en ese momento, porque había amigos
y parientes esperándolos. Choi se rehusó. No quería arriesgarse a ser
etiquetado como un comunista y poner en riesgo sus posibilidades de
obtener la ciudadanía canadiense. Sin saber sí se volverían a ver nue­
vamente, Choi y su hermano se abrazaron, se lamentaron, y lloraron
~y todos los que estaban en el cuarto lloraron con ellos-. Alguien de­
claró que los coreanos debían ser unificados pronto para evitar tales
tragedias familiares.
Exhausto emocionalmente, privado de sueño y entumecido por el
alcohol, Choi perdió noción de cómo terminó regresando a su hotel,
Llegó a los tumbos hasta el aeropuerto, donde los oficiales no lo deja­
ron abordar el avión, y se acomodó en una sala de espera para dormir
y sacarse su pena. Su equipaje partió sin él318.
P a r t e IV
C o r t e s ía

Cortesía: consideración, cooperación y


generosidad en proveer,

diccionario Webster
C a p ít u l o 12
¡W h a a a !

En 1977, las políticas de la Guerra Fría crecían en el Tae Kwon Do


como una enfermedad, y el arte marcial quemaba en Choi como una
obsesión. Desde el golpe de Estado de 1961, él había tenido éxito tra­
bajando contra el Presidente, y dedicando su vida -como él lo veía- a
salvar su arte marcial de Kim Un-yong. Las humillaciones se habían
tragado cada éxito alcanzado, pero Choi se había recuperado y los
éxitos se habían ido asentando como callosidades. Sin embargo, para
1977, la ira y la ambición se habían adueñado de los mejores instintos
de Choi, y entonces él se volvió hacia su viejo enemigo, Corea del Norte,
con una ambiciosa campaña para expandir el Tae Kwon Do alrededor
del mundo y desafiar a Corea del Sur y a Kim el Dragón Nuboso en
cada terreno que fuera posible. Corea del Norte le había estado dando
dinero a Choi para que publicase su Enciclopedia del Tae Kwon Do,
pero los volúmenes no estaban completos319. Los libros -que llegarían
a quince volúmenes- contenían más detalles técnicos que todos los
libros pasados de Choi juntos y estaban siendo publicados de a uno o
dos por vez, pero Choi necesitaba más dinero y poder.
Buscando dinero fácil, se acercó a su viejo enemigo Kim Hyung-
wook, el Jabalí Salvaje de la KCIA, quien en 1967 había organizado
los secuestros masivos del Incidente de espionaje de Berlín del Este.
Debido al repudio internacional generado por dicha operación, el Pre­
sidente de Corea del Sur había despedido al Jabalí Salvaje, que había
huido a los Estados Unidos en 1973 llevándose al menos 15 millones de
dólares junto con detalles del Plan de la KCIA, que reveló a las autori­
dades americanas y a los medios320. Algunas de las historias del Jabalí
Salvaje parecían de otro mundo -escribió un funcionario americano-.
"Estaban dispuestos a pagarle para que no revelase su conocimiento
de cosas del pasado de Park, como el asesinato de la chica kisaeng, la
relación de ella con Park y otras luminarias del gobierno"321. Corea del
Sur envió hombres para sobornar y amenazar al Jabalí Salvaje, dándole
a probar un poco del sabor de sus propias tácticas en ia KCIA.
En el verano de 1978, Choi organizó una reunión con él para pe­
dirle fondos para el movimiento democrático en Corea del Sur (y por
supuesto, para el Tae Kwon Do), esperando que el Jabalí Salvaje hubiera
evolucionado a un ser similar a los famosos hermanos Ho de China. Los
hermanos Ho habían hecho sus fortunas en la falsificación y; cuando se
hicieron más viejos, habían donado su dinero para obras públicas, tales
como Buddha Heaven en Shangai y los Ten Courts ofHelP22. A cambio de
las donaciones del Jabalí, Choi le asignaría guardaespaldas expertos en
Tae Kwon Do y posiblemente un puesto en su organización.
Pero a Choi y al ex director de la KCIA se se les acabó el tiempo; a
medida que la investigación americana sobre las actividades ilegales
de su aliado -llamado "Koreagate" por los medios- quedó en la nada
(probablemente porque el K oreagate golpeaba demasiado cerca de
algunos miembros demócratas del Congreso), Choi pudo reunirse con
el Jabalí sólo una vez antes de que la KCIA secuestrara a su ex director
en Francia en 1979. La historia cuenta que "(i) al Jabalí le cortaron la
cabeza y se la mandaron a Park Chung-hee en una saca diplomática, o
(2) fue enviado de manera secreta a Seúl, donde Park lo ejecutó per­
sonalmente disparándole a quemarropa dos veces en el sótano de ía
Casa Azul”323. El cuerpo del Jabalí nunca fue hallado, y desde entonces,
ningún oficial surcoreano de alto rango ha testificado acerca de las
acciones ilegales de Corea del Sur en los Estados Unidos.
Por aquel entonces, Choi hizo saber a Corea del Norte acerca de
una campaña imposible de creer, una operación que parecía más torpe
que su partida de poker en Yongwon casi cuarenta años antes. El Plan
de la KCIA se había continuado expandiendo en Norteamérica, a pesar
de la investigación y la cobertura de la prensa, y los hombres de Choi
habían continuado pasándose a la WTF de Kim Un-yong. La misión de
Choi prometía revertir esta situación. En sus libros él había aplicado
tácticas militares al sparring y ahora parecía estar aplicándolas a las
cuestiones políticas de las artes marciales. "Debes crear oportunidad,
analizar a tus oponentes y sus armas, identificar sus técnicas y hábi­
tos, y presionarlos según te convenga", explicó alguna vez324. Su nueva
misión lo llevaría a Corea del Norte, entrenando un f?ran número de
instructores a quienes colocaría por todo el mundo, enfrentando y
arrinconando a la WTF en todos lados.
Muy pocos instructores entendían la misión política, pero algunos
{o defendían. "El General Choi tuvo que recurrir a Corea del Norte,
porque la dictadura en Corea del Sur se estaba apropiando de toda la
ITF”, explicó Michael Cormack, que era el yerno de Choi y directivo en
la Federación Internacional de Tae Kwon Do en aquel momento. “Los
instructores de la ITF estaban siendo borrados de la lista del Maestro
(Choi) tan rápidamente... se necesitaban fondos para propagar al Tae
Kwon Do. Era una situación mala para él".
Aun así, a los maestros e instructores de la ITF en el mundo no les
gustaba la operación de Choi, porque técnicamente Corea del Sur es­
taba en guerra con Corea del Norte. Choi ignoró sus pedidos. Todo era
una misión para él, incluyendo intentar casar a sus hijas con instruc­
tores de Tae Kwon Do, lo que demostraba que desafiaba hasta al poder
del amor325. Cuando su mente estaba decidida en una misión, como en
esta operación norcoreana, él no se daba por vencido; ordenaría a sus
mejores pioneros que fueran a Corea del Norte.
¿Qué obtendría a cambio de ello?
Él y el dictador norcoreano Kim II Sung tenían varios puntos en
común en sus historias: ambos habían nacido en el Norte de Corea an­
tes de que los americanos y los rusos dividieran al país; ambos habían
sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial y al colonialismo japonés y
nunca olvidarían las cicatrices; y ambos odiaban y respetaban a los
Estados Unidos y a Japón. Para un Occidental es difícil comprender la
amargura dentro del corazón de estos hombres, donde la historia se
medía en milenios, no en décadas. La mayoría de los coreanos de su
generación había considerado al dominio japonés no solo ilegítimo sino
también humillante326. Por siglos las dos naciones habían sido iguales
en términos de geografía, adopción de la cultura China y desarrollo
económico, de manera que el dominio japonés en los siglos XIX y XX
era mortificante. El líder de Corea del Norte mostró su continuo abo­
rrecimiento en 1977 llevando adelante una misión encubierta en la
cual agentes secuestraron a niños y parejas en playas japonesas y los
llevaron en lanchas de alta velocidad a Corea del Norte, donde fueron
obligados a enseñar cultura japonesa, costumbres y su idioma a los
agentes de Corea del Norte327.
Choi pronto estaría colaborando con esos agentes, porque él quería
que todos los norcoreanos practicasen Tae Kwon Do, especialmente
los militares. Los soldados de la nación se entrenaban informalmente
en un arte marcial conocida como Kuksul, pero las artes marciales no
eran populares, y no había ni Karate ni Tae Kwon Do328.

Choi Hong Hiy el líder de Corea del Norte Kim II Sung chocan sus copas
durante una gira de Tae Kwon Do en 1980.
Foto cortesía de Choi Hong Hi.

Muy pocos de los hombres de Choi podían entender su misión.


Michael Cormack aceptó ir, tal como lo hizo el hijo de Choi, [ung-hwa,
pero la mayoría de los discípulos y los hijos adoptivos de Choi estaban
atónitos ante su pretensión de que fueran a Corea del Norte en pleno
apogeo de la Guerra Fría. Un hecho puntual muestra cómo las tensio­
nes se podían volver sicóticas: el episodio de la Tala del Árbol, conocido
como el Incidente del Homicidio con Hacha, involucró en 1976 a veinte
o treinta guardias norcoreanos desarmados atacando a veinte o más
soldados americanos y surcoreanos que estaban podando un árbol
dentro de la Zona Desmilitarizada, que se encuentra en el paralelo 38
entre Corea del Sur y Corea del Norte. Supuestamente podar el árbol
era una tarea de rutina, y ninguno de los bandos portaba armas en
la zona desmilitarizada o DMZ, que era tierra de nadie. Sin embargo,
luego de una discusión acerca de lo sagrado del árbol, los norcoreanos
mataron a golpes de hacha y garrote a dos soldados americanos; todo
fue filmado por un cabo del lado surcoreano. Tres días más tarde, en
represalia, los americanos y los surcoreanos reunieron a cerca de se­
senta expertos en Tae Kwon Do y fuerzas especiales para talar el árbol
sagrado ante la mirada de cientos de guardias norcoreanos, desafián­
dolos a comenzar una escaramuza bélica. Los cinturones negros de Co­
rea del Sur proveyeron protección en tierra mientras los bombardeos
sobrevolaban, pero los norcoreanos no atacaron329.
Historias como estas hicieron a los maestros de Tae Kwon Do, la
mayoría de los cuales habían sido soldados, preguntarse si el General
estaba perdiendo la razón. ¿Realmente estaba planeando una opera­
ción en Corea del Norte? En Corea del Sur, criticar al país frente a un
extranjero era castigable con siete años en la prisión -y hablar con un
norcoreano era castigado con la m uerte-330.
Entre los primeros maestros que Choi contactó estaba Kong Young-
il, uno de los maestros de Jung-hwa años atrás. Kong estaba a cargo de
un gimnasio en los Estados Unidos y era uno de los mejores maestros
de Tae Kwon Do. Él había comenzado a practicar artes marciales en
1952, había entrenado soldados para la Guerra de Vietnam, y había
participado en exhibiciones del arte de Choi en 127 países331.
Actuando como un General, Choi llamó a Kong y fue directo al gra­
no: "Debes venir conmigo a Corea del Norte", ordenó Choi.
Kong escuchó el propósito de la misión y respondió: "No puedo ir".
Era la primera vez que se rehusaba a cumplir una orden del Gene-
ral.
"¡Debes ir!", gritó Choi.
"Piense en mi familia; piense en mi escuela", dijo Kong.
"¡Whaaa!”, gritó Choi y cortó golpeando el teléfono.
Lo volvió a llamar inmediatamente: "¡Debes ir!"
“No, Señor", dijo Kong,
"jWhaaa!", y el teléfono golpeó nuevamente sobre la mesa.
Kong atendió el teléfono dos veces más, rehusándose una y otra
vez. Decirle no al General, su mentor, líder y figura paterna por más de
una década fue una de las experiencias más dolorosas de su vida. Choi
era un hombre generoso, comprensivo, pero si no seguías sus órdenes,
entonces se enfurecía, te dejaba de lado y te consideraba insignificante.
Kong y Choi dejaron de hablarse por muchos años.
Nam Tae-hi, la mano derecha de Choi, había tenido problemas con
Choi en el pasado, pero la separación final entre ellos fue por la Cores
del Norte de Choi. Nam veía a la misión como una traición colosal. "El
General Choi no hacía cosas malas, pero siempre traicionaba a otras
personas", dijo Nam332. “Yo luché contra los norcoreanos y los chinos.
Maté a muchos de ellos". Debido a la misión norcoreana, él nunca volvió
a hablarle a Choi. Más tarde el líder de la WTF, Kim Un-yong, otorgó un
cinturón negro noveno dan a Nam y lo convirtió en un gran maestro
del mismo nivel de Choi.
Jong-Soo Park, que había ayudado a Choi y Nam con libros y giras
mundiales, también se rehusó a ir. Él había sido uno de los pocos en
averiguar que Choi había visitado a su hermano con la ayuda de los
agentes norcoreanos en 1975, y no le gustaba la misión actual. Lois
parientes de Park vivían en Corea del Sur, por lo que las amenazas dé :
la KCIA eran posibles. Choi lo acusó de colaborar con Kim Un-yong. En
aquel momento, Choi estaba intentando lograr que el gobierno cana­
diense reconociese a la ITF, y aquí estaba su pionero canadiense unién­
dose al enemigo, según la opinión de Choi. Park y Choi no se hablarían
durante los siguientes veinte años.
A medida que más surcoreanos supieron de la misión de Choi, la
KCIA incrementó su presión. Las tácticas de la agencia se habían vuelto
más sutiles -menos tortura física y más presión e infiltración encubier­
ta -333, Choi supo que el Cónsul General de Los Ángeles, que era parte
del notorio Plan de la KCIA, le había dicho al Maestro Choi Sun-dukde
Arizona que sus parientes enfrentarían problemas en Corea del Sur. En
otra historia, alguien visitó a la madre de uno de los pioneros de Choi,
Han Sam-soo, diciéndole que su hijo podría ser secuestrado334.
"Hubo situaciones donde la KCIA se acercó a muchos instructores,
coreanos o no, cinturones negros de primero a tercer dan”, dijo Michael
Cormack, habiendo escuchado furtivamente llamados telefónicos y
conversaciones privadas con Maestros, "Si tu hermano estaba en el
Ejército o en la Fuerza Aérea, perdería su comisión; quedaría fuera del
Ejército. Había otros castigos. Esta era un presión muy intensa", me
dijo Cormack. Para 1980, de ios cientos de instructores que había en
Corea, sólo quedaba una docena de instructores coreanos de primera
línea con Choi335.
Él y su arte marcial cayeron en la peor crisis de la ITF. Choi se sen­
tía como si estuviera perdiendo a sus hijos. Desde su punto de vista,
¿cómo podrían tantos de ellos preocuparse por sus familias y trabajos
luego de los sacrificios que había hecho Choi, que había resignado a
sus propios hijos? Él continuó con la misión de todos modos, luciendo
juzgamientos como escudos militares y las amenazas como medallas.
Enseñó técnicas a nuevos superhombres, como al ágil Park Jung-tae,
quien podía completar cinco patadas en el aire y podía saltar por en­
cima de un automóvil336. Park también representaba una manera más
calma y dignificada hacia el arte. Choi le enseñó durante seis meses en
el sótano de su casa en Canadá y reunió un equipo de quince artistas
marciales que fueron lo suficientemente valientes como para visitar
Corea del Norte: siete instructores coreanos de los Estados Unidos,
Inglaterra, Grecia y Yugoslavia, un Maestro americano, y un fotógrafo
para registrar el evento337. Si Choi antes estaba obsesionado, ahora
estaba poseído.
Y ahora él tenía sesenta y cuatro años. El tiempo había volado
como una flecha, pero él tenía que comenzar de nuevo, tenía que pro­
ducir cientos de instructores y dispersarlos por el mundo muy rápi­
damente para competir con Kim Un-yong y la WTF, especialmente en
Suecia, la Unión Soviética y los países comunistas que Corea del Sur
había estado evitando durante toda la Guerra Fría. ''Él sentía que esta­
bahaciendo la historia", explicó Cormack. "Sentía que estaba haciendo
= algo que cambiaría profundamente al Tae Kwon Do haciéndolo mejor.
Habría problemas, habría adversarios en ello, pero Choi, se sabe, él
siempre tenía que ser el centro de la atención. Hay un libro llamado
Thriving with Caos (Prosperando en el Caos), cuyo título le resulta
plenamente aplicable: él prosperaba con el caos. Le daba impulso y
energía para llevar al Tae Kwon Do más lejos. Todas las desventajas
asociadas a esta pelea interna dentro del Tae Kwon Do -WTF, ITF, las
políticas de Park Chung-hee y Corea del Norte-, todo eso le daba ím­
petu para empujar más fuerte, para trabajar más duro, para construir
y diseminar al Tae Kwon Do más rápido".
“Él era un hombre extremadamente energético y motivado/extre­
madamente enfocado: el Tae Kwon Do era su vida", agregó Cormack.
“Quiero decir, ya no hay muchos seres humanos como él. Tienes que
entender que para un hijo como James (Jung-hwa) y un yerno (como
Michael Cormack), él era muy difícil. Estaríamos viendo una película
en casa un domingo a la noche, luego de cenar, y enganchados con la
trama justo en el momento en que la acción estaba comenzando, con
toda la familia allí. Entonces mirábamos hacia un rincón y veíamos al
General Choi diciendo, “¿Se dice "un bloqueo con forma de W yendo
hacia o yendo a "? Era habitual: mientras daba sus seminarios, nos
pedía que le soplemos palabras. Entonces (estando en ese ambiente
familiar), nos reíamos y sonreíamos, pero el General Choi ni siquiera
podía concentrarse en una sola película, aunque de vez en cuando le
gustaba ver comedias”338.
Sin embargo, para los demás, él parecía atraído por la tragedia,
Choi se sentía excitado y dubitativo por la misión. ¿Lo aceptarían los
norcoreanos, a él y a su Tae Kwon Do? ¿Le perdonarían todas sus pa­
labras de odio al comunismo? ¿Le permitirían visitar su pueblo natal?
¿Le permitirían regresar alguna vez a Canadá?
Lo que pocas personas sabían era que Choi había estado planeando
esta misión durante años; que él tomó solamente riesgos calculadosy
que sabía que el resultado de la misión sería bueno339. Kim II Sung ha­
bía invitado oficialmente a Choi para una visita en 1979340. El camirip
de Canadá a Corea del Norte, en aquel momento, había sido tan con­
vulsionado como la vida de Choi: un vuelo desde Toronto a Viena, en­
tonces a Hong Kong, luego un barco a Macao, donde se encontró con un
agente norcoreano; entonces los dos volaron a Beijing, donde un avión
privado los llevó hasta la ciudad capital de Corea del Norte. El día de
]a reunión, el auto de Choi avanzaba lentamente alrededor de un lago
rodeado por colinas. El auto se detuvo delante de una casa de veraneo,
donde Kim íl Sung estaba esperando en la puerta. El gesto conmovió a
Choi, quien había conocido a muchos presidentes y primeros ministros;
aquí estaba, el líder contra quien Choi probablemente había disparado
durante la Guerra de Corea, esperando en la puerta, sobre un escalón.
Adentro, los dos hombres se acomodaron en una sala de reuniones,
donde fumaron y hablaron como si fuesen viejos amigos acerca de la
Guerra Fría y acerca de los deseos de Kim de unificar Corea del Norte
y Corea del Sur. Ellos chocaron sus copas.
***

Ese mismo año, en 1979, luego de otra ronda más de tortura y ase­
sinatos de trabajadores en huelga, Corea del Sur estalló en protestas, y
s u Presidente, Park Chung-hee, se dirigió a un refugio con el jefe de la
KCIA. Durante la cena se produjo una discusión con el guardaespaldas
del Presidente, un hombre conocido por su habilidad para matar con
sus manos341, El jefe de la KCIA le disparó al guardaespaldas, y luego,
por algún motivo, le disparó también al Presidente.
Muchos coreanos celebraron. Choi y sus hombres escucharon sobre
el asesinato mientras estaban realizando un gira de Tae Kwon Do en la
Argentina y levantaron una copa de champagne, pero el ánimo festivo
no duró demasiado, porque un nuevo general se hizo cargo de Corea
del Sur y sentenció a muerte al hombre que pudo haber sido Presiden­
te, el activista de derechos humanos Kim Dae-jung. Los surcoreanos
ganaron las calles, y el Generalísimo Chun Doo-hwan, el nuevo líder de
Corea del Sur, declaró el estado de sitio y la ley marcial. Al poco tiempo,
enla ciudad de Kwangju, ordenó un operativo que resultó en la muerte
de cientos de personas (algunos informaron sobre miles): la Masacre
deKwangju, en mayo de 1980, se convirtió en el nuevo punto más bajo
de la historia moderna de Corea del Sur342. Corea del Sur estaba signa­
da por la mala suerte: cada vez que un dictador caía, surgía otro para
ocupar su lugar, a menudo peor que su antecesor.
En 1980, el año del Mono (un año de genios erráticos y alegres
i oportunistas), el nuevo dictador de Corea del Sur recibió buenas noti-
cías: el Comité Olímpico Internacional había otorgado reconocimiento
a la WTF, que era un paso más para lograr que el Tae Kwon Do se vol­
viese deporte olímpico. La noticia, que llegó dos meses después de la
Masacre de Kwangju, enfocó al régimen en las Olimpíadas y en el Tae
Kwon Do; Corea del Sur comenzó a utilizar al deporte para mejorar su
imagen. Las esperanzas olímpicas también se enfocaban en los gimna­
sios de artes marciales que habían vivido un período de revuelo desde
1978, cuando la Asociación Coreana de Tae Kwon Do había abolido el
sistema tradicional de kw an, fusionado todos los gimnasios bajo la Fe­
deración Mundial de Tae Kwon Do y ordenado que todos los gimnasios
enviasen los ingresos por exámenes para certificar cinturones negros
directamente al Kukkiwon de la KTA y la WTF, Muchos de los jefes de
escuelas preguntaron cortesmente por qué debían entregar gran parte
de su dinero y poder, pero la KTA no mostró simpatía por ellos: "Aun­
que ustedes sacrificaron mucho por el Tae Kwon Do, es incorrecto que
los kwan soliciten dinero por sus sacrificios. Debemos dejar de lado la
vieja idea de kw ans a favor de un nuevo sistema, por el propósito de
estandarización"343.
Y ahí quedó la antigua tradición. ¿Cómo podía alguien disentir o
discutir en un país que había perfeccionado el arte de las amenazas
encubiertas y la extorsión sutil?
***

En septiembre de 1980, mientras Kim Un-yong y la WTF comen­


zaban su improbable ascenso por la escalera hacia el reconocimiento
olímpico, Choi y su equipo se bajaban de un avión en lo que parecía
ser una misión suicida en Corea del Norte. Un historiador alguna vez
describió a la nación como "el más asombroso Estado-fortaleza del
mundo”, que significaba que los expertos en ejercer violencia eran los
grupos más poderosos de la sociedad344. Corea del Norte había luchado
durante medio siglo contra el colonialismo japonés y otros treinta y
cinco años contra los Estados Unidos y Corea del Sur, y cada hombre
norcoreano completaba ocho de servicio militar. Los norcoreanos esta^
ban más que preparados para aprender Tae Kwon Do para combate. Ed
el aeropuerto, una banda militar y mil personas dieron la bienvenida*
Choi y su equipo, cuyos integrantes tenían pelo largo y vestían traje.'
grillantes con pantalones bota de campana y solapas que eran tan an­
chas como barriletes, porque Choi había instruido al equipo para que
mostrara tendencias occidentales.
Los discursos comenzaron, seguidos de demostraciones de artes
marciales.
¿Mencionó Choi que Corea del Norte estaba administrando una de
jas más sofisticadas prisiones tipo gulang del mundo?
No, pero él notó que Corea del Norte era autosuficiente en agricul­
tura, y durante una exhibición de Tae Kwon Do, miró a Park Jung-tae
saltar por encima de un hombre en una motocicleta.
¿Se dio cuenta de que los norcoreanos llamaban a su líder uroro
patta, que significa "mirar hacia arriba y recibir", la manera en que los
cristianos miran a Cristo?"345.
Ko, aunque dirigió un discurso halagador a Kim II Sung, quien dijo
que él estaba orgulloso de Choi y que el Tae Kwon Do sería enseñado
en Corea del Norte.
¿Choi mencionó las atrocidades de derechos humanos en Corea
del Norte?
No, sin embargo se mostró complacido en ver que la tradición de
respetar los ancestros seguía intacta y que Kim II Sung cubría todos los
gastos del viaje -y ofreció a Choi millones de dólares-346. Casi 30.000
personas vieron la demostración del equipo.
A El discurso de Choi contenía un mensaje claro: ustedes son nues­
tros amigos. Dijo a sus anfitriones norcoreanos que el Tae Kwon Do
: evitaba la violencia, especialmente contra comunistas, reasegurándo­
la s que "el Tae Kwon Do no es para matar o lastimar personas, es un
f irte defensivo y un arte marcial del pueblo, que otorga espíritu a las
- personas y que anima un cuerpo saludable y una mente sana”.
“Ellos pensaban que el Tae Kwon Do era anticomunista", explicó
: Michael Cormack, quien estaba allí para el discurso de Choi en Corea
M Norte. "Habían visto a instructores de Tae Kwon Do en Vietnam
^atando comunistas empleando el arte marcial. El General Choi,
Afablemente luego de varios whiskys, había escrito en un diario o
®bía dicho, "Mataremos comunistas con el Tae Kwon Do", o algo por
el estilo. Entonces, independientemente de si ello fue dicho o no, ellos
todavía tenían su nerviosismo,.. James (Jung-hwa Choi) y los coreanos
visitantes estaban extremadamente inquietos, porque habían crecido
convencidos, lavados sus cerebros, para creer que los norcoreanos eran
el demonio, el imperio diabólico del Norte”,
¿Acaso el General Choi había vendido su alma al demonio? No. Él
estaba tan acostumbrado al aura del terror como un cristiano lo está
a la misa del domingo, pero yendo más al punto, estaba en el medio de
un perverso partido de apuestas con Kim Un-yong y la dictadura de
Corea del Sur.
Mientras estaban en Corea del Norte, el General Choi, su hijo y sü
yerno dejaron al resto del equipo para visitar su pueblo natal. Lo había
visitado por última vez luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando
se había arrastrado hasta el pueblo para encontrarse con que los co­
munistas habían tomado el control y su familia estaba desaparecida,
Choi visitó a su hermano, a su hermana y sus amigos, y la casa donde
había ayudado a su madre a moler tofu. El luchador ya no estaba en
el pueblo. Toda era pinos azules y helicópteros rusos. Al día siguiente,
subieron a un helicóptero y el yerno de Choi, Michael Cormack, le dio,
un codazo al hijo de Choi y señaló a un hombre que se parecía a Jong>
Soo Park, pero más grande. "Mirá", dijo Cormack. "Es Jong-Soo Park en
versión comunista".
Algunos resentimientos no morían fácilmente.
Un regalo que Choi les dio a los norcoreanos fue un nuevo esquema
de movimientos, la forma que llamó Ju-Che, el nombre de la ideología
norcoreana. Hizo esto para eliminar la forma Ko-Dang, que había sido
el seudónimo de uno de los héroes de Choi, Cho Man-sik, un educador
cristiano y líder norcoreano de la primera hora hasta que los comu­
nistas lo pusieron en prisión en 1946347. Ahora que los amigos de Choi
eran esos mismos comunistas, Ko-Dang debía desaparecer. Deshacerse
de Ko-Dang y crear Ju-Che fue venderse a los comunistas, aunque Choi
argumentó que el cambio no era político. El término Ju-Che es casi in­
traducibie al inglés (y al español): significa autosuficiencia e indepen­
dencia y, más profundamente, todo lo que hace que los coreanos sean
coreanos348. Como para resaltar esto, diseñó la forma Ju-Che para ser
la más difícil de las veinticuatro, exigiendo un salto con patadas símuí*
tá n e a s en direcciones opuestas, y dos técnicas que dan la sensación de
que el ejecutante se detiene momentáneamente en el aire, como si el
a t a c a n t e estuviera suspendido. Hoy en día, en los gimnasios y los cam­
p e o n a t o s del mundo, gritamos Ju-Che después de la última técnica de
esta forma, saludando a la ideología de Corea del Norte, nos guste o no.
Sin embargo, un regalo más importante para los comunistas fue
un cambio en la "onda sinusoide”, una serie de sutiles movimientos que
se aplica a todas las técnicas. Los buenos artistas marciales siempre
habían flexionado ligeramente las rodillas y girado las caderas antes
de lanzar una técnica (generando así más potencia), pero ahora Choi
quería que todos bajaran primero para a continuación levantaran el
cuerpo entero, sin una rotación de la cadera, para que pudieran apro­
vechar la gravedad mientras se impulsaban hacia abajo, por ejemplo
para golpear. Todo el mundo había estado practicando una onda si­
nusoidal pequeña (lo que requiere un pequeño impulso de rodilla y
ajuste de las caderas), pero el regalo de Choi era una onda sinusoide
grande (que requiere una fuerte acción de la rodilla)349. Las diferencias
sonaban sutiles, pero cuando se pusieron en acción, le dieron a los es­
quemas de Tae Kwon Do de Choi un estilo distinto, un ritmo más lento,
más rítmico, un aspecto como flotando en el mar, que lo distingue
radicalmente del Karate y del Tae Kwon Do de Kim Un-Yong.
Igual de dramáticos fueron los anuncios de Choi diciendo que los
coreanos del Norte estaban practicando "Tae Kwon Do puro" (porque
ellos estaban usando un onda sinusoide grande) y que todos los demás
instructores en el planeta eran un "fraude". La mayoría de los pioneros
de Choi se habían ido de la ITF por él y por sus misiones a Corea del
Norte, y la reacción de Choi fue rápida. Como me explicó mi instructor,
eiSr. Di Vecchia, Choi estampó en el Tae Kwon Do una firma tridimen­
sional -onda sinusoide-, y en un solo movimiento se lo entregó a los
norcoreanos y desautorizó a sus descarriados discípulos, hombres que
Choi veía como desobedientes e hijos desleales, De hecho, renegar de
esos hijos adoptivos era quizás el principal motivo de Choi detrás de
lanueva onda sinusoide. Mientras todos se apresuraban en adaptar su
estilo, el grupo de Kim Un-yong profundizó más su dependencia sobre
las técnicas de piernas en combate, utilizando menos las manos.
¿Qué más querían los norcoreanos? Poder y acceso al resto del mundo
-y algún ocasional asesino entrenado en artes marciales-. “Créanme, el Tae
Kwon Do es un instrumento muy poderoso, no solamente por sus patadas”,
me dijo Michael Cormack. “Ellos querían acceso a las herramientas
diplomáticas, para estar cerca de todos esos países. También veían al Tae
Kwon Do como parte de su cultura, y querían estar involucrados en ello”.
Se podría decir que el desesperado General Choi había ejecutado
una patada ideológica girando ciento ochenta grados. Corea del Norte
quería hacer lo que Corea del Sur ya estaba realizando: utilizar al Tae
Kwon Do para deportes, cultura, política, espionaje y propaganda.
Choi había estado en desacuerdo con la mayoría de eso en Corea del
Sur, pero estaba cómodo en Corea del Norte, porque él estaba a cargo
del arte marcial en el Norte. Choi estaba politizando lo que supuesta­
mente debía ser un arte marcial apolítico, o para decirlo de manera
más precisa, él estaba hiperpolitizando un arte marcial que siempre
había fingido ser apolítico, aunque el Tae Kwon Do había nacido de los
militares y se había criado entre dictadores.
El hijo de Choi, Jung-hwa, cooperó con la actividad en Corea del
Norte, aun cuando supo que los agentes norcoreanos se estaban invo­
lucrando. "Tuve un presentimiento, porque vi que los que eran entre­
nados no salían luego como instructores, mientras que tipos extraños
que nunca habíamos conocido luego se volvían instructores" Él vio una
motivación sofisticada en la participación de Corea del Norte, espe­
cialmente cuando su padre trasladó la jefatura de la ITF desde Canadá
hacia Viena, Austria. "Para ellos, el Tae Kwon Do era una bendición del
Cielo, un regalo para ellos, porque la idea de Ju-Che ya estaba muerta;
esto era una manera de meterse en la cabeza de las personas comunes;
y ellos necesitaban algo que pudiera reemplazar la filosofía Ju-Che. Se
podría decir que el Tae Kwon Do es una filosofía, y cuando ellos descu­
brieron qué tan cercana era la relación entre el instructor y el alumno,
se rieron y dijeron,';Es esto!'. Esa relación era una unión especial -en
parte militar, en parte paternal- que los agentes podían aprovechar.
Ellos pensaban que si el agente era instructor (de Tae Kwon Do), enton­
ces sería una manera simple para controlar a las personas e imbuirlos
de 'coreanismo' en sus mentes. Otra razón es que Viena es una estación
de paso para muchos agentes y otras actividades..."350.
A un año de la visita de 1980 a Corea del Norte, Jung-hwa estaba
cooperando con los agentes de Corea del Norte para asesinar al más
reciente dictador de Corea del Sur, Chun Doo-hwan351. Este capítulo de
la historia del arte marcial es tan difícil de explicar como los capítulos
anteriores, pero es más claro: Jung-hwa, de 26 años de edad, conoció
a norcoreanos que afirmaban ser familiares de aquellos asesinados
en la Masacre de Kwangju en Corea del Sur en 1980, y las familias
querían vengar sus muertes. Alguien propuso un plan de asesinato,
jung-hwa conocía a un par de miembros de una pandilla en Toronto y
acordó contratar a un asesino, entregar los fondos, y actuar como el
intermediario entre los agentes y los asesinos. El joven artista marcial
se sintió importante por utilizar sus conexiones con las pandillas para
una misión que valía la pena, pero más que ello, él quería que su padre
se sintiera orgulloso. Y quería poner las enseñanzas de su padre en
práctica -proteger a los débiles de los fuertes- y librar al mundo de
un presidente sádico.
C a p ít u l o 1 3
L o c u r a o l ím p ic a y
DESCONTROL NORCOREANO

La perfección humana se define como alguien que nunca comete errores a


sabiendas, por lo tanto, si balanceas la fortaleza en el cuerpo, Ia honestidad en el
corazón y el conocimiento en la mente, entonces eres humanamente perfecto...
Jhoon Rhee comenta sobre la quinta de sus
"Siete Cualidades de un Campeón"352.

El 18 de septiembre de 1981 el vuelo 901 de Korean Airlines con


destino a Frankfurt, Alemania, estuvo detenido durante treinta minu­
tos en la pista del aeropuerto Gimbo en Seúl, Corea del Sur, mientras
la tripulación del vuelo esperaba a un último pero muy importante
pasajero, Park Chong-kyu, también conocido como Pistola Park, porque
iba siempre con una pistola a todos lados353. Él era un artista marcial
con fuertes contactos en la política y el deporte; había ayudado a or­
ganizar el golpe de Estado de Corea del Sur en 1961, era miembro d$
Comité Olímpico Internacional, y había llevado al agente secreto Kim
Un-yong al Tae Kwon Do en 1970. Ahora, Pistola Park y Kim estaban li­
derando la Operación Thunderbird (Pájaro de trueno), una misión para
influenciar a las personas más importantes a nivel internacional en los
deportes -para convencerlos de que Corea del Sur debía ser sede de
los Juegos Olímpicos de Verano de 1988, donde el Tae Kwon Do podría
realizar su ostentoso debut-354.
Luciendo anteojos oscuros, Park finalmente subió al avión. Las aza­
fatas estaban inexpresivas. Él y Kim habían reunido a un equipo de 107
coreanos de elite del mundo del deporte, los negocios, el g o b i e r n o , el
servicio secreto y el Tae Kwon Do, incluyendo al ministro de Educación
de Corea, dos ex Embajadores y el Vicedirector de la KCIA. Volando
desde varios países, los 107 iban a reunirse en Alemania O c c id e n ta l
en Baden-Baden, para un crucial Congreso Olímpico, donde e l Comité
Olímpico Internacional votaría para decidir qué país sería la s e d e de
los Juegos en 1988. En el camino, la Operación Thunderbird proveería
seguridad contra los complots de Choi Hong-Hi y sus amigos de Corea
¿el Norte, porque el General Choi había amenazado con interrumpir la
reunión en Baden-Baden,
Pistola Park y Kim habían lanzado la ultra secreta Operación
Thunderbird en junio de 1981, cuando Corea del Sur estaba envuelta
en el caos. Luego de la Masacre de Kwangju, el presidente Chun había
continuado con la política de su predecesor de utilizar artistas marcia­
les para hacer algunos de los trabajos sucios en Corea, que consistían
principalmente en aplastar a los gremios. Un tercio de los prisioneros
políticos eran trabajadores, y el resto de la fuerza de trabajo se tomaba
turnos para realizar paros y protestar. Expertos en artes marciales
y policías de civil conocidos como los Calaveras Blancas (p a ek k ol)
rompehuelgas, se protegían de pies a cabeza e iban rápidamente en
motocicletas a las protestas, donde se mezclaban entre la multitud,
rompiendo cabezas a su paso355.
Este nuevo régimen concluyó que la manera más rápida y más efec­
tiva para dispersar conflictos, unificar a los coreanos y mejorar la ima­
gen del país en el extranjero era siendo sede de los Juegos Olímpicos.
Era una idea tan tirada de los pelos que pocas personas dentro o fuera
del país lo tomaban en serio a Pistola Park, especialmente porque Co­
rea no tenía instalaciones olímpicas, y como Kim hizo notar claramen­
te, ni siquiera tenía televisión en color. Pero el país había sido sede deí
cuadragésimosegundo Campeonato Mundial de Tiro en 1978, y había
salido tan bien que Kim y Park, que era el presidente de la Federación
de Tiro Coreana, habían soñado que Corea del Sur podría ser sede de
los Juegos Olímpicos. Quizás los deportes podrían redimir a su nación.
Corea era el más débil en la disputa por las Olimpíadas, por lo que
el objetivo de la Operación Thunderbird consistía en seducir a pode­
rosos directivos de deportes internacionales para que apoyasen la
/ nominación. Esa era la parte fácil comparada con los dos formidables
oponentes que enfrentaban: primero, Nagoya, Japón, que estaba en
Primer lugar y había comenzado la seducción mucho antes que Corea y,
en segundo lugar; Choi Hong-Hi, que quería interrumpir la importante
■votación en Baden-Baden. Park, Kim y la Operación Thunderbird los
enfrentarían directamente, porque el Tae Kwon Do, los deportes co-
reanos y el prestigio de su nación estaban en juego.
Nagoya en particular era una gran preocupación. Los maestros de
artes marciales coreanas (y no solamente Choi) tienden a reaccionar
violentamente cuando alguien compara sus artes marciales con las
del Japón. Kim no quería que Japón ganase. Recordaba sus días en las
escuelas japonesas donde los estudiantes japoneses lo patoteaban.
Pistola Park debía "tomar todos los pasos necesarios para ganar el
apoyo de los miembros del COI”. Él y otros contactaron ai presidente
de Adidas (fabricante de equipamiento deportivo, incluyendo equipo
para Tae Kwon Do), al presidente mexicano de la Asociación de Comi­
tés Olímpicos Nacionales y a muchos otros oficiales influyentes. Park
trabajaba detrás de escena, obteniendo el apoyo de miembros del COI
en América del Sur y África. La KCIA también "dio una mano", y los
instructores de Tae Kwon Do en el extranjero hicieron lobby con trece
miembros del COI en Europa y Norteamérica356.
El rumor de que Choi había planeado una manifestación anti­
olímpica en Baden-Baden sacudió al Comité Olímpico Coreano, lo cual
es sorprendente cuando uno mira quién estaba en ese comité -algunos
de los políticos más poderosos de Corea del Sur, millonarios, artistas
marciales y agentes de la KCIA-. Kim no creía los rumores pero conclu­
yó que necesitaba guardaespaldas en la reunión, así que llamó "a cinco
instructores de Tae Kwon Do en Europa para que estén todo el tiempo
allí", incluyendo a Kim Kwang-il, el instructor que había sido uno de los
pioneros de Choi y que había sido arrestado en conexión con el plan de
secuestro de la KCIA en Alemania Occidental357.
Cuando el equipo de la Operación Thunderbird arribó a Badén-
Badén, no tenían idea por dónde empezar ni cómo utilizar su presu­
puesto. Kim Un-yong cambió de hotel, hospedándose con los delegados
del COI en lugar de con su equipo Thunderbird, así podría espiar lo que
decían los delegados sobre la oportunidad de Corea del Sur antes de la
votación crucial -e informaba sobre dichas conversaciones al equipo
Thunderbird, quienes se reunían con sus ilustres huéspedes en res­
taurantes franceses y chinos en Baden-Baden-. La exhibición coreana,
con tres Miss Coreas y cincos Miss Azafata Coreana vestidas con trajes
tradicionales, era muy atractiva comparada con la exhibición formal
de Nagoya. Nadie creyó que los coreanos ofrecieron solamente té de
ginseng y baratijas de jade a los miembros del COI, como luego explicó
Kim. "Comparado con nosotros, Japón invitó a los miembros del COI a
Nagoya y daban relojes Seiko como regalos" él dijo. Aun así, las acusa­
ciones de soborno volarían por doquier358. Un reportero del New York
Times escuchó que alguien había deslizado “pasajes de primera clase
debajo de las puertas de hotel de los miembros del COI, esperando que
ellos utilizaran los boletos para obtener efectivo, a cambio de obtener
sus votos para la ciudad surcoreana"359. El equipo coreano negó las
acusaciones.
El pionero del Tae Kwon Do Kim Kwang-il y otros expertos en Tae
Kwon Do hacían guardia en Baden-Baden. Un instructor, Park Soo-nam,
condujo hasta el hotel del equipo con el baúl lleno de comida coreana,
porque sabía que los miembros de la Operación Thunderbird desea­
ban comida coreana casera, Desafortunadamente, el Príncipe Felipe,
marido de Isabel II, se estaba hospedando en el mismo hotel, y con la
segundad muy estricta, Park fue expulsado del hotel sospechado de
ser un terrorista. Solamente pudo volver a ingresar luego de explica­
ciones sobre el kimchi y otras delicias coreanas.
Finalmente, el día de la votación, Kim Un-yong ingresó en la reu­
nión de Baden-Baden, se sentó y lanzó preguntas como si estuviera
luchando en una zona de combate. Los delegados bombardearon a los
miembros del equipo coreano con requerimientos y críticas, y Kim
hábilmente se encargó de todas ellas, Al final, después de la votación,
cuando el Presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, anunció en
francés que el ganador era "Seúl, Corea”, las palabras sonaron como
música en los oídos de Kim. Corea había vencido claramente a Japón
por cincuenta y dos votos a veintisiete, lo cual sorprendió hasta a los
eufóricos coreanos.
"Me pregunto si el recuento no está equivocado”, dijo Samaranch.
El recuento era correcto. Los miembros del COI de América del Sur y
Africa habían volcado el voto a favor de los coreanos. La Operación
Thunderbird había sido un éxito. La pequeña Corea, el conejo intentan­
do ser tigre, momentáneamente se elevó por encima de China y Japón,
ytodos se olvidaron del terror y las torturas bajo la dictadura de Corea
del Sur. Corea sería la sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1988.
Todo sonaba como un milagro, pero no lo era, dijo Kim, porque la vic­
toria no viene de los milagros; viene del trabajo duro.
Igual de dulce que la victoria en Baden-Baden fue la decisión del
COI de incluir al Tae Kwon Do como uno de los dos deportes de demos­
tración en los Juegos de 1988. Seúl tenía poca experiencia en organizar
torneos a nivel internacional, pero había logrado un milagro económi­
co, saltando de ser un país de tercer mundo a una nación industriali­
zada en tan solo dos décadas, y quizás lograría un milagro deportivo
también. "Los Juegos Olímpicos fueron un punto de inflexión para que
Corea se colocara en el ranking de las naciones más avanzadas", escri-
bió Kim luego360. El Tae Kwon Do sería parte de los Juegos Olímpicos,
y demostraría que Corea no era solamente poderosa económicamente
sino que también lo era física y culturalmente. Gloria olímpica, poder
y millones de dólares se derramaron ante Kim Un-yong y Corea, y el
presidente Chun eligió "Armonía y Progreso" como el eslogan olímpico
de Seúl, una astuta cobertura para un dictador que estaba manejando
casi mil millones de dólares en "cajas negras"361.
Los hombres de Choi y Corea del Norte nó interrumpieron Baden-
Baden362. Sin embargo, su hijo y los agentes de Corea del Norte conti­
nuaron con el complot para asesinar al dictador surcoreano. Y, luego de
su visita a Corea del Norte, Choi empezó a hacerse llamar "el fundador"
del Tae Kwon Do con más frecuencia. Antes de ello, él se presentaba
como "miembro fundador"363. Si Corea del Sur iba a robarse un arte
marcial que él había fundado, entonces era mejor que la gente supiese
que "el fundador" no estaba contento.
***

En Canadá, mucha gente se burló de Choi después de su viaje a Co­


rea del Norte en 1980, llamándolo comunista364. Hasta su amigo en la
jefatura de la CIA, el cinturón negro sexto dan Robert Walson, estaba
preocupado -pero Choi se fortalecía dentro del caos y la preocupa­
ción-365. Él no hizo público lo conversado con el dictador norcoreano,
pero al cabo de un año, estaba entrenando a los norcoreanos en com­
bate mano-a-mano, y su hijo Jung-Hwa Choi estaba urdiendo una trama
con Michael Gerol y Charles "Chuck the Bíke" ("arroja la bici"} Yanover,a
tjuien Jung~Hwa había conocido a través de un instructor de Tae Kwon
Do en Canadá366. Jung-Hwa idolatraba a los agentes secretos, y salía de
fie s ta con hombres duros en Cooper's, una discoteca en el centro de
Xoronto, haciéndose amigo de ellos por si necesitaba que lo protegieran
a él o a su familia.
Al principio, el General Choi pensó que el plan sonaba infantil. Les
dijo a los norcoreanos que no quería estar involucrado, porque era
extremadamente riesgoso involucrar a su heredero en una misión
tan peligrosa367. Jung-Hwa era el favorito en una cultura antigua que
estructuraba a la sociedad alrededor de “tres relaciones" y los “cinco
mandatos": honra a tu soberano, honra a tu padre, etcétera, por toda
la eternidad. El General Choi se preocupaba por su hijo, quien era uno
de los mejores activos del Tae Kwon Do de Choi, y su favorito en la fa­
milia. Cuando Jung-Hwa y sus hermanas eran niños, Choi llegaba a la
casa después de una noche de copas, y pensando que el chico estaba
dormido, acariciaba su cabeza con amor. Colocaba dinero debajo de su
almohada y le susurraba, “no le digas a nadie que te di esto, porque te
quiero más a vos". Choi hacía lo mismo con sus hijas, pero sabía que
jung-Hwa, su único hijo varón, era el favorito.
En 1981, en un vuelo a Suiza, los dos discutieron el plan de asesi­
nato y el mayor de los Choi concluyó que su hijo sabía lo que estaba
haciendo. Choi le dio el ok, pero se preguntó si Yanover era capaz de
llevar a cabo el asesinato368.
fung-Hwa le aseguró que lo estaba.
"Probémoslo primero con Jong-Soo Park”, alguien sugirió.
Los dos Choi se rieron. Estaban hechos del mismo material; Choi
padre le había enseñado al joven casi todo lo que sabía, y ambos creían
que Park había traicionado al General.
Como finalmente resultó, los Choi no enviaron a Yanover tras Park,
ypara su sorpresa, ellos descubrieron que Yanover era más estafador
que asesino. Una vez, mientras estaba en prisión, Yanover había ayu­
dado a un ex soldado surcoreano a poner una bomba en Arviv's, una
discoteca en Toronto, porque el dueño quería los 950.000 dólares del
seguro. Se podría decir que estos hombres eran ambiciosos y “machos";
el soldado se rompía ceniceros sobre su cabeza o se cortaba antes de
una pelea, diciendo ''(vamos!" y Yanover era un traficante internacional
de armas con una condena por trabajar con un grupo de supremacistas
blancos intentando derrocar al gobierno de la República Dominicana.
Aparentemente Yanover planeó asesinar ai dictador surcoreano, posi­
blemente durante una visita de éste al Primer Ministro Pierre Trudeau
en Canadá, pero no siguió adelante con el plan.
Jung-Hwa nunca olvidaría haber caminado por Génova, Italia, lie-
vando un portafolios con una enorme suma de dinero que los agentes
norcoreanos le habían dado y que depositó en una cuenta. En Viena, ac­
tuó de intérprete para agentes y gánsteres, pero después que Yanover
cobró los 600.000 dólares, alguien le avisó a los surcoreanos, Yanover
se quedó con el dinero, y Jung-Hwa se despertó para darse cuenta de
que esto no era un combate de Tae Kwon Do y que el complot había
colocado a él y a su joven familia en grave riesgo.
La Real Policía Montada canadiense arrestó a Yanover en Canadá,
mientras su amigo soldado, el que se rompía los ceniceros en la cabeza,
estaba en Corea del Sur, donde la KCIA lo arrestó, torturó y encarceló
hasta que la Policía Montada canadiense llegó para hacerle pregun­
tas. Jung-Hwa sospechó que él también pasaría por un interrogatorio
similar si Canadá lo enviaba a Corea del Sur, donde la KCIA lo querría
interrogar antes de que lo hiciese la Policía Montada.
"Bizarra Trama de Muerte", gritaba el titular del Toronto Sun des­
pués de que la policía anunció el plan. La Interpol en ocho países había
ayudado a la Policía Montada canadiense durante la investigación de
seis meses. La historia también clamaba desde las primeras páginas
de los diarios en idioma coreano: "El asesinato de Doo-Hwan Chun fue
planeado en lo de Choi Hong H f. La Policía Montada allanó la casa de
Choi buscando a jung-Hwa y evidencia, pero el joven Choi ya estaba en
un avión rumbo a Corea del Norte. Mientras la policía revisaba la casa
del Choi mayor durante casi tres horas, él afirmaba no tener conoci­
miento alguno sobre el complot.
La KCIA ahora tenía una buena razón para secuestrar a Choi y a
su hijo, y Choi se enteró de que un asesino había sido asignado para
dicha tarea. La mayoría de los coreano-canadienses evitaron a Choi,
y los agentes de la KCIA llamaban a la noche con amenazas de buenas
noches. Los manifestantes se juntaron frente a la casa de Choi en Ca-
nada y gritaban "[Váyase Choi pro-Norte!”. Él hizo exactamente eso,
mudándose a Corea del Norte, donde vivió hasta 1984, cuando la pre­
sión y las amenazas finalmente se disiparon.
En aquellos dos años en Corea del Norte ocurrieron extraños y
sorprendentes eventos. Él aceptó tomar prestados 400.000 dólares por
año de la Asociación Norcoreana de Tae Kwon Do369, y creó la última
técnica -la patada dando una vuelta en el aire- que involucraba saltar
mientras se daba un tumbo vertical hacia atrás 360° -para golpear al
oponente con los talones-370. Terminó su Enciclopedia de quince volú­
menes durante este período lúgubre, mientras aún sentía una soga al
cuello, mientras aún sentía que el gobierno de Corea del Sur lo estaba
esperando. Sus adversarios estaban manejando un país que parecía
decidido a eliminarlo371.
Gran parte de la década del 70 perteneció al Tae Kwon Do de Choi,
; pero la década del 80 perteneció a la Federación Mundial de Tae Kwon
Doy a Kim Un-yong, quien nunca miró hacia atrás. Sin embargo, los
que sí miraron por encima de su hombro fueron los seguidores de la
WTF. Aquel año, ios norcoreanos despacharon una unidad para asesi­
nar al Presidente de Corea del Sur -una vez más-, esta vez en Burma.
: Fallaron por muy poco, pero mataron a casi todo el gabinete del go­
bierno de Corea del Sur.
Al mismo tiempo, Yanover utilizó los 600.000 dólares para com­
prar diamantes y declaró como testigo ante un tribunal que su objetivo
simplemente había sido robar a los norcoreanos. Un juez lo condenó a
dos años de cárcel por defraudación, y condenó a su cómplice, Michael
Geroi, a un año. Jung-Hwa permaneció en Corea del Norte y Europa
Oriental.
#* *

r Así era el Tae Kwon Do a principios de los 80, cuando empecé


\a practicar el arte marcial: vengadores, discotecas, agentes de la
¡ KCIA, gánsteres, complots de asesinatos, y en algún lugar entre todo
í eso, había tiempo para crear patadas voladoras y planear los juegos
^Olímpicos. Yo no conocía la extensión de la intriga en aquel momento,
j; pero ahora miro hacia atrás y recuerdo que mi tío me advirtió repe­
tidamente sobre algunos aspectos del arte. Yo me había anotado en
un gimnasio de la Federación Internacional de Tae Kwon Do cercano
a mi casa en Ottawa. Uno de los pioneros de Choi, Park Jung-Taek, lo
dirigía. Sin embargo, mi tío había obtenido su cinturón negro de un
gimnasio de la WTF a cargo de Lee Tae-Eun, uno de los mano-derecha
de Kim Un-yong. No teníamos idea en lo que nos estábamos metiendo,
pero mi tío era de un país diezmado por la guerra y conocía bastante
acerca del mundo. Siendo él una especie de figura paterna para mí, me
alertó que yo estaba traicionando casi todos los valores que mi familia
consideraba sagrados, porque los comunistas (en otras palabras, ma­
niáticos terroristas) manejaban la ITF. Mi tío tendía a ser descarado y
melodramático, y yo, con sólo 16 años, lo escuchaba como uno escucha
malas noticias en la radío pensando cuándo volverán las canciones.
De todos modos, pude juntar un poco de coraje para preguntarle
a mi instructor sobre los rumores. El Gran Maestro Park Jung-Taek no
estaba por allí, así que me acerqué a su lugarteniente al mando, Phap
Lu, un talentoso atleta que había sido alumno de un viejo maestro
vietnamita llamado Nguyen Van Binh. En Vietnam, Lu había escucha­
do historias acerca del Tae Kwon Do de combate durante la Guerra de
Vietnam, se había entrenado en el Oh Do Kwan en Saigón, y había visto
a sus amigos de artes marciales volverse agentes del servicio secreto,
pero Lu terminó en una prisión vietnamita donde fue torturado por
anticomunista372. Huyó del país cuando fue liberado, llegando a Canadá
con una ola de refugiados vietnamitas, sin saber de qué manera su vida
era un espejo de la de Choi Hong-Hi.
Lu me aclaró las cosas: "Esto es Tae Kwon Do tradicional". Me dijo
que el otro, el de la WTF, había surgido muchas décadas más tarde.
Sí, la ITF estaba relacionada con Corea del Norte, pero la WTF estaba
basada en una dictadura en Corea del Sur, "Choi es el fundador del Tae
Kwon Do", agregó Lu, "y su Tae Kwon Do es el original. Nosotros en la
ITF practicamos un arte marcial, mientras que ellos en la WTF entre­
nan un deporte".
C a p ít u l o 14
Un a m o r d e v e r a n o o l ím p ic o

Estoy convencido de que uno de los roles más importantes que desarrolla el
lOCen la búsqueda de la paz mundial es el de proveer un foro para el diálogo y
la comunicación a través de los eventos deportivos para países con ideologías
políticas diferentes.
Cho Sang-ho, Presidente del Comité Olímpico Coreano, 1981373.

Corea del Norte amenazó con un baño de sangre si Corea del Sur
auspiciaba los Juegos Olímpicos por sí misma, y exigió que los Juegos
fueran compartidos por Seúl y P'yongyang374. Luego de que la Unión
Soviética acordó unirse a las Olimpíadas, un funcionario del gobierno
de Corea del Sur dijo entusiasmado a los medios que la sola participa­
ción de la Unión Soviética actuaría como “un fuerte escudo contra las
balas". En aquel momento, la Unión Soviética era aliada de Corea del
Norte y un oficial soviético exigió una explicación por el escandaloso
comentario. Kim Un-yong llegó al rescate, diciendo que el oficial corea­
no no había querido decir “escudo" en el sentido militar de la palabra.
Las balas eran una metáfora. Kim les dio la bienvenida a los comu­
nistas con los brazos abiertos, y comenzó a aprender por su cuenta el
idioma ruso. Corea, un pequeño país que por siglos había sido suspicaz
ante los extranjeros -y que durante 35 años había disputado una feroz
guerra encubierta con los comunistas- se estaba abriendo al enemigo.
Choi Hong-Hi ya les llevaba un par de años de ventaja. Él había
estado influyendo sobre los líderes olímpicos para que llevaran ade­
lante un evento de artes marciales conjunto entre su Tae Kwon Do y el
de Kim375, y parecía que la idea era del agrado de Kim. La elección de
Corea del Sur como anfitrión olímpico había sido un duro golpe para
Corea del Norte, pero existía la esperanza de realizar Juegos Olímpicos
. conjuntos, creía Kim, y a los surcoreanos les gustaba cualquier cosa
que apuntase a la unificación de Corea. Al menos, hablar sobre un
evento conjunto era políticamente sabio para Kim y Choi.
Pero Choi, el tornado, nunca había sido un buen diplomático
mientras que Kim era un negociador habilidoso que podía hablar seis
idiomas. En 1985, Choi voló a Moscú para reunirse con el Presidente
del Comité Organizador Olímpico para advertirle sobre el Tae Kwon
Do "de mentira", y sobre el "falso" de Kim, sin saber ni importarle que
Kim justo había sido promovido a Vicepresidente de un Comité Olím­
pico376. Las influencias de Choi fracasaron, y Kim tuvo éxito en agregar
al Tae Kwon Do a los Juegos Asiáticos en 1986 y a los Juegos Paname­
ricanos de 1987377. Kim se convirtió en miembro del Comité Olímpico
Internacional, volviéndose un hombre poderoso en el concierto de los
deportes internacionales, y Choi, cada vez más marginado, no podía
competir con los ríos de dinero y favores que fluían hacia y desde Co­
rea del Sur378.
En 1987, el año previo a los Juegos en Seúl, Corea del Sur estalló
luego de que la policía torturó hasta morir a otro estudiante. Millones
de coreanos se volcaron a la calle. Con una revolución largamente
necesaria expandiéndose por Corea del Sur, el mundo se preguntaba
si Seúl sería capaz de llevar a cabo unos Juegos pacíficos, pero Corea
prometió "el más grande y exitoso evento de la humanidad en tiempos
de paz"379. El desafió era la parte de la "paz".
Kim Dae-jung y un aliado, Kim Young-sam, decidieron que la demo­
cracia debía entrar por el lado izquierdo del escenario, y se encontra­
ron en 1987 para crear un nuevo partido democrático para la siguiente
elección. La KCIA y los agentes entrenados en Tae Kwon Do intentaron
detenerlos en lo que ahora se conoce como el Incidente Yongpal, lla­
mado así por el levantador de pesas que lo organizó. Los políticos en
el régimen surcoreano reclutaron a Lee Seng-wan, un maestro del Tae
Kwon Do, para que contratase a cincuenta provocadores con el encargo
de interrumpir las actividades de grupos locales que intentaban orga­
nizar un partido político democrático. Los matones, apoyados por la
KCIA y en última instancia dirigidos por el Presidente de Corea del Sur,
irrumpieron en veinte reuniones, destruyendo muebles y atacando a
las personas con garrotes. Lee había sido un campeón nacional de com­
bate en 1964 y se había vuelto el jefe del Ji Do Kwan, uno de los nueve
gimnasios principales que había formado la Federación Mundial de
Tae Kwon Do de Kim Un-yong380. Mucho no había cambiado desde las
tácticas brutales del régimen en los 60 y los 70; por su participación
en el ataque de 1987 al partido democrático, Lee fue condenado más
tarde a un año y medio de prisión.
A pesar de la violenta interrupción y la dictadura implacable, el
nuevo partido político creció y las protestas de los estudiantes conti­
nuaron. En junio de 1987, el Presidente de Corea del Sur envió a poli­
cías Calaveras Blancas (paekkol) para que rompiesen las cabezas de los
estudiantes con garrotes, pero las protestas continuaron, con cuatro
0 cinco millones de coreanos marchando por las calles. El Presidente
renunció a fin de mes y astutamente instaló un reemplazante, otro
general, Roh Tae-Woo, quien anunció elecciones directas en 1987381.
Como si fuera una respuesta a ello, los terroristas norcoreanos colo­
caron una bomba en un vuelo de Korean Airlines de Bagdad a Seúl,
matando a 115 personas382. Muchos esperaban que los norcoreanos
también atacarían a las Olimpíadas, y los americanos llenaron las
aguas coreanas con barcos de guerra.
Aun así, los Juegos continuarían, porque las Olimpíadas mostrarían
a Corea del Sur al resto del mundo, de la misma manera que ios juegos
Olímpicos de 1964 habían presentado al moderno Japón383. El general
Roh Tae-Woo ganó las elecciones en Corea en 1987 luego de que la
oposición dividió su voto, y luego robó 650 millones de dólares de los
coreanos a través de los años.
1 En 1988, a medida que la promesa de violencia se cernía amenazan­
te sobre Seúl, el Servicio Secreto Coreano promocionó y protegió los
Juegos Olímpicos, cuyo emblema oficial era “Progreso a través de paz y
entendimiento mundial" Kim Un-yong escribió luego que "un total de
81.630 miembros de las fuerzas armadas y fuerzas policiales fueron
movilizados para proporcionar seguridad para 264 instalaciones"384.
Ellos patrullaban la tierra, volaban por los cielos, flotaban sobre el agua
y se ocultaban bajo el mar, y mientras que los satelites espías america­
nos vigilaban cada movimiento del ejército de Corea del Norte, todos se
preparaban para algo, hasta para una bomba nuclear invisible.
***
A la una de tarde, el día de la ceremonia de apertura, veinte globos
gigantescos, cada uno de diez metros de diámetro, flotaban en el techo
del elegante Estadio Olímpico Jamsil en Seúl, que había sido diseñado
imitando las curvas de las porcelanas de la dinastía Chosón. El esta-
dio estaba abarrotado. Por primera vez desde 1976, los americanos y
los rusos estaban en los Juegos, junto con otros 157 países. Corea del
Norte y Cuba los habían boicoteado. Los globos representaban enormes
máscaras deformes mientras los bailarines corrían frenéticamente
llevando y trayendo sus propias máscaras extrañas y espeluznantes.
Las máscaras eran de la antigua historia chamanística coreana: había
Choyong, que repelían los malos espíritus; Yangban, ios aristócratas
con bocas abiertas riéndose; y Halmi, la viuda anciana.
Repentinamente, llamas saltaron desde el suelo del estadio entre
los bailarines. Pandemónium. ¿Finalmente los norcoreanos estaban
atacando? No, los artistas estaban ejecutando “Caos", seguidos por
1008 "taekwondistas" -así se los llamaba- que rompieron tablas, gri­
taron con sus técnicas, y a la fuerza impusieron el orden a los malos
espíritus385. La Ceremonia del Tae Kwon Do “simbolizaba la destruí
ción de todas las barreras”, explicaría Kim tiempo después.
Luego del caos y el orden del primer día, el mundo pudo ver a 184
hombres y mujeres de 32 países participar en Tae Kwon Do, el deporte
de demostración, en el remozado Estadio Changchung de Seúl386. Éste
fue uno de los logros que mayor orgullo le produjo a Kim. Él había
convertido un arte marcial en un deporte y había mostrado uno de los
tesoros de Corea. La parte “deporte" siempre había sido una de sus
metas; él había apuntado a sacar lo "marcial” de “arte marcial”, para
reducir la agresión y crear un deporte de caballeros. Lo logró en 1988.
Al final de la competencia de Tae Kwon Do, los coreanos estaban en
primer lugar, con 9 de las 16 medallas de oro. En total en esas Olim­
píadas, Corea del Sur ganó 33 medallas, ocupando el quinto lugar en el
mundo, un final espectacular para un pequeño país.
Pero los resultados desequilibrados del Tae Kwon Do preocuparon
a muchos. Kim había calculado mal que pocas personas estarían inte­
resadas en un deporte olímpico dominado por Corea del Sur y la gente
se preguntaba por qué debía ser un deporte oficial para los futuros
Juegos387. Vista desde afuera, toda la competencia parecía como una
batalla entre coreanos, porque la mayoría de los oficiales y entrena­
dores eran coreanos: ]oon-Pyo Choi (iniciado en el Song Moo Kwan en
1956] entrenó a los americanos que finalizaron segundos; Young Su
Choung (del Chung Do Kwan en 1962) entrenó al equipo canadiense;
park Soo-nam entrenó al equipo de Alemania Occidental; y Young-Yul
Oh era el entrenador en jefe de Australia, para nombrar unos pocos388.
La preocupación de la que no se hablaba y que quizás era inconsciente
era que el Tae Kwon Do era racista -en el mejor de los casos demasiado
étnocéntrico-, y favorecía a los coreanos frente a los no coreanos, sin
importar el nivel de habilidad. En la práctica, parecía que los no co­
reanos debían librar una batalla cuesta arriba para consagrarse cam­
peones internacionales, y de manera más notable, enfrentaban vallas
invencibles para ser directivos internacionales en las organizaciones
que conducían al Tae Kwon Do.
También comenzaron rumores de que había ocurrido una "poda"
(gagee chigee) en los deportes de combate en las Olimpíadas de 1988
y durante los Juegos Asiáticos en Seúl en 1986389. "Poda" se refiere a
presiones sobre los jueces para fallar en contra de los competidores
más fuertes en los combates iniciales. Esta práctica aseguraba que
algunos de los luchadores más fuertes no enfrentarían a los coreanos
en las ruedas finales. La "poda" no sería conocida hasta el año 2002,
cuando un Vicepresidente de la WTF se lo explicó a un periodista, pero
los rumores comenzaron a circular durante los Juegos de Verano en
Seúl en 1988.
Esa primera Olimpíada mostró las patadas de Tae Kwon Do junto
con la cultura y economía de Corea del Sur, pero el Comité Olímpico
internacional no seleccionó al Tae Kwon Do como deporte oficial para
los Juegos de 1992. En respuesta, un desesperado Kim Un-yong le pidió
a}uan Antonio Samaranch, presidente del COI, que considerase incluir
al Tae Kwon Do como "deporte de exhibición" para 1992. Kim había
creado un plan elaborado, uno que hubiera impresionado a su viejo
mentor, Pistola Park, que había muerto unos años antes390.
''Para su crecimiento, el Tae Kwon Do debe ser elegido", le dijo Kim
a Samaranch.
La cara de Samaranch se endureció, y él respondió: "Pero ya hemos
elegido a los deportes de demostración, y sólo están permitidos dos."
El COI no podía elegir al Tae Kwon Do como demostración otra vez
porque un deporte podía ser dem ostración sólo una vez.
Kim explicó su idea sobre "deporte de exhibición”.
"¿Está en las normativas?", preguntó Samaranch.
"No, no está", dijo Kim. "Yo lo inventé". Él explicó cómo el Tae Kwon
Do se podría beneficiar por la exposición en los Juegos de Barcelona en
1992, y cómo las Olimpíadas se podrían beneficiar con ello.
"¿Es posible?", preguntó Samaranch. “¿Pensaste en los detalles?”
Kim lo había hecho. Él tenía talento para los detalles; no fue por
nada que el COI lo había promovido de simple miembro a miembro
ejecutivo en 1988. Primero, él reduciría la cantidad de categorías de
peso en Tae Kwon Do, reduciendo por lo tanto la cantidad de combates
y completando la competencia en tan solo un día. En segundo lugar, Co­
rea del Sur pagaría por la seguridad y los gastos de los competidores.
"Está bien. Intentémoslo", dijo Samaranch, y sugirió que Kim se
acercara a los miembros ejecutivos del COI individualmente a fin de
persuadir a cada uno para que apoyasen su nueva idea.
Como se vio después, lo imposible ocurrió luego de la intensa pre­
sión de Kim: el COI omitió la idea de "exhibición" y, flexibilizando las
reglas, incluyó al Tae Kwon Do como "deporte de demostración” en
1992 -y Kim pronto estuvo envuelto en uno de los más publicítados
casos de corrupción en la historia olímpica. Sin embargo, antes de que
la prensa se enterara del escándalo, 128 competidores de 33 países
ya habían competido en Tae Kwon Do en las Olimpíadas de Barcelona
de 1992391. Las autoridades del Tae Kwon Do se aseguraron de que
los competidores coreanos no arrasaran. Al país anfitrión, España, le
fue increíblemente bien, lo cual alimentó la controversia una vez más
acerca de resultados injustos de los jueces y árbitros.
La reacción de Choi a las Olimpíadas de 1988 y 1992 se podría
resumir en una sola palabra -"engaño"- y él no se estaba refiriendo a
los rumores acerca de trampa. El Tae Kwon Do se había vuelto oficial­
mente un "deporte", pero él quería que siguiese siendo un arte marcial.
Sin golpes de puño a la cabeza, sin patadas voladoras, sin los cientos de
técnicas que distinguían al Tae Kwon Do, el deporte olímpico era peor
que el Karate, desde su perspectiva, pero su punto de vista no le im­
portaba a la WTF, que ahora tenía decenas de millones de aficionados,
mientras que él tenía menos de un millón. En parte debido a la disputa
entre Choi y Kim y entre las dos artes marciales, las Olimpíadas recha­
zaron al Tae Kwon Do como deporte para los Juegos de 1996. Choi tomó
aquello como una señal positiva.
Corea del Norte se comprometió a darle diez millones de dólares
en el lapso de diez años y él se volvió más activo392. Nadie sabía acerca
del dinero ~ni su familia ni sus discípulos más cercanos, y por supuesto
que no su ejecutivo de la ITF, quien debió luchar para cubrir los gastos
de los campeonatos mundiales que los países anfitriones generalmen­
te financiaban-. La esposa de Choi le diría a sus hijos: “Yo no sé si su
padre es rico o pobre." Con el dinero llegando a rolete, algunos de los
instructores de Choi solicitaron enormes aumentos salariales, y en
respuesta, él acusó a instructores maestros como Park Jung-tae y Han
Sam-soo de espiarlo.

Kim Un-yong (centro) con mi instructor de ITFJong-Soo Park (a la derecha


de Kim)y mi instructor de WTF Yoon Yeo-bong (a la izquierda de Kim). En el
extremo izquierdo, Chung Oh y en el derecho, Myung-Soo Son.
Foto cortesía de Park.
Las acusaciones parecían delirantes. Park Jung-tae era el princi­
pal instructor de Choi en el mundo, y Ham Sam-soo había estado en
el equipo de demostraciones internacionales, pero Choi acusó a Han
de recibir "alguna dirección para una tarea de la KCIA" y de ser un
doble espía desde 1978393. En la guerra con la dictadura de Corea del
Sur y Kim Un-yong, era poco claro dónde estaban en Choi los límites
entre el temor y la paranoia, entre la generosidad y la avaricia. "Él
era un hombre de moral”, explicó el ex yerno de Choi y mano derecha,
Michael Cormack. "El dinero corrompe. Nunca dije que Choi no haya
tomado dólares que no debió haber tomado, pero en relación al Tae
Kwon Do, por cada dólar que recibió, él devolvió cientos en términos
de tiempo, esfuerzo, etc. Él dio un millar. El General Choi, en cualquier
momento de su vida, pudo haber hecho más dinero con el Tae Kwon Do
si lo hubiera querido. Eso es obvio para cualquiera, por eso él fue tan
respetado. Así que por eso pienso que ese tema podemos dejarlo ahí".
***

Después de todas las amenazas en este arte marcial parece insiga


niñeante mencionar un problema en 1990: robos, una gigantesca canti*
dad de robos. ¿Con asesinatos colgando en el aire, por qué hablar sobre
sobornos y extorsión? El Tae Kwon Do no sólo estaba involucrado en la
Guerra Fría, estaba marcado por corrupción y mañosos. Los escánda­
los financieros que estallaron en el arte marcial fueron significativos
porque finalmente lograron que todos confirmaran no sólo que Choi
estaba fuera de control, sino que Kim Un-yong, "el padrino del deporte
coreano", también lo estaba394. El arte marcial se estaba hundiendo en
un gran problema después de la Olimpíada de Seúl de 1988395.
Yo no sabía nada de esto cuando me uní al Tae Kwon Do Olímpico
a principios de los 90, cuando Kim fue nombrado Vicepresidente del
Comité Olímpico Internacional. Era una época excitante, porque las
patadas tipo latigazos de la WTF eran tan divertidas como la fiebre
olímpica. Yo me había inscripto en un gimnasio de la WTF dirigido
por Yoon Yeo-bong, porque estaba cerca de mi casa. En aquellos días,
todavía admiraba a Choi Hong-Hi y su arte de combate marcial a pesar
de los malos rumores, pero también estaba entusiasmado por el Tae
Kwon Do Olímpico, bromeando con mi tío acerca de entrenarse para
el equipo canadiense. Todos los niños soñaban con llegar a las Olim­
píadas, un sueño que alimentó un fenomenal crecimiento en la WTF.
Los dirigentes del Tae Kwon Do estuvieron involucrados en un
n ú m e r o de episodios en aquella época. En un artículo coreano titulado
" ¿ N e c e s it a una medalla? Venga con dinero" un reportero descubrió
que uno podía contratar a un intermediario de Tae Kwon Do para com­
prar certificados de cinturón negro oficiales. Un artista marcial pagó
1 0 .0 0 0 dólares para saltar de cuarto a sexto dan, que es un escalón por
d e b a jo del grado de maestro.

También, demasiados combates terminaban con fallos injustos.


Yo entré en competencias, tanto en la WTF como en la ITF, y rápida­
mente aprendí que los resultados de los jueces eran extraños, y que
el comportamiento de los entrenadores, las familias y el público era
un espectáculo en sí mismo. Yo sabía que el Tae Kwon Do no estaba
basado en el Budismo o valores religiosos, como el Karate no se había
basado en la religión cuando Gichin Funakoshi lo llevó a Japón, pero
he seguido los cinco principios del Tae Kwon Do (Espíritu Indomable,
Perseverancia, Autocontrol, Cortesía e Integridad) y sus cinco virtudes
(Rectitud, Corrección, Sabiduría, Confianza y Humanidad); las compe­
tencias habían caído muy por debajo de los estándares de esos ideales.
Por ejemplo, los competidores que hacían sangrar a su oponente en
el combate no eran descalificados aunque las reglas así lo indicaban,
lo cual hizo que me preguntara si acaso una selecta minoría conocía
las reglas ocultas mientras los tontos como yo seguíamos lanzando
nuestros golpes. Los entrenadores amenazaban a los luchadores y los
familiares gritaban como locos a los participantes infantiles, lo cual
yo encontraba realmente reprobable. Peor eran quizás los maestros
que discutían con otros maestros porque aparentemente no habían
mostrado suficiente reverencia en sus saludos y comentarios. Luego
estaban el aburrimiento y la desorganización en los torneos, las ho­
ras de esperar a los grandes maestros que llegaban tarde, el público
caminando en medio de las áreas durante el combate, y el alto precio
de todo.
A fines de los 90, finalmente vi un par de razones para las trampas
y el caos cuando los periodistas arrastraron el primer gran escándalo
de patadas a la luz del día. Kim Un-yong estuvo implicado en un inci­
dente de sobornos a principios de 1990 cuando Salt Lake City intentó
realizar los Juegos Olímpicos. Desde 1966, los dirigentes de Salt Lake
City habían estado intentando ganar su apuesta para ser los organiza*
dores de los Juegos, y a principios de 1990 advirtieron qué era lo que
debían hacer para ganar: escucharon a personas involucradas con las
olimpíadas pedir favores -sexo, regalos, dinero y atractivos acuerdos
de negocios- que los organizadores proveían en lo que era conocido
como El Club. En tres libros lapidarios, Andrew Jennings y sus coauto­
res escribieron acerca de "El Club de las Olimpíadas" y la corrupción
girando a su alrededor, "Los Juegos son controlados por una oligar­
quía que se perpetúa a sí misma, que viaja por el mundo como reyes,
recibiendo lujosos regalos de ciudades desesperadas por obtener una
parte de los enormes beneficios que una Olimpíada puede generar’',
notó Jennings396.
Kim y el Tae Kwon Do estaban en el centro de la controversia de
Salt Lake City -y lo estarían por los siguientes quince años- pero él vio
el escándalo como una campaña de desprestigio. Los medios informa­
ron que el hijo de Kim, Jung-hoon (John) Kim, había sido procesado en
los Estados Unidos por supuestamente haber aceptado 104.000 dólares
de los encargados de obtener la nominación Olímpica en Salt Lake City
con la coartada de un empleo inexistente en una compañía falsa entre
1990 y 19 9 2397. Quienes tenían a cargo presentar la oferta por parte
de la ciudad, atrapados por las autoridades de los Estados Unidos,
habían estado intentando influenciar a Kim Un-yong, el directivo de
mayor rango del COI investigado por el escándalo. "Las autoridades
federales han acusado al comité de utilizar un elaborado esquema de
dádivas para cortejar a los miembros del COI que votarían sobre el
sitio para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002” informó el New
York Times398.
El miembro de Canadá del COI, Dick Pound, más adelante dirigió
una investigación sobre los cargos y pudo ver un lado de Kim que era
chocante cuando, en 1999, Kim los confrontó a él y a Fran£ois Carrard,
director ejecutivo del COL Ellos estaban en una reunión de directorio
en Lausanne cuando Kim volvió a entrar apresuradamente luego de un
llamado telefónico. Kim había pensado que la crisis de Salt Lake City ya
había quedado en el pasado, pero otra pieza de evidencia había surgido
justo cuando él estaba planeando postularse como presidente del COI.
jvíal momento, uno podría decir.
“Simplemente perdió el control", me contó Pound. "Volvió enloque­
cido de donde había recibido el llamado y se cruzó con Carrard en las
escaleras, donde hizo una de sus poses de arte marcial. No se golpea­
ron ni nada parecido. Carrard se sintió amenazado. Kim llegó hasta
donde estábamos, en el segundo piso, e hizo lo mismo. Dijo: “¡Bas­
tardos! ¡Bastardos!". Había perdido el control. Comenzó a hacer esas
cosas. Yo dije, “Kim, cálmate. ¡Cálmate!" Samaranch vio lo que estaba
pasando, intervino de inmediato y dijo: “Kim, ve a mi oficina y quédate
allí." Carrard se fue a su casa u oficina, estaba visiblemente alterado. Yo
dije: "Escúchame, no me uní al COI para tratar con este tipo de mierda".
Kim negó que él hubiera asumido una postura amenazante. Pound dijo
que Kim luego envió una carta pidiendo disculpas.
Por la participación de Kim en el escándalo de Salt Lake City, el
COI le dio una “severa" advertencia y una “reprimenda" por un segun­
do acuerdo que beneficiaba a su hija399. Otros diez miembros del COI
-todos partidarios de Kim- fueron expulsados del COI, una movida
que indicó al mundo entero que Kim era un sobreviviente, porque
después de cada crisis olímpica, él era el último hombre en pie. Desde
la perspectiva de Kim, la campaña de desprestigio había fallado, pero
él estaba enojado con la humillación e indignado porque había perdido
a diez partidarios, que fueron reemplazados por veinte personas que
no lo apoyaban400.
“Es una persona directa y no puede ocultar sus emociones", explicó
Lee Chong-woo, un alto directivo de la WTF. Y añadió: “Yo puedo ver
claramente a través de su pensamiento, luego de ser su colaborador
durante tanto tiempo. Un Yong Kim es un hombre con un fuerte deseo
de ganar, y una enérgica fuerza lo impulsa"401.
Luego de la severa advertencia del COI, Kim continuó su ascenso
por la escalera olímpica y su hijo dejó los Estados Unidos.
Otro bien conocido hijo del Tae Kwon Do también estaba en fuga en
aquel momento. Luego del fallido complot de asesinato de principios
de los 80, Jung-Hwa Choi, el hijo del general Choi, se había mudado a
Corea del Norte y Europa del Este, donde había vivido por diez años
enseñando Tae Kwon Do a los instructores402. En 1992, los surcoreanos
eligieron a un civil para conducir al país y Jung-Hwa sintió que era el
momento de realizar una jugada. Con la ayuda de Russel MacLelIan, un
cinturón negro de Tae Kwon Do y miembro del Parlamento de Canadá,
Jung~Hwa hizo un acuerdo con la policía canadiense y se entregó, sa­
biendo que ellos no lo enviarían a Corea del Sur para interrogaciones
y torturas. Al mismo tiempo, por coincidencia, su padre voló de Corea
del Norte por cincuenta y dos días, donde asistió a la fiesta de cum­
pleaños de Kim II Sung, por ende perdiéndose el juicio de Jung-Hwa en
Canadá403.
Jung-Hwa se declaró culpable y dijo muy poco durante el juicio,
siguiendo las órdenes de su padre. Un juez condenó a Jung-Hwa a seis
años en prisión por haber participado en el plan para asesinar a un
presidente. “Canadá no debe volverse o servir para volverse un lugar
para mercenarios o terroristas", dijo el juez404. Jung-Hwa habría podido
tratar de refutar la acusación, pero dijo que se declaró culpable para
proteger a su padre, quien aún negaba saber sobre el plan. Luchar con­
tra la acusación hubiera revelado más secretos sobre el General Choi, y
el hombre mayor no quería involucrase en ello. Jung-Hwa se pregunta­
ba si su padre había sido algún tipo de espía. ¿Había sido su padre un
doble agente por décadas, fingiendo trabajar para Corea del Sur pero
en realidad cooperando con el Norte? El Choi mayor admitió haber
hablado con los norcoreanos en 1962, 1968 y un par de veces en los
70. De todos modos, Jung-Hwa pasó un año en una prisión canadiense,
donde trabajó como profesor de inglés y empleado administrativo, y
nadie, ni siquiera la familia de Choi, sabía que su padre había estado al
tanto del plan de asesinato.
Años más tarde, Jung-Hwa dijo que él no tenía ningún resentimien?
to contra su padre, aun cuando el Choi mayor nunca lo había visitado
en la prisión. Los principios del Confucianismo, especialmente los
deberes filiales, eran primordiales. "No hay tal cosa como perdonar,
es un absoluto -lo debías seguir a él-", dijo Jung-Hwa. "Por supuesto
que yo estaba muy dolido y tuve un shock porque mi propio padre no
me visitó. Y él no dudaría ni un instante en sacrificar a su único hijo.
El pensamiento de su padre era que al final Jung-Hwa heredaría el Tae
Kwon Do. "Esa es la única razón por la cual él querría un hijo", fung-
Hwa agregó, quien conocía sus responsabilidades. “El Confucianismo
nos dice que el cambio es malo, debemos conservar la tradición. El
General Choi es de una era y su modo de razonar es exactamente igual
al que tenía la gente hace 1000 años -un mundo muy antiguo-. Cuando
clasificamos los tipos de personas según las distintas épocas, en Corea
decimos:'Hay hombres que estudiaron con pincel, y están aquellos que
aprendieron con lapicera. Por supuesto, ahora las personas aprenden
con computadoras. El General Choi es un hombre que aprendió con el
pincel”.
***

Mientras tanto, Kim Un-yong continuaba soñando a lo grande.


Luego de veintiún años de lucha contra Choi y otros artistas marciales,
y luego de décadas de amenazas y negociaciones con Corea del Norte,
Kim se llevó el crédito por lograr que el Tae Kwon Do se transformara
en el deporte nacional de Corea, por globalizarlo, y por volverlo parte
de la identidad de la nación. "Era como un sueño", escribió Kim. Los
beneficios políticos del Tae Kwon Do se apilaron como las medallas de
oro en las Olimpíadas. Los atletas ganadores resaltaron el prestigio
de Corea del Sur, incrementaron el turismo, y generaron ingresos para
Corea. Durante las competencias, millones de personas escucharon los
combates en coreano, el lenguaje universal del Tae Kwon Do405.
Kim ahora apuntaba a una meta más alta: liderar todo el movi­
miento olímpico y reemplazar al presidente Juan Antonio Samaranch.
Kim se posicionó como una alternativa brillante para los europeos
blancos que siempre habían dominado las Olimpíadas. Un artículo del
NewYork Times explicaba que él "ha sido un maestro en rehabilitar su
imagen, uniendo una fuerte base en los países en desarrollo en Asia,
África y Latinoamérica, y recuperando suficiente peso político como
para que algunas personas del entorno de la COI ahora lo consideren a
él como el favorito para suceder a Samaranch. Con el pasado de solda­
do nazi de Samaranch girando en torno a las Olimpíadas, Kim impulsó
el hecho de que él sería el primer presidente no blanco del COI en más
de cien años de los juegos modernos y el primero proveniente de Asia".
Un voto para Kim significaba un voto para ios países no occiden­
tales, para un ex-diplomático que era un experto organizador, para
alguien que podía negociar contratos de miles de millones de dólares
y engañosas fusiones políticas, un voto para un brillante desvalido que
se enfrentaría a una hegemonía blanca. Sin embargo, también signifi­
caba un voto para lo que "en la historia de las Olimpíadas era percibido
como una organización secreta, corrupta, elitista y autocrática", que
por coincidencia, reflejaba la historia de las organizaciones del Tae
Kwon Do. Como un ex delegado de la india le dijo al New York Times en
2001: "Él tiene la sabiduría del Oriente y la eficiencia de Occidente”406.
C a p ít u l o 1 5
“P o d a n d o l a s r a m a s ”
en l a s O l im p ía d a s d e l 2 0 0 0
y PELEA C ALLEJERA A LA SALIDA

Creo que el Cielo nos ayudó.


Kim Un-yong, Desafiando al Mundo (2002).

Porque el COI había rechazado al Tae Kwon Do para los Juegos de


1996, Kim Un-yong sabía que ser elegidos para los Juegos del 2000 a
través del proceso formal se había vuelto casi imposible, así que en
1994 comenzó con la llamada "Operación 007", como él le decía, una
maniobra cuya meta era introducir al Tae Kwon Do dentro de las Olim­
píadas a último momento407. Era un nombre sugestivo, porque algunos
todavía creían que Kim era un agente secreto de alto rango. Para la
Operación 007 él debía contrarrestar un fuerte lobby por parte de los
grupos de artes marciales de China y Japón, quienes, como siempre,
■estaban presionando para incluir sus artes marciales. También, como
era costumbre, la Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi
Hong-Hi asistiría a la crucial reunión final408.
No había tiempo para que Kim persuadiera individualmente a cada
miembro del COI, y el apoyo directo del presidente del COI Antonio
Samaranch se volvió nuevamente fundamental, esta vez en el enfren­
tamiento final con la gente de Choi en la Reunión General del COI en
París409. Mientras que la suerte de Kim se había incrementado, la de
Choi había continuando cayendo, especialmente luego de la muerte
del líder de Corea del Sur en 1994, cuando el Norte sobrellevó dos
| años de inundaciones y un verano de sequías que habían resultado en
? lamuerte de cerca de medio millón de personas410. Choi había estado
presionando al COI de manera incansable para que rechazaran al Tae
|:Rwon Do de Kim.
"¿Cómo calmarán a los grupos opositores?”, preguntó Samaranch
•aKimen 1994.
“Me voy a asegurar de que no haya ninguna oposición hasta la
Asamblea General del COI”, prometió Kim. Él no tenía idea de cómo ha­
ría eso, pero debía mostrar completa confianza delante de Samaranch.
“Haz tu mejor esfuerzo", dijo Samaranch, y aceptó la operación. So­
licitó una reunión especial del Comité Ejecutivo, donde pidió al comité
que agregase al Tae Kwon Do como tema a tratar en la reunión final
del COI en Francia. No hubo oposición alguna y Samaranch agregó al
arte marcial como último punto del orden del día.
El día de la definición final en París, casi 150 cinturones negros de
Tae Kwon Do y personal coreano esperaban que el COÍ decidiera si el
arte marcial sería deporte Olímpico oficial. Lee Chong-woo estaba allí,
como también otros ejecutivos de la WTF, quienes estaban nerviosos
por las protestas de Choi y los norcoreanos. Durante la reunión, un
miembro del COI de Eslovaquia giró hacia Kim y le preguntó por qué
había dos federaciones para un solo deporte. Kim respondió con una
larga lista de las membrecías internacionales de la WTF. Luego, los
miembros del COI dieron discursos individuales de apoyo, y 85 de los
89 miembros votaron para incluir al Tae Kwon Do en las Olimpíadas
del año 2000. Kim se sintió orgulloso.
Sin embargo, el camino hacia los Juegos del 2000 estuvo lleno de
escollos. Por ejemplo, los directivos del Tae Kwon Do de Malasia ad­
virtieron a los jueces que tomarían medidas si eran parciales en sus
arbitrajes, y una protesta general estalló en los Juegos Asiáticos, luego
de que los seguidores de Tailandia estuvieron en desacuerdo con la de­
cisión de un árbitro en un combate por una semifinal411. Sin embargo,
para Kim, Corea del Sur había expandido el Tae Kwon Do llevándolo
de arte marcial a deporte internacional, y los errores en los arbitrajes
serían solucionados. Y él tenía planes más ambiciosos: quería promo-
cionar al arte marcial como un símbolo internacional de cortesía y
respeto humano, lo cual, a primera vista, me suena como totalmente
insólito, porque el arte había crecido durante las guerras de Corea y
Vietnam y se lo conocía como un arte mortal. Sin embargo su sueño
era entendible; el poder del arte marcial genera respeto y asombro, y
virtudes como coraje, sabiduría y defensa de la verdad siempre han
rodeado al Tae Kwon Do. Conversaciones acerca de reconciliaciones,
fusiones y torneos conjuntos flotaban como susurros en una casa de
geishas coreanas.
Mientras que Choi reducía sus intervenciones e interrupciones en
el Tae Kwon Do olímpico y Corea del Norte disminuía sus ataques sobre
Corea del Sur, Choi sentía que el dragón aún no había muerto. Instaló
cámaras de seguridad en su casa en Canadá y alentó a sus viejos gran­
des maestros para la última misión de sus vidas -un acuerdo para
reunifícar al Tae Kwon Do y, a través de ello, reunificar su tierra natal-.
En aquel momento, los surcoreanos eligieron a Kim Un-yong como
diputado en su Asamblea Nacional en abril del 2000, y Kim, el dirigente
deportivo, se volvió Kim, el dirigente político. Siempre había habido
una superposición entre el Tae Kwon Do y la política internacional, y
ahora había una conexión más fuerte: Kim fue designado consejero
especial del Presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung412. El venerable
Kim Dae-jung había luchado contra dictadores toda su vida, había evi­
tado a díscolos instructores de Tae Kwon Do, y había sobrevivido a los
intentos de la KCIA de hacerlo volar en pedazos, atropellarlo y lanzarlo
al océano. Finalmente él se había convertido en Presidente de Corea
del Sur y estaba negociando el acuerdo coreano del siglo: la Política
Sunshine (la Política nA la luz del Sol”), que promovía una larga lista
de actividades orientadas a la reunificación de los dos países. Eligió a
Kim Un-yong, el líder del Tae Kwon Do, para que estuviese en el equipo
de negociación Norte-Sur.
Aquel año, cuando los Jefes de Estado de las dos Coreas se reunie­
ron para una cumbre de paz por primera vez desde la creación de los
dos países413, Kim Un-yong estaba parado en la sala. Encontró al líder
norcoreano, Kim Jong 11, jovial y abierto a nuevas ideas.
"¿Qué podemos, el Norte y el Sur, hacer juntos en deportes?", pre­
guntó el jefe norcoreano al jefe del Tae Kwon Do, Kim.
"Las Olimpíadas de Sidney están próximas", respondió Kim Un-
yong, "y el COI está proponiendo que el Sur y el Norte ingresen juntas
para la ceremonia inaugural”.
"Sí, estoy informado de eso”, dijo el líder norcoreano. "¿Qué deporte
podemos hacer juntos para superar al mundo entero?”
"Ping-Pong" respondió Kim. China siempre superaba al mundo en
Ping-Pong, y Corea del Norte y del Sur siempre salían segunda y ter­
cera. Juntos, los coreanos se podrían llevar la Medalla de Oro, explicó
Kim. Se lo podría llamar la "Diplomacia del Ping-Pong" parecida a la
que adoptaron los norteamericanos cuando enviaron un equipo de
Ping-Pong antes de la histórica visita de Nixon en 1972.
El jefe norcoreano le respondió que volvería a hablar con él sobre
el tema del Ping-Pong.
Sin embargo, los dos grupos acordaron que debían cooperar en
Tae Kwon Do. impulsados por el deseo de terminar el trauma de cn>
cuenta años -un deseo compartido por los coreanos en el Norte y en
el Sur- los hombres que dirigían el Tae Kwon Do demostraron que no
eran megalómanos y que las patadas y los puñetazos podían tener un
rol positivo durante las conversaciones políticas. Choi no estaba en la
sala, pero su organización estaría de acuerdo con demostraciones de
Tae Kwon Do como parte de la Política Sunshine, Junto con reuniones
de familiares y una vía férrea uniendo a ambas naciones, las visitas
de artes marciales cruzando la frontera se volvieron tan importantes
como lo son las patadas laterales en el Tae Kwon Do414.
Lo que pocas personas sabían en esa época era que el líder sur-
coreano había entregado 500 millones de dólares al líder norcoreano
como incentivo para que los norcoreanos participasen en la cumbre
de paz en el año 2000, antes de dicha cumbre415. Junto con estos pagos
políticos ilegales -nadie utilizaba la palabra "soborno"- Kim Un-yong
ayudó a promocionar "intercambios deportivos intercoreanos", como
él los llamaba, entregando 1,1 millones de dólares al directivo olímpi?
co norcoreano Chang Ung, quien resultó ser también dirigente en la
Federación internacional de Tae Kwon Do de Choi.
Mientras el dinero fluía a Corea del Norte y a sus dirigentes de
Tae Kwon Do, Corea del Norte y del Sur acordaron ingresar juntas al
estadio en la ceremonia de apertura de los Juegos en Sidney en el 2000.
Completaron el acuerdo a último momento, pero no funcionaría sin
uniformes adecuados. Ambos equipos debían utilizar el mismo unifor­
me, pero el acuerdo por la ceremonia de apertura había llevado tanto
tiempo en finalizarse que los dirigentes olímpicos coreanos no teman
suficientes uniformes. Corrieron de fabricante en fabricante durante el
feriado de Thanksgiving para juntar 300 uniformes, y los consiguieron
a último momento. "Creo que el Cielo nos ayudó”, concluyó Kim416.
***

Unos meses más tarde, en septiembre, con 120.000 espectadores


viendo la ceremonia inaugural de los Juegos en Sidney, Kim Un-yong y
Chang Ung, cabezas de los comités olímpicos y de las organizaciones de
Tae Kwon Do en sus Coreas, entraron al estadio tomados de la mano417.
Kim fue superado por la emoción mientras caminaba cerca de una
bandera coreana especialmente diseñada que unía los símbolos del
Norte y del Sur. Había planeado este momento por más de tres meses,
pos días antes de la apertura de los juegos, luego de que alguien ob­
tuviera dos botellas de whisky donadas por el equipo de Uzbequistan
-"tragos de unificación”- Kim y los atletas y dirigentes de Corea del
Sur se reunieron con sus contrapartes del Norte para una fiesta en la
Villa de los Atletas. "No fueron más de cinco minutos", escribió luego
Kim, “pero este momento histórico fue posible luego de muchas arduas
complicaciones y contactos discretos para negociar". Los oficiales acor­
daron intercambiar equipos de Tae Kwon Do en el futuro para mostrar
al mundo que los deportes podían ayudar a la política.
Debieron haber ayudado más en el área de combate. Un misterio
del Tae Kwon Do olímpico es que al país anfitrión le va bien: en Seúl en
1988, los surcoreanos se llevaron casi todas las medallas; en Barcelona
en 1992, los españoles fueron los mejores después de los coreanos; y
en los Juegos del 2000 en Sidney, los australianos ganaron el oro en la
primera serie de Tae Kwon Do, generando un rumor y "aumentando la
popularidad del deporte en un instante", de acuerdo con los directivos
olímpicos418. Los ganadores de medallas de bronce y plata en los Juegos
i del 2000 pensaron que los gritos entusiastas del público habían volca-
: dolas decisiones de los jueces419. De hecho, la supuesta trampa era más
■concreta. Un periodista coreano informó luego que un alto directivo
del Tae Kwon Do, Lee Chong-woo, había presionado a los árbitros en
ios combates clave previos a los enfrentamientos en que estaban en
f- juego las medallas.
i-
En dos Olimpíadas, el Tae Kwon Do había sido un deporte de de*
mostración; no había sido computado en el medallero y no había gene­
rado suficiente interés, en parte porque los coreanos dominaban. Para
asegurar que Corea del Sur no ganara la mayoría de las medallas en
las Olimpíadas del 2000, los dirigentes del Tae Kwon Do habían creado
un sistema de cuotas420. En el 2000, había cuatro categorías de peso
para los hombres y cuatro para las mujeres, y a todos los países sólo
se les permitía registrar a dos hombres y dos mujeres. Sin embargo,
a Australia se le permitió inscribir al doble de participantes -ocho
atletas- lo que inmediatamente incrementó su posibilidad de ganar
medallas en Tae Kwon Do. Kim Un-yong había aceptado este arregló,
y Australia ganó el primer oro. Luego escribió que a Corea no le había
ido tan bien, pero que al Tae Kwon Do sí421.
Lee Chong-woo, que era un encumbrado directivo de la Federación
Mundial de Tae Kwon Do, reveló un perfil distinto de Kim a un perio­
dista coreano en el 2002: “Cuando los atletas coreanos obtenían un
número reducido de medallas, Un Yong Kim estaba tan angustiado que
simplemente me miraba y no decía nada... En aquel momento, todos
los atletas coreanos en los demás deportes habían sido derrotados, y
la última esperanza era el Tae Kwon Do. Kim dijo que ‘aunque ganamos
tres medallas de oro en cuatro categorías distintas de peso, debido al
sistema de cuotas ni siquiera ingresamos en otras cuatro categorías,
así que en realidad habíamos regalado cuatro medallas de oro'. Duran­
te esos tiempos frenéticos, el país anfitrión, Australia, obtuvo todo lo
que pudo, y Un Yong Kim entró en cólera”
"En aquel momento, como Vicepresidente de la Federación Mun-
dial de Tae Kwon Do, yo era responsable por todos los temas técnicos
para las competencias de Tae Kwon Do”, Lee continuó. “Cuando asig­
nábamos los árbitros antes de las competencias, yo era el que decidía,
más que nada, quién era o no era designado para cada combate. Yo no
podía pedir a los jueces de manera directa que se ocuparan de cuidar
a Corea, ¿no?”. Lee le contó a un sorprendido periodista que el proceso
se conocía como “Poda". Él explicó cómo funcionaba y las motivaciones
políticas que había detrás:
Lee: ... Cuando se les decía, "Sean justos", ellos leían mis intenciones
y lo percibían. Yo estaba a cargo de este tipo de manipulación y la
llevaba a cabo. Sin ello, no nos podríamos haber llevado más de dos o
tres medallas. Ese tipo de cosa era aceptado y resultaba bien porque
éramos coreanos, no de otros países.
Periodista: Yo vi todas las finales donde luchadores coreanos pelearon,
y basado en lo que observé, creo que los tres atletas coreanos ganaron
limpiamente.
Lee: Sólo mirar la final no sería suficiente. Para poder entenderlo en su
totalidad, debes prestar especial atención, comenzando con el primer
match. En este sentido, no es tan simple. Hay algunas tácticas, por lla­
marlas así. Eso es, tú matas al oponente fuerte de antemano. Nosotros
no somos los que los matamos. Los jueces lo hacen. Cuando les dices a
ios jueces que hagan su trabajo de manera justa, ellos saben qué hacer
y lo hacen. Desde el principio de los juegos preliminares, tienes que
realizargagee chigee (poda). Si no, al final estarás en problemas...
Periodista: ¿Usted está diciendo que la “poda" es indispensable para
que Corea conserve su reputación como el país fuerte en Tae Kwon Do?
Lee: Sí, lo estoy diciendo. Si una persona formidable sale como árbitro,
es difícil hacerlo de la manera que queremos. También es difícil matar
al atleta oponente del coreano en el combate final. Por lo tanto, desde
el principio, debes tener bien en claro qué país es realmente fuerte.
Asignar a los jurados es una habilidad. Es decir, tal y tal país estarán
en la competencia. Tal y tal país no deberán llegar a la final. Por ende,
tal y tal país deben ser sacados de esta manera.
Periodista: Desde el punto de vista de que el Tae Kwon Do es un de­
porte que pone especial énfasis en la cortesía, ¿no es esa “poda" un
comportamiento injusto, contrario a una buena deportividad?
Lee: Cuando los árbitros hacen trampas, el resultado de un combate
puede ser anulado. Si un juez dice que él no vio un punto, la cosa termi­
na ahí, y puede hacer sucesivas deducciones de puntos. Por esta razón,
yo hice esto (mueve su mano horizontalmente a través de su garganta)
a uno de los jueces. Él era el que había causado la derrota de una de
las atletas coreanas, al aplicarle una deducción de puntos. Reuní a los
jurados y los instruí para que no descontaran puntos sino que dieran
un choui (pre-advertencia) por la primera y segunda vez, y luego una
advertencia kyungo por la tercera vez. A pesar de mis instrucciones, él
tomó decisiones. Luego del match, yo le grité: "¡No puedes hacer eso!
¿Tienes algún problema?" Luego de este combate, las actitudes de los
jurados cambiaron completamente.
Periodista: Hablando de manera crítica, me parece que el gagee chigee
es una forma precisa de manipular resultados.
Lee: Si esto fuera dado a conocer abiertamente, sería una vergüenza
para Corea. Pero esto es una realidad. Por ejemplo, si hubiera un com­
bate final entre dos competidores fuertes representando a Corea y
Alemania, no haríamos que Alemania pierda en la final. Si pensáramos
que el atleta coreano tendría dificultad o estaría en desventaja con
este atleta alemán, lo mataríamos en los combates anteriores para
que no llegue a la final.
Periodista: Yo no creo que eso sea justo. Luego de escuchar esas pala­
bras del Vicepresidente, estoy preocupado de que Corea pueda generar
algún malentendido acerca de la manera en que está manteniendo
una buena reputación como potencia en el Tae Kwon Do a través de la
manipulación de los resultados.
Lee: Esto está relacionado con un interés nacional. Ese es un tema
muy sensible. Cuando el Tae Kwon Do coreano sea destruido, habrá
caos y el ánimo de los atletas caerá hasta el suelo. Las habilidades de
los atletas extranjeros han mejorado de manera sorprendente, Esta
(manipulación de resultados) ha sido posible porque Corea ejerce el
liderazgo... No hay ningún fair play aquí.
Periodista: ¿Usted está diciendo que en todas las competencias inter­
nacionales... este tipo de reglas no escritas son aplicadas?
Lee: Sí, un país que tiene una posición dominante siempre es un país
fuerte (en el ranking del deporte)...
Periodista: ¿Cuál es su estimación de las medallas que obtendríamos
en Tae Kwon Do si nuestros atletas compitieran con justeza, sin pri­
vilegios?
Lee: Obtendríamos la mitad, como máximo...422.

Después de que el artículo fue publicado en abril del 2002, Lee


negó la historia y las autoridades del WTF dijeron que las alegaciones
no tenían "fundamentos" (en julio del 2008, el director de relaciones
públicas de la WTF, Sr. Seok-Jae Kang, me dijo que no hubo investiga­
ciones oficiales hasta donde él sabía). El periodista, Sung-chul Yook,
fue amenazado y se rehusó a hacer comentarios sobre el revuelo que
siguió. Claramente Lee había estado disgustado por cómo estaban yen­
do las cosas en la WTF y había "estallado" delante del periodista Yook,
como me explicó un gran maestro. Más adelante, las negaciones de Lee
y el silencio del periodista ayudaron a que la controversia se aplacara.
Muchas personas fueron cuidadosas en sus reacciones al artículo,
pero algunas confirmaron que no estaban sorprendidas, especialmen­
te porque Lee no se había postulado para la reelección como Vicepre­
sidente de la WTF en el otoño423. Herb Perez, ganador de una medalla
de oro olímpica de Tae Kwon Do en 1992 y directivo olímpico de los
Estados Unidos en aquel momento, leyó el artículo y dijo: "Esta ha sido
la forma en que se maneja el Tae Kwon Do"424.
El medallista de oro en Tae Kwon Do estadounidense Steven Ló­
pez, quien luchó en los Juegos del 2000, 2004 y 2008, fue más directo
cuando le dijo al Houston Chronicle en el 2002 que él había oído que
las competencias estaban arregladas a favor de los coreanos:

"Es bastante malo, pero es algo con lo que debes vivir en nuestro
deporte", dijo. "Debemos manejarlo a nuestra manera, y todavía lo es­
tamos manejando. Hay que entrenar dos o tres veces más fuerte y con
inteligencia y aun así darte cuenta de que las cosas están dispuestas
en tu contra".
... López dijo que él espera que las alegaciones contra el Tae Kwon Do
ayuden a limpiar el deporte.
"Suficiente cantidad de personas han sido traicionadas, y suficiente
cantidad de personas están cansadas y hartas de hablar de ello", dijo.
"Es hora de que la gente abra los ojos y haga algo al respecto”425.

Le pregunté a David Askinas, el nuevo CEO de Tae Kwon Do USA,


qué pensaba del artículo del 2002. Él no estaba al tanto de los comen­
tarios de Lee, pero dijo: "No me sorprendería. La WTF ha tenido que
tomar muchas medidas para evitar el abuso en los árbitros, y sí, he
oído historias y leído sobre sobornos -cosas como eso-. Ellos casi han
limpiado eso”426.
Su contraparte, el secretario general de la WTF en Canadá, Wayne
Mitchell, agregó que hacer trampa era una práctica tan común que ha­
bía un nombre para aquello: branch trimming (poda). "Era una manera
extremadamente sofisticada de hacer trampa". Era un comportamiento
aceptado entre las autoridades y de conocimiento público entre los
grandes maestros. "Para ellos, había que hacer lobby para meterse
dentro del círculo más exclusivo, así estabas del lado bueno de la poda".
Algunos árbitros sabían que existía, pero no todos sabían que había
un nombre para ello. "Creo que había un círculo de árbitros, porque
todo lo que hace falta es un par de ellos o uno de ellos en un combate
para no mostrar puntos por cierto competidor, entonces, de repente, el
juego ha finalizado para ti". Sin embargo, cuando el periodista coreano
publicó las explicaciones de Lee acerca de cómo funcionaba todo el
asunto, la gente quedó atónita. Lee había sido un directivo de alto ran­
go en la WTF. "Él estaba enojado con alguien, luego intentó negarlo",
explicó Mitchell. Ese alguien era Kim Un-yong427.
En medio de la controversia, una historia alentadora en las Olím^
piadas del 2000 fue la de Esther Kim. Durante las pruebas de prese-
lección olímpica de los Estados Unidos, su amiga cercana y compañera
de entrenamiento, Kay Poe, ganó un combate de semifinales pero se
dislocó una rodilla. Esther Kim ganó el otro combate de semifinales
y estaba agendada para enfrentar a Poe en la final, pero Kim no se
presentó para la final y se abstuvo de ocupar el lugar en el equipo
olímpico para que Poe pudiera ganar. Poe ya la había derrotado en uria
pelea anteriormente, y estaba número uno en el ranking de los Estados
Unidos, pero Kim evitó luchar con ella temiendo arruinarle la rodilla
y la carrera a Poe. En los juegos de Sidney, el público le dio a Kim una
ovación de pie428. Fue un momento especial y único en el Tae Kwon Do.
Como lo dijo un diario, "El gesto de Kim ha sido considerado como un
gesto excepcional de deportividad y falta de egoísmo mientras que los
deportes están plagados de escándalos, comercialismo y avaricia"429.
Luego de que el Comité Olímpico Internacional seleccionó una vez
más al Tae Kwon Do como deporte oficial, esta vez para las Olimpíadas
de Atenas en e l 2004, Kim Un-yong anunció que se postularía para
la presidencia del COI y que limpiaría a las Olimpíadas del exceso de
comercialismo. Él sería el primer presidente no blanco en más de 100
años de historia olímpica. Esperando obtener los votos de 37 miem'
bros del COI de Asia y África y un puñado de Europa y N o r t e a m é r i c a ;
él pensaba que tenía una oportunidad. Su gran preocupación era que
Samaranch, ex Embajador en el gobierno fascista de España antes de
la Segunda Guerra Mundial, lo traicionara430. Kim le dijo: "Si me apoyas
0permaneces neutral, yo voy a ganar, pero si te me opones, voy a per­
der". Kim se acordaba de la respuesta de Samaranch: "Tú eres el único
amigo entre los cinco candidatos del COI”, y abrazó a Kim.
Las controversias acerca de los arbitrajes se negaban a desapare­
ar. El Tae Kwon Do llegó a un nuevo punto bajo, y el aparentemente
in v e n c ib le Kim se v o l v i ó el primer blanco. No ayudó que millones es­
ta b a n fluyendo de más de 170 países a l a WTF sin transparencia algu­
na. En esa época, un grupo de directivos de la WTF decidió rebelarse
c o n tra la corrupción, exigiendo que l a WTF redujera los aranceles que
c o b r a b a para emitir certificados de cinturón negro. El líder rebelde fue
expulsado, pero comenzó un movimiento de reforma431.
En julio del 2001, Kim perdió su apuesta para volverse presidente
del COI y culpó a Samaranch432. El viejo escándalo de Salt Lake City se
había renovado y fue enviado a los medios, alimentado por versiones
de que Kim había ofrecido 50.000 dólares en sobornos a los miembros
del COI433. Dick Pound, que también se había postulado a la presiden­
cia, tenía una explicación más sincera: "Yo creo que Samaranch se dio
cuenta de que, en aquel momento, la reputación de Kim sería un desas­
tre para el COL Él estaba llevando adelante una campaña activa contra
Kim, y también contra mí, a favor de (Jacques) Rogge"434.
Kim quedó devastado por la derrota; en su opinión, el COI seguía
siendo un reducto de personas blancas, y la elección había estado
marcada por la corrupción435. Ese debió ser uno de los momentos más
bajos de su vida; él le había otorgado la graduación honoraria de déci­
mo dan a Samaranch, que en el mundo del Tae Kwon Do, obsesionado
por las jerarquías, significaba que Samaranch era un dios. Sólo una
persona más en el mundo tenía tal nivel: el propio Kim. Chang Ung, el
compatriota de Kim en el COI, también estaba desilusionado de que
Kimhubiera perdido. Kim había estado enviando dinero a Chang Ung.
El juego se acabó, pensó Kim. Fue quizás en ese momento que su
mundo comenzó a caer como una avalancha en el Himalaya. En octu-
■fbre del 2001, sólo tres meses antes de la derrota en el COI, él condujo
| hasta un hotel, el Seúl Olimpic Parktel, para una reunión a las 11 de la
mañana, de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do, para resolver dis­
putas internas. Decenas de furiosos maestros y alumnos entraron por
el ¡obby del hotel Ju n to con decenas de partidarios de Kim.
Kim entró caminando al hotel y subió hasta la sala de conferencias
dejando atrás una estela de insultos y gritos entre dos grupos oposito­
res. Dentro de la sala, no pudo llevar a cabo la reunión.
"Presidente Kim, ¡haga lo correcto y decídase!", gritaban los refor­
mistas en el lobby.
"¡Él creó al Tae Kwon Do de la nada y ustedes se atreven a pedirle
que renuncie!", gritaron los partidarios de Kim.
Los gritos se convirtieron en empujones y refriegas, que imagino
es una cosa potencialmente peligrosa entre maestros de Tae Kwon Do,
Kim no dijo nada, se levantó y regresó caminando al lobby a través
de los insultos y empujones, manteniendo su postura, y su boca cerra'
da. En medio de la pelea, llegó hasta su auto, pero algunos de los ins*
tructores de Tae Kwon Do saltaron encima del auto deteniéndolo. Kirii
se quedó sentado allí. ¿Qué pensaba él mientras ellos estaban arriba,
alrededor y delante de él? Entre los gritos y empujones afuera, acaso
se imaginó que era un mal presagio, que sus partidarios debieron
haber contratado más músculo, o que su reinado como el monarca del
Tae Kwon Do, un moderno y a n ta n , estaba terminado. Finalmente los
manifestantes dejaron que el auto se fuera a las 11.15, pero los gritos
y la pelea continuaron, lo que sorprendió a los inocentes extranjeros
que estaban arribando a una conferencia en Seúl.
El cuerpo a cuerpo en el hotel fue una demostración extrema’
damente indigna y, por primera vez, los problemas del Tae Kwon
Do coreano -los gánsteres, los robos, la desesperación, los torneos
injustos- se habían volcado a las calles de Seúl. Tres días después de
la confrontación en el hotel, Kim debía inaugurar el XV Campeonato
Mundial de Tae Kwon Do, pero a los instructores rebeldes no les im­
portaba porque el último campeonato, desde su perspectiva, había
sido un gran fiasco. "Es culpa de los dirigentes del Tae Kwon Do por no
prepararse, por ignorar la situación luego del campeonato nacional en
abril", le contaron ios instructores a un periodista coreano.
Kim Un-yong también se vio envuelto en el escándalo del Presi­
dente de Corea del Sur sobre los 500 millones de dólares enviados a
C o re a del Norte para la cumbre de paz del 2000. Luego de que el pre­
sidente Kim Dae-jung ganó el premio Nobel de la Paz por esa cumbre,
una investigación comenzó. Tanto dinero había circulado por varias
r e d e s , a través de diferentes compañías, agencias de gobierno y or­
ganizaciones deportivas, incluyendo al Tae Kwon Do, que hizo que los
planes de la KCIA de los 70 -el K oreagate- se viera como una cuestión
de principiantes.
Kim Un-yong enfrentó problemas serios dentro del Tae Kwon Do.
Pocas personas sabían que él había estado aceptando sobornos de
dos hombres de negocios a cambio de ayudarlos a ser miembros de
organizaciones deportivas y que él había robado millones de dólares
de la Federación Mundial de Tae Kwon Do436. Nadie conocía los deta­
lles en aquel momento, pero los entrenadores y los cinturones negros
se estaban preguntando por qué los parientes de Kim estaban en las
nóminas de las organizaciones de Tae Kwon Do, por qué había poca
transparencia en el manejo del dinero, y por qué los rumores de tram­
pas continuaban.
El juego no estaba terminado para Kim, pero era como un tiempo
suplementario con "gol de oro". Renunció a la Asociación Coreana de
Tae Kwon Do en noviembre del 2001, y Koo Cheon-Seo, otro político,
asumió entre peleas callejeras.
Kim Un-yong sintió que los últimos treinta años de su vida estaban
revoloteando a su alrededor, como una lámpara oriental de caballos
al galope con un único alambre, con las imágenes proyectadas giran­
do alrededor de la luz, la lámpara cada vez más caliente, el caballo
corriendo más y más rápido, girando y girando, ligado por ese único
alambre437.
P arte V
I n t e g r id a d

Site estás ahogando, cúlpate a tí mismo,


no al agua.

Antiguo proverbio coreano


C a p ít u l o 1 6
C omo e n u n a s e c t a

Era un hermoso día de primavera en marzo del 2001 cuando acom­


pañé al Gran Maestro Jong-Soo Park a la casa del General Choi Hong-Hi
en Toronto, Canadá. Park y yo estábamos nerviosos. Él había afirmado
que nunca había existido un plan para secuestrar a Choi, pero los dos
nunca habían discutido la acusación de Choi. A su vez, Park estaba
intentando olvidar que Choi y su hijo habían hablado sobre contratar
a un asesino para matarlo. El General y Park tenían el pelo canoso y
estaban planeando una reunión de maestros y grandes maestros ese
rties mientras la WTF se encontraba en una situación caótica.
Cuando nos bajamos del oxidado Mercedes de Park, miré con dete­
nimiento la enorme casa de Choi. No había arboles porque Choi odiaba
las ardillas. Los pequeños roedores se habían comido los pepinos y
ajíes picantes que Choi había cultivado en su casa anterior, y él no
quería que anduvieran deambulando por aquí.
Park levantó suavemente el golpeador de la puerta, acomodó su
pelo, y sonrió cuando la Sra. Choi abrió la puerta del frente. Adentro,
esperamos en un gran pasillo que daba a cuatro salas inmaculadas y
una escalera caracol que conducía al segundo piso. El General había
reemplazado el mobiliario barato de León que había comprado cuando
se mudó por primera vez a Canadá con antigüedades polacas que Jung-
Hwa había enviado desde Europa Oriental en la década del 80. Al lado
nuestro, en un estante bajo, una hilera de pantuflas orientales borda­
das a mano en perfecto orden. Me coloqué un par justo cuando Choi
apareció, al lado de una pieza de caligrafía oriental colgada en la pared.
Choi nos saludó a Park y a mí con un gesto con la cabeza. Nos incli­
namos. Sus delgados brazos salían de una camisa escocesa y pantalo­
nes a rayas -se veía como una gran marioneta-. Con razón tantos hom­
bres habían pensado que lo podían aplastar. No temía tanto por su vida
como hace muchos años, cuando alguna vez construyó una casa en una
colina, para dificultar las acciones de quienes quisieran atacarlo4^
Hacía poco tiempo, cuando Choi y Park habían salido a comer, Parksé
había sorprendido al descubrir que Choi aún lo consideraba a él como
un guardaespaldas todo el tiempo que estuvieron juntos; Choi le p j^
a Park que lo acompañase al sanitario, por si alguien lo atacaba allí,
Park, Choi y yo nos sentamos junto a las antigüedades en la salay
hablamos de Tae Kwon Do. Fue difícil llevar la conversación a lo per.
sonal, pero en un momento le pregunté cómo había llegado a ser un
experto en Karate.
“Hable un poco más fuerte", dijo él, moviendo su mano. "Mi audi*
ción no es buena”. Él se negaba a utilizar un audífono.
Le pregunté en voz bien alta sobre la vez en que perdió los ahorros
de toda la vida de su madre en una partida de poker con un luchador
-la loca historia de 1938, cuando la Corea de Choi era más confuciana
y menos Eje del Mal-,
“¿Señor, alguna vez se encontró con el luchador?", pregunté.
“No, mi amigo le dijo que yo había aprendido Karate y que él no
tendría ninguna chance conmigo, así que él me evitó", Choi se rió, "Era
solamente un muchacho del campo".
"¿Alguna vez se disculpó con él?", pregunté. Sabía que Choi viajaba
mucho a Corea del Norte, y asumí que mi pregunta sería fácil de con­
testar. Después de todo, el General predicaba constantemente acerca
de la cortesía, el autocontrol, la integridad y otros principios del Tae
Kwon Do, pero él no respondió.
“¿Señor?”, dije.
Giró su cabeza 90 grados en otra dirección y miró fijo al foyer,
Park, que estaba sentado a mi lado, interrumpió: "Por supuesto que el
General fue al hospital para ver si estaba vivo o muerto. Eso fue como
una disculpa”.
"Era una botella de cinco centavos hecha de vidrio grueso", dijo
Choi, mirándome nuevamente. Él se rió.
De hecho, él se había encontrado con el luchador, Haak-Soon Huh,
en Corea del Norte, a finales de los 80, cincuenta años después del
conflicto en que Choi lo había noqueado con un frasco de tinta439. Para;
ser más preciso, no se había encontrado con él, sino que más bien lo
había citado. Para aquella época, Choi era una persona importante en
Corea del Norte y el luchador era una persona común. Durante la par­
tida de poker en 1938, Huh, un campeón local de lucha coreana, era el
superior de Choi. Durante el encuentro en la década del 80, los roles
se habían invertido: Huh y su esposa no miraban directamente a Choi
y, como todos los demás en Corea del Norte, no utilizaban nombres de
pila; se dirigían a Choi como el hombre poderoso que era, un amigo del
líder de Corea del Norte. Choi asumió que ellos estaban honrados por
conocerlo. No hubo risas sobre partidas de poker, botellas voladoras,
dinero robado, experiencias cercanas a la muerte, y -ja, ja - huir como
un campesino, y cómo dicho miedo y tontería lo condujeron al Karate
y al Tae Kwon Do. Qué irónico que una de las artes marciales más po­
pulares del mundo se debía en parte a ese luchador inclinándose ante
Choi.
Con Park sentado en el living de Choi en el 2001, y yo, un don nadie,
inadvertidamente haciendo preguntas impertinentes, el General no
estaba contento. Estaba sentado mirándome con el mentón inclinado,
como alguien a cargo de un tribunal.
Pero los ojos de Choi se iluminaron cuando hablamos de Tae Kwon
Do y sus esfuerzos por mejorarlo. Él estaba orgulloso de que el Tae
Kwon Do dominara al Karate. Había estado luchando contra el Karate
japonés desde la Segunda Guerra Mundial. "Me hicieron la contra en
aquel momento por políticas; ahora lo hacen por Tae Kwon Do”, dijo.
Su vida entera había sido una larga guerra contra la humillación que
japón había infligido sobre él y su pueblo y, en 1961, contra la humilla­
ción del dictador de Corea del Sur. De muchas maneras, él había estado
luchando contra los mismos fantasmas por cincuenta años. Tenía un
gran respeto por Corea del Norte, en parte porque sus jefes no per­
mitían a los Estados Unidos y a Japón que los doblegaran, y también
porque a los norcoreanos les gustaba su Tae Kwon Do.
"Corea del Norte tiene Tae Kwon Do original -puro, cien por ciento
puro-”, me dijo. "Por eso son tan buenos". Por puro, él quería decir que
nohabía ninguna participación del Japón ni del Tae Kwon Do olímpico.
En aquel momento, Choi estaba en un proyecto para forzar a los
, ;maestros a aprender cómo saltar por encima de una persona parada
sin tomar carrera, como los antiguos guerreros hwarang habían sal*
tado por encima de paredes y pateado cielorrasos. Choi quería que
sus hombres sólo tomaran uno o dos pasos y que saltasen por encima
de un oponente -él quería que sus maestros entrenasen para poder
lograrlo- pero ellos se rebelaron y dijeron que era imposible. En el
pasado, algunos maestros, tales como Han Cha-gyo, habían saltado
por encima de un hombre, pero la vasta mayoría no podía y nunca lo
podría hacer. La organización de Choi tuvo peleas con los puños por el
tema, con algunos diciendo que debían intentarlo y otros diciendo que
era una locura. El pedido de Choi era tan irrazonable que un grupo de
maestros de Corea del Norte, aquellos que practicaban el Tae Kwon
Do "puro", dijeron que era imposible. Choi abofeteó a uno de ellos440;
insistía en que debían intentarlo.
Al poco tiempo, me encontré con el General Choi nuevamente en su
casa, solo, y me condujo a su despacho, donde señaló sus libros de Tae
Kwon Do de 1965 y 1972. Jong-Soo Park se lucía en las tapas. "Él era
mi estudiante más premiado", dijo Choi. Un teléfono sonó, pero nadie;
lo atendió. Se agachó y tocó el primero de los quince volúmenes de su
enciclopedia. “La historia está en este volumen"”, dijo en voz baja. "Este
volumen contiene la Teoría del Poder. Este volumen, técnicas de mano.'-
Hablaba como si estuviera en una iglesia. "Este volumen es sobre com­
bate", susurró, mientras el teléfono sonaba nuevamente. "Esquema^
(formas), aquí”. Dijo que había creado una edición condensada de sus
quince volúmenes en los 80, porque él no podía llevar consigo los quim
ce volúmenes, que medían más de treinta centímetros cuando estaban
apilados todos juntos. "Demasiado pesados”, dijo de manera relajada,
Hojeó otro volumen hasta que llegó a un esquema llamado Tong-Il,
que significa "unificación". Estaba orgulloso de éste, el último esquema
de veinticuatro, porque simbolizaba la reunificación de las dos Coreas.
“¿Ves? Es fácil de aprender", dijo, pasando las páginas lentamente, "Hay
que seguir las fotos”. Mientras el teléfono sonaba de nuevo, nosotros
miramos las técnicas de Tong-11, los golpes al medio con los puños
juntos, los golpes horizontales con las manos en tijera. Si tan sólo la
política hubiera sido tan fácil como un canto de mano en su propia vida
-y en las vidas de Kim Un-yong y todo el resto-.
Pensé en lo que él me había dicho más temprano en la sala: "Morir
es penoso... Es lamentable que uno no pueda vivir todo lo que el tiem­
po permite”. Choi tenía 82 años y todavía estaba peleando. El teléfono
sonó por decimotercera vez. Había estado sonando casi continuamente
durante una hora.
***

Nueve meses después, en enero del 2002, me reuní con Jung-Hwa


Choi, el hijo del General y supuesto heredero de todas las cosas rela­
cionadas con el Tae Kwon Do. Su ÍTF estaba en apuros, al igual que la
WTF. Mientras que el hombre mayor me recordaba a la piedra, su hijo
parecía como el agua -adaptable, difícil de atrapar y transparente-.
Jung-Hwa vivía en la misma ciudad canadiense que su padre. Su casa
era más pequeña pero igual de opulenta. Entré caminando a la sala,
donde él estaba sentado sobre un sillón dorado vistiendo una corbata
azul y una inmaculada camisa blanca. Su mujer estaba parada en la
cocina. Su hombre de confianza, Joe Cariati, sentado al otro lado de la
sala.
En los 90, Jung-Hwa comenzó a rebelarse luego de que fue liberado
déla prisión, en parte por motivos personales, pero principalmente
porque pensaba que el General Choi estaba destruyendo al arte mar­
cial con las políticas de la Guerra Fría. Jung-Hwa había aprendido de
sus errores pero parecía que su padre no lo había hecho; por décadas,
habían empujado uno contra el otro, contra las presiones creadas por
el Tae Kwon Do, contra la locura, pero ahora ambos hombres estaban
empujando aún más. "Yo creo que él siempre había pensado que su
hijo desharía lo que él había construido”, me dijo Jung-Hwa. "Algunas
| veces yo me río de esto, porque él tuvo el monopolio del Tae Kwon
Dodurante la década del 70; no había otros competidores, lo que sig-
1niñeaba que teníamos decenas de millones de miembros. Ahora, te
cuento, estamos en los cientos de miles en todo el mundo. Sí esto no es
bancarrota, ¿qué es?”.
El conflicto entre padre e hijo estaba arraigado en una visión con­
fuciana de las relaciones familiares. Por ejemplo, Choi rara vez hablaba
con su hijo sobre asuntos personales. Sin embargo, una mañana Jung-
Hwa le preguntó a su padre si él todavía soñaba con su propio padre¿
"Qué pregunta tan tonta”, respondió el General. ¿Sabes cuántos
años tengo? ¡Ya pasé los 80 años! ¿Crees que tengo recuerdos de mi
padre?".
Esa no era la respuesta que su hijo había esperado. Con seguridad,
el amor por los padres siempre permanecía en el corazón, sin importar
la edad de uno, especialmente para alguien como Choi, que esperaba
que su hijo le demostrara amor incondicional y obediencia.
"¿Disfrutabas conversando con tu padre?”, presionó Jung-Hwa, Él
sabía que su padre había vivido bajo el Confucianismo, y por lo tanto los
límites de la relación padre-hijo habían sido estrictamente respetados*
pero él quería saber si su padre y su abuelo siquiera habían hablado.
"Él era muy estricto conmigo, y muy disciplinado, así que yo debía
observar el respeto padre-hijo, no como tu, que estas fuera de lugar
haciéndome estas preguntas”, respondio Choi. Así fue como Jung~Hwá
aprendió que nunca debía hablar acerca del padre de su padre.
La más reciente misión de Choi era fusionar a la Federación inter­
nacional de Taekwon-Do con la Federación Mundial de Taekwondo,
como parte de las discusiones para ayudar a reunificar a los dos paí­
ses. Choi esperaba que Jung-Hwa construyera una relación sólida con
Corea del Norte, pero él no estaba dispuesto a hacerlo, y quería sacar
a la política del arte marcial. "Él siempre estaba intentando insertar
en mi cabeza que yo debía seguir a Corea del Norte, porque los norco*
reanos habían ayudado tanto a la ITF, y dije, 'y° n0 veo nac*a con Que
nos están ayudando. De hecho, es extraño, sacrificar no sólo nuestras
enseñanzas por ellos, sino también volvernos extraños para nuestra
propia gente por seguirlos a ellos".
Era julio del 2001, tres meses después del seminario del General
Choi en el Hotel Novotel en Toronto, cuando Jung-Hwa había advertido
plenamente las consecuencias de desafiar a su padre. Era aproximada­
mente la época en que Kim Un-yong estaba apuntando a la presidencia
del COL Choi y su hijo estaban parados en un pasillo de hotel en Rímini,
Italia. Los maestros de todo el mundo recientemente habían elegido a
Jung-Hwa como el próximo presidente de la ITF, para sorpresa de su
padre. El joven tenía esperanzas que su padre finalmente se tomara un
descanso, quizás se retirara. Pero, mientras Jung-Hwa estaba parado
allí, su padre, el chadol, la pequeña piedra, se mantenía inmóvil.
"¿Qué pasa?", preguntó Jung-Hwa.
"¡Por favor aléjate de mí!", dijo Choi, apartándolo como a un sir­
"¡Tú no eres mi hijo!"
v ie n te .

Desde que Jung-Hwa tenía recuerdo, su padre lo había humillado


con ese comentario. Algunas veces el hombre mayor agregaba que él
tenia hijos en otros lados. Jung-Hwa se alejo del centro de los golpes.
C l a r a m e n t e , el General Choi no estaba contento con que su hijo se hu­
biera convertido en presidente de la ITF.
Mas tarde, mientras ellos manejaban a la ceremonia de cierre del
campeonato mundial, Choi advirtió, "Te prometo, muchacho, que uniré
ja ITF y la WTF dentro de un año. Cuando lo haga, le daré todo a Kim
Un-yong. Nunca te veré volverte presidente".
Jung-Hwa dijo que vio la verdadera cara de su padre en ese mo­
mento por primera vez en su vida, y que no era humano. El Choi mayor
detestaba a Kim Un-yong -o al menos todos lo suponían-. El General
Choi no estaba demente, Jung-Hwa creía, pero estaba bajo la influencia
de algo más fuerte que la vejez: Corea del Norte. Él se dio cuenta de
que su padre iba a desafiar lo que maestros electos habían decidido:
él, Jung-Hwa, iba a ser removido de alguna manera.
Jung-Hwa renuncio rápidamente a la ITF y armó su propia orga­
nización, también llamada ITF, Afirmo que un tercio de los miembros
de la ITF en el mundo se habían unido a él, y dijo que su padre estaba
mintiendo sobre una fusión entre la ITF y la WTF.
Las negociaciones entre las dos muchas veces fueron consideradas
una broma. Las dos organizaciones han estado utilizándose y discu­
tiendo fusionarse de la misma manera que las golpizas son seguidas
de promesas en los matrimonios disfuncionales. Las negociaciones
entre las distintas facciones del Tae Kwon Do comenzaron mucho
antes de que Kim Un-yong arribara a la escena; en los 50, discusiones
acaloradas ocurrieron entre los nueve gimnasios principales de artes
parciales en Corea, y en los 60, entre la ITF y la Asociación Coreana de
e Kwon Do. Desde su divorcio en 1973, la ITF y la WTF han discutido
reunificarse muchas veces, pero a menudo, los anuncios sobre inten­
tos de fusión suenan como fantasías esperanzadas de los cinturones
negros en todo el mundo -y los esperanzados coreanos- que quieren
que papá y mamá se lleven bien.
"Siempre que había intranquilidad o inactividad en la ITF, nosotros
salíamos con ciertas declaraciones, tales como ‘nos vamos a fusionar',
o 'nuestros instructores están siendo invitados a Corea del Sur” me
dijo luego Jung-Hwa Choi, "De hecho, soy uno de los culpables. Mi pa­
dre me instruyó que escribiera una carta, como Secretario General,
a nuestros miembros alrededor del mundo diciendo que podríamos
estar enviando un equipo de demostración a Corea del Sur y que es­
tábamos buscando personas que quisieran ser parte de ello. La carta
iba más allá, diciendo que quizás mandaríamos miembros de la ITF a
Corea del Sur para abrir escuelas. Por supuesto, no había ninguna base
para esas afirmaciones".
Por su parte, la gigantesca WTF no necesitaba de la minúscula ITF.
Los jefes de ambas se reúnen más o menos una vez al año, elevando las
esperanzas de que la poderosa WTF acepte a la tradicional ITF. "Esos
grupos están conversando a niveles bastante elevados para realizar
una fusión”, dijo Wayne Mitchell de la WTF de Canadá, "pero no creo
que sea una fusión sino más bien una absorción... no tenemos mucho
que obtener de una fusión". Él agregó que la ITF no tiene acceso a los
dólares y recursos disponibles para la WTF. La relación es extraña­
mente parecida a la historia política entre la pobre, orgullosa Corea
del Norte y la rica y pulida Corea del Sur.
Jung-Hwa Choi no quería que Corea del Norte consumiera al Tae
Kwon Do. Él sentía que su padre estaba administrando la organización
del Tae Kwon Do como una secta, una razón más que explica por qué
Jung-Hwa se separó para crear su propia ÍTF. Cuando su padre visitó
al Reverendo Sun-Myung Moon para solicitar dinero, Jung-Hwa no se
sorprendió. "El General Choi, creo, estaría muy feliz si estuviera en el
lugar del Reverendo Moon Sun-Myung. ¿Sabes de lo que hablo? ¿Los
moonies?", dijo Jung-Hwa. "Él siempre criticaba a Moon. Hablaba mal
de él, pero ahora sé que era por celos. Él fue y se reunió con Moon un
día. Luego de que regresó, dijo ¿Por qué es malo después de todo?'Aun
antes de eso, él me contó cómo cuando Moon chasqueaba sus dedos
la gente dejaba de moverse y venía a sus órdenes, y cómo él movía a
la gente en todos lados. El General Choi quedó impresionado. Yo dije,
'Cuidado, Señor, usted está intentando utilizarlo a él, ¿pero cómo puede
un langostino tragarse una ballena?'".
"La organización ITF era una autocracia total, no se hacían pregun­
tas", contó Jung-Hwa. Muchos instructores de Tae Kwon Do estaban
de acuerdo con este concepto, usualmente agregando en la misma
frase que el General Choi era un genio441. Decía el General Choi: "Buda
nació en la India, sin embargo India es principalmente hindú", agregó
Jung-Hwa. "Jesús era de Israel, pero no hay mucho cristianismo allí.
Irónicamente, el Tae Kwon Do viene de Corea del Sur, pero no hay Tae
Kwon Do de la ITF allí". ¿Significa esto que él se quiere convertir en un
cuarto santo profeta?
Peor que el santo era el pecador. Jung-Hwa sospechaba que el lado
más oscuro de su padre estaba atraído por el gobierno despótico de
Corea del Norte, donde millones de personas vivían bajo la opresión.
Una vez, durante una lujosa comida en Corea del Norte, Jung-Hwa
le dijo a su padre que la economía estaba dada vuelta, y su padre le
respondió: "¿Cómo puedes decir eso? Nosotros comemos así todo el
tiempo. ¿Cómo puedes decir que este país es pobre?".
"Esta no es una cena de todos los días para la gente común", Jung-
Hwa le explicó. Su padre se negó a escucharlo. De hecho, Choi asumió
como una misión personal contarle diariamente a cualquiera que en­
contraba que Corea del Norte estaba andando bien. Jung-Hwa se dio
cuenta de que a su padre, que cenaba con dignatarios norcoreanos, no
le importaba en lo más mínimo el norcoreano medio y los gulags que
esperaban a las personas allí si se quejaban. Toda la vida de Choi era
el Tae Kwon Do, y él necesitaba a los norcoreanos.
"Hay dos Generales", dijo Jung-Hwa mientras estaba sentado en su
living. “Uno es el Gran Hombre General Choi." Ese era el "fundador" del
Tae Kwon Do. "El otro es un chico que creció en un hogar destruido y
que siempre deseó amor. Cuando él no podía encontrarlo en su familia,
lo buscaba en sus discípulos". Si ellos le fallaban, él se sentía traiciona­
do, y se lanzaba contra ellos verbal o físicamente. A medida que ellos
caían, él ascendía. "Es lo que se llama el Síndrome del Hombre Pequeño,
donde uno tiene que aparecer como el mejor, uno sabe que es lo mejor,
y uno debe constantemente probar que uno es grande, hasta con la
familia", agregó Jung-Hwa. "Cada día, él nos daba un sermón, cada de­
sayuno y cada cena, sobre lo grande que él era." Y la familia escuchaba.
"Una Navidad, él nos dijo: ¿Por qué creen en Dios? Si quieren creer en
Dios, entonces crean primero en mí'".
Por luchar con hombres brutales toda su vida, el General se había
vuelto brutal también y había destrozado a muchas personas -y había
sufrido mientras lo hacía". No era de sorprenderse que él quisiera ser
un dios. Lo pasaba muy mal siendo humano.
Ni siquiera perdonaba a los instructores norcoreanos, "Yo lo he
visto descuartizar a personas delante de otros", dijo Jung-Hwa. En una
oportunidad, en el 2001, durante un seminario de Tae Kwon Do, los
instructores norcoreanos le pidieron a Jung-Hwa que dijera a su padre
que ellos no habían preparado una demostración de combate, Choi les
había pedido que investigaran nuevos métodos de sparring, pero ellos
vinieron al seminario solamente con sus papeles de investigación y se
acercaron a Jung-Hwa pidiendo ayuda: “Ellos dijeron, 'Conocemos al
General Choi, así que si usted es tan amable, por favor dígale que no
nos pida que hagamos una demostración física, porque solo hemos he­
cho una investigación teórica'. Yo les dije: 'Lo intentaré'. Se lo expliqué
al General Choi. '¿Está bien eso?', y él dijo: 'Sí, esta okey\ De repente, ól
estaba con otro estado de ánimo y, al siguiente día, los llamó para que
hicieran la demostración, sabiendo que no estaban preparados. Por
supuesto que sus caras se pusieron pálidas... Casi se vuelven locos,
porque estaban delante de muchos delegados. El General Choi les gri­
taba, '{Muéstrenlo de manera física1. ¡Silencio! ¡Dejen de leer! ¡Hagan la
demostración!' Pero ya no estaban escuchando al General Choi; ellos
estaban como zombis, leyendo, y todos lloramos por ellos. Luego el Ger
neral Choi se retiró, No pudo controlar su temperamento y comenzó a
estallar su mano contra la pared, gritando. Muchas personas pensaron
que iba a tener un infarto aquel día -muchas personas desearon que
lo tuviera.,.-. Ese fue un punto de inflexión para muchos miembros".
Jung-Hwa sabía a lo que se enfrentaba. Separarse de su padre y
comenzar una organización ITF implicaba un conflicto salvaje. Por
su parte, el General Choi no confiaba en su propio hijo y pensaba que
Jung-Hwa estaba intentando asesinarlo.
C a p ít u l o 1 7
g L PEQUEÑO GIGANTE MUERE
Y e l T a e K w o n D o t r a d i c io n a l
SE DESARTICULA

El Maestro Sun dijo:


Hay cinco maneras de atacar con fuego ,
La primera es quemar hombres...
El Arte de la Guerra, Sun-Tzu, s. VI A.C.442

Un mes más tarde, las prioridades cambiaron repentinamente, por­


que Choi Hong-Hi contrajo cáncer y los médicos le pronosticaron poco
tiempo de vida. La guerra en la ITF se calmó un poco, y la organización
continuó astillándose tan rápidamente como el cáncer se diseminaba
por el cuerpo de Choi, Los subsiguientes eventos fueron una alarmante
demostración de lo que sucede cuando una persona gobierna una or­
ganización por demasiado tiempo y hace enfrentar a directivos contra
directivos, hijo contra hijastros en la batalla por su reemplazo,
Jong~Soo Park y un puñado de discípulos leales ayudaron al ancia­
no Choi día y noche. Choi se negaba a comer lo suficiente y lloraba si
cualquiera hablaba acerca de Jung-Hwa. "Mi único hijo me traicionó",
repetía.
Era difícil sentir lástima por él, pero yo la sentí -y también por
jung-Hwa™.
Un día, su hijo lo visitó en un hospital de Toronto y entró en un leve
estado de shock al ver que el cuerpo de su padre se había deteriorado
a piel y huesos443. El General Choi lo miró y dijo: "No te quiero ver, no
te quiero ver". Jung-Hwa mantuvo su cabeza inclinada, a un ángulo de
noventa grados, hasta que su madre, que estaba en el cuarto, le gritó
repentinamente. Jung-Hwa no pudo soportarlo y se fue, pero regresó
al estacionamiento del hospital el día en que su padre fue dado de alta.
. Sumadre salió del hospital, sin la escolta de guardaespaldas o grandes
maestros, y mientras Jung-Hwa esperaba, ella lo pasó caminando. El
joven Choi entró al hospital y ayudó al anciano a subir al auto. Jung-
Hwa estaba contento ya que por un instante podía sostener a su padre
pero eso no terminó bien, como siempre, porque su madre gritaba que
él estaba matando al hombre mayor. Jung-Hwa partió.
Él era el único hijo, y el favorito de su padre, así que este conflicto
de tres años casi debió haber matado a los dos. En una oportunidad,
cuando Jung-Hwa tenía dos años de edad, estaba jugando en el marco
de una ventana y se cayó, cortando su cabeza y su mentón. El General
Choi recién había regresado del trabajo cuando vio la sangre de su hijo.
La familia no tuvo tiempo para encontrar un médico, así que el General
se sacó su chaqueta militar, envolvió a su hijo en ella, y corrió muchos
kilómetros al hospital más cercano, olvidándose los zapatos en su
casa. La gente se preguntaba sobre este hombre descalzo que pasaba
corriendo con un niño ensangrentado en brazos444.
Luego, durante las semanas que siguieron, la enfermedad se ex­
pandió al hígado del General, que se veía amarillo. Jung-Hwa no lo
acompañaba a los seminarios, como el que se realizó en Denver, Colo­
rado, donde el General enseñó desde una silla de ruedas.
Un día de mayo del 2002 el General estaba sentado en su silla de
ruedas en el Aeropuerto Internacional de Toronto rodeado por sus
discípulos y sus guardaespaldas esperando un avión para ir a Corea del
Norte. Él no esperaba que su hijo viniera. Todavía sospechaba que su
hijo quería matarlo. Su hijo llegó al aeropuerto con Joe Cariati y otros
artistas marciales, y se acercaron caminando hasta el General. Para­
dos cerca del Choi mayor estaban el Maestro Soon-Cheon Jeong (quien
tomaba fotos), el Gran Maestro Kwang-Sung Hwang (que vivía en los
Estados Unidos), el Gran Maestro Woojin Jung (editor del Tae Kwon Do
Times), el Gran Maestro Jong-Soo Park, y otros, todos allí para despedir
al General -y quizás por otras razones también-.
Jung-Hwa no quería lastimar a su padre. En lugar de ello, se sen­
tó a su lado y le sostuvo los hombros. Sentía principalmente huesos.
Hubiera querido desesperadamente que su padre se quedase en To­
ronto, pero no se atrevió a mencionarlo.Todas sus fuerzas habían sido
consumidas en llegar hasta el aeropuerto. Trató de pensar en buenos
recuerdos y en el amor que tenía por su padre. “No me asusta tanto
tocar a mi padre", se dijo a sí mismo, porque siempre había pensado
que ese momento sería terrible. Y tocó la cabeza del General. Deseó
que ellos hubieran sido más unidos cuando él era un niño y su padre
un hombre joven. ¡Qué pensamientos para tener diez minutos antes
de la partida! El amigo de Jung-Hwa, que estaba a unos pocos metros
de distancia, estaba llorando. "Usted sabe, yo nunca tuve una familia
Choi”, Jung-Hwa le dijo en voz baja.
“¿Puedes disculparte conmigo por Internet?", le preguntó el Ge-
heral a Jung-Hwa, quien se sorprendió por el pedido. Los aliados de
jüng-Hwa habían criticado a los hombres del General, los discípulos a
los cuales Jung-Hwa había llamado hipócritas y "Geishas del Tae Kwon
0o". Había tantas cosas que los dos hombres deberían haber resuelto
antes de que el General se subiera al avión: cómo podía un padre jac­
tarse de haber sacrificado a su hijo, por qué el joven había utilizado el
nombre del arte marcial de su padre, por qué la violencia vivía en ellos
como una pasión. En lugar de ello, Choi hablaba sobre Internet.
"¿Y puedes disculparte con mis muchachos -los norcoreanos-?",
el General le preguntó a Jung-Hwa, quien asumió que su padre quería
quedar bien parado, que su padre quería asegurarles a los norcoreanos
que su hijo estaba de su lado. Quizás fue surreal, y no solamente por-
que un presidente norteamericano había realizado recientemente un
discurso donde incluyó a Corea del Norte en un “Eje del Mal”. El padre
de Jung-Hwa nunca podía aceptar perder.
"Señor, no hablemos de eso ahora", respondió su hijo.
El General Choi habló acerca del Festival Arirang de Corea del Nor­
te, un evento de dos meses con gimnasia, danzas y artes involucrando
a cientos de miles de participantes. El festival de Arirang festeja el
cumpleaños del fundador de la nación, Kim II Sung, y está abierto a tu­
ristas y periodistas. “¿Vendrás a verme?", Choi le preguntó. "El festival
vale la pena" explicó.
El Choi más joven no respondió; él nunca iría a Corea del Norte, no
de esa manera.
Uno de los maestros tomó una foto a Choi y su hijo en el aeropuer­
to. Sus ojos no revelaban nada. La piedra continuaba sin cambios. Agua
fluía alrededor de ella. Pero luego Jung-Hwa miró fijamente la cara de
su padre, porque quería grabarla en su memoria. Luego empujó la silla
de ruedas hasta la puerta de embarque, donde otra persona se lo llevó.
Cuando se dice adiós, es tradición coreana mantener los ojos en las
visitas tanto tiempo como sea posible, y Jung-Hwa miró todo el tiempo
que pudo, y vio a su padre encogerse en la distancia.
Cerca de un mes después, el 15 de junio del 2002, mientras Choi
estaba al borde de la muerte en P'yongyang, Corea del Norte, dictó su
testamento, el cual fue oído por Jong-Soo Park. Entonces Choi designó
como su sucesor a Chang Ung, el representante olímpico norcoreano
a quien Kim Un-yong había estado enviando dinero. Ung había sido un
jugador de básquetbol y sobresalía por encima de los demás grandes
maestros del Tae Kwon Do por su altura.
Mientras Choi estaba acostado allí, recordó al luchador, la botella
de tinta, el vuelo a japón, el duro entrenamiento en Karate a fines déla
década del 30. “Si tan sólo hubiera sido tan alto como el Sr. Chang Ung
yo habría tenido menos oponentes", dijo. "Mi cuerpo era tan pequeño.
Hubo muchos oponentes".
Más tarde, Park lo escuchó decir, “Soy el hombre más feliz en la
Tierra, el hombre más feliz en la Tierra"445.
#**

El General Choi Hong-Hi recibió un funeral de Estado en Corea del


Norte, lo cual preocupó profundamente a su hijo porque muy pocas
personas recibían funerales de Estado en aquella nación, y se pregun­
taba sí su padre habría sido un espía o un doble espía. Sin embargo,
Jung-Hwa sabía qué debía hacer: salvaría el apellido de su padre y le
diría al mundo que el General Choi no había sido un comunista. "Esta­
mos listos para resucitarlo una vez más", me dijo.
La ITF se dividió en tres grupos: uno liderado por el norcoreano
Chang Ung, de acuerdo con la última voluntad del General; un segundo
grupo liderado por Jung-Hwa; y el tercero liderado por los cinturones
negros que se habían rehusado a unirse a los otros dos.
Luego, estallaron batallas judiciales sobre quién era el propieta­
rio de las marcas, y los tres grupos se erosionaron en facciones mas
pequeñas. Un abogado involucrado en los juicios por las marcas nré
dijo que todo parecía girar en torno al dinero: "Todos quieren saber
qué están recibiendo. '¿Cuál es mi tajada?', preguntan." Sin embargo el
dinero sólo era una parte del tema. El poder individual, las políticas
nacionales y los legados históricos le hacían sombra al dinero, porque
las técnicas perdurarían mucho más tiempo que los hombres, sólo
algunos de los cuales se volverían inmortales.
Choi sería un inmortal. Al final, un inmortal más triste que santo,
pero un miembro fundador del Tae Kwon Do. Su legado, opacado por
un padre confuciano, torturas japonesas, dictadores coreanos, Kim
Um-yong y los demonios del propio Choi.
C a p ít u l o 18
L.OS JE F E S DE LA W TF VAN
A l a c á r c e l y e l T a e K w o n D o O l ím p ic o
e n fre n ta su p o s ib le d e s a p a ric ió n

Hemos entrado a una época de negocios. Es mucho más inteligente


administrar esas organizaciones como empresas que como organizaciones
criminales o extensiones de algo así,
Wayne Mitchell, Secretario General de la WTF
canadiense, refiriéndose a la WTF en el mundo.

En el 2003 Kim Un-yong se convirtió en Vicepresidente del Comité


Olímpico Internacional, o sea que era la segunda persona más impor­
tante en las Olimpíadas y, dadas las controversias a las que sobrevivió,
demostró ser quizás tan poderoso como un rico aristócrata yangban
de la dinastía Choson. "Él tenía poder para hacer cualquier cosa", le
dijo a la Revista Time un periodista deportivo coreano. "Él era Dios"446.
Pero éste era el siglo XXI y ni siquiera Dios podía evitar las fil­
traciones en los medios. A medida que el Tae Kwon Do se arrastraba
hacia las siguientes Olimpíadas, fueron creciendo los rumores acerca
de Kim utilizando sobornos para financiar su postulación a la vicepre­
sidencia del COI, y uno peor comenzó a correr según el cual, a cambio
de votos para ser Vicepresidente, él había perjudicado la postulación
de la ciudad surcoreana de P'yongch'ang para ser sede de los Juegos de
Invierno. La acusación sobre la postulación era difícil de creer; si hay
una cosa que había sido consistente en la carrera de Kim, había sido su
lealtad hacia su país. Pero Vancouver había derrotado a P'yongch'ang
por 56 votos a 53 para ser anfitrión de los Juegos del 2010, y Kim se
volvió el chivo expiratorio por la derrota de Corea del Sur. La ironía
debió haber dolido; Kim y su Operación Thunderbírd habían traído las
Olimpíadas a Corea del Sur en 1988 y su Operación 007 habían hecho
del Tae Kwon Do un deporte oficial en los Juegos del 2000. Él había
ayudado a colocar a su pequeño país en la cumbre de la escena depor­
tiva internacional -no solamente en Tae Kwon Do sino que en muchos
deportes- y aquí estaba, siendo acusado de traicionar a su país.
En el 2003, Kim conoció al sucesor del General Choi, el norcoreano
Chang Ung, en un evento deportivo llamado el Summer Universiade
Ellos acordaron realizar una marcha conjunta durante la ceremonia de
apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, reproduciendo
el evento que había sacado lágrimas en la ceremonia del 2000 en los
Juegos de Sidney, pero Kim no llegó a la apertura del 2004447.
Los oficiales surcoreanos allanaron su casa y su oficina y encon«
traron US$ 1,6 millones en divisas extranjeras en su caja de seguridad.
Mala suerte, se podría decir. Los reporteros rodearon a un Kim lucien­
do una máscara blanca mientras la policía se lo llevaba detenido. En
total, los fiscales descubrieron US$ 5 millones en oro, diamantes, joyas
y moneda extranjera.
Estando bajo ataque desde todos los ángulos, Kim renunció a la
Asamblea Nacional de Corea del Sur y a la Federación Mundial de Tae
Kwon Do, de donde había tomado 676.000 dólares que habían sido
donados por la corporación Samsung, la misma que había donado
fondos para la sede de la WTF, el Kukkiwon, en 1971448. Dijo que las
acusaciones tenían motivaciones políticas, pero no explicó cuáles*4?;:'
"Estas sospechas están actualmente bajo investigación por las au­
toridades legales y la verdad se sabrá pronto, pero, sin importar los
hechos, inclino mi cabeza en una profunda disculpa por angustiar a
la nación por mi conducta errónea", dijo Kim450. El Comité Olímpicd
lo suspendió. ;
Internacionalmente, el Tae Kwon Do Olímpico enfrentó la peor
crisis de su historia y, país por país, la red de Kim comenzó a desmo­
ronarse a medida que las asociaciones cerraron y sus amigos del Tae
Kwon Do empezaron a renunciar o defenderse.
En Corea del Sur, los fiscales expusieron la relación entre el cri­
men organizado y el Tae Kwon Do. Luego de la renuncia de Kim a la
Asociación Coreana de Tae Kwon Do, la KTA tenía un nuevo líder, Koo
Cheon-Soo, un político de Corea del Sur. En diciembre del 2003 la
policía arrestó a Koo, acusado de sobornar a funcionarios y de haber
manipulado fraudulentamente la elección en la KTA para reemplazar
a Kim. “Los fiscales luego procesaron a Koo, acusándolo de utilizar a
trescientos gánsteres y expertos en Tae Kwon Do' para evitar que sus
rivales participen en la elección y de pagar más de 20.000 dólares a
¿os asociaciones antes de la votación. Los diecisiete delegados que
lograron pasar a los gánsteres votaron de manera unánime por Koo
como líder de la KTA.
"La Asociación Coreana de Tae Kwon Do ha sido controlada por
políticos y gánsteres", dijo un fiscal. "Los Jefes han tenido influencia
en la Asociación desde la década del 90” agregó. "A medida que la pre­
sión aumentó para que dejasen de hacerlo, los gánsteres unieron sus
esfuerzos para hacer a Koo presidente de la Asociación”451.
El consejero de la KTA, el maestro de Tae Kwon Do Lee Seng-wan,
que había estado en prisión por contratar a cincuenta gánsteres para
disolver un partido político pro democracia en 1987, también fue
a r r e s t a d o . Aquí estaba de nuevo, luego de diecisiete años, condenado a
c u a tro años de prisión por confabularse con Koo y otros dos miembros
para impedir que los miembros de la KTA asistieran a una elección de
Tae Kwon Do452.
Los grandes jefes de las bandas del crimen organizado habían
sido atraídos por la aptitud de generar dinero que brindaba el Tae
Kwon Do. Un padrino había recibido sobornos de una compañía que
producía equipamiento electrónico de protección para la WTF, equi­
po que debía reducir las trampas y los errores en el combate del Tae
; Kwon Do Olímpico. La policía también arrestó a once personas más
en la redada del 2003: otros tres padrinos, un político y siete crimi­
nales involucrados en un escándalo de sobornos por Tae Kwon Do en
la ciudad de Taegu.
Un año antes, en el 2002, un periodista coreano le preguntó a Lee
. Chong-woo, Vicepresidente de la WTF, acerca de todos los miembros
gánsteres en el arte marcial453. Lee respondió que los gánsteres le da-
gbán un mal nombre al Tae Kwon Do y que él, Lee, era un pecador por
haberlos dejado ingresar a la organización.

Periodista: Usted quiere decir, contratar a personas (miembro gáns­


teres) para ocasiones como la Reunión de la Asamblea General o Reu­
niones de la Junta de Directores...
Lee: No es solamente por ello. Hubo numerosas ocasiones (sic) inte.
rrumpidas por temas significativos. Para poder aliviar tal situación
algunas veces hacer visibles a estas personas lograba mejores cir­
cunstancias.
Periodista: Usted quiere decir, ¿ellos ingresaron (en la organización)
a través de las antiguas facciones en el Tae Kwon Do?
Lee: Eso es correcto.

Choi Hong-hi y sus hombres sin duda lideraban una de esas "anti­
guas facciones". Lee finalizó la entrevista lamentándose, "Para la se­
gunda etapa del Tae Kwon Do, el sucesor de Un Yong Kim debió haber
llegado un día antes".
Un año después de esa lamentable afirmación, un oficial norcorea-
no envió un fax a la oficina de Kim en Seúl, recordándole que estaba
atrasado en sus pagos al oficial olímpico norcoreano Chang Ung, el jefe
de la Federación Internacional de Tae Kwon Do de Choi. Kim le contó a
los fiscales sobre el fax454.
En los Estados Unidos, ese mismo año, el Comité Olímpico de los
Estados Unidos desplazó a la Unión de Tae Kwon Do de los Estados
Unidos (USTU) de los Juegos Olímpicos, citando una larga lista de pro­
blemas con competencias, administración y finanzas. Desde 1984, la
USTU había sido la cabeza de la WTF en los Estados Unidos, un pilar
del Tae Kwon Do global desde el principio. El Presidente de la USTU,
Sang-Chul Lee, un amigo de Kim Un-yong, renunció durante el revuelo,
y, pronto, toda la USTU fue abolida, junto con las cincuenta organiza­
ciones estatales. Cerca de 1,2 millones de dólares habían desaparecido,
y los juicios comenzaron.
Expertos no-coreanos en Tae Kwon Do en los Estados Unidos apro­
vecharon la oportunidad para hablar de su separación, acerca de las
veces que fueron marginados para ocupar posiciones en la WTF por­
que no eran coreanos, y del etnocentrismo en un arte marcial que de
manera injusta favorecía a los coreanos455. Cuando el campo de batalla
se despejó en el 2006, el viejo y disfuncional Tae Kwon Do ya no estaba
y una nueva organización, la USA Taekwondo (USAT], había reempla­
zado a la organización de Sang. La USAT devolvió los 1,2 millones de
dólares al Comité Olímpico y estableció una comisión para mejorar
[as c o s a s , especialmente traer de regreso a los cientos de pioneros e
i n s t r u c t o r e s que no habían sido corrompidos456. "Sólo un puñado de
personas arruinaron la organización", dijo Joon-Pyo Choi, co-titular
¿e ja comisión, “pero ellos eliminaron a todos los maestros y grandes
m a e s tr o s coreano-americanos que eran pioneros del Tae Kwon Do en
j0S Estados Unidos desde la década del 50, Ese fue un gran error". Las
p eleas internas y las renuncias se esparcieron por otros países.

En Canadá, Wayne Mitchell, Secretario General de la WTF, se invo­


lucró profundamente con la organización durante el difícil momento.
HPara Canadá, cambió", él dijo, “y para la WTF lo hizo cuando Kim
U n-yong fue atrapado con las manos en la masa, lo que llevó a una si­
tu a c ió n de emergencia y a que el COI dijese, 'Limpien sus asuntos'. Yo
creo que mucha gente dijo 'es suficiente'” Y agregó: “Sport Cañada iba
a terminar con nuestro financiamiento; cambiamos nuestra constitu­
ción por una democrática, El nuevo impulso con el nuevo presidente
es apertura y rendición de cuentas. Por primera vez, usted ve presu­
puestos y libros y auditorías"457.
Esto ocurrió después de cincuenta años de Tae Kwon Do.
; Yo le pregunté por qué había tanta corrupción. "Me estoy pre­
guntando si es por la época de la cual provienen", respondió Mitchell,
"porque Kim Un-yong era del servicio secreto... y, usted sabe, Corea
del Sur distaba mucho de ser democrática, aunque la llamaron así por
largo tiempo". A principios de los 60, Kim había comenzado su carrera
enuna neblina de corrupción dentro de la dictadura de Corea del Sur.
Cuarenta años después, terminó su carrera de la misma manera, pero
endemocracia.
En junio del 2004, dos meses antes de los Juegos Olímpicos, un
tribunal surcoreano encontró a Kim culpable por la malversación de
3 millones de dólares desde organizaciones deportivas y por aceptar
más de 700.000 dólares en sobornos458. Los fiscales lo acusaron de
¡convertir sus organizaciones de Tae Kwon Do y Olímpicas en empresas
privadas y lo sentenciaron a dos años y medio en prisión -y le orde­
naron pagar multas por más de 600.000 dólares-459. Su apelación a la
:Corte Suprema de Corea redujo su condena a dos años. Sus partidarios
rdijeron que la investigación y la sentencia eran parte de una revancha
i política, y que Kim era el chivo emisario por el fallido intento de Corea
del Sur de ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno del 2010, pero
nadie proveyó detalles460. Kim se guardó esos secretos para sí.
***

Luego de tales juicios en la WTF, ¿cómo podría su nuevo presiden»


te, Choue Chung-won, asumir el trabajo con la frente en alto, aun con
el respaldo de su entrenamiento en artes marciales? Choue había sido
miembro del consejo ejecutivo de la Asociación Coreana de Tae Kwon
Do desde 1999, presidente de una universidad desde 1996 hasta el
2003, y el arquitecto de un Departamento de Tae Kwon Do en aquella
casa de estudios461. Luego de ganar 106 de los 149 votos de los países
miembros de la WTF, Choue dijo a la prensa durante su discurso de
aceptación del cargo que "ahora es el momento para renacer como una
organización de deportes multinacional", También anunció que cada
país miembro recibiría US$ 20.000 y cada unión continental de Tae
Kwon Do US$ 50.000 como un "fondo de reforma” del COL Dos meses
después, conoció al líder norcoreano de la ITF Chang Ung en los Juegos
Olímpicos de Atenas en el 2004, donde Corea del Sur y del Norte unie­
ron sus manos, tal como Kim Un~yong lo había planeado.
El desafío inmediato para Choue era cómo mantener al Tae Kwon
Do en las Olimpíadas, porque el COI estaba considerando excluir al
deporte luego de los Juegos de Verano del 2004. Las principales contro­
versias dentro de la WTF no eran solamente la corrupción financiera
y el arbitraje; otra preocupación era que los combates olímpicos de
sparring a menudo eran aburridos y tenían bajo rating televisivo.
"El Tae Kwon Do es muy poco atractivo como juego de espectado­
res en las Olimpíadas", me dijo el pionero del Tae Kwon Do jhoon Rhee.
"Yo he estado diciendo, 'Hagan los torneos un poco más interesantes'.
Ellos solamente usan los pies, sin golpes a la cara, así que, natural?
mente, dependen de las patadas" Rhee había estado extremadamente
frustrado con Kim Un-yong, Uhm Woon-kyu y otros jefes de la WTF.
"Ellos tenían todo resuelto; no me iban a escuchar", dijo Rhee462.
El Tae Kwon Do Times publicó un artículo muy honesto acerca del
problema del sparring en el 2005. En "Salvar al Tae Kwon Do O lím pico,
el periodista Chuck Stephan escribió que el combate en las Olimpíadas
del 2004 había sido aburrido: "Hasta los árbitros se estaban volviendo
duros, golpeando puño contra puño alentando a los competidores a que
entraran en combate. Salvo ios miembros del equipo coreano, es una
e s p e c ie de malaria global donde los competidores parecen más inte­
resados en sobrevivir que en ganar... Dar saltitos, después de un rato
un pas0 Y brinco con patada semicircular al chaleco, retrocediendo y
empezando nuevamente o frenándose, esa es la rutina que se puede
e s p e r a r de los competidores. Cualquier luchador de cantina que vea
una lucha de Tae Kwon Do Olímpico sabe que una buena trompada en
la nariz pondría fin a todo el bailoteo. Sin embargo, el Tae Kwon Do
O lím p ico no permite golpes a la cara”. Él se lamentaba de que el spa­
rring ya no contuviera las viejas técnicas del arte marcial: giro recto
s a lta n d o por atrás, patadas frontales en salto, patadas en giro de todo
tipo. "Traigan de vuelta el golpe a la cara y salven al deporte", rogaba,
a g r e g a n d o que la corrupción en U.S. Tae Kwon Do Union no ayudó, y,
: peor, a él no le gustaba la actitud de muchos competidores, "quienes se
s e n ta b a n a los costados usando gorras repletas de pins mientras grita­
ban frases tales como, 'Mátalo, golpéale su guardia', u otras 'gentilezas'
mientras participan en lo que yo siempre creí que era una actividad de
: humildad y coraje"463.
A finales del 2004, el nuevo presidente de la WTF, Choue, dio a
conocer un Plan Estratégico de 188 páginas que haría al Tae Kwon Do
más transparente y menos aburrido464. Él se volvió el primer presidente
del Comité Coreano de Fair Play (KFPC} en el 2005, contradiciendo la
afirmación de un oficial de la WTF tres años antes de que el fa ir play no
existía en el Tae Kwon Do. "El fa ir play es una cosa verdaderamente im­
portante", le dijo Choue a un reportero. 'Así que lo que voy a hacer como
=presidente de la KFPC es difundir el espíritu del fa ir play en el deporte".
En junio del 2005, luego de que Kim Un-yong hubiera cumplido con
cerca de un año de su condena de 36 meses, fue liberado bajo palabra.
Tenía 74 años. En un testimonio escrito, dijo: "Mientras espero ansiosa­
mente reencontrarme con mi familia y terminar con esta larga odisea,
quiero aprovechar esta oportunidad para sostener mi inocencia frente
; alas alegaciones en mi contra"465. Luego fue operado de la próstata.
* * *
Corea es conocida por su asombroso crecimiento económico du­
rante ios últimos cuarenta años. El desarrollo del Tae Kwon Do es su
segundo logro increíble; el poder y el atletismo de su arte marcial
colocaron a Corea en el mapa mundial, y su estatus Olímpico le dio un
escenario desde donde mostrarse. Pase lo que pase, los líderes del Tae
Kwon Do no quieren perder el reconocimiento olímpico. Un Comité de
Reforma de la WTF informó a los medios que ellos querían que el Tae
Kwon Do tuviera más acción en el cuadrilátero y más profesionalismo
en la oficina. La WTF estaba considerando incluir una regla para agre­
gar más puntos por intentar patadas difíciles durante un combate466. El
marketing también era una prioridad. La WTF dijo a una publicación
coreana que "la WTF obtendría más atención de los promotores. Los
ingresos por marketing servirían de soporte para la Asociación Nacio­
nal, que cuenta con 177 miembros, proveyendo uniformes y equipos,
junto con asistencia técnica, tales como más programas de entrena­
miento para los entrenadores y los atletas"’467.
La mayoría de los 116 miembros del Comité Olímpico Internacio­
nal votó para que el Tae Kwon Do permaneciera en las Olimpíadas en
el 2008 y el 2012, gracias a recientes reformas de la WTF468. Choue
se mostró aliviado: "Yo sentí que algo de credibilidad fue recuperada
por la gente del Tae Kwon Do en el mundo luego del fraude y envío a la
cárcel de Kim Un-yong", declaró a un diario469.
La WTF anunció que adoptaría equipamiento con protecciones
electrónicas para el combate, de manera que las patadas anotarían
puntos automáticamente. Una computadora registraría los puntos
durante el combate en lugar de hacerlo un árbitro. La WTF utilizó los
chalecos electrónicos en un evento del 2007, donde el 70% de los parti­
cipantes pensó que era bueno. "Era bastante excitante, pero le quitaba
la función al árbitro", dijo Joon-Pyo Choi, quien dirigió al equipo Olím­
pico de los Estados Unidos en 1988 y está ayudando a USA Tae Kwon
Do. "El sistema de puntaje electrónico minimizará el error humano y
el mal uso"470. Hombres de la WTF como Choi y Choue son optimistas
respecto del futuro de su arte marcial. El equipo electrónico está dan*
do sus primeros pasos pero no estuvo listo para las Olimpíadas del
2008. En ese entonces, los árbitros necesitaban entrenamiento para
utilizarlo y los expertos en computación debían refinar la comunica­
ción entre los protectores y las computadoras para evitar que hackers
interfirieran en los combates471. Por otra parte, circularon escándalos
de dádivas en torno a la compra de los equipos.
La corrupción y el caos no son sorprendentes. El Tae Kwon Do
n a c ió en medio de la controversia y creció entre dictadores durante
la mayor parte de su existencia. Los dos hombres en el centro de los
escándalos, Choi Hong-Hi y Kim Un-yong, son de otra época y ahora no
están, pero sus discípulos y legados continúan» así como las luchas por
detener la corrupción y las trampas:

• En el 2006; la policía de Corea del Sur procesó a autoridades de la


WTF involucradas en la venta de Ucencias falsas de árbitros de Tae
Kwon Do a más de treinta personas. La WTF despidió a esos fun­
cionarios472.
» En el 2007, el Comité Olímpico Australiano sacó por la fuerza a la
WTF australiana de los Juegos Olímpicos; los conflictos allí parecen
ser similares a los que hubo en los Estados Unidos y Canadá un par
de años antes473.
• En el 2008, una pequeña guerra global comenzó en la WTF después
de que un Vicepresidente se quejó acerca de un curso internacional
para la selección de árbitros para las Olimpíadas del 2008. La WTF
formó un comité para investigar el asunto474.

Quizás el acontecimiento más surrealista tuvo lugar en el 2008,


cuando Lee Seng-wan anunció que él se había convertido en director
del Kukkiwon, la sede mundial del Tae Kwon Do Olímpico. Lee, quien
había estado en prisión por utilizar a 300 gánsteres y artistas marcia­
les para interrumpir una elección en el Tae Kwon Do en el 2002, dijo
que era tiempo de que el Kukkiwon "reevalúe su personal y se deshaga
de los corruptos"475. Viniendo de un criminal de larga data, la ironía era
tan flagrante que sólo podía significar una cosa: las guerras de feudos
en el Tae Kwon Do todavía no han terminado; los nuevos jefes de la
WTF todavía están luchando con la corrupción y las trampas.
Hace poco, Jhoon Rhee me dijo que contactase a Jin-Suk Yang, el
nuevo Secretario General de la WTF, porque Yang representaba a una
WTF sofisticada, reformada: "Él habla perfecto inglés; fue alcalde de
un pequeño pueblo en California; es muy inteligente”, afirmó Rhee476.
Yang era un maestro de Tae Kwon Do que había administrado sus
propios gimnasios y ostentaba un alto puesto en la policía de Corea.
Sin embargo, justo antes de llamarlo, un artículo informó que había
ofrecido un sobre con dinero a Nat Idrapana, un miembro del Comité
Olímpico Internacional, que era Presidente del Comité de Reforma de
la WTF. Yang dijo que el dinero no había sido un soborno, sino que ér
lo había ofrecido para reemplazar el equipaje que Idrapana había per*
dido en el aeropuerto. Una Comisión de Etica del COI concluyó que no
era un "comportamiento aceptable, ya que dicha conducta corre con
el obvio riesgo de ser interpretada como un intento de corrupción", y
recomendó que la WTF tomara una acción apropiada. Desde junio del
2008, la WTF todavía se encuentra deliberando acerca de qué hacer477.
Luego de la violencia y la megalomanía de las cabezas del Tae
Kwon Do, la próxima generación de organizadores tiene planes menos
pretenciosos, como ayudar a los atletas a ganar medallas. Por décadas,
algunos de los líderes del Tae Kwon Do han dirigido el arte marcial
como una secta o un sindicato del crimen -partes del arte marcial éri*;
cabezados por dioses o padrinos-. Quizás el mayor logro del Tae Kwon
Do es que desde esos escándalos hasta la publicación de este libro, na­
die fue atrapado robando más de un millón o planeando un asesinato.
Los delitos son de menor rango y las amenazas todavía existen, pero
todos parecen estar controlados. Los niños todavía asisten a escuelais:
de Tae Kwon Do después del colegio y los atletas sienten que habrá:
menos trampas en las competencias.
A pesar de los problemas francamente dignos de comedia, los grupos
de la WTF y la ÍTF al menos son más transparentes que en el pasado.
"Hace diez años, un jefe ejecutivo implementaba un cambio dos días antes
de un evento, y no se hacía nada al respecto", explicaba Wayne Mitchellde
la WTF de Canadá. "Ellos podían hacer lo que querían. Este año, intentaron
hacer algunos cambios justo antes de una ronda de clasificación olímpica
sin preguntar a los países miembros qué querían, y los miembros lo re­
chazaron. Le dijeron a la WTF que si ellos intentaban utilizar esas reglas,
entonces la ronda no se realizaría y todos se saldrían del evento. Así que
creo que ellos están entendiendo que deben ser justos con todos los miem­
bros. (Ya) no pueden ser como fueron en el pasado”478.
Los dictadores del Tae Kwon Do se están jubilando.
Capít u l o
[Nd u l t o

El Bodhidharma alguna vez dijo que cuanto más lejos se está de la


verdad, la vida de uno se hace peor, pero uno se siente mejor. Perdido,
sie n te s más odio pero también más placer. El autoengaño (como un
buen whisky) ayuda a soportarlo todo. Bodhidharma aparentemente
practicaba un arte marcial y se lo enseñó a sus discípulos. Algunos
expertos sostienen que el Tae Kwon Do tiene sus raíces ahí479. Sin
embargo, los hombres que dieron comienzo al Tae Kwon Do cortaron
todos los lazos con la religión, aunque adherían a la filosofía de la no
violencia del Bodhidharma -o al menos lo hacían en sus declaraciones
de principios y enseñanzas morales-.

El Tae Kwon Do es el arte de la defensa personal, pero también es


él arte de matar, y luego de años de entrenamiento, es el arte de de­
sarrollar poder. Como tal, implica muchas responsabilidades, que se
resumen en los cinco principios del arte marcial y las cinco virtudes
•-lo que Choi llamó "cultura moral”-. Yo entré a la trastienda del Tae
Kwon Do buscando esa cultura y me encontré con un grupo de genera­
les, aristócratas, soldados, campesinos y parranderos predicando una
jnezcla de valores confucianos y eslóganes de taberna. El Karate, el
faekkyon y las viejas artes coreanas le daban al Tae Kwon Do un espí­
ritu de guerrero; el capitalismo le dio un ánimo de lucro, y los militares
coreanos y el servicio secreto agregaron los valores de la Guerra Fría,
mejor formulados a través de la teoría de Destrucción Mutua Asegu­
nda o MAD' (de "loco" en inglés). Choi estaba más preocupado por la
justicia que por las ganancias -y él tenía su propia teoría MAD- Una
vez, durante una cena con un grupo de cinturones negros en la década
70, dijo que todos en el mundo deberían aprender Tae Kwon Do. De
ésa manera, temerosas y respetuosas, las personas no se atacarían.
El General ha fallecido, pero su hijo, Jung-Hwa Choi, adminístrala
Federación Internacional de Tae Kwon Do, y Chang Ung en Corea del
Norte administra el grueso de las instituciones de la ITF del General
y tiene un asiento en el Comité Olímpico Internacional. Nam Tae-hi
se retiró a California. Jong-Soo Park aún da clases en su gimnasio dé
Toronto y ha publicado una colección de 10 DVD, llamada "Dominan­
do el Tae Kwon Do", que se vende por US$ 450. Mientras tanto, Jhoon
Rhee me dijo que Kim Un-yong está trabajando debajo del radar para
restablecer su posición en la WTF. "Estoy denunciando públicamente
que nunca se le debería permitir regresar”, dijo Rhee480.
Muchos amigos me preguntan por qué practico Tae Kwon Do. ¿por
qué alguien querría practicarlo? Con sus dirigentes llenos de defectos
historias grotescas y técnicas agresivas, ¿por qué inscribí a mi hija
para que tome clases de Tae Kwon Do? ¿Por qué me reúno con cinturo­
nes negros para entrenar cada semana? La respuesta se encuentra en
el entrenamiento en sí mismo.
La semana pasada, mi hija de 10 años y yo caminamos por nuestro
vecindario hasta el gimnasio para su clase de Tae Kwon Do. Su dojang
es similar a miles de gimnasios en todo el mundo. Uno baja por escale­
ras de cemento a una gran sala acolchada en el sótano. En las paredes,
al lado de pecheras de color rojo y azul, están colgados en caligrafía
coreana los cinco principios de Choi:

Espíritu Indomable
Perseverancia
Autocontrol
Cortesía
Integridad

i
En una mesa cerca de la oficina yace el libro de Tae Kwon Do por
Kim Un-yong, y en otra pared están colgados esquemas con las formas
del arte marcial. En una cartelera de anuncios hay un artículo liviano
del eternamente positivo Jhoon Rhee (quizás el experto de Tae Kwon
Do más citado en el mundo], en el cual se refiere a técnicas de entre­
nam i e n t o para personas mayores y cómo ellas pueden vivir hasta los
^00 anos. Para fundamentar su punto, este maestro de 77 años todavía
uede hacer cien flexiones de brazos sin detenerse. También pegado en
ja cartelera de anuncios hay un artículo quejándose de los "McDojos",
¡os oscuros gimnasios de Tae Kwon Do sólo orientados a ganar dinero,
s im ila r e s a los de la película The Foot Fist Way -una parodia de los
p e o re s aspectos de un McDojo-

El gimnasio en mi barrio no es un McDojo. El dueño es un hombre


humilde, ex campeón nacional y, como es habitual en muchos cinturo­
nes negros que han practicado por más de treinta años, un experto en
Tae Kwon Do tradicional y Olímpico. Él escribió palabras de consejo en
un pizarrón del gimnasio: "Lo importante no es el tamaño del perro
enla pelea, sino el tamaño de la pelea dentro del perro." Cuánta razón
■tiene.
■; No hay animales en este gimnasio -no hay líderes de Tae Kwon Do,
í i i hay soldados, ni agentes de servicio secreto, ni geishas coreanas-;
;no hay trampas ni egos inflados. Los desafíos aún están aquí: la leve
histeria durante el sparring, las pequeñas lesiones y las quejas, las per-
sonalidades en pugna, desacuerdos menores sobre estilos y técnicas
-conflictos humanos normales que el dueño del gimnasio maneja con
diplomacia-. Él es tan diestro en sus relaciones personales como lo es
con sus pies. Para los niños y los adultos, ofrece ánimo, explicaciones,
yfilosofía práctica como parte de su rutina de entrenamiento.
Mientras mi amigo Martin Crawford y yo nos elongamos en el fondo
y de la sala, mi hija, los hijos de Martin y dos docenas de chicos se ríen
mientras juegan a la "mancha"' saltando sobre un pie, un ejercicio de
precalentamiento que ios hace gritar y transpirar. Luego, dos equipos
| juegan a la cincha con una docena de niños que jala de la cuerda hasta
• que la otra mitad cae, unos sobre otros formando una pila de chicos.
' -Ellos gimen y gritan de alegría. Así es como el Tae Kwon Do comienza
¿páralos chicos, con entrenamiento que es divertido, Yo miro la cara de
|pihija mientras ella estira sus tendones y, luego, practica patadas fron-
Ifáles, una trompada, un bloqueo alto. Su expresión es seria. Esto no es
ballet o gimnasia, ni fútbol ni hockey Yo puedo notar que a ella le gustan
Jos golpes y los bloqueos, le gustan el espacio y el deporte, le gustan la
competencia saludable y el crudo desafío físico, adora al gran grupo
de chicas que se alientan a seguir "¡Vamos, vamos, vamos!”. Mientras
yo entreno con Martin, ella trabaja sobre las técnicas para su cinturón
amarillo, construyendo algo que eventualmente será un arte que le dará
poder si continúa con su práctica. En este gimnasio, parece increíble que
la parte "mortal” de este arte mortal alguna vez haya dominado a la pla.
na mayor del Tae Kwon Do -amenazas genuinas, intentos de asesinato, y
las estafas que hicieron que el Tae Kwon Do alguna vez significara 'Tafo
My Dough”, que quiere decir "toma mi dinero”-.
Cuando yo entreno, no tengo en cuenta la historia oculta del Tae
Kwon Do y los dirigentes que mintiendo tanto acerca de tantas cosas
casi mataron al arte -y que todavía podrían hacerlo en el futuro-. Lo
que cuenta es la historia del arte marcial desde sus raíces y los instruc­
tores con integridad y el entrenamiento en sí mismo. Cuando entreno,
no dudo de todo, no pienso en la Regla de Opuestos que inventé luego
de escuchar a varios filósofos e instructores. La Regla de Opuestos, que
encarna la actitud cínica que yo había desarrollado después de hablar
durante años con mentirosos y sádicos, es la regla que dicta que uno
debería asumir lo opuesto de lo que le dicen. Se aplica a enemigos ac­
tuales o del pasado, incluyendo a los más gentiles, y algunas veces se
aplica a los principios del Tae Kwon Do.
Espíritu Indomable implica actuar con coraje, modestia y sabi­
duría, aferrándose a sus principios, aun ante la adversidad en abru­
madora desventaja. ¿Pero uno lo hace? ¿Puede significar también lo
opuesto? ¿Puede significar ocultar tu cobardía detrás del patoterismo
y tu ignorancia detrás de la testarudez?
Perseverancia es continuar con paciencia y persistencia, aun ante
la oposición exterior y la debilidad interior. Implica conocerse a uno
mismo, tener confianza y humildad. Sin embargo, algunas veces me
pregunto si significa rendirse si el precio es adecuado. ¿Admitir ser
comprado y vendido? ¿Hacer toda la trampa que sea posible?
¿El Autocontrol significa transformarse en un animal, hacer cual­
quier cosa por ganar un combate, liberar a la bestia? ¿Puede significar
cultivar a la furia en sí misma?
¿Es la Cortesía faltar el respeto y dar puñaladas por la espalda?
¿Es la Integridad un estado sicótico?
En mis momentos más oscuros, pensé que la Regla de los Opues­
tos se aplicaba a todos, no sólo a los enemigos, pero esos momentos
fu e ro n muy pocos. En cambio, me gusta pensar en Choi Hong-Hi en
sus primeros años, cuando era un joven y atrevido General con una
v isió n de cómo un arte marcial podría darle poder a sus soldados, a
su n a c i ó n y al mundo. Esta visión parecía ser motivo de risa en aquel
e n to n c e s . ¿Darle poder al mundo? El sonaba como un megalomaníaco,
especialmente cuando hablaba acerca de ayudar a reunificar a Corea
¿el Norte y del Sur, y se jactaba de hacer frente a los dictadores en Co­
rea del Sur. Pero alguien tenía que hacerlo, y él nunca se rindió. Él y su
Tae Kwon Do terminaron tan golpeados como los hombres contra los
que él había peleado toda su vida, y deja un legado que sus seguidores
h a n adoptado como norma de vida.

Y pienso en el Dr. Dong-Ja Yang, uno de los primeros en rebelar­


se contra la corrupción en la WTF. En 1986 él era el presidente de la
Unión Panamericana de Tae Kwon Do de la WTF y le pidió a la WTF
que considerara reducir las exorbitantes tarifas que cobraba por la
certificación de cinturones negros, especialmente para aquellos que
provenían de naciones económicamente pobres. Los líderes olímpi­
cos, incluyendo a Dick Pound, escucharon sus palabras, pero el Dr.
Yang perdió su batalla. Sin embargo, él encabezó un Movimiento de
Reforma del Tae Kwon Do que aún inspira a los artistas marciales en
la actualidad.
Pienso en hombres como el maestro Joe Cariati, que asistió a Choi
durante muchos de los seminarios de la Federación Internacional de
Tae Kwon Do entre 1992 y el 2002, y que luego trabajó con el hijo de
Choi, Jung-Hwa Choi. Cariati tiene cuarenta y siete gimnasios ITF, y los
instructores como él (instructores como el que administra el gimnasio
de mi hija) son responsables de la popularidad explosiva del Tae Kwon
Do. Cariati fue testigo de los viles conflictos entre los pioneros, las
organizaciones, y padres e hijos, y escuchó tantas mentiras que casi
perdió sus ganas de enseñar el arte marcial, que, para un instructor de
tiempo completo como Cariati, es casi lo mismo que perder las ganas
de vivir. Finalmente renunció a la ITF y ahora se enfoca en tener a su
cargo la cadena de gimnasios y una asociación de instructores, la Fe­
deración Internacional de Tae Kwon Do Ch'ang-Hon (ICTF)481.
No podemos escapar de la violencia pasada. Podemos intentarlo
pero las historias olvidadas siempre regresan como lo hacen las pesa*
dillas y el comerse las uñas. Ahora vuelven en forma de chismes entre
los instructores, como frases descalificadoras en las revistas de artes
marciales y también como escenas alarmantes en películas de humor
corrosivo como The Foot Fist Way. Algunas veces, en los gimnasios, la
violencia toma el control durante el combate, cuando alguien pierde
el control. La violencia es poder que se ha descarrilado; la mayoría
de nosotros lo sabe. Las técnicas agresivas en sí mismas dan poder y
aterrorizan, y un alumno dedicado con un profesor inteligente puede
desarrollar las facultades para enfrentar miedos, para nombrar la
violencia, para mantener al terror arrinconado.
Dentro del gimnasio de mi hija, ella patea un blanco acolchado. El
sonido de su pie golpeando hace un "ppaaaaa” que vuela por todo el sa«
lón. Ella y sus compañeros de clase gritan a través de las distintas for­
mas, los cinturones de grado más bajo practicando patadas frontales;
y los de nivel más alto hacen combate en la otra mitad del gimnasio;
Gruesos protectores cubren cabeza, pecho, antebrazos, manos, ingles,
pantorrillas y pies de cada competidor; parecen guerreros gorditos de
una película de ciencia ficción. Los padres se ríen mientras observan.
Esta visión deportiva del sparring de la WTF es extremadamente dis­
tinta a la de la ITF que yo practico los sábados, cuando, bajo el control
del Gran Maestro Di Vecchia y el Maestro Gabbidon, nosotros hacemos
combate a puño desnudo, y practicamos agarres, trabas y caídas, y nos
desafiamos con técnicas que serían ilegales en un cuadrilátero. Gracias
a estos instructores, nos hemos mantenido dentro del entrenamiento
tradicional.
Más tarde, mientras mi hija y yo caminamos hacia nuestro hogar,
ella me habla del Tae Kwon Do, que no es nuestro tema habitual. Es una
hermosa tarde de invierno, y no hace demasiado frío, gracias a una leve
nevada flotando entre las luces de la calle y los arces.
"¿El Tae Kwon Do te hace más fuerte?", ella pregunta.
"Lo hará si lo practicas mucho", le contesto. "Tu cuerpo se volverá
más fuerte y, un día, tu mente también”. Podría seguir hablando y há-
blando, pero demasiadas palabras en este momento arruinarían todo.
Quiero contarle que desde sus duros comienzos, el Tae Kwon Do le ha
dado a ^as Personas herramientas para enfrentar a los pendencieros,
lidiar contra la injusticia, ganar confianza y fortalecer a las naciones,
glia es muy inteligente y lo entendería a su propia manera -especial­
mente la parte de los patoteros, porque su escuela tiene un programa
=contra ese tipo de abuso-.
Aveces deseo que todos los chicos más grandes pudieran estudiar
un a r t e marcial en el colegio -tom ar clases regulares, como lo hacen
conmatemáticas y música- porque a diferencia de cualquier otra acti­
v i d a d , un arte marcial ofrece una inteligencia física, una sutil concien­
c ia de cómo el cuerpo está conectado, cómo se podría mover, cuáles
s o n sus limitaciones y sus fuerzas, y cómo estas cosas se conectan con
el estado mental y emocional. Nunca me olvidaré cuando vi cómo una
'a r tis ta marcial, una joven mujer en mi clase de Tae Kwon Do, rompía
ana tabla de madera, y luego, al año siguiente, dos tablas, luego fueron
tres, después cuatro -su asombro, confianza y poder creciendo con
cada tabla-.
;■ Otra mujer que conozco comenzó con Tae Kwon Do tradicional
porque había sido víctima de un ataque y quería exorcizar su temor y
odio hacia los hombres a la vez que se volvía físicamente más fuerte.
En dos años, se volvió una aplomada cinturón verde. Un día, estaba
llamando a su novio desde un teléfono público en un restaurante (él
estaba retrasado) cuando alguien la agarró de atrás con un fuerte
abrazo, instantáneamente ella dejó caer el teléfono, giró dentro del
agarre y lo golpeó en el estómago con un uppercut. El hombre se des­
moronó cayendo al suelo. Para su espanto, vio que era su novio, que
había intentando sorprenderla.
Luego de muchos años de entrenar Tae Kwon Do, la inteligencia
física y la destreza pueden crecer para volverse una afilada habilidad
mental para percibir los motivos y potenciales de las personas. Un
■ejemplo obvio es la sensación nerviosa que se siente cuando una per­
sona se para demasiado cerca de uno, invadiendo tu espacio personal.
Entrenar en artes marciales puede desarrollar esta sensación y pro-
: veer a una persona con soluciones para esta invasión.
Un instructor que conozco estaba en un ómnibus cuando vio a un
hombre atacar a la chofer, que había insistido en que el hombre debía
; Pagar el pasaje. El hombre se negó y comenzó a pegarle en la cabeza,
que rebotaba contra la ventana. El ataque ocurrió tan rápidamente
que nadie en el colectivo se movió. El instructor pensó, ¿nadie la va
ayudar? ¿Me debo involucrar? Él sólo quería volver a su casa después
de un día de trabajo. ¿El atacante era un loco? Se veía desalineado, per()
no tanto como para ser alguien que vive en la calle. Pudo haber sido
cualquier persona. Luego el hombre golpeó la cabeza de la conductora
con su codo y se preparó para pegarle con el codo nuevamente. Eso
era realmente perverso, pensó el instructor. Había que hacer algo o el
hombre la mataría.
Rápidamente el instructor se paró, corrió pasando al asaltante y
la mujer y bajó a la vereda parándose a la altura de la puerta delantera
del colectivo. "¡Ey tú!”, le gritó.
El atacante lo miró.
“Sí, tú”, dijo el instructor. "Aquí. Sal aquí. ¡Sólo tú y yo!” El atacante
no se movió, pero al menos dejó de golpear a la conductora.
El ómnibus se encontraba en marcha detenido en una intersección
congestionada. La mujer miró a los dos hombres. Se veía aturdida pero
estaba bien. En la calle, el instructor miró al enfurecido atacante, quien
dio un paso y se alejó de la conductora. Luego un paso más. El instruc­
tor se alejó por la calle a la misma velocidad que hombre avanzaba en
el colectivo, consciente de la distancia entre ellos. Él no tenía idea de
lo que sucedería con el atacante. ¿Qué haría exactamente si el hombre
corría hacia él? Había mucha distancia entre ellos, cerca de diez pasos.
¿Cómo debía derribarlo sin matarlo?
"Sí, eso es”, dijo el instructor. "¡Sal! Sólo tú y yo. Aquí”, le hizo una
seña al hombre con su mano, quien bajó a la calle. "Así es", dijo el ins­
tructor. "Solamente estoy yo, nadie más”. Mantuvo la distancia entre
ellos mientras el hombre enfurecido bajaba a la calle y caminó más
rápidamente hacia él. El instructor lo guió en un círculo muy grande
cerca de un grupo de personas. El hombre lo siguió, tratando de alcan­
zarlo. Cuando casi habían girado en torno al grupo, el instructor ahora
estaba más cerca del colectivo y el asaltante un poco más lejos pero
acercándose para atacar. El instructor subió calmadamente al colecti­
vo y la chofer cerró la puerta, aceleró y el colectivo se alejó, dejando a)
asaltante en medio de la calle.
La chofer estaba un poco sacudida y shockeada, pero parecía es­
tar bien. Ella le agradeció una y otra vez al instructor. Luego, quizás,
je diría a la policía que él le había salvado la vida. El instructor nunca
¡nás volvió a verla, y nadie supo que él era un instructor de Tae Kwon
po. ¿Había él utilizado su arte marcial durante el conflicto? Sí, lo había
hecho.
Al final, el Tae Kwon Do no es un arte mortal; es el arte de no ma­
tar, el arte de entender y calmar los conflictos. Los mejores artistas
p a r c i a l e s generalmente guardan silencio acerca de lo que saben y se
especializan en evitar peleas. Una de las preguntas más frecuentes
que r e c i b o de las personas es "¿Ha usado su arte marcial?", que es
difícil de responder, porque la respuesta es sí -pero no un sí como en
una película de Jet Li o Jackie Chan- Una de las historias que cuento
es acerca de no usarlo.
Yo estaba viviendo en el extranjero, viajando cada semana y reu-
: niéndome con muchas personas, cuando una noche, cuando regresaba
i deuna fiesta, una amiga y yo fuimos asaltados por cerca de una docena
dehombres. No tuve tiempo de contarlos, porque formaban un abanico
:en la calle y nos rodeaban parcialmente. Corrí hacia atrás perfilado
■para que ninguno se pudiera poner detrás de mí, pero dos de ellos
■saltaron sobre mi amiga. Pensé que la iban a tratar de violar porque
uno de ellos estaba sobre ella, gritaba. En aquellos días, yo llevaba una
Vnavaja con mi equipo de viaje, y la saqué. Me di cuenta de que debía
davarla en la espalda del hombre que estaba encima de ella. "Mátalo”,
me dije a mí mismo. "{Clávalo en la espalda!". Pero una voz caima, una
; segunda voz en mi cabeza, me dijo que no lo hiciera, y en ese instante,
los demás de la pandilla vieron el cuchillo y me atacaron.
=■ Sólo después me di cuenta de que la voz calma había tenido razón.
Sin embargo, en ese momento, giré dando vueltas, aterrorizado pen­
sando que me matarían. Noté que habían dejado a mi amiga, Ahora
toe estaban persiguiendo a mí. Nunca me voy a olvidar la mirada en la
cara de uno de ellos, desafiándome a que lo atacara; delante de mí con
sus ojos enrojecidos, parecía enloquecido. Lancé mi pequeña mochila
pspbre la calle y uno de ellos la levantó. Ninguno se puso detrás de mí;
yo seguí moviéndome, sosteniendo la navaja delante mío. Entonces,
repentinamente se fueron, corriendo por la calle. Querían nuestras
mochilas, nada más. Quizás.
¿Había utilizado mi arte marcial? Yo había evitado acuchillar a
hombre. La calma voz en mi cabeza había evaluado la situación antes
que la voz asesina. Los ladrones eran unos borrachos, muy proba­
blemente ni violadores ni asesinos. Imagino que la situación habría
terminado muy mal para mi amiga y para mí si hubiera acuchillado a
un miembro de la pandilla por la espalda; ahí estaban todos los demás
miembros de la banda. Como finalmente resultó, la saqué barata, tan
solo dos meses de pesadillas.
* #*

¿Cómo está el libro?" pregunta mi hija. Estamos caminando por la


calle, todavía acalorados por las trompadas, las patadas y los saltos
en el dojang.
"Bien”, le digo. "Casi terminado". Ella sabe que estoy escribiendo
acerca de los hombres que crearon el arte marcial y las cosas locas
que hicieron.
"Papá, ¿eran malos esos hombres?", ella pregunta.
Por un segundo, no digo nada. Usualmente reservo la palabra
"malo" o "malvado" para asesinos o personas de ese tipo, Los líderes
del Tae Kwon Do fueron malos solamente cuando se volvieron bestias,
que surgieron de los tormentos y las frustraciones. Luego de hablar
con ellos y de leer sobre sus vidas, pude entenderlos -pude llegar a
suponer qué los hizo hacer cosas impensables, pero no excusarlos por
lo que hicieron-.
"No todos fueron malos" le respondo. "Algunos hicieron las cosas
lo mejor que pudieron. Ellos venían de un mundo completamente dis­
tinto al nuestro".
"¿De dónde?", pregunta ella.
"Corea, la vieja Corea", le digo.
"¿Cómo era ese lugar?"
Mientras caminamos, está oscuro afuera, pero nos sentimos bien;
es la sensación que se tiene después de entrenar, tus pies bien planta­
dos sobre la tierra, tus músculos fuertes, tu confianza en su punto más
alto - “sintiéndonos al salto", como le dice mi hija—.
"La vieja Corea es difícil de entender”, digo. "Está al otro lado del
mundo, cerca de China. El Tae Kwon Do comenzó en 1938 durante una
alocada partida de poker, cuando un joven perdió todo el dinero que
su madre le había dado para su educación".
"¿Cuál era su nombre?", ella me pregunta.
"Hong-Hi era su nombre de pila", le digo. "Su familia era muy es­
tricta y ellos no tenían demasiado dinero. Eran tan estrictos que no me
creerías. Un día, él se escapó de su dormitorio para ir a jugar al poker,
perdió todo el dinero que tenían ahorrado para su educación. Su madre
se lo había advertido, pero él lo hizo de todos modos"
"¿Me lo dices en serio?”
"Sí. Él tenía 20 años, así que debió haber hecho las cosas mejor
que eso", le digo. “Luego de la partida, él no sabía qué hacer. Se quedó
s e n ta d o allí, mirando al luchador que le había ganado el dinero. Hong-
Hi era bajo -era de tu altura- y el luchador era gigante. Ahí es donde
aparece la botella de tinta. Hong-Hi agarró la botella, que estaba cerca
de él, y la lanzó hacia el luchador. La botella lo golpeó en la cabeza".
"Guau", dice ella. "Eso suena feo "
"Sí, tienes razón", le digo, "pero tiene un final feliz".
NOTAS

In t r o d u c c i ó n

1 Dukes (1 9 9 4 ), pág. 337.

C a p ít u l o t : L o s h o m b r e s d e l h u e s o s a g r a d o

2 Lee (1964), pág. 64. Po-Eun es un esquema (forma) de Tae Kwon Do para cinturones
negros y lleva el nombre de un poeta coreano que vivió entre 1337 y 1392 DC.
3 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 61.
4 Choi (1 9 9 9 ), pág. 525.
5 Kim (2 0 0 2 ), pág. 5.
6 Globe and Maü (19 de septiembre del 2 0 0 1 ), pág.-A17.
7 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 90.
8 Entrevistas, Jong-Soo Park, entre el 2 0 0 1 y el 2 0 0 8 .
9 Choi (1 9 9 9 ), pág. 58.
10 Choi (c. 2 0 0 2 ), tomo 2, págs. 241 y 360 . Además, en trevistas con sus hijos: Mec-
yun Colomvakos, Sunny Choi y Jung-Hwa Choi.
11 The Economist (12 de noviembre, 1 9 9 4 ), pág. 121.
12 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (abril y mayo del 2 0 0 3 ).
13 Choi (1 9 9 9 ), págs. 151, 54 2 .
14 Muchos de los grandes m aestros del Tae Kwon Do han reconocido que éste tiene
su base en el Karate, incluyendo a Nam Tae-hi, Jhoon Rhee y -Duk-SungSon.

C a p ít u l o 2 : A u n q u e d ie z m il l o n e s d e o p o n e n t e s s e lev a n ta ra n
en su co n tra

15 Choi, Moral Guide Book (Libro de Guía Moral), (c. 2 0 0 0 ), pág. 11.
16 Esta escena está reconstruida a p artir de en trevistas con la familia de Choi y
detalles de sus memorias (c. 2000), tomo 1, págs. 3 4 ,7 1 a 81, y tomo 2, pág. 469.
17 Cumings (2 0 0 5 ) explica así esta virtud. Véanse págs. 57 a 61.
18 Esta es una traducción de James Legge, citado en Cumings (2 0 0 5 ), pág. 57 ."Sim'
abarca tanto e! corazón como la mente.
19 Los detalles en este capítulo son de Choi (c. 2 0 0 0 ], tomo 1, págs. 19 a 55, 71 a 96,
y de entrevistas con la familia de Choi. Cita de pág. 24.
20 Choi (c. 2 0 0 0 ], tomo 1, págs. 26 a 28.
21 Cumings (2 0 0 5 ) escribe en págs. 21 y 22, "Cuando ellos (los coreanos] dicen: 'yo
creo', se apuntan a su pecho. La mente es mente-y-corazón, el sim, un conoci­
miento visceral que une ei pensam iento con la emoción...”
22 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 147.
23 Young (1 9 9 3 ), pág. 53. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 77.
24 E ntrevista, Lim (17 de a g o s to del 2 0 0 2 ). Choi n u n ca m en cion ó a su p rim e ra e s ­
posa y su hija, ni siquiera en los dos tom os de sus memorias.
25 E ntrevista con ella (3 0 de m ayo del 2 0 0 3 ).
26 Los caracteres japoneses p ara su apellido son "Nishiyama", un nombre común.
El nombre japonés de Choi se encuentra en un documento de la corte de la
Segunda Guerra Mundial.
27 Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 26.
28 Draeger (1974), pág. 12.
29 Choi (1999), pág. 14.

Ca p í t u l o 3 : U n a S u p e r p o t e n c i a e n c a d a f r o n t e r a

30 Entrevistas, Lim (entre agosto del 2 0 0 2 y mayo del 2 0 0 3 ).


31 Song (fecha desconocida), págs. 376 a 379.
32 Detalles en este capítulo son de Choi Hong Hi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 123 a 294.
33 Oh (2001), págs. 3 a 19.
34 Choi (c. 2 0 0 1 ), tom o 1, págs. 1 3 0 a 13 8 . Obtuve los hechos históricos de Song
(fecha desconocida), pág. 2, y una en trevista con Palmer (enero del 2 0 0 5 ).
35 Cha (fecha desconocida), pág. 30.
36 Tribunal Militar de P'yóngyang (1 9 4 5 ), pág. 2.
37 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 178 y 179.
38 Levine (2 0 0 0 ), págs. 144 y 145.
39 Entrevista, Lim (17 de agosto del 20 0 2 ).
40Cumings (2 0 0 5 ), pág. 187.
41 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 198.
42 Entrevista, Lim (17 de agosto del 2 0 0 2 ).
43 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 207.
44 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 2 1 8 a 224.
¡ 45 Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 24.
4 6 Dohrenwend (1 9 9 7 ), pág. 4.
47 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 256-57.
4 8 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 2 de agosto del 2002).
4 9 Entrevista, Lim (17 de agosto de] 2 0 0 2 ).
50 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 23 4 .
51 Entrevista, Choi (m arzo del 2001).
52 Entrevista, Colomvakos (2 0 de noviembre del 2 0 0 2 ).

C a p ít u l o 4 : S u p e r N a m

53 Minford (2 0 0 2 ), pág. 76.


54 Hessler (2 0 0 1 ), pág. 146.
55 Cumings (2 0 0 4 ) alude a "devastación total entre el río Yalu y ía capital" (pág, 19),
56 Entrevista, Lim (agosto del 2 0 0 2 ). Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 345.
57 En trevistas: jhoon Rhee (noviembre del 2 0 0 7 ), Lim Sun-ha y Sandy Lim (agosto
del 2 0 0 2 ) y Song-Jook Choi (3 0 de mayo del 2 0 0 3 ).
58 Los detalles sobre Nam en este capítulo provienen de entrevistas con él (del 2001
al 2 0 0 8 ). Varios grandes m aestros de artes m arciales como Nguyen Van Binh
(11 de agosto del 2 0 0 6 ) y Jong-Soo Park (21 de febrero del 2 0 0 8 ), me contaron
sobre la batalla de Nam.
59 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 237, y B oettch er (1 9 8 0 ), pág. 11.
60 El batallón pertenecía a la Sexta División de la República de Corea. Nam estaba
en la Décimosegunda Compañía del Tercer Batallón.
61 Esta batalla es tan conocida en Corea del Sur que la Oficina de Cultura y Bienes­
ta r la promueve para los tours infantiles: ver "Yongmun Battle Mountain" en
la página web de la zona desm ilitarizada h ttp ://k id s.d m z.ne,kr/tim e/tim e 21.
O tras fuentes de la batalla: Song (2 0 0 4 ), Seo (2 0 0 8 ), y el instituto Nacional de
Historia de Corea, que tiene su sede en Corea del Sur (http://kuksa.nhcc.go.kr).
62 En total, dos batallones lucharon durante tre s días en las m esetas 353 y 427, de
acuerdo con las entrevistas con Nam Tae-hi, y documentos de Song (2004), Seo
(2 0 0 8 ), y o tras fuentes.
63 Guo y Kennedy (2 0 0 4 ), pág. 32.
6 4 Weiss (2 0 0 0 ), págs. 82 a 84, y Dohrenwend (1 9 9 7 ), pág. 1.
65 En una ocasión, él anunció que era el fundador del Tae Kwon Do, pero la afirma­
ción recibió un rechazo generalizado.
6 6 Gran p arte de este apartado es de Kang y Lee (1 9 9 9 ), págs. 1 a 3, y Simpkínsy
Simpkins (2 0 0 2 ), pág. 6 .
67 Talbott (1 9 9 9 ), pág, 1. Las técnicas de mano no llegaban a diez, pero el punto de
Lee era que había un reducido número de técnicas.
68 Choi (1999), pág. 94.
$ E n trev ista con Jhoon Rhee. Véase también el Taekwondo Hall o f Fame (Salón de
la Fama de Taekwondo) en w w w .lacancha.com /greatest.htm l
70 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 96.
71 E n trev istas: C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ) y jhoon Rhee (noviembre del
2007).
72 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 2 y en todo el trabajo.
73 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 39.
74 Curciings (2 0 0 5 ), pág. 97. El New York Herald llamó a esta batalla "Pequeña guerra
con los paganos".
75 Choi (1960), pág. 20. En trevistas con Nam Tae-hi.
76 Young (sin fecha): w w w .black b eltm ag.com /arch ives/482.
77 Entrevistas con Nam Tae-hi (2 0 0 1 ), |oe Cariati y P arm ar Rai (enero del 2 0 0 2 ), y
Park Jong-Soo, entre otros.
78 Song (2 0 0 4 ), pág. 1.
79 Ouyang (1 9 9 7 ), págs. 77 a 79.
80 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 302 y 303.
81 Kimm (2 0 0 0 ), pág. 49.
82 Young (1993), págs. 61-67. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 79.
83 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, pág. 423.
84 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 80, y en trevistas con Nam Tae-hi y Choi Hong Hi.
85 Choi (c. 2 0 0 0 ), tom o 1, págs. 4 2 8 y 429, y Simpkins y Simpkins (2 0 0 2 ), pág. 5.
86 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 11.
87 Choi (1960), pág. 21.

Ca p í t u l o 5 : E l T a e K w o n D o r e c i b e s u n o m b r e e n u n a c a s a d e
GEÍSHASC O R E A N A S
88 A menos que se indique o tra fuente en estas notas, los detalles en este capítulo
son de Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo í , 4 3 5 a 437, y las entrevistas con Nam Tae-hi. Choi
(c. 2 0 0 0 ) escribe que la reunión tuvo lugar en una casa kisaeng, y Nam me dijo
que era la casa de kisaeng Kugilgwan. Mucho se ha escrito acerca de la reunión,
pero no sobre el lugar de encuentro: Kimm (2 0 0 0 ), pág. 49; Kang y Lee (1999),
pág. 12, y C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 81.
89 Muchas fuentes en idioma coreano proporcionan detalles sobre el Kugilgwan y
las personalidades que iban allí: (1) del Instituto Nacional de Historia de Corea
(http://kuksa.nhcc.go.kr), ( 2 ) una colección de cinco tomos sobre la cultura y
la historia del gobierno de Corea del Sur ( h ttp://seou l600.visitseou l.n et), (3)
un artículo de Yi Pom-jin publicado en Chugan Chosón, edición del 20 de marzo
del 2 0 0 5 (http://m agazine.chosun.com ); (4) "Thirty-year-old tradition ofkisaenq
house" (Tradición de trein ta años de casa kisaeng), en Minju Sinmun (9 de mayo
del 2 0 0 6 ), un periódico de Seúl, y (5 ) un artículo de Fak María (la esposa de
Yi Ki-bung) en la Historia del Centro de la Campaña por la Liberación (http;//
bluecabin.com .ne.kr/split99/pm aria.htm ).
9 0 Ver Cumings (2 0 0 5 ), pág. 356-57, refiriéndose a una caricatu ra de los políticos
am antes de las kisaeng en ese período.
91 Burdick (1 9 9 7 ), págs. 37 y 38, enum era las reuniones.
92 Hyun Jong-Myung, quien más tarde pasó a formar parte de la Federación Mun­
dial de Taekwondo.
93 Entrevista, Nam Tae-hi (17 de abril del 2 0 0 6 ).
9 4 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 4 3 6 a 4 3 8 . Entrevista, Jung-Hwa Choi (enero del
2 0 0 2 ). Young (1993) describe los m itos que vinculan a las dos artes. Muchos
líderes de las artes m arciales reprodujeron por escrito estos mitos hasta hacer­
los realidad. Chun (2 0 0 6 ), págs. 6-10, por ejemplo. C.K. Choi (2 0 0 7 ) se acerca
mucho más a la verdad.
95 Young (1 9 9 3 ), págs. 51 a 59.
96 "Prólogo" de Choi (1960) y págs. 18 a 20 de Choi (1 9 9 9 ).
97 De hecho, el T’aekkydn estuvo vinculado con la violencia de pandillas a lo largo
de su historia. Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 85.
9 8 Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 4 7 8 a 487.
9 9 "Prólogo" de Choi (1960).
100 Junto con la "posición de frente", la "posición atrasada", y la "posición de n ca­
ballo", Funakoshi (1 9 8 8 ), págs. 53 a 61. Choi (1 9 6 0 ).
101 Com parar a Choi (1960), págs. 73-75, con Funakoshi (1 9 8 8 ), pág. 53.
102 Choi (1960).
102 bis Nota del Traductor: "potencia" es la palabra utilizada habitualmente en
español en las artes m arciales para aludir a la fuerza con que impacta un golpe,
103 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 85, brinda una lista de los hom bres involucrados.

C a p ítu lo 6 : Un g o lp e d e E s ta d o , d o s p re s id e n te s y t r e s
ESFERAS DE PODER

1 0 4 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 51.


105 La versión de Choi sobre el golpe de Estado es expresada ampliamente en Choi
(c. 2 0 0 0 ), tomo 1, págs. 567 a 58 6 .
106 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 54.
107 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 355 a 35 6 .
108 Park Chong-kyu, Kim Chóng-p'il y Kim Hyung-wook.
109 Cum ings (2 0 0 3 ) .
110 H alloran (1 9 7 3 ), pág. 3.
111 El director de KCIA Kim Hyung-wook ocupó dicho cargo entre mayo de 1963 y
octubre de 1969. Ver Ki-1, pág. 6 .
112 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 41. K angy Lee (1 9 9 9 ), pág. 21.
113 Uhm Woon-kyu, Lee Chong-woo y Hyun Myung-Jong, por ejemplo.
114 C.K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 8 6 .
115 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 18.
116 Entrevistas a Nam y Chang (diciembre del 2001).
117 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 27 y 36. Los detalles en esta sección provienen de
jos libros de Choi Hong-Hi y de entrevistas con C.K. Choi, Nam Tae-hi, Jung-Hwa
Choi, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi.
118 Choi siempre se rodeó de atletas talentosos. Durante la década de 1950, Nam
Tae-hi había arm ado los dos prim eros esquemas (form as) del Tae Kwon Do,
Hwa-Rang y Choong Moo-, ambos alusivos a guerreros (Choi [c. 2 0 0 0 ], tomo 1,
pág. 42 8 ). Un par de años m ás tarde, Han Cha-gyo había creado UI-Jí, el nom­
bre de un general guerrillero de Corea de hace 14 0 0 años. En 1961, C.K. Choi,
quien pronto sería el prim er cam peón nacional de combate de Corea, había
ayudado a cre a r el cu arto esquema, Gae-Baek, nombrado en referencia a un
estricto general de hace 1 5 0 0 años (C.K. Choi [2 0 0 7 ], pág. 81). En Malasia, el
Embajador Choi im portó a Bok Kim-Man y Jae-Woo Lim para que lo ayudaran
con dieciséis de los veinticuatro esquemas. Los últimos cuatro esquemas se ­
guirían en 1966, Para obtener una lista breve y confiable de los pioneros que
enseñaron y desarrollaron el Tae Kwon Do en los años 1950 y 1960, consulte el
capítulo "Early Hístory" (Historia tem prana) de C.K. Choi (2 0 0 7 ), que también
está disponible on Une.
119 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ).
120 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 52.
121 Entrevistas, Park (2 0 0 2 ) y Choi (2 0 0 1 ).
122 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ).
123 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 255.
124 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 146.
125 Entrevistas, Nam Tae-hi (5 de septiembre del 2 0 0 6 ) y Nguyen Van Binh (9 de
agosto del 2 0 0 6 ).
126 Por Karate: Draeger (1974), pág. 127. Por Tae Kwon Do: Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 1,
pág. 517.
127 Durand (2 0 0 4 ), pág. 3. K angy Lee (1 9 9 9 ), pág. 8 .
128 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 321 y 322. Las últimas trop as coreanas que quedaban
en 1973: KlAppend, tomo 1, pág. 124.
129 Entrevista, Van Bihn (9 de agosto del 2 0 0 6 ).
1 30 “Other Guns" (Otro tipo de arm as) Time (22 de julio de 19 6 6 ).
131 Carta al Editor: "TigerSkins" (pieles de tigre) Time (12 de agosto de 1966).
132 Durand (2 0 0 4 ), así como otras fuentes on Une: "Battleat Tra Binh Dong" (Batalla
en Tra Binh Dong) en w w w .vietvet.co.kr y "Blue Dragón" (Dragón Azul) en los
archivos de w ww .talkingproud.us.
133 Los detalles sobre esta batalla son de Durand (2 0 0 4 ) y “A savage week" (Una
sem ana salvaje), Time (2 4 de febrero de 19 6 7 ).
134 Durand (2 0 0 4 ).
135 Durand (2 0 0 4 ).
136 Entrevista, Kong Young-il (16 de agosto del 2 0 0 2 ).
137 Kimm (enero del 2 0 0 0 ), pág. 54.

C a p ít u l o 7 : E l E q u ip o d e A s e s y l a C IA c o r e a n a

1 3 8 El amigo era Choi Duk-shin, un político poderoso que en esos días abrió las
puertas al Tae Kwon Do en Vietnam, Alemania, Egipto, Italia, Turquía, Malasia
y Singapur. Kimm (enero del 2 0 0 0 ), págs. 50 y 53.
139 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 86-1 0 5 , describe el recorrido.
140 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ).
141 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 73.
142 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ).
143 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ).
144 Entrevista, Choi (abril del 2 0 0 2 ).
145 Entrevista, Lu (17 de mayo del 2 0 0 3 ).
146 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).
147 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 77.
148 Entrevista, C.K. Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ).
149 C.K. Choi (2 0 0 7 ), págs. 8 7 ,9 0 ,9 4 .
150 Kang y Lee (1999).
151 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 107.
152 C.K. Choi (2 0 0 7 ), págs. 93 y 94.
153 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 71. Burdick (1 9 9 7 ), pág. 4 2 . Chun (1976), pág. l U
1 5 4 Larkin (2 0 0 3 ).
155 Según Gregory Henderson en 1 9 6 8 , citado por Cumings (2 0 0 5 ), pág. 361. . ..
156 Larkin (2 0 0 3 ).
j 57 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 127. Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 129 y 323, men­
ciona a los instru ctores involucrados en el incidente de Berlín Oriental. Las
e n tre v ista s con los grandes m aestros me dieron detalles al respecto.
158 T ran scrip ció n de la en trevista con Isang Yun en Weekend, un program a en la
NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en Kl-Acts II, págs. 70 a 75.
159 "K’s Situation" (La situación de K) D erSp iegel (2 8 de agosto de 1 9 67), págs. 23
a 26.
1 6 0 Además de DerSpiegel, muchas fuentes dieron amplia cobertura del incidente.
En el New York Times de 1967, por ejemplo: 5 de julio (pág. 8 ), 6 de julio (pág.
9 ); 8 de julio (pág. 6 ); 9 de julio (pág. 1), 14 de julio ( pág. 4); 15 de julio (pág.
9 ); 23 de julio (pág. 5); 30 de julio (pág. 5), 7 de diciembre (pág. 10).
161 Kl-Acts I (1976), págs. 7 ,9 3 .
162 Der Spiegel, artículos que citan al historiador Hannes Mosler y otros (2 8 de
agosto de 1967), págs. 23 a 26.
163 Choe (2 0 0 5 ), pág. 1. Cumings (2 0 0 5 ), pág. 371
164 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 129 y 323.
165 B o ettch er (1 9 8 0 ), pág. 3 5 4 .
166 Isang Yun en Weekend, NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en Kl-Acts 11,
. págs. 70 a 75.
167 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 114 a 117.
168 Der Spiegel (2 8 de agosto de 1967).
169 Kim Hyung-Wook explicó cómo funcionaba. Ver Kl-1 (1 9 7 7 ), pág. 38.
170 Kl-Report, pág. 152.
.171 Kim, Ki-1 (1 9 7 7 ), pág. 23.
172 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 217.
173 Según el historiador Gregory Henderson, como se señala en Boettcher (1980),
pág. 354.
174Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 1 4 3 ,1 4 5 ,1 4 9 ,2 4 3 y 244, 277.
175 Entrevista, C.K. Choi (31 de octubre del 2 0 0 7 ). No fue sino hasta el 2 0 0 6 que,
enfrentando a una Comisión de la Verdad, el gobierno de Corea del Sur admi­
tió que los casos fueron sobre todo m entiras y falsedades inventadas. Choi (c.
2000), tomo 2, pág. 135. Un número de sitios web contiene información sobre
la reunión. Una gran foto se encuentra en w w w .lacancha.com /oyam a.htm l
176 Isang Yun en Weekend, NBC-TV (1 de mayo de 1976), reim preso en KlActs //,
págs. 70 a 75.
.177 "Song o f a Wilted Flow er" (Canción de una flor m archita), Time (2 8 de marzo
de 1969).
■178 Edwards (2 0 0 2 ), pág. A2. Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).
179 Kimm (enero 2 0 0 0 ), pág. 54.
C a p ít u l o 8 : E n t r a l a N u b e D r a g ó n

1 8 0 Kim (2 0 0 2 ), pág. 219.


181 Kim (1 9 9 0 ), pág. 29 5 . Los detalles sobre Kim en esta sección provienen de sus'
libros del 2 0 0 2 y 1990.
182 Kim (2 0 0 2 ), pág. 20 8 .
183 Kim (2 0 0 2 ), pág. 227.
1 8 4 Kim (2 0 0 2 ), pág. 239.
185 Kim (2 0 0 2 ), págs. 139 a 147, 257. Kim había sido ayudante de campo y secreta-
rio de protocolo del General Song Yo-chan, que se había convertido en Primer
Ministro en el nuevo régimen.
186 Muchas fuentes han confirmado que Kim estaba en el KCIA: KI-Report, pág, 76^
"Testimonio de Bo Hi Pak, A sistente Especial del Rev. Sun Myung Moon jref
presidente de la Korean Cultural and Freedom Foundation (Fundación Coreana^
de la Cultura y la Libertad, KCFF)". En KI-4, págs. 1 7 6 4 7 8 ; el KCFF de Pakin-,-
cluye a Kim en una lista de los que están en el "Servicio Secreto de Corea" eÍr:
Kl-4 Supp, pág. 672; una ca rta en KI-4 Supp, pág. 11 incluye en una lista a Kan
como "funcionario KCIA"; un artículo de 1 9 75, en Kl~Acts II, págs. 63 y 64,]q
lista como uno de los "agentes de la CIA coreana"; Jennings (2 0 0 0 ), pág. 187/y
Simson y Jennings (1 9 9 2 ), págs. 1 3 9 -1 4 0 ; Entrevista, Choi Hong Hi (13 de abril
del 2 0 0 1 ); Entrevista, Jhoon Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ). ~^
187 Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 5 1 ,1 6 4 .
188 Kim (1 9 9 0 ), pág. 295.
1 8 9 Kim (2 0 0 2 ), pág. 59.
190 Kim (2 0 0 2 ), pág. 171.
191 Entrevista, Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ).
192 Carta del Vicepresidente de la Fundación (13 de m arzo de 1964), en KI-4Supp^
pág. 271. Véase tam bién KI-Report, págs. 3 5 6 y 357. V /
193 Entrevista, Rhee (1 6 de enero del 2 0 0 8 ). B oettcher (1 9 8 0 ), págs. 42 a 53, pre­
senta una breve historia de la Fundación, de dos de sus proyectos (The Littk
Angels y Radio o fF re e ¿4s/a) y de la participación de Jhoon Rhee. 7 *-
194 Kim (2 0 0 2 ), pág. 159.
195 KI-Report (1 9 7 8 ), pág. 357, y KI-4 Supp (1 9 7 8 ), págs. 3 5 0 y 355. El colega fuéjf
Sr. Bo-Hi Pak, quien era primo de Jhoon Rhee y funcionario de inteligencia enla
embajada (B oettch er [1980], pág. 4 0 ). Entrevista, Rhee (16 de enero del 2008}.^
196 Entrevista, Rhee (1 6 de enero del 2 0 0 8 ). KI-Acts II (1976), pág. 2.
197 Informe de la Embajada estadounidense en Seúl para el Departamento de B&-.
tado de los EEUU (2 6 de agosto de 1 9 6 6 ) sobre las actividades de Corea etilos
Estados Unidos, en KI-4 Supp (1 9 7 8 ), pág. 4 8 0 . ^
198 "Declaración de Donald L. Ranard, ex director de Asuntos Coreanos del Departa­
mento de Estado" (25 de marzo de 1978), en el KI-Report, pág. 69; la participación
de Rhee en Ia iglesia de Moon y la Fundación se señala en mi entrevista con Rhee
y en los documentos del Congreso de EEUU sobre el Koreagate, incluyendo: KI-
Report, pág. 317, 324, 357; Kl-Áppend, pág. 3 9 7 ,1 4 6 3 1469; KI-4, págs. 397, 661,
718, y KI-4 Supp, pág. 8 1 ,1 0 4 ,2 5 5 ,3 0 1 ,5 9 3 ,6 0 7 , 664.
0 Para el papel de Kim con la estación de radio, ver "Declaración Jurada de Kim
Chong Hoon", el d irector de la estación de las operaciones de 1967 a 1 9 72, en
KI-Report, pág. 363. Por su papel en la Fundación, se refieren a una ca rta de
1965, Earl H. Voss a Arleigh Burke, presidente de la Fundación, en KI-4 Supp,
pág. 364.
200 Entrevista, Rhee (16 de enero del 2 0 0 8 ).
201 El ''Testimonio de Bo-Hi Pak, Asistente Especial del reverendo Sun Myung Moon
y el presidente de la Fundación Coreana de la Cultura y la Libertad, acom pa­
ñado por John M. Bray, abogado" se refiere al trabajo de Kim para Little Angels,
en KI-4, pág. 176 a 178. Para el trabajo de Kim con la Fundación Coreana de la
Cultura y la Libertad, ver KI-Report, pág. 356.

202 De acuerdo con Lee jai-Hyon, un ex funcionario de la embajada de Corea del Sur
en Washington, la Fundación tenía un canal de cable de la KCI A, que también
ayudó al personal de la Fundación (Kl-Acts II, págs. 8 y 9). Véase también la
declaración de un ex Embajador en Corea del Sur, en KI-4, pág. 52, y los hechos
en el Informe Koreagate, KI-Report, pág. 312.
203 Entrevista, Rhee (12 de noviembre del 2 0 0 7 ).
/ 204 Entrevista, Rhee (12 de noviembre del 2 0 0 7 ).
:2QS KI-4 Supp, págs. 2 7 7 y 278.
206 Entrevista, Burleson (2 4 de enero del 2 0 0 8 ).
207 Aunque las técnicas de Tae Kwon Do no surgieron del juego m arcial coreano
de patadas (T'aekkyon), los coreanos sabían que para luchar al estilo coreano
había que p a te a r Ouyang (1 9 9 7 ), pág. 8 8 .
■208 Entrevista, Burleson (2 0 0 7 ).
. 209 Del archivo del Alm irante retirado Arleigh Burke, Presidente Fundador de la
Fundación, en KI-4 Supp, pág. 216, y de una declaración de 1976 de Robert W.
Roland, un ex miembro de la Fundación, en KI-Facts II, pág. 15.
■210Kl-Report, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ).
2U El propio Elvis se hizo m erecedor de su cinturón negro de manos del experto
% en Karate Coreano, Kang Rhee. Ver Tae Kwon Do Times (septiembre del 2 0 0 7 ).
212 Carta de Roland al presidente de la Fundación (12 de julio de 1 9 6 5 ), en KI-4
Supp, pág. 40 5 .
.;í?13 KI-Report, pág. 362
. 214 Entrevista, Rhee (2 0 0 7 ).
2 1 5 Choi (c. 2 0 0 0 ) , tomo 2, págs. 1 2 6 y 127. En ese momento, el ex director de KClA, \
Kim Chong-p’il, fue presidente honorario tanto de la ITF como de la fundación:
de Moon.
216 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 1 3 3 a 13 6 , y 165.
217 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ). Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs.
196-97.
218 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 0 0 2 ). ■=
219 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 219. Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2007},
2 2 0 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 53. B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 78.
221 Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 6 6 a 172. ■
.
222 Kim (2 0 0 2 ), págs. 5 8 y 59. ^
223 Además Kim y un agente operativo de la KCÍ A pronto estarían trabajando corte!
p r e s e n t é de Corea del Sur en un libro sobre la historia de Corea. Ver K M » *
pág. 1007, y KI Report, págs. 3 0 7 ,3 6 5 .
2 2 4 Citado en Jennings (1 9 9 2 ), pág. 139.
2 2 5 Kim (2 0 0 2 ), pág. 169. Yook (2 0 0 2 ).
226 Kim (1 9 9 0 ), págs. 295, 2 3 3 -3 4 .
2 2 7 Choi (c. 2 0 0 0 ) , to m o 2 , págs. 2 0 1 -4 .
228 Otra docena de artistas m arciales integraron el Comité Ejecutivo del KTA,#e*;.
nes a su vez fueron pioneros del Olímpico de Tae Kwon Do. Kang y Lee (1999)
contiene una lista completa.
22 9 Kim (2 0 0 2 ), pág. 61.
230 Kang y Lee (1999).
231 Kang y Lee (1999).
232 Kang y Lee (1999).
233 Del testim onio de Bo-Hi Pak, en Kl-4, págs. 4 9 1 -9 2 . Copias de los cheques están
en la página 487.
2 3 4 Kang y Lee (1999).
235 KI-Report, pág. 239,
2 3 6 En una en trevista del 13 de diciembre de 1971, con el Dong o. e .
Lee (1999).

C a p ít u l o 9 : C o m o e n u n a p e l íc u l a d e B r u c e l e e

237 Kang y Lee (1 9 9 9 ), , CQ „ r ,imjngs


238 Muchos han escrito sobre El Plan: Boettcher (1980), pags. ^ ^ Dn|,¿é¡{á
(2 0 0 5 ), pág. 460. Una de las principales fuentes fue la D^ r ^ ^
Hyon Profesor Asociado de Periodismo, W estern Illinois Umversi y , . ^
II, pág-10' Y KI-3, págs. 1-2. Lee era un funcionario de la embajada coreana que
desertó a los Estados Unidos. Véase también KI-Append, pág. 505, y KI Report, págs.
105 y 106.
739 Kl-RePort’ pá§s - ^ y 121- En realidad, la KCIA inició la Operación en 1966, pero
se expandió notablem ente en 1970, cuando el presidente surcoreano Park
Chung-hee se involucró de m anera directa.
240 Según Bo-Hi Pak (que era colega de Kim Un-yong y primo de jhoon Rhee). Ver
"Declaración del General Kim Hyung Wook, Ex Director, Agencia Central de Inteli­
gencia Coreana (KCIA)”, en KI-1, págs. 29 y 64.
241 Jennings (1992), pág. 140.
242 De acuerdo con un ex funcionario de la embajada de Corea que facilitó una copia
del Plan de 1976 a los funcionarios estadounidenses {Kl-3, pág. 2). El Plan se
encuentra en KI-Append, pág. 519.
243 "South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana: El poder
crece, el miedo se extiende) por fohn Saar, John Goshgo y Bill Richards, The
Washington Post, 23 de mayo de 1976. Véase también Cumings (2 0 0 5 ), pág. 371.
244 KI-Append, págs. 5 4 0 a 542.
245 ¡(1-3, pág. 137. También, ver "Declaración de Gregory Henderson, de Tufts Uni-
versity. Escuela Fletcher de Leyes y Diplomacia", en que KI-Acts, pág. 8 .
246 Kl-Report, págs. 93 a 97.
247 "Memorándum del FBI titulado 'República de Corea (ROK) Actividades de In­
teligencia de los Estados Unidos', del 9 de septiembre de 1973", en KI-Append,
págs. 4 6 5 y 4 6 6 .
M KI-Append, pág. 131.
249 Boettcher (1980), pág. 206, y KI-Report, págs. 4 0 2 a 4 0 4 .
JJ
5250 Gran parte de esta sección acerca de Song proviene de su testimonio bajo
juramento ante una audiencia del Congreso de EEUU, en KI-5, págs. 81 a 8 8 , y
204a 213.
.251 Limb Man-sung. Su nombre es probablemente "Lim", pero los docum entos del
. ! Congreso de EEUU aluden a Limb (extrem idad). Más información sobre él está
disponible en KI-Acts II, pág. 4.
252 "Declaración Jurada de Chung Tai Bong ante el Subcomité de Personal", en KI-5,
: págs. 214 a 217.
253 Estos datos provienen de: KI-Report, pág, 293 (para los datos de la universidad);

1
KI-5, págs. 13 a 31 y KI Report, págs. 4 4 ,1 5 0 (p ara el testim onio de Nidecker);
y “Declaración del General Kim Hyung Wook, Ex Director de la Agencia Cen-
: tral de Inteligencia de Corea (KCIA)”, en KI-1, págs. 23 a 27, 58 a 59 (p ara más
detalles).
| ^ 4 KI-Report, pág. 76.
255 Los detalles en esta sección provienen de KI-Report, págs. 1 0 4 ,2 4 1 , y KI-Apoprifi
págs. 716-18. ¥
2 5 6 Kl-Report, págs. 2 3 4 y 242.
257 Kl-1, pág. 25.
2 5 8 KI-Report, pág. 90.
259 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 30 0 .
2 6 0 "Bruce Lee and I: Martial arts phenomenon Jhoon Rhee talks, Part two" (Bruce
Lee y yo: el fenómeno de a rtes m arciales jhoon Rhee habla, segunda parte), en
Martial Arts Iliustrated. La correspondencia entre Rhee y Lee fue especialmpnfo
intensa en tre 1967 y 1973.
261 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 210 y211.

C a p ítu lo to : Los e x i l i a d o s
262 Son (1 9 8 3 ), pág. 6 .
263 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 394.
2 6 4 Choi (1974), pág. 45 3 .
2 6 5 Young (1 9 9 3 ), pág. 62, 67.
2 6 6 Entrevista, Nam Tae-hi (2 0 de febrero del 2 0 0 8 ).
267 KI-Report, pág. 92.
2 6 8 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 8 6 .
269 Choi deseaba que el asesinato de Lee no tuviera nada que ver con el Tae Kwon
Do (Choi [c. 200 0 ] tomo 2, págs. 2 2 3 a 2 2 5 ). Lee fue Embajador de Corea del Sur
en Francia durante el incidente de Berlín Oriental, que involucró a instructores
de Tae Kwon Do (New York Times, 23 de julio de 1967, pág. 5).
270 B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 22 4 .
271 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 376.
272 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 9 6 y 418.
273 B oettcher (1 9 8 0 ), págs. 224-27. También, ver "Declaración de Kim Sang Keun,
ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia de Corea, acompañado por el Sr.
Hong Kyoon, un intérprete", en Kl-5, pág. 61.
274 Kl-Appendix, págs. 1 0 5 ,1 0 9 .
2 7 5 Los detalles en este capítulo provienen de siete fuentes: (1) Entrevista, Rhee
Min-hi (22 de diciem bre del 2 0 0 7 ); (2) "Memorándum del FBI t itu la d o Mm
Rhee Hi Fecha 13 de noviembre de 1974", en KI-Append, pág. 476 y 477; (3)
“Declaración jurada firm ada de Rhee Min Hee (en coreano) para P e r s o n a l del
Subcomité...” en KI-5, págs. 2 1 8 a 2 2 1 ; (4) Memoranda del FBI de se p tie m b re
de 1973, sobre las actividades de KCIA en los EEUU en KI-Append, págs. 457 a
4 6 6 ; (5) Los docum entos sobre los vínculos de KCIA con la A s o c i a c i ó n Política
Coreano-Americana, en KI-Append, págs. 1 5 0 6 a 1517 y Kl-5, pág. 210-13; ( 6 )
Los artículos y testim onios de Sun Song Keun, ex editor del Korea Journal de
San Francisco, en Kl-5, págs. 79 a 95, 2 0 6 y 207, y (7 ) Boettcher (1 9 8 0 ), págs.
224 a 227.
276Song los llamó "estudiantes de Karate" (Kl-5, pág. 8 0 ) y Boettcher (1 9 8 0 ) dice
que eran "expertos en Karate" (pág. 225). Más precisamente, eran practicantes
de Karate Coreano o Tae Kwon Do, que estaba difundido en los Estados Unidos
en 1973.
777 Declaración de Kim Sang Keun, ex oficial de KCIA, en Kl-5, págs. 57 y 58.
?78Entrevista con Simón Rhee (1 2 de diciembre del 2 0 0 7 ).
279 Las tres fuentes que vinculaban a Rhee con la KCIA fueron: el periodista del
'Korea Journal Sun Song-Keun, que había estado en la sala; una declaración ju­
rada ante el Congreso de los EEUU de Chung Tae-bong, que había sido amigo de
Song y anunciante en el diario de éste, y Lee Keun-pal, que había sido secretario
personal de Kim Dae-jung en los Estados Unidos.
280Kl-5, pág. 1. Muchas publicaciones informaron sobre el incidente, en las que fi­
gura el nombre de algunos de los involucrados, incluyendo "S. Korea Admits Kim
Hbduction Role1' (Corea del Sur admite participación en el secuestro de Kim" en
elAsahi Shimbun (25 de octubre del 2 0 0 7 ), por Yoshihiro Makino. El artículo
está disponible en w w w .asah i.co m /en g lish /H erald -asah i/tk y200710240754.
Iitml. Un informe completo de la NIS (anteriormente la KCIA) estaba disponible
en Corea en el sitio web NIS en noviembre del 2007.
281Véase el "Memorándum, Asunto: Actividades reales de la KCIA en los Estados
«Unidos, fechado agosto 1 7 ,1 9 7 3 ", en Kl-5, págs. 166 y 167.
282Un ex director de la KCIA dijo a los investigadores de EEUU que japón sería un
lugar mejor que los Estados Unidos para el secuestro (Kl~5, pág. 62).
283KI-Append, pág. 4 6 6 .
284Enun número de fuentes se indican los nombres de algunos de los involucrados
..en el incidente: (1) “Threat to Koreans in U.S. By Seoul Stirs Concern" (Amenaza
a coreanos en los EEUU. En Seúl se agita preocupación) por David Binder, New
York Times (17 de agosto de 1973), pág. 65; (2) Los artículos del Washington
: . Post: “South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana: El po-
,der crece, el miedo se extiende), de John Saar, John Goshko y Bill Richards (23
! de mayo de 1976), y “Koreans Here Seek Politician's Release" (Aquí los coreanos
; buscan liberación de político), por Jaehoon Ahn (20 de agosto de 19 7 3 ); (3)
■Carta de Kim Sang Keun, un funcionario de la prim era KCIA, Kl-5, págs. 172 a
; .177; (4) "Declaración de Gregory Henderson, de Tufts University, Escuela de
Leyes y Diplomacia" en Kl-Acts l, pág. 7; (5) “Declaración de Donald L. Ranard,
. ; ex director de Asuntos Coreanos del Departamento de Estado", en que Kl-Acts
Pág-13; (6 ) Kl-Acts II, págs. 81 y 87; (7 ) Hyung Kim Wook, ex d irector de la
; KCIA en Kl-1, págs. 11 y 39 a 42.
285 "U.S. Knew Immediately ofKClA Role in Kim's Abduction” (EEUU supo intned’
tam ente sobre el papel de la KC1A en secu estro de Kim), en Kyodo News fot*'
national (9 de agosto 1 9 9 8 ), que cita a ex jefe de la estación de la CIA, Don'Urt
Gregg. ' ad
2 8 6 Klein (2 0 0 7 ), pág. 107.
2 8 7 Kl-Report, págs. 147 y 1 4 8 ,1 5 4 . B oettcher (1 9 8 0 ), pág. 227.
2 8 8 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 8 7 y 2 8 8 .
2 8 9 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 4 6 . En trevista, Park Jong-Soo (21 de febrero del
2 0 0 8 ). Entrevista, Cormack (mayo del 2 0 0 3 ). CIA de EEUU destinó a su agente
Robert Walson a Etiopía, donde éste introdujo el Tae Kwon Do.

C a p ít u l o í t : D e l t e n e b r o s o K u k k i a l a W T F

2 9 0 La ap ertura del capítulo es una cita de Kang y Lee (1 9 9 9 ). Kim (1975), páp. 5,
Kang y Lee (1999).
291 Kang y Lee (1 9 9 9 ), págs. 30 y 4 0 .
2 9 2 Kim (2 0 0 2 ), pág. 70.
2 93 Kim (2 0 0 2 ), págs. 63 a 67.
2 9 4 C. K. Choi (2 0 0 7 ), pág. 101.
2 9 5 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 351,
2 9 6 Kim (1 9 7 5 ), pág. 7.
297 Kim (2 0 0 2 ), pág. 63.
2 9 8 Kim (1 9 7 5 ), pág. 13.
2 9 9 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ) y Sunny Choi (21 de agosto
del 2 0 0 2 ).
300 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ),
301 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 241, 36 0 . Entrevista, Sunny Choi, (22 de agosto
del 2 0 0 2 ).
302 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 39.
303 Kim (1 9 7 5 ), pág. 38.
3 0 4 Entrevista, Tae E. Lee (2 0 de agosto del 2 0 0 7 ).
3 05 Entrevista, Kim Jae-Hun (22 de junio del 2 0 0 2 ).
3 0 6 Los detalles GAISF son de Kim (2 0 0 2 ), págs. 73 a 75, 93, y Kang y Lee (1999),
págs. 4 0 a 42.
3 0 7 Entrevista, Rhee (noviembre del 2 0 0 7 ).
3 0 8 Kim (1 9 7 5 ), pág. 20. Chun (1976), págs. 3 y 12.
3 0 9 Anslow (2 0 0 4 ), pág. 50.
310 Kim (2 0 0 2 ), pág. 53.
311 Entrevista, C.K. Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ).
312 "Conclusión" en Kl-Report, págs. 153 a 157.
313 "South Korean Abuses Tolerated" (Se toleran abusos surcoreanos), por Don
Oberdorfer, en el Washington Post (17 de mayo de1976), incluidoen el KI-Acts
l págs. 8 9 -9 0 . La intervención de Kissinger proviene también del artículo.
314 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 2 7 7 y 278.
315 "Korean Consulate General: Condemned” (Consulado General de Corea: Conde­
nado), de Kook Yung-gil, en The New Korea (6 de noviembre 1 9 7 5 ), en KI-Acts
I, pág. 29.
316 Boettcher (1 9 8 0 ), pág. 7.
317 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 2 6 6 .
: 318 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 271 a 276.

Ca p ít u l o 1 2 : ¡W h a a a !

.,319 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).


320 KI-Report, pág. 424. La m ayor p arte del KI-1 consiste en el testim onio de Kim
Hyung-wook a un com ité del Congreso de los EEUU (ver páginas 10 y 31).
321 Boettcher (1980), págs. 2 6 0 y 378.
; 322 Choi (c. 2 0 0 0 ), tom o 2, págs. 317 y 323.
■ 323 Cumings jPRÍ "Documento de Trabajo Ns 20" (2 0 0 3 ).
: 324 Entrevista, Choi (2 7 de m arzo del 2 0 0 1 ).
325 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (2 2 de agosto del 2 0 0 2 ).
326 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 140 y 141.
; 327 Los secuestros tuvieron lugar a lo largo de la década de 1970 y principios de
1980 y se informaron ampliamente en el 2 0 0 2 , cuando Corea del Norte admitió
la misión. “Kidnappings latest bizarre talefrom N. Korea" (Secuestros, los recien­
tes insólitos relatos de Corea del Norte), por Geoffrey York, Globe and Mail (19
de septiembre del 2 0 0 2 ), pág. A19.
328 Burdick (1 9 9 7 ), pág. 37.
; .329 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 472, se ocupa del incidente con la crisis de 1 9 6 8 del USS
Pueblo en que Corea del Norte se apoderó de un barco espía de los EEUU Mu­
chos sitios web contienen información acerca del Episodio de la Tala del Árbol.
í 330 "Declaración de Ledyard Gari, profesor de idioma e historia coreana, Columbia
University", en IK-4, pág. 18.
; 331 Entrevista, Kong (16 de agosto del 2 0 0 2 ). Anslow (2 0 0 4 ), pág. 48.
332 Entrevista, Nam (abril del 2 0 0 6 ).
333 "South Korean CIA: Power Grows, Fear Spreads" (La CIA surcoreana; El n d
crece, ei miedo se extiende) por John Saar, John Goshgo y Bill Richards n
Washington Post, 23 de mayo de 1976. '' e
3 3 4 Choi (1 9 8 0 ), pág. 7.
335 E n trevista, C.K. Choi (31 de octub re del 2 0 0 7 ). Kimm (2 0 0 0 ), pág. 56.
3 3 6 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ). Choi (c, 2 0 0 0 ), tomo 2, pág, 313
3 3 7 Muchos detalles en este capítulo son de Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2 , págs. 342 a 352
y Choi (1 9 8 0 ), que es un largo folleto que Choi imprimió sobre el viaje.
3 38 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).
3 3 9 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ).
3 4 0 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 3 3 6 a 3 3 8 .
341 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 379.
342 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 343 y 38 3 .
343 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 46.
3 4 4 Cumings (2 0 0 4 ), pág. 76.
3 4 5 Cumings (2 0 0 4 ), págs. 1, 2. Cumings (2 0 0 5 ), pág. 420.
3 4 6 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).
347 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 227-28.
3 4 8 Cumings (2 0 0 4 ), pág. 159.
3 4 9 Choi (1 9 9 9 ), págs. 4 2 ,1 4 8 y 149.
3 5 0 Entrevistas, Jung-Hwa Choi (mayo y abril del 2 0 0 3 ).
351 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ).

C a p ít u l o 1 3 : L o c u r a o l ím p ic a y d e s c o n t r o l n o r c o r e a n o

352 Entrevista, Rhee (17 de enero del 2 0 0 8 ).


35 3 Dick Pound me informó sobre su apodo (4 de m arzo del 2 0 0 8 ).
3 5 4 La información sobre la Operación Thunderbird proviene de Kim (2002), págs,
6 ,7 8 ,1 0 1 a 119, y 230, y del Comité Organizador Olímpico de Seúl (1989), págs.
2 9 -3 6 .
355 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 8 3 y 38 4 .
356 La KCIA pasó a llam arse A gen cy fo r National Security Planning (Agencia de Pla­
nificación de la Seguridad Nacional).
357 Sus nombres están en Kim (2 0 0 2 ), pág. 113.
358 La Cámara de Representantes de los EEUU, "The O íy m p ic s Site Selection Process
(El Proceso de Selección de la Sede Olímpica) (2 0 0 0 ), pág. 453, señala: "La
biografía de Peter Ueberroth Made in America describe el proceso de licitación,
para ios juegos de Seúl que Ueberroth vio como un sucedáneo de soborno..
U eberroth e ra el o rg a n iz a d o r de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1 9 8 4
y, posteriormente, presidente del Comité Olímpico de los EEUU
iocq "Olympics; Past Scandal Could Haunt LO.C. Candidate" (Olimpiadas: escándalo
pasado podría atorm en tar al Candidato del COI], por Jere Longman, New York
Times (15 de julio del 20 0 1 ).
36OKim (1990), pág. 60.
' 361 Jennings (1 9 9 2 ), pág. 13 8 , sostiene que "los Juegos de Seúl fueron concebidos
[en parte] a p a rtir del deseo de la junta m ilitar de ocu ltar su imagen brutal...".
Véase también Cumings, JPRI "Documento de Trabajo NQ20" (2 0 0 3 ).
362 Kim (1990), pág. 61.
; 363 E ntrevista, C ariati (e n e ro del 2 0 0 8 ) .
■.364 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 3 4 9 y 431.
36S Y ricos norcoreanos financiaron su a rte m arcial, Jin Chon-shik en japón dio $
200.000 a Choi p ara un cam peonato y se convirtió en Vicepresidente de la In­
ternational Taekwon-Do Federation. El sobrino de Chon, Phang Jin, más tarde
se convirtió en jefe de la ITF en Japón. Entrevistas, Park Jong-Soo (5 de enero
del 2003 y 20 de agosto del 2 0 0 4 ).
} 366 Parte de esta sección proviene de entrevistas con Jung-Hwa Choi (de enero del
2002 a abril del 2 0 0 3 ) y Michael Cormack (mayo del 2 0 0 3 ), y los detalles son
de periódicos canadienses, tales como el Globe and Mail Post "Plot on S. Korean
Presídent Foiled" (Se fru stra complot contra Presidente surcoreano) (25 de
febrero de 1982), pág. 4; y otros artículos, el Toronto Sun - ’Cops Plan More Plot
A rresté (Policías planean más detenciones por el complot)) (2 6 de febrero de
1982), "Court Hears Plot to Kill Top Korean” (Tribunal tom a audiencia por com ­
plot para m atar a im portante coreano), (17 de febrero de 1984), "Cops A rrest
Suspect in M urder Plot: Korean Prez Target" (Policías arrestan a sospechoso de
complot de asesinato: El objetivo era el Presidente de Corea) (23 de enero de
1991), pág. 34, y otros artículos-, y desde el Toronto Star -"Man Jailed in Disco
Bombing Planned Blast While in Prison" (Hombre encarcelado por bom bardeo
de Discoteca planeó atentado de bomba desde la cárcel), (19 de octubre de
1985), "Disco Bomb Trial Ends With Plea Bargain Bang” (Juicio de la bomba en
la Disco finaliza con explosivo acuerdo con el fiscal), (13 de septiembre, 1986),
"Mississauga Man, 36, Pleads Guilty in North Korean Assassinarion Plot” ("Hom­
bre de Mississauga de 36 años se declara culpable en complot de asesinato
norcoreano" (2 4 de enero de 1991)-, y otros artículos.
.367 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 355, 3 6 9 a 374, 397. Entrevista, Cormack (mayo
del 2003).
368 Entrevista, Jung-Hwa Choi (mayo y abril del 2 0 0 3 ).
369 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 40 1 .
370 Entrevista, Choi Hong Hi (m arzo del 2 0 0 1 ). Choi (1 9 9 9 ), pág. 299.
. 371 Entrevista, Cormack (2 de mayo del 2 0 0 3 ).
372 Entrevista, Lu (17 de mayo del 2 0 0 3 ). "Phap Lu: Un superviviente” Tae Kwon
Do Times (julio 1 9 9 7 ), pág. 9 6 -105.

C A P ÍT U L O 1 4 : U n a m o r d e v e r a n o o l í m p i c o

3 7 3 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), pág. 42.


374 Detalles en estos dos prim eros párrafos son de Kim (1 9 9 0 ), págs. 1 3 3 ,1 3 8 ,1 4 2
y Kim (2 0 0 2 ), págs. 1 1 9 ,1 5 7 , 274.
375 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 417.
376 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 4 1 4 ,4 5 3 ; Jennings (1 9 9 2 ), págs. 2 3 2 y 233.
3 7 7 Kang y Lee (1 9 9 9 ), pág. 40.
378 Choi no fue el único líder de las artes m arciales que desafió a Kim. Muchos diri­
gentes de la W TF se rebelaron contra lo que consideraban corrupto en la WTF.
Por ejemplo, en 1986 el Dr. Dong-Ja Yang, presidente de la Unión Panamericana
de Taekwondo afiliada a la WTF, pidió a Kim Un-yong que considerara bajar
las tarifas exorbitantes para las certificaciones de cinturones negros. Kim se
negó, y la W TF expulsó al Dr. Yang, quien encabezó el Taekwondo Reform Mo~
vement (Movimiento de Reforma de Taekwondo). Ver http://www.tkdreform .
com /about.htm l.
379 Kim (1 9 9 0 ), pág. 60.
3 8 0 El incidente Yongpal recibió amplia cob ertura de los medios de comunicación
de Corea. Ver noticias de la BBC p ara la cobertura en Inglés: "5, Korea Tae Kwom
Do chiefheld" (Jefe de Taekwondo surcoreano detenido) (5 de diciembre deí
20 0 3 ).
381 Cumings (2 0 0 5 ), págs. 3 9 2 y 393.
382 Jennings (1 9 9 2 ), págs. 147 y 148.
383 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 33 2 .
3 8 4 Kim (1 9 9 0 ), págs. 237 y 261.
3 8 5 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), pág. 394.
3 8 6 Comité Organizador Olímpico de Seúl (1 9 8 9 ), págs. 145 y 271,
3 8 7 Jennings (2 0 0 0 ), pág. 188.
3 8 8 Entrevistas con Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ) y Su Young Choung
(octubre del 2 0 0 5 ).
3 8 9 Yook (2 0 0 2 ), pág. 8 .
390 Detalles de este capítulo provienen de Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 0 ,8 2 ,8 7 y 8 8 .
391 Comité Organizador de las Olimpíadas de Barcelona (1 9 9 2 ), tomo 4, pág. 301.
392 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, págs. 4 4 0 y 441.
3 9 3 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 4 9 6 y 499.
394 En un artículo en Idioma coreano en Sports Hankook (12 de diciembre del 2 0 05),
perteneciente al grupo del Korea Times. Ver Hankooki.com.
395 Kim (2 0 0 2 ), pág. 6 .
396 Simson y Jennings (1 9 9 2 ), contratapa.
397 Jennings (2 0 0 0 ), pág. 184. En 1999, el New York Times in form ó so b re la h isto ria .
398 Medios de comunicación de todo el mundo cubrieron esta historia. Por ejem­
plo: "10C on road to credibility: Pound, Samaranch wins vote ofconfidence as six
members booted outu (El COI en cam ino a la credibilidad: Pound, Sam aranch
gana voto de confianza y seis miembros gon expulsados), Toronto Star (18 de
marzo de 1999), pág. 1: "Who Wilí Clean Up A fter This Man?'1(¿Quién va a limpiar
después de este hombre?) Asiaweek (23 de febrero del 2 0 0 1 ); "Fugitive in Games
Scandal A rrested" (Fugitivo del escándalo de los Juegos arrestad o), Deseret
News (21 de mayo del 2 0 0 3 ), pág. A01, "Sports Briefing: Olympic Games; Testi-
mony: I0C Member's Son Híred to Help Bid" (Información de Deportes: los Juegos
Olímpicos; Testimonio: hijo de un miembro del COI fue contratado para ayudar
a la oferta), New York Times (18 de noviembre del 20 0 3 ).
. 399 Jennings (2 0 0 0 ), págs. 9 8 ,1 9 3 . Cámara de Representantes de los EEUU, "The
Olympics Site Selection Process" (El Proceso de Selección de la Sede Olímpica)
( 2 0 0 0 ), pág. 518.
400 Kim (2 0 0 2 ), pág. 26.
401Yook (2 0 0 2 ), pág. 7.
; 402 Entrevista, Jung-Hwa Choi (2 5 de enero del 2 0 0 2 ).
403 Choi (c. 2 0 0 0 ), tomo 2, pág. 531.
404 "Cops A rrest Suspect in M urder Plot: Korean Prez Target" (Policías arrestan a
sospechoso de complot de asesinato: El objetivo era el Presidente de Corea)
Toronto Sun (23 de enero de 1991), pág. 34.
405 Kim (2 0 0 2 ), págs. 52 y 53.
406 "Olympics; Past Scandal Could Haunt l.O.C. Candidate" (Olimpíadas: escándalo
pasado podría atorm en tar al Candidato del COI), por Jere Longman, New York
Times (15 de julio del 2 0 0 1 ).

Ca p ít u l o 1 5 : “ P o d a n d o l a s r a m a s ” e n l a s O l i m p í a d a s d e l 2 0 0 0
Y PELEA C A L L E JE R A A LA SALIDA

-407 Kim (2 0 0 2 ), pág. 52.


408 Kim (2 0 0 2 ), pág. 27 2 .
409 Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 2 a 84, y 272.
: 410 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 4 4 2 . Mientras tanto, a mediados de la década de 1990,
las diez compañías más grandes de Corea - o sea diez familias coreanas - con­
trolaban el 60 por ciento de la econom ía de Corea del Sur (Cumings [20051
pág. 330).
411 "Taekwondo riot dem eans new Olympic sport" (Tumulto de Taekwondo degrada
nuevo deporte olímpico), China Daily (edición norteamericana) (10 de diciem*
bre, 1998). "Bangkok judging under the spotlight” (Arbitrajes en Bangkok bajo
el centro de atención), New Straits Times (26 de noviembre, 1998),
412 Kim (2 0 0 2 ), pág. 289.
413 Cumings (2 0 0 5 ), pág. 501.
414 "Koreas A gree to Family Reuníons" (Las Coreas acuerdan reuniones familiares"
Sitio web de la BBC World Service (18 de septiem bre del 20 0 1 ).
415 "South Korean Leader Says Move Was Meant to Aid 'Sunshine' Policy: Paymentto
North Puts Seoul on Defense" (Líder de Corea del Sur afirm a que con su acción
pretendía ayudar a política ‘Sunshine': Pago a Corea del Norte pone a Seúl a la
defensiva” International Herald Tribune (31 de enero del 20 0 3 ). Además, ver Na
(2 0 0 4 ) y "juegos Olímpicos: Oficial del COI en la fila del soborno", The Guardian
(10 de enero del 2 0 0 4 ), pág. 19.
416 Kim (2 0 0 2 ), pág. 47.
417 Kim (2 0 0 2 ), págs. 7, 37, 3 9 ,4 8 .
418 Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 1, pág. 133.
419 Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 2, pág, 270.
420 "Estas restricciones garantizaban que las naciones tradicionales en el taekwondo
no dominaran el torneo, lo cual podría haber reducido su interés mundial", según
el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Sidney (2001), tomo 1, pág. 134.
"Si se hubiera permitido a Corea entrar en más categorías, los resultados del torneo
podrían haber sido diferentes" según el propio Comité (2001), tomo 2, pág.271.
421 Kim (2 0 0 2 ), pág. 295.
4 22 Yook (2 0 0 2 ), págs. 7 a 11.
4 23 "Motivation Questioned In Taekwondo Inckient” (La intención puesta en duda en
el incidente de Taekwondo), í/5j4 Today (5 de agosto del 20 0 2 ).
4 2 4 "Taekwondo Official Denies Judging Quotes" (Oficial de Taekwondo niega cotiza­
ciones para juzgar resultados), USA Today (7 de agosto del 2002).
425 Citado en el Gazette "One Olympic Gold Gains In Valué As Scandal TarnishesSport”
(Un oro olímpico gana en valor m ientras escándalo empaña el deporte), (24 de
agosto del 2 0 0 2 ).
4 2 6 Entrevista, Askinas (3 0 de enero del 2 0 0 8 ).
427 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ).
4 2 8 Comité Organizador de los juegos Olímpicos de Sidney (2 0 0 1 ), tomo 2, pág. 269.
4 2 9 "On the Olympics: Two Athletes, an Injury and a Sacrifice" (En las O lim p ía d a s:
Dos atletas, una lesión y un sacrificio), New York Times (25 de mayo de 2000).
430 Kim (2 0 0 2 ), pág. 19.
431 http://w w w .tkdreform .com /about.htm l.
432 Kim (2 0 0 2 ), págs. 17 y 21.
433 Kim dijo que había estado tratando de ser tran sp aren te y buscando disminuir
los sobornos ofreciendo pagar $ 5 0 .0 0 0 en gastos de los miembros del COI (Kim
[2002], pág. 30).
434 Entrevista, Pound (4 de m arzo del 2 0 0 8 ).
435 Los detalles sobre la votación y las reacciones de Kim, en Kim (2 0 0 2 ), págs. 8 ,
3 0 ,3 2 , y 95.
436 "Funcionario del COI encarcelado por corrupción", el sitio online de la BBC
World Service (3 de junio del 2 0 0 4 ). "Informe de deportes", New York Times (3
de junio del 2 0 0 4 ).
437 Kim (2 0 0 2 ), pág. 5.

Ca p í t u l o 1 6 : C o m o e n u n a s e c t a

438 Entrevista, Meeyun Colomvakos (20 de noviembre del 2 0 0 2 ).


439 Entrevista, Jung-Hwa Choi (25 de enero del 2 0 0 2 ).
440 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ).
441 Entrevista, G alarraga (16 de agosto del 2 0 0 2 ).

Ca p í t u l o 1 7 : E l p e q u e ñ o g i g a n t e m u e r e y e l T a e k w o n D o
TRADICIONAL SE D E S A R T IC U L A

442 Minford (2 0 0 2 ), pág. 84.


443 Entrevista, Jung-Hwa Choi (2 8 de mayo del 2 0 0 2 ).
444 Entrevistas, Meeyun Colomvakos y Sunny Choi (22 de agosto del 2 0 0 2 ).
445 Entrevista, Jong-Soo Park (2 0 0 2 ).

C a p í t u l o 1 8 : Los j e f e s d e l a W T F v a n a l a c á r c e l y e l T a e
K w on D o O l í m p i c o e n f r e n t a s u p o s i b l e d e s a p a r i c i ó n

446 "Fighting Dirty“ (Peleando Sucio), Time (8 de m arzo del 2 0 0 4 ).


447 Na (2 0 0 4 }.
448 Kang y Lee (1999), pág. 39.
449 "Official Quits and the 1.0.C. Avoids Expulsión Vote” (Un oficial renuncia y el COI
evita el voto de expulsión), New York Times (21 de mayo del 2 0 0 5 ), pág. D6 .
450 "Olympic Games: ioc Official In Bribery Row" (Juegos Olímpicos: Oficial del COI
en la fila del soborno), The Guardian (10 de enero, 2 0 0 4 ), pág. 19.
451 Del Korea Times: "Taekwondo tíead Koo Gets SuspendedJail Term" (jefe del Tae­
kwondo Koo recibe suspensión del término en prisión) (16 de enero del 20041
y “4 Detained in Taekwondo Probe" (4 detenidos en sondeo de Taekwondo) ffi
de diciembre del 2 0 0 3 ).
4 5 2 "El Padrino de gan gsters controla la Asociación de Taekwondo", Hankyoreh
-periódico de Corea del Sur- (5 de diciembre del 2 0 0 3 ). Ver http://english.hani
co.kr o w ww .hani.co.kr
4 5 3 Yook (2 0 0 2 ), pág. 27 a 29.
4 5 4 Na (2 0 0 4 ).
4 5 5 Entrevista, Askinas (3 0 de enero del 2 0 0 8 ).
4 5 6 Entrevista, Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ).
4 5 7 Entrevista, Mitchell (octubre del 2 0 0 5 ).
4 5 8 Comisión de Ética del COI, la Decisión en relación con el señor Kim Un Yong,
Vicepresidente del COI (4 de febrero del 2 0 0 5 ).
4 5 9 "10C Official Jailed fo r Corruption” (Funcionario del COI encarcelado por corrup­
ción), sitio online de la BBC World Service (3 de junio del 2 0 0 4 ).
4 6 0 "IOC ’s Kim sits in jail forgotten" (Kim, del COI, está en la cárcel olvidado), Deseret
Morning News (2 8 de mayo del 2 0 0 4 ).
461 Entrevista, Kwon (2 0 0 8 ). "Choue Chung-won Élected as New Taekwondo tiead"
(Choue Chung-won elegido nuevo jefe de Taekwondo), Korea Times (12 de junio
de 2 0 0 4 ).
4 6 2 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ).
4 6 3 "Saving Olympic Tae Kwon Do” (Salvando al Tae Kwon Do Olímpico), Tae Kwon
Do Times (julio del 2 0 0 5 ), págs. 4 6 y 47.
4 6 4 Korea Times: "WTF Has Guarded Optimism on Taekwondo's Olympic Status" {WTF
mantiene moderado optimismo sobre el estatu s olímpico del Taekwondo) (23
de junio del 2 0 0 5 ) y"T’a ekwondo is Sport For Everyone" (El Taekwondo es un
deporte para todo el mundo) (2 6 de octubre del 2 0 0 6 ).
4 6 5 "Ex~ioc Official jailed in South Korea fo r Embezzlem ent Released on Parole" [Ex-
Oficial del COI encarcelado en Corea deí Sur por malversación de fondos recibe
libertad condicional), Canadian Press (3 0 de junio del 2 0 0 5 ).
4 6 6 Yang (2 0 0 5 ).
4 6 7 "WTF Task Forcé Identifies Reform in 16 Key Fields" (Fuerza de Tareas de WTF.:
identifica reform a en 16 áreas clave), Seoul Times (2 7 de enero del 2005).
4 6 8 Chun (2 0 0 6 ), pág. 19.
4 6 9 Yang (2 0 0 5 ).
470 Entrevista, Joon-Pyo Choi (2 8 de noviembre del 2 0 0 7 ).
471 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ).
472 "3 7 charged in taekwondo crackdown” (37 acusados en la represión de Taekwon­
do), Joong Ang Daily (11 de abril del 2 0 0 6 ), También, ver anuncios en www .w tf.
org "WTF Terminotes Employment ofTw o Staff Members" (W TF despide a dos
miembros del personal” (7 de m arzo del 2 0 0 8 ).
473 "AOC Ceases to Recognise Taekwondo Australia" (El Comité Olímpico Australiano
deja de reconocer al Taekwondo de Australia) (2 de noviembre del 2 0 0 7 ), se
encuentra en la sección de Noticias de www.olympics.com.au
474 Xlarification o fW T F Position" (Aclaración de la posición de la W TF) en www.
wtf.org (6 de m arzo del 2 0 0 8 ).
475 *Kukkiwon is slowly drow ning’’ (El Kukkiwon se está ahogando de a poco), un
artículo de preguntas y respuestas por jun Chul Shin (21 de febrero del 2 0 0 8 ),
que se encuentra en w w w .m ookas,us/m edia_view .asp?new s_no=1323.
.476 El ex Secretario General Moon Dong-hoo, que había dimitido después del P re­
sidente de la WTF, anunció que la organización "procedería a tran sform ar a la
WTF de m anera d rástica, y a poner más mentalidad internacional y personal
profesional en la secretaría",
, 477 “Bribe? Envelopefor ioc Bigwig an 'Innocent’ Gesture" (¿Soborno? El sobre para
Bigwig -del COI- un «inocente» gesto), Associated Press (11 de enero del 2 0 0 8 ).
“'WTF* No Foul Play'f (W TF juego sin tram pa) de www.mookas.us / media_view.
asp? news„ no ~ 1331. Comité Olímpico Internacional Caso N2 0 4 /2 0 0 7 .
478 Entrevista, Mitchell (13 de febrero del 2 0 0 8 ).

Ca p ít u l o 1 9 : In d u l t o

; 479 Dukes (1994), por ejemplo.


1480 Entrevista, Rhee (19 de noviembre del 2 0 0 7 ).
481 Entrevista, Cariati (8 de enero del 2 0 0 8 ).
F uentes

La mayoría de mis fuentes están mencionadas en las notas que sé


encuentran al final de este libro, pero a continuación hago un listado
de referencias bibliográficas y de las entrevistas que llevé a acabo.
Los documentos que sólo se encuentran disponibles en coreano están
listados en inglés. Una bibliografía por Kenneth R. Robinson que se
encuentra en Internet me resultó excelente para obtener fuentes sobre
historia coreana, (www.hawaii.edu/korea/bibliography/biblio,htrn),

B ib l io g r a f ía

Anslow, Stuart. "An Interview wíth Grandmaster Kong Young 11” (Una entrevista con
el Gran M aestro Kong Young II) Tae KwonDo and Korean Martial Arts, vol. 9,N?
10 (noviembre 2 0 0 4 ): págs. 4 8 -5 3 .
Associated Press. “Attacks A lter Korean Peace Talks/' (Ataques alteran las conver­
saciones de paz coreanas) Globe and Mail (Toronto, 17 de septiembre 2Q01);
págs. A17.
Boettcher, Robert B. "Gifts ofDeceit: Sun Myung Moon, Tongsun Park, and theKomii
Scandair (Regalos de Engaño: Sun Myung Moon, Tongsun Park, y el escándalo
coreano). Nueva Ytífk: Holt, Rinehart y W inston, 1 9 80. (Boettcher dirigió las
investigaciones del Congreso de EEUU del Koreagate en la década de 1970).
Burdick, Dakin. “A History o f Taekwondo" (Una historia del Taekwondo). (Este ensa-
yo a p artir de 1 9 9 0 ha dado varias vueltas por Internet, pero Burdick publicó
una versión más precisa en 1997.)
____ . T eo p ie and Events o f Taekwondo's Formative Years” (Personas y hechos del
Taekwondo en los años de su formación) Journal o f Asían Martial Arts, vol. 6,
no. 1 (1 9 9 7 ): págs. 3 0 -4 9 . Pennsylvania: Via Media Publishing.
Cha, Mong-goo. "Escape From Japanese Hakhpyung" (Escape del H a k h p y ung Japonés)
La Iglesia bajo la ocupación japonesa, Corea del Sur: fecha desconocida.
Cho, II Hee. “The Complete One & Three Step Sparring" (Combate a uno y tres pasos
complete). EEUU: publicado por el autor, 1988.
-------. "The Complete Martial Artist" (El artista marcial completo), Volumen t EEUU.
publicado por el autor, 1981.
Choe Sang'Hun. "Korea Opens Dark Chapter o f History: Case o f Missing Spy Ünder
¡nvestigation." (Corea del Sur abre un capítulo oscuro de la historia:. Caso del
espía desaparecido bajo investigación) International Herald Tribune (abril 5 ,
.. 2005): pág 1.
Choi» C. K. (Chang Keun). The Korean Martial A rt o f Tae Kwon Do & Early History"
(El arte m arcial coreano de Tae Kwon Do y su historia tem prana). Vancouver:
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Rai) y enero de 2 0 0 8 .
.■Choi, C. K. (Chang Keun), pionero del Tae Kwon Do y asistente de Choi Hong-Hi en
los 60: 31 de octubre y 2 8 de noviembre, 2007.
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pionero del Tae Kwon Do y uno de los fundadores de la WTF: 7 de abril a julio
de 2008.
'■Choi, Hong-Hi: m arzo y abril de 2 0 0 1 , incluyendo un sem inario de Tae Kwon Do de
tres días en abril de 2 0 0 1 .
Choi, Joon-pyo, ex entrenador del equipo olímpico de los Estados Unidos y actual
co-comisionado del USAT de la WTF: 2 8 de noviembre, 2007.
¡;Choi, }ung-Hwa, hijo de Choi Hong-Hi y m aestro de Tae Kwon Do: enero de 2 0 0 2 a
¿V abril de 2003.
Choi, Song-Jook, hija m ayor de Choi Hong-Hi: 30 de mayo, 2 0 0 3 .
Choi, Sunny, te rce r hija de Choi Hong-Hi: 21 de agosto, 2 0 0 2 .
Choung, Young Su, gran m aestro de la W TF y ex entrenador principal del equjD
olímpico de Canadá: octubre de 2 0 0 5 .
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entre agosto de 2 0 0 2 y abril de 2 003 .
Cormack, Michael, ex ejecutivo de la ÍTF: mayo 2 0 0 3 .
Chang, Gedo, m aestro de Hapkido: Ver Nam Tae-hi.
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2 005.
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Gabbidon, Alfonso, uno de mis instru ctores: de 2 0 0 1 al 2 0 0 8 .
Galarraga, Néstor, m aestro de Tae Kwon Do de Argentina: 16 de agosto, 2002.
Ha, Kee, presidente de Taekwondo Cañada y entrenador principal del equipo olím­
pico de Canadá: junio y julio de 2 0 0 8 .
Kang, Seok-Jae, d irector de relaciones públicas de la WTF, con sede en Seúl, Corea
del Sur: julio de 2 0 0 8 .
Kim Bok-Man, pionero del Tae Kwon Do y asistente de Choi Hong-Hi en los 60:13
de agosto, 2 0 0 2 .
Kim, Jae-Hun, m aestro de la WTF y ex in stru ctor de la ÍTF: 22 de junio, 2002.
Koh, John, trad u ctor e intérprete: de 2 0 0 2 a 2 0 0 8 .
Kong, Young-il, gran m aestro de Tae Kwon Do: 16 de agosto, 2 0 0 2 .
Kwon, Soyoung, asistente especial del presidente de la W TF Choue Chung-Won:
febrero a julio, 2 0 0 8 .
Lee, Tae Eun, gran m aestro de la W TF y ex auditor de la W TF bajo Kim Un-yong: 20
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Lim, Sun-Ha, y Sandy Lim, amigos de Choi Hong-Hi en 1 9 45: entre agosto 2002 y
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Lu, Phap, ejecutivo de la ÍTF y asistente de Choi Hong-Hi en los 9 0 :1 7 de mayo, 2003
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Maidana, José, exp erto en Tae Kwon Do de Argentina: 16 de agosto, 2002.
Mitchell, Wayne, S ecretario General de la W TF en Canadá: 11 de octubre, 2005 y
13 de febrero, 2 0 0 8 .
Nam Tae-hi, miembro fundador del Tae Kwon Do: diciembre 2 0 0 1 (con Gcdo Chang)
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Park, ]ong-Soo, mi ex in stru ctor desde 19 9 3 a 2 0 0 6 : 2 0 0 1 a 2 0 0 8 .
parris> R ich ard , m a e s tro de la ITF: 22 de a b ril, 2 0 0 1 y 29 de a b ril, 2 0 0 8 .
poUnd, R ichard (Dick), ex miembro del Comité Olímpico Internacional: 12 de febrero
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Raí, Palmar, cinturón negro de la ITF y asistente de Jung-Hwa Choi: Ver Joe Cariati.
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Í n d ic e a n a l ít ic o y d e n o m b r e s

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Ases, equipo de exhibición, 1 0 9 -1 1 2 ,1 1 4 Árbitros, 229, 231, 261, 2 6 2 ,2 6 3
Agencia Central de Inteligencia Coreana Askinas, David, 232
(KC1A), 30, 32, 95, 97, 9 8 ,1 0 9 ,1 1 6 , A sociación A m ateu r Coreana fKAAl
1 2 8 , 1 3 3 -1 3 5 , 138, 140, 142-146, 1 8 0 ,1 8 1 ' J'
1 5 0 -1 5 7 ,1 5 9 -1 6 8 ,1 7 2
Asociación Coreana de Atletismo (KAA1
Agencia Central de Inteligencia Coreana: 9 1 ,1 1 9 ,1 5 1
e Industrias Colt, 155; creación de,
A sociación Coreana de Tae Kwon Do
9 4 ; Incidente de Berlín del Este,
(KTA), 91, 9 2 , 95, 117, 119, 135
1 2 0 -1 2 3 ,1 2 5 ,1 7 6 ; la quinta ram a de,
143, 144, 145, 146, 147, 148, 149
119; ejecutivos de la ITF en, abduc­
1 5 3 , 15 4 , 171, 172, 177, 194, 207
ción de Kim Dae-jung por, 165-167,
23 4 , 235, 145, 156, 157, 145 n 228
173, 22 5 , 293; Kim Hyung-wook,
Asociación Coreana de Tae Soo Do,
1 2 4 ,1 7 4 , 282; y Fundación Coreana
9 5 ,1 1 6
de Cultura y Libertad, 135; p arti­
cipación con "Moonies”, 136, 138, Asociación del Espíritu Santo para la
141 144, 145, 146, 289; ayuda en Unificación del Cristianismo Mun­
el ofrecimiento Olímpico, 203; y el dial, 1 3 5 ,1 4 0
asesinato de Park Chung-hee, 197; y Asociación General de Federaciones In­
Plan en los EE.UU. [Koreagate], 150- ternacionales de Deportes (GAISF),
1 5 3 ,1 5 9 -1 6 4 ,1 6 8 ,1 7 8 -1 8 1 ,1 8 5 -1 8 7 , 177
191, 235; sexta ram a de, 95; tercera Auto-defensa, 28, 7 4 ,1 0 3 , 263
ram a de, 122 Fundación Coreana de
Azulejos azules kiwa, 1 7 1 ,1 7 2
Cultura y Libertad, 1 3 5 ,1 4 0
Bae, Young-shik, 161
Agencia Central de Inteligencia, EEUU
(CIA), 95, 124, 144, 151, 152, 167, Belle, Floyd, T I
1 6 8 ,1 6 9 ,1 8 0 ,2 0 5 Berkeley, California, 161
Alemania, 5 3 ,1 1 2 , 229 bloqueo, 38, 39, 43, 75, 134, 159, 175,
Alemania: Alemania Occidental, 3 2 ,1 0 1 , 267
108, 109, 110, 111, 12 0 -1 2 5 , 150- bloqueo: bajo, 37, 62; forma de W, 192
1 5 1 ,1 7 6 ,1 7 8 ,2 0 0 -2 0 2 Bodhidharma, ix, 265
Anderson, Howard T. (investigador de Borde (interior) de la mano, 69,137
EEUU), 146
Budismo, 85, 218
apuestas, 4 5 ,4 6 ,4 7 , 8 1 ,8 8
Burleson, Pat, 1 3 6 ,1 3 7
r nad a: y complot de asesinato, 205, 223, 226, 24 3 , 2 4 9 ; y Kim II Sung,
220 ; y Choi Hong-Hi, 1 5 8 ,1 7 3 ,1 7 8 , 192-193; y las kisaeng, 4 6 ,7 7 ,8 1 -8 3 ,
191,192, 205, 2 3 9 ; y GAISF, 177; y 97, 91, 120, 15 6 ; y la CIA Coreana
ITF, 1 5 8 ,1 7 1 ,1 7 2 , 198; y el Korea- (KCIA], 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 3 -1 2 5 ,1 4 1 -1 4 2 ,
qate, 181; y la CIA Coreana (KCIA), 151, 153, 156, 157, 1 5 9-160; y los
150 ; y Lu, Phap, 208; y Nam Tae-Hi, m ilitares coreanos, 6 0 -6 2 , 71, 72,
157,158; y Olimpíadas, 213, 218; y 74, 77, 87; y la Asociación Coreana
WTF, 179, 232, 246, 255, 258, 263, de Tae Kwon Do (KTA), 9 1 , 116,
264 117,119; y el Reverendo Moon, Sun-
Cariati, Joe, 243, 250, 267, 2 6 8 Myung, 1 4 1 ,2 4 6 ; y la cultura moral,
30, 49, 26 5 ; Nishiyama, Yuseki, 50,
Carrard, Fran?ois, 219
57, 61, 2 7 7 n 26; y Corea del Norte,
Gasa Azul, 1 4 3 ,1 4 7 ,1 5 0 ,1 6 6 ,1 7 1 ,1 8 6 127, 149, 18 1 -1 8 2 , 1 8 5 -1 8 9 , 1 9 4 -
Central de Inteligencia Coreana, Corea, 195, 198, 2 0 4 -2 0 6 , 216, 22 0 , 2 4 0 ; y
=.■
: ver Agencia Central de Inteligencia las Olimpíadas, 20 2 , 209, 210, 215,
Coreana (KCIA) 216, 223, 22 4 ; y Rhee, Jhoon, 137,
'QtangHon (Chang Hurí), 9 9 ,1 1 6 , 270 141; duran te la Segunda Guerra
Mundial, 5 3 -5 8
ckdol, 6 0 ,2 4 5
Choi, joon-Pyo (Joon P. Choi), 213, 258,
Chang Moo Kwan, 9 0
262
ChejuIsla, 71 Choi, jung-Hwa (James), 38, 39, 4 1 ,1 7 3 -
Cfso, Hee-Il, 73 174, 1 8 8 -1 8 9 , 192, 195, 19 8 -1 9 9 ,
gho, Man-sik, 197 2 0 4 -2 0 6 , 2 2 0 -2 2 1 , 23 9 , 2 4 3 -2 4 8 ,
Cho,Sang-ho, 2 0 0 266, 269

Choi, C. K. (Choi Chang- Keun), 71, 99, Choi, Song-Jook, 3 1 ,6 3


1 2 6 ,1 6 9 ,1 7 8 ,2 8 2 n 118 Choi, Sunduk, 1 8 4
Choi, Duk-shin, 1 1 0 ,2 8 4 n 138 Choi, Sunny, 1 7 3 ,1 7 4
Choi, Hong-Hi, 15, 27-29, 43, 6 4 , 67, 8 8 - Chon-Ji, 4 1 ,1 7 6
89, 95-99, 118, 127, 150, 158-159, Chon, Jin-shik, 2 9 8 n 3 6 5
. 167, 175, 186, 192, 197, 2 0 5 -2 0 6 ,
Choong-Moo, 2 8 2 n 118
221, 2 3 9 -2 4 8 , 2 51-252, 2 5 8 , 263,
282 n 118 Choi Hong-Hi: y 1961 Chosón,28, 29, 38, 42, 4 4 , 81, 82, 87,
golpe de Estado, 92-93; y voto de 2 1 1 ,2 5 5
Baden-Baden, 2 0 1 -2 0 3 ; y cáncer, Chosun Hotel, 119
249-250; dem onstraciones dirigi- Choue, Chung-won (Cho Jeong-w on),
■ das por, 73-75, 109-116, 140, 170, 2 6 0 ,2 6 1 ,2 6 2 ,2 6 3
227; los prim eros años, 4 4 -5 2 , 239,
Chun, Doo-hwan, 1 9 3 ,1 9 7 , 2 0 6
269, 50 n 24; y los cinco principios,
51,266; fundador del Tae Kwon Do, Chung Do Kwan, 69, 71, 76, 8 3 , 84, 87,
J ix, 71, 85-87, 91-92, 137, 175, 204, 9 0 ,9 9 , 213
: 208; funeral de, 252; y la Internatio- Chung, Tae-bong, 2 9 3 n 279
" nal Taekwon-Do Federation (ITF), Combate, sparring, 27, 31, 34, 70, 73,
1 1 9 ,1 2 1 ,1 4 1 -1 4 3 ,1 4 9 ,1 7 1 -1 7 6 ,1 9 1 , 100, 101, 110, 113, 114, 115, 137,
138, 158, 159, 176, 186, 198, 205, El a rte de la Guerra, 6 3 ,2 4 9
210, 213, 217, 242, 2 4 8 , 257, 260, Episodio de la Tala del Árbol (Inciden*
261, 262, 267, 2 6 9 ,2 8 2 n 118 del Homicidio con Hacha), 189 6
Combate de pies (Técnica de Sparring Esquema (Tae Kwon Do), 40, 41 73 ofi
de Pie), 159 97, 9 8 , 99, 112, 116, 1 7 3 , 174 '17?'
Comité de Nombramiento, 8 5 ,1 7 4 194, 195, 241, 26 6 , 267, 269 276 n
Comité Olímpico de EEUU, 259, 2 9 7 n 2 ,2 8 2 n 1 1 8 ' n
358 Estadio Olímpico de jamsil, 212
Comité Olímpico Internacional (COI), etnocentrism o, 213, 2 5 8
202, 203, 209, 213, 219, 220, 223- FBI (Bureau Federal de Investigaciones!
225, 233, 234, 245, 255, 2 5 8 -2 6 0 , 9 4 ,1 5 2 ,1 5 3 ,1 6 4 ,1 6 6 ,1 6 7 ,1 7 9
264
Federación Coreana de Tiro, 201
comunismo, 6 0 ,6 1 ,6 4 - 6 7 , 72, 7 5 ,8 2 ,9 3 ,
Federación de Taekwon-Do de EEUU
97, 9 8 ,1 0 3 ,1 0 4 ,1 0 5 ,1 2 0 ,1 2 2 ,1 2 7 ,
159 ' '
132, 134, 135, 151, 152, 158, 161,
162, 177, 182, 188, 192, 195, 196, Federación Internacional de Ch'an«-Hon
204, 20 8 , 209, 252 Taekwon-Do, 269

Confucianismo, 2 8 ,4 0 ,4 5 ,4 6 ,4 7 ,4 8 , 61, Federación Internacional de Taekwon-


82, 84, 85, 97, 114, 120, 160, 171, Do (ITF), 36, 3 8 ,1 1 9 ,1 2 1 ,1 2 6 ,1 4 2 -
220, 242, 252, 265 150, 159, 169, 172-180, 187, 190
191, 192, 197, 198, 208, 215, 21*
Cormack, Michael, 114, 187, 188, 189,
243-247, 25 2 , 25 8 , 260, 264, 266,
1 9 0 ,1 9 5 ,1 9 7 ,2 1 4
269, 2 9 8 n 365
Crawford, Martin, 267
Foot Fist Way, The, 2 6 6 ,2 6 9
Cuba, 212
Fuerza de Seguridad Presidencial (PSF),
Deporte de d em ostración (Olímpico), 9 4 ,1 2 5 ,1 2 6 ,1 4 3 ,1 4 4 ,1 4 7 ,1 5 4
204, 213, 214, 2 2 8
Funakoshi, Gichin, 31, 5 1 ,6 0 ,6 9 ,8 7 ,8 8 ,
Deportes en Acción (NBC), 137 217
Di Vecchia, Lenny, 2 7 ,4 1 ,6 9 ,7 0 ,1 9 6 Fusión, 3 1 ,1 4 2 , 2 0 8 ,2 1 1 ,2 4 5 ,2 4 6
Dinastía Koguryó, 8 5 , 8 6 ,1 2 4 Gabbidon, Alfonso, 270
Dinastía Silla, 3 0 ,8 5 ,8 6 Gae-Baek, 2 8 2 n 118
Dinastía Yi, 8 5 ,8 6 gagee-chigee, ver “poda de ramas"
División 29n a de Infantería, 70-72, 74 gansterism o, 31, 37, 181, 206, 207,216,
División Dragón Azul, 1 0 0 ,1 0 1 ,1 0 4 23 2 , 239, 25 6 , 257, 263
Dorso de puño, 69, 9 8 ,1 5 9 Gerol, Michael, 205, 2 0 7
EEUU: ram a de la Asociación Atlética Golpe con punta de dedos, 40,68-69
Coreana en, 151; y CIA Coreana, 94, Golpe de codo, 75 87, 271
122, 123, 133, 134, 138, 143-146,
Gran Aprendizaje, el (libro) 45
1 5 0 -1 5 5 , 160, 162-167, 1 7 2 , 178,
Guerra Fría, 60, 63, 73, 121, 180,181,
1 7 9 ,1 8 0 ,1 8 5 ,1 8 6 ; y Guerra de Co­
1 8 5 ,1 8 8 ,1 9 2 ,1 9 3 ,2 1 5 ,2 4 3 ,2 6 5 y
rea, 73; torneos en, 1 3 5 -1 3 8
Torea» Guerra de, 63, 65, 73, 74, 83, 97, Juegos Asiáticos, 178, 210, 2 1 2 , 2 2 4
1 3 2 ,193 Juegos Olímpicos, 31, 37, 41, 42, 109,
H acien d o tram pa, 235, 257, 263, 2 6 4 ; 125, 176, 193, 194, 201, 20 2 , 216,
ver también "poda de ram as (branch 219-224 , 23 2 , 241, 251, 255, 258,
trimmingY 2 6 2 -2 6 4 , 2 6 9 ; Juegos Olímpicos:
Han, Cha-gyo, 72, 7 4 ,1 1 0 ,1 1 3 - 1 1 5 ,1 1 8 , en 2010, 2 6 0 ; en Atenas 2 0 0 4 , 257,
1 5 9 ,2 4 2 ,2 8 2 n 118 260, 261; en Barcelona 1992, 214,
215; en Beijing 2 0 0 8 , 263; Salt Lake
Han, Sam-soo, 191, 215
City ofrecimiento por, 21 8 -2 1 9 ; en
H apkido, 6 0 ,1 2 3 ,1 5 4 ,1 5 5 Seúl 1 9 8 8 , 2 0 0 -2 0 1 , 20 3 , 207, 2 0 9 -
H e id e lb e rg , 120-121 215, 262; enSídney 2 0 0 0 , 223-227,
Huh, Haak-Soon, 45, 5 1 ,2 4 0 2 3 1 ,2 3 2 ,2 5 7
tfwa-Rang (esquema Tae Kwon Do), 74, Jung, Capitán Kyong-gin, 106
282 n 118 Jung, Woojin, 250
Hwang, Kang-Sung, 2 5 0 Kang, Seok-Jae, 230
Hwang, Kee, 9 0 ,1 1 7 ,1 1 9 Karate, 31, 35, 37, 41, 42, 51, 76, 83, 85,
ftwarang (gu errero, wha rang 8 6 , 8 8 , 87, 98, 100, 1 1 6 ,1 3 6 , 140, 175-176,
1 0 2 ,1 2 0 ,1 7 0 , 241 177, 276 n 14
Hwatu, 4 5 ,4 7 , 8 8 Karate: y Choi Hong-Hi, 52, 54, 60, 61,
6 4 ,9 8 ,1 0 0 ,1 1 0 ,1 1 4 ,1 5 9 ,1 9 7 , 2 4 0 -
Hyun, Jong-myung, 7 2 ,9 1 ,1 7 5 ,2 8 1 n 92
241; y Funakoshi, Gichin, 87, 217;
Incidente de Berlín del Este, 104, 120- Kong Soo Do (el "camino de la mano
1 2 5 ,1 7 6 ,1 8 3 , 292 n 2 6 9 vacía"), 133; y Nam Tae-hi, 6 8 , 69,
incidente Yongpal, 210 74, 75; Tang Soo Do (el "camino de
Inglaterra, ver Reino Unido la mano china"), 8 4
instituto de Karate de Rhee (Rhee Insti- Kim, Bok-Man, 282 n 118
tute o f Karate), 1 3 5 ,1 3 6 ,1 4 0 Kim, Chóng-p'il (Kim Chong pil), 94, 2 8 9
Instituto de Karate de W ha Rang, 166 n 215
Jabalí Salvaje, ver Kim, Hyung-wook Kim, Dae-jung, 152, 1 5 4 -1 5 5 , 160-161,
16 4 -1 6 6 , 169, 193, 210, 225, 235,
Japón, 44, 50-59, 69, 82, 8 6 , 123, 136,
2 9 3 n 279
167, 168, 173, 187, 20 1 -2 0 3 , 211,
217, 223, 241, 248, 2 9 3 n 282, 2 9 8 Kim, Do-hak, 131
n 365 Kim, Esther, 232
Jennings, Andrew, 1 5 1 ,2 1 7 ,2 1 8 Kim, Hyung-wook (Kim Hyong-wuk,
Jidokwan (Ji Do Kwan), 5 4 , 76, 114, Hyóng-uk, "Jabalí Salvaje"), 12 3 ,
1 5 6 9 1 ,1 1 6 ,1 6 1 , 210 1 2 4 ,1 2 5 ,1 8 5 ,1 8 6 , 2 8 2 n 111
Jigoro, Kano, 31 Kim, II Sung, 64, 72, 186, 187, 192-193,
220, 251
Iones, Comandante James L., 107
Kim, Jae-Hun, 176
fcChe, 1 9 5 ,1 9 6 ,1 9 7
Kim, Jong II, 2 2 5
Wo, 3 1 ,1 1 3 ,1 2 3 ,1 3 2 ,1 3 6 ,1 3 7 ,1 5 4
Kim, Joong-keun, 1 1 0 ,1 1 1 ,1 1 5
Kim, Jung-hoon (John), 219 Ko, Jae-hwa, 91
Kim, Kwang-il, 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 2 , 1 2 6 ,1 7 6 , Koh, John, 6 3 ,7 9
202 Kong Soo Do (Gong Soo Do, Kong Su Dn
Kim, Mickey, ver Kim, Un yong Kongsudo), 61, 7 7 ,8 3 ,1 3 2 ,1 3 3 ,1 6 1
Kim, So-San, 82 Kong, Young-il, 1 1 2 ,1 6 9 ,1 8 9
Kim, Soon-bae, 91 Koo, Cheon-Seo (Koo Chun- Seo Chun
Kim, Un-yong (Mickey Kim, Kim Woon- Su), 235
yong, Kim Un-young), 2 8 ,3 1 ,4 1 ,4 2 , Koreagate, 181, 186, 235, ver también
4 4 .1 2 7 .1 2 9 .1 5 0 .1 7 0 .1 7 6 -1 7 8 ,1 8 5 , A gencia C entral de Inteligencia
191, 194, 196, 216, 223, 225, 235, Coreana: el Plan
24 6 , 252, 25 6 , 2 6 3 ,2 6 6 , 2 9 9 n 3 7 8 Korean Observer, 1 4 7 ,1 4 8
Kim, Un-yong: y Operación 007, 2 2 3 ; y Kugilgwan, 8 1 ,8 2 ,9 4 , 281 n 99
juegos Olímpicos de Seúl de 1 988,
Kukki, 145
2 0 9 - 2 1 5 ; y Juegos Olímpicos de
Sidney 2 0 0 0 , 227-228, 231; cargos Kukkiwon, 147, 155, 171-174,194, 256
crim inales contra, 2 5 6 -2 6 2 ; prim e­ 263
ros años de, 131-133, elección para Kuksul, 189
la Asamblea Nacional, 223, 22 5 ; y Kwon, Jae-hwa, 1 1 0 ,1 1 2
Jhoon Rhee, 13 3 -1 3 5 ; como agente
La Ley de Opuestos, 3 2 ,4 2 ,2 6 7 ,2 6 8
de la CIA Coreana, 133, 134, 153,
1 5 4 ,1 6 1 , 2 0 0 , 2 6 0 ; y la Asociación Lao-Tzu, 4 4 ,9 2 ,9 7 ,1 7 8
Coreana de Tae Kwon Do, 1 3 5 ,1 4 4 , Lee, Bruce, 37, 4 2 , 70, 7 1 ,133,139,145,
145, 146, 151; kwans fusionados 1 5 6 ,1 7 6
por, 1 2 7 ,1 7 0 -1 7 1 ; y Kukkiwon, 147, Lee, Chong-woo, 7 1 ,1 1 6 ,1 4 4 ,1 7 2 ,2 2 0 ,
1 5 5 ,1 7 0 -1 7 2 ; y Comité Olímpico In­ 227, 2 8 2 n 113
ternacional, 216, 2 2 1 -2 2 3 ,2 2 4 , 232-
Lee, Gye-hoon, 1 2 0 ,1 2 1 ,1 2 6 ,1 2 7
233, 245, 25 5 , 25 8 ; y el Reverendo
Moon, Sun- Myung, 140, 146, 148, Lee, Jai-Hyon (Lee Jai Hyong), 181,288
149; y Operación Thunderbird, 200- n 202
20 0 3 , 2 5 5 ; y Park Chongkyu, 144- Lee, Nam-suk, 91
145; pagos a Chang Ung por, 227, Lee, Sang-Chul, 259
251, 2 6 0 ; y la Fuerza de Seguridad
Lee, Sang-ho, ver Yang, Doo-wan
Presidencial, 1 4 4 4 4 5 , 147; y el es­
cándalo de Salt Lake City, 2 1 8 -2 2 0 ; Lee, Seng-wan (Lee Seungwan, Seybg*
y la World Taekwondo Federation, hwan, Sung-wan), 257,263
1 4 9 .1 7 6 -1 7 8 ,1 8 6 , 2 3 5Lee, Soo-young, 160
Kim, Young~sam, 210 Lee, Tae-Eun (Tae E. Lee), 208
kisaeng: casas, 77, 8 1 ,8 2 , 83, 85, 8 6 ,9 1 , Lee, Won-kuk, 69, 71, 7 6 ,7 7
94, 120, 155, 158, 175, 2 8 0 n 8 8 ; Libro, Tae Kwon Do, 8 8 , 97, 101, 109,
mujeres, 4 5 , 4 6 ,8 2 , 1 8 6 1 1 4 ,1 5 8 , 242, 266
Kissinger, Henry, 180 Liechty, Philip, 1 4 4 ,1 5 1
Ko-Dang, 197 Lím, Sun-Ha, 5 3 ,6 2
kopez, Steven, 231 Onda sinusoide, 36, 3 7 ,1 9 7
LUlphap, 2 08 Operación 007, 22 3 , 255
MacLelIan, Russell, 220 Operación Thunderbird, 2 0 0 -2 0 3 ,2 5 5
|{ano China, el cam ino de la, ver Tang Oyama, Masutatsu, 1 2 6 -1 2 8
Soo Do P'yóngch'ang, 255
Mano de lanza, 54, 6 , 8 8 , ver también P'yóngyang, 53, 54, 58, 59, 61, 85, 209,
golpe con punta de dedos 251
Mano de espada, 8 8 paekkol (Policía "Calaveras Blancas"),
Mano de cuchillo (canto de mano], 69, 201,211
75,242 Pak, Bo-Hi, 1 3 4 ,1 4 6 ,1 5 0 , 2 8 7 n 195
Masacre de K w angju, 1 9 3 ,1 9 9 , 2 0 1 Pak, Sun-jae, 169
, McDojo, 267 Park, Chong-kyu ("Pistola Park"), 125,
Mitchell Wayne, 2 3 1 , 2 4 6 ,2 5 5 , 2 5 9 , 2 6 5 126, 128, 143, 144, 145, 150, 153,
Montaña Yongmun, 6 4 , 6 6 , 6 7 , 7 4 1 5 4 ,2 0 0 ,2 0 1 ,2 0 2 ,2 1 3
Moo Duk Kwan (Moo Do Kwan], 9 1 ,1 1 8 Park, Chung-hee, 92, 93, 95, 122, 152,
1 6 0 ,1 8 7 ,1 9 2 ,1 9 3 , 2 9 0 n 239
Moon, Dong-hoo, 3 0 6 n 4 7 6
Park, Jong-Soo, 31, 3 2 ,9 9 ,1 0 0 ,1 0 1 ,1 1 0 ,
Moon, Reverendo Sun-Myung, 1 3 4 ,1 3 8 ,
114, 115, 158, 159, 169, 189, 195,
1 8 0 ,2 4 6
206, 216, 239, 242, 249, 250, 251,
Moonies, 1 3 4 ,1 3 5 , 2 4 6 266
Movimiento de Reforma, Taekwondo, Park, Jung-tae, 1 9 1 ,1 9 4 , 214
2 3 2 ,2 6 8 ,2 9 9 n 3 7 8
Park, Jung-Taek, 43, 2 0 8
MuChukDo, 1 0 7
Park, Soo-nam, 202, 212
^ Mujeres de co n fo rt, 5 3, 5 4 , 5 5
Parris, Richard, 34, 35
Muyechebüj lib ro 8 6
Patadas, 27, 29, 3 1 ,3 2 ,3 3 , 3 4 ,4 0 , 41, 43,
Nagoya, Japón, 2 0 1 47, 54, 6 8 , 69, 76, 8 8 , 99, 100, 113,
Nam, Tae-hi, 6 4 -7 7 , 8 3 - 8 4 , 8 6 , 8 8 , 97, 136, 137, 155, 158, 159, 191, 197,
U- 9 8 - 1 0 1 ,1 1 0 ,1 1 3 ,1 1 9 ,1 3 1 ,1 4 5 ,1 5 7 , 207, 215, 216, 260, 261, 267, 269
1 5 8 - 1 5 9 ,1 6 8 ,1 7 3 ,1 7 4 ,1 9 0 , 2 6 6 Pequeños Ángeles, 1 3 5 ,1 4 0 , 2 8 8 n 201
Namsan, 1 2 1 ,1 7 4 Perez, Herb, 231
; SBC, 1 3 7 ,1 3 8 ,1 4 0 Pie espada, 70
pidecker, John E., 1 5 4 Ping-Pong, 22 6
Nishiyama, Yuseki, ver Choi, Hong-Hi. Plan, El ver Agencia Central de Inteligen­
Jtorris, Chuck, 4 2 , 1 3 7 , 1 3 8 , 1 3 9 , 1 4 5 cia Coreana: El Plan
jliDo Kwan, 7 7 ,8 2 ,8 6 ,9 1 , 9 9 ,1 0 3 ,1 1 3 , Po-Eun (esquema de Tae Kwon Do), 276
fe;:. 175,208 n2
f c Chung, 216 Po-Eun (poeta), 25
P,Young-Yul, 2 1 2
Poda de ram as o "b ran ch trim m ing" Sam aranch, juan Antonio, 1 20 4
{g a g e chigeé), 212, 213, 229, 230, 218, 221, 2 2 3 ,2 2 4 , 232 ' á*
231 Samsung, 1 7 2 ,2 5 6
Poe, Kay, 231 San Francisco, 1 4 0 ,1 5 1 ,1 5 2 ,1 6 0 -1 6 5
Policía "Calaveras Blancas", verpaekkol Segunda Guerra Mundial, 51-53 57 cq
Policía Nacional (coreana), 56, 69 6 9 , 8 1 ,8 8 ,9 3 ,9 4 ,9 8 ,1 0 1 ,1 0 2 v rí
1 3 2 ,1 8 7 ,1 9 5 ,2 3 2 ,2 4 0 ,2 7 7 n26
Política Sunshine ("A la luz del sol"), 225,
226 Servicio Internacional de Información
de Corea, 170
Principios del Tae Kwon Do, 107, 125,
2 1 7 ,2 4 0 ,2 6 5 , 266, 2 6 8 Servicio secreto, ver Agencia Central de
Inteligencia Coreana (KCIA)
Postura (Tae Kwon Do), 71, 101, 2 8 1 n
100 Shotokan, ver Karate
Pound, Dick (Richard), 218, 233, 26 8 , Sim ("corazón y m ente"), 45, 277 n 18
2 9 7 n 353 2 7 7 n 21
Program a de A rtes Marciales de la In­ Singapore, 9 8 ,1 1 0 ,1 8 6 , 2 8 4 n 1.38
fantería de Marina de EEUU, 107 Son, Duk-Sung, 76, 84, 85, 86,158,276
Puño, 51, 61, 69, 7 4 ,8 4 ,8 8 , 9 9 ,1 1 4 ,1 5 9 , n 14
243 Son, Myung-Soo, 3 9 ,2 1 6
Puntaje electrónico, 26 2 , 263 Song'Moo Kwan, 9 0 ,1 5 8
RKMP, 2 0 6 Song, Sun-keun, 1 5 2 ,1 6 2 ,1 6 4 ,2 9 3 n 279
Reino Unido, 1 2 1 ,1 3 3 ,1 3 5 ,1 9 1 Sparring, ver Combate
Rhee, (Presidente) Syngman, 73 Sport Cañada, 2 5 8
Rhee, Jhoon (Jhoon-Goo Rhee), 71, 72, Steen, Alien, 1 3 7 ,1 3 8
133, 134, 139, 140, 141, 145, 149, Stone, Mike, 1 3 8 ,1 3 9
150, 1 5 5 -1 5 6 , 174, 177, 20 0 , 260 ,
Sun-Tzu, 63, 249
2 6 3 ,2 6 6 , 2 6 8 ,2 7 6 n 14
T'aekkyón, 50, 75, 76, 77, 85, 8 6 ,87,88,
Rhee, Ki-ha, 169
1 0 2 ,1 5 9 , 2 6 5 ,2 8 1 n 9 7 ,2 8 8 n 207
Rhee, Min-hi, 1 6 1 ,1 6 4 ,1 6 5 ,1 6 6
Tae Kwon Do Olímpico, 71, 133, 140,
Rhee, Phillip, 1 6 4 216, 22 4 , 227, 230, 257, 260, 267;
Rhee, Simón, 1 6 4 ver también Federación Mundial de
Ro, Byung-jik, 90 Taekwondo (W TF]
Rogge, Jacques, 2 3 4 Taekwondo Textbook (libro), 173

Roh, Tae-Woo, 212 Tae Kwon Do Times, 2 5 0 ,2 6 1 ,2 6 2


Roland, Robert, 140 Tae Kwon Do tradicional, 37, 41, 208,
2 7 0 , ver tam bién I n t e r n a t i o n a l
Royal TKD Academy, 39
Taekwon-Do Federation
Rusia, 187, 195, 209, 211, ver también
Tae Soo Do, 9 4 ,9 5 ,1 1 7
USSR
Taegu, 91, 9 2 ,1 3 1 ,1 3 2 , 257
Salt Lake City, 217, 218, 233
Taekwondo USA (USAT), 258, 262 VietCong, 103-105
l, ngS00 Do (Dang Soo Do, Tang Su Do, Vietnam, Guerra de 103-104, 109, 117,
Tangsudo), 2 9 ,3 0 ,3 3 ,3 6 ,3 8 -4 3 ,4 9 , 1 2 3 ,1 5 2 ,1 8 9 ,2 0 8
51, 61, 69, 9359, 60, 64, 68, 70-77, virtudes filiales, 29, 4 4 , 45, 8 6 97, 196,
8 5 ,8 7 ,9 8 ,1 0 8 ,1 3 5 221
Técnicas de mano, 69, 7 5 ,1 0 0 ,1 3 7 ,1 9 5 , Wall, Bob, 41
p" 239
Walson, Robert, 169, 204, 2 9 4 n 2 8 9
p ^ 0ría del Poder, 8 8 , 8 9 , 9 8 , 2 4 3
Washington, DC, 1 3 3 -1 3 6 ,1 4 0 ,1 4 2 ,1 5 0 -
. T erro rism o , 3 7 ,1 7 6 , 2 0 3 , 2 0 8 ,2 1 1 , 2 2 0
1 5 2 ,1 5 5 ,1 5 9 ,1 6 0 ,1 6 6 ,1 8 0 n 202
Tigres Negros, 7 1 ,1 0 5
Woo, Jae-lim, 282 n 118
foi-Gye, 40 Woo, Jong-Lim, 7 1 ,9 9 ,1 0 0
?ong-tt> 243 World Taekwondo Federation (W T F),
Toronto, 28, 35, 6 8 , 158, 159, 174, 192, 30, 41, 172, 173, 175-179, 186, 187,
199,205, 2 0 6 ,2 3 9 , 24 4 , 249, 2 6 6 190-192, 194, 207, 20 8 , 211, 213,
: Tortura, 49, 58, 59, 63, 120, 123, 126, 215-217, 219, 224, 22 8 , 230, 231,
152, 168, 175, 190, 193, 203, 206, 2 3 2 , 233, 239, 2 4 3 -2 4 6 , 2 5 5 -2 6 4 ,
fV 208,210,220, 253 2 6 6 , 269, 270, 2 8 1 n 92, 2 9 9 n 378,
3 0 6 n 476
Truman, (Presidente de EEUU) Harry,
§ 7 63,136 Worthy, Walt, 137
tleshiba, Morihei, 31 Yang, Dong-Ja, 1 7 3 ,1 7 6 , 267, 2 9 9 n 378
T'. '•

I Uhra, Woon-kyu (Uhm Woon-gyu, Won- Yang, Doo-wan (Lee Sang-ho, Lee Sang-
'! ■ kyu, Won-gyu), 6 8 , 90, 120, 144, ock), 1 2 2 ,1 5 0 ,1 5 1 ,1 6 1
: 1 9 3 ,2 6 1 ,2 8 2 n 113 yangban, 30, 6 4 ,1 3 2 , 212, 23 4 , 255
; (//-//, 282 n 118 Yanover, Charles "Chuck the Bike", 2 0 4 -
i Ung, Chang, 2 2 7 233, 2 3 4 ,2 5 2 , 2 5 3 ,2 5 6 , 2 06
258, 260, 2 6 6 U.S., 28, 59, 60, 63, Yi, Ki-bung, 81
65-67, 70, 71, 75, 79, 91, 92, 103-
Yongwon, 44, 5 9 ,1 8 2 ,1 8 6
108, 132, 136, 142, 143, 161, 173,
ir 176, 178, 179, 185, 1 86-190, 194, Yook, Sung-chul, 230
: 209,210, 225, 231, 208,, 26 2 , 263 Yoon, Kum-joong, 149
United States Taekwondo Union, 2 5 8 Yoon, Tae-yong, 90
NSSR, 59,60, 7 0 ,1 9 2 , ver también Rusia Yoon, Yeo-bong, 216
Jan Binh, Nguyen, 103, 2 0 8 Young, Su Choung, 213
pena, 197,207 Yun, I sang, 1 2 0 ,1 2 2 ,1 2 3
L a h is t o r ia d e l
Tae Kwon D o
en la A r g e n t in a

por

Manuel E. Adrogué
que me enseñaron la importancia de buscar la verdad,
y an o tener miedo de decirla;

A mi mujer, Marina,
sin su amor y su compañerismo "todo terreno" no hubiera
podido recorrer ni narrar esta historia;

A.nuestros hijos Manuel, Pablo, Gonzalo y Francisco Javier;


y a todos los chicos que merecen que les dejemos una
Argentina mejor.
1- Honraré los principios del Tae Kwon Do.
2- Respetaré a mi instructor y a mis mayores.
3- Nunca haré mal uso del Tae Kwon Do.
4- Seré un campeón de la justicia y de la libertad.
5- Ayudaré a construir un mundo más pacífico.

Promesa del estudiante de Tae Kwon Do


formulada por el Gral. Choi Hong Hi.

El propósito de este trabajo es reseñar cómo aquella semilla plan­


tada hace más de 40 años por un puñado de inmigrantes coreanos se
con v irtió en ese árbol frondoso que es hoy el Tae Kwon Do argentino1,
tiste apartado será mejor entendido luego de leer la parte principal
{leeste libro "Un Arte Mortal" pues la Argentina fue una potente caja
deresonancia para muchos de los hechos allí descriptos. El lector in­
teligente sabrá cruzar la información presentada por Alex Gillis con
losdatos que aquí proveo, y a partir de ello continuar con sus propias
indagaciones para completar la reconstrucción de la historia.
El Tae Kwon Do es el arte marcial más difundido en la Argentina.
■Actualmente, cuando la población nacional alcanza los 40 millones, la
cantidad de practicantes de Tae Kwon Do se estima en más de 250.000,
ymuy probablemente el número total de personas en la Argentina que
alguna vez ha practicado Tae Kwon Do supera el millón. A diferencia
Helo que ocurre en el mundo, donde el estilo "olímpico'' de la World
Taekwondo Federation (WTF) multiplica varias veces en cantidad de

f ■ 1He optad o p o r e s c r ib ir "T ae K w on Do" en lu g a r de "T aekw on-D o" (co m o lo h ace la
■ITF) o "Taekw ondo” (co m o la W T F ), e x c e p to cu a n d o tr a n s c r ib o d o c u m e n to s o n o m b res.
| Adviértase que en c o re a n o d ich o n o m b re e s tá in te g ra d o p o r t r e s p a la b ra s : la d ife re n cia en
; «Imodo de e scrib ir d icho n o m b re sólo e x is te p a ra los o ccid e n ta le s, y es u sad a m u ch as v e ce s
, # fines ajenos al p re s e n te . Los n o m b re s c o re a n o s los u so a v e ce s al m od o o rie n ta l - c o n
; ¡apellido a d e la n te -, y o tr a s seg ú n el o ccid e n ta l. P a ra e v it a r co n fu sio n es he em p lead o un
í liíón en los n o m b res d e pila.
seguidores al "tradicional" de la International Taekwon-Do
(ITF), en la Argentina este último congrega aproximadamente a tréS'*
cada cuatro practicantes de la disciplina. En la variedad ÍTF, nuest
país ha generado más de una quincena de campeones del mundo °
combate, formas y roturas. Los argentinos que siguen la modalid^
WTF, aunque se han visto menos favorecidos en logros competitivos
pueden con orgullo mencionar a exponentes de prestigio internacional'
así como que la totalidad de los maestros coreanos pioneros que aún
residen en el país pertenece a sus filas.
Hasta la fecha no existía un trabajo de esta naturaleza, fuera de
un breve pero señero artículo de Ricardo Fuentes llamado “Los pio­
neros del TaeKwonDo en la Argentina y sus prim eros alumnos" (revista
TAEKWONDO, enero de 1987). Esta es una crónica que combina con
la mayor veracidad aquellos hechos de los que he sido testigo y otros
según me han sido informados por diversas personas, que he tratado
de reproducir y poner en contexto fielmente. El relato ha exigido la
exclusión de hechos que otro quizás habría considerado relevantes.
Ese afán de buscar cierta justicia y ecuanimidad no quita que en última
instancia sea una historia, y por ello, esté mirada desde la perspectiva
de quien ia escribe. He preferido concentrarme en las primeras dos
décadas por ser éstas las menos conocidas y las que determinaron el
curso de los ulteriores acontecimientos. Pido anticipadamente discul­
pas por las omisiones, los errores o las parcialidades de este trabajó:
he hecho importantes esfuerzos para reducirlos al máximo. Por un
lado, brindo suficientes datos para que este material resulte compren­
sible a quienes no practican Tae Kwon Do; los especialistas sabrán
disculparme por lo que consideren obvio. Por el otro, no he rehuido de
poner por escrito ciertos temas delicados cuya difusión podría alguno
considerar innecesaria. Lejos de buscar escandalizar, forman parte de
la historia que me he abocado a contar ("Nunca es triste la verdad, (o
que no tiene es rem edio", dice Serrat); servirán en todo caso paralare-
flexión de todos aquellos que conformamos la comunidad del Tae Kwon
Do argentino. Por último, pido disculpas por los extensos listados de
nombres: he debido incurrir en ello para que la mayor cantidad posi­
ble de los actuales practicantes de esta disciplina puedan remontarse
genealógicamente hasta sus raíces coreanas.
v: Este trabajo forma parte de un viejo anhelo mío que es que aque-
:]i cque se han dedicado con seriedad al Tae Kwon Do puedan leer in-
, pación confiable, que respete su inteligencia, en lugar de los clichés
Interesados que escuchan habitualmente. Mi deseo es que todos los
instructores de Tae Kwon Do tengan acceso a información que los haga
¿poco m^s ^ r e s , y Que con esa niayor autonomía se puedan hacer
ilarg0 historia que van moldeando día a día. Este es el resultado
¿ecasi tres décadas de dedicación a las artes marciales, que me han
grniitido tratar con grandes referentes nacionales e internacionales
¿ela especialidad, manteniéndome al tanto de su devenir en nuestro
pafs y el exterior, Una nutrida biblioteca que incluye las obras citadas
en"UnArte Mortal*', incontables conversaciones -recientes y remotas-
yia facilidad de Internet me hacen muy difícil identificar el origen de
cadaafirmación, por lo que prescindiré de referencias puntuales. En la
í$edida de mis posibilidades he cruzado las fuentes ejerciendo cautela
para asegurar su veracidad. Las fuentes bibliográficas que merecen
s e r agregadas a las referidas son, respecto del origen de los kwan, la

seriede artículos de Eric Madis,"Storming the Fortress: A History ofT ae


jwon Do", que puede encontrarse en www.fightingarts.com; respecto
Illa historia de los años iniciales de ITF, el libro de Stuart Anslow "The
Encyclopaedia o f Taekwon-Do Patterns. Vol 1" que contiene un intere­
sóte artículo escrito por George Vítale (George es probablemente el
occidental que más sabe de historia del Tae Kwon Do, con quien man-
fuve una provechosa entrevista de cinco horas); y con relación al movi­
miento que postulaba ia supresión de las formas en WTF, recomiendo
Jostrabajos del Dr. Steven D. Capener, exitoso competidor y profesor
ie teoría del Tae Kwon Do en universidades de Corea y los EEUU (es­
pecialmente "Problems in the Identity and philosophy ofT'aegwondo and
¡heir Historical Causes"). Agradezco la colaboración de: Miguel Hladilo
iuien generosamente compartió conmigo el archivo y fotografías de
ludo Karate y me permitió reproducir aquí una entrevista, Félix So-
íias, Roberto Daniel Villalba, Osvaldo Cruz Martín (la ayuda de estos
jes fue muy importante), Rodolfo Samara, Claudio Iedwab, Carlos
ferdun, Alfredo Muñoz, Pedro Florindo, Marcelo Cremona, Héctor
¡ta y a (y a través suyo, Carlos Ouro), Horacio Macchi (y a través de
ftGuillermo Petrarca), Gustavo Somoza, Gustavo Cortés, Enrique Díaz
Cantón, Diego Blanco, Héctor Rivera, Gerardo Acosta, Mario Troiano,
Norman Rodríguez Yolando, Raúl Bertoia, Pablo Ferreiro, Guillermo
Ramisch, Jorge Ambrústolo, Jorge Rogers, Enrique Godoy, Horacio
Fasán, Francisco “Zito" Taboada, Iván Rojas, Aníbal la Vía, Federico
Figari, Ricardo Rieiro y Vicente Marcone. La responsabilidad del texto
me corresponde íntegramente, y tales personas no necesariamente
comparten lo afirmado en él. Un agradecimiento especial merece el
Gran Maestro Han Chang Kim, quien me brindó información sobre su
vida en Corea y detalles sobre la llegada de sus compratriotas al país
y me proveyó de fotografías, muchas de ellas nunca antes publicadas.
Finalmente agradezco a George Lodos y a Marina Gorostiaga por su
apoyo constante y paciente colaboración a lo largo de este proyecto, a
mis alumnos Leonardo Di Lecce y Alejandro Novas, al profesionalismo
de Yanina Brenta y del equipo de Editorial Dunken, y a Alex Gillis por
haber permitido la inclusión de este extenso apéndice, originalmente
más breve, para que acompañe a su libro.
Ca p ít u l o 1
Él a r r ib o

^ Cae la tarde en Buenos Aires, mediados de 1970. Llegué aquí traído por un
'compañero del trabajo, que me invitó a una exhibición de Karate. Dicen que es
aparecido al Judo, ese método que usan los asiáticos para derrotar a atacantes
usando su propia fuerza. Aunque según mi amigo, el Karate es mortal, y usa
golpes con el borde de la mano como los que en la televisión muestra la pro-
agonista de la serie Los Vengadores. Pero esto es en serio. Los que estamos
esperando somos cerca de treinta. Hay oficinistas de saco y corbata, algunos
:¡policías y varios estudiantes, pelilargos con bigotes, camperas y pantalones
viepata ancha. Dicen que el maestro no es ni chino ni japonés, que viene de
¿Corea. De golpe, se hace silencio. Aparecen diez hombres vestidos de blanco. Ai
-frwte se lo ve al maestro. Me dicen que se llama Kim. Uno de los alumnos da
unaorden. Todos se clavan en una postura y empiezan a tirar trompadas, con
.ungrito cada vez. Despues se escucha otra orden y tres de ellos muestran unos
movimientos, fuertes y secos, yendo y viniendo a lo largo de la sala. Se sientan y
analumno con cinturón azul se queda parado en el medio. El oriental dispara
veloces patadas que detiene a escasos centímetros de la cara de su alumno, que
permanece quieto. Después se paran dos estudiantes a enfrentarlo. Kim los des­
echa con una ráfaga de patadas y golpes en cuestión de segundos. La rapidez
¡desús movimientos es impresionante. Da miedo, Alfinal, siete alumnos se ponen
fea línea, uno al lado del otro, apoyando las manos sobre sus rodillas extendidas
yagachando sus cabezas. En un extremo de la fila, uno de los karatekas sostiene
losa. En la otra el hombre de ojos rasgados mira fijo, inexpresivo. Toma una
jm e carrera, y con toda seguridad salta pasando por encima a toda la fila, y
tfompe limpiamente la losa. Explotamos en aplausos. No sabía que era posible
«acer oigo así. Este hombre es de otro planeta.
Ese planeta era Corea. La mañana soleada del 22 de junio de 1967
marcó la introducción oficial del Tae Kwon Do en la Argentina, cuand
Kim Han-Chang (de 29 años), Choi Nam-Sung (31) y Chung Kwang-Di £
(18) llegaron a Buenos Aires a bordo de un carguero holandés, en u
viaje al otro lado del mundo que marcó sus vidas por siempre.Hees
cuchado que en épocas anteriores habían existido otros coreanos ense
ñando karate en el país (algo natural si se tiene en cuenta que muchos
de los jóvenes inmigrantes habían aprendido la disciplina durante su
extenso servicio militar obligatorio), pero nunca hicieron escuela. Ello
marcaba una gran diferencia con el hecho de que el Mtro. Kim había
sido preparado por el Gral. Choi especialmente para introducir el Tae
Kwon Do en la Argentina.
Gran parte de los maestros coreanos que llegaron a la Argentina
habían aprendido en alguno de los nueve gimnasios dsjéarate Corea­
no fundados al terminar la Segunda Guerra, cuyos jefes hacia 1961
habían conformado la Asociación Coreana de Tae Kwon Do. A dichos
gimnasios con el tiempo se les ha atribuido un carácter mítico, pues
sus fundadores, salvo alguna excepción provenientes del Karate, no
reconocían a nadie por encima de ellos mismos, y aunque modestos
en dimensiones y cantidad de miembros, conformaron las escuelas so­
bre las que se construyó el Tae Kwon Do. Pero en aquel entonces eran
considerados simplemente gimnasios. Entre ellos, el Oh Do Kwan al
mando del Gral. Choi tuvo una influencia especial, pues al estar a car­
go de la enseñanza de artes marciales en el ejército, gran parte de los
cinturones negros provenientes de los otros gimnasios que ingresaban
al servicio militar obligatorio pasaban por esa escuela. Y el hecho que
el Gral. Choi, mientras pertenecía pero ya no dirigía la Asociación Co­
reana de Tae Kwon Do, fundara en 1966 la International Taekwon-Do
Federation y supervisara el envío de instructores al exterior fue deci­
sivo en el desarrollo del Tae Kwon Do argentino. Meses antes de partir
de Corea hacia la Argentina, en la sede de la Chung Do Kwan mandaron
a Kim Han-Chang a que se dirigiera al General Choi para ponerse a sus
órdenes. Una vez en la Argentina, tanto NS Choi como KD Chung se
mantuvieron bajo la autoridad de Kim (representante oficial de la ITF).
Tiempo después otros tres instructores se sumaron en la enseñanza:
Kim Young-Whan, Yang Dae-Chol y Lee Chong-Seo, respectivamente,
¿e las escuelas Song Moo Kwan, Ji Do Kwan y Moo Duk Kwan.
Las nueve escuelas de donde surgieron los maestros fundadores
¿e este arte marcial son:

Cinco gimnasios originales Cuatro principales gimnasios


("Oh Geh Ki Kwan") derivados*
» Chung Do Kwan ^ • Oh Do Kwan
Tang Soo Do (1 9 4 4 , Lee Won-Kuk) (1 9 5 4 , Choi Hong-Hi / Nam
Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan Tae-Hi)

• Jung Do Kwan ^
(1 9 5 6 , Lee Yong-Woo)
• Song Moo Kwan
Tang Soo Do (1 9 4 4 , No Byong-jik)
Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan
• Moo Duk Kwan 'T ‘^ ^
Tang Soo Do (1 9 4 6 , Hwang Kee-Chang)
Influencia libro Karate Shotokan, apren­
dizaje de Taek Kyon y de Chuan Fa
. Y M C A K w a n ^ id ^ l^ : • Kang Duk Won ^
Kwon Bop (1 9 4 6 , Yoon Byong-In) (1 9 5 6 , Park Chul-Hee)
Renombrado Chang Moo Kwan en
1953 por Lee Nam-Sok;
Raíz en el aprendizaje de Chuan Fa y de
Karate Shudokan
• Yon Moo Kwan • Han Moo Kwan
Kong Soo Do (1 9 4 6 , Chun Sang-Sup) (1 9 5 4 , Lee Kyo-Yoon)
Raíz en el aprendizaje de Karate Shotokan;
Renombrado Ji Do Kwan * \ 5 L ^ t en 195 0
por Yoon Kwe -Byong;
Raíz en el aprendizaje de Karate Shito-ryu
y de Karate Shudokan
* Según la autorizada opinión de George Vítale, dado que el Gral. Choi y Nam
Tae Hi com enzaron a enseñar en el ejército en 1 9 4 6 y 1947, el Oh do Kwan
debería ser considerado como uno de los "Seis Kwan iniciales".
En la revista Yudo Karate N° 297 de 2007 se publicó un reporta'
a HC Kim, NS Choi y Norberto Áspera que me parece pertinente trans
cribir íntegramente:

Primero, el estudio
A los 20 años, Han Chang Kim, que nació el 28 de septiembre de 1939
estudiaba diplomacia en la universidad. Tenía dos íntimos amigos a quie­
nes conocía desde el secundario. Uno de ellos se carteaba con Mercedes
una chica argentina de Alta Gracia, Córdoba. Como ninguno entendía cas­
tellano, otro que algo sabía les traducía las cartas. En ellas, los invitaba
para que conocieran la Argentina. «Estaban entusiasmados y les dije que
los acom pañaría, aunque era difícil salir del país p or cuestiones políticas
y económicas», recuerda.
-¿Había que tener el dinero para el pasaje?
Kim: El tem a era decidir si viajar o no. Me faltaban dos años y medio
p ara recibirme. Yo estudiaba ciencias diplom áticas. Finalmente desistí
porque quería term inar mi carrera. «Si quieren ir, vayan los dos», les dije.
Así lo hicieron. El viaje duró ocho meses. Vinieron com o mochileros.
-¿La conociste a Mercedes?
-No, la relación conmigo era indirecta. Ellos consiguieron empleo en
la fá b ric a de automóviles Ika-Renault. Después de un año y medio, uno
se quedó y el otro volvió antes de que y o llegara. Volvieron a insistirme si
quería ir. «Ahora sí», les contesté.

En una estación de servicio


Un hecho fortuito y la curiosidad abrieron el camino para que el tae­
kwondo se difundiese por todo el país. Norberto Áspera, sin quererlo, se
convirtió en el actor principal de ese acontecimiento. «Paré a cargar nafta
en una estación servicio del bajo Flores y m e atendió un coreano. Mijudo-
gui (uniforme) estaba enroscado con el cinturón en la luneta de mi auto. Me
preguntó qué practicaba. Le dije que hacía judo. «Yo también», respondió.
Quería practicar y no sabía dónde. Le di la dirección de mi gimnasio,]
en Ramos Mejía. A los cuatro o cinco días apareció para entrenar. Me
contó que tenía unos am igos que hacían karate coreano.
-¿Le dijiste que los llevara también?
Sí Con él vinieron Nam y Chung y así nos conocimos. La segunda
■yeZi trajeron el equipo y me m ostraron lo que sabían hacer. Les prom etí
aue trataría de conseguirles un lugar para enseñan Y ahí fu e cuando lo
llamaron a Kim. Fueron los dos prim eros que enseñaron en el Yusin.
-Claro, y al poco tiempo, se sumó Kim. Al principio, no tenían gente y
convoqué a un grupo de amigos; entre ellos, a Alberto Sáenz, Napoletti,
los hermanos Peluffo; que practicaban judo conmigo, para que hicieran
número y entusiasmaran a otros. Dio la casualidad de que se iba a dispu­
tar el campeonato de Buenos Aires de judo, en el club Estudiantil Porteño,
en Ramos Mejía. En ese momento era un deporte muy popular. En medio
la competencia, ellos hicieron la prim era exhibición de taekwondo.
Hablé con Manuel Moreno, director del Instituto Kumazawa, p ara que
pudieran enseñar en sus gim nasios.
-¿Hasta te pusiste el dobok para hacer de alumno de taekwondo?
- Así es. En esa época daba clases de judo en la Escuela Vucetich, de la
Policía Federal y fuim os a hacer una exhibición en el Círculo Policial, don­
de aprovecharon para m ostrar su arte. Ahí me lo puse. Nos vieron y entre
los presentes estaba el inspector Lambruschini, de Coordinación Federal,
que tenía el gimnasio de la calle Pasteur, luego filial del Kumazawa, que
se llevó a Kim para que enseñara.
Kim: ¡Sin Áspera hubiera sido muy difícil empezar! ¡Nos ayudó y p re­
sentó a todos los que conocía! Después, pasam os al Kumazawa de Guayra
y al de Carabobo.
-¿Quiénes fueron tus prim eros alumnos?
-Alejandro Balza, Enrique Eiriz, Poletti.
Nam: A mí me costó mucho imponer el taekwondo. Pasaron tres años
de intenso trabajo y casi siempre teníamos que decir karate coreano para
que entendieran. Fueron años duros.

La crueldad de la guerra
Como la otra cara de la moneda, la historia de Nam Sung Choi estuvo
llena de dramatismo. Nació el 19 de noviembre de 1937y con el inicio de
la guerra de Corea, su fam ilia tuvo que escapar del horror. Corría 1950.
Vivían en una ciudad hasta donde avanzaron los am ericanos y luego de
bieron retroceder p or un contraataque chino. Tenía 13 años. Estaba con
sus padres y hermanos. «Tuvimos que escapar y caminamos 50 kilómetros
hasta un pequeño pueblo, Cheng Hua, donde y a no quedaba casi nadie
Comimos lo que pudimos y partim os hacia otro lugar. En eso, aparecie­
ron unos cam iones del ejército con soldados heridos. Uno se detuvo y el
conductor que era pariente de mi m am á le dijo que no tenía lugar para
acom odarnos a todos y que sólo podía llevarme a m í Subí y viajamos
hasta Seúl, donde nos encontraríamos», explica.
-¿Qué p asó entonces?
Nam: Me llevó de su mano p or la ciudad. En un momento, no sé si él
me dejó o me solté. Me perdí. No sabía qué hacer. El lugar estaba lleno de
refugiados, l a mayoría dormía en las escuelas. En un refugio encontré a
un conocido. Estaba con un amigo. Ambos iban a presentarse como sol­
dados voluntarios. Yo no podía porque era m enor de edad. Finalmente, se
fueron al cuartel. Los seguí. A mí también me aceptaron y no me acuerdo
para hacer qué cosa. El fusil era más alto que yo. Eso sí, me daban de
com er todos los días. Hasta que fu i a Taegu, la tercera ciudad de Corea,
después de Seúl y Pusan, donde ingresé en un orfanato a los 14 años.

Ei taekwondo en sus vidas


Los dos m aestros llegaron al arte marcial por distintos caminos. Kim,
instalado con su fam ilia en Seúl y Nam por pura necesidad, para defen­
derse de unos m afiosos que lo hostigaban. Ellos lo cuentan.
Kim: Enfrente de mi casa estaba la sede de la Chung Do Kwan, que en
ese momento dirigía Duk Sung Son (autor del libro «Karate Coreano» que
escribió con Robert Clark y muy difundido en la Argentina) y donde ense­
ñaban Un Kyu Um (actual titular de la Kuk Ki Won) y Hae Man Park (hoy,
vicepresidente de la Chung Do Kwan). Los tres fueron mis maestros. Entra­
mos con los chicos del barrio. Empecé a aprender taekw ondo y me gustó.
En 1966, recibí el tercer dan de la Asociación Coreana de Taekwondo. En
esa época, el General Choi era presidente honorario de la entidad. Venía, sa­
ludaba y no practicaba. Mi hermano mayor era amigo de un sobrino suyo.
Me recomendó para que lo fu ese a ver. Su hijo Choi fung Hwa tenía 11 años.
Fui durante ocho meses a aprender con los instructores que practicaban
0 , en un salón muy grande. A veces, m e corregía un movimiento porque
hacía otras form as y tenía que aprender las que él había modificado.
Nam: En 1951, el dueño del orfanato me empleó en su casa, donde fabri­
caba encendedores con vainas servidas de balas de fu sil Más tarde, entré
en un colegio nocturno y como trabajaba, no me quedaba tiempo para
estudiar. Un día, paseando por el mercado negro, encontré a un paisano. Me
llevó con é l Era un buen hombre. Me prestó plata. Con ese dinero, em pecé
a hacer negocios. Compraba y vendía m ercadería de contrabando. /Cómo
g a n é plata! ¡Llegué a com prarm e tres casas! En el puesto donde estaba
instalado, me visitaba una patota con intenciones de cobrar un «alquiler»
para que pudiera trabajar. Venían casi todos los días. Y como me negaba
apagarles, me pegaban siempre. Yo era muy chiquito. Entonces, em pecé a
practicar artes marciales. Me anoté en la escuela Yon Mu Kwan. Hice hap­
kido, kendo, boxeo y taekwondo porque era más lindo. Ahí aprendí. Uno de
aquellos patoteros me m olestaba mucho. Cuando me gradué com o primer
dan, lo enfrenté y le rom pí toda la cara. No me «visitaron» más.

Han-Chang Kim,, Nam-Sung Choi y Kwang-Duk Chung, con N. Aspera


en una de las primeras exhibiciones de Tae Kwon Do en la Argentina.
El viaje a la Argentina
En 1967, Kim decidió por fin, em barcarse hacia la Argentina donde es­
taban sus compañeros. Con la base de la Asociación Coreana de Taekwon-
do, el General Choi le había otorgado el 4 o dan y pedido que difundieseis
disciplina en nuestro país. En cam bio las cosas p ara Nam no fueron tan
fáciles. En 1963y a causa de un golpe de Estado, los militares que torna­
ron el pod er lucharon contra el contrabando. Nam se vio en dificultades
«Continuamos vendiendo en el anonimato. Yo trabajaba con un amigo. Un
día salí y él se quedó en el negocio. Cayó la policía y se lo llevó preso. Tuve
que vender las tres casas para sacarlo de la cárcel Me quedé sin un peso.
Fui a Seúl y em pecé a vender relojes. Al abrirse la emigración, varios ami­
gos fueron a Alemania a trabajar en las minas de carbón. Quedé solo. Me
hablaban de la Argentina diciendo era el m ejor país del mundo. «Trabajas
un día y com es siete», escuchaba. «Tengo que ir a vivir allá», pensé. Había -
estudiado inglés y creía que aquí se hablaba ese idioma. Entonces, cuando:
llegué dije: ¡«Helio»! y nadie m e entendió, se ríe a carcajadas. Hicieron
la travesía en el Bois Vian, un carguero holandés de 28.000 toneladas.
El viejo barco llevaba adem ás, 20 familias, unas 104 personas. Un buen
día, am bos se cruzaron en el puente, se pusieron a charlar y a practicar •
juntos. Chung los vio y también com partió las prácticas aunque era más ' •
chicoj había nacido en 1950. Tardaron dos m eses y un día en pisar estas
playas. Nam y Chung se hospedaron en hotel Torino, de la avenida Alem
y después, en la casa de un fam iliar de este que vivía en Villa Soldati. A
Kim lo fu e a buscar su amigo desde Córdoba y se fu e con él. «Pero, antes
de separarnos nos com prom etim os a enseñar taekw ondo de la ITF.»
Kim: -Un día recibí una llam ada de Nam que me decía: «¡Consegui­
mos un gimnasio para enseñar taekw ondo! Es en Ramos Mejía, de un
profesor de judo. ¡Vení rápido!». Le contesté: «¡OK, y a voy!».
Cuántos coreanos había en el país?
- Menos de mil (N de la R: ahora son m ás de 20.000, según palabras
del actual em bajador coreano).
-¿Qué otros profesores vinieron después?
-En 1970, Dae Chul Yang; en 1971, jong Seo Lee y en 1973, Moonjeong
Chung. Los fuim os ubicando en los lugares donde pedían instructoresy
'gil los gimnasios que podíam os. Era la misión que m e encargó el General
Choi

(<¡tfo sabe un carajo!»


Áspera rela ta dos a n écd o ta s sob re aqu ellos jóv en es corean os,
«Cuando Nam estaba en el Yusin se quedaba a dormir en el gimnasio,
le compré ropa y m e había dicho que era relojero. Un alumno mío tenía
relojería y le p ed í que le diera trabajo. «Sí, com o no, que venga». Le dio
el empleo. Pasaron unos días y le pregunté cóm o andaba el coreano. «No
sabe un carajo», m e contestó».

Nam: Yo no sabía arreglar relojes. En Corea era dueño, los vendía.


Una vez atendí a un señor y quise decirle «caballero» y me salió «caballo»
(se ríe a carcajadas).
Áspera: En una oportunidad, los llevé a Mar del Plata en un Renault
Gordini Entré p or la avenida Constitución que desem boca directam ente
en el mar y cuando Kim vio a las mujeres en malla me acuerdo siem pre
que dijo. «¡Chicas, llegó Kim!»

Han pasado 40 años de aquella «aventura».

Los dos se casaron por poder. No conocían a sus futuras mujeres. Kim
se unió a Choi Kyung In y tienen dos hijos, Verónica (34) y Alejandro (36).
Mam, tres, Martín (35), Silvia (33) y Marcelo (30). Chung vive en Nueva
Yorky form a p a rte de una gran organización.
C a p ít u l o 2
Los MAESTROS COREANOS Y SUS PRIMEROS ALUMNOS

A continuación incluyo una semblanza de los pioneros coreanos:

Hablar del Maestro Han Chang Kim es hablar de alguien por quien
tengo especial aprecio. Nació en el verano boreal de 1939 en Haolbin,
una ciudad de Manchuria con una importante colonia coreana. El sex­
to hermano de un total de siete, la vida de comerciante itinerante de
su padre hizo que la familia viviera en distintas ciudades en Corea, Ei
hambre de la guerra no le fue ajena “reconoce en cierta ocasión no ha­
ber comido nada en tres días- y la familia tuvo que separarse durante
un tiempo. Finalmente pudo ingresar en una buena escuela secundaria
(Pusan Chung Hak), a la que no era fácil acceder, y se encontró entre
los alumnos rezagados en el aprendizaje. Molesto con la situación, con
bastante empeño y una cuota de orgullo personal pasó a ser uno de
los altos promedios. Ya controlados los estudios, comenzó a destacarse
como titular del equipo de béisbol, hasta que se encontró con el Tae
Kwon Do. Cuando llegó a la Argentina, Kim era licenciado en relacio-
nes internacionales, una persona de modales sofisticados y con buen
manejo del español, pues ante la opción entre estudiar inglés o español
en la universidad, había elegido este último. Esa elección fue la que
terminó trayéndolo a estas tierras. De altura mediana y constitución
física delgada, sus vigorosos saltos y elegantes técnicas de patadas
le hicieron ganar renombre. Estando entre dos personas, Kim podía
pegar un salto y en un solo movimiento abrir sus piernas para patear
la cara de ambos. Practicaba desde 1957, y había sido promovido a
4to Dan Por e* General Choi antes de embarcarse a Sudamérica, luego
¿e ocho meses de preparación en la casa de éste en el elegante barrio
de Han Nam-dong aprendiendo sus formas -pues hasta entonces Kim
practicaba las de origen japonés- (las "formas” antes conocidas como
¡¡yong, son secuencias técnicas preestablecidas que se ejecutan contra
oponentes imaginarios, tradicionalmente consideradas el corazón del
arte marcial).

Mtro. Kim Han-Chang.


Probablemente el acto fundacional del Tae Kwon Do argentino
haya sido en la borda del carguero holandés, cuando Kim, ejerciendo
el mandato que había recibido, estableció las pautas y los ajustes téc­
nicos en los movimientos de sus acompañantes de menor rango para
asegurarse de que los argentinos aprenderían lo mismo de esos tres
pioneros. El Tae Kwon Do de Kim era plástico y sofisticado, y desde esa
matriz supo formar a peleadores tan técnicos como aguerridos.
El principal gimnasio en que Kim daba clases era el "Liceo de Artes
Marciales" en Pasteur casi esquina Córdoba, cuyo dueño era un sar­
gento retirado del Ejército de apellido Ávalos, lo que hizo que hubiera
muchos militares y policías -además de estudiantes de Medicina y
Económicas, dada la ubicación-. La combinación resultó muchas voces
explosiva, si se advierte que, por ejemplo, entre los primeros alumnos
de Kim estaba Fernando Abal Medina. Alejandro Balza, un ex practi­
cante de Karate Shudokan, se convirtió en el primer cinturón negro de
la Argentina, graduado por Kim en diciembre de 1969. Balza enseñaría
"Karate Coreano" en Santos Lugares, y entre sus alumnos graduados
estuvieron Rubén Castro y A. R. "Niqui" Blanco. Enrique Eiriz fue el
segundo cinturón negro de Kim, graduado en 1970; meses después,en'
marzo de 1971 recibieron el cinturón negro el comisario Rubén Martí­
nez, el inspector Juan Carlos Pedregoza, Roberto Vilialba (más adelante
nos referimos a él), Kun II Kim (un adolescente de técnica perfecta hoy
radicado en Las Vegas), y más tarde seguirían Gustavo Poletti -como
tenía el certificado ITF AR 007, sus compañeros lo llamaban "James
Bond"-, Hermann Diehl, Ángel Terrazas, Adolfo Villanueva (practicante
en el gimnasio Yusin de Ramos Mejía junto con Poletti, fue pionero del
Tae Kwon Do en Tucumán y el Noroeste Argentino), Raúl Sosa (quien
ha continuado en la actividad y entre otros tuvo como alumno a Os­
valdo Lena), el comisario Pedro Lambruschini y Víctor Romano (debo
dejar en claro que aquí y en lo sucesivo, los listados no implican que
las personas mencionadas en la misma frase tengan necesariamente
la misma antigüedad, sino que coexistieron bajo el maestro en relati­
vamente la misma época, aun con diferencias sustanciales de seniority,
a veces ni siquiera estando en contacto por pertenecer a gimnasios
distintos). Kim se tomó muy en serio el pedido del Gral. Choi de di­
fundir el Tae Kwon Do, y enseñaba en varios gimnasios contando con
cuchísimos alumnos -entre ellos, celebridades como Johnny Tedesco-;
juchas veces Kim dejaba esas escuelas a cargo de otros instructores
coreanos que llegaban al país. La cantidad de practicantes pasaba por
una criba que hoy es infrecuente, en la que según recuerdan los más
antiguos, en el primer intento reprobaba su examen casi el 40% de
quienes se presentaban.

!;|Smcon su doble patada frontal A. Balza, E. Eiriz y G. Poletti.

Serían alumnos al promediar la década (unos graduándose lige­


ramente antes, otros comenzando recién entonces) Ramón Borjas
(aguerrido competidor de las primeras épocas y luego destacado di­
rigente en WTF), Carlos Ornar Casey, Félix Aquino (paraguayo, exce­
dente técnico y muy renombrado en su momento), Roberto Neer, Abel
Cantero, Daniel Cirelli (de impresionante musculatura y dominio del
■arte de la patada, Cirelli había practicado también con NS Choi, KD
■Chung y KW Lee antes de ser graduado de cinturón negro por Kim,
yfue el primer occidental en abrir un gimnasio, en la zona de Olivos;
tuvo por alumnos a Paco Beloso, a Jorge Rábago y a Leonardo Rogala).
■También fueron alumnos de Kim en los 70: Osvaldo Rodríguez (lue­
gosería el instructor de C. Composto), Juan Carlos Falcón, Armando
j Grispino, Ricardo Desimone (que tendría actuación relevante como
^asistente del Gral. Choi en muchos de sus viajes durante fines de los
80), Carlos Algranati (hoy maestro de WTF, a su vez, instructor de
I Carlos Fuentes) y Manuel Luque. Como alumnos de Kim sobre fines
Me los 70 cabe destacar a Adrián Desiderio, Raúl Busca, Gustavo
Somoza, Carlos García, Ricardo Fuentes, Oscar Tajes (quien lueg0 s
convertiría en un especialista del estilo WTF de prestigio interna
cional) y Antonio Lagier (cuyo camino desembocaría en el Hapkido
especialidad en la que ganaría renombre). '
El Tae Kwon Do de Kim era ágil, de patadas extendidas, muy pre.
ciso. Aunque provenía de la escuela Chung Do Kwan (se pronuncia
"chong"), la semilla más antigua del Karate Coreano, este profesor ya
traía algunos elementos modernos que había asimilado en el inter­
cambio con otros cinturones negros en Corea. Kim hoy tiene el grado
de 9no Dan otorgado por Chung Do Kwan, y aunque se encuentra
semi-retirado de la actividad docente, se desempeña como consultor
para varias organizaciones, plenamente involucrado con el Tae Kwon
Do. Después de la división local de la ITF-WTF que se produjo a fi­
nes de los 70, los vínculos de Kim con su kwan sustituyeron los que
había mantenido con la ITF, y la figura de uno de sus instructores,
Park Hae-Man, y de su maestro Uhm Woon-Kyu lo llevaron a seguir
el criterio adoptado por la Federación Mundial de Tae Kwon Do, El
Maestro Kim tiene una personalidad positiva y afable, es cordial y
discreto -tiende siempre a buscar acuerdos y a evitar los conflictos-,
y aun superados los 70 años mantiene la curiosidad de un joven. El
Tae Kwon Do ha estado siempre en el centro de su vida, aunque los
aspectos políticos de la actividad cuya existencia él ignoraba y nunca
llegó a apreciar le dieron sinsabores desde mediados de los 70: Kim
es un taekw ondo-in, un hombre del Tae Kwon Do. Después de haber
vivido la mayor parte de su vida en estas latitudes, Kim se considera
argentino. Siempre ha mirado más allá de las disputas políticas en
que se fue dividiendo el arte, se considera obligado a ello por su po­
sición como introductor del Tae Kwon Do en el país ("a veces podía
no tener gan as de hablar con alguien, p ero antes que mis ganas tengo
una responsabilidad"). No sólo fue el primero, sino que a lo largo de
las décadas, nunca claudicó de su posición, lo que le ha valido en 2010
la condecoración presidencial del Mokryon Jang, una de las cinco ma­
yores distinciones que otorga el gobierno coreano, en este caso por
su aporte a la difusión de la cultura y el espíritu del pueblo coreano
en el exterior. Por su conducta y trayectoria, Han Chang Kim es muy
apreciado por los profesores antiguos de todas las artes marciales de
la Argentina, Que reconocen com o un caballero cabal y, en última
instancia, el padre del Tae Kwon Do argentino.

El Mtro. Choi Nam-Sung en acción.

La primera vez que pisé un dojang de Tae Kwon Do, en mayo de


: 1983, fui llevado por mi amigo Pablo Guiroy y por Bruce Lee ~a quien
conocí con mi abuelo en el cine de Santa Fe y Canning- El oriental que
daba ía clase era el Maestro Nam-Sung Choi, un hombre áspero, cuyos re­
tosrealmente daban miedo. Ahí no volaba ni una mosca. De algo menos
1,70 m. de altura, poco había cambiado desde su arribo quince años
antes, cuando a pesar de no llegar a los 65 kg. tenía un cuerpo macizo
formado por una práctica intensa y de plena dedicación. Provenía del
gimnasio Yon Mu Kwan, cuya organización había cambiado al nombre n
Do Kwan (se pronuncia "yi") al pasar a cargo de Yoon Kwe-Byong. El es­
tilo de Choi era muy fuerte, "de choque" con bases sólidas que ocupaban
su mayor atención, con una exigencia física muy alta, ya que él mismo
era la vara atlética a la que los alumnos estaban casi condenados a mirar
desde abajo. En los primeros tiempos Choi exigía superar los dos años
de práctica antes de permitir a sus alumnos pelear (por incumplir con
esa regla, echó a algunos de su escuela). Esto quiere decir que, siguiendo
la línea tradicional, los alumnos pasaban muchísimo tiempo repitiendo
sus golpes y defensas en posturas de jinete, de peso adelante, etcétera
que debían ejecutar con convicción. A pesar de que le llevaba un par
de años a Kim, Choi siempre consideró a aquel su hermano mayor por
una serie de dictados propios de las relaciones interpersonales entre
coreanos en donde la edad es uno de los aspectos a considerar (los otros
son el nivel educativo, el rango en el arte marcial, el origen social, etc,),
Kim era superior en grado -además de ser la cabeza oficial de ITF en
el país- y todos los asuntos institucionales recaían sobre sus espaldas.
Esto puede ser visto como una bendición para Choi, un hombre noble de
trato huraño a quien sólo le importaba practicar y enseñar. El orden de
los cinturones de color de su escuela era blanco, amarillo, azul, naranja,
púrpura y negro, hasta que en 1974 se adoptó el sistema de ITF: blanco,
amarillo, verde, azul, rojo y negro.
Entre los alumnos directos de Choi de las épocas iniciales se cuen­
tan José "Pepe” Sánchez (un curtido peso pesado en quien se basaba el
conocido personaje de historieta de Robin Wood -famoso guionista en
las revistas El Tony y D'Artagnan, creador de Nippur de Lagash-, tam­
bién cinturón negro alumno de Choi), Carlos Lobato (éstos, los prime­
ros cinturones negros graduados en abril de 1971), Enrique González,
los hermanos Alberto y Alejandro Pérez Dávila, Emilio Casagrande
(quien décadas más tarde se convirtió en un referente del movimiento
WTF), el politólogo Natalio R, Botana (que escribió el primer libro del
Tae Kwon Do argentino en 1971 llamado "Apuntes de Tae Kwon Do”);
Menéndez Behety, Hume, Pablo Trajtenberg, Héctor Maraño (los dos
últimos, graduados le r Dan en 1972, adquirirían años después renom­
bre internacional), Robles, Héctor Gemelli, Carlos Ouro, Faustino Gallo,
gustavo Pórtela, Carlos Castagnola (un excelente peleador), Osvaldo Cruz
Martín (hizo del Club Boca Juniors su hogar, transitando con dedicación
cada una de las etapas por las que pasó el estilo WTF), Raúl Hernández
B o n illa (pionero del Tae Kwon Do ITF en Honduras), Roberto Okuyama,
Gustavo Gigena Lamas, Jorge Antonio Delino, Massimo Praga, Roberto Tis-
cornia, Gerardo Gambolini, Roberto Sáenz Cardama (quien luego pasaría
al grupo dd Mtro. KD Chung), Jorge Vaccaro (quien ha permanecido a su
lado durante décadas convirtiéndose en un gran exponente de la línea téc­
nica de Choi), Pablo No, Patricia Calabró, Marcelo Saraví, Juan José Serra,
C laudio Pironi, Héctor Larraya, Willy López, Patrique Rey, Sergio Fotea,
Claudio Pironi, César Plaza, José Luis Bestani y Pancho Firpo. Un cinturón
negro que pasó por la escuela de Choi fue Norberto Lerman, a quien luego
sig u ió el joven Fabián Pini, años después un destacado competidor ITF.
t i e m p o más tarde Lerman enseñaría a un pequeño grupo desarrollando
un interesante trabajo de formas dentro del patrón de movimiento de ITF
(se destaca actualmente su alumno Hernán Brizuela; por esa escuela pasó
también Fernando Castro). Alumnos de Maraño en aquella época eran
Ricardo Siracusa, Jorge Miccolis, Luis Vega, Juan Hovsepian, Alejandro
Figueroa, Daniel Silliti, Edgar Spittle, Jorge Condomí, Roberto Sanz (quien
haría escuela en La Plata), Daniel Rossel y Alfredo Belardinelli (quien
durante un tiempo había practicado con DC Yang). En Sucre, los alumnos
de Trajtenberg eran Alberto Katz, Raúl Sánchez, Martín Montes, Mario
TVoiano, Edgardo Villanueva y Guillermo Del Achiprete.
Durante un breve tiempo Choi enseñó en el Kumazawa de Avenida
Cabildo; luego se fue de allí al Kumazawa de Posadas sobre el Pasaje
Seeber -a la altura de Carlos Pellegrini- Era el sótano de un edificio,
en el cual se formaron sus primeros cinturones negros. Kumazawa es
el legendario instituto de artes marciales fundado por "el Gallego" Juan
Manuel Moreno, un talentoso judoka, en honor a su maestro. Luego el
gimnasio se mudaría a la Galería Promenade debajo del Hotel Alvear,
de impresionantes instalaciones, que marcó una era pues muchos de
los más renombrados maestros de diferentes disciplinas orientales
enseñaron allí -como honor inmerecido, tuve el gusto de dar clases
durante dos años hasta su cierre definitivo en 1998-. A comienzos de
los 70, además del Kumazawa de Posadas, Choi enseñaba en el Institu­
to Sucre. En aquella época los maestros de este arte eran una rareza y
por ende una atracción televisiva, por lo que Choi hizo demostraciones
en programas como los "Sábados Circulares de Mancera" y hasta le fye
ofrecido un papel en la troupe de luchadores de Martín Karadagian lo
cual declinó ("Para un hom bre de mi tamaño no era lógico pelear cuerpo
a cuerpo contra esos fornidos luchadores. Le dije que lo mío era defensa
personal y si los p a teab a les iba a rom ber una pierna", recordaría años
mas tarde en un reportaje en el diario La Nación; aunque de su nombre
de pila Nam Sung quedó un personaje, “el coreano Sun"},

Choi Nam-Sung patea a su alumno Pablo Trajtenberg.

Más adelante, con el crecimiento de sus alumnos Maraño y Trajten­


berg, aquel comenzó a enseñar en el Club Universitario de Buenos Aires
[CUBA] de la calle Viamonte -ahí se formaría Horacio Boitano, socio del
club y hoy maestro-, y éste en días alternados con su maestro en Sucre.
En 1974 y a través de una clase abierta en el gimnasio del Mtro. Kwang
Duk Chung, de Av. Corrientes al 3400, los alumnos de NS Choi aprendie­
ron las formas del Gral. Choi y de a poco fueron sustituyendo las formas
de Karate. Hasta ese entonces Choi no hablaba de "Tae Kwon Do"; sus
alumnos no conocían ese nombre, sino que lo llamaban Karate Coreano
("igual al japonés pero más rápido"). Cuando en 1979 el maestro se pasó
a la WTF, la mayor parte de sus alumnos de la zona de Belgrano, que
practicaban en Sucre, se quedaron en ITF -salvo Vaccaro y unos pocos-
mientras que los del grupo de la zona de Retiro en general pasaron con
su maestro a WTF.
Cuentan sus alumnos que el Tae Kwon Do de NS Choi siempre
tuvo un contrapunto conceptual con el de Kim: el de este último era
elegante, técnico y cerebral, el de Choi era visceral y muscular. For­
zaba a los alumnos a extremos, los inducía a encontrar o percibir la
conexión con el oponente, lograr la quietud de la mente y potenciar la
fuerza interior. Si Kim era velocidad y volar, Choi era masa y aplastar.
Este maestro no hablaba bien el castellano, y se comunicaba mediante
la experiencia física buscando ir más allá, a lo intuitivo. Choi era un
obsesivo de la práctica, nunca resignó su gusto por un arte marcial
fuerte y explosivo, con puños pesados, fiel a sus raíces en aquel Karate
Coreano; su involucramiento en el moderno estilo de Kuk Ki Won es
bastante relativo en lo técnico, aunque hacia los 90 sorprendía la forma
que había tomado su estilo: pasos cambiantes y continuidad modernas
se enlazaban con ese sentido de ritmo, tiempo y distancia del viejo
estilo. El Maestro Choi es una persona sencilla y directa, de tempera­
mento fuerte, que no socializa mucho y mantiene los códigos de honor
y lealtad que aprendió en el arte marcial. Hace unos años recibió el
9no Dan de parte de la Chung Do Kwan de Corea. Él sigue manteniendo
con el Maestro Kim una relación fraterna. Hasta que en años recientes
su salud se vio deteriorada, el Maestro Choi daba ciases semanales a
sus alumnos de más alto rango en el viejo dojang al lado de su casa de
Lavalleja y Córdoba, a la vera de Villa Crespo, donde hasta hoy sigue
practicando. Allí fue donde ío conocí, y quedé fascinado; durante los
meses siguientes no podía pensar en otra cosa que en Tae Kwon Do.
Pasé de ser un destacado alumno del secundario a tener calificaciones
que me avergonzaban. Tuve que tomar una decisión que para mí era
drástica: me prometí que hasta que no remontara completamente mi
boletín no volvería al gimnasio. Yo no lo sabía, pero la vida me llevaría
por otros rumbos, y mi regreso sería a otro lugar. Entonces no tenía
noción del peso del Maestro Choi; sólo años después advertí el honor
de que haya sido ese hombre quien me abrió la puerta del Tae Kwon Do

El Maestro Chung Kwang-Duk era probablemente el más desen­


fadado y colorido de los pioneros. Siendo un le r Dan de 18 años, lo
separaba una considerable diferencia de edad con Kim y Choi, y bajo
la modalidad coreana, eso establece determinado tipo de trato de
“sonbe / hube" (mayor / menor) que en dicha cultura y en las artes
marciales -entre compañeros- se mantiene por siempre. Mi primer
contacto con él fue indirecto, participando en el torneo metropolitano
ITF de 1984 en el Colegio
Ward de Ramos Mejía,
como cinturón verde. Re­
cuerdo que peleábamos
con pecheras, y entre el
bullicio del fondo se es­
cuchaba el ensordecedor
aliento "¡Chung! ¡Chung!
¡Chung!" de la escuela de
Ramisch. Tiempo des­
pués me encontraría con
él, muy elegante, de traje
con chaleco y cuidado
bigote. Chung siempre
tuvo una personalidad
pujante, y desde joven
tenía ansias de "ocupar
un lugar". Aprendió rápi­
damente el idioma -es un
hombre encantador en su
conversación- y no había
proyecto que lo intimida­
ra. Si Kim y Choi cultiva­
ban cierto bajo perfil, no
puede decirse lo mismo
de Chung. Extrovertido,
ejerció su autoridad de maestro de arte marcial sobre sus alumnos
con firmeza y amplitud, haciendo frecuentes demostraciones de poder
físico (solía clavar clavos sobre paneles de madera con sus manos, que
al día de hoy se ocupa de endurecer y que exhibe con orgullo) y político
-al pasarse Kim y Choi a la WTF a fines de los años 70, Chung perma­
neció, aun residiendo en los EEUU, como el máximo referente argenti­
no ante la ITF hasta casi diez años después-. Su personalidad y modo
de conducirse siempre fueron materia de controversia, despertando
tanto adhesiones como reparos. A fines de los 80 se haría habitual ca­
lificarlo como "polémico". Los cinturones negros de Chung incluían a
Roberto Vargas, Víctor Barbetta, Ricardo Gurtler (un talentoso), Jorge
Nicolás Camodeca, Guillermo "Mito" Ramisch (quien se transformó en
un destacado maestro), Jorge Ambrústolo, Néstor Robirosa, Domingo
Monti, Héctor Quiroga, Roberto Pirri, Carlos Muñoz, Juan Carlos Pinto,
Nicolás Zingoni, Norberto Vaccaro, Daniel Schmidt, Yong-Chol Kim,
Roberto Sáenz Cardama (que venía del grupo de NS Choi), Alejandro
De María, Daniel San Marco, Alfredo Muñoz (quien hacia 1976 pasaría
alas órdenes del Mtro. Um), Eduardo Palmisano y, sobre el final, Carlos
Filippa. Kwang Duk Chung se fue a vivir a Nueva York en 1979, desde
donde cultivó una relación más cercana con el General Choi. El Mtro.
Chung llegó a ser graduado 7mo Dan ITF antes de separarse de dicha
organización. Con la partida del KD Chung del país, Ramisch pasó a
ser el referente del grupo, dando clase a todos sus hube y asimismo
formando un fuerte grupo mediante su Asociación de Instructores
de Taekwon-Do (entre ellos Marcelo Vatrano, Gabriel Méndez, Mario
Shaur, Ernesto Friezche, Hernán Arnaldo y Daniel González); Gurtler
enseñó durante algunos años a un grupo de alumnos en la zona de Ti­
gre, y, en lo que respecta a los otros alumnos de Chung, cabe destacar
a Yong-Chol Kim como instructor de Juan Pablo Sabalain (el primer
campeón mundial que tuvo la Argentina en formas ITF, fallecido trági­
camente en 2010) y Eduardo Palmisano -cuyo alumno más destacado
fue Marcelo Sacchi- Desde hace algún tiempo ha comenzado a viajar
más frecuentemente a la Argentina, donde tiene un creciente grupo de
alumnos que pertenecen a la organización dirigida por él con la partici­
pación de otros maestros, la AH International Taekwon-Do Federation.
El Mtro. Chung utiliza intensamente Internet, a través de la cual envía
m e n s a j e s h a c i e n d o é n f a s i s e n e l a s p e c t o f i l o s ó f i c o d e l T a e k w o n -D o
e l c a m i n o p o r e l q u e t r a n s i t a c a d a p r a c t i c a n t e e n s u v i d a c o n el a r te
m a r c ia l c o m o v e h íc u lo ("Do”),

El Maestro Kim Young-Whan llegó a la Argentina a principios de


1969 siendo 4to Dan de la Asociación Coreana de Tae Kwon Do. Pro­
venía de la escuela Song Moo Kwan (“song mu"), y había venido a la
Argentina para estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Nacional
de Rosario. Al cabo de un tiempo en Buenos Aires dando clases en
el Kumazawa de la calle Pasteur (ayudando a su amigo y mentor HC
Kim), se dirigió a Rosario. Luego de pasar por algunos gimnasios -en­
tre otros, el Club Policial- ganó notoriedad con una exhibición en el
Gimnasio Athenas de la calle Buenos Aires, donde estuvo enseñando
hasta que abrió su propio gimnasio en la calle Santa Fe al 1300, donde
era su vivienda, en una de cuyas paredes tenía pintado un gran escudo
de la International Taekwon-Do Federation. También impartió clases
en el Club Sportivo de América, donde realizó una segunda exhibición.
YW Kim enseñaba un Tae Kwon Do muy tradicional, y gustaba hablar
del verdadero espíritu del arte marcial y de su sonbe Yong-Kil Kim,
alumno directo del fundador del kwan. Entre sus primeros alumnos
se encontraban Norman Mizobe, Carlos Mattos (éstos daban clase en
el Club Huracán], Juan Carlos Laurino, Ricardo Tibaldí (los cuatro, gra­
duados le r Dan en 1972 convirtiéndose en los primeros instructores
déla zona), Guillermo O'Keefe, Hugo Kurato, Miguel Nasini (graduados
casi dos años más tarde, antes de la partida de su maestro), Gustavo
Rossi, Ángel Odisio, Daniel Cuenca, Héctor Schiavone, Oscar Ducca,
Carlos Picerni, Jorge D'Angelo y Juan Carlos Núñez (éste a su vez ins­
tructor del destacado competidor Iván Protti). YW Kim mantenía una
fuerte relación con HC Kim, y sus alumnos rosarinos tenían contacto
frecuente con los de éste. Por invitación de su sonbe, YW Kim se fue
a vivir a Los Ángeles, EEUU, a comienzos de 1974, donde además lo
esperaba una novia para casarse -los matrimonios por referencia
eran usuales para expatriados coreanos, y en general funcionaban-.
Apartir de entonces el Mtro. Han Chang Kim comenzó a coordinar el
funcionamiento del Tae Kwon Do en Rosario. Durante los años siguien­
tes tuvieron influencia sobre las escuelas rosarinas los Mtros. Sung-Su
Kim de Santa Fe y Chung-Chan Keh de Junín, aunque los instructores
se relacionaron principalmente con HC Kim. Rosario se transformó en
un polo de excelentes exponentes del arte marcial, cuyos pilares fueron
Norman Mizobe (con alumnos como Rodolfo Samara, Angel Bellofatto,
Alberto Rozas, Juan Coppola, Juan José Sunini, Roberto Robledo y José
Luis Esquivel), Carlos Mattos (quien formó a Juan Carlos Lenti -a su
vez, instructor de J. Meucci-, a Del Barco y a Portnoy), Juan Carlos Lau­
rino (Rubén Marchini, Julio Van Zandweghe, Clauio Dachevsky, Jorge
Swenney y Alberto Giorgi) y Miguel Nasini (maestro de Mario Yorio
-fallecido en 1986-, y también de Guillermo Dávoli, Carlos Salvo, Ebel
Barat, Enrique Bo, Enrique Disimone, Ramón Fleita, Víctor Cao, Mónica
Lamberto y Facundo Alarcón entre muchos otros). A principios de los
80 Mattos y Nasini, de reconocido nivel técnico, eran los dos rosarinos
dentro de la veintena de instructores de mayor renombre en el Tae
Kwon Do nacional.
Lee Kae Won fue un maestro que estuvo poco tiempo en el país.
Había sido enviado por el General Choi para ayudar al Mtro. HC Kim.
Enseñó entre 1968 y 1969 en el Kumazawa de Av. Cabildo, y muchos
de los alumnos que se iniciaron con él cuando emigró a los EEUU con­
tinuaron con otros instructores coreanos a quienes considerarían sus
verdaderos maestros -este es el caso de Daniel Cirelli, Pedro Florindo
y Carlos Muñiz- Según cuentan, uno de los alumnos de aquel enton­
ces, "el Alemán" Hirschmann, llevaba a practicar Karate Coreano a sus
amigos del grupo guerrillero Montoneros, y así fue como pasaron por
el dojang algunos de los más violentos personajes de la época, corno
Norma Arrostito y Rodolfo Galimberti.

Mtro. Yang Dae-Chol.

Yang Dae-Chol (Iang De Choi) llegó al país en 1970, instalándose


en Buenos Aires hasta que dejó de enseñar en 1979. Yang había venido
junto con su familia, incluyendo a su padre, un importante oficial del
ejército quien había tenido entre sus subordinados a Lee Chong-Woo
(luego jefe de Ji Do Kwan), con el que había trabado excelente relación.
El Coronel Yang era, además de médico acupunturista, experto en
Kumdo -kendo coreano, una forma de combate con sables de bambú-,
y era uno de los miembros fundadores del proyecto que luego sería el
Kuk Ki Won. Yang (p.) era muy poderoso en la comunidad coreana en
Buenos Aires, y cuando venía el Gral. Choi a la Argentina se reunía con
él como camarada de armas, además de ser ambos opositores a la dic­
tadura de Park Chung-Hee instaurada en 1961. Cuando Choi comenzó
a mirar favorablemente a Norcorea, mereció un categórico rechazo del
Cnel. Yang, quien tuvo mucho peso entre los coreanos residentes en la
Argentina cuando entre 1976 y 1979 se definió la situación en el dilema
de si continuar perteneciendo a la "pro-comunista” ITF o si pasarse a
l a recientemente creada WTF.

A diferencia de los maestros a quienes me he referido, DC Yang


practicaba el estilo competitivo de la Asociación Coreana de Tae Kwon
Do ("KTA"). Había sido tres veces campeón nacional júnior de Corea
en los duros campeonatos con pechera de fines de los 60. Era de Ji Do
Kwan -la escuela a la que pertenecían dos tercios de los campeones co­
reanos de esa época- y había sido formado como un peleador aguerri­
doy contundente. Él era de estatura mediana y muy fuerte, sobre todo
en las piernas ya que también había sido un patinador de velocidad en
Corea, lo cual daba a sus patadas una explosividad y potencia temibles.
Enseñaba las formas Palgwe, que habían sido desarrolladas por la KTA
en 1966, junto con el viejo Koryo, Kumgang, etc. (la definición de cuáles
eran las formas oficiales de la KTA había motivado en aquel entonces
una disputa con el Gral. Choi). Las formas bajo la modalidad Ji Do Kwan
utilizaban posturas angostas que exigían especialmente los músculos
de la cadera, aunque su importancia era relativa, por ser una escuela
muy orientada a la pelea. El estilo de combate en su gimnasio era fuer­
te y explosivo. Los movimientos favoritos de Yang eran una inclemente
patada semicircular con el empeine al abdomen, y los poderosos golpes
de puño que descargaba contra el pecho de sus rivales. Yang otorgaba
graduaciones a través de la KTA y de Ji Do Kwan, pues no dependía
del Gral. Choi. En cada visita de Choi, cuando éste le reclamaba que
se afiliara, el padre de Yang le decía que dejara a su hijo en paz. Los
alumnos principales de Yang, a los que formaba primordialmente como
peleadores, fueron Ernesto Carrillo, Ricardo Burman, Luis Ciabardelli,
Ángel Bruno, Ismael Paez Montero, Olga Alderete (la primera mujer
cinturón negro en la Argentina), y a partir de 1976, Pedro Florindo,
Carlos Verdún, y Abel Salim -éstos, cinturones negros de CS Lee-. En
una curiosa reedición de la afinidad entre Moo Duk Kwan y Ji Do Kwan
que había existido en Corea décadas antes, cuando tales escuelas re­
sistían el intento unificador por el que presionaba el Gral Choi, en la
Argentina CS Lee y DC Yang -pertenecientes a esas líneas- fueron muy
cercanos entre sí. Según un destacado pionero, dichos maestros fueron
respectivamente el mejor técnico y el mejor peleador que pisaron las
tierras argentinas en aquella época.
Entre los alumnos de Yang en los años que siguieron pueden men­
cionarse a Jorge Diciano, Oscar Reynoso (un excelente luchador), Ricar­
do Ermoli, Juan Carlos Mangoni (quien a partir de CS Lee, siguió for­
mándose con diversos maestros), Roberto Pereyra y Ricardo Sánchez,
El Mtro. Yang se mudó de Buenos Aires a San Carlos de Bariloche,
donde dirige un gimnasio en que tiene como mano derecha a Roberto
Stella (originalmente alumno de NS Choi). Entre sus alumnos de su
"época patagónica" se encuentran Hugo Ruiz, Ornar Lagarde, Gustavo
Venegas y Gabriel Arch. Yang recientemente afirmó que cuando llegó a
la Argentina, encontró Karate Coreano, y que Tae Kwon Do era lo que él
trajo. Conociendo la muy buena relación que guarda con los primeros
pioneros, ello no puede ser intrepretado como una crítica. Desde cierta
perspectiva es verdad, según veremos más adelante.
El Maestro Lee Chong-Seo (I Chong So) -m i abuelo en las artes
marciales- era un joven alto y atlético formado en el estilo Moo Duk
Kwan ("mu dok"). Lee llegó en 1971 luego de completar el curso de for­
mación de instructores del Mtro. Kim Jae-Joon, y siendo también cintu­
rón negro de Hapkido. Su hermano mayor, llamado Lee Chong-Woo (no
confundir con su homónimo 3er jefe de la Ji Do Kwan) era 7mo Dan de
Moo Duk Kwan y de Hapkido, y había aprendido con Hong Chong-Soo,
uno de los más antiguos alumnos del fundador del kwan, Mtro. Hwang
Kee, con quien ambos hermanos habían practicado frecuentemente
en el gimnasio central al lado de la estación de ferrocarril de Seúl. Du­
rante un par de años CW Lee enseñó Hapkido, tomando un pequeño
grupo de alumnos que había aprendido antes con el introductor de
esta disciplina en la Argentina, "el Lince" Lee Sung-Il. En cuanto a Lee
Chong-Seo (el hermano que por esos años se dedicó al Tae Kwon Do),
al venir de Corea su graduación era 6to Dan. Sin embargo, Lee decía
que era 5o para respetar la posición de líder que ocupaba Han-Chang
Kim en el país cuando éste era 5to Dan -en alguna conversación con
alum nos, el propio Kim
los anotició sobre el alto
nivel de Lee diciéndoles
que éste era 6to Dan-,
Lee jamás llamó a su arte
Tang Soo Do ("Tang Su
po"), el verdadero nom­
bre que usaba su escuela
de origen en Corea. Lee
enseñaba Tae Kwon Do,
pues Hong Chong-Soo y
Kim Young-Taek en 1965
habían finalmente acep­
tado incorporar gran par­
te de la Moo Duk Kwan a
la KTA, arrastrando con
ellos a la mayor parte de
la escuela. Un compañe­
ro de prácticas suyo de
menor antigüedad, Dae
Won "David" Moon, sería
en 1968 el fundador del
Tae Kwon Do en México,
luego de una notable carrera como competidor de torneos abiertos en
los EEUU. Algún viejo practicante -que no fue su alumno- recuerda a
Lee como “un superhombre" por sus proezas físicas y su nivel técnico.
Pateador acrobático, fue el primero en mostrar solvencia en distin­
tas técnicas de giro por la espalda -tanto de patada como de mano-,
que en aquel entonces distinguían del Karate japonés a la modalidad
coreana que empezaba a diferenciarse. Lee asombró al público en su
exhibición en el le r Torneo Nacional del 75 cuando rompió seis tablas
separadas con un mismo giro circular de talón. Lo de Lee tenía mucho
más de "Coreano” que de "Karate" Desde su llegada, el Mtro. Kim -con
la generosidad que siempre lo caracterizó- le dispensó un trato espe­
cial haciendo participar a Lee en exámenes y eventos.
Lee enseñaba en el Gimnasio Metropolitano de Libertad y Corrientes
y en el Kumazawa de Cabildo -allí tenía dos turnos seguidos los lunes
miércoles y viernes, mientras que Yang enseñaba los martes y jueves-!
Lee enseñaba formas (las de origen japonés Pyong Ahn, Balsaek, Chulgui
etc.), ejercicios de patada, hosinsul (defensa personal) y combate. Los
alumnos más antiguos de Lee, graduados en 1974, fueron Carlos Ver-
dún (que antes había practicado Kenpo con Kenzo Miyazawa, y había
sido alumno de NS Choi), Pedro Florindo (Verdún y Florindo eran como
hermanos, parecido a lo que ocurría con Maraño y Trajtenberg), René
García y Hugo Soñora; de una segunda tanda eran Abel Salim, Héctor
"Tito” Guzmán, Gabriel Ginner, Cristina Silva y jorge Rogers; y la tercera
la integraban su “sobrino" Choi Chan-In, Na Su-Kon, Adolfo Barvich, Félix
Solas, Juan Carlos Mangoni y Carlos Capalbo. El fuerte de Lee eran sus
exquisitas patadas, y en ello trataba de volcar toda su experiencia ha­
ciendo a sus alumnos patear hasta el cansancioyop chagui -la patada de
costado-. Para que éstos pulieran la técnica, siempre llevaba un marco
de madera con clavos en su interior que ponía a la altura de la cabeza, a
través del cual los alumnos debían patear, sin que el pie temblara duran­
te la patada, que debía ser seca y precisa dentro del recuadro para evitar
lastimarse. Lee enseñó hasta 1976, cuando como varios de sus compa­
triotas muchas veces presionados por sus familias, asumió que debía
"sentar cabeza" y afianzarse económicamente ejerciendo el comercio.
Lee pasó a ser dueño de un bar en Avenida de Mayo, y permaneció en el
país para volver a Corea y luego a los EEUU a fines de los 80. La mayoría
de sus alumnos siguió con Yang, Florindo comenzó a enseñar en el club
Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) hacia 1975. Entre sus pri­
meros alumnos se cuentan Mariano Beccar, Claudio Iedwab -su primer
cinturón negro, en 1978- y Pedro Bersi. Verdún tuvo por alumnos a
Jorge y Armando Carabajal, Carlos Gómez de Olivera, Adolfo Calatayu,
Armando Villegas, Adolfo Quirce (que luego siguió a KD Chung y emigró
a los EEUU), Carlos Somoza, "el Gallego” Domínguez, Ricardo Isileri y
Raúl Mitchaen. Años más tarde Lee viviría en los EEUU. Retirado de las
artes marciales por décadas y habiendo padecido problemas de salud,
últimamente ha retomado contacto con sus antiguos alumnos a través
del Mtro. KD Chung.
El Mtro, Chung Moon-Jung con su alumno Horacio Macchi.

Chung Moon-Jung (en "porteño", Chung Mun Yung] era un instruc­


tor formado en la Moo Duk Kwan, con un estilo ligeramente ecléctico
tras su paso por la universidad en Corea. Llegó a mediados de 1973.
Era liviano y muy rápido, y en adición a su fuerte Tae Kwon Do había
practicado Ssireum (sumo coreano) durante bastante tiempo. El Mtro.
MJ Chung cultivaba un estilo clásico, de posturas largas, y al igual que
HC Kim, utilizaba la patada en abanico exterior. Esa patada de corta
distancia en sus variantes por el frente o en giro, no era practicada
en la base de estilo ITF -m ás ligada al Karate Coreano-, y nunca tuvo
sentido en el contexto del combate WTF; su función solamente se
explica en el marco de cierta pedagogía de pateo del Tae Kwon Do
Clásico. La Moo Duk Kwan la practicaba con recorrido final descen­
dente. MJ Chung inicialmente enseñaba en La Plata, donde era pionero
en la enseñanza Félix Aquino -y años después llegaría Ku Yong Chae,
pues allí vivía el embajador Pérez Colman, sponsor de este último- De
sus alumnos de La Plata pueden mencionarse Marcelo Caputo, Fausto
Mercado (el primero, profesor de H. Mengoni; años más tarde, ambos
seguirían el estilo ITF), y Rodolfo Laborda. El Mtro. Han Chang Kim
le dejó al Mtro. Mj Chung su lugar como instructor en el gimnasio
Kumazawa de la calle Carabobo 27 en Flores, en donde el Mtro. Chung
enseñó durante bastante tiempo. Entre sus alumnos de Buenos Aires
estaban Horacio Macchi (originalmente alumno de HC Kim, un exce­
lente técnico que integra un movimiento de renovación de WTF), jorge
Ruffini, José Ignacio Carbonell (introductor del Tae Kwon Do en Puerto
Madryn), Byong Su, Jorge Beltrán (apodado por sus compañeros "Kimta
Kinte", era un duro recolector de basura que entrenaba mientras co­
rría al lado del camión arrojando los tachos, y llegó a Medalla de Oro
en el Panamericano de WTF Guayaquil 81), Enrique Cambnrsano, ios
hermanos Mario y Luis Albarenque, Horacio Aguilar, Guillermo Stoc-
kbaher, Guillermo Petrarca, Jorge Martínez, Osvaldo Moscovich, Carlos
y Pablo Maisuls, Julio Abegio, Ricardo Álvarez, Fernando Scaglione
(anteriormente alumno de Choi), Carlos Filippa (luego destacado coach
WTF, su maestro original había sido KD Chung; Filippa pidió permiso
para competir en representación de su nuevo grupo de pertenencia,
lo cual le fue acordado como excepción pues se trataba de una escuela
donde no había interés en ese aspecto), Susana Filippa, Gustavo Lava-
lie y César Galguera (estos dos se unirían luego a Filippa para formar
la asociación Seng Do, que convoca a muchos practicantes de estilo
deportivo WTF). Hacia 1982 el Mtro. Chung dejó la enseñanza; vive en
Buenos Aires y mantiene su relación con la comunidad de Tae Kwon
Do WTF como asesor.
Un especialista muy cercano a MJ Chung fue Kim Pyong-Taek, un
excelente técnico, también de Moo Duk Kwan, que tenía especial domi­
nio de las piernas y algunas cualidades que compartía con CS Lee -por
ejemplo, ejercicios de flexibilidad y equilibrio tomándose el pie con la
mano para extender la pierna "en farol"-. Este maestro, al igual que
Yang, tenía la impronta competitiva de la Asociación Coreana -fue uno
de los principales árbitros en el Torneo del 77-. Estuvo poco tiempo en
el país, y durante su permanencia hizo las veces de maestro de Sung
Su Kim, pionero en Santa Fe.
Keh Chung-Chan (conocido como José Keh) llegó con su padre y
familia en 1973. Buscando una vida rural, se estableció en Junín, en
la privilegiada zona agrícola del noroeste de la Pcia. de Buenos Aires,
lindando con el sur de Santa Fe. Provenía de la Ji Do Kwan, y estaba
fo rm a d o en el estilo de combate de la Asociación Coreana. Tuvo di­
fíciles experiencias como inmigrante, pero con perseverancia logró
sortear los numerosos obstáculos que se le presentaron. Trabajó en
ja industria avícola, aprendió el español y cursó la primaria, la secun­
daria y se recibió de Profesor Nacional de Educación Física, actividad
que desarrolla y que le ha permitido ganar a través de las décadas el
aprecio de su comunidad como un hombre generoso e íntegro. Dedica-
vdocorredor de maratón, delgado y de una excelente técnica, se alineó
; a la modalidad de WTF, siempre siendo un referente en las artes mar-
■ciales al sur de Rosario. Fue parte del contingente argentino que viajó
■aCorea en las Olimpíadas de Seúl 88. Actualmente vive en Junín con
lafamilia que formó.
Kim Sung-Su provenía de la Oh Do Kwan. Era un joven instructor
i que se instaló en la ciudad de Santa Fe en 1972 después de estar ape­
onas unas semanas en Buenos Aires. Comenzó a enseñar en el Monzón
Boxing Club, propiedad del entrenador de Carlos Monzón, el recordado
Amilcar Brusa, y luego también en el Liceo Militar General Belgrano.
En aquel entonces Kim era 2do Dan y había llegado por gestiones de
Raúl Avellaneda, uno de los impulsores de las artes marciales en dicha
ciudad. Entre sus primeros alumnos estuvieron Enrique Godoy y la
hija de Amilcar, Ofelia Bru-
sa. Era de fuerte contextura
física, y usaba el pelo largo
¿lacio. Apenas superaba los
20 años, y estaba solo en
Santa Fe. Entonces conoció
a los padres de un alumno,
Víctor Moles, con quienes
comenzó a sentirse en fa­
milia, frecuentando asidua-
pnente ese hogar, lo cual fue
de gran ayuda para él. Era
exigente como maestro y
¡¡agresivo en combate, exce-
i lente peleador y tenía una Sung-Su Kim y su alumno Enrique Godoy,
notable movilidad. En sus prácticas utilizaba mucho los giros y los gol-
pes de puño, y participaba activamente de sus propias clases haciendo
combate con sus alumnos. Aunque era muy técnico, priorizaba en sus
alumnos el espíritu de combate y el rigor del entrenamiento. Según
el recuerdo del Mtro. HC Kim, cuando combatía "era como un tanque
de guerra”. En una ocasión a raíz de unas polémicas declaraciones de
Verdún en la revista Yudo Karate sobre que los maestros coreanos
no estaban enseñando todo lo que deberían (quien no se retractó por
estar convencido de cuanto había dicho], Sung-Su Kim se apersonó en
el gimnasio considerando que Verdún les debía una disculpa. Los cintu­
rones negros recibieron a Kim con respeto ofreciéndole dar la clase -lo
que lo descolocó un poco, pues esperaba encontrarse con un grupo de
rebeldes-. Cuando llegó el momento del chayu derion (combate libre),
se puso frente a Verdún y tuvieron una pelea "de las buenas". Termi­
nado el combate -algo inolvidable para quienes lo presenciaron-, Kim
tendió la mano a Verdún y le dijo si quería ser su amigo, relación que
mantuvieron hasta que el coreano se fue del país. Kim tenía un estilo
agresivo, fuerte y vistoso, y formó un grupo de dedicados cinturones
negros, como Enrique Godoy (su primer alumno, un gran impulsor de
esta actividad, introductor de ésta en Rafaela, y que tuvo por discípulo
a Hugo Mercante; Godoy luego siguió al Mtro. KD Chung y actualmente
cultiva el estilo ITF), Antonio lanciotti (con Godoy, sus dos primeros
cinturones negros hacia 1977), Marcelo Squeff, Ermín Villanueva,
Víctor Moles, Héctor Geiser (que se mantiene activo en ITF), José Ar­
mándola, Jorge Heichmann, Enrique Nardea, Víctor Núñez, Bustos, Raúl
Bertoia (quien a su vez inició a su hermano Horacio Bertoia), Sergio
Ambrosini (los Bertoia y Ambrosini en 1982 adoptaron como maestro
a HC Kim siguiendo la línea de la WTF) y Domingo Silva. Raúl Romero,
quien hoy dirige una escuela estilo WTF en Ramallo, llegó a entrenar
con Kim como cinturón de color en su paso por el Liceo. Hacia 1977
SS Kim emigró con sus hermanos a Sídney, Australia, donde se hizo
conocido por su nombre de bautismo católico -"Mathew" Kim-, y se
convirtió en un importante maestro de Hapkido.
Seo Joung-Hye (en "porteño", So Yong Jie), otro recordado pionero,
había entrenado en el estilo militar Oh Do Kwan, y ya estaba en el país
en 1970. Quienes hicieron combate con él recuerdan su temible patada
la te r a l y que era un artista marcial completo -hay cierta anécdota de
5o yendo a practicar a una clase en lo de Yang donde había cinturones
n e g r o s argentinos de distintos alumnos, a quienes había ido a “disci­
plinar" durante el chayu derion-. Más tarde se iría a Perú a entrenar
a las fuerzas de seguridad contra la guerrilla de Sendero Luminoso.
Él fue el maestro de Federico López (p.), Juan Molina, Jorge Donaire
y F r a n c i s c o "Zito" Taboada -quien luego practicaría c o n NS Choi en
S u cre para sumarse más tarde a la línea de Florindo; este profesor se
ha dedicado a la enseñanza de artes marciales radicándose en 1993
en Sao Paulo, Brasil-.
Los hermanos Kim (Yong-Jak, Yong-Suk y Yong-Hung) fueron otros
de los pioneros que a mediados de los 70 vinieron con un estilo de Tae
, Kwon Do moderno, en la línea del que había mostrado por primera vez
Vang Dae Choi En 1975 los Kim brindaron una impresionante exhibi­
ción en el Estadio Obras Sanitarias. Entre
sus alumnos destacados estuvieron Miguel
Rodea y Félix Pintos (cuya escuela se espe-
: cializó en torneos abiertos con gran éxito, y
tuvo entre sus alumnos a Ángel Muñoz y a
■los hermanos Adragna).
Um Chi-Young (Om Chi íung) estuvo en
el país entre julio de 1976 y octubre de 1978,
ya pesar de la brevedad de su estadía, tuvo
una actuación muy relevante. Su venida ocu­
rrió a raíz del viaje a Corea de un argentino
■llamado Rogelio Giordano Maglicano, que
era 2do Dan de Hapkido, alumno de CW Lee
y de Yoo Soo-Nam -éste, un hombre recio
que enseñaba una disciplina que llamaba
; Sip Pal Ki-. Estando en Seúl en 1975 bus­
cando instructores con quienes practicar
artes marciales, Giordano llegó al Kuk Ki
Won, donde encontró a muchos maestros
interesados en viajar a la Argentina, que
veían como un vacío en el planisferio pues
entendían que los instructores coreanos
de aquí reportaban al exiliado Gral. Choi. Así fue como Um llegó a la
Argentina, y al arribar salteó todo tipo de relación protocolar con los
instructores coreanos que estaban en el país. Era 7mo Dan, y fue el
primero que trajo el estilo oficial de la World Taekwondo Federation
que había sido creada en mayo de 1973, pocos meses después de la
inauguración del Kuk Ki Won -nombre del edificio y del instituto que
administra las jerarquías y cuestiones no deportivas del Tae Kwon Do
W TF- Fue el primero en mostrar las formas Taeguk para cinturones
de color, desarrolladas pocos años antes en sustitución de las Palgwe.
Su escuela de origen era Ji Do Kwan, y Giordano se ocupó de ubicarlo
en uno de los mejores lugares de la época: el Gimnasio de Mister Chile
(alias de Germán Bermúdez Arancibia, campeón de fisicoculturismo
e instructor de Kung Fu y director de la United States Karate Asso-
ciation -USKA- en la Argentina). Dicha organización llevaba adelante
competencias abiertas de artes marciales, y así el Tae Kwon Do se
vinculó con esa organización. Um tuvo por alumnos a Zandona, Rubén
Retamar, Víctor Penella, Néstor Álamos, Oscar Reynoso, brevemente
a "Zito" Taboada, y a Germancho Bermúdez -el hijo de Mr. Chile, por
mérito propio destacado competidor y actual maestro de Kung Fu,
que en Tae Kwon Do llegó hasta le r kup (cinturón rojo punta negra)-,
Al irse Um del país, la mayor parte de sus alumnos pasaron al Mtro.
Ku Yong Chae, excepto Zandona y Retamar, que siguieron practicando
con E. Casagrande, y Reynoso, que siguió con Yang. Con el Embaja-
dor Pérez Colman y el Mtro. Ku, Um tuvo activa participación en la
formación de la Asociación Argentina de Tae Kwon Do en 1978, que
luego continuaría bajo la forma de la Confederación Argentina de Tae
Kwon Do. Por su parte, Giordano seguiría haciendo frecuentes viajes
a Oriente aprendiendo acupuntura y otras disciplinas, lo cual derivó
en su creación del método Pa Kua -algo distinto del arte marcial china
homónima, también conocida como Bagua Zhang-.
Ku Yong-Chae (Ku Iong Che) vino a la Argentina a fines de 1977 con
el aval de las autoridades coreanas para colaborar con el embajador
Edgar Pérez Colman en la introducción del Tae Kwon Do de WTF a la
Argentina -el Mtro. Ku era el instructor del hijo de éste en Corea-.
Esa relación personal se ha mantenido firme a lo largo de décadas
y ha sido relevante en el desarrollo ulterior de esta especialidad en
e] país. Ku Yong-Chae tenía
edad y antigüedad similar
a Han Chang Kim, y al igual
que Um decidió hacer caso
omiso de cualquier forma­
lidad con cualquiera que es­
tuviera relacionado con Choi
Hong Hi. Ku era un hombre
duro, que había peleado en
Vietnam y había entrenado
soldados para ese conflicto.
Unhijo de su época, cuentan
que detestaba todo lo que
tuviera que ver con la ITF,
como consecuencia de su
odio a los comunistas. Su
personalidad fuerte y modo
de conducirse al llegar le­
vantaron olas entre quienes
pertenecían a escuelas más
viejas en el país, aunque pro­ Mtro. Ku Yong Chae, introductor oficial del
bablemente sin su actitud estilo WTF.
intransigente no habría ter­
minado de consolidarse la nueva vertiente del Tae Kwon Do. El rasgo
militar se traducía asimismo en una personalidad leal. En las décadas
siguientes sirvió como apoyo técnico y "asesor de cancillería" de Pérez
Colman ante las autoridades surcoreanas. Aunque Ku provenía de la
Moo Duk Kwan (su maestro había sido Kang Myung-Kyu, quien se ha­
bía radicado en Sacramento, California), él quitaba toda relevancia a
su origen, dado que con la creación del Tae Kwon Do WTF en Corea se
había dispuesto la supresión oficial de los nueve "kwan”. Probablemen­
te la explicación más profunda fuera que su formación había dado un
vuelco cuando conoció al Mtro. Ko Eu Min, uno de los especialistas que
a partir de 1965 revolucionaron el Tae Kwon Do en Corea. Ko -quien
luego se radicó en Alemania y sería uno de los mayores referentes del
Tae Kwon Do europeo- también había aprendido en Moo Duk Kwan, y
era un apasionado del arte de la pelea. Liviano y longilíneo, era técni­
camente un dotado, sumamente rápido y preciso con las piernas. Había
estudiado educación física y fue desarrollando un sistema integral de
entrenamiento de combate totalmente alejado del arte marcial tradi­
cional. Como hijo intelectual del Mtro. Ko -con quien tiene una cercana
relación familiar- YC Ku estaba totalmente enfocado en el combate
deportivo, especialidad en la que se manejaba con solvencia: las po­
siciones, las formas básicas y todo lo que no estuviera directamente
relacionado con la pelea en un cuadrilátero era secundario. Sin embar­
go, lo de "deportivo" debe tomarse muy relativamente: es verdad que
en lugar de práctica, ya podía hablarse de entrenamiento, pero con Ku
era entrenamiento de combate, militar. Aunque el estilo de Tae Kwon
Do no era del todo distinto del de Yang, la diferencia fue que Ku expli-
citaba su método: sus alumnos sabían qué buscaba, y el detalle sobre
cómo se proponía lograrlo. Ku se instaló en La Plata (de donde era su
sponsor), y desde allí sentó las bases del nuevo movimiento, en el cual
permaneció hasta retirarse de la actividad en 1994. Mientras estaba en
Corea, Ku había tenido como alumno durante una temporada a Ernie
Reyes Sr., un destacado instructor norteamericano de origen filipino y
padre del famoso "pequeño karateka” de la televisión en los 80, quien
había viajado a Oriente para recibir entrenamiento especial enviado
desde California por su maestro Dan Kyu Choi (de la Moo Duk Kwan),
Ku actualmente reside en Buenos Aires, Entre sus alumnos se
destacan Inés Sabanes, Alfredo Muñoz -ex alumno de KD Chung y el
primer argentino en recibir un diploma de cinturón negro de KukKi
Won en 1976, a su vez formador de A. Vitaller, R. Torino y G. Riesco-,
Rodolfo Laborda (anteriormente con MJ Chung), Julio Ramos, Daniel
Roa, Juan Carlos Mangoni (ex alumno de CS Lee, habiendo pasado
por Yang se sumó al grupo siendo le r Dan -se ha dicho que era quien
mejor ejecutaba aquello que Ku esperaba de sus alumnos-), Alejan­
dro "Lamparita” González (formado hasta cinturón negro por Oscar
Tajes), Ricardo Puppo, Andrea Mancuso y también “Pepe" Sánchez ~
originalmente de NS Choi-, Félix Aquino -otro ex alumno de Kim que
pasó brevemente por WTF recibiendo el 5to Dan- y Cacho Córdoba.
Como principal director técnico de la CAT, Ku fue el r e s p o n s a b l e de
reorientar a quienes se alinearon políticamente bajo WTF para que
en los hechos practicaran el
estilo de Tae Kwon Do que
proponía dicha entidad.
Su sucesor en muchos
sentidos fue el Mtro. Chang
jong-Hee (Chang Yong Ji,
también de origen Moo Duk
Kwan, también de orienta­
ción netamente deportiva),
quien llegó al país en abril de
1982 -en julio de ese año se
radicó en el Chaco hasta me­
diados de 1983-, para esta­
blecerse en La Plata y recibir
de Ku el mando de la escuela
de éste, adoptando a la ma­
yor parte de sus alumnos.
El Mtro. Chang hizo escuela
formando a atletas -muchos
de ellos se convertirían en
entrenadores-. Por sus clases
pasaron Ignacio Telechea,
Paulino Sosa (ambos del Chaco), "Lámpara" González, Julio Ramos,
Héctor Humano, Darío Bonfante, Claudio Manetto (del Club Lanús),
Fernando Mezei (de la Unión Taekwondo Patagonia), Daniel Núñez,
Ireneo Tévez y quien luego sería un mediático kickboxer: Jorge "Acero"
Cali. El Mtro. Chang se despidió de la Argentina en diciembre del 2001
para radicarse en California.
En 1987, a casi dos décadas de la llegada del Mtro. HC Kim por en­
cargo del Gral. Choi, un grupo de la colectividad coreana local pidió a
Corea un maestro del más alto nivel actualizado en el estilo WTF para
que enseñara a los hijos de coreanos locales. La Kuk Ki Won envió a
Lee Seok-Won (I Sok Won), un maestro proveniente de la Moo Duk
Kwan que originalmente practicaba Tang Soo Do además de ser 5to
Dan de Judo. Hombre de "vieja escuela", forjó su temple bajo el fuego
en Vietnam. El Mtro. Lee funciona mayormente fuera del circuito local
de la CAT, y en el 2005 viajó a Seúl para rendir examen, al cabo del
cual recibió el 9no Dan Kuk Ki Won. Lee es un maestro del más alto
nivel, y, aunque no llegó a ser conocido por el gran público pues actúa
principalmente dentro de la colectividad coreana, es de los mayores
maestros que han residido y siguen en actividad en el país. Muchos
notables competidores que provenían de otros maestros continuaron
su formación con el Mtro. Lee, entre ellos Yi Tong Ho, Martín Song
(relacionado familiarmente con KD Chung), Iván Rojas, Gustavo Cor-
tés (todos ellos, antes con Tajes), Alejandro Díaz, José Luis Burgos
Lee Dong-Su, Ricardo Romero Bowe (formado por Carlos García), Lee
Kwan-Ye y Jorge Gómez (un excelente competidor formado en la Seng
Do de Filippa). Rojas -destacado practicante- coordina desde hace al­
gunos años a un grupo de instructores de línea WTF que tienen a SW
Lee como mentor, entre quienes han estado Néstor Echegaray, Marcelo
Casco, Rodolfo Carvallo, Gustavo Siniscalchi, Gustavo Merani, Miguel
Francolini, Ricardo Castañeda y Roberto Acosta.
En 1988 llegó de Corea el maestro Won Yong-Sang (Won Iong
Sang), hoy 8vo Dan Kuk Ki Won. Luego de varios años de enseñanza,
Won tomó a su cargo la escuela del Mtro. Chang en La Plata, cuando
éste se fue a radicar a California a fines de los 90. Sus alumnos más
destacados, vigorosos luchadores que venían del JH Chang, han sido
Antonio Sastre y Aníbal la Vía. Este había sido cinturón negro de Tang
Soo Do, alumno de Poletti en Ramos Mejía, y tiempo después de la ida
de éste a los EEUU entró al Tae Kwon Do a través Marcelo Farías (deí
grupo de Carlos Algranati), con quien practicaría un tiempo hasta in­
sertarse en la escuela de "Lamparita" González -bajo la dirección del
Mtro. JH Chang-. Al tiempo de irse de la Argentina, Chang le encomen­
dó a la Vía que se pusiera a las órdenes de Won.
También debe ser recordado el maestro Kong Myung-Kyu, un artis-
ta marcial de notable aptitud técnica, quien durante parte de los años
80 dio clases a varios de los mejores cinturones negros de WTF del
país. Su físico privilegiado y su aptitud acrobática lo habían llevado al
mundo del cine de acción antes de venir a la Argentina, y también ense­
ñaba Kung Fu en la esquina de Viamonte y Esmeralda en Buenos Aires,
donde tuve oportunidad de presenciar sus clases. Después de algunos
años, habiendo aprendido a hablar el español “aporteñado" y con un
dominio importante del tango, Kong regresó a Corea para convertirse
en el exitoso director de una compañía de bailarines y productor de
espectáculos de esta danza rioplatense.
Finalm ente cabe m en cion ar a Im Hyong-Man, un ex campeón de
pro-Taekwondo de Corea (un método de combate a contacto pleno
desarrollado por un grupo de maestros de artes m arciales, según su
explicación, ante el descontento con las características que había to­
mado el Tae Kwon Do WTF). Era un hombre muy fuerte, con un físico
perfectamente acondicionado. Una vez terminada su carrera com o
peleador, el Mtro. Im tuvo una conversión religiosa y estudió para ser
pastor evangélico. Años después, bajo el nom bre de "Elias Im" conti­
nuó enseñando en la Argentina la versión no competitiva del sistema,
llamada Mu-hak. Tuve el gusto de que el Mtro. Im visitara hace algunos
años mi dojang, donde con mis alumnos recibimos una clase sobre su
método. Entre sus alum nos se contaba un grupo de practicantes de
}i Do Kwan (ex-alumnos del Mtro. Yang), entre ellos Oscar Reynoso,
Roberto Cornejo y Alberto Romano. Su discípulo más cercano es Pablo
Choi.
C a p ít u l o 3
C o m ie n z a n l o s 7 0 ,
LA PRIMERA DIVISIÓN Y
DIFUSIÓN TEMPRANA EN LAS PROVINCIAS

Los primeros argentinos en graduarse de cinturón negro tenían


conciencia de ser un grupo selecto y reducido, y se lo tomaban muyen
serio. Muchos de ellos provenían del Karate, como fue el caso de Rober­
to Vilialba (también cinturón negro de Judo) y Gustavo Poletti. Estos
jóvenes asistían al Maestro HC Kim -frecuentemente acompañado por
CS Lee- en sus viajes a Mar del Plata y Miramar, zona que tornaron
en un incipiente núcleo de práctica. A mediados de 1973, observando a
los nuevos maestros coreanos que llegaban al país y sobre todo unas
películas llegadas de Corea en las que se mostraba al Tae Kwon Do
como el "deporte nacional coreano", Vilialba y Poletti creyeron ver
que el Tae Kwon Do derivaba hacia una dirección que, aunque aún no
comprendían plenamente, no les satisfacía. A lo largo de los siglos, las
artes marciales han sido en diversos momentos utilizadas al servicio
de causas distintas: nacionalistas, religiosas, comerciales, o como ele­
mentos dentro de doctrinas "filosóficas1' más abarcativas; en todos los
casos, los tradicionalistas se han resistido. Era un tema que los tenía
preocupados, y en los meses que siguieron tuvieron conversaciones
con varios cinturones negros. Entonces Vilialba y Poletti buscaron
mantenerse al margen de esa tendencia, y su decisión fue buscar apoyo
en Yong-Kil Kim, aquel maestro de Song Mu Kwan al que acostumbra­
ba referirse el "rosarino” Young-Whan Kim como su hermano mayor
(no confundir con el famoso campeón coreano Yong-Ki Kim}. Dieron
con el teléfono del maestro en los avisos de la revista "Black Belt", y al
llamarlo encontraron muy buena recepción: "Vengan a Los Angeles, yo
los apoyo". Con los pasajes en la mano, en agosto de 1974 la mala suerte
hizo que Poletti se rompiera la rodilla y Villalba, siendo 2do Dan de la
ÍTF, terminó viajando solo. Fue muy bien recibido por el Kim mayor, y
aYW Kim, emigrado pocos meses antes, le entregaron los regalos que
Nasini y otros alumnos rosarinos le enviaban, pidiéndole que regre­
sara. Villalba permaneció practicando en el dojang durante algunas
semanas hasta advertir que Yong Kil Kim había abrazado la causa del
"deporte nacional coreano", todo lo contrario a lo que estaba buscando.
Tiempo después se sabría que YW Kim al llegar a EEUU había sido re­
cibido con un inesperado ascenso a 5to Dan y la exhortación a plegarse
al movimiento de Tae Kwon Do que intentaba superar en difusión a los
estilos marciales japoneses. Para YW Kim, aceptar una graduación que
entendía no corresponderle y unirse a
ese movimiento era traicionar el espí­
ritu marcial que él había aprendido,
por lo cual, con amargura, abandonó
el Tae Kwon Do para siempre.
Estando en Los Angeles, Villalba
dio con un profesor de Tang Soo Do,
uno de los nombres que antes tenía el
Karate Coreano pero que sólo había
sido continuado por la Moo Duk Kwan
resistiendo unirse al movimiento que
impulsaba el gobierno surcoreano. El
Tang Soo Do -el arte marcial practica­
da por el famoso Chuck Norris- man­
tenía las formas japonesas que habían
sido creadas en Okinawa durante el
siglo XIX. El instructor de ese arte
marcial era Theodore Masón, a su
vez alumno de Sang-Kil Lee. Masón le
presentó al legendario Gran Maestro
Roberto Villalba, del
Hwang Kee, cuya figura deslumbró a Tae Kwon Do ITF al Tang Soo Do.
Vilialba. De regreso en la Argentina, trató de convencer al Mtro. Han
Chang Kim de pasar a pertenecer a la Moo Duk Kwan, algo que fUe
descartado de plano: Kim hacía Tae Kwon Do, el de Choi Hong Hi. Ahí
se abrió una brecha, pues el argentino estaba convencido de haber en­
contrado un tesoro marcial. Entonces con Poletti dejaron el Tae Kwon
Do, transformándose aquel en el representante de Tang Soo Do Moo Duk
Kwan en la Argentina, con sede en Mar del Plata. Ese mismo año Vilialba
se mudó a Nueva jersey, desde donde -con algunos viajes a la Argentina
supervisando la escuela a cargo de Poletti- permaneció practicando bajo
la guía del Mtro. Hyun-Chul Hwang hasta 1977 cuando éste lo graduó de
4to Dan, entrenando también con Chun-Sík Kim, Ki-Hyun Yi, Yong-Keé
Hong y Yong-Man Lee. Vilialba terminaría radicándose en Roma, donde
con el correr de los años se transformó en un reputado maestro, estar
bleciendo la escuela de Tang Soo Do Hak Won que dirige hasta la fecha.
Poletti (graduado 2do Dan recién en 1977 junto con Francisco Blotta, un
mendocino proveniente del Karate Shidokan) continuó con la difusión de
ese estilo en la Argentina hasta 1983, cuando partió a radicarse en los
EEUU, dejando la responsabilidad a cargo de F. Blotta (al día de hoy, el
exponente de mayor rango del Tang Soo Do en el país), a quien seguían
su hermano José Luis, Eduardo Rocatti, Víctor H. Domínguez, Daniel
Maronna, Juan C. Alassia, Eduardo Martino y Carlos Villar. De esa época
también puede mencionarse a Christian de los Ríos (primer alumno
de Vilialba graduado le r Dan en Tang Soo Do, éste rindió en 1975 en
Nueva York), Roberto Fernández, Alberto Lecesse y Hugo Nami. Dos
talentosos practicantes, los hermanos Rodolfo "Tolo" y Roberto "Tata”
Arce -éste, el primer instructor de mi amigo Ricardo Longinotti-, fueron
"desaparecidos" en 1976 -el primero, activo militante de Montoneros, el
segundo, un pacifista totalmente apolítico-. En esos tiempos de.crueldad
y violencia, ante el insistente proselitismo de quienes invitaban a sus
compañeros a tomar las armas, Vilialba -un hombre que mostraba cómo
eran naturalmente compatibles sus fuertes convicciones cristianas con
alguna sensibilidad de izquierda- estableció en su escuela un juramento
coronado con el lema que debían exclamar los practicantes a viva voz:
7Paz es Fuerza!".
Dentro de Corea, la máxima autoridad era la Korea Taekwondo
Association, y para los instructores extranjeros, la International
faekwon-Do Federation. Ambas funcionaban en esferas distintas, pues
en principio sólo el Gral. Choi Hong Hi (fundador de la ITF) se había
enfocado en la difusión internacional. Para el gobierno coreano, eran
partes del proyecto de afirmación de la identidad nacional, ultrajada
durante décadas de ocupación japonesa. Por ello, a pesar de provenir
de distintas escuelas, los maestros coreanos en el extranjero debían
unirse y alinearse según sus graduaciones. En 1974 el General Choi
visitó la Argentina por tercera vez (ya había estado en el país en 1969,
en 1973 y hasta su muerte en el 2002 viajaría al país cerca de una
docena de veces), encontrándose con los primeros cinturones negros
criollos. En aquellos tiempos los alumnos aprendían algunas formas
de origen japonés en paralelo con las formas Chon Ji (el libro del Gral.
Choi de 1965 todavía incluía formas de Karate), y los cinturones negros
argentinos empezaban a reunirse compartiendo y comparando lo que
estaban aprendiendo de sus instructores.
Fuera del notable caso de la Provincia de Santa Fe, donde se insta­
laron pioneros coreanos, la "federalización" del Tae Kwon Do estuvo
en manos de los argentinos.
El primer caso fue el de Salta, donde Ramón Borjas, alumno de
¡; Han-Chang Kim, introdujo el Tae Kwon Do en Tartagal luego de gra-
: duado de le r Dan en 1973. Borjas estuvo allí hasta 1975, quedando a
■partir de entonces la enseñanza a cargo de sus alumnos.
En la Provincia del Tucumán la introducción del Tae Kwon Do se
dio cuando el dueño de una academia de judo, Roberto Ahualli, se
: contactó con el Mtro. HC Kim para pedirle que enviara un instructor,
r El elegido fue Adolfo Jesús Villanueva, un porteño a quien se le en­
comendó tal misión. Inició la enseñanza en junio de 1974, y al poco
tiempo estaba dando clases en varios lugares con mucho éxito. Desde
■entonces desarrolló dicha actividad con dedicación, convirtiéndose en
el principal referente del noroeste argentino. Luego de dos décadas en
r esa tarea, en 1996 el ya Maestro Villanueva se dio el gusto de contar
con la presencia del propio General Choi en su tierra, quien dictó un
¡ seminario en el que participé. Entre sus alumnos y colaboradores en
dicha difusión se encuentran Osvaldo Ríos Olivero (pionero de la es-
pecialidad en Santiago del Estero), R. Castillo, R. ílvento, Julio y Juan
j Bazán, A. Condorí y C. Murcani. Luego de la división del Tae Kwon Do,
el Prof. Villanueva ingresó a las filas del Mtro. KD Chung, hasta que en
los últimos años pasó a pertenecer a la línea ITF con sede en Corea del
Norte, la cual le ha reconocido la máxima jerarquía junto a Ricardo
Desimone - hube de Enrique Eiriz-.
Hacia 1974 Jorge Rogers, alumno de Chong Seo Lee, se fue de
Buenos Aires a Necochea por razones de seguridad personal ante la
situación política. Allí, una vez instalado, asumió la tarea de enseñar
Tae Kwon Do, transformando a Necochea en un importante centro de
difusión en el sudeste bonaerense. Rogers comenzó enseñando por
las tardes en las frías playas del Atlántico, donde permaneció hasta
1978. Sus alumnos destacados fueron Gustavo Corino, Juan Carlos
Piñero, Roberto Álvarez, Ornar Azpiri, José Comiso, Eugenio Cambace-
res (introductor del Tae Kwon Do en Tres Arroyos), Julio Carriquiri y
Rolando Taboada, los cuales se graduaron de cinturón negro en 1979,
Actualmente sólo Corino y Piñero se mantienen en la actividad. Una
segunda camada de alumnos estuvo compuesta por Carlos Liébana
(cuya esposa Gabriela Basualdo ha llegado a ser destacada competi­
dora), Laura Yalungo, Marina Serrano (una practicante de Quequén
cuya técnica exquisita terminó de pulir con Florindo), Máximo del
Valle (acompañándolo sus hijos Juan Manuel y Adrián), a los que gene-
racionalmente siguieron Norman Rodríguez Yolando -un instructor
dedicado, que vivió varios años en EEUU teniendo oportunidad de
practicar con maestros como Jun Chong y He Young Kimm y que hoy
me acompaña en la práctica-, Boris Pérez (alumno de Del Valle que se
instaló en Tres Arroyos), Germán Mombelli (excelente técnico) y Car­
los Bernales (los dos últimos, alumnos de Piñero). Rogers se mantuvo
activo en la supervisión del grupo de Necochea hasta 1986, cuando
la mayor parte de los referidos pasó a depender directamente de la
central de la Escuela Argentina de Tae Kwon Do de Florindo. En las
décadas siguientes Rogers ha continuado con la enseñanza, ya volcado
a la línea ITF como respetado maestro, reuniendo a su alrededor un
grupo importante bajo el nombre "Moo Duk Kwan" en homenaje a su
maestro Lee. Yo mismo viajo frecuentemente para dar clases al grupo
de Rodríguez Yolando, entre cuyos cinturones negros se cuentan Nelly
y Artemio Zufriategui, Georgina Gil, José Arce, Nydia Rodríguez Yolan-

Q T 'fl
¿o y Daiana Coste, por lo que puedo dar fe de la "buena cuna" del Tae
{(won Do necochense.
En el caso del Neuquén, el Prof. Roberto Neer llegó a tal ciudad en
1976, donde arraigó firmemente la actividad, Entre los hitos fundantes
de su labor pueden contarse: las visitas de su maestro Han Chang Kim;
la exhibición a la que asistieron desde Buenos Aires para colaborar H.
Diehl y A. Grispino la fundación en 1979 de la Asociación Tae Kwon
po Comahue; en ese mismo año, la autoría por parte del Prof. Neer del
libro "El DO en las Artes Marciales"; la formación de los instructores
G. Zarev, G, Leyes, R. Altube, Leonardo y Santiago Ohanian y C. Olivera
(quien en 1983 obtendría una mención especial en el Mundial WTF de
Copenhague); el establecimiento de escuelas en distintas poblaciones
(Cutral Có, Villa La Angostura, Zapala, Junín de los Andes, San Martín
délos Andes, etc.); el pase en 1981 a las filas de la WTF; a partir de allí,
alo largo de las décadas fueron numerosas las actividades deportivas
nacionales e internacionales en que participó el grupo del Comahue
con importantes resultados.
En el Chaco, Misiones y Corrientes el gran impulsor de la actividad
fue Javier Dacak, quien había comenzado a practicar a los 16 años en
su Paraguay natal bajo la guía del Mtro. Won Bok Lee. Dacak se radicó
en el Chaco y comenzó la enseñanza de Karate Coreano en Resisten­
cia en el colegio Don Bosco hacia 1971. Entre los alumnos de Dacak
se cuentan Enrique "Pirulo" Nardelli, Ignacio Telechea (que después
practicaría estilo WTF con el Mtro. JH Chang mientras éste vivió en
el Chaco), Alcides Solís (luego cinco veces campeón nacional en ITF),
Abelardo "Lalo” Benzaquen, Mauricio Felman (quien luego se radicó
en Israel como instructor), Noel Vidarte, Héctor Soto, Azucena Zorzón,
Carlos Méndez (el instructor original de la multipremiada Noemí Pro-
; ne, oriunda de Mercedes, Corrientes) y Gerardo Acosta (quien luego
pasaría al grupo de Florindo). Entre aproximadamente 1984 y 1988
Dacak se radicó en Buenos Aires -tuve oportunidad de tratar con él y
apreciar su cordialidad y anécdotas varias veces en el gimnasio Me-
diterranee de Rodríguez Peña y Santa Fe, donde practicaban amigos
míos cuando Gerardo Acosta y Juan Carlos Marcucci en distintas épo-
| cas fueron sus ayudantes- A su regreso al Chaco el grupo de alumnos
[ de Dacak se dispersó: Agustín Martignone y Alfredo Marín pasarían
a practicar con Horacio Fasán, integrándose con ios alumnos de éste
Iván Briones, Leandro Goñi, Santiago Bayley y “Cork" Silva, mientras
que Ladislao Sobanka y Ramiro Feuerman pasarían a practicar con
Germán Von Foerster en la é p o c a de l a s " c a m p e r a s r o j a s " . M a r c u c c i fue
el primero en traer el Choi Kwang Do a la Argentina antes de emigrar a
España, y Acosta continuó su formación con Florindo (todavía r e c u e r ­
do cuánto dolía su implacable patada semicircular al nudo del cintu­
rón, un letal "vicio” de su entrenamiento en WTF; cualquier intento
por atacarlo con la pierna de adelante se encontraba con el latigazo de
Gerardo colándose por debajo). Desde su tierra, Dacak ha continuado
siendo un referente del Tae Kwon Do nacional y del Paraguay,
En las provincias de Chubut y Santa Cruz, uno de los primeros
exponentes fue Juan Carlos González, quien desde mediados de los 60
había aprendido Karate de Seiki Harada, un biólogo marino japonés
que había ido a estudiar a la costa patagónica. Hacia 1970 González
se instaló en Buenos Aires y se transformó en alumno de Chong Seo
Lee (con Verdón, Florindo, Rogers, etc.). Años más tarde regresaría a
Caleta Olivia (Santa Cruz), donde haría escuela produciendo entre sus
alumnos destacados a Héctor Rivera. La práctica a la intemperie des­
calzos, el rigor de los entrenamientos y el acondicionamiento a fuerza
de golpes haría famosos a los patagónicos, que en los combates que
protagonizaban al viajar a otras regiones se mostraban tan duros que
parecían insensibilizados ante los golpes de sus rivales.
En la cercana Comodoro Rivadavia (Chubut) los primeros instruc­
tores fueron Estrella (alumno de E. Eiriz), Ansich, Nacer, Hermoso
y Sardón. De ellos, fue Rodolfo Nacer quien a través de las décadas
se convirtió en el principal impulsor del Tae Kwon Do en esa zona,
formando una escuela bajo la dirección de Florindo y contando entre
sus alumnos a Domingo Sánchez y Daniel Quijano. Junto con Osvaldo
Hermoso, Nacer había aprendido de Carlos Gómez (otro ex karateca),
cinturón rojo alumno de Roberto Villalba que a principios de los 70 ha­
bía sido graduado de cinturón negro por el Mtro. KD Chung. Gómez era
un chubutense que se radicó en la localidad de Glew, al sur de Buenos
Aires. En esa zona de Almirante Brown, que mi tatarabuelo don Este­
ban había fundado justo 100 años antes, Gómez formó un importante
grupo entre cuyos alumnos más notables estaban Eduardo Ibarra y
Roberto Sánchez. A su vez, entre los alumnos de Ibarra estaban ]uan
Carlos Gencowsky, Claudio Delgado (instructor de un extenso alumna­
do, entre quienes cabe mencionar a Patricia y Virginia Garelik) y Julio
pacheco (instructor de Walter Sosa, un ex practicante de Kyokushin
Karate). Estos tres alumnos de Ibarra tiempo después pasarían a estar
bajo la dirección de Paco Beloso, que era el director para esa zona de
la Escuela Argentina de Tae Kwon Do de Pedro Florindo. Gencowsky
y Delgado llegaron a la zona de Pigüé en 1989, y Delgado enseñó esta
disciplina en Coronel Suárez hasta el 94, dejando a partir de entonces
eI grupo a cargo de Daniel Franco. Con el tiempo, Franco, junto con su
alumno Enzo Tesei y sus hijas Paola y Natalia Franco, estableció una
escuela que hoy depende de Marcelo Cremona, un especialista con
una dilatada carrera como competidor, con estudios de posgrado en
alto rendimiento deportivo, y años como instructor de combate de la
Agrupación Albatros de la Prefectura Naval Argentina.
En Río Gallegos, pasaron muchos años en que el Karate y el Hapki-
do -este último, cultivado por Carlos Alderete- se mantuvieron como
únicas alternativas para la práctica del arte marcial, hasta que el Tae
Kwon Do encontró en Daniel Mellone y Alejandro Vera a sus impulsores
iniciales.
C a p ít u l o 4
Los PRIMEROS TORNEOS, CUESTIONES POLÍTICAS
Y LA INTRODUCCIÓN DE LA W TF EN LA A R G EN TIN A

Es habitual que se diga que el Tae Kwon Do se distingue por sus pa­
tadas altas, pero en eso hay algún simplismo. Ello hace a su naturaleza,
pero no describe su esencia. He practicado sólo un poco de artes mar­
ciales japonesas (formalmente, sólo un año de Kenpo con Kenzo Miya-
zawa y algunos meses de Aikido) y chinas (un año con H. de Gennaro,
alumno de A. L. Valdés), y mucho de coreanas. En general lo japonés es
discreto, intenso (concentrado), fuerte y a la vez controlado; la repe­
tición precisa de una forma busca enseñar algo que la trasciende. Las
disciplinas chinas son coloridas, variadas, con propuestas ingeniosas
y enigmáticas (por lo cual muchos inescrupulosos han inundado con
baratijas los tesoros del Kung Fu), y representan un verdadero desafío
para el alumno porque tratan simultáneamente sobre salud, movi­
mientos gimnásticos, combate y energía cósmica. Lo coreano es vital,
potente y, rehuyendo a todo misticismo, tiende a ser muy práctico, qui­
zás más fácil de asimilar para los occidentales. El Tae Kwon Do surgió
com o una adaptación del Karate para entrenar a soldados mientras
estaban en guerra, y como arte de pelea que es, en su método se hace
combate prácticamente todas las clases. No es coincidencia entonces
que en esa disciplina los torneos hayan cobrado tanta importancia. Los
campeonatos son cuando se pone a prueba gran parte de lo que se ha
entrenado, donde se permite una dosis de realismo con una libertad
(léase, contacto) mayor a la que se da en el gimnasio.
1975 De der. a izq.: Jae Gun Kim (de Paraguay%Han Chang Kim, Nam Sung Choi,
lee Chong Seo (con dobok), Chung Kwang Duk (detrás de la bandera), Yang Dae
Choi, Kim Pyong Taek, Kim Yong Hung. En la fila de atrás, a la derecha, Cirelli
Ianciotti (con vincha), Ouroy en el centro, Maraño (con ribete negro).

El primer Torneo Nacional de Tae Kwon Do fue celebrado los días


11 y 12 de octubre de 1975 en el Estadio Obras Sanitarias, El único
antecedente en el país había sido en 1969, cuando en el Kumazawa de
Posadas una treintena de alumnos de Kim y Choi (cinturones azules
y rojos) se enfrentaron sin protectores, en un reglamento de "no con­
tacto" en donde varios habían salido lastimados. Bernardo Martínez
y Gustavo Poletti habían sido los triunfadores de entonces. Ahora, en
1975, el evento era oficial. Se crearon dos categorías: azul-rojo por un
lado, y cinturones negros por el otro, con un equipo por cada uno de
los principales maestros coreanos, más otro equipo que agrupaba a los
competidores del interior.
C inturones n eg ro s
Equipo HC Kim Aquino, Romano, Borjas, Diehl, Sanz, Chun SiikByorT
(campeón livianos), Cirelíi
Equipo CS Lee Florindo, Verdun (campeón pesados), García Chañe"
UkChoe g
Equipo KD Chung Gurtler, Barbetta, Camodeca ~~~
Equipo NS Choi Sánchez, Ouro (cam peón medianos), Lobato, Ma­
raño
Equipo DC Yang Ciabardelli (Burman, Bruno, Páez y Carrillo no par­
ticiparon)
Equipo Provincias Mattos, Nasini, A. Villanueva, Laurino
Entre la categoría azui-rojo figuraron, entre otros, del Prado, Fuentes, Godoy, Ian-
ciotti, Capalbo, Salim, Pinto, Ramisch, O.C. Martín y Vaccaro, Los resultados por
equipos fueron 1° Grupo KD Chung, 2 o Grupo Provincias, y 3 o Grupo Kim.

Fue la primera vez que los argentinos pelearon a contacto pleno


siguiendo las reglas que se usaban en Corea (patadas sólo arriba del
cinturón, golpes de puño limitados al torso, no atacar a la espalda
ni agarrar ni barrer], con las rígidas pecheras de aquel entonces. En
general, los golpes eran poco medidos, y la simplicidad de las reglas
no daba mucho margen para la especulación. Cuenta un participan­
te de entonces que les costaba sujetarse al reglamento, que apenas
acababan de aprender, pues en los gimnasios se podía barrer y las
reglas no iban mucho más allá de no golpearse con la mano a la cara,
no patear abajo y no pelear en el suelo: "... Cuando Choi nos presentó
los chalecos form ad os por m edias cañas tacu ara en el Gimnasio Sucre,
no lo podíam os creer y no lo queríam os usar, pues estábam os acostum­
brados a p elea r sin proteccion es y utilizarlas nos parecía de flojitós’>,
El torneo fue una maratón de 20 horas netas (el sábado a las 11 de la
noche fue interrumpido para seguir a la mañana siguiente hasta la
noche) y, según la prensa especializada de entonces, con una técnica
poco pulida y fuerte contacto.
El Segundo Torneo Nacional fue en el Luna Park el 7 de noviembre
de 1976, con sustanciales mejoras en lo organizativo y en lo técnico.
Aunque el uso de pecheras podría sugerir similitud con el estilo olím­
pico (WTF) que terminaría de desarrollarse casi 20 años más tarde, el
tipo de práctica hacía que eí combate fuera notablemente diferente: el
uSo de la patada lateral sin atenuantes, ante la cual eran muy vulnera­
bles los peleadores en sus sólidas posiciones, y la importancia dada a
los golpes de puño -que buscaban “romper" al oponente atravesando
la pechera- hacían del Tae Kwon Do de entonces una forma de combate
quizás poco evolucionada pero sumamente peligrosa. Los resultados
en la categoría cinturones negros fueron:

Masculino Masculino Masculino Masculino medio


livianos semilivianos m edianos pesados
1j. Saenz (de 1 R. Gurtler (de 1 C. Ouro (de Choi) 1 R. Borjas (de
Kim) Chung) 2 G. Ramisch (de Kim)
2 A. Grispino (de 2 V. Romano (de Chung) 2 A. Villanueva (de
Kim) Kim) 3 P. Florindo (de Kim)
3 C. Kreitmair (de 3 N. Zingoni (de Lee) 3 G. Giner (de Lee)
Chung) Chung)
Masculino Damas livianas Damas
pesados 1 Miriam del Rio semilivianas
1C, Verdun (de (de Kim) 1 K. Wagner (de
Lee) 2 A. Facchin (de Kim)
2 F. Taboada (de Kim) 2 M. Larrain (de
Choi) 3 L. Filippa (de Kim)
3 0. del Prado (de Chung) 3 C. Acevedo (de
Kim) Lee)

En abril del 77, en ocasión de la visita del General Choi Hong Hi,
se organizó el “Primer Campeonato Argentino" (de Danés) que se
hizo en Ferro. La crónica de Yudo Karate expresaba: "Descontando
el encuentro Ouro-Florindo, el resto de los com bates fu eron intrascen­
dentes y no estuvieron a la altura de lo que supone una com petición de
esta importancia". La explicación fue que la cercanía temporal con el
torneo precedente había determinado un alto en el entrenamiento
durante el verano, y los competidores fueron avisados del torneo sin
ninguna anticipación para prepararse. Los protagonistas de la jorna­
da fueron Carrillo, Sáenz, Borjas, Pórtela, Toso, Florindo, Ouro, Sosa,
Capalbo, Pintos y Verdún. Al cabo de dicho torneo, durante la cena
con los maestros coreanos, cuentan que el GraL Choi se manifestó im­
presionado por Carlos Ouro, de quien dijo ser el mejor taekwondista
que había visto ese día, Ouro no había llegado a ia final, sin duda una
frustración para quien había ganado los campeonatos anteriores y en
este torneo había noqueado a un oponente con patada circular (dollio
chagui) con el metatarso saltando en retroceso. En esta ocasión se
había cruzado con Florindo, con quien tenían una rivalidad que sería
el clásico de la época -ambos medíanos, aquel de 1,86 m. de altura y
éste de 1,72- que se terminaría definiendo a favor de Ouro cuando
volvieron a enfrentarse en la final del Tercer Campeonato Nacional
en diciembre de 1977 en 1a Federación de Box. En la suma, Ouro ven-
ció dos veces, empataron en el 75 cuando por diferencia de peso le
dieron la pelea a Ouro, y Florindo venció una. En 1988 entrevisté a
Ouro, quien contaba que en su apogeo en los 70 entrenaba cuatro o
cinco horas diarias. Me dijo que tanto él como su contrincante eran
muy técnicos, y que él manejaba muy bien las piernas y usaba ía de
adelante, con la ventaja de alcance que ello conlleva. Según me decía,
su rival era muy bueno arremetiendo y con el giro, y en su última
pelea Ouro terminó de encontrarle la vuelta: en lugar de pelear de
contragolpe, decidió atacar. Ese cambio de estrategia, bien ejecutada,
definió la cuestión. Los otros nombres destacados en la categoría
cinturones negros en este campeonato fueron -de livianos a pesa-
dos- Aquino, Carrillo, Sáenz, Guzmán, Pórtela, Iedwab, Palmisano,
Nardelli, Schmidt, Del Prado, Sosa y Castagnola. Entre los azules y
rojos había nombres que luego cobrarían relevancia: Busca, Mangoni,
Vaccaro, San Marco, Rogala, Saraví y Puppo.
Florindo vs. Ouro.

Antes de terminar la década Verdún, Florindo, Vaccaro, Figueroa,


Iedwab, Ricciardelli, Beíardinelli, Taboada y Cacho Córdoba se destaca­
ban como peleadores. Algunos de ellos lograron forjar el prestigio del
estilo coreano en los torneos abiertos a todas las artes marciales con
reglas de Karate sancionados por USKA (Verdún y Florindo ganaron los
sudamericanos del 76 y 11, y Iedwab lo haría en el 82). En el recordado
"Torneo de los Campeones" de 1978 en el Estadio Ferrocarril Oeste los
"taekwondistas” se enfrentaron contra exponentes del Karate y del
Kung Fu. El Tae Kwon Do estuvo representado por Cirelli, Florindo y
Verdún, quien fue derrotado por el karateka Moriñigo en una vibrante
y discutida final. El reglamento de Tae Kwon Do, que prohibía los golpes
de puño a la cara pero admitía las patadas de lleno al rostro, era muy
diferente al de Karate, que en teoría sólo admitía leve contacto al cuerpo,
y los puñetazos al rostro debían ser detenidos a dos centímetros antes
del punto de impacto. No obstante, en los hechos el tipo de práctica tra-
dícional del Tae Kwon Do de entonces, por incluir mucha repetición de
técnicas de base y estar orientada a sorprender al rival y atacar con po­
tencia, permitía que los luchadores de Tae Kwon Do pudieran competir
en ambas modalidades. Con los años ese tipo de entrenamiento fue sien­
do dejado de lado, al punto que hoy en general se percibe al Tae Kwon
Do como algo muy distinto del Karate (aunque el reglamento actual de
Karate, al dar mayor puntuación a las patadas altas, lo ha acercado bas­
tante al Tae Kwon Do Clásico).

Han Chang Kim, diplom ático, Gral. Choi, s e creta rio d e ITF, R. S á en z ,A . Balza,
Nam S u n g Choi, H. M araño.
A mediados de los 70 la información en la Argentina sobre lo que
estaba sucediendo en Corea era escasa y confusa. El correo tardaba
meses (y había sospechas de que a veces fuera abierto), y las comuni­
caciones telefónicas de larga distancia eran difíciles de lograr, de muy
mala calidad y costosas. Era una época en que la Guerra Fría lo pene­
traba todo. Corea y la Argentina, aun siendo países muy diferentes, es­
taban bajo gobiernos militares en respuesta a amenazas y acciones que
provenían del bloque comunista (las atrocidades de uno y otro lado
no pertenecen a esta historia, aunque la tocan). Un episodio que pinta
acabadamente la situación es lo que le ocurrió a un cinturón negro que
en aquel entonces ayudaba a su maestro coreano. Éste tenía alguna
mííítancia política, pero no participaba de la violencia. Una noche llegó
al gimnasio un grupo de personas armadas, en un Ford Falcon, buscán­
dolo. Afortunadamente un compañero suyo -que resultó ser miembro
de los servicios de inteligencia que estaban vigilándolo- intercedió por
él y logró salvarse. El maestro -lejos de ser "zurdo", algo inconcebible
para un surcoreano- llegó a hacer gestiones con un compañero suyo
que enseñaba Tae Kwon Do en otro país para facilitar la salida de su
alumno, por lo cual el coreano eventualmente debió dar explicaciones,
aun cuando el viaje nunca se concretó.
Hasta 1976 la práctica del Tae Kwon Do se mantenía alejada de
cuestiones políticas o institucionales. Entonces llegó el Mtro. Chi-Young
Um, 7mo Dan, anunciando que en Corea se había decidido que la nueva
autoridad global era la recientemente creada WTF. Um -cuyo modo de
llegada al país referimos anteriormente- se vinculó con un oficial del
Ejército de apellido Rafael, quien fue designado como presidente de
la primera Asociación Argentina. Si la llegada de Um fue en sí misma
incómoda para los pioneros afincados en el país, su conducta fue objeto
de reproche por parte de muchos. Kwang Duk Chung, en un acto de
arrojo, viajó a Corea para explicar que en la Argentina ya tenía muchos
alumnos (él y otros compatriotas suyos), y que la WTF debería recon­
siderar quién debía ser la autoridad oficial del Tae Kwon Do en el país.
Estando allí, Chung tomó contacto con el embajador argentino, Edgar
Pérez Colman, con quien encontró buena sintonía y explicó la situación
que había generado la presencia del Mtro. Um. La WTF dio una res­
puesta poco satisfactoria: Um era un maestro que tenía pleno aval del
Kuk Ki Won. Decepcionado pero no amedrentado, KD Chung demostró
se r un h o m b re de variados recursos pues de re g re s o a la Argentina
pasó por Canadá, donde tomó contacto directo con el Gral. Choi,
Para los maestros coreanos que tenían más tiempo en la Argentina
la situación era variada. Kim respondía al Gral. Choi desde un comien­
zo, Choi en principio también, aunque varios de los demás (principal­
mente Yang, con la presión que su padre ejercía sobre todos) provenían
del riñón de la Asociación Coreana y veían la necesidad de afiliarse a la
WTF, la nueva cara internacional de la KTA. Mientras tanto se mante-
nía la indefinición, y los coreanos (que se manejaban grupalmente con
Kim a la cabeza) continuaban con su actividad docente, prefiriendo
no meterse demasiado en lo político-institucional Las distinciones
de siglas "ITF" o "WTF" no existían para los argentinos, quienes sim­
plemente sabían que el jefe internacional era Choi Hong Hi, por lo que
hasta 1978 la irrupción de WTF -sin siquiera el nombre de un maestro
referente, y sin explicaciones- era difícil de entender para la mayor
parte de ellos, y fran cam en te irrelevante para la vida cotidiana en los
gimnasios -recuérdese que hasta hacía un par de años, el propio NS
Choi hablaba de "Karate”-.
Nuestro país nunca había enviado competidores al exterior, fuera
del particular caso de Javier Dacak, quien nacionalizado argentino,
en el 74 por iniciativa propia viajó desde el Chaco al mundial de ITF
de Montreal. Ahora bajo la guía de Yang Dae Choi se prepararon tres
alumnos para intervenir en el próximo mundial de Chicago, en sep­
tiembre de 1977: eran Florindo, Verdún y Salim. Los dos primeros
entrenaban diariamente varias horas, además de dar clases en las
que practicaban, y los domingos entrenaban en el KDT (hoy "Club de
Amigos"). Además, el problema más serio era recaudar los fondos, que
cada uno debía procurarse de alguna manera. Lamentablemente antes
de viajar Verdún se fracturó un dedo del pie con un codazo, y debía
operarse. Pero no se iba a perder esta oportunidad. Previamente a su
partida pasaron por la embajada de Corea para llevarse la carta que
los acreditaba como representantes argentinos. También viajó Um,
aunque separadamente -en ese entonces no se llevaba bien con DC
Yang, a quien había “puenteado" al llegar; tiempo después advertiría y
repararía su error- Estando en Chicago, Florindo y Verdún -Salim no
pudo viajar- se encontraron con la dificultad de que el reglamento era
distinto, y ia barrera del idioma era grande. Suponían encontrar allí al
(jral. Choi, la única autoridad coreana que había pisado la Argentina,
que según se decía ahora vivía en Norteamérica. Demás está decir que,
siendo ese el tercer mundial de WTF (los anteriores habían sido en
Seúl), hubiera sido un milagro que encontraran al Gral. Choi. Volvieron
muy conformes con su desempeño, y con otra perspectiva sobre lo que
ocurría en el mundo -como anécdota, en ese mundial se destacó el ya
mencionado Ernie Reyes Sr.-. Al regreso, en una reunión con maestros
ygente de la embajada contaron entusiasmados su experiencia al ver
la cantidad de países y la importancia que cobraba esta disciplina en el
mundo (la diferencia entre los campeonatos locales y lo que vivieron
era inmensa). Sin darse demasiada cuenta y a pesar de que postula­
ban inicialmente establecer una organización nacional y sólo después
tomar definiciones internacionales, terminaron de redoblar la presión
a favor de que los maestros se afiliaran a WTF. Una de las novedades
técnicas era la patada descendente -una especie de hachazo que golpea
de arriba hacia abajo con el talón, generalmente a la cabeza-, que no
era utilizada en el Karate japonés. Si bien ellos conocían una versión
coreana donde la pierna se elevaba circularmente en abanico, ahora se
levantaba rápidamente, recta hacia arriba, como si la cadera actuara
de bisagra con dos tiempos marcados, y mayor contundencia.
Las presiones de la embajada coreana en la Argentina eran fuer­
tes, y la foto de los maestros locales con el Gral. Choi en el torneo a
comienzos del 77 que circuló en Corea ese mismo año le complicó la
vida a más de uno de ellos, Según se dice, había zanahorias y palos que
ayudaban a entender el mensaje que llegaba de Seúl. MJ Chung y NS
Choi, además, habían nacido en el norte de Corea, y eso no los ayudaba.
En cuanto a la presentación de WTF en el país, hacia fin del 77 des­
pués del mundial de WTF, el embajador argentino Edgar Pérez Colman
regresaba de Corea para retirarse del servicio diplomático. Cercano a
cumplir 60 años, era un embajador de carrera con acuerdo del Senado,
y sería reemplazado por el gobierno militar. A lo largo de las cuatro
décadas que siguieron, Pérez Colman tendría un papel decisivo en el
Tae Kwon Do argentino, demostrando una aptitud política y sagacidad
notables. Ya en Corea había tomado cierto conocimiento de la situación
del país luego de aquella visita de KD Chung, y allí se le había pedido
que ayudara a hacer saber en la Argentina que la nueva autoridad del
Tae Kwon Do era la Federación Mundial (WTF), que el Oral. Choi había
pretendido apropiarse y privatizar la ITF -la cara ante el mundo de la
KTA- en su propio beneficio, que éste estaba vinculado con el comunis­
mo y por ende era un enemigo nacional (de ambos países). Esas eran
las razones por las que todos los maestros coreanos residentes en la
Argentina debían pasar a la WTF. Pérez Colman contaba con la ayuda
del Mtro. Ku Yong-Chae -un entrenador de primera línea-, quien fijó
residencia en el país para ayudar a Pérez Colman. Ku estaba decidido
a ejercer la autoridad con que había sido investido en Corea. Según
cuentan, los maestros Um y Yang -ya unidos-, los hermanos Kim, Keh
(de Junín) y otros -esto es, los que enseñaban estilo moderno y habían
llegado primero- inicialmente hicieron causa común contra la abrup­
ta irrupción de Pérez Colman y Ku, hasta que la habilidad política de
aquel logró que en julio de 1978 se llegara a un acuerdo que permitió
la creación de la Asociación Argentina de Tae Kwon Do “el intento de
Um dos años antes había fracasado-, alineada a la WTF (que en 1983
se transformaría en la Confederación Argentina de Taekwondo "CAT").
Dicha entidad, en su accidentada historia fue presidida sucesivamente
por el embajador Pérez Colman (1978/91, hoy a los 92 años, activo
presidente honorario vitalicio), Rogelio Lomazzo (1992/98), Héctor
Olivero (1998/99), Julio Cassanello (1999/05), el Ing. López (quien
ocupó la presidencia desde el 2005, cuando su predecesor fue desig­
nado presidente del Comité Olímpico Argentino) y Emilio Casagrande
(2006/09, el primer practicante de Tae Kwon Do en acceder a tal car­
go). En el período 2009/10 actuó como interventor judicial el Emb.
Pérez Colman y luego, en 2011, ha habido una elección por la que fue
designado Ricardo Torres, que fue impugnada por Pérez Colman y se
encuentra a consideración en los tribunales al tiempo de escribirse es­
tas líneas. Según veremos más adelante, fueron escasos los momentos
de convivencia pacífica en el seno de dicha organización.
Respecto del estilo de Tae Kwon Do WTF, podría decirse que Yang
había sido su introductor avant la ¡ettre, Um fue su primer anunciante,
y Ku quien lo implemento plena y oficialmente como primer director
técnico de la CAT.
El Embajador Edgar Pérez Colman con Osvaldo Cruz Martín.

En agosto de 1978 se celebró el primer torneo oficial de WTF en


la Argentina, en el que compitieron, entre otros, Félix Solas, Ernesto
Carrillo, Abel Salim, Oscar Reynoso, Alfredo Muñoz, Néstor Álamos,
Zandona, Cacho Córdoba, Daniel Toledo, Rubén Retamar, Miguel Rodea
y José Viola -adviértase la ausencia de alumnos de los Mtros. Kim, Choi
y Chung, que se resistían a someterse a los Mtros. Ku y Um-
En ese año murió el Cnel. Yang. Poco tiempo después, en septiem­
bre del 78 viajaría un equipo argentino al 2o Campeonato Mundial
de ITF en Oklahoma, integrado por Daniel Schmidt, Ricardo Gurtler,
Eduardo Palmisano, M. Alejandro De María, Daniel San Marco, Yong-
Chol Kim, Javier Dacak y Roberto Sáenz. Todos estos eran alumnos
de KD Chung, quien continuó confirmando el camino que se le había
abierto en la ITF, comenzando asimismo a unirse a la postura política
del Gral. Choi crítica ai gobierno surcoreano, que técnicamente era lo
que se conocía como "tercera posición".
El nuevo estilo de pelea establecido en el país por Ku (diferencián­
dolo de todo lo anterior) era un eslabón más en la línea que se había
desarrollado en Corea a mediados de los 60: se había alejado bastante
del Karate, porque la herramienta principal eran las piernas -además
de puñetazos al pecho-. Esto se consideraba propiamente "coreano"-
la ventaja es que las patadas, además de mayor alcance, tienen entré
el doble y el triple de potencia que los puños (y para manejarlas hábil­
mente, exigen el doble o triple de entrenamiento]; requería cuerpos
flexibles, una forma particular de desplazarse, más flotante y con el
centro de gravedad alto, que con el tiempo separó ai Tae Kwon Do aún
más del Karate. El ejército coreano y la mentalidad propia al estado dé
guerra del país, con miles de jóvenes alistados, aseguraban que esto
no era un juego: la patada de un coreano entrenado en este "deporte"
era verdaderamente letal e indudablemente "marcial". Esa variante
estableció la KTA en Corea -que había sido presidida por el propio Choi
antes de que se conociera lo que ahora se llama ITF o WTF-, Algunos
de los maestros que luego acompañarían al Gral. Choi en ITF eran ex
campeones en este estilo KTA a inicios de los 60, emigrados de Corea.
Ellos son los que le ayudaron a incluir complicadas técnicas de patada
en las formas de ITF. Otros de esa generación -los que permanecieron
en Corea- profundizaron los cambios hasta terminar de definir el esti­
lo de pelea de WTF. Este apartamiento de lo tradicional implicaba tam­
bién un sacrificio importante: al darle tanta importancia a las patadas,
la posibilidad de practicar el arte marcial durante toda la vida se vio
seriamente comprometida. El nuevo Tae Kwon Do, tan exigente, podía
ser practicado entre los 15 y los 35 años, lo que determinó que al final
de su vida útil, forzados a abandonar la práctica los ex competidores
se transformaran en entrenadores. Un camino distinto del tradicional,
que se ufana de promover la longevidad, donde el sistema técnico está
pensado para que el practicante pueda encontrar puntos en los que
mejorar hasta muy avanzada edad.
Los maestros Kim y Choi estiraban la indefinición no exenta de
contradicciones -por ejemplo, Choi Hong Hi era recibido por ellos
a comienzos de 1977, aunque Trajtenberg y Maraño recibieron sus
diplomas de 2do Dan de Kuk Ki Won-. Mientras que los coreanos de
llegada más reciente participaban activamente en WTF a través de sus
alumnos, los de Kim y Choi habían quedado fuera del centro de la esce­
na que ocupaba ahora el sector de Ku. Osvaldo Cruz Martín y Gustavo
Pórtela (de Choi) y Ramón Borjas (de Kim), dedicados practicantes e
entonces en sumarse a lo que parecía ese atractivo movi­
in te re sa d o s
eran considerados por Pérez Colman como marginales debido
m ie n to ,
aja reticencia de sus maestros.
Las opiniones eran variadas, y la resistencia al proyecto de Seúl
no solo provenía del riñón del Gral. Choi. Al poco tiempo el prestigio­
so Mtro. Sang Kyu Shim, autor del clásico "The Making o f a Martial
Urtist" y editor de Tae Kwon Do Times, se quejaba de las acciones de
la WTF, que nunca defraudaron ni a sus adherentes ni a sus críticos
pues confirmaron todo lo positivo y negativo que se avisoraba desde
uncomienzo. Lo positivo era lo relacionado con la posibilidad olímpica
que sería la vidriera para hacer conocida a Corea ante el mundo; para
lonegativo basta escucharlo a Shim, Entre sus reproches escribía que
(<}a WTF perdió el sentido del Do" y se explayaba: "La diferencia entre
un Coral de B ach y el Concierto para piano de Tchaicosky es reconocible;
Bach es a Tchaichosky lo que Moo Duk Kwan al Tae Kwon Do moderno (...)
srla WTF se erige en autoridad suprema del TKD en el mundo entero, la
diversidad no existirá más (...) Como si solam ente se pudiera escuchar el
Coral de Bach (...) Es un gran negocio en Seúl, sólo con las graduaciones
de los cinturones negros de EEUU recauda cientos de miles de d ólares".
Este maestro se quejaba de monopolio e inflexibilidad por parte de la
WTF, y como residente en los EEUU (y maestro de alto nivel técnico)
exhortaba a crear una organización en dicho país teniendo en cuenta
los intereses de los practicantes estadounidenses sin aceptar la sumi­
sión que exigía la WTF desde Corea.
En 1979 termina de cerrarse el círculo. A comienzos de ese año,
a instancias de KD Chung se produjo la venida de un maestro de ITF
que era coronel retirado del ejército coreano, quien tomó examen en el
gimnasio de Av. Congreso y Zapiola en el que enseñaba Jorge Camode-
ca. Entre quienes rindieron se encontraban Gurtler, Ramisch, Schmidt
yDe María -otros cinturones negros como 0. Tajes estuvieron en esa
ocasión-. En los meses siguientes, Chung -que viajaba frecuentemente
alos EEUU- se fue definitivamente de la Argentina.
Ese tipo de situación -esto es, actividades que mostraban que la
ITF seguía viva en el país- provocaban el enojo de Pérez Colman, quien
mandó a hacer circular un comunicado descalificando al Gral. Choi,
algo que impidió la oposición de HC Kim. Para peor, Choi Hong-Hi tenia
planeada una gira de demostraciones para el segundo semestre.
El Mtro. Han-Chang Kim estaba en un lugar difícil: él era el único
de los maestros que había conocido al General Choi antes de venir
de Corea (quien le había encomendado la difusión en la Argentina) y
aunque en sentido estricto no era su maestro, había sido su superior
durante cerca de diez años con Kim como anfitrión en sus visitas a
Buenos Aires. Por otro lado estaba su país: había un movimiento que
necesitaba del Tae Kwon Do, y sus propios profesores y compañeros de
Chung Do Kwan (la "escuela de la ola azul”) ya habían adherido. ¿Se­
ría verdad que Choi ahora apoyaba al régimen comunista? Kim había
vivido la invasión de los norcoreanos cuando casi arrasaron todo el
país. Ahora él tenía a su familia en Corea del Sur, y esa era una razón
adicional para adherir, aunque la WTF se había movido con muy poca
consideración hacia los primeros pioneros, enviando nuevos maestros
que se habían comportado de modo descortés. Kim venía consideran­
do el tema con su compañero NS Choi, quien tenía menos dudas y más
gente que quería competir en el próximo mundial WTF (cuyos campeo­
natos eran mucho más convocantes que los de ITF). Entonces Ku y Choi
-ambos de muy fuerte personalidad- se entendieron, y aquel, que hasta
entonces enseñaba exclusivamente en La Plata, comenzó a brindar
entrenamiento de competencia a los gimnasios de Choi de Kumazawa
de Alvear y Sucre. Hubo un par de selectivos y finalmente la Argentina
envió un equipo al 49 Campeonato Mundial de Taekwondo WTF que
se celebró en octubre en Stuttgart, Alemania, en el que participaron
Félix Solas, Gustavo Pórtela, Carlos Ouro, Moreno, Yacobella (estos dos,
alumnos de Casagrande) y Carlos Filippa, viajando como entrenador el
Mtro. Nam Sung Choi. Emilio Casagrande y Daniel Cirelli viajaron para
hacer el curso de árbitros, donde conocieron a Félix Serrano Pérez,
un español 2do Dan de Moo Duk Kwan que fue a arbitrar y presentó a
competir a dos alumnos -Benito Jesús y Emilio Azofra, que lograron
en sus categorías de peso el 2do y 3er puesto respectivamente- Ac­
tualmente Serrano enseña en toda Iberoamérica una modalidad de
Hapkido que sintetiza sus años de aprendizaje.
Antes de viajar, NS Choi les había encargado a Maraño y Trajten-
berg -sus ayudantes- que cuidaran la escuela hasta su regreso. Cuan­
do volvió, Choi se reunió con Kim. Presiones, patriotismo y lealtades
daban vueltas locamente en la cabeza de Kim, ese hombre calmo que
hasta entonces había administrado la situación sin dejarse atrope-
llar. Y por fin habrá reparado en aquella “ola azul”, la que representa
"renovada vitalidad”, la ola que cambia, esa que sólo existe dentro del
^ar que no cambia. Quizás la WTF fuera la nueva ola en el mar del
Tae Kwon Do. Finalmente aceptó ingresar a esa organización, y dejó
e n libertad a sus alumnos para que decidieran por sí mismos. NS Choi
inmediatamente reunió a la escuela para anunciar que dejaría al Gral.
Choi y se pasaría a la World Taekwondo Federation.
Aquí se le abriría a Kwang Duk Chung la oportunidad de ocupar un
lugar especial: fue el único pionero que permaneció junto al General
Choi, y residiendo en los EEUU tomó contacto con los mayores maes­
tros de ÍTF que vivían en Canadá y EEUU.
En septiembre se celebró el 4o Campeonato Nacional en el Luna
Park. El estadio fue dividido en dos áreas, una a cargo de NS Choi y
otra a cargo de YC Ku. Se peleó con pecheras, y fue la última vez que
todo el Tae Kwon Do argentino estuvo unido en un mismo campeonato.
Lamejor pelea de ese evento, que marcó el zenit deportivo de la época,
fue el enfrentamiento entre Alberto Katz y Claudio íedwab, dos virtuo­
sos, en donde aquel se impuso.
En octubre llegó un "Demo Team" de la ÍTF al mando del Maestro
Kimjong-Chan (ex Chung Do Kwan, era entonces Jefe de Instructores,
además de diseñador del escudo ÍTF, y partícipe en la creación de la
formas EuiAm, Yon Gae y So Sari) en un viaje que incluyó exhibiciones
en Rosario y en el Luna Park de Buenos Aires. Estos maestros con­
formaban un equipo especialmente seleccionado por el Gral. Choi, y
sorprendieron al público con sus proezas, saltando por encima de un
motociclista, rompiendo maderas suspendidas, y pulverizando ladri­
llos con sus puños. El grupo incluía a los notables Choi Chang-Keun
(colaborador en la formulación de Gae Bek, quien en 1980 diseñaría el
“árbol" que luce en la espalda del uniforme ITF), Rhee Ki-Ha (20 años
más tarde, primer graduado 9no Dan por el Gral. Choi), Park Jung-Tae
(otro mítico maestro), Lee Jong-Moon, Kim Suk-Jun y Michael Cormack
(yerno del Gral. Choi).
En ese momento muchos de los más antiguos practicantes argen­
tinos comenzaron a tener dudas sobre lo decidido por sus maestros
Debían optar entre permanecer en ITF o pasar a WTF. Las situaciones
de los cinturones negros criollos eran variadas: estaban los que ya
eran instructores (éstos eran los antiguos, muchos de ellos de la mis­
ma edad de sus maestros; algunos estaban "libres" pues sus maestros
habían emigrado, y otros no) y estaban quienes no enseñaban (en
general, más jóvenes). Tenían muy presente la figura del General, y a
los que tenían menos relación con las competencias -principalmente
Maraño y Trajtenberg- les pareció un error darle la espalda a éste, lo
que determinó que los mencionados junto con A. Katz, M. Troiano, C.
Castagnola y 0. C. Martín -de Sucre- se orientaran hacia la ITF, deci­
sión que terminaron de tomar sobre el fin del año.
Entonces un grupo representativo, a través de Enrique Eiriz, tomó
contacto con el General Choi para que diera solución al estado de cosas
pues la ITF, que a través del Mtro. Kim había traído el Tae Kwon Do al
país, ahora no tenía a ningún maestro de graduación significativa en
la Argentina.
La reacción del Gral. Choi no se hizo esperar. En diciembre de 1979
vino el afamado "JC" Kim a dar un curso y tomar exámenes. El curso
de preparación de una semana tuvo lugar en el gimnasio del Mtro. KD
Chung en la calle Alsina, y también en el de Guillermo Ramisch de Vi­
lla Urquiza. Según recuerdan hoy algunos participantes de la línea de
Choi, muchos de ellos vieron por primera vez la diferencia entre el es­
tilo ITF y el Karate Coreano, además de recibir consejos sobre el modo
de promover y difundir la disciplina. Dada la postergación que había
en la expedición de algunas graduaciones hasta entonces, a través de
los exámenes hubo un reordenamiento general de las categorías, La
situación fue extraordinaria y la antigüedad de quienes se presenta­
ron era diversa: en algunos casos se otorgaron dobles graduaciones,
y en otros los saltos fueron mayores, lo que provocó la indignación de
quienes junto a sus maestros pasaron a WTF. El examen fue en el gim­
nasio donde enseñaba Eiriz. Balza y Borjas se hicieron presentes, pero
decidieron retirarse. Resultaron ascendidos a la categoría de 4to Dan
un total 20 instructores: Eiriz, Dacak, Trajtenberg, Maraño, Mattos,
Florindo, Gurtler, Sosa, Casagrande, Vargas, Nasini, Ramisch, Pepe
S á n c h e z , R. Sanz, R. Sánchez, Pintos, Aquino, Diehl, Grispino, Desimone
y Luque. Casi todos éstos, con alguna variante -por ejemplo, la inclu­
sión de A. Villanueva-, fueron los mismos que ascendieron a 6to Dan
en 1988, conformando la generación más antigua del Tae Kwon Do ITF
argentino -sin contar a los "prehistóricos” Balza, Vilíalba y Poletti-.
gn el examen del 79 fueron graduados varios 3ros Danés, entre ellos
Eduardo Palmisano, Alberto Katz, Osvaldo Cruz Martín, Alejandro Fi-
gueroa y Jorge Miccolis, y como 2do Dan Claudio ledwab, Oscar Tajes y
Gustavo Somoza (estos dos habían recibido el visto bueno de su Mtro.
HCKim para que rindieran, al igual que Raúl Busca, quien no obstante
supuso que la situación no era del agrado de su maestro y optó por no
presentarse). De ese grupo, dos casos tenían alguna particularidad: el
de Casagrande -que acababa de regresar del mundial WTF de Alema­
nia, y que a último momento no pudo rendir ante un problema familiar,
por lo que sus compañeros, solidarizándose salieron de testigos y soli­
citaron para él la graduación-; el otro era el de Florindo -que venía de
Yang, quien ya había dejado de enseñar-. Lo llamativo era que Florindo
años atrás había estado bastante identificado con el movimiento de
WTF, aunque no estaba vinculado con Ku ni Pérez Colman.
El curso de 1979 de JC Kim de pre examen sirvió para sentar una
base técnica y organizativa unificada para el Tae Kwon Do ITF en la
Argentina, mientras que la asociación de Pérez Colman con la asisten­
cia técnica de Ku Yong-Chae sirvió de base para difundir localmente
el moderno Tae Kwon Do WTF.
Fueron pasando a las filas de la WTF (algunos desde un comienzo
por permanecer junto a sus maestros, otros -que ya tenían sus propios
alumnos- algún tiempo después) Emilio Casagrande, Ramón Borjas,
Félix Solas, Abel Salim, Ricardo Puppo, Jorge Vaccaro, Raúl Busca, Os­
car Tajes, Gustavo Pórtela, Ernesto Carrillo, Roberto Tiscornia, Gusta­
vo Somoza, Carlos García, Ricardo Burman, Carlos Algranati, Enrique
Cambursano, Ricardo Fuentes, Alfredo Muñoz y Carlos Filippa.
Fue en el mundial de 1979 cuando los argentinos vieron por prime­
ara vez los nuevos d obok (uniformes) oficiales de la WTF, con cuello en
Vde reborde negro, diferentes de los tradicionales del Karate Coreano,
blancos y cruzados sobre el pecho. Por lo general los cinturones negros
l: usaban aquellos uniformes cruzados con los ribetes de las solapas de
color negro, y algunos maestros usaban diseños de rombos, que decían
estaban reservados para categorías superiores. Sin embargo, los uni­
formes oficiales del Tae Kwon Do hasta entonces eran íntegramente
blancos, salvo por lo que se veía en los maestros de ITF que visitaban
el país, que lucían uniformes cruzados con el reborde negro debajo de
la cintura, y para las categorías superiores a 4to Dan una línea negra
al costado a lo largo del pantalón. A mediados de los 80, la ITF redise-
ñaría su propio uniforme manteniendo la chaqueta abierta, pero con
la solapa cayendo al centro con cierre velero en lugar de cruzada, y
agregaría una franja a lo largo de las mangas de la chaqueta haciendo
juego con la franja lateral del pantalón.
Es importante destacar, según he podido comprobar, que al día
de hoy los maestros HC Kim y NS Choi guardan una alta opinión del
General Choi; para bien o para mal, la separación fue simplemente algo
que se cruzó sus vidas.
El siguiente cuadro resume la situación desde el punto de vista
de la técnica de combate que tenía cada maestro cuando llegó al país.

Estilo C aracterísticas Maestros


Karate Coreano ® Es la versión coreana de lo aprendido de NS Choi (67)
los japoneses.
® Fuerte, centro de gravedad bajo, firme,
bastante estático, puños rectos estirán­
dose a posturas largas.
® Concepción lineal.
® Usa patadas frontal, lateral [no exten­
dida), circular (con m etatarso), éstas con
la pierna de atrás, y puños rectos y dorso
de puño; algunos saltos.
» Se controla la distancia (los golpes son
fuertes y se detienen a 2 cm. del blanco).

« A diferencia de la versión japonesa, la HC Kim (67),


guardia es más perfilada, para ofrecer KD Chung (67),
menor blanco y usar la patada lateral de YW Kim (69),
adelante (juntando). YH So
® Se basa en los factores de tiempo y distan­
cia: hay un número limitado de tácticas
disponibles, se impone el planteo estraté­
gico del combate.
® Las técnicas de combate están m ayor­
mente extraídas de las formas.
Tae Kwon Do ® Es el Karate Coreano alterado por la expe­
Clásico riencia competitiva hasta 1965 (y algunos
elementos chinos).
® Centro de gravedad variable (a veces
bajo, a veces no).
« Gran variedad; entrena técnicas que no
son fácilmente aplicables al combate
libre. A lo lineal le agrega el elemento
circular. La mayor cantidad de tácticas
disponibles da más importancia a los re­
cursos con que cuenta cada combatiente.
® Usa las patadas frontal (poco), lateral
CS Lee (71), MJ
(extendida), circular (empeine), abanico
Chung (7 3 ),
y circular de talón; giros y saltos. Usa la
pierna de adelante en patadas consecu­
tivas. Puño recto tradicional, dorso de
puño, cantos de mano.
® En general, en las patadas se levanta muy
alto la rodilla y se mantiene el torso er­
guido. Se usa el giro de patada lateral y el
giro circular de talón.
« Se controla la potencia (el golpe impacta
sobre el blanco con intensidad variable
según el tipo de combate).
® Dinámico. Al tiempo y la distancia le
agrega lo impredecible de qué tipo de
ataque usar o esperar.
« Las formas se practican y contribuyen.
Tae Kwon Do ® Ágil y veloz, fruto de la experiencia DC Yang (70),
Moderno competitiva p ost-1965 descartando lo CC Keh (73), PT
marcial tradicional. Lee, SS Kim, CY
® La gama técnica se reduce a lo que sirve Um (7 6 ), YC Ku
para pelear con pechera. (7 7 ), JH Chang
® Centro de gravedad alto (mucha movili­ (82)
dad, poca estabilidad).
• Usa patada sem icircular con empeine (al
medio o cara), giro recto de talón, giro
circular de talón, descendente, patada de
empuje, puño recto (corto] al pecho. Ya
no se usan las patadas frontal o lateral.
En principio se patea con la pierna de
atrás.
• En las patadas la rodilla no se eleva más
de lo necesario para evitar que una pa­
tada del oponente se "cuele” por debajo.
El giro con patada de burro hacia atrás
reemplaza al giro de patada lateral.
• No hay control de potencia o distancia: a
los blancos permitidos se impacta con el
máximo que permite la situación: se re- ,
gresa a un número limitado de tácticas dis­
ponibles con gran variedad de amagues
y desplazamientos, muy dinámico se im­
pone el planteo estratégico del combate.
• Se basa en los factores de tiempo y dis­
tancia.
® Las formas no ayudan y son optativas.
Esta es una "línea evolutiva" en sentido descendente; el factor al cual adaptarse es
la "pelea limpia contra un solo oponente de mi mismo peso" (en la última fase se
agrega el elemento cultural coreano modificando el reglamento para alentar las
patadas). Adviértase que el arte marcial tradicionalmente entrenaba para "pelea
sucia contra lo /s que haya que enfrentar". El Tae Kwon Do WTF es el epítome del
Tae Kwon Do Moderno; el ITF se origina como Tae Kwon Do Clásico pero hacíalos
80 tiene dos cambios: comienzan a utilizarse guantes que permiten los puños a
la cara, y en lo demás se van adoptando las características del Tae Kwon Do Mod­
erno, con las diferencias que implica no usar pechera: patadas múltiples, pierna de
adelante y patadas sucesivas son muy vistas. Hacia 1 9 9 0 ITF se afianza en general
como una variante especial del Tae Kwon Do Moderno.
C a p ít u l o S
La d éc a d a d e los 80:
LOS GRUPOS ARGENTINOS DE ITF Y DE W TF
COMIENZAN SU DESARROLLO

En la Argentina el Tae Kwon Do ha crecido y se ha desarrollado


manteniendo un apego a las entidades internacionales (WTF e ITF]
fuera de lo que es habitual en otros países, y especialmente en los
EEUU. A diferencia de lo que ocurre allí, en la Argentina los grupos
independientes son pocos. Entre los factores que pueden explicar
esa diferencia están que en Norteamérica los instructores coreanos
se instalaron en diversas ciudades y tomaron plena autoridad sobre
sus propias escuelas emitiendo graduaciones, adoptando sus propios
uniformes, y cultivando cierto espíritu emprendedor en el que con­
fluyen el individualismo y el afán de lucro propios al capitalismo. En
la Argentina, en cambio, los pocos instructores que fijaron residencia
permanente lo hicieron en Buenos Aires, donde el carácter cosmopo­
lita -con frecuentes visitas del exterior-, la concentración poblacional
(y la consiguiente competitividad) y el poco potencial económico de la
enseñanza (al menos, en la primera década) no permitió el desarrollo
de escuelas totalmente autónomas con las características insulares
de muchas en Norteamérica. A su vez, las frecuentes visitas del Gral.
Choi probablemente ayudaron a que los instructores coreanos nunca
adoptaran la figura del “maestro” con plenitud de poderes. Dándole
mayor o menor trascendencia, todos los maestros coreanos siempre
estuvieron ligados a una organización internacional, lo que hizo que
los instructores argentinos de ITF, incluso después de cortar el cordón
con sus maestros, hayan replicado esa pauta buscado la certificación
y el respaldo internacional. Después de todo, la ITF daba el respaldo y
las ventajas propias a una franquicia (concepto desconocido entonces
pero aplicable: uso de marca y logotipo, pautas de funcionamiento1
tarifas, y la posibilidad de crecimiento dentro del sistema, que tiende
a la expansión).

Oscar Tajes compitiendo con ¡os "pads" de ITF, con Gurtler como árbitro.

La primera vez que se utilizaron protectores de puños y pie ("pads")


en la Argentina siguiendo las nuevas normas de la ITF fue cuando Dema-
ría, Palmisano y otros los trajeron luego del mundial de Oklahoma 78. En
el mundial ITF de 1974 los combates habían sido a puño y pie desnudo,
con reglas de no-contacto (lo que se llama "control de distancia”, típico
del Karate); para el mundial del 78 la ITF había adoptado los "pads" de
gomaespuma. Hasta entonces se había dado la paradoja de que todo el
Tae Kwon Do argentino, perteneciendo a la ITF, había organizado sus
competencias siguiendo los usos de la Asociación Coreana ante la pre­
sencia del propio Gral. Choi. Aquel reglamento de pecheras había sido
jniplementado en 1963, bajo el cual se destacaron muchos de los maes­
tros que luego siguieron al Gral Choi. Quienes estrenaron los "pads” en
nuestro país eran los cinturones negros de segunda generación que pe­
l e a r o n en las competencias preparatorias para el Campeonato Mundial
de 1981 que la ITF organizó en Resistencia, Provincia del Chaco, ubicada
a 1020 kilómetros al norte de la metrópoli.
Aunque en la Argentina las artes marciales concentraban sus
actividades más relevantes en la ciudad de Buenos Aires, el Mundial
del Chaco dio a la gente del interior del país la oportunidad de ser tes­
tigos de primera mano de un evento internacional y de conocer a los
mayores maestros de la ITF, con el Gral. Choi. La elección de ese lugar
no fue casual, sino que se dio porque allí era sensiblemente menor el
poder de presión de la embajada surcoreana para impedir el evento y
javier Dacak, un destacado instructor, tenía fuerte predicamento en
la zona. En la autobiografía del General hay una breve mención sobre
ello, y sobre la detención de un hombre armado -presuntamente un
asesino enviado por los servicios coreanos- en el hotel donde aquel
se alojaba. Dacak había sido campeón de rotura representando a la
Argentina en los mundiales de Montreal 74 y Oklahoma 78 (primer
y segundo campeonatos mundiales de ITF). Su hazaña consistió en
romper una masa de siete tablas de madera de una pulgada de espesor
con golpe de canto de mano ("knifehand"). Como organizador, Dacak
hizo gestiones ante Lotería Chaqueña, Austral y otros auspiciantes, y
a fines de 1980 viajó al Campeonato Europeo para trabar relación con
los representantes de esos países, y preparar todo para el mundial. En­
tonces, ante presiones para impedir el torneo, Dacak debió convencer
a las autoridades provinciales de que la ITF a la que él pertenecía no
desarrollaba ningún tipo de actividad pro-comunista. El equipo mas­
culino resultó de los selectivos (uno en Buenos Aíres y otro en Chaco),
y estaba compuesto por Alberto Katz, Eduardo Palmisano, Alejandro
De María, Guillermo Del Archiprete, Ricciardelli, Jorge Carabajal, Yong
Choi Kim, Dante Tizzano, Rodolfo Bechorouch, Sachs, Jorge Rábago,
Adolfo Quirce, Guillermo Dávoli y Noel Vidarte bajo la dirección técnica
de Ricardo Gurtler. En el mundial del 81 la chaqueña Azucena Zorzón,
alumna de Dacak, obtuvo por primera vez un campeonato del mundo
en combate en la historia del Tae Kwon Do argentino. En 2008, vein­
tisiete años más tarde, sería la primera mujer en graduarse 7mo Dan
del país, hoy radicada en Ushuaia.

Alcides Solís, Javier Dacaky Azucena Guillermo Dávoli aplica una patada
Zorzón en el Mundial ITF circular a su rival inglés,
de Chaco 81.

A medida que el Tae Kwon Do fue ganando difusión entre el públi­


co, muchos de los cinturones negros vieron que los hechos los empuja­
ban a tomar una decisión sobre su rol de instructores de Tae Kwon Do.
Varios ya tenían decenas de alumnos, y ello exigía tiempo y esfuerzos
especiales. En su curso de 1979 JC Kim les había comunicado acerca del
valor de su conocimiento, y que debían asumirse como profesionales
y saber cobrar bien la enseñanza (además, entre otras estrategias co­
merciales les recomendó poner sus gimnasios en avenidas, instalando
grandes carteles, y organizar campeonatos también para cinturones
amarillos y verdes y así ampliar el alcance de la difusión y los ingre­
sos). El aliciente para saber defender el derecho a cobrar por enseñar
y participar en los aranceles de exámenes, imprescindible para quien
decidiera dedicarse a esta actividad a tiempo completo, ponía a la luz
la difícil relación que siempre ha tenido el Tae Kwon Do con el dinero.
Hasta entonces los maestros coreanos habían tratado a sus alumnos
como se hacía en Corea (el discípulo debe considerar un honor ayudar
a su maestro, con limitada participación en las ganancias), y el proble­
ma que causaba que los coreanos pasaran a WTF demostró ser una
excelente oportunidad para emanciparse también desde lo económico.
Quienes tomaron la decisión de enseñar artes marciales profesional-
flente en el estilo ITF se reunieron formando organizaciones, entre
ellas:

(1) El "Centro Argentino de Taekwon-Do" -instalado en Av. Cabildo y


José Hernández, en el barrio de Belgrano- encabezado por Héctor
Maraño y Pablo Trajtenberg, que incluía a Alberto Katz, Osvaldo
Cruz Martín (quien en 1982 regresaría con su maestro Nam-Sung
Choi pasando a WTF por exhortación de su sonbe Emilio Casagran­
de), Eduardo Citrimblum, Alejandro Figueroa, Julio Torres, Daniel
Rossel, Mario Troiano (alumno de Trajtenberg en Sucre, él consiguió
el local de Av. Cabildo 1634), Edgardo Villanueva, Martín Montes,
Ricardo Siracusa (quien se había convertido en alumno de Héctor
Maraño en 1973 luego de practicar Hapkido con Sung-Il Lee), Jor­
ge Miccolis y Néstor Galarraga (sumado al poco tiempo, provenía
de Oscar Moncusi, un alumno de Duilio Fontana de la línea de HC
Kim). Ese era, con algunas adiciones, el grupo de alumnos de Choi
del instituto Sucre.
(2) La "Escuela Argentina de Tae Kwon-Do", dirigida por Pedro Flo­
rindo con Héctor "Tito" Guzmán, Francisco Taboada, Jorge Rogers,
Francisco Beloso (de Cirelli), Carlos Gómez de Olivera, Armando
y Jorge Carabajal (éstos tres, alumnos de Carlos Verdún), Claudio
Iedwab, Gabriel Delucci (ambos alumnos de Florindo eran patea­
dores extraordinarios, Iedwab era tan bueno que podía golpear
con su patada descendente la cabeza de un oponente y volverla a
subir), Pedro Bersí, Gustavo Pérez y Martín Hausemer. Ese era, en
su mayor parte, el grupo de los alumnos de Lee, e instaló su sede
central en el Instituto Sucre.
(3) El grupo "Escuelas Chung", supervisado por el Mtro. Kwang-Duk
Chung desde el exterior y dirigido localmente por Roberto Sáenz
(cuyo alumno más destacado sería Marcelo Pedrini), Guillermo Ra-
misch -un cultor temprano de lo que luego sería la línea técnica de
ITF más moderna- y Ricardo Gurtler, con la participación de Eduar­
do Palmisano, Yong Choi Kim, Dante Tizano y Nicolás Giuliani (estos
dos se habían formado con Ramón Borjas y pasaron a integrar este
grupo cuando aquel y luego el Mtro. Kim pasaron a WTF); y
(4) el grupo encabezado por Enrique Eiriz -quien permaneciendo
en ITF se separó de su maestro Han-Chang Kim-, conocido como
“AMET” (Asociación Metropolitana de Tae Kwon Do -no confundir
con la Federación Metropolitana de WTF-} con Ricardo Desimone
Armando Grispino (bajo quien se formaría Ernesto Fig^redo)*
Osvaldo Rodríguez (de ahí su alumno Carlos Composto), Darío Vega
(alumno de un alumno de HC Kim llamado Armando Rasedo, Vega
tomó a su cargo a los alumnos de su profesor, como Néstor Alfonsín
y se convirtió en un foco de calidad de Tae Kwon Do en el sur del
conurbano, entre cuyos alumnos contarían Alejandro y Carlos Sosa
Ricardo Rieiro, Mónica Guardia y Miguel Ángel Avellaneda), los her>
manos Adrián y Cristian Desiderio, Carlos Lorefice y Manuel Luque.

Adelante: P. Trajtenberg, Lim Won-Sup, Gral Choi, Kim Suk-Jun, H. Maraño.-


Atrás: O.C. Martín, M. Troiano, M. Montes, D. Rossel, L. Vega, R. Siracusa,].
Miccolis, P. Ferrer, N. Galarraga (foto en el Centro Argentino en la visita por
el Mundial de 1981).

Los gimnasios iban consolidándose de a poco. Uno de los que lo­


graría fama perdurable sería Hoguma. Su origen fue en 1981, cuando
Yong-Chol Kim y Carlos Filippa -que habían sido compañeros bajo
Kwang Duk Chung- decidieron poner juntos un gimnasio en el pri­
mer piso de una vieja casa en Av. Corrientes 4640. Ellos enseñarían
respectivamente los estilos ITF y WTF. Entonces fue cuando muchos
compañeros de Fiíippa, alumnos de Joong Moon Chung se juntaban los
fines de semana a trabajar en el local removiendo escombros y remo-
delando. Tres de los más comprometidos en ese esfuerzo de amigos
fueron HOracio Macchi, GUstavo Rossi y MArio Mesa, y en agradeci­
miento a ellos el gimnasio se llamó HOGUMA, donde practicó por años
el numeroso grupo de WTF “Seng Do", liderado por Filippa.
Con el advenimiento de la democracia en 1983, poco a poco cambió
el estilo de vida de la población. Actividades deportivas y culturales
que hasta entonces habían tenido limitado poder convocante comen­
zaron a atraer masivamente a los jóvenes. Yo fui uno de ellos. Recuerdo
que en mi autoimpuesto apartamiento del Tae Kwon Do -en realidad,
de ir al gimnasio de Choi donde había comenzado- un compañero de
colegio de mi hermano llamado Fernando Lund (un excelente practi­
cante alumno de Beloso) me dijo: "Este sábado me tenés que acompañar;
viene el general coreano que inventó el Tae Kwon Do". Yo no entendía
nada -suponía que era un arte milenario- pero no me iba perder la in­
vitación. Ese fin de semana nos encontramos con varios miles de alum­
nos, formados en un gran gimnasio cubierto en el sector de empleados
del Jockey Club en San Isidro. Estábamos descalzos sobre el frío piso
de cemento alisado cuando pasó ante nosotros el General Choi, muy
distinto a la imagen de maestro de larga barba y pelo blanco que yo
esperaba. De saco y corbata, acompañado por otros orientales de igual
aspecto, parecía sacado de una película de espías. Estaba programado
que el Gral. Choi diera el curso en GEBA, donde enseñaba Florindo,
pero presiones al club por parte de autoridades nacionales (por ins­
tancia de la CAT) lo impidieron. Ese día más de 4000 practicantes se
reunieron en el parque frente a ATC, hasta que promediando la tarde
como alternativa de emergencia se consiguió el Jockey Club.
Hacia 1985 las escuelas de artes marciales florecían, y la revista
Yudo Karate ocupaba un lugar central en el ambiente. Su historia había
comenzado 10 años antes cuando un joven Miguel Hladilo -su funda­
dor y alma m ater hasta el día de hoy- estaba activo en el mundo del
; entrenamiento físico, y con su tío Emilio Olcesi tenía un local de venta
de productos de ese rubro. HIadilo había sido campeón argentino de
fisicoculturísmo (Mr. Argentina 66] y varias veces recordman en levan-
tamiento de pesas y de potencia, y publicaba la revista Apolo. Conver­
sando con colegas suyos, a fines de 1972 identificó en los gimnasios el
potencial del movimiento de las artes marciales, hasta entonces ajeno
al público general, y decidió lanzarse con una nueva publicación dirigi­
da a ese nicho, Cuando estaba preparando el primer número su amigo
Eduardo González, practicante de Ju jitsu, le presentó a un represen­
tante de la Warner Brothers que tenía previsto estrenar en los meses
siguientes una película que hacía furor en los Estados Unidos: "Ope­
ración Dragón", con el legendario Bruce Lee. La publicidad contratada
en la nueva revista la asoció a ese éxito. El fanatismo que generó fue
algo nunca antes visto, hubo practicantes que la vieron más de veinte
veces. HIadilo publicó una revista íntegramente dedicada a ese per­
sonaje, que se mantuvo vigente por años. Un par de meses después, la
Warner se volvió a contactar con HIadilo, para invitarlo a una audición
privada de una serie de televisión que saldría en horario central en
el Canal 13. Esta vez se trataba de "Kung Fu", donde David Carradine
encarnaba a un monje Shaolin exiliado de China recorriendo eí oeste
norteamericano. Para entonces, los gimnasios se llenaban y Miguel
HIadilo se dedicó a entrevistar a los especialistas y brindar a los lec­
tores locales información que circulaba en el exterior. Cuando hoy uno
recorre las páginas de aquella temprana época queda admirado por
su calidad y profesionalismo. Así ayudó a dar forma al Tae Kwon Do
sirviendo de voz autorizada sobre las tendencias internacionales y lo­
cales, y alentando a los competidores locales con el sueño de aparecer
en la portada de la revista. Todo especialista de artes marciales que
visitaba el país era llevado por sus anfitriones para ser entrevistado
en Yudo Karate. Las cualidades de HIadilo -su don de gente, capacidad
de análisis y la objetividad que le aseguraba no practicar ninguna de
estas disciplinas- y su empeño lo transformaron en un referente indisr
cutido, que influyó como muy pocos durante las primeras tres décadas
del Tae Kwon Do en la Argentina. La revista se vendía en kioscos y en
locales originalmente dedicados al fisicoculturismo que sumaron a su
oferta uniformes, equipos de entrenamiento, armas de madera y pro­
tectores -muy rústicos hasta fines de los 8 0 -: se sucedieron los locales
de “Apolo Deportes" en la calle
Serrano y Cabrera, luego en la
calle Guatemala (allí compré mi
nunchaku y mi primera revísta
Black Beit), "Marathón” en la
Avenida Canning, y "Randori"
en la Avenida Córdoba y Gascón.
Entre otras actividades,
Yudo Karate organizó clínicas
abiertas dictadas por reconoci­
dos profesores, torneos abiertos
OYKAM ("Organización Yudo Ka­
rate para las Artes Marciales”],
y contó entre sus colaboradores
con Nishizaka, Áspera, Gallina,
Zanga, Pérez (de Judo), Brink-
mann (de Karate), Valdés, los
hermanos Di Renzo, Iglesias (de
Miguel HIadilo junto a la portada his­ Kung Fu), y Gambolini, Florindo,
tórica del Maestro Kim Han-Chang. Iedwab, Galarraga, Adrogué y
Rocha (de Tae Kwon Do) y Jorge
Ambrústolo, periodista que a comienzos de los 90 fundó la revista Mun­
do Marcial. Otras revistas que merecen ser recordadas son Kumgang
(de Francisco Fuentes e ítalo Sassu), Disciplina Marcial (M. Sakanashi),
Cultura Marcial (A.L. Valdés), Sensei (C. Iedwab) y más recientemente
Cinturón Negro de Argentina (C. Veiga) y Maestros (D. y G. Srur y A. Frei-
re). En lo televisivo, ha sido Mario Troiano quien a través de sus progra­
mas se transformó para el gran público en "el” comunícador de las artes
de combate, además de haber instituido el renombrado Premio Artista
Marcial. Entre los fotógrafos más reconocidos del medio están Carlos
:Quaretti, Italo Sassu, Ernesto Rücker y Darío Astudillo. Una mención
especial merece el portal de Internet www.mastaekwondo.com el cual
tuvo origen en la Argentina y a fuerza de calidad y nivel periodístico en
flos últimos años ha pasado a tener versiones en inglés y portugués, y se
ta convertido en el mayor medio de difusión de noticias del Tae Kwon
DoWTF en el mundo, con picos de 30.000 visitas diarias.
En el ámbito de la WTF durante principios de los 80, entre los nom­
bres de competidores que figuraban en los torneos locales cuentan (de
livanos a pesados) Rabiossi, Rodea, Salim, Mangoni, G. Pérez, R, Tello
Tajes, Busca, Albarenque, Lavalle, Pórtela, Vilas, Alture, Fuentes, C. G
Olivera, Cravelli, Corino, Príncipi, Pope y Puppo.
La CAT bajo la dirección técnica del Mtro. Ku concentró los entre-
namientos de todos los cinturones negros con potencial para competir
internacionalmente, y los maestros más antiguos -Kim y Choi- permi­
tieron que sus alumnos continuaran con su desarrollo competitivo en
ese ámbito. En diciembre de 1980 la Argentina envió un equipo al 2do
Campeonato Panamericano de Tae Kwon Do en Guayaquil, Integra­
ron la delegación el Emb. Pérez Colman, los Mtros. Ku y Choi, y como
competidores, Busca, Carrillo, Vaccaro, Solas, Tajes, Beltrán, Puppo y
Chun Sung Hun, con Sánchez, Casagrande y Muñoz que viajaron para
participar del curso de árbitros internacionales.

Panamericano de Guayaquil 80. Parados, desde izq.: Ku, Busca, Vaccaro, Bel-
trán, Puppo, Choi, Tajes, NN, Solas, Pérez Colman; abajo desde la izq.: Carrillo,
Chun, "Pepe"Sánchez.
Una muy destacable experiencia internacional fue la de Raúl Busca
yJuan Carlos Mangoni, quienes lograron respectivamente el 2do y 3er
jugar en los Iros Juegos Mundiales 1981 de Santa Clara EEUU, donde
también participaron Salim, Rodea, Attías, Pepe Sánchez, Puppo y So­
jas. Busca peleó una final notable contra un competidor coreano, en la
que el argentino dominaba con claridad, hasta que recibió una fuerte
patada con giro en la zona inguinal. Se despertó en la enfermería. Bajo
el reglamento dicho golpe merecía la descalificación inmediata, pero
las autoridades le dieron la pelea a su rival. Busca, seriamente lesiona-
do, recibió pedidos de disculpas junto con la explicación de que una vez
que estaba otorgada la medalla, no había nada que hacer al respecto.
Como muestra de que "el mundo es un pañuelo", el árbitro fue Song-Kil
Kim, aquel maestro de Song Moo Kwan radicado en California.
El equipo seleccionado para el mundial de febrero de 1982 en
G u a y a q u il estaba integrado por Miguel Rodea, Juan Carlos Mangoni,
Raúl Busca, Gustavo Somoza, Ricardo H, Fuentes, Rubén Príncipi y
R ic a r d o Puppo (finalmente no viajaron los seleccionados Oscar Tajes,
P ed ro Rabiossi y Antonio Basualdo) con Ramón Borjas, que viajó para
asistir a un curso de arbitraje. Estos competidores, cuyas edades iban
délos 21 a los 25 años, eran parte de una nueva generación, y fueron
quienes verdaderamente abrieron el camino a la experiencia inter­
n a c io n a l del WTF local, experimentando de primera mano el estilo
Olímpico desarrollado en Corea, un Tae Kwon Do más rápido y más
evolucionado en lo estratégico que se diferenciaba cada vez más del
estilo tradicional.
Para el siguiente evento -los Panamericanos de Santo Domingo-
un equipo entrenó diariamente durante cuatro meses (Rodea, Man­
goni, Busca, Somoza, Fuentes y Puppo, entre otros] para encontrarse
finalmente con que no había fondos, por lo que no pudieron viajar;
al mundial de Copenhague de octubre de 1983 solo viajaron Busca y
Mangoni, entrenando por su cuenta y sin respaldo institucional, todo
locual evidencia las dificultades que vivía la Confederación Argentina
deTaekwondo.
Raúl Busca, imparable.

En el estilo ITF los competidores destacados a comienzos de los


80 eran Alberto Katz (quien inauguró dentro de su grupo un estilo
que se apartó del de Choi), Claudio Iedwab, Edgardo Villanueva (un
campeón extraordinario que permaneció invicto durante largos años,
agresivo y de variados recursos, que tuvo como modelo técnico a su
sonbe Katz), Alejandro De María, Roberto Sanz, Alcides Solís, Pedro
Osuna (alumno de Desimone, muy peligroso en combate), Héctor "Tito"
Guzmán, Gustavo Corino, Jorge Casey, Rodolfo Bechorouch, Fausto
Mercado, Gustavo Pope, Ebel Barat, Francisco "Paco" Beloso, Alfredo
Belardinelli, Jorge Rábago (actualmente un técnico de primer nivel),
Jorge Carabajal, Adolfo Quirce, Marcelo Franzotti, Azucena Zorzón,
Héctor Rivera, Guillermo Dávoli, Nicolás Giuliani y Néstor Galarraga.
Para esa época, tanto en WTF como en ITF, el estilo de pelea se
había desarrollado mucho. Aquellos movimientos que antes estaban
reservados para los virtuosos habían pasado a ser más habituales.
Las peleas ya no eran eventos donde se veían violentos choques: había
comenzado a surgir el combate-espectáculo. Eso ocurre cuando uno
tiene la oportunidad de ver a dos luchadores expertos que se enfrentan
para medir sus habilidades limpiamente. El espectador espera ver un
planteo estratégico inteligente, contundencia, patadas que se eleven,
saltos, giros (todo ello, epítome de la combatividad coreana) y golpes
precisos creando efímeros momentos de potencia física y belleza,
una forma ritualizada que canaliza la violencia, diría un antropólogo,
como manifestación sociocultural. Pero la exótica plasticidad oriental
se vuelve algo inquietantemente mundano y brutal si se está del lado
incorrecto de una patada. Estando en el área de combate la adrenalina
sube, el tiempo se detiene y todas las voces y los sonidos pasan a un
segundo plano. Se plantea un juego de estrategias, una competencia de
egos por el dominio mental, por controlar el espacio, saber encontrar el
^omento justo donde cruzar la brecha con una combinación. Todo eso
hace del combate de competencia una experiencia única, distinta y mu­
cho más fuerte que el combate de gimnasio, generalmente más vistoso
pero menos comprometido. Algo que, bien canalizado, es sumamente
enriquecedor para el alumno. Sobre todo eso es que se ha cimentado
el moderno Tae Kwon Do WTF.
* * *

El Tae Kwon Do había llegado a Mar del Plata de la mano de Rober­


to Vilialba a comienzos de ios 70, con visitas de los propios maestros
Kim y Lee. La semilla plantada por Vilialba derivó en el Tang Soo Do.
Unalumno del Mtro. Kim, Oscar Gallo, a partir de 1977 fue el impulsor
de WTF en dicha ciudad, quien tuvo por alumnos a Orlando Franzosi
(que junto con Leonor Guerrini dirigen la revista digital www.training-
time.com.ar) y Carlos Guerrini, destacado competidor hacia comienzos
de los 90, hoy devenido en entrenador. Al poco tiempo llegaron los
hermanos Lee Jong-Bok y Lee Jong-Hak, 4to y 3er Dan de WTF. Un ex
alumno de Vilialba llamado Gustavo Jeong sería alumno de éstos, para
luego continuar una línea más tradicional Hacia 1975 el marplatense
Alejandro Quadro conoció en la Universidad de la Plata a quien sería su
profesor, Alfredo Belardinelli, entonces alumno de Maraño que ense­
ñaba en la "Ciudad de las Diagonales", y con quien se formaría Marcelo
Franzotti. Quadro antes había practicado Karate, y se comprometió
seriamente con el Tae Kwon Do. De regreso a Mar del Plata, ante la
inseguridad de la época, y siendo cinturón amarillo, inició un grupo de
práctica, con viajes mensuales de Belardinelli a la ciudad balnearia y
otros del alumno a lo de su instructor. Manteniéndose enseñando esta
disciplina, en 1980 Quadro se graduó de cinturón negro, evaluado por
F. Aquino, entonces reciente 4to Dan graduado por JC Kim. Belardinelli
se radicó en Ushuaia. Algún tiempo después Quadro tomó contacto
: con Héctor Maraño, y bajo la dirección de éste en 1983 fundó el Centro
Marplatense de Taekwon-Do, cuna del estilo ITF en dicha ciudad, en
cuyo seno se formarían los hermanos Ornar y Adrián Merodio, Pedro
Cambiaso y Alejandro Yapuncic.
En Mendoza, los primeros pasos de la actividad habían sido dados
en 1978 con la llegada del Mtro. Kim, Soo-Yong bajo quien se inicia­
ron Felipe Trentacoste y Jorge Olguín. En 1983 el primero de estos se
transformaría en el fundador de la Asociación Mendocina. En años
sucesivos dicho grupo se adquiriría importancia en volumen y calidad.
Muchos de sus miembros llegaron a participar en viajes de capacita­
ción a Corea y EEUU y en competencias internacionales alcanzando
posiciones relevantes. Además de los mencionados precedentemente,
entre los mendocinos destacados se cuentan Alfredo Trentacoste, Ser­
gio Isaguirre, Juan Gatti, Juan Manuel Ongay, Nicolás González del Solar
y Soledad Montenegro, quienes han seguido la línea WTF en afiliación
con la Chung Do Kwan a través del Prof. Tajes.
Hacia 1985 Ignacio Carbonell se radicó en Puerto Madryn, don­
de comenzó a difundir la actividad en su variante WTF a instancias
del Mtro. MJ Chung. De su actividad docente surgieron alumnos que
competían en torneos abiertos con muy buenos resultados. Trabando
relación con otros instructores de la región y a pedido de su maestro,
Carbonell luego se hizo cargo de las escuelas de Esquel, formando en
1989 la Asociación Tradicional de Taekwondo del Sur. Tiempo des­
pués Carbonell sería el artífice de la creación de la Asociación Puerto
Madryn de TKD, con representación en la Confederación Argentina.
Durante los años 90 se formó una camada importante de instructores,
se introdujo la disciplina en la Policía de Chubut, y se estableció una
red de trabajo con escuelas de otras localidades patagónicas, hasta el
regreso de su fundador a Buenos Aires, quien a la fecha se mantiene
activo en su doble carácter de maestro y dirigente.
En el ámbito de WTF, en diciembre de 1983 la entonces Asocia­
ción Argentina modificó su estructura para convertirse en la Confe­
deración Argentina de Tae Kwon Do bajo la dirección del Emb. Pérez
Colman, y la participación de Ramón Borjas. De a poco, en los años
siguientes se generaría un movimiento de división importante, fruto
de desencuentros y disconformidades con la forma de ejercicio de la
autoridad, que determinaría la existencia de una "CAT paralela", en la
que terminó participando una parte mayoritaria de ese estilo. A nivel
ele las autoridades, el Emb. Pérez Colman mantendría su posición en
¡a "CAT oficial". Sin embargo, algunos instructores que hasta hacía
poco lo habían acompañado como Casagrande, Pórtela y O. C. Martín,
y directivos como el Dr. Héctor López y César Adragna (padre de los
destacados competidores Marcelo, Fabio y Darío) continuaron en una
línea divergente. Así, en la entidad oficial se mantenían las referidas
autoridades con los Mtros. Ku, Chang y A. Muñoz, Borjas, Puppo, Ra­
mos y Laborda (esencialmente, el núcleo de La Plata), mientras que
los grupos que respondían al Mtro. HC Kim (Busca, Somoza), al Mtro.
NS Choi (Casagrande, Vaccaro), a la Moo Duk Kwan (Salim y Solas), a
la Oh Do Kwan de Alejandro González, a la Chung Do Kwan de Tajes,
y a la Seng Do de Filippa (estas dos eran las mayores escuelas en este
estilo) comenzaron a manejarse por separado. Algunos de tales grupos
tuvieron fuerte crecimiento en el interior del país y congregaron a
los competidores más representativos de la época -aun quienes eran
considerados de la línea "oficial" participaron de este movimiento,
como Ángel Muñoz y Mangoni- Esta división no era tajante pues el
sector oficial contaba con el reconocimiento de la WTF y el apoyo del
Estado Nacional, mientras que el sector "paralelo" era en términos
generales una más vasta cantera donde encontrar competidores para
representar al país. Ello daba cierta flexibilidad en las actitudes de
acercamiento entre ambos -pues, a diferencia de lo que pasaría más
adelante, las rivalidades cedían ante objetivos superiores-. Dicho
movimiento paralelo se mantuvo vigoroso durante algún tiempo,
aunque privado de las ventajas inherentes a la "oficialidad". Por aquel
entonces determinados instructores y competidores lograban salidas
alternativas para canalizar su desarrollo deportivo y marcial -por
ejemplo, Tajes viajando a Corea para establecer relaciones directas
con la escuela de origen de HC Kim, pues no era posible contactarse
con el Kuk Ki Won, cuya representación correspondía a la CAT oficial-
De hecho, los llamados a Corea bloqueando o recomendando a viajeros
que pertenecían al sector "rebelde" estaban a la orden del día. Hubo
quienes comenzaron a relacionarse con escuelas de otros países para
participar en torneos "Open" En dicha época se desarrollaron impor­
tantes campeonatos en el estadio de Parque Sarmiento, y en el punto
máximo de ese movimiento es memorable ei Torneo Nacional de 1987
en Mendoza, en el que participaron más de 600 competidores con 4000
espectadores, algo totalmente fuera de lo habitual en este ámbito. Los
viajes de capacitación a Corea se harían cada vez más frecuentes entre
los practicantes avanzados de WTF en la Argentina.
Es especialmente recordable el de un mes de duración que, gracias
a la gestión del Mtro. Han Chang Kim, en 1987 hicieron Félix Solas
(quien también viajó a China), Ernesto Carrillo, Raúl Busca, Carlos
García, Sergio Ambrosini y los hermanos Haber, que estuvieron entre­
nando durante un mes en el Korea Yudo College (que luego cambió su
nombre a Yong In University, especializándose en Yudo, Tae Kwon Do
y el Yong Mu Do, un sistema que combina esas disciplinas con el Hap-
kido). En aquel viaje Solas y Carrillo viajaron semanas antes y aprove­
charon para practicar en las centrales de Moo Duk Kwan y Ji Do Kwan
y encontraron una realidad más compleja que la del "Tae Kwon Do
100% deporte” que en general se predicaba respecto de Corea del Sur,
Vieron que las escuelas tradicionales seguían existiendo y mantenían
orgullosas sus personalidades distintivas, practicando la totalidad del
programa del Tae Kwon Do, cada una ejecutando las formas de KukKi
Won según sus propios criterios técnicos. Sobre el final del viaje, pre­
vio a su regreso, se les recomendó que superaran las diferencias con
el sector oficial de la CAT. Con el tiempo diferentes instructores fueron
acercándose a la entidad oficial, que recuperó su lugar central. Como
época dorada los competidores de aquellos tiempos recuerdan cuando
el Mtro. Chang se hizo cargo de la selección, pues con destacable senti­
do de justicia se aseguró de que el equipo estuviera integrado por los
mejores exponentes, sin importar su escuela de origen. Ese momento
se extendió hasta los Juegos Odesur de 1990, al cabo de lo cual se al­
teró el modo de funcionamiento de la selección y los mecanismos de
reclutamiento. A partir entonces la mayor parte de los integrantes de
la selección tendió a pertenecer o estar relacionada con las escuelas
con "llegada" a las autoridades.
Promediando la década cabe mencionar como competidores del
estilo ITF a Edgardo Villanueva -que continuaba como campeón in­
victo-, Gustavo Pigni, Daniel Burban, Fausto Mercado, Juan José Sunini
(un peleador talentoso, duro como un clavo, que sabía adaptarse a
todo tipo de reglas y que cruzó excelentes combates con Villanueva),
Marcelo Vatrano (un exitoso competidor de peso liviano que en los
últimos 15 años se transformó en referente técnico de muchos), Pablo
Sabalain, José Maidana (alumno de Galarraga quien, colaborando con
su mentor, ha llegado a ganarse un nombre dando cursos técnicos en
todo el mundo), Humberto Próspero (alumno de Mario Troiano e ins­
tructor de Hernán Cisternas y Leandro López), Laura Micceli (alumna
y esposa de Beloso), José Luis Soler (de Beloso), Fabián Pini, Eric Cal­
vo (alumno de Florindo), Alejandro Quadro, Francisco Petrocco (del
grupo Chung), Germán Bianchi, Facundo Alarcón (alumno de Nasini),
Daniel López y Mario San Agustín (ambos de Beloso), Sabrina Condró
(del grupo Chung) y Mary Potenza (de Rosario, alumna de su marido
A. Zimermann).

Edgardo Villanueva (izquierda, foto porl. SassuJy Juan J. Sunini (derecha],


dos luchadoresferoces.

Según mi recuerdo y cuanto recojo de mis entrevistas, los cuatro


grupos centrales de ITF tenían entonces las siguientes características:
(i) El Centro Argentino de Trajtenberg y Maraño -al que se habían su­
mado muchos practicantes- había tomado la forma de un movimiento
creciente en torno a la idea de practicar y difundir el "Taekwon-Do del
General Choi", considerando a éste creador del arte marcial y por ello
siguiendo en materia de técnica las enseñanzas que difundía a través
de sus seminarios y libros. La sede central estaba en Av. Cabildo, has­
ta que años después pasó a Av. Luis María Campos. El Centro tenía
gran expansión, con instructores que se alineaban bajo la guía de sus
máximas graduaciones. Una mención aparte debe hacerse de Edgardo
Villanueva, que perteneciendo a dicho grupo desarrolló un sistema
completo de Tae Kwon Do sobre el eje del sparring (siendo punta negra
alguna vez tuve oportunidad de visitar el gimnasio de Edgardo para
ser gentilmente vapuleado por el talentoso Mariano Bechara). Al Cen­
tro se sumaron los principales referentes del ITF de Rosario (Mattos
y Nasini) y Javier Dacak del Chaco; (ii) la línea Chung continuada por
Ramisch también siguió con convicción el estilo del Gral Choi -quizás
como diferencias con "el Centro Argentino" pueden señalarse que (a)
el grupo Chung mantenía un perfil más "coreano-tradicional", pues
preservaba algunas prácticas del Tae Kwon Do que empezaban a ser
dejadas de lado -por ejemplo, el combate a múltiples pasos-, y (b) que
fue esta línea quien introdujo en el país la práctica de la "onda sinusoi­
de" que era de reciente implementación. Bajo la calificada conducción
de Ramisch se destacaban Armando Villegas -ex alumno de Verdún-y
Juan Carlos Núñez y, más jóvenes, Pablo Sabalain, Ernesto Friezche,
Marcelo Vatrano y Marcelo Sacchi, además de Gabriel Méndez, Hernán
Arnaldo, Daniel González y Gerardo Rossel (iniciado en la línea de
Balza como alumno de Njqui Blanco, luego de algunos meses con Raúl
Sosa, éste encontró su lugar como alumno de Mito Ramisch). Recuerdo
haber practicado en los gimnasios de Sabalain de Carlos Pellegrini y
Juncal, así como en su gimnasio de Palermo, donde la práctica se cen­
traba en aquellas formas modernas, los saltos y el combate; (iii) con el
correr del tiempo la línea generada a partir de Enrique Eiriz (fallecido)
dentro de la ITF se caracterizó por considerar al Tae Kwon Do desde el
punto de vista de sus beneficios terapéuticos -Eiriz era psicólogo-y
siempre puso el trabajo organizativo, la camaradería y el bienestar de
alumnos e instructores, el desarrollo general de las cualidades per­
sonales por encima de las exigencias técnicas del arte marcial, relati-
vizando la importancia del rigor físico para el ascenso en los rangos;
actual continuador de esa línea es Ornar Severino. En esto debe hacerse
algún matiz de distinción con los otros sub-grupos, cada uno con sus
características personales: el de Grispino -un practicante habilidoso-,
el de Desimone -quien llegó a estar muy cerca del Gral. Choi como tra­
ductor en sus seminarios- y el de A. Desiderio -un aplicado practicante
que, como médico, también planteó el Tae Kwon Do desde un lugar un
poco diferenciado-, (iv) Finalmente estaba la Escuela Argentina de Tae
Kwon Do dirigida por Pedro Florindo. A fines del 83, a instancias de
mi amigo Lund, me dirigí al instituto Sucre. Fue subir por la estrecha
escalera, sentir a todo el edificio vibrar, y entre el vaho ver en esa azo­
tea cerrada a más de 50 practicantes pegando patadas en salto a unas
ojotas. La energía que se sentía en ese lugar algo era único. Yo quería
ser uno de ellos. Un mes después, cumplida mi promesa estudiantil,
aparecí con mi dobok a anotarme, y desde entonces soy alumno de
Florindo, Extremadamente racionalista y analítico, él había estudiado
Física en la universidad durante cuatro años antes dejarla a fines de
los 70, forzado por su trabajo, su rol de padre, el tiempo que le exigía
la práctica y la responsabilidad de ser instructor de Tae Kwon Do de
varios centenares de personas. Su enseñanza combinaba las posturas
largas, el modo de ejecución de los bloqueos y las patadas que había
aprendido de Moo Duk Kwan y el estilo de pelea típico de la Asociación
Coreana (rápido y agresivo, usando los puños al pecho), todo con la
impronta de su particular concepción técnica: desarrolló un método
que trabajaba las cualidades físicas mediante la repetición de técnicas
básicas incrementando su dificultad; usaba patadas en cámara lenta y
múltiples, combinaciones de ataque y contragolpe ejecutadas a intenso
ritmo con muchas técnicas sucesivas; y estudiaba métodos de la gim­
nasia deportiva; extraía de los movimientos tradicionales principios
que luego aplicaba en sus respuestas de defensa personal; enseñaba
y estudiaba las formas ITF con su criterio personal (nunca me voy a
olvidar de su presencia golpeando con un palo el suelo para marcar el
ritmo de los movimientos); entrenaba a competidores combinando su
propia experiencia con criterios de distintos reglamentos con su idea
de generar "'peleadores completos". Su situación de "tradicionalista
innovador" hizo que quienes se acercaron asociándose a él terminaran
asumiéndolo como su maestro.
En algún momento estuvo bajo
la dirección de Florindo más de
un tercio del Tae Kwon Do ITF de
la Argentina. Entre las personas
que pasaron por la EAT, del grupo
de Jorge Rogers puede m encio­
narse a los de Necochea (Álvarez,
Carriquiri, Conno, Aspiri y Piñero),
Ornar y Agustín Comesaña, A. Gan-
gi, Horacio Fasán (con una depu­
rada técnica de patada que remite
al Moo Duk Kwan de Lee), Daniel
Núñez, Walter Brizuela, Héctor y
Guillermo Saya, L. Mansilla, Daniel
Acosta, Miguel Fernández, Javier r , ,
Lascala, R. Rodríguez y Diego Es- C,aud' ° Iedwaby Gabr‘el D^ cc i.
teban; del grupo de Zito Taboada,
Gabriel Gatarello (cuyo alumno Víctor D'Amtire luego continuaría esta
línea), José Alberto Monte, J. Laborde, J. Froy, N. Mitinez, E. Sironi, G. Fe-
rreira, M. Godoy y Orlando Barro -de Rosario-; de Paco Beloso puede
mencionarse al grupo de Glew (Ibarra, Delgado, Gencowsky, Pacheco),
Laura Miceli, Roberto Sánchez, Carlos Sakal -quien luego durante un
tiempo sucedería a Dávoli como representante del Mtro. Hee II Cho en
el país-, Luciano y Walter Rodolfi, José Luis Soler (competidor y luego
coach), Mario San Agustín, Javier Polityco, Marcelo Bordiez, Marcelo
Cremona (aunque formado por Beloso, había comenzado con Jorge De
Carli, éste a su vez alumno de Suárez), Brian Mutri, Leopoldo Ruiz; de
Carlos Gómez de Olivera (la escuela Hwarang: Aníbal Johnston, Vicente
Romanin, Daniel y Sergio Bruzzone, Eduardo González, Rubén Sánchez,
Daniel Castera, el "karateca" Medina -apodo con el que se lo conoció
como boxeador por su paso por el Tae Kwon Do- y Orlando Saccoma-
no); Armando Carabajal (Ricardo Galcerán -de ahí, P. Grimalt-) y Jorge
Carabajal (Eduardo Trio, Darío Calderón, Rubén Guzmán); en la Pcia.
de Bs. As., también Julio Araujo (alumno de Tito Guzmán), Roberto
Bonanna (que luego pasó a la Seng Do de Carlos Filippa) y B. Pérez
(alumno de Del Valle); J. Lado, G. Arias; el grupo de Rosario; Dávoli,
S am ara, Salvo, Zimermann (hoy en WTF bajo Alfredo Muñoz), Sunini,
Esquivel y Robledo; de la Patagonia: Nacer, Rivera y J. C. González; en
el Chaco Gerardo Acosta; en Bella Vista, José Luis Sosa; en zona norte
¿el conurbano, A. González (antes alumno de Gurtler, y su alumno N.
^atorre), en Avellaneda, Néstor Alfonsín, Fabián Lazarte (proveniente
del grupo de Belardinelli de La Plata), Aldo Rodríguez (de la línea de
D. Vega; de aquel, Miguel A. Gutiérrez, Daniel Pereyra, Pablo Manoci
y Andrés Carollo -hoy en Esquel-) y a través de su enseñanza en el
instituto Sucre y en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, sus
alumnos directos: C. Iedwab, G. Delucci, A. Petroni, Gustavo Pérez -su
mano derecha en GEBA-, M. Hausemer (y E. Barile, que había sido
alumno de Rogala), G. Hamui, G. Pope, J. Rábago (y sus alumnos Borra-
cer, Astorga y Gordillo), D. Burban, C. Marchi, D. Goggi, S. Beccar Varela,
E. Calvo (el más antiguo de los alumnos de Florindo que desde cinturón
blanco permanece hasta hoy activo en la EAT), J. Tapia, B. Chalekian, A.
Pedreira, G. Panosyan, Alberto “el Taño” Sportelli, A. Packer, D. Trupp,
G. Piu, A. Calo, L. Trimarco, J. Brunero, L. Salguero, C. Puga, M. Serrano
(quien más se acercó al ideal de técnica "tradicional” propuesta por
Florindo), H. y M. Carballo, N. Rodríguez Yolando, J. Briozzo, L. Prieto,
M. Torrente, R. Gentile, P. Villanueva, M. Adrogué, N. Pallés, Lucas Villa
(que supo brillar derrotando ostensiblemente al famoso Pierre Guenet-
te en una Copa América), A. González Charvay, G. Longo, J. Jakimczuk,
G. Provale, E. Marti, Walter Lee, C. Ksairi, M. Lucentini, G. Lheritier,
S, Falkinhoff, A. Gallo y G. Livon. Una parte importante de ese grupo
de instructores se ha separado de la EAT, dispersándose. Aunque en
algún momento desde fuera de la EAT se dijo que ésta enseñaba un
"estilo" distinto de Tae Kwon Do, en realidad lo característico no era la
mecánica de los movimientos, sino un modo especial de practicarlos y
sobre todo de enseñarlos. Ello puede apreciarse hoy en quienes luego
adhirieron más propiamente a la mecánica del estilo ITF, mantenien­
do no obstante la impronta conceptual de Florindo. Años más tarde
y bajo una estructura organizativa distinta, otros cinturones negros
se acercarían a Florindo, como instructor o a raíz de su vinculación
con Tae Kwon Do International, entre ellos F. Abad, ]. Prieto (ambos
de la línea AMET), Bergamino y H. Hernández. En lo competitivo debe
destacarse especialmente la figura de Juan José Sunini, el talentoso
peleador rosarino que para muchos fue el mejor de su generación.
Peleó bajo todo tipo de reglamentos, con frialdad y la inteligencia de
un brillante estratega, y le ganó a todos aquellos contra quienes peleó
-incluyendo un recordado combate con Edgardo Villanueva que tuvo
tres alargues- Sunini influyó sobre todos los grandes competidores
que tuvo la Escuela Argentina de Tae Kwon Do desde mediados de los
80, y fue ia persona con quien todos los competidores rosarinos bus­
caban entrenar, sin distinción de grupo de pertenencia.
* * *

En principio, la central de la ÍTF prefería tratar con un solo repre­


sentante por país. En el Congreso de ITF en Viena 1984 había habido
un movimiento de ciertos maestros coreanos para que el Gral Choi
se ubicara en una función no ejecutiva, pero la iniciativa no prosperó,
En esa ocasión Dacak, Florindo y Sáenz fueron nombrados directo­
res para la Argentina, bajo la supervisión desde EEUU de KD Chung.
Avanzada la década y alcanzado cierto desarrollo de las escuelas en
la Argentina, las diferencias entre éste y la mayoría de los directivos
locales -entonces, 5tos Danés- se volvieron irreconciliables. La ITF se
vio forzada a intervenir, enviando en 1987 a Tran Trieu Quan, enton­
ces 6to Dan, a tomar nota de la situación. La organización no se podía
dar el lujo de perder importantes escuelas por los conflictos intesti­
nos, y entonces el grupo del Centro Argentino se resistía a someterse
a los dictados de Chung; Tal era la situación cuando en septiembre
de 1987 se realizó en Buenos Aires el Campeonato Panamericano de
la ITF bajo la supervisión general de dicho maestro. Éste tuvo lugar
en el Microestadio del Club Atlético River Píate, y contó con la pre­
sencia del General Choi y los Mtros. Park jung-Tae, Yu Hong-Son, Han
Sam-Soo y Cho Pyong-Kyu. A los 44 años de edad, la exhibición de
Park deslumbró: hizo poner frente a él cuatro tablas, una arriba de
la otra, a distintos niveles de altura. Sin tomar carrera, en un mismo
salto disparó como un pistón cuatro patadas circulares seguidas con
la misma pierna, rompiendo todas en orden descendente, para luego
aterrizar con la suavidad de un felino.
En el campeonato se vieron
muy buenas peleas -Vatrano,
Sabalain, Calvo, Burban, Petroc-
co, Franzotti, Rubén Sánchez,
San Agustín y Saccomano fue­
ron protagonistas, así como el
canadiense Clint Norman-, y se
consideró que ese evento marcó
un hito de la ITF en el país, que
cumplía veinte años. Entre los
visitantes estaba, como entre­
nador del equipo canadiense,
Tran Trieu-Quan, un vietnamita
que era un practicante superla­
tivo, lo cual le fue reconocido
cuando quince años más tarde
fue ungido como sucesor del
Gral. Choi por muchos in s­
tructores de distintos países.
Durante ese campeonato tuve
Mtro. P ark Ju n g Tae en el M icroestadio oportunidad de entrevistarlo,
R iv er Píate, 1987. y entonces, ante la sorpresa de
varios, se manifestó en contra
de que cinturones negros de categoría hasta 3er Dan tuvieran gimna­
sios a su cargo, porque a su entender ello atentaba contra la calidad de
la enseñanza (lo entrevisté dieciseis años después, ya titular de una
fracción de ITF, y me respondió que había cambiado de opinión, que
éstos podían enseñar si estaban debidamente supervisados siguiendo
un programa). No menos sorprendente fue una particular conferencia
de prensa en el Aeropuerto de Ezeiza a la que asistí representando
a la revista "Disciplina Marciar. En esa ocasión el Gral. Choi venía a
poner paños fríos a los problemas del grupo de Trajtenberg y Maraño
^que había tomado importante volumen bajo el nombre FETRA- con
KD Chung. El General minimizó las diferencias diciendo que eran
problemas naturales propios del crecimiento, considerando que la
Argentina era en ese momento el país con más practicantes de estilo
ITF en el mundo. En esa conferencia dijo que sólo reconocería a una
única organización, aunque al poco tiempo la resistencia de FETRA lo
llevó a revisar su postura: se firmó un acuerdo en virtud del cual para
relacionarse con la ITF coexistirían dos grupos -la mencionada FE­
TRA y FAAT, el grupo en que se encolumnaron los alumnos de Chung,
Florindo y A. Villanueva-. En aquella entrevista fue cuando Claudio
Iedwab le preguntó al GraL Choi sobre el rol del Mtro. Nam Tae-Hi en
el origen de ITF. Probablemente fue considerada una pregunta incon­
veniente, porque fue respondida con la mirada torva de un miembro de
su comitiva (los maestros/guardaespaldas que siempre acompañaban
al Gral. Choi) que estando sentado cruzó sus piernas para mostrar el
arma que tenía sujetada a la pantorrilla. Iedwab, un talentoso prac­
ticante de Tae Kwon Do y Karate Shotokan que había sido campeón
nacional de Tae Kwon Do ITF en 1981 -uno de los primeros torneos
con guantes-, hacía algunos años que se había alejado del Tae Kwon
Do institucional, según hoy explica, en repudio a ese tipo de actitudes
prepotentes o de ocuitamiento de la verdad. Había decidido enseñar en
forma casi artesanal el Tae Kwon Do Moo Duk Kwan como represen­
tante del Mtro. Rhin Moon "Richard" Chun, así como para introducir el
arte francés del Savate en la Argentina. Al poco tiempo Iedwab emigró
al Canadá, donde ha forjado una carrera como maestro de Gorindo (un
interesante sistema que trabaja sobre la raíz común del Tae Kwon Do
y el Karate) y autor y editor de "Mind and Body m artial arts" y otros
libros sobre este tipo dé disciplinas.
Aquí debo mencionar a los Cancelliere, otro exitoso ejemplo de
argentinos en el exterior. Mario Cancelliere era un veterano cinturón
negro nacido en Italia que después de aprender con Yang Bong-Pil se
había convertido en alumno de Héctor Maraño. En 1983 se radicó en
Philadelphia, desde donde con sus hijos Verónica y Marcello estableció
una importante escuela llamada Red Tiger. Marcello es un excelente
practicante que integró en cuatro ocasiones el seleccionado estadouni­
dense de ITF (en Malasia 94, Rusia 97, Argentina 99 y Canadá 07), en
dos de tales oportunidades como capitán, y también como entrenador
del equipo de EEUU en 2005. Habiéndolo visto en movimiento, no dudo
en afirmar que hacia los 90 era de la técnica más depurada que había
en Tae Kwon Do ITF, que lograba satisfacer las tendencias de moda
en aquel momento preservando a la vez la esencia de lo tradicional,
gl listado de argentinos enseñando Tae Kwon Do en el exterior es
extenso, e incluye entre otros a Gustavo Pope (Wellington, en Florida),
Adolfo Quirce (Washington), Claudio Marchi (Las Vegas), Gustavo
Hamui y Leonardo Salguero (Miami), Carlos Martín (Islas Canarias),
Alejandro Banega (Alicante), Mariano Bechara (Madrid), Carolina
Menegazzo (Palma de Mallorca), Leonardo Oros Duek (Israel), Gus­
tavo Livon (Guatemala), Orlando Saccomano (Buccinasco, Italia), Zito
Taboada (Sao Paulo), Ornar Comesaña (Porto Belo), Javier Polityko (San
Salvador de Bahía) y Brian Buck (San José de Costa Rica).
A principios de 1988 Park Jung-Tae, entonces máximo referente
técnico del estilo, regresó a Buenos Aires para dictar seminarios y
tomar exámenes a los instructores de mayor jerarquía de los dos gru­
pos, FETRA y FAAT, por separado. Entre los promovidos a 6to Dan se
encontraban Trajtenberg, Maraño, Florindo, Ramisch, Gurtler, Sosa,
Dacak, Nasini, Diehl, Grispino, A. Villanueva y Luque. La convivencia no
era fácil, y KD Chung enrostraba al grupo de FETRA un incumplimien­
to federativo, pues la ITF exigía que en el estatuto de sus miembros
en cada país se incluyera una cláusula que expresamente sometiera
tal ente local a su autoridad, lo cual entonces FETRA resistía -siendo
su vocero Javier Dacak- bajo el argumento de la soberanía. De ahí la
acusación a éstos de "rebeldes". Nada nuevo bajo el sol.
El reconocimiento de dos entidades no había solucionado defini­
tivamente la situación. Por ejemplo, en el mundial ITF de Hungría 88,
aunque el contingente argentino fue numeroso, el grupo que integraba
el equipo oficial estaba compuesto por practicantes de FAAT, más pre­
cisamente del entorno de Chung -y los selectivos se desarrollaban en el
"Gimnasio Chung" de la calle Basavilbaso, en el barrio de Retiro, donde
enseñaba Eduardo Palmisano- Uno de los más recordados integrantes
de esa línea, Juan Pablo Sabalain, se había consagrado campeón en
formas y en rotura de salto en largo en dicho mundial, a raíz de lo cual
fue contratado como figura para un comercial del desodorante Rexina
en la televisión, sirviendo así para exponer la disciplina al público en
general. Tiempo después Sabalain sería el introductor del Taekwon-Do
ITF en Chile.
El M a estro P ark Ju n g Tae dividió su a ten ción d u ra n te ¡a visita a com ienzos
d e 1 9 8 8 en dos g r u p o s : el d e FETRA, cuyos r e fe re n te s d e m a y o r ra n g o eran P.
T ra n jten b erg , H. M araño, J. D acak; M. N a sin iy A . Grispino (a rriba ), que había
solicitado tra ta r con IT F in d ep en d ien tem e n te del Mtro. KD C h u n g , y aquellos
q u e re cib iero n al Mtro. P ark con és te : R. Sosa, A. Villanueva, C hung Kwang-
Duk, Park, G. R am isch, R. S á e n z y P. Florindo.
Llamar la atención del General Choi no era fácil, especialmente
ante las dificultades que representaba Kwang Duk Chung, cuya au­
sencia era física pero no política. Entre quienes lo lograron sobresale
un instructor cuyo ingenio coronó el trabajo de su gente: Néstor Ga-
larraga, en ese entonces dentro de la órbita de los Profs. Trajtenberg
y Maraño. Galarraga invitó al propio Choi a su localidad de Monte
Grande, donde las cuatro cuadras céntricas habían cedido su quehacer
habitual para verse invadidas de miles de taekwondistas, prolijamente
formados, ejecutando técnicas y vitoreando al impresionado general
coreano,
En la segunda parte de los 80 la técnica de combate deportivo
del Tae Kwon Do ITF tuvo grandes progresos. El estilo "canadiense"
del notable Paul Germain causó sensación, y aun al día de hoy, a mi
entender, no hay nada comparable al desempeño de Germain en el
mundial de Glasgow 84, Germain había sido entrenado por Tran Trieu
Quan en aquella edad de oro del Canadá de fines de los 70 y principios
de los 80 en que residían allí grandes maestros de ITF y WTF, lo que
permitió que alumnos se vieran inmersos en un extraordinario crisol
de talentos y estilos. Además, Germain (al igual que el recordado Pie-
;rre Guenette] tenía experiencia intensa en WTF, al punto que había
participado -sin mayor éxito- en el mundial de Stuttgart del 79. La
velocidad, el prodigioso manejo de piernas y la estrategia provenían
de lo que hemos llamado Tae Kwon Do Moderno (esto es, el estilo de
combate de WTF] y que influyó notablemente en Tran y en Germain.
Como dato de interés, el argentino Martín Montes residió en el Canadá
varios años para perfeccionar su estudio del Tae Kwon Do competitivo
en todas sus formas, y es hoy un especialista de primer nivel. En lo que
hace a estilos, hubo una época en las competencias de ITF argentino en
que un buen tiempista usando los puños podía consagrarse campeón
aunque fuera un limitado pateador; la negación misma del Tae Kwon Do
desde el punto de vista coreano. El estilo canadiense imponía la prima­
cía de las piernas habilidosas, los desplazamientos inteligentes, y era
genuinamente Tae Kwon Do. Villanueva siguió ese concepto, aplicando
su dilatada experiencia y aguda capacidad de análisis en materia de
combate para desarrollar un método de entrenamiento que marcó un
hito, bajo el cual se formó la más famosa camada de competidores que
lucían sus camperas rojas en los torneos en el Estadio Obras en aquella
época (Pablo Ferreiro, Mariano y Diego Bechara, Germán Von Foers-
ter, Felipe Villamil, Jorge "Spock" de la Viesca, Máximo Valdez, Manuel
Sajón y Fernando Pigni), y sirvió de referencia para todos aquellos que
siguieron. El método de Villanueva era reputado como casi infalible
-según algunos, lograba "sacar agua de las piedras" en alusión a su
capacidad para convertir en campeones aun a practicantes de escaso
talento- y sus peleadores eran contundentes, muy rápidos, y utiliza­
ban la pierna de adelante y los desplazamientos en ángulo con mucha
solvencia. Si Florindo, competidor exitoso de los 70, se había hecho
una reputación de "científico" del arte marcial, Villanueva, competidor
exitoso de los 80, se había convertido sin duda en un "científico" del
combate. Ambos ex campeones, con mundiales en su haber, ambos con
"mucha calle" en sus juventudes, no reconocían limitaciones cuando se
trataba de seguir aprendiendo, incurablemente rebeldes.
La rivalidad clásica entre los competidores ITF de mediados de
los 80 era la de Villanueva con Humberto Próspero. Mientras que las
distancias federativas hicieron que las peleas de Villanueva con Sunini
fueran pocas, con Próspero el encuentro en las finales se hizo habitual
Próspero era un tiempista, un competidor que sabía resolver muy
bien peleas difíciles. Sus armas predilectas eran el golpe de puño y la
patada circular.
El contrapunto de personalidades más
fuerte que se daba en ese entonces era el
de Villanueva con Marcelo Vatrano. Aquel
era pasional, irreverente, impredecible y
filoso -con sus puños, pies o palabras-
y a pesar de haber sido un practicante
completo, en su visión del Tae Kwon Do
como arte de pelea, su eficacia dependía
del dominio de un sparring contundente,
al que dedicaba atención especialísima.
Vatrano era en varios sentidos lo opuesto:
este alumno de Ramisch no era un "pelea­
dor", sino que en los torneos se destacaba
parejamente en todas las especialidades,
y cultivaba una modalidad más "correcta" y conforme al protocolo.
Vatrano adoptó tempranamente el estilo marcadamente ondulante
y relajado en la ejecución de las formas, lo que contrastaba con otros
estilos con descarga más pesada. Entre los alumnos de Vatrano se pue­
de mencionar a Fabián Tomás, Sergio Maceira, Federico Figari, Pablo
Fuertes, Fernando Marín y a su hijo, Alejo Vatrano.
Con el crecimiento técnico, también llegó la sofisticación en mate­
ria de accesorios deportivos. Los protectores de fabricación nacional
(con las recordadas marcas Koryo y luego Randori) en un comienzo
eran claramente inferiores a los norteamericanos (las marcas Jhoon
Rhee, Century y Macho), difícilmente accesibles. Avanzados los 80 ya
se había hecho un progreso tal que los nacionales habían pasado a
ser una alternativa aceptable. Esa industria, que continuó avanzando,
tuvo como mayor exponente a GranMarc, una empresa que hoy se
encuentra en la vanguardia internacional -con diseño y desarrollo
propios, exportando a otros continentes y una fábrica modelo en Loma
Hermosa-, ya distante de aquel modesto emprendimiento "a pulmón"
de Ricardo Grande y Vicente Marcone, dos cinturones negros alumnos
de Norberto Lerman.
En Tae Kwon Do WTF los mejores luchadores del estilo durante
mediados de los 80 fueron Jorge Gómez (formado en la escuela Seng
Do de Filippa, "la Aplanadora" Gómez era un luchador potente y ele­
gante, quizás el mejor técnico de su generación como Mangoni lo había
sido en la anterior), Julio Ramos (1ro en los Juegos Sudamericanos 86,
Bronce en los Panamericanos Indianápolis 87), Alejandro "Lamparita"
González (el notable titular de la Asociación Oh Do Kwan, cuya escuela
ha dado a dos de los tres más grandes competidores de los últimos
veinte años), Oscar Reynoso (un viejo practicante alumno de Yang que
luego viraría al Pro-taekwondo), Alfredo Vitaller (alumno de A. Mu­
ñoz), Luis Álvarez, Ángel Muñoz (alumno de Félix Pintos y habituado
a pelear en campeonatos abiertos, en la edición 1985 del "Torneo de
los Campeones" bajo las reglas de Karate hizo gala de una aterradora
patada descendente), Fabián Soler (de Casagrande), Alejandro Díaz
(de J. Gómez), Pablo Crosa (de Filippa), Marcelo Farías (Oh Do Kwan),
Alejandra Chancalay (Oh Do Kwan), Pablo Gaspar y Cristian Yañez
(ambos de Filippa).
Dos de ios últimos hechos destacables de esa década fueron la cele­
bración de los veinte años del Tae Kwon Do en el Luna Park, organizada
por los Profs. Galarraga (por ITF] y Tajes (por WTF), en cuyo marco
se dieron importantes exhibiciones y torneos, y en 1989 la “Copa
Reencuentro” llevada a cabo por Tajes y Florindo, en la cual los selec­
cionados de sus respectivas escuelas se enfrentaron en combates bajo
el reglamento WTF, con interesantes peleas por el diferente enfoque
de los participantes, enfrentamientos en los cuales no se anunciaron
resultados pues -valga la paradoja- fueron vividos en el marco de cele­
brar el espíritu común que une a dos estilos distintos de Tae Kwon Do,
C a p ít u l o 6
De l o s 90 h a s ta a c á . E l e s t i l o ITF se e x p a n d e ,
¿PARECEN LOS INDEPENDIENTES
I l a W T F ENFRENTA ENCRUCIJADAS DE IDENTIDAD
¿DEPORTE MARCIAL?

A comienzos de la década de 1990 una sólida estructura piramidal


sé había desarrollado debajo de los líderes locales del estilo ITF. Dado
que la mayoría de los grupos tenía su sede en Buenos Aires, el hecho
de que ninguno tuviera un territorio asegurado hizo competir a las
cabezas de escuela por tener el mayor número de escuelas afiliadas.
En una época abandonar al propio instructor había estado mal visto
-bajo la tradición oriental una traición- pero de a poco las relaciones
se despersonalizaron cuando los instructores encontraban que su
maestro no estaba en condiciones de satisfacer las necesidades de sus
propios alumnos. Entonces muchos instructores sénior con instructo­
res a su cargo comenzaron a considerar pasarse a otras instituciones
si éstas les aseguraban mejores condiciones -acceso a competencias
internacionales, tramitación del reconocimiento internacional de las
graduaciones, capacitación, algún nivel de participación en la toma
de decisiones y, también, mayores porcentajes en los aranceles de los
exámenes de sus alumnos-. Otro de los puntos en que competían las
asociaciones era en su capacidad política y técnica para llevar a sus
alumnos a integrar la selección nacional. La práctica de pases de un
grupo a otro fue inicialmente resistida con argumentos éticos, pero
se hizo cada vez más frecuente y al día de hoy es un factor cotidiano
que hace funcionar a las instituciones como oferentes disputándose un
mercado cada vez más exigente.
En 1990 un hecho marcó fuertemente a la ÍTF: Park Jung-Tae, quien
fuera su Secretario General y que había causado excelente impresión
en nuestro país, renunció a la organización, Según trascendió, fue por
diferencias con el General Choi relacionadas con el creciente lugar que
estaba tomando la política y las relaciones entre la ÍTF y el gobierno
de Corea del Norte (donde él mismo había residido). Entonces Park
fundó la Global Tae Kwon Do Federation ("GTF"}. Aunque antes ha>
bían existido numerosas renuncias en la ITF -de hecho, casi todos los
anteriores maestros coreanos de la ITF habían dejado la organización,
sin repercusiones en la Argentina-, el caso de Park era distinto. Era
llamado "el Maestro del Pueblo", por su sencillez y el lugar que se había
ganado en el corazón de mucha gente en el mundo. Al poco tiempo ei
Prof. Paco Beloso -quien perteneciendo al grupo de Florindo había tra­
bado relación con Park en el viaje que en el 89 hicieron con Guillermo
Dávoli a rendir su graduación de 4to Dan en Grecia- se unió a ia GTF,
transformándose en su representante para Sudamérica. Por otro lado,
los lazos con Corea del Norte se hicieron ya innegables con el mundial
ITF celebrado en 1992 en Pyongyang.
En la misma época tuvo lugar la renuncia del Mtro. KD Chung
a la ITF, quien pasó a crear la International Taekwon-Do Society
-"IT S"- (fuera del contacto epistolar con algunos alumnos, durante
los siguientes veinte años en el ambiente se sabría poco de Chung: se
decía que seguía viviendo en Nueva York, alejado de la actividad). La
iniciativa de la ITS encontró poco eco en los alumnos locales, e hizo
que sólo algunos siguieran a dicho maestro, mientras que el grupo
más representativo de quienes hasta entonces respondían a KD Chung
bajo la órbita de Guillermo Ramisch decidió permanecer en ITF -entre
los competidores en ese grupo estaban Pablo Sabalain y Mario Shaur,
campeones en el mundial de Hungría 8 8 -
Aquí debe mencionarse la situación del Prof. Pedro Florindo. Sus
visiones técnicas un tanto particulares rayaban la indocilidad para
con la ITF. Recuérdese que Florindo no provenía de la línea de Kim ni
de Chung, las más vinculadas con dicha organización; como alumno de
Yang, Florindo había participado en las reuniones fundantes del WTF
argentino, siendo uno de sus dos primeros competidores internacio­
nales, y al igual que los otros instructores de primera generación no se
plegó a ese movimiento, probablemente cuando vio que en la Argentina
"tenía dueños" a los que hubiera tenido que reportar: Pérez Colman y el
Mtro. Ku Yong Chae. La elección de Florindo había sido una apuesta por
la libertad institucional, reconociendo en el estilo del Gral. Choi una
muy buena expresión del Tae Kwon Do Clásico, a diferencia de la mayo­
ría de quienes siguieron el estilo ÍTF, que veían al Gral. Choi como "el"
fundador y su maestro de ultramar. Por lo pronto, la Escuela Argentina
de Tae Kwon Do presidida por Florindo utilizaba un uniforme distinto
(cruzado con bandas negras, estilo Tang Soo Do; usaba el d obok ITF
solo para eventos oficiales) y empleaba la nomenclatura coreana más
antigua en lugar de la adoptada por ITF (hablaba de hyong, chongul,
jugul en lugar de tul, gunnun sogui y niunja sogui). En la Inglaterra de
hace 400 años se estableció el principio legal de que "la casa de un
hombre es su castillo”, a donde, aunque entren el frío y la lluvia, no
puede meterse el rey. Para Florindo, su dojang era su castillo en donde
la ITF no tenía por qué inmiscuirse mientras él respetara sus reglas
en público. Además de la participación en cursos de ITF, este profesor
buscaba conocimiento en otras fuentes, algo que no era demasiado
bien visto. A principios de los 90 organizó viajes de capacitación y
competencia a los Estados Unidos en los que tuve el gusto de participar
como traductor de la delegación, con más de un centenar de personas,
la mayoría de ellos pertenecientes a su escuela. California es una meca
del arte marcial, casi una segunda Corea, pues allí puede encontrarse
a muchos de los mejores maestros del mundo. Ello nos permitió tomar
clases y conocer a personajes legendarios como Ji Han Jae (fundador
del Hapkido moderno), Hee-Il Cho (uno de los maestros más célebres
del mundo y héroe de mi juventud), Phillip Rhee (estrella de cine en la
saga "Best o fth e Best"), Dan Inosanto (el mejor alumno de Bruce Lee),
Royce Gracie (primer campeón de los UFC), Jun Chong (prestigioso
maestro de Tae Kwon Do y Hapkido) y Tong Suk Chun (un importante
maestro de Tae Kwon Do WTF), entre otros. Florindo tomó contacto
con David Oliver, presidente de la Tae Kwon Do Association of Great
Britain, y en 1991 viajó al campeonato mundial abierto organizado por
dicho maestro con un equipo integrado por Mario San Agustín, Juan
José Sunini, Daniel López, Guillermo Longo, Julia Jakimczuk y Laura
Micelli.
.......... ......

P edro Florindo.

Para ese entonces FETRA había logrado una posición relevante


ante la ITF, y congregaba a la mayor parte de los practicantes del estilo.
FETRA entendía que el grupo de Florindo -entonces muy numeroso-
debía incorporarse a su seno, mientras que éste se resistía con el ar­
gumento de que su EAT tenia igual jerarquía que FETRA (ambas eran
federaciones que albergaban asociaciones). En lo institucional Florindo
insistía en tratar a la ITF como una federación, a pesar de que era de
público conocimiento que funcionaba como una escuela internacional.
Quienes históricamente le reprochaban a Florindo su negativa a some­
terse a los dictados de la ITF, ahora con su participación en el mundial
abierto de Inglaterra tenían una muestra incontrovertible del desacato.
Ello desencadenó su previsible desvinculación, celebrada por quienes
no compartían su postura. Era claro que alguien como Florindo no
podía seguir perteneciendo a la organización. Así, éste se transformó
en el primer "independiente” de peso en el país. Haciendo gala de su
nueva situación, en 1993 viajó a Leicester con sus alumnos Jorge Ca­
rabajal y quien suscribe para participar junto con representantes de
Norteamérica, África, Oceanía y Europa en la reunión fundacional de
Tae Kwon Do International ("11"), organización con la que se relacio­
naría desde una posición relativa muy distinta.
Estos hechos -Beloso en la GTF, algunos alumnos de Chung en la
ITS, y Florindo en TI- introdujeron por primera vez una conciencia
éntre los instructores locales de que era posible practicar Tae Kwon Do
ysin estar afiliados a la ITF o la WTF, aunque no eran claros los benefi­
cios y perjuicios que tal independencia pudiera acarrear. El grupo que
quedó en FETRA tuvo -por casi una década- un significativo nivel de
Cohesión entre sus instructores más jerarquizados, y supo establecer
ciertas reglas de juego en su funcionamiento que le permitieron desa­
rrollarse y a la vez imponer fuertemente la imagen del General Choi
entre los practicantes locales, que llegaron a convencerse de que fuera
de la ITF no había verdadero Tae Kwon Do (cierto selectivo aislamiento
internacional impedía ver que los mayores maestros coreanos habían
dejado la organización hacía mucho). A partir de ahí, aun cuando los
restantes grupos mantenían su calidad, de a poco vieron cómo el gru­
po que originalmente había sido FETRA -y que ahora había atraído a
\Ramisch, Grispino y grupos provenientes de las más variadas filas- se
transformó en el sector más poderoso del estilo ITF argentino. Se po­
dría decir que la fórmula del éxito de este grupo fue la organización y
un menor nivel de personalismo.
El Tae Kwon Do Songahm, desarrollado en los EEUU bajo el nombre
de American Tae Kwon Do Association ('ATA'), llegó a la Argentina en
los 80. Ese estilo surgió de un cinturón negro llamado Lee Haeng-Ung,
un alumno de Kang Suh-Chong (uno de los más antiguos miembros de
Chung Do Kwan que se había transformado en uno de los maestros que
acompañaban en el ejército al Gral. Choi). AI emigrar a los EEUU, Lee
fue reuniendo a muchos de los maestros de ITF que iban llegando a ese
país -entre ellos Pu-Gill Gwon y Hee-Il Cho- generando un importante
movimiento al que luego llamó Tae Kwon Do Songham. Lee desarrolló
formas físicamente exigentes y llamativas -con el estilo de ejecución
de Oh Do Kwan- y una modalidad de expansión comercialmente
agresiva mediante cadenas de gimnasios. Su nombre se escuchó por
primera vez en nuestro país a comienzo de los 80 por la participación
en los torneos abiertos del paraguayo César Ozuna. El Mtro. Ozuna
actualmente está en el más alto nivel en la organización mundial del
estilo. El primer representante en la Argentina del Songahm Tae Kwon
Do local fue el veterano Félix Pintos (alumno de los hermanos Kim
e instructor de Ángel Muñoz), y tal posición fue ocupada más tarde
por los instructores Pablo López y Emigdio López -provenientes de
WTF que luego emigraron a los EEUU”, Otra persona que tuvo un
papel relevante en el estilo fue Gustavo Cortés -un ex competidor de
WTF que se había formado con Tajes y con el Mtro. WS Lee-. El estilo
STF (Songham Taekwondo Federation) cultiva un perfil habitual en
las escuelas de artes marciales de los EEUU, con preponderancia del
alumnado infantil, uniformes coloridos y un fuerte elemento de mar­
keting, lo cual había hasta ahora logrado una limitada aceptación en la
Argentina. Luego de un tiempo bajo la dirección de Fernando Grzech,
hoy el estilo tiene presencia en Chaco bajo el mando de Agustín Spiess,
en Rosario de la mano de Ricardo Fernández, asimismo con sedes en
Mendoza, Córdoba, Tres Arroyos y Buenos Aires.
La Argentina fue creciendo en su calidad de Tae Kwon Do ITF a
medida que enviaba nutridos contingentes a los mundiales de Nor-
corea 92, Malasia 94 y Rusia 97, lo cual tuvo por corolario el mundial
Argentina 99, que congregó en el Luna Park de Buenos Aires, en Ro­
sario y Mar del Plata -el primer campeonato en utilizar tres sedes- a
800 competidores de 76 países bajo la organización general de Néstor
Galarraga -quien ya se había establecido como un referente-. También
fue la primera ocasión en que la cadena ESPN transmitió un mundial
ITF internacionalmente. En ese evento la Argentina quedó segunda en
el medallero general.
Una mención especial merecen dos mundiales de aquellos años:
Malasia 94 encontró a un equipo argentino muy fuerte, bajo la con­
ducción de Mario Troiano y Edgardo Villanueva, con excelentes resul­
tados individuales. En la competencia por equipos, la Argentina llegó
a la final. El director deportivo del torneo había establecido una regla
bastante particular según la cual, en caso de empate, sería victorioso
el equipo que tuviera menos advertencias en la última pelea. En la
final contra Alemania -a cinco combates- primero peleó Bechara,
y perdió. La misma suerte tocó a Maceira. La tercera pelea estuvo a
cargo de Rieiro, quien empató. Luego peleó Pablo Ferreiro, y ganó. El
último combate fue de Marcelo Vatrano, quien se alzó como vence-
don sin recibir ninguna advertencia: la única del combate había sido
para el alemán. Ambos países estaban empatados. Por esa particular
forma de desempate, el título correspondía a la Argentina. Los jueces
y árbitros se reunieron, pero ninguno recordaba exactamente cómo
habían sido las advertencias. Los entrenadores de ambos equipos se
quejaron; los argentinos pidieron ver un video. El director deportivo,
el prestigioso maestro holandés Wim Boss, entendió que ese no era un
método apropiado, y que los jueces tenían que saber cumplir con su
cometido. Resultado: dieron por vencedora a Alemania, en un escán­
dalo que recuerda al padecido por R. Busca, y que muchos argentinos
lamentan hasta hoy.

Pablo "el P e rro ” F e rre ir o . R icardo Rieiro.

La revancha llegaría con el mundial de Tae Kwon Do International


de Eindoven (Holanda) 2000. Ocurre que aunque los argentinos recu­
rrentemente obtenían altos puestos en estilo ITF, al punto que alguien
aventuró referirse a la Argentina como "la Reina del Taekwon-Do" -un
exceso comprensible si se tiene en cuenta que es uno de los países del
mundo con más practicantes del estilo, y con Corea del Norte el único
en donde supera en número a la W TF- pero el país nunca había logra­
do la máxima posición en combate por equipos. Los Profs. P. Florindo
y E. Villanueva entonces coincidieron en armar un "dream team" que
se presentó en Europa en ese torneo de muy especiales características
por la calidad y cantidad de participantes -su gran convocatoria es­
taba dada por el hecho de que estaban invitados prestigiosos equipos
de todos los continentes y de que era abierto a competidores sin im­
portar la federación a la que pertenecieran-. En esa ocasión, luego de
superar la exigente prueba, Sunini, Ferreiro, Cremona, Borracer, Figari
y Gartenbank obtuvieron un histórico primer puesto por equipos en el
campeonato ecuménico.

Ju n tos se wmeésSS!
E quipo ca m p eó n H olanda 2 0 0 0 : A trá s, d esd e la izq.: Sunini, B orracer, Figari,
C rem ona, F e rre iro , G a rten ba n k ; adela nte, P. Florin d o y E. Villanueva.
El General Choi vino a la Argentina reiteradas veces durante los
90, siempre dando sus famosos seminarios, en los que mostraba los
puntos finos sobre el correcto modo de ejecutar sus formas (eterna­
mente modificadas en los detalles, lo que forzaba a los instructores a
asistir para mantenerse "actualizados"). Esos seminarios cumplían
varias funciones, al posicionar a los anfitriones como "legítimos” por
estar cercanos al Gral. Choi, a su vez se reañrmaba la marca ITF y a su
fundador como el creador del Tae Kwon Do, y los cambios de detalles
suficientemente visibles dejaban en offiside a quienes no asistieran.
Aunque yo pertenecía a un grupo tantas veces en la cornisa de esa
organización, como periodista especializado traté muchas veces con
"el General" -así se lo llamaba, y es notable la cantidad de puntos en
común que tenía con aquel a quien los argentinos llamamos "el Gene­
ral"". En una ocasión compartí la mesa hablando con el Gral. Choi y el
Mtro, Tran ~el primero, sentado al lado mío, el otro, enfrente- pues
era de las pocas personas que hablaban fluidamente inglés en ese
lugar. Habíamos durante esa media hora, en la que pude estudiar al
personaje. Mi conclusión es que funcionaba como un espejo, devol­
viendo a cada uno de los que se le acercaban lo que le pedían. Los que
se postraban ante él honrando el culto a su personalidad, recibían el
trato frío que dispensa un dios pagano a sus adoradores (sabe que los
necesita, y firma pacientemente autógrafos, pero no parece respetarlos
demasiado); los que hablaban con él esperando algo más que una foto,
y exigían respuestas inteligentes, si superaban el filtro de sus prejui­
cios de coreano casi octagenario, eran los que más le llamaban la aten­
ción: le despertaba curiosidad por qué su carisma no funcionaba tan
fácilmente, y representaban el desafío de convertir a esos potenciales
feligreses. Y Choi, se sabe, nunca rehuía a un desafío. En un momento
Choi me dijo: "A que Ud. no sabe cuál es el arm a secreta del Tae Kwon
Do". Arriesgué: "The side-kick?” (¿La patada lateral?). "No... es el golpe
de canto de mano; el arm a secreta del Tae Kwon Do", me respondió el
General. Esa noche volví a casa con más piezas del rompecabezas que
era Choi Hong-Hi, además de llevarme esa "perlita". Para el General,
esa era una diferencia distintiva entre su estilo y el Karate, el eterno
parámetro en sus comparaciones.
A lo largo de los 90 y hasta entrada la primera década del siglo XXI
algunos de los mejores competidores de Tae Kwon Do estilo ITF en la
Argentina fueron Pablo "El Perro” Ferreiro [un luchador destacable
por su dureza y espectacularidad, de hidalguía infrecuente), Mariano
Bechara, Ricardo Rieiro (un campeón sagaz y efectivo), Mario Shaur
(un poderoso peso pesado), Gustavo y Fernando Pigni, Iván Protti
Carolina Menegazzo (una destacada luchadora formada por Edgardo
Villanueva), Noemí Prone (cuya calidad ejecutando formas la llevó a
ser la única mujer en el video de las 24 formas que grabó el Gral. Choi),
Germán Von Foerster (un ejemplo de dedicación y técnica), Federico
Pascual, Alejandro Banega, Alejandro Gartenbank, Federico Figari,
Hernán y Martín Cisternas, Javier Romitroski, Carlos Uriarte, Christian
Quevedo, Oscar D'Agata, Marcelo Cremona, Marcelo y Alejandro Bor-
diez, Brian Mutri, Lucas Villa, Leandro López, Darío Calderón, Germán
Bianchi, Ezequiel Borracer, Alejandro Cricelli (alumno de Hugo López,
un excelente instructor de la zona de San Martín), Mariela Ledesma,
Sebastián Freire, Karina Wassermann, Ana María Coronel, Patricia
Garelic y Marina Serrano. En los diferentes torneos internacionales en
que participaron, todos ocuparon posiciones en el podio, y varios dé
ellos se convirtieron en
campeones del mundo
de la ITF.
En los años recien­
tes, además de algu­
nos de los referidos
precedentemente, han
descollado como com­
petid ores del estilo
ITF Jonathan Batista,
Denis Turnes, Soledad
Serrano, Ignacio "el
Misil” Capllonch, Mar­
tín Gadea, Guillermo
Alvarado, Ariel Ale-
manno, Arístides Pa-
lópoli, César y Marcos
Favalli, Silvio Gamboa, Estanislao Serrano, Noelia Ferraro y Cecilia
Haramboure.
El desarrollo del estilo ITF en su faz competitiva fue llevando a que
varios instructores ganaran reconocimiento como árbitros y se espe­
cializaran en esa función. Entre ellos hay que nombrar a Javier Dacak,
Armando Grispino, Juan Carlos Núñez, Armando Villegas, Fernando
Pérez (radicado en España], Horacio Fasán y Carlos Aprigliano.
El Tae Kwon Do WTF en la Argentina se vio durante muchos años
afectado por problemas de política interna. He entrevistado a instruc­
tores y competidores de diferentes generaciones, y en todos los casos,
con mayor o menor énfasis, expresaron que más allá de ciertos logros
deportivos, institucionalmente han sido décadas de estancamiento, de
oportunidades perdidas. Podría decirse que, dependiendo de la visión,
el vaso se encuentra un tercio lleno o dos tercios vacío. En una entre­
vista que hizo A. Escalante de www.santafemarcial.com.ar a Raúl Busca,
en que le preguntó si el nivel argentino es bueno, éste respondió: "No
podríam os decir que el nivel es bueno, el problem a está en que a veces
ino se tienen ¡as herram ientas necesarias para preparar a la gente, con­
vengamos que para tener un buen nivel, debem os com pararnos con otros
países con los cuales hay que competir, ahí es donde quedan en evidencia
ilas falencias de la Secretaría de Deportes de la Nación, p or el poco apoyo
que se le da al deporte... Entonces llegamos a la conclusión de que el país
que destina m ás dinero logra m ás medallas. De todas maneras..., no es­
tamos tan mal, porque tenem os dos chicos que van a Sidney, no podem os
estar descontentos porque del continente (sud)americano son los únicos
clasificados." (Busca hacía referencia a Alejandro Hernando y Gabriel
Taraburelli, quienes participaron en los Juegos Olímpicos Sidney 2000].
Desde que fue constituida la Confederación Argentina de Taekwon­
do, la mayor parte de sus presidentes eran personas que nunca habían
practicado la especialidad, y tenían una visión quizás superficial,
que no alcanzaba a apreciar la compleja naturaleza de arte marcial/
deporte del Tae Kwon Do. Ya en su primer estatuto, la propia CAT se
reconoció dependiente de los lincamientos que dictara la World Tae­
kwondo Federation de Seúl. Pocos años después el Estado Nacional
había dado pleno reconocimiento a la CAT ante la acreditación de la
WTF que había hecho el Comité Olímpico Internacional. En ese enton­
ces pesaba el argumento descalificador de que la ITF del General Choi
era una "entidad privada'’, mientras que la WTF era reconocida por
el Estado surcoreano. Que los estatutos de la CAT fueran mucho más
allá de identificar una determinada modalidad de esa disciplina para
auto-imponerse dependencia institucional de una entidad ligada a otro
gobierno implicó cierta resignación de soberanía nacional. Esto parece
ser inconveniente frente a la posibilidad de que la confederación local
mantenga pleno poder de decisión sobre los estilos que pueda albergar
en su seno, las políticas a seguir, y las afiliaciones internacionales que
pueda considerar. Que puedan existir intereses en común no quiere
decir que los intereses de la CAT deban ser los mismos que los de la
WTF. Como ejemplo del asumido vasallaje, hace un par de años una
resolución de la CAT decidiendo la incorporación al padrón de aso­
ciaciones de Jujuy, Salta y Tucumán disponía -insólitam ente- que ello
fuera notificado a la Federación Mundial de Taekwondo, a la Unión
Panamericana de Taekwondo, a la Secretaría de Deportes de la Nación,
a la Confederación Argentina de Deportes y al Comité Olímpico Argen­
tino. Difícil encontrar una razón para justificar tal proceder -más que
una proyección aquí fuera de lugar de la tradicional sumisión de los
alumnos a la autoridad coreana-.
Desde su fundación la WTF se fijó como meta transformar al Tae
Kwon Do en deporte olímpico. Entre las medidas para lograrlo, el
gobierno forzó la unión de las escuelas coreanas ("kw an1'), desalentó
aquello que preservara la idea del Tae Kwon Do como "arte marcial"
(pasaría a ser un “deporte marcial"), y en aquel país se apartó a los
maestros más antiguos de los cargos dirigenciales. Siguiendo esa línea,
en la Argentina la función primordial de la CAT pasó a girar en torno
a la organización de competencias, la participación de atletas locales
en torneos internacionales, y la administración de las relaciones con
las autoridades nacionales, con la WTF (en materia deportiva) y con
el Kuk Ki Won (para el reconocimiento de graduaciones -repárese en
que la postergación de lo "marcial” nunca llegó al punto de eliminar la
tradición de los cinturones-).
La persona que más ha influido en todo esto es el Emb. Pérez Col’
man, quien supo en cada momento obtener apoyos y tejer alianzas con
distintos grupos de instructores para llevar adelante los objetivos que
se propuso. Aunque él no ha sido el único con poder de decisión -y por
momentos estuvo alejado-, su persona ha gravitado de modo deter­
minante en el devenir de la CAT. Pérez Colman ha siempre enarbolado
el estatuto de la CAT como estandarte en sus posturas, rescatando lo
"deportivo"’ y distinguiéndolo de lo "marcial", factor que a su entender
amenazaba el ejercicio de poder de la institución. Bajo esa concepción
lo marcial debía limitarse al interior de las escuelas, a la relación
maestro-alumno y al fuero íntimo de cada practicante, sin proyección
institucional sobre "el deporte Taekwondo”, el único que interesa a
esa CAT. Cuando se aprecia la lista de logros institucionales de la CAT
bajo la administración del Emb. Pérez Colman, pueden verse, además
de los lauros de algunos atletas, el siguiente listado: la pertenencia de
la (hoy] CAT a la World Taekwondo Federation desde 1978; la mem-
brecía en el capítulo continental de la WTF, la Unión Panamericana de
Taekwondo desde 1978; la membrecía en la Confederación Argentina
de Deportes desde 1980; igualmente respecto del Comité Olímpico
Argentino desde 1981; y la inscripción en la Subsecretaría de Deportes
de la Nación como "ente rector del Tae Kwon Do nacional".
La consecusión de esos reconocimientos por parte del Estado y
de las organizaciones es sin duda importante, sobre todo si proviene
mayormente del esfuerzo y la habilidad política de una persona. Ahora,
desde otro punto de vista, la debilidad del elemento colectivo es nota­
ble y quizás explique por qué lo alcanzado por la WTF local es magro.
He escuchado opiniones críticas hacía Pérez Colman, pero es indudable
que logró mucho no sólo activamente sino también como contrapeso
cuando otros grupos estuvieron al mando. En la voz de uno de los at­
letas de su época refiriéndose al Embajador, "mientras estuvo él en la
CAT, las cosas se hicieron m edianamente bien, me refiero a los años ante­
riores a 1990... (en cambio) hornazo y Casanello no funcionaron...". Si bien
es probable que aspectos de las gestiones de Pérez Colman merezcan
reparos, no es menos cierto que en todo momento se sujetó al com­
promiso que asumió ante la WTF, y que muchos hechos lamentables
ocurridos en la CAT ocurrieron pese a su oposición. Eso no quita que
la adopción a nivel institucional de un muy opinable relegamiento de
lo marcial implicó dar la espalda a otros puntos de vista, que pudieron
haber tenido cabida en una CAT más plural y con matices. La supuesta
ventaja de la oficialidad fue anulada por la total sumisión a la perspec­
tiva "anti-marcial" que se percibía de algunos sectores de la WTF en
Corea (lo cual distaba de ser unánime es ese país). Eso jugó en contra
para la difusión de la disciplina pues simplificar el arte marcial para
transformarlo en deporte competitivo implicaba quitar del centro de
la práctica aspectos como las formas, las roturas y las costumbres pro­
tocolares orientales que hacen a esta actividad atractiva para el gran
público. Mientras que el estilo ITF -que ha sufrido cierta indisimulable
mutación hacia el deporte competitivo- mantuvo un equilibrio al in­
cluir en sus competencias el sparring (combate), las formas (esquemas)
y las roturas, el estilo WTF se enfocó primordialmente en el sparring.
Así, la estructura de práctica del estilo ITF preservó gran parte de las
características formativas de las artes marciales tradicionales, míen-
tras que en su versión oficial la WTF local sacrificó mucho de ello en
aras al olimpismo, y al hacerlo descuidó desarrollar una importante
herramienta para atraer nuevos alumnos. La CAT nunca comprendió
del todo que son los instructores quienes organizan y cuidan los "se­
milleros", por lo que son naturalmente socios estratégicos de la Confe­
deración. Por ende, habría que actuar sobre la alineación de intereses
de ambos, algo elemental en cualquier relación entre socios. Claro que
eso es difícil cuando uno de los socios piensa que es el jefe.
Importa señalar que instructores destacados como Emilio Casa-
grande (recientemente fallecido y quien fuera también un dirigente
destacado), Ramón Borjas* Oscar Tajes, Abel Salim, Osvaldo Cruz Mar­
tín, Carlos Cambursano, Raúl H. Busca, Carlos García, Jorge Vaccaroy
César Plaza, entre otros, cultivaron el Tae Kwon Do en todos sus aspec­
tos, tanto el moderno deporte con perfil olímpico, como -en general
con menor intensidad- el tradicional arte marcial. Tajes se erigió en el
principal referente como maestro argentino de WTF, con acabado co­
nocimiento de los aspectos marcial y deportivo que hicieron que por su
escuela pasaran muchos de los grandes competidores del Tae Kwon Do
WTF argentino. Con su escuela Chung Do Kwan hizo numerosos viajes
de capacitación a Corea -suma más de quince-, organizó visitas ilus­
tres como las del Gran Maestro Park Hae Man (creador de las formas
Taeguk) y el Maestro Kwon Young-Woon y un sinnúmero de activida­
des. Tajes es un practicante dedicado, 8vo Dan otorgado por el KukKi
Won y con alto nivel de cinturón negro en Hapkido y Kumdo, además
de instructor durante décadas en varias fuerzas de seguridad. Tajes
es capaz de romper bates de béisbol con sus tibias, pararse, caminar y
hacer patadas rotando sus pies sobre vidrios rotos en punta. Un hom­
bre temperamental experto en lo marcial y en lo competitivo, contó a
lo largo del tiempo con la colaboración de instructores como Alberto
Iglesias, Daniel Rueda, Enrique Córdoba, César Casabone, Adrián Col­
man, Carlos Cáceres, Stella Maris Argerich, Damián Blascetta, Claudio
Chaloff, Sebastián Zapata, Luis Lauría, Jorge Casey y sus hijos Verónica,
Matías y Micaela Tajes. Otro ineludible referente del WTF argentino es
; Carlos Filippa, titular de la Seng Do y enfocado en lo competitivo, por
cuyas filas ha pasado una parte importantísima de los competidores
; destacados -Gómez, Chamorro, Salvador, los hermanos Crismanich,
Cortés, Juárez, Rojas y un largo etcétera-. Tajes, Filippa y Casagrande
i han sido los tres instructores que más han incidido en el devenir del
Tae Kwon Do WTF argentino en los últimos treinta años.

Oscar Tajes (izqJyRaúl Busca (der.), emblemas de la WTF en ia Argentina.


Lamentablemente en ocasiones la CAT sirvió de escenario don-
de los mandatarios se vieron como mandantes. Dirigentes que se
referían a lo que ellos "habían dado" a los deportistas, sin entender
que son los deportistas los que “dan" y que los dirigentes deberían
ser invisibles facilitadores en lugar de poderosos protagonistas. Los
maestros coreanos en muchos casos fueron relegados a poco más
que figuras decorativas, aun cuando éstos eran los que habían dado
vida al movimiento y podían contribuir no sólo con lo técnico, sino
también en la inserción argentina en el mundo (pues la modalidad
WTF, se sabe, es increíblemente coreano-céntrica y prescindir de
ellos para una buena gestión internacional es casi suicida). Muchas
veces la potestad de seleccionar a los competidores para el equipo
nacional y de aplicar fondos gubernamentales a discreción -atrac­
tivas becas, subsidios y viajes- se convirtió en una herramienta
utilizada para el beneficio de las escuelas de profesores vinculados a
los dirigentes y la exclusión de los demás. Cuentan algunos testigos
sobre la experiencia de Raúl Busca, prestigioso campeón a comienzos
de los 80, de conducta reconocidamente intachable, cuando en 1994
fue convocado para cumplir funciones de entrenador de la selección,
que su margen de maniobra se vio prontamente limitado por presio­
nes políticas que determinaron la imposibilidad de cumplir con las
metas que se había fijado. El título de la CAT como "ente rector del
Tae Kwon Do argentino" supone la ficción de afirmar en nombre de
los poderes estatales que el Tae Kwon Do ITF no existe -aunque a
este punto sea como tapar el sol con la mano-. La concentración del
poder del Estado Nacional que canaliza la CAT se encontró no pocas
veces con el caudillismo o el mesianismo, cuando no con bolsones de
arbitrariedad que distribuían favores o aplicaban el rigor de densas
reglas burocráticas, con lo cual no fue posible que avanzara el Tae
Kwon Do argentino en su conjunto, ni siquiera el WTF, que se desan­
graba en estériles e interminables disputas en los tribunales pidiendo
nulidades de las elecciones en las entidades de base, intervenciones,
etcétera. No se ha tratado de planes maliciosamente orquestados;
simplemente ocurre que el sistema funcionaba reactivamente, de vo-
lantazo en volantazo, fomentando la anatemización de ios oponentes
y permitiendo desde la omisión que ocurrieran gravísimos abusos
de la función de maestro de Tae Kwon Do. La atracción que ejerce
convertirse en un deportista exitoso y viajar por el mundo resulta
muchas veces invencible para quienes provienen de una extracción
socioeconómica desfavorecida, y están dispuestos a creer lo increí­
ble y aceptar lo inaceptable, particularmente si el telón de fondo es
el respaldo del propio Estado Nacional. La disputa entre facciones
llegó a tal punto que en el 2008 se produjeron deplorables hechos de
violencia física que merecieron intervención policial y que proyecta­
ron una mala imagen del Tae Kwon Do en su conjunto en los princi­
pales medios de comunicación. Ello mereció un enérgico editorial de
Miguel Hladilo en la revista Yudo Karate, cuyo mensaje era "que se
vayan todos", algo que por cierto jamás ocurre en el país. En algún
^momento se habló de "códigos"' sin advertir que cuando la lealtad
hacia el grupo no está subordinada a la integridad de cada miembro,
cuando el honor no está hermanado con la benevolencia, esa "lealtad”
-amiga de las puertas cerradas- se transforma en un lábaro para
la guerra de tribus. El feudalismo ha llegado a ser tan fuerte y tan
íresignadamente aceptado como un estado de cosas en el Tae Kwon
Do WTF que para evitarlo -o fomentarlo, según cómo se lo m ire- ha
diseñado una regionalización del territorio nacional que permite que
los instructores de una determinada provincia que no encuentren
cabida en la federación correspondiente puedan relacionarse con la
CAT a través de otra jurisdicción dentro de la misma región.
Aquí puedo recordar lo que alguna vez escuché citada como "ley
de Mitchell para las organizaciones”, según la cual cuanto más tiempo
permanece un grupo de personas al mando de una organización, ma­
yor es la brecha que se abre entre los intereses de la organización y los
de las personas al mando. Parece claro que mantenerse, acrecentar el
poder, y ejercer los cargos en función de los intereses comerciales que
se puedan tener en paralelo, tienen poco que ver con los objetivos de
cualquier organización de Tae Kwon Do.
No hay duda de que se han hecho cosas buenas, pero cuando veo
el costo de oportunidad, lo mucho que se podría haber logrado y las
razones para el poco satisfactorio desempeño de esa entidad, me veo
en la obligación de expresarlo. Afortunadamente, hay razones para te­
ner esperanza de que la Confederación Argentina de Taekwondo lleve
a cabo un proceso de verdadero cambio -que se necesita desde hace
mucho- desde una visión fresca, superadora y de consensos.
Las dificultades referidas precedentemente no impidieron que el
empeño de algunos atletas, entrenadores y escuelas permitiera obte­
ner resultados muy significativos en el ámbito del Tae Kwon Do WTF
nacional que referiremos más adelante.
***

Algún lector se preguntará qué tan diferentes son estas dos mo­
dalidades de Tae Kwon Do, Desde el punto de vista institucional, las
diferencias son claras: la ITF era lo mismo que el Gral. Choi Hong-Hi.
En sentido estricto no era una organización sino el nombre de una
escuela marcadamente personalista e inorgánica en la que lo s ma­
riscales de campo cambiaban, pero nunca el General. En cambio la
WTF conformaba un movimiento iniciado a instancias del gobierno
surcoreano al que adhirieron (con mayor o menor convicción) cientos
de maestros.
En cuanto a diferenciar a WTF e ITF respecto a qué tan distinto es
el Tae Kwon Do que practican, es difícil dar una respuesta categórica.
De hecho, a fines de los años 90 hubo un fuerte debate interno en Corea
del Sur respecto de qué es lo característico y esencial del Tae Kwon Do
WTF, y el rumbo que éste debía seguir. Algunos entrenadores fuerte­
mente involucrados en el movimiento olímpico destacaban que el Tae
Kwon Do debía asumirse plenamente como deporte, una ágil esgrima
con los pies, pues esa era la natural evolución hacia la esencia coreana
del Tae Kwon Do, el cual a su entender debía despojarse de los elemen­
tos que provenían del Karate japonés. La argumentación es que ésta
era la verdadera naturaleza del Tae Kwon Do, una moderna versión
del Taek Kyon, aquel juego del folklore rural coreano en que dos con­
trincantes confrontaban su destreza de pateo. Ese nuevo Taekwondo-
deporte tiene a la competencia como objeto específico y puntual del
entrenamiento, a diferencia del Tae Kwon Do-arte marcial, cuyo ca­
rácter holístico identifica la finalidad de la práctica en ella misma. El
Taekwondo visto por ese vanguardismo coreano superaba al propio
Taek Kyon por tener mayor velocidad y permitir el, se ha dicho, con­
tacto pleno. Aquí debe tenerse en cuenta que desde comienzos de los
90 era indisimulable la distancia entre los movimientos de las formas
(estructurados, prearmados, con alguna rigidez y mayoritariamente
consistentes en bloqueos y golpes de mano provenientes del Karate)
y la dinámica acrobática, ágil y creativa del sparring. La sincronicidad
con que se interrelacionaban las técnicas determinaba que en los com­
bates, los bloqueos fueran obsoletos. En los hechos, argumentaban con
razón, estaba comprobado que entrenar formas u otros aspectos del
Tae Kwon Do tradicional no brindaba ningún tipo de beneficio a los
competidores, y su concepción de movimiento era casi contradictoria,
por lo cual en la mayor parte de los gimnasios de WTF su práctica se
había visto muy relegada. De hecho, en la Argentina antiguos instruc­
tores cerca de los 90 enseñaron paralelamente "taekwondo" -el com­
petitivo- por un lado, y arte marcial por el otro. Emilio Casagrande lo
hizo bajo el nombre de "Hosinsul" (defensa personal), y Osvaldo Cruz
Martín llamándolo "Karate Coreano”.
Los nuevos especialistas en Corea proponían abrazar plenamente
el camino de la "evolución", y en un ejercicio de renovación naciona-
lista con tonos iconoclastas, deshacerse de los incoherentes resabios
nipones. Desde el punto de vista teórico, el nuevo Tae Kwon Do,
concebido exclusivamente por el sparring, era un sistema completo
en el cual simplemente las formas no tenían sentido. Su concepción
técnica se expresaba en tres elementos: (i) La complementariedad de
opuestos (sangdasong) que enfrenta a las técnicas en el marco del va­
cío o lleno del tiempo y del espacio, de modo tal que cada movimiento
ocupa un lugar y un tiempo dejando un vacío correlativo que puede
ocupar el oponente (el clásico ejemplo de la patada alta que genera
un blanco en la zona media del pateador aprovechable en el momen­
to correcto); (ii) La plenitud técnica (sonchuisong) que permite que
cada movimiento alcance su plena realización -con máxima poten­
cia- en combate, en lugar de ser considerado una versión controlada
o mutilada de una técnica de arte marcial pensada para otro ámbito;
y (iii) la perfección (wanbuoksong) que resulta de una interrelación
óptima de un número limitado de técnicas, lo cual lo hace predecible
y permite dar una respuesta que el sistema considera perfecta para
cada situación planteada. Bajo estos tres principios, la competencia
de Tae Kwon Do se deslindaba de aquella concepción marcial que veía
en las formas la expresión de ideales de una perfección inalcanzable.
El sector conservador opuso resistencia: nada se ganaba despoján­
dose de las formas, que a su entender enriquecen la práctica del T ae
Kwon Do (además de resultar una atracción más para los alumnos).
Luego de cierta fricción este último parecer prevaleció, y comenza­
ron a organizarse festivales de Tae Kwon Do (Hanmadang) en los que
se competía en las especialidades de formas y roturas. Aunque en
los últimos tiempos las formas -llamadas "p u m s e han recuperado
atención en la línea de WTF, y en el 2006 tuvo lugar el primer mun­
dial de la especialidad (en la Argentina el primer Torneo Nacional de
Pumse fue en el 2004), todavía corren en franca desventaja en cuan­
to al tiempo que se le dedica en comparación con el entrenamiento
para combate. En la ITF siempre se habló de "arte marcial” (hablar
de "deporte" está mal visto, a pesar de que los torneos han ganado
un lugar fundamental, muy distinto de lo que ocurría hace treinta
años), y desde siempre en todos sus campeonatos se compite en las
modalidades de combate, formas y rotura -én WTF la tendencia es
mantenerlos separados-.
Si bien fomentar la competencia de formas es un modo de asegu­
rarse de que en los gimnasios (cada vez más enfocados en los torneos)
se practiquen los elementos que hacen del Tae Kwon Do un entre­
namiento de amplio espectro, de todos modos la práctica de dichos
elementos se orienta a lo exterior -lucimiento en exhibiciones o cam­
peonatos-. Así se produce una alteración que no sólo es mental sino
también física, y queda desnaturalizado el carácter esencial e íntimo
de la forma básica como núcleo del arte marcial buscando el dominio
de energías a través de un método físico -respiración, retroversión de
la cadera, e t c u n modo de trabajar la técnica básica que está ligado
en los antecedentes de Karate y Kung Fu y que por la masificación se
va perdiendo parejamente en ITF y WTF.
Los reglamentos de combate WTF e ITF determinan modos muy
distintos de pelear, los cuales inciden en la forma de practicar. El
competidor de WTF cubre las áreas corporales a donde irán dirigi­
dos los golpes: una pechera protege su torso contra patadas y puños
-cada vez menos utilizados pues no reditúan en puntuación-, y el
cabezal servirá de resguardo contra las patadas altas -los golpes
de mano no se permiten al rostro-. El competidor ITF, en cambio,
cubrirá las armas con las que debe golpear a su rival: guantes de
gomaespuma en las manos y gruesos protectores en los pies servi­
rán para lanzar puñetazos y patadas. En ambos reglamentos están
prohibidos los golpes debajo del cinturón, así como a la espalda, cue­
llo o nuca. A lo largo del tiempo los reglamentos han ido moldeando
las estrategias y los movimientos que mejor funcionan para ganar
los combates. En WTF, además de la evidente prerrogativa de que
gozan las patadas, las pecheras desalientan el uso de golpes rectos
(léase, patadas lateral y frontal, siendo aquella una de las principa­
rles armas en las competencias ITF), y las clásicas patadas circulares
de trayectorias amplias se han abreviado a sintéticos movimientos
semicirculares para ganar rapidez y eficiencia. En realidad, esa es la
evolución general de los deportes de combate, y puede verse también
en el Tae Kwon Do ITF, en el Kendo japonés y en la esgrima europea,
donde los movimientos amplios, la variedad técnica y el sentido
original de potencia de golpe han ido cediendo a la eficiencia con un
í muy desarrollado sentido del ritmo, el tiempo y la distancia. Por ello
es que si antes el Tae Kwon Do Clásico prosperaba en los gimnasios,
el Tae Kwon Do Moderno creció y se hizo gigante en los torneos para
luego descontrolarse y ocuparlo todo, al punto que hoy aun en los
propios gimnasios es difícil de encontrar otra cosa que el Moderno.
Los combates de competencia de WTF son sucesiones de rapidísimos
encuentros con brincos y saltos, el cíinch es un recurso posible para
anular al rival acortando la distancia, y siempre hay riesgo de un
knockou t de patada. En ITF, al comenzar los 80 los combates fueron
sangrientos a pesar de que en teoría eran peleas de "semi-contacto”
en las que los competidores debían apoyar sus golpes controlada-
mente sobre sus oponentes. Tal descontrol se ha visto superado de
algunos años a esta parte. El uso de las manos provee un tipo de
combinación y desplazamiento distintos que inciden en la cadencia,
la forma de pararse, y aun el modo de patear, que son diferentes a los
de las peleas WTF. Por emplear asiduamente los puños a la cara, el
tipo de pelea de ITF ha determinado que muchos de sus campeones
resulten exitosos en competencias de Kick boxing -Capllonch, Figari
(que ha peleado Muay Thai en Tailandia), Maximiliano “el Jet" D'Agata
Christian "Relámpago" López-, exhibiendo en sus combates la con­
tundencia y espectacularidad de las patadas del Tae Kwon Do. Todo
eso explica que, como gusta decir un conocido especialista local,
comparar ÍTF con WTF sea "como comparar el básket con el vóley".
En las formas, las diferencias también existen, pero no son tan
evidentes. Los esquemas de una y otra línea contienen prácticamen­
te las mismas técnicas, en distinto orden, aunque hay variedad de
patadas y saltos que hacen que la ITF siempre se haya enorgullecido
del mayor grado de dificultad de sus 24 formas (llamadas "tul”),
consideradas el principal legado del General Choi, La mayor dife­
rencia entre los “tul" y los "pumse” -además de lo referido sobre las
patadas- reside en que aquellos se ejecutan con posturas amplias,
rítmicamente, privilegiando la relajación y -en sus versiones más
tradicionales- la potencia final de los movimientos, mientras que
éstos han ido adoptando un tenor cada vez más concentrado, fuerte y
físicamente intenso, con posiciones cortas y movimientos secos. Aun­
que con diferencias significativas, ITF conserva la estructura de las
posturas largas provenientes del viejo Chung Do Kwan -derivado del
Karate Shotokan-, mientras que en la amalgama de escuelas que die­
ron lugar al estilo de Kuk Ki Won (WTF) a este respecto ha cobrado
cada vez más vigor la línea Ji Do Kwan -con posturas que remiten a
los estilos Shito-ryu y Shudokan de Karate-. Esto último pude vivirlo
especialmente en una clase especial en el Kuk I<i Won que a pedido
del Mtro. Han Chang Kim me brindaron los Mtros. Lee Kyu-Sok y
Lee Jong-Kwan, jefes del Taekwondo Research Institute e impulsores
del renovado estilo que se propone revitaíizar la práctica de formas
a nivel mundial, al punto que estos maestros han desarrollado dos
llamativas formas de competencia llamadas B ika ky Hanryu. Los mo­
vimientos amplios de ITF se relacionan mejor con las largas patadas
coreanas, y entonces la distancia entre las formas y el combate no es
tan marcada en esa modalidad como lo es en WTF.
"El gran entrenamiento”, En 2010 se reunieron algunos de ¡os más grandes
exponentes del WTF Argentino. Parados, desde la izq.: Mangoni, Rojas, Gó­
mez,, Muñoz, Álvarez, Chamorro, Casco, Soler, Farías, Pardo, Gaspar, Navarro,
Zapata, Yañezy Cortés. Adelante de rodillas, desde la izq.: Sasson, Crosa,
Salvador, HC Kim (sentado), la Vía, Díaz y Cartasso.

¿Básket y vóley? Sin duda esa es una descripción adecuada si se


miran las peleas en campeonatos de cada una ambas modalidades. Sin
embargo, el tipo de práctica y las metas físicas de quienes en ambos
lados de la divisoria dicen practicar el "arte marcial Tae Kwon Do"
encuentran una matriz común que va mucho más allá de su origen. En­
tiéndase: el arte marcial tiene la finalidad de hacer que el débil pueda
derrotar al fuerte en una situación de violencia extrema. Eso lo logra
mediante un método de dos vías que hace que con la práctica por un
lado el alumno se vaya haciendo físicamente fuerte (por eso en teoría
no hay "maestros" débiles), a la vez que por el otro progresivamente
aprenda a aplicar y hacer uso inteligente y eficiente de la fuerza que
tiene. Así es que, independientemente de lo que muestran las compe­
tencias, un experto en el arte marcial sabe cómo generar y transmitir
energía a través de golpes o empujones, cómo absorber y redirigir ata­
ques, puede mantenerse firme ante un embate, y sabe manipular física
y psicológicamente a su rival para que pierda la estabilidad, anude sus
segmentos corporales o se complique con su propia agresión.
Mientras que el deporte marcial tiene por objetivo anotar puntos
para vencer a un contrincante -loable objetivo desde la concepción
recreativa y formativa del deporte-, el arte marcial tradicional se en­
trena pensando que de él puede llegar a depender la propia vida. Son
cosas bien diferentes. Además, pelear en un cuadrilátero es enfren­
tarse francamente ante otro de similar peso que domina los mismos
gestos técnicos, e impone tácticas y estrategias. El uso del arte marcial
en situación extrema, en cambio, no se ata a ninguna regla ni es leal­
es súbito, reflejo, a veces no hay lugar para pensar, y -se supone- debe
terminar antes de transformarse en "una pelea". Donde empezó la
pelea terminó el arte marcial. Esa es una afirmación válida tanto en
lo filosófico como en lo técnico. En su práctica personal, el maestro de
Tae Kwon Do Clásico amalgama en sí elementos del boxeador (en su
entrenamiento de combate), del estudiante de ballet (la atención al
detalle, el perfecto dominio corporal y la plasticidad de los movimien­
tos) y del aprendiz de yoga (en la búsqueda de conocimiento y, a través
de la respiración, del control cuerpo-mente), todo lo cual le exige una
práctica permanente que puede continuarse hasta muy avanzada
edad. Existe cierta tecnología para dominar esas habilidades, que no
está parametrizada ni contenida en los programas de la ITF o la WTF.
Eso subyace en todos los métodos de Tae Kwon Do como arte marcial
y, de hecho, cada vez es más difícil de encontrar quien realmente lo
conozca. Aprender todo lo que hace al Tae Kwon Do avanzado ha sido
mi obsesión por años; cuando era joven leí un libro del pensador fran­
cés Guy Sorman, quien se había propuesto no perder la oportunidad
de dialogar con los más grandes intelectuales de su época. Inspirado
en esa idea, he hecho lo posible por conocer y practicar con los más
grandes maestros de todos los tipos de Tae Kwon Do, conciente de que
si nadie se ocupa, mucha información tradicional se perderá con el
fallecimiento de los maestros coreanos de la época "pre-competitiva”
¿Quiere decir esto que el arte marcial y el deporte marcial son
concepciones opuestas? Depende de lo que se quiera decir con “arte
marcial”. Ciertamente en el plano combativo los métodos híbridos
heredados del Karate okinawense (donde en una misma acción puede
haber sujeción, golpe, derribo y finalización) están en las antípodas de
[as competencias acrobáticas del Taek Kyon, Aunque desde lo histórico
sería un error decir que el Tae Kwon Do se nutre de ambas fuentes,
desde lo técnico es correcto, y hoy puede afirmarse que el Tae Kwon Do
tiene genes de ambas líneas. Karate Coreano y Taek Kyon definen los
extremos del diámetro en cierto plano interior de esa esfera que es el
Tae Kwon Do. Todas las partes de una esfera tienen esa misma cualidad
(ni las más cercanas al núcleo ni las más alejadas pueden presumir de
ser más o menos "esfera" que las otras), y la competencia deportiva
es innegablemente Tae Kwon Do, tanto como lo es entrenar defensa
personal. Durante mucho tiempo he visto fanatismos respecto de si
determinada parte o faceta del Tae Kwon Do es "verdadera". Ello pudo
haber sido comprensible cuando WTF e ÍTF se disputaban espacios -y
para ello lanzaron feroces campañas de adoctrinamiento-, pero hoy
se muestran como expresiones o caras de un mismo fenómeno, que
quienes ven en dos dimensiones afirman ser círculos distintos. ¿Cuál
es el centro de esa esfera? El núcleo es, según Shim Sang-Kyu, una dis­
ciplina que permite reconocer el carácter único e irrepetible de cada
alumno, y que éste, mediante la práctica de un programa que ha sido
estructurado por la experiencia de maestros pasados, se inicie en un
camino que le permita ser él mismo, trascender todas las estructuras
y hacer su propia experiencia para llegar a su máximo potencial in­
dividual. El 5- "Do" se traduce como "camino", y en la grafía china se
escribe compuesto a su vez por dos ideogramas: el L_ que repre­
senta "pie” o "andar" y el 11* que simboliza una cabeza privilegiada,
coronada. La combinación alude al "camino que sigue el sabio", que es
"el camino de la naturaleza". En el pensamiento oriental, mediante la
contemplación, el sabio aprende a identificar los ritmos naturales y, a
partir de ellos, conoce las leyes del universo y de la vida. El aprendizaje
del Tae Kwon Do implica el recorrido de una esfera, en todas sus par­
tes y profundidades. Es un recorrido que se repite clase a clase y año
a año sobre los mismos lugares conocidos, con espíritu inquisitivo y
capacidad de asombro, como el Principito que, conociendo su pequeño
asteroide, aprende a conocerse a sí mismo. De lo mismo, se descubren
cosas nuevas.
Cuando el Tae Kwon Do provee gratificaciones fáciles -cinturones
inmerecidos, elogios sin sustento-, se produce el engaño de hacer creer
al alumno que está siendo forjado sin necesidad del calor del fuego.
Cuando el Tae Kwon Do, aun entrenado con rigor y excelencia, recluta
prosélitos para una causa, por más legítima que ésta sea (el nombre
de un maestro, escuela, federación, el propio país], se aparta de su
esencia, que es no es ganar gloria para nadie, sino utilizar un programa
técnico para hacer un recorrido a su microcosmos con la persona toda
-cuerpo, mente, espíritu- que ayude a cada uno a vivir una vida más
plena. Ese camino, aunque alegórico, es también físico y muy concreto.
Para practicar buen Tae Kwon Do hay que aprender buen Tae Kwon
Do, de un guía con muchas vueltas alrededor de su propio asteroide, y
practicarlo hasta el cansancio. Estirar por las mañanas, hacer ejerci­
cios de fortalecimiento y acondicionamiento, y repetir obsesivamente
las técnicas que aprendimos en la primera semana cuando éramos cin­
turones blancos es lo que nos hace taekwondistas en nuestro cuerpo,
tanto como vivir honorablemente nos hace taekwondistas en nuestro
espíritu. Y ahí no hay distinciones ITF o WTF.

El Mtro. Choí Nam-Sung rodeado (izquierda a derecha) por Adrogué, Tajes,


Martín, Salim, Vaccaroy Cremona.
Y aun en lo deportivo, la diferencia quizás no sea tan amplia como
parece a primera vista. En otras latitudes, es frecuente que deportistas
más destacados de ITF -los que son buenos pateadores- participen en
campeonatos WTF, aunque no viceversa: el salto de WTF a ITF casi no
existe pues el estatus "no olímpico" y la falta de otros alicientes en ITF
no justifican para los atletas de WTF la dificultad de aprender a pelear
en un reglamento con ataques de puños al rostro. Claro está que su
éxito en WTF dependerá de que sepan prescindir de los golpes de puño
y pelear casi exclusivamente con los pies. Aunque no es habitual, en la
Argentina hay quienes buscando ampliar su experiencia han incur-
sionado en ambas especialidades -y aquí cito como ejemplos exitosos
a Federico Fígari, Lucas Villa, Brian Mutri, Marcelo Cremona, Darío
Calderón -quienes reiteradas veces se lucieron en torneos WTF-, y en
la actualidad al Grupo Escorpio del Prof. Víctor D'Amore, con sus com­
petidores Sebastián Freire y Gastón Rujlin-. No obstante pertenecer a
la línea ITF, yo también he tenido oportunidad de pelear en un par de
torneos WTF, una experiencia interesante. De todos modos, ITF y WTF
como modalidades de Tae Kwon Do difícilmente lleguen a unificarse.
Ésta última, buscando estimular el interés del público en los torneos,
recientemente ha anunciado que en un futuro implementará innova­
ciones como la progresiva despenalización de las caídas para alentar
las patadas en salto (una condescendencia hacia la "inestabilidad" muy
alejada de la idea clásica de pelea), la adopción de uniformes de colores,
y otros especíales en los que las mujeres lucirán más atractivas. Todo
ello va en contra de la concepción de ITF, más ligada a la tradición del
arte marcial y a que el reglamento privilegie cierto realismo combativo
por sobre la “coreanidad”.
***

En los últimos quince años, la representación local de WTF, ya asu­


mida como deporte competitivo, se hizo más profesional; los deportes
y las tecnologías de otros países entraron en la Argentina revolucio­
nando la manera de entrenar de los atletas. Influencias varias, entre
ellas, el ex campeón del mundo español y renombrado entrenador
Ireno Fargas, el entrenador olímpico cubano Roberto Cárdenas, el en­
trenador español Ángel Guerra del Cerro y el preparador físico cubano
Ángel León Paredes contribuyeron a la formación de una generación
de entrenadores que consideran al Tae Kwon Do como un deporte de
alto rendimiento.
Entre los mejores coach del estilo WTF en la Argentina están
Chang Jong Hee (que tiene un gran mérito por el hecho de que, bajo su
dirección técnica, la selección brilló albergando a atletas provenientes
de diversas escuelas), Julio Ramos (con educación universitaria en el
atletismo de alto rendimiento, hasta hace poco entrenador nacional de
Tae Kwon Do en Aruba), Alejandro “Lamparita” González (un campeón
que formó a mucha gente, cuya escuela paradójicamente se llama Oh
Do Kwan, la escuela personal del Gral, Choi), Raúl Busca, Carlos Filippa,
Alfredo Muñoz, Néstor Etchegaray y Ricardo Puppo.

Desde la izq.: la Vía, Filippa, Busca y Tajes.

Los sacrificios que tenía que hacer un competidor de elite del


Taekwondo WTF en la Argentina no son pocos, y muchas veces se los
ignora. En palabras de uno de estos atletas que integró la selección a
comienzos de los 90: "Te voy a contar mi experiencia personal... En mi
época, según el entrenador de turno, se entrenaba doble o triple turno...
llegábam os temprano al CENARD para hacer físico, en invierno súper
duro> algunos que venían desde Provincia tenían m ás de dos horas de
viaje y a las 8:00 hs em pezaba... Luego de entre dos y tres horas se des­
cansaba hasta las 14:00 hs., a h í estaba el entrenamiento fuerte, mucha
lucha y a contacto pleno... para los que no éram os alumnos del entrenador
te am enazaban que si fa lta b as te quitaban la beca... A veces se entrenaba
técnica más relajado por la noche... En otros períodos, sólo era doble tur-
noy se terminaba alrededor de las 18:00 hs, de ahí reventados a dar clase,
para subsistir o a entrenar cada uno en su respectiva academia... Al ser el
entrenamiento muy fu erte obviamente uno se lastimaba... durante mucho
tiempo tuvimos que correr p or cuenta propia con los g astos de médicos,
suplementaciones, alimentación, indumentaria, etc... El am biente en la
práctica, si bien existía el compañerismo, siem pre fu e extrem adam ente
complicado... La tensión se sentía durante toda la jorn ada y era evidente
la preferencia por ciertos com petidores de parte de los entrenadores... A
muchos de los que entrenaban se los tom aba com o "muñecos" que sólo
servían para pegarles y para que se muevan esos "elegidos"... Otra preocu­
pación era que si resultabas ser elegido para viajar y competir, tenías que
preocuparte para conseguir los fondos para poder viajar...". Esa también
es parte de la historia, la de quienes han representado al Tae Kwon Do
argentino en el exterior.
En Tae Kwon Do WTF hay tres tipos de eventos oficiales: 1) los
promovidos por la propia WTF, como los World Taekwondo Cham­
pionships, Women’s World Taekwondo Championships, World júnior
Taekwondo Championships, World Taekwondo Poomsae Champions­
hips, y World Cup Taekwondo Team Championships; los campeonatos
continentales organizados por cada unión continental (así, Asian Tae­
kwondo Championships, European Taekwondo Championships, Pan
American Taekwondo Championships, African Taekwondo Champion­
ships y Oceania Taekwondo Championships, cada uno de éstos con una
versión júnior); 2) las competencias promovidas por organizaciones
deportivas internacionales como CISM (International Military Sports
Council) y FISU (International University Sports Federation): los World
Military Taekwondo Championships y World University Taekwondo
Championships son modalidades de campeonatos mundiales que so­
lamente incluyen al Tae Kwon Do; y 3) el Tae Kwon Do WTF integra el
programa oficial de eventos multideportivos como los Juegos Olímpi­
cos, los Universidade, los Juegos Asiáticos, los Juegos Panamericanos,
los All Africa Games, los Juegos del Este Asiático, los del Sudeste Asiá­
tico, los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Sudamericanos, los
Pan Arab Games, los Juegos del Pacífico Sur, los Juegos Bolivarianos y
los Juegos Macabeos,
Cuando se habla de elite deportiva en WTF en el mundo, hay una
referencia ineludible: los hermanos Jean, Steven, Diana y Mark López.
Esta familia de origen nicaragüense radicada en Houston, Texas, ha
acaparado cuanto premio pueda existir. Steven, peso Welter, ha ob­
tenido dos veces Oro olímpico (en Sídney 2000 y en Atenas 2005) y
Bronce en Beijing 2008 y fue cuatro veces campeón mundial (en 2001,
2003, 2005 y 2007); lo siguen sus hermanos Mark (peso pluma Plata
olímpica Beijing 08, campeón mundial Madrid 05, Plata en Garmisch
03 y Bronce en otros dos mundiales) y Diana (Bronce olímpico Beijing
08, campeona mundial pluma en Madrid 05 y subcampeona en Beijing
07). Todos ellos fueron formados por su hermano mayor, Jean, quien
ha sido por años el entrenador oficial del equipo de los EEUU y es
considerado un gurú en la especialidad por la claridad de su visión
y su exitosa implementación. Cuando estuvieron en Buenos Aires a
fines del 2006 en ocasión de los Panamericanos, tuve oportunidad de
hablar con ellos en la clásica confitería Richmond de la calle Florida.
Transcribo a continuación algunas líneas en que Jean aporta datos in­
teresantes, y describe a dónde se puede estar dirigiendo el Tae Kwon
Do en el mundo:

MA: ¿Cómo es su centro de entrenamiento en Sugarland?


JL: Nuestra escuela no difiere demasiado de una típica de artes marciales
en EEUU: tenemos aproximadamente 350 alumnos, el 80% infantil. Ense­
ñamos Taekwondo WTF completo, dado que el estilo competitivo no es
para todo el mundo y el arte m arcialen cambio, provee una formación
íntegra para la personalidad. Yo le debo gran parte de lo que soy al arte
marcial, y por eso lo enseño tradicional En mi opinión todos los deportes
bien practicados deberían transmitir valores como la afirmación de la
personalidad, el esfuerzo, el respeto al prójimo y el cumplimiento de las
reglas. Sin embargo, ei arte marcial ha hecho de estos valores su esencia,
y los presenta en un paquete como ninguna otra actividad física lo ha
logrado.
MA: ¿Y cuál es el régimen de los deportistas de alto nivel a su cargo?
jL: En mi escuela el grupo de alta competencia está compuesto por quince
atletas. De lunes a jueves tenemos dos sesiones diarias, de aproximada­
mente una hora y media cada una. Los lunes y miércoles a la mañana se
trabaja sobre situaciones de combate, y a la noche se hace acondicio­
namiento físico general (fuerza, velocidad, agilidad) no específico. Los
martes y jueves por la mañana tenemos la sesión dedicada a refinar la
técnica; a la noche se trabajan cualidades físicas específicas de Taekwon­
do. Los viernes son sesiones propiamente orientadas al combate, y los
fines de semana son de descanso y recuperación. Por supuesto que estos
esquemas van teniendo variaciones según los ciclos (macroy micro) en
que hay objetivos distintos que se van planteando y alcanzando yendo
de lo general a lo especial, de la técnica en sentido amplio a las tácticas
individuales, de lo aeróbico a lo anaeróbico.

MA: ¿Cuál es tu visión del Taekwondo de hoy?


jL: En China en este momento hay un millón setecientos mil jóvenes
entrenando Taekwondo de competición. Esa es una cantera de talentos
enorme, y uno pensaría que el medallero va a irse poblando de chinos. Fí­
jate que el estilo olímpico comenzó en China recién en 1994, y en sólo seis
años lograron una medalla de oro femenina en los juegos de Sídneyy las
dos medallas en la división de mujeres en los juegos de Atenas del 2004.
Hay otros países que también están dándole mucha importancia ai TKD,
sobre todo considerando que los deportes más tradicionales están fir­
memente dominados por unos pocos, lo que lleva a que en especialidades
más nuevas haya mayores posibilidades de que países deportivamente
más jóvenes puedan acceder a primeros lugares. Desde el punto de vista
del estilo, los cambios recientes incrementando el puntaje de las técnicas
difíciles no van a quedar ahí, sino que WTF va a continuar mejorando el
reglamento para dar aún más valor a las patadas de salto y giro, logran­
do mayor atractivo visual. Otro tema que está siendo estudiado es si los
sensores en las pecheras serán de contacto o de presión. Los sensores de
contacto marcan el punto cuando el pie llega al blanco, sin importar la
potencia. Los de presión requerirán determinado nivel de potencia para
que el golpe sea puntuable. Los países asiáticos, cuyos atletas cultivan
patadas triples sucesivas de poco impacto, se verían beneficiados con el
primer sistema. Si se adoptara el otro, en cambio, volveremos a poner en
el cuadrilátero el tipo de patada potente que hacíamos en ITF.
MA: Contanos un poco cómo ves el Taekwondo olímpico de acá a largo
plazo, digamos quince años.
jL: Ante la presión que viene haciendo el Karate por entrar a las olim­
píadas, no me extrañaría que en el futuro se inventara un sistema de
competición híbrido que permita a atletas de distintas artes marciales
competir. Quizás hasta inventarían un nombre nuevo para ello. Yo he es­
cuchado algunas conversaciones a alto nivel al respecto. Lo que se quiere
evitar, sin embargo, es que eso sea una suerte de kick-boxing, algo no
compatible con el espíritu de las olimpíadas. Por supuesto que todo eso
es un tema delicado, con muchos intereses en juego.
MA: ¿Cuál es tu visión de los competidores coreanos?
jL: Sin duda que son buenísimos, pero comparados con los de las genera­
ciones anteriores, hay una diferencia fundamental: ellos son excelentes
deportistas, los otros eran luchadores. Los viejos tenían la mentalidad
de un Marine, que iba a pelear (no a competir) con el orgullo de “¿querés
saber qué es el Taekwondo? ¡Yo soy coreano y te lo voy a mostrar/" Eso
cambió. Los jóvenes coreanos están más occidentalizados, y ya no son
peleadores sino atletas.
M. Cremona: Hay países como Irán que se están destacando mucho. ¿'Tie­
ne algo que ver la mentalidad de pelea?
jL: Exacto. Hay países con ese corazón de peleador, que en última instan­
cia es lo que inclina la balanza. Entre dos competidores rápidos, fuertes
e inteligentes, el que va a ganar es el que además sea un artista marcial
un luchador.

Durante los primeros años de los 90, los competidores argentinos


de WTF contaron con el Prof. Kim Jun, un especialista en Tae Kwon Do
competitivo que a instancias de Oscar Tajes residió en el país brindan­
do su experiencia y asesoramiento. De esa época se pueden mencionar
como atletas relevantes de WTF a Aníbal la Vfe (un combatiente feroz
con una dilatada carrera, Medalla de Oro en Odesur 90 y en el Open
de Brasil '03), Sebastián Zapata (de Tajes), Alan Levy, Cristian Yáñez,
Martín Pardo (de Mangoni), Andrés Haber (de Busca), Flavio Salvador,
Manuel Chamorro (ambos de la Seng Do de Filippa), Pablo Olicino (de
Busca), Julio Ramos, Walter Roa, Gustavo Cortés e Iván Rojas (ambos
formados por Tajes, integraron el primer equipo del Mtro. SW Lee; el
primero, un talentoso artista marcial que en adición al Tae Kwon Do,
está certificado como instructor de Hapkido, Brazilian Jiu-jitsu y Kali;
el segundo además de exitoso competidor es un especialista en formas
e instructor de Hapkido y es un profesional de los que mucho pueden
aportar para una renovación en el Tae Kwon Do WTF nacional). Tam­
bién se encuentran entre los atletas relevantes de WTF los hermanos
Conde, Alberto Juárez, Marina Pecina, Marina Agüero, Ana Julia Vilela
y Ezequiel Pérez.

El equipo argentino en los juegos Panamericanos Mar del Plata 95. Arriba,
desde la izq.: Kim jun, Ongay, Muñoz, Cartasso, Fernández, Olivero, Busca, HC
Kim. Abajo desde la izq.: Hernando, Zapata, Chamorro, Pinto, Ramírez.

Ya sobre el cambio de milenio y durante toda la primera década


entre los mejores deportistas del Tae Kwon Do WTF que haya tenido el
país se encuentran Alejandro Hernando, Gabriel Taraburelli y Vanina
Sáncez Berón.
Alejandro Hernando era de la escuela de Félix Solas. Inicialmente
había aprendido con un alumno de éste, Néstor Albornoz, antes de
que Solas terminara por completar su formación -m ás el aporte de
su coach Julio Ramos- Hernando era un técnico extraordinario, Oro
Sudamericano 9 5 ,9 6 ,9 7 , Oro Juegos Panamericanos Mar del Plata 95
Oro Panamericano Preolímpico Sidney 2000 y Plata Panamericano
Preolímpico 2004, dos veces olímpico -Sidney 2000 y Atenas 2004-,
de 58 a 68 kg. En el Preolímpico de Míami 99, Hernando se dio el gusto
de noquear a Steven López con un giro de talón en la cabeza, algo de lo
que poquísimos pueden presumir en el mundo.
Gabriel Taraburelli era un atleta con corazón de león que se formó
bajo la guía de Alejandro "Lámpara" González. Sus mayores logros fue­
ron 4 2 lugar en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, categoría hasta 58
kg., y la Medalla de Bronce en el Mundial de Corea 2001. Nunca se sa­
brá qué tan alto podría haber llegado este extraordinario competidor,
que se retiró a la corta edad de 23 años, meses después de sobrevivir
a la tragedia del incendio de la discoteca Cromagnon. En octubre de
2011 ha demostrado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara sus
dotes como entrenador de la selección argentina.
Vanina Sánchez Berón, la más exitosa competidora entre todos
los taekwondistas argentinos, era originalmente alumna de Néstor
Etchegaray -éste, a su vez, alumno de "Lámpara” González-. Ella fue
Medalla de Oro en los Panamericanos de Mar del Plata 95, subcampeo-
na del mundo en Manila 96, Medalla de Bronce en Alemania 98; Bronce
en los Panamericanos Winnipeg 99 y Plata en los de Santo Domingo
2003, participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008.
Sánchez Berón recibió cuatro veces el premio Olimpia de Plata otor­
gado por el Círculo de Periodistas Deportivos, y su extensa carrera
de deportista fue llevada ejemplarmente, con el mérito adicional de
sumar en su última etapa el rol de madre.
Gabriel Taraburelli y Alejandro Hernando, y Vanina Sánchez Berón.

También desde fines de los 90 hasta el presente debe mencionarse


como destacados peleadores de WTF a Darío Coria, Leonardo Gam-
bluch "quien venció a Steven López en el North American Open 98-,
Débora Hait, las hermanas Carola y Laura López, Débora Calvo, Veró­
nica Tajes, Natalia Forcada, Anabella Carmona, Maximiliano Romero,
Sergio Pascolino, Leonardo Salimbeni, Feliciano Quesada, M. Florencia
I Fina y Mariela Poblete, Leandro García, así como los hermanos corren-
tinos Sebastián Crismanich (categoría hasta 74 kg., Medalla de Oro Jue­
gos Panamericanos 2006, 2008 y también en 2011 Medalla de Oro en
numerosos eventos internacionales y Premio Revelación Clarín 2002,
se perfila como la próxima gran figura del WTF argentino) y Mauro
Crismanich (categoría hasta 58 kg., Medalla de Bronce en el Mundial
Copenhague 2009, 9no puesto en el ranking mundial en el 2009, y
Medalla de Oro en numerosos eventos internacionales), y Martín Sío
(categoría más de 80 kg., Medalla de Bronce Juegos Panamericanos
2007, entre otros lauros relevantes).
Mauro y Sebastián Crismanich.

Entre los árbitros más importantes de estilo WTF que ha dado la


Argentina se encuentran Emilio Casagrande, Gustavo Pórtela, Gustavo
Somoza, Ignacio Telechea, Gustavo Tejada, Félix Solas, María Andrea
Mancuso, Ignacio Gontán, César Galguera (quien durante años ha
acompañado a Carlos Filippa} y Héctor Humano (originalmente alumno
de Adolfo Villanueva, y luego del Mtro. JH Chang).
Para no cometer un injusto error de interpretación cuando se mira
la cantidad de lauros obtenidos por los argentinos de ITF en compa­
ración con los de WTF, es muy importante tener en cuenta que en el
mundo hay muchos más competidores en WTF que en ITF, cuya dimen­
sión es marcadamente menor (se estima que todas las organizaciones
ITF juntas no suman el 20% de los practicantes de WTF). Mientras que
en WTF hay un solo "mundiar y que el acceso de los competidores a
eventos internacionales depende de superar un muy exigente proceso
de selección a nivel internacional, en ITF, desde la muerte del General
Choi en el 2002, ha habido sucesivos fraccionamientos reduciendo
aún más a las organizaciones, y en consecuencia coexistiendo varios
"campeonatos mundiales” de menor dimensión para los que no existen
eliminatorias fuera del país -esto es, todos los países tienen derecho
a enviar representantes-. Esto no quita tampoco mérito a los depor­
tistas ITF; en la mayoría de los grupos la competencia interna en la
Argentina es muy exigente, y por ello formar parte de cualquier equipo
seleccionado implica tener un alto nivel de rendimiento,
* Jfc *

Un tema que ocupa la mente de una gran parte de los taekwondistas


es el de las graduaciones. Para el gran público, ser poseedor de un cin­
turón negro ha sido visto como el equivalente a ser un experto, alguien
muy peligroso en combate. Esa afirmación, aunque tiene algún asidero,
debe ser relativizada. Un cinturón negro es un alumno dedicado, que ha
ido en su entrenamiento más allá del nivel propio a un mero aficionado.
Sin embargo, los manuales indican que sólo alguien con nivel de 4to
Dan puede ser considerado un "experto". Típicamente toma entre tres
y seis años lograr la categoría de cinturón negro, tiempo que depende
un poco de la dedicación del alumno, y mucho del nivel de exigencia del
instructor. A partir de ahí, el ascenso a través de los grados de cinturón
; negro ("Dan") combina requerimientos técnicos con tiempos mínimos de
permanencia en cada categoría antes de ser examinado para la siguiente
(por ejemplo, al menos dos años para 2do Dan, otros dos para 3ro, tres
más para 4to Dan, etc.). En teoría, esas escalas no varían demasiado
entre WTF e ITF.
Sin embargo, en la práctica ha ocurrido que en la Argentina, du­
rante los años 90, muchas organizaciones del estilo ITF tramitaron
solicitudes a dicha entidad para que otorgara grados de cinturón negro
profusamente, con una laxa interpretación de esos requisitos. La emi­
sión de diplomas de cinturón negro es la principal fuente de ingreso de
muchas asociaciones. El ritmo de expansión del Tae Kwon Do en el país
demandaba enviar instructores a todos lados, copiando lo que años an­
tes hacían los coreanos en el mundo. La diferencia era que acá muchos
de estos instructores de apuro eran cinturones negros que habían sido
expuestos a poco más que un "golpe de horno", y para compensar su
formación contrarreloj se implementaron cursos de capacitación obli­
gatoria. Tiempo después se advertiría que aunque es posible aprender
allí sobre primeros auxilios, pedagogía o teoría del entrenamiento, no
hay curso que pueda remontar algo aprendido con bajos estándares;
La multiplicación de los instructores como nuevos puntos de venta
transformó a muchas asociaciones (redes de gimnasios) en unidades
de negocio bien aceitadas que así percibían aranceles por exámenes, lo
que alentaba a otorgar más altas graduaciones y certificar nuevos ins­
tructores con escasa formación. La fantasía colectiva había llevado a
que se creyera que los elegantes diplomas de cartulina tienen la virtud
de dar a sus poseedores fuerza en sus puños y agilidad en sus patadas
sin necesidad de entrenamiento serio. Ciertos seminarios eran consi­
derados tan útiles que lograban que quienes asistían pudieran avanzar
en un fin de semana lo que en ausencia de tal curso hubiera insumido
seis meses y así alcanzar el grado siguiente antes de lo establecido.
Además, algunos veteranos que habían interrumpido o disminuido
su entrenamiento durante décadas tiempo después regresaron al Tae
Kwon Do con cuestionables altos grados, lo cual en los hechos afectaba
el valor de los "Dan" y trastocaba el significado etimológico de lo que
es un instructor de Tae Kwon Do -a los cinturones negros instructores
en coreano se los llama "Sa-bom” ( ® p e rso n a -® modelo), pues
son modelo físico y moral para los alumnos-.
A este respecto recuerdo lo afirmado por el GMtro. Van Binh en
una entrevista que le hice en su casa de Houston en el 2003: "Si uno
deja de entrenar durante siete años, su cuerpo se transform ará en aquel
de una persona com pletam ente ajena a las artes marciales, sin importar
qué tan bueno haya sido su nivel antes de abandonar la práctica. Aunque
su mente pueda recordar las técnicas, su cuerpo no las podrá ejecutar de­
bidamente. Algunos piensan que su entrenamiento duro durante la juven­
tud los va a beneficiar en ¡a vejez. Eso no tiene sentido. Nadie se pasa mu­
chísimo tiempo durmiendo durante su juventud, para después decidir que
ha dormido suficiente, y que no va a dormir por el resto de su vida. Eso
sería algo contrario a la naturaleza. Uno duerme algunas horas, luego va
a trabajar, estudiar, entrenar, y vuelve a dormir. Igualmente, en las artes
marciales se necesita practicar toda la vida. Algunos practican duro diez
o veinte años, después se cansan y abandonan. Al cabo de siete años, es
como si nunca hubieran p r a c t ic a d o La prodigalidad en el otorgamiento
de graduaciones -sea buscando lucro o poder aumentando la cantidad
ie afiliados al propio grupo- contradice aquella promesa de "no hacer
nal uso del Tae Kwon Do". Todo eso llevó a que en el 2001 el implacable
Edgardo Villanueva, escandalizado por la situación, expresara en una
entrevista que le hizo J. Ambrústolo que "'Hoy por hoy las graduaciones
w se ganan, se com pran" Como contracara de ese fenómeno, el propio
/illanueva y muchos otros instructores fuertemente dedicados a la
actividad decidieron conservar los estándares tradicionales de exigen-
:ia para las categorías superiores, y un paciente ritmo de ascenso -sin
saberlo, honrando el antecedente del "rosarino" Young-Whan Kim-.
Wene al caso recordar que el principio del Tae Kwon Do que se ha dado
a conocer como "perseverancia" tiene su traducción más fiel en “pa­
tencia" Por supuesto que no es la antigüedad el factor más importante
en el ascenso, pues éste es simplemente el factor objetivo mínimo. De
hecho, no pocas veces fue dejado de lado en las etapas iniciales del
lae Kwon Do en Corea, ya que el avance estaba principalmente de­
terminado por el nivel que adquirían aquellos cinturones negros que
practicaban diariamente varias horas durante años bajo estándares
exigentes (en un país en el que bullía el militarismo nacionalista y en
el que, ante la pobreza, había que forjarse un porvenir destacándose
en lo que fuera, aún a las patadas). Eso es lo que explica que quienes
[legaron a la Argentina fueron, salvo alguna que otra excepción, verda­
deras máquinas de artes marciales, y tal es el parámetro que muchos
consideran inadecuado y propio del pasado, y otros quieren rescatar.
La coexistencia de ambos criterios ha producido una realidad muy
despareja dentro del ámbito del estilo ITF en la Argentina en materia
de graduaciones. En consecuencia hay muchos pseudoexpertos que
terminan enseñando pseudotaekwondo, venerados por la población
lega, que no sabe diferenciar un espejismo de la realidad. En el frenesí
de entregas de diplomas llegaron a existir casos como aquel en que un
instructor antiguo tuvo debajo suyo a dos ''generaciones" (un alumno, y
un alumno de éste) con su misma graduación de 5to Dan. La ITF había
otorgado a éstos tal grado, sin el consentimiento del instructor y sin
siquiera cumplir con la cortesía de una notificación, entrometiéndose
y rompiendo las relaciones jerárquicas de instructor-alumno y dando
un ejemplo contrario a aquello de "respetaré a mi instructor y mis m a­
yores". Un problema similar provocó fuerte indignación en Alemania en
los años 70, que determinó que muchos europeos pegaran un portazo
yéndose de la ITF. Algo impensable en la Argentina, donde los escrú­
pulos son de "fundamentalistas” y siempre hay un buen argumento a
mano para justificar esas cosas. También en un sentido poco feliz la
Argentina puede ser un país generoso.
El estilo WTF argentino tomó en esta materia el camino opuesto.
La promoción de categorías superiores fue otorgada con cuentagotas,
desvinculada del progreso técnico, y aún más estrictamente que los
criterios utilizados en Corea. Por ello en WTF de la Argentina jamás
existió "inflación de cinturones” ni pérdida del valor del “Dan". La CAT
ejerció fuertemente su autoridad limitando el crecimiento de las gra­
duaciones de los cinturones negros, hasta que su monopolio en el trato
con el Kuk Ki Won -ente que otorga los certificados internacionales
de la W TF- fue quebrado por algunos instructores que se relaciona­
ron directamente con dicha entidad, lo cual provocó recelos pero ha
servido para poner en crisis la concepción de la propia CAT: si ésta se
reconoce subordinada al Kuk Ki Won, quedarán cortos los argumentos
para desconocer los grados que éste otorgue. Como consecuencia de
esa política de control estricto, la CAT ha reconocido un solo 8vo Dan
(Emilio Casagrande, fallecido en febrero del 2011; Ramón Borjas es
otro practicante con antigüedad comparable en la WTF argentina), y
como 7mos Danés desde el 2007, Busca, Cantero, Tajes, Salim, Puppo,
Carbonell, Algranati, Colman, Macchi, Mancuso, Alvarez y Ruffini. En
algunos casos, el retraso es ostensible y se ha prescindido de los gra­
dos reconocidos en Corea a algunos de éstos. Cabría probablemente en
esta lista incluir a A. Muñoz, O. C, Martín, Vaccaro, Laborda, Pórtela,
Solas, Somoza, Fuentes, Ambrosini, C. García, H. Bertoia y Filippa.
En cambio en el estilo ITF, que concentra a la mayor parte de los
primeros cinturones negros del país, no se ha visto un problema en
el acceso a las altas graduaciones. Hace un par de años obtuvieron el
ascenso a 9no Dan (nivel de "Gran Maestro") algunos de los más des­
tacados y antiguos profesores argentinos: H. Maraño, P. Trajtenberg, G.
Ramisch, A. Villanueva, A. Grispino y R. Desimone (además de J. Dacak).
C a p ít u l o 7
A quí e s t a m o s , ¿ a d ó n d e vam o s?

La muerte dei General Choi en junio del 2002 marcó un hito en el


Tae Kwon Do. En ese entonces dejó a siete personas graduadas con
9no Dan -el mismo grado que él- (cinco coreanos, un vietnamita y un
norteamericano, todos con más de cuarenta y cinco años de dedica­
ción), y una organización en proceso de fractura. Con su fallecimento,
la entidad se dividió en tres: el grupo que reconoció como líderes del
estilo a los norcoreanos en cumplimiento de la última voluntad de Choi,
el que vio en su hijo Jung-Hwa Choi al sucesor natural y cabeza de la
organización, y un grupo significativo de instructores que decidieron
adoptar una modalidad más participativa y de tono menos jerárquico
en el desarrollo de su actividad. Los tres reivindican para sí ser “la"
ITF, utilizando su nombre y logo con los consiguientes enfrentamientos
judiciales en Europa y Canadá. Tales grupos cuentan entre sus mayores
directivos a argentinos -en el primer caso “directivo" es un término
más relativo que en los demás-. Entre los instructores que pertenecen
a las distintas líneas pueden mencionarse a:

1. En las filas de la ITF norcoreana: A. Villanueva, R. Desimone, R.


Sosa, E. Palmisano, D. Rossel, P. Osuna, E. Godoy, O. Ríos Olivero, E.
Figueredo y J. Meucci.
2. En el grupo perteneciente a la ITF dirigida por el hijo del Gral. Choi,
con presencia en Corea del Sur: N. Galarraga (virtual mano derecha
de JH Choi), J. Maidana, R. Siracusa, N. Vidarte, H. Soto, H. Boitano,
M. Troiano, E. Barat, C. Composto, H. Gimarayz, R. Rieiro, R. Arino,
G. Bianchi, R Beorlegui, N. Prone y A. Yapuncic.
La ITF que probablemente es más fuerte en Europa y Sudamérica
que en nuestro país congrega a la mayor cantidad de maestros ¿
instructores sénior incluye a: P. Trajtenberg (cabeza internacional
de dicha federación luego del fallecimiento del Mtro. Tran Trieu
Quan en el terrem oto de Haití del 2010], H. Maraño, G. Ramisch
A. Grispino, J. Rogers, J. Condomí, R. Marchini, A. Katz, E. Villanue-
va, A. Villegas, F. Mercado, R. Samara, C. Gómez de Olivera, J. y A
Carabajal, M. Eisen, M. Vatrano, G. Von Foerster, G. Méndez, F. Pini
C. Lorefice, H. Mengoni, M. Pedrini, A. Neves Méndez, H. Fasan, R
Mattar, F. Castro y 0. Severino, entre muchos otros.

R. Desimaney A, Villanueva. N. Galarraga con JHChoi.

H. Maraño, G. Ramisch y P. Trajtenberg.


P uede a firm a rse que los tr e s g ru p os an tes m encionados co n cen ­
tran ce rc a de tr e s c u a r ta s p a rte s de los p ra ctica n te s del estilo ITF en
el país. E xisten o tro s g ru p os m enores, ajenos a las tr e s organizaciones
con argu m entos plausibles p ara co n sid erarse su ceso ras de la ITF, en tre
los que cabe m en cion ar:

í. Los que utilizan la sigla “ITF" dentro de su denominación, tal el caso


de (a) quienes se han nucleado en torno al Mtro. KD Chung bajo el
nombre "All ITF" -im p orta mencionar que con fecha reciente dicho
maestro ha convocado a varios instructores que lo acompañaban
hace años, otorgando a catorce de ellos el grado de 9no Dan, entre
los que se cuentan antiguos practicantes como R. Sáenz Cardama,
M. Nasini, D. Tizzano, N. Giuliani, J. N. Camodeca, D. Monti, J. C. Pin­
to, D. Schmidt, R. Sanz, M. Fernández De Cieza, y ]. C. Lenti-, algunas
de cuyas graduaciones han levantado polémica en el seno del estilo;
(b) la "Unified ITF" de Demarchi y A. Lettiere; y (c] la "UAT-ITF" de
J. Zorgniotti.
2. Otros grupos de antigua data entre los que se cuentan (a) la Escuela
Argentina de Taekwondo dirigida por P. Florindo, secundado entre
otros por R. Nacer, J. C. González, H. Rivera, N. Alfonsín, E. Calvo,
H. Díaz Rench, ]. L. Esquivel, R. Robledo, J, J. Sunini, D. Castera, W.
Sosa, W. Lee, P. Grimalty A. Gallo, entre otros; y (b) el grupo “Global
Taekwon-Do Federation", que lidera F. Beloso con L. Miceli para
Sudamérica.
3. Otros grupos entre quienes pueden mencionarse a: (a) los instruc­
tores identificados con la organización Taekwondo International
con sede en Inglaterra, cuyos referentes son J, Rábago y V. D'Amore
y Hernández; (b) la International Traditional Taekwon-Do Federa­
tion (ITTAF), representada en el país por R Cambiaso, 0. DAgata,
E. Presson y C, Uriarte -un grupo en franco crecimiento dirigido in­
ternacionalmente por el español Mario Pons (el destacado pionero
del estilo ITF en su país luego de su introducción y posterior pase
a WTF de los Mtros. Kim Jae-Won, Cho Jong-Sik, Lee Won-Il, Choi
Won-Chul y Lee Sung-Ha, entre o tro s)-, cuya particularidad más
notoria es el color gris de sus dobok; y (c) el grupo TIÍA -Taekwon-
Do Instructores Independientes de A rgentina- que dirigen M.
Cremona, P. Ferreiro y M. Adrogué, acompañados por N. Rodríguez
Volando, A. D. Novas, L. Di Lecce, D. Franco, F. Canavese y J. Arce.
Nam Sung Choi y Han Chang Kim en 2007.

En WTF los grupos están mucho más atomizados y en general al­


bergan a menor cantidad de instructores. Entre éstos cabe destacar a:

1. Escuela Nacional de Taekwondo Han Chang Kim, bajo la dirección


de Raúl H. Busca (desde su sede en Centenario, Pcia. de Neuquén),
con la participación de Gustavo Somoza, Ricardo Fuentes (en Bue­
nos Aires], Carlos García, Horacio Bertoia, Sergio Ambrosini, Luis
Vega y Ornar D'Amico.
2. La Asociación Chung Do Kwan dirigida por Oscar Tajes, secundado
por Adrián Colman, Carlos Cáceres, Damián Blascetta y Sebastián
Zapata.
3. La Federación Seng Do dirigida por Carlos Filipa, entre cuyos inte­
grantes se cuentan César Galguera, Gustavo Izquierdo, Tom Wi­
lliams y Roberto Acosta.
4. Unión Tae Kwon Do Patagonia, que funciona en Río Negro, Chubuty
Neuquén, cuyo principal referente es Fernando Mezei.
5. La Asociación Moo Duk Kwan, dirigida por Abel Salim acompañado
por Gustavo Tejada.
6. El grupo de alumnos del Mtro. Nam Sung Choi, con Osvaldo Cruz
Martín (en San Martín de los Andes), Alberto Pérez Dávila, Jorge
Vaccaro (y sus alumnos S. Fotea, P. Pechini y P. Calamera), Juan José
Serra, César Plaza (y de él N. Levin, C. Salvador y E. Díaz Cantón],
Carlos Frione (y de él los hermanos Balverde), José María Tessone
y Ricardo Fracchia.
7. El grupo dirigido por el Mtro. Lee Seok Won, que integran Iván Ro­
jas (a su vez, titular de la Escuela Superior de Taekwondo ~ ESAT),
Néstor Echegaray, Marcelo Casco, Rodolfo Carballo, Gustavo Sinis-
calchi, Ricardo Vadalá, Gustavo Merani, Miguel Francolini, Ricardo
Castañeda y Roberto Acosta.
8. La escuela MATCH de Manuel Chamorro, secundado por Osvaldo
Navarro, Mario Chamorro y Esteban Gómez.
9. El grupo dirigido por José Ignacio Carbonel!, cuyo núcleo se encuen­
tra en Puerto Madryn.
10. La escuela Kian Do Kwan de Oscar Prado, secundado por los Profs.
Gómez, Barreiros y Ribas.
11. La Escuela Argentina de Taekwondo Marcial, que lidera Enrique
Cambursano.
12. El Círculo Argentino de Taekwondo al mando de Carlos Algranati,
con Carlos Fuentes, Mirta González, Diego Marino y María Fernanda
Ogni.
13. La escuela WAM en Mar del Plata, a cargo de Alejandro Juárez.
14. La Asociación Ssang Yong dirigida por Aníbal la Vía, con C. Lazarte,
G. Ferrer, O. Maciel y J. Navarro.
15. La Asociación Taekwondo Espíritu Indomable de La Matanza -
ATEÍM- de Carlos Hernández, originalmente alumno de Tajes, quien
es directivo una organización (UIAMA) que lleva adelante campeo­
natos en que participan distintas artes marciales con reglamento
"abierto".
16. La Asociación Sang Rok dirigida por Raúl Romero desde Ramallo,
Pcia. de Santa Fe, con Orlando Franzosi, Eduardo Romero y José
Martínez.

Muchas de dichas escuelas tienen presencia en distintas partes del


país, y se articulan con la CAT a través de las respectivas federaciones
que la componen.

A £.Q
En el Tae Kwon Do, en general las instituciones nunca han logrado
independizarse de la persona de sus fundadores, y son muy pocas y
recientes las que han constituido verdaderas asociaciones de pares en
lugar de reuniones en torno a un líder. En el pasado, las discrepancias
ante tales caudillos han determinado los pases entre grupos, aunque
de a poco ha ido cambiando la forma de ejercicio de tales liderazgos.
Por todo esto, la descripción de los párrafos precedentes no es más que
la descripción de la situación actual, que podría cambiar.
* * *

Todo lo expuesto demuestra que el Tae Kwon Do argentino es en su


conjunto un movimiento variado y vigoroso. La CAT (hasta aquí, sinó­
nimo local de WTF) se ha desarrollado sobre un modelo de autoridad
central cuya legitimación remite al binomio Estado argentino - WTF,
trabajando para el desarrollo del Tae Kwon Do como deporte de alta
competencia con proyección olímpica, La suya es una perspectiva dis­
cutible, pues aunque se entiende el interés de la WTF en hacer del Tae
Kwon Do un deporte olímpico y consolidarlo como tal, el ente rector
de la actividad en el país debería tener metas más amplias. Adviérta­
se que se ha logrado que solamente tres atletas argentinos llegaran a
nivel olímpico (no es claro si gracias a la CAT o a pesar de ella), y con
esa exigente meta, se ha descuidado la virtud del Tae Kwon Do como
medio de promoción social, lo cual ha logrado con mayor éxito la línea
ITF sin intervención estatal. No tiene ningún sentido que por el lauro
olímpico se haya desatendido al conjunto de los argentinos que practi­
can Tae Kwon Do. Tampoco tiene sentido que el Tae Kwon Do WTF, que
es un estilo que merece ser practicado y difundido en su mejor forma
como la cautivante disciplina que es, por políticas equivocadas en la
Argentina haya tenido un desarrollo tan limitado.
Las autoridades de dicha Confederación surgen de elecciones que
replican una suerte de estructura federal, con un número limitado de
representantes -federaciones- provinciales que votan a quienes deben
ocupar los cargos. Laberínticas exigencias legales y la necesidad de
aprobación por la propia CAT provocan una disociación que admite
que las entidades que integran el padrón no sean necesariamente
significativas en cuanto a la cantidad de practicantes o su calidad, lo
que explica que sea un sistema que no está en línea con los instruc­
tores que difunden la actividad. Un poder tan fuerte permite que no
sxistan reglas claras para la selección de los deportistas para viajar
a eventos internacionales, para la asignación de becas, etc., poniendo
al Tae Kwon Do -a las esforzadas ilusiones depositadas en él- como
mercancía de canje de votos por favores. Esto hace que las asociacio­
nes, en lugar de mirar hacia abajo -las bases- y en todo caso competir
entre ellas para atraer al público, miren hacia arriba y compitan por
[as ventajas que puedan obtener de manos de las autoridades. Lamen­
tablemente en todo esto -clientelismo de baja escala- se está bastante
[ejos de estar actuando como "cam peones de la justicia y la libertad" La
concentración de poder es indeseable, aun cuando por momentos haya
sido bien utilizada. Por ello se impone establecer reglas y desconcen­
trar y limitar el poder de las autoridades de la CAT, si es que alguna
vez se pretende que la WTF termine de despegar en la Argentina, Los
deportistas e instructores mucho han logrado hasta ahora cargando
con tal lastre.
Por otro lado, a lo largo de las tres últimas décadas los grupos de
ITF han aumentado su cantidad de miembros y llegan a gran parte de
ia población con un sistema de menos restricciones. Los instructores
no votan a los maestros que han de dirigir una organización única, sino
que en ITF -y especialmente desde la multiplicación de federaciones
luego de la muerte del Gral. Choi- migran de una organización a otra
-en geopolítica se lo llama “votar con los pies”, aquello por lo que las
fronteras de la Unión Soviética permanecían cerradas, eso que ciñe
a las escuelas WTF disconformes-. La competencia interna entre los
principales grupos de ITF por atraer a instructores con escuelas a su
cargo ha determinado una mejora en la calidad institucional de esos
grupos (que conforman asociaciones y federaciones] y en brindar
servicios de capacitación y acceso a competencias internacionales,
al margen del “deporte oficial" de la CAT pero dentro del marco legal
general -cuyo vértice ocupa el art. 14 de la Constitución Nacional-.
Por eso cuando algunos dirigentes de la CAT afirman ser los únicos
"dentro de la legalidad" no saben de lo que hablan. Así, la pertenencia
a los grupos principales de ITF no es compulsiva -salvo anomalías en
casos puntuales en cotos territoriales- sino que responde cada vez
más a modelos que aun con imperfecciones han ido mutando paula­
tinamente de la concentración hegemónica de poder a un modelo del
tipo asociativo-cooperativo que, con algunas diferencias de enfoque,
tiene por objeto desarrollar y difundir el Tae Kwon Do.
Considerando la difusión que ha logrado la modalidad ITF en
nuestro país, se advierte que la concepción con que fue formada la
CAT hace más de tres décadas merece ser revisada. Aquel pacto entre
un diplomático argentino y el gobierno surcoreano, luego ratificado
por la entrada de la WTF en el COI, por más razonable o adecuado
que haya sido en aquel entonces, hoy no justifica que la mayor parte
del Tae Kwon Do argentino esté obligadamente marginado de la CAT,
desconociéndose la importancia de la porción mayor del Tae Kwon
Do en nuestro país. Es disparatado que generaciones enteras se vean
perjudicadas por algo que surgió de una situación coyuntural en 1978,
Quienes practican estilo WTF en la Argentina durante años han oído y
repetido como un mantra la palabra "oficialidad", que aparentemente
les acuerda un estatus diferente al del resto de los taekwondistas:
el incierto billete de lotería que permita quizás alguna vez acceder a
una beca oficial e integrar una selección, pagado el precio de la segu­
ridad de verse sometidos a una autoridad ampliamente discrecional
Basta con dialogar con los instructores de años en el estilo WTF que
se mantienen en "el llano". Descreídos, cansados o resignados a una
situación para la que no ven solución y sin energías para buscarla. Es
comprensible, pues no existe en este esquema. Se trata de un modelo
agotado hace tiempo, por lo que se impone un cambio de paradigma.
Si en política nacional se habla de las instituciones como mecanismos
amplios, participativos y de control de poder, hace rato que debería
haberse virado a una concepción profundamente democrática del Tae
Kwon Do, que es mucho más que la formalidad del voto de las federa­
ciones metropolitana y provinciales, cuyo nivel de representativídad
es muy bajo. A los profesores de Tae Kwon Do les es imposible desarro­
llarse en su actividad sin formar parte de redes bien integradas que los
mantengan motivados y íes brinden apoyo, capacitación y proyección,
Alguno se preguntará si este trabajo es el lugar para tratar estas
cuestiones. Pero esa es la historia del Tae Kwon Do argentino, No co­
rresponde a quien escribe estas líneas, apenas un testigo, cumplir la
función de juez. Muchos reclaman separar a los buenos de los malos
y administrar castigos. Eso querían hacer los trabajadores del campo
cuando encontraron que un enemigo había sembrado cizaña para
arruinar el trigo. Estos hombres con buenas intenciones propusieron
arrancar la cizaña. En esa parábola (San Mateo, 13, vers. 24 y sgtes.) el
Señor les dice que no es el momento, que hay que esperar a que crezca
para evitar arrancar parte del trigo. Ese pasaje termina expresando
que esa tarea no nos corresponde, pues será en el Día de juicio cuando
se separará a unos y otros. Hasta entonces, todos tenemos la oportuni­
dad de mirar a nuestro interior y ocuparnos de limpiar nuestro propio
mal. Eso no quiere decir que debamos mirar para el costado cuando
los otros causan daño o se aprovechan de los demás. Recordemos que
"lo único que se necesita para que el mal triunfe en el mundo, es que
los hombres buenos no hagan nada al respecto”.
En la Confederación Argentina de Taekwondo podría haber algún
tipo de renovación. Hay un grupo que integran Torres, Gontán, Álva-
rez, Sáez, Sánchez Berón, Macchi y Carbonell que alienta esperanzas.
Sean éstos u otros, la CAT debería adoptar una visión clara acerca de
los tiempos actuales, empezar a pensar con criterio independiente, y
algún día quizás emanciparse de toda autoridad extranjera, asumién­
dose como la expresión institucional de todo el Tae Kwon Do argentino,
buscando el modo de incluir en su seno a todos sus cultores. Ya lo decía
Sang Kyu Shím respecto de los EEUU hace más de treinta años.
Es verdad que, a esta altura y después de años de manejarse autó­
nomamente, es probable que no todos los directivos e instructores de
estilo ITF estén interesados en relacionarse con la burocracia estatal
o en lograr algún tipo de unión entre las modalidades ITF y WTF. Hace
algunos años en Corea del Sur ocurría algo similar, pues se decía que si
no se lograba prontamente la reunificación con Corea del Norte apro­
vechando que todavía existían lazos afectivos entre sus habitantes,
en un futuro las generaciones más jóvenes con mayor pragmatismo y
distancia emocional quizás -especialmente en el sur capitalista- ten­
drían reparos antes de reunirse con el sector menos desarrollado. La
ventana de oportunidad para reunificar se cerraría pronto. Sin nece­
sidades ni ganas de absorber problemas ajenos, similar podría ser la
reacción de muchos de los actuales dirigentes de ITF argentino cuando
se habla de relacionarlos con la CAT. Pero, una vez más, el Tae Kwon
Do es mucho más que sus "dirigentes”. Y no es menos cierto que, con­
siderando que va en aumento el importante número de instructores
de estilo ITF en colegios de todo el país, se impone que las autoridades
canalicen adecuadamente esta situación mediante la expedición de
certificaciones de enseñanza de todos los instructores sin distinción
de estilo, controlando la calidad, mediante canales transparentes y de
acceso no discriminatorio.
Son muchas las áreas que la CAT ha resignado en estos años en su
visión del Tae Kwon Do, y debería saber aprovechar la experiencia acu­
mulada por otros en sectores que tradicionalmente descuidó, en par­
ticular lo que tiene que ver con una forma profesional y planificada de
encarar al Tae Kwon Do como deporte social. El poder estatal delegado
que ostenta la CAT exige su recto ejercicio en beneficio de la sociedad
en su conjunto y de todo el Tae Kwon Do argentino -más allá de siglas y
de aspectos puntuales como el olimpismo-, y sería esperable de dichas
autoridades un gesto de grandeza, madurez y realismo en ese sentido.
Hasta ahora la CAT ha servido, con aciertos y errores, para canalizar
sólo una parte. Si "el Estado somos todos", debería ocuparse de todos,
y de incluir a, y nutrirse de, los grupos a quienes ha ignorado hasta
ahora por una autoimpuesta restricción estatutaria, muy cuestionable
aun desde lo jurídico. Si el Tae Kwon Do argentino tiene sectores muy
desarrollados en lo técnico-deportivo-organizativo, el Estado debería
contar con un ente rector acorde a la importancia que esta disciplina
ha adquirido en el país. No bastan pequeños ajustes, se impone un
replanteo total. Aunque el desafío sea enorme, no puede ser ignorado,
La tradición del Tae Kwon Do que hemos recibido de los maestros es
la de no rehuir nunca a un desafío.
A la mayoría de los instructores nos resultan evidentes los be­
neficios del Tae Kwon Do como herramienta para ayudar a la gente a
desarrollarse, lograr confianza en sí misma y abrirse paso en la vida.
En inglés se llama em pow erm ent Recuerdo la iniciativa de Ricardo Gal-
cerán, quien hace cerca de quince años había comenzado un programa
social de Tae Kwon Do en la villa de La Cava, como entre muchos otros
también lo ha hecho Enrique Godoy en Esperanza, Pcia. de Santa Fe,
empleando esta disciplina para alejar a los niños y jóvenes de la calle
y las drogas. Tengo presente a instructores como Viviana Rivera y Vi­
viana Santangelo, que trabajan con chicos con capacidades especiales,
proponiéndoles con tesón metas y mostrándoles cómo son capaces
de conseguirlas (un referente en este tipo de trabajo con jóvenes con
Síndrome de Down es Benjamin Evans de Nueva Zelanda). Porque
más allá de lo circunstancial, ahí está la esencia del Tae Kwon Do, en
el espíritu de superación de las propias limitaciones, desde lo más fí­
sico -recordar una secuencia, poder romper una madera, saltar a una
altura o animarse a combatir con un rival- hasta lo más elevado, que
es lo más simple. Esos profesores predican con el ejemplo, son verda­
deros "sabom", modelos a seguir. El Tae Kwon Do se ve honrado y lava
todas las manchas que pueda tener gracias a actos como los que estos
cinturones negros llevan a cabo en distintos lugares de la Argentina,
En junio del 2010 en Corea del Sur la Universidad de Chung Chong,
que anualmente organiza un torneo de Tae Kwon Do, llevó a cabo un
Festival en donde las modalidades Mundial e internacional desarro­
llaron competencias paralelas, cada una según su reglamento -con
destacada presencia argentina-. No se trató de un evento oficial de
WTF, pero significó sin duda de un paso importante, especialmente si
se considera que en dicho país en gran medida persiste la imagen del
estilo ITF como ligado al gobierno norcoreano, con la intranquilidad
que ello conlleva en un país con la frontera más caliente del mundo.
El lema convocante fue “WI are one" ("W” de WTF, e T de ITF), un
juego de palabras que se traduce como "WTF e ITF somos uno" Ahí
el equipo de trabajo de Néstor Galarraga tuvo un papel decisivo. El
Festival fue un éxito, y muestra cómo aun en un lugar donde es mucho
más justificada la división, hay espacio para concebir la unión, que no
significa necesariamente unificación. Cuando comparo Taekwondo
WTF y Taekwon-Do ITF veo que hay coincidencia en once de las doce
letras. Hay mucho para hacer por las primeras nueve, que son el mar
sobre el que navegamos. Lo otro, son olas que se renuevan, le dan la
gracia del movimiento, el color de la diferencia.
Esta historia muestra a los cultores argentinos del Tae Kwon Do su
origen común y las realidades que tocan a sus sectores más represen­
tativos. Es la historia de unos hombres que vinieron desde otra parte
del mundo para enseñar algo extraordinario, que muchos no nos can­
samos de disfrutar, compartir y cuidar. Y cuando en conjunto tomemos
conciencia de ese legado, y cuando seamos lo suficientemente maduros
como para reconocer nuestra identidad común, en la fuerza que da la
unidad, podremos aprovechar el promisorio momento que vive nues­
tra disciplina. Para que dentro de varias décadas, se escriba una feliz
continuación de este texto que diga que hemos ayudado a "construir un
mundo más pacífico", la promesa y anhelo final del Gral. Choi.
* * *

Un amigo que considero sabio, que hace casi cincuenta años se


dedica a estudiar y tratar las contradicciones y los autosabotajes de la
gente, me contaba hace poco que de sus lecturas y de la vida ha apren­
dido que la desmesura es la medida de lo humano. Que somos espíritu
y carne, "chispa divina y pantera", y que esa participación en lo divino,
en lo inconmensurable, nos hace quererlo todo (¡para lo cual hay que
despojarse de todo!), nos dirige hacia el Todo. Quien se conforma con
poco no es plenamente hombre, ni merece ser llamado tal. Lo entiendo,
y los que practicamos artes marciales lo sabemos; no nos basta con
poco: lo que hacemos exige muchas horas de dedicación y estamos
dispuestos a entregarlas sin demasiado cálculo, embargados por esa
grandeza que percibimos subyacente al Tae Kwon Do. Lo nuestro es
"arte" y es "marcial": individualista, libre e inefable como lo primero,
práctico, disciplinado y jerárquico como lo segundo. En general no nos
gusta demasiado que nos llamen "deportistas", y directamente nos
ofende que alguien diga que tenemos un “hobby". Lo que hacemos ~ya
es casi un cliché- es "una forma de vida". Pero eso realmente expresa lo
que sentimos, tanto tiempo dedicado a algo se hace carne en uno. Esa
desmesura explica en Tae Kwon Do los egocentrismos y las dificulta­
des para emprender proyectos conjuntos. También explica esfuerzos y
logros físicos casi sobrehumanos, o una tenacidad que nos gusta rela­
cionar, según el caso, con la "perseverancia" o el "espíritu indomable".
* * *

Son las nueve menos diez de la noche. El taxi se desliza rápida­


mente sobre el pavimento húmedo a través del microcentro de Bue-
nos Aires. Dejo atrás la oficina después de haber estado todo el día
trabajando en esa nueva versión del contrato que le acabo de mandar
al cliente. A través de la ventana, veo la calle semivacía y las bolsas de
basura que esperan ser recolectadas. Estoy cansado, y pienso en lo
lindo que sería volver a casa. Pero hoy no me toca. Me separan veinte
cuadras para encontrarme con Dani, Pablo, Ezequiel (si se recuperó de
su lesión], Christian (que hace un año debería haber rendido para ne­
gro) y los demás muchachos. Un grupo de locos lindos que promedian
los treinta y pico, que mientras el resto de los habitantes de la ciudad
empieza a relajarse, reuniéndose en torno a una mesa o frente al tele­
visor, se visten de blanco, pegan saltos y gritan nombres en coreano.
Llego al gimnasio y comienza nuevamente el mismo ritual. Formar
en una línea y, aislados del mundo, encontrar nuestro espacio dando
rienda suelta al fuego interior. Patear, bloquear, traspirar, pelear. Una
hora y media en que no se puede aflojar. Sobre el final de la clase, me
saludan con una reverencia y gritan "/T a e k w o n Seguimos una tradi­
ción, que algún día les voy a contar. La de Lee, de Yang, de Florindo y
también -porque la realidad es pluricausal- la de Kim, de Choi y del
Gral. Choi. Aunque con este libro van a entender un poco más, ellos
no lo necesitan. Ya entienden lo importante: ponen garra, son leales,
no flaquean ni cuando los aprieto ni cuando la vida los exige. Esta
noche nos movimos de lo lindo, alguno me hablaría de las endorfinas,
aunque a los 43 años mí excitación obedece más a que considero un
logro personal cada vez que completo una práctica fuerte. Termino de
ducharme y, nuevamente con el saco y la corbata -más floja- salgo del
vestuario, apago las luces y cierro el dojang. Son las once de la noche,
y la zona se pone fea, por lo que tres de los muchachos me esperan. Al
despedirse, Sebastián y Emir me dan un abrazo, y Jaime me dice, con
su picaro acento peruano, "Buena clase, ¡sabonazo!".
El "Do" es la senda que cada uno recorre en la vida: me voy cami­
nando a la parada del 39 mientras pienso en que Marina y los chicos
ya estarán durmiendo, y que yo estoy más vivo que nunca. Más no le
podría pedir a Dios.
Agradezco a todos aquellos que han contribuido a este trabajo con
sus fotografías, en particular: A Han-Chang Kim por las fotos de pági­
nas 333, 337, 339, 350,375, 380 y 447; a Yong-Chae Ku por la fotografía
de página 361; a Miguel Hladilo (Revista Yudo Karate) por las fotos de
páginas 341, 344, 346, 353, 355, 359, 363, 379, 385, 396, 398, 403,406,
411 (la de Sunini), 420, 422, 431 (la de Ferreiro], 434, 439, 452, 457,
4 5 9 ,4 6 0 ,4 6 6 (las de Villanueva, Desimone y Galarraga) y 468; a Félix
Solas por la de página 404; a Rodolfo Samara por las de página 348; a
Enrique Godoy por la foto de página 357, a Roberto Villalba por la de
página 367; a Mario Troiano por la de página 400; a Edgardo Villanue­
va por la suya de página 411; a Claudio Iedwab por la de página 414;
a Pedro Florindo por las fotos de páginas 428 y 432; a Ricardo Rieiro
por la suya de página 431, y finalmente a Jorge Ambrústolo (Revista
Mundo Marcial) por la fotografía de página 466 de Maraño, Ramisch y
Trajtenberg. Las fotos de páginas 417 y 450 pertenecen al autor.
R e s u l t a d o s a r g e n t in o s e n l o s c a m p e o n a t o s
MUNDIALES DE ESTILO ITF (1 9 7 4 A 2007)

Nota: Este apéndice se refiere exclusivamente a competencias de adul­


tos entre 1974 y el 2007; quedan excluidos campeonatos juveniles
y de veteranos.

ITF l s t World TKD Champiortships en Montreal, Canadá, los días 4 y 5 de octubre


de 1974, con la participación de 450 competidores de 27 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Javier Dacak (Oro) Masculino - rotura de potencia con


canto de mano
(a pesar de que el Sr. Dacak había nacido en Paraguay,
compitió para la Argentina)

ITF 2nd World TKD Championshíps en Oklahoma, Estados Unidos de América,


septiembre de 1978, con la participación de 350 competidores de 21 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Javier Dacak (Oro) Masculino ~ rotura de potencia con


canto de mano
(a pesar de que el Sr. Dacak había nacido en Paraguay,
compitió para la Argentina)

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce


Equipo Masculino Roturas ARGENTINA Bronce
Miembros del equipo Daniel Schmidt, Ricardo Gurtler,
Eduardo Palmisano, M. Alejandro
De María, Daniel Sanmarco, Yong
Chol Kim, Javier Dacak, Roberto
Sáenz
ITF 3rd World TKD Championships en Resistencia, Chaco, Argentina, agosto de
1981, con la participación de 219 competidores de 13 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Olga Azucena Zorzón ( Oro) Femenino Sparring


Adolfo Quirce (Oro) Masculino - rotura de potencia con
patada circular
Alejandro De María (Oro) Masculino ~rotura de potencia
con patada frontal

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata


Miembros del equipo Alberto Katz, Eduardo Palmisano,
Alejandro De María, Del Archi-
prete, Ricciardelli, jorge Cara-
bajal, Yong Choi Kim, Dante Tizza-
no, Bechorouch, Sachs, jorge
Rábago, Adolfo Quirce, Guillermo
Dávoli, Noel Vidarte

ITF 4 th World TKD Championships en Glasgow, Escocia, del 20 al 23 de abril


1984, con la participación de 396 competidores de 23 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Ebel Barat (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (76 a
82 kg.)
Miembros dél equipo Ebel Barat, Néstor Galarraga,
Mario Troiano, Edgardo Villanueva,
Alcides Solís, Mario Sánchez

ITF 5th World TKD Championships en Atenas, Grecia, del 22 al 24 de mayo de


1987, con la participación de 396 competidores de 26 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh5_results.html

Resultados argentinos: Pablo Sabalain (Plata) Masculino Esquemas lery 2do Dan
Carlos Bianchini (Plata) Masculino Sparring ler y 2do Dan
Peso Super Pesado (+80kg)
Miembros dei equipo Pablo Sabalain, Marcelo Vatrano,
Francisco Petrocco, Marcelo
Franzotti, Jorge Rábago, Gustavo
Pérez, Daniel Burban, Eric Calvo

ITF 6th World TKD Championships en Budapest, Hungría, del 8 al 10 de abril de


1 9 8 8 , con la participación de 6 5 0 com petidores de 4 6 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pubjweb/vereng/WSenCh6_results.html

Resultados argentinos: Pablo Sabalain (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan


Marcelo Vatrano (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan
Sobrina Condró (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan
Sobrina Condró (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano
(58 kg)
Fabian Pini (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.)
Mario Shaur (Oro) Masculino Sparring Peso Super
Pesado (+80 kg.)
Pablo Sabalain (Oro) Masculino Rotura de salto en largo
patada lateral
Fabio Bernardo (Oro) Masculino Rotura de salto en alto
patada circular

Equipo Masculino Roturas especiales ARGENTINA Bronce


Miembros del equipo Pablo Sabalain, Marcelo Vatrano,
Francisco Petrocco, Marcelo
Franzotti Mario Shaur, Fabian
Pini

ITF 7th World TKD Championships en Montreal, Canadá, del 18 al 21 de agosto


de 19 90, con la participación de 520 com petidores de 51 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Olga Azucena Zorzón (Oro) Femenino Sparring Peso


Pesado (-69 kg.)
Marina Fernández (Oro) Femenino Sparring Peso
Mediano (-63 kg.)
Noemí Prone (Plata) Femenino Sparring Peso Liviano (-62 kg.)
Martín Montes (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Ricardo Rieiro (Bronce) Special Breaking
Mario Shaur (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg)
Equipo Masculino Special Technique Breaking ARGEN
TINA Oro
Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata
Premio Mejor Competidora (Femenino) NoemíProne
Overall país ARGENTINA Bronce
Miembros del equipo Fausto Mercado, Fernando Pigni,
Humberto Próspero, Mario Shaur,
Mariano Bechara, Pablo Milikotá

ITF 8 th World TKD Championshíps en Pyongyang, República Popular Democrá­


tica de Corea, del 10 al 15 de septiembre de 1992, con la participación de 6 4 4
com petidores de 67 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh8_results.html

Resultados argentinos: Fabián Pini (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan


josé Maidana (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Marcelo Vatrano (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan
Fabian Pini (Bronce) Masculino Sparring Peso Liviano (-63 kg.)
Pablo Ferreiro (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.)
Ricardo Rieiro (Oro) Masculino Rotura Especial
Noemí Prone (Bronce) Femenino Rotura Especial
Noemí Prone (Oro) Femenino Rotura de Potencia

Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Bronce


Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Bronce
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Rotura Especial ARGENTINA Plata
Equipo Masculino Rotura Especial ARGENTINA Plata
Equipo Femenino Overall ARGENTINA Bronce
Segundo país Overall ARGENTINA
Miembros del equipo Ricardo Rieiro, Humberto Prós­
pero, Pablo FerreiroMario Shaur,
Roberto Moya, Marcelo Vatrano

ITF 9 th World TKD Championshíps in Terrenganu, Malasia, septiem bre de 1994,


con la participación de 8 0 0 com petidores de 72 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenCh9_results.html


Resultados argentinos: Alejandro Banega (Plata) Masculino Esquemas 2do Dan
Federico Pascual (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan
José Maidana (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Inés Capiello (Bronce) Femenino Esquemas ler Dan
Sabrina Condró (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
María Carullo (Oro) Femenino Sparring Peso Micro (-52 kg.)
Gisella Micelli (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado (-70 kg.)
Mónica Abdala (Plata) Femenino Sparring Peso Super Pesado
(+70 kg.)
Carlos Uriarte (Plata) Masculino Sparring Peso Micro (-54 kg.)
Ricardo Rieiro (Oro) Masculino Sparring Peso Mediano
(-71 kg.)
Hernán Cisternas (Oro) Masculino Sparring Peso Super
Pesado (+80 kg.)
Carlos Bonomo (Oro) Masculino Rotura de Potencia

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata


Equipo Masculino Overall ARGENTINA Plata
Segundo país Overall ARGENTINA
Miembros del equipo Marcelo Vatrano, Mario Shaur;
Ricardo Rieiro, Mariano Bechara,
Pablo Ferreiro, Sergio Maceira

ITF 1 0 th World TKD Championships en San Petersburgo, Rusia, del 3 al 6 de julio


de 1997, con la participación de 1 2 0 0 com petidores de 70 países.

Resultados generales: http://www.tkd-itf.org/pub_web/ver_eng/WSenChlO_results.html

Resultados argentinos: Alejandro Banega (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan


Paula Iglesias (Bronce) Femenino Esquemas 3er Dan
NoemíProne (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Paula Iglesias (Bronce) Femenino Sparring Peso Micro (-52 kg.)
Vilma Fernández (Bronce) Femenino Sparring Peso Me­
diano (-63 kg.)
Ana M. Coronel (Plata) Femenino Sparring Peso Pesado
(-70 kg,)
javier Romitrovsky (Bronce) Masculino Sparring Peso
Pesado (-80 kg.)

Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Bronce


Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce
Miembros del equipo Masculino Hernán Cisternas, Eugenio
Favalli, Sergio Maceira,
Marcelo Bordiez, Brian
Mutri, Andrés Facciano

Miembros del equipo Femenino Ana M. Coronel, Paula


Iglesias, NoemíProne,
Carolina Menegazzo,
Silvana Velazquez,
laura Díaz

ITF l l t!l World TKD Championships en Buenos Aires / Rosario / Mar del Plata,
Argentina, del 28 de agosto a! 5 de septiembre de 1999, con la participación de
8 0 0 com petidores de 76 países.

Resultados generales: h ttp ://w w w .tkd-itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hll_re-


sults.html

Resultados argentinos: Alejandro Banega (Plata) Masculino Esquemas 3er Dan


Federico Pascual (Broncej Masculina Esquemas 4to Dan
Gabriela Cabral (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan
jana Pascual (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan
Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Paula Iglesias (Bronce) Femenino Sparring Peso Micro (52 kg)
Silvana Velazquez (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano
(-58 kg.)
Romina Quintana (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado
(-70 kg.)
Federico Figari (Bronce) Masculino Sparring Peso Liviano
(-63 kg.)
Marcelo Bordiez (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado
(-80 kg.)
Natalia Sánchez (Plata) Femenino Rotura de Potencia

Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Plata


Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Plata
Equipo Masculino Rotura Especial ARGENTINA Oro
Equipo Femenino Rotura Especial ARGENTINA Oro
Equipo Masculino Overall ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata
Segundó país Overall ARGENTINA
Miembros del equipo Masculino Ricardo Rieiro, Hernán
Cisternas, Alejandro
Gartenbank, Pablo
Ferreiro, Alan Andreassi,
Ariel Alemanno

Miembros del equipo Femenino Carolina Menegazzo,


Vilma Fernández,
Paula Iglesias; Silvana
Velázquez, Silvina
uerin Q

Taekwondo International 5th World Open Championships en Eindoven, Holan­


da, el 13 y 14 de mayo del 2000.

Resultados no disponibles on-line.

Resultados a rgentinos: Miryam Szychowski ( Oro) Femenin o Sparring Peso Me­


diano (-62 kg.)
Marina Serrano (Plata) Femenino Sparring Peso Liviano (-52 kg)
Carolina Menegazzo (Bronce) Femenino Sparring Peso
Liviano (-52 kg.)
Mariela Ledesma (Bronce) Femenino Sparring Peso Mediano
(-62 kg)
Federico Figari (Plata) Masculino Sparring Peso Liviano (-52 kg)
Juan José Sunini (Oro) Masculino Sparring Peso Mediano
(-70 kg.)
Christian Ksairi (Plata) Masculino Sparring Peso Mediano
(-70 kg.)
Alejandro Bordiez (Bronce) Masculino Sparring Peso Medio-
Pesado (-76 kg.)
Alejandro Cricelii (Oro) Masculino Formas Musicales
Marina Serrano (Oro) Femenino Formas Tradicionales
Sebastián Freire (Oro) Masculino Rotura de potencia de
canto de mano
Silvana Velázquez (Oro) Femenino Rotura de potencia
giro de patada lateral
Mariano Nani (Oro) Veteranos Masculino Rotura de
potencia de canto de mano
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Oro
Miembros del equipo Masculino Marcelo Cremona,
Federico Figari, Pa­
blo Ferreiro, Juan
José Sunini, Ezequiel
Borracer, Alejandro
Gartenbank

ITF 1 2 th World TKD Championships en Rimini, Italia, del 3 al 8 de julio del 2001,
con la participación de 700 com petidores de 6 4 países.

Resultados generales: http://w w w .tkd~itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hl2_re-


sults.html

Resultados argentinos: Elias Gaché (Bronce) Masculino Esquemas ler Dan


Juan Silvia (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Gabriela Cabral (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan
Karina Wasserman (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan
Noemí Prone (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Carolina Menegazzo (Bronce) Femenino Sparring Peso
Micro (-52 kg.)
Ana Coronel (Bronce) Femenino Sparring Peso Pesado (-701<g.)
Patricia Garelik (Plata) Femenino Sparring Peso Super
Pesado (+ 70 kg.)
Pablo Fuertes (Bronce) Masculino Sparring Peso Mediano
(- 71 kg.)
Cesar Favalli (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.)
Marcelo Recalde (Bronce) Masculino Special Technique
Breaking

Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Plata


Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Bronce
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Bronce
Miembros del equipo Masculino Pablo Ferreiro•,César
Favalli Leandro Money,
Leandro López, Iván
Protti, Alejandro
Gartenbank
Taekwondo International 6th World Open Championships en Miami Beach,
EEUU, en noviembre del 2 0 0 2 .

Resultados no disponibles on-line.

Resultados argentinos: Juan José Sunini (Plata] Masculino Sparring Peso Mediano
(-70 kg.)
Alejandro G artenbank (Plata) Masculino Sparring Peso
Pesado (-82 kg.)
Pablo Ferreiro (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado (-82 kg.)

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Oro


Miembros del equipo Masculino Brian Mutri, Federico
Figari, Pablo Ferreiro,
Juan José Sunini, Eze~
quiel Borracer, Alejan­
dro Gartenbank

A p artir de aquí la ITF se dividió en dos (y luego tres) grandes ram as, cada una
sosteniendo ser la misma, legítima continuadora de la ITF y organizando en
tal ca rácter torneos mundiales.

Aquí identificamos la línea de Tran Trieu Quan, la línea Choi Jung Hwa (el hijo del
Gral. Choi), y la línea Chang Ung de Corea del Norte.

Consecuentemente:

1 3 th World ITF TKD Championships Chang Ung ITF en Tesalónica, Grecia del 11
al 15 de junio de 2 0 0 3 con la participación de 8 5 0 com petidores de 75 países.

Resultados no disponibles on-line

Resultados argentinos: Javier Mamani (Bronce) Masculino Sparring Peso Mediano


(■71kg,)
Miembros del equipo Masculino Andrés Facciano, Jorge
Pinto, Daniel Burgos,
Javier Mamani, César
Ceballos
1 3 th World ITF TKD Championships Tran Trieu Quan ITF en Varsovia, Polonia,
del 12 al 16 de junio del 2 003.

Resultados generales: http://w w w .tkd-itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hl3_re-


sults.html

Resultados argentinos: Marcos Favallí (Plata) Masculino Esquemas 3er Dan


Soledad Serrano (Oro) Femenino Esquemas 2do Dan
Karina Wasserman (Plata) Femenino Esquemas 3er Dan
Moira Lenti (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Carolina Menegazzo (Oro) Femenino Sparring Peso
Micro (~52 kg.)
María L. Quinteros (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano
(-58 kg.)
Ana Coronel (Oro) Femenino Sparring Peso Pesado (~70 kg.)
Patricia Garelik (Oro) Femenino Sparring Peso Super
Pesado (+70 kg.)
Iván Serrano (Oro) Masculino Sparring Peso Micro (-54 kg.)
Marcos Favalli (Bronce) Masculino Sparring Peso Mediano
(- 70 kg.)
Cesar Favalli (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (-80 kg.):
Marcelo Recalde (Bronce) Masculino Roturas especiales

Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Bronce


Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Plata
Segundo País Overall ARGENTINA
Miembrosdel equipo Femenino Patricia Garelik, Gabriela
Maraño, Carolina Mene­
gazzo, Lorena Koller,Ana
M. Coronel Paula Gon­
zález

Miembros del equipo Masculino Marcelo Bordiez, Eu­


genio Favalli, César
Favalli, Marcos Fava-
lli, Iván Protti, Ale­
jandro Gartenbank

1 3 th World ITF TKD Championships Choi Jung Hwa ITF en Seúl, República de
Corea (Corea del Sur), del 17 al 19 de octubre del 2 0 0 4 .

Resultados no disponibles on-line.


Resultados argentinos: Ariel Alemanno (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan
Aristides Palipoli (Oro) Masculino Esquemas 2do Dan
Sebastián Escada (Plata) Masculino Esquemas 3er Dan
Sergio Oyarzo (Bronce) Masculino Esquemas 3er Dan
Ezequiel Unzien (Bronce) Masculino Esquemas 2do Dan
Carlos Ríos (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Laura Perazelli (Bronce) Femenino Esquemas 3er Dan
Natalia Biassella (Bronce) Femenino Esquemas 2do Dan
Germán Bianchi (Oro) Masculino Sparring Peso Pesado
(-80 kg.)
Ezequiel Pini (Plata) Masculino Sparring Peso Mediano (-71 kg)
Andrés Germán (Bronce) Masculino Sparring Peso Pesado
(SO kg.)
Daniel García (Bronce) Masculino Sparring Peso Super
Pesado (+80 kg.)
Natalia Mauas (Oro) Femenino Sparring Peso Liviano
(-52 kg.)
DaianaJousse (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano (-52 kg.)
Myriam Szychowski (Oro) Femenino Sparring Peso Mediano
(-58 kg.)
Yamila Srur (Oro) Femenino Sparring Super Peso Pesado
(+70 kg.)

Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Plata


Equipo Femenino Power Breaking ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Special Breaking ARGENTINA Bronce
Equipo Masculino Special Breaking ARGENTINA Bronce
Mejor País Overall ARGENTINA
1 4 th W orld ITF TKD C h am pionsh ips Chang Ung ITF en Caloundra, Queensly,
Australia, del 9 al 14 de julio de 2 0 0 5 , con la participación de 4 5 0 competidores
de 5 0 países.

Resultados no disponibles on-line.

Resultados argentinos: La Argentina no envió un equipo; tan solo participó un pu­


ñado de argentinos a título individual sin llegar al podio.
1 4 th W orld ITF TKD C ham pionships Tran Trieu Quan ITF en Dortmund, Alema­
nia, del 2 8 al 31 de julio del 2 0 0 5 .

Resultados generales: http://w w w .tkd-itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hl4_re~


sults.html
Resultados argentinos: Soledad Serrano (Oro) Femenino Esquemas 2do Dan
Noelia F erra r o (Bronce) Femenino Esquemas 3 e r Dan
Kañna Wasserman (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Gabriela Maraño (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano
( 5 8 kg.)
Jesica Rojas (Bronce) Femenino Sparring Peso Mediano ( 6 3 kg.)
Mauricio R odríguez (B ronce) Masculino Sparring Peso
Liviano (- 63 kg)
Pablo Ferreiro (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado ( 8 0 kg.)
Iván Protti (Oro) Masculino Sparring Super Peso Pesado
(+80 kg.)
Marcelo Recalde (Bronce) Masculino Roturas especiales
Natalia Sánchez (Oro) Femenino Rotura de potencia

Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Plata


Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Oro
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata
Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Plata
Equipo Masculino Rotura de potencia ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Rotura de Potencia ARGENTINA Oro
Equipo Masculino Overall ARGENTINA Oro
Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata
Miembros del equipo Iván Protti, Leandro Money, Joña-
tan Batista, Gabriel Gentenarij
Pablo Ferreiro, Alejandro Gar­
tenbank

14th World ITF TKD Championships Choi Jung Hwa ITF en Birmingham, Ingla­
terra, del 1 al 5 de agosto del 2007.

Resultados generales: http://w w w .itfw orldcham pionships.com /indexl.htm

Resultados argentinos: Darío Núñez (Oro) Masculino Esquemas le r Dan


Fernando Morena (Plata) Masculino Esquemas 2do Dan
Aristides Palipoli (Oro) Masculino Esquemas 3er Dan
Ezequiel Unzien (Bronce) Masculino Esquemas S er Dan
Diego Marrero (Oro) Masculino Esquemas 4to Dan
Ariel Alemanno (Bronce) Masculino Esquemas 4to Dan
Juan Bernasconi (Plata) Masculino Esquemas 5to Dan
Belen Apicella (Bronce) Femenino Esquemas l e r Dan
Mariana Fram datti (Plata) Femenino Esquemas 2do Dan
Romina Andaluz (Bronce) Femenino Esquemas 3 e r Dan
Inés Latorre (Plata) Femenino Esquemas 4to Dan
Axel Vargas (Oro) Masculino Sparring Micro Weight
Nicolás Delmedico (Oro) Masculino Sparring Peso Liviano
Ariel Alemanno (Oro) Masculino Sparring Peso Mediano
Natalia Mauas (Oro) Femenino Sparring Peso Micro
Fernanda Frambatti (Oro) Femenino Sparring Peso
Mediano
Fernanda Fram batti ( Plataj Femenino Special Breaking

Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Oro


Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Plata
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Plata
Equipo Femenino Sparring ARGENTINA Bronce
Equipo Femenino Roturas especiales ARGENTINA Plata
Mejor Equipo Overall Masculino ARGENTINA
Mejor País Overall ARGENTINA

15th World ITF TKD Championships Chang Ung ITF en Bled, Eslovenia, del 24
al 2 9 de abril de 2007, con la participación de 8 0 0 com petidores de 72 países.

Resultados generales: http://w w w .taekw ondo-itf.si/

Resultados argentinos: Guillermo Alvarado (Oro) Masculino Sparring Peso


Pesado (-85 kg.)

ISth World ITF TKD Championships Tran Trieu Quan ITF en Quebec, Canadá,
del 31 de mayo al 3 de junio del 2007.

Resultados generales: h ttp://w w w .tkd-itf.org/pub_w eb/ver_eng/W SenC hl5_re-


sults.html

Resultados argentinos: J. Guenin (Oro) Masculino Esquemas le r Dan


j. Vasallo (Plata) Masculino Esquemas 3 e r Dan
Diego Marrero (Oro) Masculino Esquemas 4to Dan
María Laura Quintero (Plata) Femenino Esquemas l e r Dan
Soledad Serrano (Oro) Femenino Esquemas 2do Dan
Noelia F erra r o (Bronce) Femenino Esquemas 3 e r Dan
Karina Wasserman (Oro) Femenino Esquemas 4to a 6to Dan
Estanislao Serrano (Bronce] Masculino Sparring Peso Liviano
(- 63 kg)
Jonathan Batista (Plata) Masculino Sparring Peso Pesado (-80]
Denis Turnes (Plata] Masculino Sparring Peso Super Pesado
(+80 kg)

Equipo Masculino Esquemas ARGENTINA Plata


Equipo Femenino Esquemas ARGENTINA Oro
Equipo Masculino Sparring ARGENTINA Oro
Segundo País Overall ARGENTINA
Miembros del equipo Masculino Marcelo Bordiez, Iván
Protti, Jonatan Ba­
tista, Denis Turnes,
Leandro Money, Marcos
Favalli

Miembros del equipo Femenino (Esquemas) Karina


Wassermann, Noelia
Ferraro, María L,
Quinteros, Mariel
'Eva D

Taekwondo International 8th World Open Championships en Birmmgham,


Inglaterra, del 30 de junio al 1ro de julio del 2007.

Resultados generales: h ttp://w w w .tagb.biz/tkdi/w orldcham ps/resultados.xls

Resultados argentinos: Sebastián Freire (Oro) Masculino Formas tradicionales


ITF-WTF
Giselle Moreno (Bronce) Femenino Form as tradicionales
ITF-WTF
Walter A rrosteguichar (Bronce) Masculino Sparring Peso
Liviano "Semicontacto al punto"
Raúl Ramos (Plata) Masculino Sparring Fly Weight (-58 kg.)
estilo ITF
Sergio Sánchez (Bronce) Masculino Sparring Fly Weight (-58
k g ] estilo ITF
Moreno Giselle (Bronce) Femenino Sparring Peso Liviano (-52
kg.) estilo ITF
Carolina Menegazzo (Oro) Femenino Sparring Peso
Mediano (-58 kf) estilo ITF
Rita Zabaliche (Plata) Femenino Sparring LightPeso Pesado
(-62 kg.) estilo ITF
Gabriela Basualdo (Oro) Femenino Rotura de Potencia
patada lateral
Gabriela Basualdo (Oro) Femenino Rotura de Potencia
giro de patada lateral

Equipo Femenino Overall ARGENTINA Plata


Alex Gillis es practicante de artes marciales, periodista de inves­
tigación y docente universitario de escritura. Ha entrenado varios
estilos de Tae Kwon Do durante casi 30 años, incluyendo los estilos tra­
dicional y Olímpico, así como Karate Shotokan y Tai Chi. Comenzó con
el Tae Kwon Do en su adolescencia, a comienzos de los 80, en Ottawa,
Canadá, con el Gran Maestro Park Jung-Taek y el Mtro, Phap Lu. Unos
años más tarde continuó su práctica con el Gran Maestro Park Jong-
Soo en Toronto. Allí es donde conoció a su actual instructor, el Mtro.
Lenny Di Vecchia, con quien ha estado practicando desde hace más
de 15 años. Gillis también obtuvo un cinturón negro de la World Tae­
kwondo Federation (WTF), el estilo Olímpico, hace cerca de 20 años,
y actualmente está preparándose para rendir su examen de cinturón
negro 5to Dan en Tae Kwon Do tradicional.
Gillis nació y pasó su infancia en Ottawa, donde obtuvo sus títu­
los universitarios en Desarrollo Internacional y luego en Periodismo.
Enseña Escritura de Ensayo en una de las mejores facultades de perio­
dismo del Canadá, en Ryerson University. También escribe en revistas
de su país, y contribuye con proyectos de comunicación para organi­
zaciones de caridad. Es padre de dos hijos.
Gillis escuchó por primera vez sobre los años fundacionales del
arte marcial de boca del Mtro. Di Vecchia. Como periodista de inves­
tigación, profundizó en las historias sobre la misión norcoreana de
asesinato que involucraba al General Choí, y en la participación central
de Kim Un-Young en la brutal Agencia Central de Inteligencia surco-
reana (KCIA), y descubrió que eran verdaderas. Gillis se introdujo en
el mundo de apuestas a "todo o nada" de esos hombres y entrevistó a
los pioneros de ese arte para escribir Un arte mortal: la historia oculta
del Tae Kwon Do. Lo que descubrió es algo que abre Ips ojos y aumenta
la posición de poder de quienes son parte del arte marcial más popular
del mundo.
Un arte m ortal es probablemente el libro del que más se habla en
Tae Kwon Do. Se ha transformado en un éxito mundial por ser uno de
los primeros libros que presenta la verdadera e impactante historia de
este arte marcial. Ha sido traducido al inglés, español y alemán, y es
vendido por Internet y en librerías de todo el mundo.
Manuel Esteban Adrogué es abogado graduado en la Universidad
de Buenos Aires (Diploma de Honor, 1991), Máster en Derecho Empre­
sario de la Universidad Austral (tesina sobre derecho societario califi­
cada "Sobresaliente", 1995), y se dedica activamente a su profesión. En
el terreno de las artes marciales, fue graduado 6to Dan de Tae Kwon
Do en 2009 por el GM Han Chang Kim, Iniciado en 1983, se formó bajo
el Mtro. Pedro Florindo, bajo cuya dirección permaneció por más de 20
años. Su temprano interés en la especialidad y el dominio del idioma
inglés lo llevaron a colaborar como cronista en revistas especializadas
y como consecuencia, a entrevistar, tratar y tomar clases con leyendas
mundiales del arte marcial coreano como el Gral, Choi Hong Hi, GM Ji
Han Jae, GM Sihak Henry Cho, GM Kim Pyung Soo, GM Hwang Hyun
Chul y GM Kong Yong Bo, entre otros.
Adrogué es reconocido por la precisión de su técnica, y en su
entrenamiento tienen un lugar preponderante los aspectos menos
difundidos del Tae Kwon Do como arte marcial tradicional, su técnica
básica y su relación con la defensa personal. Aunque su dedicación
a la competencia ha sido circunstancial, ha competido exitosamente
en una veintena de torneos, siendo varias veces campeón nacional
de combate y formas de la Escuela Argentina de Tae Kwon Do a fines
de los 80 e integrando entonces el seleccionado de combate de dicha
organización. Internacionalmente, participó en los All American Open
Championships, New York, 2001 (Campeón de Roturas -categoría cin­
turón negro- y 2o en Formas -categoría Maestros-), en el l s t WUMAO
International Championships, Los Angeles, 1995 (Campeón de Formas
-categoría cinturón negro-) y en los British Open Championships de la
Tae Kwon Do Association of Great Britain, Leicester, 1993 (3er puesto
en Formas -categoría cinturón negro-).

Autor de prestigio internacional, cuenta con más de cuarenta ar­


tículos escritos sobre historia y técnica de artes marciales. Entre sus
publicaciones -que pueden ser encontradas en su página web www,
taekwon.com.a r- se destacan "Ancient Military Manuals and Their Re-
lation to Modern Korean Martial Arts", publicado en el Journal of Asían
Martial Arts (noviembre, 2003),"Shunte de Okinawa, Karate okinawen-
se vs. Karate japon és y el enigma de Anko Itosu ¿procer o traidor?”, San
Ti Magazine (septiembre, 2008) y UITF Taekwon-Do and Sine Wave as
‘Sequentiaí M otion M ore pow er than w hat m eets the eyé\ Totally Tae
Kwon Do magazine, con un exhaustivo análisis del movimiento si-o
nusoidal de ITF (mayo, junio y julio 2010). En 2008 recibió el Premio
Artista Marcial, y ese mismo año viajó a Corea con el GM Han Chang
Kim, introductor del Tae Kwon Do en la Argentina. Adrogué dirige
junto con los Profs. Marcelo Cremona y Pablo Ferreiro la organización
TIIA -Taekwon-Do Instructores Independientes de Argentina- Está
casado y es padre de cuatro hijos.
Se terminó de imprimir en Impresiones Dunken
Ayacucho 357 (C1025AAG) Buenos Aires
Telefax: 4954-7700 / 4954-7300
E-mail: [email protected]
www.dunken.com .ar
Noviembre de 2011
Aiex Gillis es periodista de investigación
y profesor universitario de escritura
periodística especializado en literatura
de "no-ficción".
Ha entrenado diversos estilos de Tae
Kwon Do por más de 25 años. Escuchó
por primera vez sobre la increíble
historia del Tae Kwon Do de boca de
uno de sus instructores, y así se le
abrieron las puertas al intrépido
mundo de Choi Hong Hi y Kim Un Yong,
que llegó a conocer entrevistando a los
maestros pioneros del Tae Kwon Do.

Manuel E. Adrogué es abogado


dedicado:; al derecho empresarial/
además de un estudioso de la historia
y la técnica de fas artes marciales.
Practica Tae Kwon Do desde inicios de
los 80 y ha tomado clases en el país y
en el exterior con muchos de ios más
reconocidos expertos mundiales. Es
cinturón negro 6o Dan y enseña a un
puñado de alumnos una variante
tradicional de dicha disciplina.

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