Taller Solución Acertiva

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TALLER DE PROCESOS DE COMUNICACIÓN

COMUNICACIÓN ASERTIVA
SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE
Inst. Yolja Hernández W.

1. Para avanzar en la competencia vas a hacer una consulta sobre los conceptos de
los estilos de comunicación: Pasiva, agresiva y Asertiva.
2. Ahora visualiza el siguiente enlace y responde el cuadro que está a continuación:

https://youtu.be/Cr_zEA4ul_Y

PERSONAJE ESTILO COMUNICATIVO RASGOS DEL ESTILO


Chef Comunicación agresiva Postura
intimidante,lenguaje
agresivo y ofensivo
Linguini Comunicación pasiva Postura dosil, sumiso,
voz temblorosa
Chef mujer Comunicación asertiva Voz calmada, tono suave,
mensaje concreto, toma
una postura neutra

3. Por último: lee estos dos relatos e identifica en ellos:


a. Estilo o estilos comunicativos descritos en cada relato.
Solucion:

Relato 1:
Estilo agresivo del jefe al momento de llamar la atención a la enfermera y
pasiva de la enfermera a no defender sus derechos

Estilo acertivo del jefe de unidad al comunicarle a su homólogo lo que


pasaba.

Relato 2:
Estilo acertivo de la supervisora general al tratar de solucionar los
inconvenientes que se presentan en el hospital y respetar las posturas de
los pacientes de interponer quejas del modo que mejor parezca
Estilo agresivo del señor que grita y mantiene una postura desesperante y
hace caso omiso a las indicaciones de tranquilidad de la enfermera

b. Posible solución al conflicto desde las técnicas de comunicación asertiva.


Para responder este punto debes consultar las técnicas de comunicación
asertiva.

Solución:

Relato 1: acuerdo acertivo una reunión para encontrar la solución a es


problema de maltrato y sobrecarga laboral

Relato 2: aplazamiento acertivo darle un tiempo a la conversación y que


el señor se calme

Ignorar el paciente y lograr que este se tranquilice al ver muestra nueva


postura

Relato 1
“Mi trabajo se desarrolla en un hospital de tercer nivel, en una nueva unidad creada hace
unos dos años. Desde el principio, algunos profesionales de enfermería cuestionaban
nuestro trabajo, afirmando que se habían creado duplicidad de cargos a beneficios
personales. Estos profesionales, que eran todos de la misma unidad, denunciaron al
comité de dirección la existencia de la nuestra, terminando todo en falta de
conocimientos sobre nuestras competencias por parte de los denunciantes. Desde
entonces ha habido un tira y afloja con algunos de estos profesionales, terminando en
nada debido a que hemos sabido parar la bola de nieve a tiempo y además tenemos una
gran carga de trabajo de la que ocuparnos durante todo el día.
Durante los últimos meses, parece que el conflicto va despareciendo por si solo y
aumenta la confianza entre los dos equipos de enfermería. Es por eso que se van
perfilando procedimientos de colaboración entre las dos unidades y van haciendo
propuestas para mejorar el trabajo entre las dos unidades. Para intentar suavizar el
intercambio de información, ésta sólo se realiza a través de los responsables de las dos
unidades, que son dos médicos, los cuales transmiten los mensajes que las enfermeras les
han comunicado anteriormente.
A mi parecer, este intercambio de información de procedimientos de enfermería a través
de reuniones médicas lo encuentro poco útil además de denigrante para nuestra
profesión, aunque sé que se ha llegado a este límite porque algún compañero de la otra
unidad sigue pensando que no deberíamos existir y aprovecha la mínima oportunidad
para generar conflictos. Desde nuestra unidad quisimos recordar uno de los
procedimientos en concreto, que estaba establecido desde el primer día y que desde
entonces no se seguía. El incumplimiento del procedimiento implicaba que la enfermera
de nuestra unidad tuviera más carga de trabajo durante su turno y ese problema sólo
pasaba en el suyo.
Nuestro responsable nos afirmó que estaba arreglado, que había quedado claro y que no
volvería a pasar. A la semana, la compañera que salía perjudicada me comunicó que todo
continuaba igual y que nada había cambiado. Esta vez, antes de hablar con el responsable
de la unidad –el jefe- para una nueva queja decidí hablar con mi homólogo de la otra
unidad, con quién tengo confianza y un respeto mutuo.
Le comenté que todo seguía igual y le pregunté qué creía conveniente que yo hiciera, si se
lo volvía a decir al jefe o lo intentábamos arreglar entre nosotros, enfermeras y
enfermeros, puesto que todos estábamos avisados. Él me contestó que no entendía el
comportamiento de su propia compañera y que se lo comunicaría vía informal a su jefe y
que yo hiciera lo mismo. Era martes, el final de mi turno y esa semana ya no volvía a
trabajar. No le dije nada al jefe, pensé esperar una semana más a ver si se arreglaba desde
el otro lado.

Ese día tenía reunión con mi equipo de investigación, en el hospital pero fuera de la
unidad, estábamos en la fase final de publicación de un trabajo importante para nosotros.
A la media hora de reunión me sonó el móvil: “el jefe”.
Llamaba a mi número personal y fuera de mi horario laboral. Me preguntó en tono
impulsivo: - ¿Tienes un minuto? - Ahora estoy reunida, si no es muy importante te llamaré
después. – Contesté con prisa. - ¿Qué pasa, ni siquiera tienes un minuto? – Me gritó.
Le dije que sí y en ese momento explotó una bomba con represalias de porqué yo me
creía con el derecho de ir a quejarme al enfermero de la otra unidad, si no le podía decir
las cosas a él, porqué le había escondido que no se había resuelto el problema, que le
ponía en evidencia si no le comentaba las cosas y un largo etcétera de gritos de cinco
minutos de duración. Los compañeros con quienes estaba reunida pudieron escucharlo
todo por el auricular gracias a que su tono de voz estaba elevadísimo, estaban con la boca
abierta y me hacían señas de calma con las manos.
En estos momentos lo primero que sentí fue vergüenza ya que sin estar presente me
dejaba en evidencia delante de mis compañeros, luego pensé que era él mismo que se
estaba poniendo en evidencia y opté por dejarle gritar. Un momento de su pausa le
contesté: - Vale. Supongo que me he equivocado. Lo siento. – Sin sentirlo realmente, sólo
para que se callara y me dejara en paz.
Tuve que repetir unos cuantos “vale” y me dejó con una amenaza de “ya hablaremos”. Yo
me sentía indiferente por los comentarios, sabía que no había hecho nada mal y además
no tiene porqué inmiscuirse el intercambio de información de las enfermeras. Lo que no
iba a perdonarle era el tono de voz y los derechos que se había otorgado gritándome a
través de una llamada telefónica y fuera de mi horario laboral. En ese momento esa
persona me decepcionó completamente”.

Relato 2
“Domingo tarde. Urgencias con un volumen de trabajo espantoso, sin pasillos vacíos, sin
espacio para visitar y yo de supervisora general de todo el Hospital. Continuamente recibo
llamadas de las diferentes especialidades de urgencias para atender a reclamaciones de
demoras, quejas sobre la priorización de los pacientes, entre otras.
Ya son 4 las familias que tras atender a la reclamación han quedado tranquilas pero aun
así, dos de ellas han preferido manifestar su indignación mediante escrito. Cosa que
respeto e incluso puede ser favorable para la institución tener por escrito todo aquello
que supervisión resolvemos con palabras.
Al momento empiezo a escuchar gritos en el pasillo de urgencias. ¿Qué debe estar
pasando? No son gritos de socorro y ni mucho menos de agradecimiento. En verdad solo
se escucha una voz gritando fuerte y otras más suaves. Llego en el pasillo y me encuentro
a la enfermera de triaje intentando calmar al señor que está gritando y dando vueltas en sí
mismo.”

Ejercicio mental para esta tarde:


https://www.youtube.com/watch?v=czaJdREapTQ

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