El Constitucionalismo Liberal Derivado de La Revolucion Francesa Equipo 4

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UNIVERSIDAD DE IXTLAHUACA CUI

LICENCIATURA EN DERECHO

T E M A D E I N V E S T I G A C I O N:
EL CONSTITUCIONALISMO LIBERAL DERIVADO DE LA REVOLUCION
FRANCESA

A S I G N A T U R A:

TEORIA CONSTITUCIONAL

G R U P O:

301

IXTLAHUACA, MÉXICO; NOVIEMBRE 2020.

EL CONSTITUCIONALISMO LIBERAL DERIVADO DE LA


REVOLUCION FRANCESA

Nos hallamos ante la presencia de un fenómeno de fundamental importancia en la


historia humana: el proceso del constitucionalismo; que nos muestra la lucha del
hombre por su libertad desde la más remota antigüedad hasta nuestros días.
Las historias del hombre es la hazaña de la libertad, como dijo Croce y la libertad no se
adquiere sino a precio de sangre –escribía Echeverría en el Dogma de Mayo-. Veamos pues
las etapas de este proceso, después enfocarnos más en la Revolución Francesa y
terminaremos hablando del constitucionalismo liberal.

ANTECEDENTES DEL CONSTITUCIONALISMO


a) Antigüedad
Predomina la idea del Estado (fin) sobre el individuo (medio). O bien no existía
libertad política alguna (como en las monarquías teocráticas absolutas de Oriente –
Persia, Egipto-) o si bien había libertad política, el individuo se hallaba en una
virtual esclavitud civil.
Esto último se ve claramente en Grecia donde los intereses de los individuos se
subsumen o equiparan con los del Estado. Aristóteles es muy claro cuando sostiene
que la felicidad del individuo es la misma que la del Estado (Política, libro 4,
capitulo 2).
En síntesis los principales pensadores griegos si bien no ignoraron la condición del
hombre como ser libre, circunscribieron esa libertad a lo político; olvidando que
esta es solo un medio para la libertad civil, que en sentido amplio comprende la
posibilidad de realizar todo acto que no dañe a terceros.
b) Edad Media
Este periodo histórico (siglo V al XIV) se caracterizó por la automatización del
poder político y una división social estamental, pero sobre todo por la falta de
libertad individual. Detengámonos en este punto y veamos el lucido análisis que
realiza Erich Fromm en El miedo a la libertad (Bs.As., Paidós, 1984): ”Lo que
caracteriza a la sociedad medieval, en contraste con la moderna es la falta de
libertad individual. Todos, durante el periodo más primitivo, se hallaban
encadenados a una determinada función dentro del orden social. Un hombre tenía
muy pocas posibilidades de pasar de una clase a otra, y no menores dificultades
tenia para hacerlo desde el punto de vista geográfico, de una ciudad a otra o de un
país a otro. Con pocas excepciones, se veía obligado a pertenecer en el lugar de su
nacimiento. Frecuentemente no poseía ni la libertad de vestirse como quería ni de
comer lo que le gustaba. El artesano debía vender a un cierto precio y el campesino
hacer lo propio a un determinado lugar, el mercado de la ciudad. Al miembro del
gremio les estaba prohibido revelar todo secreto técnico de producción a cualquiera
que no fuera miembro del mismo, y estaba obligado a dejar que sus compañeros del
gremio participaran de toda compra ventajosa de materia prima. La vida personal,
económica y social se hallaba dominada por reglas y obligaciones a las que
prácticamente no escapaba esfera alguna de actividad”.
No se había desarrollado todavía la conciencia del propio yo individual, del yo
ajeno y del mundo como entidades separadas. La falta de autoconciencia del
individuo en la sociedad medieval es claramente expresada en el siguiente párrafo
de J. Burckhardt: “Durante la Edad Media ambos lados de la conciencia humana la
que mira hacia dentro y la que se dirige afuera yacen en el sueño o semidespiertas
bajo el velo común. Un velo tejido de fe, ilusión e infantil inclinación, a tevés del
cual el mundo y la historia eran vistos bajo extraños matices. El hombre era
consistente de sí mismo solo como miembro de una rareza, pueblo, partido, familia
o corporación; tan solo a través de una categoría general”. Es sin embargo en esta
etapa donde surgen los primeros antecedentes de la moderna concepción del
constitucionalismo a través de las cartas y fueros medievales.
Antes de analizar los principales menester diferenciarlos de las declaraciones de
derechos. Las cartas y fueros se basan en la idea de un poder absoluto del monarca,
el que graciosamente o por acuerdo con los señores, concedía a los súbditos ciertas
franquicias o derechos, siendo además sus destinatarios limitados: solo los hombres
libres.
Las declaraciones de derechos, en cambio, presuponen un poder limitado del
monarca, y sus destinatarios eran todos los hombres y mujeres, es decir eran
universales. Eran sancionados por los representantes del pueblo, titular de la
soberanía y el poder constituyente, por lo que resulta inconfundibles con las
estipulaciones de libertades y franquicias, que constituyeron el movimiento cartista
cuyos exponentes típicos analizaremos a continuación.
La Carta Magna dada en Inglaterra por el rey Juan sin Tierra el 15 de junio de 1215
establece la prohibición salvo los casos excepcionales de establecer tributos sin el
consentimiento del Consejo del reino. Otra de sus disposiciones fundamentales es el
artículo 48:”nadie podrá ser aprisionado, arrestado, ni desposeído de sus bienes,
costumbres y libertades, sino en virtud del juicio de sus pares según la ley del país”
que constituyen un antecedente del habeas corpus y del due process of law (debido
proceso legal: art.18, Const.Nacional).
También en España encontramos documentos llamados fueros que operan como
limitaciones a la entonces todopoderosa voluntad del monarca. Probablemente el
más importante fue el fuero de Aragón (1283). Este estatuto al igual que la
Constituciones modernas era la ley suprema a la que el mismo monarca debía
obediencia, existiendo, si bien en forma rudimentaria, un control de
constitucionalidad a cargo de un funcionario llamado el” Justicia Mayor”.
c) Los albores del constitucionalismo: el Renacimiento y la Reforma
El Renacimiento trae un cambio fundamental en la cosmovisión imperante que de
un teocentrismo pasa a un antropocentrismo. Termina de este modo la infancia de la
humanidad, el hombre empieza a tomar conciencia de sí, y la preocupación por la
salvación es reemplazada por la mundanidad. El hombre se niega a aceptar todo por
la fe: nace la ciencia y con ella un nuevo hombre: el individuo.
La Reforma fue un vehemente ataque contra la jerarquía eclesiástica estructura
dominante de la época; se niega el principio de autoridad y se exige una amplia
libertad de conciencia. El individuo es conceptuado un valor esencial, siendo esto
último la base o fundamento filosófico del autogobierno. Pero no debemos creer que
el movimiento reformista fue uniforme en cuanto a la creencia del valor de la
libertad humana; podemos distinguir:
1. El luteranismo, esencialmente individualista, para el que no hay fuerza
alguna que pueda ejercer coacción sobre la mente humana: “Ni el obispo , ni
el papa, ni ningún otro hombre tiene el derecho de imponer ni una sola
silaba de ley a un cristiano sin su consentimiento; y quien lo hiciere lo hará
siguiendo el espíritu de la tiranía”
2. El calvinismo, Sistema de pensamiento que mediante la creencia en la
predestinación se convirtió en una encendida defensa del statu quo. Calvino
poco valor reconocía a la libertad de conciencia, constituyendo el sistema
político propugnado un autoritarismo de base teocrática. Un paso más
adelante en este camino hacia la libertad lo constituyen los documentos
ingleses, que brevemente veremos a continuación.
d) El “Agreement of the people” y el “Instrument of Gobernment”
En 1647 en momento clave de la revolución puritana, el consejo de Guerra de
Cromwell elabora el Agreement of the People (Pacto o Acuerdo del Pueblo) sin que
se lo llegara a sancionar.
Lo más importante de este documento es la idea de limitar el poder del Parlamento,
colocándolo como ley suprema fuera del alcance de sus poderes, declarando en
forma expresa los derechos que ninguna autoridad podía allanar su delito.
Si bien como dijimos antes el pacto no tuvo sanción, sus principios influyeron
notablemente en el Instrument, que si la obtuvo y se promulgo el 16 de diciembre de
1653.Este documento como ley suprema escrita constituye la única Constitución de
ese carácter que conoció en su historia el reino inglés.
Jellinek hace notar esta paradoja situación cuando en su Teoría del Estado dice “la
idea de una Constitución escrita ha nacido en el Estado que precisamente hasta hoy
no ha tenido ninguna”.
El último paso que daremos antes de entrar de lleno en el constitucionalismo
propiamente dicho es el análisis de un importantísimo hito: la Revolución Francesa
y la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano.

LA REVOLUCION FRANCESA

No nos vamos a ocupar aquí del aspecto histórico de la revolución ni de las posibles críticas
a uno de los principales ideólogos –Rousseau- por su idea de la voluntad general como
entidad supraindividual y la inevitable consecuencia de un “totalitarismo democrático”.
La más importante idea que propago la Revolución fue la necesidad de una Constitución
escrita, por creerse que un pueblo libre para ser tal debía tener una ley fundamental que
fuera expresión de la voluntad de la Nación.
Esta idea se contempla con la existencia de derechos individuales que ninguna autoridad
entonces pena de despotismo podía desconocer: idea que se plasma magníficamente en la
Declaración de derechos del hombre y del ciudadano (agosto de 1789) que se inicia
proclamando: “los representantes del pueblo francés, constituidos en asamblea nacional,
considerando que la ignorancia, el desprecio o el olvido de los derechos naturales,
inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente
a todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y deberes; a fin
de que los actos del Poder Legislativo y los del Poder Ejecutivo, pudiendo a cada instante
ser comparados con el fin de que las declaraciones de los ciudadanos, fundadas en adelante
sobre principios simples e incontestables, se inclinen siempre a la conservación de la
Constitución y a la felicidad de todos”.
Son sus disposiciones más importantes:
1) El objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos del hombre.
2) La libertad consiste en hacer todo lo que no perjudique a otro.
3) Los límites a la libertad solo pueden provenir de la ley.
4) Debido proceso legal.
5) Libertad de expresión y de conciencia.
6) Repartición proporcional de las cargas públicas.
7) La propiedad es un derecho inviolable y sagrado. Expropiación solo por causa de
utilidad pública previa justa indemnización.
La importancia de estos principios es fundamental en dos aspectos: son la base ideológica
del constitucionalismo liberal y como tales lo serán de la Constitución Nacional. A la
primera cuestión le dedicaremos el siguiente aparatado.

CONSTITUCIONALISMO LIBERAL
El constitucionalismo liberal nació como respuesta filosófica, jurídica y política a
las monarquías absolutistas que prevalecieron en Europa durante el siglo XVII. Aunque se
considera que Inglaterra fue donde nació el concepto de Estado de Derecho, fueron las
Constituciones estadounidenses y francesas las pioneras en este ámbito.
Frente al monarca con poderes absolutos y que utilizaba a la religión como legitimadora,
los filósofos racionalistas (Rousseau, Locke o Montesquieu, entre otros) pusieron a la
razón, a la igualdad y a la libertad como base del Estado. El Estado constitucional, según el
constitucionalismo liberal, debía estar sujeto a lo establecido en su Carta Magna. Debía
existir separación de poderes, para que ningún organismo o persona pudiera acaparar
demasiado.
Así pues el Constitucionalismo Liberal es una ideología de una sociedad política que se
expresa a través de una Constitución escrita, cuya supremacía significa la subordinación a
sus disposiciones de todos los actos emanados de los poderes constituidos que forman el
gobierno ordinario, intrigándose estos actos en un sistema que busca asegurar la vida, la
libertad y la propiedad del individuo.

Bases ideológicas
El Estado constitucional producto del constitucionalismo se caracteriza por la limitación del
poder estatal en pro de las libertades individuales. Esa limitación está dada, por un lado por
el reconocimiento de ciertos derechos básicos en la parte llamada “dogmática” de la
Constitución y por el otro por la división de poderes, la existencia de contralono, etcétera.
Por eso es correcta la aseveración de Friedrich cuando dice que la función del derecho
constitucional más que organizar el poder es limitarlo restringirlo.
El constitucionalismo primitivo no en sentido peyorativo sino cronológico asume la forma
del constitucionalismo liberal, cuyas bases filosóficas y necesaria proyección en el campo
de la política desmenuzaremos a continuación.
a) Bases filosóficas: libertad e igualdad
1) Libertad
Decir para el liberalismo que los hombres son libres implica que cada uno de
ellos puede pensar, expresarse y obrar como él quiera y la libertad de otros es el
único límite de la libertad de cada uno (Duverger, Maurice, Instituciones
políticas y derecho constitucional, Barcelona, Ariel, 1981).
En palabras de John Stuart Mill:” El único objeto que autoriza a los hombres,
individual o colectivamente, a turbar la libertad de acción de sus semejantes, es
la propia defensa; la única razón legitima para usar de la fuerza contra un
miembro de una comunidad civilizada es la de impedir perjudicar a otros, pero
el bien de ese individuo, sea físico, sea moral no es razón suficiente. Ningún
hombre puede en buena lid, ser obligado a actuar o a abstener de hacerlo, porque
de esa actuación o abstención haya de derivarse un bien para él, porque ello le
ha de hacer más dichoso, o porque en opinión de los demás, hacerlo sea
prudente o justo. Estas son buenas razones para discutir con él, para convencerle
o para suplicarle, pero no para obligarle o causarle daño si obra de modo
diferente a nuestros deseos.
Para que esta coacción fuese justificable, sería necesario la conducta de este
hombre tuviera por objeto el perjuicio de otro. Sobre si mismo, sobre su cuerpo
y espíritu, el individuo es soberano” (Mill, John S., Sobre la libertad, Madrid,
Orbis, 1984).
La libertad así concebida deba imponer a los individuos sacrificios o
privaciones, contra su voluntad, que no redunden en su propio beneficio (Nino
llama a este principio “Principio de inviolabilidad de la persona”.
Tampoco puede el Estado imponer o interferir en los planes de vida que los
individuos libremente elijan, entonces pretexto de que ellos son inconvenientes,
inmorales, etcétera. Este es el llamado “Principio de autonomía”.
2) Igualdad
Decir para el liberalismo que los hombres nacen iguales significan que nadie
puede beneficiarse por herencia de derechos o de privilegios que lo coloquen por
encima de otros (herencia debe entenderse como prerrogativas de sangre, no
como sucesión por causa de muerte).
Pero el concepto de igualdad no implica todavía más lo excluye que todos los
hombres tengan en la realidad el mismo status o bienestar económico. Al ser la
libertad el valor supremo, la igualdad se limita a una igualdad de posibilidades,
de tratamiento frente la ley.

Conjugando los principios de libertad e igualdad llegamos a la conclusión de que el


liberalismo exige un gobierno representativo. ¿Por qué? Una respuesta simple, sin ahondar
en profundas cuestiones filosóficas acerca de la justificación o superioridad moral de la
democracia, sería la siguiente: al ser los hombres libres e iguales, ninguna autoridad puede
imponerles obediencia. El poder no puede basarse más que en el acuerdo o consenso de los
miembros de la sociedad. Nadie puede ejercer el gobierno de una comunidad sino por el
consentimiento de los ciudadanos, que le delegan el derecho de mandarlos; de ahí se
derivan como consecuencias necesarias el sistema representativo y las elecciones.
Exige también ya entrando en el terreno de la política económica la plena vigencia del
principio que enuncio Adam Smith que limita la elección del Estado a las actividades que
los individuos u otras asociaciones menores no puedan realizar (principios de
subsidiaridad).
Lo hasta aquí expuesto no nos debe llevar al grosero error de identificar a la ideología
liberal con el lema de laissez faire, laissez paser, le monde va de lui méme (dejar hacer,
dejar pasar, el mundo va solo por su rumbo).

BIBLIOGRAFIA

Loewenstein, Karl, Teoría de la Constitución, Barcelona, Ariel, 1980.


Duverger, Maurice, Instituciones políticas y derecho constitucional, Barcelona, Ariel, 1981.
Linares Quintana, Segundo V., Derecho constitucional e instituciones políticas, Bs.As.,
Plus Ultra, 1981.
Fromm, Erich, El miedo a la libertad, Bs. As., Paidós, 1984.
Mill. John S., Ética y derechos humanos, Bs., Paidós, 1985.
RESUMEN

CONSTITUCIONALISMO LIBERAL
El Estado constitucional producto del constitucionalismo se caracteriza por la limitación del poder
estatal en pro de las libertades individuales. Esa limitación está dada, por un lado por el
reconocimiento de ciertos derechos básicos en la parte llamada “dogmática” de la Constitución y
por el otro por la división de poderes.
El Constitucionalismo Liberal es una ideología de una sociedad política que se expresa a través de
una Constitución escrita, cuya supremacía significa la subordinación a sus disposiciones de todos
los actos emanados de los poderes constituidos que forman el gobierno ordinario, intrigándose estos
actos en un sistema que busca asegurar la vida, la libertad y la propiedad del individuo.

BASES FILOSÓFICAS: LIBERTAD E IGUALDAD


1) Libertad: Decir para el liberalismo que los hombres son libres implica que cada uno de
ellos puede pensar, expresarse y obrar como él quiera y la libertad de otros es el único
límite de la libertad de cada uno (Duverger, Maurice, Instituciones políticas y derecho
constitucional, Barcelona, Ariel, 1981).
2) Igualdad: Decir para el liberalismo que los hombres nacen iguales significan que nadie
puede beneficiarse por herencia de derechos o de privilegios que lo coloquen por
encima de otros (herencia debe entenderse como prerrogativas de sangre, no como
sucesión por causa de muerte).

APORTES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA AL CONSTITUCIONALISMO LIBERAL


● En primer lugar, la Revolución propago la idea de la necesidad de una Constitución escrita, por
creerse que un pueblo libre para ser tal debía tener una ley fundamental que fuera expresión de
la voluntad de la Nación.
● En segundo lugar, de este acontecimiento surgió también la idea política derivada del nuevo
papel que a partir de ese momento se confirió al pueblo, es decir, el papel protagónico del
pueblo en la constitucionalizarían de la organización del Estado.
● En tercer lugar, de este acontecimiento político resultó el reconocimiento y declaración formal
de la existencia de derechos naturales del hombre y de los ciudadanos, con rango constitucional,
y por tanto, que debían ser respetados por el Estado.
● En cuarto lugar, además, dentro de la misma línea de limitación al poder público para garantizar
la libertad de los ciudadanos, la Revoluciones Francesa aporto al constitucionalismo la idea
fundamental de la separación de poderes.
● En quinto lugar, de este acontecimiento político puede decirse que resultaron los sistemas de
gobierno que dominan el mundo moderno: el presidencialismo y el parlamentarismo, como
sistema de gobierno que dominó en Europa después de la Revolución Francesa, aplicado en las
monarquías parlamentarias.
● En sexto lugar, fue de este acontecimiento revolucionario que surgió una nueva organización
territorial del Estado.

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