Historia 3
Historia 3
Pero Roma
sobrepasó a Alejandría: en sus teatros actuaban conjuntos de Cientos de cantores, centenares de
ejecutantes daban conciertos a millares de oyentes.
Mientras que los romanos más antiguos se limitaban a presenciar las danzas de los esclavos, a
partir de los Gracos, y en contra de los tradicionalistas, se abrieron escuelas de canto y de danza.
Los Césares, cuyos gustos estaban más próximos a los del pueblo que a los de la aristocracia,
apoyaban la música y muchos de ellos sabían cantar y tañer un instrumento. El arte de cantar y
tañer se consideró como un adorno en las mujeres. De Grecia vino la costumbre de acompañar
con música las comidas.
Los virtuosos eran adorados por el público, hacían tournées por todo el Imperio, y muchos eran
mantenidos por la Corte imperial. Se les remuneraba generosamente y se les dedicaban estatuas.
El citarista Menécrates recibió de Nerón un palacio y Marco Aurelio puso una guardia de honor
delante de la casa de Anáxero y le entregó la contribución de cuatro Ciudades conquistadas.
Según Estrabon, Anaxeno recibió en su ciudad una dignidad religiosa y una lápida, en cuya
inscripción se le comparaba con los dioses. La información acerca de la música en Roma de
limitarse a la de las costumbres, ya que los romanos, a pesar de su admiración por ella, no
avanzaron en su desarrollo. En Grecia tampoco observamos progresos en este campo. Sin
embargo, el modesto desarrollo de la creación musical fue acompañado de un esplendoroso
desarrollo de su teoría y de su historia. Todo lo que sabemos del creativo período helénico se lo
debemos a los historiadores de la era helenística, que no fue en sí misma nada creadora, pero que
mostró un gran afán investigador.
b) La teoría de la música