Formación de Ministro y Catequista
Formación de Ministro y Catequista
Formación de Ministro y Catequista
CATEQUISTA
TEMA 1
LA IGLESIA ENVIADA POR JESÚS A CONTINUAR SU OBRA: LA
EVANGELIZACIÓN
LA MISION DE LA IGLESIA.
Marcos 16, 15
“Y les dijo << id por todo el mundo
y proclamad la Buena Nueva a
toda la creación”
RENOVACIÓN DE LA HUMANIDAD
Renovar a la humanidad transformándonos desde dentro, desde el interior.
La evangelización tiene que ser concreta y en lugar concretos.
CONCILIO VATICANO II
Lumen Gentium
Gaudium et Spes.
Ad Gentes.
La Sagrada Tradición.
8. Así, pues, la predicación apostólica, que está expuesta de un modo
especial en los libros inspirados, debía conservarse hasta el fin de los
tiempos por una sucesión continua. De ahí que los Apóstoles, comunicando
lo que de ellos mismos han recibido, amonestan a los fieles que conserven
las tradiciones que han aprendido o de palabra o por escrito, y que sigan
combatiendo por la fe que se les ha dado una vez para siempre. Ahora bien,
lo que enseñaron los Apóstoles encierra todo lo necesario para que el
Pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, y de esta forma la Iglesia,
en su doctrina, en su vida y en su culto perpetúa y transmite a todas las
generaciones todo lo que ella es, todo lo que cree.
Esta Tradición, que deriva de los Apóstoles, progresa en la Iglesia con la
asistencia del Espíritu Santo: puesto que va creciendo en la comprensión de
las cosas y de las palabras transmitidas, ya por la contemplación y el
estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón y, ya por la
percepción íntima que experimentan de las cosas espirituales, ya por el
anuncio de aquellos que con la sucesión del episcopado recibieron el
carisma cierto de la verdad. Es decir, la Iglesia, en el decurso de los siglos,
tiende constantemente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se
cumplan las palabras de Dios.
Las enseñanzas de los Santos Padres testifican la presencia viva de esta
tradición, cuyos tesoros se comunican a la práctica y a la vida de la Iglesia
creyente y orante. Por esta Tradición conoce la Iglesia el Canon íntegro de
los libros sagrados, y la misma Sagrada Escritura se va conociendo en ella
más a fondo y se hace incesantemente operativa, y de esta forma, Dios,
que habló en otro tiempo, habla sin intermisión con la Esposa de su amado
Hijo; y el Espíritu Santo, por quien la voz del Evangelio resuena viva en la
Iglesia, y por ella en el mundo, va induciendo a los creyentes en la verdad
entera, y hace que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente (cf.
Col., 3,16).
¿QUÉ ES LA CATEQUESIS?
1) LA CATEQUESIS, PARTE
DEL PROCESOS EVANGELIZADOS
Necesita articularse adecuadamente con los otros elementos del proceso
evangelizador, de ahí que en la Diócesis y en cada una de las comunidades
que la integran, deba existir un plazo orgánico que favorezca la
coordinación de la acción catequética con todas las demás acciones
evangelizadoras.
Anunciar la Buena Nueva del Señor.
Cautivar en el otro la curiosidad del conocer de Dios.
FINALIDAD
El fin definitivo de la catequesis es poner a las personas no solo en la
relación sino en comunión, en intimidad con Jesucristo.
Hacer creer, a nivel de concomimiento y de vida, el germen de la fe
sembradora por el Espíritu Santo con el primer anuncio y trasmitido
eficazmente a través de bautismo.
La finalidad de la catequesis es la maduración de la fe, que implica la
iniciación y el crecimiento de la vida cristiana.
La catequesis, por tanto, propone que el discípulo desarrolle una
personalidad equilibrada y armónica, que viva en encuentro personal con
el Señor, un profundo sentido de iglesia y una sincera actitud de
solidaridad con los hermanos.