Bienes de Uso Publico Bajo La Jurisdiccion de La Dimar
Bienes de Uso Publico Bajo La Jurisdiccion de La Dimar
Bienes de Uso Publico Bajo La Jurisdiccion de La Dimar
CONSEJO DE ESTADO
“En este orden de ideas cual es la autoridad competente para adelantar las
investigaciones por destrucción, relleno y ocupación de los mismos?”
“En caso de realizarse la solicitud de concesión por parte de otra dependencia del
mencionado Ministerio (Ejército Nacional, Armada Nacional) quién sería el
beneficiario de la concesión, partiendo que el representante legal de las mismas,
es el Ministro de Defensa Nacional?”
“4. Al entregarse el uso y goce de los bienes de uso público en concesión, cuya
titularidad recae en la Nación, se hace sin contraprestación económica alguna de
conformidad con el Decreto Ley 2324 de 1984.”
“¿Es viable jurídicamente el cobro de impuesto predial sobre estos bienes, por
parte del Municipio?”
“6. En desarrollo del concepto de poder general de policía, ¿es posible entender
que el Gobernador o el alcalde Municipal tiene la facultad de ordenar la
suspensión inmediata de las construcciones en bienes de uso público bajo la
jurisdicción de la Autoridad Marítima, que no cuenten con el debido permiso, así
como el retiro del material, incluso el utilizado en la obra?”
“7. De conformidad con el artículo 5 numeral 27 del Decreto-Ley 2324 de 1984, los
Capitanes de Puerto son competentes para adelantar y fallar investigaciones por
construcciones indebidas o no autorizadas en bienes de uso público.”
“9. De conformidad con el artículo 682 del Código Civil y el 178 del Decreto-Ley
2324 de 1984, una vez ordenada por parte de la autoridad marítima la restitución
de un bien de uso público, junto con las construcciones allí levantadas, ya sea
mediante fallo de una investigación administrativa por construcción indebida o no
autorizada en bien de uso público, por acto administrativo que declare la pérdida
de fuerza ejecutoria de la concesión otorgada o el término de la misma, ¿cuál es
autoridad competente para llevar a cabo la restitución física del mismo? y ¿cuál la
encargada de señalar el destino de los bienes restituidos o recuperados?”
“12. ¿Cuál es la autoridad competente para conocer de una acción popular por
violación a los derechos colectivos del goce de bienes de uso público, cuando por
vía judicial se declaró la propiedad de un bien de esta naturaleza a favor de un
particular, teniendo en cuenta que ya caducó la acción de revisión?”
CONSIDERACIONES DE LA SALA:
Las preguntas formuladas contienen múltiples temas que giran en torno a los
bienes de uso público bajo jurisdicción de la Dirección General Marítima, DIMAR,
dependencia del Ministerio de Defensa Nacional. Para emitir el concepto solicitado
la Sala ha encontrado conveniente integrar y desarrollar los conceptos generales
comunes bajo los siguientes puntos: 1. Los bienes públicos y en especial los de
uso público. 2. Las nociones conexas de espacio público y ambiente sano. 3. Los
bienes de uso público bajo la jurisdicción de DIMAR; 4. DIMAR, su naturaleza y
sus funciones.
1. Esquema general sobre los bienes públicos. Los bienes de uso público
1
Ver entre otros: SANTAMARÍA PASTOR, Juan Alfonso. “Principios de derecho administrativo” Vol II.
Ed. Centro de Estudios Ramón Areces. Madrid. Marzo 2005. Pág. 512
4
La denominación que abarcaba los bienes de uso público y los bienes fiscales en
el Código Civil era indiscutiblemente la de bienes nacionales. Por excepción,
algunas normas utilizaban giros similares con el mismo contenido, como por
ejemplo la locución sitios de propiedad de la Unión del artículo 682 del Código
Civil, cuya interpretación se pide en la solicitud de concepto, y que se refiere
indistintamente a cualquier tipo de propiedad de la Nación sobre el suelo. Por lo
general, la doctrina y la jurisprudencia actuales emplean la expresión bienes
públicos para referirse a la categoría jurídica que engloba todos los bienes
detentados por las entidades de derecho público.
Artículo 63: “Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras
comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio
arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son
inalienables, imprescriptibles e inembargables.”
Artículo 72: “El patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del
Estado. El patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman
la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son inalienables,
inembargables e imprescriptibles. La ley establecerá los mecanismos para
readquirirlos cuando se encuentren en manos de particulares y
reglamentará los derechos especiales que pudieran tener los grupos étnicos
asentados en territorios de riqueza arqueológica.”
(...)
Artículo 82: “Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del
espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre
el interés particular. / Las entidades públicas participarán en la plusvalía que
genere su acción urbanística y regularán la utilización del suelo y del
espacio aéreo urbano en defensa del interés común.”
Artículo 102: “El territorio, con los bienes públicos que de él forman parte,
pertenecen a la Nación.”
Artículo 360: “La ley determinará las condiciones para la explotación de los
recursos naturales no renovables así como los derechos de las entidades
territoriales sobre los mismos. / La explotación de un recurso natural no
renovable causará a favor del Estado, una contraprestación económica a
título de regalía, sin perjuicio de cualquier otro derecho o compensación que
se pacte.”
(....)
Del conjunto de las normas citadas se pueden extraer las siguientes conclusiones
que tienen relación con la determinación del régimen de los bienes de uso público:
Las normas transcritas indican que la división clásica entre bienes fiscales y de
uso público ya no es suficiente para interpretar la totalidad de los bienes públicos
considerados por la Carta, pues se regulan además los parques naturales, las
tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio
arqueológico de la Nación, los que no encajan cabalmente dentro de ninguna de
aquellas clasificaciones. En criterio de la Sala una clasificación sencilla que
pudiera abarcar el conjunto de estos bienes, debe estar centrada en la presencia o
no de la posibilidad de disposición de los mismos, de manera que uno de los
grupos está conformado por aquellos bienes cuyo dominio se ejerce por las
6
Recuerda la Sala que uno de los temas controvertidos por la doctrina del derecho
administrativo es el de la utilidad de la clasificación del Código Civil entre bienes
de uso público y bienes fiscales. Con variados y razonados argumentos se ha
sostenido bien la inutilidad de la distinción, 3 bien la asimilación de ambas clases
bajo la noción de propiedad privada, 4 o bien la necesidad de una clasificación
tripartita, como la propuesta en el derecho francés por André de Laubadere 5 que
distingue entre bienes de uso público, bienes afectados a un servicio público, y
bienes fiscales, agrupando las dos primeras bajo la categoría de dominio público y
asignándole a los segundos los efectos del dominio privado sometido a las reglas
propias de los particulares, al punto de expresar que los conflictos judiciales que
surgieren a su alrededor serían de la jurisdicción ordinaria. A pesar de las
diferentes posiciones doctrinales, estima la Sala que de las normas
constitucionales comentadas se desprenden las dos grandes categorías de bienes
públicos, la de los no patrimoniales y la de los fiscales, clasificación que es
además útil dada las especiales protecciones que la misma Carta atribuye a los
primeros.
3
Ver SARRIA, Eustorgio y otro. “Derecho Administrativo” Sexta edición. Ed. C.E.I.D.A. Bogotá 1974.
Página 399: “Este modo de estudiar cuestión tan fundamental, no es el apropiado. La distinción comentada, a
más de secundaria es inútil. Tuvo ella trascendencia en épocas pretéritas cuando el Estado no cumplía función
distinta a la de la tutela teórica de las libertades y derechos individuales, sin que importara algo la base
económica y social que hace posible el real ejercicio o goce de esas libertades y derechos, tal como lo anhela
vigorosamente el Estado actual”.
4
Ver: DE LAUBADERE, Andre, y otros. “Traité de Droit Administratif” Octava Edición. Ed. L.G.D.G. Paris
1986. Tomo 2 Párrafo 300.
5
DE LAUBADERE, Andre, y otros. Op. Cit. Párrafo 258.
6
Sobre el dominio eminente, cfr. Sentencia C-536-97 (octubre 23), Exp. D-1632, Normas demandadas:
incisos 9 y 12 del artículo 72 de la Ley 160 de 1994, M.P: Antonio Barrera Carbonell: “Técnica y
doctrinariamente el "dominio eminente" es la expresión de la soberanía, que se manifiesta como un poder que
maneja el Estado, entre otras cosas, para regular, orientar, y vigilar el uso, aprovechamiento y disposición de
la propiedad, tal como ocurre con las normas sobre la explotación de los recursos naturales, el uso del suelo
en armonía con sus aptitudes, la expropiación de bienes cuando la utilidad pública o el interés social lo
requieran, la extinción del dominio sobre los bienes de origen ilícito o detentados al margen de su función
social y ecológica, y, en fin, para dictar prescripciones en la esfera de la propiedad pública o privada cuando
ello resulta necesario para asegurar el cumplimiento de los fines y cometidos del Estado Social de Derecho.”
7
como tal no conlleva una definición del titular del dominio, y una segunda, que
prohija la Sala, según la cual, además de establecer el dominio eminente,
entendido como el conjunto de poderes jurídicos derivados del ejercicio de la
soberanía estatal en el ámbito territorial interno, consagra la titularidad del derecho
de propiedad sobre los bienes del territorio, locución que es sinónima de bienes de
uso público según las voces del artículo 674 de Código Civil. Nótese que la
institución bienes del territorio posee una definición legal, por lo que ésta debe
prevalecer sobre cualquier otra interpretación semántica que se pretenda de la
norma en comento.
La titularidad del derecho de dominio sobre los bienes de uso público ha planteado
dos discusiones por parte de la doctrina que se han reflejado en la jurisprudencia
nacional, a saber: la primera, de si realmente puede predicarse que haya un titular
del derecho de dominio sobre bienes de uso público, y la segunda de si el único
titular es la Nación o si también otras entidades administrativas pueden ser
propietarias de estos.
En relación con el segundo punto, es muy frecuente encontrar leyes que asignan
la propiedad de algunas especies de estos bienes a entidades territoriales, e
incluso a empresas industriales y comerciales del Estado. A manera de ejemplo,
se cita el artículo único de la ley 62 de 1919 según el cual se autorizaba al
gobierno para vender las fajas de terreno de los caminos “de propiedad de la
Nación” que dejaran de prestar este servicio, agregando que “las fajas de caminos
departamentales y municipales, que se encuentran en el mismo caso, como
propiedad de estas entidades, pueden venderse por ellas, de acuerdo con las
leyes y ordenanzas.” En concepto de fecha abril 19 de 2005, referencia No. 1640,
esta Sala sostuvo que es antitécnica la expresión legal de otorgar propiedad de
bienes de uso público a entidades administrativas diferentes de la Nación, puesto
que en virtud del artículo 102 de la Constitución Política que se comenta, es ésta
la única titular de los derechos de dominio sobre esta clase de bienes. Se agrega,
que una cosa es la titularidad del derecho y otra la asignación de las competencias
necesarias para la construcción, administración, mantenimiento y protección de
estos bienes, las cuales pueden ser entregadas por el legislador a las diferentes
entidades territoriales o a personas de derecho público creadas al efecto. Bajo
ésta última perspectiva, es muy interesante, por lo precisa, la expresión del
decreto 2324 de 1984 sobre la DIMAR que origina esta consulta, según la cual
esta entidad ejerce su jurisdicción hasta el límite exterior de la zona económica
exclusiva, comprendiendo entre otros las playas y los terrenos de bajamar que
ocupan este concepto, indicando que no es la titular del derecho de dominio, pero
que posee todas las competencias necesarias para su administración y
conservación, incluyendo las propias del poder de policía, como se expone mas
adelante.
7
Ver los resúmenes de estas posiciones en: De Laubadere, op. Cit. Parágrafos 290 a 292. SARRIA, op. Cit.
Pag. 39.
8
A pesar de las normas del Código Civil que se han comentado, en ocasiones la
misma jurisprudencia ha dudado de la existencia de un verdadero derecho de
propiedad en cabeza de La Nación, como se desprende de la siguiente sentencia
de la Corte Suprema de Justicia cuya doctrina está hoy revaluada, que se cita a
manera de ejemplo de la amplitud con la que se han venido recibiendo ciertas
teorías jurídicas ajenas a nuestro derecho:
“Los bienes del Estado son o de uso público o fiscales. A estos últimos se les
llama también patrimoniales. Una granja, por ejemplo, es un bien de esta clase.
El Estado los posee y administra como un particular. Son fuentes de ingresos, y
como propiedad privada están sometidos al derecho común. Los primeros, los
de uso público, son aquellos cuyo aprovechamiento pertenece a todos los
habitantes del país, como los ríos, las calles, los puentes, los caminos, etc. Los
bienes de uso público lo son por naturaleza o por el destino jurídico; se rigen por
normas legales y jurídicas especiales, encaminadas a asegurar cumplida
satisfacción en el uso público. Son inalienables, como que están fuera del
comercio, e imprescriptibles, “mientras sigan asignados a la finalidad pública y
en los términos en que esta finalidad pública lo exija”.”
8
Citado por SANTAMARÍA PASTOR, Op. Cit. Pág. 518. En el mismo sentido, De LAUBADERE, op. Cit.
Parágrafo 293.
9
Código Civil, Art. 669: El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa
corporal, para gozar y disponer de ella (arbitrariamente), no siendo contra ley o contra derecho ajeno. / La
propiedad separada del goce de la cosa, se llama mera o nuda propiedad. (Subraya la Sala – La expresión
“arbitrariamente” fue declarada inexequible en Sentencia C-595-99. M.P. Carlos Gaviria Díaz.)
10
Corte Suprema de Justicia, Sala de Negocios Generales, Sentencia del 26 de septiembre de 1940, M.P. Dr.
Juan A. Donado V.
9
Continúa la Sala con el análisis de las consecuencias que resultan de las normas
constitucionales transcritas, y se llega entonces a la enumeración de las
especiales protecciones dadas por la Carta a este tipo de bienes, pues son
imprescriptibles, esto es, no son bienes susceptibles de adquirir por prescripción,
con lo cual se protege la propiedad pública y su fin último que es el uso por la
comunidad; son inalienables, es decir, se encuentran fuera del comercio y no
pueden ser materia de actos jurídicos que impliquen disposición o pérdida de la
finalidad del bien, sin perjuicio de que el Estado pueda permitir su utilización, con
fines públicos o privados, mediante instrumentos como la concesión, la licencia o
el permiso, los cuales no pueden afectar en manera alguna ni la propiedad que
detenta la Nación, ni la naturaleza pública y la destinación al uso común, que les
son característicos; y son inembargables, de manera que no hacen parte del
activo o patrimonio de la Nación y por lo mismo no constituyen la prenda general
de los acreedores, de allí que ninguna medida de ejecución judicial puede
restringir el uso directo e indirecto del bien.
Los anteriores atributos son connaturales a los bienes de uso público y también a
los demás enumerados por el artículo 63 ibídem, autorizando esta misma norma al
legislador para extenderlos a otros bienes, como sucede con la inembargabilidad e
imprescriptibilidad de los bienes fiscales 12. Como lo ha dicho la Corte Suprema de
Justicia, la extensión de tales privilegios, “no por ello puede concluirse que en la
actualidad se unificaron tales conceptos, o que la clasificación hubiese dejado de
existir, o que los bienes fiscales pasaron a ser de uso público. Aconteció,
simplemente, que lo que otrora fue uno de los criterios de diferenciación hoy dejó
de serlo, sin que por tal razón la disimilitud se haya esfumado. 13”
11
VIDAL PERDOMO, Jaime. “Derecho Administrativo” 12ª Edición. Ed. Legis- U. Rosario. Bogotá, 2004.
Pág. 348.
12
Sobre la imprescriptibilidad, ver artículo 2519 (bienes de uso público) del Código Civil en concordancia
con el artículo 407 numeral 4 (bienes de propiedad de las entidades de Derecho Público) del Código de
Procedimiento Civil. Sobre la inembargabilidad, ver artículo 684 incisos 1°, 2° y 3° del Código de
Procedimiento Civil.
13
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil. Sentencia de fecha julio 29 de 1999. Radicación
expediente 5074. M.P. Dr. Jorge Castillo Rugeles.
10
anterior, los bienes de uso público no están en el comercio, es por demás claro
que no se requiere de la existencia del folio de matrícula inmobiliaria, pues no hay
vocación de traditarlos ni de ejercer el derecho en forma diferente de su utilización
conforme a la afectación del mismo bien. Ahora bien, cuando la Nación adquiere
un inmueble de propiedad privada para construir sobre él una vía pública, o para
entregarlo a un resguardo indígena o efectuar algún otro tipo de actividad que
implique su salida del comercio, es necesario registrar al folio correspondiente
esta transacción, con el fin de dar seguridad jurídica a los asociados, pues un bien
que había salido del patrimonio público y por lo mismo era objeto de propiedad
particular, devino en bien de uso público y por lo mismo se convierte en
inalienable.
El artículo 52 del decreto ley 1250 de 1970, que contiene el estatuto de Registro
de Instrumentos Públicos, prohíbe la inscripción de cualquier título cuando en él no
se indique “la procedencia inmediata del dominio o del derecho respectivo”
14
Sentencia T-294-04 (marzo 25), Exp. T-663828, Acción de tutela instaurada por Rafael Vergara Navarro
contra el Juzgado 6to Civil del Circuito de Cartagena y la Sala Civil del Tribunal Superior de Cartagena,
M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
15
Sentencia C-383 de 2000, MP Álvaro Tafur Galvis.
11
cuando por una u otra razón no se vincula al propietario del inmueble cuya
declaración de prescripción se pretende, la sentencia incurre en causal de
anulación “sin atenuantes” 16, para cuyo ejercicio, previo repaso de los casos
excepcionales en los cuales ha admitido la posibilidad de reabrir términos
procesales por vía de tutela, consideró procedente en el caso analizado, como
forma de resolver el conflicto entre los principios de la cosa juzgada y de la
seguridad jurídica, y la violación del derecho al debido proceso de la Nación y sus
consecuentes efectos respecto de los derechos ambientales de la población y de
la eventual destinación al uso público del bien; 4) “…el edicto emplazatorio no es
un medio adecuado y suficiente para garantizar el derecho de defensa de la
Nación en los procesos en los cuales se pretende usucapir un bien de uso
público”, pues “No es posible pretender que los organismos estatales estén
obligados a verificar cada uno de los edictos emplazatorios que informen acerca
del inicio de procesos de dominio, en la eventualidad de que éstos busquen la
apropiación de bienes de uso público. Dada la cantidad de dichos bienes, y lo
indeterminada de la identificación de éstos, la labor mencionada sería imposible,
pues desbordaría los recursos humanos con que cuenta cualquier infraestructura
estatal. Lo anterior no sucede con, por ejemplo, los bienes fiscales, pues cada
entidad es propietaria de un número fijo de éstos, y a la vez, al ser transables, se
encuentran inscritos en las oficinas de instrumentos públicos.” 17; 5) el ejercicio del
derecho de propiedad particular tiene como limitaciones constitucionales “el orden
ecológico dispuesto por la Constitución y la destinación de los bienes de uso
público”; respecto de esta última, precisa que “las normas legales, o los títulos de
propiedad, no justifican la apropiación de un bien de uso público”, y que “el artículo
407 ordinal 4º del Código de Procedimiento Civil señala que la declaración de
pertenencia no procede respecto de los bienes de propiedad de las entidades de
derecho público, lo cual significa que los bienes fiscales no pueden ser adquiridos,
conforme a la ley, por prescripción. En esas circunstancias, una persona puede
ocupar, por necesidad, un terreno fiscal para establecer su vivienda, pero no podrá
nunca adquirirlo por prescripción, aun cuando lo poseyera por varias décadas.” 18;
6) la ineficacia de las decisiones judiciales que declaran la pertenencia de un bien
de uso público; al respecto cita el siguiente pronunciamiento del Consejo de
Estado, Sección Primera de la Sala Contencioso Administrativa:
16
Sentencias de la Sala de Casación Civil, MP Manuel Ardila Velásquez, del 14 de enero de 2003.
17
El Estatuto del Registro de Instrumentos Públicos (Decreto 1250 de 1970) establece en su artículo 2º, que
“[e]stán sujetos a registro: 1. Todo acto, contrato, providencia judicial, administrativa o arbitral que implique
Constitución, declaración, aclaración, adjudicación, modificación, limitación, gravamen, medida cautelar,
traslación o extinción del dominio u otro derecho real principal o accesorio sobre bienes raíces, salvo la
cesión del crédito hipotecario y prendario.” Sin embargo, el registro no incluye los bienes, cuyas
características han sido descritas por la Ley como de uso público, sin que se haya hecho una especificación
acerca del terreno y sus linderos. En caso en que el juez tenga dudas acerca de la naturaleza de un bien del
cual se solicita la declaración de pertenencia, éste debe acudir a la Capitanía de Puerto, que, como se ha
constatado a lo largo de este proceso, es la entidad competente para evaluar si el inmueble es o no de uso
público.
18
Subraya fuera de texto. Sentencia C-256 de 1996 (MP Alejandro Martínez Caballero). Demanda sobre el
artículo 58 de la Ley 9ª de 1989, que previó que bajo ciertas condiciones las entidades públicas del orden
nacional cederían a título gratuito los inmuebles de su propiedad que fueran bienes fiscales y que hubieran
sido ocupados ilegalmente para vivienda de interés social. La Corte declaró la exequibilidad de la norma
precitada al considerar que la imprescriptibilidad de los bienes fiscales, además de los de uso público, no
vulneraba los derechos a la igualdad, a la propiedad, ni el principio de prevalecía del derecho sustancial. Al
respecto, ver la sentencia C-530 de 1996 (MP Jorge Arango Mejía). En el mismo sentido se pronunció la
Corte Suprema de Justicia, al estudiar la concordancia del numeral 4º reseñado con el artículo 30 de la
constitución anterior (derecho de propiedad). En dicha oportunidad la Corte Suprema consideró: “[A]l excluir
los bienes fiscales de propiedad de las entidades de derecho público de la acción de pertenencia, como lo
dispone la norma acusada, no se presenta infracción del artículo 30 de la Constitución, por desconocimiento
de su función social, sino que ese tratamiento es el que corresponde al titular de su dominio, y a su
naturaleza, de bienes del Estado y a su destinación final de servicio público.” Sentencia de noviembre 16 de
1978, MP Luis Carlos Sáchica.
12
En síntesis, la Corte recoge todas las razones jurídicas que sustentan y preservan
la imprescriptibilidad de los bienes públicos, tanto no patrimoniales como fiscales,
en tanto garantía de protección de los intereses generales que en ellos se radican.
Corresponde pues, a la ley, regular el uso y goce universal de los bienes de uso
público por parte de todas las personas, quienes tienen acceso a ellos sin
necesidad de permiso o autorización particular, aunque obviamente su utilización
19
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, 23 de marzo de 2001, CP Manuel S Urueta Ayola,
Actor, Inversiones Araujo Perdomo Ltda. En el mismo sentido se pronunció la Sala Plena de lo Contencioso
Administrativo, en sentencia de septiembre de 1996, expediente S-404.
13
se debe hacer conforme a derecho. Como excepción a esta regla general, el uso
de estos bienes puede ser objeto de aprovechamiento particular, generalmente
mediante su ocupación, bien para satisfacer necesidades propias o las de la
colectividad, sin modificación de su titularidad. Con sujeción al Código Civil y a la
legislación especial que los rige, se requiere en todo caso, “permiso de autoridad
competente” 20, pues es deber del Estado proteger su integridad y el uso común
que les es propio. Advierte la Sala que el vocablo “permiso” es usado ahora como
término genérico que connota la necesaria intervención de una autoridad pública,
según disponga la ley para cada caso. Esta autorización es esencialmente
temporal (sea que incluya plazo o no), revocable, y no puede generar derecho
alguno que implique cambio en la titularidad o en la naturaleza jurídica del bien.
Esta forma excepcional de utilización de los bienes de uso público, puede hacerse
con dos finalidades: una pública, de manera que el autorizado detente el bien para
continuar con la utilización colectiva; u otra, privada, porque lo utilice para su
propio beneficio, con exclusión de las demás personas. La autorización para su
utilización, su ocupación o para construir obras, no conlleva la posibilidad de
adquirir el suelo ocupado, y las construcciones revertirán a la Nación, para su
propio uso o para el uso general, según lo tenga previsto la ley 21.
20
Artículo 679. “Nadie podrá construir, sino por permiso especial de autoridad competente, obra alguna sobre
las calles, plazas, puentes, playas, terrenos fiscales, y demás lugares de propiedad de la Unión.”
21
Cfr. Decreto ley 1355/70, Arts. 16, 17 y 18; y Decreto ley 2324/84, Arts. 174, 175 y 176.
14
Cada uno de estos tipos de bienes públicos tiene su propio desarrollo legal, al que
remite la Sala para efectos de la profundización que pueda requerirse.
Por ser de especial interés para las respuestas, procede la Sala a analizar los
mecanismos que posee la administración para hacer efectivos los privilegios
propios de los bienes de uso público.
El Código Civil, en los artículos 1005, 1006 y 1007, consagra y desarrolla a favor
de “la municipalidad o cualquier persona del pueblo”, una acción popular
resarcitoria y con recompensa para el actor, en iguales términos a “los derechos
concedidos a los dueños de heredades o edificios privados”, como mecanismo
para defender “los caminos, plazas u otros lugares de uso público”. Obsérvese
que son acciones populares de creación legal anterior a la Carta vigente en la
actualidad.
22
Ver, entre otras, Sentencia C-1063-03 (noviembre 11) Exp. D-4655, Normas demandadas Arts. 159 y 160,
DL. 2811/74, M.P. Jaime Araújo Rentería.
23
Constitución Política, Art. 88. “La ley regulará las acciones populares para la protección de los derechos e
intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad pública, la moral
administrativa, el ambiente, la libre competencia económica y otros de similar naturaleza que se definen en
ella. / También regulará las acciones originadas en los daños ocasionados a un número plural de personas, sin
perjuicio de las correspondientes acciones particulares. /Así mismo, definirá los casos de responsabilidad civil
objetiva por el daño inferido a los derechos e intereses colectivos.”
15
27
Corte Constitucional, Sentencia C-1078-02 (Diciembre 5), Exp. D-4095, Normas demandadas: Arts. 13, 18
(parcial) y 60 (parcial) de la ley 336 de 1996 (Estatuto Nacional de Transporte), M.P. Rodrigo Escobar Gil.
28
En este sentido ver Eduardo GARCIA DE ENTERRIA y Tomás-Ramón FERNÁNDEZ Curso de Derecho
Administrativo, tomo II, pp. 118 y ss., Editorial Civitas, Madrid, España, 1986.
29
Op. Cit p. 121.
17
El Decreto Ley 1355 de 1970, “por el cual se dictan normas sobre policía” 31,
contempla bajo el concepto de “permiso” dos situaciones diferentes: 1ª) Ante
prohibiciones de carácter general establecidas en la ley o el reglamento de policía
que admitan expresamente excepciones, esta actividad puede ejercerse mediante
“permiso de policía”, que será otorgado cuando el solicitante del permiso acredite
que el ejercicio de la actividad prohibida “no acarrea peligro alguno para el orden
público” 32; 2ª) actividades permitidas cuyo ejercicio se supedita a condiciones o
requisitos de carácter legal 33, de manera que comprobado su cumplimiento se
otorga el permiso 34. Ejemplo de la primera situación es la prohibición
constitucional y legal de la ocupación por los particulares de los bienes de uso
público, la que puede darse con “permiso especial de la autoridad competente”.
Ejemplo de la segunda, son las licencias ambientales definidas en la Ley 99 de
1993, en los siguientes términos:
30
Ibid.
31
Diario Oficial No. 33.139 de septiembre 4 de 1970; vigente parcialmente con modificaciones de los
Decretos Leyes 2055/70, 522/71, 2737/89 y las Leyes 232/95 y 746/02, y de las decisiones jurisprudenciales
de constitucionalidad proferidas por la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional.
32
DL.1355/70, Art. 14. “Cuando la ley o el reglamento de policía estatuya una prohibición de carácter
general, y no obstante admita expresamente excepciones, la actividad exceptuada sólo podrá ejercerse
mediante permiso de policía. / Se otorgará el permiso cuando se acredite que el ejercicio por parte del
solicitante de la actividad exceptuada no acarrea peligro alguno para el orden público.”
33
Artículo 333 de la Constitución Política: “La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro
de los límites del bien común. Para su ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin
autorización de la ley.”
34
DL. 1355/70, Art.15. “Cuando la ley o el reglamento de policía subordine el ejercicio de una actividad a
ciertas condiciones o al cumplimiento de determinados requisitos, dicha actividad no podrá ejercerse sino
mediante permiso otorgado previa la comprobación de aquellas o el cumplimiento de éstos.”
18
35
Ley 80 de 1993, “Por la cual se expide el Estatuto General de Contratación de la Administración Pública”.
Diario Oficial No. 41.094, octubre 28 de octubre de 1993.
19
Del esquema trazado hasta ahora, resalta entonces la Sala que un mismo bien,
por ejemplo una playa, puede estar sometido a variadas regulaciones, pues en sí
misma es un bien de uso público, pero también puede hacer parte del espacio
público de una determinada ciudad, y además puede existir una zona de
manglares que debe ser protegida en forma tal que garantice el ambiente sano, de
suerte que bajo estas tres regulaciones puede haber tres autoridades
administrativas que tengan a su cargo el ejercicio de unas funciones orientadas a
ejecutar cada una de estas regulaciones, de allí la necesidad de haber aclarado
estos conceptos para proceder al estudio de las competencias propias de la
DIMAR y demás autoridades con las que se relaciona.
38
Artículo 58 Constitución Política.
39
Ley 19 de 1983, Por la cual se otorgaron facultades extraordinarias para reorganizar algunas dependencias
del Ministerio de Defensa Nacional.
40
A partir de la Ley 1ª de 1991, el tema portuario no es de competencia de DIMAR.
21
Observa la Sala que todos los bienes incluidos en el artículo en comento, desde la
perspectiva del derecho interno corresponden a la categoría de bienes de uso
público, que algunos de ellos como el mar territorial y la zona económica exclusiva
están regulados por el derecho internacional, y todos están ontológicamente
vinculados con la configuración del concepto constitucional y de derecho
internacional de territorio 41, que por tanto, guardan una relación estrecha con la
identidad del Estado colombiano y del ámbito espacial en el cual ejerce su
soberanía. Estas condiciones, a su vez, sustentan la calificación de bienes de uso
público que consagra el artículo 166 del Decreto ley 2324 de 1984, respecto de
algunos de los bienes bajo jurisdicción de DIMAR, en los siguientes términos:
“Artículo 166. Bienes de uso público. Las playas, los terrenos de bajamar y
las aguas marítimas son bienes de uso público, por tanto intransferibles a
cualquier título a los particulares, quienes sólo podrán obtener concesiones,
permisos o licencias para su uso y goce de acuerdo a la ley y a las
disposiciones del presente Decreto. En consecuencia, tales permisos o
licencias no confieren título alguno sobre el suelo ni subsuelo.”
La calificación de las playas, los terrenos de bajamar y las playas marítimas, como
de uso público, tiene como consecuencia su sujeción al régimen jurídico según el
cual son de uso general, se predican de ellos las características atribuidas
directamente por la Carta de ser imprescriptibles, inembargables e inalienables, y
por excepción pueden ser usados de manera privativa por los particulares siempre
que medie autorización de autoridad competente, sin que en caso alguno tal
autorización pueda conferir derecho distinto al del uso para el cual se confiere.
Así mismo cabe destacar que estos bienes que el legislador determina como de
uso público bajo la jurisdicción de DIMAR, tienen en común ser elementos
naturales en los que no interviene el hecho humano para su conformación, o, en
los términos empleados por la doctrina, se trata de bienes de uso público
naturales.
41
C. P. Art. 101: “Los límites de Colombia son los establecidos en los tratados internacionales aprobados por
el Congreso, debidamente ratificados por el Presidente de la República, y los definidos por los laudos
arbítrales en que sea parte la Nación. (…) / Forman parte de Colombia, además del territorio continental, el
archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y Malpelo, además de las islas, islotes, cayos, morros
y bancos que le pertenecen. / También son parte de Colombia, el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua,
la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita
geoestacionaria, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa, de conformidad con el Derecho
Internacional o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales.”
22
Se destaca ahora que respecto de los bienes de uso público bajo jurisdicción de
DIMAR, la legislación especial contenida en el Decreto ley 2324 de 1984,
contempla la posibilidad de uso y goce por los particulares, mediante
“concesiones, permisos o licencias” (Art. 166, DL.2324/84), en armonía con las
normas generales del Código Civil. En términos gramaticales, los vocablos
empleados por el legislador están indicando una facultad de hacer algo pero
mediada por el consentimiento de otro; y en términos jurídicos remite al tema de la
policía administrativa, porque se trata de la regulación del ejercicio de libertades y
derechos individuales con referencia a los intereses generales.
42
Decreto ley 2811 de 1974 (diciembre 18) Diario Oficial No 34.243, 27 de enero de 1975.
43
Ley 99 de 1993, Diario Oficial No. 41.146, diciembre 22 de 1993.
44
Decreto ley 216 del 2003, expedido en ejercicio de las facultades extraordinarias conferidas por el Art. 16
de la ley 790 del 2002, en armonía con el parágrafo 4º y el Art. 7º de la misma ley. En su artículo 2º, el
Decreto 216 expresamente asigna al nuevo ministerio las funciones establecidas en la ley 99 de 1993; y en el
artículo 33, prevé: “Referencias Normativas. Todas las referencias que hagan las disposiciones legales
vigentes al Ministerio del Medio Ambiente deben entenderse referidas al Ministerio de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial.”
45
Artículo 2°.
46
Artículo 5°.
47
Artículo 6°.
23
La Ley 768 del 2002 49, que introduce un “régimen especial para el fomento,
conservación y aprovechamiento de los bienes y recursos para el desarrollo
industrial, portuario, turístico y cultural de los Distritos de Barranquilla, Cartagena
de Indias y Santa Marta”, confiriendo a sus órganos y autoridades “determinadas
atribuciones de carácter especial en lo relacionado con el manejo, uso,
preservación, recuperación, control y aprovechamiento de tales recursos y de los
bienes de uso público o que forman parte del espacio público o estén afectados al
uso público dentro del territorio de sus respectivas jurisdicciones; los cuales
estarán sujetos a las disposiciones y reglamentaciones que expidan los órganos y
autoridades distritales encargadas de tales asuntos, sin perjuicio de las funciones
de la Dimar.” (Art. 11); en cuanto a los bienes de uso público, establece:
“Del apoyo de las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas Armadas velarán en todo el
territorio nacional por la protección y defensa del medio ambiente y los
recursos naturales renovables y por el cumplimiento de las normas dictadas
con el fin de proteger el patrimonio natural de la nación, como elemento
integrante de la soberanía nacional. La Armada Nacional tendrá a su cargo el
ejercicio de las funciones de control y vigilancia en materia ambiental y de los
recursos naturales, en los mares y zonas costeras, así como la vigilancia,
seguimiento y evaluación de los fenómenos de contaminación o alteración del
medio marino.”
Se tiene entonces que a partir del Decreto ley 2811 de 1974, la legislación sobre el
ambiente y los recursos naturales renovables se caracteriza por establecer
relaciones de colaboración y coordinación entre las entidades públicas de todos
48
Artículos 23 y 31 ibídem.
49
Por la cual se adopta el Régimen Político, Administrativo y Fiscal de los Distritos Portuario e Industrial de
Barranquilla, Turístico y Cultural de Cartagena de Indias y Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta.
24
los niveles y sectores 50, como lógica consecuencia del deber del Estado de
participar en la preservación, manejo, aprovechamiento y conservación de esos
bienes públicos. Esta perspectiva es necesario tenerla presente para identificar el
objeto y alcance de las responsabilidades de las distintas autoridades, cuando
deben intervenir, en el ejercicio de sus propias competencias, sobre los bienes
bajo administración de DIMAR, pues este es el sentido de las normas de la Ley 99
de 1993 que se han dejado transcritas. Entonces debe tenerse presente que, en
los términos de las disposiciones ambientales, las competencias que apuntan a la
preservación, conservación, etc., del ambiente y de los recursos naturales
renovables, ubicados en bienes de uso público, corresponden a la autoridad
ambiental regional bajo cuya jurisdicción territorial se encuentren.
Tal es el caso de los manglares, que, según señala una de las preguntas que se
han formulado a la Sala, por lo general se encuentran en terrenos de bajamar y
por lo mismo en jurisdicción de DIMAR, pero también, son de especial interés
ecológico, por lo que han sido regulados por las autoridades ambientales. En
dicha pregunta se cita la Resolución 1602 de 1995, por la cual el Ministerio de
Ambiente adoptó medidas especiales para su protección, adicionada por la
resolución 20 de 1996, del mismo Ministerio para prohibir varias actividades que
pueden afectarlos, entre las cuales se incluyen el relleno de terrenos, el dragado o
construcción de canales en los manglares que no sean para su recuperación, la
construcción de muros, diques o terraplenes y otras que los puedan contaminar.
Estas reglamentaciones se refieren genéricamente a las “autoridades ambientales
regionales”, para su aplicación, es decir, a las corporaciones autónomas
regionales y a algunos distritos y municipios, según lo establecido en la Ley 99 de
1993 y en sus desarrollos reglamentarios.
50
A partir de la Constitución Política de 1991 (art. 209) y más adelante en la Ley 489 de 1998 (art. 6º), los
principios de colaboración y coordinación están referidos a toda la función pública.
25
financiera, como se reglamenta por el artículo 54, literal j) de la ley 489 de 1998, 51
otorgada en el artículo 30 del Decreto 1512 del 2000 52, a cuyo tenor:
El Decreto 1512 del 2000 fue modificado parcialmente por el Decreto 1561 del
2002, en el sentido de adicionar la estructura de la Dirección General Marítima y
determinar las funciones de sus dependencias. El artículo 2º del Decreto 1561
señala las funciones de la Dirección, de las cuales atañen a la consulta, las
siguientes:
51
Ley 489 de 1998, “Por la cual se dictan normas sobre la organización y funcionamiento de las entidades
del orden nacional, se expiden las disposiciones, principios y reglas generales para el ejercicio de las
atribuciones previstas en los numerales 15 y 16 del artículo 1890 de la Constitución Política y se dictan otras
disposiciones.” Diario Oficial No. 43.464, diciembre 30 de 1998. Art. 54. Principios y reglas generales con
sujeción a las cuales el gobierno Nacional puede modificar la estructura de los ministerios, departamentos
administrativos y demás organismos del orden nacional. Con el objeto de modificar, esto es, variar,
transformar o renovar la organización o estructura de los ministerios, departamentos administrativos y demás
entidades u organismos administrativos nacionales, las disposiciones aplicables se dictarán por el Presidente
de la República conforme a las previsiones del numeral 16 del artículo 189 de la Constitución Política y con
sujeción a siguientes principios y reglas generales: (...) j) Se podrán fusionar, suprimir o crear dependencias
internas en cada entidad u organismo administrativo, y podrá otorgárseles autonomía administrativa y
financiera sin personería jurídica;. (...) Declarado exequible mediante Sentencia C-702-99 (20 de septiembre),
M.P. Fabio Morón Díaz
52
Decreto 1512 de 2000, “por el cual se modifica la estructura del Ministerio de Defensa Nacional y se dictan
otras disposiciones.”
53
La ley 99 de 1993, Art. 31, establece las funciones de las Corporaciones Autónomas Regionales, y en su
parágrafo 2, ordena: “Previa declaratoria favorable de viabilidad ambiental por la Corporación Autónoma
Regional de la respectiva jurisdicción, la Dirección General Marítima (y Portuaria) del Ministerio de Defensa,
DIMAR, como autoridad marítima nacional tiene la función de otorgar autorizaciones, permisos y
concesiones para la ocupación temporal de las playas y terrenos de bajamar.” El texto entre paréntesis fue
derogado por la Ley1/91.
26
Estas competencias de DIMAR respecto del uso y goce de los bienes de uso
público bajo su jurisdicción, como se dejó analizado, son expresión de la función
de policía administrativa regulada por la ley y ejercida por medios y
procedimientos también de policía. Siendo una dependencia interna de un
Ministerio, su ejercicio sin subordinación jerárquica quedó preservado con la
aplicación del literal j) del artículo 54 de la ley 489 de 1998, al configurarla como
dependencia con autonomía administrativa y financiera, que igualmente le permite
integrar el Sector Transporte bajo una relación de coordinación con el Ministerio
de este ramo, desde la ley 105 de 1993. 54 El Decreto 2053 del 2003, actualmente
vigente, en el artículo 3º y el parágrafo 1º, dispone:
De las normas reseñadas puede hacerse una síntesis de sus funciones respecto
de los bienes de uso público bajo su jurisdicción, así:
54
Ley 105/93, "Por la cual se dictan disposiciones básicas sobre el transporte, se redistribuyen competencias y
recursos entre la Nación y las Entidades Territoriales, se reglamenta la planeación en el sector transporte y se
dictan otras disposiciones". Art. 1º, primer inciso: “Sector y Sistema Nacional de Transporte. Integra el sector
Transporte, el Ministerio de Transporte, sus organismos adscritos o vinculados y la Dirección General
Marítima del Ministerio de Defensa Nacional, en cuanto estará sujeta a una relación de coordinación con el
Ministerio de Transporte (…). Art. 3º, sobre los “principios del transporte público”, entre los cuales está el
“De la colaboración entre entidades. Los diferentes organismos del Sistema Nacional del Transporte velarán
porque su operación se funde en criterios de coordinación, planeación, descentralización y participación.”
27
b) la sujeción a las normas sobre uso del suelo que haya definido el distrito o
municipio en su Plan de Ordenamiento Territorial, según lo ordena el
parágrafo del artículo 9º de la Ley 810 del 2003 55,
55
Ley 810 de 2003 (junio 13) Por medio de la cual se modifica la ley 388 de 1997 en materia de sanciones
urbanísticas y algunas actuaciones de los curadores urbanos y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial No.
45.220, de 16 de junio de 2003
56 Ley 810/03, Art. 9º: “El artículo 101 de la ley 388 de 1997 quedará así: Artículo 101. Curadores urbanos.
El curador urbano es un particular encargado de (...) / El curador urbano o la entidad competente encargada de
ejercer la función pública de verificación del cumplimiento de las normas urbanísticas y de edificación
vigentes en el distrito, municipios o en el departamento de San Andrés y Providencia y Santa Catalina, serán
la entidad encargada de otorgar las licencias de construcción que afecten los bienes de uso bajo la jurisdicción
de la Autoridad Marítima Nacional, de acuerdo con lo dispuesto en el Plan de Ordenamiento Territorial y
previo el concepto técnico favorable de la Dirección General Marítima, Dimar, del Ministerio de Defensa
Nacional. La licencia de ocupación temporal del espacio público sobre los bienes de uso públicos bajo
jurisdicción de la Dimar será otorgada por la autoridad municipal o distrital competente, así como por la
autoridad designada para tal efecto por la Gobernación de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. / El
Gobierno Nacional reglamentará la distribución del recaudo que realiza la Dimar por los derechos por
concesiones o permisos de utilización de los bienes de uso público bajo su jurisdicción, entre la Dimar y el
respectivo municipio, distrito o la Gobernación de San Andrés y Providencia, según el caso. (...) Parágrafo.
En todo caso las concesiones y permisos que otorgue la Dimar deberán otorgarse con sujeción a las normas
que sobre usos del suelo haya definido el municipio o distrito en su Plan de Ordenamiento Territorial.
28
Por su parte, el Decreto 1600 del 2005, reglamentario de las Leyes 9ª de 1989,
388 de 1997, 810 y 812 del 2003, en el numeral 3, del artículo 11, define la
“licencia de intervención y ocupación temporal de playas marítimas y terrenos de
bajamar”, como la autorización dada por alguna de las autoridades que relaciona
el artículo 9º de la Ley 810 del 2003, “para ocupar o intervenir temporalmente las
playas y zonas de bajamar, sin perjuicio de las concesiones cuyo otorgamiento le
corresponda ya sea a la Dirección General Marítima, DIMAR, o a la
Superintendencia de Puertos y Transporte”; precisa que ella procede siempre que
se garantice el libre tránsito de la ciudadanía “y no se vulnere la utilización de las
zonas de playas marítimas y terrenos de bajamar al uso común”; e invoca el
artículo 177 del Decreto ley 2423 de 1984, para reiterar que en ningún caso podrá
autorizarse la construcción de vivienda en esas zonas y terrenos.
Esta disposición forma parte del Libro II del Decreto ley 1355 de 1970, que trata
“Del ejercicio de algunas libertades públicas” y en el Capítulo V, concerniente al
Derecho de propiedad, regula la protección que a éste deben dar las autoridades
de policía; regla el procedimiento de intervención de la policía para evitar las
perturbaciones a la posesión y a la mera tenencia, (sin que sea viable discutir la
propiedad ni considerarse su prueba), en el que la verificación de la perturbación
se realiza mediante la práctica de una inspección ocular con intervención de
peritos y de los declarantes que presenten querellante y querellado. También
incluye varias disposiciones respecto de los bienes de uso público, además del
artículo 132 transcrito; en especial el artículo 124, a cuyo tenor:
57
El recurso de apelación que esta disposición preveía para ante el Gobernador del Departamento respectivo,
fue declarado inexequible mediante Sentencia C-643-99.
29
Encuentra la Sala que con relación a los bienes de uso público bajo jurisdicción de
DIMAR, las construcciones u ocupaciones no autorizadas pueden dar lugar a la
actuación policiva del Alcalde expresada en la resolución de restitución, por dos
vías: oficiosamente, o a solicitud de DIMAR, previa comprobación en ambos casos
de que se trata de un bien de uso público; pero en el segundo, el medio que el
Alcalde tiene a su alcance, más expedito y fidedigno, es la actuación previa
adelantada por DIMAR en ejercicio de sus competencias legales y bajo el
supuesto de que ella haya concluido jurídicamente, esto es, que la decisión
administrativa esté ejecutoriada en legal forma; con fundamento en los principios
que rigen la función administrativa, particularmente los de eficacia, economía,
celeridad, coordinación y colaboración, podrá entonces el Alcalde incorporar a su
actuación dichas diligencias y proferir la resolución de su competencia.
a) Emitir concepto técnico favorable, como requisito previo para las licencias
de construcción que corresponde otorgar a las autoridades distritales,
municipales o del Departamento de San Andrés y Providencia, cuando las
playas o los terrenos de bajamar han sido incorporados al perímetro
urbano;
Por ser objeto de una pregunta específica, se detiene la Sala para analizar que las
construcciones autorizadas por la autoridad competente sobre bienes de uso
público, pueden ser generadoras del impuesto predial y sus complementarios,
siempre y cuando medie una autorización legal especial a los concejos
municipales para establecer este tributo. Así se desprende de las consideraciones
hechas por la Corte Constitucional en la Sentencia C-183-03 58, al declarar
exequible parcialmente el numeral 3º del artículo 6º de la ley 768 del 2002 59, que
adicionó las competencias constitucionales y legales de los concejos de los
distritos de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, con la “atribución especial”, de
“...3.Gravar con impuesto predial y complementarios las construcciones,
edificaciones o cualquier tipo de mejora sobre bienes de uso público de la Nación,
cuando (por cualquier razón) estén en manos de particulares./ Los particulares
ocupantes serán responsables exclusivos de este tributo.” Del pronunciamiento
jurisprudencial en cita se destacan los siguientes apartes:
58
Sentencia C-183-03 (marzo 4), Exp. D-4244, Norma demandada: Art.6º, num. 3 (parcial), ley 768/02, M. P.
Alfredo Beltrán Sierra.
59
“Por la cual se adopta el Régimen Político, Administrativo y Fiscal de los Distritos Portuario e Industrial de
Barranquilla, Turístico y Cultural de Cartagena de Indias y Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta”
31
En virtud de los artículos 101 y 102 de la Constitución, la Sala estima que las
playas, los terrenos de bajamar y las aguas marítimas, que por su naturaleza son
bienes de uso público, no pueden ser desafectados en favor de particulares,
porque además de ser propiedad de la Nación por expresa disposición
constitucional, corresponden a la parte del territorio en la cual está claramente
comprometido el ejercicio de la soberanía y la defensa nacionales.
¿Es viable jurídicamente el cobro de impuesto predial sobre estos bienes, por
parte del Municipio?
De conformidad con el artículo 124 del Decreto ley 1355 de 1970, en armonía con
el artículo 121 de la Constitución Política, a las autoridades públicas con funciones
de policía, les corresponde “de manera especial” actuar siempre que se atente
contra la integridad de un bien de uso público; los gobernadores y los alcaldes son
autoridades de policía pero en su respectiva entidad territorial; como respecto de
los bienes de uso público bajo jurisdicción de la autoridad marítima, la ley ha
conferido a ésta una competencia propia y específica, la actuación de los
gobernadores y de los alcaldes está referida a la suspensión de las construcciones
en los términos del Decreto ley 1355 de 1970, como medida de prevención,
debiendo inmediatamente informar a DIMAR para que adelante y falle la
investigación que le compete y tome las medidas que correspondan en cuanto a la
obra y el material utilizado.
9. De conformidad con el artículo 682 del Código Civil y el 178 del Decreto-Ley
2324 de 1984, una vez ordenada por parte de la autoridad marítima la restitución
de un bien de uso público, junto con las construcciones allí levantadas, ya sea
mediante fallo de una investigación administrativa por construcción indebida o no
autorizada en bien de uso público, por acto administrativo que declare la pérdida
de fuerza ejecutoria de la concesión otorgada o el término de la misma, ¿cuál es
34
autoridad competente para llevar a cabo la restitución física del mismo? y ¿cuál la
encargada de señalar el destino de los bienes restituidos o recuperados?
El artículo 682 del Código Civil, en armonía con el artículo 674 ibídem, se refiere al
género “bienes públicos”, por lo cual incluye tanto los de uso público como los
fiscales; como sobre los bienes públicos fiscales bien puede haberse autorizado
su uso con transferencia de la propiedad, el inciso final del artículo 682 hace
referencia a esta posibilidad; que por supuesto, no aplica a los bienes de uso
público.
12. ¿Cuál es la autoridad competente para conocer de una acción popular por
violación a los derechos colectivos del goce de bienes de uso público, cuando por
vía judicial se declaró la propiedad de un bien de esta naturaleza a favor de un
particular, teniendo en cuenta que ya caducó la acción de revisión?