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Conceptualizar

La conceptualización del problema del paciente requiere una evaluación previa por parte del terapeuta para determinar las áreas problemáticas del paciente en términos conductuales, emocionales, cognitivos y físicos, así como los factores históricos y contextuales que influyen en los problemas. La evaluación implica la recopilación de datos a través de historias clínicas, autoinformes y cuestionarios para comprender las distorsiones cognitivas y esquemas subyacentes del paciente y desarrollar una hipótesis explicativa del caso.

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Conceptualizar

La conceptualización del problema del paciente requiere una evaluación previa por parte del terapeuta para determinar las áreas problemáticas del paciente en términos conductuales, emocionales, cognitivos y físicos, así como los factores históricos y contextuales que influyen en los problemas. La evaluación implica la recopilación de datos a través de historias clínicas, autoinformes y cuestionarios para comprender las distorsiones cognitivas y esquemas subyacentes del paciente y desarrollar una hipótesis explicativa del caso.

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COMO CONCEPTUALIZAR EL PROBLEMA DEL PACIENTE

En los procesos de psicoterapia se necesita identificar los problemas principales


de un cliente y comprender los factores predisponentes, precipitantes y
mantenedores de aquellos problemas, as� como la relaci�n que esos factores tienen
en la vida del paciente (Sim, Gwee&Bateman. 2005).
En este contexto, una formulaci�n cl�nica es esencialmente una hip�tesis acerca de
las causas, precipitantes e influencias mantenedoras de los problemas psicol�gicos,
interpersonales y conductuales de una persona (Eells. 1997).
La formulaci�n de un caso (o conceptualizaci�n de caso o formulaci�n explicativa)
es un modelo de los mecanismos que causan, controlan o mantienen los problemas
psicol�gicos de un paciente particular. La formulaci�n de un caso indagado es vital
en terapia porque la selecci�n de un tratamiento apropiado exige un conocimiento de
lo que est� causando o manteniendo los problemas del paciente. En otras palabras,
la planificaci�n de un tratamiento se basa directamente en la formulaci�n de un
caso (Morris. 2003).
Otras definiciones se�aladas en la literatura son aquellas dadas por Sperry,
Gudeman, Blackwell y Faulkner (2000), quienes la conciben como un proceso de
vincular un grupo de datos e informaci�n para definir un patr�n coherente y as�
ayudar a establecer el diagn�stico, facilitar la explicaci�n y preparar al cl�nico
para el trabajo terap�utico y la intervenci�n. Wolpe y Turkat (1985) la definen
como una hip�tesis que relaciona todos los componentes presentes, explica por qu�
esas dificultades se han desarrollado, y provee predicciones acerca de la condici�n
del paciente (cit. en Sim, Gwee&Bateman, 2005).
Sperry (1989) la define como un breve enunciado por escrito, que resume de forma
integrativa, y que combina significativamente los datos relevantes acerca del
patr�n de un individuo, en torno a su funcionamiento actual y psicopatolog�a. Es
indispensable para la planificaci�n del tratamiento y la negociaci�n de las
intervenciones.
En pocas palabras, la formulaci�n cl�nica es un mapa que orienta al terapeuta en la
comprensi�n e intervenci�n sobre el caso, y permite llenar el vac�o que existe
entre diagn�stico y tratamiento. Puede ser vista adem�s como un v�nculo en la
intersecci�n de la etiolog�a y la descripci�n la teor�a y la pr�ctica, y la ciencia
y el arte (Sim, Gwee&Bateman, 2005).
Existe una variedad de m�todos sistem�ticos para la construcci�n de la formulaci�n
de un caso. Cada uno de estos m�todos se basa en una teor�a gu�a que muestra c�mo
usar los conceptos y principios de dicha teor�a para la elaboraci�n de las
formulaciones de un caso a partir de la informaci�n cl�nica.
En t�rminos generales, una formulaci�n de caso en psicoterapia tambi�n incluye
informaci�n descriptiva en la cual est� basada la hip�tesis explicativa y
recomendaciones prescriptivas que se derivan de ella. La informaci�n descriptiva se
centra en hechos que proveen una fuente de informaci�n precisa, pero que sin
embargo nunca puede estar completamente libre de la percepci�n desde un marco
te�rico particular. El componente prescriptivo se deriva de estas descripciones y
propone un plan de tratamiento (Eells, 1997).
Para poder estudiar que es la conceptualizaci�n del problema del paciente es muy
importante usar la Conceptualizaci�n Terap�utica de Beck (1976) por contar esta
modalidad de terapia cognitiva con un respaldo cient�fico y metodol�gico lo
bastante suficiente y relevante para servir de modelo general.
El proceso psicoterap�utico supone recorrer tres etapas diferenciadas las cuales
resumidas quedar�an de la siguiente manera:
1. Primera etapa: conceptualizaci�n del proceso y la observaci�n.
o Finalidad: Entrenar al paciente para ser un mejor observador de su conducta.
o Medios:
? a) Redefinir el problema presente: En t�rminos de relaci�n pensamiento-
afecto-conducta (P-A-C).
? b) Reconceptualizar el proceso de intervenci�n:
? Modificar los c�rculos viciosos P-A-C que mantienen el problema.
? Hacer el sujeto menos vulnerable a ciertas situaciones y disminuir las
reca�das.
? c) Recogida de datos y auto-observaci�n:
? Conceptualizar los problemas cognitivamente.
? Definir etapas y objetivos graduales de intervenci�n.
? Elegir un problema para la auto-observaci�n: explicar al sujeto los auto-
registros.
2. Segunda etapa: generar alternativas.
o Finalidad: Ayudar al paciente a desarrollar pensamientos y conductas
alternativas adaptativas incompatibles con los c�rculos viciosos P-A-C anteriores y
problem�ticos.
o Medios:
? a) Cambio de conductas manifiestas: t�cnicas conductuales y cognitivas.
? b) Cambio de la actividad auto-reguladora (pensamientos y emociones):
t�cnicas conductuales y cognitivas.
? c) Cambio de estructuras cognitivas o creencias t�citas sobre el s� mismo y
el mundo: t�cnicas conductuales y cognitivas.
Tercera etapa: mantenimiento, generalizaci�n y prevenci�n de reca�das.
o Finalidad: Consolidar, mantener y generalizar los cambios logrados y
disminuir la probabilidad de reca�das.
o Medios:
? a) Atribuir los logros terap�uticos al trabajo del paciente, sobre la base de
sus tareas para casa. (Atribuci�n interna de los cambios).
? b) Identificar con antelaci�n situaciones de alto riesgo futuro y desarrollar
habilidades preventivas de tipo cognitivo-conductual.

Regresando al tema que nos interesa que es la conceptualizaci�n del problema del
paciente podemos decir que para poder conceptualizar el problema del paciente es
necesaria una evaluaci�n previa de parte del terapeuta.

LA EVALUACI�N:
Los objetivos generales son:
� (1) Elicitar los pensamientos autom�ticos y significados asociados
idiosincr�ticos.
� (2) Buscar evidencias para los pensamientos autom�ticos y significados
personales.
� (3) Dise�ar experimentos conductuales para probar la validez de los
pensamientos autom�ticos y significados personales.

Dentro del contexto de objetivos el primer paso consiste en evaluar los problemas
que el paciente trae a consulta y conceptualizarlos en t�rminos cognitivos-
conductuales. Los objetivos generales de la evaluaci�n y conceptualizaci�n ser�an:
� 1� Determinar las �reas problem�ticas del sujeto en t�rminos de componentes
conductuales (Conductuales, Emocionales, Cognitivos, Motivaciones y F�sicos). Ello
supone traducir las expresiones de malestar "sintom�tica" a t�rminos conductuales.
Esto se ha denominado en el campo de la modificaci�n de conducta con el t�rmino de
"An�lisis topogr�fico" (p.e Paterson, 1967).
� 2� Determinar qu� �reas relacionales afectan y se ven afectadas por los
"s�ntomas" del sujeto, y el c�mo est�n afectadas. Esto se suele hacer mediante el
llamado "An�lisis funcional conductual" (p.e. A. Godoy, 1991).
� 3� Recogida de datos sobre la Historia del problema (Desarrollo, Factores
precipitantes, tratamientos anteriores) y otros datos socio-familiares
(antecedentes familiares).
� 4� Conceptualizaci�n cognitiva de los problemas. Este punto es propio de la
C.T, ya que los tres anteriores son similares a los realizados en otras
orientaciones conductuales. Los problemas se agrupan y clasifican en categor�as
"inferenciales" cognitivas; fundamentalmente en t�rminos de hip�tesis sobre
distorsiones cognitivas y supuestos personales.
M�TODOS GENERALES DE LA EVALUACI�N:
Los m�todos de evaluaci�n empleados en la C.T son diversos. Los m�s empleados
suelen ser la HISTORIA CL�NICA (cognitiva-conductual), LOS AUTO-REGISTROS y los
CUESTIONARIOS (tanto de tipo cognitivo-conductual como psicom�tricos). La primac�a
de emplear estos m�todos (p.e en vez de la observaci�n directa) viene dada por la
relevancia de los aspectos subjetivos (cognitivos, emocionales) en este enfoque.
La historia cl�nica suele tener el siguiente formato: (A. Maldonado, 1990;
Karataos, 1991).
- Historia cl�nica para la C.T-
1. DATOS DE FILIACI�N (Nombre, edad, trabajo, etc)
2. ENUMERACI�N DE LOS S�NTOMAS:
� Nivel cognitivo
� Nivel afectivo
� Nivel conductual
� Nivel motivacional
� Nivel f�sico
o Datos objetivos (p.e B.D.I)
o Diagnostico (p.e DSM-IV/CIE-10)
3. �REAS AFECTADAS EN LA VIDA DEL SUJETO (Trabajo, familia.)
4. HISTORIA DE LA QUEJA ACTUAL Y EPISODIOS PREVIOS:
� Atribuci�n sobre los problemas.
� Historia del problema.
� Episodios previos similares.
� Tratamientos anteriores y otros tratamientos actuales.
5. OTROS PROBLEMAS (Trabajo, matrimonio.)
6. HISTORIA FAMILIAR:
� Antecedentes ps�quicos y f�sicos. Tratamientos seguidos.
� Relaciones del paciente con sus familiares y percepci�n que tiene de ellos
(car�cter, apoyo.).
7. HISTORIA PERSONAL:
� Conceptualizaciones del paciente (p.e atribuciones, categorizaciones).
� Historia familiar, social, laboral, educacional y sexual-afectiva.
En cuanto a los auto-registros, estos deben ser adaptados al nivel de comprensi�n
del paciente y su nivel evolutivo (p.e ni�os). Aqu� presentamos una adaptaci�n del
auto-registro formulado por Beck (1976). Tambi�n es frecuente que los cl�nicos
adapten los auto-registros al tipo de problema tratado (p.e obsesiones, fobias,
etc.).

(Adaptaci�n Ruiz.1990)

SITUACI�N Y
ACONTECIMIENTO ESTADO
EMOCIONAL
.Intensidad
(0-10) PENSAMIENTO
AUTOM�TICO
.Grado de creencia (0-10) CONDUCTA Y
RESULTADO CAMBIO DE
PENSAMIENTO
AUTOM�TICO
.Grado de creencia (0-10) CAMBIO DE
CONDUCTA NUEVO ESTADO
EMOCIONAL
.Intensidad
(0-10)

Los cuestionarios utilizados en la C.T van dirigidos a recoger informaci�n de los


c�rculos interactivos o viciosos entre pensamientos- afectos y conductas, la
intensidad de estos componentes y las distorsiones y supuestos cognitivos
subyacentes. A nivel conductual se utilizan escalas como las de evaluaci�n de la
asertividad, habilidades sociales o autonom�a personal, seg�n el caso. A nivel
emocional se utilizan escalas para la medici�n de estados emocionales (como el
inventario de depresi�n de Beck, la escala de ansiedad de Zung, etc). A nivel
cognitivo son frecuentes los inventarios de pensamientos autom�ticos, distorsiones
cognitivas y Supuestos o creencias. Datos al respecto pueden consultarse de manera
sobrada en las obras de R. Fern�ndez Ballesteros (1987). Nosotros vamos a referir
algunas escalas o cuestionarios cognitivos generales usados con frecuencia.
� (1) Cuestionario de creencias irracionales de Ellis (adaptaci�n de Davis,
Mackay y Eshelman, 1982). Consiste en 100 �tems que formulan creencias racionales e
irracionales, organizadas al azar y que el sujeto punt�a en funci�n del grado de
acuerdo con los mismos. El cl�nico punt�a las agrupaciones en las 10 creencias
irracionales protot�picas referidas por Ellis (1962), detectando las m�s
relevantes.
� (2) Escala de actitudes disfuncionales de Weisman. Consiste en 35 �tems que
agrupan 7 tipos de creencias disfuncionales o supuestos personales, a semejanza de
las referidas por Beck (p.e 1976). El paciente punt�a el grado de acuerdo de los
distintos �tems. El cl�nico agrupa las puntuaciones en funci�n de la puntuaci�n
total para cada creencia.
� (3) Cuestionario de pensamientos negativos (ATQ. Hollon y Kendall, 1980).
Consiste en 30 �tems donde el paciente punt�a la frecuencia en que lo piensa en la
actualidad. El cl�nico los agrupa por los contenidos tipos de pensamientos
autom�ticos puntuados.
En cuanto a las escalas o cuestionarios psicom�tricos el m�s usado es el M.M.P.I y
versiones del mismo (p.e Beck, 1976, Cottraux, 1991). Este cuestionario puede ser
usado para inferencias psicopatol�gicas y para determinar �reas problem�ticas que
pueden ser evaluadas m�s precisamente tras su detecci�n (p.e utilizando escalas
conductuales).
Actualmente los tests proyectivos (p.e T.A.T) est�n siendo reconsiderados como
procedimientos �tiles para la recogida de datos cognitivos-conductuales, al
permitir que el sujeto utilice m�s libremente sus significados personales que en
pruebas m�s estandarizadas (p.e. Meichenbaum, 1977; Avila Espada, 1988).

FORMATO DE CONCEPTUALIZACI�N DE BECK:

Una vez evaluados los problemas, el cl�nico cognitivo puede agruparlos en una
especie de taxonom�a cognitiva, que le va a permitir dise�ar intervenciones
precisas. Beck, utiliza en la C.T el siguiente formato de conceptualizaci�n de los
problemas: (Fig.12)
-CONCEPTUALIZACI�N DE LOS PROBLEMAS-
1. EVALUACIONES INADECUADAS DE LOS HECHOS: Se refiere al tipo de distorsiones
cognitivas que aparecen en el sujeto-problema en cuesti�n.
2. ATRIBUCIONES INADECUADAS: Se refiere a atribuciones causales err�neas que
mantiene el sujeto sobre su conducta, la de los dem�s y los eventos. Creencias
causales err�neas.
3. AUTOEVALUACIONES INADECUADAS: Se refiere a los conceptos, im�genes y
autovaloraciones err�neas que mantiene el sujeto al describirse as� mismo.
4. EXPECTATIVAS IRREALISTAS: Se refiere a las predicciones err�neas o inadecuadas
que mantiene el sujeto sobre lo que puede esperar de los dem�s, el terapeuta o la
terapia.
5. CONDUCTAS MALADAPTATIVAS: Se refiere a las estrategias de acci�n inadecuadas o
deficientes usadas o deficientes usadas por el sujeto para resolver sus problemas
(p.e evitaci�n).
6. NECESIDADES DE RESOLUCI�N DE PROBLEMAS REALES: Se refiere a condiciones reales
de deficiencia o inadecuaci�n (p.e problemas legales o econ�micos y que el
terapeuta puede orientar para su resoluci�n (p.e derivaci�n a servicios sociales,
polic�a, etc.).
7. SUPUESTOS PERSONALES: Se refiere a las creencias t�citas, asunciones o reglas
que el sujeto utiliza para conceptualizar su realidad y as� mismo, y que constituye
el factor nuclear de vulnerabilidad personal.
8. ESQUEMAS TEMPRANOS: Se refiere a asunciones o supuestos relacionados con el
Supuesto Central del problema y que se generaron en �pocas tempranas de la vida del
sujeto.

Es frecuente en la C.T utilizar la primera sesi�n para introducir al paciente en el


modelo de trabajo a utilizar en la terapia. A esta tarea aludimos con la
"socializaci�n terap�utica". Sobre esta actividad se va a construir la base del
"empirismo colaborativo" entre el paciente y el terapeuta. La agenda de la primera
sesi�n contiene los siguientes puntos:
1. Explicar la relaci�n pensamiento-afecto-conducta. Pedir feedback de
comprensi�n.
2. Utilizar una secuencia personal del paciente de pensamiento/afecto/conducta
de una situaci�n anterior vivida con malestar por el paciente. Utilizarla para
apoyar la relaci�n pensamiento-afecto-conducta y como primera hip�tesis sobre
distorsiones cognitivas y supuestos asociados (significados personales). Pedir
feedback de comprensi�n.
3. Explicar la hoja de auto-registro: A partir de la situaci�n actual de
consulta se le pide al paciente que genere sus pensamientos-afectos-conductas
presentes, "aqu� y ahora". Esta informaci�n suele ser relevante como "informaci�n
transferencial".
4. Explicar el proceso terap�utico: Afrontamiento o aprendizaje de resoluci�n de
problemas. Explicar el proceso normal de las "fluctuaciones" o reca�das y el
progreso terap�utico como un aumento de los intervalos de reca�da. Pedir feedback
de comprensi�n.
5. Explicar tareas para casa: Focalizar un problema y registrar su presentaci�n
con la hoja de auto-registro. Incluir un ejemplo.
6. Finalizar la sesi�n: Opiniones, Dudas. Comprensi�n. Pedir al paciente que
resuma la sesi�n. Feedback.

COMO DEFINIR EL PROBLEMA DEL PACIENTE


La definici�n es un mapa que orienta al terapeuta en la comprensi�n e intervenci�n
sobre el caso, y permite llenar el vac�o que existe entre diagn�stico y
tratamiento. Puede ser vista adem�s como un v�nculo en la intersecci�n de la
etiolog�a y la descripci�n la teor�a y la pr�ctica, la ciencia y el arte.
Para definir el problema del paciente es necesario tener una buena formulaci�n
cl�nica lo que trae tiene beneficios integrativos, pues en la medida que resume
aspectos relevantes de un caso en torno a ideas centrales; explicativos, en la
medida que provee insight en torno a los aspectos intrapersonales e interpersonales
del problema, as� como tambi�n en cuanto a la evoluci�n del problema; prescriptiva,
en la medida que facilita el dise�o de metas adecuadas, puntos de intervenci�n,
modalidades y estrategias; predictiva, en la medida que provee una line�base con la
cual ir comparando los avances, a la luz de la identificaci�n de facilitadores y
obstaculizadores del proceso y, finalmente, es tambi�n una gu�a para la relaci�n
terap�utica, al facilitarle al terapeuta la comprensi�n m�s profunda de la relaci�n
terap�utica, identificar las dificultades de la relaci�n, y finalmente facilitar la
empatia con el (la) paciente acerca de la verdadera naturaleza de sus problemas
(Sim, Gwee&Bateman, 2005).
La existencia de una formulaci�n le permite al terapeuta focalizarse en un factor
cuya mejor�a podr�a tener el impacto m�s significativo en el problema o problemas
centrales de un cliente (Bergner, 2003). Las formulaciones cl�nicas son
fundamentales para proveer tratamientos efectivos, y la capacidad para
conceptualizar y escribir sucintamente formulaciones de caso es considerada b�sica
en la pr�ctica cl�nica cotidiana. No s�lo es una herramienta conceptual y cl�nica,
sino que tiene un gran potencial como herramienta de investigaci�n acerca de la
efectividad de la psicoterapia (Sim, Gwee&Bateman, 2005).
El contenido y estructura de una formulaci�n de caso est� inextricablemente unida,
en forma impl�cita o expl�cita, a las visiones de mundo del terapeuta acerca de la
etiolog�a de los problemas emocionales, al debate acerca de las enfermedades
mentales y a las asunciones acerca de lo que es normal y anormal en el
funcionamiento psicol�gico de alguien (Eells, 1997).
Hasta la primera mitad de la d�cada de los ochenta se hab�a desarrollado poca
investigaci�n acerca de las habilidades para formular en los cl�nicos. Una temprana
excepci�n a esta situaci�n es la investigaci�n de Seitz, quien comprob� la escasa
concordancia en formulaciones psicoanal�ticas realizadas por los distintos miembros
de un equipo de trabajo (Seitz, 1996, cit. en Eells, 1997).
Esto pude relacionarse con lo que hab�an se�alado Ben-AronyMcCormick (1980),
quienes despu�s de revisar centros de entrenamiento cl�nico en Canad�, Estados
Unidos y el Reino Unido, encontraron que s�lo un 31% de los centros evaluados
ten�an referencias en el tema, demostrando una tendencia que a menudo se ha
observado, en torno a subestimar la importancia de las formulaciones cl�nicas. Esto
puede deberse a algunos mitos que hay con respecto a las formulaciones, tales como
que solamente los casos de largo tratamiento requieren formulaciones cl�nicas, que
las formulaciones cl�nicas consumen mucho tiempo, que no hay necesidad de redactar
formulaciones por escrito o que las formulaciones cl�nicas pueden desviar el foco
del terapeuta de las comunicaciones actuales del paciente (SimGwee&Bateman, 2005).
Este escenario fue volvi�ndose paulatinamente m�s optimista desde el a�o 1985.
Existen en la literatura hoy m�s de 15 esquemas diferentes para formulaciones de
caso desde distintas corrientes, entre muchas otras, el Core Conflictual
RelationshipTheme (tema conflictivo nuclear en la relaci�n), el m�todo de
formulaci�n de caso, el patr�n Maladaptativo C�clico, el psicodin�mico, el
cognitivo conductual, etc (Eells, 1997).
Las formulaciones de casos son una herramienta cient�fica que ayuda a aumentar la
congruencia entre la hip�tesis explicativa, m�todos e intervenciones, en el
entendido que una incongruencia en este sentido pueden provocar efectos negativos
importantes en la psicoterapia (Eells, 1997).
La investigaci�n y generaci�n de apoyo te�rico y emp�rico en esta �rea podr�a
proveer a los cl�nicos de una retroalimentaci�n acerca de su trabajo y contribuir a
generar entrenamientos cl�nicos m�s espec�ficos.
La formulaci�n cl�nica es una intersecci�n de diagn�stico, tratamiento, teor�a,
pr�ctica, descripci�n, etiolog�a. De este modo, los problemas psicol�gicos y los
objetivos del tratamiento se pueden describir en t�rminos de sus componentes
conductuales, afectivos, relaci�nales, para desde ah� articular las decisiones que
guiar�n la intervenci�n, y lograr un mejor resultado.

COMO SELECCIONAR Y DEFINIR LAS METAS DEL PACIENTE


Para poder seleccionar y definir las metas del paciente es necesario que �l mismo
se de cuenta y tenga claro diversas soluciones a su problema y las metas de a donde
quiere llegar por lo cual el psic�logo puede hacer uso de las estrategias b�sicas
para la generaci�n de alternativas cognitivas- conductuales, entre las que
encontramos.
1. ESTRATEGIAS COGNITIVAS:
1. M�todos que utiliza el repertorio cognitivo del paciente:
o a.1. Distinguir pensamiento de realidad (situaci�n):
1. Uso de situaciones imaginarias: "p.e vas por la calle, ves a un conocido y no
te saluda. �Qu� pensar�as? �Qu� otras cosas podr�as haber pensado?". Tambi�n puede
utilizarse un listado de situaciones imaginarias con distintas interpretaciones a
las mismas y preguntar despu�s por las consecuencias emocionales y conductuales de
cada interpretaci�n.
2. Uso de situaciones personales: Pensar en situaciones similares a las
analizadas pero con distinta respuesta emocional y conductual. Preguntar por
pensamientos asociados. "p.e �Te ha ocurrido antes algo parecido a esto, y sin
embargo te sentiste y actuaste de una manera m�s tranquila?. Si responde que si,
preguntarle: �Y qu� pensaste entonces?".
3. Uso de situaciones personales pero pensando en otra persona actuando ante
ella con una respuesta emocional y conductual mas adaptativa: "p.e piensa por un
momento en una persona que ante esta situaci�n se sintiera y actuara de la forma X.
�Qu� podr�a pensar para lograr eso?". Tambi�n el terapeuta puede plantearle al
paciente si alg�n conocido ha pasado por una situaci�n similar y reaccion� de una
manera m�s adaptativa, o realizar un rol-playing con el paciente (P.e "Yo voy a
hacer de un amigo suyo, p.e Antonio, Bien, yo he vivido una situaci�n parecida a la
suya (se describe) y me he sentido X y actuando de la forma X; y ahora le pregunto,
�Qu� me aconsejas para superar esta situaci�n?".
4. Uso de situaciones personales induciendo verbalmente o por escrito un listado
de pensamientos diferentes a los mantenidos por el sujeto ante esa situaci�n; y
preguntando por sus efectos posibles, emocionales y conductuales.
5. Despu�s de usar una o varias de estas estrategias el terapeuta puede
referirle al paciente como conclusi�n: "Lo que quiero que vea es lo siguiente: La
situaci�n es exactamente la misma, pero cuando te vienten los pensamientos X, t� te
sientes X y act�as de la forma X; y cuando te vienen los pensamientos Y, piensas de
la forma Y, t� te sientes Y act�as de la forma Y. La diferencia est� en el
pensamiento, la situaci�n, la realidad sigue siendo la misma. Adem�s el tipo de
pensamiento que viene a la cabeza condiciona tanto la forma en que t� te sientes y
act�as, en uno y otro caso" (A. Maldonado, 1990).
o a.2. Identificar el proceso de error o distorsi�n cognitiva:
Se usan tanto situaciones personales como imaginarias.
1. Presentamos al sujeto una lista de pensamientos t�picos en esas situaciones
(p.e "depresivas, ansi�genas.�). Le pedimos al paciente que elija en esas
situaciones imaginarias los pensamientos m�s adaptativos en funci�n de sus
consecuencias emocionales y conductuales, y le preguntamos por qu� ha seleccionado
esos y no otros.
2. Sobre el auto-registro del sujeto intentamos ir elicitando una lista de
pensamientos a la misma situaci�n, y entre ellos le pedimos al sujeto que
seleccione los m�s adaptativos en funci�n de sus consecuencias emocionales y
conductuales, y le preguntamos por qu� eligi� esos y no otros.
Despu�s de usar estas estrategias, y si la selecci�n ha sido realmente adaptativa
lo contrastamos con su pensamiento autom�tico original y sus consecuencias
emocionales y conductuales. Esto nos ser� de gran ayuda para programar las tareas
para casa (A. Maldonado, 1990).
2. a.3 Generar pensamientos y conductas alternativas
3. M�todos centrados en las preguntas emp�ricas:
o b.1. Petici�n de pruebas para mantener los pensamientos autom�ticos o
supuestos personales (p.e "�Qu� pruebas tiene para creer que �? �Hay alguna prueba
de lo contrario?")
o b.2. Petici�n de alternativas interpretativas a los pensamientos autom�ticos
o supuestos personales (p.e "�Podr�a haber otra interpretaci�n distinta para ese
suceso?" "�Podr�a haber otra forma de ver esa situaci�n?").
o b.3. Consecuencias emocionales de mantener un pensamiento autom�tico o
supuesto personal (p.e "�A qu� le lleva pensar eso? �Le ayuda en algo?").
o b.4 Comprobar la gravedad de las predicciones negativas (p.e "�Qu�
posibilidades hay de que ocurra eso? Suponiendo que ocurriese �cu�nto durar�an sus
efectos? �Podr�a hacerse algo?").
o b.5 Conceptualizar pensamientos o supuestos vagos en su formulaci�n: (p.e
"�Qu� quiere decir con�?").

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