La Oracion y Su Importancia
La Oracion y Su Importancia
La Oracion y Su Importancia
Nuestro Dios es un Dios que escucha y contesta la oración. Escuchar la oración es uno de sus
atributos, es parte de su naturaleza. Dios se deleita en ser llamado “El Dios que escucha y el que
contesta la oración” (salmo 65:2)
Intercesión del Hijo de Dios por los suyos. Esta oración es para nosotros los creyentes completa
seguridad de que Dios está velando por nosotros como sus hijos, y el se interesa por nuestro
bienestar en el mundo.
Podemos estar seguro que esta oración fue oida por el Padre y que se cumple en los hijos de
Dios porque el mismo Cristo dijo cuando se encontraba frente a la tumba de Lazaro: "Padre,
gracias por haberme oido. Yo sabía que tu siempre me oyes, pero lo dije por causa de la
multitud que esta alrededor, para que crean que tu me has enviado".
(Juan 11:41-42)
UNA ORACIÓN DE ARREPENTIMIENTO
"…Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo".
(I Juan 2:1)
Como creyentes, aún con una naturaleza de carne sobre nosotros, tenemos falta y cometemos
pecados. Dios está dispuesto a perdonarnos siempre que vengamos a El con un corazón sincero,
contrito y humillado. Siempre que oramos, debemos reconoder ante Dios nuestras faltas y
pecados y el es misericordioso para limpiarnos y hacernos volver a nuestro lugar de origen con El.
Tal como nosotros pecamos, David, un rey de Israel que según dice la Biblia era un hombre
conforme al corazón de Dios, peco. David después de haber reconocido su pecado fue ante Dios
con la oración que encontramos en el Salmo 51. He aquí un bosquejo de la oración de David que
puede servir de ejemplo para nosotros. Aunque David sufrió cierto castigo por su pecado, Dios le
perdonó y le restauró.
Petición por Perdón y Misericordia (51:1,2)
Ten piedad de mi oh Dios, conforme a tu misericordia
Lávame más y más de mi maldad, y limpiame de mi pecado
Confesión de Pecado (51:3-6)
Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado esta siempre delante de mi.
Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas
reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tu amas la verdad en lo intimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduria.
Oración por limpieza moral (51:7-12)
Purificame con hisopo, y seré limpio; Lávame y seré mas blanco que la nieve.
Hazme oir gozo y alegria, Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.
Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espiritu recto dentro de mi.
No me eches de delante de ti, y no quites de mi tu santo Espiritu.
Vuelveme el gozo de tu salvación, Y espiritu noble me sustente.
Promesa de Servicio Renovado (51:13-17)
Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti.
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia.
Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espiritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciaras
tu oh Dios.
Petición para Restauración Nacional (51:18,19)
Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros en tu altar.
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda comparecerse de nuestras debilidades,
sino que uno que fue tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquemos,
pues, al confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro".
(Hebreos 4:41-15)
El Padre Nuestro
(Mateo 6:5-9/ Lucas 11:2-5)
Y cuando oren no sean como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y
en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.
Mateo 6:5
El Padre Nuestro es la oración más conocida en la Biblia. No importa cual sea el antecedente de
niñez Cristiano, esta es una de las primeras oraciones que se les son enseñadas a los niños. Todos
los que fuimos de niños a la iglesia podemos recordar nuestra maestra de escuela dominical quién
nos la enseñó.
Muy a menudo algunos piensan que esta oración es simplemente para ser repetida vanamente
como si tal acción tuviera algún tipo de efecto. Esta oración nos sirve como un modelo el cual se
ha de seguir cuando vamos en oración ante nuestro Dios y Padre. Los discípulos le pidieron a Jesús
que le enseñar a orar y así Jesús lo hizo, Él les dijo que oraran así, y les dijo el Padre Nuestro.
Cree usted que Jesús quiso decir a sus discípulos que siempre repitieran lo mismo a Dios cuando
oraran. Yo no lo creo. La repetición de un conjunto de palabras no lleva en sí ningún poder.
Algunas religiones, aunque muy bien intencionadas, dicen a sus miembros que para recibir perdón
o ser escuchados por Dios necesitan repetir tantas o más veces algún tipo de oración o estribillo
que alguien ha compuesto. Eso es puro engaño.
La oración es una forma de adoración a Dios. Cuando se ora busca llegar a la presencia de Dios, se
busca llegar a su corazón. Para llegar al corazón de Dios se requieren mas que buenas intenciones.
Jesús dijo que el Padre busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad. La oración incluye
esto. El mismo apóstol Pablo escribió a los Efesios sobre la necesidad de orar en el Espíritu.
Efesios 6:18
Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu,
y velando en ello con toda perseverancia y suplica con toda
perseverancia y suplica por todos los santos
Para orar en el Espíritu necesitamos tener un buen entendimiento de lo que encierra la oración.
Jesús nos dejó un buen ejemplo de lo que es o debe estar incluido en la oración para que sea una
oración de la cual Dios se agrade. A continuación presento un bosquejo de "El Padre Nuestro" en
el cual se explican cada una de las partes de esta oración a la luz de la Sagrada Escritura.
Padre Nuestro
NO puede haber Padre sin Hijo(s). Todos los seres humanos NO SON hijos de Dios. Las personas
tienen la creencia de que todos los seres humanos son hijos de Dios y que por consiguiente todos
somos hermanos. En cierto modo esta creencia es cierta pero solamente desde un punto de vista
amplio en la aplicación:
Hechos 17
28 Porque en él [Dios] vivimos, y nos movemos y somos; como
algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque
linaje suyo somos.
Pablo les dice a los Atenienses que todos los humanos somos linaje de Dios, pero eso es desde el
punto de vista en el cual todos somos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Tenemos un
espíritu, tenemos conciencia moral de lo bueno y lo malo y tenemos cierta libertad de actuación y
control para funcionar y tomar decisiones.
Génesis 1
Y dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza.
Ahora, desde el punto de vista estricto la Biblia misma nos indica lo contrario. Solamente aquellos
que creen en Cristo y le reciben son hechos hijos de Dios:
Juan 1:12
Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de varón sino de Dios.
Estos son los verdaderos hijos de Dios. Los que son engendrados por El de su propia voluntad. No
por voluntad humana. El apóstol Pablo dice a los Romanos que solo los que son guiados por el
Espíritu son hijos de Dios:
Romanos 8:14
Porque los que son guiados por el Espíritu, estos son hijos de
Dios.
Lo más interesante de esto es que Dios dice que el no oye a los impíos. El solo oye a sus hijos. La
única ocasión cuando Dios oye al impío es cuando este clama a El arrepentido pidiendo perdón por
su pecado.
Juan 9:31
Sabemos que Dios NO OYE a los pecadores; pero si alguno es
temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye.
Padre Nuestro
Dios es padre no solamente mío en un sentido individual sino que también es padre "nuestro" en
un sentido corporal. Cuando nos dirigimos a Dios en oración lo hacemos como "uno" de sus hijos.
Debemos mantener claro que Dios es Padre de todos.
Esta frase nos debe recordar que debemos pensar en otros cuando oramos. Que no debemos
pensar egoístamente pidiendo a Dios solo lo que necesitamos nosotros y nuestra familia
olvidándonos de los demás. El creyente en su oración debe interceder por los demás miembros del
cuerpo de Cristo que son tan hijos de Dios como lo es el o ella.
Que estas en los cielos
¿Dónde esta Dios? La Biblia nos enseña que Dios es "Omni-presente", él esta en todas partes. Esta,
según dice el Salmista en todos lugares, no hay un lugar donde el hombre pueda irse que Dios no
este presente.
Salmo
¿Dónde me esconderé de tu presencia?
No solamente esta Dios en todas partes sino que mora individualmente en cada uno de nuestros
corazones.
Juan 14:23
El que me ama, mis palabras guardará y mi Padre le amará, y
vendremos a el, y haremos morada con él.
Aún con todas estas declaraciones, Dios tiene su morada en los cielos. Aunque Dios se nos
presenta como un Padre que esta a nuestro alcance y que desea comunicarse con nosotros sus
hijos, también nos deja saber que esta por encima de nosotros. Dios no esta a nuestro nivel, Su
morada esta en los cielos. El hijo de Dios debe mantener siempre en su mente de que aunque Dios
es su padre y esta dispuesto a ayudarle en todo, debe ser tratado con respeto, pues esta por
encima de Él.
Santificado sea tu Nombre
Adoración y Reconocimiento. Ese es el énfasis en esta frase. Jesús les dice a sus discípulos que Dios
es Santo, que su nombre es Santo. Él es santo y debemos entenderlo muy claramente. En la
actualidad la gente se comporta y pide a Dios como si fuera un cualquiera. Es necesario entender
que Dios es santo y demanda santidad. El mínimo nivel de santidad que Dios requiere de sus hijos
es la perfección. Dios demanda que sus hijos se interesen por ser como él es. En cierta ocasión
Jesús dijo:
Mateo 5:48
Sed, pues vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto.
El nombre de Dios ha de tenerse siempre en alta estima. Dios no dejara de castigar a quién tome
su nombre en vano. El quinto mandamiento dice:
Éxodo 20
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no
dará Dios por inocente al que tomare su nombre en vano.
Cuando oramos debemos mantener el hecho de que Dios es santo y su nombre es santo. Debemos
recordar que él merece toda Gloria y toda honra. A Dios se le debe adoración pues solo él la
merece. Dios desea adoradores. Debemos de dedicar tiempo para adorar a Dios en nuestras
oraciones. Es fácil pasar por alto esta parte tan importante de la oración e ir directamente a pedir
a Dios por nuestra necesidad, por nuestro problema o por nuestros deseos. Sin embargo, Dios
desea que le adoremos.
Cuando dedicamos tiempo para adorar a Dios entendiendo quién él es verdaderamente, entonces
entenderemos que no importa cual sea la situación la cual estemos pasando él cuidará de
nosotros. El mismo Cristo nos dice:
Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas.
La prioridad mayor en el creyente debe ser buscar a Dios por quién él es, no por lo que puede
darle.
Venga tu Reino
¡Cristo es Rey! El reino está en el mundo. El reino es su Iglesia. Él es Rey del mundo y del universo.
Cristo tiene todo el poder. El dijo:
Mateo 28:18
"…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra."
De acuerdo a la Palabra de Dios, David subió de la tumba para ocupar el lugar de rey, sino que fue
Cristo mismo quién tomó esta posición de rey sobre la casa de Israel luego de levantarse de entre
los muertos y ascender al cielo.
Hechos 2:34
Porque David no subió a los cielos; pero el mismo dice: Dijo el
Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra Hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente
toda la casa de Israel, que a este Jesús a quién vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Jesús estará sentado en su trono celestial reinando y dominándolo todo y no se moverá de su silla
hasta que haya puesto todo enemigo y poderío debajo de sus pies.
Efesios 1:20-22
[Cristo resucitado de entre los muertos fue sentado a la diestra
de Dios Padre] sobre todo principado y autoridad y poder y
señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este
siglo sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo
sus pies y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia…
El apóstol Pablo en referencia a este evento de Cristo sentado como Rey a la diestra del Padre,
dice:
1 Corintios 15:23
Porque es preciso que reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies.
La Iglesia tiene la responsabilidad de que el reino invisible de Cristo se haga visible en la tierra. Que
las personas vengan a formar parte de este reino. Esto sucede cuando el evangelio es predicado y
las personas nacen de nuevo. Nadie puede ver el reino de Dios si no ha nacido de nuevo (Juan 3:3).
Que las almas sean trasladadas tal como hemos sido nosotros, del reino de las tinieblas de Satanás
al reino de Cristo.
Colosenses 1:15
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y nos ha
trasladado al reino de su amado Hijo.
El mundo se rebela y no se somete al reinado de Cristo (Salmo 2:2-3) pero Cristo se burla de ellos
(Salmo 2:4…)
Sea hecha tu voluntad
El hacer la voluntad de Dios es sumamente importante. El deseo de cada creyente en la oración
debe ser que la voluntad de Dios sea hecha tanto en su vida como en los demás. Que la obediencia
de parte de su pueblo sea hecha manifiesta. Que sus mandamientos sean guardados. Que el
evangelio del reino sea predicado. Que el pueblo sea edificado.
Romanos 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual es la
voluntad de Dios, agradable y perfecta.
El creyente de be de activamente buscar la voluntad de Dios. El hacer la voluntad de Dios es lo que
hace la diferencia entre uno que es verdaderamente un hijo de Dios y uno que no lo es. Jesús
mismo dijo:
Mateo 7:21
No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que esta en los cielos.
Antes de decir estas palabras Jesús dijo: "Por sus frutos los conoceréis". Pero después dijo la
parábola de los dos hombres que construyeron sus casas, uno sobre la roca y otro sobre la arena.
El que construyó sobre la roca lo hizo de acuerdo a la voluntad de Dios. Construyo sobre la palabra
de Dios. La Biblia es la roca que contiene la Palabra de Dios de acuerdo a su voluntad. El verdadero
creyente va a la Palabra y funda su casa (su vida) sobre ella, pero el que no es verdadero no lo
hace.
La Biblia esta llena de instrucciones acerca de como debemos conducir nuestra vida. Es importante
oír la Palabra pero mucho más importante es ser hacedores de la Palabra.
Santiago 1:22
Pero sed hacedores de la Palabra no tan solo oidores...
Esa es la voluntad de Dios. Que seamos hacedores de la Palabra. No podemos orar, "hágase tu
voluntad" si no estamos viviendo en esa voluntad. No hay ningún misterio en esto. La voluntad de
Dios se hará en la tierra a medida que personas como usted y yo estemos dispuestos a obedecer y
no a poner excusas baratas por lo cual no puede ser este o aquello.
Juan 14:21
El que tiene mis mandamientos. Y los guarda, ese es el que me
ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré
a Él.
En la tierra como en el Cielo
No hay duda de que la voluntad de Dios se hace en el cielo. En el cielo, los Ángeles adoran a Dios
sin cuestionarle. Sin embargo en la tierra, el hombre cuestiona todo. Aún los creyentes cuestionan
las enseñanzas más simples de la Biblia. Todo lo que el hombre desea hacer es su voluntad y no la
voluntad de Dios.
De la única manera que la voluntad de Dios será hecha en el cielo como en la tierra, será cuando
comencemos a aceptar esta voluntad revelada en su Palabra y pongamos nuestras ideas y
conceptos a un lado.
Danos el pan Diario (El pan de cada día danoslo hoy)
De la misma manera que Dios cuida de los animales del campo, de la misma manera que Dios
cuidó de su pueblo en el desierto (Salmo 105), así Dios cuidará de sus hijos. Como vemos, Dios
desea que le pidamos el pan diario, es decir el de HOY. Hay un dicho que dice: Ayer es historia,
Mañana es Misterio, pero hoy es un regalo, por eso le decimos "presente". Dios nos ha dado el día
de hoy como un presente. Mañana quizás no llegue. Confiemos pues en Dios quién es poderoso
para darnos nuestro pan cada día.
El apóstol Pablo dice:
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.
El creyente debe de confiar en Dios. Él es nuestro suplidor. Él esta al tanto de todo lo que nos hace
falta y puede y desea suplirnos. La relación con Dios debe ser diaria, si queremos ver la bendición
de Dios diariamente. Quizás usted nunca llegue a ser millonario pero si le es fiel ha Dios y es
obediente y es justo y hace su voluntad, entonces usted podrá decir como dijo el salmista:
Salmo 37:25
Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su
simiente que mendigue pan.
Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores
Esta es una de las partes más peligrosas y más serias de esta oración. Muchos al orar saltarían esta
parte si supieran y meditaran sobre lo que se esta diciendo. Estamos diciendo a Dios que nos
perdone nuestras faltas de la misma manera y al mismo grado que nosotros perdonamos a los que
nos ofenden.
Quizás alguien pueda discutir sobre todas las razones para no perdonar a alguien. Pueden haber
miles buenas razones para que una persona no perdone a otra, pero ninguna debiera ser tan
buena como para evitar que el perdón de Dios llegue a su vida.
Simplemente hablando, Dios no perdona a quién no puede perdonar. Le recomiendo que lea la
historia (parábola) en Mateo 18-23-35 para un ejemplo de la severidad de Dios contra aquellos
que no pueden perdonar a sus semejantes.
Jonathan Edwards En su famoso sermón "La justicia de Dios en la condenación de los
pecadores" dijo:
"Cualquier pecado es mas o menos odioso según sea el honor y majestad
de quién hemos ofendido. Puesto que Dios es de infinito honor, infinita
majestad e infinita santidad, el menor pecado es de infinita
consecuencia"
Delante de Dios no existen pecaditos pequeños y mentiritas blancas. Cualquier mínimo pecado es
grande delante de Dios. El no perdonar a los que nos deben es insultar a Dios.
El perdón a los demás es algo que Dios espera de nosotros. No podemos esperar un premio por
haber perdonado ya que ese es nuestro deber. (Lucas 17:10) El creyente debe pedir
constantemente perdón a Dios por sus faltas. (1 Juan 1:5-10). Y debe perdonar a otros las faltas.
El creyente que no puede perdonar las faltas a otros pone en duda su fe. Es imposible que una
persona llena de amor de Dios, que tiene el Espíritu Santo y que haya nacido de Dios no pueda
perdonar al que le ha hecho mal.
No nos metas en tentación, mas líbranos del maligno
Dios prueba pero no Tienta. La prueba tiene como propósito el crecimiento en nuestra fe, pero la
tentación tiene como fin nuestra destrucción y el pecado. Es pedir a Dios que nos cerque nuestras
vidas para que no caigamos en lazo del Diablo. Tal como Jesús pide en su "Oración Sumo
Sacerdotal" (Juan: 17:15) "no los saques del mundo, guárdalos del mal".
Creo que existen dos maneras en las que el Satanás puede tocarnos, Primero, sola y únicamente
con permiso de Dios. Job (Job ) / Pedro (Lucas 22:31-32) / Pablo ( ) son ejemplos de esto. Y
segundo si se le da lugar. (Efesios 4:27)
Jesús como nuestro Sumo Sacerdote, intercede por nosotros delante del Padre en el cielo.
(Hebreos 4:15)
Porque tuyo es el reino el poder y la gloria
Aunque esta porción no se haya en algunos manuscritos, es aún así una forma apropiada para
terminar nuestra plegaria a Dios. Alabando su nombre, como comenzamos. La alabanza nunca
está de más en nuestras oraciones y Dios se agrada que le adoremos. Que mejor que terminar
nuestra oración dándoles gracias y reconociendo que todo lo que le hemos pedido no puede ser si
el así no lo desea y lo provee.
Más tu, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que te ve en lo secreto; y tu
Padre que ve en secreto te recompensará en público. Mt. 6:6
LOS FUNDAMENTOS DE LA ORACION
“La cenicienta de la iglesia es la oración. Esta criada del Señor es despreciada y desechada
porque no se adorna con las joyas del intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni
con la impresionante tiara de la psicología. Lleva los delantales de honesta sinceridad y
humildad. No teme arrodillarse”. Leonardo Ravenhill
“Nuestra oración, sin embargo, necesita ser engendrada y perseguida con una energía
incansable, una persistencia imperturbable y un valor que nunca desfallezca”. E. M. Bounds
La oración tiene que ver con el hombre entero, la oración abarca todo su ser del hombre, mente,
alma y cuerpo. Es necesario que sea el hombre entero que ora. Así como la naturaleza entera del
hombre entra en la oración de la misma manera su ser entero se beneficia de la oración. Todos los
hombres se benefician de la oración. El hombre entero debe ser ofrecido a Dios al orar. Los
mayores resultados los obtienen los que se entregan a Dios con todo su ser, con toda su alma y
cuerpo postrado ante la presencia del Señor, esta es la condición de la oración triunfante. La clase
de oración que rinde frutos copiosos.
Los hombres de otros tiempos que obtenían mayores resultados de la oración, que lograban
realizar cosas de gran importancia a través de Dios, eran aquellos que se habían dado
íntegramente a Dios en su oración. Dios quiere y necesita todo lo que hay en el hombre para
poder contestar sus oraciones. Dios debe tener un hombre abierto y Sincero a través del cual
ejecutar sus propósitos y planes para bendecir al mismo hombre. Dios no acepta hombres de
doble ánimo. Ni los pusilánimes y vacilantes. No pueden hacer el tipo de oración que es necesaria
aquellos hombres cuya lealtad oscila entre Dios y el mundo.
La santidad es su totalidad, y por tanto Dios necesita hombres santos, hombres abiertos,
transparentes y verdaderos para su servicio y para la obra de oración. “y el Dios de paz os
santifique enteramente; y ruego a Dios que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo sean
preservado sin tacha para la venida de nuestro señor Jesucristo”. Estos son los hombres que Dios
quiere como caudillos para las huestes de su iglesia.
El hombre es trino y uno, y, sin embargo, no es una trinidad ni una dualidad cuando ora, sino una
unidad. El hombre es uno en todo lo fundamental, alma espíritu y cuerpo, cuando el hombre
integro se postra y se rinde en oración. El hombre entero debe orar. El hombre entero, vida,
corazón, temperamento, mente. Cada uno y todos se juntan en el ejercicio de la oración. La duda,
la doblez de ánimo, la división de las afecciones, todas ellas son ajenas a la verdadera comunión de
la oración. La integridad moral y espiritual, así como el carácter y la conducta sin mancha más
blancos que la nieve y la lana, son potencias poderosas sin estorbo en la vida del hombre, y son lo
más hermoso para la hora y las luchas de la oración.
¿Por qué a muchos se les dificulta orar? Al analizar este razonamiento nos encontramos que
pueden ser varios los obstáculos que puede tener una persona para no hacerlo pero el principal de
ellos es La falta de disciplina. En la vida nada se consigue ni se tiene éxito si no se tiene una
disciplina constante, la oración de la misma manera requiere de una constancia y entrega total. El
avance en el mundo de alguien que trabaja y lucha es evidente cuando este tiene un progreso en
las cosas que realiza, tanto en lo material como en lo espiritual. La lectura de la biblia, la asistencia
a la iglesia o la participación en algún ministerio no hace al hombre espiritual, donde se ganan o se
pierden las batallas es en la oración. Muchos hombres pueden tener fama y ser reconocidos en el
mundo pero no en el infierno. Un hombre espiritual es temido por Satanás porque que sabe que
con el siempre lleva las de perder.
Entonces se necesita al hombre entero para orar, hasta que todas las tormentas que agitan
nuestra alma son acalladas hasta conseguir la calma, hasta que los vientos y las olas cesan bajo la
benéfica mano de Dios. Se necesita todo el hombre para orar hasta que la opresión del mismo
infierno sea quebrantada y nuestros enemigos destruidos, hasta que los tiranos crueles y los
gobiernos injustos cambien su naturaleza y sus vidas, así; como su forma de gobernar o dejen de
gobernar.
Se necesitan hombres espirituales con celo de Dios y amantes de las cosas santas y de la santidad
de Dios. Los hombres espirituales producen gente espiritual, se necesita hombres piadosos para
que se entreguen enteramente a la oración con tal intensidad y profundidad que sientan que en
ello se les va la vida. La oración llega muy lejos en su influencia y en los efectos de su gracia. Es un
asunto profundo que se refiere a Dios y a sus planes y propósitos porque está en juego el destino
eterno de la humanidad. La biblia dice; “Y Cristo en los días de su carne, habiendo ofrecido
ruegos y suplicas, con gran clamor y lagrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a
causa de su piedad” (Hebreos 5:7) David brainerd escribió en su diario “Dios me permitió
agonizar en oración hasta que estaba sudando, aunque estaba a la sombre y en un lugar
fresco” El hijo de Dios en Getsemaní estaba agonizando en oración, que puso en acción todo su
ser, “cuando llego a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se aparto de
ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodilla, oraba diciendo: padre, si
quieres aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un
ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor
como grandes gotas de sangre engrumecidas que caían sobre la tierra” (Lucas 22:40-44).
Para ti; ¿qué tan importante es la oración?, la intensidad con que lo hagas determinara tu entrega
y vida espiritual, hoy puedes tener un cambio de perspectiva, Dios está buscando hombres y
mujeres dispuestos a una entrega total, tal vez nunca sabremos el alcance de nuestra oración
hasta aquel día cuando el Señor nos muestre sus efectos alcanzados. Pero así como naaman,
impresionante general leproso se tuvo que bajar del caballo y despojarse de sus ropas, humillarse
y entrar al rio para poder ser limpio de su lepra, es lo mismo que el Señor espera de hombres que
estén dispuestos a descubrirse delante de su presencia para ser limpiados y santificados, para que
así, podamos llevar a cabo sus propósitos. Que Dios te bendiga.
JESUS EJEMPLO DE ORACION
Los cristianos debemos orar por muchos motivos. Somos sus hijos y debemos expresarle nuestra
adoración porque fuimos rescatados por Él y debemos demostrarle y decirle nuestro amor. Como
pecadores que somos debemos suplicar todos los días por su perdón; somos deudores por
habernos dado su preciosa salvación y por tal razón debemos alabarle y adorarlo en acción de
gracias.
Pero hay un motivo especial, que aclara e ilumina todos los anteriores, y es que Jesús, nuestro
Señor, pasó la vida en una actitud de oración permanente con el Padre, y en su enseñanza nos
invitó frecuentemente a orarle a Dios. Por eso oramos los cristianos, porque Jesús, nuestro
salvador y Señor oró y nos pidió que le oremos al Padre sin cesar.
1 Tesalonicenses 3:10: ORANDO de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro
rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
1 Tesalonicenses 5:17: Orad SIN CESAR.
Podemos ver el ejemplo que nos da Jesús en los momentos más difícil de su vida, Él no perdió la
comunicación con el Padre.
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad
conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es
posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus
discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una
hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí
esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los
ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez,
diciendo las mismas palabras. (Mateo 26:38-43)
Los evangelios aluden con insistencia a la oración de Jesús. A veces transcriben las palabras
mismas con que Jesús se dirigía al Padre y a veces solo mencionan el hecho de su oración.
Como ejercicio práctico debemos buscar en los evangelios los pasajes en donde se alude a la
Oración del Señor:
1. Jesús oraba frecuentemente.
Consulta tu Biblia y subraya lo que te llame la atención:
-Mt. 14,23; 26; 36.39.42.44.53.
-Mc. 1,35; 6,46; 14,26.32.35.39.
-Lc. 3,21; 5,16; 6,12; 9,18.28.29; 11,1; 22,41-44; 23,32.
2. A veces los evangelios transcriben las palabras con que Jesús oraba.
Posiblemente te servirán para enriquecer tu oración:
- Mt. 6,9-15; 26, 42.44 -Me. 14,35.39; 15,34.
-Lc. 10,21; 11,2-4; 22,41-44; 23,44-47
-Jn. 11,41-42; 17, 1 sgs.
-Heb. 10,5-7.
3. También hay pasajes de los evangelios que describen las actitudes que Cristo adoptaba para
orar.
Compáralas con las tuyas:
-Mt. 14,23; 19,13; 26,39.
-Me. 1,35; 6,46; 14,35.
-Lc. 5,16; 6,12; 9,18.28; 22,41.
-Jn. 17,1.
- Heb. 5,8.
4. Jesús, por medio de parábolas o de insistentes invitaciones, incita a sus discípulos a orar o les
indica cómo hacerlo.
Asimila su enseñanza:
- Mt. 5,44; 6,5-8; 7,7-11.21; 9,36-38; 18,19-20; 21,13.22; 24,20; 26,41.53
-Mc. 9,29; 11,20-25; 12,38-40; 13,18.33; 14,38.
- Lc. 6,28; 10,3; 11,9-13; 18,1-8; 18,10-15; 21,36; 22,40-46
- Jn. 15,7.16.
5. Jesús promete que orará por nosotros.
Recurre tú a la oración de Jesús, pues abogado tenemos que conoce nuestra indigencia:
- Mt. 18, 19-20
- Jn. 14,16; 17,9 sgs.
- Heb. 7,25.
6. Uno de los aspectos importantes en las oraciones de Jesús es su relación con el Espíritu Santo.
Según San Lucas, después de ser bautizado, Jesús se puso a orar; fue entonces cuando se abrieron
los cielos y descendió sobre Él el Espíritu Santo (Luc. 3, 21-22). Bajo la acción del Espíritu Santo
Jesús se llenó de gozo y alabó al Padre (Luc. 10,21).
En sus enseñanzas a los discípulos, Jesús les animó para que pidiesen, buscasen y llamasen, pues el
Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan (Luc. 11,13).
El mismo se vuelve intercesor ante el Padre: “Yo rogaré al Padre, y El os dará otro Paráclito” (Jn.
14, 16).
Pues el Padre busca adoradores en Espíritu y Verdad (Jn. 4, 21-24).
¿En qué medida tú oras en el Espíritu y para pedir, por medio de Jesús, el Don del Espíritu Santo?
SIETE FUNDAMENTOS DE UNA ORACIÓN PODEROSA
Laura se levantó con visibles señales de cansancio en su rostro. Era lunes. Otro día más de clamor.
Llevaba casi una semana. Una hija suya estaba gravemente enferma en el hospital y ella compartía
el tiempo entre cuidarla, y llegar a casa corriendo para hacer los quehaceres domésticos y doblar
rodilla en clamor, pidiendo al Señor la sanidad de la chica.
“Sólo tú puedes ayudarnos en un momento como éste”, solía repetir en medio de la desesperanza.
Muchas veces pensó que Dios no la escuchaba. A la puerta de su corazón quisieron llamar la
desilusión, la duda y el desánimo. Sin embargo, más por el anhelo que su hija sanara más que por
cualquier otra cosa, siguió perseverando.
Cinco días después fue dada de alta. Los médicos no explicaban la razón de su mejoría. “ Esto no
tiene razón aparente; es ilógico”, le dijo el especialista. Laura reconoció en su corazón que Dios
había obrando un milagro.
Surge aquí una pregunta: ¿Escucha Dios nuestras oraciones?¿Por qué algunas personas parecieran
recibir respuesta inmediata mientras que otras no?
Comparto con usted siete fundamentos que transformarán sus oraciones, en oraciones poderosas;
comenzará a moverse en la dimensión de Dios. ¡Los resultados serán sorprendentes!
1. Estar a cuentas con Dios
Muchas personas buscan a Dios en procura de respuestas. “Normal, ¿quién no lo haría?”, dirá
usted. El asunto es que esa búsqueda se realiza cuando lo necesitan, en los momentos difíciles,
porque es su única alternativa. “Igual, es previsible”, me dirá. Pero añado algo más: procuran un
hecho milagroso aún cuando caminan en pecado. ¡Esa es la diferencia! Buscar a Dios como aquél
que nos resuelve los problemas, pero una vez resolvemos el asunto, distanciarnos de Él. Es una
filosofía signada por la ingratitud que prima hoy día.
Cuando vamos a las Escrituras, descubrimos que es esencial que estemos a cuentas con Dios. No
puede ser de otra manera. Puede que hayamos pecado, y mucho, pero si pedimos perdón a Dios,
Él nos permite estar en el centro mismo de su voluntad. Es algo maravilloso porque recibiremos
respuesta a nuestras oraciones, como escribe el salmista: “Si no hubiera confesado el pecado de
mi corazón, mi Señor no me habría escuchado.”(Salmo 66:18, Nueva Traducción Viviente)
¿Quiere moverse en la dimensión de los milagros? Vuélvase a Dios. Es un paso esencial e
ineludible que le permitirá recibir atención a su clamor. Dios nos ama y quiere lo mejor para
nosotros.
2. Deje de lado toda sombra de duda
¿Ha visto barreras que impiden a las personas avanzar en un camino? Es frecuente. ¿Qué impide
recibir respuesta a sus oraciones? Uno de los obstáculos más comunes es la incredulidad. Impide
las enormes bendiciones que Dios nos tiene.
Explicando a los creyentes del primer siglo acerca de la importancia de la fe, el autor de la carta a
los hebreos en el primer siglo, escribió: “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que
desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con
sinceridad.”(Hebreos 11:6, Nueva Traducción Viviente) También el apóstol Santiago
escribió:“Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden,
porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar
que el viento arrastra y empuja de un lado a otro...”(Santiago 1:6, Nueva Traducción Viviente)
Si aplicamos la lógica al mover de Dios, no ocurrirá nada. Dios obra por encima de la
racionalización humana. Tal vez evalúe que su mayor problema es pensar, una vez le pide un
milagro al Padre celestial, ¿cómo va a hacer Él para responder? Ese no es problema suyo sino de
nuestro Supremo Hacedor. Él es quien responde, a su manera.
3. Unirnos a otras personas en oración
Compartir nuestras peticiones de oración con otros hermanos en la fe, resulta altamente eficaz. Es
un principio que nos ayuda, de un lado a crecer en la fe y de otro, a tocar el corazón de Dios. Así lo
enseñó el Señor Jesús: “También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo
aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo lo
hará.”(Mateo 18:19, Nueva Traducción Viviente)
Además de perseverar, unimos fuerzas. Es algo esencial y poderoso. Encontrará que los obstáculos
a sus oraciones, se desmoronarán. Las barreras caerán a tierra. ¡Dios responderá con poder!
4. Asumir el principio de la intercesión
Recuerde siempre que la oración se orienta en dos direcciones: la primera, por nosotros. Es aquí
donde concentramos el alabar y exaltar a Dios, procurar respuesta a nuestras necesidades,
crecimiento espiritual. Otras oraciones, se encaminan a pedir por los demás. Es lo que llamamos
intercesión.
Los creyentes del primer siglo tenían claras instrucciones de interceder por los demás, tal como
escribe el apóstol: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que
sean sanados.”(Santiago 5:16 a. Nueva Traducción Viviente)
La respuesta del Señor producirá hechos que rebasan toda lógica y la sanidad, en el caso que
alguien padezca alguna enfermedad, incluso aquellas que la medicina considera incurables.
5. Reconozca el poder ilimitado de Dios
Con frecuencia me escriben diciendo: “Pídale a Dios por tal o cual asunto, ya que Dios a usted sí lo
escucha”. ¡Tremendo error! Dios nos oye a todos. Basta que vayamos a Su presencia con la actitud
correcta, confiando en Su poder que no tiene límites.
Quítese de la cabeza la idea de que el Señor oye a unos más que a otros. Eso no es así, como nos
enseña la Biblia: “…La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados
maravillosos.”(Santiago 5:16 b, Nueva Traducción Viviente)
Si clamamos, confiando plenamente en el poder de Dios, no hay límites. Todo cuando le pidamos,
podrá ocurrir. Basta que confiemos y creamos que Su poder va mucho más allá de nuestra
comprensión humana.
6. Pedir en la voluntad de Dios
Recuerdo a un joven que pedía a Dios ser un evangelista famoso. No se preocupaba tanto en
extender el mensaje de Salvación, sino en la fama. Esa era su motivación central. Y se quejaba de
que Dios no respondía. ¿La razón? No pedía para honrar y glorificar a Dios sino para su propio
beneficio.
El apóstol Santiago explicó que esta era la razón fundamental para que nada ocurriera en la vida
de muchas personas: “Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas
intenciones: desean solamente lo que les dará placer.”(Santiago 4:3, Nueva Traducción Viviente)
El problema radica, entonces, en que nos enfocamos en nosotros mismos y no en que Dios haga su
voluntad. Muchos de los tropiezos que enfrentamos en la oración cambiarán sustancialmente si
cambia nuestra actitud. De lo contrario, es decir si seguimos pidiendo para satisfacer nuestros
deseos, ocurrirá lo que advirtió el propio apóstol Santiago: “Esas personas no deberían esperar
nada del Señor.”(Santiago 1:7, Nueva Traducción Viviente)
7. Perseverancia en la oración
Quien no persevera, jamás alcanza la cima. Es un principio que aplica también en la oración. No
podemos pretender que las respuestas se produzcan ya, como si Dios fuera nuestro mandadero. Él
tiene su propio tiempo y su propia manera de obrar.
En alguna oportunidad hizo particular énfasis a este principio. “Cierto día, Jesús les contó una
historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por
vencidos.”(Lucas 18:1, Nueva Traducción Viviente)
Evalúe hasta qué punto usted es un creyente que sigue insistiendo por ese milagro. O tal vez
descubre que se es de aquellos que renuncian fácilmente. Tal vez ahí estriba el que no reciba
milagros.
Cambie sus oraciones
Si duda reviste importancia que cambiemos nuestra forma de orar. Probablemente ni estemos
clamando en la voluntad de Dios, ni con fe o perseverancia, sino en nuestras propias fuerzas. Eso
determina que no haya respuesta. En cambio, si asumimos estos y otros principios que nos enseña
la Biblia, sin duda podremos entrar en la dimensión de los milagros que tanto hemos anhelado.
A propósito, ¿Ya recibió a Jesucristo en su corazón? Es una decisión que debe tomar hoy. La mejor
decisión que toda persona puede tomar, es rendirse a Cristo, Abrirle las puertas de su corazón. Es
sencillo, basta que le diga en oración allí donde se encuentra; “Señor Jesucristo, reconozco que he
pecado y que hasta hoy, mi vida ha sido un fracaso porque la mente del viejo hombre me
dominaba. Gracias por morir por mis pecados en la cruz y abrirme las puertas a una existencia
renovada. Te recibo en mi corazón como único y suficiente Salvador. Haz de mi la persona que tú
quieres que yo sea. Amén”
Puedo asegurarle que su vida jamás será la misma. Aceptar a Cristo es la mejor decisión. Ahora
tengo tres recomendaciones para usted: la primera, que ore diariamente. Orar es hablar con Dios.
La segunda, que lea la Biblia. Es un libro maravilloso en el que aprenderá principios para el
crecimiento y la transformación personal y espiritual, y por último: comience a congregarse en una
Iglesia cristiana. Otras personas que comparten su fe en Jesucristo, le ayudarán en el proceso de
cambio.
LOS 10 ASESINOS DE LA ORACION
2. FALTA DE FE: Tiene un impacto increíblemente negativo en la vida de los cristianos. Sin fe la
oración carece de poder. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la
ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre,
que recibirá cosa alguna del Señor (Santiago 1:6-7). La falta de fe hace a las personas
inestables o de doble animo y las incapacitas para escuchar a Dios o recibir sus dones.
4. FALTA DE TRANSPARENCIA CON DIOS Y CON OTROS: La transparencia es difícil para muchas
personas. Pero la franqueza con otros puede tener un profundo efecto en nuestras vidas. La
transparencia con Dios al orar le coloca en la agenda de Él en lugar de suya, y también le da la
libertad a otros creyentes para que oren por usted estratégica y específicamente. Existe la gran
necesidad de reconocer cuando fallamos y confesarlo pidiendo perdón en humildad. Cuando
confesamos nuestros pecados unos a otros lo cual requiere de nosotros una absoluta
transparencia, Dios puede sanarnos, limpiarnos y experimentamos una restauración espiritual,
física y emocional. Además nuestra transparencia ayuda a otros, porque les muestra que no
están solos en sus dificulta-des. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por los
otros, para que seáis sanados (Santiago 5:16).
6. MOTIVOS FALSOS: cuando nuestros motivos no son buenos, nuestras oraciones carecen de
poder. Por ende es imprescindible cuando hacemos algo, especialmente los grandes proyectos,
examinar porque lo estamos haciendo. Ese proceso expone nuestros motivos. Santiago 4:3,
dice: pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Al orar podemos
examinar si estamos actuando con orgullo, temor, autosuficiencia, egoísmo, conveniencia, etc.,
Dios nos lo mostrara siempre que deseemos escuchar. Y si lo deseamos, Él cambiara nuestros
motivos.
7. LA IDOLATRÍA: Un ídolo puede ser cualquier cosa que se interponga entre Dios y nosotros;
por tanto, idolatría no es, solo adorar una imagen, sino más bien, poner cualquier cosa primero
que a Dios. Los ídolos vienen de muchas formas como el dinero, la fama, una carrera, los hijos,
el placer, etc., pues este es un asunto del corazón. Según Ezequiel 14:3; Dios no permite que un
adorador de ídolos, ni siquiera le hable. Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por
ellos?
8. INDIFERENCIA HACIA OTROS: Esa es una actitud incorrecta, y es abominada por Dios, pues
El se interesa por todos los hombres, sin importar su raza, clase, credo o nación. El Salmo 33:13
dice: Desde los cielos miró el Señor; vio a todos los hijos de los hombres. Las Escrituras están
llenas de versículos que respaldan el anhelo de dios para que haya unidad entre los creyentes,
los hermanos cristianos, los cónyuges, los laicos y los pastores, etc. Un mandamiento nuevo os
doy: que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también se améis unos a otros
(Juan 13:34). A través de la oración a-prendemos a amar a otros. Es imposible que una persona
odie y critique a alguien por quien está orando. La oración genera compasión, no competencia.
10. VOLUNTAD REBELDE: La persona cuya voluntad está rendida a Dios mantiene una relación
con el cómo la que se describe en la parábola de la Vid y los Pámpanos: Si permanecéis en mí, y
mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho...